Novena A La Inmaculada Concepcion

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NOVENA A LA INMACULADA

CONCEPCION DE MARIA

OH, MARIA SIN PECADO CONCEBIDA


RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS TI

La inmaculada concepción es un privilegio especial de la Virgen


María, una gracia totalmente singular, fruto de la omnipotencia
divina. A ello, hay que añadir un doble aspecto positivo, que
vendría a reforzar su inmaculada concepción, que es la realidad de
la gracia santificante en su alma desde el inicio, con las virtudes
infusas –teologales y cardinales- y los siete dones del Espíritu Santo,
junto a su total correspondencia a la gracia recibida a lo largo de
toda su vida en la tierra y lo hizo con plena libertad. El Ángel en la
Anunciación le dijo: “Llena de gracia, el Señor es contigo…”.

La Virgen María es la obra maestra de Dios.


PRIMER DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.

Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Gn. 3, 9 - 15)

Dios llamó al hombre y le dijo: "¿Dónde estás?", Este contestó: "Te oí


caminar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo: por eso me
escondí". Dios le replicó: "¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo?
Acaso comiste del árbol del que te prohibí comer?" Dijo el hombre: "La
mujer que me diste por compañera me dió del árbol y comí". Dios le dijo
entonces a la mujer: "Por qué lo hiciste?". Contestó la mujer: "La
serpiente me engañó y comí". Entonces Dios dijo a la serpiente: "Por haber
hecho esto, serás maldita entre todas las bestias y entre todos los animales
del campo. Caminarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu
vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje: él
aplastará tu cabeza, mientras tú le atacarás el talón".
PALABRA DE DIOS.

Consideración
Consideremos cómo Eva fue desobediente. Su desobediencia fue causa de
muerte para sí misma y para toda la raza humana. Al contrario, María
Santísima, por su obediencia a la Palabra de Dios, se convirtió en causa de
salvación para sí como para todo el género humano. Sucedió, pues, que el
nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María.
Porque lo que Eva había fuertemente ligado con su incredulidad, la
Virgen María la libertó por su fe.

Procuremos imitar la fe y la obediencia de la Santísima Virgen María, para


que, como Ella, seamos colaboradores en la obra salvadora de Jesucristo.

Las Tres Ave Marías

(Se rezan o cantan diariamente después de la Consideración, del Rosario


y de la Petición).
Oh Señora mía, Santa María, así como Dios Padre por su omnipotencia te
hizo potentísima, así y te suplico que me asistas en mi muerte expeliendo’
y quitando todo lo que me fuera contrario. DIOS TE SALVE MARíA…
Oh Señora mía, Santa María, así como tu Hijo Santísimo se dignó darte
tanta claridad y conocimiento de suerte que alumbras al cielo con tus
luces, así yo te suplico que en la hora de mi muerte alumbres e ilumines
mi alma con el verdadero conocimiento de la fe corroborándola de suerte
que no la manche alguna Ignorancia o error. DIOS TE SALVE MARíA.
..
Oh Señora mía, Santa María, así como el Espíritu Santo, con su amor, a
Ti lo Infundió totalmente, así te suplico que te dignes darme para la
hora de mi muerte la dulcedumbre del amor divino con la cual toda
cosa amarga me sea suavísima. DIOSTESALVEMARíA…
Canto

Oración para el primer día


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo redentor
nuestro! Así como preservaste a María del pecado original en su
Inmaculada Concepción y a nosotros nos hiciste el gran beneficio de
libramos de él por medio de tu santo Bautismo, así te rogamos
humildemente nos concedas la gracia de portarnos siempre como
buenos cristianos, regenerados en Ti. Amén.
Jaculatoria

Santa Virgen de las Vírgenes, Ruega por nosotros

Oración final
Bendita sea tu pureza Y

eternamente lo sea,

Pues todo un Dios se recrea

En tan graciosa belleza.

