Taller para Padres

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TALLER PARA PADRES CRISTIANOS

“CONSEJOS PARA PADRES QUE DESEAN CRIAR SUS HIJOS PARA EL SEÑOR”
“Jehová… buscaba una descendencia para Dios”
– Malaquías 2:14-1

La familia es una idea de Dios. Él la valora y creó leyes para defenderla. Tanto aprecia
la familia que al enviar a su hijo Jesucristo a la tierra lo plantó en el seno de un hogar
donde pudiera recibir la atención y el calor de un papá y de una mamá.
¿Cuánto valoras a tu familia? ¿Prefieres pasar tiempo con tus amigos y en tu trabajo
más que con tus hijos? ¿Quieres los beneficios de un hogar feliz pero sin el esfuerzo y
sin hacer los sacrificios?.
¿Por qué tanto los problemas de crianza?
1) Porque los padres rechazan a Jesucristo y la Palabra de Dios. Los padres han
entregado su vida al Señor pero no dejan que Cristo transforme su vida
familiar. Tratan a su pareja y a sus hijos “como a nosotros nos criaron”. Así los
pecados y los malos comportamientos pasan de una generación a la otra.
Aparte de los afiches cristianos en la pared, el ambiente en estos hogares de
parejas cristianas es el mismo que el de hogares no cristianos.
2) Porque los padres mezclan sus tradiciones con la sabiduría de Dios.
Esencialmente criamos a nuestros hijos
como nos criaron a nosotros con algunas pequeñas
adaptaciones Bíblicas. Usamos versículos para criar a nuestra manera.
Existirán serias inconsistencias. Los hijos notarán y rechazarán la hipocresía.
3) Porque los padres aplican los principios Bíblicos sin
ser ellos espirituales. La pareja sigue mecánicamente las enseñanzas de la
biblia pero sin el calor de la presencia de Cristo. Esto genera un ambiente
rígido y legalista. Así se achantarán o se perderán los hijos.
¿Quiere tener un hogar cristiano? Con humildad hay que reconocer nuestra
dependencia en el Señor. Renunciar a nuestros gustos y a nuestra manera de
hacer las cosas y disponernos seriamente a adoptar y practicar los principios
Bíblicos en la crianza de nuestros hijos.
“Instruye al niño en su camino,
y aúnaun cuando fuere viejo no se apartará de El”
Prov. 22:6

Herramientas para instruir a los hijos.


Tenemos 5 herramientas para formar el carácter de nuestros hijos. Podemos
recordarlos al relacionarlos con los cinco dedos de nuestra mano. Ninguna de estas
herramientas funciona sola, Usando la mano completa (Usando las 5 herramientas
juntas) es la mejor manera de preparar a nuestros hijos para la aventura que
tienen por delante. Estas son:

 1. AMAR
 2. CORREGIR
 3. ENSEÑAR
 4. INSPIRAR
 5. SER EJEMPLO

1. AMAR a nuestros hijos.-


Dios ama a sus hijos y desea que sean felices. Pero la felicidad y la realización están

ligadas a la obediencia. Hijos obedientes son hijos felices. El amor según la

Biblia es una dedicación constante al bienestar de la otra persona.


Padres que aman quieren lo mejor para sus hijos. Esto
es más que salud y una buena educación.  Están dispuestos a incomodarse y
sacrificarse por el bien de sus hijos. Disciplinan con amor aun cuando están
cansados.
Padres que aman, están dispuestos a dar. No solo la alimentación y la
dormida. Dan de su tiempo, muestran interés, prestan atención, preguntan,
se preocupan.
Padres que aman, escogen amar. El amor no siempre se siente. Amar es una
decisión de la voluntad. Para el bien del hijo, debemos demostrar amor aun
cuando no sintamos el deseo. La constancia del amor genera hijos seguros y
estables.
Padres que aman perdonan. Un padre criticón o muy exigente puede

dañarle la autoestima a un niño. Los padres pueden hacerle sentir al


hijo que es un fracaso o inspirarle a desarrollar sus habilidades. Los errores
después de confesados, deben ser perdonados y olvidados. Similarmente,
cuando nos equivocamos y ofendemos al hijo debemos pedirle perdón.
Padres que aman, buscan conocer a su hijo. Cada hijo es diferente y con el
paso del tiempo los hijos van creciendo y cambiando. El padre o la madre
que ama a sus hijos desearán estar cerca de ellos, durante este periodo de
cambio, conocer sus gustos, sus intereses, sus sueños, sus temores. Los
amarán como “personas”.

