La Ventaja Hormonal
La Ventaja Hormonal
La Ventaja Hormonal
Guillermo Martin
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Las hormonas es uno de los temas de salud más importantes pero, a la vez,
más complicados y malentendidos. Yo mismo no era consciente del gran
número de gente que, día a día, sufre con algún trastorno hormonal
diagnosticado o, simplemente, con unos niveles hormonales subóp-timos,
preguntándose si será normal tener tanta fatiga, no dormir bien o estar
enfermo con tanta frecuencia.
– Alergias
– Pérdida de libido
– Menopausia temprana
– Impotencia
– Infecciones recurrentes
– Hígado graso
– Problemas de sueño
– Depresión
– Sarcopenia
– Problemas de tiroides
– Baja temperatura corporal
– Fatiga crónica
– Síndrome del color irritable
– Hipoglucemia...etc.
Que todos son un fastidio, correcto. Pero la respuesta que buscaba es:
desregulación hormonal.
Tus pupilas se dilatan y contraen con perfecta precisión para dejar pasar luz
a la retina, tu corazón bombea 5 litros al minuto durante años y tu cerebro
maneja más de 1,000,000,000,000,000 instrucciones por segundo (¡mucho
más que el ordenador más rápido del planeta!). Es decir, el cuerpo sabe
cómo hacer su trabajo muy (muy) bien.
Si tienes un desequilibrio (enfermedad) es porque el cuerpo está intentando
compensar lo mejor que puede con los recursos de los que dispone. Lo más
efectivo y seguro no es “cortar y empalmar cables”, sino analizar qué
funciones necesitan apoyo y darle tiempo al cuerpo para que recupere la
homeostasis que perdió en algún momento. Éste es el enfoque funcional:
apoyar las funciones corporales.
Las hormonas son pequeñas moléculas que están involucradas en casi todas
las funciones corporales y son fundamentales para tu bienestar. Las
hormonas son uno de los tres sistemas principales de comunicación en el
cuerpo:
En este libro nos vamos a centrar en dos grandes ejes que, en la práctica,
son realmente uno:
– Eje Hipotálamo-Pituitaria-Adrenal (eje HPA): el “volante” del
coche
Más adelante entenderás con algunos ejemplos por qué llamo a estos
sistemas el “volante” y el “acelerador” del coche. Por ahora simplemente
recuerda que en el cuerpo todo está relacionado y no iba a ser menos con
estos dos grandes ejes hormonales.
Gracias a la tecnología moderna tenemos hoy día una vida muy cómoda y
con muchas opcio-nes, pero nuestros cuerpos siguen estando hechos de
polvo de estrellas. Los ritmos naturales, con sus ciclos diarios y
estacionales, la nutrición y el movimiento, el esparcimiento y las relacio-nes
son una parte integral de nuestra genética. Esto no podemos cambiarlo, y
por ahí llegan los problemas: la incoherencia evolutiva.
PARTE II:
El gran problema
“Nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis”
Paracelso
Ahora, para entender mejor algunas de las cosas que nos estresan, vamos a
clasificar los estímulos (el estrés) en sus distintos tipos generales. Aunque
hay más, ésta es una lista general que nos puede ayudar:
Estrés físico
El bueno: moverse y hacer ejercicio es una de las actividades más
beneficiosas para nuestro cuerpo. Nuestros músculos, huesos y sistema
nervioso tienen que adaptarse ante los estímulos de una buena sesión de
ejercicio. Caminar, trepar, correr, saltar, nadar, bailar, levantar peso …etc.,
han sido parte de nuestras actividades diarias desde siempre y han
moldeado lo que hoy somos como humanos.
Estrés químico
El bueno: nuestros cuerpos están llenos de moléculas (proteínas, enzimas,
carbohidratos …etc.). Muchas de ellas han sido sintetizadas internamente
de forma natural, otras han sido adquiridas del exterior. En todo momento
hay una sinfonía muy compleja de procesos bioquímicos (síntesis,
detoxificación…etc.) en el cuerpo. Por ejemplo, digerir y asimilar un
alimento conlleva la producción de ciertas enzimas y hormonas. Esto es
estresante para el cuerpo, pero es un proceso con “ganancia” positiva. Hay
muchos compuestos químicos (naturales y artificiales) que a dosis muy
bajas tienen un efecto estresante pero positivo (estimulante) y a dosis más
altas negativo. Esto es lo que se llama en toxicología la hormesis.
Estrés electromagnético
El bueno: toda la materia del universo tiene una doble naturaleza onda-
partícula; es materia y energía electromagnética al mismo tiempo. Ejemplos
de exposición electromagnética positiva son el campo magnético terrestre o
la exposición moderada al sol. Estos estímulos afectan nuestra fisiología y
regulan nuestros ciclos hormonales. Constantemente interactuamos con
nuestro ambiente y su estado electromagnético.
Por otra parte, aunque cada uno lleve sus “gafas”, toda la variedad de
emociones humanas se puede simplificar en dos grandes grupos: las
positivas y las negativas. Las primeras te hacen sentir bien y las segundas
mal. Así de simple. Por ejemplo, si te encuentras con un viejo amigo, te
toca la lotería, te cuentan un chiste o realizas tu actividad favorita probable-
mente te sientas bien. La intensidad puede variar está claro, desde la leve
alegría hasta la euforia, pero la esencia para ti será de un sentimiento
positivo y de seguridad. En cambio, las emociones negativas nos hacen
sentir mal o nos dejan con un sentimiento de malestar e inseguridad.
Pero como somos únicos, cada uno define lo que es positivo o negativo
según su filtro. Es decir, el estrés mental/emocional no se define tanto por lo
que es, sino por cómo lo percibimos.
Estrés térmico
El bueno: cuando la temperatura exterior fluctúa nuestro sistema
termorregulador se adapta para mantenernos a una temperatura media de
37 C. (98.6 F.). Estas fluctuaciones son positivas y mantienen nuestro
sistema termorregulador “en forma.” De hecho, hoy día no estamos tan
expuestos a cambios térmicos como lo estaban nuestros ancestros y, por
eso, es bueno ducharse con agua fría, dormir a la intemperie y exponerse
más al clima exterior con cierta frecuencia. Esto es parte de la coherencia
evolutiva.
Estrés nutricional
El bueno: comer una dieta equilibrada de alimentos biológicos u orgánicos
y hacerlo sin exce-sos ni carencias es un estrés positivo (eustrés). Al cuerpo
le cuesta extraer la nutrición de los alimentos pero es un proceso con
ganancia neta de energía. Necesitamos este tipo de estrés para nutrirnos y
no perder la capacidad de digerir, de igual modo que los astronautas
necesitas el ejercicio físico para no perder sus músculos.
El malo: comer demasiada cantidad o no lo suficiente, ingerir alimentos
procesados o con pesticidas u otras moléculas sintéticas (conservantes,
edulcorantes, gomas…etc.), son todas causas de gran cantidad de
enfermedades y dolencias hoy día. Por otra parte, debido precisamente a un
exceso de toxinas, mucha gente tiene actualmente sensibilidad a ciertos
alimentos que les causan inflamación pero de forma asintomática (sin
síntomas). Esto es un problema porque seguimos ingiriendo alimentos que
están estresando al cuerpo pero no somos conscientes de ello. Los lácteos,
ciertos granos, el maíz o los huevos son ejemplos de alimentos que causan
reacción negativa a algunas personas.
Estrés de “compañía”
El bueno: aquí me referio a los 500 billones de bacterias (10 veces el
número de tus propias células) que albergas principalmente en tus
intestinos. Gracias a ellas somos capa-ces de digerir los alimentos de forma
efectiva, sintetizar vitaminas y defendernos constantemente de patógenos.
Amigo/a, sin ellas no podrías sobrevivir.
Pero, hay “alguien” que siempre sabe lo que te estresa: tu cerebro. Éste es el
que detecta los peligros tanto internos como externos y organiza la
respuesta para que tus posibilidades de supervivencia sean las mejores.
Aunque a ti te parezca que tu cuerpo “se está equivocando” (ya que tus
hormonas son un desastre), te aseguro que la alternativa sería mucho peor y
que el cerebro está orquestando la mejor respuesta posible dadas las
circunstancias. Si no arreglas la causa de tu problema, entonces te
enfrentarás a un problema “crónico.” Repito, si no arreglas la causa de tu
problema (el estrés del tipo que sea), entonces no hay terapia hormonal o
de ningún tipo que pueda ayudarte a largo plazo. Puedes seguir “achicando
agua” con suplementos y terapias, que si no tapas el agujero (la causa), no
podrás solventar tu problema. Se entiende, ¿verdad?
Si recuerdas el dibujo de la Figura 1, la cascada hormonal no empieza en las
glándulas adrenales o la tiroides, sino más arriba, en el hipotálamo, la
hipófisis y la glándula pineal. Es decir, la visión tradicional de que tenemos
problemas adrenales o de tiroides debe ampliarse y reconocer también que
quién manda las órdenes es el cerebro y que en muchas ocasiones es este
órgano el que decide reducir la síntesis hormonal por algún motivo (ej:
inflamación, exceso de oxidación…etc.).
El efecto embudo
Bien. Ya conoces los principales tipos de estrés con los que nos
enfrentamos. Es hora de en-tender cómo afecta todo esto a nuestras
hormonas. Para ello, te voy a pedir que imagines un embudo, uno muy
grande.
