EL - DUOGRAMA - EN - LA - FORMACIÓN Envio Correo
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RESUMEN En este trabajo las autoras proponen una reflexión sobre los aspectos relacionales de los lazos de
amor del terapeuta: el duograma. Se creó un neologismo para evidenciar cómo, de forma análoga al
genograma, el duograma subraya la atención hacia las relaciones, pero pone en segundo plano la
idea que sean los vínculos de sangre los únicos importantes en la historia del terapeuta. El duograma
comprende las relaciones sentimentales significativas para el sujeto a lo largo de su vida; desde las
que tuvo cuando niño y de las que tiene memoria, a las vividas en la adolescencia y como adulto,
incluidas las historias deseadas, fantaseadas y nunca realizadas en la realidad ya sea porque no hubo
correspondencia del sentimiento o porque ese quedó en secreto. Se analiza el método en la
utilización que se hace de ella en los grupos de formación sistémica y también en el uso particular en
grupos que encuentran como su motivo de congregación una única jornada de estudio. Las
reflexiones sobre esta experiencia en grupos “sin historia previa” se basan sobre la experiencia de
trabajo en Chile de una de las autoras. En este trabajo nos concentramos en el uso del duograma en
la formación, sobre la utilidad y sobre el significado que este ejercicio puede tener para el alumno
que lo relata y obviamente para todo el grupo que participa.
1
Traducción: Luisa Castaldi, profesora de la Escuela de Psicología – Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. E-
mail: lcastald@ucv.cl
La historia familiar del terapeuta y sus relaciones de pareja son parte integrante
de la terapia, ya que se juegan en la relación terapeuta de la misma manera que
el hecho de tener el pelo canoso o de ser una joven mujer. Estas características
en la vida del terapeuta no son tema de la terapia, pero en nuestra experiencia
de terapeutas familiares sistémicas y observadoras del no verbal nos lleva a con-
siderar como muy importantes también los aspectos de la relación que quedan
como no expresados verbalmente ni tematizados. Estimuladas por estas re-
flexiones hemos experimentado en la formación una nueva forma de describir
las relaciones de pareja, ideando el duograma. Hemos creado un neologismo
para describir nuestro trabajo que, análogamente al genograma, subraya la
atención a las relaciones, pero pone en segundo plano la idea que sean los lazos
de sangre a ser los únicos importantes en la historia del terapeuta.
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Cecchin sugería una lectura del genograma orientada a conectar las relaciones
familiares del futuro terapeuta con su elección de ser terapeuta; la pregunta
que guía las reflexiones sobre el genograma en formación se vuelve: ¿por qué
este colega ha elegido este trabajo? (Formenti, 1995)
Las sugestiones que nos han entregado los genogramas durante la formación
nos han llevado a poner el acento sobre el presente del alumno con una re-
2
A pesar de esta postura respecto a lo personal y profesional en el artículo se han cambiado los nombres
y las referencias de las personas que presentaron sus duogramas.
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Desde hace tiempo es común la idea que el terapeuta tenga que trabajar sobre
el análisis de su historia pasada, así Barnes, Down y MacCann (2000) enfrentan-
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no que una persona pueda enfrentar críticamente su historia hecha también por
las vicisitudes de pareja.
Con el duograma queremos explorar las ideas que los alumnos tiene acerca de
sus experiencias de pareja para conectarlas con sus sistemas de significado: es
obvio que la elección de la pareja se da por un entrecruzarse de motivaciones
complejas, en una alquimia de elementos heterogéneos, pero en el duograma
nos interesa la lectura que el alumno hace de su elección. Hemos privilegiado el
tema de la relación de pareja porque nos parecía un campo interesante y crucial
para nuestros jóvenes estudiantes in fase de desvinculación, una fase del ciclo vi-
tal en el que, al interior de la relación de pareja, se experimentan nuevos mo-
dos de “hacer familia”, a lo mejor diversos de la premisas que se habían cons-
truido en la familia de origen.
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tiempo y se pone en crisis la idea que exista una descripción de pareja que hay
que adoptar como criterio normativo de cómo hay que vivir de a dos.
