T-454-12 Propiedad Privada

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Sentencia T-454/12

CARENCIA ACTUAL DE OBJETO-Reiteración de jurisprudencia


 
CARENCIA ACTUAL DE OBJETO-Daño consumado y hecho
superado
 
PROTECCION DEL DERECHO A LA PROPIEDAD PRIVADA-
Reiteración de jurisprudencia
 
PROPIEDAD PRIVADA-Principios que delimitan su contenido
 
PROPIEDAD PRIVADA DE PERSONAS NATURALES Y
JURIDICAS-Ejercicio no puede ser objeto de restricciones
irrazonables o desproporcionadas que desconozcan su interés legítimo
 
DERECHO A LA PROPIEDAD PRIVADA POR VIA DE
TUTELA-Procedencia excepcional por conexidad con la dignidad
humana
 
ACCION DE TUTELA PARA EXIGIR EJECUCION Y
CUMPLIMIENTO DE DECISIONES JUDICIALES-Procedencia
 
PROCESOS POLICIVOS CIVILES DE POSESION, TENENCIA
DE BIEN INMUEBLE O SERVIDUMBRE-Ejercicio de funciones
jurisdiccionales por autoridad de policía
 
PROCEDENCIA DE LA ACCION DE TUTELA PARA EXIGIR
EJECUCION Y CUMPLIMIENTO DE DECISIONES
JUDICIALES-Obligaciones de dar, hacer o no hacer en proceso
ejecutivo
 
CARENCIA ACTUAL DE OBJETO POR HECHO SUPERADO-
Configuración por obtener desalojo de predio de Fondo Ganadero
 
ACCION DE TUTELA DE FONDO GANADERO COMO
PERSONA JURIDICA-Improcedencia por cuanto podía reclamar
culminación de diligencia de lanzamiento por ocupación de hecho en
proceso ejecutivo
 
DERECHOS DE POBLACION DESPLAZADA EN MATERIA
DE DESALOJO FORZOSO-Reiteración de jurisprudencia
 
DESALOJO FORZOSO-Justificación siempre y cuando se verifique
la satisfacción de reglas
 
2

ESTADO EN MATERIA DE VIVIENDA DIGNA Y DESALOJOS


DE POBLACION DESPLAZADA-Aplicación de reglas
 
PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD Y PROPORCIONALIDAD-
Cumplimiento de reglas mínimas y adopción de medidas en
diligencias de lanzamiento por ocupación de hecho o desalojos
forzosos
 
DERECHO A LA VIVIENDA DIGNA DE POBLACION
DESPLAZADA E INDIGENAS-Protección mediante acciones
necesarias para frenar amenaza de quienes fueron desalojados
forzosamente de predio de Fondo Ganadero
 
ESTADO DE COSAS INCONSTITUCIONAL EN MATERIA DE
DESPLAZAMIENTO FORZADO-Adopción de medidas para
familias registradas en censo de invasión y desalojadas de predio de
Fondo Ganadero
 

Referencia: expediente T-3.377.903

Acción de tutela instaurada por el Fondo


Ganadero del Meta contra la Alcaldía
Municipal de Villavicencio y el
Comando de Policía del Meta.

Magistrado Ponente:
LUIS ERNESTO VARGAS SILVA

Bogotá, DC., veinte (20) de junio de dos mil doce (2012)

La Sala Novena de Revisión de la Corte Constitucional, integrada por los


magistrados María Victoria Calle Correa, Mauricio González Cuervo y Luis
Ernesto Vargas Silva, en ejercicio de sus competencias constitucionales y
legales, ha proferido la siguiente

SENTENCIA

Dentro del trámite de revisión de los fallos dictados por el Juzgado Segundo
Penal Municipal de Villavicencio y el Juzgado Segundo Penal del Circuito
de la misma ciudad, en el asunto de la referencia.

I. ANTECEDENTES

De los hechos y la demanda.

1. Solany Ortiz Jiménez, en su calidad de apoderada del Fondo Ganadero


del Meta S.A, presentó acción de tutela contra la Alcaldía de Villavicencio
3

(Meta) y el Comando de Policía del Meta, por considerar que estas


autoridades vulneraron el derecho fundamental al debido proceso de la e

1.1 La apoderada relata que el Lote San Isidro o Catama 2, perteneciente a la


Hacienda Catama del Fondo Ganadero del Meta fue ocupado mediante vías
de hecho por un grupo de 300 personas aproximadamente, en una invasión
que se denominó “La Victoria”.

1.2 Manifiesta que el Fondo Ganadero presentó varias solicitudes de


protección policiva, conforme al artículo 15 de la Ley 57 de 1905 y al
artículo 1 del Decreto 922 de 1930, con el fin de que la Policía del Meta
adelantara lanzamiento por ocupación de hecho en el inmueble mencionado.

1.3 En respuesta a estas solicitudes, la Policía del Meta llevó a cabo


diligencias de lanzamiento en el lote el 27 y el 29 de octubre y el primero de
noviembre de 2011. Sin embargo, cuando esta autoridad se retiraba del
inmueble los ocupantes regresaban.

1.4 Señala la accionante que el 5 de noviembre de 2011, la Policía inició otra


diligencia de lanzamiento, tal como había sido ordenado por el
Subcomandante (e) del Comando de Policía (Meta) como resultado de la
solicitud No. 1000-115. Sin embargo, tuvo que retirarse del lugar antes de
culminar el desalojo, por cuanto las personas que se encontraban al interior
del inmueble usaron balines con caucheras y armas de fuego, sin que el
cuerpo policial dispuesto tuviera elementos para repeler este ataque.

1.5 Debido a lo anterior, afirma la apoderada del Fondo que volvió a


presentar ante la Alcaldía de Villavicencio solicitud de protección policiva,
amparada en el artículo 15 de la Ley 57 de 1905. Pero, en esta ocasión, la
Alcaldía se negó a dar trámite a la solicitud aduciendo que el procedimiento
adecuado era el de querella policiva de lanzamiento por ocupación de hecho
regulada en la Ordenanza 507 de 2002 (Código Departamental de Policía del
Meta) y no el invocado por el Fondo.

1.6 Pese a la controversia en torno al mecanismo procesal adecuado para


tramitar la solicitud del Fondo Ganadero, mediante Resolución 112 del 23 de
noviembre de 2011, el Alcalde de Villavicencio ordenó al Comandante de la
Inspección de Policía No. 5 Barrio Popular llevar a cabo diligencia de
lanzamiento por ocupación de hecho en el predio referido de la Hacienda
Catama, el 13 de diciembre de 2011.

1.7 Con todo, a la fecha de presentación de la tutela no se había llevado a


cabo el desalojo. Debido a ello, la abogada manifestó que se vulneraba su
derecho al debido proceso administrativo por cuanto las autoridades habían
evadido su deber de prestarle protección efectiva frente a los terceros que
perturban su propiedad.
4

1.8 En razón de lo anterior, la accionante solicitó que se diera cumplimiento


a la orden de policía impartida por el Alcalde Municipal de Villavicencio el 5
de noviembre de 2011, y que se ejecutara el desalojo de los invasores del
predio San Isidro o Catama 2. Adicionalmente, pidió que una vez se
produjera el desalojo se ordenara a la Policía Nacional efectuar un
acompañamiento a los empleados de seguridad del Fondo hasta tanto se
construyan cercas y se ubiquen avisos en el predio que impidan el ingreso de
personas ajenas a la propiedad.

2. La demanda de tutela fue admitida el 17 de noviembre de 2011 por el


Juzgado Segundo Penal Municipal de Villavicencio.

Intervención de las partes demandadas.


3. Juan Carlos Pinzón Amado, en su condición de Comandante Encargado
del Departamento de Policía del Meta, dio respuesta a la demanda y
solicitó que se negara el amparo, exponiendo para ello las siguientes
razones:

3.1 La autoridad de Policía ordenó y llevó a efecto tres desalojos en el


mismo predio, el 26, 28 y 31 de octubre de 2011. En los dos primeros
eventos logró que los ocupantes se retiraran de manera voluntaria del
predio, pero en la última fecha solo se pudo realizar el desalojo luego de
enfrentamientos violentos con las personas que invadían el terreno. Pese a
los esfuerzos realizados, los propietarios del bien inmueble no han
implementado las medidas de seguridad necesarias para impedir que los
predios vuelvan a ser ocupados.

3.2 La autoridad accionada fue informada de que los procesos de


lanzamiento por ocupación de hecho debían ser ordenados por la primera
autoridad de Policía del municipio, es decir, el Alcalde. A su juicio, así lo
estableció la Corte Constitucional en la sentencia C-241 de 2010. Debido a
ello, la Policía Nacional no tiene la potestad de ordenar el desalojo de un
predio, y sus funciones se limitan a brindar apoyo y acompañamiento al
funcionario público competente.

4. Por su parte, Gloria Elena Cifuentes Álvarez, apoderada judicial del


Municipio de Villavicencio, solicitó que se negaran las pretensiones
elevadas en la demanda de tutela por cuanto la administración ha
dispuesto todo lo necesario para que el Fondo Ganadero del Meta tome
posesión de su predio, llevando a cabo tres desalojos e intentando una
cuarta diligencia que se vio truncada por los enfrentamientos violentos
con los ocupantes. Sin embargo, es la accionante la que no ha cumplido
con el deber de adoptar las medidas necesarias para que estos hechos no
se repitan. Con todo, la Alcaldía tramitó una querella de lanzamiento por
ocupación de hecho promovida por el Fondo Ganadero del Meta el 18 de
noviembre de 2011. Con base en ella ordenó una nueva diligencia de
lanzamiento que se realizaría el 13 de diciembre de 2011.
5

De los fallos de tutela.


