Guerra Federal
Guerra Federal
Guerra Federal
C. I 12656370
Introducción.............……………………………………………1
Justificación..............……………………………………………2
Objetivos…………….…………………………………………..3
Marco Teórico…………………………………………………..4
Metodología……………………………………………………..7
Capitulo I
Capitulo II
El desarrollo de la guerra…………………………………….21
Capitulo III
Capitulo IV
Conclusión……………………………………………………...45
Anexos………………………………………………………….51
AGRADECIMIENTOS.
1
donde finalmente fue derrotado por dichas tropas. Es gran importancia
demostrar también a través de las fuentes primarias los pronunciamientos de
las parroquias y cantones de la Provincia de Mérida en favor del
Federalismo como fueron: Mucuchíes, la Parroquia de la Mesa, la Villa de
Ejido, Tabay, Lagunillas, San Juan y la propia ciudad de Mérida, además de
las diferentes declaraciones hechas por personas que defendían este
proceso político militar o por los contrarios a la misma.
JUSTIFICACIÓN.
2
Mérida y como fue expresada la polémica Federación-Centralismo en esta
entidad.
Esta trabajo que, sin duda alguna, llena un vacío historiográfico sobre el
tema, tiene una amplia sustentación en fuentes primarias, las cuales fueron
recopiladas después de un arduo trabajo de investigación realizado
primeramente en el Archivo General del Estado Mérida, donde obtuve
importantes documentos de los años 1.859-1.860 relacionados con el tema.
De igual manera, realice una visita al Archivo General de la Nación en
Caracas logrando resultados positivos en la transcripción de documentos de
los años 1.861 a 1.863 que sin duda alguna enriquecerán el desarrollo de
este trabajo. Esta investigación estará sustentada también con fuentes
bibliograficas de historiógrafos venezolanos, entre los que destacaremos
algunas obras de autores merideños que han escrito sobre el tema.
OBJETIVOS.
General.
3
Especifico.
MARCO TEORICO.
4
De significativa importancia para el desarrollo de este trabajo ha sido la
consulta de la obra del Profesor Luís Orlando Monsalve, “La Federación en
Mérida”, presentado en 1.974 para ascender a profesor asistente de la
Universidad de Los Andes; quien ha tocado aspectos fundamentales de la
Federación tanto a nivel nacional como en la propia región merideña. Este
trabajo constituye el aporte inicial al estudio de la Federación en el Estado
Mérida y ha servido de base para investigaciones siguientes realizadas sobre
el tema.
En tal sentido, en este trabajo podemos observar como el autor divide las
causas de la guerra en dos grandes rebeliones: las rebeliones socio-políticas
de 1840-1847, y las rebeliones político-militares desarrolladas en 1848-1858,
dando origen de esta manera al desencadenamiento de la más sangrienta y
5
debilitadora guerra para culminar así con los movimientos revolucionarios
que tuvieron sus inicios en el nacimiento de la República en 1830.
6
Es importante resaltar la descripción hecha por el autor sobre la Guerra
Federal, pues en ella podemos darnos cuenta de cuales fueron las regiones,
entre ellas algunos de los cantones o villas pertenecientes a Mérida que, de
alguna u otra forma, apoyaron a la Revolución Federal.
METODOLOGÍA.
¾ Arqueo de fuentes.
¾ Acopio de datos.
7
¾ Análisis critico.
8
CAPITULO I.
A partir de febrero de 1859 Venezuela confrontó una guerra civil que duró
cinco años y fue, después de la Guerra de Independencia, la más larga
contienda que haya asolado el territorio nacional,
9
sentirse la crisis económica del país, principal antecedente a la Guerra
Federal; innumerables agricultores criticaban al gobierno de Carlos Soublette
por haber acordado prioridad a las negociaciones de las deudas internas y
externas en vez de respaldar la agricultura y destinar fondos a las
necesitadas vías de comunicación en el interior del país, además de despojar
de sus tierras a los pequeños y medianos propietarios por los efectos del
encarecimiento de créditos, las ejecuciones de hipotecas y la marginalización
de los mismos, lo que produce finalmente los levantamientos de los años
1844 y 1846-1847, y la creciente radicalización de los planteamientos del
Partido Liberal como expresión política.
