Apocalipsis 13

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CAPÍTULO XXII

EL CONFLICTO FINAL DE LEALTAD DEL TIEMPO DEL FIN


Apocalipsis 13

La visión de las dos bestias simbólicas en Apocalipsis 13 debe relacionarse en primer lugar
con el flujo de la historia de la iglesia en Apocalipsis 12, unión que determina el lugar y la
situa¬ción que cada bestia ocupa en la historia. Como estudiamos en el capítulo anterior,
Apocalipsis 13 bosqueja en detalle dos períodos de tiempo que aparecen en Apocalipsis 12
por medio de un parale¬lismo progresivo. Esta clase de recapitulación se asemeja al estilo
del libro de Daniel. Apocalipsis 13 amplía en gran detalle la guerra del dragón contra la
mujer de Apocalipsis 12. Varios eslabones entre los dos capítulos muestran su estructura
paralela.

Apocalipsis 13 muestra cómo el dragón se traba en guerra contra los santos. Empleará dos
poderes mundiales religiosos como agentes a su servicio: una bestia marítima y una bestia
terrestre. De esa forma, el dragón forma su propia trinidad, o trinidad satánica.

Existe una unión especial entre el dragón y la bestia del mar, por¬que ambos poseen las
mismas siete cabezas y diez cuernos (Apoc. 12:3; 13:1). El hecho de que el dragón delegue
su poder y trono en la bestia del mar es una imitación deliberada de como Dios ha delegado
su poder (298) y su trono en su Hijo, Jesucristo (ver 5:12, 13; 13:2). Este paralelo
extraordinario caracteriza a la bestia marítima como el anticristo. Por lo tanto, algunas
veces se ha denominado a Apocalipsis 13 "el capítulo del anticristo". La formula de
autorización que declara que la bestia recibe autoridad "sobre toda tribu, pueblo, lengua y
nación" (13:4, 7, 8), puede verse como un duplicado irónico de la autorización del Hijo del
Hombre que recibe autoridad sobre "todos los pueblos, naciones y lenguas" en Daniel 7:14.
El objetivo de ambas investiduras de poder es recibir la adoración y la lealtad de toda la
humanidad (Dan. 7:14, 27; Apoc. 13:4, 8).

Se describe la imitación dramática de la muerte y resurrección del Mesías por la propia


muerte de la bestia a causa de una "herida mortal" y su resurrección y ascensión milagrosa
a un dominio universal y totalitario (Apoc. 13:2, 12, 14; cf. 5:6, 9, 12;13:8). Esta imitación
de Cristo sugiere la idea de que la bestia opera como una falsificación del Cordero, como
un falso Cristo. Se ha sugerido que los 1.260 días de blasfemia y persecución por parte de
la bestia son una parodia irónica del ministerio de bendición y salvación de Cristo que
también duró 3 1 /2 años* o 1.260 días.'

La nueva revelación sorprendente en el capítulo 13 es la predicción de un tercer agente en


la conspiración satánica contra la Santa Trinidad: "Otra bestia que subía de la tierra; y tenía
dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón" (v. 11). Después, a
esta bestia terrestre se la denomina solamente "el falso profeta" (16:13; 19:20; 20:4). Su
tarea consiste en servir a la bestia del mar engañando a los moradores de la tierra con sus
señales y milagros (13:14, 15). Por lo tanto, W. G. Johnsson deduce que "el tercer miembro
de esta trilogía satánica remeda la obra del Espíritu Santo".2 En resumen, Apocalipsis 13
hace sonar la campana de alarma para la iglesia de Cristo. Será engañada cada vez más por
una conspiración genial de una religión cristiana falsificada, respaldada por milagros
sobrenaturales.

Pueden distinguirse dos escenas de las amenazas. La primera fase del dominio del anticristo
se caracteriza por la supremacía política y por la intolerancia religiosa. La segunda fase
sigue después que fue "sanada" la "herida mortal" de la bestia. Sólo entonces puede el
"falso profeta" comenzar sus actividades para ayudar a recobrar para la bestia su
supremacía anterior y la unión de la Iglesia con el Estado, esta vez en una escala universal.

La enigmática "marca de la bestia" llegará a ser en el tiempo final la prueba decisiva de


lealtad suprema al anticristo, en oposición aparente al "sello del Dios vivo" que señala la
sumisión voluntaria a los mandamientos de Dios (ver 13:15 17;14:1, 12).

De esa manera, Apocalipsis 13 forma el complemente necesario del mensaje final de


amonestación de Apocalipsis 14. Ambos capítulos constituyen una unidad indestructible, y
cada capítulo sólo puede entenderse en conexión con su complemento.

Lazos entre Apocalipsis 13 y Daniel 7

Como lo hizo jesús en su discurso profético (Mar. 13; Mat. 24), así también Juan bosqueja
el futuro de la iglesia con los símbolos de Daniel. Juan sigue el estilo apocalíptico de los
bosquejos proféticos de Daniel volviendo a periodizar la historia por medio de poderes
mundiales sucesivos. Como en las visiones de Daniel, así también el Apocalipsis avanza en
la historia desde los días de Juan hasta el mismo fin de la era de la iglesia. Tanto Daniel
como Juan describen al mismo archienemigo de Dios y de su pueblo del pacto. Mientras
que Daniel representó al "cuerno pequeño" como un antimesías (Dan. 7, 8), Juan ahora lo
define como el anticristo (Apoc. 13). Los eruditos bíblicos reconocen hoy día "que
Apocalipsis 13 está modelado sobre Daniel 7".3 En el siguiente cuadro se pueden ver dos
ejemplos de esto:

APOCALIPSIS 13 DANIEL 7
"Se le permitió hacer guerra contra los "Y veía yo que este
cuerno hacía guerra
santos y vencerlos" (v. 7). contra los santos y los vencía" (v.
2 l).
"Y se le dio autoridad para actuar cua- "Y los santos serán
entregados en su
renta y dos meses" (v. 5). mano hasta tiempo, y tiempos, y
medio
tiempo" (v. 25).

Contemplado desde el lugar de Juan en la historia, Apocalipsis 13 sobrepasa Daniel 7 hasta


la era de la iglesia por medio de una aplicación cristocéntrica y eclesiocéntrica. El ejemplo
fundamental de este avance continuo histórico es la constitución que forma la bestia del
mar en Apocalipsis 13:2, la que combina rasgos de las cuatro bestias o imperios mundiales
de Daniel 7. Este monstruo compuesto de Apocalipsis 13 indica sin lugar a equivocarse que
desde Daniel ha avanzado el tiempo.

El hecho de que la bestia del mar lleva simultáneamente diez coronas reales sobre sus diez
cuernos, alude a los diez reyes o reinos que surgirían del cuarto imperio mundial (Roma)
según Daniel 7:7 y 24. Esas diez diademas son la señal deliberada que se presenta en
Apocalipsis 13 para indicar que la bestia del mar con sus diez reyes soberanos han seguido
su curso en la historia más allá de la división del Imperio Romano en el 476 d.C.

