Mitosis
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Alejo Carpentier y Valmont nació en Lausanne, Suiza, aunque por mucho tiempo se creyó que
había nacido en La Habana un 26 de diciembre en el año 1904, y fue un novelista y
narrador cubano, que influyó notablemente en la literatura latinoamericana durante su famoso
período de auge. Es considerado uno de los escritores fundamentales del siglo XX en lengua
castellana, y especialmente uno de los artífices de la renovación de la literatura
latinoamericana, en particular a través de su notable estilo de escritura que incorpora varias
dimensiones y aspectos de la imaginación en su creación de la realidad. Esos son los
elementos que contribuyeron a su formación y uso de lo Real Maravilloso. En su carrera llegó
hasta ser propuesto para el Premio Nobel de Literatura.
Hijo de Georges Julien Carpentier, arquitecto francés, y de Lina Valmont, profesora de idiomas
de origen ruso, Alejo Carpentier tuvo una vida marcada por un mestizaje y dualismo cultural. Su
idioma maternal era el francés. Su padre estaba muy interesado por el mundo español; estaba
convencido de la decadencia europea y ansiaba vivir en un país joven. Creció en Cuba con
campesinos cubanos blancos y negros, hombres mal nutridos, cargados de miseria, mujeres
envejecidas prematuramente; niños mal alimentados, cubiertos de enfermedades. La realidad
de lo que fue la vida de Carpentier aparece claramente en sus obras.
Carpentier también fue periodista por gran parte de su vida y musicólogo también organizó
varios conciertos de música nueva y encaró serias investigaciones sobre la música; sin
embargo, sus obras de literatura fueron lo que le dio la fama universal que adquirió.
Vida en Cuba
En 1921, Carpentier empezó su carrera de periodista, carrera que duró casi sesenta años, o
sea por el resto de su vida. Publicó sus primeros trabajos literarios - resúmenes de obras
conocidas - en una sección titulada «Obras famosas» del diario habanero La Discusión. Este
mismo año tomó la decisión de abandonar definitivamente su carrera universitaria y volvió otra
vez a Francia. Al regresar a Cuba dos años después, redactó artículos de crítica musical y
teatral en La Discusión y El Heraldo de Cuba en 1923 y 1924. Después que su situación
económica se volvió más estable, completó una variedad de trabajos periodísticos; fue jefe de
redacción de la revista comercial Hispania, escribió una historia sobre los zapatos para la Unión
de Fabricantes de Calzados, y escribió en la sección de moda de la revista Social usando el
seudónimo «Jacqueline».
Se unió al Grupo Minorista en 1923 y formó parte de la Protesta de los Trece. El Grupo
Minorista era compuesto por Carpentier, Martínez Villena, Roig de Luechsenring, Luis Gomez
Wanguemert, y Tallet. Sus miembros lo describieron como un movimiento intelectual apolítico;
sin embargo, ellos también participaron activamente en la oposición a la política del
presidente Alfredo Zayas. El Grupo Minorista formó parte de la «Falange de Acción Cubana»,
grupo fundado por Martínez Villena que criticaba el gobierno y organizó el fracasado
movimiento insurreccional de la «Asociación de Veteranos y Patriotas». Entre 1924 y 1928
Carpentier ocupó el puesto de redacción de la revista Carteles. En 1926, hizo un viaje a
México. Invitado por el gobierno mexicano a un congreso de periodistas, conoció a Carlos
Pellicer, Jaime Torres Bodet, José Clemente Orozco y empezó su larga amistad con Diego
Rivera. Este periodo de tiempo fue muy importante en la formación de su personalidad artística;
llegó a conocer todos los barrios de La Habana, y descubrió la arquitectura colonial y el
ambiente de La Habana Vieja, elementos que encontramos en muchos de sus ensayos y
novelas, ambientados en la capital cubana. Las obras y afirmaciones de Carpentier de los años
1920 - 1928 ilustran que participó enérgicamente en el vanguardismo cubano, y desarolló
amistades con las figuras principales del movimiento. Carpentier también amplió su
conocimiento de música en este periodo a través de escuchar las actuaciones profesionales del
compositor Amadeo Roldán - estas actuaciones incluían fragmentos de obras de Maurice
Ravel, Claude Debussy, Ígor Stravinsky y de otras obras contemporáneas.
