Módulo 1 NI PRINCESAS NI PRINCIPES
Módulo 1 NI PRINCESAS NI PRINCIPES
Módulo 1 NI PRINCESAS NI PRINCIPES
Módulo 1
Ni princesas ni príncipes
Conclusiones
Introducción
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El tercero invita a reflexionar sobre la importancia de incorporar la perspectiva de
género como herramienta útil en el análisis de las circunstancias en que se
desarrollan mujeres y hombres, con la finalidad de transformar todos aquellos
mandatos sociales que impiden su bienestar.
Los conceptos del módulo serán abordados desde un enfoque reflexivo crítico, con
la finalidad de vincular la experiencia personal y la práctica docente, de tal forma
que quien tome el curso pueda identificar cómo su historia de vida, en relación con
la construcción de su identidad de género, deriva en ideas, valores y mandatos que
determinan su actuar en los distintos ámbitos de su vida, incluyendo la comunidad
escolar y el aula. Esto puede contribuir a perpetuar las relaciones desiguales entre
mujeres y hombres, o bien, modificarlas hacia formas más armónicas y respetuosas
para dar lugar a condiciones más igualitarias entre ellas y ellos.
Antes de iniciar le invitamos a que tome un momento para reflexionar sobre las
siguientes preguntas:
• ¿De dónde vienen las diferencias entre las mujeres y los hombres?
• ¿Por qué las mujeres y niñas se desarrollan en condiciones menos favorables
que los hombres y niños?
• ¿Qué tipo de mujeres y hombres quiere formar la institución educativa en la que
labora?
• ¿Cuál es su papel en la transformación de las relaciones entre mujeres y
hombres?
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sosegadas, como si todas estas características fueran propias de un sexo y no
capacidades humanas.
A mediados del siglo XX, la filósofa existencialista Simone de Beauvoir afirmó: “No
se nace mujer, se llega a serlo”, revelando así que son las civilizaciones, y no la
naturaleza, las que elaboran el papel y la posición que tienen las mujeres o los
hombres en las sociedades.
Se preguntará entonces por qué si desde hace tantos años se tiene evidencia de
que las características que asociamos regularmente a las mujeres y a los hombres
son producto del aprendizaje social, más que de un determinismo biológico, se sigue
tratando a las personas de manera diferente y esperando cosas distintas de ellas
en función de su sexo.
La dificultad radica en que cuesta separar el cuerpo biológico del deber ser
masculino o femenino que nos mandata la sociedad. Por ello, es de suma
importancia comenzar por aclarar la diferencia entre los conceptos sexo y género.
Cuando una persona nace una de las primeras cosas que se determina es su sexo,
es decir, si se trata de un niño o una niña. Esta definición se deriva básicamente de
la apreciación de sus características físicas observables, o sea, si posee pene o
vagina; pero el sexo es mucho más que eso. De acuerdo con organismos
internacionales de salud y sexología, el sexo es el “conjunto de las características
biológicas que definen como hembras y machos al espectro de los seres humanos”
(OPS, 2000, p. 7).
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4. Sexo genital interno: los hombres se caracterizan por presentar el conducto
deferente, la vesícula seminal y el conducto de eyaculación; en las mujeres, las
trompas uterinas, el útero y la vagina.
5. Sexo genital externo: los órganos sexuales externos de los hombres son el pene
y el escroto; los den las mujeres, el clítoris y, los labios mayores y menores.
6. Sexo de asignación social: es la categorización de la persona cuando nace como
niña o niño.
Cabe mencionar que la conformación de cada uno de estos niveles que integran el
sexo se define en un proceso complejo durante el desarrollo intrauterino que puede
verse afectado por diversos factores, por lo que existen casos en los que alguno de
ellos se ve modificado. De ahí que la categorización sexual humana binaria, tal
como la conocemos, mujer vs. hombre, no representa fielmente la realidad de las
combinaciones de niveles sexuales existentes en la naturaleza y que se conocen
como estados intersexuales.
Dado el origen biológico del sexo, hasta hace pocos años se pensaba que estas
características no podían cambiar. Sin embargo, las ciencias biomédicas han
confirmado que lo único que no se puede modificar en un cuerpo humano es el sexo
cromosómico, mientras que todos los demás elementos son transformables
mediante intervenciones quirúrgicas y tratamientos hormonales, lo cual permite que
haya personas transexuales, es decir, que cambiaron de sexo.
