Una Vida Con Proposito - Rick Warren
Una Vida Con Proposito - Rick Warren
Una Vida Con Proposito - Rick Warren
CON PROPÓSITO
RICK WARREN
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de compartirlas contigo.
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CONTENIDO
Una Jornada Con Propósito 5
Mi Pacto 7
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Notas 166
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UNA JORNADA
CON PROPÓSITO
Cómo aprovechar este libro al máximo
Esto, más que un libro, es la guía de una jornada espiritual de 40 días que te permitirá encontrar la
respuesta a la pregunta más importante de la vida: ¿Para qué estoy aquí, en la tierra? Al terminar esta
jornada sabrás el propósito de Dios para tu vida y entenderás el cuadro completo: cómo encajan todas
las piezas de tu vida. Con esta perspectiva, tu estés disminuirá, tus decisiones serán menos
complicadas, tendrás más satisfacciones y más importante aun, te preparará para la eternidad.
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En el Apéndice 1 encontrarás:
• Preguntas para compartir. Te insto seriamente a que leas esta obra con una o varias
personas durante los próximos 40 días. Una jornada se hace mejor acompañado.
Pueden plantearse ideas para discutirlas en grupo o con tus amigos. Esto te ayudará a crecer
y a profundizar espiritualmente. El verdadero desarrollo espiritual nunca surge de una
búsqueda aislada ni individual. La madurez se alcanza a través de las relaciones y la vida en
comunidad.
La mejor manera de descifrar el propósito de Dios para tu vida es permitir que la Escritura hable
por sí misma. Por eso la Biblia se menciona muchas veces en este libro, y se usan más de mil versículos
de diversas versiones, como he explicado en el apéndice 3.
HE ORADO POR TI
Al escribir este libro, oré mucho para que experimentaras el maravilloso sentimiento de esperanza,
fortaleza y gozo que viene de saber para qué te puso Dios en este planeta. Es incomparable. Me
emociona anticipar las cosas extraordinarias que te acontecerán. Lo mismo ocurrió conmigo al descubrir
el propósito de mi vida; desde entonces no he vuelto a ser el mismo.-
Puesto que sé cuáles son los beneficios, deseo desafiarte a que prosigas esta jornada espiritual en
los próximos 40 días, sin pasar por alto ni una lectura diaria. Es valioso para tu vida que tomes tiempo
para pensarlo. Anótalo como una cita diaria en tu agenda. Si te comprometes a hacerlo, firmemos un
pacto. Es más significativo cuando pones tu nombre en un compromiso. Si tienes otra persona que lea
contigo, pídele que firme también. ¡Empecemos de una vez!
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Mi pacto
Tu nombre
Nombre de tu compañero
Rick Warren
Rick Warren
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EN LA TIERRA?
El que confía en sus riquezas se marchita, pero el justo se renueva como el follaje.
Proverbios 11:28 (NVI)
Pero bienaventurado el hombre que confía en el Señor... Es como árbol plantado a orillas de un río, cuyas
raíces penetran hasta encontrar el agua; árbol al que no agobia el calor ni angustian los largos meses de
sequía. Su follaje se mantiene verde y produce en todo tiempo jugoso fruto.
No se trata de ti.
El propósito de tu vida excede en mucho a tus propios logros, a tu tranquilidad o incluso a tu
felicidad. Es mucho más grande que tu familia, tu carrera o aun tus sueños y anhelos más vehementes.
Si deseas saber por qué te pusieron en este planeta, debes empezar con Dios. Naciste por su voluntad y
para su propósito.
La búsqueda del propósito de vivir ha intrigado a la gente por miles de años. Eso ocurre porque
solemos empezar por el punto de partida errado: nosotros mismos. Nos hacemos preguntas egoístas
como: ¿Qué quiero ser?, ¿Qué debo hacer con mi vida?, ¿Cuáles son mis metas, mis anhelos, mis sueños
con el futuro? Enfocarnos en nosotros mismos nunca podrá revelarnos el propósito de nuestra vida. La
Biblia, dice: “En su mano está la vida de todo ser viviente”. 1
Contrario a lo que te dictan muchos libros conocidos, películas y seminarios, no encontrarás el
sentido de tu vida buscando en tu interior. Es muy probable que ya lo hayas intentado. No te creaste a
ti mismo, por lo tanto no hay manera de que puedas decirte para qué fuiste creado. Si yo te entregara
un invento que nunca has visto, no sabrías para qué sirve ni tampoco el ingenio te lo podría decir. Sólo el
inventor, o el manual de instrucciones, podría revelarte el propósito de dicho invento.
En una ocasión me perdí en las montañas. Me detuve a pregunta cómo llegar al campamento y la
respuesta fue:”No puedes llegar hasta allí desde este lugar: ¡Tienes que empezar por el otro lado de la
montaña!”. De igual manera, no puedes llegar a la conclusión de tu existir centrándote en ti mismo. Dios
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es tu punto de partida, tu creador. Existes tan sólo porque Él desea que existas. Fuiste creado por Dios
y para Dios, y hasta que lo entiendas, tu vida no tendrá ningún sentido. Sólo en Él encontramos nuestro
origen, nuestra identidad, nuestro sentido, nuestro propósito, nuestro significado y nuestro destino.
Cualquier otra ruta termina en un callejón sin salida.
Muchos tratan de usar a Dios para su propio beneficio, pero eso es antinatural y está condenado al
fracaso. Fuiste creado para Dios, no al contrario; la vida consiste en permitir que él te use para sus
propósitos y no que tú lo uses a Él para los tuyos. La Biblia dice: “Obsesión consigo mismo en estos
asuntos es un callejón sin salida; la atención a Dios nos guía a una vida libre y espaciosa”. 2
He leído muchas obras que me ofrecen diferentes maneras de descubrir el propósito de mi vida. La
mayoría se puedes clasificar como libros de “autoayuda”, porque abordan el tema desde una perspectiva
egoísta. Los libros de autoayuda, incluidos los cristianos, ofrecen por lo general los mismos pasos a
seguir para que logres encontrar el propósito de la vida: Piensa en tus sueños; Define tus valores;
Trázate metas; Averigua cuál es tu fuerte; Apunta a la cima, ¡alcánzala!; Sé disciplinado; Cree en ti
mismo para lograr tus metas; Involucra a otros; Nunca te des por vencido.
Muchas veces estas recomendaciones llevan al éxito. Por lo general puedes lograr alcanzar una meta
si pones todo tu empeño. ¡Pero tener éxito y cumplir el propósito de tu vida son dos temas muy
distintos! Podrías alcanzar todas tus metas y ser un triunfador de acuerdo con los estándares del
mundo, y aun así no saber la razón para la cual Dios te creó. Por eso necesitas más que un asesoramiento
de autoayuda. La Biblia dice: “La autoayuda no es eficaz en todo. El sacrificio es el camino, mi camino,
para encontrarte a ti mismo, a tu verdadero yo”. 3
Este no es un libro de autoayuda. Tampoco es una guía para buscar la carrera adecuada, ni para
hacer tus sueños realidad o planificar tu vida. No se trata tampoco de cómo meter a la fuerza más
actividades en una agenda ya sobrecargada. En realidad, te enseñará cómo puedes hacer menos en la
vida, concentrándote en lo más importante. Trata sobre el tema de llegar a ser aquello para lo que Dios
te creó.
¿Cómo descubres, entonces el propósito para el que fuiste creado? Tienes sólo dos opciones. La
primera es especular. La mayoría prefiere ésta. Hacen conjeturas, adivinan, teorizan. Cuando la gente
dice: “Yo siempre he pensado que la vida es...”, en realidad quiere decir: “Esta es la mejor suposición que
se me ocurre”.
Durante miles de años, grandes filósofos han especulado y discutido acerca del sentido de la vida. La
filosofía es un tema importante y tiene su utilidad, pero cuando hay que definir el sentido de la vida. La
filosofía es un tema importante y tiene su utilidad, pero cuando hay que definir el sentido de la vida,
aun los filósofos más sabios especulan.
El Dr. Hugh Moorhead, profesor de filosofía de la Universidad Northeastern de Illinois, en una
ocasión escribió a 250 de los más reconocidos filósofos, científicos, escritores e intelectuales del
mundo, preguntándoles: “¿Cuál es el sentido de la vida?”, para después publicar las respuestas en un
libro. Algunos dieron las mejores respuestas que pudieron, otros admitieron que acababan de plantearse
la razón de vivir y otros fueron más sinceros en responder que no tenían ni la menor idea. ¡En efecto,
varios le pidieron al profesor Moorhead que les escribiera de vuelta y les dijera si había encontrado la
razón de vivir! 4
Afortunadamente hay una alternativa a la especulación acerca del significado y el propósito de vivir,
y es la revelación. Podemos considerar lo que Dios reveló en su Palabra con respecto a la vida. La manera
más fácil de entender el propósito de un invento es preguntarle al inventor. Lo mismo ocurre cuando
quieres saber la razón de tu vida: pregúntale a Dios.
Dios no nos dejó en medio de la oscuridad para andar a ciegas. Él reveló claramente en su Palabra sus
DÍA UNO: cinco propósitos para nuestras vidas. La Biblia es nuestro manual de
instrucciones el cual explica por qué estamos vivos, en qué consiste la vida, qué
TODO
evitar y qué esperar del futuro. Enseña lo que ningún libro filosófico o de
COMIENZA autoayuda. Afirma que: “La sabiduría de Dios... Proviene de lo profundo de su
CON DIOS propósito... No es un mensaje novedoso, es lo que Dios determinó para nuestra
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DÍA UNO
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Pregunta para considerar: A pesar de toda la publicidad que me rodea. ¿qué puedo
hacer para recordar que la vida consiste en vivirla para Dios y no para mí mismo?
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No eres un accidente
Yo soy tu Creador.
Te cuidé aun antes de que nacieras.
Isaías 44:2 (PAR)
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para que fuéramos como los primeros y mejores frutos de su creación”.6 ¡Así es como Dios te ama y te
aprecia!
Dios no hace las cosas al azar; todo lo pensó todo con gran precisión. En cuanto más sepan del
universo los físicos, los biólogos y los demás científicos, mejor entenderemos que todo fue creado
específicamente para nuestra existencia, con los requisitos exactos para que sea posible la vida
humana.
El doctor Michael Denton, investigador principal de genética molecular humana en la Universidad de
Otago, en Nueva Zelandia, concluyó lo siguiente: “Toda la evidencia disponible en las ciencias biológicas
apoya una propuesta principal... que el cosmos es un todo especialmente diseñado con formas de vida y
que el ser humano es su razón y meta fundamental, un todo en el cual todas las facetas de la realidad
tienen su sentido y explicación en ese hecho central”. 7 La Biblia apuntó lo mismo hace miles de años:
“Dios que formó la tierra... no la creó para dejarla vacía, sino que la formó para ser habitada”. 8
¿Por qué hizo Dios todo esto? ¿Por qué se tomó la molestia de crearnos un universo? Porque es un
Dios de amor. Esta clase de amor es difícil de captar, pero es intrínsecamente confiable. ¡Fuiste creado
como un objeto muy especial del amor de Dios! Él te hizo para poder amarte. Y puedes basar tu vida en
esta verdad.
La Biblia nos dice: “Dios es amor” 9. No dice que Dios tiene amor, ¡Él es amor! El amor es la esencia
del carácter divino. Dios no necesitaba crearte. No se sentía solo. Pero quiso crearte para así expresar
su amor. Dios dice: “A quienes he cargado desde el vientre, y he llevado desde la cuna. Aun en la vejez,
cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice y...
DÍA DOS: cuidaré”. 10
NO ERES Si no hubiera Dios, todos seríamos unos “accidentes”, el resultado fortuito
de una lotería astronómica en el universo. Dejarías de leer este libro porque la
UN
vida carecería de sentido, de propósito o de significado. No habría bien ni mal,
ACCIDENTE ni esperanza más allá de tus pocos años en la tierra.
Pero hay un Dios que te creó por un motivo, ¡y tu vida tiene una profunda razón de ser! Encontramos
el sentido y el propósito sólo cuando tomamos a Dios como punto de partida en nuestras vidas. El
versículo de Romanos 12:3 dice que: “La única forma de entendernos a nosotros mismos con exactitud
es por lo que Dios es y hace por nosotros”.
Este poema de Russell Kelfer lo resume todo:
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DÍA DOS
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Versículo para recordar: “Yo soy tu Creador: Te cuidé aun antes de que nacieras”.
Pregunta para considerar: Consciente de que Dios me ha creado de una manera singular,
¿con qué partes de mi personalidad, antecedentes y aspecto físico estoy luchando por
aceptar?
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ama no tiene miedo. Donde hay amor no hay temor. Al contrario, el verdadero amor quita el miedo. Si
alguien tiene miedo de que Dios lo castigue, es porque no ha aprendido a amar”. 4
A muchos los guía el materialismo. El deseo de adquirir se convierte en la meta principal de sus vidas.
Este deseo de querer siempre más se basa en la idea equivocada de que cuanto más tengas serás más
feliz, más importante y vivirás más seguro, pero los tres conceptos son erróneos. Las posesiones sólo
proveen felicidad temporal. Como las cosas no cambian, tarde o temprano nos aburrimos de ellas,
entonces queremos otras nuevas, más grandes y más modernas.
No deja de ser un mito eso de que “Cuanto más tenga, más importante soy”. Cuánto valemos como
personas y cuánto valemos por lo que tenemos no es lo mismo. No se puede determinar cuánto vales por
las cosas que posees y Dios dice que ¡las cosas más valiosas en la vida no son los bienes que posees!
El mito más común respecto al dinero en que cuanto más tengas, más seguro estarás. No es así. Se
pueden perder las riquezas por muchas razones que están fuera de tu control. La verdadera seguridad
se fundamenta sólo en algo que no te pueden quitar: tu relación con Dios.
A muchos los guía la necesidad de ser aceptados. Permiten que las expectativas de sus padres,
cónyuges, profesores o amistades controlen sus vidas. Muchos adultos siguen tratando de ganarse la
aceptación de sus padres, a quienes es imposible agradar. A otros los guía la presión de los amigos,
preocupándose siempre por el “qué dirán”. Tristemente, aquellos que siguen al mundo, por lo general se
pierden en él.
Desconozco todas las claves del éxito, pero tratar de agradar a todo el mundo es una de las claves
del fracaso. Ser influenciado por la opinión de los demás te garantiza perder los propósitos de Dios
para tu vida. Jesús dijo: “Nadie puede servir a dos señores”. 5
Hay otras influencias que pueden guiar tu vida, pero todas terminan en un callejón sin salida. Por
ejemplo: potencial sin poder usarlo, estrés innecesario y una vida vacía.
Esta jornada de cuarenta días te enseñará a llevar una vida con propósito: una vida guiada,
controlada y dirigida por los propósitos de Dios. Nada es más importante que conocer los propósitos de
Dios para tu vida, y nada puede compensarte el no conocerlos; ni siquiera el éxito, la riqueza, la fama o
los placeres. Sin un propósito, la vida es una marcha sin sentido, un movimiento sin dirección y sucesos
sin motivos. La vida sin propósito es trivial, insignificante e inútil.
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inconstante, un saco de males y lamentos, siempre quejándose de que el mundo no se ha dado a la tarea
de hacerlo a uno feliz”.
Conocer tu propósito te prepara para la eternidad. Muchos se dan a la tarea de emplear toda su
vida en crear en la tierra un legado duradero. Quieren que se les recuerde después de muertos. Pero al
final, lo más importante no es lo que otros dicen de tu vida, sino lo que Dios diga. Muchos no se dan
cuenta de que todos los logros personales son superados tarde o temprano; las marcas se rompen, la
reputación se desvanece y los homenajes se olvidan. La meta de James Dobson en la universidad era
llegar a ser campeón de tenis. Se sintió orgulloso cuando pusieron su trofeo en un lugar prominente de
la vitrina de exhibición. Años después alguien se lo envió. Lo habían encontrado en un depósito de
basura cuando estaban renovando el edificio universitario. James exclamó: “Cuando pase el tiempo,
¡alguien tirará a la basura todos tus trofeos!”.
Vivir para dejar un legado terrenal es una meta que revela muy poca visión. El uso más sabio de tu
tiempo es que edifiques un legado eterno. No fuiste puesto en la tierra para ser recordado, sino para
prepararte para la eternidad.
Llegará el día que estarás ante Dios; Él hará un inventario de tu vida, un examen final antes de que
entres en la eternidad. La Biblia declara: “¡Todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Dios!...
Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios”. 16 Afortunadamente, Dios desea que
todos pasemos este examen; por eso nos ha dado las preguntas con anterioridad. Al leer la Biblia
podemos imaginar que dios nos planteará dos preguntas decisivas;
Primero: ¿Qué hiciste con mi Hijo Jesucristo? Dios no cuestionará tu trasfondo religioso ni tu
inclinación doctrinal. Lo único que tendrá relevancia será si aceptaste lo que Cristo hizo por ti y si
aprendiste a amarlo y a confiar en él. Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida... Nadie llega al
Padre sino por mí”. 17
Segundo: ¿Qué hiciste con lo que te entregué? ¿Qué hiciste con tu vida, dones, talentos,
oportunidades, dinamismo, relaciones y recursos que Dios te dio? ¿Lo gastaste todo en ti mismo o lo
usaste para los propósitos para los que Dios te creó?
El objetivo de este libro es prepararte para estas dos preguntas. La primera determinará dónde
pasarás la eternidad. La segunda determinará qué harás en ella.
Al concluir este libro, estarás listo para responder ambas preguntas.
DÍA TRES
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Versículo para recordar: “Al de propósito firme guardarás en perfecta paz, porque en
ti confía”.
Isaías 26:3 (PAR)
Pregunta para considerar: ¿Cuál, podrían decir mi familia y amigos, es la fuerza que
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no tiene importancia. Pablo dijo: “Todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por
causa de Cristo”. 3
Si toda tu vida consistiese sólo del tiempo que estarás sobre la tierra, te sugeriría que comenzaras
a vivirla de inmediato. Podrías olvidarte de ser bueno y de hacer lo correcto, y quizás no tendrías que
preocuparte por las consecuencias de tus actos. Podrías darte el gusto de dedicarte completamente a ti
mismo porque a la larga tus actos no tendrían repercusión alguna. Ahora bien, y este es el meollo del
asunto, ¡la muerte no es tu fin!. La muerte no es tu acabose, más bien es tu transición a la eternidad; de
manera que hay consecuencias eternas por todo lo que hagas en la tierra. Todo acto en nuestras vidas
toca alguna cuerda que vibrará en la eternidad.
El aspecto más dañino de la vida contemporánea es la mentalidad a corto plazo. Para aprovechar tu
vida al máximo debes mantener en mente la visión de la eternidad y el valor de la misma en tu corazón.
¡La vida es mucho más que vivir sólo el momento! El hoy es la parte visible del témpano, la eternidad es
el resto que no puedes ver porque está debajo de la superficie.
¿cómo será la eternidad con Dios? En realidad, nuestra capacidad mental no puede imaginar toda la
maravilla y la grandeza celestial. Sería como tratar de explicarle la Internet a una hormiga. Es inútil.
Aún no se han inventado las palabras que puedan transmitir la experiencia de la eternidad. La Biblia
dice: “Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha
preparado para quienes lo aman”. 4
Ahora bien, Dios nos ha dado algunos destellos de la eternidad en su Palabra. Sabemos que en este
instante prepara un hogar eterno para nosotros. Nos volveremos a encontrar en el cielo con seres
queridos que eran creyentes, seremos libres de todo dolor y sufrimiento, recompensados por nuestra
fidelidad en la tierra y reasignados para trabajar en algo que nos agrade. ¡No
DÍA CUATRO:
estaremos acostados flotando en las nubes tocando el arpa! Disfrutaremos de una
CREADOS relación ininterrumpida con Dios, y a su vez él disfrutará de nosotros por siempre,
PARA sin límites y sin fin. Algún día Jesús dirá: “Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha
VIVIR POR bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación
SIEMPRE del mundo”.5
C.S. Lewis plasmó el concepto de eternidad en las últimas páginas de su serie
de ficción para niños, Las crónicas de Narran: “Para nosotros, este es el fin de todas las historias... mas
para ellos fue el comienzo de la verdadera historia. La vida de ellos en este mundo... ha sido tan sólo el
título y la portada: y ahora por fin comenzarán el primer capítulo de la gran historia que nadie ha leído
en la tierra y continuará para siempre, y cada capítulo es mejor que el anterior”. 6
Dios tiene un propósito para tu vida en la tierra, pero no termina aquí. Su plan comprende mucho
más que unas cuantas décadas que pasarás en este planeta. Es mucho más que la “oportunidad única de
la vida”; Dios te ofrece una oportunidad más allá de tu vida. La Palabra de Dios dice: “Pero Dios cumple
sus propios planes, y realiza sus propósitos”. 7
La única ocasión en que la gente piensa en la eternidad es en los funerales, y suele ser de una
manera superficial; ideas sentimentales basadas en la ignorancia. Quizás pienses que sea morboso
pensar en la muerte, pero en realidad es contraproducente vivir negándola y no considerar lo que es
inevitable.8 Sólo un necio puede andar por la vida sin prepararse para lo que todos sabemos que debe
ocurrir. Debes pensar más en la eternidad, no menos.
De la misma manera que estuviste nueve meses en el vientre de tu madre sin ser esto un fin en sí
mismo, sino una preparación para la vida, así es esta vida, una preparación para la otra. Si tienes una
relación con Dios por medio de Jesucristo, no debes temer a la muerte, que es la puerta a la eternidad.
Sería la última hora de tu vida en la tierra, pero no el fin de tu ser. En lugar de ser el fin de tu vida,
será tu cumpleaños en la vida eterna. La Biblia afirma: “Amigos, este mundo no es su hogar, así que no
se acomoden en él. No complazca a su ego a expensas de su alma”.9
Cuando medimos nuestro tiempo en la tierra, comparado con la eternidad, es como un abrir y cerrar
de ojos, pero las consecuencias del mismo duran para siempre. Las obras de esta existencia son el
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destino de la otra vida. Debemos pensar que: “Por eso mantenemos siempre la confianza, aunque
sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos alejados del Señor”.10
Hace años un popular slogan motivaba a la gente a vivir cada día: “Este es el primer día del resto de
tu vida”. En realidad, sería más sabio vivir cada día como si fuese el último. Matthew Henry acertó: “La
responsabilidad de cada día debiera ser prepararnos para nuestro día final”.
DÍA CUATRO
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Versículo para recordar: “El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la
Pregunta para considerar: Ya que fui creado para vivir para siempre, ¿qué debería
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¿Qué es tu vida?
Santiago 4:14 (NVI)
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Ni Adán ni Eva pasaron la prueba en el jardín del Edén; también David falló en varias ocasiones. La
Biblia nos da un sinnúmero de ejemplos de personas que pasaron la prueba, entre ellos, José, Rut, Ester
y Daniel.
El carácter se desarrolla y manifiesta por medio de las pruebas; la vida en sí, toda, es una prueba.
Siempre serás probado. Dios observa constantemente tu reacción con la gente, los problemas, los
éxitos, los conflictos, la enfermedad, el desaliento e ¡incluso el tiempo! Él está pendiente hasta de las
cosas más simples, como cuando le abres la puerta a otra persona, cuando recoges una basura del suelo
o cuando eres cortés con alguien que te atiende.
No conocemos todas las pruebas que Dios nos da, pero podemos anticipar algunas por lo que nos dice
su Palabra. Serás probado mediante cambios drásticos, promesas retrasadas, pruebas difíciles,
oraciones no contestadas, críticas inmerecidas e incluso tragedias sin sentido. He podido comprobar en
mi propia vida cómo Dios prueba mi fe en los problemas, cómo prueba dónde está mi esperanza al ver
cómo uso mis posesiones, y cómo prueba mi amor a través de las personas.
Una prueba muy importante consiste en ver cómo actúas cuando no puedes sentir la presencia de
Dios en tu vida. A veces dios se aleja intencionalmente y no sentimos su cercanía. Un rey llamado
Exequias pasó por esta prueba. La escritura dice: “Dios se retiró de Ezequías para probarlo y descubrir
todo lo que había en su corazón”.2 Ezequías había disfrutado de una relación muy cercana con dios pero
en un momento crucial de su vida el Señor se apartó de él para probar su carácter y revelar una
debilidad, a fin de prepararlo para una responsabilidad mayor.
Cuando entiendes que la vida es una prueba, te das cuenta de que nada es insignificante para ti. Aun
los percances más pequeños tienen significado para el desarrollo de tu carácter. Cada día es importante
y cada segundo es una oportunidad para hacer crecer y profundizar tu carácter, para demostrar amor y
depender de Dios. Algunas pruebas parecen abrumadoras y otras ni siquiera las sientes. Pero todas ellas
tienen implicaciones eternas.
Lo bueno es que Dios desea que sobrepases las pruebas de la vida, y él nunca permite que las que
enfrentas sean mayores que la gracia que él te otorga para sobrellevarlas. La Escritura dice: “Pero Dios
es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando
llegue la tentación, Él les dará también una salida a fin de que puedan resistir”.3
Cada vez que superas una prueba, Dios toma nota y hace planes para recompensarte en la eternidad.
Santiago dice: “Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la
vida que Dios ha prometido a quienes lo aman”.4
La vida en la tierra es un fideicomiso. Esta es la segunda metáfora bíblica de la vida. Nuestro
tiempo en la tierra, nuestro ímpetu, inteligencia, oportunidades, relaciones y recursos son todos dones
que dios nos ha confiado para cuidar y administrar. Somos mayordomos de todo lo que Él nos da. Este
concepto de mayordomía comienza cuando reconocemos que Dios es el dueño de todos y de todo en la
tierra. La Biblia afirma: “Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo
habitan”.5
La verdad es que no poseemos nada en nuestra breve estadía en la tierra. Dios nos presta la tierra
mientras estamos aquí. Era propiedad de Dios antes que llegaras y se la prestará a otro cuando mueras.
La llegas a disfrutar por un tiempo.
Cuando Dios creó a Adán y a Eva, les entregó el cuidado de su creación y los nombró administradores
de su propiedad. La Escritura dice: “Y les dio su bendición: “Tengan muchos, muchos hijos; llenen el
mundo y gobiérnenlo; dominen a los peces y a las aves, y a todos los animales que se arrastran””.6
El primer trabajo que Dios les dio a los humanos fue administrar y cuidar las “cosas” de Él en la
tierra. Este papel nunca ha sido abolido. Es parte de nuestro propósito. Todo aquello que disfrutemos
debemos tratarlo como un encargo que dios ha puesto en nuestras manos. Su Palabra dice: “¿Qué tienes
que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué presumes como si no te lo hubieran dado?”.7
Unos años atrás, una pareja nos permitió, a mi esposa y a mí, quedarnos en su preciosa casa de playa
en Hawai para unas vacaciones. Era una experiencia que nosotros mismos no habríamos podido costear,
así que la disfrutamos muchísimo. Nos dijeron: “Úsenla como si fuera suya”, ¡y así lo hicimos!. Nadamos
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en la piscina, comimos lo que había en el refrigerador, usamos las toallas y la vajilla, y ¡hasta saltamos
en las camas! Pero supinos en todo momento que en realidad no era nuestra, así que tuvimos un cuidado
especial de todo. Disfrutamos de los beneficios de usar la casa sin poseerla.
Nuestra cultura dice: “Si no es tuyo, no lo cuides”. Pero los cristianos vivimos bajo otra norma:
“Como Dios es el dueño, tengo que cuidarlo lo mejor que pueda”. La Biblia afirma: “A los que reciben un
encargo se les exige que demuestren ser dignos de confianza”.8 Jesús, en muchas ocasiones, se refirió a
la vida como un encargo que se nos ha entregado, y narró muchas historias para ilustrar esta
responsabilidad hacia Dios. En el relato de los talentos,9 un hombre de negocios confía sus riquezas a
sus siervos. Al regresar, evalúa la responsabilidad de cada siervo y los recompensa equitativamente. El
dueño dice: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más.
¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!” 10
Al fin de tu vida en la tierra serás evaluado y recompensado de acuerdo con la manera en que uses lo
que Dios te confió. Eso significa todo lo que hagas. Hasta las tareas más simples tienen repercusión
eterna. Si todo lo tratas como un encargo, con responsabilidad, Dios promete tres recompensas en la
eternidad. La primera, Dios te dará su aprobación y te dirá: “¡Buen trabajo, bien hecho!” Segundo, se te
dará un ascenso y una responsabilidad mayor en la eternidad: “Te pondré a cargo de muchas cosas”.
Entonces serás honrado con un festejo: “Ven y comparte la felicidad del Maestro”.
Mucha gente no logra darse cuenta de que el dinero es ambas cosas, una prueba y un fideicomiso, de
Dios. Dios usa las finanzas para enseñarnos a confiar en Él, y para mucha gente, el dinero es la prueba
más grande de todas. Dios observa cómo lo usamos para probar qué tan confiables somos. La Biblia dice:
“Si ustedes no han sido honrados en el uso de las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las
verdaderas?” 11
Esta es una verdad muy importante. Dios dice que hay una relación directa entre el uso de mi dinero
y la calidad de mi vida espiritual. La manera en que utilice mi dinero (riquezas mundanas) determinará
cuántas bendiciones espirituales me puede confiar Dios (las verdaderas riquezas). Permíteme
preguntarte: ¿Será que la manera en que manejas tu dinero está evitando que Dios pueda obrar más en
tu vida? ¿Se te pueden confiar riquezas espirituales?
Jesús declaró: “A todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y al que se le ha confiado
mucho, se le pedirá aun más” 12 La vida es una prueba y en encargo, y cuanto más Dios te da, más
responsable espera que seas.
DÍA CINCO
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Versículo para recordar: “El que es honesto en lo poco, también lo será en lo mucho”.
Pregunta para considerar: ¿Qué me ha ocurrido recientemente que ahora veo que era
una prueba de Dios? ¿Cuáles son las cosas más grandes que
Dios me ha confiado?
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llamado el Dios de ellos, pues les tiene preparada una ciudad”.14 Tu vida en la tierra no es toda la
historia de tu existencia. Debes esperar llegar al cielo para el resto de los capítulos. Se requiere fe
para vivir en la tierra como un extranjero.
Un antiguo relato cuenta de un misionero que al jubilarse volvía a su casa en los Estados Unidos en el
mismo barco en que viajaba el presidente de esa nación. La algarabía de la muchedumbre, una banda
militar, una alfombra roja, pancartas y los medios de comunicación, le dieron la bienvenida al
presidente, mientras que el misionero desembarcaba sin notoriedad alguna. Sintiendo lástima de sí
mismo, y con resentimiento, comenzó a quejar con Dios. Entonces el Señor le dijo con ternura: “Pero
hijo mío, tú aún no has llegado a casa”.
No llegarás a casa, hasta dos segundos antes que solloces: “¿Por qué le di tanta importancia a las
cosas que eran temporales? ¿En qué estaba pensando? ¿Por qué perdí tanto tiempo, esfuerzo e interés
en algo que no iba a durar?”
Cuando la vida se pone difícil, cuando te embarga la duda y cuando te cuestionas si vale la pena
sacrificarse viviendo para Cristo, recuerda que aún no has llegado a casa. En la muerte no dejarás tu
hogar, más bien irás a casa.
DÍA SEIS
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Versículo para recordar: “Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que
Pregunta para considerar: ¿Cómo debería cambiar mi manera de vivir hoy, el hecho de
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El porqué de todo
Porque de Él, por Él y para él son todas las cosas.
A Él sea la gloria para siempre.
Romanos 11:36 (LBLA)
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Ninguno de nosotros le hemos dado a Dios toda la gloria que merece de parte nuestra. Este es el
peor pecado y el error más grave que podemos cometer. Por otro lado, vivir para la gloria de Dios es el
mayor logro que podemos alcanzar en nuestra vida. Debería ser la meta suprema de nuestra vida porque
Dios dice que “somos su pueblo, creado par su gloria”.10
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facultades para beneficio de otros, así como las otras personas cuentan con aptitudes para tu
beneficio. La Biblia dice que “cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido,
administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas... el que presta algún servicio, hágalo
como quien tiene el poder de Dios. Así Dios será en todo alabado por medio de Jesucristo”.18
Glorificamos a Dios cuanto les testificamos a los demás. Dios no quiere que su amor y sus
propósitos sean un secreto. Una vez que conocemos la verdad, espera que la comuniquemos a los demás.
¡Qué gran privilegio! Podemos presentarles a Jesús, ayudarles a descubrir su propósito y prepararlos
para la eternidad. La Biblia afirma que a medida que “la gracia... está alcanzando a más y más personas...
(abunda) la acción de gracias para la gloria de Dios”.19
Vivir el resto de tu vida para la gloria de Dios requiere cambios en tus prioridades, en tus planes, en
tus relaciones, en todo. Algunas veces implicará el camino difícil en lugar del fácil. Incluso Jesús tuvo
que luchar contra esto. Cuando sabía que muy pronto habrían de crucificarlo, exclamó: “Ahora todo mi
ser está angustiado, ¿y acaso voy a decir: “Padre, sálvame de esta hora difícil?” ¡Si precisamente para
este propósito he venido! ¡Padre, glorifica tu nombre!”.20
Jesús estaba en un cruce de caminos. ¿cumpliría su propósito y glorificaría a Dios o se retractaría
para tener una vida cómoda y egocéntrica? Te enfrentas a una decisión similar. ¿Vivirás para alcanzar
tus propias metas, la comodidad y el placer o para la gloria de Dios, sabiendo que Él te prometió
recompensas eternas? La Biblia dice: “el que se aferra a su vida tal como está, la destruye; en cambio,
si la deja ir... la conservará para siempre, real y eterna”.21
Es hora de definir este asunto. ¿Para quién vivirás? ¿Para ti o para Dios? Jesús te dará todo lo que
necesites para vivir para Él. No te preocupes. Dios te proveerá de todo lo necesario si decides vivir
para él. La Biblia dice que “todo lo que implica una vida que agrada a Dios nos ha sido dado por milagro,
al permitirnos conocer, personal e íntimamente, a Aquel que nos invitó a Dios”.22
Ahora mismo, Dios te invita a vivir para su gloria, cumpliendo los propósitos para los que te creó. En
realidad, es la única manera de vivir. Todo lo demás es mera existencia. La verdadera vida comienza con
el compromiso absoluto con Jesucristo. Si no estás seguro de haberlo hecho, lo único que necesitas
hacer es aceptarlo y creer: La Biblia promete: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su
nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”.23 ¿Aceptarás el ofrecimiento de Dios?
Primero: cree. Cree que Dios te ama y que te creó para sus propósitos. Cree que no eres un ser
nacido por accidente. Cree que te crearon para durar para siempre. Cree que Dios te eligió para que
tuvieras una relación con Jesús, quien murió en la cruz por ti. Cree que, sin importar lo que hayas hecho,
Dios quiere perdonarte.
Segundo: acéptalo. Acepta a Jesús como tu Señor y Salvador. Acepta el perdón de tus pecados.
Acepta su Espíritu, que te dará poder para cumplir el propósito de tu vida. La Biblia dice que “el que
acepta y confía en el Hijo, participará de todo, tendrá una vida plena y para siempre”.24 Dondequiera
que te encuentres leyendo esto, te invito a inclinar tu cabeza, y susurrar la oración que cambiará tu
destino eterno:”Jesús, creo en ti y te acepto”. Vamos, hazlo ahora mismo.
Si tu oración fue sincera, ¡felicidades! ¡Bienvenido a la familia de Dios! Ahora estás listo para
comenzar a descubrir y vivir el propósito que Dios tiene para tu vida. Te animo a que se lo comentes a
alguien. Necesitarás apoyo.
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DÍA SIETE
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Versículo para recordar: “Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la
Pregunta para considerar: ¿Dónde puedo estar más consciente de la gloria de Dios en
mi diario vivir?
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PROPÓSITO Nº 1
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podríamos acabar adorándonos. Dios nos creó con este deseo porque ¡quiere tener adoradores! Jesús
dijo que el Padre “busca que le adoren”.4
Según sea el trasfondo religioso que hayas tenido, posiblemente sea necesario aclarar lo que se
entiende por “adoración”. Quizás tengas por entendido que la adoración se compone de las ceremonias
en la iglesia con cantos, oración y un sermón. O puedes pensar en ceremonias, velas y en Santa Cena. O
en sanidades, milagros y experiencia extáticas. La adoración puede incluir estos elementos, pero es
mucho más. La adoración es un estilo de vida.
La adoración es mucho más que música. Para muchas personas, la adoración es sinónimo de música.
Dicen: “En nuestra iglesia comenzamos con adoración y luego tenemos la enseñanza”. Esto es un gran
malentendido. Todas las partes del culto son un acto de adoración: la oración, la lectura de las
Escrituras, el canto, la confesión, el silencio, la quietud, la predicación del sermón, el tomar notas, las
ofrendas, el bautismo, la Santa Cena, las promesas y tarjetas de compromiso, incluso el saludarse con
otros adoradores.
En realidad, el origen de la adoración es anterior a la música. Adán adoraba en el patio del Edén,
pero la música se menciona por primera vez en Génesis 4:21, con el nacimiento de Jubal. Si la adoración
fuera sólo música, quienes no tuvieran oído musical no podrían adorar. La adoración es mucho más que
eso.
Pero en el peor de los casos, la palabra “adoración” se utiliza y muy mal para referirse a un estilo
de música en particular: “Primero cantamos un himno y luego una canción de alabanza y adoración”. De
acuerdo con este uso, si la canción es movida y se canta con brío, o se acompaña con instrumentos de
viento, se la considera “alabanza”. En cambio, si se trata de una canción lenta, plácida e íntima, quizás
con los acordes de una guitarra, entonces es adoración. Eso es una mala utilización del término
“adoración”.
La adoración no tiene nada que ver con el estilo, el volumen o el ritmo de una canción. Dios ama todos
los estilos musicales porque Él los inventó: los movidos y los lentos, los fuertes y los suaves, los clásicos
y los nuevos. Pueden no gustarte todos, ¡pero a Dios sí! Si cuando le cantamos lo hacemos en espíritu y
en verdad, eso es un acto de adoración.
