Chavin de Huantar

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INTRODUCCIÓN

El presente artículo resalta la trascendencia de las coordinaciones realizadas entre el


Gobierno, la comunidad de inteligencia nacional y las Fuerzas Armadas del Perú, a fin
de realizar acciones de inteligencia para la conducción de la operación militar de
rescate de rehenes "Chavín de Huántar". El caso de estudio se centra en las acciones
planeadas y conducidas por el personal de la comunidad de inteligencia nacional para
la obtención de informaciones orientadas a la toma de decisiones y ejecución de la
Operación Chavín de Huántar (1996-1997).

Además de conocer el trabajo del personal de inteligencia, se espera evidenciar la


totalidad de sus acciones, que constituyeron un pilar fundamental para el éxito de la
operación, dado que su accionar es minimizado y cuestionado, y no se explota la
experiencia obtenida por este personal en los espacios de negociación, orden jurídico,
políticas públicas, valor público, tecnología y calidad del recurso humano que muy bien
contribuirían a la reflexión de los Estados en busca de políticas públicas en este campo.

El artículo también presenta las dos posibilidades de las que disponía el gobierno
peruano para solucionar esta crisis de rehenes: (i) una solución pacífica, basada en los
diálogos directos mediante garantes nombrados por el jefe de Estado y (ii) una
solución militar a través de una operación de rescate que no garantizaba la seguridad
de los rehenes.

Para el desarrollo de este artículo, se aborda la teoría de operaciones especiales en


acciones militares de rescate de rehenes, que tiene su enfoque y sustento en los
principios de la guerra, los procedimientos de inteligencia, la obtención de la
superioridad relativa y la reducción del área de vulnerabilidad al entrar en operaciones.
Se han tenido en cuenta los objetivos siguientes: (i) establecer qué acciones realizó el
personal de la comunidad de inteligencia para ejecutar adecuadamente la citada
operación, (ii) identificar cómo el personal de la comunidad de inteligencia desarrolló
sus labores en este proceso y (iii) saber cómo se empleó la información obtenida.

La hipótesis de esta investigación señala que la obtención de informaciones por la


comunidad de inteligencia y su posterior conversión en datos procedimentales
constituyó un aspecto transcendental en la planificación, toma de decisiones y
ejecución de la operación militar de rescate.

El artículo aborda tres interrogantes: ¿Cuáles son los elementos teóricos en relación
con las políticas del gobierno, creación de valor público, teoría de las decisiones y
gerencia social para la protección de la nación? ¿Cuáles son los hallazgos del análisis
realizado con base en los objetivos específicos? ¿Cuáles son las conclusiones?
La Operación Chavín de Huántar fue una operación militar del gobierno del Perú llevada a
cabo en abril de 1997 por el Comando Chavín de Huántar para rescatar a los 72 rehenes
cautivos del grupo terrorista MRTA restantes1 durante la crisis de la residencia del embajador
del Japón en el Perú. Ha sido calificada como una de las más exitosas operaciones militares
de rescate de la historia.234 Sin embargo, ha existido controversia por la supuesta ejecución
extrajudicial de uno de los terroristas.

Índice

 1La toma de la residencia del embajador japonés


 2Planificación del asalto a la residencia
 3El asalto
 4Terroristas del MRTA
 5Armamento
o 5.1Comandos
o 5.2Terroristas
 6Reconocimientos
 7Véase también
 8Referencias
 9Enlaces externos

La toma de la residencia del embajador japonés[editar]


Artículo principal: Toma de la residencia del embajador de Japón en Lima

A las 8:19 de la noche del 17 de diciembre de 1996, 14 miembros del grupo


terrorista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru tomaron la residencia del embajador
del Japón en el Perú, Morihisa Aoki, cuando se celebraba el natalicio del Emperador de
Japón Akihito evento al que asistían 500 invitados entre empresarios, diplomáticos, religiosos,
militares y políticos. Los 14 terroristas ingresaron por la propiedad colindante que se
encontraba vacía, dinamitaron la pared limítrofe, avanzaron al terreno de la residencia, los
asistentes en los jardines entraron en pánico y se refugiaron dentro de la residencia, los
terroristas ingresaron armados y les comunicaron que eran rehenes.
Los terroristas fueron liberando rehenes (mujeres, ancianos y empleados del evento) a
petición del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que no tenían "peso político". No
obstante liberaron a Javier Diez Canseco (militante de partidos de izquierda) y a Alejandro
Toledo, futuro presidente del Perú (2001-2006).
Dentro del grupo de rehenes liberado por su condición de mujeres y/o ancianos, liberaron sin
saberlo, a la madre del presidente Alberto Fujimori, y a razón del tipo de evento, esto ha de
haber sido un error del grupo terrorista.[cita  requerida] Después de haber liberado a los ciudadanos
comunes y haber seleccionado a los de mayor "valor" para su operación, el grupo de rehenes
se redujo a 72 hombres. A cambio de su liberación, pedían que se pusieran en libertad a 400
miembros del MRTA que se encontraban encarcelados por delitos de terrorismo.
Entre las personalidades importantes que permanecieron bajo secuestro, se encontraba el
Canciller Francisco Tudela, el Ministro de Agricultura Rodolfo Muñante, varios congresistas,
miembros de la Corte Suprema y diplomáticos extranjeros, empezando por el embajador
japonés Morihisa Aoki y sus colegas de Alemania, Canadá, Bolivia, Venezuela, Argentina,
Brasil, Uruguay, Cuba y otros, así como el director de AID, un funcionario de la DEA, entre
otros. También se encontraban cautivos oficiales de policía, entre ellos los generales Máximo
Rivera, director de la Dincote y Carlos Domínguez exdirector de ese organismo, el coronel
Marco Miyashiro, adscrito a la Sunat y José Matayoshi director de Migraciones.
Durante el tiempo que duró la crisis, el Perú fue el centro de la atención del mundo entero.
Periodistas de todo el planeta acamparon en las afueras de la residencia durante 4 meses.
Algunos corresponsales internacionales arrendaron departamentos en edificios aledaños, para
emitir sus despachos.

Planificación del asalto a la residencia[editar]

Réplica de la residencia del Embajador de Japón en Lima, construida para el entrenamiento de las
fuerzas especiales que la recuperaron.

Durante la crisis, que se prolongó hasta abril del año 1997, el gobierno no podía arriesgarse a


efectuar en lo inmediato un movimiento militar que pudiera poner en riesgo la vida de los
secuestrados por las presiones nacionales e internacionales. Durante los 126 días que duró la
toma de la Residencia, el gobierno mostró una apertura para negociar. El entonces Ministro de
Educación, Domingo Palermo Cabrejos fue nombrado negociador durante la crisis y actuó en
busca de una salida pacífica, visitando a los rehenes y negociando con su líder Néstor Cerpa
Cartolini. El entonces arzobispo de Ayacucho Juan Luis Cipriani Thorne fue parte de la
comisión negociadora y administraba los sacramentos a terroristas y rehenes.
Sin embargo, en forma paralela a las conversaciones se fue entrenando a una fuerza de
operaciones especiales conformada por elementos del Ejército y de la Unidad Especial de
Combate (UEC) de la Fuerza de Infantería de Marina de la Marina de Guerra del Perú (IMAP),
la misma que debería estar lista para intervenir en caso se tuviera que optar por una solución
militar. El entrenamiento de esta unidad se produjo en una réplica de la residencia construida
en las instalaciones de la Escuela Militar de Chorrillos a la cual se accedía mediante túneles
subterráneos, tal y como se había previsto ocurriría en el escenario real.
De hecho, para dicho efecto el gobierno peruano ya había reclutado en secreto un importante
número de mineros a quienes puso a construir estos laberintos con múltiples salidas al interior
de la residencia. Durante la planificación de la operación se comentó que los túneles tenían
una similitud a los templos de una ancestral cultura peruana preinca conocida como Chavín de
Huantar, los cuales fueron realizados bajo tierra y estaban compuestos de diferentes accesos
y pasillos subterráneos.
Durante las mañanas el ejército propalaba marchas militares con megáfonos en los
alrededores de la casa. Los medios de comunicación especularon que era una maniobra para
bajar la moral de los terroristas. El estruendo de las marchas militares alteró los nervios de
quienes permanecían en la Residencia de la Embajada del Japón; sin embargo, el verdadero
motivo de estas maniobras era evacuar la tierra extraída durante la noche por medio de
camiones que salían de una casa ubicada en la calle posterior de la residencia.
El asalto[editar]
El 22 de abril de 1997, después de varios fracasos en la negociación y ante la perspectiva de
que por este motivo los secuestradores empiecen a negar la atención médica a los rehenes, el
Gobierno toma la decisión de enviar al Comando Chavín de Huantar. Tras comprobar que los
terroristas estaban distraídos por medio de cámaras de video introducidas de forma secreta
desde los túneles y micrófonos introducidos por personal militar de sanidad por medio de los
cuales se comunicaban algunos rehenes de rango militar, se decide iniciar la operación. A las
15:23 una fuerte explosión dio inicio a la operación, con la voladura del piso del salón
principal, en donde un grupo de terroristas jugaba futsal. 148 comandos irrumpieron por ese y
otros accesos disparando sus ametralladoras.
Todos los terroristas fueron abatidos. Uno de los rehenes, el magistrado Carlos Giusti, fue
herido en una pierna, lo que le causó una violenta hemorragia que le provocó la muerte; fue el
único rehén muerto en la acción. Dos comandos también murieron, uno de ellos, según
algunos testimonios, protegió al Canciller Tudela mientras este escapaba por la azotea.

