Narrativa Del Delirio - Julio Penenrey
Narrativa Del Delirio - Julio Penenrey
Narrativa Del Delirio - Julio Penenrey
2 7 4 , E n e r o - M a r z o 2 0 2 1 , 1 5 - 2 7
por
Para entender a papi, su masculinidad y lo que representa, hay que irse al principio,
a la génesis misma del personaje. Similar a todos los ídolos de la cultura popular,
“los orígenes de papi son barriobajeros” (De Maeseneer, 2010, 3), un verdadero “hijo
de machepa” rodeado por la escasez y la pobreza extrema. Proviene de una región
con “[á]rboles frondosos como edificios por los que se cuelan los rayos del sol”
16 Julio Penenrey Navarro Narrativa del delirio 17
(Hernández, 2011,183)1 y con temperaturas tan altas que “[h]abía que cubrirse con potencia desmesurada es su ley y condena, tal lo veremos más adelante. La amalgama
algo. Debajo de las matas” (185). En este paisaje de desolación, miseria y abandono de atributos indiferenciables e inseparables del personaje, su indeterminación, es lo que
estatal, nace papi en una “casita con piso de tierra” (183) y recibe de joven instrucción mejor lo califica. La autoridad de papi, cual dios, viene dada a priori. Es entendida por
militar en la Marina de Guerra. Como toda deidad terrenal, la figura de papi está cargada todos los que lo idolatran como fuerza natural o prediscursiva, anterior a él mismo. Es
siempre de mitificaciones y de religiosidad. De niño, cuando conservaba aún el cabello él y su creación, él y sus atributos. Desde luego, esto le otorga su autoridad de dios,
rubio y lacio, su madre le ofreció a manera de sacrificio a la Virgen de Altagracia dejarle de jefe, de patriarca, de cacique y, permite al mismo tiempo, sentar sus leyes, estar
crecer el cabello si ella lo salvaba del plátano que tenía atorado en la garganta (22). por encima de sus súbditos.
Papi, quien pronto se levanta de la pobreza y se cubre de exceso y lujos, regresa Tal vez por eso, en la isla, la gran mayoría de personas ven en papi su ritual de
de tanto en tanto a la isla para devolver, ya multiplicados, los favores alguna vez redención: ese carguero2 que esparce en todos y por igual la salvación, traedor de
recibidos, dar órdenes y posar la figura que encarna: la del macho autoritario, mujeriego, bondades y padre benefactor que cumple su ley natural. Así, papi es una expectativa
proveedor y ostentoso. Esa omnipotencia social, económica y sexual que deslumbra como de valores cuya imagen viene a suplir o a mitigar la carencia en sus espectadores. Jean
potencia mágica se mantiene, incluso, cuando él no está físicamente. Si hay algo que Baudrillard (2009), anticipándose a la eclosión de las hoy sociedades consumistas,
caracteriza muy bien al personaje es la idea del regreso. Papi siempre está retornando, interpreta la profusión de los objetos simulacro como una fantasía perversa. La
siempre está de vuelta, cual mesías redentor. Todos en la media isla lo esperan, desean acción milagrosa de la abundancia, entendida incluso como divina, oculta la potencia
ser recompensados, tener algo de él, todos sienten merecerlo y todos lo saben suyo: laboral y monstruosa que hay detrás sosteniendo la fascinación, cual truco validando
el acto de magia. A papi lo envuelve esa aura milagrosa de la profusión, cual valle de
Ya todo el mundo sabe que estás volviendo, que vas a regresar, que vuelves triunfante, Canaán, que incita a no cuestionar o a dejar de lado el origen ilegal de su fortuna y
con más cadenas de oro y más carros que el diablo. Ya todo el mundo lo sabe. Ya su actitud robusta: los carros no caben en su propia marquesina, sus novias y mujeres
están imaginándose cómo regresas a ellos, a cada uno de ellos, y cómo cada uno te brotan por doquier, tiene polo-shirts para cada día del año, más de ciento cincuenta
ha estado esperando y ha estado fantaseando y ha estado anunciando en el barrio, en
casas y produce dinero con tan solo chasquear los dedos. Los elementos de compra y
la casa, por teléfono: vuelve.