Los cristianos suelen no ponerse de acuerdo acerca del estilo de música a usarse en la adoración, y
defienden con pasión su estilo preferido como el más bíblico o digno para Dios. Pero, ¡no existe un estilo
bíblico! En la Biblia no hay notas musicales; ni siquiera tenemos los instrumentos que se usaban en los
tiempos bíblicos.
Con toda franqueza, tu estilo de música preferido dice más de ti de tu entorno social y cultural y
de tu personalidad que de Dios. Lo que para un grupo étnico son sonidos musicales, para otro puede
ser ruido. Pero a Dios le gusta la variedad y disfruta todos los estilos.
La música “cristiana” no existe como tal: Sólo hay música con letra cristiana. Lo que convierte una
canción en sagrada son las palabras, no la melodía. No hay melodías espirituales.
DÍA OCHO: Si tocaras una canción sin palabras, no habría manera de reconocerla como
“cristiana”.
PLANEADO La adoración no es para beneficio propio. En mi tarea pastoral recibo notas
PARA que dicen: “Hoy me encantó la adoración. Me sirvió de mucho”. Se trata de otro
AGRADAR concepto erróneo con respecto a la adoración. ¡No es para nuestro propio
beneficio! Adoramos para beneficio de Dios. Cuando adoramos, nuestro objetivo
A DIOS
debería ser complacer a dios, no a nosotros mismos.
Si alguna vez has dicho: “Hoy no recibí nada de la adoración”, adoraste con una motivación
equivocada. La adoración no es para ti. Es para Dios. Por supuesto, la mayoría de los cultos “de
adoración” también incluyen elementos de comunión, de edificación y de evangelización, y adorar sí
tiene sus beneficios; pero no adoramos para darnos gusto. Nuestro motivo debe ser glorificar a nuestro
Creador y complacerlo o agradarlo.
En Isaías 29 Dios se queja de la adoración poco entusiasta e hipócrita. El pueblo le estaba
ofreciendo oraciones desanimadas, alabanza fingida, palabras vacías y rituales elaborados por el
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hombre, sin siquiera pensar en su significado. No podemos llegar al corazón de Dios con la tradición en
la adoración; a Dios lo conmueve la pasión y el compromiso. La Biblia dice: “Este pueblo me alaba con la
boca y me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Su adoración no es más que un mandato
enseñado por hombres”.5
La adoración no es parte de tu vida, es tu vida. La adoración no es sólo para el servicio religioso.
Se nos dice que debemos adorarlo continuamente6 y alabarlo “¡desde el amanecer hasta que el sol se
ponga!”.7 En la Biblia, la gente alababa a Dios en el trabajo, en el hogar, en las batallas, en la cárcel y
¡hasta en la cama! La alabanza debería ser la primera actividad de la mañana cuando despertamos y lo
último que hacemos por la noche, antes de cerrar los ojos para descansar.8 David dijo: “Bendeciré al
Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán!”.9
Cualquier actividad puede transformarse en un acto de adoración cuando la hacemos para alabar,
glorificar y complacer a dios. La Escritura afirma: “Ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra
cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”.10 Martín Lutero declaró: “Una muchacha puede ordeñar vacas
para la gloria de Dios”.
¿Cómo es posible hacer todo para la gloria de Dios? Lo es si actuamos como si lo estuviéramos
haciendo para Jesús, y conversando con Él mientras lo hacemos. La Biblia dice: “Hagan lo que hagan,
trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie de este mundo”.11
Este es el secreto para una vida de adoración: Hacer todo como si lo hicieras para Jesús. Una
paráfrasis lo expresa así: “Toma tu vida cotidiana, la vida de todos los días tu descanso, tus comidas,
tu trabajo, y tus idas y venidas ponlas como una ofrenda ante Dios”.12 el trabajo se convierte en
adoración cuando se lo dedicamos a Él y lo llevamos a cabo conscientes de su presencia.
Cuando me enamoré de mi esposa, pensaba en ella todo el tiempo, cuando desayunaba, cuando
conducía al colegio, cuando estaba en clase, cuando hacía fila para las compras, cuando cargaba
combustible: ¡No podía dejar de pensar en ella! A menudo me hablaba a mí mismo de ella y pensaba en
todas las cosas que me agradaban de ella. Eso me ayudó a sentirme muy cerca de Kay, aunque vivíamos
alejado y asistíamos a dos centros de enseñanza distintos. Pensando constantemente en ella,
permanecía en su amor: La verdadera adoración se trata justamente de eso: Enamorarse de Jesús.
DÍA OCHO
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
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aprender a construir un barco, ¿cómo haría para trasladarlo al mar? En tercer lugar, reunir a los
animales y cuidar de ellos era un problema. Pero Noé no se quejó ni se excusó. Tenía plena confianza en
Dios, a quien hacía sonreír.
Confiar plenamente en Dios significa tener fe en que Él sabe qué es mejor para ti. Esperas que
cumpla sus promesas, te ayude con los problemas y haga hasta lo imposible cuando fuera necesario. La
Biblia dice que: “Dios se complace en los que le honran y en los que confían en su constante amor”.8
A Noé le llevó 120 años construir el arca. Supongo que hubo días en que se sintió descorazonado.
Después de años y años sin ninguna señal de lluvia, lo tildaban con crueldad como “el loco que piensa que
Dios le habla”. Me imagino que los hijos de Noé deben haber sentido vergüenza del enorme barco que su
padre estaba construyendo en el jardín de la casa. Sin embargo, no dejó de confiar en Dios.
¿En qué aspectos de tu vida necesitas confiar más en Dios? La confianza es un acto de adoración. Así
como los padres se alegran cuando sus hijos confían en su amor y sabiduría, nuestra fe contenta a Dios.
La Biblia afirma que “sin fe es imposible agradar a Dios”.9
Dios sonríe cuando lo obedecemos de todo corazón. Salvar a la fauna de un diluvio mundial
requería poner atención a la logística y los detalles. Había que hacer todo exactamente de acuerdo con
las instrucciones de Dios. Él no dijo: “Constrúyete cualquier bote que quieras, Noé”. No, Él le dio
instrucciones detalladas acerca del tamaño, la forma y los materiales que debía usar, así como con
respecto al número de animales que debía traer a bordo. La Biblia nos relata la respuesta de Noé: “Y
Noé hizo todo según lo que Dios le había mandado”; otra versión dice que “hizo exactamente como Dios
le mandó”.10
Observa que Noé obedeció absolutamente todo (no desobedeció ninguna instrucción), y con toda
exactitud (en tiempo y forma de acuerdo con lo que dios le mandó). Eso es hacer algo de todo corazón.
¡Cómo no iba a sonreír Dios viendo a Noé!.
Si Dios te pidiera que construyeras un barco enorme, ¿tendrías preguntas, objeciones y reparos?
Noé no las tuvo. Obedeció a Dios de todo corazón, lo que implica hacer cualquier cosa que Dios nos pida,
sin reservas ni titubeos. Nada de andar con dilaciones y decir: “Voy a orar por eso”. Debemos hacerlo
sin demora. Cualquier padre sabe que la obediencia con retraso es en realidad desobediencia.
Dios no nos debe ninguna aclaración ni explicación y de motivos cuando nos pide que hagamos algo.
Para entender, podemos esperar; pero para obedecer, no. La obediencia instantánea nos enseñará más
acerca de Dios que una vida de estudios bíblicos. En realidad, nunca entenderás algunos mandamientos
si no los obedeces primero. Obedecer abre la puerta al entendimiento.
A veces intentamos ofrecerle a Dios una obediencia parcial. Queremos elegir y seleccionar qué
mandamientos obedecer. Hacemos una lista de los mandamientos que nos gustan y los obedecemos, pero
no tomamos en cuanta los que nos parecen irrazonables, difíciles, costosos o mal vistos. Asistiré a la
iglesia, pero no diezmaré. Leeré la Biblia, pero no perdonaré a los que me lastimen. La obediencia a
medias es desobediencia.
Cuando obedecemos de todo corazón lo hacemos con gozo, con entusiasmo. La Biblia nos
exhorta:”Obedécelo alegremente”.11 La actitud del salmista fue decir: “Dime solamente qué debo hacer,
y lo haré, Señor. Mientras viva, obedeceré de todo corazón”.12
Santiago les habló a los cristianos diciéndoles que “agradamos a Dios por lo que hacemos y no sólo
por lo que creemos”.13 La Palabra de Dios nos dice claramente que no podemos ganarnos la salvación. La
salvación es por gracia, no por ningún esfuerzo de nuestra parte. Pero como hijos de Dios podemos
agradar a nuestro Padre celestial mediante la obediencia. Cualquier acto de obediencia es también un
acto de adoración. ¿Por qué a Dios le agrada tanto la obediencia? Porque es la demostración de que
realmente lo amamos. Jesús dijo: “Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos”.14
Dios sonríe cuando lo alabamos y le manifestamos una gratitud continua. Pocas cosas nos hacen
sentir tan bien como recibir la alabanza y el aprecio de alguien. A Dios también le encanta. Sonríe
cuando le expresamos nuestra adoración y gratitud a Él.
La vida de Noé complació a Dios porque vivió con un corazón lleno de alabanza y de acción de gracias.
Lo primero que hizo Noé después de sobrevivir al diluvio fue expresar su agradecimiento a Dios: le
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ofreció un sacrifico. La Biblia afirma: “Luego Noé construyó un altar al Señor, y sobre ese altar ofreció
holocaustos”.15
Gracias al sacrificio de Jesús, hoy no ofrecemos sacrificios de animales como lo hizo Noé. En
cambio, se nos manda ofrecer a Dios “sacrificio de alabanza” 16 y “sacrificio de gratitud”.17 Alabamos a
Dios por lo que Él es y le agradecemos por lo que ha hecho. David dijo: “Con cánticos alabaré el nombre
de Dios; con acción de gracias lo exaltaré. Esa ofrenda agradará más al Señor”.18
Algo asombroso sucede cuando ofrecemos a Dios nuestra alabanza y gratitud. Cuando lo alegramos,
¡nuestro propio corazón se llena de gozo!
A mi madre le gustaba cocinar para mí. Incluso después de haberme casado con Kay, cuando íbamos
de visita a casa de mis padres; me preparaba una mesa con increíbles platos caseros. Una de las cosas
que más le gustaba en la vida era vernos comer y disfrutar lo que nos preparaba. Cuanto más
disfrutábamos la comida, más contenta se sentía.
Pero nosotros también disfrutábamos al hacerla sentir bien. El resultado era recíproco. Mientras
comía sus platos, me deshacía en alabanzas y elogios a mi madre. No sólo quería disfrutar la comida,
sino agradarla también. Todo el mundo se sentía feliz.
La adoración también opera recíprocamente. Puesto que disfrutamos lo que Dios ha hecho por
nosotros, le expresamos nuestro gozo, y él también se regocija, lo que a su vez aumenta nuestra alegría.
El libro de los Salmos dice que “los justos se alegran y se regocijan ante su presencia; están felices y
gritan de júbilo”.19
Dios sonríe cuando usamos nuestras habilidades. Después del diluvio, Dios le dio a Noé estas
simples instrucciones: “Tengan muchos hijos y llenen la tierra. Pueden comer todos los animales y
verduras que quieran, yo se los doy”.20
Dios dijo: “¡Continúen con sus vidas”. Y a nosotros nos dice: “¡Ya es hora de que sigan con su vida!
Hagan las cosas para las que concebí a los seres humanos. Tengan relaciones sexuales con su pareja.
Tengan bebés. Críen una familia. Siembren una cosecha y coman. ¡Compórtense como humanos! ¿Para eso
los creé!”.
Es posible que sientas que el único momento en que agradas a Dios es cuando desarrollas una
actividad “espiritual”, como leer la Biblia, asistir a la iglesia, orar o testificar. Puedes pensar que a Dios
no le interesan otros aspectos de tu vida. En realidad, Dios disfruta observando cada detalle de tu vida;
ya sea que te encuentres trabajando, jugando, descansado o comiendo. No pierde de vista ninguno de
tus movimientos. La Biblia nos dice que el Señor “dirige los pasos del hombre devoto, que Él se complace
con todos los detalles de su vida”.21
Cualquier actividad humana, excepto pecar, puede realizarse para agradar a Dios si la hacemos con
una actitud de alabanza. Podemos lavar platos, reparar motores, vender productos, diseñar programas
de computación, sembrar la tierra o criar una familia para la gloria de Dios.
Como un padre orgulloso de sus hijos, Dios disfruta de manera especial viéndonos usar los talentos y
habilidades que nos dio. Nos ha dado, intencionalmente para su regocijo, diferentes dones a cada uno. A
algunas personas las ha creado para destacarse en lo atlético, a otras para ser más analíticas. Podemos
tener capacidad para la mecánica, las matemáticas o la música, o para cualquiera de tantas otras
habilidades. Al llevar a cabo estas actividades podemos hacer que se dibuje una sonrisa en el rostro de
Dios. La Escritura declara que “Él ha formado a cada persona y ahora observa todo lo que hacemos”. 22
No podemos glorificar ni agradar a Dios cuando escondemos nuestras aptitudes
DÍA NUEVE:
o intentamos ser distintos de lo que somos. Sólo puedes agradar a Dios si eres
tú mismo. Cada vez que rechazas una parte de tu persona, desprecias la
¿QUÉ HACE sabiduría y soberanía de Dios al crearte. Dios dice que no tenemos derecho a
SONREÍR discutir con nuestro Creador: “¿Discute la vasija con su hacedor? ¿Disputa la
A DIOS? arcilla con quien le da forma?”.23
En la película Carros de fuego, el corredor olímpico Eric Liddell dice: “Creo
que Dios me creó con un propósito, pero también me hizo veloz, y cuando corro, siento el placer de
Dios”. Más adelante agrega: “Si dejara de correr, lo estaría despreciando”. Las aptitudes no
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espirituales no existen, sólo existe el uso indebido de ellas. Comienza a usar las tuyas para complacer a
Dios.
A Él también lo complace verte disfrutar su creación. Te dio los ojos para que disfrutaras la belleza,
los oídos para los sonidos y la música, el olfato y las pailas gustativas para los aromas y los sabores, y
los nervios internos para el tacto. Cada circunstancia que disfrutemos se convertirá en un acto de
adoración si le damos gracias a Dios por ella. En realidad, la Biblia dice que Dios “nos provee de todo en
abundancia para que lo disfrutemos”.24
¡Dios incluso disfruta mirándote dormir! Todavía recuerdo la profunda satisfacción que me producía
ver a mis hijos mientras dormían cuando eran pequeños. A veces llegamos a tener un día cargado de
problemas con sus desobediencias, pero cuando dormían se veían satisfechos, seguros y tranquilos,
mientras yo pensaba cuánto los amaba.
Mis hijos no tenían que hacer nada para que yo los disfrutara. Los amaba tanto que me alegraba con
sólo mirarlos respirar. Mientras sus pequeños pechos subían y bajaban, sonreía, y hasta alguna vez los
ojos se me llenaron de lágrimas por el gozo que sentía. Mientras duermes, Dios te contempla con amor,
porque tú fuiste idea suya. Nos ama a cada uno como si fuésemos la única persona en la tierra.
Los padres no pretenden que sus hijos sean perfectos ni maduros para disfrutarlos. Los disfrutan
durante todas las etapas del desarrollo. De la misma manera, Dios no espera que lleguemos a la madurez
para comenzar a amarnos. Nos ama y disfruta en todas las etapas de nuestro desarrollo espiritual.
Mientras crecías, tus maestros o padres pudieron haber sido desagradables. No supongas que Dios
siente lo mismo por ti. Él sabe que eres incapaz de ser perfecto y sin pecado. La Biblia dice: “Bien sabe
nuestro Dios cómo somos; ¡bien sabe que somos polvo!”.25
Dios se fija en la actitud de tu corazón: ¿Cuál es tu deseo más íntimo? ¿Agradar a Dios? Pablo
estaba “empeñado en agradarle, ya fuera en su hogar aquí o allá”.26 Cuando vivimos a la luz de la
eternidad, nuestro enfoque cambia. En lugar de plantearnos: “¿Cuánto placer me proporciona la vida?”,
llegamos a pensar: “¿Cuánto placer le proporciono a Dios con mi vida?”.
Dios está buscando personas como Noé para el siglo veintiuno: personas dispuestas a vivir para
agradarlo. Su Palabra afirma: “Dios, desde el cielo, mira a hombres y mujeres; busca a alguien
inteligente que lo reconozca como Dios”.27
¿Agradar a Dios será la meta de tu vida? No hay nada que Dios no haga por quien se empeñe en
alcanzar este objetivo.
DÍA NUEVE
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Versículo para recordar: “El Señor se complace en los que lo adoran y confían en su
amor”.
Salmos 147:11 (PAR)
Pregunta para considerar: Puesto que Dios sabe qué es lo mejor para mí, ¿en qué áreas
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El corazón de la adoración
Entréguense a Dios... preséntenle todo su ser
para propósitos justos.
Romanos 6:13 (PAR)
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jubilarme algún día”. La meta de una vida consagrada no es la jubilación, porque compite con Dios por la
atención primaria de nuestra vida. Jesús dijo: “No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas” 14 y,
“donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”.15
El ejemplo supremo de entrega personal es Jesús. La noche antes de su crucifixión, Jesús se
entregó al plan de Dios. Oró pidiéndole al Padre que, como todo era posible para Él, no le hiciera beber
esa copa de sufrimiento, pero que no se hiciera su voluntad, sino la del Padre.16
Jesús no oró diciendo: “Dios, si pudieras evitarme este dolor, hazlo”. Ya había afirmado que ¡todo es
posible para Dios! En vez de eso, oró: “Dios, si lo mejor para ti es librarme de este sufrimiento, hazlo
por favor. Pero si es para cumplir con tu propósito, yo también lo quiero así”.
La entrega auténtica dice: “Padre, si este problema, dolor, enfermedad y circunstancia son
necesarios para cumplir tu propósito y para tu gloria en mi vida o en la de otro, no me libres de este
trance”. Este grado de madurez no se logra fácilmente. En el caso de Jesús, la agonía por el plan de
Dios fue tanta que sudó gotas de sangre. La entrega implica trabajo duro. En nuestro caso, es un
combate intenso contra nuestra naturaleza egocéntrica.
Las bendiciones de rendirnos. La Biblia no podría ser más clara con respecto a los beneficios que
trae una vida completamente entregada a Dios. En primer lugar, experimentamos paz. “¡Deja de discutir
con Dios! Ponte de acuerdo con Él, y por fin tendrás paz y las cosas te irán bien”.17 Luego,
experimentamos la libertad: “Sométanse a los caminos de Dios y serán libres para siempre... sus
mandatos los liberan para vivir abiertamente su libertad”.18 En tercer lugar, experimentamos el poder
de Dios en nuestra vida. Cristo puede derrotar las tentaciones pertinaces y los problemas acuciantes si
se los entregamos a Él.
Cuando Josué esta próximo a la batalla más grande de su vida,19 se encontró con Dios, se postró en
adoración y se puso a sus órdenes, sometiéndole sus planes. Esa entrega le permitió una victoria
imponente sobre Jericó. Esta es la paradoja: la victoria viene de rendirse. La entrega no nos debilita,
nos fortalece. Cuando nos entregamos a Dios, no tenemos por qué temer o rendirnos a nada más.
William Booth, el fundador del Ejército de Salvación, dijo: “La grandeza del poder de un hombre es el
grado de su consagración”.
Dios usa a las personas consagradas. Dios eligió a María para ser la madre de Jesús, no porque
fuera talentosa o rica o hermosa, sino porque era una persona completamente consagrada a Él. Cuando
el ángel le explicó el inverosímil plan de Dios, ella con calma le respondió que era la sierva del Señor y
que estaba dispuesta a aceptar lo que Él quisiera.20 No hay nada más poderoso que una vida consagrada
puesta en las manos de Dios. Así que debemos someternos completamente a Dios.21
La mejor manera de vivir. Al fin y al cabo, todos acabaremos rindiéndonos a algo o a alguien. Si no
nos entregamos a Dios, nos entregaremos a las opiniones o expectativas de otros, al dinero, al
resentimiento, al temor o a nuestro propio orgullo, a nuestro deseo, o a nuestro ego. Dios nos diseñó
para adorarlo; si no lo hacemos, crearemos otras cosas (ídolos) para entregarles nuestra vida. Somos
libres de elegir a quién nos rendiremos, pero no podremos librarnos de las consecuencias de esa
elección. E. Stanley Jones dijo: “Si uno no se entrega a Cristo, se entrega al caos”.
Entregarse no es la mejor manera de vivir, es la única manera de vivir. Ninguna otra cosa da
resultado. Cualquier otro enfoque conduce a la frustración, decepción y destrucción propia. En la
versión Reina-Valera de la Biblia a la entrega se le llama “vuestro culto racional” 22 y una versión en
inglés la traduce como “la manera más sensata de servir a Dios”.23 Entregar nuestra vida no es un
impulso emocional e insensato sino una acción inteligente y racional, el acto más responsable y sensato
que podemos hacer con nuestra vida. Pablo lo dijo: “Por eso nos empeñamos en agradarle”.24 tus
momentos más sabios serán aquellos cuando le digas a Dios: Sí.
Puede que te consuma años, pero al fin descubrirás que el mayor estorbo a la bendición de Dios en
tu vida no son los demás, sino tú mismo: tu propia voluntad, tu orgullo obstinado y tu ambición personal.
No podrás cumplir los propósitos que Dios tiene para tu vida mientras vivas concentrado en tus propios
planes.
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Si Dios va a trabajar a fondo contigo, comenzará con esto. Entrégale todo a Dios; lo que lamentas
de tu pasado, tus problemas del presente, tus ambiciones para el futuro; tus temores, tus sueños, tus
debilidades, tus costumbres, tus penas y tus complejos. Pon a Cristo en el asiento del conducto de tu
vida y suelta las riendas. No tengas miedo; nada que él tenga bajo su control puede quedar a la deriva.
Si Cristo tiene el dominio, podrás enfrentarlo todo. Serás como Pablo, que dijo esta “listo para
cualquier cosa y para enfrentarme a cualquier circunstancia, gracias a aquel que me infunde la fuerza
interior; o sea, soy autosuficiente en la suficiencia de Cristo”.25
Pablo se rindió en el camino a Damasco, después de que una luz deslumbrante lo hiciera caer al
suelo. A otras personas Dios les llama la atención con métodos menos drásticos. De todos modos, la
consagración nunca es un acontecimiento transitorio. Pablo dijo: “Cada día muero”.26 Hay un instante de
consagración y una práctica de consagración, que es a cada momento y por toda la vida. El problema de
los sacrificios vivos es que se pueden escapar del altar, por lo que puede ser necesario reconsagrar
nuestra vida varias veces al día. Debes hacer de la consagración un hábito diario. Jesús afirmó: “Si
alguno quiere seguirme, debe renunciar a las cosas que quiere. Debe estar dispuesto a renunciar a su
vida cada día y seguirme”.27
Una advertencia: Cuando decidimos tener una vida enteramente consagrada, esta decisión será
puesta a prueba. A veces implicará realizar tareas inconvenientes, nada gratas, costosas o
aparentemente imposibles. Varias veces implicará ir en contra de lo que deseamos hacer.
Uno de los líderes cristianos más grandes del siglo veinte fue Bill Bright, el fundador de la Cruzada
Estudiantil y Profesional para Cristo. Gracias al personal de la Cruzada en todo el mundo, al folleto de
las “Cuatro leyes espirituales” y a la película Jesús (vista por mas de mil millones de espectadores), más
de 150 millones de personas han aceptado a Cristo y pasarán la eternidad en el cielo.
En una ocasión le pregunté a Bill. “¿Por qué ha usado Dios tu vida y te ha bendecido tanto?” me
contestó: “Cuando era joven, hice un contrato con Dios. Lo escribí y firmé, de mi puño y letra. Decía “A
partir de hoy, soy esclavo de Jesucristo””.
Alguna vez has firmado un contrato como ese con Dios? ¿O todavía estás discutiendo y luchando
con Dios acerca del derecho que él tiene de hacer con tu vida lo que le plazca? Llegó el momento para
que te rindas a Dios, a su gracia, a su amor y a su sabiduría.
DÍA DIEZ
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Versículo para recordar: “Entréguense por completo a Dios... para sus buenos
propósitos”.
Romanos 6:13 (BAD)
Pregunta para considerar: ¿Hay alguna parte de mi vida que no le haya entregado a
Dios?
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determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios. Esto lo hizo Dios para que
todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren”.11
Conocer y amar a Dios es nuestro gran privilegio; ser conocido y amado por él es Su mayor placer. Él
dice que “si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme y de comprender que yo soy el Señor...
pues es lo que a mí me agrada”.12
Es difícil imaginar cómo es posible una amistad íntima entre un Dios perfecto, invisible y
omnipotente y el ser humano finito y pecador. Sería más fácil de entender una relación entre el Amo y
el siervo, o entre el Creador y lo creado, incluso entre el Padre y el hijo. Pero, ¿qué significa que Dios
quiera ser mi amigo? Si consideramos las vidas de los amigos de Dios en la Biblia, podemos aprender
seis secretos de la amistad con Dios. Veamos dos secretos en este capítulo y los cuatro restantes en el
siguiente.
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La Biblia nos dice que debemos orar todo el tiempo.17 ¿Cómo es posible hacer eso?. Una manera es
usar “oraciones de aliento” durante todo el día, como lo han venido haciendo muchos cristianos desde
hace siglos. Puedes elegir una afirmación o frase sencilla para repetírsela a Jesús en un aliento: “Tú
estás conmigo”. “Acepto tu gracia”. “Cuento contigo”. “Quiero conocerte”. “Pertenezco a ti”. “Ayúdame a
confiar en ti”. También puedes usar pasajes cortos de las Escrituras: “Para mí el vivir es Cristo”. “Nunca
me abandonarás”. “Tú eres mi Dios”. Óralas tan seguido como sea posible para que se graben a fondo en
tu corazón. Sólo asegúrate de que la intención sea honrar a Dios, nunca controlarlo”.
Practicar la presencia de Dios es una destreza, un hábito que se puede desarrollar. Así como los
músicos practican escalas todos los días para tocar melodías hermosas con desenvoltura, debes
obligarte a pensar en Dios varias veces al día. Debes entrenar tu mente para recordar a Dios.
Al principio necesitarás crear notas para traer regularmente a la memoria la conciencia de que Dios
está a tu lado en ese instante. Comienza colocando notas visuales a tu alrededor. Podrías escribir una
papeleta así: “Dios está conmigo y de mi lado ¡en este mismo instante!” Los monjes benedictinos
recuerdan que deben hacer una pausa y rezar “la oración horaria” con las campanadas del reloj. Si
tienes uno o un teléfono celular con alarma, podrías hacer lo mismo. Algunas veces sentirás la presencia
de Dios; otras, no.
Si buscas experimentar la presencia de Dios en todo esto, no has entendido nada. No alabamos a
Dios para sentirnos bien, sino para hacer el bien. Nuestra meta no es tener una sensación sino
conciencia continua de la realidad de que Dios está siempre presente. Ese es el estilo de vida de
adoración.
Mediante la meditación continua. La segunda manera de consolidar una amistad con Dios es pensar
en su Palabra durante el día. Eso se llama meditación, y la Biblia repetidas veces nos exhorta a meditar
en quién es Dios, lo que ha hecho y lo que ha dicho.18
Es imposible ser amigos de Dios si no sabemos lo que dice. No podemos amar a Dios si no lo
conocemos, y no podemos conocerlo si no conocemos su Palabra. Ella dice que Dios “se revelaba a Samuel
y le comunicaba su palabra”.19
Si bien no podemos pasarnos 24 horas estudiando la Biblia, podemos pensar en ella durante el día,
recordando versículos que hemos leído o memorizado, y reflexionando en ellos.
A veces se cree que la meditación es un ritual difícil y misterioso, practicado por místicos o monjes
en aislamiento. Sin embargo, meditar es simplemente pensar con concentración: algo que cualquiera
puede aprender y usar en cualquier lado.
Cuando le damos vuelta en la cabeza a un problema, decimos que tenemos una preocupación. Cuando
piensas en la Palabra de dios y le das vuelta en tu cabeza, llamamos a eso meditación. Si sabes cómo
preocuparte, ¡ya sabes cómo meditar! En vez de pensar con insistencia en tus problemas, necesitas
vincular la atención en tus problemas con versículos bíblicos. Cuanto más medites en la Palabra de Dios,
tendrás menos de qué preocuparte.
Dios consideraba a Job y a David sus amigos porque valoraban su Palabra por encima de todas las
demás cosas, y pensaban en ella continuamente en el transcurso del día. Job admitió: “Del mandamiento
de sus labios no me he apartado, he atesorado las palabras de su boca”.20 David dijo: “La enseñanza del
Señor es perfecta, porque da nueva vida... los preceptos del Señor... traen alegría al corazón”.21 y
“constantemente están en mis pensamientos; no puedo dejar de pensar en ellas”.22
Los amigos comparten sus secretos, y Dios compartirá sus secretos contigo si desarrollas el hábito
de reflexionar en su Palabra durante el día. Dios le contaba a Abraham sus secretos; hizo lo mismo con
Daniel, Pablo, los discípulos y otros amigos.23
Al leer la Biblia y escuchar un sermón o una grabación, no olvides lo que escuchaste cuando te vayas.
Desarrolla la práctica de repasar la verdad en tu mente, reflexiona sobre lo que has leído o escuchado,
dale vuelta en la cabeza. Cuanto más tiempo dediques a repasar lo que Dios dijo, más entenderás los
“secretos” de esta vida que pasan inadvertidos para muchas personas. La Biblia afirma: “Ser amigos de
Dios es privilegio de quienes lo reverencian; sólo con ellos comparte él los secretos de sus promesas”.24
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En el capítulo siguiente consideraremos otros cuatro secretos para cultiva una amistad con Dios,
pero no esperes hasta mañana. Comienza hoy mismo a practicar una conversación constante con Dios y
la meditación continua en su Palabra. La oración nos permite hablar con Dios; la meditación permite que
él nos hable. Ambas son esenciales para ser amigos de Dios.
DÍA ONCE
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Pregunta para considerar: ¿Qué puedo hacer para recordar que debo pensar en Dios y
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y previsibles. Si quieres ser amigo de Dios, debes ser sincero con Él, comunicarle lo que de verdad
sientes, no lo que piensas que deberías sentir o decir.
Es posible que necesites confesar una rabia oculta o algún resentimiento contra Dios en ciertas
partes de tu vida donde sientes que Dios no te trató con justicia o que te decepcionó. Hasta que
maduremos lo suficiente como para entender que dios usa todo para bien de nuestra vida, estaremos
resentidos con Él por simplezas como la apariencia física, nuestro trasfondo y formación, oraciones sin
respuesta, penas del pasado y otras cosas que cambiaríamos si fuéramos Dios. La gente suele echarle la
culpa a Él por el dolor que otros les han provocado: William Backus llama a eso “la grieta oculta con
Dios”.
El resentimiento es el mayor impedimento para amistarse con Dios: ¿Por qué querría ser amigo de
dios si permitió esto? El antídoto, por supuesto, es darse cuenta de que Dios siempre actúa
defendiendo nuestros intereses, incluso cuando nos resulta doloroso y no podemos entenderlo. Pero
expresar nuestro resentimiento y revelar nuestros sentimientos es el primer paso para la recuperación.
Como lo hicieron tantas personas en la Biblia, cuéntale a Dios exactamente cómo te sientes.5
Dios dejó sus instrucciones respecto a la sinceridad sin tapujos en el libro de los Salmos: un manual
de adoración lleno de protestas y desvaríos, dudas, temores, resentimientos y sentidas pasiones,
combinadas con gratitud, alabanza y afirmaciones de fe. En ese libro se han catalogado todas las
emociones. Cuando leas las emotivas confesiones de David y de otros, entenderás que así es como Dios
quiere que lo adores: sin ocultarle ningún sentimiento. Podemos orar como el salmista: “En su presencia
expongo mi queja, en su presencia doy a conocer mi angustia cuando me encuentro totalmente
deprimido”.6
Es alentador saber que todos los amigos más íntimos de Dios Moisés, David, Abraham, Job entre
otros tuvieron sus momentos de duda. Pero en vez de disimular su desconfianza con piadosa
hipocresía, la expresaron con sinceridad, franca y públicamente. Expresar nuestras dudas suele ser el
primer paso hacia el siguiente nivel de intimidad con Dios.
Debo obedecer a Dios en fe. Siempre que confiemos en la sabiduría divina y hagamos todo lo que
nos manda, aunque no lo entendamos, estaremos afianzando la amistad con Dios. Usualmente no
pensamos en la obediencia como una característica de la amistad; la reservamos para las relaciones con
los padres o con el jefe o con alguien en autoridad, pero no con un amigo. Sin embargo, Jesús dejó bien
claro que la obediencia es una condición para la intimidad con Dios. Él dijo: “Ustedes son mis amigos si
hacen lo que yo les mando”.7
En el capítulo anterior señalé que la palabra que Jesús usó cuando nos llamó “amigos” podía
emplearse para referirse a “los amigos del rey” en la corte real. Si bien estos compañeros cercanos
tenían privilegios especiales, aun así estaban sujetos al rey y tenían que obedecer sus órdenes. Somos
amigos de Dios, pero no somos sus iguales. Él es nuestro líder cariñoso, y nosotros lo seguimos.
Obedecemos a Dios no por obligación, temor o compulsión, sino porque lo
DÍA DOCE: amamos y confiamos en que sabe lo que es mejor para nosotros. Queremos
seguir a Cristo porque estamos agradecidos por todo lo que ha hecho por
DESARROLLA nosotros, y cuanto más de cerca lo sigamos, más estrecha será nuestra
TU AMISTAD amistad.
CON DIOS. Los no creyentes piensan que los cristianos obedecen por obligación,
porque se sienten culpables o por temor al castigo, pero es todo lo contrario.
Obedecemos por amor, porque nos ha perdonado y liberado, y ¡nuestra obediencia nos llena de gozo!
Jesús dijo: “Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi
amor: Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor; así como yo he obedecido los
mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor: Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así
su alegría sea completa”.8
Fíjate en que Jesús simplemente espera que hagamos lo mismo que Él hizo con el Padre. Esa relación
es el modelo para establecer nuestra amistad con Él. Jesús hizo todo lo que el Padre le pidió que
hiciera, y lo hizo por amor.
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La verdadera amistad no es pasiva sino activa. Cuando Jesús nos pide que amemos a los demás, que
ayudemos a los necesitados, compartamos nuestros recursos, tengamos una vida limpia, estemos
dispuestos a perdonar y a traer a otros a él, el amor nos impulsa a obedecerlo al instante.
Muchas veces se nos desafía a hacer “grandes cosas” para Dios. En realidad, a Él le agrada más que
hagamos pequeñas cosas con obediencia y por amor. Podrán pasar inadvertidas para los demás, pero
Dios las ve y las considera actos de adoración.
Las grandes oportunidades suelen venir una sola vez en la vida, pero estamos rodeados de pequeñas
oportunidades todos los días. Podemos alegrar a Dios hasta con actos tan sencillos como decir la
verdad, ser generosos y animar a los demás.
Dios atesora estos simples gestos de obediencia más que nuestras oraciones, alabanza y ofrendas.
La Biblia nos dice: “¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios, o que se
obedezca lo que Él dice? El obedecer vale más que el sacrificio”.9
Jesús comenzó su ministerio público a la edad de treinta años, cuando Juan lo bautizó. “Este es mi
Hijo amado, estoy muy complacido con Él”.10 ¿Qué hizo Jesús durante treinta años que agradaba tanto a
Dios? La Biblia no nos dice nada respecto a esos años ocultos, a excepción de una frase aislada en Lucas
2:51: “Regresó a Nazaret con ellos, y vivió obedientemente con ellos”. Treinta años de vivir agradando a
Dios se resumen en dos palabras: “¡Vivió obedientemente!”.
Debo valorar lo que Dios valora. Esto es lo que hacen los amigos: se interesan en lo que la otra
persona considera importante. Mientras más amigo seas de Dios, más te importará lo que a Él le
importa, más nos afligirá lo que a Él le aflige, y más nos alegraremos con lo que a Él le agrada.
Pablo es el mejor ejemplo de esto. Los planes de Dios eran los suyos, y se apasionaba por las mismas
cosas que apasionaban a Dios: pedía que le aguantaran “la tontería de estar tan preocupado por los
corintios, porque ¡se debía a la pasión de Dios quemándole por dentro!”.11 David sentía lo mismo: “la
pasión por la casa de Dios lo consumía, y sentía que los que insultaban a Dios también lo insultaban a
Él”.12
¿Qué es lo que más le importa a Dios? La redención de su pueblo. ¡Quiere hallar a todos sus hijos que
se han perdido! Jesús vino al mundo pro ese motivo principal. El hecho más preciado para Dios es la
muerte de su Hijo. Lo segundo más valioso es cuando sus hijos comparten esa noticia con otros. Si
somos amigos de Dios, nos deben importar todas las personas a nuestro alrededor porque también
preocupan a Dios. Los amigos de Dios les hablan a sus amigos acerca de Dios.
Debo desea la amistad con Dios más que nada. Los Salmos están repletos de ejemplos de este
anhelo. David deseaba con pasión conocer a Dios por encima de todo; usó palabras como anhelo, ansia,
sed, hambre. Anhelaba a Dios. Dijo: “Sólo una cosa he pedido al Señor, sólo una cosa deseo: estar en el
templo del Señor todos los días de mi vida, para adorarlo en su templo y contemplar su hermosura”.13 En
otro salmo dijo: “Tu amor es mejor que la vida”.14
La pasión con que Jacob deseaba la bendición de Dios en su vida fue tan intensa que luchó toda la
noche en el campo con Dios, y le dijo: “¡No te soltaré hasta que me bendigas!”15 La parte más llamativa
de esta historia es que Dios, que es todopoderoso, ¡lo dejó ganar! Dios no se ofende cuando “luchamos”
con Él, porque este encuentro requiere contacto personal y ¡eso nos acerca a Él! También es una
actividad apasionada y a Dios le encanta cuando nos emocionamos con Él.