Una vez que alguien es categorizado como mujer u hombre, comienza un proceso
complejo que da lugar a la construcción de la identidad femenina o masculina. La
sociedad espera ciertos comportamientos de unas y de otros, como si estos
derivaran de forma inherente de las características sexuales. Sin embargo, las
personas desarrollan dicha identidad dependiendo de las cualidades y tareas que
les son impuestos de acuerdo con su cultura a la que pertenecen.
Por ejemplo, en nuestra cultura aún se espera que las mujeres sean sensibles,
dependientes, serviciales y que se dediquen a tareas relacionadas con el cuidado
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de integrantes de la familia o de la sociedad. En contraste, se espera que los
hombres sean fuertes, propositivos, con capacidad de para la toma de decisiones y
que se enfoquen en tareas económico productivas o políticas.
Para reflexionar:
Por ejemplo, si es hombre, tal vez cree que no puede abrazar a un compañero
cuando se siente triste, o llorar para expresar su impotencia cuando se siente
rebasado ante una situación; si es mujer, limita la expresión de su enojo ante algo
que le enfurece, o la manifestación de su deseo de acercarse a alguien que le
atrae.
Por ejemplo, pudo haber excluido a las niñas de tareas que implican el uso de
fuerza física, como cargar cosas; mientras que ha evitado que los niños participen
en tareas asociadas a lo doméstico, como servir las bebidas en un convivio.
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construcción social e histórica que toma como base algunos aspectos del sexo para
clasificar a los seres humanos en dos grupos: masculino y femenino.
De ahí que el género pueda utilizarse como una herramienta de análisis para
explicar cómo se construyen las experiencias de las mujeres respecto a las de los
hombres y por qué estas se caracterizan por establecer opuestos
(femenino/masculino, racional/intuitivo, político/doméstico, público/privado) y una
distribución desigual de bienes, recursos, derechos y poder. Esto tiene una
importancia considerable, ya que a pesar de que las normas, prácticas y valores
que rigen el género, deberían adaptarse a las características y necesidades de cada
sociedad, aún persisten representaciones de lo femenino y masculino en nuestra
cultura que no reflejan las particularidades y tareas que realizan las mujeres y los
hombres en el contexto actual.
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mejores oportunidades y recursos, con miras a favorecer el pleno ejercicio de sus
derechos.
Sabía que:
- 69.6% está de acuerdo con que las mujeres deben ser igual de
responsables que los hombres de traer dinero a casa y de cuidar a niñas,
niños y personas ancianas o enfermas; mientras que 47.6% opina que las
mujeres que trabajan descuidan a sus hijas e hijos.
- 47% considera que las mujeres no deben tener derecho a salir solas en la
noche a divertirse, y 32.2% opina que las mujeres deben vestir sin escotes
para no ser molestadas por los hombres.
- 14.3% está de acuerdo con que los hombres deben ganar más salario que
las mujeres.
- 12.7% no está de acuerdo con que los hombres deben encargarse, al igual
que las mujeres, de las tareas de la casa, así como de cuidar a niñas, niños
y personas enfermas o ancianas.
- 10.4% considera que los hombres deben tener mejores puestos que las
mujeres en los trabajos.
- 8% señaló que las mujeres casadas deben tener relaciones sexuales con
su esposo cuando él quiera.
La distinción entre sexo y género es necesaria para reconocer que, entre mujeres y
hombres, hay diferencias anatómicas, fisiológicas y sexuales evidentes; pero
también hay diferencias en los roles, atributos y relaciones que construye y
determina la cultura. Por ejemplo, a las mujeres se les considera emocionales,
mientras que a los hombres se les atribuye la inteligencia o la fuerza física.
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sexo, interioriza las pautas sobre qué pensar o hacer para cumplir con las
expectativas de género.
Para reflexionar:
Antes de revisar este contenido le invitamos a elaborar una lista de todos aquellos
mensajes que recibió durante la infancia, la adolescencia, la juventud y la adultez,
sobre lo que significa ser mujer o ser hombre, según sea su caso. Incluye tanto
las características o los comportamientos, como las tareas que le tocaba hacer.
Cuando tenga la lista, compare si hay diferencias entre los mensajes que recibió
en cada etapa o por parte de quien se los dio.
Como podrá observar, las ideas sobre el significado de ser mujer u hombre no
son estáticas a lo largo de su propio desarrollo; incluso, compárelas con las que
crecieron sus abuelas, abuelos, padre o madre, o con las que viven sus alumnas
y alumnos y notará diferencias importantes.
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Este proceso de socialización de género no se limita a la infancia y a la familia. La
persona refuerza la conformación de su identidad de género a lo largo de toda su
vida mediante la interacción que experimenta en los diferentes ámbitos en que se
desarrolla, tales como la escuela, las redes de amistades, el grupo religioso al que
pertenece, los espacios de convivencia o recreación social, los medios de
comunicación, el espacio laboral, etc.
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Se puede decir que estos mecanismos funcionan como los “guardianes del orden”
de género y limitan las aspiraciones, capacidades y anhelos que unas y otros
puedan desarrollar.
Los estereotipos y roles de género más comunes que en nuestra cultura son los
siguientes:
Mujeres Hombres
Estereotipos Coqueta Conquistador
Subordinada Poderoso
Dependiente Independiente
Sumisa Dominador
Obediente Rebelde
Torpe Inteligente
Pasiva sexualmente Activo sexualmente
Emocional Racional
Roles Administrar la riqueza Generar la riqueza
Acatar y obedecer Tomar decisiones y mandar.
Ser madres, esposas, amas Ser proveedores, jefes de
de casa familia, políticos, líderes
Realizar trabajos no Realizar trabajos remunerados
remunerados, voluntarios o
complementarios
Además, estos mecanismos son la base del sexismo, es decir, prácticas y actitudes
que promueven el trato diferenciado de las personas en razón de su sexo y que,
debido a la jerarquización, validan una serie de creencias infundadas sobre la
superioridad de los hombres, las cuales generan privilegios a ellos en tanto
favorecen la discriminación de las mujeres.
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son “naturalmente” inferiores, y, segundo, aludir a discursos que manifiestan
abiertamente que la discriminación ya no existe (Fernández, 1994).
Para reflexionar:
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como atributos femeninos transmitidos genéticamente. Asimismo, se genera una
doble forma de valorar a las mujeres y a los hombres ante una misma situación en
los espacios escolares. Por ejemplo, en el caso de los hombres, el éxito suele
atribuirse a sus habilidades y competencias, mientras que en el caso de las mujeres
obedecen al esfuerzo y la abnegación o compromiso.
También suele ocurrir que una misma actitud o conducta, mostrada tanto en las
mujeres como en los hombres, dé lugar a distintas apreciaciones. Así, por ejemplo,
cuando las mujeres son competitivas, frecuentemente se les otorga la connotación
de agresividad, mientras que en los hombres, se considera una característica muy
valiosa que refleja ambición y voluntad de destacar.
Sabía que:
A pesar de que muchos de los estereotipos de género persisten entre niñas, niños
y adolescentes (NNA) mexicanos, existen avances hacia la igualdad, como lo
revelan los resultados de la Consulta Infantil y Juvenil 2018 (INE, 2018):
- Los datos muestran que seis de cada diez niñas y niños mexicanos opinan que
las mujeres son quienes pueden jugar con muñecas, aunque el resto considera
que es una actividad que pueden realizar ambos.
- Al preguntarles a niñas y niños sobre características como ser fuerte o
inteligente, más de 80% de las niñas y los niños considera que ser más inteligente
es igual para ambos sexos. No obstante, los niños encuentran que ellos son más
fuertes en 31% y sólo el 3% de ellas piensa que las niñas lo son.
Fuente: Inmujeres (2020). Desigualdad en cifras. Los estereotipos de género en la infancia. Boletín
6, marzo 2020. Extraído el 9 de enero desde https://bit.ly/3oFcH3s
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Tema 2. Diferencias sexuales que se convierten en desigualdad y sus efectos
nocivos para niñas y niños
Podemos ver un claro ejemplo de ello en el reparto de tareas al interior del hogar.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo (ENUT,
2019), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las mujeres de 12
años y más dedican un promedio de 39.7 horas a la semana a realizar trabajos no
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remunerados en el hogar (TNRH), en contraste con los hombres, que dedican 15. 5
horas a este tipo de labores.
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Fuente: Inegi (2020). Encuesta Nacional del Uso del Tiempo 2019. Resultados. Extraído el 6 de
enero desde https://bit.ly/38E5MBT
Para reflexionar:
Las mujeres se han incorporado con éxito en el ámbito público. Aunque debe
decirse que los hombres no lo han hecho en la misma medida en el espacio
privado, lo que representa sobrecarga y desigualdad principalmente para ellas
porque, si se analiza con detenimiento, el que ellos no se involucren en el ámbito
privado limita sus capacidades, por ejemplo, para cuidarse y cuidar a sus seres
queridos. De ahí la importancia de identificar estos sesgos de género y
transformarlos de manera que mujeres y hombres tengan la oportunidad de
desarrollarse integralmente.
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La desigualdad derivada de esta asignación diferenciada de características,
espacios y tareas con base en el sexo afecta principalmente a las mujeres porque,
como ya se mencionó anteriormente, se valora menos todo lo asociado a lo
femenino. Esta desigualdad se manifiesta en todos los ámbitos de la vida y afecta
el desarrollo pleno de las mujeres y niñas.
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quienes, a pesar de representar más de la mitad de la población, siguen viviendo
situaciones de desigualdad e incluso de violencia por su condición de género;
aunque muchas de esas prácticas no se reconocen porque se han naturalizado a
partir de los mandatos de género.
Por ello, ha sido necesario reconocer que existe una discriminación específica
contra las mujeres. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) (1979), a través
de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer (Cedaw, por sus siglas en inglés), la define como:
La discriminación que viven las mujeres y niñas por razones de género se puede
observar en todos los ámbitos de su vida; para muestra, los siguientes datos:
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- Educación: de acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015:
o La proporción de población femenina analfabeta es de 6.5% y de 4.4% la
masculina. El analfabetismo en la población femenina de 15 años y más
es de 22.3%, mientras que el de la población masculina registra un 13%.
- Salud reproductiva: de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica
Demográfica (Enadid, 2018):
o 50.6% de las mujeres embarazadas de 15 a 49 años de edad, que tiene
dos o más hijas/os sobrevivientes, no deseaba su embarazo.
o De las mujeres que han tenido relaciones sexuales, 59.4% declaró que no
utilizaron algún método de prevención del embarazo en su primera
relación por las siguientes razones:
• 28.4% no tenía planeado sostener relaciones sexuales.
• 24.1% desconocía los métodos anticonceptivos.
• 24.4% deseaba embarazarse.
• 11.0% confiaba en no quedar embarazada
• 11.0% otra razón.
- Inserción laboral: los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y
Empleo (Enoe), para el segundo trimestre de 2019, muestran que:
o La tasa de participación económica de las mujeres de 15 años y más es
de 44.9%, mientras que para los hombres es de 77.1 por ciento.
o El 59.7% de las mujeres de 15 años y más que cuentan con escolaridad
de nivel medio superior y superior, así como 28% de las mujeres con
primaria completa, es económicamente activa. Entre los hombres los
porcentajes son de 82.1% y 70%, respectivamente.
o Según el índice de discriminación salarial, para lograr la igualdad en el
salario se requiere incrementar el que se paga a las mujeres un 6.6% en
promedio.
- Violencia: los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las
Relaciones en los Hogares (Endireh, 2016) muestran que:
o Dos terceras partes (66.1%) de las mujeres de 15 años y más
reconocieron haber experimentado por lo menos un incidente de violencia
a lo largo de su vida, por parte de cualquier agresor: 49% ha sufrido
violencia emocional; 29% ha padecido violencia económica o patrimonial;
34% ha sido víctima de violencia física y 41.3% de violencia sexual.
o 43.9% de las mujeres de 15 años y más ha sido víctima de violencia por
parte de sus parejas en algún momento de su actual o más reciente
relación (sea por matrimonio, convivencia o noviazgo).
o 25.3% de las mujeres ha referido que durante su vida de estudiante
padeció principalmente violencia física (16.7%), como pellizcos, jaloneos,
empujones, puñetazos, patadas e incluso agresiones con armas
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punzocortantes o de fuego, así como violencia sexual (10.9%), pues
sufrieron intimidación (las obligaron a mirar escenas, publicaciones, les
hicieron insinuaciones sexuales, insultos u ofensas), acoso, hostigamiento
y abuso sexual. Además, 10.4% ha sufrido violencia emocional,
principalmente ofensas o humillaciones vinculadas a ser mujer, así como
intimidación y acecho.
o Los datos de 2016 del Sistema de Justicia Penal muestran que alrededor
de 50% de los delitos cometidos contra niñas, niños y adolescentes se
relacionan con actos que atentan contra su integridad física (lesiones,
abusos sexuales, violaciones, homicidios) y patrimonial (robos simples o
en la vía pública). Al observar las diferencias por sexo, las mujeres fueron
preponderantemente víctimas de abuso sexual, amenazas y violación; los
hombres, de lesiones, robos y homicidio.
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invitamos a reaprender a observar el mundo para identificar las desigualdades que
afectan a las personas, en específico en el ámbito escolar y principalmente a las
mujeres y niñas.
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Por lo anterior, es importante que como docente pueda incorporar esta forma de
aproximación al mundo con la finalidad de cuestionar todas aquellas creencias,
valores y prácticas que limitan el desarrollo integral y el pleno ejercicio de los
derechos de las y los estudiantes debido a su sexo.
Cabe señalar que este cambio de mirada es un proceso gradual y debe ser
permanente, pues implica deconstruir muchas de las cosas aprendidas a lo largo de
la vida, por lo que puede ser un desafío. Sin embargo, es una gran oportunidad para
contribuir a la construcción de una sociedad en la el que todas las personas sean
valoradas y se respeten sus derechos para el logro de su máximo potencial. Por
consiguiente, el primer paso es hacer una reflexión honesta y profunda sobre la
concepción de mujer y hombre que se tiene para identificar todos aquellos mandatos
de género que se han internalizado a lo largo de la vida, para fin de evitar dejarse
llevar por ellos o reproducirlos en el trato con las y los estudiantes.
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diseñado indicadores e instrumentos para apoyar la obtención de datos útiles para
conocer las desigualdades por razones de género. En particular, el Inmujeres
desarrolló el Sistema de Indicadores de Género (Siga), en el que podrá encontrar
indicadores y estadísticas de género que se pueden consultar a través de esta liga:
https://bit.ly/2Lxy5tf
Nadie elige nacer como hombre o mujer. Las personas nacen con características
sexuales biológicamente diferentes, lo que no tendría que traducirse en un trato
desigual. Sin embargo, como hemos revisado a lo largo del módulo, la construcción
social del género organiza de manera diferenciada el mundo para mujeres y
hombres, y otorga una jerarquía superior a todo lo masculino, en detrimento de lo
femenino. Esto origina el sexismo y la discriminación contra las mujeres y reduce
sus posibilidades de desarrollarse de manera integral y ejercer sus derechos con
plenitud.
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Para reflexionar:
La educación impartida en las escuelas debe formar y permitir a las y los estudiantes
desenvolverse como personas dentro de la sociedad, tomando en cuenta los valores
que se imparten desde el hogar.
No obstante, en las escuelas aún existen sesgos sobre las capacidades de las
mujeres y los hombres, lo que genera un trato desigual en la trayectoria escolar y
formativa, sobre todo hacia las mujeres, que se expresa, entre otros aspectos, en lo
siguiente (Martínez, 2012):
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tienden a participar en el orden de la clase, por lo que con los niños se invierte
más tiempo en moderar sus conductas disruptivas.
● El uso de los espacios. Las áreas asociadas al aula contienen el imaginario de
orden, pasividad y recogimiento, mientras que las destinados al esparcimiento
representan lo no ordenado y lo activo. Las primeras suelen vincularse a lo
femenino y, las segundas, a lo masculino, lo que genera una apropiación
diferente de tales espacios por parte de las niñas y los niños, con todas las
consecuencias que ello tiene en el desarrollo de sus habilidades, en su
percepción de seguridad, en su autonomía, etc.
● Tolerancia a la violencia. El personal docente y los propios grupos de
estudiantes pueden dar muestra de valores, ideas o prácticas de violencia hacia
las y los estudiantes, originadas en creencias asociadas al género. Por ejemplo,
es común observar manifestaciones de violencia psicológica hacia las niñas y
mujeres por medio de descalificaciones y de violencia sexual, como el
hostigamiento o el acoso, entre otras conductas.
En consecuencia, es necesario romper los límites del conocimiento acotado por los
roles y estereotipos de género, con el objetivo de modificar los patrones de
participación en el aula mediante la estimulación de formas diferentes de
interrelación. Por ejemplo, evitar reforzar en los hombres formas de ser y conductas
de manifestación de la fuerza física, la indiferencia emocional, la seguridad, el
control, la individualidad, la competitividad y la racionalidad, y, en las mujeres, los
valores de belleza, sentimentalismo, recogimiento, servicio y cuidados.
