T-454-12 Propiedad Privada
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Magistrado Ponente:
LUIS ERNESTO VARGAS SILVA
SENTENCIA
Dentro del trámite de revisión de los fallos dictados por el Juzgado Segundo
Penal Municipal de Villavicencio y el Juzgado Segundo Penal del Circuito
de la misma ciudad, en el asunto de la referencia.
I. ANTECEDENTES
9.3 También señaló que después del desalojo “se atendió en el lugar con
una Brigada de Salud con Medicamentos a la población en general, en
especial a Niños, Ancianos y Mujeres en estado de Gravidez, lo anterior
con el fin de garantizar el derecho a la salud, así mismo se verificó el tipo
de seguridad social con que cuentan estas familias, siendo remitidos los
casos especiales a los Centros de Salud el Recreo y el Morichal”.
1 Este censo fue presentado de forma adjunta como prueba por la Secretaría de Gobierno de Villavicencio.
Ver folios 16 y ss. del cuaderno de pruebas.
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9.5 En lo que tiene que ver con la población indígena desalojada informó
que pese a que sus integrantes no hace parten de una misma comunidad
“uno de los pedimentos es que se les reubique, para lo cual han solicitado
la consecución de un predio; así las cosas se ha solicitado al
Departamento Administrativo de Planeación, para que enviara el listado
de predios del Municipio con el respectivo concepto de uso de suelo”.
Competencia.
Problemas jurídicos
Sin embargo, antes de abordar del fondo el asunto es preciso que la Sala
trate dos asuntos previos. Por una parte, (iii) debe establecer si se configuró
un hecho superado en relación con las dos peticiones que motivaron la
presentación de la acción de tutela, toda vez que la Alcaldía de
Villavicencio informó que ya se llevó a cabo la diligencia de lanzamiento
ordenada en la Resolución 112 del 23 de noviembre de 2011. Por otra parte,
(iv) debe determinar si formalmente era procedente la tutela, teniendo en
cuenta que se trata de una acción promovida por una persona jurídica que
solicita la protección de la propiedad sobre un bien inmueble, y que para la
fecha de presentación de la tutela se encontraba pendiente por ejecutar una
orden policiva destinada a lograr el desalojo del predio.
2 Ver, entre muchas otras, las sentencias T-436/10 M.P Luis Ernesto Vargas Silva, T-253/09 M.P Nilson
Pinilla Pinilla, T-442/06 M.P Manuel José Cepeda Espinosa, T-902/01 M.P Jaime Córdoba Triviño, y T-
262/00 M.P José Gregorio Hernández Galindo.
3 Sobre las similitudes y diferencias de estas dos figuras, ver la sentencia SU-540 de 2007 M.P Álvaro
Tafur Galvis.
4 Sentencia T-636/11 M.P Luis Ernesto Vargas Silva.
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2.4 No obstante, tal como lo recuerda la sentencia T-235 de 2011 (M.P Luis
Ernesto Vargas Silva), está posición fue revaluada luego de que la Corte la
encontrara inadecuada por razones de índole teórica y dogmática: “desde el
primer plano, la Corte precisó que los derechos fundamentales poseen una
estructura compleja o una multiplicidad de facetas, por lo que su
satisfacción acarrea el cumplimiento de un haz de obligaciones tanto
positivas como negativas para el Estado. En ese sentido, en el fallo T-760
de 200813 sentenció la Corporación que atribuir la cualidad de
prestacional a un derecho es un error categorial, pues esa característica se
predica de algunas de sus facetas y no del derecho considerado como un
todo. En el plano dogmático, en sentencia T-016 de 2007 explicó la Corte
que en el marco del DIDH se ha construido un consenso generalizado
sobre las propiedades de indivisibilidad e interdependencia de los derechos
humanos14, las cuales destacan que existe una relación intrínseca entre
todos los derechos en tanto su fundamento y finalidad es la eficacia de la
dignidad humana, constatación que –siguiendo el fallo mencionado- hace
en alguna medida artificioso el criterio de conexidad15”.