Tanto la visión de Daniel 7 como la de Apocalipsis 13 avanzan más allá de la Roma


pagana, y lo hacen hacia la Edad Media del cristianismo occidental. El rasgo característico
de la bestia del mar de Apocalipsis 13 es una boca que habla "grandes cosas" [megála) y
blasfemias (Apoc. 13:5, 6), y confirma así la conclusión de que lo que está en vista es el
"cuerno pequeño" de Daniel 7. Este cuerno igualmente habla "grandes palabras" [megála]
(Dan. 7:8, 11) contra Dios (Apoc. 13:6; Dan. 7:25). Una comparación estrecha entre
Apocalipsis 13 y Daniel 7 muestra que Apocalipsis 13 ha avanzado más allá del Imperio
Romano antes de su división. Esta progresión histórica se predice en la declaración
profética: "El dragón le dio [a la bestia] su poder y su trono y grande autoridad" (Apoc.
13:2).

En Apocalipsis 12 el dragón representa no sólo a Satanás sino también, en un sentido


secundario, a la Roma pagana que persiguió al Mesías y a su pueblo (Apoc. 12:3 6). En
Apocalipsis 13 el dragón transfiere su poder perseguidor al sucesor de la Roma pagana:
Roma eclesiástica. En ese momento en la era de la iglesia, la bestia del mar comienza a
desempeñar el papel del cuerno pequeño de Daniel 7. Apocalipsis 13 comienza con la
transferencia del poder y de su trono (la capital) y autoridad de la Roma pagana a la Roma
papal (v. 2).

El otro vínculo entre el anticristo de Apocalipsis 13 y el cuerno jactancioso de Daniel 7 es


el mismo período de tiempo profético asignado al dominio despótico de ambos: 3 1 / 2
tiempos son idénticos a 1.260 días. Estos 1.260 días equivalen a 42 meses (42 x 30 días).
En resumen, para identificar a la bestia anticristo y su lugar en la historia de la iglesia, es
esencial colocar la profecía de tiempo de largo alcance de Daniel 7 en la base de
Apocalipsis 13.

Vínculos entre Apocalipsis 13, Mateo 24 y 2 Tesalonicenses 2

Observemos algunos desarrollos importantes entre Apocalipsis 13 y las predicciones de


Jesús y de Pablo. Jesús aplicó las profecías de Daniel a la destrucción de Jerusalén y su
templo por los ejércitos de Roma (Mat. 24:15, 16; Mar. 13:14; Luc. 21:20 24). También
alertó a sus seguidores acerca de las persecuciones venideras, y a una "gran aflicción" que
sería "acortada" por medio de un acto de la providencia divina (Mat. 24:21, 22; Dan. 12:1).
De una manera especial advirtió a su pueblo contra los engañadores religiosos que
afirmarían falsamente ser sus portavoces.

"Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios,
de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos" (Mat. 24:24).

Por supuesto, la advertencia profética de Cristo requiere la interpretación correcta de


Daniel, interpretación que se especializa en el tema de la apostasía y la persecución y el
conocimiento de las profecías mesiánicas.

Pablo expone su comprensión del libro de Daniel con claridad suficiente en 2


Tesalonicenses 2. Afirmó que la apostasía futura del "hombre de la iniquidad" tenía que
preceder al regreso de Cristo en gloria (ver 2 Tes. 2:3, Cl [en gr., prótos]). Pablo caracterizó
esta "apostasía" venidera en términos de un culto religioso falso dentro del templo de Dios
como había sido descrito en Daniel 8 y 11. En esa forma, Pablo previno específicamente
contra la venida del anticristo eclesiástico. Situó a este engañador religioso después de la
desaparición del Imperio Romano (2 Tes. 2:7, 8). Y esta ha sido la interpretación
historicista por muchos siglos.

Pablo enseñó además que el poder apóstata duraría hasta la segunda venida de Cristo en
juicio (2 Tes. 2:8). Recalcó de una manera especial que el anticristo engañaría a la gente
por medio de señales sobrenaturales, a las que denominó adecuadamente "señales y
prodigios mentirosos" (v. 9). Es totalmente evidente que Apocalipsis 13 es la expansión
ulterior de 2 Tesalonicenses 2, ya que estos capítulos apocalípticos son complementarios.
Cuando se estudian juntos, puede identificarse con claridad el surgimiento histórico del
anticristo y su culto seudocristiano.

La naturaleza romana de la Roma eclesiástica


El sistema de Iglesia Estado medieval trató de establecer el reino de Cristo por medio de la
imposición legal y de la coerción física. En este respecto, la Iglesia Católica Romana
continuó claramente con el régimen totalitario de la Roma imperial. Jacques Ellul, un
profesor francés

de Derecho, expuso eficazmente la unión funesta de la Iglesia y el Estado desde los días del
emperador Constantino como la "subversión del cristianismo".'

Mientras que los dirigentes de la iglesia afirmaban actuar en lugar de Cristo, las "guerras
santas" de su Inquisición derramó más sangre que la que derramó cualquier otra religión en
el mundo. W E. H. Lecky, un erudito en Historia, hizo esta denuncia: "No puede ser en
absoluto ninguna exageración decir que la Iglesia de Roma ha causado una cantidad de
sufrimiento inmerecido mayor que cualquier otra religión que alguna vez haya existido".5
Incluso algunos teólogos católicos que llegaron a ser conscientes de la naturaleza y
extensión de la persecución por parte del Estado Iglesia medieval, están escandalizados por
la parodia de las doctrinas de Cristo practicadas por el cristianismo romano. Thomas y
Gertrude Sartory pasan este juicio: "Ninguna religión en el mundo (ni una sola en la
historia de la humanidad) tiene sobre su conciencia tantos millones de personas que piensan
de manera diferente y creen en forma diferente. El cristianismo es la religión más asesina
que alguna vez haya existido".6

El ex jesuita Karlheinz Deschner de Alemania, sobre la base de material de primera fuente,


ha publicado varios tomos sobre la sangrienta historia de la iglesia y lo tituló:
Kriminalgeschichte des Christentums [La historia criminal del cristianismo].' Los cuatro
primeros volúmenes demuestran la política espantosa de los gobernantes políticos cristianos
que masacraron a sus oponentes.

Más de mil años de alianzas y opresión ilícitas entre la Iglesia y el Estado no se pueden
pasar totalmente por alto en los pronósticos proféticos de Daniel y el Apocalipsis. El
cumplimiento continuo histórico de las profecías de largo alcance señala de manera
irrevocable al cristianismo romano por haber derramado la sangre de incontables mártires.
Sin embargo, el juicio final del cielo trastrocará su condenación humana en la vindicación
divina: "Se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado
hasta el fin... hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo;
y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino" (Dan. 7:26, 22).