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En un análisis original del uso posmoderno del sexo Zygmunt Bauman (2001)
sostiene que, a través del erotismo, la especie humana si la ha ingeniado para
darle al acto sexual un valor adjunto, más allá de su función reproductiva, el del
placer. En la edad moderna por ende se han contrapuesto dos estrategias cultu-
rales, por un lado aquella que reforzaba la función reproductiva del sexo, soste-
nida por la iglesia y escuela, por el otro la estrategia romántica, connotada por
disenso y rebeldía que sostenía el vínculo entre erotismo y amor. Para Bauman
nuestra sociedad posmoderna ha quebrado este dualismo: hoy el sexo es razón y
meta de sí mismo. ¿En dónde colocar nuestra terapia y nuestra formación un
poco para decirlo de alguna manera, “púdica”? ¿No será que el terapeuta
sistémico no habla de sexo por temor de meterse en un campo en el cual se co-
rre el riesgo de ser normativos (también la exaltación de sexo y placer pueden
volverse normativos) y por ende prefiere ignorar el sexo así como por un largo
tiempo ha elegido ignorar la existencia del diagnóstico para no correr el riesgo
de patologizar?
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Brunner (2002) dice que contar acerca de nosotros es como inventar un relato
sobre quién y qué somos nosotros, sobre qué pasó y respecto a por qué hacemos
lo que estamos haciendo. Nuestras historias se juntan en el tiempo, se dividen
en géneros, envejecen, se adaptan a nuevas situaciones, los mismos recuerdos se
vuelven “víctimas” de nuestras historias. Por ejemplo la alumna que habla del
niño del jardín que besó en el baño, no cuenta la historia “verdadera, original”
de la emoción que sintió en ese entonces, sino que narra lo que hoy ella de
treinta y un año siente recordando esa experiencia, también a la luz de sus suce-
sivas experiencias de pareja.
El relato de la propia existencia no toma desde una bodega los recuerdos guar-
dados y siempre disponibles de la misma manera (Rosenthal, 1995), sino que ca-
da relato es el cuento que aquella determinada persona hace hoy, en este mo-
mento y por ende habla de las emociones actuales, de sus significados de hoy.
Este aspecto nos parece muy útil en la formación del terapeuta: frecuentemente
los terapeutas inexperto “se esperan” historias que sean en sintonía con su si-
tuación actual y por ende encuentran muy difíciles las terapias con parejas ma-
duras o ancianas. Volver a verse en las propias historias de pareja en el curso de
la vida ofrece una medida de cómo los sistemas de significados cambian en el
tiempo y aumenta la curiosidad hacia historias de personas de otras generacio-
nes, más que estimular juicios de aprobación o desvalorización.
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Es útil que cada alumno tenga la posibilidad de trabajar en grupo sobre las pro-
pias relaciones de amor, por esta razón hemos reservado para este ejercicio un
espacio no ocasional en la formación, pero hemos dejado a los alumnos la liber-
tad de decidir si y cuándo hacerlo. El carácter voluntario no ha limitado la ejecu-
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ción: la mayor parte de los alumnos nos ha pedido de poder “hacer el duogra-
ma”. A través del compartir, el duograma se ha vuelto una especie de rito de in-
tegración con el grupo al que nadie sentía poder renunciar. Por el lado nuestro
nosotras no hemos querido “imponer” este trabajo para favorecer la responsa-
bilidad del alumno con su formación: cada uno sabe cuándo es el momento en
el cual confiar en el grupo y entregar a él sus experiencias.
1. Un alumno cuenta sus relaciones de pareja y las indica gráficamente sobre una
pizarra visible para todo el grupo. Se específica que la pizarra representa simbó-
licamente el espacio relacional en el cual toman vida las historias; la simbología
es aquella conocida con el genograma para representar la pareja heterosexual
se usa un círculo que indica la mujer y un cuadrado, que indica el hombre, uni-
dos por una línea continua. Las relaciones mantenidas en secreto o deseadas se
representan con una línea punteada. Para cada relación se pide indicar la dura-
ción y la edad de los dos miembros de la pareja. Se tiene la facultad de elegir
cuáles relaciones narrar, todas o sólo algunas, sin tener que especificar; si desde
el relato no es claro el orden cronológico de las historias, se pueden preguntar
las fechas para ordenarlas en el tiempo.
Para cada relación el alumno cuenta los elementos descriptivos que caracterizan
la pareja (nombre, aspecto físico, aspectos de carácter, edad, ocupación...), la
evolución de la historia (quién dio el primer paso, qué llamó la atención del
otro, cómo cambió la relación, cómo terminó...), cuáles reglas implícitas y explí-
citas, (la sexualidad, la gestión de la plata, las relaciones con las familias de ori-
gen, las relaciones con los pares, etc.), la vivencia emocional con la que hoy re-
cuerda esas vicisitudes.
El grupo escucha y observa el proceso a través del cual las historias vienen rela-
tadas y dibujadas y pone atención a los aspectos no verbales del relato. En un
primer momento, si el grupo no tiene experiencia en este ejercicio, serán los do-
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Los docentes estimulan la reflexión sobre los que podrían ser los puntos de fuer-
za y cuáles los riesgos para un terapeuta con esta historia amorosa detrás. El
grupo es invitado a reflexionar sobre lo que ha salido del relato con atención
también a la modalidad de representación gráfica que se debe tomar en consi-
deración como si fuera parte del “no verbal” del duograma. Con tal objetivo se
evidencian aspectos como el orden según el cual se dibujan-relatan las historias,
los olvidos, las omisiones, las puntualizaciones, el uso del espacio gráfico, los
tiempos, el tono emotivo...
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Proponemos una pauta de las áreas explorables a través del duograma, con el
objetivo de hacer que el instrumento y el uso que de él se puede hacer sean más
claros (Ver tablas 1, 2 y 3). Es importante precisar que estas son sólo algunas de
las muchas posibilidades: la fantasía, la capacidad de conectar informaciones, la
sensibilidad de quién participa al duograma puede hacer ilimitada la variedad y
las tonalidades de las interrogantes que se pueden proponer para estimular la
narración y construir hipótesis relacionales.
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TABLA 1
POSIBLES ÁREAS DE INVESTIGAR: LAS PAREJAS DEL DUOGRAMA.
Fisicidad
CARACTERÍSTICAS DE LA PAREJA Aspectos del carácter
Costumbres y pasiones
Conflictos
Sexualidad
División de roles
Gestión del dinero
LA RELACIÓN
Ritos y rituales
Proyecciones e hijos
Familia de origen
Reglas
Posibles alternativas
PREGUNTAS HIPOTÉTICAS
Y de otra manera....
Imágenes
FANTASÍAS Metáforas
Mitos
TABLA 2
POSIBLES ÁREAS DE INVESTIGAR: UNA MIRADA DEL GENOGRAMA.
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TABLA 3
POSIBLES ÁREAS DE INVESTIGAR: EL TERAPEUTA.
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Sergio
Paola
9 años 3 años 9 años
Franco
18 años Paola
1 año 14 años
6 meses
3 meses 5 meses
Luigi Paola
23 años 18 años
11 años
FIGURA 1
DUOGRAMAS OBTENIDOS DEL EJERCICIO REALIZADO.
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Estaba en la básica, Sergio es el niño con el cual, dice Paola, descubrió las dife-
rencias entre varones y niñas, o sea los juegos, las maneras de hacer y de ser di-
ferentes. Ella estaba más cómoda con los niños, era considerada un marimacho,
se vestía como hombre y era desordenada, su mamá trataba de vestirla como
señorita pero ella se subía por todo lado también cuando andaba con vestido.
El aspecto físico, la forma de caminar. Recuerda con placer la amistad que los
unía.
Fue él que la besó a ella. No estaban juntos, en el sentido de decirse pololos, pe-
ro siempre andaban juntos, sus familias se visitaban y ellos dos se veían también
en la casa, afuera de la escuela.
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¿Cómo terminó?
Con rabia, había hasta peleado con una amiga por él, no entendía por qué no se
había interesado, ella era considerada una bonita.
Era “la amante” de Darío, él tenía una polola oficial y después a escondida es-
taba con ella. Paola quería divertirse, había sido él que la había enganchado,
todo el grupo de los amigos sabía de ellos dos, cuando la otra chica lo descubre
deja Darío por un tiempo, pero después vuelven juntos y terminan de nuevo.
También durante ese periodo, ellos dos siguen viéndose pero nunca en público,
siempre solos después de las veladas con los amigos. “Yo era aquella del des-
pués, de los secretos”.
Lindo, pero con las mujeres era seductor, las ilusionaba todas.
Hablan de ellos dos cuando adultos, hablaban siempre mucho del futuro, de la
vida.
Había mucha intimidad física, pero nunca relaciones completa, ella recuerda que
estaba muy enamorada.
No aprobaban, él no gustaba, ella peleaba con la mamá porque volvía muy tar-
de la noche.
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¿Cómo terminó?
“Él me quería mucho, estaba siempre apegado a mí” ella decide estar con él, él
era mucho mayor.
Sobretodo desagradables, la peor relación, la más fea que haya tenido; tiene
malos recuerdos hasta de las relaciones sexuales, lo aborrecía pero era imposible
sacárselo de encima. Cuando se mete con Fulvio espera también de alejar a Ser-
gio pero es sólo cuando encuentra Luigi que esta historia termina completa-
mente.
Luigi lo había conocido en la media, tenía 5 años más que ella, ya estaba traba-
jando. Lo describe como una persona delicada, atenta, curiosa.
Tenían un grupo de amigos con los que salían con regularidad, después de
haber estado con los amigos salían solos, iban a algún local a conversar o a su
casa.
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Si, él le gustaba a su familia, ella pero no tenía mucha simpatía hacia la suegra,
sostiene que nunca se han gustado.
¿Cómo se conocieron?
Fulvio, con quien había salido por pocos meses, era el hermano de Luigi, así se
conocieron, después de haber terminado con Fulvio al poco tiempo comenzó a
frecuentar Luigi.
Dice que no había entendido que entre ellos dos había algo especial.
Dos cuentas separadas, la casa adquirida está a nombre de él, él paga el divi-
dendo. Ella todavía trabaja poco y saltuariamente, de hecho la familia todavía la
mantiene, le pagan la escuela de especialización.
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de la madre, la visita todos los días, incluso más de una vez, sabe que es su
sostén desde hace años. Se emociona hablando de eso.
Están hablando de eso, Luigi quisiera tener uno luego, ella duda, está muy in-
segura respecto al hecho de querer tenerlo ahora y quizás también en futuro.
Están atravesando un momento difícil, también sexualmente este aspecto está
condicionando su vida de pareja.
1. Las colegas de Paola individualizan algunos temas que hacen de hilos conducto-
res del relato de manera longitudinal en el tiempo. Desde la básica al matrimo-
nio en las parejas se describen importantes cuestiones de diferencias de género,
secretos, el grupo de pares, la definición de los roles, situaciones de miedo, peli-
gros-seguridad, seriedad- liviandad. Respecto a estos temas se hacen hipótesis
que subrayan como importante de estar definido como explícitos /escondidos
en la relación. ¿Estará Paola cómoda con una pareja que viene a terapia sin te-
ner un problema claro?
En las relaciones de Paola parece faltar, a parte la con Luigi, una clara definición
de la pareja, los rechazos recibidos no fueron comprendidos, o sea ella no en-
tendía como fuera posible que no gustara... ¿de qué podrá entender de haber
sido reconocida, aceptada o rechazada como terapeuta?
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2. Nada se reporta acerca del padre de la alumna, sino que Paola se refiere siem-
pre y sólo a la madre (¿omisión de preguntas por parte del grupo por temor a
ser “invasivos”?). ¿De nuevo el tema del secreto? ¿Qué hará Paola frente a un
secreto intuido o revelado durante una terapia de pareja?
3. La relación más duradera y quizás significativa inicia poco después de una histo-
ria difícil y desagradable, que le dio hasta miedo “¿de la basura nacen las flo-
res?”. ¿No se puede ser feliz si antes no se toca fondo? Una alumna recuerda
que este tema ya había surgido durante el genograma...
6. Cuando se le pide que describa la relación entre sus padres, lo hace relatando lo
que Luigi dice de la mamá...de nuevo el genograma, en el cual a las mujeres le
tocaba hacer, los varones daban su aprobación y podían expresar disenso, pero
eran las mujeres a seguir adelante con los trabajos.
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vadora en las relaciones con su familia (“uno no elige los abuelos...”) mientras
que estas relaciones de pareja las había querido y construido ella.
Los comentarios del grupo no pretenden tomar una fotografía de cómo Paola
“es” o ser predictivos de cómo necesariamente “será” como terapeuta, se sitúan
más como sugestiones que se acercan a cuestiones cruciales de todas las rela-
ciones. Sería ingenuo y simplista afirmar que a Paola le costará relacionarse con
roles de género diversos de aquellos que ha experimentado en sus parejas, pero
haber reflexionado sobre estos aspectos narrando su vida podría llevarla a estar
atenta a no darlos por sabidos. Es importante que el grupo pueda tocar con
mano como las descripciones que se hacen de temas ligados a la vida de pareja
no son válidas universalmente. Una superficialidad de los terapeutas poco ex-
pertos es la de no tener presente que las descripciones que se hacen son relati-
vas a las coordinadas de quien las hace: no existe una descripción absoluta de lo
que es la traición y la fidelidad, ni de lo que es irrenunciable para poder estar de
a dos....
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El grupo trabaja respecto a las hipótesis que conectan el relato de Pamela a sus
actitudes como terapeuta, se entrecruzan conexiones audaces, mucha atención
respecto a algunos temas recurrentes: vuelve el tema de la protección. Sus hom-
bres han hecho tanto por ella, han hecho de todo para que la vida no la hiciera
sufrir mucho. ¿Puede correr el riesgo de ser una terapeuta que no logra ver las
potencialidades de sus pacientes, un poco enganchada con el protegerlos de los
peligros? “Un poco parecido a lo que su papá ha hecho con usted” Pamela pa-
rece tocada por esta observación, dice que en realidad algunas veces ser prote-
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gidos puede ser incomodo, uno tiene la impresión que la vida fluye en otra par-
te...
Algunos días después un nuevo duograma con un grupo mucho más restringido
de terapeutas, aquí también el marco es el del grupo que durará cuanto el se-
minario. Una vez más es una mujer que propone las historias de su vida. Cuando
relata la relación con el “amor de su vida” dice que lo ha frecuentado durante
siete años sin que su padre supiera: el viernes se iba a la casa de Marcelo, volvía
donde sus padres el domingo. La mamá y la tía lo sabían, pero el padre “nunca
sospechó nada”, no, no vivía en otra ciudad, sino que a pocas cuadras de distan-
cia. ¿Por qué el papá no hubiera tenido que saber? “No hubiera estado de
acuerdo simplemente que yo tuviera una relación con un chico, quienquiera que
fuera.” En la formación nos parece útil estimular los terapeutas en trabajar más
respecto a las diferencias que a las analogías, para construir nuevas hipótesis y
nuevos puntos de vista hay que saber coger los elementos excéntricos, la norma
bloquea las ideas. No tenía por ende mucho sentido generalizar y pensar “en es-
te país quizás son así”, pero cómo no sentirse sorprendidos frente al relato de
siete largos años, fiestas incluidas, en los cuales un padre no se dio cuenta que el
fin de semana la hija “con la cual tenía una optima relación” estaba con un
hombre a unos centenares de metros de la casa. ¿Y para qué buen motivo había
sido oportuno construir la idea de un secreto?
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Como escribió Laura Fruggeri (2005, p. 61) “las familias no viven en el vacío” si-
no que son parte de una compleja red de relaciones sociales, de procesos comu-
nicativos y de influencias recíprocos que determinan el modo según el cual los
individuos “hacen familia”, ¿existe entonces un sistema de creencias, prejuicios
o estereotipo que sostienen la cultura del silencio y del secreto entre estas hijas
y estos padres? Parecía oportuno tomar en consideración la variable cultural:
¡hubiera sido un poco simplista pensar que las relaciones de pareja no resientan
de las definiciones que socialmente se atribuyen al estar en pareja y en familia!
La variable “sur del mundo” se hacía presente, tanto de volverse preponderante
respecto a una lectura relacional familiar: habíamos dado por hecho que fuera
un juego entre padre e hija, descuidando el rol de las madres en estos dos rela-
tos del duograma. ¿Por qué estas madres habían decidido criar las hijas en la ilu-
sión de un secreto? “heroico o guerrero, el padre del tiempo pasado es la en-
carnación familiar de Dios, autentico rey taumaturgo, dueño de las familias.
Heredero del monoteísmo, reina sobre el cuerpo de las mujeres y decide las pu-
niciones que hay que infligir a los niños.” De esta forma Elisabeth Roudinesco
(2002, p.19) pinta el dios padre del siglo diecinueve... ¿era a este hombre al que
estas mujeres le temían? ¿Un hombre que no podía entrar en contacto con el
otro varón, él de la hija? En la confrontación entre el “estilo de pareja” de los
padres y el de ella, la terapeuta que llevaba su duograma contó que sus padres
tenían una relación “paritaria, basada en la complicidad”... ¿cómplices también
en tener vivo el simulacro de la figura del padre-dios a través de la institución
del secreto y del silencio? Esta pregunta había quebrado el velo, el relato se en-
focaba ahora al tema del secreto y del silencio. Una familia paralela del papá,
hermanastros no conocidos pero vislumbrados: un descubrimiento hecho “por
causalidad” cuando ya estaba en la universidad, el día de su cumpleaños, des-
pués nunca más se habló. Si la mamá probablemente sabía pero había callado.