Pablo fue otro hombre entusiasmado por su amistad con Dios. No había nada más importante: era
prioritaria, el foco único y la meta principal de su vida. Dios usó a Pablo de manera tan grande
justamente por esta razón. Una versión amplificada de la Biblia expresa cabalmente la intensidad de la
pasión que Pablo sentía: “Mi firme propósito es conocerlo mejor para poder progresivamente
conocerlo más a fondo y más íntimamente, sintiendo, percibiendo y entendiendo las maravillas de su
Persona con mayor intensidad y más claridad”.16
Lo cierto es que estás tan cerca de Dios como tú lo deseas. La amistad íntima con Dios es una opción,
no es una casualidad. Debes tener la intención de buscarla. ¿Realmente la quieres? ¿Más que a cualquier
cosa? ¿Cuánto vale para ti? ¿Vale la pena que dejes otras cosas para conseguirla? ¿Merece el esfuerzo
que tendrás que hacer para desarrollar los hábitos y destrezas necesarios?
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Quizás en el pasado Dios te haya apasionado pero has perdido ese fervor. Era el problema que tenían
los cristianos de Efeso: habían dejado su primer amor. Hacían lo correcto, pero por obligación y no por
amor. Si sólo has estado cumpliendo con gestos espirituales, no deberías sorprenderte si Dios permite
el dolor en tu vida.
La aflicción es como el combustible de la pasión: refuerza la energía intensa, que normalmente no
tenemos pero que necesitamos para realizar los cambios. C.S.Lewis dijo: “El dolor es el altavoz de Dios”.
Dios nos despierta del letargo espiritual mediante el dolor. Nuestros problemas no son un castigo; son
los despertadores que usa un Dios cariñoso. Él no está enojado con nosotros; Él está apasionado con
nosotros, y hará lo que sea necesario para que volvamos a tener comunión con él. Pero hay una manera
más fácil para reencender tu entusiasmo por Dios: comienza pidiéndole a Dios esta pasión, y pídela
hasta conseguirla. Haz esta oración durante el día: “Querido Jesús: “Lo que más quiero es conocerte
íntimamente””. Dios les dijo a los cautivos en Babilonia que “cuando lo buscaran en serio y de todo
corazón, Él se aseguraría de no defraudarlos”.17
DÍA DOCE
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Pregunta para considerar: ¿Qué decisiones tomaré hoy para acercarme a Dios?
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Además, sé específico. Si alguien se te acerca y repite: “¡Te alabo!” diez veces, es probable que
pienses: “¿Por qué?” Tu preferirías dos cumplidos específicos a veinte generalidades vagas. Dios
también.
Otra idea es hacer una lista de los diferentes nombres que tiene Dios y concentrarse en ellos. Los
nombres de Dios no son arbitrarios; expresan distintos aspectos de su carácter. En el Antiguo
Testamento, Dios se reveló gradualmente a Israel, introduciendo nuevos nombres para sí, y nos manda
alabar su nombre.8
Dios quiere que nuestras reuniones de adoración en público también tengan sentido. Pablo dedica un
capítulo entero a este asunto en 1º Corintios 14, y concluye:”Pero todo debe hacerse de manera
apropiada y con orden”.9
Con respecto a este punto, Dios insiste en que nuestros cultos de adoración puedan ser entendidos
por los no creyentes que estén presentes en nuestras reuniones de adoración. Pablo señaló que “si tú
das gracias a Dios con tu espíritu, y te escucha algún extraño, no podrá unirse a tu oración porque no
entenderá lo que dices. No podrá hacerlo, porque no habrá comprendido nada. Tu oración podrá ser muy
buena, pero no estarás ayudando a nadie”.10 La Biblia nos ordena ser sensibles a los no creyentes que
están de visita en nuestras reuniones de adoración. Si hacemos caso omiso de este mandamiento somos
desobedientes y no tenemos amor.- Si deseas una explicación más extensa acerca de este punto,
consulta el capítulo “La adoración puede ser testimonio” en Una iglesia con propósito.
A Dios le agrada la adoración práctica. La Palabra de Dios afirma: “Les ruego que cada uno de
ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios”.11
¿Por qué quiere Dios tu cuerpo? ¿Por qué no dice “ofrezcan su espíritu”? Porque sin el cuerpo no
podemos hacer nada en este planeta. En la eternidad recibiremos un cuerpo nuevo, mejorado,
actualizado, pero mientras estemos sobre la tierra, Dios dice: “¡Dame lo que tengas!” Él únicamente está
siendo práctico con respecto a la adoración.
¿Has escuchado decir a las personas: “Esta noche no puedo ir a la reunión, pero estaré con ustedes
en espíritu? ¿Saben lo que significa esto? Nada. ¡No vale nada! Mientras estemos en esta tierra,
nuestro espíritu sólo puede estar donde esté nuestro cuerpo. Si tu cuerpo no está presente, no estás
ahí.
Cuando adoramos debemos ofrecer nuestro “cuerpo como sacrificio vivo”. En la actualidad asociamos
el concepto de “sacrificio” con algo muerto, pero Dios quiere que seamos un sacrificio vivo. ¡Quiere que
vivamos para Él! Sin embargo, el problema de un sacrificio vivo es que se puede escapar del altar, y es lo
que solemos hacer. Cantamos “¡Firmes y adelante!, huestes de la fe” los domingos, y los lunes
desertamos.
En el Antiguo Testamento, a Dios le agradaban los sacrificios de adoración porque anunciaban el
sacrificio de Jesús por nosotros en la cruz. Ahora bien, a Dios le agradan diferentes tipos de sacrificio
de adoración: la gratitud, la alabanza, la humildad, el arrepentimiento, las ofrendas de dinero, la
oración, el servicio a los demás y el compartir los recursos con los necesitados.12
La verdadera adoración tiene un precio. David lo sabía y dijo: “No voy a ofrecer al SEÑOR mi Dios
holocaustos que nada me cuesten”.13
La adoración sacrifica nuestro egocentrismo. No podemos exaltar a Dios y exaltarnos al mismo
tiempo. No podemos adorar para impresionar a los demás y para agradarnos a nosotros mismos.
Necesitamos retirar deliberadamente el enfoque de nuestra persona.
Cuando Jesús dijo: “Ama a Dios con todas tus fuerzas”, quería señalar que la adoración requiere
esfuerzo y energía. No es siempre ni lo más conveniente ni lo más cómodo, y en ocasiones la adoración
es un acto de voluntad absoluto: un sacrificio de buena voluntad. La adoración pasiva es una
incongruencia.
Ofrecemos sacrificio de adoración a Dios cuando lo alabamos aunque no tengamos ganas; cuando nos
levantamos de la cama para adorarle aunque estemos cansados y cuando ayudamos a los demás aunque
estemos agotados. Eso agrada a Dios.
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Matt Redman, un líder inglés de adoración, cuenta cómo su pastor le enseñó a la iglesia el verdadero
significado de la adoración. Para mostrarles que ésta era más que la música, prohibió por un tiempo el
canto en los servicios, mientras aprendían otras maneras de adorar. Al cabo de ese tiempo, Matt había
escrito el himno clásico El Corazón de la Adoración:
DÍA TRECE
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Versículo para recordar: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma,
Pregunta para considerar: ¿Qué le agrada más a Dios en este momento: mi adoración en
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estar convencido de su inocencia porque “si me dirijo hacia el este, no está allí; si me encamino al oeste,
no lo encuentro. Si está ocupado en el norte, no lo veo; si se vuelve al sur; no alcanzo a percibirlo. Él, en
cambio, conoce mis caminos; si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro”.9
Cuando Dios parece distante, puedes sentir que está enojado contigo o que te está disciplinando por
algún pecado. Es cierto, el pecado sí nos puede desvincular de la amistad íntima con Dios. Entristecemos
al Espíritu de Dios y apagamos nuestra comunión con la desobediencia, el conflicto con los demás, las
múltiples ocupaciones, la amistad con el mundo y otros pecados.10
Pero este sentimiento de abandono y distanciamiento de Dios no suele tener nada que ver con el
pecado. Es una prueba de fe, una que todos debemos enfrentar: ¿seguirás amando, confiando,
obedeciendo y adorando a Dios aunque no sientas su presencia ni tengas prueba evidente y visible de su
obra en tu vida?
En la actualidad, el error más común de los cristianos con respecto a la adoración es que buscan una
experiencia, más que a Dios. Buscan un sentimiento y, si lo encuentran, concluyen que han adorado. ¡Qué
equivocación! En realidad, Dios suele retirar nuestros sentimientos para que no dependamos de ellos. La
adoración no es la búsqueda de un sentimiento, incluso si se trata de uno de intimidad con Cristo.
Cuando eras un cristiano “en pañales”, Dios te dio varias emociones y contestaba tus oraciones
inmaduras y egocéntricas, para que confirmaras su existencia. Pero a medida que crecemos en la fe, nos
aparta gradualmente de esas dependencias.
La omnipresencia de Dios y la manifestación de su presencia son dos cosas distintas. Una, es un
hecho; la otra, es un sentimiento. Dios está siempre presente, aunque no estemos conscientes de Él; su
presencia es demasiado profunda para medirla con meras emociones.
Sí, Dios quiere que sientas su presencia, pero prefiere que confíes en Él aunque no lo sientas. A Dios
le agrada la fe, no los sentimientos.
Las situaciones que más apelarán a tu fe serán aquellas cuando tu vida se derrumbe y no puedas
percibir a Dios. Fue lo que le sucedió a Job. En un solo día perdió todo: su familia, su negocio, su salud,
todas sus posesiones. Fue de lo más desalentador: ¡por treinta y siete capítulos Dios no dijo nada!
¿Cómo podemos alabar a Dios cuando no entendemos lo que pasa en nuestra vida y Él calla? ¿Cómo
mantener el vínculo en medio de una crisis si no hay comunicación? ¿Cómo mantener la vista en Jesús
cuando nuestros ojos están llenos de lágrimas? Hagamos lo que hizo Job: “Se dejó caer al suelo en
actitud de adoración. Entonces dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir: el
Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!”.11
Cuéntale a Dios exactamente cómo te sientes. Derrama tu corazón ante Dios. Descarga todas tus
emociones y sentimientos. Job lo hizo cuando dijo: “¡No guardaré silencio! Estoy enojado y amargado.
¡Tengo que hablar!”.12 Cuando Dios parecía distante añoraba: “¡Qué días aquellos, cuando yo estaba en mi
apogeo y Dios bendecía mi casa con su íntima amistad!”.13 Dios puede encargarse de las dudas, el enojo,
el temor, el dolor, la confusión y las preguntas que tengas.
¿Sabes que reconocer tu desesperanza ante Dios puede ser una afirmación de fe? Es posible confiar
en Dios y sentirse afligido al mismo tiempo. David escribió: “Aunque digo: “Me encuentro muy afligido”,
sigo creyendo en Dios”.14 Puede parecer una contradicción: confío en Dios, ¡pero estoy destrozado! La
franqueza de David en realidad revela una profunda fe. En primer lugar, creía en Dios. Segundo, creía
que Dios escuchaba su oración. Tercero, creía que Dios le permitiría decir lo que sentía y lo seguiría
amando.
Concéntrate en quién es Dios, en su naturaleza inmutable. A pesar de las circunstancias y de los
sentimientos, depende del carácter inmutable de Dios. Recuerda las verdades eternas de Dios: Él es
bueno, me ama, está conmigo, sabe lo que me pasa, se interesa en mí, tiene un plan para mi vida. V.
Raymond Edman dijo: “Nunca dudes en la oscuridad de lo que Dios te dijo en la luz”.
Cuando la vida de Job se desmoronó, y Dios mantuvo silencio, Job todavía encontró motivos para
alabar a Dios:
Él es bueno y amoroso.15
Él es todopoderoso.16
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DÍA CATORCE
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
abandonaré”.
Hebreos 13:5 (NVI)
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PROPÓSITO Nº 2
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Dios creó a todos los seres humanos, pero no todos son sus hijos. Para llegar a formar parte de la
familia de Dios hay una única manera: nacer de nuevo. Con el primer nacimiento formamos parte de una
familia humana, pero nos convertimos en miembros de la familia de Dios con el segundo. Dios nos ha
dado “el privilegio de nacer de nuevo, para poder pertenecer a la propia familia de Dios”.3
La invitación a formar parte de la familia de Dios es universal,4 pero hay una condición: tener fe en
Jesús. La Escritura dice: “Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús”.5
Tu familia espiritual es aun más importante que tu familia física porque durará para siempre.
Nuestras familias en esta tierra son dones maravillosos de Dios, pero son pasajeras y frágiles, en
ocasiones divididas por el divorcio, la distancia, la vejez e, inevitablemente, la muerte. En cambio,
nuestra familia espiritual nuestras relaciones con los demás creyentes continuarán por la
eternidad. Es una unión más fuerte, un vínculo más permanente que la consanguinidad. Cuando Pablo se
detenía a considerar el propósito eterno de Dios para nosotros, dejaba escapar la alabanza: “Cuando
pienso en lo sabio y amplio de su plan, me arrodillo y oro al Padre de la gran familia, algunos miembros
de esta gran familia ya están en el cielo y otros están todavía aquí en la tierra...”6
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de su familia. Su mandamiento fue: “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.19
Durante años me pregunté por qué la Gran Comisión de Jesús le asignaba tanta relevancia al
bautismo, tanta importancia como a las grandes tareas de evangelización y edificación. ¿Por qué es tan
importante el bautismo? Pero entonces me di cuenta que el bautismo simboliza el segundo propósito de
Dios para nuestra vida: la participación en la comunión de la familia eterna de Dios.
El bautismo está lleno de significado. Con él declaramos nuestra fe y compartimos la sepultura y
resurrección de Cristo, representa nuestra muerte a la vieja vida y anuncia nuestra nueva existencia en
Cristo. También es una celebración de nuestra incorporación a la familia de Dios.
El bautismo es la representación física de una verdad espiritual. Representa lo que sucedió en el
momento cuando Dios nos adoptó en su familia: “Todos fuimos bautizados por un solo Espíritu para
constituir un solo cuerpo ya seamos judíos o gentiles, esclavos o libres”.20 Todos recibimos el mismo
Espíritu.
El bautismo no nos convierte en miembros de la familia de Dios; eso es posible sólo mediante la fe en
Cristo. El bautismo es una muestra de que somos parte de esa familia. Es como el anillo de bodas: una
señal visible de un compromiso interno hecho en el corazón. Es un acto de iniciación, no algo que
podamos postergar hasta que nos consideremos espiritualmente maduros. La única condición bíblica es
que hay que creer.21
En el Nuevo Testamento, la gente se bautizaba enseguida, después de haber creído. En Pentecostés,
el mismo día que aceptaron a Cristo se bautizaron tres mil personas. En otra ocasión, un líder etíope se
bautizó en el mismo lugar donde se convirtió, y Pablo y Silas bautizaron al carcelero de Filipos y a su
familia a medianoche. Los bautismos no se dejaban para otro momento en el Nuevo Testamento. Si
todavía no te has bautizado como expresión de tu fe en Cristo, hazlo tan pronto como sea posible: como
Jesús lo mandó.
DÍA QUINCE
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Dios me hizo para pertenecer a su familia.
Versículo para recordar: “Su plan inmutable siempre ha sido adoptarnos en su propia
Pregunta para considerar: ¿De qué manera puedo comenzar a tratar a los demás
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La vida sin amor no tiene sentido. Pablo dice: “No importa lo que diga, lo que crea o lo que haga, sin
amor estoy en quiebra”.6
En ocasiones nos conducimos como si las relaciones fueran algo que conseguimos introducir en
nuestros planes. Hablamos de hallar tiempo para nuestros hijos o de hacer tiempo para las personas en
nuestra vida. Damos la impresión de que las relaciones son apenas una parte de nuestra vida, junto con
tantas otras ocupaciones. Pero Dios dice que lo esencial de la vida consiste en nuestras relaciones con
los demás.
Cuatro de los Diez Mandamientos se refieren a nuestra relación con Dios, mientras que los seis
restantes tratan de nuestra relación con las personas. Pero ¡los diez tienen que ver con relaciones!
Posteriormente, Jesús resumió lo que más le importa a Dios en dos afirmaciones: amar a Dios y amar a
los demás. Dijo: “Ama al Señor tu Dios con todo su corazón...” Éste es el primero y el más importante de
los mandamientos. El segundo se parece a éste: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos
mandamientos dependen toda la ley y los profetas”.7 Después de aprender a amar a Dios, que es la
adoración, aprender a amar a los demás debería ser el segundo propósito de la vida.
Lo que más importa en mi existencia son las relaciones y no los logros o la adquisición de bienes.
Entonces, ¿por qué le prestamos tan poca atención a las relaciones? Cuando estamos muy ocupados,
afectamos el tiempo que dedicamos a las relaciones, quitándoles la energía y atención necesarias. Lo
urgente desplaza lo más importante para Dios.
La ocupación en múltiples actividades compite con las relaciones. Nos preocupamos en ganarnos la
vida, en realizar nuestro trabajo, en pagar las cuentas y en lograr metas, como si vivir consistiera en
cumplir esas tareas. No es así. El sentido de la vida es aprender a amar: a dios y a las personas. El
resultado de la resta “vida menos amor” es cero.
El amor durará por siempre. Otra razón por la que Dios nos manda hacer del amor una prioridad es
que es eterno: “Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor: Pero la más
excelente de ellas es el amor”.8
El amor deja un legado. El impacto más perdurable que puedes dejar en la tierra es el trato que
tuviste con las personas, no tu riqueza o tus logros. Como lo expresó la Madre Teresa: “Lo que importa
no es tanto lo que uno hace sino cuánto amor pone en hacerlo”. El amor es el secreto de un legado
duradero.
He tenido que acompañar a muchas personas en sus últimos momentos, cuando están al borde de la
eternidad, y nunca las he escuchado decir: “¡Traigan mis diplomas! Me gustaría mirarlos una vez más.
Muéstreme mis premios, mi medalla, el reloj de oro que me regalaron”. Cuando nuestra vida sobre esta
tierra llega a su fin, no nos rodeamos de objetos. Queremos estar rodeados de personas: de seres
queridos y con quienes nos relacionamos.
Llegados los últimos momentos, todos nos damos cuenta de que la vida consiste de relaciones. La
sabiduría consiste en aprender esta verdad lo antes posible. No esperes a estar en tu lecho de muerte
para reconocer que esto era lo más importante.
El amor será la norma para evaluarnos. Aprender a amar debe ser el objetivo de la vida ya que
será la norma que dios usará para evaluarnos en la eternidad. Una de las maneras que Dios utiliza para
medir la madurez espiritual es la calidad de nuestras relaciones. En el cielo él no nos pedirá que le
contemos sobre nuestra carrera profesional, nuestra cuenta bancaria y nuestros pasatiempos, sino que
revisará cómo tratamos a otras personas, en especial a los necesitamos.9 Jesús dijo que la manera de
amarlo es amar a su familia y atender sus necesidades prácticas: “De cierto os digo que en cuanto lo
hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.10
Cuando nos transfieran a la eternidad, dejaremos todo detrás. Lo único que llevaremos encima será
nuestro carácter. Por eso la Biblia dice: “En Cristo Jesús... lo que vale es la fe que actúa mediante el
amor”.11
Con esto en mente, te sugiero que cuando te despiertes todas las mañanas, te arrodilles junto a tu
cama o te sientes en el borde de la cama, y ores: “Dios, haga lo que haga hoy, quiero asegurarme de
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dedicar tiempo a amarte y amar a los demás: mi vida consiste en eso. No quiero desperdiciar este día”.
¿Por qué habría Dios de darte otro día si no lo vas a aprovechar?
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DÍA DIECISÉIS
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: La vida consiste amar.
Pregunta para considerar: Con toda franqueza, ¿son las relaciones mi prioridad? ¿Qué
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Un lugar a pertenecer
Ya son ustedes... miembros de la familia de Dios,
ciudadanos del país de Dios y conciudadanos
de los cristianos de todas partes.
Efesios 2:19 (BAD)
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Ser miembro de la familia de Dios tiene repercusiones y no es algo para ser ignorado casualmente.
La iglesia es parte del plan de Dios para el mundo. Jesús dijo: “Edificaré mi iglesia, y las puertas del
reino de la muerte no prevalecerán contra ella”.7 La iglesia es indestructible y existirá por la eternidad.
Sobrevivirá al universo, y tu papel en ella también. La persona que dice: “No necesito a la iglesia”, es
arrogante o ignorante. La iglesia es tan importante que Jesús murió en la cruz por ella. “Cristo amó a la
iglesia entregó su vida por ella”.8
La Biblia llama a la iglesia “la esposa de Cristo” y “el cuerpo de Cristo”.9 No me puedo imaginar
diciéndole a Jesús: “Te amo, pero no me gusta tu esposa”, o “Te acepto, pero rechazo tu cuerpo”. Sin
embargo, eso es lo que hacemos cuando le restamos importancia, menospreciamos o nos quejamos de la
iglesia. Por el contrario, Dios nos manda a amarla tanto como la ama Jesús. La Biblia nos ordena “amar a
nuestra familia espiritual”.10 Es triste ver que muchos cristianos usan la iglesia, pero no la aman.
LA CONGREGACIÓN LOCAL
Con pocas excepciones importantes que tiene que ver con todos los creyentes en la historia, casi
todas las veces que se usa la palabra iglesia en la Biblia se refiere a la congregación local y visible. El
Nuevo Testamento da por sentado que los creyentes eran miembros de una congregación local. Los
únicos cristianos que no lo eran, eran los que estaban sujetos a la disciplina de la congregación o que
habían dejado de tener comunión por casos de inmoralidad.11
La Biblia dice que un cristiano sin iglesia materna es como un órgano sin un cuerpo, una oveja sin
rebaño o un niño sin familia. No es su estado natural. La Biblia dice que somos “miembros de la familia
de Dios... conciudadanos de los cristianos de todas partes”.12
En la actualidad, el individualismo independiente de nuestra cultura ha creado muchos huérfanos
espirituales: “creyentes conejos” que saltan de una iglesia a otra sin identificarse, sin rendir cuentas ni
comprometerse con ninguna. Muchos creen que es posible ser un “buen cristiano” si unirse (a veces sin
siquiera asistir) a una iglesia local, pero Dios no está de acuerdo con eso. Su Palabra ofrece muchas
razones de peso para justificar la necesidad de estar comprometidos y ser activos en la comunión.
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espera que demostremos a los demás creyentes: una disposición a amarlos del mismo modo que Dios nos
amó.
Ser una familia eclesiástica te ayuda a mantenerte en forma espiritualmente. No podrás
madurar si sólo asistes a los cultos de adoración y eres un espectador pasivo. Sólo podemos
mantenernos espiritualmente en forma si participamos en toda la vida de una congregación local. La
Biblia declara: “Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos
los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro”.19
El Nuevo Testamento emplea más de cincuenta veces la frase “unos a otros” o “unos con otros”. Se
nos manda amar; orar; alentar; amonestar; saludar; servir; enseñar; aceptar; honrar; llevar las cargas;
perdonar; someternos; comprometernos y muchas otras tareas mutuas y recíprocas. ¡Esto es membresía
bíblica! Estas son tus “responsabilidades familiares” que Dios espera que cumplamos por intermedio de
una congregación local. ¿Con quién estás cumpliendo estas obligaciones?
Puede parecer más fácil ser santo cuando no hay nadie a nuestro alrededor que pueda frustrar
nuestras preferencias, pero esta santidad es falsa y no verificable. El aislamiento genera engaño: es
fácil engañarse creyendo que somos maduros si no nos comparamos con otros. La verdadera madurez se
demuestra en las relaciones.
Para crecer necesitamos algo más que la Biblia, necesitamos a otros creyentes. Creceremos más
rápido y seremos más fuertes si aprendemos de los demás y asumimos nuestra responsabilidad. Cuando
otros comparten lo que Dios les está enseñando, aprendo y crezco.
El Cuerpo de Cristo te necesita. Dios tiene un papel exclusivo para que lo desempeñes en su
familia. Es tu “ministerio”, y para desempeñarlo Dios te ha dado dones: “para ayudar a toda la iglesia
Dios ha provisto a cada uno con dones espirituales”.20
La congregación local es el lugar que Dios ha provisto para descubrir, desarrollar y usar tus dones.
Es posible que además tengas un ministerio más amplio, pero eso es un agregado al servicio del cuerpo
local. Jesús no prometió edificar tu ministerio; sino edificar su iglesia.
Compartirás la misión de Cristo en el mundo. Cuando Jesús caminó sobre esta tierra, Dios obró
mediante el cuerpo físico de Cristo; hoy usa su cuerpo espiritual. La iglesia es el instrumento de Dios
sobre la tierra. No solamente debemos ser ejemplo del amor de Dios amándonos unos a otros; también
debemos llevar juntos ese amor al resto del mundo. Es un privilegio increíble que compartimos. Como
miembros del cuerpo de Cristo, somos sus manos, sus pies, sus ojos y su corazón, Él obra en el mundo
por nuestro intermedio. Pablo nos dice que “Dios nos ha creado en Cristo Jesús para trabajar juntos en
su obra, en las buenas obras que Dios ha dispuesto para que hagamos, en la obra que más vale que
pongamos en práctica”.21
La familia eclesiástica evitará que te apartes. Nadie es inmune a la tentación. Dadas las
circunstancias apropiadas, tú como yo podríamos ser capaces de cometer cualquier pecado.22 Como Dios
sabe eso, nos ha asignado como individuos la responsabilidad de cuidarnos mutuamente. La Biblia dice:
“Anímense unos a otros cada día, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado”.23
“No te metas en mi vida” no es una frase que un cristiano debiera decir. Dios nos llama y nos manda a
asumir un compromiso con los demás. Si sabes de alguien que en este mismo momento está flaqueando
espiritualmente, es tu responsabilidad buscar a esa persona y devolverla a la comunión. Santiago dice
que”si sabemos de alguno que se extravía de la verdad de Dios, no lo descartemos, busquémoslo y
hagámoslo volver”.24
Otro beneficio relacionado con la iglesia local es que brinda la protección espiritual de líderes
consagrados. Dios ha dado a los líderes pastorales la responsabilidad de guardar, proteger, defender y
velar por el bienestar espiritual de su rebaño25 “porque ellos cuidan de ustedes sin descanso, y saben
que son responsables ante Dios de lo que a ustedes les pase”.26
A Satanás le gustan los creyentes desarraigados, desconectados de la energía del cuerpo, aislados
de la familia de Dios, sin responsabilidades frente a sus líderes espirituales: sabe que están indefensos
y sin fuerza para enfrentarse a sus tácticas.
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TU ELECCIÓN
Cuando nace un bebé, él o ella se convierte automáticamente en parte de la familia universal de los
seres humanos. Pero ese bebé también necesita ser miembro de una familia en particular para recibir el
cuidado y el cariño que requiere para crecer, tener salud y ser fuerte. Lo mismo es cierto en el aspecto
espiritual. Cuando nacemos de nuevo, automáticamente pasamos a formar parte de la familia universal
de Dios, pero también necesitamos ser miembros de una expresión local de ese núcleo.
La diferencia entre ser un mero asistente al templo y un miembro de la iglesia es el compromiso. Los
asistentes son espectadores frente al escenario; los miembros están comprometidos con el ministerio.
Los asistentes son consumidores; los miembros, contribuyentes. Los asistentes desean tener los
beneficios de la iglesia sin compartir las obligaciones. Son como parejas que quieren vivir juntas sin
comprometerse y formar un matrimonio.
¿Por qué es importante unirse a la familia de una iglesia local? Porque es en la práctica, no en la
teoría, como demuestras tu compromiso con tus hermanos y hermanas. Dios quiere que ames a personas
reales, no ideales. Puedes pasarte toda tu vida buscando la iglesia perfecta, pero nunca la encontrarás.
Dios nos llama a amar a los pecadores como Él nos amó.
En los Hechos, los cristianos de Jerusalén tenían compromisos muy específicos entre sí. Se
dedicaban a la comunión. La Biblia nos dice “que se comprometían con la enseñanza de los apóstoles, la
vida en comunidad, las comidas comunitarias y las oraciones”.27 Dios hoy espera el mismo compromiso de
tu parte.
La vida cristiana es más que el simple compromiso con Cristo: también implica el compromiso con
otros cristianos. Los creyentes de Macedonia entendieron esto. Pablo dijo de ellos: “Se entregaron a sí
mismos, primeramente al Señor y después a nosotros, conforme a la voluntad de Dios”.28 Después de
convertirte en hijo de Dios, el siguiente paso natural que debes dar es convertirte en miembro de una
congregación local. Cuando te comprometes con Cristo, te conviertes en cristiano; pero te conviertes en
miembro de una iglesia cuando te comprometes con un grupo específico de creyentes. La primera
decisión trae la salvación; la segunda, la comunión.
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DÍA DIECISIETE
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Soy llamado a pertenecer, no sólo a creer.
Versículo para recordar: “También nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo
Pregunta para considerar: El grado de compromiso que tengo con mi iglesia local,
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Podremos experimentar la verdadera comunión sólo si somos transparentes en nuestra vida. La Biblia
dice: “Si vivimos en la luz, así como Él está en la luz, tenemos comunión unos con otros... Si afirmamos
que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad”.2 El mundo cree que
la intimidad necesita oscuridad, pero Dios dice que ésta ocurre en la luz. La oscuridad sirve para
esconder nuestros dolores, culpas, temores, fracasos y fallas. Pero al sacarlas a la luz, las ponemos a la
vista y admitimos quiénes somos en realidad.
Por supuesto, la autenticidad exige valor y humildad. Implica enfrentar nuestro temor a la
exposición, al rechazo y a ser heridos nuevamente. ¿Por qué habríamos de correr ese riesgo? Porque es
la única manera de crecer espiritualmente y conservar nuestra salud emocional. La Escritura indica que
“nuestra práctica debería ser: confesarnos unos a otros nuestros pecados y orar unos por otros para
poder vivir todos juntos y ser sanados”.3 Sólo podemos crecer si nos arriesgamos, y no hay riesgo mayor
que ser sinceros con nosotros mismos y con otros.
En la comunión verdadera experimentamos reciprocidad. La reciprocidad es el arte de dar y
recibir. Depende de cada uno de nosotros. La Biblia dice que “Dios diseñó nuestros cuerpos como un
modelo para que pudiéramos entender nuestras vidas reunidas como iglesia: cada parte dependiente de
todas las demás partes”.4 La reciprocidad es el corazón de la comunión: la construcción de relaciones
recíprocas, de compartir responsabilidades y de ayudarse unos a otros. Pablo dice que desea que nos
ayudemos “entre nosotros con la fe que compartimos. Tu fe me ayudará y mi fe te ayudará”.5
Somos más sólidos en nuestra fe cuando caminamos junto a otros que nos animan. La Biblia nos
ordena rendir cuentas unos a otros, animarnos, servirnos y honrarnos mutuamente.6 Más de cincuenta
veces el Nuevo Testamento nos manda hacer distintas tareas “unos a otros” y “unos con otros”. La
Palabra de Dios señala: “Esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua
edificación”.7
No eres responsable de cada persona del cuerpo de Cristo, pero tienes una responsabilidad con ellos.
Dios espera que hagas lo que esté a tu alcance para ayudarlos.
En la comunión verdadera experimentamos compasión. La compasión no se limita a dar consejos o
una ayuda rápida y cosmética; la compasión es comprender y compartir el dolor de los demás. La
compasión dice: “Entiendo lo que te está pasando, y lo que sientes no es raro ni es una locura”. Hoy
también se la conoce como “empatía”, pero la palabra bíblica es “compasión”. La Escritura afirma que,
como escogidos de Dios, santos y amados, debemos vivir con “verdadera compasión, bondad, humildad,
mansedumbre y paciencia”.8
La compasión satisface dos necesidades humanas esenciales: ser entendidos y apreciados con
nuestros sentimientos. Cada vez que entiendes y aprecias los sentimientos de alguien, estableces
comunión. El problema es que muchas veces tenemos tanta prisa para arreglar las cosas, que no tenemos
tiempo para expresar nuestra compasión; o estamos preocupados con nuestros propios dolores. La
autocompasión agota la compasión por los demás.
La comunión tiene diferentes niveles, cada uno apropiado para diferentes momentos. Los grados más
simples de comunión son al compartir y al estudiar la Palabra de Dios en comunidad. Un nivel más
profundo es la comunión al servir: cuando ministramos entre varios en viajes misioneros o en proyectos
de caridad. El nivel más profundo e intenso es la comunión en sufrimiento,9 cuando nos solidarizamos
con la pena y el dolor de los demás y nos ayudamos unos a otros a sobrellevar las cargas. Los cristianos
que mejor entienden este nivel son quienes, en este mundo, sufren persecución, desprecio y hasta
muerte como mártires por su fe.
La Palabra de Dios nos manda: “Cuando tengan dificultades, ayúdense unos a otros. Esa es la manera
de obedecer la ley de Cristo”.10 Es en los momentos más intensos de crisis, dolor y duda cuando más nos
necesitamos unos a otros. Cuando las circunstancias nos aplastan y nuestra fe se derrumba, es cuando
más necesitamos a nuestros amigos creyentes. Necesitamos contar con un pequeño grupo de amigos que
tengan fe en Dios por nosotros para permitirnos salir adelante. En un pequeño grupo, el cuerpo de
Cristo es real y tangible, aunque Dios parezca distante. Durante su sufrimiento, Job necesitó con
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desesperación contar con ese grupo. Clamó: “aunque uno se aparte del temor al Todopoderoso, el amigo
no le niega su lealtad”.11
En la comunión verdadera experimentamos misericordia. La comunión es un lugar de gracia, donde
en vez de enfatizar los errores, éstos se resuelven. La comunión se genera cuando la misericordia
triunfa sobre la justicia.
Todos necesitamos misericordia porque todos tropezamos y caemos y necesitamos que alguien nos
ayude a ponernos en pie y en camino. Necesitamos brindarnos misericordia unos a otros y estar
dispuestos a recibirla. Dios declara que cuando alguien peca, debemos
DÍA DIECIOCHO: “perdonarlo y consolarlo para que no sea consumido por la excesiva tristeza”.12
No es posible tener comunión sin perdón. Dios nos dice: “No guarden
VIVIENDO rencor”,13 porque la amargura y el resentimiento destruyen la comunión. Como
LA VIDA somos pecadores e imperfectos, inevitablemente nos lastimamos. En ocasiones,
intencionalmente y otras veces sin mala intención, pero de una u otra manera,
JUNTOS.
requiere cantidades enormes de misericordia y gracia crear y sostener la
comunión. La Escritura dice que “tengan paciencia unos con otros, y perdónense si alguno tiene una queja
contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes”.14
La misericordia de Dios es el motor que nos motiva a mostrar compasión a los demás. Recordemos
que nunca se nos pedirá perdonar más que lo que Dios nos perdonó a nosotros. Cuando alguien te lastime,
tienes que decidir. ¿Usaré mi energía y mis emociones para vengarme o para buscar una solución? No es
posible hacer ambas cosas.
Muchas personas son renuentes a mostrar misericordia porque no entienden la diferencia entre
confianza y perdón. Perdonar es soltar las riendas del pasado. La confianza tiene que ver con el
comportamiento en el futuro.
El perdón debe ser inmediato, lo pida o no quien ofendió. La confianza se reconstruye con el tiempo.
Esta requiere llevar un registro. Si una persona nos lastima repetidas veces, Dios nos manda perdonarla
al instante, pero no espera que confiemos en ella de inmediato, y tampoco supone que debemos permitir
que siga lastimándonos. Deberá demostrar que el tiempo la ha transformado. El mejor lugar para
restaurar la confianza es dentro del ámbito de apoyo provisto por un pequeño grupo que ofrezca la
posibilidad de animarnos mutuamente y ser responsables unos de otros.
Experimentarás muchos otros beneficios si formas parte de un pequeño grupo comprometido con
tener comunión verdadera. Es una parte esencial de tu vida cristiana que no puedes desatender. Por más
de dos mil años los cristianos se han reunido regularmente en pequeños grupos para vivir en comunión.
Si nunca has formado parte de uno, no tienes idea de lo que te estás perdiendo.
En el capítulo siguiente analizaremos lo que se requiere para crear este tipo de comunidad con otros
creyentes, pero espero que este capítulo haya despertado el hambre de una experiencia de
autenticidad, reciprocidad, compasión y misericordia que experimentarás con la comunión verdadera.
Fuiste creado para esa comunión.
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DÍA DIECIOCHO
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Necesito otras personas en mi vida.
Versículo para recordar: “Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la
ley de Cristo”.
Gálatas 6:2 (NVI)
Pregunta para considerar: ¿Qué primer paso puedo dar hoy para relacionarme con otro
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el asunto nunca se resuelve, y todos se resignan. Todos saben cuál es el problema, pero nadie lo expresa
francamente. Esto produce un ambiente viciado: hay secretos y se multiplican los chismes. La solución
de Pablo era directa: “No más mentiras, no más falsas impresiones. Díganle a su prójimo la verdad. En el
cuerpo de Cristo todos estamos conectados entre sí, a fin de cuentas. Cuando mienten a otros, se
mienten a ustedes mismos”.6
La comunión verdadera depende de la franqueza, ya se trate de un matrimonio, una amistad o tu
iglesia. Aun más, en una relación, el túnel de los conflictos puede ser la puerta a la intimidad. Hasta que
no nos importe lo suficientemente como para enfrentar y solucionar los obstáculos subyacentes, nunca
podremos tener una relación más estrecha. Cuando un conflicto es bien manejado y se encaran y
solucionan las diferencias, se estrechan las relaciones. La Biblia dice: “A fin de cuentas, más se aprecia
al que reprende que al que adula”.7
La franqueza no debe ser una licencia para decir lo que a uno se le antoja, dondequiera y cuando
quiera. Eso es impertinencia. La Escritura afirma que”para todo hay un cuándo y un cómo“.8 Las palabras
irreflexivas dejan cicatrices profundas. Dios nos manda hablarnos unos a otros en la iglesia como
miembros afables de una familia: “No reprendas con dureza al anciano, sino aconséjalo como si fuera tu
padre. Trata a los jóvenes como a hermanos; a las ancianas como a madres; a las jóvenes como a
hermanas”.9
Es triste, pero la falta de sinceridad ha destruido miles de relaciones. Pablo tuvo que reprender a la
iglesia en Corinto por su pasivo código de silencio que permitía la inmoralidad dentro de su comunidad.