La estructura literaria de Apocalipsis 13: I 10 determina la fecha de la "herida mortal"

El no distinguir adecuadamente el estilo literario del Apocalipsis llevará a interpretaciones


equivocadas, lo que se ve de manera especial cuando se trata de establecer el momento de
la herida moral de la bestia en conexión con los 42 meses de dominio de la bestia. La herida
mortal se menciona tres veces en Apocalipsis 13 (vs. 3, 12, 14). La pregunta que viene al
caso es: Esa herida mortal, ¿le sería infligida antes o después de los 42 meses?

Se han defendido diferentes puntos de vista aun dentro de la escuela histórica de


interpretación. Una opinión lee Apocalipsis 13 como una descripción continua e
ininterrumpida de eventos futuros. Entonces el orden de los acontecimientos sería así:
Primero: la herida mortal (v. 3), seguida por los 42 meses (v 5). Esa secuencia ha llevado a
algunos historicistas a aplicar la herida mortal a la caída del Imperio Romano Occidental en
el 476. Se ve la "curación" de la herida como el surgimiento de la Roma papal y su reinado
medieval

Otro criterio, que toma en cuenta la estructura literaria de Apocalipsis 13:1 10, concluye
que esta unidad consiste de dos secciones paralelas distintas: (1) una descripción resumida
que culmina en la adoración universal del dragón y de la bestia (vs. 1 4), y (2) una
explicación que termina con la misma adoración universal de la bestia (vs. 5 8). Este punto
de vista ha sido expuesto en forma convincente por W H. Shea. Resume sus conclusiones
de la siguiente manera:

"En la sección descriptiva (vs. 1 4) la herida de la bestia se encuentra hacia el fin del pasaje
(v. 3). En la sección explicativa (vs. 5 10) también se alude a esta herida al fin del pasaje
('si alguno mata a espada, a espada debe ser muerto', v 10; cf. el v. 14: 'la bestia que tiene la
herida de espada'). En ambos casos, la estructura literaria y las relaciones involucradas
indican que la autoridad que ejerce la bestia es anterior a la herida...
"Esto significa que los 42 meses del tiempo de la profecía culminan en el tiempo de la
herida de muerte, no después".8

La herida mortal de la bestia (Apoc. 13:3) se explica al final de la unidad (v. 10) por
"cautividad" y "espada", y de esa manera las dos secciones forman un todo. Este punto de
vista sostiene que el anticristo sufriría una herida de muerte después de haberse
encolerizado 42 meses contra los santos.

La "herida de muerte" significa una congelación temporaria de la persecución del anticristo.


Si el comienzo del tiempo de opresión está marcado por la unión de la Iglesia y el Estado,
entonces su final debe entenderse como la disolución de la unión de la Iglesia y el Estado.

Allan F. Johnson se refiere al uso apocalíptico de la palabra "espada" como un "símbolo de


juicio divino" en el Apocalipsis (1:16; 2:12, 16; 19:15, 21), y por consiguiente ve la herida
mortal como un "golpe de muerte a la autoridad de la bestia" que le fue asestado por Dios.'
Considera que su cumplimiento se realizó en la muerte y la resurrección de Cristo, y por
eso fue un cumplimiento de Génesis 3:15 (al igual que Ireneo). Sin embargo, la bestia
anticristo en Apocalipsis 13 se levanta después de la Roma pagana, mucho tiempo después
de la resurrección de Cristo. Por lo tanto, la herida mortal requiere una aplicación histórica
a la unión Iglesia Estado que persiguió durante la Edad Media. La aplicación popular de la
herida al suicido del emperador Nerón en el 68 es un esfuerzo para hacer que la profecía
encaje en el Imperio Romano, y para aplicar la curación de la herida a la persecución
renovada por el emperador Domiciano al fin del siglo I.

No hay duda de que el dragón usó al Imperio Romano para, hacer guerra contra la "mujer"
y su "Mesías" (Apoc. 12:1 4). Pero la "bestia del mar" a la cual el dragón o Roma transfiere
su poder representa al sucesor de la Roma imperial. Esto llega a ser palpable si se conecta
Apocalipsis 7 con su raíz principal en Daniel 7. Por Daniel sabemos que la cuarta bestia le
pasaría su dominio sobre la tierra al cuerno pequeño.

La herida mortal al Estado Iglesia totalitario

Hablando históricamente, la unión medieval del Estado y la Iglesia recibió varios golpes
que redujeron su poder de perseguir de una manera gradual. H. Grattan Guinness, que
aplicó el método histórico de interpretación profética, menciona tres "golpes fatales" para el
romanismo: (1) la Reforma del siglo XVI; (2) la Revolución Francesa de 1789 1799; y (3)
la unificación política de Italia en 1870, que otra vez le sacó al papado su reinado temporal
sobre los estados papales.'°

L. E. Froom menciona en primer lugar la Reforma, después la disolución por parte del Papa
de la Compañía de Jesús (los jesuitas) en 1773, una organización sancionada por el Papa
para hacer guerra contra los protestantes Considera que el destierro forzado del Papa y la
abolición del papado por el gobierno de la Francia revolucionaria en 1798 constituyó el
mayor golpe contra el papado.

Como en 1791 el papa Pío VI había denunciado a la Revolución Francesa y su Constitución


Civil Clerical (1790), y también había participado en la primera coalición de poderes
europeos para ayudar a destruir la Revolución Francesa, el Directorio francés tomó
represalias y se anexó los territorios papales en el sur de Francia, capturó los Estados
papales Italia y estableció una república en Roma. El Directorio le dijo a Napoleón, en una
carta 1797, que "la religión romana siempre sería el enemigo irreconciliable de la
República. Hay que asestarle un golpe en Francia y hay que asestarle otro en Roma". La
República Francesa tiene que "destruir, si es posible, el centro de unidad de la iglesia
romana .1z

Así dadas las cosas, en 1798 las tropas francesas a las órdenes del general Berthier
invadieron el Vaticano y llevaron prisionero al papa Pío VI. Con la aprobación de los
italianos, Francia estableció una república romana independiente "bajo la protección
especial del ejército francés".'3 El objetivo del Directorio francés era destruir al papado y
"liberar a Europa de la supremacía papal" .'4 C. M. Maxwell describe el significado único
del año 1798 en estas palabras:

"Aunque durante los 1.260 años el Papa fue a menudo derrotado y varias veces
encarcelado, la forma como se lo trató en 1798 fue cualitativamerite diferente. En 1798 fue
dominado y encarcelado con el propósito de terminar su significado religioso".'S

La Inquisición también fue abolida en Francia en 1798. No es maravilla que el impacto de


la Revolución Francesa hizo que muchos protestantes creyeran que el reinado del papado
había llegado a su fin en 1798 con el golpe mortal que le dio el gobierno revolucionario
francés. Muchos creyeron que estos acontecimientos cumplían las profecías de los capítulos
11 al 13 del Apocalipsis .'6 El famoso historiador Leopoldo von Ranke declaró: "Parecía
como si hubiera acabado para siempre el poder papal".1' La New Catholíc Encyclopedia
[La nueva enciclopedia católica] declara:

"Después de despojar al papa Pío VI de su poder temporal, los franceses lo privaron de su


libertad. Su muerte mientras estaba en la prisión marcó un punto muy bajo en la
prosperidad papal que no había tocado fondo por siglos, y dio origen a una profecía de que
la sucesión apostólica había llegado a su fin con el fallecimiento de 'el último Pío' ".'g

Y el colaborador del artículo "The French Revolution " [La Revolución Francesa] da esta
información: "En ese día [cuando Pío VI murió como prisionero] parecía que se había
logrado la destrucción total de la Santa Sede".'9

Estos son testimonios notables que hablan de una ¡herida mortal histórica del papado! "En
realidad, la mitad de Europa pensó que 'el papado estaba muerto' ".z° El Directorio francés
había ordenado que no se eligiera un sucesor de Pío VI a la silla papal.

