1 BoliviaenArgentina
1 BoliviaenArgentina
1 BoliviaenArgentina
América Latina
Trayectorias y políticas migratorias en
contextos de plurilocalidad
Compilado por
María Mercedes Di Virgilio
Mariela Paula Diaz y
María del Carmen Ledo García
Bolivia en Argentina y América Latina
Trayectorias y políticas migratorias en contextos de plurilocalidad
Bolivia en Argentina y
América Latina
Trayectorias y políticas migratorias en
contextos de plurilocalidad
Compilado por
María Mercedes Di Virgilio,
Mariela Paula Diaz y
María del Carmen Ledo García
ISBN 978-987-4934-10-9
Agradecemos a las siguientes instituciones sin cuyo apoyo este libro no hubiese
sido posible:
Universidad Mayor de San Simón (UMSS, Cochabamba, Bolivia)
Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (DICYT)
Centro de Planificación y Gestión (CEPLAG, UMSS)
Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI)
Comité académico....................................................................................................7
Agradecimientos......................................................................................................9
Introducción / María Mercedes Di Virgilio, Mariela Paula Diaz y María del Carmen
Ledo García............................................................................................................15
Parte I
Trayectorias migratorias en su interface con el trabajo y la vivienda
Migraciones internas, internacionales y transnacionales en la diversidad de las
ciudades de La Paz y El Alto, Bolivia / María del Carmen Ledo García...........25
Relaciones conflictivas entre locales y migrantes en el interior de la Argentina.
Bolivianos en Río Cuarto, provincia de Córdoba / Roberto Benencia............. 57
Voladores de la costura: Las (in)movilidades de parejas y familias migrantes
en el corredor Bolivia-Brasil / Bruno Miranda.................................................77
Más allá del barrio étnico. Prácticas residenciales de venezolanos en Valpa-
raíso (Chile) / Elizabeth Zenteno Torres..............................................................93
Parte II
Migración, nación y etnia
Memorias colectivas y etnicidad en la conformación de identidades estratégi-
cas de la colectividad boliviana en Buenos Aires / Héctor Parra García.........109
Migración boliviana, prensa migrante y construcción identitaria / Cecilia
Melella .............................................................................................................................. 131
“Boliviantinos” y “argenguayos”: dilemas interculturales de la nueva juven-
tud migrante en Buenos Aires / Natalia Gavazzo............................................151
Qué sabemos acerca de los migrantes peruanos en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires (Argentina) / Bryam Herrera Jurado...........................................179
Parte III
La plurilocalidad como experiencia y práctica: identidad y
dinámicas rur-urbanas
El control vertical de los pisos socioeconómicos: La multilocalidad como es-
trategia de ocupación territorial urbano rural de las comunidades andinas
de Bolivia / Nelson Antequera Durán.................................................................205
Un estudio sobre el habitar transnacional: trayectorias migratorias de las
familias bolivianas de la Villa 20 (CABA, Argentina) en contextos de plu-
rilocalidad / Mariela Paula Diaz..........................................................................221
Experiencias y vinculaciones comunitarias entre Bolivia y Argentina a través
de la plurilocalidad / Miguel Canaza................................................................243
Parte IV
Políticas migratorias
Dictadura militar argentina y política migratoria: la expulsión de migrantes
bolivianos de las villas de la Ciudad de Buenos Aires (1976-1983) / María
Cristina Cravino..................................................................................................263
Contrapuntos entre la política migratoria macrista y la acción colectiva mi-
grante en la Zona Metropolitana de Buenos Aires (2016-2019) / Carolina
Rosas, Sandra Gil Araujo y Verónica Jaramillo......................................................283
Política migratoria y procesos de ciudadanización. Transformaciones en
las vinculaciones entre agencias estatales y organizaciones de migrantes
bolivianos/as en la ciudad de La Plata / Federico Rodrigo.............................301
Historia de la radiodifusión de los residentes bolivianos en Buenos Aires
(1975-2015) / Lucía Blasco.....................................................................................319
Christophe Albaladejo
Investigador Principal-CONICET (Argentina)
Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas (IMHICIHU)
Paula Boniolo
Investigadora Adjunta-CONICET (Argentina)
Instituto de Investigaciones Gino Germani (Facultad de Ciencias Sociales)
Universidad de Buenos Aires
Pablo Dalle
Investigador Adjunto-CONICET (Argentina)
Instituto de Investigaciones Gino Germani (Facultad de Ciencias Sociales)
Universidad de Buenos Aires
Brenda Matossian
Investigadora Adjunta-CONICET (Argentina)
Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas (IMHICIHU)
AGRADECIMIENTOS
Este libro es producto de una obra colectiva que no hubiese sido posible sin
el compromiso y la dedicación destinada por cada uno de los equipos de las
instituciones organizadoras del “Seminario: Bolivia en Argentina y América
Latina. Trayectorias migratorias en contextos de plurilocalidad”realizado en
noviembre de 2019, que dio origen a la presente compilación. Por este motivo,
agradecemos al Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas
(IMHICIHU, CONICET) la disposición y la colaboración en todo el evento, espe-
cialmente a Daniel Hereñu, personal de apoyo de dicha Institución. Asimismo,
agradecemos la labor de edición de Juan Pablo Lavagnino (IMHICIHU), su
trabajo tenaz permitió que este libro esté hoy entre nosotros/as. También agra-
decemos el apoyo institucional del Instituto de Investigaciones Gino Germani
de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, de la
Embajada del Estado Plurinacional de Bolivia, y con especial énfasis al Centro
de Planificación y Gestión de la Universidad Mayor de San Simón (Cochabam-
ba, Bolivia), bajo la dirección de la Dra. María del Carmen Ledo García.
11
PRÓLOGO
Paula Boniolo1
IIGG (UBA)-CONICET
Un honor haber sido convocada para prologar este libro, “Bolivia en Ar-
gentina y América Latina. Trayectorias y políticas migratorias en contextos
de plurilocalidad”, que considero es un aporte al campo de los estudios sobre
Bolivia y a repensar las trayectorias migratorias en el contexto de América Lati-
na. Un punto interesante que reúne esta obra es su reflexión sobre los procesos
de movilidad geográfica y social, como aspectos dinámicos y continuos. Otro
hallazgo es el análisis del enfoque de las trayectorias de familias Bolivianas
en los procesos de construcción y transformación en prácticas territoriales,
mercados laborales, y sociales que se constituyen en espacios plurilocales o
transnacionales. Su surgimiento nace a partir de un Seminario de varios días
organizado en Buenos Aires denominado “Bolivia en Argentina y América
Latina. Trayectorias migratorias en contextos de plurilocalidad”, impulsado por
equipos del Instituto de Investigaciones Gino Germani de la UBA y Instituto
Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas del CONICET, con el aus-
picio institucional de la Embajada de Bolivia.
Las compiladoras de este libro, María Mercedes Di Virgilio, Mariela Paula
Diaz y María del Carmen Ledo García, reúnen amplia experiencia en inves-
tigación sobre estudios urbanos y políticas sociales, así como profundidad
en el estudio de la Comunidad Boliviana. Ambas trayectorias se combinan
exquisitamente al momento de pensar el tema y desarrollar el Seminario y la
compilación de la publicación.
Durante este Seminario Internacional la discusión sobre el tema fue traba-
jada desde diversos aspectos que invitan al lector a transitar los capítulos, a
medida que se avanza en la lectura. El aporte del libro radica además en una
multiplicidad de enfoques y autores que enriquece la mirada sobre Bolivia,
situándola en perspectiva Latinoamericana, a partir de varios cruces teóricos,
metodológicos y disciplinares.
1
Doctora en Ciencias Sociales y Sociología (cotutela UBA-EHESS, París). Magister en
Ciencias Sociales, UBA. Investigadora Adjunta del CONICET y del Instituto de Investigaciones
Gino Germani (UBA). Docente UBA de Metodología de la Investigación I, II, III y de Teoría y
Métodos para el análisis de las clases sociales.
12
Finalmente, mencionar que la forma en que la está escrito el libro puede ser
leído tanto por personas especializadas en el campo, como por estudiantes de
grado o posgrado que estén construyendo su tesis o profundizando en el tema.
Su exposición clara permite llegar con sus hallazgos a un público amplio, esto
es en definitiva lo que cualquier investigador en ciencias sociales quiere de su
obra, poder acercar su conocimiento a todos con el objetivo de que el mundo
sea un lugar donde quepan todos los mundos. Por último, el libro no solamente
trata de Bolivia en América Latina, sino que como verán también aborda otras
migraciones. La fuerza del libro radica en proveer herramientas, miradas,
hallazgos para reflexionar sobre otras comunidades de migrantes en América
Latina, o en cualquier parte del mundo.
15
INTRODUCCIÓN
atendiendo sus relaciones con las estrategias de reproducción social (Di Virgilio,
2017; Dureau, 2004; Gutiérrez, 1998). Cabe mencionar que la forma adquirida
por la movilidad espacial, y residencial, –a escala transnacional y nacional– está
condicionada por factores políticos y económicos estructurales e institucionales
(Di Virgilio, 2017, Duhau, 2004). Entre ellos, podemos nombrar la situación del
mercado laboral, las políticas migratorias y las políticas urbanas –las políticas
migratorias son objeto de estudio de la última sección de este libro.
Según diversas investigaciones, la plurilocalidad residencial y la movilidad
circular urbana-rural define un tipo de trayectoria residencial que se ha con-
vertido en una característica distintiva de la migración interna en Bolivia, con
una población predominantemente aymara y quechua (Antequera Durán y Cie-
lo,2011; Lewandowski, Urquieta y Cavagnoud, 2018; Sassone, 2006; Ledo, 2010;
Diaz; 2017 y 2019). De este modo, partiendo de este antecedente, nos pregun-
tamos si estas prácticas espaciales y residenciales pueden analizarse a escala
transnacional en el marco de las estrategias de reproducción de los hogares de
migrantes bolivianos y en qué medida pueden explicar las prácticas de otros
flujos migratorios entre los países del denominado “Sur Global”. Como señaló
Dureau (2004), desde esta óptica se produce un giro de la “migración definitiva”
a un enfoque global de las movilidades espaciales que pone en relación y en
tensión la definición demográfica y clásica de “lugar de origen y de destino”.
Como planteamos, los cuatro ejes de trabajo que aborda el libro, estructu-
raron tanto el debate académico y político desarrollado en el año 2019, siempre
con la intención de aportar un granito de arena en la visibilización de la reali-
dad de las condiciones de vida y expectativas de las y los migrantes.
Finalmente, vale señalar que el libro reúne los trabajos de los/as investiga-
dores/as de distintos países de América Latina, específicamente de Argentina,
Bolivia, México y Chile, presentados en el “Seminario Internacional: Bolivia
en Argentina y América Latina. Trayectorias migratorias en contextos de plu-
rilocalidad”, auspiciado por la Embajada del Estado Plurinacional de Bolivia
y desarrollado en el aula magna del Instituto Multidisciplinario de Historia
y Ciencias Humanas (IMHICIHU) del CONICET en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires en el mes de Septiembre de 2019 (los días 16, 17 y 18). Los trabajos
han pasado por sucesivas rondas de revisión y las versiones que aquí se ofrecen,
distan bastante de las presentadas en Septiembre de 2019.
La actividad, organizada por dicho Instituto CONICET y el Instituto de In-
vestigaciones Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universi-
dad de Buenos Aires (UBA, Argentina), se realizó con la finalidad de contribuir
en la generación de nuevos espacios de intercambio, no sólo entre investigado-
res sino también con organizaciones sociales y representantes políticos. Ade-
más, tuvo la intención de contribuir en la producción de conocimiento crítico
sobre las experiencias migratorias (principalmente de la comunidad boliviana)
18
Por último, el capítulo de Lucía Blasco indaga, entre otros temas, los
marcos jurídicos migratorios a partir de la reconstrucción de la historia
de la radiodifusión boliviana en el periodo 1975-2015 en el Área Me-
tropolitana de Buenos Aires (AMBA). Además, analiza la trayectoria
migratoria de la colectividad boliviana hacia la Argentina y el AMBA
en el contexto de la radiodifusión argentina, con especial énfasis en su
marco jurídico.
Bibliografía
Antequera, N. Durán y Cielo, C. (2011). Ciudad sin fronteras. Multilocalidad urbano
rural en Bolivia. Bolivia: Fundación PIEB.
Canales, A. (2016). La migración en la reproducción de la sociedad. Elementos
para una teoría de las migraciones. En Alejandro Canales (Coord), Debates
contemporáneos sobre migración internacional. Una mirada desde América Latina.
Ciudad de México: Universidad de Guadalajara - Miguel Angel Porrúa
editor.
Cosacov, N. (2014). Habitar la centralidad. Trayectorias residenciales y usos cotidianos
del espacio urbano de residentes en Caballito. Tesis de doctorado. Buenos Aires:
Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
Cosacov, N. y Di Virgilio, M. M. (2018). Presentación del Dossier: Movilidades
espaciales de la población y dinámicas metropolitanas en ciudades latinoa-
mericanas. QUID16. Revista del Área de Estudios Urbanos, 10, 1 - 16.
Cresswell, T. (2006). On the Move. Mobility in the Western World. Nueva York-
Londres: Routledge.
Di Virgilio, M. M. (2007). Trayectorias residenciales y estrategias habitacionales de
familias de sectores populares y medios en Buenos Aires. Tesis de doctorado.
Buenos Aires: Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
Di Virgilio, M. M. (2017). Movilidad residencial. En Paula Jirón, Dhan Zunino
Singh y Guillermo Giucci, Términos claves para los estudios de movilidad en
América Latina (95-104). Buenos Aires: Biblos.
Diaz, M. (2017). La inserción socioeconómica y territorial de los migrantes
aymaras en la ciudad de El Alto (Bolivia): un análisis de las dinámicas
urbanas y laborales. Revista Economía, Sociedad y Territorio, 17 (54), 461-489.
Diaz, M. (2019). La plurilocalidad y las dinámicas socioeconómicas de las
familias bolivianas en la Villa 20 (CABA, Argentina): un estudio sobre el
22
TRAYECTORIAS MIGRATORIAS
EN SU INTERFACE CON EL
TRABAJO Y LA VIVIENDA
25
Introducción
Este artículo, busca reflexionar sobre las complejas interacciones entre los
procesos migratorios internos, internacionales y transnacionales, con las diná-
micas económicas, espaciales, sociales, las estrategias familiares y la capacidad
de actuar de los hogares de los migrantes en las ciudades de La Paz y El Alto.
A fines de los años sesenta, en el mundo anglófono se introdujo la mirada
transnacional en el estudio de las migraciones, generando una ruptura en la
forma tradicional de análisis de la migración internacional; desde los años
sesenta, el enfoque histórico estructural (Singer, P.I., 1972, pág. 105) definía las
migraciones como ‘hecho social’, alrededor del año 1994 se incorpora una mi-
rada transnacional, es decir, la búsqueda de interacción entre origen y destino,
debido a que el accionar del migrante trasciende las fronteras, entretejiendo
múltiples vínculos presentes en la vida cotidiana de los que se van y los que se
quedan, a través de la participación de los migrantes, tanto en el país de acogi-
da como en el país de origen (Basch et al. 1994).
Los problemas derivados de la informalidad y precariedad laboral, se cons-
tituye en una estrategia de los migrantes de tener un pie en Bolivia y otro en
el lugar limítrofe de destino, produciendo la llamada circularidad migratoria,
que fue beneficiada por las facilidades y reducción de costos de los medios de
transporte y las comunicaciones, así como también de una fluida interacción
entre origen y destino, no solo en el ámbito económico, también en los vínculos
sociales y culturales, aspectos que explican las idas y venidas de los migrantes
a corta distancia, a diferencia de la migración a larga distancia que ha sufrido
mortíferos golpes por las exigencias de visado y que presumiblemente explican
la re-direccionalidad de los flujos migratorios.
26 María del Carmen Ledo García
Posición socio-económica
Sin exagerar las potencialidades del procedimiento en materia de inferencia
estadística, es interesante anotar dos patrones básicos en la estructura de la
dimensión 1 (Set 1), se presentaron 4 indicadores (Cuadro 1). El primero, que
corresponde a una proxy a la posición socioeconómica a través de los estratos
socio-ocupacionales, se puede observar el abultado peso de los estratos de
directivos, profesionales y empleados de oficina, los que cuentan con mayor
representatividad en la ciudad de La Paz, que es la Sede política de Gobierno
boliviano desde 1879; expresa una alta cuota de centralidad del aparato del
Estado y su burocracia, que incide en el proceso político, socioeconómico y cul-
tural del país, es un canal de relación con el sistema económico internacional,
centraliza la prestación de servicios de consumo colectivo y por ende esta alta
concentración de trabajadores ubicados en la más alta posición socioeconómica,
ubicados en el sector terciario de la economía, beneficiarios de altos ingresos
por persona día y con alto logro educativo.
Durante la primera mitad del siglo XX, la ciudad de La Paz gozaba de pri-
macía urbana, fenómeno explicado por: la fuerte migración de mineros a con-
secuencia de la crisis del 29, retorno de combatientes de la Guerra del Chaco,
y la migración de campesinos en razón de la crisis del latifundio. Entre 1950 y
1976 la ciudad de La Paz tenía más población que las ciudades de Cochabam-
ba y Santa Cruz juntas, por lo que mantenía la primera posición dentro de la
jerarquía urbana. Sin embargo, la organización del territorio boliviano, sufrió
modificaciones que cambiaron el modelo de crecimiento urbano que involucra
a tres contextos ecológicos La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. En cada contexto
ecológico se reproduce los procesos de concentración intra-ecológico en sus
espacios circundantes.
Una característica importante del crecimiento físico de su huella urbana de
La Paz, ha sido la explosión demográfica en las laderas, lo que dio paso en los
años 70 a la formación de un gran asentamiento en la meseta altiplánica que
rodea la hoyada, la ciudad de El Alto, en principio se lo consideró un barrio de
expansión de la ciudad de La Paz, luego dadas sus proporciones, se consideró
la necesidad administrativa de crear una nueva alcaldía. En virtud a la Ley
de 6 de marzo de 1985, la ciudad de El Alto se independizó de la ciudad de La
Paz, produciéndose una ruptura de su unidad urbana, el año 1988 a través de
una Ley del Congreso se le otorga el estatus de ciudad, la información censal
demuestra la existencia de una explosión demográfica sin precedentes, en 36
años (1976-2012) aumentó casi diez veces su tamaño (de 95 mil en 1976 a algo
más de 842 mil habitantes en 2012). Se trataba de un gigantesco campamento de
migrantes que con mucha dificultad había iniciado el lento y costoso proceso
de adquirir la imagen de ciudad. El Alto es una ciudad receptora de migran-
34 María del Carmen Ledo García
País Re-
sidencia Hombre Mujer La Paz Hombre Mujer El Alto
Anterior
Argentina 29% 27% 28% 44% 43% 44%
España 11% 15% 13% 6% 8% 7%
Brasil 13% 10% 12% 32% 30% 31%
Chile 11% 12% 12% 10% 9% 10%
Estados
11% 11% 11% 1% 2% 2%
Unidos
Perú 6% 5% 6% 3% 3% 3%
Otro Eu-
9% 10% 10% 1% 1% 1%
ropa
Otros 10% 10% 10% 3% 4% 4%
Total 100% 100% 100% 100% 100% 100%
LP
Resi- LP LP Total EA Total
EA EA
Descripción den- cen- Perife- La cen- El
Norte Sur
cial tro ria Paz tro Alto
Sur
Afecta positi-
vamente a la 52% 37% 34% 40% 32% 25% 30% 29%
familia
No afecta 28% 31% 28% 28% 28% 32% 14% 27%
Afecta negati-
vamente a la 20% 32% 38% 32% 41% 43% 56% 45%
familia
Emigracion
tiene efectos en la 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
familia
No afecta 22% 23% 19% 20% 25% 33% 12% 26%
Destruye Fami-
24% 36% 46% 39% 41% 44% 45% 43%
lias
Mejora Condicio-
nes de Vida delas 54% 41% 34% 41% 34% 24% 43% 32%
familias
¿Cuál es el efec-
tos de la emigra- 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
cion en familia?
Afecta positiva-
43% 32% 26% 31% 28% 18% 31% 25%
mente a la ciudad
No afecta a la
31% 22% 35% 33% 23% 37% 23% 28%
ciudad
Afecta negativa-
26% 46% 40% 36% 49% 45% 47% 47%
mente a la ciudad
Emigracion
tiene efectos en la 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
ciudad
No afecta a la
11% 8% 15% 13% 11% 27% 14% 18%
ciudad
Migraciones internas, internacionales y transnacionales... 43
Remesa positivas
37% 52% 48% 45% 55% 42% 43% 47%
para la ciudad
Mejora los servi-
52% 40% 37% 42% 35% 31% 44% 35%
cios en la ciudad
Efectos de la
emigracion en la 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
ciudad
No afecta al Pais 11% 12% 15% 14% 12% 27% 12% 18%
Remesa positivas
27% 43% 37% 34% 42% 34% 34% 37%
al Pais
Mejor Condi-
ciones de vida 62% 45% 48% 52% 46% 39% 54% 45%
delPais
Efectos de la
emigracion en el 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
País
Fuente: Elaboración propia sobre encuesta realizada en el marco del Proyecto
“Encuesta nacional de migraciones internacionales y remesas”, CEPLAG–Unión
Europea-Fundación Esperanza-CBDHDD y CAJ, Cochabamba, 2013.
LP
Resi-
LP LP Pe- Total EA EA Total
Ciclo Vital den- EA Sur
centro riferia La Paz centro Norte El Alto
cial
Sur
Uniperso-
17% 6% 7% 10% 6% 3% 4% 4%
nal
Nuclear
51% 53% 51% 51% 50% 50% 50% 50%
Completo
Nuclear
Incom- 12% 10% 11% 11% 6% 8% 8% 7%
pleto
Extendido
y Com- 20% 30% 31% 28% 38% 39% 39% 39%
puesto
Tipo de
100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
hogar
Divorcio-
18% 20% 19% 19% 16% 12% 12% 14%
Viudez
Casado 70% 70% 71% 71% 76% 80% 83% 79%
Soltero 12% 10% 10% 11% 9% 8% 5% 8%
Estado
100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
civil
Migraciones internas, internacionales y transnacionales... 45
Menor 3
62% 42% 44% 49% 31% 29% 22% 28%
miembros
4a5
36% 44% 44% 42% 44% 50% 47% 47%
miembros
6y+
2% 14% 12% 9% 26% 22% 31% 25%
miembros
Tamaño
100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
hogar
Menor 30
13% 7% 10% 10% 9% 12% 10% 10%
años
30-59 68% 70% 70% 69% 66% 69% 77% 69%
60 y + 19% 23% 21% 21% 25% 19% 13% 20%
Edad
100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
Jefe/a
Jefe Hom-
74% 78% 76% 76% 81% 82% 86% 82%
bre
Jefe Mujer 26% 22% 24% 25% 19% 18% 14% 18%
Sexo
100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
Jefe/a
Hogar con
16% 29% 31% 26% 32% 39% 46% 38%
Niños
Hogar sin
84% 71% 69% 74% 68% 61% 54% 62%
Niños
Menores
100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
hogar
Tiene Fa-
miliar en 13% 20% 12% 13% 29% 37% 38% 34%
Exterior
No Tiene
Familiar 87% 80% 88% 87% 72% 63% 63% 66%
exterior
Familiar
100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
emigrante
Dimen- Dimensión
Sets Suma
sión 1 2
Set 1: Nivel Socioeconómico 0.5 0.3 0.8
Set 2: Nivel socio espacial y
0.3 0.8 1.1
migratorio
Set 3: Percepción del impacto de
0.8 1.0 1.8
la migración
Set 4: Posición Ciclo de vida y
0.7 0.4 1.0
hogar
Set 5: Vulnerabilidad 0.5 0.9 1.3
Media 0.6 0.7 1.2
Auto valores y ajuste 0.5 0.3 0.8
Mínimo 0.3 0.3 0.8
Máximo 0.8 1.0 1.8
ésta en el futuro. Por una parte, con asociación positiva destacan: trabajadores
de la industria en origen y que tuvieron un primer destino internacional, resi-
dentes de los barrios periféricos de la ciudad de El Alto, con jefes jóvenes y con
ingresos estables (Figura 5).
Por otra parte, con asociación negativa, aparecen las variables relativas a las
cadenas del cuidado y la vulnerabilidad: Mujeres jefas de hogar que no trabaja,
de más de 60 años de edad, divorciadas o viudas, primer destino rural de mi-
gración y que tienen a su mando hogares extendidos. La dimensión 2 sintetiza
las desigualdades y vulnerabilidad, por una parte se hallan los hogares en
situación de alto riesgo representado por hogares con jefas mujeres inactivas y
pobres versus hogares de bajo riesgo, representado por jefes de hogar jóvenes
y con salario seguro que trabajan y viven en el exterior.
Son hogares extensos en los que la abuela o jefa de hogar en origen, aparece
cuando queda divorciada o viuda y su hija emigra. Las migraciones evidencian
una multiplicidad de roles que las mujeres realizan de manera invisible en su
vida cotidiana. Se observan signos de ruptura familiar, y el surgimiento de ro-
les protagónicos encargados a la parentela de la mujer, en especial de los abue-
Migraciones internas, internacionales y transnacionales... 53
los y abuelas, que asumen la sobrecarga que significa la crianza de los nietos.
También las familias realizan arreglos particulares a fin de cuidar a los hijos de
los migrantes sin que ello comporte problemas y que la convivencia entre abue-
los y nietos pueda reportar beneficios emocionales mutuos. Queda explícito el
ejercicio de la maternidad/paternidad a distancia; se sintetiza la diferenciación
de roles en función del sexo y la relación de parentesco del emigrante. Queda al
descubierto una amplia gama de impactos, aunque podemos también indicar
que muchos de estos mensajes revelan indicadores de pobreza en los hogares
con migrantes al exterior. En última instancia, la pobreza es el detonante de la
precariedad de su salida y de su residencia en destino, y convierte las remesas
en un mecanismo de explotación de la fuerza de trabajo.
Los resultados de la segunda dimensión del GCCA, se constituyen en un
hallazgo y desafío al mismo tiempo. Su utilización en el ámbito de la planifica-
ción urbana podría permitir generar un programa integral que trascienda del
terreno de las simples carencias normadas por estándares mínimos definidos
universalmente, hacia la utilización de indicadores ubicados en el ser humano
(hombres y mujeres) con una serie de destrezas y potencialidades, pero con
grandes limitaciones por la falta de oportunidades al acceso, goce y disfrute
de sus derechos ciudadanos, aspecto que podría coadyuvar en transformar
el aspecto negativo de su situación actual y permitir imaginar aspiraciones y
expectativas de cambio en el mediano y largo plazo.
Conclusiones
Se ha demostrado la migración se constituye en un detonante multidimen-
sional cara de la pobreza, exclusión social y vulnerabilidad vigente en las ciu-
dades de La Paz; dicha demostración se ha realizado utilizando el GCCA que
ha permitido encontrar los aspectos relativos a la explicación del fenómeno. Dos
importantes conclusiones emergen de la aplicación del modelo generalizado de
correlación canónica: 1. Fuerte correspondencia entre el espacio social, físico,
socioeconómico y las migraciones, aspecto que permitiría identificar dónde se
deben realizar las acciones en materia de planificación; y 2. se ha demostrado
que la pobreza está asociada al tema de vulnerabilidad y a la posición en el
ciclo vital, situación que podría permitir identificar grupos de mayor riesgo y
vulnerabilidad, es decir, identificar con quién trabajar.
Una de las manifestaciones de la opresión de género que prevalece en la
sociedad boliviana y, en particular, paceña y alteña es la división sexual del
trabajo productivo y reproductivo. Dicha asignación de roles se torna dramáti-
ca cuando la madre decide irse al exterior. Esto no modifica sensiblemente su
nicho de mercado, ya que pasa de una situación de ejercicio laboral no pagado
54 María del Carmen Ledo García
Bibliografía
Basch, L., Nina Glick Schiller, N. y Szanton-Blanc, C. (1994). Nations Unboud:
Transnational Projects, Postcolonial Predicaments and Territorized Nations-States.
Langhorne: Gordon and Breach.
Grimson, A. y Edmundo, P. (2000). Migrantes bolivianos en la Argentina y
Estados Unidos. Cuaderno De Futuro, (7), 1-38.
Hinojosa, A. (2008). La visibilización de las migraciones transnacionales en
Bolivia. Tinkazos, 11 (25), 1-91.
Lafleur , J.M., Ledo, C. y Yépez, I.(2011). El impacto de las migraciones cochabambi-
nas en el marco de las transformaciones globales de las migraciones. Barcelona:
editorial Anthropos.
Ledo, C. (2014). Múltiples arreglos del hogar transnacional en la ciudad de Co-
chabamba. Revista CIDOB d’Afers Internacionals, 106-107, 105-128.
Ledo, C. (2010). Informe sobre Desarrollo Humano en Bolivia, 2009. Bolivia: Proyecto
Nº BOL/56188, Estudio sobre los patrones de migración interna e interna-
cional en Bolivia, pp. 1-42.
Ledo, Carmen (2002). Urbanisation and Poverty in the Cities of the National Econo-
mic Corridor in Bolivia. Case Study: Cochabamba. Países Bajos: Delft University
Press (DUP).
Pachano, S. (1986). Se fue a volver. Seminario sobre Migraciones temporales en Amé-
rica Latina. México, D.F. : PISPAL/CIUDAD/CENEP.
Pedone, C.; Echeverri, M. M.; Gil Araujo, S. (2014). Entre dos orillas. Cambios
en las formas de organización de las familias migrantes latinoamericanas
en España en tiempos de crisis global. En Zavala Castelo, M. E. y Rosee, V.
(eds.), El género en movimiento. Familias y Migraciones (pp. 109-138). México:
Colegio de México.
Singer, .P. I. (1972). Migraciones internas: Consideraciones teóricas para su
estudio. En Muñoz Humberto (Comp.), Notas sobre algunas contribuciones
teóricas para el estudio de las migraciones internas y el desarrollo (pp. 45-68).
Buenos Aires: Informe del grupo de trabajo sobre migraciones internas
de la Comisión de Población y Desarrollo del Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales (CLACSO).
57
Roberto Benencia
Profesor-investigador de la UNAJ y la FAUBA (Argentina)
benencia@agro.uba.ar
Introducción
Los inmigrantes bolivianos que se radicaron en áreas del interior de la
Argentina, si bien fueron minoritarios respecto de los que accedieron a las di-
versas actividades laborales de la ciudad de Buenos Aires, en algunos aspectos
transitaron trayectorias similares a las de aquéllos, y tuvieron que construir
otras particulares, relacionadas con las características intrínsecas de las cul-
turas locales.
El caso que se presenta hace referencia a la inserción de dichos migrantes
en la ciudad de Río Cuarto (Córdoba), la segunda ciudad en importancia de la
provincia, situada geográficamente en la zona sur de ésta.
La llegada de esta migración a Río Cuarto produjo un fuerte impacto en el
sector laboral, debido a que no sólo contribuyó a transformar el paisaje rural y
urbano, sino porque también permitió cambiar la organización de la actividad
económica, en la medida que estos inmigrantes se insertaron en las diversas
tareas que requieren un uso intensivo de la mano de obra, constituyendo una
importante fuerza de trabajo en la producción hortícola periurbana, en los
hornos de fabricación de ladrillos que rodean la ciudad, en la construcción
y, en particular, en el servicio doméstico, por parte de la población femenina
(Maldonado, Bettera y Hildmann, 2013).
Los inmigrantes bolivianos y el “boom” de la construcción en Río Cuarto
Río Cuarto es la segunda ciudad en importancia de la provincia de Córdoba,
después de su capital, y, según el Censo Nacional de Población de 2010, en ese
entonces contaba con alrededor de 250.000 habitantes.
Durante la última década se construyeron en Río Cuarto más de 1,8 millón
de metros cuadrados en edificios, lo cual produjo una fuerte explosión urba-
58 Roberto Benencia
1
Véase al respecto Benencia, Roberto y Fernandez, E., “Calidad, tecnología y mercado de
trabajo en la producción del maní de exportación en la Argentina, en Revista Interdisciplina-
ria de Estudios Agrarios Nº 29, PIEA, Buenos Aires, Primer semestre de 2009.
2
Según el área Obras Privadas de la Municipalidad de Río Cuarto, desde enero de 2007
a marzo de 2018, se autorizó la construcción de 1.813.296 metros cuadrados, entre nuevas
edificaciones, mejoras o ampliaciones. Durante el período mencionado, el metro cuadra-
do cotizaba a 75 dólares, de acuerdo con el índice provincial. Dicha explosión urbana fue
desordenada, con inconvenientes que se intentaron subsanar por detrás de lo que fue la
expansión del ladrillo y el cemento.
3
La información fue provista por la Secretaría de Planificación y Desarrollo Sustentable
de Río Cuarto.
4
Gustavo Busso, economista de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), expresa
en una nota del diario Puntal su opinión crítica sobre el desarrollo edilicio de la ciudad du-
rante la última década.
Relaciones conflictivas entre locales y migrantes en el interior de la Argentina 59
con mayor crecimiento edilicio, a partir de mediados de 2002, con los buenos
precios internacionales de los productos del campo, y la recuperación econó-
mica, hasta 2008, y después con vaivenes, hasta la actualidad...”; y agrega que
“…a través de las empresas de la construcción se dinamizó el mercado, no sólo
en lo relativo a edificios, sino también en lo que respecta a las inversiones que
se realizaron en barrios cerrados”; “…la expansión urbana generó un fuerte
incremento en el precio del suelo, razón por la cual los terrenos de micro y ma-
cro centro quedaron exclusivamente para la construcción de torres…”, e indica,
además, “…que los grandes empresarios rurales no solamente reinvirtieron sus
ganancias en la ciudad, sino, también, en otros lugares, como Córdoba, Buenos
Aires, y en ciudades del exterior del país, como Punta del Este (Uruguay) y, en
menor medida, Miami (EE.UU.)…”.
Bolivianos en la horticultura
A su vez, desde inicios de la década del ’90, había comenzado a arribar a Río
Cuarto otra corriente de inmigrantes bolivianos que se dedicaban a la produc-
ción de hortalizas en otras áreas del país; con lo que se dio inicio a la formación
de un “nuevo territorio hortícola” en la Argentina, conformado básicamente por
productores de dicha nacionalidad (Benencia, 2016).
Estos inmigrantes no arribaban directamente desde Bolivia a este departa-
mento del sur de Córdoba, sino que desde hacía varias décadas venían migran-
5
Como menciona Cynthia Pizarro (2012), especialista en estudios de la migración boli-
viana hacia la Argentina, refiriéndose a Córdoba capital, “…el progresivo reemplazo de
trabajadores y productores nativos por migrantes bolivianos en este sector productivo
del periurbano de Córdoba puede ser concebido como un proceso de bolivianización de los
cortaderos de ladrillos…”.
60 Roberto Benencia
Los datos que se mencionan provienen de una encuesta realizada a la totalidad de los
6
7
La información proviene de la encuesta de referencia mencionada con anterioridad.
62 Roberto Benencia
8
La información proviene de la encuesta de referencia mencionada con anterioridad.