Terroristas del MRTA[editar]

Réplica de la residencia actualmente convertida en Monumento a los Héroes de la Operación Chavín de


Huántar.

El total de los catorce terroristas que tomaron la residencia fueron abatidos, siendo estos:

 Néstor Cerpa Cartolini “Camarada Evaristo”


 Roli Rojas Fernández “Camarada Árabe”
 Eduardo Nicolás Cruz Sánchez “Camarada Tito”
 Luz Dina Villoslada Rodríguez “Camarada Gringa”
 Alejandro Huamaní Contreras
 Adolfo Trigoso Torres
 Víctor Luber Luis Cáceres Taboada
 Iván Meza Espíritu
 Artemio Shigari Rosque “Camarada Álex” o “Camarada Coné”
 Herma Luz Meléndez Cueva “Camarada Cynthia”
 Bosco Honorato Salas Huamán
 Salomón Víctor Peceros Pedraza
 dos terroristas que hasta hoy no han sido identificados.

Armamento[editar]
Comandos[editar]
 Casco de combate de acero y fibra de vidrio.
 Máscara antigás
 Fusil de asalto Galil.
 Subfusil Mini-Uzi
 Anteojos de protección Uvex.
 Subfusil FN P90
 Subfusil HK MP5 de 9 mm.
 Chaleco antimetralla fabricado con fibras de kevlar y de diseño flexible.
 Pistola Beretta 92 de 9 mm.
 Uniforme camuflado.
Terroristas[editar]
 6 fusiles de asalto AKM
 4 subfusiles Uzi
 Radios Motorola
 Revólver Smith Wesson
 Pistola semiautomática Browning GP-35
 Granadas fumígenas
 Granadas de mano
 Lanzacohetes RPG-7
 Subfusil MP18
 Subfusil Thompson
 Subfusil Sten
 Máscara antigás
 Chaleco antibalas

Reconocimientos[editar]

Presidente del Perú Martín Vizcarra en ceremonia de conmemoración de la operación (2018).

El 12 de diciembre de 2016, la Universidad San Ignacio de Loyola realizó un homenaje


especial de reconocimiento a los héroes que participaron en la operación Chavín de Huantar.
En dicha ceremonia, el rector de esa casa de estudios, Ramiro Salas, preciso que “queremos
rendir un justo y sincero homenaje, a un acto heroico que devolvió al Perú la confianza y la
fuerza para luchar, precisamente, por su libertad, democracia y por sus valores patrios”.5
El 19 de abril de 2017 el Presidente Pedro Pablo Kuczynski condecoró con la Orden Militar de
Ayacucho en el grado de Gran Cruz al estandarte de la operación militar Chavín de Huántar,
conforme a la Resolución Suprema N° 031-2017-DE. La ceremonia de condecoración se llevó
a cabo en el Patio de Honor de Palacio de Gobierno. Durante el evento asistieron los ministros
de Estado, ex rehenes del MRTA, entre otras autoridades e invitados.6
Mediante Ley n.º 305547del 21 de abril de 2017, el Congreso de la República del Perú declaró
“héroes de la democracia” a los comandos de la operación Chavín de Huántar, que en 1997
participaron en la operación de rescate.89 Asimismo, mediante Ley n.º 30758 del 19 de abril de
2018, el congreso peruano declaró “Defensores Calificados de la Democracia” a los mineros y
personal auxiliar que participaron en la construcción de los cuatro túneles que utilizaron los
comandos en el Operativo Militar Chavín de Huántar.10

Acciones de inteligencia en la Operación Militar "Chavín


de Huántar"

Ausencia de políticas públicas en defensa y seguridad

En la noche del 17 de diciembre de 1996, catorce miembros del grupo terrorista Movimiento Revolucionario
Túpac Amaru (MRTA) ejecutaron la Operación Compañero Óscar Torre Condesú, que consistió en un asalto
a la residencia del embajador del Japón en el Perú, tomando como rehenes a más de ochocientos invitados de
diferentes nacionalidades, entre empresarios, diplomáticos, religiosos, militares y políticos con sus respectivas
familias. Posteriormente, fruto de varías liberaciones efectuadas por parte del MRTA, la cantidad de rehenes
se reducen a setenta y dos. El 22 de abril de 1997, luego de varios fracasos en las negociaciones y ante una
eminente amenaza a la salud de los rehenes, el gobierno ordenó el uso de la fuerza militar para rescatarlos.

Como antecedente a esta acción terrorista y posterior rescate, tenemos que luego de la captura de los
principales mandos de las organizaciones terroristas del MRTA y el Partido Comunista del Perú - Sendero
Luminoso (PCP-SL), la clase política se desentendió de los asuntos de seguridad y defensa, con un evidente
un desinterés en el diseño de políticas públicas adecuadas para consolidar la derrota del terrorismo. Las
políticas existentes incidían más en combatir la amenaza interna a través de las fuerzas del orden que en
fortalecer otros campos importantes como la salud, la agricultura, la educación, etc.; no existió una
interacción con y entre dichos campos que permitiera obtener un éxito definitivo en el combate a la
subversión. Con la consolidación de la democracia y la aparente derrota al terrorismo, las políticas de defensa
ya no formaban parte de la agenda nacional, se privilegiaron otros campos como las políticas sociales y
asistenciales que contribuían a obtener la aprobación ciudadana hacia el gobierno y obtener de esta manera
sus votos.

Al respecto, el general Leonardo Longa, en entrevista concedida para esta investigación, señaló:

El terrorismo solo fue vencido en el nivel táctico, no en el nivel estratégico ni operacional, no se concibió una
política social, económica ni jurídica que impidiera que remanentes terroristas se refugiaran en la selva
peruana, no se consolidó el éxito obtenido. Se retiraron las bases contraterroristas y se abandonaron a los
comités de autodefensa, y la sociedad pobre comenzó a convivir con terroristas y narcotraficantes. Aparecen
nuevas amenazas como la tala ilegal de madera, la minería, el contrabando, etc.

[...].

El gobierno pensó que, cortándose la cabeza, el cuerpo moriría. El cuerpo estaba sin cabeza, pero no moría y
seguía haciendo daño al país y seguía habiendo muertos y atentados, que denotó que esta estrategia no fue lo
suficiente fuerte para neutralizar al terrorismo. (L. Longa, comunicación personal, 20 de noviembre de 2017)

La comunidad de inteligencia y, sobre todo, el gobierno debió seguir jalando el hilo de la madeja y evitar que
la organización terrorista se regenerara y creara una nueva cabeza.

Una opinión importante que señala que la seguridad y la defensa no son cuestiones esotéricas:

Deben constituir políticas públicas y objeto de atención de toda la sociedad. La clase política es responsable
de formular las políticas de defensa por los procedimientos democráticos que correspondan, de la misma
manera que como es responsable de formular las políticas agrarias, tributarias y educativas. Los militares no
fueron elegidos, y por profesionales que sean, en democracia no les corresponde formular políticas sino
ejecutarlas. (Palma, 2002, p. 51)

La percepción de que las políticas sobre seguridad y defensa nacional eran inadecuadas se inicia desde
nuestras constituciones y se sustenta en dos razones:

Primero, porque se ubican en el capítulo destinado a definir a los poderes públicos y a los organismos
autónomos; y segundo porque, como bien dice el doctor Rubio, se mezclan aspectos de seguridad y defensa
con asuntos relativos a las instituciones militares y policiales. ( Robles, 2006, p. 17).