Además, se requiere hacer notar que no hay una sola forma de actuar en masculino
o en femenino y que estas no son inseparables de hombres o mujeres, sino
construcciones socioculturales en permanente transformación que se pueden
expresar de formas infinitamente diversas, dependiendo de múltiples variables
como el tiempo, la cultura, la clase social, la edad, la raza, el ámbito de actividad y,
la orientación sexual, entre otras.
Este cambio tendría que verse reflejado también en el lenguaje, porque es a través
de él que se interactúa con el mundo, se recrea de manera constante. Son las
palabras las que dan vida o presencia, ocultan o invisibilizan, otorgan valor o
demeritan a las personas, los colectivos, las situaciones o las cosas y la forma en
que se les conoce.
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discrimina a las personas con el lenguaje en razón de su sexo, es porque formamos
parte de una cultura en la que existe sexismo. Sin embargo, el lenguaje no solo
refleja las relaciones de género ya existentes, sino que puede contribuir a construir
nuevas.
Conclusiones
● El sexo hace referencia a las características biológicas que definen a una
persona como macho o hembra; mientras que el género corresponde a los
aspectos sociales y culturales que cada sociedad asigna a la masculinidad y
feminidad. En ambos casos existe tal diversidad de posibilidades que no se
puede seguir sosteniendo una clasificación binaria hombre-mujer, masculino-
femenino, debido a que limita la expresión de la diversidad de las personas.
● Los roles y estereotipos de género son el conjunto de ideas, creencias y
expectativas sobre las características, conductas y responsabilidades de
mujeres y hombres que se construyen sobre la base de un modelo divisorio que
ubica a las mujeres en el espacio privado (la casa) y a los hombres en el espacio
público, y se refleja en la división sexual del trabajo, que es el eje principal que
articula la desigualdad y condiciona de manera diferenciada las oportunidades,
los derechos y las posibilidades de influencia de unos y otras.
● La discriminación es una grave expresión de la desigualdad que consiste en un
trato excluyente para ciertas personas o grupos sociales, lo que lesiona el
ejercicio de sus derechos fundamentales. Este trato se fundamenta en creencias
e ideas estereotipadas que estigmatizan condicionando las conductas o
respuestas de la sociedad. De ahí que las mujeres experimenten mayor
discriminación que los hombres, la que se presenta en todos los ámbitos de su
vida, afectando gravemente su desarrollo.
● La perspectiva de género es una herramienta que ayuda a aproximarse e
interpretar las relaciones sociales entre las mujeres y los hombres, con el
objetivo de entender los significados que se atribuyen a la feminidad y la
masculinidad en un contexto determinado. Su importancia radica en que permite
comprender las relaciones sociales entre las personas e identificar aquellos
aspectos que afectan negativamente tanto a las mujeres como a los hombres y
propiciar su transformación.
● La escuela no es un espacio neutral al género, por lo que corresponde al
personal docente comprometerse a contribuir de manera activa a la formación
de hombres y mujeres que integren una sociedad más justa, igualitaria y
equilibrada, e incidir en la erradicación de prácticas discriminatorias y sexistas
en todos los ámbitos.
● Cumplir con este papel transformador implica un trabajo personal de reflexión y
formación que ayude a fortalecer los conocimientos y habilidades para
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comprender, cuestionar y hacer propuestas encaminadas a construir ambientes
escolares en los que el reconocimiento y respeto hacia mujeres y hombres sean
prácticas cotidianas.
Para profundizar
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Propuesta de interactividad: Memorama
Instrucciones: Una con una línea la tarjeta del concepto con su definición.
Concepto Definición
Sexo Conjunto de características biológicas que definen como
hembras o machos a los seres humanos.
Género Sistema o red de creencias, actitudes, valores, formas de
comportamiento y manera de ver el mundo que se aprenden
desde el nacimiento y que son diferentes dependiendo del sexo
asignado socialmente.
Identidad de Convicción personal y subjetiva de pertenecer al género
género masculino o femenino o a ninguno.
Estereotipo de Conjunto de ideas, creencias y expectativas simples, arraigadas
género en la conciencia social, mediante las que se atribuyen
características y conductas a las personas dependiendo de su
sexo.