Promueva activamente la unidad familiar.


El sentimiento de unidad lo que le da ambiente e identidad al hogar debe cultivarse. Si
se descuida la casa se vuelve como un hotel donde cada uno entra y sale entretenido
en lo suyo personal. ¿Qué hacen las familias que gozan de “este calor de Hogar”?.
Se divierten juntos. Se cuentan anécdotas. Juntos se ríen de los chistes del
colegio. Tratan de tener paseítos juntos. Tenga unos juegos de mesa en casa. El
objetivo es que los hijos desean volver a casa por que la pasan bien en familia.

Comen juntos: ¿Dónde podemos encontrar el tiempo para charlar en familia?


Todos estamos tan ocupados. Nuestra sugerencia es que hagan un esfuerzo
increíble para comer Juntos como familia por lo menos una vez al día. Padre
de familia insista en que nadie empiece a comer hasta que usted de gracias, por
los alimentos. Y no ore hasta que todos estén sentados a la mesa. Esto da la
oportunidad de charlar durante la comida. Es mucho mejor tener una mesa de
comedor que un televisor. Sea disciplinado. Coman sin afán. Compre lo
necesario para que coman en familia. Es una inversión en la unidad familiar.

Sirven al Señor juntos: Aparte de tener un tiempo devocional en familia es


bueno buscar maneras de servir a Dios juntos. Me imagino que Noé involucró a
sus 3 hijos en la construcción del arca. El trabajar juntos une y protege la
familia. Cuando sea posible llévese un hijo para hacer esa visita al hospital o
estudio bíblico en el hogar. Visite como pareja. Inviten creyentes nuevos a su
hogar. Inviten a otros a almorzar. La hospitalidad puede ser un servicio al Señor
como familia. Motive y apoye a sus hijos a servir en la asamblea.
Etapas de crecimiento
Para usar las siguientes 3 herramientas, es decir para enseñar, corregir e inspirar a
nuestros hijos es importante notar la etapa en la cual se encuentran. De forma general
observaremos 3 etapas:
Etapa 1: Entre los 0 y los 9 años. Se encuentran en la niñez son estudiantes de
primaria.
Etapa 2: Entre los 10 y los 12 años. Estos son pre-adolescentes.
Etapa 3: Mayores a los 13 años. Estos son adolescentes y jóvenes.

Algunas características de las Etapas 1 y 2. Niños y niñas en la Etapa 1 y entrando en la


etapa 2 presentan las mejores oportunidades para formarles y enseñarles. Si se les
observa con cuidado, notará que son:
Creativos: Tienen una imaginación única. Se inventan juegos.
Curiosos: Destapan, miran, escuchan, tocan, desbaratan.
Activos: Se mueven y hacen bulla desde temprano y hasta tarde.
Sociables: Con facilidad encuentran nuevos amiguitos.
Cariñosos: Demuestran efecto a sus padres.
Espirituales: Con naturalidad, oran, cantan y hablan de cosas espirituales.
Para comunicarse con niños de esta edad, es bueno el movimiento, el cambio y las
sorpresas. Prefieren jugar que solo hablar, son de corta concentración. Les encanta los
cuentos, las historias bíblicas ilustradas, las canciones, especialmente las que tengan
acciones. Para ellos, nosotros sus padres somos sus héroes. Nos creen, ¡Aproveche
bien este tiempo de oportunidades!.
Algunas características de las Etapas 2 y 3
Para pre-adolescentes y especialmente para adolescentes y jóvenes, las relaciones
interpersonales son muy importantes. Son muy leales con sus compañeros. Son
comunicadores. Esto es evidente en la acogida tan notoria entre ellos de los teléfonos
celulares y chateo por Internet. Estos prefieren cosas prácticas. Requieren una fe
práctica. Un discipulado con estudios sistemáticos. Necesitan saber que creer. Se les
debe ofrecer oportunidades para que trabajen y sirvan al Señor. Padres deben ser
creativos en esta etapa.

