ARGUMENTACIÓN

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Argumentación

PROF. LIC. GUADALUPE BÁEZ

¿Qué significa argumentar y para qué sirve?

Argumentar es una práctica discursiva que se orienta al


interlocutor para lograr su adhesión o para transformar su sistema de
creencias. Es decir, abarca todo el campo del discurso que apunta a
convencer y persuadir sobre un asunto particular, sobre el cual podrían
existir diversas opiniones. Para lograrlo, el argumentador presenta
razones o argumentos que permitan validar su posición.

El objetivo de la argumentación es provocar o acrecentar la


adhesión a la tesis por parte de un público determinado. Para quien
argumenta, el público siempre es una construcción más o menos
definida y, según la forma en que se construya, el enunciador adaptará
su discurso y los medios que empleará para persuadirlo.

La argumentación, como secuencia textual, aparece, por ejemplo,


en un artículo editorial, en una crítica de cine, en una publicidad, en un
discurso político, en una entrevista para conseguir un empleo, en un
juicio, en un artículo de opinión, entre otros.

Conocer los aspectos fundamentales de la argumentación, nos


brinda la posibilidad de reflexionar sobre el carácter persuasivo del
lenguaje y nos permite descubrir los recursos argumentativos que
tenemos a disposición para defender nuestras ideas. Además, nos
ayuda a identificar y a interpretar las estrategias que se utilizan para
convencernos.

Persuadir, convencer, manipular e influir

La persuasión pretende modificar una idea o concepto del


interlocutor, aunque sabemos que es muy complicado modificar las
estructuras de pensamiento en las personas. Se persuade cuando
conseguimos que alguien crea, quiera o haga algo que nosotros
queramos. Pero las personas llegan a persuadirse cuando por sus
propios pensamientos y sentimientos logran aceptar propuestas o
sugerencias.

Tanto el acto de persuadir como el de convencer están vinculados


con la argumentación y buscan que el interlocutor se adhiera a un punto
de vista determinado, pero su diferencia radica en la manera que utilizan
para lograrlo. Persuadir es una actividad que está más orientada a lo
emocional, mientras que el acto de convencer está más orientado al
intelecto y a la utilización de razonamientos lógicos. Por ejemplo, una
persona puede estar convencida de que fumar es perjudicial para la
salud, puede conocer las razones y las estadísticas en contra del
cigarrillo, pero continúa haciéndolo. Sin embargo, posiblemente deje de
hacerlo cuando esté persuadida.

Por otra parte, la persuasión suele confundirse con la


manipulación. Si bien ambos términos están vinculados con la acción
de convencer, la diferencia radica en la actitud o intención que utilizan.
En la manipulación, se omite una opinión con la que el oyente podría no
estar de acuerdo o se distorsiona una verdad. La finalidad del hablante
que intenta manipular es que el oyente no perciba su intención y acepte
su opinión. De esa forma, consigue beneficiarse y cumplir con sus
intereses particulares.

Por último, la diferencia entre persuadir e influir radica en la


voluntad que se aplica. Influimos sin querer, por ejemplo, con nuestro
comportamiento o con nuestra forma de vestir. Las personas que
persuaden quieren cambiar las actitudes de los interlocutores, mientras
que los que influencian no necesariamente.

Tres elementos de la persuasión

El interés por la argumentación comienza con la retórica clásica


cuando se formulan los principios de persuasión en los discursos
públicos e institucionales.

La retórica clásica propone tres elementos como pilares de la


persuasión. Ellos son:

➢ Ethos: se basa en quién habla y en cómo se presenta el orador,


es decir, en cuáles son sus cualidades.

➢ Logos: se centra en el discurso, es decir, de qué se habla y qué


argumentos se emplean.

➢ Pathos: recae en el receptor y en los sentimientos que quieren


provocarle, es decir, es la interpretación emotiva del mensaje.

