EL QUESO Y LOS GUSANOS El Cosmos Segun U
EL QUESO Y LOS GUSANOS El Cosmos Segun U
EL QUESO Y LOS GUSANOS El Cosmos Segun U
(Carlo Ginzburg)
Reseña
Antes era válido acusar a quienes historiaban el pasado de consignar únicamente «gestas de
reyes». Hoy día ya no lo es, pues cada vez se investiga más sobre lo que ellos callaron,
expurgaron o simplemente ignoraron. «¿Quién construyó Tebas de las siete puertas?» (...) Las
fuentes nada nos dicen de aquellos albañiles anónimos, pero la pregunta conserva toda su carga.
El autor reflexiona en dicho prólogo sobre hasta qué punto puede la historia de
Domenico Scandella (nombre legal de Menocchio) ser de utilidad para el estudio de la
época. En el marco de la aludida microhistoria –advierte– «existe un riesgo de caer en
la anécdota (...). Pero no es un riesgo insalvable». Un molinero de las colinas del Friuli
del siglo XVI que pone en cuestión frente al público y las autoridades religiosas la
cosmología y el sistema eclesiástico adoptados por la comunidad no es un ejemplo
común. Sin embargo, se señala más tarde la cultura –un término reciente, préstamo de
la antropología cultural– como «una jaula flexible e invisible para ejercer dentro de ella
la propia libertad condicionada». Esto es: por muy atípico que resulte un individuo
siempre estará condicionado por su cultura. De ahí la importancia del estudio de la
cultura de la época para entender el caso de Menocchio y encuadrarlo dentro de ella. A
fin de cuentas, la historia avanza con cambios paradigmáticos en la cultura, por lo que
Ginzburg se propone encontrar la razón de este pensar revolucionario propio de un
individuo de a pie, condenado al anonimato por la historiografía tradicional.
Yo he dicho que, por lo que pienso y creo, todo era un caos... Y que aquel volumen poco a poco
formó una masa, como se hace el queso con la leche, y en él se formaron gusanos, y estos fueron los
ángeles; y la santísima majestad quiso que aquello fuese Dios y los ángeles, y entre aquel número de
ángeles también estaba Dios creado también él de aquella masa y al mismo tiempo.
Estas palabras del acusado por herejía son tomadas por el autor como un paradigma
del pensamiento que le llevó al tribunal, una hipótesis central que el molinero exponía
proféticamente a sus vecinos y que además da título al estudio. ¿Cómo un hombre del
siglo XVI, en el marco de una cultura popular y oral, puede destacar sobre la sociedad
con discursos como este? Ginzuburg da especial importancia a las lecturas que
Menocchio había acumulado: entre las que destaca El Florilegio de la Biblia, una obra
que gozó de amplia difusión manuscrita, que bebía de distintos autores y evangelios
apócrifos y que el procesado declaró «haber comprado por dos sueldos». Fue el único
libro que sabemos adquirido directamente por él, ya que el resto llegó a sus manos a
través de préstamos. Ginzburg describe, dentro del ámbito rural del molinero «una red
de lectores que superan el obstáculo de sus exiguos recursos financieros pasándose
libros unos a otros (...). Una intensa circulación que incluye a los curas (...) y hasta a las
mujeres». Pero no basta con conocer el afán lector de Menocchio dentro de este ámbito
de circulación cultural –sólo posible gracias a la implantación de una educación nulla
habita exceptione personatum– ya que el conocimiento demostrado por él difiere mucho
del presumido en las obras que leyó, dejando entrever un particular espíritu lector que
filtra en lugar de asimilar íntegramente. A lo largo del estudio, el autor señala diversos
casos que ilustran cómo la visión de Menocchio, defensor de una tolerancia religiosa y
una negación de la trinidad que le convirtieron en hereje, es fruto de una tergiversación
de sus lecturas llevada a cabo por la tradición oral en él predispuesta.
Con una actitud inconscientemente desprejuiciada se sirvió de los restos del pensamiento de otros
como si fueran piedras y ladrillos. Pero los instrumentos lingüísticos y conceptuables que pudo
procurarse no eran neutros ni inocentes (...). Con una terminología embebida de cristianismo, de
neoplatonismo, de filosofía escolástica, Menocchio intentaba expresar el materialismo elemental,
instintivo, de generaciones y generaciones de campesinos.
El queso y los gusanos nos proporciona de este modo una visión general de la
implantación de la cultura moderna en Europa de una forma que ha merecido ser el
prototipo de obra microhistórica. Tratar de explicar el mundo moderno desde la
perspectiva de un individuo anónimo se antoja una enorme y difícil tarea, por lo que
Ginzburg se ve obligado a tomar para ello un caso atípico y documentado. En el
interrogante de cómo un molinero se lanza a explicar el mundo y a cuestionar el dogma
católico mediante sus propias experiencias es el espíritu argumental de esta obra. «Dos
grandes acontecimientos históricos hacen posible un caso como el de Menocchio: la
invención de la imprenta y la Reforma», adelanta el autor en el prólogo, pero a medida
que nos sumergimos en el estudio de las actas vemos cómo van apareciendo
contradicciones no explicadas por la mera existencia de tales hechos históricos, sino por
la acumulación infructuosa en una persona de dos culturas que florecieron parejas
durante la modernidad: oral y escrita, popular y de élite. Un extraordinario caso
mediante el cual se nos abre, esta vez desde el lado mundano y popular, el «largo siglo
XVI»...
Bibliografía