Lectura 3
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Lectura 3
La erosión es un proceso de desgaste del relieve del suelo ocasionado por procesos geológicos o
por la acción del hombre; generalmente es producido por la combinación de ambas de estas
causas. Entre las más significativas se puede nombrar:
La deforestación
Prácticas agrícolas incorrectas
Descenso de las precipitaciones
Actividades mineras
Represas
Cambios climáticos
Dentro de los principales efectos no deseados que causa la erosión se encuentran:
La colmatación de lagos y lagunas: La erosión provoca que aumente la carga sólida (limo,
arena piedra) que arrastran los ríos
Aumento del riesgo de inundaciones: La erosión disminuye la capacidad de de un suelo de
poder retener agua
Pérdida de la fertilidad del suelo
Reducción de la productividad del suelo
Pérdida de recursos hídricos: La ausencia de cobertura superficial provoca problemas en la
infiltración del agua de lluvia y recarga de los acuíferos
Si bien se ve afectado por el clima, suelo, vegetación y topografía, el impacto de las gotas de
lluvia representan el agente externo desencadenante del proceso, que trabajan para vencer la
cohesión de las partículas de la masa de suelo y provocar su transporte.
La influencia que ejerce la vegetación sobre la erosión hídrica varía con la época del año, cultivo,
grado de cobertura, entre otras. Su efecto se relaciona directamente con la intercepción, velocidad
de escurrimiento e infiltración. Con respecto a la topografía influye en el proceso a través de la
pendiente, arrastrando partículas del suelo, materia orgánica y nutrientes.
Erosión laminar: es una erosión superficial donde el flujo del agua de lluvia va disgregando los
elementos constitutivos del suelo, transportando una suspensión de partícula. Cuando la
precipitación excede la infiltración, se produce escurrimiento con transporte de suelo. Los efectos
de la erosión laminar se perciben frecuentemente como manchas de suelo de color claro en las
elevaciones del terreno.
Es la forma más peligrosa de erosión hídrica ya que esta pérdida, al principio casi imperceptible;
sólo será visible cuando pasado un tiempo haya aumentado su intensidad. Este proceso erosivo
da origen a la erosión en surco y luego en cárcavas.
Erosión en surco: Superada la capacidad de infiltración del suelo luego de una precipitación, el
agua de la lluvia se concentra en las depresiones y comienza a fluir, adoptando la trayectoria de
mínima resistencia. De este modo el flujo superficial, con las partículas de suelo en suspensión, se
desplaza siguiendo surcos irregulares fácilmente perceptibles. Ocurre principalmente cuando esta
superficie es lisa y de pendiente uniforme.
Pérdida de suelo
El proceso de erosión hídrica afecta con grados diversos de intensidad a un número importante de
tierras de varias provincias de la República Argentina, fundamentalmente aquellas de alto valor,
con aptitud agrícola y agrícola-ganadera de las regiones húmedas.
Las consecuencias principales de la erosión en los suelos afectan principalmente los rendimientos
de los cultivos. El maíz es considerado el más perjudicado a pesar de los avances tecnológicos y
biológicos para mejorar su rendimiento. La soja en cambio es el menos afectado y es por ello su
incremento en las últimas décadas y su expansión en una amplia zona geográfica del país. Pero
este monocultivo está contribuyendo a agravar el problema por el menor aporte de rastrojos que
deja sobre la superficie; y no sólo eso, el incremento del uso de químicos para el control de
malezas y plagas que ocasiona la no planificación de un uso adecuado del suelo, está provocando
grandes riesgos de contaminación al suelo y al ambiente.
En detalle, las provincias donde se manifiestan niveles severos de erosión hídrica son en el centro
y el oeste de Entre Ríos, y en las cuencas de los ríos Carcarañá y Tercero (en Córdoba), sur de
Misiones, noroeste de Corrientes, Tucumán, sur de Salta. Este fenómeno avanza también en la
Patagonia, en Santa Cruz, Chubut y Río Negro donde existen unas 10 millones de hectáreas en
estado de erosión de severo a grave.
En la Figura 1 se puede observar las regiones secas afectadas por la erosión hídrica en la
República Argentina.
La erosión hídrica es la limitante principal para todas las regiones, tanto natural como acelerada.
Aproximadamente el 7% del total provincial se encuentra afectada por este proceso, las cuencas
más erosionadas son las de los ríos Carcarañá.
El intenso y mal uso de los suelos, falta de cobertura vegetal y rotaciones de cultivos, retroceso de
los bosque nativos, frecuentes incendios de campos y monocultivo, abandono del sistema
alternado de cultivo y pastoreo son las causas que originan el desencadenamiento y avance de la
erosión hídrica en la provincia de Córdoba.
Fuente:http://www.fao.org/ag/agl/agll/lada/arg/archivos/03%20%20Propiedades/mapahidra.htm.