Desde ese punto de vista, es importante que el argumentador pueda


construir una imagen de sí mismo que genere confianza. Un buen
argumentador razona bien, es moderado, valiente y se preocupa por los
intereses de sus interlocutores. Asimismo, utiliza razonamientos
lógicos, pero también apela a las emociones, ya que de esa forma
puede inducir a los oyentes a un estado de ánimo determinado y los
predispone a transformar una actitud.

El carácter subjetivo de la argumentación

Los discursos argumentativos tienen una dimensión polémica. Es


decir, se generan a partir de cuestiones que son objeto de discusión y
de valorizaciones divergentes. Frente a esas cuestiones o asuntos, el
argumentador asume una postura particular y expresa su opinión
personal. Una de las formas de imprimir subjetividad al enunciado es a
través de subjetivemas y modalizadores.

Presencia de algunas marcas lingüísticas que remiten al enunciador y


manifiestan subjetividad:

➢ Subjetivemas que expresan la postura del enunciador. Por


ejemplo: Esta situación es terrible.

➢ Modalizadores que manifiestan la actitud del enunciador. Por


ejemplo: Posiblemente esta situación sea terrible.

➢ Empleo de la primera persona en los pronombres y en las


desinencias verbales. Por ejemplo: Yo creo que esta situación es
terrible.

➢ Verbos de opinión que exponen su punto de vista. Por ejemplo:


Pienso que esta situación es terrible.

Estructura de la secuencia argumentativa:

La argumentación está relacionada con la función apelativa o


conativa del lenguaje. La finalidad es defender una idea denominada
tesis. En toda secuencia argumentativa, se evidencian, además, los
siguientes elementos:

➢ Introducción: tiene como finalidad presentar el tema a tratar.

➢ Tesis o hipótesis: es un enunciado a partir del cual se organiza


la argumentación. Es la idea o punto de vista que defiende el
enunciador. Puede estar explícita o implícita en el interior del
enunciado. Por ejemplo: La educación de calidad es posible si se
destina el presupuesto necesario.

➢ Desarrollo: es el despliegue de los argumentos, es decir, de


enunciados que contribuyen a que el enunciatario se adhiera a la
tesis.

➢ Conclusión: es el cierre del tema mediante la reafirmación de la


hipótesis demostrada y la síntesis de los argumentos más
convincentes.
Recursos argumentativos

Los recursos argumentativos aparecen cuando es necesario


justificar una opinión. En ese sentido, es importante tener en cuenta que
los enunciatarios privilegiados de los discursos argumentativos son los
que aún no se adhieren a la tesis, es decir, aquellos a los que todavía
se los puede “seducir” con los argumentos presentados. Las opiniones
de los opositores pueden incluirse en el discurso con el fin de atacarlas
(refutarlas) y distanciarse de ellas. Y, por último, están los destinatarios
que sí se adhieren a la tesis, que también son importantes porque se
buscará reforzar su posición.

En los discursos argumentativos, es frecuente la presencia de


distintas voces o ideas ajenas dentro del mismo enunciado. Se pueden
incluir opiniones de terceros para refutarlas o para fortalecer la tesis del
enunciador.

Uno de los recursos argumentativos más utilizados es la


refutación. Después de presentar sus argumentos, el enunciador puede
exponer los contraargumentos, es decir, las objeciones que le realiza el
adversario con el fin de refutarlas. Por ejemplo: Algunos creen que la
pena de muerte es una solución efectiva, pero yo creo que se deberían
construir más lugares de rehabilitación. Las refutaciones de las
objeciones suelen introducirse con conectores adversativos (tales
como: pero, sin embargo, etc.).

Algunos recursos argumentativos:

➢ Cita de autoridad: se reproducen las palabras de una autoridad


en el tema para reforzar el punto de vista del enunciador. Esa voz
citada tiene que provenir de una persona con prestigio. Por
ejemplo:

El especialista en psicopedagogía sostiene que los adolescentes


están sobreestimulados.