9
La “mediería” es una relación contractual (especie de aparcería), en la cual se asocia
el trabajador con el poseedor de la tierra y el capital en la realización de determinados cul-
tivos, desligándose, de este modo, aquél de 1a contratación de otro tipo de trabajadores
-salvo, lógicamente, la participación de la mano de obra de su propia familia-, ya que la
misma es aportada íntegramente por el «mediero», quien puede trabajar con su familia y/o
contratar personal para determinadas labores (sea que se requiera personal de baja califi-
cación, como los peones transitorios, o con cierta especialización, como los embaladores de
tomates). La retribución por las tareas entre patrón y mediero se pacta sobre un porcentaje
de lo obtenido por la venta de lo cosechado en la parcela de referencia. Este puede alcanzar
el 40 %, cuando el mediero se hace cargo de la mitad de los insumos, o reducirse al 25 %,
cuando no aporta más que el trabajo. La relación entre patrón y mediero generalmente es
de palabra -salvo en el caso de la zona de La Plata, donde la estructura hortícola aparece
más consolidada, sus quintas (establecimientos hortícolas) datan de principios de siglo;
allí existen contratos legalizados-. El productor aporta la tierra y la mitad de los insumos
(semillas, plaguicidas, etcétera), en tanto que el mediero contribuye con la otra mitad y la
fuerza de trabajo; por ello se acuerda que habrá de recibir un 40 por ciento de lo que se
perciba por la venta de lo producido en “su parcela”, que el mismo patrón se encarga de co-
mercializar. En general estos porcentajes tratan de ser regulados (acordados) mutuamente
por los propios patrones quinteros del área, pues al no haber nada firmado, los medieros
podían irse a otras quintas si les ofrecieran un porcentaje mayor.
10
Esta información proviene de la encuesta de referencia.
Relaciones conflictivas entre locales y migrantes en el interior de la Argentina 63
12
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) es un organismo autárquico
del Estado argentino dependiente del Ministerio de Hacienda, encargado de la aplicación,
percepción, recaudación y fiscalización de las rentas e impuestos nacionales, tanto internos
a través de la Dirección General Impositiva, como sobre la nómina salarial a través de la
Dirección General de los Recursos de la Seguridad Social, o externos a través de la Direc-
ción General de Aduanas. Asimismo, y dentro de sus atribuciones, a la AFIP le corresponde
regular las obligaciones y los derechos de los contribuyentes.
64 Roberto Benencia
Por estas razones, la AFIP avanzó sobre los horticultores bolivianos, allanan-
do sus establecimientos y cobrando importantes multas. No obstante, a pesar
de ese “avance sobre su patrimonio”, los horticultores bolivianos se hicieron
cargo de sus faltas y se pusieron al día con los impuestos atrasados; aunque
no se pudo comprobar fehacientemente la existencia de trabajo en negro, en la
medida que sus empleados son todos de nacionalidad boliviana, a quienes, por
lo general, “hacen pasar” por parientes.
Por otra parte, hacia fin de ese mismo año se produjo un hecho criminal
que fue adjudicado a bolivianos que vivían en la propia ciudad; es decir, en su
mayoría, peones de la construcción. De acuerdo con la información periodística,
todo comenzó la noche del sábado 3 de setiembre de 2014, ya entrada la madru-
gada del domingo, cuando, en un confuso episodio, Jorge Alexis Rodríguez,
argentino, de 28 años, changarín13 de la construcción, murió tras ser baleado en
el abdomen y en una pierna, luego de una riña en el barrio Las Delicias, de Río
Cuarto.14Por el hecho, fueron detenidas cuatro personas; entre ellas, un joven
de nacionalidad boliviana, sospechado de ser el responsable de los disparos. Al
correr la noticia, se desató en el barrio una ola de violencia y xenofobia contra
la comunidad boliviana.
Familiares y amigos del fallecido Rodríguez primero atacaron la casilla de
la familia del sospechoso, donde la policía había secuestrado un arma. Luego,
la agresión se extendió hacia otros habitantes bolivianos del barrio. De manera
tal que integrantes de unas 17 familias fueron perseguidos con palos y bote-
llas, golpeados, se les quemaron sus casas y se los obligó a abandonar el barrio.
Todo esto, ante la mirada pasiva de la policía provincial, que no se movilizó en
defensa de los agredidos.
Horas después, los mismos vecinos agresores cortaron el puente que une Las
Delicias con el barrio Alberdi (ambos barrios se encuentran uno en cada orilla
del río Cuarto), pidiendo la reubicación de esa comunidad boliviana. “Que se
vayan de Río Cuarto estas personas, se lo vamos a pedir al intendente”, dijo la madre
de la víctima en una de las marchas realizadas hacia los Tribunales para pedir
justicia por el asesinato de su hijo.15Los ciudadanos bolivianos, por su parte,
13
Se considera tal a un peón rural o urbano contratado temporalmente para realizar
tareas menores.
14
El barrio Las Delicias de Río Cuarto es conocido como la Pequeña Bolivia, ya que ahí
residen unas 500 familias del país vecino, que representan la mayoría de los 5 mil bolivianos
que habitan la ciudad. El lugar está rodeado por el río que da nombre a la localidad, y por el
country Riverside, donde tienen su residencia los vecinos más encumbrados de la ciudad,
así como, a la sazón, el gobernador de la provincia de Córdoba en ese momento.
15
Notas, Diario por internet (Río Cuarto): “Agresiones y xenofobia contra bolivianos en
Río Cuarto”, 05-09-2014.
Relaciones conflictivas entre locales y migrantes en el interior de la Argentina 65
radicaron una denuncia por actitudes xenófobas ante la justicia, para lo cual
contaron con el apoyo del Observatorio de Derechos Humanos de la Universi-
dad de Río Cuarto, institución que repudió el ataque:
16
Notas, Diario por internet (Río Cuarto): “Agresiones y xenofobia contra bolivianos en
Río Cuarto”, 05-09-2014.
17
Notas, Diario por internet (Río Cuarto): “Agresiones y xenofobia contra bolivianos en
Río Cuarto”, 05-09-2014.
18
Notas, Diario por internet (Río Cuarto): “Agresiones y xenofobia contra bolivianos en
Río Cuarto”, 05-09-2014.
66 Roberto Benencia
Aparece en estos relatos, por primera vez en forma pública en Río Cuarto,
un cuadro de xenofobia hacia una comunidad que, económicamente y en la
preferencia de los patrones (quinteros, constructores, ladrilleros), ha superado
y desplazado a la mano de obra local. Un rencor, que permanecía oculto, brotó
de golpe, en ese acto cuasi salvaje, contra una etnia que había logrado alcanzar
aquello que ciertos moradores riocuartenses no habían podido.
19
eju!, Diario por internet (Río Cuarto): Violencia xenófoba en Argentina: pacifican el
barrio de los bolivianos, 05/09/2014.
20
Material provisto por la Secretaría de Bienestar-UNRC, Dirección de Prensa y Difusión-
UNRC.
Relaciones conflictivas entre locales y migrantes en el interior de la Argentina 67
21
El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) es un
organismo nacional del Estado argentino que tiene como fin combatir la discriminación en
todas sus formas.
22
Material provisto por Secretaría de Bienestar-UNRC, Dirección de Prensa y Difusión-
UNRC.
23
Material provisto por Secretaría de Bienestar-UNRC, Dirección de Prensa y Difusión-
UNRC.
68 Roberto Benencia
UNRC.
Relaciones conflictivas entre locales y migrantes en el interior de la Argentina 69
Mucho público asistió a los encuentros del fútbol femenino, jugadoras que
se destacaban por su despliegue y también las madres que apenas salían de
jugar, cumplían su rol de mamá, amamantando a sus pequeños hijos. Muchos
niños jugando a la pelota, mezclados con los adultos. Apenas quedaba un arco
libre, éste era ocupado por pequeños futbolistas, con todas las ilusiones de
hacer un gol.
Entre horticultores
La competencia entre horticultores locales y bolivianos se establece básica-
mente en el ámbito del mercado, porque en sus establecimientos productivos
están prácticamente aislados. Entonces, cuando llevan a vender el producto a
sus respectivos puestos, pueden competir por la cantidad y calidad de lo que
venden, de la clientela a la que pueda acceder cada uno, de la captación de la
mano de obra que va a buscar trabajo al mercado.
Generalmente, en ambos aspectos, los bolivianos siempre llevan las de
ganar, debido a que la verdura que ofrecen está mejor presentada, es más ape-
tecible a la vista, y no es más cara que la media que se ofrece en el mercado,
y generalmente la terminan de vender antes que los demás. Ya sea, porque la
mayoría de los quinteros bolivianos poseen invernáculo y pueden ofrecer cierto
tipo de verdura en los meses en que no se puede producir a campo (como suce-
de en invierno), o porque el público que va a comprar (verduleros de la ciudad)
está convencido de que es la mejor mercadería. Y en lo que respecta a la mano
de obra, ésta acude al mercado para ver con quién se puede contratar.
En su mayoría, como hemos podido ver, quienes buscan trabajo ahí son,
generalmente, trabajadores de nacionalidad boliviana, y aunque un quintero
local les ofrezca un salario mayor, prefieren contratarse con un compatriota,
porque lo que quieren, básicamente, además de ganar un salario, es aprender
el trabajo de la quinta, para tratar de ser, con el tiempo, patrones ellos mismos,
aunque no todos lo puedan conseguir.
La calidad de la verdura, así como las preferencias por patrones bolivianos,
por parte de los peones que buscan trabajo, provocan en los quinteros locales
que están en el mercado resquemores que tratan de saldar imaginado cómo
pueden perjudicar a la competencia. Por ejemplo, como comentamos más
arriba, denunciando que no pagan los impuestos correspondientes; que tienen
mano de obra en condición de semi esclavitud, en negro; o que riegan la ver-
dura con aguas servidas. Lo cual ha llevado a la AFIP a multar a los bolivianos,
y al Servicio de Higiene Municipal a secuestrar, específicamente, verdura que
viene de algunas quintas bolivianas para hacer los estudios correspondientes
sobre contaminación con Escherichia Colí, habiendo encontrado rastros algunas
veces, aunque la mayoría de las veces, no.
Relaciones conflictivas entre locales y migrantes en el interior de la Argentina 71
Estas prácticas se han podido apreciar más a menudo cuando los quinteros
locales han podido formar parte de la Comisión Directiva, que dicta las orde-
nanzas respecto del funcionamiento del Mercado de Abasto, y busca resolver
los posibles conflictos que se puedan producir en la institución. Ha habido
períodos en los que la Comisión ha estado integrada también por algunos
quinteros bolivianos, con voz, pero sin voto. Es decir que la competencia entre
quinteros locales y quinteros bolivianos, si bien no puede ser jugada entre
productores locales y bolivianos en relación con la calidad del producto, puede
tener ciertos escarceos sordos en lo que respecta a los juegos de la política local.
No obstante, tres años después de estos acontecimientos, pudimos ver a
productores hortícolas locales y bolivianos recibir premios en dinero, por par-
te del ministro de la producción de Córdoba y autoridades del INTA, en una
institución oficial del gobierno cordobés, en Río Cuarto, debido a la adopción
de las Buenas Prácticas Agrícolas, impulsadas por el INTA.
Conclusiones
A través de este escrito, hemos tratado de mostrar, por un lado, las capaci-
dades de una mano de obra migrante que se hizo cargo de dos procesos en Río
Cuarto: por un lado, ser protagonistas en un fenómeno de crecimiento edilicio
muy importante en la ciudad, durante la última década, mediante la fabricación
de ladrillos, y por constituir una parte importante de la mano de obra que se
encargó de la construcción de los edificios.
Y por otro, de la provisión de una mano de obra que no necesariamente
estaba especializada en la horticultura en su origen, y que en la actualidad ha
posibilitado la construcción de espacios de producción y/o comercialización
que se reconocen como economías de propiedad étnica y como economías ét-
nicamente controladas, donde hay propietarios bolivianos de establecimientos
hortícolas, con empleados bolivianos, en un caso, y propietarios autóctonos de
establecimientos hortícolas donde la mayoría o la totalidad de los empleados
son bolivianos, en el otro. Ambos tipos de establecimientos son proveedores de
alimentos a una clientela en su gran mayoría no étnica.
La importancia de este proceso reside en el hecho de que dichos migrantes,
haciendo uso de estas capacidades, han logrado construir “territorios producti-
vos” en áreas donde éstos no existían, así como ser predominantes en mercados
tradicionales de distribución mayorista.
Por otra parte, hemos procurado mostrar las reacciones conflictivas que
el anclaje de una comunidad étnica en un territorio puede llegar a producir
sobre una parte de la población local, y cómo, a su vez, las instituciones socio-
educativas (como la Universidad) y políticas (como el Municipio) debieron
empezar a moverse y comprometerse con recursos sociales y políticos, al año
de la ocurrencia del suceso, en la defensa de una comunidad extranjera -que
aporta la mano de obra para el crecimiento del departamento Río Cuarto, y que
ha llegado para quedarse-, reconociendo la importancia económica que ésta re-
presenta para una ciudad de tamaño intermedio en el interior de la Argentina.
Bibliografía
Agüero, D. y Grosso, L. (2004). El sector hortícola del cinturón verde de Río Cuarto.
Argentina: Facultad de Agronomía y Veterinaria. Universidad Nacional
de Río Cuarto.
Arjona Garrido, A. (2004). Inmigración y mercado de trabajo. El caso de la economía
étnica en Almería. Almería: Universidad de Almería.
Relaciones conflictivas entre locales y migrantes en el interior de la Argentina 73
Corral, M.; Grosso L.; Ritcher, C.; Dauria, R.; Crespi, R.; Fabricius, A.; Riverti, J.;
Cantero, J. J.; Nuñez, C.; Gil, H. y Villalba, J. (1993). Diagnóstico y evolución
del área frutihortícola de Río Cuarto. Río Cuarto: Comisión de Desarrollo Re-
gional. Universidad Nacional de Río Cuarto.
Courtis, C. y Pacceca, M. I (Coordinadoras) (2011). Discriminaciones étnicas y
nacionales. Un diagnóstico participativo. Buenos Aires: ADC (Asociación por
los Derechos Civiles).
Hinojosa Gordonava, A. R. (2009). Buscando la vida. Familias bolivianas transnacio-
nales en España. La Paz: CLACSO Coediciones, Fundación PIEB.
Light, I. y Karageorgis, S. (1994). The ethnic economy. En SMELSER, Neil y
SWEDEMBERG, Richard (edit.). The handbook of economic sociology. Nueva
York: Russell Sage Foundations.
Logan, J. R., Alba, R. y McNulty, T.L. (1994). Ethnic Economies in Metropolitan
Regions. Miami and Beyond. Social Forces, (72).
Maldonado, R. A.; Bettera, M. A. y Hildmann, M. F. (2013). Movimientos migrato-
rios en la Ciudad de Río Cuarto (Córdoba, Argentina). Río Cuarto: Reflexiones
Geográficas, Agrupación de Docentes Interuniversitarios de Geografía.
Pizarro, C.(2012). Discurso racializante y segmentación étnico-nacional del
Mercado laboral: trabajadores bolivianos en un cortadero de ladrillos de
Córdoba, Argentina. En Roberto Benencia, Fernando F. Herrera Lima y
Elaine Levine, Ser migrante latinoamericano, ser vulnerable, trabajar precaria-
mente. México: ANTHROPOS-Universidad Autónoma Metropolitana.
Portes, A. y Wilson, K. (1989). Immigrants enclave: An analysis of the labor
market experiences of Cubans in Miami. American Journal Sociology, (86).
Portes, A. y Jensen, L. (1989). The enclave and the entrants: patterns of ethnic
enterprise in Miami before Mariel. American Sociological Review, (54).
Portes, A. y Borocz, J. (1989). Contemporary Inmigration: Theoretical Perspecti-
ves on its Determinants and Modes of Incorporation. International Migration
Review, (23).
Portes, A. y Rumbaut, R. G. (2010). América inmigrante. Barcelona: Anthropos
Editorial.
Sayad, A. (2010). La doble ausencia. De las ilusiones del emigrado a los padecimientos
del inmigrado. Barcelona: ANTHROPOS.
Torres, F. (2012). La inserción de los inmigrantes. Luces y sombras de un proceso. Ma-
drid: Talasa Ediciones.
Relaciones conflictivas entre locales y migrantes en el interior de la Argentina 75
Artículos periodísticos
CBA 24h, Diario online (Río Cuarto): Policiales: “Joven riocuartense muere
baleado por un grupo armado”, 03/09/2014.
Notas, Diario online (Río Cuarto): “Agresiones y xenofobia contra bolivianos en
Río Cuarto”, 05-09-2014
Puntal, Diario de Río Cuarto, 05/08/2013.
Puntal, Diario de Río Cuarto: “Una fiesta de la cultura de Bolivia para celebrar
su independencia”, Río Cuarto, Córdoba, Argentina, 04/08/2014.
eju!, Diario online (Río Cuarto): Violencia xenófoba en Argentina: pacifican el
barrio de los bolivianos, 05/09/2014
Puntal, Diario de Río Cuarto: “El “boom” de la construcción en Río Cuarto du-
rante la última década”, 11/05/2015.
77
Bruno Miranda
CRIM – UNAM (México)
bmiranda@correo.crim.unam.mx
Consideraciones iniciales
Acompaño, desde el año 2015, a una familia boliviana que circula entre las
ciudades de El Alto y São Paulo hace más de quince años. Los miembros de la
familia Escobar Huarachi han transitado entre esas dos ciudades en un movi-
miento circular que ha afectado directa e indirectamente a tres generaciones
de parientes migrantes y no migrantes. En la metrópoli brasileña, se instalan
en departamentos o casas y los convierten en talleres de costura. La trayectoria
de movilidad de esos costureros bolivianos está constituida de asentamientos
en los barrios del centro de São Paulo, como pueden ser Bom Retiro o Brás, los
cuales en efecto conforman el polo de la industria de confección que suministra
prendas de vestir a gran parte de los estados del sur y sureste de Brasil. Además
de las movilidades transfronterizas, las trayectorias también están marcadas
por los cambios de taller de costura, que implican cambios de residencia. Cada
cambio implica un nuevo vuelo. La metáfora que los y las costureras utilizan
como jerga da cuenta de sus movilidades internas en la ciudad y sugiere una
libertad de movimiento bastante incompatible con las jornadas diarias que
desempeñan en los talleres.
El objetivo de este texto es modesto. Pretendo narrar la trayectoria de dos
parejas migrantes de la familiar Escobar Huarachi y demostrar cómo tanto las
movilidades como las inmovilidades permiten un movimiento circular entre
dos polos en el marco de un espacio regional mayor, del que forma parte el
área metropolitana de Buenos Aires, el Chaco paraguayo y la tríplice frontera
Argentina-Brasil-Paraguay. En este sentido, el seguimiento etnográfico de más
de veinte miembros migrantes de la familia Escobar Huarachi, revela unas
condiciones migratorias y laborales similares a las encontradas por otras inves-
tigaciones realizadas en los barrios de Buenos Aires que aglutinan migrantes
bolivianos (Grimson, 2005; Benencia, 2009; Bressán y Arcos, 2016; Diaz, 2019).
78 Bruno Miranda
Por otro lado, mi instalación en el taller de una pareja migrante, a quien llamaré
Marta y Roberto, fue clave para desentrañar algunos aspectos que no siempre
están destacados en los trabajos académicos emprendidos en este universo
de investigación. Eso sucedió a inicios de 2015. De ahí en adelante, he podido
acompañar a esa pareja y a los miembros de esa familia vía redes sociales (Fa-
cebook y Whatsapp). A mediados de 2018 emprendí un trabajo de campo en la
ciudad de El Alto.
En cuanto a las corroboraciones del trabajo etnográfico, destaco los siguien-
tes elementos involucrados en la forma de contratación y empleo de costureros
bolivianos: el pago del traslado desde los Andes bolivianos hacia São Paulo,
que configura un vínculo laboral por deuda; la convergencia entre vivienda y
local de trabajo (o lo que se conoce en Buenos Aires como “sistema de cama-
caliente”); la duración de la jornada laboral de quince horas diarias en promedio
con un día libre en la semana; y el pago por pieza confeccionada o por tipo de
costura realizada (pago a destajo). La literatura producida en Argentina y en
Brasil señala que estos elementos están presentes tanto en el área metropolitana
de São Paulo como en Buenos Aires.
Parte de los hallazgos que problematizan las conclusiones de trabajos ante-
riores, principalmente los desarrollados en el área metropolitana de São Paulo
(De Freitas y Baeninger, 2010; Souchaud, 2012; Freire y Côrtes, 2017), tiene que
ver con los márgenes de consentimiento producidos por y en el proceso de
contratación y empleo. He planteado la conveniencia experimentada por los
propios costureros y costureras migrantes al utilizarse de los acuerdos labo-
rales establecidos con sus empleadores (también bolivianos) como un recurso
para trasladarse hacia Sao Paulo, tener un oficio, techo y comida garantizados
(Miranda, 2017; Miranda, 2019). Dicho recurso puede ser activado dependiendo
de la coyuntura económica por la que atraviesa la industria de confección en
São Paulo.
En los primeros apartados del texto, narro la trayectoria de movilidades de
los sujetos etnográficos por ciclos migratorios, respetando el nivel de interac-
ción que mantuve con cada una de las dos parejas elegidas: Marta y Roberto,
Luisa y Rogelio. He seleccionado a Marta y a Roberto en un primer momento,
porque fue la pareja de costureros que abrió las puertas de su taller para que
yo me instalara en un primer momento. Luego me detengo en la trayectoria
de Luisa y Rogelio, con quienes he convivido en el ambiente de dos talleres de
costura, en los barrios Bom Retiro y Brás. Su rol familiar es relevante porque
es una pareja asentada en Sao Paulo y que gestiona un taller de costura; por
lo anterior, la pareja sirve como potencial detonadora de nuevas movilidades
Bolivia-Brasil. Posteriormente, analizo el rol de las inmovilidades de los miem-
bros de la familia Escobar Huarachi que han permanecido como base de apoyo
en la ciudad de El Alto. Concluyo el texto al enmarcar las (in)movilidades de la
Voladores de la costura: Las (in)movilidades de parejas y familias migrantes... 79
Marta y Roberto
Él tiene 33 años. Pisó São Paulo por primera vez en 2005, dejando a Marta y
a los dos hijos mayores en El Alto. Los hijos, quienes luego vendrían a sumar
cuatro, han sido el principal impulsor de la migración. Proveniente de barrios
populares de la ciudad de El Alto, él ha tenido varios trabajos en su trayectoria:
desde lustrabotas a albañil y voceador en el transporte público entre El Alto
y La Paz. Luego, sirvió al ejército de su país en los tiempos del entonces presi-
dente Gonzalo Sánchez de Lozada, el Goni, cuyos mandatos han estado mar-
cados por los principales ajustes estructurales de fines de siglo XX en Bolivia.
Antes de salir del país, Roberto se desempeñó como taxista en coche propio.
Fue motivado a migrar a Brasil por parte de su exvecino en Bolivia, quien en
ese entonces gestionaba un taller de costura en São Paulo. Luego de cruzar el
Pantanal boliviano-brasileño por la frontera Puerto Suárez-Corumbá, llegó a la
terminal de autobús Barra Funda, en la capital paulista, sin conocer la ciudad ni
hablar el portugués. Tampoco tenía calificación previa como para confeccionar
una prenda. Lo único que tenía al llegar era una deuda con su futuro patrón,
quien le financió el traslado Bolivia-Brasil.
Roberto se tardó seis años en inaugurar su propio taller con su esposa Mar-
ta. Él empezó sus actividades laborales en São Paulo como planchador. En esa
posición, duró nueve meses. Cobraba cerca de U$151 al mes. Luego, voló por más
de veinte talleres antes de formar el suyo en 2011. Hoy, maneja las máquinas
recta, interloque y overloque, además de tener presente el procedimiento básico
para armar las piezas sueltas de una prenda. Algunos elementos presentes en
los acuerdos laborales de Roberto en Sao Paulo llaman la atención: el largo pe-
riodo de tiempo antes de poder ahorrar (para poder enviar remesas a Bolivia,
por ejemplo), para poder tener la autonomía de cambiar de taller de costura (y
cambiar las condiciones laborales) y luego para inaugurar su propio taller con
Marta.
1
Las cotizaciones del dólar americano corresponden al periodo en que se recabó la
información.
80 Bruno Miranda
Luisa y Rogelio
Luisa y Rogelio, la otra pareja de costureros bolivianos que he venido acom-
pañando, también es proveniente de la ciudad de El Alto y tienen una visa de
residencia permanente en Brasil. Mi interacción con Luisa también empezó en
2015, cuando me encontraba realizando la etnografía de piso en Bom Retiro,
con Roberto y Marta. A Rogelio lo he conocido recién en 2018 y nuestras con-
versaciones han sido breves.
Luisa llegó a São Paulo en mayo de 2008, a pedido de su sobrino Roberto
para que ayudara a cuidar al su tercer hijo, recién nacido. Luisa se quedó en
el taller viviendo con Marta y Roberto y sus hijos por ocho meses. Retornó
a El Alto el diciembre del mismo año, cerrando su primer ciclo mayo/2008
– dic/2008. Después de un año en el altiplano de Bolivia, Luisa decidió reemi-
grar hacia São Paulo, de esta vez para dedicarse a la confección. Aprovechó el
hecho de que su sobrino y pareja se encontraban de nueva monta en El Alto y
se trasladaron a Brasil los tres juntos. Al llegar al destino, trabajarían los tres
adultos confeccionando en cadena, es decir, ensamblando las mismas piezas de
ropa como si fueran un solo costurero. Posteriormente, Luisa decidió moverse
a un departamento sola, ubicado en la calle Da Graça, en la zona de las tiendas
que comercializan prendas de vestir en el barrio Bom Retiro. En ese entonces,
cuando nos conocimos, ella pagaba U$170 de renta. Tenía dos máquinas de
costura, una recta y una overloque. Ella combinaba el trabajo de confección que
84 Bruno Miranda
Figura 2. Luisa y Rogelio en su taller de costura en Brás, São Paulo, julio 2018
2
La Feirinha da Madrugada es un enorme mercado en el que se comercializa prendas de
vestir populares en el barrio Brás. Como sugiere su nombre, abre sus puertas en la madru-
gada y ha servido de espacio para que los migrantes bolivianos puedan vender las prendas
que ellos mismos confeccionan. De muchas maneras, cumple el mismo papel que La Salada
en el área metropolitana de Buenos Aires.
86 Bruno Miranda
Fuente:Archivo personal
Voladores de la costura: Las (in)movilidades de parejas y familias migrantes... 87
Fuente: http://www.prefeitura.sp.gov.br/cidade/secretarias/subprefeituras/
noticias/?p=148969
A modo de conclusión
Las (in)movilidades de los miembros de esa familia generan una configu-
ración espacio-temporal de las movilidades que tiene la forma circular. De
esta manera se alejan del patrón migratorio clásico de inserciones largas. De
Voladores de la costura: Las (in)movilidades de parejas y familias migrantes... 89
Bibliografía
Abreu, A. (1986). avesso da moda – trabalho a domicílio na indústria de confecção. São
Paulo: Hucitec.
Baby-Collin, V; Cortes, G. y Sassone, S. (2008). Mujer, movilidad y territorial-
ización. Análisis cruzado de las migraciones internacionales en México y
Bolivia. En H. Godard y G. Sandoval (eds.). Migración transnacional de los
Andes a Europa y Estados Unidos (pp. 135-166). Cochambamba: IFEA, PIEB,
IRD.
Benencia, R. (2009). El infierno del trabajo esclavo. La contracara de las “exito-
sas” economías étnicas. Avá. Revista de Antropología. Recuperado de https://
www.redalyc.org/articulo.oa?id=1690/169016753002/
Brass, T. (2011). Labour Regime Change in the Twenty-First Century: Unfreedom,
Capitalism and Primitive Accumulation. Boston: Brill.
Bressán, J. M. y Arcos, A. (2017). How do Migrant Workers Respond to Labour
Abuses in “Local Sweatshops”?Antipode, 49, 437– 454.
Canales, A. (1999). Periodicidad, estacionalidad, duración y retorno. Los distin-
tos tiempos en la migración México-Estados Unidos. Papeles de Población,
5(22), 11-45.
Freire, C.y Côrtes (2017). T. Les étiquettes de la mode : sous-traitance et travail
forcé dans l’industrie de la confection. Brésil(s). Recuperado http://journals.
openedition.org/bresils/2252/
Cusicanqui, S. (2011). Colectivo Simbiosis y Colectivo Situaciones. De chuequistas
y overlockas: una discusión en torno a los talleres textiles. Buenos Aires: Tinta
Limón.
De Freitas, P. y Baeninger, R. (2010). Imigração e Trabalho – determinantes his-
tóricas da formação de um circuito de subcontratação de imigrantes boli-
vianos para o trabalho em oficinas de costura na cidade. En R. Baeninger
(org.), População e cidades: subsídios para o planejamento e para as políticas sociais
(pp. 1-21). São Paulo: UNFPA.
De la Torre Ávila, L. (2014). Más notas sobre el retorno cíclico boliviano. Control
y libertad en los proyectos de movilidad entre España y Bolivia. En C. Solé,
S. Parella y A. Petroff (eds.), Las migraciones bolivianas en la encrucijada inter-
disciplinar: evolución, cambios y tendencias (pp. 127-154). Barcelona. España:
CER-Migracions, UAB.
Voladores de la costura: Las (in)movilidades de parejas y familias migrantes... 91
Otros documentos
Diario de campo, El Alto, Bolivia, junio-julio 2018.
Diario de campo, São Paulo, Brasil, julio 2018.
92 Bruno Miranda
Mercosul (2009). Acordo sobre residência para nacionais dos Estados partes do Mer-
cosul, Bolívia e Chile.
Repórter Brasil (2012). Escravo nem pensar! Uma abordagem sobre trabalho escravo
contemporâneo na sala de aula e na comunidade, São Paulo.
93
Introducción
Desde la conformación de las primeras ciudades, en el mundo occidental,
las poblaciones migrantes o extranjeras han tendido a conformar espacios o
barrios étnicos, que fueron llamados guetos. Basta pensar en la figura del gueto
hebreo en la antigua Italia para entender cómo los migrantes tenían un lugar
determinado en la ciudad, en donde desarrollaron especialmente el comercio.
Asimismo, durante la revolución industrial europea en el siglo XIX, migrantes
provenientes de las áreas rurales fueron atraídos por la naciente industria. Se
conformaron así, las primeras ciudades a la luz de la migración desde el campo
hacia los polos industriales, que luego fueron incipientes zonas urbanas. Desde
entonces, las prácticas residenciales de los migrantes han sido entendidas desde
la conformación de zonas diferenciadas en la ciudad.
En la sociología urbana, especialmente desde la escuela de Chicago, se
comenzó a estudiar estos enclaves en ciertas zonas de la ciudad, entendiéndo-
los como ‘barrios marginales’. Louis Wirth (1969 [1928]) en su clásico libro ‘El
Gueto’ afirma que cada parte de la ciudad será habitada por la población más
apta a este espacio, entonces, las personas con status y necesidades similares se
reagruparían para ocupar ciertas zonas de la ciudad. De esta forma, se entende-
ría que los grupos con menos recursos se establezcan y reagrupen en las zonas
de menor valor urbanístico. En una versión más contemporánea del gueto,
Loic Wacquant (2007, 2010) y Bourgois (2005) en Estados Unidos han estudiado
cómo estos barrios estarían atravesados por componentes étnico-raciales que
complejizan la marginalidad urbana de las ciudades americanas.
Así, en el desarrollo académico contemporáneo, existen diversos estudios
dedicados a estudiar la expresión urbana de la migración desde la conforma-
94 Elizabeth Zenteno Torres
repartiéndose por las cimas y laderas de los cerros de Valparaíso. “Su objetivo
era efímero, no apuntaba hacia la consolidación total, como generadora de una
definitiva forma de ciudad, sino lo contrario. Sólo se quería un lugar donde
comenzar a vivir, un establecimiento precario y temporal, un “por mientras” se
llega, con el tiempo, a una construcción más formal, cercana a la idea de hogar”
(Puentes, 2002: 10). Sin embargo, este ‘por mientras’ se vuelve perentorio y la
ciudad comienza a consolidar su forma actual de habitar las colinas.
Esta migración europea se enmarca en lo que Stefoni (2002) cataloga la pri-
mera etapa migratoria. Para la autora, en Chile entre el siglo XIX y finales del
siglo XX, existirían al menos tres etapas migratorias. La primera etapa migra-
toria está relacionada con el proceso mencionado anteriormente en Valparaíso
y se vincula al “desarrollo por parte del Estado chileno de políticas de atracción
dentro de los proyectos de modernización en América Latina” (Garcés, 2007:
5). Según Garcés (2007) durante la dictadura el patrón migratorio se invierte,
expulsando desde Chile a una población que escapa de la represión política.
Por último, se distingue una etapa intrarregional, donde se comienza a observar
la llegada a Chile de inmigrantes provenientes de países de Latinoamérica y
el Caribe.
Esta tercera etapa se inicia con el retorno de la democracia, en los años ’90,
cuando comienza a llegar población proveniente de los países limítrofes: Perú,
Bolivia y Argentina, en lo que se ha denominado migración sur-sur. Entre 1992
y 2002 la migración crece un 75%. A pesar del aumento progresivo de migrantes
durante todo los ’90 y la primera década de los 2000, hasta 2014 la población mi-
grante se estima en torno al 2%. Hasta este punto se hace difícil pensar a Chile
como ‘un país de inmigrantes’. Más aún Chile no ha sido el destino principal
de la migración regional (como sí lo han sido Argentina y Venezuela) durante
varias décadas (Departamento de Extranjería y Migración, 2019).
Sin embargo, como podemos evidenciar en el gráfico Nº 1, los migrantes han
tenido los últimos años un aumento exponencial. Hoy se estima que un 6,6% de
la población en Chile sería extranjera. Sólo entre abril de 2017 y diciembre 2018
los migrantes en Chile han aumentado un 67,6%. Esto sigue estando lejos de las
cifras que cuentan otros países, como los países europeos que cuentan en torno
al 11%, pero sin duda nos pone en una situación distinta, de enfrentar, de con-
vivir con la diversidad. Más aún durante los últimos cinco años, este proceso
se ha acelerado significativamente, llegando incluso a casi triplicar el número
de extranjeros residiendo en Chile desde el 2014 a la fecha (Departamento de
Extranjería y Migración, 2019).
96 Elizabeth Zenteno Torres
1
Según el Instituto Nacional de Estadísticas, la Región de Valparaíso, durante el último
año, tiene una tasa de ocupación informal cercana al 28% y una desocupación que fluctúa
entre el 6,9 y el 8,1%.
98 Elizabeth Zenteno Torres
Metodología
Se presentan los resultados de una investigación etnográfica multisituada,
en donde no se establece un lugar fijo de observación, sino que establecen dis-
tintas puertas de entrada sobre las cuales se inició el trabajo de campo, que se
extiende durante junio y septiembre 2019. La población de estudio son mujeres
migrantes provenientes de Venezuela que actualmente residen en Valparaíso.