5. Mediante sentencia proferida el 30 de noviembre de 2011, el Juzgado
Segundo Penal Municipal de Villavicencio negó el amparo al considerar
que las autoridades accionadas no vulneraron el derecho al debido
proceso del Fondo Ganadero del Meta. De acuerdo con las pruebas
allegadas por las partes, el juez encontró que todas las peticiones y
procedimientos promovidos por los accionantes fueron resueltos de
forma diligente y oportuna por la Alcaldía de Villavicencio y la Policía,
sin exceder el ámbito de sus competencias.

De la impugnación y el fallo de segunda instancia

6. La apoderada del Fondo Ganadero del Meta impugnó la decisión


adoptada en primera instancia, señalando que si bien es cierto que las
entidades accionadas le han brindado seguridad a la entidad, sus
actuaciones no han impedido que los ocupantes se retiren
definitivamente del inmueble. Así por ejemplo, luego de la acción
desarrollada el 29 de octubre de 2011, la Gobernación del Meta facilitó
10 vigilantes para el predio, la Policía Nacional llevó al predio 6
carabineros y el Fondo contrató otras personas de seguridad. Sin
embargo, los invasores reingresaron al lote. En este sentido, considera la
apoderada que hasta tanto no se garantice de manera sostenida la
ausencia de invasores, continúa la vulneración de los derechos
fundamentales de su prohijado.

7. El Juzgado Segundo Penal del Circuito de Villavicencio, a través de


sentencia proferida el primero de febrero de 2012, revocó integralmente
el fallo de primera instancia y, en su lugar, amparó el derecho al debido
proceso del Fondo Ganadero del Meta. Consideró que la interrupción del
lanzamiento iniciado el 5 de noviembre de 2011 constituye una conducta
negligente de las autoridades accionadas que, sumada a las demás
solicitudes de protección desatendidas por estas entidades, vulneran el
derecho al debido proceso del Fondo. Como consecuencia, ordenó al
municipio de Villavicencio y a la Policía Metropolitana de Villavicencio
que: “concreten y realicen la diligencia que se encuentra en mora, como
es el desalojo, confluyente con el lanzamiento por ocupación de hecho
del predio del FONDO GANADERO DEL META S.A que se encuentra
identificado en la Resolución 112 de 23 de noviembre de 2011”.

Pruebas solicitadas por la Sala de Revisión.

8. Mediante auto del 23 de mayo de 2012, el Magistrado Sustanciador


ofició a la Alcaldía de Villavicencio con el fin de que informara a esta
corporación si se llevó a cabo el lanzamiento por ocupación de hecho en
el Lote San Isidro de la Hacienda Catama del Fondo Ganadero del Meta,
ordenada por su despacho mediante Resolución 112 de 23 de noviembre
6

de 2011, y las condiciones en que ello ocurrió. Adicionalmente, solicitó


a esta autoridad que comunicara a la Sala el número de personas que
ocupaban el lote, y las condiciones de ejercicio de su derecho a la
vivienda digna después del desalojo.

9. En comunicación recibida el 5 de junio de 2012, Fernando Sandoval


Zamora, Secretario de Gobierno de Villavicencio, dio respuesta a la
solicitud de la Corte en los siguientes términos:

9.1 Para comenzar, informó que la diligencia de lanzamiento por ocupación


de hecho ordenada mediante Resolución 112 del 23 de noviembre de 2011
se cumplió a cabalidad en las jornadas del 16 de febrero y el 27 de febrero
de 2012. Indicó que para ello ordenó “notificar a las partes, procedimiento
que se llevó a cabo mediante el aviso fijado en el ingreso del predio y en
las diferentes fechas, como quiera que las mismas se llevaron a cabo en
diferentes oportunidades y donde se les daba a conocer a los ocupantes, la
fecha y hora de la diligencia”. Añadió que hasta el momento los ocupantes
no han retornado al predio.

9.2 Manifestó asimismo que antes del desalojo la Secretaría de Gobierno


Municipal construyó un censo de las personas que fueron desalojadas del
Lote San Isidro, de acuerdo con el cual 1317 familias se encontraban
ocupando el predio del Fondo Ganadero del Meta 1. De ellas, 511 se
encuentran en situación de desplazamiento, 800 pertenecen a población
vulnerable (algunas de ellas se autoidentifican como indígenas), y 6
familias son desmovilizadas de grupos armados ilegales. Según el
Secretario, antes del desalojo se trató de llegar a un acuerdo con la
población consistente en entregar a cada familia una ayuda correspondiente
al dinero para pagar cuatro meses de arriendo ($300.000 cada mes), y un kit
de alimentos por el mismo número de meses. Sin embargo, señala el
Secretario que “no fue aceptada la propuesta, y dando cumplimiento a una
orden judicial se procedió de conformidad [pero] la propuesta sigue
vigente”.

9.3 También señaló que después del desalojo “se atendió en el lugar con
una Brigada de Salud con Medicamentos a la población en general, en
especial a Niños, Ancianos y Mujeres en estado de Gravidez, lo anterior
con el fin de garantizar el derecho a la salud, así mismo se verificó el tipo
de seguridad social con que cuentan estas familias, siendo remitidos los
casos especiales a los Centros de Salud el Recreo y el Morichal”.

9.4 Respecto del grupo de 511 familias desplazadas identificadas en el


censo, afirmó el Secretario que 265 ya fueron valoradas por profesionales
en atención psicosocial, y fueron remitidas a las demás áreas de la estrategia
de atención a la población desplazada, obteniendo algunos de los
componentes de la Atención Humanitaria de Emergencia.

1 Este censo fue presentado de forma adjunta como prueba por la Secretaría de Gobierno de Villavicencio.
Ver folios 16 y ss. del cuaderno de pruebas.
7

9.5 En lo que tiene que ver con la población indígena desalojada informó
que pese a que sus integrantes no hace parten de una misma comunidad
“uno de los pedimentos es que se les reubique, para lo cual han solicitado
la consecución de un predio; así las cosas se ha solicitado al
Departamento Administrativo de Planeación, para que enviara el listado
de predios del Municipio con el respectivo concepto de uso de suelo”.

9.6 De acuerdo con lo anterior, el Secretario de Gobierno manifiesta que


“la Administración Municipal, a la fecha se encuentra en la consecución
de los recursos del orden Nacional, Departamental y Municipal para poder
brindarle a la población un programa de vivienda digna, para lo cual ha
de tenerse en cuenta que esta Administración lleva tan solo cinco (5) meses
de gestión, y sin embargo ha llevado a cabo todas las gestiones necesarias
y pertinentes para lograr este objetivo en el menor tiempo posible, sin que
la ayuda de emergencia y urgencia a que tienen derecho les haya sido
negada, así como a los servicios de salud, educación, recreación y
proyectos productivos”. Con este fin, complementaron la respuesta enviada
a la Corte con la copia del contrato denominado “apoyo para la entrega de
ayuda humanitaria inmediata para la población víctima del desplazamiento
forzado en el municipio de Villavicencio”.

10. El contenido de los informes presentados por la Alcaldía de


Villavicencio se detallará según sea necesario a lo largo de la resolución de
esta providencia.

II. FUNDAMENTOS DE LA DECISIÓN

Competencia.

Esta Sala de Revisión de la Corte Constitucional es competente para


proferir sentencia dentro de la acción de tutela de la referencia, con
fundamento en los artículos 86 inciso 2 y 241 numeral 9 de la Constitución
Política, en concordancia con los artículos 31 a 36 del Decreto 2591 de
1991.

Problemas jurídicos

De acuerdo con los hechos y pretensiones expuestos en la solicitud de


tutela, correspondería a la Sala establecer si la Alcaldía Municipal de
Villavicencio y la Policía del Meta vulneraron los derechos fundamentales
del Fondo Ganadero de este departamento al (i) dejar de ejecutar la
diligencia de lanzamiento por ocupación de hecho programada para el 5 de
noviembre de 2011, aduciendo que los ocupantes habían repelido por la
fuerza a las autoridades de Policía; y (ii) no tomar las medidas necesarias
para impedir que los ocupantes del lote San Isidro de la Hacienda Catama
retornen a este luego de adelantar las acciones policivas tendientes a
desalojarlos.
8

Sin embargo, antes de abordar del fondo el asunto es preciso que la Sala
trate dos asuntos previos. Por una parte, (iii) debe establecer si se configuró
un hecho superado en relación con las dos peticiones que motivaron la
presentación de la acción de tutela, toda vez que la Alcaldía de
Villavicencio informó que ya se llevó a cabo la diligencia de lanzamiento
ordenada en la Resolución 112 del 23 de noviembre de 2011. Por otra parte,
(iv) debe determinar si formalmente era procedente la tutela, teniendo en
cuenta que se trata de una acción promovida por una persona jurídica que
solicita la protección de la propiedad sobre un bien inmueble, y que para la
fecha de presentación de la tutela se encontraba pendiente por ejecutar una
orden policiva destinada a lograr el desalojo del predio.

Ahora bien, aunque este no es el problema jurídico central de la presente


providencia, no puede esta Sala obviar un hecho significativo: los sujetos
pasivos de las órdenes de lanzamiento fueron un grupo de 1317 familias,
algunas de ellas desplazadas, otras indígenas y otras compuestas por
miembros desmovilizados de grupos armados ilegales. El número de
personas y sus condiciones de vulnerabilidad advierten sobre la posibilidad
de que sus derechos fundamentales hayan sido afectados o estén
amenazados actualmente como consecuencia de la ejecución de las
resoluciones propias del proceso policivo. Por ello, la Sala también
examinará (v) si la ejecución efectiva de la orden de lanzamiento por
ocupación de hecho vulneró o amenaza con vulnerar los derechos de
quienes ocupaban de hecho el lote conocido como San Isidro o Catama 2.

Para absolver este cúmulo de interrogantes, la Sala abordará la revisión del


presente caso en dos partes. En la primera, comenzará por reiterar la
jurisprudencia de la Corte en torno a la carencia actual de objeto. Luego,
estudiará el alcance de la protección del derecho a la propiedad privada a
través de la acción de tutela, y examinará los pronunciamientos de esta
Corporación sobre la procedencia de la tutela para exigir la ejecución de
decisiones jurisdiccionales tales como las adoptadas dentro de los procesos
policivos. Con base en lo anterior, resolverá los asuntos previos relativos a
la procedibilidad del amparo (problemas jurídicos iii y iv) y, solo en caso de
que encuentre que es procedente, estudiará de fondo las pretensiones del
Fondo Ganadero del Meta (problemas jurídicos i y ii).

En la segunda parte, hará un breve recuento de la jurisprudencia en torno a


los desalojos forzosos de personas en especiales condiciones de
vulnerabilidad, entre ellas, población desplazada. Teniendo en cuenta lo
dicho por la Corte en esta materia, examinará la garantía de los derechos de
los miembros de la invasión La Victoria, quienes ya no se encuentran en el
predio (problema jurídico v).

A. LA ACCIÓN DE TUTELA PROMOVIDA POR EL FONDO


GANADERO DEL META
9

1. Carencia actual de objeto. Reiteración de jurisprudencia.

La Corte Constitucional ha sostenido en numerosas oportunidades que


existen dos situaciones en las cuales la revisión de las sentencias proferidas
en el trámite de una acción de tutela se torna inocua. De un lado, cuando se
configura un hecho superado, porque en el trámite ordinario o de revisión
de la acción sobrevienen circunstancias fácticas que permiten concluir que
la alegada vulneración o amenaza a los derechos invocados ha cesado.
Cuando ello ocurre se extingue el objeto jurídico sobre el cual gira la tutela,
de forma tal que cualquier decisión al respecto resulta innecesaria. Dado
que el hecho superado se restringe a la satisfacción por acción u omisión de
lo pedido en tutela, no depende necesariamente de consideraciones sobre la
titularidad o la existencia efectiva de la vulneración de los derechos2.
De otro lado, cuando la vulneración efectiva de un derecho ha causado ya
un daño que no puede ser reparado o una situación de lesión a los derechos
fundamentales que no puede ser revertida con ningún tipo de orden dada
por la Corte, también esta Corporación ha concluido que el objeto del
pronunciamiento cesa y, por ende, cualquier tipo de orden conferida para
frenar la vulneración de los derechos invocados carece de eficacia. Este
supuesto se conoce como daño consumado3.

En el primero de los eventos, ha dicho la Corte que es suficiente declarar la


carencia actual de objeto. Pero ha advertido también que, de manera
excepcional, puede el juez pronunciarse respecto del fondo del asunto en
virtud del propósito de pedagogía constitucional que se persigue a través de
la revisión eventual de las tutelas. Pero sobre el segundo evento, ha
resaltado esta Corporación que el juez constitucional no podría limitarse a
declarar la carencia de objeto, con indiferencia frente a la afectación de los
derechos fundamentales. Es por ello que en estos casos usualmente la Corte
se pronuncia sobre el problema jurídico de fondo disponiendo: “(i) la no
repetición de situaciones similares; (ii) la unificación de la jurisprudencia
constitucional, particularmente en casos en que los fallos de instancia
resultan ajenos a los fines de la acción, o a la doctrina vigente en la
jurisdicción constitucional; (iii) la investigación de responsabilidad
particular, o colectiva de las autoridades y funcionarios públicos
involucrados en la vulneración, o protección indebida de los derechos
fundamentales”4.

2. La protección del derecho a la propiedad privada por medio de la


acción de tutela. Reiteración de jurisprudencia.

2.1 La propiedad privada, derecho subjetivo propio de los regímenes


liberales, está consagrada en el artículo 58 de la Constitución Política. De

2 Ver, entre muchas otras, las sentencias T-436/10 M.P Luis Ernesto Vargas Silva, T-253/09 M.P Nilson
Pinilla Pinilla, T-442/06 M.P Manuel José Cepeda Espinosa, T-902/01 M.P Jaime Córdoba Triviño, y T-
262/00 M.P José Gregorio Hernández Galindo.
3 Sobre las similitudes y diferencias de estas dos figuras, ver la sentencia SU-540 de 2007 M.P Álvaro
Tafur Galvis.
4 Sentencia T-636/11 M.P Luis Ernesto Vargas Silva.
10

acuerdo con la jurisprudencia de esta Corte, este texto constitucional


contiene seis principios que delimitan el contenido del derecho: “i) la
garantía a la propiedad privada y los demás derechos adquiridos con
arreglo a las leyes civiles5; ii) la protección y promoción de formas
asociativas y solidarias de propiedad6; iii) el reconocimiento del carácter
limitable de la propiedad7; iv) las condiciones de prevalencia del interés
público o social sobre el interés privado 8; v) el señalamiento de su función
social y ecológica9; y, vi) las modalidades y los requisitos de la
expropiación”10.

2.2 Conforme a lo anterior, la Corte ha establecido que el ejercicio del


derecho a la propiedad privada de personas naturales y jurídicas no puede
ser objeto de restricciones irrazonables o desproporcionadas que se
traduzcan en el desconocimiento del interés legítimo que le asiste al
propietario de obtener una utilidad económica sobre sus bienes, y de contar
con las condiciones mínimas de goce y disposición 11. No obstante, también
ha sido enfática al sostener que el derecho a la propiedad privada solo
puede ser amparado a través de la acción de tutela de forma excepcional.

2.3 En un primer momento de la jurisprudencia, la Corte catalogaba el


derecho a la propiedad privada de acuerdo con su ubicación en la
Constitución, específicamente en el capítulo 2 del título segundo sobre los
derechos, las garantías y los deberes, que recibió el nombre “de los
derechos sociales, económicos y culturales”. A su turno, consideraba que
los derechos sociales eran derechos de contenido prestacional que debían
distinguirse de los derechos fundamentales, con contenido esencialmente de
defensa tales como la vida, la integridad personal, la libertad de expresión y
de cultos, entre otros.

La anterior distinción daba lugar a la conclusión de que los derechos


fundamentales eran susceptibles de protección mediante la acción de tutela,
en tanto que los segundos no lo eran, y solo podían ser considerados como
tales en tanto que cumplieran un criterio de conexidad. En este sentido, la
Corte afirmaba:

"El derecho a la propiedad, sólo puede tutelarse cuando de su


violación se desprenda claramente que también se vulnera otro
derecho fundamental cuya efectividad debe restablecerse con
urgencia, pues de lo contrario, los efectos de la conculcación

5 Sentencia C-147 de 1997.


6 Sentencia C-589 de 1995.
7 Sentencia C-006 de 1993.
8 Sentencia C-428 de 1994.
9 Sentencia C-216 de 1993.
10 C-227 de 2011. M.P Juan Carlos Henao Pérez.
11 Ibídem. Ver también, entre otras, C-1074/02 MP Manuel José Cepeda; C-133/09 M.P Jaime Araújo
Rentería; C-189/06 M.P Rodrigo Escobar Gil; C-666/10 M.P Humberto Sierra Porto, T-575/11 M.P Juan
Carlos Henao Pérez.
11

incidirían desfavorablemente en la supervivencia del afectado y sus


legitimarios o en las condiciones que la hacen digna"12.

2.4 No obstante, tal como lo recuerda la sentencia T-235 de 2011 (M.P Luis
Ernesto Vargas Silva), está posición fue revaluada luego de que la Corte la
encontrara inadecuada por razones de índole teórica y dogmática: “desde el
primer plano, la Corte precisó que los derechos fundamentales poseen una
estructura compleja o una multiplicidad de facetas, por lo que su
satisfacción acarrea el cumplimiento de un haz de obligaciones tanto
positivas como negativas para el Estado. En ese sentido, en el fallo T-760
de 200813 sentenció la Corporación que atribuir la cualidad de
prestacional a un derecho es un error categorial, pues esa característica se
predica de algunas de sus facetas y no del derecho considerado como un
todo. En el plano dogmático, en sentencia T-016 de 2007 explicó la Corte
que en el marco del DIDH se ha construido un consenso generalizado
sobre las propiedades de indivisibilidad e interdependencia de los derechos
humanos14, las cuales destacan que existe una relación intrínseca entre
todos los derechos en tanto su fundamento y finalidad es la eficacia de la
dignidad humana, constatación que –siguiendo el fallo mencionado- hace
en alguna medida artificioso el criterio de conexidad15”.

En razón de lo anterior, la Corte concluyó que son derechos fundamentales


todos aquellos derechos constitucionales que (i) se relacionan
funcionalmente con la realización de la dignidad humana, (ii) pueden
traducirse o concretarse en derechos subjetivos y (iii) sobre cuya
fundamentalidad existen consensos dogmáticos, jurisprudenciales o de
derecho internacional, legal y reglamentario. Con base en estos criterios, la
Corte ha ido definiendo en cada caso concreto las facetas de los derechos
sociales son justiciables por vía de tutela, y cuáles no lo son, pese a ostentar
la categoría de fundamentales16. Así las cosas, para la Corte todos los
derechos exigibles (o justiciables) mediante la acción de tutela son
fundamentales. Sin embargo, no todos los aspectos que configuran un
derecho fundamental son necesariamente susceptibles de protección a través
de la acción de tutela.

2.5 En cuanto tiene que ver con la propiedad privada, estos dos aspectos –
fundamentalidad y justiciabilidad- se encuentran estrechamente ligados. El
criterio mantenido por esta Corte es que únicamente algunas facetas del
derecho constitucional a la propiedad privada adquieren el carácter de
fundamental y, solo cuando ello ocurre, la propiedad es susceptible de
12 Sentencia T-483/94. M.P. Carlos Gaviria Díaz
13 En ese aparte la sentencia se fundó a su vez, en la providencia T-595 de 2002, de esta Corporación.
14 Al respecto, cfr. la Declaración y programa de acción de Viena de 1993; principios de Limburgo sobre
la interpretación y aplicación del PIDESC; principio 3: “en vista de que los derechos humanos y las
libertades fundamentales son indivisibles e interdependientes (…)” y sentencia T-016 de 2007.
15 12.- Hoy se muestra artificioso predicar la exigencia de conexidad respecto de derechos fundamentales
los cuales tienen todos – unos más que otros - una connotación prestacional innegable. Ese requerimiento
debe entenderse en otros términos, es decir, en tanto enlace estrecho entre un conjunto de circunstancias
que se presentan en el caso concreto y la necesidad de acudir a la acción de tutela en cuanto vía para hacer
efectivo el derecho fundamental.
16 Ver sentencia T-235 de 2011 M.P Luis Ernesto Vargas Silva.
12

protección mediante la acción de tutela. Concretamente, para la Corte, la


propiedad solo puede ser considerada un derecho fundamental cuando las
facetas invocadas por los accionantes (uso, goce, usufructo, etc.) tengan una
relación directa con la dignidad humana.

En otras palabras, la propiedad privada es un derecho fundamental cuando


la afectación de ese núcleo mínimo de protección del goce y el uso de los
bienes implique un menoscabo de ese atributo inherente a la persona en
tanto ser racional, independientemente de cualquier consideración de
naturaleza o de alcance positivo. En las demás ocasiones, la propiedad no es
un derecho fundamental y si ello no es así, mucho menos puede ser exigible
mediante la acción de tutela.

Sobre este punto, ya desde sus primeras providencias había dicho la Corte:

"La posibilidad de considerar el derecho a la propiedad como


derecho fundamental depende de las circunstancias específicas de
su ejercicio. De aquí se concluye que tal carácter no puede ser
definido en abstracto, sino en cada caso concreto. Sólo en el evento
en que ocurra una violación del derecho a la propiedad que conlleve
para su titular un desconocimiento evidente de los principios y
valores constitucionales que consagran el derecho a la vida a la
dignidad y a la igualdad, la propiedad adquiere naturaleza de
derecho fundamental y, en consecuencia, procede la acción de tutela
"17.

2.6 En concordancia con esta posición, la Corporación ha amparado el


derecho a la propiedad privada en ocasiones en las cuales cualquier ámbito
relacionado con la discusión sobre el título, el goce y la disposición de un
bien inmueble afecta el derecho a la igualdad o a la vivienda digna de los
accionantes18; cuando la discusión legítima sobre la propiedad de bienes
muebles o inmuebles afecta el derecho al mínimo vital de alguno de los
involucrados19 o cuando la afectación del derecho a la propiedad constituye
17 Sentencia T-506/92. M.P. Ciro Angarita Barón.
18 Ver, entre otras la sentencia T-414/97 M.P José Gregorio Hernández. En este caso, la Sala de Revisión
examinó la tutela instaurada por un ciudadano que fue preseleccionado como adjudicatario de un proyecto
de vivienda de interés social en la ciudad de Cali y, en virtud de ello, entregó la cuota inicial del inmueble
a la entidad encargada del proyecto. La empresa entró en liquidación y, por lo tanto, devolvió el dinero
pagado por los beneficiarios. Sin embargo, injustificadamente se negaba a devolver la cuota cancelada por
el actor. Esta situación le impedía presentarse a otros proyectos de vivienda de interés social. La Corte
concedió el amparo por las expectativas de propiedad del actor frente al inmueble y su derecho a la
igualdad, ordenando la entrega inmediata del monto pagado.
19 Ver entre otras las sentencias: T-431/05 M.P Alfredo Beltrán Sierra, en el que se estudió el amparo
invocado por una señora de escasos recursos que llevaba varios años trabajando como ecónoma del
restaurante de una institución del ICBF y ocupando pacíficamente el inmueble donde estaba ubicada la
cafetería para preparar sus alimentos y los de su familia, hasta que fue amenazada con ser “desalojada” del
inmueble cuando instauró una demanda laboral ante la asociación de padres de familia para quien
trabajaba. En este caso la Corte resaltó la función social de la propiedad y el debido proceso
administrativo vulnerado por el ICBF. Por ello, concedió la tutela ordenando que permitieran a la señora
continuar usufructuando el inmueble de la cafetería hasta tanto se tomaran las decisiones correspondientes
en el proceso ordinario. Sentencia T-1000/01 M.P Rodrigo Escobar Gil. En este caso, la Corte se ocupó de
la tutela promovida por un taxista vinculado a una causa penal como presunto autor del delito de hurto
agravado y calificado. En el momento de su detención el vehículo de su propiedad fue inmovilizado hasta
que se ordenó su entrega por la absolución de cargos. Pese a ello, el parqueadero en el que reposaba le
13

una carga desproporcionada que atenta contra el principio de solidaridad 20.


En los demás casos, la Corte ha negado por improcedente la acción21.
2.7 A manera de síntesis, cabe decir que el juez constitucional solo puede
entrar a estudiar dentro del trámite de la acción de tutela asuntos relativos al
derecho a la propiedad cuando esta adquiere un carácter fundamental, lo
cual ocurre cuando la afectación a alguno de sus atributos está ligado
directamente a la dignidad humana del titular del derecho subjetivo. En los
demás casos, debe declararse que la acción de tutela no es procedente.

3. La procedencia de la acción de tutela para lograr la ejecución de


decisiones jurisdiccionales.

3.1 La jurisprudencia constitucional ha reiterado, que cuando se trata de


procesos policivos civiles para amparar la posesión, la tenencia de un bien
inmueble, o la servidumbre constituida sobre él, las autoridades de policía
ejercen funciones jurisdiccionales, bien sea que el trámite haya sido
adelantado con base en lo dictado por la Ley 57 de 1905 o que se haya
llevado a cabo conforme a lo previsto en el Decreto 1355 de 1970 22. En
consecuencia, las providencias que dictan las autoridades de Policía dentro
de estos trámites son de naturaleza jurisdiccional y son susceptibles de
impugnación ante la jurisdicción contenciosa, tal como lo dispone el
artículo 82 C.C.A que los excluye de su competencia23.

3.2 Debido a lo anterior, a las decisiones adoptadas en el procedimiento


policivo les es aplicable en todo lo dispuesto por la Corte para las
providencias judiciales. En particular, es aplicable a las decisiones que
negó su restitución aduciendo que debía cancelar una alta suma de dinero por el cuidado y el depósito del
vehículo. Para la Corte, el accionante podía acudir a un proceso reivindicatorio de la propiedad del taxi,
pero el trabajo que deriva el accionante del carro y la garantía del mínimo vital de él y su familia hacían
urgente la intervención del juez constitucional. Por esta razón, concedió el amparo.
20 Ver, entre otras, la sentencia T-697/11 M.P Humberto Sierra Porto, que concedió el amparo a un grupo
de campesinos que obtuvieron la propiedad de bienes rurales a través de un crédito con el INCORA, pero
que ahora se encontraba amenazada debido al proceso ejecutivo mixto iniciado en su contra por cuanto no
pudieron seguir pagando el crédito luego de sufrir desplazamiento forzado. La Corte reiteró su
jurisprudencia en torno al principio de solidaridad y recordó que la ejecución ordinaria de las deudas
contraídas antes del desplazamiento forzado desconoce la gravedad de las violaciones de derechos
humanos de las que son víctimas los desplazados, y olvida que la amenaza contra su derecho a la
propiedad atenta contra la vivienda digna y el acceso a la tierra de los campesinos. Como consecuencia, se
ordenó anular el proceso ejecutivo mixto que se adelantaba en su contra.
21 Ver, entre otras las sentencias: T-129/09 M.P Humberto Sierra Porto, que negó el carácter de
fundamental a la propiedad en un caso en el que se solicitaba la cancelación inmediata de la hipoteca
constituida sobre un inmueble, aduciendo que el trámite ordinario podría generar depreciación del bien; T-
831/04 M.P Jaime Araujo Rentería; en el que se negó por improcedente el amparo solicitado por un
propietario de vivienda que solicitaba que se ordenara a Colsubsidio hacer el desembolso del valor de los
subsidios a la constructora, pese a que ello no alteraba para nada el goce o la disposición de su unidad
habitacional; T-203/99 M.P Vladimiro Naranjo Mesa, en el que se negó la solicitud elevada por los
propietarios de viviendas en la Urbanización San Mateo en Soacha, en el sentido de ordenar al INURBE o
a la Unidad Administrativa Especial Liquidadora de Asuntos del I.C.T pagar el impuesto con el fin de
obtener la escritura de sus viviendas. La Sala negó la tutela aduciendo que la discusión sobre el obligado a
pagar el impuesto podía establecerse en una instancia judicial distinta a la acción de tutela, sin que ello
generara un perjuicio frente al derecho a la vivienda digna de los accionantes, quienes se encontraban
disfrutando de las viviendas adjudicadas.
22 Sobre la aplicación de estos regímenes ver la sentencia C-241 de 2010 M.P Juan Carlos Henao Pérez.
23 Ver sentencias T-560 de 2009, M.P Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; T-1104 de 2008 M.P Humberto
Antonio Sierra Porto; T-1023 de 2005, M.P Rodrigo Escobar Gil; y T-149 de 1998, M.P Antonio Barrera
Carbonell.
14

ponen fin a los procesos policivos civiles de amparo de la tenencia y la


posesión, el precedente de la Corte en relación con la procedencia de la
acción de tutela para exigir el cumplimiento de decisiones judiciales
ejecutoriadas que consagran órdenes de dar, hacer o no hacer.

3.3 Sobre este punto la Corte ha reconocido que la vigencia del Estado
Social de Derecho y la consecución de sus fines esenciales dependen de que
la administración acate las decisiones impartidas por las autoridades
judiciales. Así lo exige el derecho a acceder a la administración de justicia
(art. 229 C.N), que propende no solo porque los ciudadanos tengan a su
disposición mecanismos para demandar en procura de sus derechos sino
porque puedan obtener una decisión que se haga efectiva; y el debido
proceso (arts. 29 y 228 C.N), que exige que se culminen los trámites ante el
Estado sin dilaciones injustificadas que hagan nugatorio el derecho
reclamado24.

3.4 Pero ha dicho también este Tribunal que, en principio, no es procedente


la acción de tutela para exigir el cumplimiento de una decisión de carácter
jurisdiccional comoquiera que para proteger el derecho al debido proceso y
al acceso a la administración de justicia en este caso, existe otro mecanismo
de defensa judicial que es el proceso ejecutivo. Para este fin, ha recordado
que de acuerdo con el artículo 488 C.P.C, las obligaciones expresas, claras y
exigibles que provengan de “una sentencia de condena proferida por juez o
tribunal de cualquier jurisdicción, o de otra providencia judicial que tenga
fuerza ejecutiva conforme a la ley, o de las providencias que en procesos
contencioso administrativos o de policía aprueben liquidación de costas o
señalen honorarios de auxiliares de la justicia”, pueden demandarse
ejecutivamente.

3.5 Pese a ello, de acuerdo con el principio de subsidiariedad no es


suficiente que exista un mecanismo judicial alternativo como el proceso
ejecutivo para que el juez descarte la procedencia de la acción de tutela. Es
necesario que este sea idóneo y eficaz. Por este motivo, la Corte ha hecho
una distinción entre las sentencias que prevén obligaciones de dar, y
aquellas que contemplan obligaciones de hacer. Frente al primer conjunto
de obligaciones, la Corte ha establecido que el proceso ejecutivo es en la
mayoría de los casos idóneo para salvaguardar los derechos fundamentales
involucrados, comoquiera que su diseño procesal prevé el embargo y el
secuestro de bienes, medida usualmente adecuada para lograr la obtención
de dinero. Debido a esto, como regla general, es improcedente la acción de
tutela para exigir la eficacia de sentencias que contengan obligaciones de
dar25.

3.6 Cosa distinta ocurre cuando lo ordenado en la providencia incumplida


es una obligación de hacer, pues si bien la Corte reconoce que el proceso
24 Sobre la importancia de la ejecución de las sentencias judiciales en un Estado Social de Derecho ver la
sentencia T-242/02 M.P Jaime Córdoba Triviño.
25 Ver, entre otras, las sentencias T-719/10 M.P Nilson Pinilla Pinilla; T-440/10 M.P Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub y T-242/02 M.P Jaime Córdoba Triviño.
15

ejecutivo constituye otro medio de defensa judicial, también ha señalado


que acciones de este tipo “no siempre tienen la idoneidad suficiente para
proteger los derechos fundamentales que puedan verse afectados con el
incumplimiento de una providencia”26.

Valga aclarar que una revisión juiciosa de la jurisprudencia permite


observar que la posible ausencia de idoneidad en este segundo evento no
obedece principalmente al tipo de obligación establecida en la decisión
jurisdiccional. Ciertamente, una de las razones por las que la acción
ejecutiva no es igualmente idónea para exigir obligaciones de hacer, es que
su diseño procesal no contempla medidas para el cumplimiento de la
obligación, potencialmente efectivas como lo es el embargo y el secuestro
de bienes respecto de las obligaciones de dar. Pero los eventos en los cuales
la Corte ha descartado la idoneidad de la acción ejecutiva tienen que ver
también con que la orden judicial involucra derechos de carácter
fundamental cuya salvaguarda urge la adopción de medidas para su
cumplimiento, las cuales exceden las posibilidades previstas en el proceso
ejecutivo.

3.7 En efecto, la jurisprudencia es consistente en no descartar de plano la


idoneidad del medio judicial en estos casos, sino indicar que “no siempre”
ella es “suficiente para proteger los derechos fundamentales que puedan
verse afectados”. En concordancia con ello, el patrón fáctico prototípico
que se relaciona con la procedencia de la tutela para exigir sentencias que
dispongan obligaciones de hacer es “el reintegro de un trabajador” y otros
asuntos como el reconocimiento de pensiones27. En estos casos, de la
efectividad de la sentencia judicial dependen derechos fundamentales tales
como el trabajo, el mínimo vital y la dignidad humana. Del mismo modo,
pese a que la Corte ha dicho que, en principio, la acción de tutela es
improcedente para exigir obligaciones de dar contenidas en una sentencia
judicial, ha construido una extensa línea jurisprudencial en los casos en los
que las sentencias ordenan el pago de pensiones de las que depende el
mínimo vital de sujetos de especial protección constitucional, y frente a los
cuales el proceso ordinario constituiría una carga extraordinaria28.

26 Esta es la formulación general que ha empleado la Corte en sus sentencias para referirse a la materia.
Al respecto, pueden consultarse las sentencias T-151/07 M.P Manuel José Cepeda Espinosa y T-242/02
M.P Jaime Córdoba Triviño.
27 Ver, entre muchas otras, las sentencias T-440/10 M.P Jorge Ignacio Pretelt Chaljub: “la tesis sostenida
por esta Corporación indica que la tutela procede cuando se trata de una obligación de hacer, como por
ejemplo, cuando se ordena el reintegro de un trabajador, o bien, de una obligación de dar, como pagar
una determinada suma de dinero”. T-720/02 M.P Marco Gerardo Monroy Cabra: “En consecuencia,
cuando se están afectando otros derechos y principios fundamentales como la vida, la dignidad humana,
la integridad física y moral es procedente que mediante este mecanismo residual y subsidiario se ordene
que el derecho debidamente reconocido se ejecute, es decir que se incluya en nómina a quien adquirió
debidamente el estatus de pensionado”; T-395 de 2001 M.P Marco Gerardo Monroy Cabra: “Cuando se
trata de obtener el reintegro de un trabajador a su puesto de trabajo,  que, en cumplimiento de sentencia
judicial se está ante una obligación de hacer, cuya ejecución por la vía ejecutiva no goza de la misma
efectividad que se alcanzaría en la hipótesis de una obligación de dar”; T-084/98 M.P Antonio Barrera
Carbonell.
28 Ver sentencias T-676/07 M.P Humberto Antonio Sierra Porto; T-103/07 M.P Manuel José Cepeda
Espinosa; T-631/03 M.P Jaime Araujo Rentería.
16

3.8 Puede concluirse entonces que son las condiciones del caso bajo
examen y el derecho fundamental puesto en vilo con la ausencia de
ejecución de la decisión, no únicamente el tipo de obligación contenida en
la decisión jurisdiccional, los que determinan si el diseño procesal previsto
en el Código de Procedimiento Civil para la acción ejecutiva tiene por
virtud garantizar una protección del derecho equivalente a la que se daría en
la acción de tutela, y si la situación específica del actor hacen que esta
acción constituya o no un mecanismo eficaz para estos fines.

En principio, tal como lo ha sostenido de forma reiterada esta Corporación,


el diseño del proceso ejecutivo tiene mayor idoneidad para garantizar la
ejecución de las obligaciones de dar que para hacer efectivas las
obligaciones de hacer. Sin embargo, en ambos casos, depende del carácter
fundamental del derecho amenazado por la ausencia de ejecución de la
providencia judicial -más allá de la violación al debido proceso y al derecho
a la administración de justicia, desconocidos ambos por la ausencia de
ejecución de la providencia-, lo que determina si el trámite ejecutivo
constituye o no un mecanismo idóneo que haga improcedente la acción de
tutela.

4. La carencia actual de objeto por configurarse un hecho superado


en el caso concreto.

4.1 El Fondo Ganadero del Meta promovió acción de tutela para obtener el
desalojo de un grupo de personas, ocupantes de hecho del lote San Isidro o
Catama No 2, que es de su propiedad. A su juicio, es violatorio de su
derecho al debido proceso - concretado en el cumplimiento de los deberes
legales de las autoridades y la ejecución de lo dispuesto en el trámite de
procesos policivos-, que el 5 de noviembre de 2011 la Policía se haya
abstenido de completar el desalojo adelantado conforme a lo dispuesto en la
el artículo 15 de la Ley 57 de 1905, así como que ni esta autoridad, ni la
Alcaldía, hayan dispuesto el pie de fuerza suficiente para mantener vigilado
el terreno luego de los desalojos ya efectuados, con el fin de que ninguna
persona entre nuevamente a la propiedad.

4.2 De acuerdo con las pruebas allegadas al expediente, quedó demostrado


que el predio San Isidro o Catama 2 ya no se encuentra ocupado por
personas ajenas al mismo, y que la perturbación a la tenencia del bien, en
cabeza del Fondo Ganadero del Meta, ha cesado. Así se desprende de lo
dicho por el Alcalde de Villavicencio, quien afirma que las diligencias de
lanzamiento por ocupación de hecho se completaron el 16 y el 27 de febrero
de 2012, y que los ciudadanos censados que se encontraban al interior de
los predios no han vuelto a tomar a través de las vías de hecho el inmueble.

La actuación descrita satisface plenamente las pretensiones del ente


accionante, puesto que se ejecutaron a cabalidad las resoluciones que
ordenaban la realización de estas diligencias y se constató que, desde
entonces, los ocupantes de hecho del inmueble no han retornado a él. Bajo
17

estas condiciones fácticas no es posible impartir orden alguna en relación


con los derechos al debido proceso y a la administración de justicia del
Fondo Ganadero. En consecuencia, la Sala de Revisión declarará la
existencia de un hecho superado en el presente caso.

4.3 Con todo, la Sala observa que la solicitud elevada por el Fondo
Ganadero del Meta fue acogida por el juez de segunda instancia, quien
consideró que las dos omisiones reseñadas constituían verdaderas
violaciones a los derechos fundamentales del Fondo, amparables por vía de
tutela. En contraste con esta decisión, la Sala encuentra que la acción de
tutela era improcedente y, por ende, no podía ser empleada para garantizar
los intereses privados de esta entidad.
Con el fin de avanzar en la unificación de la jurisprudencia constitucional y
definir el alcance de los derechos consagrados en la Constitución, la Sala
considera pertinente pronunciarse sobre estos aspectos.

5. La improcedencia de la acción de tutela instaurada por el Fondo


Ganadero del Meta.

5.1 El Juzgado Segundo Penal del Circuito de Villavicencio, a través de


sentencia proferida el primero de febrero de 2012, revocó integralmente el
fallo de primera instancia y, en su lugar, amparó el derecho al debido
proceso del Fondo Ganadero del Meta, ordenando la inmediata realización
de la diligencia. En sustento de su decisión, se refirió a la interrupción del
desalojo iniciado el 5 de noviembre de 2011 y, en general, a las acciones
adelantadas previamente, en los siguientes términos:

“la Policía tiene el deber constitucional y legal de actuar con


seguridad y prudencia para proteger estos bienes ante una
perturbación injusta, actual, inminente y reciente (…) [No
obstante] tantas disculpas y evasiones para ejecutar las órdenes
policivas, como la primera y la segunda, constituyen no solo
una negligencia sino una grave afectación al debido proceso por
la morosidad y la falta de autoridad de quienes están envestidos
(sic) en ella”29.

5.2 Para esta Sala, es legítimo el interés del Fondo Ganadero del Meta en
recuperar la tenencia del Lote San Isidro, así como lo es el ejercicio de
acciones legales que conciten la protección de su derecho a la propiedad por
parte del Estado, comoquiera que estas facultades se desprenden de la
titularidad sobre el bien inmueble en cuestión. Sin embargo, de esta
legitimidad no se deriva la procedibilidad de la acción de tutela, toda vez
que esta acción constitucional tiene el carácter de subsidiaria y residual, y
no puede ser empleada para desplazar al juez natural de las controversias.
Por tanto, solo podía tornarse procedente la tutela después de que los jueces
de instancia establecieran la existencia y la idoneidad de los medios
alternativos de defensa.
29 Fl. 6 Cuaderno 2.
18

5.3 De haber llevado a cabo este ejercicio, los jueces habrían advertido que
el Fondo Ganadero del Meta podía reclamar la culminación de la diligencia
de lanzamiento en un proceso ejecutivo. El Código de Procedimiento Civil
expresamente ha dispuesto esta vía procesal para ordenar a las autoridades
hacer efectivas las obligaciones previstas en las sentencias o actos
jurisdiccionales que constituyen título ejecutivo. En la medida en que la
Resolución 112 de 2011 y los demás actos de la Policía y la Alcaldía en los
que se ordenaron los desalojos contienen una obligación clara, expresa y
exigible consistente en la realización de diligencias por ocupación de hecho,
esta acción era procedente.

En este caso, el proceso ejecutivo constituía un mecanismo idóneo y eficaz


de defensa judicial del derecho al debido proceso, amenazado con ser
desconocido por la ausencia de ejecución de las decisiones adoptadas en el
trámite de los procesos policivos. En efecto, la protección que podría
otorgarse mediante la tutela a este derecho es equivalente a la que podía
darse a través del proceso ejecutivo, pues en ambas jurisdicciones las
órdenes habrían estado encaminadas a exigir la ejecución de la diligencia de
lanzamiento en un término perentorio.

Además, no existen condiciones particulares del demandante o de la


situación que hubieran tornado en ineficaces los mecanismos judiciales
existentes, o que hubieran generado una amenaza de perjuicio irremediable
que hiciera imperativa la intervención del juez constitucional. En efecto, el
accionante es una persona jurídica con fines gremiales que cuenta con la
infraestructura suficiente para garantizar la defensa judicial de sus intereses
a través de la jurisdicción ordinaria, y la situación de ocupación de hecho
que plantea estaba relacionada con un bien inmueble que no guarda una
excepcional relevancia para ella.

5.4 Podría argumentarse, sin embargo, que la acción de tutela era


procedente en el presente caso atendiendo a que la orden contenida en la
Resolución 112 de 2011 de la Alcaldía de Villavicencio, y en todas las
decisiones precedentes que ordenaban diligencias de lanzamiento por
ocupación de hecho en el predio San Isidro o Catama 2, constituye una
obligación de “hacer”, pues exige la conducta positiva de la Policía respecto
de la diligencia, y que frente a este tipo de órdenes el proceso ejecutivo no
tiene el mismo grado de idoneidad.

Al respecto es preciso reiterar, tal como lo hizo la Sala en los acápites


anteriores, que la acción de tutela frente a la ejecución de decisiones
jurisdiccionales de “hacer” es procedente solo en los casos en los cuales,
además del derecho al debido proceso desconocido por la ausencia de
ejecución de la decisión, el derecho que se pretende proteger a través de la
providencia en cuestión constituye un verdadero derecho fundamental cuya
protección exige la intervención inmediata de la jurisdicción constitucional.
19

En el caso sub examine, más allá del debido proceso, el derecho subjetivo
que pretende hacer valer el Fondo Ganadero a través de sus intervenciones
ante la administración municipal, y ahora en sede de tutela, es la propiedad
privada sobre el Lote San Isidro; en concreto, sus atributos de goce y
tenencia. Pero para esta Sala, el derecho a la propiedad del Fondo Ganadero
del Meta no puede ser considerado fundamental, toda vez que el contenido
exigible del derecho no guarda ninguna relación con la dignidad humana
del sujeto titular. Si bien la Corte ha sostenido que las personas jurídicas
como el demandante en esta acción de tutela tienen algunos derechos
susceptibles de amparo constitucional, tales como la igualdad y el debido
proceso, también ha sido clara al determinar que la dignidad es un atributo
exclusivo de la persona humana, derivado de su ser racional y sin
consideraciones de otro tipo. En este orden de ideas, el Fondo Ganadero del
Meta no es titular del derecho a la dignidad humana.

Tampoco se observa en la demanda o en las pruebas relevantes obrantes en


el expediente, que la ocupación del bien mediante vías de hecho desconozca
la dignidad humana de alguna persona, de suerte que pueda establecerse
este vínculo entre propiedad y dignidad con el propósito de dotarlo de
fundamentalidad. Lo anterior permite concluir que la acción de tutela no es
el mecanismo propicio para solucionar la legítima disputa del Fondo
Ganadero, por cuanto esta hace referencia a un derecho de propiedad que no
alcanza el grado de fundamental y, por lo tanto, no desplazaba al
mecanismo ordinario creado por el ordenamiento jurídico con el fin de
garantizar el debido proceso.

5.5 Así las cosas, el juez de segunda instancia erró al conceder el amparo
constitucional al Fondo Ganadero del Meta y desconoció en su decisión el
carácter subsidiario y residual de la acción de tutela. En la medida en que
existían otros mecanismos de defensa judicial y que el derecho a la
propiedad no ostenta en casos como este el carácter de fundamental, debió
el juez declarar la improcedencia de la tutela y abstenerse de estudiar el
fondo del asunto.

B. LOS DERECHOS FUNDAMENTALES DE LOS OCUPANTES


DEL PREDIO PROPIEDAD DEL FONDO GANADERO DEL
META.

6. Aunque la presente tutela fue promovida por el Fondo Ganadero del


Meta para proteger sus intereses en el bien ocupado, y actualmente el
amparo carece de objeto pues antes de llegar a sede de revisión la orden de
lanzamiento por ocupación de hecho se cumplió a cabalidad, hay varias
razones por la cuales no puede dejar la Corte de pronunciarse sobre los
derechos fundamentales de las familias desalojadas.