24/06/10
La erosión hídrica es considerada uno de los procesos de degradación más preocupantes, ya que
las consecuencias son catastróficas y el avance es cada vez mayor. La posibilidad de volver
fértiles y productivos los suelos afectados es compleja, difícil, costosa y a largo plazo.
Los daños que la erosión produce en el suelo son peligrosos porque la compactación generada
por técnicas de cultivo inapropiadas, las modificaciones de las condiciones hidrológicas, la
deforestación y marginalización o abandono de tierras, reduce la capacidad para retener agua y
recargar los acuíferos aumentando el riesgo de inundaciones a las regiones productivas y
pobladas, avance de la escorrentía y bajos rendimientos productivos. Es de allí, que la presencia
de las plantas en las primeras capas del suelo es imprescindible para evitar el encostramiento y
permita que el agua de las precipitaciones se infiltre y recargue los acuíferos.
La erosión que se produce en las capas superficiales del suelo, donde se concentran gran parte
de los nutrientes y la humedad que las plantas necesitan para su desarrollo y subsistencia, afecta
la fertilidad y productividad de los suelos. A su vez, el aumento de la carga sólida (limos, arenas,
piedras) que arrastran los ríos ocasiona la colmatación de los lagos y lagunas, alteran el equilibrio
natural de los ecosistemas y su contaminación. Este incremento también provoca que se
enturbien las aguas costeras de las zonas donde desembocan los ríos, dejando a las mismas
inútiles para la actividad pesquera y pérdida de su atractivo turístico.
Las obras ingenieriles también se ven afectadas por estos procesos, ya que el arrastre de piedras
y arenas desgastan progresivamente las estructuras con el consiguiente derrumbe y desastres a
la población.
A modo de resumen se puede decir entonces que los daños ocasionados por la erosión hídrica
son:
Eutrofización
Infraestructuras dañadas
Pérdida de nutrientes
Formación cárcavas
Como se dijo anteriormente, dos de los principales factores que producen la erosión hídrica son la
precipitación y las condiciones de la vegetación, siendo los mismos de carácter dinámico (en un
determinado punto del territorio su manifestación varía en el tiempo), mientras que los restantes
factores no varían en el tiempo y representan el aspecto espacial de la variabilidad de la
intensidad de la erosión.
En la Figura 2 se puede apreciar el efecto de las gotas de lluvia sobre un suelo desnudo,
desencadenando el proceso erosivo.
Transporte
Deposición
El impacto directo de las gotas de lluvia sobre un suelo desnudo (A) provoca la desintegración de
los agregados del suelo (B), generando que los poros se tapen sellando la superficie (C), esto
ocasiona que sólo una parte del agua filtre hacia las profundidades y la mayor parte genere el
proceso de escurrimiento superficial del agua de lluvia. La pendiente del terreno es otro factor que
favorece el arrastre de las partículas del suelo, materia orgánica y nutrientes como el nitrógeno y
fósforo, entre otros.
El encostramiento superficial que se produce al no permitir el ingreso del agua al suelo impide una
adecuada germinación y emergencia de los cultivos implantados.
Es de aquí la importancia de la cobertura vegetal sobre el suelo, la cual actúa como una capa
protectora que absorbe la energía de las gotas de lluvia, permitiendo así que escurran lentamente
sobre la superficie y posibilite su filtración, protegiéndolo de la percolación y el deslizamiento.
La medida de la precipitación tiene por objeto obtener toda la información posible sobre la
cantidad de las mismas que cae en un periodo de tiempo determinado. También permite obtener
la distribución de las precipitaciones en el tiempo y el espacio.
La cantidad total de precipitación que alcanza el suelo durante un tiempo se expresa por la altura
de la capa de agua que cubriría el suelo suponiéndolo perfectamente impermeable y horizontal,
sin que hubiese pérdidas por filtración o pérdidas por evaporación.
El objetivo primordial de todo método de medida de la precipitación es obtener una muestra que
sea verdaderamente representativa de la precipitación caída en la región a que se refiere esta
medición. Por eso la elección del emplazamiento y la forma y la instalación de los instrumentos de
medida tienen una gran importancia. Estos deben escogerse de forma tal que los efectos del
viento, de la evaporación y de las salpicaduras estén reducidas al mínimo.
Intensidad de la lluvia
Es el caudal de agua que pasa una determinada superficie medido en mm/h.; es un parámetro
importante de la potencialidad de la erosión.
Tamaños de gota
El tamaño de las gotas de lluvia son medidos por diferentes métodos, generalmente en climas
templados están compuestas por gotas de tamaño pequeño a mediano, mientras que en regiones
tropicales con lluvias de gran intensidad tienen una proporción mayor de gotas grandes.
Esto determina también la velocidad de caída, las gotas de lluvia que caen alcanzan una
velocidad máxima cuando la fuerza de aceleración gravitacional es igual a la resistencia de la gota
que cae a través del aire.