Las técnicas de la investigación son la observación participante – propia de la
etnografía – y la entrevista cualitativa. En este trabajo se presentan, específi-
camente, los casos de tres mujeres venezolanas, cada una con distintas expe-
riencias en su trayectoria y llegada a Chile. Cada uno de sus nombres ha sido
cambiado, para proteger su identidad.
El primer relato es de Escarlata, una mujer de 42 años, venezolana oriunda
de Valencia, que trabajó durante 17 años en una empresa en Venezuela, la cual
quebró. Después de eso, no volvió a encontrar trabajo, por lo que decidió - junto
a su familia - migrar. Comenzó a organizar el viaje de su esposo e hija, a solici-
tar pasaportes y visas, a ahorrar y a buscar posibles destinos. Todo era posible:
ir a Perú, Ecuador o Chile. Buscó por internet y Chile le pareció un buen lugar
para vivir. Después de un año de preparación para el viaje, su hija y hermana
comienzan el proceso migratorio, para seguir ella unos meses después y final-
mente su marido.
El segundo caso que expongo es el de Marilén, venezolana de 49 años,
oriunda de Maracaibo. En Venezuela trabajaba en el jardín de niños, mientras
terminaba sus estudios universitarios para ser docente. Su hija mayor, Belén,
decidió emigrar a Perú una vez finalizados sus estudios de enfermería. Des-
pués de un año fuera de Venezuela, Belén le propone a su madre acompañarla
en la migración: “Vente, vénganse todos” les dijo. Entonces Marilén convence al
resto de su familia para dejar su país y migrar hacia Perú. Sin embargo una vez
ahí, la situación no era la esperada y a los pocos meses continúan su trayectoria
hacia Valparaíso, Chile.
Finalmente presento el caso de Suti. Ella es una mujer venezolana, de 43
años proveniente de Caracas. En Venezuela era profesora de escuela básica y
ejerció en una escuela pública por más de 15 años. Era propietaria y gestora de
un after-school, junto a una amiga, que funcionaba durante las tardes. Les iba
bastante bien, hasta que “el dinero comenzó a no alcanzar para los gastos”. Por
lo demás, Suti sufre de una enfermedad al colon crónica desde 2008, que la hace
dependiente de un medicamento. Al inicio de su enfermedad el Estado se lo
otorgaba, pero después dejó de dárselo y ella tuvo que comprarlo. En Venezuela
es carísimo, por lo que buscó otras modalidades de abastecerse de este medi-
camento. Su hermana – quién vive desde hace varios años en Colombia – le
comentó que allá era más barato. “Pensé, bueno, voy a Colombia por unos días,
100 Elizabeth Zenteno Torres
hago algún dinero y me regreso, pero nunca regresé”. Pasó dos años y medio
viviendo en Colombia, hasta que decidió emigrar hacia Chile.
Movilidad residencial
Finalmente, el último aspecto a tratar es la movilidad residencial intraur-
bana, que es entendida como aquellas prácticas espaciales que involucran
cambios en el lugar de residencia dentro de la misma área metropolitana y que,
en principio, no suponen una modificación total de la vida de los individuos
(Di Virgilio, 2018). Así, los migrantes venezolanos en Valparaíso dan cuenta
de diversos cambios de residencia durante el tiempo que llevan viviendo en la
ciudad. Pues, parece ser habitual estar permanentemente buscando o atento
a las oportunidades para encontrar una vivienda más económica, más am-
plia, autónomamente, en mejores condiciones. Son diversas las razones que
argumentan estas mujeres para trasladarse continuamente de vivienda. Suti,
en menos de seis meses ha cambiado tres residencias. Marilen en un tiempo
similar, ha cambiado dos veces de vivienda. Escarlata en menos de un año ha
cambiado cuatro veces de casa. Como es posible evidenciar en la imagen Nº 1
‘Trayectoria residencial de Escarlata’, ella ha cambiado cuatro veces de casa.
allá del barrio étnico. Prácticas residenciales de venezolanos en Valparaíso (Chile)
Más 103
Esta alta movilidad entre distintas zonas de la ciudad, contrasta con la idea
de anclaje en una zona determinada de la ciudad. Por el contrario, en Valparaíso
los migrantes parecen acceder a distintas residencias en las zonas bajas de las
colinas, es decir, bastante céntricas.
Conclusiones
Los procesos migratorios tienden a la transitoriedad y asimismo esta transi-
toriedad se refleja en las prácticas residenciales de los migrantes venezolanos.
Más aún el proceso migratorio de los sujetos, rara vez involucra un claro plan
de orientación porque escasamente implica una sola decisión. Al contrario,
es más probable que implique una sucesión de elecciones en el transcurso de
circunstancias cambiantes (Amit & Knowles, 2017:166). En este sentido, las prác-
ticas residenciales de los migrantes venezolanos y específicamente de los tres
casos analizados dan cuenta de un despliegue de una serie de estrategias para
104 Elizabeth Zenteno Torres
acceder a la vivienda, lo cual trae aparejado una gran movilidad por distintas
zonas de la ciudad.
Se reconoce, entonces, que existen diferentes regímenes de movilidad que
se entrecruzan, que normalizan los movimientos de algunos viajeros mientras
criminalizan y atrapan los movimientos de otros (Glick Schiller & Salazar,
2013). Por ello, resulta poco pertinente hablar de ‘ciudad de destino’, del mismo
modo en que pierde sentido hablar de ‘barrio étnico’ en las condiciones en que
se está desarrollando la migración en Valparaíso, desplegada en distintas zonas
de la ciudad. En este sentido, los migrantes se apropian de los espacios urbanos
que forman parte de su proceso migratorio transnacional a través de distintas
prácticas (in)móviles y en este proceso van otorgándole nuevos significados.
Estos procesos no están carentes de tensiones y asimismo emergen nuevas
formas de diferenciación en la ciudad.
Entonces, las heterogéneas prácticas residenciales de los venezolanos en
Valparaíso transitan entre la movilidad a la (in)movilidad, pero también al
contrario, por lo tanto la inmovilidad no es tal, sino que podría entenderse
como un ‘por mientras’, pues no son prácticas ancladas a la ciudad, así como
tampoco al país.
Bibliografía
Amit, V., & Knowles, C. (2017). Improvising and Navigating Mobilities: Tacking
in Everyday Life. Theory, Culture & Society , 34 (7-8), 165-179.
Bourgois, P. (2005). Cercando rispetto. Drug economy e cultura di strada. Roma.
Italia: DeriveApprodi.
Departamento de Extranjería y Migración, (2017). Población Migrante en Chile.
Reportes Migratorios. Recuperado de http://www.extranjeria.gob.cl/me-
dia/2018/01/RM_Poblacio%CC%81nMigranteChile2.pdf
Delgado, M. (1999). El animal público. Hacia una antropología de los espacios urbanos.
Barcelona: Anagrama.
División de Planificación y Desarrollo (2017). Informe Regional de Coyuntura,
Nº 24, Gobierno Regional de Valparaíso. Disponible en http://www.gor-
evalparaiso.cl/archivos/archivoDocumento/239_20171204123929_Informe-
Coyuntura432017.pdf/
Di Virgilio, M. (2018). Movilidad residencial. En D. Zunino Singh, G. Giucci y
P. Jirón (eds.), Términos clave para los estudios de movilidad en América Latina
(pp. 119 – 130). Buenos Aires: Biblos.
allá del barrio étnico. Prácticas residenciales de venezolanos en Valparaíso (Chile)
Más 105
Introducción
En la avenida Olavarría, una de las principales calles comerciales de Ciudad
Celina, Área Metropolitana de Buenos Aires (en lo sucesivo AMBA) podemos
ubicar uno de los epicentros más importantes de adaptación cultural de la
colectividad boliviana en Argentina. Locales de mayoristas de abarrotes, ropa
y alimentos (cuyo impulso inicial se debe a los circuitos comerciales de los
migrantes bolivianos) conviven con un sin número de puestos feriantes que
ofrecen una extensa gama de electrodomésticos, menajes del hogar, alimentos
de origen boliviano, ropa “trucha” entre otras innumerables mercancías.
Estas mercancías son producidas en talleres textiles (afincados en su ba-
rrios). Provienen también del trajín hormiga de lugares tan remotos como
Iquique en Chile, Ciudad del Este en Paraguay o El Alto y La Paz en Bolivia.
Talleristas y feriantes que protagonizan este comercio popular transnacional
habitan los barrios y asentamientos colindantes de esta ciudad emergente. Al
interior de sus hogares surgen los emprendimientos que dan origen a un com-
plejo sincretismo económico que mixtura formas sofisticadas de racionalidad
neoliberal juntos con tejidos comunitario-vecinales y formas de proximidad y
parentesco arraigadas de la cultura popular boliviana, predominantemente
andina.
De la mano de Laura Zarate -comerciante y tallerista de origen paceño- nos
introducimos a esta compleja ventana que representa la economía popular de
Ciudad Celina. Como muchas comerciantes hormigas bolivianas, Laura viaja
dos veces por semana a la famosa calle comercial Max Paredes (La Paz, Bolivia)
para traer a los comerciantes minoristas de la calle Olavarría, ropa e ingredien-
tes típicos de la gastronomía boliviana. La reproducción tradicional de la vida
110 Héctor Parra García
1
Como régimen general de acumulación capitalista, el neoliberalismo representa la
última etapa de liberalización del régimen proteccionista, producto de la crisis de valoriza-
ción de las mercancías del modelo de producción fordista de las economías nacionales de
los países centrales. Uno de las principales innovaciones del neoliberalismo está en lograr
gestionar la producción estratégica global a partir de lo que Michael Foucault denominó la
gubernamentalidad (2006) es decir, una forma inédita de gobernar a partir del impulso de
la iniciativa libre, el auto-emprendimiento y la autogestión en la vida cotidiana de los indi-
viduos, algo que podríamos denominar como el fundamento de la subjetividad neoliberal.
Memorias colectivas y etnicidad en la conformación de identidades estratégicas... 111
2
En el mundo rural andino, persisten lógicas circulares de reproducción de la vida donde
se tiene que recorrer un thaki o “camino de vida” por el cual se completa el ciclo de la vida.
La sayaña por tanto es la parcela individual donde se vive, se siembra, se cría y se logra este
camino de vida. Es el soporte material para la reproducción de la vida rural. En algunas
experiencias migratorias de campesinos a la ciudad, se adaptan algunos significados de
esta territorialidad rural sobre todo en el núcleo más elemental de la familia. Es evidente
que conforme se consolidan las posteriores generaciones a la vida urbana de acogida, estas
prácticas se diluyen o adquieren otros significados sincretizándose a las normas sociales de
convivencia del lugar de destino. Para más detalle véase: Albo y Greaves, 1980.
3
De acuerdo a la encuesta complementaria de migraciones internacionales del Instituto
de Estadística de Argentina (ECMI-INDEC) del 2002, el 84.92% de los bolivianos radicados
en la provincia de Buenos Aires, provienen de los Departamentos de Cochabamba, La Paz,
Oruro y Potosí. Dada esta condición de mayoritaria presencia de migración boliviana de las
112 Héctor Parra García
regiones altiplánicas andinas que nos decantamos por primar nuestra investigación sobre
las reminiscencias culturales de esta región.
4
Carmelo Sardiñas, boliviano residente desde 1966 en la villa 31 Retiro. Dirigente social
al interior de las organizaciones de las villa, actualmente reside en el barrio de Hurlingham.
Participa en un movimiento de regeneración indianista en donde imparte clases de idioma
quechua y prácticas ceremoniales originario-andinas. Fue entrevistado el 22 de Mayo de
2017.
Memorias colectivas y etnicidad en la conformación de identidades estratégicas... 113
5
A comienzos de la década de los años setenta, los mineros bolivianos representaban
el 4% de la población del país y producían el 70% del producto interno bruto nacional. No
obstante, su participación política como movimiento obrero contestatario tenía la mayor
de las resonancias políticas en el Estado boliviano. Para más detalles véase Zavaleta, 1986.
6
En la película “La voz del minero” de Alfonso Gumucio, podemos analizar el papel arti-
culador que las radios desarrollan, no solo de los centros mineros, sino del conjunto societal
boliviano. Este material documental nos muestra, desde una perspectiva sociológica, las
estrategias socio-organizativas de la clase trabajadora minera que gravita en torno a sus
emisoras. Resulta necesario desarrollar este “trasvase” de experiencias político-comuni-
cativas que se trasplantaron en los distintos lugares de arribo de los migrantes mineros
relocalizados.
7
Herbert Montaño, residente boliviano en Buenos Aires desde 1976, periodista indepen-
diente. Fue entrevistado días 11 y 18 de mayo de 2017.
114 Héctor Parra García
8
Estos procesos de adaptación, resignificación y reinvención de las tradiciones -y por
lo tanto de la identidad colectiva- abre una problematización sobre la incorporación de
los elementos étnicos como anclajes de identidades populares en contextos urbanos y
transnacionales. La emergencia de lo étnico como una raigambre cultural que permita
repertorios de sobrevivencia, tensiona el modelo de ciudadanía liberal, afincado en ciertos
rasgos identitarios de la cultura nacional.
9
Para comprender este contexto de resignificación cultural en la conformación de iden-
tidades populares en diáspora, nos resulta útil el concepto de “tradición inventada” con
que Eric Hobsbawn define a los procesos recientes de reificación de identidades colectivas
a partir de la evocación de un supuesto pasado ancestral. Para Hobsbawn, las tradiciones
inventadas son “un grupo de prácticas, normalmente gobernadas por reglas aceptadas
abierta y tácitamente y de naturaleza simbólica o ritual, que busca inculcar determinados
valores o normas de comportamiento por medio de su repetición, lo cual implica automá-
ticamente continuidad con el pasado. De hecho, cuando es posible, normalmente intentan
conectarse con un pasado histórico que les es adecuado” (Hobsbawn, 2002, p.8). Según el
historiador inglés, los elementos del pasado que evocan las tradiciones en realidad respon-
den a los requerimientos de los sujetos del presente, lo que supone un proceso flexible de
adaptación y resistencia de las costumbres, en función de lo que se considera lo invariable
precedente. En este sentido, los elementos étnico-ancestrales, lejos de representar reminis-
cencias del pasado que se anclan en la modernidad, responden a las continuas y renovadas
estrategias de vida de millones de sujetos subalterizados por diversas marcas coloniales, los
cuales perviven gracias a la infinita renovación y reinvención de sus identidades populares.
Para más detalles, véase: Hobsbawn, 2002.
116 Héctor Parra García
soporte colectivo sobre el cual recaen los procesos de ¨la identidad boliviana”.
Los cuidados (protagonizados por mujeres) marcan los sentidos de estas per-
tenencias identitarias emergentes, en tanto que ponen en el centro de la orga-
nización la reproducción de los núcleos familiares.
Así también es importante dilucidar los sentidos de la discriminación y ex-
clusión social por parte de la sociedad de acogida, como un factor aglutinante
de auto-reconocimiento identitario. Los discursos y construcciones imaginarias
de “lo boliviano” pueden representar un lugar de contención, pero a su vez, un
espacio de emergencia identitaria en contextos de discriminación y exclusión
social.
Dicho esto, podemos rastrear algunas genealogías históricas que han con-
formado la identidad boliviana a lo largo de las últimas seis décadas de asen-
tamiento en el AMBA.
Los primeros arribos y asentamientos de los migrantes bolivianos estu-
vieron fuertemente influidos por la recreación de la vida de origen, dada la
esperanza de retorno. Dicha esperanza se convierte en una horizonte de sentido
muy importante a la hora de recrear nuevas identidades en los lugares de arribo
por parte de los migrantes bolivianos. Se reconstruyen pertenencias a partir de
la remembranza de distintos paisajes del pasado, resignificando costumbres,
alimentos, fiestas y formas sociales de organización y convivencia que inevi-
tablemente serán distintos a los de la sociedad de origen. Así, los espacios de
residencia y puntos de encuentro de los primeros migrantes bolivianos fueron
cimentándose a partir de la evocación de ciertas ferias, fiestas, celebraciones
regionales y nacionales de Bolivia10.
En un escenario donde la mayor parte de la vida cotidiana de trabajo y de
esparcimiento de los bolivianos ocurría en el hogar propio y de familiares, la
reconstitución del bagaje cultural tradicional fue elemental, en tanto se conso-
lidaban sus tramas migratorios11. La emulación de decorados en los interiores
10
Es muy común encontrar en los hogares de los primeros asentamientos bolivianos,
la exaltación de símbolos y sentidos colectivos del lugar de origen. Banderas, posters de
paisajes bolivianos, afiches de fechas devocionales, música étnica y regional, cumplen una
función que va más allá de lo ornamental.
11
En la conformación de tramas migratorias, la reinvención de la vida cultural tradicional
sirve tanto como paliativo del trauma migratorio, como para la conformación de espacios
trans-locales donde el sujeto migrante encuentra toda una red de recursos culturales que
facilitan su desenvolvimiento en el lugar de arribo. Habría que advertir que a pesar de estas
aparentes semejanzas, este proceso de reinvención identitaria siempre surge desde un lugar
de (des)marcación respecto a los estereotipos que se tiene de la cultura tradicional. De ahí
que la reapropiaciones identitarias sean selectivas y estratégicas según los imperativos de
adaptación social de los migrantes.
Memorias colectivas y etnicidad en la conformación de identidades estratégicas... 117
12
Por razones de espacio, no podemos desarrollar el sinuoso papel del consulado en la
representación de la colectividad boliviana. No obstante, podemos afirmar que en su ma-
yoría, las gestiones consulares se han limitado al consenso y concertación con un exiguo
número de organizaciones económicas y culturales, mismas que se hacen acreedoras de
la representación política de la mayoría de la colectividad, según sea el momento. En ese
sentido, el papel aparente del Estado respecto a la sociedad boliviana, parece reproducirse
en estas representaciones consulares.
118 Héctor Parra García
Esta ocupación fáctica y masiva del espacio público por parte de los sectores
populares de la colectividad supuso un parteaguas en la autopercepción iden-
titaria de los miembros de la colectividad. La salida de los “nichos familiares”
permitió una visibilización de los valores identitarios que hasta ese momento
se exaltaban exclusivamente en la convivencia familiar.
Esta mayor presencia y visibilidad de la colectividad supuso la emergencia
de “liderazgos étnicos” (Gjerde, 2006) que fungieron como intermediarios de
los intereses entre la comunidad y las estructuras de poder económico y po-
lítico, tanto de la sociedad de origen como de destino. Nos referimos a líderes
barriales, representantes de asociaciones folklóricas y culturales, presidentes
de gremios económicos y miembros de partidos políticos. En este contexto, las
disputas y negociaciones en torno a los sentidos de la “identidad boliviana” y
la representación de lo que ello significase, cobraron mayor relevancia debido
a las politizaciones a las pertenencias identitarias que posteriormente tuvieron
estos líderes.
En la década de los años ochenta la visibilización de la colectividad en el
espacio público porteño fue sucedida por un boom asociativo, del cual surgieron
múltiples diferenciaciones y distinciones del proceso identitario de los migran-
tes bolivianos.
En tanto articulación hegemónica, los procesos identitarios de la colectivi-
dad se dieron a partir de permanentes conflictos y tensiones entre las élites
económicas y el cuerpo consular que se asumían como los “representantes de la
bolivianidad” y los sectores populares que acuñaban de facto sus pertenencias
Memorias colectivas y etnicidad en la conformación de identidades estratégicas... 119
13
Recurrimos al concepto de hegemonía desde una perspectiva gramsciana, como una
herramienta analítica que nos permita dilucidar la unidad y contradicciones que persisten
en los procesos de la identidad. Procesos donde persisten tensiones y luchas de clase. Desde
el campo cultural, los sectores dominantes fagocitan ciertos elementos del pasado cultural
popular, sintetizándolos en una presunta unidad cultural de pertenencia que se presenta
como un universal, sobre la cual recae el proyecto hegemónico de explotación.
14
Lilia Camacho, residente boliviana de Barrio Lugano, Buenos Aires desde 1993 Perio-
dista y promotora de los derechos culturales de la Colectividad boliviana. Fue entrevistada
los días 20 de abril y 3 de mayo del 2017.
15
Marco Guzmán, residente boliviano del barrio Flores en Buenos Aires desde 1995. Perio-
dista y locutor de Radio Líder, radiodifusora orientada al público boliviano en Ciudad Celina.
120 Héctor Parra García
era difundir todos los eventos del boliche. Hoy sigue ocurriendo
en algunas radios pero de manera indirecta, radio constelación por
ejemplo. Se usaba también como espacio de denuncia, de abusos
laborales y de cooperaciones a paisanos que se encontraban en
situación de vulnerabilidad. (Marco Guzmán, comunicación personal,
2018).
Podemos destacar que una parte importante de la institucionalidad coti-
diana de la colectividad boliviana pasa por la escucha de estas radios de base
comunitaria. Las “radios bolivianas” son la columna comunicativa a partir de
la cual se articula la integración “desde abajo” de los bolivianos. Marcan un
nosotros y ellos conformando una especie de “bastión de resistencia a ataques
xenófobos, conglomerando una función político-comunitaria de base” (Abdel
Padilla, comunicación personal, 2017)16.
Tal como apunta Alejandro Grimson, “los relatos de la identidad boliviana
se construyen desde procesos comunicativos. Relatos que hablan de una per-
tenencia, una historia, una comunidad y sus fronteras” (1997, p.97). Estos “pro-
cesos comunicativos” que en lo cotidiano se componen de una interrelación de
formas directas y mediatizadas de inter-comunicación, recrean una institucio-
nalidad comunicativo-social profundamente arraigada en Bolivia, misma que
gira en torno al periodismo, y que es parte constitutiva de lo nacional-popular
boliviano17.
En ese sentido, la proliferación de radios de música folklórica boliviana,
los anuncios de centros de esparcimiento típicos de Bolivia y los formatos
tradicionales de comunicación de denuncia y solidaridad inter-barrial, no solo
crearon la espacialidad trans-urbana de la colectividad, sino que además re-
constituyeron algunos ejes identitarios de la cultura de origen, recreando redes
que facilitaron el arribo masivo de bolivianos de la década de los años noventa.
En ciertas experiencias existieron significativas diferencias, en los modos
en cómo las dimensiones nacional o regional fueron tomadas.. En el sector
hortícola por ejemplo, la fuerza de lo regional del mundo rural cochabambino y
16
Abdel Padilla, Boliviano residente temporal en Buenos Aires desde hace 3 años. Perio-
dista y editor de los periódicos bolivianos La Prensa, La Razón y Pulso. Fue entrevistado el
16 de Abril de 2017
17
El periodismo boliviano se ha constituido históricamente como un espacio de identidad
denuncia y deliberación popular. Tenemos como ejemplo, las experiencias de censura ra-
diofónicas como las del “compadre” Carlos Palenque que en la década de los años ochenta,
se convirtieron en las manifestaciones de la auto identificación étnico-cultural y la identi-
ficación de un adversario determinado: “pertenezco a este pueblo, soy del pueblo y este
pueblo es de indios, es de cholos” decía el “compadre” Palenque en respuesta a los actos
de censura que su radio sufría. Para más detalles, véase Makaran, 2008.
Memorias colectivas y etnicidad en la conformación de identidades estratégicas... 121
18
Como ya hemos señalando uno de los factores decisivos en la “bolivianización de la
horticultura” (Benencia & Quaranta, 2006) ha sido la dinamización de un mercado de tra-
bajo seleccionado casi exclusivamente a partir de criterios étnicos regionales. A pesar de la
inserción exitosa y la introducción de las técnicas más modernas de cultivo, los trabajadores
hortícolas bolivianos continúan llegando de las mismas regionales rurales de Tarija, Potosí
y Cochabamba, lo que supone un espacio productivo significativamente diferente a las
actividades económicas de la colectividad en el periurbano del AMBA.
122 Héctor Parra García
Este nuevo boom asociativo tuvo correlato con los comportamientos xenó-
fobos y discriminadores de la sociedad receptora. A finales de la década de
los años noventa, las históricas percepciones favorables a la migración fueron
transformándose en actos de discriminación y racismo. El fenómeno de la mi-
gración (principalmente limítrofe) llegó a calificarse de “invasión silenciosa”,
responsabilizando a lo largo de extensas notas periodísticas19 y reportajes tele-
visivos, de una parte importante de los problemas de precariedad económica
y social que experimentaron los argentinos durante los años previos a la gran
crisis financiera del 2001.
La construcción del sujeto “otro” migrante desde los aparatos estatales
siempre ha sido una herramienta de distensión social interna muy eficaz20. En
el caso de los bolivianos, un número cada vez mayor de la población argentina,
les atribuyeron características estigmatizantes como ”falta de higiene”, “promis-
cuidad por su hacinamiento”, “promotores de trabajo esclavo”, “saturadores de
escuelas y hospitales”, “borrachos”, “traficantes”, entre otros.
La década de los años noventa es para muchos investigadores (Caggiano,
2006; Canelo, 2013; Cravino, 2012), el comienzo de la estigmatización de los
asentamientos con mayor presencia de migrantes limítrofes (principalmente
bolivianos y paraguayos). Se relacionan estos espacios con los incrementos en
los índices de delincuencia, crimen organizado, falta de higiene y saturación
de los sistemas públicos de seguridad social21.
19
Uno de los reportajes pioneros en la construcción estigmatizadora del migrante limítro-
fe-delincuente, fue el realizado por Luis Pazos de nombre: “La invasión silenciosa”. Desde
una narrativa catastrofista, el autor realiza de manera determinista una relación entre el
aumento de la migración limítrofe y los problemas de salud, vivienda, seguridad y empleo
de los argentinos. Una especie de western migratorio en donde los migrantes se presentan
como inadaptados sociales que evaden por placer las leyes migratorias, prefieren vivir en
condiciones de hacinamiento, trabajan en condiciones de esclavitud voluntaria, comercian
de manera desleal con los establecimientos formales y colapsan hospitales y escuelas. Más
allá de la evidente carga xenófoba del autor, lo interesante a resaltar es cómo desde finales
de los noventa, emerge un discurso hegemónico desde los medios masivos de comunicación
que articulan indeleblemente los problemas de exclusión social y precariedad económica
con el arribo de migrantes, que se sugiere “masiva” y “descontrolada”. Para más detalles
véase Pazos, 2000.
20
María Inés Pacceca nos advierte cómo “la otredad casi absoluta del extranjero, ancla-
da en la evidencia de su no naturalidad, es un poderoso pero vacío campo de fuerza cuyos
contenidos varían: de Prometeo a amenaza del bien público” (2001, p. 5)
21
Una de las más recurrentes estrategias de disuasión al creciente descontento social,
durante los momentos más agudos de la crisis en la Argentina, fue la creación de un ene-
migo de uso múltiple al cual canalizar tal descontento. A los migrantes limítrofes les tocó
ser el chivo expiatorio de esta crisis social. Este conocido recurso de demonización del otro
(negros, sucios, delincuentes y promiscuos) abrió la riesgosa veta del rating sencillo a partir
Memorias colectivas y etnicidad en la conformación de identidades estratégicas... 123
22
A comienzos de los años noventa se pone de relieve la emergencia de nuevos actores
y acciones políticas a partir de las luchas indígenas latinoamericanas. La CONAIE de 1992 en
Ecuador, el Caracazo venezolano de 1998, el ciclo rebelde boliviano de 2000-2005, no solo
facilitaron la visibilización de nuevos sujetos subalterizados por el neoliberalismo, sino que
además cohesionaron los rasgos identitarios de las culturas originarias como parte de la
gramática popular de los movimientos sociales.
Memorias colectivas y etnicidad en la conformación de identidades estratégicas... 125
Rosa Tejado, boliviana radicada hace 30 años en Buenos Aires. Activista de colectivos
23
migrantes, forma parte del partido político IPSP. Fue entrevistada el 8 de mayo de 2017.
126 Héctor Parra García
Los usos diferenciales del espacio público será una fuente constante de
discriminación y estigmatización de los modos de ser y estar de la colectividad
boliviana. En contraste, la permanencia en los espacios públicos por parte de
los bolivianos supone la posibilidad de generar vínculos inter-comunicativos
entre distintos grupos diseminados a lo largo de la ciudad. De ahí que la
proliferación de ferias, celebraciones, entradas folklóricas y campeonatos de
fútbol representen escenarios deliberativos donde se consoliden de facto lazos
y pertenencias identitarias.
Así, el reconocimiento y la salida a la invisibilización social que intentaron
las primeras generaciones, resulta una necesidad elemental para los jóvenes de
la colectividad, muchos de ellos, nacidos y criados en Argentina. La búsqueda
de sentidos propios de pertenencia social supone una mixtura intermitente de
apropiaciones identitarias que tienen mucho que ver con los ambientes sociales
24
No nos debe extrañar el resurgimiento de formas tradicionales de identificación po-
pular a partir de la figura del líder carismático -en este caso la figura de Evo Morales- como
símbolo de que la voluntad popular se ha hecho gobierno.
25
Brenda Canelo, argentina investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales de la Univer-
sidad de Buenos Aires. Su tesis doctoral versa sobre los conflictos sociales que se suscitan
a partir del uso diferencial de los espacios públicos por parte de la colectividad boliviana en
Buenos Aires. Fue entrevistada el 19 de Mayo de 2017.
Memorias colectivas y etnicidad en la conformación de identidades estratégicas... 127
26
Natalia Gavazzo, argentina, antropóloga e investigadora de la Universidad Nacional Ge-
neral Sarmiento. Es especialista en investigaciones culturales sobre las nuevas generaciones
de migrantes limítrofes en Argentina. Fue entrevistada el 8 de mayo de 2017.
27
Es importantes señalar que la posición “bisagra” en que se encuentran las primeras ge-
neraciones de migrantes, supone un complejo escenario de posibilidades de reafirmación,
negación y negociación de los elementos identitarios de sus antecesores y la sociedad que
los acoge, el cual no puede ser agotado en este espacio. Una posibilidad de asumir esta po-
sición, estriba en el sincretismo de diversos elementos culturales de ambos lugares, mismo
que quedan ya lejanos en la vida cotidiana de los más jóvenes. La identidad chicana de los
migrantes mexicanos en EUA por ejemplo, representan identidades transfronterizas que
suponen una síntesis del tenso entrecruce de identidades binacionales.
128 Héctor Parra García
Reflexiones finales
Podemos concluir en este apartado que en las últimas seis décadas, la co-
lectividad boliviana ha transitado de una identidad caracterizada por el ostra-
cismo laboral y la introyección familiar, a una identidad colectiva basada en la
visibilidad del espacio público y el enaltecimiento de ciertas raíces originario-
indígenas andinas.
En esta transición hacia la visibilidad social, la consolidación económica de
los espacios productivos y reproductivos de la colectividad boliviana (confor-
mación de mercados étnicos de trabajo y de consumo en fuerte sinergia con los
espacios lúdicos y de vivienda) fueron determinantes. Ahí radica lo “estraté-
gico” de estas identidades emergentes, en donde se recrea la vida cotidiana de
los bolivianos y los usos de la memoria que se ponen en juego para lograr una
adaptación a los imperativos del neoliberalismo, en la versión popular que les
toca reproducir.
Es importante destacar la fuerte “andinización” que atraviesan las identida-
des de los bolivianos en Buenos Aires. La etnicidad andina marca no sólo los
sentidos culturales de las fiestas y las representaciones de lo boliviano ante el
resto de la sociedad bonaerense, sino que recrea un imaginario de comunidad
andina en el exilio, consolidando una conexión “orgánica” entre las identidades
ancestrales andinas y el gobierno del MAS.
Bibliografía
Albó, X., Greaves, T. y Sandoval G. (1980).Chukiyawu, La cara aymara de La Paz.
La Paz: CIPCA.
Benencia, R. y Quaranta, G. (2006). Mercados de trabajo y economías de enclave.
La `escalera boliviana´en la actualidad. Revista de Estudios Migratorios Lati-
noamericanos, 20 (60), 413-432.
Caggiano, S. (2006). Lo que no entra en el crisol. Inmigración boliviana, comunicación
intercultural y procesos identitarios. Buenos Aires: Prometeo.
Canelo, B. (2013) Fronteras internas. Migración y disputas espaciales en la Ciudad de
Buenos Aires. Buenos Aires: Antropofagia.
Canevaro, S. y Gavazzo, N. (2009). Cuerpos migrantes, comunidades creativas.
Reflexiones en torno a las identidades y performances bolivianas y peru-
anas en Buenos Aires. Temas de Patrimonio Cultural. Buenos Aires Boliviana.
Migración, construcciones identitarias y memoria (Revista de la Comisión para
Memorias colectivas y etnicidad en la conformación de identidades estratégicas... 129
Cecilia Melella
UBA-FSOC-IIGG (Argentina)
cemelella@gmail.com
Introducción
La Argentina se encuentra, desde su origen, relacionada directamente con
los procesos migratorios. Las colectividades de países sudamericanos con
mayor arraigo en el país se circunscribieron históricamente a los limítrofes:
Paraguay, Bolivia, Chile y Uruguay. La colectividad boliviana ha tenido una
migración constante, siendo una de las más numerosas del país (345.272 según
datos del Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda de la Argentina de
2010). En las distintas ciudades donde los bolivianos se han arraigado, desarro-
llaron diferentes prácticas que resaltan la experiencia del migrar transnacional
como las fiestas cívicas o religiosas, la conservación del idioma natal, las danzas
folklóricas, la gastronomía, la música, entre otras. Dentro de este vasto conjun-
to, los medios de comunicación de migrantes –que comprenden a periódicos,
programas de radio y de televisión, así como las tecnologías de la información y
de la comunicación (TIC) – han sido fundamentales a la hora de informarse, ge-
nerar lazos comunitarios, propician espacios de discusión y acción política, así
como de construcción identitaria. Este trabajo tiene como objetivo reflexionar
sobre el valor que poseen los medios de comunicación dentro de la experiencia
migratoria transnacional. Nos concentramos en las colectividades de países
andinos en Buenos Aires, y en especial, en la colectividad boliviana a partir de
una mirada histórica, política y comunicacional. Así, para dar cuenta de esta
relación entre migración y medios, desde el punto de vista metodológico, se
trabajó con la prensa gráfica y digital, así como con las páginas Web de asocia-
ciones. Estos objetos disímiles fueron analizados a partir de una perspectiva
cualitativa que combinó un trabajo interdisciplinario. Hemos privilegiado la
perspectiva semiótico-comunicacional que contempló el análisis de discurso y
contenido con el objetivo de analizar la conformación identitaria presente en las
publicaciones periodísticas de la comunidad. Este artículo se compone de seis
partes. En la primera parte se realizó una breve historización sobre el origen de
la prensa migrante en la Argentina europea y en la segunda se brindó un pa-
132 Cecilia Melella
1
Los tres rondan entre 5.000 y 10.000 ejemplares. Además tienen versión digital en pá-
gina Web y cuentas de Facebook.
Migración boliviana, prensa migrante y construcción identitaria 135
www.renacer.bol.
Renacer Boliviana 1999 Si
com
Vocero
Boliviana No 1997 No
Boliviano
http://periodico-
Periódico Ima Boliviana ima.blogspot.com. 2006 No
ar/
http://revistabo.
