Caminos

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Prólogo

Todas las personas, antes de ser personas, somos un alma. Un ser, invisible e intangible

que existe en alguna parte del universo y cuyo destino está escrito hasta el momento de

llegar al vientre materno. Lograr nacer, dependerá de un sinfín de circunstancias de las

cuales no somos responsables porque somos ajenos a ello. Pero de conseguirlo, los

caminos a seguir a partir de ese punto son infinitos.

Algunos, tienen la fortuna de nacer rodeados de personas y recursos que harán que su

camino sea más fácil de recorrer. Donde los obstáculos serán insignificantes, los

zapatos serán perfectos para su andar y difícilmente encontrarán tormentas que

entorpezcan su viaje. Sin embargo, esto no se aplica a todas las personas y habrá

muchos quienes no tendrán la suerte de contar con todo aquello.

Hay quienes tendrán que zambullirse en el lodo, quemarse los pies con la arena

ardiente del desierto, nadar a través de los océanos más profundos y salvajes. Y

durante la travesía serán pocos quienes ofrecerán una mano para ayudarles a continuar.

Sin embargo, en el transcurso del trayecto las cosas pueden dar giros inesperados que

terminarán por mostrarnos que el final del camino es incierto. E incluso, puede haber

intersecciones entre un camino y otro.

A veces pueden ser tan confusos y enredados que a pesar de ser completamente

distintos se da el momento en que los caminos se cruzan provocando un encuentro

entre personas que nada tienen que ver la una con la otra porque el camino que han

seguido las ha forjado de una forma distinta.

Fue precisamente en uno de esos puntos de cruce donde conocí a la persona que

me cambiaría completamente.

Una persona que ahora se encontraba en una cama de hospital y a quien no había podido
decirle lo importante que era para mí.

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"Lauren..." La llamé con la voz quebrada mientras me acercaba lo más posible a su

cama y sostenía su débil y fría mano entre la mías "Lauren despierta... por favor..."

Su cabello negro se veía opaco y sus ojos que solían ser de un verde esmeralda estaban

ahora ensombrecidos y cubiertos por sus párpados. Su rostro estaba marcado por las

heridas que provocaban que fuera difícil reconocerla. Su cuerpo estaba inmóvil y ella...

Lauren, esa chica que se enfrentaba a todo y contra todos sin miedo y con orgullo era

ahora incapaz de respirar sin la ayuda de las máquinas que estaban en esa misma

habitación, conectadas a su cuerpo.

"Perdóname... Lauren." Le pedí siendo incapaz de contener mis lágrimas al verla ahí,

sin poder encontrar la sonrisa soberbia que solía dedicarme en respuesta de las mías,

quedando en su lugar sus labios unidos, casi sin color, nada que ver con el rosado que

solía iluminarlos comunmente.

"Por favor... vuelve conmigo Lolo. Vuelve... Tienes que escucharme..." Continué hablando

porque tenía la esperanza de que, a pesar de todo, ella pudiera oírme, de que su alma

pudiera estar conectada a la mía tal como nuestros caminos lo estaban desde el momento

en que cruzó la puerta de mi casa. "Sé que debí haber dicho esto antes... Quizá no tiene

mucho sentido que lo diga ahora porque, tú estás aquí, dormidita..." Continué diciendo

mientras sentía mi corazón estrujarse dolorosamente dentro de mi pecho aunque trataba

de esbozar una sonrisa. La habitación era fría y silenciosa, lo único que rompía ese

silencio era el sonido de los aparatos que registraban los signos vitales de Lauren y mis

sollozos.

"¿Tienes idea de lo irritante que eres?" Le pregunté sin esperar respuesta, en primer

lugar porque era una pregunta retórica y en segundo porque era imposible que ella me

respondiera. Sonreí amargamente ante el recuerdo de todo lo que ella y yo habíamos

vivido y luego seguí "Llegaste a desordenar mi vida Lauren. A poner todo de cabeza y a

destruir todo lo que siempre había amado. Todo lo que tenía." La acusé y luego reí

amargamente "¿Y sabes qué es lo peor de eso? Que en realidad terminaste

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demostrándome que todo lo que tenía, todo lo que me rodeaba no significaba nada. Que

lo cierto era que mi vida era un asco antes de ti, un asco pintado de oro y sofisticación, de

lujos tan brillantes como el auto que solías pulir todas las tardes." Acaricié con suavidad

su mejilla, temiendo lastimarla con el contacto, pero fue más doloroso el darme cuenta

que ella no hizo ningún gesto, ella no me sentía. "Todo lo que tenía se convirtió en nada.

Y tú Lauren, tú te convertiste en todo para mí. El significado de la palabra valioso cambió

radicalmente cuando empecé a conocerte de verdad. No con la idea errónea que tenía de

ti. Sino cuando de verdad te miré a los ojos sin sentirme superior. En ese momento todo

lo que conocía se desvaneció y sólo quedó lo que tú me mostrabas, lo que tú me ofrecías

y lo que hacías crecer dentro de mí..."

El llanto se hizo más intenso en ese momento, porque hubiera dado cualquier cosa para

que ese par de ojos verdes me estuvieran viendo en el momento en que iba a confesarle

mis sentimientos.

"Te amo Lauren. Te amo... Y te odio por estar aquí. Con tus ojos cerrados,

debatiéndote entre la vida y la muerte sabiendo que si te vas ya no me quedaría nada...

Pero más me odio a mí. Porque sé perfectamente que todo esto es mi culpa." Acepté

autoflagelándome.

"Lolo... regresa. Te lo ruego, te lo suplico... Si me escuchas quiero que sepas que ahora

tienes lo que alguna vez dijiste que conseguirías cuando yo te traté con la punta del pie"

Continué arrodillándome a su lado mientras seguía sosteniendo su mano, cuyos dedos

caían víctima de la gravedad, inertes. "Estoy de rodillas ante ti, Lauren. Pidiéndote que me

perdones y ofreciéndote lo único que tengo para darte que es mi amor y mi profunda

admiración por ti. Despierta mi amor y toma lo que te doy porque si tú te vas... Si tú te vas

ya no quedará ningún camino para mí por recorrer... "

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Capítulo 1

Camila's POV

Mi mamá, mi papá y yo estábamos sentados en el comedor.

La mirada de ambos reflejaba un profundo enojo. Mi padre me veía a mí y mi madre veía

a mi padre. ¿Yo? Yo sólo estaba en silencio, fastidiada por la situación y deseando que la

discusión se acabara pronto para poder irme a la universidad donde al menos podía

divertirme con mis amigas.

"¿No vas a decir nada Karla?" Preguntó mi padre.

"No me llames así." Le respondí tajante y el dio un violento golpe sobre la mesa.

"Deja en paz a la niña, Alejandro." Gruñó mi madre mirándolo con el ceño fruncido "Ya

mantén tus modales por amor a Dios. Estamos en el comedor, no te comportes como

un salvaje."

"¿Te parece poco lo que ha hecho tu hija?" Respondió él mirando a mamá.

"¡También es tú hija!" Devolvió ella con fuerza "Y me parece que eres un exagerado.
La niña está bien, llegó un poco tarde anoche pero eso es todo."

"¿Es que no ves en lo que se ha convertido nuestra hija? ¡¿Estás ciega Sinuhe?!"

"¡¿Quieres dejar de hablar como si no estuviera aquí?!" Grité, ya me tenían harta con

esa estúpida discusión "Mierda. Ni siquiera es para tanto papá. El auto se manda a

arreglar y ya está. El dinero para eso nos sobra. ¿Cuál es el maldito problema?"

Mamá me miró por un momento, elvando una de sus delineadas cejas, sabía que no le

gustaba que dijera malas palabras y menos en el comedor pero en ese momento me

importaba una mierda lo que pensara ella o mi padre.

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"El problema es que eres una irresponsable Camila. ¿Cómo se te ocurre conducir en

estado de ebriedad? ¡Pudiste haber matado a alguien o pudiste haber muerto tú! ¿Crees

que esto es un juego?" Continuó papá.

"¡Pero no pasó nada de eso papá! Por Dios, sólo relájate. La cabeza aún me duele por la

resaca y tu estás aquí gritando como si yo fuera una maldita sorda." Le respondí. "El

auto tiene arreglo y si no lo tuviera compraríamos otro."

"Pudieron haberte arrestado." Continuó mi papá y yo rodé los ojos.

"La niña lo solucionó bien" Señaló mi mamá con tranquilidad.

"¡Sobornó a los agentes que la detuvieron! ¿Tú crees que eso es algo que le tengamos que

aplaudir? ¡Camila es una malcriada y ya es momento de que le pongamos un alto!"

"¡¿Sí?! ¿Y qué vas a hacer papá?" Lo reté.

"Para empezar se acabaron tus salidas a fiestas, clubes y todas esas estupideces. Ya
me harté de tus borracheras y tu irresponsabilidad."

"¡No puedes hacer eso!" Grité.

"Ya está hecho Karla. No hay nada de lo que digas que vaya a hacerme cambiar de

opinión." Dijo él y yo miré a mí mamá quien al notarlo carraspeó un poco y luego habló.

"No digas tonterías Alejandro. La niña va a seguir saliendo cuanto quiera." Dijo ella y yo

estaba por sonreír cuando papá dio otro golpe en la mesa, aún más fuerte que el

anterior.

"¡Cállate! Ya la malcriaste todo lo que quisiste y no pienso permitir que continúes. ¡Se
acabó! ¡¿Entendieron las dos?! ¡¡¡AQUÍ SE HACE LO QUE YO ORDENO!!!"

Abrí los ojos de par en par. Jamás lo había visto tan enojado y cuando su mirada se
dirigió directamente a mis ojos me quedé estática.

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"Tú no vas a volver a salir Camila. Vas a ir a la universidad y de ahí volverás a la casa.

¿Escuchaste?"

"Sí" murmuré.

"¡¿ME ESCUCHASTE?!" Gritó molesto.

"Sí papá." Dije más fuerte. "Pero necesito que mandes a arreglar el coche, no pienso ir

a la universidad en esa lata."

"Sí. Lo van a arreglar." Aceptó él y yo sonreí. Sólo tenía que seguir su juego unos días a

que se le bajara el enojo y pronto podría volver a divertirme. "Mientras tanto yo te llevaré

e iré por ti a la universidad. Y en cuanto el auto esté en condiciones contrataré a un chofer

para que se encargue de hacerlo."

"¿Qué?" Dije incrédula.

"Lo que escuchaste. No vas a volver a conducir un auto hasta que seas lo
suficientemente responsable para hacerte cargo de las consecuencias de su mal uso."

"Alejandro" Comenzó a decir mi mamá pero papá la detuvo.

"Tú no digas nada. No te metas en esto Sinuhe. No está a discusión." Dijo mirándola,

luego suspiró, le dio un sorbo a su café y tomó el periódico entre sus manos para

ponerse a leer. "Termina de desayunar porque ya casi es hora de que nos vayamos."

"Pero aún falta una hora para que comiencen mis clases." Refuté en voz baja.

"Sí. Pero yo tengo a penas media hora para llegar a bufete así que tengo que ir a

dejarte antes. Ahora come. En silencio."

Los tres terminamos el desayuno en silencio y un rato después mi padre y yo salimos de

la casa en su auto. Me sentía como una niña de ocho años a la cual tenían que llevar a a

escuela. Era humillante.

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Quería gritárselo pero sabía que eso lo único que iba a provocar era que el castigo se

extendiera más de lo necesario y no estaba con ánimos de que eso continuara más de un

par de semanas. Así que sin más me quedé en silencio durante todo el camino, que no

duró más de veinte minutos.

"¿A qué hora sales?" Me preguntó mi padre mientras se orillaba frente a la universidad.

"No lo sé, es el primer día de clases" Respondí de mala gana.

"Pues investigas y cuando sepas me mandas un mensaje para que venga por
ti." Contestó el y yo sólo gruñí como respuesta.

"No quiero más problemas hoy Camila. Has lo que te ordeno."

"Sí papá." Acepté molesta bajándome de su auto y azotando la puerta antes de que
pudiera darme otro sermón.

Caminé de forma apresurada hacia la entrada del campus, se veía desolado. Nunca

había llegado tan temprano en mi vida. Con mi bebé -mi Porsche 911- llegaba en unos

cuantos minutos, así que no tenía que preocuparme por salir de casa con demasiada

anticipación. Sin embargo, ahora estaba ahí, sola.

Normani y Dinah no llegarían pronto, eso era seguro. Siempre llegaban tarde a las

primeras clases lo sé porque yo solía llegar más o menos a la misma hora pero

nunca teníamos problemas porque los profesores sabían que no les convenía

meterse en nuestros asuntos.

Debido a que no tenía nada más que hacer o con quien estar, me dirigía la oficina de

servicios de la universidad porque era ahí donde podría pedir informes sobre los horarios

para entonces mandarle el mensaje a mi papá. Obviamente le diría que saldría más tarde

de lo que en realidad haría y así me quedarían algunas horas libres para pasarla bien con

mis amigos sin tener ningún problema.

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Recorrí los jardines y los pasillos hasta llegar al edificio correcto. Subí las escaleras

acomodándome el bolso sobre el hombro, detestaba que se resbalara sobre la tela de mi

blusa.

Finalmente llegué a la oficina indicada, sin embargo, justo cuando iba a tomar la perilla

de la puerta, al descender la mirada hasta ella me di cuenta de que había ensuciada la

punta de mis tacones. Fruncí el ceño y rodé los ojos, saqué una servilleta de papel de mi

bolso para agacharme a limpiarlos, no estaba dispuesta a que mi outfit se viera arruinado

por una mota de lodo. No cuando todo lo demás lucía perfecto. Mi blusa que simulaba ser

un suéter amarillo que llegaba hasta poco más arriba de mi cintura, dejando visible mi

ombligo y parte de mi vientre. Donde comenzaban unos jeans oscuros, rotos por las

rodillas muy ceñidos a mis piernas que finalizaban en esos tacones altos de color negro

que se amoldaban bien a la forma perfecta de mis pies.

Sonreí cuando la mancha desapareció y cuando estaba a punto de levantarme un fuerte

golpe en la cabeza me hizo caer hacia atrás, rebotando sobre mi culo que

probablemente dolería el resto del día.

"¡¿Qué diablos te pasa imbécil?!" Grité al tiempo que llevaba mis manos hacia mi
cabeza debido a la conmoción del golpe.

"Oh diablos, diablos, diablos" Escuché que una chica decía, seguramente era la estúpida
que había abierto la puerta de pronto. "¡Lo siento tanto! Déjame ayudarte"

Sentí como alguien intentaba tomarme del brazo pero rápidamente lo aparté diciendo un

fuerte "No me toques" Alcé la vista para dedicarle a esa chica una mirada de furia que

seguramente la dejaría helada pero lo que encontré me descolocó por un momento.

Eran unos ojos increíblemente verdes que me miraban directamente y que por un instante

incalculable me dejaron fuera de juego. "¿Segura que estás bien?" Siguió preguntando

"Por favor perdóname."

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Ella me tomó del brazo una vez y me jaló con fuerza pero con igualdad de gentileza para

ayudar a ponerme en pie. Mientras me incorporaba la recorrí con la mirada. Llevaba unas

zapatillas deportivas sucias, con las agujetas desatadas, unos pantalones vaqueros más

anchos de lo que deberían y que provocaban que su cuerpo no tuviera forma alguna.

Más arriba una blusa negra, de manga larga y encima una chaqueta de cuero, lo cual era

lo único rescatable de su vestimenta.

Rápidamente me alejé de ella.

"En serio lamento lo que sucedió" Continuó disculpándose "No me di cuenta de que

estabas ahí." Ella sonrió un poco y yo no pude sentir más que la ira crecer dentro de

mí. ¿Cómo se atrevía a reír cuando me había mandado a la mierda de un portazo?

"¿Eres ciega o simplemente estúpida?" Espeté irritada. Ella frunció el ceño y se apartó un
paso hacia atrás.

"Acabo de decirte que lo siento. No fue a propósito, tampoco es para que te pongas en

este plan." Me dijo, su sonrisa había desaparecido y de ella sólo quedaba una mueca en

sus rosados labios.

"Tú ni siquiera deberías estar hablándome." Le respondí mirándola de arriba a abajo de

forma despectiva y sin disimulo. Noté que se puso tensa de inmediato porque sus puños

se cerraron con fuerza. "No sé quién mierda seas pero si yo fuera tú no me acostumbraría

a haber entrado a clases."

"¿Qué?" Dijo ella, su expresión cambió de molestia a desconcierto.

"Que tu estupidez te costará el lugar en esta universidad." Expliqué tajante. Ella sonrió

nerviosa.

"No puedes hacer eso."

"Oh, claro que sí puedo. Y lo haré." Dije dándole un empujón para que se apartara de mi
camino sin importarme que fuera más alta que yo y mientras atravesaba la puerta hacia

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la oficina la escuché decirme "Estás hablando mierda. No voy a perder mi tiempo
discutiendo contigo. Que tengas buen día."

Iba a girarme a decirle lo que se merecía pero decidí simplemente actuar y

demostrarle que no debía meterse conmigo.

"Señorita Cabello. Qué sorpresa verla por aquí a estas horas. Buenos días." Dijo la

encargada de la oficina cuyo nombre no recuerdo y a decir verdad poco me interesaba.

"¿Quién es la chica que acaba de salir?" Le pregunté sin responderle el saludo.

"Um..." Balbuceó ella y yo rodé los ojos.

"¿Sabes quién es o tengo que llamar al FBI para que haga tu trabajo?" Pregunté molesta.

"Su- su nombre es Lauren Michelle Jauregui. Acaba de integrase a la universidad. Está


estudiando la carrera de Ingeniería en Robótica Industrial." Dijo ella rápidamente.

"Bueno. La quiero fuera." Casi ordené mientras me revisaba las uñas.

"¿Perdón?" Preguntó ella como si no me hubiera entendido yo di un gruñido de fastidio.

"¿Qué hice para que este día estuviera tan lleno de imbéciles?" Pregunté mirando al

techo y luego dirigí mi mirada hacia la mujer detrás del escritorio. "Quiero que la

expulsen."

"No podemos hacer eso" Respondió ella nerviosa y yo arqueé mi ceja, retándola a que

repitiera lo que acababa de decir "Ella es una estudiante que ha entrado con una beca

del ochenta por ciento. Beca que ha conseguido debido a su increíble aprovechamiento

académico. Prácticamente ha sido el director de la universidad quién le ha pedido que se

integre." Explicó.

Yo bufé molesta. Si la tal Lauren era protegida del director no había forma de que la
sacara del campus. Al menos no utilizando el método sencillo.

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"Bien." Dije finalmente y luego cambié de tema como si lo de la chica no me interesara en

absoluto aunque por dentro me estuviera muriendo de la ira al no poder cumplir con mi

amenaza. Decidí encargarme del asunto que realmente me había llevado hasta esa

oficina.

Ya después me encargaría de la estúpida de ojos verdes.

Lauren's POV

Todo parecía un sueño. El campus universitario era gigantesco. Contaban con dos

gimnasios, un campo de baseball, uno de fútbol soccer y una cancha de baloncesto.

También había una piscina olímpica, gigantescos jardines, cinco increíbles comedores

e increíbles instalaciones para cada carrera que la universidad ofrecía.

Había perdido dos años de estudios debido a la repentina muerte de mamá y papá

pero finalmente estaba ahí, en la universidad, deseando más que cualquier otra cosa

que donde quiera que ellos estuvieran se sintieran orgullosos de mí.

El camino a seguir era difícil. Nunca había estado en una cama de rosas, pero

definitivamente todo se hizo mucho peor con la partida de ellos dos que eran los pilares

de nuestra sencilla pero unida familia. Desde su muerte todo se había complicado y un

gran peso cayó sobre mis hombros pero haría cualquier cosa por mis hermanos. Lo que

sea y ahora empezaba a hacer lo mejor por ellos.

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Si me esforzaba lo suficiente podría terminar mi ingeniería y entonces conseguir un

trabajo lo suficientemente bien pagado para que Taylor y Chris no tuvieran que

preocuparse por nada. Sabía que llevaría años pero era el mejor camino para seguir,

aunque fuese el más difícil. Ya había postergado esto el tiempo suficiente así que ahora

debía poner todo mi empeño para trabajar y estudiar al mismo tiempo.

Tendría que encontrar un empleo pronto, sobre todo ahora que se me estaba terminando
el dinero de la venta de la camioneta de papá.

Estaba en una de los comedores del campus, comiendo un sandwich pasando el tiempo

de uno de mis descansos, según el horario que me habían entregado por la mañana en la

oficina de servicios. Pensar en ello me hizo recordar el desagradable encuentro que

había tenido con aquella chica.

"Demasiado amargada para ser tan bonita" pensé.

Es que demonios. Me había quedado como estúpida mirándola ahí, tirada en el piso

frente a mí. Dios, esa chica era tan caliente. Su cabello era castaño oscuro y caía en una

perfectas ondas a los lados de su rostro. Su cuerpo era delgado y bien formado, no tenía

mucho pecho pero a pesar de que estaba sobre el, se notaba que tenía un trasero

perfecto, proporcional a su complexión y su estatura, que era un poco menor que la mía.

Tardé un poco en reaccionar y ofrecerle mi ayuda. Creí que había tenido un golpe

de suerte cuando hice contacto visual con ella. Esos ojos marrones eran armas, lo

juro. Grandes y profundos. Era, definitivamente una mujer guapísima.

Es en momentos como ese donde me pongo a reflexionar en cuán gay soy y lo mucho

que me encanta serlo. Sin embargo, el sabor dulce del encuentro no me duró demasiado

porque en cuanto la chica abrió la boca me di cuenta de que no era más que una niña

malcriada que seguramente se estaba pudriendo en dinero y pensaba que eso le daba el

derecho de mirarme hacia abajo.

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Tomé otro bocado de mi sándwich con un poco de molestia, esperando que con ello se

me pasara el amargo sabor de boca que me quedó ante la desagradable memoria y una

vez que el queso derretido hizo su trabajo saqué mi teléfono. No debía perder el tiempo,

necesitaba encontrar un trabajo pronto.

"Se solicita mesera para el turno nocturno en restaurante abierto 24 horas..." No. Ese no.

Demasiado demandantes y casi no me dejaría tiempo de hacer tareas y encargarme de

Taylor.

"Trabajo de tiempo completo como cajera en tienda de ropa ubicada en..." No.
Ese tampoco.

"Solicito chofer responsable para auto particular. Medio tiempo. Sueldo $---- " A la mierda.

Este era. Tenía que ser este.

Sabía conducir perfectamente y ya que era un auto de uso personal o familiar no tendría

que estresarme como lo haría conduciendo... No sé, un camión de carga o algo por el

estilo. Además, si ya había logrado conducir la camioneta de papá que era una verdadera

lata con ruedas que se detenía con una pequeña ventisca. Podría conducir cualquier auto.

Estaba segura.

La paga era buena y el anuncio lo acababan de poner hacía apenas dos minutos. Esta

era una gran oportunidad. Si se adaptaba a mis horarios sería el empleo perfecto para mí.

Rápidamente marqué el número en el teclado de mi móvil y pulse llamar.

"Buenos días Bufete de Abogados Cabello-Estrabao ¿En qué puedo servirle?" Dijo una
voz al otro lado de la línea.

"Buenos días. Llamo para preguntar acerca del empleo de chófer que esta ofreciendo el
Señor... Alejandro Cabello." Dije con tranquilidad.

"Oh, claro. El Sr. Cabello tomará su llamada en un momento." Dijo el hombre y


entonces escuché una música de espera a través de la bocina.

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Era extraño. El nombre del bufete era el apellido del hombre que ofrecía el empleo.

Seguramente debía ser asquerosamente rico. No había explicación para que pagara tan

bien una labor tan sencilla como la de conducir un auto. Pero, si ganaba tan bien y era

un sujeto tan importante ¿Por qué tomaba él las llamadas de asuntos tan sencillos como

éste?

"Alejandro Cabello al habla." Dijo la voz al otro lado de la línea cuando la música se
detuvo. Era una voz mucho más grave y fuerte que la del primer sujeto.

"Buenas tardes Sr. Cabello. Llamo para lo del empleo de chofer que está ofreciendo." Mi

voz sonó ligeramente nerviosa. Tenía miedo de que no me rechazara por el simple

hecho de ser mujer. Nunca sabes cuando te puedes encontrar un misógino.

"Por supuesto. ¿Cómo te llamas?" Preguntó él. Su voz sonaba amable pero aún así

inspiraba respeto.

"Lauren Jauregui, señor."

"¿Edad?"

"Veintidós años."

"Eres muy joven para el empleo. Lo siento." Dijo él y yo me apresuré a hablar antes de
que me colgara.

"Eso no tiene que ser un problema Sr. Cabello. Sé conducir perfectamente y soy una

mujer responsable. Por favor. Puedo hacer una prueba si usted lo desea para

mostrarle que soy perfectamente capaz de cumplir con sus requerimientos." Hubo un

prolongado silencio que me dejó congelada.

"Bien. Anota la siguiente dirección. Irás a hacer tu prueba hoy, a las seis de la tarde en
punto. ¿De acuerdo? Ni un minuto más ni uno menos."

"Seis en punto, señor. Estaré ahí." Respondí firmemente con una sonrisa.

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Definitivamente todo iría bien.

El hombre me dio la dirección de su casa en donde llevaría acabo mi prueba y una

entrevista con la cual él determinaría si podía quedarme con el puesto o no. Por supuesto

que lo conseguiría, tenía que hacerlo por mis hermanos.

[...]

Eran las 5:59 pm y yo estaba en la entrada de lo que, en mi opinión, podría considerarse

una jodida mansión. Había unos gigantescos muros de piedra con enredaderas y musgo

sobre ellos que no permitían ver demasiado hacia el interior, pero, a través de la reja

frente a la que yo me encontraba podía observar un gran jardín y una enorme casa al

fondo, con alberca, y grandes balcones.

Decidí apresurarme y llamé por el intercomunicador que estaba colocado a lado de

la reja.

"Mansión Cabello - Estrabao" respondió la voz de una mujer mayor.

"Buenas tardes. Mi nombre es Lauren Jauregui. Tengo una cita con el Señor
Alejandro Cabello. Una entrevista de trabajo."

"Correcto. El Sr. Alejandro ya nos había informado que vendría. Adelante."

Un extraño sonido fue emitido por la bocina del comunicador y luego escuché como la reja

comenzaba a abrirse de forma automática. Seguí el camino de pequeñas rocas y concreto

que conducía a la mansión a través del jardín y en la entrada me esperaba una mujer que

al escuchar supe que era la que me había contestado al llamar anteriormente.

"Sígame por favor" Me dijo ella, que vestía un típico uniforme de empleada
doméstica. ¿Me harían utilizar uniforme a mí también."

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Atravesamos un amplio recibidor, justo enfrente había unas escaleras enormes que se

dividían hacia dos direcciones distintas pero ambas llevaban a la segunda planta de la

construcción. No obstante no subimos, sino que cruzamos el recibidor y caminamos por

un largo pasillo hasta llegar a una puerta de madera llena de detalles ornamentales en la

cual relucía una manija dorada.

La mujer tocó la puerta y se asomó anunciando mi llegada. Logré escuchar que Alejandro

Cabello decía "Que pase." y pronto la mujer se apartó para dejarme entrar al despacho

del dueño de todo aquel lugar.

"Siéntate, Lauren." Dijo él una vez que la mujer cerró la puerta detrás de mí, señalándome

una de las sillas frente a su escritorio. "¿Te ofrezco algo de beber?" Preguntó.

"No señor. Gracias." Respondí acomodándome en el asiento.

"Bien. Pues comencemos Lauren. Dime por qué deseas este empleo."

"Porque lo necesito." Dije rápidamente y él movió su mano alentándome a continuar.

"Acabo de entrar a la universidad. Tengo una beca y eso me permite estudiar ahí, sin

embargo tengo que hacerme cargo de la educación de mis hermanos menores y de

los gastos de nuestra casa."

"¿Y tus padres?" Continuó cuestionando.

"Mamá y papá murieron hace dos años." Alejandro me miraba fijamente "En... un
atentado." Expliqué con dificultad y él suspiró.

"¿Qué estudias Lauren?"

"Ingeniería en Robótica Industrial" Contesté y él arqueó una ceja en un gesto sutil de

sorpresa.

"Bueno. Vamos a hacer la prueba para ver si te quedas con el puesto o no.

¿Tienes alguna duda?"

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"A decir verdad. Sí." Él asintió dándome la aprobación para continuar "¿Por qué

paga tanto por un empleo tan simple como este?"

"En realidad no es demasiado. Me parece lo justo y esa cantidad no significa nada para

mí. Además, no se trata sólo de conducir, sino de estar pendiente del mantenimiento de

los autos, cosa que dudo que te cueste trabajo."

"No soy mecánica" pensé. Pero lo cierto era que Alejandro Cabello tenía razón. El

mantenimiento de un coche era sencillo una vez que conocías su funcionamiento. Y yo lo

hacía.

"Sin embargo esa no es la única razón. ¿Verdad?" Él sonrió divertido y asintió.

"Vamos a hacer la prueba y después platicaremos sobre el resto." Dijo y yo acepté.

El recorrido fue sencillo. Conduje una camioneta Range Rover de color plateado. Era tan

suave que casi sentía que flotaba sobre el asfalto. Muy fácil de conducir, dócil, como un

cachorro. Cuando volvimos a la mansión, regresamos al despacho.

"¿Y bien?" Pregunté cuando estuve sentada de nuevo en el mismo sitio.

"Excelente. No tengo ninguna queja." Contestó él. "El empleo es tuyo si lo quieres"

"Por supuesto que lo quiero" Respondí feliz. Y él levantó la palma de su mano pidiéndome

que esperar. Tomó un teléfono que estaba en su escritorio, presionó una tecla y luego

llevó el teléfono hasta su oreja para decir "Martha, por favor dile a Camila que venga a mi

despacho. Gracias."

El colgó el teléfono y se dirigió a mí.

"El trabajo es simple, Lauren. Consiste en llevar y traer a mi hija Camila de la casa a
la universidad y de la universidad a la casa." Explicó "En dado caso de ser necesario,

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tendrías que llevarla a cualquier sitio que necesite siempre y cuando sea cosa que tenga

que ver con la escuela." Yo tragué saliva.

"Señor. Yo también voy a la universidad. Necesito que comprenda que debo llegar a

tiempo a mis clases también."

"Soy consciente de ello. Llevas a Camila a su escuela y te llevas el auto a tu universidad.

Luego vas por ella y la traes aquí."

"¿Es la Range Rover?" Pregunté y él negó con una sonrisa.

"Es un Porsche 911 color rojo. Fue el regalo de cumpleaños de Camila." Yo abrí los ojos
como platos. ¡¿Que clase de regalo era ese?! ¡Ese auto valía una fortuna!

"¿Y me va a dejar conducir ese auto?" Pregunté incrédula y él rió sonoramente.

"Sólo si te consideras lo suficientemente responsable." Dijo finalmente.

"Ese auto vale más que mi casa, señor. Necesito este empleo, créame que cuidaré ese

coche con mi vida de ser necesario porque ni vendiendo mi alma podría pagar una

reparación o uno nuevo" Dije medio en broma y medio en serio... De hecho fue totalmente

enserio pero Alejandro Cabello sonrió de todas formas.

"Te creo Lauren. Me inspiras confianza. Por eso quedarte el empleo


depende completamente de ti."

"Ya le dije que si lo quiero." Contesté.

"¿Recuerdas que me preguntaste por qué pago esa cantidad?" Yo asentí "No se trata de

que el trabajo en sí sea difícil. O de que el auto que vas a conducir sea caro."

"¿Entonces?" Alejandro suspiró.

"Mi hija no es una chica fácil de tratar, Lauren. Es... bastante complicada en realidad.

Suele meterse en problemas continuamente. Va de fiesta en fiesta y no tiene ningún

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vestigio de responsabilidad. Es precisamente por eso que estaba buscando un chofer.
Porque no confío en volver a poner a Camila detrás de un volante."

"Estoy segura de que puedo encargarme" Dije con firmeza. Era un trabajo fácil, bien

pagado y lo peor a lo que podría enfrentarme era una niña malcriada. Pan comido. En

ese momento escuché unos golpes en la puerta y Alejandro sonrió grande.

"En ese caso, te presento a mi hija..." Luego elevó la voz. "Pasa, Camila."

La puerta se abrió, giré mi torso en dirección hacia ella y me encontré con unos ojos
marrones ya conocidos.

"De.ninguna.jodida.manera."

Capítulo 2

Lauren's POV

"¿Y bien?" preguntó Chris, mi hermano, una vez que llegué a casa y me dejé caer en

el sillón de la sala. "¿Tienes el empleo?"

"Sí hermano. Lo tengo" Dije con una sonrisa que no era precisamente de felicidad, mi
hermano lo notó de inmediato.

"¿Por qué siento que eso no te hace feliz?" Preguntó y luego dijo "No habías dicho por

mensaje que era el trabajo perfecto?"

Yo gruñí como respuesta, luego tomé una almohada de la sala y la presioné contra mi

rostro en señal de frustración. Después soltar un grito que fue ahogado por la

almohada finalmente pude responder.

"¡Eso era antes de saber que iba a trabajar para la 'Señorita mi ego es tan grande que me
impide ver el tamaño de mi estupidez!" Chris rió ligeramente y luego me dedicó una

mirada de completa curiosidad. "Antes de contar cualquier cosa ¿Dónde está Taylor?"

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"Está dormida." Contestó el rápidamente iba a seguir preguntando cosas pero él se

adelantó "Comió bien por la tarde, tomó su baño, se lavó los dientes y fue a la cama de

inmediato. Todo en orden como siempre. Ahora por favor, cuéntame."

"Bueno. Hoy por la mañana tuve un encuentro muy desagradable con una chica en

la universidad. Accidentalmente la golpeé con una puerta y la tiré al suelo." Comencé

a contar recordando ese momento. Me quedé un poco perdida en ello, tanto que mi

hermano se dio cuenta.

"¿Es guapa?" Preguntó animado.

"Siendo sincera, es muy guapa." Le contesté sonriendo pero luego arrugué la nariz al

pensar en su irritante personalidad "Pero su actitud es un asco. Ya sabes, la típica niña

presumida que piensa que el mundo no la merece."

"Vale ¿Y entonces qué pasó?"

"Entonces traté de ayudarla para que se levantara pero una vez que estuvo de pie

empezó a gritarme que era una estúpida y por si fuera poco ¡Amenazó con hacer que me

expulsaran de la universidad!"

"¿Qué? ¿Qué demonios le pasa?"

"Ya te dije. El ego le comió el cerebro, Chris." Le respondí pensando que realmente esa

era la única explicación a su comportamiento "Aún así, no creo que deba preocuparme

por esa amenaza. Quiero decir, por mucho dinero que tenga no hay razón alguna para

que me expulsen y no les daré ninguna, así que no hay nada que temer."

"¿Y esto cómo nos lleva al asunto del empleo?" Siguió interrogando.

"Pues resulta que, cuando fui a mi entrevista con el Sr. Alejandro Cabello, todo fue

perfecto. La entrevista estuvo bien, la prueba de manejo estuvo bien. Básicamente el

trabajo consiste en llevar y traer a su hija de su casa a la universidad y viceversa. Yo

21
había aceptado el trabajo de inmediato pero luego conocí a la chica en cuestión..."

Finalicé rodando los ojos.

"¿Era la misma?" Preguntó él con sorpresa en su voz pero al mismo tiempo una notable

diversión.

"La misma." Afirmé "Joder Chris, te juro que casi me llega la mandíbula al suelo de la

impresión. No puedo creer la mala suerte que tengo."

"¿Y qué hizo ella cuando te vio? Supongo que no le agradó para nada que

estuvieras ahí."

Yo solté un suspiro y le conté lo que sucedió.

FLASHBACK

"De ninguna jodida manera" Me repetí en la mente al ver una vez más a la chica de la

oficina parada en el marco de la puerta del despacho del Sr. Cabello. Ella debió

reconocerme también porque su ceño se frunció rápidamente y azotó la puerta con furia.

"¡¿Qué hace ella aquí?!" Gritó y su voz comenzó a parecerme el sonido más odioso del
mundo.

"Camila..." Dijo su padre en voz grave y calmada pero severa al mismo tiempo,

provocando en ella un suspiro con el que intentó recobrar la compostura. Luego de un

par de segundos en silencio se dirigió hacia su padre.

"¿Qué haces tú aquí?" Me preguntó a mí. Su tono de voz había mejorado, pero era

evidente que mi presencia la hacía tan infeliz como a mí la suya.

"¿Se conocen?" Preguntó Alejandro y yo asentí con la cabeza.

"Tuvimos un encuentro un poco accidentado esta mañana" Acepté frente a él "Estamos


en la misma universidad."

"Me golpeaste con una puerta y me arrojaste al suelo." Me acusó.

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"Fue un accidente" Repetí "En ningún momento fue mi intención hacerte daño y ya te ofrecí

una disculpa por ello." Agregué, no era tonta, no me convenía ponerme a pelear con ella

frente a su padre porque, a fin de cuentas, aunque fuera ella, yo tenía que tomar el trabajo.

No siempre se tiene la suerte de encontrar oportunidades así en el camino.

"Bueno, ya ya ya, como sea." Intervino Alejandro restándole importancia al asunto "Eso ya

pasó. Esto hace las cosas mucho más fáciles ¿No crees, Lauren? Van a la misma

universidad. Es muy conveniente." Dijo él y yo asentí con la cabeza, de acuerdo.

"¿De qué no me estoy enterando todavía?" Preguntó la chica que ahora sabía que se

llamaba Camila Cabello. Estaba parada a lado de su padre, golpeando con sus muy

bien arregladas uñas la madera del escritorio.

"Camila, Lauren será tu chófer. Tu auto estará listo el miércoles." Dijo él con simpleza.

"¿Sigues con eso papá?" Preguntó Camila fastidiada, yo sólo me quedé en silencio
observando. "No necesito un chofer y menos a ella. ¡Sé conducir desde los 16! "

"No. Lo que sabes hacer es meterte en problemas cada que sales de la casa." Le
dijo, aún con tranquilidad pero con el enojo haciéndose presente en su voz.

"Si me vas a poner un chofer al menos cómprame una limo, o... no sé ¿Tienes idea de lo
ridículo que es tener un chofer para un maldito convertible?"

"No te voy a comprar otro auto Camila. ¿Crees que te estoy premiando?" Respondió
Alejandro con sarcasmo. "No estás en posición de pedir nada, Señorita."

"¡Por favor papá!" Pidió ella cambiando su tono a uno más dulce, falso, pero más dulce

"No la quiero a ella. Contrata a otra persona. Van a burlarse de mí cuando vean que la

becada y cerebrito de la universidad conduce mi auto. ¿Es que no la ves? ¡Mira su ropa

papá! Es un suicidio social si quiera estar cerca de ella."

Yo apreté mis puños. Juro que si no fuera porque de verdad necesitaba el trabajo le
habría roto la nariz ahí mismo.

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"La forma de vestir de Lauren no es de tu incumbencia Camila. Pero, si ella está de
acuerdo puede usar un uniforme"

"Uniforme. Un uniforme de chofer... para ir a la universidad." Yo sólo suspiré. No había

forma de que me negara aunque no quisiera usarlo, sin embargo Camila habló antes

de que yo pudiera hacerlo.

"¡¿Un uniforme?! ¿No me estás escuchando papá? Tener un chofer para ese tipo de
auto es patético. ¡Si usa uniforme sólo hará más evidente mi humillación!"

"¡Ya basta Camila! Haz lo que quieras pero Lauren será tu chofer y nada va a cambiar eso
¡¿Entendiste?!"

Incluso yo me sorprendí ante los gritos de Alejandro, Camila simplemente se fue en


silencio azotando la puerta al salir. El Sr. Cabello suspiró.

"Lamento que hayas tenido que presenciar esto."

"Intuyo que no será la última vez, señor." Respondí siendo sincera "Esta mañana tuve una

pequeña prueba del carácter de su hija."

"Yo entenderé si no quieres tomar el empleo. No importa lo que le dije a Camila, ésta
es tu decisión." Me dijo, dedicándome una sonrisa amable.

"Lo tomaré. De verdad es una oportunidad que no puedo tirar a la basura. No ahora."

"¿Y Camila?" Continuó él algo inseguro.

"Creo que puedo manejar a su hija, señor."

FIN DEL FLASHBACK

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"Así que, sólo me queda un día de libertad antes de que comience la tortura con... esa

tipa." Terminé de contarle. Chris sólo reía ante el relato. "¿Vas a poder ayudarme con

Tay?"

"Claro que sí Laur, paso tanto tiempo con ella que incluso yo podría cuidarla mejor que

tú. Soy todo un amo de casa." Dijo él con orgullo y yo extendí los brazos para que viniera

a darme un abrazo.

Mi hermano estaba a mitad del instituto y sin él probablemente yo no habría sabido

cómo continuar. Juntos nos hacíamos cargo de nuestra hermanita menor, Taylor. Y

juntos lloramos cuando tomamos la decisión de vender la camioneta de papá para poder

tener un poco de dinero que nos ayudara a sobrevivir.

Nunca habíamos tenido mucho. Papá era obrero en construcciones y mamá costurera,

pero aún así, no habíamos tenido la necesidad de trabajar porque ellos dos se

encargaban de darnos todo lo que necesitábamos. Un techo, comida, un lugar tibio

dónde dormir y sobre todo el amor de ellos dos quienes nos adoraban con todo su

corazón al igual que nosotros a ellos.

Perderlos fue un golpe terrible y en ese momento sólo nos tuvimos el uno al otro y un

poco de dinero que papá y mamá guardaban en un jarrón sobre la vitrina de la sala donde

teníamos nuestras fotografías familiares. Y con eso, tuve que hacerme cargo de Chris y

de Taylor, que sólo tenía unos meses de nacida cuando el atentado ocurrió.

FLASHBACK

Dos años atrás.

"Lolo... Lolo"

Me removí en la cama al escuchar la voz de mi madre. Abrí los ojos con lentitud y

miré hacia el reloj que estaba a lado de mi cama. Marcaba las 8:30 am. Un sábado.

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Solté un quejido y me enredé en las sábanas, no pensaba levantarme a esa hora, de
ninguna manera.

"Lolo..." Continuó llamándome mi mamá.

"MMMH ¿Qué?" Abrí los ojos para encontrarme con la sonrisa de mi mamá, pero esa

sonrisa no sólo se extendía sobre sus labios, todo su rostro sonreía. Estaba iluminado

por una felicidad que parecía no tener fin. Sonreí yo también sin poder evitarlo.

"Levántate, floja." Me dijo y yo reí un poco. Mi mamá era increíble.

Era siempre tan dulce y cariñosa, dedicada a su familia. Nos cuidaba con una
devoción infinita, éramos todo para ella y ella era nuestro más grande tesoro.

"No quiero." Le dije y fruncí el ceño en un gesto que la hizo reír.

"Necesito pedirte un favor Lolo bebé."

"No soy un bebé mamá. Para eso está Taylor" respondí y ella me alborotó un poco el
cabello con su mano.

"TayTay es una bebé de tres meses. Tú eres una bebé de veinte años, pero sigues siendo
una. Mi bebé." Dijo para luego presionarme las mejillas.

"Sólo espero que no esté en tus planes disfrazarme de vaquita a esta edad." Bromeé y
ella sonrió acariciándome el cabello.

"Te veías adorable. No me culpes por eso."

"Esa foto me va a perseguir el resto de mi vida. Te lo aseguro. Quien la vea nunca la


olvidará."

"Nadie que te vea podría olvidarte Lauren. No importa si usas un disfraz de vaca o no.

Eres preciosa." Me dijo ella y yo me sonrojé ante el halago. Aparté su mano bruscamente

porque hasta cierto punto me daba un poco de vergüenza que mi mamá me tratara de esa

forma pero al mismo tiempo disfrutaba de su cariño su calidez, aunque pareciera infantil.

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"Te estás poniendo cursi ma." Me 'quejé' "¿Qué necesitas?"

"Quiero que cuides de tus hermanos. Tu padre y yo vamos a salir."

"¿A dónde van? ¿Por qué no nos llevan?"

"Es nuestro aniversario Lolo. Queremos pasar un momento juntos." Me explicó y su

sonrisa se hizo más ancha. El matrimonio de mis padres era el mejor que podía existir,

desde que tengo memoria los había visto felices juntos.

"Ah, ya veo. Está bien. Me haré cargo. ¿Dónde está papá"

"En la sala."

Me acomodé un poco el cabello y salí de las sábanas para ponerme las sandalias y
dirigirme a la sala.

"¿A dónde vas?" Me preguntó mi mamá.

"A hablar con papá. Necesito darle algunos consejos para que no arruine la cita con
su chica." Le respondí guiñándole un ojo para ir en busca de mi padre.

Di unos pocos pasos, atravesando el pasillo que conectaba las habitaciones con la sala y

el comedor. La casa era pequeña, pero nos acomodábamos perfectamente bien. Chris
tenía su habitación, yo la mía y Taylor dormía en la cama con papá y mamá.

Teníamos una cocina con lo básico, una estufa de dos quemadores, un refrigerador con

congelador y un par de alacenas con diferentes cosas que utilizábamos para

experimentar.

Lo que aprendes de tener una vida sencilla es que puedes convertir algo simple en algo
extraordinario si lo compartes con las personas adecuadas.

Mamá generalmente se la pasaba arreglando o haciendo vestidos y trajes, generalmente

eran los vecinos quienes hacían esos encargos. Muchos de ellos la recomendaban con otras

personas y gracias a eso mamá tenía trabajo. Ella siempre decía que lo mejor era

27
mejor tener mucho trabajo a no tener nada. Pero muchas veces me preocupaba por ella

porque se pasaba toda la noche frente a su máquina de coser y eso ya le había pasado

factura a su vista.

Recuerdo haberla visto pincharse un dedo una vez mientras arreglaba un pantalón y

también recuerdo que Chris y yo acordamos con papá utilizar menos la televisión y la luz

para ahorrar un poco y poder comprarle una gafas a mamá.

"¿Estás listo, Romeo?" Dije para llamar su atención y el sonrió al verme.

"Buen día hija." Me saludó y extendió los brazos para que fuera hacia él. Lo hice y me
apretó por un momento para luego soltarme.

"Buen día papá. Eres todo un romántico ¿Eh?"

"No siempre lo he sido." Respondió "Pero cuando conoces a la chica correcta, cambias."

"¿No se supone que siempre debes ser fiel a ti mismo? ¿Que la gente debe enamorarse
de ti por ser tal cuál eres?" Papá sonrió negando al escucharme.

"Cuando conoces a la chica correcta cambias. Porque te conviertes en la mejor versión


que existe de ti mismo."

Definitivamente para mí, ellos dos eran la definición de amor verdadero y había crecido
queriendo encontrar a alguien así para mi vida.

"Lo entenderás cuando conozcas a tu chica." Me dijo él.

Le había confesado mi orientación sexual a mis padres a los quince años. Cuando no tuve

ninguna duda de que ese sentimiento extraño que tenía cuando veía a las chicas nadar

en la playa cuando salíamos en familia no era nada más y nada menos que atracción

pura.

Me costó mucho trabajo contarles. Las manos me sudaban y mi corazón latía

violentamente mientras ellos sólo me veían consternados desde que les había

28
mencionado que necesitaba hablar con ellos. Mamá parecía estar muy preocupada, más

cuando por fin pude decir 'soy gay' sus ceños fruncidos se desvanecieron al tiempo que

dos sonrisas de alivio y alegría se extendían sobre sus labios. Ambos se encogieron

ligeramente hasta mi tamaño y me envolvieron en un fuerte abrazo. Como si lo hubieran

ensayado, como si hubieran estado preparados para ello desde siempre.

Y lo estaban.

Me dijeron que lo sabían desde que era una niña de seis años. Cuando en el trayecto a

casa, después de que pasara por mí a la escuela les estaba contando de una forma

exagerada que un ángel había llegado a mi clase. Dicho ángel no era nadie más que una

niña que acababa de entrar a la escuela, rubia y de ojos azules brillantes. Muy linda. Papá

y mamá lo entendieron desde ese instante y cada día mientras iba creciendo sólo lo

confirmaban. Diría que las cosas no cambiaron a partir de mi confesión, pero sí que lo

hicieron. Ahora se la pasaban señalándome chicas que les parecían atractivas por la calle

o preguntándome cuándo les presentaría una novia formalmente.

"He estado con muchas chicas y 'esa' chica de la que hablas aún no ha llegado" Le

respondí a papá "Pero no necesito que aparezca para entender lo que quieres decirme

papá. Ustedes son el mejor ejemplo de amor verdadero que podría tener." Las mejillas de

papá se elevaron y parecían ser aún más grandes y sonrosadas de lo normal gracias a su

sonrisa "Espero que se diviertan mucho hoy."

"Lo haremos. Y por la tarde estaremos aquí con ustedes, veremos una película."

"¿Puedo escogerla?" Pregunté y el negó.

"No. Hoy le toca a Chris, pero el próximo fin de semana es tu turno" Yo gruñí.

"¿Nos vamos?" Preguntó mi mamá detrás de nosotros que ya se había arreglado para

salir. Se veía preciosa y los ojos de papá brillaron al verla.

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Él se puso de pie y se acercó lentamente a ella para darle su mano y entrelazarlas
mientras depositaba un beso en su mejilla.

"Cuida a tus hermanos" Dijo mamá.

"Descuida ma, lo haré." Le aseguré.

"¿Lo prometes?" Preguntó papá.

"Lo prometo." Ambos sonrieron al escucharme, se miraron por un momento y se dieron


la vuelta en dirección a la puerta.

De pronto sentí la enorme necesidad de decirles algo.

"Los amo." Les dije y ellos se detuvieron por un instante sólo para voltear a verme y
que papá dijera...

"Nosotros te amamos a ti, Lauren."

"Y estamos orgullosos de tenerte como hija." Completó mamá.

Corrí hacia ellos, les di otro abrazo y luego se fueron.

Para ya no volver.

FIN DEL FLASHBACK

La imagen de ellos de espalda, caminando en dirección a la puerta me atormentó durante

mucho tiempo. Pude haberlos detenido pero no lo hice. ¿Yo qué idea iba a tener de lo que

podía suceder?

Recuerdo haber estado con Chris, viendo la tele, cuando interrumpieron la transmisión del

programa que veíamos para informar que habían explotado tres bombas en la plaza

central de la ciudad. Justo donde se encontraba el restaurante favorito mamá.

Mi estómago se revolvió de inmediato y un mal presentimiento me inundó de pies a

cabeza. Dentro de mí, sabía que ellos ya no iban a regresar y sólo pude aferrarme a mi

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hermano que no tenía idea de lo que pasaba y sostenía a nuestra pequeña hermanita en

brazos mientras ella tomaba su biberón.

Habían pasado dos años y el dolor de su ausencia no había mitigado, pero había

aprendido a vivir con ello, a centrarme en los hermosos momentos que vivimos como

familia y a cumplir con la promesa que les hice a ambos. Cuidar de mis hermanos.

" ¿Entonces? ¿Qué hay de cenar señor amo de casa?" Le pregunté a Chris y el sonrió
para después dirigirse a la cocina.

Camila's POV

Martes por la mañana. Papá había ido a dejarme a la universidad una vez más. Durante el

camino le dije que prefería mil veces que él me llevara a la escuela y pasar por mí en

lugar de Lauren, pero se negó de nuevo. No tengo idea de qué habrá hecho esa chica

para ganarse su confianza tan rápido.

Estaba aburrida, sentada en uno de los comedores del campus cuando vi a Lauren

caminar por el jardín contiguo. Iba, si era posible, peor vestida que el día anterior.

Caminé hacia ella rápidamente, tenía que dejarle en claro que si iba a trabajar para mí

entonces iba a tener que acatar mis órdenes.

"Oye, tú." La llamé y ella giró su rostro para mirarme.

"Me llamo Lauren." Me respondió seria y yo sonreí con soberbia. "¿No deberías disfrutar

tu último día sin mí? Mañana por la mañana estarás llegando conmigo y no creo que te

agrade mucho la idea, a menos que hayas cambiado de opinión."

"No. Me desagrada totalmente, Lauren." Dije su nombre tratando de imitarla a ella "Pero

por alguna razón a mi padre se le ha metido en la cabeza que te necesito"

"Si claro, por alguna razón" Dijo ella con sarcasmo y yo rodé los ojos. "Deberías dejarme

en paz antes de que lleguen tus amiguitos y te vean conmigo. Sería un suicidio social

para ti ¿No?"

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"Precisamente por eso es que estoy aquí. Tú y yo nos vamos a ver más tarde. A la hora

que terminen las clases."

"Mi tortura no comienza hasta mañana" Dijo ella con fastidio "Esfúmate."

"Tú vas a hacer lo que yo digo, Jauregui. Porque si no lo haces me voy a encargar no

sólo de que pierdas tu mugre trabajo de chofer que todavía no comienza. Si no que

también te quiten la beca con la que estás estudiando aquí."

"Es evidente, Camila, que no puedes hacer eso, porque de haber podido me habrías

sacado ayer mismo de aquí y eso no pasó. Así que, no te tengo miedo." Me contestó con

furia pero su voz era tranquila. Su mandíbula estaba apretada y su ceño fruncido pero sus

ojos continuaban viéndose increíbles.

"Tú realmente no quieres retarme, Jauregui. Así que te aconsejo que le bajes un poco a
tu tono y te calmes. Hoy no tengo ganas de discutir."

"Bendito el cielo" Contestó ella rodando los ojos "Entonces dime rápido qué quieres."

"Ya te lo dije. Pero veo que te da cierto placer el interrumpirme. Vamos a salir hoy a

comprarte ropa decente. No voy a permitir que te subas a mi coche con esas

harapos." Ella me miró con enojo y luego volteó hacia otro lado.

"No tengo dinero para gastarlo en ropa." Dijo casi como un gruñido.

"No importa. Papá me lo dio" Le dije.

"¿Me lo van a descontar de mi sueldo?" Preguntó rápidamente y casi pude

ver preocupación en su rostro.

"No. Deberíamos porque básicamente te estoy haciendo un favor con cambiar tu

imagen. Pero papá insistió en que esto era un capricho mío y que si no te daba un

uniforme entonces la ropa que deberías ponerte debe correr por nuestra cuenta."

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Lauren suspiró, me vio un momento y luego desvió su mirada al piso. Yo la seguí y vi sus

zapatillas deportivas, las mismas del día anterior, ligeramente sucias y rotas de la parte

frontal.

"Bien." Aceptó.

"¿Bien? Deberías estar besándome los pies por esto." Dije indignada.

"Yo no te lo pedí y tú no lo haces por mí, sino por ti. Así que no trates de hacerlo
parecer un acto de bondad Camila."

"Como sea. Nos veremos más tarde Jauregui. Mientras tanto no te me vayas a acercar

¿Entendiste? No te quiero cerca de mí ni se mis amigos. Nadie tiene que verte, hasta

mañana."

"Créeme que estar cerca de ti es lo que menos quiero. No tienes de qué preocuparte."

Luego de eso se marchó, justo a tiempo porque Dinah y Normani estaban llegando.

El día siguió su aburrido curso. Por suerte -o desgracia- no me sacaron de ninguna clase.

A la hora del almuerzo estaba sentada con Dinah, Normani, Troy y Luis. Hemos sido

amigos durante años y cada uno ha elegido una carrera distinta, pero nos

mantenemos unidos básicamente por nuestros intereses y porque pertenecemos al

mismo círculo social. Me siento cómoda con ellos y ellos conmigo y de eso se trata.

Comíamos y charlábamos de nada en específico cuando cierto sujeto indeseable vino a


arruinarme el almuerzo.

"Hola, Mila" Me llamó. Estaba parado detrás de mí y su sola voz provocó arcadas en
mi estómago.

"¿Qué quieres Austin?"

Austin Mahone. Hijo de uno de los hombres más ricos de la ciudad, heredero de un

complejo hotelero que se extendía por todo el país. Mi ex novio. El hijo de puta que me

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engañó hace menos de cuatro meses después de un maldito año de relación y que ya

lo había hecho dos veces antes de que lo descubriera.

"Sólo saludarte Camila, por favor" Dijo él con una sonrisa enorme en su rostro, toda

nuestra mesa se quedó en silencio. "Extraño divertirme contigo ¿Sabes?" Continuó

tomándome del mentón y yo aparté mi rostro de inmediato. "Te ves tan sexy... ¿Has

estado bajando de peso?"

"Cállate Austin." Gruñó Dinah.

"Este no es tu asunto Hansen." Respondió él dedicándole una mirada amenazadora "Yo

sé que tú también me extrañas Camilita... La pasábamos muy bien juntos ¿Verdad?" Su

dedo índice recorrió mis labios y yo me quedé inmóvil.

Estaba tan enojada conmigo mismo porque él todavía lograba dejarme así. Indefensa,
débil y vulnerable.

Él era un grandísimo imbécil pero yo me había enamorado de él. Era el chico más

popular del instituto y yo la reina del mismo. Era evidente que terminaríamos juntos, era

así como tenía que ser y el momento que siempre había esperado era ese en el que él

me pedía ser su novia y lo hizo.

La gente nos veía y sabía que éramos la pareja perfecta. A su lado me sentía una diosa,

una mujer admirada y envidiaba y eso alimentaba enormemente mi ego y el suyo, porque

todos los chicos me deseaban pero yo lo había elegido a él.

Sin embargo, llegó un momento en el que él empezó a cambiar, dejó de querer salir

conmigo, dejó de presumirme con sus amigos, dejé de ser su mayor tesoro y cuando

le pregunté por qué él simplemente me dijo que ya no le parecía atractiva.

Y yo cambié por él. Comencé a adelgazar, a vestirme mejor, más provocativa y por un

momento parecía que había recuperado su interés, hasta que un día lo encontré besando

a una de sus compañeras de clases. Habían hecho mucho más que besarse. Esa fue la

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gota que derramó el vaso para mí, jamás iba a permitir que un idiota como él pensara

que era reemplazable.

Por eso lo dejé.

Pero aun así parecía poder ejercer un control sobre mí que yo no podía recuperar y
me detestaba por ello.

"¿Has estado bajando de peso?"

Maldición. Sí. Si había estado bajando de peso porque no podía evitar sentirme como un

cerdo cada vez que me miraba al espejo y todo era su maldita culpa porque el imbécil

había logrado hacerme sentir insegura. Hacerme sentir menos que las porquerías que

tenía como amantes.

"Déjala en paz" Dijo Luis.

"¿Quieren relajarse chicos?" Respondió Austin rodando los ojos "Sólo vine a saludarla y

ya está. No se pongan tan agresivos porque pronto seguro que me tienen por acá de

nuevo."

Dinah rió sonormente, al igual que Normani.

"Pueden reírse todo lo que quieran, pero tendrán que quedarse callados cuando Camila

les diga que ha vuelto conmigo. Porque les aseguro que lo hará." Él me miró

directamente a los ojos "Sé que me sigues queriendo Camila... Y yo voy a seguir

haciendo contigo lo que se me venga en gana porque eres mía."

Sentía tanta impotencia. Tanta ira. Pero no pude decir ni una palabra y menos cuando

sentí sus labios estamparse violentamente contra los míos. El contacto me dio asco pero

no pude hacer nada para apartarlo porque mi cuerpo no me obedecía a mí, sino a él.

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Capítulo 3

Lauren's POV

Aquella mañana me había despertado muy, muy temprano. Aún se veía muy oscuro
cuando me levanté de la cama, pero el reloj marcaba las 5:00 am.

Fui a ver a Chris y a Taylor que dormían juntos para asegurarme de que estuvieran bien,

luego revisé la cocina, para verificar que hubiera suficiente comida para que Chris pudiera

preparar el desayuno y la comida.

Cuando vi que todo estuviera en orden, saqué un poco de dinero de mi billetera y lo dejé

en la mesa. Era lo suficiente para que Chris fuera a la escuela y también para darle un

poco a la señora Mercedes, nuestra vecina, la mujer que cuidaba de Taylor mientras Chris

y yo estábamos en la escuela.

Esa señora era un gran apoyo para nosotros y jamás tendría como agradecerle todo lo

que había hecho por nuestra familia. Era como una abuela para mí y mis hermanos.

Rápidamente fui a la ducha, el agua estaba helada, pero hacía tiempo habíamos tenido

que deshacernos del calentador porque no podíamos darnos el lujo de gastar luz o gas en

calentar agua para bañarnos. Excepto para Taylor, claro.

Al salir de la ducha regresé a mi habitación, la cual estaba repleta de las bolsas de las

compras que había hecho la tarde de ayer con Camila. Debía admitir que la chica tenía un

gusto excelente para la ropa y... esas cosas.

Quiero decir, saltaba a la vista. Cada prenda que ella utilizaba se amoldaba

perfectamente a su cuerpo y era casi como si hubieran sido diseñadas

exclusivamente para ella. Aunque no me extrañaría que fuese así en realidad.

Había vuelto a mi casa en autobús, cargando un montón de ropa que incluía chaquetas de

cuero, pantalones rasgados, shorts, camisas, blusas, faldas, y un montón de diferentes tipos

de botas y tacones. No estaba segura de si usaría los tacones, pero las botas sí y

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todo lo demás también porque al contrario de lo que yo pensé, Camila fue
bastante flexible en cuanto a mi estilo.

Ella dijo "De nada sirve comprarte ropa si no te sientes cómoda con ella, porque te verás

incluso peor de lo que ya te ves." Creo que había sido lo más amable que me había

dicho desde que nos conocimos y con eso me sentí libre de ver las prendas que

realmente llamaban mi atención. Aunque debo admitir que su asesoría me sirvió mucho.

Tomé mi ropa interior que consistía en un conjunto blanco y me puse unos jeans blancos

que tenían cortes en diferentes partes desde los muslos hasta las rodillas, luego un top

de color negro que dejaba al descubierto mi obligo y encima una de las chaquetas de

cuero que aún estaban en sus bolsas, finalizando con unas botas de color negro que

tenían tres cintillos y hebillas de color plateado que relucían en mis pies.

Busqué entre el desorden el maquillaje que Camila había seleccionado y lo apliqué

cuidadosamente sobre mi rostro, enfocándome mayormente en mis ojos, colocándoles

sombras y delineador provocando que se vieran mucho más llamativos de lo que ya eran.

"Wow..."

Chris estaba en la puerta de mi habitación y se frotaba los ojos tratando de adaptarse a la


luz.

"Chris ¿Qué haces despierto?"

"Demonios Lauren. Te ves increíble." Dijo ignorando mi pregunta.

"Te dije que Camila y yo habíamos ido de compras ayer." Le recordé "¿Te gusta?"

"Creo que ya me agrada Camila aunque a ti no. Joder, luces perfecta. Por favor no vayas

a mi instituto no quiero tener que moler a golpes a todos los chicos que quieran ir detrás

de ti" Yo reí ante su comentario.

"Sabes que no me interesan los chicos hermanito."

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"No, pero tú si le vas a interesar a ellos. Y créeme, a más de una chica. Si antes eras

guapa hoy estás radiante, nadie va a resistirse." Contestó él y yo volví a echarme un

vistazo en el espejo, acomodando mi cabello con mi mano. Era verdad, nunca me había

visto tan bien. "Ni siquiera Camila."

Giré mi cuello violentamente al escucharlo decir aquello y me quedé mirándolo por unos

segundos hasta que empecé a partirme de la risa frente a él.

"¿Qué mierda hablas Chris? JAJAJAJA" continué riendo "Soy muy poca cosa para

Señorita Perfección. Y, en todo caso, créeme que ella es del tipo más alejado al que me

gustaría tener como novia. Qué horror."

"Sigue riéndote hermanita. Vas a ver. En cuanto llegues a la universidad vas a tener a
todo el mundo babeando el suelo donde pisen."

"Ve a dormir Chris. Te hace falta." Le dije, estaba diciendo incoherencias.

"Bien, me voy, pero sólo porque tengo mucho sueño y debo cuidar a TayTay" El se

acercó a mí y me dio un abrazo fuerte "Cuídate mucho ¿Sí?"

"Sí, Chris. Te amo."

"Y yo te amo a ti."

Camila's POV

"Señorita Camila" Escuché que decía Martha, nuestra ama de llaves, mientras se

asomaba por la puerta entreabierta de mi habitación. "La señorita Lauren ha llegado y ya

la está esperando en su coche."

"Sólo dile Lauren, Martha. Ella es mi chofer ¿Entendido? Si la llamas señorita la pones a

mi nivel y creo que estaremos de acuerdo en que ella no lo está. ¿Verdad?"

"Por supuesto que no, señorita." Respondió ella con respeto y luego le hice una

señal para que se marchara.

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Me miré al espejo, me veía bastante bien. Estaba usando una blusa roja, de cuello circular

ligeramente escotado y mangas cortas. Llegaba hasta poco más arriba de mi cintura y

unos centímetros más abajo comenzaba mi falda la cual era de un tono azul oscuro con

lineas y cuadros que llegaba casi a la mitad de mis muslos para finalizar con unos

delgados tacones de color negro con tiras que se ajustaban a mis pantorrillas. Me veía

bien. Pero sentía que no era suficiente.

El encuentro con Austin el día anterior me había dejado un poco descolocada. Me miré en

el espejo. Vi mi abdomen y sentí pena. Quise cubrirlo, pensé en cambiarme de ropa pero

ya se estaba haciendo tarde y tomando en cuenta la "cercanía" entre mi padre y Jauregui

probablemente ella le daría un reporte detallado de todo lo que hacía mal.

Observé mis ojos y me di cuenta de que estaban llenándose de lágrimas. Era difícil

reconocer en mi reflejo a la Camila segura de sí misma, de su belleza y de su valor. Ahora

sólo veía un ser vacío que ni siquiera era capaz de sentirse atractivo y que al más mínimo

comentario de un hombre que no valía la pena, se rompía en pedazos.

Fruncí el ceño al verme. Dejando que la pantalla que mostraba al resto tomara el

control de mí y me limpié las lágrimas rápidamente. Arreglé mi maquillaje que se había

estropeado ligeramente y tomé mi bolso para dirigirme al jardín.

Busqué a Lauren desde una de las salidas extras de la mansión que dirigían al jardín

trasero, donde también se encontraba ubicada la cochera y a través de las puertas de

cristal corredizas la pude ver, puliendo mi porsche rojo.

El pantalón blanco se ajustaba perfecto a su cuerpo y en la posición en que estaba,

Lauren ofrecía una vista perfecta de su trasero que se alzaba en aquellos jeans rasgados.

Estaba usando botas negras y una chaqueta de cuero, con un top que dejaba ver su

abdomen marcado.

Dios, ese abdomen era para morirse.

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Definitivamente esa chica debía ponerme un altar por haber logrado convertirla en ese

manjar que ahora se encontraba sacándole brillo a mi coche.

Me lamí los labios de forma inconscientemente mientras recordaba la tarde de ayer,


cuando habíamos ido de compras juntas.

FLASHBACK

Estábamos en uno de los centros comerciales más grandes de la ciudad. Al principio

Lauren había renegado un poco pero después nos mantuvimos en silencio la mayor parte

del tiempo y todo fue mucho más sencillo.

La guié hasta una de las tiendas donde supuse que habría ropa que se adecuara más a

ella, era ropa simple y cómoda, pero bonita y que seguramente luciría bien en ella.

Gobernaban los colores oscuros y opacos pero dado el color de piel de Lauren no tenía

que preocuparme demasiado por ello porque en realidad casi cualquier tonalidad podría

quedarle bien.

"No estoy muy segura de que tu tipo de ropa sea para mí." Dijo ella echando un vistazo
al rededor con una mueca de desagrado.

"No voy a comprarte ropa de mi estilo, Jauregui. No creo que vaya contigo y de nada sirve

comprarte ropa si no te sientes cómoda con ella, porque te verás incluso peor de lo que

ya te ves. Sólo mira un poco y dime lo que te guste. Yo me encargaré de que luzca bien."

"Vale"

Después de eso, ella comenzó a dar vueltas pausadas dentro de la tienda, entre los

estantes con ropa, eligió apenas un par de cosas, pero fue lo suficiente para darme

cuenta que le iba bastante el estilo de chica rebelde y ruda, que, dado los rasgos de

su rostro y sus gestos bien podría funcionar para ella.

Ella entró al probador para ponerse lo que había elegido, que consistía en una camisa
de cuadros rojos con lineas azules y blancas y una blusa azul. Sabía que se le vería
bien,

40
pero no era demasiado diferente a sus ropas normales. Quizás un poco más
estilizado, pero no diferente.

Por ello aproveché el tiempo de tomar más cosas. Cuando mis manos ya no podían
cargar más prendas me dirigí al probador donde Lauren se había metido y abrí la cortina.

"Jodido Dios" pensé.

Ella estaba con los pantalones desabrochados y sin nada cubriéndola de la parte de

arriba más que un sostén gris de encaje que permitía ver fragmentos de su piel. No

pude evitar bajar la mirada y encontrarme con sus abdominales tonificados, con un par

de líneas marcándose de forma paralela en la parte de en medio dirigiéndose directo

hacia su pelvis donde se asomaba el borde de sus bragas en el espacio abierto de sus

jeans.

"¡Camila!" Gritó Lauren al verme.

"Shh... No hagas escándalo Jauregui." Le dije poniendo mi dedo índice delante de


mis labios par señalarle que hiciera silencio.

"¿Qué diablos te pasa? ¿Por qué entras así?" Me preguntó mientras se abotonaba el

pantalón, fue apenas hasta ese momento donde pude apartar mi mirada y subirla hasta

sus ojos.

"Relájate. Vine a traerte esto para que te lo pruebes." Lauren tenía una expresión de
enojo en su rostro pero casi podría jurar haber visto un sonrojo en sus mejillas.

"Procura no meterte así otra vez. Si quieres ver como me queda la ropa espera a
que salga." Me dijo seria.

"No es que quiera verte. Es que debo asegurarme de que luzcas decente." Le contesté
y luego salí del lugar sin poder evitar sonreír mientras me mordía el labio.

FIN DEL FLASHBACK

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Después de eso compramos mucho, no sólo en esa tienda sino en casi todas las demás.

Recorrimos el centro comercial de punta a punta y al final apenas podía creer que

Lauren pudiera cargar todas esas bolsas ella sola, pero obviamente yo no le iba a ayudar

con ninguna. Suficiente había hecho ya con salvar su imagen.

Salí de la casa y me dirigí hasta donde ella se encontraba. Al verme, ella se irguió sobre

su espalda y rápidamente fue a dejar las cosas que estaba utilizando para limpiar el auto

a un almacén que estaba no muy lejos de ahí.

Regresó antes de que yo llegara al coche, se colocó a lado de la puerta del copiloto y la

abrió para mí, gesto que a decir verdad me sorprendió pero me metí al auto sin decir

nada, a fin de cuentas ese era su trabajo.

Pronto ella rodeó el vehículo y se metió al asiento del piloto, introdujo la llave y encendió

el motor. Casi pude ver placer en su rostro al escuchar el rugir de la máquina y yo lo

entendía perfectamente. Mi bebé era un auto asombroso.

Estuvimos varios minutos sumidas en un silencio espeso ya que pese a la "cordialidad"

del trato de Lauren sabía perfectamente que a ella no le agradaba mi presencia, tanto

como a mí la suya. Sin embargo, me resultaba tan incómodo que decidí poner un poco

de música.

Conecté mi teléfono vía bluetooth al estéreo del porsche y puse el reproductor en modo

aleatorio. Un sonido envolvente de violines llenó el auto mientras Lauren se mantenía con

la mirada seria y fija en el camino. El cielo era de un color azul blanquecino, debido a que

el sol apenas estaba saliendo en la lejanía, pintando un halo difuminado en colores

naranjas y amarillos brillantes que se mezclaban con el resto de los tonos tenues y

serenos del amanecer. Entonces la voz de Lana del Rey comenzó a sonar.

My pussy tastes like Pepsi Cola....

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Lauren soltó una pequeña risa ahogada y yo volteé a verla, encontrándome de nuevo con

su perfil.

"¿Qué?" Le pregunté.

"No me esperaba ese primer verso" Respondió ella sonriendo y encongiéndose de


hombros mientras sostenía el volante con las dos manos. "¿Quién canta?"

"Lana del Rey. ¿No la conoces?" Le pregunté arqueando una ceja ¿Vivía debajo de una
piedra?

"No. Pero si su vagina sabe tan bien como suena su voz, quiero conocerla" Respondió
riendo.

Abrí mi boca completamente ¿Realmente había dicho eso?

"¿No dijiste eso cierto?" Pregunté sin poder creérmelo, era incluso perturbador, casi me

hizo sonrojar. Ella sólo me miró por un momento sonriendo aún más grande y yo bufé

para decirle "Dios, me das asco. Deberías bajar de mi auto."

Lauren sólo continuó con la sonrisa pegada a su rostro y devolvió la mirada al frente

mientras subía el volumen de la música y yo no pude aguantar que una risa ligera se

me escapara ante la brutal sinceridad de mi chofer.

Un rato después llegamos a la universidad, finalmente a una hora en la que la gente

normal solía llegar también. Mi lugar en el estacionamiento seguía libre, tal como lo

había estado los dos días que estuve sin mi bebé. Le ordené a Lauren que aparcara el

auto ahí y ella obedeció. Por un momento empecé a considerar la idea de que tener un

chofer no era tan malo. Lauren se bajó del coche y lo rodeó rápidamente para abrirme la

puerta y ofrecerme su mano para bajar. Era extraño, no esperaba que fuera tan amable

aunque fuese su obligación serlo.

Tuve la familiar sensación de que alguien me estaba mirando pero eso era natural. Se había

vuelto una costumbre el que los ojos de muchas personas estuvieran puestos sobre

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mí, sin embargo, la sensación era más intensa que de costumbre y al levantar la vista me

encontré con que había quienes también miraban a Lauren que caminaba con seriedad

unos pasos detrás de mí.

Llegamos hasta uno de los jardines ya que en ese punto debíamos separarnos para que

cada quien caminara hasta el edificio de su facultad, en mi caso era la de medicina y en el

de Lauren, la de los nerds de ingeniería.

"Te veré más tarde." Me dijo "¿En el estacionamiento a las 3:00?"

"Mis clases terminan a las 2:30" Le respondí "No pienso esperarte media hora."

"No puedo salir antes, Camila. Tengo taller." Me dijo con el ceño fruncido, ahí estaba la

Lauren Jauregui que yo conocía "Sólo quédate ahí, habla con tus amigos ¿Qué se yo?

Sólo es media hora. Seguro que la señorita popular puede encontrar alguien con quien

pasar el tiempo."

"¿Qué clase de chofer eres?" Le pregunté para hacerla enojar más que cualquier

otra cosa.

"La clase de chofer que tu padre decidió contratar porque tú eres demasiado estúpida

para conducir." Me respondió y sentí la necesidad de golpearla pero de ninguna manera

me rebajaría a su nivel.

"¿Qué te crees Jauregui? Que porque luces medianamente bien puedes hablarme como

si estuviéramos en el mismo sitio? Tú deberías limpiar el piso donde camino. Recuerda

que es mi familia la que paga tu sueldo" Gruñí enfadada ¿Qué mierda tenía en la

cabeza?

"Tu familia paga mi sueldo por tú ineptitud e irresponsabilidad. ¿Puedes dejar de ser una

niña mimada y comportarte como una mujer madura?" Continuó escupiendo las palabras

con sorna.

"¡Soy tu jefa!"

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"¡No! Mi jefe es tu padre. Tú sólo eres la mocosa que debo cuidar porque no
puede hacerlo por sí misma."

Por un momento nos quedamos mirando, casi podría jurar que salían chispas de

nuestros ojos y que nuestros dientes chirriaban de la presión con la que nuestras

mandíbulas estaban apretadas. Entonces ella volvió a hablar.

"Quieras o no, vas a tener que esperarme. Voy a mandarle un mensaje a tu padre para

avisarle de nuestra diferencia de horario. Mi trabajo es llevarte a tu casa, no soportar tus

berrinches." Ella pasó a mi lado dándome un ligero empujón con su brazo, dio un par de

pasos hacia adelante y luego se giró para verme "Nos vemos en el estacionamiento. A las

3:00 "

Lauren's POV

El día a partir de la pequeña discusión con Camila había ido bien dentro de lo que cabía.

Me estaba adaptando a las clases y profesores que eran bastante exigentes. Haber

estado dos años sin entrar a un salón de clases o estudiando sobre algo en específico me

estaban pasando factura y ahora me era un poco complicado recuperar el ritmo de la vida

escolar.

Sin embargo, sabía que podía lograrlo, después de todo, a penas era mi tercer día de

haber vuelto y por suerte mis compañeros de clase se habían portado muy amables

conmigo. Incluso sentía que ya estaba haciendo amistad con una chica. Su nombre es

Ally.

Estábamos sentadas una a lado de la otra en clase de cálculo y el día anterior habíamos

coincidido en clase de informática también. De hecho compartíamos muchas de nuestras

asignaturas y regularmente nos encontrábamos por el pasillo. Ally es una chica muy dulce

y bonita. De estatura diminuta pero un corazón gigante, su sonrisa era afable y era fácil de

tratar también, además de inteligente.

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Me había ayudado varias veces en algunos ejercicios que se me habían complicado en

cálculo debido a que había perdido la práctica pero sus explicaciones fueron simples y

me ayudaron a comprender todo mejor.

Ahora estábamos charlando en uno de los pasillos del edificio de la facultad. Ally no había
parado de decir que estaba impresionada con mi cambio de imagen.

"Lo juro Lauren, te ves increíble" Me repitió emocionada, parecía una niña pequeña que
estaba conociendo a su personaje de tv favorito.

"Gracias Ally"

"Todo el mundo lo nota. Harás que un montón de chicos y chicas quieran unirse al lado
nerd de la universidad." Bromeó ella y yo sonreí.

"Algo similar me dijo mi hermano esta mañana." Le conté "Es un poco extraño
recibir tantas miradas, nunca antes me había pasado." Admití.

"¿Y a qué se debió el cambio?"

"Camila Cabello" Respondí con simpleza y la expresión en el rostro de Ally cambió de


inmediato. Su brillante sonrisa había desaparecido. "¿Qué pasa?"

"No creo que Camila Cabello sea la mejor compañía para ti Lauren." Me respondió y su
voz sonaba un poco afligida.

"¿Por qué no?" Pregunté interesada.

"No es una buena persona" Contestó con simpleza, como si no quisiera hablar del tema

y esa fuera la única explicación que pudiera darme.

"Lo sé. Camila no es precisamente la chica más amable del mundo. Es detestable de

hecho. Pero de todas formas no es como que fuéramos amigas o algo." Dije quitándole

importancia.

"¿Entonces por qué cambiaste por ella?" Continuó preguntando.

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"No fue por ella" Negué rápidamente "Es... complicado de explicar. Sólo digamos que

tenemos una relación cordial. No somos amigas pero tenemos que convivir y sabes como

es, no le agradaba la forma en que me veía así que me acompañó a comprar ropa. Igual

me siento cómoda así que está bien ¿No? "

"Claro, mientras sea algo que te gusta está bien Laur" Me dijo ella, su sonrisa había

regresado a su rostro "Sólo ten cuidado ¿Sí? Camila es... una chica muy egoísta y no

me gustaría que te hiciera daño."

"No lo hará Ally. Lo tengo bajo control, lo juro."

Ally asintió con la cabeza y justo en ese momento el profesor de estadística entró al salón
de clases, por lo que tuvimos que dejar nuestra conversación para otro momento.

[...]

Exactamente a las 2:45 yo estaba saliendo del taller de electrónica. Habíamos

hecho unos circuitos tan sencillos que la mayoría los terminamos rápidamente por lo

que el profesor nos dejó ir más temprano.

Caminé hasta el estacionamiento donde había aparcado el coche de Camila por la

mañana, esperando que ella estuviera ahí ya que no tenía ánimos de una discusión.

Suficiente había tenido ya con la escena de temprano como para montarme otra con la

reina del drama.

El estacionamiento estaba en un punto medio entre el edificio de mi facultad y la de

Camila, habíamos acordado dejarlo ahí ya que era lo justo. Ella no estaba de acuerdo del

todo pero poco me importaba. Por lo tanto, tenía que caminar un buen tramo para llegar

hasta ahí.

Estaba caminando por el pasillo de uno de los comedores del campus y justo detrás de

este estaba el parking donde Camila debía estar esperándome, di la vuelta en la

intersección indicada y entonces la vi, con un chico.

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El tipo la tenía contra la pared, tenía sus manos en las caderas de ella y su rostro estaba

oculto en el cuello de Camila, mientras ella tenía una expresión de dolor en su rostro,

estaba llorando con los ojos cerrados.

Caminé rápidamente hasta ellos y lo escuché decirle "Vamos Camilita, yo sé que extrañas
estar conmigo. Por eso te esfuerzas tanto en verte tan bien para mí"

"Suéltame..." Murmuró Camila con voz débil "Suéltame Austin... por favor...." Decía entre

sollozos pero él no le hacía caso. Subió una de sus manos por su abdomen y la besó a

la fuerza. Camila intentó golpearlo pero él la agarró de las manos y supe que ya había

visto demasiado.

"Dijo que la sueltes." Gruñí justo a su lado, tomándolo por el hombro y empujándolo lo
suficientemente fuerte para que se se apartara.

"Mira nada más..." Dijo él dedicándome una mirada lasciva que me provocó asco

"Camila... ¿Por qué no me presentaste a tu amiga antes? Podríamos haberla invitado

a divertirse con nosotros." Preguntó sonriendo y luego se volvió a acercar a Camila

para darle un beso en la comisura de los labios.

La Camila que estaba ahí en ese momento no tenía absolutamente nada que ver con la

chica que yo conocía o que creía conocer. Esta chica estaba paralizada completamente,

con sus ojos perdidos en algún sitio mientras se abrazaba a sí misma. Verla así me hizo

sentir ira. ¿Cómo era posible que un hombre pudiera lastimar a una mujer al grado de

hacerla perder su identidad? Apreté la mandíbula con furia y volví a empujarlo.

"¿Eres sordo o simplemente estúpido?" Escupí, recordando en el momento que

Camila me había dicho algo similar el momento en que nos conocimos.

"Vaya, la gatita tiene garras" Se burló él y yo no sabía cuánto tiempo más iba a
aguantar sin partirle la cara. "Camila, esta chica es sexy ¿De dónde la sacaste?"

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"No te atrevas a hablarle" Dije llegando a mi límite "No se te ocurra hablarle o tocarla

otra maldita vez..."

"¿Quién me lo va a impedir? ¿Tú? "Preguntó con sorna "No tienes que ser celosa...

Puedo con las dos."

Imediatamente lo tomé por el cuello de la camisa con mi mano izquierda y sus ojos

mostraron miedo cuando vio mi puño derecho levantarse en el aire para golpearlo

directamente en el rostro, sin embargo, justo cuando estaba a punto de hacer

contacto con él, Camila gritó.

"¡No lo hagas!"

Austin sonrió mientras miraba a Camila y yo me giré para verla también sin entender. Su
mirada era de entera preocupación.

"¿Quién es, Mila? ¿Tu guardaespaldas?" Preguntó, aprovechando que yo había aflojado

mi agarre en su camisa debido a la impresión de la intervención de Camila. No obstante,

su voz reavivó la ira dentro de mí y ese sentimiento fue el motor para decir algo que

probablemente estando serena no habría dicho jamás.

"Soy su novia y no te quiero volver a ver cerca de ella porque si lo haces, te juro que te
vas a arrepentir."

Capítulo 4

Camila's POV

"Camila, abre la puerta." Decía Lauren mientras golpeaba ligeramente la puerta de mi

habitación una y otra vez. Yo no respondí, me quedé acostada en mi cama, hecha un

ovillo ¿Qué mierda acababa de pasar?

"Bien, si no quieres abrir ahora yo entiendo" Continuó Lauren con voz tranquila. "Me
quedaré aquí afuera hasta que quieras hablar." Declaró y luego se quedó todo silencioso.

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Apenas podía procesar todo lo que había pasado en la última media hora. Primero Austin

había llegado a molestarme otra vez y yo, otra vez, había sido incapaz de defenderme.

Luego había llegado Lauren a apartarlo a empujones y había intentado golpearlo hasta

que lo detuve y finalmente, le había dicho que ella y yo eramos novias. ¿Qué demonios?

Estaba tan asustada, tan insegura que por un momento realmente agradecía que

Lauren hubiera llegado a quitármelo de encima.

Luego de decir eso ella me había tomado de la mano para llevarme al auto ante la mirada

atónita de Austin. Lauren definitivamente era imbécil ¿Cómo se le ocurrió meterse con

él? Seguramente no tenía idea del poder que tenía. No sólo sobre mí, sino sobre todo.

Me sentía tan mal, tan débil. Una vez más estaba hecha pedazos por culpa de ese

imbécil. Una vez más me desconocía a mí misma y tenía miedo de mirarme en el

espejo. No podía permitir que Lauren me viera de esta forma, ya lo había hecho lo

suficiente. Ya había sido suficiente humillación para mí.

Me levanté de la cama, me acerqué al cajón de un mueble que estaba ubicado cerca de

mi tocador y saqué unas pastillas para dormir. Me tomé una de ellas así, sin agua, y me

acosté. Necesitaba dejar de pensar, necesitaba dejar de sentir para poder calmarme y

recuperarme de todo lo que acababa de suceder.

Lauren's POV

Pasaron dos horas. Dos horas y yo seguía sentada afuera de la habitación de Camila, con

mi espalda recargada en su puerta. ¿Qué diablos estaba pensando?

En nada.

Esa era la única respuesta.

Simplemente no estaba pensando cuando dije aquello pero sentí tanto coraje, tantas

ganas de destrozar a ese idiota con mis manos. ¿Cómo se atrevía a tratarla de esa

manera? Jamás creí que vería a Camila de esa forma. Estaba pálida, inmóvil, no era ni la

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sombre de la chica que yo conocía, no podía permitir que ese tipo la siguiera tocando

si ella no lo deseaba.

Pero aún así ¿Por qué había dicho que era su novia? Esa era la más grande estupidez

que se me pudo haber ocurrido.

Llevé a Camila a su casa inmediatamente, sin haber esperado respuesta del tal Austin.

La ayudé a subir al auto y arranqué rápidamente con dirección hacia la mansión Cabello-

Estrabao. En cuanto llegamos Camila echó a correr por el jardín hasta llegar a una de las

entradas de la casa, yo la seguí lo más rápido que pude, me sorprendió que pudiera

correr de esa forma en tacones. Cuando por fin la alcancé ella ya estaba dentro de su

habitación y me había cerrado la puerta en la cara.

No sabía qué hacer, tal vez debía disculparme con ella por meterme en lo que no me

importaba, pero al menos esperaba que estuviera agradecida de que la ayudara. Quería

hacer más por ella, de verdad, se veía tan afectada y no lograba entender como verla de

es manera me había afectado a mí también.

¿Qué tanto escondía Camila?

Antes de que pudiera seguir divagando en mis pensamientos, sentí la puerta abrirse

detrás de mí, a penas tuve tiempo de girar mi espalda para no caer a los pies de Camila.

Me levanté rápidamente y la vi ahí parada en el marco de la puerta.

Sus ojos estaban ligeramente enrojecidos y su cabello no lucía tan perfecto de como de

costumbre pero la expresión de su rostro era la que yo más conocía esa llena de

altanería y soberbia. En ese momento supe que tendríamos una discusión.

"¿Estás bien?" Le pregunté primero que todo porque era lo que más me importaba saber.

"¿Te parece que estoy mal?" Me preguntó con sarcasmo.

"Me pareció que lo estabas." Respondí con sinceridad.

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"¿Y por eso se te ocurrió meterte y hacerte la heroína?" Su tono cambió a uno de molestia

al tiempo que se daba la media vuelta y comenzaba a caminar al interior de su habitación.

Yo la seguí.

"No quise jugar ningún papel, Camila. Sólo me pareció que necesitabas ayuda. ¡El tipo te

estaba tomando a la fuerza!" Refuté exasperada y eso la hizo enojar más, por que se giró

hacia mí apuntándome con el dedo índice.

"Cállate. Podrían escucharte y nadie tiene que enterarse de esto ¿Entendiste?" Yo me

quedé en silencio y ella lo tomó como un gesto de aceptación "No sé qué mierda se te

pasó por la cabeza para si quiera pensar que tú y yo podríamos ser novias."

"Sólo lo dije para quitarte de encima al tal Austin. ¿Hubieras preferido que dijera que soy

tu chofer porque tu papá no confía en ti lo suficiente para que manejes tu auto?" Gruñí.

Eso me sacaba por ser amable.

"Tú no podrías ser mi novia ni en un millón de años Jauregui. Sólo eres una muerta
de hambre que necesita de una beca y un trabajo mediocre para sobrevivir." Escupió

con odio.

Esas palabras realmente me hirieron. Me hicieron sentir humillada pero de ninguna


manera iba a mostrar debilidad ante ella.

"Tienes razón, fue una mentira estúpida." Acepté y ella sonrió "Porque yo jamás sería novia

de una mocosa pedante que cree que con dinero puede conseguir que la gente la quiera."

Ella abrió los ojos sorprendida por lo que acababa de decirle "Te vas a arrepentir de tratarme

como lo haces Camila. Un día vas a estar de rodillas pidiéndome perdón."

Camila empezó a reír sonoramente ante mis palabras pero yo estaba segura de que así

terminarían las cosas. Me encargaría de que Camila Cabello se arrepintiera de ser una

mierda como la que era.

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"Sigue soñando, Jauregui. Tú nunca vas a estar a mi nivel. A lo mucho que llegarás será a

continuar con la estúpida mentira que se te ha escapado de la boca."

"Oh, no. Descuida. Mañana mismo me encargo de que se enteren de que tú y yo no

tenemos nada que ver. Su alteza no querrá que la relacionen con una muerta de hambre

¿Verdad?" Pregunté con sarcasmo y ella negó rápidamente.

"No. Tienes que seguir con esto porque has logrado impresionar a Austin y eso
me conviene." Dijo ella y yo la miré incrédula.

"¿Te encanta hablar mierda verdad Camila? ¿No acabas de decir que yo jamás podría ser
tu novia?"

"Fuiste tú la que dijo esa farsa. ¿Tienes idea de quién es Austin Mahone?" Preguntó y

sinceramente yo no tenía idea de qué podría significar el nombre de ese idiota "Ese

imbécil es el hijo de uno de los hombres más ricos de la ciudad si no es que es el más

rico. Si se entera de que sólo eres un jodida becada se encargará de que te expulsen de

inmediato de la universidad y créeme, a diferencia de mí él si podrá hacerlo porque el

director de la escuela es su tío."

"¿Qué?" Fue lo único que pude articular. No era que no hubiera escuchado lo que había

dicho pero es que no me podía creer lo jodida que estaba. ¿Por qué carajo me había

metido en algo que no era mi asunto?

"Lo que escuchaste, estúpida."

"Mierda" gruñí. "¿Te das cuenta de que acabo de echar a perder mi vida por salvarte?"

"¡¿Ahora es mi culpa?! ¡Tú fuiste la que se metió donde no te llamaron!" Gritó, luego soltó

un suspiro y ambas nos quedamos en silencio hasta que ella habló de nuevo " ¿Por qué

se te ocurrió decir semejante tontería? ¿Acaso te gusto, Jauregui?"

"¿Gustarme tú? Eres la persona más irritante, soberbia y detestable que he conocido."

53
"No soy estúpida. Vi cómo me miraste el día que nos conocimos. Y no hace falta una

declaración para saber que eres completamente lesbiana. Lo transpiras." Continuó

diciendo y yo fruncí el ceño.

"¿Y tú? ¿No me has mirado igual? Eres igual de lesbiana que yo." Devolví. No estaba del
todo segura pero era la única carta que tenía para jugar.

"No me gusta etiquetarme, pero sí, me interesan las chicas. Sin embargo tú no te

encuentras dentro de mis estándares yo me fijo en chicas con clase. No en una becada

como tú."

Me quedé en silencio. Estaba cansada de discutir con ella y tenía muchas más cosas de
las qué preocuparme en ese momento.

"Aún así. Tendremos que continuar con la tontería que le dijiste a Austin."

"¿Por qué?" Pregunté con fastidio.

"Porque si él se entera de que no tienes en que caerte muerta se encargará de echarte

a patadas de la universidad" Respondió ella mirándome a los ojos. Yo no podía creerme

tanta amabilidad de su parte.

"¿Qué ganas tú ayudándome?"

"Venganza." Contestó sonriendo "Por alguna razón lograste impresionarlo. Le gustas..."

Camila bajó la vista hacia sus zapatos por una fracción de segundo y luego su mirada

volvió a mí "Y yo también le gusto. Pero no podrá tener a ninguna de las dos. Vernos

juntas herirá su ego."

"¿Y no crees que con eso lograrás que se enfade más? No voy a poder dar ni dos

pasos en el campus cuando ya me estarán echando de ahí."

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"Austin me conoce perfectamente. Si cree que eres mi novia también debe pensar que

eres de buena familia o de otra forma no estaría contigo. Es un imbécil. Mientras estés

conmigo y formes parte de mí círculo él no podrá tocarte. Las dos ganamos Jauregui."

"¿Quieres que finja ser tu novia?" Repetí, no estando segura de si todo era una
puta broma o no. Camila rodó los ojos.

"¿Quieres que te lo explique con manzanas?" Yo gruñí enfadada "Tú fuiste quien

comenzó todo esto así que, o aceptas mi ayuda o te jodes porque nadie más que yo

puede sacarte del lío en el que te metiste."

Lo pensé durante un momento ¿Qué otra opción tenía? Me había echado encima a un

enemigo que tenía armas claramente más poderosas que las mías. Si no estuviera en la

situación en la que estaba me habría importado una mierda todo y rechazaría la

propuesta de Camila, pero primero que todo debía pensar en mis hermanos. Jamás

podría ofrecerles un futuro sino terminaba mi carrera primero. No podría darles lo mejor,

lo que merecían o lo que nuestros padres querrían si continuaba sobreviviendo

consiguiendo trabajos de mesera o cajera o chofer. Tenía que superarme a mí misma y si

para eso tenía que fingir una relación con Camila Cabello. Lo haría.

"¿Y bien? ¿Aceptas?" Me preguntó después de un rato de silencio.

"Acepto."

[...]

Al día siguiente seguí la misma rutina. Desperté, fui a ver a mis hermanos que seguían

dormidos. Me dio un poco de nostalgia ver a Taylor dormida. Los últimos días la veía muy

poco pero yo sabía que estaba haciendo todo aquello por su bien.

El día anterior, cuando llegué, le conté todo lo que había pasado a Chris y el rompió en

carcajadas diciéndome "Te lo dije" refiriéndose a que Camila se volvería loca por mí. Por

supuesto le dije que sólo estaba diciendo tonterías ya que Camila Cabello únicamente

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estaba loca por sí misma, pero aún así tuve que aguantar todas sus bromas y preguntas

al respecto.

Me vestí y me maquillé rápidamente. Utilizando un atuendo similar al del día anterior.

Tomé mis cosas y salí en dirección a la casa de Camila, aprovechando el camino en el

autobús para terminar los ejercicios de cálculo que me habían quedado de tarea el día

anterior y que no había hecho debido a todo el tema de Austin.

Al llegar a la mansión saludé a James, el portero quien me dejó pasar de inmediato y me

dirigí directamente a la cochera para sacar el porsche de Camila, era un auto

asombroso a decir verdad, conducirlo era un placer.

Un rato después Camila apareció, moviendo sus pies uno tras otro y con cadencia sobre

el camino que se marcaba entre el césped del jardín el cual estaba repleto de piedrecillas

que combinaban con el acabado del muro que rodeaba la mansión.

"Buen día, mi amor." La saludé y ella rodó los ojos. Yo reí bajito mientras le abría la

puerta del auto. Si iba a estar metida en esa farsa al menos me divertiría un poco con ella.

Era lo justo ¿Verdad?

Me metí al coche, encendí el motor y miré a Camila un momento "Bebé, debes ponerte

el cinturón de seguridad" Le dije y ella fingió que quería vomitar. Volví a reír y eché a

andar el coche.

Íbamos escuchando música. Le había pedido a Camila que pusiera canciones de Lana

porque en realidad me había gustado mucho. Su voz era profunda y sexy y su música

envolvente y de una composición extraordinaria. Estábamos en eso cuando Camila bajó

el volumen del estéreo.

"¡Oye! ¿Por qué?" Me quejé.

"Porque sigue siendo mi auto. Te estás tomando libertades que no te corresponden,


Jauregui." Dijo con molestia.

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"No puedes llamarme Jauregui frente a todos en el campus ¿Sabes? Si vamos a hacer

esto al menos tiene que ser creíble." Camila volvió a rodar los ojos.

"Tendrás que sentarte conmigo y con mis amigos en el almuerzo" Dijo seriamente "Si

preguntan decimos que vienes de otro estado y que tú familia es dueña de una

empresa de..."

"Construcción" Respondí rápidamente, pensando en papá.

"Sí. De construcción me parece bien. Tu apellido suena bien de todas formas. Hasta
pareciera que es de alguien importante."

"¿Alguna mentira más que agregar a la lista?" Le pregunté. Estaba un poco irritada por lo

que acababa de decir.

"Vamos, Jauregui. Es tu culpa que estemos en esta situación para empezar así que no

te pongas en el plan de víctima."

"¿Qué más vamos a decir?" Pregunté tratando de desviar el tema, no quería discutir

con ella tan temprano "¿Cuánto tiempo llevamos juntas?"

"Apenas un par de semanas, diremos que nos conocimos a finales de las vacaciones."

Continuó maquinando su historia "En... "

"¿Una fiesta?" Sugerí.

"No, suena demasiado ordinario. Además a las fiestas a las que asisto siempre van mis

amigos también" Respondió ella y se quedó pensando un momento hasta que chasqueó

los dedos y dijo "Digamos que tu padre y el mío son... antiguos amigos que dejaron de

verse hace años por cuestiones de la vida." Sentí un pinchazo de dolor al pensar en lo

imposible que era la historia de Camila. "Entonces, aprovechando que estaban aquí

momentáneamente sólo para que te instalaras se reunieron en nuestra mansión y ahí fue

donde nos conocimos."

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"¿De verdad piensas que nos van a creer eso?" Pregunté incrédula y Camila sonrió.

"Si te ves como lo que dices ser entonces nadie dudará de ti. Ni siquiera preguntarán. Te
lo aseguro."

"¿Cómo lo sabes?" Continué y pude ver de reojo una especie de sonrisa que se dibujó en
sus labios. Parecía estar triste.

"El mundo en el que me muevo sobrevive principalmente con base en apariencias. A

nadie le interesa quién eres realmente. Sólo importa tu imagen y lo que tienes para

sustentarla."

El ambiente se puso un poco extraño, nos miramos a los ojos apenas por un par de

segundos cuando me encontré con un semáforo en rojo y después ella subió el volumen

de la radio y continuamos así hasta llegar al campus.

Después de aparcar el coche y apagar el motor, me bajé del vehículo para rodearlo y

llegar hasta la puerta de Camila. La abrí y le extendí mi mano para ayudarla a bajar, ella

la tomó con delicadeza, como siempre lo hacía, como si cada uno de sus movimientos

fuera ensayado para lucir como una princesa. Descendió del auto y luego cerré la puerta

detrás de ella, mientras Camila me esperaba ahí.

Al ponerme a su lado levanté la mirada para echar un vistazo al rededor. Sí el día anterior

me había sentido observada ahora era mucho peor. No estaba segura de si era una

paranoia mía pero sentía como todas y cada una de las miradas de las personas que

estaban cerca de nosotras, en el estacionamiento, el comedor y los jardines contiguos

estuvieran puestas sobre nosotras dos.

Mi nerviosismo sólo aumentó cuando sentí la mano de Camila tomar la mía y entrelazar

nuestros dedos. Me quedé viendo ese punto en específico por un momento, sus dedos

eran delgados muy femeninos, no demasiado largos pero si de la longitud adecuada

mientras sus uñas estaban sencillamente decoradas con un esmalte estilo francés.

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No sé cuánto tiempo me habré quedado pasmada observando la unión pero reaccioné en

el instante que sentó la mano derecha de Camila acariciar mi mejilla, invitándome a

levantar la vista para encontrarme directamente con sus ojos chocolate dedicándome una

mirada suavizada y amable.

"Parece que Austin no ha podido mantener la boca cerrada" Dijo en voz baja mientras

continuaba mirándome a los ojos. De no haberla escuchado juraría que realmente era una

chica completamente enamorada de mí "Todos nos miran. Tienes que relajarte." Continuó

diciendo y su mano en mi mejilla descendió lentamente hasta llegar a mi brazo y darme

un ligero apretón.

Perdí la capacidad de hablar cuando se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla

aprovechando para decir "Hagamos esto creíble, Jauregui" y luego de eso se separó

de mi apretando fuerte mi mano y comenzando a caminar.

Sus pasos se veían incluso más seguros de lo que hacían normalmente y por un

momento me sentí torpe y poca cosa a su lado, sin embargo, sacudí esos pensamientos

de mi mente y recuperé toda mi seguridad. Nunca sería menos que Camila Cabello y se

lo demostraría.

Caminamos juntas como si fuéramos las dueñas de todo ese lugar, era extraño pero se

sentía sensacional. Podía escuchar los murmuros de los chicos que pasaban a nuestro

lado y aunque no los escuchaba sabía perfectamente que hablaban de nosotras. Después

de unos minutos, llegamos al jardín donde nuestros caminos tenían que separarse para

que cada una se dirigiera a su facultad.

"Bien. Te veré en el almuerzo, Jauregui." Me dijo para luego besar mi mejilla una vez

más, cuando el contacto terminó llevé nuestras manos entrelazadas a mis labios para dar

un pequeño beso igual de corto que de ella.

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Camila sonrió con gracia y se apartó para empezar a caminar pero la detuve. La tomé de

la muñeca antes de que estuviera demasiado lejos y tiré de ella para ponerla cerca de

mí y poder tomar posesión de sus labios con los míos.

Cerré los ojos en cuanto sentí el contacto de su piel con la mía y pude darme cuenta aún

así de que Camila estaba tensa y sorprendida por mi acción. Rápidamente llevó sus

manos a mi pecho empujándome un poco, sin ser demasiado obvia para mantener las

apariencias pero yo la tomé firmemente por la cintura, moviendo mis labios con lentitud

sobre los suyos. Pronto Camila dejó de hacer presión contra mi cuerpo y dejó sus manos

fijas en su lugar acariciando la tela de mi chaqueta al tiempo que correspondía mi beso.

Pequeños chasquidos empezaron a romper el silencio, producto de la fricción entre

nuestros labios y cuando abrí la boca para soltar un suspiro, la dulce lengua de Camila se

convirtió en una intrusa dentro de ella. Continuamos así por unos segundos más hasta

que llegué a presionar su cintura con mis manos y en ese momento Camila comenzó a

apartarse lentamente.

Suspiró con los ojos cerrados y luego parpadeó un par de veces, yo tragué saliva, estaba

sorprendida de lo bueno que había sido ese beso pero decidí que no se lo demostraría

así que mantuve la compostura mientras ella me miraba con confusión.

"Debemos hacerlo creíble ¿Verdad?" Le dije mostrándome una media sonrisa que ella
respondió con la misma soberbia que la caracterizaba.

"Nos vemos en el almuerzo." Repitió y luego de eso se fue caminando en dirección a


su facultad mientras se metía un mechón de cabello detrás de la oreja.

Camila's POV

"¿Qué diablos fue eso?" Preguntó Dinah una vez que estuvimos en el laboratorio,

mientras el profesor de química anotaba unas indicaciones en la pizarra que estaba

al fondo del lugar.

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"Ya te dije, DJ, fue un beso. ¿Nunca habías visto uno?" Le contesté con sarcasmo.

"Fue un beso ardiente." Dijo ella y yo aparté la vista al recordar el beso que Lauren me
había robado.

"¿Quién es ella? ¿Por qué no la habíamos visto?" Siguió preguntando mi rubia amiga.

"Es mi novia." Declaré y tuve una sensación muy extraña al pronunciar esas palabras.

"Se llama Lauren Jauregui y acaba de entrar a la universidad. Está estudiando una

ingeniería." Le conté.

"Es sexy. Buen gusto Mila." Halagó ella y yo reí. Si la hubiera visto el lunes

probablemente no diría lo mismo. "¿Está en primer semestre?" Asentí afirmativamente a

su pregunta y luego continuó "¿Es menor que nosotras?"

"No, es mayor. Pero acaba de entrar a la universidad porque..." ¿Qué mierda decía
ahora? No tenía idea de la razón por la que Lauren recién había comenzado la carrera...

"Porque sus padres le regalaron un viaje por toda Europa cuando terminó el instituto así

que, se tomó un tiempo para iniciar la universidad."

"Vaya..." Suspiró Dinah impresionada mientras arqueaba una ceja "Vaya partido que te

has echado al bolsillo. Creí que todavía estabas afectada por lo de Austin." Mi cuerpo se

estremeció por completo al escuchar su nombre.

"Por supuesto que no. Es un idiota, no se merece nada de mí." Gruñí tratando
de convencerme más a mí misma que a ella.

"Pues me alegra que por fin lo hayas dejado atrás ¡Y vaya manera!" Dijo ella con un

tono alegre "Deberías presentárnosla. Mani seguro que se muere de la curiosidad por

todo esto, apenas y pudimos aguantar el grito de sorpresa que se nos quería escapar

cuando las vimos."

"No sabía que teníamos público" Dije con sinceridad porque realmente no me había dado
cuenta de que Normani y Dinah estaban cerca cuando pasó lo del beso.

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"Evidentemente no estabas consciente de los espectadores. Es beso fue el infierno

Mila, lo juro. Yo no soy lesbiana pero joder... Después de verlas creo que podría

empezar a considerarlo."

Reí nerviosamente ante sus palabras y luego me quedé en silencio, casi pude revivir la

sensación de los labios de Lauren moviéndose contra los míos y juro que sentí sus manos

apretando mis caderas ahí mismo. Era algo extraño. Diferente a lo que había

experimentado antes y sólo salí de mi burbuja de pensamientos cuando escuché la voz de

Dinah una vez más.

"Oh por Dios Mila ¡Estás sonrojada!" Cacareó Dinah para romper en risas y yo la miré
con el ceño fruncido.

"¿Qué? ¡No digas estupideces Hansen!" Bufé molesta. ¿Sonrojada yo? ¡Qué tontería!

"Señorita Hansen, Señorita Cabello. Por favor guarden silencio, la clase va a comenzar."
Dijo el profesor y yo rodé los ojos para luego escuchar a Dinah susurrar.

"Me muero por conocer a tu chica."

La clase continuó con normalidad después de eso. Bueno, todo lo normal que puede ser

cuando tu compañera de laboratorio no deja de hablar subre tu chica . Dios, de haber

sabido que Dinah se pondría así me habría pensado mejor lo de tener una novia falsa.

En fin, un par de horas más tarde, Dinah, Normani, Luis, Troy y yo estábamos sentados

en nuestra mesa del comedor. La más alta de mis amigas se las había arreglado para

mantener a Mani con la boca cerrada, querían esperar a que Lauren llegara con nosotros

para bombardearnos con preguntas sobre nuestra relación.

Los ojos de los estudiantes estaban puestos sobre mí más que otros días, incluso más

que cuando estaba con Austin y eso era mucho decir. Imagino que además de Dinah y

Normani habían sido muchos más los espectadores de aquel beso fingido.

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Lauren's POV

"Justo ayer te dije que tuvieras cuidado con Camila y ¿Ahora resulta que sales con ella?
¿Qué tienes en la cabeza Lauren? Creí que eras una chica inteligente."

"¿Cómo te enteraste?" Le pregunté a Ally que me había abordado al terminar nuestra

clase de física, al tiempo que caminaba para dirigirme hacia el comedor donde Camila

me esperaba.

"Es lo que todo el campus habla. Camila Cabello está saliendo con una chica de primer

semestre." Continuó diciendo comos si se tratara del encabezado de un periódico o

revista de espectáculos.

"Vaya. Los rumores corren rápido" Señalé y Ally me miró con confusión.

"¿Es un rumor? Dicen que las vieron besándose esta mañana..." Yo hice una mueca al
escuchar su pregunta.

"Mm... Más o menos" Ally se quedó observándome con los ojos entrecerrados y yo solté

un suspiro "Ally, se que no te agrada Camila, no conozco tus razones personales pero

comprendo perfectamente el que no sea de tu agrado. Camila tampoco es mi persona

favorita en el mundo y está muy lejos de serlo..."

Sabía que Camila me mataría pero... Iba a decirle a Ally la verdad.

"Eres mi única amiga en este momento, Ally, y por eso te contaré lo que pasa, esperando

que puedas mantenerlo como un secreto porque mi futuro y el de mi familia depende de

ello." Dije con seriedad y la chica me miró con desconcierto por un instante pero luego

asintió con seguridad "Trabajo para Camila. Soy su chofer."

Los ojos de Ally se abrieron ligeramente más de lo normal ante mi confusión pero se

quedó en silencio para permitirme seguir "Mis padres... Mis padres murieron hace dos

años y desde entonces he tenido que cuidar de mis hermanos, Chris y Taylor. Conseguí

una beca y por eso estoy estudiando aquí, creo que desde el primer día que llegué fue

63
evidente que no soy una chica de dinero" Dije con una sonrisa amarga y Ally me acarició

la espalda de forma reconfortante "El caso es, que conseguí ese empleo. El padre de

Camila dice que ella es demasiado irresponsable para estar detrás de un volante, así

que me contrataron. Pero sabes como es Camila, por eso ella no quería que la gente

supiera que trabajo para ella no quería que se enteraran de que su padre la tiene

castigada y... No quería que una chica mal vestida como yo se subiera a su auto."

"Por eso te compró la ropa..." Dedujo ella y yo asentí "Pero eso no explica lo del supuesto

noviazgo."

"Ayer cuando iba hacia el estacionamiento escuché voces y cuando llegué me di cuenta

de que un chico estaba besando a Camila a la fuerza así que se lo quité de encima y casi

lo golpeo. Te juro que quería destrozarlo con mis manos." Le conté sintiendo como la ira

crecía dentro de mí al recordar ese momento "Nunca he tomado bien los abusos y menos

cuando son de un chico a una chica. Además, jamás había visto a Camila tan vulnerable y

eso sólo provocó que yo reaccionara sin antes pensar en lo que hacía."

"¿Lo golpeaste?" Preguntó ella y yo negué.

"No. Camila me impidió hacerlo pero él tenía esa sonrisa burlona en su cara y le preguntó

a Camila si yo era su guardaespaldas y... Simplemente mi cerebro se desconectó y lo

único que pude decir es que soy su novia. Lo cual es mentira, por supuesto. Luego de eso

me llevé a Camila a su casa, sin detenerme a ver si él tenía algo que decir. Cuando

estuvimos ahí Camila explotó, tuvimos una discusión y ahí fue cuando ella me contó que

el tipo era Austin Mahone."

"Lo intuía, es un imbécil."

"Uno completo" Acordé "Camila me dijo que tiene mucho poder y que es sobrino del

director así que... Me dijo que debíamos mantener nuestro falso romance. De esa forma

ella se vengaba de Austin y a cambio ella me protegería de él porque él tiene el poder

64
suficiente para hacer que me expulsen de la universidad. Si me quedo con ella el pensará

que estoy a su nivel y no se le pasará por la mente la idea de que soy inferior."

"Tiene sentido" Aceptó Ally y yo la miré herida "No, no no. No me malinterpretes

Lauren. No creo que seas inferior a ellos. De hecho creo que todos son unos imbéciles.

Pero lo cierto es que así es como funcionan las cosas aquí. Te tratan como te ven y

aunque me desagrade totalmente, la estrategia de Camila es buena."

"Es por eso que estoy con ella. Nos estamos ayudando la una a la otra. Además no puedo

darme el lujo de perder mi empleo si no obedezco las órdenes de la señorita mi ego está

flotando en la estratosfera " Ally rió ante mi comentario "¿Prometes que no dirás nada?"

"Te lo prometo Lauren. Yo jamás haría algo que te afecte." Me dijo y yo le creí.

"¿Quieres ir al almuerzo conmigo y con Camila?" Ally se tensó y negó de inmediato,

viendo hacia el frente, en la lejanía se podía apreciar a Camila sentada con sus amigos en

uno de los comedores.

"No, lo siento Lauren pero prefiero evitar cualquier contacto con ella y los de su tipo." Yo

la miré entristecida "Tú evidentemente no lo eres Lauren. No te juzgo por tu decisión,

podemos seguir charlando si quieres, pero no creo que a tu novia le guste mucho la idea

tampoco."

"¿Qué fue lo que pasó entre ustedes?" Pregunté con curiosidad. Ally era una buena

persona, saltaba a la vista pero parecía tenerle un gran resentimiento a Camila y yo no

podría explicarme la razón.

"Te contaré luego, tu chica te está viendo." Me dijo y yo levanté la vista hacia el

comedor para encontrarme con Camila y sus amigos observándome en la lejanía. "Nos

vemos luego Lauren. Cuídate ¿Vale?" Yo asentí y Ally me dio un beso en la mejilla

como despedida.

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¿Qué tenía que ver Allyson con Camila? Me seguí preguntando mientras la pequeña
se marchaba.

Capítulo 5

Camila's POV

Allyson Brooke Hernández.

No me gustó nada verla junto a Lauren. No tenía la más mínima idea de que eran amigas

o algo por el estilo y es que en realidad me importaba poco las personas con las que

Lauren se relacionara pero esto era diferente. Ally podría convertirse en un peligro para

mí si estaba cerca de Lauren.

Cuando ellas se despidieron, Lauren comenzó a caminar hacia mí por lo que tuve que

entrar en papel y hacer mi mejor actuación. Me recargué sobre mi mano mientras mi codo

estaba puesto contra la mesa sosteniendo el peso de mi cabeza al tiempo que veía a

Lauren hacer su trayecto hacia mí, estaba a unos metros y me mordí el labio al

observarla, moviendo sus caderas de un lado al otro al tiempo que se cepillaba el cabello

con una mano.

Se veía tan bien y tan natural que pareciera que así se había visto toda su vida. Que

poseía esa clase y altivez desde su nacimiento. Si no fuera porque sabía que no era

más que mi empleada juraría que era una mujer que no le envidiaría nada a nadie

porque podría tener el mundo a sus pies.

Pronto estuvo a sólo unos pasos de mí, observó a mis amigos en la mesa y les dedicó una

sonrisa mientras levantaba la mano derecha en forma de saludo "Hey" les dijo y todos le

contestaron con distintas palabras pero con amabilidad. Yo extendí mi mano derecha hacia

Lauren y ella la tomó entrelazando nuestros dedos tal como yo había hecho por la

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mañana, se sentí a mi lado y pasó su brazo por mis hombros sin soltar nuestro agarre,

acercándome a ella en su abrazo.

Le dí un beso en la mejilla y nos miramos a los ojos por un momento y Lauren sonrió

mientras me acarició la mejilla con su mano libre.

"Wow..." Murmuró Normani en un suspiro "¿Esto es en serio o sigo dormida en la clase de


literatura?"

"La realidad supera a la ficción" Dijo Luis sonriente "Mucho gusto, mi nombre es Luis

Felipe" Se presentó mirando a Lauren y luego continuó presentando a los demás "Él es

Troy y ellas son Dinah y Normani." Todos tenían sus ojos fijos en Lauren mientras ella

volvía a saludarlos.

"Mucho gusto chicos, yo soy Lauren Jauregui...." Su frase parecía estar incompleta así

que tuve que intervenir y decir...

"Mi novia."

Volví a sentir esa extraña sensación al decirlo. Era como un cosquilleo en el pecho y

comencé a preocuparme. Tal vez debería echar un vistazo en mis libros de medicina

para verificar que no le estuviera sucediendo algo extraño a mi cuerpo. Hice una nota

mental para investigar más tarde.

Lauren sonrió al escucharme y me dio un beso en la mejilla.

"Me moría por conocerte Lauren" Dijo Dinah emocionada.

"Es vedad" coincidí, llamando la atención de Lauren "Te juro que no me dejó en paz

durante toda la clase de química. Me costó mucho trabajo hacer que mantuviera la boca

cerrada."

"¿Y eso por qué?" Preguntó ella devolviendo su atención a Dinah y los demás.

"¡¿Cómo que por qué?!" Casi gritó Normani "¡Mira lo que hiciste con Camila!"

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"Sí, en serio. Estás domando a la bestia." Apoyó Dinah y yo las miré con el ceño fruncido
mientras Luis y Troy reían.

"¿Ah si?" Me preguntó Lauren arqueando una ceja y con una sonrisa burlona en su rostro

mientras yo rodaba los ojos. Ella rió sonoramente y alborotó un poco mi cabello

ganándose un golpe en el hombro de mi parte.

"Míralas son tan lindas" Chilló Dinah e incluso los chicos suspiraron.

"Pero cuéntennos más" Dijo Troy "¿Por qué no sabíamos nada de esto Camila?"

"Es que todo fue muy repentino" Dije yo "Un día estaba tranquila en la piscina de mi casa

pensando en nada en especial y al día siguiente ella estaba sentada en la sala con sus

padres a su lado y..." Me detuve un momento al sentir que Lauren se había puesto tensa

pero continué "Y luego empezamos a conocernos."

"¿Cuánto llevan juntas?" Preguntó Normani con curiosidad.

"Una semana"

"Dos semanas"

Dijimos Lauren y yo al mismo tiempo y ellos nos miraron con fundidos.

"Es que, llevamos dos semanas de conocernos y una de relación" Aclaró Lauren
rápidamente.

"Vaya, sí que van rápido chicas" Apuntó Luis Felipe. Y Lauren asintió sonriendo.

"No puedes culparme por ello ¿Verdad?" Preguntó bromeando y los chicos rieron por la

insinuación.

"No es lo que se están imaginando" Negué yo. ¿Qué planeaba Lauren? ¿Que pensaran

que era una chica fácil? La miré molesta y ella me sacó la lengua de forma burlona en

un gesto de lo más infantil pero que pareció encantar a mis compañeros.

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"Camila me contó que estuviste de viaje antes de mudarte a la ciudad" Comenzó a

decir Dinah "¿Te gustaron los países que visitaste?"

"Um..." Comenzó a hablar Lauren un poco insegura "Sí, por supuesto. Japón es un país
asombroso. Además amo su comida así que fue genial."

Sentí ganas de darme un golpe en la cara.

"Camila dijo que habías ido a Europa" Apuntó Dinah y Lauren sonrió nerviosa para luego

mirarme interrogante.

"Sí, claro, pero primero fue a Japón porque... Había sido uno de sus sueños desde niña

¿Verdad?" Le pregunté a Lauren con una dulzura que casi me hace querer vomitar y ella

asintió.

"Así es. No podía irme de viaje por el mundo sin antes visitar Japón. Pasé un par de

meses ahí tratando de recorrer al menos la mayor parte y luego de eso me fui a Europa,

empezando por Francia." Continuó diciendo y hablaba tan segura de sí que parecía

como si de verdad hubiese hecho esos viajes.

"Francia es hermoso. Estuve ahí hace un par de años" Dijo Troy y luego de eso todos

comenzamos a hablar sobre las aventuras y los lujos que nos dábamos todo marchaba

bien. Lauren era buena improvisando.

[...]

Habían pasado dos semanas y todo se había convertido en una rutina. Lauren y yo

teníamos algunas muestras de afecto en público, caminábamos tomadas de la mano a

todos lados cuando estábamos juntas y nos dábamos un par de besos cortos y

simples. Ninguno como el primero que me había robado.

Todo iba bien, nuestra popularidad iba en aumento y Austin había sido rechazado por ambas

en varias ocasiones ya. Éramos la pareja preferida del campus. Muchas chicas y chicos

estaban detrás de nosotras tanto para tratar de conquistarnos como para decirnos

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que esperaban tener un amor como el de nosotras. Siempre que decían eso terminaba

riéndome por minutos en el auto de vuelta a casa. Es que era ridículo. Lauren y yo no

seríamos nada, nunca.

Cuando regresábamos a casa todo era diferente, volvíamos a ser las mismas y eso me

causaba alivio porque había momentos en que los ojos de Lauren, cuando me

miraban, no mostraban más que devoción hacia mí y eso me hacía sentir incómoda.

Pero todo pasaba cuando estábamos fuera del campus. Ahí volvíamos a odiarnos, a

dedicarnos palabras hirientes que no hacían más que divertirme. Era muy entretenido

hacerla enojar. Creo que Lauren se había convertido en mi juguete favorito.

Ally Brooke al final no se había convertido en un problema. Hablé con Lauren sobre ella,

le dije que quería que se apartara de esa chica y ella se negó rotundamente pero aún

así, habían pasado días y no se había registrado ningún percance con relación a ella.

FLASHBACK

"¿Puedes creer todo esto?" Le dije a Lauren cuando nos metíamos en el auto mientras

reía divertida por lo que acababa de suceder "¡Ellos realmente creen que nos amamos!

La gente puede ser tan ingenua." Me burlé y Lauren negó con la cabeza como una madre

enfadada que estaba a punto de dar un sermón.

"Es ridículo." Dijo ella. Y yo sentí de acuerdo.

"Completamente. Sobre todo tomando en cuenta que yo jamás estaría con una chica

como tú." Afirmé poniéndome el cinturón de seguridad al tiempo que ella encendía el

motor.

"Evidentemente en eso también estamos de acuerdo. Tú no eres el tipo de chica con el

que yo estaría, jamás." Aseguró haciendo énfasis en la última palabra y yo la miré

ofendida.

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"¿Ah no?" Ella negó con la cabeza, sin mirarme como si no le importara la conversación

que estábamos manteniendo. "¿Y quién si lo es? ¿Allyson Brooke?"

"¿Qué?"

"¿Eres sorda?" Le pregunté con sarcasmo "¿Sabes? De hecho creo que Ally
sería perfecta para ti es igual de poca cosa que tú."

"No te atrevas a ofenderla." Gruñó.

"¿Por qué? ¿Te gusta?" Continué molestándola.

"Por supuesto que no." Dijo ella con seriedad.

"Qué bueno" Respondí sonriendo mientras miraba hacia el frente igual que Lauren. "No
te quiero cerca de ella."

"¿Qué?"

"Lo que escuchaste. Te quiero lejos de Allyson." Repetí.

"¿Por qué dices estupideces como esa Camila? ¿Acaso estás celosa?"

Yo comencé a reír muy fuerte y cuando recuperé la compostura le contesté "No sé qué

es más gracioso el hecho de que creas que alguna vez sentiría celos por ti o la idea de

que podría ser Allyson quien los provoque."

"¿Entonces? Dame una explicación lógica." Continuó ella en el mismo tono.

"No tengo porque darte explicaciones. Simplemente no te quiero con ella."

"Pues te vas a quedar con las ganas. Ally es mi amiga y no voy a dejar de hablar con ella

sólo por tus caprichos de niña mimada."

"¿Y por qué tan amigas?"

"Porque Ally es una persona razonable y amable. Muy diferente a ti."

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"Sin embargo es a mí a quien besas frente a todos."

"No lo hago por gusto" Refutó ella con el ceño fruncido mientras giraba a la izquierda en
una calle.

"Bueno. Como sea. No quiero que ella se vaya a meter en nuestros asuntos. Más te
vale mantener la boca cerrada con tu amiguita... Literalmente."

"Ally es únicamente asunto mío." Respondió "No te metas con ella y ella no lo
hará contigo."

Luego de eso continuamos nuestro trayecto en silencio.

FIN DEL FLASHBACK

Efectivamente. Ally no había dado ningún problema en absoluto, pero la que sí parecía no

querer dejarme tranquila era Sophie Miller. La perra que se había metido con Austin

cuando aún éramos novios.

FLASHBACK

Caminaba a través del campus hasta llegar al estacionamiento. Me había retrasado un

poco en la última clase ya que Dinah no había parado de contarme sobre sus aventuras

de fin de semana y debido a eso el profesor nos había castigado obligándonos a hacer

ejercicios extras para su clase.

Había sido complicado explicarles a los chicos la razón por la cual no había salido de

fiesta con ellos durante esos días, pero todo se solucionó cuando a Lauren se le ocurrió

decir que era porque ella y yo teníamos planes juntas. Después de eso ellos no habían

hecho más preguntas al respecto, sobre todo después de hacer prometer a Lauren que

iríamos juntas a una fiesta con ellos o que saldríamos a algún club nocturno. Ella había

renegado un poco pero al final aceptó.

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De cualquier manera, papá estaba mucho más relajado últimamente y , en mi experiencia,

podría asegurar que el castigo estaba a punto de terminar. Al menos lo de no salir, porque

no estaba muy segura de si despediría a Lauren, al parecer ellos dos habían establecido

una gran relación de jefe y empleada, cosa que a mamá le disgustaba bastante. A ella no

le agradaba que papá tratara a los de la servidumbre como amigos pero a fin de cuentas

así era él.

En fin. Caminaba por el campus hasta llegar al estacionamiento y cuando estuve cerca, a

lo lejos pude ver a Lauren, sentada en el cofre del porsche con los pies puestos en la

defensa del mismo. Lo lógico sería que me hubiese molestado, pero debía admitir que se

veía bien. Parecía el típico chico malo de las películas pseudorománticas.

Sin embargo, la imagen era destruida completamente por Sophie Miller, que estaba

recargada sobre el Audi negro que se encontraba estacionado a lado del porsche

mientras se comía a Lauren con la mirada y ella mantenía sus ojos fijos sobre sus botas.

Sophie se acercó a Lauren y con una mano tomó delicadamente el cuello de la camisa de

Lauren, para llevar su dedo índice de la otra para levantar el mentón de Lauren con fuerza

en un movimiento delicado. Se quedaron mirándose un momento a los ojos.

Iba a intervenir pero Lauren metió una mano rápidamente, apartando la de ella. Fue

entonces cuando me acerqué a ambas, que hasta el momento no se habían dado cuenta

de mi presencia.

"Así que no te bastó con Austin ¿Eh?" Dije llamando la atención de las dos "¿Irás también

tras Lauren ahora? No sabía que eras lesbiana." Sophie sonrió soberbia y Lauren me

miró desconcertada.

"Bueno. Existen chicas que te hacen cambiar de opinión... Lauren es una de ellas."

Respondió sin ninguna vergüenza mientras recorría los labios de Lauren con su

mirada. "Tú más que nadie deberías saberlo."

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"Y existen chicas que parecen no servir para otra cosa que para meterse con lo que no es

suyo." Espeté con molestia pero manteniendo la compostura. Sophie empezó a reír.

"Tranquila Camilita... Lauren y yo sólo nos estábamos conociendo un poco, la pasábamos

bien ¿Verdad?" Preguntó buscando el apoyo de Lauren quien la miró por un momento

para luego responder.

Un "No." completamente seco salió de sus labios haciéndome sonreír con suficiencia.

"Por favor Lauren, no te tienes que poner así ahora que tu noviecita está aquí." Continuó

ella actuando como una completa ofrecida, mientras se acomodaba el cabello rubio detrás

de la oreja, empujando sus pechos en el proceso, para hacerlos aún más notables dentro

de su escote.

"¿Qué? ¿Acaso Austin ya se cansó de ti y ahora vienes a ver qué más consigues de mí?"
Le pregunté asqueada por su actitud.

"Esto no tiene nada que ver con Austin. Lo de nosotros ya fue Mila. Nunca debió

importarte, sólo nos la pasábamos bien. Yo no te lo quité, fuiste tú quien lo dejó y a mí

sinceramente no me interesaba tanto." Respondió ella haciendo que mi sangre hirviera.

"Lauren, por otro lado, es una mujer que tiene todo lo que cualquier otra chica podría

desear..." Siguió hablando mientras acariciaba el hombro de Lauren quien la observaba

fijamente "... Y yo, Lauren, puedo darte todo lo que tú desees."

Sophie se acercó peligrosamente a Lauren, con lentitud y juro que sentí que iba a explotar

de la furia que me provocaba su atrevimiento pero antes de que pudiera hacer o decir

algo, Lauren sonrió, justo cuando Sophie iba a besarla. La tomó con las dos manos por

las mejillas y Sophie me miró con una sonrisa triunfante para después cerrar los ojos

preparándose para el beso de Lauren.

Sin embargo ese beso nunca llegó. Lauren empezó a reír mientras sostenía el rostro de
Sophie entre sus manos, que luego bajaron a sus hombros, sosteniéndola firmemente

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para luego apartarla. La rubia abrió los ojos desconcertada y miró a Lauren buscando

respuestas.

"¿Sabes Sophie?" Comenzó a decir Lauren con una voz ronca y seductora "Me gustan las

chicas guapas como tú." Sophie sonrió. "¿Pero sabes qué es lo que más me gusta?"

"¿Qué?" Preguntó ella sin dejar de mirar los labios de Lauren que dibujaron una

media sonrisa.

"Me gusta que tengan dignidad." Dijo, dejando a una estática Sophie mientras ella se

ponía de pie sobre el suelo. "Me gusta que sean capaces de obtener lo que desean

usando su cabeza más que su cuerpo. Una chica así es, para mí, mil veces más valiosa,

y yo ya tengo lo que deseo. Con Camila."

Lauren dio un suave empujón sobre los hombros de Sophie quien seguía sin poder

creerse lo que Lauren acababa de decirle. Entonces extendió su mano en dirección hacia

mí y yo me acerqué para tomarla, entrelazamos nuestros dedos y ella llevó nuestra unión

hasta sus labios para darme un beso en el dorso de mi mano.

"Te agradecería que no vuelvas a insinuarte conmigo " Dijo Lauren mirando a Sophie que

ahora tenía una expresión de completa rabia " Tengo a la chica que quiero conmigo. No

te necesito para nada."

Sophie se quedó callada, intercalando miradas entre Lauren y yo con su


mandíbula apretada.

"Ya la escuchaste" dije yo llamando su atención "Ahora por favor vete. Necesito estar a
solas con mi novia."

"Ustedes dos no saben con quien se meten" Escupió con odio "Les juro que se van a
arrepentir. La sonrisa no les va a durar mucho."

"Al menos durará más que tus piernas cerradas." Le respondí y ella intentó darme
una bofetada pero Lauren la interceptó tomando su muñeca en el aire.

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"No te atrevas a tocarla" Dijo con seriedad "Y lárgate." Ordenó y Sophie soltó un bufido de

frustración antes de marcharse.

FIN DEL FLASHBACK

Debo admitir que la actitud de Lauren fue caliente. Sus ojos irradiaban frialdad pero al

mismo tiempo su mirada era capaz de quemar y la forma en que me defendió me

encantó. Me hizo sentir en un jodido pedestal, llevó mi ego a niveles inalcanzables y ver a

Sophie Miller ser rechazada por una mujer que le decía en la cara que me prefería es algo

que pagaría por volver a vivir.

No le di las gracias a Lauren. Al menos no con palabras pero el resto de ese día lo

pasamos bien, fuimos juntas a casa, como siempre y charlamos animadamente en el

camino, quizás comenzaba a pensar que Lauren no era tan mediocre como yo creía.

Lauren's POV

Las cosas con Camila iban bien. Estábamos aprendiendo a llevarnos mejor -dentro de lo

que cabía- y yo estaba descubriendo que su mundo no era tan malo como parecía.

Dinah y Normani eran muy divertidas y Troy y Luis eran amables y sencillos a pesar de

estar forrados en dinero. Me sentía mal por preguntarme qué diablos hacían como

amigos de Camila.

Aunque claro, todo fuera del campus era diferente. Seguíamos hablándonos mal y

peleando un poco pero siento que eso se había convertido más en una costumbre que en

una batalla verdadera, excepto en ciertas ocasiones en que sus comentarios sobre mi

condición económica realmente lograba hacerme sentir mal. Un poco.

Sin embargo, por otra parte, aunque intentaba ignorarlo, era un hecho que había una

parte de mí que sucumbía ante sus impulsos cuando se trataba de defender a Camila.

Era como si todo lo malo de ella se me olvidara cuando alguien trataba de hacerle daño o

hacerla sentir mal. Me pasaba cada vez que Austin se acercaba a ella o a mí y también

con cada insinuación de Sophie.

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La tarde en que la rechacé frente a Camila no había sido la primera vez que Sophie Miller

había intentado lograr algo conmigo. Me la había topado un par de veces por el campus y

siempre era muy sugerente pero yo le había dejado claro desde el principio que no me

interesaba tener ningún tipo de relación con ella. Sophie era guapa, de hecho era

condenadamente atractiva, pero yo no estaba en posición de iniciar algo con alguien, no

cuando tenía un noviazgo con Camila, aunque fuese falso.

Una mañana se lo conté a Normani y ella me dijo que Sophie había sido la chica con la

cual Austin Mahone había engañado a Camila en varias ocasiones. Sentí repudio por

ambos, sobre todo al recordar lo afectada que se veía el día que los encontré juntos.

Fue esa misma tarde cuando Sophie me abordó, mientras esperaba a Camila y se

insinuó una vez más, al principio traté de ignorarla, sólo la escuchaba hablar y hablar

acerca de lo bien que podríamos aprovechar el tiempo juntas pero yo ya me había

cansado de rechazarla amablemente. Sin embargo cuando Camila llegó y Sophie

empezó a decir estupideces sobre nosotras sentí que debía darle una lección.

Me sentí tan satisfecha al ver en Camila esa sonrisa de suficiencia que se dibujó en su

rostro una vez que Sophie se marchó enfadada. Era como si gracias a mí hubiese

recuperado una parte de sí misma. Claro que eso era únicamente lo que yo creía.

Certezas no tenía ninguna, pero aún así me sentí bien. Sentí que por primera vez

fuimos un equipo y eso me gustó mucho.

Llevábamos dos semanas de conocernos y de haber empezado a fingir todo. Aunque

para todos los demás llevábamos tres semanas de relación y un mes de conocernos.

Todos los días almorzábamos juntas. Bueno, con sus amigos. Aunque en realidad Camila no

comía mucho, apenas un jugo y un par de uvas o alguna fruta pequeña como fresas o

duraznos. Cuando le pregunté por qué no comía un platillo más fuerte me respondió que

porque ya había comido algo antes de salir de casa por lo que me quedaba más tranquila.

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Aun así, los almuerzos eran divertidos todos, conversábamos y pasábamos un buen rato

y aunque deseaba con todo mi corazón compartir eso con Ally, ella aún no quería

sentarse a la mesa con nosotros.

Por otro lado las cosas en la universidad, académicamente hablando, también iban

excelente. Gracias a Ally me había aclimatado perfectamente y ya se me hacían mucho

más fáciles las asignaturas. Aunque me pasaba la mayor parte de la tarde y la noche

haciendo tareas y trabajando en los proyectos finales que eran encargados casi desde

el inicio del semestre para tener tiempo de desarrollarlos a la perfección y no tener

problemas después.

En fin. La vida comenzaba a tomar un curso tranquilo a pesar de todas las cosas extrañas
e inesperadas que me habían sucedido últimamente.

Estábamos en el comedor compartiendo el almuerzo, yo, como de costumbre, estaba

sentada a lado de Camila mientras todos los demás nos observaban, incluyendo a los

estudiantes que estaban en otras mesas. Con delicadeza Camila tomaba uvas de su

plato y me las daba a comer en la boca, yo las aceptaba con gusto siempre y cuando ella

comiera una después de mí. Al parecer esa era la única forma de hacer que se las

terminara, no me agradaba la idea de que no se alimentara bien porque cada día sentía

que estaba más delgada y Camila, en mi opinión ya era lo suficientemente delgada.

"¿Entonces chicas?" Preguntó Luis después de un rato "¿Irán a la fiesta de este viernes?"

"Um... No lo sé ¿Tú qué opinas Camila?" Le pregunté mirándola a los ojos. No podía
darles una respuesta porque no sabía si el Sr. Cabello la dejaría ir.

"Pues... Lo pensaremos." Respondió ella, imagino que porque tampoco podía afirmar o
negar nada "Y cuando hayamos tomado una decisión les enviaré un mensaje."

"Oh por favor ¿Qué más podrían hacer un viernes por la noche?" Preguntó Troy y yo

arqueé una ceja de forma sugerente viendo hacia Camila, haciendo a todos reír de

inmediato y a Camila darme un golpe gentil en la cara que me hizo reír también.

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Seguimos así el resto del tiempo del descanso y el día escolar estuvo normal. Sin rastro
de Austin ni de Sophie, todo estaba bien.

[...]

"¡Jauregui!" Me gritó Camila mientra salía corriendo de su casa, yo estaba terminando

de encerar el porsche como hacía todas las tardes después de llegar de la universidad

para después marcharme a casa a pasar lo que quedaba del día con mis hermanitos.

"¿Qué pasa?" Pregunté cuando ella llegó hasta mí.

"Papá ha dicho que sí. Obviamente quiere que vayas tú conmigo y que no tomes para
que puedas conducir" Me informó.

"Vaya, eso es genial Camila, me alegro por ti." Le respondí sinceramente y me


miró confundida.

"¿No quieres ir?" Me preguntó.

"No he asistido a muchas fiestas en mi vida" De hecho no había asistido a ninguna "Así

que no estoy muy segura de que sea lo mío."

"Oh pero, irás conmigo." Dijo ella con soberbia "Te aseguro que te divertirás

mucho." Aseguró ella.

"Vale. ¿Qué quieres que me ponga?" Le pregunté no estando muy segura de cómo debía

ir vestida a esas fiestas de niños ricos.

"Lo que tú quieras, Jauregui. Sólo siéntete cómoda y sexy." Me dijo y yo sonreí ante la

sugerencia.

"Está bien." Acepté.

"¿Ya te vas?" Me preguntó después de echar un vistazo al auto que estaba brillando
después de haberlo lustrado.

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"Sí. Sólo guardo el auto en el garage y me voy"

"Que bien que te alcancé. Quiero darte algo." Me dijo mordiéndose el labio para
luego desviar la mirada hacia otro lado.

"¿A mí?" Pregunté insegura.

"Sí. A ti ¿Hay alguien más con quién esté hablando?" Preguntó con sarcasmo pero no
sonaba déspota ni grosera, sino amable y divertida.

"Vale, entonces es a mí." En ese momento me di cuenta de que sus manos estuvieron

detrás de su espalda todo el tiempo.

"Cierra los ojos" me pidió y yo hice una mueca pero terminé obedeciendo. "Extiende las

manos" Volví a obedecer y luego sentí que colocaba una caja pequeña en mis manos,

la acaricié con mis manos y pude identificar que era de forma rectangular. "Ábrelos" La

esuché decirme y lo hice.

En mis manos había una caja blanca con una conocida manzanita en la parte superior.

"No me jodas." Susurré al imaginarme lo que había dentro.

"Ábrela" Me ordenó con una sonrisa por la cual se asomaba su lengua y yo lo hice. Las

manos me temblaban pero logré quitar la tapa para encontrarme un iPhone 7 de 32 Gb

color negro.

"¿Qué es esto Camila?" Pregunté sin poder creérmelo.

"Pues un teléfono, duh." Se burló y yo la miré sorprendida.

"¿Es para mí?"

"¿Tengo que repetírtelo una vez más Lauren? ¿Eres retrasada de verdad? Al principio

sólo eran bromas mías pero ahora estoy comenzando a dudar." Dijo ella divertida y yo

negué al escucharla.

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"No puedo aceptarlo" dije rápidamente tapándolo de nuevo "Es demasiado caro.

No puedo costearlo."

"Y yo no te lo estoy vendiendo. Te lo estoy regalando." Dijo ella. "Es igual al mío" Terminó
mostrándome uno igual pero en color blanco.

"¿Por qué?"

"Porque he visto el teléfono que tienes y está muy viejo. Sé que le falla la pantalla y que

eso te frustra porque a veces no le puedes contestar a tu hermano cuando te llama."

Estaba el doble de sorprendida después de escucharla "Además, no puedo dejar que mi

novia rica ande con un teléfono así. ¿Sería incongruente no lo crees? Ha sido una suerte

que no has tenido que sacar tu celular en público." Eso último me hubiera herido de no ser

porque lo dijo en un tono bromista pero afable.

"¿En serio me lo estás regalando?" Seguí sin creerlo.

"Sí, idiota. ¿Lo quieres o no?" Preguntó fingiendo molestia y yo le sonreí.

"Wow... Es increíble. Gracias Camz." Le respondí feliz.

"¿Camz?"

"¿No te gusta? Pienso que llamarnos Camila y Lauren frente a todos todo el tiempo es un

poco formal para una pareja."

"Me gusta" Admitió ella y yo sonreí más grande.

"Ahora, hay algo más." Dijo y yo bajé mi vista a una de sus manos que continuaba

oculta en su espalda, la cual luego descubrió para revelar la caja de otro celuar, un

Samsung Galaxy s6 "Este es para tu hermano que supongo que está igual de

incomunicado que tú."

"¡¿Qué?!"

"Vamos, Jauregui, no estoy de humor para soportar tu sordera. Sólo tómalo y ya."

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"Pero Camila..."

"¡Que lo tomes!" Ordenó y yo obedecí "Espero que tus padres no se molesten. Sí lo hacen

di que te los has ganado por tu trabajo ¿Vale? Así te evitas problemas" Me sugirió y yo

sonreí amargamente.

"No creo que les importe." Le aseguré "Gracias Camila."

Camila sólo sonrió y me dio un beso en la mejilla para después decir "Nos
vemos mañana" y marcharse por donde llegó.

Cuando volví a casa y le di a Chris su regalo por parte de Camila brincó como loco por

toda la casa y preparó una deliciosa pasta para celebrar, haciéndome prometerle que

algún día conocería a mi jefa para poder darle las gracias personalmente.

[...]

"Así que, todo parece ir bien entre Camila y tú." Me dijo Ally al día siguiente,
mientras descansábamos entre una clase y otra.

"Sí, eso parece" acepté alegremente.

"Parecen una verdadera pareja feliz" Mencionó y yo le sonreí.

"¿Eso crees?" Le pregunté interesada.

"Es lo que todo el mundo cree Lauren. Tienen un montón de admiradores por todo el

campus. He escuchado muchas personas que dicen querer tener una relación como la

de ustedes. Son ta goals" Me respondió y yo reí.

"Lo sé. ¿Es una locura cierto? ¿Quién diría que Camila y yo tendríamos tanta química y

seríamos tan buenas actrices?"

"¿Lo disfrutas?" Me preguntó arqueando la ceja y yo la miré desconcertada.

"¿El qué?"

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"La actuación." Aclaró.

"Mmm... No soy una persona que le agrade mentir. Pero las cosas se han dado así. De

igual forma en algún momento esto tendrá que terminar, no podemos fingir para

siempre." Expliqué.

"Eso es lo que temo." Dijo ella con una mueca de preocupación y tristeza.

"¿Por qué?"

"Porque tengo miedo de que cuando ya no seas útil para Camila ella termine tirándote

como un trapo sucio." Respondió y yo la miré con el ceño fruncido, negando.

"No. No creo que eso suceda. Nos llevamos mejor ahora. Y siempre hemos sabido que

esto sólo es una estrategia para salir bien libradas del lío en que nos mentimos. Nada

más que eso."

"Lauren, puedes decir misa pero yo te veo muy ilusionada con ella." Refutó.

"¿Ilusionada?" una risa ahogada se escapó por mi nariz "¿En qué sentido?"

"Romántico, evidentemente." Contestó Ally de inmediato.

"No digas tonterías Ally. Es ridículo. Camila jamás estaría conmigo me lo ha dicho. Si te

escuchara decir eso se partiría de la risa" Le contesté riendo también "De hecho he

tenido que aguantar sus carcajadas cada vez que los chicos del campus se nos acercan

para preguntar sobre nuestra relación."

"¿Y a ti te causa gracia igual que a ella?" Preguntó con una ceja alzada y yo guardé

silencio "No pretendo sacarte ninguna confesión Lauren. Sólo tú sabes lo que pasa por tu

cabeza y por tu corazón. Pero necesito que tengas cuidado con ella. Por tu bien Laur.

Sabes que te aprecio mucho aunque llevemos poco tiempo de conocernos." Me dijo ella

dejando a un lado su interrogatorio y dedicándome una mirada suave y preocupada, como

la de una hermana mayor.

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"Comprendo lo que dices Ally. Pero no entiendo por qué... Tal vez si me dijeras por qué

Camila y tú no se llevan bien yo podría entender mejor tus preocupaciones." Le sugerí.

"Bien." Dijo después de un suspiro "Te lo voy a contar..."

Capítulo 6

Narrador Omnisciente

La familia Cabello estaba rota.

Alejandro Cabello y Sinuhe Estrabao eran un matrimonio complicado.

Hace más de veinte años, se habían conocido en la escuela de leyes.

Alejandro era hijo del dueño de un exitoso bufete de abogados y pretendía seguir los

pasos de su padre, razón por la cual el hombre estaba muy orgulloso al igual que su

esposa. Sinuhe por otro lado era hija de una adinerada familia que había heredado su

fortuna de generación en generación.

Cuando los padres de ambos jóvenes coincidieron en algún evento de sociedad, ambas

familias coincidieron en lo conveniente que sería la unión de sus hijos al término de sus

estudios y como Alejandro y Sinuhe vivían para complacer a su linaje, aceptaron.

Se casaron un año después de la graduación de ambos y la familia Estrabao inyectó una

gran cantidad de capital en el bufete para así hacerlo más reconocido. Con los años se

transformó en un imperio manejado por Alejandro que con mucho esfuerzo personal

había logrado conseguir triplicar su fortuna inicial.

Alejandro y Sinuhe no estaban enamorados cuando se casaron. Pero habiendo estado

de acuerdo en que debían unir sus vidas por el bien financiero de sus familias decidieron

intentar el tener una relación lo suficientemente cercana para mantener las apariencias y,

quizás, con el tiempo desarrollar sentimientos el uno por el otro.

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Tres años después de haberse casado finalmente lo consiguieron. Se querían, se

cuidaban el uno al otro, quizás no como la pareja más enamorada del mundo pero a fin de

cuentas sabían que se tenían el uno al otro y habiendo llegado a ese punto decidieron

finalmente cumplir al último capricho de sus padres. Tener un hijo.

Sinuhe estaba embarazada y pronto la familia Cabello-Estrabao tendría una hija.

La pareja no podía estar más feliz pues finalmente tendrían a quien dedicarse, sobre todo

Sinuhe, que había dejado de estar involucrada en los asuntos del bufete ya que Alejandro

lo llevaba todo a la perfección. La mujer estaba muy entusiasmada con la idea de ser

madre y cada día despertaba para cantarle una melodía a su pequeña hija que crecía en

su vientre mientras su esposo la acariciaba con ternura, dedicándole palabras de afecto a

su futuro bebé.

Sofía fue el nombre que ellos eligieron para la pequeña princesa de la familia. Un ser lleno

de luz que llegaría a colmar de alegría sus vidas que hasta ese momento sólo habían

girado en torno a las exigencias de otras personas.

Sin embargo una tragedia ocurrió impidiendo que el matrimonio lograra tener a su bebé

entre sus brazos.

El embarazo de Sinuhe era de alto riesgo.

No había ninguna razón en específico para ello. Ella era una mujer joven y sana, estaba

en el mejor momento de su vida para dar a luz pero el destino lo había querido así. El

destino tenía planes que podían llegar a ser crueles, arrebatándole lo único que alguna

vez habían querido dos personas que habían sido unidas por motivos completamente

distintos al amor. Un amor que, sin embargo, habían logrado conocer desde el momento

en que habían tenido conocimiento de que serían padres.

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Sofía tenía el cordón umbilical enredado en el cuello y pese a la operación de

emergencia que los médicos habían realizado para salvar la vida de la pequeña, lograrlo

había sido imposible.

El dolor que inundó a Sinuhe la sumió en una profunda depresión al igual que a Alejandro

y cada uno de ellos lo enfrentó por su cuenta. Alejandro refugiándose en su trabajo a

tiempo completo y Sinuhe desarrollando un deseo compulsivo de comprar.

Se pasaba la vida en los centros comerciales, compraba ropa y zapatos por montones,

joyería, relojes y todo lo que sus tarjetas de crédito tuvieran capacidad para pagar. El

límite era prácticamente inexistente porque, además del bufete, Alejandro había

comenzado a invertir en distintas empresas y negocios que le estaban retribuyendo

exageradamente bien. Era como si la vida les estuviera pagando con dinero la pérdida de

su pequeña Sofía.

Cuando Sinuhe sintió que la ropa, las joyas y los coches eran poca cosa para ella,
comenzó a viajar.

Primero habían sido pequeñas escapadas de fin de semana y siempre pedía permiso a su

marido quien inmediatamente se lo concedía, pues poco le importaba lo que Sinuhe

hiciera con su tiempo ya que él estaba demasiado ocupado para atenderla.

Después las ausencias fueron haciéndose mucho más largas, los días se convertían
en meses.

Hubo un periodo en que Alejandro estuvo muy presionado por problemas en su trabajo.

Problemas gigantescos que colocaban un peso enorme sobre sus hombros y en esos

momentos, cuando volvía a casa lo invadía un doloroso sentimiento de soledad. Su

mansión estaba vacía, si imperio estaba formado pero no lo disfrutaba.

Su única compañera era la botella de whisky que se hallaba en su despacho, la cual era

reemplazada cada cierto tiempo por Martha, el ama de llaves de la mansión. "Cada

cierto tiempo" se convirtió en un "a diario".

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Alejandro se alcoholizaba todas las noches después de volver del trabajo pues esa era

la única forma que tenía de desconectarse de todas sus presiones y su soledad. No

solucionaban nada, por su puesto. Pero lograban perfectamente difuminar los

sentimientos que lo invadían.

Una noche, después de haberse terminado la botella del día, Alejandro caminaba por

el pasillo para dirigirse a las escaleras centrales de la mansión, las cuales llevaban a la

segunda planta donde se encontraban las habitaciones.

Entonces escuchó el sonido de unas llaves tintineando. Entrecerró los ojos en un intento

de enfocar mejor la figura que se formaba a lo lejos, en la puerta principal y entonces la

vio. Era su esposa que recién llegaba de un viaje que se había extendido por cuatro

meses.

La realización se encendió en su cabeza. Había pasado cuatro meses sin su esposa.

La mujer con la que se había casado cinco años atrás y que había prometido frente al

altar estar con él en todo momento, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en

la pobreza. En la prosperidad y la adversidad.

Pero ella no lo había hecho. Ella se había ido.

Y un sentimiento de ira lo embargó.

Furioso, se fue sobre su esposa, tomándola por el brazo con fuerza desmedida y

obligándola a subir por las escaleras a pasos torpes debido a su embriaguez, a su rudeza

y el inmenso terror que sentí al ver a Alejandro de esa forma.

Nunca, en todos lo años que tenía de conocerlo lo había visto así de furioso. No parecía

un hombre sino un animal. Incapaz de pensar, incapaz de reconocer el dolor que

causaba.

Esa noche, Alejandro Cabello tomó a su mujer por la fuerza y desquitó en su cuerpo
todo el tiempo de presión, soledad y dolor que había sufrido solo.

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Se arrepintió por supuesto.

En cuanto la luz del día atravesó las cortinas de la habitación de la mansión Cabello-

Estrabao Alejandro despertó. Pero despertó no sólo del sueño profundo en el que había

caído después de toda la actividad física que había realizado. Sino que despertó

también del ser en el que se había convertido durante esa fatídica noche. Sus ojos

habían recuperado su color marrón y sus pupilas había regresado a su tamaño original.

La resaca que cada mañana lo invadía no había hecho el más mínimo efecto porque nada

podía compararse con el dolor y el repudio que sentía hacia sí mismo por la atrocidad que

había cometido.

Sintió tanta culpa y tanta vergüenza que fue incapaz de mirar a su esposa, de dirigirle la

palabra. Aquella mañana sólo tomó una ducha y se fue al trabajo para evitar cualquier

contacto que pudiera tener con Sinuhe y cuando se enteró que ella se había ido una vez

más ni siquiera tuvo el atrevimiento de llamarla para preguntar a dónde iba o cuando

volvería.

Imaginó que lo que Sinu menos deseaba sería verlo así que se hizo a la idea de que no

vería a su mujer por mucho tiempo. Incluso esperaba que fueran años. No la culparía si

ella deseaba divorciarse y de ese ser el caso jamás se opondría a darle todo lo que la ley

indicaba que le correspondía.

Sin embargo, Sinuhe volvió un mes después.

Llena de altivez atravesó la puerta principal, haciendo que sus tacones sonaran contra el

piso lustrado de la mansión provocando la mirada curiosa de Alejandro que sintió su

estómago revolverse de la vergüenza.

Ella con toda seriedad había dejado su maleta en el recibidor del lugar y había pedido a

Alejandro que hablaran en su despacho, él de inmediato atendió la petición de su esposa

y la siguió hasta la oficina.

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Fue ahí, en ese preciso lugar donde se enteró que sería padre.

Sinuhe estaba embarazada una vez más.

La noticia no había hecho feliz a la mujer. No como la primera vez que se había

enterado de que sería madre. No estaba segura de querer a ese bebé que se estaba

formando en su vientre. Pero sí sabía que sería incapaz de abortarlo. Jamás haría algo

como eso porque, a pesar de todo, aún le quedaba algo de humanidad.

Por otro lado, sería imposible dar al bebé en adopción porque sus padres jamás lo

permitirían, al fin tendrían lo que deseaban. Un heredero o heredera, un nieto al cual

consentir y cumplirle todos y cada uno de sus caprichos.

Evidentemente si tenía a ese niño o niña no se separaría de Alejandro. Tener un hijo ella

sola sería algo imperdonable para los ojos de la sociedad. Esa misma en la que había

sobrevivido y en la que era reconocida gracias a los lujos que se había dado gracias a su

gran fortuna.

Así que por eso volvió. A decirle a Alejandro que tendrían un bebé y que se harían cargo
de él juntos. A pesar de todo.

Alejandro estaba impactado por la noticia, pero se juró a sí mismo no permitir que algo
malo le sucediera a su nuevo bebé.

Sinuhe asistió a todas y cada una de sus citas para verifcar que todo estuviese en orden.

Tenía los mejores médicos a su disposición, una dieta estricta para asegurar que su bebé

estuviera sano y todas las vitaminas y suplementos necesarios para nada pudiera poner

en peligro la integridad física del pequeño miembro de la familia que venía en camino.

Sin embargo, las cosas entre el matrimonio eran difíciles. A pesar de que dormían en la

misma cama, había una brecha gigantesca entre ellos que Alejandro no sabía si alguna

vez sería capaz de romper.

Ya no había canciones para el bebé. Ya no había caricias en el vientre.

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Y en medio de todo ese caos, llegó Camila.

Era una bebé hermosa, de grandes y profundos ojos marrones, cabello oscuro y piel

tigreña. Alejandro quedó completamente conmovido por la belleza de su hija que

parecía que se escaparía entre sus brazos de lo pequeña que era.

Sinuhe admitía que habían tenido una hija preciosa, pero estaba lejos de sentir un afecto

real hacia ella. Más bien sentía... pena y lástima. Sin embargo no era tonta, había visto

perfectamente la devoción de Alejandro por su hija y sería ella el arma perfecta para

hacerle pagar a su esposo por lo que le había hecho, porque ni todos los lujos del

mundo serían suficientes para redimirse con ella.

Por eso Sinuhe se encargó de estar cerca de su hija todo el tiempo. Físicamente
hablando, por supuesto.

Durante los primeros años de Camila, Sinuhe no permitió que Alejandro se acercara a

ella. Él no tenía permitido tocarla, sólo verla de lejos. Y el sufrimiento fue tan grande

para él que prefirió ausentarse una vez más.

Su trabajo se convirtió en su todo y una vez que eso sucedió, una vez que Sinuhe vio que

no podía dañar más a Alejandro, dejó a la pequeña Camila al cuidado de Martha, el ama

de llaves.

Eso sí. Cada vez que Camila deseaba algo, Martha se lo informaba a Sinuhe y ella se

lo concedía a su hija. El capricho que fuese lo tenía en el instante en que lo solicitaba y

Alejandro apenas podía oponerse porque era incapaz de enfrentarse a su esposa.

Con el tiempo y el crecimiento Camila había adoptado actitudes inadecuadas que su

padre reprobaba completamente, pero que su madre alimentaba con gusto. Camila,

irónicamente, se había sumergido en un mundo superficial.

El camino de Camila era así. Lleno de brillo y esplendor pero falto de vida y
esencia verdadera. Era frío y solitario, pero brillante y prometedor.

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Tenía un padre amoroso pero ausente y una madre consentidora pero lejana.

Camila tenía todo y al mismo tiempo era presa de la nada. Sólo que ella no lo sabía,
porque todo lo que conocía era el poder, los lujos y el dinero.

Camila's POV

Esta noche por fin podría volver a salir.

Acompañada de Lauren, claro. Pero al menos podría volver a disfrutar de una noche de

diversión con mis amigos. Podría bailar hasta que no aguantara más los tacones,

podría ser libre, podría ser yo.

Lauren estuvo muy calada en todo el camino de vuelta a casa pero no le puse demasiada

atención. Le pregunté si algo le pasaba y ella dijo que no, así que con eso era suficiente

para mí. Estaba muy emocionada.

Habían sido días de castigo y ya comenzaba a sentirme como una verdadera prisionera

así que esa noche definitivamente iba a pasármela bien, no permitiría que nada se

interpusiera en ello.

Estaba terminando de maquillarme, me había puesto un vestido blanco, corto, que

acentuaba cada una de mis curvas y cuya falda resaltaba mi trasero. Decidí evitar

mirarme al espejo, como dije, no permitiría que nada arruinara mi noche.

Bajé las escaleras una vez que estuve lista. Mi cabello estaba ligeramente ondulado y mi

maquillaje era bastante simple y natural pero lo suficientemente fuerte para hacerme lucir

más bella que de costumbre.

Habían dado las nueve de la noche mientras me acercaba a la salida que iba a dar al

jardín donde estaba el garage cuando escuché voces. Era mi padre hablando con Lauren.

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Estaba lo suficientemente lejos para que ellos no me vieran pero también lo

suficientemente cerca para escuchar lo que decían. Lauren se veía... Exactamente igual

que siempre. Pero aún así maravillosa.

Llevaba puestos unos pantalones de color negro muy ajustados. Botines negros,

una camiseta gris con el logo de Metallica y una chaqueta. Su cabello estaba suelto

y al natural y su maquillaje era ideal para enaltecer todos sus rasgos.

Me permití dejar de mirarla para escuchar lo que mi padre y ella decían.

Se habían saludado brevemente y papá la había halagado diciéndole que se veía muy

bien esa noche. Lauren había respondido con un simple y respetuoso "Gracias, Sr.

Cabello" y papá había asentido con la cabeza.

"¿No tendrás problemas en casa por salir esta noche?" Preguntó él y Lauren negó.

"Todo está en orden Señor."

"Lauren ¿Puedo decirte algo sin que lo tomes de mala forma?" Preguntó papá y en

ese momento sentí mucha curiosidad por lo que tendría que decirle.

"Lo que quiera, Señor." Respondió ella mirándolo a los ojos.

"Me alegra que hayas aceptado acompañar a Camila a esa fiesta con sus amigos..."

Comenzó a decir "Pero espero que recuerdes que esto es parte de tu trabajo."

"No lo olvido." Contestó Lauren con seriedad.

"Tu trabajo es llevar a Camila al lugar ese y traerla sana y salva. Sé que eres una joven y

que es natural que quieras divertirte pero debo recordarte que no debes dejar de lado tus

responsabilidades."

"No tiene de que preocuparse, Señor." Aseguró Lauren "Camila estará aquí a la hora
que usted dijo."

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"¿Quieres dejar de intimidarla papá? Lauren sabe cómo hacer su trabajo." Dije evitando

que papá siguiera hablando "Además, un poco de diversión nos vendrá bien a las dos.

Sobre todo a ella que es toda una nerd."

Papá sólo me miró con el ceño fruncido por unos segundos, luego se acercó a mí y dejó
un beso en mi frente.

"Cuidado, Lauren." Dijo por último con firmeza y se retiró dejándonos solas.

Ella por su parte no dijo nada más, me abrió la puerta de la casa para permitirme salir y

luego me siguió hasta el auto que ya se encontraba listo y en perfectas condiciones. Se

acercó a la puerta del copiloto como de costumbre y la abrió para mí.

Me deslicé sobre el asiento y ella cerró la puerta para después rodear el auto y meterse

también. La miré y ella mantuvo su vista fija hacia el frente mientras sacaba el auto por el

portón. Su seriedad era extraña, me daba mala espina pero me mantuve firme en lo de

antes.

Encendí la radio para evitar el silencio que ahora se sentía incómodo, a diferencia de
los otros viajes que habíamos compartido de camino a casa o hacia la universidad.

"¿Qué pasa?" Le pregunté cuando me harté de la situación.

"¿Qué pasa de qué?" Respondió sin mirarme.

"Contigo. Estás rara." Contesté con simpleza.

"No me pasa nada, Camila."

"¿Ahora es Camila? Ayer era Camz." Dije con irritación.

"Camz, cuando estemos frente a todos. Ahora solo eres Camila." Me dijo aun con sus

ojos verdes fijos en la calle.

"¿No quieres ir a la fiesta conmigo?" Pregunté con el ceño fruncido y ella suspiró.

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"No importa lo que yo quiera. Este es mi trabajo." No supe por qué pero eso me dolió.

"¿Qué mierda te sucede, Jauregui?" Cuestioné ya sin poder contener la molestia en


mi voz "¿Te hice algo?"

"No."

"¿Entonces? ¿Por qué actúas de esta forma?" Seguí preguntando. Necesitaba una

respuesta. Necesitaba entender y no sabía por qué.

"Preferiría que no habláramos de esto." Respondió ella y yo enfurecí.

"¡Dime qué carajos pasa contigo Lauren! ¡Es una puta orden!" Grité y entonces ella
me miró por primera vez en todo el trayecto.

Su ceño estaba fruncido sus ojos se veían pequeños debido a eso. Sus labios tenían una

mueca de enojo y sus orbes verdes despedían una frialdad que me congeló los huesos.

"No me has hecho nada." Espetó, las palabras salían apretadas entre sus labios

"Pero esto es para evitar que lo hagas."

"¿Qué mierda hablas?" Pregunté sin entender. Ella devolvió su atención al camino.

"Hablo de que comenzaba a pensar que eras diferente." Su voz se suavizó un poco pero

aún así sonaba molesta "No sé, tal vez yo estaba completamente fuera de lugar pero

comenzabas a caerme bien" Yo la miré confusa y ella siguió hablando "Esta tarde hablé

con Ally."

En ese momento algo hizo click en mí.

"¿Qué te dijo?" Pregunté molesta.

"Me contó lo que le hiciste. ¿Cómo pudiste?" Me preguntó casi como un reclamo y eso

me hizo enfurecer.

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"No es asunto tuyo, Jauregui." Por alguna razón su apellido me supo amargo en

los labios.

"Es asunto mío. Por supuesto. Ally es mi amiga y tú... Tú la humillaste. La humillaste

cuando se suponía que también eras su amiga." Lauren suspiraba tratando de

contener su enojo pero al mismo tiempo parecía como si quisiera llorar.

"Eso fue hace un año ¿Qué importancia tiene ahora?" Pregunté restándole interés a la
conversación.

"¡¿Qué importancia tiene?!" Gritó furiosa y giró violentamente el volante para orillarse y

detener el auto. "Ella era tu amiga y le diste la espalda cuando te necesitaba sólo porque

había perdido su dinero. La corriste de la mesa del almuerzo donde siempre se sentaba a

tu lado, frente a todos los estudiantes... Estuvo contigo desde que eran niñas y a ti solo te

importaba porque era de buena familia. La botaste como si fuera basura."

Jamás la había visto tan enojada, al menos no conmigo. Cuando me di cuenta, una

lágrima estaba rodando por mi mejilla al recordar todo lo que había pasado con Allyson.

Ally y yo nos conocíamos desde el jardín de niños. Habíamos crecido exactamente con

las mismas comodidades, estudiamos en los mismos colegios y entramos a la misma

universidad. Ella era la chica que siempre me decía cuando debía dejar de beber o

cuando ya era hora de volver a casa cuando recién comenzaba a asistir a fiestas, se

volvió un poco fastidiosa mientras crecíamos.

Pero yo la aparté de mí cuando su familia se vio involucrada en un fraude. Su fortuna se

redujo a nada cuando las investigaciones comenzaron y yo... Yo no podía permitir que

siguiera conmigo. No era nada, comparada conmigo.

Así que cuando se acercó a mí en el campus le dije que se fuera. Que no era digna de

estar con nosotros. Los chicos se quedaron en silencio, nadie se atrevía a poner en duda

mis decisiones, mucho menos cuando aún era novia de Austin.

95
De cualquier modo, esa escena ni siquiera tuvo sentido porque Ally tuvo que dejar de

estudiar debido a que no tenía el dinero suficiente para pagar la universidad.

Un año más tarde todo se aclaró, su familia recuperó su dinero y su prestigio y Allyson

regresó, empezando desde el principio su carrera en Ingeniería. La misma que estudiaba

Lauren. Creí que ella volvería con nosotros, no la rechazaría si lo hacía, pero no lo hizo.

Prefirió quedarse con el grupo de nerds que conformaba su facultad y al parecer había

formado una verdadera amistad con Lauren.

"Así que es eso ¿No? Allyson te ha puesto en mi contra." Gruñí enfadada. No iba a
permitir que Lauren me viera llorar.

"¿Qué mierda Camila? ¡¿Eso es lo que te importa?! ¡Le rompiste el corazón a tu mejor
amiga!" Gritó y dio un golpe en el volante con furia.

"¡¿Por qué te importa tanto a ti?!" Respondí de la misma manera.

"Ella era tu amiga, era de tu clase y la desechaste cuando ya no estuvo a tu altura" Dijo

con suavidad para luego negar con la cabeza mientras sonreía irónicamente "¿Qué vas a

hacer conmigo cuando ya no te sea útil?"

Lauren levantó la cabeza al hacerme esa pregunta y vi sus ojos inundados en lágrimas.

Esa imagen era incluso más impactante que el verla furiosa. Sus ojos mostraban dolor y...

Era sorprendente porque yo jamás había visto el dolor en los ojos de alguien que no fuera

mi reflejo en el espejo.

Había lastimado a muchas personas antes, pero sus miradas y sus sentimientos no

me interesaban. Ver a Lauren así me dolió. Me dolió de verdad y por un momento me

sentí perdida.

"Yo..." Comencé a decir sin saber exactamente qué frase quería pronunciar. Lauren

apartó la mirada, se limpió las lágrimas con las mangas de su chaqueta y puso su mano

sobre la llave del auto.

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"No digas nada. Dejemos esto así. Yo soy tu chofer, tú eres mi jefa. Eso es todo. Eso es

todo lo que seré esta noche."

"Lauren...” Murmuré pero ella negó con la cabeza.

"No quiero hablar." Dijo mientras volvía a encender el coche y regresaba a la calle.