Los cultivos de cobertura se siembran como medida de conservación del suelo generalmente
cuando no hay otros cultivos, ya que proporcionan rápido una cobertura, compiten con las
malezas y poseen un profundo sistema radicular que mejora la macroporosidad del suelo.
También se siembran bajo cultivos arbóreos para proteger el suelo del impacto de las gotas de
lluvia que caen desde la copa, disminuyendo así el efecto erosivo y la escorrentía. Lo mismo
Para controlar la erosión en cárcavas generalmente se lleva a cabo una revegetación. Esto
requiere desarrollar un plan adecuado analizando el pH del suelo, contenido de nutrientes, nivel
de humedad, salinidad ya que influyen en la decisión del cultivo de cobertura a implantar. A la vez
se necesita conocer la especie, su capacidad de crecimiento, resistencia a plagas y
enfermedades, capacidad de competencia y adaptabilidad a las condiciones climáticas de la zona.
Menor protección
Eliminación de la Degradación de la
cobertura vegetal estructura del
suelo
Menor aporte de
Materia Orgánica
Menor infiltración
Pisoteo animal Mayor escorrentía
Sobrepastoreo
Laboreos excesivos
Deforestación
Tala indiscriminada
Mayor Erosión
Como se estudió en la lectura 1, los suelos se clasifican según su capacidad de uso, el cual
permite conocer su aptitud, problemática, limitaciones de uso, necesidades y prácticas de manejo
que requieren y también suministra elementos de juicio necesarios para la formulación y
programación de planes integrales de desarrollo agrícola.
En algunas zonas, es posible reducir y controlar la erosión hídrica mediante prácticas adecuadas
de conservación pero en otras, las posibilidades de mejora resultan costosas y difíciles. En forma
general, el control de la erosión depende del buen manejo del suelo, lo que implica considerar
aplicar cultivos de cobertura, rotación adecuada de cultivos, seleccionar prácticas de laboreos no
erosivas, entre otras.
El control de la erosión se logra también por medio de rotaciones adecuadas de cultivos, los
cuales tienen como objetivo cultivar diversas especies en un mismo campo, permitiendo así no
solo mayores ingresos sino que protegen y dan mayor productividad al suelo.
Generalmente se utilizan leguminosas y gramíneas, ya que sus raíces dejan el suelo esponjoso,
facilitan la absorción de agua, proporcionan buena cobertura vegetal, mantienen y mejoran el
contenido de materia orgánica contribuyendo a la fertilidad del suelo y a mejorar su estructura,
reduciendo así la posibilidad de escurrimiento.
Los efectos del laboreo proporcionan una adecuada cama de suelo para la siembra, facilitan el
crecimiento de las plantas y ayudan al control de las malezas. La adopción de la siembra directa
en forma generalizada en nuestro territorio es considerada una de las herramientas de control de
la erosión, ya que permite mantener una cobertura con rastrojos sobre el suelo colaborando a la
disipación de la energía de la caída de la gota de lluvia y la velocidad de escurrimiento.
Utilizar el sistema de siembra directa implica que luego de las cosechadoras pasen las
pulverizadoras y luego la siembra, es por ello que se debe prestar mucha atención durante la
cosecha ya que la forma en que quedan dispuestos los rastrojos puede afectar en el rendimiento,
maduración y calidad de los granos de la cosecha siguiente.
A pesar del avance de la frontera agrícola, muchos de los sistemas de producción son mixtos,
donde la interacción entre la agricultura y la ganadería ocurre a nivel del mismo lote. Es necesario
previamente realizar estudios de suelo y sistemas de producción ya que, por ejemplo el pisoteo
por los animales provoca aumentos en la dureza y la densidad del suelo.
La cobertura de residuos, uno de los componentes fundamentales de la siembra directa, puede
ser eventualmente consumida por los animales o aplastada y el contacto con el suelo acelera su
descomposición. Estas modificaciones del ambiente donde se desarrollan los cultivos pueden
determinar cambios en su productividad.
La carga animal sobre la superficie es un dato importante a tener en cuenta al evaluar los riesgos
que puede ocasionar la ganadería. Con cargas moderadas y adecuados índices de humedad en el
suelo, los efectos a corto plazo del pastoreo en siembra directa no serían perjudiciales para el
desarrollo de los cultivos.
Por último es importante destacar la importante pérdida de nutrientes del suelo por efecto de la
escorrentía del agua de lluvia en suelos anegados y con encostramiento. La incorporación del
sistema de la siembra directa ha promovido el uso de fertilizantes en cobertura en forma
anticipada tanto para nitrógeno como para fósforo. Sin embargo, como se dijo en lecturas
anteriores, el impacto al medio ambiente de un excesivo y mal uso de los mismos puede
ocasionar importantes niveles de contaminación al suelo y a los humanos.
