Boletin Nº2
Boletin Nº2
Boletin Nº2
EDITOR
Rodrigo Zalaquett Fuente-Alba
COMITÉ EDITORIAL
Ciencias Sociales y Humanidades:
Guillermo Cortés Lutz; Profesor de Historia y Geografía, Doctor en Historia.
Ángel Espina Barros; Doctor en Antropología.
Rodrigo Zalaquett Fuente-Alba; Profesor de Historia y Geografía, Magíster en Estudios
Latinoamericanos.
Ciencias Naturales:
Bernardo Sepúlveda Hernández; Licenciado en Biología; Doctor en Biología.
Eduardo Fernández Cisternas; Doctor en Electroquímica.
CONTACTO
Museo Regional de Atacama, Atacama Nº 98, Copiapó, Atacama, Chile.
Teléfonos: (56-52) 212313-230498
Fax: (56-52) 212313-230498
Email Editor: rodrigo.zalaquett@dibam.cl
Sitio Web: www.museodeatacama.cl
Dirección Postal: Casilla 134, Correo Copiapó, Región de Atacama
ISSN: 0719-1251.
FOTOGRAFÍA PORTADA
Felipe Santiago Matta Goyenechea
Circa 1890, Colección Museo Regional de Atacama
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SUMARIO
Pág.
BANDOLEROS Y JINETES MITICOS EN IBEROAMERICA.
Ángel Espina Barrio. 01
3
PRESENTACIÓN
Por segundo año consecutivo, el Museo Regional de Atacama, presenta a la
comunidad; tanto científica, cultural, educacional y en general a todo el público, un
conjunto de investigaciones y reflexiones con relación a la historia, la identidad, y el
patrimonio natural y cultural, preferentemente de la región de Atacama, pero también del
país y de Latinoamérica. Nuestras páginas, buscan abrir ventanas para la generación de un
saber diverso, donde se entremezclan jóvenes investigadores, con reconocidos expertos,
hemos intentado en este rescate y puesta en valor del patrimonio regional y
latinoamericano, que tratemos tópicos que vayan desde la herpetología, hasta el rescate de
la figura del bandido latinoamericano. Y si bien en el primer número, contamos con el
valioso aporte del antropólogo mexicano, Doctor Rafael Pérez-Taylor, este número cuenta
con el aporte del antropólogo español Doctor Ángel Espina Barros, Director del programa
de Doctorado en Antropología Hispanoamericana de la Universidad de Salamanca y uno de
los más reconocido latinoamericanista. Lo que le da un fuerte carácter y rigor científico a
nuestro boletín, a la vez que internacionaliza la investigación y el pensamiento surgido en
Atacama.
El Museo Regional de Atacama, hoy se encuentra en condiciones coyunturales
diferentes, a las del año anterior, en primer lugar su exhibición, el principal elemento con
el que nos relacionamos con la gente, las comunidades y la sociedad toda, se ha visto
reforzada, con el ingreso a nuestra colección y por ende a la exhibición, de la mítica
Capsula Fénix II, que trajo con vida a la superficie a los 33 mineros, rescatados de las
profundidades de la mina San José, en octubre de 2010, como también contar con la a
nota de rescate de los 33 mineros, escrita por José Ojeda , que permitió saber dónde y
cómo se encontraban los 33 mineros atrapados en las profundidades del subsuelo
atacameño - Esto pone a nuestro Museo, como un sitio de visita permanente de la
ciudadanía, de estudiantes, como también de investigadores, y de la prensa nacional y
extranjera, este estar en tanta exposición mediática, nos obliga a mantener a la
investigación y la generación de nuevos conocimientos como un elemento central de
nuestro quehacer museológico, y por ello hemos hecho un esfuerzo importante por
mantener nuestro boletín. Pero, este boletín, que es un publicación regular y científica,
tiene claramente, como ya lo dijimos en su primer número un fin pedagógico, aportar al
sistema educacional atacameño y chileno en general, donde nuestros artículos, si bien
mantienen su sistematicidad y rigor disciplinario, tiene la capacidad de ser un elemento de
apoyo al proceso educativo. Este Museo, que se ha caracterizado por apostar fuertemente ,
para una buena educación y un mejor aprendizaje, pone al servicio del mundo escolar,
estas investigaciones y reflexiones, que al ser estímulos variopintos, permitirán conocer
mejor nuestras raíces regionales, para de esta forma avanzar en la comprensión de los
procesos más globales. Finalmente decir que el Boletín del Museo regional de Atacama, es
una herramienta para la investigación, difusión, para la reflexión crítica, la propuesta y
la participación, en este potente acto cívico que significa educar desde la puesta en valor
del patrimonio.
Prof. Guillermo Cortés Lutz
Doctor en Historia
Director del Museo Regional de Atacama – Dibam
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BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
Nº 02, año 2011, pp. 3-11, Salamanca-España.
Introducción
1
Doctor en Antropología, Académico y Profesor Titular del Doctorado en Antropología de Iberoamericana
Universidad de Salamanca, España. Coordinador del Programa Interuniversitario de Postgrado en
Antropología de Iberoamérica, de las Universidades de Salamanca, Valladolid y León. espina@usal.es
5
Jinetes en Hispanoamérica
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llaneros vivían y morían como hombres a los que no cupo otro destino que luchar contra los
elementos y las fieras […] no son otra cosa los caballos y los toros salvajes. Una lucha
incesante en que la vida escapa como de milagro, lucha que pone a prueba las fuerzas
corporales, y que necesita una resistencia moral ilimitada…”. (Páez, 1946)
Estos llaneros y lanceros míticos, ya sean realistas (Boves), o independentistas (Páez) son
admirablemente descritos por Arturo Uslar Prieti en sus novelas, especialmente en Las
lanzas coloradas (Uslar Prieti, 1993). En la paz el llanero muestra un folclore y unos estilos
de vida peculiares pero similares a los descritos y, como en otras ocasiones, con el tiempo
se perfilarán estos rasgos como una cultura autóctona; como el “alma llanera” emblemática
de toda Venezuela. Por el contrario en las zonas altas y abruptas norandinas, surge una
figura bastante distinta, también mítica para algunas regiones colombianas, como la de
Antioquia. Me refiero al arriero, esforzado caminante que, incluso con los pies desnudos,
va tirando de las mulas que transportan la valiosa mercancía por veredas imposibles. Sus
hazañas, sus posadas, sus zurrones, su atuendo y sus historias, están en el inconsciente
colectivo de los antioqueños, como lo estuvieron entre los asturianos o leoneses.
Y qué decir de los más modernos pero no por ello menos arquetípicos cangaçeiros
del Nordeste brasileño, que a mitad de camino entre empecinados guerrilleros y bandoleros
de Sierra Morena, también como “zorros pernambucanos” “robaban al rico para dárselo a
los pobres”. Su atrayente figura perdura hasta la actualidad quizá como recuerdo y nostalgia
de una rebeldía malograda.
Entre los tipos humanos que existieron en América en simbiosis con sus animales y
monturas destaca el gaucho, jinete mestizo que no criollo conocedor de las pampas
sureñas. Recibe del indígena no sólo sangre sino técnicas de caza y costumbres. Nos dice
Emilio Corbiere hablando de la etimología de la voz “gaucho” que procede del lenguaje
indígena, concretamente de “la palabra huaso, fonéticamente guascho, y que servía para
distinguir al individuo que se bastaba a sí mismo, carente de padre conocido…” (Corbiere,
1998) Naturalmente que a esta designación hubieron de añadirse características cada vez
más positivas, de independencia, arrojo y valentía principalmente, para que llegara a ser
una de las representaciones más prístinas del “alma argentina”.
Pero las primitivas connotaciones del término tocan uno de los aspectos más
recóndito y a la vez más significativo del mestizaje iberoamericano. La simbólica pero
también, a veces, física “ausencia de padre”, que en el plano social se traduce en “ausencia
de ley” y en debilidad de las instituciones, y que parece estar en el fondo de muchos
conflictos, violencias y desigualdades de la actualidad. Con todo, no es en este importante
componente, que mucho tiene que ver con el bandidaje, en el que queremos centrar ahora
nuestro análisis si no brevemente en las raíces de estas formas de vida humana asociadas a
la ganadería y especialmente a la caballería.
Ya hemos visto que, como en otras zonas de Europa, durante la Edad Media en la
Península ibérica se dio el nacimiento del espíritu de la “caballería” y un florecimiento de
la ganadería cuyo gremio prevalecía claramente sobre el de los agricultores. Concretamente
hablando de diversas zonas de Castilla y León, desde remotas épocas prehistóricas, existe
una rica tradición ganadera.
Exponente simbólico de la misma son los míticos toros de Guisando, verdaderas
petrificaciones de la omnipresencia del vacuno en tales tierras. Para el ganado ovino y el
caprino hubo una época floreciente que se inicia como decimos a finales de la Edad Media
7
cuando la Península y la especialmente la zona castellana se vio cruzada de norte a sur por
las cañadas de la otrora poderosa Mesta. Estos caminos pecuarios por los que se realizaba la
anual trashumancia, y que hoy en día se quieren de alguna manera recuperar, fueron
manzana de discordia entre agricultores y ganaderos. La extensión de las tierras dedicadas a
la agricultura creció con el tiempo en la época moderna, muchas veces en detrimento del
terreno reservado a las cañadas y al ganado. De hecho se observa un repliegue de las
explotaciones ganaderas hacia la cornisa montañosa que orla la comunidad castellano-
leonesa, zona que por su orografía y condiciones ecológicas no sólo favorece el desarrollo
de los pastos sino que no resulta tan adecuada para la agricultura. No obstante para los
cerdos, caballos y para el toro de lidia el ecosistema llamado de “dehesa”, amplios terrenos
con árboles –alcornoques, encinas, etc.- y con espacios intermedios labrados o libres,
resultó siempre un hábitat ideal. Allí se desarrollaron los estilos de vida de los jinetes
charros, hacendados y capataces, vaqueros o mayorales, antecedentes de todos los
considerados en América.
En la figura del jinete tenemos también una incipiente dicotomización de su
imagología entre la del caballero, andante o no, pero que se asocia a la defensa del bien, los
pobres o de la patria en peligro; y la del jinete malvado, bandido, salteador y asesino.
Ciertamente en muchos casos se mezclan las características o se producen evoluciones
vitales desde una posición a otra. Pero casi nunca el destacado jinete es estricto defensor de
la legalidad y el orden establecido. Asaltantes famosos ya se citan en la época romana y
también son muy conocidos los que azotaban en la Edad media el Camino de Santiago. Por
otro lado, encontramos la imagen del buen caballero en “El Cid”, modelo de guerrero
castellano, que sin embargo tendrá liderazgo entre los moros.2 Por cierto que para ser
caballero, o bandido, da igual que la montura sea un caballo o un camélido, pues las
consecuencias y rasgos serán muy similares. En España tenemos como antecedentes de los
famosos y románticos bandidos de Sierra morena a los bandoleros monfíes de Sierra
Nevada y la Alpujarra. (G. Alcantud, 1999)
Los extremos del simbólico buen caballero van desde el Cid hasta D. Quijote, dos
de los iconos más significativos de la historia y la cultura españolas sin olvidarnos del
polifacético Santiago. Entre las evoluciones de malos jinetes destacar muchas historias de
bandoleros que se “echaron al monte” por injusticias previas sufridas y que, sin embargo,
guardan algún tipo de moral o de estética en su actividad delictiva. También el caso de
partidas de ladrones que tras la invasión napoleónica se convierten en eficaces guerrilleros
contra los ejércitos de Francia. Muchos ejemplos podrían citarse de conocidos y famosos
guerrilleros: “El charro”, Espoz y Mina, etc. Curioso el caso de “El Empecinado”, quien fue
partisano a favor del rey Fernando VII, el mismo que después le recompensaría y
posteriormente le mandaría ejecutar por liberal. Pero la visión clásica del bandolero se
fragua en la pluma de escritores románticos y de vviajeros, sobre todo franceses, tomando
como prototipo el bandolero andaluz de Sierra Morena o de la Sierra de Ronda, según los
estereotipos de Mérimée, Gauthier, Lyonnet.
2
Y no sólo eso, si no también que su destierro parece que se debió más a aspectos que tenían que ve con la
retención de botines de sus correrías que con temas de honor. Así lo señala el Cantar: “El Campeador por las
parias fo entrado, grandes averes priso e mucho sobejanos, retovo dellos quanto fo algo; por én vino a
aquesto por que fo acusado” (A.A.,Cantar de Mío Cid, 2005, 108).
8
Se hacen famosos numerosos casos de jefes de bandas que actúan en toda la
Península pero especialmente en el sur, asaltando diligencias y viajeros y dificultando las
ya difíciles comunicaciones de la época con caminos impracticables y ruines posadas con
posaderos verdaderamente ladrones. Conocidos son: Tempranillo, Chorrojumo,
Escaramillo.
Lo cierto es que su actividad, que ya se daba en el s. XVIII, llegó a sus mayores
cotas a principios del s. XIX, y solía ser más sangrienta y cruel que la relatada por los
escritores que la idealizaron tras las guerras de la independencia También se dieron casos
más urbanos, como el de Luis Candelas en Madrid, bandido quizá de origen peruano. A
finales del siglo XIX, con la intervención de la recién creada Guardia Civil, verdadero azote
de los forajidos rurales, la actividad de los bandoleros cayó en picado y sólo repuntaría en
el siglo XX, con las acciones postguerra civil de tipo político-militar de los llamados
“maquis”.
Volviendo a América, y concretamente a la cordillera andina, muchos han sido los
jinetes y bandoleros que han cruzado sus escarpadas laderas, u obstaculizado sus estrechos
pasos, ejerciendo su peculiar oficio. Desde la época del conocido como “demonio de los
Andes” (Francisco de Carvajal), hasta el momento actual, como decimos, innumerables son
los casos de forajidos, bandidos, insurrectos y guerrilleros que podrían citarse. En Perú y
para principios del siglo XX, algunos son recogidos por el juez-etnógrafo y escritor Enrique
López de Albújar, en su libro Los caballeros del delito, donde además de una descripción
de los que el conoció, nos ofrece unas posibles líneas de interpretación multivariadas sobre
el bandolerismo en general, entendido como: “protesta contra la injusticia del poderoso o la
extorsión del fuerte; rebeldía contra las rudas determinaciones sociales, hostiles contra el
débil y contemporizadoras con el fuerte; desviación de la ética individual por acción de
factores biológicos o hereditarios; recurso para satisfacer necesidades reales o ficticias,
malas o buenas, creadas por la pasión o el vicio, la miseria o el hambre, pero al fin obra de
una fuerza imperiosa y decisiva”. (López Albújar, 1936).
Incluso da más posibilidades para explicar el bandolerismo: como sentimiento de
libertad o un impulso combativo exaltado; reminiscencia de la vida errante primitiva; resto
de la época feudal; e, incluso: “una manifestación de ese comunismo latente que hay en el
alma de todo desheredado”. (López Albújar, 1936)
Para Colombia ya hemos citado la importancia identitaria de los arrieros,
especialmente en Antioquia, pero también existían los que les asaltaban, tradición que se
mantiene hasta la actualidad, como bien estudian en su libro: Bandoleros, gamonales y
campesinos, Gonzalo Sánchez y Donny Meertens. En esta obra, asimismo, se describen los
casos locales de mitad de siglo XX de El “Chispas”, “Sangrenegra”, Efraín González,
“Pedro Brincos”, “EL capitán Desquite”, y queda patente su ambivalente relación con los
gamonales y el campesinado, y que son los antecedentes históricos de las posteriores y
actuales guerrillas.
En realidad Colombia desde casi siempre ha sufrido en su historia la acción de una
especie de “señores de la guerra” medio feudales, y de su contraparte popular, que han
vivido del derecho de paso, de la exacción abusiva (hoy llamada “vacuna”) si no del robo
directo.3 Al margen de las ideologías liberal o conservadora se da este tipo de bandidaje,
3
Esto puede notarse hoy en día por los excesivos impuestos sobre la movilidad, los peajes desorbitados sobre
carreteras sin mantenimiento y de paso obligado, incluso, para poder llegar al propio domicilio, etc.
9
agravado en las últimas décadas por la acción de guerrilleros, paramilitares y
narcotraficantes: “pescas milagrosas”, cortes de carreteras, robos, secuestros.
Pero quizá una de las figuras míticas que mejor represente a ese jinete legendario
que vive al margen de la legalidad y que si no es bandido en sentido estricto es por su
característica de ser solitario, de no bandear, es el gaucho sureño del que hemos brevemente
hablado. Tiene muchas de las dimensiones que observamos en los jinetes que viven al
margen de la ley pero no por ello ha dejado de ser un referente identitario de las pampas y
zonas ganaderas de suramérica. En principio es un campesino honrado, y diríamos feliz,
que por culpa de las arbitrariedades del poder tiene que cambiar su vida normal por una
existencia en permanente liminaridad y frontería. Todos los avatares y homicidios
posteriores son resultado de ese abuso originario de las autoridades establecidas y una
legítima defensa por parte del que, más que explotado u oprimido, diríamos es expoliado de
su existencia digna.
Martín Fierro
Y esto podemos observarlo a poco que leamos una de las versiones más
emblemáticas que la literatura ha dado del gaucho, que como es bien sabido es la del
Martín Fierro de José Hernández. Es a mediados del siglo XIX cuando se fijan las
características de estos jinetes de leyenda, ya sean llaneros, charros o gauchos -o
guerrilleros o bandidos de sierra Morena- que con sus características románticas, pasan a
ser las raíces populares de las regionalidades o de las nacionalidades emergentes. Y en ese
momento se escriben los versos que cuentan la historia de Martín Fierro, que nos dicen
supuestamente con su propia voz:
Antes de esa penosa vuelta, sufre el gaucho crueles penalidades y abusos, hasta que ya no
puede más y se rebela:
Dende chiquito gané
la vida con mi trabajo,
y aunque siempre estuve abajo
y no sé lo que es subir,
también el mucho sufrir
suele cansarnos ¡barajo! (Martín Fierro, 973-978)
10
¡Por Cristo, si aquello era
pa enlutar el corazón:
yo juré en esa ocasión
ser más malo que una fiera! (Martín Fierro, 1009-1014)
A partir de ese momento comienza su vida como prototipo del jinete libre pero asocial, al
margen de la ley, y prácticamente solitario en las inmensidades de las pampas. Pasando a
ser huido de la justicia, cautivo de indios o fugitivo de todos. Triste, sin duda, pero sin
nunca ya someterse, sabe usar su faca, es verdad que sólo cuando no hay otro remedio y en
buena lid, y ultimar con destreza a sus mortales enemigos:
Se fragua su leyenda en el transcurso de sus avatares, que serán cantados por el mismo y
por miles de payadores creando un figura idealizada que en realidad hubiera sido en otros
lugares tenida por la de un simple forajido después, creando un figura idealizada que en
realidad hubiera sido en otros lugares tenida por la de un simple forajido. Recuérdese, si no,
cuando, esta vez ayudado por Cruz, dan muerte a varios policías que venían a prenderle por
las muertes del moreno y el de la pulpería:
11
Lo cierto es que pese a todo Martín Fierro pasa a ser el prototipo de gaucho, el héroe
popular, maltratado por la sociedad, pero que no se rinde nunca frente a las adversidades y
que tiene una particular ética inquebrantable aunque no coincida con la legalidad. Es el
dueño melancólico de las llanuras:
Conclusión
En la época actual la presencia de estos legendarios jinetes del bien o del delito ya no es
más que simbólica pero bastante extendida, especialmente en el cine o la televisión. Quizá
sus prototipos sean más simplistas y desarraigados que en el pasado. Tal es el caso del
llanero solitario, el Virginiano, etc. Mención aparte merece el Zorro, jinete hispano-
mexicano legendario, en los márgenes de la legalidad, que ha protagonizado innumerables
relatos y películas. Ya hemos tratado de su parecido estructural con héroes posteriores,
como Supremán o Spidermán, etc. Lo cierto es que los bandoleros siguen protagonizando
todo tipo de literatura y de expresión artística. En Andalucía encontramos, de la época
franquista, un cómic dedicado a la figura de El Tempranillo, al estilo de los de Roberto
Alcázar y Pedrín; y en México abundantes películas sobre charros, mariachis y bandoleros.
En España tuvo hace pocos años una extraordinaria popularidad la serie televisiva dedicada
a Curro Jiménez (interpretado por el actor Sancho Gracia) y su banda (el Algarrobo, el
Gitano y el Estudiante). Ambientada en Andalucía y en el siglo XIX y que constó de
muchos capítulos.
En Ronda el prestigio del pasado bandolero es tan grande que ha motivado la apertura de un
museo temático sobre la cuestión que es muy visitado por los turistas. También
jocosamente se emplea un falso atuendo de bandolero para criticar a políticos andaluces
tildados de corrupción.
En suma, no cabe duda que los jinetes liminares y los bandoleros serán siempre unas
figuras míticas importantes, tanto de identificación como de expresión artística, de nuestras
culturas Iberoamericanas.
12
Bibliografía
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CORBIERE, E.P., (1998) El gaucho. Desde su origen hasta nuestros días, Editorial
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13
BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
Nº 02, año 2011, pp. 12-20, Copiapó.
Introducción
Nuestra fuentes para esta propuesta son principalmente los cronistas del siglo XVI,
Jerónimo de Bibar, Pedro Mariño de Lobera, Alonso de Góngora y Marmolejo, y las
mismas cartas que de Pedro de Valdivia, enviaba con cierta frecuencia a España o al
virreinato del Perú, también utilizamos como fuente al cronista del siglo XVII, Jerónimo de
Quiroga con sus “Memorias de la Guerra en Chile”, este último nos da importantes pistas
de cuales pueden ser los elementos a tener presente al momento de hablar de una ciudad, y
de cómo y por que, estos espacios durante la conquista eran denominados así. Junto a estos
existe un conjunto de fuentes bibliográficas de las cuales se hace mención en el ensayo.
4
Profesor de Estado en Historia y Geografía, Doctor en Teoría de la Historia, Becario Post Doctoral Conicyt,
Director Museo Regional de Atacama - Dibam. guillermo.cortes@dibam.cl
14
una segunda hipótesis señalamos que nuestra ciudad tiene sus raíces el siglo XVI, más
específicamente en la fundación del fuerte ¿ciudad? Llamado de Copiapó o de Juan Bohon
a fines de 1548 e inicios de 1549.
No podemos concebir para Chile precolombino e incluso con la llegada del inkanato
durante el siglo XV y de los españoles durante el siglo XVI, una ciudad como la europea,
espacio urbano dominado por el estilo medieval y en transito a la ciudad renacentista, por lo
que debemos pensar mas bien en una ciudad como un poblado con cierto numero de
habitantes y con un uso racional de su suelo. Desde la semántica por ciudad se puede
entender desde lo opuesto a lo rural, hasta un núcleo urbano con un determinada
población y un territorio circundante5, si aceptamos este concepto genérico, podemos
postular que si bien no hubo ciudades como la de las grandes civilizaciones americanas, ni
como la ciudad europea, la evolución de algunos poblados de indios es muy probable que
tuvieran como fin un nuevo estadio urbano cultural, más organizado y con capacidad de
acoger poblaciones de mayor densidad demográfica.
5
Cf. Larousse, Diccionario Enciclopédico, Pág. 249 y Pág. 1013
6
Cf. Hidalgo, Jorge Culturas Protohistóricas del Norte de Chile
7
Ampuero, Gonzalo: Cultura Diaguita, Pág. 53 y 54
15
es posible especular que Copiapó hunde sus raíces urbanas con anterioridad a la llegada de
los conquistadores en el siglo XVI. Jorge Hardoy y Carlos Tobar, en su obra " Urbanística
en América Latina" agregan un dato interesante al agregar que las fundaciones muchas
veces tendrán como factor para la fundación, la localización de un poblado prehispánico
anterior8.
8
Ob. Cit. Pág. 401
9
Cf. El primer contacto Indígena – Español; Siglo XVI en Atacama, Cortes Guillermo, en Boletín Nº 1 Del
Museo Regional de Atacama, Octubre de 2010
16
La Ciudad Fuerte de los Conquistadores en el siglo XVI
Si vemos cuales eran los poblados mas densamente habitados Copiapó es uno de
ellos, pero, que la fundación de fuertes sea una condición para pensar en ciudades al
parecer es un hecho que pocos discuten, es así como Sergio Villalobos, coincide con
Gabriel Guarda y nos dice lo siguiente: " Esas experiencias enseñaron a los españoles que
la fundación de ciudades debía comenzar siempre por la erección de un fuerte"11. El Fuerte
de Copiapó se levantó a fines de 1548, la fecha sin ser del todo precisa como ocurre en
estos casos, debió ser noviembre de 1548, en este hito la cronología tiende a ser imprecisa
tanto en archivos como en cronistas. Uno de los antecedentes que tenemos para verificar el
levantamiento o construcción del fuerte Copiapó, será sin duda la primera donación de
encomiendas, el año 1544 Juan Bohon recibe mercedes de tierra y encomienda en la zona
de Copiapó12. No obstante se suponía que estas tierras estaban pacificadas y en manos del
conquistador Juan Bohon, Los diaguitas Copiapinos, siguen en una escalada de rebeliones
que terminan por generar la decisión de no solo establecer una casa fortificada, sino que un
fuerte:
"Juan Bohon, teniente de gobernador y primer fundador de Serena había sido comisionado
para la erección de un fuerte en el Valle de Copiapó"13 .
Por lo anterior podríamos suponer que la decisión de fundar un fuerte, que presentará
determinadas características militares, pero también urbanas podría ser el preludio a la
aparición de la ciudad.
Una vez fundada la ciudad de Santiago, Pedro de Valdivia envía a Juan Bohon a
fundar una ciudad entre Santiago y Copiapó, con el fin de facilitar el viaje de Chile al Perú,
de esa forma nace la ciudad de la Serena en 1544, y por ende se reconoce la calidad de
10
Guarda, G.1979, Pág. 12 a 14
11
Villalobos, Sergio, Historia del Pueblo Chileno.
12
Cf. Alvear. M. & Ampuero, G, La Serena, 1991. Pág. 19, Góngora y Marmolejo, Historia de Chile, Pág. 88
y 9.
13
Retamal, Celis & Muñoz, Familias Fundadoras de Chile, Pág. 175.
17
poblado de Copiapó, este poblado podría estar dentro del marco de lo que Gabriel Guarda
ha llamado Pueblo de Indios14 denominación que se siguió manteniendo por bastante
tiempo. Pero veamos que nos dice el mismo Pedro de Valdivia con respecto a Copiapó: "
Llegando aquí hallé que los indios del valle de Copiapó, que es la primera población
pasado el despoblado de Atacama, que allí comienzan los límites de esta gobernación"15.
Estamos seguros que el Conquistador español, tiene claro de que habla cuando expresa que
Copiapó es una población. Debemos recordar que tanto la ciudad europea, como la
americana reciben tal denominación o distinción, por rango, algún titulo o por un apelativo,
esto ultimo es lo que hace Valdivia al denominarla población le da titulo y designación,
también en la misma carta Valdivia se refiere a Copiapó como un pueblo, por lo que
pensamos le reconoce su calidad de espacio urbano organizado.
Memorias y sucesos de la Guerra en Chile, nos dice que La Serena fue un fuerte y ciudad al
mismo tiempo, lo que podría ser aplicable a Copiapó.
14
Cf. Guarda G, Historia Urbana del Reino Chile
15
Pedro de Valdivia, Carta al Emperador Carlos V, Santiago, 9 de julio de 1549.
16
Sayago, Carlos, M. Historia de Copiapó, Pág. 64 y 64.
18
“En este contexto hizo la fortuna a Juan Bohon, salióle bien el primer empeño y
dejando 20 españoles de guarnición en el fuerte paso con 40 a allanar el paso de Copiapó,
dando antes al Fuerte/nombre e ciudad y nombrando los vecinos que constituían su
república"17. De esta forma nos parece que Quiroga nos entrega el dato pertinente para
suponer que Copiapó debía recibir el mismo trato que el relata para el fuerte – ciudad de La
Serena.
Por otra parte el cronista más importante o para el siglo XVI, Gerónimo de Bibar,
con relación a este tópico nos dice lo siguiente:
" Pues viendo los indios de Copiapó la venida de tantos cristianos acordaron de rebelarse
y para esto enviaron sus mensajeros al valle de Guasco, al valle de La Serena y al valle de
Limarí, avisándoles que ellos tenían noticias de cómo venían muchos cristianos y más de
los que habían pasado, como ellos los habían visto y que mirasen el trabajo que tenían con
ellos, y que se apercibiesen, de allí a seis días, y que diesen en los cristianos , e los
matasen a todos e quemasen la ciudad "18 El relato y la nominación de ciudad del cronista
Bibar no deja espacio a mucha duda o especulación estamos ablando de la ciudad
primigenia del siglo XVI , del primer intento de fundación y origen urbano mestizo de
nuestro valle.
19
mercedes de tierra y encomiendas en el valle de Copiapó, viajo a ese valle para pacificar el
alzamiento, pero fue atacado y Muerto"19.
Los cronistas del siglo XVI, nos dejan un relato similar, siempre se destaca la
destrucción de la ciudad, este hecho es de gran importancia por que si vemos que el fuerte
ciudad de Copiapó, resulta completamente arrasado se pierde documentación valiosa de la
conformación de un posible cabildo en la zona, hecho muy probable dado el numero de
españoles que acceden a Copiapó. - Alonso de Góngora nos describe así la situación y al
ajusticiamiento de Bohon: " Es un capitán imprudente en la seguridad y mal platico de
guerra, lo sorprenden y los atrapan y matan a treinta y dos soldados… Sólo Juan Bohon
prendieron y atadas las manos con una cruz que él solía traer en un bastón diciendo que con
aquella en la trairia de paz todo el reino… al cual dieron muerte tan cruel, que usando
muchas maneras crueldades a lo último lo ahorcaron"20 Al parecer y siguiendo Gerónimo
de Vivar, la rebelión se habría dado entre otras cosas por que los copiapinos consideraban
que el numero de españoles en sus tierras era excesivo. "Dado el este aviso y todos a una
voluntad y venida la noche señalada. Dieron los del valle de Copiapó en los cristianos, y
como estaban descuidados, no tuvieron lugar a armarse, ni pelear con los indios y así
fueron muertos todos. Y lo mismo hicieron los que se dieron en la villa de La Serena”21.
Podría haberse dado una segunda batalla en Copiapó, entre Diaguitas al mando del Cacique
Cateo y Esteban de Sosa, y el mítico Jean Joufre, al mando de los españoles.
Otras opiniones como el español Sánchez Barba, nos dice que pudo haber llegado
Pedro de Villagra, es decir una Pléyada de conquistadores para detener a los copiapinos, lo
cierro es que el fuerte es destruido y quemado, con lo que se destruye información valiosa
sobre la ciudad fuerte, luego vendría la destrucción de La Serena, que como vimos
anteriormente tenia la misma calidad de Copiapó, en opinión del cronista Jerónimo de
Quiroga.
Conclusión
Tal vez lo primero que se puede opinar, es que si bien la fecha oficial de celebración
seguirá siendo la que nos lego Francisco Cortés, es indudable que existe un antecedente
primigenio que es la fundación del fuerte Copiapó o de Juan Bohon en 1548, lo que nos
daría la noticia de ser la tercera ciudad más antigua de Chile.
También podríamos establecer que los pueblos de los valles transversales, eran
semillas de asentamientos urbanos mayores, de allí que en esos lugares se dieran las
condiciones para fundar fuertes que con el correr del tiempo serian ciudades.
19
Alvar, Manuel &Ampuero, G. La Serena, Ob. Cit. Pág. 19.
20
Góngora y Marmoejo, Historia de Chile desde su descubrimiento hasta el año 1575, Pág. 88 y 89.
21
Vivar, Jerónimo, Ob. Cit Pág. 152.
20
Que de acuerdo a la opinión de los conquistadores, incluido el mismo Pedro de
Valdivia y otros cronistas de gran importancia como Gerónimo de Vivar, o Jerónimo de
Quiroga cuando se habla de Copiapó, se esta hablando de un poblado, villa que es en si una
ciudad.
Que es muy probable que dada la cantidad de soldados que se destina a Copiapó,
una vez fundado el fuerte se haya intentado, o se haya organizado un cabildo, del cual
lamentablemente no tenemos noticias dada la destrucción y quema total del fuerte.
Una vez más se demuestra que la historia de Chile, encuentra muchas respuestas
para sus interrogantes en el valle de Copiapó, y con ello que la historia no es una imagen
fija sino que una ciencia dinámica, siempre presta a ser re estudiada y re interpretada en la
búsqueda de la verdad provisional, que es la verdad científica histórica.
BIBLIOGRAFIA:
CRONISTAS:
* HERRERA, Antonio: Descripción de las Indias y Tierra Firme del Mar Océano que
Llaman Indias Occidentales, Colección de Historiadores y Documentos Relativos a la
Historia Nacional, Tomo XXVVII
* MARIÑO DE LOBERA, Pedro: Crónica del Reino de Chile, En: Colección de
Historiadores de Chile y Documentos Relativos a la Historia Nacional Tomo VI.
*VALDIVIA, Pedro: Cartas de Relación, Ed, Universitaria ( varias ediciones)
* VIVAR, GERONIMO: Relación Copiosa y verdadera del Reino de Chile, Ed.
Colloqium Verlang, Berlín, 1979.
*ALVAREZ, Oriel: Atacama de Plata, Impreso en Oro Impresor, Santiago,1979
* AMPUERO, Gonzalo: Cultura Diaguita, Serie Patrimonio Cultural, Santiago, 1994.
* GALEANO, Eduardo: Memorias del Fuego, Los Nacimientos, Ed. Siglo XXI
*CORTES L., Guillermo: Los Diaguitas: Historia del Pueblo de los Valles
Transversales, Tesis Doctoral Salamanca, España, 1998.
*KREBS, Ricardo. El Tiempo en Las Ciencias, Ed. Universitaria
* MERELLO, Italo: Historia del Derecho, Ediciones de la UCV, 1996.
*NIEMAYER,H, CERVELLINO, M.,CASTILLO, G.: Culturas Prehistóricas de
Copiapó, Ediciones Museo Regional de Atacama, Gobierno Regional, Copiapó, 1997
*ORELLANA, Mario: La Crónica de Gerónimo de Bibar, Ed. Universitaria, Santiago,
1995
* SAYAGO, Carlos María: Historia de Copiapó, Ed. Francisco de Aguirre, 1973.
* TUÑON DE LARA, Manuel: Que es la Historia, Ed. Salvat, España, 1988
*VILLALOBOS, Sergio: Historia del Pueblo Chileno, Tomo I, Ed. Zig Zag, Santiago,
1980
* VERA TORNELL, Ricardo. Historia Universal, Tomo I, Ed. Sopena, España, 1982
21
ARTICULOS
22
BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
Nº 02, año 2011, pp. 21-35, Copiapó.
Introducción
Tradicionalmente se ha señalado al Intendente Guillermo Matta Goyenechea,
Comandante General de Armas de la Provincia de Atacama durante la Guerra del Pacifico,
como el mentor de la idea de formar un cuerpo armado de soldados.
Pero al parecer no fue así: La idea de organizar un batallón que representara a
nuestro pueblo en la actual campaña contra Perú y Bolivia, fue como se sabe de cinco
municipales; los señores Guillermo Juan Carter, Carlos M. Sayago, Joaquín Calderón,
Nicolás Igualit, Anselmo Carabantes, quienes la hicieron presente en el seno de la ilustre
corporación, siendo desechada por una imbécil mayoría.
Guillermo Matta supo apropiarse de tan feliz idea i en la sesión siguiente a aquella en que
tuvo lugar el rechazo, presento a la consideración de la Municipalidad un proyecto sobre
organización de un cuerpo que llevara el nombre de Batallón Atacama.23
Fue así que comienzan las gestiones para el enganche de los voluntarios y la
consecución de los recursos para armar y equipar al Batallón Atacama.
En general toda la ciudadanía y la provincia apoyo esta iniciativa. Se donaban
cantimploras, vestuario, alimentos, bolsas tabaqueras, morrales, armas, frazadas, etc.
Incluso algunas compañías de teatro y opera de la ciudad realizaba funciones para recaudar
el dinero necesario para el equipamiento del Batallón. Un mecanismo muy utilizado para
percibir dinero fue el de las “erogaciones”24.
En la guerra el Regimiento Atacama que nace el 16 de agosto de 1880, a partir de la
fusión de los Batallones Atacama 1 y 2, demostró una bravura y valentía sin igual que todo
el país admiro.
Este cuerpo de soldados ciudadanos, compuesto de voluntarios mineros, estudiantes,
comerciantes y artesanos, combatió y salio victorioso en 6 sangrientas batallas. Por eso
nada más significativo para recibir a esta Legión Heroica, que la erección de Arcos
Triunfales, contemporaneizando el antiguo rito romano de cruzar el mágico umbral de la
gloria.
22
Profesor de Historia y Geografía; Magíster en Estudios Latinoamericanos; Documentalista; Investigador del
Museo Regional de Atacama. rodrigo.zalaquett@dibam.cl
23
El Amigo del País, Nº 912 febrero 5 de 1881.
24
Colectas que organizaba una “Comisión” para recaudar dinero. La lista de los erogantes se publicaba en el
diario de la ciudad, con los montos dados por cada uno de ellos.
23
Los Arcos del Triunfo en la Antigüedad
Antecedentes Históricos
El acto de rendir culto a los dioses protectores y a los héroes, nace durante los
albores de la humanidad y constituyo una necesidad importante de las primeras sociedades,
de esta manera himnos, plegarias, holocaustos, comparsas, representaciones, y misterios
fueron las primeras formas de demostraciones colectivas, cuya necesidad sintieron todas
las sociedades, para rendir un culto publico pero austero a sus creencias. Muy pronto, el
deseo de organizar ceremonias interesantes a fin de atraer adeptos mas o menos fervientes,
surgió la idea de revestir aquellas manifestaciones de un relativo lujo y de organizar
diversiones susceptibles de ser apreciadas por los mas celosos”25.
Con el tiempo el culto ya no solo se limito a los dioses y héroes míticos, sino que también a
los guerreros victoriosos en combate
En efecto, en una sociedad humana que recién comenzaba a gestarse, donde la
guerra, la violencia, el saqueo y el pillaje eran comunes, los homenajes, agasajos y
conmemoraciones de las victorias obtenidas sobre los enemigos, por los guerreros que
luchaban por la sobrevivencia de su respectiva ciudad o estado, fue de importancia vital
para el mantenimiento de la moral guerrera del pueblo.
También lo fueron el levantamientos de monumentos conmemorativos, siendo por
la tradición grecolatina, los Arcos de la Victoria las construcciones más utilizadas.
Aunque Plinio el “Viejo” en el siglo I señalaba que los Arcos del Triunfo eran de reciente
invención romana, y que se levantaban como monumentos honorarios de importancia
inusual para conmemorar triunfos, con los cual se pensó que habían sido creados por los
arquitectos imperiales romanos, hoy sabemos que sus antecedentes directos, son la Grecia
helenística, principalmente las colonias jónicas del Asia Menor: en los países de la Grecia
asiática eran frecuentísimas las soberbias puertas que decoraban las entradas de sus
ciudades, del mismo tipo de Arco triunfal romano 26.
Serán estos los que universalicen la utilización de estos magnos monumentos27 a
partir del llamado proceso de romanización, por el cual Roma logra incorporar los
territorios y poblaciones conquistadas a su estilo general de vida, con lo que los hizo
participes de su religión, idioma, organización, derecho, cultura, etc. 28.
Los Arcos Triunfales ó Arcus Triumphalis en latín, tuvieron dos significados.
El primero de ellos tiene relación con el limes romano, con la delimitación territorial que
tenia una determinada provincia romana, en relación a sus inmediatas provincias vecinas.
El segundo significado es sin duda el más importante, ya que tiene directa relación con las
campañas militares que hicieron la grandeza de Roma.
25
Fernando Nicolaÿ Historia de las Creencias. Editorial Americana, Buenos Aires, Argentina 1947. Pág. 359.
26
José Pijoan Historia del Arte, Tomo II. Salvat Editores 1970. Barcelona, España. Pág. 246.
27
Algunos son los Arcos de Augusto, Tiberio, Trajano, Tito, Séptimo Severo.
28
Italo Merello Historia del Derecho, Tomo I. Ediciones Universitarias de Valparaíso. UCV 1996. Pág.26.
24
La erección de los Arcos del Triunfo o Arcos de la Victoria, fue una costumbre que
el Senado romano estableció como medio conmemorativo para recordar una gran victoria
militar, rendir tributo a personajes destacados o glorificar a ciertos caudillos militares
(Arcus Fornix), en donde el ejercito o general victorioso desfilaban por las calles de Roma,
hasta pasar bajo el Arco del Triunfo: El Senado tiene en sus manos el engrandecer y
celebrar al general del ejercito o, al contrario, rebajarlo y oscurecerlo, pues los triunfos
no pueden ejecutarse de forma conveniente e incluso no son en absoluto realizables, si el
Senado no lo permite o no concede los medios oportunos 29.
El primero de los Arcos del Triunfo construido en Roma fue en honor a Lucio
Stertinio en el 196 A.c. en el Foro Boario y el segundo en muy cerca del antiguo Circo
Máximo. El tercer Arco lo erigió en Roma Escipion el Africano (190 antes de J.C.) sobre el
Clivio Capitolino y el cuarto Fabio Máximo (121 antes de J.C.) en la Vía Sagrada. Nada
queda hoy de estos antiguos monumentos.30
A pesar de que varios fueron erigidos durante la Republica Romana, la gran mayoría fue
erigida durante el Imperio, transformándose en este periodo en verdaderos medios
propagandísticos de los triunfos y victorias de los emperadores romanos.
Mas de un centenar fue levantado en Roma, hoy solo quedan cinco.
Su ubicación vario con el tiempo, en un principio fueron colocados en el acceso
principal de las ciudades para recordar a sus habitantes y a los visitantes la grandeza y
fortaleza de Roma. Luego se transformo en una estructura autónoma separada de las puertas
o murallas de la ciudad, en el preciso lugar donde se quería conmemorar un hecho
histórico, convirtiéndose así en un monumento conmemorativo.
A través de su historia, el Arco fue evolucionado en su estructura y materialidad,
siendo en un principio de madera, para luego ser construido de ladrillos, piedra y
finalmente mármol, donde se exponían los trofeos y el botín arrebatado a los enemigos
derrotados, además eran decorados con símbolos y bajorrelieves que mostraban las batallas
y las acciones heroicas del ejercito victorioso y textos que narraban la historia del triunfo
militar. Algunos Arcos, dependiendo de la magnitud del personaje o la victoria que se
quería recordar, eran coronados con estatuas de bronce del general triunfador.
El diseño mas utilizado fue el llamado “Arco de un vano” es el mas simple, es un
arco coronado con un entablado con inscripción y sustentado por columnas o pilares
adosados. Sobre el se alza un arquitrabe con la cornisa, en el que se lee el texto narrativo
de la edificación31.
La tradición de su erección ha seguido desde la Edad Media hasta la actualidad,
siendo los mas reconocidos a nivel mundial el de la Victoria en Madrid mandado a
construir por el General Franco luego de su triunfo en la Guerra Civil Española; El Arco de
la Victoria de Paris, construido luego del éxito de Napoleón en la batalla de Austerlitz, El
Arco de la Victoria de Pyongyang en Corea del Norte, erigido para conmemorar las
victorias sobre los japoneses etc.
29
Klaus Bringmann El Triunfo del Emperador y las Saturnalias de los Esclavos en Roma, Tomo 44. Editorial
Alianza Cien 1994. Madrid, España. Pág. 11.
30
Montaner y Simón Editores Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano, Tomo II, Editorial Barcelona,
Barcelona España 1912. Pág. 533.
31
Ob.Cit. Pág. 249.
25
Arcos Triunfales para el Batallón Atacama
Una vez que los ejecito chilenos ocupan Lima, el Estado Mayor chileno licencia a
los Batallones y Regimientos movilizados, esto es, aquellos que habían sido formados no
por soldados, sino por voluntarios. Uno de ellos era el ahora Regimiento Atacama, quien
con un contingente mayor de regimientos y al mando del general Baquedano, regresan a
Chile.
La llegada y el recibimiento que tuvieron los héroes de Atacama, y en general todas
las tropas chilenas que lucharon en el norte, fue una suerte de montaje teatral magnifico,
que incluía hermosas escenografías que incorporaban Arcos Triunfales, obeliscos, tarimas
levantadas y decoradas para discursos patrióticos, fachadas de casas y edificios pintados,
además de desfiles, carros alegóricos, lluvia de flores, banquetes y bailes, fuegos
artificiales, paseos y retretas.
La ornamentación o adornos en la calle Atacama, se llevan a cabo
apresuradamente, para que nuestro valeroso regimiento desfile bajo arcos triunfales y
adornos dignos de su grandeza (…) El hermoso arco de la colonia italiana lo veremos mui
pronto concluido, como también el de las colonias españolas e inglesas (…) Las señoritas
de Copiapó, se disputan el honor de obsequiar cintas i coronas a los bravos atacameños.
Los arcos que actualmente se construyen en la calle de Atacama, hemos oído van a ser
regalados a la municipalidad.
Se obsequiara al heroico regimiento dos fiestas por demás honrosas.
Hoy a las tres de la tarde partió un tren espreso a Caldera conduciendo gran números de
pasajeros, que se apresuran a darles cuanto antes, el abrazo de bienvenida a los invictos
atacameños32.
Estas fiestas fueron la ritualización de un modelo de comportamiento ceremonial,
cuyo fin era el agasajo y purificación de los soldados ciudadanos y el medio, la erección de
los Arcos de la Victoria33, pues fueron estos los adornos conmemorativos mas usados para
la bienvenida de los héroes.
Al parecer la idea del presbítero Esteban Muñoz Donoso, tuvo eco en la ciudadanía y las
autoridades. Esto a partir de un meeting celebrado en Santiago luego de las victorias en
Chorrillos y Miraflores, donde el cura gritaba al público que lo escuchaba:
Pues bien ciudadanos, ¿como premiar tan memorables hazañas? Así a los que
cayeron en la arena del combate como en los que sobreviven para la grandeza i felicidad
que se lleva la patria?, a caso con aplausos al viento?, No y mil veces no. Es necesario
que hagamos algo práctico tangible e impredecedero. No, la loza del olvido no puede caer
sobre tanta gloria, tan sublime heroísmo. Yo me permito pues presentaros un noble
proyecto: levantemos a nuestros héroes un magnifico Arco del triunfo que eternice sus
hazañas (…) Ello me excusa, señores, de manifestar la utilidad de estos monumentos que
32
El Amigo del País, Nº 930. febrero 24 1881.
33
Nueve años antes de la erección de estos Arcos en 1872, una curiosa descripción de la Alameda copiapina
nos dice. “tiene dos calles laterales que facilitan el paseo en coche i a caballo, divide la ciudad de la Chimba
y contiene dos Arcos del Triunfo construidos de madera y en pésimo estado. Recaredo Tornero, Chile
Ilustrado. Imprenta El Mercurio 1872. Pág. 219.
26
hablan al pueblo con mas elocuencia que los elocuentes discursos (…) que abramos pronto
los cimientos de modo que, aunque sea
provisionalmente, veamos pasar bajo ese Arco al ejercito vencedor y lo aplaudamos y lo
coronemos”34.
Al igual que los Arcos de la Victoria que reciben al ejército vencedor en Roma, el
corresponsal del Amigo del País en Santiago escribía: Se piensa reunir, aquí en la capital,
todos los trofeos tomados al enemigo en la presente guerra, para ornato de los arcos
triunfales que serán colocados en la Alameda i en las calles principales.35
En Valparaíso encontramos tres, uno levantado por la colonia inglesa y española, y
otro por la Municipalidad del puerto36. También en Santiago los regimientos fueron
recibidos en apoteósica recepción, se levantaron 23 Arcos de la Victoria en las calles
principales de la capital. Algunos de ellos fueron el de los Obreros de Santiago ubicado en
el Paseo Alameda, dos de los Bomberos, uno en Paseo Alameda y otro en la intersección de
las calles Estado con Merced, luego otro de la Sociedad Nacional de Agricultura en las
intersección de la calles de Compañía con Morandé37 .
34
El Amigo del País, Nº 913 febrero 8 de 1881.
35
El Amigo del País, Nº 924 marzo 8 de 1881.
36
Hernán García Vidal Historia Ilustrada de la Guerra del Pacifico. Editorial Universitaria, Santiago 1979.
Pág. 91 a 93.
37
Ob.Cit. Pág. 93 y 94.
38
El Amigo del País, Nº 927 marzo 15 de 1881.
39
El Amigo del País, Nº 927.
27
La ornamentación de la calle de Atacama se decoraba apresuradamente i todos los
habitantes de ellas, no atendían si no al adorno de las fachadas de sus casas (…)
Las colonias extranjeras rivalizaban en celo i entusiasmo para elevar arcos triunfales. Los
bomberos daban tanbien elegante colocación a sus escaleras i mangueras en las
calles de ciudad. Aun en la línea del ferrocarril se construyeron dos arcos rústicos para
que pasara el tren que conducían al regimiento Atacama 40
La llegada del Batallón Atacama a Copiapó y sus fiestas de bienvenida, se
convirtieron en una atracción popular, que congrego a un gran número de personas,
inundando la ciudad de curiosos. Días y semanas antes, la gran población flotante de la
provincia, mineros, peones, obreros y artesanos, comerciantes, viajeros y público en general
se preparaba a recibir a los héroes. Trenes llenos de pasajeros llegaban repetidas veces en
el día a Copiapó de los diversos puntos del valle, durante la semana pasada. La población
se aumento en la semana pasada a lo menos con dos o tres mil forasteros, ansiosos de
presenciar la llegada del regimiento Atacama como las fiestas que por este motivo debían
tener lugar41
La preparación de esta bienvenida al “Atacama” fue posible gracias al aporte del
gobierno chileno y del gremio de comerciantes, que mediante erogaciones, lograron juntar
una considerable suma de dinero. Con las cantidades recibidas puede hacerse una
esplendida recepción, mucho mas cuando tan solo el gobierno tiene ofrecida la suma de
dos mil pesos; los señores comerciantes de Copiapó la no despreciable de ochocientos
sesenta. Reunida la suma ofrecida por el supremo gobierno, la colectada en el comercio, la
de Chimberos y Puquíos, sin tomar en consideración lo recogido en Copiapó y otros
puntos del valle, se ve que hai mui cerca de tres mil quinientos pesos.42
Dentro de los comerciantes que aportaron en esta lista se encuentran Agustín
Edwards y Arestizabal Hermanos con $100, Escobar y Browning, Antonio García Guerra,
Carlos Viril i Cia, Dôll i Cia, Pepper i Cia, con $50, Maquina del Carmen con $40, luego
otros comerciantes que aportan 30, 20, 10, 15 y 5 pesos, enterando un total de 860 pesos.
40
El Amigo del País, Nº 931 marzo 29 de 1881.
41
El Amigo del País, Nº 931.
42
El Amigo del País, Nº 925 marzo 10 de 1881.
28
Tiene la forma de un inmenso puente de grandes portadas; en la parte superior creímos ver
una especia de balcón que puede contener muchas personas.
El hábil pincel de Mr. Guyonet no se desmintió en el trabajo de las pinturas, por el
contrario, el soldado i el minero como el retrato de la libertad están hecho con toda
perfección. Tenemos estas pinturas en el frente que da a la calle Juan Martínez y en el
frente que da a la calle de Atacama, numerosas inscripciones, muy bien hechas.
Continuamos hasta la esquina de la casa de los señores Matta y vemos cuatro
grandes cuartones, uno en cada esquina, forrados en cintas de colores i sosteniendo en su
parte alta, hermosos gallardetes.
En la cuadra siguiente frente a la casa de las señoritas Fraga43, se ha hecho un
arco de escaleras a adornados con ramas, escudos y vendrás.
Llegamos a la plazuela del teatro i nos paramos a contemplar el arco de la colonia
española44. El que es, en verdad, bastante bonito y de costo, pero que creemos fuera mucho
mejor, por los grandes preparativos de sus dueños para hacerlo esplendido. Es un arco de
columnas de triples de colores, formado en su parte superior, un ángulo agudo rodeado de
tambores de tabla forrados en tira de tripe i sostenido en su frente dedazos de jenero de
color con inscripciones. Tiene también entre las columnas jarrones inmensos que soportan
mesetas inmensas también de ramas i de palmas. Distinguimos en este Arco dos
inscripciones, una en prosa en el frente que mira para debajo de la calle Atacama i otra en
verso en el frente que mira al lado opuesto de la misma calle.
Continuamos nuestro apresurado pasaje hasta llegar a la esquina del banco de
Escobar y Browne45. Allí esta construido el arco mas artístico y mas hermoso de todos,
pertenece a la colonia italiana. Es una larga y ancha portada, pintada con todo primor y
maestría, terminado en un letrero con grandes caracteres que dice Colonia Italiana. En los
frentes tiene hermosos medallones con la siguiente inscripción: A los héroes de Atacama.
En las pilastras tiene unas planchas sostenidas con grandes clavos i un letrero en cada
una, que recuerda el nombre de una batalla. Estas planchas están pintadas, pero hechas
con tanto arte que verdaderamente parecen planchas sobrepuestas.
Después siguen en la esquina de la casa de Correos46 un pabellón con cuatro
pilastras, estando cada pilastra, en cada una de las cuatro esquinas fronterizas. Sostiene
en su parte superior el pabellón formado de tules y banderas. Colgado del mismo hay una
preciosísima estrella de más de un metro, hecha de papal plateado; pero a pesar de ser tan
hermosa tiene una colación que descompone el conjunto.
En la esquina de la tienda de los señores Cabrera y Rocha47 hay otro arco
construido por los bomberos que a pesar de no ser ni lujoso, ni de gran valor es bastante
bueno i bastante hermoso.
En su frente tiene un verso y en la parte superior un escudo rodeado de banderas.
A la entrada de la plaza por la calle de Colipí, hay otro hermoso arco de escaleras
adornando con flores, escudos y banderas.
43
Intersección de Atacama con Yerbas Buenas. Escaleras de la 1º Cia de Bomberos de Copiapó.
44
Entre calles Yerbas Buenas y Maipú. En lo que hoy es el INP.
45
Atacama y Maipú.
46
Atacama y Chacabuco.
47
Construido por la 2º Cia. De Bomberos de Copiapó en la calle Atacama esquina Colipí.
29
Frente al edificio de la municipalidad se levanta el arco de la comisión de ornamentación.
Triste condición la del periodista que tiene que describir todo, lo bueno
y lo malo. Arco hecho todo de ramas de sauce con tan poca gracia que daba lastima
mirarlo. Ostenta también su inscripción en verso.
Frente al cuartel de policía, hay colocadas dos hermosas columnas en forma de
obelisco adornados con letreros i cifras de oficiales.
En uno de los costados del jardín se había construido un espaciosos tabladillo
donde debía tocar la banda i bailar la popular los que quisieran.
Los incansables bomberos habían construido otro arco frente a la casa del señor
Richards en la calle de Maipú, arco tan bonito como los demás.
Hemos escrito a la lijera el adorno de las calles i plazas de la ciudad i superfluo nos
parece entrar a pintar el adorno y compostura de cada casa en particular, bástanos decir
que rivalizaron sus dueños en darles a los frentes de sus casas un adorno mas pomposo48.
48
El Amigo del País, Nº 931 marzo 29 de 1881.
49
El Amigo del País, marzo 29 de 1881.
30
la Estación de Ferrocarriles, Avenida Juan Martínez, Calle Atacama, Calle Colipí hasta
llegar a la Plaza de Armas.
Por fin a la una el silbato de la locomotora nos anuncio que las águilas del norte,
que la legión atacameña, llegaba a Copiapó.
Confusión, gritos lloriqueos, atropellos, tumultos, inmensa alegría, indescriptible júbilo se
notaba en el gentío que rodeaba la plazuela50.
Al arribo del tren, se hicieron escuchar una salva de 21 cañonazos (...) se estima
que unas 8 mil personas vitorearon a lo largo del recorrido a los héroes del “Atacama”, y
a su comandante Diego Dublé Almeida (...) el desfile fue una continua ovación, todo el
trayecto desde la Estación hasta la Plaza de Armas, estaba sembrado de flores 51.
El primer atacameño que salio del edificio de la estación, fue recibido con grandes
aplausos i así sucesivamente varios otros que salieron dispersos.
El glorioso regimiento dio principio a desfilar por la ancha calle que las señoritas de que
hemos hablado le formaron recibiendo de ellas preciosísimas coronas. Formado ya el
regimiento en la calle Juan Martínez principio el desfile52.
Precediendo al Atacama iba un carro de la Victoria y después de las autoridades y
corporaciones, lo seguía el carro del trabajo, que simbolizaba el regreso de los valientes a
las labores de la paz53. Cerraba el desfile el Batallón Cívico de Copiapó.
Calcular la gente que acompañaba al regimiento es muy difícil, pero según nuestro
calculo, no bajaran de diez mil almas.
Pasaron los soldados bajo los inmensos arcos, bajo una lluvia compacta de flores i que les
venían de todas partes54.
31
La acción mágica es justo en el momento en que se cruza el arco. Al cruzarlo, el soldado se
transforma en héroe pasando a la gloria eterna.
Se trata de un acto mágico y ritual por el cual el ejército victorioso se purifica de las
culpas de la sangre y la maldición de la guerra y los muertos, maldición por los saqueos y
violaciones, incendios, razzias y humillaciones cometidas contra los bienes y la propiedad
de los enemigos de la patria.
De esta manera el Arco, se transforma en un dispositivo de poder, que tiene la
facultad de trasmutar en perdón y gloria, las condenaciones de los enemigos, porque un
objeto o una acción adquieren un valor y, de esta forma llegan a ser reales porque
participan, de una manera u otra, en una realidad que los trasciende. Una piedra - en esta
caso los Arcos del Triunfo – entre tantas otras, llega a ser sagrada y por tanto saturada de
ser, por el hecho de que su forma acusa una participación en un símbolo determinado (...)
el objeto aparece entonces como un receptáculo de una fuerza extraña que lo diferencia de
su medio y le confiere sentido y valor 56.
Las frases y versos escritos en el los Arcos del Triunfo levantados para la ocasión,
potencian el poder transmutador de estos dispositivos mágicos que son los Arcos
Triunfales. Son una suerte de conjuro bienhechor y purificador del Regimiento ya que son
dedicadas a la gloria de los héroes y a sus victoriosas batallas en donde Dios entrego la
victoria a Chile, sobre el altivo Perú.
El Arco de los Ferroviarios por ejemplo decía en sus inscripciones: AL
REGIMIENTO ATACAMA, en los pilares Pisagua i Dolores, en la base Los Ángeles y
Tacna. Esto en la parte frontal del Arco, detrás se leía en la parte superior del Arco:
Caldera i Callao, en los pilares Chorrillos i Miraflores y en la base Lurin y Pisco.
El de la colonia inglesa y francesa decía VIVA CHILE y GLORIAS AL ATACAMA.
En el arco central una alegoría que representaba a la provincia de Atacama en actitud de
coronar a una falange gloriosa de héroes soldados a su paso por ese Arco. Coronando las
arcadas principales dos alegorías de mineros, una representaba a un minero vestido a la
usanza de Juan Godoy y otra al minero de Atacama transformado en soldado de la Patria.
Luego bajo los nombres de J. Martínez y R. Zorraindo, se enumeran las batallas en que el
Atacama tomo parte (...)La Comisión de Ornato, hizo el suyo en la calle Copilí dedicado
“AL HEROICO ATACAMA, la audaz i curva frente Erguid, arcos triunfales. E inclinadles
veces reverente. Que pasa una columna de inmortales (...) Frente a I. Municipalidad, otro
Arco dirigido por la Comisión de Ornato con inscripciones y estrofas de vibrantes versos.
Ante el cuartel de la Guardia Municipal, dos obeliscos con los nombres de todos los
oficiales del Atacama muertos en batalla. Los artesanos colocaron un obelisco en una
esquina de la plaza, igualmente cubierto con inscripciones de saludo y versos57.
El recorrido del Atacama continuo frente al liceo oficial de señoritas, una alumna
dirigió al regimiento una alocución en verso, obra según hemos sabido del usía. Continúo
el cuerpo su marcha y doblo para la plaza por la calle de Colipí hasta llegar frente al
edificio municipal donde se formo para oír con paciencia i resignación los discursos de
bienvenida.
56
Mircea Eliade, Ob. Cit. Pág. 12.
57
Carlos Prato y Lucia Román, Contribución Histórica Nº 2. Museo Regional de Atacama, Copiapó 1979.
Pág.51-52.
32
El primero que rompió el fuego fue Matta, que después de decir que estaba orgullosos de
ver su regimiento en Copiapó les observo que no olvidaran que el lo había formado i que
les había dado el ultimo abrazo en Caldera la despedirse i el primero en Copiapó al
recibirlos. Nosotros admiramos la gloria de Guillermo Matta. ¿Cómo soportara el peso de
la inmortalidad?
Hablo después de Matta Olegario Olivares que en un largísimo discurso hizo la historia de
la presente campaña, batalla por batalla olvidando el nombre de algunas de ellas, pero sus
amigos se las facilitaron58
58
El Amigo del País, Nº 931 marzo 29 de 1881.
59
Ibíd. Pág. 241.
60
Recordemos las palabras del mártir del Regimiento Atacama Coronel Juan Martínez, al momento de la
entrega del estandarte en Antofagasta: Este estandarte que en estos momentos se nos entrega, simboliza y
representa el honor de Chile y, sobre todo, el honor de la noble provincia de Atacama, que nos ha enviado.
Espero que moriremos, antes de permitir que esta enseña sagrada, caiga en manos de enemigo y la profane.
Ayudado por vosotros, juro defender con mi sangre y la vuestra ese noble pedazo de nuestro querido tricolor.
61
Oriel Álvarez, Atacama de Plata. Ediciones Todamerica, Santiago de Chile 1979. Pág. 242.
33
Este acto en la plaza de la ciudad, explica porque el triunfo debía celebrarse tras una
guerra concluida victoriosamente. Los hijos de la tierra atacameña que se enseñorearon en
las pampas peruanas, retornaban victoriosos a su patria.
Después de esta larga marcha, entraron al cuartel de policía que les sirve de
alojamiento.
En la noche hubo iluminación general y retreta en la plaza.
Jamás habíamos visto mas concurrencia en la plaza, verdaderamente no se podía andar
por los inmensos tacos de gente que se formaban62.
Anexo
FIG. 01
Arco “El Regreso de los Vencedores”.
Valparaíso. 1881.
62
El Amigo del País, Nº 931 marzo 29 de 1881.
34
FIG. 02
Arco de los Obreros en la Alameda
Santiago, 1881.
FIG. 03
Arco de la colonia anglo-francesa.
Entrando a Calle Juan Martínez, Copiapó 1881.
35
FIG. 04
Arco de la colonia anglo-francesa
Entrando a la calle Atacama, Copiapó 1881.
FIG. 05
Arco de la colonia Italiana, Calle Atacama, Copiapó 1881.
36
Bibliografía:
-Álvarez, Oriel Atacama de Plata. Ediciones Todamerica, Santiago de Chile 1979.
- Boletín de la Guerra del Pacifico 1879-1881, Editorial Andrés Bello, Santiago 1979.
- Bulnes Gonzalo, Resumen de la Guerra del Pacifico, Editorial del Pacifico, Santiago
1976.
-Bringmann, Klaus. El Triunfo del Emperador y las Saturnalias de los Esclavos en Roma,
Tomo 44. Editorial Alianza Cien 1994. Madrid, España.
-Eliade, Mircea El Mito del Eterno Retorno. En Obras Maestras del Pensamiento
Contemporáneo, Emece Editores, Buenos Aires, Argentina, 1968.
-García Vidal, Hernán Historia Ilustrada de la Guerra del Pacifico. Editorial Universitaria,
Santiago 1979.
-Merello, Italo Historia del Derecho, Tomo I. Ediciones Universitarias de Valparaíso. UCV
1996.
- Pijoan, José Historia del Arte, Tomo II. Salvat Editores 1970. Barcelona, España.
37
BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
63
Profesor de Historia y Geografía. Facultad de Humanidades y Educación. Universidad de Atacama.
francisco.berrios@uda.cl.
64
Profesora de Historia y Geografía. Facultad de Ciencias Jurídicas .Universidad de Atacama.
juanilucero@gmail.com
38
incluso a producirse pequeñas revueltas entre españoles e indígenas por esta situación,
ameritando también la presentación de recursos jurídicos ante la autoridad correspondiente.
Esto demuestra que compatibilizar los intereses de los mineros con los de los
hacendados, más la satisfacción de las necesidades fundamentales de los vecinos de la
ciudad de Copiapó, más la existencia de población indígena en este valle, llevan a una
complejidad en la administración de los recursos de agua, lo cual nos evidencia que el
problema del agua en el valle de Copiapó no es nuevo, sino que data desde la ocupación
española.
65
Bröll, (Cfr. A.N.F.V.V 690 Instrucciones para la Fundación de San Francisco de la Selva).
39
de la escasez del agua, como lo manifiesta en un párrafo de su informe “Averiguado de los
prácticos que han traficado dicha cordillera, que no se puede conseguir algunas aguas a la
madre principal del río” 66
Lo anterior hace parecer que el proyecto no se llevó a cabo, ya que la falta de agua
fue cada vez más aguda, lo cual queda en evidencia luego del trazado de la villa, cuando se
hizo necesario establecer el riego de solares y chacras, pues en el informe quedó estipulado
que estas tierras carecen de agua, lo cual se transforma en un gran problema, sobretodo
cuando los vecinos reclaman al respecto por esta situación.
A medida que pasó el tiempo, los cultivos valle arriba del río también fueron
aumentando, dejando con ello de respetarse los turnos semanales establecidos, lo cual levó
a que el pueblo de indios y la villa comenzaran a sentir la escasez de este vital elemento, lo
cual generó varios reclamos y discordias entre los vecinos.
“La escasez de agua que experimentaban sobre todo la villa y el pueblo de indios obligó al
Corregidor don José de Quevedo a ordenar, por bando de marzo de 1762 y bajo multa de 50
pesos, la supresión de los cultivos de trigo, de cebada y de frejoles desde Potrero Grande
hasta Punta Negra, dándose plazo hasta el 15 de mayo para que abandonasen estas
sementeras a fin de evitar el uso indebido del agua”. 69
66
Ibidem F. 7. Informe de don Francisco Cortés al Gobernador José Manso de Velasco.
67
Ibidem F. 13.
68
Sayago, p. 330.
69
Bröll. (A.N.F.V. V.342. Bandos de la Villa de San Francisco de la Selva(1747-1798).
40
arriba y por eso sus hacendados exigieron un nuevo arreglo turnal, el cual fue decretado por
el mismo corregidor el 28 de enero de 1768, el cual “ordenaba que el turno se verificase
principiando a regar Potrero Grande desde el lunes por la mañana, correría el agua hasta
Malpaso hasta el miércoles a primera hora; desde allí a Punta Negra el riego duraría hasta la
mañana del viernes; y desde Punta Negra hacia abajo hasta el lunes por la mañana,
recomenzando luego el turno70.
Esta situación del uso indebido de agua por parte de los hacendados río arriba se
repitió constantemente, incluso los reclamos llegaron a la Real Audiencia, quien recibió
acuso de éstas y envió comisiones para realizar un nuevo reparto, proyecto que fue
presentado por el Cabildo Abierto y aprobado por la Real Audiencia, sin embargo la
situación no varió, siendo los más perjudicados los del pueblo de indios, situación que se
advierte a través de las súplicas del cacique Pablo Tacquía, quien clama por “la grande
sequedad” en 1798.71
Frente a esta situación las autoridades realizaron severas regulaciones sobre los
cultivos y sus usos de aguas. Esta regulación que se ordeno fue a través de un auto en forma
de bando que establecía severas multas. Sin embargo los propietarios no harían caso a los
reclamos y no dan su brazo a torcer ante las autoridades de la subdelagación y el Cabildo.
Ante esta situación se producen dos hechos graves:
- El Cabildo decide presentar una demanda ante la Real Audiencia en el año 1801 contra
los cabildantes Don Manuel de la Torre y a Don Juan Bautista Sierralta dueños de las
haciendas del sector de Potrero Grande, de la indebida retención de las aguas del río.
- Paralelamente a este hechos los indígenas y sus descendientes del Pueblo de Indios de San
Fernando se levantan en contra del cabildo de la Villa de San Francisco de la Selva con la
perentoria solicitud hecha grito de guerra de “Queremos agua y que toda baje desde Potrero
Grande o de lo contrario pegaremos fuego a las Haciendas 72
Estos hechos alarman a las autoridades quienes envían al Licenciado Don Juan de Dios
Gacitúa con un piquete de Dragones de la Reina, quienes ccontrolan la situación y
redistribuyen los derechos de aguas.
70
Sayago, p.336.
71
Bröll. Archivo Nacional de Santiago. Capitanía General. V.696 f.45
72
Sayago, p. 340
41
Cuenca del río Copiapó.
La cuenca del río Copiapó se extiende entre los paralelos 26°38’ y 28°38’ de latitud sur,
abarcando una superficie total de aproximadamente 18.400 km2, cuyo caudal es de 1.9 m³/s. Si la
comparamos con las cuencas de los ríos Loa, de 33.570 km² , cuyo caudal es de 2,43 m³/s . o la del
río Baker de 26.726 km² con un caudal de 870 m³/s, evidentemente observamos grandes diferencias.
Si bien el río Loa es el que presenta la mayor cuenca hidrográfica de nuestro país, la zona
geográfica en la cual se ubica evidencia que su caudal es muy reducido, debido a sus reducidas
precipitaciones, a diferencia de lo que ocurre con el caudal del río Baker, ubicado en una zona
geográfica con grandes aportes hídricos. La cuenca del río Copiapó se ubica también en una zona
geográfica con deficitarios aportes hídricos, lo que es una realidad que hay que tener en cuenta al
momento de realizar actividades económicas en un espacio determinado y sobretodo si es un
espacio que se incorpora a la política fundacional de los españoles, los cuales evidentemente no
tenían conocimiento de la geografía de nuestro país y menos estudios que les permitieran reconocer
que el comportamiento de las cuencas hidrográficas variaba de un lugar a otro, existiendo zonas,
como la región de Atacama que presentan características muy diferentes a las que están presentes en
la zona central y sur de Chile.
El río Copiapó se forma en La Junta, a 1230 m s.n.m, a partir de la confluencia de sus dos
tributarios más importantes, el Jorquera que viene del norte y el Pulido que viene del sureste. Dos y
medio kilómetros aguas abajo de La Junta se agrega el río Manflas, que proviene del sur con un
reducido caudal. Prácticamente estos ríos son los únicos que aportan caudales superficiales, lo que
implica que sólo aproximadamente un tercio de la hoya hidrográfica es activa.
Clima
La Región de Atacama se caracteriza por un clima semiárido y por la presencia de desiertos.
Debido al aumento paulatino hacia el sur de las precipitaciones invernales, desde Copiapó hasta el
límite Norte regional, el clima es muy árido, similar al de la segunda región.
Al sur de la ciudad de Copiapó, el clima se transforma en desierto marginal para dar paso
paulatinamente al clima de estepa cálido.
42
Geomorfología
La cuenca presenta un relieve muy irregular y accidentado, predominando la alternancia de los
valles en sentido transversal con interfluvios montañosos denominados serranías.
Desde el punto de vista geomorfológico, existe una serie de elementos fisiográficos que se pueden
identificar claramente; los grupos principales son: Cordillera de los Andes, Valles Transversales,
Cordillera de la Costa y Planicies Litorales.
Teniendo en consideración los antecedentes anteriores, es necesario precisar que las condiciones
medioambientales de la región de Atacama y principalmente de la cuenca del río Copiapó,
presentan condiciones limitadas para la explotación de recursos que requieran un uso permanente
del agua, pues las comunidades, tanto desde la ocupación de los asentamientos más primitivos hasta
la actualidad, requieren del agua para poder realizar actividades que le permitan subsistir en el
medio.
Lo anterior nos permite señalar que el problema del agua en la cuenca del río Copiapó no es
reciente, sino desde la ocupación hispana, ya que se hace un uso irracional y desmedido del recurso,
sin tener en cuenta las condiciones medioambientales en las que se encuentra la cuenca.
Conclusiones
• La capacidad de agua del Valle de Copiapó fue siempre pequeña, por su naturaleza,
por lo tanto se puede catalogar como un recurso escaso.
• Necesidad de una distribución controlada para el buen rendimiento productivo y el
consumo de la población.
• La fundación de la Villa de San Francisco de la Selva en el año 1744 trae
complicación para el consumo del recurso de agua.
• La Explotación agrícola y minera en el alto del valle trae complicación para el uso y
consumo para otros terrenos (pueblo de indios)
• Los grandes productores se establecen en los sectores altos del valle y abusan de sus
Derechos de Agua. Esto produce escasez en el resto del valle.
• Regulación desde la Real Audiencia logra cierto equilibrio para evitar la escasez
• Los intereses económicos fueron superiores al equilibrio y la escasez se vuelve
actualidad.
43
Anexo
FIG. 01.
Bibliografía
1. Broll, J. J- Pinto R. , 1988: Copiapó en el siglo XVIII.
En http://www.geovirtual.cl/Museovirtual/tur252a.htm
44
BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
Antecedentes
Con el objeto de difundir los resultados obtenidos por el Estudio Fortalecimiento de la
Identidad Regional de Atacama, realizado entre junio del año 2009 y abril del 2010, a continuación
se da cuenta del contexto del que surge la investigación, sus objetivos y un resumen de los
principales resultados obtenidos74.
Los Estudios Fortalecimiento de la Identidad Regional que se llevaron a cabo en cada una
de las 15 regiones del país son parte del Programa Fortalecimiento de la Identidad Regional de la
Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE), mientras que la ejecución de
cada estudio regional fue liderada por el respectivo Gobierno Regional. El mencionado programa
tiene por propósitos: “apoyar el fortalecimiento de la identidad territorial con el fin de contribuir al
desarrollo endógeno de las regiones y a que los gobiernos subnacionales ejerzan con liderazgo y
competencias el desarrollo de sus territorios” (SUBDERE 2011:1)75.
Los objetivos que el Estudio persiguió fueron: investigar, sistematizar y reflexionar sobre
las identidades que conviven al interior de la Región para, de ese modo, responder al desafío de
generar conocimientos aplicados sobre las identidades de Atacama como insumo a la
implementación de políticas públicas pertinentes a su diversidad regional y las expectativas de
futuro que de ahí se desprenden.
El Estudio se concibió entonces como parte de un proceso en el que todos los actores
sociales regionales son responsables de la concepción de políticas públicas conducentes a un
desarrollo ajustado a la realidad propia. Su ejecución contempló la promoción de espacios
participativos de diálogo y análisis reflexivos capaces de vincular transversalmente a la sociedad
civil, la ‘academia’ y la institucionalidad pública. Ello con el fin de obtener términos de referencia
amplios, de tipo contractual, capaces de formular estrategias ajustadas a los territorios que
73
Antropólogo, Magíster en Etnohistoria, Magíster en Estudios del Desarrollo, Programa de Doctorado en
Gestión de la Cultura y el Patrimonio de la U. de Barcelona. Correo-e: maurolorca@gmail.com
74
Los resultados están a disposición en: LORCA, M. (Editor) Identidades en Diálogo: Articulando Actores,
Construyendo Realidades. Estudio Fortalecimiento de la Identidad Regional de Atacama. Gobierno Regional
de Atacama. 2010.
75
Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE). Programa Fortalecimiento de la
Identidad Regional. El Valor de la Diversidad para el Desarrollo de los Territorios. 2011.
45
conforman la Región. La base de la propuesta Estudio Fortalecimiento Identidad Regional de
Atacama emergió entonces de la articulación de tres conceptos claves: identidades territoriales,
participación y desarrollo.
Pues los distintos actores y las identidades que representan son indispensables en la
construcción de una sociedad protagónica y el desarrollo local regional. Ellos deben ser
identificados y realzados en pos de consensos y negociaciones vitales dentro de conglomerados
sociales complejos y diversos como el nuestro. Pues si queremos una sociedad incluyente, el
reconocimiento y promoción de pluralidades parece ser la mejor forma para contrarrestar la
homogeneización de intereses y objetivos externos.
Metodología
La opción metodológica del Estudio fue la investigación-acción-participativa pues entrega:
primero, rigor científico; segundo, un conocimiento resultante tanto de la intervención de la
comunidad involucrada como de los investigadores; tercero, las acciones emprendidas están
orientadas al cambio social. O sea, la elección metodológica aspiró a sobrepasar la relación clásica
de verticalidad que generalmente se impone entre investigadores e investigados para, de esa forma,
generar resultados que, convalidados por ambos, colaboren a la mejoría de la realidad social de los
últimos.
Borde Costero
Sector Cordillerano
Valle del Huasco
Valle del Copiapó
Desierto Interior de la Provincia de Chañaral
Luego, en cada territorio se procedió a seleccionar una serie de estudios de caso representativos
a cada uno. Esos estudios de caso fueron de dos tipos: uno correspondió a localidades y/o
comunidades; otro, a organizaciones y/o procesos sociales que actualmente se observan en la
Región.
Así, en el Borde Costero se trabajó con las comunidades de las localidades de Chañaral de
Aceituno y Carrizalillo y con la Asociación de Buzos y Pescadores de Caldera. En el Sector
46
Cordillerano con la Comunidad Agrícola de Ascendencia Diaguita de Huasco Alto y con los
movimientos poblacionales urbano/rurales de familias collas.
En el Valle del Huasco - además de la Comunidad Agrícola antes citada- se trabajó con la
Asociación de Agricultores del Valle del Huasco. Mientras que el Valle de Copiapó fue abordado a
través de la localidad de Los Loros y el Pueblo de San Fernando asimismo de la inmersión en los
procesos orientados a lograr una mejor gestión del recurso agua en ese valle. Por último, en el
territorio designado Desierto Interior de la Provincia de Chañaral se trabajó con la población de la
localidad de Inca de Oro.
Los estudios de caso se abordaron mediante una revisión bibliográfica preliminar para
enseguida realizar talleres participativos de análisis, que fueron complementados y profundizados
mediante entrevistas grupales e individuales y grupos de discusión.
Los talleres participativos se diseñaron y aplicaron en torno a tres temáticas que emergieron del
proceso de operacionalización del concepto de identidad: sistemas de vida, memoria comunitaria y
patrimonio. En su conjunto estos talleres tuvieron una doble finalidad: por una parte, generar
información tendiente a caracterizar las identidades asociadas a cada estudio de caso; y, por otra,
abrir espacios de reflexión situada sobre las identidades, historia y desarrollo local. Por ende, estos
talleres pueden entenderse como herramientas de producción de conocimientos y, a la vez, como
herramientas de comunicación que lograron instalar la temática identitaria en la cotidianeidad de
quienes participaron.
Por su parte, las entrevistas (20) se realizaron con informantes claves representativos de las
diferentes identidades y/o conocedores de éstas. Los grupos de discusión (5) se realizaron a nivel
territorial, integrando a actores, edades, género y orientaciones productivas diferentes.
De forma paralela se diseñó y aplicó una encuesta para dirigentes sociales de las tres capitales
provinciales de la Región: Copiapó, Chañaral y Vallenar. Esta fue aplicada a 154 personas y estuvo
orientada a indagar el rol de las organizaciones y su vínculo con la identidad y el patrimonio local.
Por último, es necesario mencionar el carácter interdisciplinario que el Estudio tuvo pues en él
se integraron y articularon disciplinas como la antropología, ecología, arqueología, historia y
sociología.
Principales Resultados
47
arraigo fruto de la adaptación al respectivo entorno y a dinámicas históricas y socioculturales
propias, que dan cuenta de procesos de continuidad y cambio que les han permitido seguir
desenvolviéndose en el tiempo.
Se considera que uno de los motores que lleva a vincularse a las poblaciones regionales con
su medioambiente y entre sí, fue y sigue siendo la explotación de los recursos naturales. El
comienzo de esa relación puede ser situado en el período Arcaico Temprano (8.000 a.C. – 4.000 a.
C.) a través de la presencia del complejo Huentelauquén, especializado en la caza de mamíferos
terrestres y aves marinas y en la recolección de mariscos en el litoral regional. En la misma época,
cazadores recolectores recorrían la precordillera atacameña, como el Salar de Los Infieles y la
cuenca alta del Río del Carmen, en busca de materias primas para fabricar sus instrumentos.
Lentamente se fue sustituyendo la caza por el pastoreo, provocando el surgimiento del llamado
complejo cultural El Molle (300 a.C. a 700 d.C.), poblaciones que transitaron preferentemente por
el curso superior de los valles, cuando de forma paralela se explotaba la mina Las Turquesas, al
interior de la actual provincia de Chañaral. Para luego, en los cursos medios, emerger las culturas
Diaguita y Copiapó desarrollando la agricultura (1.000 a 1.400 d.C.). Posteriormente se sumó el
aporte ideológico y material del Imperio Inka para, en ese contexto, recibir a los conquistadores
españoles en el año 1536.
En primer lugar, se reconoce la presencia de las etnias diaguita y colla con presencia en los
núcleos urbanos regionales pero por sobre todo ocupando el espacio cordillerano regional, el que se
constituye en un territorio concreto y simbólico donador de sentido, pertenencia e identidad. Cabe
mencionar que la emergencia de ambos pueblos es resultado de procesos de re-etnificación donde
las dinámicas de producción institucional han sido fundamentales para su reconocimiento e
inclusión en la Ley Indígena 19.253.
Ese sustrato étnico es componente de la cultura local regional de carácter mestizo que cruza
transversalmente a la Región, lo que da por resultado rasgos propios que caracterizan no solo a sus
habitantes sino también a los de la región de Coquimbo, confirmando la existencia de una macro
área - la del Norte Chico- que comparte no solo rasgos medioambientales sino también culturales y
económicos, entre otros.
Uno de ellos es, por ejemplo, la versatilidad de su población, cualidad que hace posible -
dado lo irregular de buena parte de las actividades económicas que tradicionalmente han
desarrollado- recurrir a un permanente movimiento espacial y laboral del que resulta que
actividades como la minería, la criancería, lo agrícola, la pesca y la recolección históricamente se
intercambien y complementen. Esta estrategia económica históricamente se desarrolló en torno a
tres ejes: el minero, el agrícola y el de la criancería caprina, esferas económicas que hasta hace poco
fueron utilizadas alternadamente por estas poblaciones según las coyunturas que debían hacer
frente.
48
O sea, desde tiempos precolombinos la actividad económica ha impulsado la ocupación y uso de los
valles, costa, cordillera y desiertos que conforman la región de Atacama. Las orientaciones
productivas y las dinámicas de trabajo se constituyen por ende en pilar de las formas de habitar los
territorios regionales y las identidades resultantes. Es decir, en la Región junto a las identidades
étnicas se observan otras, asociadas a procesos productivos como son, por ejemplo, los del sector
pesquero, minero y agrícola.
El trabajo posee un rol vinculante que se observa, por ejemplo, en la actividad agrícola
tradicional y sus ciclos productivos. Pero ¿qué sucede al interior de las relaciones sociales con el
tránsito de una agricultura tradicional a una orientada a la exportación como sucedió en el valle del
Copiapó con la llegada del monocultivo de la uva de mesa? Ya que en ese momento la dependencia
de los individuos deja de ser exclusivamente del medioambiente comenzando también a depender
de los mercados.
Un proceso similar se puede observar en las últimas décadas en los sectores cordilleranos,
la práctica criancera ha disminuido ostensiblemente debido a factores climáticos asociados a una
prolongada sequía pero también como resultado de la competencia por el control y uso de los
recursos naturales con proyectos de inversión asociados básicamente a la explotación minera.
Es posible identificar el inicio de los cambios estructurales responsables, entre otras cosas,
de lo arriba mencionado, a partir de la implementación en el país de una nueva estrategia
económica, la neoliberal, y las medidas conducentes a ello por la Dictadura Militar (1973-1990).
Para ello, con el objeto de optimizar el intercambio económico con el exterior, primero se creó un
nuevo sistema de gobierno y administración interior a través de la regionalización del país. De esa
forma, en 1976, Atacama pasó de provincia a región. Luego, con el fin de consagrar la propiedad
privada como derecho fundamental se redactó en 1980 una nueva Constitución Política a la cual se
sumó, en los distintos sectores productivos, distintas leyes y códigos. Por ejemplo, el Código de
Aguas de 1981 o en el caso específico de la minería, la Ley Minera de 1982 o el Código de Minería
1983 cuyo propósito fue facilitar la concesión, exploración, desarrollo y operación de los
yacimientos mineros del país.
49
progresivamente posibilitar el avance de un ciclo tardío de expansión capitalista hacia áreas que
antes eran de difícil acceso, como la cordillerana. En tal sentido, el modelo de desarrollo vigente es
sinónimo de la desterritorialización de las economías locales.
Este panorama si bien no agota los matices que la región de Atacama posee da cuenta de:
primero, una diversidad de formas identitarias que se relacionan directamente con las características
y recursos naturales de las unidades territoriales en que los grupos humanos se insertan. Segundo,
que en forma paralela a estas comunidades - en su mayoría correspondientes a economías de
subsistencia asociadas a población rural e indígena- existe una economía de orientación exportadora
de grandes capitales (nacionales y trasnacionales) que por llamarlo de alguna manera resulta
paradójica. De la conjugación de estas realidades emergen hoy configuraciones identitarias que
transitan entre lo local y lo global y que han ido gestando nuevas formas de demandas, participación
y relación entre el Estado y la sociedad civil.
50
de grandes proyectos que tensionan la cotidianidad de comunidades atadas al lugar, éstas recurren a
la movilización de sus memorias y elementos patrimoniales.
Las memorias son comprendidas como discursos sociales que articulan hechos del pasado
desde el presente para responder a problemas coyunturales, por ende, corresponden a
representaciones dinámicas del pasado. De ahí que en el actual escenario regional las memorias y el
patrimonio tengan un efecto legitimador de las estrategias de defensa emprendidas, incorporándose
como pieza clave en las narrativas identitaria.
De esta forma, en parte importante de los estudios de caso en los que se trabajó, las tramas
de la memoria dan cuenta de la constante lucha de las poblaciones locales por proteger sus recursos
naturales. Así las historias comunitarias son historias de defensa del lugar, fortaleciéndose al
instalar el origen de cada comunidad en un pasado remoto que confiere continuidad y densidad a
esa narrativa de defensa, vernaculizándola.
Este proceso vernaculizador se encuentra, por ejemplo, en los discursos del borde costero
que para la defensa del pescador artesanal y sus prácticas tradicionales, apela a un pasado chango
capaz de encadenar simbólicamente las nociones de movilidad, libertad y autonomía que hoy son
utilizadas para cuestionar los procesos de regulación institucional. Un matiz diferente adquiere el
caso colla, quienes a través de sus discursos sobre el pasado tensiona la historiografía oficial
planteándose como los pobladores originarios de la cordillera regional y los centros mineros de
Potrerillos y El Salvador.
Un segundo elemento transversal que sostiene las defensas del lugar son los procesos de
patrimonialización, entendidos como el reconocimiento y puesta en valor, en un momento histórico
dado, de ciertos elementos culturales como sustento material de identidad de forma de articular
discursos de defensa y/o rescate. Es lo que ocurre por ejemplo en la comunidad de Inca de Oro,
donde la existencia del camino del Inka, los petroglifos de Finca Chañaral y la estructura minera del
pueblo, refuerzan el sentido de comunidad y posibilitan la cohesión en torno a la defensa del pueblo
y la promoción de su reconocimiento como pueblo típico minero. Algo similar ocurre con el pueblo
de San Fernando, que frente a la expansión inmobiliaria de Copiapó también se concibe y proyecta
como pueblo típico.
51
Sin embargo, resulta relevante que además de la identificación/selección de elementos
culturales, las dinámicas de patrimonialización al interior de la Región también actúen sobre
elementos de carácter natural. En ese sentido el recurso hídrico, el agua, ocupa un rol central como
elemento que en sí mismo integra lo natural y lo cultural pues de una u otra manera las
comunidades regionales que actualmente se cohesionan producto de un conflicto, recurren al agua
como símbolo de identidad/diferencia. Los ejemplos son variados y van desde las aguadas
cordilleranas reconocidas por las familias collas, hasta el primer grifo de agua potable que aún se
conserva en la plaza de Los Loros, pasando por las vertientes de Finca Chañaral que abastecen de
agua a Inca de Oro o el río Huasco como sinónimo de vida en el valle homónimo.
El Excesivo Centralismo
Asumir este carácter constitutivo de las relaciones implica por tanto asumir que el análisis
de las identidades presentes hoy en la región de Atacama supone la red de relaciones y vínculos en
que tienen lugar. En tal sentido hablar de las identidades regionales significa dar cuenta de las
lógicas que orientan esas relaciones, las regulaciones que operan sobre ellas y las formas que
pueden tomar.
Un elemento clave para comprender las dinámicas de relación al interior de la región de Atacama es
la escasez de referentes transversales que logran articular una narrativa identitaria regional. Por el
contrario lo que se constata desde el interior de la Región es un cuestionamiento a la misma como
espacio de construcción y proyección de sentidos comunes.
52
Efectivamente, los discursos generados en los grupos de discusión, talleres de análisis
participativo y entrevistas realizados por el Estudio, identificaron a ‘la Región’ como un espacio
institucional centralizado que actúa, por una parte, como proveedor de recursos - mediante
proyectos y subvenciones- y, por otra, como agente regulador de las poblaciones locales. Al tiempo
de ser asimilada a un proyecto de desarrollo regional desconocido y/o ajeno.
Es decir, existe en las poblaciones locales regionales una definición institucional de ‘la
Región’ que no genera sentimientos amplios de identificación. Lo que explica el permanente
cuestionamiento que en la sociedad civil provoca esa concepción de ‘Región’.
‘La Región’ es vista entonces solo como un referente administrativo externo que muchas veces solo
opera regulando sus demandas sociales. Es decir, ‘la Región’ como imaginario social no es
sinónimo de cohesión ni pertenencia.
Como se dijo, ante esta falta de poder referencial de la Región como unidad territorial, las
comunidades locales se aferran a ‘los lugares’ construyendo y articulando desde ahí sus narrativas
identitarias. Sin embargo, a diferencia de las comunidades que se identifican con su ‘lugar’ y no con
‘la Región’, la capital, Copiapó, posee un discurso marcado por una lógica centralista.
El punto es que esa narrativa se hace hegemónica al no integrar los relatos que proceden de
otros ‘lugares’ de la región de Atacama. En definitiva la historia de Copiapó, totaliza el espacio
discursivo histórico regional.
53
Desarrollo con Identidad: un proyecto en construcción
Respecto al vínculo entre desarrollo e identidad el Estudio concluyó que: primero, las
expectativas de la sociedad regional se orientan a la sustentabilidad de los ejes productivos
regionales, o sea, la actividad minera y agroindustrial. Segundo, existe la necesidad que el proyecto
de desarrollo local se ajuste a las diferencias existentes, es decir, que sea pertinente y respetuoso de
las particularidades.
De esta forma, el Estudio estimó que al considerar lo recién expuesto, progresivamente será más
fácil emprender políticas y programas, públicos y privados, que se ajusten a las distintas realidades
regionales. Al mismo tiempo de promover una mayor participación en la construcción de un
proyecto regional de desarrollo capaz de representar a las mujeres y hombres de la región de
Atacama.
54
Anexo
FIG.01:
Territorio Analizado.
Bibliografía
Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE). Programa Fortalecimiento de
la Identidad Regional. El Valor de la Diversidad para el Desarrollo de los Territorios. 2011.
55
¿POR QUE HABLAR DESDE LA REGION?
IMPORTANCIA DE LA HISTORIA REGIONAL EN LA
PRACTICA HISTORIOGRAFICA CHILENA.
BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
76
Profesora y Licenciada en Ciencias Sociales por la Universidad de Valparaíso, Investigadora adjunta del
Museo Regional de Atacama. jife1925@gmail.com
77
Al respecto, ver Foucault, Michel, Genealogía del Racismo. Este autor hace referencia la existencia de
“saberes sujetos” es decir, saberes que han sido retenidos por las esferas del poder. También puede resultar
interesante la perspectiva que analiza Jacques Derrida respecto de la autoridad que manda en los archivos; en
resumidas cuentas, todo se guarda bajo un orden establecido por disposición de quien detenta el poder.
56
También son notables los trabajos de Milton Godoy. Esta línea acrecienta la
tendencia historiográfica atacameña actual, dándole nuevos bríos profesionales a esta
disciplina.
En la zona central, de notable interés resultan los trabajos de Eduardo Cavieres; a
su amparo ha crecido notablemente el interés por la Historia Regional, difundiéndose los
resultados de estas investigaciones en Jornadas de Historia Regional. En el sur, los temas
están más enfocados a las temáticas indígenas y fronterizas. En resumidas cuentas, queda
mucho por hacer.
¿Entonces, por qué hablar desde la región? El ejercicio de develar historias
locales, permite enriquecer la comprensión de la construcción cultural, sumando detalles
propios de micro-espacios, elevando la perspectiva hasta visiones regionales. Ello nos
ayuda a poner en evidencia de mejor forma las especificidades culturales zonales, esas que
observamos en nuestro cotidiano regional, pero que difícilmente pueden reconocerse en la
Gran Metrópolis. Se reconoce entonces, que la subjetividad que da el sentido de
pertenencia a una región, es muy válida a la hora de interpretar su pasado y comprender el
presente.
La investigación realizada a partir del enfoque regional, entrega un panorama
sinérgico de la realidad. Tal como el origen griego de esta palabra, sinergia (συνεργία), lo
que se pretende es encontrar el punto de equilibrio mediante el cual los factores cooperen,
y de esa forma, los resultados obtenidos se potencien. Esto tiene un efecto superior a la
hora de explicar la Historia, pues esta comprensión resulta mucho más enriquecedora que la
simple suma de antecedentes encontrados, por ejemplo, en archivos.
Entonces, ¿qué configura un espacio regional histórico?, ¿por qué son susceptibles
de estudio en la actualidad?, ¿cómo nos sirve esta mirada regional para proyectarnos? La
disciplina histórica, junto a las demás ciencias sociales, nos permite responder estas
cuestiones.
57
Se comprende a partir de lo anterior, el por qué hay que hacer la diferenciación
entre Historia Regional y estos otros campos de estudio más específicos, más cerrados,
aquellos que son casi fotografías de un pasado familiar o aldeano. La Historia Regional
contiene en sí y se enriquece con estas historias menores.
La antropología, ha trabajado el concepto de manera flexible; según el historiador
Miguel Miño, “en principio se trata de un espacio discriminado por los investigadores de
acuerdo con su objetivo o interés, pero que también ha sido construido por quienes habitan
ese espacio” (Miño, 2002 :871).
Es decir, la antropología junto a la arqueología, al evidenciar la materialidad del
pasado dejada como vestigio por las comunidades que específicamente estudia, le entrega
al historiador regional fuentes valiosísimas a partir de las cuales es posible enhebrar un
pasado más significativo.
Esta aproximación es muy válida para la construcción de Historia Regional; como
perspectiva más enriquecedora de la Historia, los hechos acaecidos en una localidad son
protagonizados por quienes habitan ese espacio.
Entonces, ¿Qué elementos analíticos son esenciales a la hora de definir una región
de estudio? El historiador Álvaro Acevedo nos responde:
58
A partir de lo mencionado, se desprende que la Historia Regional, al dar cuenta de
fenómenos más detallados del devenir histórico de una zona en particular, enriquece la
comprensión histórica total.
59
“Desde la perspectiva de la nueva historia política la
organización del estado nación, las políticas económicas,
los procesos de transformación del propio estado, su rol social
así como las formas políticas y de representación y
legitimidad del poder adquieren nueva significación y
relevancia” (Mata, 2003:1).
Hay que tomar en cuenta al momento de hablar del trabajo con fuentes para la
Historia Regional, que el reconocimiento y análisis de éstas dependerán en gran medida de
los intereses y enfoques del investigador y del ímpetu que éste tenga para rastrearlas y
encontrarlas: tal como hace mención Héctor Pérez Publio, para las historias regionales “son
fundamentales los acervos documentales, los repositorios de archivos” y “no puede dejarse
de lado las fuentes orales, sin dejar de advertir el cuidado metodológico para manejar e
interpretar esta fuente” (Pérez Publio, 2009:8). Por lo tanto, el manejo de múltiples fuentes
requiere rigor, y marca la diferencia a la hora de reconocer el rigor profesional de las
investigaciones.
Otro aspecto relevante de la Historia Regional, es que sus resultados se
constituyen en elementos analíticos de partida, esenciales a la hora de planificar políticas
de desarrollo78: el conocer las especificidades de una zona a lo largo de la Historia, permite
establecer bases sólidas a partir de las cuales efectuar recomendaciones para posibles
medidas de intervención político-social y económica. Si se hace caso omiso de la Historia
Regional, difícilmente se tomarán en cuenta las opiniones locales a la hora de construir
estrategias de Desarrollo.
Existen en la región de Atacama estudios bajo este prisma. Por ejemplo, hablando
del rol de la Identidad en la elaboración de un proyecto de desarrollo consensuado para la
región de Atacama, Mauricio Lorca, indica que “La importancia […] radica en vincular las
identidades territoriales presentes en la región de Atacama con la elaboración de un
proyecto de desarrollo regional propio y consensuado” (Lorca, 2010:12).
El estudio de Lorca, pone sobre la mesa propuestas creadas a partir de un estudio
multidisciplinario, creado desde Atacama, para Atacama respetando la Historia Regional
atacameña. Esta base le otorga consenso respecto de los principales puntos de partida para
la construcción de su propuesta. ¿Por qué? Porque todos los actores sociales atacameños
que tienen sentido de pertenencia histórica, confluyen en una base de ideas similares a la
hora de pensar su región.
Lorca aspira “al reconocimiento y construcción de una identidad cultural, por
medio de la participación y el consenso ente los actores sociales regionales, como base de
un proyecto de Desarrollo socialmente concertado en tanto acción colectiva mancomunada,
basada en los principios de confianza, solidaridad, reciprocidad, cooperación y respeto”
(Lorca, 2010: 156).
78
Para profundizar el concepto desarrollo, ver el apartado no 8 de Estudio de Fortalecimiento de la Identidad
Regional de Atacama (Lorca, 2010:144). Allí se revisa de manera sintética la evolución histórica de este
concepto, descubriendo su carácter polisémico y algunos de los debates que ha generado, tanto en un plano
general como en localidades específicas.
60
¿Para qué sirve la mirada de la Historia Regional?
Las regiones son buenas para pensar, Así lo reconoce Eric Van Youn, citando a
Claude Levy-Strauss. (Van Young, 1992:2). Sin lugar a dudas, esta afirmación cobra
mucho sentido a la hora en que se reflexiona desde el presente respecto a cómo abordar el
enriquecimiento de las escrituras del pasado, cómo generar ideas que potencien el
crecimiento de la región, cómo planificar la construcción de estrategias de Desarrollo y
peticiones reivindicativas que optimicen la conformación de la memoria y de la realidad de
las regiones. Pues, “¿no es acaso la diversidad de enfoques y de metodologías generadora
de inmensas posibilidades de análisis y de aportación al conocimiento?” (Trejo, 2009:1).
La experiencia historiográfica tiene antecedentes positivos de equipos de
investigación dedicados a pensar realidades regionales. En Europa y en México, esta
tendencia lleva varios años, otorgando excelentes resultados, tanto así, que los estudios
regionales son elementos centrales en la conformación curricular de varias universidades
que imparten disciplinas sociales79.
Pero, ¿Por qué es necesario generar esta Mirada Regional en la historiografía
Chilena?. El historiador Guillermo Cortés, al describir el tipo de Historia Regional que se
está pensando desde la región de Atacama, menciona lo que se pretende al ampliar la
investigación regional:
79
La asignatura Historia Regional está presente en un gran número de universidades; sólo por mencionar
algunas: Universidad Nacional de Salta (Argentina), Universidad de Caldas (Colombia), Universidad
Pedagógica Experimental Libertador en su Instituto Pedagógico de Miranda "José Manuel Siso Martínez,
vinculada a la revista virtual CONHISREMI (Venezuela), Universidad Autónoma de México, Colegio de
México, Universidad de Holguín (Cuba),Universidad Autónoma de Baja California del Sur (E.U.A),
Universidad de Cantabria, Universidad de Oxford, etc.
61
La mirada regional sirve entonces, para identificar de forma más cabal los
procesos históricos que han configurado el presente, permite reconocer especificidades que
en sí pueden constituir elementos centrales para desarrollar el presente de una Región, más
aún si se toman en cuenta las respuestas de la propia comunidad. Ésta, al reconocer su
identidad y al conservar su memoria cultural, puede evaluar desde el plano local ideas o
modelos impuestos desde el poder central; los actores locales también pueden generar y
promover estrategias de Desarrollo fundadas en sus propios saberes y
prácticas, es decir, aprovechar sus propias características históricas para potenciarse y
exigir respeto y la aplicación de ellas.
Conclusiones:
La práctica de investigaciones realizadas desde la Historia Regional hoy día
resulta irrenunciable. Existen antecedentes en el mundo historiográfico de lo enriquecedor
que resulta para la comprensión de las sociedades, la mirada regional otorgada por esta
línea investigativa. Así lo demuestra por ejemplo el caudal de investigaciones y sus
resultados positivos para la comprensión cultural existente en México, ejercicio que ha
aportado una enormidad a la comprensión de la sociedad mexicana actual.
En Chile, esta disciplina ha comenzado a desarrollarse, pero indudablemente es
necesario trabajar más en la construcción de la Historia Regional, a través de pensar en los
aspectos teóricos, descubriendo herramientas metodológicas propias etc., y desde la
práctica, escribiendo efectivamente Historia desde las regiones, y para las regiones,
desprendiéndose un poco del magnetismo centralizador santiaguino.
Los resultados de estas investigaciones, indudablemente son –y serán- un aporte
para la planificación de estrategias reivindicativas de Desarrollo regional, que al tomar en
cuenta la historicidad local, permitirán rescatar la memoria cultural propia y respetar la
identidad local, lo que, si verdaderamente se toma en cuenta, contribuirá notablemente al
crecimiento y a la descentralización verdaderamente efectiva de nuestro país, y al
reconocimiento cultural de cada zona.
Bibliografía.
62
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de la Revolución Constituyente de 1859.
http://retratosyfuentesparaelestudiode1859.blogspot.com/ Año 2011.
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1997.
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Núm. 004, abril - junio, 2002, pp. 867-897, El Colegio de México, México
http://historiamexicana.colmex.mx/pdf/13/art_13_1968_18038.pdf
Pérez Ángel, Hector Publio. La Historia Regional y Local de los Llanos Colombo-
Venezolanos a partir de los Simposios. Nuevas Perspectivas analíticas. En
CONHISREMI, Revista Universitaria de Investigación y Diálogo Académico, Vol. 5,
No. 2, 2009. http://conhisremi.iuttol.edu.ve/pdf/ARTI000068.pdf
63
Van Young, Eric. Haciendo Historia Regional: Consideraciones metodológicas y
teóricas. En PEREZ HERRERO, Pedro (compilador). Región e historia en México
(1700- 1850). México, Instituto Mora- UAM, 1991.
http://historia.ihnca.edu.ni/ccss/dmdocuments/Bibliografia/CCSS2009/Tema3/Haciend
o_Historia_Regional.pdf
64
BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
Introducción
Pocos trabajos se han publicado respecto de la distribución y listado de reptiles de la región
de Atacama. Podemos destacar el trabajo del naturalista R.A. Philippi (1860), quien
recorrió gran parte de la región colectando especies de flora y fauna. Más recientemente, se
han realizado estudios sobre los reptiles del Parque Nacional Llanos de Challe (Moreno et
al. (2002) y el Parque Nacional Nevado de Tres Cruces (Moreno et al. 2000). Por otra
parte, Ramírez de Arellano et al. (2008), realizaron un análisis del porcentaje de cobertura
en áreas SNASPE que presentan las especies de vertebrados de la Región de Atacama,
entre las que incluyeron un número importante de especies de reptiles.
Respecto de los principales trabajos acerca de los reptiles terrestres de Chile, Donoso-
Barros (1966) reconoce para esta región ocho especies de reptiles terrestres que mantienen
validez taxonómica a la fecha (cinco de ellas del género Liolaemus), Veloso y Navarro
(1988) reconocen diez en la misma condición (cinco del género Liolaemus) y por último
Núñez y Jaksic (1992) reconocen catorce especies (nueve del género Liolaemus). Nuevos
hallazgos y estudios, así como inconsistencias taxonómicas que aún permanecen sin
resolver, justifican la realización del presente listado de reptiles terrestres de la Región de
Atacama. Para este fin se realizó una exhaustiva revisión bibliográfica, la que se
complementó con visitas a terreno durante los años 2007 al 2011, para compilar un
catálogo fotográfico de la mayoría de las especies (parte de dicho material se ilustra aquí).
El material examinado se lista en el Apéndice I.
80
Universidad del Mar Sede Copiapó; Laboratorio de Fisiología y Biofísica, Facultad de Medicina,
Universidad de Chile, Casilla 70005, Santiago, Chile.
81
Universidad del Mar Sede Copiapó, Avenida Copayapu 2862. Copiapó. yery.marambio@udmcopiapo.cl
65
Resultados
La Región de Atacama presenta 24 especies de reptiles terrestres. De estas, el 96% son
endémicas de Chile y el 42% son endémicas Regionales. A continuación, se presenta una
breve información de cada especie. Estas no se presentan en orden alfabético, sino según su
clasificación (Tablas I y II).
2) Liolaemus fuscus (Boulenger, 1885). Localidad típica: Valparaíso. Citado por primera
vez para la Región de Atacama por Troncoso y Ortiz (1987), quienes mencionan ejemplares
provenientes de Huasco. Respecto de su límite sur, Núñez (1992) señala la presencia de
ejemplares en los alrededores de Talca. Con límite austral hasta los alrededores de Chillán
(Región del Bíobío) según Donoso-Barros (1966). Entre los 500 y 2100 msnm (Pincheira-
Donoso et al. 2008). Se fotografío un ejemplar atribuible a esta especie en el Parque
Nacional Llanos de Challe (Figura 1), 30 Km al norte de su distribución conocida (línea
recta).
66
5) Liolaemus josephorum (Núñez, Schulte y Garín, 2001). Localidad típica: Diego de
Almagro. Se distribuye en los alrededores de Diego de Almagro, el Salvador y La Finca,
entre los 1800 y 3500 msnm (Núñez et al. 2001). La especie fue puesta en sinonimia de L.
velosoi por Pincheira-Donoso y Núñez (2005) sin proporcionar datos de respaldo, aunque si
revisaron la serie tipo de ambas especies. Debido a esto, posteriormente esta sinonimia fue
rechazada y L. josephorum resucitada como especie plena por Lobo et al. (2010).
8) Liolaemus silvai (Ortiz, 1989). Tierra típica: Carrizalillo. Solo conocido en la localidad
tipo (Ortiz, 1989).
9) Liolaemus velosoi (Ortiz, 1987). Tierra típica: Desvío Cerro Imán, Copiapó. Solo
conocido en los alrededores de Copiapó.
11) Liolaemus juanortizi (Young-Downey y Moreno, 1991). Tierra típica: Quebrada Aguas
Blancas, Región de Atacama. Se le ha encontrado solo en la localidad tipo y en la Mina
Aldebarán (Pincheira-Donoso y Núñez, 2005), a 3800 m (Pincheira-Donoso et al. 2008). Se
fotografió ejemplares referibles a esta especie en la Quebrada Figueroa, camino al Salar de
Maricunga (Figura 4). Pincheira-Donoso y Núñez (2005) notaron las similitudes que
existen entre esta especie y L. lorenzmuelleri, señalando que se requiere de un urgente
análisis para precisar la definición de ambas especies, pudiendo resultar ser conespecificas.
Además, anteriormente se consideraba que la distribución de L. lorenzmuelleri abarcaba
desde Baños del Toro hasta Embalse la Laguna, ambas en la Región de Coquimbo
(Pincheira-Donoso y Núñez, 2005), pero recientemente ha sido señalada su presencia en El
Transito, al interior de Vallenar en la Región de Atacama (Mella, 2005), lo que podría
67
indicar una posible continuidad geográfica entre las poblaciones de L. juanortizi y L.
lorenzmuelleri.
12) Liolaemus lorenzmuelleri (Hellmich, 1950). Tierra típica: Cordillera de Nueva Elqui,
Zegión de Coquimbo. Se distribuye desde El Transito al interior de Vallenar (Mella, 2005)
hasta el Embalse La Laguna (Región de Coquimbo) (Pincheira-Donoso y Núñez, 2005),
entre los 2300 y 3500 m (Pincheira-Donoso et al. 2008).
14) Liolaemus nitidus (Wiegmann, 1834). Tierra típica: Valparaíso. Se distribuye desde
Llanos de Challe (Moreno et al. 2002) hasta los alrededores de Concepción (Región del
Bíobío) (Troncoso y Ortiz, 1987) entre los 0 y 3153 m (Pincheira-Donoso et al. 2008;).
15) Liolaemus andinus (Koslowsky, 1895). Tierra típica: Las cordilleras de Catamarca
(Argentina), en alturas que varían entre 3000 a 4000 metros. Especie problemática, ya que
la serie tipo está perdida y su localidad de colecta no esta clara. Lobo et al. (2010) ofrecen
una discusión de su historia taxonómica. Laurent (1982) estudio la serie tipo (perdida) y
encontró diferencias con las poblaciones de Catamarca, a las que denomino L.
poecilochromus (Laurent, 1986). Laurent (1982, 1986) sugirió que la serie tipo de L.
andinus fue colectada cerca de la frontera con Chile o un poco al interior de Chile.
Posteriormente, Halloy et al. (1991), colectaron ejemplares cerca del Salar de Maricunga,
señalando diferencias entre estos y los provenientes de Catamarca. Nuestras observaciones
parecen confirmar las sospechas de Laurent (1982, 1986) acerca del lugar de colecta de L.
andinus, pues hemos fotografiado ejemplares asignables a esta especie en Laguna Verde,
aun más cerca de Argentina (Figura 5). Es necesario restringir la tierra típica de L. andinus
(Lobo et al. 2010), examinando ejemplares de Chile y Argentina para establecer una
diagnosis correcta de la especie.
16) Liolaemus nigriceps (Philippi, 1860). Tierra típica: Pajonal, Región de Antofagasta. Se
distribuye en Chile desde la Región de Antofagasta (Río Frío, Quebrada Las Zorritas, Cerro
Llullaillaco) a la de Atacama (Mina Aldebarán, Río la Gallina) y en Argentina (Socompa y
Olacapato) (Pincheira-Donoso y Núñez, 2005), entre los 3200 y 5100 m (Pincheira-Donoso
et al. 2008)
17) Liolaemus patriciaiturrae (Núñez y Navarro, 1993) Tierra típica: El Cerrito, 12 km. al
noroeste de La Ola, cerca del Salar de Pedernales. Se distribuye en Mina El Hueso
68
(Potrerillos), Salar de Pedernales, La Ola (Pincheira-Donoso y Núñez, 2005) y Nevado Tres
Cruces (Moreno et al. 2000) entre los 2850 y 3500 m (Pincheira-Donoso et al. 2008).
18) Liolaemus robertoi (Pincheira-Donoso y Núñez, 2004). Tierra típica: Estero Tambo,
Piedra Colgada, El Indio, Región de Coquimbo. Se distribuye desde Mina Nevada al
interior de Vallenar (Región de Atacama) (Mella, 2005) hasta la Cordillera de Doña Ana
(Región de Coquimbo) (Pincheira-Donoso y Núñez, 2005) entre los 2400 y 3700 m
(Pincheira-Donoso et al. 2008).
19) Liolaemus rosenmanni (Núñez y Navarro, 1992). Tierra típica: Pastos Largos,
Chimberos, Región de Atacama. Se distribuye desde el Salar de Pedernales a Pastos Largos
(Pincheira-Donoso y Núñez, 2005) entre los 1960 y 4200 m (Pincheira-Donoso et al.
2008).
21) Garthia gaudichaudii (Duméril y Bibron, 1837). Tierra típica: Coquimbo. De acuerdo
a Mella (2005), su límite norte de distribución alcanza a Paposo (Región de Antofagasta).
Núñez y Veloso (2001), lo mencionan para la Región de Antofagasta sin mencionar
localidad. Por el sur alcanza hasta Coquimbo. JTP encontró ejemplares en la costa de
Canela (sin colectas). Aquí preferimos el uso del género Garthia y no el uso de Homonota,
en base a los antecedentes osteológicos expuestos por Abdala (1988, 1995, 1996), quien
señala que ambos géneros poseen características propias que permiten diferenciarlos.
69
24) Philodryas chamissonis (Wiegmann, 1834). Tierra típica: El Tollo. Se distribuye desde
Taltal (Región de Antofagasta) (Núñez, 1992) hasta Valdivia (Región de los Ríos)
(Troncoso y Ortiz, 1987), entre los 0 y 2300 m (Mella, 2005).
Conclusiones
Tres (12,5%) de las especies listadas en este trabajo, han sido descritas para la ciencia
recientemente (2001 en adelante).
Las relaciones entre algunas especies están poco claras, y se requieren estudios que
esclarezcan su posible conespecificidad o bien permitan definirlas de mejor manera. En esta
situación se encuentran: L. juanortizi y L. lorenzmuelleri. Por otra parte, las tres
subespecies de Callopistes maculatus requieren de una urgente revisión.
También, existe una evidente falta de muestreos en la región pues aquí hemos constatado
fotográficamente, nuevas localidades para L. fuscus, L. bisisgnatus, L. isabelae, L.
juanortizi y L. andinus; las que deberán ser ratificadas más tarde con la colecta de
ejemplares.
70
- Liolaemus copiapoensis (Müller & Hellmich, 1933): La especie fue puesta en sinonimia
de L. bisignatus por Pincheira-Donoso y Núñez (2005), tras examinar topotipos y tipos de
ambas especies. En una crítica a este trabajo, Lobo et al. (2010) aceptan esta propuesta.
- Liolaemus eleodori (Cei, Etheridge & Videla, 1983): La especie fue señalada para Chile
por Núñez y Torres-Mura (1992) en base a siete ejemplares colectados en la Laguna del
Negro Francisco. Sin embargo, Pincheira-Donoso y Núñez (2005) señalan que tras
examinar el material tipo de L. rosenmanni, parte del material tipo de L. eleodori y los
especimenes de Laguna del Negro Francisco, es posible su diagnostico como ejemplares
macho de L. rosenmanni no existiendo registros validos de L. eleodori para Chile.
- Liolaemus zapallarensis (Müller & Hellmich, 1933): Valladares (2011) incluye a este
especie en base a la lista de distribución publicada por Díaz-Páez et al. (2008). Nosotros no
la hemos incluido pues tal como menciona Valladares (2011), en dicho trabajo no se
incluyen mayores antecedentes para sustentar estas afirmaciones.
Aun más, dicha lista ccontiene evidentes errores (e.g. mención de Pristidactylus alvaroi
para la Región de O´Higgins y omisión de la misma para la Región de Valparaíso).
Agradecimientos
Agradecemos a P. Zabala por permitir el examen de los especimenes de la Colección de Flora y
Fauna Prof. Patricio Sánchez Reyes de la Universidad Católica de Chile (SSUC). A J.F.
Troncoso por permitir el examen de los especimenes del Museo Regional de Concepción
(MRC) y a Herman Núñez por permitir el examen de los especimenes de L. melanopleurus,
depositados en el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN). JTP agradece a M. Penna
por su apoyo.
71
Anexos
72
FIG. 03: Liolaemus isabelae, Cuesta Montandón.
73
FIG. 05: Liolaemus andinus, Laguna Verde.
FIG.06: Grafico de los reptiles terrestres de la Región de Atacama según su porcentaje por categoría
de conservación.
74
Apéndice I:
Material examinado.
Liolaemus bisignatus: SSUC RE 0007, Llanos de Challe. MRC 51, 53, Puerto de Caldera. MRC 69,
276, Caldera. Liolaemus copiapoensis: MRC 87-94, Algarrobal, Copiapó. Liolaemus fuscus: MRC
230-36, Huasco. Liolaemus melanopleurus: MNHN 1646-47. Liolaemus nigromaculatus: MRC
225-28, 274, 285; Puerto de Huasco, Huasco. Liolaemus platei: SSUC RE 0006, Llanos de Challe.
Phylodryas chamissonis: MRC 261; Huasco Bajo, Huasco.
Liolaem Liolaem - - - -
idae us sp.
Lacertilia
Garthia Geko del X - Rara
gaudich norte
Gekkon
Gekkota audii chico
Squa idae
mata
75
Tabla II: Clasificación de las especies del género Liolaemus de la Región de Atacama a
nivel de subgénero y grupo/sección (Lobo et al. 2010). El estado de conservación
corresponde al indicado por el Reglamento de la Ley de Caza (SAG, 2011). (*) No esta
claro si la especie pertenece a la Región de Antofagasta o a la Región de Atacama. (**)
Liolaemus Lagartija de X X -
josephorum José
Liolaemus Lagarto de X - -
76
lorenzmulleri Muller
Liolaemus Lagarto de X ? -
melanopleurus costados
(*) negros
Liolaemus Lagarto X - -
robertmertensi
nitidus nítido
Liolaemus Lagarto X X -
andinus andino
Liolaemus Lagartija de X X -
manueli Manuel
Bibliografía
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77
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80
BOLETIN DEL MUSEO REGIONAL DE ATACAMA
Introducción.
Este artículo es el primero de varias reseñas biográficas de naturalistas que
contribuyeron al conocimiento de la naturaleza chilena. Esta idea no es nueva. Ya el
profesor Carlos Porter, en los inicios de su Revista Chilena de Historia Natural publicaba
reseñas biográficas de naturalistas chilenos y extranjeros que aportaban a las Ciencias
Naturales de nuestro país. Sin embargo, actualmente se ha perdido esta costumbre de
recordar a quienes fueron nuestros profesores, maestros, amigos y referentes.
82
Doctor en Biología del Centro Regional de Investigación y Desarrollo Sustentable de Atacama
(CRIDESAT), Copayapu 485, Copiapó. pablo.valladares@cridesat.cl.
81
Juan Ignacio Molina
(Huaraculén 1740 – Bolonia 1829)
Considerado tanto por Barros Arana83, como por Francisco Encina84 como uno de
los más grandes exponentes de la vida intelectual de nuestro país, Juan Ignacio Molina fue
efectivamente una persona prolija y fecunda en su trabajo intelectual. Escribió obras muy
importantes en ámbitos naturalistas e históricos, las que por su importancia y trascendencia
fueron traducidas a varios idiomas, sirvieron como inspiración a importantes naturalistas
del siglo XVIII y XIX, entre ellos el mismísimo Alexander von Humboldt85.
83
Barros Arana, D. 1886. Historia Jeneral de Chile, Tomo VII. Rafael Jover Editor. Pp 531 – 541.
84
Encina, F. 1940 - 1952. Historia de Chile, desde la prehistoria hasta 1891. 3ra edición. Editorial Nacimiento,
Santiago, Chile.
85
Vicuña Mackenna, B. 1856. Rasgos biográficos del Abate Juan Ignacio Molina, primer historiador de
Chile. Santiago: Impr. del Ferrocarril, 8 p.
86
Espinoza, J. 1946. El Abate Ignacio Molina. Editorial Zig –Zag, 191 pp.
82
influyente maestro. Consideró ingresar a la Orden de San Ignacio a los quince años y así
desarrollar su vida religiosa e intelectual a la sombra del silencio y la meditación.
87
Hanisch, W. 1974. Historia de la Compañía de Jesús en Chile. Biblioteca Francisco de Aguirre. Colección
Reino de Chile 5: 263 pp.
88
Briones, H. 1968. El Abate Juan Ignacio Molina. Ensayo Crítico – Introductorio a su vida y obra. Editorial
Andrés Bello, 246 pp.
83
mayo de 1768 fueron dirigidos a España vía Cabo de Hornos. Durante el viaje, Molina
aprovechó de hacer observaciones de aves y mamíferos marinos. Por lo demás, los jesuitas
continuaron sus estudios seculares, intentando mantener sus vidas regulares y apegadas a la
fe89. Una vez en Europa, los jesuitas se radican en Cádiz, donde permanecieron hasta
mediados de 1769, fecha en la que son obligados a emigrar a Italia. Se dirigen a Pisa,
Florencia, Bolonia e Imola, ubicado en ese entonces dentro de los Estados Pontificios.
Llegado el momento de elegir donde radicarse, el Abate Molina tomó la decisión por
Bolonia, ciudad que poseía una de las universidades más renombradas y prestigiosas de
Europa, la que contaba en ese entonces con 654 años de existencia. Llega ahí en 177390. En
su estadía, comienza a sufrir los primeros estragos económicos, por lo que se dedica a la
educación de jóvenes italianos, haciéndose de gran reputación en el círculo intelectual de la
ciudad.
84
situación, sin previo aviso a las autoridades de la Academia de Ciencias de Bolonia, ni
menos al Abate Molina.
Juan Ignacio Molina, sus alumnos y colegas se entera de esta situación al momento de
tener que renovar su licencia de maestro para seguir ejerciendo sus cátedras, la que le fue
denegada por las autoridades, que además le informan de la suspensión de su ministerio
sacerdotal y la pérdida de su calidad de miembro de la Academia de Ciencias de Bolonia,
hasta que esta situación fuera aclarada. Su primera defensa la hizo enviando una carta al
Cardenal Consalvi, quién sustanciaba el sumario. En dicha carta Molina explica los
verdaderos alcances de sus ideas, demostrando que en ningún momento pretendía ir en
contra del dogma cristiano92. Según Fontecilla Larraín93 el proceso concluye absolviendo al
abate Molina precisamente por no encontrar nada en él que no estuviera en armonía con la
religión, las buenas costumbres y la santidad de la enseñanza. Existían dudas fundadas de
un posible juicio inquisitorial en contra del Abate Molina, ya que hasta ese momento, no se
habían descubierto documentos de un proceso propiamente tal, con una acusación y
descargos de acusador y acusado. Es decir, el Abate habría sido objeto
92
Ronan C. y W. Hanisch (ed.): Epistolario de Juan Ignacio Molina S.J. (Santiago: Editorial Universitaria,
1979). Pp. 257.
93
Fontecilla Larraín, A. El abate Juan Ignacio Molina. Santiago : Impr. Cervantes, 1929. 73 p.
94
Ibid. Briones, H. 1968.
95
El Dr. Jaramillo tuvo la gentileza de regalarme una copia de su manuscrito en el que escribe un resumen de
dicho caso, el que nunca ha sido publicado en extenso. Acá procedo a transcribir un breve resumen de dicho
juicio.
85
“Días después de que Molina leyera la primera parte de su monografía
sobre las “Analogías menos observadas…”, Napoleón Bonaparte
abandonó su reclusión en la Isla de Elba; poco antes de la segunda, aquél
ya había sido definitivamente derrotado en Waterloo, situación muy poco
propicia para el Abate Molina, quién había sido favorecido por aquel
emperador y a quién le había dedicado su segunda edición del Compendio
Natural de 1810. La situación política de toda Europa, y especialmente del
Estado Pontificio italiano, se invirtió completamente. El Papa Pío VII y
gran parte del Colegio Cardenalicio habían retornado, después de cinco
años de cautiverio en Fontainebleau. El pontífice tomó posesión en la
misma Bolonia, y junto a él, el Cardenal Carlos Oppizonni. El lado
conservador de la ciudad recibía con algarabía a sus retornadas
autoridades. Oppizonni vendría a ser la autoridad competente para juzgar
a Molina y su atrevida Memoria. Su primera acción fue solicitar a Molina
el manuscrito de aquella memoria. Posteriormente, Oppizzoni denuncia el
caso a la Suprema Sagrada Congregación del Santo Oficio de la Curia
Romana, también llamada Inquisición, solicitando instrucciones al
Cardenal Giulio Della Somaglia. Este acto equivalía a someterlo a un
proceso de herejía.
Monseñor Consalvi consigue del padre Filippo Anfossi, Maestro del Sacro
Palacio Apostólico, es decir, el asesor teológico personal del Papa, el
“imprimatur” para editar la controvertida Memoria en Roma, sin ninguna
oposición dogmática. El 30 de Octubre de 1819, es decir tres meses
después de recibida en el Santo Oficio romano la denuncia de Oppizzoni,
86
el cardenal Consalvi se dirigió a su colega Della Somaglia para
comunicarle la decisión del Imprimatur ya otorgado a Molina, para que lo
pudiera informar al poderoso tribunal inquisidor. Al poco tiempo, Della
Somaglia envía a Consalvi un informe del padre Olivieri, Comisario del
Santo Oficio, en que analizaban largamente la obra de Molina. El
inquisidor destacaba en dicho informe la amplísima cultura del autor,
pero más adelante manifestaba su oposición a dichas ideas, que
contrariaban a San Agustín y a Teodoreto de Ciro. Se horroriza finalmente
de la posibilidad de conectar al “hombre” creado a imagen y semejanza
de Dios, con las plantas y bestias. Sin embargo, propone aprobar la
memoria molineana con “mínimos retoques”, la que consistiría en una
nota aclaratoria de parte del autor que nada de lo escrito en su Obra
atentaba en contra de la fe cristiana. El Cardenal Della Somaglia le
comunica al Cardenal Consalvi que en el Santo Oficio no tenían
información del Imprimatur, y que si así lo estimaba conveniente,
podría…desentenderse del informe del Comisario Inquisitorial. Consalvi
logra extraer así del Santo Oficio el juicio en contra de Molina. Para tales
efectos, escribe al denunciante cardenal Oppizzoni enterándole del
Imprimatur. Con sutileza e indisimulada ironía, Consalvi comunicó a
Oppizzoni que había cumplido “sus deseos de extraer el expediente del
Santo Oficio”, cuando el deseo original del prelado boloñés había sido
obtener de Roma la condena inquisitorial del autor y su obra.
Sin embargo, no todo terminaría ahí para desgracia del Abate Molina,
pues era necesario una aprobación gubernamental de similares
características, es decir, del Legado Pontificio, representante del poder
civil, el que tardó 14 meses en otorgarse, dado los graves motines políticos
que se vivían post Napoleón y preliminares a la unidad italiana. La
impresión definitiva llegó sólo en julio de 1822, con 16 meses más de
retraso, cuando Molina tenía 82 años de edad”.
87
embarcarse en Cádiz para volver a su amado Chile. El 20 de agosto de 1816 le pedía que le
remitiera de su herencia tres mil pesos para los gastos que hiciera en la siguiente primavera,
en compañía de otros chilenos que partirían desde Italia. Sin embargo, dicha carta nunca
llego a Opazo, quién murió antes de recibirla. Sus bienes por lo tanto fueron administrados
por terceras personas, y en consecuencia, el General O´Higgins se dispuso a confiscar sus
bienes, erróneamente pensando en que su propietario era español. Tenía ochenta años
cuando supo que se le habían restituidos sus bienes, naciéndole así nuevamente su ilusión
de volver a su patria. Sin embargo, su debilitamiento era evidente, y poco a poco comenzó
a desechar la idea de volver.
96
Ob. Cit. Espinosa, J. 1946.
97
Ob. Cit. Vicuña Mackenna, B. 1856.
88
Repatriación de los restos de
Abate Molina.
Al momento de ser expulsados de Chile, los jesuitas fueron llevados al puerto de
Valparaíso para ser transportados al Perú. En la aduana le requisaron a Molina todas sus
observaciones de historia natural. Conociendo los resultados de los irracionales actos de la
soldadesca, un superior militar al conocer estos apuntes los retiene para sí. Dicho militar, al
leerlos se dio cuenta inmediatamente de la importancia de dichos manuscritos, por lo que
en su viaje de regreso a Europa, se dirigió hasta el hogar del autor, entregándoselos en sus
manos. Su nombre era don José Ignacio García Huidobro y Morandé, Marqués de Casa
Real.
89
Araucanos, pueblo que hasta entonces había resistido la colonización española en sus
territorios.
Sin embargo, su primera obra fue anónima, intitulada “Compendio della Storia
Geografica, Naturale e Civile del Regno del Chili”, de 1776. Inicialmente se consideró que
dicha obra podría haber sido escrita por el abate Vidaurre. Al parecer, Molina escribió esta
obra estimulado por otras que circulaban por Europa sobre las latitudes americanas, y que
al no tener sus apuntes de observaciones realizadas en Chile, y seguramente con temor a la
equivocación, o por no sentir a dicha obra lo suficientemente de buen nivel, lo presentó
anónimamente aunque él no lo reconociera, como así lo escribió a su amigo Giambattista
en 1805 “El compendio de la historia de Chile fue compuesto por algunos de aquellos
misioneros....”98
Por lo tanto, son cuatro sus obras que describen la historia, la geografía y la historia
natural de Chile, todas escritas entre 1776 y 1810, y todas traducidas rápidamente a
distintos idiomas, con más de 20 ediciones99. Sin embargo, en estas obras no es mucho lo
que se puede apreciar de las concepciones evolutivas del abate Molina. Más bien se dedicó
a establecer una revisión sistemática de los hasta entonces reconocidos tres reinos, el de la
flora, la fauna y los minerales de Chile. En los dos primeros ocupó para ello el principio
taxonómico de Linneo, demostrando con ello estar ampliamente informado de las corrientes
científicas y filosóficas de la época, más aún, demuestra su gran espíritu crítico cuando
explica que no lo considerara el mejor de los métodos propuestos, inclinándose más por el
criterio de clasificación de Joseph Pitton de Tournefort en botánica y de Mathurin Jacques
Brisson en zoología100.
Sin embargo, hay una serie de monografías que el Abate Molina presentó ante la
Academia de Ciencias de Bolonia entre 1812 y 1822.101
98
Ronan C. E. y W. Hanisch S.J. (ed.). 1979. Epistolario de Juan Ignacio Molina S.J. (Santiago: Editorial
Universitaria). Pp. 257.
99
Stuardo, J. 2007. Trascendencia del primer Saggio sulla storia naturale del Chili de J. I. Molina, su
traducción, el Compendio anónimo y el bicentenario. Atenea 495 (I): 83 – 107.
100
Ob. Cit. Stuardo, J. 2007.
101
1.- Sulla porreta.
2.- Osservazioni sulla fisica constituzione e sui prodotti mineralli Della montagna Bolognese
(Observaciones acerca de la constitución física y los productos minerales de la montaña de Bolonia).
90
Las obras realizadas por Molina van desde la descripción de especies animales y
vegetales, geografía y mineralogía, pasando por la historia de la guerra araucana y de
Europa, agricultura, hasta concepciones evolutivas, que como ya quedó previamente
establecido, le contrajo muchos problemas por cierto sector conservador de la curia romana.
Sus obras fueron traducidas a varios idiomas y reeditadas muchas veces, dado que fue una
gran contribución al conocimiento del nuevo mundo102.
Consideraciones Evolutivas
6.- Analogía meno observate dei tre regni della natura (Analogías menos observadas en los tres reinos de la
naturaleza).
9.- Sulla propagazione degli alberi e specialmente degli abeti (Acerca de la propagación de los árboles y en
particular de los abetos).
11.- Sul Potosí, monte argentifero del Perú (Acerca del Potosí, monte argentífero del Perú).
12.-Sulla propagazione sucesiva del genere umano nelle diverse parti della terre (Acerca de la propagación
sucesiva del género humano por las diversas regiones de la Tierra).
91
Para muchos historiadores de las ciencias, y en el caso particular de las ciencias
naturales, la Teoría de la Evolución está estrictamente ligada al desarrollo progresivo del
conocimiento en tres áreas particulares: 1. los progresos en la clasificación de los seres
vivos; 2. el problema de la generación espontánea y 3. el transformismo de las especies103.
103
Delage, Y. y M. Goldsmith. 1911. Las Teorías de la Evolución. Madrid, Librería Gutemberg de José Ruiz,
Plaza de santa Ana 13. 357 pp.
104
Guyénot E. 1956. Las Ciencias de la Vida en los Siglos XVII y XVIII. El Concepto de la Evolución. Unión
Tipográfica Editorial Hispano Americana (UTEHA), México, 395 pp.
105
Ob. Cit. Delage, Y. y M. Goldsmith. 1911.
92
herbáceas, que no se encuentran en los catálogos botánicos, y muchas de las cuales
producen unas flores tan apreciables por su belleza y fragancia, que durante la primavera,
parecen todos aquellos campos otros tantos jardines”. Describe además la papa como
Solanum tuberosum, la calabaza, la fresa chilena y la Albahaca (Ocymum salinum). De los
árboles, describe al Palqui, el Sauce, el Molle, el Canelo, el Algarrobo, la Luma, el Quillay,
el Mayten, Litre, la Palmera chilena, el Peumo, etc. También describió un número muy
importante de especies de la fauna chilena, en total 117 especies, de los cuales 29
corresponden a mamíferos, 34 de aves, 9 de ápteras, 15 de vermes, 3 de anfibios, 11 de
peces y 16 de insectos106. Por ejemplo el piure, descrito como un género nuevo (Pyura), la
jibia, erizos con el género Echinus, Ostras, Choritos, Taca o almeja, Loco, cangrejos
marinos y fluviales, describió insectos, como langostas, abejas, mosquitos, etc. De los
vertebrados, describe las tortugas marinas de las costas de Chile, anfibios como el thaul y el
arunco. En peces describe al bacalao, el róbalo, la corbina, la lisa, el pege rey, pege gallo,
anguilas y el tollo. Menciona a los “peces cetáceos” dentro de los animales lactantes. En
Reptiles describe a las culebras chilenas, y al matuasto, al igual que la iguana chilena. Entre
los mamíferos, destaca las descripciones de la chinchilla costina, el zorro culpeo, la
vizcacha, el pudú, el degú, guanaco, huemul, puma, quique, entre muchos otros.
El paso siguiente era pensar en el origen de los seres vivos. Desde la Antigüedad, la
creencia de la generación espontánea, incluso en animales de organización compleja, tales
como ranas, peces, insectos y mamíferos, era casi universal. Esta creencia persistió en toda
la Edad Media, incluso hasta el siglo XVII, por ejemplo Van Helmont decía “los piojos,
pulgas, chinches y gusanos, pueden nacer de nosotros y de nuestros excrementos”. Sugería
“comprimir una camisa sucia en la boca de una vasija en la que haya trigo. Al cabo de
unos veinte días se puede estar seguro de ver nacer en ella ratones. Por otra parte, estos
son de dos sexos, y pueden reproducirse entre sí, o con ratones de otra procedencia”107.
(1712), von Haller (1757) y Spallanzani (1765), pero a favor estuvo Buffon (1748) y
el abate Needham (1748)108.
106
Ibid. Stuardo, . 2007.
107
Ibid. Delage, Y. y M. Goldsmith. 1911.
108
Ibid. Guyénot E. 1956.
93
El pensamiento de Molina ante la generación espontánea queda reflejado en el
manuscrito sobre "La propagación sucesiva del género humano por las diversas regiones de
la Tierra"109. En dicho trabajo, Molina se refiere a la opinión de dos de sus colegas de la
Academia de Ciencias de Bolonia sobre lo cuál dice:
109
Ibid. Briones, Hernán. 1968.
94
Pero el abate no solo rechaza la posibilidad de la generación espontánea, sino que
además le da un papel fundamental a las semillas como base del origen de los individuos.
Afirma “que los animales y los vegetales provienen de un huevo es un hecho innegable en
la historia natural”.
Dos son las ideas matrices que plantea Molina, conexas entre sí. Primero, la
naturaleza tendría un carácter unitario, segundo, los tres reinos, y todas las especies que
contienen, tendrían, más que diferencias, marcadas semejanzas, las que deben apreciarse
desde un punto de vista analógico. Más aún, todo lo anteriormente establecido no tendría
una finalidad meramente estática, sino marcadamente dinámica: “en constante progresión”,
evolucionando desde lo más simple a lo más complejo. La ley de la vida sería, pues, la
evolución. Realiza una perfecta analogía entre los sistemas reproductivos animales y
vegetales, entre ellos el origen ovular, oviparidad y viviparidad, nutrición embriológica,
calor interno (que podría ser interpretado actualmente como la energía liberada del
metabolismo celular), sensibilidad e irritabilidad, órganos y función excretora y respiración.
Determinó analogías entre los seres humanos y los vegetales, tales como la duración de la
vida, y el sistema vascular. Estas características permitieron a Molina caracterizar lo que es
vivo de lo no vivo, del reino animal y vegetal en relación al reino mineral.
Por último, Molina se refiere a la “conexión sensible” entre los reinos mencionados,
como los anillos que conecta a los grupos. Por ejemplo, menciona “los minerales se
encuentran confinados en los ínfimos anillos de la cadena de seres”. También afirmaba que
los murciélagos, animales voladores, tenían un “anillo” con las aves110, hoy lo entendemos
110
Ob. Cit. Ronan C.E. y W. Hanisch S.J. 1976.
95
como un ancestro común. Esta idea fue posteriormente representada por Haeckel como un
árbol.
Sin embargo, la idea de progresión y transformación entre los seres vivos había sido
previamente enunciada por Buffon, que en 1788 afirmaba “…toda familia, así animal como
vegetal, tiene idéntico origen, e incluso todos los animales proceden de uno solo, que, en la
sucesión de las eras (…) ha producido todas las razas de los que ahora existen”. Otro
naturalista que contribuyó significativamente en el desarrollo de las ideas transformistas de
las especies, fue Erasmus Darwin, el abuelo de Charles Darwin. Durante su última década
de vida, Erasmus se preocupó por las ciencias naturales, principalmente por la clasificación
de los animales y por las leyes que gobiernan a los seres vivos. Su más importante
contribución al desarrollo de las
“…es permitido concluir que todos los seres vivos se han formado a partir
de un solo filamento .. desde su primer rudimento o primordio, hasta el
final de sus vidas, todos los animales se dirigen a perpetuar sus
transformaciones, y muchas de esas transformaciones que son adquiridas
son transmitidas a su posteridad”.
Wolfgang Goethe afirmó en 1790 que los cotiledones, las hojas, los sépalos, los
pétalos, los estambres y los pistilos eran meras modificaciones de un solo órgano, que
constituiría un prototipo. Afirmó además “la estructura de un animal determina sus
costumbres, y el género de vida, a su vez, reacciona poderosamente sobre todas las formas.
En esto se revela la regularidad del progreso que tiende al cambio, bajo la presión del
mundo exterior"112. En 1802, un médico francés, Pierre Jean Georges Cabanis, se declara
evolucionista convencido, siendo el precursor de Lamarck en su idea de la herencia de los
caracteres adquiridos. En 1809, Lamarck expone sus ideas evolutivas113. Creía firmemente
111
Darwin E. 1796. Zoonomia, Or, the Laws of Organic Life. Vol. I, London: Printed for. J. Johnson, in St.
Paul's Church-Yard.
112
Ibid. Delage, Y. y M. Goldsmith. 1911.
113
Lamark J.B.- P.A. 1809. Philosophie zoologique ou exposition des considérations relatives à l'histoire
naturelle des animaux, à la diversité de leur organization et des facultés qu`ils en obtiennent; aux causes
physiques qui maintiennent en eux la vie et donnent lieu aux mouvemens qu´ils exécutent; enfin, à celles qui
produisent, les unes le sentiment, et les autres l`intelligence de ceux qui en sont doués. A Paris, DENTU,
Libraire, rue du Pont de Lodi, Nº3, L´Auter, au Muséum d´Histoire Naturelle (Jardin des Plantes).
96
en una tendencia primitiva de la materia viva hacia el perfeccionamiento y complicación de
los seres vivos. Para él, en el caso de los animales, la “naturaleza complica gradualmente
su organización”, y cada especie recibe del influjo del ambiente (circunstancias) en las que
se encuentran, “los hábitos con que las conocemos y las modificaciones de sus órganos”.
De esta forma, podemos entender que el Lamarckismo descansa esencialmente en las
influencias externas sobre los organismos, cosa que como hemos visto, Molina también
creía.
Uno de los puntos que hay que resaltar es la valentía de un hombre que abrazó la
vida dogmática de la fe, a la que dio su vida y que supo confrontar principios religiosos con
ideas revolucionarias acerca del origen de la vida, del hombre y de la transformación de las
especies en el tiempo. No titubeó al caracterizar la vida, al rechazar la generación
espontánea del hombre, y otros principios muy arraigados en el pensamiento religioso de la
época inquisitorial.
Considero un acto de justicia colocar a Juan Ignacio Molina junto con Goethe,
Buffon, Cuvier, Lamarck, Humboldt, Wallace, Erasmus y Charles Darwin, entre muchos
otros, así como ocurrió con su busto marmóreo, que fue puesto entre los de Copérnico y
97
Galileo en el salón de Hércules del Palacio Comunal de Bolonia, en la galería de los
hombres ilustres de la ciudad.
AGRADECIMIENTOS
Debo agradecer por esta oportunidad al Sr. Guillermo Cortés, Director del Museo Regional
de Atacama, y a Rodrigo Zalaquett, Editor General del Boletín del Museo Regional de
Atacama por la oportunidad de publicar las biografías de los maestros y referentes de las
ciencias naturales chilenas. A Cristián Galaz por ayudarme con las figuras de este
manuscrito.
Anexo
FIG. 01:
Abate Juan Ignacio Molina
FUENTE: http://www.aforteanosla.com.ar/prodigios%20latinoamericanos/chile/articulos/penco%201550.ht
98
FIG. 02
99
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