Y sueñan contigo llenando la maleta con regalos para ellos y se sueñan que tú solo
poder adquisitivo predicados en torno a la figura de papi contribuyen a idealizarlo. De
trabajas para ellos, solo vives para ellos, sueñan que tú le debes todo en la vida, en sus modo que la obra parece recrear en el personaje una cualidad mágica, naturalizada,
sueños. Se imaginan el reencuentro. Tú, con tu traje de plata, tus zapatos de azabache, de producción y despilfarro de bienes. Si papi es en cuanto su capacidad de compra y
corriendo desde el aeropuerto, no, pagando un avión del aeropuerto a sus casas para, los objetos que posee, ello recuerda lo ya mencionado por Marx (1980) en su célebre
antes que nada y primero que todo, tocarles la puerta y despertarlos con una ducha de Manuscritos económicos y filosóficos de 1884 con relación a las verdaderas afirmaciones
billetes verdes que saben a azúcar de pastelería. (12-13) ontológicas del ser: el hombre (ser humano) es humano en cuanto son humanas sus
pasiones, sensaciones y deseos. Así, el modo de afirmación de su existencia, mediado
La espera invocada una y otra vez, junto con la invocación del cuerpo de papi, se por la propiedad privada, se da cuando la existencia esencial del objeto sirve como
hace siempre desde el exceso consumista. Cuerpo y capital son uno solo en el relato. objeto de actividad, pero, en especial, como objeto de goce. El dinero, al que tilda
Los dos se unifican en un performance inseparable que se actualiza cada vez que papi es bellamente de “divinidad visible” y de “puta universal” por su capacidad de compra
nombrado. Es decir, la acción lingüística performativa (nombrar, pero también desear, y de apropiación, es el objeto por excelencia. Marx concluye que la universalidad de
esperar, amar a papi) le otorga legitimidad sobre la individualidad y la colectividad de la su condición está en la omnipotencia de su esencia. Sirve de mediador: media entre
obra. Así, cuerpo y capital no se presentan nunca por separados. No hay papi sin carros,
sin dólares, sin novias, sin socios, sin poder, sin caos, sin violencia. Papi es suma y 2
Papi ejemplifica bastante bien ese mito del carguero que Baudrillard (2009) utiliza para explicar cómo
despilfarro de todos sus bienes, tanto materiales como inmateriales: zapatos, camisetas, ciertas tribus melanesias comprenden la ayuda de Occidente como una especie de derecho natural y
perfumes, motores, yates, apartamentos, mujeres, hijos, hijas, sangre, autoridad, orden, divino que les debía ser otorgado. El personaje encarna esa suerte de figura mesiánica que le brinda al
dominación, opresión, etc. No hay papi por fuera ni más allá de esta fórmula. Esa pueblo todos esos bienes materiales que ellos se merecen. Cuando el padre muere y la niña profetiza
el evangelio de papi, los títulos que ella otorga son para la preparación de los nuevos términos en los
que “[…] el próximo gobierno terrenal de papi haría su entrada triunfal en la aldea global” (202). Sin
embargo, tal como lo abordaremos más adelante, el “reino terrenal” de papi en la isla no salva ni liberta
1
Para este artículo utilizo la última edición de Papi (2011) con el sello editorial Periférica. a nadie.
Revista Iberoamericana, Vo l . LXXXVII, Núm. 274, Enero-Marzo 2021, 15-27 Revista Iberoamericana, Vo l . LXXXVII, Núm. 274, Enero-Marzo 2021, 15-27
ISSN 0034-9631 (Impreso) ISSN 2154-4794 (Electrónico) ISSN 0034-9631 (Impreso) ISSN 2154-4794 (Electrónico)
18 Julio Penenrey Navarro Narrativa del delirio 19
la vida y los medios de vida (objetos, bienes y servicios), media entre el hombre y los patriarca y celebra su idolatría en la isla, zona única y posible en la obra de su arrebato
otros hombres: espectacular: “Papi se hace más poderoso gracias a la energía emitida por todos los que
desean un carro nuevo en el mundo. Los poderes de papi florecen cuando el espíritu
Lo que mediante el dinero es para mí, lo que puedo pagar, es decir, lo que el dinero de los deseantes vibra al máximo […]” (121).
puede comprar, eso soy yo, el poseedor del dinero mismo. Mi fuerza es tan grande Robert Connell define brevemente la masculinidad como la posición asumida
como lo sea la fuerza del dinero. Las cualidades del dinero son mis –de su poseedor– en las relaciones de género, las prácticas por las cuales hombres y mujeres están
cualidades y fuerzas esenciales. Lo que soy y lo que puedo no están determinados en
comprometidos con esa posición y los efectos de esas prácticas en la experiencia
modo alguno por mi individualidad. Soy feo, pero puedo comprarme la mujer más
bella. Luego no soy feo, pues el efecto de la fealdad, su fuerza ahuyentadora, es
corporal, en la personalidad y en la cultura misma. A partir de esto queda claro que la
aniquilada por el dinero. Según mi individualidad soy tullido, pero el dinero me categoría de género, sociológicamente hablando, es un signo de ordenamiento de la
procura veinticuatro pies, luego no soy tullido; soy un hombre malo y sin honor, sin práctica social y política. El concepto de hegemonía, acuñado por Antonio Gramsci
conciencia y sin ingenio, pero se honra al dinero, luego también a su poseedor. El y ampliamente trabajado en las Ciencias Humanas para entender las dinámicas