"¿Eso que significa?" Pregunté y ella no respondió. "¿Eso es todo? ¿No vas a hablarme?"

Pregunté molesta "¡¿Todo esto por la culpa de Ally?!" El silencio continuó.

No sabía cómo manejar todo lo que sentía en ese momento. Por primera vez en mucho

tiempo sentí culpa por lo que le hice a Allyson porque nunca lo había visto de la forma

cruda en que Lauren me lo dijo. También sentía tristeza por Lauren, por la forma en que

me había mirado, pero al mismo tiempo mi ego y mi orgullo estaban heridos porque ella

había osado gritarme en mi propio auto.

Mi mente y mi corazón optaron por la opción más segura, por el sentimiento que ya

conocía, por la única forma en que sabía actuar y me dejé llevar por la ira que había

provocado el último hecho.

"Bien. ¿Sabes? No tienes que entrar conmigo a la fiesta. Te quedas en el estacionamiento


y ya. Como el chofer que eres, ese es tu lugar."

"¿Y la maldita farsa de las novias?" Rompió el silencio sin mirarme por un solo momento.

"Puedes tomarte un descanso de eso. Al fin y al cabo te lo has ganado." Dije finalmente y
ella asintió con la cabeza.

"Perfecto. Señorita Cabello."

Y luego de eso no hablamos más.

97
Lauren's POV

Estacioné el auto frente a la mansión del anfitrión de la fiesta a la que nos habían invitado

a Camila y a mí. Iba a bajarme a abrirle la puerta como de costumbre pero ella sola lo

hizo, azotando la puerta al marcharse.

Cerca de auto habían un par de chicos que se encargaban de aparcar los autos en el

gigantesco estacionamiento del lugar. Uno de ellos se acercó a mi puerta y extendió las

manos para que le diera las llaves pero negué y seguí el flujo de coches hasta internarme

en el lugar.

Aparqué el auto en un espacio libre y recliné el asiento para acostarme en él. El cielo

estaba oscuro pero cubierto por un manto de estrellas que brillaban intensamente. El

sonido de la música llegaba hasta donde estaba pero aún así la visión del cielo nocturno

me brindaba tranquilidad y una incontrolable sensación de soledad y de tristeza.

Comencé a llorar sin poder evitarlo. Recordando a Camila.

Recordé todos los momentos que habíamos pasado desde que nos conocimos.

Sus movimientos, sus gestos y sobre todo sus palabras.

Recordé cada vez que había dicho que yo era poca cosa para ella y lloré aún más
fuerte, sólo con la Luna como testigo.

Y ahí, en ese momento, completamente sola en el porsche rojo, me di cuenta de una


cosa.

Me había enamorado de Camila.

Me había enamorado de una chica que jamás me vería como su igual.

Y me odié por ello.

98
Capítulo 7

Camila's POV

No podría explicar realmente como me sentía.

La última discusión con Lauren me había dejado completamente descolocada, con un

remolino de sensaciones y sentimientos que se mezclaban entre ellos y me hacían

imposible la tarea de definirlos.

Sin embargo, esa tarde me había propuesto algo e iba a cumplirlo como fuera.

Hacía tanto tiempo que no salía a bailar y divertirme que decidí que sin importar lo

que sucediera me lo iba a pasar bien. Si Lauren quería ponerse en su plan de

empleada abnegada que lo hiciera.

¡Ella debería estar agradecida conmigo!

Le había abierto las puertas de MI mundo. La había hecho lucir como una mujer que

podía estar a mi altura, le había presentado a mis amigos, le había cedido un lugar a

mi lado y ahora cuando pretendía llevarla a los eventos donde yo me desenvolvía

como la reina de todo, ella se las daba de mujer indignada y me reclamaba cosas que

no le concernían.

¡Pues que se joda!

Caminé al interior de la mansión de Dreavyn Thomas. Me tomaría el tiempo de describirlo

pero lo cierto es que es irrelevante para mí. Lo resumiré en chico guapo y rico, popular y

amante de las fiestas. Nunca me perdía las suyas porque siempre eran buenísimas.

Al entrar la oscuridad reinaba, a diferencia de la entrada a la mansión y sus jardines

que se encontraba muy bien iluminada. El interior estaba sumido en tinieblas que sólo

eran combatidas por las luces multicolores e intermitentes que se encendían y

apagaban al ritmo de la música del DJ que Dreavyn había contratado.

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Había alcohol por montones y unos cuerpos se movían contra otros. Había una sala de

juegos con tres mesas de billar y varias dianas de tiro a blanco de las cuales me

mantendría alejada, no parecía una idea inteligente atravesarse por un sitio donde

había jóvenes ebrios lanzando dardos afilados.

Me abrí paso entre las personas que bailaban hasta llegar a una sala de estar que estaba

repleta de chicos y chicas, entre ellos Troy y Normani, puesto que Dinah estaba con su

novio en las mesas de billar y Luis buscaba su ligue de la noche.

"Hey Mila" Me saludó Troy levantando una de sus manos y luego Normani se acercó para
darme un beso en cada mejilla.

"¿Dónde está Lauren?" Preguntó ella mirando a un punto detrás de mí en busca de mi


novia.

"No pudo venir. Tuvo una emergencia con su hermanito menor." Mentí y mis dos
amigos hicieron una mueca de desilusión.

"Es una lástima" Declaró Troy "Realmente esperaba ver qué clase de chica fiestera es
Lauren."

"Es el peor tipo. Una completa aburrida" Afirmé y ellos me miraron con el ceño fruncido.

"¿Tuvieron algún problema ustedes dos?" Indagó Normani.

"¿Lauren y yo? Claro que no." Aseguré "No se preocupen, ella arreglará sus asuntos y se

unirá a nosotros en la próxima fiesta. Así podrán comprobar por su propia cuenta que

Lauren es una aburrida en serio."

"Lo dudo." Dijo Troy "Lauren es muy inteligente y divertida y es jodidamente sexy también.

Créeme Mila si ella estuviera aquí ustedes dos robarían toda la atención, así lo único que

Lauren hiciera fuera sentarse a mirarte bailar."

"Amén" Respondió Mani y yo rodé los ojos.

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"Bueno ya. Cambiemos de tema y vamos por unos tragos. No quiero pensar en Lauren."

"¿Por qué no?" Preguntó mi amiga.

"Porque no quiero extrañarla."

No supe en qué porcentaje fue verdad o mentira esa última frase que dije, pero decidí
no pensar en ello en el momento en que la primera gota de vodka tocó mis labios.

Lauren's POV

Una vez que recuperé la compostura después de haber pasado un buen rato llorando me

limpié los restos de las lágrimas del rostro y traté de relajarme. Estuve escuchando a

Lana del Rey por horas en el auto. Camila había cargado el teléfono que me regaló con

toda su discografía y no sabía si sentirme feliz o miserable por ese hecho.

La noche se había puesto muy fría así que me removí dentro de la chaqueta para buscar

calor. Estiré mi espalda sobre el asiento y luego de eso lo devolví a su posición original.

Cuando estuve sentada, con la espalda erguida tomé el teléfono que se hallaba en el

porta vasos del porsche. Eran las 2:30 am. Alejandro había dicho que no quería que

llegáramos después de las tres de la mañana así que era momento de llevar a la doncella

a su castillo. Aunque me inclinaría más a pensar que ella era el dragón del suyo.

Solté un suspiro y desbloqueé el celular para llamarla. Uno, dos, tres, cuatro... fueron

ocho tonos y ella no respondió así que colgué. Esperé un momento y volví a marcar.

Uno... dos... tres...

"Lauuuuureeeen" La voz de Camila sonó por la bocina de mi celular con singular


alegría, mi nombre había salido de sus labios de forma arrastrada y torpe.

"Camila, son las 2:30, tenemos que irnos ya." Dije con seriedad.

101
"No. No me quiero ir todavía ¡Esto es muy divertido!" Apenas podía escuchar lo que

me decía debido al volumen de la música dentro del lugar donde ella estaba. "¡Ven a

bailar conmigo Lern!"

"No digas tonterías, te quiero en el estacionamiento en la entrada de la mansión en


cinco minutos." Ordené.

"¡No quiero!"

"Déjate de juegos" Bufé molesta "No pienso poner en riesgo mi trabajo por tu

necedad. Haz lo que te digo."

"NOOOOOO" Gritó y luego se echó a reír "No me voy a ir"

"Camila---"

"Noteoigonada, bye." Dijo atropelladamente y me colgó.

Por la mierda. ¿Por qué tenía que complicármelo todo?

Me bajé del porsche guardando las llaves en el bolsillo de mi pantalón y caminé hasta la

entrada de la mansión que estaba un poco apartada debido a las dimensiones de los

jardines. Una vez que llegué pude escuchar la música altísima que provenía del interior y

que provocaba que los vidrios de las ventanas y puertas vibraran.

Entré y vi un mar de gente, bailando, bebiendo y haciendo estupideces como arrojarse por

las escaleras en enormes tapas de plástico como si se tratara de trineos de nieve.

¿Dónde mierda estaba Camila?

La poca luz me hacía muy difícil la tarea de ubicarla así que simplemente seguí
caminando entre las personas tratando de encontrarla. Entonces choqué contra el cuerpo

102
de alguien, era un chico y cuando entrecerré los ojos para enfocarlo mejor pude reconocer

que era Luis.

"¡Lauren!" Dijo con alegría "Creí que no ibas a venir ¿Por qué llegas a estas horas?"

"Ummm..." Balbuceé mientras se me ocurría algo que decir.

"¿Se solucionó el problema con tu hermano?" ¿Problema? ¿Qué problema? "Camila no

quiso decirnos más pero nos contó que no ibas a poder llegar debido a eso." Vaya, así

que Camila había logrado inventar una excusa.

"¡Oh! Sí, claro. Todo está en orden y... sé que es tarde pero creí que podría venir
a acompañar a Camz un momento y después llevarla a casa."

"Me alegra escuchar eso porque esa chica definitivamente va a necesitar un chofer esta
noche" Dijo él sonriendo y yo sonreí también aunque con falsedad debido a la ironía de la

situación.

"¿Por qué lo dices?" Pregunté y Luis bufó con gracia.

"Tu chica está a un tequila más de perder la razón, ha estado bebiendo como si no
lo hubiera hecho en años y nuestra última fiesta fue hace unas semanas."

"¿Sabes dónde está?" Pregunté preocupada, odiándome al instante por sentirme así.

"¿Dónde más va a estar?" Dijo él con sorna "En el bar, por allá."

Él me indicó el camino y yo le agradecí esperando a que se perdiera entre la gente que

bailaba a nuestro alrededor, cuando lo hizo seguí su indicación hasta llegar a una sala

llena de chicos y chicas que se tragaban yardas de alcohol mientras otros aplaudían y

vitoreaban, al fondo había una barra que abarcaba toda una pared y sobre esa barra

estaba parada Camila, bailando al ritmo de la música con una botella a medio beber en

su mano.

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"¡Camila!" Grité enfadada y me sorprendí a mí misma por haber superado el volumen de

la música y lograr que ella me escuchara.

"¡Lern Jergi!" Gritó ella de vuelta y sonrió gigante. "¡Ven aquí!" Yo negué con la cabeza

mientras fruncía el ceño. ¿Cómo se le ocurría alcoholizarse de esa manera? Alejandro

Cabello estaría furioso si se enteraba de esto. "Laur, ven... Por favor" Su voz fue

completamente inaudible pero logré leer sus labios y terminé cediendo al ver como se

tambaleaba en la orilla de la barra alta.

Me hice espacio entre la gente, algunos, los que aún estaban los suficiente sobrios

posaron sus ojos en mí mientras caminaba hasta la barra, una vez que llegué, Camila se

arrodilló e inclinó su cabeza hacia mí.

"Bájate de ahí" Ordené y ella sonrió como si le hubiera dicho algo gracioso.

"Bájame, Lauren" Respondió y sonrió dejando que su lengua se asomara entre sus
dientes.

"No estoy para estas estupideces Camila. Tenemos que irnos ya."

"No me voy a bajar de aquí." Respondió y yo resoplé enfadada.

Camila se levantó cuidadosamente, era notable que le costaba estar en pie, sin embargo

lo logró. Me había dado la espalda para continuar bailando al ritmo del beat que resonaba

en toda la mansión. Odio admitirlo pero no pude evitar observarla. Su estado era pésimo,

su habla era torpe, igual que sus movimientos y su razón, pero aún así se veía preciosa.

Su rostro estaba sonrojado debido al consumo del alcohol y sus labios estaban húmedos por

la misma razón. Su cuerpo estaba sudoroso y a pesar de su poca coordinación continuaba

bailando ahí parada hipnotizándome con el movimiento de sus caderas.

Era tan frustrante. Estaba enfadada con ella por un montón de cosas. Por su

irresponsabilidad, su egoísmo y su soberbia. Pero por otro lado estaba completamente

rendida a Camila por su falta de inhibición, su seguridad, su cuerpo, su sonrisa, sus ojos

104
marrones... Por todo. Me sentía estúpida porque sentía que había algo en ella que valía

la pena aunque la mayoría de sus acciones gritaran que estaba equivocada.

Y ahí me encontraba, viéndola bailar. Olvidándome de todo. De su padre y de mi trabajo,

mientras ella me miraba sobre su hombro con una sonrisa enorme que parecía iluminar la

sala entera. Y un balde de agua fría me golpeó al entender que todo eso era debido a su

consumo de alcohol.

Iba a gritarle que se bajara una vez más, pero no me dio tiempo. Había dado un mal paso

y la mayor parte de su pie había recaído fuera del borde de la barra haciéndola perder la

poca estabilidad que tenía.

Como un acto reflejo estiré los brazos hacia ella y logré amortiguar su caída con mi

cuerpo ya que había sido algo tan inesperado que no había conseguido poner la

suficiente fuerza en mis piernas para sostenerla, llevándonos a ambas al suelo.

Me había dado un golpe fuerte en el culo y lo único que pude hacer fue dejar mi

espalda en el piso y taparme el rostro con las manos mientras escuchaba a los chicos

reír y aplaudir debido a lo que había pasado. Sentí el cuerpo de Camila moverse sobre

el mismo pero no aparté las manos de mi cara hasta que sentí las suyas tomar las mías

y retirarlas.

Lo primero que vi fue el rostro de Camila mientras reía muy divertida con lo que acababa
de suceder. Ella había gateado en el piso hasta colocarse sobre mi cadera a horcajadas.

"¿Estás bien?" La escuché preguntarme y yo la miré confundida. Asentí con levedad

mientras sentía todas las miradas de la habitación puestas sobre nosotras. "¡Mi héroe

está bien!" Gritó con alegría al tiempo que tomaba una de mis manos y la elevaba en

el aire obligándome con esa acción a sentarme en el piso.

Todos los chicos empezaron a reír, a aplaudir y todo eso se intensificó cuando
Camila sostuvo mi rostro entre sus manos para darme un beso en los labios.

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Al principio fue más una presión que un beso, pero luego ella entreabrió la boca

ligeramente para tomar mi labio inferior entre los suyos y yo no pude hacer más que

dejarme llevar. No podía. Juro que quería pararla pero mi cuerpo no respondía, no me

obedecía a mí sino a ella. Mis manos aterrizaron en su cintura tal como lo habían hecho el

día que empezamos con toda la farsa de nuestra relación y las suyas se enredaron en mi

cabello obligándome a profundizar más nuestro beso con mi lengua al interior de su boca.

Perdí completamente la noción del tiempo y los gritos, los silbidos y los aplausos se

convirtieron en ruidos sordos que no formaban parte de la burbuja en la que estaba

metida debido a al adictivo sabor de los besos de Camila. Ella comenzó a mover sus

caderas sobre mí y yo presioné mi agarre en su cintura, de haber tenido los ojos

abiertos habría podido ver esa zona de su piel ponerse blanca por la fuerza con la que

mis dedos la sostenían.

Camila soltó un gemido en mis labios y yo tomé ese instante para recuperar el aliento.

Pero recuperé mucho más que eso.

"¡Dios esto es tan caliente!" Gritó un chico en medio de toda la multitud que nos

observaban atentos en ese instante y yo sentí mi cara enrojecerse violentamente ante la

realización. Camila sólo se empezó a reír aún más alto que antes. Estaba completamente

ebria, la boca me sabía a tequila y limón.

Negué con la cabeza y me levanté recargando la palma de mi mano en el suelo para,

instantáneamente, sentir un punzante dolor en ella. Había vidrios por todo el piso ya que

la botella que Camila tenía en la mano mientras bailaba se había estrellado también.

Saqué el vidrio incrustado en mi mano y ahora podía ver un corte por el cual brotaba mi

sangre, sabía que no era profundo pero dolía como la mierda debido al alcohol.

Camila me miró, sus ojos chocolate estaban llenos de consternación y luego aterrizaron
en mi mano. Ella la tomó entre las suyas con cuidado y la llevó hasta su rostro para dejar

106
un beso sobre la herida, manchándose los labios con mi sangre. ¿Qué mierda estaba

haciendo? Camila repitió el proceso esta vez sacando su lengua para limpiarme.

"Esto se está poniendo extraño." Dijo otro chico y todos rieron. Entonces escuché una voz
conocida.

"¡Oh por Dios Camila!" Gritó Normani haciéndose paso entre todos para llegar hasta

nosotras "¿Quieres parar con esa mierda? Vas a calentar a todo el mundo aquí." Yo

me sonrojé ante sus palabras y aparté la mirada. Escuché a Camila reír de nuevo.

Normani la tomó por los hombros ayudándola a ponerse de pie y una vez logrado Camila

se sostuvo de la barra para mantenerse así. Luego Mani me tomó por los antebrazos

para no lastimarme la mano e hizo lo mismo.

"Ahora llévatela" Me dijo "Y terminen de hacer sus cosas en otro lado. No es lindo que
den espectáculos."

Yo asentí con la cabeza completamente fuera de mí por lo que acababa de pasar y tomé

a Camila con la mano que tenía bien para jalarla fuera de ese lugar. Estábamos saliendo

de la sala cuando escuché a alguien decir "Disfruten la noche chicas" pero no me giré a

ver quién era. Dios, estaba tan avergonzada.

Camila caminó detrás de mí a tropezones tirando su brazo hacia atrás mientras pedía que

la soltara una y otra vez pero no lo hice. Llegamos al auto y prácticamente la arrojé -

aunque con gentileza- al asiento del copiloto para después entrar al auto también.

"¿Qué te pasa?" Me preguntó mientras conducía de regreso a la mansión.

"¿Qué te pasa a ti?" Le respondí molesta "¿Cómo se te ocurre ponerte así de borracha?"

"¡No estoy borrachaaaaaa!" Gritó y luego se cubrió los labios y se empezó a reír. Yo
resoplé y seguí conduciendo.

"Laureeen... dame un beso" Pidió.

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"No."

"¡Laureeeeeeen!"

"Ya te dije que no Camila. Cállate." Ordené molesta y pude ver de reojo como Camila
cruzaba los brazos sobre su pecho y miraba a otro lado.

El camino continuó en silencio, traté de no mirarla pero en un punto sucumbí ante la

necesidad de hacerlo y la encontré dormida en el asiento. Dejé escapar un suspiro.

Ni siquiera me había dado cuenta de que había estado conteniendo el aliento.

Maldición, el beso que me había dado en la fiesta había estado en otro nivel

completamente. Me sentía tan frustrada y débil... Estaba tan molesta con ella, estaba

furiosa pero en cuanto ella me miró a los ojos y me besó todo se fue a la mierda. Sólo

existía ella y su arrogancia y pedantería había quedado en último término.

La detestaba. Detestaba su forma de ser, esa manera en la que quería pasar por encima

de todos, incluyéndome, pero a mismo tiempo era eso mismo lo que me hacía adorarla, lo

que me hacía someterme a ella y desearla con cada pequeña célula de mi cuerpo.

Sacudí mi cabeza tratando de deshacerme de todos esos pensamientos y seguí


conduciendo hasta llegar a la mansión Cabello-Estrabao.

Una vez estacionado el auto comencé a mover a Camila dándole pequeñas palmadas en

el brazo. Ella fruncía el ceño y se removía en el asiento pero mantenía sus ojos cerrados.

"Camila. Ya llegamos."

"Mmm..." Gruñó.

"Camz... Despierta..." Susurré para luego llevar mi mano a su rostro acariciar su mejilla.

Aparté algunos cabellos que caían sobre su cara. Ella se movió un poco y entreabrió su

boca. No pude evitar acariciar su labio inferior con la yema de mi dedo. Ese suave y ligero

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contacto me recordó ese beso una vez más y, de nuevo, me dejé llevar por lo que sentía.

La besé.

Puse mis labios sobre los suyos con mucho cuidado y lentitud, fue un beso suave en el

que yo era la única que contribuía, al menos por los primeros segundos porque mi

corazón comenzó a latir como loco cuando sentí a Camila corresponderme.

Se sentía tan bien. Tan, tan bien, que había comenzado a perderme de nuevo por ella.

A olvidarme del sitio donde estaba y únicamente concentrarme en el contacto que

mantenían nuestras bocas y cuerpos.

Sin embargo, ese maravilloso contacto fue interrumpido por uno muy desagradable. La
mejilla me ardió terriblemente después de la bofetada que Camila me había propinado.

"¿Qué mierda sucede contigo Jauregui?" Me dijo enfadada. Se veía realmente molesta...

Exactamente como el día que nos conocimos. "¿Quién te crees que eres
para besarme?"

La miré desconcertada por un momento y luego fruncí el ceño. Joder es que yo era una
completa imbécil ¿Cómo se me había pasado por la cabeza hacer eso?

La respuesta era simple. Una vez más no estaba pensando en nada. Camila
desconectaba mi cerebro por completo y me hacía cometer error tras error.

"Dios" Murmuró molesta y abrió la puerta del porsche para salir. Sin embargo, en cuanto
dio el primer paso fuera del vehículo se tambaleó y cayó al piso. "Mierda" gruñó.

Salí del auto rápidamente y la tomé del brazo para ayudarla a levantarse.

"¡No me toques! Yo puedo sola." Me ordenó, pero no le obedecí. A penas

podía mantenerse en pie.

"Cierra la boca, Camila" Espeté.

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La tomé con firmeza de la cintura y la ayudé paso a paso a entrar a la mansión. Cuando

atravesamos la puerta principal las luces estaban encendidas en un tono tenue, sólo

para que no estuviera todo en completa oscuridad.

Camila estaba casi quedándose dormida otra vez mientras caminaba y se balanceaba de

un lado a otro incapaz de mantener el equilibrio. Estábamos subiendo las escaleras

cuando Alejandro Cabello apareció en la planta alta.

"¡Camila!" Dijo sorprendido al ver el estado de su hija.

"Hola papi" Respondió ella sonriendo como imbécil mientras yo continuaba cargando
su peso escaleras arriba.

"Lauren. ¿Qué significa esto?" Dijo con seriedad. Yo continué subiendo las escaleras con
Camila hasta que llegamos a su habitación. Alejandro nos seguía de cerca.

Abrí la puerta del cuarto y dejé a Camila en la cama. Le quité los tacones y los tiré al piso

para después arrastrarla sobre el colchón y dejarla lo más centrada posible sobre el

mismo. Camila ya estaba dormida cuando salí de la habitación y me encontré a

Alejandro recargado en el marco, vigilándome.

Él se apartó y yo salí, cerrando la puerta detrás de mí.

"¿Qué demonios pasó?" Preguntó él enfadado. Yo estaba harta de todo.

"¿A qué se refiere, señor?" Respondí haciéndome la que no entendía.

"Mi hija viene ahogada en alcohol Lauren. Se supone que debías cuidarla." Espetó con los

dientes apretados mirándome fijamente mientras me apuntaba amenazadoramente con

su dedo índice.

"No señor." Refuté en un tono calmado pero por dentro tratando de contener todos los
sentimientos que me estaban consumiendo. "Mi trabajo era llevar y traer a Camila sana y

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salva y eso es lo que he hecho." Pude ver que se enojó más pero no sentí miedo. En ese
momento podía mandar todo a la mierda y no me importaría.

"Te pago para--"

"Me paga para ser chofer de su hija. No su niñera." Escupí con el ceño fruncido y mis

puños cerrados. "Ahora si me disculpa..." Dije haciendo ademán de irme pero él me tomó

por el brazo impidiendo que me marchara.

"Tú no te vas de aquí hasta que me expliques qué fue lo que pasó."

"No lo sé, señor. Yo dejé a su hija en la casa del chico de la fiesta y la esperé todo
el tiempo en el auto. Lo que su hija haga ahí no es asunto mío."

"Debías cuidarla Lauren." Repitió y yo negué sonriendo con ironía.

"No. Ese es trabajo suyo Sr. Cabello. Usted es quien debe cuidarla. Usted es quien debe

preocuparse por ella, yo no. Yo sólo he cumplido con mi obligación como chofer. Usted es

quien ha fallado como padre."

"¡¿Yo he fallado como padre?! NO TIENES NI PUTA IDEA DE LO QUE DICES


NIÑA" Respondió furioso.

"¡¿No la tengo?! Yo soy quien convive con su hija a diario, señor. Yo paso más tiempo

con ella que usted y le aseguro que ella no es nada de lo que un padre desearía tener

como hija jamás. Es déspota, arrogante, soberbia. Es una niña tonta que no tiene el más

mínimo respeto por nadie ni por nada. Le hace falta humildad y empatía, pero sobre

todo le hace falta amor y eso es evidente." Alejandro se quedó completamente callado y

yo pasé a su lado marchándome "Buenas noches, señor."

Se suponía que esa noche debía quedarme en casa de los Cabello a dormir y salir

temprano por la mañana de regreso a mi hogar pero no podía quedarme ahí un momento

más. No con todo lo que le había dicho al Señor Cabello. No sabiendo que Camila estaba

ahí mismo, dormida en su habitación después de haberme golpeado por besarla.

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Tomaría un taxi o me iría caminando a casa pero yo ahí no podía seguir ni un solo minuto

más.

Camila's POV

Me desperté con un terrible dolor de cabeza. Tenía vagos recuerdos de la noche anterior,

había pasado mucho tiempo sin ingerir tanto alcohol. Me sorprendía no haber vomitado.

Me levanté muy débil, aún con el vestido que había llevado a la fiesta y me dirigí al baño.

Me miré al espejo y estaba hecha una completa mierda. Me veía horrible. Mi cabello

estaba alborotado y enredado, mi maquillaje corrido, tenía un sabor amargo en la boca y

mis ojos estaban enrojecidos.

Entonces al detenerme en ese último punto, recordé.

Había estado llorando durante la noche. Había llorado por Lauren. Por lo que le había
dicho a mi padre.

"Me paga para ser chofer de su hija. No su niñera."

"Ella no es nada de lo que un padre desearía tener como hija jamás. Es déspota,

arrogante, soberbia. Es una niña tonta que no tiene el más mínimo respeto por nadie ni

por nada."

Sus palabras resonaron en mi mente una vez más.

Lauren me había besado en el coche... Y luego había dicho todo eso de mí cuando creyó

que no la oía. Era una mierda que sólo le importaba el dinero que mi padre le pagaba.

Salí de mis pensamientos en cuanto sentí mis ojos arder y mis lágrimas cayendo por mis

mejillas. Me miré al espejo una vez más y la imagen que vi me dio asco. Era yo... y me

daba asco. Me daba vergüenza.

112
"Nadie va a quererte Camila porque eres una porquería que ni siquiera sus empleados

soportan." Me dije a mi misma y sentí unas ganas inmensas de romper el espejo pero

eso sólo llamaría la atención y no deseaba eso.

Me senté en el piso y lloré, lloré con fuerza hasta que mi estómago empezó a sentir

espasmos, entonces avancé de rodillas hasta el inodoro y me metí los dedos hasta la

garganta para provocarme el vómito. Me sentía asquerosa. Era una mierda. Yo no

valía nada para nadie.

No valía nada para mi madre. No valía nada para mi padre. No valía nada para Austin.

No valía nada para Lauren.

Capítulo 8

Lauren's POV

La había cagado. Enormemente.

Eran las seis de la mañana y yo apenas había podido dormir con todo lo que había

pasado. Había estado tan eufórica con todo desde que fui por Camila para llevarla a la

fiesta, la discusión por Ally, el estado etílico de Camila, nuestro beso en la fiesta, el

camino de vuelta a la mansión, el beso que le di para despertarla, la bofetada que me

dio por ello... La discusión con Alejandro.

Eso último era lo que más me preocupaba.

No es que no me importara lo que pasara con Camz, porque claro que lo hacía. Eran mis

sentimientos los que estaban en juego, era mi corazón el que estaba en peligro a cada

segundo que pasaba a su lado, pero sabía que eso podía manejarlo ya que era algo que

sólo me afectaba a mí y a fin de cuentas yo misma me había metido en todo ese lío.

Lo de Alejandro, por otro lado era mucho más importante. Yo no podía darme el lujo de
perder ese empleo.

113
Los gastos iban incrementándose cada día. La pequeña TayTay ya no era tan pequeña,

cada vez comía más y hacía más desastres tanto en nuestra casa como en la de nuestra

vecina. Chris por otro lado era un adolescente en crecimiento que requería más cosas

también, tanto para sus estudios como para su vida personal. Suficiente hacía él

ayudándome a cuidar a Tay mientras yo trabajaba como para también privarlo de salir con

sus amigos y demás. Chris era un gran chico y se merecía tener una vida normal como la

de cualquier otro niño de su edad. Y bueno, finalmente yo, sabía que los gastos en la

universidad se incrementarían debido a los materiales que debía ocupar para mis talleres

y proyectos así como también los libros que necesitaba y los programas de computadora

que utilizaría. ¡Yo ni siquiera tenía una computadora!

Eso me obligaría a tener que pasar más tiempo en la escuela y en el trabajo para

solventar todo lo demás pero ¿Cómo podría pagar todo si perdía mi trabajo después de

las estupideces que le había dicho a Alejandro Cabello?

Tenía que ofrecerle una disculpa.

No importaba cuánto tiempo lo siguiera intentando, era seguro que no podría conciliar

el sueño. Por eso me levanté de la cama y fui a la cocina a hacer un café. Tendría que

esperar a que fuese una hora decente para poder ir a la mansión de los Cabello a ver si

aún podía contar con el empleo.

Tres horas después, yo ya me encontraba bañada y cambiada, tomado otro café

mientras Chris desayunaba y yo le daba de comer a Tay en su sillita alta del comedor.

Después de eso tuve que disculparme con Chris y decirle que tenía que salir de nuevo.

No le molestaba que saliera, él sabía que era por motivos importantes, era un chico muy

comprensivo, pero eso no quitaba el hecho de que yo sabía que no le gustaba quedarse

solo.

Ambos habíamos desarrollado la necesidad de decirnos lo mucho que nos amábamos

cada vez que uno tenía que salir, esto debido a la muerte de mamá y papá. Chris se

114
había hecho más responsable a raíz de eso al igual que yo y sin saberlo él se había

convertido en un pilar que me sostenía. Yo era el techo que protegía a nuestra familia

pero él era los cimientos de nuestro hogar. Nos teníamos el uno al otro para cuidar de

nuestra hermanita y me sentía mal por tener que ausentarme tanto.

En fin. Salí de casa después de asegurarme de que Taylor estaba en paz en los brazos

de Chris y luego de despedirme de ambos con cariño partí en camino a la mansión

Cabello-Estrabao.

"Hola Lauren" Me saludó James, el portero de la mansión "¿La señorita Camila saldrá
hoy?"

"Um.. Hola James. No que yo tenga entendido...." Respondí dudosa.

"¿No vienes a trabajar?" Preguntó con curiosidad.

"No realmente. ¿Puedo pasar?" Pregunté y el asintió sonriendo.

"Seguro, Laur. Adelante."

"Gracias."

James abrió la puerta para mí y yo comencé a caminar a través del jardín principal para

llegar a la entrada de la casa. Toqué el timbre y escuché los rápidos pasos de Martha,

quien me abrió la puerta y se limpiaba las manos en su mandil para después saludarme.

"Buenos días Lauren, no esperaba verte por aquí hoy. La señorita Camila no ha salido de
su habitación. ¿Quieres que le diga que ya estás aquí?"

"En realidad vengo a buscar al Sr. Cabello ¿Está en casa?" Pregunté y Martha asintió.

"Está a punto de desayunar. Déjame anunciarle que estás aquí para ver si te recibe."

"Seguro Martha. Gracias."

115
Martha desapareció por el pasillo y yo me quedé esperando. Un momento después

regresó y me hizo seguirla hasta el comedor, donde Alejandro Cabello se hallaba sentado

en la silla de la cabecera. Él hizo un ademán para que Martha se marchara, dejándonos a

solas.

Alejandro tenía un café servido, cuya taza reposaba en un pequeño plato de porcelana

justo frente a su mano izquierda, mientras que de lado derecho reposaba un periódico

enrollado. Él se acomodó los anteojos de lectura y me miró a los ojos por un instante.

"Buen día, Lauren." Me saludó. Su voz sonaba seria pero neutra. No podía distinguir
si estaba molesto por lo sucedido hacía unas horas pero asumí que sí.

"Buen día, señor." Respondí respetuosamente.

"Martha me dijo que querías hablar conmigo. Así que, te escucho." Siguió hablando en el
mismo tono y yo solté un suspiro antes de comenzar.

"Vine a ofrecerle una disculpa por lo que ocurrió a noche, señor. Y a preguntar si aún

conservo el empleo de chofer para su hija." Respondí haciendo un esfuerzo sobrehumano

para que la voz no me temblara al pensar en Camila.

"¿Vienes a ofrecerme una disculpa?" Preguntó él de forma pausada, dejando espacios

entre palabra y palabra con cadencia, elegancia y una pincelada de soberbia. Luego dio

un sorbo a su café y colocó la taza una vez más sobre el plato. Yo asentí con la cabeza

como respuesta a su pregunta. "¿Gustas?" Me preguntó refiriéndose al café.

"No señor. Ya he tomado uno antes de salir de casa."

"Te ves cansada." Señaló y yo asentí ligeramente.

"No dormí prácticamente nada señor. Sólo estuve esperando a que fuese una
hora decente para poder hablar con usted." Confesé.

"¿Puedo hacerte una pregunta, Lauren? Además de esta, obviamente"

116
"Seguro, señor. Adelante." Permití de inmediato.

"Necesito que respondas con toda sinceridad ¿Vale?" Continuó y yo acepté "¿Por qué te
disculpas? Quiero decir ¿Te arrepientes de lo que dijiste anoche?"

Lo pensé por un momento. Rebobiné en mi cabeza todo lo que había sucedido. Cada
palabra dicha por ambos, cada momento vivido con Camila y supe la respuesta.

"No señor. No me arrepiento de lo que dije. Eso es lo que pienso realmente. Simplemente

creo que, yo no debí decir las cosas de esa manera en primer lugar y, en segundo, ni

siquiera debí haber dicho nada porque sus asuntos familiares son cosas que no me

conciernen. Sé que aquí yo sólo soy una empleada, señor."

"O sea que sí piensas todo eso de mi hija y de mí" Afirmó él y yo asentí con temor.

Alejandro se acarició la barbilla y asintió también. Luego dio otro sorbo a su café. Los
segundos se me hacían eternos y el silencio era una jodida tortura para mí.

"Creo que tienes razón en todo Lauren." Afirmó él y yo me quedé en shock mientras

continuaba escuchándolo "No he sido un buen padre y prueba de ello es el

comportamiento de mi hija, motivo por el cual tú has llegado a esta casa." Dijo él y yo

asentí porque era cierto, si Camila no fuera como era yo no tendría trabajo "Aunque,

yo amo a Karla Camila tal cual es. Es mi hija a fin de cuentas aunque está errando en

su camino."

"Anoche dije cosas de las que no me siento orgullosa, señor. Yo no soy nadie para

juzgarlo."

"Sin embargo es evidente que no te has equivocado en tu juicio Lauren. Exceptuando la

parte en que dijiste que Camila es la clase de persona que ningún padre quisiese tener como

hija. Ella no tiene la culpa de ser como es." Yo asentí con la cabeza y me quedé en silencio

"No tienes que preocuparte por tu empleo Lauren. Sigue siendo completamente

117
tuyo y lamento si te ofendí con alguna de mis palabras ayer, cuando te recordé tus

obligaciones para conmigo y mi hija."

Yo lo recordé. Le había echado en cara eso de que mi trabajo era llevar y traer a Camila y

nada más que eso. Sólo lo dije por toda la discusión con Camila sobre Ally y el hecho de

que ella en ningún momento me verá como su igual. En ningún momento fue algo en

contra de Alejandro.

"De ninguna manera señor. Yo soy consciente de que usted tenía razón en ello. Sólo

que... Es un poco difícil la convivencia con Camila a veces." Confesé nerviosa.

"Me lo imagino. Y te comprendo. No tienes nada de qué preocuparte." Repitió y yo


sentí que me volvió el alma al cuerpo cuando él sonrió con levedad.

"¿Quieres quedarte a desayunar?" Me preguntó y yo estaba a punto de negarme


cuando la Sra. Sinuhe apareció.

"Buenos días." Saludó con cortesía y frialdad.

"Buenos días Sinu" Respondió Alejandro mientras su esposa se sentaba a su lado.

"Buenos días Sra. Cabello" Dije yo.

"Estaba invitando a Lauren a que se uniera a nosotros para el desayuno." Informó

Alejandro y Sinuhe frunció el ceño disgustada.

"De ninguna manera." Negó rápidamente mirándome con desprecio.

No era ningún secreto que yo no le agradaba nada a la Sra. Sinuhe. Martha me había

contado que se había puesto furiosa cuando Alejandro me impuso como chofer de Camila

y que eso había provocado una fuerte discusión entre ellos.

"Sinuhe..." Murmuró Alejandro tensándose poco a poco.

"No pienso ceder a esto, Alejandro. Puedes contratar a quien se te pegue la gana para

trabajar en esta casa pero de ninguna manera voy a aceptar que una empleada se

siente

118
a la mesa a desayunar con nosotros como si fuera una igual." Dijo ella de forma

despectiva. Evidentemente Camila había sacado mucho del carácter de su madre.

"No se preocupe Sra. Cabello" Intervine antes de que Alejandro dijera cualquier otra cosa,

no quería causarle problemas "No tenía planeado aceptar la invitación de cualquier modo.

Sé perfectamente cuál es mi lugar aquí."

"Más vale que no lo olvides niña. No porque mi hija te haya vestido con mejores ropas ha
cambiado quien eres y a lo que vienes aquí."

"Entiendo, señora." Dije tratando de tragarme mi orgullo y no provocar otro escándalo


"Disfruten su desayuno. Con permiso." Dije y me retiré inmediatamente del lugar.

Estaba de salida cuando me encontré a Camila bajando por las escaleras.

"¿Qué haces aquí?" Me preguntó con rudeza en su voz.

"Nada" Dije sin mirarla a los ojos "Ya me iba." Finalicé para seguir de camino hacia la
salida.

"Lauren."

"¿Sí?"

"Cómo... ¿Cómo está tu mano?" Articuló apenas de forma audible.

Me tomó por completa sorpresa la pregunta. Esperaba que me gritara o algo, que

discutiéramos sobre lo que había sucedido pero nada de eso ocurrió. Miré la palma de mi

mano derecha y observé la pequeña marca que había quedado sobre ella, pronto se

formaría una cicatriz.

"Bien" Respondí finalmente "Nada de qué preocuparse."

Vi a Camila asentir con la cabeza y luego salí de ahí lo más rápido que pude. Era extraño

estar frente a ella después de haber aceptado para mí misma lo que sentí por ella. Su

presencia me alteraba por completo.

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Volví a casa pronto y pasé todo el fin de semana con mis hermanos, comiendo lo que

Chris preparaba y jugando con Taylor. Disfruté mucho el sábado y la mañana del domingo

ya que proveché toda la tarde y noche para hacer mis deberes de la universidad. Me

permití por ese tiempo con ellos olvidarme de todo el tema de Camila y nuestro falso

noviazgo. Estaba con mi familia y con ellos tenía todo lo que necesitaba, eran mi principal

motivo para seguir adelante sin importar lo difícil que se pusiera mi camino.

[...]

Los días habían pasado. Era miércoles.

Las cosas entre Camila y yo se habían puesto tensas. De verdad muy tensas.

El lunes por la mañana cuando fui por ella estaba hecha una maldita feria. Discutimos

en todo el camino a la universidad y fue tan fuerte que no quise sentarme con ella en el

almuerzo. Todo el mundo habló de eso.

Todo el mundo se dio cuenta de que algo malo estaba sucediendo entre nosotros y los

rumores de una supuesta ruptura crecían, provocando que un montón de chicas y

chicos se abalanzaran hacia mí y hacia Camila en busca de una oportunidad.

Ella y yo habíamos coincidido en que a pesar de todas nuestras diferencias a ninguna de

las dos le convenía terminar la farsa. Al menos no en ese momento por lo que

rechazamos las propuestas de quienes se nos acercaban con intenciones más que

amistosas.

Todo iba bien en ese sentido, aunque las cosas estuvieran difíciles entre Camila y yo.

Sin embargo, el martes a la tarde, mientras descansaba entre una de mis clases y otra,

Sophie se había llegado a insistir con su mierda.

120
FLASHBACK

Estaba recostada en el césped del jardín que estaba frente al edificio de mi facultad.

Tenía unos veinte minutos libres antes de que mi siguiente clase comenzara y tomando

en cuenta que no podía ir a buscar a Camila decidí relajarme ahí, viendo las nubes

deslizarse suavemente sobre el cielo. Probablemente tomar una siesta de algunos

minutos ya que no había estado durmiendo nada bien debido a los trabajos de las

clases y a mis jodidos sentimientos por cierta chica dueña de un porsche rojo.

"Hola Lauren" escuché que alguien dijo cerca de mí y rodé los ojos al identificar esa
voz como la de Sophie Miller quien se había acostado a mi lado.

"¿Qué quieres?" Gruñí molesta sin apartar mi vida del cielo. Debía mantener mi mente
centrada en algo bonito si no quería terminar rompiéndole el labio a esa chica.

"Tienes que ser un poco más amable Laur..." Dijo ella casi en un ronroneo que

intentaba ser sensual pero a que a mí me irritaba más que cualquier otra cosa.

"Escuché que las cosas no van bien con tu chica y... Quería que supieras que... No te

guardo rencor por nada de lo que sucedió aquel día." Dijo ella refiriéndose a lo ocurrido

en el estacionamiento cuando Camila y yo la enfrentamos juntas. Camila...

"Ya te dije que no estoy interesada, Sophie." Le dije mientras cerraba los ojos. Camila se

había instalado en mi cabeza una vez más. Dios, me jodía tanto esta situación. Quería

estar con Camila porque la quería pero al mismo tiempo la detestaba. ¿Cómo puedes

tener sentimientos así simultáneamente hacia la misma persona?

"Puedo hacerte cambiar de opinión, Lauren..." Me dijo ella y lo siguiente que sentí fue su

mano deslizarse bajó mi blusa, recorriendo mi abdomen con toda su palma haciendo

que me tensara en el instante. ¡¿Qué mierda pasaba con esa chica?!

Tomé su muñeca con una de mis manos y la aparté violentamente girándome sobre mi

cuerpo para ponerme sobre ella, sosteniendo ahora sus dos brazos inmovilizándola.

Ella sonrió y se lamió los labios.

121
"Joder Lauren... eres tan sexy cuando te enojas..." Dijo ella causándome náuseas. Yo
apreté mi agarre en sus manos clavándole mis uñas en la piel.

"¿Por qué no puedes entender que tú no me gustas? Me causas todo menos atracción

Sophie. Estás muy lejos de lograr eso conmigo." Le dije con el ceño fruncido y un

punzante dolor en mi cabeza.

"Lo que pasa es que no has probado lo que yo te puedo dar Lauren. ¿Tú crees que
Camila se puede comparar conmigo?" Me dijo ella con soberbia y yo reí.

"Obviamente no, Sophie. Camila es mil veces mejor que tú" Escupí con sorna y su sonrisa

desapareció. Quiso apartarse pero no la dejé "Camila es la única mujer que deseo. La

única que quiero besar y que quiero tocar... Y no sabes cuánto quisiera que fuera ella

quien estuviera aquí en este momento, en tu lugar, para hacerla mía en la forma en que tú

deseas que lo haga contigo. Pero ¿Sabes? Eso nunca, nunca va a pasar Sophie. No hay

nada de ti que yo quiera porque tú eres la mujer más ordinaria y vacía que he conocido en

mi vida."

El rostro de Sophie se transformó completamente a uno que reflejaba completa ira y


entonces la solté, levantándome rápidamente para ir a mi clase.

FIN DEL FLASHBACK

"¿Cómo estás Laur?" Me preguntó Ally al término de nuestra clase de informática. Yo


hice una mueca. "Asumo que no muy bien" continuó mi amiga con una sonrisa triste.

"Lo bien que se puede estar cuando me la paso discutiendo con Camila." Acepté.

"Lamento haberte causado problemas con ella" Se disculpó y yo negué con la cabeza

inmediatamente.

"No Ally. Te agradezco que hayas hablado conmigo sobre lo que sucedió entre ustedes.

Yo... me estaba poniendo una venda sobre los ojos debido a lo que estaba sintiendo por

122
ella. Quería creer que era más de lo que demostraba ser pero es obvio que estaba

equivocada. Tú sólo intentas protegerme."

El día lunes hablé con Ally sobre lo que pasó durante el fin de semana. Le conté

absolutamente todo. Desde nuestra discusión por lo que pasó entre ellas hasta el hecho

de que casi pierdo mi empleo por decirle sus verdades a Alejando Cabello. Y sobre todo,

le había contado a Ally que me había dado cuenta de que ella tenía razón absoluta y yo

estaba enamorada de Camila.

"¿Aún así piensas seguir con esto?" Preguntó refiriéndose a la farsa de nuestro
noviazgo y yo asentí amargamente.

"No tengo otra opción Ally. Si terminamos yo estaré a merced de Austin y además

podría perder mi empleo. Sabes que Camila se las puede arreglar perfectamente para

que me despidan" Ally asintió de acuerdo "Además... Necesito estar cerca de ella. Yo sé

que ella no me va a querer nunca y que todo lo que tenemos es una mentira pero...

cuando me besa, aunque para ella sea falso yo puedo imaginarme que es verdad. Y

créeme que tengo una excelente imaginación Al porque... a veces te juro que siento que

realmente siente algo por mí." Mi pequeña amiga me dio un abrazo y acarició mi espalda

de forma reconfortante yo empecé a llorar "Sé que estoy mal pero es lo único que tengo

y que jamás podré tener con ella Ally. Quiero disfrutar de ello el tiempo que dure esa

mentira... Ya después tendré mucho tiempo para sanar mi corazón roto."

Ally era como una hermana mayor para mí. Una excelente amiga a pesar del poco tiempo

que llevamos de conocernos. Era tierna y comprensiva pues, a pesar de que le confesé

estar enamorada de la chica que le dio la espalda cuando más la necesitaba, Ally no me

reclamó absolutamente nada. Tampoco me regañó ni hizo comentarios desagradables,

simplemente me abrazó tal como hacía ahora y me decía que todo estaría ver, que la

vida se encarga de poner a las personas correctas en nuestro camino tarde o temprano.

123
Ally era un pequeño solecito en mi vida. Una parte que me daba tranquilidad, un espacio

que servía como refugio para que me derrumbara y descargara todo el peso que cargaba

sobre mis hombros.

"¡Lauren!" Me separé del abrazo de Ally y me limpié las lágrimas de inmediato para que

después de eso ambas nos giráramos hacia el dueño de la voz que había gritado mi

nombre en el pasillo. Era Troy. "¡Lauren tienes que venir!" Siguió gritando mientras

corría en mi dirección.

"¿Qué pasó?" Le pregunté sin entender.

"Camila." Dijo él y sentí mi corazón dar un vuelco.

"¿Camila? ¡¿Qué ha pasado con Camz?! ¡¿Dónde está?!" Le pregunté desesperada

mientras él recuperaba el aliento tras probablemente haber atravesado el campus

corriendo.

"Está en el hospital. Se la han llevado en una ambulancia porque se desmayó en


medio de una clase y se ha dado un golpe en la cabeza."

Me bastó escuchar eso para darle una mirada a Ally, ella asintió en aprobación y yo salí

corriendo hacia el estacionamiento. Me monté en el porsche de de un brinco e hice

rechinar las llantas cuando salí a toda velocidad en camino al hospital al que Troy me

había dicho que se llevaron a Camila.

Amé ese maldito auto en ese momento porque tardé escasos veinte minutos en llegar.

Corrí por las escaleras del estacionamiento hacia el interior del hospital, no estaba en mis

planes perder tiempo esperando el ascensor, así que subí los escalones de dos en dos

hasta llegar al piso de la recepción donde le pregunté a la chica que atendía por Camila.

"Está en la sala de recuperación" Me dijo y me indicó el camino para llegar hasta ella. Yo

agradecí y caminé hasta ahí, ya que la chica me dijo que estaba prohibido correr en los

pasillos.

124
Llegué hasta la habitación indicada y un médico se encontraba saliendo de ahí, cerrando

la puerta detrás de él. Él iba a caminar en sentido contrario a mí pero lo detuve.

"Disculpe."

"¿Sí?" Me dijo volteando hacia mí.

"¿Usted es el médico que atendió a Camila Cabello?" Le pregunté y él asintió

guardando un bolígrafo en el bolsillo de su bata.

"¿Eres familiar suyo?" Yo negué con la cabeza.

"Soy su novia" mentí.

"Ya veo. Hemos estado tratando de comunicarnos con sus padres pero la Sra. Cabello no

quiso atender y el Sr. Cabello parece estar atendiendo un caso importante en el juzgado."

Me comentó y yo apreté mis puños indignada ¿Qué podía ser más importante para ellos

que el hecho de que su única hija estaba en el hospital?

"¿Puede decirme como se encuentra ella?" Pregunté y el asintió.

"No debería" Admitió "Pero en vista de que sus padres no se harán cargo y que tú eres la

persona más cercana a la señorita, te daré la información confiando en que se las des a

sus padres y que ayudes a que cumpla con mis recomendaciones." Asentí frenéticamente

alentándolo a continuar "La señorita Cabello ha sufrido un desmayo debido a un fuerte

cuadro de anemia."

"¿Anemia?"

"Sí. La señorita está diez kilos por debajo de su peso" Reveló y yo sentí un vacío en mi

pecho ¿De verdad estaba tan mal? "Ella necesita urgentemente cambios en su dieta, que

le ayuden a recuperar los nutrientes que le hacen falta y que fortalecerán su sistema. Le

he recetado algunos suplementos alimenticios que puedan contribuir a que suba de peso

y que provea de vitaminas a su cuerpo" Informó.

125
"Me dijeron que se había dado un fuerte golpe en la cabeza..." Murmuré. Seguía un poco

impactada por la noticia anterior.

"Así es. Hemos tenido que darle un par de puntos de sutura en la ceja izquierda ya que se

la abrió con la esquina de una mesa. Sanará pronto. El hilo se lo puede retirar ella misma

en un par de días." Explicó él y yo asentí, dando un profundo respiro.

"¿Puedo pasar a verla?"

"Seguro. Yo justo estaba yendo a hacer el papeleo para darla de alta y a por los

medicamentos que le harán falta. Mientras tanto puedes acompañarla para que después

la acompañes a casa." Comentó y me dio una afable sonrisa para después marcharse por

el pasillo.

Solté un suspiro y tomé la perilla de la puerta, entrando lentamente a la habitación.

Camila alzó la vista al escuchar el rechinido de la puerta.

"¿Qué haces aquí?" Me preguntó y yo continué acercándome hasta estar a lado de

su cama.

"Troy me dijo lo que pasó y quise venir a ver cómo estabas." Le respondí con simpleza.

"El médico me contó que tienes anemia."

"El médico es un imbécil que no sabe nada. Estoy bien sólo estoy cansada." Afirmó y

yo negué. No era posible que esa mujer fuera tan necia.

"Camila, te desmayaste. Estás desnutrida, pareces una maldita hoja de papel" La


reñí "Mira dónde estás ahora."

"No soy estúpida." Gruño ella "Estudio medicina Lauren y creo que ese doctor

exagera todo. Estoy bien, sólo necesito ir a mi casa y dormir."

126
"Sé que estudias medicina Camz, pero eso no significa nada. Hay médicos con

muchísima experiencia que igual se mueren por su necedad y no querer atender sus

enfermedades."

"O sea ¿Tú crees que soy necia?" Me preguntó indignada y yo sonreí.

"Si tu necedad fuera líquida te ahogarías en ella." Afirmé y ella rodó los ojos. "Tienes que

cuidarte Camila. Debes comer mejor, en el almuerzo apenas pruebas bocado"

"¿Tú qué mierda sabes?" Espetó molesta "Tú no sabes nada de mí Lauren. Nadie te ha

dado derecho a que te metas en estas cosas, ni siquiera deberías estar aquí. NO

ERES NADA PARA MÍ."

Esas últimas palabras me dolieron muchísimo pero hice todo lo posible porque
mis expresiones faciales no me traicionaran.

"Soy lo único que tienes Camila." Dije con firmeza "Tus papás no van a venir, yo te llevaré

a casa y me encargaré de que comas y que tomes las píldoras que el médico va a

recetarte."

"Tú eres mi chofer, no mi puta niñera." Dijo ella con odio "No te tomes atribuciones que

no te corresponden Jauregui, aquí no hay nadie que nos vea, no tienes que fingir ser la

novia preocupada porque sé que yo no te importo un carajo y que si estás aquí es sólo

por el dinero que papá te paga. Soy tu puta mina de oro."

"Camila... Deja de hablar mierda." Dije apartando la mirada.

"¿Estoy hablando mierda? ¡Tú sabes que no estarías aquí si no fuera por eso! ¡No soy

la imbécil que piensas que soy! A ti no te importa nada de lo que me pase sólo estás

aquí para cuidar tus intereses."

"¡¿Enserio?!" Le grité, me había sacado de mis casillas y no planeaba ponerme a llorar

frente a ella por todas las tonterías que estaba diciendo "¿Enserio eres tú quien me está

dando este jodido discurso sobre intereses? Tú eres la primera que busca su propio

127
beneficio de cada cosa y persona que tiene cerca. ¿Quieres que te recuerde lo de Ally?

¿Eh?" Le pregunté enfadada "Tú eres quien usa a las personas y luego las tira. No yo. No

te atrevas jamás a compararme contigo."

Ella empezó a reírse con sorna y luego habló.

"Yo jamás me compararía contigo, Lauren. Eso me ofendería muchísimo. Tú y yo no

tenemos absolutamente nada que ver. Tú eres una simple becada de la cual seguramente

mi padre sintió lástima y por eso le arrojó un puto trabajo de chofer como hueso para que

lo roa. No existe un sólo punto de comparación entre nosotras y es tiempo de que lo

comprendas."

Yo sonreí de forma retadora. No iba a permitirme quebrarme frente a ella sin importar lo
dolorosas que fueran sus palabras.

"No eres más que una niña tonta e inmadura que se piensa que el mundo gira alrededor

de ella. No tienes nada más que tu dinero y crees que con eso es suficiente para

sentirte superior cuando lo único tienes es un montón de mierda en el que estás

hundida." Respondí con severidad y ella resopló hecha una furia.

"Jauregui tú no conoces absolutamente nada sobre mí, así que lo más inteligente que

puedes hacer en este momento es callarte" Espetó con sus ojos fijos en mí y yo sonreí

burlonamente.

"No tengo por qué callarme." Dije haciéndola enojar más.

"¡Que te calles! ¿En qué puto idioma tengo que hablarte para que entiendas?"
Preguntó exasperada y yo seguí picándola.

"Ya te dije que no voy a callarme porque tú sabes que todo lo que digo es----"

Camila me tomó por sorpresa, aferrando sus manos a los lados de mi rostro y tirando de

mí hacia ella para estampar sus labios contra los míos de forma violenta. Me quedé

inmóvil un momento pero pronto mi cuerpo respondió por sí solo. Comencé a besarla de

128
vuelta y el contacto se hizo más suave y fluido, sus labios se separaron ligeramente para

darle paso a mi lengua y sus manos soltaron mi cara para ir a mi nuca y enredarse con mi

cabello.

El beso duró unos, gloriosos segundos y luego nos separamos. Nos miramos a los ojos

por un instante y podría jurar que ella deseaba tanto como yo el que volviésemos a

unirnos de esa manera pero no lo hizo.

"Eres una imbécil" Me dijo. Y yo resoplé.

"¡Sí! Si soy una imbécil y lo he sido desde el momento en que aceptó este
estúpido trabajo."

"Puedes largarte en el momento en que lo desees. Yo misma te abriré la puerta." Me

respondió y yo llevé mis manos a mi cabello, desesperada. Luego la tomé del mentón y la

miré directamente a los ojos.

"Tienes que madurar Camila..."

Pude sentir como ella se tensó con mi cercanía mientras yo libraba una lucha interna

sobre besarla de nuevo o no. Sin embargo no hubo tiempo para descubrir una parte

ganadora porque en ese momento el médico de Camila entró a la habitación para darle el

alta.

129
Capítulo 9

Camila's POV

A partir del desmayo que tuve y mi breve estancia en el hospital, Lauren se

había convertido en mi puta sombra.

Se pasaba todo el tiempo posible pegada a mí cuando estábamos en la universidad.

Exceptuando los periodos de clases, Lauren estaba conmigo a cada segundo, en cada

paso. Al principio era difícil fingir que estábamos bien frente a todos después de la

discusión que habíamos tenido, sobre todo esa que sucedió dentro de mi habitación del

hospital. Pero con el pasar de los días, el tiempo que compartíamos en la universidad

comportándonos como un par de chicas enamoradas se había convertido en una tregua

para ambas.

Con eso, los rumores de que había algo mal en nuestra relación habían disminuido y me

alegré por ello. Sobre todo cada vez que descubría a Sophie Miller intentando matarme

con la mirada cada vez que Lauren me tomaba de la mano cuando andábamos por los

pasillos del campus, usualmente para que ella me llevara a mi salón de clases al término

de los almuerzos.

Los almuerzos... Ese era otro tema.

Con todo este asunto de la anemia Lauren estaba insoportable. Frente a todos era una

novia jodidamente empalagosa que se encargaba de ir a la cafetería por mi comida y

prácticamente dármela de comer en la boca. Todo el mundo se maravillaba con su

gentileza y yo tenía que fingir que me gustaba cuando todo lo que quería hacer era

vomitar en ese mismo instante. En primer lugar porque mi cuerpo realmente rechazaba

todo alimento. Y en segundo porque no me quería tragar la actitud protectora de

Lauren. ¿Qué esperaba? ¿Que después de todo lo que la había escuchado decirle a mi

padre simplemente creyera que tenía buenas intenciones conmigo? ¡No soy estúpida!

130
Fuera de la universidad nuestras peleas continuaban. Quizás un poco peor que
al principio.

Lauren ya no se detenía antes de decirme que era una niña tonta e inmadura y yo

obviamente le respondía todos y cada uno de sus insultos. Jamás le permitiría

hablarme de esa manera sin dejarla en su lugar. Al final siempre era yo quien la dejaba

callada, aunque ya no con besos.

El beso que le había dado había sido... una completa estupidez. Fue contraproducente

porque, aunque logré que se callara por unos segundos y dejara de decir cosas que en

ese instante realmente me herían, ese beso me había provocado un extraño

sentimiento de calor en todo el cuerpo.

Los labios de Lauren eran suaves y su lengua era dulce y húmeda. Odiaba admitirlo

pero ella besaba demasiado bien. Cuando estábamos en la universidad y todo el mundo

nos veía sólo nos dábamos besos simples y castos que no me movían ni un pelo, pero

aquel primer beso que Lauren me robó, el que le di después de caerme de la barra en la

fiesta de Dreavyn y el que estampé en sus labios durante nuestra discusión en el

hospital eran cosa aparte.

Era como si continuáramos discutiendo en silencio, utilizando nuestras lenguas y

dándonos mordidas en los labios y apretones con las manos. Sé que suena ridículo, pero

es así. Era una forma mucho más placentera de discutir porque a pesar de estar

besándonos siempre había una batalla constante para ver quién obtenía el control de la

otra y joder, creo que siempre era un empate.

No sé cómo ella lo lograba pero me hacía desconectarme de todo. Me hacía desear más

y el conocimiento de ese hecho era tortuoso para mí. Lauren me besaba con ansiedad y

cuidado, con deseo y ternura. Con odio y... ¿Amor?

No. Eso no podía ser. De ninguna jodida manera.

131
Lauren y yo nos detestábamos. Éramos completamente opuestas y si estábamos metidas

en esta situación fue por sus estupideces y por meterse en algo que no le concernía.

Además, Lauren continuaba con la farsa también por conveniencia. Sé perfectamente

que ella teme perder su empleo si hace algo que realmente me haga enfadar o a mi

padre. Prueba de ello es que haya estado a la mañana siguiente de la fiesta de Dreavyn

en la mansión. Seguramente había ido a asegurarse de no haber perdido su estúpido

empleo después de haberle gritado al grande y poderoso Alejandro Cabello.

Me jodía saber eso y también me jodía ser consciente de que Lauren tenía razón en
sus palabras.

Me jodía pensar que ella estaba en lo cierto al decir que ella es lo único que yo tengo.

Porque de ser verdad, evidentemente la perdería en algún momento. Cuando ya no

necesitara más el dinero de mi padre, seguramente se hartaría de mí y se iría corriendo

con la primera chica que le pasara por enfrente. Una que fuera mejor que yo y... aunque

nunca lo aceptase en voz alta y frente a alguien más que no fuese mi reflejo, yo sabía que

de esas había por montones.

Había chicas más inteligentes, como Ally. Había chicas más divertidas, como Dinah.

Había chicas más interesantes como Normani.

Sólo en el campus había cientos de chicas que eran mejores que yo, que se acercaban

más a los estándares de Lauren. Que eran menos huecas y más seguras. Con mejores

pensamientos y cualidades. Había chicas que eran más que una cara bonita, porque yo ni

siquiera tenía el cuerpo, evidentemente. Suficiente prueba había sido ver a Lauren casi a

horcajadas sobre la estúpida de Sophie un par de días antes de mi desmayo. Quizás

incluso ella era mejor opción para Lauren que yo.

Y seguramente cuando Lauren ya no tuviera más necesidad de estar conmigo, se iría.


Me dejaría sola como todas las demás personas en mi vida. Era así de simple.

132
Por eso no podía permitirme que esas sensaciones que me invadían cada vez que Lauren

estaba cerca continuaran creciendo. Por eso tenía que encontrar motivos para seguir

peleando con ella, tenía que encontrar más argumentos para hacerle creer que ella no

estaba a mi altura cuando en realidad... La que no se sentía a su altura era yo.

Estaba volviéndome loca entre las dos partes de mí que existían cuando se trataba de

Lauren. Una era la que la odiaba, la que la miraba hacia abajo, la que se sentía

infinitamente superior y quería recordárselo a cada instante, tratando de hacerle la vida

imposible en cada oportunidad que tenía. La otra era esa que comenzaba a sentir

cosas por ella, la que se derretía cada vez que la tomaba por la cintura y la besaba.

En fin.

Papá se había vuelto loco cuando Lauren le contó lo de mi desmayo y mi inesperada

visita al hospital de la ciudad. Él se disculpó conmigo diciéndome que le había ordenado

a sus hombres que no le pasaran ninguna llamada mientras estaba en el juzgado y que

por eso no había ido al hospital por mí. No le di importancia, a fin de cuentas él realmente

nunca había estado conmigo cuando me enfermaba o algo me pasaba. Ni siquiera mi

mamá. La única que estaba ahí era Martha y ahora, Lauren.

Sin embargo la boca suelta de Jauregui había sido motivo perfecto para que

discutiéramos una vez más. En especial después de que, como dije, papá se volviera

loco cuando ella le contó de mi anemia y toda esa mierda que el doctor había dicho.

En casa era papá el que me obligaba a comer y no me dejaba levantarme de la mesa

hasta que terminaba. Me sentía como una niña de tres años a la que le controlaban todo.

No podía quitármelos de encima ni a él, ni a Martha, que bajo sus órdenes también me

obligaba a acabar con el desayuno, la merienda y la cena.

Al principio me resistía pero al final tenía que rendirme y obedecer. Sin embargo, había

caído en la rutina de, al término de cada alimento, retirarme educadamente a mi

habitación y terminar sacando todo lo que me había tragado despidiéndome de ello en el

133
inodoro. No sabía por qué, pero vomitar me causaba una extraña sensación de

satisfacción. Lo había descubierto la noche en que lo hice después de verme al espejo y

llorar por Lauren.

Esa noche había ingerido mucho alcohol y a pesar que desde entonces no me había

vuelto a emborrachar de esa manera, si continuaba bebiendo. Tenía algunas botellas

escondidas en mi habitación y después de vomitar la comida o la cena tomaba varios

tragos hasta que sentía que era suficiente y me acostaba a dormir.

Suena patético y probablemente lo es, pero era lo que funcionaba para mí. Al fin y al

cabo, no había nadie que me dijera que lo que hacía estaba mal, no había nadie a quien

le interesara lo que hiciera así que, estaba bien.

Los dedos de Lauren entrelazándose con los míos me devolvieron a la realidad.

Caminábamos juntas como todos los días, habían pasado tres semanas desde el

incidente del desmayo, pero ella de cualquier forma me acompañaba hasta mi salón,

que en esta ocasión era en realidad el laboratorio de química.

Íbamos llegando ahí cuando vimos un poco de alboroto en el lugar. Había varios

estudiantes arremolinados en la entrada y estaba también mi profesor, un par de

prefectos y el coordinador de mi facultad. ¿Qué mierda pasaba?

Lauren me miró por un momento, dedicándome una mirada de desconcierto que yo

correspondí. Su agarre en mi mano se hizo más fuerte y comenzó a abrirse paso entre

las personas que estaban amontonadas en la entrada. En cuanto ellos se dieron cuenta

de que nosotras estábamos ahí comenzaron a apartarse, primero creí que lo hacían

debido a nuestro estatus de popularidad en el campus, pero había algo en sus miradas

que me decía que no se trataba de ello. Un mal presentimiento me inundó y me aferré al

brazo de Lauren como si ella pudiese protegerme de cualquier cosa.

Entramos al laboratorio y al sentir nuestra presencia el coordinador, los prefectos y mi


profesor se giraron a mirarnos.

134
"Señorita Cabello..." Dijo el profesor y yo lo miré confusa.

"¿Si?" Articulé, mientras ellos se hacían a un lado dejando dentro de mi campo de

visión el pequeño casillero donde guardaba artículos personales que utilizaba dentro del

laboratorio, el cual estaba completamente abierto.

No entendía nada. ¿Me habían robado algo? No. No era posible, no tenía nada de valor

ahí. Apenas una bata blanca, guantes de látex, lentes protectores y un par de libretas

donde hacía anotaciones de nuestros experimentos o análisis. ¿Qué mierda pasaba? Los

prefectos fueron hacia la entrada del salón y cerraron la puerta dejando a todos los

estudiantes afuera, excepto a mí y a Lauren, quien no se separaba de mí.

"Hemos recibido una denuncia anónima la mañana de hoy, señorita Cabello." Comenzó a

decir el coordinador, Lauren frunció el ceño "Nos han informado que ha estado

introduciendo sustancias ilegales a las instalaciones de la universidad. Esa es una falta

muy grave señorita. Podría ser expulsada de nuestra institución" Dijo él severamente y

yo entré en pánico.

"¡Yo jamás he hecho algo como eso!" Dije de inmediato.

El profesor levantó su mano mostrando unas bolsitas transparentes que contenían


unas bolitas de hierbas verdes un poco pajizas. Marihuana.

"¡Eso no es mío!" Grité "Jamás había visto eso en mi vida."

"Acompáñeme, señorita Cabello. Tendremos que hacer una llamada a su padre." Dijo el

coordinador y colocó su mano con fuerza sobre mi hombro. Lauren me sostuvo

impidiendo que me apartara de su lado. Yo la miré con terror en mis ojos.

"Lauren, diles que eso no es mío... Lern..." Le pedí sintiendo cómo empezaban a aparecer
lágrimas en mis ojos.

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"Con todo respeto señor..." Empezó a decir ella con seriedad "Estoy segura de que eso no

le pertenece a Camila, es ridículo. ¿Por qué guardaría marihuana en su casillero de la

universidad?"

"Ese es un asunto que a usted no le concierne, señorita Jauregui. Le pido amablemente

que se retire y asista a sus clases." Respondió él y vi los ojos de Lauren entrecerrarse

con molestia.

"No lo voy a hacer" Gruñó ella "No voy a permitir que cometan una injusticia con Camz."

"La evidencia está ahí, señorita Jauregui. Váyase antes de que comience a considerar
que usted esté involucrada en esto."

Sentí cómo Lauren tiró de su brazo, al cual yo estaba abrazada. Iba a amenazar al

coordinador, estaba segura, por eso evité que lo levantara completamente. Ella me miró

confundida por un momento.

"Déjalo Lauren. Ve a clases yo me encargo." Dije limpiándome las lágrimas con el

antebrazo.

"Pero Camz..."

"Pero nada. Vete, ahora. Nos veremos más tarde ¿Está bien?"

Lauren me miró por un momento, luego vio al coordinador y regresó a mí de nuevo.

Asintió levemente con la cabeza, tomó mi mano entre las suyas y las besó con ternura.

Me dieron cosquillas en el pecho, pero pronto esa sensación desapareció dando paso

al fuerte apretón del coordinador quien me hizo dirigirme a la salida y acompañarlo a su

oficina, seguidos por los prefectos mientras los estudiantes entraban a tomar la clase y

Lauren se quedaba mirando todo desde el pasillo.

[...]

136
Papá caminaba furioso a mi lado mientras andábamos a través del campus.

Lo habían llamado para informarle de lo sucedido y por más que le dije que esa mierda
no era mía, él no me creyó.

Sin embargo, apoyó lo que Lauren había dicho, acerca de lo ilógico que era guardar

marihuana dentro del casillero del laboratorio en lugar de guardarla en un sitio más

seguro. Al parecer los prefectos y el coordinador compartían la idea de que era lo

suficientemente estúpida para hacer algo como eso. Pero en fin, papá se mantuvo firme

en ello y logró evitar que me expulsaran de la universidad lo cual le agradecí

infinitamente de forma mental. Mi carrera de medicina era lo único que realmente tenía y

que estaba bajo mi completo control. No obstante, si me suspendieron. Por una semana.

Los dientes de papá rechinaban debido a la fuerza con la que papá tenía apretada su

mandíbula. Según los gritos que me había dado ni bien salimos de la oficina del

coordinador, había provocado que faltara a una importante reunión del bufete y debido a

eso había provocado una catástrofe en su agenda de trabajo.

"Es aquí..." Le dije en voz baja, él me miró por un momento y luego dirigió su mirada a la

puerta de madera que se encontraba cerrada. Era la del salón de Lauren.

Mi padre tocó la puerta y cuando escuchó la respuesta del profesor la abrió para asomar

su cabeza y decir "¿Le permitiría a Lauren Jauregui salir un momento?"

No escuché lo que dijo el hombre, pero pude asumir que la respuesta fue positiva

cuando mi padre se apartó de la puerta para dejar salir a Lauren. Ella se veía confusa

pero esa expresión de su rostro desapareció cuando me vio a mí y pude ver un deje de

alivio en sus ojos.

"Camila..." Murmuró con una pequeña sonrisa y se acercó a mí para darme un corto

abrazo. Ella iba a decirme algo pero papá la interrumpió antes de que cualquier

sonido escapara de su boca.

137
"Lauren" Dijo él con una voz grave e intimidante, ella lo miró. "¿Estabas enterada de

lo que mi hija hacía?" Preguntó con el ceño fruncido.

"Le diré lo mismo que le dije al coordinador de la facultad, señor Cabello." Dijo ella en un

tono sobrio y respetuoso "Me parece una grandísima estupidez creer que Camila

escondería marihuana en su casillero. Incluso a mí me ofende el que puedan llegar a

pensar que es tan torpe." Yo rodé los ojos ante su respuesta.

"Esa no es una respuesta Lauren. ¿Tú sabías que mi hija se droga?" Gruñó mi padre,

cerrando sus puños con fuerza.

"No me drogo." Murmuré enfadada. ¿Cuántas veces se lo tenía que decir?

"Señor Cabello." Volvió a hablar Lauren antes de que papá me riñera de nuevo "Yo jamás

he visto a su hija consumir alguna sustancia nociva." Hizo una pausa y luego continuó "A

excepción del alcohol, claro." Sentí ganas de golpearla en ese momento pero a fin de

cuentas, parecía ser que ella era la única que confiaba en mí "Además, si me permite,

creo que Camila es demasiado remilgada para consumir marihuana. Si ella fuera

drogadicta probablemente consumiría otras cosas como... LSD, metanfetamina, incluso

cocaína. La marihuana es demasiado hippie para ella."

Pude ver que papá no estuvo contento con su respuesta, pero al menos la presión de sus

puños descendió y se veía más relajado. ¿Por qué mierda le creía más a ella que a mí?

"Bien" Respondió mi padre "Espero, por el bien de ambas, que estén diciendo la verdad."

"¿Qué pasará con Camila?" Preguntó Lauren.

"La han suspendido una semana" Anunció mi padre "Eso significa que tus servicios no

serán requeridos durante estos días." La expresión de Lauren fue de preocupación y papá

pareció notarlo porque enseguida agregó "En cuanto su suspensión termine volverás a ir

por ella a la mansión para traerla a la escuela. Nada ha cambiado. Hoy menos que nunca

pienso dejarla conducir." Lauren asintió con la cabeza. Ninguno de los dos me miraba

138
¿Por qué se empeñaban en hablar de mí como si no estuviera presente? "Me la llevaré a

casa ahora. Por favor en cuanto terminen tus clases lleva el porsche a la mansión.

¿Entendido?"

"Sí, señor." Dijo ella y papá empezó a tirar de mí mano para volver por donde veníamos.

Giré mi rostro mientras caminaba y encontré a Lauren observándonos desde la puerta de

su aula. La vi soltar un suspiro mientras metía las manos en los bolsillos de sus jeans y

esa fue la última imagen que tuve antes de que papá girara en una esquina y la perdiera

de vista.

Lauren's POV

Debo admitir que a pesar de que el castigo de Camila había sido poco comparado con la

sanción adecuada para lo que, supuestamente, había sucedido, estaba preocupada por

ella.

Alejandro se veía realmente molesto por lo que pasó, prácticamente se había llevado a

Camila a rastras y yo me sentía mal por ella. Era una completa injusticia, no tenía ni pies

ni cabeza aquello de lo que intentaban culparla. Nadie sería tan estúpido como para

esconder marihuana en su casillero.

En el campus corrían rumores acerca de lo que había pasado, pero en realidad nadie más

que yo conocía lo que había pasado. Los alumnos intuían que algo había ocurrido con el

casillero de Camila pero la mayoría pensaba que le habían robado algo de valor y las

especulaciones corrían respecto a quién sería el ladrón.

En cuanto viera a Camila le diría que su reputación estaba intacta y que gracias al cielo

nadie tenía idea de lo que realmente había sucedido esa mañana. A pesar de que yo

confiaba en que era inocente, al parecer la gente del campus carecía de sentido común.

Las clases transcurrieron con normalidad. Le conté la verdad a Ally y le aseguré una y mil

veces que Camila no consumía nada de eso, al final ella me creyó. En el almuerzo hablé

con Dinah, Normani, Luis y Troy quienes parecían estar preocupados por Camila. Les

139
mentí diciéndoles que yo tampoco estaba del todo bien enterada acerca de los hechos

pero que seguramente Camz nos explicaría lo que había sucedido.

Estaba abriendo la puerta del porsche, al final del día. Iría a la mansión de los Cabello a

dejar el auto de Camila tal como lo había ordenado Alejandro. Aunque me sentía mal por

ella debido a su suspensión y el castigo que su padre seguramente le pondría, lo cierto es

que por otro lado me sentía feliz ya que podría pasar más tiempo con Chris y Taylor.

Normalmente cuando llegaba a casa después de dejar a Camila en su mansión Taylor

estaba durmiendo una siesta y no despertaba en horas así que, extrañaba sus balbuceos

o verla caminar torpemente por el pequeño pasillo que llevaba a las habitaciones de

nuestra casa. Tay era una bebé preciosa y, a veces me ponía a pensar que debido a mis

obligaciones estaba perdiéndome la dicha de verla crecer.

Conduje todo el camino hasta llegar a la entrada de la mansión. James abrió el portón

rápidamente y yo introduje el auto en el garage. Dejé las llaves en su estante y luego

caminé hacia la casa para comunicarle al Señor Cabello que ya había cumplido con su

orden.

Al tiempo que cruzaba la puerta escuché los gritos de ese hombre.

"¡¡NO ES POSIBLE CAMILA!!"

"¡Papá, estás exagerándolo todo!" Contestaba Camz.

Subí las escaleras con sigilo, intrigada por la discusión entre padre e hija. ¿Qué

habría pasado ahora?"

"¿¡Estoy exagerando!? Mi hija es una alcohólica y probablemente drogadicta ¡¿Y yo

estoy exagerando?!" Gritaba furioso Alejandro.

Camila salió rápidamente de su habitación, enfadada. Se quedó pasmada cuando me vio

parada en el pasillo y yo la observé sorprendida. Entonces Alejandro salió de la habitación

140
también, hecho todo un torbellino mientras agitaba una botella de whiskey a medio beber
en su mano.

"¡¡No me dejes con la palabra en la boca!!" Vociferó, pero se quedó callado también al

verme. "Lauren..."

"Señor Cabello..." Saludé. "Sólo quería informarle que el porsche ya se encuentra en el

garage, al igual que las llaves del mismo." Dije con formalidad. Camila se cepillaba el

cabello con las manos de forma nerviosa.

"Está bien Lauren. Qué bueno que llegaste, necesito que hagas algo."

"Lo que ordene." Dije yo esperando a que me dijese lo que necesitaba pero en lugar de
eso empezó a gritarle a Martha.

"¡¡Martha!! ¡¡Martha!!" La llamaba en voz alta y Martha salió también de la habitación de

Camila mientras arrastraba una bolsa negra que tintineaba como si trajera cristal

dentro, se veía pesada.

"¿Si, señor Alejandro?" Dijo la mujer.

"Prepara una maleta con ropa para Karla."

"Camila" Refunfuñó Camila y Alejandro le dedicó una mirada llena de enfado.

"Haz lo que te digo Martha que Karla se tiene que ir en este momento." Martha miró

asustada a Alejandro pero pronto se metió a la habitación. Yo eché un vistazo y vi a la

mujer sacar una gran valija de color amarillo y dejarla abierta sobre la cama de Camila

para empezar a colocar ropa en su interior.

"¡¿Me vas a correr de la casa?!" Preguntó Camila incrédula mientras una risa burlona se

escapaba de su garganta.

"No. Te irás con Lauren." Dijo Alejandro con severidad y mis ojos se abrieron como
platos.

141
"¡¡¿QUÉ?!!" Gritamos las dos y Alejandro rodó los ojos.

"¡De ninguna manera me voy a ir con ella!" Continuó vociferando Camila, su voz chillona
me taladró los oídos "¿Qué está pasando por tu cabeza padre?"

"¡¿Qué demonios pasa por la tuya?!" Devolvió él volviendo a su tono enfurecido "Eres un

desastre Karla. Primero chocas el auto después de embriagarte andando de fiesta en

fiesta. Te castigo y cuando te doy permiso de volver a salir te alcoholizas de nuevo. Me

llaman de tu universidad para decirme que encontraron drogas en tu casillero y ahora que

envío a Martha a revisar tu habitación para encontrar cocaína o alguna mierda encuentro

que tienes un jodido bar escondido entre tus cosas." Enlistó él sin dejar de gritar. Sus

cienes palpitaban y sus labios escupían saliva al hablar. "¡Estoy harto de tu inmadurez y

tu irresponsabilidad! Hoy evité que te expulsaran de la universidad pero sinceramente no

creo volver a lograrlo y si sigues así voy a terminar yendo a verte a un hospital o a la

cárcel y no lo voy a permitir."

"¡Ah! ¿Y por eso me vas a mandar con Lauren? ¡Si tanto quieres deshacerte de mí
¿Por qué no me mandas con mi tía Dianne?!"

"Porque no se trata de que cambies de un lujo a otro. Te hemos dado todo lo que has

podido desear Camila y eso sólo te ha convertido en una niña malcriada que no valora

absolutamente nada de lo que tiene. ¡Necesitas un ejemplo de humildad Camila! Y

creo que Lauren es la persona correcta para dártelo."

"¡Por supuesto! Porque Lauren es perfecta ¿Verdad? Lauren es madura, responsable

y todo eso que yo nunca seré ¿Cierto? ¡¿Por qué no te la quedas como hija

entonces?!" Gritó Camila y casi puedo jurar que estaba llorando cuando entró a su

habitación y la cerró de un portazo.

Alejandro dio dos grandes pasos hasta la puerta de la alcoba de Camila y le dio una

poderosa patada que provocó una abolladura en la madera. Luego suspiró y se cepillo el

cabello con las manos en señal de frustración.

142
"Señor... Creo que comete un error." Dije con cautela y sinceridad, Alejandro me miró por

un momento.

"No. Definitivamente esto es lo mejor que puedo hacer con ella. Tiene que entender que

no todo en la vida se soluciona con dinero y un buen apellido, Lauren. Tiene que valorar

las cosas y no dar todo por sentado. Sé que lo he jodido todo desde que ella era una bebé

pero creo que aún es tiempo para que enderece su camino." Dijo él casi al borde de las

lágrimas. "Por favor ayúdala, sé que tú puedes hacerlo. Confío en ti, Lauren."

"Pero señor ¿A caso no la ha visto? Ella está furiosa conmigo. No creo que esta sea
la mejor opción."

"Lauren, por favor." Siguió pidiendo él con desesperación en su rostro "Será sola
la semana de su suspensión."

"Sí señor. Pero creo que usted no recuerda que tengo que yo si tengo que ir a la

universidad y que en casa tengo que cuidar de mis hermanos y mis tareas y un montón de

cosas más. No tengo tiempo para hacerme cargo de su hija también."

"No lo hagas Lauren. No eres su niñera ni su sirvienta. Deja que se valga por sí misma.

Ella no tendrá derecho de darte ninguna orden. Tú serás quien esté a cargo." Me quedé

en silencio al escucharlo ¿En serio quería que me llevara a su hija a mi casa? "¿Qué

quieres Lauren? ¿Quieres más dinero? Te daré cuanto quieras."

"No se trata de dinero, señor." Negué con firmeza "Sólo no estoy segura de que esto vaya

a funcionar."

"Le he dado todo a mi hija por años, Lauren. Le he dado todos los lujos que ella ha podido

desear y eso la ha podrido por dentro. Ella necesita el amor de una familia y creo que tú y

tus hermanos pueden enseñarle eso."

"¿Qué hay de usted y su esposa?"

143
"Sinuhe se ha largado de viaje. No quiere saber nada de mí ni de su hija." Dijo con

molestia en su voz pero pude ver dolor en sus ojos "Lauren, no puedo enseñarle a mi hija

lo que es el amor de una familia porque la nuestra siempre ha estado rota. No puedo

enseñarle humildad cuando toda mi vida ha girado en torno al dinero desde siempre. No

puedo enseñarle sobre cosas que no conozco... Pero tú si puedes. Por favor."

No sabía si estaba tomando una buena decisión pero, ver a Alejandro Cabello destrozado

y sin saber qué hacer con su única hija terminó por convencerme de aceptar la locura

que se le había ocurrido.

¿Cómo haría para convivir con Camila una semana entera? ¿Cómo haría para tenerla

cerca todo el tiempo y no terminar matándola o comiéndole la boca?

Una hora más tarde Camila y yo estábamos en un taxi de camino a mi casa y con una

pequeña valija que contenía apenas unas prendas de ropa de ella. Ella y su padre habían

discutido de nuevo y en esa discusión Camila había arrojado toda la ropa que Martha

había metido en su maleta y Alejandro colérico tomó la valija pequeña y metió ropa al azar

arrojándola finalmente a Camila quien apenas fue capaz de sostenerla en sus manos

evitando que le golpease la cara.

Camz miraba por la ventana del taxi mientras su frente estaba recargada en el cristal.

Yo suspiré al verla. Sería una semana complicada.

Capítulo 10

Lauren's POV

Mi casa era un lugar pequeño.

Prácticamente nada comparada con la mansión Cabello-Estrabao, la cual por cierto

no conocía por completo.

144
El taxi nos había dejado a un par de calles alejadas de mi casa. Teníamos que caminar

algunos minutos para llegar, a los taxistas no les gustaba entrar por aquellas calles. Mi

vecindario no tenía la mejor fama del mundo, y desafortunadamente su mala fama estaba

bien infundada.

Camila había pasado la mayor parte del trayecto del taxi en silencio pero ahora

comenzaba a hacer gestos de desagrado. Parecía que finalmente estaba dándose

cuenta de que pasaría unos días fuera de su castillo de princesa.

Llegamos al lugar indicado.

El jardín de mi casa estaba cercado por una valla de metal y una puerta del mismo

material. Estaba un poco oxidada pero aún funcionaba para evitar que se metieran

ciertos intrusos. Jamás nos habían robado algo en todos los años de vivir ahí, pero papá

era un hombre que prefería ser precavido y por eso la había puesto de todos modos. Abrí

la puertecilla de metal, la cual rechinó y le permití a Camila pasar primero haciendo uso

de toda mi caballerosidad.

Camila empezó a caminar hacia adentro a pasos cortos y dubitativos. Mi jardín no

medía demasiado, quizá unos diez metros cuadrados. El césped estaba seco y pajizo y

no teníamos árboles ni flores como el jardín de los Cabello, si acaso teníamos algunas

plantas de sombra en macetas, pero creo que ninguna estaba viva. A nuestra familia no

se le daba la jardinería.

La puerta hizo un estruendoso ruido al cerrarse y Camila giró a verme un poco


asustada, le sonreí y ella rodó los ojos. Estábamos a mitad del jardín cuando la detuve.

"Camila..." La llamé y ella me miró con el ceño fruncido.

"¿Qué?" Preguntó molesta.

"Quiero que sepas que yo no tengo nada que ver con la decisión que tu padre ha
tomado." Comencé a decir, ella suspiró como tratando de contener su molestia "A mi

145
tampoco me hace feliz que tú estés aquí." Continué y el ceño de Camila se frunció "Sólo

quiero pedirte que hagamos las cosas lo mejor posible para poder convivir estos días,

Camila. Y sobre todo, quiero pedirte que respetes a mi familia. Ellos no tienen nada que

ver con nuestros problemas o los tuyos con tu padre. No quiero que los trates de forma

grosera. ¿Puedo contar con eso?"

Camila rodó los ojos y siguió andando. Esperaba por el bien de todos que ella supiera

moderar su mal genio, porque de otra manera jamás le perdonaría que ofendiera a

mis hermanos como solía hacer conmigo.

Llegamos a la puerta de la casa la cual era de un metal un poco más grueso y resistente

que la puerta del jardín y estaba pintada de blanco pero había varios segmentos donde

la pintura se había desprendido.

Saqué las llaves del bolsillo de mi pantalón y la introduje en la cerradura girándola una

sola vez ya que no estaba asegurada porque Chris ya estaba ahí. Mantuve la puerta

abierta para Camila y después de ella entré yo. Ella se quedó parada en la entrada,

observando todo con detenimiento y también como si no quisiera moverse ni tocar nada

por miedo a que sus perfectas uñas se ensuciaran.

"Ya estoy en casa" anuncié mientras caminaba a lado de Camila y me dejaba caer sobre

el sofá de la sala que estaba apenas a unos pasos de la entrada. Pronto escuché la

puerta de la habitación de Chris cerrarse y lo vi aparecer por el pasillo con Taylor en

brazos.

Él fue hacia mí y me dio un abrazo fuerte y un beso en la mejilla para luego dejar a Tay en

mis brazos y llevar su atención hacia Camila. Los ojos de mi hermano se abrieron un poco

más de lo normal al igual que su boca. Sinceramente no me sorprendía, Chris era un

adolescente y Camila... Bueno, era Camila.

El sueño de cualquier chico con las hormonas alborotadas, como él, estaba ahí, parada

en la entrada de nuestra casa, con una pequeña valija en su mano izquierda. Su cabello

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ligeramente ondulado caía naturalmente sobre sus hombros y espalda, mientras que al

frente estaba un poco recogido gracias a sus gafas de sol que estaban cuidadosamente

puestas sobre su cabeza. Llevaba puesto una especie de top en color blanco que llegaba

unos centímetros más arriba de su ombligo, dejando así una perfecta vista de su

abdomen expuesto para después continuar con unos jeans ceñidos al cuerpo con ligeros

cortes en las piernas y unos tacones altos de color blanco.

Camila miró a mi hermano arqueando las cejas y mientras yo jugueteaba con Taylor

decidí presentarlos.

"Él es Christopher, mi hermano menor" Empecé a decir mirando a Camila, luego me dirigí
a mi hermano "Chris, ella es..."

"Camila Cabello" Dijo él en un suspiro, como si de una chica famosa se tratase.

"¿Cómo sabes?" Pregunté extrañada y pude encontrar esa misma expresión en el rostro
de Camila.

"Es exactamente tan guapa como me la describiste" Dijo él haciendo que me avergonzara

¡¡¿Por qué tenía que decir esas cosas frente a ella?!! Camila sonrió hacia mí divertida, su

ceja estaba incluso más levantadas que antes, de forma burlona. "Es un placer conocerte,

Camila" Dijo él tomando la mano de ella depositando un beso en el dorso de la misma. Yo

rodé los ojos. "Esa pequeñita de ahí es nuestra hermanita, se llama Taylor." Apuntó él y

yo giré un poco a Tay para que Camila pudiera verla.

Camz hizo una pequeña mueca pero luego se acercó a verla, estirando una mano para

tocar la mejilla de la bebé, aunque esta nunca se conectó porque Taylor la interceptó

el aire tomando su dedo índice y presionándolo con toda su manita alrededor de él. Vi

a Camila sonreír mientras Chris y yo observábamos la escena.

"Chris" Dije llamando su atención y provocando que Camila se separase de Taylor.

"Camila se quedará con nosotros unos días." Di a conocer y él asintió.

147
"¿Ya comieron? Puedo hacer algo de comer mientras cuidas a Taylor" Ofreció Chris y yo

asentí con la cabeza al tiempo que Camila se quedaba en completo silencio. Mi hermano

sonrió y salió hacia la cocina.

"Puedes sentarte" Dije viendo a la chica que seguía ahí parada "Te aseguro que el sofá
no tiene pulgas ni nada, nos bañamos diario."

Camila hizo una mueca de disgusto pero igual me hizo caso, sentándose a mi lado

porque, bueno, básicamente no había otro sitio. Un silencio incómodo se instaló entre

nosotras pero yo traté de concentrarme en los balbuceos y sonrisas que mi hermanita

emitía. Taylor tenía dos años y hablaba muy poco, sólo palabras confusas que Chris y

yo entendíamos gracias a la convivencia con ella. Camila sacó su teléfono y se puso a...

no sé. Ver cualquier cosa.

Un rato después Chris empezó a servir pollo frito acompañado de arroz con azafrán y

frijoles. Me sorprendía el talento que él tenía con la cocina porque, a pesar de no tener

muchos ingredientes él hacia que todo fuese delicioso. Los platos estaban en la mesa junto

con los cubiertos. Me levanté del sillón y coloqué a Taylor en su sillita del comedor para

alimentarla con un poquito de arroz y frijoles que Chris había apartado para ella.

"Camila" dijo Chris llamando su atención, que seguía centrada en su teléfono "Ya está lista

la comida. Por favor siéntate." Pidió él esperanzado. Yo le dediqué una mirada seria a

Camila y ella soltó un suspiro de fastidio pero al fin se unió a nosotros en la mesa.

Tomó el tenedor con delicadeza y empezó a inspeccionar su comida con él. "¿Qué
es esto?" preguntó ella y Chris se apresuró a responder.

"Pollo frito con arroz y azafrán. Debes probarlo, está muy bueno." Apuntó entusiasmado.
"Es comida cubana."

Camila tomó un poco de arroz y lo llevó a su boca. Trató de disimular pero se notó en
el primer segundo que la comida le había encantado.

148
"Nunca había probado esto." Dijo ella. "Mi mamá es cubana y mi papá mexicano, pero es

la primera vez que como algo latino." Finalizó y no supe como sentirme ante la revelación.

"Nosotros también somos de ascendencia cubana. ¿Verdad Laur?" Continuó Chris

conversando alegremente mientras yo limpiaba la boquita de Tay con una servilleta. Yo

asentí.

"¿Sus padres son cubanos?" Preguntó Camila "¿Dónde están por cierto? ¿No es una

cosa súper arraigada en las familias como la suya el comer juntos?" Preguntó y me

molestó que usara la frase familias como la suya. ¿A que se refería? ¿A que éramos

pobres?

"Um..." Balbuceó Chris nervioso apartando la vista hacia su plato "Ellos..."

"Murieron. Hace dos años." Dije con severidad y ni siquiera quise ver a Camila. Decidí

concentrarme únicamente en Taylor. Unos segundos después escuché a Chris de nuevo.

"¡Pero mejor cambiemos de tema! ¿Qué estudias Camila?" Siguió indagando Chris

mientras el sonido del tintineo de los tenedores y los platos fondeaba su conversación.

"Medicina" Respondió Camila con simpleza.

"Vaya, eso es genial ¿En qué piensas especializarte?" Siguió él.

"Obstetricia y Ginecología" Dijo ella y me pareció ver una pequeña sonrisa en sus
labios.

"¡Wow! ¿De verdad?" Preguntó Chris y Camila asintió "¿Y qué tan buena eres en la

escuela? ¿Eres tan nerd como mi hermana?" Camila rió.

"¡No! Nunca." Dijo inmediatamente "Sin embargo soy buena. No se puede esperar menos

de mí." Yo bufé ante esa respuesta.

"¿Tú? ¿Buena en la escuela?" Me reí.

149
"Lo soy. Que no estés enterada es algo completamente diferente." Dijo ella con seriedad y

yo me quedé callada. En realidad no tenía idea de cómo eran sus calificaciones.

De hecho, no tenía idea de nada. Sabía que Camila estudiaba medicina pero jamás se me

pasó por la mente que quisiera ser ginecóloga, y además obstetra. A mi parecer, Camila

era demasiado quejumbrosa y poco amable para desempeñar una profesión como esa.

¿Realmente le gustaba la medicina o estaba obligada por sus padres? Otra cosa era ¿Iba

a ejercer su carrera o su título universitario sería únicamente otro adorno en la pared de

los Cabello? Camila estaba forrada en dinero, no tenía necesidad de trabajar. Inclusive

me sorprendía que estudiara.

Continuamos así un rato, Chris hacía pregunta tras pregunta que Camila a veces

respondía escuetamente, pero al menos prestaba atención a la conversación, yo sólo me

inmiscuía en ciertos momentos mientras le daba de comer a Tay.

De pronto no té que Camila reposaba su espalda en el respaldo de la silla, apenas había


comido la mitad de su plato.

"¿Pasa algo Camila?" Preguntó Chris y Camila suspiró.

"Lo siento, pero ya no puedo comer más." Se excusó ella.

"Pero apenas has comido la mitad" Reprochó Chris.

"Déjala" dije con seriedad impidiendo que Camila dijera cualquier cosa "Si no quieres

comer más, no lo hagas Camila pero acá nada se desperdicia." Finalicé y jalé su plato

hacia mí para terminar yo misma con lo que ella había dejado.

Camila no dijo nada más, simplemente se retiró de la mesa y se sentó en el sillón de la

sala a seguir jugando con su celular. Chris me dedicó una mirada molesta pero él sabía

tan bien como yo que no podíamos darnos el lujo de desperdiciar la comida.

Al final Chris se hizo cargo de Taylor mientras yo lavaba los trastes y después de eso ambos

nos pusimos a hacer tarea mientras nuestra hermanita andaba por el pasillo en su

150
andadera. De vez en cuando Camila soltaba quejidos por lo aburrida que estaba y yo

la ignoraba, aunque Chris trataba de darle opciones para que se entretuviera, como si

se tratara de una niña igual que Taylor.

[...]

Chris se había ido a acostar hacía aproximadamente media hora. Se había llevado

a Taylor con él pues la pequeña ya estaba bostezando y luego ambos habían caído

profundamente dormidos.

Suspiré al ver a mi hermanita bebé hecha un ovillo a lado de nuestro hermano quien la

rodeaba protectoramente con su brazo derecho. No me cabía duda que él sería un

excelente padre, sin duda. Ambos habíamos tenido un ejemplo increíble con papá y

mamá y me hacía sentir orgullosa el ver que mi hermano seguía sus pasos aunque aún

no tuviera sus hijos propios -y esperaba que no lo hiciera pronto, era apenas un niño-.

Cerré la puerta con sumo cuidado para no despertar a mis hermanos y luego caminé de

nuevo a la sala. Camila también se había quedado dormida. Me permití sonreír al verla,

con los brazos doblados y una pierna cayendo del sofá mientras la otra estaba en lo alto

del respaldo del mismo. Nadie creería que así dormía la señorita perfección cuando nadie

la veía.

Sentí la necesidad de besarla.

Pero no lo hice.

Me acerqué a ella y comencé a darle palmadas en las mejillas para despertarla. Pronto

abrió sus ojos y se apartó de inmediato de mí, sentándose en el sillón rápidamente

mientras me veía enfadada.

"Joder" Murmuró y miró hacia sus pies. Había llevado esos tacones puestos todo el día.

"¿Quieres que te preste unas sandalias?" Le pregunté. Yo me había cambiado de ropa


después de comer y ahora vestía unos pantalones flojos y una remera de The Strokes,

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con mi cabello recogido en un descuidado chongo y mis pies descalzos. Ella bufó de
forma burlona.

"¿Yo? No pienso usar nada que hayas llevado en tus pies Lauren." Dijo ella y yo rodé los

ojos. "¿Dónde voy a dormir? Estoy cansada y esta mierda de sillón me está destrozando

la espalda."

"Bueno, si me preguntas a mí, me pareció que te veías profundamente dormida sin


ningún tipo de problema en esa mierda de sillón." Le dije.

"Nadie te preguntó." Espetó y yo hice uso de toda mi paciencia para no discutir con ella,

no quería que termináramos gritando como de costumbre provocando que mis

hermanitos se despertaran. "Llévame a mi habitación, ya." Me ordenó.

"¿Sabes que debería dejarte durmiendo aquí?" Le pregunté.

"Sé que no lo harás, así que déjate de juegos y llévame a mi habitación Lauren."

"Muévete." Respondí secamente esperando que se levantara del sofá y me siguiera.

En mi casa había tres habitaciones. Una era de Chris, una era mía y la otra era de mis

padres. La habitación de mis padres se dejó de utilizar cuando ellos murieron. Taylor

durmió con ellos en sus primeros meses de vida pero cuando fallecieron ella empezó a

dormir conmigo y con Chris. Al principio los tres compartíamos mi habitación, Chris y yo

llorábamos mucho por la pérdida. Pero con el tiempo, mientras lo fuimos asimilando, mi

hermano regresó a ocupar su cuarto y la bebé se quedaba conmigo.

Así fue hasta que tuve que empezar a trabajar casi todo el día en distintos lugares,

restaurantes, tiendas, bares... Incluso llegué a cantar en el transporte público o en las

calles para conseguir un poco de dinero. Entonces Taylor pasaba más tiempo con Chris y

al final se acostumbró más a él que a mí por lo que terminó durmiendo en su habitación.

Ahora, como dije, la habitación de papá y mamá estaba en desuso, pero se mantenía
exactamente como ellos la dejaron. De vez en cuando yo la limpiaba para que se siguiera

152
viendo perfecta pero fuera de eso nadie entraba ni pasaba tiempo ahí, para Chris y para

mí era como un lugar sagrado. Por lo tanto, si Camila no quería dormir en el sillón de la

entrada entonces sólo quedaba un sitio donde podía dormir.

Giré la perilla dorada de la puerta que llevaba a mi alcoba, era la más pequeña de las

tres. Tenía un closet de plástico, un tocador de madera con un espejo mediano, una

cajonera para guardar ropa interior y otras cosas, un escritorio sencillo donde me sentaba

a hacer mis trabajos cuando no quería distraerme con los gritos y jugueteos de Chris y

Taylor y... mi cama.

Mi cama era de tamaño individual, el colchón tenía prácticamente la edad de

Christopher pero aún así era cómodo. El color de las paredes era un azul oscuro y eso

le daba a mi habitación la apariencia de una cueva ya que era el sitio de la casa que

estaba más apartado de la luz. Tenía una ventana pero era cubierta por unas cortinas

de color café que hacían que la oscuridad se mantuviese gobernando aquel espacio.

También tenía una gran caja de plástico a lado del escritorio donde tenía guardadas

algunas herramientas y cosas que utilizaba para el taller de electónica, había cables,

pedazos de metal, circuitos, pinzas, destornilladores, soldadores eléctricos, soldadura,

entre otras cosas.

Encendí la luz de la habitación y vi cómo Camila echaba un vistazo al rededor con cara de
asco.

"Bueno, esta es mi habitación. Puedes dejar tus cosas... donde encuentres espacio." Dije
una vez que ella terminó de inspeccionar "¿Quieres darte una ducha?"

"No traje mi shampoo ni mi acondicionador, ni mis sales de baño." Respondió ella en


un tono de niña mimada que me alteraba los nervios.

"Bueno, no sé que shampoo uses tú, pero hay uno que puedes utilizar de cualquier modo,

también hay jabón y esponjas en el baño. Y, no te preocupes por tus sales de baño, no las

necesitarás aquí porque no tenemos tina, sólo regadera." Expliqué y ella me miraba

153
como si le acabara de confesar los peores pecados del mundo. "¿Traes toalla?"
Le pregunté y ella negó, aún conmocionada por lo anterior.

Yo me dirigí a mi closet, saqué una toalla limpia y se la arrojé a la cara, ella soltó sus

cosas para interceptarla antes de que la golpeara.

"Ve a ducharte" Le dije, al tiempo que yo me dejaba caer sobre mi cama,

debía aprovecharla antes de tener que compartirla con ella.

"¿Y tú qué? ¿Te vas a quedar aquí?" Gruñó y yo sonreí.

"Así es Camz... Te dije que esta es mi habitación. Deberías agradecer que la comparta
contigo."

"¿Agradecerte? ¡Esto es un asco!" Gritó extendiendo sus brazos para señalar mi


habitación y yo me levanté de inmediato de la cama para taparle la boca con mi mano.

"¿Puedes callarte Camila? Mis hermanos están dormidos" Susurré molesta sobre su

oído. Estaba pegada a su espalda rodeando su cuerpo por la cintura con mi brazo

izquierdo mientras mi mano derecha impedía que siguiera gritando.

Maldición. Me hacía daño estar tan cerca, sentir el calor de su cuerpo me hacía

estremecer y provocaba que mi corazón latiera incontrolable dentro de mi pecho. Camila

se había quedado completamente inmóvil y yo suspiré. Recargué mi frente en su

hombro y entonces sentí que la hija de puta me mordía.

"Joder" murmuré con dolor aguantándome las ganas de gritar después de haberla

soltado.

"Eres una jodida pervertida de mierda" Me susurró molesta. Y si no fuera por el dolor me

habría reído porque era gracioso verla enfadada tratando de discutir en voz baja. "Tienes

otra maldita habitación, pero quieres que duerma aquí contigo para que te aproveches de

mí como el día de la fiesta ¿Verdad?"

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"¿Me aproveché de ti?" Continué con la silenciosa discusión. "Tú fuiste la que saltó a

mi regazo y comenzó a besarme y a dar un show frente a todos en esa maldita fiesta a

la que yo ni siquiera quería ir para empezar."

"Sí claro...” Dijo con sarcasmo "Porque obviamente tú no lo disfrutaste ¿Cierto?"

"¿Tú sí?" Pregunté con intención de hacerla enojar más aunque... en realidad un brillo de

esperanza inundó mi corazón. Ella se quedó callada por un momento.

"Déjame dormir en la otra habitación Lauren." Dijo más como una orden que como una
petición. Sus ojos cafés se clavaron en mis verdes y yo negué con la cabeza. De ninguna

manera accedería a eso.

"No." Dije rotundamente "O duermes aquí conmigo o duermes afuera en el sofá. Sólo
tienes esas dos opciones."

Camila gruñó al tiempo que daba un zapatazo en el suelo como una niña haciendo

berrinche y luego se fue al baño a ducharse. Yo me recosté satisfecha sobre mi cama.

Había ganado esa batalla.

Desdé mi habitación pude escuchar las quejas de Camila, que si el shampoo no era para

el tipo de cabello que ella tenía, que si el jabón iba a secarle la piel, que si las esponjas

la lastimaban, que el agua estaba helada y un montón de cosas más. Pero un rato

después volvió a entrar a mi cuarto, con sus hebras castañas húmedas y unidas en

varios grupos que hacían que su cabello se viera mucho más grueso de lo que era

realmente. Su cara daba a entender que no estaba muy feliz que digamos.

"Tu baño es un asco." Dijo mientras se habría paso a mi habitación, vestida con la misma

ropa con que se había ido.

"Según tú, toda mi casa lo es." Respondí encogiéndome de hombros, restándole

importancia a sus palabras. "¿Piensas dormir así?"

"No tengo más ropa." Dijo con simpleza.

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"Puedo prestarte algo para que estés más cómoda." Sugerí, pero ella rodó los ojos.

"Yo no te compré pijamas Lauren, sólo la ropa para ir a la universidad"

"Y yo no me estaba refiriendo a la ropa que me compraste, duh." Respondí en el mismo

tono que ella "Hablo de mi ropa. Es muy cómoda, te ayudará a descansar mejor."

"¿Descansar mejor?" Preguntó irónica "Ni siquiera creo descansar en ningún

momento estando aquí."

"Ajá. Y entonces piensas estar toda la semana con esa ropa ajustada y los tacones

¿No?" Me levanté de la cama mientras ella me observaba. Saqué una camisa de cuadros

roja, una camiseta de nirvana sin mangas y un pantalón de pijama de color gris de tela

muy suave, dejándolo todo sobre el escritorio. "Voy a dejar esto aquí y cuando termines

de hacer tus escenas de niña mimada la tomas y te la pones. Yo voy a dormir ya porque

mañana tengo que levantarme temprano." Finalicé volviendo a acostarme en la cama,

dejando un espacio para que Camila se acomodase a mi lado.

Cerré los ojos y unos minutos después escuché el click del apagador de la luz siendo

presionado al tiempo que mis ojos a pesar de estar cerrados percibían la pérdida de luz

en el exterior. Me mantuve de esa forma, fingiendo que estaba dormida y sentí el peso de

Camila acomodarse junto a mí. Respiré profundamente y pude percibir su aroma. Abrí un

ojo con lentitud y pude notar que no se había cambiado de ropa, pues seguía con el

mismo conjunto.

Ella estaba de espaldas a mí con sus piernas ligeramente flexionadas lo cual dejaba su

trasero muy cerca de mi pelvis. Comencé a considerar que ella tenía razón y sí era una

maldita pervertida pero hice uso de todo mi autocontrol y me giré en la cama para darle la

espalda también. Sonreí sin poder evitarlo, Camila estaba conmigo, en mi cama, en

circunstancias in deseables, tal vez, pero a fin de cuentas era ella y estaba a mi lado.

"Buenas noches, Camz" susurré más para mí que para ella y con una sonrisa en mi rostro

me dispuse a dormir, esta vez de verdad.

156
[...]

La alarma de mi teléfono comenzó a sonar a las 5:00 am en punto.

Mi casa estaba bastante alejada del centro de la ciudad, donde se encontraba la

universidad y la mansión de los Cabello. Por lo tanto, tenía que levantarme muy

temprano para que me diera tiempo de comer algo y prepararme para salir y aún así

alcanzar el autobús que me llevaría hasta allá sin tener ningún retraso en el camino. Me

gustaba ser puntual siempre.

Camila gruñó en la cama y yo abrí los ojos para apagar el molesto sonido del celular. Me

estiré en el colchón y dirigí mi vista hacia la chica a mi lado. Reí bajito al notaque se

había puesto mi camisa pero tragué en seco cuando vi que esa era la única prenda mía

que llevaba puesta. Se había quitado los pantalones quedando únicamente en unas

bragas blancas que apenas cubrían lo necesario.

Me levanté de la cama cuando me percaté de que había pasado mucho tiempo mirándola
y me dirigí rápidamente a la ducha. Hoy más que nunca necesitaba una ducha fría.

Me di un rápido baño, ya que con las prisas ni siquiera había ido a ver cómo estaban Tay

y Chris. Volví a mi habitación y me vestí a oscuras con lo primero que palpé dentro del

closet. Básicamente lo mismo de siempre, jeans, remera, chaqueta y botas para después

ir al cuarto de mis hermanos. Ellos seguían dormidos.

Fui a la cocina y puse agua a calentar a fuego lento para después regresar a mi

habitación y sacar maquillaje y un cepillo para cabello y con eso lograr terminar

de arreglarme mientras tomaba mi café matutino.

Después de haber hecho eso, revisé el dinero de mi cartera y dejé un poco para

nuestra vecina por cualquier cosa que Tay pudiera llegar a necesitar y también algunos

dólares para que Chris pudiera irse a la escuela sin ningún problema. Regresé a mi

cuarto y Camila seguía dormida. Eran ya las 6:00 de la mañana.

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"Camila..." La llamé y la moví un poco. "Camila" Dije más fuerte. Ella empezó a abrir

sus ojos. Se veía preciosa.

"¿Qué quieres?" Gruñó, su voz adormilada me entibió el corazón.

"Ya me voy a la universidad" informé. Camila se enderezó un poco en la cama y miró


el reloj de mi escritorio.

"¿Qué mierda Lauren? ¡Son las seis!" Gimió somnolienta.

"Te dije que tenía que levantarme temprano..."

"Estás demente. Es de madrugada joder. En todo caso ¿Para que carajo me despiertas?
Yo no tengo que ir a la escuela." Se quejó.

"No, pero pronto Chris va a despertarse y preparará el desayuno para él y para Taylor. Si

no te despiertas temprano te quedarás sin comer y dudo mucho que sepas hacerte algo

por ti misma así que... Te aconsejaría que no duermas de nuevo."

"He pasado mucho más tiempo sin comer Lauren, esto no me hará nada. Sólo déjame

dormir" Dijo y rodó sobre el colchó enredándose en la cama. Sin embargo supongo que

olvidó que la cama era diminuta porque siguió rodando hasta que el colchón se terminó y

ella acabó estampada contra el piso. Solté una carcajada.

"Puta mierda" Gruñó molesta y se levantó dejando caer la sábana al suelo, enredándose

en sus tobillos. Dios... Tenía unas piernas bellísimas y un trasero cuya perfección era...

sinceramente indescriptible. Además verla vestir únicamente mi camisa mientras su top,

su pantalón y sus tacones estaban tirados en el piso de mi habitación le dio a mi mente

mucho material para fantasear.

Camila me miraba con el ceño fruncido y pronto se volvió a echar a la cama. No sé como
lo hice pero recuperé la compostura.

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"Más te vale desayunar con mis hermanos Camila porque no creas que se me olvida lo

de tu anemia. Te vas a comer todo lo que Chris te sirva y cuando llegue a casa le

preguntaré si lo hiciste o no."

"¿Y si no lo hago qué?"

"Evidentemente tendré que hablar con tu padre." Dije encogiéndome de hombros.

"No eres mi niñera" Espetó.

"No te comportes como una niña y no tendré que serlo Camz..." Ella frunció su nariz ante mi

forma cariñosa de llamarla. "Tengo que irme ya, no puedo perder más tiempo contigo." Dije y

ella me mostró el dedo medio de su mano izquierda para luego volver a acostarse boca abajo

dándome una maravillosa vista de su mejor atributo antes de irme a clases.

Capítulo 11

Camila's POV

Jodido Dios.

La había visto.

Por la gradísima mierda que lo había hecho.

No podía sacarme la bendita imagen de Lauren desnuda de mi mente.

Ella simplemente había entrado a la habitación envuelta en una toalla, pasando unos

minutos después de las cinco de la mañana y se había despojado de ese pedazo de tela

que era lo único que le cubría el cuerpo.

Tenía unas piernas largas y bonitas, con músculos apenas marcados pero lo

suficientemente tonificados para verse completamente apetecibles. Un par de nalgas del

tamaño perfecto para hacer que se me cortase la respiración. Un vientre y un abdomen no

completamente planos pero con algunos relieves creados por su femenina musculatura

159
subiendo hasta esos asombrosos senos que juro que estaban llamándome para que los

tocara y que se unían a sus extremidades largas y delicadas que finalizaban en la punta

de sus dedos. Sus hombros eran delgados pero fuertes y la línea de su columna se

marcaba de forma soberbia en la extensión de su espalda regalándome una perfecta

imagen de sus prominentes omóplatos cuando levantaba los brazos para sacudirse el

cabello que salpicaba refrescantes gotas de agua.

Tuve que morderme un dedo para evitar que se me escapara un gritito de emoción. Joder

su cuerpo era una maldita obra de arte. Su cabello, su cara, su todo. La cadencia y

fuerza de sus movimientos mientras se vestía.

La habitación de Lauren era realmente oscura, incluso de día la oscuridad erase

adueñaba de la habitación dificultando la visibilidad. A esas horas de la madrugada

habría sido prácticamente imposible detallar el cuerpo de Lauren de no ser porque dejó la

puerta entreabierta permitiendo que la luz del pasillo se colara por la abertura.

Imagino que no quiso despertarme al encender la luz de la habitación y por eso se había

vestido a media oscuridad. Lo que, obviamente, ella no sabía es que tengo el sueño muy

muy ligero, había estado dormitando desde que su alarma había sonado a tan indecentes

horas pero mantuve los ojos cerrados para tratar de aferrarme a mi sueño.

Cuando ella entró, después de su ducha, abrí los ojos para levantarme y gritarle que me

dejara dormir, pero antes de que pudiera hacerlo me encontré con la belleza de su

desnudez y preferí quedarme en silencio y disfrutar el espectáculo. Ya tendría otras

oportunidades para discutir con ella.

A partir de que se despidió de mí no pude volver a conciliar el sueño. ¿Con esa imagen

grabada con fuego en la mente quién podría hacerlo? Me levanté, me di una ducha -de

nuevo- con agua helada que apenas salía por la oxidada regadera del baño de Lauren y

me vestí con las pocas prendas que tenía en la valija que mi padre me arrojó cuando

prácticamente me corrió de la casa.

160
Iba a quejarme con mamá, sabía que si alguien podía hacer entrar en razón a papá

era ella. Seguramente cuando se enterase de lo que papá planeaba hacer se enojaría

muchísimo y pondría a Alejandro Cabello en su lugar, sin embargo Martha me dijo que

ella se había ido de viaje. Otro jodido viaje...

Me puse un vestido azul celeste con detalles de encaje, mangas largas y puños blancos,

así como también los tacones que había llevado puestos el día anterior. Me dolían los

pies pero no tenía otra cosa que ponerme.

Mientras cepillaba mi cabello escuché que llamaban a la puerta. Con una sola palabra di

mi aprobación y vi a un despeinado Christopher Jauregui asomarse por la puerta con la

pequeña bebé Taylor en brazos.

"Buenos días Camila." Me saludó.

"Buenos días Chris" respondí mirándome en el pequeño espejo que Lauren tenía.

"Voy a darle de desayunar a Tay y a preparar algo para mí. ¿Quieres algo de desayunar?"

Yo dudé en qué responderle. Tenía un poco de hambre pero no sabía qué podía pedir

para desayunar, después de todo probablemente ni siquiera tenían mucha comida.

"Lo que quieras está bien para mí." Dije finalmente.

"¿Bebes café?" Preguntó y yo asentí con la cabeza "Vale, te llamaré en un momento

¿Está bien?" Volví a asentir con la cabeza y él se marchó al tiempo que escuchaba

los balbuceos de Taylor.

Un rato después terminé de cepillarme el cabello y odie a Lauren por no tener una

secadora. Mi melena sería un jodido desastre seguramente. Agradecía sobre manera no

tener que ir a la universidad en este estado. Salí de la habitación y caminé por el pasillo

encontrándome con la puerta cerrada del cuarto donde Lauren no había permitido que me

quedara.

161
Tomé la perilla con mi mano, percatándome de que la puerta no estaba

bloqueada, entonces la abrí y entre.

Era un cuarto un par de metros cuadrados más grande que el de Lauren, no tenía muchas

cosas, solo una cama matrimonial, un tocador con cajones mucho más amplio, sobre el

cual había perfumes y cosas por el estilo. Había un closet de madera que abarcaba toda

una pared del lugar y un par de muebles que se encontraban a los lados de la cabecera

de la cama. La habitación estaba pintada de un amarillo claro que hacía que por ese

simple hecho estuviese mucho más iluminada que la alcoba de Lauren. Había una

fotografía junto al mueble que estaba de lado derecho de la cama, iba a acercarme a él

cuando escuché la voz de Chris detenerme.

"Yo no daría un paso más aquí dentro si fuera tu." Dijo en un tono de voz que no le había

escuchado antes. Era severo pero no podía detectar si estaba molesto o no. "Por favor

sal de aquí Camila." Continuó y yo hice caso no sin antes echar otro vistazo hacia la

fotografía del mueble de la cual no logré percibir más que siluetas.

Salí del cuarto y Chris me siguió, cerrando la puerta detrás de sí. Los balbuceos de Taylor

ya no se escuchaban.

"¿Y Taylor?" Pregunté mientras llegábamos al segmento principal de la casa el cual

consistía de la sala y el comedor que estaban prácticamente unidos.

"Está con la vecina, ella la cuida mientras nosotros vamos a la escuela." Me dijo y yo

miré a mí alrededor, eran las 7:30 am. "Espera aquí, voy por tu café."

Chris me dejó a solas y yo comencé a caminar en el pequeño espacio hasta detenerme

frente a una vitrina de madera con cristales dentro de la cual había un montón de figuritas

de porcelana y fotografías.

Pude distinguir a una bebé Lauren con distintos disfraces. Había uno donde estaba con

un trajecito de vaquita y otra, ya varios años mayor, donde vestía un disfraz de Jazmín,

la princesa de Disney. También había fotos de la adolescencia de Lauren, vestida con

162
uniformes deportivos como de soccer y softball, no tenía idea de que a ella le gustaran los

deportes.

Había fotos de ella con Chris, muy niños y también fotos de los que supuse que eran

sus padres.

Un hombre alto y regordete, de mejillas sonrosadas y barba de candado, junto a una

mujer de cabello castaño que apenas llegaba a sus hombros pero que sonreía feliz

mente mientras el hombre tenía a Lauren sobre sus hombros y ella tenía una prominente

barriga de embarazo.

Me quedé observando esa fotografía, en realidad se veían bastante felices. Traté de

hacer memoria pero no recordé tener alguna fotografía así con mis padres eso me hizo

sentir inesperadamente triste. Extendí mi mano hacia la fotografía pero no logré tocarla

debido al cristal que la mantenía protegida dentro de la vitrina.

"Aquí está tu café." Escuché decir a Chris detrás de mí, en el comedor. "Y.. bueno, no

teníamos muchas cosas en el refrigerador o en la alacena pero te preparé unos omeletes

con queso que espero que te gusten." Continuó dedicándome una sonrisa. Yo asentí, no

era muy fan de los huevos pero, sabía que si no comía ahora probablemente no lo haría

después y, confiaba en el sazón del pequeño Jauregui.

Me senté en una silla del comedor y él también lo hizo. Estuvimos en silencio un rato

hasta que él lo rompió.

"No está permitido entrar al cuarto donde te metiste. Era la habitación de mis padres."

Explicó con seriedad y una profunda tristeza en sus ojos cafés, luego sonrió

amargamente. "Tienes suerte de que haya sido yo quien te halló ahí dentro y no

Lauren. Créeme que no quieres verla enojada."

"¿Cómo murieron?" Pregunté. Me había dado cuenta de que realmente no sabía

prácticamente nada de Lauren, llevaba ya casi dos meses de conocerla y básicamente

salir con ella y no había tenido idea de que era huérfana hasta el día anterior. Tenía

163
curiosidad y parecía que Chris no tenía problema alguno en darme respuestas. El soltó

un suspiro.

"Hubo un atentado en la plaza donde ellos estaban celebrando su aniversario de bodas,

hace dos años. Explotaron todo el lugar con bombas y... murieron asfixiados entre los

escombros de la estructura del restaurante donde desayunaban." Me explico con

dificultad, yo tomaba sorbos de mi café. "Taylor tenía dos meses cuando eso pasó y

Lauren fue la única de nosotras tres que los vio esa mañana antes de que salieran de

casa... Fue muy duro para todos."

Chris me miró a los ojos y de alguna manera me hizo sentir lo mucho que aún le dolía

todo aquello. Sufrí por un instante al pensar que Lauren pudiese estar herida de esa

forma también.

"Lauren no pudo continuar con sus estudios ya que debía ponerse a trabajar para

mantenernos a Taylor y a mí..." Continuó contando "Mis padres tenían la casa hipotecada

y nosotros no lo sabíamos hasta que fallecieron. Por lo tanto Lauren tuvo que encargarse

de saldar la deuda para que al menos pudiéramos seguir teniendo un techo bajo el cual

dormir y comida para no pasar hambre... Por eso ella fue un poco grosera ayer con lo de

la comida."

Entonces eché un vistazo al omelete que estaba frente a mí y que continuaba soltando
vapor al estar recién hecho, tomé un trozo con el tenedor y lo comí rápidamente.

"Sé que no se llevan bien, pero Laur es una gran chica..." Siguió diciendo y yo asentí.

"Sé que lo es. Pero no le digas que lo acepté ¿Okay?" Le confesé, de alguna manera era

fácil charlar con él.

"También sé que tú no eres tan terrible e insufrible como ella dice."

"¿Eso dice?" Pregunté con una ceja arqueada, él rió bajito.

164
"Eso dicen sus palabras, sus ojos otra cosa completamente diferente." Dijo él y mi

corazón aleteó un poco, sentí ganas de golpearlo con un matamoscas. "Por cierto,

gracias por el teléfono. Ha sido un maravilloso regalo."

"De nada." Dije restándole importancia porque en realidad para mí no significaba nada.

Continuamos desayunando y charlando acerca de Lauren, de Taylor, de su escuela y la

universidad. Pronto ambos terminamos y Chris fue a ducharse y vestirse porque se le

había hecho tarde para sus clases. Me dijo que podía tomar lo que quisiera de su

refrigerador y la alacena y que podía hacer prácticamente lo que quisiese excepto entrar a

la habitación de sus padres, yo asentí con la cabeza y él se marchó dejándome

completamente sola en la casa de juguete de los Jauregui.

[...]

Me acosté en el sofá de la entrada y vi a mi alrededor, entre más veces observaba la

pequeña casa más se sentía como un hogar verdadero. Era extrañamente cálido y

cómodo a pesar de que los resortes salidos de los asientos del sofá se me clavaban en la

espalda. Nada que ver con la sala de suaves cojines aterciopelados que estaba en el

salón principal de mi mansión. La pequeña televisión que se hallaba a unos metros del

sofá tampoco tenía comparación con las grandes pantallas de plasma que se encontraban

suspendidas sobre las paredes de cada habitación de mi casa. El jardín ni se diga, no era

quizás ni una décima parte del mío pero igual podía imaginarme a la pequeña Taylor

correr feliz por el seco césped que lo cubría escuetamente. La decoración de sus muros

consistía en simples fotografías familiares y un reloj de pared, mientras que en mi

mansión en cada rincón podías encontrarte con piezas de arte como esculturas y pinturas

sin forma alguna que valían hasta cientos de millones de dólares.

Quizás pareciera que exagero pero podría asegurar que mi habitación y mi closet son casi

del tamaño de la casa entera de Lauren. Mis sábanas son de los materiales más finos, el

café que tomo en casa es de grano recién molido así como cada cosa que como es

165
seleccionada bajo estrictos regímenes de calidad para satisfacción de mi paladar. Los

pisos son de mármol que se pule a diario y cada habitación es iluminada por ostentosos

candelabros dorados cuya luz es regulable. Tengo anillos que probablemente valdrían

el triple de la hipoteca que, según Chris, su hermana se esforzó día y noche para poder

pagar, pero aún así...

Aún así, con todas esas diferencias, había algo que me hacía sentir que nada de lo
que yo tenía se podía comparar con lo que los hermanos Jauregui poseían.

Sentí un dolor en mi pecho que me hizo levantarme y quedarme sentada mientas me

estrujaba el corazón. Desde donde estaba pude ver la vitrina, la de las fotografías y las

figuritas de porcelana. Entonces me dirigí ahí y miré de nuevo, poniendo atención a

cada imagen, cada lugar donde fueron tomadas, de día, de noche, en el amanecer o el

ocaso, los rostros que estaban inmortalizados en aquellos cuadritos de papel fotográfico

tenían siempre las mismas sonrisas, brillantes, sinceras y transparentes. Algo que yo

jamás había experimentado.

Me abracé a mí misma al verlos, esperando sentir una pizca de la felicidad que ellos

mostraban en las fotos, me sentí más vacía de lo que ya estaba. Me vi a mi misma

reflejada en el cristal de la vitrina, toqué la tela ligeramente áspera de mi vestido de

encaje y por un momento tuve deseos de volver a usar la camisa de lana de Lauren. Era

tan suave y cálida... incluso tenía su aroma.

Di un último vistazo a las fotografías, una pequeña Lauren que sostenía en sus manos

un pequeño recipiente de helado mientas sus ojos se hacían tan pequeños que casi no

lograban distinguirse debido al tamaño de su sonrisa. Rebobiné en mi cabeza todas las

sonrisas que había visto en Lauren... Quizás no eran de las mismas dimensiones pero,

creo que podría estar casi segura de que eran igual de sinceras y reales que la de esa

pequeña niña.

166
¿Quizás la había juzgado mal? Quizás no era el dinero de mi padre lo único que le

importaba. Quizás... ¿Quizás ella realmente podría verme como más que una niña

malcriada y mimada?

Quizás.

Me quité los tacones, sosteniéndome de una silla del comedor y luego los tomé de las

tiras para empezar a caminar descalza en dirección a la habitación de Lauren. Cerré la

puerta, me quité el vestido y me puse su camisa de nuevo, esta vez colocándome también

el pantalón que me había dejado. Me miré en el espejo, no estaba maquillada y mi cabello

estaba algo esponjado y desordenado.

¿Le gustaría así a Lauren?

Solté un suspiro y me acosté en la diminuta y poco cómoda cama de Lauren. Me quedé


dormida pensando en ella.

[...]

Escuché el tintineo de unas llaves. Me froté los ojos con los puños, sintiendo la tela de la
camisa rozar mis mejillas.

Mierda.

Alguien había llegado a casa y yo estaba vestida con la ropa de Lauren.

Me levanté rápidamente y me desvestí para volver a colocarme el vestido y los

tacones, alisé un poco mi cabello y puse la ropa que me había quitado exactamente en

el sitio donde ella la había dejado.

Salí de la habitación. Caminé por el pasillo y vi a Chris, tenía a Taylor en brazos. Suspiré

de alivio. Sólo pensar que Lauren me viera con su ropa puesta como si fuera lo más

natural en mí me hacía sentir... avergonzada.

167
"Hola Mila" Me saludó él y Taylor balbuceó. Quise tomarlo como si también me estuviera

saludando.

"Hola Chris." Dije con simpleza y saludé a Taylor moviendo los dedos de mi mano
derecha. Ella se rió y abrió y cerró su manita en mi dirección.

"Creo que le agradas" Dijo Chris mientras tira al piso su mochila y se sienta dejando

a Taylor sentada en sus piernas.

"¿Eso crees?" Pregunté incrédula. Me senté a su lado.

"Estoy bastante seguro. ¿Por qué no la cargas?" Me ofreció y yo negué con la cabeza.

"Nunca he cargado un bebé." Él se rió levemente.

"Bueno, deberías empezar ahora. Seras obstetra ¿No? Vas a cargar muchos
bebés cuando termines tus estudios." Asentí ante su razonamiento.

Él tomó a Taylor con delicadeza por debajo de sus bracitos y me la acercó, Taylor abrió y

cerró sus palmas hacia mí. La sostuve y la coloqué en mi regazo, ella sonríe con sus

dientitos asomándose entre sus labios. Sus grandes ojos marrones me observan.

"Es bellísima." Admití y Chris asintió de acuerdo.

Comencé a jugar con Taylor haciendo caras que la hacían reír. En realidad es muy
fácil hacer a Tay reír. Es adorable.

"Ojalá Lauren estuviera aquí para ver esto." Dijo él y yo me congelé por un momento.

Luego volví mi atención hacia la bebé. Que balbuceaba una palabra parecida a agua.

"Ahora vuelvo, debe tener sed." Se excusó Chris y fue a la cocina por el pequeño vasito

de agua de Taylor. Le dio de beber con mucho cuidado pero aún así el agua se escapó

por la comisura de los labios de Taylor.

"¿Sabe decir más palabras?" Pregunté.

168
"Algunas... Sabe decir agua, popó, dice ta para referirse a las galletas, guagua para perro

y tiene una palabra que se aplica para cualquier cosa es tutú " Explicó divertido mientras

Tay me daba palmaditas en la cara "A veces nos llama mamá y papá a Laur y a mí." Dice

con una sonrisa nostálgica "Lauren lloró cuando la escuchó llamarla mamá por primera

vez. Le repitió una y mil veces que ella no es su mamá pero obviamente Taylor es muy

pequeña para comprender."

Solté un suspiro. Era extraño, las cosas que Chris me contaba me hacían sentir tristeza

tanto por él como por Lauren, pero también admiración. Nunca había sentido

admiración por nadie. Nunca.

"Oye Mila..." Me llamó Chris.

"¿Um?"

"¿Puedo hacerte una pregunta?"

"¿Además de esa?" Él asintió "Claro Chris, pregunta." Acepté.

"¿Te parece desagradable lo que te preparo de comer?" Yo fruncí el ceño al escucharlo.

"No..." Respondí confusa "En realidad creo que eres muy bueno en la cocina, haces que

las cosas simples sepan muy bien." Dije con sinceridad. "¿Por qué preguntas eso?"

"Ayer te escuché vomitar poco tiempo después de que terminamos la comida y hoy por la

mañana volví a escucharte hacerlo cuando me estaba vistiendo para ir a la escuela."

"¿Me espiabas?" Pregunté enfadada.

"¡No! No, no, no." Repitió el nervioso "Te juro que no te espiaba Camila fue casualidad. Si
no te gusta mi comida puedo.... No sé, tratar de preparar algo que te guste. No tienes

porque comer lo que hago sólo por lástima o compromiso." Se excusó. Yo negué con la
cabeza.

"No lo hago Chris, en serio cocinas bien."

169
"¿De verdad lo crees?"

"Sí."

"Quiero estudiar gastronomía..." Me dijo con una pequeña sonrisa en sus labios. "Quiero

algún día tener un restaurante, tal vez una cadena de ellos. El tipo de restaurantes donde

tú y tu familia cenarían. Ya sabes, de gran categoría y elegancia." Sonreí ante su

confesión.

"Bueno, si unos simples omeletes con queso te quedan tan bien... Probablemente puedas

hacer cualquier cosa, Chris." Él sonrió ante lo que dije y yo misma me sorprendí por mis

palabras. ¿Cuando en la vida había sido tan amable con alguien?

"¿Entonces por qué?" Preguntó él con un poco de tristeza en su voz.

"¿Por qué qué?" Cuestioné.

"¿Por qué vomitaste?" Me tensé de inmediato.

"Es... una costumbre. No tiene nada que ver con el sabor de tu comida Chris."

"Eso no es nada saludable. Sobre todo considerando tu anemia." Dijo con seriedad.

"¿Tú me vas a sermonear igual que tu hermana? Eres un niño comparado conmigo

Chris." Respondí enfadada.

"No tranquila, no te voy a dar un sermón ni nada de eso. Ya eres lo suficientemente

adulta para saber lo que haces. Aunque no creo que Lauren esté de acuerdo con esto."

"Chris, si le dices algo a tu hermana sobre lo que escuchaste te juro que hasta aquí llegó

la amistad que tenemos." Lo amenacé.

"¿Somos amigos?" Preguntó emocionado.

"Uh... Yo no dije eso."

170
"¡Si! ¡Lo dijiste Camila! ¡Yo lo escuché!" Continuó feliz y Taylor alzó sus manitas

alegremente.

"Bueno. Tal vez un poco..." Acepté a regañadientes "Sólo quédate callado. ¿Bien?"

"Soy una tumba Mila. Lo prometo."

"Genial."

Lauren's POV

Ir a la universidad sin Camila era extraño.

Era curioso cómo volteaba de vez en cuando hacia abajo para buscar la mano de

Camila entrelazada con la mía y cómo comenzaba a sentir el vacío en ella cuando no la

encontraba.

La gente se acercaba a preguntar por ella, les dije lo mismo que ella le había inventado

a Dinah, Normani y los chicos. El asunto del asalto la había dejado tan conmocionada

que había elevado su presión a niveles peligrosos por lo que su médico indicó que era

preferible que se tomara unos días para relajarse. En resumen, estaba enferma.

Nadie pareció ponerlo en duda así que estaba bien. Pero aún así ella me hacía falta.

Extrañaba el golpeteo de sus tacones contra el piso de los pasillos, la forma en la que se

acomodaba la falda antes de sentarse a la hora del almuerzo, procurando que su

imagen continuara intacta, pulcra y estilizada, para después colocar una pierna por

encima de su rodilla con la gracia de una verdadera princesa. Extrañaba verla sonreír

con suficiencia cada vez que alguien se quedaba observándola o la trataba con respeto

mientras se acomodaba las gafas de sol por encima de su cabeza. Y la forma en que

jugaba con las puntas de su cabello cuando estaba aburrida o fastidiada.

171
Era irónico que las mismas cosas que la hacían lucir como la diva inalcanzable del

campus y que la mayor parte del tiempo me hacían enfadar, eran las que me hacían

sentir tan atraída hacia ella.

Me gustaba su carácter, su inteligencia e incluso su soberbia. Me gustaba Camila y m


egustaba mucho.

Y ese hecho me hacía sentir tanto enojada como emocionada. Me moría de ganas
de volver a casa para verla y no sé, quizás pelear con ella.

O quizás no.

Imagino que no era para nada divertido para ella el tener que estar en mi casa. Todos los

lujos a los que está acostumbrada se redujeron a nada cuando su padre la envió conmigo.

Eso me hizo pensar en cosas que realmente no debería.

En un mundo hipotético donde Camila pudiese sentir algo por mí... Yo jamás podría darle

ninguna de las comodidades con las que ha vivido toda su vida. Jamás podría pagarle la

ropa que le gusta usar o llevarla a los restaurantes donde le gusta comer. Nunca tendría

la suficiente solvencia económica para llevarla de viaje, o comprarle las joyas finas que

de alguna manera logran enmarcar su belleza natural.

Yo nunca sería el partido idóneo para ella. Ese era un hecho.

Así que no tenía ningún sentido hacerse ilusiones.

Por otra parte, quizás algo entre ella y yo ni siquiera funcionaría. No realmente. Somos

totalmente diferentes, pertenecemos a mundos distintos y tenemos formas de pensar y

actuar completamente opuestas. Ella es un diamante, yo soy una roca. Ella es una

princesa y yo simplemente una chica trabajadora, que, además tenía grandes

responsabilidades para con sus hermanos. Ella tenía todos los lujos que pudiese

desear, yo era simple y sencillamente su chofer.

Todos queremos algo que no podemos tener.

172
Yo quería a Camila y nunca la podría tener. No de verdad. Nunca pasaría más entre ella

y yo que la mentira que estábamos sosteniendo por conveniencia de ambas. Podría creer

que quizás y sólo quizás, existiría un poco de atracción entre ambas... Tensión. Era casi

palpable, incluso sólo con el recuerdo de lo que había pasado en la fiesta del tal Dreavyn.

Me hacía daño recordarlo... Hacía que mi cuerpo vibrase de inmediato y que la


deseara profundamente.

Tal vez podría obtener eso de ella. Tal vez podría yo formar parte también de sus
deseos.

Creo que eso era lo máximo a lo que yo podría aspirar. Sólo besos, caricias... sexo,
probablemente, si es que tenía suerte. Nada más.

En fin.

Al parecer no discutiría con Camila hoy. Según los mensajes de Chris ella y él se estaban

llevando bastante bien al igual que con Taylor. Admito que saber eso me sorprendió pero

me alegré de que ella estuviera siendo, como mínimo, respetuosa con mis hermanos.

Entonces tal vez podría premiarla esta noche dejándola dormir a sus anchas en mi cama

mientras yo me quedaba en el sillón.

Todo dependía de cómo se dieran las cosas a mi regreso a casa.

La idea de Alejandro Cabello aún me parecía una locura. ¿Cómo podría enseñarle yo a

Camila algo que él no había podido en los veinte años de vida de su hija? Además, yo

había aprendido esas cosas de mis padres, tampoco es como si hubiese nacido con ello,

por lo tanto, dudo que al término de la semana Camila muestre algún cambio.

"Lauren" Rodé los ojos al escuchar esa voz.

"¿Qué quieres Sophie?" Le pregunté girando mi cuerpo hacia ella quien se acercaba a mí
de forma "seductora".

173
"Quería saber cómo te sientes con todo lo que pasó con tu adorada noviecita." Dijo

con burla. Yo la miré entre enfadada y confundida.

"¿A qué te refieres con eso?" Cuestioné. Ella sonrió.

"Pues ya sabes... Que está expulsada por introducir drogas al campus." Explicó

pasando sus dedos delicadamente sobre mi pecho para después morderse el labio

inferior mientras me miraba a los ojos.

"No tengo idea de lo que estás hablando." Mentí. "Camila no ha sido expulsada ni nada

por el estilo. Está mal de salud y por eso no ha venido hoy a clases." Expliqué con

seriedad y ella me miró confundida, deteniendo sus caricias.

"¿Cómo que no ha sido expulsada?" Gruñó "¿Y qué pasó con la marihuana que encontraron

en su casillero?" Me preguntó y algo hizo click en mi mente. Había sido ella.

"Te repito que no ha pasado nada de lo que dices con Camila" Dije esta vez endulzando

un poco el tono de mi voz. Tomé su mano con la mía y la presioné sobre mi pecho

provocando que su palma y sus dedos se extendieran sobre él. Ella sonrió complacida.

"De igual forma, Camila faltará a clases los próximos días." Informé.

"¿En serio?" Preguntó ella recuperando su anterior estado de ánimo. Estábamos a solas

en el taller de electrónica hacía unos veinte minutos que había terminado la clase pero

yo estaba reparando unas cosas en uno de mis proyectos. El profesor me había dado

permiso de utilizar las herramientas del taller ya que yo no contaba con ellas en casa.

Sophie colocó su otra mano en mi pecho del mismo modo que la primera.

"Sí." Confirmé dedicándole una sonrisa también.

"Bueno, entonces..." Continuó diciendo mientras se sentaba sobre mi mesa de

trabajo, que ya se encontraba limpia y me atraía más hacia ella tomándome

firmemente por la ropa "Tal vez podríamos... aprovechar el tiempo que ella esté

ausente." Sugirió.

174
"No creo que eso sea correcto, Sophie. Ya te dije que yo no quiero nada contigo." Le dije

aunque dándole a mi voz un tono poco firme. Dándole a entender que si seguía así podía

convencerme.

"Podemos tomar la ausencia de Camila como... un periodo de prueba." Sophie acercó su

rostro a mi cuello y dejó que su aliento caliente golpeara mi piel. Yo aferré mis manos al

borde de la mesa.

"¿Un periodo de prueba?" Repetí curiosa.

"Sí... ya sabes, así nos conocemos más." Se separó de mí apenas los centímetros

suficientes para poder mirarnos a los ojos. "Y... quizás descubres que puedo gustarte

mucho más que ella. Puedo mostrarte que hago mejores cosas que ella..."

Sophie volvió a inclinarse y besó mi cuello de forma húmeda, justo el punto donde mi

pulso podía sentirse. Lo admito, Sophie era una chica muy guapa y sexy, pero no me

interesaba de ninguna manera, sin embargo pretendí que sí.

Si la confrontaba de manera directa negaría que fue ella misma quien puso la hierba en

el casillero de Camila. En cambio si la hacía creer en mí, ella misma terminaría

confesando y yo podría obtener las pruebas suficientes.

Tomé su cintura entre mis manos y la amasé suavemente, ella prácticamente gimió y
envolvió sus brazos detrás de mi nuca para continuar besando la piel de mi cuello.

"Ella no tiene que enterarse..." Le susurré y ella asintió. "¿Entiendes Sophie? No quiero

problemas con Camila"

"Puedes quedarte con ella todo lo que quieras Lauren. A mí no me importa compartirte.

Sé que al final terminarás rendida por mí." Me dijo y tuve que contener la carcajada que

crecía en mi estómago.

Mi teléfono comenzó a sonar. Bendito el cielo.

175
Me separé de ella y le pedí que aguardara. Era Chris. Quería que llevara algunas cosas

para la comida de hoy.

"Tengo que irme" Le informé a Sophie quien frunció el ceño disgustada. Creo que ella

estaba más caliente de lo que pensé. ¿Realmente esperaba que folláramos ahí mismo?

"Eso ha sido muy pronto Lauren. Me has hecho esperar mucho por ti." Reprochó

dándome una pequeña mordida en mi descubierta clavícula. Yo la tomé por los hombros y

la separé de mí.

"Entonces no te costará mucho esperar un poco más ¿Verdad?" Le pregunté y le guiñé un


ojo al final de la frase. Ella sonrió.

"Seguro que no, Lauren."

"Bien, entonces me voy." Le dije finalmente, juro que quería salir corriendo "Nos

veremos luego." Tomé mi mochila y me dirigí a la salida.

"Voy a estar ansiosa" Me dijo en voz alta para que alcanzara a escucharla.

No lo dudo pensé y seguí caminando hasta desaparecer de su vista.

[...]

Entré a casa y lo primero que vi fue a Camila, enfundada en un vestido azul celeste, de

encaje, con puños y cuello de color blanco. Su cabello era un poco desastrozo pero aún

así se veía guapa. Quise decírselo pero me contuve porque me sorprendí a ver a Taylor

sentada en la mesa, jugando alegremente con ella.

"Laur, que bueno que llegaste" Lo escuché desde la cocina. Camila giró su rostro

hacia mí.

"Sí, aquí traigo lo que me encargaste" Dije levantando una bolsa de plástico con lo

que me había pedido. Él salió de la cocina tomó la bolsa y me dio un abrazo fuerte.

176
"Qué bueno que estés en casa Laur. Te amo" Me dijo y yo le di algunas palmadas en

la espalda.

"Yo también te amo Chris." Dije y levanté la mirada hacia Camila quien nos estaba

observando pero al hacer contacto visual conmigo apartó la mirada. Chris se separó

de mí.

"¿Ya viste lo bien que se llevan?" Me preguntó sonriendo, haciendo un movimiento con
su cabeza en dirección hacia Camila y Taylor.

"Es justo lo que estaba viendo" Dije y entonces la pequeña Tay me vio y alzó sus bracitos
hacia mí.

"¡Má!" Gritó y yo caminé hacia ella para tomarla en mis brazos.

"Hola TayTay" La saludé dándole un besito esquimal "¿Te portaste bien hoy?" Le

pregunté y recibí balbuceos como respuesta "¿Sí? Oye... ¿Y la señorita ego te trató

bien?" Taylor rió al escucharme y, aunque mi hermanita se ríe por cualquier cosa, igual

me causó gracia ver a Camila poner sus ojos en blanco por mi comentario. Ahí estaba la

chica que me encantaba.

Pasamos la tarde prácticamente igual que ayer. Excepto que hoy me hice cargo de

Taylor la mayor parte del tiempo porque Chris estuvo muy ocupado con sus trabajos del

instituto.

Eran las diez de la noche. Camila estaba en la sala viendo televisión y yo estaba con una

dormida Taylor en mis brazos. Me levanté de mi cama y caminé hacia la habitación de

Chris para ponerla en su cuna ya que la cama de Chris estaba ocupada por él y por un

montón de cuadernos, libros y papeles esparcidos por el colchón.

Organicé todo y lo coloqué sobre un mueble para después arrastrar a Chris por las

piernas y acomodarlo lo mejor posible sobre su cama. Lo cubrí con una manta y le dí un

177
beso en la frente para después hacer lo mismo con Taylor aunque en su caso, besé la

yema de mis dedos índice y medio para posteriormente acariciar su frentecita con ellos.

Me metí a mi cuarto a organizar mis cosas y dejar todo limpio para Camila cuando dejé

de escuchar el ruido de la tele y, justamente ella, entró a mi habitación.

"Hola" Murmuró.

"Hola Camz" Saludé. Ya se me había hecho una costumbre llamarla así.

"¿Tocas?" Preguntó, yo la mire confundida y ella apuntó con su dedo a un punto del

cuarto. Miré hacia dónde señalaba y vi mi vieja guitarra recargada en la pared. Asentí

en respuesta.

"Sí. Un poco"

"Yo toco piano" Me contó mientras se sentaba en la cama y se quitaba los tacones.
¿Cómo podía aguantar todo el día con esas cosas puestas?

"¿En serio?" Pregunté y ella asintió. Me senté a su lado.

"Mis papás me pagaban muchas clases de cosas por el estilo. Se tocar piano, violín y

violonchelo." Dijo ella, pero por primera vez desde la conozco parecía no estar

presumiendo.

"Impresionante." Dije con sinceridad.

"¿Podrías tocar algo para mí?" Me preguntó. Y yo sonreí divertida. "¿De qué te ríes?"

"No puedo creer que la gran Camila Cabello me esté pidiendo algo con amabilidad." Ella

sonrió. Sonrió de verdad y eso hizo mi corazón saltar alegremente en mi pecho.

"No abuses de tu suerte, Jauregui." Dijo ella fingiendo molestia y yo estiré mi brazo

para tomar la guitarra en mis manos.

178
"Yo no fui a clases en ningún lado" Le advertí "Sólo he aprendido de oído. Ni si quiera sé

cuáles son exactamente los acordes que toco así que probablemente no esté tocando

bien. ¿De acuerdo?"

"De acuerdo."

Deslicé mis dedos sobre las cuerdas bajo la atenta mirada de Camila para comprobar que

estuviera afinada. Claro que lo estaba, le había cantado una canción de cuna a Taylor

hacía a penas un rato. Pensé por un momento en lo que quería tocar y comencé a hacer

sonar el arpegio indicado. Cerré los ojos y canté.

Give me all your love now

Dame todo tu amor ahora

'Cause for all we know

Porque hasta donde sabemos

We might be dead by tomorrow.

Podríamos estar muertos mañana.

I can't go on wasting my time

No puedo malgastar mi tiempo

Adding scars to my heart

Añadiendo cicatrices a mi corazón

'Causa all I hear is 'I'm not ready now'

Por que todo lo que escucho es 'No estoy lista todavía'

And I can tell that you didn't had

Y puedo decir que tú no tuviste que

To face your mother losing her lover

Que ver a tu madre perdiendo a su amante

Without saying goodbye

Sin decir adiós

179
Without saying goodbye

Sin decir adiós

'Cause she didn't had time

Porque no tuvo tiempo.

I don't want to judge

No quiero juzgar

What's in your heart

Lo que hay en tu corazón

But if you're not ready for love

Pero si no estás lista para el amor

How can you be ready for life?

¿Cómo puedes estar lista para la vida?

How can you be ready for life?

¿Cómo puedes estar lista para la vida?

So let's love fully

Entonces amemos plenamente

Let's love loud

Amemos con fuerza

Let's love now

Amemos ahora

'Cause soon enough we'll die

Porque pronto moriremos...

'Cause soon enough we'll die

Porque pronto moriremos...

'Cause soon enough we'll die

Porque pronto moriremos.

180
Dejé de mover mis dedos y el sonido terminó. Mi corazón latía muy despacio, tan

despacio que parecía que pronto iba a detenerse. Abrí los ojos con lentitud y pude

distinguir a Camila, con sus manos cubriendo su boca y un par de lágrimas

deslizándose por sus mejillas.

"Estás llorando" Señalé después de apartar la guitarra y ponerla sobre mi cama. Ella

sonrió por una milésima de segundo.

"Tú también." Respondió y llevé mi mano hacia mi propia mejilla y efectivamente, estaba

húmeda. Solté un suspiro y dejé caer mi espalda sobre el colchón. Inesperadamente

Camila tardó poco para hacer lo mismo y acostarse a mi lado. Nos quedamos en

silencio por un momento. No tenía idea de lo que estaba sucediendo entre ella y yo en

ese instante, pero decidí no cuestionarlo y simplemente dejar que fluyera.

"Te recuerda a ellos ¿Verdad?" Preguntó Camila.

"¿A quién?" Respondí mirando al techo igual que ella.

"A tus padres." Volví a suspirar "Chris me contó un poco sobre ellos y lo que les pasó."

"Escuché esa canción por casualidad un día mientras buscaba trabajo." Comencé a

contarle porque ella tenía razón. Esa canción me los recordaba "Estaba a mitad de una

avenida y la música venía de un club cercano. Me quedé escuchándola ahí parada y

empecé a llorar."

Giré mi rostro hacia Camila y ella estaba mirándome también. Me tomó de la mano.

"Mi padre amó a mi madre hasta el día de su muerte y mi madre lo amó a él hasta el día

de la suya. Murieron juntos, estaban tomados de la mano cuando los encontraron." Seguí

con un nudo en la garganta y mi nariz congestionándose, probablemente ya estaba

enrojecida "Conozco el amor perfectamente porque lo vi toda mi vida reflejado en ellos."

"¿Te has enamorado así?" Me preguntó, yo negué con la cabeza.

181
"No, aunque espero hacerlo algún día, pero dudo tener tanta suerte" Le dije apenas

sonriendo, ella lo hizo también "Hay personas que nunca se enamoran, y otras que lo

hacen pero no son correspondidas. Hay quienes se enamoran de alguien con quien no

pueden estar, por distancia o porque las personas a su alrededor no lo permiten. Hay

parejas que logran hacer una vida juntos pero uno tiene que irse antes que el otro y el que

queda aquí no puede seguir continuando. Mis padres se amaron cada día desde que se

conocieron y dejaron este mundo juntos... Creo que hay muy pocas historias de amor

como la suya. Creo que las probabilidades de que yo pueda vivir una historia así son muy

limitadas porque ya tuve la fortuna de presenciar su cariño desde el día que nací."

Nuestras lágrimas ya se habían secado y nos mirábamos fijamente la una a la otra.

Había como una especie de acuerdo silencioso entre nosotras. Éramos sólo Lauren y

Camila. No había una jefa y una empleada. Ni una chica rica y una becada. Éramos sólo

dos personas conociéndose por primera vez de verdad.

"¿Puedes contarme sobre ellos?" Preguntó. Parecía una niña esperando que le cuenten

un cuento para dormir.

"¿Por qué estás interesada?"

"Porque nunca me han contado una historia de amor." Respondió ella con simpleza y yo

la miré incrédula.

"¿Tus padres no tienen una?" Le pregunté. Ella se encogió de hombros.

"No me la han contado, pero dudo que la tengan. Apenas y pasan tiempo juntos." Me
quedé en silencio un instante "¿Me cuentas?"

"Mi padre se llamaba Michael Jauregui, mi mamá se llamaba Clara Morgado." Camila sonrió

y presionó mi mano con la suya. "Él era peón en las construcciones. Ya sabes, un albañil. Mi

mamá era costurera... Ella misma confeccionó su vestido de novia ¿Sabes?" Camila elevó

sus cejas genuinamente sorprendida "Aunque tuvieron que venderlo para poder pagar mi

cuna un tiempo después. Era un vestido realmente hermoso..."

182
El tiempo dejó de ser una una magnitud física para convertirse en nada. Simplemente

dejó de existir. Dejamos de tener percepción de él mientras hablábamos sobre mis

padres. Nunca había hablado tanto sobre ellos, todo lo que tenía eran mis recuerdos y

pensaba que tendría que hablar sobre ellos hasta que Taylor fuera mayor y tuviera que

contarles sobre nuestros padres porque ella era tan pequeña cuando fallecieron que

seguramente no tendría una sola memoria sobre papá y mamá.

Sin embargo contarle a Camila su historia se sentía bien. Ella escuchaba atentamente

y sólo interrumpía cuando tenía una duda lo cual daba a inicio a un nuevo relato sobre

ellos.

"Así que fue él quien te enseñó a conducir." Dijo ella y yo asentí.

"Sí, a veces estaba muy cansado como para hacer ciertas cosas como acompañar a mi

mamá al super o cosas así y por eso me enseñó. Además dijo que era bueno por

cualquier emergencia que pudiera surgir, como por ejemplo... si algo le pasaba a él. Sin

embargo tuvimos que vender su camioneta el año pasado. Necesitaba dinero para

pagar la hipoteca de la casa y ni con mis tres trabajos lograba juntarlo así que..." Me

encogí de hombros porque supuse que era suficiente explicación.

En algún punto de la historia mi mano había llegado a su cintura y la suya acariciaba


mi mejilla. Era perfecto.

"¿Por qué quieres ser obstetra?" Le pregunté de repente. El silencio se había prolongado

y me di cuenta de que me había pasado todo el tiempo contándole sobre mi y mi familia

pero yo no sabía nada sobre ella. Ella pareció haber sido tomada por sorpresa pero luego

me contestó.

"Martha me contó que mi mamá estuvo embarazada una vez antes de mí." Empezó a

decirme "Era una niña e iba a llamarse Sofía, pero... el embarazo de mamá se complicó

en algún momento y ella no pudo sobrevivir. Creo que... me gustaría ayudar a los niños a

183
llegar al mundo. Quizás si ella hubiese nacido mi vida sería diferente y yo no me

sentiría tan sola."

Me sorprendió escuchar eso. Pude ver la tristeza en sus ojos, su corazón quebrado y me

dolió en el alma. Tal vez la había juzgado mal, tal vez ella había pasado por cosas igual

de dolorosas y difíciles que yo. Quizás Camila era mucho más que una niña llena de lujos

y comodidades.

"No estás sola Camz... Tienes amigos, tienes a tu padre y a tu madre que, aunque no lo

demuestren estoy segura de que deben amarte mucho." Ella me miraba a los ojos y

sonreía amargamente como si no pudiera creer lo que decía. "También tienes a Martha y

a James que más que empleados son parte de tu familia, llevan toda tu vida sirviéndote y

pendientes de ti..."

"Ellos sólo están ahí porque mis padres les pagan" Dijo ella con dolor en su voz,
incluso un poco de rencor.

"Nadie se queda donde no tiene una razón para estar, Camila. Incluso por todo el oro del

mundo." Ella se quedó en silencio procesando lo que acababa de decirle. "También me

tienes a mí."

"¿A ti?"

"Si."

Tal vez cuando Camila volviera a su mansión regresaría a ser la misma chica de

siempre, pero igual no me arrepentiría de haberle dicho eso. Realmente quería estar para

ella. Ella se quedó callada, parecía conmocionada por lo que le acababa de decir. Vi el

reloj, eran las dos de la mañana.

"Mira la hora, es muy tarde." Hice el intento de levantarme de la cama pero ella me

detuvo.

"¿A dónde vas?"

184
"Voy a ir a dormir al sillón. Intuyo que estuviste incómoda anoche, no quiero fastidiar tu

estadía en este hotel de cinco estrellas." Ella se rió bajito.

"Quédate Lauren..."

"¿Quieres que duerma contigo?" Camila asintió.

"Hueles rico."

"Huelo a shampoo barato que te seca el apellido" Bromeo y ella me da un golpecito.

"Eres una tonta" Me dijo y yo sonreí grande. Es el primer insulto que disfruto escuchar de

su boca hacia mí.

Ella se veía feliz y estando feliz era como mil veces más hermosa.

"¿Camila?"

"¿Um?"

"¿Puedo besarte?"

"Sí."

Entonces lo hice. La besé atrayendo su cuerpo al mío lo más posible, en un contacto

suave y dulce que parecía más caricias con los labios que un beso en si. Tomaba su labio

inferior entre los míos y lo jalaba con lentitud y cuidado hacia mí. Ella acariciaba mi mejilla

y mi nuca al mismo tiempo que entreabría la boca para permitirme profundizar nuestro

enlace.

Mi respiración comenzó a agitarse al igual que la suya, estaba emocionada y mis suspiros

se lo hacían saber. Era el primer beso real que nos dábamos, no había nadie mirándonos

y aún así seguíamos haciéndolo. No era fingido.

Ella me mordió con gentileza y gemí de dolor y placer al mismo tiempo, sentí como se
estremeció por el sonido y luego dejó besos cortos y dulces sobre mi labio lastimado nos

185
separamos y nos miramos a los ojos otra vez. Entrelacé nuestras manos y las llevé a mi
rostro para besar sus dedos.

"¿Te quedas?" Me preguntó. Yo sonreí.

"Sí."

Capítulo 12

Lauren's POV

Fue maravilloso.

No pasó nada más pero igual fue lindo dormir junto a ella porque así lo queríamos las dos.

No sabía si las cosas seguirían igual que la noche anterior pero deseaba con todo mi

corazón que así fuera.

Dentro de mí se estaba librando una batalla entre la parte que se estaba volviendo

completamente loca por Camila y la que no quería ilusionarse demasiado con ella. Había

algo en mí que me decía que no debía olvidar mi lugar en su vida. Era algo doloroso, pero

igual entendía que mi mente me lo recordaba para evitar futuros sufrimientos porque,

siendo honestas y realistas las probabilidades no estaban a mi favor.

Sin embargo, decidí mantener en calma esa batalla interna y posponerla para un

momento en que me encontrara un poco menos eufórica. Yo estaba completamente

feliz. Creo que me dolían las mejillas de tanto sonreír y si eso había logrado una simple

conversación con Camila acompañada de un par de horas de sueño con ella a mi lado.

No podía imaginarme lo feliz que sería si ella pudiera alguna vez sentir algo por mí.

Habían pasado dos días más después de eso, seguíamos durmiendo juntas y

compartiendo algunos recuerdos y experiencias. Nos estábamos conociendo y, para ser

sincera, Camila estaba logrando hacerme delirar por ella mucho más que antes. Ella

era una chica hermosa.

186
Su relación con mis hermanos era una bendita joya, verla platicar con Chris o jugar con

Taylor en sus brazos me hacía sentir completa de una forma que muy difícilmente podría

explicar y el hecho de que hiciera esas cosas mientras usaba mi ropa me había

calentado el alma hasta que una sensación de cosquillas se apoderaba de mis mejillas y

provocaba que mi estómago se revolviera.

Estaba enamorándome de Camila.

De verdad.

Tan era cierto que me había negado completamente a probar los labios de cualquier

otra chica. Había rechazado una y otra vez a Sophie Miller cuando ella luchaba

incansablemente por conseguir un beso mío.

Las cosas con ella iban bien yo no tenía que hacer demasiado físicamente para que ella

prácticamente se derritiera frente a mí. No la besaba nunca y lo único que hacía cuando

se encontraba cerca era sostenerla por la cintura o abrazarla, nada más que eso. Aunque

claro, acompañándolo con un par de palabras que la hicieran confiar en mí. Sophie

cumplía perfectamente con el estereotipo de chica rubia estúpida.

Las veces que nos encontrábamos en la universidad yo misma me aseguraba de que

nadie estuviese mirando, compartíamos un rato juntas, hablando y ocasionalmente ella

terminaba subiéndose a un escritorio y abriendo sus piernas para que me colocara entre

ellas, o bien montándose a horcajadas sobre mi regazo mientras nos ocultábamos tras

los vidrios polarizados de su camioneta.

En esos dos días, había conseguido que confesara que ella había sembrado la marihuana

en el casillero de Camila y no sólo eso, sino que también tenía guardada algo de hierba

en el suyo. A ella si le creería ser lo suficientemente imbécil para hacer algo así. Yo no

podía estar más contenta porque, sí, a pesar de que había caído muy bajo al

aprovecharme de las bajas pasiones de una chica, a fin de cuentas iba a poder limpiar la

reputación -y el expediente académico- de Camz.

187
Hablando con ella me había dado cuenta de que en realidad era una excelente

estudiante y era más que injusto que las autoridades de la universidad la acusaran y la

castigaran por algo de lo que ella no era culpable en absoluto. Incluso después de que

todo se aclarase con las pruebas que acababa de conseguir, esperaba que ellos le

ofrecieran una disculpa.

Había intentado hablar con ella sobre ello al día siguiente de que dormimos juntas,

cuando volví de la universidad. Pero ella estaba tan contenta con la vida mientras jugaba

con Taylor que prácticamente me hizo callar con un beso cuando mencioné el nombre de

Sophie. Chris había salido a la tienda así que él no nos había visto mientras que Tay...

Bueno, sabíamos que Taylor podría guardar el secreto sin ningún problema. Después de
eso me pidió que porfavor no hablara de esa zorra. Y yo acepté.

Cuando Camz volviera a clases le daría la sorpresa. El lunes a primera hora iría con el

director y le expondría la situación de Camila esperando que tomaran las medidas

correctas con relación a Sophie. Cada vez me asqueaba más tener contacto con ella.

Por ahora estaba tranquila.

Bueno, casi tranquila.

Era jueves por la noche, Chris había salido por la tarde a casa de un compañero del

instituto porque tenían que trabajar en un proyecto y Camila estaba ayudándome a

cuidar a Taylor, sin embargo mi hermanita no estaba bien.

Durante la tarde había tenido algo de fiebre y a pesar de que Camila había logrado

contrarrestarla utilizando toallitas humedecidas en agua fría ahora Taylor había

comenzado a tener vómito.

"Lauren, tenemos que llevarla a hospital." Me dijo Camila con seriedad mientras una

expresión de preocupación era reflejada en su ceño fruncido y en la forma en que

tenía sus propias manos entrelazadas.

188
"¿Crees que esto sea muy grave?" Le pregunté sintiendo que mi corazón se ponía a latir

como loco del temor de que algo le sucediera a mi bebita.

"No, no, no." Dijo con suavidad para después regalarme una caricia en la mejilla.

Últimamente éramos más cariñosas la una con la otra y antes de dormir compartíamos

largas sesiones de besos sobre mi cama, aunque ninguna de las dos habíamos abordado

el tema del por qué actuábamos de esa manera, supongo que ni ella ni yo queríamos

agobiarnos sobre ello. "No creo que sea más que una infección en el estómago, pero aún

así es importante que la vea un médico Lauren, porque sea lo que sea debe tratarse y yo

no estoy calificada aún para recetarle ningún medicamento."

Yo asentí con la cabeza y mientras Camila cuidaba con suma delicadeza de mi pequeña y

débil hermanita me encargué de buscar su documentación y un poco de ropa en una

pañalera para llevarla al hospital.

Eran aproximadamente las diez cuando salimos de casa. Camila cargaba a Tay quien

estaba abrazada a ella con su cabecita recargada en el hombro de Camz mientras se

quedaba dormida. Yo por mi parte cargaba con las cosas y tomaba a Camila por la cintura

porque sabía que a pesar de ya haber pasado varios días ahí, aún le preocupaba la

inseguridad del lugar donde vivía y sinceramente no me sorprendía.

Anduvimos a pie hasta llegar a la avenida principal donde sería más fácil conseguir un taxi

que nos llevara al hospital más cercano, el cual estaba a una hora, aproximadamente. Mi

casa en realidad estaba muy alejada del centro por lo que todos los establecimientos

básicos estaban a ubicados a grandes distancias de ellos.

Por suerte había tomado una buena cantidad de dinero del jarrón en casa. Era dinero que

estaba destinado para los servicios básicos de la casa, el agua, la luz, el gas... Pero esta

era una emergencia y además una prioridad.

189
Taylor se mantuvo dormida en el camino, Camila la tomaba entre sus brazos con sumo

cuidado y cariño, pasando la yema de sus dedos sobre su frentecita con lentitud mientras

velaba su sueño. Yo las observaba a ambas. Esperaba que todo saliera bien.

Cuando finalmente llegamos al hospital, entramos directamente al área de urgencias. La

fiebre de Taylor había aumentado y Camila no había podido hacer nada para bajarla

porque, bueno, estábamos en un taxi.

La sala de espera del área de urgencias estaba repleta de personas. Era un hospital

público porque yo no cuento con la solvencia económica para pagar un hospital

privado. Por lo tanto, teníamos que buscar un lugar entre todos los pacientes y esperar

a que algún médico pudiera atendernos.

Había una única silla desocupada y se la dí a Camz para que se sentara ya que ella
continuaba cargando a Tay.

"¿Qué estamos esperando?" Me preguntó Camila con el ceño fruncido una vez que
volví después de entregarle los documentos de Taylor a la encargada del área.

"Bueno... ¿Ves todas esas personas?" Le pregunté en voz baja, haciendo que diera

un vistazo al rededor. Había personas de todas las edades, algunas cuyas enfermedades

no se veían a simple vista, y había otras que tenían grandes heridas, o que estaban

ensangrentadas. Bueno, nada demasiado exagerado. Había niños llorando y algunos

adultos que soltaban quejidos de dolor. Todos estaban ahí por razones de importancia,

así como razones o circunstancias imprevistas y todos teníamos que esperar a que fuera

nuestro turno de ser atendidos, mientras no fuera un caso de vida o muerte. Camila

asintió a mi pregunta pero me miraba todavía confusa "Pues, ellos llegaron antes que

nosotros así que, tenemos que esperar a que sean atendidos paara que llegue nuestro

turno."

Su mandíbula casi se cae el piso.

190
"¡¿Qué?!" Me gritó en voz baja "¿Estás hablando en serio Lauren? Tay necesita ser

atendida ahora. ¿Por qué no hay ningún doctor aquí que se haga cargo de ella? Ahora

mismo la gente de este hospital me va a escuchar, no es posible que sean tan

incompetentes para tener a toda esta gente esperando."

Camila iba a levantarse del asiento pero yo la tomé por los hombros y le impedí hacerlo.

"Camila, imagino que estas acostumbrada a ser tratada en los mejores hospitales, como

en todo. Pero para la gente con una situación económica como la mía no les queda más

opción que acercarse a instituciones públicas y créeme, el trato es muy diferente al de un

hospital privado. Aquí tienes que esperar, la única forma de que te atiendan rápido es si

se te está cayendo un brazo o si tienes el cráneo abierto o si estás a punto de dar a luz."

Expliqué "Ellos no pueden negar la atención a alguien que está a punto de morir o si está

en riesgo la vida de un ser que recién va a nacer..."

"Pero eso es una estupidez Lauren ¡Mira cuántos niños hay aquí! Mira a Taylor por Dios...

Es por simple humanidad el brindarles la atención médica a todas estas personas.

Para eso es que somos médicos para ayudarlos. Es nuestra ética profesional"

"A la gente se le olvidan esas cosas cuando no tienes el dinero para pagar su servicios."

Dije con simpleza encogiéndome de hombros. Las cosas eran así, siempre habían sido

así y siempre lo serían.

Esperamos tres horas.

Eran las dos de la mañana cuando finalmente pudieron atender a Tay. Camila estaba

furiosa pero se había mantenido callada a pesar de todo, ya que le advertí que no había

nada que hacer. El médico parecía cansado pero igual revisó a Taylor quien lloró al sentir

el frío estetoscopio en su pancita. Mi hermanita había vomitado dos veces más durante el

tiempo de espera y Camila se las había ingeniado para combatir su fiebre comprando

una lata de soda en una máquina expendedora y utilizando un pañuelo para enfriarlo con

la lata y pasárselo a mi hermana por su pequeña cara.

191
El médico llegó a la misma conclusión que Camila. Taylor tenía una infección en el

estómago probablemente por haber comido algo en mal estado o por meterse algo sucio

en la boca. No se podía saber exactamente, con los niños las cosas eran realmente

impredecibles.

Le recetó algunos sueros para evitar que tuviera una severa deshidratación y unas

inyecciones. Él le aplicó una en ese momento, agradecí ver que lo hizo cuidadosamente a

pesar de que a Taylor le había dolido mucho. Se me estrujó el corazón al saber que mi

hermanita estaba sufriendo. Camila me dijo que ella me ayudaría a ponerle las dos

restantes.

A las tres de la mañana finalmente estábamos consiguiendo un taxi que nos llevara de

vuelta a casa. Había tenido que gastar en los medicamentos y el taxista me había

cobrado el doble de lo que cobrarían normalmente por lo que me había gastado más de

la mitad del dinero que tenía en el jarrón. Sin embargo Taylor parecía estar mejor y eso lo

valía todo.

Al llegar a casa le pedí a Camila que le enviara un mensaje a Chris para avisarle que ya

estábamos en casa pero parece que ella no tenía batería en su teléfono, lo cual tenía

sentido porque hacía mucho tiempo que no la veía pasarse la vida metida entre sus

aplicaciones. Ahora se entretenía más jugando con mi hermanita o platicando con Chris y

conmigo. Por lo tanto tuve que ser yo quien le enviara el mensaje a mi hermano quien me

respondió muy aliviado al saber que Taylor ya estaba tomando un tratamiento para

mejorar.

Camila y yo nos acostamos en la habitación de Chris ya que su cama era

considerablemente más grande que la mía, además de que ahí se encontraba la mayoría

de las cosas de Taylor. Estuvimos observando a Taylor dormir plácidamente durante un

rato, velando su sueño, hasta que el cansancio finalmente pudo conmigo y me quedé

profundamente dormida.

192
Camila's POV

Lauren se quedó dormida un rato después de que volvimos del hospital. No


me sorprendía.

Ella era una chica con una vida difícil.

Había pasado a penas unos días en su casa, compartiendo su espacio, su hogar, su

familia. Aprendiendo de ellos. Lauren tenía un ritmo de vida complicado, se levantaba muy

temprano para poder conseguir el autobús que la acercara al centro de la ciudad y así

poder llegar a la universidad o bien, a mi casa en un día común. Estudiaba, hacía trabajos

y tareas, se hacía cargo de sus dos hermanos y además trabajaba para mantener su casa

y cubrir los gastos de ella y sus hermanos.

Hoy había sido un día muy largo para ella por lo que ni por un momento se me pasó por la

cabeza despertarla. Necesitaba dormir, faltaban pocas horas para las cinco de la mañana,

así que si se le ocurría levantarse de la cama con la intención de ir a la universidad la

convencería de no hacerlo. Ella realmente necesitaba un descanso, no sólo por el día que

había pasado recientemente, sino por todo su esfuerzo durante los últimos años.

La miré detenidamente. Sus facciones relajadas y su cabello cayendo desordenadamente

sobre su espalda mientras sus brazos caían naturalmente uno a lado de su cuerpo y el

otro rodeando de forma protectora el cuerpo de su hermana menor. Me permití por

primera vez acariciar su rostro con cuidado y cariño. Me costaba aceptarlo pero sabía

dentro de mí que Lauren se había convertido poco a poco en una parte importante de mi

presente. Quizás la más importante.

Era realmente la única persona que me había hecho sonreír por verdadera felicidad,

irónicamente mis sonrisas con ella no eran producto de la falsedad como si lo eran las que

tenía con todos los demás. No necesitaba conservar un personaje con ella porque en esos

días me había dado cuenta de que ella empezaba a verme por quien era en realidad

193
y simultáneamente me ayudaba a descubrir que quizás había mucho más en mí de lo

que yo misma creía.

Me acerqué y le di un beso en la frente y uno muy corto y suave sobre los labios. Después

me acomodé sobre mi costado en la cama y me permití dormir no sin antes dejar mi mano

sobre la suya justo sobre la pancita de Taylor cuyo sube y baja de su respiración me

arrulló ayudándome a descansar durante el resto de la noche.

[...]

El día siguiente fue viernes.

Lauren se despertó a la hora de siempre, las cinco de la mañana, pero después de

platicar un momento la convencí de quedarse en casa, no precisamente por la salud de

Taylor porque ella y yo sabíamos perfectamente que podía hacerme cargo de ella sin

ningún problema, así como de aplicarle la segunda dosis de su medicamento para

combatir su infección, sino porque realmente ella había descansado muy poco y no era

conveniente que fuera así de fatigada a clases.

Pasamos la mañana juntas, cuidando de Tay, jugando con ella. Desayunamos, vimos

la tele, y por la tarde regresó Chris y se unió a nosotras, comimos, hablamos, jugamos

de nuevo. Por primera vez me sentí parte de algo real y me di cuenta de que quizás, el

dinero no era tan importante para ser alguien como yo pensaba.

Fue un día perfecto. Fue un día perfecto porque estuve en la compañía perfecta.

Quizás lo único que no me gustó del día es que el teléfono de Lauren estuvo sonando una

y otra y otra vez durante la mayor parte de la mañana, pero le pedí que lo apagara y ella

obedeció. Lo mantuvo así hasta el sábado.

El sábado fue bastante similar al viernes, excepto que Chris estuvo en casa desde el

principio del día. El sábado fue maravilloso.

194
Para la noche del viernes Taylor había recuperado su salud casi en su totalidad y por ello

fue capaz de volver a dormir con su hermano mayor, dejándonos a Lauren y a mí la

posibilidad de regresar a dormir juntas a su habitación. Le había tomado el gusto a esa

pequeña cama donde apenas cabíamos las dos, pero eso nos permitía mantenernos

abrazadas durante la noche y a mi me encantaba sentir los brazos de Lauren rodeando mi

cintura mientras yo recargaba mi cabeza en sus cómodos pechos escuchando el sonido

de su pausada respiración al tiempo que mis manos sostenían su camiseta en la parte de

su espalda y nuestras piernas se acariciaban como si fuera lo más natural del mundo.

El sábado desperté con Lauren repartiendo dulces besos sobre mis mejillas. Cuando abrí

los ojos los suyos me miraban directamente. Recordé por un instante el día en que la

conocí y la manera en que había visto esos mismos ojos frente a mí, de un vibrante color

verde esmeralda que parecía hacer brillar todo a su alrededor. Su sonrisa no ayudaba a

que mi estado de aparente estupidez pasara más rápido. Lauren era tan hermosa que me

aturdía.

Su sonrisa se hizo más grande todavía al ver mi tardía y adormilada reacción y luego sus

labios llegaron a los míos. Me besó con lentitud, todavía podía sentir su sonrisa contra mi

piel y me di cuenta de como fue desapareciendo mientras nuestro beso se hacía más

intenso y necesitado.

Lauren fue inclinándose sobre mí y yo se lo permití colocándome completamente sobre mi

espalda. Mis manos fueron hacia sus mejillas mientras los chasquidos de nuestros labios

comenzaban a elevar su volumen. Sentí como sus rodillas hundían el colchón marcando

el paso de su avance sobre la cama hasta llegar a colocarse con una pierna entre las

mías. Su brazo izquierdo sostenía su peso mientras que su mano izquierda sostenía mi

cintura con fuerza y cariño.

Sus besos tenían un sabor dulce y adictivo y entre más avanzaba más la deseaba tenerla

para mí. Lauren era maravillosa y me complacía el saber que ella solamente se había

involucrado conmigo desde su llegada a la universidad. Sentía como si fuera mía y el

195
poseerla me daba la sensación de ser la dueña del mundo entero. Incluso ahí, en esa

pequeña cama que rechinaba con el más mínimo movimiento, en esa habitación oscura y

con pintura desgastada. Entre esas sábanas de algodón barato me sentía como una diosa

que tenía a otra completamente para ella.

Lauren se separó de mí cuando la necesidad de respirar se hizo presente entre nosotras,

mis labios dolieron por la ausencia de los suyos, tuve el impulso de llevar mis manos a su

nuca para volver a besarla pero logré contenerlo. La deseaba con una intensidad que casi

hacía que me reventaran las venas. Sus labios estaban hinchados y rojos y se veían

incluso más apetecibles que antes. Si no fuera por que sus hermanos estaban ahí,

probablemente habríamos terminando follando. Sabía que eso era lo que ella quería y era

evidente que yo también. Mi piel ardía y por la forma en que ella se estremeció cuando

mis manos tocaron su abdomen pude confirmar mis sospechas. Las dos estábamos

completamente encendidas, pero no era el momento ni el lugar.

"Buenos días..." Me saludó cuando su respiración se estabilizó lo suficiente para que

fuera su voz lo que saliera de su garganta y no un jadeo.

"Buenos días Lolo" Respondí y ella sonrió apartándose de mí y ayudándome a hacer


lo mismo.

No había cuestionado en ningún momento lo que sea que fuera lo que Lauren y yo

teníamos porque era más fácil de esa manera. Quizás era estúpido pero en realidad

estaba muy asustada de lo que estaba comenzando a sentir por ella. A su lado, en esa

pequeña casa me sentía más feliz de lo que había sido toda mi vida y eso me aterraba

como la mierda porque significaba que todo lo que conocía y consideraba como valioso

era una completa mentira y si las cosas eran así y yo perdía a Lauren... Entonces jamás

podría volver a ser feliz de nuevo. Porque todo se convertiría en nada y Lauren de ser

nada se transformaría en todo.

No podía arriesgarme. No estaba preparada para hacerlo.

196
Lauren depositó un beso corto en mis labios otra vez para después salir de la habitación.

Desayunamos los cuatro juntos y me reí mientras Chris lanzaba bolitas de cereal tratando

de que cayeran dentro de la taza de café de Lauren al tiempo que yo le daba de comer a

Taylor quién tenía su boquita manchada de salsa de tomate. Mi pecho se sentía

extrañamente cálido y cómodo. Sentía que podía vivir una y otra vez momentos como ese

y nunca aburrirme. Nunca dejar de apreciarlos.

Después jugamos todos juntos en el seco jardín de la casa de los Jauregui y en la tarde,

cuando todos estuvimos duchados después de habernos ensuciado con la tierra del patio

nos sentamos en la sala a ver una película.

Según lo que Chris me contó, era una tradición de la familia Jauregui ver películas los

fines de semana y debido a que yo era su invitada me permitieron ser yo quien la

escogiera la película entre un montón de dvd's que tenían dentro de una caja de cartón.

Vimos "Aladdín" porque quería molestar a Lauren con lo de su disfraz de la princesa

Jazmín.

En resumen, ese fue mi sábado.

Ese fue mi último día en casa de la familia Jauregui.

El domingo por la mañana, después de desayunar otro delicioso desayuno preparado por

Christopher y jugar con TayTay por última vez, guardé mis pocas pertenencias en mi

valija y me despedí de los dos miembros más pequeños de la familia con dos fuertes

abrazos. Fuera como fuera y pasara lo que pasara ellos dos se habían ganado a pulso un

lugar en mi corazón. Eran mucho más que los hermanos de mi chofer, eran amigos.

Amigos verdaderos. Por lo que les prometí que me mantendría en contacto con ellos

aunque Taylor todavía era muy pequeña para poder entenderlo.

Lauren me tomó de la mano, me dio un beso en la mejilla y me sonrió antes de salir de

casa. Creo que puedo asegurar que ambas estábamos asustadas de lo que podría

suceder a partir de ese punto en adelante.

197
Tomamos un autobús por petición mía, ya que no quería que Lauren gastara en un taxi

para llevarme a mi casa, ya había hecho demasiados gastos manteniendo a una persona

más en su familia cuando no era su responsabilidad, aunque fuese sólo por unos días. Si

tomábamos el autobús, aunque tardáramos más y tuviéramos que caminar un par de

cuadras para llegar a la mansión era mucho más barato.

Era extraño volver a la mansión con la ropa de Lauren puesta. Estaba usando una

camiseta completamente blanca con un pequeño agujero en la parte de abajo debido al

constante uso y encima de esta tenía una chaqueta de mezclilla muy suave que me

quedaba mucho más grande de lo que debería, incluso a Lauren le sobraba un poco de

las mangas cuando se la ponía. Unos jeans poco ajustados estaban envueltos en mis

piernas y en los pies llevaba puestos mis tacones blancos porque, bueno, no tenía nada

más que usar.

James nos abrió la puerta con una sonrisa y Lauren y yo atravesamos el jardín hasta

llegar a la entrada principal de mi residencia. Caminamos por el recibidor y anduvimos por

el piso de mármol recién pulido hasta llegar al despacho de mi padre.

Lauren tocó la puerta y mi padre sonrió al vernos. Se levantó de su asiento, se acercó a

nosotras y me dio un beso para después darle un abrazo a Lauren.

"Me alegra verlas chicas" Dijo y Lauren asintió con su cabeza. Yo me sentía rara.

"Aquí está Camila, señor." Respondió Lauren con su tono serio, me envolvió una

sensación de inseguridad al notar su trato formal de siempre. ¿Ahí terminaba todo?

"¿Algo que reportar?" Preguntó mi padre. Lauren negó con la cabeza.

"Todo en orden. Mañana estaré aquí a la hora de siempre para llevarla a sus clases."

"Perfecto Lauren. Muchas gracias."

"De nada, señor." Dijo ella y dio la media vuelta para marcharse.

198
Sin embargo antes de irse tomó mi mano por un instante y me sonrió. Yo le sonreí de

vuelta y me sentí tranquila. Deseando que el tiempo pasara rápido para verla la mañana

siguiente.

Quizás no debería haber estado tan ansiosa.

Capítulo 13

Camila's POV

Estaba sentada en la silla frente al escritorio de mi padre. Ambos nos habíamos quedado

a solas después de que Lauren saliera de su despacho. Él insistía en que quería hablar

conmigo acerca de lo que había sucedido en mi estadía con los hermanos Jauregui.

"Primero que todo" Comenzó a decir "Quiero que sepas que lamento mucho la forma en

que se dieron las cosas el día en que le pedí a Lauren que te llevara con ella. Quiero que

entiendas que te amo y que nunca he querido hacerte daño o tratarte mal, Camila. Sólo

quiero que rectifiques tu camino y seas una mujer de bien."

"No soy una delincuente, papá." Le respondí con tranquilidad. No quería volver a

discutir con él, al menos no tan pronto. "Sé que piensas que soy una drogadicta pero

estás equivocado."

"Admito que estoy preocupado por ti" Dijo él con aflicción reflejada en su voz "Pero no
puedes culparme por eso. Eres mi hija y me importa mucho lo que te pase."

"Papá... Tengo veinte años. ¿No crees que es un poco tarde para que te preocupes por

mí?" Le pregunté con un poco de resentimiento. Él jamás había estado cerca de mí.

Nunca.

"Nunca es tarde para hacer las cosas de la manera correcta, Camila. Y si puedo

hacer algo para ayudar a enderezar tu vida lo haré."

199
Yo rodé los ojos. Era difícil tener este tipo de conversación con él porque prácticamente

no las habíamos tenido nunca antes. No sabía si podía confiar en si su preocupación era

real o no por lo que era más fácil para mí evitar el tema y sus preguntas

"¿Podemos dejar de hablar de esto? Evidentemente no crees en mí y si es de esa manera

no tiene caso que sigamos discutiendo lo mismo." Respondí finalmente con un tono de

voz calmado.

"Bien" aceptó él para después soltar un suspiro y comenzar a jugar con un bolígrafo entre

sus dedos "¿Cómo te fue con Lauren y sus hermanos?" Me preguntó y yo sonreí por

inercia.

"Fue..." Comencé a decir, tratando de encontrar la palabra adecuada para describirlo

"contradictorio." Él frunció el ceño al escucharme, dedicándome una mirada de completa

confusión. "Al principio odié lo que hiciste, papá. Te juro que sentía que era lo peor que

podías haberme hecho. Pero con el tiempo aprendí a disfrutar de ello. Las cosas que

menos deseaba se convirtieron en mis favoritas. Fue como... zambullirme repentinamente

en un océano de realidad que se encontraba por debajo de toda la superficialidad que

conocía en la vida. Pero al mismo tiempo, era también como vivir un sueño, con todas las

cosas que no sabía que siempre había deseado."

Ni si quiera yo misma sabía de dónde había venido mi discurso. Pero mientras dije todas

esas palabras, los momentos vividos con Lauren, Chris y Taylor se reproducían una y

otra vez en mi cabeza, haciendo que mi corazón se removiera alegremente dentro de mi

pecho. Papá mordió el bolígrafo por un momento y luego me sonrió.

"Vaya, me alegra mucho escuchar eso, Camila. Significa que al final si te ha servido
de algo pasar unos días con ellos." Señaló él y yo asentí.

"No me alegra aceptarlo, pero es verdad."

"¿No deberías darme las gracias?" Dijo él arqueando una ceja y yo negué con la cabeza.

200
"Todo lo que he aprendido es gracias a Lauren, Taylor y Chris. Tú no hiciste nada papá.

Me dejaste en manos de una chica que apenas conoces y eso no es nada para

aplaudir." Papá rodó los ojos. "Sin embargo, hay un par de cosas en las que necesito

que me ayudes y... Te agradeceré mucho si lo haces."

"Te escucho." Dijo él, acompañando su frase con un movimiento de su mano

derecha indicándome que podía hablar.

"Quiero que convenzas a Lauren y sus hermanos de que se vengan a vivir aquí, a la

mansión." Dije con firmeza, mirando a mi padre a los ojos. Él bolígrafo se le cayó debido a

la impresión. Cuando lo levantó del piso junto a su compostura por fin pudo formular una

pregunta.

"¿Por qué?" Tenía una completa lista de razones para ello.

"Lauren duerme muy poco papá. Su casa está alejada de la ciudad y tiene que madrugar

para poder venir aquí por mí y llevarme a la universidad. Lo mismo pasa con Chris quien

dispone de poco tiempo para sí mismo porque tiene que distribuir su poco tiempo en la

mañana entre él y Taylor ya que Lauren sale de casa tan temprano que no puede ni

siquiera darle los buenos días a sus hermanos. Chris prepara el desayuno, le da de comer

a su hermanita y luego la lleva a casa de su vecina para que se haga cargo de la bebé

mientras él y Lauren están en la escuela." Relaté bajo la atenta mirada de mi padre. "Y

ese es otro punto. Su vecina ya es una mujer mayor, no puede hacerse cargo de una

bebé. Incluso Taylor se enfermó, tuvo una infección en el estómago y tuvimos que llevarla

de emergencia a un hospital y ¿Sabes lo que pasó? Nos tuvieron esperando tres horas

para poder atendernos y Lauren pagó una barbaridad de dinero por los taxis que tuvimos

que abordar para ir y venir del hospital y los medicamentos." Papá se acariciaba la barbilla

mientras continuaba escuchándome "Lauren y Chris llegan a casa, comen y se ponen a

hacer sus trabajos escolares mientras cuidan de la bebé y muchas veces terminan

desvelándose para poder terminar, todo para que al día siguiente se repita lo mismo."

201
"¿Y cómo exactamente puedo ayudarlos?" Preguntó él cuando terminé.

"Si vivieran aquí Lauren y Chris podrían descansar más y gastarían mucho menos porque

todo está más cerca. No tendrían que gastar en comida porque aquí tenemos por

montones e incluso se desperdicia. ¡No sabes las maravillas que Christopher podría hacer

con todo lo que tenemos en la cocina! Además, Martha podría hacerse cargo de Taylor

sin ningún problema y eso les daría a Lauren y a Taylor más tiempo para cumplir con sus

obligaciones escolares sin descuidar a su hermana."

Papá me miraba con una expresión de seriedad en su rostro mientras yo lo veía a él

esperanzada. De verdad esperaba que él aceptara lo que proponía y que me ayudara a

convencer a Lauren de quedarse. Sabía que con lo orgullosa que ella era probablemente

se negaría rotundamente. Mi padre sonrió.

"Creo que eso es lo más generoso que te he escuchado decir en toda tu vida." Declaró él
y yo bufé.

"¿Me vas a ayudar o no?" Le pregunté ansiosa, estaba acabando con mi paciencia.

"Será difícil convencer a Lauren." Dijo él y yo sonreí.

"Sé que puedes hacerlo papá." Él se encogió de hombros "Por cierto, hay algo más que
quiero pedirte.... ¿Sabes de autos antiguos?"

[...]

"Señorita Camila, Lauren ya está esperándola en su coche." Me informó Martha y yo sonreí

para ella quien se retiró de inmediato permitiendo que terminara con mi maquillaje.

Me miré apenas por un momento en el espejo y.... La verdad es que me sentía bien. Me

sentía bonita. Pero de verdad. Me sentía valiosa y querida y eso era por Lauren. Aunque
estuviera asustada de ello.

202
Tomé mi bolso donde guardaba las cosas que ocupaba para mis clases y también mi

celular el cual se había mantenido apagado durante la mitad de mis días con Lauren.

Había descubierto que a veces era lindo disfrutar de lo que pasaba a mí al rededor y que

ocasionalmente eran cosas tan buenas que hasta te hacían olvidar lo que sucedían en la

vida virtual que muchos sosteníamos en la actualidad.

Salí casi corriendo, sosteniéndome del barandal en las escaleras para no caerme y

cuando estaba a punto de llagar a la puerta que daba al jardín me encontré a mi padre.

Salté hacia él y le di un abrazo y un beso en la mejilla. Él me miró sorprendido pero antes

de que pudiera decir una palabra le grité "¡¡¡No olvides lo que me prometiste ayer!!!" y

terminé mi camino en dirección hacia el patio.

Lauren estaba ahí, recargada contra el cofre de mi porsche. Se veía tan hermosa, incluso

más que siempre. Pero no era por su ropa, ni por su maquillaje. Era por la forma en que

sonreía para mí y el modo en que sus ojos me miraban. Era como si yo fuera lo único que

existía en el mundo para ella y dentro de mí, yo sabía que la estaba mirando de la misma

manera.

Cuando llegué hasta donde estaba, me extendió su mano para tomar la mío y cuando lo

hice me dio un beso en el dorso. Un beso tibio y delicado. Luego presionó ligeramente y

me dio otro beso, esta vez en la mejilla para después guiarme hasta la puerta del

copiloto y abrirla para mí como de costumbre.

Puede que mi experiencia en casa de los Jauregui se hubiese terminado pero al parecer

las demostraciones de afecto entre Lauren y yo no cesarían, y eso me gustaba. Además,

si tenía suerte y mi padre hacía las cosas bien, pronto podría tener a Lauren para mí

todo el día, otra vez.

Lauren subió al asiento de conductor y encendió el motor. Yo prendí la radio. Ambas nos
pusimos nuestros lentes de sol y emprendimos el camino hacia el campus.

203
Escuchamos a The 1975 todo el camino. Lauren me había dicho que esa banda le

gustaba y la noche anterior yo me había dado el tiempo de comprar su discografía

y cargarla en mi iPhone para poder escucharlos. Eran geniales.

Parecía ser un día perfecto.

Me tomé el atrevimiento de colocar mi mano por encima de la de Lauren que se

encontraba sobre la palanca de velocidades del auto, ella volteó hacia mí por un instante

y me sonrió.

"Te extrañé" Me dijo y yo sentí mi cuerpo vibrar ante su confesión. Unos segundos después

llegamos a un semáforo en rojo, lo cual me dio la oportunidad de tomar su mano entre las

mías y llevarla a mi boca para depositar un beso ahí, como ella siempre hacía.

"Yo también te extrañé." Le dije porque era cierto.

Lauren aprovechó los segundos restantes de la luz roja para besarme en los labios de

forma lenta y húmeda. Era una necesidad de ambas. Podía sentirlo y eso me

emocionaba. Escuchamos los claxons detrás de nosotras y esa fue la señal para

separarnos. Lauren rió bajito y puso el auto en marcha para complacer a los conductores

enfadados que al pasar a lado de nosotras gritaban insultos que a ella y a mí se nos

resbalaron. Incluso nos causaron gracia.

Y mientras cantábamos Sex a todo pulmón en las calles de la ciudad, finalmente

llegamos a la universidad. Lauren estacionó el auto en mi lugar de siempre, se bajó y

rodeó el coche hasta llegar a lado de mi puerta, ella estaba a punto de abrirla pero yo

sostuve su mano antes de que lo lograra.

Lauren me miró confusa y yo me puse de pie sobre el asiento del porsche para después

extender mis brazos hacia ella que sonrió grande al entender lo que quería. Entonces me

rodeó por la cintura con sus brazos así como yo envolví los míos detrás de su nuca y fue

así como nuestros labios se unieron una vez más al tiempo que Lauren me cargaba para

sacarme del auto por en cima de la puerta, haciéndome girar un poco antes de dejarme

204
con lentitud sobre el piso. Volví a sentir su sonrisa contra mi boca, y joder, juro que amaba

esa sensación.

Nos separamos y nos miramos a los ojos por un instante. Luego entrelazamos nuestras

manos y comenzamos a caminar por el campus como de costumbre.

La gente nos miraba como siempre, pero a veces alcanzaba a escuchar risas de chicos

que nos veían y cuando mis ojos se encontraban con los suyos, ellos apartaban la mirada

y se iban por otra dirección.

"¿Qué les pasa?" Me preguntó Lauren quien también se había percatado de lo


que sucedía.

"No lo sé, ni me importa." Respondí encogiéndome de hombros. Ella sonrió.

"Lo noto, señorita La única opinión que importa es la mía" Me respondió en tono burlón y

yo le di un golpe suave en el brazo.

"Así es como son las cosas Jauregui." Le dije siguiendo su juego "Ya deberías

estar acostumbrada."

"Puede que tarde un poco en hacerlo." Contestó ella para después morderse el

labio mientras me miraba.

"Puedes tomar todo el tiempo que necesites. Igual vas a ser mía siempre." Respondí sin

pensar y a pesar de que no podía ver sus ojos debido a las gafas, pude darme cuenta de

la sorpresa que sintió al escucharme en la forma en que sus gruesas y hermosas cejas se

elevaron. Yo misma me estremecí al reparar en lo que acababa de decir, pero fingí que no

era nada importante al seguir con nuestro camino.

Llegamos al punto donde teníamos que separarnos cada quién para ir a su

respectiva facultad. No lo hicimos sin antes irnos de nuevo y prometer que nos

veríamos para compartir el almuerzo con los chicos. Luego de eso me fui.

205
Mis labios estaban más rojos de lo normal y yo no podía dejar de pasar mi lengua

sobre ellos porque cuando lo hacía podía sentir el sabor que Lauren había dejado en

mi boca. Era delicioso y embriagante. Adictivo.

Mientras andaba hacia mi edificio no podía dejar de sentir que la gente me observaba,

pero estas miradas no eran como las de siempre. Había algo raro en ellas. Algo que

me hacía sentir incómoda y acosada. Decidí no darle mayor importancia y simplemente

acelerar el paso, pronto comenzaría mi primera clase y no quería darle motivos a los

profesores para que comenzaran a desconfiar de mí por lo que había pasado con mi

casillero. Seguramente el estúpido coordinador se había encargado de informarles a

todos los docentes lo que había pasado y ellos estarían vigilandome.

¿Quizás era eso lo que hacían los otros alumnos? Quizás se habían enterado de lo que

había sucedido en realidad y por eso me veían de esa forma. Quizás todos pensaban

que realmente era una drogadicta.

No, eso no podía ser.

Lauren dijo que todos creían que había sido un robo así que... No tenía sentido.

Sacudí mi cabeza para deshacerme de esos pensamientos y me tomé asiento en mi aula.

Tenía clases de anatomía. Las miradas continuaron.

Decidí que era momento para distraer mi atención de ellos utilizando mi teléfono por lo

que lo saqué de mi bolso y presioné el botón para encenderlo. Entonces levanté mi vista

por un instante y pude ver a Dinah Jane entrar por la puerta quien rápidamente se acercó

a mí y me dio un abrazo.

Tuve que dejar mi teléfono sobre el escritorio para poder abrazarla de vuelta. Dinah

nunca, nunca, me abrazaba de esa forma tan repentina... Bueno sí, si lo hacía, pero

generalmente lo hacía con una sonrisa en su rostro y en esta ocasión lo único que pude

ver antes de que se abalanzara sobre mí fue una mezcla entre preocupación, tristeza

y... ¿Lástima?

206
"Dios, Mila... Lo siento mucho." La escuché decir mientras me abrazaba. ¿De qué mierda

estaba hablando? La empujé ligeramente para apartarla de mí y poder verla a los ojos.

"¿De qué hablas Dinah?" Le pregunté y ella negó con la cabeza para después poner su

mano sobre mi hombro.

"Lauren. Es una maldita imbécil. No puedo creer lo que te hizo, te juro que la voy a
destrozar con mis propias manos cuando la vea." Me dijo y pude sentir ira en su voz.

"Dinah... No tengo la más remota idea de lo que estés hablando pero te pido por favor

que no hables así de Lauren." Le exigí con el ceño fruncido. ¿Quien se creía para

insultarla?

"¿Cómo? ¿Todavía no lo sabes Camila?" Siguió hablando sin sentido "Traté de

localizarte el fin de semana para decirte lo que sucedía pero nunca apareciste." Me

comentó y yo rodé los ojos.

"Estuve desconectada estos días, justo estaba encendiendo mi teléfono cuando llegaste."

Le explicó. Ella se pasó las manos por el cabello un poco exasperada.

"Pues… sostente bien de tu asiento porque lo que viene no sé como vayas a tomarlo,

Mila."

Yo estaba molesta. Venía a hablar un montón de mierda sin pies ni cabeza y no me

explicaba una mierda de lo que sucedía, pero vi su mirada fija en mi teléfono así que lo

desbloqueé y empecé a revisar mis redes sociales.

En todas había lo mismo.

Algo que había desgarrado mi corazón de una forma insoportablemente dolorosa.

Una fotografía de Sophie Miller casi montada sobre Lauren mientras ella le besaba el
cuello y Lauren la tomaba por la cintura.

207
Me ardían los ojos. Juro que estaba por romperme completamente pero no lo iba

a permitir. No con Dinah mirándome.

"Lo lamento mucho Camila..." Repitió la rubia "En cuanto vea a Lauren voy a romperle la

cara." Yo empecé a reír para disimular el dolor pero no estaba segura de si sonaba

convincente. No estaba segura de nada en ese momento. Sentí que iba a desmayarme en

cualquier instante.

"Esto... esto..." Empecé a balbucear "Esto no significa nada... Todo tiene una explicación"

Dije, y no sabía si era para convencer a Dinah o para convencerme a mí. Todo parecía

evidente. Lauren se había metido con la chica que más odiaba. Sophie Miller volvía a

arrebatarme lo que yo quería, pero en esta ocasión dolía mucho más. Era algo que

sentía que me estaba matando, no se comparaba en lo más mínimo a lo que había

pasado con Austin en el pasado.

Sophie me había arrebatado la felicidad esta vez. Una felicidad que apenas estaba
empezando a experimentar.

"Camila..." Empezó a decir Dinah pero yo negué con la cabeza enérgicamente. Las

lágrimas amenazaban con salir. Tenía que escapar, tenía que correr antes de que me

viera llorar.

"Esto no es importante Dinah, te lo aseguro. Lauren me había contado sobre esto." Mentí

"Lauren y yo tenemos una relación perfecta. Sophie jamás podría contra eso... Esta

fotografía es una mierda. Te lo aseguro."

Comencé a ponerme de pie pero Dinah me tomó del brazo. Y lo jalé para zafarme y

cuando lo logré salí corriendo. No podía más. Sentía que cualquier dolor sería más

soportable que el que estaba sintiendo en ese instante.

En el pasillo choqué contra mi profesor de anatomía y aunque me gritó que me detuviera

lo ignoré y seguí corriendo. Bajé por las escaleras y continué así hasta el jardín, respiré

profundamente. Necesitaba calmarme un poco porque sentía que no podía respirar y que

208
las piernas me temblaban. Todo estaba dando vueltas a mí alrededor y no podía

controlarme. Mi corazón latía rápidamente y sentía pinchazos en el pecho cada vez que

lo hacía.

Entonces, entre todo ese caos que había en mi cabeza y en mi alma, pude ver a Lauren.

Parada a unos metros de mí. Y cuando nuestros ojos hicieron contacto y la vi correr hacia

mí decidí que no le perdonaría esto. No volvería a confiar en ella. No podía. No dejaría

que me hiriera de esta forma otra vez.

"Camz..." Empezó a decir en un hilo de voz pero antes de que pudiera continuar la tomé
firmemente del brazo y la obligué a seguirme.

Entramos a un baño que afortunadamente estaba vacío. Me había limpiado las lágrimas

en el camino y había recuperado la compostura. Lauren tenía que arreglar toda esta

mierda. Las cosas no se podían quedar así.

Le puse el seguro a la puerta y giré mi rostro de forma violenta para volver a ver a
Lauren a los ojos.

"Camz... Puedo explicarlo" Volvió a decir ella y yo le respondí con una bofetada.

"¡Por supuesto que tienes que explicarlo Lauren! ¡¿Cómo mierda se te ocurrió meterte con
ella?!" Le grité tratando de que mi voz expulsara todo el dolor que estaba sintiendo.

"Camila te juro que no es lo que piensas..." Dijo ella tratando de acercarse a mí y

tomarme las manos pero yo las aparté de inmediato. No quería que me tocara. No sabía

si iba a poder resistir si lo hacía.

"¡¡Es lo que piensa todo el mundo Lauren!! ¡Me has convertido en la burla de todo el

campus! ¿Te das cuenta de la mierda que has hecho explotar Lauren? ¡Eres una maldita

imbécil! No sabes cuanto te odio..." Dije remarcando cada palabra en la última frase.

Quería hacerla sufrir. Hacer que su corazón se hiciera pedazos tanto como el mío.

209
"¿Eso es lo único que te importa?" Me preguntó y pude ver sus ojos llenos de furia y

lágrimas "¿Sólo te interesa lo que la gente piensa de ti?"

"¿Qué más va a importarme Lauren?" Pregunté con ironía "¿Tú?" Me reí "No eres

más que una muerta de hambre que me sirve como pantalla ante los demás. No eres

nada para mí..."

"¿No lo soy?" Me preguntó ella apretando la mandíbula y tomándome con fuerza por las
muñecas obligándome a colocarme contra el lavamanos.

"No. No eres nada. Nunca serás nada para mí Lauren." Respondí y ella me besó. Pero no

lo hizo con dulzura como antes, lo hizo con ira, con rabia y sufrimiento. Ambas estábamos

llorando.

"Estás mintiendo." Me dijo una vez que se separó de mí "Y te vas a arrepentir de las

cosas que acabas de decir, Camila Cabello."

"Juro que si no haces algo para arreglar tus estupideces la que va a arrepentirse serás tú,

Jauregui. Voy a acabar contigo..." Le respondí mirándola a los ojos de forma amenazante.

Jamás le permitiría verme derrotada ante ella. Aunque mi corazón lo estuviera.

"No se preocupe su alteza su reputación será restaurada esta misma tarde. Yo

me encargaré de ello." Me dijo.

Y luego de eso se fue. Azotó la puerta del baño y despareció. Cuando se fue me sentí

vacía y me dejé caer al piso para hacerme un ovillo y llorar, llorar tanto como podía ahora

que estaba sola. Ahora que no había nadie para ver mi dolor ni para curarlo.

210
Lauren's POV

Todo era una mierda.

Era increíble como de la noche a la mañana todo podía cambiar tan radicalmente.

Ayer estaba casi segura de que Camila podía llegar a enamorarse de mí.

Hoy acababa de decirme que me odiaba.

Camila me odiaba.

Y yo me odiaba a mí misma por haberlo jodido todo.

Pero también la odiaba a ella.

La odiaba porque había vuelto a ser ese pedazo de piedra duro y frío. Ese diamante que

podía matarme clavándose con fuerza en mi corazón. Destruyendo todo por completo. Yo

la amaba y a ella eso no le interesaba.

Sólo le importaba su reputación.

Tal vez si yo le hubiera contado toda la verdad a Camila nada de esto hubiera sucedido.

Tal vez si de haberle explicado lo que pasaba realmente entre Sophie y yo hace un

momento, ella habría podido entender y saber que lo había hecho por ella.

Pero no dije nada.

Camila me odiaba.

En cuanto Ally me contó lo que estaba en boca de todos corrí a buscar a Camila y la

encontré casi arrodillada en un jardín del campus. Se veía dolida y me sentí

terriblemente culpable. Lo que menos deseaba era hacerle llorar. Yo adoraba hacerla

feliz. Sabía que podía coseguirlo, ella era feliz conmigo, pero yo lo arruiné todo.

Ahora no teníamos nada.

211
Me dolía sentir que todo lo que habíamos vivido a semana anterior se había ido a la

mierda por un malentendido. Pero más me dolía sentir que quizás... Quizás Camila nunca

sintió nada realmente, quizás ella sólo fingía.

Quizás todo seguía siendo una mentira entre nosotras.

Como sea que fuera... Ahora tenía que solucionar lo de la foto y volver a dejar intacta

la imagen de Camila y sabía perfectamente como lo haría.

[...]

Di un par de golpes al micrófono que se encontraba en mi mano derecha y el sonido se

hizo presente a través de todos los altavoces del campus. Escuché los murmuros de la

gente y pude ver a Camila sentada en su asiento habitual en el comedor de la cafetería.

Ella estaba impaciente desde hace unos minutos porque yo aún no aparecía y claro, me
necesitaba para continuar con su farsa... Jodida mierda.

Tomé un respiro muy profundo, tratando de controlar la avalancha de sentimientos y

sensaciones que estaban golpeando todo mi ser en ese momento y luego comencé

a hablar.

"Muy buenas tardes tengan todas las personas que estén escuchándome en este

momento" empecé, todo el mundo empezó a mirar en diferentes direcciones buscando a

la persona que hablaba. Pude ver que Camila reconoció mi voz "Alumnos, profesores...

Espero que estén disfrutando de su almuerzo y sinceramente lamento interrumpirlos pero

tengo algo importante que decir.

>> Mi nombre es Lauren Jauregui. Hace unos días, mi novia, Camila Cabello fue

suspendida debido a una situación en la cual se le inculpó de una falta que ella nunca

cometió. La acusaron de meter drogas en el campus..." Seguí diciendo y las reacciones

resonaron en todo el comedor, pude ver a Camila tensarse en su asiento. "Estas

acusaciones son falsas. Tan falsas como lo que hay en la fotografía que ha estado

212
rondando este fin de semana en la que se me ve a mí y a Sophie Miller en una situación

comprometedora." Hice una pausa para recuperar el aliento y la tranquilidad "No es que

no sea yo quien está en esa foto, porque sí, lo soy. Pero en ningún momento he

engañado a Camila...

>> No me enorgullece decirlo, pero me aproveché de la atracción enferma que Sophie

siente por mí para sacarle la verdad y es que, fue ella quien sembró las drogas en el

casillero de Camila. Y lo hizo por venganza porque yo jamás la aceptaría. Yo jamás me

fijaría en ella teniendo a Camz conmigo. Sophie no pudo soportar la idea de que

Camila Cabello es mejor que ella y enloqueció. Quiso acabar con la carrera de Camila

pero su plan falló y únicamente la suspendieron. Cuando yo la descubrí supe que tenía

que obtener la pruebas para demostrar que ella es quien lo planeó todo. Y lo hice.

>> Camila, sé que me estás escuchando. He hablado con el director de la universidad y

¿Que crees? Sophie ha sido expulsada y ellos están preparando una disculpa para ti. Sé

que no querías que todos se enteraran de lo que había sucedido y de la trampa que le

tendí a Sophie, pero ahora que corren todos estos rumores sobre mí engañándote..."

suspiré sonoramente "entenderás que no puedo permitir que enreden y manchen algo tan
hermoso como nuestra relación con sus suposiciones.

>> Yo nunca engañé a Camila. Nunca le di a Sophie ni siquiera un beso, porque todo de

mi le pertenece a una sola persona, Camila Cabello. Y ninguno de ustedes tiene la más

mínima idea de lo que ella significa para mí. Ninguno de ustedes podrá entender jamás lo

que es despertar con ella, verla reír mientras ve mis antiguas fotos, o escucharla cantar

canciones en su auto. Nunca nadie va a experimentar como yo, lo hermoso que es verla

usar mi ropa o jugar con mis hermanos. Nunca nadie va a conocer la parte más increíble

y maravillosa de esa chica que todos los días admiran únicamente por su belleza y su

dinero. Ustedes jamás serán capaces de ver las razones por las cuales yo estoy tan

profundamente enamorada de ella.

213
>> Te amo, Camila. Te amo con cada minúscula parte de mí y me rebajaría a hacer lo

que hice una y mil veces si con ello puedo evitar que sigan cometiendo injusticias

contigo. No quiero que nadie te haga daño nunca... Y es por eso que estoy aquí,

confesando ante todo el campus todas esas cosas que tú ya sabes. Porque sé que sabes

que he estado perdida por ti desde el primer momento. Te amo, Camz. Y haré cualquier

cosa para que seas feliz."

Todo el mundo se quedó en silencio y entonces salí de mi escondite. Me abrí paso entre

todas las miradas y caminé hacia Camila quien se levantó de su asiento y corrió hacia

mí. Estaba en medio del comedor cuando ella llegó y saltó sobre mí, envolviendo sus

piernas en mi cintura y acunando mi rostro entre sus manos. Ella estaba llorando y el

sabor salado de sus lágrimas fue consumido por mi lengua cuando ella me besó. Ahí

frente a todos.

Todo el silencio se convirtió en aplausos e incluso logré escuchar a personas que gritaban
algo como "¡Camren es real!"

Camila me besaba con fuerza pero de forma agradable y llena de sentimiento. Quise
llorar pero no me permití hacerlo. No me permitiría sentir nada por ella otra vez.

Ella se separó de mí y me miró a los ojos mientras yo aún la estaba sosteniendo.

Ojalá ese momento fuera real.

Ojalá no hubiera sido parte de una maldita farsa.

"Ahora su reputación está intacta de nuevo, Señorita Cabello... Ya no tiene nada de qué

preocuparse." Le dije de la forma más fría que pude y mi corazón se rompió cuando vi su

sonrisa desaparecer.

214
Capítulo 14

Camila's POV

La incertidumbre de no poder diferenciar entre lo que es verdad y lo que es mentira me


provocaba un profundo sentimiento de angustia que me hacía sentir asfixiada.

Un día creía que lo tenía todo y al siguiente Lauren aparecía para mostrarme que estaba

equivocada, que lo que ella podía ofrecerme era mil veces mejor. Pero al siguiente

después de ese, resultaba que nada era verdad. ¿Entonces en qué debía creer?

¿Qué besos fueron reales y cuáles no?

¿Qué palabras eran mentira y cuáles verdad?

Estaba sentada en el frío azulejo del baño de mi habitación. Completamente desnuda,

abrazando mis rodillas cerca de mi pecho. Mi boca tenía el desagradable sabor y aroma

del vómito pero me sentía demasiado débil como para levantarme. No había dejado de

llorar desde que crucé la puerta de mi cuarto.

La fría mirada que Lauren me dedicó estaba clavada en mi mente y me dejaba indefensa,

vulnerable. Era una mirada parecida a la de Austin pero me hería terriblemente peor.

Había descubierto que a él nunca lo había querido realmente, sólo estaba con él por

interés, igual que él conmigo y le había permitido hacerme sentir como la peor mierda

porque me sentía tan poco valiosa que los lujos y la popularidad compensaban la falta de

cariño.

Pero con Lauren era difrente. Lauren me había engañado. Me había hecho sentir valiosa

y realmente amada con su discurso frente a todos y cuando corrí a sus brazos y le

entregué mi alma en un beso ella me dedicó esa mirada y me hizo pedazos con una

sola frase que me hizo saber que todo era mentira.

Pero se sentía real.

215
Se sentía tan real que me estaba torturando el no tener la certeza.

Mi cabeza me gritaba que no me dejara engañar, que no creyera en todos los momentos

hermosos que habíamos pasado ella y yo, pero mi corazón me rogaba que hablara con

ella, que buscara respuestas y que confiara. Sin embargo mi orgullo se negaba a

aceptarlo, él no permitiría jamás que lo hiciera, no quería volver a humillarme frente a

alguien y menos por ella... Y aún con esta parte de mí exigiendo que me levantara y

disfrutara de todo el dinero y poder que poseía, había otra que me mantenía ahí,

vulnerable.

Esa parte de mí que me repetía una y otra vez que yo no valía nada, que mi dinero nunca

podría comprar el cariño de Lauren. Que mi belleza era insignificante para lograr que ella

me quisiera de verdad. Que estaba sola y así me quedaría siempre porque no era digna

de recibir el amor de ninguna persona y mucho menos de ella.

Sentí arcadas en mi estómago, cada vez más intensas y la garganta me escocía. Mi

pecho se sentía como si una tonelada de metal lo estuviera presionando y mis pulmones

eran incapaces de contener el oxígeno. Volví a vomitar.

Me abracé al inodoro y cuando saqué todo lo que tenía en el estómago - que

prácticamente eran sólo mis jugos gástricos - volví a llorar. Mis manos estaban

aferradas a la taza y mi cabeza estaba recargada en ese mismo sitio. No sentía asco

por eso porque a fin de cuentas el asco que sentía por mí misma era mucho mayor.

Camila Cabello Estrabao, la hija de Alejandro Cabello y Sinuhe Estrabao, la capitana


de las porristas del institudo, la ex-novia de Austin Mahone, la reina del campus...

Esa chica no era nada.

Yo no era nada.

¿Cómo haría ahora para pretender ser esa chica inalcanzable e invaluable cuando ahora
me sentía más insignificante que nunca?

216
¿Y lo peor? Tendría que ver a Lauren cada día, no sólo en la universidad, sino también en

la mansión. Tendría que mirar a la cara a esa misma Lauren que ahora me tenía

convertida en una completa mierda, encerrada en el baño de mi habitación para que nadie

más pudiera ver a lo que me había reducido.

La odiaba con todo mí ser por hacerme esto y al mismo tiempo adoraba cada mínima

parte de ella.

"Te odio... Te odio..." Murmuraba mientras mis sollozos resonaban en la habitación. Y ya

no sabía si me dirigía a Lauren o a mí misma. Quizás a las dos.

Lauren's POV

"¿Laur?"

Escuché la voz de Chris llamarme. Estaba parada en la entrada de la casa y podía sentir su

mirada sobre mí mientras yo apenas podía sostenerme en el marco de la puerta.

"¿Lauren? ¿Estás bien?" Su voz se escuchó más cerca y yo mantuve la cabeza

agachada, la moví un poco en forma de negación. "¿Qué pasa?" Me preguntó

poniendo una mano en mi hombro y la otra en mi mentón, obligándome a mirarlo.

"La amo, Chris..." Fue lo único que pude decir y sin esperar una respuesta lo abracé don

fuerza, escondiendo mi cara en su cuello. Él se quedó inmóvil por un instante pero

después comencé a sentir sus fraternales caricias sobre mi espalda mientras mis sollozos

comenzaban a escucharse más fuerte y mi pecho se movía frenéticamente a causa de mi

respiración errática. "La amo tanto... Chris..."

Mi hermano me sostuvo en sus brazos y fue dirigiéndonos poco a poco al sillón de la sala.

Nos quedamos parados a lado del mueble un momento hasta que pude controlar mis

inhalaciones y pude sostenerme por mí misma en pie. Entonces nos separamos y lo miré

a los ojos. Estaba notablemente preocupado por mí y me sentí mal por mostrarme tan

débil frente a él pero no podía evitarlo. Estaba cansada. Había sido una mierda de día y

217
tenía tantas emociones dentro de mí que sentí que si no hablaba con alguien explotaría.

Necesitaba a mi familia.

Chris me tomó de la mano y me ayudó a sentarme junto a él en el viejo sofá de la sala.

Acarició mi rostro con suavidad y cariño apartando mis cabellos y mis lágrimas.

"¿Camila?" Preguntó él y yo asentí. Sintiendo que mis ojos ardían y mi corazón

se estrujaba al escuchar su nombre. "¿Te enamoraste de ella?"

"Sí" Fue lo único que logré responder.

"¿Y por qué lloras?... Camila es grandiosa y sé que ella también se siente así por ti. Es

obvio." Dijo él como si no pudiera entenderme y yo reí amargamente por lo iluso que

era. Y lo ilusa que yo misma fui.

"Camila no siente nada por mí Chris. No lo hace y probablemente nunca lo hará... Creí

que sí, pero no." Respondí resignada.

"¿De dónde sacas eso?" Preguntó con un poco de molestia en su voz.

"¿De dónde, Chris?" Pregunté molesta también ¿Mi propio hermano estaba

poniéndose de su lado? "De todas las veces que me ha dicho que no valgo nada. Que

no soy nada para ella. Que ella jamás estaría con una chica como yo... A Camila sólo le

importa el maldito dinero de mierda."

"Estás dejando que hable tu dolor, hermana. Camila es más que eso y nos lo ha

mostrado" Dijo él y yo me sentí peor. Porque yo pensaba de la misma manera. Me quedé

en silencio. Mi cabeza me mostraba una y otra vez mis mejores momentos con Camila

como si se esforzara por hacerme recordar algo, por hacerme creer en algo otra vez y

detestaba que mi mente estuviera jugando conmigo de esa forma. Pero logró encender

algo, en mi pecho. Entre todo el dolor que sentía se encendió una pequeña luz que quería

lograr que viera todo desde otro punto de vista. Uno de tantos entre los que me debatía

en ese momento.

218
"Lo jodí todo Chris..." Le dije una vez que pude aclararme un poco. Y después de eso le

expliqué lo que pasó. Todo desde que suspendieron a Camila de la universidad. Todo

lo de Sophie, todo lo que había pasado entre Camz y yo durante esos días que pasó

con nosotros. Todo lo que nos dijimos esta tarde. E incluso, todo acerca de la propuesta

que Alejandro Cabello me había hecho ese mismo día.

"Eres tan estúpida, Lauren." Dijo él al final de mi relato. Y yo lo miré desconcertada y


adolorida. Era lo que menos esperaba escuchar.

"Ilumíname" Dije con sarcasmo.

"No digo que Camila sea una santa." Comenzó a decir "Puedo creer que sea una hija de

puta engreída. Lo entiendo, es casi natural entre la gente que tiene tanto dinero como ella.

Pero ¿Sabes? La chica que estuvo viviendo con nosotros esta semana era mucho más

que eso. Tú debes estar ciega para no notar la forma en que ella te mira o en que ella

dice tu nombre..." Chris empezó a llorar y yo la miré desconcertada.

"¿De que estás hablando?" Pregunté pasándome el antebrazo para limpiar mi nariz
enrojecida. Él bufó entre lágrimas.

"¿Ya te has olvidado, Lauren?" Cada palabra que decía me confundía más "¿Has olvidado

como se miraban ellos?" Y lo que mi hermano trataba de decir me golpeó de repente, un

golpe fuerte. Uno que le dio un shock completo a mi sistema, que me cortó la respiración y

provocó que mis lágrimas salieran como si alguien hubiese abierto una llave de agua,

mientras yo me quedaba completamente inmóvil. "Ella te ve igual." Sentenció provocando que

un sollozo se escapara por mi garganta y que de nuevo no pudiera controlarme. Coloqué mis

codos sobre mis rodillas y dejé caer mi rostro sobre las palmas de mis manos. No podía dejar

de llorar ni podía articular palabra alguna. "¿Sabes cuánto tiempo pasamos hablando de ti

mientras no estabas? ¿Sabes cuántos desayunos compartimos en los que tú eras su tema de

conversación favorito? ¿Tienes la mínima idea de todas las veces que me pidió que le

mostrara nuestras fotos de niños? ¡Esa chica te

219
ama! ¿Y qué mierda hiciste tú? Le confesaste tu amor para después hacerle creer que era
todo mentira!"

"Cállate" Le supliqué sin ser capaz de levantar mi rostro.

"No." Gruñó él y lo escuché aspirar por la nariz "Carajo. No voy a permitir que lo arruines
más Lauren. No voy a dejar que jodas tu única oportunidad de tener lo que ellos tenían."

"No puedo Chris... No puedo." Repetí. Y él me tomó con fuerza de las manos
apartándolas de mi rostro.

"Sí puedes. Vas a poder Lauren." Afirmó él y lo vi a los ojos, estaban enrojecidos

igual que sus mejillas. Estaba sufriendo conmigo. "Vas a aceptar lo que ese señor te

ha ofrecido. Iremos a la mansión de los Cabello y ahí, Lauren, vas a encargarte de

que demostrarle a Camila cuán real es lo que ustedes tienen."

"Ella me odia." Dije, tratando de convencernos a ambos de que era una mala idea.
Estaba aterrada, no quería volver a ser herida.

"Ella te ama." Dijo él y cada vez que decía algo como eso sentía que me clavaba un

cuchillo en el alma. "Te ama tanto que en este momento debe estar cagada de

miedo igual o peor que tú."

"No sabes lo que dices Chris." Negué. No podía. No podría hacerlo.

"No sabes lo que vas a perder si no te mueves, Lauren." Dijo él mirándome directamente

a los ojos, con el ceño fruncido y sus manos tomando mi rostro con fuerza. "Puedes llorar

todo lo que quieras esta noche Lauren. Puedes intentar odiarla tanto como desees, pero

mañana, cuando despiertes y pienses en lo doloroso que es no despertarte con ella como

antes y te imagines lo que sería no hacerlo nunca más... Vas a levantarte de esa cama y

hacer lo que te digo."

Y entonces Chris se levantó del sillón y se encerró en su habitación, donde Taylor estaba
dormida. Y yo yo me quedé sentada ahí hasta recuperar el ritmo normal de mi respiración

220
y cuando lo logré me puse de pie sobre mis piernas temblorosas. Miré el sofá, donde

Camila se había quedado dormida el primer día en casa. Miré el comedor donde le daba

de comer a Taylor. Observé la vitrina de las fotos esa donde tantas veces la había pillado

mirando.

Caminé por el pasillo y vi la puerta del baño, desde donde me había gritado lo mucho que

odiaba mi regadera y el olor de mi jabón. Reí entre lágrimas. Abrí la puerta de mi

habitación y el aroma de Camila se apoderó por completo de mí. Lloré más. No podía

dormir ahí. No esa noche, no podría soportarlo. No cuando podía imaginar perfectamente

su cuerpo recostado en mi colchón así como lo vi todas esas mañanas antes de irme a la

universidad. Suspiré fuerte y cerré la puerta.

Entonces me dirigí a una habitación donde hace mucho tiempo no entraba. Donde el dolor

de la pérdida me invadían y no me dejaban en paz. Pero esta vez algo en mí me decía

que era el mejor refugio de todos. Que si había un lugar donde podía tomar una decisión

era ese.

Abrí la puerta de la habitación de mis padres y entré. Vi cada una de sus cosas, sus

muebles, sus sábanas. Todo intacto, como ellos lo habían dejado. Me acosté en su cama

y encogí mi cuerpo mientras observaba la fotografía de su boda. La forma en que se

miraban el uno al otro y el pequeño bulto que se veía en el vientre de mi madre.

Estiré mi brazo para tomarla y la abracé contra mi pecho.

"Ojalá estuvieran aquí..." Dije entre lágrimas "Ojalá pudieran aconsejarme ahora... No
saben cuánto los necesito.... "Ojalá nunca hubiera dejado que cruzaran esa puerta."

Lloré recordándolos. Sus sonrisas, sus muestras de afecto entre ellos y con nosotros.
¿Podría alguna vez tener algo así? ¿Podría ser con Camila?

"Mamá... Papá... Ayúdenme a recuperarla."

221
Capítulo 15

Lauren's POV

Entonces las cosas eran de la siguiente manera.

Una semana después de que había explotado todo el drama con Camila, mis hermanos
y yo nos estábamos mudando a la mansión de los Cabello.

Alejandro Cabello me había hecho una propuesta muy difícil de rechazar y que, aunque

hubiera querido, Christopher jamás me habría permitido hacerlo. Mis gastos se

reducirían a prácticamente nada, mis hermanos estaban mejor que nunca al estar en un

sitio mil veces mejor que nuestro hogar en cuanto a lujos y comodidades. Ellos podían

disponer de todo lo que desearan o necesitaran y además de todo yo estaba ganando mi

propio sueldo el cual estaba ahorrando para los gastos escolares de Tay y Chris cuando

fueran mayores.

Y bueno, lo más importante de todo, tenía la oportunidad de estar cerca de Camila.

Sin embargo no era tan fácil.

Estaba realmente confundida porque esperaba que Camila me odiara, me dejase de

hablar o algo, pero no. Tampoco es como que todo fueran pétalos de rosa... Nuestra

relación no era en lo más mínimo como había sido durante su suspensión. No había

besos, ni caricias, ni charlas.

Era como si hubiéramos regresado al punto inicial de todo.

Camila era la misma chica que había conocido hace unos meses. La misma que

había golpeado con una puerta y que me había detestado en ese preciso instante. La

misma que me veía hacia abajo pero al mismo tiempo me consumía con la mirada. Y

eso era completamente irritante y confuso.

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Frente a todos en el campus fingíamos que todo estaba mejor que nunca. Pero a pesar de

que sus manos se entrelazaban con las mías podía sentir su lejanía. Sus besos eran

cortos, simples y escuetos. Nada comparado a lo que ya me había acostumbrado.

Alejandro le había levantado a Camila los castigos y ahora ella era libre de salir y volver a

la hora que deseara aunque eso sí, era yo quien tenía que llevarla. Ocasionalmente esto

no era demasiado difícil entre semana, a Camz le gustaba ir de compras por horas y

gastar miles de dólares en ropa, zapatos y accesorios. A veces compraba cosas para mí

también porque no le gustaba que fuera a la universidad con los mismos atuendos. El

closet de mi habitación en la mansión era mucho más grande que el que tenía en casa así

que todo lo que Camila compraba entraba perfectamente ahí.

Sin embargo, los fines de semana eran un martirio. Camila realmente lo pasaba de

fiesta en fiesta y se embriagaba hasta casi perder el sentido lo cual me ponía a mí en

una encrucijada. Porque era en esos momentos cuando Camila se ponía... cariñosa.

Era algo insistente cuando estaba pasada de copas. Me besaba y se montaba sobre mis

piernas haciendo que mi pulso y mis ansias de ella se aceleraran. No me gustaba

aprovecharme de su estado pero a veces era imposible para mí resistirme, necesitaba

tanto su calor y su cariño que me dolía. Y la mayoría de esas noches terminaba

llevándola a su habitación sin que su padre lo notara y mientras se quedaba dormida le

susurraba lo mucho que la amaba. Pero al día siguiente ella nunca lo recordaba.

A veces me daba pena.

Ella era la Camila de la que estaba enamorada pero al mismo tiempo no lo era. Me sentía

mal al ver como se ahogaba en alcohol cada que tenía la oportunidad, pero me sentía

incapaz de detenerla porque no quería darle motivos para que me odiase más y porque

sabía que cuando estaba borracha podía recibir migajas de su cariño.

Según lo que Ally me decía, Camila siempre había sido así y eso les había generado
muchas discusiones cuando eran cercanas, porque la más pequeña siempre intentaba

223
evitar que Camila bebiera de más, pero Camz la ignoraba y terminaban peleando.

Me preocupaba pensar que Camila tuviera un problema de alcoholismo.

Y entre una cosa y otra, habíamos pasado dos meses así. Sin novedades, sin acercarnos.

FLASHBACK

"Estas haciendo todo mal, Lauren" Me dijo Chris y yo suspiré. "No ha habido avance

alguno con Camila y ya han pasado dos meses desde que estamos aquí. ¿Qué estás

esperando?"

"¿Qué quieres que haga?" Le pregunté exasperada. Estábamos en su habitación, la cual

compartía con Taylor y estaba a lado de la mía. Ambas eran habitaciones de servicio y

estaban ubicadas en la parte más alejada de la planta baja de la mansión. Aún así

seguían siendo más grandes de que nuestras habitaciones en casa. "Camila no me deja

acercarme. Utiliza cualquier motivo para despreciarme." Dije irritada.

"El punto no es lo que hace Camila, Laur. Es lo que haces tú en respuesta." Dijo él

mientras jugueteaba con una adormilada Taylor.

"O sea...." Respondí vagamente pidiéndole que fuera más claro.

"Tú, querida hermanita, no estás respondiendo de ninguna forma. ¿Cómo van a avanzar

las cosas si al más mínimo comentario negativo o despectivo de Camila tú te enojas y te

alejas?" Rodé los ojos y me crucé de brazos "A Camila le gustaste porque a pesar de

estar en una 'posición inferior' nunca te doblegaste ante ella. Ella te gritaba y tú lo hacías

más fuerte. Ella te insultaba y tú lo hacías el doble. Ahora te dice algo y tú le huyes."

"Tengo una duda..." Dije después de escucharlo, él asintió dándome 'permiso' para hablar
"Si eres tan listo y bueno para estas cosas ¿Por qué sigues soltero?"

"Bueno, eso es fácil..." Contestó él hablando de forma graciosa, como si fuera un erudito

inglés "Los genes de papá y mamá fueron mucho más generosos contigo que conmigo."

224
Yo solté una carcajada "Aunque aún espero que la adolescencia haga su trabajo estos
próximos años. Si no, me temo que me quedaré solo para siempre."

Ambos reímos juntos. Me hacía bien tener a Chris conmigo a través de todo esto.

"¿Entonces? ¿Qué sugieres que haga?" Le pregunté volviendo al tema de Camila.

"Pues eso. Que le recuerdes a Camila quién eres y tomes el control de la situación. Ella te

ama, sólo que es más cómodo y seguro para ella no arriesgarse contigo. Se escuda en su

papel de niña rica y mimada para protegerse y lo que tú tienes que hacer es lograr que

pierda el control."

"Vale, ya entendí el lado psicológico del asunto. Quiero acciones, Christopher." Le urgí.

"Tienes dos opciones. O la haces enfadar... O la seduces. Tal vez las dos juntas. Tienes

que romper su coraza y eso sólo lo vas a lograr si consigues calentarla lo suficiente... Ya
sea de ira o..."

Le lancé a Chris una almohada en el rostro. Ya había dejado a Taylor descansado en su

cuna desde hacía un rato. Era muy incómodo estar escuchando ese tipo de consejos de

él.

"Ya capté el concepto Chris. Gracias por la intervención." Él se rió bajito "¿No debería ser
yo quien te aconseje sobre chicas?"

"Deberías" Estuvo de acuerdo "Pero estás enamorada. Ahora no piensas claramente. Si

fuera cualquier otra chica ya la habrías tenido como quisieras pero como se trata de

Camila..."

"Es diferente." Coincidí.

"Así es." Asintió él "Pero cuando yo esté en tu situación tendrás que encargarte de que no
la cague tanto como tú. ¿De acuerdo?"

"De acuerdo."

225
FIN DEL FLASHBACK

Así que ahí estaba yo, tratando de seguir los estúpidos consejos de mi hermano

adolescente. Debía estar loca pero consideraba que era probable que tuviera razón y... a

estas alturas ya no tenía más opciones. Ser dulce con Camila no funcionaba, lo había

intentado y ella reaccionaba agresiva así que... Tal vez si me ponía al mismo nivel que

ella, lograría obtener mejores resultados.

La mansión de los Cabello era muy grande. Sin embargo, finalmente había logrado

conocerla por completo. La extensión de sus jardines, las habitaciones, el salón de

música donde estaban los instrumentos de Camila, la sala de cine, la sala de juegos

donde había mesas de billar y demás. Entre otras muchas cosas como una biblioteca, un

estudio, otros dos despachos como el del señor Cabello, un gimnasio y... lo que más me

gustaba. La piscina.

Había dos piscinas en la mansión. Una estaba afuera, en el jardín trasero y la otra

estaba dentro de la residencia, cerca del gimnasio. La de adentro era mi favorita. Era un

espacio semi-oscuro ya que sólo tenía un gran ventanal el cual daba a uno de los

jardines laterales de la mansión, el lado donde daba la mayor cantidad de sombra

durante todo el día.

Según lo que me había contado Martha, esa piscina había sido uno de los caprichos de
Camila.

A Camila no le gustaba asolearse, pero le encantaba nadar, así que pidió a sus padres que

colocaran una piscina dentro de la mansión y ellos lo hicieron. Y lo juro, era preciosa. Tenía

luces en la parte de abajo que hacían que por la noche el agua se reflejara en el techo,

iluminando la habitación de forma tenue pero hermosa al mismo tiempo.

Eran aproximadamente las nueve de la noche y yo sabía que pronto Camila rondaría la
piscina ya que eran sus horas favoritas para nadar, exceptuando cuando se iba de fiesta,

226
claro. Hoy no era el día, parecía que no habría nada este fin de semana y eso me

alegraba porque podría dar mi primer movimiento sin muchas personas observando.

Caminé descalza sobre el frío piso de mármol de la mansión hasta llegar a la alberca,

cuya agua estaba temblada gracias a un termostato. Me quité la bata que llevaba puesta

quedándome únicamente en un bikini negro, pequeño, pero sólo lo suficiente para dejar

mucho a la imaginación. Me solté el cabello y me lancé al agua.

La sensación del agua era gloriosa, relajante y refrescante. Ahora entendía por qué a

Camila le gustaba tanto. Nade por un rato, me sumergí bajo el agua y nadé de un extremo

de la piscina al otro, eran varios metros de longitud. Cuando llegué al otro lado de la

alberca y salí por oxígeno, Camila estaba ahí, parada justo en el borde observándome.

"¿Qué estás haciendo aquí?" Me preguntó con molestia en su voz, poniéndose en

cuclillas. Ella estaba usando un bikini blanco que cubría apenas lo necesario y que

tenía espacios vacíos donde se podía observar la piel de sus caderas y del nacimiento

de sus senos. Se veía como una diosa.

"Nadando. Duh" Le respondí rodando los ojos y ella me miró con el ceño fruncido. Yo le
sonreí.

"¿A ti nadie te dijo que esta piscina es mía?" Me preguntó aún más enojada que antes.

Supe que estaba haciendo las cosas bien.

"Le pedí permiso al señor Alejandro y él me dijo que podía usar la piscina cuando

quisiera." Mentí. Ella gruñó.

"Pues esta no. Si tantas ganas tienes de nadar ve afuera." Espetó y yo reí bajito, negando

con la cabeza.

"Vamos Camila... Este lugar es suficientemente grande para ambas."

"No lo creo. Salte" Me exigió y yo negué.

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"Dormiste conmigo en un cama que no es ni la décima parte de esta piscina..." Empecé a

decir en voz baja, provocando que saliera un poco más rasposa de lo normal, pude notar

que Camila se ponía nerviosa "No pareció molestarte. ¿Por qué no te unes a mí, Camz?"

Le di una media sonrisa y ella se humedeció los labios mientras miraba los míos.

"No." Me respondió después de un momento.

"¿No?" Me burlé y ella volvió a negar.

"Voy a esperar a que termines." Me dijo y sonreí al ver que ella se acostaba en un

camastro no muy lejos del borde de la piscina. Yo continué nadando sin apartar mi vista

de su cuerpo. Creo que las cosas no me estaban saliendo bien porque yo estaba mucho

más pendiente de ella que ella de mí.

De pronto algo de música comenzó a sonar en a través de un sistema de sonido que ni

siquiera me había dado cuenta de que estaba ahí. Era una música suave, como jazz pero

con beats de hip hop muy lentos y la voz de un hombre salía por las bocinas, una voz

ligeramente rasposa pero no demasiado grave sino del tono adecuado para acompañar

la música. Me di cuenta de que Camila había puesto a reproducir todo un álbum de ese

sujeto una vez que pasaron un par de canciones que continuaban con el mismo estilo y

voz.

"¿Camila?" La llamé luego de unos minutos.

"Mmm" Respondió ella.

"¿Cuánto durará nuestro noviazgo?" Le pregunté y esto provocó que ella se sentara en
el camastro. "¿Austin sigue molestándote?"

"A veces..." Respondió confusa "¿Y a ti?"

"Ya no " dije con sinceridad y sonreí divertida "Creo que por fin comprendió que nunca voy
a tener nada con él. Lo mío son y serán siempre las vaginas."

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"Eres muy desagradable, Jauregui." Me respondió haciendo una mueca de asco.

"Créeme Camz, si realmente fueras mi novia no dirías eso." Jugué con ella un poco. Ella

puso los ojos en blanco por un instante y luego me miró "Precisamente por eso es que te

estoy preguntando cuánto va a durar nuestro falso noviazgo."

"¿Por qué?" Preguntó ella de forma directa.

"Porque, tu sabes... Llevamos meses en esta relación y me estoy cansando." Dije de


forma burlona pero que sin duda la hizo enfurecer.

“¿Te estás cansando?" Dijo ella indignada "Manejas mi auto, vives en mi mansión, vistes

la mejor ropa, usas mi piscina ¿Y tú te estás cansando de mí? Increíble" Camila se puso

de pie mientras hablaba y fue acercándose al borde de la alberca con pasos fuertes y

rápidos.

"No son los lujos lo que me importa Camz. Yo no pedí nada de esto. Tú y tu padre me lo

ofrecieron." Le recordé y ella resopló "Por otro lado, sinceramente extraño tener contacto

físico con otra persona. Merezco estar realmente con alguien ¿No lo crees?"

"¿Qué quieres decir?" Se cruzó de brazos y me miró. Sus puños y su mandíbula


se mantenían apretados.

"Una chica tiene necesidades..." Dije ambiguamente y con sorna. "Y, hay muchas chicas

lindas en el campus."

"¡Oh! Es verdad. Lástima que tu querida Sophie ya no esté ¿Cierto?" Respondió con

sarcasmo mientras sus brazos se elevaban en el aire acompañando a sus palabras.

"Tú sabes perfectamente que Sophie jamás me interesó" Le dije mientras nadaba hacia

las escaleras para salir de la piscina "No es mi tipo de chica." Terminé una vez afuera,

pude sentir su mirada de mí durante todo mi trayecto.

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"¿No? Eso es muy triste. A ella le encantaba abrir las piernas para ti." Dijo apartando

la mirada para luego agacharse y tocar con sus dedos la temperatura del agua.

"¿Estás celosa?" Le pregunté picándola un poco mientras me acercaba a ella lentamente.

Ella rió sonoramente.

"¿De Sophie Miller? No me hagas reír Lauren." Dijo girándose hacia mí pero pude notar

por la forma en que trató de apartarse de mí que no esperaba verme tan cerca de ella. Yo

fui más rápida y la tomé de la cintura antes de que se alejara por completo. Sus manos

quedaron puestas sobre mis hombros.

"Ella nunca me importó Camila..." Le dije con sinceridad, mi tono de voz cambiando a uno

más suave "Nunca la besé. Y tampoco la toqué... Al menos no como tocaría a una chica

que realmente me interese."

"¿Y hay alguien que te interese?" Me preguntó, sus ojos estaban clavados en mis labios.

Yo sonreí.

"Como te dije... En el campus hay chicas muy lindas." Bromeé y ella giró el rostro
haciendo una mueca de disgusto pero no se separó de mí.

"¿Cómo quién? Tus gustos deben ser pésimos" Declaró y yo reí porque parecía que no
tenía la mínima idea de cuánto me gustaba ella.

"Ummm, no lo sé... ¿Quizás Perrie?" Tanteé al azar. Fue la primera chica que se me
vino a la mente.

"¿Edwards?" Me contestó Camila con una pequeña risita sarcástica " Te gustan las rubias
¿Eh?"

"También las castañas..." Admití mirándola descaradamente, ella se estremeció entre


mi abrazo "¿Qué te parece Shay Mitchell?" Continué jugando.

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"Ninguna chica es mejor que yo Lauren..." Gruñó acercándose a mí peligrosamente, pude

sentir su aliento chocando contra el mío y mis manos apretaron su cintura como un acto

reflejo. Había ocasiones en que su ego me encantaba y me hacía enloquecer. "Y tú tienes

prohibido fijarte en cualquier otra."

Me reí. Era difícil pero tenía que mantener mi papel, Camila celosa me estaba poniendo,
de más.

"¿Por qué piensas que tienes derechos sobre mí Camila?" La reté, mis ojos mirando

fijamente los suyos. Sus manos presionaron mis hombros. Su cuerpo se pegó más al

mío que chorreaba gotas de agua debido a mi reciente salida de la piscina.

"Porque los tengo Lauren. Tú eres mía." Declaró y mi pecho explotó en fuegos artificiales que

iban convirtiéndose en pulsaciones que me recorrían toda la piel. Sus labios rosaban los míos

y yo estaba quemándome por probarlos otra vez. Quería besarla... Pero no como lo hacíamos

en la escuela para aparentar. Quería hacerlo en serio. Tenía tanta necesidad de hacerlo que

juro que deseaba que me sangraran los labios de tanto probar los suyos.

"¿Lo soy?" Le pregunté alargando la tortura. Quería llevarla al límite. Sus manos se

movieron sobre mí hasta alcanzar mi nuca y sus dedos se entrelazaron con las hebras

húmedas de mi cabello. Ella asintió con la cabeza mirando de forma intermitente mis ojos

y mis labios.

"Lo eres Lauren. Eres mía y tú no puedes poner tus ojos, o tus manos en ninguna otra

que no sea yo." Afirmó y yo suspiré. "Y ninguna otra chica puede tocarte como yo lo

hago..." Siguió hablando, una de sus manos se deslizó hacia abajo, pasando entre mis

pechos y llegando hasta el centro de mi abdomen "Ni mirarte como yo..." Continuó

mientras seguía con sus ojos el camino de su mano sobre mí. "O besarte..." Lo último lo

susurró casi sobre mi boca y yo sentía que en cualquier momento iba a derretirme en el

piso o bien, estamparla contra la pared más cercana para comerle la boca.

231
"Pruébalo" Fue lo único que dije, como un desafío que salió directamente de mis entrañas

y pasó por mi garganta sonando casi como un rugido lento y desesperado. Necesitaba

hacer que ella diera el primer paso para después mostrarle con acciones que ella era tan

mía como yo era suya.

Camila no resistió mucho más. Su mano regresó a su posición entre mi cabello a una

velocidad sorprendente y yo clavé mis dedos en sus caderas cuando sentí sus labios

colisionando violentamente sobre los míos. Joder, no sabía cuánto había extrañado eso

hasta que la sentí de nuevo.

Ella me mordía con fiereza urgiendo para que abriera la boca pero no lo hice, soporté el

dolor hasta que ella desistió y entreabrió sus labios para tomar aire, entonces yo sí colé

mi lengua en su interior, tirando de ella hacia mí y los chasquidos empezaron a hacerse

presentes al tiempo que una nueva melodía inundaba la habitación.

Primero era lenta, como simples golpeteos y luego un par de notas comenzar formaron

una melodía simple y sugerente que acompañaba los sonidos de los labios de Camila y

los míos mientras mis manos recorrían su espalda completa desde el borde de la parte

inferior de su bikini hasta su nuca.

I gotta feeling we are gonna win

Tengo el presentimiento de que vamos a ganar

Our bodies make it perfect and your eyes can make me swim

Nuestros cuerpos encajan a la perfección y tus ojos pueden hacerme nadar

Me separé de Camila para respirar y ella hizo lo mismo. Su respiración y la mía

eran agitadas mi dedos vagaban en su vientre y los suyos estaban en mi pecho.

"Interesante canción...” Dije al escuchar las primeras líneas. Ella gruñó.

"Cállate" ordenó y volvió a besarme con la misma intensidad

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Then again everthing seems knew

Entonces de nuevo todo parece saber

That I can barely hold my tongue

Que apenas puedo controlar mi lengua

To say the least i'm into you

Para poder decir cuán dentro estoy en ti.

Las caderas de Camila se empujaban con fuerza contra las mías y eso me impulso a

sostenerla por la parte inferior de los muslos, aprovechando el movimiento para tocar sus

nalgas y cargarla. Sus piernas se aferraron a mi cuerpo mientras que sus sostenían mis

hombros mientras ella succionaba mi lengua obligandola a salir de mi boca.

La rasguñé con fuerza, a penas era capaz de controlarme. Di un par de pasos largos y

firmes para llevar la espalda de Camila contra la primera pared que encontré, ella gimió

por el golpe, separándose de mi boca para soltar un gritito que me dio la oportunidad de

llevar mis labios a su cuello. Lo lamí y mordí a mi gusto mientras ella continuaba

moviéndose contra mí, arqueando su espalda y uniendo su pelvis a mi abdomen.

And your eyes are saying more than we can talk

Y tus ojos dicen más de lo que podemos hablar

And warmer than the bedroom sport

Y son más calientes que el deporte del dormitorio

And your thighs are kisses from the outside

Y tus muslos son besos del espacio

Girl, that's all I need

Chica, eso es todo lo que necesito

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Me movía contra ella, amando el roce de nuestros cuerpos aún con la ropa puesta.

Pronto sus manos llegaron al nudo de la parte superior de mi bikini y fueron

deshaciéndose de él de forma desesperada. Yo no hice nada para evitarlo, no quería y

por otra parte estaba demasiado ocupada marcando sus clavículas con la succión que

ejercía sobre ellas. Camila hizo la prenda desaparecer y su mano derecha presionó con

fuerza mi seno izquierdo, yo gemí contra su piel.

"Camila..." La nombre entre suspiros, cerrando los ojos con fuerza mientras sentía mis

pezones endurecerse cada vez más entre sus dedos. "Nos pueden ver." Dije suavemente,

casi como un jadeo. No quería que alguien nos pillara, podía poner en riesgo mi estadía

en la mansión.

"Shhh..." Me calló y presionó más fuerte con sus dedos regalándome una descarga de

placer que bajó por mi espina dorsal y explotó en mi centro palpitante. "Nadie va a

venir. Sólo sigue." Y eso fue suficiente para mí para no detenerme.

I'll take you down the other road, to breath in something more

Te llevaré por otro camino, para respirar algo más

I find it harder to ignore the thing I want you for...

Encuentro difícil de ignorar las cosas que te quiero hacer...

Mi necesidad de ella crecía más a cada segundo, a cada suspiro que ella dejaba escapar

casi como jadeos y en cada golpeteo exigente de sus caderas. Mis manos amasaron sus

nalgas de forma ansiosa y poco ortodoxa, ella gimió en mi oído y su espalda hizo un

movimiento extraordinario. Sus labios se apoderaron de los míos una vez más y yo supe

que no podía seguir esperando, necesitaba tomarla.

Así, con mis manos puestas sobre su trasero, pegándola a mí lo más humanamente

posible volví a cargarla, esta vez para dejarla sobre el helado mármol. Pude sentir como

su piel se erizó ante el contacto y disfruté profundamente del instante en que sus ojos se

abrieron, mirándome con lujuria encendida e invitándome a acercarme a ella de nuevo.

234
Me coloqué encima de ella, con una pierna entre las suyas y ella no tardó en llevar ambas

manos a mis pechos desnudos y a restregar su centro en mi rodilla. Yo también deseaba

sentirla de esa forma.

"¿Es esto demasiado caro?" Le pregunté tomando con mi mano derecha la parte superior

de su traje. Ella sonrió. "Para mí no" respondió y con eso me bastó para tomar la tela

entre mis manos y tirar de ella con fuerza hasta romperla. Ella se veía sorprendida y

caliente a partes iguales y yo no tenía paciencia para encargarme de los nudos.

Tomé sus muñecas para apartar sus manos de mis pechos, obligándola a extender sus

brazos sobre su cabeza y cuando lo logré me abalancé sobre sus pequeños senos cuyos

rosados pezones estaban erguidos y expectantes. Pasé mi lengua sobre la punta de uno

de ellos y Camila gimió sonoramente aumentando la humedad que crecía cada vez más

entre mis piernas. Repetí la acción acompañándola de suaves mordidas, intercalando

entre un pecho y el otro y Camila flexionó las rodillas para poder moverse contra mi muslo

más y más fuerte, dándose placer por sí misma.

When I press an ear up to your breast

Cuando pongo mi oído contra tu pecho

I can hear the rhythm start

Puedo escuchar el ritmo empezar

Is hard to tell our beats apart.

Es difícil descordinar nuestros latidos

"¡Joder sí!" Gimió ella con fuerza cuando yo moví mi rodilla contra su entrepierna

ayudando a sus acciones. Solté su pezón de mi boca, liberándolo con un plop que me

hizo sonreír de forma maliciosa. Admiré ambos botones enrojecidos debido a las

succiones y mordidas que les había dado y me mordí el labio hasta hacerme sangrar

cuando vi la manera en que Camila echaba su cabeza hacia atrás dándome una visión

perfecta de su garganta expuesta.

235
Sus manos insistían en deshacerse de mi agarre pero yo no lo permitía. Amaba tener el

control y verla retorcerse debajo de mí cuando aún no habíamos llegado al acto principal.

Me eché sobre ella para poder alcanzar sus labios, ella chupó mi labio ligeramente

ensangrentado y lo limpió con su lengua que delineó mi boca al terminar y se introdujo

inesperadamente dentro de ella.

"Mmmhh" Gruñí con gravemente cuando ella movió sus piernas salvajemente provocando

que perdiera el equilibrio y logrando así que su rodilla le diera una fuerte embestida a mi

centro.

"Si no lo haces tú...ah... Lo haré yo, Lauren." Me dio jadeante ultimátum aprovechando el

momento en que me recuperaba de mi espasmo para intentar zafarse de mis manos pero

yo logré apretar sus muñecas otra vez.

"¿Qué quieres?" Le pregunté mordiendo su cuello y dejando que mis endurecidos botones
rozaran los suyos. "Dime que quieres" Le exigí para lamer el lóbulo de su oreja.

"Te quiero" gimió levantando su cadera del piso mientras soltaba su aliento caliente contra
mi cuello.

"¿Dónde?" Continué indagando, mientras bajaba con besos hasta sus pequeños
senos que se mantenían suaves y deliciosos llamándome a probarlos.

"A-bajo... Lauren" dijo entre jadeos, yo apenas lograba mantener mi juego. Volví a subir

para mirarla a los ojos y besarla desesperadamente en la boca, ella manteniendo su

cavidad abierta para que mi lengua recorriera cada centímetro de su interior. Cuando

terminé la miré a los ojos. Ella me observaba con el ceño fruncido. Sus muñecas estaban

rojas de tanto pelear. Y entonces con fastidio, deseo, irritación y lujuria, Camila me rugió

un "Jódeme de una puta vez Lauren." que casi logra hacer que me corra.

Solté sus manos y recargué mis palmas abiertas en el piso ayudándome a sostenerme

mientas las de Camila empujaban con brutalidad mi cabeza hacia abajo, en la dirección

que ella deseaba. Sin embargo me di mi tiempo, me comí sus pechos una vez más

236
disfrutando de la sinfonía de gemidos que nacían de su garganta y luego lamí y besé

toda la extensión de su abdomen donde me detuve a aspirar el aroma que emanaba de

su centro.

So I hope your listening right now Así que espero que estés escuchando ahora mismo

'Cause I can barely hold my tongue Porque apenas puedo controlar mi lengua The shit

we've done could warm the sun La mierda que hemos hecho puede calentar el sol

Tomé su última prenda y la deslicé por sus piernas húmedas debido al agua que había

goteado mi cuerpo encima del suyo. Las luces de la piscina lo iluminaban todo de forma

sublime y dibujaban en su cuerpo líneas doradas que la hacían lucir como una verdadera

diosa. Mi diosa. Lancé la parte inferior de su bikini lejos de nosotras y tomé sus muslos

separandolos para permitirme ver en primer plano el lugar más privado de su cuerpo.

Húmedo, rosado y punzante. Las manos de Camila se aferraban fervientemente a mi


cabello me empujaban hacia abajo, logrando que mi nariz se inundara de su esencia.

"Sólo hazlo Lauren" Ordenó mirándome desde arriba y yo obedecí inclinando mi

rostro entre sus piernas para dejar que mi lengua tomara su sabor.

"Your pussy tastes like pepsicola" Dije después de unos lengüetazos y su estómago se

contrajo en una risa combinada con jadeos y espasmos de placer mientras yo sonreía

contra su vulva.

La probé en todas direcciones disfrutando de cada sensación que sus fluidos le

otorgaban a mis papilas gustativas y que se transformaban en choques eléctricos que

hacían mi centro vibrar y humedecerse. "Más, más Lauren" Me pedía ella y yo llevé dos

de mis dedos a su clítoris para masajearlo de forma lenta y tortuosa. Camila movía sus

caderas buscando más contacto y gruñía frustrada cuando no lo obtenía. Eso me hacía

237
reír y aumentaba mi ego. Tener a Camila desesperada por mí me hacía sentir en la cima

del mundo.

"Jódeme Lauren" chilló impaciente y yo supe que ya había suficiente. "Por favor, por
favor..."

Mojé mis dedos en la humedad que estaba esparcida entre sus labios vaginales mientras

mi lengua jugaba en su entrada que la succionaba de forma exigente.

"Dios... Camila" Murmuré encantada por las reacciones de su cuerpo y entonces llevé mis
dedos hasta su boca en una silenciosa petición de que los chupara.

Lo hizo.

¡Mierda lo hizo!

Mi vientre se contrajo provocando que apretara mis piernas para prolongar mi propio

placer y entonces por fin le di lo que deseaba. Introduje mis dedos de una sola vez y la

forma en que gritó mi nombre me motivó a hacerlo una y otra y otra vez.

Elevé mi cuerpo y sin dejar de mover mis dedos en su interior caliente y apretado y

busqué sus labios con los míos. Nos unimos en un beso fiero, rudo y jodidamente

húmedo. Camila ahogaba sus jadeos roncos en mi boca al tiempo que rasguñaba mi

espalda haciéndome estremecer sobre su cuerpo.

Metí un tercer dedo disfrutando la forma en que su piel se estiraba para permitir su

entrada mientras sus paredes se contraían cada vez más fuerte al rededor de ellos. Los

metía y los sacaba una vez tras otra, y los curvaba en su interior buscando el lugar más

recóndito dentro de ella.

Las manos de Camila se colocaron en mis hombros y me empujaron para que


le permitiera gritar.

"¡Más Lauren! ¡Así! ¡Voy a correrme!"

238
Bombeé más rápido. Mucho más rápido. De forma frenética y más pronto de lo que

esperaba sentí como sus jugos bañaron mi mano que aún se hallaba en su interior.

Su cuerpo temblaba debajo del mío y un gemido gutural y potente resonó en toda la

habitación cuya acústica me hizo un favor al dejar que el eco amplificara su sonido.

"Eres mía, Camila" Le dije en un susurro sobre su oreja, mientras sacaba mis dedos

lentamente de ella y su pecho subía y bajaba mientras ella trataba de recuperar el

aliento. "Eres mía... Tan mía como yo soy tuya."

"Todavía no" me respondió y sacando fuerza de no sé donde ella logró empujar mi


cuerpo y hacernos girar para cambiar de posiciones. Ahora ella estaba encima de mí.

"¿Qu--" Apenas iba a hablar cuando ella ya tenía su boca sobre la mía. Me dio un beso

fugaz pero sin perder la pasión ni el deseo y luego se apartó de mí sólo por un instante,

para poder despojarme de la parte inferior de mi bikini, tomar una de mis piernas y

colocarla sobre su hombro para finalmente abrir las suyas y encajar nuestros centros

rozando uno contra el otro. "Oh mierda Camz..." Gemí cuando comenzó a mover sus

caderas clavando sus dedos de la mano izquierda en mi muslo mientras la derecha se

estiraba hasta alcanzar uno de mis senos.

Como pude me incorporé utilizando mis brazos para sostenerme y comencé a moverme

al ritmo que ella marcaba el cuál era cada vez más intenso y fuerte, convirtiéndose en

poderosas embestidas que me hacían soltar gritos que tensaban cada músculo de mi

cuerpo.

Su mano amasaba mi pecho como si se tratara de una pelota de goma y la imagen que

tenía frente a mí era tan erótica que me obligaba a mantener los ojos abiertos para

admirarla a pesar del extasiante placer que se estaba concentrando en mi vientre.

"Camz, camz... ¡¡Camz!!"

"Muévete amor ¡No pares!"

239
Joder, mi alma también gozó al escucharla llamarme de esa manera. Era perfecto. Era lo

que deseaba. Camila era mía. Yo lo sabía en ese momento y aunque lo negara mil veces,

después de eso nada me haría desistir de convertirla en mi novia.

Camila movió su cadera de forma lenta esta vez, ella estaba consciente de que mi placer

y el suyo estaban a punto de liberarse, así que disminuyó el ritmo pero aumentó la fuerza.

Podría jurar que a pesar de no estar penetrándome con nada ella podría haberme partido

en dos si lo hubiera deseado.

"¡¡Me voy a venir!!" Rugí con mi cara poniéndose completamente roja y Camila se
movió con mayor ímpetu.

"¡Yo también!"

Apenas pude escucharla responder porque el orgasmo ya me estaba golpeando,

adueñándose de cada centímetro de mí que se contraía en cientos de espasmos que eran

contenidos con el cuerpo de Camila que se había derrumbado sobre mí.

Mis brazos se doblaron, completamente cansados de soportar mi peso y me recosté

sobre el piso dejando a Camila reposando sobre mí. Mis manos cayeron en su cintura

y las suyas acariciaban mi cabello con lentitud mientras su cabeza se elevaba por el

movimiento de mi pecho al respirar.

"Mierda...” murmuré cuando tuve el suficiente aire para poder hablar.

"Eres una mentirosa" Me dijo Camila pero pude adivinar su sonrisa en su voz.

"¿De qué hablas?" Pregunté exhausta.

"Mi papá no te dio permiso de entrar a la piscina..."

¿Por qué mierda estaba hablando de la piscina ahora? "¿Cómo sabes?"

"Ni siquiera él tiene permiso de usarla. Es mía." Me respondió y yo sonreí al entender.

"Y aún así me dejaste quedarme..." Señalé "¿Por qué?"

240
"Porque tú también eres mía Lauren."

Capítulo 16

Lauren's POV

"Por la herida del labio podría apostar a que te fue mal, pero, a juzgar por la sonrisa que

tienes diré que te fue excelente. ¿No es así?" Me preguntó Chris mientras cargaba a

Taylor, quien me extendía sus bracitos para que la sostuviera en mis brazos y así lo hice.

Era sábado por la mañana, y estábamos los tres reunidos en la cocina de la mansión.

Chris se había ganado la simpatía de Martha, de James y de Nicolás, el jardinero. Había

muchos otros miembros de la servidumbre de la mansión, pero eran como fantasmas. No

había cruzado más que palabras de cortesía con ellos y, es que la mayoría tenían un

trabajo de entrada por salida. A diferencia de los otros tres que también vivían ahí.

"Eres un jodido genio, hermanito" Le dije sonriendo para después hacer gestos que

hacían reír a TayTay que estaba haciendo burbujitas de saliva. Chris sonrió complacido

para después darle un trago al jugo de naranja recién exprimido que acababa de hacer.

"Cuéntame." Pidió y yo negué con la cabeza.

"No. Soy una dama." Le respondí y él se carcajeó igual que yo. Cuando recuperé el

aliento volví a dirigirme a él "Bueno, te contaré pero no habrá detalles ¿Vale? No quiero

imaginar el tipo de efectos que provocaría un relato como el que tendría que contarte en

un adolescente con las hormonas revolucionadas como tú."

"Laur, hay como mil baños aquí, créeme que podría hacerme cargo de cualquier
efecto secundario." Contestó arqueando una ceja.

"Eres un puerco." Me reí "No puedo creer el tipo de futuro que le espera a Taylor con un
hermano como tú"

241
"¿De qué hablas? ¡Aprendí de ti! Idiota" Continuó jugando mientras se encargaba de darle

la vuelta a los panqueques que estaban cocinándose en la estufa, al tiempo que yo me

preparaba un café. "Entonces, cuéntame, anda."

"Bien" Acepté y le relaté a grandes rasgos la pequeña discusión que había tenido
con Camila y el cómo había terminado con el labio roto.

"Vaya. Supongo entonces que todo fue mucho mejor de lo esperado. ¿No?" Dijo
al terminar de escucharme con una expresión pícara en el rostro.

"Podemos decir que sí, aunque..."

FLASHBACK

Podía escuchar el sonido del agua moviéndose mientras algunos destellos de luz me

daban directamente en los ojos provocando que, aunque tuviera los párpados cerrados, la

sensación resultara molesta.

Abrí los ojos lentamente y lo primero que noté es que Camila ya no estaba conmigo, pero

a cambio tenía la bata con la que había entrado a la habitación de la piscina cubriendo

mi cuerpo desnudo. Parpadeé un poco, con mis ojos mirando hacia el techo y volví a

escuchar el sonido del agua revolviéndose. Giré mi rostro hacia la piscina y ahí estaba

ella, Camila. Nadando completamente desnuda.

Ella me daba la espalda. No estaba segura de cuánto tiempo había pasado desde que

habíamos terminado de hacer el amor pero esperaba que no fuese demasiado. Me

incorporé lenta y silenciosamente, sentándome en el borde de la piscina para poco a

poco ir deslizándome hacia adentro.

Me sumergí completamente, disfrutando de la calidez del agua relajando cada uno de mis

músculos. Era una sensación magnífica. No mucho tiempo después, salí a la superficie,

llamando la atención de Camila.

242
"Vaya, despertaste." Señaló con una sonrisa mientras se mantenía flotando en su sitio. Yo

me acomodé el cabello, echándolo hacia atrás para que no me estorbara en la cara y

nadé un poco para llegar hasta donde ella se encontraba.

"Creí que te habías ido" Admití, mientras mis brazos rodeaban su cintura por debajo del
agua que soltaba un vapor que le daba a la habitación una atmósfera hermosa.

"No. Vine a nadar y no me iría de aquí sin hacerlo." Me dijo y yo aproveché nuestra

cercanía para darle repetidos besos en el hombro y en su cuello. "Lauren... acerca de lo

que pasó..."

Yo rodé los ojos al escuchar esa frase y la seriedad con la que fue dicha. La
interrumpí antes de que pudiera seguir hablando.

"¿Qué? ¿Me vas a decir que fue un error y no puede suceder otra vez?" Le dije en un

tono que sonó más molesto de lo que quería que sonara. Pero era algo que no podía

controlar. Me jodía sentir que avanzaba un paso sólo para que ella me hiciera

retroceder dos.

"No." Respondió ella y yo la miré confusa "En una situación ordinaria diría que lo fue y que

no quiero que vuelva a pasar. Pero lo cierto es que si quiero, Lauren." Sonreí grande al

escucharla y luego quise besarla en los labios pero ella no me dejó. "Sin embargo, no

quiero que pienses que va a pasar algo más entre nosotras porque no será así. Será sólo

sexo y nada más."

Fruncí el ceño. Por supuesto. Nada me podía salir bien.

"¿Por qué? Camila me gustas y evidentemente yo también te gusto. Ya somos

novias frente a todo el campus y tus amigos ¿Por qué no quieres tener algo

conmigo?" La cuestioné apartándome de ella.

"Ellos no saben que eres mi chofer. Nadie sabe quién eres realmente." Me contestó y yo
sentí el enfado crecer dentro de mí.

243
"¿Es por el dinero Camila? ¿De verdad?" Le pregunté tratando de contener mis lágrimas.

"Esto es lo que puedo ofrecerte Lauren. Tú decides si lo tomas o no. Sin embargo, si lo

tomas... No quiero que te metas con nadie más. Sólo conmigo." Impuso sus reglas y yo

gruñí.

"¿Es que no entiendes Camz?" Hablé, dejando que mis sentimientos tomaran el completo

control de mis palabras "Tú eres la única chica que me interesa. No sé cómo o por qué,

porque en realidad eres lo contrario a la chica que esperaba que fuese para mí. Pero aún

así tú eres lo que yo quiero. Te quiero. Quiero estar contigo."

"¿Y lo de Sophie?" Me preguntó en un tono frío pero sin elevar la voz "Estuviste con ella a
mis espaldas. No me dijiste una mierda de lo que estaba pasando entre ustedes."

"Camila, yo no me metí con ella. No tuve nada con ella ¡Ni siquiera la besé! ¡Todo lo hice

por ti!" Espeté molesta porque no podía creer que siguiera estancada en la misma mierda.

"Quise decírtelo pero tú no me escuchaste"

"Sí, claro" dijo sarcástica y empezó a nadar hacia las escaleras de la piscina. "Ya te dije.

Esto es lo que puedo ofrecerte. Si lo quieres bien y si no... Te prometo que haré lo que

sea necesario para que nuestra 'relación' se termine lo más pronto posible y así puedas

joderte a quien quieras."

"¿Por qué haces esto?" Le pregunté saliendo del agua también, siguiéndola hasta que

alcancé a tomarla del brazo y hacer que me mirara "¿Por qué no puedes aceptar que

sientes lo mismo que yo?"

"Yo no sé lo que sientes Lauren. Y tampoco me interesa." Gruñó con la

mandíbula apretada. "Ahora suéltame. Quiero ir a descansar."

Y entonces la solté. Ella envolvió su cuerpo desnudo en una toalla ya que yo había roto su

traje de baño y luego se fue.

FIN DEL FLASHBACK

244
"Bueno, creo que es natural su reacción. Se supone que debías estar preparada para

algo así." Dijo Chris de lo más tranquilo mientras comía otro bocado de panqueques.

"Sí, pero eso no hace que duela menos." Suspiré. "¿Por qué tiene que ser una chica tan

difícil?"

"En realidad ya llevabas la mitad del camino recorrido. No habría sido tan difícil si no lo

hubieras jodido todo con Sophie." Opinó señalándome con su tenedor.

"Gracias por el apoyo, hermano." Mencioné con sarcasmo.

"¡Hablo en serio! Si le hubieras dicho la verdad a tiempo te aseguro que ella hasta hubiera
planeado su venganza contigo."

"No fue venganza. Fue justicia." Corregí "Pero, a final de cuentas eso es lo que menos
importa."

"Oh, no. Créeme Laur. Si Camila te lo sigue recordando es porque es importante para ella

y si es importante para ella entonces es importante para ti. Sólo piénsalo un poco Laur.

La engañaste con la misma chica que su exnovio lo hizo. El mismo exnovio que se la

pasaba detrás de ella, atosigándola y que, según tus propias palabras logra hacer que

Camila se convierta en un gatito asustado."

"¡No la engañé!" Grité enfadada. Incluso asusté a Taylor, haciéndola llorar.

"¿Quieres callarte?" Me preguntó Chris tomando a Taylor en sus brazos. "No queremos

que el señor Cabello se entere de lo que pasa entre su hija y tú. ¿Verdad?" Suspiré

frustrada al escucharlo "Ahora, yo sé que no la engañaste. Incluso es probable que la

misma Camila lo sepa, pero, para ella debió sentirse de esa manera. Debió sentirse

traicionada y humillada. Tienes que ponerte en su lugar y dejar de pensar sólo en ti."

"Ahora resulta que yo soy egoísta. Yo. No la niña mimada y ególatra que---"

245
"Que te tiene completamente loca por ella." Me interrumpió y yo rodé los ojos porque era

completamente cierto "Tienes que trabajar primero en ti misma Lauren. No puedes

pedirle a Camila que deje de ser como es cuando tú sólo está pensando en tus

sentimientos y no en los de ella. ¿Entiendes? Así no funcionan las cosas."

"¿De dónde sacas todas estas cosas, Chris?" Realmente parecía un psicólogo

profesional.

"Veo muchas series de televisión." Dijo con simpleza "Y con el servicio de cable que

tienen aquí creo que veré muchas más." Yo hice una mueca y aparté la mirada "Como

sea, volviendo al tema importante, tienes que recuperar la confianza de Camila, con

acciones, no con palabras. De hecho, te aconsejo que no le digas que la amas otra

vez porque ella lo va a relacionar directamente con lo que pasó cuando se lo dijiste en

el comedor y no creo que eso sea bueno. Para nada."

"Vale, Dr. Corazón, gracias por la consulta." Me burlé.

"Cuando te estés casando con Mila me vas a besar los pies hermana."

[...]

Camila's POV

La música sonaba fuerte en todo el lugar y la luces despampanantes sólo ayudaban a que

me sintiera más desorientada, pero aún así me sentía bien. Estaba completamente fuera

de mí y yo continuaba pidiendo shots.

"Ya es suficiente Camila" Escuché que me decía Lauren mientras me tomaba fuerte por
la muñeca, evitando que tomara mi siguiente ronda de tragos. Ella estaba molesta.

Le había dicho que no saldría este fin de semana. Y de hecho no tenía ganas de hacerlo

pero después de lo que pasó entre ella y yo en la piscina... Bueno, digamos que quería

añadirle un poco de distancia a la situación. Sabía que se molestaría si salía de fiesta sin

246
haberle avisado previamente, a Lauren le molestaba mucho que no respetara sus horarios

y rutinas.

Mi plan era explotar de la mejor manera posible todas las cosas de mí que sabía que ella

detestaba. Así quizás terminaría por alejarla de mí. Mi confianza en ella estaba

completamente rota y si Lauren pensaba que con un par de palabras y haber tenido

sexo iba a tenerme comiendo de su mano estaba muy equivocada.

Por otro lado, sabía muy bien lo mucho que ella me deseaba. Y lo sabía bien porque yo

sentía lo mismo -al menos de eso quería convencerme a mí misma, que sólo era deseo.-

Pero resultaba que precisamente ese deseo hacía que mi plan resultara

contraproducente. Ya que cualquier contacto que tenía con ella hacía que se me erizara la

piel y cuando discutíamos y le gritaba y ella lo hacía más fuerte a mí sólo me daban ganas

de callarle la boca a besos como lo había hecho en el hospital hacía unos meses.

A todo esto, el alcohol no era buen compañero.

Todos mis sentidos estaban hipersensibles y sentir la fuerza de su mano tomando mi

muñeca mientras me miraba tan intensamente con esos ojos verdes un poco aplastados

por su ceño fruncido lograba hacer que me temblaran las piernas.

"Lern Jergi" La llamé entre risas "Tienes que relajarte y tomarte un trago. Mira, tengo

uno... dos... tres... ¡diez! Escoge el que quieras" Le dije arrastrando las palabras y

tambaleándome mientras me reía sin poder evitarlo.

"No quiero nada, Camila. Quiero que nos vayamos." Me dijo con seriedad mientras me
jalaba pero yo me resistía.

"¡Dios! Eres taaaaaaan aburridaaa" Me quejé como una niña. "¿Qué hora es? ¿Las 9?"
Tanteé.

"Son las dos de la mañana Camila. Quiero dormir. Vámonos ya." Me exigió y yo negué.

"¡NO!" Grité y salté hacia la barra para beberme los shots tan rápido como podía.

247
"¡Ya basta!" Me gritó ella y cuando menos lo esperé Lauren me tomó por la cintura y me

cargó como un costal sobre su hombro.

Yo grité y pataleé pero ella no me soltaba.

"Me tienes harta." Dijo ella "Ya me cansó esta costumbre tuya de que te ahogues en

alcohol cada que tienes la oportunidad." Y yo seguí golpeándola en la espalda cuanto más

podía.

"¡Suéltame Lauren! ¡¡Lauren!! ¡Ayúdenme!" Gritaba como desquiciada pero nadie hacía

nada. Algunas personas se nos quedaban mirando pero parecía como si todo el mundo

estuviera acostumbrado a ese tipo de escenas.

"¡Demonios Camila! ¡Cállate!" Me decía ella mientras apresuraba el paso pero yo seguí.

"¡Me está secuestrando! ¡¡¡Alguien ayúdeme!!!"

Y entonces sucedió.

No supe bien qué fue lo que pasó pero cuando me di cuenta mi cara estaba presionada

suavemente contra algo duro y pude percibir algo rodeándome por la cintura. ¿Esos

eran brazos?

"Te dijo que la soltaras y no hiciste caso" Escuché que decía alguien muy pero muy cerca

de mí. Entonces me aparté un poco y pude darme cuenta que estaba recargada en el

pecho de un chico.

"Tú no tienes que meterte en esto. No es tu asunto." Dijo Lauren tomándome de

nuevo por la muñeca. Yo me aferré de nuevo al chico.

"¡Soy un caballero!" Dijo él con fuerza "Y no voy a permitir que te la lleves. No hagas

que me olvide de que tú también eres una chica."

248
"¿Y debería sentirme intimidada por que tú eres un hombre y yo mujer?" Espetó Lauren

hecha una furia. "¡Me importa una mierda lo que tienes entre las piernas!" Luego me miró

a mí a los ojos. Sinceramente me asustó. "Vamonos, Camila."

Pero yo me quedé completamente inmóvil. ¿En qué mierda me había metido? Lauren

hizo un extraño sonido de fastidio con sus labios y luego dio un par de pasos firmes hacia

mí para tomarme del brazo una vez más pero el chico la empujó, haciéndola caer.

"¡Lauren!" Grité como un acto reflejo e iba a inclinarme hacia ella pero antes de que

pudiera hacerlo ella se levantó y se lanzó contra el chico, tomándolo de la camisa y

empujándolo contra una de las mesas. Y efectivamente, el chico se olvidó de que Lauren

era una chica.

Un puñetazo fue a dar directamente a la mandíbula de Lauren, reventándole el labio, pero ella

no se dejó. Lo jaló hacia ella y le dio un rodillazo entre las piernas que lo hizo caer al piso y

entonces se subió encima de él y comenzó a golpearlo hasta romperle la nariz.

Pero la cosa no se quedó ahí, el tipo logró bloquear un golpe de Lauren aprovechando

para girarse sobre ella y cuando estaba a punto de conectar otro impacto en su

bellísimo rostro yo salté sobre su espalda para impedirlo, ganándome un codazo en el

estómago que me hizo caer sobre mis nalgas en el piso mojado.

"¡Eres un maldito imbécil! ¡¿Cómo te atreves a tocarla hijo de puta?!" Escuché que Lauren
le gritaba para volver a caerle encima a golpes.

"¡Perra!" Le gritó el chico y le dio una cachetada que incluso me dolió a mí pero antes de

que pudiera hacer algo más llegaron unos tipos de seguridad del club y los separaron,

echándonos a los tres del lugar.

[...]

"Lauren..." La llamé en voz baja mientras caminábamos hacia el interior de la mansión.

249
"Cállate Camila, no quiero escucharte ahora." Gruñó ella. Me sentía tan culpable. Su nariz

y su labio todavía sangraban. Las costillas le dolían.

"Lauren, por favor." Le dije y ella me ignoró.

Entramos a la casa. La borrachera se me había bajado con todo eso de la pelea y

Lauren ni siquiera intentó darme las buenas noches, o decirme algo como de costumbre.

Simplemente empezó a caminar hacia su habitación. Yo caminé hacia la mía pero me

quedé parada en las escaleras sin sentirme completamente capaz de dejarla así.

Solté un suspiro y caminé hacia el gimnasio que era el lugar más cercano donde tenía un

botiquín de primero auxilios y luego de eso fui hacia las habitaciones de los empleados,

específicamente hacia la de Lauren.

Toqué la puerta pero nadie respondió, así que de todos modos entré y ahí estaba ella, en

ropa interior que consistía en un boxer corto pegado a su cuerpo y un top de algodón que

cubría sus pechos. En otro momento me habría puesto a admirar la imagen que tenía

frente a mí, pero no podía hacer eso cuando ella aún tenía sangre en su cara y había

varias marcas en su estómago y sus costados que pronto se convertirían en moretones.

"¿Qué quieres Camila?" Me preguntó fastidiada mientras se sentaba sobre el colchón de


su cama.

"Lauren, yo..." Empecé a hablar pero no sabía exactamente qué decir.

"¿Vas a decir algo o te vas a quedar ahí balbuceando?" Espetó.

"¿Quieres dejar de ser tan grosera?" Le pregunté molesta. ¿Cómo se le ocurría

hablarme así?

"¿Yo? Joder Camila. ¡Me partieron la cara porque empezaste a gritar que te estaba
secuestrando!"

250
"¡Nunca pensé que algo así podía pasar! ¡Fue un accidente Lauren!" Grité
excusándome.

"Un accidente es golpear a alguien con una puerta cuando esa persona estaba agachada

al otro lado. Decirle a un imbécil que estaba tratando de secuestrarte mientras te

abrazabas a él como si fuera tu jodido héroe es algo completamente diferente, Camila."

"O sea que estabas celosa" Deduje rápidamente. Lauren bufó.

"Si sólo viniste a decir estupideces puedes irte de una vez. Anda."

"No me voy a ir." Afirmé y me senté a su lado en la cama para después abrir el botiquín
y sacar lo que iba a necesitar para limpiar sus heridas.

Ella se quedó quieta, en silencio, mientras yo pasaba el algodón lentamente sobre sus

golpes, quitando la sangre de su nariz y su labio. De repente se estremecía por el

dolor, pero no se quejaba ni decía nada. Tanto silencio me estaba desquiciando.

"Lamento lo que pasó, Lauren..." Le empecé a decir, ella se apartó un poco para poder

mirarme a los ojos porque estábamos demasiado cerca antes. "Pero te juro que no era

mi intención que eso pasara ¿Ok?"

"Bueno ¿Entonces cuál era tu intención?" Me dijo con seriedad.

"No lo sé, estaba ebria. ¿Qué quieres que te diga?" Lauren negó con la cabeza al

escucharme y yo sostuve su mandíbula con mi mano para que no se moviera

mientras seguía limpiando su rostro.

"No me gusta que bebas tanto." Me dijo y yo rodé los ojos.

"No lo hago para gustarte, Lauren." Respondí al tiempo que continuaba con lo mío.

"Igual no tendrías que hacerlo porque ya me gustas." Declaró ella haciendo que me

sonrojara. Entonces sentí como su mano tomaba la mía con suavidad. No como lo había

hecho en el club, sino de forma más cariñosa y cuidadosa para luego llevarla a sus labios

251
y darme un beso en los nudillos. "Sólo que puedes meterte en problemas... Como hoy. O

puedes desarrollar enfermedades o puedes tener un accidente." Yo me quedé callada, no

estaba muy segura de si realmente estaba poniendo atención a lo que me decía porque

estaba demasiado concentrada en sus ojos como para pensar en cualquier otra cosa

"Por otro lado, eres otra persona cuando bebes tanto. No me gusta..."

"¿Por qué no? Soy muy divertida cuando bebo" Le respondí en broma. Ella soltó una
risita.

"Eres divertida cuando estás sobria. Me divierte pelear contigo por tonterías, y cuando

sueltas resoplidos eres muy graciosa..." Siguió hablando apartando un par de mechones

de cabello de mi rostro "Y besas mejor cuando estas en tus cinco sentidos."

"Oh sí, claro. Recuerdo que me robaste un beso estando ebria hace un tiempo."

"Uno, contra todos los que tú me has dado cuando bebes de más." Refutó ella sonriendo.

Su sonrisa me hacía sentir bien. Pero igual rodé los ojos cuando terminó de hablar.

"Sospecho que no son tan desagradables como dices si te pones a sonreírme así." Le

devolví y ella se mordió el labio y se encogió de hombros.

"Nunca dije que fueran desagradables... Dije que besas mejor cuando estás en tus cinco

sentidos."

"¿Quieres besarme ahora?" Le pregunté. Porque yo me estaba muriendo por besarla.

Ella asintió y entonces yo me incliné para darle un beso suave y corto en los labios. No

quería lastimarla. Ella suspiró al separarnos. "Me preocupé por ti durante la pelea."

"¿En serio?" Me preguntó y puedo asegurar que su voz sonó más feliz de lo que ella

esperaba sonar.

"Sí" Admití "Ya te dije que no fue mi intención que eso sucediera. Y aunque me pareció

divertido al principio... Realmente me sentí mal cuando el idiota ese te golpeó. ¿Cómo se

te ocurrió ponerte a pelear a golpes con él? Era más grande que tú y también más fuerte."

252
"No estaba pensando Camila." Dijo ella y yo negué con la cabeza de forma reprobatoria

"Nunca pienso cuando se trata de ti. Parece que esa es una de tus habilidades." Bromeó

y yo sonreí.

"¿Hacer que dejes de pensar?" Ella asintió.

"Y hacer que me meta en problemas y pelee con chicos que no conozco."

"Tienes talento para esas cosas." Dije yo siguiendo su juego "Y a pesar del susto, ahora

soy perfectamente capaz de recordar lo que sucedió y admito que eres sexy cuando te

molestas."

"¿Te parece?" Me preguntó. Su voz sonó ronca y supe que lo estaba haciendo a
propósito.

"Sí, mucho."

"Eso explica por qué te gusta tanto hacerme enfadar." Yo reí ante el comentario.

"Tal vez..." Dije ambiguamente y ella suspiró para después darme un abrazo. Colocando su

cabeza entre mi cuello y mi hombro. Su nariz me hizo cosquillas pero no me reí, mi corazón

estaba latiendo demasiado rápido y mi respiración parecía haberse suspendido.

"Me dieron muchos celos cuando él te abrazó..." Me dijo y yo cerré los ojos ante el

contacto de su aliento con mi piel. "En cualquier otro momento yo... No habría

reaccionado tan agresiva ¿Sabes? Si se tratara de otra persona... Pero contigo siempre

es diferente." Siguió hablando, haciéndome estremecer, mientras ella continuaba

abrazándome fuerte "Incluso yo, habría hecho lo mismo que él de estar en su lugar y...

Creo que eso fue lo que más me molestó... No quiero que ninguna otra persona tome mi

lugar Camila... Quiero ser quien cuide de ti."

"Lauren..." Empecé a decir, quería detenerla. Quería que se callara porque mi

corazón quería salirse de mi pecho en ese momento y eso me asustaba.

253
"No, Camz... Déjame terminar..." Yo tragué saliva y me quedé callada "Te quiero para

mí. Y quiero ser todo para ti. No me importa si por ahora sólo soy la empleada con la que

finges que sales. Tampoco me importa si sólo quieres tener sexo conmigo

ocasionalmente. Puedo vivir con eso... ¿Sabes por qué?"

"¿Por qué?"

"Porque yo sé que puedo hacer que te enamores de mí..." Me tensé en el preciso instante

en que dijo eso pero no pude hacer que dejara de hablar, ella se removió un poco en

nuestro abrazo y continuó "Voy a dedicarme todos los días a lograrlo. No me importa

cuantos golpes reciba por ello, no me importa cuantas peleas vayamos a tener, no me

importa que seas una niña rica, mimada y ególatra. Voy a cuidar de ti y voy a adorarte

hasta que te des cuenta de que ninguna persona podría hacerlo como yo. Y entonces

querrás estar conmigo también..."

"Lauren..." Parecía que esa era la única palabra que mi cabeza era capaz de procesar.

Ella se separó de mí, me miró a los ojos por un instante y me perdí en ellos.

"Es un juramento, Camila Cabello."

Y entonces me besó.

Como sólo ella podía.

254
Capítulo 17

Camila's POV

No hicimos nada esa noche.

Nada más que acostarnos a dormir juntas después de pasar un rato entre un beso y otro.

Lauren estaba demasiado adolorida como para que las cosas llegaran a cualquier otro

punto y yo me sentía bien con eso.

Sin embargo, un par de horas más tarde me desperté y me escapé silenciosamente de

su habitación con mis tacones en la mano para poder entrar a la mía. No podía permitir

que alguien me viera salir del cuarto de Lauren por la mañana y menos usando la ropa de

la noche anterior.

Estaba tan confundida.

Por una parte quería detestar a Lauren, convencerme de que todo entre nosotros era una

mentira que había continuado por beneficio y deseo de ambas. Pero por otro lado,

aparecía ella, siendo tan dulce, mirándome a los ojos de esa forma que sentía que se

colaba hasta mi alma y lograba hacer que creyera en todas y cada una de las palabras

que decía.

"¿Qué voy a hacer contigo, Lauren?" Murmuré mientras tomaba una ducha. Haciendo un

ruego silencioso para que el agua se llevara todas mis inseguridades y mis dudas. Pasé

mis manos por la extensión de mi abdomen. Aún no me sentía bien conmigo y mi cuerpo,

pero al contacto de mis dedos pude recordar la forma en que Lauren lo había besado y

acariciado. La forma en que ella me había hecho suya fue muy distinta a como lo había

hecho con Austin y otros chicos antes. A pesar de la rudeza de la situación, Lauren fue

cuidadosa y logró que a cada segundo me sintiera deseada y protegida. ¿Realmente era

yo lo suficientemente valiosa para que ella me tocara de esa forma?

255
Cerré mis manos sobre mi piel, rasguñándola en el proceso. Aún no me sentía así. Aún

no me sentía como la chica que pretendía que era frente a todos. Todas las mañanas

eran así.

Empecé a llorar. Recordando todos los malos momentos que había vivido. Desde la

manera en que mi madre me retaba por jugar en los jardines de la mansión,

manchándome la ropa o raspándome las piernas, diciendo que esa no era la forma en

que una niña de mi clase debía comportarse, metiéndome a concursos de belleza,

prohibiéndome las golosinas y los chocolates porque decía que debía mantener mi figura

porque esa era la única razón por la que alguna vez alguien podría quererme. Hasta la

manera en que Austin me había repetido una y mil veces cuan insignificante era y cómo

todo el mundo me ponía atención gracias a él. La forma tosca en que sus manos me

tocaban mientras se introducía en mí y decía que cada vez le gustaba menos. Que tenía

que hacer más ejercicio y vestirme mejor para complacerlo. Todo con él fue así cuando

nos quedábamos a solas, cuando nadie nos veía y no teníamos que aparentar ser la

pareja perfecta frente a todos, cuando yo tenía que soportar sus comentarios estúpidos

sobre mí cuando hablaba con sus amigos y me tocaba el trasero de forma descarada

como si fuera un juguete.

Yo me había dejado tratar así por él, porque en el fondo sentía que tenía razón. Que si

me mantenía a su lado podría seguir siendo alguien. Y fue así hasta que me engañó con

Sophie y todo el mundo se enteró de ello. Y él me restregó en la cara cuánto más

complaciente podía ser ella comparada conmigo.

Me arrodillé en el piso de la regadera e introduje dos de mis dedos en lo profundo de mi


garganta hasta que las arcadas empezaron a hacerse presentes en mi estómago.

¿Por qué Lauren se había metido con Sophie también? ¿De verdad era ella mejor que yo?

No podía evitar sentirme enferma al recordar la maldita fotografía. Era verdad, en la foto

Lauren no hacía absolutamente nada más que sostenerla por la cintura y dentro de

256
mí sabía que debía creer en ella. En que ella no me había engañado. Pero mi cabeza no

me dejaba entenderlo, sólo podía repetirme a mí misma lo poca cosa que era.

Comencé a vomitar todo lo que había bebido la noche anterior. El ardor en mi garganta

y en mi nariz fue intenso pero de alguna forma la sensación me hacía sentir mejor. Más

limpia, renovada. Entonces continué haciendo esfuerzo para deshacerme de todo lo que

había en mi estómago y al terminar me quedé ahí, bajo el chorro de agua que se estaba

llevando todo el mal de mí. Dando espacio a que se llenara de nuevo.

[...]

"Camila..." Me llamó mi padre, que estaba sentado en la cabecera del comedor. Tenía

su café y su diario, como siempre. Mientras me observaba con reprobación dibujada en

su rostro al tiempo que yo jugueteaba con mi tenedor sobre la fruta recién picada que

Christopher me había preparado.

Yo asentí con simpleza y llevé un bocado a mi boca. No tenía ganas de comer nada

pero no quería volver a escuchar el sermón de mi padre una vez más por lo tanto

continué comiendo a pesar de que mi estómago estaba tratando de rechazar todo.

"Buenos días" escuché la voz de Lauren en la entrada del comedor. Estaba vestida
con una blusa negra de manga larga y unos jeans de mezclilla rasgados.

"Buenos días Lauren" Respondió mi padre, yo me quedé callada. "¿Necesitas algo?"

"Quería preguntarle a la señorita Camila si tiene planes para hoy." Contestó ella

mirándome a mí esta vez.

"¿Por qué? ¿Tienes algo que hacer?" Le pregunté. No pude evitar sonar un poco molesta.

Me preocupaba pensar en lo que me había dicho cuando estuvimos en la piscina. Eso

acerca de querer estar con alguien.

257
"Sólo tengo que comprar unos materiales que necesito para un proyecto de la

universidad. Me gustaría tomar el coche prestado si es posible." Respondió ella esta vez

buscando la aprobación de mi padre.

"Bueno, si Camila no tiene planeado salir no veo ningún problema..." Dijo él y yo me


apuré a hablar.

"En realidad quería pedirte que me llevaras al centro comercial. Hay algunas cosas que

quiero comprarme." Lauren soltó un suspiro al escucharme y asintió con la cabeza.

"Puedes ir a buscar lo que necesites mientras yo echo un vistazo en las tiendas." Sugerí

y ella asintió.

"Camila tarda horas comprando en el centro comercial" Apuntó mi papá y Lauren sonrió

como diciendo Lo sé a lo que yo rodé los ojos. "¿Por qué no llevas a tus hermanos

contigo? Pueden comprar un helado o ver una película mientras Camila se desocupa."

"No entramos los cuatro en el porsche." Respondió ella "Además no sé si a Camila le


agrade la idea."

"Podemos usar la camioneta de mi padre ¿Verdad?" Acepté indirectamente, en realidad

me agradaba la idea de pasar más tiempo con Chris y Taylor.

"Seguro, hoy no tengo nada que hacer así que probablemente sólo estaré aquí viendo

televisión o algo por el estilo." Dijo él, a veces me daba un poco de pena lo solo que

estaba mi padre. Mi mamá prácticamente vivía de viaje, ya habían pasado dos meses

desde la última vez que la vi.

"Bien." Dijo Lauren "Iré a avisar a Chris para que aliste a Tay y los tres la esperaremos en

la cochera. ¿Está bien señorita Camila?" Me preguntó ella y yo asentí con la cabeza

limpiándome la comisura de los labios mientras ella me observaba. Luego de eso ella se

fue.

"Camila"

258
"¿Sí papá?" Respondí cuando mi padre me llamó.

"Un viejo amigo está de visita en la ciudad. Programe una cena con él para el próximo

miércoles. Voy a pedirte que no hagas planes para esa noche y te unas a nosotros."

Dijo dejando su taza de café con delicadeza sobre el pequeño platito.

"¿Para qué me quieres ahí?" Pregunté un poco fastidiada. Los amigos de mi padre

siempre eran muy aburridos.

"No es una cena de negocios. Sólo queremos ponernos al día." Respondió encogiéndose

de hombros como si no fuera gran cosa "Vendrá con su hijo, es de tu edad. Y creí que no

sería tan desagradable para él acompañar a su padre si tenía alguien con quien hablar."

Yo rodé los ojos.

"O sea que me estás buscando pareja" Gruñí y él sonrió.

"No precisamente hija, aunque no me molestaría. Estoy completamente seguro de que el


hijo de Manuel debe ser un excelente partido."

"Bueno, no importa. No estoy interesada en este momento papá."

"Y yo no te estoy pidiendo que salgas con él. Ese no es el tema. Sólo me gustaría que me

acompañaras ¿Puedes hacer eso por tu padre?" Me pidió con un tono de voz suave y

amable. No pude decir que no. No cuando me había complacido en todas las cosas que le

había pedido recientemente.

"Está bien. Cenaré contigo y tu amigo."

"Excelente"

"Bueno, tengo que arreglarme para salir." Dije para retirarme del comedor y subir a

mi habitación.

Atravesé la puerta de mi recámara y lo primero que hice fue entrar al baño, me miré al

espejo por unos segundos y luego de eso me incliné hacia el inodoro, repitiendo el

259
proceso que había hecho en la regadera para lograr provocarme el vómito. Estaba en

eso, sintiendo como cada trozo de comida regresaba a través de mi garganta y como mi

estómago y mi pecho se movían violentamente, cuando escuché la voz de Lauren al

otro lado de la puerta.

"¿Camila?" La escuché llamarme pero no podía responder "¡Camila! ¡¿Estás bien?!"

Empezó a golpear la puerta.

"¡Vete!" logré decirle, pero no podía hablar más. Estoy segura de que ella podía

escuchar el esfuerzo que hacía para vaciar mi estómago.

Los golpes en mi puerta se hicieron más y más fuertes, yo estaba recuperando la


respiración, hincada a lado del inodoro cuando ella logró romper el seguro y entrar.

"¡Camila!" Dijo preocupada y se arrodilló a mi lado. Yo me limpié la boca con el antebrazo,


levantándome rápidamente.

"¿Qué haces aquí?" Le pregunté molesta "¡Es mi jodido baño Lauren! ¡No puedes meterte

así como si nada!"

"Estaba preocupada por ti Camz" Me respondió inmediatamente, acercandose mí para

tomarme por la cintura pero yo me aparté. "¿Estás enferma? No deberías salir si te

sientes mal. ¿Quieres que llame a un médico?"

"Estoy perfectamente bien Lauren. Además estudio medicina ¿Recuerdas?"

"Y eso no te salvó de ir al hospital por tu anemia." Apuntó ella.

"Cómo sea" Dije para jalar la palanca del inodoro y después lavarme los dientes.

"¿Puedes irte de una vez? Me incomodas" traté de decir, pero apenas se me entendía

debido a que tenía la boca llena de pasta dental. Lauren salió del baño y yo seguí

haciendo lo mío. Cuando estuve segura de que mi aliento estaba bien y mi boca se

encontraba completamente limpia regresé a mi habitación. Lauren estaba sentada en

mi cama.

260
"¿Sigues aquí?"

"Sí, duh. ¿No me ves?" Respondió con sarcasmo, poniéndose de pie.

"Te veo, y eses es precisamente el problema. Creí haberte dicho que te fueras." Le

dije cruzándome de brazos mientras ella se acercaba a mí.

"Sí, pero venía a dejarte un regalo. Algo para alegrar un poco tu día y creo que te vendrá

bastante bien porque juro que si no dejas de fruncir el ceño de esa manera te quedarás

así de por vida." Bromeó y yo estaba a punto de decirle que se largara a esperarme en la

camioneta cuando ella extendió hacia mí una rosa roja que se había mantenido oculta

detrás de su espalda.

Yo la miré incrédula pero ella me siguió sonriendo, acercando la rosa hacia mí un poco

más. Era una flor preciosa. La tomé entre mis dedos con delicadeza y la llevé a mi nariz

para poder aspirar su aroma.

"¿La arrancaste del jardín?" Le pregunté finalmente. Ella sonrió más grande.

"No la arranqué, la corté con unas tijeras" Corrigió como si hiciera alguna diferencia, yo

me reí. "Pero pasé mucho tiempo escogiéndola esta mañana. Quería que tuvieras la

mejor rosa de todas... ¿Te gusta?" Yo asentí con la cabeza en respuesta a su pregunta.

"Es bonita, Lauren. Gracias."

"Bueno, entonces supongo que me iré." Dijo y yo volví a asentir "¿Segura que te sientes
bien Camz?" Preguntó refiriéndose a lo del baño. Yo repetí mi acción.

Lauren me acarició la mejilla y dejó un suave y corto beso sobre la comisura de mis
labios. "La esperaré abajo, Señorita Camila." Me dijo y luego se marchó.

[...]

261
Estaba en una de mis tiendas favoritas dentro del centro comercial. La cajera había

tomado mi tarjeta de crédito para cargar el monto de la ropa que acababa de

comprar mientras yo espera pacientemente.

"¿Te vas a tardar más o prefieres que yo haga tu trabajo?"

"No señorita, ya está listo." Me respondió asustada y yo rodé los ojos arrebatándole mi

tarjeta y colocándola dentro de mi cartera para después tomar las bolsas y salir del local.

¿Dónde estaba Lauren? Los tacones me estaban matando y no era nada cómodo ir por

ahí cargando ese montón de bolsas. En las películas es como una de las escenas más

geniales, esa donde la protagonista gasta como una desquiciada y camina como toda una

perra por los pasillos balancéandose y mostrando las marcas de las bolsas que cargan

con su ropa y zapatos caros. En la realidad era mejor cuando alguien lo hacía por ti.

Pero Lauren no estaba. ¿Dónde coño se había metido?

Caminé un par de minutos hasta llegar a un arcade que se encontraba ahí. Pude

distinguir a Taylor que se encontraba sentada sobre los hombros de Chris mientras

ambos observaban a Lauren jugando un videojuego de carreras de motocicleta mientras

ella estaba montada en el simulador. Se le veía un culo divino. Me mordí los labios y

luego entré a verla jugar también.

Se veía muy concentrada. Chris me sonrió al darse cuenta de mi presencia y


siguió alentando a su hermana.

"¡Acelera Lauren! Te llegan de lado izquierdo" Decía él mientras Taylor sólo se reía por

los movimientos que él hacía al hablar. Lauren cargaba su peso hacia los lados en las

curvas y por un momento me imaginé lo asombrosa que se vería conduciendo una

motocicleta de verdad. "Joder, que sexy" pensé y me quedé imaginando aquello hasta

que escuché un "¡Yay!" que salió de sus labios mientras se erguía sobre el asiento de la

falsa motocicleta y alzaba los brazos celebrando su primer lugar.

262
"Felicidades Lauren, ahora ayúdame con esto" Dije llamando su atención y ella se

bajó rápidamente del juguete para ayudarme con la mitad de las bolsas.

"Hola Camz" me saludó "¿Cuántos millones gastaste?" Me preguntó jugando y yo le

saqué la lengua haciendo una mueca. "¿Quieres jugar?" Señaló la moto y yo negué.

"¡Vamos! Es divertido" Apoyó Chris y yo comencé a dudar.

"Sólo inténtalo" Continuó Lauren y antes de que pudiera negar de nuevo ella me arrebató

mis bolsas, las dejó en el suelo y me cargó para hacer que me montara en la

motocicleta. Chris pasó una tarjeta a través de un lector y el juego comenzó.

"¡Yo no sé jugar estas cosas!" Dije rápidamente intentando bajarme pero Lauren me

sostuvo de la cintura impidiéndome hacerlo.

Lo que dije era completamente cierto. Mamá jamás me había dejado ir a un arcade o algo

por el estilo. Decía que no era algo que las chicas de mi clase hicieran.

"No importa, yo te ayudo." Dijo Lauren y presionó unos botones para elegir una

motocicleta de color azul en la pantalla y una pista cuyo paisaje era desértico. Lo primero

que se vio en la pantalla fue el montón de motos formadas detrás de una línea de

cuadros blancos y negros. Entonces Lauren tomó mi mano derecha y la puso sobre el

manubrio. "Nunca dejes de girar esto hacia ti" Me instruyó haciendo un movimiento de su

mano sobre la mía, haciendo que flexionara mi muñeca, el videjuego soltaba un sonido

de aceleración. "Y aférrate con tus piernas a la moto, yo te ayudaré a girar."

Y entonces así lo hicimos. Yo me mantuve acelerando y ella tomaba la parte trasera de la

moto para ayudarme a inclinarme y tomar las curvas que se mostraban en el display.

Quedé en tercer lugar pero supuse que no estaba tan mal para ser mi primera vez.

Luego de eso todos jugamos varios juegos más. De disparos, de realidad virtual, hockey

de mesa, entre otros. Incluso había un pequeño juego de las tazas donde nos subimos

con Taylor, quien se la pasó riendo y alzando sus bracitos en el aire.

263
Luego de eso decidí invitar a los hermanos Jauregui por unos helados a un local

que estaba no muy lejos de ahí. Yo no tomaría nada porque prefería no comer grasa

pero supuse que Chris y Taylor estarían complacidos.

Caminábamos hacia allá cuando nos encontramos de frente con la persona que
menos quería ver.

"Vaya vaya... Pero si son Camila Cabello y Lauren Jauregui..." dijo la rubia.

"Vaya vaya, pero si es la zorra más grande del campus... ¡Ay! Perdón ¿Te

expulsaron verdad?" Dije con burla para después reírme sonoramente en su cara.

Sophie sonrió soberbia.

"¿Te cala que Lauren haya estado conmigo también?"

Esperaba que Lauren lo negara de inmediato gritando un "¡Yo no me metí contigo!" pero a

cambio de eso escuché una ronca risa salir de su garganta.

"Sophie, Sophie, Sophie" Canturreó Lauren "Enserio, debes bajarte de la nube en la que

estás si sigues creyendo que yo alguna vez quise estar contigo. Nunca me has gustado y

nunca lo vas a hacer"

"¿Ah no? ¿Y cómo le llamas a nuestros encuentros en mi camioneta o en el taller?"


Preguntó ella hacia Lauren.

"Lo llamó lo peor que he tenido que vivir en mi vida. Y mira que esos encuentros sólo

consistieron en tenerte frente a mí ofreciéndote como si fueras simple mercancía"

Respondió Lauren y Sophie iba a decir algo pero mi chica fue más rápida "Quiero que

abras muy bien los ojos y mires aquí " Dijo ella señalándome completamente "Camila es

todo lo que tú nunca serás. Es hermosa, inteligente y talentosa y no necesitó nunca

comportarse como tú para llamar mi atención. Así que, en lugar de perder tu tiempo

tratando de convencerla de cosas que nunca pasaron, te aconsejo que comiences a ser

264
más como ella, así quizás algún día logres valer la pena para alguien." Espetó Lauren y

yo me sentí más poderosa que nunca, mientras Chris se reía de la situación.

"¡¿De qué te ríes mocoso idiota?!" Gritó Sophie enfadada y Lauren se atravesó en

su camino hacia Chris.

"No le hables así a mi hermano porque me voy a olvidar del poco respeto que te tengo."

Dijo con seriedad mientras su mandíbula se mantenía apretada en cada palabra. "Lárgate

Sophie, deja de molestarnos. Deja de querer llamar la atención con tus escenitas

estúpidas que a nadie le interesan. Búscate un nuevo propósito de vida que no sea tratar

de arrebatarle a Camila lo que es suyo ¿Porque sabes qué es lo que logras con eso?

Parecer una pordiosera que va recogiendo sus migajas."

"¡No te permito que me hables de esa forma!" Espetó la rubia levantando su palma hacia

la mejilla de Lauren pero ella la detuvo antes de que hiciera contacto.

"No necesito tu permiso. Ya lo hice. Ahora vete Sophie." Escupió Lauren y Sophie salió de

nuestro camino no sin antes dedicarnos una mirada que, de haber sido físicamente

posible, nos habría enterrado tres metros bajo tierra. Una vez que estuvo lejos Lauren

suspiró.

"Ahora de verdad necesito ese helado, Camz. Esto me ha dejado un mal sabor de boca."

Yo asentí con la cabeza y pronto los cuatro estuvimos de camino hacia la heladería de

nuevo. Me coloqué al mismo nivel de Lauren y me acerqué a su oreja.

"Yo puedo ayudarte con ese mal sabor de boca que tienes... ¿Más tarde en la piscina?"
Le insinué con un susurro en el oído y ella sonrió para después morderse los labios.

265
Lauren's POV

El encontrar a Camila vomitando esta mañana me había preocupado sinceramente.

Esperaba que mis sospechas sobre su comportamiento fueran equivocadas pero

realmente no podía estar segura. Había estado investigando en internet acerca de

la bulimia y muchos de los síntomas coincidían con las acciones de Camz.

Sin embargo, después de la salida que habíamos tenido en el centro comercial junto a mis
hermanos había terminado por llenar mis pensamientos de cosas mucho más positivos.

Estaba con mi traje de baño ya puesto mientras caminaba hacia la piscina privada de

Camila de forma sigilosa para que nadie me viera entrar ahí. Atravesé la entrada y lo

primero que vi fue su toalla extendida en uno de los camastros, entonces levanté la

vista esperando encontrarla, pero nunca imaginé que la encontraría de esa manera.

"¡¡¡Camila!!!" Grité y de inmediato me zambullí en el agua, nadando hasta su cuerpo


que se encontraba medianamente hundido en la piscina.

La cargué en mi hombro llevándola hasta la orilla de la alberca y colocando su cuerpo en el

mármol para después salir del agua y verificar su pulso. No lograba sentir sus latidos.

"Camila, no te vayas por favor" Rogué sin recibir respuesta para


inmediatamente comenzar a practicarle un RCP.

Presioné su pecho en repetidas ocasiones para después darle respiración de boca a

boca. No funcionaba. "Vamos Camila, quédate conmigo" Le pedí repitiendo el proceso.

Mis lágrimas amenazaban con escaparse de mis ojos pero tenía que mantener la calma y

hacer esto bien.

Volví a darle respiración de boca a boca y falló una vez más.

"Camz... Camz" La llamé desesperada una y otra vez mientras sostenía su rostro entre

mis manos "Te amo Camz... regresa porfavor" Sentía que mi propio pulso se estaba

266
desvaneciendo. Me aterraba la idea de perderla pero no podía permitirme ser débil en ese
momento, ella me necesitaba.

Hice todo una vez más y mientras unía mi boca a la suya por tercera vez después de

haber presionado su pecho con fuerza. Logré sentir como ella se movía bruscamente

debajo de mí. Me aparté inmediatamente, ayudándola a girar su cuerpo para que pudiera

sacar toda el agua que había inundado sus pulmones.

Entonces me permití llorar. Estaba viva.

"Joder Camz...” Sollocé. Ella tomaba grandes bocanadas de aire ahí sentada en el piso y

cuando logró estabilizarse le di un fuerte abrazo. Sintiéndome la mujer más afortunada del

mundo por poder tenerla ahí conmigo. Ella estaba llorando.

"Lauren..." Chilló ella en mi hombro y yo acaricié su espalda con cariño. Haciéndole


saber que estaba ahí con ella.

"Tranquila amor, estoy aquí. Todo estará bien Camz..." Le dije, sin medir mis palabras,

sólo concentrándome en ella y en su bienestar.

Estuvimos así abrazadas por un rato, hasta que se calmó y nos separamos.

Guardamos silencio un momento y entonces decidí preguntar.

"¿Qué fue lo que pasó Camila?" Ella apartó su mirada.

"Nada..." Murmuró, yo la tomé del mentón para hacer que me mirase a los ojos.

"¿Cómo que nada? Casi mueres Camz... Pudiste haber muerto si yo hubiera tardado unos

minutos más en aparecer." Ella sonrió amargamente.

"Supongo que eso te convierte en mi héroe, Lauren."

"No estoy para bromas Camila. Dime que pasó. Por favor" Ordené con seriedad
pero luego suavicé mi tono. Ella suspiró.

267
"Estaba a punto de lanzarme al agua para nadar antes de que llegaras y yo... No lo

sé, simplemente todo se puso oscuro y no sé más."

"Te desmayaste..." Concluí y ella soltó otro suspiro.

"No es nada grave."

"Oh no. No me salgas con esa mierda Camila. Vamos a llamar a un médico para saber

que es lo que está pasando contigo." Sentencié intentando ponerme de pie pero ella

me detuvo.

"No Lern, por favor no" Me pidió sus ojos parecían estar rogando.

"Camila es por tu salud." Argumenté pero ella siguió negando.

"Por favor, Lauren. Por favor, te lo ruego."

"Camz..."

"Al menos esta noche. Por lo menos hoy déjame estar tranquila. No quiero ver un

médico, no quiero regresar al hospital Lauren... Por favor..." Pidió de nuevo esta vez

abrazándose a mí al finalizar y no pude negarme.

"Está bien..." Acepté y di un profundo respiro mientras me apartaba de ella. "Por ahora

olvidémonos de la piscina ¿Vale? Creo que ya hemos tenido suficiente." Ella asintió.

"¿Me acompañas a mi habitación?" Me preguntó en un tono dulce e incluso inocente.

"Seguro que sí Camz..." Acepté ayudándola a ponerse de pie para después ser guiada

por ella hasta su habitación mientras entrelazábamos nuestras manos.

268
Capítulo 18

Lauren's POV

Tenía la espalda de Camila pegada a mi pecho desnudo. Su cadera se encontraba muy

cerca de mi pelvis y mi brazo rodeaba su diminuta cintura mientras nuestras piernas se

complementaban como piezas de un rompecabezas.

En esa posición podía recibir toda la calidez que su cuerpo emanaba. Podía sentirla

tan cerca de mí que daba la sensación de ser una sola persona. Lo habíamos hecho

esa noche y había sido tan maravilloso como la primera vez. Incluso más.

La había tocado con sumo cuidado y cariño. Quería que se enterara, sin palabras, lo

mucho que celebraba que estuviera viva. Que estuviera compartiendo conmigo ese

momento. Quería que se sintiera amada y valiosa. Y a pesar de que no compartimos

frases afectuosas mientras nos hacíamos la una de la otra, podía darme cuenta en la

forma en que me miraba lo mucho que la complacía y cuan segura se sentía ella entre

mis brazos.

Mis labios la habían recorrido completa, de forma cálida y paciente y mis manos la

habían tocado como si fuesen pinceles y su piel un lienzo en blanco donde estaba a

punto de crearse una completa obra de arte. Aunque claro, Camila ya era arte por si sola.

Ella se había quedado dormida un rato después de terminar, cuando nos acomodamos la

una junto a la otra en su cama y habíamos compartido caricias suaves y besos cortos

que la habían hecho caer rendida. Supe en ese momento que eso terminaría

convirtiéndose en una costumbre.

El colarnos una en la habitación de la otra. Y no me molestaba.

No me molestaba en lo absoluto.

269
A pesar de saber que ella no quería que lo nuestro fuese más que sexo. Eran momentos

como estos, en los que me permitía quedarme a su lado en lugar de hacer que me

marchara de su habitación, cuando podía notar su respiración acompasada y dejar que la

mía se sincronizara con la suya... Eran momentos como estos los que me dejaban saber

que todo estaba bien. Que lograría hacer que Camila aceptara sus sentimientos hacia mí.

Que solo necesitaba algo de paciencia y cuidados. Como un jardín.

Su cuerpo se veía tan frágil como hermoso. La luna iluminaba perfectamente la

pronunciada curva de su cintura, provocando un efecto de claroscuro simplemente

soberbio. Me preocupaba en demasía que ella no pudiera ver cuán maravillosa era y que

en su afán de verse bien terminara desturéndose. Incliné mi cabeza un poco y besé su

espalda, el punto exacto donde su espina se unía con su cuello, justo entre sus

hombros.

Camila era la mujer de mi vida y yo lo sabía perfectamente.

Quería ser mejor por ella.

Quizás no lograría tener tanto dinero como su padre. Quizás ni siquiera como alguno de

nuestros compañeros de la universidad, pero me esforzaría, me esforzaría cuanto fuera

necesario para darle lo más cercano a lo que ella estaba acostumbrada.

Papá me dijo una vez que cuando te enamorabas cambiabas por el ser amado. Porque

querías ser la mejor versión de ti mismo y así asegurar su felicidad. Yo quería hacer eso

para Camila. Y si el dinero era tan importante para ella, entonces conseguiría tenerlo. Si

quería que me vistiera mejor lo haría. Si quería que aprendiera todos sus modales de

niña rica, lo haría.

Haría todo para convertirme en la mujer de su vida. Cualquier cosa.

Y, aunque sabía que de alguna manera podía estar en desventaja porque, había un

montón de gente a su alrededor que ya poseía todo eso, también sabía a la perfección

que yo era la única que la amaba de esta manera y que eso era algo que nadie más

podría ofrecerle. Entonces, yo era su mejor opción. O al menos me encargaría de serlo.

270
"Seré tu mejor opción Camila..." Le susurré, sabiendo perfectamente que ella no podía

escucharme porque estaba profundamente dormida "Voy a dar todo de mí cada día para

mejorar y un día seré tan perfecta para ti que no podrás rechazarme, porque serías

demasiado estúpida si lo hicieras." Terminé y luego me reí ante lo ególatra que había

sonado eso.

"Te amo Camz..." Susurré para acomodarme en la cama, acercándola más a mí y


dejando un beso en la cima de su cabeza para finalmente volver a intentar dormir.

[...]

"¡Mierda!" Escuché a Camila gritar bajito. Y lo siguiente que sentí fue mi


cara estampándose contra el piso de su habitación.

"¡Oh mi Dios!" Dijo la voz de Martha alarmada. "¡Señorita Camila por favor discúlpeme!" Y

yo me arrastré debajo de la cama de Camila esperando que el ama de llaves de la

mansión no me hubiese visto.

"Descuida Martha, ya puedes mirar" Respondió Camila.

"¿Se siente usted bien, señorita?" Preguntó la mujer y pude ver sus pasos acercarse

desde donde estaba-

"Em... Yo... Si, claro, perfectamente. ¿Por qué?" Dijo Camila con nerviosismo en su voz.

"Bueno... su aspecto..." Articuló Martha de forma ambigua. "Está usted muy roja"

"Oh bueno... Leí... Leí en internet que dormir desnuda es bueno para la salud." Mintió

Camz y yo tuve que ponerme las manos sobre la boca para no carcajearme "Y... Creo que

es natural ponerme roja si irrumpes en mi habitación sin llamar a la puerta antes."

Contraatacó esta vez su voz sonando más naturalmente altanera.

"¡Sí! Tiene usted toda la razón Señorita Camila"

271
"Que no se repita" Ordenó ella y yo me mordí la mano para no reír "Como sea ¿Qué

haces aquí?"

"Oh, si, claro. Venía a informarle que el joven Christopher ya ha preparado su desayuno

y está servido en el comedor."

"Muy bien, Martha. Puedes retirarte." Dijo Camila y respiré aliviada al ver a Martha

hacer su camino hacia la puerta de la habitación. Sin embargo se detuvo en el marco y

se giró ligeramente hacia Camz una vez más "Disculpe... Señorita."

"¿Si?"

"Um... James me ha informado que Lauren no ha aparecido por la cochera para pulir

su auto. ¿Tiene idea de dónde podría estar? Si se retrasa podría llegar tarde a clases,

señorita."

"¡¿Cómo voy a saber dónde mierda se ha metido si me acabo de despertar?!" Espetó

Camila fingiendo estar furiosa. "Más le vale aparecer porque no pienso llegar tarde a la

universidad por su ineptitud."

"Tiene razón señorita. Perdóneme" Respondió Martha asustada y salió de la habitación lo

más rápido que le dieron sus pequeños pies. Yo empecé a reír sonoramente.

"¿Y tú de qué te ríes?" Me preguntó asomando su cabeza debajo de la cama mientras ella

se mantenía sobre el colchón. Yo giré sobre mi espalda en el piso, quedando boca arriba

y usando mis piernas para empujarme hacia atrás para poder dejar mi cabeza al parejo de

la suya.

"¿Mi trabajo no cumplió con sus expectativas anoche, Señorita Camila?" Dije con

sugestión y sorna a partes iguales. Camila rodó los ojos pero después sonrió. "A mí

me pareció que estaba muy satisfecha" Continué jugando "Pero si quiere puedo

repetirlo todo..."

272
"¿Cuándo?" Preguntó ella inclinando su cabeza un poco más hacia abajo, nuestras

narices casi se tocaban.

"Ahora mismo si usted quiere." Afirmé.

"No tengo mucho tiempo" Dijo ella continuando con la broma "Tengo que verificar que mi
incompetente chofer haya pulido mi auto."

"No necesito mucho tiempo... Deme cinco minutos y le prometo que terminará tan feliz

que lo que menos va a importarle será el brillo de su coche." Alardeé y ella arqueó

una ceja, genuinamente divertida.

"¿Ah si? ¿Estás segura?" Yo sonreí de medio lado al escuchar el tono juguetón de su voz.

"Mi lengua es muy buena puliendo otros asuntos, así que sí. Estoy segura." Camila estalló

en una carcajada y se echó sobre su espalda en la cama mientras yo salía de mi

escondite para poder subir al colchón y colocarme sobre ella. "Eres un asco, Jauregui" Me

dijo bromeando mientras sus manos iban a parar a mi cintura desnuda.

"Tal vez" Acepté "Pero sabes que no estoy mintiendo." Completé presumiendo y ella se

irguió ligeramente para poder besarme en los labios apenas por un instante para después

ir separándose de mí mientras jalaba mi labio inferior entre sus dientes.

Cuando finalmente se separó por completo, volvió a acomodar su cabeza en la

almohada, me miró a los ojos y dejó una de sus manos justo en medio de mis pechos.

"Pruébalo..." Dijo ella y casi pude ver en cámara lenta la forma en que sus labios se

movieron para pronunciar esa palabra. "Pruébalo y entonces... Puede que considere no

despedir a mi chofer por su ineptitud."

Yo me reí casi en completo silencio y luego tomé la mano que reposaba en mi pecho entre la

mía para llevarla hasta mis labios y besar sus nudillos. Era algo que siempre hacía con ella.

Un gesto que me había salido de lo más natural desde que habíamos empezado a fingir ser

novias y que últimamente me había imaginado hacer por el resto de

273
mi vida. Quería besar sus nudillos cuando le pidiera ser mi novia oficialmente. Quería

besar sus nudillos el día de nuestra boda y quizás... Sólo quizás, si tuviéramos un hijo,

hacer lo mismo el día de su nacimiento. Quería vivir todos los mejores momentos de mi

vida con Camila tomando mi mano y ser capaz de demostrarle con un solo beso, con un

solo gesto, que la seguía amando como desde el primer momento.

"Después de esto estará tan contenta que seguramente su chofer conservará su empleo

por el resto de su vida." Me burlé y comencé a descender con besos suaves y húmedos

hasta su bajo vientre.

[...]

"¡Dijiste cinco minutos Lauren!" Me gritó Camila mientras corríamos juntas por los jardines

del campus para poder llegar a tiempo a nuestras respectivas clases.

"¡Sí, pero que tú quisieras repetir una y otra vez no es culpa mía!" Refuté corriendo
más rápido después de que ella me diera un manotazo en la espalda.

"¡Dios! ¡Te odio Lauren!" Gritó ella fingiendo molestia y yo sonreí más grande. Se

veía hermosa.

Llegamos hasta el punto donde siempre nos separábamos para ir cada quién a sus clases

pero antes de que se fuera alcancé a tomarla por el brazo y atraerla hacia mí antes de

que se fuera. Ella iba a decirme algo pero no se lo permití, simplemente estampé mis

labios contra los suyos y de forma casi instintiva ella pegó un brinco para terminar

enredando sus piernas en mi cintura tal como lo había hecho esa mañana mientras

compartíamos la ducha.

Luego de unos momentos se separó de mí, bajó sus piernas y yo solté mi agarre en sus

muslos para poner mis manos en su cintura. Me miró a los ojos y luego a los labios, sonrió.

Entonces llevó su pulgar delicadamente a la comisura de mis labios y con la yema

274
comenzó a frotar mi piel un par de veces para limpiar los residuos que su labial

había dejado justo ahí.

Tomé su mano antes de que se apartara y besé sus dedos una vez más. Luego de eso

volvió a echar a correr en tacones y yo me quedé como idiota viéndola marcharse.

[...]

"Pero mira esa sonrisa..." Dijo Ally justo a mi lado "¿Puedes hacer que deje de brillar

tanto? Va a dejarme más ciega que cuando miré directamente el proyector del profesor

Crenshaw" Yo me reí al escucharla. Realmente le había impedido ver por varios minutos,

Ally enloqueció, salió corriendo y se cayó por las escaleras, pero no le pasó nada grave.

"Estoy enamorada" Dije y suspiré profundo para después sonreir incluso más grande que
antes.

"Lo noto" Me dijo ella con una media sonrisa que parecía más una mueca.

"Ally, se que Camz no te agrada. Y puedo entender perfectamente que la odies, pero... Yo

sé que hay cosas buenas en ella. Estoy muy segura." Le respondí. No me agradaba que

mi mejor amiga no estuviera de acuerdo con mi relación con mi futura novia.

"No la odio Lauren" Me contestó y yo la miré realmente interesada en lo que acababa

de decir "En realidad espero que tengas razón y ella sea mejor persona de lo que

aparenta ser. Es sólo que... En primer lugar temo que te lastime."

"Eso ya me lo habías dicho" Le recordé "¿Qué más pasa?"

"En segundo lugar... Realmente la extraño ¿Sabes?" Me confesó "Fuimos amigas muy

cercanas mucho tiempo y yo de verdad la quería. El que las cosas vayan tan bien entre

ustedes me da esperanza de que tal vez podamos ser amigas de nuevo... Igual con

Dinah, Normani y los chicos..."

"¿Ellos también eran tus amigos?" Ally asintió ante mi pregunta.

275
"Sí, pero... Bueno, sé que le tenían o le tienen algo de temor a lo que pueda hacer Camila

si se rebelan en su contra."

"Haces que suene como si fuera una tirana y no lo es" Respondí tratando de no

sonar enojada "Si ellos no te apoyaron es porque... Son tontos." Concluí.

"Todos cometemos errores Lauren. Sólo quiero recuperar a mis antiguas amistades... "

"¿Y por qué no te acercas a ellos?" Sugerí.

"No creo que sea lo mejor. No cuando Camila aún no está interesada en algo que tenga
que ver conmigo. Me odia."

"No te odia" Le dije con firmeza.

"¿Cómo puedes estar segura?"

"A mí también me dice que me odia y me lo creí por mucho tiempo pero ahora estoy

segura de que siente algo por mí. Puede ser igual contigo. Tal vez está arrepentida de lo

que hizo pero es demasiado cabeza dura y orgullosa como para aceptarlo." Expliqué y

sonreí al imaginar que Chris estaría orgulloso de mi deducción. "Por otro lado, Ally. Me

siento afortunada de tenerte como amiga." Ella se sonrojó al escucharme.

"¿De verdad?" Yo asentí con la cabeza.

"Sí. Eres tan dulce y generosa... Y sabes perdonar, a pesar de lo que todos los que

considerabas tus amigos te dieron la espalda, incluso quieres recuperarlos. Tienes un


corazón gigante."

"Y tú siempre vas a tener un lugar en él, Laur."

"Igual que tú en el mío Allycat, siempre."

[...]

276
Camila estaba sentada en mis piernas mientras yo le daba de comer unos trocitos de
bananas en la boca bajo la atenta mirada de los chicos. Luis y Troy se reían bajito.

"Si sigues así las chicas nunca querrán salir con nosotros" dijo Luis y Troy levantó
las palmas de sus manos en aprobación.

"¿Por qué?" Pregunté y Normani y Dinah se rieron.

"Eres más linda y atenta con tu novia que cualquier chico del campus. Camila es

la envidia de todas." Respondió Dinah.

"¡Tú tienes novio!" Apuntó Camila a la rubia.

"¡Sí! Pero necesito que se haga amigo de Lauren para que me trate como ella lo

hace contigo. ¡Oh por Dios son tan lindas!"

"¿No eres tú la misma Dinah que trató de partirme la cara cuando se armó todo el drama

con lo de Sophie?" Le pregunté en broma. Camila se quejó.

"Ugh, no la menciones. Se me revuelve el estómago de sólo pensar en lo desagradable

que es."

"Sí pero eso fue antes de enterarme de que todo fue una estrategia para limpiar el nombre
de Camila" Aceptó Dinah "¡Yo soy la mayor Camren Shipper de todas!"

Todos nos reímos ante sus comentarios.

"Deberíamos celebrar que ya todo el drama se acabó" Dijo Normani.

"¡Yeah! ¡Fiesta!" Apoyó Luis, emocionado y Dinah bailó en su lugar.

"Deberías hacer una fiesta en tu departamento" Propuso Troy mirándome y yo


negué rápidamente.

"No puede, el lugar es pequeño y sus hermanos están ahí así que no sería
apropiado." Dijo Camila salvándome.

277
"Ustedes sólo quieren un pretexto para salir de fiesta." Dije, porque era cierto.

Normani asintió de acuerdo conmigo.

"No puedes culparnos" Se metió Troy "Es lo mejor que tenemos para hacer los fines

de semana."

"Bueno bueno, hagamos una fiesta en mi casa." Habló Camila y yo la miré sorprendida.

"¡Boom! De eso es de lo que estaba hablando Mila, tú nunca decepcionas" Dijo Luis y
chocó los cinco con ella.

"Pero Camz..." Y como si supiera perfectamente lo que iba a decir, me interrumpió.

"Papá saldrá de viaje en unos días. Tiene que ir a una reunión para checar asuntos de

sus inversiones en las empresas donde es socio..." Explicó con un gesto de aburrimiento

en el rostro "El punto es que con mamá y papá de viaje puedo hacer lo que quiera en la

mansión. Una fiesta entra completamente en ello."

"Entonces está hecho" Asumió Troy.

"¡Fiesta en la mansión Cabello!" Gritaron Normani, Dinah y Luis al unísono. Yo suspiré.

Por alguna razón no estaba muy convencida de que eso fuera una buena idea. Y supongo

que Camila debió haberse dado cuenta por la forma inconsciente en que mis dedos

presionaron su cintura porque ella se acercó a mi oído para susurrar un par de palabras.

"Todo estará bien Lern, no tienes de qué preocuparte. Sólo es una fiesta."

"Vale" Acepté y ella me dio un beso corto en los labios que nos valió regresar al tema

inicial de conversación. La perfecta pareja que hacían Lauren Jauregui y Camila Cabello.

278
Camila's POV

"Ugh..." Me quejé ganándome una mirada molesta de mi padre. Era miércoles por la

noche, lo que significaba que su antigüo amigo llegaría pronto junto con su perfecto hijo el

cual mi padre insistía en querer presentarme.

"Vamos Camila ¿Puedes cambiar esa cara? Tampoco es como si tuvieras mejores

cosas que hacer aquí en la casa."

"Oh padre, si supieras todo lo que he hecho con Lauren en esta casa no estarías tan

seguro de lo que acabas de decir" quise responder pero opté por quedarme callada. Y es

que era verdad, en pocos días Lauren y yo habíamos puesto manos a la obra para tener

sexo en cada rincón de la mansión. Bueno, ese era el plan, pero no habíamos tenido

tiempo suficiente para lograrlo.

"Vale, pero sólo será durante la cena ¿Okay?" Puse mi límite "No pienso quedarme a

charlar en la sala sobre cómo sus negocios han llegado al exito que tienen ni todas esas

cosas."

"Puedes hablar con Shawn acerca de temas que a los chicos de su edad les interesen"
Dijo mi padre y yo hice un gesto de asco.

"Conozco los temas de interés de los jóvenes papá, tengo amigos, no necesito más."

"Eres tan grosera" Yo rodé los ojos y estaba a punto de largarme a mi habitación
cuando el timbre sonó.

"Listo, compórtate como la señorita que se supone que eres." Dijo, obligándome a poner
una sonrisa en mi rostro mientras Martha corría abrir la puerta.

Un hombre alto apareció, vestido de forma muy similar a mi padre, casi de traje.

Mientras que detrás de él aparecía un chico con unos jeans grises, zapatos negros, una

camiseta de manga larga color vino y una chaqueta casi del mismo tono de los jeans. Su

cara se me hizo conocida...

279
"Mierda"... Murmuré, ganándome otra mala mirada de mi padre.

Era el chico del club.

El que había golpeado a Lauren.

Capítulo 19

Camila's POV

"¡Alejandro Cabello!" Dijo el hombre alegremente mientras se acercaba a mi padre con los

brazos completamente abiertos. Ambos tipos se abrazaron dando poderosas palmadas en

sus espaldas.

"Manuel Mendes" Lo llamó mi padre con una gran sonrisa en su rostro "Hace tanto
tiempo" mencionó con nostalgia mientras el hombre asentía de acuerdo.

El chico del club se quedó mirándome un momento, evidentemente me había reconocido. Yo

hice una mueca y luego llevé mi dedo índice a mis labios para pedirle de forma sutil que no

dijera nada acerca de lo sucedido, él me guiñó un ojo mientras me sonreía.

Por la aparente tranquilidad del chico supuse que aún no había visto a Lauren pero no

podía tener la certeza de si Lauren lo había visto a él o no. Joder, sólo esperaba que a

ninguno de los dos se le ocurriese hacer un escándalo.

"Mira, te presento a mi hija, Karla Camila" dijo mi padre cuando se separaron dándome
la mano en un caballeroso gesto para que diera un paso hacia el frente.

"Vaya, pero si es una señorita muy hermosa" Dijo él hombre, yo le dediqué una
falsa sonrisa.

280
"Él es mi amigo Manuel Mendes, estudiamos juntos en el instituto." Explicó mi padre y yo

di un pequeño asentimiento con la cabeza.

"Y este..." Comenzó a decir el hombre poniendo una mano en la espalda del chico del
club "Es mi hijo Shawn."

"Un placer" dije extendiendo mi mano hacia él quien la tomó en la suya con delicadeza y

se inclinó para dejar un beso en el dorso.

"El placer es mío, Camila."

Su beso se prolongó de una forma exagerada pero nuestros padres estaban demasiado

entretenidos con su conversación de ancianos como para notar la interacción entre

nosotros. Yo aparté mi mirada cuando mi incomodidad alcanzó su límite y me encontré

con Lauren, quien podía adivinar que había visto toda la escena recargad en un pilar de la

mansión.

Yo miré de nuevo hacia abajo, encontrándome directamente con los ojos marrones de

Shawn y entonces aparté mi mano, liberándola de su agarre. Cuando volví a buscar a

Lauren ella ya no estaba.

"Jodida suerte" pensé.

"Bueno bueno" Dijo mi padre llamando nuestra atención. "Creo que lo mejor será que

nos pongamos cómodos mientras la cena está lista. ¿Cierto?"

"Me parece excelente" Acordó el señor Mendes y entonces mi padre nos guió hasta el

living.

Estuvimos ahí por un rato, Shawn y yo no participamos casi nada en la conversación

de nuestros padres pero ellos juraban que sí, pues de vez en vez buscaban nuestro

apoyo para corroborar ciertas anécdotas.

281
Pronto, Martha apareció en la entrada de la sala de estar para anunciar que la cena ya se

encontraba lista y que podíamos pasar al comedor.

Todo estaba colocado de forma excelente. Los cubiertos y servilletas puestos en su sitio,

la iluminación y los manteles sin ninguna falla. Parecía un restaurante cinco estrellas. Mi

padre ocupó la silla principal del comedor, su amigo se sentó a su lado izquierdo y yo a

su lado derecho mientras que Shawn se colocó a lado de su padre.

Me sorprendí cuando vi a Chris vestido como parte de la servidumbre mientras traía los

platos en una bandeja de plata reluciente y los iba poniendo uno a uno en el lugar

indicado deseándonos una excelente cena a todos y haciéndonos saber que se

encontraba completamente a nuestra disposición para cualquier cosa que necesitáramos.

Cuando Chris se retiró mi padre volvió a entablar conversación, esta vez dirigiéndose a
Shawn.

"¿Entonces ahora qué estás estudiando Shawn?" Le preguntó y yo me llevé una

cucharada de sopa a la boca mientras escuchaba la respuesta del chico.

"Por ahora nada, estuve de viaje el último año." Dijo él y su padre sonrió orgulloso.

"Mi hijo es todo un aventurero. Juro que no para. Ha recorrido más países en dos años

que yo en toda mi vida y ni se diga de su afición por los deportes extremos" Contó el

hombre y mi padre me dedicó una mirada que en silencio me ordenaba que participara

en la conversación.

"¿Practicas alguno?" Le pregunté a Shawn, él asintió.

"Varios, pero mi favorito es el alpinismo. Me encanta sentirme en la cima del mundo. Soy
un conquistador." Dijo con soberbia y yo quise vomitar.

"Sin duda" Apoyó su padre y yo quise vomitar.

282
"Sin embargo planeo estudiar una maestría en comercio extranjero." Añadió Shawn "Ya

tengo mi carrera completa en administración de empresas y estuve haciéndome cargo de

uno de los puestos más importantes en la compañía de mi padre."

"Nuestras ganancias se incrementaron en un cincuenta por ciento desde que entró. Es


un joven muy emprendedor."

"Vaya eso es impresionante" Halagó mi padre y juro que yo quería largarme en


ese momento. Todo era taaaaan aburrido.

La conversación era un jodido círculo que sólo giraba en torno a las empresas, el bufete, y

la asombrosa personalidad de Shawn. Mi padre no hablaba mucho sobre mí, no tenía

nada de lo qué sentirse orgulloso. Y mientras más avanzaba la velada yo me sentía cada

vez más hastiada e insignificante.

"Hombres..." pensé mientras rodaba los ojos y continuaba comiendo lo que ahora era el
plato fuerte. Ya no quería comer. Mi estómago lo estaba rechazando todo.

"Oye" dijo Shawn llamando a Chris que se había mantenido de pie a unos metros de la

mesa escuchando toda la conversación mientras esperaba alguna orden. "A la señorita

Camila no le gusta lo que le han preparado. Tráele algo más." Dijo en un tono que

parecía cortés pero a mí me pareció de lo más ofensivo.

Chris iba a acercarse a mí pero lo detuve.

"¿Cocinaste tú Christopher?" Él asintió "Pues está delicioso. Me encanta." Le dije y

continué comiendo mientras él regresaba a su lugar. No estaba mintiendo la cena había

quedado excelente, aún no entendía por qué era él quien había preparado la cena y quien

estaba atendiéndonos peros supuse que habría una razón que averiguaría más tarde.

Comencé a devorar todo sin importar lo mal que me sentí por dentro. Chris no se merecía

que despreciaran su trabajo.

283
"¿En serio has sido tú quien cocinó?" Preguntó el señor Manuel, dirigiéndose a Chris,

él volvió a asentir "Vaya, es excelente muchacho."

"Gracias señor." Respondió Chris y pude notar que Shawn rodaba los ojos.

"¿De dónde has sacado un chef tan joven?" Continuó el señor Mendes mirando esta vez
a mi padre.

"En realidad no tenía idea que él había preparado nuestra cena. Es él hermano Lauren, la

chofer de Camila" Mencionó mi padre y el señor Mendes se encogió de hombros para

continuar comiendo. Yo me sentí mal por Chris. Sabía perfectamente lo jodido que se

sentía que la gente hablara de ti como si no fueras nada, como si tu presencia no

importara en lo más mínimo.

De pronto un teléfono comenzó a sonar. Era el de Shawn.

"Disculpen" Se excusó y se retiró de la mesa para ir a contestar. Tardó algunos minutos

en los cuales mi padre y su amigo continuaron charlando y comiendo. Ocasionalmente el

señor Mendes me hacía algunas preguntas, acerca de la escuela y mis planes a futuro

las cuales contestaba más por compromiso que por verdaderas ganas de platicar.

Pronto Shawn volvió, con una sonrisa de oreja a oreja.

"¿Algo importante?" Preguntó su padre. Él negó con la cabeza y volvió a ocupar su

asiento. La conversación se mantuvo igual de monótona y superficial.

"¿Y tienes novia?" Preguntó mi padre dirigiéndose al chico. Yo me contuve de soltar

un quejido. Él chico sonrió y negó con la cabeza.

"No. Todavía no." Dijo pero su padre lo interrumpió.

"Está más concentrado en sus viajes y todas esas cosas de jóvenes." Dijo el hombre
riendo y mi padre hizo lo mismo. Yo sonreí con falsedad.

284
"Bueno papá. Perdóname por no querer casarme todavía." Bromeó Shawn y su padre lo

miró por un instante para dar un trago a su copa de vino y después volver a hablar.

"No estoy diciendo que te cases, pero tal vez sentar cabeza un poco. Conocer a una

chica especial con la cual compartir todo lo que tienes... Quizás llevarla a conocer el

mundo tanto como tú."

"Ese me parece un buen plan" Dijo mi padre estando de acuerdo "Hay que aprovechar

la juventud para pasarla con una buena mujer" Yo tomé de mi copa, divertida por lo

irónico de sus palabras. ¿Cómo se atrevía él a aconsejar sobre eso cuando su mujer lo

abandonaba y se largaba de viaje sola?

"Si lo plantean así, hasta a mí me parece un excelente plan. El tema es que... aún no

conozco a la chica " Dijo para clavar su mirada en mí de forma descarada "Y, en caso de

conocerla, no sé si ella pudiera estar interesada en mí."

"Oh por favor Shawn ¿Qué dices?" Habló mi padre riendo "Eres un gran partido
para cualquier chica."

"¿Usted lo cree?" Respondió el chico mirando hacia papá.

"Es evidente, Shawn. Eres un muchacho inteligente, estudiado, de buena reputación y

excelente familia. Cualquier chica debería sentirse afortunada de que un joven como tú se

fije en ella." Shawn arqueó una ceja y regresó su mirada hacia a mí. Era un completo

imbécil.

"¿Tú que opinas Mila?" Me preguntó en un tono tan sugerente como repugnante
"¿Crees que soy un buen partido?"

Yo levanté mis cejas aguantando las ganas de reírme y tomé mi copa de vino para volver a

beber. "Seguro que sí, Shawn." Respondí y él se mordió los labios sin dejar de mirarme.

285
Minutos después yo finalmente había terminado con mi comida y rápidamente me

excusé para poder salir de ahí e ir a mi habitación. Necesitaba sacar todo lo que me

acababa de comer a pesar de que estaba delicioso. No podía soportarlo más.

Subí las escaleras, atravesé la puerta de mi cuarto y cuando estaba a punto de entrar al
baño escuché una voz que conocía perfectamente.

"Eres tan predecible, Camila" Dijo Lauren a mi espalda, estaba recargada en una de las
esquinas de mi habitación.

"Mierda Lauren, me asustaste." Dije tocándome el pecho "¿Qué estás haciendo aquí?" Le

pregunté haciendo mi mejor actuación de estar enfadada por entrar sin mi permiso a mi

cuarto.

"Estaba esperando a que entraras a vomitar para confirmar mis sospechas." Dijo con

simpleza, metiendo las manos en sus bolsillos y caminando hacia mí. Yo me crucé de

brazos. "Has estado postergando tu visita al médico por lo de tu desmayo en la piscina.

Pero yo no lo olvido, sé lo que te pasa."

"Tú no sabes absolutamente nada Lauren. No te metas en asuntos que no te

incumben." Dije esta vez de verdad enfadada.

"Por supuesto que me incumben Camila, así que... ¿Por qué no vuelves a tu cenita

elegante con tu nuevo prospecto de galán?" Me pregunto de forma burlona y yo sonreí

con autosuficiencia. Me acerqué a ella y entrelacé mis brazos por detrás de su cuello.

"Ay preciosa... ¿Estás celosa?" Le pregunté casi riéndome en su cara. Ella negó con la

cabeza pero yo sabía perfectamente que se estaba muriendo de celos y por una parte eso

me alegraba. Se merecía sentir una mínima parte de lo que yo había sentido por la perra

de Sophie.

286
"No estoy celosa" Negó seriamente "De hecho por eso te digo que deberías ir con él.

¿Es perfecto para ti no? Niño rico igual de mimado y soberbio que tú. ¿Qué más puedes

pedir?"

"Nada." Acepté fingiendo "Tienes toda razón Lauren, Shawn es perfecto. Además es

de buena familia y es un completo caballero." Lauren rió sonoramente al escucharme

mientras sus manos sostenían mi cintura con firmeza.

"Seguro, debe ser por eso que lo escuché hablando por teléfono mientras le contaba a

alguien de la suerte que tenía al haber encontrado de nuevo a la chica con el mejor culo

del club y cito: Sí, esa, la imbécil borracha que gritaba como posesa ¿Crees que así grite

cuando coge también? Qué caballero." Dijo Lauren con sarcasmo.

"¿Lo espiaste mientras hablaba por teléfono? Le pregunté incrédula. Lauren se molestó
mucho más.

"¿Es que no escuchaste una mierda de lo que te acabo de decir? El niño estúpido ese

que finge ser todo un caballero de armadura dorada frente a tu padre no es más que un

maldito imbécil que lo único que quiere es acostarse contigo. ¿Pero sabes qué? Está

más tarado de lo que cree si piensa que lo voy a permitir. Le voy a partir la cara tan duro

que los ojos se le van a enderezar." Empezó a despotricar y yo estaba que me moría de

risa entre sus brazos.

"Que bueno que no estás celosa, Lauren." Le dije entre risas y ella iba a volver a hablar

pero lo impedí comiéndole la boca en un beso puro y necesitado. Lauren gimió contra mi

boca y apretó más su agarre en mi cintura, cómo me encantaba que hiciera eso.

Yo me pegué más a ella, utilizando mis brazos para atraer su rostro un poco más hacia mí
y profundizar nuestro beso.

"No era mi intención interrumpir..." Escuchamos una voz que nos hizo separarnos

inmediatamente. Parado en el marco de la puerta estaba Shawn Mendes quien empezó a

aplaudir de forma pausada y sarcástica "Mira nada más... Así que Camila Cabello

287
realmente es toda una lesbiana. Creí que te estaba salvando la noche del club."

Lauren rodó los ojos y pude ver como su puño se cerraba peligrosamente. Cumpliría

su amenaza.

"Lauren..." La reprendí para evitar que le soltara un golpe al mocoso.

"¿Lauren?" Repitió él "¿Dónde he escuchado ese nombre antes?... ¡Oh mierda! Es cierto...

¡Es tu chofer!" Dijo en tono burlón "¿Qué pensará Alejandro Cabello de que su hija es una

asquerosa lesbiana que para terminar se mete con una mediocre como esta?"

"Mira pedazo de---" Empezó a decir Lauren pero su voz fue interrumpida por el sonido
de la bofetada que le di a Mendes.

"Joder" murmuré, la mano me ardía pero aún así lo encaré "No te atrevas a volver a

llamar a Lauren de esa manera ¿Me escuchaste? Primero te arrodillas antes que

insultarla."

"¿Pero quién te crees que eres para tocarme, estúpida?" Me preguntó él enfadado pero

antes de que pudiera acercarse a mí, Lauren lo tomó por el cuello de la chaqueta y lo

estampó contra la pared de mi habitación.

"¿Quieres que terminemos lo que dejamos pendiente en el club?" Le preguntó desafiante

"Vamos, podemos hacerlo. Me encantaría sacarte la mierda a golpes y quitarte la estúpida

máscara de niño bueno y bien portado que tienes."

"No me voy a rebajar a estar a tu nivel, perra" Escupió él y Lauren levantó el brazo

fingiendo que iba a golpearlo. Él cerró los ojos inmediatamente y se cubrió el rostro con

las manos. Iba a continuar burlándome de él en ese momento pero entonces Lern y yo

nos dimos cuenta de que se estaba mojando los pantalones.

"Carajo no puedo creer que seas tan cobarde... Me das pena" Se rió Lauren y

entonces aflojó su agarre en la ropa de Shawn.

288
"¿Sabes qué, Shawn?" Llamé su atención "Si yo fuera tú, saldría corriendo ahorita

mismo y le pediría a mi papi que me cambiara el pañal."

"Se van a arrepentir de esto" Chilló él y yo me reí. Entonces Shawn se dirigió a la salida

pero Lauren lo detuvo con firmeza tomándolo por el brazo y levantando un dedo de

forma amenazadora.

"Dices una palabra sobre lo que acabas de ver y créeme que tu problema ahí abajo será

lo menos humillante que te ha sucedido. ¿Estamos?" Lo sentenció Lauren y con un

gruñido y su dignidad por los suelos, Shawn salió de mi habitación.

Una vez que se fue, Lauren y yo soltamos un suspiro de alivio. Ella volvió a besarme, con

muchas muchas ganas. Y yo tuve que hacer un esfuerzo sobre humano para separarme

de ella.

"Espera..." Le pedí tratando de recuperar la respiración. "Tengo que bajar a despedirme

del señor Mendes y de su mocoso. Ya sabes... Para guardar las apariencias. Ya he

demorado mucho aquí arriba."

"Detesto esto" Dijo Lauren y no pude indentificar a qué se refería exactamente.

"Tú espérame aquí ¿Vale? Te prometo que no voy a tardar y el resto de mi noche será
sólo tuya."

"¿De verdad?" Preguntó ella arqueando una ceja y sonriendo. Yo asentí.

"Lo prometo. Creo que mi verdadera heroína es quien se merece la recompensa" Dije

para después guiñarle un ojo y volver a besarla, esta vez mordiendo su labio inferior antes

de marcharme.

289
Capítulo 20

Camila's POV

"Hay algo que no entiendo..." Susurré parando por un momento las caricias que le

estaba a dando a Lauren mientras las dos mirábamos el, al parecer interresante,

acabado del techo de mi habitación.

"¿Qué cosa?" Preguntó mientras se removía un poco en la cama y colocaba su

brazo derecho por debajo de su cabeza provocando que sus pechos se levantaran

un poco debido a la nueva posición.

"¿Por qué Shawn se asustó tanto contigo? Cuando se pelearon en el club no parecía

tener absolutamente nada de miedo." Dije recordando lo que había pasado hacía un par

de horas en mi habitación y la disputa que habían tenido ambos la noche en que me

embriagué. Lauren rió bajito.

"No lo viste ni por un momento ¿Verdad?" Me preguntó y yo le dediqué una


mirada curiosa.

"¿El qué?"

"A Shawn, la noche del club"

"No entiendo" Dije con sinceridad pero igual traté de hacer memoria y toda mi atención
había estado puesta completamente sobre Lauren.

"Puede que el idiota me haya golpeado con fuerza..." Empezó a decir ella "Pero, estos

dos..." Dijo levantando sus puños de manera graciosa "Son mucho más certeros. El

tipo casi lloraba."

"¿En serio?" Mencioné sorprendida pero al mismo tiempo en un tono juguetón.

"Claro que sí... Supongo que nunca se esperó que una chica pudiera ser mejor que él."

290
"O tal vez es gay y estaba tratando de dárselas de macho hasta que lo bajaste de su

nube" Mencioné yo y ella sonrió negando con la cabeza.

"No lo creo. No porque un chico sea gay tiene que ser débil o frágil, así como no por ser

lesbianas tenemos que comportarnos como chicos." Yo me reí y arqueé una ceja

mientras la miraba "Quiero decir, yo lo hago, un poco. Pero no es porque sea lesbiana."

Aclaró y me reí más fuerte.

"Entiendo" Acepté porque sabía que ella tenía la razón.

"El punto es, que Shawn no es más que un mocoso que se esconde detrás de los
millones de su padre." Sentenció ella y yo asentí de acuerdo.

Todavía me parecía increíble que el tipo hubiera hecho un escándalo ni bien había bajado
las escaleras de la mansión. Diciéndole a su padre que Lauren lo había amenazado.

FLASHBACK

"¡Lo juro papá! No es más que una salvaje" Decía el chico mientras mi padre lo miraba

atentamente y el suyo fruncía el ceño. Shawn tenía su chaqueta amarrada a la cintura

para cubrir la humedad de sus pantalones. Yo observaba todo desde los escalones.

"¡Esto es inaceptable Alejandro!" Decía el señor Mendes completamente enfadado "¡Te


exijo que despidas de inmediato a esa chica!" Mi padre negó con la cabeza lentamente.

"No. Estoy seguro de que debe haber un explicación coherente para todo este asunto."
Dijo con firmeza y yo sonreí.

"¿No has escuchado a mi hijo?" Dijo el hombre indignado "Tu estúpida empleada lo

ha atacado sin razón, sólo porque fue a buscar a tu hija a su habitiación. ¿Qué clase

de personas contratas Cabello?"

"Las mejores" Dije yo metiéndome en la conversación, ganándome las miradas de los


tres hombres.

291
"Camila ¿Puedes explicarme todo este escándalo?" Preguntó mi padre y yo asentí con
la cabeza.

"Lauren sólo estaba defendiéndome, papá" Dije yo ganándome una mirada de odio de
Shawn.

"¡Sí claro! Te estaba defendiendo con sus manos en----"

"¡Me estaba defendiendo de un idiota que sólo me estaba mirando como un pedazo
de carne!" Lo interrumpí yo antes de que él hablara de más.

"¿Qué estupideces estás diciendo, niña?" Espetó su padre indignado y el mío volvió
a involucrarse.

"No te atrevas a insultar a mi hija, Mendes. Recuerda que estás en mí casa y no voy a

permitir que le faltes al respeto a mi familia" Gruñó haciendo a los otros dos callar.

"Habla ahora Karla. ¿De qué te estaba defendiendo Lauren exactamente?"

"Lauren fue a mi habitación a contarme acerca de una curiosa llamada en la que escuchó

al joven Mendes..." dije con falso respeto y cortesía “...hablar de una forma muy poco

caballerosa acerca de mí y mi cuerpo. ¿No es así Shawn?" Terminé de hablar y todas las

miradas se dirigieron esta vez al chico.

"¡Es una vil mentira! ¿Cómo puedes creer en ella, padre?"

"¡¡Lauren Michelle Jaregui te quiero aquí en este instante!!" Gritó mi padre con una voz

que puedo jurar que se escuchó en toda la mansión. "Vamos a resolver esto justo

ahora." Expresó más tranquilo y ni medio minuto más tarde, Lauren ya estaba uniéndose

a nosotros.

"¿Sí, señor?" Dijo ella con su temple inamovible.

"El joven Mendes ha dicho que amenazaste con golpearlo ¿Es eso cierto?" La
cuestionó, ella no tardó en responder.

292
"Es verdad, señor."

"¿Ves, Alejandro?" Dijo el padre de Shawn satisfecho "¿Vas a seguir teniendo a una

salvaje como esta bajo tu techo?" Mi padre no le respondió sólo levantó su mano para

hacer que dejara de hablar.

"¿Por qué lo hiciste, Lauren?" Siguió interrogando.

"Porque tengo baja tolerancia a los hombres vulgares e irrespetuosos que tratan a las

mujeres como si sólo fueran objetos, señor. ¿Pero sabe cuáles son los peores?"

Respondió ella, podía notar su ira crecer a pesar de que su rostro se mantenía

inexpresivo. Sin esperar respuesta continuó "Los que pretenden ser intachables y

decentes para ganarse la confianza de la gente y sacar provecho, como este idiota

que tengo enfrente." Espetó mirando a Shawn.

"Lesbiana asquerosa" Escupió Shawn mirándome aunque dudo que nuestros padres

se hayan dado cuenta de ese pequeño detalle. Lauren se lanzó sobre él tipo, quien se

escondió detrás de su padre.

"¡Ya ha sido suficiente!" Gruñó el señor Mendes "¡Te exijo que la corras inmediatamente!"

"No lo haré." dijo mi papá con firmeza "Quienes se van son ustedes dos."

"¿Valoras más a una mugrosa empleada que a mí que soy tu amigo?"

"Valoro más a quien me respeta y cuida de mi familia como si fuese la suya." Dijo mi

padre y yo sonreí al escucharlo "Ahora lárguense los dos de mi casa en este momento.

No son bienvenidos."

"¡Suéltame de una buena vez Shawn!" gritó el hombre, furioso mientras su hijo se

mantenía escondido detrás de su espalda "Vámonos."

FIN DEL FLASHBACK

293
Luego de eso ambos se fueron quejándose y diciendo que jamás volverían a poner un

pie en nuestra casa, cosa que a todos nos tenía sin cuidado.

"Así que..." Dije dejando la frase incompleta a propósito.

"¿Qué?" Me preguntó ella esperando que terminara de hablar.

"¿Estuviste espiando a Shaw mientras hablaba por teléfono?" Pregunté recordando

que ella había evadido esa misma pregunta hacía un rato.

"Bueno, tú de estar en mi lugar habrías hecho lo mismo ¿No?" Aceptó indirectamente y

a regañadientes "Además, bastó con escucharlo durante la cena todo el tiempo sobre sí

mismo para saber que es un imbécil. Sólo necesitaba confirmarlo y lo hice." Yo sonreí

ante su explicación.

"O sea que también nos espiaste durante la cena" Atiné a decir, ella gruñó.

"No fue mi intención"

"No, claro que no" Negué con sarcasmo.

"¡Es verdad! Chris me pidió que lo ayudara a limpiar la cocina ya que el estaría

encargándose de atenderlos en la mesa. Lo que pasa es que Martha no se sentía bien

esta noche." Dijo y yo le creí, aunque al mismo tiempo estaba segura de que nos espió

por sus celos.

"¿Qué te dijo papá cuando te llevó a su despacho?" Le pregunté luego de un rato de

silencio. Una vez que Shawn y su padre se fueron de la casa él llamó a Lauren y le pidió

que lo acompañara a su oficina para hablar.

"Me preguntó si me gustaban las chicas. Y le dije que sí" Me respondió con simpleza yo

la miré impresionada.

294
"¿Y qué te dijo él?" Estaba intrigada. Yo nunca había tenido una novia así que, no había

tenido necesidad de hablar con mi padre sobre ello. No tenía idea de cuál era su opinión

acerca de las relaciones homosexuales.

"¿Acerca del tema?" Me preguntó Lauren y yo asentí "No me dijo nada realmente. Sólo

me agradeció por cuidarte y me pidió que continuara haciéndolo. Tú padre se preocupa

por ti." Respondió y yo bufé de inmediato.

"No lo creo."

"Bueno, yo creo que sí. Te defendió hoy, incluso se puso a discutir con su amigo por ti."

"Si pero no me creyó hasta que tú bajaste a dar tu versión de los hechos. Confía más en ti

que en mí." Dije sonando con algo de resentimiento. Lauren se acomodó sobre su

costado izquierdo y me abrazó por la cintura.

"¿Cómo crees que reaccione cuando se entere sobre nosotras?" Me preguntó cambiando
de tema y yo me tensé.

"¿Nosotras?" Le pregunté como si no entendiera a lo que se refería.

"Sí... Ya sabes, esto que tenemos."

"Tú y yo no tenemos nada Lauren" Mentí sonriendo con burla. Hasta yo detestaba mi

discurso pero tenía que continuar con el, era mi única defensa. "Nos llevamos bien, a

veces, sí... Y tenemos buen sexo, debo aceptar. Pero nada más. No creo que mi padre

necesite enterarse de estas cosas. Además, me parece completamente inapropiado

tomando en cuenta que trabajas para nosotros."

Lauren suspiró, separó su brazo de mi cuerpo y se incorporó sentándose en la cama.

"¿Qué? ¿Te enojaste?" Le pregunté cuando se levantó y empezó a vestirse."Sólo te


dije la verdad."

"No estoy molesta" Dijo ella, por supuesto que estaba molesta.

295
"¿Y por qué no te quedas a dormir conmigo? Creí que te gustaba" La invité y pude

percibir que su cabeza se movía en negación a pesar de que estaba de espaldas a mí.

"Hoy no tengo ganas. Además si me quedo tardaré más en dormir y mañana tenemos

que ir a la universidad y por la tarde al médico."

"¿Te sientes mal?" Le pregunté esperando que realmente fuera ella la enferma.

"No. No podemos seguir postergando lo de tu visita al médico." Continuó diciendo

mientras se colocaba el sostén y la blusa, yo rodé los ojos "Y no hagas caras. No acepto

un no por respuesta."

"Tú no eres nadie para darme órdenes" Espeté enfadada ¿Quién se creía?

"Yo no, pero te conviene más ir conmigo a que le diga a tu padre lo que está pasando
y que él te obligue a ir de todas formas."

"Te detesto." Le dije mientras ella caminaba a la salida de mi habitación.

"Ya lo sé Camila. Lo sé." Dijo sin mirarme y finalmente se fue.

Lauren's POV

Caminaba por los pasillos de la mansión con precaución de que no hubiera alguien que

pudiera verme. Estaba algo derrotada a decir verdad. Camila no tenía idea de cómo hacía

añicos cada vez que soltaba comentarios hirientes y despectivos como esos.

Vale, yo sabía que ella no quería nada conmigo, y también sabía que yo había
decidido meterme en esto de todas formas, pero aún así dolía mucho.

Bajé las escaleras, y caminé lo que restaba del trayecto hasta llegar a la habitaciones,

mientras me acercaba pude escuchar el llanto de Taylor escapando de la habitación de mi

hermano. Apresuré mis pasos hasta ese lugar y abrí la puerta con lentitud.

"¿Qué pasa?" Pregunté mientras veía a Chris tratando de arrullar a mi hermanita

en brazos pero ella simplemente no paraba de llorar.

296
"No lo sé, hace tiempo que no hacía esto" Dijo él.

"A ver, dámela" Pedí extendiendo mis brazos mientras él empezaba a acomodar a Taylor

para que yo pudiera cargarla "¿Crees que esté enferma de nuevo?" Chris se encogió de

hombros.

"TayTay..." La llamé con voz dulce y tan pronto como hablé su llanto se convirtió en

simples y silenciosos sollozos "¿Qué pasa princesita? ¿Te duele tu pancita?" Le

pregunté sabiendo que no podía responderme, pero sus ojitos empezaron a abrirse con

lentitud mientras su respiración se tranquilizaba.

"Vaya, sigues teniendo ese poder ¿Eh?" Me dijo Chris mientras yo arrullaba a Taylor

entre mis brazos y le tarareaba una canción de cuna que fue haciéndola dormir

lentamente mientras su manita se aferraba a la tela de mi blusa, justo en mi pecho.

Esto solía suceder antes, cuando mamá y papá recién habían fallecido, Taylor lloraba

mucho pero cuando empezó a acostumbrarse a nosotros todo cambió. Bastaba el

sonido de mi voz para que se calmase y volviera a dormir.

"Yo creo que te extraña" Dijo mi hermano una vez que dejé a Taylor dentro de su cuna para

después sentarme en el colchón de mi hermano, con mi espalda recargada en la pared.

Pronto Chris se colocó a mi lado, colocándose exactamente en la misma posición.

"¿Tú crees?" Pregunté sintiéndome un poco mal, había estado tan concentrada en Camila
últimamente que me mataba la idea de sentir que estaba descuidando a mis hermanos.

"Puede ser..." Dijo él ambiguamente pero luego sonrió "Igual no importa, ya está bajo

control." Dijo para hacerme sentir mejor, yo suspiré. "¿Qué pasa? ¿Mala noche?"

"Meeh" Balbuceé haciendo un gesto con la mano para darle a entender que todo estaba
regular.

"Escuché al señor Cabello gritarte. ¿Te vio metiéndole mano a su hija?" Se burló y yo
lo callé con un codazo en las costillas, aunque de todas formas me reí.

297
"Tuve algunos problemas con el hijo del amigo del señor Cabello. Es un imbécil."

"¿Estaba interesado en Mila?" Adivinó mi hermano.

"¡Joder sí!" Dije enfadada "Pero Camila lo mandó a volar después de que él hizo un

teatrito por encontrarnos besándonos en su habitación."

"Vaya. Qué intenso..." Dijo él para después silbar un poco "¿Y luego qué pasó? Tengo la

impresión de que la historia no acaba ahí."

"Bueno, el escuincle ese fue a acusarme con su papi, y luego el señor Cabello me mandó
a llamar para dar mi versión del los hechos."

"¿Le dijiste que tú y Camila tienen algo?" Me preguntó sorprendido.

"¡No! No..." Negué rápidamente "Sólo le dije que el tipo le estaba faltando al respeto a

Camila porque esa era la verdad. Y entonces el señor Cabello los corrió de la mansión.

Después de eso habló conmigo en su despacho y me dio las gracias por cuidar a Camila

y bla bla bla. Luego subí a la habitación de Camz y... bueno, supongo que puedes

imaginarte lo que sucedió."

"Me lo imagino, sí" Aceptó él con una sonrisa pícara en el rostro "Tienes suerte de que la

mansión tenga muros gruesos Lauren, sino tu futuro suegro ya estaría enterado de todo lo

que haces con su hija."

"No lo creo." Dije recordando el principal motivo por el que estaba decaída "Camila jamás

permitiría que su padre se enterara de lo que tenemos. Le doy vergüenza" Expresé

amargamente.

"¿Ya vas a empezar a otra vez?" Preguntó Chris rodando los ojos "¿Qué fue lo que pasó

para que vuelvas a lo mismo?"

"Sólo le pregunté a Camz qué cree que pensaría su padre si se enterara de lo que

tenemos. Y ella me volvió a salir con que no hay nada entre nosotras y toda esa mierda."

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"Pues es obvio que te va a responder eso Laur. Es decir, no ha pasado mucho tiempo

desde que estás intentando conquistarla" dijo haciendo el gesto de comillas en la última

palabra "Naturalmente ella se está escudando. Tienes que hacerle caso a los Guns N'

Roses"

"¿A los Guns?" Pregunté confundida. Él sonrió.

"Ya sabes, patience" Yo sonreí orgullosa del buen gusto musical de mi hermano,

heredado de mí y de mi padre, evidentemente. Chris comenzó a silbar la famosa melodía

de la canción. Yo canté.

Shed a tear 'cause I'm missing you

Derrame una lágrima porque te extraño

I'm still alright to smile

Todavía estoy bien para sonreír

Girl, I think about you everyday now

Chica, ahora pienso en ti todos los días

Was a time when I'm wasn't sure

Hubo un tiempo cuando no estaba segura

But you set my mind at ease

Pero tú le das calma a mi mente

There's no doubt you're in my heart now

No hay duda, tú estás en mi corazón ahora

Said, woman take it slow

Dije, mujer tómalo con calma

It'll work itself out fine

Todo funcionará y estará bien

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All we need it's just a little patience

Todo lo que necesitamos es un poco de paciencia

Said, sugar take it slow

Dije, dulzura, tómalo con calma

And we'll come together fine

Y saldremos adelante juntos

All we need is just a little patience

Todo lo que necesitamos es un poco de paciencia.

Chris continuó silbando y dando suaves chasquidos con sus dedos para darle ritmo a
la canción. Yo continué con la letra porque ahora me sentía realmente identificada.

Sit here on the stairs

Me siento aquí en las escaleras

'Cause I'd rather be alone

Porque prefiero estar sola

If I can't have you right now

Si no puedo tenerte justo ahora

Then I'll wait dear

Entonces esperaré, querida.

Sometimes I get so tense

A veces me siento muy tensa

But I can't speed up the time

Pero no puedo acelerar el tiempo

But you know, love

Pero tú sabes, amor

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There's one more thing to consider

Que hay una cosa más por considerar

Said woman, take it slow

Dije, mujer, tómalo con calma

Things will be just fine

Las cosas estarán bien

You and I'll just use a little patience

Tú y yo tendremos un poco de paciencia

Said, sugar take the time

Dije, cariño tómate tu tiempo

'Cause the lights are shining bright

Porque las luces están brillando

You and I've got what it takes to make it

Tú y yo tenemos lo que se necesita para lograrlo

We won't fake it, oh, never break it

No vamos a fingirlo, oh, nunca lo romperemos

'Cause I can't take it

Porque no puedo soportarlo.

Terminé de cantar y silbé junto a mi hermano la melodía una vez más. Luego el me
miró con una sonrisa en su rostro.

"¿Entendiste?" Me preguntó y yo sonreí con mis ojos llenándose de lágrimas.

"Sí, gracias hermanito" Le dije y le di un abrazo.

No tenía idea de cómo un chico de su edad podía ser tan sabio y listo. Ni cómo

podía tener el temple para decir lo correcto en el momento correcto pero agradecía

profundamente que tuviera esos talentos.

301
Camila estaba en mi mente todo el tiempo y a pesar de que al principio dudaba de lo que

sentía, lo cierto era que ella estaba en mi corazón ocupando un sitio que nadie más

podría tener. Si no podía tenerla justo en ese momento, esperaría. Sería paciente. Y con

paciencia, lograría alcanzar el día en que no tendríamos que fingir más, todo sería

verdadero y nadie podría separarnos, ni rompernos. Nunca.

[...]

"Vamos Camz" la llamé extendiéndole mi mano para que la tomara pero ella no lo hizo.

"No puedo creer que me hayas hecho hacer esto" Gruñó. Estaba molesta porque la había

llevado al hospital. Estábamos en el estacionamiento y yo le abría la puerta del copiloto

para que entrase al porsche.

"Sabes que es por tú salud." Le dije y ella rodó los ojos.

"Pues, espero que hayas escuchado al médico y entiendas que no puedes obligarme a

hacer nada." Yo suspiré, era cierto. No podía obligarla a ir al psicólogo a pesar de que

eso era lo que ella necesitaba.

"Bueno, no puedo obligarte a que vayas a terapia." Acepté rodeando el auto para entrar al

asiento del conductor y finalmente encender el motor cuando estuve dentro "Pero, no voy

a dejar de vigilarte a la hora de cada comida. Si no puedo hacer que cambies tu

comportamiento por voluntad propia y entendimiento, entonces me convertiré en tu

sombra y evitaré que te sigas haciendo daño."

Camila bufó enfadada mirando hacia otro lado mientras yo conducía de camino de vuelta

a casa.

"No sé por qué te importa" Yo me reí incrédula al escucharla.

"Tú me importas mucho Camz. Pensé que ya lo sabías." Camila se quedó en silencio, sin

mirarme en lo absoluto. Luego volvió a hablar.

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"Promete que no le dirás nada de esto a mi padre..." Murmuró, pero aún así

logré escucharla.

"No le diré nada de esto a tu padre." Acepté y ella volteó a verme sorprendida.

"¿De verdad?"

"De verdad"

"¿No me estás mintiendo?" Me preguntó haciéndome reír.

"No te estoy mintiendo, Camila." Le aseguré.

"¿Por qué haces esto?"

"Porque te quiero."

Iba a trabajar cada día para demostrárselo aunque fuese de formas que no le gustaran.

Pero primero que todo, necesitaba ganar su confianza, entonces tal vez ella entendería

que todo lo hacía por su bien.

Entonces tal vez ella podría sentirse lo suficientemente segura para dejar que la amara.

Capítulo 21

Camila's POV

"¿Por qué haces esto?"

"Porque te quiero."

Lauren había cumplido su promesa.

No le había dicho nada a mi padre sobre mi condición de salud, la cual al parecer iba

empeorando. Mi peso estaba mucho más bajo del nivel ideal y mi cuerpo estaba

debilitándose poco a poco. Por lo tanto, Lauren también había cumplido su promesa de

303
cuidar cada una de mis comidas y de hacer todo lo humanamente posible para evitar que

siguiera provocándome el vómito.

Los primeros días fueron frustrantes, discutimos mucho y le dije cosas que en realidad no

sentía sólo para lastimarla y que se marchara, pero ella igual continuaba haciendo lo suyo

a pesar de lo mal que la trataba. La culpa me hacía sentir peor de lo que ya me sentía y

todo junto hacía crecer un deseo inmenso de huir y... No sé. Sinceramente pasaban

muchas ideas por mi cabeza.

Pero ella se mantenía a mi lado, a cada segundo y cada momento. Tratándome con sumo

cuidado, cariño y delicadeza. Entre ella y Chris convencían a Martha de que lo mejor era

llevarme el desayuno a la cama para así ahorrar tiempo y llegar más temprano a clases.

Claro que la única que entraba a mi habitación cargando una bandeja con mi primera

comida del día era Lauren y a pesar de que yo me negaba una y otra vez ella se las

ingeniaba para hacerme ingerir cada bocado. Pero nunca me obligaba. Siempre me

convencía.

Hacíamos tratos. Desde que me acompañaría sin ninguna excusa ni queja al club que yo

deseara, hasta que modelaría para mí el vestido que yo quisiera que usara a pesar de

saber que no le gustaba vestirse de esa manera. Admito que fue muy divertido.

Habíamos pasado un mes más de esta manera y yo estaba tan asustada como

emocionada por su cercanía. Ella estaba consiguiendo romper cada una de las barreras

que había colocado para impedir que siguiera metiéndose en mi mente y en mi alma y

yo sólo me quedaba observando como cada muro se desmoronaba a causa de sus ojos,

su sonrisa, sus besos y caricias. Lauren me hacía feliz y yo ya no sabía cómo ocultarlo.

Ella buscaba cada momento disponible en el día para estar junto a mí y durante las

noches comenzaba a darme cuenta de que la forma en que ella me tocaba y me

tomaba no era simple sexo como yo quería que fuera. Era más que eso.

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No podía ser sólo sexo cuando ella y yo tratábamos incansablemente de mantener el

contacto de nuestros ojos y nuestras manos entrelazadas con nuestros latidos

coordinados mientras lográbamos llegar juntas al orgasmo una y otra vez.

FLASHBACK

Mi respiración estaba agitada pero mi corazón mantenía un ritmo constante guiado por

los movimientos de Lauren contra mi cuerpo. Sus ojos me miraban fijamente haciendo

que me transportara a un lugar completamente diferente a las cuatro paredes que

conformaban mi habitación. No existía el espacio ni el tiempo porque yo estaba atrapada

en el color esmeralda que irradiaban sus ojos.

Sus suspiros y jadeos combinados con los míos eran el sonido más perfecto que había

escuchado y a pesar de que nuestro vaivén no era frenético ni desesperado, tenía la

velocidad adecuada para hacer que las sensaciones se dispararan dentro de nuestros

cuerpos al tiempo que Lauren buscaba con cariño mis manos a tientas con las suyas

sobre el colchón sin apartar su mirada de la mía. Nuestros dedos se entrelazaron y ella

besó mis nudillos como siempre hacía.

"Te quiero Camila... Te quiero..." me repetía en el oído mientras yo lograba alcanzar


la cima del placer bajo su cuerpo.

FIN DEL FLASHBACK

No podía ser sólo sexo cuando ya no podía dejar que se fuera y regresara a su habitación

a mitad de la noche. La mantenía a mi lado, le pedía que se quedara y rogaba en silencio

que los cinco minutos que le solicitaba cuando ella intentaba despertarme por las

mañanas se extendieran de forma infinita para no tener que levantarnos de la cama.

FLASHBACK

305
"Buenas noches Camz..." Dijo dejándome un suave beso sobre la frente, ella creía que

estaba dormida e hizo el intento de levantarse pero la detuve tomándola por la

muñeca. Ella me miró con el ceño fruncido, su cara reflejando su completa confusión.

"Quédate" le pedí y ella me miró aun más extrañada.

"¿Camz?" Me llamó acariciando mi rostro con lentitud como si con eso pudiera

encontrar la respuesta a mi inusual comportamiento. Yo sólo presioné su mano con la

mía siendo incapaz de darle una explicación. Ella simplemente asintió besó mis dedos y

volvió a entrar a la cama encargándose de cubrirnos a ambas con las sábanas.

[...]

Sus labios se presionaban contra la extensión de mi rostro una y otra vez regalándome

una sensación de alegría que crecía desde el centro de mi vientre hasta mis mejillas

provocando que se levantaran.

"Yaa... déjame dormir Lauren" Gruñí sonriendo y pude escuchar el sonido suave de su
risa.

"Tienes que despertarte..." Me dijo con un susurro en mi oído. "No queremos que Martha

vuelva a darnos un susto como el de aquella vez ¿Verdad?" Me recordó haciéndome reír

un poco. Tuve que tirar a Lauren de la cama aquella vez para que no nos descubrieran

juntas. "Vamos Camz, levántate" Volvió a decirme esta vez irguiéndose en el colchón

dispuesta a abandonarlo.

"Espera Lern..." Le pedí usando ese pequeño apodo que le había dado y que la hacía
sonreír cada vez que la llamaba de esa forma. "Sólo cinco minutos más ¿Si?"

"Sólo cinco minutos Camz." Aceptó mientras se acostaba de nuevo y me abrazaba por
la cintura.

FIN DEL FLASHBACK

306
No podía ser sólo sexo cuando sentía que cada uno de sus suaves besos depositados en

cada centímetro de mi piel era un bálsamo que curaba cada trozo deteriorado de mi

alma.

FLASHBACK

Aquel día había tenido mi primera sesión de terapia. En tres semanas Lauren había

logrado convencerme de ir, prácticamente me había retado y yo quería demostrarle que

estaba perfectamente bien pero las cosas no habían salido precisamente como yo

esperaba.

Al salir del consultorio Lauren me llevó a casa, yo fingí que todo estaba bien y me pareció

que ella había creído completamente en mi actuación así que todo transcurrió con

normalidad. Lauren y yo acabábamos de salir de la piscina e íbamos camino a mi

habitación para tomar una ducha cuando antes de subir el primer escalón escuchamos los

llantos de Taylor.

Su rostro me mostró una disculpa y fue a ver lo que sucedía con su hermanita mientras yo
continuaba el camino por mi cuenta.

Crucé la puerta y continuaba sintiéndome bien. Avancé unos metros hasta llegar al baño y

aun podía sonreír pensando en lo que sucedería con Lauren cuando ella me alcanzara en

la ducha. Me desvestí y mi actitud extrañamente positiva continuaba.

Me miré en el espejo y todo terminó.

Estaba sola y no podía mentirme a mí misma, por más que quisiera, la verdad era más
fuerte que yo.

La sesión con mi psicóloga había sido difícil. Muy difícil. Había hecho todo lo posible

durante esa hora y media para no darle importancia a los hechos que ella poco a poco

había logrado extraer mientras hurgaba en mis recuerdos. Me había hecho la fuerte frente

307
a esa mujer pero sus palabras me había golpeado con fuerza. Evidentemente tenía
experiencia con casos como el mío.

Quizás no caí de rodillas ahogándome en llanto durante esa primera sesión. Incluso

me comporté altanera y orgullosa como de costumbre pero ella me lo había dicho de

forma muy clara: "Cuando estamos solos la verdad suena más fuerte que nuestras

mentiras. No importa cuanto grites, Camila."

Ella tenía toda la razón.

Ahora si estaba de rodillas. Ahora sí estaba ahogándome en llanto.

Me abrazaba a mi cuerpo desnudo tratando de protegerme a mí misma de algo que

era mucho más fuerte que yo. Luchando contra cada recuerdo que se arremolinaba en

mi estómago y clamaba por ser arrojado a través de mi garganta.

Quería vomitar, quería buscar el alivio, pero al mismo tiempo sabía que ese bienestar era

momentáneo, era otra más de mis mentiras porque al terminar me miraría en el espejo y

seguiría siendo la misma persona.

Seguiría siendo la misma niña podrida en dinero pero falta de atención. Seguiría siendo

la misma que sonreía ante todos mientras su novio la trataba como un trapo para

limpiarse las suelas de los zapatos y aún así pretendía que se sentía mucho mejor que

cualquier otra. La misma que dejaba de comer por complacerlo, porque no se sentía

atractiva y exactamente la misma que se embriagaba en cada oportunidad y terminaba

encamándose con el peor de los hombres sólo para mantener su popularidad.

"Me doy asco... me doy tanto asco..." Repetía mientras lloraba y temblaba en el piso.

"Camz..." La escuché llamarme y entre el agua que brotaba de mis ojos pude percibir su

figura borrosa. Cerré mis párpados y luego la sentí sentarse junto a mí, envolviéndome

con sus brazos de una forma tan cálida y fuerte que sentí como si ese fuese mi hogar.

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"Lauren" La llamé entre sollozos que se hacían más y más fuertes por el eco del baño.

"Lauren me doy asco..." Le decía una y otra vez mientras ella me acariciaba los brazos y

sentía como su pecho se movía de forma irregular contra mi espalda. Ella estaba llorando

también.

"Shh... Tú eres hermosa Camila. Eres hermosa" Me contestaba ella.

"Ayúdame Lauren. Por favor ayúdame" Mi cara estaba escondida entre mis manos. No

podía soportar que ella me viera en ese estado. No quería que ella viera cuán

insignificante me sentía pero ella tomó mis manos entre las suyas, con lentitud y cariño

fue haciéndolas a un lado para descubrir mi rostro.

Sostuvo mi mentón por un instante y luego me obligó con delicadeza a levantarlo. Creí

que iba a decirme algo, pero simplemente me besó. Sabía salado y no sabía si era a

causa de mis lágrimas o las suyas pero dejó de importarme cuando su mano soltó mi

mentón y comenzó a extenderse sobre mi mejilla en forma de un tacto suave y protector.

Sus labios apenas presionaban los míos pero yo comencé a sentirlo como la conexión

más grande que había formado con cualquier otra persona. Aunque fuese solo un roce,

aunque físicamente apenas pudiera percibirse. Luego de unos segundos se apartó. Me

limpió las lágrimas.

Me habría sorprendido el hecho de que mi respiración se había regularizado tras ese

corto beso pero estaba demasiado conmocionada con lo que había sentido como para

percatarme de ese detalle.

"Estoy aquí Camila..." Me aseguró dándome un beso más en la comisura de mis labios

"estoy aquí contigo" continuó diciendo deslizando sus labios hasta mi cuello y repitiendo el

proceso "No te voy a dejar" siguió mientras entrelazaba nuestras manos.

"Eres la mujer más hermosa del mundo. La más valiosa de todas..." habló mientras me

miraba a los ojos esta vez sin apartarlos ni por un segundo "No me voy a detener hasta
demostrártelo" finalizó dejando un beso más sobre mis nudillos.

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Yo le creí, porque ese último beso había aliviado mi dolor.

Y cuando me quedé en silencio ella continuó hasta que cada milímetro de mi piel fue
cubierto con sus labios.

FIN DEL FLASHBACK

Finalmente estaba comenzando a dejarme llevar por lo que sentía, porque Lauren

lograba hacerme sentir segura y, aunque no podía sacarme de la cabeza el miedo de

volver a ser herida por ella, lo cierto era que nunca había sido tan feliz en todos mis años

en este mundo como desde el momento en que ella se abrió un espacio en mi vida.

"Voy a tardar un poco más en salir, estoy dándole los últimos detalles a un proyecto con
Ally. ¿Me esperas en el estacionamiento? :) "

No había nada tierno o cariñoso en el mensaje pero sonreí de todas formas sólo por
leer el nombre del remitente y su fotografía a lado.

"Cuánto amor" dijo Dinah picándome las costillas y yo aparté el teléfono de su vista para

guardarlo en mi bolso. "¿Qué dice Lauren?"

"Que quiere que la espere porque está ocupada con Ally" Dije haciendo una mueca.

Dinah soltó un suspiro.

"Son muy amigas esas dos" Señaló y yo asentí con la cabeza. "Pensé que te molestaría

que tu novia esté cerca de ella."

"Son compañeras de clase" Dije con simpleza "Y además Ally ya ha recuperado su

status social así que... No me interesa si son amigas" Terminé, sintiéndome la persona

más hipócrita y falsa del mundo.

"Y..." Tanteó Dinah cuidadosamente "¿No crees que sería bueno que pasaras más tiempo con

ella también?" Yo la miré con el ceño fruncido "Quiero decir, Lauren se ha relacionado

310
con nosotros sin ningún problema y... me parece que tu novia no tiene más amigos que

Ally así que..."

"No lo sé Dinah." Dije sinceramente "Las cosas no acabaron precisamente bien entre

Hernández y yo. Por favor ya no hablemos más de esto ¿Bien?" Le pedí un poco

fastidiada por el tema. Me ponía incómoda. Suficiente tenía con recordar los reproches

de Lauren acerca de mi traición hacia Allyson y tomando en cuenta mi inestabilidad

emocional... No era algo que quisiera tener rondando mi cabeza.

"Bueno, está bien." Aceptó no muy convencida, pero ella sabía perfectamente que lo

mejor era dejarlo "¿Te acompaño al estacionamiento para que esperes a Laurenzo?" Yo

me reí ante el sobrenombre de mi novio perfecto.

"¿Sabes? Creo que hoy iré a buscarla a su clase" Dije con una sonrisa. Estaba ansiosa

por verla de nuevo a pesar de que sólo habían pasado unas horas desde el almuerzo.

Además ella siempre era quien me buscaba y estaba detrás de mí todo el tiempo, quería

saber cuál sería su reacción si esta vez era yo quien aparecía de sorpresa por su

territorio.

"Genial" Dijo Dinah "Entonces mueve ese enorme culo que tienes porque Normani

nos está esperando afuera." Finalizó señalando a la otra chica, que efectivamente

estaba afuera de nuestra aula mirándonos por la ventana.

Terminé de guardar mis cosas y salí con Dinah para encontrarme con Normani en

el pasillo.

"Nos estafaste" Fue lo primero que me dijo. Yo rodé los ojos.

"Ya les expliqué que no contaba con que el viaje de mi padre se retrasaría, pero sí voy a
hacer la bendita fiesta. Lo juro." Le dije mientras caminábamos para salir del edificio.

"Más vale que sea buena" Amenazó Dinah "Joder, las últimas a las que hemos ido
han estado súper aburridas. ¡Y tú ya casi no vas con nosotras!"

311
"Claro que si he ido y no tienen idea de lo que me ha costado convencer a Lauren de que

me acompañe." Refuté.

"Sí pero ahora están más pegadas que nunca. Me hacen ponerme verde de la envidia.

¿Por qué yo no puedo tener algo así Dinah?" Dramatizó Normani mientras se abrazaba a

la rubia y recargaba su cabeza en los enormes pechos de DJ. Era verdad, cuando Lauren

y yo salíamos de fiesta con mis amigos o me acompañaba a algún club, ella no se

despegaba de mí ni por un momento y siempre trataba de regular la cantidad de alcohol

que consumía.

"Volviendo al tema Mila" volvió a hablar la más alta una vez que Normani regresó a su

sitio. "De verdad espero que esa fiesta sea buena. No nos decepciones."

"Será la mejor, Dinah. Tú sólo déjalo en mis manos." Le aseguré. Ya me encargaría

de todo ese asunto.

[...]

Dinah y Normani se habían marchado una vez que llegamos al jardín donde yo tenía que

desviarme para ir hacia el taller de Lauren así que ahora estaba caminando hacia allá yo

sola.

Una vez que estuve cerca, empecé a hacer mis pasos mucho más sigilosos, quería darle

a Lauren una sorpresa y tal vez un susto. Sonreí maliciosamente ante la idea de hacer a

Lauren gritar o dar un brinquito por la inesperada intromisión, pero mientras más me

aproximaba empecé a escuchar unas voces que reconocí como la suya y la de Ally y no

pude evitar quedarme escuchando lo que decían.

"Lo juro Ally, ella es..." Decía Lauren pero Ally la interrumpió.

"Maravillosa, hermosa, lo mejor que te ha pasado." Dijo la más pequeña con su voz

declarando un fastidio fingido "¡Ya me lo has dicho Lauren!"

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"¡Lo sé! Lo sé, Ally" Respondió Lauren rápidamente y pude adivinar la sonrisa en su

rostro, haciéndome sentir mucho más intrigada. "Es sólo que cada día me pierdo más por

ella. Camila es... No estoy segura de cómo describirla" Declaró haciéndome sonreír

también.

"Sólo inténtalo" Animó la otra chica.

Lauren hizo un silencio en el que apenas pude escuchar que suspiraba y luego finalmente

"Aunque creo que... Alex Turner podría tener una idea de cómo es Camila. Las canciones

de Arctic Monkeys me la recuerdan mucho."

"¿Ah si? ¿Cómo cual?" Siguió preguntando Ally.

"Umm... Como la de Arabella, ya sabes esa línea que dice 'Mis días terminan mejor

cuando el ocaso se pone detrás de esa pequeña chica sentada en el asiento del pasajero.

Es mucho menos pintoresco sin ella atrapando la luz, el horizonte lo intenta pero

simplemente no es tan atractivo a la vista...' como ella." Volvió a parar y continuó "O como

la de Suck it and see cuando dice 'Eso no es una falda chica, es una escopeta recortada,

y sólo puedo esperar que la estés apuntando hacia mí.' ¡O ya sé! También la de Do I

Wanna Know ¡Maldición! te juro que me desespera no saber lo que ella siente por mí, Ally

" Yo sólo la escuchaba atenta como suponía que su amiga lo hacía también, me parecía

muy interesante lo que decía e hice una nota mental para escuchar las canciones que

mencionaba "O tal vez la de I Wanna Be Yours... Creo que esa no necesita explicación

¿Verdad?"

Escuché la risa de Ally y tuve que contenerme para no ir a interrumpir su

conversación para llenar el rostro de Lauren con mis besos.

"Ya entendí que te gusta esa banda Lauren" Dijo la chica con algo de burla.

"No tanto como me gusta Camz, Allycat, te lo aseguro." Habló Lauren con alegría "Camila

es... más fascinante que todas las canciones de mis bandas favoritas juntas." Continuó con el

tono de su voz ahora suavizado, provocando que mi corazón se acelerara. "Camila

313
es todas las cosas buenas de mi día a día. Ella es... Como recibir un viento frío directo en

el rostro en una tarde calurosa. Camz es... mi ropa más suave y cómoda, esa que podría

usar todos los días porque me hace sentir bien. Camila es ese impulso que siento para

cantar cada vez que me ducho. O las cosquillas en las plantas de mis pies cuando piso la

arena descalza " Seguía diciendo mientras yo ponía ambas manos sobre mi pecho

tratando de contener mis latidos "Es como acostarte en tu cama después de un día muy

largo y cansado y quedarte dormida ni bien tu cabeza toca la almohada. Ella es tan

hermosa y adictiva como el sonido de la risa de mi hermanita... Camz es... la mirada de

mis padres en la fotografía de su boda... Camila es todas esas razones que he recibido en

la vida para sonreír. ¿Entiendes? Todas juntas, en una sola persona."

"Dios, Lauren..." Suspiró Ally al mismo tiempo que yo "Eso es tan hermoso."

"No tienes idea de todo lo que siento por ella." Continuó y las piernas me temblaron

"Nunca creí que iba a conocer este sentimiento ¿Sabes? Mucho menos por una chica

como Camila pero... Ella es mucho más de lo que la gente ve. Mucho más hermosa que

su ropa de marca o su maquillaje caro. Es dulce y cálida. Pero también es inteligente y

culta. Se preocupa por las cosas que son importantes para ella, y no hablo sólo de su

auto o sus joyas. Nunca olvidaré su cara de preocupación cuando me acompañó al

hospital para llevar a mi hermanita ni su indignación al darse cuenta de cómo es

desatendida la gente que no tiene su posición económica. Ella logra hacer cosas conmigo

que nadie había logrado antes, y lo más increíble es que ni siquiera se lo propuso. Ella

simplemente llegó a mi vida y causó un terremoto dentro de mí que irónicamente puso mis

sentimientos en el lugar correcto. Y aunque tiene un montón de defectos... Yo quiero

abrazar y besar cada uno de ellos... Sé que está herida y que tiene cicatrices en su alma

que son tan profundas que la han obligado a esconderse del mundo, excepto de mí. Es

por eso que soy la única que puede cuidarla y no la voy a decepcionar. Jamás."

Tuve que aguantarme las ganas de llorar, hice un esfuerzo sobrehumano para lograrlo y

supuse que Allyson estaba en la misma situación que yo porque no la escuché responder

314
absolutamente nada. Pero si logré percibir el sonido de una silla ser arrastrada en el

suelo y luego un susurro de ropas y palmadas. Las palabras de Lauren me habían

causado un sinfín de sentimientos pero cada uno de ellos era bueno, se sentían bien y

estaban recorriendo cada parte de mí como si corrieran por mis venas. Como si fueran

agua llenando el cauce de un río que había estado en completa sequía.

"Tú sabes que al principio estaba preocupada por ti" Escuché a Ally hablar finalmente. "No

quería que te involucraras con Camila porque desconfiaba de ella y de sus intenciones.

No quería que te usara y te tirara de repente como a mí. Pero ahora incluso yo puedo

decir que estás haciendo estragos en ella, basta ver como te mira." Debería haberme

sentido molesta por el recordatorio de mi actitud en el pasado pero nada de eso estaba en

mí ahora. Estaba sola así que no podía mentirme, yo lo había arruinado todo con Ally, con

mi amiga, así que me tragué mis palabras y seguí escuchando "Por eso ahora mi consejo

es que no te rindas con ella Laur. Te necesita."

"Y yo la necesito a ella Ally. No puedo apartarme, no puedo ni quiero dejarla yo sé que

puedo lograr que ella me acepte de verdad sólo tengo que esperar a que se descongele

completamente."

"Si ella te escuchara describirla como lo hiciste ahora no creo que quede una sola pieza

de hielo en su corazón Lauren, te lo aseguro." Ally tenía toda la razón.

"¡Mira la hora que es!" Dijo Lauren alarmada acabando con el momento "Camz debe estar

esperándome. No tienes idea de lo mucho que la molesta que la hagan esperar


demasiado." Decía rápidamente mientras escuchaba un tintineo de metales y cosas.

"Deja eso Lauren, ve con ella, yo guardo todo aquí."

"¿De verdad?"

"Sí, anda, corre."

"¡Gracias Ally!"

315
Mierda. Pensé, y me eché a correr por el pasillo hasta las escaleras antes de que Lauren

me viera. Bajé los escalones a brincos desesperados temiendo romperme un tobillo pero

conseguí alejarme lo suficientemente rápido para que me diera tiempo de fingir que

subía con total naturalidad.

"Oh... Hola Camz, ya iba en camino" Escuché a Lauren decirme haciendo que levantara

mi vista para mirarla a los ojos. Tuve que soportar la necesidad de correr hacia ella y

abrazarla fuerte.

"Sabes que me fastidia tener que esperarte tanto Lauren." Gruñí fingiendo enojo y ella me
sonrió de vuelta.

"No te enojes. Un día tu cara se va a quedar así para siempre y serás una gruñona de por

vida." Se burló bajando las escaleras hasta llegar a donde estaba yo y dejó un beso

suave en mi mejilla. "¿Nos vamos ya?"

"Muévete, no tengo tu tiempo" La apuré pero no sin antes entrelazar su mano con la

mía para hacer que me siguiera escaleras abajo.

[...]

"¿Quieres hablar de algo en específico?" Me dijo la doctora Williams. Habíamos


empezado la sesión platicando sobre mis padres, pero yo estaba algo distraída.

"¿Um?" Balbuceé como respuesta mientras ella me analizaba por el filo de sus anteojos.

La doctora Elizabeth -Lizzy- Williams era una mujer joven. Quizá de unos treinta años por

mucho, de cabello lacio y rubio, tez blanca y ojos marrones oscuros.

"Estás algo dispersa. ¿Hay algo que quieras contarme?"

Yo me removí nerviosa en mi asiento. No había hablado con nadie sobre Lauren.

316
A decir verdad no había hablado con nadie sobre nada importante de mi vida, pero hablar

sobre Lauren me parecía mucho más delicado y sensible. Lauren era lo más valioso que

tenía para ese punto de mi vida.

"¿Recuerda... Recuerda la razón por la cual terminé viniendo a terapia?" Decidí empezar
a hablar. Ella asintió con la cabeza.

"Fue tu chofer quien te retó a hacerlo."

"Exacto. Quería demostrarle que estaba perfectamente bien y que no necesitaba a nadie

que me dijera que estaba loca o algo por el estilo." La doctora Williams rió un poco por lo

bajo debido a mi errada percepción de los hechos "Sin embargo aquí me tiene. Creo

que... estoy mejorando." Acepté con dificultad. Ella lo aprobó.

"Poco a poco, pero sí. Ya es un gran avance que estés aquí sentada tomando en cuenta

tu actitud durante nuestra primera sesión."

"Nunca habría pisado este lugar de no se por Lauren." Declaré con total sinceridad.

"¿Lauren?" Preguntó la doctora acomodándose los anteojos, señal de que


estaba completamente interesada en lo que le decía.

"Es mi chofer."

"¿Es una chica?" Yo asentí ante su pregunta. Ella levantó las cejas por un instante

y luego las devolvió a su sitio.

"Lauren es estudiante de la misma universidad que yo. Nos conocimos el primer día de

clases de este semestre debido a... un accidente." Admití para mi misma recordando lo

que había sucedido la primera vez que vi a Lauren. "Yo la detesté desde ese momento y...

mi intención era hacer que la expulsaran de la universidad así como ya había hecho con otras

personas que... me estorbaban." Dije con vergüenza, si Lauren supiera las cosas que había

hecho probablemente no hablaría de mí con tanto cariño y respeto. "Ese mismo

317
día por la tarde, Martha me dijo que mi padre quería hablar conmigo en su despacho y

cuando entré Lauren estaba ahí. Mi padre la había contratado para ser mi chofer."

"Asumo que eso no te gustó en lo absoluto."

"Así fue. Yo estaba enfadada porque en primer lugar ya me parecía humillante que mi

padre quisiera contratar un chofer para manejar mi coche. ¡MI COCHE!" Resalté

recordando perfectamente las razones por las cuales no quería que alguien manejara no

sólo mi auto, sino mis horarios también.

"¿Por qué lo hizo?" Yo rodé los ojos.

"Porque la noche anterior a ese lunes yo salí de fiesta y..." Volvía a sentirme avergonzada

"Me pasé con el alcohol. Choqué mi auto contra un poste de luz y casi me arrestan por

ello pero soborné a los agentes de tránsito que me detuvieron y mi padre pagó también

los daños a la propiedad pública. Así que como usted podrá comprender él estaba

realmente enfadado y me castigó dejándome sin salir y contratando a Lauren."

"Eso fue hace..." La doctora dejó incompleta la oración a propósito.

"Casi seis meses" Calculé rápidamente, ella asintió "Mi relación con Lauren era pésima al

principio pero, debido a una confusión y una pelea entre ella y... Austin..." Hice una

pausa al decir su nombre, la doctora Williams entendió perfectamente mis razones

"Lauren y yo empezamos a fingir ser novias."

La mujer frente a mí arqueó su ceja izquierda notablemente sorprendida por lo que

acababa de contarle entonces di un largo suspiro y me encargué de contarle rápidamente

lo que había pasado en todo este tiempo entre Lauren y yo. Ella me interrumpía

ocasionalmente para hacer algunas preguntas y luego me dejaba seguir hablando.

"Su relación es complicada." Atinó a decir al final de mi relato. Yo asentí con la cabeza, en

el consultorio ni siquiera tenía caso que intentara decir que no existía relación entre

Lauren y yo.

318
"Llegué a un punto en que no sabía qué pensar sobre ella. En especial después de lo que

la escuché decirle a mi padre después de una de mis noches de fiesta." Expliqué

retomando el tema de la fiesta de Dreavyn, cuando Lauren había tenido que llevarme

tambaleándome hasta mi habitación "Y también cuando se hizo todo el drama de Sophie

en el campus. Después de los días que pasé en casa de los Jauregui."

"¿Qué sientes ahora? ¿Por qué es importante para ti hablar de Lauren?"


Siguió cuestionando la mujer.

"Porque... Lauren es la razón por la que he podido sonreír de verdadera alegría." Admití

finalmente dejando que mis palabras fluyeran con facilidad "He sonreído antes. Muchas

veces, porque mi padre me cumplía mis caprichos, porque mi padre se sometía a lo que

ella y yo le dijéramos, porque la gente me idolatraba, me admiraba y me temía. Porque

tenía todo lo que cualquier chica pudiese desear... Pero ninguna de esas cosas me hizo

feliz realmente, nunca." Hice una pausa para poder suspirar, la doctora guardó silencio

"Con Lauren no necesito absolutamente nada más que... el hecho de que sostenga mi

mano para sentirme en paz. Con Lauren me siento segura y cuidada, me siento mejor que

nunca. Y su hermanos... Dios, ellos son mi adoración. Gracias a ellos es que he podido

ver lo que es una familia."

"¿Tu vida ha mejorado?" Agradecí en silencio que ella siguiera haciendo preguntas.
Tenía muchas cosas que decir y a veces se atascaban en mi garganta.

"Le repito que de no ser por ella no estaría aquí." Me pasé las manos por el rostro y

luego por el cabello en señal de frustración, no tenía idea de cómo explicar lo que Lauren

significaba para mí. "Lauren es... Es mi ángel. Ella ha salvado mi vida. Me ayuda a ser

mejor incluso cuando yo misma pienso que soy una porquería, ella parece ver sólo lo

mejor de mí."

"Pero la tratas mal." Señaló ella y yo asentí con una sonrisa amarga.

319
"Es ilógico ¿Cierto?" Me burlé de mí misma. "Es sólo que... Las alas de Lauren son

enormes." Metaforicé "Ella me abraza fuerte y, su cariño me hace volar muy alto. El

mundo entero se vuelve pequeño cuando ella me sostiene firmemente contra su pecho.

Nada vale tanto como ese instante donde estoy justo en la cima... Pero tengo tanto

miedo de que me suelte... Que prefiero cortarle las alas para que sea ella quien caiga y

no yo." Confesé sintiéndome culpable. "Jamás le he dicho cuánto la admiro o lo mucho

que me gustan sus ojos, y su boca. Nunca le he dicho que me hace sentir segura. Ni le

he hecho saber que siento mucho vacío cuando no duerme junto a mí. No quiero darle la

oportunidad de lastimarme."

"¿Es por eso que no quieres que sea tu novia oficialmente?" Me preguntó y yo volví
a asentir afirmativamente.

"No quiero que me haga daño como Austin."

"Ella no es Austin." Afirmó la doctora y yo suspiré.

"¡Lo sé! Joder, lo sé. Pero no puedo dejar de sentir miedo." Respondí completamente
frustrada.

"Camila... escúchame un momento ¿Sí?" Me habló con voz dulce y calmada. Yo acepté,

me limpié las lágrimas que había dejado caer en algún punto de mi discurso, la miré a los

ojos y me quedé callada. "Creo que, esto no se trata de darle o no la oportunidad a

Lauren para que te lastime." Se pausó para acomodar sus anteojos una vez más, sus

pequeños ojos marrones clavándose en los míos "Esto se trata, Camila, de que te des la

oportunidad a ti misma de sentir algo por alguien."

"¿Por Lauren?" Pregunté como si fuese imposible. No porque Lauren fuera poco para
mí, sino porque era demasiado.

"¿Tienes una mejor opción?" Yo negué con la cabeza al escuchar su pregunta.


Lauren era la mejor opción. Había sido la mejor opción desde el primer momento.

320
[...]

"Hola Camz" Lauren estaba recargada en la puerta del porsche. Su mano izquierda

estaba dentro de su chaqueta y su mano derecha se movía suavemente en forma de

saludo.

"Hola" Respondí llegando hasta ella, quien se apartó para abrir la puerta del auto y

rodearlo para ocupar el asiento del piloto. Lauren encendió el motor, movió la palanca

de velocidades y empezó a conducir con dirección a la mansión. Yo encendí la radio y

una canción desconocida empezó a sonar.

Your love is like a studded leather headlock...

"¿Qué escuchabas?" Le pregunté al no reconocer la voz.

"Arctic Monkeys" Me respondió mirando hacia el frente dándome la oportunidad de


sonreír sin que lo notara.

"¿Pasó algo interesante en la sesión de hoy?" Siempre me preguntaba lo mismo aunque

nunca le contaba nada sobre mis sesiones con la psicóloga.

"No tienes ni idea, Lern Jergi." Le contesté ambiguamente mientras me mordía el labio
para contener mi sonrisa y escuchaba la canción que vibraba por los altavoces del auto.

Capítulo 22

Camila's POV

321
"¿Sabes dónde está Lauren?" Le pregunté a mi padre una vez que me dio permiso de

entrar a su despacho.

La noche anterior habíamos dormido juntas y a la mañana de hoy cuando desperté ella

ya no estaba. Me vestí, la busqué en su habitación y en la de Chris y Taylor pero no

había ni rastro de ella ni de los otros dos hermanos Jauregui.

"Si quieres salir puedes conducir tu auto." Fue lo que recibí como respuesta.

"¿Qué?" Pregunté incrédula y sintiendo el miedo crecer dentro de mi pecho. ¿Qué


había pasado con Lauren?

"Que tienes mi permiso para conducir tu porsche si necesitas salir." Me repitió en un

tono que me molestó porque me hacía sentir como si creyera que era estúpida.

"No quiero salir. Quiero saber dónde está Lauren, y Chris y Tay." Respondí

aguantándome las ganas de gritar. Quería respuestas ya.

"Lauren no está." Me respondió con simpleza haciendo mi sangre hervir.

"¿Dónde está Lauren?" Volví a preguntar "¿La despediste? Porque si lo hiciste más te

vale volver a contratarla. No voy a aceptar otro jodido chofer que no se ella ¿Entendiste?

¡Nadie va a manejar mi auto más que Lauren!"

"¿Quieres dejar de gritar, Camila?" Me retó mirándome por encima de sus anteojos "No

he despedido a Lauren. Simplemente me pidió el día. ¿Puedes vivir con eso?"

"Te... ¿Te pidió el día?" Le pregunté "¿Por qué? ¿Iba a salir con alguien?" Quise indagar.

Me aterraba la idea de estar tardando demasiado y que ya hubiese otra persona detrás de

ella.

"No tengo la más mínima idea Camila." Dijo él con seriedad volviendo su vista hacia los
documentos que tenía sobre su escritorio "En primer lugar no es de mi incumbencia y en

322
segundo lugar no tengo motivos para negarle un permiso. Ella ha cumplido de

forma correcta con su trabajo, no tengo ninguna queja."

"O sea que se fue y no sabes a donde." Resumí y él asintió.

Bufé y di media vuelta para salir del despacho. ¿Dónde mierda se había metido Lauren?

¿Por qué no me había dicho nada? La sola idea de que estuviera con otra persona me

estaba torturando. Y si esa chica era lo suficientemente importante para ella como para

presentarle a Chris y Taylor.

"No" me dije a mí misma. No podía aceptar algo como eso. Ellos era lo más cercano
que tenía a una familia de verdad. No quería compartirlos con nadie.

Subí apurada las escaleras hasta llegar a mi habitación. Llamaría a Lauren


inmediatamente para que me dijera dónde carajos estaba.

"Señorita Camila" Me saludó Martha una vez que atravesé la puerta, estaba acompañada

de otra de las muchachas del servicio mientras juntas tendían mi cama yo sólo levanté las

cejas como respuesta. "Vine a buscarla para traerle su desayuno, el joven Chris y Lauren

lo dejaron listo para usted antes de irse." Finalizó señalando la conocida bandeja de plata

con mi desayuno sobre ella.

O sea que todo el mundo sabía que Lauren se había largado excepto yo.

"¿Dónde está Lauren?" Pregunté mientras ellas continuaban trabajando para después
darle un trago a mi jugo de naranja.

"No lo sé señorita. No me dijeron a donde irían." Me respondió y yo suspiré frustrada.

Comencé a comer los trocitos de fruta que estaban estéticamente colocados sobre el

plato de porcelana acompañando unos visualmente perfectos panqueques con un poco

de mantequilla y miel.

323
Ellas dejaron mi cama perfecta, sin una sola arruga sobre las sábanas y con las

almohadas esponjosas y cuidadosamente acomodadas en su sitio. Luego empezaron a

retirarse.

"Disculpe, señorita Camila..." Murmuró la chica antes de salir de mi habitación.

"¿Qué quieres?" Espeté. No estaba de humor para niñerías.

De forma silenciosa y sin mirarme a los ojos ni por un segundo, la chica sacó de su
delantal un sobre y una rosa roja, al parecer, recién cortada del rosal de mi madre.

"Encontré esto entre las almohadas de su cama." Empezó a decir bajito mientras veía de

reojo a Martha desaparecer por el pasillo "No estaba segura de si quería que la ama se

enterara de esto, así que, la guardé para usted." Siguió murmurando mientras me

extendía el sobre y la rosa. "No tiene remitente." Añadió señalando el sobre.

Una vez que tomé ambos objetos entre mis manos ella se fue cerrando la puerta tras de

sí. Ni siquiera esperó un agradecimiento y yo no estaba segura de si planeaba darle uno.

Estaba intrigada por el contenido del sobre.

Tomé un trocito de fresa entre mis labios y lo mastiqué al tiempo que olfateaba el aroma

de la rosa. Era delicioso. Una vez la fresa pasó por mi garganta y sequé mis dedos sobre

mi pijama, el cual ni siquiera me había cambiado por la velocidad en que salí en busca de

Lauren, me dediqué a abrir el sobre de papel que reposaba en mi regazo.

" 'Señorita Camila:' " Empezaba entrecomillado y pude imaginar perfectamente el tono

burlón de Lauren al llamarme de esa forma.

"Camz, perdón por no haberte avisado que saldría esta mañana. Me desperté temprano

y no quise que te levantaras también. Anoche te desvelaste mucho estudiando para tus

exámenes de fin de semestre y consideré que te merecías un descanso.

324
Por favor desayuna lo que Chris y yo hemos preparado para ti. (Bueno, él lo preparó yo

sólo le pasaba las cosas.) ¡Pero te juro que pasé mucho tiempo escogiendo esta rosa

para ti! (Espero que no la aplastes mientras duermes).

Hablo en serio Camz. Come bien ¿Si? Has estado mejorando mucho y no me gustaría
que por faltar un día vayas a retroceder. Confío en ti para que hagas lo correcto.

Hoy es un día muy importante para mí y para mis hermanos es por ello que pasaremos

la mañana y la tarde en casa. Hoy mis padres deberían estar cumpliendo años de

casados. ¿Entiendes Camz? Hoy debería estar viendo a mis padres celebrar un año más

de matrimonio. Pero ellos no están.

Chris y yo preferimos celebrar eso en su lugar. No queremos enfocarnos en que hoy

también es el día del aniversario de su fallecimiento. Pero ¿Puedo confesarte algo?

La verdad es que me duele, y mucho.

Es difícil hacerse a la idea de que ellos no están y no van a volver a estar nunca. Aún

puedo recordar la última vez que los vi. La manera en que mi padre tomó a mi mamá de

la mano, o el cómo me pidieron que cuidara a mis hermanos en su ausencia que, se

suponía que no debía durar más que un par de horas. Ese par de horas se ha convertido

en tres años.

Perdón, supongo que no debería estar diciéndote estas cosas Camila pero, eres

importante para mí. Lo suficientemente importante como para que quiera compartir esto

contigo. ¿Te gustaría pasar la tarde con nosotros? Le he preguntado a Chris si le

molestaría que estés aquí y me ha dicho que no, que estaría encantado así que... Te

extiendo una habitación a la casa de los Jauregui. No sabes cuán bien me haría tenerte

conmigo.

Si decides venir eres bienvenida, pero por favor acábate todo tu desayuno antes ¿Si?

Y si prefieres quedarte en casa yo lo entenderé. Te prometo que después de hoy no


habrá más descansos y estaré a tu entera disposición como tu chofer.

325
Nos veremos luego Camz.

Lern Jergi. "

Al terminar de leer la carta de Lauren me lamí los labios. Me quedé mirando el papel lleno

de su escritura entre mis manos y después de un suspiro me levanté rápidamente de la

cama. Guardé la carta entre mis libros de medicina que estaban colocados en una repisa

cerca de mi ventana y luego me comí toda la fruta, el jugo y los panqueques que

Christopher había preparado para mí. La rosa por otra parte terminó reposando encima de

mi escritorio no sin antes haberme regalado un poco más de su aroma. Mamá

enloquecería si supiera que Lauren corta sus rosas para regalármelas.

Luego de terminar cada bocado y de hacer algunas respiraciones profundas para

controlar mis ansias de vomitarlo todo, por fin pude entrar a la ducha. Lavé mi cabello

y cada parte de mi cuerpo rápidamente y salí hacia mi habitación.

Abrí mi walk in closet para seleccionar lo que iba a ponerme pero no encontraba nada

adecuado para la ocasión. No quería ser Karla Camila Cabello Estrabao, la heredera del

imperio de Alejandro Cabello. Para ir a casa de los Jauregui quería ser sólo Camila.

Camz.

Me irritaba un poco el hecho de solo encontrar vestidos y prendas caras. Blusas y faldas

que me habían costado cientos de dólares que probablemente Lauren hubiese ocupado

para cosas importantes como... arreglos que su casa necesitara, juguetes para Taylor o

una computadora para Chris. En cambio yo derrochaba mi fortuna en cosas que

realmente no necesitaba.

Supiré y seguí hurgando entre mi ropa hasta encontrar algo sencillo que se acercara más

a la Camila que yo quería ser para Lauren. No quería fingir más, quería sentirme yo

misma frente a ella y quería que eso se reflejara en cada cosa que usara.

Al final me una especie de sudadera corta, que me llegaba justo a la altura del ombligo.
Era de color azul y tenía las mangas largas con anchas franjas de color blanco. Llevaba

326
unos jeans ceñidos al cuerpo, pero no demasiado y que tenían varias partes rasgadas con

naturalidad mientras que en mis pies usaba unos simples y sencillos tenis completamente

blancos.

Me cepillé el cabello sin hacerle nada más que eso y luego salí de casa a pie. Tenía que
tomar un taxi e ir a un lugar muy importante antes de ir a la casa de Lauren.

[...]

Lauren's POV

"¿Crees que vaya a venir?" Le pregunté a mi hermano que cocinaba unas ricas tortillas de

papa y fajitas de carne mientras yo jugaba con Taylor que ya era capaz de -casi- correr

sin caerse o golpearse con los muebles.

"¿No te ha hablado?" Me preguntó elevando su voz ya que yo estaba en el pasillo.

"No, ni siquiera me ha enviado un mensaje ni nada." Respondí despegando mi vista de


TayTay un momento para revisar las notificaciones de mi celular.

"Yo creo que si vendrá. Quiero decir, estoy seguro de que ella sabe lo importante que es
para nosotros este día. Hablamos mucho sobre ello."

Yo hice una mueca. Me hubiera gustado estar presente durante esas conversaciones.

No podía evitar sentirme un poco celosa de que Camila hubiera tenido esas pláticas

acerca de nuestra familia con mi hermano que apenas conocía en lugar de conmigo.

"¿Ono?" Dijo balbuceó Taylor señalando con su dedito índice lleno de baba mi bolsillo

delantero de los jeans, donde mi celular lanzaba flashazos para anunciar una llamada

entrante.

"Uh...” Articulé mientras sacaba el dispositivo de mi pantalón para observar la pantalla. El

nombre de Camz aparecía en letras grandes y justo abajo aparecía su fotografía,

haciéndome sonreír.

327
"¿Hallo?" Dije en el micrófono una vez que acepté la llamada.

"Lern Jergi" Escuché la voz de Camila nombrarme y sonreí más grande "¿Puedes salir por

mí a la avenida principal? Sigo sin confiar demasiado en tus adorables vecinos."

"Seguro que sí Camz" Acepté rápidamente y ligeramente sorprendida por el tono


amable de su voz.

"Bueno, apúrate porque esta gente me da mala espina. Además no estoy muy contenta

contigo por abandonarme esta mañana. ¿Quién piensas que eres, Jauregui?" Me reclamó

haciéndome reír bajito. Sabía perfectamente que estaba jugando pero, supongo que me

había acostumbrado tanto a sus groserías e impaciencia que ya estaban incluso

resultándome encantadoras.

"Ya voy, señorita Camila." Le informé en un tono de falsa cortesía. Ella no dijo nada
más, simplemente colgó.

[...]

"¿Camila?" La llamé dudosa, pues estaba de espaldas hacia mí y... aunque juraría que
era su cuerpo por su ropa no podía estar completamente segura de si era ella o no.

La chica frente a mí giró sobre las puntas de sus pies, cuando paró frente a mi yo estaba

más insegura que antes. Era el mismo cabello castaño y ondulado, pero estaba algo

desordenado mientras la parte superior era cubierta por una gorra de color blanco. Los

ojos marrones eran exactamente iguales a los de ella, pero sin una sola gota de

maquillaje al igual que el resto de su cara.

Su cuerpo era idéntico al que yo recordaba pero protegido por una blusa de tela gruesa

de color azul con franjas blancas. Muy diferente a las telas ajustadas y suaves que ella

solía usar mientras que sus pantalones no se ajustaban a las piernas que podía reconocer

como si fuesen una segunda piel.

328
Camila me tomó de las manos mientras me miraba de pies a cabeza y viceversa una

y otra vez. Sus ojos me recorrían haciéndome sentir algo nerviosa. Mis mejillas se

sonrojaron. Yo estaba usando un short de mezclilla algo deshilachado por el uso, una

blusa de color blanco con un estampado tipo comic en colores anaranjados y rojos y

llevaba amarrada a la cintura una chaqueta de mezclilla también.

"Wow..." Murmuramos al mismo tiempo mientras nos veíamos.

Camila me sonrió y luego sin decir nada más tomó mi rostro entre sus manos y me dio

un beso en los labios. No reaccioné rápidamente, porque todo dentro de mí estaba

removiéndose por la suavidad de su contacto, pero cuando al fin lo logré ese beso fue

espectacular.

El mejor que me habían dado hasta ese momento de mi vida.

"¿Camz?" Volví a preguntar ni bien nos separamos. Estaba completamente confundida.

"Hola Lern" parpadeé un par de veces después de escucharla. ¿De verdad esa era

Camila Cabello?

De mi boca escapó un sonido sin sentido alguno, suave, como un murmuro, mientras

me rascaba la nuca. No sabía que decir, pero no hubo necesidad de decir nada porque

ella me tomó de la muñeca y empezó a jalarme para que la siguiese.

"¿A dónde vamos?" Pregunté después de algunos pasos.

"Traje algo para ti." Me respondió sonriendo grande. Enorme. A penas pude ver su

sonrisa por un instante pero fue suficiente para que me enamorara de ella el doble de lo

que ya lo estaba. "No quise arriesgarme a meterlo por mí misma porque... Bueno, me

siento algo insegura estando aquí. No te ofendas." Me explicó mientras seguía caminando

sin mirarme.

329
No me ofendía en lo absoluto. Sabía perfectamente la mala fama que mi barrio tenía.

Lo que me sorprendía era su amabilidad. ¿Quién era realmente la chica que me estaba

arrastrando por las calles de la ciudad?

Camila se detuvo de repente provocando que chocara contra su espalda ya que iba
bastante distraída.

"Auch." Me quejé.

"Lauren cierra los ojos." Me pidió.

"Camz" iba a negarme pero no me dejó decir nada.

"Sólo cierra los ojos Lern, es una sorpresa y no quiero que la arruines." Me dijo
frunciendo el ceño mientras hacía un puchero sinceramente hermoso.

"¿Está muy lejos la sorpresa?" Le pregunté y ella negó con la cabeza.

"Está a la vuelta de la esquina" Me dijo señalando la intersección. Estaba a pocos metros.

"Sólo cierra los benditos ojos Lauren."

"¿No vas a matarme por abandonarte esta mañana?" Bromeé y ella rodó los ojos.

"No todavía. " Respondió y yo suspiré encogiéndome de hombros, luego cerré los ojos y

sentí como ella se colocaba detrás de mí para empezar a guiarme dando ligeros

empujoncitos en mi espalda.

"¿Hiciste trampa?" Me preguntó después de detenernos.

"No." Dije con sinceridad. No quería arruinar la sorpresa de Camila. ¡El sólo hecho de que

tuviera una sorpresa para mía ya era una sorpresa!

"Bien" Sentí que su voz ya sonaba justo a mi lado "Abre los ojos Lolo" Me dijo y yo

sonreí ante el nuevo mote que me había dado.

330
Abrí mis ojos con lentitud, acostumbrándome nuevamente a la luz del sol que daba directo

en mi rostro. Cuando al fin mis pupilas se adaptaron y pude distinguir lo que había frente a

mí, me quedé sin habla. No podía creerlo.

"No sé si es exactamente el mismo tono..." Escuché que decía Camila a mi lado mientras

yo llevaba mis manos a mi boca y comenzaba a sentir que las lágrimas se acumulaban

en mis ojos. "Pero tú sólo dijiste que era roja y hay tantos tonos de rojo que yo sólo elegí

el que más me gustaba... ¿Te gusta?" Me preguntó y su tono de voz fue tan tierno y dulce

que yo sentí que me derretía entre el agua que brotaba de mis lagrimales.

Me lancé a los brazos de Camila, escondiendo mi rostro en su cuello.

"¿Lolo?" Me llamó mientras me acariciaba la espalda.

"Es hermosa Camz... Es perfecta. Es exactamente igual a la de él." Le dije aún oculta en
su cuello.

Justo ahí, a lado de la acera, estaba estacionada una camioneta pickup chevrolet del año

1951. Exactamente como la de mi padre, idéntica a aquella en la que aprendí a conducir,

sólo que completamente nueva y lustrada. Era una reliquia de vehículo hoy en día.

"Camz, debió costarte una fortuna." Le dije cuando recuperé la tranquilidad y la cordura,

apartándome de nuestro abrazo para mirarla aún con restos de lágrimas en mis mejillas

que ella se encargó de limpiar cuidadosamente con sus pulgares. Esa camioneta debía

ser considerada como un auto clásico por la época en que fue fabricada. De hecho,

tenía entendido que no había modelos como ese en venta. La de mi padre había

sido heredada por uno de los hombres con los que él había trabajado y de quien había

ganado su aprecio. Por eso era tan preciada para él. Y aunque la de mi papá ya estaba

bastante deteriorada por el uso y el paso de los años, pude venderla en una buena

cantidad a un coleccionista. Camila me dio un corto beso en los labios como respuesta.

"No importa lo que haya costado." Me dijo al separarse "Es algo que quise hacer para ti. ¿La

vas a rechazar?" Yo dudé. Debió haber sido mucho dinero. Muchísimo. Pero era tan

331
hermosa y tan significativa para mí que no sabía que hacer. Camila volvió a besarme.

"Quiero que la tengas. Tómala como mi regalo por el aniversario de tus padres." Me dijo

haciendo que mi corazón vibrara dentro de mi pecho "¿Que haría Mike Jauregui con esta

camioneta frente a él?" Me preguntó y yo sonreí como idiota.

Mi padre probablemente besaría el cofre hasta quedarse sin labios.

Pero en lugar de eso, yo la besé a ella.

Capítulo 23

Lauren's POV

Abracé fuerte a Camila mientras nos besábamos y poco tardaron sus pies en impulsarla

hacia arriba para que sus piernas rodearan mi cintura. Yo bajé mis manos a sus caderas
para sostenerla mejor, mientras nuestros labios continuaban conociéndose.

Así era como se sentía. Como si estuviera conociendo a Camila por primera vez a través

de nuestro beso. Su lengua comenzó a acariciar de forma dulce mi labio inferior y yo subí

mi mano para rozar su mejilla con cariño al tiempo que le daba el acceso que solicitaba.

Algo me decía que a partir de ese día todo iría mejor entre nosotras. Tenía un buen

presentimiento que estaba llenando de alegría un día cargado de nostalgia y una profunda

tristeza que me había empeñado en tratar de ignorar desde el primer minuto del día.

Camz sacó su lengua de mi boca y siguió tomando mis labios entre los suyos mientras yo

la recargaba en la puerta de la camioneta para así tener un mejor apoyo y poder usar mis

manos más libremente. De pronto sentí como la mano de Camila tomaba la mía y la

llevaba hasta la parte trasera de sus jeans, alentándome a extender la palma entera sobre

uno de sus mejores atributos. Solté un jadeo de gozo al tocarla que la hizo sonreír entre el

beso. Esa sonrisa arrogante que tanto me gustaba.

332
Iba a reanudar nuestro beso pero ella apartó su rostro un poco, sólo lo suficiente para que

mis labios aterrizaran en su mejilla y entonces sentí como sus mano llevó la mía al interior

de su bolsillo trasero. Mis dedos exploraron el interior de la tela mientras le daba cortos

besos en el cuello, y fue así que encontré un objeto de metal pequeño y alargado que

hizo sonreír a Camila incluso más.

"¿Lista para conducir?" Me preguntó una vez que saqué la mano de sus pantalones

trayendo conmigo una llave unida a un llavero que tenía una pequeña plaquita de plástico

que tenía la forma de una persona dibujada de forma caricaturesca. Era Camila el día que

nos conocimos.

Yo sonreí asintiendo con la cabeza mientras ella separaba sus piernas de mi cuerpo y

volvía a ponerlas sobre la acera no sin antes darme otro pequeño beso en los labios. Muy

corto pero significativo. No tenía la más mínima idea de qué estaba pasando con Camila

pero no preguntaría nada. Sólo me dedicaría a disfrutarlo y corresponderlo.

Introduje la llave en la puerta para levantar el seguro y así ayudar a Camz a entrar al

asiento del copiloto. Ella lo hizo, cerré la puerta y entonces le di la vuelta al maravilloso

vehículo para entrar en el sitio del conductor.

La camioneta estaba impecable. Los asientos estaban cubiertos por una piel sintética

de color beige y todo dentro de la cabina relucía como si se tratara de una joya. Para mí

lo era, una invaluable.

"¿Te gusta?" Me preguntó Camila mientras se veía en un espejo de las aletillas que
sirven para cubrir el sol y se ajustaba la gorra en la cabeza.

"Me encanta" dije con sinceridad "¿Lo hiciste tú?" Pregunté levantando el llavero del auto.

Ella me sonrió y asintió con la cabeza.

"También tomé clases de dibujo y pintura cuando era pequeña pero casi nunca lo

hago. Siéntete halagada." Sé que lo último lo había dicho bromeando pero de igual

forma me sentí especial por un momento.

333
"No tengo idea de qué hice bien para que me dieras este regalo Camz, no sabes lo mucho

que significa para mí." Ella me miró fijamente y pude descubrir en sus ojos una ternura y

cariño que nunca antes había visto.

"Has hecho muchas cosas Lolo. Esto es poco para recompensarte." Me dijo con simpleza
y mi corazón empezó a latir como demente dentro de mi pecho.

"Gracias..." Logré articular mientras continuaba mirándola.

"Bueno, vámonos ya. Tus hermanos nos esperan." Me dijo sacándome de mi ensoñación

y yo asentí rápidamente.

Coloqué la llave, la giré y encendí el motor. Primero rugió pero después el sonido se

transformo en una especie de ronroneo apacible que indicaba que la máquina estaba en

perfectas condiciones. Los asientos vibraban ligeramente y antes de comenzar bajé la

ventana de mi lugar moviendo de forma circular la manija que estaba en la puerta.

Camila me imitó. Luego volvió a acomodarse la gorra.

"¿De dónde la sacaste?" Le pregunté mientras comenzaba a avanzar, disfrutando cada


centímetro que los neumáticos recorrían. Llenando mi cabeza de recuerdos.

"Siempre quise tener una" Me respondió y pude adivinar su sonrisa "Mi mamá no me

dejaba usarlas cuando era más chica porque dice que una joven de clase como yo no

debe vestir con cosas tan corrientes."

"Yo creo que te queda bien. Te ves preciosa." Le respondí dándome unos segundos para

voltear a verla y recorrerla con la mirada. Su forma sencilla de vestir de alguna forma

lograba enloquecerme.

"¿Tu crees?" Me preguntó y me pareció escuchar en su voz un atisbo de inseguridad. "Se


la compré a una chica que esta por la calle cuando venía conduciendo hacia acá."

334
"Claro que lo creo." Respondí su pregunta "¿Cuánto le pagaste?" Cuestioné divertida,

podía imaginar perfectamente a Camila asaltando a una extraña con un fajo de

billetes para quitarle su snapback.

"No sé. Como cincuenta dólares." Respondió sin ningún interés. Yo me reí. Ya no

me sorprendía que Camila gastara de esa forma. De hecho, en esta ocasión me

pareció hasta tierno que quisiera cumplir uno de sus caprichos infantiles. Además la

chica en cuestión debió haberse ido muy contenta con tal cantidad de dinero.

"Camila Cabello obtiene todo lo que quiere ¿Cierto? No importa el precio." Jugué con ella.

Camz sonrió mientras continuábamos avanzando. Faltaba poco para llegar a casa.

"Eso es obvio, Jauregui." Me respondió. No volteé a verla pero podía sentir su mirada
perfectamente clavada en mí. Presioné el volante con más fuerza.

"¿Y ya has conseguido todo lo que quieres?" Le pregunté entre siguiendo el juego y
realmente intrigada.

"Aún no" Dijo ella sorprendiéndome con su respuesta. "Hay cosas que uno no puede

exigir tener. Simplemente espera que se las entreguen por voluntad." Expresó y yo

sentí un escalofrío recorrerme entera. No dije nada más. No sabía que decir.

Continuamos el camino en silencio y un par de minutos más tarde ya estábamos en la

entrada de mi casa. Estacioné la camioneta en el lugar exacto donde mi padre ponía la

suya, subí ambos vidrios y cerré las puertas colocando el seguro. Una vez que me

cercioré de que estaba bien cerrada, escolté a Camila hasta la puerta de la casa.

"Huele delicioso" Atinó a decir Camila mientras entrábamos. Yo sonreí

complacida esperando que el aroma le abriera el apetito.

"Chris ya debe haber terminado con la comida que estaba preparando antes de que me

fuera." Le comenté mientras sacudía un poco mis pies para no meter tierra a la casa.

335
Luego de eso comencé a avanzar chocando por segunda ocasión con la espalda de

Camz.

"¿Qué..." Iba a preguntar por qué se había quedado ahí parada pero al mirar por encima

de su hombro pude ver la razón. "Oh... Hola Alexa" Saludé a mi antigua vecina que

estaba sentada en el comedor con Taylor en sus brazos.

"Hola Laur" Me saludó ella levantándose del asiento y caminando directamente hacia mí

mientras Tay me señalaba con sus manitas pidiendo que la cargara. Camila se quedó

estática en su lugar y yo no podía observar la expresión de su rostro así que pasé un

brazo por encima de sus hombros para obligarla a hacerse un poco hacia un lado para yo

lograr dar un pasos hacia en frente y recibir el cálido abrazo de Alexa y mi hermanita.

Alexa dejó un beso en su mejilla y luego se apartó.

"Hace tanto tiempo que no te veía" Dijo y yo asentí de acuerdo.

"Mucho." Coincidí mientras tomaba a Taylor de una vez por todas acunándola contra mi

pecho mientras la bebé jugaba con las puntas de mi cabello. "Mira, te presento a Camila,

mi..." dudé por un momento ¿Cómo debía presentarla? "Mi jefa y compañera de

universidad." Resolví, a fin de cuentas esa era la verdad. Alexa extendió su mano hacia

Camila y esta última sólo se quedó mirándola. "Alexa es..." dudé de nuevo "Bueno, es la

nieta de doña Mercedes. ¿Recuerdas? La señora que vive a lado y que cuidaba de

Taylor." Le expliqué. Camila sólo asintió con la cabeza para hacerme saber que entendía

a quien me refería e hizo un movimiento más elevando su mentón en forma de saludo

para Alexa. Alexa simplemente sonrió apartando su mano.

"Bueno, fui un poco más que tu vieja vecina. ¿Verdad Laur?" Dijo ella y me gané
una mirada de Camila con su ceja levantada.

Efectivamente. Alexa había sido más que mi vecina en algún punto de mi vida.

336
"¿En serio?" Preguntó Camz mirando esta vez hacia Alexa, con un tono

extrañamente amable que me heló la sangre. "¿A qué definimos como un poco más?"

"Bueno te parece una buena definición... ¿Primer amor?" Dijo viendo hacia Camila, luego
dirigió su mirada hacia mí "¿Qué opinas Lauren?" Me preguntó y yo tragué saliva.

"Yo... yo... yo..." Comencé a decir nerviosa bajo a atenta mirada de ambas chicas.
Me sentía tan incómoda.

"¡Lauren! ¡Qué bueno que llegas!" Dijo mi hermano apareciendo por el pasillo. Nunca

había estado tan feliz de verlo. "¡Hola Mila!" La saludó lanzándose sobre ella para darle

un afectuoso abrazarlo. Algo que al parecer no pasó desapercibido para Alexa. "Tenemos

casa llena hoy ¿Eh?" Se burló de mí y entonces sentí ganas de ahorcarlo. "Pero bueno

niñas, no se queden ahí paradas. La casa es pequeña pero no necesitan amontonarse."

Dijo y Alexa tomó asiento en el sofá de la sala, Chris tomó asiento en el reposa brazos

del mismo y Camz y yo nos sentamos en el comedor, moviendo nuestras sillas para no

darles la espalda a los otros dos. Camz se encargó de Tay esta vez.

"¿A qué debo tu visita?" Pregunté mirando a Alexa. Definitivamente no esperaba ver a mi

exnovia.

"Llegué hace un par de días a la ciudad" Comenzó a decir, ella se había mudado a

finales de hace tres años con su padre ya que él le había conseguido un empleo

donde vivía. "Lo primero que hice, después de comer con mi abuela claro, fue venir a

visitarte pero me dijeron que ya no vivías aquí."

"Estamos con Camila ahora" Dijo Chris antes de que yo pudiera hablar, me pareció ver una

pequeña sonrisa en el rostro de Camz pero no podría asegurarlo. "¿Verdad Lauren?"

"Um... Sí, así es." Corroboré.

"¿Viven juntas?" Preguntó ella y de nuevo, alguien me interrumpió antes de poder


responder.

337
“Sí" Habló Camila esta vez haciendo que mi cuello girara de inmediato en su dirección.

Casi puedo jurar que el crujido de mis huesos se escuchó en toda la casa. "Lauren vive en

mi mansión." Alexa elevó las cejas al escucharla.

"No sabía que eran pareja." Dijo Alexa señalándonos a Camz y a mí. Yo reí nerviosa.

"No somos pareja" aclaré, no quería que Alexa cagara todo lo que había logrado con

Camila avanzando poco a poco y evitando todo el tema de ser novias. "Te dije que

Camila es mi jefa, soy su chofer."

"Oh, entiendo." Contestó sonriendo "Bueno, como sea. Esta mañana salí con mi abuela a

hacer las compras al supermercado y cuando volvimos me di cuenta de que estaban en

casa así que, después de estar unas horas en la cocina con mi abue vine a verlos. Les

traje un pan de elote recién horneado." Habló señalando algo detrás de mí y pude ver el

refractario circular conteniendo un delicioso pan que debo admitir, se me antojó de solo

verlo. Alexa cocinaba delicioso, casi tanto como Chris.

"Gracias Alex" dije sinceramente "No tendrías que haberte molestado."

"Sabes que no es molestia" dijo ella mirándome a los ojos y yo me puse nerviosa otra vez.

"¿Cómo va a ser molestia?" Dijo Chris "¿No recuerdas cuando Alex y yo nos la

pasábamos metidos en la cocina para hacer todos tus platillos favoritos? Ya deberías

estar acostumbrada a que ella te cocine." Dijo Chris y yo me sentí más incómoda que

antes. Estaba sudando.

Camila sólo se mantenía en silencio, sonriendo de forma al parecer amable pero que a
mí me resultaba aterradora. Alexa rió, supongo que por los recuerdos.

"Me acuerdo que Clara siempre estaba feliz de verme. Decía que conmigo y Chris
podía darse un descanso de la cocina."

"A ella le gustaba mucho tu comida" Dije sin pensar, sólo recordando los buenos
momentos con mi madre "Decía que ustedes dos estaban locos pero que sus locuras

338
sabían deliciosas." Sonreí amargamente al pensar en ello y luego desvié mi mirada hacia

el piso. Sentí las caricias de Camila en mi espalda e iba a darle las gracias pero al

levantar el rostro me encontré con que Alexa venía hacia a mí y se colocaba en cuclillas

para hacer contacto visual conmigo mientras sus manos se recargaban en mis rodillas

sosteniendo su peso.

"Sé perfectamente qué día es hoy Laur..." Me empezó a decir "No sabes lo mucho que

lamento tu pérdida. Yo apreciaba a tus padres muchísimo." Declaró y yo asentí, era cierto.

Alexa y yo nos conocíamos desde niñas, prácticamente habíamos crecido juntas. A

veces ella iba a mi casa a jugar y otras yo iba a la de ella. Mis padres la querían como a

una hija, sobre todo cuando su mamá la abandonó a la edad de cinco años y para

cuando ella y yo nos hicimos novias a los quince años, después de que les confesara a

mis padres que me gustaban las chicas, ellos realmente consideraron a Alexa parte de la

familia. Incluso más que antes.

Sin embargo nuestra relación comenzó a deteriorarse y decidimos terminar. Duramos dos

años juntas.

"Lo sé Alex... Gracias" Recordaba perfectamente como ella había estado conmigo la

noche en que fui a reconocer los cuerpos de papá y mamá. A pesar de que ya no

éramos nada ella fue un gran apoyo emocional para mí. "Gracias por estar conmigo."

"Sabes que siempre vas a poder contar conmigo Laur" Dijo esta vez arrodillándose para

abrazarme por la cintura, yo pude recargar mi frente en su hombro. "No diré que a

pesar de todo lo que hemos pasado, sino precisamente, por todo lo que hemos pasado.

Yo siempre voy a estar para ti. Te quiero muchísimo."

"Y yo te quiero a ti Alex." Le dije, porque era verdad. Quizás ya no como pareja, pero

como amiga, Alexa siempre iba a tener un lugar importante en mi corazón.

339
"Bueno..." Escuché la voz de Chris provocando que nos separáramos de nuestro abrazo

"¿Qué les parece si comemos? La comida está lista desde hace un rato y ya debe estar

perfecta para comerse." Propuso y yo asentí rápidamente.

Alexa se apartó buscando una silla a mi lado y mientras tanto yo tomé la mano de

Camz para darle un apretón. Quise besarla, pero no podía. No sabía cómo iba a

sentirse si teníamos a Alexa y Chris como público.

Camila no me miró, sólo se dedicó a Taylor y yo me sentí algo mal por ello. Quería

pasar ese día con ella pero al parecer no iba a poder ser.

Todos comimos juntos. Chris y Alexa de vez en cuando hablando acerca de cosas del

pasado. La mayoría recuerdos divertidos para que yo no me pusiera triste pero, lo cierto

es que era difícil. En este día era imposible no recordar lo mucho que extrañaba a papá y

mamá.

Luego de eso Chris quiso que miráramos las antiguas fotos que teníamos guardadas en
una caja dentro de su habitación y yo le di el gusto.

"Taylor era muy pequeña aquí" Dijo Camila mientras observaba una foto de Tay a

unos días de nacida "¿Ya viste TayTay? Eras un pequeño bichito" Le dijo con ternura

a mi hermana y yo sonreí.

"¿Ito?" Trató de repetir Taylor y todos la miramos derretidos de amor por ella.

"Sí, eras un bichito" Le repitió Camz mientras Chris sacaba más fotos de la caja. Yo

no podía apartar mi vista de Camila y mi hermana.

"¡Mira esto Laur!" Dijo Alexa entusiasmada. Entonces me tendió una fotografía. Éramos

ella y yo.

"Cuántos años..." Dije a manera de broma.

"¡Oh vamos! No somos tan viejas." Se rió Alexa. "Mira, y aquí hay más." Habló sacando
más fotografías.

340
"¡Pusho!" Dije alegremente al ver al gato de Alexa entre sus manos. Yo adoraba ese gato.

Ella rió sonoramente.

"¿Te acuerdas que siempre se pasaba por mi ventana hasta la tuya?" Me preguntó y yo

asentí.

"Adoraba dormir conmigo" Acepté recordando.

"Ya sé, parecía más tuyo que mío." Se quejó ella y yo reí. Volteé a ver a Camila pero ella
estaba jugando con Taylor.

"Mi papá lo detestaba" Agregué. Las memorias eran muchas.

"Porque siempre se metía debajo del cofre de su camioneta. Lo recuerdo." Dijo Alexa

sonriendo. Fueron buenos tiempos. "¿Sabes? Es injusto, yo no tengo fotos de nosotras."

"Puedes llevártelas si quieres" Ofrecí "Quiero decir, tiene que haber más que esas en la

caja. Nos conocemos des---"

"Desde que nacimos" Completó y yo asentí.

"Llévate todas las que quieras." Continué. Y ella aceptó gustosa, poniéndose a remover
todas las fotos hasta que seleccionó nuestras tomas favoritas.

Así pasamos la tarde entre fotografía y fotografía. Mientras recordábamos cosas sobre

papá y mamá y jugábamos con Taylor. Un rato después Alexa se regresó a su casa, no

sin antes dejarme su número de teléfono según ella para que no perdiéramos el contacto.

Una vez que se había ido fui libre para acercarme a Camila como tanto quería pero

cuando traté de abrazarla ella se hizo a un lado apartándose de mí en el sillón y

poniendo a Taylor entre nosotras. No quise tomarla demasiada atención. Taylor se veía

contenta jugueteando con Camz así que, yo sería paciente hasta que llegara mi turno de

tener la atención de Camila.

Una idea se cruzó por mi mente.

341
[...]

Ya estábamos de regreso en la mansión Cabello. Chris se había vuelto completamente

loco cuando vio la camioneta que Camila me regaló. Había cargado a Camz y le había

dado vueltas como una princesa y después de eso había besado el cofre de la

camioneta al más puro estilo de Michael Jauregui.

Él había tenido que viajar en la parte de atrás mientras que Camila cargaba a Taylor en el
asiento del pasajero y yo conducía.

Camz se había mantenido callada todo el trayecto. Parecía estar triste y a decir verdad
yo también me sentía así, un poco. Me había hecho mucha falta estar cerca de ella.

Por suerte una idea llegó a mi mente.

Chris se bajó de la parte trasera de la camioneta, abrió la puerta de Camila y tomó a

Taylor de sus brazos para que ella se pudiera bajar con mayor facilidad. Sin embargo,

justo cuando ella iba a salir estire mi brazo para cerrar la puerta con ella dentro.

"Entra a la mansión Chris. Camz y yo iremos a otro sitio" le ordené y el me sonrió

levantando su pulgar en forma de aprobación. Camila me miró con el ceño fruncido.

"De acuerdo. Nos vemos luego chicas" se despidió mi hermano mientras yo volvía a
encender la camioneta.

Camila se quedó en silencio hasta que estuvimos fuera de la mansión otra vez. Los
tonos anaranjados del cielo eran sorprendentes. El sol estaba a punto de ocultarse.

"¿A dónde vamos?" Me preguntó finalmente. El silencio era una verdadera tortura.

"Vamos a un lugar muy especial para mí." Le respondí. Ella se cruzó de brazos

abrazándose a sí misma. "¿Estás bien?" Le pregunté mirándola de reojo.

"¿Quién es Alexa?" Me preguntó directamente y yo sacudí un poco mi cabeza ante la

sorpresa de su interrogante.

342
"Ya te dije, es la nieta de la señora Mercedes." Le contesté.

"No... Me refiero a ¿Quién es Alexa para ti?" Esta vez pude sentir perfectamente su
mirada sobre mí.

"Alexa fue... Fue mi primera novia." Le conté sin apartar mi vista del camino "Nos

conocemos desde niñas. Tenemos la misma edad." Expliqué "Nos hicimos novias a los

quince y duramos dos años. Y... el año en que murieron mis papás ella se fue a vivir con

el suyo. No habíamos hablado desde entonces pero, somos amigas." Terminé esperando

que esa explicación hubiese sido suficiente.

Ella volvió a quedarse en silencio por un rato.

"¿Has tenido más novias?" Me preguntó de pronto. Volviendo a sorprenderme.

"Pues, sí... algunas." Respondí ambiguamente.

Camila me tenía completamente confundida. Su tono de voz era tranquilo y pausado y

eso me desconcertaba mucho porque su cara expresaba tristeza y yo no entendía qué le

pasaba. Si fueran celos la Camila que conocía estaría gritándome tal como lo hizo la

noche de la piscina pero esta vez estaba tan calmada que no tenía idea de lo que estaba

pasando por su mente.

"¿Y tienes contacto con ellas?" Siguió preguntando. Yo me encogí de hombros.

"En teoría sí... Es decir, con ninguna terminé mal. Pero, no he hablado con ninguna
de ellas desde que terminamos, he estado muy ocupada."

"Alexa parece ser muy importante para ti." Dijo y yo asentí con la cabeza.

"Es una persona que ha estado presente en muchos momentos de mi vida." Le di la

razón, ella volvió a guardar silencio dejando su vista en dirección a su ventana. Yo

suspiré.

343
La noche cayó y el cielo se cubrió de estrellas. Nosotras ya estábamos alejadas de la

ciudad, muy cerca del lugar al que quería llevarla. Unos minutos más tarde estaba

sacando la camioneta de la carretera entrando en un camino que conducía a una

solitaria playa que hacía mucho no visitaba.

Apagué el motor cuando no podía avanzar más y teníamos que continuar a pie.

"¿Dónde estamos?" Preguntó Camila yo le sonreí.

"Debido a la visita de Alexa no pude compartir mi mañana contigo como deseaba" Fui
honesta "Era muy importante para mí y las cosas no salieron como yo quería pero...

Cuando íbamos camino a la mansión supe que no podía permitir que todo se quedara de

esta manera. Así que te he traído aquí."

Me bajé de la camioneta, rodeé el cofre y la ayudé a bajar dándole la mano. Ella la

tomó con delicadeza, luego se ajustó la gorra sobre la cabeza.

Caminamos un par de metros hacia la orilla de la playa. El agua se veía completamente

oscura y a lo lejos podían observarse las luces de una mínima parte de la ciudad. La brisa

nos daba directamente en el rostro y el sonido de las olas moviéndose suavemente era

embriagante. Sentía que todo estaría bien a partir de ese punto.

"Vamos a nadar Camz, quiero enseñarte algo." Le dije comenzando a deshacerme de


mi ropa.

Capítulo 24

Camila's POV

"¿Qué?" Le pregunté mientras la veía sacarse la ropa. ¿Qué estaba planeando?

"Quítate esto" Me respondió quitándome el snapback de la cabeza y lanzándolo entre sus

ropas. Luego comenzó a quitarme la blusa. Ella ya estaba únicamente en ropa interior.

344
No me resistí. Al fin y al cabo ¿Qué podía hacer? Estaba en medio de la nada a solas con

ella. Pronto estuvimos en igualdad de condiciones. Sólo con las bragas y el bra. Entonces ella

me sonrió y me volvió a tomar de la mano para que nos acercáramos al agua.

"Debe estar helada. Ni loca me meto ahí." Le aseguré. Ella sonrió más grande.

¿Cómo podía estar tan feliz? Ah, claro. Se había reencontrado con su primer amor. Vaya

mierda. Estúpida Alexa y su estúpida relación perfecta con la familia Jauregui. ¿Cómo

podía competir contra eso?

"No seas delicada Camz, te prometo que esto te va a encantar." Me dijo ella y yo rodé
los ojos.

"Entonces métete tú primero. No pienso poner un dedo dentro del agua hasta ver que es
seguro." Condicioné y ella volvió a sonreír.

"De acuerdo." Aceptó y luego se echó a correr como una niña hacia el mar. Lo primero

que pensé fue que Lauren estaba completamente loca, pero lo que vi después fue

increíble.

Lauren entró al mar de un salto enorme, tan grande que le dio el tiempo suficiente para

tomar sus piernas en el aire y unirlas a su pecho cayendo al agua de un sólo golpe

salpicando por todos lados.

Lo genial de esa simple acción es que hubo una explosión de color azul brillante en

medio del oscuro océano justo donde Lauren se había lanzado. Eran como pequeños

fuegos artificiales de color aguamarina, que fueron desapareciendo conforme el agua se

calmaba después del impacto, pero que se encendían nuevamente conforme Lauren

salía a la superficie.

"¡¿Qué rayos fue eso?!" Pregunté sorprendida. Jamás había visto algo así antes.

345
"Ven Camz, brilla conmigo." Me dijo con una sonrisa en su rostro después de

acomodarse el cabello húmedo apartándolo de su rostro. No pude evitarlo. Fui hasta ella

como si estuviera hipnotizada.

Caminé lentamente sobre la arena, sintiendo la humedad de los granos abrazar mis pies

mientras se hundían. El agua no estaba tan fría como yo pensaba, de hecho era

bastante cálida. Seguí caminando y mientras mis piernas se hundían entre las pequeñas

olas me permití acariciar el líquido con mis dedos viendo como las chispas azules volvían

a aparecer con mi tacto.

"Es asombroso" Dije más para mí que para Lauren pero ella de todos modos alcanzó a

escuchar.

"Ven conmigo Camz, te quiero aquí." Me llamó y yo decidí sumergirme para nadar hasta

ella.

No pude evitar abrir los ojos bajo el agua y quedarme completamente maravillada por

lo que veía, esos colores eran increíbles y la forma en que iluminaban el oscuro mar

era simplemente de otro mundo.

Llegué hasta Lauren y decidí salir a la superficie. Una vez ahí ella me tomó de la
cintura mientras nos manteníamos flotando en medio de ese mágico lugar.

"¿Te gusta?" Me preguntó yo asentí frenéticamente, estaba fascinada. "Nunca había

traído a nadie más aquí. Eres la primera." Me dijo y yo volví a sentirme importante para

Lauren sólo por un instante. El recuerdo de Alexa volvió a mi mente. Ella conocía a

Lauren mucho mejor que yo, conocía a su familia mejor que yo, sería parte de su vida

de una forma en que yo jamás lo sería.

"Es maravilloso" Dije con una sonrisa que me costaba trabajo mantener. Aparté la mirada,

sus ojos se veían más brillantes que nunca y me hacían sentir débil. Sin embargo su

mano tomó mi mentón con cuidado y me obligó a verla a los ojos.

346
"¿Qué pasa Camzi? Puedes confiar en mí... Puedes decirme cualquier cosa que esté

pasando por tu cabeza ahora. Sólo somos tú y yo..." Me dijo con suavidad y yo no pude

más que acercarme a ella y abrazarla fuerte mientras nuestros cuerpos mojados se

unían.

"Este lugar es hermoso. ¿Cómo lo encontraste?" Le pregunté. Quería cambiar de tema.

"Bueno, yo..." Se puso nerviosa y poco a poco fue separándose de mí. "Hace tiempo yo...

Yo fumaba marihuana." Me confesó y yo la miraba con el ceño fruncido. Ella empezó a

negar con la cabeza rápidamente.

"Por favor no pienses mal de mí, Camz. La marihuana no es tan mala como la gente

piensa que es. Y no soy adicta ni nada por el estilo. La dejé hace tiempo." Dijo

rápidamente, casi mareandome.

"No te juzgo Lauren." Le aseguré acariciando su mejilla "Sigue contándome"

"Bueno... Yo tenía diecisiete años cuando comencé. La primera vez que consumí fue en casa

de unos amigos. Me gustó mucho la sensación que te da una vez que hace efecto. Así que

poco después compré por mi cuenta pero, no tenía donde fumar. No podía hacerlo en casa

porque mis padres o Chris podían darse cuenta así que... Tomé la camioneta y les dije a mis

padres que pasaría la noche en casa de una amiga..." Me contó mientras nuestras manos

jugaban con los brillos del agua "Obviamente era mentira yo...

Sólo comencé a conducir para alejarme de la ciudad. Tenía miedo de que alguien me

reconociera." Rió ligeramente supongo que pensando que era estúpida. "Y bueno, llegué

aquí. Consumí todo lo que quise y luego me quité la ropa y entré a nadar un poco."

"¿Eso no es peligroso?" Le pregunté interrumpiéndola.

"No fue demasiado" Dijo ella "No estaba fuera de mí, tranquila. El tema es que cuando

entré al agua empezó a brillar y me asusté. Me asusté muchísimo, creí que la droga

realmente estaba afectándome. Así que salí inmediatamente del agua y me tiré en la

arena hasta que se me pasó el efecto." Se detuvo para suspirar y luego continuó. "Volví a

347
casa y nada pasó. A la noche siguiente volví, completamente limpia y en mis cinco sentidos,

entonces volví a entrar al agua y pasó lo mismo." Habló mientras golpeaba el agua con sus

manos y esta volvía a iluminarse. "Investigué y resulta que es todo un fenómeno natural

debido a unos organismos unicelulares llamados noctilucas que son luminiscentes y que se

'alertan' con el movimiento. Hay lugares donde se concentran más que en otros y... esta

playa es uno de ellos. Así que, se convirtió en mi sitio especial."

"¿Para fumar?" Le pregunté bromeando, ella sonrió lanzándome un poco de agua.

"Para fumar, para pensar, para... estar sola." Enlistó "No fui siempre una persona modelo

Camz, tuve mis momentos de rebeldía y demás. Siempre me gustó mi soledad y... Aquí

podía encontrar mi paz sin tener que ser grosera con la gente para pedirles que se

apartaran."

"¿Por qué me trajiste?" Le pregunté, necesitaba saberlo. Necesitaba que me dijera y,

tal vez entonces podría dar un paso adelante sobre eso que había estado pensando

desde mi última sesión con la doctora Williams.

"Porque... No lo sé Camila" Dijo con cara de frustración "Tú me importas. Tú me

gustas..." Declaró mirándome a los ojos "Me gustas mucho. Tanto como me gusta este

sitio. Tanto como me gustan las luces de las noctilucas, tanto como me gusta el sonido

del mar, o estar tan lejos de todo. Me gusta estar lejos de todo... Menos de ti, Camila.

Quiero estar lejos pero contigo. Por eso te traje."

No le respondí nada. Sólo la besé.

La besé porque podía hacerlo. Porque en ese momento no había nadie que me hiciera

sentir menos. Por que en ese instante sus ojos, sus manos y su mente estaban puestos

únicamente sobre mí y eso era lo único que yo quería. Lauren me abrazó con fuerza y

me besó de vuelta, y entonces sentí como todo brillaba a nuestro al rededor, pero no por

la noctilucas, sino por nosotras.

348
Entonces lo supe. Debía darme la oportunidad de querer y que me quisieran y si

había alguien con quien debía intentarlo, esa persona era Lauren.

Nos besamos por un rato, sin decir nada más. Había escuchado todo lo que necesitaba

y, a diferencia de Lauren, yo necesitaba tiempo para pensar lo que quería decirle. Por lo

tanto, nos pusimos a nadar y jugar con el agua como dos niñas pequeñas. Era feliz con

ella.

[...]

Salimos del agua luego de mucho tiempo. Caminamos tomadas de la mano por la

arena hasta llegar a la camioneta. Lauren le dio la vuelta para que la parte trasera

quedara frente al mar y entonces nos sentamos ahí disfrutando de la vista.

"¿Quieres mi chaqueta?" Me preguntó Lauren luego de unos minutos. Ella se había

vuelto a poner la ropa igual que yo, sólo que yo estaba descubierta de la parte de arriba

porque mi blusa se me había caído al mar accidentalmente. Yo asentí ante su propuesta,

la brisa me estaba haciendo temblar.

Lauren se quitó la chaqueta y la puso delicadamente sobre mis hombros.

"Gracias" Le dije terminando de acomodar la prenda en mi cuerpo. Ella sólo me sonrió


por un instante y luego devolvió su vista al frente.

Todo estaba muy silencioso. Era un buen silencio, estaba bien con ello pero, tenía un

poco de miedo de que tanto silencio dejara al desnudo los fuertes latidos de mi corazón.

Quería hablar con Lauren, quería decirle muchas cosas que me había estado guardando

y que quería que ella supiera, pero las palabras se me atoraban en la garganta.

"¿Podemos escuchar música?" Me preguntó "Tengo una playlist especial para este sitio"

Yo asentí con la cabeza y sonreí un poco con los labios. Lauren siempre tenía música

para todo.

349
Pronto sacó su celular y la música comenzó a reproducirse aligerando un poco el

silencio. Eran melodías tranquilas y relajantes, con beats lentos y suaves. Incluso eran

algo nostálgicas, tal vez, pero me dieron la oportunidad y el último empujón para

comenzar a hablar.

"A mí mamá no le va a gustar que te robes sus rosas..." Comencé a decir, Lauren me miró

confusa, pero pronto su confusión se convirtió en preocupación. Ella empezó a negar con

su cabeza y trató de decirme algo pero yo no se lo permití ya que seguí hablando.

"Cuando tenía cuatro años traté de tomar una para regalársela por ser buena conmigo,

pero mi madre me gritó enfadada, no sólo por cortar la rosa sino por mostrar algún tipo de

cercanía con los empleados de la casa. Para ella ninguno de ellos merecía una muestra

de afecto y menos de nosotros." Le conté, tenía esos recuerdos muy vívidos en mi mente.

Ella se quedó en silencio, mirándome con mucha atención.

"Mi infancia fue algo irónica" Declaré con una sonrisa sarcástica que desapareció rápidamente

"Yo tuve todo lo que cualquier niño de mi edad pudiera desear. Todos los juguetes, las fiestas,

la ropa... Pero lo que el resto de las niñas y niños tenía, yo no. ¿Sabías que mi mamá no ha

estado conmigo en uno solo de mis cumpleaños?" Le pregunté de forma retórica, ella me

acarició la mejilla mientras mantenía su ceño fruncido "Siempre se va de viaje cuando el día

está cerca, y no sé por qué. Y mi papá... Él siempre ha estado ocupado. Pasa la mitad de su

vida encerrado en el despacho y la otra mitad en el bufete." Hice una pausa para soltar un

suspiro, era importante para mí sacar todo esto, sobre todo con ella. "Los niños siempre se

quedaban sorprendidos con todo lo que Martha preparaba para mis fiestas con el dinero que

mi madre le dejaba. Desde el pastel, hasta los magos, los héroes, princesas y payasos... Pero

al final ellos se iban con sus padres y yo me quedaba en algún salón de la mansión abriendo

mis regalos, completamente sola."

"Camz..." Me llamó Lauren, sus ojos estaban humedecidos y su mano había viajado

hasta la mía para tomarla con cariño.

350
"Por favor no me interrumpas Lolo. No sabes lo difícil que es para mí hablar..." Ella asintió

y se guardó cualquier cosa que tuviera para decirme, pero no soltó mi mano. "Yo... Sólo

existía para ellos cuando mi mamá deseaba consentirme. Ella me daba cualquier cosa

que deseara pero con el tiempo me di cuenta de que no era para complacerme o hacerme

feliz, sino para hacer enojar a papá. Y él... La mayor parte del tiempo sólo se apartaba y

me dejaba hacer cuanto quisiera, hasta que llegué a la adolescencia y mi vida comenzó a

perder el control" Conté recordando cada capricho cumplido, cada vez que mi papá me

dejaba y cada fiesta y borrachera que había tenido en mi vida.

"Mi fortuna y mi popularidad crecieron. Mi madre estaba contenta con ello y... me decía

que tenía que cuidarme, tenía que ser bonita si quería conservar toda esa atención. Debía

mantener mi figura y conseguir el mejor maquillaje para resaltar mi belleza. Yo deseaba

tanto su aprobación que lo hice y me convencí a mi misma de que, eran esas cosas las

que necesitaba para obtener el cariño, no sólo de las personas que me veían en la calle o

en la escuela. Sino el de mis padres que era lo que siempre había deseado." Mi voz

estaba comenzando a quebrarse pero fui fuerte y continué hablando, Lauren se acercó

más a mí y me abrazó, acariciando mi espalda lentamente.

"Me acostumbré a que la gente me admirara, no por mí, sino por lo que tengo y el cómo

me veo. Y comencé a pensar que el único propósito de mi vida era conseguir cada vez

más aduladores... Cuidé mi ropa, mis modales, mi cuerpo. Y me deshacía de las personas

que consideraba que me estorbaban para ser la mejor." Le había arruinado la vida a

muchas personas y me dolía recordarlo. Yo era una porquería de ser humano. "Cuando

Austin Mahone se acercó a mí para pedirme que fuera su novia supe que había hecho

todo bien." Declaré para luego reírme de lo estúpida que había sido. Noté que el cuerpo

de Lauren se había tensado y que sus caricias se detuvieron.

"Él era el chico que todas las chicas querían y esa era razón suficiente para mí para

aceptarlo. Así que le dije que sí. Todos nos envidiaban, decían que éramos la pareja perfecta

y... así parecía de alguna forma el estar con él hacía que todos me consideraran

351
más valiosa y más deseable y eso me gustaba. Pero, para él no todo se trataba de ganar

popularidad. Él sabía que, a pesar de que había tenido novios antes, no me había

acostado con ninguno todavía. Así que, me dijo que si no lo hacía con él entonces él se

encargaría de humillarme de tal manera que nadie jamás volvería a acercarse a mí,

sabía que él podía hacerlo. Así que lo hice. Diría que fue la peor experiencia de mi vida,

pero luego de esa vinieron muchas más."

Lauren tenía la mandíbula apretada y se apartó de mi para soltar un golpe sobre el metal

de la camioneta. Ella estaba llorando y yo también, pero a diferencia de ella mi respiración

aún se mantenía apacible.

"Ese imbécil..." Murmuró "Debí partirle la cara cuando pude." Fue mi turno de tomar su
mano y hacer que se tranquilizara. Cuando lo logré seguí hablando.

"Austin se... convirtió en la cúspide de todo lo que había hecho en mi vida. Él era quien

hacía mi presencia importante y era él quien podía volverla insignificante. Me mostraba

como un trofeo ante la gente y poco le importaba ser vulgar cuando estábamos sólo con

sus amigos. Todo era perfecto. Tal como debía ser, no me importaba pagar ese precio por

seguir estando en la cima de la pirámide social. Pero, después de un tiempo él ya no

estaba tan interesado en mí... Me decía que no le gustaba. Que ya no era lo mismo y que

debía hacer algo más para complacerlo si no quería que me dejara... Eso me afectó

mucho."

"Por eso..." Dijo Lauren casi en un susurro, dejando la frase incompleta. Yo


sabía perfectamente a lo que se refería, así que asentí.

"Por eso comencé a hacer cosas para bajar de peso. Empecé con dietas pero, luego

decidí que lo mejor era simplemente dejar de comer. Sólo ingería lo suficiente para no

tener una descompensación importante y me pasaba la vida entre el gimnasio y las fiestas

con Austin. Las cosas fueron empeorando con el tiempo, él estaba cada vez más alejado

y eso me hacía sentir frágil y vulnerable porque estaba perdiendo todo lo que conocía,

352
todo lo que me hacía valer algo." Lauren negaba con la cabeza, no sabría definir si estaba

enfadada o entristecida pero se mantenía callada "Y luego descubrí que me engañaba

con Sophie... y que me había engañado con muchas más así que, lo dejé antes de que él

pudiera hacerme más daño. Bueno, no a mí, sino a mi reputación. Yo no me importaba en

lo más mínimo. He sabido desde siempre lo poca cosa que soy... Sólo que no quería que

la gente también se diera cuenta."

"Ya basta." Dijo Lauren, su cara reflejaba dolor y enojo a partes iguales "No quiero volver
a escucharte decir algo así. Me lastimas cuando lo haces."

"Es importante para mí que sepas..." Continué mirándola a los ojos, ambas teníamos

lágrimas regadas por nuestras mejillas "La gente me admira sin conocerme, Lauren. No

saben quien soy, sólo tienen idea de lo que poseo. Pero no saben absolutamente nada de

mí."

"Yo te admiro. Yo creo que eres hermosa por dentro y por fuera." Se apresuró a decir y
yo sonreí con tristeza mientras me acercaba más a ella.

"Y es por eso que te estoy contando quien soy. Esperando que no cambies de opinión."
Le respondí. Ella era la única con quien me sentía segura.

Lauren se quedó en silencio, por un momento todo lo que se escuchó fueron las olas del

mar, pero pronto una nueva melodía comenzó a sonar a través de la bocina del teléfono.

La conocía perfectamente.

"¿Podemos bailar esta canción?" Le pregunté ya que de verdad quería hacerlo. Ella se

limpió los restos de lágrimas de sus mejillas y se bajó de la camioneta para ayudarme a

hacer lo mismo.

Pronto sus manos fuero a parar a mi cintura y mis brazos rodearon su cuello mientras mi

cabeza se recargaba en su pecho y bailábamos descalzas sobre la arena. La canción se

rebobinó en mi mente a gran velocidad. Esa canción expresaba exactamente como me

sentí y rogaba que Lauren pudiera entenderlo.

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I've got a God shaped hole, that's infected

Tengo un agujero con la forma de Dios que está infectado

And I'm petrified of being alone, it's pathetic, I know

Y estoy petrificado de estar solo, es patético, lo sé.

Sabía perfectamente que Matthew Healy había compuesto esa canción debido a su

imperiosa necesidad de creer en algo. En Dios, en este caso, a pesar de su ateísmo a

veces estamos tan perdidos que necesitamos aferrarnos a la idea de que quizás, y sólo

quizás haya algo más grande que todo que pueda salvarnos, Dios, en su caso. Lauren en

el mío.

La música siguió sonando y ambas nos movíamos al ritmo suave que marcaba, no
existía nada. Sólo Lauren y yo. Sólo nosotras.

And if I believe you, would that make it stop?

Y si creo en ti ¿Haría que esto se detenga?

If I told you I need you, that's what you want?

Si te digo que te necesito. ¿Es eso lo que quieres?

I'm broken and bleeding and beggin for help

Estoy roto y sangrando, suplicando por ayuda

And I'm asking you, Jesus, show yourself

Y te estoy pidiendo, Jesús, muéstrate.

"¿Puedo creer en ti, Lauren?" Le pregunté apartándome un poco, mis manos reposaron
en sus hombros así como su mirada en la mía.

"Yo nunca te fallaría" Me respondió y supe que había entendido lo que sentía pero decidí

que tenía que decírselo de cualquier forma. Tenía que hacerlo si quería que las cosas

salieran bien para nosotras.

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"No es fácil creer en alguien cuando la realidad es que siempre has estado sola." Hablé

sin dejar de movernos lentamente, dejando nuestras huellas marcadas en la fina arena

"Si creo en ti, estoy confiando en algo que creo que puede ser real pero de lo cual no

estoy segura porque nunca nadie me lo había mostrado."

"Yo puedo quererte, Camila y puedo enseñarte a quererme también." Respondió uniendo

su frente a la mía mientras sus manos subieron hasta mi rostro, acunándolo entre ellas.

Ambas cerramos los ojos.

"Quiero quererte" Le confesé. "Quiero verte a los ojos sin tener que seguir fingiendo que
no siento algo por ti cuando en realidad nunca había sentido tanto por alguien."

"¿Qué sientes, Camz?" Me preguntó en un susurro que chocó contra mis labios.

"Cuando te miro a los ojos, veo en ellos a la Camila que nunca he mostrado. La que

nunca le importó a nadie, no realmente. Y me siento segura en ellos, siento que tus ojos

son los únicos que podrían verme, ver la parte real de mí. Y cuando me abrazas, todo lo

demás deja de existir para mí. No estamos en ningun lugar y estamos en todos al mismo

tiempo. Tú vuelas y me elevas al punto más alto que existe y desde ese sitio me enseñas

que todo lo que consideraba valioso en realidad es lo más insignificante." La respiración

de Lauren era lenta y pausada igual que mi voz al hablar y sus dedos se hundían en mi

piel con delicadeza animándome a continuar. "Tú me has mostrado que lo más valioso

está en mí. Me ayudas a ser mejor... Y quiero seguir sintiendo eso. Que hay algo bueno

en mí más allá de mi dinero."

"Tú eres maravillosa, Camila. Jamás debiste dudarlo. Nunca."

"Tengo miedo Lauren..." Declaré mientras mis manos presionaron sus hombros y mis
ojos se cerraron con un poco más de fuerza.

"No te voy a dejar caer Camz... Volamos porque tú eres mis alas. Sin ti no podría volver
a elevarme."

355
"Voy a creer en ti, Lauren... Por favor no me dejes." Le pedí tomando su rostro entre mis

manos también, apartándola de mí para poder mirar sus ojos verdes una vez más. Lauren

tomó una de mis manos y besó mis nudillos en respuesta.

"Te quiero, Camila."

"Lauren tú... ¿Aceptarías ser mi novia?" Le pregunté finalmente y ella sonrió. Su sonrisa
brillaba más que las noctilucas.

"Creí que sería yo quien te lo pediría, en el momento correcto" Dijo riendo bajito y yo

sonreí "Pero creo que nunca podría superar lo que tú has hecho esta noche, Camz...

Estaría loca si te dijera que no."

"Entonces dime que sí."

"Sí."

Y ese beso fue un nuevo comienzo para mí.

Tenía a Lauren.

Lo tenía todo.

Capítulo 25

Camila's POV

"La próxima vez que veas a Alexa ya puedes decirle que somos novias." Le dije a Lauren
y ella se empezó a reír, yo la miré enfadada.

Estábamos acostadas en la parte de atrás de la camioneta, mirando las estrellas.

"¿Estás celosa de ella?" Me preguntó sin borrar su estúpida sonrisa y yo solté un bufido.

"No puedes culparme por estarlo. ¿Por qué siempre tienes que tener tipas detrás de ti?"
Dije señalándola con mi dedo índice, hundiéndolo en su hombro dolorosamente.

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"Auch" se quejó "Alexa no está detrás de mí. Sólo somos amigas." Me aseguró y yo rodé
los ojos.

"Sí claro" Dije con sarcasmo. "¿Tienes más exnovias de las que deba saber?" Lauren se

acomodó de lado al escucharme, recargando su cabeza en la palma de su mano

derecha mientras que con la izquierda acariciaba mi cintura.

"Tienes que relajarte Camz. Tú eres la única chica que quiero. Eres mi novia." Declaró

ella y yo me mordí el labio por la emoción. Se escuchaba tan bien tener ese título y saber

que era real.

"Es sólo... Ella te conoce de antes." Empecé a decir, no quería ocultarle nada a Lauren, si

iba a confiar en ella iba a hacerlo completamente "Ella ha vivido cosas contigo que yo

jamás podré vivir. Ella conoció a tus padres, convivió con ellos y se ganó su cariño... Sé

lo importante que ellos son para ti y... yo probablemente jamás me hubiera ganado su

aprobación."

"Camz... Alexa y yo nos conocemos desde bebés. Crecimos juntas y si, compartimos

muchas cosas... Pero eso no garantizó que nuestra relación funcionara. No éramos la

una para la otra. Había alguien más para mí... Y yo creo que esa persona eres tú."

Finalizó dándome un corto beso en los labios. Yo suspiré y volví a mirar hacia el cielo.

"No puedo evitar sentirme así Lauren... Yo, ni siquiera he logrado hacer que mis padres

se sientan orgullosos de mí."

"Es porque ellos no han sabido quererte Camzi, no es culpa tuya. Tú eras una bebé, y te

formaste con base en lo que ellos hicieron de ti. Ahora reconoces tus errores y quieres

mejorar, eso es suficiente motivo para que yo esté orgullosa."

"¿Crees que... ellos me habrían aceptado?" Pregunté refiriéndome a sus padres,

era importante para mí saberlo.

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"Mis papás confiaban en mí, Camila. Ellos me respetaban y me apoyaban. Si un día

hubiera llegado a la casa contigo de la mano a decirles que eres mi novia... Ellos te

habrían abrazado y te habrían sentado a la mesa para que comieras con nosotros." Me

respondió sonriendo con dulzura.

"Tus ojos brillan cuando hablas de ellos" Le hice saber. Me gustaba la relación de Lauren

con sus padres, aunque sólo supiera de ello a través de sus palabras.

"Igual que brilla cuando pienso en ti o cuando te veo. Ellos habrían sabido reconocerlo, te

habrían adorado igual que yo." Me dijo mientras volvía a tomar mi mano entre las suyas

para besarla lentamente. "No te sientas menos que nadie Camz, porque tú eres lo más

importante para mí. Tú y mis hermanos lo son todo. ¿Entiendes amor?"

Si ya estaba emocionada por sus palabras cuando me dijo amor todo explotó dentro

de mí. Mis mejillas me hicieron cosquillas y se pusieron calientes. Estaba sonrojada,

pero sobre todo, estaba feliz.

"Gracias por quedarte conmigo, Lolo" Le dije, dejándome llevar por todo lo que estaba
sintiendo.

"Gracias por darnos una oportunidad a ambas Camz, te prometo que no la voy
a desperdiciar."

No lo pude evitar, ella estaba ahí, acostada a mi lado, mirándome con una adoración en

sus ojos que me hizo sentir la persona más valorada sobre la Tierra, así que no pude

hacer más que pegar mi cuerpo al suyo y tomar su boca con la mía.

Lauren resistió poco antes de entre abrir sus labios y dejar que mi lengua se internara

para explorarla y con un ligero empujón logré hacer que se acomodara de nuevo sobre

su espalda, dándome la oportunidad de colocarme encima de ella.

"Camz..." Murmuró entre nuestro beso, pero no la dejé hablar, sólo seguí besándola y
tomando el control de la situación.

358
Adoré sentir su piel erizarse cuando mis labios tocaron su cuello, y sus suspiros

golpeando mi oreja hacían que mi corazón latiera mil veces por segundo. Lauren y yo

habíamos estado juntas muchas veces ya, y cada una mejor que la otra. Pero esta vez

estaba dejándome sentir y disfrutar cada sensación, cada sonido, cada beso y caricia,

cada movimiento de sus caderas bajo las mías.

Esta vez haríamos el amor, las dos. Y sabía que no habría mejor forma de que
comenzáramos nuestra relación que entregarnos la una a la otra.

"Quiéreme, Lauren..." Le dije al oído y ella soltó un gemido al sentir mi mano colarse por
debajo de su blusa hasta sus pechos.

"Te quiero Camz... Te quiero." La escuchaba decirme mientras yo continuaba marcando


su cuello con mis besos sin dejar de acariciarla.

Lo siguiente que hice fue erguirme un poco, sólo lo suficiente para sacarme la chaqueta

de Lauren y comenzar a desabrocharme el brasier. Una vez que ambas prendas

estuvieron fuera, casi puedo jurar que vi cómo las pupilas de Lauren se dilataron.

"Camila, me encantas." Suspiró y levantó su espalda para poder alcanzar mi rostro y

besarme mientras yo le desabrochaba el short y ella amasaba mis senos con cariño y

cuidado. "Eres la mujer más hermosa de todas." Dijo después de apartarse para bajar

con besos por mi cuello hasta llegar a mis clavículas. Sus manos recorrieron mi espalda.

"Y soy tuya, Lauren." Le declaré enredando mis dedos en su cabello, tomando el control de

sus besos y guiándolos a donde yo deseaba."¿Puedes ser mía?" Le pregunté.

Lauren hizo su cabeza hacia atrás, levantó el mentón para mirarme a los ojos, la luz de la

luna le daba directamente en la cara haciéndola incluso más hermosa de lo que ya era,

mientras que la sombra que proyectaba su barbilla hacía que su cuello se viera más largo

mientras Lauren sonreía.

"He sido tuya desde el primer momento, Camila."

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Yo le sonreí de vuelta al escucharla. Lo que esa chica me hacía sentir me superaba

completamente. No podía luchar contra algo tan grande, contra un deseo tan intenso o un

sentimiento tan puro.

Ella era lo único que me importaba. Quería amarla. Quería cuidarla, protegerla y

venerar cada centímetro de su cuerpo y cada parte de su alma. Si Lauren era mía, se

había convertido en mi tesoro más preciado. Aquel por el que daría cualquier cosa, mi

vida si fuera necesario.

Sus labios volvieron a unirse a los míos, húmedos y cálidos y yo aproveché el momento

para empezar a levantarle la blusa, quería sentirla completa. Quería verla desnuda

para mí, entregada a mí. Y supe que ella quería lo mismo cuando sus dedos

desabrocharon mis jeans.

No tardamos mucho en deshacernos de todo lo que nos estorbaba para unirnos, pero

todo lo demás, lo hicimos lentamente. Ambas queríamos disfrutar a plenitud del momento

que estábamos compartiendo, de ese instante en que afirmábamos nuestro compromiso

y que queríamos extender hasta el último segundo.

Juntas nos volvimos un desastre de besos, caricias y gemidos que sólo ayudaban a que

el sentimiento de nuestros corazones creciera y se extendiera por cara sitio que nuestras

manos tocaban.

No necesitaba más. Mis manos habían sido creadas para acariciarla y mis labios para

besarla. Era perfecto. Ella era perfecta y yo me sentía perfecta con ella, a pesar de las

imperfecciones que dejarían sus uñas en mi espalda en forma de rasguños resultado de

la pasión entre ambas, moretones y mordidas que no eran más que producto del deseo

intenso que nos consumía.

El cuerpo de Lauren era una joya. Perlado en sudor, se movía errático debajo de mí y
sus ojos se cerraban con fuerza mientras yo entraba en ella, cada vez más fuerte y más

360
profundo. Quería quedarme dentro, llegar a un punto tan interno en ella que
jamás pudiera arrancarme de su cuerpo, su corazón y su vida.

Deseaba con cada minúscula parte de mi ser hacerme indispensable para ella, porque

tenía el presentimiento de que ella se volvería indispensable para mí.

"Camila... Cam..Camila..." Escuchar sus gemidos con mi nombre en ellos era

maravilloso. Mi nombre era dulce en su boca y yo creí estar soñando por tenerla así

conmigo, a punto de alcanzar la cima por mi causa.

"Te quiero Lauren. Te quiero mi amor..." Le confesé.

No habría forma en el cielo o el infierno que lograra hacer que me olvidara de la manera

en que se abrazó a mí después de decirle eso por primera vez y como toda su alma

tembló mientras ella me regalaba uno de sus mejores orgasmos.

No habría nada que me hiciera olvidar esa noche.

[...]

Un zumbido extraño comenzó a molestar mis sueños. Solté un quejido mientras me

removía entre las sábanas pero el zumbido continuaba así que comencé a abrir los ojos

para ver qué era lo que lo causaba.

Lo primero que vi fue el techo de mi habitación, cerré los ojos y los froté con mis dedos,

bostecé y volví a abrir los ojos, miré a mí alrededor y todo parecía estar normal pero ese

extraño y suave sonido seguía escuchándose.

Traté de concentrarme en el sonido y entonces bajé la mirada, al lado derecho de la

cama y entonces lo encontré. Era una maquinita extraña, parecía una caja de metal pero

en la parte de abajo tenía una banda como las que usan los tanques de guerra para

poder moverse, sin embargo, eso no era lo curioso.

361
El dispositivo tenía un delgado brazo de metal que sostenía una rosa roja y un pedazo de

papel doblado. Yo acerqué mi mano lentamente para tomar la rosa y el papel y cuando lo

hice, la pinza que los estaba sosteniéndolos los soltó con suavidad entre mis dedos.

No hacía falta pensar demasiado en quién había sido el autor de ese detalle, o mejor
dicho, la autora. Olfateé la rosa y luego me dediqué a leer la nota.

"Espero que mi pequeño amigo cumpla su misión como es debido. Mi primera idea fue
una paloma mensajera pero, creo que eso está pasado de moda para una chica como tú.

Necesito ver a mi novia. ¿Podrías asomarte por la ventana?

Lolo"

Ni siquiera me di el tiempo de guardar la nota, sólo la dejé sobre mi cama y corrí

descalza, con la rosa en mi mano, hasta el ventanal que daba a uno de los jardines de la

casa. Ahí estaba a Lauren, impecable, perfectamente arreglada para ir a la universidad,

mirándome con una sonrisa hermosa dibujada en su rostro.

"Buenos días Camz" Me saludó después de que abrí la ventana.

"Buenos días, Lern Jergi" Le respondí sonriendo. No me importaba estar recién despierta

y despeinada. Lauren me miraba embelesada como si estuviera usando el mejor vestido

de gala. "¿Sigues portándote mal?" Le pregunté levantando la rosa para que la mirara.

Pude ver como se reía un poco.

"Esa la compré Camz." Anunció guiñándome el ojo, luego empezó a susurrar. No la

escuché bien pero pude leer sus labios a la perfección "No quiero meterme en problemas

con mi suegra."

Lauren y yo habíamos hablado sobre el tema. Le dije que yo aún no estaba lista para

hacer oficial nuestra relación con mis padres, o para decir la verdad en la universidad,

tenía miedo de su reacción pero ella lo entendió perfectamente. Me dijo que no iba a

presionarme, que no le importaba si mis padres sabían de nosotras o no, y que tampoco

362
le interesaba lo que las demás personas creyeran acerca de quién era ella. Lo importante era

que nosotras dos sabíamos lo que pasaba entre ella y yo. Lo demás podía esperar.

No podía pedir mejor persona para mí.

"¿Puedes arreglarte pronto? Quiero que vayamos a desayunar fuera. ¿Te gustaría?"
Me preguntó sacándome de mis recuerdos.

"¿Me estás invitando a una cita?" Le pregunté coqueta, ella se lamió los labios.

"¿Te gustaría tener una cita conmigo, Camila?" Me preguntó directamente. Yo sonreí
complacida.

"Dame veinte minutos."

Le pedí veinte, pero en quince ya estaba corriendo fuera de la casa con mi bolso colgado

al hombre y sin miedo de doblarme un tobillo debido a los tacones. Lauren, como de

costumbre ya estaba esperándome recargada en el cofre del porsche. Tuve que

contenerme de darle un abrazo demasiado efusivo, no podía estar segura de si había

alguien o no observándonos, así que sólo le di un rápido beso en la mejilla.

"Qué puntualidad, señorita Camila" Jugó ella y yo sonreí mientras Lauren empezaba

a hacer su camino para abrirme la puerta del auto pero la detuve.

"Soy tu novia, Lauren. Ya no tienes que hacer esto, soy perfectamente capaz de abrir una

puerta yo solita."

"Bueno, puedes compensarme haciendo un par de cosas por mí más tarde." Respondió

ella levantando su ceja en un gesto pícaro que me hizo reír. Así que al final repitió su ritual

de todas las mañanas y me ayudó a entrar al coche.

"¿A dónde vamos?" Le pregunté una vez que cruzamos el portón de la mansión.

"Pues, primero que todo, vamos a hacer una parada por aquí cerca" Me respondió

sin mirarme y orillándose en la primera oportunidad que tuvo.

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No estábamos en ningún sitio en específico, así que no entendía que estaba haciendo.

Ella se desabrochó el cinturón de seguridad y se inclinó hacia mí para tomar mis labios en

un lento, dulce y cálido beso. Yo sólo cerré los ojos y me dejé llevar por ella hasta que se

separó de mí luego de unos segundos.

"Necesitaba darte los buenos días como es adecuado." Me dijo sonriendo

mientras acariciaba mi mentón con su pulgar.

"Gracias mi amor" Le dije "Había querido hacerlo en cuanto te vi esta mañana pero..." Ella

me interrumpió poniendo su dedo índice sobre mis labios haciéndome callar. Ella era la

única persona en el planeta que podía mandarme a callar sin hacerme enfadar por ello.

"Sé por qué no lo hiciste. No me importa, pero entenderás que no podía esperar más" Me dijo

y yo besé su dedo en respuesta para después apartarlo de mi boca con mis manos.

"Yo tampoco." Admití mirándola a los ojos, ella sonrió soberbia.

"Eso es porque soy muy guapa." Dijo segura y me hizo reír.

"Te recuerdo que la del ego grande soy yo." Respondí dándole un golpecito en hombro ella

se rió, mordió su labio inferior y fue descendiendo su mirada hasta llegar a mi trasero.

"No es lo único que tienes grande." Declaró sugestivamente y yo fingí estar ofendida.

"Oh por Dios ¡Eres tan vulgar!" Dije mientras ella se reía de mi actuación "Recuérdame

por qué acepté ser tu novia."

"Bueno, fui yo quien aceptó en realidad." Me contestó dando un golpecito con su dedo en

la punta de mi nariz "Y tú te morías por pedírmelo porque te encanto aunque no quieras

admitirlo. Incluso aunque sea vulgar." Yo sonreí al terminar de escucharla.

"¿Tan segura estás de que me tienes a tus pies, Jauregui?" Le pregunté jugando mientras
alzaba una de mis cejas.

"No Camz." Dijo ella con dulzura "Pero finjo muy bien."

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"No tienes que fingir." Acepté yo "Me derrito por ti Lauren." Se sentía tan bien decirlo.

"Entonces no me culpes por tener un ego tan grande cuando tú eres quien se encarga

de inflarlo." Contestó dándome un par de pequeños besos en los labios. Demasiados

cortos para mi gusto.

"Eres sexy cuando juegas a ser soberbia" Le dije, una fracción de la frase era broma, pero

la mayor parte no era más que la pura verdad.

"¿Tú crees?" Me preguntó y me pareció tierno el hecho de que no me creyera.

"Sólo piénsalo Lauren. Tú, con tu jodido cuerpo perfecto, enfundada en tu chaqueta de

cuero negro, tus labios esbozando una media sonrisa, mientras tus ojos verdes brillan por

la luz del sol y tu cabello vuela en dirección del viento cuando conduces uno de los

mejores convertibles del mundo con una hermosa chica a tu lado. ¿Qué te dice esa

imagen?"

"Qué soy la mujer más afortunada de todas y me seguiría sintiendo así si anduviera en

metro con una simple sudadera de algodón con el logo de un equipo de béisbol que no ha

ganado una temporada en años. Siempre y cuando tu siguieras siendo la chica a mi lado."

Me respondió para después tomarme la mano y besar mis nudillos como era su

costumbre. "Todo en mi vida es perfecto porque te tengo a ti."

"Te quiero Lauren" Le dije con total naturalidad. Mi voz había sido diseñada
específicamente para decir esa frase. Probablemente una más...

"Te quiero Camz" Dijo sonriendo con ternura "Sé que estás acostumbrada a las mejores

cosas. Tu auto, tu mansión, tu ropa de marca... Quizás no suene lindo viajar en metro

conmigo pero, no está en mis planes ser así de mediocre toda mi vida" Dijo ella y fue mi

turno de hacer que se callara, pero yo lo hice con un beso.

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"Ninguno de mis lujos vale más que tenerte conmigo Lauren. ¿Entiendes?" Le dije con

sinceridad "No eres mediocre. Eres asombrosa, eres dulce, inteligente, trabajadora. Yo

tengo mucho que aprender de ti."

Ella volvió a tomar mis labios entre los suyos, acariciando mis mejillas con sus

manos mientras yo la tomaba de la cintura. Estuvimos así un rato hasta que

escuchamos su estómago gruñir y nos separamos entre risas.

"Así que... ¿Me vas a llevar a nuestra primera cita?"

"Seguro que sí Camz. Vamos." Dijo acomodando los espejos del auto para
retomar nuestro camino.

[...]

"Todavía no es un robot" respondió Lauren cuando le pregunté acerca del pequeño


amigo que me había dejado su mensaje y su rosa esta mañana.

Estábamos en un restaurante, pequeño y acogedor con algunas mesas al interior del

local y un par más en la calle, sobre la acera. Nosotras habíamos elegido una de las de

afuera ya que adentro hacía mucho calor.

Lauren estaba tomando un café moka con hielos y un emparedado de pollo con queso

derretido. Mientras que yo estaba tomando un jugo de manzana con una ensalada y

un coctel de frutas. Eran cosas simples pero deliciosas, también ordenamos unos

panqueques que compartiríamos entre las dos.

"¿Entonces?" Pregunté siguiendo la conversación.

"Para que sea un robot debe tener inteligencia propia. Al menos un poco." Explicó

"Mi dispositivo funciona a control remoto, por el momento. Todavía tengo que crear el

software controlador para que pueda hacer las cosas por su cuenta."

366
"Vaya, eres toda una nerd." Dije sonriendo. Me sentía muy orgullosa de ella a pesar

de que al parecer para ella no era gran cosa.

"Soy una nerd, pero una atractiva así que no puedes quejarte." Me respondió para

después darle un trago a su café.

"No me estoy quejando Lauren. Creo que es genial" La halagué y ella me dio una sonrisa

perfecta.

"Espero mejorar poco a poco. Necesito darles lo mejor a mis hermanos"

"Yo sé que lo harás Lolo. Y yo estaré ahí contigo para que celebremos todos tus triunfos.

Estoy segura de que lograrás cosas extraordinarias." Tenía mucha confianza en ella.

Lauren se merecía todo lo bueno del mundo.

"Igual que tú, amor. Que no me olvido que eres la mejor de tu clase."

"Me gusta ser la mejor" Admití con un toque de egolatría "Y tener lo mejor."

"Por eso soy tu novia" Bromeó ella pero yo asentí dándole la razón.

"Precisamente por eso."

Ambas continuamos hablando y comiendo nuestro desayuno. Lauren se encargaba día

con día de hacerme sentir bien con mi alimentación y mi físico. Ella me cuidaba mejor que

ninguna otra persona.

"Mi padre saldrá de viaje dentro de unas semanas, ahora sí. ¿Me ayudarás con lo de la
fiesta?" Le pregunté luego de un rato. Ella hizo un gesto de desagrado.

"No lo sé Camz, sabes que no me gustan esas cosas." Dijo y yo puse mi mejor puchero
para convencerla.

"Por favor Lolo. Será divertido, te lo prometo. Y sería muy lindo de tu parte que me
ayudaras y disfrutaras conmigo."

367
"Es que no sé si sea adecuado amor. En tu casa sigo siendo una empleada y si esa fiesta

se sale de control puedo meterme en problemas." Expresó notablemente preocupada. Yo

tomé sus manos sobre la mesa.

"No tienes de qué preocuparte Lauren, te lo aseguro. Confía en mí ¿Si?" Le


pedí poniendo mi mejor carita de cachorro, sabía que no podría resistirse.

"Camz..." Se quejó ella tratando de apartar la mirada pero no lo logró.

"Por favoooooooor" Chillé y ella soltó un bufido.

"Bueno, pero promete que no beberás." Condicionó y yo fruncí el ceño.

"Prometo que no beberé... mucho." Ella rodó los ojos "¡Por favor Lauren! Seré la

anfitriona de la fiesta, no puedo no alcoholizarme." Lauren me miró con severidad.

"Por favor, sólo unas copas. Me detendré cuando tú lo digas." Negocié.

"¿Lo prometes?" Me preguntó seria y yo asentí con la cabeza.

"Te lo prometo."

"Está bien entonces, te ayudaré con tu fiesta y estaré contigo."

"Gracias amor."

Lauren estaba a punto de besarme cuando se detuvo y miró un punto fijo detrás de mí.

Luego escuché una voz.

"¡Lauren!" Dijo una chica que en cuanto me volteé pude ver que se acercaba rápidamente

hacia nosotras y le daba un beso en la mejilla a mi novia, quien se había levantado de su

asiento para recibir a la extraña.

"Clare, hola" La saludó con una pequeña sonrisa una vez que la chica se apartó. Era alta,
de cabello castaño claro, ojos marrones y, odiaba admitir, un bonito cuerpo.

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"¿Dónde te has metido? Hace mucho que no te veía." Dijo la chica ignorándome

completamente.

"He estado ocupada con... mis hermanos, mis estudios, el trabajo..." Enlistó ella y luego

me miró "Y bueno, con mi novia, claro." Añadió extendiéndome su mano para que me

pusiera de pie. Yo la tomé y me paré a su lado pasando mi brazo sobre su hombro

mientras ella me abrazaba por la cintura. La chica me miró de arriba a abajo y luego a los

ojos.

"Clare Brown" se presentó extendiendo su mano y Lauren me miró, pidiendo en silencio


que respondiera el saludo así que lo hice.

"Camila Cabello" me presenté y tomé su mano con la mía para darle un rápido apretón
y luego soltarla.

"Asistimos juntas al instituto" Explicó Lauren rápidamente "Y... Clare es tatuadora


ahora ¿No?"

"Así es, deberías dar una vuelta por el local. Tu piel siempre me ha parecido un excelente

lienzo Laur" Dijo mirando a Lauren mientras se mordía el labio inferior. Quise arrancarle el

piercing de la nariz en ese momento. Lolo se rascó la nuca, nerviosa.

"Pues, la verdad es que siempre he querido tatuarme, sólo que aún no sé qué."

"Bueno, pues cuando quieras sabes que puedes encontrarme ahí. Te haré un buen
descuento." Declaró con una sonrisa coqueta.

"Pensaré en ello" Dijo Lauren en voz baja. "Si... nos disculpas... nosotras" Balbuceó
señalando la mesa.

"¡Oh! Por supuesto, lamento haberlas interrumpido." Se disculpó y luego se acercó

peligrosamente a Lauren para dejarle un beso en la mejilla, muy cerca de los labios "Voy

a estarte esperando Laur" Luego me miró a mí y se despidió con un simple "Ciao" y se fue

369
caminando por la acerca balanceando sus caderas de un lado a otro. Yo jalé a Lauren

de la chaqueta para que apartara la mirada y se volviera a sentar.

"¿Y...?" Dije enfadada. Necesitaba una explicación.

"¿Qué?" Respondió Lauren apartando la mirada.

"¿Quién era esa?" Le pregunté directamente "Y no me salgas con que es una

compañera del instituto porque te juro que pido un café exclusivamente para tirártelo en

la cara, Jauregui." La expresión de miedo en el rostro de Lauren casi me hace reír, de no

se porque realmente estaba que hervía de celos.

"Clare... Clare y yo no fuimos nada ¿De acuerdo? No es mi exnovia ni nada por el estilo."

Habló rápidamente.

"¿Pero?" Interrogué. Las cosas no podían ser así de simples.

"Bueno... fumábamos hierba juntas en aquel tiempo y... algunas cosas llevaron a
otras" Dijo incómoda. Yo alcé una ceja de forma amenazante.

"¿Te acostaste con ella?" Pregunté enfadada pero tratando de mantener el control.

"Una vez..." Admitió cerrando los ojos como si fuera a recibir un golpe luego abrió uno

con cautela y añadió "Tal vez dos." Y repitió el proceso. Yo me quedé callada y sin hacer

absolutamente nada más que mirarla mal. "¿Estás enojada?" Me preguntó cuando por fin

se dio cuenta de que no la lastimaría.

"No." Dije secamente. Por supuesto que estaba molesta, aunque no debería.

"Camz, mi amor, eso fue hace mucho. No está en mis planes involucrarme con ella o con
ninguna otra aparte de ti." Declaró rápidamente tomando mis manos. Yo rodé los ojos.

"Más te vale Jauregui. Y ni siquiera pienses en hacerte un tatuaje con esa tipa

¿Estamos?" Prácticamente le ordené y ella sonrió. Encantadora, como siempre. Odié esa

sonrisa en ese momento porque me hacía derretirme completamente por ella.

370
"¿Ni siquiera si es para tatuarme tu nombre en una nalga y así todo el mundo sepa que
soy tuya?" Bromeó y yo la miré mal. Aunque aguantándome la risa.

"Todo el mundo sabrá que eres mía Lauren, eso no lo dudes. Pero en todo caso, la frente

es lo que deberías tatuarte. Tus nalgas sólo yo las puedo ver. ¿Entendido?" Estaba

bromeando igual que ella, pero sabía que Lauren estaba consciente de que no debía

ponerme a prueba.

"Como tú mandes" Dijo ella estirando su cuello para darme un piquito en los labios.

"Gobernada." Devolví. Y ella se rió.

"Tú eres una dictadora, Camila y tienes suerte de que yo sea el pueblo que te idolatra

ciegamente. Tu palabra es ley para mí." Coqueteó y yo mentiría si dijera que no me

gustó.

"Esperemos que recuerdes eso cuando me encuentre con mi amante el tequila durante la

fiesta." Le recordé haciendo que su ceño se frunciera, pero su expresión de enfado

desapareció en cuanto mis labios se posaron en su frente.

Capítulo 26

Camila's POV

No estaba acostumbrada a tener buenos momentos en mi vida.

Y, si bien es cierto que prácticamente nací en una cuna de oro, la verdad es que el dinero

no garantiza la felicidad, ni hace más dulce la soledad.

Sin embargo, gracias a Lauren la lista de buenos momentos estaba creciendo y, aunque

fuesen pocos, superaban en gran medida los malos, no por la cantidad, sino por la fuerza

y calidad que tenían.

371
Lauren podía tomar cualquier día, cualquier momento o cualquier instante y volverlo

extraordinario. En la universidad, un estacionamiento, la piscina de mi mansión o el techo

de su casa. No importaba porque la perfección no radicaba en el espacio o el tiempo sino

en la compañía y mientras Lauren fuera la constante, el resto de las variables no

importaban en lo absoluto.

Sí. Lauren me había ayudado a mejorar en matemáticas.

En realidad me estaba ayudando a mejorar en muchas cosas. Estaba haciendo de

Camila Cabello una mejor persona. Me sentía mucho mejor, realmente. Para ser sincera

nunca había estado tan bien en mi vida.

Había descubierto con ella y su cariño, que el alcohol únicamente disfrazaba el dolor, que

solo cubría ligeramente las heridas que mi soledad había causado pero que no las

curaba. Lauren sí. Si tenía a Lauren frente a mí, era difícil concentrarse en las cosas

malas.

Mi inconformidad con mi físico, mis ganas de vomitar, mis deseos de beber, mi baja

autoestima... Todo se reducía a nada frente a ese par de ojos esmeraldas. Grandes,

brillantes, como un par de gemas diseñadas con el único objetivo de cautivar a quien los

viera.

Nada era tan importante como su voz llamándome amor o sus labios besando mis

nudillos. Lauren podía cambiar años de tristeza y dolor sólo con su presencia en la

habitación. Ella era como luz de luna.

"¿En qué piensas?" Me preguntó dejando su cautín sobre una base especial en su

escritorio. Ella estaba trabajando en uno de sus proyectos y yo trataba de estudiar para mi

último examen pero mi atención estaba completamente enfocada en ella. Yo sonreí

moviéndome un poco sobre el colchón de la cama para mejorar mi postura.

"En ti, idiota." Le contesté y ella sonrió igual.

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"¿Anatomía no es interesante?" Me preguntó señalando el libro entre mis manos. Yo me

reí.

"Podría ser más interesante si tú participaras." Le dije en doble sentido que ella

entendió perfectamente. La tentación la estaba carcomiendo por dentro, se notaba en la

forma en que sus dientes atraparon su labio inferior casi como un acto reflejo y como

relajó su espalda en el respaldo de la silla mientras dejaba reposar su pierna derecha

sobre su rodilla izquierda y me recorría completamente desde su lugar con la mirada.

"No voy a caer en eso Camz." Dijo cuando terminó su escaneo. "No hasta que yo termine

con esto y tú hayas acabado de estudiar. Lo de mañana es importante." Yo bufé

ruidosamente.

"Eres una aburrida Lauren." Me quejé y ella sonrió volviendo a acomodarse en su


asiento.

"No dices eso cuando estamos repasando anatomía juntas." Devolvió y yo crucé
los brazos.

"Juegas sucio" Dije haciendo un puchero.

"Eres una bebé, Camila." Me dijo en burla pero a mi me pareció de lo más tierno.

Éramos un gran equipo.

A pesar de estar en carreras diferentes éramos un gran apoyo la una para la otra. Lauren

siempre me acompañaba cuando tenía que estudiar. Se quedaba acostada a mi lado

repasando conmigo cada uno de mis apuntes y creando casos hipotéticos en los que me

daba cuadros de síntomas a los que yo debía dar mi diagnóstico.

Para este punto Lauren ya sabía bastante de medicina general. Y yo... bueno, digamos

que ya conocía un poco sobre electrónica. Cuando ya estaba libre de mis deberes me

ponía a ayudarle a ella con los suyos, generalmente era como su asistente, le pasaba las

herramientas o piezas que necesitaba, era divertido, incluso ahora era perfectamente

373
capaz de crear un circuito por mi cuenta propia. Me había sentido tan orgullosa de mí

misma la primera vez que lo logré ¿Y qué decir de Lauren? Me aplaudió como si acabara

de ganar un premio nobel.

Terminamos haciendo el amor esa vez.

Siempre terminábamos así.

"¿Te falta mucho?" Le pregunté después de que regresó a su trabajo en el escritorio.

"No, ya está casi hecho. Pero no te ilusiones, no pasará nada entre nosotras esta noche."
Me dijo sin apartar su vista de su asunto.

"Si claro. Ni tú te crees eso." Dije con sarcasmo y ella se lamió los labios sonriendo. Sabía
que tenía razón.

"La escuela no es un juego mi amor. Tú puedes ser la mejor doctora del mundo..."

"Y la más sexy" La interrumpí señalándome con mi dedo índice. Ella rodó los ojos

divertida.

"Tú puedes ser la mejor y más sexy doctora del mundo..." Corrigió y yo di pequeños

aplausos complacida. "Pero eso no va a funcionar si no apruebas tu examen de mañana."

Completó y gruñí. "Bueno, vas a seguir siendo sexy igual, pero tú me entiendes."

"Lo voy a aprobar. Sabes que lo haré." Dije con seguridad "Sólo que ya estoy un poco

cansada de esto." Declaré dejando caer el libro sobre la cama y arrodillándome en el

colchón. "Quiero estar contigo."

"Estás conmigo." Dijo sonriendo sin prestarme ni un poco de atención.

"No te hagas la tonta." Respondí con falso enojo pero ella no respondió nada. Sólo se

dedicó a trabajar.

Por lo tanto decidí poner manos a la obra. Me levanté de la cama y me puse justo detrás de

ella dejando mis manos en sus hombros presionándolos con suavidad. No hubo

374
respuesta, así que continué, esta vez apartando su cabello y dejándolo de un solo lado

para darle besos cortos en la parte expuesta de su cuello.

Lauren no dijo nada, pero suspiró mientras se detenía por un instante de lo que estaba

haciendo. Esa era una buena seña, por lo tanto, seguí.

Fui deslizando mis besos desde su oreja y su mandíbula hasta su cuello y sus

hombros, luego de un momento ella había reanudado sus actividades pero no me decía

nada. No me pedía que siguiera pero tampoco me decía que me apartara.

Yo había cerrado mis ojos para disfrutar más del contacto de su piel erizada contra mis
labios.

"Te quiero" le dije en voz baja, dejando que mi aliento caliente se convirtiera en otro factor

estimulante para ella. Entonces, no supe cómo, pero ella tiró de mi brazo haciendo que mi

cuerpo se fuera hacia el frente en un rápido giro mientras ella se impulsaba hacia atrás

con sus piernas haciendo que la silla se recorriera un poco. Yo había terminado sentada

en su regazo.

La miré sorprendida por un momento pero en cuanto sus manos agarraron mi cintura con

fuerza supe que había obtenido lo que quería. Lauren estaba a punto de hundir su rostro

en mis clavículas pero la detuve sosteniendo su rostro entre mis manos antes de que

pudiera cumplir su objetivo.

"¿Ya terminaste tu proyecto?" Me burlé y ella sonrió.

"Cierta persona no me deja concentrarme" devolvió haciendo que apartara mis manos de

su rostro pero sin dejar de mirarme "Así que, creo que tendré que hacerme cargo de ella

antes."

"Me lo debes" declaré con firmeza y jugueteo al tiempo que ella me veía extrañada. Puse

mis manos en el respaldo de la silla, a los lados de su cabeza para que me sirviera de

apoyo mientras me acomodaba a horcajadas sobre Lauren.

375
"¿Qué es exactamente lo que te debo?" Me preguntó volviendo a sostener mi

cintura entre sus dedos, yo incliné un poco mi rostro para alcanzar el suyo pero en

lugar de besarla -como ella esperaba- mordí su labio inferior lastimándola un poco.

"Llevamos dos semanas de novias oficiales y yo como mínimo ya me he encontrado a

seis de tus viejos amores." Le dije comenzando a mover mis caderas sobre las suyas de

forma lenta, tortuosa y excitante, Lauren afianzó su agarre en mi cuerpo y echó la

cabeza hacia atrás sin poder controlar sus expresiones faciales. "Me siento como Scott

Pillgrim" jugué haciendo a Lauren reír pero sin disminuir lo erótico del momento.

Ella no dijo nada, sólo me sonrió y ahora sí que comenzó a besarme. No fue un contacto

tierno en lo absoluto, fue más salvaje y duro de lo que me esperaba pero igual me

encantó porque era con ella.

Nuestros labios chasqueaban debido a la humedad y la velocidad del beso. Ahora eran

sus manos las que marcaban el ritmo al que mis caderas se movían sobre su cuerpo que,

a pesar de estar cubierto de ropa hacían una fricción increíblemente placentera.

No tardé mucho en empezar a levantarle la sudadera y sus manos se despegaron de mí

únicamente con el propósito de facilitarme el trabajo. Una vez que la prenda estuvo fuera

sus labios viajaron directo a mi cuello como si de dos magnetos se tratara y sus dedos

tomaron los extremos de mi camisa para separarlos con fuerza provocando que los

botones se dieran por vencidos, dejando al descubierto mi pecho desnudo.

El rostro de Lauren al descubrir que no estaba usando nada mientras buscaba el broche

del inexistente sostén en mi espalda fue un verdadero poema. Pude leer en sus labios un

Gracias Dios que de no ser por la atmósfera del momento me habría hecho reír mucho,

pero en esta ocasión lo único que hizo fue encenderme más. Por lo tanto, tomé su cabello

entre mis dedos y guié su cabeza hacia abajo para que su boca tomara mis ya erectos

pezones entre sus labios. Y lo hizo.

376
"Lau...Lauren" Gemí debido a los pequeños y gloriosos mordiscos que estaba dejando

en mis pechos.

"Ah... ¿Qué?" Gruñó separándose de mí apenas unos centímetros, yo tomé su mentón

para hacer que levantar la vista y le planté un beso ansioso y necesitado que ella

correspondió de inmediato llevando sus manos a mi trasero.

"La cama, Lauren" Le dije sin ser capaz de formar una frase más elaborada, pero ella

entendió perfectamente. La silla era sexy pero incómoda, además quería tener a Lauren

completamente encima de mí y tener más espacio para sacarle el resto de la ropa.

"Agárrate" Me respondió con la voz ronca y grave para después tomarme de los muslos

y levantarse del asiento. Yo aferré mis piernas a su cintura y mis brazos los enlacé por

detrás de su nuca mientras ella daba un para de pasos a la cama y jalaba la sábana para

deshacerse de una sola vez de todos mis libros y cosas que estaban encima. Una vez

hecho esto me obligó a separar las piernas de su cuerpo y me arrojó a la cama con

rapidez pero sin hacerme daño.

Quería besarla pero ella tenía otros planes. Se inclinó sobre mí y le dio un apretón a mis

pechos mientras deslizaba su lengua por la extensión de mi abdomen, dibujando círculos

con ella al rededor de mi ombligo. Yo suspiraba sonoramente, víctima de las

sensaciones que me regalaba mientras mi humedad crecía entre mis piernas. Ella lo

sabía, porque siguió bajando con sus labios dejando fuertes mordidas que después

sanaba con sus lametones sobre la piel afectada.

No tardó mucho en llegar al borde de mis shorts y cuando lo hizo ni siquiera pude detallar la

forma en que los desabrochó por lo rápida que fue, más para bajarlos se tomó su tiempo

porque metió su pulgar entre la tela de mis bragas para deslizar ambas prendas lentamente,

aprovechando el proceso para dejar suaves rasguños en mis nalgas.

Cuando el viaje de mi ropa terminó en mis tobillos, cayendo al piso por cortesía de la
gravedad, Lauren se puso de pie y me observó desde su lugar con una sonrisa tan

377
hermosa como llena de lujuria. Lo único que tenía puesto era mi camisa, completamente

abierta dejándome expuesta para ella.

Lauren hizo el intento de volver a ponerse sobre mí pero yo me apresuré a arrodillarme en

la cama, justo en el borde frente a ella.

"Justicia, Lauren..." Le dije con suavidad llevando mis manos al centro de sus jeans.

Acaricié su entrepierna sobre la tela y ella cerró los ojos más por lo sexy del gesto que por

la sensación real. Eso me hizo sonreír satisfecha hasta que Lauren me tomó con fuerza

por la muñeca con una de sus manos mientras que con la otra ella misma desabotonaba

sus pantalones y guiaba mi mano al interior de sus bragas.

"¿Sientes Camz?" Me preguntó con voz pastosa y la respiración acelerada. "¿Te das

cuenta de cómo estoy por ti?" Su entrepierna estaba caliente y se movía con suavidad

contra mi mano pero yo aún no había llegado hasta el punto clave de ese sitio.

Me mordí el labio mientras nos mirábamos a los ojos y ella soltaba mi mano para atraer mi

rostro hacia el suyo y dar una lamida justo donde yo había estado haciendo presión con

mis dientes. Pronto abrí la boca para que ella pudiera introducir su lengua sin ningún

problema mientras que abajo quien tenía el control completo era yo.

Empujé mi palma un poco más, en esta ocasión logré sentir su humedad escapándose

entre sus labios vaginales y eso me incitó a explorar más, así que con mis dedos me

abrí camino entre ellos para descubrir la terminal nerviosa de su cuerpo y empezar a

frotarla lentamente mientras su dueña ahogaba gemidos en mis labios.

Estuvimos así varios minutos, sentir los jadeos de Lauren en mi boca era una sensación

deliciosa y mis dedos cada vez se resbalaban con mayor facilidad entre sus pliegues. Sin

embargo, debido a que ella aún estaba vestida era algo incómodo el contacto. Por eso,

muy a mi pesar, me separé de nuestro beso y comencé a bajar lentamente por su cuerpo

mientras me acomodaba para sentarme en el borde de la cama y ella iba deshaciéndose

por su cuenta de su sostén.

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Una vez que logré mi objetivo saqué mi mano con el único propósito de que me ayudar a

deshacerme de sus jeans con la misma técnica que ella había utilizado conmigo, sólo

que con mayor rapidez, dejando marcas rojas en la piel blanquecina de sus piernas

debido a mis rasguños.

Cuando estuvo desnuda completamente me di el tiempo de mirar su monte de venus

completamente liso y suave, me di el lujo de tocarlo con la palma de mi mano y mirarlo

embelesada pero Lauren me tomó por la baribilla obligándome a levantar el rostro para

mirar el suyo.

Ella sonreía de una forma perversa desde arriba, algo estaba planeando y supe lo que era

cuando la vi subir una pierna al colchón, con la planta de su pie bien puesta sobre el

mueble, dejando su centro expuesto a una peligrosa distancia de mi cara.

"Estoy esperando, Camila" Me dijo en una disfrazada orden impaciente y yo la miraba

desde abajo completamente maravillada por lo sexy que ella podía llegar a ser. ¿Cómo

una chica tan dulce, tierna y hasta romántica podía volverse tan demandante a la hora

del sexo? No lo sabía, pero amaba tener ambas cosas en una sola chica. Mi chica.

No sé cuanto tiempo me había quedado perdida en ese pensamiento pero no me di

cuenta de que había sido demasiado hasta que sentí las manos de Lauren recoger mi

cabello entre ellas formando una coleta improvisada cuyo único objetivo era concentrar su

control sobre mí y guiarme a la parte más necesitada de su cuerpo.

Dejé que lo hiciera.

No tardé más que unos segundos en aferrar mis manos a sus muslos, rodeándolos con

mis antebrazos por la parte inferior para tener un mejor agarre y de vez en cuando

poder manosear su trasero a mi antojo.

Ella estaba completamente impaciente porque comenzó a mover su cadera hacia


adelante para apresurar mi contacto. Decidí que era momento de dejar mis juegos y le di

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lo que deseaba. Saqué mi lengua y comencé a lamer de abajo hacia arriba rozando a
propósito su entrada hasta llegar a la punta de su clítoris.

Lauren arqueó su espalda y siguió empujando su entrepierna contra mi rostro mientras

soltaba incontenibles gemidos que inundaban la habitación.

"Mierda Camz.... así" Murmuraba alentándome a seguir y yo con gusto seguía, enterrando

mis dedos en la carne de sus muslos tensos.

¿Alguna vez han probado a una mujer así? Mentiría si dijera que sabe a dulce, a

duraznos o fresas. Esa es pura basura romántica que la gente se inventa para hacer

que suene menos crudo. El sabor de una chica es ácido, fuerte y adictivo. Como una

droga. Sabe a sexo y es maravilloso, porque tiene el propósito de darle a tu lengua el

mismo placer que experimenta la persona a quien estás probando.

Lauren no iba a tardar mucho en descargarse en mi boca y era lo que más deseaba así que

apresuré mis acciones, deslicé mi lengua hasta su entrada y la introduje rápidamente una y

otra vez mientras mi pulgar acariciaba y presionaba su clítoris de forma frenética.

"Ah... Camila... Camila voy a... a..." Trataba inútilmente de decir entre jadeos yo sólo

seguí con lo mío hasta que sentí sus manos aferrarse con mucha fuerza en mi cabello,

empujándome completamente hacia adentro para recibir todos sus jugos en mi boca.

Eso probablemente dolería más tarde.

"Joder" gruñó bajando su pierna de la cama y echando su cabeza hacia atrás dándome

una perfecta vista de su cuello y sus pechos sudados.

"¿Estás bien?" Le pregunté lamiéndome los labios como un pequeño gatito que acaba de

terminar con su cena. Ella sonrió para después soltar un ronco y pequeño jadeo que me

dio cosquillas en la entrepierna.

380
"Estoy tan bien como vas a estar tú en un momento mi amor" Declaró mirándome

completa sin ningún atisbo de vergüenza. Yo era suya y ella lo sabía. "Acuéstate"

Me ordenó y yo le obedecí.

Lauren se colocó encima de mí rápidamente, no sin antes haberme separado las

piernas a su gusto y detallado con su mirada cada parte de mí centro expuesto para ella.

Luego de eso se dedicó a besar mis pechos otra vez mientras yo amasaba los suyos en

respuesta, sólo que esta vez no me di cuenta de cómo sus intrusos dedos habían hecho

un camino sigiloso hasta mi entrada, donde jugaban a su antojo, delineándome, y

dibujando sobre ella cada una de mis formas hasta que yo empecé a mover mis caderas

buscando que estuvieran dentro de mí.

"Eres la mejor, Camila." Me dijo al oído después de lamer y morder el lóbulo de mi oreja.

"No hay una sola chica que se compare contigo. Tú me pones y me tienes como

ninguna." Me confesó haciendo que me aferrara a ella en un abrazo de cual sólo me

aparté para tomar sus labios con los míos y fue justo en medio de ese beso cuando ella

comenzó a entrar en mí.

Lentamente sus dedos fueron introduciéndose y dando un suave masaje en mi interior

mientras Lauren besaba mis labios de forma húmeda y ansiosa. Yo necesitaba que ella

fuera más rápido y más intenso, así que comencé a moverme contra su mano para

hacerle entender lo mucho que la deseaba.

Nuestra comunicación era perfecta porque ni bien hice el primer movimiento ella me dio lo

que pedía, comenzando a bombear dentro y fuera de mía en un ritmo ascendente que

hacía que mi piel se erizara por completo.

"Lauren… más... ¡Más!" Gemí en la primera oportunidad que sus labios me dieron y ella

no me hizo esperar. Se merecía el jodido cielo por eso. Agregó un dedo más provocando

que mis uñas se clavaran en sus hombros y que mis paredes se expandieran para darle

381
espacio. "Jodido infierno" gruñí agudamente al sentir el nuevo invasor y luego el

vaivén continuó.

Los pezones duros de Lauren rozaban mi abdomen y su frente sudorosa estaba

recargada en mi pecho mientras sus dedos aumentaban la velocidad dentro de mí. Una y

otra y ota vez impactaban con fuerza hasta alcanzar el punto más deseado de todos.

"¡Ah! Mierda, Lauren.... ¡Justo ahí!" La alenté y ella repitió el movimiento con más fuerza y

haciendo una curva con sus dedos que provocaba más presión dentro de mi cuerpo.

"¡Lauren! ¡Lauren!" Decía su nombre desesperada, ya no iba a aguantar mucho más.

"Sólo córrete amor" Me dijo ella besando el espacio entre mis pechos "Te ves hermosa
cuando lo haces... maldición...." Gimió cuando vagina la apretó con fuerza y embistió con

más fuerza hasta que mis manos se enredaron en su cabello dejando todo mi orgasmo

fluir sobre sus dedos.

Mi cuerpo vibró debajo del suyo y mi pecho subía y bajaba de forma intensa debido a mi

respiración errática, Lauren no se movió ni un centímetro de mi lado hasta que me relajé

por completo, entonces deslizó sus dedos con lentitud fuera de mí y los chupó sentada

en la cama, recargando su espalda en la pared mientras yo la observaba atentamente

desde mi lugar. Negué con la cabeza muy despacio mientras ella sonreía.

"No puedo trabajar con las manos sucias" Dijo y yo la miré sorprendida.

"Ni te atrevas Jauregui. Tienes que acostarte conmigo y darme besos como toda pareja

normal hace." Le ordené sentándome a su lado pero ella solo me dio largo beso en los

labios y luego se levantó buscando sus pantalones.

"Tengo que terminar mi proyecto mi amor." Se excusó "Es para mañana y sabes que es

mi nota final." Yo me crucé de brazos.

"Está bien, vuelve a trabajar con tus juguetes" Gruñí y ella me dio un beso en la frente
"Pero no te vistas"

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"¿Qué?" Me respondió riendo. "¿Qué dices Camz?"

"Que si quieres terminar tu proyecto vas a tener que hacerlo así como estás." Lauren se
carcajeó pero terminó aceptando.

"Bien." Dijo volviendo a sentarse en la silla "Ve y ponle seguro a la puerta porfavor"
Me pidió y yo me levanté no sin antes enredarme en la sábana para cubrir mi cuerpo.

"Oye, no es justo, tú te estás tapando." Se quejó de forma infantil.

"Sí pero es porque tú me abandonaste por tu robotcito ese" Dije apuntando el dispositivo

sobre su escritorio "¿Qué es de todas formas?" Pregunté curiosa volviendo a sentarme

en la cama después de haber hecho lo que me pidió.

"Esto, mi amor, es un pequeño robot que servirá como un vigilante automático en casa.

Hará recorridos y si detecta la presencia de una persona desconocida activará una

alarma. Además pude conectarse a sistemas de cámaras de vigilancia con los que las

casas o los edificios donde se encuentre ya cuenten. ¿Entiendes? "Me explicó mientras

colocaba un par de diminutos tornillos. "Sólo me faltaba instalarle la cámara y ya"

"¿Una cámara?" Pregunté intrigada.

"Un cámara con un gran angular" Agregó y yo la miré confundida.

"¿Eso qué significa?" Lauren sonrió divertida y dejó el desarmador en el escritorio


para después mirarme.

"Eso significa que si te hubieras esperado un poquito más habríamos tenido una sex tape

en súper alta definición con un encuadre perfecto" Respondió para morderse el labio

inferior de forma pícara. Yo levanté una de mis cejas.

"¿Ya terminaste?" Le pregunté y ella negó con la cabeza.

383
"Diez minutos" Dijo volviendo a tomar sus herramientas, yo me levanté de la cama

abandonando la sábana sobre el colchón para caminar hasta ella y empezar a besar su

cuello otra vez.

"Tienes cinco."

[...]

"Si lo borraste ¿Verdad?" Le pregunté mientras corríamos por el campus, ella sosteniendo

su robot con su brazo izquierdo mientras que me tomaba de la mano con su mano

derecha.

"Sí amor" Me respondió riendo y casi sin respiración. "Te juro que lo borré de la memoria
de mi amiguito. Pero, está guardado en tu laptop."

"Tendré que dejar de prestársela a Chris" Reflexioné y ambas continuamos


corriendo entre risas hasta llegar al punto donde debíamos separarnos.

"Suerte en tu examen" me deseó para después darme un beso en los labios. Las dos

estábamos a punto de llegar tarde.

"Suerte con tu amiguito pervertido" Le respondí y le di otro beso de despedida

mientras ambas nos echábamos a correr, esta vez cada una en una dirección distinta.

Era el último día de clases del semestre. Ese día la mayoría de los estudiantes -al menos

los regulares- estaban dando su última prueba y empezaríamos una especie de

vacaciones que no duraban más de dos semanas antes de que el siguiente comenzara.

Una mierda pero así eran las cosas.

El tema es, que esa noche sería la fiesta que les había prometido a mis amigos. No era

de extrañarse que todo el campus estuviera enterado ya así que, yo intuía que asistieran

al menos quinientas personas entre estudiantes y sus conocidos.

384
Papá se había ido de viaje dos días antes y por eso Lauren y yo habíamos estado

divirtiéndonos en la mansión casi sin ninguna precaución más que de ser vistas en una

situación demasiado comprometedora para Martha y James o bien, algo demasiado

caliente para Chris quien ya nos había dicho que se equivocó respecto a los muros y que

al parecer no eran lo suficientemente gruesos para callar nuestros gemidos.

Esta noche Chris y Tay se quedarían a dormir en su casa ya que Lauren no quería

exponerlos al alcohol, el ruido y todas las cosas que una fiesta implicaba. Igual les

había dicho que estaría pendiente de su celular todo el tiempo por si algo se ofrecía. Yo

intuía que todo iría bien.

Toda la servidumbre tenía libre la tarde de hoy, sólo tenían que dejar todo lo de la fiesta

preparado y volver al día siguiente a primera hora para limpiar lo que quedaría de la

mansión después de esa noche.

Sería genial.

Al menos eso creía.

Todo el día estuvo perfecto. Estaba segura de que en mi examen me había ido excelente, y al

final del día escolar, cuando me encontré con Lauren ella me contó que su proyecto había

sido un éxito también. Luego de eso fuimos a mi sesión con la doctora Williams.

Lauren ya había asistido a un par de sesiones conmigo, la doctora decía que era bueno

que tuviera un apoyo a mi lado y que además así ella podía darle consejos a Lauren para

seguir ayudándome en mi tratamiento.

Cuando llegamos a casa ya eran las seis de la tarde así que teníamos pocas horas para

disfrutar de la soledad de la casa antes de que los invitados y el DJ' llegaran. Por eso no

perdí nada de tiempo en arrastrar a mi novia a mi habitación para que tomáramos un

delicioso y relajante baño en mi jacuzzi y nos preparáramos para la fiesta.

385
"Todo irá bien amor" Le aseguré mientras acariciaba sus hombros ya que ella estaba

un poco tensa debido todo ese asunto y su trabajo.

"Eso espero Camz, sabes lo importante que es mi empleo para mí" Me dijo con su ceño

fruncido y una mueca en sus labios. Yo los besé de todas formas y acaricié su vientre.

"Lo sé Lolo, nada malo sucederá, te lo prometo." Le dije besando su ceño para que

volviera a la normalidad "¿Crees que yo dejaría que te separaran de mí? No podría

conseguir otro chofer como tú nunca." Le comenté haciéndola reir.

"Más vale que no. Me harías sentir muy mal si me reemplazas." Expresó con un hermoso

puchero.

"Eres irreemplazable Lauren. No hay otra como tú. Te quiero."

"Y yo te quiero a ti Camzi." Me respondió para después tomar mis labios entre los suyos y
hacer el amor una vez más antes de que la mansión se llenara de extraños.

Esos eran los buenos momentos, con ella.

De haber sabido que todo iba a empezar a desmoronarse a partir de esa noche, en lugar de

haber estado preocupada por mi ropa y mi maquillaje habría tomado a Lauren de la mano

para irnos en la vieja camioneta hasta su casa y ver Aladdín con sus hermanos.

Si sólo hubiera sabido, claro.

Capítulo 27

Camila's POV

"Te quiero" Le dije a Lauren provocando una tenue sonrisa en sus labios mientras ella

trataba de no presionar mucho sus párpados cerrados, ya que le estaba aplicando sombras.

A veces sentía la necesidad de decir algo más que te quiero pero me contenía.

386
Cuando la veía por las tardes puliendo el cofre de mi auto, sólo por gusto, sentía ganas de

gritarle esas dos palabras que no me atrevía a dejar escapar. Por un lado no sabía si era

el momento correcto y por otro tenía miedo del peso que esas dos palabras pudieran

cargar consigo.

Eso se repetía la mayor parte del tiempo. Cada mañana al encontrarme con ella en el

garage de la mansión, o cuando nadábamos juntas en mi piscina privada. También

cuando me acompañaba de compras, o cuando dejaba rosas en mi cama o a lado de mi

desayuno sin que nadie más lo notara.

Quería decirle esas dos palabras. Pero no lo hacía.

¿Sabían que la gente se arrepiente más de las cosas que no hizo que de las que hizo?

Bueno, recuérdenlo, porque yo tuve que aprender eso por experiencia propia. A la mala.

"No te muevas" Le dije sosteniendo su barbilla entre mis dedos pulgar e índice mientras
que con la otra mano le aplicaba el maquillaje.

"No seas linda" Me respondió esta vez haciéndome sonreír a mí.

"Te quiero" Le repetí porque era lo único que me permitía decirle para expresarle lo que
sentía. Lauren suspiró.

"Yo también te quiero, Camz"

[...]

Un par de horas después todo estaba listo.

El sol había desaparecido completamente dejando espacio a la luna para brillar sobre el

cielo nocturno mientras que, dentro de la mansión, habían sido instaladas luces de

colores que le darían ambiente a la fiesta dando giros y destellos al ritmo de la música

del DJ que había contratado y que en ese momento se encontraba casi reventando las

ventanas con el estridente sonido de su equipo.

387
"Mierda" dijo Lauren a mi lado en voz muy alta para que pudiera escucharla "Este lugar no

puede contener un alma más" Señaló y yo asentí.

Era verdad, la mansión estaba a punto de estallar por tanta gente. Yo calculaba que

habían asistido casi ochocientas personas que estaban repartidas por toda la parte

baja de la casa y en los jardines.

La alberca estaba llena de gente alcoholizada que jugueteaba con el agua, muchos de

ellos se habían lanzado ahí completamente vestidos, mientras que otros bailaban sobre el

césped y dentro de los salones de la mansión.

"Esto será interesante" Le dije en respuesta. La verdad era que no podía apartar mis ojos

de Lauren, estaba ardiendo.

Se había puesto un jumper de color negro con mangas que llegaban poco más abajo de

sus codos y que dejaban al descubierto más de la mitad de sus muslos mientras que en la

parte superior tenía una abertura al centro que formaba un escote muy, pero muy

pronunciado. Me moría de ganas de que se largara todo el mundo para quedarme a solas

con ella. Mi padre no volvería hasta dentro de dos días después y yo quería aprovechar el

tiempo.

"Tanta gente me molesta" Dijo ella y yo la miré con reproche, Lauren me dio un corto

beso en los labios "Pero lo soporto porque te a... te quiero mucho." Completó después de

que me aparté de ella. De no haber sido por el ruido y por las luces que se movían de un

lado a otro a gran velocidad me habría dado cuenta de que ella estuvo a punto de decir

las dos palabras también.

"Vamos a bailar amor" La invité y tomé su mano sin esperar respuesta, guiándola a
la "pista" que estaba atiborrada de gente.

Los cuerpos se movían unos contra otros pero ni bien se daban cuenta de que Lauren y
yo estábamos caminando entre ellos, se apartaban de inmediato para hacer espacio para

388
nosotras y ahí en medio de toda esa gente, Lauren me tomó de las caderas y empezó

a marcar el ritmo al que quería que me moviera.

Mis piernas estaban enfundadas en un pantalón de cuero que se ceñía a cada curva de

mi cuerpo y que brillaba con cualquier destello provocando que mi trasero y mis muslos se

acentuaran de forma perfecta. Mientras que en la parte superior llevaba una blusa blanca

no muy ajustada, de mangas largas y detalles de lineas curvas en color negro.

Lauren me pegaba a ella lo más posible y hacía que nuestras caderas se movieran al

unísono de forma sensual por demás. Me encontraba de espaldas a ella sintiendo su

pelvis rozando contra mí mientras mis manos subían al ritmo de la música hasta su cuello

par acariciarla y hacer que s rostro bajara para besarme.

Estuvimos así un rato. Cambiando de posiciones ocasionalmente sin dejar de bailar.

"Me encantas..." Le dije cuando estuvimos frente a frente pero yo con mi rostro bien
pegado a su oreja para que pudiera escucharme.

"No puedo esperar a que todo el mundo se largue" Me contestó clavando sus dedos en mi

cintura y empezando a morder mi cuello mientras dejaba que mis manos se deslizaran a

su trasero.

"Dios, ustedes dos van a incendiar este lugar" Dijo Dinah que estaba cerca de nosotras,

colgada al cuello de su novio que la tenía bien abrazada por la cintura y que le besaba el

lóbulo de la oreja sin darse cuenta de nuestra existencia.

"Mira quien lo dice" Respondió Lauren sonriendo y apartándose de mí sólo lo suficiente.

"¡Esto es lo mejor Mila!" Gritó Normani que estaba perdida entre las personas y a quien
no pudimos encontrar.

"¿Dónde están los chicos?" Pregunté y Dinah apuntó a la piscina del jardín donde

ambos cargaban un par de chicas en sus hombros que estaban jugando a las batallas.

389
"Lauren..." Llamó Dinah a mi novia y señaló hacia la puerta. Ally Brooke estaba entrando.

Lauren giró su rostro de inmediato en la misma dirección que yo y sonrió afablemente al


encontrar a su amiga quien le respondió el gesto de inmediato.

"Mi amor" Empezó a decir pero yo la callé con un besito.

"Ve con ella. Es tu invitada" Le respondí.

"También la tuya" Reclamó ella aunque con voz dulce.

"Un paso a la vez Jauregui" Le recordé y ella asintió dejando un beso en la palma de mi

mano para después marcharse en busca de la pequeña chica antes de que se perdiera

entre la masa de personas.

Lauren me había pedido que invitáramos a Ally. Fue una de sus condiciones para

ayudarme a organizar la fiesta así que acepté. No era demasiado y... mi terapeuta había

dicho que yo debía empezar a descubrir quienes eran mis amigos. Yo a decir verdad no

consideraba a nadie mi amigo, pero ese precisamente era el punto de lo que decía la

doctora Williams y bueno, Lauren no dejaba de insistir en lo asombrosamente amable y

sincera que era Allyson.

"¿Quieres una habitación?" Le pregunté a Dinah una vez que Lauren despareció de mi

vista. Ella rodó los ojos de inmediato "Pueden tomar una, siempre y cuando no sea la

mía." Seguí jugando y ella arqueó una ceja.

"¿Piensas usarla con Lauren?" Jugueteó y yo me reí.

"Ese es el plan." Acepté con franqueza.

"No soy fanática del porno" Declaró ella y yo me reí "Pero si ustedes dos estuvieran en

un video creo que daría la mitad de mi fortuna por él." Ni siquiera me extrañaba que

Dinah dijera esas cosas en presencia de su novio. A él le importaba todo una mierda

mientras pudiera mantener su boca pegada a algún fragmento de la piel de la rubia.

390
"Si supieras" Le respondí y ella abrió sus ojos de forma cómica debido a la sorpresa.

"¿Qué dijiste?" Me preguntó incrédula y yo me reí más fuerte.

"Dije que eso es demasiado gay para ti. Chica heterosexual" Mentí burlándome y ella

soltó un bufido y se dedicó a seguir bailando con su chico.

Me sentía abandonada por mi novia pero sabía que debía darle su tiempo para estar con

su única amiga cercana del campus y hacer sentir a Ally bienvenida en la mansión. Ella

no había pisado este lugar desde hacía un buen tiempo después de cómo la había tratado

así que, imagino que las cosas debieron haber sido difíciles para ella.

"Puta empatía" maldije al pensar en uno de los efectos secundarios de mi terapia. Lo que
indicaba que estaba funcionando.

Salí del lío de gente y me dirigí a la cocina, donde estaba todo el alcohol. Necesitaba

tomar algo urgentemente y mi lengua rogaba por una buena cuba, así que fui a

buscarla aprovechando que Lauren no estaba para sermonearme.

"Hola extraña" me saludó Luis quien estaba hecho una sopa llenando de agua el piso
de la cocina.

"Hola extraño" respondí mirando todas las botellas sobre la barra.

"¿Te preparo algo?" Me ofreció "Acabo de hacer mojitos" contó señalando los

vasos preparados.

"Hazme la mejor de tus cubas" Le pedí y él se apresuró a hacerlo.

"Trabajando" Dijo con alegría mientras tomaba las botellas con rapidez y empezaba a

preparar mi bebida. Una vez que la terminó me la tendió y yo la tomé entre mis

manos para darle un largo trago. "Oye Mila..." Me dijo después de que separé el vaso

de mis labios, su voz sonaba algo preocupada.

"¿Um?" Respondí.

391
"Austin Mahone está aquí" Me dijo y yo me tensé un poco.

"¿Dónde?" Pregunté, no me sorprendía que el idiota se hubiera atrevido a ir, a fin de

cuentas gran parte del campus estaba ahí esa noche, pero el hecho de que su visita

estuviera contemplada no significaba que fuera agradable.

"Está en el jardín, cerca de la piscina, creo que te estaba buscando." Informó y yo solté un

suspiro.

"¿Sabes si Lauren ya lo vió?" Pregunté, el se rió bajito para después darle un traguito a su
mojito y finalmente responder.

"No lo creo. Ya lo hubiera sacado a patadas de aquí." Exclamó divertido. Eso era

precisamente lo que quería evitar. No me gustaba la idea de que Lauren se metiera

en problemas con él.

"Gracias por el informe Luis" Le respondí y me acabé la cuba de un trago más para
después empezar a buscar a mi novia o a Austin. El que apareciera primero.

Desafortunadamente fue Austin.

Lauren's POV

Estaba con Ally tomando un par de tragos en una banca del jardín de la mansión. A unos

metros de la gigantesca piscina del exterior mientras observábamos al montón de

imbéciles completamente fuera del control hacer estupidez tras estupidez.

"¿Qué se siente volver a tu mundo, Ally Brooke?" Le pregunté. Ally me había contado que

ella y Camila se la pasaban en fiestas todo el tiempo, aunque ella solía tener mejor control

que mi novia.

"Pues, sinceramente, se siente más vacío de lo que yo recordaba" Respondió soltando un

suspiro y después le dio un trago a su whisky. "Míralos, se vuelven todos unos completos

idiotas."

392
"Bueno..." Acepté yo ambiguamente "Hay de idiotas a idiotas. Algunos sólo se están

divirtiendo. Como nosotras... o los que están bailando." Yo era una gran creyente de

que las cosas no eran sólo blancas y negras sino que había toda una gama de colores y

matices justo en medio.

"Supongo que tienes razón" Respondió Ally dedicándome una sonrisa.

"Hey Laur" me saludó Luis quien traía un montón de mojitos en una bandeja de plata de la

cocina "¿Quieren uno?" Nos preguntó y Ally y yo negamos con la cabeza. "Bueno, está

bien. Por cierto Lauren, Camila está un poco sedienta allá adentro." Habló señalando la

mansión "Si tu plan es que no se embriague creo que deberías estar más cerca de ella."

Suspiré y Ally me dio una mirada de apoyo.

"¿Cuánto ha bebido?" Pregunté.

"Apenas una cuba..." Respondió él y yo me sentí aliviada.

"Eso no es tanto." Dije yo y Ally me apoyó. "Es más, voy a prepararle otra se la voy a

llevar. Ella se ha esforzado mucho por esta fiesta y todo eso así que... Creo que se lo

merece. Yo estaré ahí para cuidarla de todas formas." Mis dos amigos asintieron

"Luis ¿Puedes hacerle compañía a Ally mientras no estoy?"

"No soy una niña Lauren" se quejó Ally y yo la ignoré.

"Por supuesto que si Laur, tú descuida y ve por tu chica" Me motivó él haciendo un brindis
por mi causa.

"Gracias chicos" les dije para después hacer mi camino de vuelta a la mansión.

La música se seguía manteniendo a tope y yo necesitaba atravesar los salones para llegar a

la cocina, donde se encontraba la mayor parte del alcohol que Camila había comprado.

Estaba abriéndome paso entre la gente cuando de pronto la música se detuvo

393
por completo y un reflector con luz blanca se centró en un punto en medio de la multitud

mientras un gran murmuro empezó a escucharse.

Fui abriéndome paso entre la gente que debido a lo que sea que estuviera pasando, ni

siquiera se dieron cuenta de mi presencia, todos se habían quedado completamente

quietos, mirando en la misma dirección. Es de la que provino una flecha envenenada que

se clavó directamente en mi corazón.

Camila y Austin se estaban besando.

Fueron apenas unos segundos, casi nada. Pero a mí me pareció eterno. Quería

reaccionar, quería golpearlo, pero me quedé completamente estática. Ellos se separaron

sin percatarse de mi presencia. Austin sonreía con altivez.

"¿Y? ¿Qué piensas?" Le preguntó a Camila una vez que apartó sus asquerosas

manos del rostro de mi chica.

Camila llevó su pulgar a la comisura de su boca para limpiar los residuos que se

corrieron de su labial.

"Creo que eso es todo Austin. Lo último que vas a conseguir de mí" Dijo ella con seriedad,

mirándolo a los ojos "Un beso tuyo no mueve absolutamente nada en mí. Eres

completamente insignificante, por eso entiendo que tengas que meterte con más de una a

la vez para creerte superior, porque sabes perfectamente que en realidad no eres

absolutamente nada." Espetó y Austin sonrió con sorna.

"¿Segura Mila? Yo estoy seguro de que te mueres por volver conmigo y comerte de

nuevo eso que tanto te gustaba" Dijo él de forma asquerosa, tomando en un rápido

movimiento la mano de Camila y llevándola a su entrepierna. Camila la apartó de

inmediato y le dio una fuerte bofetada luego fue su turno de reír burlonamente.

394
"Austin... no necesito miserias." Un coro de reacciones y risas se escuchó entre los

espectadores "Y te juro, te juro por lo que más amas que es tu ficticia hombría,

que Lauren me hace gozar como tú jamás supiste."

"¡Eres una..." Empezó a decir él, totalmente fúrico pero lo interrumpí.

"Es suficiente, Austin." Dije en voz baja pero que logró escucharse de forma casi

sepulcral. Ahora todas las miradas estaban sobre mí, incluída la de Camila que me veía

con terror en sus ojos. "Ya la escuchaste, ella me eligió a mí, así que te pido que te

largues antes de que termine rompiéndote la cara de niño bonito que crees que tienes."

Estaba haciendo uso de todo mi auto control para no matarlo en ese momento. Mi

cuerpo estaba empezando a despertar.

"¿Se supone que debo de tenerte miedo? No eres más que una estúpida lesbiana

de mierda" Escupió con odio y yo me acerqué a él y a Camila guardando la calma.

"Te lo voy a pedir una vez más, Mahone" Empecé a decir mientras Camila me tomaba

del brazo con nerviosismo "Lárgate."

"No me voy a ir, zorrita" Dijo él sonriendo, pero la sonrisa se le borró en cuanto llevé mi

mano a su entrepierna y la apreté con fuerza, tal vez más de la necesaria porque se

dobló por completo y su cara se enrojeció en un instante.

"Lauren" Me llamó Camila pero yo la hice callar levantando la mano que tenía libre.

"Sé hombre por una puta vez en tu vida y asume que ella ya no quiere estar contigo" Le

dije aplastando más su miembro a cada palabra que decía. Austin estaba llorando. "Y, por

favor, no te vuelvas a acercar a Camila, jamás porque si lo haces, te juro que de esto..."

Continué ejerciendo más presión, Austin empezó a sollozar sonoramente "... De esto no te

va a quedar ni la mitad, Mahone" Finalmente me agaché para llegar a su oído y agregar

"... y sinceramente tu tamaño ya es vergonzoso"

395
Luego de eso por fin lo solté y él empezó a decir cosas como que nos íbamos a

arrepentir y bla bla bla, el mismo discurso que ya le había escuchado a Sophie y a

Shawn. ¿Todos los ricos tenían la misma mente pequeña?

En cuanto se pudo erguir lo suficiente empezó a caminar con dolor hacia afuera de la

mansión y luego de eso Camila hizo una seña al DJ para que reanudara la música y la

gente se olvidara de lo sucedido. Pareció funcionar porque pronto todo el mundo estaba

bailando de nuevo, excepto Camila que se acercó a mí para tomarme del brazo e

intentar besarme pero yo me aparté.

"Ahora no." Le dije y empecé a caminar entre la gente para salir al jardín. Camila me

siguió.

"Lauren, escúchame" Me pidió volviendo a tomarme del brazo para que me girara hacia

ella.

"Ahora no, Camila." Le repetí, sentía tanta ira dentro de mí y necesitaba descargarla pero

no quería hacerlo con ella "Tienes una fiesta que atender, ¿Verdad?"

No quería sonar tan molesta, pero para ese punto ya no podía moderar mi voz así que

antes de decir algo de lo que pudiera arrepentirme sólo me aparté y me perdí entre la

gente. Camila no me siguió esta vez.

El resto de la fiesta me lo pasé acostada en el techo de la mansión. Mi primer plan había

sido reunirme con Ally y contarle lo que había pasado, pero la vi muy entretenida y

divertida con Troy así que no quise interrumpir.

Me quedé ahí, acostada, viendo el cielo mientras la estructura debajo de mí temblaba

debido a la estridente música que retumbaba en todo el lugar. Algunas horas más tarde

todo el mundo empezó a marcharse hasta que la mansión se quedó completamente sola.

Un vacío se instaló en mi estómago. No quería quedarme a solas con Camila. No quería tener

que discutir acerca de lo que había visto porque, a pesar de todo lo que ella le había

396
dicho a Austin cuando él se apartó... Ella nunca hizo el intento de alejarlo, sólo se quedó

ahí, recibiéndolo. ¿Por qué?

Me levanté totalmente frustrada por la situación. Una inseguridad estaba creciendo

dentro de mí y el dolor en mi pecho no cesaba. No podía ver a Camila, no podría dormir

sabiendo que ella estaba en el mismo sitio que yo.

Bajé del techo y me metí a la mansión a buscar las llaves de la camioneta para ir a casa.

"Por Dios Lauren, ahí estás, estaba tan preocupada, joder" Me dijo Camila que
se tambaleaba mientras caminaba entre todo el caos del salón principal

"¿Estás ebria?" Le pregunté indignada, pero ella negó con la cabeza rápidamente.

"No, no estoy ebria." Yo elevé una de mis cejas con incredulidad "Si bebí, tomé varios

tragos pero no estoy borracha. ¿Okay?" Me preguntó y a juzgar por su habla pude aceptar

que decía la verdad. Así que le di la espalda y volví a colocar mi mano sobre el estante de

las llaves.

"¿Piensas salir?" Me preguntó "Son casi las cuatro de la mañana"

"No quiero estar aquí" Admití, el dolor se reavivó dentro de mí. Sabía que eso le

había dolido a ella también.

"¿Lauren?" Me llamó haciendo que me girara hacia ella "¿Es por lo de Austin? Puedo

explicarte."

"¿Me vas a explicar?" Pregunté enfadada y con mis ojos ardiendo por las lágrimas que se

acumulaban "No quiero que me expliques una mierda Camila, dejaste que el idiota ese te

besara y no hiciste nada para impedirlo. Y como si eso fuera poco todavía usaron las

luces para llamar la atención ¿Qué espectáculo fue ese, eh? Explícame" Le ordené, ella

ya estaba llorando también.

397
"¡Él lo planeó!" Me gritó llorando "Él me retó a besarlo y demostrarle que no sentía nada

por él y eso fue lo que hice. Caí como estúpida pero yo no sabía que la música se iba a

detener y que las luces iban a ponernos en la mira de todos." Explicó y yo me reí

amargamente "Sólo quería demostrarle que ya no es importante para mí. Que lo superé,

contigo Lauren. Contigo mi amor." Terminó aferrándose a mí con sus manos puestas

sobre mi ropa.

"Yo..." Murmuré, me dolía verla así pero yo tampoco me estaba sintiendo bien "Yo... tengo

que ir a casa Camila. Tengo que... estar lejos" Traté de decir con dificultad "Necesito

tiempo."

"Lauren, por favor, por favor no me dejes sola" Me pidió aferrándose a mí.

"Sólo será esta noche... Sólo, necesito aclarar mi mente y pensar..." Traté de no ser dura,
no quería lastimarla. "Volveré en unas horas y... hablaremos."

"Lauren, no te vayas" Volvió a pedir entre lágrimas pero yo negué con la cabeza.

Entonces su rostro se transformó, su ceño se frunció con enfado "¿Vas a ver a Alexa?"

Me preguntó y yo la miré sin entender.

"¿Qué mierda dices?"

"Vas a verla ¿Verdad? Vas a ir con esa... mujer para que te consuele." Espetó entre el
llanto y el odio.

"Estás diciendo estupideces Camila" Le respondí mientras me limpiaba las lágrimas

"¿Sabes por qué me voy?" Ella volvió a llorar "Me estoy largando de aquí porque necesito

convencerme a mí misma de que ese beso de mierda no significó nada para ti." Finalicé

tomándola de las muñecas y apartándola de mí.

"Mañana volveré y hablaremos de todo esto" Continué, estaba enojada pero no quería

joder todo lo que teníamos sólo por un beso. Sólo necesitaba tiempo para mí y relajarme

en lugar de decir cosas que pudieran lastimar a Camila y hacer que perdiera lo que

398
habíamos logrado. "Sólo... ve a la cama y duerme y... sólo... yo... me tengo que ir"

Terminé evitando hacer contacto con los ojos de Camila porque sabía que lo que vería

no me gustaría en lo absoluto y terminaría haciéndome ceder.

Así que sólo me di la vuelta e ignoré sus gritos y sus ruegos. Subí a la camioneta, cerré
la puerta, encendí el motor y emprendí el viaje a casa. Necesitaba estar ahí.

[...]

Cuando llegué a la casa todas las luces estaban apagadas. Lo primero que hice fue ir a

la habitación de Chris y Taylor y darle un beso en la frente a cada uno. Luego de eso me

dirigí a mi cuarto.

Abrí la puerta sin ningún cuidado y encendí la luz.

"¿Qué?" Dijo una conocida voz con sorpresa. Alexa estaba acostada en mi cama, y

se había sobresaltado cuando entré. "Qué... qué... ¿Qué estás haciendo aquí?"

Preguntó algo shockeada.

"Esta es mi casa ¿Qué estás haciendo tú aquí?" Le pregunté y ella se frotó la cara con
las manos.

"Chris... Chris me invitó a ver películas con él y Taylor." Explicó "Al final hicimos un

maratón de películas de terror cuando Taylor ya estuvo dormida y... Bueno, me dijo que

podía quedarme a dormir aquí si quería. ¿Qué haces aquí? ¿No tenías una fiesta con tu

novia?"

"Se terminó" Dije secamente y camine por la habitación hasta llegar a mi closet.

"¿Tu relación?" Preguntó Alexa notablemente sorprendida.

"¡No!" Dije rápidamente, era lo que menos deseaba que se acabara, me dolía de sólo
pensarlo "La fiesta. Las cosas no salieron bien... Yo... sólo quería dormir aquí por unas

399
horas y luego volver y hablar con Camz" Expliqué mientras sacaba algo de ropa que

pudiera usar para dormir.

"¿Tuviste problemas con ella?" Siguió interrogando y yo asentí. "¿Quieres que me

vaya?" Yo negué con la cabeza.

"No... descuida yo... iré a dormir al sillón de la sala" Le dije apuntando a la puerta. Alexa

se levantó rápidamente hasta llegar a mí.

"No tienes que hacer eso, esta es tu casa" Dijo y yo negué de nuevo.

"No voy a dejar que duermas en el sillón cuando fui yo quien llegó de sorpresa."

"No pensaba dormir en el sillón..." Declaró mirándome a los ojos y tomándome por los
hombros "Podemos dormir juntas en tu cama." Yo volví a negar.

"No puedo."

"Lauren, sólo vamos a domir ¿Entiendes?" Dijo tomando mi rostro entre sus manos "Nada

del otro mundo, nada que no hayamos hecho antes."

"Camila..." Murmuré yo.

"Camila estará bien. No tiene que enterarse si tú no quieres. Sólo vamos a dormir

¿Vale? Ve... Cámbiate y yo estaré aquí. Podemos hablar de lo que pasó si quieres." Me

dijo ella terminando por convencerme.

"Está bien..." Acepté saliendo de la habitación para cambiarme en el baño.

Tal vez charlar con Alexa me ayudaría a sentirme mejor, a entender lo que había

sucedido o al menos a distraerme.

Había sentido la necesidad de quedarme con Camila ni bien puse un pie en la camioneta,

pero sentía que no podía mirarla a los ojos sin revivir lo que ella había hecho con Austin.

Necesitaba olvidarlo por un momento y tal vez Alexa podría ayudarme con eso.

400
Ella era mi amiga.

Capítulo 28

Lauren's POV

Eran las ocho de la mañana cuando desperté. Había pasado un par de horas hablando

con Alexa y no me di cuenta de en qué momento me quedé dormida pero al abrir los ojos

ella ya no estaba en la cama.

Lo que así había era un exquisito aroma a café recién hecho que sinceramente me hacía

mucha falta así que sin esperar demasiado me puse de pie, me arregle el cabello en una
coleta y fui al baño a lavarme la cara y los dientes para después ir a la cocina.

Ahí estaba Alexa.

"Buenos días ¿Descansaste?" Me saludó mientras me ofrecía una taza de café caliente.

"Está justo como te gusta" Yo lo tomé y le sonreí. Si algo era cierto era que ni siquiera

Chris sabía prepararme un café como Alexa lo hacía.

"Gracias Alex, buenos días" le dije para luego darle un sorbo al café que logró hacer que

todos mis sentidos comenzaran a trabajar adecuadamente "Dormí bien aunque hubiera

preferido que fueran más horas." Admití "¿Y tú?" Ella se rió bajito.

"Fue extraño estar en esa cama después de tantos años." Declaró y yo asentí.

"¿Te acuerdas cuando hacíamos pijamadas?" Le pregunte volviendo a desempolvar

el baúl de los recuerdos.

"Claro que me acuerdo, Chris se la pasaba con la oreja pegada a la puerta para tratar de

averiguar lo que hacíamos. El decía que las niñas queríamos conquistar el mundo." Yo

me reí ante el recuerdo, una vez el muy tonto se recargó en la puerta que estaba

entreabierta y terminó con los dientes clavados en el suelo.

401
"Por cierto ¿Dónde de está?" Pregunte ya que no lo había visto aún.

"Fue a la tienda a comprar unas cosas para el desayuno. Taylor está dormida." Me

contestó mientras ambas caminábamos hacia el comedor para terminar nuestros

cafés ahí.

"¿Te vas a quedar a desayunar?" Me pregunto y yo negué.

"Solo tomaré el café y me daré una ducha. Necesito ver a Camila cuanto antes." Hablé

para dar otro sorbo a mi taza "Además quiero desayunar con ella, no puedo dejar que

lo qué pasó la afecte de más."

"Te preocupas mucho por ella" señaló mientas recargaba su mentón en la palma de
su mano y me veía fijamente.

"Estoy enamorada de ella" dije con seguridad "creí que te había quedado claro anoche."

"Créeme, me quedó claro" dijo con una sonrisa en su rostro "No paraste de hablar
sobre Camila hasta que te quedaste dormida."

"Necesitaba desahogarme" coincidí.

"¿Y cómo te sientes ahora?" Me preguntó mirándome por el rabillo de su taza.

"Mucho mejor" admití gustosa " Aunque... también algo culpable."

"¿Por dormir conmigo?" Me preguntó con confusión, yo sonreí incómoda.

"Más o menos" Respondí aumentando su incertidumbre "No precisamente por dormir

contigo, sino... por... ya sabes, dejarla." Alexa me miró con comprensión pero aún así

quise seguir explicando "Yo... vine a mi hogar, pude ver a mis hermanos y tú estuviste

conmigo, me escuchaste y me aconsejaste. Camila se quedó completamente sola. Siento

que le fallé."

402
"No seas tan dura contigo misma Lauren, necesitabas un momento para procesar todo y

enfrentar las cosas de la mejor manera. Camila te quiere seguramente tanto como tú a

ella y las dos juntas lo podrán solucionar." Me dijo terminando con su café.

"Gracias por todo Alex" Le dije una vez que di el último sorbo a mi taza. Lo cierto es que

la plática nocturna con ella me había resultado de mucha ayuda. Me había hecho

entender de mejor manera el actuar de Camila y también había hecho que concentrara

mis pensamientos en todos los buenos momentos que había pasado con Camz. Un

beso no podía cambiar eso, ni siquiera una decena de ellos. "Voy a darme una ducha y -

--" alguien llamó a la puerta antes de que pudiera terminar la frase.

"Debe ser Chris" habló Alexa levantándose de la mesa "Seguro que se olvidó de las

llaves" Yo asentí con la cabeza y ella se dirigió a la entrada mientras que me dedicaba

a llevar los trastes sucios al fregadero de la cocina.

Escuché perfectamente el seguro de la puerta ser retirado y el conocido rechinido

me anunció que había sido abierta.

"Camila..." Escuché a Alexa decir y de inmediato asomé mi cabeza por la puerta de la

cocina para confirmar que mi novia estaba ahí.

"¿Dónde está Lauren?" Preguntó mi chica con seriedad y entonces caminé con rapidez

hacia la sala. Lo que menos quería era que ella terminara siendo grosera con Alexa o algo

por el estilo.

"Estoy aquí, Camz" saludé y ella me miró directamente a los ojos. Se veía bastante mal.

Estaba despeinada, vestida con unos jeans rasgados y una de mis sudaderas mientras

sus ojos se veían notablemente irritados y unas ojeras obscuras se marcaban por debajo

de ellos. Alexa se quedó estática a lado de la puerta.

"Yo..." Empezó a decir mi ex-novia, pero Camila la interrumpió con sus ojos aún clavados
en los míos.

403
"Voy a ignorar el hecho de que esta mujer está aquí sólo porque realmente necesito

que hablemos. Así que, o se va ella o tú y yo salimos en este instante. Tienes treinta

segundos para decidir." Sentenció con severidad, yo miré a Alexa.

"No se preocupen, yo me voy" Dijo Alex haciendo amago de salir pero yo la detuve
tomándola por la muñeca.

"Quédate, Alex." Le hablé con amabilidad "Eres la invitada de mi hermano y, estoy

segura de que él debe tener muchos experimentos que hacer en la cocina contigo.

¿Puedes cuidar a Taylor mientras salgo con Camila un rato?"

Alexa asintió y se apartó de la entrada dirigiéndose al pasillo de las habitaciones. Camila

había observado todo en silencio. Yo guardé las llaves en los bolsillos de mis pantalones

deportivos que usaba como pijama y salí con Camila.

Ambas caminamos sin decir una sola palabra hasta llegar a un parque cercano a mi casa

que contaba con una cancha de baloncesto donde se estaba disputando un partido. Ella

y yo nos sentamos en un banquillo frente a la cancha.

"Primero que todo " Empecé a decir luego de un momento de prolongado silencio, pero

ella no me dejó terminar.

"Sé que no hiciste nada con Alexa" Declaró tomándome por sorpresa "Nada

demasiado malo, al menos" Dijo con una mueca de disgusto.

"¿Cómo sabes?" Le pregunté, no por hacerla dudar, sino porque realmente quería

saber. ¿Alexa habría hablado con ella?

"Porque confío en ti" Respondió con simpleza pero pude notar como tragaba

saliva después de dejar salir esas palabras. "Confío en ti, Lauren. Sé que tú no me

engañarías."

"¿Eso significa que no estás celosa?" Continué sin poder creerlo.

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"Claro que estoy celosa. Joder Lauren, soy humana ¿Sabes? ¿Cómo mierda esperas que

reaccione si vengo a buscarte después de una puta discusión de mierda y me abre la

puerta tu jodida exnovia?" Habló exasperada.

"Vale, ya entendí." Murmuré, ganándome uno de sus suspiros.

"No quiero que hablemos sobre Alexa ahora ¿Bien?" Yo asentí "Quiero que hablemos

acerca de lo que pasó ayer." Dijo con preocupación en su rostro, para luego tomar

mis manos entre las suyas con suavidad. "Cometí un jodido error y... realmente no

quería lastimarte Lolo, tienes que saberlo."

"Lo sé Camz" Le aseguré "Te juro que yo ya estaba a unos minutos de ir contigo a la

mansión para que habláramos. No debí dejarte anoche, por favor perdóname." Hablé

para finalmente besar el dorso de sus manos.

"Lo de Austin y yo..." Empezó a decir ella y fue mi turno de interrumpirla.

"Sé por qué lo hiciste. Sé que querías demostrarle que él ya no tiene ningún control

sobre ti. Lo entiendo mi amor, para mí ya está olvidado." Hablé con firmeza. No quería

seguir perdiendo el tiempo en discusiones sin sentido.

"¿De verdad lo entiendes? ¿Cómo?" Me preguntó y yo le sonreí un poco incómoda.

"Anoche... yo, estuve hablando con Alex." Camila elevó una ceja "Te juro que yo no la

llamé, cuando llegué ella ya estaba ahí." Ella se quedó en silencio permitiéndome hablar.

"Me vio mal y me dijo que podía hablar con ella si quería y yo realmente lo necesitaba así

que lo hice. Le conté lo que ocurrió en la fiesta y... bueno, hablé de ti a detalle. Casi cada

cosa de nuestra relación y de lo mucho que te... que te quiero y cuanto significas para mí.

También sobre lo mucho que nos hemos esforzado para poder tener esta relación."

"Ve al grano Lauren..." Me pidió y yo presioné sus manos en respuesta.

"Le conté sobre, las primera vez que te vi con Austin y, algunas cosas que me habían
contado los chicos sobre tu relación con él, sobre todo después de que terminaron. Él...

405
siempre te besaba a la fuerza y tú... tú le tenías miedo. Yo te vi Camz, vi tu vulnerabilidad

esa primera vez que los vi juntos. Eso fue lo que me impulsó a apartarlo de ti, no podía

soportar que te hiciera daño." Camila me dio un suave beso en la mejilla y luego se

separó guardando silencio "Alexa me ayudó a llegar a la conclusión de que tú me dijiste la

verdad. Sólo le demostraste a ese idiota que él ya no significa nada en tu vida, la forma

en que él ejercía su control sobre ti... cuando te tomaba en contra de tu voluntad sin que

tú pudieras hacer algo... quedó hecha pedazos ayer, y todos lo vimos. Yo lo vi. Ya no

había miedo en tus ojos, ni debilidad, fuiste mil veces superior, sólo que no me di cuenta

porque fui egoísta y sólo pensé en mí, en mi dolor y mis celos. Perdóname mi amor" Le

pedí de nuevo "Perdóname por no entenderte, por alejarme y por dejarte sola."

"No tienes que pedirme perdón por nada Lauren, yo entendería si estuvieras enojada

conmigo." Fue su turno de hablar, sus manos habían acunado mi rostro y sus ojos

veían directamente los míos "Pero no quiero que desconfíes de mí nunca, amor. Tú

eres todo para mi, eres lo único que tengo Lolo, no quiero perderte." Siguió hablando

esta vez rozando su nariz con la mía, ambas cerramos los ojos y yo puse mis manos

sobre las suyas.

"No me vas a perder Camz, te quiero muchísimo ¿Entiendes? Jamás me perdonaría que

mis celos acabaran con lo que tenemos. No después de todo lo que hemos pasado." Le

dije con suavidad, casi en un susurro. Por primera vez desde la noche anterior era capaz

de notar el latido de mi corazón, parecía como si al dejar a Camila sola en la mansión ese

órgano simplemente se hubiera suspendido.

"Necesito besarte Lauren" Respondió ella "Necesito borrar con tus labios lo que pasó
anoche."

"Eso ya no existe amor. Te lo prometo... Pero te besaré de todas formas" Hablé

prácticamente sobre sus labios para luego terminar de unirlos y empezar a moverlos a un

ritmo lento y cadencioso en el que ambas colaborábamos como si fuéramos un solo ser.

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No pude evitarlo, lloré en medio del beso. Esa chica era más indispensable para mí de

lo que me gustaría reconocer. Ella también lloró.

"Te quiero Lauren" me dijo mientras abría lentamente sus ojitos marrones.

"Yo te quiero a ti Camz, mucho. No me gusta que peleemos." Ella se rió bajito después
de escucharme.

"Peleamos todo el tiempo" Me dio un beso corto en los labios "Peleamos desde que nos

conocimos. Me gusta pelear contigo porque... No sé, tú no dejaste que te intimidara en lo

absoluto y eso realmente me atrajo, aunque me molestaba al mismo tiempo, eres

irritante." Yo me reí también porque ella tenía razón.

"Y tú eres hermosa " Y le di un beso tal como ella lo hizo conmigo "En cuanto te vi me

temblaron las piernas." Confesé "Pero tu actitud de mierda me hizo enojar mucho, juro

que jamás imaginé que terminaríamos así ahora."

"Yo tampoco" Admitió ella "Pero no me arrepiento. Aunque peleamos mucho,

no cambiaría esto."

Los ojos de Camila viajaban de mis ojos a mis labios una y otra vez hasta que decidí

interrumpir su rutina con un beso. Quería recuperar las horas que habíamos perdido por el

idiota de Austin Mahone. Camz y yo nos separamos luego de que ella estirara mi labio

inferior entre sus dientes.

"Ahora sí, tenemos que hablar de Alexa" Formuló haciendo que mi corazón se

congelara "No me agrada que esté tan cerca de ti. ¿Qué se cree?"

"Mi amor, Alex es mi amiga." Le dije, porque era cierto. Alexa era mi amiga, siempre

lo sería.

"Puedes apelar a mi paciencia Lauren, lo juro, contigo puedo llegar a límites que no

conocía, pero... Ella necesita apartarse. No te voy a prohibir que la veas o que hables con

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ella o cosas por el estilo pero... Pasó la noche contigo ¿No?" Yo miré hacia

abajo guardando silencio.

"Dormimos juntas, en mi cama." Confesé. No quería guardarle ningún secreto. "Pero

no fue nada... tu sabes, romántico o sexual. Fue como... hacer una pijamada con tu

mejor amiga de la infancia." Traté de explicar. Camila suspiró sonoramente.

"A eso me refiero. Necesitan ponerse límites, Lauren. Son amigas, sí, joder lo entiendo

aunque no quisiera. Pero por muy amigas que sean, siguen siendo exnovias y yo quiero

que me respetes."

"Te respeto Camila. Te adoro cada segundo del día, pensé que te lo demostraba
lo suficiente." Le respondí consternada.

"Me refiero a que quiero que me des mi lugar. Hay cosas que solo yo debería poder hacer y

dormir contigo es una de ellas. Como tu novia debería de tener ciertos privilegios ¿No?"

"Los tienes" le aseguré "Tú eres la única chica para mí. Lo sabes."

"¿Y ella lo sabe? Si las sigues tratando de esa manera podrías confundirla o algo. Solo

quiero que entiendas que no puedes seguir tratándola de forma tan íntima." Continuó

con su punto "¿A ti te gustaría que yo durmiera con algún otro chico o chica con quien

sabes que tuve algo que ver?" Yo hice una mueca y fruncí el ceño.

"Por supuesto que no" dije casi como un reflejo.

"Bueno, ese es el punto Lauren. Y lo mismo va para cualquier otra de tus conquistas."

"¿Prometes no ser grosera con ella?" Le pregunté, supongo que en algún punto de su
discurso ella tenía razón.

"Prometo no ser grosera con ella si ella no se sigue metiendo de más contigo. Quiero

hacer lo mejor por nosotras amor, pero necesito tu ayuda. No puedo estar haciéndome

ideas por cada jodida mujer que ha habido en tu vida."

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Me parecía increíble que esa fuera mi Camila. Había progresado bastante debido a sus
terapias, era mucho más madura y segura y eso me hacía enamorarme más de ella.

"Es un trato entonces" Acepté.

"Por otra parte...." Empezó a decir y yo la miré extrañada.

"¿Qué pasa?"

"Entiendo tu reacción ayer con Austin." Me dijo "Yo misma lo abofeteé por ser un cretino,

pero, tú no puedes seguir actuando agresiva con él."

"No me pidas imposibles Camila" Hablé molesta, él se merecía lo que le hice y más.

"Escucha amor, Austin puede ser el mayor imbécil de la galaxia, pero es peligroso. Puede

hacerte daño y no quiero que te arriesgues a eso por estupideces como la de anoche."

"Camila..." Iba a reclamar, pero no me dejó.

"Es enserio Lauren." Habló con firmeza "Él es perfectamente capaz de acabar con tu

carrera. No puedes tirar todo a la basura sólo por arranques de celos que, como ves, tú

y yo podemos arreglar perfectamente. No te metas con él"

"¿Y qué? ¿Vamos a dejar que nos siga molestando siempre?" Pregunté, estaba harta

de ese tipo.

"Ya se cansará. Lo sé. Sólo se paciente, yo sé que puedes Lauren. Por favor."

¿Qué otra opción tenía? Camila tenía razón en lo que decía y yo no podía echar a perder
todo, sobre todo cuando mis hermanos dependían de mí.

"Está bien... dejaré al estúpido ese en paz. ¿Contenta?" Acepté a regañadientes.

"Estoy contenta porque tú y yo estamos bien" Me respondió terminando por acercarse

para darme otro beso, pero antes de que pudiera lograrlo mi estómago rugió llamando

la atención de ambas.

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"Volvamos a tu casa. Veamos si tu ex-noviecita esa se las arregla para caerme bien" Jugó

y yo asentí rápidamente, levantándome de mi asiento y entrelazando mi mano con la suya

para guiarla de vuelta a mi hogar. Nuestro hogar.

Narrador Omnisciente.

Austin Mahone se encontraba dentro de su gimnasio personal ejercitándose como

hacía cada mañana. Ahora hacía pesas a un ritmo frenético, estaba iracundo y

adolorido. Su orgullo y su entrepierna habían sido heridos profundamente.

"Estúpida zorra de mierda" dijo el chico entre dientes, su mandíbula apretada debido
al odio y al esfuerzo que hacía para sostener el peso en sus brazos.

"Cuida esos modales, Austin" dijo una voz a pocos metros de él.

El chico colocó la pesa sobre el soporte con sumo cuidado y luego se irguió para quedar

sentado en la plancha donde antes estaba acostado, privando a la chica que lo había

interrumpido de su bien marcado y sudoroso six-pack que sus buenas horas de

entrenamiento le habían costado.

"No estoy de humor, Sophie" escupió el chico con enfado, aunque eso no evitó que
echara un vistazo lujurioso a las largas piernas de la rubia frente a él.

"¿Tuviste una mala noche?" Preguntó ella burlona y él arrojó la toalla que estaba en su

cuello al piso.

"¿Tan pronto vuelan los chismes?" Escupió.

"No es ningún chisme cuando todo el mundo estuvo ahí para presenciar tu humillación

pública. La gran Lauren Jauregui lo volvió a hacer" dijo la chica con sarcasmo.

"¿Vas a seguir arrastrándote por esa perra? ¿Tú también vas a ser su putita igual que
Camila?" La bilis del Austin le quemaba la garganta.

"Lauren Jauregui no me interesa más que para vengarme de ella. Arruinó mi jodida vida"

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"¿Sólo por que tu papi ya no paga tus lujitos?" Fue el turno de Austin de burlarse "Gánate

la vida con tus manitas Sophie, podrías cobrar muy bien por lo que sabes hacer..."

"Mira quien lo dice." Habló la chica con sorna "Tú padre es el que te paga todo y si no te

han expulsado de la universidad por tus pésimas notas es porque tu tío es el director."

"Bueno ya" La paró él "¿Qué mierda haces aquí? Me estás haciendo perder el tiempo"

"Tengo información que puede ayudarnos a joderle la vida a Camila y Lauren..." El chico

la miró completamente interesado "¿Quieres escuchar?" Le preguntó con una sonrisa que

reflejaba toda su malicia.

Lauren y Camila habían superado otra prueba, pero la cuenta regresiva para que

se enfrentaran a la más grande de ellas había comenzado.

Capítulo 29

Camila's POV

Las cosas estaban bien.

Lauren y yo habíamos solucionado nuestros problemas y tanto ella como yo estábamos

haciendo lo posible por evitar hacer cosas que nos hicieran daño la una a la otra. Ella y

Alexa habían puesto distancia entre ellas y eso me hacía sentir más tranquila, aunque al

mismo tiempo, convivir con esa chica me provocaba un sentimiento de inferioridad con

relación a Lauren.

Alexa parecía saber todo lo que la complacía, desde preparar su comida favorita hasta sus

manías más extrañas. Como el hecho de que Lauren siempre se vestía empezando por el

lado izquierdo, si iba a ponerse los zapatos se ponía primero el izquierdo o si iba a usar una

chaqueta metía el brazo izquierdo antes que el derecho. Nadie sabía por qué. O también

sabía que cuando Lauren tenía una idea necesitaba inmediatamente escribirla o

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dibujarla en papel para no olvidarla, pero eso sí, tenían que ser hojas blancas porque las

líneas o los cuadros de los cuadernos la hacían perder la concentración. Yo había notado

que Lauren siempre llevaba un par de hojas blancas en el bolsillo de su pantalón o dentro

de su mochila de la universidad, pero nunca imaginé que fuera por eso, de hecho creía

que era por si se le ocurría escribir una nota para mí, como era su costumbre.

Era algo intimidante estar con ellas dos en el mismo lugar y escucharlas hablar la una de

la otra o contar sus aventuras de niñas y sus recuerdos compartidos. Yo no tenía eso

con Lauren y la realización de eso me hacía sentir una pésima novia.

Por todo lo demás, debía admitir que Alexa no era una mala persona, era divertida y lista

y detestaba eso porque una parte de mí, que me había obligado a reprimir cuando se

trataba de Lauren, estaba deseando odiarla con todas sus fuerzas y hacer todo lo posible

para separarla de mi chica.

Pero no podía hacerlo. Alexa no me daba motivos y esperaba que no me los diera.

En fin, por todo lo demás, las cosas estaban bien.

Lauren, Chris, Taylor y yo habíamos vuelto juntos a la mansión y cuando llegamos ya todo

estaba en perfectas condiciones. Todo limpio y acomodado en su lugar, no quedaba un

solo vestigio de la fiesta que se había llevado a cabo en ese lugar y que,

desgraciadamente, había puesto en peligro mi relación con la chica de ojos verdes.

Mi padre había vuelto de su viaje y no había tardado mucho en volver a encerrarse

dentro de su despacho, mientras que Lauren y yo disfrutábamos de nuestras cortas

vacaciones antes de que el siguiente semestre comenzara. Mis notas y las de ella habían

sido casi perfectas y ambas estábamos contentas por ello así que no teníamos

preocupación alguna.

Bueno, sólo una, cuidar que Taylor no se cayera a la piscina del jardín ya que ahora que

ya caminaba y corría mejor no había quien la parara de juguetear y andar de un lado a

otro en el patio o dentro de la mansión.

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Yo estaba considerando seriamente el empezar a hacer adaptaciones a la mansión para

que la seguridad de Taylor, ya saben, cosas como puertas en las escaleras, protectores

de goma para las esquinas de los muebles, seguros a prueba de niños y demás, pero

Lauren no me permitió hacerlo ya que decía que ellos no iban a quedarse en la mansión

para siempre y que en algún momento deberían volver a su casa.

Yo no quería pensar en eso, quería creer que ellos se quedarían conmigo para siempre.

Los adoraba a los tres y no quería tener que vivir sin ellos. La mansión sin los hermanos

Jauregui jamás volvería a ser lo mismo para mí. No podría soportar la soledad de nuevo si

ellos se fueran.

Por suerte, todo parecía indicar que faltaba mucho tiempo para que ellos se fueran, ya

que resulta que Martha había hablado con mi padre para que le pagaran un sueldo a

Chris. Él participaba en las labores de la casa tanto como su hermana, él se hacía cargo

de la cocina junto con Martha y también ayudaba en la jardinería cuando Taylor quería

corretear afuera. Además, lo había visto hacerle ojitos a una de las chicas del servicio por

lo que confiaba en que la estadía de los Jauregui en la mansión Cabello se extendiera.

Chris había saltado de alegría cuando recibió su primer pago y la sonrisa de Lauren

reflejaba total orgullo. Eran una hermosa familia y yo deseaba con todo mi corazón

formar parte de ella.

"¡Ila!" Gritó Taylor desde la piscina donde Lauren y Chris jugaban con ella dándole

vueltas en el agua. Yo estaba recostada tomando el sol a unos metros de la orilla.

"¡Wooow! ¡Eso es increíble TayTay!" Le dije a la niña quien levantaba sus bracitos

totalmente emocionada.

"Ila agua" Dijo la niña y yo me levanté de mi lugar para después dirigirme hacia ellos y

lanzarme a la piscina en un perfecto clavado. Una vez que salí a la superficie y apenas

estaba apartando los restos de agua de mi cara sentí que una poderosa ola cubría mi

rostro por completo. Me había entrado a los ojos.

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"¡Lauren!" Grité mientras ella y sus hermanos reían.

"Má, má, má" Repetía Taylor señalando a mi novia. Al parecer la menor de los Jauregui

era la única que estaba de mi lado y quería que la culpable de tan atroz crimen fuera

castigada. Así que lo hice.

Empecé a lanzar agua con fuerza en contra de Lauren mientras ella se cubría con sus

brazos y trataba de evitar que el líquido tocara sus ojos.

Era un hermoso día.

Al menos lo fue hasta que llegó la noche y recibí esa llamada.

Lauren estaba con Tay y Chris en los cuartos de servicio mientras que yo salía de

ducharme en el baño de mi habitación. Recién había terminado de ducharme cuando mi

teléfono sonó, fui a buscarlo sobre uno de los muebles y no pude reconocer el número,

sin embargo, aún así contesté.

"¿Hola?"

"Hey Mila. ¿Cómo va tu noche?" Solté un suspiro ni bien reconocí la voz.

¿En serio Austin? ¿Vas a molestarme incluso cuando estamos fuera del campus? ¿No

tienes algo mejor que hacer?" Le pregunté fastidiada.

"Relájate Camila..." Habló él "Tengo algo que proponerte."

"No me interesa nada que tengas que decirme, no vuelvas a llamarme." Espeté y
cuando estuve a punto de colgar, lo escuché decir algo que me heló los huesos.

"Sé perfectamente que Lauren no es lo que dice ser. Y si no quieres que la corra a

patadas de la universidad vas a hacer lo que yo digo." Pude imaginar perfectamente esa

sonrisa retorcida. La que ponía cada vez que decía algo que me hacía daño.

"¿Qué es lo que sabes?" Pregunté furiosa, apretando el teléfono en mi mano igual que mi

mandíbula.

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"Te lo diré... ¿Cómo te llama ella?... Ah si, Camz." Se burló y juro que quise matarlo

en ese instante.

"No te atrevas a llamarme así, dime qué mierda es lo que sabes." Volví a exigir y su risa

resonó por la bocina.

"Te lo diré, preciosa. Pero, para eso tenemos que vernos. ¿Qué te parece si mañana

vienes a mi casa? Como en los viejos tiempos."

"No pienso mover un solo dedo en tu dirección Austin." Gruñí, pero estaba nerviosa.

"Definitivamente lo harás Camila " Habló él con seguridad "Estarás aquí mañana por la

mañana si no quieres que tu adorada Lauren termine sus días igual o más miserable de

lo que ya es. Buenas noches."

Y me colgó.

"Hijo de puta" murmuré con los dientes apretados y luego lancé el teléfono contra la
pared.

"Wow..." Dijo Lauren desde la puerta "Qué agresiva... ¿Está todo bien?" Completó
acercándose a mí con ternura. "¿Con quién hablabas?"

"Era... uno de esos tipos de compañías telefónicas. Me revienta que no entiendan

cuando les dices que no estás interesada" Mentí rápidamente, no podía dejar que Lauren

se involucrara, las cosas podían empeorar si ella no lograba controlarse. Lauren rió ante

mi respuesta por lo que supuse que había sido creíble.

"Nena, debes controlar tu temperamento" dijo para luego dejar un beso en mi hombro
descubierto "Ellos sólo hacen su trabajo."

"Sí amor, tienes razón." Suspiré tratando de conservar la calma.

"El pobre idiota debe tener problemas con sus ventas..." Yo la miré confundida "Para tener

que seguir haciendo llamadas a esta hora... ¿No crees?"

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"Oh... Sí. Debe ser eso" Acepté nerviosa esperando que no descubriera mi mentira "Seré

más amable la próxima vez"

"Deberías. Una vez trabajé haciendo esas cosas. Es horrible cuando la gente no quiere

escucharte, te hablan mal o simplemente te cuelgan cuando recién los estás saludando."

Yo le sonreí con tristeza pero ella pareció no notarlo. "Siéntate amor, te cepillaré el cabello

¿Bien?"

Yo le obedecí. Me senté en el borde de la cama y ella se colocó detrás de mí,

desenredando mi cabello con sumo cuidado y cariño, como todo lo que hacía conmigo.

Dios, estaba tan preocupada por ella... Sabía que Austin no se quedaría con los brazos

cruzados pero no creí que fuera a enterarse de la condición económica de Lauren. Lo

habíamos mantenido perfectamente en secreto durante meses. ¿Cómo mierda lo supo?

"¿Te pasa algo, Camz?" Me preguntó de pronto, sacándome de mis pensamientos.

"No... ¿Por qué lo preguntas?" Le respondí sin voltear a verla.

"Estás tensa... nerviosa" Habló con suavidad mientras continuaba su trabajo en mis

hebras castañas "Además, te estás rascando las muñecas... Siempre haces eso

cuando algo te preocupa." Señaló y yo bajé la vista hacia mis manos. Tenía razón.

"Es sólo... es sólo que no podré ir con ustedes mañana" Le dije con suavidad. Habíamos

planeado ir de picnic con sus hermanos, Chris ya había preparado todo lo que llevaríamos

al día siguiente.

"¿Qué? ¿Por qué?" Me preguntó sorprendida levantándose de la cama para luego volver
a sentarse, esta vez frente a mí. Yo no quería mirarla a los ojos.

"Lo que pasa es... que... Dinah... Dinah tuvo un problema con su novio esta noche y...

quiere que la vea y hablemos de eso. Ella... estaba muy mal." Mentí. Tenía que saber

qué carajos estaba planeando Austin para luego pensar en qué hacer para detenerlo.

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"Oh..." Murmuró dejando el cepillo reposando en su regazo mientas hacía un pequeño

puchero, luego suspiró "Yo entiendo amor. De hecho, me alegra que te preocupes por tu

amiga. ¿Quieres que te acompañe? Podemos dejar el picnic para después." Ofreció.

"¡No!" Casi grité con los ojos muy abiertos, respiré profundamente y moderé el sonido de

mi voz "Chris ya preparó todo y... está muy entusiasmado. Ustedes disfrútenlo ¿Sí? Yo los

veré por la tarde ¿Está bien?"

"Está bien amor" Aceptó ella con una pequeña sonrisa en sus labios "¿Era por eso

que estabas tan nerviosa?" Yo asentí con la cabeza.

"Me sentía mal por... Ya sabes, no poder ir con ustedes. Hacía rato que lo estábamos
planeando."

"Bueno, no importa... Lo haremos luego ¿Vale?" Ella presionó con cariño una de mis

mejillas y luego depositó un beso ahí "¿A qué hora irás donde Dinah? Si quieres puedo

llevarte a su casa. Sólo tienes que decirme dónde es."

"No, no no... No te preocupes amor. La casa de Dinah queda en dirección contraria a la

reserva así que... Te alejarías mucho del camino. Me iré en taxi." Le respondí ahora

con más seguridad y ella aceptó.

"Muy bien amor, como quieras. Ahora..." Habló con suavidad y se acercó a mis labios

para tomarlos con los suyos. Yo apenas pude responder el beso. Mi mente estaba

demasiado ocupada con lo de Austin y mi corazón sentía tanta culpabilidad por el montón

de mentiras que acababa de decir que simplemente no podía disfrutar los besos de mi

novia.

"¿No estás de humor?" Me preguntó arqueando su ceja una vez que se apartó. Sabía a
lo que se refería. Nosotras siempre estábamos de ese humor. En especial yo.

"Estoy cansada... Taylor se ha convertido en un pequeño torbellino" Seguí mintiendo


pero ella lo creyó.

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"Sí, una vez que empieza no hay cómo pararla. Terminará rompiéndole la cadera a

Martha un día de estos" Se burló y yo me permití reír. "Hay que dormir ahora Camz

¿Si? Al menos quiero poder abrazarte toda la noche. Sólo quiero poder estar junto a ti."

Yo acepté, dándole un beso corto en los labios y luego juntas quitamos las sábanas de

mi cama y nos metimos debajo de ellas. Me acomodé de lado sobre el colchón y luego de

eso sentí como Lauren se acomodaba detrás de mí, pegando su cuerpo al mío,

envolviéndome con su calor y su cariño. Su brazo rodeando mi cintura de forma

protectora.

"Buenas noches Camz" Me susurró al oído después de apagar las luces.

"Buenas noches Lern Jergi." Le respondí.

[...]

No había dormido casi nada pero Lauren lo hizo como un bebé. Nunca me soltó y eso me

hacía sentir cierto temor. Quería tenerla así siempre conmigo y el miedo de que algo malo

pasara estaba creciendo dentro de mí haciendo que mi pecho se sintiera pesado y que

me costara trabajo respirar.

Había esperado hasta que Lauren y sus hermanos se marcharon en la camioneta para

finalmente salir de la mansión y tomar un taxi que me llevara a la residencia de Austin.

Necesitaba acabar con esto lo más pronto posible.

"Señorita Cabello" Me saludó una de las sirvientas de los Mahone "El joven Austin la está

esperando." Me dijo y yo asentí esperando a que me guiara donde estaba el estúpido de

mi exnovio.

Pronto estuve en el salón de juegos de Austin, una habitación diseñada exclusivamente

para que Austin pudiera ver películas y jugar videojuegos con la mayor calidad posible.

El sonido de las balas casi me reventaba los oídos pero en cuando Austin me vio sonrió

con soberbia y apagó todo, pidiendo a la sirvienta que nos dejara a solas.

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"Me alegra ver que tomaste la decisión correcta, Camila" Me dijo desde el sillón donde

estaba acostado, sin camiseta y vistiendo únicamente unos pantalones deportivos de

color girs, bastante holgados.

"Habla Austin, no tengo tu jodido tiempo." Espeté cruzada de brazos mientras recargaba
mi espalda en la puerta cerrada de la habitación.

"¿Por qué? ¿La perrita que tienes de chofer te está esperando afuera?" Me preguntó
con sorna y yo me acerqué a él enfadada.

"No te atrevas a hablar así de Lauren, Austin." Hablé con la mandíbula casi estática y muy
pero muy tensa.

"Yo hablo de ella como se me pegue la gana. No estás en posición de amenazarme

Mila" Me respondió poniéndose de pie frente a mí, era mucho más alto y fuerte que yo.

"Ya sé que Lauren es una miserable que no tiene en qué caerse muerta. Logró

engañarnos a todos ¿Eh? Debo admitir que al menos la machorra esa tiene porte." Yo lo

abofeteé al escuchar como hablaba de mi novia y él me tomó de las muñecas

lanzándome al sillón donde previamente él estuvo acostado. "No se te ocurra volver a

golpearme Camila Cabello porque te vas a arrepentir."

"¿Qué vas a hacer? ¿Eh? " Pregunté iracunda "¿Me vas a pegar?" Él se rió.

"Tú eres tan poca cosa Camila..." Empezó a decir inclinándose sobre mí, apartando un

mechón de mi cabello lentamente " Que no necesito tocarte para hacerte daño. En

cambio, una sola llamada y tu noviecita estará fuera de la universidad, rogando por un

trabajo mediocre igual que ella."

"Lauren es perfectamente capaz de encontrar un lugar en otra universidad. No es la única

del mundo. Yo puedo ayudarla" Dije. Ya había pensado mucho sobre ello y Lauren tenía

razón, no podíamos permitir que Austin nos siguiera molestando toda la vida.

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"No la aceptarán en otra universidad si fue expulsada de la nuestra. Te lo aseguro." Habló

rosando mis labios con su pulgar dejando su vista fija sobre ellos " Pero... si tú no me

obedeces, Mila. No sólo voy a acabar con la carrera de la lesbiana esa... Sé que está

cuidando a dos mocosos... Son sus hermanos ¿No?" Me preguntó sonriendo.

"No te metas con ellos. No se te ocurra hacerlo Austin."

"¿Cuánto tiempo crees que me tome enviar a una trabajadora social para que se

los quiten?" Me amenazó con su rostro peligrosamente cerca del mío. Su cuerpo

completamente sobre mí.

"Lauren demostró que puede cuidarlos. Ella tiene la custodia, no se los puedes

quitar." Traté de defenderme pero sus manos sujetaron mis brazos. Yo estaba

comenzando a sentirme realmente aterrada.

"El dinero lo puede todo Mila y a mí me sobra. Basta con que hable con las personas
correctas y tendrás a tu novia de rodillas llorando por sus hermanitos"

"Mi padre es abogado" respondí "Él no permitiría que hicieras eso, él me ayudaría a

mantener a Chris y Taylor con Lauren. Deja de decir idioteces y quítate de encima."

Continué tratando de empujarlo pero era inútil. Sentí su pecho moverse contra el

mío debido a la profunda risa que se escapaba por su garganta.

"Tu padre no hará una mierda ¿Sabes por qué? Porque mi padre y el tuyo están a punto

de cerrar un negocio millonario. A Alejandro no le conviene tener a mi papá de enemigo y

él lo sabe. No sería tan imbécil como para ayudar a una simple empleada como Lauren.

Tú sabes que tengo razón... Él ni siquiera haría eso por ti. No le importas en lo absoluto."

Tenía la mierda hasta el cuello. No había escape. Él sabía todo y él podía separar a
Lauren de sus hermanos si se lo proponía. No podía permitirlo, eso la haría pedazos.

"¿Qué quieres? ¿Qué mierda quieres para que nos dejes en paz?" Cedí y el sonrió
triunfante.

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"Anoche quería proponerte un trato y tú no quisiste escuchar ¿Estás interesada ahora?" Me

preguntó empujando su entrepierna contra mi pelvis. Sentí ganas de vomitar.

"Sólo dime que quieres Austin. Haré lo que sea"

"Yo te prometo, que voy a dejar en paz a la zorrita esa... No la expulsarán y no le van a

quitar hermanos, podrá seguir con su vida como si nada."Habló con falsa amabilidad

"Pero, a cambio... Tú tienes que romper su jodido corazón frente a toda la escuela. Vas a

humillarla como ustedes me humillaron a mí. Vas a hacerle creer que sólo jugaste con ella

y luego... Vas a decirle que has regresado conmigo. Ese es el trato."

"Ella nunca va a creer que yo volví contigo" Dije en un tono que denotaba que lo

que decía era una completa estupidez.

"Por eso tu trabajo es convencerla. No la vas a botar de un día para otro..." hablo con

obviedad "Vas a hacerlo lentamente, vas a jugar con su cabeza, la harás sospechar y

dudar de ti... Te vas a alejar de ella, le pondrás excusas para que no pasen tiempo juntas

y cuando se encuentren vas a oler a mí..." decía pasando su nariz por mi cuello y

presionando mis muñecas con más fuerza, haciéndome daño. "Y luego ella sabrá que la

engañaste conmigo todo el tiempo..."

"¿Y después? ¿Cuando ya haya hecho lo que me has pedido?" Pregunté. No todo podía

quedarse así.

"Vas a estar conmigo. Hasta que a mí se me antoje y vas a complacerme tal como yo te
lo ordene. "

"¿Por qué haces esto?" Le pregunté tratando de aguantar mis ganas de llorar, el asco que

sentía y el dolor de saber que tendría que ceder a lo que me pedía me estaban

destruyendo por dentro "¿Qué mierda te hice para que me hagas tan miserable?"

"Te sentiste superior a mi, Camila. Y no lo eres. Se te olvidó que quien manda soy yo."
Espetó con el ceño fruncido sin apartarse de mí ni un sólo centímetro "Te atreviste a

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rechazarme y a humillarme frente a todos comparándome con esa perra... Eso no te lo

voy a perdonar. Si todo esto está pasándote es por tu culpa." El rió con gracia "¿Sabes

que nos hubiéramos evitado todo esto si tú y Lauren se hubieran acostado conmigo?"

"Eso nunca pasará. NUNCA" Le dije casi escupiendo en su cara. Él volvió a sonreír.

"Por supuesto que no. No doy segundas oportunidades... De ella me voy a vengar por lo

que me hizo pasar y te voy a usar a ti para lograrlo. Mientras que tú..." Siguió hablando

volviendo a meter su rostro en mi cuello, su aliento caliente me golpeaba y pude sentir su

lengua en a extensión de mi piel. Quise patearlo pero él no me dejó hacerlo porque

aprovechó mi movimiento para acomodarse entre mis piernas... "Camila... cuando hayas

hecho polvo su corazón, tú y yo vamos a celebrar... Lo haremos tan bien como en los

viejos tiempos... te va a encantar." Susurró en mi oído y yo me quedé en silencio. Empecé

a llorar y él se levantó de mi cuerpo, poniéndose de pie, yo me abracé a mí misma.

"Por ahora te voy a dejar tranquila" dijo mientras me veía desde su lugar "Eres libre de

decidir lo que quieres hacer. Pero sabes que realmente no hay otra opción. No si no

quieres que haga pedazos la vida de esa chica."

"Te odio" Le dije finalmente. Realmente lo hacía. Lo odiaba con cada parte de mi alma.

"Me parece perfecto. Ódiame, ódiame tanto como quieras porque ese odio es el mismo

que Lauren va a sentir por ti cuando todo esto acabe. Y verte llorar mientras te recuerdo

que tú eres mía va a hacerlo todo más placentero para mí."

"¡Estás enfermo!" Le grité mientras me levantaba del sillón y me dirigía a la salida pero

antes de que pudiera irme él me tomó del brazo jalándome hacia él y plantándome un

beso en los labios. Quise golpearlo pero me contuve.

"Piensa bien lo que harás Camila..." me dijo ante de soltarme y yo salí corriendo de vuelta

a casa.

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Capítulo 30

Lauren's POV

Las cosas estaban mal.

Completamente.

No tenía la más mínima idea de lo que había sucedido.

Camila y yo habíamos pasado perfectamente bien la mayor parte de las vacaciones


pero, luego de unos días ella empezó a actuar raro.

Al principio era como si simplemente se sintiera incómoda en mi presencia, lo cual si me

preguntan ya era lo suficientemente malo, pero después ya no quería que la abrazara o

que durmiera con ella y cuando la besaba... Ella se quedaba estática y luego se

apartaba como si tocar mis labios con los suyos le causara dolor físico.

Estaba completamente frustrada porque, por más que intentaba averiguar lo que

sucedía con ella, Camila nunca me respondía. Siempre decía que no le pasaba nada,

que yo me estaba imaginando cosas. Pero su tacto había comenzado a ser frío y

distante y su mirada era evasiva con la mía.

Camila había pasado los últimos días, encerrada en su habitación casi todo el día. A

veces se metía a su piscina privada a nadar un rato pero no me dejaba estar ahí con ella.

Decía que quería estar sola. Yo sentía que la falta de tacto y cercanía entre ella y yo me

estaba asfixiando.

¿Me estaría castigando por abandonarla la noche de la fiesta? Tal vez sus celos por

Alexa habían regresado... Pero eso no era posible, Camila y yo lo habíamos hablado,

habíamos llegado a acuerdos, habíamos solucionado nuestros problemas y habíamos

pasado momentos perfectos y hermosos después de ello. Estábamos bien y... luego todo

cambió de repente.

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Pasé mucho tiempo sin dormir pensando en ello. Tratando de averiguar en qué

momento todo había empezado a decaer y llegué a una conclusión. La primera vez que

Camila comenzó a actuar raro, fue la tarde en que Chris, Taylor y yo volvimos de nuestro

día de picnic.

FLASHBACK

Taylor, Chris y yo pasamos la mañana en una reserva que poseía grandes áreas verdes,

lagos y juegos para niños. Había una pista para andar en bicicleta y también canchas de

futbol y baloncesto, así como también circuitos para practicar skate o patinaje.

Era un lugar asombroso al cuál habíamos planeado asistir desde hacía unas semanas

con Camila. Chris había preparado todo lo necesario para tener un delicioso picnic en

ese lugar la noche anterior para que no hubiera contratiempos a la hora de marcharnos.

Sin embargo, las cosas no fueron tan bien para mí como hubiera deseado ya que mi

novia no pudo ir con nosotros. Al parecer Dinah había tenido un problema personal que la

había dejado algo herida sentimentalmente y Camila había decidido ir a visitarla para

darle su apoyo.

Admito que al principio me sentí decepcionada. Tenía grandes planes para el picnic,

sobre todo porque, esperaba poder decirle a Camila por primera vez lo mucho que la

amaba. Había estado a punto de decírselo varias veces ya, pero siempre me reprimía

porque no quería asustarla. Quería que las cosas entre ella y yo siguieran avanzando

lentamente, a su ritmo, hacerla sentir segura.

Ya sabía yo lo mucho que le había costado dar el paso de formalizar nuestra relación

como para salir de pronto con una declaración tan fuerte como lo es un te amo. No quería

que Camz entrara en pánico. Pero, las últimas semanas todo parecía estar excelente y ya

no podía más. Necesitaba decirle lo que sentía, sin importar si ella me correspondía o no.

Yo confiaba en que ella llegaría a amarme igual en algún momento.

424
Sin embargo, por otro lado, me sentía orgullosa de Camila. Hacía unos meses ella no era

más que una niña ególatra que sólo se preocupaba por sí misma. Ahora demostraba ser

cálida y amable, dulce y bondadosa. Y se había dado el tiempo de visitar a una amiga que

estaba pasando por un mal momento. Me alegraba ver el gran cambio que Camila estaba

logrando a base de esfuerzo, dedicación y fuerza de voluntad.

En fin.

Mis hermanos y yo habíamos pasado una linda mañana, a pesar de que una pieza clave

para mi felicidad estaba ausente, pero su ausencia sólo había acrecentado mi necesidad

de verla. Puede que sólo hubieran sido unas horas sin ella pero yo realmente deseaba

verla, darle un abrazo, besarla... Camila era... mi felicidad. Así de simple y complejo.

"¿Camz?" Llamé a su puerta ni bien subí las escaleras, lo cual no me tomó mucho

tiempo porque lo hice casi a brincos. No obtuve respuesta así que abrí lentamente y

encontré su cuerpo recostado sobre el colchón de su cama. Sonreí sin poder evitarlo.

A pesar de que sólo tenía la imagen de su espalda, saber que estaba ahí me hacía sentir
tranquila y en casa.

Me acerqué con lentitud y me subí a la cama. Ella no hizo ningún movimiento, al parecer

estaba dormida. Me acomodé a su lado, recostándome sobre mi costado para pegar mi

cuerpo al suyo tal como nos gustaba a las dos y luego comencé a dar suaves besos en

sus hombros y a llamarla. Quería que se despertara para poder mirar esos hermosos ojos

color chocolate que me derretían por completo.

"Camz... mi amor..." La llamé y pude sentir como su cuerpo se movió un poco. Fue un

movimiento rápido y ligeramente brusco. Luego escuché un sollozo "¿Camz?" Dije su nombre

otra vez, ahora preocupada. ¿Estaba llorando? "¿Amor?" Volví a llamarla esta vez tomando

su hombro con un poco más de fuerza y apartándome un poco para que ella se colocara

sobre su espalda. Una vez que lo hizo pude ver como tapaba su rostro con sus manos. "¿Qué

pasa amor? ¿Qué tienes?" Le pregunté pero ella negaba y sólo hasta

425
que su rostro estuvo bien escondido en su pecho ella quitó sus manos para llevarlas a mi
espalda y aferrarse a mí en un abrazo.

"Te quiero... Te quiero Lauren, te quiero mucho." Me decía una y otra vez, mientras su
llanto aumentaba y yo sólo la consolaba como si de un bebé se tratase.

No entendía qué estaba sucediendo. No tenía idea de qué era lo que le había pasado

pero consideré que no era momento de hacer preguntas, ella sólo quería mi cariño y yo se

lo daría. Ya después me encargaría de averiguar qué le había pasado.

Por el momento sólo nos quedamos así, yo acariciándola con suavidad y ella repitiendo
entre sollozos lo mucho que me quería, hasta que se quedó dormida.

FIN DEL FLASHBACK

Al día siguiente después de eso, traté de averiguar qué había sucedido. Ella dijo que

su plática con Dinah la había puesto algo sensible y a mi sinceramente me enterneció

oír eso. No le tomé importancia porque Camila parecía estar bien, sólo que me

equivoqué. Camila no estaba bien.

Fue ese el primer día en que ella dejó de decir que me quería. Después de esa noche no

la había escuchado decirlo ni una sola vez, al menos no con el sentimiento. Era como.. si

sólo lo dijera por complacerme, por obligación. Como si le fastidiara tener que decirlo y

eso me dolía, pero creí que era porque yo estaba siendo demasiado cursi y dramática.

Que Camila no tenía que ser dulce conmigo todo el tiempo y que tal vez yo debía dejar de

ser así de melosa con ella si no quería que ella se aburriera de mí.

Quise convencerme de eso. Que todo eran ideas mías, pero las cosas
siguieron cambiando.

No podía quitarme de la cabeza sus "Por favor déjame dormir sola, hace calor." o "¿No

tienes que revisar la camioneta de mi papá?" o "Lauren, estoy cansada, vete de aquí

¿Quieres?”

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Y sus besos cortos y escuetos lo hacían todo peor. Sobre todo cuando después de

darme uno ella simplemente se perdía mirando su teléfono y sonreía. Ya ni siquiera

recordaba cuando había sido la última vez que me miró a mí y me sonrió. Ya ni siquiera

podía recordar la última vez que realmente me miró.

"Mierda" murmuré mientras pulía por quinta vez el porsche de Camila. Eso era lo único

que tenía que hacer. Mi novia no tenía ganas de estar conmigo y yo no estaba de

humor para jugar con Chris y Taylor. Era como si toda la parte positiva de mí se hubiera

esfumado por completo. Me sentía fatal, perdida.

¿Qué haces cuando sientes que estás perdiendo a la chica que amas pero ni siquiera

sabes por qué? ¿Qué haces cuando la tienes a unos metros de ti pero el hecho de

que ella no te deje acercarte te da la sensación de estar en galaxias distintas?

Entonces la vi pasar.

Salió por la puerta principal de la casa. Usaba un vestido corto, ceñido en la parte de

arriba pero con una falda muy reveladora y que el viento levantaba con facilidad.

Perfectamente maquillada, con su cabello deslumbrante y un par de tacones haciéndola

lucir más alta y sexy. Me hirvió la sangre de celos por tan solo pensar que alguien en la

calle pudiera verla así.

Corrí hacia ella.

"¿A dónde vas?" Le pregunté cuando la alcancé tomándola del brazo. Ella había

rechazado mis invitaciones a salir poniendo de excusa que, yo no podía gastar en citas

con ella porque tenía que ahorrar dinero para mí y mis hermanos. Pero al parecer, si

podía salir con otras personas.

"No te necesito Lauren, tomaré un taxi." Me respondió acomodándose las gafas de sol

sobre la cabeza.

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"No te estoy preguntando como tu chofer Camila, lo hago como tu novia." Le

contesté enfadada apretando más mi agarre en su brazo.

"¿Quieres callarte?" Me dio una orden disfrazada de pregunta "Alguien puede oírte."

"¿Y qué?" Espeté "Me vale si la gente me oye, tú eres mi novia y parece que se te está

olvidando." Hablé queriendo gritar. La tensión de las últimas semanas me estaba

haciendo llegar a mi límite.

"No se me olvida Lauren, sólo que no quiero que la gente lo sepa." Dijo ella zafando su
brazo de mi mano.

"¿A dónde mierda vas Camila?" Le volví a preguntar.

"No te importa Lauren. Tú no eres nadie para pedirme explicaciones." Gruñó ella y yo
me pasé las manos por el cabello completamente frustrada.

"¿Con quién vas esta vez? ¿Eh?" La ataqué acercándome a ella colocando mis manos

en sus hombros "¿Con Normani? o ¿Tal vez con Dinah?" Mi respiración se agitaba y mi

nariz resoplaba con violencia "He hablado con ellas ¿Sabes? Ninguna te ha visto desde

el último día de clases."

Era verdad. Mi desesperación había llegado a tal grado que le había hablado a las amigas

de Camila para preguntarles por ella. Sobre todo a Dinah, quería saber qué diablos pasó

esa mañana para que mi novia hubiera estado llorando... Dinah me dijo que ellas jamás

estuvieron juntas y que ella y su novio estaban perfectamente bien.

"¡¿Qué diablos te pasa Jauregui?!" Me gritó "¿Quién te crees para investigarme?"


Preguntó empujándome.

"¡¿INVESTIGARTE?!" Esta vez fui yo quien levantó la voz "¡Estoy preocupada por ti,

carajo! Lo único que haces es mentirme y largarte quien sabe con quien." La ira y el dolor

crecían incontrolables dentro de mí.

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"¡A ti no te importa con quién esté! ¡Es mi vida y es mi problema!" Me respondió y yo la

tomé del rostro y la besé a la fuerza. Ella empezó a golpearme el pecho y a empujarme

hasta que logró que me apartara. Luego se limpió los labios con el brazo, como si le diera

asco. "No se te ocurra volver a hacer eso."

Yo comencé a llorar. No podía creer que había caído tan bajo como para tomar un beso

de Camila de esa forma tan grotesca.

"Camila... ¿Qué te pasa?" Le pregunté sintiendo mi rostro arder y las lágrimas correr por

mis mejillas. Me sentía completamente derrotada, hecha polvo. "¿Quién eres tú?" Ella

definitivamente no era la chica de la que me enamoré. "¿Sientes vergüenza de mi?" Le

pregunté "¿Acaso ya todo el mundo sabe que soy pobre y por eso no quieres que salga

contigo?"

Camila rodó los ojos hiriéndome profundamente.

"Por favor no, Lauren" Me dijo apartando la vista "Deja de hacerte la víctima, no tengo
tiempo para estos numeritos. Me tengo que ir."

Y eso fue lo que hizo. Se largó dejándome ahí hecha mierda.

Pasaba las horas sola, ahogándome entre mis pensamientos y las ideas que

empezaban a crecer dentro de mí. ¿Y si había conocido a alguien más? ¿Alguien que

estuviese a su altura y pudiera darle todo lo que yo no? ¿Y si era a esa persona a quien

le sonreía cuando escribía en su teléfono?

Odiaba la sonrisa de Camila.

Esa que tenía en el rostro cuando regresaba de sus salidas con amigas. Esa sonrisa no la

provocaba yo... Alguien más la estaba poniendo ahí y esa idea me estaba haciendo

pedazos el alma.

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Mi Camila probablemente ya no era mía y no me gustaba para nada la persona en la

que se estaba convirtiendo ahora porque me llenaba de miedo el pensar que no pudiera

recuperar nunca a mi novia. Mi Camz.

Camila's POV

Tomé un taxi lo más rápido que pude y me puse a llorar ni bien terminé de decirle al

chofer a dónde quería que me llevara.

Tener que tratar de esa forma a Lauren me destrozaba. Escucharla llorar todas las

noches me destruía por completo. Cada vez que la corría de mi habitación, ella se

encerraba en la suya y lloraba amargamente igual que yo lo hacía sentada en el piso

al otro lado de su puerta.

No hay nada más doloroso que ver al amor de tu vida completamente hecha trizas por tu

culpa.

Austin estaba logrando lo que quería. Nos estaba destrozando a las dos y yo no

podía saber quién sufría más, si ella porque no tenía idea de lo que pasaba o yo por

saberlo todo y no poder hacer nada para detenerlo.

Le estaba arrancando las alas a Lauren de la forma más dolorosa y las dos estábamos
cayendo en picada, sólo que hacia sitios distintos. En caminos diferentes.

Austin sonrió desde la sala de su mansión al verme atravesar la puerta de la entrada.

Silbó para mí y me aplaudió pausadamente.

"Me encanta como te queda ese vestido" dijo halagándome "Te hace un culo perfecto...
No tienes idea de cómo me pones."

"Cállate, Austin." Dije secamente mirándolo con todo el odio de mi corazón. El tomó un
vaso de whisky que estaba en la mesa de centro y le dio un trago.

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"¿Cómo van las cosas? ¿Qué cuenta nuestra adorada Lauren?" Me preguntó burlón,

yo quería matarlo. Pero solo suspiré.

"Estoy haciendo las cosas tal como dijiste. Ella... desconfía de mí. Sabe que no he estado

viendo a Dinah y Normani como le dije... Está enfadada y está herida..." Le informé y

sentí ganas de partirme en llanto otra vez sólo de recordar a Lauren de rodillas

preguntando qué estaba pasando conmigo.

"Perfecto" Dijo él lamiéndose los labios "Me alegra saber que todo está yendo bien y que

estás siendo la gatita obediente que quería que fueras."

"Me das asco" Le dije y era verdad, pero también era verdad que yo misma me daba asco
por hacerle todo eso a Lauren. La sonrisa de Austin era indeleble.

"Dejaré de darte asco pronto... Cuando vuelvas a ser mía y no puedas hacer más
que rogar por más." Habló con seguridad. Yo lo miré con total repudio.

"Eso no va a pasar. No hay forma de que logres eso Austin, te detesto tanto como amo a

Lauren." Le respondí. "Tú tendrás que vivir con eso. Cuando consigas lo que quieres vas

a tener en mente que yo siempre voy a estar pensando en ella."

"Me importa una mierda si piensas en ella. Yo nunca te he querido, sólo quiero cogerte
para que recuerdes quien manda." Dijo él completamente molesto.

"Eres patético. Me das lástima, no eres más que un pobre imbécil que tiene que hacer

miserables a los demás para sentirse mejor entre la mierda en la que está hundido." Dije

con puro veneno y él se levantó de su asiento completamente furioso. Me dio una

cachetada que hizo mi rostro girar y luego me empujó contra la pared.

"Cállate Camila" me ordenó, yo lo miré desafiante "Estoy tratándote bien, no hagas que te

lastime. No hagas que rompa mi promesa de no tocarte hasta que hayamos llegado al

punto culminante del plan."

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"No me interesa si lo haces ahora" Le dije derrotada porque sabía que no podía dejar de

obedecerlo, tenía que cuidar a Lauren y sus hermanos de él. "No puedes hacerme más

daño de lo que ya lo has hecho."

"No me retes..." Me dijo sonriendo "Me estoy guardando porque sé que será

espectacular estar follándote mientras lloras por haber humillado a tu amada Lauren."

Habló mientras presionaba mi mandíbula entre sus dedos. "Me muero de ganas ya...

Mira cómo estoy." Continuó, esta vez llevando mi mano a su entrepierna, pude sentir su

erección contra mi palma y me dieron arcadas. "Imagina cómo voy a estar cuando por fin

vea a esa perra revolcándose de dolor al saber que estás conmigo...."

Yo no respondí, contuve mis ganas de escupirle en la cara y de molerle el miembro tal

como la había hecho Lauren el día de la fiesta. No podía seguir dándole motivos para

que pusiera a trabajar esa mente enferma y retorcida. Sólo podía hacer las cosas lo

mejor posible para que todo terminara pronto y Lauren pudiera seguir con su vida sin mí.

"¿Cuando lo haremos?" Pregunté con frialdad.

"¿Tú también estás ansiosa?" Preguntó elevando su ceja, completamente divertido

"¿Tanto me quieres de vuelta?" Yo sólo rodé mis ojos, estaba cansada de pelear contra

la inconmensurable estupidez de Austin. El rió sonoramente. "Lo haremos pronto

preciosa, en cuanto se reanuden las clases. Luego de eso Lauren será libre"

"Espero que cumplas tu parte del trato Mahone..." Murmuré.

"Lo haré, preciosa. Soy un caballero." Dijo con burla y yo lo aparté bruscamente de mí. No

sabía cuánto tiempo más podría soportar.

Habían pasado sólo algunos días pero cada uno era peor que el anterior. Me sentía

asquerosa, me sentía sucia, usada y sabía que todo empeoraría para mí una vez que

terminara mi relación con Lauren. No sólo perdería a la chica que amaba, sino que

también tendría que ceder a repugnantes deseos de Austin.

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Lauren no lo sabía, pero había vuelto a mis antiguos hábitos. Había abandonado la

terapia y las botellas de alcohol regresaron a sus escondites en mi habitación igual que

mis rodillas al piso del baño para vomitar. Eran las únicas cosas que me hacían

escapar de lo que estaba pasando.

Le había fallado a mi ángel de todas las formas en las que podía hacerlo, pero para

ser sincera, si era para protegerla, para cuidar de ella y de Chris y Taylor, que eran mi

familia... Lo haría todo de nuevo. Sólo por ellos.

Pronto ellos podrían seguir con sus vidas, mantenerse unidos y... quizás, con el tiempo

Lauren podría conocer a una chica que no le causara tantos problemas como yo. Que

valiera más que yo, que fuera perfecta para ella y pudiera hacerla feliz. Quizás Alexa

podría cumplir con ese papel... Me sentiría tranquila si fuera ella.

Me sentiría feliz si Lauren también lo era, yo sonreiría siempre por ella, porque había sido

ella quien me enseñó a hacerlo y sabía perfectamente que yo siempre sería suya, aunque

tuviera que fingir ser una persona que no era, aunque tuviera que convertirme en la peor

versión de mí frente a todo el mundo... A puerta cerrada siempre le pertenecería, siempre

sería su Camz.

Siempre.

433
Capítulo 31

Camila's POV

Había llegado el día.

El momento en que tendría que romper en pedazos el corazón de la mujer más hermosa

del mundo, el mismo en que le clavaría una estaca en su alma dulce y transparente,

llenándola de veneno tal como yo misma me estaba consumiendo.

Sabía que Lauren jamás me perdonaría, pero tenía que hacerlo por ella, por sus

hermanos. Jamás me perdonaría que por ser egoísta y continuar con ella su familia

volviera a fracturarse. Ellos tres ya habían tenido que soportar la pérdida de sus padres,

yo simplemente no me podía permitir el que volvieran a sufrir algo similar. En cambio,

sabía que Lauren era fuerte, que ella podría sobreponerse a todo y que me superaría. Ella

aprendería a vivir sin mí, quizás del odio sacaría la fuerza para seguir adelante, eso era lo

único que me importaba, que ella continuara con su vida y fuera feliz.

No había podido dormir absolutamente nada la noche anterior. No podía dejar de desear

correr a su habitación y lanzarme en sus brazos y no soltarla jamás. Necesitaba decirle

que la amaba, pero no podía hacerlo. No cuando al día siguiente iba a tratarla como la

peor basura... No podía darle motivos para que confiara en mí, tenía que fingir, por su

bien, por le de Chris y Taylor, aunque eso terminara acabando conmigo. La amaba tanto

que daría mi vida de ser necesario. Haría cualquier cosa por su bienestar y

desgraciadamente, aunque quizás ella nunca pudiera entenderlo, lo que estaba a punto

de hacer era por ella.

"¿Lista?" Me preguntó Austin interceptándome en uno de los pasillos. Yo sólo asentí con

la cabeza y él se marchó con una sonrisa en su rostro. Era la hora del almuerzo.

Esa mañana cuando Lauren y yo hicimos el camino hacia el campus... Ella no me dirigió la

palabra en absoluto, no me abrió la puerta del auto, ni me miró de reojo, tampoco

434
encendimos la radio. Era como si ese día en específico, ella también pudiera sentir que

todo entre nosotras estaba a punto de derrumbarse, protegiéndose en su lejanía sin

saber que el muro que construía entre las dos estaba tapizado de espinas que nos herían

a ambas.

Hice mi camino con lentitud hacia el comedor donde siempre nos sentábamos. Por más

que sabía que lo mejor era acabar con todo lo más rápido posible, mis piernas y mi

corazón parecían no querer entenderlo porque se rehusaban a avanzar con mayor

velocidad y mis dedos traidores se aferraban al barandal de la escalera casi rogando que

me quedara ahí. Los ojos me ardían por el llanto que amenazaba con escaparse mucho

antes de lo planeado, porque mis lágrimas conocían perfectamente mi destino y la sola

idea las hacía querer lanzarse y abandonarme antes de que lo peor sucediera. Mi

mandíbula temblaba presa del terror y mi estómago se retorcía en mi interior haciendo

que casi tuviera que arrodillarme ante el dolor.

¿Cómo puedes hacer algo que todo tu cuerpo y tu alma se rehusan a hacer?

Sólo lo logras cuando estas luchando por algo que vale la pena.

Lauren valía la pena.

Su familia valía la pena.

Yo no era absolutamente nada. Ella podría superarme y yo me quedaría hundida en la

miseria que me merecía por haber vivido una vida llena de superficialidad, egolatría y

soberbia, donde la única persona que importaba era yo y poco o nada me importaba lo

que le ocurriera a los demás.

¿Cuántas veces no había sido yo quien se había encargado de acabar con la carrera

de alguien? Sólo por ser personas que no querían complacer mis deseos o caprichos.

Incluso le había dado la espalda a Ally cuando ella me necesitaba y la había humillado

frente a todos, tal como haría ahora con Lauren.

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Lauren había tenido razón en detestarme cuando se enteró de lo de Ally. Yo era una

porquería de ser humano y ahora tendría que que pagar por todo lo malo que había hecho en

mi vida. Quizás quedarme con Austin era realmente mi castigo y yo debía aceptarlo. No había

vuelta atrás. No había forma de remediarlo. Ahora sólo podía hacer lo mejor para Lauren, para

que sus alas sanaran y pudiera volar alto y fuerte como solo ella podía.

Tome una profunda respiración para calmarme y luego de eso continué mi camino hacia

el lugar indicado. Todos estaban ahí. Mis amigos cercanos y muchos alumnos del campus

que serían testigos del dolor de Lauren.

Llegué a la mesa de siempre y ahí estaban Normani, Dinah, Troy y Luis, como siempre,

Lauren aún no llegaba, tal como debía ser. Tomé mi asiento en silencio y dejé mi cosas

sobre la mesa mientras los chicos hablaban de lo que habían hecho durante los últimos

días. Yo no prestaba atención en lo absoluto, mi corazón latía rápida y dolorosamente,

presintiendo el momento del fatídico encuentro con Lauren.

Cerré los ojos con fuerza, recargando mi frente en mis brazos cruzados en el borde de

la mesa, quería convencerme de que todo era una pesadilla, respiré profundamente,

una, dos, tres veces, comenzaba a calmarme y entonces alguien interrumpió mi fallido

intento por conservar la calma.

Era Lauren, pude sentir su aroma ni bien había tocado mi espalda con
suavidad, queriendo llamar mi atención. Era el momento. No había otro camino.

"¿Qué quieres?" Pregunté con fingido y convincente fastidio, ganándome la mirada


sorprendida de los chicos y una casi imperceptible mueca de dolor por parte de Lauren.

"Vine a almorzar contigo, como siempre. ¿O es que ya ni siquiera eso puedo hacer?"

Me preguntó herida, con su ceño fruncido. Yo me quedé callada pero en cuanto dejó su

mochila sobre la mesa la tomé con mi mano como si de una bolsa de basura se tratara y

la arrojé al suelo.

"¿Camila?" Preguntó Normani impactada.

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"¿Qué demonios te pasa?" Habló Lauren enfadada.

"Lo siento, pero no te puedes sentar aquí" Le dije en un tono que denotaba un falso
remordimiento "Estamos esperando a alguien más." Lauren rió con ironía.

"¿Ah si? ¿A quién?" Espetó ella y entonces el hijo de puta que había causado todo esto
apareció.

"A mí, por supuesto." Dijo con total seguridad, acomodándose detrás de mí con sus

manos bien puestas en mis hombros y una sonrisa de campeón pintada en su rostro.

"¿Qué mierda haces aquí Mahone?" Preguntó Luis enfadado.

"Lárgate antes de que te echemos a golpes." Añadió Troy en un gruñido. Lauren sólo

miraba a Austin con el ceño fruncido, su frente tenía pronunciadas arrugas debido a la

tensión de su rostro y casi podía jurar que escuchaba sus dientes rechinar. Austin sólo

rodó los ojos al escucharlos.

"Soy el invitado de Mila, ella me quiere aquí." Atinó a decir Austin y yo sentí que mi

cuerpo temblaba cuando recibí la atención de Lauren.

"¿Es verdad?" Preguntó Lauren desviando su mirada hacia mí.

"Sí" dije con simpleza "Austin viene conmigo."

Normani y Dinah abrieron sus bocas formando dos perfectos círculos mientras que Luis y

Troy observaban todo sin entender. Lauren... Lauren tenía una expresión indescriptible.

Dolor, odio y tristeza a partes iguales.

"¡¿De qué mierda se trata esto Camila?!" Me gritó jalándome del brazo y a pesar de la

rudeza y la velocidad de su acción, pude alcanzar a ver perfectamente cómo sus ojos

se cristalizaban.

"No la toques" Habló Austin casi creyéndose él mismo su papel de héroe y tomó el brazo
de Lauren apartándolo de mí de un sólo movimiento.

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"¡Tú no te metas en esto!" Gritó Lauren aún con más fuerza, la mirada de todos estaba

puesta sobre nosotros. "¡Aléjate de mi novia!" Rugió con furia y Austin empezó a reír a

carcajadas.

"¿Tú novia?" Preguntó Austin con burla "Camila nunca ha sido nada tuyo. ¿Escuchaste?

Nada más que tu jefa. Es lo máximo a lo que una muerta de hambre como tú puede

aspirar." Escupió con desprecio y juro que Lauren estuvo a punto de lanzarle un golpe en

el rostro pero su mirada se encontró con la mía y se detuvo.

"¿Qué está pasando Camz?" Su pregunta fue una súplica que hizo que cada centímetro de

mi piel se estremeciera de pena. Sabía que no sólo se refería a lo que estaba pasando en ese

momento, sino a mi cambio de comportamiento, mi lejanía y mis desprecios.

"Ya escuchaste a Austin" le dije tragándome todo el dolor de mi corazón "¿O necesitas

que te lo repita porque eres demasiado estúpida para entenderlo?" Todo el mundo se

había quedado en silencio. Lauren me miraba completamente destrozada, sin poder

creer la forma en la que le estaba hablando.

"Camz..." Murmuró y yo la interrumpí. Necesitaba acabar con todo. No podía prolongar

más su sufrimiento. Además no sabía cuanto más podría aguantar yo sin romper en

llanto.

"Camz, Camz" repetí imitándola de forma ridícula "Me tienes harta con tus niñerías

Lauren. Estoy aburrida de ti, ya. Se acabó ¿Entiendes?" Le dije levantándome de mi

asiento. Austin me abrazó por la cintura.

"Aléjate de ella..." Murmuró Lauren con odio. Austin iba a decir algo pero yo lo detuve.

No iba a permitir que la insultara, aunque yo estuviera haciéndole daño era por su bien,

pero sabía que Austin la trataría mal con el único objetivo de humillarla más y yo no

podía permitirlo.

"Tú no tienes derecho a decirle nada."Le dije a Lauren "Ni siquiera deberías estar

dirigiéndonos la palabra. No eres más que mi empleada así que obedece." Lauren se

438
mordió el labio al escucharme. Sus puños estaban cerrados con fuerza y su mirada

estaba clavada en el piso.

"¿De qué mierda estás hablando Camila?" dijo Dinah esta vez.

"Lo que oíste DJ. Lauren no es más que mi chofer. No es la chica millonaria que les

hicimos creer que era" Un coro de expresiones de sorpresa se escuchó en todo el

comedor "Admito que no me enorgullece haberme metido con alguien tan inferior a

mí, pero necesitaba en qué ocupar mi tiempo antes de volver con Austin."

Lauren levantó su cabeza en cuanto me escuchó decir lo último.

"¿Qué?" Apenas fue capaz de pronunciar, sus mejillas y su frente estaban rojas mientras
que sus ojos se inundaban en lágrimas. "Eso no puede ser cierto."

"Camila..." Murmuró Normani y yo la ignoré.

"¿Qué? ¿De verdad te creíste que lo nuestro era en serio?" Me burlé de ella, clavando

con cada mentira una estaca en mi propio corazón "¡Por favor Lauren! Tú no eres nada

para mí, jamás estarás a mi altura y mucho menos a la de Austin... Él es con quien una

chica como yo merece estar"

Lo último lo dije mirando a Austin, quien sonreía para mí mientras se aferraba a mi

cintura. Luego me besó. Me besó de forma brusca, metiendo su lengua de una sola vez

en mi boca. Yo tuve que soportar el asco y responderle el beso e incluso acercarlo más a

mí. Hasta que alguien lo arrancó de forma violenta de mi lado.

"¡¡TE DIJE QUE NO LA TOCARAS!!" Gritó Lauren que estaba encima de Austin

propinándole unos buenos golpes en la cara. Era lo mínimo que él se merecía pero no

podía dejar que lo golpeara. En primer lugar porque debía mantener mi papel de chica

idiota perdida por Austin Mahone y en segundo porque no podía dejar que Lauren le

diera más motivos para que le quitara a sus hermanos.

439
"¡Lauren déjalo!" Grité echándome sobre ella para apartarla, una vez que lo logré la

empujé lejos, entonces me arrodillé junto a Austin "¿Estás bien?" Le pregunté. Me

importaba un carajo como estuviera.

"Esa perra me las va a pagar" Habló escupiendo sangre. Yo le dediqué una


mirada fulminante que sólo él pudo notar.

"No lo hagas amor" Hablé con falsa dulzura "Lauren no vale la pena."

Austin asintió entendiendo lo que quiso decir y se empezó a incorporar con mi

ayuda. Cuando miré a Lauren, ella tenía a Ally, Normani, Dinah, Luis y Troy detrás

de ella, dándole todo su apoyo.

"¿Me usaste?" Preguntó Lauren con lágrimas en los ojos pero su voz sonó fuerte y clara.

No titubeó en lo absoluto.

"Claro que lo hice" sonreí con sorna "¿Para qué más iba a quererte?"

"¿Nunca me quisiste?" Siguió interrogando en el mismo tono. Yo no quería

responder esas preguntas.

"Esto es ridículo Lauren, sólo supéralo." Dije tratando de hacer que dejara de preguntar
pero ella se enfadó.

"¡Responde la puta pregunta!" Gritó echándose hacia adelante, mientras Luis y Troy la

sostenían por los brazos.

"No Lauren. Nunca te quise ¿Contenta?" Ya no aguantaba más. Necesitaba correr,

necesitaba encerrarme a llorar. Las mentiras me estaban ahogando "Escúchame bien

porque no pienso repetirlo. Tú no eres nadie para mí, no vales nada. Me divertí un rato

contigo pero eso fue todo... Jamás me servirías para nada más que un buen sexo y ya.

Eres una becada de mierda que debería sentirse afortunada de haber podido pasar un

rato conmigo. Piensa en eso y da gracias Jauregui porque jamás en tu vida vas a volver

a tener una oportunidad así."

440
Lauren me miró a los ojos todo el tiempo, era como si estuviera viendo cada uno de los

espacios de mi alma con ese par de esmeraldas verdes y no sabía si había logrado

convencerla, hasta que habló.

"Muy bien, señorita Cabello..." Habló con voz fría y distante "Espero que el juego le
haya resultado divertido y que sea feliz con el pedazo de mierda que tiene como novio...

Aunque supongo que no le molesta ¿Cierto? A fin de cuentas están hechos de lo mismo

ambos. Son el uno para el otro..." Dijo finalmente para soltarse del agarre de los chicos y

marcharse del lugar. Troy y Luis la siguieron de inmediato igual que Ally mientras que

Normani se quedó estática sin saber hacia dónde ir y Dinah se dirigía hacia mí. Creí que

iba a preguntarme por lo que había sucedido pero lo que recibí fue una fuerte bofetada

que tenía más que merecida.

"Eres un asco, Camila. Ojalá te pudras entre todo tu dinero y tu soberbia." Me dijo para

finalmente irse por donde lo habían hecho los demás llevándose a Normani con ella.

Todo había terminado.

"Vamos a la enfermería" Le dije a Austin, que no dejaba de sangrar pero aún así sonreía.

Necesitaba irme de ahí. No podía soportar un segundo más.

Lauren's POV

"Mierda" murmuraba mientras corría. Las putas lágrimas no me dejaban ver un carajo y

yo necesitaba irme. Necesitaba estar lejos. Necesitaba morirme en ese momento si fuera

posible.

"Mierda, mierda, mierda" Seguía diciendo. Todo era una jodida mierda.

Llegué al estacionamiento y me subí al porsche de Camila, no quería tener que usarlo

pero mi necesidad de huir era mucho más fuerte que mi orgullo. Mi orgullo a decir

verdad estaba hecho pedazos, aunque no tanto como mi corazón.

441
Camila me había usado. Tal como Ally dijo que lo haría, sólo le serví por un rato y ahora

me había desechado como un trapo viejo.

"Mierda" había sido tan ilusa. Tenía que largarme, tenía que alejarme de Camila por

completo, tenía que salir de esa jodida mansión de mierda, sacar a mis hermanos de ahí y

volver a nuestra casa, a nuestra vida de siempre donde éramos felices.

Porque yo era feliz antes de conocer a Camila... ¿Verdad? Yo era feliz...

"¡Una mierda!" grité acelerando. Por supuesto que no era feliz. Estaba bien, si, pero la

felicidad la había conocido cuando Camila estaba conmigo. Cuando me abrazaba y me

besaba y se aferraba a mí como si no existiese nada más. ¿Por qué me había engañado?

¿Por qué tuvo que ser tan jodidamente cruel conmigo?

Frené. Necesitaba detenerme un momento. Necesitaba calmarme. Necesitaba llorar.

"¿Por qué, Camila?" Pregunté al aire. "¿Por qué me hiciste esto?" Seguí preguntando sin

conseguir respuesta alguna. Estaba sola. Nunca me había sentido tan sola, tan perdida

o tan incompleta. Camila me había arrancado todo.

Me quedé ahí, en medio de una solitaria carretera y lloré. Lloré fuerte y sin retener

ningún sollozo porque a fin de cuentas no había nadie ahí que me escuchara, que se

burlara de mí o me consolara. Estaba sola.

Me quedé ahí un buen rato, temblando en el asiento, mis manos tomando el volante

con fuerza hasta que mis nudillos se pusieron completamente blancos y la mandíbula

me dolió por mantenerla apretada. El daño era incalculable pero al menos ya lograba

respirar.

No sabía cuánto tiempo había necesitado pero me sentía más tranquila. No menos herida,

pero si más tranquila. Podía continuar el camino así, podría ver a mis hermanos y volver a

casa. Eso era todo lo que debía importar ahora, Chris y Taylor, nada más.

[...]

442
Me dirigí al despacho de Alejandro Cabello. Debía presentarle mi renuncia.

Lo primero que había hecho era buscar a mis hermanos, pero me había salido demasiado

temprano de la universidad, Chris aún no llegaba del instituto y Taylor estaba bajo el

cuidado de Martha. Tenía que hablar con el padre de Camila, darle las gracias por el

empleo y luego largarme para ya no volver jamás. Era una decisión tomada.

"Adelante" Escuché decir a Alejandro después de que toqué la puerta. La abrí en cuanto
me lo permitió y pasé.

"Lauren ¿No es muy temprano para que estés aquí?" Me preguntó mirándome por encima
del cristal de sus anteojos. Yo asentí con la cabeza.

"Sí señor. Pero necesitaba hablar con usted." Respondí con formalidad, el me miró
confundido.

"¿Le pasó algo a mi hija?" Me preguntó. Su hija es lo que me pasó a mí quise responder
pero no lo hice.

"Ella está bien. Está... con su novio." Informé.

"¿Qué novio?" Me preguntó como si fueran calcetines.

"Austin Mahone." Mi lengua se amargó al pronunciar su nombre.

"Ah... Austin Mahone ¿Eh?" Habló sonriendo "El chico no es de mi agrado pero es

un buen partido." Seguro que sí. "Bueno niña, dime qué pasa."

"Ahora que la señorita Camila está con Austin... Ella no me necesitará más." Hablé

disfrazando mi dolor "Vengo a presentarle mi renuncia. Mis hermanos y yo nos

marcharemos inmediatamente."

Alejandro se quitó los lentes "¿Pero qué estás diciendo muchacha? ¡Tienes un

excelente empleo aquí! Prácticamente no gastas absolutamente nada. ¿Por qué te

irías?" Me dijo sin poder creérselo.

443
"Ya se lo dije" Hablé con respeto "Su hija ya no requiere mis servicios."

"Bueno, pero yo sí" Refutó el hombre "Además tu hermano también trabaja aquí. ¿Ya lo
consultaste con él?"

"No señor" Admití "Pero..."

"Mira, mi hija no importa. En los últimos meses ha demostrado una mejoría impresionante

así que supongo que tienes razón y ya no necesitará chofer. Pero eso no significa que

tus servicios ya no sean requeridos."

"Señor, con todo respeto... Usted no me necesita." Alejando sonrió al escucharme.

"Yo no, Lauren, pero hay alguien que sí..."

De pronto escuchamos la puerta abrirse bruscamente y un fuerte golpe que fue provocado
por el cuerpo de una chica estampándose contra el suelo.

"¡Oh por Dios!" Dijo Alejandro levantándose inmediatamente de su silla para ayudar a

la chica. Era delgada, de pelo castaño, usaba un vestido blanco. No podía agregar

mucho más porque no le había visto el rostro. "Te dije que te quedaras en la sala y yo

estaría contigo pronto. No puedes andar por la mansión sin conocerla bien." Le habló

riñéndola pero en un tono suave y amable.

"Lo lamento mucho tío. Sólo que estaba aburrida" dijo la chica cuyo rostro aún no podía

detallar porque su rostro estaba girado en dirección a Alejandro.

"Como sea" habló él restándole importancia "Llegaste en el momento oportuno para

ser sincero"

"¿Por qué lo dices?" Preguntó la chica y entonces Alejandro mi sonrió de nuevo.

"Lauren, te presento a mi sobrina, Keana Marie... Ahora le servirás a ella."

Entonces la vi.

444
Capítulo 32

Lauren's POV

Alejandro había pasado su brazo por encima de los hombros de la chica, moviéndola lo

suficiente para que su cuerpo quedara completamente de frente hacia mí. Yo estaba en el

peor de mis momentos, pero aún así saltaba a la vista lo hermosa que ella era.

Su cabello era largo, ligeramente ondulado y castaño, tenía la piel blanca, un cuerpo

curvilíneo y al parecer bien trabajado y sus ojos... Sus ojos eran color miel, ligeramente

opacos, sin embargo no me miraba, a pesar de estar frente a ella, sus ojos no

conectaban con los míos.

"Yo..." murmuré un poco confundida, pensando en lo que había dicho Alejandro al

presentarme a su sobrina. No podía aceptar quedarme, era imposible, no podía

seguir viviendo bajo el mismo techo que Camila.

Iba a rechazar la oferta pero entonces el teléfono de Alejandro sonó, haciendo que Keana

girara su rostro de nuevo hacia él. El señor Cabello me hizo una seña para que esperara

ya que debía atender esa llamada y luego presionó cariñosamente el hombro de la chica

para finalmente salir del despacho a contestar el teléfono. Keana y yo nos quedamos

solas en completo silencio durante unos segundos. Hasta que me decidí a hablar.

"Um... Hola, soy Lauren Jauregui." Me presenté extendiendo mi mano hacia ella y ella

volteó hacia mí y sonrió, pero de nuevo, sus ojos no me miraron directamente y tampoco

respondió mi saludo.

"Mucho gusto Lauren" Respondió ella aún con la sonrisa blanca adornando su cara, pero
sin tomar la mano que le ofrecía. Solté un suspiro y la aparté. Era prima de Camila...

Probablemente era igual que ella, debía parecerle inconcebible tener contacto físico con
una simple empleada como yo. "¿Pasa algo?" Me preguntó y yo la miré confundida.

445
"No ¿Por qué?" Le pregunté. Su mirada viajaba hacia distintos puntos de la habitación

mientras que ella no se movía ni un centímetro de su lugar, sus pies bien clavados en el

suelo.

"Te quedaste callada... Pensé que querías iniciar una conversación." Habló con una

silenciosa risita escapándose por sus labios, provocando que su pecho y sus hombros se

movieran ligeramente.

"Pensé que no querías hablar conmigo" Dije con sinceridad. Esa chica era por demás

rara... Su expresión fue de total sorpresa.

"¿Por qué pensaste eso?" Preguntó pero antes de que pudiera responder se dio un golpe

suave en la frente con su puño, haciendo una mueca mientras apretaba sus párpados

cerrados. "¿Intentaste darme la mano?" Me preguntó una vez que bajó su brazo yo me

quedé callada ¿Qué se suponía que debía decir? "Lo lamento mucho Lauren... ¿Puedes

acercarte?" Me preguntó con suavidad, esta vez ella extendía su mano, pero no lo hacía

directamente hacia mí sino que estaba desviada hacia un lado. Yo me quedé estática en mi

lugar, ella volvió a sonreír "Lauren... no puedo verte, por favor acércate."

¿Dijo que no podía verme? ¿Qué?

"E-eres... eres..." balbuceé, no quería decirlo, no quería lastimarla o parecer grosera. Ella
sonrió más grande.

"Soy ciega, Lauren. ¿Puedes venir de una vez y dejarme saludarte como es adecuado?"

Yo estaba impactada, pero me moví rápidamente hacia ella y tomé su mano con la mía,

ella la presionó amigablemente y luego movió su otra mano con lentitud hacia mi cara,

una vez que la encontró palpando con cuidado mi mejilla, ella alzó su cabeza

ligeramente, fue un pequeño movimiento pero lo suficiente para que por primera vez,

pareciera que estaba mirándome directamente a los ojos.

"Discúlpame, Dios, soy tan idiota." Le dije ¿Cómo no me había dado cuenta antes?

446
"Tranquila, no pasa nada." Habló ella apartando su mano de mi cara y soltando su agarre

con la otra. "Además yo te dejé con la mano estirada."

"Lo siento." Volví a repetir, ella sonrió de nuevo y luego Alejandro volvió a entrar.

"Perdón" se disculpó por la interrupción "Keana, ella es Lauren Jauregui... es la chofer

de Camila pero ahora estará a tu disposición." Dijo él y yo me sentía completamente

incómoda. Cada vez me costaba más trabajo fingir que estaba bien.

"Señor, le he dicho que vengo a presentarle mi renuncia." Le dije y él frunció el ceño.

Keana hizo una mueca de no entender.

"¿Sigues con esa idea, Lauren? ¿Qué ha pasado para que quieras marcharte?
¿Discutiste con Camila?"

"No me extrañaría" dijo Keana elevando sus cejas, al parecer alguien

conocía perfectamente a su prima.

"Señor..." Iba a volver a negarme pero él no me dejó hablar.

"Tus hermanos están bien aquí, Chris tiene un empleo, Taylor está bien cuidada todo el

tiempo. ¿Vas a quitarles eso sólo por un capricho de mi hija?" Dio en el clavo. El

bienestar de mis hermanos... "No puedo obligarte a que te quedes si no quieres, pero al

menos acepta esto durante la estadía de Keana aquí. Necesito de alguien que cuide de

ella y la acompañe a donde quiera ir y tú eres la mejor opción, tienes toda mi confianza y

eres una chica de su edad así que..."

"No soy una inútil, tío, puedo valerme por mí misma." Gruñó Keana.

"No creo que seas inútil" Habló Alejandro "Pero no conoces bien esta ciudad, algo podría

pasarte, sólo me preocupo por ti."

¿Qué debía hacer?

447
Chris nunca había estado tan contento, ganaba su propio dinero, podía comprarse sus

cosas y salir con sus amigos sin tener que preocuparse por ahorrar. Y Taylor... ella era

una niña feliz que adoraba corretear en los jardines de la mansión, en casa no tenía

espacio para hacerlo y aquí estaba bajo el cuidado de muchas personas que la adoraba.

La señora Mercedes ya no estaba en edad de cuidar a una niña y menos una tan inquieta

como Taylor. Por otro lado yo, tenía la solvencia económica suficiente para continuar con

mis estudios y comprar los materiales necesarios para mis proyectos.... Esas eran las

principales razones por las que yo había tomado ese empleo en primer lugar. Mi familia

era mi prioridad, Camila sólo había sido un error. No podía echarlo todo a perder por

un error.

"De acuerdo" dije interrumpiendo la pequeña discusión entre Alejandro y su sobrina "Voy

a quedarme... Siempre y cuando trabaje para Keana." Accedí. Esa era mi única condición,

no podía estar cerca de Camila, la evitaría a toda costa. El señor Cabello sonrió estando

de acuerdo. "¿Cuánto tiempo estarás aquí?" Le pregunté a Keana, necesitaba saber para

estar lista cuando el momento llegara.

"Dos meses" Respondió ella y yo asentí con la cabeza a pesar de que Keana no
podía verme. Dos meses y podría decirle adiós a Camila Cabello.

[...]

"Así que... ¿No deberías usar un bastón o algo?" Le pregunté a Keana mientras la guiaba

hacia la sala de la mansión, ella iba detrás de mí sosteniéndose suavemente de mi

hombro mientras yo caminaba lentamente hacia el lugar indicado.

"Los pierdo cada diez minutos" me dijo dejando escapar su risa.

"¿Cómo? ¿No se supone que es indispensable?" Keana se encogió de

hombros, divertida.

"Soy algo torpe y distraída" Explicó con simpleza "Y bueno, no todos los ciegos somos

iguales, algunos son muy cuidadosos yo soy más bien..."

448
"Un desastre" completé recordando la forma en que había entrado al despacho de

Alejandro.

"Bonita primera impresión" Bromeó y yo me permití reir un poco.

"Al menos sabes como hacer que la gente te recuerde. No fue una entrada común."

Dije para reconfortarla. Ella se quedó en silencio hasta que llegamos a la sala de estar

y la ayudé a encontrar un asiento. Me senté a su lado y nos quedamos calladas las dos.

No quería ser grosera, sobre todo porque Keana parecía ser una persona amable, pero

no me sentía capaz de mantener una gran conversación. Había tenido un día horrible y

no quería llenar de negatividad la llegada de Keana.

"¿Te sientes bien?" Me preguntó de pronto.

"No" Le fui sincera. Ella me dedicó una sonrisa comprensiva.

"¿Quieres estar sola?" Me preguntó y yo asentí con la cabeza pero al reparar en que
ella no podía verme me di un golpe en la cabeza y finalmente le contesté.

"Sí... ¿Te importaría?" Le pregunté. No quería dejarla sola pero... Necesitaba un tiempo
para mí.

"No, descuida. Te dejaría sola pero... Bueno, tú entiendes." Me dijo y yo asentí de

nuevo, esta vez con otra pequeña sonrisa.

"Me iré sólo si me prometes que no irás a estamparte contra otra puerta." Le dije en
broma, ella buscó mis manos a tientas hasta que las encontró y las tomó con las suyas.

"Negociemos, Lauren. Yo te prometo que no trataré de romper otra puerta con mi

cabeza... Mientras tú prometes que lo que sea que te esté haciendo daño no logrará

derrumbarte." Me dijo ella tomándome completamente por sorpresa.

"¿Cómo..." Dije dubitativa. Ni siquiera sabía qué era lo que pensaba preguntarle.

449
"Soy torpe" Me repitió "Pero la falta de algunas habilidades se compensa con otras...
Llamémoslo un sexto sentido. Me agradas."

"Me acabas de conocer" refuté.

"Juzgo bien a las personas Lauren. Casi puedo sentir tu dolor..." Me dijo acariciando

mi mano con suavidad y casi creí sentir que podía ver mi alma a través de su tacto

"¿Entonces es un trato?"

"¿Eh?" Respondí confundida. Estaba demasiado centrada en la sensación que me dio al

tocarme.

"¿Prometes que superarás lo que te está pasando?" Me repitió y yo

presioné amigablemente su mano con la mía.

"Lo prometo, Keana." Le dije. Había algo en ella que me daba cierto sentimiento de

tranquilidad, similar al que me daba Ally pero de alguna manera más profundo y extraño.

"Tengo dos muy grandes motivos para hacerlo" dije pensando en Chris y Taylor "Seguro

que pronto los conoces."

"Eso me encantaría" Me respondió con un tono de voz ducle y afable y luego de eso

levantó sus manos buscando mi rostro, yo me moví ligeramente hacia el frente para que

ella pudiera encontrarme y cuando lo hizo se acercó a mí para darme un beso en la

mejilla. Cerré los ojos ante su toque y cuando los abrí, vi parada a Camila justo en la

entrada. Mi corazón palpitó dolorosamente dentro de mi pecho y creo que hasta Keana lo

sintió porque se separó de mí rápidamente.

"Keana Marie" habló Camila desde su lugar, su mirada me evitó por completo y se acercó

hasta su prima que había sonreído al escucharla. Pero era una sonrisa distinta a la que

me había dado a mí, tenía una esencia algo oscura.

"Pero si es mi prima favorita, Karla Camila" dijo la de ojos miel con evidente sarcasmo. Yo
no era una persona experta en relaciones humanas -evidentemente, porque de serlo me

450
habría dado cuenta desde el principio de las intenciones de Camila conmigo- pero las dos

castañas frente a mí casi tenían un letrero en letras de neón sobre ellas con la palabra

RIVALIDAD. "¿Cómo has estado? ¿Ya alcanzaste el límite en tu tarjeta de crédito o sigue

siendo tan infinito como tu ego?" disparó Keana. Camila esbozó una media sonrisa

soberbia.

"Todo sigue como siempre" Respondió Camila "¿Y tú? ¿Sigues siendo tan inútil como de

costumbre? ¿Ya te acostumbraste a ser una maldita ciega o todavía vas a seguir llorando

por lo mismo?" Le preguntó casi escupiendo veneno. Yo sentí la ira crecer dentro de mí.

¿Cómo carajos me había enamorado de una chica como ella? Al parecer entre Keana y
yo la que se merecía el premio a la más ciega era yo.

"Camila" gruñí su nombre, sintiendo ardor en mi garganta al decir su nombre.


Me quemaba.

"Tú cállate Lauren." Espetó Camila "Y lárgate de aquí, esta conversación no es de tu

incumbencia."

"Estoy al servicio de la señorita Keana ahora... Tú no me das órdenes Camila." Ella me

miró con el ceño fruncido.

"¿De qué estás hablando?" Cuestionó, esta vez con un tono ligeramente más suave.

"Si tienes dudas pregúntale a tu padre. No tengo que responderte nada. Sólo voy a

pedirte que evites comentarios como los anteriores hacia la señorita Keana."

"Yo le hablo como se me antoja. Es mi prima y tú no eres más que una empleada de esta
casa, no te sientas más que yo jamás Jauregui."

Juro que iba a explotar. No podía creer que Camila había sido así todo el tiempo mientras

yo estaba convencida de que había cambiado. Estaba a punto de ponerme a discutir con

ella cuando Keana habló.

451
"Puedes dejarlo sólo en Keana, Lauren. Evitemos lo de señorita ¿Te parece?" Hizo una

pasa corta y luego continuó "Y, tampoco te preocupes por lo que Camila diga, estoy

acostumbrada a tratar con ella, ahora por favor, ve a donde sea que querías ir... Estoy

acompañada." Yo la miré con desconfianza. No me agradaba la idea de dejar a una chica

indefensa como Keana a solas con una... mujer, como Camila.

"Pero Keana..."

"Sólo hazlo. Hiciste una promesa." Me recordó y yo acepté.

"Está bien. Gracias y... compermiso." Hablé para luego empezar a retirarme. Pude sentir

en todo mi camino hacia las escaleras una mirada clavada en mi espalda, pesada, fuerte

e intensa. Supe perfectamente a quién pertenecía esa mirada, era justo la misma que

quería evitar por el resto de mi vida. Camila.

¿Cómo había podido ser tan estúpida? Camila me vio la cara de imbécil todo el tiempo,

pero con toda razón. Fui yo quien se ilusionó con ella aún cuando había visto una y otra

vez su egolatría, su soberbia y su orgullo en acción. Ally me había contado todo lo que

le hizo, y yo misma había sido un blanco para sus desprecios y malos tratos pero...

Estaba tan perdidamente enamorada de ella que había decidido ponerme una venda

sobre los ojos que me impidió ver lo negra que estaba el alma de la chica que amaba.

Y aún así, ahora que sabía toda la verdad, ahora que había visto con mis propios ojos lo

cruel que esa mujer podía llegar a ser... Yo la seguía adorando. Quería tenerla cerca,

abrazarla, besarla... Escucharla decir que me quería. Pero todo había sido una jodida

mentira.

Me quedé ahí, acostada en mi cama, mirando el techo mientras mi mente reproducía una

y otra vez todos los momentos en los que Camila me había tratado con la punta del pie,

como si fuera basura. Mi cerebro era la única parte de mi cuerpo que estaba de acuerdo

conmigo, tenía que arrancar a Camila de mi vida, de mis labios, mi piel y mi corazón.

452
Tenía que cumplir la promesa que le había hecho a Keana -que en realidad se

había sentido como una promesa conmigo misma- tenía que superar a Camila

Cabello.

Camila's POV

Keana Marie Issartel. Mi prima.

No teníamos la mejor relación del mundo. Ella y yo siempre nos habíamos llevado mal y...

Ahora podía aceptar que eso era culpa mía, o bueno, quizás no sólo mía.

Desde niñas Keana era la luz de los ojos de mi padre. La adoraba y se lo demostraba en

cada oportunidad que tenía para verla, a diferencia de mí. Keana parecía más hija suya

que yo y eso me había hecho crecer con una gigantesca envidia hacia ella que sólo

podía desquitar burlándome de su condición.

Me había pasado años haciendo comentarios hirientes, o provocándole caídas, moviendo

los muebles de su casa para que ella no supiera por donde estaba caminando, gastándole

bromas cada vez más y más pesadas que ella no respondía más que con palabras que

me hacían sentir mal y claro, siendo siempre el centro de atención del afecto de mi padre.

No la había visto desde hacía años y sinceramente no se me había pasado por la mente

en lo más mínimo y aunque quizás ahora podía reconocer todo lo malo que le había

hecho, verla tan cerca de Lauren, sosteniendo sus manos y besando su mejilla había

avivado más el dolor que estaba creciendo dentro de mí, imparable, como un incendio

que consumía todo a su paso.

Austin había cumplido su cometido.

Luego de la pelea con Lauren, lo había llevado a la enfermería para que le curaran

las heridas y ni bien terminaron con eso, él me obligó a salirme del campus e ir a su

casa, donde... Realizó la culminación de su retorcido plan de venganza.

453
Me sentí tan mal al tenerlo dentro de mí de esa forma tan brusca y áspera. Estaba

tomando de mí algo que no le pertenecía, algo que solo era de Lauren, mi cuerpo, mi

alma, mi corazón fueron manchados por su culpa, había herido a la mujer que amaba por

su jodida culpa y el se reía, y gemía y me embestía una y otra vez hasta alcanzar el

máximo placer mientras que yo cada vez me sentía peor, más insignificante, más

repugnante... Ni bien Austin terminó volví a vestirme y salí directo en un taxi hacia casa

llorando todo el camino porque sabía que después tenía que volver a ponerme la careta

de perra que todo el mundo creía que era... Ahora incluyendo a Lauren.

Ahora Keana estaba ahí y sabía que ella con su dulzura y su carisma nato, no tardaría

absolutamente nada en echarse a Lauren al bolsillo, si no es que lo había hecho ya.

¿Pero qué podía hacer yo? No podía involucrarme para evitarlo, no tenía ningún derecho

de meterme en la vida o las decisiones de Lauren y ahora, ya ni siquiera tenía la energía

o la capacidad de hacerlo.

"Ahora, Camila..." empezó a decir Keana una vez que Lauren se marchó "¿Tienes nuevas

cosas que decir sobre mi ceguera?" Me preguntó retándome. Yo sólo suspiré, no quería

pelear.

"Trata bien a Lauren, por favor." Le pedí y sin prestarle atención a su expresión de

confusión me retiré a mi habitación para darme una ducha y tratar inútilmente de dejar de

sentirme sucia. Bien sabía yo que tendría que aprender a vivir con ello.

454
Capítulo 33

Camila's POV

"¿Puedes cambiar esa cara?" Me preguntó Austin en tono burlón "Cualquiera diría que no
te la pasas bien conmigo."

"No me la paso bien contigo" Le dije con seriedad, estábamos solos, no había necesidad

de fingir. Estaba harta de él, me sentía completamente destrozada y humillada. Cada día

era más difícil el pretender que tenía la vida perfecta, sobre todo cuando lo único

perfecto que había tenido en mi vida ahora ni siquiera quería mirarme a los ojos.

Cada día era mil veces más doloroso que el anterior y yo no tenía idea de cuanto tiempo

más podría continuar así. Sólo podía valerme de mi amor por Lauren y por sus hermanos

para sacar la fuerza suficiente y seguir haciendo todo lo necesario para protegerlos.

Sin embargo, a veces eso no era suficiente, necesitaba algo que me ayudara a

adormecerme, a no sentir nada, a desaparecer por un instante del infierno que estaba

viviendo. El alcohol había sido un buen ayudante para lograr ese efecto durante buena

parte de mi vida pero ahora simplemente no lograba borrar los horrores de la vida que

estaba llevando, no obstante, Austin había encontrado algo más que ofrecerme, algo

que pese a que sabía que sería otro mal que añadir a la gran lista que estaba pudriendo

mi alma de forma lenta y dolorosa, era lo suficientemente fuerte para hacer que me

desconectara del mundo de porquería en el que estaba sumergida.

"No me hagas enojar Camila..." Gruñó Austin en voz baja mientras se acercaba a mí

lentamente, como un león acechando a su presa "Yo he sido muy bueno contigo y no

quiero salirme de mis casillas como la vez pasada... ¿Recuerdas?"

Claro que lo recordaba. El hijo de puta casi me había roto dos costillas después de un

ataque de ira que le dio cuando me rehusé a acostarme con él. Había sido lo

suficientemente inteligente para no golpearme en lugares visibles pero vaya que había

455
dejado marcas... Aún tenía los moretones pero ya no dolían tanto, cuando recién me los

había propinado el solo roce de la ropa me causaba un intenso dolor, ahora sólo eran

simples molestias.

Cualquiera podría pensar que le tenía miedo a Austin, pero no, yo sólo lo odiaba con

cada fibra de mi corazón, ahora corrompido por su repugnante presencia. Aún así, no

quería hacerlo enfadar hasta ese grado de nuevo... Había tenido suerte de que decidiera

desquitar su enojo golpeándome que tomando acciones contra los Jauregui. Jamás me

habría perdonado a mí misma el que les sucediera algo a ellos por mi culpa.

Me quedé callada mientras el lamía lentamente el contorno de mi mandíbula. Tenía que

contener la respiración para soportar el asco.

"Muy bien preciosa... Así me gusta..." Murmuró en mi oído "Tengo un premio para ti... te lo

daré si logras complacerme lo suficiente en la cama... ¿Puedes con eso?" Continuó

diciendo en un tono que me provocaba náuseas. Sabía lo que era... Sabía perfectamente

cuál sería mi premio y para ser sincera, realmente lo necesitaba.

Necesitaba al menos una pequeña dosis que me ayudara a hacer todo al menos un poco

soportable. Por eso asentí con la cabeza... Aunque sentía vergüenza de mí misma.

Sabía perfectamente que ya jamás podría volver a estar con Lauren.

Si antes sentía que no me la merecía, ahora mucho más. Me sentía un completo asco, ni

siquiera podía considerarme como un ser humano, era más bien... la mugre en los

zapatos de Austin Mahone. Había destruido completamente todo por lo que ella y yo

habíamos luchado, dejé mi terapia, mis calificaciones iban en picada, volví a

alcoholizarme, tenía sexo día y noche con el peor de los hombres y por si fuera poco,

ahora era adicta a la cocaína.

Al principio, tenía la esperanza de que, con el paso de los días lograría encontrar una forma

de arreglar la situación, o tal vez Austin se aburriría como lo hizo antes y nos dejaría en paz,

entonces podría explicarle a Lauren las razones por las que actué como lo

456
hice y quizás lograría que me perdonara... Seríamos felices juntas, como se suponía

que debía ser, pero ahora esa era la última de mis opciones.

Jamás podría soportar la idea de que Lauren estuviera conmigo cuando yo era una

persona de tan poca valía. Ni siquiera era una persona, era un objeto. Sólo eso. Mi ángel

se merecía el mundo, la mujer más hermosa de todas, la más buena, dulce y generosa...

Una mujer tan valiente, trabajadora y valiosa como ella. Aunque sabía que como ella no

había ninguna otra, pero confiaba en que pudiera conocer a alguien que lograra estar a su

altura. Yo no era esa chica para ella, evidentemente.

Austin señaló la cama, en una orden silenciosa mientras se lamía los labios y me recorría

con la mirada. Casi podía sentir que me tocaba sólo con eso y era horrible. Era realmente

una pesadilla, pero tenía que continuar con ella, tenía que mantenerme cautiva en ese

oscuro lugar para que la mujer de mi vida pudiera cumplir sus sueños.

Me subí al colchón, me puse de rodillas y pronto Austin estuvo frente a mí.

La tortura iba a comenzar.

Lauren's POV

"Mi tío está furioso" me dijo Keana mientras caminábamos tranquilamente por una de

las principales playas de la ciudad. El clima era agradable ya que era tarde y el sol

había bajado su intensidad, mientras una tenue y refrescante brisa nos acariciaba el

rostro y Keana movía sus dedos sobre la arena para disfrutar de la sensación de los

granitos contra su piel.

"¿El señor Alejandro?" dije extrañada, realmente no había tenido mucha oportunidad

de tener contacto con él porque los últimos días se la había pasado encerrado en su

habitación. "¿Qué pasó?" Pregunté con curiosidad.

"Me contó que las notas de Camila son un asco. Está muy decepcionado y enfadado..."
Hice una mueca que obviamente ella no fue capaz de percibir. Mentiría si dijera que no

457
estaba preocupada por Camila, pero ¿Qué podía hacer yo? Ella había elegido su camino

y a pesar de estar tan cerca el uno del otro, al parecer eran paralelos y no habría ningún

punto donde volvieran a encontrarse.

"Realmente no lo entiendo. Ella era muy buena en la escuela..." Dije luego de un


momento de silencio.

"¿Tenían una buena relación ustedes dos?" Me preguntó extendiéndome su mano para

que la ayudara a sostenerse mientras se sentaba sobre la arena. Me puse incómoda con

la pregunta y me quedé callada. "Puedes hablar conmigo Lauren... Llevo semanas

teniendo curiosidad al respecto y no me atrevía a preguntar porque recién nos estábamos

conociendo pero, ahora somos amigas ¿No?"

"Sí" Contesté sentándome a su lado "Somos amigas." Confirmé.

Durante las últimas semanas Keana y yo habíamos estado conociéndonos, dejando de

lado el hecho de que ella formaba parte de la familia de Camila. Keana Marie era una

chica extraordinaria, lista y con una mentalidad similar a la mía. Irónicamente ella me

había presentado un nuevo punto de vista acerca de la vida que me había resultado

sinceramente enriquecedor. Además era algo sarcástica y divertida. Me gustaba.

"¿Entonces? ¿Tú y mi prima?" Preguntó ambiguamente.

"No sé a qué te refieras con una buena relación" Respondí yo tratando de escaparme

del tema.

"Soy ciega Lauren, no estúpida. Hay ciertas cosas que son evidentes entre ustedes.... Al

menos yo puedo sentirlo."

Me puse nerviosa. No estaba segura de si quería hablar sobre estas cosas, y menos con

Keana... porque sentía que había algo en ella que me atraía y... quizás, sólo quizás podría

considerar el tratar de iniciar algo con ella si ella me lo permitía y si las cosas se daban.

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Por supuesto que había considerado que era demasiado pronto, pero había algo en ella.

Algo que la hacía especial, única e interesante. Tan enigmática como simpática y bueno...

Había aparecido en el punto exacto para evitar que yo me derrumbara por completo por
Camila. Keana era una buena distracción.

Sé que suena horrible, pero juro que mi intención no era aprovecharme de ella. Era

perfectamente capaz de darme cuenta de lo valiosa que ella era y jamás me atrevería a

jugar con sus sentimientos... Era sólo que yo quería volver a sentir algo más que dolor en

mi corazón y Keana se había convertido para mí en un analgésico cada vez más y más

necesario.

"Es incómodo..." Hablé con cautela ganándome una expresión divertida por parte

de Keana.

"¿Qué es incómodo?” Me preguntó sonriendo sin entender.

"Es... raro hablar sobre tu prima y yo contigo... Ya sabes, porque las dos somos chicas

y... ella es de tu familia." Le respondí casi balbuceando. Keana se estaba aguantando la

risa. Jamás había tenido problemas en hablar sobre mi orientación sexual pero con Keana

era diferente, es decir, no sabía cuál era su opinión al respecto y realmente me importaba.

"Puedo soportarlo, Lauren. No soy tan sensible..." Dijo ella con una pequeña risita
escapándose entre sus labios.

"Keana... Tú... ¿Has estado con alguna chica alguna vez?" Pregunté tomando valor. Así

mataba dos pájaros de un tiro, cambiaba el tema con respecto a Camila y averiguaba

sobre qué lado de la acera estaba Keana.

"No" respondió rápidamente y sentí como mi corazón recibía un golpe, no demasiado

fuerte, pero un golpe a fin de cuentas. Sin embargo la vi sonreír mientras acariciaba la

arena con la yema de sus dedos "Tampoco con un chico." Me dijo y yo la miré con mis

ojos bien abiertos.

459
"¿Nunca has tenido una relación?" Pregunté sorprendida. Keana era realmente hermosa,

se me hacía imposible que no tuviera ya un montón de pretendientes. ¿Realmente a la

gente le importaba tanto su condición?

"No soy ilusa Laur y tampoco una santa pero... Cuando eres una persona como yo, que

además de todo tiene montones de fajos de billetes escondidos debajo de su cama... La

gente tiende a interesarse más en los números de mi cuenta bancaria que en mí. Por eso

he preferido estar sola." Me respondió y yo lo entendía perfectamente. El dinero siempre

era un puto problema.

"Yo creo que eres muy hermosa Keana... Y quienes no lo noten son los verdaderos

ciegos. Vales más que todos los millones que tengas disponibles en tu caja fuerte." Me

atreví a decir, estaba siendo sincera, pero no podía evitar sentir una pizca de

culpabilidad al estar halagando de esa forma a la prima de mi ex novia.

"Por eso puedo hablar contigo de estas cosas Lauren, y estar contigo compartiendo este

momento. Tú eres sincera, me doy cuenta de ello." Me dijo con tranquilidad, provocando

en mí una sonrisa de mis labios.

"¿Y... qué opinas de tener algo con otra chica?" Pregunté. Necesitaba saber si tenía

bandera verde o no.

"Lo bueno de ser invidente es que no puedes ver la diferencia. Sólo importa la calidad del

sentimiento que te ofrecen. No me interesa si es una chica o un chico, sólo quiero que

me quieran de verdad." Declaró Keana, esta vez sin la sonrisa en su rostro, hablando con

dulzura y lentitud. Ese era un deseo sincero de ser amada y yo tenía mucho amor dentro

de mí.

Un amor que pertenecía a otra persona, pero que esa persona había rechazado por

completo y que, en mi opinión, una mujer como la que tenía frente a mí en ese

momento, sí merecía.

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"¿Has besado un chico?" Seguí preguntando, ella asintió con la cabeza "¿Has besado

una chica?" Ella negó, parecía no entender hacia donde iba dirigido mi interrogatorio.

"¿Me dejarías ser la primera?" Pregunté en voz baja casi temiendo su respuesta pero

ansiosa por escucharla hasta cierto punto.

"¿Quieres besarme?" Me preguntó elevando una de sus cejas reflejando incredulidad.

"Si ¿Puedo?" Respondí de forma inmediata. Ella sonrió.

"Si..." Accedió y cuando recién comenzaba a acercarme a ella, puso una condición "Pero

antes tienes que decirme lo que pasó entre tú y Camila, antes no." Yo gruñí, no importaba

cuanto evitara a Camila ella parecía encontrar la forma de joderlo todo incluso cuando ni

siquiera estaba en sus manos el fastidiarme.

"¿Por qué estás tan segura de que hay algo entre ella y yo?"

"Porque ella es diferente contigo. Le importas." Me dijo con simpleza yo sentí una chispa

de esperanza encenderse en mi corazón, lo cual terminó por enfadarme. ¿Cómo podía

ser tan estúpida para seguir emocionándome por tener una jodida pizca de esperanza con

la chica que había pisoteado mi alma y mi dignidad? Me reí sarcásticamente. "Claro.

Keana, sabía que eres ciega pero desconocía que también eres sorda. ¿No la has

escuchado? Me trata como basura cada que tiene la oportunidad." Le respondí.

Los últimos días no había visto mucho a Camila, pero si de casualidad coincidíamos en el

campus o en los pasillos de la mansión, ella no perdía ni un segundo para comenzar a

hacer comentarios ofensivos hacia mí.

"Es precisamente eso lo que no entiendo" Habló Keana acariciando su barbilla con

lentitud. "Cuando tú estás presente se comporta como el triple de perra de lo que había

sido toda su vida... Pero, cuando no estás ella... Simplemente no es ella. ¿Entiendes? Ni

siquiera quiere discutir conmigo, y créeme, ella jamás, JAMÁS, evitaba tener una pelea

conmigo, siempre era quien comenzaba el pleito." Analizó, yo negué con la cabeza

divertida por su análisis.

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"Entonces, evidentemente no soy yo quien le importa. Eres tú. Algo debe de haber

cambiado entre ustedes." Le dije. Era lo que me parecía más lógico.

"No cuando la primera vez que me evadió fue con un "Trata bien a Lauren, por

favor" ¿Eh? ¿Qué me dices de eso?" Me respondió, dejándome casi sin aliento. ¿Camila
le había dicho eso?

"No tiene sentido." Dije luego de un instante de silencio "Ella fue la primera persona en

herirme y lo hizo con todo el propósito de conseguirlo. ¿Qué puto derecho tiene a decir

cosas como esas?" Espeté enfadada. ¿A qué carajo estaba jugando Camila?

"Quiero ayudarte a encontrar el sentido de esto" Habló Keana conservando la calma


"Quiero saber qué hubo entre ustedes."

"¿Por qué?" Le pregunté "¿Por qué tanta insistencia Keana? Quiero la verdad." Le dije

con firmeza. Era obvio que yo no quería hablar del tema pero ella parecía no poder

continuar sin que le contara sobre lo que pasó entre Camila y yo. Keana suspiró

sonoramente.

"Porque me gustas Lauren." Me dijo directamente provocando que mi corazón se

paralizara, quise decir algo pero ninguna palabra salió de mi boca. "Eres genial

¿Entiendes? Me gusta estar contigo, me siento bien estando contigo... Eres la primera

persona además de mi madre y mi tío que sé que me quieren de verdad y no por lástima

por mi ceguera o por interés por mi dinero. Eres inteligente, tienes metas firmes en tu

vida, sabes perfectamente lo que quieres y eres fiel a quien eres... Eso me gusta. Me

gusta mucho" Continuó su discurso, mi corazón recobró su latir y poco a poco este fue

haciéndose más rápido mientras Keana seguía hablando. Aunque a pesar de lo dulce de

sus palabras, estas salían de sus labios como si hubiese algo que la molestara. "Y yo sé

que estás sintiendo algo por mí también. Pero no puedo comenzar nada contigo mientras

no sepa lo que hay entre tú y Camila... Tu corazón está roto Lauren y aunque la idea de

462
estar contigo me emociona, no puedo permitirme ser la segunda opción de nadie. Ni
siquiera por ti."

"Keana, tú no serías una segunda opción." Le dije con un tono de voz suave. No quería

que ella pensara esas cosas.

"Entonces sé honesta conmigo. Cuéntame lo que pasó entre ustedes. Merezco al menos

tener un panorama para saber en lo que me estoy metiendo contigo Lauren... No quiero

salir lastimada." Me respondió con un deje de tristeza en sus ojos.

"No es mi intención lastimarte Keana... Yo te respeto, te cuidaría mucho, te lo aseguro."

"No digo que me vayas a hacer daño a propósito. Pero una persona con el alma rota
suele estar desesperada por ser reparada... No quiero ser eso para ti."

"Keana..." quise hablar, pero ella no me dejó.

"Por favor, Lauren.... Cuéntame. Haz que esto sea una pelea justa." Pidió de nuevo y yo

no tuve más opción que acceder. Keana tenía razón.

Por lo tanto le conté todo. Desde el cliché del principio hasta la catástrofe del final. Keana

escuchó atentamente toda mi historia con Camila, para cuando terminé, el sol ya se había

ocultado por completo y ella y yo estábamos bajo la luz de una farola con la oscuridad del

inmenso mar mezclándose con el manto negro del cielo.

"Eso es todo Keana... Eso pasó entre Camila y yo. No importa lo que ella te haya

dicho, no importa la actitud que demuestre, yo simplemente no puedo confiar en ella. El

daño que ella me hizo es algo que no se puede reparar... Al menos no ella."

"Estás esperando que yo te arregle..." Murmuró ella, con su ceño fruncido.

"Quiero besarte." Le dije. Estaba desesperada. Quería un beso de Keana, realmente lo


necesitaba.

463
Mientras había estado con Camila los besos se habían convertido en una especie de

símbolo para mí. No podía besar a nadie más que no fuese ella. No es que no tuviera a

quién más besar, porque chicas había muchas, sobre todo al principio, cuando todo el

mundo comenzó a verme con Camila y creer que era asquerosamente rica como ella... Mi

popularidad aumentó al igual que mis pretendientes, Sophie Miller el más claro ejemplo de

ello. Pero no podía, no importaba cuan guapa o sexy fuera la chica en cuestión, mis besos

-y todo de mí- le pertenecían únicamente a mi Camz.

Ahora sólo quería besar a Keana. Por lo menos una vez y si lograba sentir una milésima

parte de lo que sentía con los besos de Camila, significaría que todavía había

esperanza para mí. Para volver a enamorarme. Sino, entonces todo estaba perdido,

Camila me habría destruido por completo.

"Lo siento Lauren, pero no puedo permitirlo." Dijo Keana casi en un susurro, yo
me apresuré a tomar sus manos.

"No te haré daño..." Le dije con suavidad, casi como una promesa.

"No puedo arriesgarme Lauren. Aunque me gustas mucho, tú no estás lista para algo

como esto. No puedo. Además... Hay algo que no me cuadra en todo este asunto de
Camila, algo no encaja, no tiene sentido." Dijo ella y yo me irrité.

"¡Camila no importa!" Espeté enfadada"Camila me jodió la maldita vida, me hizo

pedazos, estoy harta de ella... No quiero volver a hablar sobre ella. No quiero... me

duele..." Dije no pudiendo contenerme, empecé a llorar estirando mis brazos hacia Keana

para esconder mi rostro en su cuello "No puedo más... Keana... Ayúdame."

"Es por esto que no estás lista Lauren... Voy a ayudarte. Pero sólo puedo ser tu amiga
¿Entiendes?" Me dijo acariciando mi espalda, dejándome llorar sobre su hombro.

"¿Puedes esperar por mí?" Le pregunté en un momento en el que logré regular mi

respiración. Pude adivinar la sonrisa en su rostro mientras la sentía negar con la cabeza.

464
"Quizás cuando el tiempo suficiente haya pasado tú ni siquiera vas a querer estar

conmigo."

Iba a decir algo pero ella no me dejó. Sólo me abrazó más fuerte y estuvimos así por largo

rato, hasta que finalmente decidimos volver a la mansión.

[...]

No podía dormir.

Quería hacerlo pero no lo conseguía, la conversación con Keana me había movido cosas

que no quería sentir. Quería convencerme a mí misma de que podía lidiar contra mis

sentimientos por Camila y que podía hacer que algo con Keana funcionara pero... al

parecer no era así, no todavía y yo esperaba que cuando lo lograse no fuera demasiado

tarde con la de ojos color miel.

Mi cabeza me estaba matando, no dejaba de pensar en todo lo que me había pasado en

estos meses, lo caótico y hermoso de mi vida, los buenos momentos, los malos y los

que parecían una jodida pesadilla.

No podía dormir.

Me levanté de la cama y decidí bajar a la cocina. Mamá siempre nos daba un poco de

leche cuando no lográbamos conciliar el sueño así que pensé que quizás me ayudaría, ya

era de madrugada y yo realmente necesitaba descansar.

Estaba bajando las escaleras cuando escuché ruidos en la puerta. Alguien estaba

intentando entrar. Me quedé mirando desde los escalones, sólo percibía unas sobras a

través del cristal pero nada más. Me acerqué sigilosamente para que quien sea que

estuviera afuera no pudiera verme o darse cuenta de que estaba ahí y entonce me di

cuenta de quien era.

"Mi…erda" Decía Camila de forma extraña. Estaba frustrada pero su voz no lo hacía
notar. Era una voz pastosa, y difícil de entender. Era como si estuviera ebria y muy pero

465
muy cansada. No lograba insertar la llave en la cerradura así que decidí abrirle la puerta

y esconderme detrás de esta.

Camila entró caminando lentamente, su columna doblada, estaba descalza y sus piernas

temblaban al igual que el resto de su cuerpo. Dio un par de pasos y empezó a

tambalearse... ¿Cómo había llegado a la mansión si quiera? Camz estuvo a punto de

caerse pero me moví rápido hacia ella, por su espalda, sosteniéndola por los hombros y

atrayéndola hacia mí.

"¿Camila?" la llamé, sus pupilas estaban dilatadas. Sus labios resecos, su


mirada perdida...

"¿Ángel?" Me llamó ella yo fruncí mi ceño "¿E...res mi ángel?" preguntó extendiendo su


mano hacia mi rostro pero no logrando alcanzarlo.

"¿Cuánto bebiste?" Le pregunté. Ella apestaba a alcohol y su cuerpo estaba

extrañamente pesado aunque los huesos de sus clavículas eran mucho más notorios que

antes. Estaba bajando de peso otra vez. Apreté mi mandíbula al pensar que Camila

pudiera estar estar jodiendose la vida a sí misma otra vez.

"Ángel..." decía ella "Qui…ero volar..." Me dijo para luego parpadear lentamente. ¿Se
estaba quedando dormida?

"Tienes que ir a tu habitación, Camila..." Dije con seriedad, soltándola, pero volviendo a

sostenerla cuando estuvo a punto de desplomarse en el suelo. No había otra opción,

tendría que ser yo quien la llevara a su cuarto. No podía tardar demasiado, no deseaba

pasar más del tiempo estrictamente necesario con Camila así que opté por cargarla en

brazos y llevarla hasta su cama, dejándola caer ahí con cuidado. No se lo merecía... Pero

ella no estaba en sus cinco sentidos y yo no podía simplemente abandonarla.

Una vez que estuvo acostada decidí irme pero ella alcanzó a tomarme de la mano.

"No me dejes" murmuró con los ojos apenas abiertos.

466
Era doloroso verla así... se veía tan débil, completamente perdida. Podría jurar que estaba

incluso alucinando. Si no fuera por todo lo que aún sentía por ella probablemente habría

llegado a verla lástima. Pero sólo sentía una profunda tristeza.

"Dios... Camz..." Me arrodillé a su lado, ella me vio a los ojos por un momento y luego

los cerró. ¿Qué tanto podría recordar Camila de esto mañana? Acaricié su rostro sin

poder evitarlo, ella no se movió en lo absoluto. Ya estaba dormida.

"Camila" La llamé. No hubo respuesta más que un largo y profundo suspiro que se

escapó entre sus labios entre abiertos. "Joder..." susurré. Era Camila.

Una destrozada versión de ella, pero en alguna parte era mi Camila ¿Verdad? Tenía
que serlo.

"Te amo Camila..." Le dije pero ella no me escuchó. Me permití darle un beso en los

labios y apenas hice contacto con ella mis ojos se inundaron en lágrimas. Luego de un

instante me separé y salí lo más rápido que pude de la habitación.

No podía seguir con esto. No podía dejar que mi maldito corazón me traicionara y me

impulsara a hacer estupideces como esa. Camila estaba así por su decisión, ella jugó

conmigo, ella no era nada para mí, yo no era nada para ella. Lo nuestro nunca fue real,

al menos no de su parte y yo no podía continuar cayendo por ella cada vez que

apareciera.

Tenía que acabar con todo eso. Tenía que sanar mi alma para después dar un paso más

y seguir adelante. Sin ella.

Y con un poco de suerte, tal vez con Keana.

467
Capítulo 34

Narrador Omnisciente

"Ella y yo nunca nos llevamos bien." Decía Keana.

Ambas chicas estaban acostadas en la cama de la ojiverde, pasaban ya de las diez de la

noche y Keana había pasado un rato acompañando a Lauren mientras esta estudiaba

para una prueba que tendría en la universidad pero después decidieron simplemente

charlar hasta que tocaron el tema de Camila.

Habían pasado un par de semanas y ella y Lauren continuaban como amigas pero

después de varias pláticas ambas habían llegado a la conclusión de que si querían llegar

a tener algo primero debían hablar todo acerca de Camila. Asegurándose de que la

castaña no influiría en su relación si decidían -más adelante- tener una.

Lauren, ya le había contado todo lo que quiso saber sobre su "extinta" relación con

Camila -exceptuando el beso que le había dado hacía unas noches, cuando llegó en ese

extraño estado a la mansión- por lo tanto, era turno de Keana para hablar. A decir

verdad, Lauren tenía mucha curiosidad acerca de la convivencia entre ellas dos y al

parecer Keana no tenía ningún problema en contarle acerca de su infancia en compañía

de Camila.

"Soy mayor que ella" siguió hablando mientras rozaba las yemas de sus dedos unas con

otras y Lauren la observaba con atención. Ella ya conocía ese dato ya que ella y Keana

eran de la misma edad. "Mi tío Alejandro es hermano de mi madre y cuando mi padre

vivía ellos eran muy amigos, según lo que me contó mi mamá. Mi papá murió el mismo

año que nació Camila y mi tío había sido dulce y cariñoso conmigo desde que tengo

memoria, a diferencia de mi tía que me evitaba la mayor parte del tiempo. Cuando

estábamos muy pequeñas yo casi no podía pasar tiempo con Camila, mi tía Sinuhe no me

dejaba, a ella no le gustaba que yo fuera ciega, de hecho creo que me detesta por ello, le

parezco inútil e inferior y pensé que era por eso que mi tío jugaba conmigo en lugar de

468
con su hija. Porque él no quería que me sintiera sola o rechazada..." Dijo con un pequeño

deje de tristeza "Mi tío era como mi mejor amigo, mi compañero de juego y consejero...

Era como un padre para mí e iba a visitarnos a mamá y a mí con regularidad cuando no
tenía demasiado trabajo en el bufete"

Lauren miraba a Keana con extrañeza debido a sus palabras. Según lo que contaba

Alejandro parecía un hombre que sabía perfectamente como tratar a una niña... ¿Por

qué no había sido igual con su hija? Se preguntaba la ojiverde, sin embargo decidío no

interrumpir a Keana con sus interrogantes y dejó que siguiera contándole.

"Conforme crecimos, empecé a recibir visitas de mi tío Alejandro acompañado de Camila,

generalmente eran en lapsos en los que mi tía Sinuhe estaba de viaje para que así no

pudiera objetar nada. Camila detestaba estar conmigo, se burlaba de mi ceguera, me

hacía bromas pesadas como esconderse de mí y empujarme por sorpresa, me manchaba

o me rompía la ropa y ocultaba mis juguetes para que yo no pudiera encontrarlos."

Contaba con una sonrisa "Era bastante cruel en realidad... Pero mi tío siempre la reñía

muy fuerte cuando se daba cuenta de las travesuras que me hacía. Cuando fui un poco

mayor, le pregunté a mi mamá por qué las cosas eran así, por qué Camila y mi tía Sinuhe

me odiaban mientras mi tío Alejandro me adoraba y mamá me explicó lo que había

pasado con el primer bebé de mis tíos..."

"Sofía..." Murmuró Lauren, recordando perfectamente la vez en que Camila le había

contado sobre el primer embarazo de Sinuhe. Aquella noche en su casa, en su cama,

después de haber cantado una de las canciones más significativas para ella. Aquella

noche en que por primera vez se había sentido cerca de Camila.

"Sí." Afirmó Keana "Me dijo que mis tíos habían perdido una hijita y que mi tío era muy

bueno conmigo desde que yo era una bebé recién nacida porque le recordaba a la que

niña perdió y que.. mi tía era fría conmigo por la misma razón, sólo que a mi tía le dolía

verme y a mi tío le daba esperanza. Tenía lógica, pero yo no lograba entenderlo...

También me dijo que mi tía protegía mucho a Camila y que no la quería compartir ni

469
siquiera con mi tío y que por eso él jugaba más conmigo que con ella. Eso fue lo que más

me quedó en mi mente." Habló negando con la cabeza en la última frase "Mi tío estaba

conmigo porque mi tía no lo dejaba estar con Camila, en aquel momento no lograba a

entender lo grave de eso, yo sólo sabía lo mucho que Camila odiaba que su papá pasara

tiempo conmigo y no con ella... Así que eso fue lo que usé para defenderme. Le dije que

su papá no la quería, que seguramente era una niña tan fea y tonta que su papá prefería

estar conmigo aunque yo fuera invidente, en lugar de con ella."

Lauren abrío los ojos sorprendida ¿Realmente había hecho eso?

"Keana..."

"Y esos comentarios sólo empeoraron, igual que sus burlas y sus bromas pesadas.

Llegamos a los golpes muchas veces... Pero conforme fui creciendo confirmé que mis

palabras eran lo que más la lastimaba. La escuché llorar muchas veces preguntándose

por qué su papá no la quería."

"Eso es cruel." Señaló Lauren con dolor en su pecho al pensar en Camila sufriendo por

la lejanía de sus padres.

"Ser invidente no te hace una buena persona automáticamente, Lauren. Camila me había

herido mucho y yo quería devolvérselo, así que lo hice. Cuando fui mayor, comprendí que

había hecho mal durante mi infancia así que, traté de dejar de ser grosera con ella pero

para entonces ella ya se había convertido en, ya sabes..."

"Una perra" completó, porque siendo sinceras, Camila lo era.

"Totalmente" coincidió Keana "Me seguía tratando como la mierda pero, casi no

coincidíamos más que en fiestas familiares de suma importancia y nuestras

discusiones eran sólo lluvias de palabras hirientes a las que ya estábamos

acostumbradas. En realidad esas peleas no tienen ningún sentido ahora... Las dos

éramos niñas con problemas, de habernos llevado bien pudimos haber sido un gran

apoyo la una para la otra. Fuimos tontas."

470
Lauren suspiró con compresión. Estaba de acuerdo, probablemente si Keana y

Camila hubiesen sido amigas sus vidas serían distintas, sobre todo la de Camila.

"Ahora no le guardo rencor, habíamos pasado mucho tiempo sin saber nada la una de la

otra y así estábamos bien aunque te juro que esperaba que ella y yo volviéramos a

discutir en cuanto nos encontráramos de nuevo. Pero... eso no pasó. Y estoy segura que

fue por ti." Lauren rodó los ojos al terminar de escucharla.

"No empieces con eso" Gruñó.

"Es la verdad Lauren. Créelo o no." Respondió encogiéndose de hombros. "No creo que
Camila sea una mala persona, sólo... no ha tenido una buena vida."

"La vida no es justa para muchos Keana. La vida es jodidamente dura y difícil y las

pruebas que se nos presentan por más malditas que sean no nos dan derecho a tratar

como porquería a las personas que nos cruzamos en el camino." Respondió Lauren con

severidad. Para ella lo que Camila había hecho no tenía jodido perdón, la había usado, la

había engañado y la había humillado. No sólo había jugado con ella sino también con sus

hermanos a quienes ya ni siquiera les dirigía la mirada, Chris y Taylor también habían

salido heridos por su culpa y eso era algo que Lauren no podría pasar por alto jamás,

aunque Chris -al igual que Keana- le decía que todo era muy extraño.

"No es eso lo que estoy diciendo Lauren, cálmate." Habló con serenidad " Sólo, trato de

ponerme en sus zapatos. Camila estuvo lejos de su padre todo el tiempo y sinceramente

creo que la tía Sinuhe lo único que hizo por ella fue criarla con prejuicios y

superficialidades. Si Camila es como es es por mi tía, pero si cambió fue por ti." Insistió.

"Ella no cambió. Sólo pretendió que lo hizo. Es una mentirosa de mierda." Espetó casi
completamente fuera de sí.

"Lauren..." La regañó Keana en un murmuro "Tú no tienes idea de las razones de Camila
para actuar como lo hizo."

471
"¿Y tú sí?" Preguntó gritando. Keana frunció el ceño ante el tono de voz de Lauren, quien

inmediatamente se sintió culpable por haberle hablado de esa manera. Sólo que estaba

desesperada. Había algo en ella, esa pequeña chispa que se negaba a extinguirse incluso

cuando en ese preciso momento, Camila estaba en casa de Austin por la fiesta de

cumpleaños del chico. Joder. Debían estar pasándola de lo lindo y ella estaba ahí,

emocionándose como imbécil por las suposiciones de la chica que debería ser su próxima

novia y no estar jugando a ser cupido y reunir almas separadas.

"No." Dijo con firmeza "No sé nada pero... siento que hay algo más aquí que no hemos
descubierto. Hay algo raro en todo esto."

"Tú sabes que Camila es una hija de puta. Te jodió durante toda tu infancia" Siguió

atacando Lauren, completamente harta del asunto. Maldición, ella sólo quería olvidar,

quería seguir adelante, quería hacerlo con Keana.

"Y yo a ella, incluso peor porque ella estaba sola mientras yo tenía a mi mamá y a mi

tío." Refutó rápidamente "Puede que tengamos una relación horrible pero la conozco.

Ella es diferente y su forma de actuar no tiene ningún sentido si pensamos en todo lo que

pasó entre ustedes."

"Ya no quiero que hablemos de ella" Habló Lauren llegando a su límite de paciencia

"Prácticamente estás buscando excusas para que yo me arroje a sus brazos otra vez.

Mierda, Keana, si no quieres estar conmigo sólo tienes que decirlo y ya está, no tienes

que seguir tratando de convencerme de que la arpía de tu prima es una buena persona

cuando las dos sabemos que es una víbora."

"Lauren por favor... No te expreses así de ella." Dijo Keana sorprendiéndose a sí misma.

A ella le gustaba Lauren, realmente lo hacía pero no podía continuar con ella si cada vez

que intentaba hacer algo sentía como si estuviera robando lo único bueno de la vida de

Camila. A pesar de que sabía que su prima había sido una jodida idiota la mayor parte

de su vida, algo en su voz le había anunciado que había sufrido un profundo cambio.

472
"No me vengas tú con eso." Devolvió Lauren con enfado "Seguramente tú le

hablabas igual o peor cuando discutían."

"Sí, pero yo no estaba enamorada de ella" Respondió Keana con rapidez y astucia.

Dando exactamente en el punto clave, Lauren se descolocó por un instante pero

luego respondió.

"Yo no estoy enamorada de ella." La ojiverde hizo su mejor esfuerzo para sonar

convincente, no sólo para Keana, sino para ella misma, pero era inútil. Lo sabía en

el fondo de su corazón y tal vez, en cada minúscula parte de su cuerpo.

"¿Ahora quién es la mentirosa?" Se burló la chica de los ojos miel y Lauren frunció el

ceño.

"Quiero estar contigo" Le dijo Lauren con seguridad, tratando de tragarse todo ese enfado

que tenía contra Camila, pero era imposible, era demasiado. ¿Por qué esa chica tenía

que estar metida entre ella y Keana cuando ella se la pasaba de fiesta en fiesta con el

estúpido de su novio? "¿Cómo voy a lograrlo si tú sólo quieres hablar sobre Camila?"

"Lauren, me gustas mucho y sé que tengo lo mío, he escuchado a las personas decirlo"

Bromeó "Pero tú y yo juntas no va a funcionar..." Dijo Keana para luego encogerse de


hombros como diciendo no hay nada más que hacer.

Para Keana era obvio, se había dado cuenta en los últimos días, no importaba la

atracción o conexión que existiera entre ella y Lauren. Lauren tenía algo todavía con

Camila que aunque la de ojos verdes se empeñara en negar, aún existía. No sabría

exactamente cómo definirlo ya que no lo había presenciado como tal pero para ella era

evidente que Lauren no lograba pasar página aún -y su prima tampoco- y por lo tanto era

imposible que hubiera algo entre ellas. Lo mejor era que fueran sólo amigas, no tenía

caso intentar algo que no tenía futuro. Aunque sinceramente, eso le pesaba a Keana en el

corazón, Lauren era una chica maravillosa y se lamentaba de no haberla conocido antes

473
que Camila, de haber sido así, no habría existido poder humano que la hiciera desistir de
estar con ella.

"¿Cómo mierda vamos a saber si funcionará o no si tú ni siquiera me dejas darte un jodido

beso?" Reclamó Lauren.

"Es obvio. Tú no superas a mi prima todavía." Dijo ella conservando la calma, cosa que

a Lauren la sacaba completamente de sus casillas.

"Déjame besarte Keana" Casi ordenó la ojiverde tomando con delicadeza el fino rostro de

Keana entre sus manos mientras se acercaba a ella. "Estoy desesperada" admitió "Quiero

sentirte... y quiero saber si esto que siento por ti puede crecer más de lo que ya lo ha

hecho." Lauren lo necesitaba, le hacía falta para asegurarse de que Keana tenía la razón.

Lauren era una chica de acciones y no de palabras y aunque era cierto que lo que sentía

por Keana crecía, tenía miedo de que la chica frente a ella estuviera en lo cierto y no

hubiera la suficiente química entre ellas para que algo pudiera concretarse.

Para ella Keana era la mujer perfecta para terminar de arrancarse a Camila del
corazón, aunque ni siquiera estaba cerca de empezar a lograrlo.

Keana suspiró entre sus manos.

"¿No quieres hacerlo?" Le preguntó Lauren con un tono de voz que era suave y que

tenía la intención de jugar con la mente de Keana, hacer que la deseara un poco más.

"¿No tienes curiosidad por saber cómo se siente?" Siguió cuestionando, a Keana le

temblaron los labios y sus manos fueron a posarse justo por encima de las de Lauren.

Por supuesto que quería, se moría por hacerlo. Había hecho uso de todo su auto control

para negarse a recibir un beso de Lauren la primera vez que esta se lo pidió y ahora era

el doble de difícil hacerlo.

"Por favor Keana..." Murmuró Lauren ya casi contra sus labios. Keana sentía su corazón
latiendo en la garganta, buscando con desesperación una salida para llegar a los brazos

474
de Lauren y quedarse ahí por siempre. Un beso... Sabía que estaba mal pero lo deseaba.

¿Qué tanto la jodería un beso de Lauren? Quizás sería el único que podría recibir en toda

su vida, quizás sería uno de debut y despedida. Keana se preguntó a sí misma si valía la

pena y su cerebro, su corazón y cada pequeña célula de su cuerpo le dieron la respuesta

inmediata.

La chica asintió con la cabeza muy despacio y eso fue suficiente para Lauren para unir

sus labios a los de ella con lentitud y cariño. Sus pulgares acariciaron con suavidad las

mejillas de Keana, fue un roce de labios lento y dulce al cual se fueron adaptando poco a

poco. Keana separó sus manos de las de Lauren y las llevó hasta su cuello para acercarla

un poco más y ladeaba la cabeza brindando una mejor posición para ambas y permitiendo

que Lauren profundizara un poco más entreabriendo los labios.

Lauren suspiró contra su boca, dejando que un poco de su aliento se colara al interior de
Keana, seguido por su lengua deseosa de explorar cada rincón.

Ambas tenían los ojos cerrados y disfrutaban del contacto que querían prolongar lo más

humanamente posible, respiraban de forma acompasada por la nariz para evitar quedarse sin

aliento y permitir que el beso se extendiera más. No querían separarse, porque para ese

punto ya ambas sabían que no volvería a repetirse. Ese era el inicio y el final.

El beso de Keana era maravilloso, cualquiera debería sentirse afortunado de probar esos

carnosos labios rosa que caracterizaban a la chica, dueños de una suavidad que invitaba

a ser disfrutada a mordidas. Pero un pensamiento se había cruzado en su mente ni bien

la había probado, Camila. Camila estaba ahí, en su mente. Estaba impresa en sus labios,

en sus dedos, cada caricia que le proporcionaba a Keana estaba dirigida a Camila.

Porque a esa chica la tenía tatuada de los pies a la cabeza y sería imposible deshacerse

de ella, aunque le hiciese daño, aunque la hubiera destrozado como ninguna otra

persona antes, era la mujer de la que estaba enamorada y ahora sólo podía besar a

Keana por primera y última vez, darle lo mejor de ese contacto a sabiendas de que sería

la única vez que lo compartirían.

475
Keana por su parte, estaba completamente hechizada. Una parte de ella se había

arrepentido inmediatamente de aceptar el beso de Lauren, porque ella estaba consciente,

ella sabía que Lauren amaba a su prima Camila, sabía que lo que ella y Lauren tenían no

tenía cabida ni la tendría jamás. Pero en cuanto se unieron en ese beso, Keana sintió

una imperiosa necesidad de continuar, de disfrutar cada segundo, aunque su corazón

sufriera por dentro porque ella jamás le pertenecería. ¿Cuando en su jodida vida iba a

volver a conocer a una chica como ella? Tan amable, inteligente, humilde, valiente y

generosa. ¿Quién más iba a acompañarla en sus locuras? Keana jamás olvidaría la

forma en que Lauren se había reído de ella cuando le dijo que quería practicar skate,

pero aún así la acompañó a comprar su patineta y la llevó a la pista más cercana a

practicar. Lauren le había limpiado cada una de las heridas después de las caídas y le

había dado besos en las mejillas cada vez que se quejaba del dolor. Había sido Lauren

también quien la había llevado a escalar un simulador y descender a rappel, eso había

sido más seguro y menos doloroso pero igual de divertido. Lauren le había enseñado sus

primeros acordes en guitarra y con Lauren había hecho planes de, quizás algún día,

asistir a algún festival de música en el que la ojiverde la cargara en los hombros para

elevarse entre la multitud a pesar de que de cualquier manera ella no podría ver nada.

Lauren debió haber sido suya, pero no lo era y ahora sólo le quedaba ese único e

increíble beso que deseaba que durase para siempre mientras sus manos ascendían y

se perdían entre las espesas hebras color negro del cabello de Lauren. Disfrutando con

el resto de sus sentidos la cercanía de la morena, su aroma a lavanda, la textura sedosa

de su cabello, el sonido repetitivo y adictivo de sus labios uniéndose y separándose una y

otra vez, y el dulzor de la lengua de Lauren envolviendo la suya.

Las dos se siguieron besando, sus labios estaban enrojecidos, y en medio de la humedad

de sus chasqueantes bocas, ambas chicas lloraron por lo que, en algún momento pudo

haber existido, pero que al parecer no estaba destinado para ellas en esa vida.

Claro que, aquel par de ojos marrones que espiaban por la puerta entreabierta

desconocían lo que sucedía. No sabían lo que pasaba por la mente y los corazones de

476
aquellas dos chicas que protagonizaban una de las escenas más dolorosas de su vida.

Camila sólo veía el deseo, las ganas, la entrega de ambas en ese beso que había

escuchado a Lauren solicitar con desesperación, como si su vida dependiese de ello. Sólo

podía ver esas cuatro manos aferradas a los cuerpos jadeantes y necesitados. Los ojos

cerrados, la sinfonía de suspiros.

Ese era el peor día de su vida.

Y vaya que había tenido pésimos días últimamente.

Todo era una mierda en su vida.

Había estado sufriendo desmayos de los que nadie se enteraba y que no eran atendidos

de ninguna forma porque Austin no quería que le hicieran análisis a Camila y se

enterasen de que estaba consumiendo las drogas que él le daba. Drogas, que cada vez

se volvían más y más indispensables para ella. La cocaína era su única compañía porque,

los que eran sus amigos, la habían abandonado por completo, y no los culpaba, de hecho

los entendía.

Luis, Ally, Normani, Troy y Dinah. Todos ellos se habían puesto de parte de Lauren

después de la forma en que terminaron y junto con ellos, más de la mitad de las personas

del campus que idolatraban a Camila, ahora la repudiaban. Aunque nadie se atrevía a

decirle nada directamente, y menos con Austin estando a su lado. Camila había podido

ver la forma en que la gente la miraba, como murmuraban acerca de ella. Los insultos

iban y venían entre susurros de un alumno a otro, y quienes no le enviaban mensajes

anónimos para decirle que era una hija de puta sin corazón, lo hacían para tratarla como

una zorra y pedir que se acostase con ellos y que les hiciera las cosas que Austin se

había encargado de divulgar entre sus amigos.

Aquel día, había tenido que pasarlo pegada cada segundo a Austin Mahone. Era su

cumpleaños, así que estaba obligada a pasar cada hora a su lado, en especial durante la

fiesta que el chico había organizado, donde el alcohol, la música, los cigarrillos y demás

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sustancias nocivas no faltaron. Camila se vio obligado a usar un vestido color rojo, muy

entallado y corto, que apenas cubría una mínima parte de sus muslos y que estaba

escotado al frente sin sentido alguno. Carecía completamente de clase, igual que sus

tacones. Se sentía como una verdadera puta. Incluso peor. Pero así era como debían ser

las cosas.

Fuera de la mansión y sobre toda la ciudad, estaba cayendo una espesa tormenta que no

impidió que la fiesta continuara al igual que la tortura de Camila. Más cuando por fin, bien

entrada la noche, Austin quedó noqueado por el cóctel de alcohol, pastillas y polvos que

había consumido, la castaña logró escabullirse entre los sudorosos cuerpos que se

movían unos contra otros en la que probablemente sería considerada la mejor fiesta del

ciclo, sobre todo tomando en cuenta que prácticamente ya estaba comenzando una orgía

en medio de la sala de estar. Camila sintió alivio cuando logró salir de la mansión sin que

la invitaran a ser partícipe de tales actividades.

Camila corrió hasta el porsche, había bebido, y se había metido un par de líneas de coca,

pero aún se sentía lo suficientemente bien para conducir. Incluso había estado lo bastante

lúcida para robar un par de sobre de droga del cajón de la habitación de Austin antes de

marcharse.

Se introdujo en el auto, el cuál obviamente tenía el capote puesto y luego de eso arrancó

con dirección hacia su casa. Pensaba que con algo de suerte, quizás podría ver pasar a

Lauren por alguno de los pasillos antes de de que se fuera a la cama. Hacía unas

noches, había soñado con ella. La había escuchado decir que la amaba, y se despertó

llorando al saber que eso no sería posible jamás. Eso creía. Que había sido un sueño,

producto de las alucinaciones provocadas por aquel polvo... Benditas drogas.

Irónicamente, eran lo único que la mantenía sana.

Llegó a la mansión Cabello finalmente y encontró en la entrada, dos grandes maletas

llenas de equipaje. Sólo podía significar una cosa, su madre había vuelto a casa. Su

estómago se revolvió ante la idea... Ya se imaginaba la cara de desaprobación de su

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madre al saber que había abandonado a su novio, Austin, la noche de su cumpleaños.

Austin y Sinuhe se llevaban bien, al menos lo hicieron durante lo que duró su primer

noviazgo con él. Para Sinuhe, los millones en la cuenta bancaria de los Mahone valían

cada centímetro de su hija, por eso estaba muy contenta de que los dos chicos estuvieran

juntos. Todavía recordaba a la perfección todos los reclamos que había recibido de su

madre cuando se enteró que había dejado a Austin, a ella poco le importaron sus

infidelidades, el dinero lo era todo. Si Sinuhe se enteraba de lo que Camila había hecho

esa noche, a la castaña le esperaba una terrible y tediosa reprimenda que no estaba con

humor de escuchar.

Por eso intentó apresurarse hacia su habitación, pero antes de dar más de dos pasos,
escuchó el grito de su padre proviniendo del despacho.

"¡¡¡QUIERO QUE TE LARGUES DE ESTA CASA Y ME DES EL JODIDO DIVORCIO!!!"

El grito fue tan fuerte y cargado de ira que Camila se estremeció por completo. ¿Qué

estaba pasando con sus padres? Movida por su genuino interés, caminó con dirección al

despacho y se quedó escuchando detrás de la puerta.

"¡NO TE VOY A DAR UN CARAJO!" Devolvió Sinuhe. De no ser porque Camila

conocía perfectamente la voz de su madre, no habría creído que esa mujer que

hablaba con tan pocos modales había sido la misma que le dio la vida. "¡¡NI LOCA ME

QUEDO SIN MI FORTUNA ¿ESCUCHASTE?!!"

"¿Eso es lo único que te importa verdad? Llevarte el jodido dinero para gastarlo en el

pedazo de mierda que tienes como amante." Escuchó decir a Alejandro, esta vez en un

tono más calmado. El corazón de Camila latía con fuerza dentro de su pecho. Su madre

tenía un amante... Su padre quería divorciarse... Su familia se estaba desmoronando.

"Sólo desbloquea mis jodidas tarjetas de crédito y acabemos con esta mierda. Me
tengo que ir." Espetó la mujer furiosa, resoplando entre frases.

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"No vas a tener ni un puto centavo más de mí. Sinuhe, te vas a largar de esta casa con lo

que llevas puesto. Este imperio le pertenece a mí hija, tú no te mereces nada." Camila se

tocó el pecho tratando de contener los latidos de su corazón, temiendo que sus padres

pudieran escucharlos al otro lado de la puerta. Escuchó las carcajadas de Sinuhe

Cabello.

"Tú hija..." Habló con sorna, con veneno que fue evidente para Camila "Me merezco todo

lo que tengo precisamente por haberte dado a esa jodida hija que tienes. ¿Tienes idea de

lo mucho que la detesto? Odio verla, siempre la he odiado. Esa hija tuya sólo ha servido

para joderme la vida desde que fue concebida. Debí haberla abortado pero entonces no

habría tenido el gusto de verte llorar de dolor cada vez que ella te rechazaba. Sólo estar

con ella en la misma habitación me daba asco."

Camila llevó la mano a su boca, esta vez para contener sus sollozos. Su madre la odiaba,

su propia madre había considerado el abortarla... ¿Por qué? ¿Por qué su madre le tenía

tanto resentimiento? Sabía que Sinuhe no era una mujer cariñosa, pero las palabras que

acaba de escuchar habían superado todo límite imaginable.

"Ella no tiene la culpa de nada" Habló Alejandro esta vez, en voz baja. Con

vergüenza. Sinuhe volvió a reír, esta vez fue una risa corta, pero cargada de sarcasmo.

"La culpa la tienes tú Alejandro. Tú eres lo peor que me ha pasado en la vida. Eres un

poco hombre, alcohólico que tuvo que violarme para poder sentirse alguien y que me

dejó embarazada de una porquería de mocosa como Camila"

El corazón de Camila se rompió en pedazos. Cada trozo fue pulverizado.

Su nacimiento fue producto de una violación. Todo tenía sentido ahora.

La inexistente relación de sus padres. La lejanía de ambos con ella... Nunca habían

deseado tenerla. Su padre se había aprovechado de su madre. La había usado, le había

robado su dignidad, su cuerpo. Como Austin lo hacía con ella, cada día...

480
No pudo más, se desplomó contra la puerta del despacho que, estaba mal cerrada

y entonces vio la mirada de sus padres. Alejandro estaba rojo de vergüenza y

Sinuhe sonreía victoriosa al ver a Camila hecha un mar de lágrimas.

Alejandro dio un paso hacia su hija, que yacía arrodillada en el suelo, pero antes de que

pudiera alcanzarla, Camila se levantó rápidamente. No podía permitir que un hombre

como él la tocara. Ya tenía suficiente con Austin... No podía vivir más con eso.

Se levantó del piso rápidamente y salió corriendo. Sólo había algo en su mente, sólo

había una cosa que podía ayudarla en ese momento y a pesar de que sabía que ni

bien cruzara la puerta de Lauren podía recibir una patada en el rostro por atreverse a

acercarse a la chica a la que le había envenenado el corazón. Ella era lo único real que

tenía en la vida.

Lauren.

Lauren.

Lauren.

Todo se reducía a ella.

Necesitaba verla. Necesitaba que la envolviera en sus brazos, que la protegiera, pero

cuando llegó a la habitación, sus brazos estaban ocupados en alguien más, sus ojos

miraban a alguien más y su cariño estaba dirigido a alguien más también. Alguien a quien

después se dedicó a besar una y otra y otra vez sin darse cuenta de su presencia detrás

de la puerta entre abierta.

Ya no quedaba nada en la vida para ella.

Ya no había un sólo motivo más para continuar.

Su madre cometió un error al no abortarla, pero ahora, veinte años después, ella lo
corregiría.

481
Capítulo 35

"¡CAMILA!"

El grito que Alejandro dejó salir con todo el poder de su garganta mientras subía las

escaleras dando largos y apresurados pasos fue el motivo de que Keana y Lauren se

separaran finalmente.

"¿Camz?" Fue lo primero que dijo Lauren después de tomar una bocanada de aire. Por un

instante se sintió mal, acababa de besar a Keana y lo primero que salió de sus labios

después de ello había sido el sobrenombre de Camila. Sin embargo, ese pequeño

sentimiento de culpa despareció cuando las manos de Keana buscaron las suyas y una

expresión de preocupación se instaló en el rostro de la chica de ojos miel.

"¿Qué está pasando Lauren?" Preguntó Keana. Nunca en su vida había escuchado a
su tío gritar de esa forma. Algo grave debía haber sucedido.

"¡¡CAMILA!!" Se volvió a escuchar la voz de Alejandro, esta vez más desesperada. Lauren
se levantó de inmediato.

"Quédate aquí Keana, iré a ver qué pasa." Le dijo tratando de calmar a la otra chica.

Keana tenía un mal presentimiento que la recorría de pies a cabeza pero sabía que

debido a su condición poco podía hacer para ayudar en ese momento. Por lo tanto

se limitó a asentir y dejar que Lauren se fuera.

Ni bien Keana soltó sus manos, Lauren salió corriendo por la puerta de la habitación en

dirección hacia el vestíbulo. Encontró a Sinuhe Cabello parada ahí en medio con una

sonrisa que se borró en cuanto vio a la pelinegra.

Lauren se ahorró el tiempo de preguntar cualquier cosa, la mirada asesina de Sinuhe le

recordó que no era de su agrado, más a la morena poco le importaba. Luego de la plática

que había tenido con Keana y de todo lo que previamente la propia Camila le había

482
contado, Sinuhe se encontraba en la lista de personas que no se merecían ni un segundo

del tiempo o el pensamiento de Lauren.

Así que de inmediato y sin más miramientos, Lauren cambió de dirección hacia las

escaleras, encontrándose con Alejandro en medio del camino. El hombre estaba llorando.

"Lauren..." Dijo su nombre de forma dolorosa. Lauren sintió el pánico crecer dentro de su

pecho.

"¿Dónde está Camila?" Preguntó la chica y entonces el sonido del rugido de un motor les
dio la respuesta que ambos necesitaban.

Las llantas del Porsche 911 color rojo rechinaron con fuerza y lo único que Lauren y

Alejandro pudieron percibir del auto a través de los ventanales, fueron las luces

perdiéndose al final del portón de la mansión. Camila se había marchado.

Lauren y Alejandro corrieron escaleras abajo y se encontraron con una Sinuhe que reía
completamente divertida con la situación.

Cuando le dijo todas aquellas palabras a su esposo en el despacho, lo decía con el único

objetivo de herirlo, nunca esperó haber tenido el golpe de suerte de que Camila también

la escuchara y es que, si bien era cierto que cuando se enteró de que estaba

embarazada la idea de abortar le había parecido inhumana, conforme el tiempo pasó se

preguntaba día con día el por qué no lo había hecho, así que a fin de cuentas no había

dicho ninguna mentira. Y el hecho de saber que las dos personas que más odiaba en el

mundo estuvieran hechas mierda en ese momento debido a sus palabras la hacía sentir

más que satisfecha.

La realización golpeó a Lauren con rapidez, Sinuhe había visto a Camila marcharse y no

había hecho nada en lo absoluto para detenerla. La ojiverde no tenía idea de lo que estaba

sucediendo, pero la temperatura gélida de su sangre corriendo lentamente por sus venas

sumado a la tensión del ambiente le decían que debía ser realmente terrible. Y el

483
ver a Alejandro perder completamente el control frente a sus ojos y reventarle el labio

a Sinuhe de una bofetada se lo confirmó.

"¡HIJA DE PUTA!" Le gritó encolerizado, al mismo tiempo que sus lágrimas resbalaban a

gran velocidad por sus enrojecidas mejillas. Sinuhe yacía arrodillada, con la boca

sangrando pero manteniendo su sonrisa victoriosa. "¡Si algo le pasa a mi hija te juro que

te mato!"

Alejandro iba a volver a golpearla pero Lauren lo impidió tomándolo por los brazos con

fuerza y apartándolo.

"¡Alejandro!" Le gritó atreviéndose a llamarlo por su nombre en una efectiva manera de

llamar la atención del hombre "Hay cosas más importantes ahora." Le recordó

mirándolo directamente a los ojos en cuanto Alejandro se giró hacia ella.

"Camila" Dijo él, sintiendo la amargura en su garganta, producto de la preocupación "Mi

Camila." Repitió y Lauren sintió miedo al ver la mirada de Alejandro Cabello perderse.

"¿Qué pasó?" Preguntó Lauren regresando al señor Cabello a la realidad. Él


negó rápidamente con la cabeza y tomó a la chica por los hombros.

"No hay tiempo para eso Lauren. Tienes que seguirla, por favor" Le pidió casi como un

ruego "Ella estaba muy alterada, puede pasarle cualquier cosa. Por favor síguela." Le

repitió entregándole las llaves de su camioneta y Lauren asintió de inmediato

tomándolas.

No sabía por qué, no sabía hacia donde ir pero sus pies parecían tener vida propia. Corrió

rápidamente hasta el estacionamiento, se subió a la Range Rover de Alejandro y salió

disparada sin saber exactamente hacia dónde ir. Guiándose únicamente por sus instintos.

Sus pensamientos no existían. Nunca existían si se trataba de Camila.

Los ojos marrones estaban enrojecidos, podía ser por el llanto, podía ser por las líneas de
cocaína que su dueña acababa de sorber por la nariz. Camila necesitaba valor para hacer

484
lo que quería, aún no decidía cómo, pero esperaba que aquel mágico polvo la ayudara a

encontrar una forma creativa de acabar con todo de una jodida vez.

Toda su maldita vida había sido un error. Ella nunca debió existir para empezar, había

sido producto de un acto salvaje y atroz y ella simplemente no podía seguir viviendo

conociendo la verdad. No sin Lauren a su lado para ayudarla, para ser su soporte y su

sitio seguro.

La intensidad con la que la lluvia golpeaba el parabrisas de su auto podía asustar a

cualquiera, la visión era difícil y la coca ya estaba haciendo efecto, alterando cada uno de

sus sentidos, su cuerpo temblaba, pero nada en el mundo sería capaz de hacer que se

detuviera. Camila aferró sus manos al volante y presionó con su pie el acelerador a pesar

de que apenas podía divisar el camino y que su cabeza estaba siendo devastada por un

remolino que traía consigo los recuerdos de las últimas horas. Austin, su madre, su padre,

Lauren. Una y otra vez, hiriendo su corazón, haciendo que esa pequeña aguja que

marcaba la velocidad del automóvil continuara avanzando hasta marcar niveles peligrosos

que Camila ignoraba por completo. Quería estar lejos.

Lejos.

Lauren tuvo una nueva epifanía. Sabía perfectamente el rumbo que Camila tomaría y

sintió un pequeño atisbo de alegría aparecer en su estómago, sin embargo, no permitió

que creciera, necesitaba encontrar a Camila, no había tiempo para distracciones.

Tenía que acelerar, tenía que alcanzarla.

Así que eso hizo. En medio de la tormenta, Lauren aumentó la velocidad superando

cualquier límite que jamás hubiera visto en los letreros de tránsito. Nada importaba en

ese momento. Sólo Camila. Siempre Camila.

Condujo bajo la intensidad del diluvio por varios minutos hacia la conocida carretera, el
mar se agitaba con violencia, la marea había aumentado considerablemente y las olas

485
reventaban contra las rocas del risco con fuerza. Una fuerza casi tan comparable como

se azotaba su corazón dentro de su pecho.

Faltaba todavía un gran tramo para llegar al lugar indicado. Tenía que descender de la

montaña primero y luego continuar en línea recta al nivel del mar para llegar a su playa.

No sabía por qué, pero había algo que le decía que Camila se dirigiría ahí y ella estaba

completamente dispuesta a dejarse llevar por lo que su corazón le decía. Así que continuó

subiendo por el difícil camino lleno de curvas y con el estrecho espacio para maniobrar.

Los ojos verdes se iluminaron ni bien volvió a ver las luces del porsche de Camila. Estaba

a unos metros frente a ella por lo que decidió intentar rebasarla para poder detenerse

frente a ella y parar su avance. Así que lo hizo, verificó que ningún coche viniera en su

dirección y se metió al carril de a lado para intentar emparejar la camioneta con el porsche

de Camz.

Lo logró.

"¡CAMILA!" Le gritó de una ventana a otra. El agua se metía por el hueco vacío que había

dejado el cristal y Lauren apenas podía ver el perfil de Camila dentro de su convertible.

La ojiverde presionó el claxon una y otra vez hasta que llamó la atención de la otra chica.

No sin voltear a ver al frente las veces necesarias para asegurarse de que ningún auto

estuviera dirigiéndose hacia ellas.

"¿Lauren?" Murmuró Camila después de escuchar el sonido de las bocinas del coche que

iba a su lado. ¿Estaba viendo a su ángel? ¿Realmente lo era?

No. Debía ser efecto de las drogas. No sería la primera vez que después de consumir se

imaginaba a Lauren. Camila cerró los ojos con fuerza y aumentó la velocidad aún más.

"¡Maldición!" Gruñó Lauren completamente frustrada y no pudo hacer más que imitar

la acción de Camila. El motor de la Range Rover rugió y el sonido de las llantas al ras

del asfalto mojado se hizo más intenso.

486
Lauren estaba concentrada en su objetivo. Alcanzar a Camila, ponerla a salvo. Camila

estaba fuera de sí, con cerrando los ojos por lapsos que representaban una gran

amenaza. Sobre todo después de lo que se avecinaba. Un camión de carga

completamente fuera de control que hacía sonar su ruidoso claxon una y otra y otra

vez para hacer que se apartasen. Se había quedado sin frenos en pleno descenso.

Camila no percibió el peligro en ningún momento. Continuó siguiendo su camino hacia

adelante hasta que la luz la cegó por completo y luego el estruendo metálico retumbó

en sus oídos hasta dejarla inconsciente.

[...]

"¿Lauren?"

Lauren sintió un dolor punzante del lado izquierdo de su cabeza al intentar abrir los ojos,

así que optó por sólo levantar su párpado derecho, permitiendo que se acostumbrara a

las luces y sombras que se dibujaban frente a ella. Camila estaba ahí. La morena intentó

hablar pero le resultó imposible y la castaña sólo se limitó a sonreír entre lágrimas.

Lauren estaba viva.

Camila estaba prácticamente ilesa después de la increíble maniobra que Lauren había

hecho y que la había dejado a sí misma prácticamente al borde de la muerte. Pero no,

estaba ahí, respirando, con su ojo derecho apenas abierto.

Ni bien Lauren se había percatado de la presencia del camión, su cuerpo tomó el control

una vez más. Lo que hizo fue una locura, pero el rostro de Camila frente a ella, apenas

con una herida reciente en la frente le había hecho saber que había sido la decisión

correcta.

Lauren había impactado la Range Rover contra la parte trasera del Porsche haciendo

que Camila se saliera del camino y terminara estrellándose de lado contra la valla de

contención de la carretera, mientras que la camioneta se estampaba contra la pesada

487
máquina para terminar siendo arrastrada varios metros hasta ser aplastada entre el

risco y el camión.

Había despertado hacía tres días, después de haber estado dos semanas en un coma

inducido. Pero esta era la primera vez que permitía que Camila hablase con ella después

del accidente. Aunque, obviamente, no era la primera vez que la castaña entraba a su

habitación en el hospital.

Camila todavía podía recordar cuando recuperó la consciencia, no sabía cuánto tiempo

había pasado después del impacto que sintió en la parte trasera de su auto pero cuando

lo hizo, la primera imagen que se le vino a la mente fueron los ojos verdes de Lauren. Fue

entonces cuando salió del coche, con sus piernas temblando, en medio de la tormenta

cuyas gotas se mezclaban con la sangre que resbalaba por su frente. Camila vio sus pies

deslizarse por el suelo uno a la vez, con lentitud, como si se estuviera asegurando a cada

paso de que no se había roto nada, pero cuando levantó la mirada y vio la camioneta de

su padre hecha pedazos contra el parachoques de un camión se acabó la lentitud y la

prudencia. Corrió hacia ahí y pudo reconocer la cabellera negra de Lauren en el interior

del vehículo y sus ojos comenzaron a hacer una réplica exacta de la tormenta que cubría

la ciudad.

El hecho de no estar segura de si Lauren seguía con vida o no la estaba destrozando.

Salió corriendo de nuevo, esta vez de regreso al porsche, buscó el teléfono en el piso y

llamó una ambulancia y para cuando trasladaron a Lauren al hospital después de horas

de trabajos para sacarla de la lata en que se había convertido la Range Rover, no hubo

manera en el mundo que lograra que Camila se separara de ella.

Nada.

Hasta que Lauren despertó de su coma y pidió específicamente que no dejaran pasar a
nadie más que a su hermano.

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El médico que la atendió le explicó a la ojiverde que no estaba en condiciones de

recibir demasiadas visitas ni de ser expuesta a emociones fuertes por lo que había

puesto una norma de que solo tres personas podían pasar a verla y cuidarla pero

Lauren había reducido esa lista únicamente a Chris.

Fue la mirada de su hermano, llena de dolor y de alivio lo que le recordó la promesa que

le había hecho a sus padres. Una promesa a la que había estado faltando los últimos

meses y a la que no pretendía volver a fallar. Por eso necesitaba hablar con Camila. Por

eso y porque necesitaba asegurarse de que lo que su hermano y el médico le decían era

verdad. Que la chica estaba bien, sana, ilesa. Que no era una mentira de ellos creada con

el único objetivo de lograr que no se alterara.

"Camila" la llamó Lauren con una voz áspera. Aún le costaba trabajo hablar, después de

haber pasado horas con el pecho presionado entre el volante y el asiento de a

camioneta, era natural que el simple hecho de respirar todavía le doliese.

Camila estaba llorando. ¿Por qué lloraba?

"No puedo creer que estés viva" Declaró Camila haciendo un esfuerzo por contener sus

lágrimas. Ver a Lauren ahí, con los ojos abiertos finalmente, después de tanto tiempo.

Camila realmente sintió que había contenido la respiración durante más de quince días y

ahora a pesar de que sus pulmones rebotaban debido al llanto, podía sentir cómo se

llenaban de aire y de alivio.

"Tengo razones para estar aquí." Dijo Lauren. Pensó en Chris, pensó en Taylor. Seguía
sin entender por qué Camila lloraba.

Camila se acercó más a Lauren, hizo el recorrido desde los pies de la cama hasta uno de

sus costados e intentó tomar la mano de la chica, pero esta hizo el doloroso y fallido

intento de apartarla. Lauren siseó al sentir la punzada de sufrimiento recorrer su brazo. Se

lo había roto en tres partes y aunque ya lo habían unido con clavos todavía no estaba en

condiciones de mover ni siquiera la mano. Camila desistió de tocarla.

489
"Salvaste mi vida." Declaró Camila, no sabía si Lauren podía recordar o no lo sucedido.

Ella a penas conseguía memorar el accidente en sí. No sabía si era por efecto de la

cocaína o porque todo había pasado demasiado rápido.

Lo volvería a hacer. Pensó Lauren. Pero no lo dijo en voz alta.

"Me alegra que estés bien." Se limitó a decir. Realmente la alegraba que estuviera bien.

Ella aún desconocía los motivos que habían hecho que Camila saliera de la mansión

como alma que llevaba en diablo en aquel porsche, pero se recordó a sí misma que eso

no importaba. Se recordó a sí misma la segunda razón por la que había mandado a

llamar a Camila a su habitación. Tenía que decirle la decisión que había tomado.

Cuando Camila escuchó a la enfermera llamarla y decirle que Lauren quería verla su

corazón saltó de alegría. Ella estaba consciente de que las cosas entre las dos no

estaban bien, pero saber que finalmente Lauren le había permitido la entrada, antes que

a Alexa, Keana o incluso Ally, la hizo feliz. Por supuesto que no se esperaba lo que la

ojiverde tenía que decirle, eso la habría detenido de verse tan ansiosa por saber.

"¿Para qué me llamaste? ¿Necesitas algo Lauren?"

Lauren frunció el ceño y su corazón se estremeció. Camila estaba usando el tono de voz

cariñoso que había empleado durante su noviazgo. ¿Por qué lo hacía? ¿Por qué la

lastimaba de esa forma? ¿Por qué se empeñaba en hacer las cosas más difíciles?

Probablemente sólo era agradecimiento... Le había salvado la vida a fin de cuentas.

Austin debía estar afuera esperándola.

"Camila..." La llamó, la voz ronca, casi como si se rehusara a salir por su apretada garganta.

"Me haces daño." Dijo Lauren, provocando que Camila recibiera una oleada de dolor en su

pecho. "No eres buena para mi vida. No puedo seguir estando cerca de ti."

Camila sintió esas palabras como espadas atravesando su cuerpo, una tras otra.

490
"Lauren" Trató de decir pero los ojos verdes la miraron de una forma que suplicaba que

se quedase callada. Así que lo hizo. Lauren era lo único que importaba y en ese momento

Lauren necesitaba hablar, desahogarse, expresar sus sentimientos por última vez y

Camila escucharía.

"Papá me dijo una vez, que cuando conoces a la persona correcta, cambias por ella."

Empezó a decir, con su voz quebrándose, sus ojos ardiendo por las lágrimas que se

avecinaban, y el corazón destrozándole el ya maltratado pecho.

"Yo quería cambiar por ti." Declaró haciendo que Camila también volviera a dejar escapar

esas pequeñas gotas de agua salada a través de sus lagrimales. Decidió ya no

preguntarse la razón del llanto de la castaña y continuar con lo que tenía que decir.

"Quería ser mejor para ti, quería estar a tu altura para poder hacerte feliz." Hizo una

pausa, necesitaba respirar, necesitaba recordarse a sí misma porque tomaba esa

decisión. "Creí que sentías algo por mí."

Camila tuvo que reprimir la necesidad de gritarle que la amaba. ¿Qué sentido tenía

hacerlo? Austin seguía ahí, acechándola. Podía haberse ido de viaje a Las vegas para

terminar de celebrar su cumpleaños y cogerse unas putas, pero a fin de cuentas

seguía atrapada con él. Seguía teniendo que someterse a su voluntad. Siguió

escuchando a Lauren mientras se mordía la lengua para poder quedarse callada.

"Luego creí estar segura de que me habías usado. Que lo único que sientes por mí es

odio y repulsión... pero ahora estás aquí llorando y me haces dudar..." Habló la

ojiverde, dejando algo de su enfado escapar en la última frase. No entendía a Camila y

eso la hacía enojar. "No sé que buscas de mí Camila, pero no puedo dártelo. No puedo

estar cerca, no puedo cuidarte, no puedo protegerte más... No importa lo que siento por

ti, no puedo cambiar tanto. No puedo cambiar a mi familia por ti."

491
Camila no lograba comprender lo que Lauren decía. ¿Sus hermanos? Ella jamás le pidió

nada con respecto a sus hermanos. Camila adoraba a Tay y a Chris, jamás haría nada

para apartarlos, jamás le condicionó nada a Lauren con relación a ellos.

"Cuando vi el camión frente a nosotras sólo pensé en ti." Continuó Lauren "No quería que

nada te pasara... No importó todo lo que me hiciste sufrir, sólo quería que estuvieras

bien. Y lo logré... ¿Pero a qué precio?" Le preguntó de forma retórica. Camila se cubrió la

boca con las manos. "Pude morir... ¿Te das cuenta? Estuve a punto de abandonar a mi

familia por ti. Estuve a punto de hacer que mis hermanos sufrieran el dolor de quedarse

solos otra vez. Por ti."

Y lo volvería a hacer. Aceptó Lauren con pesar para sí misma. Esa era la razón por la que

tenía que alejarse. No podía seguir poniendo a Camila sobre todas las cosas, cuando

había dos seres que dependían por completo de ella.

"Lauren yo no..." Habló Camila entre sollozos pero Lauren la hizo detenerse de nuevo.

"Camila yo te amo." Declaró Lauren tomando aire con profundidad y dejándolo escapar

con un intenso dolor debido a sus heridas. "Te amo. Aunque tú no sientas lo mismo por

mí... Pero es que, incluso aunque lo sintieras... Si sintieras algo por mí. No cambiaría

nada." Dijo recordando todas las veces en que Chris, Alexa, Keana y Ally le habían dicho

que notaban el cariño que Camila le tenía y permitiéndose por un momento imaginar que

era verdad. "Estás mal. Tu vida es una mierda Camz... Y yo no puedo permitir que me

arrastres a ella."

Camila sollozó sonoramente, incapaz de contenerse. Lauren tenía la jodida razón en todo.

Camila estaba mal, Camila no estaba en condiciones de amar a nadie. Camila se odiaba

a sí misma y en ese punto lo único que lograría sería dañar más a Lauren, no podía

permitírselo.

"No puedo sanarte. No puedo cuidarte. No puedo hacer nada por ti." Continuó Lauren

sintiéndose culpable. Abandonaría a Camila. Tenía que hacerlo por el bien de su familia.

492
"Aunque quiera hacerlo... No puedo arriesgarme Camz. No puedo arrojar todo por la

borda para intentar salvarte otra vez."

Ambas sorbían por la nariz una y otra vez, igual que sus lágrimas no dejaban de

escaparse entre sus párpados y el monitor conectado al cuerpo de Lauren anunciaba

como el latido de su corazón se hacía más intenso presagiando la pérdida.

"Me voy a ir." Dijo finalmente y Camila soltó un jadeo después de escucharla "Y espero

que si sientes al menos un mínimo de respeto por mí, no lo evites. Esta será la última

vez que nos veamos Camila. Esta será la última vez que me tengas frente a ti, así que si

tienes algo que decirme. Esta es tu última oportunidad."

Camila quería decirle toda la verdad. Quería explicarle todo lo que sucedió. Decirle que

todo lo que Austin era una mentira, repetirle una y mil veces lo mucho que la amaba. Pero

no podía, no podía hacerlo, esta era la única forma en que Lauren podría ser feliz.

Marchándose ella y sus hermanos serían libres. Si Lauren se iba podría continuar con su

vida, estaría lejos del alcance de las amenazas de Austin. Era lo mejor para ella y si era lo

mejor para Lauren, entonces Camila tendría que sobrevivir con ello. Era lo mínimo que

podía hacer por ella. Por Lauren. Siempre por Lauren.

Camila se aclaró la garganta. Se limpió las lágrimas. Miró a Lauren a los ojos y finalmente

habló.

"Lamento todo el daño que te hice Lauren. Espero que logres ser feliz."

Eso fue todo. No podía decir más.

Había tantas cosas que decir, pero debía guardárselas todas. Así que con esas

dos frases, Camila recibió un asentimiento de Lauren, y luego de eso se marchó de

la habitación, suplicando en silencio que todo fuera bien para los Jauregui.

493
Un mes después, Lauren y sus hermanos tomaron un avión en dirección a otro lugar.

Lejos de la ciudad donde había nacido, donde había crecido, donde se había enamorado

y donde le habían roto el corazón.

Alejandro Cabello se había mostrado agradecido por el acto heróico de Lauren y como

agradecimiento, no solo la finiquitó de forma substanciosa, sino que la recomendó con uno

de sus mejores amigos para que la chica no tuviera que estar buscando trabajo mientras

se instalaba en su nuevo hogar y entraba a su nueva universidad.

Era un nuevo comienzo para ella. Para Chris. Para Taylor.

Y aunque este nuevo comienzo estaría marcado por la ausencia de Camila, Lauren estaba

segura de que ella jamás la abandonaría por completo. Camila siempre estaría dentro de

ella. La acompañaría a donde fuera, a donde quiera que su camino la llevara.

Capítulo 36

Nuestra coordenada no es lo único que va girando

Todo lo que nace muere tarde o temprano

Si caminamos al revés

Quizás nos encontramos

Nos estaremos encontrando.

El mundo conspira y baila.

Aún te busca y tú piensas: Adoro tus grandes ojos con los que dices adiós.

Y lloras cuando duermes. Remordimiento.

Siempre buscas demasiado amor.

Y tú aquí y yo allá.

Y yo aquí y tú allá.

Y yo te escucho cuando tú te vas.

494
Y si te quedas tú no me ves.

Yo aquí y tú allá.

"¿Quieres parar con esa canción?" Espetó Lauren en dirección a Chris quien

sonreía después de sus fallidos intentos por cantar en francés.

El chico había puesto esa canción en repetición en el estéreo del auto de Lauren. Ella lo

estaba llevando a la universidad, ya que le quedaba de paso hacia el trabajo mientras

Taylor era atendida por una niñera, todavía faltaba una semana para que la menor

volviera a clases. Taylor y Elizabeth se llevaban bastante bien, así que no tenía de qué

preocuparse mientras estaba fuera. Eli era una chica responsable y por otro lado,

Taylor era una niña obediente y bien portada. Todo estaba en orden.

Excepto el estéreo. Donde la misma melodía de piano volvía a repetirse.

Todas mis mañanas amanecen arropadas con tu atardecer...

"Por la mierda Chris." Gruñó Lauren "¿Cuántas veces la hemos escuchado? ¿Diez?"

"Sólo van tres. El trayecto a la universidad no da tiempo para más de cinco veces, pero si

se pudiera la pondría más." Devolvió el chico bajando un poco el volumen para poder

escuchar las quejas de su hermana.

"Me tienes harta" Declaró Lauren.

Chris simplemente no dejaba de escuchar esa canción todos los días desde que había

salido hacia unos meses. Lauren estaba de acuerdo con él en que era una composición

maravillosa, además, era una colaboración con Soko -que era una de sus cantantes

favoritas- pero le removía sentimientos que se había esforzado mucho en enterrar y su

estúpido hermano era incapaz de darse cuenta de ello.

O tal vez lo hacía a propósito.

495
"¡Es una hermosa canción!" Habló Chris alegremente. "¡Y el video es asombroso,

es perfecto!"

"Sólo lo dices porque está lleno de postres franceses." Devolvió Lauren permitiéndose

sonreír.

"Debo admitir que me duele en el alma lo que le pasó al soufflé" Declaró Chris tocándose

el pecho como si le doliera "Pero todo vale la pena después del encuentro de los

protagonistas. Incluso un hermoso restaurante francés hecho pedazos."

"Cuánto romanticismo Chris" Se burló ella, decidiendo ignorar por completo la canción que

continuaba sonando en los altavoces del auto. Un audi rx8 color negro, elección de su

hermano.

Cuando sus jefes le ofrecieron un auto como cortesía, Lauren había querido elegir una

camioneta donde ella y sus hermanos cupieran sin problema alguno, pero Chris había

insistido en que eligiera el audi. Aprovechemos que Taylor es pequeña todavía. Fue lo

que le dijo el chico y ¿Qué podía hacer Lauren? Entendía perfectamente que su

hermano quisiera impresionar a sus compañeros de clase y bueno, siempre podían

comprar la camioneta aparte.

"Hay historias que te hacen creer en el amor" Contestó Chris fingiendo que se refería a la

historia del videoclip pero Lauren captó perfectamente el guiño hacia su propia historia.

"No todas las historias de amor tienen buenos finales" Contestó Lauren sonriendo

suavemente. No estaba triste pero a veces se preguntaba si las cosas habrían podido

ser diferentes. Ya habían pasado cinco años desde que su fatídica historia de amor con

Camila terminara y ahora el recuerdo le parecía ridículo en ocasiones. Fue un amor de

adolescente.

Tenías 22 años. No eras una adolescente. Le dijo una voz en su mente y Lauren rodó los

ojos. A veces su cabeza se empeñaba en jugar sucio contra ella pero con eso y todo

había logrado pasar el último lustro de su vida tranquila, con su familia.

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Había terminado su carrera. Tenía un empleo muy pero muy bien remunerado. Su

hermano Chris estaba estudiando la carrera de gastronomía en una de las escuelas más

renombradas y Taylor... Taylor estaba apenas en primaria, pero era una niña preciosa,

cálida, amigable e inteligente. Lauren no podía evitar recordar a su mamá cada vez que

veía a la pequeña TayTay.

Hablando con sinceridad, cada vez que miraba a sus hermanos, Lauren reafirmaba
que no tenía nada de lo qué arrepentirse. Había tomado la decisión correcta al
marcharse.

Había sido muy difícil, de eso no cabía la menor duda. No sólo dejaba a Camz, la chica

que amaba. También dejó el lugar donde había vivido durante veintidós años, la pequeña

casa que su padre había construido con sus propias manos para él y su adorada esposa y

posteriormente para sus tres hijos.

Dejó toda su vida. Pero a cambio tenía una hermosa y feliz familia. Sus hermanos

estaban bien, había cumplido su promesa. Le gustaba imaginarse que Michael y Clara la

miraban orgullosos desde donde fuera que se encontrasen. Que le dedicaban una sonrisa

y que la abrazaban.

Todo estaba bien.

Todo había valido la pena.

"Hay historias que parecen haber terminado pero en realidad no lo han hecho." Dijo
Chris siguiendo con el juego.

Él había sido testigo de lo difícil que había sido para su hermana seguir adelante luego de

todo lo sucedido. Había visto su mejoría y sus intentos de iniciar y mantener nuevas

relaciones con otras chicas y pese a que el gusto de su hermana seguía siendo tan

bueno como siempre, ninguna de esas guapas mujeres había conseguido mantenerse

con ella más de un par de meses. Él sabía perfectamente quién era la chica que no

permitía que nadie más se colara en el corazón de su hermana.

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"Y hay historias en las que chicas con poca paciencia terminan asesinando a sus

hermanos cuando las fastidian demasiado." Habló Lauren en un tono amenazante pero

bromista. Chris consideró que era tiempo de parar con sus comentarios, no porque

creyera en la advertencia de Lauren, sino porque estaba a punto de llegar a la entrada

de su escuela y ya debía desconectar su teléfono del estéreo.

"Está bien, lo dejaremos aquí por ahora" Respondió Chris dando por terminada

la discusión. "¿Pasas por mí más tarde?" Preguntó mientras salía del auto luego de

que Lauren se estacionara. Ella asintió con la cabeza.

"Vengo por ti después. Saluda a Rose de mi parte." Chris sonrió sólo de escuchar el
nombre de su chica.

"Seguro, nos vemos luego. Te amo Laur" Dijo para finalmente tomar su camino hacia

el interior de la institución. Lauren por su parte volvió a meterse a la vía y continuó

conduciendo hasta la fábrica.

Lauren se había graduado hacía un año atrás, pero estaba trabajando desde que se
mudó en una empresa automotriz. Volkswagen para ser exactos.

Resulta que el hombre con quien Alejandro Cabello la había recomendado cuando decidió

marcharse de la ciudad, era uno de los principales accionistas de la marca y él la había

colocado en una de las plantas de ensamblaje de los coches. Ahí, Lauren no había

empezado más que como una simple mensajera.

Subiendo y bajando, yendo y viniendo, desde las oficinas hasta la zona de producción y

viceversa. No ganaba demasiado, pero con lo que había recibido como finiquito por su

trabajo como chofer en la mansión de los Cabello, había conseguido rentar un pequeño

departamento, mientras que el resto del dinero lo había guardado en una cuenta bancaria

por futuras emergencias.

Los hermanos Jauregui se las apañaban con el pequeño sueldo de Lauren. Chris había

querido ponerse a trabajar también pero Lauren se lo había impedido diciéndole que lo

498
principal era que se enfocara en sus estudios y Chris no había tenido más remedio que

obedecer a su hermana mayor, poniendo todo su esfuerzo en aprovechar cada una de las

cosas que Lauren le ofrecía.

Con el pasar de los años, Lauren fue haciéndose más y más cercana a los trabajadores

de la empresa y, también de su jefe, Xavier Maxwell. Quién estaba complacido por la

eficacia y empeño con que Lauren trabajaba día con día según lo que sus empleados

le decían y lo que él mismo había podido presenciar.

Los años fueron pasando y Lauren fue aumentando de categoría lentamente dentro de la

empresa, pasó por el puesto de secretaría y también recepcionista mientras continuaba

con sus estudios de ingeniería en robótica.

El pasar día tras día dentro de la empresa le brindó a Lauren una oportunidad gigantesca

de aprendizaje. Conocía perfectamente el funcionamiento de la planta, sobre todo del

área de producción y ensamblaje, donde detectó algunas áreas que podían mejorarse. La

ojiverde transformó esas observaciones en un proyecto para su graduación que

sorprendió no sólo a sus profesores y evaluadores sino también al señor Maxwell que de

inmediato le solicitó que le facilitara los planos y el prototipo que había creado.

Lauren había inventado un nuevo sistema de ensamblaje cuyos materiales eran más

baratos, pero igual de resistentes y eficaces a la hora de armar los autos. Y además lo

hacían en la cuarta parte del tiempo que el sistema actual realizaba el mismo trabajo.

Maxwell estaba maravillado con la habilidad de Lauren y no tardó demasiado en viajar con

Lauren a Alemania, dónde se hallaba la sede mundial de Volkswagen y donde el dueño

radicaba para poder mostrarle el nuevo sistema creado por la mayor de los hermanos

Jauregui.

Luego de eso, ambos habían regresado con una fuerte inversión que serviría para crear

una máquina a gran escala que sería el sistema en tamaño real. Lauren pasó meses

499
trabajando en ello, supervisando cada una de las partes y cuando finalmente estuvo listo

lo pusieron a prueba.

Fue un rotundo éxito.

La máquina fue recreada decenas de veces más para sustituir todos los equipos de la

planta que el señor Maxwell supervisaba y en pocos meses los resultados monetarios

fueron asombrosos. Su fábrica era la que más coches había creado en menos tiempo y

con menos gastos los que se reflejaba en las ganancias de la empresa. Maxwell estaba

seguro de que pronto el sistema de Lauren sería implementado en todas las fábricas que

hubiera de la empresa a nivel mundial. No podía estar más contento de contar con una

chica tan inteligente y dedicada como Lauren en su equipo de trabajo y por eso decidió

regalarle un auto.

Claro que ahora Lauren tenía el dinero más que suficiente para comprarse veinte audi's

en un fin de semana si así lo deseara. De ser una mensajera pasó a ser la supervisora

general del área de producción de la fábrica en esa ciudad y ganaba decenas de miles de

dólares al mes, gracias a los resultados que su invención había ofrecido a la industria.

Ahora su sistema estaba a punto de ser implementado en todas las plantas del

continente americano y quizá para el año siguiente ya se estaría utilizando en Europa

también. Además, luego de unos años podría liberar la patente y ofrecer su sistema a

otras empresas si lo deseaba y eso le dejaría a ella mucho más dinero del que ya había

ganado.

Era una mujer de veintisiete años completamente hermosa y exitosa.

A la altura de Camila Cabello. Le repitió la vocecita en su mente.

Lauren negó con la cabeza para sacudirse esos pensamientos. Los últimos tres años esa

voz se había mantenido callada en lo profundo de su cerebro, pero algunos meses atrás

estaba jodiéndola más que nunca con respecto a Camila. Se empeñaba en recordarla por

alguna razón que no lograba explicarse.

500
Ella era una chica guapa, inteligente, con un montón de cualidades que las demás

personas le reconocían y admiraban. Podía tener a cualquier chica que deseara. La que

fuera.

Pero no quieres a ninguna de ellas. Dijo la voz otra vez. Lauren se pasó las manos por el
cabello en señal de frustración. ¿Por qué su mente se empeñaba en jugar en su contra?

Camila era asunto zanjado ya. Habían pasado cinco años y el hecho de no haber tenido

una relación a largo plazo en ese tiempo no significaba que su vida amorosa fuera un

completo fracaso. Había estado con otras mujeres, todas ellas muy guapas y no solo

eso, sino también cultas, conocedoras del mundo, amables, generosas...

Y no llegaron a ninguna parte. Seguía jodiendo la voz. Lauren le dio un pequeño golpe a

su escritorio. Mataría a Chris por poner esa canción una y otra vez en cuanto lo viera.

Ya le había trastornado la cabeza.

Todos los descubrimientos tienen muchas ganas de encontrarte.

Durante los primeros dos años su vida había sido una tortura. Se preguntaba día tras día

a sí misma si había hecho lo correcto al marcharse. Y aunque su cerebro le decía que sí,

cada vez que recordaba a Camila llorando al pie de su cama del hospital empezaba a

dudar.

Camila se veía destruída por completo. Incapaz de sostenerse sobre sus pies, a pesar
de que la que había sido aplastada por un camión de dos toneladas había sido Lauren.

Con el paso de los días, los meses y los años. Lauren se convenció a si misma de que

Camila debía estar bien. Era una chica lista. Seguramente habría podido solucionar todos

sus problemas, cualquiera que estos fueran. Ella esperaba de todo corazón que la

castaña fuera feliz. Como sea que fuere su estilo de vida. SI estaba con Austin aún -

aunques esperaba que no- si estaba con alguien más, si estaba sola.

501
Deseaba desde la entrañas de su alma que la chica hubiera logrado cumplir su sueño. Quizás

ahora ya había ayudado a traer al mundo a decenas de bebés. Lauren sonrió ante la idea.

Cuando habían estado juntas Camila había mostrado una profunda dedicación a su carrera,

aunque a veces no quisiera estudiar por tener otros asuntos en mente...

La ojiverde cerró los ojos con fuerza y agitó su cabeza una vez más. Debía dejar de

pensar en eso. Debía dejar de pensar en ella. Lo había logrado los últimos tres años. No

tendría por qué ser tan difícil ahora ¿Cierto?

Debía limitarse a pensar que todo estaba bien. Que Camila estaba bien.

Luego recordó a Keana y la conversación que habían tenido unas semanas después de
que se marchara.

Habían hablado por teléfono y Keana le había platicado con preocupación el estado en

que su tío se encontraba después de que se había enterado de que Camila consumía

cocaína. El corazón de Lauren se estrujó de la preocupación pero se repitió una y otra vez

que ese era el camino que Camila había decidido seguir y que no había nadie que pudiera

arreglarlo más que ella.

Aún así se sentía culpable.

Pudiste haber hecho más por ella. Le dijo la voz en aquel entonces pero Lauren se negó a

hacerle caso. No podía hacer más. Había estado a nada de morir, de abandonar a sus

hermanos por una chica que la había tratado con la punta del pie y que la había utilizado.

No podía ofrecer todo de sí por alguien que no le devolvía nada en lo absoluto. No podía

perderse a sí misma a su familia por Camila.

Lauren optó por pedirle a Keana que no hablara más de Camila. Que ni siquiera la

nombrara si pretendía que su amistado continuara y así lo hizo. La misma petición fue

extendida para Ally, Dinah, Normani, Luis y Troy. Ninguno tenía permitido mencionar a

Camila y lo que había sido de su vida, así como les había prohibido terminantemente que

502
le dijeran cualquier cosa sobre ella a la castaña. En dado caso de que preguntara

por ella.

¿Lo habría hecho alguna vez? ¿Se habría preocupado por ella? ¿Habría pensado en

ella día y noche? Lauren lo había hecho. Durante mucho tiempo.

¿Y si ella no está bien? ¿Y si le pasó algo y no estuviste ahí para ella? Volvía a

inmiscuirse la voz en su cabeza. Esos "y si" eran tortuosos.

¿Y si Camila no había superado sus adicciones? ¿Y si volvía a cometer una estupidez

como la de aquella noche cuando salió en su porsche en plena tormenta? ¿Y si sus

problemas alimenticios había empeorado?

Todavía podía recordar su frágil cuerpo entre sus brazos cuando la tomó aquella vez en el

recibidor de la mansión. Cuando ella trataba fallidamente de insertar la llave en la

cerradura de su propia casa. Lauren sintió en las yemas de sus dedos la piel y los

prominentes huesos de Camila y un escalofrío la recorrió entera.

No. Ella debía estar bien. Tenía que estarlo. Debía haber seguido adelante igual que

Lauren lo había hecho. Sí, seguro que lo había logrado. Habían pasado cinco años a fin

de cuentas... Camila debió haber madurado en ese tiempo. Debía estar bien.

Lauren soltó un suspiro de alivio cuando la voz en su cabeza se quedó en silencio por

fin. Esperaba que no volviera a meterse en sus asuntos por el resto del día. Las noches

eran un asunto completamente aparte.

Recientemente, entre sueños, escuchaba la voz de Camila llamarla. Diciéndole que la

amaba, pidiéndole perdón por el daño causado, haciendo bromas estúpidas acerca de su

extraña relación y revelando hechos como que la miraba pulir el porsche todas las tardes.

Pidiéndole que volviera.

Las primera veces se sorprendió por lo real que se escuchaba la voz de la de ojos
chocolate en su cabeza. Había llegado a creer que la chica en realidad estaba ahí parada

503
a su cama, pero luego se dio cuenta de que todo era producto de su mente, aunque

el sonido seguía pareciendo jodidamente vívido.

"Ingeniera" La voz de Cinthia, su secretaria la sacó de sus pensamientos. Gracias


al cielo.

"¿Si?" Preguntó Lauren acomodándose en la silla de su oficina.

"El señor Maxwell quiere verla en su oficina. Dice que tiene que tratar con usted
un proyecto muy importante." Habló la mujer desde la puerta.

"Ya mismo voy, gracias." Dijo pronto la secretaria se retiró. Lauren se levantó del asiento,

se arregló la ropa y caminó en dirección a la oficina del señor Maxwell, seguramente le

diría que ya todo estaba listo para que las fábricas comenzaran a trabajar con sus

sistema. Lauren se sentía satisfecha consigo misma. Su trabajo, su esfuerzo y sus

sacrificios estaban rindiendo frutos.

"Lauren Jauregui" Habló el hombre de abundante cabello grisáceo extendiendo su mano

hacia Lauren quien la tomó con firmeza devolviendo el saludo con una sonrisa.

"Señor Maxwell" Dijo Lauren con respeto.

"Siéntate" Le indicó su jefe y ella lo hizo, colocándose en uno de los sillones de piel que

estaban frente al escritorio de Xavier. Él comenzó a jugar con un habano que se

encontraba en una pequeña caja de madera sobre la mesa y luego miró a Lauren

sonriendo. "Lauren, eres una de las empleadas más extraordinarias con las que he tenido

el gusto de trabajar. Conoces esta empresa como la palma de tu mano y estoy orgulloso

de que siendo tan joven seas una mujer de tanto éxito." La halagó. A Lauren se le hinchó

el pecho de alegría al escuchar eso del hombre que le había abierto las puertas al llegar a

esa nueva ciudad.

504
"No sabe lo mucho que significa para mí que me diga eso, señor." Dijo Lauren con

sinceridad y humildad. Pues ni todo el dinero del mundo cambiaría jamás la esencia de un

Jauregui.

"Lo sé Lauren. Lo sé, te conozco." Habló él riendo porque, aunque fuera extraño, había

llegado a querer a Lauren como si de una hija se tratara, sólo que nunca se había atrevido a

decirlo en voz alta "Sin embargo, tienes que avanzar. Las cosas aquí están bien y tú no

puedes quedarte estancada para siempre" Dijo él sacando un folder de color manila de uno de

los cajones de su escritorio caoba y deslizándolo en la dirección de Lauren.

"¿Señor?" Verbalizó con confusión. Él se limitó a abrir el folder frente a ella. Lauren
lo leyó. Era un contrato.

Habían abierto una nueva sucursal y una nueva planta de producción y querían que ella

se hiciera cargo de todo. El contrato era millonario, prácticamente tendría la misma

jerarquía de Maxwell -a excepción de que él era accionista de la empresa-. Lauren

quería llorar de la emoción al ver lo que se le estaba ofreciendo. ¿Quién en su vida

rechazaría una oferta así?

Luego vio la ubicación de la nueva planta.

Estaba marcada en un mapa al final de los papeles, en un círculo rojo. A Lauren le dio un

vuelco en el corazón.

Camila. Le dijo la voz en su cabeza, al tiempo que sentía una presión en su corazón y
veía al señor Maxwell ofrecerle un bolígrafo.

"Es hora de de dar un paso hacia adelante, Lauren" Le dijo el hombre. Pero él
no entendía nada.

No estaría dando un paso hacia adelante, estaría retrocediendo.

Si caminamos al revés... Nos estaremos encontrando.

505
Capítulo 37

"Necesito pensarlo" dijo Lauren luego de un instante de silencio que le había parecido

eterno. La punta del bolígrafo le parecía cada vez más a la afilada cuchilla de un puñal a

punto de clavarse en su pecho.

Xavier la miró desconcertado totalmente. ¿Qué tenía que pensar? Era una oportunidad

que no se presentaba dos veces en la vida. Cualquier otra persona en el lugar de

Lauren la habría tomado de inmediato, sin dudarlo ni por un segundo. La ojiverde bajó la

mirada tras detectar la decepción en los ojos del señor Maxwell.

"Le prometo que recibirá mi respuesta mañana a primera hora." Agregó, como si eso

pudiera suavizar un poco el ceño fruncido que Xavier tenía. No podía explicarle sus

razones para dudar, pensaría que era una niña inmadura. Lo cierto es que quizás lo era.

Le daba algo de vergüenza darse cuenta de que Camila lograra tener ese efecto en ella.

"Espero que lo hagas Lauren" Dijo el hombre con severidad, aunque su inamovible

semblante no reflejaba en absoluto la preocupación que sentía por la ojiverde sentada

frente a él. ¿Qué podría estar deteniéndola de firmar ese jugoso contrato? "El proyecto

requiere que alguien se haga cargo de inmediato y si tú no quieres tomarlo entonces me

temo que tengo que buscar a otra persona." Le informó. Era cierto, por más que quisiera

que Lauren fuera la encargada no podía dejar más tiempo aquello sin atender. Negocios

eran negocios y de aceptar, Lauren tendría que viajar ese mismo fin de semana.

"Independientemente de mi decisión..." Comenzó a decir la morena levantando la vista

hacia el señor Maxwell "Quiero agradecerle la confianza que ha tenido en mi todo este

tiempo. No sólo ahora que me ha ofrecido esta oportunidad, sino desde el principio. Hace

cinco años no tenía idea de qué iba a hacer para sobrevivir y a pesar de que sé que fue

Alejandro Cabello quien lo contacto, usted me ha brindado su mano de forma

independiente. Ha creído en mí desde el principio y eso es algo que siempre le voy a

agradecer."

506
Maxwell sonrió orgulloso. En algún momento llegó a pensar que el dinero podría llegar

a cambiar a aquella joven que llegó a su residencia años atrás buscando un trabajo. De

lo que fuera. Pero ahí frente a él tenía a la misma joven humilde y entregada, pero

inteligente y talentosa. Sólo que ahora convertida en toda una mujer. Xavier asintió en

entendimiento, recibiendo las palabras de Lauren con gusto. Apostaría por ella una vez

más.

"Confío en que tomes la decisión correcta Lauren" Habló deslizando la fuerte palma de su

mano sobre la de Lauren para mostrarle su apoyo. "Eres una mujer perfectamente capaz.

No sólo de tomar esta responsabilidad, sino de enfrentarte a cualquier cosa que te esté

deteniendo."

Lauren soltó un suspiro de alivio y agradecimiento. Maxwell parecía ser más comprensivo

ahora y ella apreció mucho su gesto de soporte. Luego de esa corta conversación,

Maxwell le dio el día libre argumentando que entre más rápido se pusiera a meditar sobre

la oferta, más pronto recibiría él una respuesta de su parte.

Por tanto, Lauren volvió a subir al audi y se dirigió en dirección al departamento donde se

encontraban Elizabeth y Taylor. Ni bien abrió la puerta del lugar, una niña de largo cabello

castaño y hermosos ojos cafés claros se lanzó sobre ella haciendo que casi perdiera el

equilibrio.

"¡Lauren!" Gritó con alegría mientras su hermana la recibía entre sus brazos.

"Hola TayTay" La saludó Lauren depositando tiernos y repetidos besos sobre la frente y
el cabello de la niña.

"Volviste temprano" Señaló la niña y Lauren asintió con una sonrisa dejando a
su hermanita de vuelta con los pies en el piso.

"Me he portado bien en el trabajo y me han dejado salir pronto." Jugó Lauren con la niña
y a Taylor se le iluminaron los ojos de emoción.

507
"¿Como cuando termino rápido mis trabajos en la escuela y la maestra me deja

salir primero?" Preguntó la niña con una sonrisa de oreja a oreja.

"Exactamente así bebé" Le dio la razón Lauren y acarició su cabello juguetonamente

mientras se hacía paso hasta la sala de estar donde se sentó y pronto recibió a su

hermanita sobre ella recargando su cabecita en su pecho.

Pronto apareció Elizabeth desde el pasillo de la cocina con un tazón de palomitas de

maíz y un par de vasos llenos de jugo de naranja ya que Lauren no dejaba que Taylor

tomara sodas todavía.

"Estábamos a punto de ver una película" Dijo Eli. Era una chica de veinte años que había

decidido dejar la escuela de leyes para seguir su sueño de ser pintora. ¿Lo malo? Sus

padres le habían retirado todo el apoyo y ahora debía solventar sus gastos ella misma.

Por ello Lauren le había ofrecido el empleo de cuidar de Taylor cuando ella y Chris no

podían. "Pero si quiere puedo dejar esto y marcharme ahora que usted está aquí." Habló

la chica avergonzada. No era ningún secreto que tenía un crush muy fuerte por Lauren a

pesar de que nunca se lo había dicho directamente. Incluso Taylor podía darse cuenta.

Eli era muy linda. De cabello rizado en un color castaño claro, ojos marrones intensos y

rasgos faciales y corporales casi tallados a mano. Pero era muy pequeña e inocente para

Lauren. Además, la ojiverde sabía perfectamente lo mucho que le costaban las relaciones

últimamente y no quería que una chica como Eli terminara terriblemente decepcionada al

ver que las cosas con su amor platónico no funcionaban. Lo mejor era tomar distancia. Ya

pronto se le pasaría el enamoramiento.

"Tranquila Eli, puedes quedarte." Dijo Lauren con amabilidad, luego miró el reloj en su

muñeca "Pero terminando te llevaré a casa porque este pequeño monstruo y yo tenemos

que ir por Chris a la escuela." Terminó sacudiéndole el cabello a su hermana de nuevo.

Elizabeth asintió emocionada con la cabeza y se sentó en el sillón donde estaba Lauren,
quedando Taylor entre las dos, sosteniendo el tazón de palomitas mientras la niñera abría

508
netflix en la tele y empezaba a recorrer todas las películas infantiles. A Taylor le gustaban los

clásicos así que eligió Bichos, de Disney y pronto las tres se sumergieron en la trama.

Bueno, en realidad sólo una lo hizo.

Elizabeth estaba demasiado ocupada observando embelesada el perfil de Lauren.

Mientras la morena fingía que veía la película al tiempo que sus pensamientos

sólo repasaban una y otra vez la idea de volver.

Si bien era cierto que había llegado a considerar la opción de regresar, nunca esperó

que fuera tan pronto y de esa manera. Esperaba poder radicar donde estaba por al

menos diez años, estabilizarse y ya después, más adelante quizás volver en calidad de

turista y claro, para que Taylor reconociera la casa de sus padres. Pero ahora esta

propuesta le había modificado todos sus planes y la había puesto en una encrucijada con

respecto a Camila Cabello.

"No seas estúpida Lauren" Se dijo así misma mentalmente. Quizás Camila ya ni siquiera

vivía ahí. Probablemente se hubiera ido hacía mucho tiempo. Tenía el dinero para hacerlo

así que podría ser una opción sin duda alguna. Pudo haber pasado de todo en esos cinco

años. E incluso si siguiera viviendo ahí, las probabilidades de encontrársela tampoco eran

demasiadas. Sólo tenía que evitar meterse en los lugares que Camila frecuentaba y eso

era todo. ¿Cierto?

Simple.

No tenía nada a lo cual temer. Todo estaría bien.

Maxwell tenía razón, ella no podía ponerse a sí misma un obstáculo en ese momento de

su vida en que el éxito la estaba abordando de forma tan abrazadora. No iba a detenerse,

mucho menos por Camila.

509
Había podido continuar con su vida hacía tiempo sin ella. No iba a ponerse un freno ahora

sólo por la mera posibilidad de que pudieran encontrarse de nuevo. Es más... si lo hacían

¿Qué más daba?

Lauren comenzó a pensar en lo que haría si viera a Camila Cabello. ¿La trataría mal? ¿La

miraría hacia abajo ahora que ella también tenía dinero? "No seas ridícula" Se dijo esta

vez. Lauren sabía perfectamente que aunque ahora estaba en una muy buena situación

económica, la familia Cabello seguía teniendo mucho más dinero que ella.

Entonces... ¿La ignoraría?

Sí. Probablemente haría eso. Es más, quizás Camila la ignoraría a ella. Su historia

había terminado hacía varios años ya y hablando con honestidad, ni siquiera había

durado demasiado, así que lo más probable era que a aquella chica ni siquiera le

importara. Quizás ni se acordaba.

Lauren se repitió una vez más que no tenía caso pensar en ello. Al parecer la balanza se

estaba inclinando hacia tomar el empleo que le habían ofrecido. No sólo era una

oportunidad soñada para cualquiera, sino que además, era el señor Maxwell quien se la

había servido en bandeja de plata. No soportaría ver su mirada de decepción una vez

más. Definitivamente no.

Regresaría a esa ciudad y daría lo mejor de sí para seguir creciendo como la profesional

que era. Les seguiría dando una buena vida a sus hermanos y les daría el ejemplo de

no dejarse vencer por nada ni por nadie. Mucho menos por el recuerdo de algo que

pudo haber sido y no fue.

"LIZAAAAAAA" Gritó Taylor hacia la chica. Esa era su forma de llamar cariñosamente a

Elizabeth y aquel agudo chillido se ganó la atención de las dos chicas que estaban a su

lado. "Se te está cayendo la baba sobre las palomitas." Exageró Taylor debido a que

había atrapado a Elizabeth mirando a su hermana mayor.

510
La joven se sonrojó de inmediato y apartó la mirada en cuando vio a Lauren arquear su

perfecta ceja mientas la miraba a los ojos. La ojiverde decidió no avergonzar más a la

chica y dirigió su mirada hacia la pantalla. Los bichos del circo ya se estaban marchando y

la película estaba a pocos segundos de llegar a su final.

"TayTay" dijo Lauren llamando la atención de la niña para que no siguiera atosigando

a Elizabeth "Tenemos que ir por Chris a la escuela. Ve a lavarte la cara y arreglarte

¿De acuerdo?"

"¡Sí!" Aceptó la niña con alegría y salió corriendo hacia su habitación para cambiarse de

ropa. Lauren por su parte se dedicó a apagar todos los aparatos de la sala mientras

Elizabeth limpiaba el suelo de aquellos restos de palomitas que se habían caído.

Cuando levantó la vista le temblaron las piernas al encontrarse con Lauren mirándola

directamente. Sus mejillas se tiñeron de rojo otra vez.

"Eli" la llamó Lauren evitando que la chica apartara la mirada de nuevo. "Gracias por

cuidar de Taylor" Le dijo. De alguna manera se estaba despidiendo de la chica, se

sentía algo mal por ella. Si se iba tendría que llevarse a su hermanita ya que Chris no

podría hacerse cargo de la niña el sólo y eso dejaría a Elizabeth sin su pequeño empleo.

"Oh... Es un placer..." Estaba a punto de llamarla señora pero Lauren frunció el ceño

"Lauren. Es un placer" corrigió Elizabeth antes si quiera de cometer el error "Taylor es una

niña adorable. Yo la quiero muchísimo. Gracias por dejarme estar con ella y además

pagarme por ello." Lauren asintió en entendimiento.

"Dime, Elizabeth... ¿Cuánto deseas convertirte en pintora?" Le preguntó y la chica la

miró extrañada debido a la pregunta. Ya habían hablado antes acerca de su gusto por el

arte pero muy escuetamente.

"Con todo mi ser." Respondió sin duda la muchacha "Es lo que más quiero, lo que
más me hace feliz." Lauren sonrió.

511
"Me alegra escuchar eso" Dijo con sinceridad "Desearlo es lo que más se necesita para

lograr que un sueño se haga realidad. Si eres perseverante lo conseguirás."

"Gracias" Respondió la chica.

"Apostaré por ti." Le dijo haciendo que Elizabeth le dedicara una nueva mirada de

confusión. "Haré lo posible para que obtengas una beca en las escuela de artes del norte"

Le dijo y la cara de Elizabeth se iluminó por completo "Lo más probable es que Tay y yo

tengamos que mudarnos dentro de unos días y no quisiera que abandonaras tus sueños

por cuestiones de dinero. Claro que de cualquier manera tendrás que buscar un nuevo

empleo pe...."

"¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!" Gritó la chica olvidándose de su timidez y saltando hacia

Lauren colgándose de su cuello y dejándole un sonoro beso en la mejilla. "Gracias

Lauren, gracias, no tienes idea de lo que esto significa para mí."

Claro que Lauren tenía idea, pero se quedó en silencio esbozando una sonrisa mientras le

devolvía el abrazo a la menor. Quería devolverle a la vida un poco de lo mucho que le

había dado y ayudar a una chica en necesidad como ella lo estuvo en algún momento le

pareció la mejor forma. Se mantuvieron abrazadas hasta que Taylor apareció por el

pasillo vistiendo un hermoso vestidito blanco.

"Ven TayTay" Dijo Lauren extendiéndole la mano a la niña que se acercó de


inmediato para tomarla "Dale las gracias a Eli por cuidarte."

"Gracias Liza. Te quiero mucho" Dijo la pequeña abrazando las piernas de la joven que no

cabía de la felicidad por lo que Lauren estaba haciendo por ella. Jamás tendría cómo

pagarle todo aquello.

"Y yo te quiero mucho a ti pequeña" Dijo Elizabeth agachándose hasta su altura dándole

un fuerte abrazo "Pórtate muy pero muy bien con tu hermana ¿Si?"

512
"¡Siempre lo hago!" Refutó Taylor con un puchero, haciendo sonreír a las dos mujeres

frente a ella y pronto las tres estuvieron abordando el audi en dirección hacia la casa de

la niñera. Una vez que llegaron, la chica bajó del auto no sin acomodar bien a Taylor en el

asiento del copiloto y darle las gracias a Lauren una vez más.

Si bien, sentía tristeza porque Lauren le había dicho que se iría de la ciudad. Bien sabía

ella que no lograría nada con la mayor de todas maneras. Sabía perfectamente que

Lauren no sentía nada hacia ella más que quizás un cariño fraternal y no había nada que

ella pudiera hacer para cambiarlo. Había visto tantas hermosas chicas desfilar por la

vida de Lauren, mucho mejores partidos que ella, que sería una locura que pudiera

lograr lo que ellas no consiguieron. Sin embargo, esperaba de todo corazón que Lauren

pudiera encontrar a esa pieza faltante de su rompecabezas. Se lo merecía. Lauren se

merecía todo lo bueno del mundo y Elizabeth deseaba sinceramente que, esa ciudad a

la que tendría que mudarse estuviera esperando por ella con ese algo que

complementaría la vida perfecta de Lauren Jauregui.

[...]

"¿Vas a volver?" Preguntó Chris sin poder ocultar su expresión de completa


sorpresa. ¿De verdad lo haría? ¿Lauren sería capaz de regresar?

"Tengo que hacerlo Chris. No se tienen oportunidades así todos los días. No puedo tirar
todo mi trabajo a la basura sólo por..."

"Por Mila." El corazón de Lauren se estrujó dentro de su pecho. Era la primera vez que

Chris mencionaba su nombre en mucho tiempo. La morena se estremeció por completo al

escucharlo pero trató de fingir que nada había pasado dirigiendo su mirada hacia su

hermana que estaba muy ocupada saboreando un enorme helado de chocolate

completamente ajena a lo que sus hermanos platicaban.

"Camila es mi pasado" Dijo la mayor una vez que se recompuso "Y tiene que quedarse
ahí. No debe afectarme ahora. Puedo hacer esto..." Dijo con convicción. "Aunque, si tu

513
prefieres que me quede..." Habló con ambigüedad. El hecho era que si se iba, tendría que

dejar a su hermano solo ya que él estaba estudiando y no podía sacarlo así como así de

la universidad. No cuando era una de las mejores del país y él estaba tan feliz. Además

ahí estudiaba su novia también... pero si él deseaba que se quedara, lo haría. Nada

cambiaría, todo iría igual que los últimos años.

"¡Por supuesto que no!" Se apresuró a decir Chris. No podía dejar que Lauren encontrara

una excusa para quedarse. No sólo porque esto significaba un crecimiento profesional

para ella sino que, con algo de suerte, por fin se enfrentaría a todo lo que había dejado

sin resolver antes de marcharse.

Chris no había estado del todo de acuerdo con la decisión que tomó Lauren acerca de

irse en aquel entonces. Pero Lauren ya lo había decidido y tenía buenos argumentos para

hacerlo por lo que no pudo negarse ni pudo hacer demasiado para que su hermana

arreglara primero los asuntos pendientes. Como averiguar lo que había pasado la noche

del accidente. Él habría investigado por su cuenta de no ser porque el miedo de perder a

su hermana lo había paralizado por completo. Sin embargo la duda lo había carcomido

por años e intuía que pasaba lo mismo con Lauren, aunque nunca hubiera dicho nada al

respecto.

"Creo que tienes que aceptar el trabajo. Yo me las puedo arreglar solo por aquí." Dijo él

con una gran sonrisa llena de seguridad.

"¿De verdad me apoyas en esto?" Le preguntó Lauren dejando su lado sensible aparecer,

buscando las manos de Chris sobre la mesa. Él la acarició con cariño y comprensión.

"Me voy a morir de tanto extrañarlas" Habló mirando por un instante a Taylor, que seguía

batallando con la bola de helado y luego a Lauren que lo veía con todo ese cariño de

hermana que había crecido día con día desde la primera vez que lo vio en los brazos de

su madre. "Pero estaré bien. Hablaremos todos los días y en cuanto tenga vacaciones me

reuniré con ustedes." Prometió "Esto es lo mejor Lauren. Sé que muy en el fondo lo

514
sabes... Y es normal que te sientas insegura pero, yo te admiro mucho por sobreponerte a

todo lo que te ha sucedido. Has sacrificado mucho por nosotros. Me siento honrado de

que seas mi hermana."

Para cuando Chris terminó, Lauren ya estaba llorando. Tenía el reconocimiento de su

hermano. Él la apoyaba, quería que se superara y Lauren lo haría. Sin importar lo que se

encontrase a su regreso.

Hablar con Taylor acerca de la mudanza fue mucho más fácil. En cuanto supo que

entraría a una nueva escuela en otra ciudad se alegró mucho porque fue capaz de

deducir por ella misma que Doug -uno de los niños de su salón- ya no le pegaría cosas en

el cabello. Ese era motivo suficiente para marcharse e incluso dejar a su hermano mayor

solo.

Entonces los tres hermanos pasaron el resto del día juntos. Comiendo helados y dulces y

yendo a cenar a uno de los restaurantes favoritos de Chris, uno de comida

latinoamericana. Tenían que aprovechar el tiempo juntos porque tardarían un buen rato

en volver a juntarse.

Maxwell no podía estar más contento de haber recibido a Lauren en su oficina a la

mañana siguiente, a primera hora para decir que sí a su propuesta y firmar el contrato

con una sonrisa en el rostro. Luego de eso habían brindado con champagne para

celebrar el nuevo ciclo en la vida de Lauren. Xavier deseando que fuera un proceso lleno

de aprendizaje y éxito para la ojiverde que le agradeció una y otra vez la confianza

depositada en ella.

Y fue así como el viernes, muy temprano, Lauren y Taylor abordaron un avión de vuelta a

casa. A su hogar. No sin antes haber sido despedidas cariñosamente por Christopher que

además estaba conmocionado por el regalo adelantado de cumpleaños que su hermana le

había dado, ya que no se verían durante esas fechas. El audi rx8 estaba estacionado afuera

del aeropuerto esperándolo con un hermoso moño rojo. Lauren jamás se borraría

515
de la mente la expresión de alegría y el llanto de Chris cuando le explicó sus

intenciones de dejarle el auto para él solo.

"Todo va a estar bien" Repitió Lauren en voz baja mientras cerraba los ojos luego de que

su avión hubiese despegado.

"Si tienes miedo te puedo prestar a pecas" Le dijo su hermanita mientras le ofrecía el

pequeño cachorro de peluche. Era de color café y con puntitos negros en el hocico que

lo había hecho acreedor a su nombre. Lauren sonrió encantada y tomó el perrito entre

sus manos mientras su hermana la miraba complacida, completamente segura de que

pecas podría quitar los miedos de Lauren así como lo hacía con ella cuando las luces del

departamento se apagaban por completo.

"Todo va a estar bien" Habló la ojiverde en su mente. Aferrándose al cachorro de

su hermana esperando que funcionara.

[...]

"Woooooow" Suspiró Taylor sorprendida ante el maravilloso cielo azul que estaba viendo

en ese momento. El lugar donde había vivido durante cinco años era gélido y gris, pero

ahora podía disfrutar de un clima cálido y un paisaje muy colorido, entre el azul del cielo,

la luz amarilla del sol, lo verde de los árboles y el hermoso color tostado de la arena en la

playa que observaba a través de la ventana del taxi que habían tomado.

Lauren acarició la cabeza de Taylor alegrándose de ver que a su hermanita le parecía

agradable el nuevo lugar. La empresa ya le había otorgado un auto que había sido

transportado previamente hasta el sitio para esperarla en cuanto su vuelo aterrizara. No

era tan lujoso como el audi, pero era un buen coche. Lauren no era exigente así que

estaba bien.

Ahora se dirigían hacia la casa de sus padres.

516
De ninguna manera se quedaría en otro lugar que no fuera ese. Había pasado tanto

tiempo lejos que lo primero que quería hacer era llegar ahí y acostarse en el viejo sofá de

la sala con su hermanita colgada a su cuello como un changuito. No se había dado cuenta

hasta que había puesto un pie sobre el asfalto de aquella ciudad, de lo mucho que

extrañaba su casa.

Nadie sabía todavía que ella volvería, pero tenía planeado visitar a todos sus viejos

amigos en cuanto tuviera la oportunidad. Después de inscribir a Taylor en el colegio y de

que se presentara con los trabajadores de la nueva planta y la sucursal. Por ahora tenía

todo un fin de semana para disfrutar sin que nadie supiera de su sorpresivo regreso. O al

menos eso creyó.

Lauren condujo por las calles de su conocida colonia. Todo parecía estar exactamente

igual a como lo dejó. Las mismas casas, las mismas personas viviendo en ellas. Incluso la

esquina donde todo el mundo dejaba su basura estaba exactamente igual, eso la hizo

rodar los ojos. Amaba su hogar pero debía admitir que le hubiera gustado que sus padres

hubierann elegido un mejor lugar para asentarse.

Cuando llegó y se estacionó justo frente a su casa, no esperaba encontrarse con Alexa

observándola desde el jardín de la casa de su abuela mientras ella rodeaba el coche para

abrirle la puerta a Taylor.

"Lauren Jauregui" La llamó la chica dese su sitio y Lauren sonrió al escucharla luego de

tomar la mano de Taylor.

"Alexa Ferrer" le devolvió el saludo con una gigantesca sonrisa. Mientras Taylor

presionaba su mano con fuerza. Lauren se agachó para tomarla en brazos. Ya era una

niña grande, tenía siete años, pero la morena insistía en tratarla como un bebé. Decidió

que se encargarían luego de las maletas, primero había que saludar apropiadamente a

Alex.

517
"¡Oh por Dios! ¡Taylor!" Chilló Alexa con emoción. Había visto fotos de la niña pero

ahora que la veía en persona no podía creer lo grande que estaba "Estás hermosa"

Habló acercándose a las hermanas para tomar las mejillas de Taylor y pellizcarlas con

suavidad.

"A mí también me da gusto verte Alex" se involucró Lauren llamando la atención de

Alexa y brindándole a su hermana la oportunidad de ocultar su rostro en su cuello.

"Tú también estás hermosa Lauren" Le dijo Alexa con sinceridad.

Lauren no había cambiado demasiado. Seguía vistiendo de la misma manera, a

excepción de cuando tenía que presentarse en reuniones importantes de trabajo. Con el

tiempo había aprendido que la imagen valía muchísimo en el mundo laborar y en

ocasiones una mala presentación podía poner en duda todo el talento y capacidad de las

personas. Pero, aunque en ese momento no estuviera usando más que simples jeans

rasgados, botines y una camisa gris con el logo de Metallica, la morena se veía

simplemente hermosa.

Alexa había regresado a vivir ahí luego de que su abuela sufriera una crisis debido a la

diabetes que padecía. Después de eso, la joven Ferrer había tomado la decisión de

quedarse ahí con ella para cuidarla. A Lauren le dio mucho gusto que la primera amiga

con la que se reencontraba no tuviera ninguna relación directa con Camila por lo que

se sintió cómoda al dejarla pasar junto con ella y su hermanita a casa.

Al parecer Taylor no podía reconocer a Alexa, lo cual a ninguna de las dos les extrañó.

La niña era muy pequeña cuando se había ido, así que era natural que no la recordara.

Probablemente lo más seguro era que no reconociera a nadie.

La casa estaba exactamente como la habían dejado. Cada cosa en su sitio y completamente

limpia. Ally había hecho un buen trabajo cuidando de su hogar como se lo había pedido antes

de irse. Se sintió segura al delegarle a la más bajita de sus amigas el cuidado de su casa. Se

lo agradecería en cuanto la viera. Bueno, a ella y a Troy, ellos dos

518
vivían juntos ahora y hacían todo juntos también, incluyendo las actividades
de mantenimiento de la casa de los padres de Lauren.

Taylor tuvo que soportar durante horas los exagerados cariños de Alexa. Estaba segura

de que sus mejillas estarían enrojecidas por semanas. No era que la amiga de su

hermana le cayera mal, pero se le hacía raro que una persona desconocida la mimara

tanto, aunque cada vez que ese pensamiento se atravesaba por su cabeza se recordaba

a sí misma todas las veces que Lauren le decía que Alexa la conocía desde bebé e intuyó

que no sería la única persona que jugaría con ella con esa confianza por lo que solo se

dejó hacer y se portó amable y obediente.

El fin de semana pasó rápidamente y a cada segundo Lauren fue sintiéndose más tranquila.

Ya no estaba tan ansiosa y temerosa acerca de Camila. Todavía no sabía de ella,

probablemente porque ni siquiera había visto al resto de sus amigos, pero al menos eso

había ayudado a que se relajara y disfrutara nuevamente de estar en su hogar.

Taylor también se adaptó rápidamente. La primera noche durmió con Lauren en su cama,

pero la segunda decidió que definitivamente prefería la que fue la habitación de Chris. Al

parecer había cosas que aunque la mente no pudiera recordar, el corazón y el cuerpo si lo

hacían y la menor de los Jauregui podía memorar de alguna forma lo cómoda que se

sentía en aquella situación. Incluso olvidó su miedo a la oscuridad y dejó que pecas se

quedara a acompañar a su hermana mayor.

Durante las mañanas Lauren llevaba a Taylor a desayunar fuera, para que fuera

familiarizándose con la ciudad, las calles y su gente. Todo iba a la perfección aunque, por

momentos, la ojiverde tenía la sensación de ver cosas que realmente no estaban ahí.

Incluso, una vez en una cafetería donde llevó a su hermanita a comer panqueques, le

pareció haber visto por el rabillo del ojo cierto vehículo de color rojo que había sido

particularmente significativo para ella. Pero sacudió su cabeza se olvidó del asunto. Y la

tarde del domingo, creyó haber percibido el perfume de Camila en el aire del parque

519
donde llevó a Taylor a jugar pero de nuevo, decidió no dar ni una mirada al rededor. No

valía la pena caer en las trampas que su mente le tendía.

Finalmente, llegó el lunes. Ese lunes sería especialmente productivo.

Lauren conocería las instalaciones de la planta y la maquinaria completamente nueva que

se usaría para la producción de los autos. También tendría una reunión con los

empleados y se encargaría de dar una capacitación a los trabajadores que estarían

manejando el equipo del área de ensamblaje. Sin embargo, antes de cualquier cosa,

debía inscribir a Taylor en la escuela.

Así que aquella mañana Lauren y Taylor se encontraban en la oficina de la directora del

colegio. El proceso de inscripción ya se había vencido y ahora la mayor de los Jauregui

tenía que enfrentarse a una vieja gruñona para conseguir un lugar para su hermana. Al

principio, Lauren no quería hacer uso de su posición económica para lograrlo pero debido

a la intransigencia y la poca amabilidad de la mujer que tenía frente a ella tuvo que jugar

con su as bajo la manga. En cuanto la mujer supo la cantidad de dinero que Lauren

podía invertir dentro de la escuela su actitud cambió radicalmente y de inmediato aceptó

a la pequeña Taylor dentro de su institución. A la ojiverde no le gustaba en lo absoluto

tener que hacer esas escenas frente a su hermana, quería mostrarle que la vida era

mucho más que el dinero, pero en casos de emergencia como ese... Pues, no había otra

opción. Ya se encargaría más tarde de explicarle a su hermana que esas cosas no

debían hacerse y prometer que ella no lo haría nunca más tampoco.

Una vez que Lauren y la directora cerraron su cita de forma cordial, Taylor se levantó con

rapidez del asiento y corrió hacia la puerta. Había visto al entrar el gran patio de juegos

que la escuela tenía y quería echarse por la resbaladilla al menos una vez antes de tener

que entrar a sus clases del día.

"¡Taylor!" Gritó Lauren a su hermana cuando la vio abrir la puerta con brusquedad hacia el
frente. TayTay podía ser una niña muy bien portada pero, cuando había un juguete cerca

520
que quisiera probar, se convertía en un completo remolino que incluso a Lauren

le constaba trabajo controlar.

Lauren se llevó las manos al rostro después de escuchar el golpe seguido del acto poco

ortodoxo de su hermanita, quien se quedó parada en la puerta sin saber que hacer.

Lauren se quitó las manos de la cara y caminó en dirección hacia ella, pudo ver

perfectamente a una mujer en el suelo, cuyo largo cabello cabello castaño le cubría el

rostro y a un niño parado a su lado intentando verificar si la mujer estaba bien.

"Dios, Taylor ¿Qué voy a hacer contigo?" Se quejó Lauren mientras se apresuraba a

auxiliar a la mujer "Lo siento muchísimo." Habló tratando de ignorar lo más posible ese

sentimiento de deja-vu que se estaba acrecentando en su estómago a medida que se

acercaba a la mujer en el piso.

El niño levantó la vista hacia la voz que había escuchado y entonces sus ojos de un

extraño color avellana con intensos toques verdes se iluminaron, al tiempo que la

mujer tendida en el piso se tensaba por completo al sentir como Lauren la tomaba por

el brazo.

Había dos corazones latiendo a gran velocidad, dos gargantas completamente

cerradas debido al nerviosismo. Dos miradas que no se habían encontrado en cinco

años colisionaron cuando Camila levantó la vista.

"¡Mamá, es nuestlo ángel!" Gritó el niño completamente emocionado sin apartar su


vista de la mujer que ayudaba a su madre a levantarse.

521
Capítulo 38

Bastó ver los ojos de Camila una sola vez para que Lauren se diera cuenta de un hecho

irrefutable: Todos los planes de emergencia que había formulado en su cabeza bajo el

título de cómo reaccionar en caso de encontrarte con Camila eran una soberana

basura.

Una sola mirada de esa chica y todo en ella se había desarmado por completo. Como

un castillo de naipes enfrentándose a un huracán. Camila había puesto cada fibra de su

cuerpo en completa alerta y cada latido de su corazón comenzaba a sentirse otra vez. A

Lauren le daba la sensación de haber permanecido en coma durante cinco largos años.

Cuando finalmente la castaña estuvo completamente de pie, Lauren la soltó,

permitiendo que ella se sacudiera la ropa y los brazos que se habían ensuciado

ligeramente después de la caída.

Camila por su parte no podía estar más impresionada. A pesar de que su alma guardaba

fielmente la esperanza de volver a ver a Lauren algún día, su mente la convencía día con

día de que eso sería imposible, sobre todo tomando en cuenta el hecho de que sus

amigos le habían contado que la misma Lauren les había prohibido nombrarla. Estaba

segura de que Lauren la odiaba y que jamás querría volver a topársela en la vida. Pero

ahí estaba, frente a ella y por obra del destino, encontrándose de una forma muy similar a

como lo habían hecho por primera vez años atrás, sólo que ahora Lauren si que se sabía

vestir...

Estaba usando un vestido negro, ceñido al cuerpo, con un estampado de grandes flores

rosas que daban el efecto de estar pintadas a mano. Además tenía un gran escote que

acentuaba a la perfección el bien dotado pecho de la ojiverde. Sin embargo, encima del

vestido llevaba puesta una chaqueta de cuero con cierres plateados que brindaba una clara

pista de que la esencia de Lauren continuaba siendo exactamente la misma de

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antes. Camila sonrió mientras notaba la incomodidad de Lauren. Quizás la chica la
odiaba pero no podía perder la oportunidad que tenía ahí frente a ella sólo por los quizá.

"¿Se va a convertir en una costumbre el encontrarnos así?"

Lauren escuchó la voz de Camila por primera vez y cada vello de su piel se erizó al

instante. Le costó trabajo respirar cuando vio la sonrisa de la castaña extenderse entre

sus labios, así que optó por apartar la mirada, terminando por posarse en el pequeño niño

castaño que se aferraba a las piernas de Camila y le jalaba la falda queriendo llamar su

atención pero sin retirar sus ojitos de color de Lauren.

"Lo lamento mucho Cam-- Camila " La ojiverde quiso golpearse en ese momento. Estuvo

a punto de llamarla Camz. ¿En qué estaba pensando?... Por supuesto, en nada. Lauren

se aclaró la garganta y siguió hablando mirando de reojo al niño que continuaba

observándola fijamente. "Siento lo que sucedió." El pecho de Camila vibró por un

segundo, pero se decepcionó al reparar en que se refería a lo del golpe. "Tay, ven a

ofrecerle una disculpa."

Lauren extendió su mano hacia su hermana, que seguía parada en el marco de la puerta

de la dirección. La niña terminó de salir con algo de vergüenza y cerró la puerta detrás de

sí, para luego pararse frente a su hermana. Camila la miró con los ojos bien abiertos ¿Esa

era la pequeña TayTay?

"Wow, estás gigante, bichito." Dijo Camila encogiéndose a la altura de la niña, cuya

expresión cambió de vergüenza a emoción en cuanto escuchó la frase y miró los ojos

chocolates de la mujer frente a ella.

"¿Ila?" Preguntó con duda y esperanza a partes iguales. De haber estado comiendo
algo Lauren se habría atragantado.

"¿Te acuerdas de mí?" Preguntó Camila sin poder creerlo y casi quiso llorar cuando

Taylor asintió con la cabeza y se lanzó a los brazos de la castaña quien la recibió gustosa.

Las disculpas habían pasado a segundo término. El niño a su lado miraba todo sin

523
entender. Casi desesperado porque su madre le hiciera caso. ¡Había asuntos más
importantes que atender que una niña desconocida!

"Mamá" Llamó el niño aguantándose las ganas de gritar, pero no reprimió otro jalón en la

falda de su madre.

Mamá... Lauren había ignorado por completo la primera vez que el niño llamó de esa

forma a Camila. Sólo lo había percibido como un ruido sordo debido a lo aturdida

que estaba por encontrarse con su fatídico amor de adolescente.

Camila tenía un hijo.

Un hijo prácticamente idéntico a ella excepto por una cosa. El color de sus ojos.

Ella sabía perfectamente bien de quién los había heredado y al pensar en ello una

punzada de dolor atravesó su pecho. Fue incluso más doloroso que el crujido de sus

huesos cuando la Range Rover de Alejandro se compactó con ella en su interior. El

padre de ese niño no podía ser otro que Austin Mahone.

"¿Qué pasa bebé?" Le preguntó Camila separándose de Taylor para atender al niño. Para

ser honestas, ella tampoco había escuchado lo que su hijo dijo anteriormente. El niño miró

dudoso hacia Lauren y luego decidió susurrar en el oído de Camila lo que quería

preguntarle.

"¿Es nuestlo ángel?"

Camila se sonrojó violentamente al escucharlo. ¡Dios! Si nunca se imaginó poder volver

a ver a Lauren, mucho menos pasó por su mente el que su hijo pudiera relacionar tan

fácilmente todas las historias que le había contado.

"Hablaremos de eso más tarde" Se limitó a contestar, depositando un pequeño beso en

su frente. El niño asintió poco convencido y continuó mirando a la morena. Entre más

la veía más se convencía de que debía ser ella.

524
"Hey" Se animó Lauren a hablar con él por primera vez. Le resultaba extraña la forma en

que él no dejaba de observarla, pero al mismo tiempo no podía evitar sentir una inmensa

ternura hacia él. Era un niño precioso, de cabello castaño oscuro, piel ligeramente

tostada, y labios rosados. "¿Cómo te llamas?" Le preguntó. El niño sonrió emocionado,

su ángel le estaba hablando.

"¡Lolo!" Respondió él alegremente. Lauren arqueó una ceja al escucharlo mientras Camila

deseaba que la tierra la tragara en ese momento. La ojiverde se recuperó rápidamente de

la sorpresa al escuchar su sobrenombre salir de los labios del niño y luego le sonrió de

forma cálida.

"¿Te llamas Lolo?" Le preguntó. Y él asintió con la cabeza pero luego miró a su madre
con un poco de duda en su rostro.

"Se llama Lawrence" Explicó Camila sonrojándose y ganándose una mirada de Lauren,

desde donde se encontraba, casi arrodillada a la altura de su hijo. "Aún no puede

pronunciarlo bien así que, le llamo Lolo de cariño." El niño miró a su madre agradecido y

luego volvió a ver a Lauren y a la niña detrás de ella.

"Nuestros nombres son similares" Habló la morena con amabilidad hacia el chiquillo "Yo

me llamo Lauren" Se presentó extendiendo su mano hacia él quien la miró como si le

estuviera enseñando un gigantesco chocolate "Me da mucho gusto conocerte."

Lawrence tomó la mano de la ojiverde rápidamente. Era como un momento soñado para

él... Bueno, eso si su mamá le confirmaba que se trataba de quien él creía. Pero casi

estaba seguro de que si.

"Y ella es mi hermana Taylor" Agregó Lauren señalando a su hermanita menor que había

observado la interacción en completo silencio. Lauren hizo un gesto para indicarle a

Taylor que saludara al niño y ella dudó un momento. Era un niño. Los niños no le

gustaban... Mucho menos si eran como Doug. Pero su hermana mayor se lo estaba

525
pidiendo así que terminó por estrechar la mano de Lawrence por un instante y luego lo
soltó.

"¿Cuántos años tienes Lolo?" Preguntó Lauren hacia el niño una vez más. Y el elevó una

de sus manos mostrando sus cinco dedos bien extendidos. Eso confirmaba las sospechas

de Lauren. No había duda, ese niño era un Mahone. "Vaya, eres casi un adulto" Fingió

sorpresa la mayor y el niño se apenó por un momento pero luego le sonrió.

Sin embargo Camila había logrado detectar esa pequeña mueca en los labios de Lauren

luego de que su hijo le dijera su edad. Sabía lo que ella debía estar pensando. Que

Lawrence era producto de su engaño y lamentablemente no podía negarlo de forma

directa si se lo preguntaba. Habría muchas cosas que explicar antes de llegar a ese punto

y Camila no estaba segura de si debería hacerlo no. Para ese punto seguramente que

Lauren ya debía tener su vida hecha también y no tenía ningún caso preocuparla o

desestabilizarla por cosas del pasado.

"Lolo" Habló Camila con cariño hacia su hijo "Es hora de que vayas a tu salón, no quiero

que llegues tarde otra vez ¿De acuerdo?" Terminó dándole una pequeña caricia en la

mejilla. Lawrence asintió rápidamente y le dijo adiós con la manita a Lauren quien lo

veía desde su sitio.

"Oye Lolo" Lo llamó la ojiverde, el niño la miró de inmediato "Mi hermana va a estudiar

aquí también. Acaba de entrar a segundo año... ¿Puedes guiarla para que encuentre

su salón?" Le pidió con una sonrisa.

Lawrence asintió frenéticamente con la cabeza, haciendo que sus cabellos castaños se

movieran como fideos en el aire. Haría cualquier cosa que Lauren le pidiera, lo que fuera.

Así que él se apresuró a tomar la mano de Taylor y jalarla para que lo siguiera. Taylor

hizo un puchero. No quería pasar tiempo con ningún niño pero lo único que recibió de su

hermana fue una pequeña risa y un "Pórtate bien, volveré por ti a la salida." para luego

ser casi arrastrada por el castaño.

526
Una vez que los niños se fueron, se sintió la verdadera tensión. Lauren y Camila se

miraban a los ojos, luego apartaban las miradas para finalmente devolverlas. Una y otra

vez, con nerviosismo. Hasta que una de ellas se decidió a hablar. Por sorpresa, fue

Lauren.

"Así que... Tienes un hijo." Murmuró sin saber que decir o por qué había elegido

iniciar una conversación con eso.

"Así que estás de vuelta" Devolvió Camila en el mismo tono. Casi queriendo arrancarse las

uñas con los dientes debido a la ansiedad, mientras Lauren luchaba consigo misma para no

volver a escanear a Camila con la mirada. Se veía preciosa, los años le habían sentado bien.

Era como... Ver a la Camila en la que esperaba que se convirtiera después de terminar sus

sesiones con la psicóloga. Tal vez mejor... Estaba simplemente radiante.

"No por mucho" Mintió la morena poniendo una barrera entre ellas "Es sólo por cuestiones

de trabajo. Chris está estudiando y no puedo dejarlo solo" Explicó ganándose un

asentimiento por parte de la castaña.

"¿Cómo está él?" Preguntó genuinamente interesada. Pero Lauren comenzaba a sentirse

mal. A hacerse preguntas...

¿Por qué Camila actuaba como si estuviera interesada en su familia? Los últimos meses

antes de que se marchara ella ni siquiera los miraba. Las dudas y la desconfianza que

creyó haber dejado atrás estaban saliendo a la luz en ese momento. Sintió la urgente

necesidad de poner distancia.

"Está bien." Contestó con simpleza. "Lo lamento pero tengo que irme ahora. Tengo mucho

que hacer hoy." Se excusó y Camila no pudo evitar poner una cara de decepción,

esperaba poder hablar más con ella. Sin embargo Lauren no se percató de la expresión

de Camila debido a que estaba fingiendo mirar la hora con preocupación.

527
"Entiendo" Dijo la de ojos marrones "Te estaré viendo por aquí entonces..." Continuó. A

Lauren se le encendieron todas las luces de alerta. Volvería a ver a Camila. Su plan de

evitar los lugares que frecuentaba su fatídico amor se había ido al carajo.

"Sí, claro. Perdón, se me hace tarde." Se excusó y empezó a alejarse rápidamente sin

esperar una respuesta de la mujer. Lauren soltó un suspiro cuando creyó que estaba lo

suficientemente lejos, pero entonces escuchó los apresurados pasos de Camila detrás de

ella y se giró. La chica le extendía un papel con un número de teléfono escrito.

"Ha pasado mucho tiempo Lauren... Y si tú quisieras, sería un honor para mí


que aceptaras cenar en mi casa. Ya sabes, para ponernos al día."

Camila supo en cuanto Lauren comenzó a caminar que tenía que seguirla. Tenía que

averiguar todo lo que fuera posible sobre la mayor de los hermanos Jauregui ahora que

estaba de vuelta, sobre todo si era por tiempo limitado. Así que escribió

desordenadamente su número de teléfono y corrió tras ella para alcanzarla.

Lauren tomó el papel y lo miró por un momento. Luego negó con la cabeza.

"Sinceramente no creo poder." Mintió de nuevo "Estaré muy ocupada con el trabajo y con

Taylor y... arreglando... cosas." Habló nerviosa al final. Camila le sonrió de cualquier

manera.

"Está bien. Entiendo si no estás disponible... Igual puedes guardar el número sólo por si

acaso." Dijo como último recurso. Lauren asintió y guardó el papel en el bolsillo de su

chaqueta decidida a tirarlo a la basura en cuanto tuviera la oportunidad.

"Sí, seguro." Aceptó y luego de eso por fin pudo marcharse haciendo uso de todo

su autocontrol para no mirar atrás.

[...]

528
El pequeño trozo de papel reposaba en la palma de la mano de Lauren, quien lo veía una y

otra vez. Durante su trayecto hacia la planta y dentro de la misma había encontrado

diecisiete cestos de basura pero le había resultado imposible tirar el número de Camila.

Sin embargo tampoco lo había guardado en la agenda de su teléfono y eso era un


avance.

Se había resignado a la idea de tener que encontrarse a Camila cada vez que fuera a la

escuela por Taylor, pero no había necesidad de visitar a la chica en su casa. ¿Para qué?

¿Para aguantarse la mirada soberbia de Austin todo el tiempo? Lauren soltó un gruñido y

dejó el trozo de papel dentro de uno de los cajones de su escritorio. Luego le puso un

pequeño candado y aunque eso logró persuadir su mente de llamar a Camila, no logró

sacar los pensamientos acerca de ella y lo que había sido de su vida en todo ese tiempo

sin verse.

¿Estaría casada con Austin? ¿Sería la señora Mahone ahora? A Lauren le ardió la

garganta ante la idea y luego cerró los puños con fuerza. Si ese fuera el caso... ¿Cómo

se le había ocurrido a Camila la descarada idea de invitarla a cenar a su casa?

Tal vez Austin esté de viaje. Le dijo la voz en su cabeza. Esa podría ser una explicación,

pero de cualquier manera Lauren sabía que lo mejor era negarse rotundamente a la

propuesta. ¿Para qué estoy guardando el número entonces? Se preguntó. Y rápidamente

abrió el candado, luego el cajón y sacó el papel para arrojarlo al basurero debajo de su

escritorio. Fue incapaz de lograrlo así que el papel volvió al cálido espacio dentro del

bolsillo de su chaqueta.

Quizás no sea tan malo que aceptes su invitación. Volvió a escuchar a su fastidiosa
vocecita mental Podríamos asegurarnos de que Camz es feliz.

Lauren lo consideró por un momento. ¿Cuántas veces la había atormentado la idea de

que Camila estuviera mal? Luego cerró los ojos y suspiró sonoramente. Camila estaba

bien, estaba perfectamente bien, pensó con seguridad después de recordar como la había

529
visto esa mañana, su sonrisa, sus hermosos ojos chocolate, su largo cabello castaño

cayendo desordenadamente por encima de sus hombros. Brillaba a cada paso que

daba, incluso cuando fueran rápidos y torpes como cuando la siguió para darle su

número de teléfono.

Su mano presionó el papel dentro del bolsillo.

Necesitaba distraerse antes de cometer cualquier estupidez. Quizás sería bueno que le

dijera a sus amigos que estaba de vuelta. Podrían reunirse y mantener su mente

ocupada con las historias de cada uno de ellos. A pesar de que se había mantenido en

contacto con ellos por teléfono y correos electrónicos no estaba demasiado enterada de

lo que había sido de sus vidas desde su ausencia así que sería una buena opción.

Sacó su teléfono del bolsillo y se deslizó por su lista de contactos hasta que encontró el

que buscaba. La bocina marcó dos tonos antes de que se escuchara que respondían.

"Hallo, Ally"

[...]

Camila miró hacia todos lados tratando de encontrar a Lauren pero no lo consiguió. Joder, se

sentía como una niña de quince años. Le parecía increíble que las mariposas en su estómago

siguieran vivas después de cinco años de no verla... Pero al mismo tiempo le parecía

completamente comprensible. Era Lauren de quien estaba enamorada y ella había dejado

una marca indeleble, algo que no se borraría aunque fueran mil los años de lejanía. Aunque

ella no lo supiera, había sido Lauren quien le había dado la tranquilidad y la buena vida que

ahora tenía y quería que lo supiera. Sobre todo quería hacerle saber lo mucho que le

agradecía el haber arriesgado su vida por ella en aquel accidente, si no fuera por eso ella no

estaría ahí, frente a la puerta principal del colegio esperando a que su hijo saliera para darle

un abrazo y un sonoro beso en sus preciosas mejillas.

"¡Mami!" Gritó él en cuanto la la vio y corrió a sus brazos. Camila lo sostuvo con fuerza

y le dio dos besos, uno en cada mejilla.

530
"Hola mi amor" Lo saludó "¿Cómo estuvo tu día bebé?" Preguntó dejándolo en el suelo

una vez más.

"Tay es muy gruñona" Se quejó el niño haciendo sonreír a su madre.

"Tienes que ser bueno con ella ¿Okay?" Le dijo dandole un pequeño golpecito en la nariz "Y

con todas las niñas y niños." Agregó. Lawrence asintió rápidamente. Él sabía que debía ser

bueno con Taylor, era la hermana de su ángel a fin de cuentas y no quería darle motivos para

que se enojara con él. No ahora que finalmente había decidido aparecer.

Los ojos del pequeño brillaron cuando vio a la chica en cuestión descender de un auto

plateado. Estaba acompañada de otra persona conocida pero eso poco le importó.

Quería que su madre la viera para que así pudiera llevarlo con ella y lograr hablarle

aunque sea un poco.

"¡Mira mamá!" Anunció el niño alegremente señalando con el dedo en dirección hacia

Lauren "Es... es..." ¿Cómo debía llamarla? Todavía no había tenido la oportunidad de que

su mamá hablara con él sobre ella... "Es Lolen" se decidió finalmente ganándose una gran

sonrisa por parte de Camila, quien lo tomó de la mano y se giró para ver si era verdad.

"¿Qué te he dicho sobre señalar a las personas?" Le preguntó a manera de un suave

regaño. El niño apartó la mano inmediatamente pero Camila en esa ocasión estaba muy

contenta de que lo hubiera hecho, porque pudo ver perfectamente a Lauren caminar hacia

la entrada con Ally andando a su lado.

"Lo siento" Se disculpó el niño levemente acongojado, pero el sentimiento se disipó en


cuanto vio la sonrisa de Camila mientras veía a Lauren a lo lejos.

Ally fue la primera en ver a Camila, parada cerca del portón del colegio y se apresuró a
ir hacia ella tomando a Lauren de la mano y jalándola para que apretara el paso.

"¡Mila!" Saludó Ally con calidez y Camila inmediatamente respondió abrazando a la


pequeña. Lauren se sintió ligeramente triste. Esperaba que la sonrisa de Camila fuera

531
para ella pero al parecer era para su pequeña amiga y ese era otro punto para analizar...

Ally y Camila eran amigas de nuevo. Vaya que las cosas habían cambiado mientras
estuvo lejos.

El pequeño conflicto mental que había tenido Lauren le había impedido darse cuenta de

cuando Camila hizo el amago de abrazarla a ella también. Descuido que Camila percibió

como un rechazo y terminó por simplemente lavantar la mano en forma de saludo que la

morena respondió con un movimiento de cabeza para luego dirigirse al pequeño niño

que la miraba hacia arriba como si se tratara de una estrella.

"Hola Lolo" Lo saludó Lauren y el niño sonrió grande. Su sonrisa se parece a la de ella. Le
dijo la voz en su mente y por primera vez en mucho tiempo estuvieron de acuerdo.

"Hola Lolen" Saludó el hijo de Camila y Lauren sonrió sin poder evitarlo. Era demasiado

adorable. Dejando de lado el parecido físico, Lauren jamás pensaría que ese pequeño

lleno de ternura sería hijo de Camila Cabello y Austin Mahone, las dos personas que más

la habían herido en la vida. "Hola tía Ally" Agregó el niño mirando a la más pequeña de

las mujeres quien se inclinó para besar la frente del niño.

"Hola lindo príncipe" Le respondió ella.

"¿Has visto a Tay?" Le preguntó Lauren a Camila tomándola por sorpresa.

"Uh, no" Respondió con una nerviosa sonrisa en su rostro "Pero no debe tardar en salir.

Los de primer año salen un poco antes que los demás." Explicó y como si fuera magia,

Taylor apareció por la puerta y caminó rápidamente entre los niños para llegar hasta

donde su hermana estaba esperándola.

Lauren la recibió entre sus brazos y dejó que se colgara de ella como un pequeño

changuito. "Hola bebé ¿Cómo estuvo tu día?" le preguntó y el corazón de Camila vibró al

registrar la similitud de la forma de hablar de Lauren hacia Taylor comparada con la suya

con su hijo.

532
"No he conocido a ningún Doug" Dijo Taylor con una gigantesca sonrisa haciendo reír a

Lauren.

"Eso es muy bueno" Acordó ella dándole una pequeña caricia. "Ahora saluda, anda."

La mirada de Taylor fue a para primero sobre Ally a quien miró con cierto recelo. Al

parecer a ella tampoco podía reconocerla, pero eso no sorprendía a Lauren, a fin de

cuentas no habían convivido demasiado. La menor de los Jauregui se ganó otra tanda de

mimos y se preguntó si su hermana tendría demasiadas amigas en aquella ciudad.

Cuando Ally finalmente terminó de jugar con el cabello de la niña Taylor se giró hacia

Camila y la envolvió en un abrazo.

"¡Mila!" Dijo con cariño. Lawrence le había explicado que esa era la manera correcta de

llamar a su mamá. Al menos así era como le decían todas las demás personas. Taylor

quiso devolver el gesto enseñándole a decir el nombre de su hermana pero al parecer

para el niño era imposible pronunciar la R correctamente todavía. Decidió para de

intentar porque recordaba que a ella también le costaba trabajo cuando era más

pequeña.

"Hola bichito" Respondió Camila y los recuerdos embargaron la mente de Lauren. Todas

las veces que había llamado a su hermanita cuando era una bebé se rebobinaron en su

cabeza sin control alguno.

"Lauren y yo teníamos planeado llevar a Taylor por un rico helado de chocolate para

celebrar su primer día de clases" Habló Ally advirtiendo la forma en que las chicas se

habían perdido una en la mirada de la otra sin que ni siquiera ellas se dieran cuenta. Ally

conocía muy bien a Lauren y a Camila y sabía que necesitaba darles unos buenos

empujones para que hablaran todas las cosas que tenían pendientes por decirse. Por ello

extendió la invitación hacia la castaña aunque sabía que Lauren querría asesinarla

después de ello. "¿Por qué no vienes con nosotras y consentimos también al pequeño

príncipe?"

533
Camila se puso nerviosa al detectar la incomodidad en el rostro de Lauren después de

escuchar a su amiga.

"No estoy segura de si Lauren quiere que las acompañe." Dijo con sinceridad y Lauren

notó que era pésima en ocultar sus sentimientos. Sin embargo hizo el intento de poner

una sonrisa en su cara aún cuando por dentro se estaba muriendo del miedo y los

nervios. Decidió apartar la mirada de Camila y de Ally y se agachó para quedar a la altura

de Lawrence.

"¿Qué dices pequeño? ¿Vamos por unos helados?"

"Yaaaaaay" Gritó él con alegría haciendo reír a tres de las cuatro mujeres que lo
rodeaban.

Taylor se cruzó de brazos. Más valía que su hermana no se olvidara de quién era su

consentida, pensaba la niña mientras Lauren agitaba la cabellera castaña del

pequeño Lolo.

Capítulo 39

Lauren's POV

Así que ahí estaba yo, caminando por el estacionamiento hasta nuestro auto con Taylor

de la mano mientras Ally, Camila y Lawrence nos seguían. Al principio sentí el impulso de

preguntarle a Camila si quería que los llevara pero luego recordé que seguramente ella

debía tener su propio auto así que no dije nada.

"Nosotros te seguimos" Dijo ella una vez que yo estaba abriendo la puerta de mi auto.

Asentí con la cabeza y ella y Lawrence siguieron andando a través del lugar. Yo los seguí

con la mirada mientras Ally y Taylor ya estaban acomodadas en sus asientos. Entonces vi

a Camila abordar un vehículo a lo lejos. Creí que vería un auto de lujo, como el porsche,

como el audi de Chris, pero lo que vi me comprimió el alma.

534
Era la camioneta que me había regalado.

Días antes de marcharme, me encontré con Alejandro una vez más, para recibir mi

liquidación y agradecerle el empleo que me había dado. A fin de cuentas, él no había

tenido nada que ver con relación a todo lo que había pasado entre su hija y yo. Ni

siquiera estaba enterado de nada.

Durante esa reunión, Alejandro me entregó las llaves de la camioneta. Aún conservaban

el llavero que Camila había hecho. El dibujo de sí misma del día en qué nos conocimos.

Recuerdo haber mirado el llavero y sentir ganas de llorar, así que se lo devolví. No

podía llevarme esa camioneta, no podía llevarme tantos recuerdos conmigo. Suficiente

tenía con todo lo que había en mi cabeza como para además llevarme un recordatorio

tan grande como ese. ¿Cómo podría subir esa camioneta sin recordar cada momento

con Camz? Sería imposible.

Por eso la devolví.

Supuse que Camila se desharía de ella, que la vendería o la regalaría y traté de

convencerme a mí misma de que no me importaba lo que hubiera hecho al final. Pero

jamás esperé verla conduciéndola por las calles de la ciudad con toda esa naturalidad,

con esa sonrisa en su rostro mientras Lawrence, su hijo, estiraba el cuello para mirar por

la ventana.

"Vamos Laaauuurr" Me apuró Taylor quien ya tenía el cinturón de seguridad puesto en

el asiento de atrás del auto. Sacudí mi cabeza -un movimiento que se estaba

convirtiendo en un hábito- para poder regresar a la realidad y olvidarme por un momento

de la particular elección de vehículo de Camila y entonces entré a mi coche para

ponerme a conducir en dirección a una de mis heladerías favoritas.

No era nada demasiado extravagante ni caro el lugar, pero lo que tenía de genial era

que te hacían el helado en el momento. Licuaban todos los ingredientes y luego los

vaciaban en una especie de plancha que congela el líquido mientras la persona que los

prepara va

535
moviendo la mezcla con un par de espátulas de metal. No sé que tiene de especial eso

pero logra hipnotizarte. Ahí estábamos los cinco, observando como el chico que atendía

preparaba los helados que habíamos encargado, uno por uno, creando las combinaciones

de sabores y congelándolos en el instante.

"Aquí tiene señorita" Habló el tipo mirando a Camz para después guiñarle el ojo de forma

evidentemente coqueta. Contuve la necesidad de mi cuerpo por soltar un gruñido

cuando

vi que Camila se sonrojaba al recibir el helado de las manos del chico que le sonreía de

forma descarada.

No era la primera vez que veía a alguien coquetearle a Camila. Cuando estábamos

juntas ella recibía propuestas casi todo el tiempo, tanto de hombres como de mujeres

pero yo nunca hacía nada, no le hacía escenas de celos jamás. En primer lugar porque

no me gusta dar espectáculos innecesarios -una sonrisa o un par de halagos mal

intencionados no eran suficientes razones para hacer que me saliera de mis casillas - y

en segundo lugar, porque yo confiaba plenamente en ella.

Confiaba en ella.

Cuando estábamos juntas.

Había pasado mucho tiempo desde entonces. Casi parecía como si realmente no

hubiera sucedido. Por un momento me pregunté si Austin la celaba. ¿Cómo reaccionaría

él si estuviera ahí en ese momento en mi lugar? ¿Cómo trataría él a su hijo?

Deseaba con todo mi corazón que Austin hubiera cambiado, aunque me parecía casi

imposible. Sin embargo Camila parecía feliz, se mostraba amable, dulce, amorosa con

su hijo y llegué a la conclusión de que esa era realmente su forma de ser debido a que

se había reconciliado con Ally y al parecer con todos los demás. Ally jamás habría vuelto

a ser cercana con ella si Camila hubiera continuado con su actitud soberbia y prepotente.

Entonces me pregunté por qué fue que cambió tanto... ¿Habría sido por él? ¿Por Austin?

536
Quien no conociera al heredero Mahone estaría seguro de que sí, pero para mí que lo

había visto y que sabía el grandísimo patán que era, se me hacía completamente ilógico

que se hubiera convertido en un buen hombre. Luego volvía a mirar a Camila y a

Lawrence. Ambos estaban bien, ambos sonreían, ambos eran cálidos, suaves y

afectuosos.

Debían ser una hermosa familia.

Me obligué a cambiar la expresión de tristeza en mi rostro cuando Ally me dio un pequeño

codazo en el brazo. Los niños comían helado alegremente mientras Camila le limpiaba las

mejillas a Lolo. Puse una sonrisa en mi rostro. Yo también tenía una familia, tenía a mis

hermanos y aunque fuese diferente a lo que Camila había conseguido -sin mí- era todo lo

que yo necesitaba. Había sido todo lo que yo necesité...

Hasta que la conociste a ella. Me dijo esa jodida vocecita en mi cabeza. Algunos la

llaman consciencia, yo sólo creo que es una parte de mí que sigue envenenada con la

esencia de Camila y que se niega a dejarla ir, lo cual sinceramente me preocupa porque

siento que se está extendiendo y haciéndose más resistente, casi incontrolable.

"¿Y qué has estado haciendo?" Me preguntó Camila de pronto. Ella había estado

conversando con Ally, sinceramente no sé sobre qué, estaba demasiado ocupada con mis

pensamientos como para prestar atención. Yo me tragué el bocado de helado de

chocolate que tenía en la boca rápidamente provocando esa sensación de tener el

cerebro congelado. Taylor y Lawrence se rieron de mis gestos. Cuando me recuperé de la

gélida sensación y el efímero dolor de cabeza, por fin pude contestar.

"Um... Bueno, básicamente terminé la carrera y comencé a trabajar para el grupo

Volkswagen" Expliqué "Específicamente en el área de ensamblaje"

"Vaya..." Respondió Camila con un encantador gesto de sorpresa en su rostro.

537
"¿Eso qué es ma?" Preguntó Lawrence dejando un par de gotas de helado escaparse

entre sus labios. Camila sonrió y yo también. Taylor estaba demasiado concentrada en

su propio helado como para prestar atención y Ally observaba todo en silencio,

enternecida.

"Lauren fabrica coches, mi amor." Respondió Camila mirándolo con sumo cariño. Era

evidente que ese niño era el todo para ella. Por un instante recordé lo mucho que yo

había deseado en algún punto de mi vida casarme con ella, tener hijos juntas... Ella

había logrado todo eso y quizás más con otra persona. El pensar en eso me hizo

recordar, no podía dejar que me ganara el sentimiento y la nostalgia. ¿Qué caso tenía?

Lo mejor para mí sería alejarme de ella. Independientemente de que ella hubiera

cambiado y que ahora fuera la mejor versión de ella misma, cualquier cosa que yo pudiera

sentir por Camila estaría fuera de lugar y si permitía que esos sentimientos crecieran, la

única que saldría herida sería yo, una vez más.

"¡Woooooo!" Expresó Lawrence con emoción reflejada en sus ojitos claros "¿Me
puedes hacel uno?" Me preguntó con su dulce voz infantil. Yo le sonreí grande.

"Cuando seas mayor y si te portas bien tal vez te regale uno" Le dije guiñándole el ojo

esperando que comprendiera que sería un trato. Él asintió de forma frenética y yo me reí

hasta que Taylor me apuntó con su cuchara.

"¡Tú nunca me has prometido un auto!" Me dijo con el ceño fruncido, se veía tan graciosa

con sus mejillas infladas.

"Parece que alguien está celosa" Me susurró Ally en la oreja pero sé que Camila

también la escuchó.

"No sabía que querías uno" Me excusé fingiendo inocencia y la cara de mi hermana
cambió por un momento a confusión, luego a enojo de nuevo.

"Yo tampoco sabía, pero si él tiene uno entonces yo también quiero." Me respondió y no

pude evitar soltar una carcajada. ¿Qué clase de niña tenía como hermana? Ella nunca se

538
había comportado así antes. Me pregunté qué tantos estragos podría causar el pequeño

Lawrence en mi hermanita.

"Pórtate bien y ya veremos." Le respondí "Además, tienes que ser paciente, le acabo de

regalar uno a Chris ¿Recuerdas?" Pregunté, dándole un pequeño golpecito en la frente

con la yema de mi dedo índice. Taylor gruñó y siguió comiendo su helado.

"¿Estás aquí por la nueva planta?" Me preguntó Ally continuando con la conversación

anterior y yo asentí con la cabeza. Las nuevas instalaciones estaban a las afueras de la

ciudad ya que requerían de un amplio espacio de trabajo debido a que no sólo se arman

los autos sino que se exportan y hay un continuo arribo de camiones de remolque que se

encargan de transportarlos.

"Sí, precisamente. Dentro de una semana ya estará en funcionamiento. Por el momento

me estoy encargando de capacitar al personal que estará trabajando con la maquinaria

ya que es un diseño nuevo y es necesario que los empleados se familiaricen con él. Se

puso a prueba en la planta donde estaba trabajando hace unos meses y ha dado muy

buenos resultados."

"Eso es increíble Lauren, me da mucho gusto por ti." Atinó a decir Camila y pude notar que

sus palabras eran genuinas cuando me miró a los ojos. Yo sólo me limité a sonreír.

La conversación continuó de esa manera y prácticamente giró en torno a mí y a mi

desempeño laboral, aunque no les conté con exactitud la cantidad de dinero que tenía

ahora, ni el puesto que realmente estaba desempeñando para la empresa. A decir verdad,

quería ver la reacción de Camila si continuaba pensando que era una persona común y

corriente. Sí, con una mejor situación económica que antes, pero no lo suficiente para ser

considerada millonaria. Camila se mostró amable y feliz por mí todo el tiempo, aunque ni

siquiera sospechara la cantidad de ceros que había en mi cuenta bancaria en la

actualidad.

539
Hablamos sobre Chris también. El hecho de que estaba estudiando lo que siempre quiso y

me sentí orgullosa de hablar puras cosas buenas sobre él. Siempre había sido un gran chico

y estaba segura de que se convertiría en un buen hombre también. Y bueno, Taylor fue otro

tema en el cual reímos mucho, pero de igual forma me sentí feliz de decir que mi hermanita

era una nena muy lista y obediente. Aunque al parecer, un poco caprichosa.

Yo tenía muchas ganas de saber sobre Camila, su familia... Sobre su relación con Austin

pero no me atreví a hacer ninguna pregunta, Ally tampoco me ayudó. Cuando me había

encontrado con ella después de que la llamé traté de sacarle un poco de información, me

molesté con ella porque no me había dicho nada acerca de la existencia del hijo de

Camila y ella me devolvió el golpe en la cara al recordarme que no me había dicho nada

porque yo se los prohibí a todos. Así que luego básicamente me sentenció diciendo que si

quería saber algo acerca de Camila y lo que había sido de su vida durante los últimos

cinco años, tendría que preguntárselo a ella directamente, porque todos mis viejos amigos

se había puesto de acuerdo para no decir ninguna palabra.

"¡Más!" Dijo Lawrence levantando su cuchara en el aire. El pequeño tazón donde

le habían servido el helado estaba completamente vacío.

"Vale pero sólo un poco ¿De acuerdo?" Aceptó Camila y yo esbocé una media sonrisa

mientras los observaba.

"¡Yo también quiero!" Gritó Taylor quien también había acabado con lo que tenía en su

tazón. Yo la miré extrañada, ella nunca pedía doble ración de nada, incluidos los postres.

"¿Quieres más?" Le pregunté aún con incredulidad. Ella asintió con la cabeza mirándome

por un instante para luego posar su vista en Lawrence.

"¿No estás llena ya?" Le pregunté ligeramente consternada. Ella negó con la cabeza.

"Está muy rico, por favor Laur" Me pidió inflando una vez más sus mejillas esta vez en
un puchero adorable.

540
"Vale." Acepté. Y entonces Camila y yo hicimos el intento de levantarnos de nuestros

asientos, pero Ally lo hizo primero.

"Yo llevaré a los niños" Dijo "quiero pasar un poco más de tiempo con estas

hermosuras" Agregó con sus ojos brillando mientras miraba a Taylor y Lolo. Camila rió

ligeramente y luego miró a su hijo.

"Ve con la tía Ally bebé." El niño aceptó de inmediato y con ayuda de Ally se bajó de la

silla. Taylor me miró por un instante, pidiendo mi aprobación para ir con ellos también y

yo se la di haciendo un movimiento con mi cabeza en dirección hacia Ally.

En cuanto mi hermana se bajó del asiento y empezó a caminar de la mano de Ally hasta

el mostrador, sentí ese hueco en mi estómago. El nerviosismo creciendo rápidamente

en mi cuerpo, haciendo mis manos sudar... Me había quedado a solas con Camila, por

segunda vez en el mismo día.

"Lawrence es adorable." Dije sorprendiéndome a mí misma debido a la facilidad con la

que dije la frase. Al parecer la pequeña voz en mi cabeza estaba tomando el control esta

vez. Pude notar como los ojos de Camila se abrieron ligeramente después de escuchar mi

voz, luego apartó la mirada y jugó con la yema de sus dedos sobre la mesa. Ella sonrió y

luego levantó la mirada hacia mí, todo ocurrió en un par de segundos pero mi mente lo

procesaba en cámara lenta, como si quisiera que apreciara cada movimiento de Camila.

La forma en que su sonrojo se extendía paulatinamente por sus mejillas, o como sus

labios se abrían con lentitud para deja ver su blanca dentadura, la danza de cada uno de

sus cabellos cuando ladeaba la cabeza o la levantaba para mirarme...

"Es un gran niño. Es todo para mí" Habló con su mirada completamente iluminada al

hablar de su hijo. Pude notar como su pecho se llenaba de aire con alegría. "Es lo mejor

que me ha pasado en la vida." Continuó.

541
"Me alegra ver que estás tan bien, Camila" Le respondí. Joder, quería asesinar a esa

parte de mí que estaba tomando posesión de mi cuerpo y de mi mente en ese momento.

"Luces diferente..."

"¿Diferente es bueno?" Me preguntó, rozando su labio inferior suavemente con su pulgar.

Mis piernas temblaron.

"Es excelente." Le dije con sinceridad. Odiaba no poder contenerme de decir esas cosas.

Y en ese momento no podía huir como lo había hecho por la mañana ya que mi hermana

estaba con Ally y Lawrence observando como les hacían sus nuevos helados. "Te ves

radiante... Mejor que nunca." Su sonrojo se intensificó y sus pestañas abanicaron un par

de veces haciéndome una invitación a que no apartara la mirada de Camila.

"Tú también te ves bien" Me devolvió luego de unos segundos. Recargó su codo sobre la

mesa y dejó reposar su mentón sobre la palma de su mano. Su melena estaba recogida

en una trenza algo desordenada y por su frente caían algunas hebras que parecían no

tener sentido alguno pero que a pesar de eso la hacían verse fantástica. La Camila que yo

conocí nunca habría salido a la calle tan desaliñada pero a ella parecía no importarle

ahora e incluso me atrevo a decir que ese look algo desenfadado y sencillo resaltaba su

belleza de una forma en que el maquillaje jamás lo conseguiría. Estaba siendo... ella. Y

eso era lo que más me gustaba. "Tienes un buen empleo, y has hecho un excelente

trabajo criando a Chris y a Taylor." Señaló haciéndome sonreír.

"Ellos son lo que me ha motivado a salir adelante, a pesar de todo." Hablé con nostalgia

impregnada en la voz. Era imposible no recordar todas las dificultades que habíamos

pasado desde que mis padres murieron. Las veces que nos quedamos sin luz, sin agua...

Los días que pasamos incluso sin tener algo para comer. Lo sacrificios que tuvimos que hacer

para lograr que todo saliera bien después de que ellos se fueran. Había sido muy duro, pero

ahora estábamos bien. "Y me alegra que tú tengas a Lolo para que sea eso para ti." No pude

evitar arquear una ceja al decir Lolo. Jamás podría olvidarme de que ese sobrenombre lo llegó

a usar para mí en su momento. Entonces pensé en Austin otra vez.

542
¿No le habrá importado que el nombre de su hijo fuera similar al mío? Y aún más

importante ¿Por qué Camila había llamado Lawrence a su hijo? Entonces las palabras se

escaparon de mi boca provocando que la respiración de Camila se cortara de golpe.

"¿Quién es el padre?" Fue lo que pregunté y la cabeza de Camila apuntó al suelo por
un momento. Luego la levantó, soltó un suspiro y me miró a los ojos.

"Austin" Dijo ella con una voz casi sepulcral. Mis manos se cerraron con fuerza sobre la

mesa. Una cosa era intuir quién era el padre de Lawrence y la otra confirmarlo. Me había

dolido como la mierda escuchar ese nombre salir de sus labios. Quería saber muchas

cosas. Tenía demasiadas preguntas para ella. Y estaba a punto de hacerlas cuando mi

teléfono sonó dentro del bolsillo.

Supuse que sería el señor Maxwell para preguntar como había sido el primer día en

la nueva sede así que respondí sin revisar el verificador de llamadas.

"¿Diga?" Hablé una vez que respondí la llamada. Entonces reconocí la voz al otro lado de

la línea, no era el señor Maxwell, era Elizabeth.

"H-hola Lauren" Me respondió con evidente nerviosismo en la voz. Yo le hice un gesto a

Camila con la mano para no ser descortés al atender la llamada. A pesar de que no la

esperaba, debía admitir que me sentí aliviada de que Eli hubiera llamado. Me había

brindado una forma de escapar y de retomar el control.

"Hola Eli ¿Todo bien?" Le pregunté. Mientras Camila miraba hacia la puerta del

local donde estábamos.

"Todo está más que bien." Me respondió ella "Sólo quería decirte que ya me otorgaron

la beca que conseguiste para mí. Voy a iniciar las clases la próxima semana." Me

informó con alegría y yo sonreí complacida.

"No sabes lo mucho que me alegra escuchar eso" Le dije "Esto segura de que vas
a destacarte entre todos. Eres asombrosa." La halagué ya que yo ya había tenido la

543
oportunidad de ver algunas de sus obras antes. A veces Eli cuidaba a Taylor en su casa

así que, había visto un par de sus cuadros colgados en su habitación.

"Jamás tendré como agradecértelo. ¿Cómo estás? ¿Cómo está Taylor? Me sentí muy

rara hoy al no pasar tiempo con ella. Me ha dejado un vacío." Me contó y yo giré a buscar

a Taylor quien ya se acercaba.

"Estamos bien Eli, también es extraño para mí pero nos estamos adaptando. Y en

cuanto al pequeño monstruo está justo viniendo hacia mí. ¿Quieres hablar con ella?

Quizás tú puedas averiguar qué le pasa. ¿Puedes creer que está por comer su segundo

helado doble?" Le pregunté de forma retórica y ella solamente se rió. Luego me dijo que

se la pasara porque quería saludarla y eso hice. Taylor saltó de emoción cuando

escuchó su voz.

"Lizaaaaaaa" Casi gritó emocionada. "Te extraño mucho mucho. Si vienes a verme te juro

que no te molestaré si te quedas mirando a Laur" La escuché decir casi provocándome un

ataque de tos. ¡Taylor no tenía el más mínimo filtro en la boca!

Ally que ya se encontraba en su asiento junto a mí me dio golpecitos en la espalda y

Camila sólo se mantuvo ayudando a Lawrence con su helado ya que al parecer sería

demasiado para él. Luego de que Taylor terminara de hablar continuamos hablando

de cosas sin importancia mientras mi hermana luchaba por acabar su helado, el cual

por cierto me tuve que comer yo al final porque ella ya no podía más.

Troy llegó un rato después, me saludó, quedamos de salir un día de aquellos junto con

Luis y yo acepté con gusto. También saludó a Camila y jugó un poco con el pequeño

Lawrence para luego marcharse junto a Ally. Camila y yo compartimos una rápida

despedida y cada quien se dirigió hacia su auto.

Pasé el resto de la noche velando el sueño de Taylor que había sufrido un dolor de

estómago debido a que comió mucho más de lo que podía resistir. Llegué a la conclusión

de que no habría más tardes de helado en un buen tiempo. Por el bien de Taylor.

544
"Y por el mío..." Murmuré una vez que mi hermanita se durmió y mi cerebro volvió

a proyectar la imagen de Camila.

Camila's POV

"Mamá..." Me llamó mi hijo mientras yo acomodaba las sábanas para taparlo bien. Ya era
hora de que durmiera.

"¿Qué pasa bebé?" Le pregunté dándole una pequeña caricia en la mejilla.

"Me plometiste que me dilías soble el ángel" Me dijo, causándome un pequeño temblor en

todo el cuerpo. Esperaba que ya se hubiera olvidado de ello. Yo suspiré, no le había

prometido nada, pero de cualquier manera le había dicho que hablaríamos de eso

después y yo tenía que cumplir, así que me acomodé en un pequeño espacio de su cama,

justo a su lado mientras el me miraba muy atento.

"¿Qué quieres saber?" Le pregunté como si no lo supiera ya. El miró al techo por un
instante y luego devolvió sus ojitos a los míos.

"¿Es ella? ¿Lolen?" Me preguntó y sentí que mis mejillas se sonrojaban y mi garganta se

cerraba.

"¿Por qué piensas que es ella?" Seguí preguntando por un lado para evitar darle

respuestas directas, pero por otro, realmente estaba interesada en lo que mi hijo tenía

que decir sobre Lauren.

"Polque se palece... Sus ojos y su cabello y también tiene sus dientitos como de conejito y

es blanquita como dijiste. Es muy bonita, mamá." Dijo él con lentitud. Supe perfectamente

que la estaba recordando en su mentecita. Yo hacía exactamente la misma expresión

cuando pensaba en ella. "¿Es nuestlo ángel?" Volvió a preguntar y yo no tuve más

remedio que asentir con la cabeza.

"Sí bebé. Es ella, pero tienes que guardar el secreto ¿Okay?" Le pedí. No podía dejar que
anduviera gritando por ahí que Lauren era nuestro ángel. Mucho menos frente a ella.

545
"¿Pol qué ma?" Siguió cuestionando con su ceño fruncido. Como si no le gustara la idea

de mantener el pico cerrado.

"Porque los ángeles cumplen sus misiones de forma secreta mi amor" Le respondí "No

puedes andar diciendo por ahí lo que Lauren es porque le costará mucho más trabajo

proteger a las personitas que custodia." Inventé. Él se quedó callado un momento como si

estuviera registrando la información en su cabecita.

"Oye mamá..." Me habló luego de unos minutos.

"¿Um?" Murmuré para hacerle saber que lo escuchaba, mientras le acariciaba el cabello
para ayudarlo a dormir.

"¿Lolen no se acuelda de mí?" Preguntó. "Cleo que ya no quiele cuidalme." dijo finalmente
con tristeza.

"No digas eso bebé... Lo que pasa es que Lauren te cuidó cuando estabas en mi pancita

y por eso no te conocía realmente. Ella nunca había visto tus ojitos, ni tu sonrisa, ni nada

de ti... Pero sabía que estabas conmigo y te cuidó mucho mucho." Le dije. Si Lauren no

hubiera hecho lo que hizo por mí en el accidente... mi bebé y yo habríamos muerto ahí. "Y

luego cuando tú y yo estuvimos bien se fue porque debía cuidar a más personitas."

Él se quedó pensando y pareció aceptarlo. Sus ojos se cerraban despacio y luego

se abrían. Estaba luchando para no quedarse dormido.

"Ella si se acuelda de ti..." Me dijo medio adormilado haciendo que mis cejas

se levantaran con sorpresa ¿Qué había dicho? "Te ve todo el tiempo."

"¿Ah si?" Le pregunté con una pequeña risa que parecía más un suspiro. Me hizo sentir

esperanza por un momento. "Yo creo que te mira a ti porque eres muy bonito y ella por fin

te ha conocido bebé"

Él negó con la cabeza. Ya con sus ojos cerrados y respirando con pesadez.

546
"Te está cuidando con sus alas, pol eso volvió" Susurró ya completamente perdido en sus

sueños y yo me sentí aliviada porque no habría sabido cómo explicar las lágrimas que se

me escaparon después de escucharlo.

"Volamos porque eres mis alas" Escuché la voz de Lauren en mi cabeza. Justo como lo
había dicho la noche en que nos hicimos novias.

Limpié las pequeñas gotas que se deslizaban con suavidad por mis mejillas y luego me

levanté de la cama. Lo cubrí de nuevo con las mantas lo mejor posible y caminé por su

cama para bajar la intensidad de la luz de su lámpara de noche. Las estrellas y medias

lunas que se dibujaban en el techo perdieron un poco de brillo y entonces salí del cuarto

de mi hijo, no sin antes echar un vistazo desde el marco de la puerta para asegurarme

de que estaba bien.

Cerré con cuidado y caminé un par de metros hacia mi habitación. Entonces me senté en

el pequeño asiento improvisado que se hallaba a lado de una de mis ventanas. No tenía

una vista privilegiada, pero si se podía apreciar el cielo nocturno y con eso me bastaba.

Abracé mis rodillas sosteniéndolas contra mi pecho mientras recargaba mi espalda en la

pared.

¿Qué más quisiera yo que estar segura de que Lauren había vuelto por mí? La inocencia de

Lawrence me hizo sonreír. Había conocido a su ángel... Nuestro ángel. Mi vida seguiría

siendo una completa mierda de no ser por Lauren. Fue ella quien me ayudó a dar los primero

pasos para cambiar y a pesar de que estuve a punto de echarlo todo a perder, fue ella quien

de nuevo me rescató en el peor de mis momentos y no sólo salvó mi vida...

Sin que ninguna de las dos lo supiera, ella había salvado a mi bebé. Mi hermoso Lawrence.

Me dio otro motivo para seguir viviendo, el más grande y maravilloso de todos.

Ahora lo único que podría mejorar mi vida sería recuperarla. Recuperar a Lauren y

enmedar todo el sufrimiento que le hice sentir, aunque fuese con buena intención. ¿Pero

cómo conseguirlo? No sabía nada de ella. Nada más que el hecho de que había

547
regresado aquí por cuestiones de trabajo. Un trabajo que no tenía la más mínima idea de

cuánto duraría y eso, sumado a que no estaba segura de si había alguien -además de

Chris- esperándola me ponían ansiosa.

La había escuchado hablar con una chica. ¿Liza? ¿Eli? No recordaba exactamente
el nombre pero la había notado entusiasmada y también a Taylor.

Yo no era lo suficientemente positiva -o ingenua- para pensar que Lauren no se había

vuelto a involucrar con otras mujeres. Sería una locura pensar en que una mujer como

Lauren pudiera estar sola por mucho tiempo, su perfección saltaba a la vista y no hablo

solo de su belleza sino de la calidad de su corazón y la calidez de su alma. Cualquiera

querría estar a su lado, cualquier daría cualquier cosa por tener una oportunidad con ella.

Yo estaba rogando por una segunda y no estaba del todo convencida de si la merecía.

Suspiré y recargué mi cabeza en el cristal de la ventana, luego rocé la yema de mis dedos
en el vidrio, añorando, deseando pasar un momento más cerca de ella, de Lauren.

Había sido más que difícil responder cuando me preguntó por el padre de Lawrence. La

existencia de mi hijo era lo único que podría haberle agradecido a Austin Mahone en mi

vida. Ya no lo odiaba e incluso lo había perdonado por todo lo que me hizo a pesar de que

el jamás se mostró arrepentido... Con el tiempo comprendí que no servía de nada guardar

sentimientos negativos, aunque fuesen por él... En mi vida y mi corazón no podía caber

más que cariño y amor, para ser volcados completamente en mi pequeño Lolo.

Mi vida romántica.... No puedo decir que haya sido inexistente o un total fracaso después

de Lauren. Al parecer, aún con un hijo y muchos millones menos qué presumir seguía

pareciendo atractiva para las personas con las que me topaba por la calle o que conocía

por casualidad. Claro que mi atención siempre estaba puesta en mi hijo y nada más... La

pérdida de Lauren era reciente y yo no podía imaginarme estando con alguien más pero

con el tiempo comencé a pensar en que ella jamás regresaría y que quizás era

momento de pasar página. Así que lo intenté.

548
Sin embargo con el tiempo descubrí que lo que sentía no era ni la milésima parte de lo

que había sentido por ella. Por mi ángel. Mi camino quedó marcado por las huellas de sus

pies y era imposible borrarlas porque yo realmente no quería hacerlo. Aunque no está

bien comparar un cariño con otro, comprendí que cada persona merecía sentir al menos

una vez el amor completo que Lauren me hizo sentir a mí y que sería injusto privar a una

mujer como Ariana de encontrarlo por darle falsas esperanzas conmigo. No estaba lista.

Sonreí con algo de nostalgia. Había pasado buenos momentos con ella y nos seguíamos

frecuentando en el hospital, pero sólo como amigas y eso estaba bien para ambas. Lo

habíamos superado. Ella comprendía perfectamente que yo siguiera enamorada de esa

página de mi vida que tenía escrito en letras gigantes y ornamentadas el nombre de

Lauren Jauregui. No estaba lista para ninguna otra que no fuera ella.

Acaricié con suavidad el tatuaje que estaba impreso en la piel de mi hombro izquierdo. Me

había tardado demasiado en aprender la lección y eso nos había traído mucho sufrimiento

tanto a Lauren como a mí, a sí como también valiosas recompensas. Las dos estábamos

bien, teníamos nuestras familias y nos habíamos superado a través de los años.

Pasé los dedos lentamente sobre el relieve que la tinta había dejado en mi cuerpo y esta

vez sonreí con seguridad. Había aprendido la lección, no volvería a equivocarme. Estaba

lista, estaba completamente lista para recibir a Lauren con los brazos abiertos si ella

también lo quería y si existía la más mínima posibilidad... Yo estaba lista para volver a

amarla.

Estaba lista para vivir.

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Capítulo 40

Lauren's POV

La vida comenzaba a tomar un ritmo simple.

Habían pasado tres semanas y todo parecía ir perfectamente. Taylor y yo hablábamos

con Chris a diario y compartíamos nuestro día a día ya sea por teléfono o por

videochat. Tay ya se había adaptado a la perfección en su colegio y comenzaba a

hacer amigos además de Lawrence, quien aunque Taylor lo negaba yo sabía que era

su amigo más cercano.

La empresa por otro lado iba muy bien. Los trabajadores habían aprendido a utilizar el

sistema rápidamente y el funcionamiento de la planta estaba al cien por ciento. Hasta el

momento los resultados tenían muy feliz al señor Maxwell y a mí también por supuesto.

En cuanto a Camila... Bueno, digamos que no habíamos convivido mucho. Me había puesto

de acuerdo con Taylor para vernos un rato después de su salida de la escuela por lo que

cuando yo llegaba por ella, Camila y Lawrence ya se habían marchado y así evitaba verlos.

Por otro lado, había hecho un esfuerzo grande para no preguntarles a los chicos sobre ella y

lo que había pasado en su vida, no porque no quisiera, sino por orgullo ya que sabía que ellos

no me dirían absolutamente nada y yo sólo quedaría en evidencia.

No obstante, no me había librado de ver a Camila durante todos esos días. Resulta que

los chicos se reunían una vez a la semana en casa de cada uno. Cuando Ally me invitó

durante la primera semana que estuve aquí no tuve ningún problema en aceptar después

de que me dijo que no pasaba nada si llevaba a Taylor. Fue así hasta que llegué a su

lujosa casa y me di cuenta de que Camila estaba ahí también. Pensé en irme pero supuse

que se vería mal así que me mantuve ahí toda la velada, además, Taylor y Lawrence

estaban muy entretenidos persiguiendo bichitos en el jardín de Ally por lo que no me

atreví a arruinar su diversión.

550
Luego consideré no asistir a sus reuniones, pero me dije a mí misma que ese sería un

acto ridículo e inmaduro. Lo que hubo entre Camila y yo se había terminado, bien, ahora

teníamos el mismo grupo de amigos y no tenía caso alguno que tuviéramos que

separarnos de ellos sólo por evitar encontrarnos.

Está bien, por evitar encontrármela.

Al parecer a Camila no le molestaba en lo absoluto verme, ni hablarme. Se

desenvolvía de forma tan natural frente a mí y frente a todos que me hacía sentir un

poco celosa porque no fui yo quien vio su transformación.

Todavía recordaba esa noche en la playa, cuando nos hicimos novias y declaró sus

sentimientos por mí. Podía memorar a la perfección el cómo me había dicho que mis

ojos eran los únicos que podían ver a la verdadera Camila.

Ahora esa Camila estaba ahí, frente a todo el mundo, brillando en todo su esplendor

dejándome sin palabras. Era más que perfecta. Camila era la mujer de mi vida aunque

yo no quisiera aceptarlo para evitar el sufrimiento.

Como dije, todo iba bien. Creí que podría sobrevivir viendo a Camila una vez a la semana

o encontrándomela por casualidad en la escuela de Taylor, por eso trataba de no

preocuparme demasiado por el asunto.

Aquel día había transcurrido con normalidad. Había dejado a Taylor muy temprano en el

colegio y luego me había dirigido a la fábrica ya que llegarían los camiones que se

encargarían de transportar los autos a las agencias de los estados más cercanos y yo

debía estar ahí para verificar que todo se llevara a cabo de la manera correcta lo cual fue

de esa forma sin mayor novedad.

Estaba en mi oficina revisando unos documentos que me había preparado mi secretaria

que mostraban una relación de todos los lotes de autos ensamblados durante ese mes

cuando recibí una llamada a mi celular.

551
Era Camila.

Al final sí había agregado su número a mi lista de contactos, aunque nunca le había


hablado ni mandado un mensaje.

Aquella noche de jueves era la reunión de la semana y esta vez tocaba en su casa. Decir

que estaba nerviosa era poco. Era la primera vez que podría tener un acercamiento a la

vida personal de Camila y la verdadera que había una parte de mí que estaba ansiosa

porque el momento llegara mientras que la otra se encontraba completamente aterrada.

Me aclaré la garganta antes de responder.

"¿Hola?" Dije como si no supiera quién estaba al otro lado de la línea.

"Lauren, hola, soy Camila" Me respondió. Su voz me provocó cosquillas en las plantas
de los pies.

"Oh, hola Camila... ¿Qué pasa?" Seguí actuando. La escuché suspirar.

"Lamento llamarte ahora si es que estás ocupada... Ally me dio tu número." Continuó.

Parecía estar nerviosa y considerar esa posibilidd me hizo sonreír.

"Descuida. No es mal momento" Dije para que se relajara. "¿Necesitas algo?"

"Oh... bueno... en realidad yo..." Decía ella haciendo pequeñas pausas entre las palabras.

Me imaginé perfectamente la forma en la que estaría rascándose las muñecas debido a

sus nervios. ¿Seguiría teniendo las mismas manías de antes? "Quería saber si te veré

esta noche..."

"Sí, seguro que sí." Respondí tratando de hablar en un tono neutro. "Sin embargo... No estoy

segura de dónde será la cita, los chicos no me han dicho nada y no sé... ¿Sigues viviendo en

la mansión?" Pregunté esperando que fuera sutil mi búsqueda de información.

"No, tengo algunos años fuera de la casa de mis padres... Te pasaré la dirección por
mensaje ¿De acuerdo? Sólo quería confirmar tu asistencia y la de Taylor. Lawrence no

552
para de preguntar por ustedes." Vaya... Así que todo era por Lawrence. Suspiré alejando
el teléfono de mi rostro para que no me escuchara.

"Me parece bien Camila. Y descuida, puedes asegurarle al pequeño que estaremos ahí."

Acordé con un poco de pesar en mi pecho. Me hubiera gustado hablar más con ella pero

ya no teníamos motivos para hacerlo, por lo tanto tuve que resignarme al escucharla

despedirse.

"Genial. Nos vemos esta noche entonces Lauren. Ciao"

"Nos vemos... Camz." Murmuré después de que cortara la llamada.

[...]

"Vamos Tay." Le dije a mi hermanita quien se apresuró a tomarme de la mano


mientras salíamos de la casa.

"Te ves muy bonita" Me dijo ella después de que le abriera la puerta del auto para que se
metiera en el asiento del copiloto. Yo le sonreí.

"No tan bonita como tú, eso es seguro TayTay" Le devolví el halago recibiendo una

sonrisa más grande de su parte. Rodeé el coche y me metí al lugar del conductor y

entonces coloqué mi teléfono con la dirección que Camila me había enviado ya

cargada en el gps.

Era extraño porque esa dirección tampoco correspondía a la mansión de Austin y además

estaba alejada de la zona de la ciudad donde se encontraban las viviendas más lujosas o

de las familias más prestigiosas. Cuando había ido a la casa de Ally o la de Normani y

Dinah era bastante simple porque sus residencias estaban a un par de metros de

distancia una de la otra ya que básicamente todo estaba en el mismo complejo

residencial. La más alejada era la mansión Cabello que era la que estaba ubicada más al

centro de la ciudad pero que contaba con un perímetro de distancia que la mantenía

aislada del resto de las casas.

553
Decidí no pensarlo demasiado, encendí la radio para escuchar algo de música,

estaban pasando One More Time de Daft Punk, esa canción era un clásico y a Tay y a

mí nos encantaba así que el viaje se hizo muy ameno para nosotras.

Anduvimos por las calles de la ciudad aproximadamente por media hora hasta que llegué

al punto que marcaba el gps. Estacioné el coche a un lado de la acera, justo frente a una

casa sencilla, no tanto como la mía pero bastante simple a decir verdad, era color blanca

con el tejado de color azul y muchos detalles en esa tonalidad, desde los marcos de las

ventanas hasta ornamentos en los pilares.

Me quedé dentro del auto dudando un momento de si bajarme o no así que opté por

llamar por teléfono a Ally.

"Hola Laur" Me respondió luego de tres tonos.

"Hola Ally ¿Ya estás en casa de Camila?"

"Sí ¿Por qué?" Respondió mientras al fondo se escuchaban las voces de los demás.

Creo que pude reconocer a Dinah y a Luis gritando.

"Camila me dio la dirección y se supone que ya estoy ahí pero no estoy del todo segura."

"Aguarda, le diré que salga para buscarte."

"¡No, Ally!" Le grité pero al parecer ella ya había apartado el teléfono de su oído porque

lo único que podía escuchar eran sonidos revueltos de voces y pasos por un momento.

"Ya va. Si no la ves llámala a su celular para que te diga como llegar ¿De acuerdo? Tengo

que ayudar a Troy con los bocadillos." Y luego la maldita enana me colgó.

"Joder, Ally" gruñí en mi mente mientras miraba la pantalla del teléfono. Luego

recargué mi cabeza en el volante mientras observaba a Taylor.

"¿Dónde estamos?" Preguntó ella y yo me encogí de hombros.

554
"No sé, estoy esperando a que alguien se aparezca y nos rescate" Jugué un poco

soltando un suspiro. ¿Y si Camila me había gastado una broma y me había enviado a otro

sitio? Entonces escuché unos golpecitos en la ventana del auto, cuando alcé la mirada

ella estaba ahí.

"¿Se van a quedar ahí toda la noche?" Preguntó y yo no alcancé a responder

porque Taylor empezó a gritar de la emoción.

Camila rodeó el auto hasta llegar a la puerta del copiloto y ayudó a Taylor a bajar del auto

mientras yo hacía lo mismo de mi lado. Cuando las dos estuvimos afuera Camila me

dedicó una mirada.

"Te ves muy guapa" Me dijo y yo sentí que me ardieron las mejillas ¿Cómo podía ser tan
directa?

"Gracias, tú también te ves bien" Le respondí y era verdad. Estaba usando un vestido

negro con diminutos puntos blancos esparcidos por toda la tela, el cual además tenía un

escote en la espalda que llegaba algunos centímetros por encima de su trasero y que

tenía una falda con mucho movimiento que acentuaba sus curvas. No era un vestido muy

elaborado, de hecho era bastante simple, pero se veía perfecto en ella, sobre todo con su

cabello suelto cayendo sobre su espalda de forma casi ensayada.

Camila tomó a Taylor de la mano y comenzó a caminar para que atravesáramos la


acera hacia la casa que había visto antes. ¿De verdad esa era su casa?

"¿Vives aquí?" Le pregunté sin poder evitarlo mientras andábamos por el pequeño

jardín que había antes de llegar a la puerta. Ella sonrió divertida.

