Shabat para Noájidas
Shabat para Noájidas
Shabat para Noájidas
noájidas
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En la redacción de Breslev Israel, constantemente recibimos preguntas sobre qué debe hacer un
noájida para honrar Shabat como se merece. Es un tema confuso sobre el que hay varios puntos
que podemos aclarar ahora y espero sean de mucha ayuda.
En primer lugar, el noájida puede celebrar Shabat, solo que tiene que hacerlo de una forma
determinada y respetando ciertos límites. Una persona que no es judía ni está en proceso de
conversión no debe decir las bendiciones que están escritas en los sidurim (para las comidas,
etc.) y concretamente en este caso para encender las velas de Shabat.
No se trata aquí de una cuestión de impedir a alguien que haga lo que quiere, sino más bien de
que cada uno haga lo que le corresponde. Así pues, el noájida no debe decir bendiciones sobre
velas de Shabat. Si quiere encender unas velas, no hay ningún problema, pero no puede hacer la
bendición ni hacer un kidush completo bendiciendo el vino con la formulación en hebreo ya que
contiene el nombre de Di-s y, al no estar obligado, estaría haciendo una bendición en vano. Sin
embargo, sí que puede hacer una comida festiva en la que dé gracias a HaShem por un día
especial de reposo en el que poder estudiar Torá y disfrutar de la familia en paz y con kedushá.
En segundo lugar, no tiene prohibido encender o apagar luces, trabajar o usar transporte. De
nuevo, estas prohibiciones aplican solamente al pueblo
judío y el noájida no tiene ninguna prohibición expresa de este tipo. Estas halajot o leyes judías,
como su propio nombre indica, fueron hechas para que los judíos cumplamos con los
requerimientos que HaShem nos ha ordenado. Para los noájidas hay otro tipo de leyes que deben
cumplir, los preceptos noájidas, que son más que suficientes.
Así pues, y con el mayor respeto y admiración hacia los noájidas, a los que amamos
profundamente, les doy el consejo de informarse bien acerca de lo que deben hacer y de lo que
pueden hacer antes de comenzar a ponerse restricciones innecesarias a sí mismos. Es muy
importante tener claro cuál es la forma en la que cada uno tiene la oportunidad de honrar a
HaShem. No es ni mejor ni peor, ni bueno ni malo, es simplemente una diferencia que debemos
respetar por nuestro propio bienestar espiritual y personal.
Así como vemos que no es apropiado que una persona se comporte de forma contraria a su
naturaleza, debemos asumir cuáles son nuestros deberes y obligaciones para honrar a HaShem de
la forma en la que nos corresponde. Sin tener vergüenza, sin sentirse ni superior ni inferior a los
demás: simplemente amar a HaShem y cumplir con lo que nos ha encomendado en esta vida. De
esta forma, al estudiar y saber cuáles son las cosas que se requiere de nosotros mismos según
nuestra condición, podremos cumplir con tranquilidad en nuestros corazones con lo que hemos
venido a hacer en este mundo, que al fin y al cabo es nuestra misión en esta vida.
No se lancen a la carrera a ser más estrictos que el judío más ultra-ortodoxo sin haber leído tan
siquiera la Torá. Vayan con calma, a su paso, HaShem les está esperando y sabe cuáles son sus
intenciones. No tengan prisa e infórmense y estudien según lo que les corresponda. HaShem nos
ama a todos y cada uno de nosotros tal y como somos