Revista BO Boliviana wix.com/culturay- Si
tradicion#
http://www.nueva-
Nueva Bolivia Boliviana Si
bolivia.com.ar/
El Correo
Colombiana No 1994 No
Colombiano
El Colombiano Colombiana No 1896 No
Bitácora
Peruana No No
peruana
Paraguay Ñane
Paraguaya Si 1993 Si
Reta
Ñe-Engatú Paraguaya No 1983 Si
El Peruano Peruana No No
El Mundo press Peruana No No
http://choloconche.
Cholo con Che Peruana 1995 Si
com
Gaceta del Perú Peruana No 1991 Si
El Sol del Perú Peruana No 2000 Si
http://www.
El Herado del
Peruana elheraldodelperu. 1997 Si
Perú
com.ar
El mundo Radio Peruana No Si
Peruanos en el http://choloconche.
Peruana Si
Sur com
Cuestiones metodológicas
Específicamente, este artículo se concentrará en el periódico Renacer por-
que, como hemos mencionado anteriormente, representa una de las publica-
ciones más emblemáticas de la colectividad boliviana en Buenos Aires. Esta
publicación nació en la CABA en el año 1999 con el objetivo de alzar la voz de
los inmigrantes bolivianos residentes en la Argentina frente a las acusaciones
expuestas por los medios masivos de comunicación locales que atribuían a las
personas de esta comunidad ser la causa del progresivo aumento de la des-
ocupación en este país sudamericano. En su página Web deja clara su visión y
objetivo: “Renacer hace periodismo mirando al sur. El periódico quincenal de
la colectividad boliviana construye un discurso propio y plantea agenda sobre
temas locales, regionales e internacionales para no perder la memoria” (perio-
dicorenacer.wordpress.com).
El periódico funciona desde su redacción de la calle Charrúa de la Ciudad Autó-
noma de Buenos Aires (CABA) situada en un barrio que lleva el mismo nombre.
Durante mucho tiempo se distribuyó mensual o quincenalmente en la CABA,
Gran Buenos Aires, interior del país y Bolivia. También posee una edición Web
y presencia en distintas redes sociales como Facebook e Instagram. Se presenta
bajo una lógica autogestiva “dirigido a la colectividad y pueblos originarios”. Su
diseño consta de varias secciones: ‘Bolivia’, ‘Actualidad’, ‘General’, ‘Editorial’, ‘La
ciudad’, ‘Deportes’, ‘Cultura’, ‘Regionales’, ‘Interior’ e ‘Internacional’.
Respecto de la estrategia metodológica, para llevar a cabo el análisis del
periódico a lo largo de su extensa existencia partimos de considerar a las pri-
meras planas como unidad de análisis ya que tienen por función dar un breve
paneo de las noticias que se encontrarán en el interior de la publicación debido
a su carácter de representaciones claras de la línea editorial de un medio de
comunicación. Analizamos las primeras planas de Renacer con herramientas
de la semiótica contemporánea a partir de la descripción de las dimensiones
retórica y temática2 propuestas por Steimberg (1993) con el objetivo de recabar
las características distintivas del texto en cuestión. El estudio minucioso de los
rasgos presentes en las portadas se realizó teniendo en cuenta tres cortes tem-
porales paradigmáticos: 1999-2000 inicio del periódico; 2006 año que asumió
Evo Morales como presidente de Bolivia y posterior a la sanción de la Ley de
2
Todo texto está compuesto por tres dimensiones (retórica o figural, temática y enuncia-
tiva) que reflejan su modo de hacer. La dimensión retórica se conforma por los elementos
esenciales que definen la estructura del texto que permiten diferenciarlo de otros. La di-
mensión temática contempla elementos previos y exteriores al texto (no se corresponden
necesariamente con el contenido específico). La enunciación es el efecto de sentido de un
texto (presenta posteriormente al análisis de los rasgos temáticos y retóricos).
Migración boliviana, prensa migrante y construcción identitaria 139
Retórica de la imagen
Para realizar un análisis retórico de un discurso no basta con el contraste
de las figuras retóricas en el texto, sino que es necesario el conocimiento sobre
cuestiones de la vida de los discursos en los que las operaciones figurales tie-
nen lugar. Los rasgos retóricos son “…una dimensión esencial de todo acto de
significación, abarcativa de todos los mecanismos de configuración de un texto
que devienen en la combinación de rasgos que permite diferenciarlo de otros”
(Steimberg, 1993: 48). Asimismo, la portada de un periódico impone, desde su
diseño gráfico, un orden, una cohesión, una forma de presentarse ante los po-
sibles lectores, una identidad y/o un estilo. Características como 1) Estrategias
gráficas y uso del color, 2) presencia de fotografías, 3) publicidades, 4) uso y
diagramación del espacio, 5) presencia de logotipo, son las estrategias discur-
sivas que a nivel retórico configuran la primera plana del periódico Renacer y
que abordaremos a continuación.
En primer lugar, Renacer no ha cambiado el diseño tabloide preponderan-
te en los diarios de tirada masiva y adhiere fehacientemente a una tradición
libresca, aunque incluye elementos como los colores cálidos y la cantidad de
fotografías en la primera página que lo introducen dentro de una tradición
estilística vinculada al universo mediático televisivo y la prensa sensacionalis-
ta. Si bien al inicio la publicación se editaba en blanco y negro, luego de doce
ediciones se comenzó a imprimir en color. El uso perpetuado de colores como
rojo, amarillo y verde tiene una significación ligada a la bolivianidad ya que
remite a los colores de la bandera de la República de Bolivia.
Las fotografías constituyen invariables en las portadas de esta publicación
a lo largo de su historia. Si bien han modificado su tamaño, la tapa del diario
siempre se distribuye en torno a una noticia central que es ilustrada con una
imagen. Sin embargo, esta tendencia pareciera cambiar en la última etapa en
los que el tabloide enfatiza su condición de constructor de realidad incluyendo
dibujos satíricos o ilustraciones intervenidas por los editores. Otras repre-
sentaciones del universo boliviano se referencian a través de imágenes de los
3
Este artículo compila parte de mi tesis doctoral Migración y tecnologías de la informa-
ción y la comunicación (TIC). De la prensa gráfica a las redes virtuales como espacios de
construcción identitaria de los migrantes de países andinos en la Argentina defendida en
2014.
140 Cecilia Melella
La dimensión temática
Por otra parte, distinguimos la dimensión temática de un texto como aquella
que integra acciones y situaciones según esquemas de representabilidad histó-
ricamente elaborados y relacionados previamente al mismo texto (Steimberg,
1993). El tema es la materia elaborable (elaborada) en un discurso o texto, y aun-
que se diferencia del motivo, ambos “... son el lenguaje de nuestro contacto cog-
noscitivo con el mundo del hombre” (Segré, 1988: 366). Los medios informativos
como los diarios, las revistas, los programas de televisión preparan agendas a
partir de criterios de selección y construcción de la información. Éstas postu-
lan una visión particular del mundo construida a través de la jerarquización y
ordenamiento de determinados hechos sociales (Martini y Gobbi, 1998).
Se trabajó con los titulares de las portadas a partir de los siguientes tipos de
información: ‘político’, ‘policial’, ‘económico’, ‘deportes’, ‘cultura y espectáculos’.
Estos tipos son la expresión de diversas temáticas que atraviesan la publicación:
‘discriminación y xenofobia’, ‘religiosidad’, ‘indigenismo’, ‘ampliación de dere-
chos’ (políticos, civiles y sociales).
1999-2000: En este período son dominantes las noticias sobre ‘cultura y
espectáculos’ (16) y ‘política’ (15), seguidas por ‘deportes’ (6) y ‘policial’ (4).
Además, hay mayor cantidad de noticias sobre las actividades de la colectividad
boliviana en la Argentina (34) que noticias sobre ‘Bolivia’ (11). Los temas que
predominan en este primer corte temporal son: ‘discriminación y xenofobia’
(12), ‘políticas migratorias ‘(10), ‘religiosidad’ (4) e ‘indigenismo’ (2). Los temas
sobre discriminación tienen que ver con la respuesta por parte de Renacer a las
acusaciones difamatorias de la que eran objeto los bolivianos en la Argentina a
quienes, como ya hemos reiterado, se los señalaba como la causa de epidemias
infecto-contagiosas, de realizar prácticas delictivas y de provocar la desocupa-
142 Cecilia Melella
CONTEXTO
TEMAS
Discriminación y
Política migratoria Política migratoria
xenofobia
Discriminación y xeno-
Indigenismo Indigenismo
fobia
Ampliación de dere-
chos
Políticas migratorias
número 111 de la segunda quincena de abril de 2006 bajo el titular “Hacia el ansiado DNI”.
144 Cecilia Melella
Igualmente, durante este año se incrementaron –de dos a nueve– las noticias
vinculadas a temáticas indigenistas respecto del período 1999/2000, también
como consecuencia de la visibilidad de Morales. En el último corte temporal
analizado, la ‘política’ se mantuvo como el tipo de información preferido por
Renacer (26 notas sobre 40), seguido de ‘cultura y espectáculos’ (8), ‘información
general’ (3) y finalmente ‘policiales’ (2). Asimismo, encontramos mayor cantidad
de noticias referidas a temas de ‘Bolivia en la Argentina’ (24 sobre 40) y menor
cantidad de noticias de ‘Bolivia’ (13 sobre 40). La proporción de titulares ‘exter-
nos’ fue de carácter accesorio.
Los temas predominantes tuvieron que ver con el ‘indigenismo’ (9) y la ‘dis-
criminación y xenofobia’ (9). Sin embargo, se han desplegado en tapa noticias
que abordan el reclamo de derechos políticos, civiles y sociales, especialmente
los vinculados al derecho al voto de los bolivianos en el exterior y al derecho a
la información/comunicación de los indígenas u originarios (8). La progresión
de este último tipo de noticias se sustenta en la aprobación del Decreto Supremo
Nº 0003 de 2009 en Bolivia que posibilitó el voto de los ciudadanos bolivianos
en el exterior y con los proyectos de una nueva Ley de Radiodifusión de la
Argentina (Ley Nº26.522 sancionada en 2009) que consideró a la comunicación
como un derecho y contempló la presencia de los diferentes colectivos en el es-
cenario comunicacional nacional. Asimismo se mantuvieron las noticias sobre
temáticas vinculadas a la ‘política migratoria’ (7) y a la discusión sobre la Ley
de Migraciones Nº25.871.
Reflexiones finales
Los periódicos de inmigrantes en la Argentina, con su gran historia reco-
rrida a lo largo de casi dos siglos, evidencian la centralidad de los medios de
comunicación de las minorías para la construcción de sociedades diversas y
plurales. En primer lugar porque no alcanza con dar vuelta la información
oficial y que ciertas temáticas se visibilicen en los medios masivos de comuni-
cación, sino que resulta necesaria la capacidad de construir información sobre
la base de una lectura crítica que abarque la propia realidad y lo que queda
148 Cecilia Melella
Bibliografía
Anderson, B. (1997). Comunidades Imaginadas. México: Fondo de Cultura Eco-
nómica.
Casaravilla, D. (1999). Los laberintos de la exclusión. Buenos Aires: Lumen.
Castiglione, C. (2010). Políticas migratorias recientes en el MERCOSUR a través
de la prensa escrita, o “en el nombre del bosque está en el bosque”. En S.
Novick (comp), Migraciones y Mercosur: Una relación inconclusa (pp.139-158).
Buenos Aires: Catálogos.
Castiglione, C. y Cura, D. (2006). La inmigración en los medios de comunicación
escrita, 2000-2005. En S. Novick (Comp), Sur-Norte. Estudios sobre la emigra-
ción reciente de argentinos (pp. 93-147). Buenos Aires: Catálogos.
Chambers, I. (1999). Migración: cultura, identidad. Buenos Aires: Amorrortu.
Courtis, C. y Longo Elía, F. (2000). La prensa como escenario del debate inmigratorio.
Recuperado de www.eca.usp.br
Courtis, C. y Santillán, L. (2005). Peruanos y coreanos: construcción de subjetividades
inmigratorias desde la prensa. Noticias de antropología y arqueología. Recuperado
de http://www.naya.org.ar/
Devoto, F. (2004). Historia de la Inmigración en la Argentina. Buenos Aires: Suda-
mericana.
Garabedian, M. (2011). El estudio de la prensa de la inmigración española en la estruc-
turación de sus comunidades en el área del Río de la Plata. Segunda mitad del siglo.
Migración boliviana, prensa migrante y construcción identitaria 149
“BOLIVIANTINOS” Y “ARGENGUAYOS”:
DILEMAS INTERCULTURALES DE LA NUEVA
JUVENTUD MIGRANTE EN BUENOS AIRES 1
Natalia Gavazzo
CONICET-IDAES/UNSAM
navegazzo@yahoo.com
Introducción
Como menciono en mi último libro, uno de los dilemas que más pone en
tensión a la sociedad argentina es el vinculado al lugar de la inmigración en
la identidad cultural de la nación. El mito del “crisol de razas” que reafirma
el origen europeo del país se ha repetido por generaciones de argentinos y
argentinas que hasta hoy construyen identificaciones sobre esa idea, auto-per-
cibiéndose como “blancos” y “civilizados”, más aún en Buenos Aires, también
llamada por algunos “la París de Sudamérica”. Pero ¿Somos realmente “descen-
dientes de los barcos”? ¿Qué pasa entonces con los inmigrantes latinoamerica-
nos que, en la Argentina actual, son el 70% de la población extranjera residente?
¿Seguimos siendo los argentinos y argentinas -especialmente los porteños- sus
descendientes?
Sin dudas, la inmigración es “constitutiva de nuestra sociedad actual, parte
integral del proyecto nacional decimonónico que, a medida que el tiempo ha
pasado, ha contribuido a construir cierta identidad” (Oteiza, Novick y Aruj,
1997:7). Sin embargo, los estudios sobre la inmigración en Argentina se reali-
zaron durante décadas enfocándose en los europeos a partir de un “paradigma
asimilacionista”, que sostenía que la fusión de esos inmigrantes transatlánticos
se debía en gran medida a su peso demográfico, a su inserción en un único
sistema de estratificación social, a su débil identificación con sus naciones de
origen, a la cultura abierta de la sociedad argentina y a la infrecuente evalua-
ción de la misma como “cultura a imitar” (Canelo, 2011). Pero a partir de la
1
Este capítulo es una selección de fragmentos extraídos de mi libro Boliviantinos y
Argenguayos. Una nueva generación de jóvenes migrantes e hijos de inmigrantes en Buenos
Aires, publicado en el 2019 por el Grupo Editor Universitario en su colección Las juventudes
argentinas hoy: tendencias, perspectivas, debates.
152 Natalia Gavazzo
2
Las migraciones internacionales hacia la Argentina, debido a la importancia que se
observa no sólo en el volumen del flujo sino además en el impacto que tiene la presencia
de los migrantes en la sociedad de destino, constituyen un vasto campo de estudios. Los
mismos se han dado principalmente en el campo de la historia (Devoto, 2003), la sociología
(Germani, 1987[1955]), la geografía y demografía. Y aunque previamente los estudios se
centraban en las corrientes provenientes de Europa, las últimas décadas (y especialmente
a partir de 1990) las poblaciones intra-regionales han sido crecientemente analizadas por
diversos investigadores, especialmente politólogos, comunicólogos, especialistas del
derecho y economistas, entre otros. Los antropólogos nos hemos incorporado bastante
después que todos ellos a este campo de estudios (Bargman, y otros 1992). Desde enton-
ces la historia económica perdió centralidad a favor de una nueva historia social y de una
emergente antropología histórica, más cercanas al modelo del “pluralismo cultural” que
al del “crisol” (Caggiano, 2005).
3
Con el nuevo cambio de gobierno que designó como presidente de la Argentina a Al-
berto Fernández las expectativas de recuperar esos derechos de los migrantes son altas,
pero aún es demasiado pronto para evaluar su acción en materia migratoria, con lo cual lo
analizado aquí excluye el período presente.
“Boliviantinos” y “argenguayos”: dilemas interculturales de la nueva juventud migrante... 153
4
Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) abarca tanto la Ciudad Autónoma de Bue-
nos Aires (CABA) como el denominado Conurbano Bonaerense o Gran Buenos Aires (GBA)
compuesto por más de veinte municipios.
154 Natalia Gavazzo
vante para pensar los cambios en la Argentina reciente, puesto que -como se
mencionó- con la gestión de gobierno nacional iniciada en 2015, el vaivén en los
discursos y las políticas migratorias regresó a las concepciones securitistas an-
teriores, creando nuevos mecanismos para la expulsión de personas migrantes,
eludiendo mecanismos democráticos para la elaboración de leyes, vulnerando
derechos constitucionales y reavivando la xenofobia y estigmatización en la
sociedad que criminaliza a la migración latinoamericana, “marcando” a su
descendencia como “no deseada”. Desde la cárcel de inmigrantes anunciada en
2016 y el Decreto de Necesidad y Urgencia Nº70 de 2017 hasta el aumento de
las tasas migratorias y los cambios administrativos en la Dirección General de
Migraciones, altos funcionarios de gobierno -tanto del partido del expresidente
Mauricio Macri como de la oposición- realizan propuestas basadas en discursos
que culpan a los inmigrantes -sobre todo los latinoamericanos- de diversos
problemas que van desde el colapso del sistema público de salud y educación
hasta el narcotráfico y la inseguridad.
En esta coyuntura, hoy más que nunca cabe preguntarse: ¿cómo es la Ar-
gentina vista desde y creada por los hijos e hijas de los inmigrantes latinoame-
ricanos de Buenos Aires? ¿Qué dilemas identitarios y culturales le plantea esta
nueva generación de jóvenes “boliviantinos” y “argenguayos” a la argentinidad
actual? ¿Cuál es su rol como sujetos políticos?¿Cómo se articulan sus identifi-
caciones con el origen migratorio familiar con sus acciones colectivas? ¿Hasta
qué punto su ubicación en la genealogía familiar los define como sujetos con
características similares? ¿En qué se asemejan y diferencian a la experiencia de
los jóvenes migrantes de su misma edad que han llegado en los últimos años?
¿Cómo se autodefinen y cómo son interpelados por sus “otros” y con qué efectos
en las relaciones intra e intergeneracionales? Con bastante claridad, responder a
estas cuestiones representa un desafío considerable no sólo para los hijos –que
deben decidir “qué son”, si “argentinos”, “bolivianos”, “paraguayos” o “latinos”
u otras denominaciones mezcladas- sino también para quienes emprendan un
análisis de sus diversas estrategias de “asimilación” o “integración”. Ya que pos-
tula como central el plano cultural para comprender la “absorción” de los grupos
de inmigrantes en la sociedad receptora (Sayad, 1994; Portes, 1997), considero
que la antropología puede realizar un aporte central.
En ese sentido, para analizar el modo en que se define socialmente a una
“segunda generación” de inmigrantes y lo que puede haber de estigmatizante
en esa denominación (García Borrego, 2003), se precisa entonces comprender lo
que ese término representa y cómo se transmite y reproduce. Porque frecuen-
temente la presencia de poblaciones surgidas de la inmigración plantea pro-
blemas a los nacionalismos en la medida en que –como afirma García Borrego
siguiendo a Sayad- se les atribuyan “raíces culturales” de las que se piensa que
tienen difícil encaje en la sociedad, como es el caso de paraguayos y bolivianos
“Boliviantinos” y “argenguayos”: dilemas interculturales de la nueva juventud migrante... 155
en el AMBA. La alteridad étnica que se percibe como el objeto del poder político
se proyecta sobre los hijos incluso a veces de un modo mayor que hacia sus
padres debido a su “condición fronteriza”: una situación a mitad de camino
entre inmigrantes y nativos (García Borrego, 2003). Es así que, aunque “no son
inmigrantes venidos de fuera”, la biologización de la relación padre-hijo (que
naturaliza la herencia cultural de una generación a otra) hace que tampoco se
pueda considerar a estos hijos como “puramente autóctonos”, es decir como
“culturalmente nativos”, por mucho que legalmente puedan serlo. Esta supuesta
“condición fronteriza” sería lo que entonces los convierte en “problemáticos”
y como consecuencia un objeto preferente de una política de “normalización”.
¿Qué son y qué deberían ser estos jóvenes? ¿Argentinos, bolivianos, paraguayos,
ninguna de las tres, todas a la vez, otra cosa?
En todo caso, frente a la transmisión inter-generacional de la condición
migratoria y la pertenencia cultural, los hijos enfrentan un dilema: si se man-
tienen “bolivianos” o “paraguayos” se enfrentarán al “ostracismo social” y,
como discutiremos, continuarán “los ataques en la escuela” (Portes, 1997). Pero
si se convierten en “argentinos” deberán alejarse de los sueños de sus padres de
progresar sin perder la solidaridad étnica y la preservación de valores tradicio-
nales, y junto con ella los beneficios de ser parte de una comunidad migrante.
Como analizaremos, esto implica un dilema para los descendientes que sienten
que son parte de dos mundos opuestos, diferentes, irreconciliables, entre los
cuales deben elegir pertenecer. Una doble identidad con la que son “marcados”
desde niños/as.
Examinar este dilema y las múltiples formas de encararlo puede ayudarnos
a entender las implicancias de la denominación “inmigrantes de segunda ge-
neración” aplicada a los hijos que nunca inmigraron y que, por esta operación,
quedarían unificados con sus padres bajo la categoría común de “inmigrantes”.
Sobre esta clasificación que equipara a los hijos de inmigrantes con sus padres,
y los opone a los “autóctonos”, tal como mostraremos, se sustenta frecuente-
mente su estigmatización. Pues al tratar como inmigrantes a los descendientes
el estigma parece transmitirse “de generación en generación”. Por eso resulta
imprescindible atender a las categorías que se utilizan para nombrar a los gru-
pos sociales con que trabajamos, cómo se definen y etiquetan socialmente los
sujetos, principalmente aquellos que son “alterizados”, es decir considerados
“otros” muy diferentes.5
5
Por ejemplo, como continuación de mi tesis doctoral (Gavazzo, 2012), en este capítulo
utilizaremos la categoría “hijo” o “hija” por considerarla más pertinente, no sólo por ser
la de uso “nativo” sino también para superar este sesgo discriminatorio que la noción de
“segunda generación” parece esconder.
156 Natalia Gavazzo
En resumen, los hijos e hijas de bolivianos y paraguayos a los que nos referi-
remos aquí constituyen un grupo de nativos argentinos con al menos un padre
nacido en Bolivia y/o Paraguay, que además pueden ser considerados como
jóvenes (especialmente desde la adolescencia hasta la primera fase de la adultez,
es decir menores de 40 años), etapa en la que se suceden y coexisten diversos
grupos etarios. Asimismo, es un conjunto heterogéneo de sujetos y subjetivi-
dades que, de todos modos, comparten algunas características sociológicas que
tienen que ver con experiencias comunes de vida familiar, comunitaria y social
que marcan sus formas de auto-identificarse y de presentarse como individuos.
Por eso, incluyo también a los jóvenes migrantes que llegaron hace pocos años,
que son hermanos de nacidos en Argentina, o que llegaron de niños a este país,
ya que no sólo considero que tienen vivencias similares sino que los observo
unidos en la creación de movimientos sociales y políticos en la actualidad, y
por ende los considero parte de la misma generación. La comprensión de sus
heterogéneas identificaciones será entonces posible mediante el examen de re-
latos autobiográficos registrados en entrevistas y observaciones recopilados a
lo largo del trabajo de campo,6 las cuales compartiré para que pensemos juntos
en los cambios que traen a nuestra argentinidad esta generación de jóvenes.
6
Las entrevistas, cuyos fragmentos se transcriben en este capítulo, fueron realizadas
durante el período 2007-2017.
7
Según el Censo 2010, 1.805.957 extranjeros residen actualmente en el país, a diferencia
de épocas pasadas en que la mayoría eran de origen europeo, 1.245.054 (o sea casi un 69%)
de los actuales migrantes provienen de países limítrofes. Entre ellos se destacan las pobla-
ciones en estudio: un 19,12 % son bolivianos (345.272) y un 30,49% son paraguayos (550.713).
“Boliviantinos” y “argenguayos”: dilemas interculturales de la nueva juventud migrante... 157
8
En total estas ramas concentran el 63% de trabajadores paraguayos y el 59% de boli-
vianos (casi un cuarto de estos últimos realiza tareas en la agricultura, ver Cerrutti, 2009).
158 Natalia Gavazzo
9
En el caso de las mujeres bolivianas debe decirse que, a pesar de que no interrumpen
sus tradicionales obligaciones y roles en la economía doméstica, “suelen recrear en Argen-
tina un entorno que es fiel reflejo del que dejan en Bolivia” (Dandler y Medeiros, 1991:33).
De ese modo, según algunos estudios, permanecen ligadas a la economía “informal”, man-
tienen redes familiares e incluso casas de comida y pensiones para otros bolivianos, reciben
parientes, organizan redes familiares de trabajo y reproducen habitualmente las pautas
culturales que existen en los lugares de donde proceden. El caso de las mujeres paraguayas
es similar sólo que se han establecido mayormente en el trabajo doméstico como principal
fuerza de trabajo. En comparación con las bolivianas, las mujeres paraguayas tienen menos
opciones laborales lo que, sumado al hecho de emigrar solas, las coloca en una situación de
mayor vulnerabilidad. Además, las paraguayas -así como sus compatriotas varones- acos-
tumbran a realizar casamientos mixtos con argentinos en mucha mayor cantidad que los/
las bolivianos/as.
10
Según el Censo 2010, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) residen 76.609
bolivianos y 80.325 paraguayos (22,19% y 14,56% del total de residentes de ambas nacionalida-
des en todo el territorio argentino), mientras que los 24 partidos el Gran Buenos Aires (GBA)
concentran a 114.146 bolivianos y 334.866 paraguayos (33,06% y 60,81% respectivamente).
“Boliviantinos” y “argenguayos”: dilemas interculturales de la nueva juventud migrante... 159
11
Específicamente en la CABA, es decir en el territorio de la Capital Federal, tanto los
inmigrantes bolivianos como los paraguayos se aglutinan en las áreas del sur, del suroeste
y en menos medida en el centro-sur de la ciudad. Según datos del INDEC, estos inmigrantes
se concentran en los siguientes barrios de la Capital Federal: Nueva Pompeya (16%), Villa
Soldati (16%), Villa Lugano (14%) y Retiro (11,3%) (Cerruti, 2009). Asimismo, existe una gran
concentración de estos grupos de inmigrantes en los Partidos del GBA, aunque con una
mayor dispersión debido a la gran cantidad de barrios y a la magnitud geográfica de dicho
territorio. Según los datos disponibles, los partidos que nuclean la mayor cantidad de in-
migrantes de estos dos grupos son La Matanza (20%) y Lomas de Zamora (9%). Además de
estos dos partidos, en Quilmes, Florencio Varela, Almirante Brown y Merlo, la proporción
de inmigrantes supera el 5% de sus respectivas poblaciones (Cerruti, 2009).
12
En el 2010, el censo registra que unas 12.806.866 personas residen actualmente en esta
zona urbana, representando un 32% del total de la población de la Argentina (40.117.096),
de los cuales 190.755 son bolivianos y 415.191 son paraguayos.
13
Según los datos del INDEC y del Censo Nacional de Población y Vivienda analizados en
el documento de trabajo de la Dirección Nacional de Población (DNP), se registra que los
inmigrantes bolivianos y paraguayos que residen en la CABA y en la Provincia de Buenos
Aires (que comprende el GBA y el interior de la provincia) presentan estructuras por edad
más jóvenes que los migrantes establecidos en otras zonas del país.
160 Natalia Gavazzo
con gran representación de mujeres, llegados a la ciudad capital del país en los
últimos cuarenta años (máximo cincuenta). Este flujo constante fue posibilitado
por las redes sociales que tradicionalmente han reproducido los ciclos migra-
torios de varias generaciones y que han creado lazos entre los agentes sociales
y entre el país de origen y de destino (Zalles Cueto, 2002). Como veremos más
adelante, las redes también constituirán recursos importantes para enfrentar
la discriminación y la xenofobia de la que estos migrantes suelen ser sujetos
preferenciales.
Por último, si analizamos la historia argentina y el lugar del AMBA en la
atracción de inmigración de países de la región, especialmente Bolivia y Pa-
raguay, comprendemos que ambos colectivos de inmigrantes comparten una
sexta característica. Se trata de cierta “imagen pública”, una representación, que
no existe sin práctica social y que funciona como modelo para generar simul-
táneamente prácticas concretas (Sinisi, 1999:45). He llegado a denominar a esta
imagen “el estigma del bolita y del paragua” usando las categorías peyorativas
más usuales para referirse a estos colectivos. Porque cuando las representacio-
nes de propio grupo son valorizadas socialmente como positivas -como en el
caso de los inmigrantes transatlánticos llegados hasta mediados de siglo XX- se
espera entonces que los sujetos de referencia sean “reconocidos” y “legítimos”
–por ejemplo, mediante leyes que garantizan derechos–. En contraste cuando
son imaginados mediante estereotipos negativos el efecto que provocan es la
estigmatización.
Entonces, tanto bolivianos y paraguayos comparten el estigma de ser inmi-
grantes “no deseados”, no buscados por leyes de fomento de la inmigración ni
contemplados como sujetos de derechos y por ende ciudadanos plenos, inde-
pendientemente de su contribución al país y de lo prolongado de su residencia.
Entonces, aunque una gran parte de los bolivianos y paraguayos residentes en
el país regularizaron su situación migratoria, la precariedad laboral –por men-
cionar un ejemplo– aún es realmente grave en gran parte debido a los elevados
niveles de discriminación que sufren a diario.14 A la situación de indefensión
laboral, debemos sumarle la xenofobia y el racismo a los que tanto bolivianos
como paraguayos, aunque de modos diferentes, se enfrentan en la ciudad
capital. Paralelamente a la estigmatización, los trabajadores y trabajadoras
provenientes de Bolivia portan también un fuerte estereotipo positivo: por su
gran capacidad de trabajo y –desde la perspectiva de empleadores– por su no
conflictividad son frecuentemente alabados como “buena gente”. Por esta ra-
zón, además son muy buscados para ciertas ocupaciones, y por eso mismo son
resentidos por otros trabajadores con quienes entrarían en competencia. Si bien
14
Esto ha quedado registrado por numerosos investigadores y por mí misma de forma
específica en Gavazzo, 2011.
“Boliviantinos” y “argenguayos”: dilemas interculturales de la nueva juventud migrante... 161
15
Entendidas como formas de percibir, conceptualizar y significar los procesos sociales
desde modelos ideológicos construidos históricamente (Sinisi 1999).
“Boliviantinos” y “argenguayos”: dilemas interculturales de la nueva juventud migrante... 163
cosas yo sola. (…) no la pasé muy bien; en 8º y 9º; ahí yo era la única
hija de bolivianos, en toda la escuela. (…) Yo me acomodaba porque
estaba en los 2 espacios; en el barrio, con mis amigas que me contaban
todo lo que ellas vivían y yo, lo que vivía en otras escuelas; eran muy
diferentes, por ahí, pero estaban los 2 espacios; a lo último me terminé
sintiendo más extraña en mi propio barrio porque yo estaba todo el
día en la escuela; es una escuela donde vos cursás desde las 8 de la
mañana y salís a las 7 de la tarde; tenía doble turno; entonces no la
pasaba mucho tiempo en mi casa.
Era como que iba y venía a dos mundos, porque iba estaba en
un mundo que era de todos porteños (…) me acuerdo el trato de las
madres de los chicos, en los autos, viste así, cuando había que poner
plata para el regalo de la maestra, a nosotros ni nos pedían, porque
sabían que no poníamos, no teníamos, y siempre nos hacían a un
lado, se generaba algo raro, que no sé porque era generado, pero me
daba cuenta yo, no entendía por qué se hacía, a esa edad, pero sí me
164 Natalia Gavazzo
daba re cuenta, de que yo me daba cuenta como que Charrúa era algo
que podíamos entrar y salir nosotros pero era raro y muy difícil para
alguien de afuera.
16
Así, los individuos responden a una multiplicidad de transformaciones en las condicio-
nes sociales, económicas y políticas, todo lo cual afecta las formas que adoptan las familias
y las relaciones dentro de ellas (Foner, 2009:15).
“Boliviantinos” y “argenguayos”: dilemas interculturales de la nueva juventud migrante... 165
padres bolivianos- quien nació y creció cerca del barrio Atalaya en el Partido
de La Matanza en el GBA, y que actualmente tiene 33 años. Él cuenta:
HB es una denominación propia del grupo de amigos al que pertenece Walter, que a la
17
vez es una fraternidad de danza de caporales, y que designa a los “hijos de boliviano” tanto
entre ellos como en otros de los grupos con los que interactúan en sus prácticas artísticas
y sociales.
166 Natalia Gavazzo
Tal como relata, una vez en la presidencia y con todas las ganas de contri-
buir a la institución, José Luis comenzó a encontrar problemas con los socios y
dirigentes mayores:
Es interesante que José Luis identifique a esos dirigentes mayores con una
clase socioeconómica ya establecida que marca una diferencia, pero sobre todo
una asimetría, una desigualdad entre ellos (“los nuevos”) y nosotros (“los que
venimos peleándola desde siempre”) en donde la comunicación y el consenso
necesarios para la acción colectiva se ven dificultados. En ese sentido, las di-
ferencias generacionales deben comprenderse como desigualdades, en tanto
hijos/as como jóvenes son en ocasiones desvalorizados y marginados de los
espacios de decisión por padres/madres y adultos/as.
Fernando, por ejemplo, ya vivió gran parte de estas experiencias cuando
comenzó a participar social y políticamente en la comunidad paraguaya. Ac-
tualmente tiene 50 años y es hijo de ambos padres paraguayos, y comenta no
haber tenido grandes problemas para abrirse camino en la organización de la
que forma parte desde el año 1985, el Club Deportivo Paraguayo. De hecho,
también fue presidente del mismo en el año 2006, por un lapso de dos años.
18
Como dice en su facebook: “En marzo del 2017, nos agrupamos para hacer el primer
Paro Migrante en Argentina. Posteriormente nos conformamos como Bloque de Traba-
jadorxs Migrantes (BTM), en respuesta a la embestida del gobierno macrista contra el
derecho a migrar. Reivindicamos el ser parte del motor de la identidad cultural y política de
todos los países. Lxs migrantes históricamente hemos representado una fuerza política y
productiva fundamental y somos parte de la lucha con la cual se han logrado grandes con-
quistas en materia de derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos. El BTM
pretende defender y luchar por los derechos que como migrantes y trabajadorxs hemos
conquistado. Diferentes gobiernos de turno nos han utilizado como chivo expiatorio para
ocultar sus responsabilidades en las sucesivas crisis económicas y políticas que desatan so-
bre los hombros del pueblo trabajador. Creemos que lxs migrantes en Argentina debemos
coordinar una resistencia conjunta frente a la ofensiva de los gobiernos.”
19
Los jóvenes que componen Simbiosis Cultural son mayormente costureros que, a partir
del incendio de 2006, decidieron organizarse para pelear por los derechos de los trabaja-
dores de ese rubro, ampliando luego su espectro de acciones a otros temas, incluso de
carácter cultural, llegando a publicar libros propios y a apadrinar a grupos de raperos de su
mismo origen. Esto le valió disputas con otras organizaciones bolivianas, lo que sin dudas
podría ser materia de otro trabajo.
