Boyer Poskeynesianos Regulacionistas
Boyer Poskeynesianos Regulacionistas
Boyer Poskeynesianos Regulacionistas
ISSN: 0188-8250
etyp@xanum.uam.mx
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad
Iztapalapa
México
Boyer, Robert
Poskeynesianos y regulacionistas: ¿Una alternativa a la crisis de la economía estándar?
Economía: Teoria y práctica, núm. 35, diciembre, 2011, pp. 11-43
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa
Distrito Federal, México
11
12 Economía: teoría y práctica • Nueva Época, número 35, julio-diciembre 2011
Abstract
A mediados de la década de los setenta la brecha entre las predicciones del para-
digma estándar y la evolución macroeconómica de los grandes países de la ocde
se hizo más amplia. Por ello, este momento resulta clave para ambos programas
de investigación: el poskeynesiano y el regulacionista. Así, los poskeynesianos
pretenden proponer enfoques opcionales tanto al modelo neoclásico de creci-
miento como al empobrecimiento del mensaje keynesiano vinculado con la difu-
sión del modelo is/lm (Harcourt, 1987). Una nueva generación relevará los tra-
bajos de Sidney Weintraub, Paul Davidson, Hyman Minsky, Jan Kregel y
también, aunque en menor medida, de Joan Robinson, Nicolas Kalecki y Nicho-
las Kaldor (Asensio et al., 2011).
Esta fecha también es el punto de partida de otro programa de investiga-
ción: el análisis de la regulación y de la crisis del capitalismo estadounidense
(Aglietta, 1976) dio origen a una serie de trabajos que se prolongaron hasta los
análisis de la gran crisis surgida en 2008 y sobre los cuales esta publicación con-
tinúa dando cuenta, siguiendo los pasos de la Revue de la Régulation. Sin lugar a
dudas, los fundadores de este enfoque conocen y utilizan los conceptos y las he-
rramientas de los poskeynesianos, pero son inversamente pocos aquellos poskey-
nesianos que hacen referencia a la contribución, en un sentido complementario,
de los regulacionistas.
¿De dónde proviene esta relativa desvinculación? ¿Acaso es inherente a
los respectivos fundamentos de estos dos programas de investigación? ¿Acaso la
pérdida de legitimidad y la falta de pertinencia de la teoría macroeconómica es-
tándar frente a una crisis que se conoce como venida de fuera no abren una se-
gunda oportunidad de acercamiento con miras a proponer una alternativa? Éste
es el hilo conductor del presente artículo.
Regulación Un modelo
El fordismo Modelos de
y crisis del Variedad
como dos secciones ampliado
capitalismo de
régimen de productivas del fordismo
(Aglietta, regímenes.
acumulación. (Bertrand, (Boyer,
1976).
1983). 1988 a).
Larga historia de
los capitalismos
en Estados Unidos
y Francia.
Convergencia Crecimiento
con los limitado por la
Reevaluación crítica balanza de
de los esquemas de poskeynesianos.
pagos (Thirlwall,
reproducción de McCombie, 1994).
Marx.
Modelo de
crecimiento
acumulativo
(Kaldor, 1985).
Poskeynesianos y regulacionistas: ¿una alternativa a la crisis de la economía? 17
Desde la década de los setenta, los regulacionistas intentaron definir con qué
nuevo régimen de crecimiento y modo de regulación podría converger la evolu-
ción de las formas institucionales. ¿Con el retorno a una regulación competitiva
debido a la multiplicidad de estrategias de flexibilización de la relación salarial?
¿Con la dominación del imperativo de competitividad que se encuentra bajo el
efecto de la continua reducción de las barreras al comercio internacional? Estas
transformaciones sí influyeron pero no al grado de imponer su lógica, ya que a
partir de la década de los ochenta la liberalización y la innovación financiera im-
pulsaron una transformación más importante en la gestión de las empresas en
nombre del valor accionario, ya fuera el ajuste al empleo, la gestión de la cober-
tura social –muy particularmente de las jubilaciones– y, finalmente, la conducta
de la política monetaria. Esta conjunción de cambios estructurales permite man-
tener tasas de inflación muy bajas, aun cuando la tasa de interés permanece en
niveles muy moderados. El fácil acceso al crédito origina, especialmente en Es-
tados Unidos y en el Reino Unido, un nuevo periodo histórico en el que se suce-
den, primero, la burbuja Internet –gracias al laxo financiamiento de las empresas
emergentes basadas en Internet–, y después, cuando dicha burbuja estalla, la bur-
buja inmobiliaria que surge del relajamiento de las restricciones crediticias, in-
cluso para aquellos estadounidenses cuyo ingreso se estanca y resulta insuficien-
te para garantizar el reembolso de su crédito hipotecario.