¿De nuevo? Quizás quería garantizar al padre autoridad y respecto. Sólo ahora
esta joven psicóloga entrevé una posible conexión entre “lo secreto” de sus his-
torias amorosas y el secreto custodiado por los padres respecto a la doble vida
del padre.
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Una lectura de género: corresponde a las hembras las tareas de mostrar solida-
ridad y aceptación, mientras los hombres tienen que ser intransigentes, la mujer
se complace de mostrarse comprensiva, maternal justamente, aceptando las re-
laciones de la hija (o del marido) mientras que el padre ignorándolas de hecho
las niega.
Niñas que tienen que mostrarse al varón-padre sin interés hacia las relaciones de
amor: ¿no será la vuelta subrepticia de la idea que en fondo sólo los varones
tienen derecho a una vida sexual? Vuelve la vieja historia del cuidado: en punto
de muerte la madre dijo: “cuidarás de tu padre, ¿verdad? “Para siempre” con-
testó entre sollozos la hija, arrodillada con el corazón partido. Frases de Father,
una novela de Elisabeth von Arnim, escrito en 1931 (p.7). El mandato de las
madres que prescriben a las hijas el silencio sobre sus relaciones amorosas podría
ser aquel de cuidar el padre, dándole la ilusión de ser el único varón que vale la
pena en la vida de ellas.
El trabajo con el duograma es útil para el terapeuta ya que ayuda a ver con
otros ojos la propia historia, estimula historias alternativas, justamente el traba-
jo que hacemos con nuestros pacientes. En estos dos casos por ejemplo, el secre-
to ya no es asumido como un factor constitutivo de las relaciones familiares, si-
no que ha estado conectado a varias lecturas relacionales. Un buen ejercicio pa-
ra quien, como nosotras, trabaja con “materia humana” entrelazada con signifi-
cados no siempre explícitos. Un trabajo también para quien guía al terapeuta,
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ya que tiene que esforzarse de trabajar sobre el significado hipotético de las re-
laciones relatadas: justamente por esta razón no tenemos una conclusión que
“explique” las personas que realizaron su duograma, no es este el objetivo de
este trabajo. De la misma forma sería ocioso e inútil reducir estas historias a
“fenómeno chileno”, queda de toda manera viva la imagen de la tenacidad con
la que estas dos mujeres defendían la autoridad paterna, una experiencia que
no habíamos nunca experimentado en los duograma realizados en nuestro país.
Conclusiones
Proponiendo este trabajo a los alumnos teníamos como intento declarado crear
nuevos grados de libertad, reflexionando sobre el hecho que las relaciones que
has tenido no te marcan el futuro, pero la lectura que tu hace de ellas a lo me-
jor sí. Si tú observas tus relaciones de pareja desde otra perspectiva, puedes ser
más libre, abierto, liviano hacia tus clientes y hacia la idea de la unión sentimen-
tal que te llevan los clientes. A través el duograma el alumno tiene manera de
utilizar la riqueza de las múltiples voces del grupo que constituyen nuevas,
múltiples y contrastantes historias (White, 1995) Revisitando las historias emer-
gen a veces “mitos de pareja” que rigidizan las interacciones de manera no muy
diferente de la fuerza con la cual los mitos familiares cristalizan las relaciones en
la familia (Ferreira, 1963) A través del trabajo de hipotización, en el duograma
las descripciones unívocas y rígidas vienen relativizadas y conectadas al tiempo y
a la cultura.
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EL DUOGRAMA EN LA FORMACIÓN SISTÉMICA. LOS TERAPEUTAS Y SUS RELACIONES DE PAREJA
Un terapeuta con una “desastrosa” vidas sentimental puede por ende ser un
buen terapeuta familiar y de pareja, su lectura de lo que ha vivido en ámbito
amoroso será de todas maneras útil a su manera de hacer terapia, si será puesta
en relación a las circunstancias, a los eventos y a su cultura de origen. Las histo-
rias que una persona experimenta, lindas o feas que sean, son una riqueza en el
momento en el que el terapeuta se da cuenta que son sólo una de las tantas po-
sibilidades, se transforman en una jaula cuando se vuelven la medida según la
cual se atribuyen significado a las historias ajenas.
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TERESA ARCELLONI Y GLORIA FERRERO
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