Como no había nadie con suficiente valor para enfrentarla, les dijo:”No miren para otro lado con la
esperanza de que el problema desaparecerá. Sáquenlo a la luz y trátenlo... Mejor un poco de devastación
y vergüenza que la maldición... Ustedes creen que se trata de algo sin importancia, pero por el
contrario... no deberían actuar como si todo estuviera bien cuando uno de sus compañeros cristianos es
inmoral o calumniador, es arrogante con Dios o grosero con sus amigos, se emborracha o es avaro y
estafador. No toleren esta situación, ni consideren aceptable ese comportamiento. No soy responsable
de lo que hagan los de afuera, pero, ¿acaso no tenemos responsabilidad hacia los de adentro, los que
conforman nuestra comunidad de creyentes?.10
Cultiva la vida en comunidad requiere humildad. Nada destruye la comunión tan rápido como la
arrogancia, la autocomplacencia y el orgullo empedernido. El orgullo erige murallas entre las personas; la
humildad construye puentes. La humildad es como el aceite que suaviza las relaciones y lima las
asperezas. Por eso la Biblia dice: “Revístanse todos de humildad en su trato mutuo”.11 La vestimenta
apropiada para la comunión es una actitud de humildad.
El resto del versículo continúa: “Dios se opone a los orgullosos pero da gracia a los humildes”.12 Este
es otro motivo por el que debemos ser humildes: el orgullo bloquea la gracia de Dios en nuestra vida, la
que necesitamos para crecer, cambiar, sanar y ayudar a los demás. Recibimos la gracia de Dios cuando
reconocemos con humildad que la necesitamos. La Biblia nos dice que ser orgullosos ¡es oponernos a
Dios! Es una manera de vivir necia y peligrosa.
Podemos desarrollar la humildad de manera práctica: reconociendo nuestras debilidades, siendo
tolerantes con las debilidades de otros, estando dispuestos a ser corregidos y destacando lo que hacen
los demás. Pablo aconsejó: “Vivan siempre en armonía. Y no sean orgullosos, sino traten como iguales a la
gente humilde. No se crean más inteligentes que los demás”.13 A los cristianos de Filipos les escribió:
“Honren más a los demás que a ustedes. No se interesen sólo en ustedes sino interésense en la vida de
los demás”.14
La humildad no es pensar menos de si mismo sino pensar menos en ti mismo. Humildad es pensar más
en los demás. Las personas humildes se interesan tanto en servir a otros, que no piensan en sí mismas.
Cultivar la vida en comunidad requiere amabilidad. La cortesía o amabilidad consiste en respetar
nuestras diferencias, tener consideración por los sentimientos de otras personas y ser tolerantes con
las que nos molestan. La Palabra de Dios dice: “Hagamos cuanto contribuya al bien... con el fin de
edificarlas”.15 Pablo le dijo a tito: “El pueblo de Dios debe tener un gran corazón y ser amable”.16
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En todas las iglesias, y en cualquier grupo pequeño, habrá siempre por lo menos una persona “difícil”,
a veces más de una. Éstas pueden tener necesidades emocionales especiales,
DÍA DIECINUEVE:
profundas inseguridades, costumbres irritantes o hábitos sociales no
desarrollados. Podríamos llamarlas personas NGE: que “necesitan gracia
CULTIVAR extra”.
LA VIDA EN Dios puso a tales personas en medio de nosotros tanto para nuestro
COMUNIDAD beneficio como para el de ellas. Son una oportunidad para el crecimiento y
poner a prueba la comunión: ¿Las amamos como hermanos y hermanas y las
tratemos con dignidad?
Los miembros de una familia no se aceptan porque sean inteligentes, hermosos o talentosos. Se
aceptan porque pertenecen a la misma familia. Defendemos y protegemos la familia. Uno de sus
miembros puede ser algo tonto, pero es de nuestra familia. De la misma manera, la Biblia dice: “Ámense
los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente”.17
Lo cierto es que todos tenemos nuestras manías y caprichos. Pero la comunidad no tiene nada que ver
con compatibilidades. La base de nuestra comunión es nuestra relación con Dios: somos una familia.
Una de las claves para la amabilidad es conocer los orígenes de una persona: descubre su historia.
Cuando sepas lo que esa persona ha atravesado, serás más comprensivo. En lugar de pensar en todo lo
que todavía tiene que aprender, pensarás en todo lo que ha progresado, a pesar de todo.
Otro aspecto de la amabilidad consiste en no subestimar las dudas ajenas. El hecho de que no
tengamos determinados temores no quita validez a esos sentimientos. La comunidad verdadera se
produce cuando la gente se siente suficientemente segura para poder expresar sus dudas y temores
con la certeza que no la juzgarán.
Cultivar la vida en comunidad requiere confidencialidad. Para que las personas sean sinceras y
expresen sus más profundas penas, necesidades y errores, se requiere una condición: una atmósfera
segura que las haga sentirse cálidamente aceptadas y donde puedan desahogarse con confianza. La
confidencialidad no implica permanecer en silencio si nuestro hermano o hermana peca. Significa que lo
que se expresa dentro del grupo no sale afuera de él, que el grupo tratará el asunto internamente y
nadie saldrá a contar chismes.
Dios odia los chismes, sobre todo cuando se los disfraza superficialmente como “pedidos de oración”
por una persona. Él afirma: “El perverso provoca contiendas y el chismoso divide a los buenos amigos”.18
Los chismes provocan sufrimiento y divisiones, y destruyen la comunión. Dios es muy claro al respecto:
debemos enfrentar “al que cause divisiones”.19 Estas personas pueden enojarse y abandonar el grupo o
la iglesia cuando se las amonesta por sus acciones divisivas, pero el compañerismo de la iglesia es más
importante que cualquier individualidad.
Cultivar la vida en comunidad requiere contacto frecuente. Debes tener contacto frecuente y
regular con tu grupo para construir una comunión genuina. Para cultiva una relación se requiere tiempo.
La Biblia nos dice: “No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos
unos a otros”.20 Debemos desarrollar el hábito de reunirnos. Un hábito es algo que hacemos con
frecuencia y regularidad, no ocasionalmente. Debemos pasar tiempo juntos mucho tiempo para
construir relaciones sólidas. Por eso, la comunión es tan superficial en muchas iglesias justamente
porque no pasamos suficiente tiempo juntos, y cuando nos reunimos, por lo general pasamos ese tiempo
escuchando hablar a una sola persona.
La comunidad no se construye sobre la conveniencia (“Nos reuniremos cuando nos parezca”), sino que
se apoya en la convicción de que la comunidad es necesaria para la salud espiritual. Si deseas cultiva una
comunión verdadera, eso implicará reunirte incluso cuando no tengas ganas, porque estás convencido de
que es importante. ¡Los primeros cristianos se reunían todos los días! “No dejaban de reunirse en el
templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad”.21
Para tener comunión debes invertir tiempo.
Si eres miembro de un pequeño grupo o clase, te animo a que hagas un pacto en el grupo que incluya
las nueve características de la comunión bíblica: expresaremos nuestros verdaderos sentimientos
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(autenticidad), nos animaremos unos a otros (reciprocidad), nos apoyaremos unos a otros (compasión),
nos perdonaremos unos a otros (misericordia), hablaremos la verdad en amor (sinceridad),
reconoceremos nuestras debilidades (humildad), respetaremos nuestras diferencias (amabilidad), no
andaremos con chismes (confidencialidad) y haremos del grupo una prioridad (frecuencia).
Al leer esta lista de características, te resultará obvio por qué la comunión genuina es tan poco
corriente. Consiste en formarnos en interdependientes. Sin embargo, los beneficios de compartir la
vida juntos superan largamente los costos y nos preparan para el cielo.
DÍA DIECINUEVE
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: La vida en comunidad requiere compromiso.
Versículo para recordar: “En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo
Pregunta para considerar: ¿Cómo puedo cultivar hoy las características de una
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Restaura el compañerismo
Dios... por medio de Cristo nos reconcilió
consigo mismo y nos dio
el ministerio de la reconciliación.
2º Corintios 5:18 (NVI)
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escuchamos le decimos a la persona: “Valoro tu opinión, me interesa nuestra relación y me importas tú”.
Es cierto: me importa saber lo que sabe un amigo porque me importa mi amigo.
Para restaurar el compañerismo debemos “agradar al prójimo para su bien, con el fin de edificarlo”.16
Aguantar con paciencia el enojo de los demás es un sacrificio, sobre todo si no tiene fundamento. Pero
recuerda, eso fue lo que Jesús hizo por ti. Soportó el enojo malicioso e infundado para salvarte:
“Porque ni siquiera Cristo se agradó a sí mismo sino que, como está escrito: “Sobre mí han recaído los
insultos de tus detractores”.17
Confiesa tu parte en el conflicto. Si realmente te interesa restaurar una relación, debes comenzar
admitiendo tus propios errores o pecados. Jesús dijo que debes sacar primero “la viga de tu propio ojo,
y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano”.18
Como todos tenemos un punto ciego, puede ser necesario pedirle ayuda a un tercero para que te
ayude a evaluar tus propias acciones antes de reunirte con la persona con quien tienes un conflicto.
Pídele a dios que te muestre tu parte de culpa en el problema. Pregúntale: “¿Soy yo el problema? ¿Soy
poco realista, insensible o demasiado sensible?”. La Biblia dice que “si decimos que estamos libres de
pecado, lo único que conseguimos es engañarnos”.19
La confesión es una herramienta muy poderosa para la reconciliación. A veces la manera en que
tratamos un conflicto produce un daño mayor que el problema original. Cuando comenzamos por
reconocer con humildad nuestras equivocaciones, el enojo de la otra persona se apaga y la desarmas
porque posiblemente esperaba que estuvieras a la defensiva. No te excuses ni culpes al otro; reconoce
con sinceridad la parte que te corresponde en el conflicto. Asume la responsabilidad que te
corresponde por tus errores y pide perdón.
Ataca al problema, no a la persona. No es posible arreglar el problema si lo que te interesa es
encontrar quién tuvo la culpa. Debes optar por una u otra. La Biblia dice: “La respuesta amable calma el
enojo, pero la agresiva echa leña al fuego”.20 Si estás enojado nunca lograrás persuadir a la otra
persona; elige tus palabras con mucho cuidado. Una respuesta amable es siempre mejor que el sarcasmo.
Al resolver conflictos, la manera en que se dicen las cosas es tan importante como lo que se dice. Si
eres agresivo, tus palabras se recibirán a la defensiva. Dios nos dice: “A la persona sabia y madura se le
conoce por su inteligencia. Cuanto más agradables sus palabras, más convincente es la persona”.21 Ser
fastidioso nunca sirve. No podemos ser convincentes cuando somos ásperos.
Durante la Guerra Fría, ambas partes acordaron que algunas armas de guerra eran tan destructivas
que nunca deberían usarse. En la actualidad, las armas químicas y biológicas están prohibidas y los
arsenales de armas nucleares se reducen y se destruyen. Para salvar el compañerismo, es necesario
destruir nuestro arsenal de armas nucleares relacionales: la desaprobación, el menosprecio, las
comparaciones, las etiquetas, los insultos, la condescendencia y el sarcasmo. Pablo lo resume de la
siguiente manera: “Eviten las palabras dañinas, usen sólo palabras constructivas, que sirvan para
edificación y sostén, para que lo que digan haga bien a quienes escuchan”.22
Coopera tanto como puedas. Pablo dijo: “En cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos”.23
La paz siempre tiene un precio. Puede costarnos nuestro orgullo; a menudo nos cuesta nuestro egoísmo.
Por amor al compañerismo, haz lo mejor que puedas para llegar a un compromiso, para adaptarte, para
optar por lo que la otra parte prefiere.24 Una paráfrasis de la séptima bienaventuranza de Jesús lo
expresa así: “Ustedes son benditos cuando son capaces de mostrar a la gente cómo cooperar en lugar
de competir o luchar. Entonces pueden descubrir quiénes son realmente y cuál es su lugar en la familia
de Dios”.25
Haz hincapié en la reconciliación, no en la solución. No es realista esperar que todos nos
pongamos de acuerdo en todo. La reconciliación se enfoca en la relación, mientras que la resolución se
concentra en el problema. Cuando nos concentramos en la reconciliación, el problema pasa a un segundo
plano de importancia y hasta puede tornarse irrelevante.
Podemos restablecer una relación incluso sin haber podido resolver nuestras diferencias. Los
cristianos solemos tener, con toda legitimidad, desacuerdos francos y opiniones distintas, pero
podemos discutir sin ser desagradables. El mismo diamante, visto de diferentes ángulos, parece
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distinto. Dios quiere la unidad, no la uniformidad, y podemos caminar juntos del brazo sin ver todas las
cosas de la misma forma.
Eso no quiere decir que debamos desistir de encontrar una solución. Puede ser necesario que
continuemos discutiendo y hasta debatiendo, pero siempre en un espíritu de armonía. La reconciliación
consiste en enterrar el arma, no el asunto.
¿A quién debes contactar como resultado de haber leído este capítulo? ¿Con quién necesitas
restaurar el compañerismo? No lo postergues ni un segundo. Haz una pausa ahora mismo y conversa con
Dios por esa persona. Luego toma el teléfono y comienza el proceso. Estos siete pasos son sencillos,
pero no fáciles. Restaurar una relación exige mucho esfuerzo. Por eso Pedro nos exhorta a “esforzarnos
por vivir en paz unos con otros”.26 Pero cuanto trabajas por la paz, haces lo que dios haría. Por eso Dios
llama pacificadores a sus hijos.27
DÍA VEINTE
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Siempre vale la pena restaurar las relaciones.
Versículo para recordar: “Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz
con todos”.
Romanos 12:18 (NVI)
Pregunta para considerar: ¿Qué debo hoy hacer para restaurar una relación rota?
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Cuida tu iglesia
Esfuércense por mantener la unidad del
Espíritu mediante el vínculo de la paz.
Efesios 4:3 (NVI)
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rogaba por esto: “Que haya verdadera armonía para que no surjan divisiones en la iglesia. Les suplico
que tengan la misma mente, que estén unidos en un mismo pensamiento y propósito”.6
Sé realista con respecto a tus expectativas. En cuanto descubrimos cómo quiere Dios que sea la
verdadera comunión, es fácil desanimarnos por la diferencia entre lo ideal y la realidad en nuestra
iglesia. Sin embargo, debemos amar a la iglesia con pasión pese a sus imperfecciones. Anhelar lo ideal
mientras criticamos lo real es señal de inmadurez. Por otro lado, si uno se conforma con la realidad sin
esforzarse por alcanzar lo ideal es señal de complacencia. La madurez consiste en vivir con esta
tensión.
Habrá creyentes que sí te defraudarán y te decepcionarán, pero eso no es ninguna excusa para no
tener comunión con ellos. Ellos son tu familia, aun cuando no actúen como tal; simplemente no puedes
abandonarlos. En cambio Dios nos dice: “Tengan paciencia unos con otros, siendo indulgentes con las
fallas de los demás por su amor”.7
Las personas se desilusionan con la iglesia por muchas razones entendibles. La lista podría ser
bastante larga: conflictos, heridas, hipocresía, negligencia, mezquindad, legalismo y otros pecados. En
lugar de asustarnos y sorprendernos, debemos recordar que la iglesia está formada por pecadores de
carne y hueso, incluyéndonos a nosotros mismos. Nos lastimamos unos a otros, a veces en forma
intencional y otras veces sin mala intención, porque somos pecadores. Pero en vez de abandonar la
iglesia, necesitamos quedarnos para resolver el asunto si esto es de alguna manera posible. La
reconciliación, no la evasión, es el camino a un carácter más fuerte y a una comunión más profunda.
Si te divorcias de tu iglesia a la primera señal de decepción, eso es señal de inmadurez. Dios tiene
cosas que quiere enseñarte, y a los demás también. Además, es imposible huir hasta encontrar la iglesia
perfecta, porque no existe. Todas las iglesias tienen sus propias debilidades y problemas. Pronto
volverás a sentirte decepcionado.
Groucho Marx tenía un dicho famoso que decía que no querría pertenecer a ningún club que lo
aceptara como socio. Si una iglesia debe ser perfecta para satisfacerte, ¡esa misma perfección te
excluirá de su membresía, porque tú no eres perfecto!.
Dietrich Bonhoffer, el pastor alemán que fue martirizado por resistirse a los nazis, escribió Vida en
comunidad un libro clásico sobre la comunión. En su obra sugiere que la desilusión con nuestra iglesia
local es algo bueno porque destruye nuestras falsas expectativas de la perfección. Cuando más pronto
dejamos la ilusión de que una iglesia debe ser perfecta para amarla, más pronto dejaremos de fingir y
empezaremos a admitir que todos somos imperfectos y necesitamos de la gracia de Dios. Este es el
comienzo de la verdadera comunidad.
Todas las iglesias podrían poner un letrero que diga: “No es necesario que se presente ninguna
persona perfecta. Este lugar es solamente para los que admiten que son pecadores, que necesitan de la
gracia divina y que quieren crecer”.
Bonhoffer señaló: “Aquel que ama más su sueño de una comunidad cristiana que a la comunidad en sí
misma, se convierte en destructor de toda ella... Si no damos gracias diariamente por la fraternidad
cristiana en la que nos desenvolvemos, aun allí donde no hay grandes experiencias ni riqueza evidente
hay mucha debilidad, fe vacilante y dificultades; si en lugar de ello nunca hacemos otra cosa que
quejarnos ante Dios por ser todo tan miserable, tan mezquino, tan poco de acuerdo con lo que hemos
esperado... entonces le impedimos a Dios hacer crecer nuestra comunidad de acuerdo con la medida y
riqueza que nos espera a todos en Jesucristo”.8
Decídete a animar más que a criticar. Siempre es más fácil eludir el compromiso y hacerse a un
lado para disparar dardos contra los que trabajan, que participar y hacer una contribución. Dios nos
advierte una y otra vez que no debemos criticarnos, compararnos ni juzgarnos unos a otros.9
Cuando criticas lo que otro creyente está haciendo con fe y convicción sincera, interfieres en los
asuntos de Dios: “¿Qué derecho tienes a criticar a los siervos de otro? Sólo su Señor puede decidir si
están haciendo lo correcto”.10
Pablo agrega que no debemos juzgar o despreciar a otros creyentes cuyas convicciones son
diferentes a las nuestras: “¿Por qué criticas las acciones de tu hermano, por qué intentas
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empequeñecerlo? Todos seremos juzgados un día, no por las normas de otros, ni siquiera por las
nuestras, sino por el juicio de Dios”.11
DÍA VEINTIUNO:
Cuando juzgo a otro creyente, pasan cuatro cosas al instante: pierdo mi
comunión con Dios, saco a relucir mi propio orgullo e inseguridad, me coloco bajo
CUIDA TU el juicio de dios y daño la comunión de la iglesia. Un espíritu de censura es un
IGLESIA. vicio costoso.
La Biblia llama a Satanás “el acusador de nuestros hermanos”.12 El trabajo del
diablo consiste en culpar, quejarse y criticar a los miembros de la familia de Dios. Todo el tiempo que
pasamos haciendo lo mismo, es porque hemos sido embaucados y estamos haciendo el trabajo por
Satanás. Recuerda que los otros cristianos, no importa cuánto discrepes de ellos, no son el verdadero
enemigo. Todo el tiempo que pasamos comparando o criticando a los otros hermanos debería ser
utilizado para construir la unidad de nuestra comunidad. La Escritura dice: “Pongámonos de acuerdo en
usar toda nuestra energía para llevarnos bien entre nosotros. Ayuden a los demás con palabras
alentadoras; no los derrumben con la crítica”.13
Niégate a escuchar chismes. Chismear es divulgar una información cuando uno no es parte del
problema ni de la solución. Tú sabes que chismear está mal, pero tampoco debes escucharlos, si es que
quieres proteger tu iglesia. Escuchar los chismes es como aceptar algo robado, y te convierte también
en culpable del delito.
Cuando alguien empiece a contarte un chisme, ten el valor de decirle: “Hágame el favor de parar. No
necesito saber eso. ¿Ha hablado usted directamente con esa persona?” Las personas que te cuentan
chismes también rumorean acerca de ti. No se puede confiar en ellas. Si prestas atención a los chismes,
Dios te llama alborotador.14 “Los alborotadores escuchan a los alborotadores”.15 “Éstos son los que
dividen las iglesias, pensando sólo en ellos mismos”.16
Es triste que en el rebaño de Dios, las heridas más grandes generalmente vienen de las otras ovejas
y no de los lobos. Pablo advirtió acerca de los “cristianos caníbales” que se “devoran unos a otros” y
destruyen la comunión.17 La Biblia dice que esta clase de alborotadores debe ser evitada porque “el
chismoso revela los secretos; por lo tanto, no te asocies con el charlatán”.18 La manera más rápida de
terminar con un conflicto en una iglesia o en un grupo pequeño es enfrentar a los que están difundiendo
rumores, e insistir en que no lo hagan más. Salomón señaló: “Sin combustible se apaga el fuego, y las
tensiones desaparecen cuando se acaban los chismes”.19
Practica el método de Dios para solucionar conflictos. Además de los principios mencionados en el
último capítulo, Jesús le dio a la iglesia un proceso de tres pasos sencillos: “Si tu hermano peca contra
ti, ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano. Pero si no, lleva
contigo a uno o dos más, para que “todo asunto se resuelva mediante el testimonio de dos o tres
testigos”. Si se niega a hacerles caso a ellos, díselo a la iglesia”.20
Durante los conflictos, serás tentado a quejarte con un tercero en lugar de hablar con valentía la
verdad y amor con la persona con quien te disgustaste. Esto hace que el asunto se torne peor. En vez de
eso, deberías ir directamente con la persona involucrada.
El enfrentamiento en privado siempre es el primer paso, y debes darlo tan pronto como te sea
posible. Si entre los dos no son capaces de resolver las cosas, el paso siguiente es pedir la ayuda de uno
o dos testigos para confirmar el problema e intentar restablecer la relación. ¿Qué deberíamos hacer si
la persona persiste en su obstinación? Jesús dice que debemos plantear el problema ante la iglesia. Si la
persona todavía se niega a escuchar después de eso, deberemos tratarla como a una incrédula.21
Apoya a tu pastor y a los líderes. No hay líderes perfectos, pero Dios les da la responsabilidad y
la autoridad para mantener la unidad de la iglesia. Pero cuando hay conflictos interpersonales que
resolver, eso es un trabajo ingrato. A menudo los pastores tienen la desagradable tarea de actuar como
mediadores entre miembros heridos, que tienen conflictos o que son inmaduros. También tienen la tarea
imposible de intentar que todos estén contentos, ¡algo que ni siquiera Jesús pudo lograr”.
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La Biblia es clara con respecto a la manera en que hemos de relacionarnos con los que nos sirven:
“Respondan a sus líderes pastorales. Escuchen su consejo. Ellos están alertas a la condición de sus
vidas, y obra bajo la supervisión estricta de Dios. Contribuyan al gozo de su liderazgo”.22
Un día los pastores estarán delante de Dios y rendirán cuenta de cuán bien velaron por ti. “Ellos
cuidan de ustedes como quienes tienen que rendir cuentas”.23 Pero tú también eres responsable. Tú
también tendrás que rendir cuentas a Dios de cuán bien los seguiste a ellos.
La Biblia da a los pastores instrucciones muy específicas respecto a la manera en que deben tratar a
las personas que causan divisiones en la comunidad. Ellos deben evitar las discusiones, enseñar con
delicadez a los que se oponen mientras oran para que cambien, advertir a los contenciosos, rogar porque
haya armonía y unidad, reprender a los que son irrespetuosos con los líderes, y destituir a los que
causan divisiones en la iglesia si hacen caso omiso de dos amonestaciones.24
Protegemos la comunión cuando honramos a los que nos sirven por medio del liderazgo. Los pastores
y los ancianos necesitan nuestras oraciones, estímulo, aprecio y amor. Se nos ordena: “Honren a los
líderes que trabajan tanto por ustedes, que han recibido la responsabilidad de exhortarlos y guiarlos en
la obediencia. ¡Cólmenlos de aprecio y amor!”.25
Te desafío a aceptar tu responsabilidad de proteger y promover la unidad de tu iglesia. Pon todo tu
esfuerzo para lograrlo, y así agradarás a Dios. No siempre será fácil. A veces tendrás que hacer lo que
es mejor para el cuerpo, no para ti mismo, dando muestras de tu preferencia por otros. Por eso Dios
nos ha puesto en la familia de una iglesia: para aprender a no ser egoístas. En la comunidad aprendemos
a decir “nosotros” en lugar de “yo”, y “nuestro” en vez de “mío”. Dios dice: ”No piensen sólo en su propio
bien. Piensen en los otros cristianos y en lo que es mejor para ellos”.26
Dios bendice a las congregaciones que están unidas. En la Iglesia de Saddleback, todos los miembros
firman un pacto que incluye la promesa de proteger la unidad de nuestra congregación. Como resultado,
nunca ha tenido un conflicto que divida la comunión. Tan importante como lo anterior, dado que es una
comunidad fraternal y unida, ¡muchas personas quieren ser parte de ella! En los últimos siete años, la
iglesia ha bautizado a más de 9.100 creyentes nuevos. Cuando Dios tiene un puñado de creyentes bebés
que quiere “dar a luz”, busca la iglesia incubadora más cálida que pueda encontrar.
¿Qué estás haciendo particularmente para hacer que la familia de tu iglesia sea más cálida y
fraternal? Hay muchas personas en tu comunidad en busca de amor y un hogar donde sean aceptadas.
La verdad es que todos necesitamos y queremos que nos amen, y cuando las personas hallan una
congregación donde los miembros se aman y se preocupan auténticamente los unos por los otros, habría
que cerrar las puertas con llave para que no entren más.
DÍA VEINTIUNO
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Es mi responsabilidad proteger la unidad de mi iglesia.
Versículo para recordar: “Esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a
la mutua edificación”.
Romanos 14:19 (NVI)
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PROPÓSITO Nº 3
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seguían su consejo, serían “como dioses”.5 Muchas religiones y la filosofía de la Nueva Era aún difunden
esta mentira antigua de que somos divinos o que podemos llegar a ser dioses.
Manifestamos este deseo cada vez que intentamos controlar nuestras circunstancias, nuestro futuro
y a las personas que nos rodean. Pero como criaturas, nunca seremos el Creador. Dios no quiere que
llegues a ser un dios; Él quiere que seas piadoso: que tomes los valores, las actitudes y el carácter
propio de Él. La Biblia dice que “adoptemos una manera enteramente nueva de vivir; una vida moldeada
por Dios, una vida que, renovada desde dentro, forme parte de su conducta mientras Dios reproduce
con toda precisión su carácter en ustedes”.6
La meta final de Dios para tu vida sobre la tierra no es la comodidad, sino el desarrollo de tu
carácter. Él quiere que crezcas espiritualmente y llegues a ser como Cristo. Esto no significa que
pierdas tu personalidad o que llegues a ser un clon sin inteligencia. Dios creó tu singularidad, por lo cual
ciertamente no quiere destruirla. Ser semejante a Cristo significa la transformación de tu carácter, no
de tu personalidad. Dios quiere que desarrolles la clase de carácter que Jesús describe en las
bienaventuranzas,7 cuando se refiere al fruto del Espíritu,8 en el gran capítulo de Pablo sobre el amor,9
y la lista de Pedro de las características de una vida provechosa y productiva.10 Cada vez que olvidamos
que ese carácter es uno de los propósitos de Dios para nuestra vida, nuestras circunstancias nos hacen
sentir frustrados. Nos preguntamos: “¿Por qué me sucede esto a mí? ¿Por qué estoy pasando por tantas
dificultades?” ¡Una respuesta es que la vida está hecha para ser difícil! Es lo que nos permite crecer.
Recuerda que ¡la tierra no es el cielo!.
Muchos cristianos interpretan mal la promesa de Jesús acerca de la ”vida abundante”,11 como si eso
quisiera decir una salud perfecta, un estilo de vida rodeado de comodidades, felicidad permanente, la
plena realización de los sueños, y el alivio instantáneo de los problemas mediante la fe y la oración. En
pocas palabras, esperan que la vida cristiana sea fácil. Esperan el cielo aquí en la tierra.
Esta perspectiva egocéntrica trata a Dios como un “genio de una lámpara” que simplemente existe
para servirlos en su búsqueda egoísta de la realización personal. Pero Dios no es tu sirviente, y si
pretendes que la vida debe ser fácil, pronto te desilusionarás muchísimo o vivirás negando la realidad.
¡No olvides nunca que la vida no gira en torno a ti! Existes para los propósitos de Dios, no a la
inversa. ¿Por qué habría de proporcionarte Dios el cielo en la tierra cuando Él ha hecho planes para
darte algo mayor en la eternidad? Dios nos da nuestro tiempo sobre la tierra para edificar y fortalecer
nuestro carácter para el cielo.
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lograrlo. Dado que el Espíritu de Dios vive dentro de nosotros, estas cosas siempre están disponibles si
se lo pedimos.
Debemos cooperar con el trabajo del Espíritu Santo. A lo largo de la Biblia vemos expresada una
verdad importante: El Espíritu Santo libera su poder en el momento en que das un paso de fe. Cuando
Josué se enfrentó con una barrera infranqueable, las aguas desbordadas del río Jordán sólo
retrocedieron después de que, en obediencia y fe, los líderes entraran en la impetuosa corriente.16
La obediencia libera el poder de Dios.
Dios espera que actúes primero. No esperes hasta que te sientas poderoso o seguro. Sigue adelante
pese a tu debilidad, haciendo lo correcto a pesar de tus temores y sentimientos. Así es como cooperas
con el Espíritu Santo, y es como se desarrolla tu carácter.
La Biblia compara el crecimiento espiritual con una semilla, un edificio o un niño en crecimiento. Cada
metáfora requiere una participación activa: las semillas deben ser plantadas y cultivadas, los edificios
deben ser construidos no surgen de la nada y los niños deben comer y hacer ejercicio para crecer.
Aunque el esfuerzo no tiene nada que ver con nuestra salvación, tiene mucho que ver con nuestro
crecimiento espiritual. Por lo menos ocho veces en el Nuevo Testamento se nos dice que “hagamos todo
esfuerzo”17 en nuestro crecimiento para llegar a ser como Jesús. Uno no se sienta simplemente a
esperar que suceda.
En Efesios 4:22-24 Pablo explica nuestras tres responsabilidades para llegar a ser como Cristo.
Primero, debemos escoger abandonar nuestras maneras antiguas de actuar: “Desháganse de todo lo que
tenga que ver con su viejo estilo de vida. Está totalmente podrido. ¡Líbrense de él!”.18
Segundo, debemos cambiar nuestra manera de pensar: “Permitan que el Espíritu cambie su manera
de pensar”.19 La Biblia dice que somos “transformados” mediante la renovación de nuestra mente.20 La
palabra griega para transformados, metamorphosis (usada en Romanos 12:2 y 2º Corintios 3:18), es la
que se emplea para describir el cambio asombroso que permite que una oruga se transforme en una
mariposa. Es un hermoso cuadro de lo que nos pasa espiritualmente cuando permitimos que Dios dirija
nuestros pensamientos: Él nos transforma de adentro hacia fuera, nos hace más hermosos y nos libera
para alcanzar nuevas alturas.
Tercero, debemos “vestirnos” con el carácter de Cristo, desarrollando nuevos y consagrados hábitos.
Tu carácter es esencialmente la suma de tus hábitos; es la manera en que te conduces habitualmente.
La Biblia nos manda ponernos el nuevo yo “la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera
justicia y santidad”.21
Dios usa su Palabra, las personas y las circunstancias para moldearnos.
Estas tres condiciones son indispensables para el desarrollo del carácter. La Palabra de Dios
proporciona la verdad que necesitamos para crecer, el pueblo de dios proporciona el apoyo que
necesitamos para crecer; y las circunstancias proporcionan el ambiente para practicar la semejanza de
Cristo. Si estudias y aplicas la Palabra de Dios, si te vinculas regularmente con otros creyentes y
aprendes a confiar en Dios en las circunstancias difíciles, te garantizo que llegarás a ser más como
Jesús. Analizaremos cada uno de estos ingredientes de crecimiento en los capítulos siguientes.
Muchas personas dan por sentado que todo lo que se necesita para el crecimiento espiritual es
estudio bíblico y oración. Pero ambas cosas por sí solas nunca cambiarán algunas cuestiones de la vida.
Dios usa a las personas. Él casi siempre prefiere trabajar por medio de las personas en vez de realizar
milagros, para que dependamos unos de otros para la comunión. Él quiere que crezcamos juntos.
En muchas religiones, las personas consideradas espiritualmente más maduras y santas son las que se
aíslan de otros en monasterios situados en lo alto de una montaña, sin peligro de contagio por el
contacto con otros. Pero esta es una grave equivocación. ¡La búsqueda de la madurez espiritual no es una
ocupación solitaria e individual! No puedes llegar a ser como Cristo en el aislamiento. Debes estar cerca
de otras personas e interactuar con ellas. Necesitas ser miembro de una iglesia y de una comunidad.
¿Por qué? Porque la verdadera madurez espiritual consiste en aprender a amar como Jesús amó, y no
puedes practicar esa disciplina si no estas en relación y contacto con otras personas. Recuerda, todo es
cuestión de amor: amar a Dios y a los demás.
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Llegar a ser como Cristo es un proceso largo y de lento crecimiento. La madurez espiritual no es
instantánea ni automática; es un desarrollo gradual y progresivo que llevará el resto de tu vida.
Refiriéndose a este proceso, Pablo dijo: “Esto continuará hasta que seamos... maduros, así como Cristo
es, y seamos completamente como Él”.22
Eres una obra en progreso. Tu transformación espiritual en cuanto al desarrollo del carácter de
Jesús seguirá por el resto de tu vida, y aun así, no se completará aquí en la tierra. La obra se terminará
cuando llegues al cielo o cuando Jesús vuelva. En ese momento, cualquier trabajo en tu carácter que
todavía quede por terminar se dará por finalizado. La Biblia dice que cuando al fin podamos ver a Jesús
perfectamente, llegaremos a ser exactamente como Él: “Ni siquiera nos podemos imaginar cómo
seremos cuando Cristo vuelva. Pero sabemos que cuando Él venga, seremos como Él, porque lo veremos
como Él realmente es”.23
Hay mucha confusión en la vida cristiana por ignorar la simple verdad de que Dios está más
interesado en construir tu carácter que en cualquier otra cosa. Nos preocupamos cuando dios parece
estar en silencio con respecto a determinados temas como por ejemplo: “¿Qué carrera profesional debo
elegir?” La verdad es que hay muchas en las que podrías cumplir la voluntad de Dios para tu vida. Elijas
lo que elijas, a Dios lo que le importa es que lo hagas como si lo hicieras para Cristo.24
Dios está mucho más interesado en lo que eres que en lo que haces. Somos “seres humanos”, no
“quehaceres humanos”. Dios está mucho más preocupado por tu carácter que en tu carrera profesional,
porque tu carácter te acompañará toda la eternidad, no así tu carrera profesional.
La Biblia advierte: “No se acomoden tan bien a su cultura que se conformen a ella sin siquiera
notarlo. En cambio, pongan su atención en Dios. Serán cambiados de adentro hacia fuera... A diferencia
de la cultura que los rodea, que siempre los arrastra hacia un nivel inferior de inmadurez. Dios hace que
surja lo mejor de ustedes, y desarrolla una madurez bien compuesta en ustedes”.25 Para concentrarnos
en llegar a ser más como Jesús, deberemos tomar decisiones opuestas a la cultura imperante. De lo
contrario, influencias como la de nuestros compañeros, padres, colaboradores, y la cultura misma,
intentarán amoldarnos a su imagen.
Lamentablemente, una ojeada rápida a varios libros cristianos populares revelan que muchos
creyentes han dejado de vivir para los grandes propósitos de Dios y se han amoldado para vivir su
realización personal y su estabilidad emocional. Eso es egocentrismo, no discipulado. Jesús no murió en
la cruz únicamente para que pudiéramos vivir cómodos y bien adaptados. Su propósito va mucho más a
fondo: Él quiere hacernos como Él mismo antes de llevarnos al cielo. Este es nuestro privilegio principal,
nuestra responsabilidad inmediata y nuestro destino final.
DÍA VEINTIDOS
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Fui hecho para llegar a ser como Cristo.
Versículo para recordar: “En la medida en que el Espíritu del Señor opera en nosotros,
Pregunta para considerar: ¿En qué área de mi vida necesito pedir el poder del Espíritu
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Cómo crecemos
Dios quiere que crezcamos hasta ser
en todo como... Cristo
Efesios 4:15 (PAR)
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Nuestros hechos deben ser congruentes con nuestros credos, y nuestras creencias deben ser
respaldadas con una conducta semejante a la de Cristo.
El cristianismo no es una religión, ni una filosofía, sino una relación y un estilo de vida. El centro de
ese estilo de vida en pensar en los demás, como lo hizo Jesús, en lugar de pensar en nosotros mismos.
La Biblia dice: “Nosotros debemos pensar en el bien de ellos e intentar ayudarlos haciendo lo que les
agrada. Ni siquiera Cristo intentaba agradarse”.11
Pensar en los demás es la esencia de ser semejantes a Cristo y la mejor evidencia del crecimiento
espiritual. Esta manera de pensar es antinatural, va en contra de nuestra cultura, es rala y difícil.