20
La masacre de campesinos en Curuguaty, ocurrida en 2012, en la que murieron 15
personas, y que hasta fines de 2018 retuvo a 6 presos políticos, derivó en la destitución del
entonces presidente Fernando Lugo. Su nombre se vincula a la constitución paraguaya cuyo
artículo 138 indica que “el pueblo tiene el derecho a rebelarse contra un gobierno que no
lo representa”. Desde Buenos Aires, estos jóvenes han venido realizando acciones para la
restitución de la democracia en Paraguay, oponiéndose incluso a sus compatriotas exiliados
que en ocasiones -como en el caso de Simbiosis- difieren en su ideología y discurso crítico.
170 Natalia Gavazzo
Es así que junto con otras jóvenes mujeres feministas del BTM se sumaron
activamente en la conformación del frente denominado Ni una migrante menos
(NUMM) donde se entrecruzaron mujeres migrantes militantes de distintas
generaciones y vieron reflejadas problemáticas en común: resistir al cambio
regresivo de la política migratoria argentina (iniciado en 2015 con el cambio en
la gestión de gobierno y materializado en el DNU 70 /17) y a la xenofobia que
se desprende de él, a la vez que plantear la necesidad de denunciar la violencia
machista exacerbada en su caso por la condición de ser migrantes. En mi inves-
tigación sobre el activismo migrante en las “nuevas generaciones” de hijas, hijos
y jóvenes venía siguiendo de cerca al BTM creado a partir de la publicación del
mencionado decreto y en el que hay una clara mayoría de mujeres migrantes
jóvenes (Gavazzo, 2018a y b). Si bien las jóvenes mujeres migrantes del BTM
venían participando activamente y de manera mayoritaria en las acciones del
movimiento desde la convocatoria al Primer Paro Migrante del 30 de marzo de
2017, fue el 8 de marzo (u 8M) de ese mismo año cuando se formalizó el vín-
culo necesario entre el debate sobre las migraciones y el género. Como forma
de confluir con otros movimientos sociales que pudieran dar apoyo a la “causa
migrante”, las jóvenes mujeres del BTM comenzaron a plantear la necesidad
172 Natalia Gavazzo
modas, canales de comunicación, entre otros). Es por ello que esta generación
comparte una situación socioeconómica -e histórica- particular que no sólo
impacta en su visión de sí mismos y de los otros, sino también en el acceso a
derechos y a sus posibilidades, metodologías y estrategias de acción, en las
alianzas que pueden establecer y las expectativas que, como jóvenes, cargan
como responsables de “construir el futuro”. La experiencia en común fundada
en la pertenencia a cierto grado y grupo de edad permite pensarlos entonces
como “generación” no sólo en términos etarios sino también políticos.
En este sentido, también se analizaron formas de participación de los jó-
venes migrantes e hijos e hijas de bolivianos y paraguayos en su intento de
superar la discriminación y obtener reconocimiento. Esto se logra mediante
su involucramiento en las actividades organizadas por las asociaciones de la
comunidad vinculadas a un contexto transnacional pero situadas en el AMBA.
Se pretendió entonces comprender el impacto que tienen las diversas identifi-
caciones en las formas de participación de estos hijos en el nivel comunitario.
En ese sentido, en los últimos años, está emergiendo una nueva generación
de líderes migrantes en Buenos Aires que, principalmente dentro de las co-
munidades boliviana y paraguaya, pero también de otras latinoamericanas,
se encuentran renovando las herramientas políticas disponibles para estos
movimientos. Los sentimientos y los lazos emocionales que los unen son par-
te central de la construcción de “comunidades” caracterizadas -como en los
ejemplos analizados- por la superación de las diferencias internas, la selección
de elementos unificadores y la omisión de algunas líneas de separación que,
empero, no dejan de existir.
Si estos jóvenes representan el futuro del país, este capítulo pretende haber
contribuido a la comprensión de los cambios sociales y culturales que se deri-
van de su presencia, pensamiento y acción. Se trata de dar un paso adelante en
la reflexión de la “identidad argentina” desde la visión de las nuevas genera-
ciones, especialmente de aquellas que se derivan de la inmigración que –desde
siempre- ha constituido la base de nuestra sociedad. Por eso, no es un texto
sobre los inmigrantes, sino sobre los argentinos de hoy y de mañana, y sobre
la inclusión de algunos y la exclusión de otros. Un trabajo que pretende aportar
a la construcción de una sociedad más igualitaria a partir de una crítica que no
sólo reconozca el aporte de los bolivianos y paraguayos a nuestra economía o a
nuestra identidad nacional, sino también los derechos de numerosos argentinos
que aún hoy buscan las claves que los ayuden a entender quiénes son y qué
deben hacer para tener una vida mejor.
“Boliviantinos” y “argenguayos”: dilemas interculturales de la nueva juventud migrante... 175
Bibliografía
Balán, J. (1982). La economía doméstica y las diferencias entre los sexos en las
migraciones internacionales: un estudio sobre el caso de los bolivianos en
Argentina. Estudios Migratorios Latinoamericanos, 15 (16), 269-294.
Bargman, D. et al. (1992). Los grupos étnicos de origen extranjero como objeto
de estudio de la Antropología en la Argentina. En C. Hidalgo y L. Tamagno
(Ed.), Etnicidad e identidad (pp.189-198). Buenos Aires: CEAL.
Benencia, R. (2003). La inmigración limítrofe. En Devoto, F., Historia de la inmi-
gración en la Argentina.Buenos Aires: Editorial Sudamericana.
Bourdieu, P. (1990). Algunas propiedades de los campos. En Sociología y cultura
(pp. 135-141). México: CONACULTA.
Bourdieu, P. (1999) [1979]. La distinción. Criterios y bases sociales del gusto. Madrid:
Taurus.
Caggiano, S. (2005). Lo que no entra en el crisol. Inmigración boliviana, comunicación
intercultural y procesos identitarios. Buenos Aires: Prometeo Libros.
Canelo, B. (2011). Migración, Estado y Espacio Urbano. Dirigentes Migrantes Bolivia-
nos y Agentes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ante Disputas por Usos
de Espacios Públicos. Tesis doctoral. Buenos Aires: Mimeo.
Cerruti, M. (2009). Diagnóstico de las poblaciones de inmigrantes en la Argentina.
Buenos Aires: Serie de documentos de la Dirección Nacional de Población
02, Secretaría del Interior, Ministerio del Interior. Organización Internacio-
nal para las migraciones (OIM).
Dandler, R. y Medeiros, C.(1991) [1988]. Migración temporaria de Cochabamba,
Bolivia, a la Argentina: patrones e impacto en la áreas de envío. En P. Pes-
sar (Ed.), Fronteras Permeables. Migración laboral y movimientos de refugiados
en América. Buenos Aires: Planeta.
Devoto, F. (2003). Historia de la inmigración a la Argentina. Buenos Aires: Paidos.
García Borrego, I. (2003). Los hijos de inmigrantes extranjeros como objeto de
estudio de la sociología. Anduli: Revista andaluza de ciencias sociales, (3), 27-46.
Gavazzo, N. (2002). La Diablada de Oruro en Buenos Aires. Cultura, identidad e
integración en la inmigración boliviana. Tesis de Licenciatura en Ciencias An-
tropológicas. Buenos Aires: Mimeo. UBA.
Gavazzo, N. (2006). Immigrants in the Imagination of the Nation. Latin Americans
in Argentina in the early 21st Century. Dissertation submitted for the MA
176 Natalia Gavazzo
Introducción
Desde la década de 1990, la peruana pasó a ser una de las poblaciones mi-
grantes más numerosas en Argentina; siendo actualmente, según los datos del
último censo nacional, la población extranjera no limítrofe con más habitantes
en el país.
Asimismo, si se incluye a la población limítrofe, la peruana es la cuarta
población más numerosa en Argentina, sólo superada en cantidad por tres
poblaciones migrantes: la paraguaya, la boliviana y la chilena.
Los datos de la Dirección Nacional de Migraciones indican que entre 2004 y
2016 la peruana fue la nacionalidad que más obtuvo radicaciones en Argentina
y la tercera que más inició dicho trámite (DNM, 2011; DNM, 2017).
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), a su vez, la peruana tam-
bién es la población migrante no limítrofe más numerosa; y la tercera población
migrante en general. CABA, asimismo, se presenta como el principal destino de
los migrantes peruanos que habitan en Argentina; habitando el 40% de los pe-
ruanos en dicha ciudad. Estos datos permiten afirmar que, al menos en CABA,
la peruana es una de las comunidades migrantes más significativas. Y no sólo
numéricamente. Puesto que, como hemos de ver a continuación, existen datos
que dan sugerentes pistas sobre la existencia de lazos sociales entre estos indi-
viduos migrantes. Es decir, de la existencia de un grupo o de una comunidad
de migrantes peruanos en CABA.
1
El presente capítulo es un adelanto de mi tesis de maestría, Los trabajadores peruanos en
la Ciudad de Buenos Aires: Un estudio sobre clase, migración y etnia, la cual tiene por director
al Dr. Pablo Dalle.
180 Bryam B. Herrera Jurado
Comentario metodológico
Si bien realizado en el marco de una investigación etnográfica en curso, para
el presente trabajo utilizamos principalmente fuentes secundarias. Por un lado,
revisamos la literatura experta sobre la migración proveniente de Perú en la
Argentina y en CABA, especialmente la literatura sociológica y antropológica.
Y, por otro lado, empleamos datos oficiales de los últimos censos del INDEC,
los cuales procesamos con los softwares REDATAM y SPSS.
Cabe mencionar, sobre este último punto, algunas cuestiones. El último
censo nacional se realizó en Argentina en 2010. Sin embargo, los datos que
hallamos en dicho censo relativos a migración peruana aún no han sido sis-
temáticamente presentados, en especial los que refieren a CABA. Asimismo,
las únicas dos investigaciones (Bruno, 2007; 2009; Rosas, 2010) que realizaron
encuestas a migrantes peruanos en el Área Metropolitana de Buenos Aires
sabemos acerca de los migrantes peruanos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Qué 181
2
El AMBA está conformado por CABA y 24 partidos bonaerenses: Almirante Brown, Avellane-
da, Berazategui, Berisso, Brandsen, Campana, Cañuelas, Ensenada, Escobar, Esteban Echeverría,
Exaltación de la Cruz, Ezeiza, Florencio Varela, General Las Heras, General Rodríguez, General
San Martín, Hurlingham, Ituzaingó, José C. Paz, La Matanza Lanús, La Plata, Lomas de Zamora ,
Luján, Marcos Paz, Malvinas Argentinas, Moreno, Merlo, Morón, Pilar, Presidente Perón, Quilmes,
San Fernando, San Isidro, San Miguel, San Vicente, Tigre, Tres de Febrero, Vicente López y Zárate
182 Bryam B. Herrera Jurado
de 15.939 a 88.260 entre 1991 y 2001 (Cerrutti, 2005). La década posterior, según
el censo de 2010, nos da un total de 153.152 peruanos habitando en Argentina.
Es decir, si bien en esta última década el incremento no fue tan abrupto, en
números netos siguió siendo elevado: en 2001, con respecto a 1991, se suman
72.321 migrantes peruanos; y en 2010, con respecto a 2001, 64.892.
La crisis económica y social que atravesó Argentina en 2001, en este senti-
do, aunque “empujó a un gran porcentaje de migrantes [peruanos] a dirigirse
a otros destinos (como es el caso de Chile) o regresar a Perú”, menguó sólo
momentáneamente el flujo migratorio (Canevaro, 2014), prontamente reacti-
vado por la posterior reactivación económica argentina y Ley de Migraciones
sancionada en 20033.
Por otro lado, como puede verse en el Cuadro 1, la migración peruana pasó
de ser la octava (según los censos de 1980 y 1991), a ser la cuarta de mayor rele-
vancia en el país (según los censos de 2001 y 2010).
Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC: Censos 1980, 1991, 2001 y
2010.
3
Tal ley hizo posible obtener rápidamente una condición legal en Argentina, lo cual en la
década de 1990 era sumamente difícil. Sobre algunos los difíciles avatares que implicaba la
anterior ley a los migrantes peruanos, véase el Alvites Baiadera (2018).
sabemos acerca de los migrantes peruanos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Qué 183
Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC: Censos 1980, 1991, 2001 y
2010.
4
Debido a esta particularidad de la migración peruana, distintos trabajos la estudian a
partir del empleo doméstico, a partir del género y también a partir del cruce de las dos varia-
bles (véase Rosas, 2010; Magliano, Perissinotti y Zenklusen, 2013; Magliano, 2015; Rossi, 2017).
184 Bryam B. Herrera Jurado
2001 2010
País de nacimiento
Total % Total %
Paraguay 46.928 14,8 81.111 20,6
Bolivia 50.111 15,8 78.572 20,0
Perú 38.990 12,3 64.123 16,3
Uruguay 34.750 10,9 31.754 8,1
España 39.111 12,3 26.396 6,7
Italia 33.581 10,6 23.082 5,9
Chile 9.648 3,0 10.542 2,7
Total 317.556 100,0 392.956 100,0
Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC: Censos 2001 y 2010.
5
Estos datos, los relativos a trabajo y educación, serán detallados más detenidamente
en el apartado IV del presente texto, aunque refiriéndose a CABA.
sabemos acerca de los migrantes peruanos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Qué 185
Figura 1. Población peruana según sexo y grupos de edad (%). CABA, 2010
45
40
35
30
25
20
15
10
0
0 - 14 15 - 29 30 - 44 44 - 59 60 - 74 75 y más
Varón Mujer
Co-
Barrios Total %
muna
Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo,
1 10.671 16,6
Monserrat y Constitución
2 Recoleta 1.524 2,4
3 San Cristóbal y Balvanera 12.003 18,7
4 Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya 7.512 11,7
5 Almagro y Boedo 4.992 7,8
6 Caballito 2.105 3,3
7 Flores y Parque Chacabuco 5.343 8,3
8 Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano 2.144 3,3
9 Parque Avellaneda, Liniers y Mataderos 1.700 2,7
Villa Real, Monte Castro, Versalles, Floresta,
10 2.325 3,6
Vélez Sársfield y Villa Luro
Villa Gral. Mitre, Villa Devoto, Villa del Parque y Villa
11 1.924 3,0
Santa Rita
12 Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón 2.841 4,4
13 Belgrano, Núñez y Colegiales 2.397 3,7
14 Palermo 2.397 3,7
Chacarita, Villa Crespo, Paternal, Villa Ortúzar,
15 4.298 6,7
Agronomía y Parque Chas
Total CABA 64.123 100,0
más altos que otros migrantes, dado que los vecinos y los comercios del barrio
terminan siendo sus principales proveedores de empleo.
Antes de terminar este apartado, cabe retomar dos observaciones. En primer
lugar, según los datos de la EMIGE-2007, más del 50% de los migrantes perua-
nos que habitan en el AMBA nacieron en el departamento de Lima. Asimismo,
más del 60% de los mismos dijo haber estado viviendo en Lima en el momento
de su migración a Argentina (Rosas, 2010). Es decir, por lo menos la mitad de
ellos proviene de un entorno urbano.
Por otra parte, utilizando como fuentes primarias, encuestas semi-estructu-
radas, Cerrutti (2005) indica que centralmente hay cuatro motivos de migración
en la población peruana de CABA. En primer lugar, el más aludido por todos,
es económico; pues la mayoría de los testimonios comentan que, si bien tenían
trabajo en Perú, su nivel de ingresos era muy bajo. Otro motivo, propio de la
década de 1990, es huir de la persecución política y del terrorismo de estado
acaecidos durante el gobierno de Fujimori. El continuar los estudios, asimismo,
es otra opción aludida; entendida principalmente como una vía de movilidad
social ascendente. Sin embargo, otros trabajos (Canevaro, 2006; Rosas, 2010)
señalan que son muy pocos los que efectivamente logran estudiar y menos aún
quienes terminan sus estudios. El cuarto motivo aludido es el afectivo-familiar,
que a su vez puede dividirse en dos. Por un lado, la búsqueda de reunificación
familiar; por el otro, la migración como forma de alejarse de problemas fami-
liares.
Educación y trabajo
Una de las particularidades de la migración peruana, comparada con otras
migraciones, es su mayor nivel educativo (Cerrutti, 2018). Por ejemplo, en CABA
tal población cuenta ligeramente con menor analfabetismo. Según el Censo
de 2010, el 1,6% de la población peruana no sabe leer ni escribir; mientras que
el 3,2% de la población boliviana y el 2,2% de la paraguaya no saben leer ni
escribir.
Más significativa es la diferencia en el máximo nivel de instrucción de los
migrantes. Como puede verse en el Cuadro 5, el 40,2% de la población peruana
en CABA tiene secundario completo; el 18,4%, secundario incompleto; el 9%,
universitario incompleto; el 7,5%, superior no universitario completo; el 5,8%
el primario completo; y el 5,4 universitario completo. En cambio, sólo el 29,6%
de la población boliviana en CABA tiene secundario completo; mientras que
sabemos acerca de los migrantes peruanos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Qué 189
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Patrón 3,0 2,3 2,6 2,6 2,9 2,8 1,4 1,9 1,7
Trabajador
por cuenta 18,2 20,4 19,3 12,7 13,5 13,1 6,9 10,0 8,6
propia
Trabajador
1,2 2,3 1,8 2,4 3,3 2,8 1,1 2,0 1,6
familiar
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
del trabajo (Vargas y Trpin, 2005). Por ejemplo, el principal nicho de trabajo de
los varones paraguayos en el AMBA es la construcción; y, los de los varones
bolivianos, la producción hortícola y la manufactura textil (véase, por ejemplo,
Benencia, 2012).
Un estudio de 2004 indicaba que, dado el carácter relativamente reciente
de la migración peruana, aún no existían por aquel entonces nichos de trabajo
para los varones de este flujo migratorio (Bruno, 2007). Ello, y el bajo índice
de masculinidad de la migración peruana, explican en parte, por un lado, la
diferencia entre la principal actividad económica de los varones peruanos y
las principales actividades de los varones bolivianos y paraguayos; por otro
lado, también permite preguntarnos a modo de hipótesis, si no existe ya un
posible nicho de trabajo entre los varones peruanos. Puesto que mientras los
varones peruanos tienen puntuaciones elevadas en la categoría Comercio al
por mayor y al por menor, Reparación de vehículos automotores y motocicle-
tas, esto no ocurre con los varones bolivianos ni con los paraguayos, quienes
tiene puntuaciones elevadas en otras categorías.
Identidad y discriminación
En 2010 el censo nacional argentino agregó preguntas sobre afro-descen-
dencia y sobre pueblos originarios. Las mismas eran: ¿Ud. o alguna persona de
este hogar es afrodescendiente o tiene antepasados de origen afrodescendiente
o africano (padre, madre, abuelos/as, bisabuelos/as)? y, ¿Alguna persona de
este hogar es indígena o descendiente de pueblos indígenas (originarios o abo-
rígenes)? Las dos, a su vez, pedían que se indique cual era la persona del hogar
que así se reconocía y, sólo en el caso de la segunda, a qué pueblo originario
se pertenece.
Primero veamos los datos relativos a la auto-percepción sobre la pertenencia
y la descendencia de pueblos originarios (Cuadro 9). El 13,5% de la población
boliviana que habita en CABA se reconoce “indígena” o descendiente de pue-
blos originarios; el 3% de la población paraguaya se reconoce de tal manera; y
el 2,5% de la peruana.
Respecto a la población afrodescendiente y con antepasados de origen afro-
descendiente o africano (Cuadro 10) , el 1% de la población peruana se reconoce
de tal manera; mientras el 0,4% de la boliviana y el 0,4% de la paraguaya así lo
hacen.
Es decir, en comparación con la población boliviana y paraguaya, la peruana
es la que se reconoce en menor medida indígena o descendiente de pueblos
originarios; y la que se reconoce en mayor medida, aunque en porcentajes cier-
tamente bajos, afrodescendiente y con antepasados de origen afrodescendiente.
sabemos acerca de los migrantes peruanos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Qué 195
País Si No Total
Perú 2,5 97,5 100,0
Bolivia 13,5 86,5 100,0
Paraguay 3,0 97,0 100,0
País Si No Total
Perú 1,0 99,0 100,0
Bolivia 0,4 99,6 100,0
Paraguay 0,4 99,6 100,0
Comentarios finales
Ya habiendo visto la bibliografía especializada relativa a la migración perua-
na en Argentina en general y en CABA en particular, podemos listar algunas
conclusiones.
Por un lado, en la década de 1990 esta migración cambia en Argentina, pues
los peruanos ya no migran principalmente para estudiar, sino que pasan a ser
migrantes económicos clásicos. Asimismo, a partir del año 2010 la peruana es
la principal población extranjera no limítrofe de Argentina; siendo, además,
entre 2004 y 2016 la tercera nacionalidad que más tramitó y la que más obtuvo
radicaciones argentinas.
En tercer lugar, CABA aparece como el destino por excelencia; siendo la
peruana desde 2001 la principal población extranjera no limítrofe en CABA.
En este sentido, a diferencia de los migrantes limítrofes, los peruanos optan en
buena medida por los barrios de clase media y media baja, especialmente los
barrios de la Comuna 3: Balvanera y San Cristóbal. Zona también denominada
como el Once.
Por otra parte, respecto a la educación, los datos sobre los peruanos en
CABA concuerdan con los referidos al AMBA y a Argentina en general. A saber,
estos migrantes, en comparación con los migrantes limítrofes, tienen mayor
nivel educativo formal, con por lo menos el secundario completo. Aunque, en
consonancia con la tendencia internacional, se devalúan sus credenciales educa-
tivas (y laborales) al llegar a la Argentina, insertándose los migrantes peruanos
en las posiciones más precarias de la clase trabajadora.
En quinto lugar, la población peruana, está económicamente ocupada en
mayor medida que otras poblaciones migrantes. Pues, dado el carácter reciente
de esta migración, la mayoría de los peruanos son jóvenes, hallándose en una
edad laboral. Asimismo, si bien en su mayoría la población peruana es emplea-
da u obrera, tiene un elevado número de trabajadores autónomos o por cuenta
propia. Asimismo, la población peruana tiene la peculiaridad de participar
sabemos acerca de los migrantes peruanos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Qué 197
Bibliografía
Alvites Baiadera, A. (2015). Entre redes sociales. Prácticas y representaciones de la
migración peruana. Villa María: EDUVIM.
Alvites Baiadera, A. (2018). Peruanos en el cruce de frontera hacia Argentina.
Reflexiones sobre las políticas de control migratorio desde la subjetividad
de los migrantes. REMHU, 6 (53), 171-186.
198 Bryam B. Herrera Jurado
Anexo
g. Comercio al por
mayor y al por me-
nor; reparación de 23,3 18,5 20,8 10,1 17,4 13,3 9,6 9,2 9,4
vehículos automo-
tores y motocicletas
h. Transporte y
8,7 1,0 4,6 5,2 1,1 3,4 4,8 1,4 2,9
almacenamiento
i. Alojamiento y
servicios de comi- 8,3 4,3 6,2 1,8 2,9 2,2 5,2 3,8 4,4
das
j. Información y
1,8 1,3 1,5 0,9 0,8 0,9 1,0 0,8 0,9
comunicación
k. Actividades
financieras y de 0,7 1,3 1,0 0,4 1,2 0,8 0,3 1,2 0,8
seguros
sabemos acerca de los migrantes peruanos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Qué 201
l. Actividades
3,3 2,8 3,0 0,7 1,0 0,8 2,1 2,8 2,5
inmobiliarias
m. Actividades pro-
fesionales, científi- 6,1 1,0 3,4 1,1 1,2 1,1 1,7 0,8 1,2
cas y técnicas
n. Actividades
administrativas y 5,9 5,8 5,8 3,9 8,5 5,9 5,7 5,7 5,7
servicios de apoyo
o. Administración
pública y defensa;
2,2 2,2 2,2 5,5 5,7 5,6 5,0 5,8 5,4
planes de seguro
social obligatorio
p. Enseñanza 2,9 3,3 3,1 2,1 4,5 3,2 1,9 3,2 2,6
q. Salud humana y
4,9 9,3 7,2 4,6 8,4 6,3 3,8 5,5 4,7
servicios sociales
r. Artes, entreteni-
0,6 0,4 0,5 0,3 0,4 0,3 0,3 0,3 0,3
miento y recreación
s. Otras actividades
2,0 7,9 5,1 0,9 4,4 2,4 1,9 8,3 5,5
de servicios
t. Actividades de
los hogares como
empleadores de
3,7 31,5 18,4 4,0 14,0 8,4 3,3 40,5 24,1
personal doméstico;
o productores de
bienes
z. Sin descripción 1,8 1,5 1,6 1,5 1,1 1,3 2,3 2,4 2,4
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
LA PLURILOCALIDAD COMO
EXPERIENCIA Y PRÁCTICA:
IDENTIDAD Y DINÁMICAS
RUR-URBANAS
205
Introducción
La categoría de “lo urbano”, implica al mismo tiempo la categoría de “lo
rural”, como opuestas una de la otra. En ambos casos, hacemos referencia a
dos tipos de ocupación espacial o territorialización. A estos dos tipos de ocu-
pación del espacio y sus recursos les corresponde también diversas formas de
manifestación cultural, organización social, económica, productiva, etcétera.
Es evidente que existen sustanciales diferencias entre “lo rural” y “lo urba-
no” como realidades sociales. Sin embargo, no es tan evidente que éstas sean
contrapuestas y dicotómicas como aparece en el imaginario común, o al menos
en el imaginario urbano. En nuestro caso, el de Bolivia, la oposición urbano
rural arrastra consigo una larga cadena de equivalencias donde intervienen
de la dimensión territorial, la dimensión étnico cultural, económica, social e
incluso política.
Podemos decir que en cierto sentido las ciudades de Bolivia se han “andi-
nizado” no sólo en cuanto a manifestaciones culturales sino en cuanto a su
estructura económica, territorial y social profunda. Podemos decir también
que lo andino se ha urbanizado, puesto que a la lógica del “control vertical de
un máximo de pisos ecológicos” se ha introducido el elemento urbano y con
ello, sostenemos, se ha adecuado este modo de control territorial a un modo de
control socio económico. De ahí que podemos hablar de un “control vertical de
un máximo de pisos socio económicos” y ya no sólo ecológicos. A este tipo de
ocupación espacial lo denominamos “multilocalidad”, puesto que no se trata
solo del control de pisos ecológicos, sino de una tecnología social de mayor
complejidad. La multilocalidad, como estrategia de ocupación de distintos
206 Nelson Antequera
Lo urbano y lo periurbano
Entenderemos la categoría de lo urbano y lo rural como formas distintas de
territorialización. Esto quiere decir formas de actuar sobre el espacio y de apro-
piarse del mismo. Una determinada forma de apropiación del espacio implica al
mismo un determinado tipo de organización social, dinámica económica y po-
lítica. Es así que lo urbano y lo rural puede entenderse no sólo como un tipo de
ocupación espacial o de territorialización sino como un tipo de relación social
en sí y al mismo tiempo, la relación entre lo urbano y lo rural se puede entender
como un tipo de relación social. De este modo, las categorías de lo urbano, rural
y periurbano no son sólo categorías territoriales sino también categorías socia-
les. En este apartado intentaremos una aproximación conceptual a la ciudad, lo
urbano y lo periurbano como categorías sociales para entrar posteriormente en
el análisis de la relación entre lo urbano, lo periurbano y lo rural.
Centelles (2006:23) afirma que podemos identificar con el término ciudad a
aquel territorio, de base urbana, donde existe “una cierta unidad económica, cul-
tural y social que puede o no coincidir con las demarcaciones administrativas”.
De esta manera, la ciudad se debe comprender no sólo como aglomeración física
sino también en relación a su hinterland o territorios bajo su influencia/depen-
dencia socio económica. De aquí que la ciudad, para ser tal, tiene dos elementos
principales; la unidad económica, social y cultural al interior de un territorio
y su base urbana. Por tanto, no todo lo urbano es ciudad, pero sí toda ciudad,
para ser tal debe tener un carácter urbano.
Para Nel·lo, las características que hacen a la ciudad son la convivencia de
usos y personas. “La separación de las dos cosas hace que el espacio se convier-
ta en urbanización pero no en ciudad” (Nel·lo en Boira, 2001). La urbanización
estaría definida más bien en términos de aglomeración física. Desde el punto
de vista demográfico, el Instituto Nacional de Estadística define, con fines cen-
sales, la zona urbana como aquella que tiene más de dos mil habitantes. Por
tanto, no todo centro urbano es una ciudad.
208 Nelson Antequera
1
Silvia Rivera et al. (1992: 84) dan cuenta de cómo los ayllus del norte de Potosí, en
particular los ayllus de la Provincia Bustillos conservan el tipo de control vertical de los
pisos ecológicos bajo el modelo de archipiélago territorial, donde los ayllus poseen tierras
en las alturas (región que localmente denominan suni), en los valles (región localmente
denominada likina) e incluso se reconoce un territorio intermedio denominado taypirana
o chawpirana.
control vertical de los pisos socioeconómicos
El 211
Doble domicilio
Así, entra otro elemento que es el de la migración definitiva. Sin embargo,
debemos comprender la migración no como un proceso lineal según el cual
la familia traslada su residencia definitivamente de un lugar a otro, sino en la
lógica del “doble domicilio”, De esta manera podemos decir que la migración
212 Nelson Antequera
2
Platt (1981) menciona sólo dos regiones, la puna y el valle. El control de tierras del trópi-
co es posterior a 1981, tiene lugar principalmente a partir de 1985, cuando se dio el despla-
zamiento masivo al trópico cochabambino y paceño donde el cultivo principal es la coca.
Los cultivos o intercambios de productos de los valles estaban destinados principalmente
al consumo familiar. En cambio, la producción de la coca está destinada al mercado, lo cual
permite complementar la producción de la puna.
214 Nelson Antequera
a una población mucho mayor que fue censada en otro lugar. Lo mismo sucede
en las ciudades, si una familia fue censada en el Chapare pero tiene casa en
un barrio de Cochabamba u Oruro, demandará al municipio el arreglo de sus
calles, la provisión de servicios básicos, etcétera.
3
La Organización Territorial de Base (OTB) es la figura legal mediante la cual el Estado
reconoce a una organización vecinal urbana o a una organización campesina rural con base
territorial.
218 Nelson Antequera
Conclusión
El crecimiento urbano en Bolivia, producto principalmente de la migración
del campo a la ciudad ha configurado, ha transformado completamente el pa-
norama social y territorial. Al haberse producido un crecimiento urbano sin
industrialización, como en otros contextos, no se explica el crecimiento de las
ciudades sin su intrínseca relación con el campo, de donde vienen los migrantes
que han engrosado las zonas periurbanas de Bolivia.
Desde esta perspectiva, es necesario en primer lugar cuestionar profunda-
mente la dicotomía entre lo urbano y lo rural y las demás categorías que con
ella vienen asociada. Antes bien, es necesario buscar en los principales patro-
nes de ocupación territorial de la cultura andina, una explicación acerca de la
dinámica social y económica de las urbes bolivianas.
Estos dos rasgos principales son, a nuestro entender, el doble domicilio y el
control vertical de un máximo de pisos ecológicos.
Los centros urbanos se han incorporado en la dinámica económica andina.
En principio, y desde hace mucho, como un destino temporal y recientemente
como un destino definitivo de las familias campesinas, además de otras nuevas
zonas como el oriente de Bolivia. Sin embargo, la migración en nuestro contexto
no debe entenderse como un movimiento lineal, sino como un itinerario según
el cual, las familias no renuncian definitivamente al control sobre las tierras
de origen o sobre otras zonas de producción. De esta manera, las zonas periur-
banas son una estación más del peregrinaje continuo de las familias que van
trashumando en busca de mejores condiciones de vida.
En el aspecto territorial podemos decir que las ciudades se han integrado a
antiguos circuitos migratorios y laborales. Pero en el plano social, podemos de-
cir que las sociedades andinas han desarrollado, a partir de la lógica del control
vertical de un máximo de pisos ecológicos, el control vertical de un máximo de
pisos socioeconómicos además de ecológicos, que les permita su supervivencia.
Dentro de los centros urbanos, son precisamente las zonas periurbanas
donde se evidencian las rupturas o continuidades entre lo rural y lo urbano.
El estudio de los migrantes bolivianos en los centros urbanos tanto al inte-
rior de Bolivia como en ciudades de otros países, debe atender a una perspec-
tiva según la cual estos enclaves en las ciudades están articulados a territorios
más amplios, que definitivamente trascienden las divisiones políticas impues-
tas. En el plano del análisis social es necesario superar las dicotomías urbano
rural, de modo que una concepción menos polarizada de lo urbano y lo rural
permita a la vez un cambio no sólo en el conocimiento de la realidad urbana,
sino en las relaciones sociales que están determinadas por las categorías terri-
toriales, étnicas y sociales construidas en nuestra sociedad.
control vertical de los pisos socioeconómicos
El 219
Bibliografía
Antequera Durán, N. (2016). Debemos gobernarnos a nosotros mismos. Gobier-
nanancheq tian noqancheq pura. Organización política originaria del ayllu andino
(Kirkyawi–Bolivia). Cochabamba: Edición del autor.
Antequera Durán, N. (2007). Territorios Urbanos. La Paz: Plural, CEDIB.
Antequera Durán, N. y Cielo, C. (editores) (2011). Ciudad sin fronteras. Multilocal-
idad de lo urbano rural en Bolivia. La Paz: Plural Editores.
Bauman, Z. (2001). La Globalización Consecuencias Humanas. México D. F.: Fondo
de Cultura Económica.
Boira, J. V. (2001). La dispersión de la ciudad implica la no ciudad. Recuperado de
http://www.uv.es/metode/anuario2001/160_2001.html/
Cáceres, G. (2002). Suburbanización y Suburbio en el Chile: Una mirada al gran
Valparaíso decimonónico (1820-1870). Revista Archivum, 3 (4), 151-164.
Carter, W. y Albó, X. (1988). La comunidad aymara: mini estado en conflicto. En
X. Albó (compilador), Raíces de América. El mundo aymara. España: Alianza
Editorial.
Centelles i Portella, J. (2006). El buen gobierno de la ciudad, Estrategias urbanas y
política relacional. La Paz: Plural editores.
Conde Mamani, R. y Santos Quispe, F. (1987). Ayllu y sindicato en el norte de Potosí
(Provincia Bustillos). Bolivia: Manuscrito, Simposio ayllu y sindicato.
Condarco, R. y Murra, Jh. (1987). La teoría de la complementariedad vertical eco
simbiótica. La Paz: HISBOL.
Lomnitz, L. (1978). Cómo sobreviven los marginados. México D.F.: Siglo Veintiuno
Editores.
Madrid, E. (1998). La tierra es de quien pasa cargos. Relación de los ‘residentes’
con su pueblo (Huayllamarca y Llanquera). Eco andino, (6), 83-120.
Murra, Jh., Wachtel, N. y Revel, J. (2009). Anthropological History of Andean Polities.
Londres: Cambridge University Press.
Pérez Ruiz, M. L. (1997). Del comunalismo a las megaciudades. El nuevo rostro de los
indígenas urbanos. La Paz: ms.