dinero es el bien supremo, luego es bueno su poseedor; el dinero me evita, además, emancipadoras de determinados grupos sociales, ha ganado cancha también en los
la molestia de ser deshonesto, luego se presume que soy honesto; soy estúpido, pero Men’s studies. Se entiende por masculinidad hegemónica al tipo de masculinidad
el dinero es el verdadero espíritu de todas las cosas. (Marx 178-179) capaz de legitimar el pensamiento patriarcal (opresión, sexismo, etc.) y garantizar la
posición dominante de los hombres y la subordinación de las mujeres (Connell). Al
La fuerza genésica y trasformadora del dinero a la que apela la cita es reproducida interseccionar la figura de papi con el “género” destaca que encarna esta tipología en
al cansancio por la narrativa convulsivamente delirante de la obra: “Papi tiene más toda su dimensión. Es más, el exceso espectacular que lo rodea parece desbordarla e
de to que el tuyo, más fuerza que el tuyo, más pelo, más músculo, más dinero y más ir más allá. Así, los títulos honorables de redentor o benefactor parecen insuficientes
novias que el tuyo” (18). La entrada triunfante de papi a la isla, cual “mesías del porque, además, papi posa de protohombre, de macho insaciable. La hazaña máxima
consumo” (Duchesne Winter 300) atrapa el estallido espectacular y divinizado del de esta fachada hipermasculina puede ser explicada, en gran parte, por la acción de
cuerpo-capital-imagen de papi y de la alaracosa multitud que lo espera y lo celebra. “saltar el charco”, salir de la isla, migrar a los Estados Unidos y reclamar suyo el
Del Aeropuerto Internacional Las Américas hasta la casa de su hija, de lado a lado de viejo sueño americano, traducido por el personaje en bienes, servicios, mercancías y
la Avenida, todos han tenido la idea de ir a su encuentro. La escena es deliciosamente artefactos del consumo. La migración, la travesía en el medio americano “guayando
espectacular: pancartas, banderolas, letreros, cruzacalles, camiones electrizantes, torres la yuca”, ganando con sangre y astucia su fortuna mal habida, fortalecen su proyecto
de bocina, altoparlantes, consignas, anécdotas, luces, camiones, camionetas, bicicletas, masculino y viril en la media isla. Esta representación se asemeja enormemente a la que
rejoles, anillos, cadenas, cerdos, gallinas, chivos, medios, periodistas, sobrinos, primos, los dominicanos tienen sobre sus compatriotas radicados en los Estados Unidos bajo
hermanos, tíos, padrinos, concuñados, allegados, vecinos, compañeros de escuela, el prototipo del “dominican-yorks”. Para Maillo-Pozo, un sujeto social transnacional
amigos, amigos de amigos, compatriotas. que como emigrante dominicano, del campo o de la clase trabajadora, vuelve de
Marx se interrogaba: ¿no es el dinero el vínculo de todos los vínculos? Lo que no Nueva York (en este caso particular, papi vuelve de Miami), con el suficiente dinero
puede el hombre con sus fuerzas individuales, lo puede a través del dinero, comprendía. para consumir productos de lujos y alardear su prosperidad adquirida en el exterior.
Con su esencia, ata al hombre con la naturaleza y con los otros hombres. En la escena Esto, sin duda, despierta acaloradamente el fervor del pueblo hacia él. Porque a ojos
anterior papi retorna honrado, triunfante, restaurado, mitificado, idolatrado, de todos, papi es la contra-pobreza, la imposibilidad revertida, el destino burlado, el
supremo. Importa en su calidad de agencia y de bien simbólico de poder. Sin fracaso impedido, la miseria aniquilada.
embargo, “[c]ontrario al Gran Señor que dispensa la gracia a sus criaturas, que Papi es producto sincrético de sus fascinaciones. A mi parecer, un cruce extraño
contraen con él una deuda infinita, papi no dispensa la gracia, en verdad no dona entre Rocky y Fernando Villalona, El Mayimbe. Sus gustos cinematográficos están
ni regala nada, sino que entrega lo que debe por una deuda infinita que él ha contraído reducidos a la película Rocky III y a los musicales; mientras, por otro lado, admira
con sus creyentes, los creyentes que lo han creado a él con su fantasía espectacular a los más destacados merengueros dominicanos del momento, estrellas en la radio
y consumista” (Duchesne Winter 300). La “ayuda” o “dispensa” entregada por papi y la televisión: Cuco Valoy, Fernando Villalona, Wilfrido Vargas, Johnny Ventura
y recibida por todos es un proceso que no tiene nada de retribución y mucho de y su Combo Show. Hecho que sugiere el impacto de las transformaciones estéticas
tecnológico. Por medio de él, papi compra su producción de Gran Señor, de redentor, de
Revista Iberoamericana, Vo l . LXXXVII, Núm. 274, Enero-Marzo 2021, 15-27 Revista Iberoamericana, Vo l . LXXXVII, Núm. 274, Enero-Marzo 2021, 15-27
ISSN 0034-9631 (Impreso) ISSN 2154-4794 (Electrónico) ISSN 0034-9631 (Impreso) ISSN 2154-4794 (Electrónico)
20 Julio Penenrey Navarro Narrativa del delirio 21
del merengue y sus representantes en la identidad del personaje (Maillo-Pozo). Papi puede ser deconstruida o desmontada. Hacia allá apunta el proyecto narrativo delirante
asimila y reproduce los códigos culturales que designan la forma de ser hombre en el de la novela que trataré a continuación.
