Sintesis Trinidad
Sintesis Trinidad
Sintesis Trinidad
Todas las creaturas poseen una cierta semejanza con Dios, muy especialmente el hombre
creado a imagen y semejanza de Dios. Las múltiples perfecciones de las criaturas (su
verdad, su bondad, su belleza) reflejan, por tanto, la perfección infinita de Dios. Por ello,
podemos nombrar a Dios a partir de las perfecciones de sus creaturas, "pues de la grandeza
y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a contemplar a su Autor" (CCE 41)
Es una verdad fundamental que la Escritura y la Tradición no cesan de enseñar y de
celebrar: "El mundo ha sido creado para la gloria de Dios" (Concilio Vaticano I: DS 3025).
Dios ha creado todas las cosas, explica san Buenaventura, non[...]propter gloriam
augendam, sed propter gloriam manifestandam et propter gloriam suam communicandam
("no para aumentar su gloria, sino para manifestarla y comunicarla") (In secundum librum
sententiarum, dist. 1, p. 2, a.2, q. 1, concl.). Porque Dios no tiene otra razón para crear que
su amor y su bondad: Aperta manu clave amoris creaturae prodierunt ("Abierta su mano
con la llave del amor surgieron las criaturas") (Santo Tomás de Aquino, Commentum in
secundum librum Sententiarum, 2, prol.) Y el Concilio Vaticano I explica:
El solo verdadero Dios, en su bondad y por su fuerza todopoderosa, no para aumentar su
bienaventuranza, ni para adquirirla, sino para manifestar su perfección por los bienes que
otorga a sus criaturas, con libérrimo designio, justamente desde el comienzo del tiempo,
creó de la nada una y otra criatura. (DS 3002).