Sin embargo, Napoleón comenzó a revivir el papado con el Concordato de 1801, porque
sintió que el Papa sostenía la llave para restaurar la paz religiosa en Francia, concordato que
"permitió un ejercicio sin precedentes del poder papal" .22 De hecho, "muchos
historiadores sostienen que el Concordato de 1801 ha sido tan decisivo para la historia
moderna de la iglesia como lo fue la conversión de Constantino para la historia antigua de
la iglesia" .Z3 En 1814 el papa Pío VII restauró la Compañía de Jesús (los jesuitas), y el
Congreso de Viena (1814 1815) devolvió oficialmente al Papa los Estados de la iglesia,
excepto la tierra que poseía en Francia. Esta restitución formó la base para la recuperación
de la Iglesia Católica Romana durante el siglo XIX.

En resumen, 1798 ha sido reconocido en forma unánime por historiadores eclesiásticos


católicos y protestantes como el tiempo de la "suprema humillación" del papado en la
historia moderna? * Esta abolición histórica y sin precedentes del papado en Roma por
medio de la "espada" del gobierno de la Francia revolucionaria puede interpretarse como el
cumplimiento correcto de la "herida mortal" predicha de la iglesia papal (en Apoc. 13).

La "curación" de la herida mortal aún está en el futuro

Mientras que los intérpretes adventistas han mencionado diferentes fechas en el pasado
como cumplimiento del "sanamiento" predicho de la herida mortal que se le infligió al
papado tales como 1800, 1815, 1929 y otros años , el Comentario bíblico adventista
declara más prudentemente: "El profeta... vio la herida completamente curada, como lo
insinúa el texto griego... [pero eso] aún se halla en el futuro" .2

La interpretación de George McCready Price, quien en forma apropiada unió las


perspectivas proféticas de Apocalipsis 13 y 17, es significativa. Identificó el período de la
"herida mortal" (Apoc. 13) con la fase "no es" de la bestia en Apocalipsis 17:8. Destacó la
distinción entre la ,/mujer" y la "bestia", es decir, entre la Iglesia Católica Romana y el
poder del estado en su aplicación de la herida mortal y su curación. ¡No

fue la mujer quien recibió la herida de muerte, sino la bestia! "Obvia¬mente, la herida
significa que se le quitó el poder bestial de dominar al mundo y tratar con los 'herejes'. Esta
herida mortal no se sanará hasta que se le restaure el antiguo poder de persecución"."

De esa manera Price aplicó la herida mortal de la bestia no a la Igle¬sia Católica como tal,
sino a la disolución de la unión de la Iglesia y el Estado, que no fue llevado a cabo
simplemente por el destronamiento del papa Pío VI en 1798, sino por la ideología poderosa
que está por de¬trás de la revolución de Norteamérica y de la Revolución Francesa: "Los
dos principios fundamentales de libertad civil y religiosa, características del verdadero
cristianismo"?' Price vio estas ideas de estas dos libertades, la civil y la religiosa, como la
"causa real de la herida mortal, y el motivo por el cual aún no se ha sanado"?8 Aunque
reconoció algunas señales de "actitudes cambiantes" en la cristiandad en favor de la Iglesia
de Ro¬ma, por sí mismas "estas actitudes cambiantes distan mucho de ser el sanamiento
profetizado. No será hasta que Roma tenga nuevamente el poder de hacer cumplir su
voluntad y doctrinas por medio de decretos legislativos y judiciales que los impongan que
estará sanada la herida'?9

Este análisis perspicaz cambia la dirección del enfoque de la profe¬cía lejos de cualquier
intento especulativo de fijar la fecha de un aconteci¬miento local, a la ideología que está
por detrás de la persecución de los santos. Price razonó que "un cuarto de siglo antes de
1798 'la persecu¬ción había concluido casi por completo' (CS 351), es buena prueba de que
la causa primordial de la herida mortal era algo que precedió a la Revolución Francesa y
bastante más importante que ella".3° Para Price, el tiempo desde la Revolución Francesa es
idéntico con el "tiempo del fin" profético en el libro de Daniel. Es el tiempo cuando "no se
ha visto du¬rante dos siglos la persecución en escala mundial" .3' Sin embargo, la he¬rida
se sanará "cuando ocurra esta restauración del poder para tratar con los 'herejes' ".3z Elena
de White lo declaró de una manera similar. Dijo ella: "La profecía predice la restauración
de su poder [el del papa¬do]... Roma tiene su mira puesta en el restablecimiento de su
poder, y tiende a recuperar su supremacía perdida... Está aumentando sigilosa¬mente su
poder ".33

Las opiniones de Elena de White y de Price sostienen que la "heri¬da" papal será curada
sólo cuando Roma haya alcanzado de nuevo la supremacía de la Iglesia en el sentido de que
promueva leyes estatales religiosas que acarreen persecución. Una expectativa así aún no se
ha cumplido y desacredita cualquier esfuerzo de fijar fechas.

Luis F. Were señaló que la "parte de capital importancia" de Apocalipsis 13 y 17 "se ocupa
del sanamiento de la 'herida mortal' y con aquellas cosas que seguirán debido a que la
herida ha sido sanada. El revelador, habiendo señalado a la herida de una de las cabezas de
la bestia, pasa inmediatamente a la curación de su herida... diciendo: 'Y se maravilló toda la
tierra en pos de la bestia' ".3' Este panorama del tiempo del fin es el centro de atención de
Apocalipsis 17.

La aparición de la bestia de dos cuernos

"Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un
cordero, pero hablaba como dragón" (Apoc. 13:11).

No puede entenderse correctamente la bestia de la tierra si la aislamos de la bestia del mar.


De hecho, la bestia de la tierra debe considerarse como la última en una serie de tres
poderes mundiales hostiles, la tercera de las cuales se une a las dos primeras. Es
sorprendente que la esfera de influencia de los tres monstruos abarcan todo el cosmos: el
dragón era del cielo, la primera bestia vino del mar y la segunda de la tierra. Juan usa
reiteradamente una división del cosmos en tres partes (Apoc. 5:3, 13; 9:1; 10:6; 12:12;
21:1). La asociación íntima de los tres monstruos apocalípticos (ver 16:13, 14) los une en
su castigo divino: el lago de fuego ardiente (Apoc. 19:20; 20:10). Pero dentro de su unión y
oposición a la Santa Trinidad, cada socio permanece distinto de los otros, cada uno
desempeñando un papel específico.

En el Apocalipsis, la "tierra" se caracteriza en forma específica como el lugar de las


abominaciones de Babilonia (Apoc. 17:5). De la "tierra" deben ser redimidos los 144.000
(14:3; cf. Heb. 11:13). Después de todo, la tierra como la creación caída, fue colocada bajo
la maldición de Dios (Gén. 3:17).
Sin embargo, la designación de que la bestia de dos cuernos "subía de la tierra" (Apoc.
13:11) llegó a ser una ocasión para varias interpretaciones especulativas. Algunos
expositores no ven un significado particular en esta frase que la forma de Juan de distinguir
las dos bestias desde el comienzo (1. Beckwith y A. Johnson).* Estos autores señalan al
hecho de que incluso en Daniel 7 se dice que las bestias salen no solamente del mar sino
también "de la tierra" (Dan. 7:3, 17). Unos pocos toman "la tierra" como símbolo de la
inspiración satánica, "de abajo", del infierno (por ejemplo, J. A. Seiss y W. Hendricksen).
Otros toman "la tierra" en un sentido geográfico restringido, por ejemplo: (1) Palestina (J.
M. Ford); (2) Asia Menor (R. H. Charles, H. B. Swete; Jerome Bible Commentary
[Comentario Bíblico jerónimo]; o (3) los Estados Unidos de América (los adventistas
guardadores del sábado desde 1851).35 Pero tales restricciones geográficas son conjeturas.
Se admite que aun la inferencia general de que "la tierra" en Apocalipsis 13:11 se refiere a
"una región de escasa población" en contraste con la multitud de pueblos ("el mar") no es
más que "una razonable" consideración .36

Sin embargo, el contexto inmediato de Apocalipsis 13 usa el término "tierra" en un sentido


mundial, para todos los adoradores del anticristo (Apoc 13:3, 8), y coloca la "tierra" en
contraste con "los que moran" o "el tabernáculo" en el cielo (v. 6). Este contraste religioso
también se presenta en Apocalipsis 12:

"Por lo cual, alegraos cielos y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y
del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros" (v. 12).

Aquí se coloca a la tierra como el complemento del mar, sin ninguna restricción geográfica
(véase también Apoc. 10:2). Tanto la "tierra" como el "mar " tienen un alcance mundial.

La descripción de que "la tierra ayudó a la mujer pues la tierra abrió su boca y tragó el río
que el dragón había echado de su boca" (Apoc.12:16) es interesante. Aquí se puede hacer
una aplicación histórica a las regiones de refugio seguras en las montañas meridionales de
Europa, donde los valdenses sobrevivieron a las persecuciones medievales de Roma. Por
extensión, se puede incluir a Norteamérica como el santuario más grande para los
refugiados de una Europa intolerante. Por lo tanto, es comprensible que los adventistas
norteamericanos desde 1851 vieran esta parte de América que parecía pacífica como el
cumplimiento de la bestia con los cuernos "semejantes a los de un cordero" de Apocalipsis
13. Incluso interpretaron sus dos cuernos como indicando el poder republicano civil y el
poder eclesiástico protestante, es decir, una democracia y libertad religiosa .3' Esta
interpretación fue la expresión de su opinión de que la democracia contemporánea de
Norteamérica y su carácter protestante encajaba en la primera fase de la perspectiva
apocalíptica de Apocalipsis 13:11 17. Esta aplicación innovadora de aplicar a los Estados
Unidos el símbolo de la bestia de dos cuernos tuvo consecuencias trascendentales para la
comprensión adventista de "la marca de la bestia" y su pronóstico de la leyes dominicales
universales.

Si evaluamos todos estos esfuerzos para hacer que Apocalipsis 13:11 fuera relevante para la
iglesia universal, necesitamos ante todo comprender que el punto crucial de Apocalipsis
13:11 17 está claramen¬te no en qué región de la tierra se levanta la segunda bestia (o "el
falso profeta"), ya que el texto sólo declara que la bestia "subía de la tierra", sino en qué
momento se levantará y cómo se relaciona con la primera bes¬tia (el anticristo), y por qué
características puede ser reconocido en el tiempo del fin. Como la actividad del falso
profeta es engañar a "los moradores de la tierra" (Apoc. 13:14), lo que evidentemente es
algo uni¬versal, coincidimos con la opinión de W G. Johnsson:

"Una ley dominical aplicable sólo a los Estados Unidos es a todas luces inadecuada...
Reconozcamos francamente que aun nos aguar¬da la comprensión plena del cumplimiento
de esta profecía de la bestia que sube de la tierra... Sin embargo, todavía no son claras las
características significativas de los engaños de la segunda bestia, es¬pecialmente los
milagros que harán que muchos se descarríen, y la 'imagen a la bestia que sube del mar.
Además, la visión indica un escenario de acción que abarca todo el mundo... Y al presente,
no es manifiesto cómo la multitud entera de la humanidad será atraída al torbellino del
engaño" .3g

Necesitamos darnos cuenta de que sólo la historia proporciona la interpretación final de la


profecía. Los cumplimientos de la profecía bí¬blica generalmente se han realizado en
formas sorprendentes e insospe-chadas.

La bestia de la tierra como apologista del anticristo

"Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un
cordero, pero hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en
presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia,
cuya herida mortal fue sanada. También hace grandes señales, de tal ma¬nera que aun hace
descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la
tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los
moradores de la tierra que hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió"
(Apoc. 13:11 14).

Esta descripción también muestra una progresión en la historia. En el tiempo del fin la
apostasía irá de mal en peor, como ya lo indicó Pa¬blo: "Mas los malos hombres y los
engañadores irán de mal en peor, en¬gañando y siendo engañados" (2 Tim. 3:13). El
desarrollo de las dos bes¬tias de Apocalipsis 13 significa que la amenaza del engaño se
incremen¬tará dramáticamente, no solamente para los que no son cristianos, sino de una
manera especial para los creyentes cristianos y para las iglesias cristianas en todas las partes
del mundo.

La bestia de la tierra aparecía con "dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero
hablaba como dragón". Este contraste acentúa su ca¬rácter seductor. El "cordero" es el
símbolo por excelencia en el Apocalip¬sis. Veintiocho veces representa a Cristo como el
Cordero de Dios, y hace de él el símbolo principal y el principio coordinador de todo el
libro. La apariencia como cordero de la bestia de la tierra indica la naturaleza del último
fraude en la prueba final de fe. La bestia de la tierra desea que se la tome como semejante a
Cristo, pero sus palabras revelan las menti¬ras, las herejías, y los planes asesinos del
dragón y de la bestia anticristo.