10
el gobierno no se limitara únicamente a las masas sino también a los
arrendatarios agrícolas y los grandes hacendados, que se sentían frustrados
y resentidos contra los financistas urbanos y sus acreedores. De igual
manera se sentían ajenos a un gobierno que estaba estrechamente asociado
a la clase financiera y que se negaba reconocer que la raíz del problema
residía en las injustas leyes crediticias y, al mismo tiempo, se mostraba
menos dispuesto a proponer una solución.
11
Otros aspecto importante fue el serio problema de la deserción en el
ejército; la milicia, compuesta de los mismos elementos rurales que las
guerrillas, desertaba en gran número y demostraba una falta de interés en
perseguir al enemigo; y aunque el gobierno trató de reclutar campesinos para
el servicio militar, éste no tuvo resultados exitosos ya que la propaganda de
los liberales describía al régimen como el opresor del pueblo. La
desmoralización de la milicia, con la cual el gobierno contaba principalmente
para combatir la rebelión, fue un factor significativo que contribuyó a retardar
una victoria del gobierno y a prolongar el período de pacificación en 1847.
12
A pesar de las diferencias en cuanto a los objetivos perseguidos por los
hacendados, los peones, manumisos., esclavos, hombres políticos y
apolíticos, la rebelión poseía un empuje fundamental que era apreciado por
todos los grupos: era un ataque a los privilegios y una reacción incipiente,
pero explosiva, contra el monopolio del poder en Venezuela. Sin embargo,
los antagonismos de clase suficientes como para provocar resentimientos, no
fueron lo suficientemente agudos en las regiones agrícolas de escasa
población como para gestar un esfuerzo cohesionado. Además, los intereses
del trabajador rural se veían aún más diluidos debido a las distintas
prioridades entre peones libre y esclavos. En estas circunstancias, la política
jugó un papel crucial al definir las líneas del conflicto; pero ni la estructura
política, ni la conciencia de clase rudimentaria fueron adecuadas como para
organizar y sustentar una rebelión exitosa contra el poder establecido.
13
“el Partido Liberal no representaba un auténtico
liberalismo, conservaba poca afinidad con el liberalismo
tradicional del siglo XIX, no tenia una real tendencia
anticlerical y era más bien partidario del intervensionismo
gubernamental que de la libre empresa” (Robert P.
Matthews 1977; 11)
Es evidente que esto despertó una conciencia política y social entre las
masas, suministrando así a los movimientos rurales una ideología primitiva y
desarrollando un interés que hasta entonces había faltado en estos grupos.
Además, la década de los 40 es testigo de la primera gran rebelión de los
pobres del campo en pro de la justicia social. Estos factores influyeron
14
considerablemente en la suerte de los federalistas durante el conflicto, ya
que el movimiento se identificó con un partido político conducido por civiles
más que un caudillo tradicional.
15
Por tal razón, podemos señalar
16
Para ese entonces los políticos representativos de las clases dominantes
venezolanas, Liberales Y Conservadores, sienten:
Con toda esta gama de conflictos la estructura del país está resentida, ya
no resiste las cargas de tantos problemas; la crisis agrícola se agrava y
empeora aún más la situación, las rebeliones se hacen cada vez más fuertes,
la crisis financiera aumenta y, finalmente el gobierno de los Monagas carece
de eficacia en el orden económico, político y social y, al final de la década,
reina el desorden y la inseguridad en el país.
17
insurreccional liberar a todos los trabajadores, sirvientes y campesinos de las
deudas contraídas con sus patrones. Pero una vez consolidado el nuevo
gobierno, el predominio de elementos conservadores en su seno junto con
ciertas medidas represivas reavivaron la lucha, y al mismo tiempo que la
insurrección se extendía, el gobierno daba muestra de incapacidad para
suprimir tales estallidos que cada vez eran más intensos. De esta forma, el
nuevo gobierno y su lema no perdurarían porque la descomposición social,
política y económica del país no resistía cambio alguno sin que se
derrumbara a la vez todo el sistema.