Caribe, en parte, a instancia del sujeto cultural vehiculado en la música y en la estética
merenguera de los años setenta y ochenta. El personaje reproduce a la vez los rasgos Performance del delirio: “Yo era igualita a papi. Yo era papi. Yo soy papi”
más grotescos y excesivos de una masculinidad caribeña atiborrada de prejuicios,
inflada de omnipotencia, ambiciosa de poder y construida desde el pavoneo y la Papi no es una novela de exaltación ni mucho menos celebratoria de un prototipo
ostentación frenética (Esquivel, 2015).3 Papi es un mecanismo ciborg-tecnológico de masculino, figura autoritaria o deidad terrenal. Todo lo contrario, su discurso es anti-
la masculinidad, una gran red, una maquinaria protésica que se extiende, se derrama, apológico, contra-hegemónico, desestabilizador: la irrealización de papi misma. Rita de
se filtra, penetra por todas partes. Un “tecnovivo conectado”, aludiendo a Preciado, un Maeseneer (2010), gran conocedora de la narrativa dominicana contemporánea, inscribe
cuerpo mediatizado, tecnificado y multidimensionado que reproduce su masculinidad la obra dentro de una nueva tendencia de la novela latinoamericana del dictador que
como norma. Díaz Zambrana entiende que en ese deseo ferviente por asemejarse al asume el poder político y lo autoritario de manera indirecta o subrepticia, sin dejar de
padre simbólico y con él sobrellevar las veleidades económicas y tener acceso a los bordear los motivos nucleares de la vertiente tradicional de este género novelístico.4
bienes de consumo –ser alguien en la lógica capitalista del mundo– los hijos bastardos Amarra esa filiación, en parte, a la fuerte presencia que aún tiene el trujillato en las
(el pueblo en general) se adhieren al linaje del patriarca porque en él se condensan los letras dominicanas y en la marcada imposibilidad de muchos artistas e intelectuales
atributos del macho renombrado, exitoso y próspero. Por fuera de la metáfora, la cita a de hacer un cambio de página. Afirmo en ese sentido que reducir la obra a una nueva
continuación recoge muy bien esta idea: “Los hijos de papi son todos iguales, albinos línea de la neo-novela del dictador mutila y acorta las posibilidades de sentido de su
de pelo color ceniza y ojos azules, con uniformes de marinerito. Estos no siempre discurso. Maillo-Pozo lo expresa mejor: “A simple vista podríamos argüir que esta
salen de los huevos de la terodáctilas [mujeres de papi], a veces nacen ellos solos por retórica de la abundancia lo sitúa [a papi] como heredero del legado (neo)trujillista.
generación espontánea en los vertederos de basura, y salen en fila india a preguntar por Sin embargo, las coyunturas y la condición transnacional del personaje demuestran
papi casa por casa y pidiendo una ayudita” (123). Sin embargo, por más mitológica y que las razones que lo impulsan a adscribirse al culto de la abundancia espectacular
hegemónica que parezca una masculinidad, por más que el sentido ontológico de estos responden a las expectativas sociales que conciernen al sujeto inmigrante expuesto a la
cuerpos heterosexuados radica en subordinar otros cuerpos, al final, toda masculinidad gran maquinaria capitalista y no a las tendencias melómanas de Trujillo y sus séquitos”
(130). Papi es la irrealidad del patriarca, suprimido en la pantalla espectacular del relato
(Duchesne Winter), pero, al mismo tiempo, es el vaciamiento y el desdibujamiento de
3
En conversación con Carolina Sanín durante la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2015 (Filbo), las formas de lo hegemónico masculino. Ello valida y nutre la performance del delirio
Rita Indiana confiesa que parte de la génesis del personaje papi proviene de la enorme admiración que
ubicada como base en el andamiaje discursivo-político de la novela.
le representa la estética masculina merenguera de los años ochenta en República Dominicana: “Una
fascinación mía es la estética y la iconografía de esa masculinidad caribeña que me parece maravillosa,
viéndola sin una moral, sino desde una cuestión de gusto y de disfrute. Me gusta mucho toda la estética
de la Fania de los años setenta. Me parece sumamente excesiva y sexual […]” (en Sanín). Están en estos 4
Según esta premisa, Papi es una especie de obra epigonal, en clave íntima y privada, de la novela
rasgos los elementos estructurales de la caracterización de papi. Es este uno de los tantos recursos que tradicional del dictador en América Latina. Una vertiente nueva y light de los regímenes dictatoriales
le da sentido y cuerpo al personaje. abordados con más “seriedad” y sin “descuidos” en obras como Yo, el supremo (Augusto Roa Bastos),
Entre otros detalles, gran parte de la charla giró en torno a esa “cierta manera” de vivir la masculinidad El recurso del método (Alejo Carpentier), El otoño del patriarca (Gabriel García Márquez), La fiesta
y del devenir hombre en una zona cultural tan atiborrada de imaginarios como el Caribe. Ello permitió del chivo (Mario Vargas Llosa), entre otras. De Maeseneer identifica en la novela Papi cinco constantes
trazar los vínculos entre masculinidad y poder y, a la vez, cuestionar los rasgos más característicos del comunes de esta vertiente novelística: 1) El nombramiento genérico del personaje, nombrado en este
personaje masculino de la novela Papi (2005/2011). Rita Indiana manifestó entender la masculinidad caso a secas como papi; 2) el origen humilde del personaje; 3) las falsas amistades; 4) la presencia
como un ritual perenne que, al igual que la feminidad, se construye en el exceso, en lo protésico, desde colonialista y consumista norteamericana y, 5) el tema de la muerte. El artículo de Díaz Zambrana,
lo artificial. Reproduzco tres conclusiones a la que llega la autora dominicana y que más tarde retomo “¿Una alternativa a la novela del dictador?: paternalismo, nación y posmodernidad en Papi de Rita
en mi escrito: 1) La grandeza de papi, en sus niveles mitológicos, está construida desde la perspectiva de Indiana Hernández”, parece responderle y coincidir, sin intención directa, con De Maeseneer (2010).