Otra cosa que ocurre cuando se activa la reacción de lucha o huida es que se
usan muchos más recursos corporales, desde mayor consumo de
macronutrientes y micronutrientes, hasta aumento de la metilación o
estimulación del sistema inmune. El cuerpo quiere sacarnos del peligro y lo
hará a cualquier precio…El problema es que este ritmo desgasta mucho y
no es sostenible como veremos un poco más adelante.
Por otro lado, los animales viven en el presente, ya que no poseen un lóbulo
frontal en su cerebro y por lo tanto no tienen (en principio) capacidad de
raciocinio ni proyección mental; su instinto les muestra el camino. Los
animales tienen una vida con menos elecciones y preocupaciones sobre el
futuro. Según Robert Sapolsky de la Universidad de Stanford “las cebras no
tienen úlceras porque sus momentos de estrés son esporádicos.”
Los humanos, en cambio, tenemos más opciones pero también muchas más
posibles preocu-paciones... Hemos inventado el drama. El drama no
consiste en peligros reales, sino imaginados, peligros que tal vez se hagan
realidad o tal vez no, desde un posible despido en el trabajo hasta los
nervios de estar en un atasco pensando que llegaremos tarde a una cita
importante. El problema es que nuestro cuerpo no reconoce la diferencia
entre realidad e imaginación y reacciona de la misma manera (estresándose)
cuando nosotros pensamos que el desenlace va a ser negativo.
Un secreto a voces
Teniendo en cuenta todo lo que hemos discutido hasta ahora, quizás ya
intuyas algo: tu sistema simpático hace horas extras y tu parasimpático lo
tienes un tanto abandonado. Es decir, ¡estás más estresado de lo que
piensas! Lo que pasa que estás tan acostumbrado a sentirte así que piensas
que es lo normal. Es habitual, pero no es normal.
Gracias a las estrategias que te voy a presentar en este libro, soy “persona”
de nuevo. Mi cabeza está en su sitio durante el día, tengo energía y
optimismo otra vez y mantengo un sentido ge-neral de bienestar.
No valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Esto no puede ser más
verdad con nuestro bienestar, por eso siempre te digo: ¡el momento de
invertir en tu salud es AHORA!
Tus hormonas (esteroideas): un
pantallazo
Si recuerdas, hemos hablado de que debe haber una armonía entre el YING
(la energía “feme-nina”, de reparación o anabólica) y el YANG (la energía
“masculina”, destructora o catabólica). Cada una de estas dos “energías”
tiene sus hormonas particulares. Observa en la gráfica:
En la zona de la izquierda tenemos la vía catabólica o simpática (yang).
Cuando esta vía es activada se sintetiza cortisol, que como hemos explicado
antes, nos ayuda a entrar en modo “lucha o huída” y a realizar la mayoría de
actividades diurnas. En la zona de la derecha, tene-mos la vía anabólica o
parasimpática (ying). En esta vía se sintetizan las hormonas sexuales
(andrógenos y estrógenos) y de reparación del cuerpo.
T3
La triyodotironina (o T3) es la hormona tiroidea (“activa”) que se encarga
básicamente de regular el metabolismo en todas las células del cuerpo y es,
además, uno de los precursores fundamentales de las hormonas esteroideas.
En la práctica, la hormona T3 es el acelerador del cuerpo, regulando no sólo
la síntesis hormonal (esteroidea) sino también la generación de energía y la
termorregulación (tu temperatura corporal). Si tuviese que jugarme todos
mis ahorros a un número…me los jugaría al 3...al T3 para ser más exactos.
Es decir, la mayoría de problemas vienen por falta de T3 en el interior de
las células. Ojo, he dicho, en el interior de las células.
¿Por qué es tan frecuente tener niveles subóptimos de hormona T3? Porque
desde que su precursor (la hormona T4) es producida en la tiroides hasta
que la T3 llega a las células, tiene que pasar por muchos peligros y
aventuras en el cuerpo. Desde su transporte por la sangre o su conversión en
el hígado hasta la entrada en las células a través de la membrana. En mi
próximo libro de salud, La Ventaja Metabólica, hablaré mucho más de la
hormona T3. Aquí te dejo una lista básica de factores que interfieren con su
llegada a las células:
– Exceso de cortisol
– Hígado sobrecargado (por toxinas, estrés, falta de nutrientes…etc.)
– Falta de proteínas (para su transporte)
– Exceso de aceites poliinsaturados omega 3 y 6 (incluidos los
populares DHA y EPA) que interfieren con la llegada de T3 a las
células en muchos niveles. Puedes leer más en mi artículo “Aceites
grasos omega 3 y 6: necesarios pero peligrosos”
– Endotoxinas (producidas por bacterias en el intestino)
COLESTEROL (LDL)
Sin colesterol no hay salud. Sácate de la cabeza esto de que el colesterol es
malo porque no lo es. El problema es que el colesterol se puede oxidar, pero
esto le ocurre a muchas moléculas en el cuerpo. Luchemos contra la
oxidación e inflamación, no contra el colesterol.
VITAMINA A
La vitamina A es la tercera variable de la ecuación hormonal. La
necesitamos, junto con la hormona tiroidea T3, para convertir el colesterol
en pregnenolona. Por lo tanto, es también un factor limitante, y si no hay
suficiente vitamina A, tendrás una producción hormonal subóptima.
Pero antes de que salgas corriendo a comprar zanahorias debes saber que,
en realidad, las zanahorias son una buena fuente de betacaroteno (que es
pre-vitamina A), pero no de retinoides, que son la auténtica vitamina A (o
retinol). El hígado es el encargado de convertir el betacaroteno en retinol.
Pero si este órgano está comprometido por exceso de trabajo o
hipotiroidismo (algo muy frecuente), tendremos exceso de betacarotenos y
bajos niveles de vitamina A.
Muchas personas, sobre todo jóvenes, viven hoy día en esta fase intentando
llevar adelante mil y una cosas entre trabajo, familia, ocio y relaciones
personales. En esta fase el libido empieza a disminuir, cuesta ganar músculo
y suele haber problemas de sueño por la elevada tensión. Co-mo ya conté
antes, yo mismo fui presa de este alto ritmo de vida donde nuestra salud
(aunque no lo parezca) sufre enormemente. Hasta recuerdo tener una
conversación donde le contaba a mi hermano el alto nivel de energía que
tenía a pesar de no parar. ¿Crees que “puedes con todo”? Cuidado.
En esta fase I el cuerpo es capaz de adaptarse muy rápidamente a los
desafíos que le presentamos, pero no es sostenible. La fase I puede durar
meses o incluso años en algunas personas. Si no sabemos cómo disminuir
nuestro estrés total, una cosa es segura, subiremos hasta la “cima” (observa
la gráfica) y nos deslizaremos rápidamente hacia el otro lado...la fase II.
Cuando vas por una carretera con mucho tráfico y baches, lo prudente es
reducir la velocidad. En el cuerpo es igual. Cuando hay mucha oxidación,
inflamación (a veces causada por infecciones) o estrés, el hipotálamo
manda la señal a la pituitaria y ésta a las glándulas adrenales y la tiroides de
que muevan el “volante” con cuidado y reduzcan la “velocidad.”
(Nota para empollones: hay muchos médicos que sólo analizan los niveles
de hormona TSH (hormona estimulante de la tiroides) para ver si el
metabolismo es adecuado y descartar problemas en esa glándula. Aunque el
paciente se queje de mucho cansancio o baja temperatura corporal, el
médico le dice que “no puede ser” y que vaya a ver al psicólogo porque sus
niveles están en rango. En realidad, es el cerebro (el hipótalamo) el que está
orquestando la reducción de TSH debido al exceso de oxidación (con lo
cual, no parece hipotiroidismo aunque en la práctica sí lo hay). Lo mismo
ocurre en muchas ocasiones en las que hay bajos niveles de cortisol. La
pituitaria reduce a propósito la síntesis de esta hormona, mediante la
adrenocorticotropa, para minimizar la catabolización de tejidos).
Antiguamente era normal bajar a las minas con un canario que servía de
alerta cuando había escapes de gases tóxicos. Si el canario moría, era una
señal de alarma de que los mineros también podían intoxicarse.
¿De que forma nos avisa el “canario”? Estos son algunos de los síntomas
más comunes:
– Fatiga
– Depresión
– Estreñimiento
– Pérdida de memoria
– Pérdida de pelo
– Dolor muscular
– Sensibilidad al frío...etc.
Gran cantidad de gente hoy día sufre de problemas de tiroides (sobre todo
enfermedad autoinmune de Hashimotos), que afectan el metabolismo y la
producción hormonal esteroidea. Muchos otros tienen niveles subóptimos
de hormona tiroidea T3 sin sospecharlo (y repito, el análisis rutinario de
TSH no da casi ninguna información y no sirve para descartar problemas
metabólicos).
¿Frustrante?