18
Castro, conocido como la Galipanada, el cual consistía primeramente en
atacar a Caracas por el Tuy y luego apoderarse del depósito de municiones
de La Guaira, fue debelado y finalmente disuelto.
19
los miembros de una Corte Suprema; de igual manera exigían garantías
personales, derechos civiles, el desarrollo de la educación y la protección
gubernamental a la industria; en fin, una política esclarecida.
No obstante, el 31 de diciembre del mismo año fue promulgada una
Constitución Centro-Federal que no lograba el grado de autonomía local y de
democracia preconizado por los federalistas, sino que preservaba una
estructura gubernamental central y rechazaba el federalismo absoluto.
20
CAPITULO II.
EL DESARROLLO DE LA GUERRA.
21
De significativa importancia fue la noticia del triunfo de la Revolución en
Coro, la cual se extendió por todo el país.
22
superioridad numérica, no logra acorralar a Zamora y, por el contrario, sus
fuerzas se ven desgastadas diariamente, no solamente por los muertos y
heridos, sino también por las deserciones.
De igual manera Zamora se dirige a Guanare, donde otro cuerpo
revolucionario atacaba ésta provincia, para luego volver atrás y tomar
finalmente Barinas. El 19 de mayo se celebraron elecciones directas para
elegir las autoridades supremas del nuevo Estado Federal de Barinas. Al
igual que en los otros casos, Guanare cae en manos de las tropas federales
e inmediatamente Zamora procedió a formar el Estado Federal de
Portuguesa, así como el Estado Federal de Apure
Por otro lado, en Caracas la situación no era nada clara. Por una parte
negociaba el general Falcón una tregua con el Presidente Julián Castro y,
por otro, conspiraban tanto liberales como conservadores. El 1ero de agosto
Castro es puesto preso por su propia guardia e inmediatamente se forman
dos gobiernos: uno liberal con sede en la plaza San Pablo, y otro
conservador con sede en el Palacio de Gobierno. Ante esta situación el
gobernador de la Provincia, Nicomedes Zuluaga, y el Comandante de Armas
Coronel Manuel Vicente de las Casas, dan un contragolpe; obligan a Castro
encargarse de la presidencia nuevamente y a renunciar para que quedara
encargado Pedro Gual, y luego el Vice-Presidente Manuel Felipe Tovar.
23
República de Venezuela, mientras que Falcón seguía siendo Presidente en
campaña.
Siendo ahora Zamora jefe único del ejército, ordenó no presentar más
batalla al Gobierno y atraerlo poco a poco hacia los Llanos, donde se
preparaba la primera gran batalla de la Guerra Federal, la Batalla de Santa
Inés.
24
Caracas donde pensaba llegar el 20 de febrero, haciendo escala en Guanare
y San Carlos, plazas tomadas antes por el ejército centralista en su camino a
Santa Inés. Después de restablecer el gobierno de Portuguesa en Guanare,
sigue Zamora a San Carlos poniéndole sitio a la ciudad el 3 de enero de
1860, y fue cayendo en poder de las tropas federales hasta ocupar la
plazoleta que quedaba frente a la iglesia San Juan, en la parte oeste de la
ciudad; allí estableció una línea de ataque contra las fortificaciones para dar
un asalto general al recinto de la plaza mayor, donde esperaba reducir al
enemigo. Para el 9 de mayo, Zamora ya tenía la seguridad de que tomaría
San Carlos en la tarde del día siguiente. Aunque los defensores de la ciudad
habían solicitado una capitulación, Zamora había respondido que solamente
la otorgaría a discreción y sin condiciones. Para ultimar los detalles
relacionados con esta capitulación, el 10 del mismo mes llega Zamora a San
Carlos y en horas del medio día estaba en la casa de la familia Acuña
cumpliendo con una invitación. Pero antes de esto, tuvo la necesidad de salir
a revisar unas trincheras y fue entonces cuando una bala le quitó la vida a
menos de 100 metros de la iglesia de San Juan, estando en terrenos
dominados por las tropas federales.