Para controlar el movimiento del agua sobre la superficie del suelo se disponen de diversos
métodos mecánicos los cuales normalmente son complementados con las medidas agronómicas.
Cultivos en contorno
Consiste en la siembra de cultivos siguiendo las curvas de nivel del terreno, que une puntos de
igual altura sobre el terreno (pendiente 0%). Es una de las prácticas más simples y de gran
eficiencia en el control de la erosión, pero es conveniente aplicar a suelos donde el grado de
riesgo de la erosión es leve a moderado y con pendientes suaves, es decir, no mayor a 2%.
El cultivo en contorno exige la aplicación de prácticas de sistematización del laboreo y preparación
del suelo con anterioridad a su ejecución. Se torna más complejo su aplicación, cuando la
topografía del terreno es irregular y la extensión de las laderas son largas; para este caso como
complemento se debe construir canales de desagüe.
Los sistemas de trazado de un sistema de cultivo en contorno se pueden dividir en dos grupos:
Sistema convencional: permite realizar todas las labores agrícolas siguiendo las curvas
de nivel. En este sistema de trazado las líneas guías siguen el relieve del terreno y por lo
general resultan curvas muy sinuosas y no paralelas.
Sistema simplificado: por medio de este sistema se trata de paralelizar las líneas guías
para evitar la formación de triángulos de difícil labranza, de suavizar sus curvas y de
disminuir el número de líneas guía, así se disminuyen las dificultades que ocasiona el
sistema convencional para los productores. A pesar de estas ventajas es más complejo el
planeamiento y el trazado de las líneas guía, ya que deben ser realizado por técnicos
especializados.
Otro método de protección alternativo, cuando el grado de erosión no es muy severo es la siembra
de cultivos en fajas, el cual consiste en sembrar los cultivos en fajas alternadas. El ancho y largo
de las fajas variarán de acuerdo a la pendiente máxima del terreno. Los cultivos a implantar en
cada faja deben tener diferente época de crecimiento, de modo que el suelo no quede desnudo en
toda su superficie. Generalmente se alternan cultivos de cobertura densa (pasturas).
Una de las desventajas de esta práctica es su dificultad de conducir lejos la escorrentía,
ocasionando la acumulación del agua en los niveles inferiores.
También se puede utilizar la técnica del cultivo en corredor, donde se alternan la siembra de
árboles con cultivos de manera de mejorar los suelos empobrecidos y protegerlo de fuertes lluvias
o lluvias irregulares. Es una técnica de bajo costo y fácil de llevar a cabo, pero se debe tener la
precaución de talar regularmente los árboles ya que pueden competir con los cultivos en cuanto a
nutrientes, agua y luz.
Fuente:
http://tilz.tearfund.org/NR/rdonlyres/4A701BF9-2B19-4F5F-A6EB-4F486886322A/0/Untitled10.jpg.
07/07/10
Terrazas
Es uno de los métodos más eficientes para controlar la erosión hídrica ya que forman estructuras,
generalmente de tierra, construidos transversalmente a la dirección de la pendiente, para
interceptar la escorrentía superficial y transportarla a una velocidad no erosiva hacia una salida
más adecuada, controlando así la erosión, al disminuir el largo de la pendiente.
Generalmente se la aplica en terrenos con más de 2 % de pendiente y cuanto mayor sea ésta, el
espacio entre terrazas debe ser menor.
Espaciamiento
Longitud de las terrazas y del terreno
Localización de desagües (naturales o artificiales)
Grado de la pendiente
Agua proveniente de otros campos adyacentes
Cobertura vegetal
Labranzas
Diseño adecuado del sistema de terrazas
Clases y características del suelo existente
Precipitación (época, intensidad, cantidad, frecuencia, duración).
Tipos de terrazas
El tipo de terraza a construir, dependerá de las distintas regiones y del clima, suelo, relieve,
cultivo.
Se construyen con una ligera pendiente entre 0,2 - 0,5 %. Los canales deben ser anchos, de poca
profundidad (30 - 50 cm) y reducida pendiente (0,2 - 0,4 %).
Son aconsejables para regiones húmedas y semiáridas como en la provincia de Buenos Aires,
Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Misiones y Corrientes. Suelos con problemas de erosión hídrica
potencial o actual en un grado severo. Si la pendiente del terreno es superior a 7% no se
recomienda, debido a su costosa construcción y al estrecho espaciamiento requerido.
Las terrazas de desagüe tienen a su vez distintos tipos de clasificación de acuerdo a su sección
transversal, ellas son:
De base media: ancho es entre 3 y 6 mts. y una altura de bordo es de 40 - 70 cm, también
ocupan un área pequeña. Se debe tener el cuidado de controlar las plagas y las malezas.