una mujer, para ser más específico, por la voz de una niña que describe a su padre. 2) Papi, refiriéndome Según la autora, la novela “erige un modelo del padre que podría insertarse en el marco populista de
al personaje, refleja el gusto de la autora por toda la estética merenguera masculina dominicana-caribeña la narrativa del dictador a la vez que reelabora una visión sui generis de las formas de paternalismo
que invadió los medios de comunicación del Caribe y de Latinoamérica en la década del setenta y del caribeño” (103). El artículo explora, como lo sugiere su título, las formas del discurso opresor y
ochenta. 3) La repetición y el exceso son herramientas verbales en el discurso ficcional de la narradora paternalista común en la novela del dictador.
utilizados para desintegrar la figura hiperbólica de papi.
Revista Iberoamericana, Vo l . LXXXVII, Núm. 274, Enero-Marzo 2021, 15-27 Revista Iberoamericana, Vo l . LXXXVII, Núm. 274, Enero-Marzo 2021, 15-27
ISSN 0034-9631 (Impreso) ISSN 2154-4794 (Electrónico) ISSN 0034-9631 (Impreso) ISSN 2154-4794 (Electrónico)
22 Julio Penenrey Navarro Narrativa del delirio 23
Esa performance narrativa del delirio articulada por la narradora-protagonista La cuota brillante de este fragmento reside en lo deconstructivo del acto.
trabaja en el relato como maquinaria de descomposición.5 La imagen superlativa, Descomponer habita aquí con desintegrar, desarticular, disolver. En esta estructura,
ultra-excesiva de lo que papi es y representa es desintegrada, borroneada, por esta arma es esta la escena que adecúa el camino a la forma descompuesta y putrefacta del papi
atómica discursiva. La metáfora de la descomposición encuentra su asidero, entre otros final. Cuando papi muere, asesinado por sus socios, retorna como espectro maloliente
aspectos, en el propio esquema actancial de la obra: cual Saturno devorador goyano, la (la niña lo cree un robot) que aparece para acosarla. Fétido y amoratado con un zombi,
niña-narradora engulle a su padre, lo descompone en su interior y en clave catártica, no le pide el diente falso que tiempo atrás, para su funeral, la niña arrancó de su dentadura
lo regurgita íntegro sino que termina cagándolo. Este recurso se repite en escala menor y más tarde terminó ingiriendo: “Yo ese diente lo cagué hace tiempo, papi, me oí que
en otras situaciones y es el responsable de destruir cualquier filiación romántica, de le dije, y él cerró la boca de donde le salía un bajo a peo […]” (204). Pero este papi
connotaciones patéticas y edípicas en la relación niña-padre. Es decir, la descripción no vuelve resurrecto ni retorna para predicar su salvación. Por el contrario, vuelve
almibarada, extasiada y aduladora que inteligentemente emplea la niña-narradora para seguir descomponiéndose: “[…] me daba pena verlo por ahí perdido como una
rompe las barreras de lo real, de lo filial y se construye como treta performativa de aparición sin saber que pronto iba a convertirse en abono” (205). La forma excremental
resignificación. Uno de los guiños textuales que mejor recoge esta idea está al principio en la que deviene el personaje permite a la niña con anticipación, después de comer
del capítulo 4. La niña espera con el traje de baño puesto, sus salvavidas inflables una parte de su padre (un diente falso, del falso papi), proclamar la consigna: “Papi
y juguetes de mar, a que su padre la recoja tempranísimo para ir a la playa. Ante la estaba en mí y yo en papi […]. Yo era igualita a papi. Yo era papi. Yo soy papi” (197).