25
Ahora bien, al llegar a Caracas la noticia de la muerte de Zamora las
clases dominantes comenzaron a prepararse para pasar a la ofensiva,
soslayando las diferencias políticas que existían entre los terratenientes y la
burguesía comercial. Entre tanto, Juan Crisóstomo Falcón y Antonio Guzmán
Blanco continuaban perdiendo tiempo en decidir el rumbo de las tropas, pues
en sus planes no estaba prevista la reacción de la oligarquía, y por el
contrario consideraban que había llegado la hora de pactar con ellos.
26
decidirá por las armas en el campo de batalla” (Navarro,
E.1963; 80).
27
En síntesis, la Batalla de Coplé ocurrió el 17 de febrero de 1860, apenas
duró 45 minutos y en ella Juan Crisóstomo Falcón cubrió de vergüenza las
tropas revolucionarias que habían liquidado militarmente a la oligarquía en la
Batalla de Santa Inés. La pérdida de soldados no solo correspondían a
muertos y heridos, sino algo más grave, a deserciones; sobre todo porque se
trataba de un ejército que desde los comienzos de la guerra no sabía lo que
era una derrota y únicamente conocían la victoria y las palabras de orden del
General en Jefe Ezequiel Zamora: no retroceder y vencer.
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operaria en el Centro; el tercero de infantería destinado a Coro; y el cuarto
también de infantería destinados a las provincias de Cojedes, Barquisimeto,
Portuguesa y Barinas. Mientras que Falcón se trasladaría a Puerto Nutrias y
de allá continuar con destino a Nueva Granada como primera etapa de sus
viajes hacia Las Antillas con la excusa de buscar armas para la guerra, pero
en realidad lo que buscaba era huir.
29
CAPITULO III.
30
Conforme a lo previsto, Páez convoca a la Asamblea, decreta la amnistía
general, nombra al general Juan Crisóstomo Falcón presidente provisional y
un vicepresidente que fue el general Antonio Guzmán Blanco.
31
apoderaron de la población; proliferaron los caudillos militares, quienes una
vez finalizada la guerra, se transformaron en jefes políticos y dueños de
tierras; se produjo un índice elevado de analfabetismo. Una consecuencia
positiva fue el establecimiento en el país de la igualdad social,
desaparecieron los títulos de nobleza que existían desde la época de la
colonia.
32
CAPITULO IV.
33
tropas en persecución de las fuerzas militares y del Gobernador de Barinas,
quienes habían huido hacia Barinitas, donde dichas fuerzas se rindieron
frente a los federales, aún cuando algunos fugitivos, entre ellos el propio
Gobernador, lograron escapar hacia Mérida.
Ahora bien, el cantón de Mucuchíes era defendido por las tropas adictas al
Doctor Eloy Paredes, y fue tomado en lucha sangrienta por los federales el
25 de junio del mismo año, con 235 hombres al mando del General
federalista Natividad Petit. Sin embargo, estos fueron acorralados y
34
destrozados por fuerzas del gobierno, dando muerte al comandante de la
tropa federal. La avanzada de las tropas federales hacia el territorio
merideño, de la cual ya se tenía conocimiento por los fugitivos de Barinitas,
causó graves temores por parte del gobierno regional, quien dictó un decreto
para la protección de la provincia.
Decreto.
Art. 1. Todos los vecinos de esta ciudad, tanto
naturales como extranjeros presentaran a la Jefatura
Política del Cantón todos los elementos de guerra que
existían en su poder como fusiles, tercerolas, pólvora,
balas o plomo, espadas y sable, todo lo cual entregarán
con sus respectivas marcas de modo que el Jefe Político
puedan tomar fácilmente nota o razón del dueño de los
artículos.