Platt, T. (1981). El papel del ayllu andino en la reproducción del régimen mercan-
til simple en el norte de Potosí. América Indígena, 41 (4), 665-728.
220 Nelson Antequera
Platt, T. (1986). Mirrors and maize: the concept of yanantin among the Macha of
Bolivia. En J. Murra, N. Wachtel y J. Revel (comps.), Anthropological History
of Andean Policies (pp.228-259). Cambridge: Cambridge University Press.
Prats, J. (2000). Las ciudades latinoamericanas en el umbral de una nueva época, La di-
mensión local de la gobernabilidad democrática y el Desarrollo Humano. Ponencia
presentada en el V Congreso “Municipio y Globalización”. Granada-Baeza:
Unión Iberoamericana de Municipalistas.
Rivera Cusicanqui, S. y equipo THOA (1992). Ayllus y proyectos de desarrollo en el
Norte de Potosí. La Paz: Aruwiyiri.
Tilly, Ch. (2000). La desigualdad persistente. Buenos Aires: Manantial.
221
Introducción
La planificación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), y especí-
ficamente del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) requiere incorporar
una visión analítica sobre los flujos migratorios de mayor peso demográfico.
El AMBA se consolidó como el centro del subsistema migratorio del cono sur;
es decir, concentra la mayor proporción de inmigrantes limítrofes, aunque
estos representen solamente entre el 2% y 3% de la población argentina desde
el siglo XIX hasta la actualidad (Grimson, 2006). Según el Censo de 2010, en la
CABA, del total de la población extranjera, el primer lugar es ocupado por la
migración paraguaya (21%), el segundo por la migración boliviana (20%), y el
tercero por la migración peruana (16%). La migración de origen boliviana se
concentra especialmente en la zona sur de la ciudad, signada por los altos ni-
veles de empobrecimiento y vulnerabilidad, por el déficit de infraestructura y
servicios públicos (Mera, Marcos y Di Virgilio,2015).En esta zona se condensa
una importante presencia de villas y asentamientos donde el mercado inmo-
biliario informal fue el intermediario para el acceso al suelo urbano de los
sectores populares más empobrecidos.
Como primera aproximación, el objetivo de este trabajo es analizar los lazos
de los hogares de migrantes de Bolivia que residen en la Villa 20 de la zona
sur de la CABA con sus lugares de origen en el contexto de la política local
de reurbanización de villas actual (2015-2019).Además, su vinculación con las
222 Mariela Paula Diaz
trayectorias laborales del principal sostén del hogar (PSH)1, teniendo en cuenta
algunos elementos de las características sociodemográficas y las dinámicas
familiares que dan cuenta del proceso de urbanización boliviano.
Cabe aclarar que la Villa 20, localizada en el barrio formal de Villa Lugano
de la Comuna 82 en el suroeste de la ciudad es la cuarta villa más poblada de
la ciudad (Censo nacional, 2010).La misma cuenta con un peso considerable de
los principales sostenes de hogar (PSH)oriundos de Bolivia (41,6% de los PSH
), que supera a los nacidos en Argentina (33,5%) y en otros países limítrofes
(22,9% son paraguayos y el 1,3% peruanos). Esta villa está sujeta a un proceso
de reurbanización llevado a cabo por el gobierno local, en el marco de la Ley
N°5.705/2016 que complementa la Ley Nº1.770/2005. Por consiguiente, el estudio
de estos procesos en la Villa 20 puede transformarse en un caso testigo de las
prácticas de los hogares de migrantes de origen boliviano, además de posibili-
tar la comparación en posteriores investigaciones con otros flujos migratorios
y territorios.
En resumen, este capítulo se propone estudiar de manera incipiente el
sistema residencial de los hogares de migrantes desde una perspectiva trans-
nacional que problematice la definición demográfica de la migración. En otras
palabras, se tiene como fin indagar la existencia o no de la plurilocalidad a esca-
la transnacional, configurándose así un tipo de trayectoria residencial circular.
Cabe aclarar que el término trayectoria residencial se abordará de manera
acotada para indagar los tipos de lazos existentes con sus lugares de origen
así como la situación habitacional y las estrategias de acceso al hábitat en sus
lugares de nacimiento en Bolivia y en la Villa 20 de la CABA. De la misma ma-
nera, el análisis de las trayectorias laborales se restringe a la situación laboral
del PSH en sus departamentos de origen y en la Villa 20 con el único objetivo
de comprender más profundamente las prácticas plurilocales. Por consiguiente,
las posibles movilidades (residenciales y laborales) dentro del territorio argen-
tino (en sus distintas escalas) serán analizadas con posterioridad. Es así que se
introducen las prácticas plurilocales no sólo como expresión del habitar sino
también como un elemento de análisis que puede aportar a la reflexión sobre
el sistema residencial de los hogares de migrantes.
Si bien contamos con una importante producción científica sobre las trayec-
torias individuales y sus vinculaciones con las dinámicas laborales y familiares
1
En el Censo del Instituto de la Vivienda de la CABA (IVC), figura la categoría “jefe de ho-
gar”. Se sostiene en su reemplazo el uso de la categoría “Principal sostén del hogar” (PSH)
como una manera de iniciar la deconstrucción del lenguaje patriarcal utilizado.
2
La CABA se encuentra divida en 15 comunas, unidades de gestión política y administra-
tiva descentralizada de la ciudad, conformada por un conjunto de barrios ( según la Ley
N°1777/2005).
estudio sobre el habitar transnacional
Un 223
Aspectos teóricos
La introducción reciente de la perspectiva de la movilidad en los estudios
urbanos generó un giro copernicano frente a las visiones más estáticas del
territorio. En este marco se distinguen los análisis sobre la movilidad como
objeto de estudio o como enfoque más general (Jirón e Imilán, 2018). En este
capítulo, se recupera este giro y se lo traslada al estudio de los sistemas residen-
ciales de los hogares de migrantes en términos generales, y de las trayectorias
residenciales en particular y su relación con las trayectorias laborales. Es así
que la noción de plurilocalidad se inserta en esta segunda perspectiva en tanto
configura una manera de habitar- de usar, de representarse y de apropiación
(material y simbólica)- en tanto práctica social significativa de desplazamiento
territorial transfronterizo o transnacional.
El término plurilocalidad o multilocalidad es utilizado en Bolivia para ana-
lizar los lazos urbanos rurales de la migración interna de este país (Antequera
Durán et al., 2011). En este escrito, se lo retoma para analizar la posibilidad de
estos lazos en una escala mayor, transnacional. En síntesis, se introduce la no-
ción de migrantes transfronterizos (o plurilocales) como un tipo de migración
circular que define un tipo de trayectoria residencial, entre otras (Sassone, 2006;
224 Mariela Paula Diaz
3
Se sugiere la lectura del capítulo de Bruno Miranda que se encuentra en este libro, en
la Parte 1, para profundizar esta temática de la circularidad de las migraciones.
estudio sobre el habitar transnacional
Un 225
Aspectos metodológicos
Para responder a los objetivos de este escrito se seleccionó una estrategia
metodológica cuantitativa así como la utilización de datos de fuentes primarias
4
A diferencia de Quijano, la autora considera que el capitalismo domina la sociedad y
todas las formas sociales que le son extrañas son integradas a su propia lógica de funcio-
namiento.
estudio sobre el habitar transnacional
Un 227
• 42% hogar homogéneo según pertenencia étnica de los adultos del hogar
• 67% hogar homogéneo según departamento de nacimiento de los adultos del hogar
• 73% hogar homogéneo según área de nacimiento (urbana/rural) de los adultos del
hogar
Esta fuerte cohesión étnica se relaciona con las características de los depar-
tamentos de origen. En ambos casos (PSH y cónyuge), predomina la población
originaria de los siguientes departamentos con peso quechua: Potosí (48,3% del
PSH, y el 67% de los cónyuges) y en menor medida Oruro (12% y 15% respec-
tivamente). También es destacable los oriundos del Departamento de La Paz,
aunque con un peso menor, donde se concentra el pueblo aymara (10% de los
PSH). Los adultos del hogar provienen en mayor medida del área urbana de
estos departamentos (60% de los cónyuges y el 62% de los PSH), aunque menor
el origen rural se considera significativo.
Para comprender estos datos, es importante rescatar dos elementos claves
del proceso de urbanización boliviano. En primer lugar, según la CEPAL (Adad
Torrico, 2004), Bolivia, Ecuador, Paraguay y Nicaragua se caracterizaron por
5
Para más información sobre esta temática se encuentra el capítulo de la Dra. Carmen
Ledo en la Parte 1 de este libro.
230 Mariela Paula Diaz
una transición urbana moderada que cobró fuerza post Revolución de 1952.
Bolivia se caracterizaba por el predominio rural e indio campesino hasta avan-
zado el siglo XX. Según el Censo de 1950, sólo el 26% vivía en el área urbana,
mientras en el año 2012 ocurrió un aumento exponencial (alcanzó el 67%).
De esta manera, el proceso de urbanización del país permitió que la etni-
cidad (o la cuestión indígena) no sea algo propio del área rural sino también
de las ciudades, problematizando así la noción “naciones y pueblos indígena
originario campesinos”. En segundo lugar, en la década de 1980, producto de
la aplicación del Decreto neoliberal N°21.060, se aceleró el proceso de urbani-
zación hacia el eje Santa Cruz- La Paz- Cochabamba que se conformó desde
mediados del siglo XX, desplazando así al eje minero y administrativo Oruro-
Potosí-La Paz, dominante bajo el periodo de la República (hacia fines del siglo
XIX) (Blanes, 2006).
Este último eje fue justamente el centro expulsor de los flujos migratorios
internos e internacionales. El modelo económico y político neoliberal provocó el
desplazamiento de los relocalizados mineros y fabriles ante el cierre de las em-
presas del Estado frente a una política de reducción estatal, desplome del precio
del estaño, y la liberalización de la economía. Además ocurrió el desplazamien-
to de los pobladores del área rural del Altiplano Norte como consecuencia de
las sequías en tierras bajas e inundaciones en zonas montañosas por efecto del
Niño en 1982-83 y de la crisis agraria del ’85 (debido a la apertura económica y
al problema estructural del minifundio).
En este marco histórico general se comprende la emigración del 37% de los
PSH en los años 1990-2001 y del 50% durante el 2002-2010 cuando eran niños
y jóvenes (el 78% de los PSH tenían entre 0 y 29 años de edad). En este último
período (2000-2005) se sucedió la crisis del modelo neoliberal boliviano (y lati-
noamericano) quebrado como consecuencia de un ciclo de rebeliones populares
aymaras. En este contexto se comprende que el principal motivo para migrar
haya sido la falta de empleo en Bolivia (el 80% de la muestra). Para más detalle
sobre la situación económica boliviana estructural y bajo el neoliberalismo en
el contexto de la denominada “urbanización de la pobreza” se recomienda la
lectura de Ledo (2012) y Diaz (2014).
Por último, Massey et al. (2000) sintetizaron las diversas teorías existentes
sobre la migración internacional para explicar la relación entre centro y peri-
feria. No obstante, estas teorías no pueden trasladarse mecánicamente para
analizar la migración entre los países periféricos o del Sur Global. En este sen-
estudio sobre el habitar transnacional
Un 231
6
Los siguientes elementos coyunturales también pueden explicar la atracción poblacio-
nal hacia la Argentina: la mejora de la situación económica post crisis de 2001 y la vigencia
desde el año 2004 (hasta el año 2017) de la Ley N°25.871, gracias a la cual los migrantes sus-
cribieron una ampliación de sus derechos. Si se retoma una mirada estructuralista, el mayor
desarrollo económico y social de Argentina en comparación a los países limítrofes (excepto
Brasil) dada por la productividad del trabajo nacional puede explicar la constante migración
hacia este país a lo largo del siglo XX y XXI (Evia, 2009). Esta afirmación no pretende restar
peso a las redes familiares y de amistades como elementos estructurantes de los flujos
migratorios, pero cabe mencionar la estructura socioeconómica desigual latinoamericana.
232 Mariela Paula Diaz
7
Es interesante señalar que los cooperativistas de limpieza barrial están ligados a planes
sociales y son contratados por el Gobierno local. Los trabajadores de algunas organiza-
ciones sociales son adscriptos al monotributo social (que implica la tenencia de aportes
jubilatorios y obra social). Esta situación queda bajo la voluntad de cada organización social.
8
Estas viviendas son formas productivas precapitalistas, que se sustentan fundamen-
talmente en el trabajo familiar no asalariado y configuran una estrategia laboral familiar.
estudio sobre el habitar transnacional
Un 233
9
La inserción de un 5% de los PSH como trabajadores rurales demuestra cierta disconti-
nuidad con los empleos llevados a cabo en la CABA. Esta última categoría es muy reducida
numéricamente, por lo que es necesario seguir explorando.
10
La política de reurbanización de villas puede ser una oportunidad para romper con
este ciclo de precariedad urbana que caracteriza a las trayectorias migratorias. No obstan-
te, esto último dependerá de la lucha de las organizaciones sociales de base, ya que se ha
demostrado el objetivo especulativo-inmobiliario que subyacen a las políticas urbanas y
habitaciones de la partido político el PRO (Cravino et al., 2015; Diaz et al, 2019).
11
Las viviendas se encontraban en una situación de precariedad si al menos cumplían
una de estas condiciones habitacionales: sin red de agua potable, disponibilidad de agua
potable fuera de la vivienda o del terreno, sin red eléctrica, sin red de gas, con piso de tierra.
234 Mariela Paula Diaz
12
En los capítulos de Nelson Antequera Durán y de Miguel Canaza, ubicados en la Parte
3 de este libro, se podrá profundizar esta situación.
236 Mariela Paula Diaz
Por este motivo, estos nuevos datos permiten profundizar las hipótesis de
las investigaciones citadas (Benencia, 2006 y Di Virgilio, 2007) e introducir
nuevas variables de análisis (género, categoría y calidad ocupacional, entre
otras). De este modo, se puede plantear la siguiente hipótesis a desarrollar en
un posterior trabajo: La formalidad del empleo (aunque no sea consolidada) ge-
nera mayores recursos en el hogar en relación a los informales, configurándose
como un elemento importante para afrontar los gastos de la movilidad transna-
cional circular. Esta situación confirma la mayor movilidad de los trabajadores
migrantes, pese a que es necesario señalar que los sectores más empobrecidos
tienen una posibilidad más reducida. Seguramente, entre los sectores más
empobrecidos se encuentren las familias monoparentales, donde el principal
sostén del hogar son mujeres que mantienen una relativa continuidad en sus
trayectorias laborales.
Reflexiones finales
En primer lugar, se intentó actualizar el debate y la producción científica
referida a las migraciones transnacionales a partir de la noción de plurilocali-
estudio sobre el habitar transnacional
Un 237
cada vez más compleja. Sin embargo, la existencia de una fracción en empleos
formales (aunque no consolidados o inestables) sugiere una desigualdad al in-
terior de los hogares de migrantes, con la emergencia de este sector minoritario
con mayores recursos económicos. Como hipótesis, se afirma que estos últimos
comprenden el sector con mayores posibilidades de realizar estos movimientos
circulares. En un posterior trabajo, con una estrategia cualitativa de abordaje,
se profundizará esta relación así como los diversos motivos asociados –en sín-
tesis– a la tenencia de tierra/vivienda en el ámbito urbano o rural boliviano.
Queda demostrado que el hábitat latinoamericano puede ser el resultado de
una combinación entre la informalidad/ formalidad dominial y la precariedad
urbana; no obstante, el acceso a la formalidad dominial no conlleva necesaria-
mente un mejoramiento de las condiciones de habitabilidad de las viviendas.
Esta paradójica situación se debe a una lógica de intervención estatal latinoa-
mericana “viviendista” producto de la sectorización de las políticas públicas.
Específicamente, la política actual de reurbanización de villas de la CABA se
enfrenta a una gestión política centrada en los negocios inmobiliarios en des-
medro de las necesidades de los sectores populares.
Por otra parte, se intentó demostrar la importancia de vincular los procesos
de urbanización y de migración (interna e internacional), teniendo en cuenta
las especificidades de los países latinoamericanos. Además, de repensar lo
“urbano-rural” no como dos áreas separadas sino como una totalidad territo-
rial interconectada que puede conformar un sistema residencial transnacional.
Bibliografía
Antequera Durán, N. y Cielo, C. (2011). Ciudad sin fronteras. Multilocalidad urbano
rural en Bolivia. Bolivia: Fundación PIEB.
Benencia, R. (2008). Migrantes bolivianos en la periferia de ciudades argentinas:
Procesos y mecanismos tendientes a la conformación de territorios produc-
tivos y mercado de trabajo. En Susana Novick (Comp.), Las migraciones en
América Latina (pp. 13-30). Buenos Aires: Catálogos.
Borja, J. (2011). Espacio público y derecho a la ciudad. Revista Viento Sur, 116,
39-49.
Blanes, J. (2006). Bolivia: las áreas metropolitanas en perspectiva de desarrollo
regional. Revista Eure, 32, (95), 21-36.
Caggiano, S. (2010). Del Altiplano al Río de La Plata. La migración aymara
desde La Paz a Buenos Aires. En Alicia Torres (Comp.), Niñez indígena en
migración Derechos en riesgo y tramas culturales. FLACSO: Ecuador.
estudio sobre el habitar transnacional
Un 239
EXPERIENCIAS Y VINCULACIONES
COMUNITARIAS ENTRE BOLIVIA Y ARGENTINA
A TRAVÉS DE LA PLURILOCALIDAD
Miguel Canaza
UMSA, Carrera de Antropología (La Paz, Bolivia)
poyesisajayu@gmail.com
Introducción
A mediados de los años noventa varias familias de comunidades del valle
interandino de Luribay en la Paz-Bolivia decidieron migrar a Argentina con
la intención de mejorar sus condiciones de vida. Sus expectativas fueron ge-
neradas por otros migrantes y familiares que establecieron redes migratorias
que favorecieron la creación de proyectos de vida y flujos migratorios. Por lo
tanto, estas redes conectaron a migrantes y no migrantes a través del tiempo y
espacio, generando actividades y estilos de vida que vincularon a la sociedad
de origen con las de destino, más allá de las fronteras nacionales (Sole, Parrella
y Cavalcanti, 2007). En su mayoría jóvenes entre hombres y mujeres, migraron
como si trataran de cumplir ciertas funciones sociales que los lleva a salir de sus
lugares de origen, realizando flujos de ida y vuelta, como una larga tradición
de movilidad permanente y recurrente en los andes.
En este trabajo tomamos como eje a los espacios plurilocales, que se cons-
truyen y reconstruyen estableciendo redes familiares, vínculos de parentesco
ritual y territorial, generando sentimientos para mantener relaciones y lazos
permanentes de comunicación de los lugares de origen con los de destino, entre
los migrantes y sus familias. Por consiguiente, conectar el lugar de origen con
el de destino, posibilita análisis de mayor proyección en las interpretaciones
sobre el fenómeno migratorio (Herrera, 2002).
Nos interesa mostrar que las interconexiones entre el lugar de origen y el de
destino se muestran en las actividades cotidianas de las relaciones sociales a
través de las prácticas transnacionales en espacios plurilocales. De tal manera,
el objetivo de este trabajo es analizar y describir la dimensión local y las expe-
riencias cotidianas de migrantes de los valles de Luribay (Departamento de La
Paz, Bolivia) en la Argentina desarrolladas entre las distintas localidades y que
implican nuevas experiencias.
244 Miguel Canaza
Indagaciones teóricas
Los migrantes han desarrollado redes, actividades, estilos de vida que re-
lacionan tanto la sociedad de origen como las de destino, permitiendo que los
vínculos con el país de origen y las redes sobrepasen las fronteras nacionales
(Solé, Parrella y Cavalcanti, 2008).
Los avatares de ida y vuelta tanto en los países de acogida como los de ori-
gen, en el mundo global, suponen costes como beneficios. Las consecuencias
afectan tanto a los migrantes como a sus familias que permanecen en el país
de origen, en distintos ámbitos de la realidad: político, económico, psicosocial,
cultural, social, legal, etc. De esta manera, los migrantes construyen y recons-
truyen sus vidas simultáneamente imbricadas en más de una sociedad.
Experiencias y vinculaciones comunitarias entre Bolivia y Argentina... 245
Metodología
Este trabajo toma a la etnografía como eje central metodológico para acercar-
se de forma próxima y singular al tópico de estudio, develando y escudriñando
algo que existe y es desarrollado en el ámbito de las relaciones y acciones de la
vida cotidiana de hombres y mujeres. A partir de esta sensibilidad del conocer,
comprendemos las pautas de comportamiento y de conducta que el ser humano
realiza dentro un contexto determinado.
Tomando como eje lo anterior, una forma de recolección de la información
fue la descripción etnográfica en el entorno en que se desenvuelven los sujetos,
participando de sus actividades y acontecimientos, registrando la comunicación
no verbal, las conductas que no se dicen pero que se hacen, los comportamien-
tos que se realizan pero que no siempre se cuentan o conversan. Recurriendo al
observar y escuchar de manera activa y atenta, lo que se hace y dice. Visitando
a comunidades leídas como un texto, los registros de la observación a partir
de las conversaciones cotidianas, abriendo los sentidos, mirando los detalles,
registrando momentos y al mismo tiempo pautas de comportamiento de la vida
cotidiana y su relación con sus familias fuera de la comunidad.
Experiencias y vinculaciones comunitarias entre Bolivia y Argentina... 247
1
El campesino aymara
248 Miguel Canaza
2
Aunque la migración de la población boliviana hacia la Argentina se registra desde 1895,
principalmente en el área rural de Jujuy y Salta. Se puede hablar de una migración motivada
hacia la zafra de azúcar por indígenas chiriguanos (Hinojosa, 2000). Desde 1960 la migración
se orienta hacia el Gran Buenos Aires (Diaz, 2019).
Experiencias y vinculaciones comunitarias entre Bolivia y Argentina... 249
3
Germán Guaygua (2010) ha mostrado la importancia de las fiestas en las familias de mi-
grantes de El Alto y La Paz, donde se adquiere prestigio y se intercambia capital simbólico
por capital social o económico.
Experiencias y vinculaciones comunitarias entre Bolivia y Argentina... 253
La propiedad de la tierra en manos de las mujeres hace que sean las encar-
gadas de velar su posesión, que pese a encontrarse lejos, hacen lo posible por
asegurar su posesión.
Conclusiones
Cuando analizamos las características de procesos emergentes en distintos
espacios, donde fluyen un conjunto de elementos, como personas, servicios, tra-
bajo, fiestas, dinero, productos, etc., vemos cómo las experiencias y las vivencias
de las personas comprimen espacio-tiempo. Los comportamientos especifican
dinámicas complejas que interconectan espacio y tiempo en permanente flujo
de relaciones y conexiones, expresando un constante movimiento. La vida de
los migrantes bolivianos en Argentina, es un constante transcurrir y vivir, de
caminos intensos y continuos, que al caminar conectan vidas, recursos, pro-
ducciones, reproducciones, alegrías, fiestas, trabajo y muchas otras. Es decir, un
entrelazar y ensamblar nodos de comportamientos y acciones constantes que
comprimen distancias y especifican un espacio vivido transcurrido en ciclos re-
currentes, entre el cocer en los talleres o trabajos jornaleros en la Argentina, con
la producción y reproducción comunitaria a través de la tierra y la parentela.
Estos procesos de la vida cotidiana de los migrantes y sus familias generan
y consolidan lazos significativos que conectan el país de destino y el de origen.
Los flujos y conexiones entre distintas localidades, personas, recursos, informa-
ción y comunicación estructuran redes y anudan relaciones. El análisis a través
de la descripción etnográfica, ha sido útil para mostrar la dimensión local y las
experiencias cotidianas de migrantes de los valles de Luribay en la Argentina,
mostrando el funcionamiento molecular de las comunidades en lo global.
Al parecer las actividades y las experiencias se atan en espacios distintos
pero interconectados cada vez más de forma tupida y densa. En ese sentido
este estudio inicial no tiene desenlace. Por el contrario, es una apertura a un
caminar continuo que requiere ser comprendido con mayor profundidad, por
lo tanto, esta tarea constituye un desafío.
Bibliografía
Albó, X.; Liberman, K.; Godínez, A.; Pifarré, F. (1989). Para comprender las cul-
turas rurales de Bolivia. La Paz: Ministerio de Educación y Cultura, CIPCA,
UNICEF.
Antequera Durán, N. y Cielo, C. (editores) (2011). Ciudad sin fronteras. Multilo-
calidad urbano rural en Bolivia. La Paz: RITU Bolivia, Gobierno Autónomo
Experiencias y vinculaciones comunitarias entre Bolivia y Argentina... 259
POLÍTICAS MIGRATORIAS
263
Introducción
Todos los gobiernos fijan políticas de población, por medio de normas lega-
les, políticas públicas, programas específicos para migrantes y mecanismos vía
las prácticas rutinizadas del Estado. En particular, los gobiernos militares ar-
gentinos solían fijar políticas de control migratorio, pero nunca hasta la última
dictadura (1976-1983) habían planteados mecanismos de expulsión directos, que
significó el traslado compulsivo de ciudadanos bolivianos y paraguayos a sus
países, mientras se generaron dispositivos de control, impedimento de obtener
ciudadanía o compra de propiedades a ciudadanos chilenos. La trabas a las vida
cotidiana de este último grupo se vinculaba a una hipótesis de conflicto (con
amenaza de pasar a las armas) con Chile por diferendos limítrofes.
La dictadura militar que gobernó a la Argentina entre 1976 y 1983 buscó
en sus propios términos un “Proceso de reorganización nacional” y esto pudo
observarse en sus políticas económicas neoliberales, en sus medidas políticas
de prohibición de la actividad de los partidos políticos y percusión, detención y
desaparición de dirigentes, pero también otros aspectos de las políticas públicas
como las urbana ambientales. Es recordada como un momento de ruptura en
las políticas urbanas en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Oscar Oszlak
en su clásico libro “Merecer la ciudad” (1991) analizó algunas de las más re-
levantes en la Ciudad de Buenos Aires: a) la construcción de autopistas, que
implicó la destrucción de muchos departamentos y una reestructuración de la
ciudad; b) la liberalización del precio de los alquileres (con alcance nacional),
que generó la expulsión de muchos inquilinos por el aumento de los precios; c)
el reemplazo de la incineración de residuos sólidos domiciliarios por rellenos
sanitarios, con perspectiva metropolitana, para lo que se diseñó una empresa
estatal y se seleccionaron áreas para su depósito; d) la relocalización indus-
264 María Cristina Cravino
sivo. Por eso fueron aún más disruptiva las medidas tomadas por el gobierno
militar, alejándose de lo planteado por los organismos internacionales.
Con la recuperación de la democracia, comenzaron a salir a la luz trabajos
que mostraron lo que había sucedido. En 1986 Marta Bellardi y Aldo De Paula
habían publicado el libro “Villas Miseria: origen erradicación y respuestas
populares”. Allí abordaban el fenómeno de las ocupaciones de suelo del Área
Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), las políticas del último gobierno
militar, dando cuenta del rol de las organizaciones de la Iglesia Católica en
morigerar el impacto del desplazamiento de alrededor de 200.000 personas
con destino incierto y recuperando las acciones de reclamo y denuncia de estas
organizaciones ante el gobierno, a pesar de su carácter autoritario. En particu-
lar, expusieron las posiciones de la Pastoral Villera ante la falta de respuestas a
sus demandas por parte de las autoridades municipales y denunciaron en los
medios de comunicación lo que sucedía, quienes poco a poco fueron haciéndose
eco de la tragedia humanitaria que significó la erradicación. Más recientemente,
Eduardo Blaustien, con un carácter de periodismo de investigación y a pedido
de un organismo estatal de la ciudad (la Comisión Municipal de la Vivienda
-hoy Instituto de la Vivienda-) publicó en el año 2006 “Prohibido vivir aquí”,
aportando más relatos y documentos sobre ese momento.
Es notoria la producción de conocimiento sobre la violencia política desple-
gada por el último gobierno militar, pero es escaso e incipiente análisis sobre
la violencia política desarrollada en las villas durante este período.
Oszlak (1991) explica cómo antes de iniciar el plan de erradicación el go-
bierno militar desplegó una campaña de desprestigio hacia los habitantes
de las villas, a fin de lograr cierta legitimidad para las acciones planificadas.
Esta estrategia comunicacional tenía dos facetas: por un lado apuntar hacia
los lugares físicos y, por otra, hacia los pobladores. En relación a los barrios,
éstos eran mostrados como lugares inseguros e ilegales, pero también como
insalubres para quienes habitaban allí, dando entonces una perspectiva que se
presentaba a sí misma como “humanitaria”. Por otra parte, no se ahorró adjeti-
vos negativos para los pobladores, que eran presentados como “oportunistas”,
“especuladores”, “clientela política fácil” y “marginales voluntarios”, e inclusive
“delincuentes” (Oszlak, 1991). A esto se sumaba que Argentina iba a ser sede
del campeonato mundial de fútbol de 1978. Buenos Aires era la ciudad más
expuesta a la mirada de los periodistas extranjeros, que tenían que ver en ella
una imagen de orden y bienestar. No obstante, lo que estaba en juego era algo
más profundo: el orden urbano. La importante presencia cuantitativa de pobla-
ción en villas alteraba la idea de una “ciudad blanca” y de ahí proviene la frase
de un funcionario municipal que sintetiza la intencionalidad de esta política
socio urbana: “hay que merecer la ciudad” (Oszlak, 1991). Si bien el operativo
era muy claro y planificado, los habitantes lo vivieron como una imagen del
Dictadura militar argentina y política migratoria 267
Esta casi confesión de quien comandaba los operativos en todas las villas,
muestra la situación que se vivía. Los 15 casos presentados, con nombre, ape-
llido y número de documento por el Equipo de la Pastoral Villera como anexo
en la carta de denuncia presentada en 1980 y que habían sido atendidos por
Cáritas, no dejan lugar a comprender la masividad del impacto destructivo
de las acciones gubernamentales. Esto incluía casos de familias abandonadas
268 María Cristina Cravino
con sus pocas pertenencias en terrenos que luego eran desalojados, robos,
detenciones, palizas, presiones para firmar documentos que aceptaban irse,
etc. Una dirigente del Barrio Rivadavia, contiguo al de la Villa de Bajo Flores,
que también fue desalojado, a quien entrevistamos a mediados de la década
de 1990, nos enumeraban dramáticas situaciones vividas allí: desde personas
que volvían del trabajo y encontraban su casa destruida y sufrieron infartos,
mujeres que por los golpes perdieron sus bebés, trabajadores que encontraban
demolidas sus casas, robadas sus pertenencias y tenían que buscar a sus hijos
en casas vecinas. También personas que se murieron de “tristeza”. Esto muestra
el impacto negativo de estas acciones en la subjetividad de los habitantes.
Un entrevistado de la Villa 31 nos relató el saldo de su barrio a comienzos de
la década de 1980, una vez finalizado los operativos y dónde estaban viviendo
los pocos que quedaron allí: “Hacían ranchadas en casitas. Todo escombros,
claro. Parecía una ciudad… A veces cuando veo las fotos de Siria, de Gaza, era
esa montaña de escombros...” Ese fue el saldo urbano. No obstante, la violen-
cia cotidiana en relación a los migrantes de países limítrofes era aún mayor.
Como relataba Snitcofsky (2016: 243) eran habituales insultos o frase como “Te
vas, boliviano de mierda!” junto con la violencia. Pero no sólo era un maltrato
particular en relación a un sector de la población de la villa, sino que la política
demográfica para ellos estaba planeada como la expulsión. Lo particular es que
para los migrantes del interior también se aplicó una perspectiva territorial que
buscaba no sólo el orden social (“ciudad blanca”), sino también político (des-
movilizar por medio del miedo y la dispersión de aquellos que podían tener
mayor experiencia organizativa). En el siguiente apartado focalizaremos en las
expulsiones del país de migrantes de países limítrofes que eran vecinos en los
asentamientos porteños.
1980: 94). Debería considerarse que algunos grupos familiares regresaron por
sus propios medios ante la violencia desatada en el proceso de erradicación.
Merece resaltarse que las palabras utilizadas oficialmente son: “retorno”, “re-
greso” o “repatriación”, pero coincidimos con Snicofsky (2016) en denominarlos
“deportaciones masivas”.
La prensa escrita se hacía eco del discurso oficial, como sucedía en relación
a otros hechos, en un contexto autoritario de censura y control gubernamental.
No obstante podemos encontrar algunos indicios que contradicen la idea de
retorno “voluntario” en sus propias crónicas. Repasaremos algunos de los re-
gistros, en particular del primer contingente de bolivianos “repatriados”, en la
práctica deportados, ya que de los paraguayos no hemos encontrado evidencias
en los periódicos o revistas.
Borrelli (2011) plantea que la prensa en el gobierno militar puede ser dife-
renciada en dos escenarios: una primera etapa de represión, persecución y cen-
sura/autocensura (1976-1980) y una segunda donde se observa un quiebre pau-
latino del discurso dictatorial e inicio de una incipiente voz crítica (1980-1983).
El comunicado Nº 19 del día del inicio del golpe militar establecía la supresión
de la libertad de prensa, pero en el mes de abril se circunscribía a la difusión
de información sobre “subversión- aparición de cadáveres-desaparecidos”
que no partieran de fuentes oficiales. La descentralización de la censura hizo
que tuviera mucho peso la autocensura o ésta fuera difusa. De todos modos,
la prensa no se comportó homogéneamente y las posiciones críticas fueron
surgiendo de forma escalonada en los distintos periódicos. Por otra parte, coe-
xistían revistas apologéticas del régimen militar (Extra –dirigida por Bernando
Neustadt, Carta Política –dirigida por Mariano Grondona- Somos o Gente, por
ejemplo) y comenzó un discurso crítico en otras, pero de forma subrepticia, tal
como lo hacía la revista Humor. No obstante en algunos casos, ciertos números
fueron secuestrados (Gassmann, 2006). El Estado de sitio y la prohibición de
actividades políticas o mítines hacía que la información circulara de forma difi-
cultosa entre la población. Borrelli destaca el intento de la dictadura militar por
ganarse el favor de la prensa diaria, al generar la empresa de capitales mixtos
Papel Prensa, que beneficiaba a Clarín, La Nación y La Prensa (ésta última en
menor medida). Esta empresa se dedicaba a la producción del papel necesario
para la impresión de los diarios y estos tres periódicos la obtendrían a menor
precio que aquellos que tuvieran que comprarlo por fuera de Papel Prensa. Por
último, este autor destaca que los diarios al comienzo claramente apoyaron la
censura por los tiempos “excepciones” que se vivían1 y aprovecharon el contex-
1
Borrelli (2011) señala que las opiniones críticas surgieron en particular en torno a la
política económica y que en parte reflejaban las diferencias internas de la junta militar que
gobernaba la Argentina.