Se puede detectar en la forma que esta bestia "habla como dragón" (o serpiente en Apoc.
12:9), una referencia "al carácter seductor y frau¬dulento de la serpiente en el jardín del
Edén "39 así como una referencia al dragón como un destruidor. Tal contraste de apariencia
y la naturale¬za esencial ya fue el tema de la advertencia anterior de Jesús: "Guar¬daos de
los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos
rapaces" (Mat. 7:15). Cristo brindó esta noticia adelantada a todas las generaciones futuras:
"Porque se levantarán fal¬sos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios,
de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos" (24:24). Esta
advertencia anticipada de Jesús que presenta Mateo 24, está elabo¬rada en Apocalipsis 13.
La bestia de la tierra realizará "grandes señales" (Apoc. 13:13) y se la caracteriza como "el
falso profeta" (16:13; 19:20; 20:10).

De esa manera el Apocalipsis revela que la era cristiana desarrollará dos personajes
anticristo, que actuarán en una unión íntima. Apocalipsis 13 describe una trama del tiempo
del fin con un Cristo falso y con un falso profeta diferente, cada uno con un propio papel
para desempeñar, con el fin de alcanzar un blanco común: unir a todo el mundo en
rebe¬lión contra Dios (ver Apoc. 16:13, 14).

El falso profeta de Apocalipsis 13:11 17 afirma ser el último vocero de Dios. Aparece en el
panorama de la historia sólo después que la bestia de la tierra ha dominado por 42 meses y
ha recibido su herida mortal (Apoc. 13:12). Esta sincronización en la historia del falso
profeta es de importancia histórica para la iglesia. Su actividad significa el comienzo del
acto final en el drama de los siglos que conduce al último enfrenta¬miento entre Cristo y el
anticristo: "el Armagedón".

El Espíritu de Dios se manifestó en señales milagrosas después que Cristo completó su


misión, con el propósito de glorificar más a Cristo (Juan 16:13, 14; Heb. 2:3, 4). Su
contraparte aparece en el falso profeta, inspirado por el espíritu de demonios para llevar a
cabo "señales" (Apoc. 19:20). Su propósito es seducir al mundo e inducir a todas las
na¬ciones a adorar al anticristo, "la bestia cuya herida mortal fue sanada' (Apoc. 13:12 14).
Para realizar esto, el falso profeta "mandará" a los mo¬radores de la tierra "que le hagan
imagen a la bestia que tiene la herida de espada y vivió" (Apoc. 13:14).

Muchos intérpretes han reconocido en este cuadro de Apocalipsis 13 una correspondencia


esencial con la historia de los tres jóvenes he¬breos en Daniel 3. Así como en los días de
Daniel el levantamiento de una estatua literal en honor del rey de Babilonia fue seguida de
inmedia¬to por un decreto legislativo para adorar a la imagen (Dan. 3), así tam¬bién se
repetirá este procedimiento en una escala universal en el tiempo del fin:

"Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia
hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase" (Apoc. 13:15).

¡Es importante reconocer la tipología esencial entre Daniel 3 y Apo¬calipsis 13! Con este
paralelismo histórico referido a Daniel 3, Apocalip¬sis 13 revela la formación básica del
conflicto final en la era de la iglesia (ver Apoc. 13:16, 17). Las dos facciones volverán a
estar determinadas por rituales de adoración que contrastan, ya sea por la fe de los
seguido¬res de Cristo o por el culto estatal idólatra del anticristo. Ambos grupos religiosos
emplearán "fuego" del cielo para convencer al mundo de sus afirmaciones. El "fuego del
cielo" anticristiano (Apoc. 13:13) evidente¬mente funciona como "la contraparte satánica
de las señales realizadas por los dos testigos" .4°

Un erudito evangélico hace este comentario perspicaz: "La bestia de la tierra es la antítesis
de los dos profetas de Cristo simbolizados por los dos testigos en el capítulo 11".4' Si la
señal del "fuego" de los dos testigos de Dios se refiere a sus dones del Espíritu Santo (ver
Hech. 2:3, 4; Heb. 2:4), entonces el uso del "fuego" por el falso profeta "sería una
referencia a los dones seudocarismáticos que crean una comunidad eclesial falsa que le
rinde lealtad al anticristo" .4z

Por las señales sobrenaturales del falso profeta podemos inferir que enfrentará a los
verdaderos testigos de Cristo. Esta confrontación venidera debe despertar nuestra
conciencia al hecho de que mucho de lo que plantea como cristianismo verdadero, en el
fondo es falso. Paul Minear ha hecho sonar correctamente la alarma: "Se llama a los
lectores a que disciernan el criterio que los capacitará para que separen la bestia
corderiforme (Apoc. 13:11) del Cordero mismo (14:1)" .43

Para ser "vencedores" como se requiere en cada carta de Cristo a las iglesias, los creyentes
deben ser testigos fieles y verdaderos, y estar dispuestos a entregar sus vidas para sostener y
preservar "el testimonio de Jesús", aun ante los tribunales del anticristo (ver Apoc. 11:7;
12:11; 20:4). Mientras que todo el mundo adore con una devoción máxima a la bestia
aparentemente invencible (Apoc. 13:4), el Apocalipsis de Juan le asegura a la iglesia: "El
Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él
son llamados y elegidos y fieles" (Apoc. 17:14). El título cristológico en este versículo,
"Señor de señores y Rey de reyes", aplica al propio título de Dios en el Antiguo Testamento
(Deut. 10:17; Sal. 136:2, 3; Dan. 2:37, 47; 4:37 en la versión griega) a Cristo en su segunda
venida (ver también Apoc. 19:16).

La función de la marca de la bestia

Los que reciban la marca (en gr., jdragma) son los "habitantes de la tierra" (los que moran
en la tierra), a quienes en forma consistente se los describe como los seguidores de la bestia
anticristo y como los que se regocijan en la muerte de los dos testigos (Apoc. 6:10; 11:10;
13:8, 12, 14; 17:2, 8). La fórmula apocalíptica ("los que moran en la tierra") no describe al
mundo en un sentido neutral, sino que designa a los que siguen al anticristo. Estos
moradores de la tierra no están localizados en una región o en un continente de la tierra.
Representan la hostilidad universal de la tierra contra Dios. Está incluida toda clase de
personas:

"Y hacia que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese
una marca en la mano derecha, o en la frente" (Apoc. 13:16).

Este estilo de grupos sociales que están en contraste señala a la universalidad (también en
Apoc. 6:15; 19:18). Juan le advierte a sus lectores que los eventos finales no serán de un
alcance provincial o nacional, sino de proporción universal. La jurisdicción de las bestias es
según parece toda la población del mundo.