2.5 En cuanto tiene que ver con la propiedad privada, estos dos aspectos –
fundamentalidad y justiciabilidad- se encuentran estrechamente ligados. El
criterio mantenido por esta Corte es que únicamente algunas facetas del
derecho constitucional a la propiedad privada adquieren el carácter de
fundamental y, solo cuando ello ocurre, la propiedad es susceptible de
12 Sentencia T-483/94. M.P. Carlos Gaviria Díaz
13 En ese aparte la sentencia se fundó a su vez, en la providencia T-595 de 2002, de esta Corporación.
14 Al respecto, cfr. la Declaración y programa de acción de Viena de 1993; principios de Limburgo sobre
la interpretación y aplicación del PIDESC; principio 3: “en vista de que los derechos humanos y las
libertades fundamentales son indivisibles e interdependientes (…)” y sentencia T-016 de 2007.
15 12.- Hoy se muestra artificioso predicar la exigencia de conexidad respecto de derechos fundamentales
los cuales tienen todos – unos más que otros - una connotación prestacional innegable. Ese requerimiento
debe entenderse en otros términos, es decir, en tanto enlace estrecho entre un conjunto de circunstancias
que se presentan en el caso concreto y la necesidad de acudir a la acción de tutela en cuanto vía para hacer
efectivo el derecho fundamental.
16 Ver sentencia T-235 de 2011 M.P Luis Ernesto Vargas Silva.
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Sobre este punto, ya desde sus primeras providencias había dicho la Corte:
3.3 Sobre este punto la Corte ha reconocido que la vigencia del Estado
Social de Derecho y la consecución de sus fines esenciales dependen de que
la administración acate las decisiones impartidas por las autoridades
judiciales. Así lo exige el derecho a acceder a la administración de justicia
(art. 229 C.N), que propende no solo porque los ciudadanos tengan a su
disposición mecanismos para demandar en procura de sus derechos sino
porque puedan obtener una decisión que se haga efectiva; y el debido
proceso (arts. 29 y 228 C.N), que exige que se culminen los trámites ante el
Estado sin dilaciones injustificadas que hagan nugatorio el derecho
reclamado24.
26 Esta es la formulación general que ha empleado la Corte en sus sentencias para referirse a la materia.
Al respecto, pueden consultarse las sentencias T-151/07 M.P Manuel José Cepeda Espinosa y T-242/02
M.P Jaime Córdoba Triviño.
27 Ver, entre muchas otras, las sentencias T-440/10 M.P Jorge Ignacio Pretelt Chaljub: “la tesis sostenida
por esta Corporación indica que la tutela procede cuando se trata de una obligación de hacer, como por
ejemplo, cuando se ordena el reintegro de un trabajador, o bien, de una obligación de dar, como pagar
una determinada suma de dinero”. T-720/02 M.P Marco Gerardo Monroy Cabra: “En consecuencia,
cuando se están afectando otros derechos y principios fundamentales como la vida, la dignidad humana,
la integridad física y moral es procedente que mediante este mecanismo residual y subsidiario se ordene
que el derecho debidamente reconocido se ejecute, es decir que se incluya en nómina a quien adquirió
debidamente el estatus de pensionado”; T-395 de 2001 M.P Marco Gerardo Monroy Cabra: “Cuando se
trata de obtener el reintegro de un trabajador a su puesto de trabajo, que, en cumplimiento de sentencia
judicial se está ante una obligación de hacer, cuya ejecución por la vía ejecutiva no goza de la misma
efectividad que se alcanzaría en la hipótesis de una obligación de dar”; T-084/98 M.P Antonio Barrera
Carbonell.
28 Ver sentencias T-676/07 M.P Humberto Antonio Sierra Porto; T-103/07 M.P Manuel José Cepeda
Espinosa; T-631/03 M.P Jaime Araujo Rentería.
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3.8 Puede concluirse entonces que son las condiciones del caso bajo
examen y el derecho fundamental puesto en vilo con la ausencia de
ejecución de la decisión, no únicamente el tipo de obligación contenida en
la decisión jurisdiccional, los que determinan si el diseño procesal previsto
en el Código de Procedimiento Civil para la acción ejecutiva tiene por
virtud garantizar una protección del derecho equivalente a la que se daría en
la acción de tutela, y si la situación específica del actor hacen que esta
acción constituya o no un mecanismo eficaz para estos fines.
