Los Ecosistemas Acuáticos
Los Ecosistemas Acuáticos
Los Ecosistemas Acuáticos
Intermareas. La zona en que el mar se conecta con la tierra firme, sea por la superficie o subterráneamente, es una zona de mucho
cambio y gran movimiento y erosión.
Mar abierto. También llamada zona pelágica, es la región más densamente poblada y de mayores temperaturas, que descienden
paulatinamente a medida que se desciende en altura. Abarca la superficie oceánica y los primeros cientos de metros de profundidad.
Fondo oceánico. Zonas de mayor frialdad y menor incidencia de luz, en las que impera la arena y la vida se torna más feroz y
silenciosa. Suele estar bajo cientos de metros de profundidad.
Zona abisal o béntica. Es la región más profunda del océano, ubicada en fosas y grietas del suelo oceánico que conducen a
regiones sin luz solar, baja presencia de materia orgánica (aunque posee una lluvia constante de residuos de las capas superiores),
gigantescas presiones acuáticas y una fauna adaptada a estas condiciones, cuyas formas y mecanismos de supervivencia suelen ser
llamativos o sorprendentes.
Los ecosistemas de agua dulce, por otro lado, se subdividen de acuerdo a los movimientos del agua, en tres tipos:
Humedales. Regiones terrestres que se inundan durante buena parte del año, y que pueden enfrentar igualmente períodos breves
de sequía. Suelen propiciar el encuentro de ecosistemas acuáticos con otros terrestres.
Lénticos. Aguas quietas o de poco caudal, como los lagos, lagunas y estanques. Contienen mayor materia orgánica en suspensión en
el agua.
Lóticos. Sistemas de agua corriente como ríos, riachuelos, arroyos, etc. Presentan mayor movimiento y mayor convivencia de
especies, entre peces, reptiles, anfibios, aves, etc.
Con la excepción de los anfibios y reptiles acuáticos, muchos de los cuales se desenvuelven en el agua pero retornan a tierra a desovar (o
viceversa), la mayoría de los animales de estos ecosistemas están adaptados a la permanente inmersión en el agua, por lo que
dependen del equilibrio biótico de ésta.
Lo mismo ocurre con la flora, en su mayoría compuesta por algas, corales y otras formas fotosintéticas que abundan en las
regiones más superficiales, donde hay más luz solar. En las ciénagas, en cambio, donde el agua es oscura y llena de restos orgánicos, la vida
se adapta a la baja concentración del oxígeno.
Manglares. De aguas densas y oscuras, de poco movimiento, por lo general suelos arcillosos cubiertos de materia orgánica en
descomposición, predominan peces pequeños y formas de vida anfibia, así como los mangles, árboles cuyas raíces características
sobresalen el agua.
Línea costera. Las costas de los mares cálidos son particularmente abundantes en vida animal y vegetal, y por eso son las regiones
de pesca más usuales. Arrecifes coralinos, bancos de peces y diversas cadenas tróficas integran sus aguas azules.
Estanques. Caracterizados por aguas de muy poco movimiento y alta presencia de materia orgánica proveniente de árboles vecinos,
suelen albergar una enorme variedad de vida microscópica, así como pequeños peces e insectos.
Océano polar. Las aguas heladas de los polos, abundantes en icebergs y tierra congelada, albergan también una flora mínima (por lo
general bacteriana), y distintos animales adaptados al frío intenso, como mamíferos acuáticos, peces de agua fría, etc