Afortunadamente tenemos ayuda: “Dios nos ha dado su Espíritu. Por eso nosotros no pensamos igual que
las personas de este mundo”.12 En los siguientes capítulos miraremos las herramientas que el Espíritu
Santo usa para ayudarnos a crecer.
DÍA VEINTITRES
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Nunca es demasiado tarde para empezar a crecer.
Versículo para recordar: “Cambien su manera de pensar para que así cambie su manera
Pregunta para considerar: ¿Cuál es una de las áreas donde necesito dejar de pensar a
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La verdad te transforma.
El crecimiento espiritual es el proceso que reemplaza las mentiras con la verdad. Jesús oró:
“Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad”.1 Para la santificación se requiere revelación. El
Espíritu de Dios utiliza la Palabra de Dios para hacernos como el Hijo de Dios. Para llegar a ser como
Jesús, debemos llenar nuestras vidas de su Palabra. La Biblia dice: “Por medio de la Palabra somos
reunidos y formados para las tareas que Dios tiene para nosotros”2
La Palabra de Dios es diferente a cualquier otra palabra. Es viva.3 Jesús dijo: “Las palabras que les
he hablado son espíritu y son vida”.4 Cuando Dios habla, las cosas cambian. Todo alrededor de ti toda la
creación existe porque “Dios lo dijo”. Él habló e hizo que todo existiera. Sin la palabra de Dios ni
siquiera estarías vivo. Santiago señala: “Dios decidió darnos vida por medio de la palabra de verdad para
que podamos ser lo más importante de todas las cosas que Él hizo”.5
La Biblia es mucho más que una guía doctrinal. ¡Genera vida, crea fe, produce cambios, asusta al
diablo, realiza milagros, sana heridas, edifica el carácter, transforma las circunstancias, imparte
alegría, supera la adversidad, derrota la tentación, infunde esperanza, libera poder, limpia nuestras
mentes, hace que las cosas existan y garantiza nuestro futuro para siempre! ¡Aleluya! ¡No podemos vivir
sin la Palabra de Dios! Nunca la menosprecies. Debemos considerarla tan esencial para nuestra vida
como la comida. Job dice: “En lo más profundo de mi ser he atesorado las palabras de su boca”.6
La Palabra de Dios es el alimento espiritual que debes tener para cumplir tu propósito. A la Biblia se
le llama nuestra leche, pan, comida sólida y postre.7 Esta comida de cuatro platos es el menú del
Espíritu para la fortaleza y el crecimiento espiritual. Pedro nos advierte: “Deseen con ansias la leche
pura de la palabra... Así, por medio de ella, crecerán en su salvación”.8
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así”), la razón (“parecía lógico”), o la emoción (“sentíamos que era lo correcto”). Estos cuatro factores
son defectuosos por causa de la caída. Lo que necesitamos es una norma perfecta que nunca nos guíe en
la dirección equivocada. Sólo la Palabra de Dios satisface esa necesidad. Salomón nos recuerda: “Toda
palabra de Dios es digna de crédito”,10 y Pablo explica: “La Biblia entera nos fue dada por inspiración de
Dios y es útil para enseñarnos la verdad, hacernos comprender las faltas cometidas en la vida y
ayudarnos a llevar una vida recta”.11
En los primeros años de su ministerio, Billy Graham, pasó un tiempo luchando con sus dudas acerca
de la exactitud y autoridad de la Biblia. Una noche cayó sobre sus rodillas y con lágrimas le dijo a Dios
que, a pesar de los pasajes confusos que no entendía, desde ese momento en adelante confiaría
completamente en la Biblia como la única autoridad para su vida y ministerio. A partir de ese día, la vida
de Billy fue bendecida con un poder y una eficacia sin precedentes.
La decisión más importante que puedes tomar hoy es resolver el asunto de cuál ha de ser la
autoridad absoluta para tu vida. Opta por la Biblia como la máxima autoridad, a pesar de la cultura, la
tradición, la razón o la emoción. Cuando tengas que tomar decisiones, proponte hacer primero esta
pregunta: “¿Qué dice la Biblia?” Resuelve que cuando Dios te pida que hagas algo, confiarás en la
Palabra de Dios y lo harás, tenga sentido o no, aunque no tengas ganas de hacerlo. Adopta la declaración
de Pablo como tu afirmación personal de fe: “Estoy de acuerdo con todo lo que enseña la ley y creo lo
que está escrito en los Profetas”.12
Debo asimilar su verdad. No basta con sólo creer en la Biblia, debo llenar mi mente de ella para que
el Espíritu Santo pueda transformarme con la verdad. Hay cinco maneras de hacerlo: Puedes recibirla,
leerla, investigarla, recordarla, y reflexionarla.
Primero, recibes la Palabra de Dios cuando la escuchas y la aceptas con una mentalidad y una actitud
receptiva. La parábola del sembrador ilustra cómo nuestra receptividad determina si la Palabra de Dios
se arraiga en nuestras vidas y lleva fruto o no. Jesús identificó tres actitudes de rechazo: una mente
cerrada (la tierra dura), una mente superficial (la tierra poco profunda), y una mente distraída (la
tierra con hierbas malas), y luego dijo: “Pongan mucha atención”.13
Cuando sientas que no estás aprendiendo nada de un sermón o de un maestro de la Biblia, debes
analizar tu actitud, considerando en especial el orgullo, porque Dios puede hablarte incluso a través del
maestro más aburrido cuando eres humilde y receptivo. Santiago aconseja “que puedan recibir con
humildad (modestia, mansedumbre) la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles la
vida”.14
Segundo, durante la mayor parte de la historia de dos mil años de la iglesia, sólo los sacerdotes
podían leer la Biblia, pero ahora miles de millones de personas tienen acceso a ella. A pesar de esto,
muchos creyentes son más fieles a la lectura diaria de su periódico que de sus Biblias. Nadie debería
sorprenderse de por qué no crecemos. No esperemos crecer si leemos la Biblia tres minutos después de
ver televisión tres horas.
Muchos que presumen de creer en la Biblia “de tapa a tapa”, nunca la han leído completa. Pero si tan
sólo la lees quince minutos diarios, la leerás completa una vez al año. Si dejas de ver un programa de
televisión treinta minutos por día y lees tu Biblia en cambio, al cabo de un año la habrás leídos dos
veces.
La lectura diaria de la Biblia te mantendrá al alcance de la voz de Dios. Por eso Dios instruyó a los
reyes de Israel que mantuvieran siempre cerca una copia de su Palabra: “Esta copia la tendrán siempre
a su alcance y la leerán todos los días de su vida”.15 Pero no la guardes simplemente cerca, ¡léela
regularmente! Una herramienta sencilla para esto es un plan diario de lectura bíblica. Así evitarás
saltar arbitrariamente de una parte de la Biblia a otra y pasar por alto algunas secciones.
Tercero, la investigación, o el estudio de la Biblia, es otra manera práctica de permanecer en la
Palabra. La diferencia entre la lectura y el estudio de la Biblia implica dos actividades adicionales:
formularse preguntas acerca del texto y anotar tus ideas. En realidad no has estudiado la Biblia a
menos que hayas tomado nota de tus pensamientos en el papel o en la computadora.
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El espacio en este libro no me permite explicar los diferentes métodos para el estudio bíblico. Hay
varios libros útiles al respecto, incluyendo uno que escribí hace más de veinte años.16 El secreto para un
buen estudio de la Biblia radica en aprender a plantearse simplemente las preguntas correctas. Los
distintos métodos emplean preguntas diferentes. Descubrirás mucho más si te detienes y haces
preguntas tan sencillas como: ¿quién? ¿qué? ¿cuándo? ¿dónde? ¿por qué? Y ¿cómo?. La Biblia dice:
“Verdaderamente felices son las personas que estudian cuidadosamente la perfecta ley de Dios que las
hace libres, y la siguen estudiando. Ellas no se olvidan lo que oyeron, sino que obedecen lo que dice la
enseñanza de Dios. Los que hacen esto serán felices”.17
La cuarta manera de permanecer en la Palabra de Dios es recordándola. Tu capacidad para recordar
es un regalo de Dios. Es posible que pienses que tienes una memoria pobre, pero la verdad es que
memorizas millones de ideas, verdades, hechos y cifras. Recuerdas lo que es importante para ti. Si
consideras relevante la Palabra de Dios, dedicarás tiempo para recordarla.
Los beneficios de memorizar los versículos de la Biblia son enormes. Te ayudará a resistir la
tentación, a tomar decisiones sabias, a reducir la tensión, a edificar confianza, a brindar buenos
consejos y a compartir tu fe con otros.18
Tu memoria es como un músculo. Cuanto más la uses, tanto más sólida llegará a ser, y la memorización
de las Escrituras será más fácil. Podrías empezar seleccionando algunos versículos de la Biblia de este
libro que te haya llegado al corazón, escribiéndolos en una pequeña tarjeta para llevarla contigo.
Después repásalos en voz alta a lo largo del día. Puedes memorizar las Escrituras en cualquier lugar:
mientras trabajas, haces ejercicio físico, conduces tu auto o esperas, o a la hora de acostarte. Hay
tres claves para memorizarlas: ¡repasar, repasar y repasar! La Biblia dice: “Mantengan vívidas en su
memoria las enseñanzas de Cristo y permitan que sus palabras enriquezcan sus vidas y los hagan
sabios”.19
La quinta manera de permanecer en la Palabra de Dios es reflexionar en lo que nos dice, lo que la
Biblia llama “meditación”. Para muchos, la idea de meditar evoca
DÍA VEINTICUATRO: poner su mente en blanco y divagar. La meditación bíblica es
exactamente todo lo contrario. Consiste en concentrar el
TRANSFORMADOS pensamiento. Exige un esfuerzo serio. Eliges un versículo y
POR LA VERDAD reflexionas en él una vez tras otra.
Como mencioné en el capítulo 11, si sabes cómo preocuparte, ya
sabes meditar. La preocupación es el pensamiento concentrado en algo negativo. La meditación es hacer
lo mismo, sólo que te enfocas en la Palabra de Dios más que en tu problema.
Ningún otro hábito puede hacer más por transformar tu vida para que te parezcas más a Jesús que
la reflexión diaria en las Escrituras. Mientras dedicamos tiempo para contemplar la verdad de Dios,
reflexionamos a conciencia en el ejemplo de Cristo, somos “transformados a su semejanza con una
gloria cada vez mayor”.20
Si buscas en la Biblia todas las veces que Dios se refiere a la meditación, te asombrará descubrir los
beneficios que Él ha prometido a los que dedican tiempo para reflexionar en su Palabra durante el día.
Una de las razones por las que Dios llamó a David “un hombre según mi corazón”21 es porque le agradaba
reflexionar en la Palabra de Dios. Él dijo: “Los preceptos del Señor... me alegran el corazón”.22 La
reflexión minuciosa sobre la verdad de Dios es una llave a la oración contestada y el secreto de una vida
victoriosa.23
Debo aplicar sus principios. Es completamente inútil recibir, leer, investigar, recordar y
reflexionar en la Palabra si no la ponemos en práctica. Debemos llegar a ser “hacedores de la Palabra”24
Este es el paso más difícil de todos, porque Satanás lucha intensamente. A él no le molesta que vayamos
a los estudios bíblicos con tal de que no hagamos nada de lo que aprendemos.
Nos engañamos cuando pensamos que simplemente porque hemos oído, leído o estudiado una verdad,
la hemos integrado a nuestra vida. En la actualidad puedes estar tan ocupado yendo a la próxima clase o
seminario o conferencia bíblica que no tienes tiempo para poner en práctica lo que aprendiste. Olvidas
lo aprendido mientras vas camino a tu próximo estudio. Sin aplicación, todos nuestros estudios bíblicos
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carecen de valor. Jesús dijo: “Todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un
hombre prudente que construyó su casa sobre la roca”.25 Jesús también enseñó que la bendición de Dios
viene por obedecer la verdad, no sólo por conocerla. Él dijo: “Ahora que saben estas cosas, serán
dichosos si las ponen en práctica”.26
Otra razón por la que evitamos la puesta en práctica de la Palabra de Dios es que puede ser difícil o
incluso dolorosa. La verdad nos liberará, ¡pero antes puede hacernos sentir miserables! La Palabra de
Dios saca a la luz nuestros motivos, señala nuestros defectos, reprocha nuestro pecado y espera que
cambiemos. Como está en nuestra naturaleza humana resistirnos al cambio, poner en práctica la Palabra
de Dios es un trabajo arduo. Por eso es tan importante dialogar con otras personas acerca de su
aplicación personal.
No puedo exagerar la importancia que tiene formar parte de un pequeño grupo de estudio bíblico.
Siempre aprendemos de otros las verdades que nunca aprenderíamos solos. Otras personas te ayudan a
ver cosas que pasas por alto, así como a poner en práctica la verdad de Dios.
La mejor manera para llegar a ser un “hacedor de la Palabra” es escribir siempre un paso de acción
como resultado de la lectura, estudio o reflexión sobre la Palabra de Dios. Desarrolla el hábito de
anotar exactamente lo que piensas hacer. Este paso de acción debe ser personal (involucrándote tú
mismo), práctico (algo que puedes hacer), y comprobable (con plazo límite para hacerlo). Todas las
medidas prácticas deben involucrar tu relación con Dios, tu relación con otros o tu carácter personal.
Antes de leer el próximo capítulo, dedica unos minutos para pensar en esta pregunta: ¿Qué es lo que
ya te dijo Dios en su Palabra que tienes que hacer y que aún no has comenzado? Luego anota algunas
declaraciones de acción para ayudarte a poner en práctica lo que sabes que debes hacer. Podrías
contarle a un amigo lo que te propusiste hacer para rendirle cuentas. Como dijo D.L. Moody: “La Biblia
no fue dada para aumentar nuestro conocimiento, sino para cambiar nuestra vida”.
DÍA VEINTICUATRO
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: La verdad me transforma.
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“Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de
acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano también los predestinó a ser
transformados según la imagen de su Hijo”.11
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sufrimiento produce paciencia. Y la paciencia, entereza de carácter”.14 Lo que pasa fuera de tu vida no
es tan importante como lo que sucede dentro. Las circunstancias son temporales, pero tu carácter
durará para siempre.
A menudo la Biblia compara las pruebas con el fuego de una refinería de metales que funde las
sustancias para quitar las impurezas. Pedro dijo: “Estos problemas vienen a demostrar que su fe es
pura. Esta fe vale mucho más que el oro”.15 A un platero le preguntaron: “¿Cómo sabe usted cuándo la
plata es pura?” Él contestó “Cuando me veo reflejado en ella”. Una vez que has sido refinado por las
pruebas, la gente puede ver reflejado a Jesús en ti. Santiago dijo: “Bajo la presión, su vida de fe queda
al descubierto y muestra sus colores verdaderos”.16
Ya que la intención de Dios es hacerte como Jesús, te llevará a través de las mismas experiencias
que atravesó su Hijo, incluidas la soledad, la tentación, el estrés, la crítica, el rechazo y muchos otros
problemas. La Biblia afirma que Jesús “aprendió la obediencia por lo que padeció” y “fue perfeccionado
por el sufrimiento”.17 ¿Por qué habría de eximirnos Dios de lo que Él mismo le permitió experimentar a
su propio Hijo? Pablo dijo:”Nosotros pasamos exactamente por lo mismo que atraviesa Cristo. ¡Si
pasamos por tiempos difíciles con Él, entonces seguramente pasaremos por los tiempos buenos con
Él!”.18
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La Biblia dice: “Alégrense siempre en el Señor”.28 No dice: “Alégrense por su dolor”. Eso es
masoquismo. Te regocijas “en el Señor”. No importa qué problemas
DÍA VEINTICINCO:
estés pasando, puedes regocijarte en el amor de Dios, su cuidado, su
sabiduría, su poder y fidelidad, Jesús dijo: “Alégrense, salten de
TRANSFORMADOS alegría, porque en el cielo obtendrán una gran recompensa”.29
POR LOS También podemos alegrarnos al saber que Dios está con nosotros
PROBLEMAS en medio del dolor. No servimos a un Dios distante y aislado que nos
dispara frases alentadoras desde un flanco seguro. Todo lo
contrario, Él entra en nuestro sufrimiento. Jesús lo hizo en la Encarnación, y su Espíritu lo hace ahora
en nosotros. Dios nunca nos dejará solos.
Niégate a darte por vencido. Se paciente y persistente. La Biblia dice: “Dejen que el proceso
continúe hasta que su paciencia se desarrolle totalmente, y encontrarán que se han vuelto como un
hombre de carácter maduro... sin debilidades”.30
La formación del carácter es un proceso lento. Siempre que tratemos de evitar o eludir las
dificultades de la vida, hacemos cortocircuito en el proceso, retardamos nuestro crecimiento y
realmente terminamos sufriendo una clase de dolor que es peor: el tipo de dolor sin sentido que
acompaña la negación y la evasión.
Cuando asumes las consecuencias eternas del desarrollo de tu carácter, no pronuncias tanto
oraciones del tipo “Consuélame” (“Ayúdame a sentirme bien”), sino que tus oraciones serán más bien
“Adáptame” (“Usa esto para hacerme más como tú”).
Sabrás que estás en proceso de maduración cuando empieces a ver la mano de Dios en las
circunstancias más variadas, confusas y aparentemente vanas de la vida.
Si estás enfrentando un problema ahora mismo, no preguntes: “¿Por qué a mi?”. Pregunta en cambio:
“¿Qué quieres que aprenda?” Después confía en Dios y sigue haciendo lo que es correcto. “ustedes
necesitan mantenerse firmes, permaneciendo en el plan de Dios para poder estar allí cuando tenga lugar
la plenitud prometida”.31
No te des por vencido: ¡Madura!.
DÍA VEINTICINCO
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Hay un propósito detrás de cada problema.
Versículo para recordar: “Ahora bien, sabemos que dios dispone todas las cosas para el
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La integridad se construye derrotando la tentación a ser deshonestos; la humildad crece cuando nos
negamos a ser orgullosos; y desarrollas la paciencia cada vez que rechazas la tentación de rendirte.
¡Cada vez que derrotas una tentación te pareces más a Jesús!
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En un sentido puedes considerar la tentación como un cumplido. Satanás no tiene que tentar a los que
están haciendo su mala voluntad; ya son de él. La tentación es una señal de que Satanás te odia, no de tu
debilidad o mundanalidad. También es una parte normal del ser humano y del hecho de vivir en un mundo
caído. No te sorprendas ni te asustes o descorazones por ser tentado. Sé realista en cuanto a la
incapacidad de evitar la tentación; nunca podrás evitarla completamente. La Biblia dice: “Cuando sean
tentados...”, no dice “si son tentados”. Pablo aconseja: “Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no
sea común al género humano”.8
No es un pecado ser tentado. Jesús lo fue, sin embargo nunca pecó.9 La tentación sólo se convierte
en pecado cuando cedes ante ella. Martín Lutero dijo: “Usted no puede impedir que los pájaros vuelen
encima de su cabeza, pero puede impedir que hagan un nido en su pelo”. No puedes impedir que el diablo
te sugiera determinados pensamientos, pero si puedes decidir no darles cabida o actuar con base en
ellos.
Por ejemplo, muchas personas no distinguen la diferencia que hay entre la atracción física o la
excitación sexual y la lujuria. No son lo mismo. Dios nos creó como seres sexuales, y eso es bueno. La
atracción y la excitación son respuestas naturales, espontáneas y dadas por Dios a la belleza física,
mientras que la lujuria es un acto deliberado de la voluntad.
La lujuria es la opción de cometer en tu mente lo que te gustaría hacer con tu cuerpo. Puedes
sentirte atraído o incluso excitado y, sin embargo, decidir no pecar por lujuria. Muchas personas, sobre
todo los varones cristianos, se sienten culpables porque las hormonas que Dios les dio se les alborotan.
Cuando automáticamente una mujer atractiva les llama la atención, suponen que es lujuria y se sienten
avergonzados y condenados. Pero la atracción no es lujuria hasta que se le da cabida.
Realmente, cuanto más te acercas a Dios, tanto más Satanás tratará de tentarte. En cuanto llegaste
a ser un hijo de Dios, Satanás, como un mafioso que contrata asesinos a sueldo, “puso precio a tu
cabeza”. Eres su enemigo, y él está tramando tu caída.
A veces, mientras oras, Satanás sugerirá un pensamiento raro o malo simplemente para distraerte y
avergonzarte. No te alarmes ni te avergüences por eso, pero comprende que Satanás le tiene miedo a
tus oraciones e intentará hacer cualquier cosa para detenerlas. En lugar de condenarte con “¿Cómo se
me ocurrió un pensamiento así?”, piensa que es una distracción de Satanás e inmediatamente vuelve a
concentrarte en Dios-
Reconoce lo que te tienta y prepárate. Ciertas situaciones te hacen más vulnerable a la tentación
que otras. Algunas circunstancias te harán tropezar casi de inmediato, mientras que otras no te
molestarán mucho. Estas situaciones son particulares para tus debilidades y necesitas identificarlas
porque ¡Satanás las conoce con toda seguridad! Él sabe exactamente qué es lo que te hace tropezar y
trabaja constantemente para ponerte en esas circunstancias. Pedro advierte: “Manténganse en alerta.
El diablo está en posición para saltar; y anda le gustaría más que encontrarlos tomando una siesta”.10
Pregúntate: “¿Cuándo me siento más tentado? ¿Qué día de la semana? ¿A qué hora del día?”
Pregunta: “¿Dónde me siento más tentado? ¿En el trabajo? ¿En casa? ¿En la casa de un vecino? ¿En un
centro deportivo? ¿En el aeropuerto o en un motel fuera de la ciudad?”.
Pregúntate: “¿Quién está conmigo cuando soy más tentado? ¿Los amigos? ¿Los colaboradores? ¿Una
muchedumbre de extraños? ¿Cuándo estoy solo?” También pregúntate: “¿Cómo me siento por lo general
cuando soy más tentado?” Puede ser cuando estás cansado o solo o aburrido o deprimido o bajo estrés.
Puede ser cuando sientes que te han lastimado o estás enfadado o angustiado, o después de un gran
éxito o cuando espiritualmente te sientes en la cima.
Debes identificar tu modelo particular de tentación y luego
DÍA VEINTISEIS:
prepararte para evitar esas situaciones tanto como sea posible. La Biblia
nos dice repetidamente que nos anticipemos y estemos listos para
CRECIMIENTO enfrentar la tentación.11 Pablo dijo: “No le den ninguna oportunidad al
A TRAVÉS DE LA diablo”.12 La planeación sabia reduce la tentación. Sigue el consejo de
TENTACIÓN Proverbios, que nos aconseja: “Planeen cuidadosamente lo que hacen...
Eviten el mal y caminen directamente hacia delante. No se desvíen ni un
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paso del camino correcto”.13 “El pueblo de Dios evita los caminos malos, y se protege mirando por dónde
va”.14
Pídele ayuda a Dios. El cielo tiene una línea abierta para las emergencias las veinticuatro horas del
día. Dios quiere que le pidas ayuda para superar la tentación. Él dice: “Llámame cuando estés
angustiado; yo te libraré, y tú me honrarás”.15
Yo llamo a esto una oración “microondas” porque es rápida y a punto: ¡Socorro! ¡SOS! ¡Ayuda! Cuando
la tentación azota, no hay tiempo para mantener una conversación larga con Dios; simplemente
clamamos a Dios. David, Daniel, Pedro, Pablo, y otros millones, han orado este tipo de plegaria
instantánea pidiendo ayuda en medio de los problemas.
La Biblia garantiza que nuestro clamor por ayuda será oído porque Jesús se solidariza con nuestras
luchas. Él enfrentó las mismas tentaciones que nosotros. Él “entiende nuestras debilidades, porque Él
enfrentó todas las mismas tentaciones que nosotros, sin embargo, Él no pecó”.16
Si Dios está esperando para ayudarnos a derrotar la tentación, ¿por qué no nos volvemos a Él más a
menudo? A decir verdad, ¡a veces no queremos que nos ayude! Preferimos ceder a la tentación aunque
sabemos que es malo. En ese momento pensamos que sabemos lo que es mejor para nosotros más que
Dios.
En otros momentos nos avergonzamos de pedirle ayuda porque seguimos cediendo a la misma
tentación una y otra vez. Pero Dios nunca se irrita, no se aburre ni se impacienta cuando seguimos
recurriendo a Él. La Biblia dice: “Por lo tanto, tengamos confianza y acerquémonos al trono de Dios,
donde hay gracia. Allí recibiremos misericordia y hallaremos gracia para ayudarnos exactamente cuando
la necesitamos”.17
El amor de Dios es eterno, y su paciencia es para siempre. Si tienes que clamar pidiéndole ayuda a
Dios doscientas veces al día para derrotar cierta tentación en particular, Él estará más que dispuesto a
brindarte su misericordia y su gracia, así que acércate a él con confianza. Pídele que te dé poder para
hacer lo correcto y luego espera que te lo proporcione.
Las tentaciones nos mantienen dependiendo constantemente de Dios. Así como las raíces crecen más
firmes cuando el viento arrecia contra un árbol, cada vez que resistes una tentación te asemejas más a
Jesús. Cuando tropieces y tropezarás no pienses que es una fatalidad. En lugar de ceder o rendirte,
mira a Dios, espera que Él te ayude, y recuerda la recompensa que te espera: “Dichoso el que resiste la
tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo
aman”.18
DÍA VEINTISEIS
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Cada tentación es una oportunidad para hacer el bien.
Versículo para recordar: “Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado,
Pregunta para considerar: ¿Qué cualidad del carácter de Cristo puedo desarrollar si
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Por esa razón la repetición de “Debo dejar de comer demasiado... o dejar de fumar... o dejar la
lujuria” es una estrategia de derrota. Te mantiene enfocado en lo que no quieres. Es como si anunciaras:
“Yo nunca voy a hacer lo que hizo mi madre”. Te estás preparando para repetirlo.
La mayoría de las dietas no resultan porque lo mantienen a uno pensando en la comida todo el tiempo,
garantizando que tendremos hambre. Del mismo modo, un orador que se repite a sí mismo todo el
tiempo: “¡No te pongas nervioso!” ¡Se prepara para ponerse nervioso! En cambio debería concentrarse en
cualquier otra cosa excepto en sus sentimientos: en Dios, en la importancia de su discurso o en las
necesidades de sus oyentes.
La tentación empieza por captar tu atención. Lo que capta tu atención estimula tu deseo. Después
tus deseos activan tu conducta, y actúas con base en lo que sentiste. Cuanto más te concentres en “No
quiero hacer esto”, tanto más fuerte te atraerá hacia su red.
Hacer caso omiso de una tentación es más eficaz que luchar contra ella. En cuanto tu mente está en
otra cosa, la tentación pierde su poder. Así que, cuando la tentación te llame por teléfono, no discutas
con ella, ¡simplemente cuelga!
A veces esto significa dejar físicamente una situación tentadora. Hay ocasiones en que lo correcto
es huir. Levántate y apaga la televisión. Aléjate de un grupo que está contando chismes. Abandona el
cine en medio de la película. Para que las abejas no te piquen, quédate lejos del enjambre. Haz lo que
sea necesario para concentrarte en otra cosa.
Desde el punto de vista espiritual, nuestra mente es el órgano más vulnerable. Para reducir la
tentación, mantén tu mente ocupada con la Palabra de Dios y otros pensamientos buenos. Los
pensamientos malos se derrotan pensando en algo mejor. Este es el principio del reemplazo. Vence el
mal con el bien.4 Satanás no puede llamarnos la atención cuando nuestra mente está preocupada con
otra cosa. Por eso la Biblia nos aconseja repetidas veces que mantengamos nuestras mentes enfocadas:
“Consideren a Jesús”.5 “Siempre piensen en Jesucristo”.6
“Llenen sus mentes de las cosas que son buenas y que merecen alabanza: cosas que son verdaderas,
nobles, correctas, puras, encantadoras, y honorables”.7
Si realmente quieres derrotar la tentación, debes organizar tu mente y monitorear tu consumo de
los medios de información. El hombre más sabio que haya vivido jamás, advirtió: “Ten cuidado cómo
piensas; tu vida está moldeada por tus pensamientos”.8 No permitas que la basura entre a tu mente
indiscriminadamente. Sé selectivo. Escoge con cuidado en qué cosas vas a pensar. Sigue el modelo de
Pablo: “Llevamos cautivo todo pensamiento y hacemos que se rinda y obedezca a Cristo”.9 Esto requiere
una vida de práctica, pero con la ayuda del Espíritu Santo puedes reprogramar tu manera de pensar.
Revela tu lucha a un amigo consagrado o a un grupo de apoyo.
No tienes que hacer pública tu tentación al mundo entero, pero necesitas contar con por lo menos
una persona a quien expresarle con sinceridad tus luchas. La Biblia dice: “Es mejor que tengas un amigo,
a que estés completamente solo... Si caes, tu amigo puede ayudarte. Pero si caes sin tener un amigo
cercano, estás realmente en problemas”.10
Aclaremos esto: Si estás perdiendo la batalla contra un persistente y mal hábito, una adicción o una
tentación y estás atrapado en un círculo vicioso de buenas intenciones, fracasos y culpa, ¡no te
mejorarás por ti mismo! Necesitas ayuda de otras personas. Algunas
DÍA VEINTISIETE:
tentaciones sólo se superan con la ayuda de un compañero que ora por ti,
te anima y te ayuda a asumir tu responsabilidad.
CÓMO El plan de Dios para tu crecimiento y libertad incluye a otros
DERROTAR cristianos. La comunión auténtica y sincera es el antídoto en la lucha
LA TENTACIÓN. solitaria contra los pecados difíciles de abandonar. Dios dice que esta es
la única manera para lograr liberarse: “Confiésense unos a otros sus
pecados y oren unos por otros, para que sean sanados”.11
¿Realmente quieres ser sanado de esa tentación que sigue derrotándote de continuo? La solución de
Dios es muy clara: ¡No la reprimas, confiésala! ¡No la ocultes; manifiéstala! La revelación de tu
sentimiento es el principio de la sanidad.
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Si escondes tu dolor sólo lo intensificas. Los problemas crecen en la oscuridad y se agrandan, pero
cuando son expuestos a la luz de la verdad, se encogen. Solo, estás tan enfermo como tus secretos. Así
que quítate la máscara, deja de disimular que eres perfecto y camina hacia la liberación.
En la Iglesia de Saddleback hemos visto el tremendo poder que tiene este principio para debilitar
las garras de las adicciones aparentemente desesperantes y de las tentaciones persistentes a través
de un programa que desarrollamos llamado “Celebra la Recuperación”. Se trata de un proceso bíblico de
restauración, de ocho pasos, basado en las bienaventuranzas de Jesús y organizado con base en
pequeños grupos de apoyo. En los últimos diez años más de cinco mil vidas han sido liberadas de toda
clase de hábitos, heridas y adicciones. Hoy el programa se usa en miles de iglesias. Recomiendo que lo
uses en tu congregación (Apéndice 2).
Satanás quiere que pienses que tu pecado y tentación son únicos y que, por lo tanto, los tienes que
guardar en secreto. La verdad es que todos estamos en el mismo barco. Todos luchamos contra las
mismas tentaciones12 y “todos hemos pecado” 13. Millones han sentido lo mismo que tú y han enfrentado
las mismas luchas que tienes en este momento.
Escondemos nuestros defectos por orgullo. Queremos que otros piensen que tenemos todo “bajo
control”. La verdad es que cualquier cosa de la que no puedas hablar ya está fuera de control en tu vida:
problemas con las finanzas, con tu matrimonio, con los hijos, con pensamientos, con la sexualidad, con
hábitos secretos o con cualquier otra cosa. Si pudieras solucionarlos por ti mismo, ya lo habrías hecho.
Pero no puedes. La fuerza de voluntad y las resoluciones personales no son suficientes.
Algunos problemas están demasiado arraigados en ti, son hábitos demasiado fuertes y demasiado
grandes como para que puedas resolverlos solo. Necesitas un grupo pequeño o un compañero mentor que
te anime, te apoye, ore por ti, te ame incondicionalmente y te pida cuentas. Después podrás hacer lo
mismo por ellos.
Siempre que alguien me confía: “Yo nunca le he dicho esto a nadie hasta ahora”, me emociono por esa
persona porque sé que está a punto de experimentar un gran alivio y liberación. La válvula de presión va
a ser liberada, y por primera vez vas a ver un rayo de esperanza en tu futuro. Siempre sucede cuando
hacemos lo que dios nos dice que hagamos, reconociendo nuestras luchas a un amigo consagrado.
Permíteme hacerte una pregunta difícil: ¿Hay algún problema que disimulas en tu vida? ¿De qué
cosas tienes miedo de hablar? No vas a resolverlo solo. Sí, se necesita humildad para reconocer
nuestras debilidades ante otros, pero la misma falta de humildad es lo que nos impide mejorar. La Biblia
dice: “Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes: Así que humíllense delante de Dios”.14
Resiste al diablo. Después de humillarnos y de ponernos en manos de dios, debemos desafiar al
diablo. El reto de Santiago 4:7 dice: “Resistid al diablo y huirá de vosotros”. No renunciamos
pasivamente a sus ataques. Debemos enfrentarlo y luchar.
El Nuevo Testamento describe a menudo la vida cristiana como una batalla espiritual contra las
fuerzas malignas, usando términos de guerra como pelear, conquistar, luchar y vencer. A menudo los
cristianos somos comparados con soldados que ocupan territorio enemigo.
¿cómo podemos resistir al diablo? Pablo nos dice: “Que la salvación sea el casco que proteja su
cabeza, y que la palabra de Dios sea la espada que les da el Espíritu Santo”.15 El primer paso es aceptar
la salvación de Dios. No serás capaz de decirle nada al diablo a menos que le hayas dicho que sí a Cristo.
Sin Cristo estamos indefensos contra el diablo, pero Dios protege nuestras mentes con “el casco de la
salvación”. Recuerda esto: Si eres creyente, Satanás no puede obligarte a hacer nada; sólo puede darte
sugerencias.
Segundo, debes usar la Palabra de Dios como tu arma contra Satanás. Jesús nos dejó su ejemplo; el
diablo lo tentó en el desierto. Cada vez que Satanás sugería una tentación, Jesús se oponía citando las
Escrituras. Él no discutió con Satanás. Ni dijo: “Yo no tengo hambre”, cuando el diablo lo tentó a que
usara su poder para satisfacer una necesidad personal. Simplemente citó las Escrituras de memoria.
Nosotros debemos hacer lo mismo. Hay poder en la Palabra de Dios, y Satanás le tiene miedo.
Nunca trates de discutir con el diablo. Él discute mejor que tú, porque ha tenido miles de años para
practicar. No puedes engañar a Satanás con la lógica o con tu opinión, pero sí puedes usar el arma que lo
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hace temblar: la verdad de Dios. Por eso la memorización de las Escrituras es absolutamente esencial
para derrotar la tentación. Tienes acceso rápido a ella en cuanto eres tentado. Al igual que Jesús,
tienes la verdad guardada en tu corazón, pronta para ser recordada.
¡Si no has memorizado ningún versículo de la Biblia, tu arma está descargada! Así que te desafío a
memorizar un versículo por semana de ahora en adelante. Imagínate cuánto más fuerte llegarás a ser.
Percátate de tu vulnerabilidad. Dios nos advierte: Nunca debemos ser arrogantes ni confiados en
exceso; esto es la receta para el desastre. Jeremías dijo: “Nada hay tan engañoso como el corazón. No
tiene remedio”.16 Eso significa que somos buenos para engañarnos a nosotros mismos. Dadas las
circunstancias correctas, cualquiera es capaz de cometer pecado. Nunca debemos bajar la guardia, ni
pensar que la tentación no nos puede alcanzar.
No te coloques descuidadamente en situaciones tentadoras. Evítalas.17 recuerda que es más fácil
huir de la tentación que salir de ella. La Biblia dice: “No sean tan ingenuos ni tengan tanta confianza en
sí mismos. Ustedes no están eximidos. Podrían tropezar y caer de plano tan fácilmente como cualquier
otra persona. Olvídense de la confianza en sí mismos; es inútil. Cultiven la confianza en Dios”.18
DÍA VEINTISIETE
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Siempre hay una salida.
Versículo para recordar: “Puedes estar confiado en la fidelidad de dios, que no dejará
Pregunta para considerar: ¿A quién le puedo pedir que sea mi compañero espiritual,
persistente?
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Requiere tiempo
Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo
para todo lo que se hace bajo el cielo.
Eclesiastés 3:1 (NVI)
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Hasta ahora hemos visto que este viaje involucra creer (mediante la adoración), pertenecer (en la
comunión), y llegar a ser (mediante el discipulado). Dios quiere que llegues a ser un poco más como Él
cada día: “Ustedes han empezado a vivir la vida nueva, en la cual están siendo renovados y están
llegando a ser como el que los hizo”.3
Hoy estamos obsesionados por la velocidad, pero Dios está más interesado en la fortaleza y la
estabilidad que en la rapidez. Queremos el arreglo rápido, el atajo, la solución inmediata. Un sermón, un
seminario o una experiencia que resuelva todos los problemas al instante, quite las tentaciones y nos
libere de todos los dolores del crecimiento. Pero la verdadera madurez nunca es resultado de una sola
experiencia, no importa cuán poderosa o conmovedora llegue a ser. El crecimiento es gradual. La Biblia
dice: “Nuestras vidas gradualmente se vuelven más luminosas y más hermosas mientras Dios entra en
nuestras vidas y llegamos a ser como Él”.4
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pensarlo. No puedes decir que eres íntegro a menos que tengas por hábito ser siempre sincero. Un
marido que es fiel a su esposa la mayor parte del tiempo ¡no es fiel en
DÍA VEINTIOCHO:
absoluto! Sus hábitos definen su carácter.
Hay sólo una manera de desarrollar los hábitos de un carácter semejante al
REQUIERE de Cristo: Practicarlos: ¡y eso toma tiempo! No existen hábitos instantáneos.