Art. 3. Cada individuo o individuos que no se presente
con lo que se dispone en este artículo que se supiere
tiene en su poder algunos de los objetos expresados,
sufrirán una multa de cincuenta o cien pesos que
impondrá a su juicio el Jefe Político con destino a las
rentas nacionales y si no bastare la pena expresada para
hacer presentar los efectos que se oculten, entonces el
Jefe Político procederá al allanamiento de la casa del
Contraventor, sin perjuicio de llevar a cumplido efecto la
pena a que se hubiere hecho acreedor” .(Archivo de la
Gobernación del Estado Mérida. Tomo VII, Folio 224,
1859).
35
para alistarse en armas a las tropas comandadas por el General Ezequiel
Zamora, tomando el rumbo hacia Cojedes el 10 de enero de 1860 y luego a
Coplé el 17 de febrero del mismo año donde los federales se desarticularon
en su mando y condición debido a la derrota allí sufrida.
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inmediato el Coronel Pedro Celestino Guerra es nombrado Jefe Civil de la
ciudad de Mérida, quién decidió pedir donativos monetarios para la causa
federal y, en compañía del General Aristiguieta, el Coronel José Ignacio
Pulido y Ricardo Arvelo, se abocaron a saquear a las personas contrarias
que tenían bienes de fortuna. Esta actividad detuvo por unos días a los
federales en la ciudad, mientras contemplaban además su triunfó reflejado en
los distintos pronunciamientos a favor de la causa federal que hubo desde el
21 e julio de 1860 hasta 27 del mismo mes y año; ignorando quizás que su
retrazo iría en favor del gobierno dándoles oportunidad para que aumentará
el número de efectivos en Bailadores y organizaran desde allí la oposición a
los federales.
37
poder combatir debido a las condiciones climáticas y a la superioridad
numérica de efectivos adictos al gobierno, deciden entregarse 150 federales
el 31 de agosto de 1860; mientras que el Coronel Federal José Ignacio
Pulido, conduce en retirada 60 hombres hacia Aricagua donde fueron hechos
prisioneros.
38
Mérida, Miguel María Cándales, y otros distinguidos merideños, Mucuchíes lo
hace el día 24 con gran cantidad de participantes, Lagunillas se pronuncia el
día 25; la Mesa de los Indios el 26 de julio San Juan el 27 del mismo mes
firmándolas en esta última 34 personas.
39
a cuyo fin he llamado previamente al Señor Vice Rector
a desempeñar las funciones que debe el Rector.
Solo las excepciones circunstancia en que nos
encontramos, y cuando se ha levantado una horda de
bandidos que en negra bandera llevan estampados el
exterminio y la muerte, haciendo horrorosa guerra a la
humanidad, pudieran haberme violentando a dejar por
algún tiempo el puesto que he estado ocupando; pero yo
protesto que al volver la paz a esta Provincia me
reencargaré de mi destino de rector.
Creo de mi deber participado aquí a usted para que
se sirva ponerlo en conocimiento del Supremo Gobierno
los mismos que el que muchos de los jóvenes cursantes
entusiastas defensores del orden y la moral pública han
dejado accidentalmente los estudios censando plaza de
soldados en las diferentes compañías que han ido
organizándose para atender personalmente a la común
defensa” (A.G N. Secretaria de Interior y Justicia.Tomo
DCXLIV, folio 294, 1859.)
40
para manifestarse con las armas contra los federales, es decir, que el
gobierno no tuvo el apoyo de la totalidad de los estudiantes que cursaban en
la institución y aunque no tenemos información exacta sobre algunos jóvenes
apoyando la causa federal de igual manera podemos pensar que no hubo un
común acuerdo entre los mismos y así como muchos jóvenes universitarios
defendieron el orden público, quizás también otro grupo de estudiantes se
inclinaron por las consignas federales.
41
“sabe usted lo importante que es cubrir la parroquia
de Las Piedras, para impedir que los rebeldes,
incansables en obrar con prontitud, intenten una invasión
por esta vía; y de este convencimiento y del interés de
usted por la causa santa del orden, espero que me
auxilie con doscientos hombres y los recursos
necesarios para remediar la absoluta desdicha en que se
encuentra la tropa puesta a mis ordenes”. (Archivo
General de la Nación. Secretaría de Interior y Justicia.
Tomo DCCIII, FOLIO 315, 1862).
42
La cita anterior extraída de un documento encontrado en el Archivo
General de la Nación, refiere los informes que hace el Gobernador de Mérida
al Jefe Supremo de la República. De la misma cita podemos deducir que ya
no eran simples amenazas de invasión a la Provincia, ya que para marzo de
1862, fecha del documento, los federales ya habían tomado a Guaraque,
población perteneciente a nuestro territorio; más aún, ya habían entrado a
Pregonero caserío del Estado Táchira. Sin embargo, no era ésta la única
razón de inquietud que tenía el gobierno, pues en el mismo documento
señala otras posibles invasiones de las tropas federales.
43
meras hipótesis por falta de información exacta. Lo que si es cierto, y en la
fuente citada se deja ver, es la preocupación del gobierno por las distintas
amenazas al territorio merideño por parte de los federales. Como lo resalté
anteriormente, el ejército de la federación no murió de un todo en la montaña
de Mocomboco en 1860, solo que esta vez 1862 fue menos fuerte en
comparación a la invasión anterior. Posiblemente lo veamos así la escasez
de fuentes bibliográficas y documental que impide llevar más lejos la
investigación, con lo que quedan en sombra aspectos fundamentales de la
realidad de este periodo en el Estado Mérida.
44
CONCLUSION.
45
tendencias: la de civilistas que apoyaban a Manuel Felipe Tovar y Pedro
Gual; y la de los dictatoriales quienes promovían la figura de José Antonio
Páez como única salida para restablecer la paz. Finalmente esta pugna cesó
con el segundo regreso de Páez en marzo de 1861, el derrocamiento del
presidente Pedro Gual en agosto del mismo año y la Proclamación de una
dictadura encabezada por el general Páez pero dirigida, en realidad, por
Pedro José Rojas. Así mismo, una vez en el poder llevaron adelante
conversaciones con los federalistas en diciembre de 1861, que no lograron
un resultado favorable prolongándose la lucha hasta las negociaciones del
Tratado de Coche en 1863.
46
llaneras; la dirección política de la insurrección especialmente después de la
muerte de Ezequiel Zamora, la desempeñaron los terratenientes, capas
sociales de la burguesía urbana y caudillos militares ideológicamente
aburguesados. En este sentido, el programa de Zamora era de naturaleza
esencialmente intelectual, político y más bien moderado que radical: exigía la
abolición de la pena de muerte, la prohibición perpetua de la esclavitud y el
sufragio universal combinado con el principio alternativo de gobierno. Es por
este motivo, que algunos historiadores señalan que más que una
insurrección campesina, la Guerra Federal significó un renovado intento de
fusión entre dos realidades sociales y raciales: blancos contra razas
mezcladas de la Venezuela agraria.
47
favor de la causa federal. No debemos caer en el error de afirmar, como lo
han hecho algunos autores, que los estados andinos se mantuvieron al
margen de esta contienda; claro está que para el caso de Mérida, el cual fue
el objeto de estudio de éste trabajo , la guerra no se vivió con mayor
intensidad como en los Llanos; pero de igual manera las ideas federalistas
fueron arraigadas en el pensamiento de la sociedad emeritense como único
resultado de la influencia de la Guerra Federal en la Provincia de Mérida en
el siglo XIX.
48
BIBLIOGRAFIA.
49
FUENTES DOCUMENTALES.
50
Anexos.
51
Pronunciamiento de Ejido.
El Jefe Civil y militar.- José María Uzcátegui.- Leoncio Ramírez.- Juan del
E.- Manuel de Jesús Briceño.- Braulio Dávila.- Ramón Moreno.- Mauricio
Juárez.- Justo Moreno.- Lorenzo García.- Luís Rodríguez.- José Antonio
García.- El Capitán Valerio Garrido.- José María Peralta.- A ruego: Agustín
Angulo.- José A García.- Manuel Paredes.- A ruego: De Eugenio Quintero.-
Manuel Paredes.- A ruego de Luís Mergarejo.- Manuel Paredes.- Faustino
Ruiz.- a ruego de Francisco Morales: Faustino Ruiz .- A ruego de Eduvigis
Torres: El Capitán Valerio Garrido Jacinto Briceño.- A ruego de Antonio
González: Miguel Paredes.- A ruego de Clemente Rojo.- Leoncio Ramírez.- A
ruego de Pablo Angulo.- Manuel Paredes.- Rafael González.