2. CORREGIR a nuestros hijos.

“La vara y la corrección dan sabiduría,


Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre”
- Proverbios 29:15
¿Qué es disciplinar?
 Es guiar, supervisar y educar el desarrollo de los gustos del niño. Es enseñarles a los
hijos a tomar decisiones sabías. Cada vez que se le ayuda a un niño a
tomar una buena decisión lo estamos disciplinando.
Tres buenas razones para corregir a su hijo.
1. Porque los niños necesitan corrección.  “La necedad está ligada en el corazón
del muchacho más la vara de corrección la alejará de él”. Prov. 22:15.
2. Porque es un mandamiento del Señor. “No rehúses corregir al muchacho
porque si lo castigas con vara, no morirá. Lo castigarás con vara, y librarás su
alma del Seol” Prov. 2:13-14. Padres sabios escogen obedecer las instrucciones
de Dios por encima de sus sentimientos, tradiciones y razonamientos.
3. Porque al corregir demostramos que amamos. “El que detiene el castigo, a su
hijo aborrece, más el que lo ama, desde temprano lo corrige” –Prov. 13:24. “El
Señor al que ama, disciplina y azota a todo el que recibe por hijo” –He. 12:6.
 ¿Qué se busca al castigar?
Se busca corregir dos cosas muy peligrosas:
1) El desarrollo de malas acciones o actitudes (orgullo, grosería, robo, mentira,
agresión, etc.
2) La confrontación a la autoridad o rebeldía, es decir cuando el niño
conscientemente escoge desobedecer.
Padres sabios siempre actúan frente a estas situaciones. ¡No se permiten dejar pasar ni
una!.
Motivos equivocados para castigar.
Venganza: Disciplina con rabia. Estoy enojado porque me quebró el espejo.
Machismo: Mostrar que yo soy el jefe. Disciplina caprichosa.
Vitrina: Disciplinar a los hijos para que otros me vean. Deseamos mostrar que
somos buenos padres. Preocupación por su imagen.
Desahogo: Cuando el niño es castigado exageradamente porque estoy frustrado
con otros problemas.
Todos estos motivos son malos porque son para el beneficio de los padres, no para el
de los hijos.
¿Cuándo debemos comenzar a castigar?
“El que detiene el castigo, a su hijo aborrece;
Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige”
- Proverbios 13:24.
Cuando bien pequeños (menos de 12 meses) Se les puede pegar una palmadita suave.
Al ir creciendo, la palmadita debe ser más dura. Castigar no es un “acto simbólico”.
Debe doler.
Características de un castigo efectivo.
Que se realice con dignidad. Se corrige con calma, sin enojo y en privado.
Que tenga impacto sobre el hijo. Que el castigo le duela de alguna manera.
Que sea razonable. Que refleje la gravedad de la desobediencia.
Que sea a tiempo. Entre más cerca este el castigo al evento, más efectivo es.
Que sea consistente. El castigo debe ser igual, ya sea en la casa o por fuera de
la casa.
Que sea respaldado. Tanto papá y mamá están de acuerdo con el castigo y se
respaldan.
Que se relacione al error. Donde sea posible, es bueno buscar castigos que
tengan algo que ver con la desobediencia. Si el niño se robó una galleta, queda
sin gustos unos días. Si estaba viendo Tv. sin permiso, queda sin Tv una
semana.
Castigos deben reflejar la edad del hijo. Recordemos las tres etapas en el desarrollo
de los hijos.
Etapa 1: Entre los 0 y los 9 años.
Etapa 2: Entre los 10 y los 12 años.
Etapa 3: Mayores a los 13 años.
El castigo corporal (Una palmada o un correazo moderado) puede ser efectivo durante
la Etapa 1. Pero al avanzar la edad se debe reducir la dependencia en el castigo
corporal y buscar el diálogo, tratar de convencer y otras formas de castigo. Castigo
corporal a hijos en la Etapa 3 generalmente produce rabia y rebeldía. Puede hasta
dañar la relación padre-hijo. Miremos algunas posibilidades:
Corrección en Etapas 2 y 3: Algunas ideas.
Puede quitarles temporalmente algo que les gusta, como el celular, el Tv, las
salidas por la noche.
Puede aplicarle un “casa por cárcel”, es decir, por una semana o dos, sólo se le
permite salir al colegio y a la capilla. Nada de actividades sociales.