270 María Cristina Cravino
A las 15.06 del día de ayer partieron desde la estación Retiro del
Ferrocarril Belgrano 283 bolivianos y sus respectivas familias con
destino a las ciudades del vecino país altiplánico. El contingente
forma parte del plan de erradicación de villas miseria de la Ciudad
de Buenos Aires, que abarca a otras mil familias que decidieron
regresar a su país de origen. El operativo fue montado por la
Municipalidad de la capital, la dirección de Migraciones, la Aduana,
Ferrocarriles y la Embajada boliviana en la Argentina. Los gastos de
pasaje y alimentación durante la travesía fueron sufragados por la
comuna, que previo asimismo la instalación en el tren de un servicio
médico especial, la preparación de mamaderas para los lactantes y la
provisión de elementos necesarios para el viaje. Los destinos finales
serán Cochabamba, La Paz y Oruro. Fue necesario, por lo tanto,
planificar la derivación de los vagones una vez cruzada la frontera y
la ubicación de los emigrantes según el punto de desembarque (….).
Con el contingente de ayer, volvieron a Bolivia carpinteros, albañiles,
peluqueros, sastres y varios ancianos que dejaron a sus hijos y nietos
en las villas y modestos barrios del Gran Buenos Aires.
Queremos subrayar que en este reporte del Diario La Opinión se hacía re-
ferencia a la decisión de los migrantes de irse, dando a entender su vuelta como
“voluntaria”. No obstante, al final de ese extenso copete, se hacía referencia a
la ruptura de lazos familiares que significa el retorno a sus países. Inclusive,
luego, en el desarrollo de la noticia se describía que “los bolivianos y su des-
Dictadura militar argentina y política migratoria 271
2
En ese año fue derrocado por una junta militar.
Dictadura militar argentina y política migratoria 273
Lo que deseamos resaltar es que así como hubo una campaña para despres-
tigiar a los villeros, como señalamos precedentemente, para impedir empatía
o solidaridad de los demás habitantes de la Ciudad de Buenos Aires ante algo
inocultable como la erradicación, sí hubo una intencionalidad de velar los im-
pactos negativos de esta política para sus habitantes. La erradicación fue pre-
sentada como una acción destinada a mejorar las condiciones de vida al mismo
tiempo que se les negaba el acceso a la centralidad citadina, resaltando que mu-
chos se iban por sus propios medios a los lotes de los que eran propietarios en
el Conurbano Bonaerense o que accedían a crédito. De estos últimos modos de
relocalización a un lote propio, Oszlak (1991) expuso muy claramente sus dudas
sobre los datos en su publicación, sospechando que eran muchos menos que
los presentados y mayor fue el número de familias libradas a su suerte. Pero
también, en particular, buscaron ocultar el proceso de expulsión de migrantes
de países limítrofes por medio de la difusión en la prensa y la televisión de la
idea del “feliz retorno” a sus países, y en el caso de Bolivia se sumaba la idea de
que los migrantes repatriados iban a aportar los saberes adquiridos en Argen-
tina según la prensa. Esto puede ser interpretado como una de las acciones de
ocultamiento de las políticas de retroceso en los estándares sociales y derechos
humanos de los migrantes, pero también como un acuerdo entre los gobiernos
militares más allá de las acciones pautadas en el Plan Cóndor, donde Bolivia no
salía a denunciar o reclamar políticamente por sus conciudadanos. Esa actitud
del gobierno trasandino también impactó negativamente en los expulsados, ya
que quien debía protegerlos tampoco les garantizaba derechos, o en palabras
de nuestro entrevistado eran parte de la “farsa”.
3
Sobre el derrotero de esta ley desde 1983 a 2003, puede consultarse a Courtis (2006),
quien explica detalladamente las distintas reformas parciales y los proyectos de ley fallidos.
Dictadura militar argentina y política migratoria 277
Reflexiones finales
A diferencia de la visibilidad que tuvieron en la memoria histórica las erra-
dicaciones de villas, las expulsiones de migrantes no tuvieron un lugar acorde
a los impactos sociales de las medidas del gobierno militar. Por esta razón, bus-
camos abordar aspectos poco reconocidos del proceso de erradicación durante
la última dictadura militar. A partir del trabajo cualitativo pudimos recabar
en las huellas de la memoria social sobre esta etapa de la historia argentina,
en paralelo a un análisis de la huella urbana y la normativa. Esa huella puede
encontrarse en sentidos sedimentados que alberga la sociedad argentina y que
puede decodificarse en procesos de estigmatización (Caggino, 2001).
Otro aspecto que puede detectarse cotidianamente es el miedo al desalojo,
que hallamos en los habitantes de muchas de las villas, miedo asociado a lo que
hizo el último gobierno militar. Esto queda en la memoria colectiva y formativa
y se reactualiza en los frecuentes desalojos o intentos de barrios precarios. Pero,
la vez, encontramos que políticas públicas posteriores utilizaron mecanismos
semejantes, apelando inclusive al uso de topadoras. Pero aún más, se retomaron
mecanismos expulsivos, en este caso “optativos” pero con coerción, de regreso
a países de origen de migrantes de países limítrofes (y también a nacionales al
interior del país) a cambio de recibir un subsidio, tal como sucedió a mediados
de la década de 1990 en la Ciudad de Buenos Aires (antes de que adquiriera su
autonomía política), durante la intendencia de Jorge Domínguez (Cravino, 2009).
Esto nos permite comprender mejor su viva presencia. También se observó
que es utilizado el término “erradicación” por parte de los vecinos de las villas
como condición coercitiva de relocalización (Fainstein, 2015) y encontramos así
el pasado presente en los sentidos de la experiencia urbana en la actualidad.
Inclusive funcionarios del Poder Ejecutivo local o Judicial del nivel nacional
278 María Cristina Cravino
Bibliografía
Bellardi, M. y De Paula, A. (1986). Villas miseria: origen, erradicación y respuestas
populares. Buenos Aires: CEAL.
Bonilla, A. (2015). Racismo, genocidios, memorias y justicia. Buenos Aires: Editora
Patria Grande.
Blaustein, E. (2006). Prohibido vivir aquí. La erradicación de las villas durante la dict-
adura. Buenos Aires: Cuadernos de Causa popular.
Borrelli, M. (2011). Voces y silencios: la prensa argentina durante la dictadura
militar (1976-1983). Perspectivas de la comunicación, 1 (201), 24-41.
Caggiano, S. (2001) ¿Bolivianos? En dos ciudades ¿argentinas? Identidades sociales
en procesos migratorios contemporáneos (Informe final del concurso: Culturas e
identidades en América Latina y el Caribe). Buenos Aires: Programa Regional
de Becas CLACSO. Recuperado de http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/
ar/libros/becas/2000/caggiano.pdf/
Caggiano, S. (2005). Lo que no entra en el crisol: inmigración boliviana, comunicación
intercultural y procesos de identitarios. Buenos Aires: Prometeo.
Camelli, E. y Daian, V. (2004). Estética urbana y conducta política: las villas du-
rante la última dictadura militar. Ponencia presentada en las VI Jornadas de
Sociología. Buenos Aires: Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de
Buenos Aires.
Courtis, C. (2006). Hacia la derogación de la Ley Videla: la labor parlamentaria
en materia migratoria en la Argentina de los 90. En J. Elizabeth y A. Grim-
son (comps.), Migraciones regionales hacia la Argentina. Diferencia, desigualdad
y derechos (pp. 169-206). Buenos Aires: Prometeo.
280 María Cristina Cravino
Fuentes
Comisión Municipal de la Vivienda (1980). Villas-erradicaciones, mimeo.
Pastoral Villera (1980). La verdad sobre la erradicación de las villas de emergen-
cia del ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, mimeo.
http://www.archivoprisma.com.ar/registro/repatriacion-de-bolivianos-expul-
sados-de-villas-miseria-1978/
La Opinión, 24 de setiembre de 1977.
Clarín, 24 de setiembre de 1977.
La Nación, 24 de setiembre de 1977 y 30 de enero de 2017.
Revista Gente, 6 de octubre de 1977.
283
Carolina Rosas
CONICET-IIGG (UBA)
rosas.carol@gmail.com
Verónica Jaramillo
Unversidad Nacional de Lanús
verojarafonn@gmail.com
Consideraciones iniciales
En este capítulo nos proponemos analizar los principales cambios que im-
pulsó el gobierno de Mauricio Macri en materia de política migratoria en Ar-
gentina, así como su impacto en el activismo migrante, en particular las formas
de acción colectiva que oficiaron de resistencia. Mostraremos que el cambiante
contexto político, social y económico de Argentina como país de inmigración
contribuye a definir y recrear las condiciones de posibilidad (legitimidad/ile-
gitimidad) de las demandas de las poblaciones migrantes.
Este texto presenta una síntesis de trabajos previos (Rosas y Gil Araujo,
2019; Jaramillo, Gil Araujo y Rosas, 2020) construidos a partir del conocimien-
to acumulado durante más de una década de experiencias de investigación y
activismo en el terreno de las migraciones, tanto en lo que se refiere al papel
del Estado, como al de las poblaciones migrantes, su acceso a derechos y las
variadas formas de acción colectiva. Nuestros trabajos de campo se han nutrido
de la recopilación de normativas, documentos e informes oficiales; entrevistas
con referentes del campo organizativo migrante de la Zona Metropolitana de
Buenos Aires (ZMBA) con más de 10 años de residencia en Argentina, en parti-
284 Carolina Rosas, Sandra Gil Araujo y Verónica Jaramillo
1
Argentina es el principal destino migratorio de Sudamérica. Para el último Censo dis-
ponible del año 2010, el peso de la población migrante era de 4,5%; la mayor parte venía de
países limítrofes (69%), siendo los paraguayos y los bolivianos los grupos más numerosos.
En ese momento los migrantes se concentraban especialmente en la Zona Metropolitana
de Buenos Aires (ZMBA); y la migración estaba levemente feminizada en términos cuanti-
tativos, en la medida que un 54% estaba compuesto por mujeres.
2
Al respecto puede consultarse distintos estudios: Jaramillo, Gil y Rosas, 2020; Canelo
y otras, 2018; Penchaszadeh y García, 2018; García y Nejamkis, 2018; Nicolao, 2010; Novick,
2008; Courtis y Pacecca, 2007; Domenech, 2007, entre otros.
3
Entre otras cosas, esta ley garantiza los derechos a la educación y a la salud sin importar
la situación migratoria, y obliga a las autoridades docentes y sanitarias a ayudar a los inmi-
Contrapuntos entre la política migratoria macrista y la acción colectiva migrante... 285
grantes para que regularicen su situación. Otro avance significativo fue el reconocimiento
al derecho al debido proceso en situaciones de detención y expulsión, ya que la ley anterior
permitía disponer de estas medidas sin intervención del Poder Judicial.
286 Carolina Rosas, Sandra Gil Araujo y Verónica Jaramillo
4
En términos prácticos, el DNU establece un procedimiento de expulsión sumarísimo que
dificulta el derecho a la defensa y el acceso a la justicia. A su vez, otorga a la Dirección Nacio-
nal de Migraciones (DNM) la potestad de cancelar las radicaciones por motivos penales sin
condena firme, y autoriza a pautar los tiempos de respuesta al Poder Judicial. Finalmente, a
diferencia de lo que establecen la Constitución Nacional y la Ley de Nacionalidad y Ciudada-
nía, con este decreto se ha estipulado que para solicitar la nacionalización sean necesarios
dos años de residencia temporaria o permanente. Para más detalles ver Gil Araujo 2018.
5
Organizaciones de la sociedad civil presentaron una demanda contra el DNU 70/17 y en
el año 2018 fue declarado inconstitucional por la Sala V de la Cámara Nacional de Apelacio-
nes en lo Contencioso-Administrativo Federal. No obstante, para intentar revertir este fallo
de la Cámara, la gestión macrista presentó un recurso extraordinario ante la Corte Suprema
de Justicia, por lo cual hasta el momento de escribir este artículo continua vigente.
Contrapuntos entre la política migratoria macrista y la acción colectiva migrante... 289
6
http://elgritodelsur.com.ar/2019/12/record-dejo-macri-2535-migrantes-expulsados-
cuatro-anos.html [Visualizado el 12 de febrero de 2020]
Contrapuntos entre la política migratoria macrista y la acción colectiva migrante... 291
7
El caso de Vanessa tuvo un gran impacto mediático y se convirtió también en lema de
campaña de las organizaciones de migrantes y de derechos humanos. En mayo de 2019
varias entidades de la sociedad civil argentina presentaron el caso ante la Comisión Inte-
ramericana de Derechos Humanos (CIDH), buscando por medio de una medida cautelar
el derecho a la unidad familiar de Vanesa y sus hijos en la Argentina. En julio de 2019, esta
medida cautelar fue negada por la CIDH. Sin embargo, en septiembre de 2019 las organiza-
ciones de la sociedad civil llevaron esta causa ante el Comité de Trabajadores Migratorios y
sus Familiares. En ese contexto, y después de distintas movilizaciones y reclamos que visi-
bilizaron las arbitrariedades cometidas en este caso, la DNM decidió revocar la prohibición
de reingreso y Vanessa pudo regresar a la Argentina.
292 Carolina Rosas, Sandra Gil Araujo y Verónica Jaramillo
En los dos casos anteriores el aparato represor del Estado actúo de forma
diferencial con las personas migrantes, por ello queremos llamar la atención
sobre los posibles efectos que la expulsión de migrantes con antecedentes pena-
les puede tener en las configuraciones familiares, ya que durante los procesos
de expulsión no se toma en consideración la situación familiar y se ignoran los
derechos de los niños y niñas a no ser separados de sus padres.
El cambio del contexto político incidió también en las relaciones entre las
organizaciones y en el contenido de sus acciones. Algunas consideraron que no
Contrapuntos entre la política migratoria macrista y la acción colectiva migrante... 293
era conveniente sumarse a las demandas por los derechos, y limitaron su acti-
vidad al campo de lo cultural. Esto dio lugar a desacuerdos y tensiones dentro
del movimiento asociativo migrante.
Sin embargo, ese desaliento no puede generalizarse ni ha sido mayoritario.
Como explican Canelo y otras (2018), el primer hecho que alcanzó visibilidad
mediática y generó una interesante movilización fue el anuncio de la inaugu-
ración de un centro de retención para infractores de la Ley 25871/2004. Se pro-
nunciaron en contra diferentes organismos, nacionales e internacionales, como
Amnistía Internacional, Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Uni-
versidad Nacional de Lanús (UNLa) y la Comisión Argentina para Refugiados
y Migrantes (CAREF). Así también lo hicieron las organizaciones de migrantes,
que realizaron distintas movilizaciones por la ciudad de Buenos Aires.
Por otra parte, la presentación del DNU motivó la creación de una comisión
multisectorial integrada por organizaciones de migrantes, organismos de de-
rechos humanos, académicos y referentes sindicales, con el fin de evitar que el
proyecto prosperara (Canelo y otras, 2018). Al igual que sucedió frente al cen-
tro de retención, se movilizaron en su contra distintos organismos nacionales
e internacionales, y las diferentes organizaciones y redes de migrantes de la
Argentina. Esta coalición llevó adelante diverso tipo de acciones, desde solicitar
audiencia en la Comisión Bicameral -que se encargaba de analizar la necesidad
y urgencia del decreto- hasta realizar la denuncia ante distintos organismos
nacionales e internacionales. Específicamente se realizaron presentaciones ante
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y ante al menos
cinco Comités de Naciones Unidas, con especial impacto en el Comité para la
Protección de los Derechos de los Trabajadores Migratorios y sus Familiares
(Jaramillo, 2019).
Cabe señalar que nuevas organizaciones y redes de migrantes nacieron al
calor de la lucha contra el proyecto de creación de un centro de retención para
inmigrantes (que no llegó a concretarse durante el gobierno macrista) y contra
el DNU 70/2017. Especialmente, organizaciones lideradas por jóvenes migrantes
e hijos de inmigrantes; muchas de ellas mujeres que crecieron con la última ola
feminista. Estos espacios generaron una propuesta novedosa en la Argentina:
la de impulsar el primer paro migrante en marzo de 2017. Las consignas enar-
boladas fueron desde “derogación del decreto xenófobo”, “ni una migrante me-
nos”, hasta otras relacionadas con la dictadura y la democracia en sus países de
origen, y los derechos humanos. Estas mujeres y varones jóvenes - colombianos,
bolivianos, paraguayos, brasileños, peruanos y chilenos- marcharon junto a
diversos sectores sociales de la política argentina.8 Por otro lado, Canelo y otras
8
Algunas de las referentes de la acción colectiva migrante también impulsaron la convo-
catoria a la huelga general de mujeres del 8 de marzo, de 2018 y 2019.
294 Carolina Rosas, Sandra Gil Araujo y Verónica Jaramillo
(2018) también indican que como parte de las estrategias desarrolladas a partir
del DNU, se observó la reaparición de medios comunitarios como el periódico
Renacer de Bolivia en Argentina, el cual volvió a ser publicado a comienzos de
2017 para informar sobre derechos.
El cambio en el contexto político y social produjo también una reconfigu-
ración en los fines y prioridades de la acción colectiva del campo migrante.
La campaña “Migrar no es un delito” reunió a diversas organizaciones con el
objetivo de defender, una vez más, el derecho a migrar y confrontar los discur-
sos, representaciones y prácticas discriminatorias que resurgieron con fuerza
en la sociedad argentina. Las luchas por la extensión de los derechos perdieron
peso, mientras se redoblaron los esfuerzos para defender los derechos básicos.
Como explica una de las referentes entrevistadas en el año 2018 (Rosas y Gil
Araujo, 2019):
Por otra parte, durante los años del Gobierno macrista se reprimió dura-
mente a quienes se desempeñaban en la venta ambulante y, en particular, a los
migrantes racializados de origen senegalés quienes diversificaron su accionar
colectivo más allá de las Dahiras (Zubrzycki, 2013) y organizaciones de origen
religioso. Este colectivo fortaleció su defensa auspiciados por organizaciones
como la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), el
Bloque de Trabajadores Migrante (BTM), El Sindicato de Vendedores Libres y
la Asociación de Residentes Senegaleses en Argentina (ARSA) (Pérez Rabasa,
2019). Gran parte de su accionar se concentró en las denuncias por violencia
institucional, la creación de contenidos para las redes y el canal de televisión
de la colectividad. También participaron en denuncias colectivas ante Naciones
Unidas, logrando varios pronunciamientos en contra de la violencia ejercida
por el Estado. El antecedente más importante fue su participación en el Grupo
de Trabajo de la ONU sobre afrodescendientes, que realizó una visita a la Ar-
gentina en marzo del año 2019.
Otra de las acciones más resonantes fue la Jornada en Defensa de los De-
rechos de las Personas Migrantes y Refugiadas que se realizó en el mes de
noviembre de 2018, en la Cámara de Diputados, y estuvo promovida por asocia-
ciones migrantes, sectores académicos y organizaciones de derechos humanos,
etc. En esa oportunidad representantes de distintas fuerzas políticas fueron
Contrapuntos entre la política migratoria macrista y la acción colectiva migrante... 295
9
En 2018, se creó el Departamento de Trabajadores y Trabajadoras Migrantes y Refugia-
dos de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA).
296 Carolina Rosas, Sandra Gil Araujo y Verónica Jaramillo
Conclusiones
Este capítulo analizó algunas de las relaciones evidenciadas entre los cam-
bios en materia migratoria promovidos por el Gobierno de Mauricio Macri y la
reconfiguración de las acciones colectivas de las y los migrantes en el mismo
periodo.
Durante el gobierno macrista, el combate contra la irregularidad migratoria fue
uno de los ejes organizadores del discurso político sobre las migraciones, lo
cual en la práctica propulsó un verdadero círculo vicioso establecido por la le-
gislación migratoria, mediante el aumento de los controles, las restricciones, la
selectividad y la creciente presencia de personas expulsadas del ámbito de los
derechos. Queremos remarcar que estas políticas no detienen ni disminuyen las
migraciones, sino que acrecientan la producción de irregularidad y aumentan
la vulnerabilidad de las poblaciones migrantes.
Por otro lado, hemos mostrado que las acciones del gobierno macrista tuvie-
ron importantes repercusiones en el activismo migrante. En síntesis, antes de la
llegada de Macri las/los referentes consideraban que, a partir de su lucha y la
sanción de la ley 25.871, se había asegurado el derecho a tener derechos y que, de
ahí en más, su acción consistiría en minimizar progresivamente la brecha entre
la letra de la ley y su cumplimiento efectivo; es decir, vigilar el cumplimiento
de esa ley en lo concreto, observando las condiciones de su cumplimiento allí
donde fuera necesario (escuela, hospital, etc.). Sin embargo, el Gobierno ma-
crista puso nuevamente en cuestión el derecho a tener derechos para quienes
nacieron en otros países, muchas veces con independencia de la tenencia de
DNI argentino y, para el caso de los hijos de migrantes, con independencia de
haber nacido en Argentina.10
10
La práctica macrista pareció poner en cuestión el criterio ius solis, generando con fre-
cuencia una devaluación de la documentación y de la nacionalidad argentina otorgada a un
migrante o a un hijo de migrante.
298 Carolina Rosas, Sandra Gil Araujo y Verónica Jaramillo
Bibliografía
Balibar, É. (2013). Ciudadanía. Buenos Aires: Adriana Hidalgo.
Balibar, É. (2004). El derecho de ciudad. Cultura y política en democracia. Buenos
Aires: Nueva Visión.
Contrapuntos entre la política migratoria macrista y la acción colectiva migrante... 299
Federico Rodrigo
CIS- CONICET/IDES – UNLP (Argentina)
federodrigo@gmail.com
Introducción
Los procesos de organización y movilización social de los/as migrantes
bolivianos/as asentados/as en la Argentina tuvieron un fuerte impulso en la
década de 1990, en respuesta a las dinámicas de discriminación en el espacio
mediático y en las interacciones cotidianas que sufrían las personas de ese país
(Grimson, 1999; Gavazzo, 2004; Caggiano, 2005). La reivindicación de la diferen-
cia especialmente a través de la organización de festividades y escenificaciones
de diferentes prácticas “típicas” y, a partir de ella, el rechazo de la persecución
y la xenofobia promovida por actores estatales y sindicales en esos años (Cag-
giano, 2005), conformaron lo que podemos denominar un nacionalismo cultu-
ralista reactivo ante la percepción de que la bolivianidad era un obstáculo en
el mercado de trabajo, en el acceso a la educación y la salud y, obviamente, en
la movilización de reclamos.
Así en estos años que supusieron el pasaje de la invisibilización de las
migraciones regionales a su hiper-visibilización (Grimson, 1999), el activismo
étnico emergió como una apropiación política de la posición en la que los dis-
cursos negativizadores situaban la presencia migrante. En este sentido, el par-
ticularismo étnico habría sido un efecto –mediado por el agenciamiento político
de los sujetos y colectivos- del régimen de alteridad del contexto de recepción
(Briones, 2004; Grimson, 2009).
Sin embargo, las políticas de reconocimiento de derechos y de regulariza-
ción para in- y e-migrantes que promovieron tanto Bolivia como la Argentina
302 Federico Rodrigo
1
La Plata es la capital de la principal provincia del país: la Provincia de Buenos Aires.
Cuenta con una población de 740.000 habitantes (INDEC, 2010) y una historia migratoria que
se remonta a su fundación, a finales del siglo XIX. Actualmente, más del 5% de su población
es de origen extranjero, destacándose las colectividades paraguaya, boliviana y peruana
como las más numerosas.
Política migratoria y procesos de ciudadanización 303
2
Luego de unos años de discontinuación, entre 2013 y 2016 la Dirección Nacional de Mi-
graciones implementó el programa de Abordaje Territorial. Su objetivo fue volver accesible
el nuevo DNI (en el año 2013 el Ministerio del Interior renovó los documentos de identidad y
desarrolló diferentes mecanismos para lograr el acceso a las nuevas credenciales) también
a la población migrante y replicó una lógica de funcionamiento similar al Patria Grande.
Política migratoria y procesos de ciudadanización 305
3
Esta área sufrió diferentes cambios de jerarquía (y, por consiguiente, de nombre) en el
transcurso de los años. Mientras que cuando se implementó el programa tenía rango de
Dirección, en el año 2014 se transformó en Subsecretaría.
306 Federico Rodrigo
4
Para una caracterización y análisis en profundidad de este fenómeno, ver Auyero (2004)
y Vommaro y Quiros (2011).
Política migratoria y procesos de ciudadanización 307
diferentes actores locales. Es decir, nos interesa remarcar que la posición étnico-
nacional, entendida como locus político de la formulación de demandas y la
movilización colectiva, no está simplemente allí, disponible para los sujetos que
–cumpliendo determinados requisitos- deseen ocuparla. Su pertinencia en los
contextos políticos locales debe ser construida y reproducida contingentemente.
La cita de Eduardo en la que alude a “los enviados del intendente” evidencia
que la especificidad de la Junta Vecinal, que busca organizar a las personas bo-
livianas del barrio, se constituyó eludiendo los mecanismos de representación
instituidos hasta ese momento. Así, al constituir como colectivo al conjunto de
migrantes redefinió –o buscó redefinir– los espacios de interlocución locales
conformados principalmente a través de los referentes territoriales del partido
gobernante. El establecimiento de un límite y, a través de él, la exclusión de
ciertos sujetos, aparece así como condición de posibilidad de la acción política.
La cuestión de la inseguridad también dinamizó procesos de organización
y acción colectiva entre bolivianos/as asentados/as en Altos de San Lorenzo,
uno de los barrios más grandes y poblados de la periferia de La Plata. En el
año 2012, luego del asesinato de un joven, un grupo de vecinos/as realizó una
movilización hacia una dependencia del Ministerio de Justicia y Seguridad para
reclamar “que se haga justicia, que encuentren a los responsables”. La activi-
dad concentró una gran cantidad de manifestantes, no sólo de este barrio. Al
enterarse de la protesta, migrantes de diversas zonas de la ciudad también se
integraron en solidaridad con la familia del fallecido y para demandar mayor
atención estatal a la violencia y los delitos que sufren las personas nacidas en
Bolivia.
La existencia de la organización, sin embargo, no fue disuasiva para que,
en determinadas circunstancias, un grupo significativo de habitantes decidiera
intervenir sobre la problemática de modo directo, obviando los mecanismos
institucionales y legales establecidos: en el año 2013, al día siguiente del asesi-
nato de otro joven boliviano, alrededor de cien personas se dirigieron hacia las
casas de cinco jóvenes argentinos que también habitaban el barrio y a los que
responsabilizaban por la muerte (y por muchas otras acciones delictivas que
habían sufrido distintos/as “paisanos/as”) para “hacer justicia por mano pro-
pia”. Como ninguno se encontraba, prendieron fuego las casillas y amenazaron
a los/as familiares presentes.
En la indagación de las repercusiones que tuvo la quema de las casillas
sobresale las referencias al “cansancio” y al “hartazgo” de padecer robos y
agresiones como un justificativo de esta respuesta. Estas circunstancias se
Política migratoria y procesos de ciudadanización 313
5
La relevancia de la agresión física –y su semantización en torno a una idea de “respe-
to”– en las dinámicas de intercambio no es exclusivas de los/as migrantes ni de Altos de San
Lorenzo, sino que se destacan lógicas con cierta semejanza a la relatada en otras zonas de
la Argentina e, inclusive, otros países del mundo (Alabarces, Garriga Zucal y Moreira, 2008;
Bourgois, 2015).
314 Federico Rodrigo
Conclusiones
En este capítulo observamos que la implementación de los operativos de
documentación situó a la política migratoria en redes de relaciones locales
volviéndola parte de lo que Merklen (2005) llamó la “inscripción territorial” de
los sectores populares. En este proceso, la Dirección de Entidades y Colectivi-
dades amplió sus tareas, redefinió sus espacios de intervención, el perfil de las
asociaciones con las que establece relaciones y su lugar tanto en el Estado local
como en sus vinculaciones con organismos de otros niveles al desarrollar la
“llegada a los barrios”.
De esta manera, comenzó a intervenir en diferentes actividades de interés
electoral que resultan fundamentales de cara a nuestros objetivos. Por un lado,
porque promovieron la preocupación por el desarrollo de estrategias y conoci-
mientos específicos para vincularse con los/as migrantes y, por el otro, porque
ampliaron el reconocimiento de sus colectivos como interlocutores válidos ante
distintas problemáticas. Así, los/as migrantes ganaron protagonismo en la com-
prensión del funcionamiento de diversos campos de actividad que desarrollan
funcionarios/as que intervienen en ellos.
Las organizaciones de bolivianos/as también intervinieron en esta dinámica
y fueron redefiniendo algunas de sus características. En primer lugar, distintos/
as referentes encontraron que la participación en los operativos se volvió una
cuestión relevante en las disputas por el protagonismo en la comunidad. La
competencia por ocupar un lugar destacado entre los/as paisanos/as motivó,
entonces, la búsqueda de participar. De esta manera, el programa también se
volvió parte de una dinámica de funcionamiento del campo de producción
y disputa de la bolivianidad que tiene a las dificultades de articulación y la
conflictividad como rasgos centrales (Caggiano, 2005). En sintonía otro aspecto
Política migratoria y procesos de ciudadanización 315
Bibliografía
Alabarces, P.; Garriga Zucal, J. y Moreira, V. (2008). El ‘aguante’ y las hinchadas
argentinas: Una relación violenta. Horizontes Antropológicos, (30), 113-136.
Bourgois, Ph. (2015). En busca de respeto: Vendiendo crack en Harlem. Buenos Aires:
Siglo XXI.
Acuña, C. y Jelin, E. y Kessler, G. (2006). Repensando las relaciones sociales
locales. En C. Acuña, E. Jelin y Kessler, G., Políticas sociales y acción local (pp.
9-18). Buenos Aires: IDES.
Archenti, A. y Morales, O. (2009). Interculturalidad en acto: experiencias en in-
vestigación y extensión. Ponencia presentada en las Segundas Jornadas de
Antropología Social del Centro Bonaerense. Olavarria: UNICEN.
Auyero, J. (2004). Clientelismo político. Las caras ocultas. Buenos Aires: Capital
Intelectual.
Briones, C. (comps). (2008). Cartografías Argentinas. Buenos Aires: Editorial An-
tropofagia.
Caggiano, S. (2005). Lo que no entra en el crisol. Inmigración boliviana, comunicación
intercultural y procesos identitarios. Buenos Aires: Prometeo.
316 Federico Rodrigo
Caggiano, S. (2008). Que se haga cargo su país: la cultura, los Estados y el acceso
a la salud de los inmigrantes bolivianos en Jujuy. En C. García Vázquez
(Comp.), Hegemonía e interculturalidad. Poblaciones originarias e inmigrantes.
Buenos Aires: Prometeo.
Caggiano, S. (2014). Riesgos del devenir indígena en la migración desde Boli-
via a Buenos Aires: identidad, etnicidad y desigualdad. Amérique Latine
Histoire et Mémoire, (27). Recuperado de https://journals.openedition.org/
alhim/4957/
Canelo, B. (2012). Fronteras internas. Migración y disputas espaciales en la Ciudad de
Buenos Aires. Buenos Aires: Antropofagia.
Cerrutti, M. (2010). Salud y migración internacional: mujeres bolivianas en la Argen-
tina, Buenos Aires: PNUD.
Cerruti, M. y Grimson, A. (2004). Buenos Aires, neoliberalismo y después. Cambios
socioeconómicos y respuestas populares. Buenos Aires: IDES.
Dirección Nacional de Migraciones (2010). Patria grande: Programa nacional de
normalización documentaria migratoria. Informe estadístico. Recuperado de
http://www.migraciones.gov.ar/pdf_varios/estadisticas/Patria_Grande.pdf
Domenech, E. (2007). Inmigración, estado y educación en Argentina: ¿Hacia nuevas
políticas de integración? Córdoba: Centro de Estudios Avanzados -Universi-
dad Nacional de Córdoba.
Domenech, E. (2011). La nueva política migratoria en la Argentina: paradojas del
programa Patria Grande. En C. Pizarro (Coord.) Migraciones internacionales
contemporáneas. Estudios para el debate (pp. 119-142). Buenos Aires: CICCUS.
Domenech, E. e Hinojosa Gordonave, A. (2009). Emigración, Estado y sociedad
en Bolivia: la reivindicación del ‘voto en el exterior’. En M. Roosta (Coord).
Población y desarrollo. Bolivia y los fenómenos de la migración internacional (pp.
84-108). La Paz: Universidad Mayor de San Andrés.
Ferraudi Curto, C. (2009). Hoy a las 2, cabildo: etnografía en una organización
piquetera. En A. Grimson, C. Ferraudi Curto y R. Segura, La vida política en
los barrios populares de Buenos Aires (pp.153-178). Buenos Aires: Prometeo.
Gavazzo, N. (2004). Identidad boliviana en Buenos Aires: las políticas de in-
tegración cultural. Revista Theomai. Estudios sobre Sociedad, Naturaleza y
Desarrollo, (4). Recuperado de http://revista-theomai.unq.edu.ar/numero9/
artgavazzo9.htm/.
Giorgis, M. (2004). La virgen prestamista. La fiesta de la Virgen de Urkupiña en el
boliviano Gran Córdoba. Buenos Aires: Antropofagia.
Grimson, A. (1999). Relatos de la diferencia y la igualdad. Los bolivianos en Buenos
Aires. Buenos Aires: Eudeba.
Política migratoria y procesos de ciudadanización 317
Recuperado de http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/becas/2000/
pacecca.pdf./
Perelmiter, L. (2012). Fronteras inestables y eficaces. El ingreso de organiza-
ciones de desocupados a la burocracia asistencial del Estado, Argentina
(2003-2008). Estudios sociológicos del Colegio de México, (89), 431-458.
Pizarro, C. (2012). Clasificar los otros migrantes: las políticas migratorias ar-
gentinas como productoras de etnicidad y de desigualdad. METIS, historia
y cultura, (22), 21-240.
Rezónico, L. y Morencos, M. (2009). Asociaciones civiles de inmigrantes latinoame-
ricanos en La Plata y Gran La Plata: su participación en el Programa Nacional de
Normalización Documentaria Migratoria “Patria Grande”. Ponencia presentada
en las Segundas Jornadas de Antropología Social del Centro Bonaerense.
Olavarría: UNICEN.
Rodrigo, F. (2019). Ciudadanía por otros medios: Migración boliviana y violen-
cia en la ciudad de La Plata, Argentina. Dilemas. Revista de estudios de conflito
e controle social, (12), 289-308.
Svampa, M. y Pereyra, S. (2003). Entre la Ruta y el Barrio. La experiencia de las
organizaciones piqueteras. Buenos Aires: Biblos.
Vaccotti, L. (2010). Biopolíticas de la inmigración y derechos humanos de los
inmigrantes en Argentina. Revista Fronteras, (6).
Vacotti, L. (2018). La construcción de un sujeto político: Migrantes y lucha por
la vivienda en Buenos Aires. Revista Interdisciplinar da Mobilidade Humana,
(52), 37-54.
Vichich, N. (2005). El Mercosur y la migración internacional. México: Expert Group
Meeting on International Migration and Development in Latin America
and the Caribbean, United Nations Secretariat.
Vommaro, G. y Quirós, J. (2011). “Usted vino por su propia decisión”: Repen-
sar el clientelismo en clave etnográfica. Desacatos, (36), 65-84.
