Cubismo Romanticismo
Cubismo Romanticismo
Cubismo Romanticismo
mundo no se enmarca de manera definida en estándares o marcos rígidos, ésta, está sujeta a las
relaciones humanas mismas, al contexto social e histórico y precisamente de aquello que es
importante para el artista expresar en su obra, es necesario destacar que, si bien no existe límite
definido de lo que se hace en el arte, esta se basa (al menos temporalmente) en cánones y técnicas
definidas que encuadran momentos específicos expresivos e ideológicos para el hombre.
Es por esto que, tras una cuidadosa lectura, queremos proponer para el análisis, la siguiente
pregunta, ¿Qué relación tiene el cubismo y el romanticismo como rupturas del canon artístico y de
belleza del renacimiento, según la crítica del juicio de Kant?.
Para empezar, debemos definir bien que representaban estas dos corrientes artísticas en específico y
su contexto histórico particular, primero, el romanticismo fue un movimiento artístico que surgió a
finales del Siglo XVIII que basó su necesidad de expresión en la libertad y en huir de ataduras
racionales de la realidad, un pensamiento que se había marcado de manera importante durante la
ilustración a principios del siglo. Por otra parte, los artistas habían buscado encontrar un lenguaje
común en la expresión visual, durante el renacimiento, el lenguaje visual que dominaba el escenario
era la representación, por tanto, una buena obra era aquella que lograba representar de manera más
realista aquello que era el objeto a ser pintado. El romanticismo en sí mismo no se aleja del todo de
este ideal canónico de belleza, pero sí experimenta en otros aspectos como la composición del
cuadro, el uso de colores más vivos en las pinturas, y por último, el ansia no solo de representar lo
físico, sino aquello que se encuentra más allá de lo visible, la vitalidad, la libertad, sentimientos
humanos, o lo sobrenatural. La idea del descontento y la actitud alerta de lo sensible permea
gravemente al hombre romántico.
Teniendo en cuenta lo anterior, nos remitimos al pensamiento de Kant en cual se enfatiza sobre el
juicio estético como base subjetiva que se hace con pretensión de universalidad, desde esta
perspectiva, un juicio estético va más allá de la experiencia personal. Es de este pensamiento
kantiano que surge la expresión y afán renovador del romanticismo por la superación de la realidad
y por tanto, el más tardío afán cubista de hacer lo mismo. Por esta razón Kant propone definir lo
bello y diferenciarlo de lo sublime, y así comprender en su totalidad el concepto de estética. La
categoría de lo bello predomina en el paradigma clásico, la representación como forma determinada
que rige en la composición de la obra, es decir, únicamente lo que es captado inmediatamente de lo
material aportado por los sentidos interiorizando “la belleza” de manera racional. La categoría de lo
sublime quiebra con el límite impuesto por la forma, dejando que fluyan los sentimientos más
profundos del ser humano, dicho de otra manera, es visto el arte de una manera más irracional
dejando que lo que nos transmite llegue a conmover, emocionar y sorprender. Además Kant
también refiriéndose al gusto estético nos remite a “lo agradable” como aquello que se suscita a la
sensibilidad particular de cada hombre que a las condiciones externas, debido a que, según él, cada
hombre sólo es feliz al satisfacer lo que sus propias sensaciones le piden.
Ahora bien, el arte, no contenta con comenzar a desfigurar la idea de lo sensible y lo bello llega al
plano varios siglos después, el cubismo, un movimiento artístico de principios del Siglo XX, en el
cual, a través de la ruptura de los objetos en diferentes áreas o planos los artistas apuntaron a
mostrar diferentes puntos de vista al mismo tiempo en el espacio y así sugerir su forma
tridimensional de este, del mismo modo enfatizando en la forma bidimensional del lienzo en vez de
crear la ilusión de profundidad. Esto rompió con la tradición europea de crear una ilusión del
espacio real a través de un punto de vista único utilizando perspectiva lineal que había dominado el
arte desde el renacimiento.
Retomando la idea anterior de la definición Kantiana de belleza y de estos dos movimientos
artísticos podemos hallar varios paralelos entre las dos. En primera instancia, ambas corrientes
tienen un afán de cambio un deseo de escapar paradigmas preestablecidos, percibidos como rígidos,
que limitan el arte y la expresión. Y es a través del uso de nuevas técnicas en el uso del color, las
formas geométricas, la expresión metafísica de la comprensión sensible del mundo y mediante un
intento de comprender más profundamente la realidad.
En conclusión, el arte romántico y cubista se enmarcan como dos movimientos pictóricos muy
influyentes que, a pesar de su escasa similitud compositiva siguen teniendo, si así se puede llamar,
un gran parecido teórico, caracterizado por la persecución de un diferenciamiento del
establecimiento, un escape a lo establecido y como una nueva forma de observar el mundo, desde
un espectro mucho más amplio e incluyente de las diferentes facetas que componen la vida del
hombre moderno, que desea fuertemente siempre, liberarse de aquello que lo contiene y lo cohibe
de la expresión máxima de sus posibilidades
BIBLIOGRAFÍA:
LITERATURA OCCIDENTAL II
CARLOS ANDRÉS COLORADO
MANIZALES, CALDAS
UNIVERSIDAD DE CALDAS
LIC. EN LENGUAS MODERNAS
04 DE JULIO
2018