3. Terrazas de bancales
Son estructuras que dividen la pendiente en una serie de plataformas a nivel, separadas por
taludes aproximadamente verticales, los cuales están estabilizados por rocas, hormigón o
vegetación densa. Los taludes son susceptibles a la erosión por lo que es necesario protegerlos
con una cobertura vegetal o piedras.
Estas construcciones se utilizan en regiones montañosas de fuerte pendiente (15- 20%) y
requieren de mucha mano de obra, tanto para su construcción como para el mantenimiento, para
lo cual los cultivos que vayan a ser implantados deben ser muy rentables.
Para comenzar con la construcción se debe disponer de un plano del terreno para estudiar y
diagramar la ubicación de las terrazas y desagües. Se determinará el intervalo vertical entre dos
terrazas y la distancia horizontal, las cuales dependen de la pendiente, precipitación, suelo y
maquinaria a utilizar.
Existen varias fórmulas para calcular el espaciamiento entre dos terrazas (I.V), una de las más
utilizadas es la siguiente:
Donde:
Donde:
Microembalses reguladores
Es un espacio artificial cerrado que permanece mayormente vacío, creado sobre un valle fluvial,
con la finalidad regular el recurso hídrico y almacenar momentáneamente las aguas de
escorrentía.
Estos embalses son importantes reguladores de los caudales y permiten amortiguar las crecidas
debidos a los aumentos exagerados de los caudales, producto de las lluvias torrenciales que
ocurren en ciertas ocasiones.
Comparado con el agua, el viento resulta un agente erosivo menos intenso, pero en las regiones
secas adquiere una importancia muy relevante.
La erosión eólica es el desgaste acelerado del suelo causado por la acción del viento. Comprende
el arranque de materiales por simple succión y desprendimiento y arrastre por golpeteo con
granos de arena y subsiguiente succión.
Su origen se da en áreas de escasa o inadecuada distribución de las precipitaciones y en
regiones llanas de clima árido y donde no está protegida por vegetación.
Cuando las precipitaciones llenan esta depresión, se origina una charca o laguna, a medida que el
agua se evapora el barro del fondo se seca, se agrieta y da lugar a escamas y fragmentos de
barro seco que son fácilmente transportados por el viento.
En aquellos lugares donde también se encuentre ganado doméstico, éste pisotea los bordes de la
depresión hasta convertirla en una masa de barro, eliminando su protección vegetal y facilitando
así su erosión cuando está seca.
Del total de la superficie de la provincia de Córdoba (16.600.00 ha), el 15% se encuentra afectado
por la erosión eólica.
Las regiones del sudeste y sur de la provincia y el sector central de la llanura agropecuaria (área
manisera) son las más afectadas. Esta situación se ha ido agravando con el tiempo debido a las
sequías frecuentes que se generan en la región.
Debido a la acción antrópica, en el noroeste de Córdoba se ha expandido aún más las zonas
afectadas por la degradación eólica, principalmente por el desmonte irracional del bosque nativo,
el mal uso de las tierras en cuanto a implementos agrícolas utilizados y falta de rotaciones
adecuadas.
El intenso y mal uso del suelo, la falta de cobertura vegetal y adecuados planes de rotaciones de
cultivos y la deforestación, son las causas principales que originan los médanos. Por otro lado la
excesiva agriculturización y retroceso de bosques nativos junto con el abandono del sistema
alternado agrícola – ganadero han contribuido al avance de los procesos erosivos.
La utilización de sistemas de labranza mínima o labranza cero y otras prácticas de conservación
de suelos ha disminuido el problema, pero su adopción no es amplia.
El viento desplaza las partículas sueltas en función del tamaño del grano y de la velocidad del
mismo. Se pueden distinguir tres tipos de desplazamientos:
Suspensión
En suspensión son partículas removidas del suelo y permanecen sobre el aire ya que debido a su
tamaño y densidad no son capaces de bajar, puesto que la velocidad del viento contrarresta la
fuerza de la gravedad y las partículas son transportadas a largas distancias como nubes de polvo.
Son elevadas a varios metros de altura y acaban por caer lentamente. En ocasiones pueden estar
en suspensión durante años y ser transportadas a miles de kilómetros, aunque estas partículas
deben de tener un calibre inferior a los 0,05 mm. Se mueven en suspensión partículas finas
menores a 0.2 mm de diámetro.
Saltación
Es el movimiento del grano en suspensión mediante una serie de saltos. Al aumentar la fuerza del
viento, existe más presión sobre la partícula y genera una velocidad horizontal que hace que la
partícula se desplace y después tienda a caer. Las partículas son ejectadas y siguen trayectorias
características, bajo la influencia de la resistencia del aire y la gravedad, debido a que no pueden
mantenerse en suspensión.
La altura de los saltos depende de la densidad de las partículas, del relieve y de la velocidad del
viento. Se alcanzan alturas de 30 a 45 cm. y con desplazamientos de 30 a 200 cm. la escala de
tamaño de la partículas para este tipo de movimiento es entre 0.05 y 0.5 mm. siendo más
vulnerables de 0.1 a 0.15 mm.