Las normas constitucionales existentes en nuestras cartas magnas a lo largo de los tiempos relacionadas con la
seguridad y defensa nacionales confieren a las FF. AA. un estatus constitucional que las ha mantenido cerca
de las decisiones de alto nivel del Estado (Robles, 2006).

En la tabla 1 se puede apreciar que en las dos últimas constituciones no se le dio la importancia debida a la
defensa nacional, sino que es hasta la Constitución de 1993 que se menciona por primera vez la existencia de
un Sistema de Defensa Nacional. Recién se menciona el concepto de políticas públicas de defensa en el
Acuerdo Nacional del año 2002, con la participación de representantes de organizaciones de la sociedad civil
y del Estado.

Tabla 1 Seguridad y defensa nacional en las constituciones políticas 

Constitución Política de
Constitución Política de 1979
Concepto 1993
Sumilla Artículo Sumilla Artículo(s)
Como derecho
No menciona No menciona
fundamental
Definición No menciona No menciona
Responsabilidad Estado no garantiza 269 Estado no garantiza 163
Toda persona según Toda persona
Participan 270 163
la ley según la ley
Permanente e
Características 270 Permanente e integral 163
integral
Ámbito interno y
Ámbito de aplicación No menciona 163
externo
Constitución Política de
Constitución Política de 1979
Concepto 1993
Sumilla Artículo Sumilla Artículo(s)
Se realiza a través
Sistema organizado Sistema de Defensa
de
sin ley 271 Nacional 163, 164

Fuente: Instituto de Defensa Legal (2006)

Restructuración de la estrategia del combate a la subversión

El expresidente Fujimori diseñó una estrategia con un enfoque personalista, asumió en persona la lucha
contrasubversiva, respaldado por un marco legal antiterrorista promulgado en su gobierno. Según Buleje,
Fujimori presidió el Consejo de Seguridad y Defensa Nacional y el Sistema de Inteligencia Nacional, asumió
el cargo de jefe supremo de las Fuerzas Armadas, entendió que el problema del terrorismo no era exclusivo de
las fuerzas del orden y que la iniciativa y decisión también debía ser de la ciudadanía, a la que involucró a
través de la conformación de Comités de Autodefensa integrados por campesinos organizados, capacitados y
armados por las fuerzas armadas (2015, p. 50). Fujimori impulsó, además, una política de desarrollo social
con propósitos estratégicos del gobierno. Según Dietrich, esto marcó la diferencia con sus antecesores, que
mantuvieron la idea desfasada de enfrentar a un enemigo corriente, sin diagnóstico previo y sin políticas
claras, por lo que Fujimori planteó crear un Servicio de Inteligencia que socavara al terrorismo desde sus
bases (2002, p. 16).

Aparecieron nuevas tareas para los civiles: "los nuevos decretos establecían obligaciones para los civiles al
exigirles que brindaran información a los servicios de inteligencia y apoyo a las Fuerzas Armadas cada vez
que este les sea requerido" (Bowen 2013, p. 127). Según este mismo autor, "se creaba también un nuevo
sistema de defensa. El órgano supremo de este sería el Consejo de Defensa Nacional -que encabezaría el
presidente Fujimori-, el cual estaría conformado por el jefe del SIN y las Fuerzas armadas, así como por los
ministros del Interior y Defensa" (2013, p. 127).

Henry Pease (2003), refiriéndose a las precisiones hechas sobre el fujimorismo entre los regímenes que se ubican
entre dictadura y democracia -y siguiendo los trabajos realizados por otros estudiosos como Morlino,
O'Donnell, López, Crabtree, Cotler, Grompone, Degregori, Tanaka, Rospigliosi, Gonzales de Olarte y
Dammert- concluye que el régimen de Fujimori fue autoritario-civil-militar:

Pero lo que se desarrolla luego del 1.° de enero de 1993, es un régimen autoritario-civil-militar. Su punto de
partida es civil, un gobernante constitucionalmente elegido, junto con otro civil y expulsado de las FF. AA.,
realizan dos tareas previas: toman y autonomizan de los comandos institucionales los Servicios de
Inteligencia de Las FF. AA. y la Policía Nacional, que dirigirá realmente Montesinos desde el Servicio de
Inteligencia Nacional. (Pease 2003, p. 68)

La conclusión de Pease se ve corroborada por la investigación realizada por el Congreso de la República a


través de la Comisión Investigadora de la Gestión Presidencial de Alberto Fujimori, que señala en su informe
final del 15 de junio del 2002:

Bajo la conducción directa de Alberto Fujimori, cientos de funcionarios, entre congresistas, ministros, altos
mandos militares y autoridades regionales y ediles, bajo diversas modalidades, participaron directamente en la
comisión de estos delitos, colaboraron en su ejecución, ocultando hechos con la finalidad de sustraer a los
responsables del imperio de la ley, finalmente, emitiendo normas de todo rango para cubrir con un manto de
legalidad, el ejercicio omnímodo y corrupto del poder. (Comisión Investigadora de la Gestión Presidencial de
Alberto Fujimori, 2002, p. 201)
En relación con el marco contraterrorista implantado por Fujimori, la Comisión de la Verdad y
Reconciliación, creada en junio del 2000 por el presidente Valentín Paniagua y cuyo informe final fue hecho
público el 28 de agosto del 2003, señala:

Se implantó una legislación drástica después del autogolpe, realizado el 5 de abril de 1992, que el 80 % de la
población apoyó. Se promulgaron decretos leyes como la del Sistema Nacional de Inteligencia, la ampliación
del control policial de los penales, el apoyo a las rondas campesinas, la intervención de las FF. AA. en las
universidades, intensificación de las operaciones de rastrillaje y acción cívica, la cadena perpetua para casos
de terrorismo, los jueces sin rostro, la ley de arrepentimiento de subversivos rendidos, la reducción de la edad
de los exentos de responsabilidad penal de 18 a 15 años para los que cometían delitos de terrorismo, traición a
la patria para delitos de terrorismo, los tribunales militares para juzgar a acusados de terrorismo y reducía los
plazos para el proceso, todas las dependencias vinculadas a la lucha contra la subversión y el narcotráfico
debían adecuar sus normas y procedimientos a las directivas del Comando Operativo del Frente Interno
(COFI), dirigido por el Comando Conjunto de las FF. AA. y se estableció la facultad de condenar en ausencia
a los responsables del delito de terrorismo. (Comisión de Verdad y Reconciliación [CVR], 2003, pp. 85-87)

Otro aspecto que influyó en el proceso de la formulación de las políticas fue: "El estilo de liderazgo que
imprimió Alberto Fujimori, así como su relación que tenía con las Fuerzas Armadas" (Buleje, 2015, p. 69).

Con relación al estilo de liderazgo de Fujimori:

Este líder se gana progresivamente a la opinión pública por resolver la crisis de gober-nabilidad y al aplicar
con éxito la dura receta de estabilización económica y derrota estratégicamente a Sendero Luminoso a través
de una concentración de poderes en el ejecutivo. (Durand, 1996, p. 183)

Rojas, manifiesta respecto al liderazgo de Fujimori, lo siguiente:

Su gobierno se caracterizó por el uso de la personalización del liderazgo hacia un gobierno autoritario
reflejado en el control de la prensa y de la población que buscaba implementar y más exactamente
evidenciado en el autogolpe del 5 de abril de 1992 propiciado a través de las Fuerzas Armadas donde se llegó
mediante acciones violentas e inconstitucionales a la disolución inconstitucional de las dos Cámaras del
Congreso de la República y a la intervención del Poder Judicial. (2008, p. 7)

Alberto Fujimori, al asumir su primer gobierno y con el fin de mantener bajo control al Ejército para sus fines
personalistas, promulgó dos decretos leyes que incrementaron significativamente su liderazgo autoritario: (i)
La facultad de designar al comandante general del Ejército y (ii) la repotenciación del Sistema de Inteligencia
Nacional (SIN), designando como su órgano rector al Servicio de Inteligencia Nacional. Según Rojas (2008, pp. 6-
7), estos decretos leyes posibilitaron al presidente de la República escoger al comandante general entre los
generales más leales, incluso mantenerlos en el cargo los años que creía conveniente a sus intereses y usar al
SIN como un arma política sin control civil-militar.