4.1 El Fondo Ganadero del Meta promovió acción de tutela para obtener el
desalojo de un grupo de personas, ocupantes de hecho del lote San Isidro o
Catama No 2, que es de su propiedad. A su juicio, es violatorio de su
derecho al debido proceso - concretado en el cumplimiento de los deberes
legales de las autoridades y la ejecución de lo dispuesto en el trámite de
procesos policivos-, que el 5 de noviembre de 2011 la Policía se haya
abstenido de completar el desalojo adelantado conforme a lo dispuesto en la
el artículo 15 de la Ley 57 de 1905, así como que ni esta autoridad, ni la
Alcaldía, hayan dispuesto el pie de fuerza suficiente para mantener vigilado
el terreno luego de los desalojos ya efectuados, con el fin de que ninguna
persona entre nuevamente a la propiedad.
4.3 Con todo, la Sala observa que la solicitud elevada por el Fondo
Ganadero del Meta fue acogida por el juez de segunda instancia, quien
consideró que las dos omisiones reseñadas constituían verdaderas
violaciones a los derechos fundamentales del Fondo, amparables por vía de
tutela. En contraste con esta decisión, la Sala encuentra que la acción de
tutela era improcedente y, por ende, no podía ser empleada para garantizar
los intereses privados de esta entidad.
Con el fin de avanzar en la unificación de la jurisprudencia constitucional y
definir el alcance de los derechos consagrados en la Constitución, la Sala
considera pertinente pronunciarse sobre estos aspectos.
5.2 Para esta Sala, es legítimo el interés del Fondo Ganadero del Meta en
recuperar la tenencia del Lote San Isidro, así como lo es el ejercicio de
acciones legales que conciten la protección de su derecho a la propiedad por
parte del Estado, comoquiera que estas facultades se desprenden de la
titularidad sobre el bien inmueble en cuestión. Sin embargo, de esta
legitimidad no se deriva la procedibilidad de la acción de tutela, toda vez
que esta acción constitucional tiene el carácter de subsidiaria y residual, y
no puede ser empleada para desplazar al juez natural de las controversias.
Por tanto, solo podía tornarse procedente la tutela después de que los jueces
de instancia establecieran la existencia y la idoneidad de los medios
alternativos de defensa.
29 Fl. 6 Cuaderno 2.
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5.3 De haber llevado a cabo este ejercicio, los jueces habrían advertido que
el Fondo Ganadero del Meta podía reclamar la culminación de la diligencia
de lanzamiento en un proceso ejecutivo. El Código de Procedimiento Civil
expresamente ha dispuesto esta vía procesal para ordenar a las autoridades
hacer efectivas las obligaciones previstas en las sentencias o actos
jurisdiccionales que constituyen título ejecutivo. En la medida en que la
Resolución 112 de 2011 y los demás actos de la Policía y la Alcaldía en los
que se ordenaron los desalojos contienen una obligación clara, expresa y
exigible consistente en la realización de diligencias por ocupación de hecho,
esta acción era procedente.
En el caso sub examine, más allá del debido proceso, el derecho subjetivo
que pretende hacer valer el Fondo Ganadero a través de sus intervenciones
ante la administración municipal, y ahora en sede de tutela, es la propiedad
privada sobre el Lote San Isidro; en concreto, sus atributos de goce y
tenencia. Pero para esta Sala, el derecho a la propiedad del Fondo Ganadero
del Meta no puede ser considerado fundamental, toda vez que el contenido
exigible del derecho no guarda ninguna relación con la dignidad humana
del sujeto titular. Si bien la Corte ha sostenido que las personas jurídicas
como el demandante en esta acción de tutela tienen algunos derechos
susceptibles de amparo constitucional, tales como la igualdad y el debido
proceso, también ha sido clara al determinar que la dignidad es un atributo
exclusivo de la persona humana, derivado de su ser racional y sin
consideraciones de otro tipo. En este orden de ideas, el Fondo Ganadero del
Meta no es titular del derecho a la dignidad humana.
5.5 Así las cosas, el juez de segunda instancia erró al conceder el amparo
constitucional al Fondo Ganadero del Meta y desconoció en su decisión el
carácter subsidiario y residual de la acción de tutela. En la medida en que
existían otros mecanismos de defensa judicial y que el derecho a la
propiedad no ostenta en casos como este el carácter de fundamental, debió
el juez declarar la improcedencia de la tutela y abstenerse de estudiar el
fondo del asunto.
30 Ver art. 33 Decreto 2591 de 1991 y sentencia T-410 de 1999 M.P Vladimiro Naranjo Mesa.
31 Este aparte sigue lo dispuesto en las sentencias T-119/12 y T-282/11 M.P Luis Ernesto Vargas Silva.
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7.2.1 “Debe existir una regulación legal precisa sobre los supuestos en que
procede un desalojo. (…) Sin embargo, la regulación legal debe ser
analizada bajo los parámetros de los principios de razonabilidad y
proporcionalidad, de manera que (i) debe considerarse incompatible con el
Pacto –y por lo tanto inconstitucional- una regulación que produzca
(promueva o agudice) un trato discriminatorio; (ii) los desalojos deben
perseguir fines constitucionalmente legítimos; y (iii) en ellos debe
observarse que la intensidad de la afectación de la persona desalojada no
sea desproporcionada, a la luz de los criterios (o subprincipios) de
idoneidad, necesidad y proporcionalidad en sentido estricto”.
7.2.3 “En la OG 7 del Comité DESC se establece, así mismo, que los
grupos vulnerables como ‘(l)as mujeres, los niños, los jóvenes, los
ancianos, los pueblos indígenas, las minorías étnicas y de otro tipo, así
como otros individuos y grupos vulnerables, se ven afectados en medida
desproporcionada por la práctica de los desalojos forzosos’ (Párrafo 10;
OG 7), y que el Estado debe adoptar medidas para evitar que fenómenos de
discriminación terminen por exacerbar esa intensa afectación. En
consecuencia, cuando el desalojo afecte a colectivos vulnerables, los
estados deben (i) agotar todas las vías de concertación previo el decreto de
un desalojo y (ii) evitar al máximo el uso de la fuerza. Resulta pertinente
transcribir entonces el párrafo 13 de la OG 7:
7.3 Estas reglas deben aplicarse frente a todos los desalojos forzosos, sin
perjuicio de las obligaciones particulares que tiene el Estado frente a la
garantía del derecho a la vivienda digna de la población desplazada, en los
casos en que los ocupantes de los bienes inmuebles hayan sido víctimas de
desplazamiento forzoso34. En estos casos, deben garantizarse por lo menos,
los siguientes aspectos:
33 Entre las que se cuentan, por lo menos, la observación de las formas propias de cada juicio, y la
garantía a los derechos de defensa y contradicción.
34 Ver sentencia T-585 de 2006 M.P Marco Gerardo Monroy Cabra.
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7.5 De este modo, queda claro que más allá de la procedencia o no del
desalojo en un caso concreto, este no puede llevarse a cabo por las
autoridades administrativas y de Policía sin tener en cuenta la previa
verificación y garantía de los derechos fundamentales de quienes se
encuentran ocupando el predio, mucho menos cuando dentro del grupo hay
personas en condición de desplazamiento o sujetos de especial protección
constitucional, frente a los cuales la solicitud de las autoridades debe ser
aún mayor. Deben cumplirse reglas mínimas que garanticen la
razonabilidad y la proporcionalidad del procedimiento, del mismo modo
que deben adoptarse medidas previas y posteriores al lanzamiento, que
garanticen las condiciones mínimas de ejercicio de los derechos
fundamentales de los afectados.
35 Ver las sentencias T-078/04 M.P Clara Inés Vargas Hernández, T-770/04 M.P Jaime Córdoba Triviño,
T-967/09 M.P María Victoria Calle Correa, T-068/10 M.P Jorge Ignacio Pretelt Chaljub, T-282/11 M.P
Luis Ernesto Vargas Silva y T-119/12 M.P Luis Ernesto Vargas Silva.
36 Un estudio del alcance de esta orden puede verse en la sentencia T-282/11 M.P Luis Ernesto Vargas
Silva.
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III. DECISIÓN
RESUELVE:
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Alternative Proxies: