El Acoso

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EL ACOSO

El acoso es un problema que afecta diariamente a cientos de personas en


nuestro país, recientemente, se ha dado a conocer el caso de Eyvi Ágreda, de
22 años, quien actualmente tiene el 60% del cuerpo con quemaduras de tercer
grado debido a que su agresor, Carlos Javier Hualpa Vacas, le prendió fuego
en un bus el 25 de abril. Otro caso que se ha dado a conocer recientemente es
el de la periodista Melissa Peschiera, quien hace unos días declaró que desde
hace semanas era acosada por José Andrade Veteta, quien la seguía, filmaba y
fotografiaba. Esta misma situación la atraviesan miles de personas día a día.
Según datos de la ONG Lima Cómo Vamos, 32,8% de las mujeres en Lima
están expuestas a diario a tocamientos, agresiones físicas y verbales, e incluso
a violencia sexual.
Debido a la gran cantidad de casos, se ha planteado su tipificación en el Código
Penal como un mecanismo para disminuir su concurrencia.
¿Qué es el acoso? ¿Es conveniente su tipificación como nuevo delito en el
Perú? ¿Es una medida suficiente para erradicar el acoso?
El acoso es un comportamiento de naturaleza física y/o psicológica que se
ejerce sobre las personas creando un entorno intimidante; este se diferencia
del hostigamiento, ya que este último, como puede observarse a partir del
artículo 4 de la Ley de Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual, suele
darse cuando quien realiza el hostigamiento tiene una relación jerárquica de
superioridad con respecto a la víctima. En cambio, el acoso se puede dar entre
pares e incluso el acosador puede tener una relación jerárquica inferior con la
víctima. Aún más, muchas veces ni siquiera existe ninguna relación entre el
sujeto acosador y la víctima.
Es cierto que existen políticas públicas y sanciones administrativas contra el
acoso. Sin embargo, estas no han sido suficientes debido al poco alcance que
tienen (en lo que va del año, solo se atendieron 69 casos de acoso en los
Centros de Emergencia del Ministerio de la Mujer) y la poca disuasión que tiene
la sanción. Por ello, en la actualidad, no existe un planteamiento sostenible ni
efectivo para hacerle frente a este problema.
En este contexto, el plantemiento de convertir al acoso en un delito tipificado en
nuestro Código Penal resulta una medida que debe ser considerada. Lo
primero que se debe recordar es que el Derecho Penal debe ser utilizado
siempre como última ratio, es decir, debe ser el último recurso a usar cuando se
vulneren bienes jurídicos, esto debido a la intensidad que supone la imposición
de penas. Por tanto, cuando la implementación de mecanismos menos lesivos
no provocan que una conducta disminuya, es legítimo el uso del Derecho
Penal.
Asimismo, en atención al Principio de Lesividad del Derecho Penal, la creación
de un delito debe tener como finalidad la protección de aquellos bienes jurídicos
que han sido afectados o puestos en peligro inminente. El acoso afecta bienes
jurídicos reconocidos constitucionalmente como la integridad moral, psíquica y
física, y el derecho al su libre desarrollo y bienestar (artículo 2, inciso 1 de la
Constitución); además de los bienes jurídicos como la paz y la tranquilidad
(artículo 2, inciso 22 de la Constitución). La persona acosada se ve
desvalorizada tanto individual como socialmente debido a la constante
intimidación que produce el agresor. La víctima vive con una constante
sensación de estrés y miedo, lo cual le impide desarrollarse plenamente y
ejercer sus derechos. En algunos casos, la situación es tan grave que provoca
que la víctima se vea obligada a cambiar su lugar de residencia, centro de
trabajo, etc., lo cual evidentemente provoca un cambio drástico y no voluntario
en la vida de la víctima, generando un grave daño que puede ser permanente.
Algunos países han estado incorporando el delito de acoso en sus
legislaciones. En el año 2011, se reunieron los Estados miembros del Consejo
de Europa con el objeto de aprobar el Convenio sobre prevención y lucha
contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. Dentro de las
medidas que proponía este Convenio, se encontraba la introducción de un tipo
penal de acoso. Esto tuvo efectos en países como España, donde, mediante
diferentes regulaciones, ha sido recientemente tipificado el delito de acoso
debido a la gravedad de su incidencia social. En el 2015, entró en vigencia el
artículo 172. ter., que castiga con pena privativa de libertad de entre 3 meses a
dos años, o con multa de 6 a 24 meses a quien de manera reiterada e
insistente i) vigile, persiga o busque cercanía con una persona; ii) establezca o
intente establecer contacto con ella a través de cualquier medio de
comunicación, o por medio de terceras personas; iii) atente contra su libertad o
contra su patrimonio; entre otras conductas.
Por otro lado, es necesario mencionar que, en caso se tipifique el delito de
acoso, esta debe ir complementada de medidas relacionadas con la educación
sexual y sensibilización en torno a la violencia de género. Estas políticas deben
ser tratadas de manera interdisciplinaria, e introducidas por diferentes canales y
en diferentes esferas de la sociedad para generar un cambio cultural que
prevea el acoso y para que se sostenga el principio penal de de mínima
intervención.
En conclusión, la tipificación del acoso como tipo penal es una opción que
debería ser considerada en nuestro ordenamiento. Las políticas públicas
planteadas hasta el momento no han sido efectivas. Este tipo penal tendría
como finalidad proteger bienes jurídicos reconocidos constitucionalmente como
la integridad psicológica, el libre desarrollo y bienestar, y la libertad sexual, los
cuales se ven gravemente vulneradas mediante conductas de acoso. La forma
en que se tipifique este delito debe enfocarse en los supuestos más graves del
supuesto, cuando se demuestre que existen conductas reiteradas e insistentes
por parte del acosador, los cuales generen un daño real a la integridad
psicológica y al bienestar de la víctima; esto de tal forma en que este delito sea
compatible con los criterios de razonabilidad y proporcionalidad, para así no
desviar los fines del derecho penal., ni su naturaleza de última ratio.
Finalmente, junto a la tipificación de este delito, se debe continuar trabajando
en un plan de educación sexual y concientización respecto a la violencia de
género, que tenga como finalidad la prevención.
DECRETO LEGISLATIVO
1410
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
POR CUANTO:
Que, mediante Ley N° 30823, el Congreso de la República ha delegado en el
Poder Ejecutivo la facultad de legislar en materia de gestión económica y
competitividad, de integridad y lucha contra la corrupción, de prevención y
protección de personas en situación de violencia y vulnerabilidad y de
modernización de la gestión del Estado, por un plazo de sesenta (60) días
calendario;
Que, el literal b) del numeral 4 del artículo 2 del citado dispositivo legal,
establece la facultad de legislar para fortalecer el marco jurídico para la
prevención y protección de violencia contra la mujer y grupo familiar, así como
de víctimas de casos de acoso, acoso en espacios públicos, tentativa de
feminicidio, feminicidio, violación sexual y violación sexual de menores de edad
y para la sanción efectiva ante la comisión de dichos delitos;
Que, resulta necesario realizar modificaciones al Código Penal para incorporar
tipos penales que sancionen los actos de acoso, acoso sexual, chantaje sexual
y difusión de imágenes, materiales audiovisuales o audios con contenido
sexual; a fin de garantizar una lucha eficaz contra las diversas modalidades de
violencia, que afectan principalmente a las mujeres a lo largo de todo su ciclo
de vida;
Que, asimismo, es pertinente efectuar modificaciones a la Ley N° 27942, Ley
de Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual, para brindar una protección
integral a las víctimas, de modo que el concepto de hostigamiento, los plazos
de investigación y formas de protección garanticen que esta práctica sea
disuadida en los centros de trabajo, educativos y, en general, en los espacios
donde el hostigamiento puede presentarse producto del ejercicio de relaciones
de poder que afectan principalmente a las mujeres;
De conformidad con lo establecido en el literal b) del numeral 4 del artículo 2 de
la Ley N° 30823, Ley que delega en el Poder Ejecutivo la facultad de legislar en
materia de gestión económica y competitividad, de integridad y lucha contra la
corrupción, de prevención y protección de personas en situación de violencia y
vulnerabilidad y de modernización de la gestión del Estado, y el artículo 104 de
