Sentencia 693 Sala Constitucional 02

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SENTENCIA 693 SALA CONSTITUCIONAL 02/06/2015

MODIFICACION DEL ARTICULO 185 DEL CODIGO CIVIL.


3 junio, 2015   Sin categoría
Mediante Sentencia N° 693 del 2 de junio de 2015 de la Sala Constitucional, bajo la ponencia de la
Magistrada Carmen Zuleta de Merchán, realizó una interpretación constitucionalizante del artículo
185 del Código Civil y establece, con carácter vinculante, que las causales de divorcio contenidas
en el artículo 185 del Código Civil son enunciativas y no taxativas, por lo cual cualquiera de los
cónyuges podrá demandar el divorcio por las causales previstas en dicho artículo o por cualquier
otra situación que estime impida la continuación de la vida en común, en los términos señalados en
la sentencia N° 446/2014, ampliamente citada en este fallo; incluyéndose el mutuo consentimiento.
De igual forma establece “Estima la Sala Constitucional que, quizás contrario al pensar
común, se promueve más el matrimonio como institución cuando se ofrecen condiciones
fáciles, claras y accesibles para disolver el vínculo, que cuando se colocan obstáculos
legales, pues, en nuestros días, la pareja opta por convivir sin contraer nupcias, como una
solución que les permite gozar de los mismos efectos que el matrimonio, lo que se conoce
como “uniones de hecho”, hoy día equiparadas por la Constitución y reconocidas por la
jurisprudencia de esta Sala y por algunas leyes de la República”
En su punto final la Sala Constitucional estableció: “Sentencia de la Sala Constitucional que
realiza una interpretación constitucionalizante del artículo 185 del Código Civil y establece,
con carácter vinculante, que las causales de divorcio contenidas en el artículo 185 del
Código Civil no son taxativas, por lo cual cualquiera de los cónyuges podrá demandar el
divorcio por las causales previstas en dicho artículo o por cualquier otra situación que
estime impida la continuación de la vida en común, en los términos señalados en la
sentencia N° 446/2014, ampliamente citada en este fallo; incluyéndose el mutuo
consentimiento”.

¿Cómo cambió el divorcio en


Venezuela después de la
sentencia de la Sala
Constitucional?, por José Ignacio
Hernández
Por José Ignacio Hernández G. | 28 de mayo, 2014
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La sentencia de la Sala Constitucional N° 446/2014, del 15 de mayo, interpretó el
artículo 185-A del Código Civil, el cual regula una de las causales de divorcio.
Según los medios de comunicación, con esa sentencia se reformó el Código Civil y se
flexibilizó el divorcio.
¿Qué fue lo que decidió, exactamente, la Sala Constitucional? Un punto que trataré,
estrictamente, desde la perspectiva constitucional del divorcio, sin abordar además
todas las aristas de un tema complejo -y polémico- como el divorcio.

Las causales de divorcio. El divorcio, como causal de extinción del matrimonio, es


una figura de reciente incorporación en el Derecho Venezolano, pues fue reconocido
en 1904. O sea, que desde que se reconoció el matrimonio civil en Venezuela, en
1873, hasta 1904, el matrimonio fue considerado un vínculo indisoluble y perpetuo.
Desde 1904 cambió esa regulación, y el divorcio fue contemplado básicamente como
una especie de sanción por el incumplimiento de deberes conyugales, como por
ejemplo, el deber de fidelidad y su incumplimiento con el adulterio.
La situación se mantuvo hasta la reforma del Código Civil de 1982, cuando se
introduce la figura del “divorcio-remedio”, o sea, la extinción del matrimonio cuando
éste ha dejado de servir el propósito fundamental al cual ha de servir, esto es, como
vinculo estable de base de la unión familiar.

Precisamente, una de las normas entonces introducidas fue el artículo 185-A del
Código Civil, que prevé como causal de divorcio la separación de hecho por más de
cinco años, conocida también como “separación de hecho prolongada”.

Esa norma venía siendo interpretada como un supuesto de divorcio por mutuo
consentimiento, pues si uno de los cónyuges demandaba el divorcio y el otro cónyuge
negaba el hecho, el Código Civil ordenaba la terminación del procedimiento judicial.
Así, la Ley impedía evaluar las pruebas sobre la existencia de la causa tipificada como
divorcio.

Por el contrario, si ambos cónyuges estaban de acuerdo con la existencia de la


separación de hecho prolongada, el divorcio procedía, con independencia de que
fuese cierta o no tal separación de hecho.

Lo que dijo la Sala Constitucional. La sentencia de la Sala Constitucional no alteró


la causal de divorcio establecido en el citado artículo 185-A. Tampoco alteró el
régimen general del divorcio en Venezuela, ni estableció una especie de divorcio
basado únicamente en la voluntad de uno de los cónyuges. En realidad, la sentencia
de la Sala Constitucional se limitó a interpretar el juicio dentro del cual puede
declararse el divorcio de acuerdo con el artículo 185-A.
Así, de acuerdo con la Sala Constitucional, no basta la negativa del otro cónyuge para
que el procedimiento termine, pues de acuerdo con la Constitución, todo aquel que
acude a un Tribunal para formular una petición, tiene el derecho constitucional a
probar los fundamentos de su solicitud. Por ello, para esta sentencia de la Sala
Constitucional, el artículo 185-A no se basa en el mutuo consentimiento, sino en un
hecho que, como tal, debe ser alegado y probado: la separación de hecho por un
lapso mayor a cinco años.
Para llegar a esa conclusión, la sentencia recordó que el matrimonio se fundamenta
en el libre consentimiento (artículo 77 de a Constitucional), con lo cual, ese libre
consentimiento no solo opera para contraer matrimonio, sino también para no
mantener el matrimonio en contra de la voluntad, pero siempre acudiendo a las
causas expresas de divorcio establecidas en la Ley, y mediante decisión judicial. Ese
principio –que ha sido aceptado en el Derecho Comparado– debe además matizarse
con lo que la propia Constitución señala, en cuanto a que el matrimonio es la unión
estable de Derecho entre un hombre y una mujer como base de la familia.

Estos dos parámetros definen el marco constitucional bajo el cual debe ser valorado el
divorcio. Es decir, reconociendo el divorcio como una figura basada en causas
taxativas, de orden público y siempre por intermedio del Juez, que permita la
disolución del matrimonio cuando se ha roto ese mutuo consentimiento, pero al mismo
tiempo, preservando la estabilidad de la familia, que en suma, es el bien jurídico
tutelado.
Lo que no puede llevarse a extremos, que como tal, siempre caen fuera del marco
constitucional. Permitir el divorcio por el simple consentimiento desnaturalizaría la
visión del matrimonio como vínculo estable. Prohibir el divorcio, también
desnaturalizaría el matrimonio, pues su estabilidad no equivale a perpetuidad, y de allí
que, como se dijo, el divorcio, con carácter restrictivo, ha sido reconocido en
Venezuela.

Adicionalmente, y a pesar de parecer paradójico, hay que recordar que el Premio


Nobel de Economía, Gary Becker, concluyó que regímenes muy restrictivos del
divorcio terminaban afectando negativamente al matrimonio, pues las legislaciones
con mayores restricciones en la materia mantenían menores índices de matrimonio.
De esa manera, la Sala Constitucional interpretó el artículo 185-A, concluyendo que el
artículo no regula un “divorcio por mutuo acuerdo”, sino un supuesto de divorcio
basado en un hecho específico, como es la separación de hecho prolongada. Un
hecho que, como tal, no solo debe ser alegado sino además probado. Para la Sala
Constitucional, resulta inconstitucional reconocer una causal de divorcio negando el
derecho a alegar y probar su existencia.

Al permitir y exigir prueba de la separación de hecho prolongada, incluso, se permite


una aplicación mucho más estrictica del artículo 185-A. Como se enseña en los
Manuales universitarios, la aplicación práctica de ese artículo había degenerado en
una causal de divorcio en la cual lo único relevante era la mutua voluntad de los
cónyuges de divorciarse, siempre y cuando tuvieran cinco años de casados. Así, aun
cuando no hubiese existido la separación de hecho prolongada, el divorcio procedía
de mutuo acuerdo, al no permitirse pruebas. Tal solución era una deformación del
artículo 185-A, pues transforma un divorcio causal (basado en una causa específica)
en un divorcio en el cual lo único que imperaba erala voluntad de los cónyuges, aun
cuando se afirmase un hecho falso.

Por el contrario, contradictoriamente, incluso existiendo la separación prolongada de


hecho, el divorcio podía resultar improcedente si el otro cónyuge se limitaba a negar el
hecho de la separación.
Como puede verse, más que una “flexibilización” del divorcio, la sentencia se limitó a
resolver un concreto aspecto procesal, recordando que si se demanda el divorcio por
una causal establecida en la Ley, debe admitirse que ese hecho sea probado. Pues
en suma, el Juez solo puede decidir sobre lo probado, no bastando el consentimiento
de los cónyuges, tanto más en una materia de “orden público”. Y esa exigencia de la
prueba, además, puede ser un correctivo para la práctica forense que –esa sí– había
flexibilizado el supuesto del artículo 185-A, para admitir un supuesto divorcio basado
solo en el mutuo consentimiento.

¿Reformó la sentencia el Código Civil? Aun cuando hubiese bastado esta


interpretación siempre referida al caso concreto, la sentencia de la Sala Constitucional
fue mucho más allá y fijó un criterio general y abstracto de interpretación del artículo
185-A, que de hecho, cambió la redacción de la norma.

Un exceso, sin duda, pues la Sala Constitucional no puede cambiar la redacción de


las Leyes. Además, fue una decisión indebida, se insiste, pues hubiese bastado con
fijar su criterio a través de un control de constitucionalidad aplicado al caso concreto,
referido, como acaba de señalarse, a un aspecto netamente procesal, que deja
inalterado el supuesto legal de divorcio.

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