52
Nota: entre lo firmado y demás concurrentes hubo el número de más de
ciento ochenta y seis individuos.”
Pronunciamiento de Tabay
53
Marquinas.- Luís Marquinas.- A ruego de los Señores Cipriano Moreno,
Antonio León, Miguel Ruiz, Agapito Marquinas, Antonio Ignacio Lobo y
Fabián León: J.J de la Cruz Monsalve.- Asencion Moreno.- Miguel León.-
Ramón León.- Por mi padre Domingo Monsalve: Antonio Ignacio Monsalve.-
Andrés Antonio León.- Francisco A, Torres.- A ruego de los ciudadanos:
Damas Moreno, Ventura León y Vicente Calderón: Antonio y Monsalve.- A
ruego de Carme Moreno y Mateos Moreno: Ramón León.- José Antonio
Moreno.- Ulpiano Silva.- El Jefe Civil y Militar Sebastián Maldonado”.
54
Por tanto y con el objeto de proceder de organizar todos los ramos de la
administración pública y haciendo uso de la soberanía popular, hemos
designado al Ciudadano Dr. Juan José Cosme Jiménez con el carácter de
Presidente del Estado Mérida, delegándole al efecto todas las funciones
inherentes al desempeño de tan importante destino.
Dios y Federación
55
Moreno.- Juan Bautista Arias.- Juan Antonio Godoy.- Juan José Cosme
Jiménez.- Rafael J Castillo.- José A Troconis.- Juan José Maldonado.- Pablo
M Celis.- Pío León.- Pedro J, Godoy.- Domingo F, Torres.- Juan de Dios
Picón.- Wensselado Maldonado.- Arístides Márquez.- Elio Caicedo.- Regino
Aular.- Francisco Lima.- Aureliano Torres.- J, I, Bereciarto.- Zózimo Jugo.-
Miguel M, Cándales.- Manuel Fonseca.- Manuel L, Trejo.- Manuel S Jugo.-
José A Escalona.- Jesús Uzcátegui.- Genarino Uzcátegui.- Venancio Ruiz.-
Pedro Trejo.- Antonio Trejo.- Por Casimiro Ramírez y Rosario Velásquez:
Pedro C, Guerra.- Eloy Quintero.- Eulogio Velásquez.- Luís María Castillo.-
Avelino Briceño.- Antonio Gil Quintero.- A ruego de Bartolomé Monsalve:
Rafael T, Castillo.- J, de Jesús Uzcátegui.- Víctor Salas.- Pedro María
Guerra.- Félix María.- Juan Antonio Rodríguez .- Juan Jugo.- Alejo
Fernández Angulo.- Primer Comandante Ignacio Antonio Brea.- Juan Ignacio
Rángel.- Antonio Gil Montilla.- Teniente del ejército de Juan José Soto.-
Pedro C Campos.- Pedro Sánchez.- Esteban Tovar.- Juan Agustín Paredes.-
A ruego del ciudadano José María Alarcón: Mateos Albornoz.- Santiago
Lozano” .
Pronunciamiento de Mucuchíes.
56
cuatro meses que se ha puesto en prueba nuestra tolerancia, nuestra
sencillez, nuestro desinteresado patriotismo; insultándosenos de obra y de
palabra, atacándonos nuestras propiedades, allanándosenos nuestras casas,
amarrando nuestros hombres en los poblados y caminos, mandándolos a
tirar como fieras bravías, exigiéndose al Cantón dinero, bestias de silla, de
carga y de ganado de un modo hostil, vejándose en publico nuestros
prohombres con el titulo de facciosos, y con amenazas repetidas de
destruirnos: Segundo. Que cuando ya tocábamos el estado de
desesperación aparece el angel tutelar de este Cantón, o mejor dicho, de
toda la provincia, con un brillante Ejercito lleno de valor, entusiasta, por
nuestra libertad, en el mayor orden político, y consideraciones en nosotros, y
en los mismos términos ha llegado a la capital de la provincia, ofreciéndonos
garantías, unión fraternal y justicia. Tercero y último. Que siendo estos
nuestros sentimientos, y por los que siempre hemos anhelado, nos
pronunciamos sin aspirar más que a la paz y concordia, sin odios, olvidando
todo lo pasado, y sin aspiraciones de ninguna especie, nos declaramos por el
sistema federal libre, franca y espontáneamente, comprometiendo nuestras
fortunas, nuestras personas y lo más precioso que es nuestra existencia, por
sostener y defender los principios adoptados por nuestros mayores el año de
11, el 5 de julio, cuyos principios, el despotismo, el terrorismo, el fanatismo y
la ignorancia, han perseguido afligido, y hecho correr arroyos de sangre,
destruyendo nuestros conciudadanos, nuestras fortunas, nuestras creencias,
nuestras costumbres, sencillas y virtuosas. También esperamos que nuestros
actuales mandatarios así como militares y civiles y políticos, mediten sobre el
sistema adoptado, para que se nos gobierne con orden y humanidad; y que
se de también una mano generosa a nuestros hermanos descarriados; pero
también los que hasta ayer nos gobernaron despóticamente amaestrados en
la arbitrariedad que no se les nombre, para que no nos manden hasta que no
prueben un verdadero patriotismo con sus buenas obras.
57
Así lo decimos, declaramos y firmamos los vecinos de este pueblo, y
sacándose copias de este acto para remitirla al ciudadano general Modesto
Rodríguez.
¡Viva la Federación!
¡Viva el Ejercito Libertador!
¡Viva el Cantón Mucuchíes!
Mucuchíes Julio veinticuatro de mil ochocientos sesenta.
Dios y Federación.
58
“Nosotros los vecinos de la Parroquia, asociados con los ciudadanos
comisionados por el Jefe Civil y militar del Cantón Ejido, Pedro Pérez, Luís
Rodríguez y Leoncio Ramírez de esta jurisdicción de la Provincia de Mérida;
siguiendo los dictados de nuestra conciencia, nos pronunciamos
solemnemente ante Dios y el mundo, defenderlas con nuestras personas y
bienes, reconociendo como jefe supremo de las Armas federales, en la línea
occidental al ciudadano General Pedro Aranguren.
Dios y Federación.
59
las libertades públicas y consolida la paz interior de las distintas fracciones
que constituyen el Estado, y acatando como de buena la voluntad de las
mayorías declarada a la fecha por el sistema federal nos pronunciamos
solemnemente por tal gobierno, adhiriéndose en un todo al pronunciamiento
del Cantón Capital conforme al de nuestro Cantón y ratificamos y
sostendremos la elección hecha en el ciudadano Doctor Juan José Cosme
Jiménez para presidente del Estado Mérida, así como también la recaída en
los ciudadanos que componen el gobierno legislativo provisorio.
60
Fermín Montoya, Atanasio Moreno, Ramón Maria Uzcátegui, Benito
Gómez, Manuel Gómez, Ascencio Urbina, Eusebio Urbina, Mariano Dávila,
Clarencio Nava, Antonio Dávila, Cornelio Rangel, Rosario Gómez, Isidro La
Cruz, Ramón Salazar, Santos Calderón, Matías Nava, Ascencio Nava, Rafael
Quintero, Venancio Nava, Pablo Vivas, Bernardo Rondón, Alejos Angulo,
Javier Angulo, Ramón Maria Uzcátegui, Natividad Rivas, el Jefe de la Policía:
Fermín Montoya.
Por mi, ruego de José María Uzcátegui, Juan Vera, Juan de la Cruz
Méndez, Jerónimo Vera, Encarnación Mendoza y Francisco Vera por no
saber Ignacio Monsalve. Siguen 27 firmas. Mérida. Imprenta de la viuda de
Osorio”.
61
62