Rodamiento
El rodamiento afecta a partículas de entre 0,5 y 10 mm. que el viento no es capaz de levantar pero
que sí mueve sobre la superficie. Se producen choques de los granos desplazados por saltación,
que al caer empujan partículas más grandes.
Saltación y suspensión son los mecanismos más importantes del transporte eólico. Las partículas
realizan saltos a favor del viento; tras el impacto con granos en la superficie, pueden rebotar de
nuevo y elevarse. De este modo, el viento transfiere energía cinética al grano, el cual, al chocar
con la superficie de arena, disloca otras partículas y puede proyectarlas al aire.
Las partículas de limo y arcilla pueden permanecer en suspensión con viento turbulento, e incluso
casi indefinidamente para los granos muy pequeños. Las grandes tormentas de arena elevan
partículas hasta 250 metros de altura y avanzan con velocidades que pueden llegar a alcanzar los
200 m/s.
3. Reptación superficial:
Corresponde al rodado de partículas gruesas a lo largo de la superficie del suelo, es el movimiento
ocasionado por el viento y por otras partículas movilizadas por él.
4. Abrasión
Corresponde a la acción del viento al arrastrar arena y polvo contra las rocas y el suelo originando
orificios y acanaladuras en la roca. Cuando el viento pierde fuerza va depositando los materiales
transportados de forma gradual, lo que habitualmente da lugar a la acumulación de partículas de
similar tamaño y peso.
5. Remoción selectiva
En el tiempo se produce una remoción de los materiales más finos y enriquecidos de nutrientes,
dejando atrás aquellos más gruesos y menos fértiles.
Los suelos de las zonas áridas y semiáridas son los más susceptibles a la erosión eólica, ya que
están desprovistos de vegetación; también lo son los de uso agrícola, donde el manejo
inadecuado, sobreproducción y monocultivo conlleva a la pérdida de la estructura y textura del
suelo, arrastre de materia orgánica y pérdida de fertilidad, condiciones propicias para el
desencadenamiento de procesos eólicos erosivos. Los cultivos también son dañados por los
efectos del viento, donde el desplazamiento de polvo y arena reseca las plantaciones aún no
crecidas.
Para poder cuantificar los factores que influyen en la erosión eólica y determinar la pérdida del
suelo por el viento se puede utilizar la siguiente ecuación:
E = f (I, K, C, L, V)
Donde:
Para su cálculo se requieren soluciones gráficas y tabulares ya que las relaciones entre ellos se
complican con la simple multiplicación.
Desmonte
Pérdida de nutrientes
La erosión daña al suelo, los cultivos y al ambiente a través de una reducción en la productividad
del suelo, afectando la emergencia de plantas, calidad y rendimientos, produce cambios
estructurales, disminuye el espesor de los horizontes y pérdidas de nutrientes.
A demás la pérdida progresiva de la fertilidad, induce a los agricultores a incrementar las
cantidades de fertilizantes, entrando en un círculo vicioso que acaba con la inutilización del suelo
para cultivo.
El viento es el movimiento del aire que está presente en la troposfera, producido por causas
naturales:
Movimiento de rotación y traslación de la tierra
Diferencias de temperaturas existentes al producirse un desigual calentamiento de las
diversas zonas de la tierra y de la atmósfera.
El viento es un eficaz agente de erosión capaz de arrancar, levantar y transportar partículas. Sin
embargo si la superficie está constituida por roca dura, el viento es incapaz de provocar cambios
apreciables debido a que la fuerza cohesiva del material excede a la fuerza ejercida por el viento.
Únicamente en aquellos lugares en donde la superficie expuesta contiene partículas minerales
sueltas o poco cohesivas, el viento puede manifestar todo su potencial de erosión y transporte.
La velocidad determina la capacidad del viento para erosionar y arrastrar partículas, pero también
influye el carácter de los materiales, la topografía del terreno, la eficacia protectora de la
vegetación, la rugosidad del terreno, entre otros.
La velocidad del viento es calculada con la suposición de que la velocidad es superior a la
necesaria para mover una partícula del suelo. La humedad en el suelo impide la deflación, ya que
las fuerzas de adhesión y cohesión del agua unen con más fuerza las partículas sueltas en el
Manejo de cultivos
La falta de un manejo adecuado del suelo en la agricultura, puede ocasionar su erosión y el
agotamiento de los nutrientes que los cultivos requieren para su crecimiento, afectando así la
productividad del suelo.
El sobrepastoreo ganadero también ocasiona su erosión y puede conducir a la desertificación de
los mismos convirtiéndolos en suelos improductivos. El suelo improductivo puede constituir un
problema para las poblaciones que viven de sus cultivos o de la producción ganadera y puede
representar una amenaza para la seguridad alimentaria.
