Realism o

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REALISMO

Movimiento literario que surgió a mediados del siglo XIX marcando una ruptura con el
romanticismo.
El término” realismo” comenzó a usarse a partir de la exposición de caderas de Gustave
Coubert en 1850 en parís. Coubert se considera el padre de dicho movimiento.
El realismo se interesó por retratar el mundo cotidiano, los problemas del individuo y las
condiciones socioeconómicas de las diversas clases.

NATURALISMO
El naturalismo se introdujo hacia 1882, en medio de una fuerte polémica.
Este movimiento tenía como objetivo explicar los comportamientos del ser humano. El
novelista del naturalismo pretende interpreta la vida mediante la descripción del entorno
social y descubrir leyes que rigen la conducta humana.
Adopción de los temas relativos a las conductas sexuales como elemento central de las
novelas.

SIMBOLISMO
El simbolismo fue uno de los movimientos artísticos más importantes de finales del siglo
XX originados en Francia y Bélgica.
Jean Mórea definió este estilo como –“ enemigo de la enseñanza, la declamación y
descripción objetiva”-
Para el simbolista, el mundo es un misterio por descifrar y el poeta debe trazar las
correspondencias ocultas que unen los objetos sensibles.
MODERNISMO
En un principio el término “modernista” tuvo carácter despectivo ya que era utilizado por
aquellos que se oponían a las novedades, pero con el tiempo pasó a designar, sin
ninguna connotación negativa, a los cultivadores de esta nueva tendencia. El máximo
representante del Modernismo es el nicaragüense Rubén Darío.
A diferencia de los otros movimientos literarios, el Modernismo surgió en América y no
Europa. La entrada del Modernismo en España se produjo en 1892 con la llegada de
Rubén Darío.

ALBUM ILUSTRADO DE POEMAS Yo he visto a la luna llena,


SIMBOLISTAS como un sueño, en el sendero,
CABEZA DE FAUNO en una mano el acero,
En la enramada que, florecida e incierta, en la otra un reloj de arena,
es verde estuche de oro recamado al caballero
de flores donde duerme el beso, alerta
y mirando el primor de su bordado, de las baladas del Rhin,
como un huracán violento
sus ojos alocados el fauno ostenta; galopando hacia el confín
muerden sus dientes en la flor de llamas, con la negra capa al viento
y como un vino añejo es su sangrienta sobre un rocín
boca al sembrar sus risas entre ramas.
negro de ébano y fulgente
Deja, al huir como la ardilla adusta, como un ascua, velozmente;
perlerías de risa en cada hoja, sin ¡hop! ni fusta, ni brida,
y hace que, atento a un vuelo que le ir a carrera tendida
asusta, eternamente.
con su áureo beso el bosque se recoja.
Autor del poema: Arthur Rimbaud Amplio chambergo plumado;
en las cuencas, su ojo ciego
entre la niebla ha brillado
con un fulgor azulado
de arma de fuego.

Como ala de gaviota


que sorprende la borrasca,
al furor de la nevasca,
su negra capa que flota
al viento, chasca,

y con orgullo luda


su esqueleto marfileño;
PESADILLA
y al cruzar, como un mal sueño Toda el alma resumida
mostraba en la noche umbría cuando lenta la consumo
con aullidos estridentes entre cada rueda de humo
treinta y dos dientes. en otra rueda abolida.
Autor del poema: Paul Verlaine
El cigarro dice luego
por poco que arda a conciencia:
la ceniza es decadencia
del claro beso de fuego.

Tal el coro de leyendas


hasta tu labio aletea.
Si has de empezar suelta en prendas
lo vil por real que sea.
Lo muy preciso tritura
tu vaga literatura
Autor del poema: Stéphane Mallarmé

SALUDO
Nada, esta espuma, virgen es
el verso que sólo a la copa
designa. Así lejos, en tropa,
sirenas húndense al revés.

Navegamos. Mi sitio es,


oh diversos amigos, la popa
y es el vuestro la proa que copa
rayos e inviernos. Embriaguez

gozosa ahora me convida


(su cabeceo no intimida) LA TUMBA DE EDGAR POE
a hacer de pie el saludo mío, Como la eternidad lo transforma en Sí
mismo,
soledad, estrella arrecife, El poeta se yergue con la desnuda
a cuanto valga en este esquife espada
de nuestra vela el blanco brío. Sobre un siglo aterrado por el que fue
Autor del poema: Stéphane Mallarmé ignorada
La muerte que triunfaba en esa voz de
abismo.

Vil sobresalto de hidra que al ángel oyó


dar
Al habla de la tribu un sentido más puro,
En voz alta anunciaron el bebido conjuro
De una negra mixtura en un innoble mar.

La tierra sea hostil, la nube nos repruebe,


Si no esculpe con ellos nuestra idea un
relieve
Que la tumba de Poe de su belleza
EL CIGARRO invista.
Mi corazón babea y popa
Mole calma caída de un cataclismo de asco al cuartel y al caporal.
oscuro, Le echan cucharadas de sopa.
Que este granito muestre para siempre Mi corazón babea y popa,
su arista entre las chanzas de la tropa,
A los vuelos de la Blasfemia en el futuro. bajo una risa general.
Autor del poema: Stéphane Mallarmé Mi corazón babea y popa
de asco al cuartel y al caporal.

Itifálicos, soldadescos,
sus insultos le han depravado.
Por la tarde dibujan frescos
itifálicos, soldadescos.
¡Mares abracadabrantescos,
que el corazón sea salvado!
Itifálicos, soldadescos,
sus insultos le han depravado.
Autor del poema: Arthur Rimbaud

CLARO DE LUNA
Vuestra alma es un exquisito paisaje,
Que encantan máscaras y bergamascos,
Tocando el laúd y danzando y casi
Tristes bajo sus fantásticos disfraces.
VOCALES
Siempre cantando en el tono menor, A negro, E blanco, I rojo, U verde, O
El amor triunfal y la vida oportuna azul: vocales
Parecen no creer en su felicidad algún día diré vuestro nacer latente:
Y sus canciones se unen al claro de la negro corsé velludo de moscas
luna. deslumbrantes,
A, al zumbar en tomo a atroces
Al tranquilo claro de luna, triste y bello, pestilencias,
Que hacen sonar los pájaros en los
árboles, calas de umbría; E, candor de pabellones
Y sollozar extáticos a los surtidores, y naves, hielo altivo, reyes blancos,
Surtidores esbeltos entre los blancos ombelas
mármoles. que tiemblan. I, escupida sangre, risa de
Autor del poema: Paul Verlaine ira
en labio bello, en labio ebrio de
penitencia;

U, ciclos, vibraciones divinas, verdes


mares,
paz de pastos sembrados de animales,
de surcos
que la alquimia ha grabado en las frentes
EL CORAZÓN ROBADO que estudian.
parloteo de jaulas y de unos infantes.
O, Clarín sobrehumano preñado de
estridencias Ventana de duque por la que pienso
extrañas y silencios que cruzan Mundos en veneno de boj y de caracoles
y Ángeles: que se duerme aquí bajo los soles.
O, Omega, fulgor violeta de Sus Ojos. ¡Excesiva beldad! Guardemos silencio.
Autor del poema: Arthur Rimbaud
– Boulevard sin comercio ni movimiento,
mudo, todo drama y toda actuación,
de infinitas escenas eres reunión,
te reconozco y te admiro en silencio.
Autor del poema: Arthur Rimbaud

BRUSELAS (BOULEVARD DEL


REGENTE)
Arriates de amarantos hasta
el agradable palacio de Júpiter.
– ¡Sé que eres Tú, quien por aquí,
mezclas tu Azul, casi sahariano! EL ABANICO DE MADAME MALLARMÉ
Como sin otra expresión
Luego, cual rosas y abetos solares que un latir que al cielo anhela
y lianas que tienen sus juegos cercados, el verso futuro vuela
¡jaula de la viudita…! de la exquisita mansión
¡Singulares
tropas de pájaros, oh iao, iao…! A la baja mensajera
es el abanico si
– ¡Tranquila mansión, antigua pasión! el mismo es que tras de ti
Kiosco de la Loca por afección. a sí propio espejo fuera
Tras nalgas de rosales, el balcón tan límpido (dónde cede
umbrío y muy bajo de la Julieta. pues brizna a brizna la amarga
la poca ceniza vaga
– La Julieta me recuerda a la Enriqueta, sola que afligirme puede)
encantadora estación de tren
en un monte, como al fondo de un vergel Siempre así palpite y siga
¡do a mil azules diablos danzando se ve! en tus manos sin fatiga
Autor del poema: Stéphane Mallarmé
Verde banco do canta al paraíso
jadeante,
en la guitarra, la pálida Irlandesa.
Luego en el comedor a la guayanesa,
nueva fosa en la tierra frígida y avarienta
de mi propio cerebro,
de la esterilidad cruel sepulturero.
-¿Qué decirle a esta Aurora, oh Sueños,
visitado
por las rosas, con miedo de las lívidas,
cuando
junte el extenso osario los vacuos
agujeros?

Renunciar quiero al Arte voraz de un


130. LA PLEGARIA DE UN PAGANO cruel país
No dejes morir tus llamas; y sonriente para los caducos reproches
Caldea mi sordo corazón, que me hacen mis amigos, el pasado y el
¡Voluptuosidad, cruel tormento! genio,
Diva! supplicem exaudî! y mi lámpara que conoce mi agonía,
imitar al sutil chino de fino y límpido
Diosa en el aire difundida, corazón cuyo albo éxtasis está en pintar
Llama de nuestro subterráneo, el fin,
Escucha a un alma consumida sobre tazas de nieve de una arrobada
Que alza hacia ti su férreo canto, luna,
de una flor peregrina que perfuma su
¡Voluptuosidad, sé mi reina! vida
Toma máscara de sirena transparente, la flor que sintió cuando
Hecha de carne y de brocado, niño
a la azul filigrana del alma injertándosele.
O viérteme tus hondos sueños Para la muerte como solo sueño del
En el licor informe y místico, sabio,
¡Voluptuosidad, fantasma elástico! sereno, escogeré un juvenil paisaje
Autor del poema: Charles Baudelaire que he de pintar aún, distraído, en las
tazas.
Un pálido y delgado trazo de azul sería
un lago, entre el cielo de nuda porcelana,
nítida media luna perdida en blanca nube
baña su quieto cuerno en las heladas
aguas
no lejos de tres juncos, pestañas de
esmeralda
Autor del poema: Stéphane Mallarmé

CANSADO DEL AMARGO REPOSO


Cansado del amargo reposo donde
ofende
mi pereza una gloria por la que huí
antaño
de la infancia adorable de los bosques de
rosas
bajo azul natural, cansado siete veces
del exigente pacto de cavar por velada
EFECTO DE NOCHE Como en martirizarme mi afán se
La noche. Llueve. Un cielo siniestro. Se complacía,
destacan Se embriagaba a conciencia con ese
los perfiles borrosos de góticas iglesias desvaído
con sus agujas místicas y sus torres de Aroma en que -sin lástimas y sin resabio-
espuma... anega
Una ciudad antigua allá a lo lejos sueña. La cosecha de un sueño al alma que lo
La llanura... Un patíbulo con racimos de siega.
ahorcados Yo iba mirando al suelo, errante y
renegridos, horribles, con la cárdena abstraído,
lengua
en una mueca trágica de burla, Cuando -con los cabellos en sol- toda
sacudidos sonriente,
a compás, por los ávidos picos de las En la calle, en la tarde, te me has
cornejas. aparecido.
Y sus piernas moradas, mordidas por los Y creí ver el hada del casco refulgente
lobos, Que cruzaba mis éxtasis de niño
danzan en el espacio zarabandas preferido,
grotescas. Dejando siempre, de sus manos
Espesos jaramagos y zarzales hirsutos entrecerradas,
orillan el camino con hórridas malezas Nevar blancos racimos de estrellas
sobre un ferruginoso fondo de pesadilla. perfumadas
Después, tres prisioneros, cargados de Autor del poema: Stéphane Mallarmé
cadenas,
harapientos, en medio de un pelotón de
guardias,
cuyos rectos fusiles, como hierros de
verja,
a contraviento de las lanzas de la lluvia
fulguran y se clavan en la noche
siniestra.
Autor del poema: Paul Verlaine

CROQUIS PARISIENSE
Sobre las fachadas pintaba la luna
con tintes de zinc, ángulos obtusos;
salen de los techos de las chimeneas,
en forma de cinco, penachos de humo.

El cielo está gris, llora la llovizna


igual que un fagot,
y maúlla a lo lejos un gato encelado
APARICIÓN por su zapaquilda su extraña canción.
¡La luna se afligía. Dolientes serafines
Vagando -ocioso el arco- en la paz de las Yo pensando en Fidias, soñando en
flores Platón,
Vaporosas, vertían de exánimes violines errante mi paso por las calles va
Por los azules cálices blanco lloro en —y con Marathón y con Salamina—
temblores. mientras parpadean las luces del gas.
-De tu beso primero era el bendito día. Autor del poema: Paul Verlaine
E L   D U R M I E N T E   D E L   V A L L
E
Un rincón de verdor en donde un río
canta
colgando sus jirones plateados en la
hierba;
donde el sol reluce desde la montaña.
Un vallecico es de espuma radiante.

Boquiabierto, cabeza desnuda, un


soldadito duerme
con la nuca bañada por el fresco berro
azul;
bajo las nubes tendido sobre la hierba,
pálido, donde la luz llueve.

Duerme con los pies en los gladiolos,


sonriendo
como sonreiría un niño enfermo. Dormir
quiere,
Naturaleza, acúnale cálidamente: tiene
frío.

Ya los perfumes no conmueven su olfato.


Tranquilo, duerme al sol, con una mano
en el pecho;
dos orificios rojos tiene en el lado
derecho.
Arthur RIMBAUD
(Traducción de Oswaldo Roses)

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