El papel que desempeña la marca de la bestia está en notorio contraste con el que
desempeña el sello de Dios. El papel básico de ambos es simbolizar un compromiso
religioso: a Cristo o al anticristo. Tanto el sello como la marca contienen los motivos
intrínsecos de pertenencia y protección (Eze. 9:4; Apoc. 7:2, 3; 9:4;13:16, 17; 1 Ped. 2:9;
Mal. 3:17, 18):" La marca es la parodia demoníaca del sello de Dios. En un nivel más
profundo, ambas señales representan el carácter que corresponde con la mente de Cristo o
la del anticristo. Ambos símbolos representan los nombres o la reputación de quienes lo
llevan (ver Apoc. 14:1; 22:4; 13:17; 17:5). De esa forma Juan pensó en un contraste de
mentalidades y lealtades, una percepción ignorada con frecuencia en los comentarios.

Ambas son señales religiosas de lealtad, lo que se indica por el lugar donde se coloca: "en
la frente" (el lugar de asentimiento y convicción mental) o "en la mano" (el lugar de la
conformidad externa). El "sello" sobre la frente de los fieles es una señal religiosa de
lealtad, porque se lo explica como el nombre del Cordero y el del Padre escritos en sus
frentes (Apoc. 14:1). Claramente, reflejan el carácter de Dios y de su Hijo (ver Juan 15:10).
En comparación, podemos entender la "marca" de la bestia como una señal religiosa que
representa la mente y el carácter del anticristo rebelde. La marca representa "el nombre de
la bestia, o el número de su nombre" (Apoc. 13:17), lo que simboliza el carácter jactancioso
y el espíritu autónomo del anticristo.

El punto crucial de Apocalipsis 13 es que toda la gente está obligada a prometer su lealtad y
a revelar su carácter de una manera o de la otra sin la posibilidad de permanecer neutral.
Todos deben decidirse e identificarse o con la verdad de Dios en Cristo o con el credo del
anticristo. Sin embargo, el significado completo de la marca de la bestia llega a ser evidente
sólo en Apocalipsis 14. Juan enfatiza que lo mismo que el Cordero es la encarnación de
Dios que se hizo hombre, así la bestia es la encarnación del dragón serpiente en la
humanidad. Este es el antecedente espiritual de la confrontación final entre el cielo y la
tierra en Apocalipsis 13.

Cuando Apocalipsis 13 se entiende dentro de su contexto inalienable de los capítulos 12 al


14, notamos que "los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesucristo" son la norma
explícita de lealtad al cielo (Apoc. 12:17;14:12), lo que involucra que la ley del pacto de
Dios, el Decálogo, será internalizado en los corazones de los santos por medio del Espíritu
de Dios. Transformados por el evangelio de Cristo, sus caracteres reflejarán a Cristo y
estarán en armonía con la voluntad de Dios. Los santos de Dios son los seguidores del
Cordero (Apoc. 14:1 5).

La marca de la bestia está en flagrante oposición tanto a los mandamientos de Dios como al
testimonio de Jesús en la Sagrada Escritura, lo que implica que los seguidores de la bestia
obedecen una ley moral falsificada y siguen a un seudomesías. Reflejarán el fanatismo
intolerante del anticristo. La línea de demarcación no es meramente un acatamiento externo
a una ley moral o civil, sino la unión del corazón y de la mente con Cristo o con el
anticristo.

Mientras que los verdaderos seguidores de Cristo están dispuestos a dar sus vidas por causa
del testimonio de Jesús como la Palabra final de Dios, los seguidores del anticristo
impondrán un boicot a los creyentes en la Biblia que no acepten la marca de la bestia "y
que ninguno pudiese comprar ni vender. sino el que tuviese la marca o el nombre de la
bestia, o el número de su nombre" (Apoc. 13:17). A los santos se les negarán sus derechos
civiles y llegarán a estar sujetos a ser procesados y sentenciados por la ley (v. 15). Sin
embargo, los santos encontrarán consuelo en la oferta de Cristo de "comprar" de él "oro
refinado en fuego", "vestiduras blancas" y "colirio para que vean" (v 18), ofrecimiento que
nunca puede ser bloqueado por la legislación humana o por el boicoteo social.

Interpretando el número 666


"Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es
número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis" (Apoc. 13:18).

La gran variedad de esfuerzos para descifrar el número misterioso 666 puede dividirse en
dos categorías principales. Un grupo utiliza el método de la gematría, que le asigna un valor
numérico a cada letra en un lenguaje seleccionado, sumando de esa manera las letras de una
palabra. La frase Nero Caesar ha sido aceptado ampliamente como el significado de 666,
aplicación histórica que, en todo caso, encajaría sólo en el tiempo del apóstol Pablo. No
obstante, las posibilidades del método de gematría son casi ilimitadas Mientras que frases
como Italika Ecclesia (Iglesia italiana), He Letana Basileia (El reino latino) o Vicarius Filü
Dei encajan en el número 666, también sucede lo mismo con las palabras para Lutero
(Loutherana Saxoneios), Mahoma (Maometis), Napoleón (Nabonaparti) o Hitler. Un
erudito reparó en lo siguiente: "Mirando hacia atrás, ha sido posible... identificar el número
666 con los nombres de la mayoría de los tiranos que en el curso de la historia han
perseguido a la iglesia" .45

Ireneo, un padre de la iglesia primitiva (murió hacia el 202), ya había advertido que sólo el
cumplimiento de la profecía daría seguridad, porque "pueden encontrarse muchos nombres
que poseen el mencionado número" .46 Los que aceptan al papado o a la jerarquía católica
romana como el cumplimiento histórico de Apocalipsis 13, ven en el número 666 una
confirmación de su interpretación de la bestia y del número de su nombre: "Vicarius Filii
De¡", que es la pretensión a ser el vicario de Cristo.

Por causa de que Juan nunca usa en el Apocalipsis la gematría como método, la mayoría de
los eruditos bíblicos prefieren la interpretación simbólica del número 666, así como Juan
usa el número 144.000 y el 1.600 en Apocalipsis 14. Se cree en general que Juan le dio a
ciertas cifras un carácter simbólico, que era algo familiar en la forma de pensar hebrea. Así
como el número 4 representa o simboliza la universalidad o totalidad, el 7 el descanso y la
perfección, y el 12 el pueblo del pacto de Dios o la iglesia, así también el 6 pudo haberse
percibido como un símbolo para el hombre sin Dios y sin el descanso que da Dios.

El número 6 señala al día de la creación del hombre (Gén. 1:27, 31). El rey de Babilonia
hizo una estatua de oro que medía 60 codos de alto y 6 de ancho (Dan. 3:1) para que la
adoraran cuando diera la orden. Desde este punto de vista, el número 666 sugeriría el
esfuerzo del anticristo de exaltar al hombre al lugar de Dios y de Cristo. Juan declara en
forma específica que el número 666 "es número de hombre" (Apoc. 13:18).

Al ser multiplicado el número 6, da a entender una repetición de los esfuerzos de la bestia


para "hacerse pasar por Dios",4' y con todo fallar persistentemente. La información de que
los santos habían alcanzado la victoria "sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número
de su nombre" (Apoc. 15:2) es valiosa. La victoria sobre el número 666 no indica una
victoria en ingenuidad matemática sino más bien la victoria sobre el nombre o el carácter
de autoendiosamiento de la bestia. La bestia lleva muchos "nombres de blasfemia" (Apoc.
13:1; 17:3). Esto quiere decir que a la bestia "se le adjudican nombres y títulos honoríficos
que sólo corresponden a Dios o a Cristo".48 Esto requiere la sabiduría del discernimiento
divino más que una perspicacia intelectual; exige conocimiento bíblico espiritual más que
filosofía humana.