Busque maneras en que ellos puedan vivir una mala consecuencia de su
desobediencia. Por ejemplo, si se comió la plata del bus entonces debe
madrugar y andar al colegio mañana. No trabajó, entonces
pierde una comida. Perdió la chaqueta por descuido en el
colegio, debe realizar trabajos extra en casa para ayudar a comprar otro o
aportar algo de sus ahorros.
Como castigo, no le quite cosas constructivas. Por ejemplo, como castigo,
algunos padres no dejan que
el joven valla al campamento cristiano o a la iglesia el domingo. Esto es
quitarle algo que le puede ayudar a mejorar. ¡Piénselo bien!
Corrección en Etapas 1 y 2: Algunas ideas.
Para esta edad, el castigo corporal debe aplicarse cuando el caso lo requiera.
Evite infundirle terror al niño. La idea es dirigirle y definirle unos límites sanos.
A continuación describo un procedimiento que ha sido muy efectivo para
nosotros.
Uno, dos y tres… ACCIÓN. No es siempre posible que el hijo actué inmediatamente.
Nosotros hemos encontrado que el método de contar uno, dos y tres nos ha
funcionado muy bien con nuestros hijos.
Por ejemplo, damos la instrucción: “Por favor arregle la
cocina”. Luego contamos calmadamente hasta 3. Si llegamos a tres y aún no ha
empezado a arreglar la cocina, hay un castigo. El tres, significa que ya es muy tarde. Es
interesante notar como los hijos corren al escuchar el “dos”.
El niño obedece cuanto cree que el adulto va a ACTUAR. Este método funciona muy
bien siempre y cuando se utilice con regularidad y consistencia. Para que el método
funcione tiene que castigar SIEMPRE que llegue a tres.
¿Por qué mi niño no se comporta en la reunión de iglesia?
El comportamiento de un niño en un lugar público como en la calle, en el almacén o en
la asamblea, refleja su comportamiento en la casa. Si los padres no tienen autoridad
sobre sus hijos en la casa, mucho menos la tendrán fuera de la casa. Si no exigimos
obediencia en casa, tampoco la lograremos fuera de la casa.
¿Qué puedo hacer con mis hijos durante la reunión?
Para niños pequeños, una hora es mucho tiempo. Motívales
a participar donde les sea posible. Si el niño ya lee cómprele una Biblia y un libro de
cantos. Motívelo a seguir las lecturas y a cantar, por lo menos por los primeros 20 o 30
minutos. Si desea que el niño no ande por todo el salón, lleve algo para entretenerlo.
Colores y libritos son ideales. Entregarle unas llaves u objetos ruidosos al niño no es
recomendable. Tampoco prestarle un corario de la iglesia para que lo dañe.
Eduque al niño a sentarse siempre a su lado. Los más
grandes pueden sentarse con sus amiguitos como premio por buen comportamiento.
¿Cuándo NO se debe castigar?
Hay algunas situaciones en que los padres NO deben disciplinar a los hijos:
Accidentes. Hay errores y equivocaciones que son parte normal del crecimiento y
del aprendizaje.
Limitaciones naturales. Hay cosas que el niño no puede hacer a cierta edad. Cada niño
tiene su límite físico y mental. Algunos niños sufren de mucha timidez. Los niños son
diferentes. Evite comparar un hijo con otro.
Olvidos involuntarios: Debido a la emoción de algún evento, es posible que un niño
olvide algo inocentemente. Diferencia entre estos olvidos ocasionales involuntarios y
lo que es irresponsabilidad o rebeldía.
Cuando no hay claridad de lo ocurrido: Investigue bien. Pregunte a varios. Castigar
injustamente genera un niño amargado y rebelde.
¿Qué debo hacer cuando tengo rabia?
No castigue. Puedes decirle al niño: “Ve a tu cuarto. Espérame después hablamos”.
Después de unos 10 o 15 minutos búsquelo, si lo considera necesario, ahora castíguelo
con calma, con firmeza y con amor.
¿Por qué a veces no corregimos?
Porque estamos cansados - no tenemos energías.
Porque estamos muy ocupados - tenemos poco tiempo.
Porque estamos muy distraídos - tenemos malas prioridades.
Porque somos perezosos - amamos poco.
Porque nos faltan ideas - no sabemos cómo.
Porque estamos muy bravos - nos falta disciplina personal.
Porque somos desobedientes – nos falta convicción bíblica

3. ENSEÑAR a nuestros hijos.

¿Quién debe enseñar?


Damos gracias a Dios por las reuniones cristianas, los maestros de jóvenes y escuela
dominical, los organizadores de campamentos, familiares y amistades. Estos nos
colaboran en la crianza de nuestros hijos, pero la responsabilidad de enseñarle a los
hijos la pone Dios sobre nosotros como padres. No podemos evadir esta
responsabilidad, ni pasársela a nadie.
¿Qué deben enseñar los padres cristianos?
Los principios de la Palabra de Dios. Esto es mucho más
que contarles las historias de la biblia y motivarles amemorizar versiculos. El objetivo s 
que entiendan y alegremente acepten los principios y los valores de Dios. No basta con
que el niño sepa que mentir es pecado. Queremos que el niño se acostumbre a decir la
verdad. ¿Por qué? Porque el hijo ama a Dios y quiere agradarle.
Padres cristianos no pueden estar constantemente junto a sus hijos. La visión es
motivarles a entregar su vida a Cristo, amarle y querer obedecerle. A los ojos de Dios,
el éxito consiste en obedecer.
Mi niño nació irresponsable como su papá.
Un niño es como un jardín. Si no se trabaja, crece pura maleza. Al niño se le puede
enseñar a ser cumplido y responsable. Desde temprana edad se le puede enseñar a
recoger sus juguetes, a arreglar su habitación, a colaborar con limpieza en la cocina. Se
le puede enseñar a respetar la propiedad de los demás. Se le puede enseñar las
normas normales de buena cultura contestando “Si Señor” y “No señora”. El niño
puede aprender a ser aseado, a no botar su basura en el suelo, a ser generoso a
compartir. ¡Nunca le celebre una grosería! Los niños no nacen groseros e
irresponsables. Los padres permiten que así se desarrollen.

Como regla general, los hijos llegan a ser,


Lo que los padres les permiten que sean.

El concejo bíblico para la crianza de nuestros hijos es:


“Criadlos en la disciplina y la amonestación del Señor”
- Efesios 6:4.

Disciplina y amonestación ¿Cuál es la diferencia?


La buena crianza de hijos es una mezcla de castigo (regaños,
limitaciones y la varita) y de amonestación (consejos y explicaciones).
Con la disciplina o el castigo se busca corregir la mala actitud y la mala
conducta por medio de la incomodidad y dolor físico.
Con la amonestación se busca corregir los malos pensamientos por medio de la
enseñanza del diálogo sincero y amoroso.
¿Cuándo se disciplina y cuando se amonesta?
La disciplina cristiana siempre busca ayudar al niño a “madurar y andar por el buen
camino”. Por eso toda disciplina debe ir acompañada de explicaciones, aclarando al
hijo dónde se equivocó y porque lo que hizo no es aceptable.
La cantidad de disciplina y amonestación depende de la edad y la madurez del niño.

Al aumentar la edad se aumenta la amonestación


Y se reduce el castigo.

Ingredientes de una amonestación efectiva.


Con la amonestación se busca cambiar la mente y la voluntad del niño. Es decir, se
busca su forma de pensar y de actuar.
CORREGIR SU MENTE – SU FORMA DE PENSAR.
1. Se le debe explicar que fue lo malo que hizo, y por qué es malo.
2. Se le debe explicar que es lo correcto que debía haber hecho, y porque es
correcto.
CORREGIR SU VOLUNTAD - SU COMPORTAMIENTO:
3. Se le debe motivar a reconocer su mal pensamiento y su mala conducta.
4. Se le debe ayudar a que confiese que es culpable.
¿Qué es obediencia?
Algunos padres no educan a sus hijos a obedecer porque ellos mismo no saben que
esperar. ¿Cuándo se sabe si su hijo obedeció? La obediencia consta de tres elementos:
1. Acción inmediata. No cuando el hijo quiera.
2. Acción completa. No a medias. Si no ha terminado la tarea, no ha obedecido.
3. Buena actitud. No se debe aceptar sujeción de mala gana como si eso
fuera verdadera obediencia. Se busca acción de buena voluntad.
Si su hijo no cumplió con estos tres elementos, no ha obedecido. Para exigir esta clase
de obediencia, el padre debe hablar en voz clara y normal (no gritar). Confirme que el
niño si entendió sus instrucciones. Asegúrese que el niño
si está en condiciones de responder inmediatamente y capaz de hacer el trabajo antes
de exigirle.
¿Cuándo debe enseñar?

“Estas palabras que te mando hoy, estarán sobre tu corazón,


Las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el
camino, y al acostarte, y cuándo te levantes” - Deuteronomio 6:5-7

Para poner este versículo en práctica, tenemos que buscar maneras de pasar tiempo
con nuestros hijos. Existen dos clases de momentos durante el día en las que podemos
enseñarles los principios bíblicos a nuestros hijos:

Momentos estructurados: Estos son tiempos planificados en familia. Consiste en


apartar un momento de cada día para el altar familiar, el “minuto de Dios”, el
devocional familiar.
Momentos inesperados: Estas son las oportunidades que presenta la vida para explicar
y aplicar los principios de la palabra de Dios. Por ejemplo:
- Si usted apaga la Tv porque una película se está volviendo mal
sana, tome la oportunidad de explicarle a sus hijos porque esa película no
conviene, porque no le agrada a Dios.
- Al pasar el bus por una zona roja, sus hijos podrán
observar unas protitutas paradas en la esquina. Esta
situación se presta para hablar de los peligros de la
prostitución, la tristeza de tener que vender el cuerpo. Dependiendo el
ambiente se puede comentar sobre los planes de Dios para la sexualidad, el
valor de la familia, las influencias de amistades, la importancia de escoger bien
los amigos o temas afines.
- Si ven un incendio o una casa caída, podemos conversar sobre la brevedad de
la vida, la inseguridad de lo material, o la importancia de atesorar tesoros en el
cielo.
Estimados padres, abramos bien los ojos: ¡Aprovechemos! estas “oportunidades”
que se presentan durante el día. Utilicemos algunas de ellas para influenciar las
mentes de nuestros hijos.
¿Cómo organizar una devocional familiar?
Busque un tiempo natural cuando pueda reunir a toda la
familia. Lo recomendable es una vez al día. Muchos
encontramos que es bueno comer juntos. El tiempo
devocional familiar puede ser antes o después de una comida, o antes de acostar a los
niños. Su duración puede ser de unos 5 a 10 minutos. Busque material que se ajuste a
la edad o la etapa que estén viviendo sus hijos. Algo que les sea interesante.
Haga preguntas sobre lo leído. Trate de motivar algo de discusión y concreten una o
dos aplicaciones.
Para variar, algunos días en vez de lectura bíblica, pueden cantar unos himnos o unos
coros. A veces pueden orar todos en turno, incluyendo a mamá y cada uno de los hijos.
Es mucho mejor todos los días un poquito, que pocos devocionales pero bien laaargas.
¿Cuándo se le explica al niño lo del sexo?
Sencillamente cuando empiece a preguntar. Contéstele naturalmente y siempre dígale
la verdad. Se le debe dar suficiente información para satisfacer su curiosidad de ese
momento. Más adelante se le podrá ampliar la explicación. Si los padres no explican
estas cosas, las aprenderán de mala manera en la calle. Existen libritos sobre
la sexualidad para niños. Estos pueden ser muy útiles.

4. INSPIRAR a nuestros hijos.

Todo niño y joven quiere saber quién es, para qué sirve, cuál es su lugar en la vida.
Esto se llama buscar su “identidad”. Nosotros los padres somos el primer “espejo”. Si
le decimos al niño que es “feo como el abuelo”, “bruta y coqueta como su mamá”,
“perezoso como su tío” o “terco como su papá”, o “la más desorganizada”... el niño
nos cree. Piensa “así soy yo” y se comporta de esa manera. En vez de rebajar la
autoestima del niño, lo podemos hacer florecer.
Cualidades y Talentos.
Tanto las expectativas demasiado bajas como las expectativas demasiado
altas son dañinas. “Hijo, creo que algún día usted va a ser el presidente de Colombia”
puede frustrar al hijo. “Hija, eres tan juiciosa con tus estudios, algún día tendré es
gusto de verte terminar el bachillerato o la universidad”. Este comentario inspira la
niña.
Para ser padres que inspiran y motivan a sus hijos, consideremos el siguiente
plan:
1) Observe al hijo: Busque sus cualidades. ¿Tiene talento para música? ¿Es buen
comunicador? ¿Le gusta arreglar cosas dañadas? ¿Es organizada? ¿Es
estudioso? ¿Hace bien los oficios del hogar? ¿Es colaboradora?, ETC.

2) Párelo después de que haga algo bien hecho: Así como uno reacciona al notar
que hace algo mal hecho, haga lo contrario. Descríbale lo bueno que usted ha
notado. “Marta, noto que estás dedicando bastante tiempo practicando la
guitarra. Estás progresando bien. Creo que tienes talento musical”.

3) Exprésele como se siente: “Marta me siento muy satisfecho de ver tu disciplina


con la guitarra. Me alegra escucharte progresar”.

4) Inspírelo – hable de un posible futuro: “Marta, si continuas así, dentro de poco


puedes ayudar con la alabanza en la reunión de jóvenes”.

5) Exprese afecto: Termine con una palmadita en la espalda o un abrazo. El


contacto físico entre padres en hijos afirma la relación. Fortalece las palabras
que le acaba de compartir. Como padres, podemos soñar con nuestros
hijos. Viendo sus habilidades y talentos, podemos motivarles a esforzarse. Pero
tenga cuidado con presionar y frustrar. La idea en pintarles nuevos
horizontes de lo que podría ser, si sigue por ese buen camino.

Compromisos y Convicciones.
En el hogar es que empezamos a conocer la Palabra de Dios a desarrollar
convicciones. Del joven Timoteo leemos:
“Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has
aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te
pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”
-2 Timoteo 3:14-15.
Busquemos formas de ayudar a nuestros hijos a tener convicciones bíblicas firmes,
y de hacer compromisos serios con Dios. Por ejemplo, el año pasado nuestra hija
mayor cumplió los 15 años. En la celebración le pasamos una hoja con el siguiente
compromiso. Le dijimos que si ella sentía firmarlo, lo haríamos enmarcar.
Ahora está enmarcado colgando en la pared de su dormitorio.

Un ejemplo de “Mi Compromiso Personal con Dios” (La joven pone su nombre)

Con la ayuda de Dios, y por medio de este compromiso escrito, manifiesto mi


firme propósito de mantenerme pura para mi Señor Jesús, de cuerpo, mente,
corazón y alma, desde hoy hasta el final de mi vida. En mis amistades con los
varones tendré cuidado de no serles un tropiezo en mi forma de vestir ni en
mi comportamiento con ellos. Mientras sea la voluntad de Dios que yo esté
soltera, dedicaré mi vida a servirle a Él y buscaré ser un buen ejemplo para mis
hermanas en la fe. Si es Su voluntad que me case, esperaré hasta que Dios me
muestre un hombre respetuoso y entregado a Jesucristo. Esperaré hasta el
matrimonio para tener relaciones íntimas con él, y le seré fiel como mi único
compañero. Sé que soy débil, y no confío en mi propio poder. Pido a mi Señor
que me conceda su gracia y su poder para cumplir estos propósitos que sé que le
agradan a Él.
Lugar y fecha ________________ Firma _______________

5. SER EJEMPLO para nuestros hijos.


Un ejemplo de una vida consagrada al Señor es la influencia más fuerte y efectiva en la
vida de los hijos. El apóstol Pablo decía:
“Sed imitadores de mí como yo de Cristo”
-1 Corintios 11:1.

Para bien o para mal, los hijos imitarán mucho del comportamiento de sus
padres.
¿Qué piensan tus hijos de su cristianismo? ¿Ven evidencias de una profunda entrega
a Dios? ¿Su manera de vivir la vida cristiana motiva a sus hijos?
¿Y si nos equivocamos? El objetivo es vivir una vida abierta y transparente delante de
sus hijos. Como padres, a veces nos damos cuenta que nos hemos
equivocado. Castigamos sin investigar bien el asunto. Acusamos
injustamente, levantamos la voz sin necesidad, o les hicimos pasar una vergüenza
en público. Al equivocarnos, debemos mostrar esa humildad de la cual hablamos
y disculparnos con nuestros hijos. Ellos nos respetarán por ser sinceros. A ellos
les será más fácil reconocer, admitir y confesarnos sus fallas, al observar que
nosotros también fallamos y nos disculpamos. Todos somos imperfectos.
Buenos modales en el hogar.
Es fácil criticar y desanimar. Busque maneras de sorprender a su hijo haciendo
algo bueno y felicítelo. Todos necesitamos que nos animen. Use buenos
modales con sus hijos usando expresiones como “muchas gracias”, “por favor”.
Respeto y cortesía en el hogar comienza con los padres.
Ejemplo y Autoridad
Queridos padres, nuestro ejemplo es la base moral que necesitamos para criar
hijos. Sin ella no tendremos el respeto que necesitamos influenciar a nuestro
hijos.

La autoridad que se exige, de poco sirve.


La autoridad que se gana, funciona.

CONCLUSIÓN: No existen padres perfectos. Al crecer los hijos, toman sus propias
decisiones y serán responsables delante de Dios por sus propias elecciones. Aún los
mejores padres pueden tener “hijos pródigos”.
Vivamos nuestra vida cristiana con sinceridad en nuestro hogar. Roguemos a Dios
por el buen desarrollo de nuestros hijos. Utilicemos a consciencia estas 5
herramientas que Dios nos ha dado:
AMEMOS a cada hijo con equilibrio.
ENSEÑEMOS a cada hijo a caminar en los caminos del Señor, pero de una
manera alegre.
CORRIJAMOS a cada hijo inteligentemente y según la Palabra de Dios.
INSPIREMOS a cada hijo a darle lo máximo al Señor.
SEAMOS UN EJEMPLO de vida cristiana que nos quieran imitar.

El trabajo nos queda grande. Definitivamente necesitamos la ayuda del Señor.


“Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová
Cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré
En el camino bueno y recto” -1 Samuel 12:23.

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