Novena A La Inmaculada Concepcion
Novena A La Inmaculada Concepcion
Novena A La Inmaculada Concepcion
CONCEPCION DE MARIA
Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Gn. 3, 9 - 15)
Consideración
Consideremos cómo Eva fue desobediente. Su desobediencia fue causa de
muerte para sí misma y para toda la raza humana. Al contrario, María
Santísima, por su obediencia a la Palabra de Dios, se convirtió en causa de
salvación para sí como para todo el género humano. Sucedió, pues, que el
nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María.
Porque lo que Eva había fuertemente ligado con su incredulidad, la
Virgen María la libertó por su fe.
Oración final
Bendita sea tu pureza Y
eternamente lo sea,
Canto final
SEGUNDO DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.
Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Est. 15, 4-7.12-13. 9.10,5,3.7.3-4)
Consideración
Canto
Jaculatoria
Madre de la divina gracia, Ruega por nosotros
eternamente lo sea,
vida y corazón.
Canto final
TERCER DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.
Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Lc. 1,26-38)
Consideración
Canto
Jaculatoria
Madre purísima, Ruega por nosotros
Oración final
Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Lc. 1,46-55)
Consideración
Consideremos cómo María Santísima nos enseña a ser agradecidos con
Dios y a alabarlo por todos los beneficios que nos concede.
Por otra parte, las maravillas que Dios hizo en María Santísima desde su
Inmaculada Concepción y su entrega total y amorosa a la obra de su Hijo
en favor del género humano, justifican las oraciones y el honor que todas
las generaciones cristianas le han rendido.
Canto
Jaculatoria
Madre castísima, Ruega por nosotros
Oración final
Bendita sea tu
pureza
Canto final
QUINTO DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.
Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Jn. 2, 1-11)
Consideración
Canto
Jaculatoria
Madre siempre virgen, Ruega por nosotros
Oración final
Bendita sea tu pureza
Canto final
SEXTO DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.
Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Ef. 1, 3-ó.11- 12)
Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que por Él nos ha
bendecido desde el cielo con toda bendición del Espíritu.
Porque nos ha elegido en Cristo antes de la creación del mundo para ser
santos e inmaculados en su presencia por el amor; destinándonos ya
entonces a ser adoptados por hijos suyos por medio de Jesucristo,
conforme a su querer y a su designio, a ser un himno a su gloriosa
generosidad.
Consideración
Consideremos cómo Dios eligió y señaló, desde el principio y antes de
los tiempos, una Madre, para que su Unigénito Hijo, hecho carne de
ella, naciese en la dichosa plenitud de los tiempos; y tanto la amó por
encima de todas las demás creaturas, que en solo Ella se complació
con señaladísima benevolencia Por lo cual, la llenó de tanta gracia,
sacada del tesoro de su Divinidad, muy por encima de todos los ángeles
y los santos, que Ella absolutamente siempre libre de toda mancha de
pecado y toda hermosa y perfecta, manifestase tal plenitud de
inocencia y santidad que no se concibe, en modo alguno, mayor
después de Dios y nadie puede imaginar fuera de Dios. Procuremos
amar con sincera piedad filial a la Purísima Virgen María, la toda
hermosa. Coloquemos en un lugar de honor de nuestro hogar su
Sagrada Imagen y manifestemos con nuestra caridad que somos sus
hijos.
Jaculatoria
Madre inmaculada, Ruega por nosotros
Oración final
Bendita sea tu pureza…
Canto final
SEPTIMO DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.
Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Lc. 11,27-28)
Sucedió, pues, que mientras Jesús hablaba a la muchedumbre, una mujer
de entre la gente le dijo gritando: "Dichoso el vientre que te llevó y los
pechos que te criaron". Jesús repuso: Dichosos más bien los que
escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica".
PALABRA DE DIOS.
Consideración
Consideremos cómo Jesús, al decir: "Dichosos más bien los que escuchan
la Palabra de Dios y la ponen en práctica" nos enseña la grandeza de su
Inmaculada Madre. En efecto, María Santísima, llena de fe y concibiendo
a Cristo en su mente antes que en su seno, mereció oír de Isabel,
inspirada por el Espíritu Santo estas palabras. "Bendita tú entre todas
las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Dichosa Tú, que creíste,
porque se cumplirá todo lo que te dijo el Señor".
Nadie pues, como la Virgen María acogió la Palabra de Dios meditándola
en su Corazón y poniéndola en práctica. Más todavía, solo Ella mereció
encarnar en su purísimo seno a la Palabra Eterna del Padre por obra y
gracia del Espíritu Santo.
Oración final
Bendita sea tu pureza…
Canto final
OCTAVO DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.
Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (AP. 12,1-6.10.17)
Apareció una señal portentosa en el cielo: Una mujer vestida del sol, la luna
por pedestal y coronada con doce estrellas. Estaba en cinta y gritaba porque
iba a dar a luz.
Apareció otro portento en el cielo: un enorme dragón rojo, con siete cabezas
y diez cuernos y siete diademas en las cabezas. Con la cola barrió del cielo la
tercera parte de las estrellas, arrojándolas a la tierra. El dragón estaba
enfrente de la mujer que iba a dar a luz, dispuesto a tragarse al niño en
cuanto naciera.
La mujer dio a luz un varón, destinado a gobernar con vara de hierro a los
pueblos. El niño fue arrebatado y lo llevaron junto al trono de Dios.
Mientras tanto, la mujer escapaba al desierto. Se oyó una gran voz: Ya
llega la victoria, el poder y el reino de nuestro Dios y el mando de su Mesías.
Despechado el dragón por causa de la mujer, se marchó a hacer la guerra al
resto de su descendencia, a los que guardan los mandamientos de Dios y
mantienen el testimonio de Jesús. PALABRA DE DIOS.
Consideración
Ella nos cuida mientras peregrinamos por este mundo para animarnos en los
momentos de peligro y de angustia y nos fortalece para luchar contra el mal y
para lograr la fraternidad universal hasta que seamos llevados a la Patria
feliz.
La Purísima es como la señal que anima siempre a la Iglesia para que sea fiel a
Jesús.
Jaculatoria
Madre del Creador, Ruega por nosotros
Oración final
Bendita sea tu pureza…
Canto final
NOVENO DIA
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y
hombre verdadero. Ante tu divina
presencia reconozco que he pecado
muchas veces y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa
haberte ofendido. Ayudado de tu
divina gracia, propongo no volver
a caer más, confesarme y cumplir la
penitencia que el confesor me
imponga. Amén.
Oración preparatoria
Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres,
Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y
preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu
Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por
ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos
confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia
de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha
de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios,
no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y
provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir
que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu
socorro haya sidodesamparado.
No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco
quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera
devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no
cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la
tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido
en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.
Lectura bíblica (Ecco. 24, 5-6.14.24.30-31)
Consideración
Pureza inmaculada
Espejo del Señor
Oh fuente de la gracia
Unida al redentor