6.1 Primero, porque en la resolución de este caso la Sala tuvo conocimiento


de que quienes se encontraban dentro del bien inmueble antes del desalojo
eran 1317 familias. Entre ellas, 511 en condición de desplazamiento, otros
20

indígenas y otros con discapacidad física. El altísimo número de personas


que invadieron el predio del Fondo Ganadero y sus condiciones de especial
vulnerabilidad constituyen un hecho cuya magnitud no puede dejar de
llamar la atención de la Corte.

La Carta del 91 ha confiado a la Corte Constitucional la “guarda de la


integridad y supremacía de la Constitución” (Art. 241 C.N), lo cual implica
necesariamente un ejercicio de garantía de los derechos fundamentales
consagrados en ella. En el caso bajo examen, si bien la ocupación del predio
no estaba avalada por el ordenamiento, las acciones para lograr su desalojo
generan situaciones en las que son susceptibles de ser amenazados
múltiples derechos fundamentales, entre ellos, la vivienda digna, el debido
proceso, la vida y la integridad personal de personas cuya condición exige
la solidaridad de las personas privadas y la intervención del Estado. Ante la
presencia de estos hechos, cobra importancia verificar la posible
vulneración de derechos fundamentales de los sujetos mencionados, para no
abdicar esta función de salvaguarda consagrada de forma explícita en la
Norma Superior.

6.2 Segundo, en estrecha relación con lo anterior, a través de la revisión de


esta situación puede la Corte ejercer su función de realizar pedagogía
constitucional para unificar la jurisprudencia y establecer el alcance de los
derechos fundamentales30. Finalmente, debe la Sala emitir un
pronunciamiento por cuanto la mayor parte de la población que estaba
ocupando el bien inmueble es desplazada. Frente a esta población, la Corte
ha adquirido un especial compromiso de protección derivado de la
declaración del estado de cosas inconstitucional en la sentencia T-025 de
2004, y de la verificación del cumplimiento de las órdenes dadas en esta
providencia, que ha asumido la Corte a través de la Sala Especial de
Seguimiento.

Atendiendo a estas consideraciones, la Sala recordará su jurisprudencia en


torno a la garantía de los derechos fundamentales en situaciones de desalojo
forzoso y conforme a estas reglas examinará el caso de la invasión La
Victoria en el lote San Isidro.

7. Derechos de la población desplazada en materia de desalojos


forzosos. Reiteración de jurisprudencia31.

7.1 La jurisprudencia de la Corte ha reiterado que los estándares aplicables


para la protección del derecho a la vivienda digna y los demás derechos
amenazados en virtud de la realización de desalojos forzosos de población
vulnerable, entre ella la población desplazada, son los previstos en los
instrumentos internacionales de derechos humanos. Específicamente, ha
interpretado el alcance de las obligaciones del Estado en estas situaciones
conforme a la Observación General Número 7 del Comité DESC, intérprete

30 Ver art. 33 Decreto 2591 de 1991 y sentencia T-410 de 1999 M.P Vladimiro Naranjo Mesa.
31 Este aparte sigue lo dispuesto en las sentencias T-119/12 y T-282/11 M.P Luis Ernesto Vargas Silva.
21

autorizado del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales suscrito por Colombia.

7.2 En virtud de ello, la Corte ha acogido la conclusión del Comité según la


cual “los desalojos forzosos son prima facie incompatibles con los
requisitos del Pacto” y, atendiendo a la remisión de los artículos 93 y 94 de
la Constitución, a la Constitución Nacional. Con todo, en un ejercicio de
ponderación de todos los derechos en disputa cuando se solicita la
realización de un desalojo, ha aceptado que algunos de ellos son
justificados siempre y cuando se verifique la satisfacción de las reglas que
se expresan a continuación:

7.2.1 “Debe existir una regulación legal precisa sobre los supuestos en que
procede un desalojo. (…) Sin embargo, la regulación legal debe ser
analizada bajo los parámetros de los principios de razonabilidad y
proporcionalidad, de manera que (i) debe considerarse incompatible con el
Pacto –y por lo tanto inconstitucional- una regulación que produzca
(promueva o agudice) un trato discriminatorio; (ii) los desalojos deben
perseguir fines constitucionalmente legítimos; y (iii) en ellos debe
observarse que la intensidad de la afectación de la persona desalojada no
sea desproporcionada, a la luz de los criterios (o subprincipios) de
idoneidad, necesidad y proporcionalidad en sentido estricto”.

7.2.2 “La regulación legislativa debe prever la adopción de medidas para


disminuir los efectos nocivos de un desalojo forzado, tales como: ‘a) la
consulta y los acuerdos con las personas objeto de desplazamiento, b) que
se analice el contexto económico social de la población afectada de modo
que se matice su impacto tomando las previsiones necesarias que
garanticen que no se interrumpe su derecho a una vivienda adecuada o
digna (…), c) que la orden de ejecutarlos provenga siempre de la autoridad
competente y que su trámite se ajuste a una normatividad previamente
establecida y conocida por los desalojados’.32”.

7.2.3 “En la OG 7 del Comité DESC se establece, así mismo, que los
grupos vulnerables como ‘(l)as mujeres, los niños, los jóvenes, los
ancianos, los pueblos indígenas, las minorías étnicas y de otro tipo, así
como otros individuos y grupos vulnerables, se ven afectados en medida
desproporcionada por la práctica de los desalojos forzosos’ (Párrafo 10;
OG 7), y que el Estado debe adoptar medidas para evitar que fenómenos de
discriminación terminen por exacerbar esa intensa afectación. En
consecuencia, cuando el desalojo afecte a colectivos vulnerables, los
estados deben (i) agotar todas las vías de concertación previo el decreto de
un desalojo y (ii) evitar al máximo el uso de la fuerza. Resulta pertinente
transcribir entonces el párrafo 13 de la OG 7:

‘13. Antes de que se lleve a cabo cualquier desalojo forzoso, en


particular los que afectan a grandes grupos de personas, los Estados
32 Cfr. T-068 de 2010; [fundamento 4.2.6.3 – (4)].
22

Partes deberían velar por que se estudien en consulta con los


interesados todas las demás posibilidades que permitan evitar o,
cuando menos, minimizar la necesidad de recurrir a la fuerza.
Deberían establecerse recursos o procedimientos legales para los
afectados por las órdenes de desalojo’. (Subraya la Sala)”.

7.2.4 “Cuando se presenta un desalojo forzoso, las autoridades deben


aplicar las garantías del debido proceso que se aplican en todos los
trámites judiciales y administrativos33 y, además, deben garantizar: ‘(…) a)
una auténtica oportunidad de consultar a las personas afectadas; b) un
plazo suficiente y razonable de notificación a todas las personas afectadas
con antelación a la fecha prevista para el desalojo; c) facilitar a todos los
interesados, en un plazo razonable, información relativa a los desalojos
previstos y, en su caso, a los fines a que se destinan las tierras o las
viviendas; d) la presencia de funcionarios del gobierno o sus
representantes en el desalojo, especialmente cuando éste afecte a grupos de
personas; e) identificación exacta de todas las personas que efectúen el
desalojo; f) no efectuar desalojos cuando haga muy mal tiempo o de noche,
salvo que las personas afectadas den su consentimiento; g) ofrecer
recursos jurídicos; y h) ofrecer asistencia jurídica siempre que sea posible
a las personas que necesiten pedir reparación a los tribunales’. (Cfr. OG 7;
párrafo 15)”.

7.2.5 “Para finalizar, resulta oportuno mencionar que, de acuerdo con el


párrafo 16 de la Observación citada ‘[l]os desalojos no deberían dar lugar
a que haya personas que se queden sin vivienda o expuestas a violaciones
de otros derechos humanos. Cuando los afectados por el desalojo no
dispongan de recursos, el Estado Parte deberá adoptar todas las medidas
necesarias, en la mayor medida que permitan sus recursos, para que se
proporcione otra vivienda, reasentamiento o acceso a tierras productivas,
según proceda’”.

7.3 Estas reglas deben aplicarse frente a todos los desalojos forzosos, sin
perjuicio de las obligaciones particulares que tiene el Estado frente a la
garantía del derecho a la vivienda digna de la población desplazada, en los
casos en que los ocupantes de los bienes inmuebles hayan sido víctimas de
desplazamiento forzoso34. En estos casos, deben garantizarse por lo menos,
los siguientes aspectos:

“(i) [R]eubicar a las personas desplazadas que, debido al


desplazamiento, se han visto obligadas a asentarse en terrenos
de alto riesgo; (ii) brindar a estas personas soluciones de
vivienda de carácter temporal y, posteriormente, facilitarles el
acceso a otras de carácter permanente. En este sentido, la
Corporación ha precisado que no basta con ofrecer soluciones

33 Entre las que se cuentan, por lo menos, la observación de las formas propias de cada juicio, y la
garantía a los derechos de defensa y contradicción.
34 Ver sentencia T-585 de 2006 M.P Marco Gerardo Monroy Cabra.
23

de vivienda a largo plazo si mientras tanto no se provee a los


desplazados alojamiento temporal en condiciones dignas; (iii)
proporcionar asesoría a las personas desplazadas sobre los
procedimientos que deben seguir para acceder a los
programas; (iv) en el diseño de los planes y programas de
vivienda, tomar en consideración las especiales necesidades de
la población desplazada y de los subgrupos que existen al
interior de ésta –personas de la tercera edad, madres cabeza de
familia, niños, personas discapacitadas, etc.-; y (v) eliminar las
barreras que impiden el acceso de las personas desplazadas a
los programas de asistencia social del Estado, entre otras.”