ausencia del padre, todos los alimentos (pan, queso, leche, helado, arroz, etc.) que la Papi se describe mejor desde el vaciamiento, desde la irrealización. Porque,
niña aborrece comer y que se acumulan a su alrededor por días, mientras ella continua como lo anticipamos, papi en realidad no dispensa la gracia, no predica la salvación,
poseída por la espera de su papi, empiezan a descomponerse y a producir gusanos. ni provee el porvenir. La fachada espectacular que lo rodea, su aura bendita, su halo
Hormigas y otros insectos festejan en el banquete hediondo. Tal escena sugiere en un de abundancia no es más que pura farsa. Baudrillard (2009) expresa que el fenómeno
solo episodio el comer y el descomponer como formas simbólicas de deconstrucción. milagroso del consumo instaura todo un dispositivo de objetos simulacro, de signos
emblemáticos de la felicidad y luego aguarda hasta que esta descienda. En el caso del
Pero hay otro momento anterior a este. Muy al comienzo del relato, niña y padre objeto simulacro-papi, no desciende la felicidad para ninguno: papi solo da nimiedades,
ven juntos la conocida película Rocky III. La niña tiene puestas botas y chaqueta de baratijas, casi siempre como sobras. Con él desciende divinamente sí, la desigualdad, la
papi y fantasea en el pasillo de la casa. Cuando el padre la observa, le ordena retirarse corrupción, la violencia, el dolor. No prima nunca en él una verdadera labor altruista y,
la chaqueta con la excusa de que verla abrigada le produce calor. Ella lo desobedece lo poco que hace, siempre lo hace mal. Por ejemplo, cuando trabaja con sus socios en
(este recurso también es reiterado) y papi empieza a sudar diluvialmente: el sector de la construcción, la burbuja infraestructural en la ciudad de Santo Domingo
(escuelas, iglesias, hospitales, torres, etc.) sube como espuma pero cae inmediatamente
Papi está sentado viendo Rocky III y a Rocky le están partiendo la semilla y yo me estoy como bala perdida:6
poniendo otro jacket más y papi se está volviendo agua. Ya se derrite completamente
contra el sofá, el control remoto flota sobre el charquito de su mano, también hay Pero no todas las obras se terminan, y por dondequiera hay medio apartamento, medio
humo porque el sudor se evapora rápido, el control remoto cae en el piso, entonces yo aeropuerto, media plaza comercial, la mitad de un puente con la dentadura varillosa
comienzo a quitarme los jackets de papi, uno por uno muy rapidito, porque no quiero
quedarme sin papá, pero cuando me quito el último papi es ya una mancha de sudor
en el sofá y sobre la cara de Rocky ruedan los créditos mientras él llama: Adrian!!!!! 6
Es evidente aquí el guiño de la reconstrucción, primero, y modernización, después, de la ciudad de
Con la boca torcida. (25)
Santo Domingo durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. También lo es el control absoluto que
el dictador tuvo de toda la industria de la construcción. Las empresas que fundó acapararían todo este
sector: cemento, vidrio, metales para la construcción, por hablar solo de este campo.
5
Entiendo la performance discursiva del delirio de la niña-narradora como un dispositivo que es Los títulos, condecoraciones y honores a Trujillo en vida y para aludir a su persona públicamente parecen
estructurado y ejecutado de forma consciente. En ese sentido, este artículo es una reacción positiva a encontrar un eco en la figura de papi. Cuatro títulos destacan: “Generalísimo de los Ejércitos Nacionales”,
cierta crítica que ve en esa voz una perspectiva inocente y despreocupada, sin juicios de valor (Horn “Padre de la Patria Nueva”, “Benefactor de la Patria”, “Padre y civilizador de la República” (Fortunato).
249-250) o que percibe en ese flujo inteligentemente adulador una afirmación del amor paterno cuya De acuerdo con De Maeseneer, los slogans “Esto lo hizo papi” o “Todos somos familias”, empleados
carencia traumática va a alterar el proceso de independencia y asentamiento de la personalidad de la por el papi de la novela de Rita Indiana, evocan la metáfora fundacional de muchas dictaduras, en
niña (Díaz Zambrana 107-108). especial la dominicana, que a partir de un sistema de marketing bien elaborado consolidaron su poder.
Revista Iberoamericana, Vo l . LXXXVII, Núm. 274, Enero-Marzo 2021, 15-27 Revista Iberoamericana, Vo l . LXXXVII, Núm. 274, Enero-Marzo 2021, 15-27
ISSN 0034-9631 (Impreso) ISSN 2154-4794 (Electrónico) ISSN 0034-9631 (Impreso) ISSN 2154-4794 (Electrónico)
24 Julio Penenrey Navarro Narrativa del delirio 25
colgando, señalándole el fondo al río. La ciudad es ahora una maqueta sobre la que se Mi papi tiene tanta ropa y tiene tantos closets para guardarla que a veces cuando quiere
levantan miles de edificios en colores pasteles o fosforescentes […] ocupando la mayor ponerse una camisa tiene que comprarla de nuevo porque se olvida en cual closet es
parte del paisaje el armazón de blocks de casa, edificios, torres y locales comerciales que está. Y tantos poloshirts con el hombrecito jugando polo en el pecho que tiene
que un corte de presupuesto entregó a las enredaderas y a los que necesitaban albergue como quince closets para guardar los poloshirts, uno para cada día de su vida, si él
para un culto post-satánico. (133-134) quiere. Y estos poloshirts aunque los laven tienen el perfume de papi todo el tiempo,
y aunque los laven se les queda, y aunque papi los mande a lavar no se les quita, y
La cita captura muy bien los efectos de la mano monstruosa de papi. Por donde cuando papi quiere cambiar de perfume tiene que cambiar toda su ropa y comprarse
pasa, todo va quedando incompleto, inacabado, malformado. Así, los cuerpos, no toda esa ropa de nuevo y comenzar por el principio.