319
Lucía Blasco
ICA, FFyL. UBA. CONICET
lb.luciablasco@gmail.com
Introducción
La historia de la radiodifusión boliviana en Buenos Aires comenzó en la dé-
cada de 1970 con los primeros programas gestionados y destinados a la pobla-
ción boliviana, en radios nacionales de relevancia, tales como Radio Argentina
AM 570, Radio del Pueblo AM 830 y Radio Buenos Aires AM 1350, entre otras.
A partir de la década de 1990 estos programas se concentraron en dos radios
destinadas en su totalidad a los migrantes bolivianos. Sus dueños y directores
fueron dos empresarios, de nacionalidad argentina, vinculados a la industria
musical. A partir de 2004, surgieron las primeras radios creadas y gestionadas
en su totalidad por migrantes bolivianos. Desde entonces el número de radios
se multiplicó, al tiempo que este proceso se complejizó.
Este trabajo reconstruye la historia de la radiodifusión boliviana en el
Área Metropolitana de Buenos Aires1 en el periodo 1975-2015, vinculando esta
historia con dos procesos que acompañaron su recorrido. Por un lado, se hace
hincapié en la trayectoria migratoria que presenta la colectividad boliviana
hacia la Argentina en general y hacia el AMBA en particular, y a los marcos
jurídicos migratorios vigentes para el periodo estudiado. Por otro lado, se
puntualiza en el contexto de radiodifusión argentino, con especial énfasis en
su marco jurídico. Asimismo, se reseñan los avances en materia tecnológica y
de equipamiento que a partir de 1980 facilitaron y abarataron las condiciones
materiales para instalar una radio.
1
De ahora en adelante AMBA. El Área Metropolitana de Buenos Aires comprende la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de maner total o parcialmente 35 unidades adminis-
trativas.
320 Lucía Blasco
2
La tesis fue defendida y aprobada en noviembre de 2017 en la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad de Buenos Aires. Este trabajo arroja parte de los resultados de
dicha investigación. Actualmente continúo con la investigación en el marco de una beca
doctoral CONICET con lugar de trabajo en el ICA-FFyL.
3
Al analizar el tratamiento mediático que recibe los migrantes por parte de los medios
hegemónicos, muchos investigadores acuerdan que, a partir de relaciones asimétricas de
poder, ese otro cultural es invisibilizado como sujeto de derecho, criminalizado o exotizado.
Inclusive, en momentos en donde crecen los índices de desocupación, subocupación y de
pobreza, los migrantes regionales se transformaron en los perfectos chivos expiatorios del
discurso gubernamental y mediático (Caggiano, 2005; Vázquez, 2007; Halpern, Rodríguez
y Vázquez 2012).
Historia de la radiodifusión de los residentes bolivianos en Buenos Aires (1975-2015) 321
4
De aquí en adelante utilizo el término radios nacionales para referirnos a aquellas radios
gestionadas y destinadas por y para argentinos/as. Veremos además que estas primeras par-
ticipaciones de programas bolivianos fueron en radios nacionales de relevancia tales como
Radio Argentina AM 570, Radio del Pueblo AM 830 y Radio Buenos Aires AM 1350, entre otras.
5
Hernán Pacheco Ibáñez, nació en La Paz y habiendo finalizado sus estudios secundarios
en La Paz, migró a Buenos Aires a fines de la década de 1960. En 1974 se recibió de opera-
dor técnico en el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER) y realizó sus primeras
participaciones en Radio Belgrano AM 650, como parte de los talleres de práctica. Luego
de su fallecimiento en 2013 y hasta el año 2015, el programa Sentir Boliviano, continuó en el
aire bajo la conducción de su hija Gisella.
6
Extraído del proyecto “Voces bolivianas en Argentina”. Programa del Ministerio de
Cultura. Presidencia de la Nación: Integración Latinoamericana. Disponible en: https://www.
youtube.com/watch?v=px3CsHazd70, y https://www.youtube.com/watch?v=7VlYor8jAo0
322 Lucía Blasco
“Por-
“Por-
centaje
“Por- centaje
extran-
centaje “Pobla- extran-
“Pobla- jeros
extran- ción jeros
Año “Po- ción no “Población
jeros extranje- limí-
del blación extran- limítro- extranjera
sobre ra no trofes
censo Total “ jera fes limítrofe “
pobla- limítro- sobre
total “ sobre
ción fe “ pobla-
pobla-
total “ ción
ción
total “
total “
1869 1737076 210189 12.1 168970 9.7 41360 2.4
1895 3954911 1004527 25.2 890946 22.3 115892 2.9
1914 7885237 2357952 29.9 2184469 27.3 206701 2.6
1947 15893827 2.435.92 15.3 2122663 13.3 313264 2
1960 20010539 2604447 13 2.137.18 10.7 467260 2.3
1970 23390050 2210400 9.5 1676550 7.2 533850 2.3
1980 27947447 1912217 6.8 1149731 4.1 753428 2.7
1991 32615528 1628210 5 811032 2.4 817428 2.6
2001 36260130 1531940 4.2 608695 1.6 923215 2.6
2010 40117096 1805957 4.5 560903 1.4 1245054 3.1
7
A partir de 1930 y a raíz de la crisis financiera iniciada en Estados Unidos en 1929 y con la
consecuente recesión del comercio internacional, Argentina, como muchos otros países de
Latinoamérica, inició un proceso de industrialización para sustituir lo que antes importaba.
El proceso de industrialización (basado en principio en la industria liviana) se concentró en
los grandes centros urbanos y principalmente en el AMBA lo que impulsó una gran migra-
ción interna desde las provincias hacia el mencionado centro urbano.
Historia de la radiodifusión de los residentes bolivianos en Buenos Aires (1975-2015) 325
más pequeñas a las anteriores, que encontraban serias dificultades para operar
dentro del circuito formal o regulado por la legislación sobre radiodifusión.
Este proceso de pasar de las radios formales a las informales, ocurrió al tiempo
que se estaban manifestando una serie de cambios que progresivamente rees-
tructuraron la radiodifusión nacional de manera general y a la radiodifusión
boliviana en Buenos Aires en particular. Se trata de un escenario sumamente
complejo, del cual quisiera detenerme en dos procesos, bien diferentes pero
simultáneos:
1) por un lado, la implementación de un modelo jurídico de corte neolibe-
ral iniciado hacia finales de la última dictadura cívico-militar (1976-1983) y
profundizado en las dos presidencias constitucionales de Carlos Saúl Menem
(1989-1999);
2) por el otro lado, y en la vereda opuesta, el surgimiento y expansión de
formas de comunicación alternativa, que ya sea por motivos comerciales, polí-
ticos, ideológicos u organizacionales, comenzaron a heterogeneizar el espectro
radioeléctrico. Cabe señalar que este acceso al dial fue motorizado por un con-
texto tecnológico de innovación que hizo más fácil la salida al aire de numero-
sos espacios radiales. No obstante, y debido al primer proceso señalado, muchos
de estos nuevos espacios encontraron serias dificultades o nulas posibilidades
para acceder de manera formal al registro de radios.
Esto último queda expresado en el artículo 45, que señala que solo pueden
acceder al espectro radial personas físicas o sociedades comerciales con fines
326 Lucía Blasco
8
El PLANARA entre sus prioridades tenía como objetivo principal organizar y distribuir
las localizaciones, las potencias y las frecuencias del sistema de radiodifusión en todo el
territorio nacional. Como señalan los autores, más allá de corresponderse con una iniciativa
“positiva y ordenadora” el objetivo principal era el de ejercer el control total de la informa-
ción. El plan fue dado de baja durante la presidencia de Raúl Alfonsín, por ello la etapa en
la que se otorgarían nuevas licencias no llegó a implementarse.
9
Dentro del conjunto de las radios informales, las comunitarias, alternativas y populares
son los términos que utilizaron/utilizan indistintamente un conjunto específico de radios.
Según Kejval (2009) estos espacios tienen la particularidad de estar vinculados a proyectos
comunicacionales y culturales de transformación social, dialogando con cuestiones sociales,
políticas y económicas específicas. La autora agrega que lo comunitario, lo alternativo y lo
popular es un estado y un proceso relacional no librado de tensiones, más que un concepto
a priori.
10
Más allá de las dificultades para contabilizarlas, ya que justamente se desenvuelven
en un contexto no registrado, se estima que llegaron a existir entre 2000 y 3000 radios sin
Historia de la radiodifusión de los residentes bolivianos en Buenos Aires (1975-2015) 327
incluso se organizaran con el objeto de hacer frente a las condiciones que im-
ponía el marco regulatorio. En 1985, muchas de estas emisoras se agruparon en
la Asociación de Radios Comunitarias, que tiempo más tarde pasó a llamarse
Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO), para finalmente formalizar
su situación en 1998.
Con objetivos y condiciones de funcionamiento sumamente heterogéneas,
ya que las había más o menos organizadas, más o menos politizadas, con ma-
yor o menor presupuesto, las radios tropicales, las vecinales, las religiosas, las
combativas, se caracterizaron por hacer en chiquito lo que las líderes hacían en
grande (Ulanovsky, 2011).
Importa señalar que este tomar la palabra se vio facilitado además por una
serie de innovaciones tecnológicas que irrumpieron en escena a partir de la
década de 1980. Me refiero por un lado a la llegada de la frecuencia modulada
FM, que si bien en comparación con la amplitud modulada AM presenta una
menor cobertura de onda, las audiencias reciben un producto de mayor calidad
sonora. Y para los sujetos que gestionan estos espacios, la tecnología FM se
tradujo en una reducción de costos y en una cantidad menor de equipamiento.
Por otro lado, y más recientemente, hacia la década de 1990, el paso de la radio
analógica a la digital, sumado a la utilización de Internet, modificó las formas
de hacer radio en general, y para nuestro caso en particular, interesa señalar
que facilitó las salidas al aire desde espacios físicos no necesariamente desti-
nados en su origen a ser estudios de radio (bastaba ahora con un micrófono,
una computadora y conexión a Internet) multiplicando así las posibilidades del
acceso al espectro radioeléctrico.
Sin embargo, al surgir y desenvolverse en un contexto jurídico sumamente
adverso, fueron definidas como truchas, piratas, ilegales y/o clandestinas. Más
aún, hacia finales de la década de 1980, momento en que se multiplicaron de
manera exponencial, y en muchos casos interrumpiendo las frecuencias de las
radios formales, se transformaron en objeto de denuncia, decomiso y/o cierre.
Con la asunción de Carlos Saúl Menem a la presidencia en 1989, se inició un
acelerado proceso de desregulación por parte del Estado en materia de control
y legislación de los servicios públicos. Este contexto propició la consolidación y
concentración de los grandes capitales nacionales y las alianzas de éstos con el
capital transnacional. En relación a los medios de comunicación, en agosto de
ese mismo año se sancionó la Ley Nº 23.696, de Reforma del Estado, que entre
muchas otras cosas permitió la modificación e incluso la eliminación de puntos
clave del Decreto-Ley de Radiodifusión Nº 22.285, entre ellos los que impedían
11
En 1987 “se dio a conocer públicamente un proyecto elaborado por el Consejo de
Consolidación de la Democracia (COCODE) […] que partía de considerar al “derecho a la
información” como complemento de la “libertad de expresión” y establecía instrumentos
de planificación a largo plazo, tales como la creación de un instituto de investigación y pro-
moción audiovisual, y mecanismos que impedían la concentración. A su vez, permitía que
cualquier persona jurídica pudiera acceder a la titularidad de licencias de radiodifusión. Sin
embargo, en 1988 este proyecto perdió estado parlamentario y nunca llegó a ser tratado
en el congreso” (Señorans, 2014:67).
12
Flavio Camacho, nació en 1953 en Cochabamba, Bolivia. Migró a la Argentina en el año
1970 con 17 años, junto a sus hermanos mayores. Finalizó sus estudios secundarios en Bue-
nos Aires. En 1985 ingresó al ISER, realizó las prácticas en Sentir Boliviano. En 1988 se recibió
de Locutor Nacional. En ese mismo periodo llevaba adelante los días sábados un programa
propio llamado Dimensión Boliviana en FM Cultura. Desde 1999 hasta el momento en que
fue realizada la entrevista se dedicaba exclusivamente a la actividad radial trabajando en
distintas emisoras de la colectividad boliviana, con un programa llamado Actualidad 2000.
Historia de la radiodifusión de los residentes bolivianos en Buenos Aires (1975-2015) 329
Radio la digital
En 1992, Ricardo Banjay13 se acercó al Comité Federal de Radiodifusión
(COMFER) para obtener una licencia de radio FM con el objetivo de difundir
a los artistas musicales que producía por ese entonces. Sin embargo, una vez
en el organismo, se anotició de la imposibilidad de concretar tal fin dada la
saturación del espectro radioeléctrico y del no otorgamiento de licencias. No
obstante, se encontraba en vigencia la Resolución 858/90 que habilitaba a la
13
Ricardo Alejandro Banjay, nació en 1950. Fue el guitarrista y uno de los fundadores de
Los Bríos, grupo musical dentro del género romántico que se inició en la década de 1970 y
continúa hasta el presente. Sin embargo, Banjay ya no es parte. Como productor musical,
produjo a varios artistas provenientes del género tropical, motivo por el cual en 1993 deci-
dió inaugurar FM La Digital. Desde entonces, Banjay se vinculó de diversas maneras con el
mundo mediático y de la industria musical. Cuando fue realizada la entrevista, Banjay era
el propietario de Salón Rock Sur, emblemático salón ubicado sobre la Avenida Sáenz en el
barrio de Pompeya, donde se realizaban espectáculos musicales; era dueño y director de
frecuencias radiales, y miembro asociado del Grupo Indalo.
330 Lucía Blasco
Iglesia Católica a ser detentora frecuencias radiales sin concurso previo. Ante
dicho escenario y apelando a la buena relación que Banjay mantenía con el Pa-
dre Eugenio, párroco de la Iglesia de Nueva Pompeya, le propuso a este último
que la iglesia detentara la frecuencia y él se haría cargo de la compra de los
equipos, la gestión y el mantenimiento de la emisora. En la entrevista realizada
en marzo de 2015, Banjay relató lo siguiente:
14
Entre 1989 y 1993, el Estado asignó alrededor de 1400 permisos precarios y provisorios
a radios FM de baja potencia, con la condición de presentarse a posteriores concursos pú-
blicos por licencias de radiodifusión. La mayoría de esas emisoras eran con fines de lucro,
debido a que la ley vigente no permitía otro tipo de radios.
15
Celebración originaria del altiplano andino a través de la cual se le ofrendan objetos en
miniatura al Ekeko (dios de la abundancia) En Buenos Aires la Feria de la Alasitas se realiza
cada 24 de enero en distintas plazas, parques, clubes y predios territorializados por la co-
lectividad. En la feria se compran objetos en miniatura con el objeto de que se materialicen
en la vida real en el transcurso de ese año, como por ejemplo propiedades, billetes, títulos
universitarios, autos, documentación u objetos relacionados con la pareja, la salud, etc.
332 Lucía Blasco
Entre 2005 y 2007 Urkupiña comenzó a contraerse hasta que dejó de salir
al aire. Banjay señaló distintas causas que coadyuvaron al cierre de la radio.
Entre ellas quisiera destacar que por ese entonces había comenzado a crecer
la oferta radial destinada a la colectividad provocando una reducción en la
cartera de anunciantes y una migración de los comunicadores y locutores a
otras emisoras.
Además de los puestos artesanales, durante la jornada se ofrecen platos típicos y espec-
táculos musicales.
16
Sergio Martín, nació en 1965 en Argentina, pero debido a las actividades empresariales
de su padre, se crió en Los Ángeles, Estados Unidos. Su madre es una reconocida locutora
nacional. Desde 1996 hasta 2009 fue el dueño y director de Estación Latina FM 91.9. Luego
del cierre de la emisora, se transformó en el director de la empresa discográfica de su padre
y dueño de una financiera de envío de dinero. Al tiempo, abrió una empresa de telefonía de
radio, dedicada a la compra-venta de transmisores. En febrero de 2015, cuando fue realizada
la entrevista, Martín continuaba al frente de la discográfica y de la financiera, al tiempo que
era el presidente de la Federación Argentina de Beisbol (FAB).
Historia de la radiodifusión de los residentes bolivianos en Buenos Aires (1975-2015) 333
que Martín se encontró llevando adelante nuevas tareas, también es cierto que
encauzó ciertas líneas de acción proveniente de su historia familiar. Por un lado,
la madre de Martín fue una reconocida locutora nacional y por el otro su padre,
además de la compañía discográfica también había tenido una radio destinada
a la colectividad mexicana en Estados Unidos.
Según Martín, el cierre de Estación Latina en 2009 se dio a partir de una serie
de sucesos que de manera combinada lo desmotivaron para continuar con la
actividad radial. Por un lado, señaló que en esos últimos años Estación Latina
atravesó un proceso judicial ante el COMFER a partir de que se interfería la
señal con una emisora religiosa. Si bien la radio tenía permiso para transmitir,
no tenía licencia. A raíz de ese litigio, la emisora pasó de ser una FM a una AM,
perdiendo calidad de sonido y el lugar de referencia en el dial. Por otro lado,
al multiplicarse la oferta radial para bolivianos, Martín planteó que cada vez
le era más difícil negociar el precio de la publicidad, ya que los auspiciantes
encontraban precios más bajos en las radios más chicas por, para y de.
De esta manera, antes de que la situación económica de la emisora empeora-
ra, una parte fue vendida y el resto y principalmente lo que era el equipamien-
to, se lo regaló a dos de los operadores técnicos que trabajaron junto a él y con
quienes había logrado establecer en esos años una relación de suma confianza
y afecto.
A partir de la Ley 23.928, Ley de Convertibilidad del Austral, se estableció una relación
17
A medida que reunía más datos sobre las historias de cada una de ellas,
encontraba que sus historias se encontraban entrelazadas. Por ejemplo, para
el caso de Radio Favorita, su dueño y director, una vez reunido la experiencia
en radio, principalmente en Urkupiña, y ahorrado el capital suficiente para la
compra de los equipos, decidió inaugurar su propia emisora. En otros casos, su-
cedió que diferencias y desacuerdos entre los dueños dieron lugar a una nueva
emisora. Este fue el caso de Metropolitana, que se desprendió de Constelación. A
su vez, Constelación se había desprendido de Favorita. Por último, se presentaba
la situación de radios que surgían por iniciativa de jóvenes comunicadores que
una vez cerradas las emisoras en las que habían hecho su experiencia radial, y
habiendo mantenido una relación de suma confianza y afecto con sus dueños,
éstos los ayudaron para que lleven adelante sus propios proyectos radiales. Este
fue el caso de Impacto que se desprendió de Urkupiña y de América Latina que se
desprendió de Estación Latina.
De los relatos de los dueños y directores, dos cuestiones se desprendían
como necesarias para instalar una emisora. En primer lugar, todos ellos con-
taban con un conocimiento técnico específico. Y, en segundo lugar, habían
logrado reunir un capital económico suficiente para la compra de los equipos.
En base a la información compartida por parte de los entrevistados u obtenida
por búsquedas realizadas en páginas especializadas, encontré que los costos
estimados para su instalación variaban entre U$S 1.418 y U$S 5.000.
Ahora bien, una vez instalada la emisora, era necesario que ésta sea sus-
tentable en el tiempo. Como destacó una de las locutoras más importante de
Historia de la radiodifusión de los residentes bolivianos en Buenos Aires (1975-2015) 337
Radio Constelación, Evelin Arratia Jarro18: “que una radio logre mantenerse en
el tiempo y que a la vez tenga impacto en la audiencia, tiene que ver con los
locutores, la programación y el alcance”. A lo mencionado por Evelin, agregaría
que, por un lado también es importante la existencia de una audiencia signifi-
cativa que participe de las propuestas de las radios (y viceversa). Y, por el otro
lado, una comunidad capaz de sostenerla económicamente, ya que, según mis
informantes, es a través de la publicidad de los restaurantes, almacenes, centros
médicos, estudios jurídicos, concesionarios de auto, entre otros, gestionados por
los mismos migrantes, de donde provienen los principales ingresos.
En este punto de la investigación encontraba que las radios que visité duran-
te el trabajo de campo eran parte de un proceso histórico particular de capita-
lización social (saber hacer radio) y económica (tener con qué hacer radio), que
comenzó a partir de la década de 1970 con los programas por y para bolivianos
en las radios nacionales de relevancia, continuó con las radios por y para durante
la década de 1990, y se profundizó con las radios por, para y de bolivianos que
surgieron a partir de 2004. Observaba, además, que estos procesos de ascenso
socioeconómico se encontraba en sintonía con otros procesos de capitalización
que los migrantes bolivianos atravesaron en la confección de indumentaria,
por un lado, y en la horticultura, por el otro lado. Benencia (2009) señala que a
partir de la década de 1980 aquellos bolivianos que trabajaban como operarios
en talleres de confección de indumentaria principalmente de dueños coreanos,
al cabo algunos años y luego de conocer la lógica del negocio y ahorrado el ca-
pital suficiente para la compra de maquinaria, lograron instalar su propio taller.
El mismo autor observa un proceso similar en la producción de hortalizas
en fresco, donde actualmente la mano de obra boliviana se presenta de manera
hegemónica en la mayoría de los cinturones verdes de los principales centros
urbanos del país, tales como Buenos Aires, Rosario, Bahía Blanca, Mar del Plata,
Córdoba, General Roca, entre otros. Hacia la década de 1980 algunas familias
bolivianas que trabajaban como peones de quinteros portugueses o argentinos
atravesaron un proceso de movilidad social ascendente, en donde al cabo de
una década pasaron de peones a medieros, hasta transformarse en arrendata-
rios o propietarios (Benencia, 2012). El fenómeno, denominado por Benencia
(2012) como escalera boliviana, no solo se ha expandido sino que también se ha
18
Evelin Nació en La Paz en 1987. En 2005, cuando terminó el colegio en la ciudad El Alto,
vino por primera vez a Buenos Aires con su padre, a trabajar en un taller de costura. En el
taller siempre escuchaba el informativo de Flavio Camacho. Toda su familia se quedó en
Buenos Aires y un año después ella decidió regresar a Bolivia para estudiar Comunicación
Social en La Universidad Pública de El Alto (UPEA). Terminó sus estudios en 2011 y regresó
a Buenos Aires. Desde 2011 hasta 2013 trabajó en distintas radios de la colectividad. En 2014
regresó a Bolivia para entregar su trabajo de tesis. Desde entonces reside en Oruro.
338 Lucía Blasco
complejizado, dado que en los últimos años en ambos rubros, los productores
avanzaron sobre la comercialización de su producción.
nor seguridad con respecto a las radios comunitarias y comerciales que sí han
logrado obtener su licencia con la sanción de dicha ley19.
Es de señalar que en el proceso de adjudicación de una licencia, uno de los
requisitos que se destaca para los/as detentores de una licencia es el de “Ser
argentino nativo o por opción, o naturalizado con una residencia mínima de
cinco(5) años en el país” (Ley 26.522, Artículo 24). Para las personas de existen-
cia ideal es necesario encontrarse legalmente constituida en el país. De hecho, la
radio que tiene licencia lo hizo a través de una organización sin fines de lucro.
Más allá de la situación jurídica de las radios, importa señalar que durante
el trabajo de campo encontré una serie de vínculos que la AFSCA estableció con
las radios o referentes de la colectividad. Uno de ellos estuvo dado por un censo
de radios que se llevó adelante en 2010. Muchas de las radios indicaron que
fueron censadas, pero que luego no recibieron por parte del organismo algún
tipo de respuesta. De hecho, en algunas ocasiones los directores se referían al
documento que les había quedado como constancia del censo, en términos de
estar más cerca de la posibilidad de encontrarse “en regla”.
En segundo lugar, uno de los radialistas entrevistados fue convocado por la
AFSCA para dar clases de Periodismo y Locución en Villa Lugano. De hecho,
según él, había firmado un contrato y recibía un estipendio por sus horas de
docencia. Los talleres duraban alrededor de 6 meses y los estudiantes recibían
un certificado. En mayo de 2014 participé de unas de sus clases, que tenían lu-
gar en el espacio de la Organización Popular La Hormigonera del frente político
Nuevo Encuentro. En tercer lugar, en una entrevista realizada en 2014 a Martín
Sabbatella por la revista Pico y Pala que se produce y distribuye en el barrio La
Hormigonera, el titular de la AFSCA y referente político de Nuevo Encuentro,
señalaba que:
19
Desde la promulgación de la Ley en 2009 hasta mediados de 2014, la AFSCA otorgó 672
licencias de radio AM y FM para el sector privado; 27 licencias para radios de baja frecuen-
cia en zonas de alta vulnerabilidad social; 33 reconocimientos a canales de televisión de
baja potencias; 200 reconocimientos a radios comunitarias; 22 autorizaciones de medios
a municipios y gobernaciones; 26 licencias para radios a la iglesia católica. A su vez, se han
autorizado 252 medios (radio y televisión) a escuelas primarias, centros juveniles, institutos
educativos y universidades; y 37 radios y 1 canal de TV a los pueblos originarios. Respecto
a reservas de frecuencias, en la actualidad hay 112 de radio para los Municipios y 36 de tele-
visión para los estados provinciales. 116 licencias a cable operadoras PyMES y cooperativas
(Rossi y Morone, 2014).
340 Lucía Blasco
Reflexiones finales
Este trabajo reconstruyó la historia de la radiodifusión boliviana haciendo
hincapié en dos procesos que acompañaron su recorrido. Por un lado se des-
tacó la trayectoria migratoria que presenta la colectividad boliviana hacia la
Argentina en general y hacia el AMBA en particular, con especial énfasis en los
cambios ocurridos a partir de las décadas de 1970 y 1980 en adelante, en rela-
ción al patrón de asentamiento; a ciertos procesos de capitalización económica
y social en destino y a los marcos jurídicos migratorios vigente para el men-
cionado periodo. Para el caso de las radios bolivianas se observa entonces una
trayectoria de capitalización social y económica, de similares características a
otros procesos de ascensos socioeconómico, que comenzó a partir de la década
de 1970 con los programas por y para bolivianos en radios nacionales, continuó
con las radios por y para, y se profundizó con las radios por, para y de bolivianos
que surgieron a partir de 2004.
Por otro lado, se reseñó el contexto de radiodifusión argentino donde se des-
envolvieron primero los programas por y para, y más tarde las radios bolivianas,
deteniéndome en el marco jurídico, y en los avances en materia tecnológica y
de equipamiento que a partir de 1980 facilitaron y abarataron las condiciones
materiales para instalar una radio.
Importa destacar las maneras en que los marcos normativos se encontraron
en diálogo a lo largo de las distintas etapas de la radiodifusión boliviana. Por
ejemplo las radios que surgieron a partir de la década de 1990 atravesaron
distintas situaciones en relación a las posibilidades de formalizar sus salidas
al aire. Resulta paradójico si comparamos este fenómeno, con el proceso que
también atravesaron las migraciones limítrofes por ese entonces. Es decir, mien-
tras que estas radios crecían (en audiencia y en la consolidación de un producto
específico, destinado a un público específico), en paralelo corrían con el riesgo
de sufrir el cierre de la radio o el decomiso de los equipos. Por su parte mientras
que la migración boliviana creció cuantitativamente durante la década de 1990,
los/as migrantes encontraron serias dificultades para regularizar su situación
migratoria, corriendo muchas veces el riesgo de la expulsión.
Asimismo, con la Ley de Migraciones de 2003 y la LSCA de 2009, tanto la
migración como la comunicación se posicionaron como derechos humanos
342 Lucía Blasco
Bibliografía
Benencia, R. (2012). Los inmigrantes bolivianos en el mercado de trabajo de la
horticultura en fresco de Buenos Aires. En El impacto de las migraciones en
Argentina (pp. 153-234). Buenos Aires: OIM, Oficina Regional para América
del Sur.
Benencia, R. (2009). El infierno del trabajo esclavo. Las contracaras de las exi-
tosas economías étnicas. Avá Revista de Antropología, (15). Recuperado de
http://argos.fhycs.unam.edu.ar/handle/123456789/472/
Benencia, R. y G.Karasik (1995). Inmigración limítrofe: los bolivianos en Buenos
Aires. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina.
Cerruti, M. y A. Maguid (2007). Inserción laboral e ingresos de los migrantes
de países limítrofes y peruanos en el Gran Buenos Aires. Notas de Población,
(83), 75-98.
Cortés, R. y F. Groisman (2004). Migraciones, mercado de trabajo y pobreza en
el Gran Buenos Aires. Revista de la CEPAL, 82, 173- 191.
Courtis, C. y MI. Pacecca (2007). Migración y derechos humanos: una aproxi-
mación crítica al nuevo paradigma para el tratamiento de la cuestión mi-
gratoria en la Argentina. Revista Jurídica de Buenos Aires, 183-200. Número
especial sobre Derechos Humanos. Facultad de Derecho, Universidad de
Buenos Aires.
Dandler J. y C. Medeiros (1991). Migración temporaria de Cochabamba, Boliv-
ia, a la Argentina: patrones e impacto en las áreas de envío. En P. Pessar
(Comp.), Fronteras permeables: migración laboral y movimientos de refugiados en
América. Buenos Aires: Planeta.
Historia de la radiodifusión de los residentes bolivianos en Buenos Aires (1975-2015) 343
Leyes
Ley General de Migraciones y Fomento de la Inmigración. Ley Nº 22.439/81
Ley de Radiodifusión. Ley Nº 22.285/80
Ley de Migraciones. Ley N°25.871/04.
Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Ley N°26.522/09
345
Roberto Benencia
Sociólogo. Magister en Sociología-FLACSO. Investigador principal del
CONICET-Argentina. Profesor Titular Consulto de la Facultad de Agronomía
de la UBA. Docente-investigador de la Universidad Nacional Arturo Jauretche.
Co-Director de la Revista Estudios Migratorios Latinoamericanos (CEMLA). Di-
rector de la Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo. Presidente del
IDES (Instituto de Desarrollo Económico y Social). Especialista en la temática:
mercados de trabajo y migraciones.
Mail de contacto: benencia@agro.uba.ar
Lucía Blasco
Profesora y licenciada en Ciencias Antropológicas (FFyL–UBA), doctoranda
en Antropología Social (IDAES-UNSAM) y Becaria doctoral CONICET con
lugar de trabajo en la FFyL de la UBA. Participó en equipos de extensión uni-
versitaria de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (CIDAC) realizando
tareas de investigación-acción territorial sobre el acceso a derechos por parte de
las personas migrantes residentes en Barracas, CABA. Trabajó en la Fundación
Comisión Católica Argentina de Migraciones (FCCAM) en proyectos de inclu-
sión integral destinados a migrantes extra-MERCOSUR, solicitantes de asilo y
refugiados/as. Trabajó en el Área de Extensión Educativa y Cultural del Museo
Nacional del Hombre del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento
Latinoamericano (INAPL). Actualmente investiga sobre cuestiones relativas a la
346
Natalia Gavazzo
Doctora en Antropología (Universidad de Buenos Aires, Argentina). Magís-
ter en Estudios Latinoamericanos (University of London, Reino Unido) y Licen-
ciada en Ciencias Antropológicas (UBA). Profesora e Investigadora Adjunta del
CONICET en la Universidad Nacional de San Martín. Desde 1999 estudia las
migraciones regionales hacia la Argentina, con un énfasis en las segundas ge-
neraciones de jóvenes bolivianos y paraguayos en Buenos Aires. Ha publicado
artículos en revistas especializadas de todo el mundo, así como también tres
libros y numerosos capítulos. También se ha desempeñado como docente en
instituciones académicas nacionales e internacionales, y como consultora en
organismos como la OIT, OIM, UNFPA y UNICEF entre otros.
Mail de contacto: navegazzo@yahoo.com
Verónica Jaramillo
Abogada, Doctora en Ciencias Sociales y Magister en Derechos Humanos.
Parte del equipo de coordinación académica de posgrados, docente e investiga-
dora del Instituto de Justicia y Derechos Humanos de la Universidad Nacional
de Lanús. También hace parte del grupo de Migrantes, Familias y Políticas
Públicas (MIFAPP) del Instituto de Investigaciones Gino Germani.
Mail de contacto: verojarafonn@gmail.com
Cecilia Melella
Doctora en Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires-UBA). Magister
en Comunicación y Cultura (UBA). Licenciada en Ciencias de la Comunicación
(UBA) y Profesora en Enseñanza Media y Superior en Ciencias de la Comuni-
cación (UBA). Ha sido becaria doctoral y postdoctoral del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Actualmente es profesora
en la facultad de Ciencias Sociales y en el Ciclo Básico Común, así como inves-
tigadora en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de
Buenos Aires y profesora titular en el Profesorado de Formación Superior ISPE.
Participa como investigadora en el proyecto de Cooperación internacional “The
Venezuelan Humanitarian Crisis: migration, trauma and resilience”, under the
2019 USF Nexus Initiative (UNI) y a nivel local en el Proyecto de Investigación
Científica y Tecnológica (PICT 3166-2015)-Migraciones, interculturalidad y te-
rritorio: Cartografías de la Inclusión social (CONICET-FONCYT). Ha realizado
estancias de investigación en centros de Portugal, Italia y España y ha dirigido
tesis de grado y posgrado en diferentes universidades argentinas. Sus intereses
académicos se han centrado en la comunicación intercultural, los procesos iden-
titarios, las experiencias de apropiación y el uso de las TIC, el análisis crítico del
discurso y las migraciones andinas y griegas en la Argentina. Los resultados
de sus trabajos han sido plasmados en dos libros y en distintas publicaciones
de América Latina y Europa.
Mail de contacto: cemelella@gmail.com
Bruno Miranda
Miembro del Programa de Becas Posdoctorales de la UNAM, adscrito al
Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM/UNAM), don-
de desarrolla el proyecto “Estrategias desplegadas en el tránsito continental.
Las movilidades haitianas entre Brasil y México”. Actualmente, es Candidato
a Investigador Nacional por el Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Fue
otorgado con el Premio a las Mejores Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales
2016 de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). Imparte el seminario “Mi-
351
Federico Rodrigo
Licenciado en Comunicación Social, Facultad de Periodismo y Comuni-
cación Social, Universidad Nacional de La Plata; Magíster en Sociología de
la Cultura y Análisis Cultural, Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES),
Universidad Nacional de San Martín; y Doctor en ciencias Sociales, Instituto de
Desarrollo Económico y Social y Universidad Nacional de General Sarmiento.
Becario Post-Doctoral (CONICET-CIS/IDES). Profesor Titular Interino en la
asignatura Comunicación, Cultura y Poder, de la Licenciatura en Comunicación
Social de la UNLP y docente en Taller de tesis de la Maestría en Comunicación
y cultura de la Universidad de Buenos Aires y en Metodología de la Investiga-
ción en la Maestría en Comunicación y Derechos Humanos de la UNLP.
Mail de contacto: federodrigo@gmail.com
Carolina Rosas
Socióloga (Universidad de Buenos Aires) y Doctora en Estudios de Población
(El Colegio de México). Es Investigadora del Consejo Nacional de Investiga-
ciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina, así como del Instituto
Gino Germani (IIGG) de la Universidad de Buenos Aires, donde dirige junto a
Sandra Gil Araujo el Grupo de Estudios sobre Migraciones, Familias y Políticas
Públicas (MiFaPP). Es profesora del Departamento de Humanidades y Ciencias
352
Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.
Alternative Proxies: