Retiro de Pentecostes 3
Retiro de Pentecostes 3
Retiro de Pentecostes 3
INTRODUCCIÓN
El Departamento de Espiritualidad, deseamos ofrecer este retiro, en
preparación a la Fiesta de pentecostés, para vivirlo en forma comunitaria,
personal o en familia. Los invitamos a disponer su corazón para este
encuentro, que nos ayudará a fortalecer la fe y a caminar juntos en esta
experiencia de recibir al Espíritu Santo nuestro Consolador.
Es obra del Espíritu Santo de Dios, que cada uno de los llamados
nos configuremos, nos cristifiquemos con Cristo. Es decir: que
amemos, pensemos, miremos, actuemos, vivamos y sintamos
como Jesús, para así anunciar las Maravillas de Dios.
Jesús, entregó el Espíritu Santo para cada uno de sus apóstoles, y hoy lo entrega también para
ti. “Al decirles esto, soplo sobre ellos y añadió: Reciban el Espíritu Santo” (Jn 20, 22): “Y Yo
rogare al Padre, y Él les dará otro Paráclito para que este siempre con ustedes: el Espíritu de
la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce”. (Jn 14, 16); Jesús
se refería al Espíritu Santo que iban a recibir quienes creyeran en Él (Jn 7, 37). Déjate Guiar por
el Espíritu de Dios y sentirás su voz, no ahogues en ti sus impulsos.
Como humanidad, ¿de qué manera estamos respondiendo a este llamado de Cristo Resucitado
en cuanto a animar, anunciar la Paz, alegría y esperanza a tantos hermanos nuestros que lo
necesitan? ¿Pongo mi confianza en el Espíritu Santo para que arranque mis miedos y me llene
de esperanza? ¿Es el Espíritu Santo tu amigo del alma, mantienes con El, esta intimidad mística
y dialogante?
“Si me aman cumplirán mis mandamientos; y yo pediré al Padre que les envié otro Defensor
que esté siempre con ustedes: el Espíritu de la Verdad, que el mundo no puede recibir, porque
no lo ve ni lo conoce. Ustedes lo conocen, porque Él permanece con ustedes y estará en
ustedes. No los dejo huérfanos, volveré a visitarlos.
Dentro de poco el mundo ya no me vera; ustedes, en cambio, me verán, porque Yo vivo y
ustedes vivirán.
Aquel día comprenderán que Yo estoy en el Padre y ustedes en Mí y Yo en ustedes. Quién
recibe y cumple mis mandamientos, ese sí que me ama. Y el que me ama será amado por mi
Padre y Yo le amaré y me manifestare a él”. Palabra de Dios.
Jesús, les está revelando a los apóstoles algo íntimo de su corazón: un plan maravilloso para
ellos; Creer en la Palabra, permanecer en ella, guardarla, seguir su mandamiento de amor.
¿En la intimidad de tu oración, has sentido el deseo de una vida más perfecta, más cristiana,
más santa?
¿Crees que es el Espíritu Santo quien te inspira estos sentimientos? ¿Escuchas sus mociones
o te haces el sordo/a?
¿Qué sentimientos te afloran cuando Jesús dice: “No los dejo huérfanos, volveré a
visitarlos”? (Jn. 14, 18)
COLOQUIO: Agradece a Dios Padre, lo afortunado/a que eres de tener a Jesús y al Espíritu
Santo que abogan por ti tanto en el cielo como en la tierra.
Él puede sanar todo lo que nos debilita en el empeño misionero. No hay mayor libertad que
dejarse llevar por el Espíritu, renunciar a calcular y controlarlo todo, y permitir que Él nos
ilumine, nos guie, nos oriente, nos impulse hacia donde Él quiera. Debemos tener la certeza de
que el Espíritu Santo de Dios, sabe bien lo que hace falta en cada época y en cada momento.
Detente un momento... mira tu vida y piensa ¿Qué misteriosa fuerza te ha guiado hasta donde
estás ahora? ¿Puedes descubrir las huellas del Paráclito Amigo, Confidente, Maestro, Defensor,
Consolador en tu vida?
San Pablo a la comunidad de Corintios les decía: “mi mensaje y mi proclamación no se apoya
en palabras sabias y persuasivas, sino en la demostración del poder del Espíritu” (1Cor 2, 4).
San Pablo insiste una y otra vez en el protagonismo del Espíritu de Cristo como revelador del
misterio de Dios; y como un verdadero Padre Espiritual, ahonda: “a nosotros no los ha revelado
Dios por medio del Espíritu; porque el Espíritu lo escrudiña todo, incluso las profundidad de
Dios” (1Cor, 2, 10). ¿Cómo has acogido el Espíritu del Resucitado en tu interior? ¿Como cuidas y
promueves esta vida interior en tu comunidad?
“Sabemos que hasta ahora la humanidad entera está gimiendo con dolores de parto. Y no
solo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos por dentro
esperando la condición de hijos adoptivos, el rescate de nuestro cuerpo.
Con esa esperanza nos han salvado. Una esperanza que ya se ve, no es esperanza; porque,
lo que uno ve no necesita esperarlo. Pero si esperamos lo que no vemos, aguardamos con
paciencia. De ese modo el Espíritu nos viene a socorrer en nuestra debilidad. Aunque no
sabemos pedir como es debido, el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no
se pueden expresar. Y el que sondea los corazones sabe lo que pretende el Espíritu cuando
suplica por los consagrados de acuerdo con la voluntad de Dios”. Palabra de Dios.
¿Cuáles son los dolores de parto que la humanidad está gimiendo en estos momentos? ¿y
tú que dolores padeces y que te gustaría que el Espíritu Santo de Dios sane e ilumine en
tu vida, en tu familia, comunidad?
¿Quizás lleves bastante tiempo de vida cristiana y no has penetrado todavía en los secretos
íntimos del Corazón Amadísimo de Jesús? ¿A qué atribuyes esto? ¿Oras cómo nos dice
Jesús, en su Nombre?, esto es, ¿con su Espíritu, apoyándote en sus méritos y promesas,
aceptando en todo Su voluntad??
Hermano (a) querido (a), vive esta intimidad con el Espíritu; no dejes que las cosas
exteriores te disipen y te hagan perder la atención de tu interioridad.
COLOQUIO: Cierra los ojos y mira tu vida, cae en la cuenta de que siempre has sido habitado
(a) por Dios Uno y Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que está en el interior de cada persona
que vive en gracia.
Agradece al Señor por todo lo que te ha entregado y como te ha sostenido en estos tiempos
tan difíciles, luego haz silencio para escuchar y sentir todo su amor por ti y por todos (as).
ORACIÓN: “Consagración al Espíritu Santo”
Recibe, ¡oh Espíritu Santo!
La consagración Perfecta y absoluta de todo mi ser,
que te hago en este día, para que te dignes ser en Adelante,
En cada uno de los instantes de mi vida,
En cada una de mis acciones: Mi Director,
Mi Luz, mi Guía, mi Fuerza y todo el
Amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a tus divinas
Operaciones y quiero ser siempre dócil
A tus divinas inspiraciones.
¡Oh, Espíritu Santo!, dígnate a formarme
Con María y en María según el Modelo de
Nuestro Amado Jesús.
Gloria al Padre Creador,
Gloria al Hijo Redentor,
Gloria al Espíritu Santo, Santificador.
Amén.