Mi papi tiene más carros que el diablo. Mi papi tiene tantos carros, tantos pianos, tantos
solo las cosas, resultan también afectados: las grúas que extraen arena de las playas
botes, metralletas, botas, chaquetas, chamarras, helipuertos, mi papi tiene tantas botas,
sepultan gente a su paso, toneladas de hormigón caen, sin ningún asombro, encima tiene más botas, mi papi tiene tantas novias, mi papi tiene tantas botas, de vaquero
de peatones nocturnos o indigentes, un trabajador se ahoga al caer en la mezcla, los con águilas y serpientes dibujadas en la piel, botas de cuero, de hule, botas negras,
sesos esparcidos de alguien al que una polea con todo y carga le destroza la cabeza, marrones, rojas, blancas, color caramelo, color vino, verde olivo, azules como el
los cuerpos de obreros haitianos atravesados por varillas erectas acompañan la nota azul de la bandera. Botas feas también. Botas para jugar polo y para cortar la grama.
racista y xenófoba de los arquitectos “[…] se tiran de clavado a propósito a ver si se Botas de hacer motocross, mi papi tiene motores, motonetas, motores ninja, animales
salvan y les damos dinero” (133). Pero no para ahí. Las novias embarazadas de papi domésticos, four wheels y velocípedos. (21)
son obligadas a abortar y muchas terminan, desangrándose, en las cunetas de las calles.
Papi ha dejado consigo, dispersa y moribunda, una bastardía multitudinaria por la El ejercicio repetitivo del lenguaje, describir y retornar cada vez y al cansancio
que no se responsabiliza y, de vez en cuando, juega de proxeneta comprando jóvenes sobre el catálogo de artefactos, mercancías y cualidades de papi, pretende, cual acción
cubanas para su inventario. mántrica, la invalidación.7 Ante todo, emascular un tipo de masculinidad cuyo poder
Encuentro pertinentes para esta ocasión las reflexiones de Judith Butler en Lenguaje, y control se instaura como único orden.
poder e identidad alrededor de la capacidad injuriosa del lenguaje, los contextos en La plástica de la narrativa delirante corroe y abstrae ese único orden. Junto con
los que este se articula y cobra significación, la vulnerabilidad humana con relación la hipérbole verbal de la voz niña-narradora se dibuja a un padre en dimensiones
al lenguaje en cuanto seres lingüísticos, necesitados de él para existir-ser y el carácter mitológicas para hacerlo cada vez más humano, más terrenal y más vulnerable a la
interpelativo del lenguaje en los cuerpos. ¿Puede el lenguaje injuriarnos?, ¿tiene deconstrucción. Esa elevación discursiva, en la que se niega el enamoramiento ciego
capacidad de agencia sobre nosotros? La acción performativa del lenguaje permite crear e inconsciente por el padre, trae incluido su mecanismo de caída. Similar a lo ocurrido
y otorgarle sentido a aquello que nombra, dice Butler. Por ejemplo, el acto lingüístico en las grandes tragedias griegas, cuanto más arriba se encuentre el héroe, es decir, entre
expresado por Dios y recreado por el génesis judeocristiano de ¡Hágase la luz!, explica más jerárquica y poderosa sea su posición, más estruendosa y fascinante se sentirá
muy bien su capacidad creadora. Ante la sentencia verbal, la oscuridad le dio paso su final trágico. La hipérbole verbal, en este caso, inviste de falsedad e irrealidad a la
a la claridad y la noche al día. Esto sugiere ver el lenguaje no solo como sistema de figura-cuerpo de papi.
comunicación sino, también, como herramienta de significación y resignificación de La espectacularización del personaje a partir de sus bienes, su capacidad consumista
los cuerpos y las subjetividades. En clave butleriana, la performance narrativa del y actitud desafiante trae como hecho irrevocable su banalización. La enumeración en
delirio trabajada por la novela está articulada en y desde el lenguaje. Es el lenguaje, panoplia de objetos simulacro a lo largo del texto, como lo demuestra la cita anterior, se
no injurioso, pero sí hiriente y desarmante de la obra, el encargado de desmontar lo asemeja a la acción padecida por la figura del padre a raíz de la performance delirante
hegemónico masculino que la permea. La narrativa delirante de la niña-narradora actualizada por la narradora. De acuerdo con Baudrillard (2009), pensando una vez
demuele la masculinidad hegemónica e hipersexualizada del padre. Ese trance narrativo, más en las sociedades consumistas, la producción masiva de sistemas de objetos y
paroxístico, esquizofrénicamente inquietante, vacía el sistema de sentido para crear su continuidad depende de la muerte temprana del mismo. Será la obsolescencia
uno nuevo. Semejante al gesto de inflar un globo para intencionalmente explotarlo, la programada del objeto la que detone las dos acciones trascendentales del consumo, el
estética del delirio infla la imagen espectacular de papi para destrozarla. En esa mecánica
de descomposición-deconstrucción, dos recursos atesoran indudable importancia: la
repetición y la hipérbole verbal.
7
La idea mántrica y curativa de la repetición proviene de la misma Rita Indiana en conversación con
Carolina Sanín para la Filbo.
Revista Iberoamericana, Vo l . LXXXVII, Núm. 274, Enero-Marzo 2021, 15-27 Revista Iberoamericana, Vo l . LXXXVII, Núm. 274, Enero-Marzo 2021, 15-27
ISSN 0034-9631 (Impreso) ISSN 2154-4794 (Electrónico) ISSN 0034-9631 (Impreso) ISSN 2154-4794 (Electrónico)
26 Julio Penenrey Navarro Narrativa del delirio 27
shopping y el throw away. En esa línea, rodear e invadir la figura-cuerpo de papi con Horn, Maja. Seguimos amando a Papi. Subjetividades dominicanas globalizadas en las
objetos, hacer de él un comprador compulsivo y acumulador, sugiere que la verdadera novelas de Rita Indiana Hernández. Rita Indiana. Archivos. Fernanda Bustamante,
intención de la narradora es objetualizarlo. Es decir, desproveerlo de agencia y de editor. Santo Domingo: CieloNaranja, 2017, pp. 127-141.
su identidad como sujeto. Interesa, por ejemplo, recordar que todo ese proceso de Maillo-Pozo, Sharina. El merengue y la cultura dominican-york en Papi de Rita Indiana
vaciamiento solo fue posible a la capacidad desarmante del lenguaje narrativo de la Hernández. Rita Indiana. Archivos. Fernanda Bustamante, editor. Santo Domingo:
obra. La consolidación de todo este proceso se da en el último capítulo de la novela. CieloNaranja, 2017, pp. 127-141.
Los tiempos de papi han quedado en el pasado y la niña-adolescente retoma el camino Marx, Karl. Manuscritos económicos y filosóficos de 1844. Madrid: Alianza Editorial,
a la madre. Desaparecida de la fábula, se vuelve a ella cuando, ya enferma de tumores 1980.
y hospitalizada, su hija va a visitarla y a cuidar de ella. Aunque el final suena crudo, Preciado, Beatriz. Testo Yonqui. Madrid: Espasa, 2008.
se respira un aire de sororidad que previamente no existió en la obra.8 Sanín, Carolina. (2015). Caribbean Power. Rita Indiana Hernández en conversación con
Carolina Sanín. Feria Internacional del Libro de Bogotá. <https://www.youtube.
Referencias bibliográficas com/watch?v=xxVKilkX0Cg>.
Vera Rojas, María Teresa. ¡Se armó el juidero! Cartografías imprecisas, cuerpos
Baudrillard, Jean. La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructuras. Madrid: Siglo disidentes, sexualidades transgresoras: Hacia una lectura queer de Rita Indiana
XXI, 2009. Hernández. Prosopopeya 7 (2012): 185-205.
Butler, Judith. Lenguaje, poder y palabra. Madrid: Editorial Síntesis, 1997.
Connell, Robert. “La organización social de la masculinidad”. Masculinidad/es, poder
y crisis. Teresa Valdés y José, Olavarría, editores. Santiago de Chile: FLACSO,
1997, pp. 31-48.
De Maeseneer, Rita. Bregando con la autoridad: Papi de Rita Indiana Hernández.
Centro Virtual Cervantes (2010) 1-7. <http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/16/ Palabras clave: masculinidad gegemónica, metáforas de la descomposición, consumo,
aih_16_2_223.pdf>. simulacro
Díaz Zambrana, Rosana. ¿Una alternativa a la novela del dictador?: Paternalismo, nación
y posmodernidad en Papi de Rita Indiana Hernández. Rita Indiana. Archivos. Recibido: julio 2019
Fernanda Bustamante, editor. Santo Domingo: CieloNaranja, 2017, pp. 127-141. Aprobado: septiembre 2019
Duchesne Winter, Juan. Papi, la profecía. Espectáculo e interrupción en Rita Indiana
Hernández. Revista de Crítica literaria Latinoamericana XXXIV/67 (2008):
289-308.
Esquivel, Gloria Susana. (2015, 15 de abril). Rita Indiana y sus lecturas [Entrevista].
Bacanika. <http://www.bacanika.com/~bacanika/index.php/historia/perfiles/item/
rita-indiana-y-sus-lecturas>.
Fortunato, René. El poder del Jefe I, II, III. [Documental]. Santo Domingo: Video
Cine Palau, 1991.
Hernández, Rita Indiana. Papi. Madrid: Periférica, 2005/2011.
8
Agradezco a los estudiantes de la primera cohorte del programa de Filosofía y Humanidades de la
Universidad del Norte, que durante el periodo semestral 2018-2, tomaron conmigo el seminario
“Literatura y género. Representaciones de la masculinidad, la feminidad y la disidencia”. El debate
lúcido en torno a la novela de Rita Indiana durante nuestras largas sesiones, alimenta este escrito.
Revista Iberoamericana, Vo l . LXXXVII, Núm. 274, Enero-Marzo 2021, 15-27 Revista Iberoamericana, Vo l . LXXXVII, Núm. 274, Enero-Marzo 2021, 15-27
ISSN 0034-9631 (Impreso) ISSN 2154-4794 (Electrónico) ISSN 0034-9631 (Impreso) ISSN 2154-4794 (Electrónico)