TIEMPO. Pablo instó a Timoteo: “Practica estas cosas. Consagra tu vida a ellas para
que todos puedan ver tu progreso”.7
Si practicas algo durante un tiempo, te perfeccionas en eso. La repetición es la madre del carácter y
la habilidad. Estos hábitos que edifican el carácter se llaman a menudo “disciplinas espirituales”, y hay
docenas de grandes libros que pueden enseñarte cómo realizarlas. Sugiero que leas los mejores para tu
crecimiento espiritual (Apéndice 2).
NO TE APRESURES
Mientras creces en la madurez espiritual, hay varias maneras de cooperar con Dios en el proceso.
Cree que Dios está trabajando en tu vida aun cuando no lo sientas. El crecimiento espiritual es a
veces un trabajo tedioso, en el cual se avanza un pequeño paso a la vez. Espera un progreso gradual. La
Biblia dice: “Todo sobre la tierra tiene su propio tiempo y su propia estación”.8 En tu vida espiritual
también hay estaciones. A veces experimentarás un crecimiento intenso por un tiempo corto
(primavera) seguido de un período de estabilización y prueba (otoño e invierno).
¿Qué hay de esos problemas, hábitos y heridas que te gustaría que desaparecieran? Está muy bien
orar por un milagro, pero no te decepciones si la respuesta llega mediante un cambio gradual. Con el
tiempo, un flujo lento y firme de agua erosiona la piedra más dura y convierte las rocas gigantes en
guijarros. Con el tiempo, un pequeño brote puede convertirse en un árbol gigante que supere los cien
metros de alto.
Ten un cuaderno o diario para anotar las lecciones aprendidas. Este no es un diario de
acontecimientos, sino un registro de lo que estás aprendiendo. Apunta los descubrimientos y lecciones
que Dios te enseña acerca de Él, de ti, de la vida, de las relaciones y de todo lo demás (Apéndice 2).
Anótalas para que puedas repasarlas y recordarlas y pasárselas a la siguiente generación.9 La razón por
la cual debemos volver a aprender las lecciones es porque las olvidamos. El repaso periódico de tu diario
espiritual te puede evitar mucho sufrimiento y dolor innecesarios. La Biblia dice: “Es crucial que nos
aferremos con firmeza a lo que hemos oído para que no nos extraviemos”.10
Sé paciente con Dios y contigo mismo. Una de las frustraciones de la vida es que el programa de
Dios raramente es igual al nuestro. A menudo tenemos prisa, pero Dios no. Es posible que te sientas
frustrado con el progreso aparentemente lento que estás experimentando.
Recuerda que Dios nunca anda deprisa, pero siempre llega a tiempo. Él usará toda tu vida
preparándote para tu papel en la eternidad.
La Biblia está llena de ejemplos de la manera en que Dios utiliza un largo proceso para desarrollar el
carácter, sobre todo en los líderes. Tomó ochenta años para preparar a Moisés, incluyendo cuarenta en
el desierto. Por 14.600 días Moisés siguió esperando y preguntándose: “¿Ya es hora?” Pero dios seguía
diciendo: “Todavía no”. Contrariamente a los títulos de los libros populares, no hay Pasos fáciles para
alcanzar la madurez o los Secretos de la santidad instantánea. Cuando Dios quiere hacer crecer un
roble gigante, toma cien años; pero cuando quiere hacer un hongo, lo hace en una noche. Las almas
grandes crecen y se forman atravesando luchas, tormentas y tiempos de sufrimiento. Ten paciencia con
el proceso. Santiago aconsejó: “No intentes salir de nada prematuramente. Dejen que haga su trabajo
para que ustedes lleguen a ser maduros y bien desarrollados”.11
No te desanimes. Cuando Habacuc se deprimió porque pensaba que Dios no estaba actuando con
suficiente rapidez, dios le dijo: “Las cosas que planeo no ocurrirán inmediatamente. Lentamente, con
tranquilidad, pero con certeza, se acerca el tiempo en que la visión se cumplirá. Si parece muy lento, no
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desesperes, porque estas cosas tendrán que ocurrir. Ten paciencia. No se retrasarán ni un solo día”.12
Un retraso no significa negación de parte de Dios.
Recuerda cuánto has progresado, no únicamente cuánto te falta. No estás donde quieres, pero
tampoco donde estabas. Hace años las personas usaban un botón muy popular con las siguientes letras:
PFTPDNHTCT. Es decir: “Por Favor Ten Paciencia, Dios No Ha Terminado Conmigo Todavía”. Dios no ha
terminado contigo tampoco, así que sigue avanzando.
¡Hasta el caracol subió a bordo del arca por su perseverancia!
DÍA VEINTIOCHO
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: No hay atajos en el camino hacia la madurez.
Versículo para recordar: “Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en
Pregunta para considerar: ¿En qué aspecto de mi crecimiento espiritual necesito ser
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PROPÓSITO Nº 4
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Acepta tu asignación
Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús
para buenas obras, las cuales dios dispuso de antemano
a fin de que las pongamos en práctica.
Efesios 2:10 (NVI)
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tome mi lugar. ¿Qué podría pasar? Tu cuerpo podría morir. Hoy miles de iglesias locales están muriendo
porque los cristianos se rehúsan a servir. Se sientan como espectadores, mientras el cuerpo sufre.
Se te manda servir a Dios. Jesús fue inerrable:”Tu actitud debe ser igual a la mía, porque yo, el
Mesías, no vine a ser servido sino a servir y a dar mi vida”.14 Para los cristianos, el servicio no es
opcional, sino algo que debe estar arraigado en nuestros horarios si escatimamos el tiempo. Es el
corazón de la vida cristiana. Jesús vino “a servir” y “a dar”, y esos dos verbos también pueden definir tu
vida en la tierra. Servir y dar, en resumen, son el cuarto propósito de Dios para tu vida. La Madre
Teresa dijo una vez: “Vivir en santidad es hacer la obra de Dios con una sonrisa”.
Jesús enseñó que la madurez espiritual nunca es un fin en sí mismo. ¡La madurez es para ministrar!
Maduramos para dar. No es suficiente seguir aprendiendo más y más. Debemos poner en acción lo que
conocemos y poner en práctica lo que proclamamos creer. Impresión sin expresión causa depresión. El
estudio sin servicio conlleva a un estancamiento espiritual. La antigua comparación entre el mar de
Galilea y el Mar Muerto aún es cierta. Galilea es un lago lleno de vida que recibe agua pero también da.
En contraste, nada vive en el mar Muerto, porque no tiene salida de agua, está estancado.
Lo último que muchos creyentes necesitan es otro estudio bíblico más. Ya saben más de lo que ponen
en práctica. Lo que necesitan son experiencias sirviendo en lo que puedan ejercitar sus músculos
espirituales.
El servicio es lo opuesto a nuestra inclinación natural. La mayoría del tiempo nos interesamos más en
que “nos sirvan” que servir. Decimos: “Estoy buscando una iglesia que supla mis necesidades y me sea de
bendición”, en vez de decir: “busco un lugar para servir y ser de bendición”. Esperamos que otros nos
sirvan, no al contrario. Pero en cuanto maduramos en Cristo, el foco de nuestras vidas debe cambiar
cada vez más para vivir sirviendo. El seguidor maduro de Jesús se para y pregunta: “¿Quién va a suplir
mis necesidades?” y vuelve a pregunta: “¿Qué necesidades puedo satisfacer?” ¿Te has hecho esa
pregunta?
SERVICIO Y SIGNIFICADO
Vas a dar tu vida por algo. ¿Será por una carrera profesional, por un deporte, un entretenimiento,
fama o riquezas? Nada de eso tiene importancia duradera. El servicio es el camino a la significación
real. Es a través del ministerio que descubrimos el significado de nuestras vidas. La Biblia afirma: “Cada
uno de nosotros encuentra su función y significado como parte de su cuerpo”.18 Es en el servicio unido a
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la familia de Dios, que nuestras vidas cobran relevancia eterna. Pablo dice: “Quiero que pienses en cómo
todo esto te hace más significativo, no menos... porque tú eres una parte”.19
Dios quiere usarte para marcar una diferencia en su mundo. Él quiere trabajar a través de ti. No
importa la duración de tu vida sino la donación de la misma. No cuánto tiempo viviste, sino cómo lo
hiciste.
Si no estás involucrado en ningún servicio o ministerio, ¿qué excusa has estado usando? Abraham era
viejo, Jacob inseguro, Lea sin atractivo, José fue abusado, Moisés tartamudeaba, Gedeón era pobre,
Sansón codependiente, Rahab una inmoral, David tuvo una amante y todo tipo de problemas familiares,
Jeremías estaba deprimido, Jonás era rebelde, Noemí una viuda, Juan el Bautista un excéntrico, Pedro
impulsivo, Marta preocupada por todo, la samaritana fracasada en varios matrimonios, Zacarías era
impopular, Tomás tuvo dudas, Pablo tuvo una salud pobre y Timoteo era tímido. Esta es efectivamente
una variedad de individuos que no se adaptan muy bien al ambiente, pero dios los usó a cada uno de ellos
para su servicio. También te usará a ti, si dejas de dar excusas.
DÍA VEINTINUEVE
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: El servicio no es opcional.
Versículo para recordar: “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para
Pregunta para considerar: ¿Qué es lo que me impide aceptar el llamado de Dios para
servirle?
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Formación espiritual
Oportunidades
Recursos
Mi personalidad
Antecedentes
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te impulsan a ser. Tu corazón representa la fuente de tus motivaciones, por qué actúas en la forma en
que lo haces.12
Físicamente, cada uno de nosotros tiene latidos del corazón característicos. Así como cada uno tiene
huellas dactilares únicas, tono de voz, etc., no hay dos latidos de corazón idénticos. Es asombroso que
entre todos los billones de personas que viven, no haya otra que tenga los latidos del corazón
exactamente igual a los tuyos.
De la misma manera, Dios nos ha dado a cada uno “un latido” emocional” único que se apresura
cuando pensamos acerca de temas, actividades o circunstancias que nos interesan. Instintivamente
ponemos más atención a ciertas cosas que a otras. Esos son indicios que señalan dónde debes servir.
Otra palabra que tiene que ver con el corazón es pasión. Hay ciertos temas que te apasionan y otros
que no te interesan. Algunas experiencias captan tu atención mientras otras pasan inadvertidas o te
aburren. Eso revela la naturaleza de tu corazón.
Mientras crecías, puede que hayas descubierto algunas cosas muy interesantes, las cuales no le
interesaban a nadie más en tu familia. ¿De dónde proceden esos intereses? Provienen de Dios. Él tiene
un propósito al darte esos intereses natos. Tu latido emocional es la segunda llave para entender tu
forma para servir. No ignores tus intereses. Considera cómo podrías usarlos para la gloria de dios. Debe
haber una razón por la que te agrada hacer esas cosas.
La Biblia declara con insistencia: “Sirve al Señor con todo tu corazón”.13 Dios quiere que le sirvas con
pasión, no por obligación. Las personas rara vez dan lo mejor de sí al realizar tareas que no disfrutan.
Dios quiere usar tus intereses naturales para servir a otros y a Él. Escuchar tu motivación interna
puede apuntar al ministerio que Dios quiere que tengas.
¿Cómo sabes que le sirves a Dios con tu corazón? La primera señal es el entusiasmo. Cuando haces
algo que te gusta, nadie tiene que motivarte o retarte. Lo haces por puro gozo. No necesitas
recompensas o aplausos o pagos, porque disfrutas sirviendo de esa manera. Lo opuesto también es
cierto, cuando no tienes corazón para hacer algo, te desanimas con facilidad.
La segunda característica de servir a Dios con todo tu corazón es la efectividad. Cuando haces algo
para lo que dios te hizo amar, entonces das lo mejor de ti. La pasión exige perfección. Si no te interesa
una tarea, probablemente no des lo mejor. En contraste, las personas que logran metas en cualquier
campo son las que hacen las cosas con pasión, no por obligación o ganancia.
Oímos a la gente decir: “Acepté un trabajo que detesto; lo que deseo es hacer dinero, así que algún
día renunciaré y haré lo que me gusta hacer”. Ese es un error muy grave. No pierdas tu vida en un
trabajo que no exprese tu corazón. Recuerda, lo más grande en la vida no son las cosas. Vivir una vida
con propósito es más importante que todo el dinero del mudo. El hombre más rico del mundo, Salomón,
dijo una vez: “Una vida simple en el temor de Dios es mejor que una vida rica con una tonelada de
dolores de cabeza”. 14
No te conformes con buscar “la buena vida”, porque no es lo suficientemente buena. Al fin y al cabo
no satisface. Puedes tener mucha vida y aún así no tener nada por lo cual vivir. En vez de que tu meta
sea “una vida mejor”, sirve a Dios en una forma que expreses tu corazón. Descubre lo que te gusta
hacer, lo que Dios te puso en el corazón, y hazlo para su gloria.
Esa es tu oportunidad.
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DÍA TREINTA
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Fui moldeado para servir a Dios.
Pregunta para considerar: ¿De qué manera puedo verme sirviendo y amando a otros
apasionadamente?
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Entiende tu FORMA
Tú creaste mis entrañas; me formaste
en el vientre de mi madre.
Salmos 139:13(NVI)
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soldado, marino, enseñar, escribir literatura y poesía. La Biblia dice: “Hay habilidades diferentes para
desempeñar el servicio, pero es el mismo Dios quien da la habilidad a todos para su servicio particular”.5
Dios tiene un lugar en su iglesia donde tu especialidad puede brillar y puedes hacer la diferencia. Queda
de tu parte encontrar ese lugar.
Dios da la habilidad a ciertas personas de hacer mucho dinero. Moisés les dijo a los israelitas:
“Recuerden al Señor su Dios, porque Él es quien les da la habilidad de producir riquezas”.6 Las personas
con esta habilidad son buenas levantando negocios, haciendo ventas y tratos y obteniendo ganancias. Si
tienes esta habilidad para comerciar, debes usarla par la gloria de Dios. ¿Cómo? Primero, capta tu
habilidad, entrégala a Dios y dale el crédito. Segundo, usa tu negocio para servir a otros y para
compartir tu fe con los incrédulos. Tercero, devuelve al menos el diez por ciento de las ganancias a Dios
como acto de adoración.7 Finalmente, alcanza tu meta: ser edificador del reino más que edificador de
riquezas. Explicaré esto en el capítulo 34.
Lo que soy capaz de hacer, eso es lo que Dios quiere que haga. Tú eres la única persona en la
tierra que puede usar tus habilidades. Nadie puede jugar tu papel, porque nadie más tiene la forma
única que Dios te ha dado. La Biblia dice que Dios te equipó “con todo lo que necesitas para hacer su
voluntad”.8 Para descubrir la voluntad de Dios para tu vida, debes examinar seriamente en qué eres
bueno y en qué no. Si Dios no te dio habilidad para entonar una melodía, seguro que no espera que seas
cantante de ópera. Él nunca te pedirá que dediques tu vida a una tarea para la que no tengas talento.
Por otra parte, las habilidades que tienes son señales fuertes de lo que
DÍA TREINTA Y UNO: dios quiere que hagas con tu vida. Hay indicios que te permiten conocer
cuál es la voluntad de Dios para ti. Si eres bueno diseñando, o reclutando,
ENTIENDE o dibujando u organizando, es muy seguro asumir que el plan de dios para
TU FORMA. tu vida incluye esa habilidad en alguna manera. Dios no desperdicia
recursos, Él preparará nuestro llamado con nuestras capacidades.
Tus recursos no te fueron dados para subsistir, Dios te los dio para tu ministerio. Pedro dijo: “Dios
Les ha dado a cada uno de ustedes algunas habilidades especiales; asegúrense de usarlas para ayudarse
cada uno, compartiendo con otros los muchos tipos de bendiciones de parte de Dios”.9
En este momento, cerca de 7.000 personas están usando sus habilidades ministeriales en la Iglesia
Saddleback, proveyendo los mas variados tipos de servicio que te puedas imaginar: reparando carros
donados para darlos a los necesitados; haciendo los mejores convenios para las compras de la iglesia en
jardinería, organizando archivos, diseñando arte, elaborando programas, construyendo, proveyendo
cuidados de salud, preparando comidas, componiendo canciones, enseñando música, escribiendo grandes
propuestas, entrenando equipos, haciendo investigaciones para sermones o traduciéndolos, y cientos de
otras tareas especializadas. A los nuevos miembros se les dice: “¡Cualquier cosa que hagas bien, debes
ponerla al servicio de tu iglesia!”
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Es obvio que a Dios le gusta la variedad, ¡mira alrededor! Él nos creó a cada uno con una combinación
única de atributos personales. Dios hace a los introvertidos y los extrovertidos. A personas
“pensadoras” y “perceptivas”. Algunas trabajan mejor cuando se le asigna un trabajo individual mientras
que otras trabajan mejor en equipo. La Biblia dice: “Dios obra a través de personas diferentes en
maneras diferentes, pero es el mismo Dios quien cumple su propósito a través de todos ellos”.10 La
Biblia nos da abundante prueba de que Dios usa todo tipo de personalidades. Pedro era sanguíneo. Pablo
era un colérico. Jeremías era melancólico. Cuando miras las personalidades diferentes en los doce
discípulos, es fácil ver por qué algunas veces tenían conflictos entre ellos.
No hay temperamentos “correctos” o “equivocados” en el ministerio. Necesitamos todo tipo de
personalidades para tener un balance en la iglesia y darle sabor. El mundo sería un lugar muy aburrido si
todos fuéramos simplemente vainilla. Afortunadamente, las personas viene en más de treinta y un
sabores.
Tu personalidad afectará cómo y dónde uses tus dones espirituales y recursos. Por ejemplo, dos
personas pueden tener el mismo don de evangelizar, pero si una es introvertida y la otra es
extrovertida, ese don se expresará en maneras diferentes.
Los carpinteros saben cuán fácil es trabajar con una textura granular. De la misma manera pasa
cuando estás forzado a ministrar de una manera que es ”ajena” a tu temperamento, porque crea
tensión, incomodidad, requiere fuerzas y energías extras, y produce menos que mejores resultados.
Este es el meollo de por qué imitar el ministerio de alguien nunca resulta. Tú no tienes su personalidad.
Por otra parte, ¡Dios te hizo para que seas tú! Puedes aprender del ejemplo de otros, pero debes
depurar lo que aprendes a través de tu propia forma. En la actualidad hay muchos libros y herramientas
que pueden ayudarte a entender tu personalidad de manera que puedas determinar cómo usarla para
Dios.
Así como los vitrales, nuestras personalidades reflejan la luz de Dios en muchos colores y modelos.
Esto bendice a la familia de Dios con profundidad y variedad. También nos bendice personalmente. Te
sientes bien cuando haces lo que Dios quiere que hagas. Cuando ministras de manera congruente con la
personalidad que Dios te dio, experimentas realización personal, satisfacción y productividad.
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consolar a otros. Cuando otros están en problemas, debemos estar dispuestos a darles a ellos el mismo
consuelo que Dios nos ha dado”.12
Si realmente deseas ser usado por Dios, debes entender una verdad poderosa: las experiencias que
más te han dejado resentido y lastimado en la vida, las que has ocultado y has olvidado, son las que Dios
quiere que uses para ayudar a otros. ¡Ellas son tu ministerio!
Para que Dios use tus experiencias dolorosas debes estar dispuesto a compartirlas. Debes dejar de
cubrirlas, y honestamente admitir tus faltas, fallas y temores. Quizás haciendo esto hagas tu
ministerio más efectivo. Las personas se animan más cuando les compartimos la manera en que la gracia
de Dios nos ayudó en nuestra debilidad, más que jactarnos de nuestras fortalezas.
Pablo entendió esta verdad, de manera que fue sincero acerca de su contienda con la depresión. Él
admitió: “Él nos mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de nuestro Señor
Jesucristo. Fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor:
Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no
haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo
propósito”.13
Si pablo hubiese ocultado su experiencia de duda y depresión como un secreto, millones de personas
nunca se habrían beneficiado de ella.
Los antecedentes, sólo si son compartidos, ayudan. Aldous Huxley dijo: “La experiencia no es lo que
te pasa a ti. Es lo que hacen con lo que te pasa”. ¿Qué harás con lo que has tenido que pasar? No
deseches tu dolor, úsalo para ayudar a otros.
Como ya hemos visto las cinco maneras en que Dios te ha formado para el servicio, espero que tengas
un aprecio más profundo por la soberanía de Dios y una idea más clara de cómo te ha preparado para el
propósito de servirle. Usar tu FORMA es el secreto para ambas cosas: la eficiencia y el cumplimiento
del ministerio.14 Serás más efectivo cuando uses tus dones espirituales y tus habilidades en el área que
tu corazón desea, y en la manera que mejor exprese tu personalidad y experiencia. Mientras mejor te
capacites y uses tus recursos, más exitoso serás.
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Nadie puede ser yo.
Versículo para recordar: “Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya
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DESCUBRE TU FORMA
La Biblia dice: “No actúes desconsideradamente, sino trata de encontrar y hacer lo que sea que el
Señor quiere que hagas”.1. No dejes que otro día se te vaya. Comienza a encontrar y clarificar lo que
Dios quiere que seas y hazlo.
Comienza evaluando tus dones y recursos. Tómate un tiempo, mira honestamente en lo que eres
bueno y en lo que no lo eres. Pablo aconsejó: “Trata de tener un estimado sano de tus capacidades”.2
Haz una lista. Pregúntales a otras personas su opinión sincera. Diles que estás buscando la verdad y
no cumplidos.
Los dones espirituales y las habilidades naturales son siempre confirmados por otros. Si piensas que
has sido dotado para ser maestro o cantante y otra persona no está de acuerdo contigo, ¿qué crees? Si
quieres saber si tienes el don de liderazgo, ¡pues mira sobre tus hombros! Si nadie te sigue, no eres un
líder.
Haz preguntas como estas: ¿Dónde he visto frutos en mi vida que otras personas puedan
confirmarlos? ¿En qué he visto que soy exitoso? La evaluación de tus dones espirituales y los
inventarios de tus habilidades pueden tener valor, pero son limitados en su utilidad. En primer lugar,
están estandarizadas de manera que no cuentan dentro de tu singularidad. Segundo, no hay definición
de los dones espirituales enlistados en la Biblia, de manera que cualquier definición es arbitraria y
representa casi siempre un prejuicio denominacional.
Otro problema es que mientras más maduro eres, más propenso estás a manifestar las
características de cierto número de dones. Puedes estar sirviendo, enseñando o dando generosamente
más allá de la madurez porque es tu don espiritual.
La mejor manera de descubrir tus dones y habilidades es experimentando en las diferentes áreas de
servicio. Yo pude haber tomado cientos de exámenes para determinar mis dones y habilidades cuando
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era joven y nunca haber descubierto que recibí el don de enseñanza ¡porque nunca enseñé! Sucedió sólo
después de que comencé a aceptar oportunidades para hablar que vi más resultados, recibí confirmación
de otros, y me di cuenta de que “¡Dios me había dotado para que hiciera eso!”
Muchos libros llegan a descubrir este proceso al revés. Enseñan: “Descubre tu don espiritual para
que conozcas qué ministerio se supone que tienes”. Realmente esto opera de manera opuesta. Comienza
sirviendo, experimenta en diferentes ministerios y descubrirás tus dones. Hasta que realmente no te
involucres en el servicio, no sabrás para qué eres bueno.
Tienes docenas de habilidades y dones escondidos que no sabes que los tienes porque nunca los has
puesto a prueba. Así que te exhorto a que hagas cosas que nunca antes has hecho. No importa cuán
viejo seas, te insto a que no dejes de experimentar. He conocido muchas personas que han descubierto
talentos escondidos a sus setenta y ochenta años. Conocí a una corredora de noventa años que ganó una
carrera de 10kilómetros sin descubrir que disfrutaba correr ¡hasta que llegó a los setenta y ocho años
de edad!.
No trates de encontrar tus dones antes de enrolarte a servir en algo. Simplemente, empieza a servir
ya. Descubre tus dones involucrándote en el ministerio. Intenta enseñar, dirigir, organizar, tocar un
instrumento o trabajar con los jóvenes. Hasta que realmente no te involucres en el servicio, no sabrás
para qué eres bueno. Si no funciona, llámalo “experimento”, no fracaso. Eventualmente descubrirá para
qué eres bueno.
Considera las oportunidades y la personalidad. Pablo aconsejó: “Haz una exploración cuidadosa de
quién eres y el trabajo que estás haciendo para que entonces te sumerjas en él”.3 Otra vez, esto ayuda
a recibir retroalimentación de quienes mejor te conocen. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué es lo que
realmente disfruto hacer? ¿Cuándo me siento vivo completamente? ¿Qué es lo que hago cuando pierdo
la noción del tiempo? ¿Me gusta la rutina o la variedad? ¿Prefiero servir en equipo o por mí mismo? ¿soy
introvertido o extrovertido? ¿Soy más pensador que perceptivo? ¿en qué disfruto más, compitiendo o
cooperando?
Examina tus antecedentes y extrae las lecciones que aprendiste. Revisa tu vida y piensa en cómo
ha sido formada. Moisés les dijo a los israelitas: “Recuerden hoy lo que han aprendido acerca del Señor
a través de sus experiencias con Él”.4 Olvidar las experiencias no es bueno. Esta es una buena razón
para mantener un diario espiritual. Pablo, preocupado por los creyentes de Galacia, no podía
desaprovechar el dolor que ellos habían pasado, así que les dijo: “¿Fueron todas sus experiencias
desaprovechadas? ¡Espero que no!”5
Raras veces vemos el buen propósito de Dios en el dolor, el fracaso o la vergüenza mientras lo
vivimos. Cuando Jesús le lavó los pies a Pedro, le dijo: “Tú no sabes ahora lo que estoy haciendo, pero
después lo entenderás”.6 Sólo en retrospectiva entendemos cómo Dios usa los problemas para bien.
Extraer las lecciones de tus experiencias toma tiempo. Te recomiendo que tomes un fin de semana
completo para un retiro y hagas una revisión de tu vida, en la que puedas hacer un alto para que veas
cómo Dios ha trabajado en momentos decisivos en tu vida y consideres cómo quiere que uses esas
lecciones para ayudar a otros. Hay recursos que pueden ayudarte en esto.7
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Parte de aceptar tu forma es reconocer tus limitaciones. Nadie es bueno en todas las cosas, y
ninguno es llamado a hacerlas todas. Cada uno tiene sus roles definidos. Pablo entendió que su llamado
no era para llevar a cabo todas las cosas o complacer a cada uno, sino que se enfocó sólo en el ministerio
particular que Dios había formado para él.10 Pablo dijo: “Nuestra meta es estar dentro de los límites
del plan de Dios para nosotros”.11
La palabra límites se refiere al hecho de que Dios asigna a cada uno un área o campo de acción para
el servicio. Tu forma determina tu especialidad. Cuando tratamos de ampliar demasiado nuestro
ministerio más allá del radio de acción para el que Dios nos ha formado, sufrimos estrés. Así como en
una competencia a cada corredor se le da un carril para que corra en él, individualmente debemos
“correr con paciencia la carrera particular que Dios ha puesto delante de nosotros”.12 No tengas envidia
de los corredores de la línea próxima a la tuya, sólo enfócate en terminar tu carrera.
Dios quiere que disfrutes usando la forma que te ha dado. La Biblia dice: “Asegúrate de hacer lo que
debes, porque después disfrutarás la satisfacción personal de haber hecho tu trabajo bien, y no
necesitas compararte con cualquier otro”.13 Satanás tratará de robarte el gozo del servicio en dos
maneras: tentándote para que compares tu ministerio con las expectativas de los otros, y tentándote a
conformar tu ministerio con las expectativas de los otros. Ambas son trampas mortales que te
distraerán del servicio de la manera en que dios quiere que lo sirvas. En el momento que pierdas el gozo
en tu ministerio, comienza a considerar si una de estas tentaciones es la causa. La Biblia nos advierte
que nunca nos comparemos con otros: “Haz tu propio trabajo bien, para que entonces tengas de qué
estar orgulloso. Pero no te compares con otros”.14 Hay dos razones por las que nunca debes comparar tu
forma, tu ministerio o sus resultados con ningún otro. Primero, encontrarás siempre a alguien que
parece estar haciendo mejor trabajo que el tuyo y eso te desanimará. O hallarás siempre a alguien que
parece que no es efectivo como tú y eso te llenará de orgullo. Cualquiera de estas actitudes te pondrán
fuera de servicio y te robarán tu gozo.
Pablo dice que es necio compararnos con otros: “Nosotros no nos atrevamos a igualarnos ni a
DÍA TREINTA Y DOS: compararnos con algunos que se recomiendan a sí mismos. Al medirse con
su propia medida y compararse unos con otros, no saben lo que hacen”.15
La Biblia El Mensaje lo parafrasea así: “En todas estas comparaciones,
USA LO QUE calificaciones y competencias, ellos pierden completamente el punto”.16
DIOS TE HA Encontrarás personas que por no entender tu forma para ministrar, te
DADO. criticarán y tratarán de llevarte a lo que ellos piensan que debes hacer.
Debes ignorarlos. Pablo tuvo que enfrentar críticos que mal interpretaron
y difamaron su servicio. Su respuesta siempre fue la misma: Evita las comparaciones, resiste las
exageraciones, y ve sólo las recomendaciones de Dios.17
Una de las razones por las que Pablo fue grandemente usado por dios fue porque rechazó ser
distraído por la crítica, o por la comparación de su ministerio con el de otros, o por enfrascarse en
debates vanos acerca de su ministerio. Tal como John Bunyan lo dijo: “Si mi vida no tiene fruto, no
importa quién me alabe; y si mi vida tiene fruto, no importa quién me critique”.
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enfatizar esta verdad. Refiriéndose al siervo que fracasó al usar su único talento, el dueño dijo:
“Quítenle las mil monedas y dénselas al que tiene las diez mil”.20
Si no usas lo que se te ha dado, lo perderás; usa la habilidad que ya tienes y Dios la aumentará. Pablo
le dijo a Timoteo: “Asegúrate de usar las habilidades que Dios te ha dado... Ponlas a trabajar”.21
Cualquiera de los dones que hayas recibido podrá crecer y desarrollarse mediante la práctica. Por
ejemplo, nadie tiene el don de la enseñanza totalmente desarrollado, pero con estudio,
retroalimentación y práctica, el “buen” maestro podrá convertirse en uno mejor y, con el tiempo,
crecerá y se convertirá en un maestro excelente. No te conformes con tener un don desarrollado a
medias, esfuérzate al máximo para aprender todo lo que puedas. “Concéntrate en hacer lo mejor para
Dios, trabajo del cual no te avergonzarás”.22 Aprovecha cada oportunidad de entrenamiento para
desarrollar tu forma y tus destrezas de servicio.
En el cielo estaremos sirviendo a Dios por siempre. Pero ahora mismo nos podemos preparar para el
servicio eterno practicando aquí. Igual que los atletas que se preparan para las Olimpiadas, nos
mantendremos entrenando para ese gran día: “Ellos hacen esto por una medalla de oro que se deslustra
y palidece. Tú vas detrás de una que es de oro eterno”.23
Estamos preparándonos para las responsabilidades y recompensas eternas.
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Dios merece lo mejor de mí.
Versículo para recordar: “Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero
Pregunta para considerar: ¿Cómo puedo hacer mejor uso de lo que Dios me ha dado?
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¿Estás disponible para Dios en cualquier tiempo? ¿Puede Dios deshacer tus planes sin que comiences
a resentirte? Como siervo no eliges ni escoges cuándo o dónde servir. Ser un siervo significa darle a
Dios el derecho de controlar tu horario y permitirle que lo interrumpa en cualquier momento que lo
necesite.
Si recordaras al comienzo de cada día que eres un siervo de Dios, las interrupciones no deberían
frustrarte porque tu agenda será la que Dios quiera para tu vida. Los siervos ven las interrupciones
como citas divinas para el ministerio y son felices por la oportunidad de practicar el servicio,.
Los siervos verdaderos prestan atención a las necesidades. Los siervos siempre están mirando las
maneras de ayudar a otros. Cuando ven la necesidad, no dejan escapar la oportunidad, tal como la Biblia
nos manda: “En cualquier oportunidad que tengamos, debemos hacer lo que es bueno para todos,
especialmente para la familia de los creyentes”.3
Cuando Dios pone a alguien en necesidad frente a ti, te está dando la oportunidad de crecer en el
servicio. Observa que Dios dice que las necesidades de tu familia en la fe tienen preferencia, de manera
que no las pongas al final de tu lista de “cosas por hacer”.
Perdemos muchas ocasiones de servir porque carecemos de sensibilidad y espontaneidad. Las
grandes oportunidades para servir no duran mucho, pasan rápidamente, y casi nunca vuelven. Quizá sólo
tengas una oportunidad para servir a esa persona, así que aprovecha el momento. “Nunca les digas a tus
vecinos que esperen hasta mañana si puedes ayudarlos ahora”.4
John Wesley era un increíble siervo de Dios. Su proverbio era: “Haz todo lo bueno que puedas, con
todos los medios que puedas, en todas las maneras que puedas, en todos los lugares que puedas, en
todos los tiempos que puedas, a todas las personas que puedas, cada vez que puedas”. Eso es grandioso.
Puedes comenzar viendo las pequeñas tareas que ningún otro quiere hacer. Haz esas pequeñas cosas
como si fueran grandes porque Dios está observando.
Los siervos verdaderos hacen lo mejor con lo que tienen. Los siervos no tienen excusas, ni
postergan ni esperan mejores circunstancias. Nunca dicen: “Uno de estos días” o “Cuando el tiempo sea
adecuado”. Sólo hacen lo que se requiere. La Biblia dice: “Si esperas por condiciones perfectas, nunca
lograrás nada”.5 Dios espera que hagas lo que puedas con lo que tienes, dondequiera que estés. Servir
sin llegar a la perfección es mejor que la más perfecta intención.
Una de las razones por las que muchas personas nunca sirven es porque temen no ser lo
suficientemente buenos para servir. Creen la mentira de que le servicio a Dios es sólo para
celebridades.
Algunas de las iglesias han fomentado este mito calificando de “excelente” a un ídolo, lo que hace
que muchas personas con talentos rehúsen involucrarse.
Puedes haber oído decir esto: “Si no puedes hacerlo con excelencia, mejor no lo hagas”. ¡Bueno,
Jesús nunca dijo eso! La verdad es que, casi todo lo que hacemos es hecho deficientemente cuando
empezamos a hacerlo, así es como aprendemos. En la Iglesia Saddleback practicamos el principio “lo
suficientemente bueno”; no tiene que ser perfecto para que Dios lo use y lo bendiga. Preferimos
involucrar a miles de personas comunes y corrientes, que tener una iglesia perfecta dirigida por un
grupo selecto.
Los siervos verdaderos cumplen sus tareas con la misma dedicación. Cualquier cosa que hagan, “la
hacen con todo su corazón”.6 el tamaño de la tarea es irrelevante. El punto en cuestión es: “se necesita
hacer esto?
Nunca llegarás a un estado en la vida en el que seas demasiado importante para ayudar con tareas
serviles. Dios nunca te exime de lo mundano. Es parte vital de la formación de tu carácter. La Biblia
dice: “Si piensas que eres demasiado importante para ayudar a alguien en necesidad, te engañas a ti
mismo. realmente no eres nadie”.7 Es en estos pequeños servicios que crecemos para parecernos a
Cristo.
Jesús se especializó en tareas humillantes que otros evadían: lavar los pies, ayudar a los niños,
preparar el desayuno y servir a los leprosos. Él nunca se consideró por encima de nada, porque vino a
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servir. Él hizo todas estas cosas y no fueron molestia para su grandeza, lo hizo porque quiere que
sigamos su ejemplo.8
Las tareas pequeñas a menudo muestran un gran corazón. Tu corazón de siervo se revela en hechos
pequeños que otros no piensan hacer, como cuando Pablo juntó la madera para hacer una fogata y
calentar a todos después del naufragio.9 Estaba tan exhausto como todos, sin embargo hizo lo que los
demás necesitaban. Ninguna tarea te molesta cuando tienes un corazón de siervo.
Las grandes oportunidades a menudo se disimulan en pequeñas tareas; las cosas pequeñas en la vida
determinan las grandes. No busques hacer grandes tareas para Dios, haz las que te ponga por delante y
Él te asignará cualquiera que quiera que hagas. Antes de intentar cosas extraordinarias, trata con las
ordinarias.10
Siempre habrá más gente queriendo hacer “grandes” cosas para Dios que cosas pequeñas. La carrera
para ser líder está abarrotada mientras que el campo para quienes quieren ser siervos es amplio y
abierto. A veces sirves hacia arriba a su superiores, y a veces sirves hacia abajo, a aquellos en
necesidad. De cualquier manera, desarrollas un corazón de siervo cuando anhelas hacer cualquier cosa
que se necesite.
Los siervos verdaderos son fieles a su ministerio. Los siervos terminan sus tareas, cumplen con
sus responsabilidades, mantienen sus promesas y completan sus compromisos. No dejan el trabajo a
medias ni lo abandonan cuando se desaniman; son dignos de confianza y responsables.
La fidelidad siempre ha sido una cualidad excepcional.11
La mayoría de las personas no conoce el significado del compromiso. Se comprometen casualmente
pero luego incumplen por cualquier razón y sin ninguna duda, remordimiento o lamento. Cada semana, las
iglesias y muchas organizaciones deben improvisar debido a que los voluntarios nunca se prepararon o
nunca llegaron o nunca llamaron para decir que no podrían asistir. ¿Puedes contar con otros? ¿Tienes
promesas, votos que cumplir, o compromisos que necesitas honrar? Esta es una prueba. Dios prueba tu
fidelidad. Si pasas el examen estás en buena compañía: Abraham, Moisés, Samuel, David, Daniel,
Timoteo y Pablo fueron llamados siervos fieles de Dios. Aún mejor, Dios ha prometido recompensar tu
fidelidad en la eternidad. Imagínate lo que sentirás cuando Él te diga: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel!
En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu Señor1”.12
Por otra parte, los siervos nunca se retiran. Sirven fielmente tanto como vivan. Puedes jubilarte de
tu carrera, pero nunca del servicio a Dios.
Los siervos verdaderos mantienen un bajo perfil. Los siervos no se promueven ni llaman la atención
sobre sí mismos. En vez de actuar para impresionar y resaltar su éxito, “se ponen el delantal de
humildad para servirse unos a otros”.13 Si se les reconoce por su servicio, humildemente lo aceptan,
pero no permiten que la notoriedad los distraiga de sus trabajos.
Pablo expuso un tipo de servicio que parece ser espiritual pero realmente es puesto en su sitio, para
mostrar un hecho que llama la atención. Él lo llamó”servir al ojo”,14 para referirse a los que sirven con la
intención de impresionar a las personas para que vean cuán espirituales son. Este era el pecado de los
fariseos, que ayudaban a otros, daban y siempre oraba unos por otros en actos públicos. Jesús condena
esa actitud y advierte: “Cuando hagas buenas obras, no trates de vanagloriarte. Si lo haces, no
recibirás recompensa de tu Padre en el cielo”.15
La autopromoción y el servicio no se mezclan. Los siervos verdaderos no sirven para ser aprobados o
aplaudidos; viven para una sola audiencia: Dios. Como dijo Pablo: “Si yo buscara agradar a otros, no sería
siervo de Cristo”.16
No encontrarás muchos siervos verdaderos expuestos a la luz, de hecho, lo niegan si es posible. Se
contentan sirviendo en silencio bajo las sombras. José es un gran ejemplo. Nunca llamó la atención a sí
mismo, sino que en silencio sirvió a Potifar, a su carcelero, al copero y al panadero del Faraón, y Dios lo
bendijo por esa actitud. Cuando el Faraón lo promovió a una posición importante, José todavía mantuvo
un corazón de siervo, aun con sus hermanos, que lo traicionaron.
Desafortunadamente, muchos líderes de hoy empiezan como siervos y terminan como celebridades.
Empiezan a convertirse en adictos a la atención, inconscientes de que eso siempre los ciega. Puedes
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PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Sirvo a Dios cuando sirvo a otros.
Versículo para recordar: “Y cualquiera que le da siquiera un vaso de agua fresca a uno
de estos pequeños por ser seguido mío, les aseguro que tendrá su premio”.
Mateo 10:42 (DHH).
Pregunta para considerar: ¿Cuáles de las seis características de los siervos verdaderos
me desafían más?
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Mentalidad de siervo
Mi siervo Caleb... ha mostrado una
actitud diferente y me ha sido fiel.
Números 14:24 (NVI)
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Para comenzar a ser un verdadero siervo tienes que tomar en cuenta el tema del dinero en tu vida.
Jesús dijo: “Ningún sirviente puede servir a dos patrones... no puedes servir a la vez a Dios y a las
riquezas”.8 No dijo: “No debes”, sino No puedes”. Eso es imposible. Vivir para el ministerio y para el
dinero son metas mutuamente excluyentes. ¿Cuál escogerías? Si eres un siervo de Dios no puedes
trabajar para ti mismo. Todo tu tiempo le pertenece a Dios. Él insiste en una lealtad exclusiva, no
fidelidad a medias.
El dinero es el potencial mayor para reemplazar a Dios en tu vida. Más personas se alejan del
servicio debido al materialismo que a cualquier otra cosa. Dicen: “Después de que cumplas mis metas
financieras, voy a servir a Dios”. Esa es una decisión necia que lamentarán por la eternidad. Cuando
Jesús es tu Señor el dinero te sirve, pero si el dinero es tu señor te conviertes en esclavo de él.
Ciertamente la riqueza no es un pecado siempre y cuando la usemos para la gloria de Dios. Los siervos
del Señor siempre están más conscientes del ministerio que del dinero.
La Biblia es muy clara: Dios usa el dinero para probar tu fidelidad como siervo. Esta es la razón por
la que Jesús habló más acerca de él que del cielo o el infierno. Él dijo: “Si ustedes no han sido honrados
en el uso de las riquezas mundanas ¿quién les confiará las verdaderas?”.9 La manera en que usas tu
dinero incide en cómo Dios puede bendecir tu vida.
En el capítulo 31 mencioné dos tipos de personas: los edificadores del reino y los edificadores de
riquezas. Ambos recibieron dones para hacer que el negocio crezca, haciendo tratos o ventas y
obteniendo ganancias. Los edificadores de riquezas continúan acumulando más tesoros para sí mismos
sin importar cuánto hacen, pero los edificadores del reino cambian las reglas del juego. Persisten en
hacer dinero, pero lo hacen para regalarlo. Usan las riquezas para financiar a la iglesia y la misión de
Dios en el mundo.
En la Iglesia Saddleback, tenemos un grupo de ejecutivos y dueños de negocios que tratan de hacer
lo máximo para dar a la congregación y para expandir el reino de Dios. Así que te exhorto a que hables
con tu pastor y comiences un grupo de edificadores del reino en tu iglesia.
Los siervos piensan en su trabajo, no en lo que otros hacen. No comparan, critican, ni compiten
con otros siervos o ministerios. Están muy ocupados haciendo el
DÍA TREINTA Y CUATRO:
trabajo que Dios les asignó.
La competencia entre los siervos de Dios es ilógica por muchas
MENTALIDAD razones: todos estamos en el mismo equipo; nuestra meta es complacer
DE SIERVO. a Dios, no a nosotros mismos; tenemos diferentes tareas y todos
fuimos formados con cierta singularidad. Pablo dijo: “No se comparen
unos con otros, como si uno de ustedes fuera mejor o peor que el otro. Tenemos mejores cosas que
hacer en nuestras vidas. Cada uno de ustedes es un original”.10
No hay lugar para celos mezquinos entre los siervos.
Cuando estás ocupado en servir no tienes tiempo para criticar; el tiempo que gastas en criticar a
otros deberías usarlo para ministrar. Cuando Marta se quejó con Jesús de que María no la estaba
ayudando con su trabajo, perdió su corazón de sierva. Los siervos verdaderos no se quejan de las
injusticias, no viven lamentándose ni se resienten con quienes no están sirviendo. Sólo confían en Dios y
se mantienen sirviendo.
No es nuestro trabajo evaluar a otros siervos del Señor. La Biblia dice: “¿Quién eres tú para criticar
al siervo de otro? El Señor decidirá si su siervo ha hecho lo correcto”.11 Tampoco es nuestro trabajo
defendernos de la crítica, deja que tu Señor lidie con eso. Sigue el ejemplo de Moisés, que mostró una
verdadera humildad ante sus opositores; como Nehemías, cuya respuesta a las críticas fue simple:
“Estoy ocupado... Si bajara yo a reunirme con ustedes la obra se vería interrumpida”.12
Si sirves como Jesús, puedes esperar ser criticado. El mundo, aun las iglesias, no entienden lo que
Dios valora en el servicio. Uno de los actos más hermosos de amor mostrado por Jesús fue criticado por
sus discípulos. María tomó lo más valioso que tenía, un perfume costoso, y lo vertió sobre Jesús. A tan
espléndido servicio los discípulos lo llamaron “derroche”, sin embargo, Jesús lo llamó “una obra
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hermosa”13 y eso es lo que importa. Tu servicio por Cristo nunca es considerado como pérdida aunque
otros lo digan.
Los siervos basan su identidad en Cristo. Dado que ellos recuerdan que fueron amados y aceptados
por gracia, los siervos no tienen que probar su mérito. Voluntariamente aceptan tareas que otras
personas, inseguras, consideran “inferiores”. Uno de los ejemplos más conmovedores de servicio es la
imagen misma que Jesús muestra cuando les lava los pies a sus discípulos. Esto era equivalente a lo que
hoy es un lustrador de calzado, un trabajo sin prestigio. Sin embargo, Jesús sabía quién era él, de
manera que la tarea no amenazaba su propia imagen. La Biblia dice: “Jesús sabía que el Padre había
puesto todas las cosas bajo su dominio, y que había salido de Dios y a él volvía; así que se levantó de la
mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura”.14
Si piensas ser un siervo debes tener muy definida tu identidad en Cristo. Sólo las personas seguras
pueden servir; las inseguras siempre se preocupan de cómo pueden ser vistos por los demás. Temen
manifestar sus debilidades y ocultan, bajo mantos protectores, su orgullo y pretensión. Mientras más
inseguro seas, más quieres que te sirvan y más necesitarás aprobación.
Henri Nouwen dijo: “Para que seamos un servicio a otros, debemos morir por ellos; eso significa que
tenemos que dejar de medir nuestros significados y valores con la vara de medir de otros... entonces
comenzaremos a ser libres para ser misericordiosos”. Cuando basas tu valor y tu identidad en tu
relación con Cristo, te liberas de las expectativas de otros, y eso permite servir con lo mejor de ti.
Los siervos no necesitan cubrir sus paredes con placas y premios para avalar su trabajo. No les
interesa que se dirijan a ellos con títulos, ni les gusta cubrirse con ínfulas de superioridad. Los siervos
hallan que los símbolos de estatus son innecesarios y no miden su valor por sus logros. Pablo dijo:
“Porque no es aprobado el que se recomienda a sí mismo sino aquel a quien recomienda el Señor”.15
Si alguien tuvo oportunidad de ser ostentoso debido a sus conexiones y “personajes relacionados”,
fue Santiago, el medio hermano de Jesús. Él tuvo las credenciales de crecer con Jesús como su
hermano. Sin embargo, en la introducción de su carta, simplemente se refiere a sí mismo como “siervo
de Dios y del Señor Jesucristo”.16 Mientras más te acerques a Jesús, menos necesitarás promocionarte.
Los siervos piensan en el ministerio como una oportunidad, no como obligación. Disfrutan
ayudando a la gente, supliendo sus necesidades y realizando su ministerio. “Sirven al Señor con
regocijo”.17 ¿Por qué lo hacen con regocijo? Porque aman al Señor y están agradecidos por su favor;
saben que servir es el mejor uso que pueden darle a su vida y que Dios ha prometido recompensarlos.
Jesús dijo: “A quien me sirva, mi Padre lo honrará”.18 Pablo, por su parte, afirmó: “Porque Dios no es
injusto como para olvidarse de las obras y del amor que, para su gloria, ustedes han mostrado sirviendo
a los santos, como lo siguen haciendo”.19
Imagínate qué pasaría si sólo el diez por ciento de los cristianos en el mundo tomara en serio su rol
como siervo. Imagínate todo lo bueno que podría hacerse. ¿Estarías dispuesto a ser una de esas
personas? No importa la edad que tengas, Dios te usará si comienzas a actuar y pensar como un siervo.
Albert Schweitzer dijo: “Las únicas personas realmente felices son aquellas que han aprendido a
servir”.
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PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Para ser siervo debo pensar como siervo.
Versículo para recordar: “La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús”.
Pregunta para considerar: ¿Me preocupo más por ser servido que por servir a otros?
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Dos grandes confesiones en el Nuevo Testamento ilustran lo que necesitamos para vivir
saludablemente. La primera fue de Pedro, que le dijo a Jesús: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios
viviente”.6 La segunda fue de Pablo, que le dijo a la multitud idólatra: “Sólo somos seres humanos iguales
a ustedes”.7 Si quieres que Dios te use, debes conocer quién es Dios y quién eres tú. Muchos cristianos,
sobre todo líderes, olvidan la segunda verdad: ¡Sólo somos humanos! Si necesitas una crisis para
reconocerlo, Dios no vacilará en concedértela, porque te ama.
Alégrate con tus debilidades. Pablo dijo: “Por eso, prefiero sentirme orgulloso de mi debilidad, para
que el poder de Cristo se muestre en mí. Me alegro de ser débil, de ser insultado y perseguido, y de
tener necesidades y dificultades por ser fiel a Cristo. Pues lo que me hace fuerte es reconocer que soy
débil”.8 Al principio esto no tiene sentido; aspiramos a ser libres de nuestras debilidades, ¡pero nos
alegramos con ellas! Sin embargo, el contentamiento es una expresión de fe en la bondad de Dios. Eso
dice: “Dios, creo que me amas y sabes lo que es mejor para mí”.
Pablo da muchas razones para alegrarnos con nuestras debilidades. Primero, nos hace depender más
de Dios. El apóstol, refiriéndose a su propia debilidad que Dios no quiso quitarle, dijo: “Yo estoy feliz
plenamente con “mi aguijón”... porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”.9 Cuando te sientas débil,
Dios te estará recordando que dependes de Él.
Nuestras debilidades también previenen la arrogancia. Mantienen tu humildad. Pablo dijo: “Para
evitar que me volviera presumido por estas sublimes revelaciones, una espina me fue clavada en el
cuerpo... para que me atormentara”.10 A menudo Dios nos conecta a una debilidad o una fortaleza mayor
para mantener nuestro ego controlado. Una limitación puede actuar como un regulador que nos previene
de no ir muy rápido y adelantarnos a Dios.
Cuando Gedeón reclutó un ejército de 32.000 soldados para pelear contra los madianitas, Dios lo
redujo a 300 hombres, estableciendo una desigualdad de 450 a 1, ya que fueron a pelear contra
135.000 de las tropas enemigas. Esto pareció una fórmula para el desastre, sin embargo Dios lo hizo
para que Israel reconociera que no fue por sus propias fuerzas sino por el poder de Dios que se
salvaron.
Nuestras debilidades también nos animan al compañerismo entre los creyentes. Mientras la fuerza
cultiva un espíritu independiente (“Yo no necesito de nadie”), nuestras limitaciones muestran cuánto nos
necesitamos unos a otros. Cuando tejemos las trenzas débiles de nuestras vidas, una soga muy fuerte
se crea. Vance Havner dijo con sarcasmo: “Los cristianos, igual que los copos de nieve, son frágiles; pero
cuando se unen pueden parar el tráfico”.
La mayoría de todas nuestras debilidades aumenta nuestra sensibilidad relacional y ministerial.
Estamos muy lejos de ser misericordiosos y considerados con las debilidades de otros. Dios quiere que
tengas un ministerio parecido al de Cristo en la tierra. Eso quiere decir que otras personas van a
encontrar sanidad en tus heridas. Tus grandes mensajes de la vida y tu ministerio más eficaz surgirá de
tus heridas más profundas. Las cosas que más te apenan, las que más te avergüenzan, y las que menos
quieras compartir, son las herramientas que Dios puede usar con más poder para sanar a otros.
El gran misionero Hudson Taylor declaró: “Todos los gigantes de Dios fueron personas débiles”. La
debilidad de Moisés era su temperamento. Le condujo a matar a un egipcio, golpear la roca cuando se
suponía que debía hablarle, y a romper las tablas de los Diez Mandamientos. No obstante, Dios
transformó a Moisés en “el hombre más humilde de la tierra”.11
La debilidad de Gedeón era su baja autoestima y una inseguridad profunda, sin embargo, Dios lo
transformó en “un hombre poderoso y de valor”.12
La debilidad de Abraham era el temor. No una, sino dos veces, para protegerse, dijo que su esposa
era su hermana. No obstante, Dios transformó a Abraham en “el padre de todos los que creen”.13
Impulsivo, de voluntad débil, Pedro se convirtió en “una roca”,14 David el adúltero se convirtió en “un
hombre conforme a mi corazón (de Dios)”,15 y Juan, uno de los arrogantes “Hijos del Trueno”, se
convirtió en “el apóstol del amor”.
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La lista puede seguir y seguir. “Tomaría mucho tiempo recontar las historias de la fe de... Barac,
Sansón, Jefté, David, Samuel, y todos los profetas... sus debilidades se tornaron en fuerzas”.16 él
quiere tomar tu debilidad más grande y transformarla.
Comparte sinceramente tus debilidades. Ministrar empieza con vulnerabilidad. Quítate la máscara
y comparte todo lo que guardas, tus luchas, de manera que Dios pueda usarte en servir a otros.
Pablo mostró su vulnerabilidad en todas sus cartas.
Expresó son sinceridad:
Sus fallas: “Cuando quiero hacer lo bueno, no lo hago, y cuando trato de no hacer lo malo, eso
hago”.17
Sus sentimientos: “Yo te dije todos mis sentimientos”.18
Sus frustraciones: “Fuimos realmente agobiados, abrumados, y temimos que nunca podríamos
volver a vivir a través de esto”.19
Sus temores: “Cuando yo vine a ti, estaba débil, temeroso y estremecido”. 20
Por supuesto, la vulnerabilidad es un riesgo. Puedes tener miedo a bajar tus defensas y a abrir tu
vida a otros. Cuando revelas tus fallas, tus sentimientos, tus frustraciones y tus temores te arriesgas a
ser rechazado. Pero los beneficios valen la pena. La vulnerabilidad te ayuda a liberarte emocionalmente,
alivia el estrés, desactiva tus temores y es el primer paso para la libertad.
Sabemos que Dios “da gracia al humilde” pero muchos malinterpretan esto. La humildad no es negar
tus fuerzas o ponerte por debajo de otros, es ser honestos acerca de tus debilidades. Mientras más
sincero seas, más recibirás la gracia de Dios. También recibirás gracia de otros. La vulnerabilidad es
una cualidad que apreciamos, somos naturalmente atraídos hacia los humildes. Las pretensiones repelen,
no obstante la autenticidad atrae y la vulnerabilidad es el camino hacia la intimidad.
Por eso es que dios quiere usar tus debilidades, no sólo tus fortalezas. Si todo lo que la gente ve son
tus fortalezas, se desalientan y piensan: “Bien, qué bueno por él o ella, pero yo nunca podré hacerlo”.
DÍA TREINTA Y CINCO: Sin embargo, cuando ven a Dios usándote a pesar de tus debilidades,
eso los consuela y piensan: “¡Puede ser que Dios me use!” Nuestras
fortalezas crean competencias, mientras que nuestras debilidades
EL PODER DE DIOS producen comunión.
EN TU DEBILIDAD. En cierto punto de tu vida debes decidir si quieres impresionar a
las personas o influenciarlas. A distancia puedes impresionar a la
gente, pero debes estar cerca para influir en ellas y, claro, si lo estás, es posible que vean tus defectos.
Eso es bueno. La cualidad esencial para el liderazgo no es la perfección, sino la credibilidad. Las
personas deberán confiar en ti o no te seguirán. ¿Cómo puedo forjar mi credibilidad? No pretendiendo
ser perfecto, pero sí honesto.
Gloríate en tus debilidades. Pablo dijo: “De mi no haré alarde, sino de mis debilidades”.21 En vez de
mostrarte autosuficiente e insuperable, obsérvate a ti mismo como un trofeo de gracia. Cuando Satanás
apunte a tu debilidad, acuérdate de Dios y llena tu corazón con alabanza a Jesús, que “entiende cada
debilidad nuestra”,22 y al Espíritu Santo, que “nos ayuda en nuestra debilidad”.23
Sin embargo, algunas veces Dios convierte una fortaleza en debilidad para usarnos aún más. Jacob
era un manipulador que gastó su vida intrigando para después correr por sus consecuencias. Una noche,
mientras luchaba con Dios, dijo: “No voy a dejarte hasta que me bendigas”. Dios le respondió: “Está
bien”, pero entonces le agarró el muslo a Jacob y le dislocó su cadera. ¿Qué significa eso?
Dios tocó la fuerza de Jacob (el músculo del muslo es el más fuerte del cuerpo) y lo transformó en
debilidad. Desde ese día en adelante, Jacob caminó cojeando de manera que nunca más pudo huir. Eso lo
forzó a apoyarse en Dios quisiera o no. Si quieres que dios te bendiga y te use en gran manera, debes
querer caminar cojeando el resto de tu vida porque dios usa a las personas débiles.
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PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Dios trabaja mejor si reconozco mi debilidad.
Versículo para recordar: “Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la
debilidad”.
2º Corintios 12:9 (NVI).
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PROPÓSITO Nº 5
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LA IMPORTANCIA DE TU MISIÓN
Cumplir tu misión en la tierra es una parte esencial de la gloria de Dios. La Biblia nos ofrece razones
de por qué tu misión es tan importante.
Tu misión es una continuación de la misión de Jesús en la tierra.
DÍA TREINTA Y SEIS: Como sus seguidores, debemos continuar lo que él comenzó- Jesús nos
llamó no sólo a venir a Él sino a ir por Él. Tu misión es tan importante que
HECHO PARA Jesús la repitió cinco veces, de cinco maneras realmente diferentes, en
UNA MISIÓN. cinco libros diferentes en la Biblia.7 Es como si dijera: “¡Realmente quiero
que hagas esto!” Estudia esas cinco comisiones de Jesús y aprenderás los
detalles de tu misión en la tierra, cuándo, dónde, por qué y cómo.
En la Gran Comisión Jesús dijo: “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a
ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”.8 Esta comisión fue
asignada a cada seguidor de Cristo, no a pastores o a misioneros solamente, esta es tu comisión de
parte del Señor y no es optativa.
Estas palabras de Jesús no fueron la Gran Sugerencia. Si eres parte de la familia de Dios tu misión
es obligatoria y si la ignoras eres desobediente.
Puede que hayas estado inconsciente de que Dios te da una responsabilidad con los no creyentes que
te rodean. La Biblia dice: “Si tú no le hablas al malvado ni le haces ver su mala conducta, para que siga
viviendo, ese malvado morirá por causa de su pecado, pero yo te pediré cuentas de su muerte”.9 Quizás
tú eres el único cristiano que esas personas conozcan y tu misión es hablarles de Jesús.
Tu misión es un privilegio maravilloso. Aunque es una gran responsabilidad también es un honor
increíble ser usado por Dios. Pablo dijo: “Dios nos ha dado el privilegio de motivar a cada uno a venir
hacia su favor y ser reconciliados en Él”.10 Ti misión involucra dos grandes privilegios: trabajar con Dios
y representarlo. Estamos asociados con Él en la construcción de su reino. Pablo nos llamó
“colaboradores” y dijo: “Estamos trabajando juntos con Dios”.11
Jesús nos aseguró nuestra salvación, nos puso en su familia, nos dio su Espíritu y nos hizo sus
agentes en el mundo. ¡Qué privilegio! La Biblia dice: “Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios
los exhortara a ustedes por medio de nosotros: “En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien
con Dios””. 12
Decirle a otros cómo pueden obtener la vida eterna es lo mejor que puedes hacer por ellos. Si
tu vecino tiene cáncer o SIDA y sabes cuál es la cura, sería un crimen que retuvieras esa información
que le salvaría la vida. Peor aún es mantener en secreto el camino del perdón, el propósito, la paz y la
vida eterna. Tenemos las buenas nuevas y compartirlas es el acto de bondad más grande que puedes
mostrarle a cualquiera. Uno de los problemas en la vida de los cristianos es que se olvidan cómo se
sentían: sin esperanzas y sin Cristo. Debemos recordar que no importa cuán contentas o exitosas
aparenten ser las personas, sin Cristo están perdidos y listos para la separación eterna de dios. La
Biblia dice: “Jesús es el único que puede salvar a las personas”.13 todos necesitamos a Jesús.
Tu misión tiene un significado eterno. Esto impactará el destino eterno de otras personas, así que
es más importante que cualquier trabajo, logro o meta que encontrarás durante tu vida en la tierra. Las
consecuencias de tu misión son para siempre; las de tu trabajo no. Ninguna otra cosa podrás hacer que
importe tanto como ayudar a las personas a establecer una relación con Dios. Esta es la urgencia de
nuestra misión. Jesús dijo: “Mientras sea de día, tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió.
Viene la noche cuando nadie puede trabajar”.14 El reloj está marcando la hora en tu vida misionera; así
que no demores. ¡Inicia tu misión de alcanzar a otros ya! Tendremos toda la eternidad para celebrar con
los que llevemos a Jesús, pero tenemos el tiempo contado para alcanzarlos.
Esto no significa que debes dejar tu trabajo y comenzar a ser un evangelista a tiempo completo.
Dios quiere que compartas las buenas nuevas donde estés. Como estudiante, madre, maestra de
preescolar, vendedor, gerente o cualquier actividad que hagas debes seguir mirando continuamente por
las personas que Dios pone en tu camino para que puedas difundir el evangelio.
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Tu misión da significado a tu vida. William James dijo: “El mejor uso de la vida es emplearla en
algo que sobreviva”. La verdad es que sólo el reino de Dios perdurará, todo lo demás finalmente
desaparecerá. Por eso debemos vivir con propósitos que regulen vidas, vidas comprometidas con la
adoración, el compañerismo, el crecimiento espiritual, los ministerios y el cumplimiento de nuestra
misión en la tierra. ¡Los resultados de esas actividades son para siempre!
Si fallas en cumplir la misión que Dios te asignó en la tierra, entonces has desperdiciado la vida que
Dios te dio. Pablo dice: “Mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve
a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de
la gracia de Dios”.15 Aunque hay muchas personas en este planeta, sólo tú o lo que Dios ha hecho por
medio de medio de ti podrá alcanzar a quienes viven cerca de ti. Si sólo una persona va al cielo por tu
causa, tu vida habrá hecho una diferencia por la eternidad. Comienza a observar alrededor de tu campo
misionero particular y ora: “Dios, ¿A quién has puesto en mi vida para que le hable de Jesús?”
La conclusión del tiempo de Dios en la historia está vinculada con la terminación de nuestra
comisión. Hoy existe un interés creciente en la Segunda Venida de Cristo y el fin del mundo. ¿Cuándo
ocurrirá? Poco antes de que Jesús ascendiera al cielo los discípulos le hicieron la misma pregunta, y Él
respondió lo que era bastante obvio. Les dijo: “No les toca a ustedes conocer la hora ni el momento
determinados por la autoridad misma del Padre. Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes,
recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los
confines de la tierra”.16
Cuando los discípulos quisieron hablar de profecía, Jesús rápidamente cambió la conversación a
evangelismo. Él quería que se concentraran en su misión en el mundo. Así que les dijo en esencia: “Los
detalles de mi regreso no son de su incumbencia. Lo que les incumbe es la misión que les he dado.
¡Enfóquense en eso!”.
Especular sobre el cronometraje exacto del regreso de Cristo es en vano, porque Jesús dijo: “Nadie
conoce el día y la hora, ni aun los ángeles en el cielo, ni el Hijo sino sólo el Padre”.17 Dado que Jesús
afirmó que no conocía el día ni la hora, ¿por qué tratas de imaginarla? Lo que hay que saber es que
Jesús no vendrá hasta que cada una de las personas que Dios quiere que oigan las buenas nuevas las
hayan oído. Jesús dijo: “Las buenas nuevas acerca del reino de Dios serán predicadas en todo el mundo,
a cada nación. Entonces el fin vendrá”.18 Si quieres que Jesús vuelva pronto, enfócate en cumplir tu
misión y no en la profecía. Es fácil distraerte y apartarte de tu misión, porque Satanás prefiere que
hagas cualquier cosa en lugar de compartir tu fe. Él dejará que pierdas tiempo en todo tipo de cosas,
aun buenas, de manera que no tomes a ninguno contigo para llevarlo al cielo. Pero en el momento en que
tomes en serio tu misión, espera que el diablo vierta contra ti todo tipo de distracciones y artimañas.
Cuando esto suceda, recuerda las palabras de Jesús: “Nadie que mire atrás después de poner la mano
en el arado es apto para el reino de Dios”.19
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PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Fui hecho para una misión.
Versículo para recordar: “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos
Pregunta para considerar: ¿Qué temores me detienen para cumplir la misión de Dios y
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Tu mensaje de vida incluye tu testimonio. Tu testimonio es la historia de cómo Cristo marcó una
diferencia en tu vida. Pedro nos dice que fuimos escogidos por Dios “para hacer su trabajo y hablar de
Él, decirles a otros de la diferencia entre la noche y el día que Él hizo para ti”.3
Esta es la esencia del testimonio; compartir tus experiencias personales con respecto al Señor. En
una corte no se espera que el testigo discuta el caso, prueba la verdad o presione el veredicto; ese es el
trabajo de los abogados. Los testigos simplemente relatan lo que les pasó o lo que vieron.
Jesús dijo: “Serás mi testigo”;4 no dijo: “Serás mi abogado”.
Él quiere que compartas su historia con otros. Compartir tu testimonio es parte esencial de tu misión
en la tierra, ya que es único. No hay otra historia como la tuya, sólo tú puedes compartirla. Si no hablas
de ella, se habrá perdido para siempre. Puede que no seas un erudito en Biblia, sin embargo eres la
autoridad en tu vida y es difícil argüir con una experiencia personal. En realidad, tu testimonio personal
es más eficaz que un sermón, porque los no creyentes ven a los pastores como vendedores
profesionales; pero verte como un “cliente satisfecho”, les da más seguridad a ellos y más credibilidad a
ti.
Las historias personales también son más fáciles de relatar que los principios, y a las personas les
gusta oírlas. Captan nuestra atención y las recordamos por más tiempo.
DÍA TREINTA Y SIETE: Los no creyentes quizás pierdan el interés si citas a los teólogos más
reconocidos, pero sienten una curiosidad natural acerca de las
COMPARTE EL experiencias que ellos nunca han tenido. Compartir historias construye
un puente relacional que Jesús puede cruzar, de tu corazón al de otros.
MENSAJE DE
Otro valor que tiene el testimonio es que supera las defensas
TU VIDA. intelectuales. Muchas personas que no aceptan la autoridad de la Biblia
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escucharán una historia personal humilde. Pablo usó su testimonio en seis ocasiones diferentes para
compartir el evangelio en vez de citar las escrituras.5
La Biblia dice: “Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la
esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con gentileza y respeto”.6 La mejor manera de “estar
listos” es escribiendo tu testimonio y memorizando los puntos principales. Divídelo en cuatro partes:
1. Cómo era mi vida antes de conocer a Jesús.
2. Cómo supe que necesitaba a Jesús.
3. Cómo rendí mi vida a Jesús.
4. La diferencia que Jesús ha hecho en mi vida.
Por supuesto, tienes muchos otros testimonios aparte de tu historia de salvación. Tienes una para
cada experiencia en la que dios te ha ayudado. Debes hacer una lista de todos los problemas,
circunstancias y crisis que Dios te ha permitido pasar. Sé una persona sensible y usa la historia con la
que tu amigo no creyente se identifique mejor. Diferentes situaciones llaman a distintos testimonios.
Tu mensaje incluye tus lecciones de vida. La segunda parte de tu mensaje son las verdades que
Dios te ha enseñado en tus experiencias con Él. Lecciones e ideas que has aprendido acerca de Dios, las
relaciones, los problemas las tentaciones y otros aspectos de la vida. El salmista oró: “Enséñame, Señor,
a seguir tus decretos, y los cumpliré hasta el fin”.7 Desafortunadamente, nunca aprendemos lo
suficiente de lo que nos pasa. Por parte de los israelitas, la Biblia dice: “Muchas veces Dios los libró,
pero ellos, empeñados en su rebeldía, se hundieron en la maldad”.8 Quizás hayas conocido personas
iguales a éstas. Sin embargo, aunque es sabio aprender de nuestra experiencia, es más sabio aprender
de las experiencias de otros. No hay suficiente tiempo para aprender todo en la vida probando y
equivocándonos. Debemos aprender de las lecciones que da la vida a unos y a otros. La Biblia dice: “Para
quien sabe apreciarla, una sabia reprensión vale tanto como una joya de oro muy fino”.9
Escribe las lecciones importantes que has aprendido de la vida, de manera que puedas compartirlas
con otros. Debemos estar agradecidos con Salomón porque nos dio los libros Proverbios y Eclesiastés,
los cuales están llenos de lecciones prácticas de la vida. Imagínate cuántas frustraciones innecesarias
podríamos haber evitado si hubiéramos aprendido de las lecciones de otros. Las personas maduras
desarrollan el hábito de tomar las lecciones de las experiencias de cada día. Te animo a que hagas una
lista de todas las lecciones de tu vida. Realmente no piensas en ellas hasta que no las escribes. Aquí hay
unas cuantas preguntas para darle un empujoncito a tu memoria y decidas comenzar: 10
¿Qué me ha enseñado Dios acerca del fracaso?
¿Qué me ha enseñado Dios respecto a la carencia de dinero?
¿Qué me ha enseñado Dios en cuanto al dolor, el pesar y la depresión?
¿Qué me ha enseñado Dios a través de la espera?
¿qué me ha enseñado Dios con la enfermedad?
¿Qué me ha enseñado Dios respecto a la desilusión?
¿Qué he aprendido de mi familia, mi iglesia, mis relaciones, mi grupo pequeño y mis críticos?
Tu mensaje de vida incluye expresar tus pasiones divinas. Dios es un Dios apasionado. Ama con
pasión algunas cosas y odia apasionadamente otras. Como has crecido cerca de Él, Él mismo te dará
pasión por lo que quiere profundamente, de manera que puedas ser su portavoz en el mundo. Puede ser
una pasión acerca de un problema, un propósito, un principio o un grupo de personas. En cualquier caso,
te sentirás obligado a hablar acerca de ellos y hacer una diferencia en lo que puedas.
No puedes dejar de hablar continuamente de lo que más quieres. Jesús dijo: “El corazón del hombre
determina su hablar”.11 Tenemos dos ejemplos: David, que dijo: “Mi celo por Dios y su obra arden dentro
de mí”.12 Y Jeremías dijo: “Tu mensaje quema mi corazón y mis huesos, no puedo quedarme en silencio”.13
Dios les da a algunas personas una pasión divina para defender alguna causa. A menudo es un
problema que personalmente experimentaros, como por ejemplo: abuso, adicción, infertilidad,
depresión, enfermedad, u otra dificultad. Algunas veces Dios les da a las personas una pasión para
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hablarles a un grupo de otros que no pueden hablar por sí mismos, como: los niños abortados,
perseguidos, pobres, arrestados, maltratados, y a quienes les ha sido negada la justicia. La Biblia está
llena de mandatos para defender a los indefensos.
A veces, Dios le da pasión a las personas para fomentar su reino. Él puede darte una pasión divina
para comenzar nuevas iglesias, fortalecer familias, financiar traducciones de la Biblia o entrenar
líderes. Puede que te dé una pasión divina para alcanzar a un grupo de personas en particular con el
evangelio: hombres de negocios, jóvenes, estudiantes extranjeros, madres solteras o quienes practican
un deporte o afición en particular. Si le preguntas a Dios, Él cargará tu corazón por un país específico o
grupo étnico que desesperadamente necesitan un testimonio cristiano fuerte.
Dios nos da pasiones diferentes, de manera que cada cosa que quiera hacer en el mundo se haga. No
esperes que todo el mundo tenga tu misma pasión. En vez de ello, debemos escuchar y evaluar cada uno
de los mensajes de la vida porque nadie puede decirlo todo. Nunca subestimes la pasión divina de
alguien. La Biblia dice: “Está bien mostrar interés, con tal de que ese interés sea bien intencionado y
constante”.14
Tu mensaje de vida incluye las “Buenas Nuevas”. ¿Cuáles son las buenas nuevas” “Las buenas
noticias nos dicen que dios nos acepta por la fe y sólo por la fe”.15 “Esto es, que en Cristo, Dios estaba
reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros
el mensaje de la reconciliación”.6
Las buenas nuevas significan que cuando confiamos en la gracia de Dios para salvarnos por medio de
lo que Jesús hizo, nuestros pecados son perdonados; tenemos un propósito para vivir y nos es prometido
un hogar futuro en el cielo.
Hay cientos de libros estupendos acerca de cómo difundir las buenas nuevas. Puedo proveer una lista
de libros que me han ayudado particularmente. Pero todo el entrenamiento del mundo no es suficiente
para motivarte a testificar de Cristo hasta que hagas tuyas las convicciones cubiertas en los capítulos
anteriores. Lo más importante es que debes aprender a amar a las personas extraviadas como Dios lo
hace. Él no crearía a una persona si no la amara. Para Él todos somos importantes. Cuando Jesús
extendió sus brazos en la cruz, estaba diciendo: “¡Así es como te amo!” La Biblia dice: “El amor de
Cristo nos obliga, porque estamos convencidos de que uno murió por todos”.7 En cualquier momento que
sientas apatía con tu misión en el mundo, invierte algo de tiempo reflexionando acerca de lo que Jesús
hizo por ti en la cruz. Nos deben importar los no creyentes ya que a dios le preocupan. El amor no da
alternativas. La Biblia dice: “En el amor no hay temor; sino que el amor perfecto echa fuera el temor”.18
Un padre correría dentro de un edificio en llamas para salvar a su niño porque su amor es más grande
que su temor. Si temes compartir las buenas nuevas con las personas cercanas a ti, pídele a Dios que
llene tu corazón con su amor por ellos.
La Biblia dice:”No es que el Señor se tarde en cumplir su promesa, como algunos suponen, sino
que tiene paciencia con ustedes, pues no quiere que nadie muera, sino que todos se vuelvan a Dios”.19 Tan
pronto como conozcas a una persona que no conoce a Cristo, debes orar por ella, servirle en amor y
compartirle las buenas nuevas. Tan pronto como sepas que hay una persona en tu comunidad que no
pertenece a la familia de Dios, tu iglesia deberá alcanzarla. Si ésta no lo hace, es como se le dijera al
mundo: “Puedes irte al infierno”.
¿Qué estás dispuesto a hacer para que las personas que conoces vayan al cielo? ¿Las invitas a la
iglesia? ¿Compartes tu historia? ¿Le das un libro? ¿Los invitas a comer? ¿Oras por ellas cada día hasta
que sean salvos? Tu campo misionero está muy cerca de ti. No pierdas las oportunidades que Dios te da.
La Escritura afirma: “Compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo, aprovechando al máximo
cada momento oportuno”.20
¿Estará alguien en el cielo gracias a ti? Habrá alguien en el cielo que te diga: “Quiero darte las
gracias. Estoy aquí porque te preocupaste lo suficiente para compartirme las buenas nuevas”. Imagínate
qué gozo tendrás al saludar en el cielo a alguien a quien ayudaste a llegar ahí. La salvación eterna de un
alma es más importante que cualquier otra cosa que logres en la vida. Sólo las personas durarán para
siempre.