la Constitución Política del Perú;
Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros; y,
Con cargo a dar cuenta al Congreso de la República;
Ha dado el Decreto Legislativo siguiente:
DECRETO LEGISLATIVO QUE INCORPORA EL DELITO DE ACOSO,
ACOSO SEXUAL, CHANTAJE SEXUAL Y DIFUSIÓN DE IMÁGENES,
MATERIALES AUDIOVISUALES O AUDIOS CON CONTENIDO SEXUAL AL
CÓDIGO PENAL, Y MODIFICA EL PROCEDIMIENTO DE SANCIÓN DEL
HOSTIGAMIENTO SEXUAL
Artículo 1. Objeto
El presente Decreto Legislativo tiene por objeto:
1. Sancionar los actos de acoso, en todas sus modalidades, incluidos el acoso
sexual y chantaje sexual; así como la difusión de imágenes, materiales
audiovisuales o audios con contenido sexual, a fin de garantizar una lucha
eficaz contra las diversas modalidades de violencia que afectan principalmente
a las mujeres a lo largo de todo su ciclo de vida.
2. Modificar la Ley Nº 27942, Ley de Prevención y Sanción del Hostigamiento
Sexual, y la Ley Nº 30057, Ley del Servicio Civil, para precisar el concepto de
hostigamiento sexual y optimizar el procedimiento de sanción de este tipo de
actos.
Artículo 2. Incorporación de los artículos 151-A, 154-B, 176-B y 176-C al Código
Penal
Incorpórense los artículos 151-A, 154-B, 176-B y 176-C al Código Penal, en los
siguientes términos:
“Artículo 151-A.- Acoso
El que, de forma reiterada, continua o habitual, y por cualquier medio, vigila,
persigue, hostiga, asedia o busca establecer contacto o cercanía con una
persona sin su consentimiento, de modo que pueda alterar el normal desarrollo
de su vida cotidiana, será reprimido con pena privativa de la libertad no menor
de uno ni mayor de cuatro años, inhabilitación, según corresponda, conforme a
los incisos 10 y 11 del artículo 36, y con sesenta a ciento ochenta días-multa.
La misma pena se aplica al que, por cualquier medio, vigila, persigue, hostiga,
asedia o busca establecer contacto o cercanía con una persona sin su
consentimiento, de modo que altere el normal desarrollo de su vida cotidiana,
aun cuando la conducta no hubiera sido reiterada, continua o habitual.
Igual pena se aplica a quien realiza las mismas conductas valiéndose del uso
de cualquier tecnología de la información o de la comunicación.
La pena privativa de la libertad será no menor de cuatro ni mayor de siete años,
inhabilitación, según corresponda, conforme a los incisos 10 y 11 del artículo
36, y de doscientos ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa, si
concurre alguna de las circunstancias agravantes:
1. La víctima es menor de edad, es persona adulta mayor, se encuentra en
estado de gestación o es persona con discapacidad.
2. La víctima y el agente tienen o han tenido una relación de pareja, son o han
sido convivientes o cónyuges, tienen vínculo parental consanguíneo o por
afinidad.
3. La víctima habita en el mismo domicilio que el agente o comparten espacios
comunes de una misma propiedad.
4. La víctima se encuentre en condición de dependencia o subordinación con
respecto al agente.
5. La conducta se lleva a cabo en el marco de una relación laboral, educativa o
formativa de la víctima.”

“la situación en que se produce cualquier comportamiento verbal, no verbal o


físico no deseado de índole sexual con el propósito o el efecto de atentar contra
la dignidad de una persona, en particular cuando se crea un entorno
intimidatorio, hostil, degradante, humillante u ofensivo”.

Se considera acoso de forma general cuando una persona que no está


legítimamente autorizada para ello, acecha a otra de manera reiterada e
insistente alterando gravemente el desarrollo de su vida diaria. En el acoso no
tiene que existir violencia obligatoriamente.
¿Qué necesito para denunciar a alguien por acoso?
Cómo reunir pruebas del acoso
Informes médicos o psicológicos.
Partes de baja.
Denuncias anteriores.
Correos electrónicos.
Fotografías.
Mensajes en aplicaciones de mensajería instantánea o foros.
Pantallazos de comentarios o publicaciones en redes sociales.
Testigos.

QUÉ SE CONSIDERA ACOSO A UNA MUJER?


“la situación en que se produce cualquier comportamiento verbal, no verbal o
físico no deseado de índole sexual con el propósito o el efecto de atentar contra
la dignidad de una persona, en particular cuando se crea un entorno
intimidatorio, hostil, degradante, humillante u ofensivo”.

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