Estas actividades de sobrepastoreo y las prácticas agrícolas inadecuadas ponen en riesgo los
ecosistemas que amenazan con la pérdida de la biodiversidad de los pastizales, bosques y del
suelo.
Rugosidad de la superficie
Al aumentar la rugosidad de la superficie se reduce la velocidad del viento y, por lo tanto,
disminuye la posibilidad de traslación de las partículas del suelo.
Vegetación
Es uno de los factores más importantes de protección contra la acción del viento, ya que actúa
como una capa protectora o amortiguadora entre la atmósfera y el suelo. También reduce la
velocidad y frena o atrapa las partículas en movimiento. Los factores de la vegetación que influyen
en el proceso erosivo son altura y densidad de la cobertura, tipo de vegetación y distribución en el
año. La presencia de raíces y residuos de cosecha también son muy efectivos para reducir la
erosión.
Como se definió en el punto anterior, la vegetación sobre el suelo es el factor más relevante en el
control y prevención de la erosión producida por el viento, ya que su permanencia actúa como una
barrera física que disminuye la velocidad.
Consiste en alternar cultivos de escarda (maíz, sorgo, girasol) y de cobertura (avena, cebada) en
el mismo tiempo con el objetivo de reducir la erosión causada por el viento y el agua y por
supuesto mantener una adecuada humedad y hacer un uso más efectivo del suelo.
Se recomienda este sistema en zonas planas y con pendiente, apta para el laboreo y que permita
la asociación de los cultivos. Las franjas se pueden trazar perpendiculares a la pendiente y a la
dirección de los vientos (cortavientos) de manera de que eleven las corrientes de aire y reduzcan
su capacidad de remover y transportar las partículas.
La efectividad de las franjas depende de la orientación y ancho de las mismas. Las franjas se
deben orientar en forma perpendicular a la dirección de los vientos dominantes y el ancho de las
mismas estarán dadas por la distancia que puede alcanzar una partícula en movimiento de
saltación. Para poder determinar estos criterios es necesario conocer la velocidad del viento, si no
se cuenta con este dato se estima que el acho de la franja depende de la altura de la planta
multiplicado por diez, el resultado luego debe ajustarse al ancho de las maquinarias a utilizar.
Una cortina rompevientos es la alineación de una o más hileras de árboles o arbustos para formar
una barrera lo suficientemente alta y densa que se constituya en un obstáculo al paso de viento y
del polvo. También pueden ser estructuras inertes como muros de piedras o cañas que se utilizan
para ayudar a estabilizar dunas móviles.
Constituyen una práctica de tipo generalizada para el control de la erosión eólica, pudiendo
utilizarse en áreas agrícolas, de pastizales, desprovistas de vegetación y en zonas urbanas. Estas
barreras tienden a reducir la velocidad de 5 a 10 veces la altura del árbol de la protección,
dependiendo claro, de la cantidad de hileras de árboles que se tenga.
Se colocan en forma perpendicular a la dirección de los vientos, reduciendo así su velocidad, esto
en el caso si el viento dominante erosivo tiene una sola dirección; en cambio cuando tiene
diferentes direcciones pueden requerirse diseños en mallas o espinas de pescados.
Para que los objetivos puedan ser logrados, es indispensable que la cortina funcione al máximo de
su eficiencia, requiriéndose considerar las siguientes características:
Forma
Altura
Densidad
La forma en que tienen que estar dispuestos los árboles, su densidad y los espacios abiertos y
cerrados influyen en la velocidad de los vientos y el área de protección. El otro aspecto a tener en
cuenta es la altura: se estima como regla práctica general que la zona protegida alcanza entre 10
y 15 veces la altura. El último aspecto los constituye la disposición de la cortina respecto de la
dirección de los vientos dominantes en la región, su efectividad disminuye en la medida que el
ángulo de incidencia de dicha dirección se aparta de los 90°.
La separación entre hileras y entre plantas depende del desarrollo vegetativo de las especies
utilizadas y de la porosidad que se desee. Las separaciones más usuales para cortinas son de 1 a
2 metros entre arbustos y de 2 a 3 metros entre árboles.
Especies generalmente utilizadas en las cortinas rompevientos son: álamo, sauce, sauce llorón,
cedro blanco, enebro, tamarix, pirul, pino halepensis, encino rojo, roble, fresno, jacaranda y otros
similares, pero siempre se darán prioridad a las especie autóctonas sobre las importadas.
Encontramos especies que proporcionan la altura efectiva de la cortina, las que se colocan a los
lados de las principales y son de menor altura y las especies arbustivas o matorrales que se
establecen en los bordes y entre las filas de las anteriores, con la finalidad de disminuir la
porosidad y evitar infiltraciones del aire.