El pensamiento nos distingue de otros seres vivos, tal como afirma


Descartes: “Pienso, luego existo”.
➢ Datos estadísticos: se brinda información numérica confiable
que le da mayor veracidad a la hipótesis planteada. Por ejemplo:

Durante el año 2018, el 40% de la población no leyó ningún libro.

En el año 2009 en nuestro país se han recibido 126. 432


denuncias por violencia de género.

➢ Refutación: se presenta un argumento contrario con el fin de


discutirlo o contradecirlo. Suelen emplearse los conectores
adversativos como pero, sin embargo, aunque, etc. Por ejemplo:

Algunos docentes creen que la ortografía empeoró con el uso de


la tecnología, sin embargo, yo creo que la tecnología puso en
evidencia los errores ortográficos que ya existían desde antes.

Hay quienes dicen que para divertirse hay que consumir alcohol,
pero yo pienso que existen muchas formas sanas de disfrutar sin
beber alcohol.

➢ Pregunta retórica: es un interrogante que no busca ser


respondido, sino que trata de poner en evidencia una idea o invitar
a la reflexión. La respuesta de la pregunta retórica ya está
prevista. Por ejemplo:

¿Qué sentido tiene estudiar literatura para leer solamente lo que


a vos te gusta?

¿No les parece imposible que la pena de muerte acabe con los
delitos?

➢ Ejemplificación: se ofrece un caso particular o puntual que


refuerza o aclara una posición. Los conectores que se emplean
pueden ser: por ejemplo, tales como, como, etc. Por ejemplo:

Muchos adolescentes ya tienen una cercanía con libros como


Harry Potter o comics.

Eddie Murphy tiene mucha experiencia como comediante, por


ejemplo, actuó con éxito en su adolescencia en el Comic Strip de
Nueva York.

➢ Concesión: consiste en admitir parcialmente una idea opuesta,


pero se cuestionan los aspectos más importantes. Es decir, el
argumentador atenúa o le resta importancia a una opinión
contraria a la suya. Por ejemplo:

Es cierto que algunos adolescentes tendrían que leer más, pero


no creo que se los deba obligar.

Admito que las redes sociales pueden traer muchos beneficios,


pero debemos tener cuidado cuando las usamos para evitar que
nos alejen de la vida real.

➢ Causas y consecuencias: es una relación entre dos hechos, uno


causa/consecuencia del otro. Pueden utilizarse conectores como
porque, ya que, por eso, en consecuencia, etc. Por ejemplo:

Algunos jóvenes prefieren no leer porque sus familias nos les


inculcaron el hábito.

El número de consumidores de productos televisivos determina el


valor económico de la programación; por eso, la televisión busca
consumidores y forma futuros consumidores.

Enlaces para visitar

Pueden copiar las siguientes direcciones en el buscador de Youtube:


➢ El arte de persuadir:
https://www.youtube.com/watch?v=ubwoQkO1r1k

➢ El poder de las palabras:

https://www.youtube.com/watch?v=lBF3xL__-Ns

➢ El cierre de ventas del vendedor perfecto:

https://www.youtube.com/watch?v=Z0A8ToocU08

➢ Un argumento falaz:

https://www.youtube.com/watch?v=2vm0VyTw7TY

➢ 12 hombres en pugna. ¿De qué se trata?

https://www.youtube.com/watch?v=kTSfiUsa7pg

Bibliografía de consulta:

• Calsamiglia Blancáfort, Helena y Tusón Valls, Amparo, Las cosas


del decir, Barcelona, Ariel, 2001.

• Fernández, Jorge, La expresión oral, Buenos Aires, Lumiere,


2005.

• Marafioti, Roberto (comp.), Pérez Molina, Elena – Balmayor,


Emilce, Recorridos semiológicos, Buenos Aires, Eudeba, 2001.

• Nogueira, Sylvia (coordinadora), Estrategias de lectura y escritura,


Buenos Aires, Biblos, 2010.

• ------------------------------------------- Manual de lectura y escritura


universitarias, Buenos Aires, Biblos, 2003.

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