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En este libro has aprendido los cinco propósitos de Dios para tu vida en la tierra: él te creó para
hacerte un miembro de su familia, un modelo de su carácter, un magnificador de su gloria, un ministro
de su gracia y un mensajero de sus buenas nuevas a otros. De esos cinco propósitos, el quinto sólo puede
cumplirse en la tierra. Los otros cuatro los seguirás haciendo en la eternidad de alguna manera. Por eso
es que la difusión de las buenas nuevas es tan importante; sólo tienes un tiempo breve para compartir
tu mensaje de vida y cumplir tu misión.
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Dios quiere decirle algo al mundo a través de ti.
Versículo para recordar: “Estén siempre preparados para responder a todo el que les
Pregunta para considerar: Reflexionando en mis historia personal, ¿a quién quiere Dios
que se la cuente?
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electrónicos) con personas del otro lado del mundo, ¡sin salir de casa! Nunca en la historia fue más fácil
cumplir tu comisión de ir al mundo entero.
Las grandes barreras ya no son las distancias, el costo o el transporte; la única barrera es la manera
en que pensamos. Para ser un cristiano comprometido debes hacer algunos cambios mentales. Tus
perspectivas y actitudes deben cambiar.
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¿Por qué deberías orar? La Biblia nos dice que debemos orar por oportunidades para testificar,11 por
valor para hablar,12 por aquellos que creerán,13 por la rápida difusión del mensaje,14 y por más
trabajadores.15 Las oraciones te brindan compañerismo con otros alrededor del mundo.
También debes orar por los misioneros y cada uno de los que participan en la cosecha global. Pablo
les dijo a sus compañeros de oración: “Mientras tanto, ustedes nos ayudan orando por nosotros”.16 Si
quieres sugerencias para orar inteligentemente por el mundo y por los cristianos visita nuestra
dirección cibernética www. Purposedrivenlife.com.
Otra forma de desarrollar un pensamiento global es leyendo y viendo las noticias con los “Ojos de la
Gran Comisión”. Dondequiera que haya cambios o conflictos, puedes estar seguro de que Dios los usará
para atraer a la gente a Él. La gente es más receptiva a Dios cuando sufre tensión o vive períodos de
transición. Por cuanto el porcentaje de cambios se mantiene aumentando en nuestro mundo, muchas más
personas están dispuestas a escuchar ahora más que nunca las buenas nuevas.
La mejor forma de tener un pensamiento global es enrolarse en un proyecto misionero breve a otro
país. No hay sustituto para ello. Una experiencia real en la vida de otra cultura es irremplazable.- Deja
de analizar y discutir tu misión, ¡cúmplela! Te reto a que desciendas a lo más profundo. En Hechos 1:8
Jesús nos dio el patrón para nuestra participación: “Serán mis testigos tanto en Jerusalén como en
toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra”.17 Sus discípulos fueron llamados a alcanzar a
su comunidad (Jerusalén), a su país (Judea), a otras culturas (Samaria), y a las otras naciones (los
confines de la tierra). Observa que nuestra comisión es simultánea, no secuencial. Puesto que no todas
las personas tienen el don misionero, cada cristiano es llamado a unirse en misión a esos cuatro grupos
en alguna forma. ¿Eres un cristiano de los descritos en hechos 1:8?
Ponte una meta y participa en un proyecto misionero. Te pido encarecidamente que ahorres y hagas
cualquier cosa para que participes en un viaje misionero breve en el exterior tan pronto como te sea
posible. Casi todas las agencias misioneras pueden ayudarte a lograrlo, ello hará que tu corazón crezca,
tu visión se amplíe, tu fe aumente, tu compasión se profundice y, además, rebosarás de gozo como nunca
lo has sentido. Esto podría marcar un cambio radical en tu vida.
Fórjate una perspectiva eterna. Para sacar el mayor provecho a tu vida terrena debes mantener
una perspectiva eterna. Eso te impedirá concentrarte en asuntos menores y te ayudará a distinguir
entre lo que es urgente y lo que es trascendente. Pablo dijo: “Así que no nos fijamos en lo visible sino en
lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno”.18
Muchas de las cosas en las que nosotros gastamos nuestras energías no tendrán importancia en un
año y por consiguiente mucho menos en la eternidad. No cambies tu vida por cosas temporales. Jesús
dijo: “Cualquiera que se deja distraer del plan que tengo para él no es apto para el reino de Dios”.19
Pablo advirtió a “los que disfrutan de las cosas de este mundo, (que vivieran en él) como si no
disfrutaran de ellas; porque este mundo, en su forma actual, está por desaparecer”.20
¿Qué obstáculo estás permitiendo que se levante en el camino de tu misión? ¿Qué te impide ser un
cristiano comprometido? Sea lo que sea, quítalo de delante de ti. “Por eso, nosotros, teniendo a nuestro
alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el
pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante”.21
Jesús nos dijo que: “Almacenáramos nuestros tesoros en el cielo”.22 Pero, ¿cómo hacerlo? En unas de
las declaraciones más mal entendidas de Jesús, Él dijo: “Por eso les digo que se valgan de las riquezas
mundanas para ganar amigos, a fin de que cuando éstas se acaben haya quienes los reciban a ustedes en
las viviendas eternas”.23 Jesús no quiso decir que “compráramos” amigos con dinero, lo que quiso decir
es que debes usar el dinero que Dios te da para traer gente a los pies de Cristo. Ellos entonces serán
tus amigos por la eternidad y te darán la bienvenida cuando llegues al cielo. Esta es la mejor inversión
financiera que puedes hacer.
Tal vez has escuchado la expresión: “No puedes llevar nada contigo”, pero la Biblia dice que puedes
enviarlo anticipadamente, invirtiendo en personas que vayan al cielo. La Biblia afirma que así “atesorarán
para sí un seguro caudal para el futuro y obtendrán la vida verdadera”.24
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Deja las excusas y piensa en formas creativas para cumplir tu comisión. Si estás dispuesto,
siempre hay maneras de hacerlo, hay agencias que te ayudarán. He aquí algunas excusas comunes:
“Sólo hablo mi idioma”. Esta es una ventaja, millones de personas quieren aprender tu idioma
y están ansiosos por practicarlo.
“No tengo nada que ofrecer”. Sí, sí tienes. Cada habilidad y experiencia tuya puede ser usada
en algún lugar.
“Estoy muy viejo (o muy joven)”. La mayoría de las agencias tienen proyectos a corto plazo
para cada edad.
Ya fuera Sara, que afirmó que era muy vieja para ser usada por Dios o Jeremías que alegó ser muy
joven, Dios rechazó sus excusas. Él les dijo: “No digas: “Soy muy joven”, porque vas a ir adondequiera
que yo te envíe, y vas a decir todo lo que yo te ordene. No le temas a nadie que yo estoy contigo para
librarte”.25
Quizás has creído que necesitas un “llamado” especial de Dios y has esperado por algún sentimiento
o experiencia sobrenatural. Pero Dios ya ha declarado su llamado repetidas veces. Todos somos
llamados para cumplir los cinco propósitos de Dios en nuestras vidas: para adorar, para entablar
compañerismo, para crecer igual a Cristo, para servir, y para cumplir una misión con Dios en el mundo. Él
no quiere usar sólo a algunos de su pueblo, quiere usarlos a todos. Por eso somos llamados a participar
en la misión asignada por Dios. Él desea que su iglesia completa lleve el evangelio entero a todo el
mundo.26
Muchos cristianos se pierden el plan de Dios para sus vidas porque nunca le han preguntado si quiere
que sirvan como misioneros en alguna parte. Si es por temor o ignorancia, en todo caso han cerrado
automáticamente sus mentes a la posibilidad de servir como misioneros en localidades multiculturales.
Si estás tentado a decir no, debes revisar todas las posibilidades y modalidades disponibles (te
sorprenderás), orar seriamente y preguntarle a Dios qué es lo que quiere de ti en los años venideros.
No te imaginas los miles de misioneros que se necesitan con urgencia en este momento crítico de la
historia, donde innumerables puertas se están abriendo como nunca antes se había visto.
Si quieres parecerte a Jesús, debes tener un corazón que anhele alcanzar al mundo entero. No
puedes sentirte satisfecho sólo con que tu familia y tus amigos conozcan a Cristo. Hay más de seis mil
millones de personas en la tierra, y el Señor quiere encontrar a todos sus hijos perdidos. Jesús dijo: “El
que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio, la
salvará”.27
La Gran Comisión es tu comisión, y hacer tu parte es el secreto para vivir una vida significativa.
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: La Gran Comisión es mi comisión.
Versículo para recordar: “Envíanos al mundo con las nuevas de tu poder salvador y tu
Pregunta para considerar: ¿Qué pasos puedo dar para enrolarme en una experiencia
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Equilibra tu vida
Vive con el debido sentido de responsabilidad,
no como los que no conocen el significado
de la vida; sino como los que lo conocen.
Efesios 5:15 (PAR)
Un gran compromiso con el Gran Mandamiento y la Gran Comisión te harán un gran cristiano.
Mantener estos cinco propósitos en equilibrio no es fácil. Todos tendemos a dar demasiada
importancia a los propósitos que más nos apasionan y descuidamos los otros. Las iglesias hacen lo
mismo. Pero tú puedes mantener tu vida equilibrada y seguir la pista; uniéndote a un grupo pequeño para
el seguimiento, evaluando regularmente tu salud espiritual, registrando tus progresos en un diario
personal, y comunicando a otros lo que has aprendido. Esas son cuatro actividades importantes para
vivir una vida con propósito. Si piensas seriamente en mantenerte creciendo, necesitarás desarrollar
esos hábitos.
Habla de esto con tu compañero espiritual o grupo pequeño. La mejor manera de apropiarse de
los principios de este libro es abordándolos con otros en el ámbito de un grupo pequeño. La Biblia dice:
“El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre”.1 Aprendemos mejor en
comunidad. Nuestras mentes se afilan y nuestra convicciones se profundizan mediante la conversación.
Te insto seriamente a que te reúnas en un grupo pequeño de amigos y formes un círculo de lectura
de Una Vida con Propósito para revisar estos capítulos semanalmente. Estudien las implicaciones y
aplicaciones de cada capítulo. Pregúntense: “¿Qué?” y ¿Qué ahora?” ¿Qué significa esto para mí, mi
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familia y nuestra iglesia? ¿Qué voy a hacer con respecto a esto? Pablo dijo: “Practica lo que has
aprendido”.2 En el Apéndice 1, hay una lista de preguntas para compartir en sesiones de grupos
pequeños o en clases de Escuela Dominical.
Los grupos pequeños de lectura proveen muchos beneficios, lo que un libro por sí mismo no puede.
Puedes dar y recibir información acerca de lo que estás aprendiendo. Puedes discutir ejemplos de la
vida real. Puedes orar, animar y ayudar a otros que, como tú, han comenzado a vivir esos propósitos.
Recuerda, estamos diseñados para crecer juntos, no separados. La Biblia dice: “anímense y
fortalézcanse unos a otros”.3 Después de haber ido a través de este libro juntos, con un grupo, puedes
continuar con el estudio de Una Vida con Propósito que ya está disponible para clases y grupos (ver
apéndice 2).
También te animo a que hagas un estudio personal de la Biblia. Tengo más de mil notas finales de las
Escrituras usadas en este libro para ti, para que estudies su contexto.
Por favor lee el apéndice 3, el cual explica por qué en este libro usé varias traducciones y paráfrasis
de la Biblia. Para poder mantener estos capítulos en una medida de lectura diaria razonable, no pude
explicar el fascinante contexto de la mayoría de los versículos usados.
Pero la Biblia se debería estudiar por párrafos, capítulos y hasta por libros enteros.
Mi libro Métodos para el Estudio dinámico de la Biblia te enseñará cómo puedes hacer estos estudios
bíblicos inductivos.
Evalúa tu vida espiritual con regularidad. La mejor manera de equilibrar los cinco propósitos en tu
vida es evaluándote periódicamente. Dios le da un alto valor al hábito de auto evaluación. Por lo menos
cinco veces en la Escritura se nos dice que probemos y examinemos nuestra salud espiritual.4 Afirma:
“Examínense para ver si están en la fe; pruébense a sí mismos”. Si fallas el examen, haz algo al
respecto.5
Para mantener tu salud física, necesitas revisiones periódicas con tu doctor, que puede evaluar tus
signos vitales, la presión sanguínea, la temperatura, el peso, etc. Para tu
DÍA TREINTA Y NUEVE: salud espiritual requieres un chequeo ordinario de los cinco signos
vitales: adoración, compañerismo, crecimiento en carácter, ministerio y
EQUILIBRA misión. Jeremías aconsejó: “Hagamos un examen de conciencia y
TU VIDA. volvamos al camino del Señor”.6
En la iglesia Saddleback hemos desarrollado una herramienta de
evaluación personal sencilla, la cual ha ayudado a miles de personas a permanecer en el propósito de
Dios. Si deseas una copia de evaluación de la salud espiritual, puedes enviarme un correo electrónico a:
free@purposedrivenlife.com. Te sorprenderá cómo esta pequeña herramienta te ayudará a equilibrar tu
vida. Pablo instó: “Haz que tu entusiasmo del comienzo sea igualado con una acción de tu parte ¡ahora!”.7
Escribe tus progresos en un diario. La mejor manera de reforzar tus progresos en el cumplimiento
de los propósitos de Dios en tu vida es llevar un diario espiritual. No es una agenda, sino una evidencia
de las lecciones de la vida que no deseas olvidar. La Biblia dice: “Por eso es necesario que prestemos
más atención a lo que hemos oído, no sea que perdamos el rumbo”.8 Recordaremos lo que registramos.
Escribir te ayuda a clarificar lo que Dios está haciendo en tu vida. Danzón Trotan lo decía así: “Los
pensamientos se desenredan cuando pasan entre las puntas de tus dedos”. La Biblia da muchos ejemplos
de Dios diciéndoles a las personas que llevaran un diario espiritual. Dice: “Por mandato del Señor;
Moisés anotaba cada uno de los lugares de donde partían y adonde llegaban”.9 ¿No te alegra que Moisés
obedeciera el mandato de Dios de registrar el diario espiritual de Israel? Si él hubiese descuidado eso,
nos habría robado las poderosas lecciones del libro de Éxodo.
Es muy probable que tu diario espiritual no sea leído tanto como el de Moisés, sin embardo, es
importante. Tu vida es un peregrinaje, y un peregrinaje merece un diario. Espero que escribas las
etapas de tu peregrinaje espiritual mientras vives con propósito.
No escribas solamente cosas agradables. Como hizo David, registra tus dudas, tus temores y tus
luchas con Dios. Nuestras grandes lecciones provienen del dolor, y la Biblia dice que Dios ha registrado
todas nuestras lágrimas.10 Cualquier problema que ocurra, recuerda que Dios lo usa para cumplir los
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cinco propósitos en tu vida; los problemas te impulsan a enfocarte en Dios, a acercarte a otros en
compañerismo y a construir un carácter como el de Cristo, proveyéndote de un ministerio y dándote un
testimonio. Cada problema es con un propósito.
En medio de una experiencia dolorosa, el salmista escribió: “Que se escriba esto para las
generaciones futuras, y que el pueblo que será creado alabe al Señor”.11 Se lo debes a las futuras
generaciones de preservar el testimonio de cómo Dios te ayudó a cumplir sus propósitos en la tierra.
Este es un testimonio que continuará hablando mucho después que estés en el cielo.
Enseña a otros. Si quieres continuar creciendo, la mejor manera de aprender más es enseñar a
otros lo que has aprendido. Proverbios nos dice: “Quien bendice a otros es bendecido abundantemente;
los que ayudan a otros son ayudados”.12 Los que enseñan conocimientos reciben más de Dios.
Ahora que entiendes el propósito de tu vida, es tu responsabilidad llevar el mensaje a otros. Dios te
llama para que seas su mensajero. Pablo dijo: “Yo quiero ahora que le digas esas mismas cosas a los
seguidores en quienes puedes confiar para que las compartan a otros”.13 En este libro te he dado lo que
otros me enseñaron acerca del propósito de la vida; tu deber ahora es pasarlo a otros.
Probablemente, conoces a cientos de personas que no saben el propósito de la vida. Comparte esas
verdades con tus hijos, tus amigos, tus prójimos y tus compañeros de trabajo. Si le das este libro a un
amigo, añádele una nota personal en la página dedicatoria.
Mientras más sepas, más espera Dios de ti que uses ese conocimiento para ayudar a otros. Santiago
dijo: “Cualquiera que sabiendo hacer lo bueno no lo hace, está pecando”.14 El conocimiento aumenta la
responsabilidad, pero trasmitir el propósito de la vida es mucho más que una obligación; este es uno de
tus más grandes privilegios en la vida. Imagínate cuán diferente sería el mundo si cada uno conociera su
propósito en la vida. Pablo dijo: “Si enseñas estas cosas a otros seguidores, serás un buen siervo de
Cristo Jesús”.15
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PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Bendito sea el equilibrio.
Versículo para recordar: “Vive con el debido sentido de responsabilidad, no como los
Pregunta para considerar: ¿Con cuál de las cuatro actividades puedo comenzar para
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Vivir con propósito es la única manera de vivir realmente. Todo lo demás es existir.
La mayoría de las personas luchan con tres asuntos básicos en su vida. La primera es identidad:
“¿Quién soy?” La segunda en importancia: “¿Importo yo?” La tercera en impactar: “¿Cuál es mi lugar en
la vida?” Las respuestas a todas estas preguntas están en los cinco propósitos de Dios para ti.
En el Aposento Alto, cuando Jesús concluía su último día de ministerio con sus discípulos, les lavó sus
pies como ejemplo y les dijo: “¿Entienden esto? Dichosos serán si lo ponen en práctica”.1 Una vez que
conoces lo que Dios quiere que hagas, la bendición viene al ponerlo en práctica. Mientras llegamos al
final de nuestro peregrinaje de los cuarenta días juntos, ahora que sabes el propósito de Dios para tu
vida ¡serás bendecido si lo cumples!
Tal vez esto signifique que debes dejar algunas cosas que estás haciendo. Hay muchas “buenas”
cosas que puedes hacer con tu vida, pero estos cinco son los propósitos esenciales de Dios que debes
cumplir.
Desafortunadamente, es fácil distraernos u olvidarnos de lo que es importante. Es fácil desviarse de
lo que es relevante y salirse del curso poco a poco. Para prevenir esto, debes desarrollar una
declaración de propósito para tu vida y revisarla regularmente.
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pronto como te lleguen. Siempre es más fácil corregirla que crearla. Aquí están las cinco preguntas que
debes considerar cuando prepares la declaración de tu propósito.
¿Cuál será la contribución de mi vida? Esta pregunta se refiere al servicio. ¿Cuál será tu
ministerio en el cuerpo de Cristo? Conociendo mi combinación de dones espirituales, corazón,
habilidades, personalidad y experiencias (FORMA: Formación espiritual, Oportunidades, Recursos, Mi
personalidad, Antecedentes), ¿cuál será tu mejor papel en la familia de Dios? ¿Cómo puedes hacer la
diferencia? ¿Hay un grupo específico del cuerpo para el cual fui formado para servir? Pablo señaló dos
beneficios maravillosos cuando cumples con tu ministerio: “Esta ayuda, que es un servicio sagrado, no
sólo suple las necesidades de los santos, sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a
Dios”.13
Aunque fuiste formado para servir a otros, considera que ni Jesús satisfizo las necesidades de todo
el mundo mientras estuvo en la tierra. Tienes que escoger a quiénes puedes ayudar mejor, basado en tu
forma. Necesitas preguntarte: “¿A quién deseo ayudar más?” Jesús dijo: “Los comisioné para que vayan
y den fruto, un fruto que perdure”.14 Cada uno de nosotros da frutos diferentes.
¿Cuál será la comunicación de mi vida? Esto se refiere a tu misión a los no creyentes. Tu
declaración de misión es parte de la declaración del propósito de tu vida. Esto debería incluir tu
compromiso de compartir el testimonio y las buenas nuevas con otros. También debes hacer una lista
con las lecciones de la vida y pasiones divinas que sientes que Dios te ha dado para compartir con el
mundo. Mientras vas creciendo en Cristo, Dios puede darte un grupo especial de personas para que te
enfoques en alcanzarlas. Asegúrate de añadir esto a tu declaración.
Si eres padre, parte de tu misión es criar a tus hijos en el conocimiento de Cristo, para ayudarlos a
entender los propósitos de Él para sus vidas, y enviarlos a su misión en el mundo. Puedes incluir la
declaración de Josué en la tuya: “Yo y mi casa serviremos al Señor”.15
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Por supuesto, nuestras vidas deben dar testimonio y confirmar el mensaje que comunicamos. Antes
que la mayoría de los no creyentes acepten la Biblia como creíble, quieren saber cuán creíbles somos
nosotros. Por eso es que la Palabra de Dios afirma: “Asegúrate de vivir de una manera que traiga honor
a las buenas nuevas de Cristo”.16
¿Cuál será la comunidad de mi vida? Esto tiene que ver con el compañerismo y la comunión. ¿Cómo
mostrarás tu compromiso con otros creyentes y tu conexión con la familia de Dios? (¿Dónde vas a
practicar el mandamiento “unos a los otros” con otros cristianos?) ¿a cuál familia de iglesia te unirás
como un miembro activo? (Cuanto más maduras más amarás al cuerpo de Cristo y querrás sacrificarte
por él). La Biblia dice: “Cristo amó a la iglesia y dio su vida por ella”.17 Debes incluir una expresión de
amor para la iglesia de Dios en tu declaración.
Al considerar tus respuestas a estas preguntas, incluye cualquier escritura que te hable acerca de
cada uno de esos propósitos. Hay muchas en este libro. Puede que te tome semanas o meses elaborar la
declaración del propósito de tu vida en la manera que quieres. Ora, piensa en esto, habla con tus amigos
y reflexiona en las Escrituras. Puedes volver a escribirlas cuantas veces sean necesarias hasta que
llegues a tu declaración final. Aun después, quizás le hagas algunos cambios menores de acuerdo con lo
que Dios te vaya haciendo entender y según tu forma. Si quieres ver algunos ejemplos de otras
personas puedes enviarme un correo electrónico. (apéndice 2).
Además de escribir en detalle la declaración del propósito de tu vida, también es útil una declaración
breve o lema que resuma los cinco propósitos de tu vida de manera que los puedas memorizar y para que
te inspiren. Así podrás recordarlos diariamente. Salomón aconsejó: “Será bueno mantener estas cosas
en tu mente para que puedas repetirlas”.18
Aquí tienes algunos ejemplos:
“Mi propósito en la vida es adorar a Cristo con todo mi corazón, servirle con mi FORMA,
tener compañerismo con su familia, crecer igual a Él en carácter, y cumplir su misión en el
mundo para que así reciba la gloria”.
“Mi propósito en la vida es ser un miembro de la familia de Cristo, un modelo de su carácter,
un ministro de su gracia, ser un mensajero de su palabra y un magnificador de su gloria”.
“Mi propósito de vida es amar a Cristo, crecer en Cristo, compartir a Cristo, servir a Cristo,
a través de su iglesia y guiar a mi familia y a otros a hacer lo mismo”.
“Mi propósito en la vida es hacer un gran compromiso con el Gran Mandamiento y la Gran
Comisión”.
“Mi objetivo es parecerme más a Cristo, mi familia es la iglesia, mi ministerio
es___________; mi misión es____________; mi motivo es la gloria de Dios”.
Puedes pensar: “¿Y qué acerca de la voluntad de Dios para mi trabajo o matrimonio? O ¿Dónde se
supone que tengo que vivir o ir a estudiar?” Sinceramente, estos son asuntos secundarios en tu vida,
puedes tener muchas posibilidades y todas pueden caber dentro de la voluntad de Dios para ti. Lo más
importante es que tú cumplas los propósitos eternos de Dios, independientemente de donde vivas o
trabajes o con quien estés casado. Esas decisiones deben apoyar tus propósitos. La Biblia dice: “Muchos
son los planes en el corazón del hombre, pero son los propósitos del Señor los que prevalecen”.19
Enfócate en los propósitos de Dios para tu vida, no en tus planes, ya que son los que perdurarán.
Una vez escuché la sugerencia de desarrollar la declaración de propósito para tu vida basándola en lo
que esperas que la gente diga en tu entierro. Imagina el elogio perfecto y después elabora tu
declaración basada en eso. Francamente, es mala idea. Al final de tu vida no importa lo que las otras
personas digan acerca de ti. Lo único que te debe importar es lo que Dios diga de ti. La Biblia declara:
“Nuestro propósito es agradar a Dios, no a las personas”.20
Un día Dios revisará tus respuestas a estas preguntas. ¿Pusiste a Jesús en el centro de tu vida?
¿Desarrollaste su carácter? ¿Diste tu vida por servir a otros? ¿Comunicaste su mensaje y cumpliste su
misión? ¿Amaste y participaste en su familia? Estas son las únicas cosas que contarán.
Como dijo Pablo: “Nuestro propósito es complacer a Dios, no a los hombres”.21
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DÍA CUARENTA
PENSANDO EN MI PROPÓSITO
Punto de reflexión: Vivir con propósito es la única manera de vivir de verdad.
Pregunta para considerar: ¿Cuándo tomaré el tiempo para apuntar mis respuestas a las
propósito en papel?
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APÉNDICE 1
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¿Cuáles son algunos de los cambios que has visto en tu vida desde que eres creyente? ¿Cuáles
han podido ver los otros?
De aquí a un año, ¿en qué modo te gustaría parecerte más a Cristo? ¿Qué puedes hacer hoy
para alcanzar esa meta?
¿en qué área de tu crecimiento espiritual debes tener paciencia dado que ves poco progreso
en ello?
¿Cómo ha usado Dios el dolor o los problemas para ayudarte a crecer?
¿cuándo eres más vulnerable a la tentación? ¿Cuál de los pasos para vencer la tentación
puede ayudarte más?
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APÉNDICE 2
RECURSOS
RECURSOS PARA UNA VIDA CON PROPÓSITO
Puedes encontrarlos en tu librería o en www.purposedrivenlife.com
1. Una vida con propósito, Diario. El compañero de este libro. (Vida/Zondervan/Inspirio)
2. Una vida con propósito, portaversículos con 40 tarjetas de pasajes de las Escrituras con una
afirmación diaria que hacen juego con el libro. En mango de caoba. (Vida/Zondervan/Inspirio)
3. Una vida con propósito, video con plan de estudios. Seis sesiones de instrucción de Rick
Warren, para ser aplicadas en la iglesia durante la campaña de 40 Días con propósito, con
énfasis en el crecimiento espiritual. Guía de estudios disponible. www.purposedrivenlife.com
4. Una iglesia con propósito. Este galardonado libro te muestra cómo tu iglesia puede ayudar a
la gente a vivir los 5 propósitos de Dios durante toda su vida. Miles de personas lo han
estudiado en iglesias y grupos. (Vida/Zondervan y Ministerios con Propósitos)
5. Fundamentos. 11 Verdades Esenciales para edificar tu vida. Una guía popular de estudios de
la iglesia Saddleback sobre fundamentos bíblicos para vivir con propósito. Estas 24 semanas
de estudio para pequeños grupos o clases de adultos incluyen notas de enseñanza por
extensión, guía para el maestro, guía de enseñanza, preguntas guía para pequeños grupos y
diapositivas en Power Point (Vida/Zondervan)
6. Una vida con propósito, libro de regalo. Este hermoso libro toma el mensaje demoledor de
Una vida con propósito y lo aplica de tal manera que anima a cada persona a encontrar el
significado y sentido de su vida mediante la reflexión de los propósitos de Dios para cada
persona. (Vida/Zondervan/Inspirio)
7. ¿Para qué estoy en la tierra? Es un compendio de 64 páginas de Una vida con propósito,
edición económica de fácil comprensión para el mercado masivo. (Vida/Zondervan/Inspirio)
8. Una vida con propósito, cuadernillo: ¿cómo pasar un rato a solas con Dios? Una guía
inspiradora, fácil y eficaz para nuestro devocional diario.
Teléfono 949-609-8700
RECURSOS GRATUITOS
Escriba a: devotional@purposedrivenlife.com para obtener una suscripción gratuita de la emisión
semanal del Devocional Una vida con Propósito.
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APÉNDICE 3
VERSIONES DE LA BIBLIA?
Este libro contiene alrededor de mil citas bíblicas. Intencionalmente he usado varias traducciones
de la Biblia por dos razones importantes: Primero, no importa cuán maravillosa sea una traducción,
siempre tiene limitaciones. La Biblia fue escrita originalmente con 11.280 palabras hebreas, arameas y
griegas, pero la típica traducción en inglés usa 6.000 vocablos. Obviamente los tintes y matices de las
palabra se pueden perder, de modo que siempre es saludable comparar varias traducciones.
Segundo y más importante, es el hecho de que a menudo perdemos el impacto completo de versículos
bíblicos familiares, no a causa de una pobre traducción sino simplemente porque se han hecho muy
familiares. Creemos que sabemos lo que un versículo dice porque lo hemos leído y escuchado muchas
veces, luego cuando lo encontramos citado en un libro lo leemos a vuelo de pájaro y perdemos el
significado total del mismo.
Así que deliberadamente usé paráfrasis para ayudar a ver la verdad de dios en maneras nuevas y
frescas. Los cristianos de hoy debemos agradecer a Dios de que tengamos tantas versiones diferentes
para el uso de lecturas devocionales. También, por cuanto las divisiones y números de los versículos no
fueron incluidos en la Biblia sino hasta el año 1560 d.C., no siempre cito el versículo entero, más bien
enfatizo la frase apropiada. Mi modelo para esto es la manera cómo Jesús y los apóstoles citaron el
Antiguo Testamento. A menudo sólo citaron una frase para destacar lo que querían decir.
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NOTAS
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13. Romanos 3:23 12. Romanos 7:4 (PAR) 3. Romanos 12:6ª (BAD)
14. Santiago 4:6-7ª 13. 1ºCorintios 12:27 4. 1ºCorintios 10:3
(BAD) (BAD) 5. 1ºCorintios 2:6 (PAR)
15. Efesios 6:17 (DHH) 14. Mateo 20:28 (BAD) 6. Deuteronomio 8:18
16. Jeremías 17:9 15. Romanos 14:12 (BAD) 7. Deuteronomio 14:23
17. Proverbios 14:16 16. Romanos 2:8 (PAR) (BAD); Malaquías
(PAR) 17. Marcos 8:35 (BAD); 3:8-11
18. 1ºCorintios 10:12 véase también Mateo 8. Hebreos 13:21 (BAD)
(PAR) 10:39; 16:25; Lucas 9. 1ºPedro 4:10 (BAD)
9:24; 17:33 10. 1ºCorintios 12:6
Día 28: Requiere Tiempo 18. Romanos 12:5 (PAR) (PAR)
1. Filipenses 1:6 19. 1ºCorintios 12:14ª, 19 11. Romanos 8:28-29
2. Efesios 4:13 (PAR) (PAR) 12. 2ºCorintios 1:4 (BAD)
3. Colosenses 3:10ª 13. 2ºCorintios 1:8-10
(PAR) Día 30: Formado Para (NVI)
4. 2ºCorintios 3:18b Servir A Dios 14. Para más ayuda
(PAR) 1. Efesios 2:10 solicitar cassette de
5. Deuteronomio 7:22 2. Salmos 139:13-14 la clase 301, de
6. Romanos 13:12; (NVI) Discovering your
Efesios 4:22-25; 3. Salmos 139:16 (BAD) Shape for Ministry.
Colosenses 3:7-10, 14 4. Romanos 12:4-8;
7. 1ºTimoteo 4:15 (PAR) 1ºCorintios 12; Día 32: Usa Lo Que Dios
8. Eclesiastés 3:1 (PAR) Efesios 4:8-15; Te Ha Dado
9. Salmos 102:18; 2º 1ºCorintios 7:7 1. Efesios 5:17 (BAD)
Timoteo 3:14 5. 1ºCorintios 2:14 2. Romanos 12:3b (PAR)
10. Hebreos 2.1 (PAR) (PAR) 3. Gálatas 6:4b (PAR)
11. Santiago 1:4 (PAR) 6. Efesios 4:7 (PAR) 4. Deuteronomio 11:2
12. Habacuc 2:3 (BAD) 7. 1ºCorintios 12.11 (PAR)
(BAD) 5. Gálatas 3:4 (PAR)
Día 29: Acepta Tu 8. 1ºCorintios 12:29-30 6. Juan 13:7
Asignación 9. 1ºCorintios 12:7 7. Contacta
1. Efesios 2:10b (PAR) (NVI) www.purposedrivenli
2. Colosenses 3:23-24; 10. 1ºCorintios 12:5 fe.com
Mateo 25:34-45; (NVI) 8. Romanos 9:20-21
Efesios 6:7 11. Proverbios 27:19 (PAR)
3. Jeremías 1:5 (NVI) (BAD) 9. Efesios 4:7 (PAR)
4. 2ºTimoteo 1:9 (BAD) 12. Mateo 12;34; Salmos 10. Gálatas 2:7-8
5. 1ºCorintios 6:20 34:7; Proverbios 4:23 11. 2ºCorintios 10:13
(DHH) 13. Deuteronomio 11:13, (BAD)
6. Romanos 12:1 (PAR) 1ºSamuel 12:20; 12. Hebreos 12:1 (BAD)
7. 1º Juan 3:14 (NVI) Romanos 1:9; Efesios 13. Gálatas 6:4 (BAD)
8. Mateo 8:15 (PAR) 6:6 14. Gálatas 6:4 (PAR)
9. Efesios 4:4-14; 14. Proverbios 15:16 15. 2ºCorintios 10:12
Romanos 1:6-7; 8:28- (PAR) 16. 2ºCorintios 10:12
30; 1ºCorintios 1:2, 9, (BAD)
26; 7:17; Filipenses Día 31: Entiende Tu 17. 1ºCorintios 10:12-18
3:14; 1ºPedro 2:9; FORMA 18. Filipenses 1:9 (BAD)
2ºPedro 1:3 1. 1ºCorintios 12:4-6 19. 2ºTimoteo 1:6 (LBLA)
10. 2ºTimoteo 1:9 (PAR) (PAR) 20. Mateo 25:28
11. 1ºPedro 2:9 (PAR) 2. Éxodo 31:3-5
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12. Salmos 69:9 (BAD) 22. Mateo 6:20-21 (PAR) 8. Filipenses 4:7 (PAR)
13. Jeremías 20:9 (PAR) 23. Lucas 16:9 9. Gálatas 5:22-23
14. Gálatas 4:18 24. 1ºTimoteo 6:19 (NVI) 10. Mateo 5:3-12
15. Romanos 1:17 (PAR) 25. Jeremías 1:7-8 (NVI) 11. 2ºPedro 1:5 (PAR)
16. 2ºCorintios 5:19 26. De el Lausanne 12. 1ºTimoteo 4:16b
(BAD) Covenant (1974) (PAR)
17. 2 Corintios 5:14 27. Marcos 8:35 (NVI) 13. 2ºCorintios 9:12
18. 1ºJuan 4:18 (NVI) (NVI)
19. 2ºPedro 3:9 (DHH) Día 39: Equilibra Tu Vida 14. Juan 15:16ª (PAR)
20. Colosenses 4:5 (BAD) 1. Proverbios 27:17 15. Josué 24:15 (NVI)
(PAR) 16. Filipenses 1:27 (PAR)
Día 38: Conviértete En Un 2. Filipenses 4:9 (PAR) 17. Efesios 5:25 (PAR)
Cristiano De Clase Mundial 3. 1ºTesalonicenses 5:11 18. Proverbios 22:18
1. Paul Borthwick´s (PAR) (PAR)
books A mind for 4. Lamentaciones 3:40 19. Proverbios 19:21
Missions (Colorado (BAD); 1º Corintios (PAR)
Sprengs: NavPress, 11:28 (BAD; 31 (PAR); 20. 1ºTesalonicenses
1987) and How to Be 13:5 (PAR); Gálatas 2:4b (BAD)
a World-Class 6:4 21. 2ºCorintios 10:13
Christian (Colorado 5. 2ºCorintios 13:5 (PAR)
Springs: Chariot (PAR) 22. Hechos 13:36ª
Victor Books, 1993), 6. Lamentaciones 3:40 23. Hechos 13:22
debe ser leído por (PAR) 24. Ester 4:14
cada cristiano. 7. 2ºCorintios 8:11 25. 2ºCrónicas 16:9
2. Apocalipsis 7:9 (PAR) (PAR) (BAD)
3. 1ºCorintios 14:20 8. Hebreos 2:1 (PAR) 26. 1ºCorintios 9:26
(PAR) 9. Números 33:2 (NVI) (BAD)
4. Filipenses 2:4 (NVI) 10. Salmos 102:18 (PAR) 27. Filipenses 1:21
5. 1ºCorintios 2:12 11. Proverbios 102:18 28. 2ºCorintios 4:17
(PAR) (PAR) 29. Apocalipsis 4:11
6. 1ºCorintios 10:33 12. Proverbios 11:25 (PAR)
(PAR) (PAR)
7. Juan 3:16 13. 2ºTimoteo 2:2b
8. Hechos 17:26-27 (PAR)
(NVI) 14. Santiago 4:17 (PAR)
9. Colosenses 1:6 (BAD) 15. 1ºTimoteo 4:6 (PAR)
10. Salmos 2:8 (NVI) 16. Juan 17:4
11. Colosenses 4:3; 17. Juan 17:6-26
Romanos 1:10 (BAD)
12. Efesios 6:19 (PAR) Día 40: Vive Con Propósito
13. Juan 17:20 1. Juan 13:17
14. 2ºTesalonicenses 3:1 2. Salmos 33:11 (PAR)
15. Mateo 9:38 3. Proverbios 4:26
16. 2ºCorintios 1:11 (PAR) (PAR)
17. Hechos 1:8 (NVI) 4. Proverbios 17:24
18. 2ºCorintios 4:18 (PAR)
19. Lucas 9:62 (BAD) 5. Filipenses 1:10 (BAD)
20. 1ºCorintios 7:31 6. 2º Crónicas 14:4
(NVI) (PAR)
21. Hebreos 12:1 (DHH) 7. Efesios 3:17 (NVI)
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