A ti, celestial Princesa,

Virgen sagrada María,

Te ofrezco en este día

Alma, vida y corazón.

¡Mírame con compasión!

¡No me dejes, madre mía! Así sea.

Canto final
SEGUNDO DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.

Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Est. 15, 4-7.12-13. 9.10,5,3.7.3-4)

Al terminar la oración, Ester se vistió con todo lujo. Luego, invocando al


Dios y salvador que vela sobre todos, marchó con el rostro alegre, pero
con el corazón angustiado. Atravesó todas las puertas, hasta quedar de
pie ante el rey. Este levantó la cabeza y miró a Ester. La reina palideció,
se apoyó en el hombro de una doncella y se desmayó. El rey entonces se
inquietó; saltó de su trono y tomó a Ester en sus brazos preguntándole:
"¿Qué te pasa, reina Ester? Pídeme lo que sea y te daré hasta la mitad de
mi reino". La reina Ester respondió: "Si he encontrado gracia a tus ojos,
perdóname mi vida y la de mi pueblo. Eso es lo que quiero y lo que te
pido". El rey extendió hacia Ester el cetro de oro y ella se levantó y quedó
en pie ante el rey.
PALABRA DE DIOS.

Consideración

Consideremos a María Santísima preservada de la ley universal del


pecado original, como lo fue la Reina Ester de la ley común del rey
Asuero. María Inmaculada es la bendita entre todas las mujeres, es la
que halló gracia a los ojos de Dios. Ella es la Reina de misericordia, que
desde la cumbre de su grandeza, puede compadecerse mejor y socorrer
nuestras necesidades intercediendo ante su Divino Hijo Jesucristo.
Procuremos cumplir en nuestra vida diaria las promesas bautismales.
Por el Bautismo hemos nacido a la vida de la gracia. Esforcémonos por
mantenernos en amistad con Jesucristo.

Las Tres Ave Marías


(Se rezan o cantan diariamente después de la Consideración, del
Rosario y de la Petición).
Oh Señora mía, Santa María, así como Dios Padre por su omnipotencia
te hizo potentísima, así y te suplico que me asistas en mi muerte
expeliendo’ y quitando todo lo que me fuera contrario. DIOS TE SALVE
MARíA…
Oh Señora mía, Santa María, así como tu Hijo Santísimo se dignó darte
tanta claridad y conocimiento de suerte que alumbras al cielo con tus
luces, así yo te suplico que en la hora de mi muerte alumbres e
ilumines mi alma con el verdadero conocimiento de la fe
corroborándola de suerte que no la manche alguna Ignorancia o error.
DIOS TE SALVE MARíA. . .
Oh Señora mía, Santa María, así como el Espíritu Santo, con su amor, a
Ti lo Infundió totalmente, así te suplico que te dignes darme para la hora
de mi muerte la dulcedumbre del amor divino con la cual toda cosa
amarga me sea suavísima. DIOSTESALVEMARíA…

Canto

Oración del segundo día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor


nuestro! Así como preservaste a María de todo pecado mortal en toda su
vida y a nosotros nos das gracia para evitarlo y el sacramento de la
confesión para remediarlo, así Te rogamos humildemente, por intercesión
de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de no cometer nunca
pecado mortal, y si incurrimos en tan terrible desgracia, la de salir de él
cuanto antes, por medio de una buena confesión.

Jaculatoria
Madre de la divina gracia, Ruega por nosotros

Oración final Bendita


sea tu pureza Y

eternamente lo sea,

Pues todo un Dios se recrea En

tan graciosa belleza.

A ti, celestial Princesa,


Virgen sagrada María, Te

ofrezco en este día Alma,

vida y corazón.

¡Mírame con compasión!

¡No me dejes, madre mía! Así sea.

Canto final
TERCER DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.

Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Lc. 1,26-38)

Dios envió al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret,


a una virgen desposada con un hombre llamado José de la familia de
David: el nombre de la Virgen era María. El ángel le dijo: "Alégrate,
llena de gracia, el Señor está Contigo". Ella se turbó y pensaba qué
significaría aquel saludo. El ángel le dijo: "No temas, María, porque
has hallado gracia delante de Dios. Vas a concebir en tu seno y vas a
dar a luz un hijo al que pondrás el nombre de Jesús. El será grande y
con razón lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el
trono de David, su antepasado. Reinará sobre la casa de Jacob por
siempre y su reino no tendrá fin'.

María entonces dijo al ángel: “¿Cómo podré ser madre si no tengo


relación con ningún hombre?” Contestó el ángel: "El Espíritu Santo
descenderá sobre Ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra;
por eso tu hijo será Santo y con razón lo llamarán hijo de Dios".
María dijo entonces: “Yo soy la esclava del Señor. Hágase en mí, según
tu palabra”.
PALABRA DE DIOS.

Consideración

Consideremos cómo María Santísima no fue un instrumento


puramente pasivo en las manos de Dios, sino que cooperó a la
salvación de los hombres con fe y obediencia libres. Ella, enriquecida
desde el primer instante de su concepción con una Santidad en
extremo singular, al aceptar el mensaje divino se convirtió en Madre
de Jesús, y al abrazar de todo corazón, sin entorpecimiento de
pecado alguno la voluntad salvífica de Dios, se consagró totalmente
como esclava del Señor a la persona y a la obra de su Hijo, sirviendo
con diligencia al misterio de la Redención con Él y bajo Él, con la
gracia de Dios omnipotente. Por esto la Iglesia llama a la Madre de
Dios "totalmente santa e Inmune de toda mancha de pecado, como
plasmada y hecha una nueva criatura por el Espíritu Santo".

Procuremos quitar de nuestra vida todo obstáculo, todo pecado que


nos impida llegar a Jesucristo haciendo una buena confesión.
Las Tres Ave Marías
(Se rezan o cantan diariamente después de la Consideración, del
Rosario y de la Petición).
Oh Señora mía, Santa María, así como Dios Padre por su
omnipotencia te hizo potentísima, así y te suplico que me asistas en
mi muerte expeliendo’ y quitando todo lo que me fuera contrario.
DIOS TE SALVE MARíA…
Oh Señora mía, Santa María, así como tu Hijo Santísimo se dignó
darte tanta claridad y conocimiento de suerte que alumbras al cielo
con tus luces, así yo te suplico que en la hora de mi muerte
alumbres e ilumines mi alma con el verdadero conocimiento de la
fe corroborándola de suerte que no la manche alguna Ignorancia o
error. DIOS TE SALVE MARíA. . .
Oh Señora mía, Santa María, así como el Espíritu Santo, con su
amor, a Ti lo Infundió totalmente, así te suplico que te dignes
darme para la hora de mi muerte la dulcedumbre del amor divino
con la cual toda cosa amarga me sea suavísima. DIOS TE SALVE
MARíA…

Canto

Oración del tercer día

¡Oh santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor


nuestro! Así como preservaste a María de todo pecado venial en toda
su vida, y a nosotros nos pides que purifiquemos más y más nuestras
almas, para ser dignos de Ti, así Te rogamos humildemente, por
intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de evitar
los pecados veniales y de procurar y obtener cada día más pureza y
delicadez de conciencia.

Jaculatoria
Madre purísima, Ruega por nosotros

Oración final

Bendita sea tu pureza…


Canto final
CUARTO DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.

Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Lc. 1,46-55)

María dijo: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu


en Dios, mi Salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones,


porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su Nombre es Santo
y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace
maravillas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del
trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los
colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su
siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a
nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre”.
PALABRA DE DIOS.

Consideración
Consideremos cómo María Santísima nos enseña a ser agradecidos con
Dios y a alabarlo por todos los beneficios que nos concede.

Por otra parte, las maravillas que Dios hizo en María Santísima desde su
Inmaculada Concepción y su entrega total y amorosa a la obra de su Hijo
en favor del género humano, justifican las oraciones y el honor que todas
las generaciones cristianas le han rendido.