Cuando se trata de malestares, los médicos convencionales (los mejores en
casos de emergen-cia y traumatismos) son “cazadores de síntomas.” Es
decir, se dejan guiar por los síntomas para tomar decisiones. Si te duele la
cabeza, el problema debe estar por allí...si te duelen las articulaciones...te
darán un antiinflamatorio y un analgésico. Se olvidan de que el cuerpo es
como una telaraña donde TODO está conectado y los síntomas no nos dicen
mucho de las causas reales. Por ejemplo, el gluten puede causar hasta 55
“enfermedades” diferentes que aparentemente no tienen nada que ver unas
con las otras.4
Bueno, no debes preocuparte. Si has leído hasta aquí ya entiendes más que
el 95% de la gente sobre el equilibrio hormonal y cómo éste afecta nuestra
salud. Y ahora, además, vas a aprender las principales estrategias y tácticas
para optimizar tus hormonas y evitar problemas en el futu-ro....¡Sígueme!
PARTE III:
La solución
La solución es entender que tu salud general, y más concretamente
hormonal, es literalmente como una cadena. Da igual si casi todos los
eslabones son fuertes, si hay un eslabón débil la cadena se va a romper. Por
eso empecé este libro hablando de que necesitamos un enfoque holístico
(que tenga en cuenta todos los “eslabones”) y funcional (de apoyo de la
función de cada uno).
– Descanso
– Nutrición
– Hidratación
– Estrés mental-emocional
– Movimiento
– Suplementos (funcionales)
– Integración de valores (sí, has leído bien)
------------------
“Estrategia sin tácticas es el camino más lento hacia la victoria… tácticas
sin estrategia no es más que el ruido que precede a la derrota”
SUN TZU
ESTRATEGIA:
Puesto que el cuerpo tiene recursos limitados, nuestro trabajo es el de
gestionar de forma inteligente el estrés para no sobrepasar su “capacidad de
carga” (de gestión) y poder así seguir desarrollando adaptaciones positivas.
TÁCTICA:
Haz un “inventario de estrés.”
Haz el test ahora mismo y anota tu resultado porque vamos a utilizarlo para
“personalizar” algunos de los pilares fundamentales de la salud que estás a
punto de conocer. Cuanto más estés en consonancia con estos principios,
menor será tu estrés general y tu cuerpo tendrá más recursos para generar
adaptaciones positivas y medrar en todos los aspectos. Se entiende, ¿no?
Vamos a ello.
Descanso
Nutrición
"El doctor del futuro no tratará el cuerpo humano con drogas, sino que
curará y prevendrá la enfermedad con nutrición.”
Thomas Edison
Cada persona y sus circunstancias son diferentes y, por ello, hay gente que
medra con dietas muy peculiares. Esto es un hecho. Mi amigo Tavis, por
ejemplo, ha sido crudivegano por más de dos décadas y parece estar sano.
Sin embargo, conozco muchas otras personas que tras seguir la misma dieta
durante algunos años han enfermado y sólo se han recuperado al ampliar su
gama de alimentos. ¿Fue sólo la dieta el culpable? Probablemente no. Como
ya he repetido hasta la saciedad es la acumulación de factores lo que hace
que la cadena se rompa por algún sitio, pero sin duda la alimentación es uno
de los más importantes.
Aunque todavía no hay una prueba genética que nos ayude a saber de qué
tipo metabólico es cada persona, la lógica evolutiva y ciertas características
físicas apuntan en esta dirección. Por ejemplo, hay personas que tienen gran
variedad de enzimas para digerir el almidon, mientras que otras no.
Obviamente una persona de tipo metabólico proteico, consumiendo una
dieta alta en carbohidratos quizás no sea capaz de desarrollar todo su
potencial genético. Esto puede explicar, al menos en parte, la variabilidad
de resultados que consigue mucha gente con distintas dietas.
Todo esto es lógico, pero muy pocos lo respetan. No pasa nada por comer
sandía en invierno, pero no es lo ideal. ¿Te acuerdas del “estrés térmico”?
El mayor gasto energético del cuerpo se realiza en mantener constante la
temperatura interna. Si tu alimentación no apoya tus necesidades
energéticas, tu cuerpo va a estresarse, y mucho.
Así que, lo ideal para “diseñar” nuestra dieta es tener en cuenta la comida
local como base, y adaptarla a nuestra tendencia genética, aumentando
ligeramente el porcentaje de proteínas/grasas o carbohidratos según nuestro
tipo metabólico (en el anexo II tienes un cuestionario básico para ayudarte a
saber el tuyo, aunque no es para nada una ciencia exacta). Éste es el antiguo
y sabio “allá donde fueres haz lo que vieres” pero adaptado a ti. Por cierto,
cuando digo local también quiero decir natural. Si viene en una caja,
paquete o lata es mejor evitarlo. Cuanto más fresco es un alimento mejor, y
si tienes que comer algo procesado pues que tenga los ingredientes más
naturales posibles (aclaración: si no entiendes lo que pone en la etiqueta
probablemente no es muy natural).
Los aditivos, conservantes, saborizantes…etc., no son necesariamente
malos, simplemente representan una gran incertidumbre porque no sabemos
cómo actúan en nuestro cuerpo a largo plazo y, además, no nos aportan nada
desde el punto de vista nutricional. Como decía el gran Jack Lalanne “si
está hecho por el hombre, no lo comas.”
¿Alguna vez te has puesto nervioso o mareado por no comer? Cuanto más
débil estás (hormonalmente) menos tolerancia tienes para el ayuno. Muchas
veces no sólo es importante QUÉ comer, sino también CUÁNDO comer.
Hay gente que no debería pasar más de 3 horas sin tomar algo para poder
salir del círculo vicioso de estrés causado por la disfunción adrenal.
Te recomiendo que comas de todos los tipos y utilices una aplicación como
las que te he comentado más arriba para cuantificar tus macronutrientes y
ver si llegas a cubrir tus necesidades diarias. Las proteínas de origen animal
mejor tomarlas en la primera parte del día porque requieren más tiempo de
digestión. Ah! Y una cosa importante. Nuestros ancestros hacían algo muy
sabío: comían todo el animal sin desperdiciar nada. Nosotros, en cambio,
tomamos sólo el músculo y esto causa inflamación a largo plazo. El
músculo es alto en el aminoácido metionina, que es proinflamatorio según
la literatura científica. Para evitar los problemas asociados con el exceso de
metionina y mantener un metabolismo saludable, te recomiendo que añadas
a tu dieta una fuente de glicina, un aminoácido antiinflamatorio
(condicionalmente esencial, sobre todo bajo estrés8) que “equilibra” la
metionina. Una buena fuente de glicina es el colágeno (gelatina cuando se
hidroliza), que proviene de tejidos conectivos del animal. Si vas a comer
animales, hazlo bien, come todas sus partes y honra su sacrificio. Otras
fuentes (aunque mucho menos abundantes en glicina) son la remolacha, las
espinacas, la colifor y los frijoles.
Los aceites y grasas informan al cuerpo de nuestro medio ambiente para que
pueda gestionar mejor la temperatura. Los aceites poliinsaturados (estables
químicamente sólo a baja temperatura) reducen el metabolismo (y la
producción hormonal) porque indican al cuerpo que el medio ambiente es
frío, y éste entonces reduce el metabolismo basal para poder pasar más
tiempo sin comer (algo muy útil para sobrevivir en el invierno). Los aceites
grasos poliinsaturados omega 3 y 6 bloquean la síntesis de hormona
tiroidea, que sabemos es uno de los tres elementos claves para sintetizar
hormonas esteroideas (¿te acuerdas de la ecuación hormonal?).
No calientes tus aceites o grasas (es decir, fríe poco o nada). No evites el
pescado pero tampoco tomes sus aceites concentrados que se vuelven
rancios muy rápidamente en el cuerpo (por la temperatura y la presencia de
oxígeno). Si tomas nueces o semillas ponlas a remojo unas horas. Toma una
cucharadita de aceite de coco al día y empieza tu mañana con algo de
mantequilla porque aumenta los receptores de la hormona tiroidea activa
(T3) al contener ácido butírico.9 Hazlo, y me cuentas la diferencia.
Si quieres leer más sobre los peligros de los aceites poliinsaturados te
recomiendo mi artículo “Ácidos grasos omega 3 y 6: necesarios pero
peligrosos.”
Carbohidratos: las grasas eran hace unos años las culpables de todos los
problemas de salud, últimamente parece que son los carbohidratos (sin
distinción de si son productos procesados o alimentos naturales). ¡Pobres
carbohidratos! ¿Por qué nos empeñamos en echar la culpa de todos nuestros
males de salud a un tipo de macronutrientes? Supongo que cuando no se
entiende algo bien hay que buscar chivos espiatorios.
Los tubérculos, por ejemplo, nos han acompañado desde que el hombre es
hombre. Es verdad que a algunas personas en algunas circunstancias les
puede favorecer el reducir o eliminar los carbs (o las grasas para otros),
pero se trata de algo terapeútico, puntual. Si en tu medio ambiente puede
crecer algún tipo de carbohidratos lo más probable es que te sienta bien el
tomarlos.
¿Por qué entonces los carbohidratos engordan a mucha gente? Por el ciclo
de Randle.12 Las células o bien están consumiendo grasas o carbohidratos
(glúcidos). La preferencia es “quemar” carbohidratos, pero si hay presencia
de grasa debido al estrés (que libera los triglicéridos almacenados a la
sangre) o por consumo de alimentos grasientos (especialmente aceites
poliinsaturados), aparece la resistencia a la insulina y la glucosa se reserva
entonces como grasa en el cuerpo para aumentar nuestras reservas en estos
“tiempos difíciles.” El cuerpo es previsor, nada más.