Rol de género Responsabilidades o tareas asignadas socialmente a las
personas según su sexo.
División sexual Organización de las tareas en tareas productivas (trabajo) y
del trabajo reproductivas (cuidado) a partir del criterio de la pertenencia a
uno u otro sexo.
Discriminación Toda distinción, exclusión o restricción que tenga por efecto
impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos
y la igualdad real de oportunidades de las personas.
Discriminación Reglas o prácticas explícitas para señalar o excluir a las
directa personas por alguna condición específica, lesionando sus
derechos.
Discriminación Reglas o procedimientos que en apariencia son neutrales, pero
indirecta resultan en una exclusión o lesión de las personas.
Discriminación Toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo, que
contra las tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el
mujeres reconocimiento, goce o ejercicio por de la mujer,
independientemente de su estado civil, sobre la base de la
igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las
libertades fundamentales en las esferas política, económica,
social, cultural y civil o en cualquiera otra esfera.
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Valoración de saberes
Para cada una de las cuestiones que se plantean, elija la opción de respuesta que
corresponda con lo revisado en el módulo.
Caso 1
Carmen nació con aparato reproductor femenino, por lo que es considerada
mujer, pero nunca se ha sentido identificada con las características que se
vinculan a lo femenino, como ternura, pasividad, dependencia o debilidad.
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Caso 2
Andrea, Luisa, Pepe y Miguel se encuentran en el patio de la escuela tratando de
decidir a qué jugar. Andrea propone jugar voleibol, pero Miguel dice que ese juego
es de niñas y que no vale, por lo que sugiere mejor jugar futbol. Además, sugiere
organizar los equipos de niñas contra niños. Andrea le pregunta por qué quiere
que se dividan así los equipos y Miguel argumenta que su hermano siempre le
dice que haga equipo con los niños, porque las niñas son malas para los deportes.
8. La creencia del hermano de Miguel de que las niñas son malas para los deportes
es un ejemplo de:
A) Estereotipos de género
B) División sexual del trabajo
C) Identidad de género
9. Que Miguel no quiera hacer equipo con Andrea o Luisa es un ejemplo de:
A) Roles de género
B) Valores
C) Discriminación por género
Caso 3
En una escuela secundaria se brindan los talleres de cocina, electricidad,
estructuras metálicas, dibujo artístico y fotografía. Si bien no hay restricciones
para tomar cualquiera de los talleres, el profesor responsable del taller de
estructuras metálicas descalifica constantemente a las mujeres que entran a su
clase, pues argumenta que ellas no tienen la fuerza y habilidades requeridas para
las tareas; también suele comentar que sería mejor que eligieran el taller de
cocina porque ellas son buenas para eso y promueve que los compañeros
expresen su opinión sobre el cuerpo y apariencia de sus compañeras. Por ello,
las mujeres evitan inscribirse a este taller a pesar de que les guste el oficio que
ahí se aprende.
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10. La conducta del profesor hacia las mujeres e incitar a los hombres a opinar sobre
el cuerpo y apariencia de ellas es un ejemplo de:
A) Discriminación indirecta
B) Discriminación directa
C) Desigualdad
11. El comentario de que las mujeres no tienen la fuerza y habilidades para el taller,
pero son buenas para la cocina, en cuál de los siguientes conceptos se basa:
A) Identidad de género
B) Discriminación
C) División sexual del trabajo
12. Identificar las razones por las que las mujeres evitan inscribirse al taller de
estructuras metálicas requiere aplicar:
A) Igualdad de género
B) Perspectiva de género
C) La diferencia sexo-género
Caso 4
Gerardo organizó una actividad con su grupo en la que por equipos deben
identificar y solucionar un problema de contaminación en su comunidad. Cada
equipo debe elegir una persona que los represente, pero en uno de ellos se está
dando un conflicto, ya que Raúl no quiere que Lucía sea la representante porque
es mujer, a pesar de que el resto del equipo la eligió. Gerardo interrumpe y pregunta
a Raúl por qué esa sería una razón para que Lucía les represente y luego pide al
grupo que mencionen las cualidades que vieron en Lucía para elegirla.
15. Gerardo está promoviendo entre sus alumnas y alumnos el valor de:
A) La no discriminación
B) La igualdad de género
C) La diversidad de género
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Referencias
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