Por consiguiente, los regulacionistas diagnostican, desde finales de la
década de los noventa la constitución de un régimen de crecimiento motivado
por la financiarización (Aglietta, 1998) que, desde Estados Unidos, difunde sus
efectos sobre la cuasi totalidad de las demás economías. En este contexto, vuelve
a tener sentido la interrogante de Hyman Minsky: “¿Es posible que sobrevenga
una crisis tan grave como la de 1929?”. Sus discípulos y los regulacionistas coin-
ciden y dan una respuesta positiva (Boyer, 2000; Aglietta y Rebérioux, 2004).
De este modo, al interior de la escuela de las convenciones se impulsaron los
análisis de la Teoría general basados en las consecuencias de la incertidumbre
acerca del funcionamiento de los mercados financieros: el mercado bursátil, por
ejemplo, lejos de converger con un mítico “valor fundamental”, utiliza el meca-
nismo de la alternancia entre las fases al alza y las fases a la baja (Orléan, 1990).
A partir del momento en que las finanzas imponen su lógica a las demás formas
18 Economía: teoría y práctica • Nueva Época, número 35, julio-diciembre 2011
Exploración
Extensiones de alternativas
regulacionistas al fordismo.
del enfoque minskiano
(Charpe, 2009; Nishi, 2011).
Incertidumbre La racionalidad
característica reflexiva de los
de los mercados mercados
financieros financieros
(Keynes, 1936). (Orléan, 1990).
Escuela de las
convenciones,
Revue Economique,
1989.
En vista del impacto de la crisis de la década de los setenta sobre el curso de los
trabajos poskeynesianos, habríamos podido anticipar que el acento se desplaza
de la defensa de la teoría keynesiana stricto sensu hacia un análisis de la dinámi-
ca de la acumulación, de sus obstáculos y de la transformación de las institucio-
nes del capitalismo, tanto a escala nacional como internacional. Por un lado, la
visión de Mickaël Kalecki de la primacía de la acumulación y la imposibilidad
de un pleno empleo duradero debido al poder otorgado a los asalariados se con-
vertía en una visión mucho más pertinente que la del mismo Keynes, muy mar-
cada por las características de la crisis de la economía británica a lo largo de la
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década de los años treinta. Esto es lo que Joan Robinson destaca en el artículo
que le dedica en 1974. Por otro lado, de manera más general, la misma autora
opone los enfoques en términos de equilibrio, característicos de la teoría neoclá-
sica, a la comprensión de los procesos históricos: “En cuanto admitimos que la
incertidumbre de las previsiones es la que guía los comportamientos económi-
cos, el equilibrio pierde su pertinencia y la historia ocupa su lugar” (Robinson,
1974, p. 1). Esta crítica se dirige a la teoría walrasiana… lo cual no le impedirá,
dos décadas más tarde, invadir la macroeconomía con los modelos del ciclo real
de negocios (rbc, por sus siglas en inglés) y luego, con los modelos de equilibrio
general dinámicos y estocásticos (dsge, por sus siglas en inglés)... ¡hasta volver
imposible y por tanto incomprensible la crisis de las subprimes!