Otro concepto vertido con relación a este tema es que "las fuerzas armadas, a pesar de estar mediadas por la
figura civil de Alberto Fujimori, se convirtieron para todo efecto práctico en el 'partido' de gobierno y
asumieron prerrogativas de naturaleza política en desmedro de las autoridades civiles electas" (Degregori, 1993, p.
18).

Antes de 1990, la barbarie terrorista se incrementaba. Alberto Fujimori, al asumir su primer gobierno se
comprometió a derrotarla: impuso una legislación más drástica contra el terrorismo y potenció el Sistema de
Inteligencia Nacional a fin de alcanzar ese compromiso.

En la sentencia emitida contra Alberto Fujimori se señala


que fue a partir y desde el SIN que se organizó y reestructuró el aparato estatal para enfrentar, entre otros
ámbitos, la lucha contra la subversión terrorista -erigiéndose a estos efectos en un aparato organizado de
poder-, al punto que dirigió el conjunto de los servicios secretos del Estado, y centralizó las actividades de
inteligencia y les dio: 'Una nueva dimensión y tareas (i) proyectó la ley del SINA, vinculadas a los sectores
defensa y seguridad pública; y (ii) concentró la información de inteligencia -en todas las áreas del acontecer
nacional- que se le proporcionaba al presidente Fujimori a cuyo efecto estableció un canal de inteligencia que
le permitió la recepción de la inteligencia producida por los órganos competentes de las Fuerzas Armadas y
Policía Nacional'. (CSJR-SPE, 2009).

En lo referente a la conducción de las acciones para combatir la subversión, las Fuerzas Armadas contaban
con el manual Estrategia integral para la contrasubversión, que señala que la acción contrasubversiva del
Estado no se limita a enfrentar el proceso subversivo a partir del momento en que se inician las acciones
armadas, sino que debe adelantarse a los hechos, desarrollando políticas públicas que eviten la aparición del
caldo de cultivo. Si el Estado reacciona cuando ya apareció la insurrección, su accionar será tardío y, en el
mejor de los casos, evitará la generalización de la violencia, pero no los efectos negativos de su aparición y de
los costos de su neutralización. Según el mismo manual, el Estado realiza en el campo militar tres fases para
derrotar a la subversión: la prevención, la intervención y la consolidación. Tales fases deben acompañarse con
políticas públicas en el campo social, económico y político. La fase de prevención empieza cuando se
presentan las luchas espontáneas violentas de los sectores marginados, por lo que es necesario elaborar
políticas integrales y que abarquen los campos económicos, sociales y políticos. La fase de intervención se da
cuando los grupos subversivos inician la lucha armada e intervienen las Fuerzas Armadas, que deben contar
con el apoyo de políticas de Estado que supriman las contradicciones internas y los problemas básicos
estructurales del país, poniendo énfasis en aquellas que pueden ser aprovechadas con más ventajas por la
subversión. Finalmente, la fase de consolidación se inicia con los éxitos alcanzados y tiene por finalidad
aprovechar la ventaja circunstancial en aras de la pacificación total y el regreso a las condiciones que
caracterizan a una situación normal (Comando Conjunto de las FFAA, 2000, pp. 4854). Como se puede
apreciar, es el Estado el que debe tomar la iniciativa para combatir la subversión desde el mismo momento en
que se está gestando y proporcionar todas las políticas públicas para que el accionar de las Fuerzas Armadas
sea eficiente.

Método

La metodología documental y participativa trata de reconstruir y recoger las acciones de forma ordenada de
una experiencia en la que el autor participó directamente, tanto en el componente operacional como en el de
inteligencia. El diseño descriptivo está acompañado de entrevistas y observación participante. El
ordenamiento de los hechos, su aplicación y la forma de investigación predominante es cualitativa.

Se aplicó la técnica de la entrevista en profundidad, formulando preguntas a las personas capaces de aportar
datos de interés relativos a sus experiencias, opiniones y expectativas, estableciendo un diálogo asimétrico por
ser actores involucrados en el tema de esta investigación. La guía de entrevistas fue semiestructurada, ya que
se tuvo la libertad de introducir preguntas adicionales para precisar conceptos u obtener mayor información
sobre temas deseados. Se han empleado instrumentos como fichas de registro, en las que se resume la
información contenida en fuentes documentales que han servido de base para el planteamiento del problema y
la construcción del marco teórico, tal como se observa en la tabla 2.

Tabla 2 Herramientas, instrumentos y lugares ricos en datos 

Instrumento
Herramientas Lugares ricos en datos
s
Entrevista en
Guía de entrevistas Experiencia de los actores involucrados en la Operación Chavín de Huántar
profundidad
Visión de archivo Fichas de registro Información recopilada o registrada en materiales
impresos, audiovisuales y electrónicos: publicaciones
y documentos oficiales, libros, revistas, manuales,
Instrumento
Herramientas Lugares ricos en datos
s
tesis de posgrado, memorias, documentos de
prensa, documentales, internet, etc.
     

Fuente: Elaboración propia

Se realizó un trabajo de campo entre agosto y noviembre del 2017, con entrevistas a profundidad de diversos
actores claves involucrados en la operación de rescate, como planificadores, conductores y rehenes. Se
concretaron veinte entrevistas, entre ellas: al Almirante Luis Giannetti Rojas, exvicepresidente de la
República y exrehén; al general de división José Williams Zapata, exjefe del Comando Conjunto de las
Fuerzas Armadas y jefe de la patrulla "Tenaz"; al mayor PNP Marco Castro Renwick, integrante de la Dircote
durante la operación y jefe del Departamento de Búsqueda durante la operación; al comandante PNP René
Colchado Huamani, integrante de la Dircote y jefe del Departamento de Análisis durante la operación; al
general de división Leonardo Longa López, especialista en inteligencia; al general Adolfo Coronado Fournier,
jefe del Frente Interno del SIN durante la operación; al técnico EP Manuel Tullume Gonzales, especialista
técnico de inteligencia durante la operación; al técnico EP Pedro Tolentino García, especialista de inteligencia
en la operación; al coronel EP Gutiérrez Ballón Luis, responsable de la construcción de los túneles durante la
operación; al técnico Walter Coronado, especialista del SIN y supervisor de la construcción de los túneles; y
al técnico EP Sabrera Céspedes, a cargo de la central bíper. Además, fue entrevistado el exrehén Alex Kouri,
que por motivos de distancia no se pudo grabar la entrevista, pero remitió las respuestas en forma escrita,
acción que no perjudica los fines de la investigación; y al comunicador Juan Zacarías Muñoz, quien se
desempeñaba como corresponsal de prensa extranjera durante los sucesos de la Embajada. A todos los
entrevistados se les explicó los objetivos de la investigación, las condiciones y el aporte de su participación;
tuvieron la opción de abandonar el estudio en cualquier momento, sin ninguna consecuencia. La metodología
seguida para el presente artículo es la que se muestra en la figura 1.

Fuente: Elaboración propia

Figura 1 Etapas del trabajo seguido en el desarrollo del presente artículo. 

A fin de verificar la calidad y exactitud de los datos testimoniales recogidos en el trabajo de campo, estos
fueron comparados con la evidencia documental contenida en (i) publicaciones generales de carácter
académico, (ii) sitios web referidos al tema, (iii) la teoría de las operaciones sostenida por el Vicealmirante
McRaven de la Armada de los EE. UU. y (iv) actuaciones judiciales al respecto.