Juan señala a su significado profundo cuando declara: "¡Aquí se requiere sabiduría! Que el
inteligente..." (Apoc. 13:18, BJ). Al respecto, dice Alan Johnson: "Los creyentes necesitan
penetrar el engaño de la bestia. La referencia de Juan a este número los ayudará para
reconocer su verdadero carácter e identidad" .49 Actualmente, los eruditos bíblicos
adventistas prefieren esta interpretación. Beatrice S. Neall explica que el número de
hombre, el 6, es legítimo sólo cuando lleva al 7, a la gloria y soberanía de Dios:

"Sin embargo, seiscientos sesenta y seis representa la negativa del hombre de proceder
hacia el siete, de dar gloria a Dios como Creador y Redentor. Representa la fijación del
hombre consigo mismo, el hombre buscando la gloria en sí mismo y en sus propios poderes
creadores sin Dios: la práctica de prescindir de Dios. Demuestra que el hombre impenitente
es malo en forma persistente. La bestia de Apocalipsis 13 representa al hombre ejerciendo
su soberanía aparte de Dios, el hombre conformado a la imagen de la bestia más bien que a
la imagen de Dios. El hombre aparte de Dios llega a ser bestial, demoníaco" .s°

William G. Johnsson declara igualmente que 666 "señala a la parodia de la perfección:


imperfección sobre imperfección, a pesar de las monstruosas pretensiones de la bestia".51
Roy C. Naden ofrece una interpretación completamente evangélica:

"Ser identificado con el 6 es experimentar lucha sin el descanso del Cordero. La bestia y su
imagen tienen el número que identifica la lucha incesante modelada por su líder que es
Satanás. Así el 6 es el símbolo numérico de la inquietud del perdido. Sin el Cordero, nunca
pueden encontrar descanso" .52

Necesitamos darnos cuenta de que Apocalipsis 13:11 17 describe simbólicamente el engaño


final del mundo en el futuro. La formación de la "imagen" de la bestia aún es una
realización incompleta. También, la marca de la bestia todavía no ha sido impuesta a la
humanidad. Darnos cuenta de esto debe impedir que cualquier intérprete sea dogmático en
cuanto al futuro cumplimiento de Apocalipsis 13:11 17.

Referencias La Bibliografia para Apocalipsis 12 14 (caps. XXI XXVIII de este libro) la


encontrará en las páginas 376381. ' D. Ford, Crisis, t. 2, p. 582. Ver la nota del Traductor.
2 Johnsson, Simposio sobre el Apocalipsis, t. 2, p. 21. ' Como por ejemplo, Beale, p. 247.
" Ellul, cap. 2. 1 Lecky, t. 2, p. 45. También está en SDA Bible Students' Source Book [El
libro fuente adventista del séptimo día de los estudiantes de la Biblia], p. 740. 6 Thomas y
Gertrude Sartory, In der Holle Brennt Kein Feuer [Ningún fuego quema en el infierno]
(Munich, 1x68), pp. 88, 89. Citado por H. Küng, Eternal Life? [¿Vida eterna?] (Garden
City, Nueva York, 1984), p. 132. ' Publicado en Hamburgo por la Editora Rowohlt
Reinbeck, 5 ts. (hasta el siglo X), 1986 1997. e Shea, Simposio sobre el Apocalipsis, t. 1,
pp 353 359; las dos citas pertenecen a las pp. 358, 359. 9 A. F. Johnson, p. 129'. '°
Guinness, p. 234. " Froom, t. 2, p. 731. 'z Ver la documentación en Aulard, p. 151. '3 Ver la
documentación en Froom, t. 2, p. 756. '" Ibíd., p. 750. 'S Maxwell, Simposio sobre el
Apocalipsis, t. 2, p. 125. 'b Ver Froom, t. 2, pp. 741 748. " Von Ranke, Historia de los
papas en la época moderna. Trad. Eugenio Imaz (México: Fondo de Cultura Económica,
1943), p. 724. 'e J. F. Broderick, "Papacy" [El papado], New Catholic Encyclopedia [La
nueva enciclopedia católica] (Washington, D.C.: Catholic University of America; 17 ts.), t.
10 (1967), p. 965. '9 A. LaTreille, "La Revolución Francesa", La nueva enciclopedia
católica, t. 6, p. 191. z° Ver Froom, t. 2, p. 763. z' Ibíd., p. 750. 23 Broderick, "El papado",
La nueva enciclopedia católica, t. 10, p. 966. 23 The New Enciclopaedia Britannica [Nueva
Enciclopedia Británica] (Chicago: University of Chicago Press, 1992, 15a ed.), t. 26, p.
892. z' Ibíd. 217 CBA 832. 26 McCready Price, El tiempo del fin, p. 43. 2' Ibíd., p. 41 (la
cursiva es mía). 28 Ibíd. 29 Ibid. p. 43. 30 Ibíd., p. 42. 3' Ibíd., p. 69. 'z Ibíd., p. 44. '3 Elena
de White, CS 636, 638. 1' Were, La mujer y la bestia..., p. 59. as Ver Froom, t. 4, p. 1118. 'e
7 CBA 834. '7 Ver Froom, t. 4, p. 1118. 31 Johnsson, Simposio sobre el Apocalipsis, t. 2, p.
29. '9 Charles, El Apocalipsis de San Juan, t. 1, p. 358. "° Johnsson, Simposio sobre el
Apocalipsis, t. 2, p. 28. "' A. F. Johnson, p. 133. "z Ibíd., p.134. "Minear, Vi una tierra
nueva, p. 119. " Ver Fitzer, "Sfragís", Theological Dictionary of the New Testament
[Diccionario teológico del Nuevo Testamento] (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eermands,
1964 1976; Gerhard Kittel, ed.; 10 ts.; trad. del alemán por G. W. Bromiley), t. 7, pp, 939
953. "5 J. J. von Allmen, en Brady, p. 301. `1 Ireneo, Contra herejes, libro V, cap. 30,
párrafo 3. " Ellul, p. 98. 23 H. Bietenhard, "Nombre", Diccionario teológico del Nuevo
Testamento (L. Coenen, ed.), t. III, p. 175. '9 Alan Johnson, "Revelation " [Apocalipsis],
The Expositor's Bible Commentary [El comentario bíblico del expositor] (F. Gabelein, ed.
Grand Rapids, MI: Zondervan, 1981; 12 ts.), t. 12, p. 534. 50 Neall, El concepto de
carácter..., p. 154. s' Johnsson, Simposio sobre el Apocalipsis, t. 2, p. 31; ver también
Strand, Ibíd., p. 202. 52 Naden, p. 200.

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