7.4 De acuerdo con estas reglas, existe un consenso en la jurisprudencia en


lo que concierne al menos a tres tipos de remedios judiciales para evitar o
frenar la vulneración de los derechos fundamentales en los casos en que se
lleven a cabo desalojos: En primer lugar, la Corte ha ordenado en todos los
casos a las entidades del orden territorial que aseguren la provisión de un
albergue provisional a la población desplazada y en condiciones de alta
vulnerabilidad que van a ser desalojadas35. En segundo lugar, ha ordenado
en todos los casos la concurrencia de distintas entidades del orden nacional,
con el fin de que lleven a cabo los trámites tendientes a incluir a quienes
van a ser desalojados en los programas de vivienda y en las demás políticas
de atención a la población vulnerable y a la población desplazada. En tercer
lugar, en todos los eventos ha llamado a los distintos órganos de control
para que acompañen a las comunidades en el proceso de desalojo y
verifiquen la garantía de sus derechos fundamentales. Valga decir que, en
contraste, solo en algunos casos ha considerado esta Corporación que la
orden que mejor protege los derechos fundamentales de los sujetos pasivos
del desalojo es la suspensión de la diligencia de lanzamiento36.

7.5 De este modo, queda claro que más allá de la procedencia o no del
desalojo en un caso concreto, este no puede llevarse a cabo por las
autoridades administrativas y de Policía sin tener en cuenta la previa
verificación y garantía de los derechos fundamentales de quienes se
encuentran ocupando el predio, mucho menos cuando dentro del grupo hay
personas en condición de desplazamiento o sujetos de especial protección
constitucional, frente a los cuales la solicitud de las autoridades debe ser
aún mayor. Deben cumplirse reglas mínimas que garanticen la
razonabilidad y la proporcionalidad del procedimiento, del mismo modo
que deben adoptarse medidas previas y posteriores al lanzamiento, que
garanticen las condiciones mínimas de ejercicio de los derechos
fundamentales de los afectados.

35 Ver las sentencias T-078/04 M.P Clara Inés Vargas Hernández, T-770/04 M.P Jaime Córdoba Triviño,
T-967/09 M.P María Victoria Calle Correa, T-068/10 M.P Jorge Ignacio Pretelt Chaljub, T-282/11 M.P
Luis Ernesto Vargas Silva y T-119/12 M.P Luis Ernesto Vargas Silva.
36 Un estudio del alcance de esta orden puede verse en la sentencia T-282/11 M.P Luis Ernesto Vargas
Silva.
24

8. Los derechos fundamentales de los ocupantes de la invasión La


Victoria en el lanzamiento por ocupación de hecho.

8.1 De acuerdo con las pruebas obrantes en este expediente, encuentra la


Sala que, en principio, en el lanzamiento por ocupación llevado a cabo en el
Lote San Isidro, en la invasión denominada La Victoria las autoridades
encargadas cumplieron algunas de las obligaciones establecidas para estos
casos. Así por ejemplo, llevaron a cabo el censo de la población que sería
desalojada, incluyendo variables que permitieran establecer las condiciones
específicas de vulnerabilidad de quienes ocupaban el predio. Además, de
acuerdo con los informes policiales de las diligencias de lanzamiento
previas al 5 de noviembre de 2011 se estableció que las autoridades
municipales propusieron acuerdos para no hacer uso de la fuerza en el
desalojo, aun cuando estos no tuvieron éxito. Del mismo modo, informó la
Alcaldía que de forma posterior al desalojo se llevó a cabo una brigada de
salud para los niños, niñas, personas de la tercera edad y madres gestantes.

8.2 Pese a lo anterior, la Sala observa que el subsidio de arriendo ofrecido a


las personas desalojadas, y especialmente a la población desplazada, no
satisface plenamente las obligaciones que tiene el Estado en materia de
vivienda digna. Pues si bien se ofreció un componente en dinero, este solo
permite a las personas tener un alojamiento durante cuatro meses, tiempo
después del cual quedarán de nuevo sin posibilidades de proveerse de techo,
máxime cuando este alojamiento transitorio no está acompañado de la
asesoría para que las personas –de acuerdo a sus condiciones específicas de
vulnerabilidad- accedan a subsidios y programas que les garanticen en el
largo plazo soluciones definitivas de vivienda. Esta situación explica que en
el censo preparado por la Secretaría de Gobierno del Meta, la información
registrada como “dirección actual” es la de estar ubicados en “cambuches”
o “ranchos”37 en diferentes sitios de la ciudad y en otras urbanizaciones en
construcción, como el proyecto San Antonio de la misma ciudad.

8.3 Así las cosas, la Sala advierte que la administración municipal no ha


satisfecho los derechos mínimos de la población desplazada, y de la
población desalojada en general, especialmente en relación con el derecho a
la vivienda digna y que, en la situación actual, con ocasión del desalojo
estas personas no tienen garantizado el “derecho a vivir en seguridad, paz y
dignidad en alguna parte”38. Esta situación reviste especial gravedad en
tratándose de dos casos. Por un lado, de quienes pertenecen a una
comunidad indígena, frente a los cuales no se han concertado decisiones
efectivas que protejan su derecho a la vivienda digna al tiempo que
contribuyan a preservar su cultura y modo de vida buena. Por otro lado, de
las personas en situación de desplazamiento que se encuentran alojadas en
“ranchos” o “cambuches” a lo largo de la ciudad.

37 Ver fl. 16 y ss. cuaderno pruebas.


38 Comité DESC, Observación General No. 4 relativa al derecho a una vivienda adecuada (párrafo 1 del
artículo 11 del Pacto), adoptada durante el 6to período de sesiones. Doc. E/1992/23.1991.
25

Debido a ello, la Sala pondrá en conocimiento de las autoridades


pertinentes esta providencia con el fin de que, en el marco de sus
competencias legales, se adelanten las acciones necesarias a fin de frenar la
amenaza al derecho a la vivienda digna conforme a las consideraciones
hechas previamente, y garantizar los demás derechos fundamentales de
quienes fueron desalojados forzosamente del predio San Isidro, personas en
situación de vulnerabilidad.

III. DECISIÓN

Con fundamento en las consideraciones expuestas en precedencia, la Sala


Novena de Revisión de la Corte Constitucional, administrando justicia en
nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,

RESUELVE:

Primero.- DECLARAR la carencia actual de objeto en el asunto de la


referencia, por configurarse un hecho superado.

Segundo.- REVOCAR el fallo proferido el primero de febrero de 2011 por


el Juzgado Segundo Penal del Circuito de Villavicencio y, en su lugar,
CONFIRMAR, solo por las razones expuestas en esta providencia, la
decisión expedida el 30 de noviembre de 2011 por parte del Juzgado
Segundo Penal Municipal de Villavicencio que negó el amparo invocado
por el Fondo Ganadero del Meta.

Tercero.- PREVENIR a la Policía del Meta y a la Alcaldía de Villavicencio


para que, en adelante, antes de llevar a cabo diligencias de lanzamiento por
ocupación de hecho o cualquier otra clase de desalojos forzosos, verifiquen
que estas acciones observen los principios de razonabilidad y
proporcionalidad, así como las reglas previstas en esta sentencia, de suerte
que, de forma previa, se garanticen los derechos de las personas que ocupen
bienes inmuebles a través de vías de hecho.

Cuarto.- COMUNICAR esta providencia al Ministerio del Interior, al


Ministerio de Hacienda, al Ministerio de Agricultura, al Ministerio de
Vivienda, Ciudad y Territorio, al Departamento Administrativo para la
Prosperidad Social y a la Alcaldía de Villavicencio para que, en el ámbito
de sus competencias, y en el marco de los programas y políticas adoptadas
–y en vía de adopción- para la superación del estado de cosas
inconstitucional en materia de desplazamiento forzado, adopten todas las
medidas necesarias para que las familias registradas en el censo de la
antigua invasión La Victoria realizado por la Secretaría de Gobierno de la
Alcaldía de Villavicencio tengan acceso a (i) un albergue en condiciones
acordes para la dignidad humana, que atienda a la diversidad étnica, de
edad, de género y de discapacidad, especialmente en los casos de quienes al
momento de notificación de la sentencia se encuentran desprovistos de
alojamiento provisional; (ii) planes de vivienda que les permitan garantizar
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este derecho a largo plazo; y (iii) los demás componentes de la ayuda


humanitaria de emergencia y de estabilización socioeconómica previstos en
la ley y en la jurisprudencia para esta población.

Quinto.- COMUNICAR esta providencia a la Defensoría del Pueblo y a la


Procuraduría General de la Nación para que, en el ámbito de sus
competencias, hagan un acompañamiento a las familias desalojadas del
predio San Isidro o Catama 2, con el fin de brindar asesoría, inclusive de
orden jurídico, con el fin de promover la garantía de sus derechos
fundamentales.

Sexto.- ORDENAR a la Alcaldía de Villavicencio que, en el término


máximo de un (1) mes contado a partir de la notificación de esta
providencia, ponga en conocimiento del contenido de esta providencia a
todas las personas incluidas en el censo “La Victoria”.

Séptimo.- Por Secretaría LÍBRENSE las comunicaciones previstas en el


artículo 36 del Decreto 2591 de 1991.

Notifíquese, comuníquese, cúmplase e insértese en la Gaceta de la Corte


Constitucional.

LUIS ERNESTO VARGAS SILVA


Magistrado

MARÍA VICTORIA CALLE CORREA


Magistrada

MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO


Magistrado

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ


Secretaria
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