Taller para Padres
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Taller para Padres
“CONSEJOS PARA PADRES QUE DESEAN CRIAR SUS HIJOS PARA EL SEÑOR”
“Jehová… buscaba una descendencia para Dios”
– Malaquías 2:14-1
La familia es una idea de Dios. Él la valora y creó leyes para defenderla. Tanto aprecia
la familia que al enviar a su hijo Jesucristo a la tierra lo plantó en el seno de un hogar
donde pudiera recibir la atención y el calor de un papá y de una mamá.
¿Cuánto valoras a tu familia? ¿Prefieres pasar tiempo con tus amigos y en tu trabajo
más que con tus hijos? ¿Quieres los beneficios de un hogar feliz pero sin el esfuerzo y
sin hacer los sacrificios?.
¿Por qué tanto los problemas de crianza?
1) Porque los padres rechazan a Jesucristo y la Palabra de Dios. Los padres han
entregado su vida al Señor pero no dejan que Cristo transforme su vida
familiar. Tratan a su pareja y a sus hijos “como a nosotros nos criaron”. Así los
pecados y los malos comportamientos pasan de una generación a la otra.
Aparte de los afiches cristianos en la pared, el ambiente en estos hogares de
parejas cristianas es el mismo que el de hogares no cristianos.
2) Porque los padres mezclan sus tradiciones con la sabiduría de Dios.
Esencialmente criamos a nuestros hijos
como nos criaron a nosotros con algunas pequeñas
adaptaciones Bíblicas. Usamos versículos para criar a nuestra manera.
Existirán serias inconsistencias. Los hijos notarán y rechazarán la hipocresía.
3) Porque los padres aplican los principios Bíblicos sin
ser ellos espirituales. La pareja sigue mecánicamente las enseñanzas de la
biblia pero sin el calor de la presencia de Cristo. Esto genera un ambiente
rígido y legalista. Así se achantarán o se perderán los hijos.
¿Quiere tener un hogar cristiano? Con humildad hay que reconocer nuestra
dependencia en el Señor. Renunciar a nuestros gustos y a nuestra manera de
hacer las cosas y disponernos seriamente a adoptar y practicar los principios
Bíblicos en la crianza de nuestros hijos.
“Instruye al niño en su camino,
y aúnaun cuando fuere viejo no se apartará de El”
Prov. 22:6
1. AMAR
2. CORREGIR
3. ENSEÑAR
4. INSPIRAR
5. SER EJEMPLO
Para poner este versículo en práctica, tenemos que buscar maneras de pasar tiempo
con nuestros hijos. Existen dos clases de momentos durante el día en las que podemos
enseñarles los principios bíblicos a nuestros hijos:
Todo niño y joven quiere saber quién es, para qué sirve, cuál es su lugar en la vida.
Esto se llama buscar su “identidad”. Nosotros los padres somos el primer “espejo”. Si
le decimos al niño que es “feo como el abuelo”, “bruta y coqueta como su mamá”,
“perezoso como su tío” o “terco como su papá”, o “la más desorganizada”... el niño
nos cree. Piensa “así soy yo” y se comporta de esa manera. En vez de rebajar la
autoestima del niño, lo podemos hacer florecer.
Cualidades y Talentos.
Tanto las expectativas demasiado bajas como las expectativas demasiado
altas son dañinas. “Hijo, creo que algún día usted va a ser el presidente de Colombia”
puede frustrar al hijo. “Hija, eres tan juiciosa con tus estudios, algún día tendré es
gusto de verte terminar el bachillerato o la universidad”. Este comentario inspira la
niña.
Para ser padres que inspiran y motivan a sus hijos, consideremos el siguiente
plan:
1) Observe al hijo: Busque sus cualidades. ¿Tiene talento para música? ¿Es buen
comunicador? ¿Le gusta arreglar cosas dañadas? ¿Es organizada? ¿Es
estudioso? ¿Hace bien los oficios del hogar? ¿Es colaboradora?, ETC.
2) Párelo después de que haga algo bien hecho: Así como uno reacciona al notar
que hace algo mal hecho, haga lo contrario. Descríbale lo bueno que usted ha
notado. “Marta, noto que estás dedicando bastante tiempo practicando la
guitarra. Estás progresando bien. Creo que tienes talento musical”.
Compromisos y Convicciones.
En el hogar es que empezamos a conocer la Palabra de Dios a desarrollar
convicciones. Del joven Timoteo leemos:
“Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has
aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te
pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”
-2 Timoteo 3:14-15.
Busquemos formas de ayudar a nuestros hijos a tener convicciones bíblicas firmes,
y de hacer compromisos serios con Dios. Por ejemplo, el año pasado nuestra hija
mayor cumplió los 15 años. En la celebración le pasamos una hoja con el siguiente
compromiso. Le dijimos que si ella sentía firmarlo, lo haríamos enmarcar.
Ahora está enmarcado colgando en la pared de su dormitorio.
Un ejemplo de “Mi Compromiso Personal con Dios” (La joven pone su nombre)
Para bien o para mal, los hijos imitarán mucho del comportamiento de sus
padres.
¿Qué piensan tus hijos de su cristianismo? ¿Ven evidencias de una profunda entrega
a Dios? ¿Su manera de vivir la vida cristiana motiva a sus hijos?
¿Y si nos equivocamos? El objetivo es vivir una vida abierta y transparente delante de
sus hijos. Como padres, a veces nos damos cuenta que nos hemos
equivocado. Castigamos sin investigar bien el asunto. Acusamos
injustamente, levantamos la voz sin necesidad, o les hicimos pasar una vergüenza
en público. Al equivocarnos, debemos mostrar esa humildad de la cual hablamos
y disculparnos con nuestros hijos. Ellos nos respetarán por ser sinceros. A ellos
les será más fácil reconocer, admitir y confesarnos sus fallas, al observar que
nosotros también fallamos y nos disculpamos. Todos somos imperfectos.
Buenos modales en el hogar.
Es fácil criticar y desanimar. Busque maneras de sorprender a su hijo haciendo
algo bueno y felicítelo. Todos necesitamos que nos animen. Use buenos
modales con sus hijos usando expresiones como “muchas gracias”, “por favor”.
Respeto y cortesía en el hogar comienza con los padres.
Ejemplo y Autoridad
Queridos padres, nuestro ejemplo es la base moral que necesitamos para criar
hijos. Sin ella no tendremos el respeto que necesitamos influenciar a nuestro
hijos.
CONCLUSIÓN: No existen padres perfectos. Al crecer los hijos, toman sus propias
decisiones y serán responsables delante de Dios por sus propias elecciones. Aún los
mejores padres pueden tener “hijos pródigos”.
Vivamos nuestra vida cristiana con sinceridad en nuestro hogar. Roguemos a Dios
por el buen desarrollo de nuestros hijos. Utilicemos a consciencia estas 5
herramientas que Dios nos ha dado:
AMEMOS a cada hijo con equilibrio.
ENSEÑEMOS a cada hijo a caminar en los caminos del Señor, pero de una
manera alegre.
CORRIJAMOS a cada hijo inteligentemente y según la Palabra de Dios.
INSPIREMOS a cada hijo a darle lo máximo al Señor.
SEAMOS UN EJEMPLO de vida cristiana que nos quieran imitar.