Amar A Dios Sobre Todas Las Cosas-Reflexion Vida Diaria
Amar A Dios Sobre Todas Las Cosas-Reflexion Vida Diaria
Amar A Dios Sobre Todas Las Cosas-Reflexion Vida Diaria
Cuenta el Evangelio que un doctor de la Ley se acercó a Jesús para tentarle: "Maestro, ¿cuál es el
mandamiento principal de la Ley?". La respuesta fue: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón
y con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayor y el primer mandamiento" (Mateo 22,36-
38).
En el primer mandamiento se incluye el deber de adorar a Dios. Cuando el demonio tentó a Cristo
pidiéndole que se postrase y le adorase, el Señor replicó: "Apártate, Satanás, pues escrito está: al
Señor tu Dios adorarás, sólo a Él darás culto" (Mateo 4,10).
La adoración del Dios verdadero aparece en el libro de Daniel -y en la vida real de cada hombre-
como el contraste del primer mandamiento. Para amar a Dios hay que reconocer antes su señorío y
adorarle; y si no se le adora es porque no se le conoce y no se le ama, habiendo sido sustituido por
las criaturas, que son los falsos dioses del egoísmo y del pecado. Cuando Nabucodonosor ordenó
que todos adorasen la estatua de oro que había fabricado, los tres jóvenes hebreos se negaron a
obedecer, porque sólo se debe adora a Dios.
Estos pasajes nos señalan la grandeza e importancia del primer mandamiento, cuyo contenido
vamos a estudiar.
Dios es para el hombre el único Señor. Nos ha creado y nos cuida constantemente con su
Providencia; la existencia y cuanto somos o poseemos, todo lo recibimos de Dios. En consecuencia,
Dios puede exigir del hombre el reconocimiento y la adoración, porque el hombre tiene con Dios
unos lazos y obligaciones irrenunciables que constituyen la virtud de la religión.
¿Cuáles son esas obligaciones para con Dios? Reconocer que es nuestro Señor; creer lo que nos
ha revelado; esperar lo que nos promete; adorarle con culto interno y externo; servirle, cumpliendo
en todo momento su voluntad; orar, elevando la mente a Dios para alabarle, darle gracias y pedirle
lo que necesitamos; amarle, en fin, sobre todas las cosas. El primer mandamiento manda, pues,
creer, esperar y amar a Dios, practicando los actos propios de la virtud de la religión.
2. La virtud de la religión
A la virtud de la religión pertenecen principalmente los actos internos del alma, que se dan de
modo excelente cuando hacemos actos de fe, esperanza y caridad; cuando lo adoramos, oramos y
le damos el culto debido; al darle gracias y pedirle perdón; cuando queremos lo que Dios quiere.
Éste es sobre todo el culto que espera.
Pero hemos de hacer también actos externos de adoración: asistir a Misa, arrodillarnos ante el
Sagrario, inclinar la cabeza ante un crucifijo, asistir con piedad a las ceremonias litúrgicas... Los
hombres tenemos alma y cuerpo, y Dios es creador de ambos. Por eso hemos de manifestarle
nuestra sumisión y reverencia también en cosas externas, como acostumbramos a hacerlo con
nuestros semejantes con un beso, una inclinación o un saludo, un regalo material. Por tanto, es un
derecho fundamental de la persona humana poder profesar libremente la religión en público y en
privado.
Dios es el Señor y hay que cumplir con alegría su voluntad, dispuestos a realizar con amor lo que
a Él le gusta, como hizo Jesucristo, nuestro Maestro: "Padre..., no se haga mi voluntad, sino la tuya"
(Lucas 22,42). Por otro lado, es nuestro Padre que nos ama y nos quiere, como nadie de la tierra
puede querer; de ahí que su voluntad sea lo mejor para nosotros, y el testimonio verdadero de que
lo amamos sea el cumplirla fielmente, porque es lo que desea.
Hay cosas que Dios manda y debemos hacerlas; otras, las prohíbe y hemos de evitarlas. En
ocasiones, lo que Dios pide exige esfuerzo y sacrificio, pero hemos de hacerlo con igual o mayor
empeño.
Cumplir la voluntad de Dios supone también descubrir la vocación o llamada que nos hace,
tratando de seguirla con fidelidad y constancia.
Se consideran y son pecados contra el primer mandamiento los que atentan contra la fe (duda
voluntaria, incredulidad, herejía, apostasía, cisma, leer libros que atacan la fe y la moral, discutir
sobre cuestiones de fe sin tener la debida preparación...), contra la esperanza (desesperación,
presunción) y contra la caridad (indiferencia, ingratitud, tibieza, odio, envidia, riñas, escándalo y
cualquier pecado mortal).
Pero los pecados específicos contra este mandamiento son los que contradicen la virtud de
la religión. De entre los muchos pecados señalamos los más conocidos:
b) La idolatría. Consiste en adorar a dioses falsos o dar a una criatura el culto debido a Dios. Es un
pecado gravísimo que Dios condena severamente en la Escritura. Hoy día muchos ponen también
en lugar de Dios a ídolos como el dinero, la comodidad o a sí mismos.
c) La adivinación, espiritismo y magia. Es invocar fuerzas ocultas -a los difuntos, y aun al demonio-
para averiguar por su intervención cosas desconocidas y realizar cosas maravillosas, como si fueran
milagros.
g) El ateísmo, que niega a Dios, y el agnosticismo, que -como no "puede" conocer a Dios- opta por
no tener en cuenta a Dios.
5. La veneración de la Virgen y de los santos
Los cristianos adoramos a Dios. Pero además adoramos e invocamos a la Virgen, a los ángeles y a
los santos, los amigos de Dios a los que ha glorificado. De esta manera honramos a Dios en ellos;
son como un espejo en el que vemos algo de la infinita perfección de Dios. Luego al venerar a los
santos celebrando su memoria y pidiendo su intercesión, siguiendo su ejemplo y honrando sus
reliquias e imágenes, en definitiva honramos a Dios.
Por eso los cristianos tenemos imágenes de la Virgen, de los ángeles y de los santos, y
conservamos con veneración las reliquias de los santos. Honrando las imágenes y reliquias
honramos a los santos a los que representan o de quienes son.
El primer mandamiento es el más santo y el principal. Cumpliéndolo bien, cumplimos todos los
demás; y no podemos olvidar que amar a Dios sobre todas las cosas es lo primero. A fin de cuentas,
lo único verdaderamente importante para nosotros.
Curso de Catequesis. Don Jaime Pujol Balcells y Don Jesús Sancho Bielsa. EUNSA. Con la autorización
de Don Jesús Sancho
SUGERENCIAS METODOLÓGICAS
CATECISMO
- El primer Mandamiento de la Ley de Dios comprende los deberes de creer en Dios, esperar en
Él, amarle sobre todas las cosas cumpliendo sus Mandamientos, adorarle como a nuestro Supremo
Creador y Señor, y darle el culto debido.
- El acto más importante del culto público es el santo sacrificio de la Misa, porque es ofrecido a
Dios por el mismo Jesucristo por ministerio del sacerdote.
2. Creer algunas cosas contra la fe, ignorar culpablemente las principales verdades de fe o dudar de
algunas de ellas.
ORACIÓN
Creo en Dios Padre, creo en Dios Hijo, creo en Dios Espíritu Santo.
Espero en Dios Padre, espero en Dios Hijo, espero en Dios Espíritu Santo.
Amo a Dios Padre, amo a Dios Hijo, amo a Dios Espíritu Santo.