Toda alabanza a María Santísima es un homenaje tributado a Dios del


cual Ella es su criatura más perfecta; la obra maestra de su creación. El
Señor ha querido que María Inmaculada sea modelo para quienes no
aceptan pasivamente las circunstancias adversas de la vida personal y
social y proclaman que Dios ensalza a los humildes y, si es el caso,
derriba a los poderosos de sus tronos.

Procuremos dedicar diariamente unos minutos a hablar con Dios y de


esta manera disponernos a cumplir su voluntad a animarnos a hacer el
bien a nuestros semejantes. El que ora está en armonía con Dios y con
su prójimo.

Las Tres Ave Marías


(Se rezan o cantan diariamente después de la Consideración, del
Rosario y de la Petición).
Oh Señora mía, Santa María, así como Dios Padre por su omnipotencia
te hizo potentísima, así y te suplico que me asistas en mi muerte
expeliendo’ y quitando todo lo que me fuera contrario. DIOS TE SALVE
MARíA…
Oh Señora mía, Santa María, así como tu Hijo Santísimo se dignó
darte tanta claridad y conocimiento de suerte que alumbras al cielo
con tus luces, así yo te suplico que en la hora de mi muerte
alumbres e ilumines mi alma con el verdadero conocimiento de la
fe corroborándola de suerte que no la manche alguna Ignorancia o
error. DIOS TE SALVE MARíA. . .

Oh Señora mía, Santa María, así como el Espíritu Santo, con su


amor, a Ti lo Infundió totalmente, así te suplico que te dignes
darme para la hora de mi muerte la dulcedumbre del amor divino
con la cual toda cosa amarga me sea suavísima. DIOS TE SALVE
MARíA…

Canto

Oración del cuarto día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor


nuestro! Así como libraste a María del pecado y le diste dominio
perfecto sobre todas sus pasiones, así Te rogamos humildemente, por
intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de ir
domando nuestras pasiones y destruyendo nuestras malas
inclinaciones, para que Te podamos servir con verdadera libertad de
espíritu y sin imperfección ninguna.

Jaculatoria
Madre castísima, Ruega por nosotros

Oración final
Bendita sea tu

pureza

Canto final
QUINTO DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.

Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Jn. 2, 1-11)

Se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la Madre de Jesús.


Fue Invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. El vino faltó y le
dijo a Jesús su Madre: "No tienen Vino". Jesús contesta: "Mujer, ¿Cómo se te
ocurre? Todavía no ha llegado mi hora". Su madre, sin embargo, dijo a los
servidores: "Hagan todo lo que Él les diga". Jesús les dice: "llenen las tinajas
de agua". Los sirvientes las llenaron hasta el borde. Entonces Jesús les dijo:
"Saquen ahora y llévenle al mayordomo para que lo pruebe". Ellos se lo
llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vine y como él no sabía
de dónde era, llamó al novio y le dijo: "Todos sirven primero el vine bueno y
después el peor, pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora". Así Jesús
comenzó sus signos y manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.
PALABRA DE DIOS.

Consideración

Consideremos cómo el vino de las bodas de Caná simboliza la plenitud de


los bienes espirituales que Jesús trajo a los hombres. El vino del banquete
nupcial de modo especial, nos recuerda la Eucaristía. María, aparece unida a
su Hijo en Caná para que entendamos que Ella está siempre presente en la
Celebración Eucarística anunciada y prefigurada en aquel banquete de
bodas.

Pensemos en el gran amor de Cristo a nosotros que lo llevó a quedarse


realmente presente en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía. La
Purísima, dando Cuerpo y Sangre al Hijo de Dios Eterno colaboró
activamente a nuestra Redención y a la Eucaristía. El Cuerpo y Sangre de
Cristo que recibimos en la Eucaristía es carne que Él tomó de la Virgen
María.

Procuremos imitar la pureza de corazón de María Inmaculada para


prepararnos convenientemente a recibir la Santa Comunión.
Las Tres Ave Marías
(Se rezan o cantan diariamente después de la Consideración, del Rosario y
de la Petición).
Oh Señora mía, Santa María, así como Dios Padre por su omnipotencia te
hizo potentísima, así y te suplico que me asistas en mi muerte expeliendo’ y
quitando todo lo que me fuera contrario. DIOS TE SALVE MARíA…
Oh Señora mía, Santa María, así como tu Hijo Santísimo se dignó darte
tanta claridad y conocimiento de suerte que alumbras al cielo con tus luces,
así yo te suplico que en la hora de mi muerte alumbres e ilumines mi alma
con el verdadero conocimiento de la fe corroborándola de suerte que no la
manche alguna Ignorancia o error. DIOS TE SALVE MARíA. . .
Oh Señora mía, Santa María, así como el Espíritu Santo, con su amor, a Ti
lo Infundió totalmente, así te suplico que te dignes darme para la hora de
mi muerte la dulcedumbre del amor divino con la cual toda cosa amarga
me sea suavísima. DIOSTESALVEMARíA…

Canto

Oración del quinto día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro!


Así como desde el primer instante de su Concepción diste a María más gracia
que a todos los Santos y Ángeles del cielo, así te rogamos humildemente por
intercesión de tu Madre Inmaculada nos inspires un aprecio singular de la
divina gracia que tú nos adquiriste con tu sangre y nos concedas el
aumentarla más y más con nuestras buenas obras y con la recepción de tus
santos sacramentos, especialmente elde la comunión.

Jaculatoria
Madre siempre virgen, Ruega por nosotros

Oración final
Bendita sea tu pureza

Canto final
SEXTO DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.

Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Ef. 1, 3-ó.11- 12)
Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que por Él nos ha
bendecido desde el cielo con toda bendición del Espíritu.
Porque nos ha elegido en Cristo antes de la creación del mundo para ser
santos e inmaculados en su presencia por el amor; destinándonos ya
entonces a ser adoptados por hijos suyos por medio de Jesucristo,
conforme a su querer y a su designio, a ser un himno a su gloriosa
generosidad.

A él, por quien entramos en herencia, elegidos de antemano según el


previo designio del que realiza todo conforme a la decisión de su
voluntad, para ser nosotros alabanza de su gloria.
PALABRA DE DIOS.

Consideración
Consideremos cómo Dios eligió y señaló, desde el principio y antes de
los tiempos, una Madre, para que su Unigénito Hijo, hecho carne de
ella, naciese en la dichosa plenitud de los tiempos; y tanto la amó por
encima de todas las demás creaturas, que en solo Ella se complació
con señaladísima benevolencia Por lo cual, la llenó de tanta gracia,
sacada del tesoro de su Divinidad, muy por encima de todos los ángeles
y los santos, que Ella absolutamente siempre libre de toda mancha de
pecado y toda hermosa y perfecta, manifestase tal plenitud de
inocencia y santidad que no se concibe, en modo alguno, mayor
después de Dios y nadie puede imaginar fuera de Dios. Procuremos
amar con sincera piedad filial a la Purísima Virgen María, la toda
hermosa. Coloquemos en un lugar de honor de nuestro hogar su
Sagrada Imagen y manifestemos con nuestra caridad que somos sus
hijos.

Las Tres Ave Marías


(Se rezan o cantan diariamente después de la Consideración, del
Rosario y de la Petición).
Oh Señora mía, Santa María, así como Dios Padre por su
omnipotencia te hizo potentísima, así y te suplico que me asistas en
mi muerte expeliendo’ y quitando todo lo que me fuera contrario. DIOS
TE SALVE MARíA…
Oh Señora mía, Santa María, así como tu Hijo Santísimo se dignó
darte tanta claridad y conocimiento de suerte que alumbras al cielo
con tus luces, así yo te suplico que en la hora de mi muerte
alumbres e ilumines mi alma con el verdadero conocimiento de la
fe corroborándola de suerte que no la manche alguna Ignorancia o
error. DIOS TE SALVE MARíA. . .

Oh Señora mía, Santa María, así como el Espíritu Santo, con su


amor, a Ti lo Infundió totalmente, así te suplico que te dignes
darme para la hora de mi muerte la dulcedumbre del amor divino
con la cual toda cosa amarga me sea suavísima. DIOS TE SALVE
MARíA…

Oración del sexto día


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como desde el primer instante infundiste en María, con
toda plenitud, las virtudes sobrenaturales y los dones del Espíritu
Santo, así Te suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre
Inmaculada, nos concedas a nosotros la abundancia de estos mismos
dones y virtudes, para que podamos vencer todas las tentaciones y
hagamos muchos actos de virtud dignos de nuestra profesión de
cristianos.

Jaculatoria
Madre inmaculada, Ruega por nosotros

Oración final
Bendita sea tu pureza…

Canto final
SEPTIMO DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.

Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Lc. 11,27-28)
Sucedió, pues, que mientras Jesús hablaba a la muchedumbre, una mujer
de entre la gente le dijo gritando: "Dichoso el vientre que te llevó y los
pechos que te criaron". Jesús repuso: Dichosos más bien los que
escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica".

PALABRA DE DIOS.

Consideración
Consideremos cómo Jesús, al decir: "Dichosos más bien los que escuchan
la Palabra de Dios y la ponen en práctica" nos enseña la grandeza de su
Inmaculada Madre. En efecto, María Santísima, llena de fe y concibiendo
a Cristo en su mente antes que en su seno, mereció oír de Isabel,
inspirada por el Espíritu Santo estas palabras. "Bendita tú entre todas
las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Dichosa Tú, que creíste,
porque se cumplirá todo lo que te dijo el Señor".
Nadie pues, como la Virgen María acogió la Palabra de Dios meditándola
en su Corazón y poniéndola en práctica. Más todavía, solo Ella mereció
encarnar en su purísimo seno a la Palabra Eterna del Padre por obra y
gracia del Espíritu Santo.

La existencia entera de María Santísima es una plena comunión con su


Hijo. Ella fue siempre la fiel acompañante del Señor en todos sus
caminos. Anudó una historia de amor a Cristo, íntima y santa, única, que
culmina en la gloria.

Procuremos imitar a María Santísima siendo dóciles a las inspiraciones


del Espíritu Santo, que en nuestros días nos impulsa a trabajar por la
Justicia y por la felicidad de los más pobres y necesitados.

Las Tres Ave Marías


(Se rezan o cantan diariamente después de la Consideración, del
Rosario y de la Petición).
Oh Señora mía, Santa María, así como Dios Padre por su omnipotencia
te hizo potentísima, así y te suplico que me asistas en mi muerte
expeliendo’ y quitando todo lo que me fuera contrario. DIOS TE SALVE
MARíA…
Oh Señora mía, Santa María, así como tu Hijo Santísimo se dignó
darte tanta claridad y conocimiento de suerte que alumbras al cielo
con tus luces, así yo te suplico que en la hora de mi muerte alumbres
e ilumines mi alma con el verdadero conocimiento de la fe
corroborándola de suerte que no la manche alguna Ignorancia o
error. DIOS TE SALVE MARíA. . .
Oh Señora mía, Santa María, así como el Espíritu Santo, con su amor,
a Ti lo Infundió totalmente, así te suplico que te dignes darme para la
hora de mi muerte la dulcedumbre del amor divino con la cual toda
cosa amarga me sea suavísima. DIOSTESALVEMARíA….

Oración del séptimo día


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como diste a María, entre las demás virtudes, una pureza y
castidad eximia, por la cual es llamada Virgen de las Vírgenes, así te
suplicamos, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la
dificilísima virtud de la castidad, que no se puede conservar sin tu
gracia, pero que tantos han conservado mediante la devoción de la
Virgen y tu protección.
Jaculatoria
Madre admirable, Ruega por nosotros

Oración final
Bendita sea tu pureza…
Canto final
OCTAVO DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.

Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (AP. 12,1-6.10.17)

Apareció una señal portentosa en el cielo: Una mujer vestida del sol, la luna
por pedestal y coronada con doce estrellas. Estaba en cinta y gritaba porque
iba a dar a luz.

Apareció otro portento en el cielo: un enorme dragón rojo, con siete cabezas
y diez cuernos y siete diademas en las cabezas. Con la cola barrió del cielo la
tercera parte de las estrellas, arrojándolas a la tierra. El dragón estaba
enfrente de la mujer que iba a dar a luz, dispuesto a tragarse al niño en
cuanto naciera.
La mujer dio a luz un varón, destinado a gobernar con vara de hierro a los
pueblos. El niño fue arrebatado y lo llevaron junto al trono de Dios.
Mientras tanto, la mujer escapaba al desierto. Se oyó una gran voz: Ya
llega la victoria, el poder y el reino de nuestro Dios y el mando de su Mesías.
Despechado el dragón por causa de la mujer, se marchó a hacer la guerra al
resto de su descendencia, a los que guardan los mandamientos de Dios y
mantienen el testimonio de Jesús. PALABRA DE DIOS.

Consideración

Consideremos cómo los cristianos guiados por el Espíritu Santo,


honramos con filial afecto de piedad a la Virgen Inmaculada como a Madre.
Ella nos dio a luz entre dolores al pie de la cruz. Esta maternidad de la
Purísima sobre nosotros no termina nunca.

Ella nos cuida mientras peregrinamos por este mundo para animarnos en los
momentos de peligro y de angustia y nos fortalece para luchar contra el mal y
para lograr la fraternidad universal hasta que seamos llevados a la Patria
feliz.

La Purísima es como la señal que anima siempre a la Iglesia para que sea fiel a
Jesús.

Alegrémonos al pensar que en la Iglesia Católica tenemos una verdadera


Madre que es la misma Madre de Cristo.

Procuremos tomar en serio nuestra pertenencia a la Iglesia. No faltemos a la


Misa dominical y hagamos todo lo posible por participar en las actividades
que se organicen en nuestra Parroquia.
Las Tres Ave Marías
(Se rezan o cantan diariamente después de la Consideración, del
Rosario y de la Petición).
Oh Señora mía, Santa María, así como Dios Padre por su
omnipotencia te hizo potentísima, así y te suplico que me asistas en
mi muerte expeliendo’ y quitando todo lo que me fuera contrario.
DIOS TE SALVE MARíA…
Oh Señora mía, Santa María, así como tu Hijo Santísimo se dignó
darte tanta claridad y conocimiento de suerte que alumbras al cielo
con tus luces, así yo te suplico que en la hora de mi muerte
alumbres e ilumines mi alma con el verdadero conocimiento de la
fe corroborándola de suerte que no la manche alguna Ignorancia o
error. DIOS TE SALVE MARíA. . .

Oh Señora mía, Santa María, así como el Espíritu Santo, con su


amor, a Ti lo Infundió totalmente, así te suplico que te dignes
darme para la hora de mi muerte la dulcedumbre del amor divino
con la cual toda cosa amarga me sea suavísima. DIOS TE SALVE
MARíA…

Oración del octavo día


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como diste a María la gracia de una ardentísima caridad
y amor de Dios sobre todas las cosas, así te rogamos humildemente,
por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas un amor
sincero a ti, oh Dios y Señor nuestro, nuestro verdadero bien,
nuestro bienhechor, nuestro Padre, y que antes queramos perder
todas las cosas que ofenderte con un solo pecado.

Jaculatoria
Madre del Creador, Ruega por nosotros

Oración final
Bendita sea tu pureza…

Canto final
NOVENO DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.

Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Ecco. 24, 5-6.14.24.30-31)

Yo salí de la boca del Altísimo engendrada primero que existiese


ninguna criatura. Yo hice nacer en los cielos la luz indeficiente y como
nube cubrí toda la tierra. Desde el principio y antes de los siglos fui
creada y no dejaré de existir en todos los siglos venideros. Yo soy la
Madre del amor hermoso y del temor y de la ciencia y de la santa
esperanza. En mí está toda la gracia para conocer el camino de la verdad;
en mí toda esperanza de vida y de virtud. Vengan a mí todos los que me
desean y sáciense de mis frutos. El que me escucha, jamás tendrá que
avergonzarse; aquellos que se guían por mí, no pecarán. Los que me dan
a conocer tendrán la vida eterna. PALABRA DE DIOS.

Consideración

Consideremos las palabras con las que el Romano Pontífice, Vicario de


Jesucristo, definió como verdad infalible de nuestra fe católica la
Inmaculada Concepción de la Virgen María. Dijo el Papa: "Para honra de
la Santísima Trinidad, para gloria de la Virgen María, Madre de Dios,
para alegría de la Iglesia Católica y aumento de la Religión Cristiana, con
la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, con la de los Santos Apóstoles
Pedro y Pablo y con la Nuestra, declaramos, afirmamos y definimos que
ha sido revelada por Dios y, de consiguiente, debe ser creída firme y
constantemente por todos los fieles, la doctrina que sostiene que la
Santísima Virgen María fue preservada Inmune de toda mancha de culpa
original en el primer Instante de su Concepción, por singular gracia y
privilegio de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo,
Salvador del género humano".

Procuremos despertar y avivar en nuestro corazón el amor filial a la


Virgen Inmaculada y que el cariño hacia Ella nos conduzca a la amistad
con Jesucristo y a la reconciliación con nuestros prójimos.
Oh Señora mía, Santa María, así como tu Hijo Santísimo se dignó
darte tanta claridad y conocimiento de suerte que alumbras al cielo
con tus luces, así yo te suplico que en la hora de mi muerte
alumbres e ilumines mi alma con el verdadero conocimiento de la
fe corroborándola de suerte que no la manche alguna Ignorancia o
error. DIOS TE SALVE MARíA. . .
Oh Señora mía, Santa María, así como el Espíritu Santo, con su
amor, a Ti lo Infundió totalmente, así te suplico que te dignes
darme para la hora de mi muerte la dulcedumbre del amor divino
con la cual toda cosa amarga me sea suavísima. DIOS TE SALVE
MARíA…

Oración del noveno día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor


nuestro! Así como has concedido a María la gracia de ir al cielo y de
ser en él colocada en el primer lugar después de ti, así te suplicamos
humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos
concedas una buena muerte, que recibamos bien los últimos
sacramentos, que expiremos sin mancha ninguna de pecado en la
conciencia y vayamos al cielo para siempre gozar en tu compañía y la
de nuestra Madre, con todos los que se han salvado por ella.

Las Tres Ave Marías


(Se rezan o cantan diariamente después de la Consideración, del
Rosario y de la Petición).
Oh Señora mía, Santa María, así como Dios Padre por su
omnipotencia te hizo potentísima, así y te suplico que me asistas en
mi muerte expeliendo’ y quitando todo lo que me fuera contrario.
DIOS TE SALVE MARIA…
Tú eres toda hermosa
Oh madre del Señor
Tú eres de Dios gloria
La obra de su amor

Oh rosa sin espinas


Oh vaso de elección
De ti nació la vida
Por ti nos vino Dios

Sellada fuente pura


De gracia y de piedad
Bendita cual ninguna
Sin culpa original

Pureza inmaculada
Espejo del Señor
Oh fuente de la gracia
Unida al redentor

Belleza sin manzilla


Encanto virginal
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