"Sí. ¿Qué esperabas?" Me respondió y pude ver un destello de la antigua Camila. La que

estuvo conmigo, la que fue mi novia y le gustaba hacerse la tonta para burlarse de mí. Yo

sólo negué con la cabeza y sonreí. Quería saber más sobre ella, quería saber todo y

esperaba que en el transcurso de la velada pudiera descubrirlo.

555
La casa no era muy grande. Tenía una sala, un comedor, una cocina, tres habitaciones

y dos baños, así como también un pequeño jardín principal que fue el que atravesamos

para llegar a la puerta y un jardín trasero un poco más grande en el cual había un árbol

que sostenía de una de sus ramas más gruesas un columpio de madera que supuse era

para Lawrence.

Mi hermana fue rápidamente tomada de la mano por Lawrence para ir a jugar al jardín

trasero el cual era iluminado por unos focos que estaban colocados en las esquinas de la

fachada de la casa y también a un lado de la cerca que limitaba el terreno.

Yo había seguido a los dos niños después de saludar rápidamente a mis amigos, pues

quería asegurarme de que no se metiera en problemas. Entonces me quedé mirando

como Taylor se subía al columpio y Lawrence ponía todo su esfuerzo en empujarla para

que se balanceara en el aire. Sonreí porque ambos eran adorables y entonces sentí que

alguien me tomaba de la mano.

Reconocería ese tacto en cualquier sitio, en cualquier tiempo, se había quedado grabado

en mi piel desde la primera vez que lo hicimos, cuando empezó la mentira que nos

llevaría a vivir todas aquellas cosas... Que me llevaría a sentir todo el amor que sentí por

ella y que ella había rechazado provocando que pensara que nunca había existido nada

de su parte.

Sin embargo, en este nuevo contacto podía sentir una electricidad que me recorrió todo

el cuerpo hasta la punta de los dedos. La calidez de su piel, la mirada intensa de sus ojos

marrones en los míos y volví a sentirme exactamente como me había sentido hacía

tiempo atrás.

"Déjalos... Ellos estarán bien, te lo prometo." Me dijo casi en un susurro mientras su

mirada jamás abandonó la mía. Yo detallé cada centímetro de su rostro que sinceramente

no estaba demasiado lejos de mí y que se veía divino. Ella era divina.

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Como pude, asentí con la cabeza y ella afianzó su agarre en mi mano guiándome de

vuelta a la sala donde todos los chicos se encontraban. No pasó desapercibida para mí la

mirada de Ally cuando Camila soltó mi mano para sentarse a lado de Normani y Dinah

mientras yo lo hacía a lado de Luis porque la enana estaba ocupada con su novio.

Todos reímos, comimos snacks, bebimos refrescos y un par de cervezas mientras

charlábamos de cualquier cosa para luego terminar cenando algo que al parecer Camila

había preparado. Eran trocitos de pechuga de pollo a la crema con chile chipotle que a

decir verdad sabía excelente. Con un toque picante pero completamente soportable y

adictivo. Yo estaba algo escéptica con relación a las habilidades culinarias de Camila,

pero terminó sorprendiéndome por completo. No me contuve de halagarla y fue

inevitable pensar en todo lo que había cambiado en los últimos años y en lo mucho que

me había perdido estando fuera.

Cuando la cena terminó todos ayudamos a Camila a recoger la mesa y limpiar todo lo que

se había ensuciado. Normalmente no hacíamos eso ya que los chicos tenían quién lo

hiciera por ellos en sus residencias pero aquí, al parecer todo el trabajo era únicamente

para Camz por lo que entre todos le ayudamos a asear.

Normani, Ally, Dinah, Troy y Luis se empezaron a despedir de Camila mientras yo

observaba la hora en mi reloj. Estaban a punto de dar las diez de la noche y yo no me

quería ir todavía. Sentía que era el momento indicado para hablar con ella, esa noche con

el transcurso del tiempo había ido acumulando el valor suficiente para hacer las preguntas

que habían estado rondando en mi cabeza. Necesitaba entender lo que había pasado y

conocer el por qué del drástico cambio en ella porque había una parte de mí que quería

desconfiar de ella, de su actitud y su forma de ser debido a que dentro de mí estaba

arraigado todo el dolor que me causó con su traición. Pero por otro lado la veía, con todos

nuestros amigos, con su hijo, con mi hermana y era inconcebible pensar que esa Camila

fuera una mentira.

557
Me paseé por el comedor mientras todos se marchaban y posé mis ojos en una vitrina

que estaba colocada frente a una de las paredes. Ahí estaban guardados algunos vasos y

copas de cristal en la parte de abajo, mientras que en la parte de arriba había fotografías.

Recorrí con la mirada cada una de ellas y sentí calor en mi pecho, parecía la vitrina que

tenía en casa, donde había fotos de mis padres y mis hermanos pero en esta sólo

había fotos de Camila y Lawrence.

Jamás podría explicar lo que mi cuerpo experimentó cuando vi la fotografía de Camila

embarazada. Sólo comencé a llorar en silencio, como si mi cuerpo no pudiera soportar

todas las sensaciones que lo embargaban al mismo tiempo y tuviera que dejarlo salir de

alguna manera y no existiera otra mejor que llorar. Se veía asombrosa, tan feliz... tan

completa mientras sus manos se posaban con delicadeza sobre su prominente

estómago. Pasé mi dedo índice sobre el vidrio que protegía la foto imaginando que podía

tocarla, no sólo la imagen, sino que podía estar justo ahí, en ese momento y dar una

caricia en el vientre de Camila que acogía y protegía a su pequeño bebé en su interior.

Respiré profundo, me limpié las lágrimas que se habían escapado y seguí mirando.

Había una fotografía de Lawrence recién nacido y algunas más de cuando tenía algunos

meses. Camila tenía ojeras en aquellas fotos donde Lawrence era un bebé de brillantes

ojos claros, supongo que el llanto nocturno no la dejaba descansar... Me pasó igual

cuando tuve que cuidar a Taylor. Y así las fotos continuaban, pude ver el crecimiento del

hijo de Camila a través de ellas así como también el crecimiento de la sonrisa de Camz.

Era una madre orgullosa y amaba ver esa faceta de ella.

"La primera vez que visité tu casa me la pasaba mirando las fotografías de tu familia" dijo

Camila a mi espalda, yo volteé a verla con una sonrisa algo tímida, estaba

conmocionada por todos mis sentimientos encontrados. "Me preguntaba por qué yo no

tenía fotografías así con mis padres... Y cuando supe que estaba embarazada de

Lawrence quería que él si pudiera tener lo que yo no." Quise llorar más después de oír

eso pero logré contenerme.

558
"Son hermosas" Le dije con sinceridad. Esas fotos expresaban mucho más que

simplemente verse bien para la cámara. Expresaban un vínculo inquebrantable y eran

parte de un algo que Camila esperaba mostrarle a Lawrence en el futuro y que el pudiera

comprenderlo. El amor de una familia, el amor de Camila que él había ganado desde que

se formó dentro de su cuerpo.

Camila tomó mi mano con delicadeza y yo la miré a los ojos. Todo en mi interior

estaba temblando, todo se caía a pedazos y se reconstruía a la velocidad de la luz

sólo con su tacto.

"¿Dónde está Austin?" Pregunté finalmente. Necesitaba saber, necesitaba saber si

tendría una sola oportunidad de recuperar todo lo que había soñado que tendría.

"¿Por qué no está en las fotos?"

Ella llevó su mano a mi mejilla y la acarició con lentitud. Luego me respondió.

"Austin está muerto" Declaró de forma directa y yo sentí que todo se nubló. Creí que iba a

desmayarme ante el impacto de sus palabras. ¿Austin muerto? ¿Qué había pasado?

Camila me tomó más fuerte y me guió hasta una de las sillas del comedor.

"¿Está muerto?" Pregunté sin poder creérmelo, con un nudo instalado en mi garganta y

un vacío en el estómago. "¿Hace cuánto? ¿Qué fue lo que pasó Camila?" La ataqué con

preguntas. ¿Cómo habría sido para Lawrence saber que su padre estaba muerto? Él era

huérfano... Igual que Taylor, Chris y yo y me pregunté si Austin había sido lo

suficientemente buen padre para Lolo. Me sentí terrible por el pensamiento, pero deseé

que no, porque si Austin no había sido un buen padre para él, entonces la pérdida habría

sido mucho menos dolorosa.

"Murió hace tres años." Dijo Camila en un suspiro, pero no parecía afectada en

lo absoluto.

"¿Hace tres años?" No podía hacer más que repetir todo lo que ella me decía. Mi mente

no estaba funcionando bien del todo. "¿Eres viuda desde hace tres años? ¿Cómo lo tomó

559
Lawrence?" Ella sonrió levemente, sus dedos jugaban con la mesa mientras su mirada me

evitaba.

"Nunca me casé con él, Lauren" dijo para finalmente mirarme a los ojos otra vez. Mi

corazón latió fuerte y rápido al escucharla "Y Lawrence no... él era muy pequeño todavía

y jamás tuvo contacto cercano con Austin así que... Estuvo bien. Los dos estuvimos bien."

Me contestó.

"¿No te casaste?" Pregunté entre sorprendida, feliz y triste, aunque al parecer una sonrisa

se me escapó porque ella hizo lo mismo.

"No... Yo jamás me habría casado con él Lauren. Jamás." Me dijo con total seguridad. Yo

estaba tan confundida. Tan divida entre mi corazón y mi cabeza que no lograban ponerse

de acuerdo entre huir en ese momento o besar a Camila como no lo había hecho en

cinco años.

"Dios..." Murmuré. "¿Qué ha pasado Camila? ¿Qué ha pasado en todo este tiempo?"

Ella se encogió de hombros y pude ver algunas lágrimas acumularse en sus ojos pero

las limpió antes de que se deslizaran hacia afuera.

"Ha pasado mucho Lauren... Incluso antes de que te fueras." Dijo ella y yo no podía

descifrar lo que su sonrisa quería explicarme. La expresión de su rostro era complicada.

Era como si estuviera feliz pero al mismo tiempo adolorida.

"¿De qué hablas Camila?" Le pregunté.

"No quiero hablar de eso ahora" Me dijo y me tomó con ambas manos por el rostro. "Estoy

feliz de que estés de vuelta Lauren... Estoy feliz de ver que estás bien y saber que Chris y

Taylor también lo están. Has hecho un trabajo increíble Lolo... Estoy orgullosa de ti."

"Camz..." Murmuré y sentí que mis labios y mis oídos volvieron a funcionar al decir ese

sobrenombre y al escuchar el que ella creó para mí hace tiempo. Sin embargo ella me

560
hizo callar poniendo un dedo por encima de mis labios. Tenía muchas preguntas que

hacerle pero ella parecía no querer decirme nada en ese momento.

"Hay mucho que explicar Lauren... Pero no puedo hacerlo todo ahora. ¿Entiendes? No

sé cuánto vas a estar aquí pero quiero hacer esto poco a poco y sólo espero tener el

tiempo suficiente."

"No me voy a ir sin respuestas Camila" Le dije. "Me quedaré aquí todo el tiempo que

sea necesario porque quiero comprender cómo has llegado a esto." Agregué mirando

alrededor.

"¿Podemos llevarnos bien Lauren?" Me preguntó "Sólo... por favor no me evites. No te

alejes de mí, déjame explicarte." Yo suspiré sonoramente. Todo era muy difícil.

"Tengo miedo de que no me guste lo que voy a escuchar." Le confesé, aunque en

realidad tenía ganas de decir tengo miedo de confiar en ti y que vuelvas a lastimarme.

"Yo también tengo ese mismo miedo Lauren. Te fuiste hace cinco años y no quiero que

lo que tengo que contarte vuelva a hacer que te marches."

Ambas temblábamos mientras nos veíamos. Estaba esta conexión invisible entre nosotras

que cada vez nos unía más y más... Yo podía sentirla y me preguntaba si ella también.

Joder... cómo quería besarla. Cómo deseaba estar cerca de ella y abrazarla. Pero no

podía no cuando había una mínima posibilidad de que me lastimara. No podía darle el

poder para destruirme otra vez. No podía confiar en ella tan pronto.

"Laur" Escuché que me llamaba Taylor y giré para encontrármela con el vestido

manchado de lodo mientras se frotaba los párpados con sus manitas "Ya tengo sueño...

¿Puedo dormir?"

"¡Está muy sucia mamá! No puede il a dolmil así" Dijo Lawrence apuntando el vestido de

Taylor mientras miraba a su madre quien se había levantado de la silla y se había

acercado ambos.

561
"Miren nada más como están niños..." Habló con voz de mamá. "¿Qué

estuvieron haciendo afuera, eh?"

"¡Jugamos a los soldados!" Dijeron los dos al unísono. Yo sonreí y me acerqué a ellos

también.

"Pero Tay se cansó muy lápido polque es niña." Dijo Lawrence y Taylor y yo fruncimos el

ceño.

"No es porque sea niña" Replicamos Taylor y yo haciendo reír a Camila "Es porque tú

eres un pequeño torbellino, Lolo" Agregué jugando con el cabello sucio de Lawrence. "Y

usted señorita... Despídase porque tendremos que irnos pronto para darte una ducha

antes de dormir." Le dije.

Taylor miró por un instante a Lawrence y luego le dio un rápido y tosco beso en la mejilla

al niño que logró sacarlo de balance y hacer que se cayera sobre su trasero en el piso de

madera. Yo me apresuré a levantarlo mientras mi hermana se despedía de Camila,

Lawrence estaba sonrojado.

"Anda, ve a darte una ducha campeón." Le dije "Y pórtate bien con tu mamá ¿De

acuerdo?" Le pedí y él asintió con la cabeza. Me dio un abrazo fuerte y luego corrió

escaleras arriba. Pronto Taylor estuvo tomando mi mano y Camila nos guió a la puerta.

"Gracias por venir" Me dijo y yo sonreí de forma muy tenue.

"Gracias por invitarnos." Le contesté. "Espero que... ya sabes, pronto podamos ponernos

al día."

"Te prometo que así será Lauren... Pero no quería arruinar esta noche. ¿Quizás después

podamos salir?"

"Claro..." Acepté y mi estómago revoloteó como si fuera a tener una cita con Camila. "Me

encantaría."

562
"Bien" Habló ella sonriendo mientras miraba mis labios.

"Bien" Respondí pasando saliva, completamente nerviosa. "Nos vemos, Camz." Me


despedí comenzando a caminar hacia mi auto.

"Hasta pronto Lolo" Alcancé a escuchar que decía pero cuando volteé a ver su puerta ya
estaba cerrada.

"¿Escuchaste Laur?" Me dijo Taylor jalando mi blusa.

"¿Qué?"

"Te confundió con Lawrence" Me dijo y yo me reí para luego cargarla en mis brazos
como un changuito y llevarla hasta el auto.

[...]

Mi celular sonó mientras estaba en la zona de ensamblaje de los autos supervisando que

todo estuviera en orden. Era la directora del colegio de Taylor. Mi hermana había tenido

un accidente y había sido trasladada a un hospital.

Sobra decir que en cuanto escuché el nombre del hospital salí de la oficina corriendo para

meterme al auto y arrancar en dirección hacia ese lugar. Sin embargo, mientras salía del

estacionamiento me di cuenta -como una imbécil- de que no tenía la más mínima idea de

cuál era su ubicación. Rápidamente programé el gps de mi teléfono y me puse a seguir la

ruta marcada hasta que llegué.

Sabía que lo que le había ocurrido a Tay no era de vida o muerte, pero igual me sentí muy

preocupada cuando la directora me dijo que mi hermanita se había desmayado del susto

y que había tenido que ser trasladada en ambulancia al hospital.

Apresuré mis pasos por los inusualmente coloridos pasillos del hospital hasta que llegué
a la recepción donde una mujer me atendió de inmediato.

563
"Estoy buscando a Taylor Jauregui" Dije rápidamente y la chica buscó el nombre en su
computadora.

"La paciente es una menor de edad. ¿Qué relación tiene con ella?" Preguntó con

amabilidad y yo saqué mi identificación rápidamente para responder mientras se

la mostraba.

"Soy su hermana mayor. Por favor dígame dónde está, necesito verla." Dije y ella

asintió. Estaba a punto de responderme cuando sentí un tirón en mi pantalón. Miré hacia

abajo y ahí estaba Lawrence.

"Lolo" dijo la recepcionista y el niño volteó a ver "Deja en paz a la señorita." La dijo

con suavidad. Lawrence la miró por un instante y luego regresó sus ojitos hacia mí.

"Lolen es mi amiga. Viene por Tay" Respondió él con seguridad mientras me tomaba de la
mano y me jalaba en dirección a un pasillo. Yo giré a ver a la chica de la recepción.

"Tranquila, Lawrence la llevará con su hermana." Me indicó y yo asentí con la cabeza

mientras seguía al pequeño. No entendía un carajo pero si Lolo sabía dónde estaba mi

hermana entonces lo seguiría al fin del mundo.

Caminamos por algunos minutos a gran velocidad a través del hospital hasta llegar a una

puerta que tenía un conejito en la entrada. Lawrence entró sin avisar y yo lo seguí. Mi

hermana estaba sentada en una camilla con el brazo izquierdo completamente rodeado

por una férula de color azul que mantenía su bracito doblado sobre su pecho.

A su lado había una mujer vestida con una bata de doctora con algunos dibujos cocidos

sobre la tela, llevaba una especie de orejas de conejo muy grandes de color negro y se

me quedó mirando por un instante, luego bajó su visión hasta Lawrence y yo dí dos

grandes pasos en dirección hacia Tay.

"¡Lauren!" Gritó ella e hizo el intento de alzar los brazos para abrazarme pero un gesto de
dolor se instaló en su rostro antes de que lo consiguiera.

564
"Taylor... ¿Qué te dije acerca de los movimientos bruscos?" Le preguntó la chica

mirándola con una ceja alzada. "Tienes que tener mucho cuidado porque si no te vas a

lastimar."

Supongo que debí haberla saludado, pero yo sólo quería asegurarme de que mi
hermanita estaba bien.

"TayTay..." Murmuré tomando su carita entre mis manos "¿Qué te pasó bebé?"
Le pregunté, ella miró hacia el suelo.

"Me caí." Dijo apenada.

"Nena..." Hablé con tristeza "Mira nada más como estás. ¿Ves lo que pasa por no ser

cuidadosa?" Le pregunté a manera de un suave regaño. Luego sentí una mano en mi

hombro.

"Ella estará bien en un par de meses" Me dijo. "¿Tú eres la famosa Lauren?" me preguntó
sonriente.

"¿Famosa?" Pregunté confusa.

"Estos dos duendes no paran de hablar de ti" Me respondió pronto luego se

presentó extendiendo su mano hacia mí. "Ariana Grande, directora del área de

pediatría del hospital Angels."

"Lauren Jauregui" Contesté tomando su mano "Hermana de Taylor" Agregué haciendo

a la chica sonreír divertida. En algún punto Lawrence había logrado subirse a la camilla

y estaba sentado a lado de Taylor. La doctora los miró por un momento y luego sacó

dos paletas de caramelo de su bolsillo.

"Esta es para ti por mantenerte quietecita mientras te curaba" le dijo a Taylor

entregándole el dulce "Y este es para ti por haber cuidado mucho a tu amiguita." Finalizó

dándole la otra paleta a Lawrence. Escucharla decir eso encendió un foquito en mi mente.

¿Qué carajos estaba haciendo Lawrence ahí?

565
"¡Mami!" Gritó Lawrence desde su lugar mirando hacia un punto detrás de mí y de la

doctora. Ambas giramos y pude ver a Camila parada en el marco de la puerta también

vistiendo una bata completamente blanca - a diferencia de la de Ariana- un estetoscopio

de color azul colgado por detrás de su cuello y el cabello completamente recogido.

"Hola mi amor" Saludó mirando a su hijo quien no se movió de donde estaba. Luego

llevó su mirada hacia mí. "Hola Lauren."

"Camila" Respondí a manera de saludo. "¿Qué haces aquí?" Pregunté, pude percibir una

pequeña risita por parte de Ariana pero la ignoré mientras Camila contestaba mi pregunta.

"Aquí trabajo, Lauren." Dijo con una sonrisa mientras se abría paso en dirección a

nosotras.

"Wifey" La saludó Ariana. ¿Cómo la había llamado?

"Hola Ari" Saludó Camila y pude ver como Ariana le guiñaba un ojo de forma coqueta.

"¿Cómo has tratado a mi adorada paciente?" Preguntó.

"Lo siento amor, pero esta princesa es mi paciente. Además, nos hemos llevado muy
bien ¿Verdad Tay?"

Capítulo 41

Camila's POV

"Bien hecho Ariana" Dije con sarcasmo dándole un golpe en el hombro a mi exnovia y

colega. Nos habíamos quedado solas en uno de los consultorios de pediatría, justo

donde ella había atendido personalmente -por petición mía- a Taylor.

Había recibido la llamada de la directora del colegio para informarme que había pedido

una ambulancia para una niña que había tenido un accidente en el área de juegos de

la institución. Nuestro hospital tenía un convenio con la escuela, así que cada que un

566
alumno salía herido por algún tipo de accidente era atendido en el hospital Angels

sin tener que pagar absolutamente nada.

Le pedí los datos de la niña y en cuanto escuché el nombre de Taylor le pregunté todo lo

que había ocurrido, al parecer se había caído desde la cima de una de las resbaladillas su

brazo había recibido todo el impacto terminando por fracturarse según lo que dijeron los

paramédicos. Además me dijo que Lawrence se había negado rotundamente a bajarse de

la ambulancia después de que subieron a Taylor en la camilla. No me extrañaba eso de

mi hijo, se había vuelto muy cercano a la hermana de Lauren lo cual sinceramente no me

desagradaba en lo absoluto.

Obviamente no perdí tiempo y le pedí a Ariana que atendiera personalmente a Taylor en

cuanto llegara ya que era una persona muy importante para mí. Yo no pude estar

presente cuando fue recibida porque estaba ocupada atendiendo a unas pacientes pero

en cuanto tuve un momento libre fui a ver cómo iba todo y me encontré con Lawrence

comiendo una paleta de caramelo, Taylor con el brazo envuelto en una férula, Ariana

sonriendo y Lauren mirándome desde su sitio como si no pudiera entender qué estaba

haciendo ahí.

Ahora, hacía un par de minutos que Lauren había abandonado el consultorio llevándose a

Taylor de la mano y despidiéndose de forma cercana únicamente de Lawrence, mientras

que a Ariana y a mí sólo nos dio las gracias y le pidió a su hermana que hiciera lo mismo,

todo esto después de que Ari les diera las indicaciones a seguir para tratar la fractura de

Taylor.

"¿Qué? Oh por favor Mila, sólo estaba jugando. Además no es la primera vez que te

llamo amor." Replicó ella después de que le dedicara una mirada de enfado. No estaba

enojada con ella pero me sentía un poco frustrada, esperaba que Lauren y yo pudiéramos

hablar aprovechando que había ido al hospital pero se había portado tan distante... Casi

había salido corriendo del consultorio y estaba segura de que algo tenía que ver Ariana y

su forma de tratarme con aquel comportamiento.

567
"Ya sé que no Ari, pero tú no tienes idea de cómo es Lauren o cómo puede reaccionar.

Ahora mismo ni siquiera yo tengo la certeza de eso y lo que menos quiero es abrir más la

brecha que hay entre nosotras dos." Respondí. Estaba segura de que Ariana ya había

hecho conjeturas y sabía perfectamente que la chica que era a hermana mayor de la

paciente que le pedí con tanta insistencia que tratara, era nada más y nada menos que

aquella a la que no había podido olvidar y por quien nuestra relación había terminado.

"Relájate wifey" Me dijo restándole importancia al asunto y sonriendo. "Sólo quería hacer

una prueba y creo que es evidente que todavía tienes oportunidad con ella. Estaba que se

moría de celos. ¿Viste su cara? Parecía que me iba a matar en cualquier momento."

Habló casi riendo. Yo suspiré sin saber qué hacer.

"Evita hacer este tipo de cosas Ari, por favor... Sé que sabes lo importante que es esto
para mí."

"Lo sé." Me respondió y me sonrió con ironía "Por eso no entiendo qué estás haciendo
aquí todavía."

"¿Qué?" Le pregunté sin entender.

"Lauren se fue hace cinco minutos. Si te apuras todavía la alcanzas" Me dijo guiñándome
un ojo. "Demuéstrale cuán interesada estás en ella."

Sentí el impulso de salir corriendo pero no podía dejar a Lawrence así como así. Supongo
que la duda se vio reflejada en mi rostro porque Ariana empezó a reírse.

"Yo me hago cargo del pequeño mocoso" Me dijo. Lawrence estaba en el baño del
consultorio. "Anda, corre antes de que esa gruñona se te escape."

Yo di dos pasos al frente para poder darle un beso en la frente a Ariana y darle un fuerte

abrazo antes de salir corriendo escaleras abajo hasta el estacionamiento. Si tenía suerte

podría detener a Lauren antes de que se fuera con una idea equivocada acerca de mí y

de Ariana.

568
Necesitaba aclarar las cosas si no quería que hubiera malos entendidos entre nosotras.

A lo lejos pude ver a Lauren cerrando la puerta del copiloto donde supuse que ya estaba

Taylor instalada así que corrí más rápido para alcanzarla antes de que ella entrara al auto.

Lo logré justo a tiempo.

"¡Lauren!" Le grité y ella levantó la vista hacia mí dándome un par de segundos para

que llegara hasta donde estaba. Tuve que inclinarme un poco sobre mis rodillas para

recuperar el aliento.

"Camila..." Murmuró "¿Qué pasa? ¿Se me olvidó algo?" Me preguntó mientras revisaba

los bolsillos de sus pantalones y su saco. Se veía hermosa en aquel traje de color gris, el

pantalón, la blusa, el saco que reposaba en sus hombros, todo en el mismo tono a

excepción de sus tacones y la gargantilla en su cuello que eran de color negro y

estilizaban su figura.

"No, no es eso" Dije una vez que pude respirar bien. Apartándome unos cabellos del

rostro que se habían desordenado después de mi carrera.

"Bueno, entonces me voy" Dijo abriendo la puerta de su auto pero yo puse mi mano sobre

el vidrio y la empujé para que la volviera a cerrar. Me asomé un instante por la ventana

para saludar a Taylor, luego me erguí y la miré a Lauren a los ojos, ella me observaba con

el ceño fruncido. "¿Qué quieres?"

"¿Por qué te portas así conmigo?" Le pregunté. La verdad es que me dolía que fuera tan

fría.

"¿Por qué no me dijiste anoche que tenías novia?" Yo la miré algo aturdida. Me aguanté

las ganas de sonreír. ¿De verdad estaba celosa? Mi corazón latió muy rápido dentro de

mi pecho.

"Tú no preguntaste" Le respondí. Le diría la verdad pero primero quería jugar un poco para

ver como reaccionaba. Esperaba que lo que había sentido la noche anterior cuando

569
hablamos y pude acariciarla no fuera todo producto de mi imaginación. Esperaba
confirmar que Lauren aún sentía algo por mí, por mínimo que esto fuera.

"¡Pudiste haberlo mencionado!" Me gritó enfadada y se giró apartando mi mano para que

pudiera abrir su auto pero volví a ponerla justo en el mismo sitio. Esta vez poniendo mi

otra mano en su cintura con firmeza para hacer que volteara a verme una vez más.

"No tengo novia, Lauren. Estoy soltera." Le dije y esta vez sí que le sonreí. Quería que

entendiera que sólo la había estado esperando a ella. Siempre había sido ella y

siempre sería ella. Su cara era un chiste, era como si los músculos de su rostro no

lograran ponerse de acuerdo porque en un instante se veía enojada, al siguiente quería

sonreír y luego me veía completamente confusa. Me permití acariciar su mejilla y sonreí

más cuando ella no hizo el intento de hacerme a un lado.

"¿Entonces? ¿La doctora?" Me preguntó ambiguamente y yo negué con la cabeza.

Quitando mi mano de su rostro con lentitud.

"Ariana y yo sólo somos amigas." Le dije. Ella arqueó una ceja como si no me creyera,

entonces agregué algo más. "Fuimos novias hace un tiempo pero eso no funcionó.

Ahora sólo somos amigas y colegas. No tengo nada con nadie en este momento." Sólo

contigo si tú quieres. Quise decir pero logré callarme.

"No estoy muy segura de que eso le haya quedado claro a ella" Dijo Lauren apartando
la mirada y posándola sobre la manija de la puerta de su auto una vez más.

"Y yo no creo que este sea el lugar adecuado para que hablemos de eso. Por eso por

favor acepta salir conmigo" Le pedí armándome de valor. No quería soltar todo lo que

había pasado en los últimos años así de rápido porque sería muy difícil para Lauren

procesarlo todo de golpe, pero al mismo tiempo sabía que entre más pronto ella se

enterara más pronto llegaría el momento en que cerráramos ese capítulo y tal vez...

Sólo tal vez, pudiéramos comenzar a escribir uno nuevo juntas.

570
"Camila" Empezó a decir ella y supe por el tono de su voz que iba a negarse. Me sentí

orgullosa de poder reconocer ese tipo de cosas todavía. Lauren seguía siendo mi Lauren.

La chica que amé y que me amó se encontraba ahí, sólo tenía que quitar de en medio

toda la mierda que nos pasó para poder estar junto a ella de nuevo. No podía darme por

vencida.

"Por favor" La interrumpí "Sal conmigo. Tenemos muchas cosas que decirnos Lauren...

Por favor." Lauren dudó por un instante pero luego asintió con la cabeza.

"Podemos cenar en mi casa... Mañana por la noche ¿Te parece bien?" Lauren volvió a

asentir y abrió la puerta del auto, esta vez no hice nada para detenerla, excepto

cuando estaba a punto de cerrarla.

"Lauren" La llamé y ella dirigió sus increíbles ojos verdes hacia mí una vez más.

"Sólo para que estemos en igualdad de conocimientos... ¿Tú estás con alguien?" Por

favor dí que no. Por favor dí que no. Por favor Lauren. Ella respiró profundamente, tomó la

mano de su hermanita y luego me dedicó una fugaz media sonrisa.

"No tengo novia, Camila." Me respondió. Entonces fui yo quien la ayudó a cerrar la puerta

de su auto.

"Nos vemos mañana por la noche Lauren." Me despedí. Y entonces me quedé ahí parada

mientras ella arrancaba su auto y salía por el estacionamiento.

[...]

"Mamá, mamá, mamá, mamá" repetía Lawrence una y otra vez mientras jalaba el
borde de mi blusa una y otra vez.

"¿Qué pasa bebé?" Le pregunté algo frustrada. Estaba que los nervios me comían por

dentro. Dios... Vería a Lauren. Y no sólo eso, tendría que enfrentarme a todas las

mentiras que le dije en el pasado.

571
"Te ves muy bonita mamá... Ya no tienes que milalte tanto en el espejito" Me dijo mi hijo y

me aguanté las ganas de llorar por miedo a que mi maquillaje se corriera. Tampoco era

que estuviera demasiado maquillada pero la verdad era que me sentía algo insegura,

quería lucir bien para Lauren, quería hacer todo bien como si de alguna manera eso fuera

a minimizar el impacto que mis palabras tendrían dentro de un rato.

Por otro lado... Escuchar a Lawrence decir eso después de todas las veces que me había

visto al espejo durante mi adolescencia sin estar satisfecha con cómo me veía... Era algo

que simplemente era indescriptible. Mi hijo me veía hermosa y yo me sentía así también...

Aunque estuviera muriéndome de los nervios.

"Gracias mi amor" Le dije poniéndome en cuclillas para quedar a su altura y darle un

abrazo. Él era mi motivación, él era quien me daba la fuerza y el coraje para afrontar

todo lo que viniera. Lo bueno y lo malo, podría con cualquier cosa que se me pusiera

enfrente si tenía a mi hijo de mi lado. "Te amo bebé" Le dije depositando un beso en mi

frente. Cuando me separé lo vi sonreír.

"Yo también te amo, mami" Me respondió.

Entonces tocaron el timbre.

"Ya llegaron" Le dije y el asintió repetidas veces con la cabeza "Por favor, cuida mucho a

Taylor ¿Okay? Si se van a jugar al jardín o a tu habitación quiero que tengas mucha

precaución porque su bracito todavía le duele ¿De acuerdo?"

"Es la helmanita del ángel mamá. Te plometo que la voy a cuidal mucho, mucho aunque
se enoje"

Yo le sonreí otra vez y jugueteé un poco con su cabello hasta que el timbre sonó por

segunda ocasión. Tomé a Lawrence de la mano y fuimos hasta la sala donde él se

quedó sentado y luego yo fui a abrir la puerta. Ahí estaba ella. Mi Lauren... Se veía tan

perfecta como siempre. Tuve incluso más miedo de perderla, aún cuando todavía no la

recuperaba.

572
"Se ven hermosas" Saludé, pero mis ojos sólo estaban sobre Lauren. Su cabello

estaba ligeramente más corto de lo normal y estaba vistiendo unos pantalones negros

con un crop-top del mismo color mientras que encima llevaba puesta una chaqueta

café en un tono claro.

"¡Mila!" Taylor fue la primera en responder, abrazando mis piernas sólo con su bracito sano.

Luego se abrió paso en el espacio entre el marco y yo para pasar, pronto escuché los gritos

de Lawrence y lo siguiente que oí fueron sus apresurados pasos por la casa.

"Hola Camila" Me saludó Lauren y sentí que mis piernas fueron reemplazadas por
gelatina.

"Lauren, buenas noches.... Por favor pasa." Hablé apartándome para que ella pudiera

entrar, entonces la seguí y cerré la puerta detrás de mí.

"No estaba segura sobre lo que harías de cenar pero... No quise venir con las manos

vacías así que traje esto." Me dijo y entonces levantó la mano en la cual traía una botella

de vino tinto. "Es un Tignanello de reserva especial. Espero que te guste." Agregó y yo me

sentí patética.

Quise que la tierra se abriera en ese instante y me tragara para nunca dejarme salir otra
vez.

"Dios, Lauren..." Hablé apenada "Muchas gracias, no debiste haberte molestado."


Dije mientras buscaba un recipiente donde poner la botella a enfriarse.

"No es ninguna molestia" Me respondió desde el comedor, yo estaba en la cocina

terminando de arreglar el vino "Tú ya estás haciendo tu parte al preparar la cena así

que... Creo que era lo mínimo que podía hacer." Respondió.

"Sí... sobre eso..." Hablé de forma pausada y con vergüenza hasta que me interrumpió el

timbre de la puerta. No pudiste elegir peor momento. Pensé mientras me dirigía a abrir.

573
"¿Estamos esperando a alguien más?" Escuché que Lauren preguntaba y yo no respondí,

sólo caminé con toda la humillación del mundo hacia la entrada donde esperaba el repartidor

de pizzas. Pagué rápidamente sin dejarle decir una sola palabra y luego regresé hasta el

comedor para dejar las cajas de pizza ahí con la cabeza agachada.

No quise concinar porque me daba miedo arruinarlo todo con mis nervios y había optado

por comprar pizza. Dios, el vino que Lauren llevó costaba como cincuenta veces lo de las

pizzas.

"Lo lamento mucho Lauren, no me sentía con ánimo de cocinar esta vez, te pagaré el
vino ¿De acuerdo?" Dije sin levantar la cabeza. Me sentía tan mal.

Pero Lauren empezó a reír.

No sólo era una risa, era una carcajada.

Una hermosa carcajada de Lauren.

"Joder, Camila... No tienes que hacerlo ¿De acuerdo?" Me dijo entre risas "La pizza

puede acompañarse perfectamente bien con vino. No hay problema. Además... Sabes

que siempre terminaba comiendo pizza cuando Chris no estaba porque soy pésima en

la cocina."

"¿Sigues siendo tan mala?" Le pregunté permitiéndome sonreír un poco. Ella asintió

con la cabeza.

"Al parecer ahora hasta tú eres mejor en la cocina que yo y por lo tanto, me siento muy

aliviada de que no me hayas esperado con un platillo elaborado como el jueves."

Agregó abriendo las cajas de pizza mientras yo me acomodaba el cabello sin poder

entender los cambios de humor de Lauren.

A veces se mostraba retraída y algo reacia a tener contacto conmigo, ayer evidentemente

estuvo molesta y celosa, y ahora reía y bromeaba conmigo como si nada. Como si

siguiéramos siendo el mismo par de novias de hace cinco años atrás. Era como si de

574
entro de ella hubiera varias pequeñas versiones de sí misma que se peleaban por tener el
control de sus acciones.

"Sólo fue un guisado simple" Le dije y ella se encogió de hombros como diciendo no sé de

qué hablas. "Puedo enseñarte lo poco que sé..."

"Eso sería muy bueno" Respondió "No sé cuánto tiempo le parezca agradable a la señora

Mercedes que vayamos a comer a su casa."

Yo me reí bajito y luego nos quedamos en silencio mirándonos a los ojos. Ahí estaba, esa

pequeña chispa a la que quería aferrarme y que esperaba que no se apagara al final de

la noche. Si fuera creyente me habría pasado el día entero arrodillada pidiéndole a Dios

que todo saliera bien, pero como no lo era, había optado por simplemente dar el salto y

esperar que me crecieran alas.

O mejor dicho, esperar convertirme en las alas de Lauren una vez más.

"Llamaré a los niños para que cenemos" Le dije con un poco de nervios en la voz, pero

ya no de los que me hacían querer arrancarme las uñas. Sino unos llenos de expectativa.

En cuanto les dije que la pizza había llegado Lawrence y Taylor corrieron hacia el interior

de la casa, se acomodaron cada uno en su silla y Lauren y yo los seguimos. Fue Lauren

quien se encargó de servir las rebanadas de pizza mientras yo les daba agua a los niños

y servía vino en un par de copas para ella y para mí.

"¿Qué es eso má?" Preguntó Lawrence apuntando a nuestras copas luego de un rato.

"Es vino, mi amor" Le respondí.

"¡Yo quielo de eso!" Gritó con alegría. Lauren y yo reímos bajito.

"No puedes porque eres muy chiquito." Dijo Taylor "En cambio yo sí ¿Verdad Lauren?"

Habló Taylor y tuve que aguantarme la risa cuando Lauren respondió con un seco...

"No."

575
"Pero Lauuuuuuur" Se quejó Taylor haciendo un puchero. "Yo ya soy grande

¡Tengo siete!"

"Eres una bebé" Respondió Lauren provocando que el puchero de Taylor se acrecentara.

"No pueden tomarlo porque no les va a gustar. Es cosa de grandes" Le expliqué yo.

"Pelo yo tengo cinco má. Y cuido a Tay y te cuido a ti" Replicó mi hijo

causándome ternura.

"Si me cuidaras bien no me habría caído de la resbaladilla" Dijo Taylor enfadada.

"¡Te dije que estaba muy alta!" Devolvió Lawrence.

"¡Y por hacerte caso me distraje y me caí!" Gritó Taylor de regreso haciéndome reír.

"Basta niños, no hay vino para ninguno y se acabó" Habló Lauren finalmente. Su tono

parecía ser severo pero en realidad yo sabía que estaba muy divertida con ambos.

"En realidad, pueden probarlo. De todos modos sé que no les gustará." Dije yo.

"¡A que sí!" Dijeron Lawrence y Taylor al mismo tiempo.

"¡A que no!" Respondimos Lauren y yo juntas.

"¡¡Sí!!" Devolvieron ellos más fuerte.

"¡¡No!!" Contestamos nosotras casi riendo. "Hagamos esto" hablé antes de que ellos

pudieran volver a gritar "Les voy servir un pequeño trago y si no les gusta ustedes deben

portarse muy pero muy bien... Y eso significa que no quiero ver una sola mancha en su

ropa. ¿De acuerdo?"

"¡De acueldo!" Aceptó Lawrence de inmediato estirando su bracito para darme su vaso.

"Espera" Dijo Taylor poniendo su mano en el pecho de mi hijo "¿Y qué pasa si
nos gusta?"

576
"Bueno... si les gusta..." Empecé a decir sin saber exactamente qué ofrecerles.

"Si les gusta los llevaremos al parque de diversiones." Taylor y Lawrence estaban a punto

de gritar de alegría pero Lauren lo impidió "Peeeero, no podrán volver a tomar vino. No

es bueno para ustedes ¿Bien?"

Lawrence miró a Taylor buscando su aprobación y cuando ella asintió él se emocionó por

completo.

"Es un trato" Habló Taylor como si estuviera cerrando un gran negocio.

"¡Yaaaay! ¡Tlatooo!" La siguió Lawrence y entonces volví a escuchar la risa de Lauren.

Ambos niños acercaron sus vasos y entonces serví un poco de vino en cada uno.

Lo escupieron ni bien el líquido tocó sus lenguas. Pero después de un par de carcajadas

Lauren y yo compartimos una mirada cómplice que indicaba que -si todo iba bien- los

llevaríamos al parque de diversiones de todos modos.

Y la velada continuó de esa manera. Jugando con los niños y hablando sobre nuestras

vidas a grandes rasgos. Ahora sabía que el progreso de Lauren era mucho más grande

de lo que me imaginaba. Me explicó en lo que había consistido su proyecto final de la

carrera de ingeniería y cómo había sido aplicado en la industria automotriz dándole el

estatus económico que poseía ahora.

Me sentía más que orgullosa de ella y no dudé en decírselo. Lauren siempre se había

destacado en la universidad y yo conocía de primera mano lo talentosa que era así que

me alegraba saber que le había sacado provecho a esas habilidades.

Yo por mi parte le conté que me acababa de graduar hacía unos meses de la especialidad en

ginecología y obstetricia. Nos desviamos un poco platicando acerca de lo difícil que es

estudiar y criar un hijo -o en su caso a su hermana- al mismo tiempo. Por supuesto que omití

grandes detalles, como el hecho de que ya no vivía con mi padre y me sentí aliviada

577
porque ella no preguntó. Si todo iba bien esa noche tal vez podríamos charlar de

esas cosas más adelante.

Sin embargo lo que sí le conté fue que soy la dueña del hospital Angels.

"¡¿Eres la fundadora del hospital?!" Me preguntó sorprendida. Hacía un rato que

habíamos terminado de cenar, los niños estaban en la habitación de Lawrence y nosotras

nos habíamos quedado charlando en la sala de estar.

"Sí. Apenas cumplirá un año de funcionamiento pero hasta el momento estoy muy
contenta de en lo que se ha convertido."

"Con razón cuando me llamaron por lo del brazo de Taylor no tenía idea de dónde estaba

el hospital" Dijo ella con una sonrisa "Es increíble Camila. Felicidades."

"Te lo debo a ti, Lauren." Le dije. Tenía que ser sincera. Ella apartó la copa de vino de

sus labios y me miró con el ceño fruncido.

"¿A mí?" Me preguntó sin entender.

"Sí" Respondí de tomar un sorbo de vino también "¿Recuerdas cuando me quedé en tu

casa por primera vez? Después de lo del lío que armó Sophie?" Ella asintió con la cabeza

y yo sonreí por un instante. Me hacía feliz que ella conservara esos recuerdos igual que

yo "Taylor se enfermó aquella vez... Fuimos a un hospital y tardamos horas para que la

atendieran."

"Porque no teníamos dinero para pagar un mejor hospital" Dijo Lauren y yo asentí con la

cabeza.

"Tengo ese recuerdo muy grabado en mi mente" Igual que muchos otros quise decir, pero

no lo hice. "Decidí ocupar gran parte de mi fortuna en la construcción del hospital. Mi

padre ha donado millones a la causa también y ahora hacemos colectas para recaudar

fondos, aunque la mayor parte sigue corriendo por parte de mi familia y la de los chicos

quienes también me ayudan a financiarlo. Así podemos ofrecer atención gratuita y de

578
calidad a quien lo necesite. Mientras que las operaciones o procesos que son más caros

los realizamos en la mitad de su precio, a veces menos." Expliqué.

"Camz eso es asombros" Me dijo y sentí que me derretía cuando ella tomó mis

manos con fuerza "No puedo creer que lo hayas hecho. Es increíble."

"Simplemente creo que es una mejor forma de ocupar mi dinero en lugar de vestidos de
miles de dólares o joyas de millones."

"Es un gesto muy noble" Dijo ella y yo me sonrojé "Deberías decirme cómo participar. Yo

también quiero ayudarte." Continuó y mi corazón se aceleró. Lauren quería formar parte

de mi proyecto y eso me hacía muy feliz pero decidí no ilusionarme demasiado. No había

ninguna seguridad acerca de cómo terminaría todo esa misma noche y no podía hacer

demasiados planes a futuro sin tener ninguna certeza.

Continuamos hablando acerca del hospital, lo que hacemos ahí y los servicios que

ofrecemos. Platicamos hasta que más de media botella de vino despareció pero las dos

nos encontrábamos completamente lúcidas.

Guardamos silencio un instante y mi corazón y mi estómago lo presintieron todo.

"Bueno, Camila... Te escucho." me dijo. Sabía perfectamente a lo que se refería.


Había llegado el momento de contarle la verdad.

"No sé por donde empezar." Le confesé con miedo que supuse fue evidente para ella

cuando comencé a rascarme las muñecas. Ella detuvo el movimiento con sus manos.

"El principio es un buen comienzo" Me respondió poniendo su mirada fija en la mía.

"El principio es lo más doloroso, Lauren..." Le contesté recordando en cámara rápida

todo lo que había ocurrido en mi vida después de la maldita fiesta que hice en la

mansión. Cuando me enfrenté a Austin por primera vez. Cuando le di una razón para

querer destruirme la vida.

579
"Entonces empieza por ahí... Así quizás el dolor pase más rápido."

Yo suspiré una última vez, antes de decir una única frase que lo resumía todo.

"Te mentí, Lauren."

Capítulo 42

Camila's POV

El ceño de Lauren se frunció, pero esta vez no fue confusión lo que se reflejo en su rostro

fue enfado. La burbuja que nos había mantenido en una tregua durante la cena se había

reventado.

"Creo recordar perfectamente esa parte de la historia Camila" Habló con dureza dejando a
un lado su copa de vino.

"Sí" Acepté "Pero sólo recuerdas lo que yo te hice creer." Lauren seguía enfadada, pero

arqueó una de sus cejas. Evidentemente no entendía nada de lo que decía y el nudo en

mi garganta no me dejaba hablar con fluidez.

"Ve al grano Camila." Me ordenó y yo suspiré tratando de acumular el valor


necesario para continuar.

"La primera vez que te mentí fue la noche anterior al día de picnic que hiciste con tu

hermanos. ¿Recuerdas? Lo habíamos planeado juntas y te cancelé una noche antes."

Los puños de Lauren se cerraron con fuerza sobre sus rodillas.

"Lo recuerdo perfectamente. Dijiste que irías con Dinah pero no era verdad. ¿Te viste con

Austin? ¿Empezaste a engañarme con él entonces? ¿O fue desde la fiesta?" Me

preguntó con resentimiento, yo sentí decenas de espinas clavarse en mi piel

simultáneamente debido a sus palabras.

580
"Yo vi a Austin esa mañana..." Hablé ignorando sus preguntas, no podía permitir que nos

desviáramos del tema. Creí escuchar los dientes de Lauren crujir "Pero no fue por los

motivos que tú piensas."

"¿No?" Preguntó con sarcasmo "¿Entonces por qué lo hiciste? ¿De la nada te dieron
ganas de ser su amiga o qué Camila? "

"Austin no pudo soportar la forma en que lo tratamos la noche de la fiesta" Lauren se

levantó del sillón y soltó una risa ahogada cargada de ironía, iba a empezar a soltar

comentarios sarcásticos pero no la dejé hablar "Enloqueció, Lauren... Y después de eso,

una noche recibí una llamada suya." Lauren volteó a verme con ira en su mirada, yo

sentí que me congelaba pero continué. No podía parar ahora que ya lo estaba diciendo.

"Me dijo que sabía sobre tu condición económica y que si no quería que te expulsaran de

la universidad tenía que hacer todo lo que el me dijera. Empezando por encontrarme con

él en su casa. Por eso no fui al picnic contigo y tus hermanos"

Me temblaba la voz pero aguanté las ganas de llorar. Todos esos recuerdos me herían

profundamente. Lauren se quedó callada por un momento como si estuviera

considerando, pero había algo en la expresión de su rostro que me decía que ella no

estaba confiando en lo que le decía.

"¿Por qué no me lo dijiste? Si Austin te amenazó pudiste habérmelo dicho y lo habríamos


enfrentado juntas."

"¿Y qué ibas a hacer Lauren?" Esta vez fui yo quien soltó un tono de voz algo rudo "Tenía

miedo de que te metieras en más problemas si ibas conmigo. Una cosa fue el que lo

hirieras en mi casa cuando además había testigos de que se había comportado como un

jodido patán, pero una muy diferente era que perdieras el control en su residencia y lo

molieras a golpes." Lauren negó con la cabeza como si no pudiera creer lo que le estaba

diciendo.

581
"Yo no haría algo como eso" Me lamí los labios y negué con la cabeza sintiendo cómo las

lágrimas se acumulaban en mis ojos.

"Lo habrías hecho después de escuchar lo que me dijo." Lauren se pasó las manos por el

cabello como si estuviera sintiendo dolor de cabeza pero no dijo nada. "Traté de

enfrentarlo Lauren, lo juro. Me amenazó con correrte de la universidad y--"

"¡Me habría importado un carajo!" Gruñó ella tomándome por los brazos. La vena en su

cuello sobresalía en su piel y sus dedos dejarían marcas de su posición por la fuerza con

que me sostenía. "Pude haber entrado a otra escuela. No me digas que accediste a sus

estupideces por algo como eso porque entonces habrá sido en vano."

Cerré los ojos con fuerza. Nunca la había visto así de enojada. Era otra completamente

y me estaba lastimando, no sólo de forma física, sino también emocional. Sin embargo

sabía que esto podía suceder y yo tenía que seguir hablando. Tenía que explicarle todo.

Un par de lágrimas se deslizaron por mis mejillas.

"No habrías conseguido entrar a otra universidad si salías de la nuestra por expulsión."

Respondí y ella me arrojó con fuerza contra el sillón como si no quisiera tocarme más,

apartó la mirada, tampoco quería verme. "Pero esa no fue la razón por la que accedí.

Austin me amenazó con quitarte a tus hermanos Lauren" Le dije y entonces sí que

comencé a llorar con fuerza.

Entre el agua que se escapaba entre mis párpados pude percibir la figura de Lauren

que me observaba estupefacta. Seguía enojada pero también estaba sorprendida.

"No podía permitirlo Lauren... Sabía que era capaz de hacerlo y no tuve opción. No

soportaría verte perder a tu familia."

Lauren caminaba por la sala negando, pero no hacía contacto visual conmigo.

582
"Yo tenía la custodia. Yo comprobé que era perfectamente capaz de hacerme cargo de

Chris y de Taylor... Él no habría... no podría..." Repuso ella, había desesperación en

cada uno de sus movimientos.

"El dinero lo es todo Lauren. Él habría podido quitártelos en el momento que lo decidiera y

ni yo ni mi padre habríamos podido ayudarte. Su familia es mucho más poderosa que la

mía..."

"Mierda" Murmuró y le dio un golpe a la codera del sillón. Yo sabía que se estaba

conteniendo para no alertar a los niños.

"Tuve que aceptar..." Dije con pesar, limpiándome el rostro con las manos "Me hizo

hacerte creer que te estaba engañando... Me obligó a hacerte sufrir Lauren... Tuve que

hacerte creer que ya no sentía nada por ti y que te odiaba cuando en realidad te quería

más que a nadie en el mundo... Más que a mí misma Lauren."

"Es mentira" Dijo ella negando una y otra vez con la cabeza. Pude ver sus mejillas

humedecidas por sus lágrimas. No la culpo. Pensar que la había traicionado sería mucho

más fácil que aceptar lo que le estaba diciendo ahora. Ya había vivido con esa verdad

durante cinco años.

"Es la verdad" Le respondí levantándome y tomándola de las manos ella hizo el intento de

zafarse pero yo la tomé con fuerza. "¿Recuerdas cuando llorabas todas las noches en tu

habitación cada vez que yo te corría de la mía? Yo te escuchaba Lauren... Yo me

quedaba detrás de tu puerta escuchándote y llorando contigo." Lauren me miró por un

instante, sus ojos verdes estaban enrojecidos y de ellos no dejaba de emanar ese salado

líquido. "Sufrí contigo cada día Lolo... Me dolía en el alma verte mal, tener que rechazarte,

tener que hacerte sentir miserable... Y después ir con Austin y contárselo sólo para verlo

reír y disfrutar de nuestro dolor..."

"¿Por qué no me terminaste de una sola vez Camila? Si su plan era separarnos... ¿Por

qué no lo hiciste de forma tajante?" Me preguntó con su voz quebrada. Yo sorbí por la

583
nariz e hice lo posible por recuperar la respiración. Mi pecho se movía de forma errática

debido al llanto.

"Porque si lo hubiera hecho de esa manera tú no lo habrías creído. Tú confiabas en mí

ciegamente igual que yo en ti... Tenía que destruir eso primero porque si no..."

"Habría luchado por ti" Completó ella y yo asentí con la cabeza sintiendo como mi

corazón se comprimía de forma dolorosa.

"Te habrías dado cuenta de que algo no estaba bien. No habría sido lógico que te dejara

de un día para otro sólo por que sí... Cuando tu confianza en mí se derrumbó por

completo... Cuando me encargué de hacerte creer que te despreciaba por no tener dinero

entonces fue el momento para terminar lo que empecé. Te traté como basura frente a

todo el mundo cuando en realidad la que se sentía como una basura era yo."

Solté las manos de Lauren y ella las llevó a su rostro para cubrirlo.

"Y luego de eso, tuve que continuar... Austin no se conformó sólo con que

termináramos" Hablé apartándome. Pude sentir de nuevo las manos de Austin

tocándome, sus lengua recorriéndome, sus dientes dejando marcas que yo no deseaba

tener. Jadeé entre el llanto, hay cosas que nunca se superan del todo y si pensaba en

ello por un instante volvía a estar en esa habitación con él...

"Camila... ¿Te tocó? ¿Te hizo algo?" Esuchaba a Lauren preguntarme, levanté la vista.

No supe en que momento me había alejado tanto de ella, pero estaba casi hecha un

ovillo en una esquina de la sala mientras me abrazaba a mí misma.

"Él quería recordarme que yo era suya... Quería reafirmar su control sobre mí... Me obligó

a acostarme con él una y otra vez después de que te humillé... Tenía que drogarme para

poder soportarlo" Hablé entre fuertes sollozos, mi voz era apenas un hilo delgado que

salía dolorosamente por mi garganta. El rostro de Lauren estaba rojo de ira y dolor.

584
"Ese maldito hijo de puta" Murmuró con la mandíbula apretada. "Maldita sea, Camila...

Mierda debiste decírmelo carajo" Ella quería desquitarse, lo vi en la forma en que

elevaba sus puños lentamente, como si estuviera haciendo un gran esfuerzo por

contenerse. "Debiste hablar, debiste dejarme matarlo con mis propias manos..."

"Lauren..." La llamé cuando la vi alejarse y caminar hacia la puerta "Lauren ¿A

dónde vas?"

Ella solo estiró su brazo hacia mí en un movimiento que pedía que no me acercara.

"Sólo cuida a Taylor yo no puedo estar aquí más" Me dijo y mi corazón se encogió de
sufrimiento.

"Lauren no te vayas... por favor no te vayas..."

"No puedo verte Camila, no puedo seguir escuchándote ahora" Me dijo sin girarse. Sus

lágrimas cayeron sobre la alfombra de la entrada. "Sólo cuida a mi hermana." Finalizó

y sin verme ni siquiera por un momento se marchó.

A través de la ventana pude verla correr hacia el otro lado de la acera. Se subió a su
auto y arrancó tan pronto como pudo desapareciendo al final de la calle.

Lauren's POV

No podía aguantarlo. Era demasiado para mí.

La verdad que Camila me estaba diciendo era mucho más horrible que la realidad en la

que había vivido los últimos cinco años. En ese momento habría dado cualquier cosa por

regresar el tiempo al menos lo suficiente para no haber tenido que escuchar lo que

Camila acababa de decirme.

Ese maldito... Austin Mahone.

Sólo pensar en su nombre me hacía querer explotar de la rabia. Jamás me había sentido

tan fúrica, jamás había tenido tantas ganas de destrozar a alguien. Él tenía suerte de

585
estar muerto porque si lo pudiera tener frente a mí una jodida vez lo habría
hecho pedazos, lo habría hecho sufrir todo lo que nos hizo a Camila y a mí.

También estaba completamente envuelta en rabia por culpa de Camila. Si ella me hubiera

dicho la verdad antes... Si hubiera confiado en mí lo suficiente nada de esto habría

pasado. Si, lo hubiera molido a golpes a la primera oportunidad, pero ella y yo estaríamos

bien. Todo habría estado bien si Camila no lo hubiera jodido todo con sus mentiras.

Cerré los ojos con fuerza por un instante, negué con la cabeza y aceleré.

Estaba enfadada con Camila... Pero no tanto como lo estaba conmigo por creerme sus

mentiras. Yo también tenía la culpa de todo lo que había pasado porque me olvidé de

todas sus palabras. Me olvidé de cada Te quiero que me había dicho. Me olvidé de cada

abrazo, cada beso y cada vez que hicimos el amor... Ignoré todas sus palabras. Todas

las veces que me dijo que yo era lo mejor de su vida, toda la confianza que depositó en

mí para contarme sus temores... Me olvidé de todo en un par de semanas y la condené.

La traté de la peor manera cuando ella solo estaba protegiéndome.

"¡¡MALDITA SEA!!" Grité frenando de golpe y dándole fuertes golpes que hicieron sonar el

claxon y me hirieron los nudillos.

Yo había condenado a Camila a vivir un infierno a lado de Austin. Yo había tenido la

culpa por desconfiar de ella, por pensar sólo en mí y en mi dolor.

No podía seguir en casa de Camila, no podía estar ahí en su sala, viéndola llorar. No

podía hacerlo porque sólo podía pensar que todo había sido mi jodida culpa.

"Maldita sea" Murmuré llorando desconsoladamente. Estaba tan enojada, estaba tan

destruida por dentro al conocer esa verdad. Esa maldita verdad que deseaba que fuese la

mayor de las mentiras de Camila. El dolor que sentí cuando creí que Camila me había

engañado era infinitamente menor comparado con el que estaba sintiendo en ese

momento.

586
Respiré profundo, tratando de calmarme al menos lo suficiente para seguir conduciendo y

entonces lo hice. Anduve por la ciudad hasta llegar a un lugar el cuál no visitaba desde

hacía casi diez años.

Me bajé del auto, crucé la calle, entré al antiguo edificio y llamé a la puerta. Esperaba que
ella siguiera ahí. Necesitaba que estuviera ahí, era la única persona que podía ayudarme.

"¿Lauren?"

"Hola Clare" La saludé. Mis manos temblaban, mis ojos luchaban para contener las
lágrimas, mi cara estaba enrojecida.

"¿Estás bien? Joder... Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi. Creí que
la próxima sería en el estudio de tatuajes." Empezó a decir pero la detuve.

"Lo siento Clare esta no es una visita con fines sociales" Le dije tratando de
tranquilizarme "Necesito mercancía. ¿Tienes?"

"Aguarda."

[...]

Salí del piso de Clare un par de minutos más tarde con un montón de hierba y una pipa en

mi bolsillo. No tenía tiempo para estar armando porros. Hacía años que no consumía

nada pero en ese momento realmente lo necesitaba. Necesitaba calmarme, estar en

control porque si no podría haber hecho cualquier locura.

Introduje un poco de marihuana en la pipa y la encendí, empecé a fumarla . Sólo un par

de caladas y luego retomé el camino. Necesitaba estar lejos, necesitaba pensar con

tranquilidad. Confiaba en Camila, sabía que ella podría hacerse cargo de Taylor por una

noche, yo simplemente no podía ni con mi propio cuerpo en ese momento.

Daba caladas cada vez que podía y continué mi camino hasta llegar a la playa. Mi playa.

La playa que sólo había compartido con una persona en la vida. Parecía el lugar indicado

587
para estar en ese momento. Necesitaba paz. Tenía que conseguir que la tranquilidad de

ese sitio inundara mi cabeza y mi alma para ayudarme a soportar todo lo que Camila

me había dicho.

Llegué, caminé sobre la arena quitándome los zapatos y anduve por ahí hasta llegar a

unas rocas. Me senté en la tierra granulada y coloqué más marihuana en la pipa para

poder fumarla. Estuve así durante no sé cuánto tiempo hasta que todo lo que había

consumido hizo efecto. No sentía ni una sola parte de mi cuerpo y sólo me reía sin sentido

alguno. Mi corazón seguía sintiendo el mismo dolor e impotencia pero la hierba había

logrado hacer que mi cerebro no lo procesara y con eso era suficiente.

Cuando el efecto se pasara podría tratar de seguir escuchando a Camila. En ese

momento sólo me quedé ahí, acostada en la arena, mirando al cielo y sus estrellas que se

movían de un lado a otro mareandome hasta que me quedé dormida.

Lauren... Lauren... Lauren despierta... Estoy aquí contigo.

Abrí los ojos lentamente. El cielo continuaba oscuro y estrellado. No tenía idea de cuánto

tiempo había pasado. Noté que estaba ligeramente erguida, bajé la vista y pude ver el

océano, las olas bañaban la arena suavemente con su espuma.

Sentí una caricia en mi mejilla. Cerré los ojos y volví a abrirlos esta vez moviendo un poco

mi cabeza. Ahí estaba Camila, sentada en la arena con las piernas abiertas y

sosteniéndome en su regazo. Su muslo funcionando como una almohada mientras

acunaba mi cara entre sus cálidas manos.

Empecé a llorar.

Era como si hubiera abierto dos llaves de agua. Fue inmediato, sólo empecé a vibrar
debido a mi respiración errática y lloré al ver ese par de ojos marrones observándome.

"Perdóname Camila... Por favor perdóname... Todo esto es mi culpa. Perdóname..." Le


pedía una y otra vez mientras ella sólo me acariciaba el cabello y me abrazaba contra su

588
cuerpo dándome consuelo. Yo debería hacer eso por ella, yo debería ser quien la

abrazara y le dijera que todo iba a estar bien, pero no podía hacer más que llorar y

compadecerme de mis errores.

"Está bien Lauren... Estoy bien, estoy aquí contigo" Me decía ella sin para de acariciar mi

cabeza o mi espalda. Brindándome calor y cariño... Era mi Camila. Siempre fue mi Camila

y yo la abandoné.

"Camz, ¿Dónde están los niños?" Le pregunté cuando recuperé un poco la compostura.

Sentí como se reía por el movimiento de su pecho contra mi cabeza.

"Están bien, Normani y Dinah los están cuidando..." Me contestó dejándome más

tranquila en ese sentido. "No podía dejarte sola así como estabas... No podría estar

tranquila sabiendo que algo podría pasarte en tu estado. No es bueno subir a un auto

estando alterada, lo sé por experiencia..." Dijo a manera de broma pero yo no podía reír

en ese momento. Me sentía horrible.

"Fui una maldita imbécil" Le dije apartándome de su abrazo. Ella dejó sus manos caer
con naturalidad sobre su regazo y me miró a los ojos.

"No fue tu culpa." Me dijo pero yo negué con la cabeza.

"Si yo hubiera confiado en ti esto no habría pasado. Si yo no hubiera caído en lo

que Austin planeó..."

"Caíste porque yo te hice creer en cada una de esas mentiras Lauren. Yo te orillé a hacer

lo que hiciste. Yo te convencí todos los días de que no sentía nada por ti... No es tu culpa.

Tú y yo sólo somos víctimas, ambas tomamos decisiones equivocadas pero no fue

nuestra culpa... Y además, ha valido la pena. Lo volvería a hacer si fuera necesario."

"No digas eso Camz..." Le pedí. Pensar en todo lo que debió haber sufrido me partía el

corazón.

589
"Lo haría Lauren. No dudaría ni un segundo. Tú estás bien ahora... Yo también lo estoy

y además tengo a Lawrence. No cambiaría absolutamente nada de lo que pasó porque

gracias a eso tengo a mi hijo... Y gracias a ti. Claro." Yo la miré confundida después de

escuchar lo último. Ella sonrió y me acarició la mejilla, luego tomó mis manos con las

suyas y las colocó sobre su vientre por debajo de su blusa. "Cuando me salvaste del

accidente... Lawrence ya estaba aquí." Me dijo y yo quise llorar otra vez. Maldición... era

tan sensible.

"¿Estabas embarazada?" Pregunté con un hilo de voz e hice presión con una de mis

manos sobre su vientre plano mientras la otra la puse encima del dorso de una de las de

Camila cuyos dedos estaban hundidos en la arena. Levanté la vista un instante y la vi

asentir con la cabeza.

"Tenía casi un mes de embarazo, pero yo no lo sabía" Me respondió.

"¿No tuviste síntomas?" Seguí preguntando. Hablar de su embarazo era algo mucho

menos doloroso que todo lo demás. Era como un pequeño oasis de esperanza en medio

del desierto.

"Tuve desmayos, pero los ignoré porque creí que era por... Tú sabes, mis problemas de

alimentación." Yo asentí con tristeza "Estaba en mi peor momento, casi no comía nada y

me la pasaba tomando y... consumiendo porquerías. Supuse que mis desmayos eran por

eso y Austin no me dejó ir al médico porque no quería que en los análisis apareciera todo

lo que me estaba metiendo. Él era quien me daba la droga así que..."

"Si lo tuviera un sólo minuto frente a mí te juro que me cobraría todo lo que te hizo

Camz..." Hablé con el enojo creciendo dentro de mí otra vez pero Camila colocó su
mano libre sobre la mía que seguía en su vientre.

"Él no está. No volverá a hacernos daño Lauren... Se acabó."

590
"¿Cómo fue que te dejó tranquila?" Le pregunté. Necesitaba saberlo... Sabía que ya no

podía hacer nada para lograr conseguir justicia pero al menos necesitaba saber que él la

había dejado tranquila en algún momento.

"Cuando tuvimos el accidente él se fue de viaje... Fue un regalo de cumpleaños de su

padre. Ni siquiera importó que dejara de ir a la universidad porque su tío lo solapaba.

Tú estuviste en coma y cuando despertaste decidiste... marcharte."

"¿Por qué no me dijiste nada entonces?" La interrumpí. Yo había percibido el dolor en sus

ojos cuando hablé con ella aquella vez en la habitación del hospital. Joder, ella había

llorado por mí. "Te di la oportunidad de que dijeras lo que fuera que necesitaras decir y te

quedaste callada Camz...”

"Porque si te quedabas volveríamos al mismo punto. Estarías en peligro de perder tu

carrera y tu familia. En cambio si te ibas podrías estar bien, serías libre... Podrías estudiar

en otra universidad sin ningún problema porque todo se reduciría a un simple traslado y

ya. Era perfecto... Era lo mejor que podías hacer a pesar de que fuera doloroso."

"Y te quedaste callada... Dejaste que me fuera." Murmuré. Camila había hecho todo eso

por mí y por mi familia... Le debía todo lo que tenía ahora a ella.

"Luego de eso Austin volvió y cuando se enteró que te habías ido... Simplemente le

importó una mierda. Dijo que si no estabas aquí ya no tenía caso que siguiera jugando

sólo conmigo porque no era tan divertido si no nos veía sufrir a las dos... Dijo que además

ya se había aburrido de mí y... fin. Se acabó."

Solté un suspiro y luego no me contuve más y abracé a Camila escondiendo mi cara en

su cuello. Había mucho más que tenía que saber... Eso sólo había sido el principio y

Camila ni siquiera lo había detallado pero por el momento era suficiente para mí.

Además, ella lo dijo, el principio era lo más doloroso y ya había pasado. Ahora sabía la

verdad, ahora sabía todo lo que ella había hecho por mí, todo su sacrificio, todo su

sufrimiento y yo se lo compensaría si ella me daba la oportunidad.

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"Nunca tendré como pagarte todo lo que has hecho por mí" Le dije sin separarme,

dejando que mi voz chocara suavemente contra sus oído "Jamás podré pedirte perdón las

veces suficientes por haberte abandonado cuando más me necesitabas... Camz, gracias

por cuidarnos. Gracias por proteger a mi familia..."

"Lauren" susurró mi nombre rodeando mi cintura con sus brazos.

"Eres mi ángel... Camila. Tú eres mi ángel." Le dije. Era verdad. Ella solía compararme

con un ángel cuando estábamos juntas pero al parecer no era la única. Ella también lo

era. Camila no sólo era mis alas, era un ángel completo por sí misma, me cuidó como

nadie más lo había hecho, me arropó entre sus alas.

"Tú eres el mío Lauren. Todo lo que soy ahora... Es porque tú me enseñaste que había

algo mejor para mí. Tú salvaste mi vida... Salvaste a mi hijo. Te lo debo todo." Me

respondió y sentí mi hombro humedecerse. Camila estaba llorando. "Por favor no vuelvas

a irte... Lauren no me dejes otra vez. He cambiado, puedo ser todo lo que siempre

quisiste que fuera."

Me separé de ella al escucharla, quedando arrodillada justo enfrente. Tomé su rostro

entre mis manos obligándola a mirarme, ella se limpió las lágrimas y lo hizo. Sus ojitos

chocolate me vieron directamente.

"Tú siempre fuiste lo que siempre quise" Declaré "Puede que me haya tardado un poco en

darme cuenta Camz... pero pude ver a la verdadera Camila en ti, detrás de esa chica

engreída, soberbia, cubierta de maquillaje y ropa cara... Te vi Camz y supe que eras lo que

quería. Para siempre." Ella iba a hablar pero puse mi pulgar sobre sus labios de manera

delicada, ella lo besó y me dejó hablar. "No me voy a ir otra vez, no sin ti Camila...

Estuve cinco años en coma, ahora que te tengo es como si acabara de despertar, no
quiero desperdiciar mi vida haciendo el intento de continuar sin ti."

Una solitaria lágrima rodó por mi mejilla. Una sola. Estaba encargada de cerrar ese
horrible capítulo en nuestras vidas. Se había terminado, podríamos seguir adelante juntas.

592
Estaba segura de que lo conseguiríamos y podía ver en el brillo de sus ojos que ella

pensaba de la misma manera que yo.

"Lauren..." Murmuró contra mi dedo y yo lo aparté para que pudiera hablar sin problemas.

"Debí decirlo hace mucho... No sabes como me arrepentí cada día por no hacerlo... Estoy

lista ahora."

"¿Para decir qué?" Le pregunté. Mi respiración era pausada, mi corazón latía lentamente
como si no quisiera molestarme o evitar que escuchara lo que Camila tenía que decir.

"Te amo Lauren... Estoy lista para amarte, estoy lista para vivir." Me dijo y yo no
pude soportarlo más.

La besé.

La besé como había deseado hacerlo desde hacía más de cinco años.

Volvía a unirme a ella en esa misma playa donde nos hicimos novias.

"Yo también te amo Camila. Nunca dejé de hacerlo."

Capítulo 43

Narrador Omnisciente

"Tía Dinah" murmuró Lawrence llamando la atención de la más alta de sus tías.

Dinah, Normani, Lawrence y Taylor estaban acostados en una cama improvisada que

Dinah había tendido con un conjunto de sábanas y cobertores en medio de la sala de

estar de la casa de Camila ya que los niños no se habían quedado en paz después

de que Camila se marchó.

Los habían mantenido entretenidos viendo una película pero luego la preocupación

abordó a los dos pequeños y se negaron rotundamente a ir a dormir a la habitación de

Lawrence. Por lo tanto, a Dinah se le ocurrió ofrecerles dormir en la sala, así todo se

593
darían cuenta cuando Camila y Lauren volvieran. Ambas mujeres esperaban que Taylor y

Lawrence se durmieran pronto para poder llevarlos a la cama del menor pero ya habían

pasado varias horas y ellos simplemente no lograban conciliar el sueño.

"¿MMM?" Respondió Dinah un poco fastidiada y adormilada.

"¿Mamá va a volvel plonto?"

"Espero que si enano" Respondió ella.

"¿A dónde fue Lauren?" Fue el turno de Taylor para preguntar esta vez dirigiéndose a
Normani.

"No lo sé princesa. Pero no tienen nada de qué preocuparse."

"Mamá dijo que la última vez que el ángel se fue, fue antes de que yo naciela ¿Y si ya no

leglesan?" Habló Lawrence algo temeroso. ¿Y si Lauren había decidido irse otra vez y se

había llevado a su mamá? Él todavía necesitaba a su mamá Camila. Aunque decía que

era grande el sabía que era muy pequeñito todavía y le daba mucho miedo quedarse

solo.

"¿El ángel?" Preguntó Dinah confundida y Lawrence se tapó la boca rápidamente con sus

manitas. Su mamá le había dicho que lo mantuviera en secreto y a él se le había

escapado mencionarlo. "¿Qué ángel?" Dinah recibió una mirada de Normani que le indicó

que no era momento de hacer preguntas así que se calló y dejó a la morena hablar.

"Tranquilos niños, Lauren y Camila van a volver. ¿No fue eso lo que les dijo Camila antes

de irse?" Les preguntó Normani y ellos asintieron con la cabeza con un poco de duda.

"Ellas probablemente sólo estén jugando por ahí." Agregó haciendo reír a Dinah.

"Sí, ya me imagino los juegos de esas dos" Dijo la rubia en un comentario del cuál sólo

Normani pudo entender el trasfondo. Ambas chicas esperaban que sus amigas por fin

se reconciliaran.

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Ellas sabían la verdad que Camila le había ocultado a Lauren, se habían enterado un par

de meses después cuando ella terminó su relación con Austin Mahone y su panza de

embarazo comenzó a notarse. Sabían que Camila se había salido de su casa y que las

cosas no estaban yendo del todo bien con su vida dese que Lauren se marchó así que se

acercaron a ella de nuevo y una tarde Camila terminó llorando y confesándolo todo.

Ally, Dinah y Normani habían intentado convencer a Camila para que hablara con Lauren

pero ella se negó, argumentando que Lauren merecía seguir con su vida y que si la

ojiverde volvía sólo conseguirían que Austin continuara atacándolas. A regañadientes, las

tres mujeres aceptaron su decisión e hicieron de todo para aguantar las ganas de decirle

todo a Lauren, sobre todo cada vez que esta última se molestaba si mencionaban a la

castaña.

Había sido muy frustrante, pero sabían perfectamente que no debían involucrarse de más.

Esa había sido la decisión de ambas y debían respetarla. Sin embargo ahora debían estar

juntas, esperaban que así fuera.

Ni bien Camila les había pedido que fueran a su casa a cuidar de Taylor y Lawrence la

rubia había hecho un gesto de fastidio. No es que no quisiera a los dos pequeños pero

los niños no eran su fuerte. Sin embargo cuando Camila les dijo que le había dicho la

verdad a Lauren supieron que no podían abandonar a la castaña y condujeron lo más

rápido posible para llegar a la casa.

"Pudieron habernos invitado a jugar" Dijo Taylor cruzándose de brazos. Dinah y

Normani soltaron una pequeña risita. Ella no estaba tan preocupada como Lawrence,

más bien estaba un poco molesta porque su hermana la había dejado así como así.

"No lo creo" dijo Normani y luego miró a Lawrence quien seguía pareciendo consternado.

"¿Quieres hablarnos de ese ángel tuyo que te tiene tan preocupado?" Preguntó hacia el

niño. Él dudó. ¿Sería demasiado malo si les hablaba del ángel a sus tías?

595
"No lo puedo decil... pelo es impoltante" Dijo. Quizás si evitaba decir el nombre de Lauren
ellas no se darían cuenta.

"¿Es un secreto?" Preguntó Dinah intuyendo de quién podría tratarse. Creía haber

escuchado a Camila referirse a Lauren alguna vez de esa manera. Lawrence asintió con

la cabeza. "¿Sabías que un secreto puede compartirse entre más de dos personas y

seguir siendo un secreto?" Atacó a la mente del niño. Quizás si lo distraía con una historia

acerca de Camila y Lauren podría tranquilizarlo lo suficiente para que se durmiera.

"¿Cómo?" Preguntó Lawrence y Taylor se mantuvo atenta a lo que pudiera escuchar.

"Normani y yo sabemos un par de cosas acerca de tu mamá y un ángel que conoció

hace muchos años...” Empezó a decir Dinah, Normani abrió su boca en forma de una "O"

perfecta al entender lo que la rubia planeaba. "¿Verdad Mani?"

"Oh sí claaaro. Ya me acuerdo..." Apoyó.

"A lo mejor si estamos hablando del mismo ángel podríamos... Compartir información."

Habló Dinah casi en un susurro como si estuvieran hablando de una misión secreta.

"Mi mamá sólo tiene un ángel" Dijo Lawrence con su pequeño ceño fruncido. Su mamá

sólo le había hablado de Lauren así que. Debían estar hablando de la misma persona.

"Pelo dijo que ela se-cle-to" Enfatizó haciendo a Dinah gruñir un poco.

"Sí pero tu mami también confía en nosotras." La ayudó Normani "Así que si

estamos hablando del mismo ángel... No hay problema en que te contemos lo que

sabemos. ¿Cierto?"

Lawrence lo pensó un poco y parecía tener lógica. Si ellas sabían sobre Lauren...

Entonces compartían el mismo secreto con su mamá.

"¿Ustedes la conocielon? ¿Mientlas yo estaba en la pancita de mami?"

Preguntó intrigado. Ambas mujeres asistieron.

596
"¿De qué están hablando?" Gruñó Taylor cansada de escuchar esa conversación sin

sentido.

"¿Quieren escuchar una historia niños?" Preguntó Normani.

"¿Es soble el ángel de mamá?" Preguntó Lawrence, si no era así no le interesaba.

Normani asintió antes de que Dinah terminara por decir algo más.

"Es sobre Camren" Dijo la rubia.

"¿Qué es Camren?" Preguntó Taylor y entonces Dinah sonrió maliciosamente. Había


llegado el momento de subir nuevos marineros al barco.

[...]

Camila's POV

Lauren y yo nos habíamos quedado abrazadas por un rato. Ese lugar era simplemente

mágico y el momento que estábamos viviendo también lo era. Estábamos juntas, por

fin. No habíamos tocado el tema de regresar a ser pareja pero eso era lo que menos

importaba en ese instante. Sólo quería seguir manteniéndola entre mis brazos.

"No tienes idea de cuánto te extrañé Camz" Me dijo luego de un rato de silencio,

estábamos acostadas sobre la arena, mirando el cielo y escuchando las olas del mar.

"Yo también te extrañé Lauren, mucho." Le contesté y me acomodé sobre mi costado

para poder ver su rostro. De inmediato ella se giró para mirarme también. "Lauren..." La

llamé llevando mi mano a su cara con suavidad para darle una caricia en la mejilla.

Quería asegurarme de que ese momento era real y no sólo un sueño.

"¿Mmm?" Murmuró como respuesta. Sus ojos mirando fijamente hacia los míos.

"Tú... ¿Estuviste con otras chicas en todo este tiempo?" Le pregunté. Sabía que eso no

importaba en este momento pero, igual tenía curiosidad. Ella frunció el ceño por un par de

segundos luego se quedó pensando otro par más hasta que contestó.

597
"No he estado con ninguna otra... Ya sabes, en una relación seria. Los primeros dos años

fueron muy difíciles para mí, quería odiarte pero no podía conseguirlo. Luego quise

simplemente olvidarte pero fue el doble de difícil que hacer lo primero... Así que sólo dejé

que el tiempo pasara y traté de sanar... De alguna forma te perdoné por lo que creí que

me habías hecho." Habló para luego mover su rostro contra mi mano, como un gatito que

busca que lo mimen "Cuando sentí que podía continuar empecé a conocer chicas... Con

las primeras traté de tener una relación pero algo simplemente no encajaba. Pasaban

dos días y yo entendía que no había forma de que eso fuera a funcionar así que

terminábamos... Y después sólo me empecé a involucrar con mujeres... Tú sabes, por

placer físico."

"¿No te enamoraste de ninguna?" Le pregunté. No estaba reprochándole nada, yo

entendía perfectamente que ella hubiera intentado sacarme de su vida. Le había dado

motivos para querer hacerlo, pero para ser sincera, sí me dolía el imaginarla con otras

personas.

"No. Nunca..." Me contestó rápidamente y puso la palma de su mano sobre la mía que

reposaba en su mejilla. "Eran buenas chicas ¿Sabes? Exactamente el tipo de personas

con las que esperarías que me involucrara..." Yo sonreí con un poco de ironía, sabía que

ese tipode chica, no tenía nada que ver conmigo. Al menos no con la versión de mí que

Lauren había conocido en el pasado "Aún así no logré desarrollar sentimientos reales por

ninguna. Y sólo ya sabes, les ofrecía algo de a ratos y ya está." Terminó encogiéndose de

hombros.

"¿Fueron muchas?" Seguí preguntando. Si íbamos a empezar algo -o a retomarlo donde

lo dejamos- teníamos que ser sinceras la una con la otra. Conocer lo que había sido

nuestra vida en todo ese tiempo sin vernos y el hecho de que Lauren se hubiera

convertido en una fuckgirl me parecía algo importante.

"Depende de cuánto consideres mucho" Me respondió evadiendo la pregunta.

598
"¿Puedo contarlas con los dedos de las manos?" Le pregunté. Ella negó con la cabeza.

"¿Y si sumo los de los pies?" Agregué. Ella volvió a negar y cerró un ojo con cautela

como si estuviera a punto de recibir un golpe. Y lo recibió.

"¿Cuántas fueron Jauregui?" Le pregunté después de golpear su hombro con mi puño. No


fue nada doloroso pero sí amenazante.

"No lo sé... Más de cincuenta, menos de setenta... No conozco el número exacto, no

tengo una lista escondida en mi armario Camz" Me respondió. Yo cerré los ojos y negué

con la cabeza para luego recostarme de nuevo sobre mi espalda y mirar hacia el cielo que

ya comenzaba a aclararse. "Pero estoy aquí ahora. Estoy contigo." Agregó acercándose

más a mí, en la misma posición, me tomó de la cintura y tiró de mí hacia ella para

ponernos un poco más cerca.

"No es bonito imaginarte con tantas chicas..." Dije con sinceridad, sabía que sería ilógico

pensar que Lauren se había guardado todo ese tiempo para mí. Sobre todo conociendo el

cómo habían terminado las cosas entre ella y yo. Pero no esperé que hubiera tenido algo

que ver con tantas mujeres... Todas ellas tratando de tomar un pedazo de mi Lauren.

"¿Tú estuviste con alguien más?" Me preguntó. Ahora su dedo índice y pulgar
sostenían mi barbilla obligándome a mover mi cara en su dirección.

"Con Ariana" Respondí. Ella había sido la única persona con la que yo me había
involucrado.

"¿Fue serio?" Me preguntó. Sus ojos verdes me quemaban la piel. Eran profundos e

intensos, parecían estar escudriñando en mi mente, buscando la verdad a sus preguntas

en el centro de mis ojos.

"Sí" Contesté y ella soltó un pequeño sonido provocado por su lengua chocando contra
su paladar. "Duramos siete meses."

599
"¿Hace cuánto tiempo terminaron?" Siguió interrogando sin apartar su mirada ni por un

instante.

"Casi un año." Contesté con simpleza. Lauren suspiró y miró al cielo por unos segundos.

Su cabeza estaba formulando una nueva pregunta.

"¿Y ella no ha intentado nada contigo otra vez? Te trata muy cariñosa para ser solo tu

amiga..." Yo negué con la cabeza.

"Ella es así, es muy dulce y le gusta hablarle con cariño a las personas. Pero después de

que terminamos jamás ha tratado de recuperar nuestra relación. Es una chica inteligente y

comprensiva. Entendió perfectamente cuando le dije que lo nuestro no iba a llegar a

ninguna parte si continuábamos como novias. Y entonces terminamos."

"¿Por qué terminaron?" Me preguntó y mi estómago me dio un vuelco. Me sonrojé.

"Ariana me escuchó una vez hablarle a Lawrence sobre ti." Lauren arqueó una ceja,

retiró su mano de mi mentón y se acomodó aún más cerca, dándome absolutamente

toda su atención. "Bueno, no exactamente sobre ti... Sino sobre el ángel que nos había

salvado a ambos." Lauren sonrió al escucharme. "Ari sabía sobre el accidente que

tuvimos porque yo se lo conté, también le conté que tú me salvaste y acerca de cómo fue

nuestra relación. Para ella empezó a ser obvio el hecho de que yo no había logrado

olvidarte todavía. Ella me quería mucho, había querido que nos mudáramos juntas y

cuidar de Lawrence conmigo... Pero yo simplemente no estaba lista. No la amaba y se lo

dije... Ella dedujo por su propia cuenta que yo seguía enamorada de ti y cuando me

enfrentó acerca de eso yo no lo negué. Y así decidimos ponerle fin a eso. Ahora sólo

somos amigas y compañeras de trabajo." Terminé de explicar.

"Espero que se mantenga alejada de ti" Me dijo y yo rodé los ojos "Me refiero a en el

sentido romántico de la frase. No me gustó escuchar que te llamaba amor."

"Sólo lo hizo por molestarte" Le respondí. "No es una palabra con la que suela referirse

hacia mí actualmente."

600
"Más vale. Tú eres mí amor." Me dijo con firmeza y yo sentí todo mi cuerpo temblar
únicamente por sus palabras. Me sentía como una adolescente.

"Y tú eres el mío" Le respondí cuando me recuperé de mi sonrojo. "No pienso compartirte
con otras setenta mujeres"

"No me has compartido nunca Camila... La mejor parte de mí siempre ha sido tuya. Y ha

continuado así desde que nos separamos" Afirmó, para luego tomar mi mano y besar mis

nudillos con dulzura, tal como lo hacía antes. Ese único gesto trajo a mi mente los

mejores recuerdos que tenía de nosotras juntas. Ese único gesto expresaba sin

necesidad de palabras todo el amor que aún existía entre Lauren y yo.

"¿Qué más ha pasado en tu vida Lauren?" Le pregunté luego de un rato de silencio y un


par de besos cortos que ella me dio.

"Nada. Ya te lo he contado todo... Estudié, trabajé... Me enfoqué en esas dos cosas y en

mis hermanos. No hubo nada más... Mi vida siempre ha sido simple. Al menos lo era

antes de conocerte" Me dijo sonriendo, estaba bromeando pero yo sabía que había algo

de verdad -tal vez mucha- en sus palabras. "Y volvió a ser simple cuando nos

separamos pero... No mejor. Tú me hacías vivir de verdad. La vida después de ti no tuvo

demasiado sentido, aunque sí un propósito el cual he cumplido. Nada más ha pasado.

Lo que ves es lo que hay."

"Me gusta lo que veo" Declaré. Lauren era perfecta. No había otra forma para definirla,

al menos no para mí. Ella sonrió y yo besé su sonrisa de forma rápida.

"En cambio tú... Creo que aún te quedan cosas por contarme." Habló y tocó mi nariz

con la punta de su dedo índice.

"¿Qué quieres saber?" Le pregunté. Había pasado por demasiadas cosas en mi vida

durante los últimos años y no sabía ni siquiera por donde comenzar.

"No lo sé. ¿Por qué ya no vives en la mansión de tus padres?"

601
"Elegiste algo que es largo de contar" Le contesté.

"No importa. Tengo tiempo para escucharte" Me respondió y luego de una


profunda respiración, comencé a relatar.

"El día del cumpleaños de Austin, hace cinco años... Fue uno de los peores días de mi

vida" Hice una pausa porque sabía lo mucho que me dolería hablar de ello. A pesar de

que ya era asunto del pasado, sacarlo a la luz otra vez después de tanto tiempo era

difícil. "Había tenido que pasar el día entero con él para continuar con la farsa de pareja

perfecta. Me acosté con él, me drogué y en medio de todo eso tuve un momento de

lucidez en el que logré irme de su casa cuando él se quedó dormido. No sin antes robarle

un par de sobres de cocaína... No sabía cuánto tiempo iba a durar en abstinencia."

Lauren se tensó en cuanto mencioné a Austin y sus manos se cerraban cada vez más
y más fuerte a medida que continuaba hablando, pero no me detuve.

"Conduje cuando la tormenta apenas comenzaba y sinceramente no supe ni cómo

llegué a la mansión pero cuando lo hice, al cruzar la puerta lo primero que vi fueron las

maletas de mi mamá. No quería enfrentarme a ella porque... ya sabes, siempre había

sido muy desagradable conmigo." Lauren asintió y yo seguí "Iba a subir a mi habitación

pero entonces escuché a mi padre gritar desde su despacho. Le estaba diciendo a mi

madre que quería que se fuera y le estaba pidiendo el divorcio."

Lauren abrió los ojos ligeramente en sorpresa pero me dejó continuar con el relato.

"Quise escuchar el resto de la conversación así que fui hacia el despacho. Mis padres

discutían porque mi madre tenía un amante. Por eso viajaba tanto, porque tenía a alguien

más. Papá y mamá discutían cada vez más fuerte y en medio de esa discusión mi madre

dijo que lo único que le importaba era el dinero de la familia, que me odiaba, que le

causaba asco verme prácticamente desde que nací..." Confesé con dolor. Era mi madre a

fin de cuentas...

602
"¿Sinuhe dijo eso?" Preguntó Lauren como si la idea le resultara inconcebible. Yo asentí

con la cabeza.

"Yo tampoco entendía por qué se expresaba de mí de esa forma.... Hasta que la escuché

gritarle a mi padre que él tenía la culpa porque era un maldito alcohólico que la había

violado." Cuando me di cuenta una lágrima rodaba por mi mejilla "Mi papá violó a mi

mamá... Y de esa violación nací yo, Lauren...."

Los ojos de Lauren se cristalizaron y pronto se sentó sobre la arena jalándome con ella

para poder envolverme en un abrazo. Yo lloré por unos minutos en su hombro hasta que

me calmé lo suficiente para continuar.

"Entonces comprendí por qué siempre había sido así conmigo. ¿La entendía sabes?

Entendía que no me amara... Porque yo sabía perfectamente lo que era que te

tomaran por la fuerza. Sentir como te toca alguien que no quieres que lo haga y que te

jodan mientras tú lloras y no puedes hacer nada para defenderte..."

"¿Austin? ... él... él..." Lauren apenas era capaz de pronunciar lo que quería decir. Pero
yo fui perfectamente capaz de intuirlo.

"No podrías llamarlo una violación porque a pesar de que no quería hacerlo yo no me

negué. Pero se sintió de esa forma de todos modos... No se puede explicar con palabras

lo que se siente Lauren." Ella empezó a respirar profundamente una y otra vez, no quería

enojarse como antes de nuevo, sabía que estaba haciendo su mejor esfuerzo para

controlarse. "Así que comprendí a mi madre... Accidentalmente abrí la puerta del

despacho, yo estaba llorando en ese momento" Recordé "Mi padre trató de acercarse a

mí pero yo sólo lo vi como si fuera Austin y... salí corriendo."

"¿Te subiste al porsche?" Preguntó ella y yo negué sonriendo con tristeza.

"Necesitaba verte. Sabía que probablemente ibas a cerrarme la puerta en la cara cuando

me vieras, pero en mi mente lo único que podía procesar en ese momento era tu nombre.

Sólo tú nombre Lauren... Así que fui a tu habitación..."

603
El rostro de Lauren lo dijo todo. Lo había recordado.

"Nos viste... A Keana y a mí" Murmuró.

"No sólo las vi Lauren. Te escuché decir cuánto deseabas besarla, te escuché

pedírselo una vez tras otra. Y luego... ese beso terminó por destrozarme."

"Camila" Se apresuró a decir tomándome por el rostro "Ese beso... Ese beso no significó

nada." Luego negó con la cabeza como retractándose de lo que acaba de decir "Quiero

decir, significó mucho para mí porque yo realmente estaba interesada en Keana pero,

después de ese beso supe que una relación con ella no iba a funcionar... Ese fue nuestro

primer y último beso Camz, te lo juro." Me explicó con desesperación. Yo le di un suave

beso en los labios para callarla.

"Lo sé. Sé lo que significó para ustedes Lauren... Keana me lo contó días después. Todo

está bien, ese beso y no me importa." Le aseguré y ella suspiró aliviada. "Luego de eso

yo tenía que huir, salí corriendo de nuevo, mi padre había subido a buscarme a mi

habitación así que cuando llegué a la puerta principal la única ahí era mi madre. No me

dijo nada, pero su mirada lo decía todo... Era un claro "Ojalá te mueras en cuanto salgas

por esa puerta”... Y eso era lo que yo quería. Quería morirme Lauren porque sentía que lo

había perdido todo... El resto ya lo sabes."

"El accidente y luego te abandoné..." Habló con vergüenza evidente en su voz.

Arrepentimiento.

"Fue lo mejor para las dos" Le aseguré. "Me quedé en casa sólo el tiempo necesario

para poder verte de vez en cuando en los pasillos de la mansión, hasta que te fuiste. Me

la pasaba la mayor parte del tiempo encerrada en mi habitación, haciendo todo lo posible

para no ir a drogarme de nuevo. Quería estar en mis cinco sentidos si... por algún golpe

de suerte querías hablar conmigo de nuevo. Pero no lo hiciste."

"Fui una tonta Camila... Perdóname." Me pidió y yo negué con la cabeza.

604
"No es tu culpa" Le repetí. Ya había perdido la cuenta de las veces que se lo había dicho.

"Después de que te marchaste yo... Fue como estar muerta en vida ¿Sabes? Sólo me

levantaba de la cama porque tú casi sacrificaste tu vida por salvar la mía y yo no quería

ser una malagradecida." Lauren me acariciaba con delicadeza, daba besos en mi frente y

mis mejillas como si con eso pudiera curar mi dolor... Lo sorprendente es que funcionaba.

"Cuando volví a clases Austine me terminó" Dije haciendo las comillas con las manos en

la última palabra "Y un par de días después sufrí un desmayo. Creí que era normal por mi

evidente desnutrición y el deterioro de mi cuerpo por la abstinencia... Entonces me

dijeron que estaba embarazada."

Lauren llevó sus manos a mi vientre. Como si Lawrence estuviera ahí, como si

hubiera regresado el tiempo y estuviéramos juntas recibiendo la noticia de que estaba

embarazada. Yo puse mis manos sobre la suya.

"Me dijeron el tiempo que tenía... Y aunque había un altísimo riesgo de que mi

embarazo no se lograra o que Lawrence naciera con alguna enfermedad debido a mi

consumo de drogas y demás problemas, parecía estar perfectamente sano."

"¿Qué sentiste Camz? Cuando te lo dijeron... ¿Que fue lo que primero que pensaste?" Me

preguntó. Parecía sentirse mucho más cómoda hablando sobre esto y yo también lo

estaba.

"Lo primero que hice fue abrazar mi propio vientre... Y eso me lo dijo todo. Antes había

comprendido el deseo de mi madre de abortarme... Pero en ese momento supe que mi

hijo era lo único que tenía para aferrarme a la vida. Él estaba haciendo lo mismo dentro

de mi cuerpo. A pesar de las pésimas condiciones en las que yo estaba, él había logrado

sobrevivir, formarse... Luego hice cuentas. Supe que ya estaba embarazada al momento

del accidente y entonces entendí que no podía simplemente abandonar a mi hijo o no

amarlo. Había sido un regalo... Uno tuyo."

"Camz..." Susurró Lauren.

605
"Por eso le puse tu nombre." Lauren rió un poco. "Bueno, no exactamente tu nombre...

Pero tú entiendes." Lauren sonrió grande, con lágrimas que se acumulaban en sus ojos

pero no se animaban a escapar de ellos. "Supe que tenía mejorar si quería que él

estuviera bien y decidí meterme a una clínica de rehabilitación. Mi padre se había

enterado semanas antes de mis adicciones así que no puso ningún obstáculo cuando

dejé la casa para meterme a la clínica. Más cuando volví... Mi panza ya estaba a punto de

reventar." Expliqué moviendo las manos de Lauren un poco por encima de mi vientre

dejándolas flotando en el punto exacto para marcar el tamaño que tenía mi barriga en ese

entonces. "Papá quiso saber de inmediato quién era el padre y se lo dije. Entonces él se

puso fúrico y habló con el padre de Austin pero ni él ni su hijo quisieron tener nada que

ver con Lawrence lo cual para mí fue mejor. No quería a personas como ellos cerca de mi

hijo."

"¿Y tu papá? ¿Pudiste convivir con él después de lo que supiste el día del accidente?"
Me preguntó Lauren y yo asentí.

"La terapia me ayudó mucho, escuché su versión de los hecho y no lo justifiqué, pero

pude perdonarlo. Sin embargo, decidí no volver a casa. No quería estar rodeada de lujos

y esas cosas, quería tener una vida más sencilla, alejarme de las tentaciones y darle a

Lawrence un mejor ejemplo, una vida digna y sencilla lejos de todos los problemas que el

dinero puede traer consigo. Compré mi casa y el resto de mi dinero comencé a ahorrarlo

para después invertirlo en la construcción del hospital. Mi papá se fue a vivir conmigo

durante el último mes de mi embarazo y cuando Lawrence nació yo regresé a la

universidad. Lo llevé conmigo a todas partes y para entonces yo ya había recuperado mi

amistad con los chicos así que, mi pequeño Lolo tuvo muchos tíos y tías que lo adoraron y

me ayudaron a cuidarlo hasta que me gradué."

"Vaya..." Dijo Lauren un poco aturdida, pero notablemente emocionada.

606
"Lo siento pero, todas las cosas estaban ligadas así que... No podía explicarte por

qué dejé mi casa sin decirte todo lo demás." Me disculpé. Ella negó con la cabeza y

volvió besar mi frente.

"No importa. Quería saber todo sobre ti... Quería saber como te convertiste en la Camila
completa que tengo frente a mí ahora."

"Tú fuiste quien me dio el primer empujón para conseguirlo Lauren. Literalmente... Fue

con una puerta y un golpe en la cabeza." Me burlé y ella se rió sonoramente. Las dos

estábamos felices, estábamos bien, estábamos juntas.

"Estoy muy orgullosa de ti Camila... No me puedo sentir más afortunada de estar aquí en

este momento contigo a mi lado. Sé que piensas que lo que tienes ahora ha sido por mí

pero eso no es del todo cierto... Todo lo que has conseguido ha sido gracias a tu

esfuerzo, a tus ganas de salir adelante, nadie puede robarte ese crédito Camz. Es todo

tuyo."

"Cualquiera puede hacerlo si tiene los motivos suficientes. Tú salvaste mi vida, salvaste la

vida de Lawrence. Me diste dos motivos y ahora que regresas tengo un tercero por el cual

seguir luchando y seguir siendo mejor."

"Y me voy a quedar contigo Camila... Me perdí de todo esto por cinco años" Dijo

recorriéndome con la mirada y luego echando un vistazo al rededor "No voy a volver a

irme. No voy a perderme uno sólo de tus triunfos de aquí en adelante. No si tú quieres

compartirlos conmigo."

"Compartiría mi vida entera contigo Lauren. Eres la única persona con la que lo haría."

Ella ya no me dijo nada. Sólo me rodeó con sus brazos, me presionó fuerte contra ella y

luego comenzó a desnudarme. Yo me puse completamente roja cuando sentí sus manos

levantando mi blusa y aún más cuando la vi deshacerse de su chaqueta y su top.

607
"¿Quieres brillar conmigo Camz?" Me preguntó y entonces se puso de pie y movió su

cabeza en dirección al mar. El cielo aún estaba oscuro pero sabía que faltaba poco

para el amanecer así que las luces de las noctilucas no durarían mucho tiempo.

Por eso me apresuré a quitarme los pantalones y a despojar a Lauren de los suyos antes

de que las dos saliéramos corriendo para darnos un chapuzón en medio del fluorescente

mar de nuestra playa.

[...]

Nuestras manos estaban entrelazadas. Un par de horas después, estábamos frente a la

puerta de mi casa y sabía que ya no había nada que pudiera separar a Lauren de mí.

Estaba segura que cualquier prueba que se atravesara en nuestro camino podríamos

enfrentarla juntas y superarla de la misma manera.

Lauren levantó mi mano con la suya y besó mis nudillos, luego mis labios en un corto
y cálido beso. Introduje la llave en la cerradura y abrí la puerta.

"¡Tía Dinah! ¡Es Camren!" Gritó Lawrence corriendo junto a Taylor para darnos un
abrazo a Lauren y a mí ni bien dimos un paso en el interior de la casa.

Esa fue la primera vez que mi hijo pudo pronunciar la R.

608
Capítulo 44

Lauren's POV

Camila y yo llevábamos dos semanas de haber regresado.

Se sentía tan jodidamente bien. Parecía que todas las piezas estaban en el sitio correcto

ahora. Chris estuvo eufórico cuando se lo conté y nuestros amigos casi nos hacen una

fiesta cuando Dinah y Normani se los dijeron. Todo era perfecto.

Admito que fue muy difícil procesar todo lo que había pasado en la vida de Camila en el

tiempo que estuvimos separadas. Me sentía verdaderamente culpable por aquello, pero

cada día ella se encargaba de aligerar mi cargo de consciencia. Me daba todo su cariño y

me recordaba que todo lo que pasamos había valido la pena. Ahora estábamos juntas,

estábamos felices y parecía que todo estaría bien de ese punto en adelante.

Al principio estaba algo preocupada por cómo tomarían los niños nuestro noviazgo pero

ambos lo aceptaron de inmediato. Al parecer tenía que agradecerle a Dinah por hablarles

sobre Camren. Me reí suavemente, hacía tanto tiempo que no había escuchado esa

palabra y ahora mi hermana y Lawrence la usaban cada dos segundos.

Aquel día después de que nos reconciliamos en la playa, Camila y yo nos pasamos el día

entero en su casa, hicimos de comer juntas, vimos películas con los niños y luego todos

fuimos a dormir temprano ya que estábamos muy cansados por haber pasado la mayor

parte de la noche despiertos. Al día siguiente, muy temprano por la mañana tuve que irme

con Taylor a casa para que nos diéramos una ducha y poder ir, ella a la escuela y yo el

trabajo.

Pese a que ya éramos novias otra vez, habíamos decidido no vivir juntas todavía.

Queríamos esperar un poco y no hacerlo hasta estar seguras, no por nosotras sino por

Taylor y Lawrence ya que ellos todavía tenían que adaptarse a vernos como una pareja.

609
Confiábamos en que ese cambio pudiera darse pronto porque sinceramente me costaba

mucho trabajo estar lejos de Camila.

Básicamente nos turnábamos. Un día Tay y yo íbamos a cenar a su casa y al día

siguiente ella lo hacía en la mía. Así lo habíamos hecho toda la semana excepto el jueves

que era la noche en que nos reuníamos todos.

Era viernes. Y esa tarde sería especial.

Volvería a ver a Alejandro Cabello.

Resulta que, después del divorcio de sus padres -en el que Alejandro había conseguido

que Sinuhe sólo se quedara con la cuarta parte de su fortuna en aquel entonces- Camila

llevaba a Lawrence a pasar el fin de semana con su abuelo. En teoría, deberíamos

haberlo llevado el fin de semana anterior, pero Camz y yo habíamos llevado a los niños al

parque de diversiones así que la visita a la mansión había quedado pospuesta por una

semana más.

Ah decir verdad, estaba muy nerviosa. Camila me había dicho que después de su

rehabilitación y del nacimiento de Lawrence había hablado con su padre acerca de mí. De

lo que hubo entre nosotras y demás. Al parecer, a Alejandro le había caído como un balde

de agua fría el enterarse de que su hija era bisexual. Pero, según Camila el no la rechazó

en lo absoluto, ni le dijo nada por haberse involucrado sentimentalmente con una

empleada.

Aún así. Estaba algo asustada. ¿Cómo miraría a los ojos al padre de Camila sabiendo

que él tenía conocimiento de que su hija y yo habíamos estado juntas casi en cada rincón

de su mansión? Claro, de eso habían pasado cinco años ya, pero la mansión Cabello no

era precisamente pequeña y a fin de cuentas yo me había metido con su única hija. Su

pequeña Camila, la chica por la que lo vi llorar aquella noche de tormenta. Puede que él

no hubiera sabido expresar su amor por Camila en los momentos más necesarios, pero

esa mirada era la de un hombre que estaba perdiendo la luz de sus ojos.

610
Esperaba que todo fuera bien.

"No importa lo que pase amor. No importa lo que opine mi padre ¿De acuerdo? Mi

decisión seguirá siendo estar contigo. Pero te aseguro que todo irá bien de todas formas

¿Entiendes?" Me había dicho Camila la tarde anterior cuando nos encontramos afuera de

la escuela para recoger a Taylor y Lawrence. Confiaba en sus palabras pero aún así, en

cuanto recordaba la imponente presencia de Alejandro en su despacho me ponía a sudar.

"Buenas tardes, Señora Jauregui" Escuché que alguien me decía en el marco de la puerta
de mi oficina y sonreí al identificar su voz.

"Buenas tardes amor" Le respondí girando mi silla para poder verla entrar a mi oficina.

Era la primera vez que ella me visitaba en la planta. Habíamos quedado de vernos aquí.

Camila caminó desde la entrada hasta mi escritorio y se sentó encima de este justo frente

a mí inclinándose un poco para poder darme un beso en los labios que yo correspondí

más que gustosa. "Es raro que me llamen señora. Sólo tengo veintisiete." Me quejé y ella

se rió un poco.

"Si, es raro... Pero te da cierta aura poderosa que me resulta atractiva." Me respondió

en un tono juguetón. Yo me atreví a acariciar su muslo, deslizando mi dedo pulgar en la

abertura que sus jeans rasgados me ofrecían.

"¿Le parece? ¿Doctora Cabello?" Le respondí y ella me sonrió de nuevo acunando mi

rostro entre sus manos para volver a besarme esta vez mordiendo mi labio inferior antes

de soltarme. Yo la miré a los ojos por un momento y suspiré. Me moría por estar con ella

de nuevo pero, no habíamos tenido la oportunidad porque los niños siempre estaban con

nosotras. Nuestro único momento realmente a solas había sido la noche de la playa pero

entonces parecía demasiado pronto para seguir adelante, sólo nos dimos besos y caricias

que aunque lograron hacernos entrar en calor, no nos empujaron lo suficiente para llegar

a algo más.

611
Camila me sonrió mientras se separaba de mí depositando dulces y cortos besos sobre

mis labios.

"Estoy muy segura de eso Lern." Me respondió y luego limpió con su pulgar un poco de

su labial que me había manchado. "¿Sigues nerviosa por ver a papá?" Me preguntó. Yo

volví a suspirar.

"En realidad sí. Pero no se le puede hacer nada ¿Cierto? Tendré que enfrentarme al
Señor Cabello." Contesté resignada.

"Todo estará bien amor. Tienes que relajarte ¿De acuerdo?" Me pidió, se bajó del

escritorio y me tomó de las manos. "Ahora levántate, guarda tus cosas y apúrate que los

niños nos están esperando."

"Me había olvidado de lo mandona que eras" Bromeé y ella me dio un golpe con su

puño en la cabeza para luego dejar un beso en el mismo lugar que había conectado.

"Apúrate Jauregui. No tengo tu tiempo." Me contestó y fue inevitable recordar

aquellos días en los que Camila hacía que me saliera de mis casillas con su actitud

de niña mimada que, en realidad me encantaba.

Conduje mi auto todo el camino en dirección a la mansión Cabello. Camila ocupaba el

asiento del copiloto mientras Lawrence y Taylor ocupaban los asientos traseros muy bien

asegurados con sus cinturones al igual que Camz y yo.

El pequeño Lolo estaba muy emocionado por ver a su abuelo y Taylor parecía estar

emocionada también aunque no estaba muy segura del por qué. Decidí no tomarle

importancia, quizás Lawrence le había contado de todos los juguetes que su abuelo

Alejandro le había dado y que tenía guardados en su habitación de la mansión. Taylor

amaba los juguetes, fueran del tipo que fueran, para niños, para niñas, de mesa,

rompecabezas... Lo que sea y con la montaña de juguetes que Lawrence debía tener...

Creo que era natural que mi hermana estuviera emocionada.

612
James fue el encargado de abrir el portón. Su cara de sorpresa cuando me vio fue muy

graciosa, pero luego me sonrió a mí y a Camila también y nos dejó pasar. Terminé de

hacer el camino hasta la cochera y dejé mi auto afuera. Camz se bajó del coche y abrió la

puerta de atrás para que mi hermana y Lawrence salieran. Se notaba las ganas que

tenían los dos de salir corriendo y jugar en el jardín... Me pregunté por un instante si

Taylor podría recordar que fue en ese mismo jardín donde ella había perfeccionado la

ancestral técnica de caminar y correr persiguiendo mariposas. Deseché la idea de

inmediato.

Ambos se mantuvieron tomados de mi mano y la de Camila y caminamos los cuatro

juntos hasta la entrada principal de la mansión. Llamamos una sola vez a la puerta y

Martha nos abrió. De inmediato recibí un abrazo suyo que no me esperaba pero que

correspondí con gusto y luego Taylor recibió uno igual que a diferencia de mí, pareció no

sorprenderle en lo absoluto y también devolvió gustosa con cuidado de no lastimarse el

brazo.

"Mis niñas... ¡Ha pasado tanto tiempo!" Exclamó con nostalgia y yo sonreí. No me

había percatado de que yo también había extrañado a Martha. Pronto la mujer se

agachó una vez más y envolvió en sus brazos a Lawrence quien se carcajeó un poco

cuando los dedos regordetes de Martha le hicieron cosquillas en la panza y finalmente,

el ama de llaves saludó a Camila con un cálido abrazo y un beso en la mejilla.

Luego de eso por fin pudimos pasar.

"El señor Alejandro las está esperando en el jardín del ala este." Informó Martha "Tiene

una pequeña sorpresa" Agregó casi en un susurro y luego le devolvió a su voz el

volumen de siempre. "Estaré llevando la comida en un minuto." Y luego se fue.

Camz, Lawrence, Taylor y yo anduvimos por la mansión hasta atravesarla. Mentiría si

dijera que no sentía nada al estar ahí. Lo cierto era que en cada rincón al que miraba

613
podía encontrar avalanchas de recuerdos que caían sobre mi mente y la atiborraban. La

mansión no había cambiado prácticamente en nada.

Salimos al jardín que Martha había indicado y a lo lejos estaba Alejandro, sentado a

la cabeza de una mesa de color blanco donde había varios aperitivos ya servidos.

Continuamos caminando hasta donde él se encontraba y cuando estábamos a unos

pasos el hombre se levantó de su asiento y nos esperó de pie.

Lawrence y Camila fueron los primeros en ir a saludarlo mientras que Taylor y yo sólo nos

quedamos observando cómo envolvía a su hija y a su nieto en un fuerte y afectuoso

abrazo que hacía reír a los dos menores Cabello. Luego lo soltaron y Alejando se dirigió

hacia mí y mi hermana. Yo tragué saliva con pesadez.

"Bienvenidas" Dijo él con esa profunda e imponente voz que recordaba. "Hola, no tan
pequeña, Taylor" Agregó dando una caricia en la cabeza de mi hermana.

"Buenas tardes señor" Dijo mi hermanita y Alejandro le sonrió.

"Que nena tan educada" Halagó mirándome a mí "Has hecho un buen trabajo Lauren" Me
felicitó.

"Muchas gracias Señor Cabello." Le respondí y él se rió ligeramente.

"Tranquila Lauren. Puedes llamarme Alejandro. Eres la novia de mi hija ahora ¿No es

así?" Me dijo con amabilidad, pero yo no podía evitar sentir que todo eso era una

jodida trampa. "Claro que antes ya habías sido su novia..." Agregó y puso su pesada

mano sobre mi hombro izquierdo y lo presionó con firmeza.

"Así es señor. Es decir... Alejandro" Dije con rapidez y nerviosismo equivalentes. Él se

rió sonoramente mientras Camila negaba con la cabeza notablemente divertida.

"Relájate" Dijo Alejandro y luego me indicó con un ademán que tomara asiento.

614
Todos nos acomodamos en la mesa y pronto Martha y un grupo de chicas empezaron

a llevar toda la comida a la mesa. Era algo ligero pero delicioso y todos comimos hasta

el último bocado. Incluida a Camila.

Me alegraba ver su progreso. Ahora era una mujer completamente sana y feliz. Una

mujer llena de amor propio y que además expresaba su cariño por quienes la rodeaban.

Camila ya no se sentía sola y eso me hacía muy feliz porque verla bien era lo único que

me hacía falta a mí para completar mi vida.

Durante la comida conversamos de todo un poco y cuando todos terminamos Alejandro

les dijo a los niños que en la parte más alejada del jardín había una sorpresa para ellos.

Lawrence y Taylor salieron corriendo de inmediato y Camila los siguió para vigilar que no

hicieran desastres. Yo iba a acompañarla pero Alejandro me lo impidió. Sentí que el

estómago se me revolvió al caer en que quería que nos quedáramos a solas. Una vez que

Camz y los niños estuvieron lejos lo escuché hablar.

"Es un simple patio de juegos Lauren" Me dijo. "Estarán completamente seguros ahí." Dijo
y yo asentí con la cabeza. "¿Lauren?"

"¿Si señor?" Negué rápidamente con la cabeza por mi error "Perdón, Alejandro." Él me
sonreía.

"Me alegra mucho que estés de vuelta. Y también estoy enterado de todo lo que has

hecho con tu carrera. Me complace saber que has aprovechado al máximo cada una de

las oportunidades que la vida te dio."

"Tenía que hacerlo por mi familia. Y ahora sólo quiero ser mejor para Camila también."

Agregué. Quería ser sincera con él. Que a pesar de que Camz y yo mantuvimos una

relación a escondidas suyas yo lo respetaba y mucho más a su hija.

"Eso espero" Dijo él con severidad "Lauren yo sé que eres una buena mujer. Me lo has

demostrado desde el primer día que pusiste un pie en esta casa. Sólo espero que

sigas de esa manera... No quiero volver a ver a mi hija sufrir a causa de tu ausencia."

615
"No pienso volver a dejarla" Dije con total seguridad "Cometí el error de marcharme antes

porque no estaba enterada de lo que pasaba. Pero ahora lo sé, sé todo lo que su hija hizo

por mí y mis hermanos y la amo. La amo con cada parte de mi alma. Quiero estar con ella

y hacerla feliz. Quiero compensar cada una de las lágrimas que derramó por mí."

"Eso lo entiendo. Pero quiero saber algo más Lauren.... Camila no está sola ahora. Lo

sabes... Tiene a Lawrence." Dijo él y yo asentí, iba a hablar pero Alejandro no lo permitió

"Quiero que consideres muy bien lo que harás, que te tomes muy enserio tu relación con

mi hija porque no es sólo ella quien está en riesgo de salir herida... También mi nieto. Si

tú y Camila se llegaran a separar..."

"No lo haremos." Aseguré "Yo amo a Lawrence. Es un niño increíblemente dulce y

amable. Es imposible no quererlo y yo lo amo. El simple hecho de saber que es una parte

de Camila me hace amarlo. Lo amo como si fuera mi hijo." Alejandro se irguió al

escucharme decir la última frase y me miró a los ojos con intensidad "Camila y yo sólo

llevamos un par de semanas de estar juntas de nuevo... Pero sé lo que quiero y hasta

donde quiero llegar con ella... Me voy a casar con Camila."

"Peculiar forma de pedir su mano..." Dijo Alejandro con un poco de molestia en su voz.

Puede que me haya excedido pero lo que había dicho lo había hecho con toda

sinceridad.

"Con todo respeto, Alejandro" Comencé a hablar ganando seguridad en mis palabras

"¿Conoces a alguien más que pueda amar a tu hija como lo hago yo? Cuidé cada uno de

sus pasos hace cinco años. Yo conozco todas sus debilidades, me di cuenta antes que tú

de sus problemas e hice todo lo que estuvo en mis manos para ayudarla a salir de ellos.

Mi vida sólo funciona si ella sonríe, si ella es feliz yo lo soy también. Daría mi vida por ella,

tal como lo haría por mis hermanos y así como también lo haría por Lawrence. Son mi

familia. Puede que no haya un anillo en su dedo ni en el mío todavía pero te aseguro,

Alejandro, que Camila ya es mía. Es tan mía como yo soy suya... Y aunque sea poco

616
tradicional. No creo que haya necesidad de pedir su mano porque tú sabes perfectamente

cuánto la amo, cuánto la protejo y cuánto entregaría de mí por ella."

La expresión de Alejandro era de enojo. Sabía perfectamente que él era un hombre muy

tradicional pero yo no podía fingir que era un caballero de armadura dorada que le haría

una reverencia para que le entregara a su hija en matrimonio. Camila era mía. Camila

me amaba. Camila había decidido por su cuenta que yo era la persona con la que quería

pasar su vida. Esa era la única opinión que me importaba.

De pronto su mirada se suavizó y una sonrisa se deslizó entre sus labios.

"Sé que no hay ninguna otra persona que se merezca a mi hija. Tú eres la razón por la

que ella ahora está bien. Tú la hiciste vivir y eso siempre te lo voy a agradecer... Si ella no

se quisiera contigo, yo sería el primero en ponerle un vestido de novia y arrojarla frente a

juez para que las case. No aceptaría a otra persona que no fueras tú para que la

acompañe el resto de sus días porque sé perfectamente lo mucho que ella te ama."

Declaró y yo sonreí con infinita alegría. Alejandro estaba de mi lado.

"No soy la misma chica de hace cinco años Alejandro. Te aseguro que voy a darle a

Camila y a Lawrence todo lo que ellos necesiten."

"Sólo te necesitan a ti" Devolvió él "Que Camila quiera vivir de forma sencilla no quiere

decir que no tenga dinero. Ella lo tiene, tiene mucho y tú también. Podrían comprarse un

castillo si quisieran... Lo único que quiero que le des es amor Lauren. Vivir sin amor no es

vivir y te lo digo yo que pasé la mitad de mi vida unido a una mujer a la que no amaba y

que no me amaba tampoco." Dijo él para después darle el último trago a su jugo de

naranja.

"No es nuestro caso." Dije convencida "La amo mil veces más que hace cinco años. Hemos

superado muchas cosas tanto juntas como separadas, estamos aquí ahora después de tanto

tiempo y seguimos sintiendo lo mismo. Conozco el amor... Lo conozco desde que nací porque

lo vi cada día reflejado en la mirada de mis padres. Y te juro que...

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cuando veo a tu hija, es como re-encontrarme con el amor. Lo reconozco en su mirada

porque ella y yo nos vemos la una a la otra exactamente como mis padres lo hacían."

Alejandro sonreía complacido, sabía que a pesar de mi forma tosca de actuar yo era la

mejor opción para Camila. "Y si pudiera pedir un deseo, sería dejar este mundo tomada

de su mano. No importa si es día es hoy, mañana o dentro de cincuenta años. Quiero

asegurarme de estar a su lado cuando eso pase."

"Y tienes mi bendición, Lauren" Dijo él poniendo su mano sobre la mía "Aunque

evidentemente parece importarte un carajo si la tienes o no." Bromeó y yo me permití

reír porque era verdad.

"¿Entonces? ¿Cuándo será la boda?" Me preguntó y yo me reí un poco.

"No se lo he pedido todavía." Le dije y el arqueó una ceja "Queremos esperar un poco

hasta que Lawrence y Taylor se acostumbren a vernos juntas. No queremos

presionarlos demasiado, son niños después de todo."

"¿Y el anillo?" Preguntó "¿Ya lo tienes?"

Tomé un profundo respiro.

"Lo tengo desde hace siete años."

[...]

Luego de la comida, Camz y yo decidimos ir a vigilar a los niños mientras jugaban. Ella y

yo estábamos sentadas en una banca que estaba instalada cerca de los columpios

donde Lawrence y Taylor se balanceaban y de vez en cuando nos dábamos un par de

besos castos en los labios. TayTay no perdía la oportunidad de hacer que me sonrojara

cuando me señalaba y decía cosas vergonzosas como "Uuuuuuhhhhh son novias" y

Lawrence comenzaba a reírse.

Por mi edad ya debería haber superado esas cosas de niños pero, supongo que mi madre
tenía razón y yo siempre sería una bebé.

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Me había quedado mirando a los niños un poco hipnotizada hasta que Camila me dio un

pequeño y suave codazo en el brazo.

"¿Qué?" Le pregunté.

"Alguien vino a verte." Me dijo y pude ver que se aguantaba una carcajada. Miré
por encima del hombro de Camila y ahí estaba ella. Keana Marie.

"Camila eres tan cruel" Le dije debido a que había entendido su broma de mal gusto y

ella se empezó a reír. Contagiándome un poco. Rápidamente me levanté y fui a donde

estaba Keana.

"Lauren Jauregui" Me saludó incluso antes de que pudiera decir una sola palabras.

"Keana" La llamé sorprendida "¿Cómo supiste que era yo?"

"Hueles exactamente igual que hace cinco años. ¿Armar autos no te deja lo suficiente
para comprar otro perfume?" Se burló y yo sólo me limité a abrazarla.

"Hace tanto tiempo que no te veía" Dije con nostalgia, ella se rió.

"Me gustaría decir lo mismo jaja"

"¿Que estás haciendo aquí?" Le pregunté y la tomé de la mano mientras observaba sus

hermosos ojos cafés claros que estaban fijos en el punto exacto para que pareciera que

me veían.

"Mi adorada primita me contó que cierta chica que se supone que es mi amiga estaba de

vuelta en la ciudad y yo he venido a estar contigo rápidamente porque voy a salir de viaje

y estaré fuera medio año."

"¿Qué? ¿Cuándo te vas? ¿Por qué?" Le pregunté. Apenas la veía y ella se iba de viaje.

"Me voy hoy por la noche. Si hubiera sabido que estabas aquí habría venido antes pero ni
siquiera fuiste capaz de llamarme. Maldición, Lauren."

619
"¡Dios! ¡Lo siento!" Dije. Keana tenía razón, no le había avisado que estaba ahí. Primero

había sido porque no quería nada que me ligara a Camila y luego con todo lo que pasó

simplemente me olvidé de hacerlo. Mi cuerpo no podía soportar tantas emociones.

"Da igual, te esperé cinco años. Creo que podrás esperar por mí seis meses... Luego de
eso tendremos que ir a Coachella ¿De acuerdo? Me lo debes."

Yo sonreí porque era cierto. Se lo debía. Fue una promesa y se la cumpliría.

"¿A dónde te vas?" Le pregunté y ella sonrió. Me gustaba esa sonrisa.

Había sido un día muy ameno. Era lindo ver cómo ahora Keana y Camila se llevaban

perfectamente bien y además K tenía una excelente relación con Lawrence que realmente

parecía adorarla. Resultaba que ella se iría de viaje acompañando a un grupo de

exploradores que irían a filmar un documental en Irlanda. Uno de ellos era amigo de

Keana y la había invitado a acompañarlos. Keana había aceptado porque le encantaba

viajar, a pesar de ser invidente, esperaba poder conocer a través del resto de sus

sentidos muchos lugares del mundo y esoo me gustaba de ella. Que no se sintiera

temerosa de disfrutar su vida sólo por su condición, era un claro ejemplo para admirar y

por eso me encantaba que los niños convivieran con ella.

Sólo le deseaba lo mejor a Keana. Y algo me decía que en ese viaje podría conocer a

esa otra parte que la complementara. Keana merecía conocer a alguien que la amara,

que la hiciera feliz y la acompañara en todas y cada una de las locuras que le pasaran

por esa cabecita castaña.

[...]

Pasamos la tarde en eso, hablando, jugando con los niños hasta que llegó el momento
de marcharnos. Excepto Lawrence que se quedaría con su abuelo.

620
Alejandro y Keana se habían ofrecido a acompañarnos hasta el garage y mientras Taylor

y yo nos despedíamos Camila fue hacia el coche y abrió la cajuela.

"¿Camz? ¿Qué haces?" Le pregunté y entonces vi que bajaba una pequeña valija. Era de
Taylor. "¿Tay?" Pregunté y ella se encogió de hombros mientras sonreía.

"Tay se queda con Lolo" dijo Lawrence "Halemos una pijamada" Yo abrí mi boca

ligeramente por la sorpresa. Camila me sonrió mientras le entregaba la valija de Taylor a

su padre.

"¿Y a quién le pediste permiso señorita?" Le pregunté a Taylor fingiendo.

"Pues a Mila, duh. Siempre haces lo que ella dice así que ahorré saliva en pedirte

permiso." Respondió ella y juro que la habría castigado por su insolencia de no se porque

Taylor tenía razón. Keana ni siquiera hizo el intento de contener la risa.

"Ya verás cuando vaya por ti a la escuela el lunes" La amenacé alborotando su cabello.

Luego me agaché le di un abrazo y le dije que la amaba e hice lo mismo con Lawrence.

Pronto Camila y yo estuvimos dentro del auto. Nos despedimos una vez más agitando

nuestras manos por las ventanillas y luego de eso nos dirigimos a su casa.

Nos quedaba todo un fin de semana que disfrutar.

"Sólo ella y yo" Pensé mientras miraba el perfil de Camila y me mordí el labio sin poder
evitarlo.

Habíamos desperdiciado mucho tiempo ya y era hora de comenzar a recuperarlo.

621
Capítulo 45

Camila's POV

Lauren estaba sentada en uno de los sillones de la sala. Su brazo reposaba a lo largo del

respaldo mientras que yo estaba acostada sobre el resto de los asientos y recargaba mi

cabeza en su muslo al tiempo que ella me acariciaba el cabello suavemente mientras

charlábamos. Hacía apenas unos quince minutos que acabábamos de llegar después de

pasar la tarde en la mansión...

"¿Qué tal fue todo con papá? ¿Estás más tranquila?" Le pregunté y ella me sonrió.

"Ni siquiera sé por qué estaba tan nerviosa antes" Contestó.

"Ni yo" Le respondí igual. "Te ganaste a mi padre desde la primera vez que te vio."

Recordé. Papá y Lauren siempre habían tenido una buena relación y cuando yo le

confesé a él lo que había ocurrido entre Lauren y yo años atrás él no lo tomó mal, a

diferencia de lo que yo pensaba.

A decir verdad, tenía mucho miedo de salir del clóset con mi familia. En aquel entonces

ellos ya sentían vergüenza de mí temía que si se enteraban de mi orientación sexual toda

esa situación empeorara. Evidentemente cuando mi familia se había reducido a la nada

después de todo lo que pasó y el divorcio de mis padres... Supuse que no tenía nada qué

perder si hablaba con él sobre mi bisexualidad y mi secreta relación con Lauren.

Todo fue mucho mejor de lo esperado.

Papá me dio su apoyo, me cuidó durante los últimos meses del embarazo cuando ya

había salido de la clínica de rehabilitación y escuchó cada una de las historias que le

conté sobre Lauren y yo, prestándome su hombro para llorar todo lo que necesité y

convirtiéndose en un fuerte pilar para sostenerme. Mientras que yo lo había ayudado

a superar lo que pasó con mi mamá.

622
Luego de su divorcio, en el que ella se llevó una gran parte de la fortuna familiar para irse

con su amante, papá estuvo algo devastado. No porque la amara, porque en realidad,

los tres sabíamos perfectamente que ellos no sentían nada el uno por el otro, sino

porque todo lo que él había construido a su lado en tantos años de matrimonio se había

ido a la basura y sabiendo lo enamorada que yo estaba de Lauren... Mi padre sentía que

había desperdiciado los mejores años de su vida y se había perdido la oportunidad de

conocer el verdadero amor todo por complacer los deseos de su padre. Sin embargo

ambos nos recuperamos, poco a poco y con ayuda del otro.

Lo cierto es que nuestra relación había mejorado muchísimo con el paso de los años.

Ahora realmente se sentía como que éramos padre e hija. Incluso, mi papá había
colgado una foto de él, Lawrence y yo en su despacho.

"Pero lo que más me gustó de todo fue verte convivir con Keana." Me respondió Lauren

con una sonrisa radiante y comenzó a alborotar mi cabello. Yo me levanté y me quedé

sentada a lado suyo. "Jamás me imaginé que alguna vez en la vida se comportarían

como las primas que son."

Yo tampoco. Sinceramente.

Al parecer las tragedias unen a las personas. Keana no se movió del hospital durante la

estadía de Lauren en ese lugar después del accidente. Al principio yo estaba algo

incómoda por eso, porque pensaba que Keana y ella tenían algo pero luego me di cuenta

de que Keana no sólo mostraba preocupación por Lauren sino por mí. Siempre se

acercaba a preguntarme si ya había comido, si me sentía bien, si necesitaba algo y yo no

entendía por qué se comportaba de esa forma. Luego me contó lo que había pasado

entre Lauren y ella que básicamente se reducía a un beso, el beso que yo vi. Me reí ante

la jodida suerte que tenía por haber presenciado ese beso justo en mi peor momento pero

ya no había nada que hacerle.

623
Tiempo después, cuando Lawrence nació, Keana visitó a mi padre y le dijo que quería

conocer al bebé. Papá habló conmigo y yo accedí sin problemas, para ese entonces

había madurado bastante en comparación a como era antes y sabía perfectamente que

debía pedirle perdón a Keana por todo lo que le hice cuando éramos niñas y a partir de

ahí hablamos de todo. Le conté la verdad sobre mí y sobre Lauren y tuve que convencerla

para que no se lo dijera así como lo hice con todos los demás. Después de eso Keana y

yo nos hicimos amigas pero de alguna forma mantuvimos los pequeños insultos y bromas

la una hacia la otra.

"Te habrías enterado si no hubieras puesto tu estúpida regla de ni mi hiblin sibri Cimili " Le
respondí burlándome y ella fingió ofenderse pero luego se empezó a reír.

"Nos habríamos ahorrado mucho tiempo y sufrimiento si no hubiera hecho esa estupidez.

Habría vuelto sin pensarlo dos veces Camz" Me respondió. Ya se estaba poniendo cursi y

reflexiva y sinceramente amaba esa parte de Lauren. Ella lograba hacer que mi corazón

se acelerara al grado de derretirse por completo. Sólo con sus palabras siendo

acompañadas por esa intensa mirada esmeralda que sólo me dedicaba a mí.

Estábamos tomadas de la mano y yo las re-acomodé para que nuestros dedos


quedaran entrelazados al tiempo que me sentaba a horcajadas sobre su regazo.

"Estamos aquí ahora Lauren." Le dije utilizando mi otra mano para tomar su mejilla y

acariciar sus labios con mi pulgar mientras ella me sostenía la mirada. Su respiración era

pausada pero sonora y era difícil ignorar el hecho de que estaba totalmente sincronizada

con la mía. "Prefiero pensar que, tuvimos que pasar por todas esas cosas para llegar a

este momento. Desde el golpe que me diste con aquella puerta la primera vez, hasta

nuestra separación... Todas las cosas malas que nos han pasado han sido pruebas, mi

amor. Pruebas que como sea, hemos superado una a una para llegar justo aquí, justo

ahora... Tú y yo."

624
Vale, tal vez yo también tenía un lado cursi. Pero lo juro, sólo lo había descubierto por

Lauren.

"Te amo Camz..." Me dijo y sentí como en mi estómago se abría una especie de portal

por el cual aparecieron millones de mariposas de colores haciéndome cosquillas con sus

incesantes aleteos. "Te amo y no quiero que nada vuelva a separarnos. No quiero volver

a estar sin ti."

"Yo también te amo Lern" Le respondí "Y no puedo asegurarte que no vamos a volver a

tener problemas o que no van a existir nuevos obstáculos en nuestro camino. Pero esa es

la diferencia ahora..."

"Es nuestro camino." Dijo ella completando mi idea y yo le sonreí complacida.

"Es nuestro camino, amor. Somos una sola ahora, yendo en la misma dirección. Yo

tampoco quiero que nos separemos. Y aunque no puedo asegurar que todo será miel

sobre hojuelas, te prometo que no volveré a mentirte. No volveré a hacer que te alejes de

mí porque no podría soportar perderte de nuevo."

Lauren se quedó en silencio. Ambas lo hicimos y ese silencio sólo se vio cortado por el

sonido de nuestras respiraciones que eran cada vez más pesadas. Como si la magnitud

de nuestros sentimientos estuviera ocupando todo el espacio de nuestros pulmones. Los

ojos de Lauren habían establecido una ruta repetitiva entre mis ojos y mis labios y yo

sabía perfectamente lo que estaba pensando.

Yo estaba pensando lo mismo.

La había extrañado, no sólo emocionalmente. No sólo era mi corazón el que añoraba

volver a tener a Lauren, era todo mi cuerpo. Mis labios fueron hechos para besarla, mis

manos fueron hechas para tocarla, mis ojos para admirarla y mi voz para gritar su nombre

en medio del orgasmo.

625
Y dentro de mí, también sabía que cada uno de sus sentidos me pertenecían. Se notaba

en cómo se movía suavemente debajo de mi cuerpo. Ella parecía no darse cuenta pero su

cadera se levantaba unos centímetros, muy lentamente buscando un contacto que sólo yo

podía darle. Una liberación que sólo yo podía ofrecerle.

Lauren había estado con muchas mujeres en mi ausencia, pero la forma en que se lamía

los labios al tiempo que observaba los míos y sus dedos se hundían en la piel expuesta

de mi cintura me decían una verdad irrefutable: Ella me deseaba a mí. Ella me amaba a

mí.

Por eso no se había quedado con ninguna otra.

Porque Lauren era mía.

Mi novia. Mi mujer. Mi futura esposa.

Pasé mis brazos por detrás de su nuca y ella me sostuvo con firmeza ayudándome a
poner todo mi trasero sobre sus piernas con mis rodillas flexionadas a sus costados.

"Te amo Lauren" Le dije una vez más y no esperé respuesta. Al menos no con palabras
porque lo siguiente que hice fue besarla.

No fue un beso suave ni cuidadoso. Habíamos tenido muchos de esos ya y a pesar de

que los disfrutaba mucho estaba ansiosa por volver a probar aquellos besos intensos y

necesitados que ella y yo solíamos compartir tiempo atrás y maldición, eran

exactamente iguales, quizás mejores.

No me contuve de morder su labio inferior y jalarlo hacia mí estirándolo a mi gusto hasta

que Lauren soltó un gruñido de dolor mezclado con placer que terminó por mandar choques

eléctricos a cada centímetro de mi piel que se estremeció al escucharla.

"Camz" Murmuró cuando la solté, sus uñas se habían enterrado ligeramente en mi piel y

ella me observaba con una expresión que me encantó. Sus párpados estaban ligeramente

626
cerrados, sus pupilas dilatadas, sus labios húmedos y rojos, su cabello desordenado

gracias al jugueteo de mis manos.

"Ya hemos esperado demasiado." Le dije y volví a inclinarme para besarla pero ella me

encontró en el camino e introdujo su lengua en mi boca tomándome por sorpresa. Su

sabor era adictivo, necesario y el sonido de nuestros besos y el roce de la ropa sólo

eran elementos que ayudaban a que el calor aumentara. Yo no podía soportarlo más, mi

cuerpo rogaba sentirla, necesitaba verla, tocarla y besar cada parte de su cuerpo hasta

que mis labios sangraran.

Empujé a Lauren por los hombros luego de que nuestros jadeos habían comenzado a

sonar debido a la falta de oxígeno y mientras tomábamos un par de bocanadas de

aire comencé a deshacerme de mi blusa. Una vez que logré quitármela me encontré

con la mirada de Lauren recorriendo mis pechos.

"Crecieron" Dijo con simpleza pero con un divertido tono de sorpresa en su voz. Yo me
reí un poco, tomé sus manos y las puse encima de ellos aún con el sostén puesto.

"Beneficios de tener un hijo." Dije encogiéndome de hombros. Y de pronto sus ojos se

abrieron grandes, como si acabara de recordar algo.

"¡Oh por Dios Camila!" Exclamó "¡Eres una MILF!" Y la expresión de su cara era la de
alguien que acababa de encontrar el santo grial.

"No puedo creerlo" Le dije con cara de fastidio pero tratando de ocultar mi risa "¡Sigues

siendo tan vulgar Lauren!"

"Algunas cosas nunca cambian, Camz" Me contestó y luego me dedicó una media

sonrisa que acompañaba una mirada cargada de lujuria. "Me alegra que el tamaño de tus

pechos no sean parte de esa lista. Dios... si antes me encantaban ahora más." Dijo e

inmediatamente después sus manos comenzaron a presionar.

627
"Bien, vamos a ver qué puedes hacer con ellos" Le respondí y llevé mis manos al broche

de mi sostén para abrirlo y dejar la prenda colgando únicamente en mis brazos. Lauren

me dio un corto y húmedo beso en los labios y luego fue descendiendo dejando varios de

ellos por mi cuello hasta llegar a mis clavículas las cuales lamió con lentitud mientras

deslizaba los tirantes hacia abajo para dejar mi torso completamente desnudo.

Me quedé en silencio y cerré los ojos perdiéndome en la sensación de sus dietes

raspando la piel de mi pecho, más no pude contener un gemido cuando tomó mi seno

izquierdo con su mano y lo amasó con fuerza mientras simultáneamente rodeaba con su

lengua mi pezón derecho. Había extrañado las sensaciones que Lauren podía

causarme. Había extrañado tanto que ella me tocara de esa forma, como si cada uno de

sus movimientos y acciones fueran una ofrenda, una forma de venerarme y amarme.

Yo enredé mis dedos en su espeso cabello negro y la acerqué más a mí provocando que

sus lamidas y succiones fueran más fuertes. La humedad entre mis piernas estaba

creciendo y no podía sentirme más feliz de saber que la noche apenas estaba

comenzando para nosotras.

Comencé a moverme sobre ella. Mi cadera se hacía hacia adelante y hacía atrás, luego

en círculos y creando una deliciosa presión entre nuestro centros todavía cubiertos por la

ropa. Lauren se separó un instante de mi pecho para alternar sus acciones, esta vez

dándole atención con su boca al izquierdo y masajeando el derecho con su mano. Yo

aproveché su placentera distracción para deslizar mi mano hacia abajo y desabrochar sus

jeans.

"Te extrañé tanto" La escuché murmurar contra mi cuerpo y eso aumentó mi excitación,

en especial cuando sus manos me tomaron por el trasero y se levantó conmigo encima.

Dio un par de pasos mientras me besaba el cuello y yo jalé los extremos de su camisa

para desabrochar todos los botones de una sola vez, algunos se reventaron pero a

ninguna de las dos nos importó. Sentí que el universo conspiraba a mi favor al ver que el

broche del sostén de Lauren estaba al frente así que no tardé mucho en abrirlo y liberar

628
ambos montículos, redondos, suaves y adornados por ese par de duros botones rosados

que no tardé en hacer rodar entre mis dedos.

Lauren gimió en mi oído y yo los masajeé más fuerte. Amaba escuchar esos sonidos

roncos y sin sentido que se escapaban por su garganta alentándome a seguir.

Necesitaba más. Necesitaba besarla.

"Al suelo, Lauren" Le ordené. No había tiempo para que subiéramos a la habitación. La
quería inmediatamente.

Ella me bajó con suavidad aprovechando para apretar mis nalgas en las palmas de sus

manos y cuando finalmente estuve con los pies sobre el piso, nos besamos. Fue salvaje y

rudo, me ardía la boca después de ese beso pero me encantó. Rápidamente la tomé de la

mano y la guié hasta la alfombra donde le índiqué que se acostara y ella me obedeció, no

sin antes terminar de quitarse la camisa y el sostén quedando exactamente en las mismas

condiciones que yo.

Recordaba perfectamente la primera vez que vi el cuerpo de Lauren desnudo y seguía tan

maravillosa y perfecta como en aquel entonces. Su espalda lucía extraordinaria, su

columna era una hermosa invitación a llegar hasta su trasero y hacerle de todo en aquel

par de perfectas nalgas. Me moría por ella. Lauren era perfecta.

"Ven" Me pidió, estaba recostada en la alfombra con las piernas flexionadas cubiertas con

los jeans que yo previamente me había encargado de desabrochar y yo rápidamente me

dejé caer de rodillas frente a ella, justo entre sus piernas.

Me incliné encima suyo, besé su boca, su cuello, sus clavículas, acaricié sus senos y

luego lamí desde el valle entre ellos hasta su ombligo mientras arañaba suavemente sus

costados, causándole cosquillas y espasmos que se reflejaron en los instintivos

movimientos de sus caderas.

"Amo tu cuerpo" Le dije mirándole hacia arriba, ella estaba apoyada en sus codos para

poder levantar su cuerpo ligeramente "Te amo completa, Lauren Jauregui" Declaré y metí

629
mis dedos en los costados de sus bragas para bajárselas junto con sus jeans. Ella

encogió las piernas ayudándome a que la ropa saliera más rápidamente y entonces arrojé

las prendas lejos de nosotras. No le harían falta hasta dentro de un buen rato.

"Te amo Camz" Me respondió y me quedé ahí, arrodillada frente a ella mientras sus

piernas se separaban dejando su centro completamente expuesto sólo para mí. Todo mi

cuerpo se estremeció ante la imagen, la piel blanca de Lauren ligeramente perlada por el

sudor, su cabello desordenado cayendo por sus hombros hasta un poco más arriba de

sus senos cuya coloración rosada en la punta combinaba con el tono de su húmeda

vulva que invitaba a ser degustada. Y eso hice.

Me recosté en la alfombra, boca abajo y me arrastre un poco hasta llegar a ella, pasé mis

brazos por debajo de sus piernas y aferré mis manos a sus muslos para luego hundir mi

rostro entre ellos. Ella abrió sus piernas un poco más en un gesto de evidente

desesperación.

"Vamos Camz, te necesito." Me dijo empujando su cadera hacia arriba y entonces dí un

corto beso sobre su monte de venus, para después hundir mi lengua entre sus labios,

acariciando su clítoris y disfrutando cada matiz de su sabor.

Era exactamente así como una mujer como ella debía saber, fuerte, adictivo. No quería

desperdiciar ni una sola gota de su humedad así que pasaba la lengua una y otra vez por

todas partes, chupándola, recogiendo todo lo que podía y llenándome la boca con su

esencia.

"Joder... más rápido" Gimió y yo le obedecí, su cadera se movía cada vez más y más

fuerte buscando una sola cosa que yo le dí de inmediato. Introduje mi lengua en su

entrada, metiendo lo más que podía y moviéndola en su interior para saborear sus

calientes paredes que no dejaban de segregar ese delicioso néctar de su cuerpo.

Su respiración era errática y sus manos se enredaban en mi cabello con fuerza


sosteniendo mi cabeza contra su centro, empujándome hacia abajo mientras

ella

630
levantaba las caderas. Sus espasmos eran cada vez más y más fuertes, podía sentirlo por

la forma en que su coño tiraba de mi lengua hacia su interior. Yo sólo quería hacerla

llegar, que se corriera en mi boca, pero estaba demasiado ocupada como para decírselo.

"Así... oh me encanta... más Camz... más..." Repetía mientras su espalda se arqueaba de

una forma que me parecía físicamente imposible. Podía ver sus pechos elevarse y

sacudirse al ritmo en que las dos nos movíamos con fuerza. Pronto la sentí estremecerse

y una secuencia de jadeos y gemidos fue haciéndose más y más fuerte hasta que explotó,

derramándose con mi lengua en su interior.

"Mierda eso estuvo tan rico" Dijo ella después de recostar su espalda contra la alfombra y

yo me dediqué a limpiar todo rastro de su orgasmo con mi lengua hasta beberlo por

completo, una vez que terminé fui avanzando hacia arriba, ella mantuvo sus manos en mi

cabeza y me guió hasta su rostro para besarme y delinear mis labios con su lengua,

probándose a sí misma en el proceso. "Eres una reina, Camz..." Me dijo y yo le sonreí

para después darle otro beso corto en la boca. Soltó un suspiro y luego siguió hablando

"Y mi cara es tu trono... Así que ven y úsalo preciosa. Quiero comerte."

Mis bragas quedaron más arruinadas de lo que ya estaban después de escucharla, así

que después de morderle los labios una vez más y jugar con nuestras lenguas me separé

de ella y bajo su atenta mirada me deshice del resto de mi ropa. Lauren sonrió en todo

momento, estaba complacida de verme y yo nunca me había sentido mejor. Estaba tan

segura ahora de mi cuerpo, a pesar de haber tenido a Lawrence yo sabía perfectamente

lo bien que lucía. Me había esforzado en tener una buena alimentación y cuidar de mi

cuerpo en el gimnasio así que a decir verdad me veía mejor que nunca y al parecer

Lauren lo había notado.

"Ven aquí" Me ordenó con la voz ronca y yo fui de inmediato, como un insecto volando

hipnotizado hacia la luz, hasta quedar justo sobre su cara, me incliné lentamente y ella me

tomó por el trasero ayudándome a bajar dejando mis rodillas a los lados de su cabeza.

"Mierda... estás tan húmeda..." Habló para dar un rápido lametón en mi centro.

631
"Es tu culpa Jauregui... hazte cargo." Gruñí y ella cerró los ojos para comenzar a lamer

cada milímetro de mi clítoris y la entrada de mi vagina, hacia arriba y hacia abajo, luego

en círculos, entrando y saliendo de mí rápidamente. Traté de encontrar un patrón a lo que

estaba haciendo con su bendita lengua pero me fue prácticamente imposible debido a la

habilidad que tenía.

"Maldición... Lauren...ah Lauren... no voy a durar nada si sigues así." Le dije entre
gemidos.

"No importa... tenemos todo el fin de semana... para que te corras una y otra vez..." Habló

con la boca casi pegada a mi centro que palpitaba como si le estuviera gritando a Lauren

que no se apartara.

"Ah... puto infierno... más..." Le pedí y me dejé caer hacia el frente para poner mis manos

en el piso y tener la estabilidad suficiente para poder moverme con fuerza sobre su cara.

Amaba que podía tener el control de Lauren cuando yo quería hacerlo y estar en esa

posición me hacía sentir como si fuera yo quien estaba follándosela a pesar de que era

ella quien metía y sacaba su lengua de mi cuerpo una y otra vez mientras me daba

fuertes palmadas que debían de tenerme con el culo completamente rojo. "Vamos

Lauren... casi llego... casi me haces llegar amor... ¡Oh sigue así! ¡No pares!" Comencé a

gritar sintiendo como me contraría contra su lengua que se mantenía moviéndose en

círculos dentro de mí.

Me erguí de nuevo sobre mi espalda y comencé a dar algunos pequeños brincos sobre su

cara ayudándola a llegar más profundo, con la seguridad de que no la lastimaba porque

me estaba sosteniendo muy fuerte por la cintura y fue así hasta que mi orgasmo se

acumuló en mi vientre y explotó cuando me rendí y no pude contenerlo más, dejándolo

correr dentro de la boca de Lauren que lo tomó todo con vehemencia.

Mis piernas estaban débiles así que sólo pude retirarme de encima suyo cuando ella me
levantó ayudándome a dejar mi trasero encima de la alfombra adoptando la posición que

632
ella tenía previamente. Gateó hacia mí y me besó sin esperar un segundo, mezclando su

saliva con la mía, su sabor con el mío, sus jadeos con los míos, hasta que de pronto un

gemido gutural salió entre mis labios ahogándose en los suyos.

Me había metido tres dedos de una sola vez, estirándome de forma brutal y rápida. Me

dolió un poco pero fue mucho más que placentero gracias a que estaba muy bien

lubricada por el trabajo que su lengua había hecho previamente en ese lugar.

"Estás tan caliente" Me dijo después de morder mis labios. Yo no podía responderle, ni

siquiera mi cuerpo respondía al sentir como bombeaba una y otra vez cada vez más

fuerte y más rudo. "No sabes cuánto extrañaba joderte así Camz..." Siguió hablando y

juro que yo apenas podía escuchar lo que decía. Sus dedos se movían rápido, entraban y

salían, se curvaban en mi interior para llegar a los lugares más recónditos donde el placer

parecía explotar cada que los tocaba. Mi punto G saludaba la punta de sus dedos con

gusto cada que lo tocaba y eso se traducía en gemidos incontenibles que me estaba

desgarrando la garganta. "Mierda, sigue así Camz... grita mi nombre. Grita que me amas."

Exigió y sus embestidas se hicieron más fuertes hasta que alcancé un nuevo orgasmo.

"¡¡¡Oh Lauren!!! ¡¡Lauren!! ¡Lauren te amo!... Te amo... Te amo... Te amo tanto" Le dije

quedando sin voz a cada palabra después de mi orgasmo. Había sido tan jodidamente

intenso. No había esperado que me tomara así en lo absoluto pero joder ¡Cómo me

había gustado maldición!

Ya no me molestaba tanto que Lauren se hubiera acostado con tantas mujeres antes de

regresar a mí. Evidentemente había tomado mucha más experiencia y ahora la única que

disfrutaría de todos esos placeres sería yo.

"¿Estás bien?" Me preguntó luego de dejarme recostada sobre la alfombra. Yo me di

la vuelta lentamente quedando acostada boca abajo, necesitaba darle un descanso a

mi cadera.

633
"Estoy tan bien como puede estar una chica después de recibir dos orgasmos" Le dije

sonriendo y la santí acomodarse a mi lado acariciando mi espalda con la yema de

sus dedos.

"Apenas estamos empezando, tenemos que recuperar el tiempo perdido" Me respondió y


yo le sonreí más grande llevando una de mis manos a su pecho desnudo.

"Cinco años de sexo atrasado..." Murmuré "Si sigue siendo tan intenso como esta sesión

creo que comenzaré a ver el lado positivo de habernos separado" Jugué y ella rió un poco

para luego dejar un beso en mi nariz.

"Te daré igual de duro cada que tengamos oportunidad si así me aseguro de que

no volvamos a alejarnos" Me respondió tratando de sonar seria pero yo sólo me reí.

"Dame diez minutos Lauren y veremos quién le va a dar duro a quien." Parecía que

bromeaba, pero hablaba muy enserio. Si Lauren se descuidaba sólo un poco iba a

tomarla y hacerla mía tan fuerte que todos sus empleados se preguntarían porque su jefa

apenas tenía voz y caminaba tan raro.

"Estás preciosa" Me dijo, esta vez su tono era dulce y sus dedos dibujaban círculos en la

piel de su espalda. "Me encanta tu cuerpo... Luces increíble. Cuando te conocí me

parecías perfecta pero ahora estás simplemente espectacular... Te han sentado bien los

años." Me halagó y luego depositó un beso muy largo y húmedo en mis labios.

"Me siento mejor que nunca" Le respondí. "Me costó trabajo pero saqué de mi mente

todas esas ideas que me hacían ver mi cuerpo de una forma diferente a como en

realidad era. Ahora me siento bien, me miro en el espejo y me veo hermosa y tenerte a ti

diciéndomelo sólo lo confirma."

Lauren se levantó y se sentó a horcajadas sobre mi trasero dejándome sentir su humedad

sobre mí, pero sólo se inclinó y comenzó a darme un maravilloso masaje en la espalda.

634
"El mejor cosmético de una chica es la confianza en sí misma y su autoestima" Me dijo,

sus manos recorrían mi espalda y la presionaban relajando cada uno de mis músculos

que gozaban la perfección de sus toques "Tú ya tenías un cuerpo de infarto cuando te

conocí amor. Me gustaste desde el primer momento. Pero ahora que tú también estas

consciente de ello estás simplemente radiante."

"Oh mi dios... Te amo" Le dije completamente perdida en lo rico que era su masaje. Mi

espalda lo agradecía muchísimo. Luego sentí como dejaba besos por toda mi columna, de

abajo a arriba hasta llegar a mis hombros. Una vez ahí, ella apartó mi cabello y comenzó

a besar mis hombros. Yo sonreí, sabía que lo vería.

"Camz..." Murmuró deteniendo sus besos y lo siguiente que sentí fueron las yemas de sus

dedos tocando con lentitud el relieve de mi piel ligeramente levantada por los trazos del

tatuaje que tenía en el hombro. "Joder Camz... ¿Cuándo te hiciste esto?"

"Un par de meses después de que Lawrence nació, no podía hacerlo estando
embarazada." Le contesté. "Pero la idea se me ocurrió ni bien te fuiste de aquí." Agregué.

"Es muy hermoso" Me dijo y noté que estaba a punto de llorar por la emotividad con que

su voz salió.

El tatuaje era bastante sencillo, pero significativo. Una frase, una frase que resumía todo

lo que el amor significaba para Lauren y para mí y lo que debía significar para el resto del

mundo. Una vez entendiendo esa lección la vida tiene mucho más sentido.

"If you're not ready for love... How can you be ready for life?" (Si no estás listo para el
amor ¿Cómo puedes estar listo para la vida?)

La frase era parte de la canción que Lauren me había cantado una de las noches que me

quedé en su casa y justo debajo de ella había una pluma que parecía abrazar toda la

oración. Era la pluma de las alas de un ángel. Había aprendido eso gracias a Lauren y

quería recordarlo siempre.

635
Pronto sentí que Lauren besaba mi hombro. Besos cortos y dulces que recorrían palabra

por palabra la piel entintada de mi espalda.

"Tú me enseñaste eso Lauren... La vida habría sido más sencilla para nosotras si yo

hubiera entendido eso antes."

"¿A qué te refieres?" Me preguntó, esta vez volviendo a acomodarse a mi lado. Extrañaría su

masaje y el peso de su cuerpo sobre el mío pero el contacto visual era necesario en aquella

conversación. Aún así sus caricias en mi columna vertebral no cesaron.

"Tenía miedo de amarte Lauren. Tenía miedo de que me lastimaras, miedo de que mi

familia no me aceptara, miedo de quedarme sin nada si me arriesgaba a estar contigo."

Confesé con pesar "Pero si me hubiera arriesgado, si te hubiera amado frente a todos

como merecías sin importarme lo que todos dijeran por tu condición económica...

Entonces quizás las cosas habrían sido diferentes. Quizás Austin ni siquiera habría

sentido interés en nosotras para empezar, se habría burlado y ya está y a tí y a mí nos

habría importado una mierda todo eso, pero estuve paralizada por el miedo y por eso

te perdí."

"Nunca me perdiste Camz y ahora estoy de vuelta. No volveré a irme... La única forma de

que lo haga sería contigo y Lawrence acompañándome. No podría dejarlos jamás." Yo

sonreí al escuchar el nombre de mi hijo salir de sus labios. "Ustedes son mi familia."

"¿Lo somos?" Le pregunté esperanzada. Formar una familia con Lauren... parecía un

sueño.

"Quiero que lo sean. ¿A ti te gustaría?" Me devolvió.

"Amaría eso." Contesté con sinceridad. No podría haber nada mejor que tener a Lauren y
a mi hijo para siempre a mi lado.

"Quiero que Lawrence lleve mi apellido" Me dijo de repente y mi corazón comenzó a latir de

forma frenética. "Sé que no tiene el de Austin y... a mí realmente me gustaría que fuera

636
un Jauregui." Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas "Lawrence Cabello Jauregui...

¿Qué te parece? Se escucha bien ¿No? Quizás sea demasiado pronto para él porque

apenas hace unos meses que lo conocí pero... Amo a tu hijo. Quiero ser su madre

también... Quiero verlo ser el mejor en la escuela, pasar con él cada uno de sus

cumpleaños, ir a verlo a sus partidos de fútbol... ¿Le gusta el fútbol? A mi me encanta,

pero si a Lolo no le gusta entonces podemos buscar otro deporte... O quizás no le gusten

los deportes, a lo mejor le gusta el arte como a ti, o la música como a las dos ¿Lo has

escuchado cantar alguna vez? Quizás deberíamos meterlo a clases de canto"

"Te amo Lauren" Le dije interrumpiéndola. Ella frunció el ceño al notar las lágrimas que
caían por mis mejillas.

"Estás llorando Camz" Me dijo y yo me reí como estúpida.

"Es porque te amo mucho y me haces muy feliz. Quiero que seas mi esposa." Le contesté

y me levanté un poco para poder acercarme y besarla. Luego del beso ella se separó de

mí y se puso de pie. Yo la miré desconcertada, parecía apurada. Se comenzó a vestir.

"¿Qué haces?"

"Vístete Camila, necesito que me acompañes a un lugar." Me dijo al tiempo que se


abrochaba los jeans.

"¿Qué? Es media noche Lauren..." Le contesté sin entender. ¿A dónde quería ir que

no podía esperar a que amaneciera?

"Por favor Camila, es importante. Sólo ponte la ropa." Me dijo y yo me puse de pie algo

frustrada por no saber lo que planeaba y porque de alguna manera había parado de forma

muy fría el hermoso momento que estábamos teniendo juntas.

Además de que esperaba que hiciéramos el amor toda la noche, claro.

637
Sin embargo no volví a preguntar. Me levanté, me vestí y pronto salimos de la casa.

Subimos a su auto y ella condujo por un rato, me quedé completamente dormida en el

camino.

Cuando desperté, ella me estaba cargando en sus brazos y estábamos entrando a


su casa.

"¿Lauren?" La llamé un poco adormilada. Ella me puso de pie con cuidado.

"Ven Camz, tengo algo que mostrarte." Me dijo y caminamos por el recibidor de su

casa, luego por el pasillo y llegamos a una puerta en específico. La de la habitación de

sus padres.

Lauren abrió la puerta y caminó al interior entrelazando su mano con la mía. La

habitación estaba exactamente igual a cuando entré la primera vez. Al menos lo que

podía recordar ya que no estuve mucho tiempo ahí antes de que Chris me sacara. Lauren

me guió hasta la cama, se sentó ahí y yo me acomodé a su lado.

Por fin pude detallar la fotografía del mueble junto a la cama de sus padres. Eran

ellos, Michael y Clara, el día de su boda... Clara estaba embarazada y Michael la

abrazaba mientras acariciaba su barriga en cuyo interior se encontraba Lauren.

"Ellos fueron el ejemplo de lo que quería hacer de mi vida Camz..." Comenzó a decir

mientras acariciaba mi mano sin apartar la vista de la fotografía del mueble. "Papá me dijo

que no importaba lo que quisiera hacer, si quería estudiar una ingeniería, medicina o un

simple oficio como el suyo. Lo importante era que lo hiciera todo con amor, con el deseo

de hacerlo lo mejor posible para ser feliz y hacer felices a mis seres amados. A mi familia.

El amor es la base de todo, Camz. Y yo re-encontré eso en ti." Suspiré ante sus palabras,

estremeciéndome con sus palabras llenas de sentimiento y recuerdos "Cuando murieron,

realmente creí que no sería capaz de vivir en carne propia lo que ellos tenían pero me

equivoqué. Lo tengo contigo Camz. Te amo con locura infinita. Y te amaré hasta el día

que me muera, estoy segura."

638
"Yo también te amo de esa manera Lauren" Le contesté. Ella me miró por un

momento, luego tomó la fotografía y la apartó. Detrás del retrato había una pequeña

caja de madera.

"Cuando papá y mamá murieron..." Empezó a decir tomando la caja entre sus manos

"Tuve que ir a reconocer sus cuerpos luego del atentado. Ese fue el momento más

doloroso de mi vida hasta ese entonces... Y luego de eso, me entregaron sus

pertenencias en una bolsa de plástico, lo cuál era básicamente la billetera de papá, y sus

anillos de bodas..."

Entonces abrió la caja. Había tres anillos en su interior. Dos eran completamente lisos y

dorados aunque uno más delgado que el otro. Ella tomó esos dos y me los mostró.

"Estos dos anillos, representan la alianza de papá y mamá. Su unión, su respeto, su

entrega y su amor el uno por el otro." Me dijo, yo observé los anillos y luego se los

devolví. Ella los introdujo en la caja y sacó el tercer anillo. Era delgado y tenía un pequeño

brillante hasta arriba que lucía bajo la luz de la luna que se colaba por la ventana. "Pero

todo comenzó con este. El anillo de compromiso que papá le dio a mamá para pedirle

matrimonio."

Lauren me mostró el anillo pero no me lo dio. A diferencia de los otros dos este sólo

lo sostuvo en su mano mientras me miraba a los ojos.

"Cuando tú y yo estuvimos juntas años atrás... Fantaseaba con tener una vida a tu lado.

Tener hijos, hacernos viejitas juntas... Quería casarme contigo." Me dijo y mi piel se erizó

por completo. "Pero creía que para tener eso, primero tenía que conseguir estar a tu

altura. Ser exitosa y tener dinero suficiente para comprarte un hermoso anillo que

pudieras presumir cuanto quisieras."

"Esas cosas no me importan más Lauren. Tú siempre estuviste a mi altura." Le aseguré

tomando su rostro entre mis manos y mirándola directamente a los ojos esperando que

entendiera mis palabras.

639
"Lo sé. Ahora lo sé Camz. Por eso... aunque ahora tengo la posibilidad de comprarte un

anillo caro y lujoso... Te ofrezco este."

Lauren me estaba proponiendo matrimonio usando el anillo de compromiso de su madre.

Quería gritar que sí. Quería lanzarme en sus brazos y comérmela a besos diciéndole una

y otra vez que me moría por ser su esposa y por que ella fuera la mía pero me contuve.

Sabía que su discurso era importante. Sabía que ese recuerdo lo guardaría en mi mente

y mi corazón para toda la vida y no quería perderme ni una sola palabra que saliera de

sus labios.

"Papá ahorro tres años para poder comprarlo. Y aún así, von su sueldo de obrero

entenderás que monetariamente no significa nada ni para ti ni para mí. Pero lo que

representa, Camz... Es un amor que, incluso ahora que ellos no están, se sigue respirando

en esta habitación y en cada rincón de esta casa. Mi papá amó a mi mamá hasta el día que

él murió y mi mamá lo amó a él hasta el día en que ella murió... y con este anillo, mi

preciosa Camila... Quiero saber si tú serías capaz de amarme hasta el día de tu muerte,

porque yo... Mi amor yo te amaré hasta el día de la mía, e incluso más..."

Lauren y yo estábamos llorando. Conteníamos la respiración para no sollozar y yo tuve

que taparme la boca con la mano para no gritar de felicidad cuando Lauren tomó mi

otra mano con la suya haciendo que estirara mis dedos mientras acercaba el anillo

hasta la punta del anular.

"Karla Camila Cabello Estrabao... ¿Me concederías el honor de ser tu esposa?"

Respiré profundamente antes de contestar.

"Quiero volar contigo para siempre, Lauren Jauregui. Seré tu esposa."

Y entonces deslizó el anillo por mi dedo y la pequeña piedra que lo adornaba brilló

intensamente, pero no tanto como nuestros ojos antes de darnos aquel beso que sellaba

nuestro compromiso. Un compromiso de entrega y amor eternos.

640
Capítulo 46

Lauren's POV

La sala de estar en la casa de Camila era un lugar bonito.

Los sillones eran cómodos, las paredes eran de un suave color amarillo que llenaba todo

de luz y hacía lucir la habitación mucho más espaciosa de lo que era realmente. Estaba la

televisión, varias mesas pequeñas distribuidas al rededor donde podías dejar tus cosas y

también estaba adornada con fotografías y algunas plantas.

Generalmente era un lugar donde me sentía completamente tranquila y relajada. Excepto


por esa ocasión.

Habían pasado dos meses desde que le había propuesto matrimonio a Camila y todas

las personas cercanas a nosotras ya lo sabían, excepto dos. Lawrence y Taylor, que

estaban sentados frente a nosotras en uno de los sofás de la sala.

Todos habían estado completamente felices con la noticia de nuestro compromiso.

Deseaban que nos casáramos de inmediato, incluyendo a mi suegro que insistía en que él

pagaría todo lo que tuviera que ver con la boda de su hija, desde el banquete y los

manteles, hasta la luna de miel a cualquier lugar que quisiéramos. Pero Camz y yo

queríamos esperar, por los niños.

Una cosa era que supieran que éramos novias y que se sintieran relajados al respecto y

otra muy diferente era casarnos y terminar viviendo todos en la misma casa. Yo

principalmente, me sentía nerviosa de que Lawrence no me aceptara como

su nueva mamá. Aunque sabía perfectamente que sería difícil para él entender y que

tenía que ser paciente, estaba aterrada de no llegar a formar parte de su vida realmente.

Yo quería que él fuera mi hijo, pero no sabía si él quería serlo también y eso me

desanimaba.

641
Sin embargo, pasando dos meses de que deslicé el anillo de mi madre en el dedo de

Camila, ella y yo consideramos que era momento para hacer frente a las dos pequeñas

personas que más adorábamos en el mundo.

"Mamá tengo hamble" Dijo Lawrence un poco desesperado porque ya llevábamos como

diez minutos ahí sentadas frente a ellos sin decir nada. "¡Dijiste que comelíamos

pollito!" Exigió y yo me habría reído de no ser porque estaba realmente tensa.

"Ya sé, ya sé Lolo, pero tenemos algo importante que decirles" Habló Camila. Ella

parecía estar tan calmada... Suspiré y Camila me miró esperando que diera el primer

paso. Carraspeé un poco antes de comenzar.

"Niños ¿Qué opinan ustedes acerca de que Camila y yo somos novias?" Pregunté
tanteando el terreno.

"¡Camren!" Gritaron ambos al mismo tiempo. Camz rió divertida y yo hice lo mismo pero
con nervios. No sabiendo cómo llegar al punto que quería.

"Yo creo que son bonitas" Habló mi hermana "Es la mejor de todas tus novias" Agregó
mientras se metía un caramelo a la boca. Camila me miró con el ceño fruncido.

"TayTay, sólo tengo una novia y es Camz." Le dije. Sabía que en el tiempo fuera ella me

había visto con muchas chicas pero jamás permití que me viera besándome con ellas o

en alguna situación comprometedora.

"¿Y las demás chicas?" Me preguntó.

"Ellas eran mis amigas." Mentí, pero no iba a ponerme a explicarle a mi hermana lo que
era el sexo casual cuando sólo tenía siete años.

"¿Como Liza?" Preguntó mi hermana con curiosidad. Y yo asentí con la cabeza mientras

Camila presionaba mi mano. La tarde anterior mientras Camila y yo nos estábamos besando

mi teléfono sonó y era Eli que me llamaba para decirme lo bien que le había ido en sus

pruebas en la escuela de artes. Habíamos acordado que me reportaría cada vez

642
que tuviera nuevos resultados, esa era el único agradecimiento que yo deseaba de su

parte, que demostrara que había depositado mi confianza en la persona correcta y lo

estaba haciendo, iba muy bien. SIn embargo no le había explicado a Camila quién era

Elizabeth ni por qué me llamaba porque en aquel momento los niños empezaron a hacer

travesuras y tuvimos que postergar la conversación. Por lo tanto, no me extrañaba que

Camila estuviera un tanto insegura con respecto a ella, no obstante, no me preocupaba

demasiado, ya le explicaría más tarde.

"Bueno, con Eli soy un poco más cercana. Por eso la dejaba cuidarte. Pero más o

menos." Le contesté a Tay quien al parecer se había quedado conforme con eso. "Camz

por otro lado es mi novia. La amo mucho y por eso me gusta pasar tanto tiempo con ella y

con Lawrence. ¿A ti te gusta pasar tiempo con ellos?" Le pregunté.

"Me caen bien los dos. Son muy divertidos y comemos cosas ricas cuando venimos y Lolo

me presta sus juguetes, no es como Doug que me escondía los míos en la otra escuela."