El cortisol sube por las mañanas y va bajando según avanza el día. Una de
las funciones principales del cortisol es mantener el nivel de glucosa en
sangre. Si hay pocos carbohidratos disponibles el cortisol sube, y si hay en
abundancia baja. Cuando tomamos gran cantidad de carbohidratos por la
mañana y casi nada de proteína (ej: frutas, un café y algo de bollería), el
cortisol va a bajar porque ya hay carbohidratos y vamos a sentirnos
cansados (y con hambre) al poco tiempo. Lo ideal es hacer un desayuno que
con buenas fuentes de proteínas (unos huevos por ejemplo) y algo de
carbohidratos (pero sobre todo proteínas). De esta forma el cortisol se
mantendrá alto, tendremos aminoácidos disponibles para sintentizar
neurotranmisores y mucha energía para enfrentarnos al jefe.
Quizás la forma más eficaz de averiguar si un alimento nos causa algún tipo
de intolerancia es evitar su consumo durante 30 días y observar (te
recomiendo escribir) cómo te sientes. Como mínimo prueba hacerlo con la
leche de vaca y el gluten (gliadina). Por cierto, los principales cereales con
gluten son el centeno, la cebada y el trigo. En su lugar, prueba la quinoa, el
trigo sarraceno, o la avena que no tienen gluten (no te olvides de ponerlos a
remojo primero).
Alimentos especiales
Antes de acabar con esta sección de nutrición, quiero hablarte de dos
“alimentos” muy especiales que mucha gente conoce, pero que muy pocos
se preocupan de tomar diariamente. Se trata de la luz y la tierra. ¿Tomas luz
natural todos los días?¿ Te aseguras de reconectar tu cuerpo con la tierra a
diario?
La evidencia científica es mayor cada día. Somos seres que necesitamos luz
(no necesariamente rayos solares directos, pero sí al menos luz solar
natural) para estar sanos. Y cuando más la necesitamos es precisamente
cuando menos hay, es decir, en el invierno. Nuestra piel es como una antena
que capta la luz solar mediante la melanina y transfiere su energía (y la
información sobre el medio ambiente que alberga) a los distintos órganos y
tejidos del cuerpo.
“La cura para cualquier cosa es agua salada: lágrimas, sudor o el agua del
mar”
Isak Dinesen
Aquí tienes una fórmula para calcular el volumen de agua aproximado que
deberías beber. Este volumen no es algo exacto, sino una referencia que
puede variar con el clima, la edad, la contaminación, el nivel de actividad…
etc.
El ratio de sodio/potasio
Si aumentas tu sodio, también deberías aumentar los alimentos que
contienen potasio. La sal no es mala ni causa hipertensión por sí misma,
pero necesita ir acompañada de su “contraparte”: el potasio. La cantidad
diaria recomendada de este elemento es de 2 a 3 veces la de sodio. Sin
embargo, pocas personas tienen esto en cuenta y con frecuencia su dieta
suele tener un contenido de sodio mucho mayor que el de potasio (sobre
todo si la dieta incluye comida procesada o visitas frecuentes a
restaurantes). Si crees que no es tu caso, te animo a que uses una aplicación
como “Cronometer” o “Fat Secret” para cuantificar tus macronutrientes y tu
consumo diario de sodio y potasio…Seguramente te sorprenderás al ver que
te quedas corto de potasio. Haz algo al respecto.
Algunos alimentos ricos en potasio son las hojas verdes, las setas, los
aguacates, las calabazas, las patatas…etc. Algo que con frecuencia hago
para aumentar mi consumo de potasio es poner un buen puñado de
espinacas u otras hojas verdes en la sartén (también puedes prepararlas al
vapor). No se tarda nada y con una cucharadita de aceite de oliva y limón
quedan listas para mezclarlas con cualquier otro alimento.
Los antiguos romanos lo tenían claro: Mens sana in corpore sano. Mente y
cuerpo son inseparables y se afectan el uno al otro. Pero parece que la
mayoría (incluido el mundo de la medicina), aun-que entiende esta idea,
todavía no acaba de darle la importancia que se merece. Hay un elefante en
la habitación, pero nadie se da cuenta de su presencia.
A veces, también nos gusta hurgar en las heridas y recordar cosas malas del
pasado. Más de lo mismo. Se trata de una mente-mono con fijación por las
“ramas”: posibles problemas del futuro o experiencias malas del pasado.
La meditación pasiva
Se trata de sentarse en silencio a observar la propia mente o la propia
respiración. Ésta es la más popu-lar y que más gente conoce. Hay muchas
escuelas y estilos y todos son buenos. El error que comete la mayoría de
gente es empezar a hacer meditación sentándose en silencio por 20 minutos.
Esto es el equivalente a ir al gimnasio por primera vez e inten-tar levantar
200 kilos en peso muerto. Es una receta para el desastre. Como todo, se
debe empezar muy poco a poco para que integrarlo en tu vida sea fácil y
agradable.
Empieza por 3 minutos al día, nada más. Cuando te guste sentarte 3 minutos
al día en silencio, entonces subes hasta 4...y así. Tienes toda la vida para
desarrollar esta disciplina. Lo importante es hacer algo, no hacerlo perfecto.
¿Puedes comprometer 3 minutos 5-6 días a la semana?
La meditación activa
Esto es lo que podríamos denominar mindfulness. Realmente, el sentarse en
un lugar cómodo a respirar es sólo una táctica para ayudarte a tomar
distancia con tu mente y poder observarla mejor, pero no es la única.
También puedes meditar mientras lavas los platos, paseas, juegas en la
playa o limpias tu jardín. No es lo que haces sino cómo lo haces.
Cristina era una profesora y madre de dos niños que se había propuesto
adel-gazar “sí o sí” a partir del Año Nuevo. Cargada de optimismo y
bebidas esti-mulantes comenzó un programa para reducir las calorías y
atacar la grasa con duras sesiones de “cardio” en el gimnasio.
Zona 3: energetizante
Si tu carga fisiológica (Anexo I) es 215 o mayor sólo deberías realizar
ejercicio de forma suave y sin estresar el cuerpo. Una sesión de crossfit
podría literalmente acabar contigo en el hospital. Lo ideal es que después de
tu rutina te sientas con más energía que al empezar. Actividades co-mo
pasear, bailar, yoga, estiramientos, tai chi, pilates, bicicleta suave...etc.
suelen tener este efec-to en el cuerpo. Hacerlo diariamente es lo mejor para
todos. Respira siempre por la nariz para evitar activar la respuesta de
emergencia en el cuerpo. Tu prioridad en este nivel debe ser el bajar el nivel
general de estrés antes de acometer ejercicios más intensos y exigentes.
Zona 2: vitalizador
Si tu carga fisiológica es 125 o mayor tu cuerpo puede gestionar con éxito
un nivel superior de dificultad. A los ejercicios de zona 3 (la base de la
pirámide) le deberías añadir ejercicios más exigentes como deportes de
equipo, ejercicios calisténicos o con pesas libres, natación,...etc. Hay que
sudar y moverse sin complejos pero no pedirle un esfuerzo máximo al
cuerpo. Reali-zar este tipo de ejercicios 2-3 a la semana es idóneo.
Zona 1: exigente
Si tu carga fisiológica es menor de 125...¡luz verde, puedes apretar el
acelerador! Éste es nuestro estado natural donde podemos exigirle el
máximo a nuestro cuerpo. A los ejercicios de la zona 3 y 2 deberías añadir
además ejercicios de alta intensidad. Estos ejercicios deberían ser ideal-
mente cortos pero exigentes: sprints, levantamiento de pesas libres,
escalada, carreras de obstá-culos en la naturaleza, crossfit...lo que te guste.
Un día a la semana o quizás dos es todo lo que nuestro cuerpo necesita para
hacer las adaptaciones fisiológicas necesarias y seguir mejorando. Este tipo
de ejercicio es el más anabólico, reduce tus reservas de glucógeno de forma
más efec-tiva y produce los cambios más visibles en tu físico. Pero
recuerda, puede ser un arma de doble filo si tus hormonas no están
preparadas para la tarea. Más de 2 veces por semana podría ser demasiado
exigente y acabar con lesiones y problemas metabólicos. Disfrútalo y no te
pases.
Desde un punto de vista evolutivo los suplementos son algo nuevo, es decir,
no forman parte de nuestra vida natural. Sin embargo, tampoco lo son el
conducir coches, comer tomates con pesticidas y preocuparse por llegar a
fin de mes.
¿Podemos vivir sin suplementos y tener una vida normal? Por supuesto.
Pero si quieres op-timizar tu fisiología, desarrollar todo tu potencial
genético y tener una vida longeva, los su-plementos (los buenos) pueden ser
un aliado de incalculable valor.
Pero antes de abrir el cofre de los tesoros quiero decir algo de sentido
común. Los suplemen-tos no pueden compensar hábitos no saludables. El
que piense que puede comer cualquier cosa o no descansar adecuadamente
y luego arreglarlo con un bote barato de multivitaminas es que no entiende
cómo funciona la salud. Bueno, queda dicho.
¿Dardos en la oscuridad?
Hay infinidad de productos de origen natural y sintético que han sido
estudiados con resulta-dos positivos en la salud humana. Por ejemplo, la
coenzima Q10, el resveratrol o la l-carnitina. Es bueno y seguro el tomarlos,
pero conozco gente (yo en su momento) que tiene la despensa llena de botes
de todos los tamaños y colores. Tomar ciertos elementos cuando nos faltan
de forma terapéutica es muy bueno, pero tomar suplementos por tomar
puede ser un gasto de dinero innecesario con resultados dudosos en nuestra
salud.