La asociación entre especies proporciona una barrera menos vulnerable al ataque de
enfermedades y plagas, otorgando también un hábitat adecuado para la fauna silvestre. Es
necesario el cuidado de las barreras naturales durante por lo menos los primeros cinco años del
ataque de animales, los arrastres del viento y podarlo para mantener la forma adecuada.
Las especies que habrán de utilizarse en las cortinas rompevientos deben reunir una serie de
requisitos para que cumplan eficientemente con sus objetivos:
A pesar de las ventajas que ofrecen las cortinas rompevientos presenta varias limitaciones, como
ser:
Fuente:http://imagenes.acambiode.com/empresas/6/0/0/3/6003050070965665756555755564568/
productos/Cortina%20de%20Viento.jpg.05/07/10
Otro de los métodos usados para contrarrestar la erosión eólica es con los residuos de las
cosechas, los cuales tienden a incrementar la infiltración, reducir evaporación y conservar la
humedad del suelo, principalmente en zonas áridas o semiáridas. Estos residuos expuestos sobre
la superficie del área son efectivos especialmente con material rugoso.
Por medio de las labranzas se busca aumentar la producción de rugosidad y terrones. Para tener
terrones el terreno debiera cultivarse después de una lluvia, terrones grandes son el resultado de
grandes agregados. Pequeños bordos perpendiculares a la dirección prevaleciente del viento son
efectivos para el control de la erosión.
La actividad ganadera implica una serie de actividades dentro de las cuales algunas son positivas
y negativas para el suelo y su degradación.
Generalmente esta actividad se lleva a cabo en zonas más marginales, tierras no aptas para los
cultivos agrícolas. El pasto para el ganado y el estiércol ayuda a mantener la fertilidad del suelo y
sus características físicas. Por lo tanto, la producción ganadera constituye un sistema de manejo
de la tierra en las áreas marginales manteniendo la productividad del ecosistema. Sin embargo,
las consecuencias de una inadecuada planificación, ubicación, manejo y control del rodeo es el
pastoreo excesivo, el cual conduce a la degradación de la vegetación, deterioro de la fertilidad y
estructura del suelo, exponiendo al suelo a condiciones aptas para los efectos erosivos. Sumado a
demás del bajo peso animal que se obtiene de producciones en esos campos.
Llevar a cabo medidas de conservación del suelo, agua y siembra de vegetación de los terrenos
de pastoreo ayuda a reducir la erosión del suelo, de manera de incrementar la productividad.
Son técnicas que buscan inmovilizar las masas arenosas mediante la implantación de vegetación.
Las dunas se caracterizan por su movilidad, puesto que cuando alcanzan un cierto desarrollo,
poseen una cara deslizante a sotavento, con un perfil que corresponde al talud natural del material
acumulada. Pueden formarse, sin que existan grandes obstáculos en el relieve y en realidad su
más perfecto desarrollo lo adquieren en terrenos planos que presentan pequeños obstáculos.
Su avance en la dirección del viento constituye una agresión al medio natural y al desarrollo de la
vida humana.
8.4 Legislación
Como se explicitó en el punto 6.3 de la unidad 6, la ley 22.428, de Fomento a la conservación de
suelos permite concientizar a los productores agropecuarios sobre la importancia de la
conservación y recuperación de la capacidad productiva del suelo y tanto la Nación como las
Provincias realicen acciones tendientes a lograr el objetivo precedente.
Cada provincia posee ministerios de la producción y el medio ambiente, servicios de extensión,
programas y proyectos. Estas estructuras están en contacto directo con los productores y
canalizan créditos, subsidios y acceso a los servicios sociales.
Lo que se busca a través de la normativa legal es estimular a una planificación productiva
adecuada, promocionar y transferir tecnología conservacionista y buenas técnicas productivas,
propiciar al cumplimiento de las leyes y reglamentos, incentivar a la comunidad a la conservación
del medio ambiente. A la recopilación, procesamiento y elaboración de información estadística,
económica y forestal a nivel nacional para la toma de decisiones y elaboración de estrategias.
A modo de ejemplo se puede citar la ley 4032 de la provincia de Chubut, la cual establece la
obligación de realizar evaluaciones de impacto ambiental a todos los proyectos que se desarrollen
en la zona, validado por un responsable técnico y auditadas en forma constante para efectivizar el
complimiento de la ley.
La pérdida de suelo por la erosión no solamente afecta las condiciones del medio, el suelo y los
cultivos, sino que también tiene una gran incidencia a nivel económico para los productores y el
país.
Las prácticas agrícolas no sustentables pueden tener mejores resultados económicos-productivos
a corto plazo por la intensidad del uso de los recursos naturales, pero si no se consideran los
efectos del daño al suelo y los nutrientes a mediano y largo plazo, es probable que sean mayores
los costos a soportar, tanto para la recuperación de las zonas dañadas como los bajos rindes de
los cultivos, que los beneficios económicos obtenidos.