RESULTADOS

Políticas públicas del gobierno para solucionar la crisis de los rehenes

Las acciones de secuestros de rehenes por grupos terroristas afectan a todos los ciudadanos de forma directa o
indirecta en diferentes grados de magnitud y con consecuencias diferentes. Las soluciones que el Estado
plantea siempre van a estar rodeadas de intereses particulares que dificultan su acción y la satisfacción de
todos los ciudadanos por igual. Alejandro Sakuda, en su prólogo del libro escrito por el Almirante Giampetri,
señala que la prensa, con algunas excepciones, se esmeró por realizar sensacionalismo, no importándoles la
vida de los rehenes ni de sus familiares. No le falta razón a Giampetri cuando censura el hecho de que la
mayoría de los medios hayan actuado con una ligereza que denotaba su indiferencia ante el riesgo que corrían
no solo los rehenes, sino el país entero (Giampetri, 2011, p. 13).
La crisis abierta con la toma de la residencia generó opiniones que señalaban que esta acción modificaba los
intereses inmediatos de la nación:

El futuro a corto y mediano plazo de la nación y el suyo propio estaban en juego. El rumbo de la economía, la
estabilidad del gobierno, la confianza de las inversiones extranjeras, el desarrollo del turismo y en definitiva
del país se encontraba a expensas del desenlace del atentado más grave de la historia del Perú. (De Carlos, 1997, p.
138)

En todas las obras analizadas sobre la operación militar Chavín de Huántar se puede apreciar la coordinación
de esfuerzos, el gobierno como ente decisor, gerente social y creador de valor público, y las fuerzas del orden
como ejecutantes de la decisión política. Existió un entendimiento entre el componente político y el militar
teniendo como prioridad el restablecimiento del Estado de derecho y la devolución de la paz a la sociedad
peruana.

En cuanto a los modelos de políticas públicas empleados por el gobierno para dar solución a la crisis de los
rehenes, el secuencial fue uno de ellos (que tiene como autores a Charles O. Jones y James Anderson):

El MS [modelo secuencial] describe correctamente el proceso de las políticas públicas. Si hay imprecisiones
en relación a la implementación o respecto de la toma de decisiones, o cualquier otra etapa, es a causa de
nuestras estructuras teóricas insuficientes o poco desarrolladas para comprender el funcionamiento profundo
de cada etapa o sistema. (Estévez & Esper, 2009, p. 76)

Ahora nos hacemos la pregunta: ¿Por qué la mayoría de políticas públicas no finalizan en una ley? Algunos
estudiosos señalan al respecto que "hay decisiones públicas que son tomadas por consenso y consulta entre los
grandes grupos interesados (stakeholders), y es en virtud de ello que no encontramos este sesgo top-down en
el modelo, porque el MS puede perfectamente describir una política que sea de tipo consensuada o
decisionista (Estévez & Esper, 2009).

Majone nos dice que

una decisión, en el sentido de la teoría de las decisiones, es una elección o juicio, realizado con base a los
datos disponibles, entre cursos de acción bien definidos y cuyas consecuencias en varios 'estados de la
naturaleza', se comprenden razonablemente bien. La decisión debe hacerse en razón de la situación que el
decisor confronta inmediatamente, tomando en cuenta desde la decisión presente, las consecuencias probables
de cada posible decurso de acción. Se subrayan los términos para llamar la atención sobre el sentido de
urgencia, necesidad y aun de crisis que está implícito en la noción de decisión (1978, p. 346)

Moore postula que las organizaciones públicas tienen como finalidad crear "valor público": resolver
problemas, satisfacer necesidades y habilitar el ejercicio de derechos mediante la prestación de bienes,
servicios, transacciones, legislación y regulaciones (1998).

Según Gómez, en su ponencia realizada en el Congreso Internacional de Participación Ciudadana en la


Prevención del Delito y la Seguridad Pública que tuvo lugar en México, en octubre del 2006, señala que la
generación de valor público solo es posible cuando existen procesos de negociación y acuerdo político acerca
del problema público que afecta a una colectividad y la forma como esta, con el concurso de las autoridades,
pretende solucionarlo. El valor público, en la medida en que responde a las preferencias y aspiraciones de los
ciudadanos, es percibido por el conjunto de la sociedad, al ser consumido y disfrutado por la colectividad
como un todo y no de manera individual (2006).

Otra literatura que es conveniente traer a colación es la referida al concepto de gerencia social, campo de
acción y de conocimientos enfocados en la promoción del desarrollo social. En esa línea, Mokate y Saavedra,
señalan que
su tarea consiste en garantizar la creación de valor público por medio de la gestión, contribuyendo al
fortalecimiento de los estados democráticos y de la ciudadanía, se apoya en aportes conceptuales y prácticos
que le ofrecen simultáneamente los campos de desarrollo social, política pública y gerencia pública, los
procesos de formación de políticas públicas incluyentes y sostenibles y la generación de impactos de políticas
sociales que surgen del seno de las organizaciones. Se destaca como elemento central la creación de valor
público; se enfatiza la importancia de trabajar con la multiplicidad de actores que tienen intereses o se
involucran en la promoción del desarrollo y concluye que hace falta trabajar simultáneamente en acciones y
objetivos de gestión programática, gestión organizacional y gestión política para el mejoramiento de calidad y
condiciones de vida de la población. (2006, p. 7)

Otra opinión importante que propone que

el valor público beneficia a la colectividad social. La definición de lo que es valioso y la confirmación de la


efectiva producción de valor público no vienen a través de transacciones de mercado o explicitas preferencias
individuales. En su lugar, es el proceso político que tiene que guiar los procesos decisorios, en lo que respecta
a la definición de prioridades, asignación de recursos y confirmación de la generación de beneficios valiosos.
(Alford, 2002)

Un concepto en cuanto a la gerencia de las políticas sociales y de toda política pública nos señala que

han sido juzgadas a la luz del carácter crónico de los problemas de pobreza, desigualdad y desconfianza. Es
en este contexto que surge la exigencia de la ciudadanía por una mejor gerencia de las intervenciones que
proponen mejorar las condiciones de vida de nuestra sociedad y facilitar la transición hacia un futuro mejor.
Esta no sólo se relaciona con el uso más eficiente de los recursos públicos y la intervención más efectiva en la
mejora de la calidad de vida y las oportunidades, sino también con más y mejores políticas y servicios
públicos con un criterio de participación y rendición de cuentas ante la sociedad civil. La gerencia social
surge ante la necesidad de enfrentar esta demanda, ya que propone asegurar que las políticas y programas
sociales respondan de manera valiosa, pertinente, eficaz y eficiente a problemas importantes de la ciudadanía,
promoviendo así el logro del desarrollo social de manera equitativa y sostenible. (Mokate y Saavedra, 2007,
p. 2)

El campo de las políticas públicas permite a la gerencia social generar valor público porque facilita un
entendimiento y consenso de las propuestas para (i) la formulación de las políticas, (ii) la generación de
alternativas de intervenciones a favor del desarrollo, (iii) el conocimiento de las bondades y limitaciones de
cada una, (iv) la generación de procesos para la obtención de apoyos y v) la generación de alianzas para la
aplicación de las políticas.

La formulación de las políticas públicas implementadas por el gobierno para la toma de decisiones en la crisis
de los rehenes tiene similitud con el modelo secuencial propuesto por Charles O. Jones (1970), que señala: "el estudio
de las políticas públicas se realiza sobre una secuencia de etapas que constituyen al final su estructura global".
En relación a este tema es conveniente mencionar: "En el campo de las ciencias políticas, el modelo
secuencial de políticas públicas, proponía dividir el proceso de la política pública en una serie de etapas,
discutiéndose diversos factores que afectaba a cada una de ellas" (Sabatier & Jenkins-Smith, 1999 y 1993).

En el caso específico de la toma de decisiones del gobierno en la Operación Chavín de Huántar, si bien se
empleó la metodología propia del planeamiento militar basado en la formulación de una apreciación
estratégica antes de tomar una decisión, esta no difirió sustancialmente de la metodología propuesta por Jones.
En la tabla 3 se puede apreciar que las etapas de la formulación de políticas públicas del modelo secuencial de
Jones poseen gran similitud con las del planeamiento militar.

Tabla 3 Comparación de las etapas del modelo de Jones frente al del planeamiento militar 
Modelo de O. Jones Modelo del planeamiento militar
Agenda Misión
La demanda de la sociedad que pide por Objetivo de un planeamiento militar
la solución de su problema
Discusión o formulación Situación y probables formas de acción
El curso de acción para resolver dicho Síntesis de los aspectos importantes de la situación
problema que ha originado el problema
Decisión Análisis de las formas de acción probables
La política pública (curso de acción Analiza el comportamiento de las probables formas
gubernamental ya legitimado) de acción, frente a cada capacidad del enemigo en
el marco del ambiente operacional, se completa
su factibilidad, se determina el grado de aceptabilidad
y se extraen las ventajas y desventajas para su
comparación
Implementación Comparación de las formas de acción probables
Puesta en práctica de la política pública Esta comparación se hace a través de las ventajas y
desventajas que hayan surgido del propio análisis de
las formas de acción posibles
Evaluación Recomendación y conclusiones
Recomendaciones o juicios sobre el
El comandante, después de determinar la mejor
valor
de la política pública forma de acción, expresa su decisión verificando
la expresión clara y concisa de la forma de acción
  seleccionada

La inteligencia y su contribución a la teoría de operaciones especiales de


rescate de rehenes

En el campo militar se aplicó el concepto de la teoría de operaciones especiales para


rescate de rehenes que busca (i) obtener la ventaja relativa y (ii) reducir el área de
vulnerabilidad. Estos conceptos se inspiraron en el estudio de casos históricos de
operaciones de fuerzas especiales conducidas por países con amplia experiencia en
operaciones de rescate de rehenes.

La teoría de operaciones especiales sostenida por el vicealmirante William H. McRaven


de la Armada de los EE. UU. desarrolla el correcto y oportuno empleo de las fuerzas
especiales en el combate, con base en el estudio de casos históricos de este tipo, de
los cuales se han extraído valiosas lecciones. Además, los principios de la guerra como
simplicidad, seguridad, repetición, sorpresa, velocidad y propósito permiten alcanzar
una superioridad relativa sobre el enemigo y obtener el éxito mediante un plan
cuidadosamente concebido en secreto, ensayado con el mayor realismo, con sorpresa,
rapidez y acciones efectivas. El área de vulnerabilidad es el espacio en el que se inicia
la operación hasta que la fuerza atacante alcanza la primera línea del enemigo, se
reduce con la tecnología, inteligencia, entrenamiento y procedimientos de infiltración,
todo esto en secreto:

La inteligencia y sus procedimientos como interdependencia de las operaciones


tácticas, imaginación, utilidad, oportunidad, flexibilidad y seguridad; cumplen un papel
esencial ya que inteligencia determina la magnitud de las defensas del enemigo, sus
puntos débiles, la dirección de ataque, su probable accionar, las características del
terreno y el tiempo probable de duración de la operación. (Álvarez, 2011, p. 20)
La teoría de operaciones especiales señala que el éxito se basa en la correcta
aplicación de los principios de la guerra y los procedimientos de inteligencia que
permiten reducir las fricciones hasta niveles controlables. Se busca lograr una
superioridad relativa sobre el enemigo y una vez alcanzada, la fuerza de intervención
ya no está en desventaja, explota las debilidades del enemigo y asegura la victoria. Si
determinamos la mejor manera de alcanzar la superioridad relativa, podremos
prepararnos adecuadamente y concebir un plan exitoso. Asimismo, la doctrina militar
señala: "la inteligencia militar debe constituir un auxiliar fundamental para la
conducción de defensa" (Ugarte, 1995, p. 13). Sin embargo, por decisión del gobierno, fue
el SIN el órgano de inteligencia que realizó tal labor. La doctrina militar también señala
cómo uno de los procedimientos de inteligencia, el de la Unidad o Mando Centralizado,
debe unificar los esfuerzos para facilitar la reunión de informaciones. Este
procedimiento de inteligencia fue materializado cuando el gobierno asumió el liderazgo
total en la conducción de las operaciones, así como en la supervisión de los
preparativos para la acción militar.

El Servicio de Inteligencia Nacional, al centralizar a todos los órganos de inteligencia


en una sola comunidad, aplicó el procedimiento de Unidad de Comando. La comunidad
de inteligencia ya se había creado y, como lo afirma el mayor Marco Castro en
entrevista personal, "se realizaban reuniones semanales de coordinación de
inteligencia en las instalaciones del SIN" (M. Castro, comunicación personal, 18 de
octubre de 2018). El Servicio de Inteligencia Nacional asumió plenamente las labores
asignadas desde el inicio de la crisis gracias a la política de restructuración del aparato
estatal que realizó el gobierno y que situó al Servicio de Inteligencia Nacional como
órgano rector de estos procesos. Se establecieron articulaciones como la activación y
creación de programas secretos: (i) los Centros de Continuidad del Gobierno y (ii) el
Centro de Análisis de Respuesta Rápida, ambos a cargo del Servicio de Inteligencia
Nacional.

Otro de los procedimientos de inteligencia aplicados en la operación de rescate fue el


de explotar al máximo creatividad o iniciativa. El MRTA aplicó este procedimiento al
emplear en la toma de la residencia una camioneta pintada como ambulancia, a la que
blindaron y le retiraron los asientos para transportar el grupo de asalto. Ningún policía
imaginó que dentro de ese vehículo se desplazaba un grupo de terroristas que se
dirigían a tomar la residencia del embajador de Japón.

A su vez, el personal de inteligencia acudió al recurso de la imaginación en acciones


ingeniosas como (i) inyectar grasa animal a los pollos a la brasa ingresados como
alimentos de los emerretistas, lo que tenía como fin entorpecer sus reacciones y
movimientos físicos; (ii) realizaron pruebas con agua y sedantes para que los bebieran
los emerretistas, pero se desechó esta acción porque se comprobó que no todos
bebían simultáneamente y, por lo tanto, no se iban a adormecer al mismo tiempo; (iii)
se construyeron túneles que llegaban hasta el piso de la residencia; (iv) se
introdujeron micrófonos en diversos objetos; vi) se construyeron réplicas exactas de la
residencia para el entrenamiento de la fuerza de intervención, etc.

En la figura 3 se detallan los principios de la guerra y sus acciones para cumplirlos, lo
cual se aplicó en la Operación Chavín de Huántar. Tales principios fueron desarrollados
por los analistas y especialistas de inteligencia. A estos principios se debe agregar la
supervisión personal del gobierno de los preparativos y ensayos para la acción militar
que elevó la moral de los integrantes de la operación al sentirse respaldados.
Fu
ente: Elaboración propia con base en Álvarez (2011)

Figura 3 Acciones para cumplir los principios de guerra en la Operación Chavín de Huántar. 

La superioridad relativa estipulada en la teoría de las fuerzas especiales se alcanza


cuando la fuerza de ataque obtiene una ventaja decisiva sobre el enemigo, punto que
es el de mayor riesgo, ya que la defensa del enemigo es más fuerte, sin embargo, una
vez superado el obstáculo, la probabilidad de éxito es mayor que la probabilidad de
fracaso. Mientras más tiempo se continúa en un combate más difícil es alcanzar la
superioridad relativa: en la Operación Chavín de Huántar, la rapidez y sorpresa de la
acción permitió alcanzar la superioridad relativa en no más de 13 minutos.

Al entrar al combate con la superioridad relativa ya alcanzada, el área de


vulnerabilidad se reduce significativamente. En la Operación Chavín de Huántar se
redujo el área de vulnerabilidad al infiltrarse a la fuerza de intervención en vehículos
policiales y vestidos con uniformes de policía que permitió alcanzar el secreto del
desplazamiento hacia el punto de partida para, a través de los túneles subterráneos,
alcanzar el objetivo final. La teoría de fuerzas especiales señala que para reducir el
área de vulnerabilidad es necesario moverse al punto en el cual la fuerza de ataque es
más vulnerable, a fin de lograr con prontitud el éxito de la misión. El punto más
vulnerable era acercarse al objetivo desde las casas aledañas, atravesar los jardines
que eran amplios y sin abrigos y llegar a los salones de la residencia donde se
encontraban los terroristas y rehenes. Esto se alcanzó mediante la construcción de
túneles subterráneos que se iniciaban en las casas vecinas y que culminaban en la
residencia, es decir, sobre el objetivo. De esta forma, nuestro punto de vulnerabilidad
estaba lo más cerca del cumplimiento de la misión que era ingresar de forma
sorpresiva y rápida en la residencia.

El técnico del Ejército Pedro Tolentino manifestó al respecto:


Se partió de la idea que esta operación de rescate exigía una mejor inteligencia y
preparación que la Operación Entebbe, para que sea exitosa, y evitar lo que sucedió en
la operación de rescate que realizaron los colombianos para recuperar el Palacio de
Justicia y que terminó en una masacre. Por lo tanto, nos agenciamos de una serie de
videos de operaciones de rescate que fueron proporcionados por el Canal 2 y justo en
el rescate de Entebbe se apreció que un grupo de comandos ingresó al aeropuerto a
través de los ductos del alcantarillado y de ahí se plasmó la idea de ingreso a través de
túneles. (P. Tolentino, comunicación personal, 25 de noviembre de 2016)

La figura 4 muestra el alcance de la superioridad relativa, así como el punto y área de


vulnerabilidad en la operación según la teoría de operaciones de las fuerzas especiales.
Se puede apreciar que el área es reducida porque ya se había obtenido la superioridad
relativa al momento de lanzarse el ataque gracias a las acciones de inteligencia
(aproximación por túneles subterráneos para obtener la sorpresa y toma de las
posiciones terroristas identificadas por inteligencia, etc.).

Fuente: Adaptado de Álvarez (2011)

Figura 4 Área de vulnerabilidad en la Operación Chavín de Huántar. 

En cuanto a esto, el técnico del Ejército Walter Coronado señala:

Previamente a la construcción de los túneles, los días 18 y 19 de diciembre, se


constituyó un equipo de militares israelitas que realizaron un estudio de la zona de
operaciones (visitaron todas las casas aledañas, la clínica e inclusive el Chifa Royal) y
recomendaron que la forma de acción para el rescate consistía en realizar un ataque
frontal y violento que ocasionaría bajas en un 30 % del personal interviniente. Fujimori
no aceptó dicho plan y dispuso la construcción de un túnel bajo la supervisión del SIN
que condujera hasta los jardines de la residencia para acercar lo más posible a la
fuerza de intervención. El 2 de enero de 1997, se constituyeron a la casa n.° 4,
veinticinco mineros provenientes de las minas de Centromín Perú y San Cristóbal a los
que se le adicionaron cinco mineros provenientes de Ayacucho. (W. Coronado,
comunicación personal, 20 de enero de 2016)

Las acciones de inteligencia realizadas en el exterior e interior de la residencia


permitieron determinar las vulnerabilidades de los terroristas: (i) el desconocimiento
que tenían de que estaban siendo escuchados, (ii) se sabía el tipo y cantidad de armas
que poseían, (iii) la ubicación de sus puestos de vigilancia, (iv) la distribución de los
rehenes, (v) sus discusiones o desavenencias, (vi) sus perfiles sicológicos, (vii) sus
rutinas y (viii) la hora y lugar que realizaban su entrenamiento físico. Asimismo,
Inteligencia determinó nuestras debilidades: (i) que la residencia estaba ubicada en un
área residencial, (ii) en territorio extranjero que podía ocasionar un conflicto
diplomático y (iii) la existencia de gran número de medios de comunicación que nos
observaban. La operación de rescate por recomendación de inteligencia se planificó
para horas de la tarde, a fin de obtener la sorpresa y reducir el área de vulnerabilidad.
Se ingresó por túneles construidos por recomendación de inteligencia y por otros
lugares simultáneamente para neutralizar los terroristas lo más rápido posible y evitar
su reacción; se emplearon técnicas de combate en recintos cerrados. Según el
Instituto de Democracia y Derechos Humanos (IDEHPUCP, 2008, p. 2), se empleó el
tiro instintivo selectivo para neutralizar a los terroristas.

En cuanto a esto, el almirante Luis Giampetri comentó:

Todos pensamos que el rescate iba a ser de noche, yo no concebía que lo hicieran de
día hasta que comenzaron a jugar fulbito. Ahí se abrió la posibilidad, nunca pensé que
iban a venir por debajo de la residencia. Vimos a través de una ventana una línea
verde que venía de unas de las casas hasta la residencia y con las informaciones
propaladas por el diario La República, nos dimos cuenta con Tudela de la construcción
del túnel. (L. Giampetri, comunicación personal, 20 de enero de 2016)

Toda la labor de inteligencia fue de capital importancia para el éxito de la operación:

Esta inteligencia contribuyó a la sincronización y distribución de los fuegos sobre el


objetivo, particularmente con los 14 francotiradores apostados en los alrededores de la
residencia que cubrían los ángulos muertos que estaban fuera del alcance del fuego
directo de las patrullas de incursión. (Benavides, 2012, p. 81)

El almirante Luis Giampetri, al referirse al tema del bíper y la guitarra afirma:

Fue una idea espectacular, deben ser personas con una mente bien amplia para hacer
ir a mi señora al SIN para que autografiara una de las tres guitarras que ingresaron a
la residencia, con eso direccionaron la guitarra hacia mi persona. Asimismo, ingresaron
diez termos y uno de ellos era más bonito que los demás y como Serpa tenía un ego
muy grande, lo tomó para su uso sin percatarse que tenía un micrófono, gracias a esto
tenía las comunicaciones en doble sentido: recibía por el bíper y trasmitía por la
guitarra. [...] El SIN captó cerca de 5 000 comunicaciones, fue un proceso muy
complicado y tenso. (L. Giampetri, comunicación personal, 20 de enero de 2016)
Al respecto, Tolentino manifiesta

El SIN tenía desde antes de la toma de la residencia, un contrato directo con la


empresa [de bíper] para proveernos un servicio de mensajería [...]. Dicho contrato
estipulaba que su uso era exclusivamente para la seguridad nacional, por lo que se
realizó la coordinación directa con su gerente general, [...] a quien se le solicitó una
troncal con salida propia hacia el bíper que se encontraba en la residencia
justificándose dicho pedido como uso en beneficio de la defensa nacional. (P.
Tolentino, comunicación personal, 25 de noviembre de 2016)

Todas las informaciones obtenidas de inteligencia (imágenes satelitales, fotografías,


planos, maquetas elaboradas de la residencia, escuchas electrónicas y la información
recogida a través de los desechos como servilletas, periódicos y su correspondiente
análisis) permitieron efectuar procedimientos exactos y oportunos, reducir factores
desconocidos, tiempos de desplazamiento de las fuerzas especiales y conocer la
ubicación exacta de los terroristas y rehenes dentro de la misma.

Tolentino amplía otros detalles sobre el sistema de micrófonos:

La Embajada de EE. UU. nos apoyó con micrófonos que intentamos instalarlos en palos
de escoba, pero los mismos eran demasiado grandes y se corría el riesgo de que sean
descubiertos. Se les solicito nuevamente unos micrófonos, pero de tamaño más
reducidos, pero manifestaron no poseerlos y ante tal negativa el jefe del SIN bloqueó
todos los trabajos que realizaba la DEA y la PNP en el Perú y tuvieron que entregarnos
los micrófonos requeridos. Se aprovechó una circunstancia en la que el almirante
Ibárcena entregó una biblia a Montesinos para que le sea alcanzado al almirante
Giampetri porque era un regalo de cumpleaños y es ahí donde con ayuda de la
Embajada de los EE. UU. se coloca el primer micro en una de las tapas de la biblia
[...]. Se fabricaron más micrófonos y de menor tamaño y se los infiltraban en todos los
objetos que podíamos. (P. Tolentino, comunicación personal, 25 de noviembre de
2016)

Estos y otros testimonios de los entrevistados evidencian que la inteligencia técnica y


humana desarrollada por los servicios de inteligencia del gobierno fueron factores clave
para el éxito de la operación:

Obtenida dentro de la oposición de objetivos de los actores de este evento, le


permitieron al componente militar llenar los vacíos de información y reducir la
incertidumbre táctica a un nivel mínimo, evitando que los comandantes tuvieran la
necesidad de tomar decisiones basados en información incompleta, imprecisa o
contradictoria. (Benavides, 2012, p. 81)

Ahora bien, la inexistencia de una política de pacificación en los gobiernos anteriores al


de Alberto Fujimori nos revela el poco compromiso asumido con la defensa nacional.
No se consideró la política de defensa como una política pública que permitiera
salvaguardar a la sociedad de las amenazas internas. La toma de la residencia por un
comando del MRTA sirvió para que el país entendiera que la derrota infligida por las
fuerzas del orden a la subversión tras capturar a sus líderes y desbaratar sus cuadros
solo fue un éxito inicial. Se venció en el campo táctico más no en el estratégico ni en el
operacional. El futuro del país estaba en peligro por haberse presentado el atentado
más grave en toda su historia y el objetivo del Estado era garantizar nuestra
continuidad como nación: o la política antiterrorista alcanzaba el éxito deseado o el
Perú iba a volver a sumergirse en la violencia subversiva.