Me explicó y yo sonreí.

"¿Y tú Lolo?" Habló Camila esta vez dirigiéndose a Lawrence "¿Qué piensas?"

"Me gusta mucho Lolen" dijo él señalándome, luego apartó la mano como recordando que

no debía hacer eso. "Es muy bonita y tú sonlíes así de gigante cuando la ves" Dijo él y

extendió sus bracitos para explicar el tamaño de la sonrisa de Camila. "Me gusta que

estén juntas"

"Normani y Dinah dicen que el destino las quiere así." Agregó Taylor "Que están hechas

la una para la otra y que es justo que estén juntas porque tardaron mucho para poder

encontrarse de nuevo." Dijo mi hermana.

"Y es verdad" Corroboré "La última vez que vi a Camz antes de que volviéramos aquí tú

eras un pequeño monito que cabía en mis brazos" Le expliqué a mi hermana juntando mis

extremidades como si estuviera arrullando un bebé. "Y tú" Hablé mirando a Lawrence "Tú

643
eras un cosita muy pero muy muy pequeñita que estaba aquí." Dije y luego puse mi

mano sobre el vientre de Camz.

"Yo sé" dijo él "Eles nuestlo ángel. Me salvaste en la pancita de mamá. Ella me contó." Y

Camz me acarició la mano mientras nos mirábamos a los ojos.

"Te amo" murmuré para que ella leyera mis labios. Entonces me dio un beso de piquito y
volvimos nuestra atención a los niños.

"¿Ya podemos ir a comer?" Dijo Taylor y yo negué con la cabeza.

"No, todavía no terminamos." Le dije. "Queremos saber algo más." Taylor se cruzó de
brazos al escucharme y Lawrence la imitó de forma graciosa.

"Niños" Habló Camila con voz suave. Su voz de mamá "¿Ustedes saben qué pasa cuando

dos personas se quieren mucho mucho como Lauren y yo?" Preguntó abrazándose a mí y

dejando un beso en mi mejilla, luego entrelazamos nuestras manos. Los dos se quedaron

en silencio.

"Nosotras queremos estar juntas siempre" Dije al notar que se quedaban callados "Como

en los cuentos... Queremos ser felices juntas para siempre y entonces... Nosotras

pensábamos en formar una familia las dos juntas." Expliqué ambiguamente.

"Queremos casarnos." Finalizó Camila. Los niños nos miraban, Lawrence confundido.

Taylor sorprendida.

"¿Qué es casalse?" Preguntó Lawrence con el ceño fruncido.

"Cuando dos personas se aman quieren estar juntas toda la vida." Dije yo acariciando con

mi dedo pulgar el dorso de la mano de Camila "Y cuando se casan, es una forma de

decirle al mundo que se pertenecen la una a la otra, que están juntas para bien y para mal

y que se cuidan entre ellas."

644
"¿Te quieles casal con mami?" Preguntó Lawrence y sus ojitos claros cayeron en el punto

exacto donde nuestras manos estaban unidas. Yo asentí con la cabeza.

"Sí, porque la amo mucho y quiero cuidarla. Cuidarlos... A los dos." Corregí viéndolo a los

ojos. "Si tu mami y yo nos casamos... Yo voy a ser tu mamá también." Agregué un poco

insegura. No tenía idea de cómo iba a reaccionar.

"¿Tú mi mamá?" Preguntó él y Camz y yo asentimos "¿Tendría dos mamás?" Dijo él


lavantando dos de sus deditos mirándolos confundido.

"Si mi amor" Habló Camila con ternura. "Si Lauren y yo nos casamos ella sería tu mamá
también y tú tendrías su apellido."

"¿No voy a sel Cabello?" Preguntó y yo negué sonriendo.

"Si vas a ser Cabello" Le aseguré "Cabello Jauregui"

"En la escuela los niños tienen mamá y papá" Siguió hablando Lawrence "Pelo yo tendlía
dos mamás... ¿Pol qué no puede sel Lolen mi papá?"

"Pues porque Lauren es niña mi amor" Dijo Camila riéndose como si fuera lo más obvio. Y

bueno, en realidad lo era. "Pero no hay diferencia bebé. Tener un papá y una mamá es lo

mismo que tener dos mamás o dos papás. Lo importante es que esas dos personitas se

quieran mucho y te quieran mucho a ti. Y nosotras hacemos las dos cosas."

"¿No quieres que sea tu mamá?" Le pregunté con temor. Él parecía estar meditándolo.

"Yo quielo a mami Camila" Dijo él y yo sentí una punzada en mi corazón. Sabía que esto

podía suceder pero era terriblemente doloroso porque yo de verdad adoraba con mi vida a

Lawrence. "Y no quielo que ella piense que ya no la quielo si te digo mami a ti también.

Pelo si te quielo Lolen... Y me gusta que estés con mi mami polque está contenta. ¿Ves?"

Entonces volteé a ver a Camila y ella estaba radiante. Enternecida hasta casi las
lágrimas pero se estaba conteniendo.

645
"Si quielo que se casen" Dijo finalmente y yo me sentí con mil kilos menos encima.

Puede que Lawrence tardara un rato en entender que tenía suficiente amor en su

corazón para dos mamás. Pero a mí me bastaba con que me aceptara y supiera que lo

iba a cuidar y a adorar igual que a su madre.

"¿Y tú TayTay?" Preguntó Camila. Mi hermana había estado callada todo el tiempo.

No nos interrumpió en lo más mínimo mientras hablábamos con Lolo.

"Yo no quiero que se casen." Dijo ella con una firmeza que me tomó completamente por
sorpresa.

"¿Qué dices Tay?" Le pregunté desconcertada. Jamás esperé que se opusiera a mi


relación con Camz.

"Tú eres mi hermana Laur. ¡No quiero que te cases!" Gritó y luego se echó a correr hacia
el jardín.

"¡TAYLOR!" Le grité pero ella no se detuvo así que me levanté con toda la intención de

ir tras ella pero Camila me detuvo.

"Déjame esto a mí Lern" Me dijo "Yo hablaré con ella ¿De acuerdo?"

"Pero Camz" Iba a negarme pero ella me empujó suavemente para caer sentada a

lado de Lawrence.

"Nada amor. Déjamelo a mí ¿Si? Por favor confía en mí." Me pidió y yo no tuve más

remedio que aceptar. Me quedé ahí junto a Lawrence que parecía algo asustado por lo

que acaba de pasar y yo decidí invertir mi tiempo en hacer que se relajara y averiguar

un poco más acerca de cómo veía él mi relación con su mamá. Eso si, no sin quitarme

la preocupación por la reacción de mi hermanita.

646
Camila's POV

"¿Tay?" La llamé una vez que llegué al jardín trasero. Ella estaba en el columpio de

Lawrence, balanceándose hacia adelante y hacia atrás una y otra vez. Sabía que ella me

había escuchado pero fingía que no.

Me acerqué más y me recargué en el tronco del árbol. Ella no me miraba pero sabía

que estaba ahí.

"¿Qué pasa bichito?" Le pregunté "¿No te gusta que esté con Lauren?" Silencio. "¿Te

hice algo malo?" Siguió callada. "Por favor háblame princesa. Tú y yo somos amigas y las

amigas se cuentan todo... Sabes que puedes confiar en mí ¿Verdad?" Seguí tratando.

"No quiero que te cases con Lauren" La escuché murmurar.

"¿Por qué no bichi?" Continué. "Yo jamás lastimaría a tu hermana. Sabes que la quiero

muchísimo. Ya hemos hablado de eso antes ¿Te acuerdas?" Le dije. Tay y yo habíamos

tenido un par de conversaciones antes. Ella era pequeña todavía pero era muy inteligente

y se daba cuenta de que había personas que no veían normal la relación entre Lauren y

yo.

"Yo sé que la quieres Mila y mi hermana te quiere también" Dijo. Y levantó su rostro por

un momento. Estaban llenos de lágrimas y el columpio había dejado de moverse así que

me hinqué frente a ella y le limpié las mejillas con mis pulgares muy suavemente.

"¿Entonces por qué, princesa? ¿Por qué no quieres que Lauren y yo nos casemos?

Vamos, dime." La alenté tratando de sonar lo más dulce posible. Quería que supiera

que no estaba enfadada con ella y que simplemente quería entender la razón de que se

negara.

"Porque... Si se casan van a tener su familia." Me dijo y yo me quedé en silencio,

parecía que quería seguir hablando "Las familias son de papá, mamá y sus hijos" Dijo

ella y yo la miré con confusión.

647
"Bichito. Ya te he explicado que no hay nada de malo en que tu hermana y yo estemos

juntas... Aunque seamos niñas las dos. Eso no importa porque nos amamos." Le repetí.

"Ya entendí eso Mila" Me dijo en un tono suave de enojo "Quiero decir que... En las

familias nunca hay hermanos. Sólo los hijos tienen hermanos. Porque cuando los papás

son grandes y se casan tienen sus familias y los hermanos de los papás tienen sus

familias también y viven en otras casas. Pero yo estoy muy niña todavía... Y si se casan

Lauren no va a ser mi hermana, no voy a ser su familia porque ella te va a tener a ti y va

a tener a Lolo."

"Tay..." La nombré con dolor. Ya había entendido lo que quería decir. Ahora ella lloraba
desconsolada.

"Y es injusto Mila... Porque Lolo va a tener dos mamás y yo ni siquiera tengo una y

tampoco tengo papá." Dijo con sus ojitos llenos de lágrimas, su cara roja y sus manos

aferrándose a las cuerdas que mantenían el columpio suspendido. Yo no pude evitar llorar

también. "Por favor no te cases con Lauren, Mila. Puedes ser su novia siempre si quieres

porque yo te quiero mucho y Lolo me cae bien pero no te cases con ella. "

Yo me lancé sobre ella envolviéndola en un abrazo, ella se aferró también a mí. Hipando

debido a la intensidad de su llanto y sus manitas se aferraron a la parte de atrás de mi

blusa. "No me quites a Lauren, Mila... Por favor, por favor..."

"Shh... Tranquila TayTay yo no te la voy a quitar... Por favor no llores" Le dije dando

caricias en su espalda esperando paciente a que se pasar su llanto lo suficiente para que

pudiera escucharme. Una vez que sentí que su respiración casi volvía a la normalidad

empecé a hablarle de nuevo. "Escúchame Tay... Yo tengo una mamá y un papá. Pero mi

mamá dejó a mi papá y yo me quedé sola con él. ¿Y sabes qué? Nosotros... sólo mi papá

y yo. Somos una familia."

Taylor se separó de mi abrazo y me miró a los ojos. Al parecer no me entendía pero tenía
su atención así que seguí explicando.

648
"Lawrence pudo haber tenido un papá" Le dije "Pero él no me quería ni quería a Lolo así

que sólo nos quedamos él y yo. Y antes de que Lauren llegara mi hijo y yo solitos

éramos una familia." Taylor siguió mirándome atenta "Y tú... Nena tú tuviste unos papás

asombrosos. Te lo juro... Yo no los conocí pero Lauren me habló mucho de ellos hace

tiempo, y por eso sé que eran geniales y que te amaron mucho mucho... Pero aunque

ellos no estén aquí fisicamente, te están cuidando mucho porque te dejaron a cargo de

dos muy buenos hermanos... ¿Verdad?" Le dije y ella solita se limpió los restos de

lágrimas de sus ojos mientras asentía con la cabecita. "Tú y tus hermanos son una

familia, aunque sus papás ya no estuvieran... Y si Lauren y yo nos casamos ¿Sabes lo

que va a pasar?"

"¿Me van a dejar?" Me preguntó con miedo y yo negué para darle un beso en la frente.

"No mi nena" Le dije "Nuestra familia se va a hacer más grande. Porque en ella vas
a estar tú, Chris, mi papá, Lawrence y yo."

"¿De verdad?" Habló incrédula y yo asentí.

"Si bebé. Todas son familias. Por que las familias son más que nombres como mamá,

papá, hijo, hija, abuelos... Lo que une a las familias es el amor, bichito. Y yo te amo

mucho, por eso eres mi familia."

"Y Lauren... quiere mucho a Lolo" Dijo ella y yo asentí dándole la razón.

"Por eso quiere que sea su hijo también." Acepté "Pero tú vas a seguir siendo su

hermanita, bebé. Lauren te ama con todo su corazón y ella jamás jamás te dejaría. Ni por

todos los Lolos y las Camilas del mundo" Le dije haciendo un ademán con las manos para

explicarle la inmensidad del planeta. "Porque sólo tiene una Taylor y eres tú, bichito."

"¿Me prometes que no me van a dejar Mila?" Me preguntó estirando sus brazos hacia mí

y yo la cargué abrazándola con fuerza.

649
"Te lo prometo Tay. Nosotras nunca nunca te vamos a dejar." Le aseguré y la vi sonreír

"Es más... si tú quieres. Yo puedo ser como tu mamá." Agregué tomando el riesgo, ella

frunció el ceño como si la idea le disgustara. "¿No quieres?" Taylor negó con la cabeza.

"Si fueras mi mamá, Lawrence sería mi hermano... Y no quiero." Murmuró lo último y vi un


sonrojo en sus mejillas.

"¿Por qué no?" Seguí indagando y una posible idea del por qué se instaló en mi mente
haciéndome sonreír internamente.

"Pues... pues... porque yo ya tengo un hermano." Me dijo pero yo sabía que esa no era la
verdadera razón. "Y... Lolo y yo somos amigos. Es mi único amigo niño."

"Y es un príncipe... ¿Verdad?" Jugué un poco y su sonrojo creció.

"Ally le dice así pero es muy chiquito para ser un príncipe." Me contestó y yo me reí

un poco.

"Pero crecerá TayTay... Y tú también." Le dije mientras nos dirigíamos al interior de la

casa. "¿No crees que será un príncipe azul cuando sea mayor?" Ella giró su cabeza

para que no le viera el rostro que debía estar como un tomate.

"Tiene ojos bonitos" Me contestó sin mirarme "Como los de los príncipes de las películas."

Agregó y yo sonreí. Era verdad. Lawrence tenía unos ojos hermosos, tenían el color de

los de Austin, esa mezcla entre verde y miel medio extraña, y cambiaban de color

continuamente. A veces se veían muy verdes casi como los de Lauren y otras veces

parecían un par de avellanas muy claras, en ocasiones se veían aceitunados y luego se

veían de un intenso color azul. Pero lo más bello de sus ojos era lo expresivos que eran,

grandes y brillantes. Y vaya que sabía yo lo que podían causar un par de ojos como esos.

Mi ángel los tenía.

650
"Lauren tiene ojos bonitos también" Dije regresando al tema principal "A mí me gustan

mucho... Quiero ver esos ojos siempre. Nunca me cansaría de ellos..." Taylor se rió.

Como si le pareciera ridículo lo que acababa de decir.

"Mila"

"¿Mmm?"

"Te dejo que te cases con Lauren..." Me dio permiso y yo sonreí feliz. "Pero a cambio

quiero que Lawrence y yo tiremos las flores en su boda. Y quiero un vestido muy muy muy

bonito"

"Es un trato, cuñada."

Y entonces regresamos con Lauren y Lawrence. Teníamos que discutir la fecha de la


boda.

[...]

Los niños parecían estar mucho más tranquilos y eso me hacía muy pero muy feliz.

Me gustaba saber que todo estaba bajo control. Que todas las piezas estaban ya en el

lugar adecuado y además estaba eufórica. Lauren y yo habíamos decidido casarnos

dentro de tres meses y en tan poco tiempo debíamos organizarlo todo. No sólo los

detalles de la ceremonia y la pequeña fiesta que haríamos sino 0todo lo que implicaba el

estar formando una familia las dos juntas, lo cual incluía el hecho de vivir bajo el mismo

techo.

Ambas habíamos coincidido en que lo mejor era vivir en mi casa ya que era más grande

que la suya y también porque estaba más céntrica. Era más fácil llevar a los niños a la

escuela y también llegar a tiempo a nuestros trabajos.

Por lo tanto, Lauren y yo habíamos aprovechado aquel fin de semana en que Lolo y

TayTay estaban en casa de mi padre para hacer algunas compras para remodelar la

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habitación de invitados que se convertiría en la de Taylor. Queríamos que todo

quedara perfecto para ella, que se sintiera cómoda y feliz y consideramos que el hacer

de una habitación un espacio completamente suyo era la mejor forma de iniciar.

El cochecito de compras estaba completamente lleno y tenía de todo. Papel tapiz para

las paredes, algunas repisas de madera, una lámpara, juguetes por montones, pintura y

un montón de cosas más que habíamls elegido para decorar el cuarto.

Estábamos subiéndolo todo al baúl de la camioneta cuando la voz de una persona de

la que no había sabido en mucho tiempo llamó nuestra atención.

"¿Lauren? ¿Camila?"

Lauren y yo nos giramos de inmediato y ahí estaba. Sophie Miller. Mi prometida me tomó
de la mano inmediatamente.

"¡Oh por Dios no puedo creer que sean ustedes!" Exclamó con sorpresa y luego se llevó
las dos manos a la boca para cubrirla "Se ven tan bien juntas..."

"¿Sophie?" Dijo Lauren confundida. Esa mujer definitivamente se veía como Sophie pero

estaba actuando de una forma completamente distinta a como la verdadera Sophie lo

haría. Al menos la Sophie que Lauren y yo recordábamos.

"Creí que no volvería a verlas en mi vida" Declaró la rubia mirándonos "Y yo fui

demasiado cobarde para buscarlas perl ahora que están frente a mí puedo pedirles

perdón por todo el daño que les causé." Dijo y yo me permití sonreír.

"Sophie, lo del asunto de las drogas en la escuela y la bendita foto rodando por el campus

es asunto más que olvidado." Le respondí, era ridículo disculparse tantos años después

por estupideces de adolescentes como esa. Sophie negó con la cabeza.

"Sé lo que Austin les hizo..." habló y Lauren presionó mi mano con la suya "Sé que te

obligó a estar con él, sé que te golpeaba... Yo le pedí que se detuviera pero no lo hizo."

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"¿Qué estás diciendo?" Preguntó Lauren con evidente ira en su voz. El tema de

Austin era un campo minado para ella.

"Fue mi culpa" Dijo y yo arqueé mis cejas "Fui yo quien le dijo a Austin que tú eras
pobre, Lauren. Fui yo quien le metió en la cabeza la idea de separarlas..."

Mi primer instinto después de escucharla fue abrazar a Lauren con fuerza por la cintura.

Esa confesión no traería nada bueno.

"¡¿Fuiste tú?!" Gritó Lauren furiosa tratando de zafarse de mi agarre pero la apreté
más fuerte. "¡¡¡¿Tienes idea de infierno que nos hiciste pasar?!!!"

"¡Yo no quería hacerlo!" Devolvió Sophie entre lágrimas "Yo no quería que él te hiciera lo

que te hizo, Camila." Continuó mirándome "Quería que las separara porque me sentí

humillada cuando me expulsaron de la universidad y por todos tus desprecios Lauren,

pero jamás esperé que Austin fuera capaz de todo lo que hizo. Nunca quise que te

violara Camila..."

"¡CÁLLATE!" Gritó Lauren y levantó el brazo para golpearla pero la detuve a tiempo.

"¡Mamá!" Exclamaron dos niños rubios completamente idénticos que luego se abrazaron

a las piernas de Sophie. Ella se limpió las lágrimas rápidamente y les dedicó una sonrisa

a sus hijos. Lauren resoplaba tratando de controlar su ira.

"Perdónenme. Por favor... sé que no lo merezco. Pero les juro que estoy arrepentida." Mi

novia iba a gritar de nuevo pero puse mi mano en su pecho. Miré a los niños que nos

observaban sin tener idea de lo que pasaba y luego tomé la mano de Sophie.

"Estamos bien" Le dije "Lauren y yo. Ni lo que tú hiciste, ni lo que Austin hizo ni lo que

nadie haga va a lograr destruir lo que ella y yo tenemos. Me alegra ver que estás

arrepentida... y te perdono. Perdoné a Austin hace mucho. Puedo perdonarte a ti

también."

"Ambos merecíamos un castigo" Dijo ella y yo me reí un poco.

653
"La vida se encargó de castigarlo." Le dije "La sobredosis que lo mató y la vida vacía que

llevó antes de eso fueron suficiente castigo para él en mi opinión... Y tú, no eras más que

una chica inmadura igual que yo en aquel entonces. Cometiste un error que me costó

caro pero creo que tu cargo de consciencia por todos estos años es suficiente castigo. Ya

no importa de todas formas... Vive tu vida, Sophie. Cuida a tu familia."

"Gracias Camila" dijo con los ojos llorosos y presionó mi mano con gentileza. Luego miró
a Lauren. Ella resopló.

"También te perdono" dijo "Sé que yo también actué mal hace años por aprovecharme

de ti. Te di motivos para buscar venganza y todo se salió de control así que no te deseo

mal. Espero que seas feliz Sophie."

"Gracias Lauren" dijo en un suspiro "Lamento todo lo que les hice. Pero me anima el

saber que nada de eso logró romperlas. Atesoren lo que tienen chicas porque es algo que

pocos tienen la dicha de poseer."

Sophie terminó de hablar. Tomó a sus hijos de las manos y se los llevó. Caminó hasta

que la vimos desaparecer y yo me sentí liberada. Cada vez se sentía más como un

nuevo comienzo. Sin resentimientos. Sin veneno en el corazón y estaba segura de que

Lauren se sentía de la misma forma.

Ya no había razones para estancarnos en el pasado. No cuando había un hermoso y


brillante futuro esperando por nosotras.

"Te amo Lauren"

"Te amo, Camila"

654
Capítulo 47

Lauren's POV

"¿Estás lista?" Me preguntó mi hermano.

"Estoy nerviosa" Respondí después de tomar un profundo respiro. Luego llevé mis manos

hacia el frente y comencé a a alisar mi vestido.

"Estás perfecta Laur, todo está perfecto." Me dijo y yo miré a mí al rededor.

El jardín de la mansión se veía increíblemente hermoso a pesar de la sencillez con la que

había sido decorado. Chris y yo estábamos observando todo desde uno de los ventanales

de la mansión y debo admitir que mi estómago revoloteaba con nerviosismo al reparar en

que en sólo unas horas, Camila y yo seríamos esposas.

Afuera, en el jardín principal se podía ver el maravilloso altar que había sido instalado

para que el juez nos uniera en matrimonio. Sobre este, había un arco hecho

completamente con flores blancas y que tenía pequeños foquitos amarillos que se

encenderían en cuanto el sol terminara de ocultarse, lo cual sería a mitad de la ceremonia

según lo teníamos planeado. Faltaba muy poco para eso.

Frente al altar había dos espacios llenos de sillas que servirían para que los invitados

observaran la ceremonia y en medio de estos dos grupos había un pasillo que estaba

tapizado de pétalos de flores y que estaba delimitado por unas antorchas que serían

encendidas más tarde. En todo el jardín había grandes lámparas circulares, parecían

globos, las cuales se encargarían de iluminar todo para la hora de la fiesta y había

también montones de arreglos florales por todos lados. Se veía simplemente perfecto. El

día era simplemente perfecto para una boda.

Mi boda con Camz.

El mejor día de mi vida.

655
Llegar hasta este punto no había sido nada fácil pero al final estábamos aquí. Ella en su

habitación terminando de arreglarse y yo en la planta baja, muriendo de nervios y de

ansiedad por estar junto a ella uniéndonos para siempre. Sé que muchos dirán que el

matrimonio no significa nada, que es sólo un papel y que si quieres estar con una persona

simplemente lo estás, sin necesidad de tener alguna atadura legal con ella, pero para mí

significaba mucho más que eso.

Era un compromiso de amor. Un juramento de lealtad. Un ofrecimiento de tu voluntad

para cuidar y servir a la persona amada.

Hubo un tiempo en que no creí en el matrimonio. Mi mamá era una mujer muy abnegada

y a pesar de que mi papá la respetaba y la adoraba mucho siempre la dejaba servirle.

Ella le llevaba el plato a la mesa y lo levantaba. Le ayudaba a abrocharse los botones de

la camisa y si había la posibilidad le ponía perfume. Su ropa siempre estaba lista cuando

él salía de la ducha y realmente en casa era poco lo que papá tenía que hacer porque mi

mamá se hacia cargo de todo.

Eso me enojaba.

Me molestaba pensar que el matrimonio fuera un contrato de esclavitud. Claro que en

aquel entonces yo tenía catorce años y no entendía del todo lo que sucedía. Y a pesar de

que sé que hay muchas parejas en el mundo que sí se tratan el uno al otro como esclavos

o como propiedad, entendí que no era el caso de mis padres.

No cuando veía a mamá tan complacida de servirle un plato de comida que se había

pasado toda la tarde cocinando felizmente, esperando que le agradara a pesar de que

siempre era así. No cuando papá llegaba a casa después de un muy pesado día de

trabajo y aún así tenía la energía suficiente para abrazarla fuerte y hacerla girar entre sus

brazos en el jardín de nuestra casa.

Entendí que ellos no se trataban de esa manera por cumplir con un estereotipo impuesto por

la sociedad. Entendí que a ellos les importaba un carajo si estaban siguiendo o no las

656
reglas. Entendí que simplemente les gustaba hacer esas cosas el uno por el otro. Empecé

a notar las cosas que papá hacía por mamá, como retirar su silla cada vez que ella iba a

sentarse, o dejarla ver su novela en la tele en lugar del futbol, o curar cada pinchazo que

se había dado en los dedos con la máquina de coser cuando empezó a perder la vista.

Entendí que esas eran cosas que hacían no por obligación, sino por el placer de servirse.

Porque había algo en el bienestar del otro que hacía aumentar el suyo propio y yo me

sentía igual con Camz.

Yo jamás había sido una buena cocinera, pero los últimos meses, le había pedido a

Chris que me enviara recetas sencillas por correo electrónico sólo para sorprender a

Camz y a los niños con desayunos en la cama. Nunca había disfrutado la cocina tanto

como entonces y lo hice más cuando el rostro de Camila reflejó el más puro gusto al

probar el primer bocado.

Evidentemente no hacía eso para cumplir con ningún rol porque al estar en una relación

de dos chicas, no tenía mucho sentido. Pero supe que haría eso y mil cosas más por ella.

Porque me gustaba hacerlo, me gustaba hacerla feliz, complacerla y ella hacía lo mismo

por mí también.

Teníamos nuestros defectos, como siempre. Yo seguía siendo algo explosiva cuando me

enojaba y ella a veces mostraba esbozos de su soberbia y su vanidad, pero eran cosas

que de igual forma amábamos la una de la otra. Partes de nosotras mismas de las

cuales nunca nos desharíamos por completo pero que no interesaba porque sabíamos

perfectamente cómo lidiar con ellos.

Quería todo de Camila. Camila quería todo de mí.

Por eso cada día reafirmábamos nuestras ganas de casarnos. De estar juntas y afianzar

esa alianza. Una que nadie sería capaz de romper nunca.

Ni siquiera la muerte.

657
Me aparté del ventanal y volví a verme en el espejo que habían puesto ahí. Mi vestido

estaba perfecto, mi cabello y mi maquillaje también, pero mis manos sudaban.

"¿Dónde está Taylor?" Pregunté para distraerme un poco. Miré el reloj de la pared,

faltaban quince minutos para que todo diera comienzo y ya todos los invitados estaban

tomando asiento en sus lugares. Sonreí al ver a Dinah y Normani peleando por una

silla en la primera fila.

"En el jardín, con Lawrence. Está muy emocionada, no sabes lo cuidadosa que ha sido de

no manchar el vestido que Mila le regaló." Me dijo sonriendo y ya me lo imaginaba. Taylor

había enloquecido cuando lo vio. Quería sonreírle a mi hermano pero no podía, las

sensaciones de estrés y nervios cada vez eran más intensas. "Oye, relájate Laur... Te vas

a casar, no vas a arrojarte de un avión a miles de pies de altura" Se burló un poco y luego

se acercó para darme un abrazo.

"Sólo quiero que todo salga bien" Le dije "Camz y yo hemos pasado por tanto... No quiero

que nada vuelva a separarnos. Quiero ser lo mejor para ella, hacerla feliz, estoy algo

ansiosa."

"Eres lo mejor para ella, hermanita." Me dijo él, tomó mi rostro entre sus manos y me miró

a los ojos. Vaya que Chris había crecido, ya era más alto que yo. "Es decir, eres lo mejor

para todo el mundo, pero para Camila... Eres su chica especial. ¿Entiendes? Ustedes se

aman. Nada va a separarlas otra vez y si lo hacen juro que esta vez te voy a traer

arrastrando para que arreglen las cosas y no desperdicien tanto tiempo."

"Gracias Chris" Le dije y volví a abrazarlo "No voy a besarte los pies como dijiste una

vez que haría. Pero sí quiero agradecerte. No estaría casándome con Camz si no fuera

por todos tus consejos. No habría llegado a ninguna parte sin ti, hermano."

"Vamos Laur, no te pongas cursi todavía. Guarda eso para cuando digas tus votos."
Habló para después guiñarme un ojo y tomarme de la mano. "Vamos, ya va siendo hora."

Faltaban cinco minutos.

658
Chris y yo caminamos hasta la entrada de la mansión y nos quedamos parados ahí

esperando a que nos hicieran la señal para comenzar a caminar en dirección al altar.

Él sería el encargado de entregarme y Alejandro haría lo mismo con Camila.

Pronto, una tenue melodía a cargo de un cuarteto de cuerdas comenzó a sonar. Muy

suave, indicando que todo había dado inicio. Chris tomó mi mano y besó el dorso de esta

en un gesto de que todo estaría bien, yo suspiré profundamente para tranquilizarme,

sentía el corazón en la garganta, latiendo fuerte, bobeando sangre cinco veces más

rápido de lo que lo haría normalmente, pero aún así comencé a caminar por el césped

del jardín.

Todos los invitados nos observaban. Ahí estaba Ally, Normani, Troy, Dinah, Luis, Alexa,

la abuela de Alexa, la tía de Camila... Keana no había podido ir porque estaba de viaje

pero le prometí que la llamaría en cuanto oficialmente fuéramos parte de la misma familia.

Estaba el señor Maxwell con su familia, Ariana y otros compañeros de Camila en el

hospital y la lista seguía. Las piernas me temblaron cuando llegamos al inicio del camino

de pétalos que dirigía al altar y justo en ese punto mi hermano se detuvo. Nos miramos un

momento y luego me habló.

"Jamás voy a tener cómo agradecerte todo lo que has hecho por Taylor y por mí, Lauren.

Eres la mejor hermana del mundo y Camila se está llevando el premio mayor contigo. Sé

que serás la mejor esposa para ella y la mejor madre para Lawrence. Y también sé que

desde allá arriba, papá y mamá deben estar muy orgullosos de ti. Tanto como yo lo

estoy."

"Chris por favor no me hagas llorar... Se va a correr el maquillaje" Le pedí mientras

hacía un esfuerzo sobre humano por controlar el llanto. Él se rió un poco.

"Se feliz Laur. Te lo mereces. Te amo hermanita."

659
"Te amo Chris" Le contesté. Entonces él me dio un beso en la frente, otro más en las

manos y luego miró en dirección hacia la puerta de la mansión y sonrió. Yo hice lo mismo

y al fin pude ver a mi novia.

Mi Camila.

"Suerte" Escuché que Chris murmuró, pero no lo vi. Sólo sentí que se marchó. Yo

estaba demasiado ocupada mirando a Camila.

De repente todos los nervios desaparecieron. Camz estaba ahí, ese momento era real.

Iba a casarme con el amor de mi vida y se sentía jodidamente bien. Jodidamente correcto.

Ya no tenía nada que temer porque Camila estaba acercándose a mí tomada del brazo de

su padre quien parecía querer llorar igual que yo al ver lo hermosa que su hija estaba.

Pronto llegaron junto a mí. Alejandro tomó las dos manos de Camila con las suyas y la vio
mientras le hablaba.

"Hay muchas cosas de las que me arrepiento, Camila" Le dijo al borde del llanto "Cometí

muchos errores en mi vida y en la tuya, pero justo ahora, lo que voy a hacer en este

momento sé perfectamente que es el mayor acierto que habré logrado con relación a ti.

Sé que Lauren va a cuidar de ti y de mi nieto con su vida si fuera necesario y yo estaré

ahí también si me necesitas porque te amo, hija. Te amo con todo mi corazón y deseo con

cada parte de mi alma que seas feliz, que sigas creciendo y le muestres al mundo la

maravillosa mujer en la que te has convertido tomando la mano de otra mujer casi tan

maravillosa como tú." Jugó un poco al final pero de igual forma me sentí halagada y feliz

de ver a Camila y a su padre así de cercanos. "Te amo hija y me siento honrado de

entregarte ahora a la chica que amas...”

Alejandro le dio un abrazo a Camila y escuché a mi prometida decirle te amo, también.

Luego, el señor Cabello me miró.

"Te ves hermosa, Lauren" Me dijo y yo sonreí un poco.

660
"Gracias, Alejandro." Respondí. Entonces él tomó mi mano derecha y la mano

izquierda de Camila y las juntó. Camz y yo nos agarramos con fuerza, sonriéndonos la

una a la otra.

"Lauren" Me llamó él "Mi vida entera está en tus manos ahora, por favor
protégela, procúrala, hazla feliz"

"Ese es el propósito de mi vida" Le dije sin ningún titubeo.

"Y tú, Camila, mi princesa." Habló dirigiéndose a mi novia. "Haz lo mismo con ella. El

matrimonio es cosa de dos, es recíproco y equivalente. Ámense la una a la otra como lo

han hecho hasta ahora y su vida será dichosa tal cual merecen."

Alejandro terminó y nos dio un abrazo a ambas que Camila y yo correspondimos sin

separar nuestras manos y luego de eso él se marchó para tomar su lugar entre los

invitados.

"¿Lista?" Le pregunté en un suspiro. Ella me sonrió de medio lado, con soberbia, como

la antigua Camila.

"Muévete Jauregui, no tengo tu tiempo." Me respondió y yo me reí un poco para luego


dejar un beso en su mejilla.

"Eres la mujer más hermosa del mundo" Le dije en el oído aprovechando la cercanía y

luego de eso las dos nos giramos hacia el altar. Pronto, Taylor y Lawrence aparecieron

de no se donde y se colocaron detrás de nosotras para empezar a esparcir pétalos de

color rojo mientras nosotras caminábamos por el pasillo hasta llegar ante el juez.

Una vez ahí todo comenzó.

El juez habló y habló y habló y yo sólo podía mantener mi mirada fija en Camila.

Se veía más que hermosa. Era perfecta, era un sueño encarnado y se estaba convirtiendo en

mi esposa. Me perdí completamente en ella todo el tiempo. Pensando en lo afortunada

661
que era de tenerla, lo orgullosa que me sentía de ella, el profundo amor que había

hecho crecer dentro de mi cuerpo a través de los años y sin importar la distancia.

Luego llegó el momento de decir nuestros votos.

Taylor se acercó a mí con el anillo de Camila en un pequeño cofrecito de madera y


lo elevó sobre su cabeza para que yo pudiera tomarlo.

"Gracias TayTay" Le dije y luego jugué un poco con su cabello. Ella me sonrió y se alejó,
entonces volví mi atención a Camila.

"Camz..." Empecé a decir ignorando completamente el nudo que se formó en mi

garganta. "Nos conocimos hace casi seis años, y pese a que no soy una fanática del dolor

ajeno, me alegro mucho de haberte golpeado en la cabeza afuera de aquella oficina en la

universidad." Camila se rió, igual que muchos de los presentes a pesar de que yo no

sabía si ellos conocían esa parte de la historia. Sentí la mano de Camila temblar cuando

la tomé con la mía. "A pesar de lo ridículo y cliché que fue, no cambiaría ese momento

por nada del mundo. Porque vi tus ojos por primera vez y me derretí por ellos. Y cuando

empezaste a gritarme como la diva que eras, y que sigues siendo en el fondo, enloquecí

por tu forma de ser. Me encantaste y al mismo tiempo te detesté, pero tú te encargaste de

ganarte cada parte de mí, no tengo idea de cómo porque seguías comportándote como

una niña inmadura que sólo quería pelear conmigo, pero para cuando me di cuenta ya

estaba enamorada de ti. Supe que quería todo de ti, quería ser tu mejor opción para que

un día finalmente me eligieras y justo hoy, tantos años y obstáculos después, estamos

aquí, la una frente a la otra, rodeadas de las personas que más amamos y nos aman."

Hice una pausa, sabía que estaba divagando pero siempre fui mala ensayando cosas

así que estaba improvisándolo todo. Dejando que mi corazón hablar por mí y vaya que

tenía muchas cosas que decirle a Camz.

"Camila, te amo. No hay forma en la tierra o el infierno que hagan que me separe de ti si

tú me quieres a tu lado, pero si no me quisieras... No podría llamar a ningún sitio mi

hogar

662
si tú no estás. No habría un solo lugar en el planeta que vaya a florecer si tú no estás. No

existirán alas que me hagan elevarme nunca más si tú no estás. No habría ningún camino

para mí para seguir si tú no estás, Camila Cabello. Pero si te quedas... Si te quedas tú

serás mi hogar, tú seras todas las flores del mundo, tú serás mis alas, tú serás mi

camino." Camila estaba llorando en silencio, se tapaba la boca con la otra mano para que

sus sollozos no se escucharan y sabía que yo estaría igual en en unos momentos. "Así

que... Si en la última media hora no te has arrepentido de haber llegado hasta aquí

conmigo. Sólo repite que quieres ser mi esposa y te juro que no habrá poder humano o

divino que me aleje de ti o que impida que te ame hasta el último de mis respiros." Me

quedé callada, esperando su respuesta y luego de un par de respiraciones un poco

erráticas ella contestó.

"Quiero ser tu esposa " Me dijo entre lágrimas y entonces le sonreí y mientras le daba un

beso en la mejilla deslicé el anillo en su dedo. No era un símbolo de su pertenencia hacia

mí, era uno de mi entrega a ella. Mi corazón, mi vida, mi alma estaban en ese anillo que

ahora estaba bajo su cuidado y custodia.

Cuando me separé de nuestro abrazo, Lawrence se acercó a Camila y le entregó el otro


anillo, entonces fue mi turno de escuchar.

"Lern Jergi" Me llamó y yo sonreí grande. Lolo ahora pertenecía únicamente a Lawrence,

nuestro hijo. "Te amo." Declaró con simpleza y un tono de voz algo meloso y torpe. Un suave

coro de risas se escuchó y Camila se unió a el por un instante antes de continuar "No soy

buena con las palabras, pero esa única frase resume todas las razones por las que estoy

aquí, sosteniendo este anillo y muriéndome de la ansiedad por verlo brillando en tu dedo."

Hizo una pausa y puedo jurar que mi suspiro de loca enamorada se escuchó en todo el

terreno de la mansión " Te amo, porque me salvaste, no una ni dos veces Lauren. Me

salvaste todos y cada uno de los días que pasamos juntas desde que nos conocimos, me

enseñaste que había algo mejor para mí y me motivaste a buscarlo, lo hiciste amor. Soy esta

chica ahora, gracias a ti. Soy feliz ahora, gracias a ti y a mi hijo, el

663
pequeño bebé que tú protegiste sin ni siquiera saberlo. Soy feliz porque ahora sé lo

hermoso que es tener una familia. Tengo a un padre, dos grandiosos hermanos a los

cuales adoro con el alma" Agregó mirando a Alejandro, Chris y Taylor. "Tengo un

maravilloso y encantador hijo que a diario me hace sentir afortunada y orgullosa. Y para

completar ese cuadro perfecto estás tú Lern. Mi ángel, mi salvación, mi fé. Eres mi

motivación, mi mayor regalo, sólo quisiera poder meterte en una esferita y llevarte en mi

bolsillo todos los días para poder cuidar de ti y asegurarme de que nunca te vayas otra

vez... Me enseñaste a amar Lauren, no sólo a ti y a las personas que siempre estuvieron

a mí alrededor y que yo no me había dado cuenta de lo importante que eran y son para

mí. Sino que me enseñaste amarme a mí misma, me demostraste que yo valía más de lo

que pensaba y de lo que los demás veían en mí. Con mucha paciencia y esfuerzo

lograste llegar a lo más profundo de mi corazón y ahí te quedaste a pesar de todo lo que

hice para alejarte y par hacerte sentir mal tú no te rendiste conmigo hasta que lograste

hacer que me enamorara de ti. Te amo Lauren, te voy a amar siempre. Por favor dí que

aceptas ser mi esposa y a cambio de eso, te juro que viviré cada día para demostrarte lo

mucho que he aprendido de ti."

Mis lágrimas se habían resbalado por mis mejillas silenciosamente mientras la

escuchaba. Nada más que ella y yo existió en ese momento y ni siquiera las palabras

pudieron salir de mi boca por lo que sólo fui capaz de asentir con la cabeza y disfrutar en

cámara lenta el cómo Camila se entregaba a mí de forma simbólica, poniendo con

cuidado y amor aquel anillo dorado en mi dedo.

Nos quedamos mirando a los ojos mientras el juez hablaba. Creo que alcancé a escuchar

que Ally lloraba pero no podía estar segura de nada en ese momento. Sólo de que Camz

estaba ahí, a mi lado, sosteniendo mi mano con la suya y quería que fuera así para el

resto de mi vida. Llevar a Camila conmigo en cada paso que diera de ahora en adelante,

seguir a Camila en cada uno de sus pasos de ahora en adelante.

664
Mi camino era el suyo, su camino era el mío, y juntas llegaríamos a donde sea que el
destino quisiera llevarnos.

"... Y por el poder que el estado me confiere declaro a estas dos mujeres unidas

en legítimo matrimonio." Esa línea me trajo de nuevo a la realidad y sentí que

había comenzado a vivir mientras veía la sonrisa de Camila extenderse entre sus

labios, brillante y pura. "Pueden besarse."

"¿Qué?" Pregunté algo confundida.

"¡Que se besen Laurenzo!" Gritó Dinah desde su asiento y Ally se estiró tanto como su
cuerpo pudo para alcanzar a darle un golpe en la cabeza.

"Arruinas el momento cursi" Dijo la más pequeña y se limpió las lágrimas con la manga
de su vestido. Camila no paraba de reír.

"¡Bésala de una vez que no viajé desde tan lejos para perderme esto!" Escuché que

alguien gritaba al fondo. Entrecerré mis ojos para enfocar a la persona que dijo eso y

casi se me cae la mandíbula de la impresión. Era Keana.

Y nos estaba mirando.

¡Realmente nos estaba viendo!

Sólo la voz de Camila fue capaz de hacer que me recuperara de la impresión.

"Vamos Lauren, démosle al público lo que pide." Me dijo y entonces tomó mi rostro en
sus manos y yo le sonreí dejando mis manos sobre su cintura y acercándola a mí.

"Será un placer, señora Jauregui." Le respondí.

Y entonces nos besamos. Un beso largo, dulce y por encima de todo, mágico, porque cuando

abrí los ojos ya todo el jardín estaba iluminado por los foquitos y las lámparas que colgaban

de los árboles, las antorchas estaban encendidas y el cielo nocturno rebosaba

665
en su esplendor. Tomé su mano donde reposaba su anillo de compromiso y el

de matrimonio y besé sus nudillos como siempre solía hacerlo.

Estaba casada, y no sólo eso, estaba casada con Camila Cabello.

La vocecita en mi cabeza sólo podía repetir una y otra vez ¡Oh por Dios, estoy casada con
Camila! Y cada vez que lo decía a mi me daban cosquillas por todo el cuerpo.

Todos empezaron a aplaudir y Taylor y Lawrence lanzaron pétalos de rosas desde los

hombros de Chris y Alejandro mientras nosotras caminábamos por el pasillo. Fue

perfecto. Mi vida era perfecta ahora, no había nada más que pudiera desear. Lo tenía

todo.

[...]

"Te amo" Me dijo Camila llamando mi atención mientras estábamos sentadas en nuestra
mesa.

"Y yo te amo a ti, Camz" Le respondí y nos besamos. Era extraño pero se sentía increíble,

era muy diferente a besarla siendo sólo mi novia pero de alguna forma era mejor. Aunque

la realización de eso me hacía reír y terminábamos separándonos por eso.

"Así que así es como lucen ustedes dos ¿Uh?" Dijo Keana mientras se acercaba a
nosotras. Estaba preciosa.

"¿Sabías que lo has arruinado todo?" Dijo Camila "Ahora ya no tengo de qué burlarme
de ti." Se quejó y yo me reí mientras su prima se sentaba junto a nosotras.

"No puedes reclamar nada. Tú ya no eres la perra que eras antes, la dama te domó."
Dijo señalándome y Camila bufó en respuesta.

"Keana.. ¿Cómo?" Pregunté a medias. Parecía que todo el mundo sabía sobre lo
de Keana menos yo. Siempre todo el mundo sabía todo menos yo.

666
"Un tratamiento nuevo" Respondió con simpleza "Sabes que había intentado por años el

poder ver pero había resultado imposible así que lo dejé ir. Me acostumbré a mi ceguera y

seguí mi vida. Entonces hace unos meses mi amigo Paul me dijo del viaje y acepté ir con

él, sabes cómo soy, amo conocer lugares nuevos y esas cosas pero resultó que todo era

mentira, él había escuchado de ese tratamiento y quería que lo intentara pero sabía que

me negaría si lo planteaba."

"Así que te engañó." Agregué y ella asintió.

"Y ahora puedo ver lo que decían los empleados acerca de tus ojos" Me dijo guiñándome
un ojo que terminó haciéndome sonrojar.

"Oye oye, yo la vi primero" Dijo Camila haciéndome reír y a Keana también "Además es

una mujer casada. ¿Ves?" Añadió tomando mi mano y mostrándole nuestras sortijas.

"Ya me quedó claro prima." Respondió Keana rodando los ojos divertida y yo abracé a
Camz.

"Ay no... aquí viene otra." Dijo mi esposa -wow, mi esposa- en nuestro abrazo y yo
me separé para ver a qué se refería. Alexa se estaba uniendo a nosotras.

"Felicidades chicas" Nos dijo con una gran sonrisa para luego abrazarme.

"Gracias Alex" Le respondí. Keana se quedó en silencio observando todo.

"Felicidades Camila" Dijo ahora dirigiéndose a Camz y dándole otro abrazo igual al mío.

"Ugh" Se quejó ella y yo volví a reír. "En serio Lauren..." Empezó a decir cuando Alexa la

soltó "¿Con cuántas mujeres invitadas a la fiesta has estado involucrada?" Yo volví a reír

y me encogí de hombros.

"¿Tú también?" Preguntó Keana mirando a Alexa. Esto comenzaba a ser incómodo.

"Alexa Ferrer" Se presentó Alex "Amiga de la infancia, antigua vecina y primera novia de
Lauren." Agradecí al cielo no estar bebiendo nada en ese momento porque habría dejado

667
a Camila viuda por ahogamiento el mismo día de nuestra boda. Ella solo hacía muecas de
desagrado aunque sabía que sólo estaba jugando. Parecía una adolescente.

"Keana Issartel" Respondió "Prima de Camila y... bueno, amiga de Lauren."

Explicó dudando un poco. Alexa arqueó una ceja y me miró.

"¿Es eso cierto?" Preguntó mi ex novia y Camila me dedicó una expresión como que me

retaba a responder esa pregunta. Ni siquiera llevaba una hora de casada y mi esposa ya

estaba comenzando a amenazarme.

"Bueno... Keana y yo... O sea, en realidad yo..." Traté de explicarme pero no sabía como.

Respiré profundo, con la mirada de las tres chicas puestas completamente sobre mí.

Intenté aclarar mi mente agitando mi cabeza un poco. "Cuando Camz y yo nos peleamos

hace años y terminamos nuestra relación yo conocí a Keana y nos hicimos muy cercanas

y pensé que tal vez podía iniciar algo con ella pero eso no pasó. Así que sólo somos

amigas." Hablé rápidamente.

Camila rodó los ojos y luego apartó la vista de mí como si estuviera enfadada.

"Por cierto, Keana." Hablé de nuevo después de que ella y Alexa dejaran de reír de mi

desgracia nupcial. "Nunca te agradecí por todos tus consejos. Todas las veces que me

dijiste que debía tratar de ponerme en el lugar de Camz. Fui una idiota y no te hice caso,

pero si lo hubiera hecho probablemente nunca la habría abandonado en primer lugar."

"Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver" Respondió Keana con ironía y

una sonrisa en su rostro mientras me acariciaba la mano.

"Sí, al parecer yo estaba más ciega que tú. No sabes cómo lo lamento." Dije con un

deje de tristeza. Seguía sintiéndome mal por todo el tiempo desperdiciado.

"Para ya, Lauren." Se quejó Camila "No es tu culpa amor. Las cosas... pasaron de

esa forma para que pudiéramos llegar hasta este punto, ahora. Lo demás ya no

importa

668
¿Entiendes?" Me recordó para luego dar un beso en mi frente y apartar la mano de
Keana de encima de la mía para poder poner la suya en su lugar.

"Oh por Dios... Son tan adorables." Chilló Alexa y Keana asintió de acuerdo pero con una

incontenible risa escapándose por su garganta.

"Nunca creí verlas así. En primer lugar porque no podía y en segundo porque cuando

conocí a Lauren ellas dos apenas y se hablaban. Y cuando hablaban sólo discutían, me

causaban dolor de cabeza de sólo escucharlas." Camila y yo rodamos los ojos al recordar

aquella época.

"¿No podías?" Preguntó Alexa sin entender.

"Keana era invidente" Expliqué con simpleza y Alexa dibujó una perfecta o con sus labios

mientras Keana se encogía de hombros. "Esta es la primera vez que hablo con ella

mirándome a los ojos de verdad."

"No los mires mucho, son míos." Agregó Camila dirigiéndose a Keana y ahora sí me

permití reír. Camila era una niña, en serio.

"Esta es la primera vez que estoy viendo a las personas que me conocen de toda la

vida" Dijo Keana ignorando el comentario de su prima. "Mi prima, mi tío... Ayer vi a mi

mamá por primera vez y vi una fotografía de mi padre también." Continuó contando con

nostalgia, yo sentí mi corazón encogerse.

"Debió haber sido difícil" Señaló Alexa. Y reconocí esa mirada en ella, conocía a Alexa de

toda la vida y sabía que ahora estaba profundamente interesada en la historia de Keana.

"Es una historia larga de contar" Devolvió Keana. Y entonces supe que era mi momento

de actuar, quien sabe... A lo mejor y con suerte aquella noche habría más de una pareja

empezando una nueva etapa en sus vidas.

669
"Alexa tiene tiempo, ve y cuéntale" Dijo Camila ganándome lo que iba a decir. No estaba

segura de si Camz tenía el mismo instinto de casamentera que yo o si simplemente

quería que su prima y su exnovia se fueran y nos dejaran a solas.

"Mi... Mi madre está muy ocupada hablando de cosas de su infancia con mi tío" Dijo

Keana señalando a su mamá que platicaba animadamente con Alejandro en otra de las

mesas. "Me vendría bien algo de compañía si tú estás sola también." Continuó

dirigiéndose a Alexa "Sería agradable platicar con alguien que no haga bromas sobre mi

enfermedad cada dos minutos o que afile los dientes sólo porque miro por dos segundos

a su esposa."

"Retírate prima, todavía puedo sacarte los ojos con un tenedor si me haces enojar"
Contestó Camila y yo la miré sorprendida.

"Joder Camz. Relájate un poco ¿De acuerdo?" Le dije entre risas nerviosas, Keana
y Alexa sólo negaban con la cabeza notablemente divertidas.

"Vamos Keana, hay un asiento libre en mi mesa con mi abuela" Dijo Alexa tomando la

mano de Keana invitándola a levantarse "No tengo ganas de presenciar un asesinato

sangriento esta noche. Sería una lástima ensuciar los manteles."

Y luego las dos se fueron, dejándonos a Camz y a mí a solas otra vez.

"Te detesto Lauren" Dijo ella y me dio un golpe en el hombro.

"¡Auch! ¿Y eso por qué?" Le pregunté mientras frotaba el lugar que ella había conectado
con su puño.

"¿Por qué me haces tener que convivir con tus... chicas?" Me preguntó con un gesto

celoso que me resultó de lo más sexy y yo me reí.

"Camz, no son mis chicas." Le dije entre risas "Keana es tu prima y sólo la besé una vez y

Alexa y yo terminamos hace muchos años, mucho antes de conocerte. Te ahogas en un

vaso con agua. Además sé que las dos te agradan, sólo que te gusta pelear con ellas."

670
"Es que ya no es tan fácil pelear contigo desde que volviste" Me dijo con un puchero

"Te amo tanto que simplemente no puedo ser tan ruda contigo como antes."

"Sí claro. Dile eso a los chupetones y los rasguños que me dejaste en la espalda hace dos
semanas. Todavía me duelen."

"¿Estoy escuchando quejas, Jauregui?" Me devolvió en un tono juguetón que hizo que

una corriente eléctrica me recorriera la espina.

"Claro que no." Respondí sincera "Un poco de ardor vale la pena después de tenerte

completamente perdida debajo de mí." Agregué recordando aquella increíble sesión

de sexo en plena madrugada que habíamos compartido sin poder resistir más.

"Amé casarme contigo" Me dijo luego de morderse el labio "Pero te juro que estoy

deseando que esto se acabe ya para que podamos largarnos y comenzar con la luna de

miel. Me has tenido en abstinencia por una semana Lauren. ¡Una semana!" Enfatizó y

yo me moría de la risa.

"Yo también la he sufrido igual que tú, amor. Sabes lo mucho que me encantas y el

hecho de que te pongas a provocarme en cada oportunidad no lo hizo nada fácil para

mí." Maldición, Camila no había dejado de intentar que hiciéramos el amor durante la

semana pasada y yo había tenido que contenerme todo el tiempo. Tenía una sorpresa

para ella y no quería que la viera hasta que estuviéramos casadas. Era otra forma de

reafirmar nuestro compromiso, mostrarle a mi manera que nuestro matrimonio significaba

mucho más que un par de firmas en un documento.

"¿Crees que podamos escaparnos un rato?" Me preguntó coqueta "Estoy segura que

con todo el mundo entretenido aquí en la fiesta nadie se meterá a la mansión. Será toda

para nosotras, como en los viejos tiempos."

Esa idea me gustó. Me gustó muchísimo a decir verdad. Por lo tanto tomé su mano con
la mía, besé sus dedos y luego me acerqué para decirle algo al oído.

671
"Espera a que hagamos nuestro primer baile como esposas y después de eso

desapareceremos por un rato para adelantar nuestra noche de bodas. ¿Te parece?"

"Tenemos un trato, señora Jauregui."

Camila y yo estuvimos un rato sentadas, recibiendo felicitaciones de todos los invitados a

la fiesta y sus familias. Me agradaba saber que estábamos rodeadas únicamente por

personas que nos querían de verdad y que nos deseaban lo mejor en esta nueva etapa

de nuestras vidas. Camz y yo nos habíamos dado el tiempo de convivir con nuestros

amigos en común y en mi caso, había tomado la oportunidad de conocer a los amigos y

compañeros de trabajo de Camila que eran todos muy amables.

Chris no se despegaba de su novia Rose, que lo había acompañado a la boda, y juntos

estaban vigilando a Taylor y Lawrence que no paraban de brincar en los inflables que

Alejandro contrató exclusivamente para ellos. Elizabeth había querido venir junto con

Chris y Rose, pero le fue imposible debido a que estaba trabajando en un mural para su

escuela, sin embargo si nos envió un regalo, un retrato de Camz y yo, hecho a partir de

una foto que Chris le había mostrado. Camila ya no se ponía celosa de ella en lo absoluto,

había entendido que sólo era una niña que tenía un ligero enamoramiento conmigo, pero

que en realidad era una hermosa y talentosa persona, por lo que acordamos con ella a

través de una llamada telefónica que pronto se conocerían.

Keana parecía estar muy entretenida con Alex y Mercedes porque no pararon de hablar

en todo el tiempo que estuvieron ahí, mientras que Alejandro, su hermana Dianne, el

señor Maxwell y su esposa estuvieron charlando también, quien sabe de que cosas,

aunque en algún punto tuve que acercarme a mi jefe y su familia para presentarles a mi

esposa.

672
En fin, todo iba a la perfección, y cuando por fin llegó el momento de que Camila y yo

hiciéramos nuestro primer baile como un matrimonio, mi Camz no pudo escoger mejor

canción. Todo volvió a desaparecer en cuanto escuché las primeras notas de If I Believe

Youde The 1975, y cuando sentí los ojos marrones de Camila sobre los míos y sus brazos

por detrás de mi nuca, me transporté de inmediato a nuestra playa, cinco años atrás.

Me imaginé que estábamos descalzas, con el cabello húmedo por haber nadado en medio

del agua luminiscente, entregándonos por primera vez nuestra confianza y dejando

nuestros sentimientos crecer con libertad. Lo que comenzamos aquella noche se había

consolidado en esta, y yo no podía sentirme más feliz.

Yo creía en Camila y ella creía en mí.

Ninguna de las dos volvería a desconfiar de la otra. No cometeríamos los mismos errores

del pasado, las lecciones habían sido aprendidas ya y de ese punto en adelante, con

esfuerzo, dedicación y amor, los años que nos esperaban juntas estarían llenos de

cariño y felicidad.

"Gracias por volver Lauren" Me dijo casi al final de la canción. Ella estaba llorando de

nuevo y yo también. Sólo me limité a besarla por un par de segundos, habíamos dejado

de mover nuestros pies a pesar de que la canción no había terminado todavía pero eso

poco nos importó. Sólo nos besamos, como sólo una pareja realmente enamorada lo

hace.

"Gracias por esperarme." Le contesté sobre sus labios y ella me contestó con otro beso,

esta vez más corto pero no menos significativo o cargado de sentimiento. Luego de eso

los invitados aplaudieron de nuevo.

Normani y Dinah que no se habían separado para nada empezaron a gritar y silvar

como dos malditas locas, Troy y Ally parecían estar llorando muy conmovidos y Luis...

Bueno, Luis estaba coqueteando con una de las meseras que servirían el banquete que

había estado a cargo de Chris y Rose.

673
Mientras todo el banquete terminaba de estar listo, la música del DJ continuó y varias

personas bailaron al rededor de nosotras cada una a su ritmo y gusto mientras Camz y yo

bailábamos con Taylor y Lawrence de forma muy divertida. Fue así hasta que ellos dos

se aburrieron y nos abandonaron para seguir rebotando en el castillo inflable y fue en ese

momento, cuando Camila y yo recorrimos el lugar con nuestros ojos y nos dimos cuenta

de que nadie parecía prestarnos atención, que decidimos emprender la huida.

Fuimos saliendo poco a poco entre la multitud de cuerpos que se movían unos contra

otros con júbilo, y cuando finalmente fuimos libres Camz y yo rodeamos la mansión para

poder llegar hasta la puerta más cercana a su piscina privada, si había un lugar donde

quería hacerle el amor a mi esposa sería ahí, dónde lo habíamos hecho por primera

vez. Quizás en circunstancias completamente diferentes, pero al final, como decía

Camila, todas esas cosas y momentos fueron las que nos llevaron al punto donde ahora

nos encontrábamos.

"Vaya vaya... Huyendo de su propia boda ¿Eh?" Escuchamos una voz justo antes de
abrir la puerta que conducía a la piscina.

"Ay, no es posible" Habló Camila con fastidio al ver a Keana sonreír burlona a nuestras
espaldas.

"¿Buscando un poco de diversión?" Preguntó bromeando y yo me sonrojé.

"¿Qué haces aquí?" Evité su pregunta "¿No deberías estar afuera con todos los demás?"

"Perdóname por querer aprovechar que la mansión estaba sola para conocerla. ¿Sabes

lo extraño que es poder ver? A veces tengo que cerrar los ojos y caminar así para poder

ubicarme."

"Pues ubícate en la salida y déjanos a solas" Le dijo Camila algo frustrada y yo

me aguanté la risa porque no quería que se enojara y termináramos postergando


el momento.

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"Esta bien prima, no te enojes ¿Si? Te arrugarás rápido y Lauren va a terminar dejándote por

una chica más joven dentro de... No sé, como tres días así de gruñona como eres."

"Muy graciosa" Respondió Camila cruzándose de brazos. "Camina ya, eras ciega,

no inválida." Keana rió sonoramente y luego comenzó a alejarse, pero antes de que

se apartara demasiado la llamé.

"Hey, Keana..."

"Tranquila, yo no vi nada" Dijo entre risas y eso fue suficiente para mí. Keana nos cubriría
el tiempo suficiente para que Camz y yo pudiéramos... bueno, ustedes saben.

Camila celebró con un suspiro que Keana por fin se había marchado y luego de eso tomó

mi rostro en un apasionado beso mientras yo caminaba hacia atrás y movía la perilla

para abrir la puerta.

Pronto estuvimos adentro, ella cerró la puerta sin apartarse de mi boca y pronto su lengua
se introdujo entre mis labios con desesperación.

Tal vez no lo estábamos haciendo de la manera tradicional, pero, bueno, supongo que

nuestra relación había sido muy poco tradicional desde el principio así que eso era lo de

menos. Como pude la aparté de mí, ganándome una mordida y un tirón de labio mientras

Camila se separaba de mí. Eso me había hecho arder, lo juro. Sus labios estaban

enrojecidos y casi puedo asegurar que estaban palpitando al mismo ritmo que mi

corazón.

Estábamos cerca de la alberca y todo se veía exactamente igual. Los rayos de luz que

disparaban los focos al fondo de la piscina se proyectaban hacia el techo en hipnotizantes

ondas que le daban a todo la atmósfera perfecta, y mientras mi esposa y yo nos

mirábamos a los ojos con deseo y necesidad, una canción comenzó a sonar.

No la conocía, pero parecía que encajaba perfecto con el momento. Y así, con la música
haciendo que los cristales de la mansión retumbaran, tomé a Camila por los hombros y la

675
hice darme la espalda, ella hizo los brazos hacia atrás para tirar de mí contra su cuerpo

y mi pelvis chocó que lleno contra su trasero haciéndome gruñir contra la piel expuesta

de su cuello.

La besé y la mordí mientras deslizaba el cierre de su vestido hacia abajo para ir

descubriendo su asombroso cuerpo. Podíamos haber hecho el amor muchas veces en el

pasado y desde nuestro reencuentro, pero mi respiración siempre se cortaría al verla

desnuda frente a mí.

Sus curvas eran espectaculares, amaba recorrer con mi mirada su espina dorsal hasta

llegar a ese par de nalgas firmes y redondas que disfrutaba tanto tocar y besar y Camila lo

sabía porque tan pronto como terminé de bajar el cierre ella se encargó de sacarse las

mangas y deslizar con sus manos el vestido de novia mientras se inclinaba hacia

adelante, dándome una mejor vista de esa parte de ella que tanto me gustaba a pesar de

estar cubierta todavía por sus bragas y que terminaba en sus hermosas piernas

enfundadas en un liguero blanco.

"Vas a matarme Camila" Le dije en un hilo de voz. Maldición mi mujer era perfecta.

"Todavía no comenzamos amor" Me contestó mientras se daba la vuelta, mostrandome

sus pechos cubiertos por su sostén de encaje y de deshacía del velo que estaba fijo a su

cabeza gracias a una peineta que se retiró con toda sensualidad, dejando caer la tela

traslúcida del velo al suelo mientras su cabello castaño terminaba de caer como una

cascada en su espalda.

Camila se acercó a mí con la elegancia de un felino, sus ojos siempre fijos en los míos,

haciendo que un fuego me consumiera por dentro, eran como mil incendios

calentándome de piel a cabeza y todos provocados por la misma chica, que ahora tenía

sus labios apenas un par de milímetros separados de los míos, tentándome a besarla. Y

lo consiguió.

676
Mis manos tomaron su rostro con rudeza y la besé de forma intensa, húmeda y

necesitaba. En ese beso le mostraba la pasión que sentía por ella, cuánto me gustaba,

cuánto la deseaba y cómo esas sensaciones continuaban en aumento día tras día. Y

mientras mis labios y mi lengua le explicaban eso a besos, mordidas y lamidas, ella

comenzaba a abrir mi vestido con sus hábiles manos en mi espalda.

Una vez que lo logró, sus manos se movieron rápidamente hacia el frente de mi cuerpo,

tomaron el escote del vestido y tiraron de el hacia abajo, liberando mi torso y continuando

su trabajo hasta dejarme en las mismas condiciones que ella. Las dos estábamos en

ropa interior, y disfrutábamos de ello mientras nos besábamos y nos recorríamos con las

manos, reconociendo nuestros cuerpos como parte de la otra, sus manos se colaron por

debajo de las copas de mi sostén y presionaron con fuerza al tiempo que las mías hacían

lo mismo con sus maravillosos glúteos. Las dos gemimos, provocando que el beso se

cortara pero que nuestras sonrisas mostraran placer y felicidad a partes equivalentes.

"Joder, te amo." Le dije mientras la tomaba por los muslos y ella entendió

perfectamente lo que quería por lo que se impulsó hacia arriba para enrrollar sus

piernas por detrás de mi cintura, exponiendo su cuello para que yo pudiera chupar el

punto exacto donde su pulso se aceleraba y se hacía evidente.

Caminé con ella así, un poco mientras besaba toda la extensión de su cuello y ella

masajeaba mis pechos como si nunca en la vida los hubiera tocado antes. Parecía

estar en trance mientras los tocaba, los amasaba y jugaba con mis pezones entre sus

dedos. Pronto ya no tuve sostén, al parecer le estorbaba demasiado para poder trabajar

y cada uno de sus toques y los movimientos de su cadera me hacían ponerme más y

más ansiosa por lo que estaba por venir.

Con cuidado fui descendiendo poco a poco hasta quedar de rodillas en el frío y familiar

mármol de la habitación, y poco a poco fui inclinándome hacia el frente para dejar la espalda

de Camila reposar el el suelo. Su espalda se arqueó no sé si por la gélida sensación o por

que estaba ofreciéndome su cuerpo. De cualquier manera hundí mi cara

677
entre sus senos mientras sus piernas continuaban bien aferradas a mi cintura,

obligándome a pegarme a ella de forma jodidamente tortuosa y placentera.

Metí una mano por debajo de su espalda y solté el broche de su sostén para poder liberar

sus pechos y de inmediato me dirigí a saborear uno de sus pezones, ya bastante rígido

por la excitación.

"Ah, Lauren" La escuché gemir suavemente, su cadera empujando hacia arriba y la mía

hacia abajo mientras mi lengua rodeaba y humedecía su duro pezón. Las manos de

Camila se dirigieron a mi cabeza, deshicieron mi peinado con rapidez y pronto mi cabello

cayó hacia abajo en marcando mi rostro y causando cosquillas con las puntas en el

abdomen de Camz. Me comí su otro pecho con la misma ansia que el primero y cuando

terminé, dejándolos mojados y enrojecidos subí con besos cortos hacia la boca mi

esposa, a cual besé por largo rato, respirando por la nariz para que no hubiera necesidad

de apartarnos.

"Sigue... amor... Te necesito" Me dijo entre besos. Tomándome por el cabello y

empujándome hacia abajo. Yo obedecí a sus deseos, porque a decir verdad, eran los míos

también. Así sería desde ese momento y para siempre, lo que deseara mi esposa sería mi

deseo también y haría todo lo humanamente posible para complacerla.

Bajé lentamente dando besos por su abdomen, jugando con mi lengua en su ombligo

mientras mis manos arañaban suavemente sus costados provocando que su cuerpo

temblara como tanto me gustaba. Mis dedos dejaron tenues marcas que se desvanecían

conforme seguían avanzando hasta sus nalgas que presioné un poco antes de tomar

sus bragas para retirarlas con lentitud y cariño.

"Te amo tanto Camila" Le dije hablando suavemente. Quería que sintiera mis palabras

tanto como sentía mis caricias y mis besos. "Eres la mujer de mi vida. Siempre lo serás."

"Te amo" Me respondió mirándome una última vez antes de que yo separara los suaves
labios de su vulva para comenzar a besar lentamente y con ahínco cada centímetro de su

678
humedad. Haciéndola disfrutar mientras la preparaba para que me recibiera dentro de ella

tanto física como emocionalmente. Camila suspiraba, jadeaba y gemía y tuve que

sostenerla por las piernas para evitar que se siguiera moviendo.

Tomé su clítoris entre mis labios, rodeándolo con mi lengua y chupándolo a mi antojo. Los
gemidos de Camila aumentaron su volumen motivándome a continuar.

"Mi amor... mi amor, mi amor. Voy a correrme..." Me avisó y yo aumenté el ritmo hasta

que terminó desembocando su orgasmo en mi boca. Como un río en el océano. Como

un ciclo compartido donde ella es parte de mí y yo de ella.

Bebí todo. Mi cabeza hundida entre sus piernas, encargándome de ella con cuidado y

amor.

"Ven" La escuché decirme y levanté mi rostro encontrándome con sus ojos marrones

una vez más, que me llamaban tanto como su voz lo había hecho. Entonces gateé un

poco, ella envolvió sus manos en mi cabello y me guió hasta su boca. Me besó

suavemente, dulce, tierna. No estaba cansada, ninguna de las dos lo estábamos pero

todo contacto entre su boca y la mía era suave, los jadeos eran una caricia para los

oídos y las respiraciones un arrullo que nos tomaba a las dos entre sus brazos.

Y así de suave, dulce y tierno, me adentré en ella y su única respuesta fue aferrarse más

a mí, besarme más, abrazarme más mientras yo entraba y salía una y otra vez de ella

lentamente, disfrutando cada grado de calor de su interior, cada contracción de sus

paredes que me recibían gustosas, como si supieran que era yo quien las tocaba y las

hacía tensarse.

"Te amo Camila" Le dije con nuestras frentes una contra la otra, sudadas y moviéndonos

al unísono. Sus deseos eran los míos, sus sueños eran los míos... Su placer era el mío. Y

aún si estar recibiendo nada, cuando ella llegó al orgasmo por segunda vez yo alcancé el

mío sólo con escucharla, con saber que esa perfecta chica era mía. Mi mujer, mi esposa,

mi compañera para toda la vida.

679
Salí de su interior mientras ella se recostaba completamente en el piso una vez más,

me acomodé a su lado, boca abajo, acariciando su vientre con la yema de mis dedos y

besando su hombro desnudo, Camila suspiró.

"Te amo Lauren" Me dijo viéndome a los ojos, su respiración acompasada.

"Yo te amo a ti" Le contesté con una sonrisa.

"Ahora es mi turno" Me dijo e iba a levantarse pero yo la detuve.

"No hay tiempo... Tenemos que volver con los invitados." Le dije "Aunque evidentemente

no podremos volver a peinarnos." Agregué riendo un poco, ella lo hizo también pero

después puso un puchero.

"Eso no es justo, señora Jauregui." Me dijo y yo reí un poco más, mis ojos se hicieron
pequeños debido a eso. "Quería devolverte al menos un poco de lo que me diste."

"Hay algo que puedes hacer" Le dije y ella se incorporó un poco,


genuinamente interesada.

"¿Qué?" Preguntó "Dímelo y lo haré. Haré cualquier cosa que desees." Me dijo
con sinceridad brillando en sus ojitos chocolate.

"Besa mi espalda" Le dije, ella arqueó la ceja, ligeramente confundida.

"¿Sólo eso?" Preguntó extrañada.

"Sólo eso" Respondí "Quizás encuentras que te gusta más que antes."

Camila se inclinó un poco, besó mi nariz y luego se incorporó. Sentí sus labios en mi

nuca, luego en mis hombros, luego más y más abajo, hasta que la sentí detenerse.

"Lauren..." Murmuró.

680
"¿Lo encontraste?" Pregunté sin voltear a verla pero ya sabía la respuesta. Las yemas de

los dedos de Camila acariciaron el relieve de las letras que formaban mi tatuaje. En mi

costado, casi en mi cintura.

Let's love fully, let's love loud, let's love now. // Amemos completamente, amemos con
fuerza, amemos ahora.

Era lo que decía. Otro fragmento de la canción que le canté en mi casa, la primera
noche que dormimos juntas. Y justo debajo de la frase, una pluma, igual que el suyo.

"Es hermoso." Me dijo y luego sentí sus labios sobre el tatuaje. Cuando se separó yo me
giré sobre el piso, dejando mi espalda reposando en el suelo.

"Somos nosotras" Le dije "Ahora... Estamos unidas, para siempre. Como parte de
una misma canción."

Camila se acostó sobre mí, no sin antes besar mi vientre y luego acunó mi cabeza entre
sus manos.

"Siempre lo hemos estado, Lauren Jauregui."

"Siempre lo estaremos, Camila Jauregui."

La distancia y el tiempo entre nosotros, nunca cambiará mi opinión porque bebé, yo


moriría por ti.

Más tarde tendría que preguntarle al DJ qué canción era la que había estado sonando en

replay mientras le hacía el amor por primera vez a Camila siendo mi esposa. Y también el

por qué de que la repitiera, pero por ese momento, sólo me dediqué a amar a Camila.

Siempre me dedicaría a amarla.

681
Capítulo Final

Camila's POV

Hay un sonido que no cambiaría por nada.

Es diminuto, casi imperceptible. Pero ese pequeño sonido que escucho en

momentos aleatorios del día es lo suficientemente fuerte y significativo para hacerme

sentir feliz, segura, en casa.

Justo ahora acabo de escucharlo, después de mover mi mano un poco sobre la de


Lauren, que sigue profundamente dormida a mi lado.

Es el tintineo que nuestras sortijas de matrimonio hacen al chocar la una contra la otra.

Probablemente el resto de las personas jamás lo escuchan, ni siquiera sé si Lauren lo

escucha, pero yo sí, resuena en mi alma como una gigantesca campana en una catedral,

y logra que mi corazón vibre rebosante de alegría sólo con eso.

Lauren se remueve un poco entre las sábanas y luego se aferra a la almohada que está

entre sus brazos. Su cabello huele increíblemente bien, así que me acerco a aspirarlo

un poco, me lleno los pulmones de su aroma y eso indica que el día será perfecto.

Me incorporo un poco en la cama, lo suficiente para dejar mi espalda reposar en la

cabecera y entonces miro hacia mi lado izquierdo y mis ojos se posan sobre las

fotografías que hay en el mueble junto a nuestra cama. Una es la de la boda de Michael y

Clara, esa donde Clara está felizmente embarazada con Lauren en su vientre cubierto por

su vestido blanco brillante. Luego deslizo mis ojos hacia la otra foto.

La de nuestra boda.

Una de tantas, claro. Pero en esta estamos Lauren, Taylor, Lawrence, Chris y yo. Los cinco

sonreímos pero no miramos a la cámara. No es la típica foto y eso me gusta, Lauren y yo no

guardamos la compostura y los chicos tampoco. Somos simplemente nosotros. Mi brazo pasa

por detrás del cuello de Lauren y ella levanta una de mis piernas y sostiene mi

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cintura justo cuando yo estaba intentando saltar a sus brazos. Ella no me sostuvo bien y

me caí, pero el fotógrafo captó el momento exacto antes de eso, así que yo estoy

sonriendo mientras saco la lengua, con mis ojos cerrados y Lauren sonríe al tiempo que

sus ojos se abren sorprendidos. Es justo el instante en el que sabe que me voy a golpear

el culo contra el suelo -como si eso no fuese ya una costumbre.-

¿Los niños? Bueno, ellos están concentrados el uno en el otro, lanzándose pétalos de

rosas como si se tratara de bolas de nieve en pleno invierno new yorkino y Chris

completa el cuadro poniendo la típica seña de cuernos con los dedos en la cabeza de

Lauren mientras hace una mueca divertida.

Amo esa foto.

Amo mi familia.

Luego de que la fiesta terminara, Lauren y yo pasamos la noche en la mansión de mi

padre, al igual que la mayoría de los invitados. Sin embargo, a la mañana siguiente por fin

fuimos capaces de ir a nuestra luna de miel. La cual habíamos adelantado de forma no

tan secreta mientras el resto del mundo degustaba el banquete que Chris había

preparado para la boda. Sólo Keana supo de aquello, todavía conservo el mensaje de

texto que me envió mientras Lauren y yo abandonábamos la mansión de camino al

aeropuerto.

"Espero que la música las haya inspirado anoche. ;)”

Era una jodida idiota, pero la quería.

Se sentía bien contar con ella, tener de regreso a todas las personas que amo y que me

aman. Mi papá, mi prima, mis amigos. Y pronto esa lista de personas aumentaría.

Bueno, en realidad ya lo había hecho.

Sonreí para mí misma de forma un poco traviesa, y me arrodillé en la cama


para acercarme al abultado vientre de Lauren.

683
"Buenos días bebé" susurré.

Ah ¿Me olvidé de mencionarlo? Han pasado dos años desde que nos casamos y ahora

Lauren tiene una asombrosa barriga de 39 semanas de embarazo. ¿Saben lo que eso

significa?

Exacto. Está a punto de reventar.

¿Qué más ha pasado en esos dos años? En realidad todo y nada.

Para empezar, nos fuimos de luna de miel a Japón. ¿Recuerdan cuando ella y yo

fingíamos ser novias y le inventamos a los chicos que Lauren había tardado en entrar a la

universidad porque se había ido de viaje? Yo les había dicho que su viaje había sido por

Europa y cuando le preguntaron a ella, respondió que había ido a Japón. Fue algo

estúpido, pero resulta que Lauren en realidad tenía muchas ganas de conocer ese país y

a pesar de que fueron sólo dos semanas de viaje, fueron increíbles. Completamente

memorables.

Luego de eso regresamos y tuvimos que viajar una semana más con los niños a

Disneayland porque les prometimos que los compensaríamos por abandonarlos. Los

cuatro lo disfrutamos muchísimo, sobre todo Taylor que se había pasado su corta vida

mirando las películas de Disney cada fin de semana. Chris no pudo ir por sus deberes

en la academia, pero acordamos volver a ir más adelante.

Antes de casarnos habíamos estado viviendo los cuatro en la casa que yo compré luego

de irme de la mansión y de terminar con mi rehabilitación. Estuvimos viviendo en esa

casa durante poco más de un año hasta que una noche simplemente le dije a Lauren que

tuviéramos otro bebé.

Nunca olvidaré cómo le brillaron los ojos en ese instante.

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FLASHBACK

"Buenas noches Lolo" dijo Lauren dándole un pequeño beso en la frente para luego
terminar de envolverlo en las mantas de su cama.

"Buenas noches mamá" Contestó él haciendo que Lauren soltara un suspiro. Sabía

perfectamente lo mucho que significaba para ella escuchar a Lawrence llamarla de esa

forma y cada vez que se lo decía parecía como si fuera la primera vez.

Yo estaba tan feliz. Amaba el hecho de saber que Lauren y Lawrence se adoraban, el

lazo que tenían era más fuerte que la sangre a pesar de que tenían poco tiempo de

conocerse, la conexión entre ellos era casi palpable, era un vínculo muy fuerte y eso

me hacía sentir tranquila y satisfecha.

Yo jamás le impondría a mi hijo el estar con una persona, incluso si esa persona era

Lauren, el amor de mi vida. Si Lolo no la hubiera recibido con los brazos abiertos como lo

hizo entonces le habría pedido a Lern que fuera paciente, que esperara por mí y por

Lawrence, porque él era una parte inherente de mí. Si Lauren me quería tendría que

adorarnos a ambos y si no era así, entonces no tendría caso, aunque no me sintiera

plena, elegiría a mi hijo. Siempre.

Por suerte todo era perfecto. Ellos parecían ser madre e hijo, parecía que lo fueran desde

siempre y yo sólo podía pensar en lo mucho que me hubiera gustado tener la compañía

de Lauren durante mi embarazo. Las cosas habrían sido completamente diferentes,

seguro. Entonces no pude hacer más que imaginar, Lauren cargando un bebé,

arrullándolo entre sus brazos.

La había visto cuidar de Taylor y sabía que era maravillosa en ello, pero, cuidar ambas

de un pequeño bebé, estar pendientes de su crecimiento, su desarrollo, tomar sus

manitas con nuestros dedos mientras duerme... Realmente deseaba eso.

"Lauren" la llamé mientras ella caminaba por el pasillo hacia nuestra habitación. Ella
giró sobre sus talones para verme.

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"¿Um?" Murmuró como respuesta.

"Tengamos otro hijo." Le solté de golpe.

Parecía aturdida, sacudió la cabeza y me miró por un instante, pude ver como sus ojos

se iluminaron al verme sonreír y extenderle mis manos, entonces ella se acercó,

entrelazó sus dedos con los míos, me besó los nudillos.

"¿Quieres tener un hijo conmigo?" Me preguntó y yo asentí con la cabeza. Ella sonrió más
grande y una lágrima se deslizó por su mejilla.

"¿Tú quieres?" Le pregunté. Necesitaba que ella lo dijera. Quizás le pareciera que era
demasiado pronto. Ella tomó una profunda respiración y luego respondió.

"Por supuesto que quiero, Camz. Pero... Lawrence." Me dijo mientras su sonrisa
se desvanecía y mostraba preocupación.

"¿Qué pasa con él?" Pregunté sin entender.

"Sabes lo mucho que había esperado a que él me llamara mamá. Ahora lo hace, ahora él

sabe que es mi hijo también..." Dijo con suavidad e inquietud "Quiero tener hijos contigo

amor, pero no quiero que él se sienta sustituido. No quiero perder a mi hijo, Camila. Amo

a Lawrence con mi vida y yo no podría soportar hacerle daño."

No pude hacer más que acunar su rostro entre mis manos y besarla.

¿Recuerdan ese momento en que Lauren abrió la puerta de la oficina en la universidad

y me tiró al suelo? Bueno, ese fue el momento exacto en que me saqué la lotería.

Lauren era la más grande de las fortunas, el premio mayor. Una mujer invaluable.

"A nuestro hijo jamás le va a faltar amor, Lauren" Le aseguré limpiando las lágrimas de sus

mejillas "Tú eres la mejor mamá del mundo, sé que jamás harías diferencias entre él y el resto

de nuestros bebés. No debes tener miedo, porque así como tú lo amas, Lawrence

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te ama a ti, tú eres su ángel, te admira... Y sobre todo, te considera su madre. No te
llamaría de esa manera si no pensara que realmente lo eres."

Lauren sorbió por la nariz y luego me abrazó fuerte contra ella.

"Vamos a necesitar una casa más grande..." Me dijo al oído para luego cargarme y
llevarme a nuestra habitación.

FIN DEL FLASHBACK

Y así fue que conseguimos esta casa.

Es mucho más grande que la anterior, pero tampoco llega al grado de ser considerada

una mansión. Lawrence y Taylor estuvieron vueltos locos corriendo de un lado al otro

dentro y fuera de la casa cuando por fin nos mudamos. Era perfecta.

Después de eso, ambas coincidimos en que queríamos que fuera ella quien se

embarazara esta vez. Ella lo quería experimentar por cuenta propia y yo, bueno... Yo

quería ser quien ayudara a mi nuevo angelito a nacer. Definitivamente quería atender ese

parto y ella estaba igual de ansiosa que yo así que no tardamos en hablar con los niños

para explicarles acerca de nuestros planes.

Ambas estábamos nerviosas, más nerviosas que cuando les dijimos que queríamos

casarnos. Teníamos miedo de cómo pudieran llegar a reaccionar ante la idea de un bebé

en casa, un bebé que iba a requerir atención y cuidados durante las veinticuatro horas

del día, los siete días de la semana. Estábamos asustadas de que pudieran sentirse

desplazados, sin embargo todo salió mucho mejor de lo esperado, ambos estallaron de

alegría y empezaron a preguntar cómo locos en la panza de quién estaba el bebé.

Decidimos no decirles nada y dejar que con el paso del tiempo lo averiguaran por si

mismos. Durante semanas los tuvimos cada mañana pegados a nuestra cama esperando

que de la nada la barriga de alguna de las dos hubiera crecido al tamaño de un balón de

baloncesto. Cuando se dieron cuenta de que eso no funcionaba, Taylor decidió recurrir al

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método científico, así que todos los días nos medía la cintura a Lauren y a mí con una

cinta métrica, mientras que Lawrence anotaba los resultados en una pequeña libreta de

ositos con su letra sucia y desordenada, como si fuera su asistente.

Ahora, si hay algo que no puedo decirles y Lauren tampoco, es el sexo de nuestro bebé.

No tengo la más mínima idea de si es una niña o un niño.

Yo atendí las primeras cuestiones de su embarazo, desde la inseminación, hasta su

primer ultrasonido -tenemos esa ecografía en un marco, guardado en una vitrina en la

sala de estar- pero luego Lauren dijo que quería que el sexo de nuestro bebé fuera

sorpresa y entonces no podía ser yo quien la atendiera porque bueno, al ver los

siguientes estudios yo podría saber a la perfección si era niño o niña y no podría

evitar gritárselo a la cara si me enteraba.

Por lo tanto, la acompañaba a sus citas con otra ginecóloga y entraba con los ojos

vendados para no ver cuando le realizaban los ultrasonidos. Era irónico y ridículo

pero, supongo que así era nuestra relación de una u otra manera, aunque a decir

verdad, admito que fue increíble tener los ojos cerrados y escuchar el maravilloso

latido del corazón de mi bebé mientras Lauren tomaba mi mano y me besaba la mejilla

al tiempo que nuestros anillos chocaban entre sí.

Ese es el tipo de momentos que no cambias por nada.

Lauren me había dado muchísimos de ellos.

Incluido ese, a sus cuatro meses de embarazo cuando se echó a llorar inconsolable

repitiendo una y otra vez "Lo siento, Camila". Yo no entendía lo que le pasaba, me

preocupé muchísimo pero después me terminó de explicar. Ella dijo "Perdóname por no

haber estado contigo cuando estabas embarazada de Lawrence. Perdóname por no

acariciar tu pancita como tú lo haces conmigo, perdóname por no cumplir ninguno de tus

antojos, por no darte besos ni cantarte canciones, perdóname por no haberle hablado a

nuestro primer hijito mientras estaba en tu vientre Camz. Lo siento mucho."

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Entonces la abracé, la besé y la consolé por horas hasta que se calmó y me hizo

prometerle que tendríamos otro bebé en unos años y que la dejaría compensarme todo lo

que no hizo con Lolo. Yo traté de convencerla de que no nos debía nada a Lawrence ni a

mí, que ahora estaba con nosotros y eso era todo lo que importaba, pero ella no se

detuvo hasta que la promesa estuvo sellada. Luego hicimos el amor.

Así que supongo que de alguna manera estoy virtualmente embarazada.

¿Que cómo es Lauren estando embarazada? Bueno...

Evidentemente tengo experiencia con mujeres encinta. Conozco perfectamente los

síntomas, los cambios físicos, hormonales y emocionales. Sin embargo, lo admito, una

cosa es pasar al rededor de cuarenta minutos con cada chica embarazada o planeando

embarazarse que entra a mi consultorio y otra completamente distinta es atender de

primera mano a una, y en este caso Lauren. En este caso sí que me tomó por sorpresa, lo

juro, así pases la mitad de tu vida estudiando acerca del proceso de gestación y te

aprendas cada etapa de memoria, nunca estarás lo suficientemente preparado para

complacer a una chica con un bebé en su vientre porque son simplemente impredecibles

y ningún embarazo es igual a otro a pesar de que sus caraterísticas sean similares.

He visto a Lauren llorar litros de lágrimas, comer hasta hartarse las combinaciones más

extrañas del mundo y también vomitar hasta su primera papilla. ¿Saben de un antojo

extraño que tuvo?

Morder zapatos.

Simplemente se le antoja morder zapatos. Sobre todo los de piel. Lawrence tiene una

pequeña caja de zapatos todos mordisqueados por su madre y lo juro, es lo más raro.

Lauren no se da cuenta, es como si estuviera en una especie de trance que la sumerge

en una realidad en la que morder los zapatos de su hijo es algo que todo el mundo hace.

¿Ver una película con los niños comiendo palomitas? Olvídalo, dale un zapato y ella es

feliz.

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¡Oh! Y también tiene un reflejo nauseabundo cuando escucha ciertas canciones. No

entiendo por qué, simplemente no tiene explicación lógica. Por ejemplo, una vez

estábamos viendo televisión con los niños y comenzaron a pasar una repetición de

Hannah Montana. ¿Adivinan quien derramó su desayuno -que había ingerido una hora

antes- sobre la alfombra de la sala después de escuchar los primeros acordes del intro?

Exactamente.

Pensamos que había sido casualidad, pero esto se repitió los días siguientes. Un día
simplemente decidí poner la canción por curiosidad y ocurrió exactamente lo mismo.

Emocionalmente, mi esposa es un desastre, como dije, llora por todo y se enoja por todo

también, pero al mismo tiempo es fácil hacer que se le baje, también tiene la líbido

disparada hacia la estratósfera. Ese último es mi síntoma favorito, sé que no lo

preguntaron pero se los cuento de todas formas. Como ginecóloga, sabes todo acerca de

los mitos que dicen que tener sexo en el embarazo es malo para el bebé y bla bla bla.

Pero eso es pura basura, lo prometo. Y gracias a que yo sé eso y no tengo la más

mínima inhibición al respecto, he podido complacer a Lauren en ese sentido tanto como

lo ha requerido, tal vez más, porque sinceramente yo lo disfruto mucho también.

¿Algo irónico? El comportamiento de Lauren embarazada se parece mucho a mi actitud

natural cuando nos conocimos. Le encanta joder conmigo, se desespera con facilidad, no

es nada paciente, está insegura de su cuerpo, es muchísimo más que celosa y necesita

tener mi atención todo el tiempo. TODO EL TIEMPO. Sus peores histerias han sido desde

que reparó en el hecho de que mi trabajo consiste en examinar las vaginas de al menos

30 mujeres al día.

¿La imaginas ahí? ¿Sentada en una esquina de mi consultorio mientras observa de arriba

a abajo a la chica que acaba de llegar para un chequeo de rutina? Lauren no deja un

centímetro sin escudriñar con su intensa mirada esmeralda y pone las manos en su

pancita como si le estuviera lanzando una pedrada a la chica para llamar su atención. De

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haber podido se habría escrito "MI ESPOSA Y YO ESPERAMOS UN BEBÉ" en su vientre
y una flecha señalando hacia mí con pintura roja.

Peleamos constantemente por eso, pero ya lo hemos superado.

Ahora sólo estamos en la espera de que todo explote y tengamos un hermoso bebé

entre nuestros brazos. Podría ocurrir en cualquier momento y la realización de eso hace

que mis entrañas se compriman.

"Ya quiero verte, bebé" digo mientras acaricio la piel que recubre a mi pequeño o

pequeña. Sé que puedo despertar a Lauren, pero no me importa, a fin de cuentas ya son

casi las diez y es hora de que se levante para que coma algo. "Todos estamos

impacientes por conocerte, tu mami, tu abuelito, tu hermanito, tus tíos y yo. Todos

queremos que ya estés aquí." Continúo diciendo y me inclino un poco para poder darle

un beso suave de buenos días a mi pequeño ángel.

Entonces se abre la puerta.

"¡Mami, no te comas al bebé!" Grita Lawrence desesperado y corre hacia la cama para
subirse, seguido de Taylor que hace exactamente lo mismo.

"No me lo estoy comiendo" Niego entre risas. "Le doy los buenos días. Y eso deberían

darme ustedes dos antes de subirse a mi cama como dos pequeños chimpancés. Van a

despertar a Lauren." Finjo regañarlos. Ambos se lanzan a mis brazos y me dan un beso

cada uno.

"¿Cuando nacerá?" Pregunta Taylor cuando se separan de mí y se sientan en la cama


en posición de indio para ver a Lauren dormir.

"No lo sé, pronto." Contesto encogiéndome de hombros.

"Tengo miedo mami" Confiesa Lawrence con su ceño fruncido mientras observa fijamente

la barriga de Lauren. Luego me mira a mí con notoria angustia.

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"¿De qué tienes miedo mi amor?" Le pregunto. Taylor tampoco parece entender lo

que pasa.

"¿Y si la panza de mi mamá se rompe como un huevo para que el bebé nazca? ¡Le va

a doler mucho! A las gallinas no les duele porque sólo se sientan sobre sus huevos

para mantenerlos calientitos. Pero mi mamá lo tiene adentro... ¿Y si llora otra vez?"

Si hay algo que Lawrence detesta es ver a Lauren llorar. Cuando Lauren llora Lolo lo hace

también sólo porque no soporta verla triste. Taylor rueda los ojos y yo me río suave para

no avergonzarlo.

"¡No seas tonto Lolo!" Le dice ella "Eso no pasa ¿Verdad Camila?"

"Así es Tay. No tiene de que preocuparte Lolo, la pancita de mamá Lauren no se va


a romper como un huevo porque no es un huevo. ¿Entiendes?"

"¿Entonces qué es?" Pregunta él con un tono de alivio y curiosidad.

"Es... como una bolsita... con agua." Trato de explicar. Taylor abre los ojos sorprendida.

"¿Y el bebé no se ahoga?" Pregunta asombrada. Yo vuelvo a reír ligeramente.

"No, el bebé está bien. Se siente cómodo y cálido y cuando llega el momento él rompe la

bolsita y boom, nace." Dije ambiguamente, ellos no estaban preparados aún para

escuchar todos los detalles. Quizá en unos dos o tres años más comenzaríamos a tener

esas charlas.

Ambos se quedan en silencio, aceptando lo que les acabo de decir y Lauren comienza a

moverse sobre la cama.

"Parece que alguien está despertando" Señalo con una sonrisa mientras mi esposa se

acomoda sobre su espalda. Mueve un poco la cabeza, se aparta los cabellos del rostro y

luego estira los brazos. Los niños observamos fijamente cómo su panza se levanta con el

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movimiento, se ve mucho más grande de lo que en realidad es desde este ángulo. Lauren

baja los brazos y por fin comienza a abrir los ojos.

"Buenos días" Dice con la voz ronca de recién despierta que tanto amo de ella. Los niños

se lanzan con cuidado hacia ella y abrazan su abultado vientre. Yo me hago hacia atrás

y le doy un beso en los labios.

"Buenos días mi amor." Le digo cuando me separo de su boca. "¿Cómo te sientes?"

"Bien" contesta sonriendo "Embarazada." Agrega encogiéndose de hombros y estira el


cuello para pedirme otro beso que le doy de inmediato. "Buenos días niños."

"Buenos días mamá" "Buenos días Laur" Hablan los dos al mismo tiempo desde su

sitio, cada uno a un lado distinto de Lauren.

"Ya quiero ver a mi hermanito, mamá" Dice Lawrence poniendo su mano sobre la panza y

dándole suaves golpecitos. "¿Cuándo vas a salir de ahí? ¿Eh?" Pregunta y todos nos

reímos "Necesito un hermanito que quiera jugar fútbol conmigo."

"Taylor juega contigo." Apunto y él frunce el ceño mientras Taylor se ríe.

"No le gusta jugar conmigo por que siempre le gano." Responde ella orgullosa y

Lauren agita su cabello de forma juguetona con la mano.

"No es cierto" Refuta Lolo haciendo un puchero.

"¡Sí es cierto!" Contesta Taylor. "Las niñas somos mejores que los niños."

"Que no."

"Que sí"

"No, no, no"

"Sí, sí, sí."

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Y esta es una escena que se repite todos los días. Los dos son muy competitivos, cosa de

familia si me preguntan. Los Jauregui y los Cabello somos así, diría que Taylor tiene las

de perder en ese sentido, porque Lawrence es un Cabello-Jauregui, pero

sorprendentemente, conforme a los años han pasado Taylor se parece cada vez más a

mí, tiene un carácter fuerte y no se deja de nadie, además es muy inteligente e ingeniosa.

Apuesto a que será la diva de su instituto cuando crezca y Lauren y yo estaremos ahí

vigilando que no haga alguna de las estupideces que yo hice en mis tiempos de escuela.

"No, y no se vale que les preguntes a mis mamás porque ellas son niñas también." Siguió

discutiendo Lawrence mientras Lauren y yo los veíamos completamente divertidas con la

escena, nuestras manos entrelazadas. "Por favor se niño" Pidió poniendo sus dos manos

sobre la redondez de Lauren.

"Va a ser niña" Dijo Taylor muy segura.

"Niño"

"Niña"

"Niño"

"Bueno, ya basta" Responde Lauren "Hagamos algo, preguntémosle al bebé qué es."

Sugiere y yo me río.

"Pero mamá, el bebé no habla." Se queja Lolo y mira a su mamá como pensando que
se ha vuelto completamente loca.

"Ya sé, pero se mueve ¿No?" Pregunta y todos se quedan en silencio "Mira, préstame

tu mano." Lauren tomó la mano de mi niño y luego su dedo índice, lo llevó al costado

izquierdo de su barriga comenzó a hacer círculos sobre su piel. "Ahora tú haz lo mismo

del otro lado TayTay" Instruyó a su hermanita quien obedeció "Si patea del lado de

Lawrence es niño y si lo hace de lado de Tay es niña."

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Los niños comprendieron el juego, fruncieron el ceño de forma competitiva y comenzaron

a acariciar más rápido, cómo si fuera una carrera.

Entonces sucede. Una patada y luego una celebración.

El poder femenino triunfa.

"¡Es niña, es niña, es niña!" Canturrea Taylor y Lawrence cruza los brazos mientras

Lauren se ríe.

"No hagas caso mi amor" digo mirando a mi hijo "Esto no es exacto, quizás todavía hay
oportunidad y tienes un hermanito.

"Sería lo justo" Contesta él "Estoy rodeado de niñas" Responde con un ligero tono
de enojo.

"Créeme hijo, cuando crezcas vas a adorar estar rodeado de ellas." Dice Lauren y yo le
doy un golpe en el hombro.

Conforme el embarazo ha llegado a su punto final ella ha estado regresando a ser la de

siempre, así que yo puedo volver a ser la novia celosa que en el fondo nunca dejé de ser.

"No quiero que sea como tú." Le digo de broma. Pero a decir verdad espero que no sea

tan promiscuo como Lauren durante nuestra separación.

"Pero míralo, es muy guapo. Tú sabes que eso pasará... Es el encanto de los Jauregui."

"¡Jauregui!" Repite Lawrence con orgullo y yo ruedo los ojos porque aquí es donde

me rindo. Los cuatro somos Jaureguis y los cuatro estamos felices de serlo. No sé, es

ridículo, pero el apellido nos gusta mucho. Suena bien ¿No?

"¿Y nuestra hija? ¿Qué harás si es una niña?" Le pregunto tanteando el terreno,

quiero ver si al pensar en una nena o en su hermanita saliendo con chicos va a ser

igual de optimista. Lauren sonríe grande.

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"Mi hija tendrá a todos babeando por ella. Así como Tay en un par de años, ya verás.

Nadie se resiste a nosotros." Dice con soberbia y le doy un corto beso en los labios

porque eso es suficiente para saber que no será una madre celosa e histérica "Pero, si

algún idiota se atreve a romper su corazón, Lolo y yo le rompemos las piernas.

¿Verdad?"

Lolo asiente frenéticamente. No estoy segura de si entiende de lo que estamos hablando,

pero él saltaría de un puente si Lauren se lo pidiera así que no me extraña que le diga que

si.

"Bien, suficiente de charla, es hora de que todos desayunemos." Les digo y pronto

todos estamos fuera de la cama, aún en pijama, dirigiéndonos a la cocina.

[...]

Pasamos la mañana comiendo y haciendo prácticamente nada, hasta que llega el

momento en que cada quien debe tomar una ducha y arreglarse porque es viernes y

ustedes saben lo que pasa los viernes ¿Cierto?

Así es, los niños visitan al abuelo Alejandro. Y se quedan ahí.

Amo a Taylor y amo a mi hijo, pero realmente disfruto cuando hay tiempo a solas para

Lauren y para mí, porque eso significa que puedo besar a mi esposa con un poco más

de entusiasmo sin tener que preocuparnos de si estamos dándole un espectáculo

inapropiado a los niños.

"¿Listos?" Pregunto y todos asienten, los niños se suben rápido a la parte de atrás del auto.

Aún conservamos la camioneta pero esa sólo la ocupamos cuando vamos sólo Lauren y yo

por comodidad. Una vez que los niños están dentro con los cinturones puestos, me dedico a

ayudar a Lauren a subir al asiento del copiloto. Su panza es del tamaño normal, adecuado,

pero sé que ella se siente gigante y camina como si realmente lo fuera, sus pasos son lentos

y muy bien calculados, así que tardamos unos minutos

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hasta que ella está cómoda. Entonces tomo el asiento del piloto y emprendo el viaje

hacia la mansión.

Mi padre ya no está tan solo como ante, mi tía Dianne se mudó a la mansión luego de que

el tratamiento de Keana en el extranjero tuviera que extenderse. ¿Recuerdan que ya

podía ver? Bueno, el tratamiento falló luego de unos meses y ella tuvo que irse de nuevo,

así que mi tía se quedó sola y dado la soledad de dos ancianos hermanos, ambos

decidieron hacerse compañía el uno al otro.

Ahora, una pregunta para averiguar si sus cerebros se mantienen despiertos y


activos. ¿Quién creen que tuvo una relación a distancia durante casi un año?

Muy bien, sí. La mitad de esa relación corre a cargo de Keana. Ahora, piensa ¿Cuál es la

otra mitad? Yas baby. Alexa Ferrer. Supongo que el amor es como una enfermedad

altamente contagiosa, porque esas dos se volvieron emocionalmente inseparables luego

de mi boda con Lauren. ¿Y saben? Su relación es perfecta. No tanto como la mía con mi

esposa, claro. Pero es perfecta a su modo.

Además, si hay algo que tengo que admirarles, fue la capacidad de estar distanciadas y

apoyándose aún así.

¿Por qué Keana no se llevó a Alexa con ella a Irlanda? Bueno, la señora Mercedes

enfermó gravemente y aunque nosotros le dábamos toda la atención médica que

necesitaba, Alexa no quiso separarse de ella ni un momento. ¿Conoces esa sensación de

que algo muy malo va a suceder y tienes que apreciar los buenos momentos? Alexa la

sentía.

Su abuela falleció meses después, así que, supongo que fue una buena cosa que no se

fuera con Keana después de todo. Mi prima había querido venir a apoyarla en tan difícil

momento, pero le resultó imposible porque debía someterse a una operación. Y así, en

los tiempos más difíciles para cada una, no fueron capaces de estar juntas físicamente

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pero emocionalmente se mantuvieron unidas a pesar de todo. A pesar del dolor, la

distancia, la culpa de no poder estar la una con la otra para abrazarse.

No es lo mismo que vivimos Lauren y yo, pero es similar, yo las entiendo, Lauren las

entiende. Estamos felices por ellas y contrario a lo que puedan pensar, ya no se siente

para nada extraño que el primer amor de mi esposa y mi prima que también tuvo algo que

ver con mi esposa estén juntas ahora.

¿Pueden recordar lo que les dije al principio? Eso acerca de que existen puntos de

intersección entre el camino de una persona y otra. Bueno, estos caminos están muy,

pero muy bien planeados, al menos eso creo. Si Lauren y yo no nos hubiéramos

conocido, probablemente Keana y Alexa tampoco. Si yo no hubiera caído en la trampa de

Austin, bueno, me habría ahorrado mucho sufrimiento, sí, pero no tendría a mi hijo.

¿Sabías que en el planeta Tierra viven alrededor de 7 billones de personas? Ahora,


imagina la cantidad de veces que estos se cruzan. ¿Impresionante no?

Creo que es una verdadera fortuna que el mío haya coincido con el de Lauren en el
momento correcto, el instante preciso para que todo esto sucediera.

Cuando llegamos a la mansión, Taylor y Lawrence salen corriendo del auto para buscar a

mi papá y a mi tía. Mi tía parece su abuela y eso no me molesta en lo absoluto, es lindo

que tanto mi hijo como Tay puedan tener ese par de figuras. A veces pienso en mi mamá,

me pregunto sí la persona que ella eligió por encima de mi padre y de mí la está siendo

feliz. Para ser sincera espero que sí, espero que haya dejado atrás todo el odio y

resentimiento en su corazón y sea feliz. Yo ya la perdoné. Mi papá también. Y si algún día

ella decide volver, para saber como estamos, para formar parte de mi vida, yo la

aceptaría.

Evidentemente no soy la misma persona de hace casi ocho años. ¿Verdad? Ha sido

difícil pero creo que cada obstáculo ha valido la pena, me han hecho quien soy ahora, me

han dado lo que tengo ahora y no lo cambiaría por nada nunca.

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Keana y Alexa se acercan para ayudarme con Lauren, están locas por el bebé y siempre

están haciendo preguntas acerca de cómo va el embarazo de Lauren y todo eso. Mi

esposa suele hacer gestos o bromas sugerentes acerca de cómo esas dos chicas se

preocupan por ella, pero yo no le hago caso, sé que lo hace únicamente para molestar y

porque le gusta verme celosa, pero estas dos están simplemente fuera de juego. Habría

que ser ciego para no ver lo mucho que se quieren.

Ups, creo que nunca voy a superar las bromas de ciegos. Perdón Keana.

"¿Es seguro que salga de la casa estando así?" Pregunta Alexa con
preocupación, mientras caminamos hacia el interior de la mansión.

"Está embarazada, Alexa, no inválida." Le contesto sonriendo. "Ups, perdón prima."

"Ya estoy acostumbrada." Responde Keana rodando los ojos. Lauren solo niega con
la cabeza mientras se sienta suavemente en la sala.

Papá y la tía Dianne no tardan en aparecer con Taylor y Lawrence colgados de sus

cuellos. Taylor ya está un poco grande para eso pero es una mimada así que no importa

en lo absoluto. Pronto, ambos se acercan a nosotras y nos saludan con entusiasmo,

papá no pierde la oportunidad de acariciar la barriga de Lauren. Nadie lo hace, es

simplemente inevitable, como cuando ves una figura de buda y necesitas tocarlo para ver

si te da buena suerte. Seguramente ni siquiera conoces el budismo a fondo pero igual lo

intentas. Pues así es con la panza de Lauren, tienes que tocarla, y la mayoría de las

veces con la esperanza de que nuestro hermoso hijo o hija se mueva y te deje saber que

te está sintiendo. Papá no puede quitar su sonrisa de abuelo orgulloso cuando siente una

patada en su mano, Lauren hace un gesto de dolor pero lo soporta.

Para esta etapa del embarazo nuestro bebé ya está más que acomodado en el lugar

adecuado, listo para decirle hola al mundo, lo cual quiere decir que esas patadas deben

ser realmente dolorosas para Lauren, la presión es grande.

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Todos estamos sentados en la sala, hablando, riendo, haciendo bromas, diciendo

estupideces, mientras Taylor y Lawrence juegan en el jardín. ¿Mi vida es perfecta?

Muchísimo.

¿Y saben cuál es la mejor parte?

Siento que sólo se pondrá mejor.

Al menos así ha sido desde que Lauren volvió. Siento que será así siempre.

No me malinterpreten, probablemente mi definición de perfección es distinta a la que tu

tienes. No quiero decir que no habrá problemas, que no discutiremos o que no

pasaremos por crisis, pero siendo completamente sincera, no me imagino una sola cosa

en la Tierra, el cielo o el infierno, que haga que Lauren y yo nos separemos. Nada puede

derrumbarnos. Somos fuertes las dos juntas, ella es mía, yo soy suya y eso funciona

porque así es como debía ser. ¿Entiendes?

Luego de otra tarde perfecta casi con la familia completa -Chris sigue estudiando fuera de

la ciudad, viviendo con su novia Rose- Lauren y yo volvemos a casa. Solas, por

supuesto.

Pero esta vez ni ella ni yo tenemos planes especiales, si sabes a lo que me refiero.

Llegamos a casa, dejo las llaves en la mesa de la entrada, Lauren se quita los zapatos y

comienza a andar descalza. Va a la cocina y toma un vaso con agua.

"¿Ducha?" Le pregunto, ella asiente con la cabeza así que voy al baño a calibrar la

temperatura del agua para que esté perfecta para ella. Debido a los eventos pasados de su

vida, entenderán que ella no es demasiado exigente en cuanto a las comodidades. El agua,

por ejemplo, no le interesa en lo absoluta, ella se bañaba con agua fría todas las mañanas

antes, porque no tenía dinero suficiente para pagar el gas o la luz para mantener el agua

tibia. No es algo de lo que deba preocuparse ahora y aunque sé que sigue siendo tolerante al

agua helada, me gusta consentirla. Y a ella le gusta que lo haga.

700
Es bueno, para las dos. Ella también tiene detalles conmigo. Quiero decir, sin ella yo no

estaría aquí ahora, así que ha tenido más que detalles conmigo, pero de eso se trata el

matrimonio ¿Cierto? Y sobre todo el amor. Entrega, servicio, respeto. Esa es la fórmula.

Ah, y pasión, claro. Pero por hoy podemos olvidarnos de ese último ingrediente, nos
concentramos en los otros tres.

Justo cuando el agua está perfecta, Lauren entra al baño y se deshace de su vestido.

Sigue sin ser demasiado fanática de ellos pero se ha acostumbrado por el bebé. Igual no

tarda nada en deshacerse de él y de su ropa interior, yo la observo, entonces ella se

acerca a mí y me ayuda a quitarme mi ropa también. Ambas entramos bajo el agua del la

regadera.

La recorro con la mirada, ella hace el intento de taparse pero yo sostengo sus manos con
las mías y la miro a los ojos.

"¿Recuerdas la vez que me encontraste llorando en el baño? Yo era una

verdadera mierda."

"Camz..." Murmura. No quiere escucharme pero no me importa y sigo hablando.

"No, escucha. Lo cierto es que no era una mierda, sólo me sentía como una. ¿Y sabes

qué hiciste tú? Te arrodillaste junto a mí, me abrazaste, me repetiste una y otra vez que

era hermosa y que me querías. Lo hiciste Lauren. ¿Y al final de todo? Tenías razón."

Le digo con suavidad, dedicándole una sonrisa. "Mírame ahora. ¿Estoy perfecta no?

Más que antes... "

"Eres hermosa, Camz, siempre lo has sido." Me dice ella con total seguridad. "Pero lo tuyo

hace años y lo mío no es lo mismo."

"Por supuesto que no lo es. Tú eres mucho más hermosa de lo que yo lo era en aquel

momento, porque justo aquí..." Le digo acariciando su vientre "Está un bebito o bebita que nos

va a hacer mil veces más felices de lo que ya somos." Lauren sonríe ligeramente "Es

701
por eso que tu panza es tan grande Lauren. Porque dentro no sólo tienes un bebé,
tienes toda la felicidad que él o ella va a darnos durante cada día de su vida."

Mi esposa se ríe y amo ese sonido, porque es sincero.

"¿Esa es su opinión profesional?" Me pregunta jugando y yo le respondo en el mismo


tono.

"Por supuesto, no pasé tantos años en la universidad como para estar equivocada. Confíe

en mí, señora Jauregui."

Lauren toma mi rostro entre sus manos y me besa en los labios. Está feliz, agradecida.

Sabe que lo que siente sólo es temporal, sabe que tengo razón en todo lo que acabo de

decirle.

Así que pasamos los siguientes minutos en silencio, dándonos una ducha. Me encargo de

lavar cada parte de su cuerpo que ella no alcanza debido a las dimensiones de su vientre

y cuando termino le doy un beso en el ombligo. La miro hacia arriba y la veo susurrar un

"Te amo" que hace todo mi cuerpo vibrar de felicidad.

¿Les había dicho ya lo perfecta que es mi vida?

Mi vida es PER-FEC-TA.

[...]

"Camila"

"Camila"

"Camila, despierta."

Me remuevo en la cama al escuchar la voz de Lauren. Abro los ojos después de

tallarlos un poco con mis pulgares y el reloj de la habitación marca las dos de la

mañana. Hacía mucho que Lauren no tenía un antojo... Pero antes de seguir pensando

en eso me incorporo para mirarla.

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"¿Qué pasa?" Le pregunto parpadeando un poco. Todavía estoy adormilada.

"La fuente" dice con suavidad. No la escucho bien.

"¿Qué?" Pregunto tratando de poner más atención.

"Camila, la fuente..." Mi cerebro no procesa nada. "La fuente se rompió."

Lauren levanta las sábanas y gracias a la luz de la lámpara que hay en el mueble puedo

observar sus muslos húmedos y una mancha de líquido en la cama.

La fuente se rompió.

Oh mierda.

"¿Te duele?" Le pregunto ya completamente despierta. Ella niega con la cabeza.

"¿Sientes contracciones?" Continúo, ella vuelve a negar.

"Perfecto. Tranquila amor... Tenemos tiempo. Déjame preparar todo y si sientes


dolor avísame. ¿De acuerdo?" Le digo con tranquilidad.

Parezco estar perfectamente bien, pero estoy nerviosa como la mierda. He hecho esto

cientos de veces, pero hacerlo cuando el bebé que viene en camino es mi hijo es

completamente distinto. Aún así no puedo transmitirle mi nerviosismo a Lauren. Las dos

sabemos que todo va bien con nuestro bebé, no hay de que preocuparse.

Así que salgo de la habitación no sin antes besar a mi mujer en los labios para

transmitirle amor y confianza.

Contrario a lo que las películas nos hacen creer, cuando la placenta se revienta no

siempre sale entre sus piernas como un jodido río en tiempo de lluvias. Todo depende de

la mujer, y de sus características, el flujo de Lauren no fue exagerado, por lo que alcancé

a ver, un término medio. Por otro lado, luego de que se rompe el trabajo de parto no

comienza inmediato y tampoco siente dolor como si fuera a morir en ese instante. ¿Le va

a doler mucho? Sí. Pero todavía tenemos tiempo para eso.

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¿Quieren saber algo interesante?

Lauren no sólo quiso un parto natural. Quiso un parto en agua.

Así que eme aquí, preparando la gigantesca tina, llenándola de agua a la temperatura

adecuada, y poniendo cerca de ella todo lo que voy a necesitar para cuando mi hijo o hija

esté por fin con nosotras.

Todo está listo, así que subo corriendo las escaleras hasta llegar a mi habitación.
Lauren está ahí con una mueca de dolor en su rostro y sus manos sobre su vientre.

"¿Comenzó a doler? ¿Por qué no me llamaste?" Le pregunto acercándome a ella. Lauren


respira profundo tal como le enseñé a hacerlo y sostiene mi mano con fuerza.

"Acaba de empezar. Estoy bien, puedo soportarlo." Me dice y yo me sorprendo de que


esté así de tranquila, pero luego sonrío, se que es porque confía en mí.

Pronto estamos abajo, con cuidado la ayuda a deshacerse de su blusa y sus bragas, que

es lo único que trae puesto y entra a la tina. Me quito la ropa y entro con ella. Sé que le

duele mucho, pero aún así parece completamente apacible, el agua la relaja, se siente

bien.

Acaricio su vientre mientras la beso y juntas esperamos a que las contracciones vayan

aumentando. Esperamos a que nuestro pequeño angelito decida que ya es el

momento de estar con nosotras.

Cinco horas y mucho pero mucho dolor después, Lauren está lo suficientemente dilatada

para que el verdadero trabajo comience. La luz del amanecer se cuela por las ventanas.

¿Me olvidé de mencionarlo? Estamos en la sala de estar, me he encargado cada hora de

regular la temperatura del agua para que todo salga bien pero este es un punto en que lo

que menos le importa a Lauren es si el agua está tibia o no.

Sus nudillos están blancos mientras se aferra al borde la tina, su frente suda, las plantas
de sus pies se arquean, sus piernas bien abiertas mientras su mandíbula está apretada.

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"Vamos mi amor, ya viene" Le digo porque con mis manos bajo el agua puedo sentir la

presión que hace la cabeza de mi bebé. "Puja fuerte Lauren."

"Joder, joder..." Repite antes de tomar aire, sostenerlo dentro de sus pulmones y

hacer fuerza.

"Así Lern, así mi amor. Una vez más" La aliento y ella repite el proceso.

Varios minutos más tarde, ya puedo sentir la cabeza de mi bebé con mis dedos.

"Oh por Dios, Lauren, está aquí amor. Está aquí. Sigue, ya falta poco." Le digo con

lágrimas en mis ojos. Lo siento, pero no puedo evitar llorar, este es el parto más hermoso

que he atendido en mi vida.

"Ayúdame Camz..." Me pide y yo asiento con la cabeza, me inclino hacia adelante y beso

su frente, sus labios. Entonces Lauren vuelve a pujar fuerte. Muy muy muy fuerte. Su cara

está completamente roja, sus ojos casi desaparecen de lo cerrados que están pero todo

su esfuerzo tiene una recompensa.

Mi bebé está aquí.

Lo tomo con cuidado mientras Lauren respira y tiro con suavidad de él, pero sigue

apretado, así que miro a Lauren a los ojos, rogándole que continúe. Ella está

exhausta. Está enserio abatida.

"Una vez más mi ángel" Le pido "Sólo una vez más, mi amor. Ya está aquí."

Entonces, no sé cómo. Pero lo hace.

Jodidamente lo hace y yo tomo a mi bebé por los hombros mientras Lauren puja con

la fuerza que sólo su alma puede darle en estos momentos en que su cuerpo casi no

le responde. Y si, nace.

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Mi bebé se queda unos segundos bajo el agua. Sin ningún riesgo porque sigue conectado

por el cordón umbilical, juego con él un poco. Se siente cómodo, parece que ni siquiera se

ha dado cuenta de que ya está con nosotras.

Con mucho cuidado lo tomo y Lauren deja resbalar su cuerpo para hundirse un poco más

bajo el agua, entonces levanto a nuestro bebé cuyo rostrl no he visto todavía y lo levanto

lentamente formando suaves ondas en el agua, le doy la vuelta y lo coloco entre los

brazos de mi esposa que lo mira con lágrimas en los ojos.

"¿Qué es?" Me pregunta mientras lo recibe en sus brazos. Lo único que sobresale de
su cuerpo en el agua es su carita. Pronto comenzará a respirar por su diminuta nariz.

"¿Esta mañana?" Le pregunto para ver si recuerda el juego que tuvo con los niños. "No lo
sé amor, pero creo que tus métodos son más efectivos que cualquier ultrasonido."

Lauren levanta las cejas. Sus ojos se abren muy ligeramente con sorpresa en ellos.

"Es..."

"Es una nena, mi amor. Tenemos una princesa." Le respondo sonriendo entre lágrimas
y me acomo a su lado para que ambas podamos ver a nuestro angelito.

"Es tan hermosa..." Dice. Y yo asiento de acuerdo.

La verdad es, que es muy pequeña como para que ya pensemos en su belleza física.

Sus rasgos son apenas visibles. Pero ella es hermosa de todas formas. Porque Lauren y

yo la hicimos. Si, con un poco de ayuda de un donador, claro, pero sigue siendo nuestra

hija. Producto de nuestro amor. Y eso la hace maravillosa.

"¿Cómo se va a llamar?" Le pregunto a Lauren y ella me mira extrañada solo por un

instante. No quiere despegar sus ojos de nuestra hija y yo tampoco. "Yo elegí el nombre

de Lawrence. Es justo que tú elijas el nombre de nuestra nena." Le explico y puedo

adivinar la sonrisa en su rostro.

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"Tengo el nombre perfecto" declara y yo siento mucha curiosidad. Lauren da un beso en

la frente de nuestra bebé, suave, delicado. Acaricia su cabello. "Te haremos tan feliz

como tú nos haces a nosotras... Sofía."

No puedo evitarlo, miro a Lauren sin poder creer lo que acaba de decir. Entonces
ella levanta sus ojos hacia mí.

"Nunca más vas a estar sóla Camz." Me dice y yo entiendo perfectamente lo que eso
significa. Entonces la beso y ella me corresponde.

"Hola Sofi" Susurro mirando a mi hija y tomo su manita con mi dedo índice.

Sofi abre su mano y la cierra aferrándose a mi dedo. Lauren toma mi mano libre, entrelaza

sus dedos con los míos...

"Te amo" Le digo.

"Te amo" Me responde.

Y luego... luego besa mis nudillos.

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Epílogo

Lauren's POV

"Mamá"

Mis ojos se abren lentamente después de escuchar la voz de Lawrence llamarme. Estoy

cansada, pero ni bien mis ojos se acostumbran a la luz de la habitación, sonrío, pues un

remolino de recuerdos de los últimos meses se hacen presentes en mi cabeza. No puedo

ser más feliz de lo que soy.

"¿Qué pasa Lolo?" Le pregunto mientras me incorporo en la cama, para observarlo mejor,

él me dedica una sonrisa tierna y yo aprovecho para acariciar suavemente su cabellera

castaña, tan similar a la de Camila.

Camila... Sonrío más grande sólo con pronunciar su nombre en mi mente. Ella es la razón
de toda mi felicidad.

"Mami Camila me pidió que te despertara, dice que es hora de que bebé Sofi coma y que

tú desayunes." Me informa y yo suspiro. No puedo creer que tengo esta familia, de verdad

es asombroso.

"Ven aquí pequeño." Le pido y el se acerca más a mí. No puedo soportarlo, necesito

abrazarlo, necesito darle afecto porque siento que si no lo hago me va a explotar el pecho

de tanto cariño. Lo envuelvo en mis brazos y lo apachurro con un poco de fuerza mientras

hago ruiditos que lo hacen reír a carcajadas, unas sonoras carcajadas que me llenan el

alma de vida.

"¡Mamá me aplastas!" Dice él entre risas mientras me abraza también.

"Alguien ya despertó" Escucho una voz decir y llevo mi mirada hacia la puerta de la

habitación donde mi esposa está parada con mi pequeña Sofía entre sus brazos y

mientras que Taylor se encuentra a un lado de ella con una bandeja en sus manos la cual

al parecer contiene mi desayuno del día, que consiste en unos panqueques con

708
mantequilla, café con leche y algo de fruta. Sin embargo eso tendrá que esperar pues

veo a mi pequeña princesa removerse inquieta en el pecho de mi dulce Camz.

"Vengan aquí" Les pido con una sonrisa y Camila se acerca de inmediato hacia mí

reflejando mi gesto de forma divina, mientras Lawrence se acerca a Taylor y de forma

enternecedoramente caballerosa, la ayuda a cargar la bandeja de mi desayuno y

colocarla con sumo cuidado sobre uno de los muebles a lado de la cama.

Cama que, por cierto, pocos segundos después está ocupada por todos los miembros de

mi hermosa familia. Mi hermana, mi hijo, mi hija, mi esposa y yo. Me alegro de tener un

colchón tan grande donde quepamos todos sin problema alguno. Me alegro

inmensamente de ser despertada de esta forma.

"Buenos días mi amor." Me dice Camz y luego deposita un suave beso en mis labios que
provoca cosquillas en mi estómago y risas burlonas en los niños.

"Buenos días Camz" Le respondo, entonces delicadamente, Camila va poniendo a mi

pequeña bebé en mis brazos. La sostengo con firmeza, pero con igual de suavidad y cariño,

ella es muy hermosa, y tiene sus ojitos abiertos, mirándome directamente mientras sonríe aún

sin tener un solo diente y sus delgados cabellos oscuros cubren su cabeza.

Sofía eleva sus diminutas manos en mi dirección y yo inclino un poco la cabeza para que

mi nariz reciba su saludo. Escucho a Camila reír suavemente a mi lado.

"Está feliz de verte" dice mi esposa justo a mi lado, pero yo no puedo apartar la vista de

nuestra hija.

"Yo también estoy feliz de verla." Contesto apartando mi rostro para poder observarla

mejor. Sofía abre y cierra sus ojitos tan verdes como los míos y luego de eso lleva

sus manitas hacia la camisa de mi pijama tirando de la tela mientras trata de alcanzar

mi pecho con su boca. "Vaya, alguien tiene hambre."

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"Te dijeeee" Habla Lawrence, pero su voz suena algo extraña. Cuando Camz y yo

volteamos, tanto él como Taylor tienen la boca llena y el plato de panqueques está

casi vacío.

"Ya se me hacía extraño que ustedes dos estuvieran tan callados." Dice Camila mientras

rueda sus ojos y yo sólo me río ligeramente. "Ahora tendremos que preparar más

panqueques para que mamá desayune."

"¡Yo rompo los huevos!" Grita Taylor emocionada una vez que ha conseguido pasarse el
gran bocado que se había metido.

"Mami ¿Puedo usar la batidora?" Pregunta Lolo mientras anda por la cama de rodillas

hasta llegar al regazo de Camila, aprovechando para inclinarse un poco y mirar a

Sofía. Los ojos de Lolo brillan de adoración por su hermana.

"Está bien, pero promete que no te comerás la mezcla antes de tiempo. Puede hacerte

daño." Respondió Camila y luego Lawrence se lanzó hacia ella para darle un beso en la

mejilla. "Vamos entonces..." La escuché decir y mientras yo sacaba cuidadosamente mi

pecho para alimentar a una hambrienta Sofi, Camz le dio una palmada en la espalda a

Lawrence para que se bajara de la cama igual que Taylor, orden que él acató de

inmediato. Yo solo la observé en silencio por unos segundos que ella aprovechó para

acercarse a darme un beso más, este más largo que el de buenos días y también un

poco más húmedo.

"Cuando ella termine, vienes a la cocina con nosotros ¿De acuerdo?"

"Lo que usted diga señora Jauregui." Le contesté y ella dejó un suave beso en mi frente.

"Iugh" Se quejó Taylor haciendo que Camz y yo nos riéramos un poco.

"Si no salen de aquí en tres segundos no habrá más panqueques para ustedes dos."

Sentenció Camila y pronto los dos enanos salieron corriendo por la puerta.

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"Te amo" Le dije porque era imposible verla ahí con esa sonrisa en la cara y no sentir

ganas de decírselo, o de gritarlo.

"Te amo" Me contestó y luego se agachó para dejar un beso en la frente de Sofía que se

mantenía prendida a mi pecho izquierdo succionándolo sin descanso. "Y tú, ten cuidado con

esos dos que ahora los compartimos ¿Ok?" Mi cara se puso inmediatamente roja.

"No dijiste eso."

"Oh si, sí lo dije. Yo también puedo ser igual de guarra que tú de vez en cuando." Me

respondió sonriendo, poniendo la lengua entre sus dientes y apretando los ojos, pero

antes de que pudiera replicar algo, escuchamos un cristal quebrarse en el piso de abajo.

Hice el amago de levantarme, haciendo que Sofía abriera los ojos repentinamente por el

movimiento pero con un solo ademán Camila ordenó que me quedara en la cama. Y lo

hice.

"Yo me encargo de esos dos amor. Tú pon a dormir a nuestra pequeña princesa." Y con

eso y un nuevo y corto beso en mis labios Camila se despidió e hizo su camino hacia la

puerta dando pequeños saltitos que yo agradecí en silencio debido a lo maravilloso que

era ver su culo rebotar.

De pronto sentí una presión en mi pecho y regresé mi atención a Sofía quien tenía el ceño

fruncido.

"Oye no te enojes bebé, te juro que a mami Camila no le molesta que la miren.

Menos yo." Mágicamente las facciones de Sofi se relajaron y cerró sus ojos mientras

seguía tomando la leche ahora con un poco más de paciencia que al principio.

Mientras ella se perdía dulcemente en su labor, yo me dediqué a acariciar su cabeza y

sus mejillas sonrosadas o bien, jugar con sus pequeñas manos que se abrían y

cerraban para sostener mis dedos.

711
"Eres tan bonita Sofi... Me haces muy feliz bebé." Le decía casi en susurros, pues no quería

perturbarla. Era una niña preciosa, era imposible no notarlo, no derretirse por ella. Los niños

la amaban, en especial Lawrence que se desvivía por su bienestar, siempre tratando de

estar cerca, de ayudarnos a Camila y a mi en cualquier cosa que Sofía necesitara aunque

por momentos se ganara miradas de descontento por parte de Taylor, quien ahora por cierto

lo celaba más a él que a mí. No obstante, sabía que ella también adoraba a Sofía con todo

su corazón, ya varias veces Camz y yo la habíamos atrapado llenándola de elogios por las

mañanas mientras pensaba que nosotras dormíamos.

Ahora, por cierto, Sofi se había quedado dormida y yo finalmente fui capaz de poner mi

seno dentro de mi camisa de nuevo. Con cuidado coloqué a Sofía con su cabecita en mi

hombro y le di suaves palmadas en la espalda para que sacara el aire de su estómago y

así evitar que después le dieran dolores. Una vez hecho esto, y asegurándome que

estaba sumida en un profundo sueño, la coloqué en su cuna y me dirigí al baño a darme

una ducha rápida antes de bajar a la cocina.

"Vaya qué rico huele" Dije entrando a la cocina mientras cepillaba mi cabello con la mano

para acomodarlo un poco. Taylor y Lawrence estaban sentados en unas sillas altas para

alcanzar la barra de mármol de la cocina y Camila se encontraba parada a un lado de

ellos mientras bebían unas malteadas de chocolate.

"Justo eso estaba pensando cuando entraste" Me respondió Camz "Siempre


hueles delicioso cuando acabas de tomar una ducha."

"¿Insinuas que el resto del día apesto?" Le contesté a manera de broma y ella rió

suavemente mientras extendía su mano hacia a mí, cuando la tomé, tiró de ella con

suavidad para ponerme un poco más cerca y yo aproveché para abrazarla desde atrás,

pasando mis brazos por su cintura, dejando así un beso en su nuca que se hallaba

descubierta gracias a que llevaba el cabello recogido. Camila acarició mis manos con

las suyas tocando a propósito nuestros anillos de bodas.

712
Amaba eso.

La cercanía entre Camila y yo.

El hecho de que parecíamos tan enamoradas como hacía años, cuando yo no era más

que su chofer y ella la niña inmadura que me había visto obligada a soportar hasta el

punto de que mi felicidad dependía de un beso suyo.

La amo más que antes.

Estoy locamente enamorada de mi esposa.

Camila Cabello.

"Te dije que se parecían a los ositos de goma" Escuché a Lawrence "susurrar" tal vez

un poco demasiado alto, porque tanto como Camila y yo nos giramos al oirlo.

"¿Qué?" Preguntó Camz, mientras al mismo tiempo servía algunos panqueques en

un plato para mí y volvía a preparme el café de hacía poco en una taza nueva.

"Lolo encontró unos panditas pegados en sus golosinas ayer" Informó Taylor. "Dice
que son ustedes."

Tanto Camila como yo hicimos una cara de eterna ternura.

"Owww... Me habría gustado verlos" Mencioné para después llevarme un bocado de

panqueques a los labios haciendo que mis mejillas se inflaran como las de un hámster,

cosa que no pasó desapercibida por Camz que rápidamente se apresuró a pellizcarlas.

De un solo salto Lolo llegó al suelo y corrió hacia el refrigerador, se puso de puntitas hasta

alcanzar el lugar en la puerta donde se colocan los huevos y con su mano alcanzó a

tomar algo de ahí, luego corrió de vuelta hacia la barra, se subió a la silla alta y nos

mostró su mano. En ella había un par de panditas de goma que estaban unidos de la

mano, uno era azul y el otro rojo.

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"Así de pegadas están ustedes" Dijo Taylor y a pesar de que su voz denotaba fastidio,

luego la vi sonreír tan genuinamente que supe que ella también adoraba que Camila y yo

estuviéramos tan juntas como un par de panditas que se habían derretido hasta

fusionarse. No podría describir la sensación de alivio y felicidad que siento al saber que

Taylor ha superado sus miedos, que sabe que Camila y yo jamás la abandonaríamos, que

es mi familia y la amo. Ella fue mi primer bebé y nadie nunca podrá arrebatarle el lugar

que ocupa en mi corazón.

Además, no puedo creer lo rápido que está creciendo. Sé que apenas tiene nueve años,

pero es muy inteligente e independiente y siento que en sólo unos años ella comenzará a

decir "Ya no soy una niña". Quiero llorar de solo pensarlo.

Salgo de mis divagaciones cuando veo a Camila tomar el par de panditas de la mano de

Lolo.

"Este eres tú porque es el más alto y gordito." Me dice ella arrugando la nariz mientras

sonríe. Yo finjo estar ofendida.

"O sea, primero me dices que apesto y ahora que estoy gorda. Gracias por tanto
Camz, perdón por tan poco."

"Jodida idiota" Leo sus labios, pues ella no dice malas palabras frente a los niños, y

entonces comienzo a reír para después recibir un beso suyo en los labios. Ambas

sonreímos en medio del beso y eso hace que mi corazón salte de alegría dentro de mi

pecho.

"Ahora cómanselos" dice Lawrence y yo arqueo una ceja al verlo.

"¿Quieres que nos comamos las gomitas Lolo? Pero si las estuviste guardando
pequeño" Lo cuestiono sin entender.

714
"Sí pero ustedes son los de verdad así que no pasa nada. Tú te comes el de mami y mami

se come el tuyo." Respondió él con inocencia pero yo no quise dejar pasar el momento

para avergonzar a Camila.

"Oh créeme, seguro que me como el de mami Camz" Le respondí sonriendo pero supe

que Camila recibió el doble sentido cuando vi su boca abrise completa y luego un golpe

de su puño estrellándose en mi hombro mientras su cara se enrojecía completamente.

Me reí a carcajadas cuando la vi ir hacia el lavabo de la cocina a lavarse la cara buscando

bajarse la temperatura causada por mi nada inocente comentario.

"Te mataré" me susurra en el oído mientras yo continuo comiendo mi desayuno evitando

las ganas de reír. Entonces cuando doy el último bocado de mis panqueques con fruta,

tomo el par de panditas y se los ofrezco a Camila.

"Anda, toma uno que Lolo no guardó esto para nosotras por nada" Le digo y entonces ella

lo hace, toma el pandita azul, yo el rojo y ambas jalamos suavemente hasta lograr

separarlos, luego, de un solo mordisco los devoramos.

"Gracias Lolo" le dice Camz y sacude un poco su cabello, nuestro hijo sonríe con alegría y

yo suelto un suspiro pues estoy más que satisfecha después de todo lo que comí. "Ahora

los dos, vayan a tomar una ducha que ya casi es hora de ir a casa del abuelo."

"¡Sí!" Gritan tanto Lawrence como Taylor pues ambos adoran ir a la mansión, se pasan

horas nadando en la piscina o correteando en el patio de juegos que Alejando mandó

a colocar para ellos y que por cierto está en continua renovación para nunca dejar de

ser divertido para ambos. Los dos niños salen corriendo cada uno a su habitación y mi

esposa y yo nos quedamos a solas.

"¿Ya te dije que te amo?" Le pregunto mientras coloco una mano en su cintura y le sonrío

de lado, de esa forma que sé que le encanta porque a mí también me encanta cuando ella

lo hace.

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"Ya..." Me dice alargando un poco la palabra, mirando directamente mis labios por un

instante al tiempo que ella muerde los suyos, luego devuelve su atención a mis ojos.

"Pero sabes que me encanta escucharlo, así que puedes repetirlo todas las veces que

quieras." Termina y yo afianzo mi agarre en su cuerpo, esta vez utilizando ambas

manos para amasar sus costados ella, de forma cómoda y confiada pasa sus brazos por

detrás de mi cuello y los deja reposando en mis hombros con naturalidad.

"La amo" Le digo y ella hace un sutil movimiento con la ceja al escuchar el trato formal

al llamarla. "La amo con todo mi corazón, señorita Camila. Y lamento informarle..."

Agrego mientras finjo ver la hora en un inexistente reloj en mi muñeca "que debe ir a

arreglarse porque a su padre no le gustará que llegue tarde a casa."

Camila sonríe con su característica soberbia por un instante, un instante en el que

consigue transportarme siete años atrás. Amo a esa chica más que a mi vida, porque

la vida que tengo se la debo a ella y jamás sería lo mismo si no la tuviera.

"¿No crees que te estás tomando demasiadas confianzas Jauregui? Que no se te olvide

que soy tu jefa." Me contesta siguiéndome el juego y yo le sonrío de vuelta, pero no puedo

mantener más el papel, estoy demasiado pérdida, demasiado enamorada como para

fingirlo. Entonces simplemente la beso en los labios, aprovechándome de que estamos

solas y que los niños no vendrán en un rato para morderle los labios y deslizar mi lengua

dentro de su boca tal como nos gusta a ambas.

Camila se sostiene con fuerza, tomano mi cabello entre sus manos y yo me dejo llevar por

lo que siento, dejando que mi instinto tome el control, mi cuerpo exige más cercanía, más

piel por probar así que mis manos se aferran a ella y la levantan del suelo mientras

nuestras bocas continúan unidas, húmedas y chasqueantes.

Mi esposa termina sentada encima de la barra de la cocina y sus piernas cruzadas detrás de

mi cadera me acercan con fuerza contra ella. Nuestros labios se separan y ella jadea,

716
mi respiración está mucho más agitada de lo que estaba antes y su boca está

completamente roja y brillante.

"No te atrevas a parar ahora" Me dice, su voz jodidamente sexy y demandante "Es una

orden." Y luego de escucharla siento un escalofrío recorrerme entera, cada centímetro de

mi piel se eriza ante la expectativa, pero tengo un momento de lucidez en el que desvío

la mirada hacia la puerta, me alegro al ver que está cerrada. Luego los dedos de Camila

toman mi cabeza y la guían a su cuello, al primer contacto de mi lengua con su extensión,

sé que no es sólo su orden lo que me impulsa hacia adelante, simplemente no podría

detenerme de probarla. De amarla.

"Vamos Jauregui, no tenemos mucho tiempo."

[...]

Y de verdad, no teníamos mucho tiempo, así que el episodio de la cocina fue mucho más

corto de lo que me habría gustado que fuera. Pero un orgasmo para cada una no me

parece mal de todas formas. Al contrario, nos deja con el deseo de obtener más en

cuanto tengamos la oportunidad... y tomando en cuenta que iremos a la mansión, creo

que no nos faltará lugar para terminar lo que comenzamos.

"¿Amor?" Me llama Camila después de salir de la ducha.

"¿Mm?" Le respondo desde la cama, estoy guardando un poco de ropa y pañales de Sofi
en un bolso especialmente para ella.

"¿Nuestra princesa ya está lista?" Pregunta y al levantar la vista la encuentro secándose el

cabello, envuelta en una toalla que cubre su torso húmedo. Me veo forzada a regresar mi

atención a lo que estaba haciendo para no terminar babeando por mi esposa.

"Sí, ella ya está, y los niños están en la sala esperándonos mientras ven tele." Le

respondo, termino por cerrar la maleta y voy a jugar un poco con Sofía que está

entretenida con el móvil de unicornios ubicado sobre su cuna. "Hola pequeño nugget.

717
Estás hermosa ¿Te lo había dicho?" Le pregunto y mi hija sonríe alegremente para

después hacer algunas burbujas de saliva y ruiditos que me enternecen hasta el

llanto. Soy tan sensible.

"¿Esa técnica usas con todas Lauren?" Escucho a Camz preguntar y giro hacia ella para

notar que al menos ya lleva puesta la ropa interior, mas me mantengo observándola

hasta que termina de subir sus pantalones, deslizándolos lentamente por la parte de su

culo, sé que lo hace a propósito pero no digo nada hasta que termina y comienza a

ponerse la blusa.

"Sólo con las chicas verdaderamente importantes." Le contesté guiñándole un ojo y luego

de acomodar su cabello frente al espejo se acercó a mí, me dio un beso corto en los

labios y fue directo a la cuna de nuestra hija para tomar a mi pequeño nugget en sus

brazos. Yo me encargaría de cargar la maletita.

Pronto, todos salimos de la casa, subimos al auto, Lawrence y Taylor en los asientos de

atrás, cada uno a un lado de la ventana, mientras que Camila va a mi lado con Sofía en

brazos ya que ella todavía es muy pequeña para usar la silla para el coche.

Conduje por las calles ya conocidas hasta la mansión Cabello. Ahora no lucía tan solitaria

como antes pues a pesar de que Camila y yo no vivimos ahí, Diane, la hermana de

Alejandro y tía de Camila, está viviendo ahí junto con Keana que está feliz de la vida

desde que logró recuperar la vista.

Su tratamiento es muy complejo y debe tomar medicamentos de por vida para evitar que

su vista se deteriore, pero aún así ella está muy contenta, aprendiendo a vivir la vida

desde una perspectiva completamente distinta, y además acompañada de Alexa, que ha

sido un gran apoyo para ella. Sinceramente me encanta su relación, son dos personas

que quiero con todo el corazón y verlas felices me pone muy contenta.

Apostaría mi brazo izquierdo a que van a terminar casadas pronto.

718
En fin, al llegar a la mansión, Taylor y Lolo como de costumbre salen corriendo del auto ni

bien se quitan los cinturones de seguridad, yo por mi parte, salgo del asiento del pasajero

y rodeo el auto para poder abrirle la puerta a Camila, le ofrezco mi mano y ella la toma

con delicadeza mientras que con su otro brazo sostiene a Sofi contra su pecho. Camz me

sonríe por un instante, sé que ella también está teniendo un flashback.

"Gracias amor" me dice una vez que está fuera del vehículo y que yo he cerrado la

puerta. Con cuidado la tomo de la cintura y la guío hacia adentro pues no puedo tomarla

de la mano ya que está sosteniendo a nuestra hija.

"Bienvenidas" Nos dice Alejandro justo a la entrada de la mansión. Martha, ya con

muchas canas en su ondulado cabello negro (que continua llevando recogido) nos

mira con sus ojos brillando, está ansiosa por cargar a Sofi, pero aguarda en silencio

porque sabe que los primeros en mirarla serán mi suegro y su hermana.

Alejandro se acerca a su hija y le da un beso en la mejilla y un abrazo, con mucho

cuidado para no apachurrar a la bebé, luego Camz se dirige a su tía Diane quien esta

parada a unos pasos observando todo y también la saluda mientras el Sr. Cabello se hace

hacia mí para darme un abrazo también. Es extraño, pensar que ese hombre que una vez

me dio un empleo para poder sobrevivir es el mismo que ahora se comporta casi como un

padre orgulloso. Me alegra eso, no por mí, sino por Camila, ahora mi dulce Camz tiene la

familia que siempre se mereció.

"¿Cómo han estado mis princesas?" Me pregunta Alejandro dándome una, no tan suave,
palmada en la espalda refiriéndose a su hija y su nieta.

"Hermosas" le contesto con una sonrisa que él corresponde mientras seguimos a Camila

y Diane por el interior de la mansión con dirección hacia la sala de estar, desde donde

puedo ver a Lawrence y Taylor jugar por los ventanales.

"Y felices, por lo que veo" dice él levantando su dedo índice para señalar a Camz quien
tiene una sonrisa radiante en su rostro. Alejandro me detiene un momento en el pasillo, se

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que está a punto de darme un discurso de suegro, pero lo acepto porque estoy segura

que será algo bueno que escuchar. "Muchas gracias Lauren. Por todo lo que has

hecho, por cuidar de mi hija y darle toda esa felicidad."

"Alejandro" lo llamo con comprensión "No tienes nada que agradecerme. Su felicidad es la

mía, tú lo sabes. Nuestros hijos, nuestro matrimonio, nuestra familia es lo más valioso que

tengo. Lo cuidaré con mi vida. "

"Aún así" continúa él "No demerita todo lo que has hecho. Todo lo que has ayudado a mi

hija, no puedo explicarte lo orgulloso que me siento cada vez que veo la mujer que es

ahora. Sé que yo no colaboré en nada para que ella se convirtiera en este maravilloso

ser humano. Fui un cobarde y un pésimo padre."

"Bueno, me contrataste." Le dije a manera de broma y él rió con suavidad.

"Ese ha sido el mayor acierto que tuve respecto a la vida de mi hija. Sería una historia
completamente diferente si tú no hubieras aparecido."

"No lo sé." Respondí levantando mis hombros por un instante "Quiero pensar que Camila

habría encontrado la manera de mejorar su estilo de vida, de una forma u otra incluso si

yo no hubiera aparecido en su vida. Pero si son peras o manzanas, no tiene caso

preguntárnoslo. Estoy con ella ahora, somos felices y eso es lo que importa. Así que

tampoco tienes que seguir culpándote por las cosas que no hiciste o que hiciste mal. ¡Haz

hecho mucho por ella! ¿Quién estuvo con ella mientras estaba esperando a Lawrence?"

"Los médicos que la atendían en el centro de rehabilitación." Contestó con ironía y


una sonrisa triste en su rostro. Yo rodé los ojos.

"Tú la cuidaste. Tú viste por ella y por mi hijo cuando Camila no tenía a nadie más. Fue ella

quien me lo contó, está agradecida por eso. ¿Y sabes qué? Eres un excelente abuelo." Le

dije con sinceridad, ahora pude ver su expresión cambiar a una de verdadera alegría.

"Lawrence te adora, Sofía no para de reír y balbucear cuando la cargas. E incluso

720
Taylor, te quiere muchísimo. Eres la figura más cercana a un padre que tiene. Desde que

estás cerca de ella su inseguridad ha disminuido muchísimo y ya no se siente tan sola."

"Amo a mis nietos" declara con firmeza "Y amo a la pequeña Taylor cocn todo mi corazón

también. Es una niña extraordinaria."

"¿Sabes qué me ha dicho?" Le pregunto y él me mira con curiosidad.

"¿Qué?"

"Que quiere ser abogada como tú." Le cuento "De alguna forma eres como su héroe."

"¿Cómo puedo ser su héroe si te tiene a ti y a Chris?" Me pregunta incrédulo, pero


aun así sus ojos brillan de felicidad.

"Porque eres un gran hombre. Aunque tú no seas capaz de verlo ahora. Ella sí, ella no
te juzga, te admira Alejandro, y yo también lo hago."

Nunca, de verdad nunca, me voy a acostumbrar a ver a Alejandro Cabello llorar, pero es

satisfactorio saber que ahora lo veo llorar de felicidad por esa familia de la que ambos

formamos parte y no porque su hija (el amor de mi vida) acaba de salir destrozada de su

casa a perderse en su auto a mitad de una tormenta.

Las cosas han mejorado mucho.

"Gracias Lauren." Me dice con la voz un poco temblorosa mientras se limpia un par

de lágrimas que se le han escapado. Entonces me envuelve en un abrazo,

regalándome otras fuertes palmadas en la espalda. ¿Por qué tiene que ser tan rudo?

No soy un hombre.

"Hey ustedes dos" Escuchamos a Camila hablar y la vemos parada en la entrada de la

sala "¿Se van a quedar ahí parados todo el día?" Tanto Alejandro como yo soltamos un

suspiro y luego nos unimos a ellas.

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La sala está llena de mujeres, empezando con mi pequeño nugget que ya está despierta y

se encuentra entre los brazos de la tía Diane que le apachurra las rosadas mejillas con

gentileza, siguiendo con mi hermosa esposa y finalizando con Keana y Alexa que

observan a mi bebé con ternura.

"Hola chicas" Las saludo y ellas me ignoran, pues están demasiado embelesadas con

Sofía como para prestar atención.

"Pero qué bebé tan hermosa" Escucho a Keana decir al tiempo que tomo asiento en

uno de los sofás de la habitación. "Qué bueno que nació de Lauren y no de ti prima."

"Muy graciosa" Responde Camila dedicándole una mirada de enfado. Alexa y yo sólo
nos reímos casi en silencio, pues no queremos contribuir a que la ira de Camz se desate.

"El almuerzo será servido en el jardín. Martha nos avisará cuando ya esté servido"

Anuncia Alejandro y yo asiento en entendimiento al igual que Camila. "¿Chris no vendrá

hoy?"

"Sí. Sólo que llegará más tarde. Ha estado viendo algunos locales para montar su

restaurante." Le informo con orgullo. Sé que mi hermanito llegará muy lejos con

ese proyecto.

"¿En serio?" Pregunta Diane sorprendida "¿Tan pronto? Si hace poco que se ha
graduado ¿No es así?"

"Sí, de hecho él quería entrar a trabajar a algún restaurante u hotel antes de comenzar a

montar algo por sí mismo." Les comento y antes de que continúe Camila toma la palabra.

"Pero nosotras creemos que no hay necesidad de eso. Chris es muy talentoso y este es

su sueño."

"Por eso nosotras lo estamos apoyando para que eche a andar su propio negocio. Se lo

merece." Finalicé.

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"Estoy de acuerdo" Pronuncia Alejandro "Chris es un muchacho muy educado y

responsable, estoy seguro de que tendrá mucho éxito. Espero que llegue pronto para

poder felicitarlo y quizás podríamos charlar un poco para saber si puedo invertir en él."

"¡Eso sería extraordinario papá!" Exclama Camila con alegría y yo asiento de acuerdo
mientras sonrío.

"Lo hablaré con él cuando llegue." Determina mi suegro y entonces en medio del
silencio escuchamos a Sofi balbucear.

"Maldición no puedo con tanta dulzura" Dice Alexa emocionada "¿Puedo cargarla?"

Camila y yo aceptamos y pronto Alexa está a lado de la tía Diane tomando a mi princesa

de sus brazos.

"¿Y cómo van las cosas en el hospital Camila?" Pregunta Diane una vez que Alexa se ha

retirado. Keana se acerca a su novia y la abraza por la cintura desde la espalda,

recargando su cabeza en el hombro de Alex mientras ambas observan a mi hija.

"Va todo perfecto tía. De hecho... Lauren está tratando de empezar un nuevo proyecto

ahí. ¿Verdad amor?" Mi corazón salta de alegría al escucharla llamarme de esa manera.

Pueden pasar los años pero Camila sigue haciéndome vibrar con solo un par de palabras.

Me veo forzada a aclarar mi garganta y a quitar mi expresión de niña enamorada para

poder responder.

"Sí. Cómo las cosas van muy bien en la empresa tengo disponibilidad de tiempo para

trabajar en otros asuntos y ahora estoy interesada en los usos de la robótica en la

medicina. El hospital está muy bien equipado y con las donaciones que hemos

estado recibiendo y la inyección de capital que ustedes hacen continuamente así

que... Estábamos pensando en innovar un poco." Explico de forma algo torpe.

"¿Ya tienes algo en mente?" Pregunta Alejandro y se que está genuinamente interesado.

723
"Varias cosas. Prótesis, dispositivos que ayuden al sector de curación, rehabilitación

motriz, incluso equipo de alta tecnología que asista en las intervenciones quirúrgicas."

"Eso suena increíble" Comenta Keana.

"Sí. Y de verdad queremos hacerlo" Acepto señalando a Camz "Pero yo no tengo los

conocimientos necesarios para trabajar en ello sola. Por eso me estoy contactando con un

equipo de médicos que quieran integrarse y así comenzar a trabajar en ello de forma

conjunta."

"Se requiere una gran inversión, pero estamos bastante seguras de poder solventarlo. Y

de conseguirlo colocará al hospital Angels completamente en otro nivel." Agrega mi

esposa y yo suspiro. No puedo creer todo lo que estamos logrando juntas.

"Tendrán todo nuestro apoyo" Dice Diane tomando la mano de Camila con
cariño. "¿Verdad hermano?"

"Ni siquiera tienen que preguntarlo chicas. Estoy gratamente sorprendido y por supuesto

que cuentan con nosotros."

"Gracias Alejandro." Respondo y recibo otra palmada en la espalda. Camila tendrá que
darme un masaje después de esto.

"Disculpen. El almuerzo ya está servido." Anuncia Martha desde la entrada y después de

un agradecimiento de Alejandro todos nos levantamos y salimos del living. Me quedo a

lado de la puerta esperando a mi esposa y entonces cuando ella llega a mi lado veo como

Martha sigue con su mirada a Alexa y Keana.

"Martha" la llamo y ella me da su atención "Si quieres cargar a Sofi sólo tienes

que pedirlo."

"La niña Sofí es muy bonita, Señora Lauren." Me contesta y a mi me dan arcadas

por tanta formalidad.

724
"¡Martha! Por favor, sólo soy Lauren ¿Bien? Nada de formalidades conmigo."

"Pero..." Comienza a decir ella mirando a Camila.

"Pero nada." Dice mi esposa "Ella es Lauren, yo Camila. Nada más. Y tú eres parte de

nuestra familia así que por favor ven con nosotros y almuerza."

"Pero, seño--" Yo ruedo los ojos al escucharla.

"Vamos, hay una pequeña princesa que necesita estar en tus brazos" Le digo y junto

con Camila nos unimos al resto de los presentes.

[...]

Durante la tarde nos la pasamos en el jardín, disrutando del almuerzo y charlando un

poco más, de todo un poco. Los negocios de Alejandro, las pinturas de Diane, el

tratamiento de Keana, entre otras cosas. Me gustan estos momentos en familia, es

cuando me siento más completa, y cuando Chris llega y se pone a hacer bromas mientras

nos muestra fotografías de los locales que ha estado viendo para su restaurante, no

puedo dejar de pensar en lo bien que está yendo todo y en lo mucho que todos nos lo

merecemos. Tanta felicidad.

Ahora estoy junto a mi esposa en un salón de la mansión, es el espacio donde ella

tomaba sus clases particulares de música y pintura cuando era pequeña. Justo en

medio hay un gran piano de color negro y ella está sentada en el banquillo mientras veo

sus dedos extenderse delicadamente sobre las teclas.

Tomo un sorbo de vino de la copa que tengo en mi mano, mientras me recargo en la


pared para observarla detenidamente. ¿Esa es mi mujer? Es demasiado perfecta.

"Me gastas de tanto que me miras" se burla. Y yo le sonrío.

"No lo puedo evitar Camz. Eres demasiado hermosa para ser real." Le contesto, se que
suena cursi y demasiado típico pero de verdad lo pienso.

725
"Bueno, soy real. ¿Y sabes qué más?"

"¿Qué?"

"Soy tuya, Lauren." Declara y esa frase tiene la mezcla perfecta de sensualidad, amor y

devoción. Sí, ella es mía.

"Y yo soy tuya, Camila." Le respondo acercándome a ella, quien se mantiene en su

sitio sólo observándome sin perderse un sólo movimiento. Cuando llego a su lado le

doy un suave beso en los labios que ella corresponde de forma inmediata.

"¿Te gustaría escuchar una canción?"

"¿Tocarías para mí?" Le pregunto emocionada.

"Nah, voy a sacar mi teléfono y poner algo de Spotify. Tonta." Ella responde con

sarcasmo y luego ríe burlona con la lengua entre sus dientes. Entonces me hace un

espacio a su lado para que me siente. Yo me permito reír también mientras me

acomodo a su lado.

"Me encantaría" Le contesto ignorando su comentario.

Camila me da un beso más en los labios esta vez tomano mi labio inferior entre los suyos

y dándole una suave mordida que hace que mi piel se ponga completamente en alerta.

"Muy bien. Espero que te guste." Dice al separarse lentamente de mí y pasar su dedo

pulgar con suavidad sobre mi labio para limpiar los restos de su lápiz labial y aliviar un

poco el tenue dolor que su mordida me había dejado.

Pronto, Camila asumió de nuevo su postura, mirando hacia el frente. Donde deberían estar

las partituras estaba completamente vacío pero aún así ella no descendía la mirada, en

cambio yo si lo hice. Era mágico ver la elegancia de su cuerpo, su porte, la manera en que

sus brazos estaban colocados en el ángulo perfecto, pero aún así se veía que caían con

naturalidad a sus costados mientras la punta de sus dedos acariciaban con suavidad

726
las teclas del instrumento. Vi suspirar a mi esposa, y entonces luego de un
instante, comenzó a tocar.

Conocía esa canción. Me encantaba. Pero ver a Camila tocándola con tal maestría era

llevarla a otro nivel completamente. Me encontraba descubriendo que sí era físicamente

posible enamorarme aún más de ella, admirarla más, encontrarla mil veces más

hermosa.

Y su voz. Maldición, su voz me estaba volviendo loca.

La música había empezado lenta, suave, sus dedos se deslizaban con cadencia sobre el

piano y Camila lo manejaba todo también que sus ojos se mantuvieron cerrados sin errar

una sola nota. Mientras cantaba yo observaba sus gestos, la forma en la que fruncía los

labios en notas particularmente altas, parecía tener la fuerza de un león, fuerte, feroz. Era

tan jodidamente sexy que yo solo me quedaba en silencio, disfrutando del concierto

privado mientras mi labio inferior palpitaba por ser liberado de mis dientes.

La melodía llegó al punto cúspide, las manos de Camila se movían esta vez con más

rapidez y fuerza. Mi esposa movía todo su cuerpo hacia el frente con cada nuevo acorde,

había cierta violencia en su contacto, que le daba a todo un nuevo significado. Era una

interpretación maravillosa porque Camz estaba dando el todo por el todo, entregándose a

la música y a su público, que afortunadamente era yo.

"Maldición... Camz eso fue... eres.... simplemente perfecta." Dije casi sin aliento cuando

ella terminó y abrió sus maravillosos ojos marrones mirando directamente hacia mí.

"¿Te gustó?"

"Mucho más que eso. ¿Por qué mierda en todos estos años no me habías mostrado

esto?" Le pregunté mientras la tomaba de la cintura y le daba repetidos y pequeños besos

en el cuello.

727
"No tenemos un piano en casa." Respondió con simpleza. Pude adivinar su sonrisa, pero

también se sentí cuando se desvaneció. Fue justo en el instante en que un beso

particularmente húmedo y caliente provocó que toda su piel se erizara bajo mis caricias.

"Definitivamente tendremos uno. Ahora me has hecho más adicta a ti de lo que ya era."

Le contesté separándome únicamente para poder decirle eso y sin esperar respuesta

adueñarme de sus labios. Gruesos, húmedos, rosados. Amaba ese par de labios, pero no

más de lo que amaba a su dueña y sobre la tapa de aquel piano, se lo demostraría.

La habitación estaba completamente cerrada, para mejorar la acústica, así que además

de la puerta, no teníamos que preocuparnos de que alguien pudiera vernos por cualquier

otro sitio. Y yo estaba bastante segura de que no seríamos interrumpidas, pues los niños

debían estar en el jardín, Alejandro y Diane perdidos de amor por Sofía igual que Martha

mientras que Keana y Alexa probablemente debían tener planes similares a los míos con

mi esposa.

"Lauren" Susurró Camila sobre mis labios mientras yo iba recostándola despacio sobre el
piano y colocándome encima de ella.

"Te amo" Le respondí en el mismo tono, casi en un jadeo, para luego dedicarme a

recorrer su cuello con mis besos, abriéndome espacio por su pecho hasta el borde de su

blusa que me hizo fruncir el ceño de enojo por ser tan estorbosa. Me erguí por un

momento, quedándome de rodillas con una pierna entre las de Camila y bajo su atenta

mirada me quité la camisa que llevaba puesta casi con desespero, cuando terminé le

ofrecí mi mano a Camz quien la tomó rápidamente para poder levantarse sólo los

suficiente para que en un movimiento rápido la despojara de la molesta blusa y de su

sostén.

Ver a Camila semi desnuda, debajo de mí, sobre un piano donde acababa de cantarme
una canción jodidamente sexy sólo podía ser superado por una cosa.

Camila totalmente desnuda para mí.

728
Ya pronto llegaríamos a eso.

"Te amo, Lauren Jauregui" Camila dijo sacándome de mis divagaciones y pronto sentí sus

manos ir al broche de mi sostén justo en mi espalda, no sin antes rasguñar suavemente

mis costillas, de abajo hacia arriba causando que todas mis terminales nerviosas me

hicieran temblar, especialmente una situada justo entre mis piernas.

Camila no tardó en lograr su objetivo y dejarme en las mismas condiciones que ella, pero

eso no era suficiente para ninguna, más yo estaba más ansiosa que ella por lo que la

tomé de los hombros y la obligué a recostarse de nuevo. Camila levantó el rostro,

entregando su cuerpo a mí, sus rosados pezones me saludaban completamente

erguidos y endurecidos, listos para ser probados.

Me eché sobre ella, evitando dejar caer todo mi peso en su cuerpo y después de un beso

en los labios me dediqué a darle mi atención a esos deliciosos montículos, lamiendo,

chupando y masajeándolos sin cuidado mientras mis caderas y las suyas se movían de

forma autónoma para buscar calmar el incendio que habitaba dentro de nuestras

respectivas bragas.

"Ah, Laur... ah mierda." Camila gemía y yo jadeaba en sus pechos, notando como cada

poro de su piel se estremecía bajo mi lengua.

"Eres mi diosa, Camz. Te amo.... te entrego todo de mí." Le susurré al oído al tiempo que

ella aferraba su mano izquierda a mi cabello y me obligaba a besarla con fuerza, con

mordidas que casi nos hacían sangrar pero que pronto aliviabamos con el bálsamo de

nuestras lenguas. Mi mano derecha, de forma sigilosa bajó hasta el botón de sus jeans,

abriéndolo y con su mano libre, Camila me ayudó a deshacerme de esa prenda al

menos hasta sus rodillas pues no queríamos separarnos ni siquiera para terminar de

desvestirnos. Mis dedos viajaron a su centro húmedo, cubierto únicamente por la tela de

su lencería. La hice a un lado, pues no quería perder el tiempo en preámbulos, mucho

menos ahora que Camila estaba incitándome con sus labios en mi cuello, sus palabras

729
pronunciando exigencias en mi oído, pidiendo que la follara pronto. Era tan insoportable

que tuve que ceder a los deseos de ambas, introduciendo mis dedos de una sola vez

en su apretada entrada, tan conocida para mí.

"No pares.... por favor no te detengas." Me pidió entre jadeo, sus pupilas dilatadas, el

cuello sudoroso y enrojecido por el trato de mi boca.

"De ninguna jodida manera Camz" Le contesté y comencé a follarla, viendo embelesada

como sus pechos se hacían hacia arriba y hacia abajo por el fuerte movimiento de

nuestros cuerpos. Mis dedos deslizándose con facilidad gracias a la humedad de su

coño que sólo parecía aumentar al igual que la mía. Las dos estábamos gimiendo con

fuerza, ella por mis dedos, yo por la presión que ella estaba haciendo constantemente

con su rodilla en mi centro. Agradecí que ese estudio estuviera sellado para no permitir

un solo sonido salir de ahí, pues cuando llegamos al orgasmo fue algo devastador.

"Joder..." Escuché a mi esposa decir mientras yo me acostaba a su lado, pero eso duró

poco pues pronto y aún con los restos de su climax escurriendo entre sus piernas, Camila

se acostó sobre mí.

"Me haces perder el control Camila... ¿Cómo puedes?" Pregunté acariciando su cabello,

más luego decidí aprovechar para tocarle el culo presionando su nalga derecha con toda

mi mano.

"Soy una buena esposa." Dijo sonriendo y yo la besé. No podía estar más de acuerdo.

[...]

"Mi amor, es hora de irnos." Me dice Camila al oído. Estamos en la sala, ella tiene a Sofi

en sus brazos mientras le da un biberón que previamente había llenado con la leche de mi

pecho. Miro por la ventana y veo cómo los últimos rayos de sol ya han desaparecido por

completo.

730
"Tienes razón Camz." Le contesto. "Y además ya va siendo hora de que los niños entren a

la casa." Me levanto del asiento, beso a mi esposa en los labios y luego me dirijo al jardín

para ir por mi hermana y mi hijo que no se han cansado de jugar casi todo el día.

Como de costumbre, esos dos no se quieren ir a casa, prefieren quedarse en la mansión

del abuelo Alejandro, así que Camz y yo tendremos que volver acompañadas únicamente

por nuestro pequeño nugget Sofía.

"Nos vemos el domingo papá" se despide Camila de Alejandro y yo hago lo mismo.

"Adiós mamá" me dice mi hijo pegándose a mis piernas y Taylor lo sigue acomodándose
del otro lado.

"Adiós Lolo, cuídate mucho ¿Sí? Y cuida mucho a Taylor ¿De acuerdo?"

"Si mamá" Responde obediente y luego se lanza a los brazos de Camz.

"Te amo Laur" me dice Taylor dándome un abrazo muy muy fuerte que yo correspondo de
la misma manera.

"Te amo TayTay. Te amo mucho hermanita. ¿Lo sabes?"

"Lo sé."

"Por favor no lo olvides nunca bebé." Le pido y ella se aferra más a mí.

"¿Vienes el domingo?"

"Por supuesto que sí. Sabes que no puedo pasar más de dos días sin ti y sin Lolo"

contesto agitando su cabello y entonces ella se pone de puntitas para darme un beso en

la mejilla y finalmente correr hacia Alejandro que la espera con los brazos abiertos.

"¿Lista?" Me pregunta camz acercándose a mí y rozando mis mejillas con su nariz.

731
"Lista" Contesto y luego de un momento ya estamos las dos, junto a nuestra

pequeña princesa yendo a casa.

[...]

"¿Tomamos una ducha juntas?" Me pregunta Camila una vez que estamos en

nuestro hogar. Conozco esa mirada coqueta, al parecer ella no ha tenido suficiente y

siendo sincera, yo tampoco.

"Seguro amor, sólo déjame poner a Sofi en su cuna ¿Si?"

"Bien, te espero ahí amor. No tardes."

"No lo haré" contesto con seguridad.

"Dulces sueños princesita" se despide de nuestra hija y luego se marcha en dirección al

baño.

Camino hacia la cuna de mi hija y la deposito ahí con delicadeza. Su pequeño cuerpo

se remueve un poco pero ella se mantiene sumergida en sus sueños. Una vez que se

ha calmado beso la punta de mis dedos y con suavidad toco su frente con ellos.

"Hasta mañana nugget" me despido y la dejo ahí para que descanse.

Mientras me dirijo al baño, a solo unos pasos de cruzar la puerta y encontrarme con la

desnudez de mi esposa, siento algo vibrar en mi bolsillo, se que es mi teléfono y aunque

dudo por un momento en si atender o no, al final lo hago, aunque con la intención de no

tardar más de unos minutos en la linea.

"Lauren Jauregui al habla" contesto con formalidad ya que no conozco el número que me
está llamando.

732
La voz al otro lado de la línea es desconocida, pero cuando la persona se identifica, mi

sangre se congela.

"Lo que pasó entre tú y yo no va a volver a suceder." Sentencio susurrando con la

mandíbula apretada, no puedo permitir que Camila escuche esto, pero mi cuerpo no me

responde, no puedo moverme.

"No estés tan segura de eso Lauren. Disfrutaste estar conmigo, y si caíste una
vez, puedes hacerlo dos veces."

Quiero responderle, pero antes de que mi lengua se desenrrede y pueda hacerlo,


la llamada finaliza.

Con lentitud, me desnudo, Camila está esperándome dentro de la tina de baño y

cuando me ve me extiende la mano para ayudarme a entrar al agua con ella. No lo

demuestro, pero estoy aterrada.

"¿Todo bien amor?" Me pregunta mi esposa mientras recarga su espalda en mi pecho

desnudo.

"Sí Camz, todo en orden" contesto.

Ambas nos quedamos en silencio, sé que ella está disfrutando de eso, de mi compañía,

nuestra cercanía, pero a mí mi cabeza no me deja en paz. No se cuanto tiempo nos

mantenemos así hasta que escucho su voz otra vez.

"Te amo Lauren" me dice y siento su mano acariciar la mía suavemente. Nuestros

anillos colisionando con delicadeza.

"Yo te amo más Camz... Créeme."

Por favor Camila... Créeme.

FIN

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