Desafortunadamente son pocos los poskeynesianos que tomaron en serio
la inclusión de la historia en la teoría macroeconómica. Ciertamente, la
controversia sobre la medición del capital demostró que las funciones de produc-
ción estimadas con base en datos históricos, lejos de provenir de limitaciones
tecnológicas, no hacían más que expresar las interacciones entre acumulación,
cambio técnico y crecimiento. Sin embargo, habría sido fundamental reflexionar
sobre los cambios institucionales posteriores a la segunda Guerra Mundial, que
alejan a las economías británica y estadounidense de la configuración de la entre-
guerra: uso pleno de la moneda de crédito, institucionalización de los derechos
de los asalariados y el inicio de una fuerte socialización de la inversión y la cir-
cunscripción de las finanzas en el nivel nacional e internacional. No obstante, en
el seno mismo de la problemática de la Teoría general, estas instituciones y for-
mas de organización van a desempeñar una función determinante en la disminu-
ción de la incertidumbre a la que se enfrentan tanto empresarios como inver-
sionistas. A pesar de que los agentes, abandonados a su suerte, van a generar
expectativas que conduzcan a una inestabilidad intrínseca de los mercados finan-
cieros, la mediación entre instituciones y políticas puede ayudar a canalizar estas
fuerzas desestabilizadoras (Shackle, 1974). Éste es el fundamento de la renova-
ción de las teorías institucionalistas modernas (Escuela de las Convenciones,
1989; North, 1990; Aoki, 2002): convenciones, organizaciones e instituciones
canalizan las expectativas y participan en la coordinación económica en la mis-
ma medida que los mercados cuyas fallas pueden contrarrestar. En retrospectiva,
es una lástima que los poskeynesianos no hayan echado mano de esta dialéctica
entre incertidumbre e instituciones, ya que probablemente así habrían podido
cortar de raíz la contrarrevolución de las previsiones racionales. Al argumen-
tar, con justa razón, que si las políticas económicas y las reglas del juego cambian
Poskeynesianos y regulacionistas: ¿una alternativa a la crisis de la economía? 21
¿Un campo
abierto a la
colaboración?
Dinámica
Endogeneidad rápida/lenta: Cambios
de la desesta- modelos de estructurales
bilización de endometabolismo e histéresis
un modo (Balasko y Boyer, (Setterfield,
de regulación. 1983; Lordon, 2007).
1997 b).
Programa
Poskeynesianos Regulacionistas
Características
1. Epistemología
Programa
Poskeynesianos Regulacionistas
Características
4. Concepción de la política económica
El tema es decisivo, ya que los vicios de los modelos tipo rbc y dsge pusieron
de manifiesto la fragilidad epistemológica de esta corriente que utiliza y abusa de
la facilidad del “como si” para imponer un modelo normativo exento de toda re-
futación. En efecto, calibrar los parámetros y reducir la dinámica económica a
choques exógenos lo liberan del criterio popperiano de falsabilidad (o refutabili-
dad) que, al término de la segunda Guerra Mundial convertía, teóricamente, el
análisis económico en la ciencia social más avanzada.
La primera generación de autores poskeynesianos le produce al observa-
dor externo la impresión de que para ellos la publicación de la Teoría general es
el momento de la ruptura epistemológica. Ahora bien, este texto dista de presen-
tar un paradigma único, tal como lo demuestra la diversidad de modelos que se
derivaron de él: la reintegración en la síntesis del esquema is/lm, la economía
del desequilibrio de Clower a Benassy, la irreductibilidad de la incertidumbre a
la Schakle, el modelo de la inestabilidad financiera posterior a Minsky, la teoría
de la economía monetaria de producción, sin dejar de lado su prolongación en
materia del crecimiento (Harrod, Domar y Kaldor), así como una posible conver-
gencia con Kalecki y el acento en la dinámica de la acumulación impulsado por
Poskeynesianos y regulacionistas: ¿una alternativa a la crisis de la economía? 25
2. ¿Dar cuenta de los procesos históricos o buscar una nueva Teoría general?
explicita una comparación entre Estados Unidos, el Reino Unido y Francia desde
1890 (Fourcade, 2010).
A este tipo de programa de investigación es precisamente al que se adhi-
rieron varios regulacionistas. Primero, al construir una topología general de lo
social en la cual la moneda, el derecho y la intelectualidad son las tres mediacio-
nes de base que pueden concretarse en diferentes configuraciones dotadas de
cierta coherencia (Théret, 1999). Segundo, al mostrar a qué grado una misma
política puede recibir múltiples y sucesivas justificaciones y que lo cognitivo –en
este caso, la diversidad de representaciones de la economía– desemboca en una
cuestión de poder, particularmente en materia de política económica (Lordon,
1997a). Por consiguiente, es necesario tomar en serio la estructuración del cam-
po político, su grado de reacción a las demandas de los ciudadanos y de diversos
grupos de interés, ya que éste puede ser el origen de crisis tanto políticas como
económicas (Palombarini, 2001; Amable y Palombarini, 2005 y 2009). De ma-
nera recíproca, las grandes crisis no se superan mediante la puesta en marcha de
un plan racional y coherente, sino mediante un proceso de reajuste de las relacio-
nes de poder que atraviesan tanto lo económico como lo político. La crisis que
dio inicio en 2008 no es la excepción (Boyer, 2011b).
¿Qué consecuencias se pueden obtener de esta confrontación entre dos
estilos y dos programas de investigación?
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