Voy a dividir esta sección de suplementos en dos partes. Por un lado, vamos
a hablar de los generales que pueden beneficiar a todo el mundo, y por otro,
los más específicos para aquellas personas que tiene problemas concretos.
Aún así, lo que te voy a recomendar aquí es general y no puede tomarse
como un tratamiento de ningún tipo. Si quieres algo más personalizado y
potente (con pro-hormonas como DHEA, pregnenolona...etc.), necesitas
trabajar con alguien que estudie tus condiciones y caso particular.
SUPLEMENTOS GENERALES:
Apoyo antioxidante:
Una de las consecuencias del estrés fisiológico es la oxidación. Un cuerpo
estresado es un cuerpo que se oxida (envejece) a una velocidad superior a la
normal. De hecho, hay maneras de medir el nivel oxidativo en tu cuerpo
como analizar la peroxidación lipídica. ¿Quién quiere oxidarse antes de
tiempo? Yo no. La fruta y la verdura, en general, tienen antioxidantes, pero
tomar un suplemento es una buena idea sobre todo en épocas de alto estrés.
Algunos de los antioxidantes más renombrados son: vitaminas A (retinol,
no beta-caróteno), C y E, ácido alfa lipoico, coenzima Q10, selenio,
bioflavonoides, glutatión...etc. Puedes buscar estos compuestos por
separado o comprar fórmulas (más completas y sinérgicas, aunque con
frecuencia de menor calidad) que incluyen varios de ellos bajo el nombre
“antioxidantes” o “antioxidant support” en inglés. Creo que una buena base
es comprar un suplemento de auténtica vitamina C (no ácido ascórbico) ya
que no podemos sintetizarla y dependemos de fuentes externas.
Curiosamente una de las mayores reservas de vitamina C en el cuerpo está
en los riñones y es una vitamina que se agota rápidamente cuando hay un
elevado de estrés. La auténtica vitamina C se encuentra en frutas como la
acerola, camu camu, kiwi, amla…etc. Recomendado.
Apoyo hepático:
Tu hígado es el alquimista del cuerpo. Realiza todo tipo de reacciones
bioquímicas para mantener tu cuerpo sano y vital, desde detoxificación a
conversión de hormonas inactivas a su forma activa (hormona tiroidea T4 a
T3). Nuestro hígado necesita toda la ayuda que podamos brindarle porque
hoy día hace horas extras...el pobre. Si tu hígado mejora, TODAS las
funciones del cuerpo se optimizan. Una de las mejores maneras es
detoxificándolo y nutriéndolo.
Hay hierbas y ciertas moléculas aisladas que resultan muy beneficiosas para
el hígado: n-acetil-cisteína (o simplemente cisteína), glutatión, cardo
mariano (si es en extracto, mejor con glicerina), raíz de diente de león,
alcachofa, chanca piedra, boldo, fedegoso...etc. De todos, el más importante
para el hígado es el glutatión, que es el antioxidante maestro del cuerpo.
Incluyendo alimentos ricos en aminoácidos que contienen sulfuro
(metionina, cisteína) como carnes y pescados (recuerda el “equilibrarlos”
con glicina), nueces remojadas, huevos, espirulina…etc., y alimentos como
el ajo, la cebolla, o el brócoli (que contienen sulfuro) mejorarás la síntesis
de glutatión en tus células. ¡Bingo! Pero si quieres usar todo el poder que la
tecnología pone a tu alcance busca una fórmula de apoyo hepático que
tenga buena reputación y contenga las hierbas y elementos de los que ya
hemos hablado. Lo ideal es apoyar y nutrir el hígado en una primera fase, y
después, una vez que el hígado ya está más fuerte, apoyar su detoxificación.
Tus hormonas son tan fuertes como tu hígado; dale máxima prioridad (en el
Anexo III tienes más ideas para cuidarlo).
Vitamina D3 y K2
Pasamos demasiado tiempo bajo luz artificial en lugar de fuera disfrutando
del sol y del aire fresco (por cierto, cuanto más oscura sea tu piel más
necesidad de sol tienes). Por eso hay una epidemia de deficiencia en
vitamina D3.
Magnesio
Ésta es otra deficiencia muy común debido a que el estrés consume más
magnesio del que normalmente ingerimos en la dieta. Se trata de un
elemento que está en gran abundancia en el cuerpo humano (sobre todo en
los huesos) y que ayuda como confactor en más de 600 reacciones
enzimáticas. Obviamente necesitamos unos niveles óptimos de magnesio
para funcionar bien. Si has pasado, o estás pasando por una época de alto
estrés, te recomiendo sin dudas el suplementar con magnesio. Una forma de
magnesio que va bien de forma interna para casi todas las personas es el
malato de magnesio. Si no lo encuentras también suelo recomendar el ZMA
(una combinación de zinc y vitamina B6 con citrato de magnesio). Si
utilizas ZMA a largo plazo corres riesgo de disminuir tus reservas de cobre
(otro elemento muy importante), pero de forma puntual no tiene riesgos.
Finalmente, la opción más universal y probablemente segura en mi opinión
es añadir sales de epsom a tu baño. No todos podemos darnos un baño de
sales de epsom cada noche, pero sí podemos poner los pies en remojo un
rato mientras vemos nuestra serie favorita. El magnesio te ayudará además a
relajarte. Cuando tus deposiciones sean demasiado blandas entonces sabrás
que estás tomando demasiado magnesio, por lo demás es seguro y muy
recomendable.
Cordyceps
Quería poner la nota exotica hablando del cordyceps. Según John Holliday
en su estudio, “On the Trail of the Yak,” el cordyceps era, “más potente que
el ginseng y valía cuatro veces su peso en plata en tiempos antiguos.” Se
trata de un hongo medicinal que tonifica los riñones (que es donde se sitúan
las glándulas adrenales), aumenta la síntesis de ATP, equilibra el sistema
inmune, mejora la utilización del oxígeno, reduce el estrés y la fatiga, es
antioxidante, adaptogénica y antiinflamatorio y, además, mejora el
rendimiento atlético. Ah, se me olvidaba, no tiene contraindicaciones.
¿Quién da más? Si te parece que estoy exagerando los beneficios del
cordyceps pásate por pubmed (el repositio de artículos científicos más
grande de los EEUU) y escribe la palabra “cordyceps” para comprobar que
son muchos los investigadores que han estudiado los beneficios positivos en
la salud de este hongo.
Obviamente nadie tiene deficiencias de este hongo como puede ser el caso
con ciertas vitaminas. Por ello, nadie necesita tomar cordyceps pero si
quieres llevar tu salud a su máximo potencial el cordyceps te ayudará en tu
camino.
SUPLEMENTOS ESPECÍFICOS
Más allá de los suplementos generales, hay otros productos que
dependiendo de tu situación personal pueden ser un apoyo muy positivo.
Valora tus circunstancias y decide si estos productos son para ti:
Apoyo adrenal:
Hay una serie de hierbas (eleutero, schisandra, rhodiola, ashwagandha,
albahaca santa...etc) y vitaminas (del grupo B, especialmente B5) que
apoyan la función adrenal. Me imagino que ya sabes cuándo sería el mejor
momento de tomarlas…¿No? Cuando hay mucho estrés por supuesto.
También se ha observado que ingerir tejido glandular (de origen animal)
fortalece la función adrenal. Si quieres, puedes buscar estas hierbas por
separado o tomar un suplemento que combine varias en una misma fórmula
bajo los nombres “apoyo adrenal” o “adrenal support” en inglés. Si te
animas con las hierbas te recomiendo rhodiola durante la mañana y
ashwagandha más hacia la tarde.
Apoyo digestivo:
Con la epidemia de problemas digestivos que hay (muchas personas ni
siquiera saben que los tienen), podría recomendar esto a todo el mundo….
Pero, en su lugar, lo dejo en “suplementos específicos” para que decidas
según tu situación. Al mejorar la digestión absorbemos más nutrición y
evitamos patógenos y toxinas. Ya sabes lo que decía Hipócrates, que todos
los problemas de salud empiezan en el estómago…El ácido clorhídrico
(HCl y las enzimas digestivas son los encargados de digerir los
macronutrientes (proteínas, hidratos de carbono y grasas). Si te falta de uno
o de otro (y con la edad van disminuyendo) tu sistema digestivo lo va a
notar. No recomiendo tomar HCl a todo el mundo, ya que altera la acidez y
en algunos casos puede ser contraproducente (si tienes Helicobacter pylori),
pero tomar enzimas digestivas es muy seguro y siempre ayuda
(especialmente con las comidas más copiosas). Seguramente puedes
encontrar enzimas digestivas en tu farmacia más cercana. Si quieres
buscarlas en internet las encontrarás como “enzimas digestivas” o
“digestive enzymes” en inglés. Aquí la calidad también importa, pero
cualquier enzima digestiva será un aliado para tu digestión. Si ya tienes
problemas digestivos diagnosticados, piensa que esto es sólo un apoyo y
que lo interesante es buscar la causa de tu debilidad estomacal y corregirla
cuanto antes.
