David Un Hombre Con Pasion y Destino Parte 1
David Un Hombre Con Pasion y Destino Parte 1
David Un Hombre Con Pasion y Destino Parte 1
Este libro, “DAVID, Un hombre de Pasión y Destino”, fue escrito por el Pastor Charles R.
Swindoll quien ha consagrado su vida a la enseñanza práctica y clara de la palabra de
Dios. C. Swindoll quien ha sido pastor por más de tres décadas, al momento de escribir
este libro pastorea en Community Church en Frisco, Texas, y sirve como Rector en el
Seminario Teologico de Dallas. También es orador de del programa radial “Visión Para
Vivir” donde expone sus enseñanzas que son escuchadas alrededor del mundo.
Además de este libro, Charles S. ha escrito otros libros y sobre otros personajes bíblicos;
entre los cuales encontramos a Esther, Moises, José, Elias, Pablo, Job, y Jesús. Este autor
expresa que “su amor por las biografías se ha vuelto más intenso con el paso de los años.”
Charles Swindoll, en este libro sobre la vida de David, describe como Dios escoge y
prepara un don nadie para convertirlo en un héroe. Este expone como David un hombre
arropado por una pasión destructiva, sufrido por tragedias personales y fines políticos, sin
embargo es el único personaje de la biblia descrito como un hombre conforme al corazón
de Dios. También, Swindoll narra como David demostró su amor a Dios de una manera
sobresaliente en numerosas ocasiones en su vida, y ha dejado un legado de fe que aún
permanece en este siglo.
Al escribir este libro, sobre la vida de David, Charles usa un método de estudio inductivo ya
que el observa, aplica e interpreta la vida de este personaje, David. El género literario
principal que utiliza en esta obra es biográfico; también utiliza el género expositivo,
narrativo, de elogio y pastoral.
En su primer capítulo, Charles S. cita tres cualidades que Dios encontró en David que
también busca hoy en día en los siervos líderes escogidos por El. Estas son: la
espiritualidad, la humildad y la integridad (Pags 16-18). Considero que estas cualidades
son de vital importancia, ya que el hombre espiritual puede recibir y discernir la revelación
de Dios. En la humildad el hombre es capaz de ganar la aprobación y la gracia de Dios, y
es un fruto del espíritu santo; Jesús dijo: “Aprended de mí que soy manso y humilde de
corazón y hallareis descanso para vuestras almas.” La palabra integridad viene de la
palabra entero que significa unidad, a esto Rick Warren, autor de una vida con propósito
señala que la falta de integridad en cualquier área de tu vida te dejara vulnerable a los
ataques de satanás (Daily Hope with Rick Warren. “Vivir con integridad”, –May 4, 2013)
Además, En el capítulo 1, Swindoll también escribe sobre tres lecciones perdurables que
podemos aprender sobre David: 1ra. Es en las cosas pequeñas y en medio de la soledad
que sabemos si servimos para las cosas grandes. 2do. Cuando Dios desarrolla nuestras
cualidades internas nunca tiene prisa. Y 3ro. Es en la escuela de la soledad y el anonimato
que aprendemos a ser mujeres y hombres de Dios (Pags. 22 -23). Estoy completamente
de acuerdo con estas tres lecciones ya que Dios nos va preparando y moldeando para
desarrollarnos en lo que será el propósito de Dios para nuestras vidas. El tiempo de Dios
no es el nuestro, así que aveces creemos que Dios está demorándonos en algún propósito
pero es en el tiempo Kairo de EL que veremos el resultado final de su llamado en nuestras
vidas. En el anonimato y la soledad es que entramos en la intimidad y en lo secreto de
Dios, lo cual nos lleva a ser mejores instrumentos de bendición en sus manos. Dios habla
a Jeremías y le dice “Si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis
palabras a mi pueblo…y lo habrían hecho volver de su mal camino” (Jeremías 23:22).
Haciendo una comparación refiriéndose a cuando el gigante Goliat desafiaba durante 40
días al ejército de Israel, y decía que si el los vencía a ellos, serían sus esclavos (1
Samuel 17: 8,9) págs. 50,51. Charles Swindoll escribe: “ que pertinente es esto a
cualquier “gigante” que encontramos en nuestras vidas! Esto es lo que ocurre, por ejemplo
con los gigantes del temor y de la preocupación. No vienen solo una vez; vienen mañana y
tarde, día tras día. Vienen en forma de persona, o de una presión, o de una preocupación.
Hay temores que oprimen el corazón día y noche y día tras día. Pocas cosas son tan
persistente como nuestros temores y preocupaciones…especialmente si los enfrentamos
con nuestras propias fuerzas.” Comparto la comparación que hace el autor con el gigante
Goliat y los gigantes que nosotros enfrentamos hoy en día en nuestro caminar con Dios.
Podemos decir que es una batalla continua y que nuestra victoria depende con que fuerzas
las enfrentamos, las carnales o las espirituales. Pablo escribe a los corintios y les declara
diciendo: “Las armas de nuestras milicias no son carnales sino poderosas en Dios para la
destrucción de fortalezas” (2 Corintios 10:4).