Vida en Francia
Carpentier viajó a Francia por la primera vez como estudiante en el Liceo Jason de Sailly de
París donde vivió hasta 1920.
En 1928 volvió a París, después de escaparse de Cuba, donde vivió por once años, hasta
1939. Esta llegada a París era durante el boom del movimiento del surrealista en Francia,
cuyos miembros dieron la bienvenida a Carpentier con brazos abiertos. El tiempo que pasó en
Francia enriqueció el mundo del escritor y lo introdujo a nuevas técnicas literarias y funciones
expresivas.
Al establecerse en Paris en 1928, colaboró con poemas y artículos sobre música en revistas
parisienses y cubanas. Hizo parte de los círculos musicales parisienses, colaborando con el
compositor francés Darius Milhaud, el brasileño Heitor Villa-Lobos y el cubano Alejandro García
Caturla. Este grupo produjo una variedad de poemas, libretos y textos, como Poèmes des
Antilles, neuf chants sur des textes de Alejo Carpentier, y musique de M.F. Gaillard. Carpentier
también escribió la serie de artículos Ensayos convergentes en 1928.
Vida en Venezuela
Carpentier vivió en autoexilio en Venezuela por catorce años (1945-1959). Algunos críticos
identificaron este periodo de su vida como la «más fecunda de su vida, tanto por la cantidad
como por la muy alta calidad de lo que aquí escribió».Carpentier terminó de escribir El reino de
este mundo en Caracas en marzo de 1948 (la novela sería publicada en Mexico en la
primavera de 1949); este libro representa la primera vez -en más de 15 años- que concluyó una
novela. En este periodo Carpentier ha aprendido mucho de sus estudios, periodismo, crítica
musical, y publicación de cuentos en Francia, Cuba, y Venezuela, y esto se refleja en El reino
de este mundo; comparándola con ¡ Ecué-Yamba-Ó! los críticos notan la madurez de la
material narrativa y la brillantez del estilo.
Carpentier también escribió íntegramente otras tres de sus grandes novelas en Caracas: Los
pasos perdidos (1952), El acoso (1956) y El Siglo de las luces (terminada en 1958 pero
publicada en 1962). Es la geografía de Venezuela que le inspiró los lugares de su novela Los
pasos perdidos (1953); Carpentier aprovechó de su estancia en Venezuela para conocer más
bien la naturaleza del continente americano. En 1947 hizo un viaje al interior del país,
atravesando zonas deshabitadas del país hasta llegar a Ciudad Bolívar. A lo largo de su viaje
llega a San Carlos de Rio Negro, y allí convive con algunas de las más originales tribus
americanas. Como Carpentier contó más tarde, este viaje fue el momento en cual «surgió en
mí la primera idea de Los pasos perdidos. América es el único continente donde distintas
edades coexisten». Con este libro ganó el premio al mejor libro extranjero, otorgado por los
mejores críticos literarios de París.
La novela corta El acoso, publicada en 1956, presenta un episodio sangriento entre bandas de
terroristas enemigas, inspirado por los acontecimientos de la época de desórdenes que siguió
la caída del dictador Machado. El Siglo de las luces es inspirado en parte por un viaje que
Carpentier hizo al Golfo de Santa Fe en la costa venezolana. Carpentier explicó que aunque la
novela era terminada en 1958, no se publicó hasta 1962 porque «necesitaba retoques y el
cambio que se observaba en la vida y en la sociedad cubanas me resultó demasiado
apasionante para que pudiera pensar en otra cosa». Carpentier cuenta que «el triunfo de la
Revolucion Cubana me hizo pensar que había estado ausente de mi país demasiado
tiempo». Hizo planes para regresar definitivamente a Cuba y vendió los derechos
cinematográficos de Los pasos perdidos a un consorcio internacional.
Carpentier también realizó una gran producción periodistica durante su tiempo en Venezuela,
publicando cerca de dos mil artículos y crónicas en su columna «Letra y solfa» en el diario '«El
Nacional»' entre 1950 y 1959. Ademas, Carpentier también publicó muchos otros artículos,
ensayos y reportajes para el mismo diario, y para otras publicaciones venezolanas, cubanas, y
de otros países. Carpentier también enseñó a la Universidad Central de Caracas y trabajó para
una agencia de publicidad durante su tiempo en Venezuela.
Viaje a Haití
Viajó a Haití con su esposa Lilia Esteban y con el escritor Louis Jover; fue un viaje de
descubrimiento del mundo americano, de lo que llamó lo real maravilloso. Después de su viaje
a México en 1944 realizó importantes investigaciones musicales. Publicó La música en
Cuba en México (1945).
1949 es el año en que publicó, en México también, El reino de este mundo. Inicia el 1 de junio
en El Nacional de Caracas la sección «Letra y Solfa» que se mantendrá hasta 1961.
Obra
Música:
Narrativa
Ensayo
Libreto de Ópera
Filmografía
Premios
En 1956 gana el Prix du Meilleur Livre Etranger por su novela Los pasos
perdidos (Francia)
En 1975 recibe un Doctorado Honoris Causa por la Universidad de La Habana (Cuba)
En 1975 recibe el Premio Internacional Alfonso Reyes (México)
Es hecho Miembro Honorario de la University of Kansas (Estados Unidos)
Recibe el Prix Mondial Cino del Duca (Francia)
En 1977 recibe del rey Juan Carlos I de España el Premio Cervantes (España)
Análisis de la Obra Arpa y la Sombra
Capitulo I El Arpa: Mastaí (el futuro Papa Pío IX) viaja a Chile en 1823 como Secretario del
Nuncio Papal Giovanni Muzi, con el objetivo de establecer relaciones diplomáticas entre la
Santa Sede y este nuevo país; a su regreso tiene la idea de que es necesario que exista un
santo que una a Europa con América: Cristóbal Colón. En 1851, el Papa Pío IX encarga al
Conde Roselly de Morgues, Historiador francés, que escriba una verdadera historia de Colón
para decidir si se canoniza o no. Esta parte termina en que Su Santidad firma los documentos
con los cuales autoriza la apertura de la instrucción y el proceso para la beatificación de
Cristóbal Colon.
Capítulo II La Mano: En 1506 Cristóbal Colón, en su lecho de muerte, espera al confesor para
contarle cómo sucedieron realmente los hechos del descubrimiento y conquista del Nuevo
Mundo. El, en su monólogo, expone que fue presa de todos los pecados existentes (excepto el
de la pereza) y que para darse a conocer inventó su vida, desde su genealogía hasta su
formación académica. Narra sus experiencias mundanas; recuerda los engaños cometidos a
los reyes y a los marineros que lo acompañaban; piensa que en su empresa hubo más interés
material que espiritual y, sobre todo, analiza las intenciones que tuvo de esclavizar a los
naturales de la tierra a la que llegó.
Muere sin haber confesado sus pecados.
Capítulo III La Sombra: Cristóbal Colón (Invisible) presencia los acontecimientos que se llevan
a cabo en 1892, en El Vaticano y que persiguen su canonización. A este acto comparecen
historiadores, escritores y científicos de diferentes épocas, para dar su declaración. Al final, la
idea de la canonización queda rechazada, pues los testigos en contra son más que los a favor
y en la votación recibe sólo un voto positivo.