Micronutrientes importantes
Todos los micronutrientes son importantes, por supuesto, pero hay algunos
que con frecuencia no están optimizados en las personas con problemas
hormonales. Los principales son: iodo, selenio, vitamina B6 y 12, folato,
zinc y cobre. Iodo y selenio son especialmente importantes para la tiroides.
Seguramente que estés pensando: ¿y qué tiene que ver esto con mis
hormonas? Más de lo que crees. Para empezar, cuando nuestra vida se
percibe como una constante carrera (de “ratas” como diría Robert
Kiyosaki), ¿qué sistema nervioso crees que se activa? ¿el simpático o el
parasimpático? ¡Exacto! El simpático con todas las consecuencias
hormonales que ya conoces. Pero es que, además, cuando no vivimos de
acuerdo a nuestras preferencias naturales y nues-tros valores (ej: trabajamos
en algo que no nos gusta o con lo que no estamos realmente de acuerdo),
hay un elemento mental añadido de tensión y frustración que también afecta
nuestra salud.
La gente que hace aquello que le gusta, aunque sea un ratito al día, tiene
más energía, sonríe más, se enferma menos y vive mejor (sus hormonas
están, también, más equilibradas).
Pero, ¿cómo puedo disfrutar del presente, de quién soy ahora mismo sin
juzgarme, si la mayoría de gurús de desarrollo personal enseñan que
estamos aquí para “crecer”, para llegar a ser alguien mejor? Se equivocan, o
quizás su mensaje no es bien entendido.
Por eso los niños deben ser un ejemplo para todos nosotros, porque ellos no
piensan en ser otra persona más que ellos mismos. Al estar en paz con
quiénes son, pueden disfrutar del momento presente, reírse sin motivo y
relajarse verdaderamente.
Los pilares fundamentales son la base de la salud, los cimientos, y por ello,
es donde deberías concentrar la mayoría de tus esfuerzos tanto si quieres
optimizar tu bienestar como superar un desequilibrio concreto; son buenos,
para todos, siempre.
Pero más allá de estos principios primarios, hay aspectos secundarios que
con frecuencia causan desequilibrios (hormonales) en muchas personas que,
o bien los ignoran completamente, o no los tienen en cuenta tanto como
deberían. Aunque ya te he hablado de ellos anteriormente en el libro, quiero
recalcar aquí su impacto sobre la salud una vez más para que de verdad te
“quedes con su cara.” Como suelen decir: “espera lo mejor, pero prepárate
para lo peor.” Sin orden de importancia, son los siguientes:
– Metales pesados
– Patógenos
– Exceso de estrógenos
– Electomagnetismo
Metales Pesados
Dentro de los llamados metales pesados hay algunos que en
concentraciones muy pequeñas son tóxicos para la salud. Los principales
son el cadmio, el mercurio y el plomo. Nuestra exposición a estos metales y
a otros que también alteran nuestro bienestar es mayor que nunca.
Patógenos
Somos animales, al menos en parte, y eso quiere decir que somos
susceptibles de sufrir de todas aquellas cosas que afectan a cualquier animal
en la naturaleza. Esto incluye por supuesto a los parásitos de todos los
tamaños y tipos. Pensemos que nuestro cuerpo es caliente, húmedo y tiene
comida; es el lugar ideal para el crecimiento de tipo tipo de criaturas.
¿Tienes mascota? Si la tienes sabes que el veterinario aconseja el
“desparasitar” de forma proactiva y regular. ¿Por qué debería ser diferente
en nuestro caso? No debería, y este mirar para otro lado tiene a mucha gente
enferma y a “medio gas.” Piensa que el sistema inmune consume energía
para realizar sus labores, todo en el cuerpo lo hace, y por ello si tienes una
infección clínica (o subclínica, que no se puede diagnosticar) tu energía
(ATP) está siendo consumida en el cuerpo para las tareas más prioritarias.
Sin duda el defenderse es más importante para el cuerpo que tener un libido
fantástico o una recuperación atlética más rápida. Si estás permanentemente
cansado la probabilidad de que tengas algún tipo de infección, desde
gusanos hasta virus pasando por hongos y bacterias, es elevada.
Exceso de estrógenos
Ninguna hormona es mala en su medida correcta; todas juegan su papel y
nos ayudan de una forma u otra. Sin embargo, hay que saber el papel que
juegan algunas de ellas y tenerlo en cuenta para apoyar su función e
interpretar sus señales correctamente. Los estrógenos son un grupo de
hormonas que podríamos poner en el grupo de las “estresantes.” Muchas
mujeres suplementan con estrógenos pero esto no es nada aconsejable en la
mayoría de casos. Casi nadie tiene una deficiencia de estrógenos, lo que sí
que es común es que el ratio de progesterona y estrógenos está
desequilibrado con una relativa abundancia de estrógenos respecto a la
progesterona. ¿Por qué es esto? Piensa en el nombre progesterona, pro-
gestar, es una hormona para ayudar en la gestación y tiene por lo tanto un
carácter anabólico y prosexual. Cuando estamos estresados la progesterona
se usa como precursor del cortisol, al mismo tiempo que esto ocurre,
aumentan los estrógenos (que no sólo se producen en los ovarios sino en
muchos otros tejidos del cuerpo). Esto hace que el ratio
progesterona/estrógenos se desequilibre con facilidad hacia los estrógenos.
La progesterona aumenta la temperatura; los estrógenos reducen la
temperatura basal y la fertilidad, además de estar relacionados con todo tipo
de cánceres.
Como decía, los estrógenos son unas hormonas que se sintetizan cuando
hay estrés, y mantienen al cuerpo (como mecanismo de supervivencia) en
un estado metabólico subóptimo. Lo hacen de varias maneras:
Los estudios apuntan a que esto ocurre porque los estrógenos reducen la
glándula timo20, que es la glándula que se encarga de madurar las células T
del sistema inmune. ¿Por qué hay tanta gente que tiene exceso de
estrógenos? El estrés es como decía el factor más importante, y de eso
pocos se escapan hoy día.
Tener exceso de estrógenos es algo muy común hoy día tanto en hombres
como en mujeres. Ahora ya lo sabes.
Electromagnetismo
Dejo el punto más esotérico para el final. Genéticamente somos la crème de
la crème, es decir, hemos sido seleccionados genéticamente durante muchos
milenios para estar perfectamente adaptados a nuestro medio ambiente. De
tal forma, el aumento de enfermedades que tenemos hoy día no se encuentra
tanto en nuestros genes sino en nuestra epigenética, es decir, nuestro medio
ambiente: la luz, el agua, el alimento, las relaciones y…el
electomagnetismo.
Las consecuencias a largo plazo no están claras, tampoco las medidas para
protegernos. Está claro que el mercado tecnológico (y sus beneficios)
avanzan más rápido que la ciencia y las posibles medidas de protección.
Pero ya sabemos suficiente…
Por eso NO intentes implementar todo esto a la vez, porque sería una receta
perfecta para el fracaso. Tómate 7 semanas y media. En la primera semana
elige uno de los principios (te reco-miendo empezar por la hidratación, el
más fácil), léelo de nuevo e intenta integrarlo en tu ru-tina. Olvídate del
resto. Después de unos días deberías haber tenido alguna victoria y tener
más confianza. Al final de la semana, recapitulas y ves qué tal te va. Si te
animas, vas a por otro pilar (ej: optimizar el descanso) y vas día a día
mejorando este aspecto.
Un consejo final muy bueno que te puedo dar es que hagas un diario de
salud donde escribas sobre tus avances; aquellas cosas que te sientan bien y
aquellas que no. Reflexiona en tu diario de salud sobre cada uno de los 7
pilares de la salud y analiza tus “peligros y oportunidades” dadas tus
circunstancias personales. Cuando escribimos no olvidamos y marchamos
con una dirección sin repetir (mucho) los mismos errores.
Tras encontrar una dosis adecuada, podrías estar tomando este suplemento
de seis meses a un año y luego poco a poco ir reduciendo la dosis hasta
dejar de tomarla. En algunos casos es posible que se necesite más tiempo,
pero esto depende de la persona. Consulta con tu médico, farmacéutico y
almohada.
La hormona tiroidea es el acelerador del metabolismo, y con el tiempo
debería ayudarte a aumentar la producción hormonal esteroidea,
equilibrando tu energía y vitalidad, sobre todo si se combina con las
estrategias explicadas anteriormente.
El cóctel adrenal
Se trata de un cóctel para apoyar la function de las glándulas adrenales. Lo
desarrolló la doctora Susan Blackard en su “Rejuvenation Health Center”
de Springfield Colorado (sí, donde vive Homer Simpson). Sus ingredientes
básicos ayudan a controlar la respuesta de “lucha o huída” (con su aumento
de cortisol/adrenalina) y a mantener un nivel adecuado de ciertos
electrolitos claves para la energía. Las personas que sufren de disfunción
adrenal avanzada se pueden sin duda beneficiar de tomarlo (nota: en
algunos casos poco frecuentes donde hay exceso de inflamación intestinal
y/o Candida sp no sienta bien. Sólo lo sabrás si lo pruebas).
El cóctel debería tomarse con el estómago vacío una o dos veces al día y
hacerlo poco a poco. Le mejor sería a media mañana (sobre las 11:00 am) y
a media tarde (6:00 pm). Así es cómo lo haces:
Por eso, ha sido mi deseo con este libro el simplificar y poner al alcance de
todos uno de los temas más incomprendidos e ignorados de la salud: el
equilibrio hormonal.