La estrategia implementada se basó en el modelo decisional de corte militar, ya que el


gobierno siempre tuvo el control de la situación, respaldado por la potenciación del SIN
que se realizó desde su primer gobierno. La estrategia asumida se resumió en i)
respetar el principio de autoridad del Estado y ii) ejecutar la liberación de los rehenes a
través de una salida pacífica o una solución militar. El gobierno mantuvo la autonomía
en el proceso de decisiones para solucionar esta crisis como un país libre, obteniendo
el apoyo del Congreso de la República, los partidos políticos, la Iglesia, la ciudadanía
en general y la comunidad exterior, a excepción de Cuba. El gobierno ofrecía satisfacer
requerimientos muy mínimos, ofreciéndoles a los terroristas una salida a algún país
extranjero y la probable liberación de un reducidísimo número de terroristas presos,
pero siempre insistiendo en que antes depusieran las armas y liberaran a la totalidad
de los rehenes. Nunca se negoció la liberación de los presos que ellos solicitaban. Se
optó por la opción militar al acabarse las conversaciones. Fujimori ordenó poner en
ejecución un plan militar para solucionar la crisis depositando en el SIN la
responsabilidad de toda la estrategia para obtener los resultados.

Los comandos

La operación de rescate fue realizada por personal militar perteneciente a la


1.a Brigada de Fuerzas Especiales, reconocida por su amplia efectividad y experiencia
de combate, a la que contribuyó toda la labor de inteligencias del personal militar del
SIN. Este personal estaba organizado en dos de los cuatro grupos en que se
encontraba organizada la patrulla Tenaz. La razón de las filmaciones y tomas de
fotografías por parte del personal del SIN (acción cuestionada por organismos de
derechos humanos, al considerarlos infiltrados para cometer ejecuciones
extrajudiciales) es de registro -usual en todos los ejércitos del mundo en este tipo de
operaciones- para su posterior análisis y aprendizaje.

CONCLUSIONES

Los conceptos vertidos en el presente artículo son útiles para abrir el debate sobre un
tema aún pendiente por ser abordado en forma integral desde el Estado: el de contar
con una política de Estado para enfrentar las crisis provocadas por una toma de
rehenes. Es un deber político contar con un aparato de inteligencia debidamente
preparado, regido por instituciones tutelares y acompañado de un aparato sociológico
eficiente. Merece un reconocimiento la acción profesional y silenciosa del personal de
inteligencia involucrado en el desarrollo y ejecución de la Operación Chavín de
Huántar. Este caso debe ser profundamente analizado a la luz de la doctrina sobre
subversión de las Fuerzas Armadas para formular e implementar una política pública
de excelencia destinada a mantener la legitimidad y el estricto cumplimiento de las
reglas de utilización de la fuerza en las operaciones de rescate de rehenes.

La finalización de la crisis de los rehenes significó un éxito de la política implementada


por el gobierno, fortaleció la moral del país, elevó el prestigio de las Fuerzas Armadas
a nivel nacional e internacional y demostró la importancia y la capacidad del trabajo de
inteligencia (su paciente, callado y efectivo trabajo que culminó con el fin del MRTA).
Esta operación es considerada un modelo de las operaciones de rescates exitosas en la
historia mundial. El Estado, mediante Resolución Ministerial n.° 133-2010-MD/SG,
instituyó el 22 de abril como Día del Valor Militar, disponiéndose que anualmente se
celebre una ceremonia en las instalaciones de la réplica de la residencia del embajador
japonés y en todas las guarniciones militares; y mediante Ley 30554 declaró "héroes
de la democracia" a los comandos que participaron en la Operación Chavín de Huántar.

El primer aporte del presente artículo está referido a que la seguridad nacional es un
bien público y, como tal, no es una responsabilidad exclusiva del Estado o de sus
Fuerzas Armadas, sino un derecho que genera deberes e involucra a la sociedad en su
conjunto. Las normas deben ser conocidas y entendidas por todos y, si es necesario,
deben existir actores que verifiquen su cumplimiento y sancionen su incumplimiento.
Así, el caso de una resolución de crisis rehenes convoca una multiplicidad de actores e
intereses nacionales e internacionales, por lo que la coordinación entre ellos debe ser
muy estrecha a fin de (i) delimitar las acciones, (ii) lograr economía de los recursos,
(iii) lograr compromiso con las soluciones y (iv) garantizar la sostenibilidad de las
acciones a desarrollar.

Dentro del bien público, además, se encuentra el derecho a la vida, a la esperanza de


vida, al ejercicio de la libertad, la seguridad personal, tranquilidad y el acceso a
oportunidades que son de entera responsabilidad del gobierno y sus funcionarios
públicos. Por tanto, el valor público creado con el éxito de la operación fue total y logró
que la imagen del gobierno, que en esos momentos estaba deteriorada por las
múltiples denuncias de corrupción conocidas por la opinión pública, se revirtiera y se
olvidara por un largo tiempo: la solución efectiva y espectacular con que se liberó a los
rehenes, sumado a la mínima cantidad de bajas, cambió su imagen negativa. Se puede
decir que la toma de los rehenes que generó una crisis enorme a Perú sirvió al final
como el salvavidas del gobierno gracias al heroísmo demostrado por sus Fuerzas
Armadas. La ciudadanía respaldó masivamente la decisión del gobierno y se sintió
orgullosa de esta operación.

Un segundo aporte nos dice que las crisis de rehenes son un fenómeno social complejo
y que no pueden ser enfrentadas con una sola estrategia como la represión, sino que
acciones de control preventivo o solución militar deben estar alineadas y ser
coherentes con las políticas públicas. Se requiere del trabajo coordinado entre las
instituciones del Estado, como gerente social y representante de la sociedad civil y la
comunidad en general a fin de garantizar la eficacia y confianza de las políticas
adoptadas. Este planteamiento nos dice que la interrelación entre las políticas para
solucionar una crisis de rehenes con las otras políticas públicas solo es posible cuando
se tiene una visión integral de la noción de pertenencia y confianza en su gobierno y
sus Fuerzas Armadas. Las políticas para solucionar las crisis de rehenes deben ser
dirigidas desde el Estado y deben ser racionales, integradas en todos los campos de la
actividad humana para evitar las condiciones que dan nacimiento a estas crisis,
coherentes y continuas en el tiempo para consolidar firmemente los éxitos iniciales,
consensuadas entre el gobierno y la sociedad en general y basadas en la doctrinas
generadas por las experiencias de operaciones de rescates exitosas realizadas por las
fuerzas de seguridad de todo el mundo.

Un tercer aporte nos señala que el gobierno debe generar la confianza suficiente para
generar la cooperación entre las todas las autoridades y la ciudadanía, por lo que las
políticas deben ser de doble vía, donde la participación de toda la sociedad es
fundamental para consolidarlas generando de esta forma valor público. Los estudios
para arribar a las políticas deben ser detallados y se debe evitar el populismo, con
acciones efectivas e inteligentes. Se debe evitar el síndrome del terror y tratar de
evitar soluciones que privilegien el uso de la fuerza. Este planteamiento se basa en que
las políticas públicas para enfrentar las crisis de rehenes no solo deben tener su
sustento en la defensa de los derechos humanos, sino que deben ser concebidas para
garantizarlos.

Un cuarto aporte tiene que ver con que el Estado debe crear, con base en la
experiencia obtenida en la Operación Chavín de Huántar, un Comando Único de
Operaciones Especiales que incluya también a las fuerzas especiales de la Policía
Nacional y dotarlo de presupuesto necesario para incrementar su excelencia operativa.

Por último, se evidencia la necesidad de crear una doctrina peruana de calidad en el


campo de las operaciones especiales para el rescate de rehenes. La experiencia
adquirida por el Estado para solucionar una crisis de rehenes de tal magnitud es una
contribución valiosa para la resolución de futuras crisis de rehenes a nivel mundial,
puesto que se dio solución a un problema público grave de forma legítima. Además, se
identificaron las dificultades políticas externas e internas de la intervención y se
implementaron los mecanismos adecuados para concretar la participación de los
actores involucrados en dicha crisis. Se generó una solución política militar para el
problema público que género el secuestro, se logró organizar los recursos con que
contaba el Estado para afrontar dicha crisis y se generaron conocimientos positivos
para mejorar las acciones futuras semejantes en el contexto peruano o de cualquier
otro país.

AGRADECIMIENTOS

El autor desea agradecer a la Escuela Militar de Chorrillos "Coronel Francisco


Bolognesi" por su apoyo en la realización de este artículo.

REFERENCIAS

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perspective. Public Administration Review, 62(3), 337-
346. https://doi.org/10.1111/1540-6210.00183 [ Links ]

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MFA 16.00. Comando Conjunto de las FF. AA. [ Links ]

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