Y, por si no te habías dado cuenta, quiero que recuerdes algo: todo lo bueno
está conectado. Si optimizas tu salud poniendo en práctica lo que has
aprendido en este libro, no sólo habrás dado pasos de gigante en mejorar tu
bienestar físico, sino también en algo mucho más grande: tu vida.
La salud integral es sólo la llave que abre la puerta de una vida superior,
con más vitalidad y con más sentido. Por eso, cuando hayas optimizado tus
hormonas, cuando tengas energía abundante, también tendrás muchas más
ganas de salir al mundo y contribuir a tu manera, con tus pasiones y tus
habilidades personales.
Guillermo Martín es un
nutricionista funcional (FDN®) y
educador holístico de salud. Su
obje-tivo es educar y ayudar a sus
clientes a entender que la salud (o
la enfermedad) no es algo que se
desarrolla y mantiene por
casualidad, sino el resul-tado de
seguir un estilo de vida que tenga
en cuen-ta los siete pilares del
bienestar: nutrición, hidrata-ción,
descanso, movimiento, control del
estrés, suplementación e integración.
Guillermo vive con su mujer Jessica y sus hijos Liam y Estela en Charlotte
(EEUU) donde disfruta de los bosques locales, las oportunidades y el
dinamismo propios del país y la hospitalidad de los “sureños.”
Bonus
Como regalo por la compra de este libro puedes bajarte gratis el “software
hormonal” (para entender tus prioridades actuales) y un video explicativo
sobre la relación entre la tiroides y el hígado. Descarga tu información
bonus aquí:
www.LaVentajaHormonal.com/bonus
Más información
www.SaludEstrategica.com
Programas
Puedes encontrar mis otros libros y cursos sobre salud holística en:
www.SaludEstrategica.com/programas
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Un salud-o,
Guillermo
ALIMENTACIÓN
1. ¿Haces compras cada menos de cuatro días?
10. ¿Consumes yogures no - orgánicos que son bajos en grasa, pre-endulzados o que tienen
fruta añadida?
11. ¿Tiendes a consumir huevos provenientes de pollos criados en jaula (en contraposición
a huevos de pollos criados y alimentados con granos en campo abierto)?
12. ¿Comes carne roja más de una vez en el transcurso de cuatro días?
___ Sí (3) ___ No (0)
13. ¿Comúnmente comes carnes (vaca, pollo, pavo...etc.) “convencionales”, es decir, que
no se han criado al aire libre y pueden haber tenido tratamiento hormonal?
14. ¿Comes pescado enlatado con más frecuencia que pescado fresco?
20. ¿Utilizas sal blanca de mesa (refinada) en lugar de sal sin refinar?
21. ¿Comes comidas congeladas u otros alimentos altamente procesados más de tres veces
a la semana?
22. ¿Comes en restaurantes de comida rápida como McDonald’s, Burger King, KFC,
Wendy’s, etc...?
25. ¿Comes algún tipo de postre de tienda, como helados, galletas, donuts, tortas o pasteles
después de la cena la mayoría de las noches?
4. ¿Te sientes molesto cuando las cosas salen mal o sientes que las cosas salen mal a
menudo?
10. ¿Tomas algún tipo de medicación prescrita por un médico, directa o indirectamente
relacionada con estrés en tu vida o un trastorno psicológico?
6. ¿Sufres de pérdida de memoria desde que te mudaste a una nueva zona horaria o desde
que viajaste a través de zonas horarias?
8. ¿Te despiertas por la noche entre 1:00 a.m. y 4:00 a.m. y tienes dificultad para quedarte
dormido de nuevo?
9. ¿Tiendes a tener dificultad para mantenerte despierto en la tarde después de comer (al
mediodía)?
10. ¿Haces trabajo por turnos que requiere mantenerse despierto hasta tarde en la noche?
6. ¿Te entra hambre o deseos de comer dulces durante las dos horas siguientes a tus
comidas?
___ Sí (5) ___ No (0)
7. ¿Utilizas bebidas que contengan cafeína y / o azúcar (por ejemplo, café, sodas/bebidas
carbonatadas, jugos de frutas con azúcar o jarabe de maíz añadido)?
9. ¿Tienes dificultad para quemar grasa alrededor de tu vientre, caderas o muslos, incluso
con ejercicio regular?
9. ¿Con frecuencia (más de dos veces por semana) experimentas dolor abdominal,
retortijones o malestar abdominal en general?
6. ¿Eres sensible a perfumes, vapores de pintura, humo del tráfico, detergentes o humo de
cigarrillo?
10. ¿Sufres de reacciones cutáneas como erupciones, picazón o ardor, cuya causa es
desconocida?
Para aquellos de ustedes que no tienen claro que son las grasas, proteínas o carbohidratos,
déjenme simplificárselo. Si los alimentos vienen de algo que tiene un par de ojos, estos
alimentos van a ser más altos en grasas y proteínas; Las grasas y proteínas vienen con más
frecuencia juntas en la naturaleza. Por ejemplo, las vacas, las ovejas, las aves y los peces
tienen ojos y todos proporcionan alimentos con mayor contenido de proteínas / grasas.
Alimentos como las verduras, panes y cereales no provienen de una fuente que tenga un
par de ojos y son generalmente mucho más altos en carbohidratos y más bajos en grasa y
proteína. Hay algunas excepciones a esta regla; por ejemplo, las nueces y los aguacates no
poseen ojos pero son alimentos altos en grasa.
1.Duermo mejor:
A. Alimentos o bebidas con mayor contenido de proteína y / o grasa. Por ejemplo, los
batidos altos en proteínas tomados por los culturistas.
5. Con el fin de pasar 4 horas entre comidas y mantener la claridad mental y un sentido de
bienestar, prefiero comer:
6. Cuál afirmación describe mejor su reacción al azúcar o alimentos dulces como donas,
golosinas o bebidas endulzadas:
A. Tengo un impulso de energía, puedo sentir temblores o puedo sentirme bien por un
corto tiempo pero entonces soy propenso a tener un bajón de azúcar en la sangre,
dando lugar a la necesidad de más de lo mismo o a tener que comer alimentos de
verdad para normalizarme.
B. Reacciono muy bien con las cosas dulces y no parezco verme afectado
negativamente, aunque sé que demasiado de esto no es bueno para mí.
9. En general, prefiero:
A. Carne oscura, como piernas y muslos de pollo o pavo sobre la carne blanca de la
pechuga.
11. Qué lista de peces le atrae más a su gusto sin preocuparse por las calorías o grasa:
B. Pescado blanco, bagre, bacalao, platija, abadejo, perca, scrod, lenguado, trucha,
atún (blanco), rodaballo.
A. Creativo, digiere bien los alimentos en general, tiene un sistema inmune fuerte y
no se enferma a menudo, tiene un apetito por las proteínas, se siente bien al comer
grasas o alimentos ricos en grasas, más musculoso o inclinado a ganar músculo y / o
fuerza con facilidad.
B. Lógico, más ligero de estructura, tiende a ser más sensible a los cambios de
temperatura y la temporada de gripe y realmente no consideraría su sistema
inmunológico uno de sus atributos más fuertes, prefiere carnes blancas y alimentos
más bajos en grasa, está más inclinado hacia el atletismo de resistencia.
Si has llegado hasta aquí, ya sabes que el enfoque más estratégico para optimizar tus
hormonas y tu salud en general es el funcional y holístico. Una de las funciones corporales
más importantes que debemos apoyar es la detoxificación.
Y de entre los órganos que ayudan en la detoxificación, el más importante es el hígado, por
eso es necesario dedicarle un apartado especial.
Hay varias formas de detoxificar el hígado y apoyar sus funciones. De entre todas ellas, sin
duda el protocolo más universal y seguro, que recomiendo a todo el mundo, es el de utilizar
ciertas vitaminas y remedios herbales como ya he comentado en el libro para ayudar en la
regeneración del hígado y su detoxificación.
Una vez que hayas hecho la limpieza química del hígado, y si tu nivel de energía y salud es
normal, puedes también aventurarte a usar otras dos modalidades más de apoyo hepático.
Se trata de los enemas de café y las limpiezas “mecánicas” de hígado/vesícula (ésta ya para
los que les gustan las emociones fuertes).
Enemas de café
Se trata de una hidroterapia herbal antigua en la que se llena una bolsa de enemas con una
mezcla de agua y café, se introduce por el recto, y se deja allí de 15 a 30 minutos antes de
Según el doctor Lawrence Wilson, el enema de café estaba incluido en la lista de terapias
del manual Merck hasta 1984. El porqué se dejaron de utilizar podríamos preguntárselo a
George Orwell; quizás eso fue lo que le inspiró a hacer su famoso libro.
Por ejemplo, los niveles ambientales de plomo, mercurio, cadmio, arsénico, aluminio,
uranio, berilio, bismuto, y circonio son muy altos.29 Además, las leyes de la mayoría de
naciones permiten la adición de más de 1000 químicos diferentes en nuestra comida,
incluidos pesticidas y herbicidas. Las drogas y fármacos que usamos también son químicos
que el cuerpo no reconoce. Y por otra parte, el uso de drogas recreacionales (para el que le
guste) y el humo pasivo también son toxinas que sobrecargan el cuerpo.
Pero supongo que si tú está leyendo este artículo en salud estratégica, probablemente no
caminas con un cigarrillo en tu boca. Sin embargo, todos estamos expuestos a la
contaminación1ambiental, el humo pasivo y el agua convencional. Todos estos residuos
tóxicos puede permanecer en tu cuerpo durante décadas. Por ello, la principal razón para
usar enemas de café es la detoxificación del cuerpo.
Detoxificar el hígado
1. Acción astringente
El café tiene un efecto antiinflamatorio y cicatrizante del colon y ayuda así en la
renovación de la mucosa intestinal que normalmente está cargada de toxinas.
2. Limpieza mecánica
Un enema de café limpia mecánicamente el colon, se lleva sustancias tóxicas, y con
frecuencias parásitos (soy testigo, pero te ahorro las fotos), bacterias, colonias de levaduras
y otros residuos. Otro efecto mecánico es el incremento de la peristalsis que causa que el
colon sea más activo y expulse así sus contenidos completamente. Los enemas pueden
ayudar a limpiar las heces que han sido compactadas.
3. Efecto antioxidante
Todos sabemos que el exceso de oxidación es malo para nuestro bienestar. El clásico
ejemplo es la manzana que se vuelve marrón en presencia del oxígeno del aire. El café
contiene moléculas antioxidantes que previenen la oxidación. Estas moléculas son
particularmente beneficiosas para el hígado, que es muy susceptible al daño oxidativo.
5. Ácidos palmíticos
En los años 70 y 80 investigadores del laboratorio de Lee Wattenberg identificaron sales de
ácidos palmíticos en el café. Éstos actúan como potentes promotores de la enzima glutatión
S-transferasa que es una enzima muy importante en el hígado. Esta molécula es parte del
sistema de detoxificación que cataliza la unión de muchas toxinas presentes en la sangre
al glutatión. El doctor Max Gerson, uno de los mayores defensores de los enemas de café,
dice:
Mientras que otros agentes clasificados como coleréticos también aumentan el flujo de bilis
desde el hígado, la mayoría no promueven a la vez la efectividad de las enzimas
detoxificantes y no aseguran el paso de la bilis desde los intestinos hasta el recto. De tal
forma, la bilis normalmente se reabsorbe antes de salir con las heces. Por ello, la habilidad
de detoxificar del café entre los coleréticos es única porque no permite la reabsorción de
bilis y sí que apoya las enzimas de detoxificación en el hígado.
7. Selenio y zinc
El café contiene algunas formas de selenio y zinc que se absorben bien a través del recto.
Esto es una de las principales razones que causan la mejora de la actividad enzimática de
detoxificación en el hígado.
Si ya tienes el cubo o bolsa de enemas, el resto de elementos son muy pocos: un poco de
café (como expliqué arriba), 30 minutos y ganas de aventura.
1. Prepara tu café
Hay muchas formas diferentes de preparar el café, desde una cafetera normal hasta un
percolador, al vapor…etc. La verdad es que no soy muy cafetero así que desconozco todos
los métodos que hay. Últimamente he usado la “prensa francesa” cuando pongo café a mis
batidos. Si no tienes nada para hacer café también puedes usar una sartén. Es super fácil:
3. Cuando el agua y el café están hirviendo, reduce el calor y déjalo hervir a fuego lento
durante 10 minutos. Entonces, apágalo y pon la sartén en una superficie sin calor. Añade
250 ml (1 cup) de agua. El café debería estar ahora a temperatura ambiente, si está
todavía caliente espera un poco hasta que se enfríe. El café calentito es para degustarlo y
en invierno, no para esto…
2. Pon el café en la bolsa de enemas
Asegúrate de que has filtrado bien el café (lo último que quieres son granos de café en la
retaguardia) e introduce el café en la bolsa de enema si ya está a temperatura ambiente. Si
todavía está muy caliente puedes añadir un poquito de agua.
4. Lubricante
Esto es opcional pero siempre ayuda. Aplica un poco de aceite de oliva o coco a la entrada
del enema para facilitar las cosas. Lo bueno, si es fácil, dos veces bueno.
5. Descarga
Lo ideal antes de hacer un enema de café es “hacer de cuerpo” como dice un amigo mío.
De esta manera el café tendrá un mejor contacto con la pared intestinal y llegará más
fácilmente al hígado. Lo más fácil es hacer un enema rápido de agua para ir desalojando.
7. Relájate
Si puedes, relájate, aunque seguramente te entren ganas de ir al baño, aguanta un poquito y
lo conseguirás (a menos que no hayas sacado bien el aire como te recomiendé arriba).
Intenta estar tumbado durante 15 o 30 minutos para que el café pueda hacer su efecto.
Puedes llevarte algo de música, meditar o escuchar tu podcast favorito.
8. Aterrizaje
Después de los 15 o 30 minutos vacía tu enema en el retrete, es fácil. Limpia todo tu
equipamiento con jabón y déjalo secar al aire.
Misión cumplida, enhorabuena. En esos momentos deberías sentirte ligero como el aire y
fresco como una lechuga…
Personalmente, he hecho un enema cada dos o tres días durante 10 días como parte de un
programa de detoxificación. Pienso que puedes hacer un enema de café de vez en cuando
sin problemas. No es algo para hacerlo con regularidad sino puntualmente.
Algunas personas y autoridades piensan que los enemas de café pueden crear
codependencia pero dado que es algo que se ha usado durante tanto tiempo y con
efectividad a la hora de asistir en la detoxificación, yo no veo tal peligro si se siguen las
normas básicas de higiene. Tampoco he podido encontrar evidencia en “blanco y negro”
sobre sus contraindicaciones.
Conclusión
El enema de café es un método con décadas (posiblemente mucho más tiempo) de historia
y experimentación. Para la mayoría de gente es un método seguro y efectivo para limpiar
residuos del colon y aumentar la detoxificación del hígado. Si hay algo de lo que mucha
gente sufre hoy día en la “granja urbana” es de problemas digestivos y de detoxificación.
Ésta es otra arma más en tu arsenal.
La limpieza mecánica consiste en tomar un “cóctel” aceitoso que hace que la bilis del
hígado y la que hay almacenada en la vesícula biliar se secreten al intestino (duodeno) para
emulsionar las grasas y digerirlas. La diferencia con una digestión normal es que, al seguir
el protocolo, el flujo de bilis es mayor y más repentino. Esta “corriente precipitada” de bilis
arrastra consigo impurezas que hay almacenadas en el hígado y la vesícula. Con
frecuencia, se expulsan también pequeños cálculos biliares intrahepáticos (a veces cientos)
que habían quedado atascados en los conductos del hígado o de la vesícula.
Siguiendo con la metáfora de la esponja jabonosa, el hacer sólo una limpieza puede sacar a
la superficie toxinas que estaban almacenas y causar la reaparición de síntomas antiguos o
crear otros nuevos. Lo ideal es no quedarse ahí y realizar varias limpiezas (un mínimo de
3-4; una cada dos semanas) para poder establecer una correlación entre la evolución de
nuestros síntomas y sensaciones físicas y el grado de limpieza de nuestro hígado. Una vez
que nuestro hígado esté más descongestionado, podría ser interesante el realizar este
protocolo una vez al año como “mantenimiento.”
Cuando el hígado está más limpio, toda la bioquímica del cuerpo mejora, desde la
metilación, hasta las conversiones hormonales y la detoxificación. Nada puede ser más
beneficioso para nuestro bienestar.
Unas notas finales antes de darte el protocolo paso a paso. Se trata de un protocolo
controvertido. Se sabe que muchas de las “piedras” y “cálculos biliares intrahepáticos” que
se expulsan en realidad no lo son, sino que han sido formados en el intestino al ingerir los
ingredientes del cóctel. Sin embargo, que muchos de estos “cálculos” no lo sean no quiere
decir que no se expulsen toxinas o que el principio físico de acción no sea válido. Cuando
“fuerzas” una corriente de bilis de forma precipitada en el estómago, arrastras depósitos y
materiales que luego serán expulsados por el intestino. Es como abrir la compuerta de una
balsa y dejar que la fuerza de la corriente arrastre los depósitos del río. Es un principio
mecánico que funciona todas las veces.
PROTOCOLO
El día de la limpieza intenta comer lo más bajo en grasas y aceites que puedas con el
objetivo de acumular toda la bilis posible en el hígado y la vesícula y aumentar así la
eficacia del protocolo. Te recomiendo que lo hagas un día de la semana en el cual tengas la
tarde libre y puedas descansar y estar en casa al día siguiente.
A la mañana siguiente: repite la bebida inicial de zumo de manzana con sales de epsom.
No tomes desayuno todavía.
Aproximadamente una o dos horas después de beber esta última bebida es posible que
necesites ir al baño. Escucha la llamada de la naturaleza y prepárate para observar algo
diferente de lo que estás acostumbrado.
¡Enhorabuena! Has completado una limpieza del hígado y ayudado a este importante
órgano a deshacerse de acumulaciones indeseables de toxinas.
Tómate el resto del día con tranquilidad y asegúrate de que tienes un baño cerca. Lo
más probable es que necesites ir varias veces. No tomes nada pesado, sólo alimentos
ligeros y naturales. Evita el comer en exceso, ya que este protocolo no deja de ser algo
“impactante” para tu sistema. Recupérate con calma.
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Para tu información, el propósito de cada ingrediente es el siguiente: