Torres Orozco, José - La Crisis Del Positivismo (1924)
Torres Orozco, José - La Crisis Del Positivismo (1924)
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México, D. F.
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PROLOGO:
© JUAN HERNÁNDEZ LUNA
La desurientación general que. las grandes agitaciones sociales
Julio de 1970 han causado a nuestra patria durante los últimos años.Jia reces-
tido en los dominios de la actualidad filo;ófica extraordi~arias
proporciones. Un ferviente anhelo de renovación, suscitado por el
fracaso práctico de las instituciones sociales, se hizo sentir desde
que la Reuoíucién nacional dio' al traste con el orden ficticio
de la autocracia poriicista. Hombres nuevos trajeron ideas nue-
vas y todos los mecanismos sociales hubieron de sufrir transfor-
mación considerable. .
UlU!. nueva generación, llena. de. impetús demoledores y ansio-
sa de conmover el organismo social-en. ~us mecanismos más ín-
timos, se hizo cargo de la direcci6n leóricdY práctica de la SOCÜ!c
dad. Bajo su influjo se crearon nueuasstendencias y orientacio-
nes' nuevas y un esnobismo bastante irreflexivo llegó a caracte-
rizar, 'mientras el 'estado nuevo se, ·.co!l-solidába, el fondo de la
mentalidad popular.'··.· .• ':'.
La Revolución, movimiento de orden político y económico,
hizo reoolucionar por contragolpe nuestra ideología y nuestra
cultura, y las nuevas disciplinas mentales se acogieron ti la ban-
dera de la Revolución .como a eficaz égida bajo cuya sombra que su autoridad como [ilásoio no excedía de los Jímites del Dis-
encontrarían prosperidéid muy efectiva. trito Federal.
Tendencias heterogéneas, disímbolas, sin ningún lazo con el
fondo ideológico de la Reoolución se incorporaron a ella y la ,;.: * *
Revolución las acog~ó sin darse cuenta que, algunas cuando me-
nos, lejos de representar un avance y~un progreso, eran el signo Acostumbrado a no !I<?r más allá del medio oficial en que res- .
evidentísimo de un retroceso hacia actitudes especulativas ya pira, y alucinado por su aparente victoria, Caso desbordó contra
definitivamente juzgadas. , las disciplinas positivas toda su ira y' todo su rencor. Con saña
Así fue como en el ardor de la crisis ;evolucionariu pudo rea- furiosa se lanzó al ataque, y ningún medio parecióle inadecuado
lizarse extraño maridaje entre el [acobinismo rabioso de los' lu- para lograr su fin, llegando hasta el extremo de lanzar contra el
chadores victoriosos y el misticismo cristiano de dialécticos ma- positivismo acusación que lo presenta como culpable de nuestro
ñoso, que supieron acomodar su -dócil pragmatismo a las afirma- malestar social y de la crisis revolucionaria que hoy todavía esta-
ciones -audaces de la Revolución. mos contemplando. Especulación maliciosa transformó la cues-
A favor de la desorientación general, la [ilosoiia que predica tión filosófica' eñ bandería política y coadyuvó al triunfo de la
Antonio Caso y que ha hecho escuela durante los años que dura escuela nueva, presentando la cuestión en litigio bajo una apa-
el desquiciamiento social, se ha presentado como un anhelo de riencia falsa y engañosa.
renovación, ya que intenta divulgar en nuestro medio nouisimas Esa acusación se encuentra en dos libros. publicados en i915, en
doctrinas emanadas de los centros de más deslumbrante cultura plena ejeroescencia revolucionaria, cuando el movimiento liber-
espiritual.
- La moda filosófica pudo imponerse sin gran dificultad. La na-
turaleza propia de nuestro medio intelectual; y la oportunidad
( tario obtuvo sobre la reacción su victoria decisiva; libros de mala
fe, de calumnia y de falsía, Filósofos y doctrinaR lTIOl'ales y Pro-
blemas filosóficos, vacían todo el odio de su autor contra el posi-
del momento histórico, facilitaron la empresa a los innooadores., I tivismoen ataques los más acr-es y absurdos que registra la his-
y aunque 19.s genlcs dedicadas a los afanes de la ciencia perma- toria de la filosofía.
necieron indiferentes al resurgimiento del misticismo primitivo, \ "El fracaso dél positivismo mexicana está demostrado. Es una
la nueva escuela, dueña de la cultura universitaria- de la ciudad de las cond¿ciones directas de la tremenda crisis moral que sufre
de México, llegó a creer que su victoria era definitiva y su domi- la República" (Filósofos y doctrinas morales, pág. 327). "El posi- _
nio universal. .' . - tivismo había triunfado estableciendo el gobierno (la dictadura
. Pero la infección, localizada en el centro, no irradió a la peri- 'pclcífica de Poriirio Díaz) que nunca se propuso un ideal, propio
feria. Las universidades de provincia, más cautas y menos nove- de individuos. que parecían no tener ninguno" (Filósofos y doctri-
leras" permanec"ieroíLfie..les.c- Las orientaciones positioes. El-autor - nas Triorales~i)ág~324) .-Dos capítulos .dedicadas exclusioamente: cr ..--: .
de estas líneas, desde las columnas ·de la revista Minerva y des- extendt,; estas ideas y frecuentes llamadas en el texto completan
de su cátedra de filosofía en el Colegio de San Nicolás, de Mo- la labor con que Caso se propuso denigrar al positivismo presen-
relia, mantuvo las tesis positivas, al mismo tiempo que en otros tándolo como causa inmediata de todas las calamidades que afli-
centros de cultura un docto profesorado se mantenía firme y re- gen a nuestra patria.
chazaba con energía la forma nueva y sospechosa del misticismo El señor Ramón Pardo, en su informe rendido en marzo de 1923
pragmatista. como director del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, dice
El Congreso de las Escuelas Preparatorias reunido en septiem- estas palabras que aconsejo a la meditación del señor Caso: "La
bre de 1922 con el fin de uniformar la instrucción secundaria y enseñanza positiva no puede allegar para sí responsabilidades
de establecer entre los planteles respectivos lazos eficientes de en relación con nuestros movimientos políticos y sociales; ni
solidaridad, mostró un espectáculo que pocos esperaban. El posi- nuestras inteligencias' cultivadas han tomado, en el país, la jefa-
tivismo de las escuelas de provincia impuso decisiva derrota al tura de tales movimientos, ni las masas revolucionarias y, quizá,
misticismo vacío y ampuloso de la Universidad Nacional, y así, ni muchos de sus caudillos han sido positivistas, ni han oído ha-
después de diez aiiosde continuas labores, encontróse Caso con blar de jerarquización de Comte, ni de supervivencia del más
apto, ni de ninguno de esos principios de innegable verdad 'Y que El señor Caso no dice en cuál de estas formas de política posi-
tachar. de disolventes los detractores de la filosofía comtiana. tivista encaja el régimen de Porjirio Diaz, pero en un lugar de su
"Cuando, anteriormente al año 67, la jerarquización de Comte obra (Filósofos y doctrinas morales. pág. 319) habla de "cierto mé-
no cm conocida en los colegios de la República y, estos centres dico mexicano que había oído en París las lecciones de Augusto
de instrucción nutrían las inteligencias con los sueños de la me- Comte" y a quien "el Presidente Juárcz llamó para que empren-
tafísica' a los dictados de la religión, nadie habría pensado en diera la obra de reconstrucción moral e intelectual de la Nación".
atribuir las convulsiones políticas de la época, a la instrucción El médico fue Gabino Barreda y el positivismo que trajo fue el de
positioa que les era desconocida, ni tampoco culpar, como res- Augusto Cumte. Pero, él hecho es bien sabido, la obra de Cabina
ponsables de ellas, a los apriorísmos de la metciisica ni a las Barreda no fue de político sino de educador; dedicó todos sus
enseñanzas de la. religión. . esfuerzos hacia la organización positiva de la cultura nacional,
"Una clase afortunada, hondamente conservadora y llena de pero nunca abordó las cuestiones de orden meramente político.
los prejuiciosnacidos del privilegio y de la intolerancia romanu, El programa completo del positivismo comiiano no fue 'realizado
y otra clase inferior, frustrada en su destino, oprimida y humi- esa vez ni lo fue nunca; consciente de la dificultad insuperable que
liada, bastan para explicar esas convulsiones terribles que procu- el momento histórico ofrecía para la completa realización del ideal
ran' el equilibrio. y en cuyo fondo se encuentra, no una doctrina positivo, Cabina Barreda no intentó siquiera el menor ensayo
filosófica, sino un pasado histórico de incontrastable poder." que habria exigido una absoluta transformación social.
Seria- completamente ocioso agregar una palabra más al docto
r Preciso es dar una idea, aunque sea somera, de la política de
!
discurso del profesor oaxaqueño; desde la consumación de nues- l.
. r'
Comte para que el lector pueda palpar hasta qué grado es diversa
tra independencia hemos oioido en un constante régimen revolu- del régimen porfiriano al que con tanta ligereza el seiior. Caso
cionario, hemos soportado malos gobiernos y afrentosas tiranías, compara., . .
y cuando estos hechos sociales se realizaron antes del 67, el posi- La política de Comte, tal como sc encuentra expuesta en el
tivismo no era conocido-en la República. A la psicología de nues- Catecismo positivista y en la Política positiva, es un sistema de
tra raza, a nuestra evolución social, a la lucha de clases y no a cooperación universal, desinteresada y libre. Su base psicolégica
doctrinas' filosóficas que nunca' han penetrado en la conciencia ,l. .es la continuidad asegurada por el progreso histórico que realiza
de las multitudes, es a lo que, con toda razón debe atribuirse, la clase especulativa y la solidaridad que se afirma en la acción
según el dicho del señor Pardo, el desastre nacional. . I de los proletorios. Su base moral es el altruismo como ideal
i.
La afirmación de Caso que califica de positivista al gobierno supremo de toda colectividad. .
de Poriirio -Díaz merece un momento de atención. Aunque más 1 Las inclinaciones altruistas sistemáticamente cultivadas se pre-
1
adelante demostraré que esta fase de la cuestión debe interpo-_ I sentan en la política de Comte como el medio esencial que realiza,
. .neree.como-un-simple aspecto de una confusión muy -geñefaZ en la 'convergencia' de los esfuerzos sociales hacia un fin común; ese
J que apoya Caso su prédica contra el positivismo, conviene desde éultivo sistemático acabaría por hacer que en el hombre el altruis-
ahora puntualizar si efectivamente el gobierno del general Diaz mo fuese un impulso radicalmente natural como hoy lo son los
puede ser considerado como un gobierno positivista. apetitos egoístas.
1,
No existe una forma de gobierno derivada de la filosofía posi- (Faltan renglones en el original) . . . . . . . . . . . .
tiva. Todos los filósofos que han adoptado las orientaciones de la universalización definitiva del altruismo conduciría natural-
Comte coinciden en el criterio filosófico del método, en sus con- J mente al comunismo. Un deseo mutuo y espontáneo de ayuda,
clusiones concretas y prácticas. Mientras que se basa en los postu- ¡ consagrado por las colectividades como el ideal más alto, aca-
lados de la ciencia, muy pocos se adhieren a la política positiva baría por producir la completa absorción del individuo en la
que Comte presentó como natural complemento de su sistematiza- sociedad; viviendo para todos, cada uno se sentiría obligado a
ción filosófica.' Cada positivista, se llame Spencer, Stuart Mill, dedicar sus esfuerzos y el producto de sus actividades al bien
Taine, Renan, etc., ha elaborado por su cuenta un sistema poli- ¡ común y desde entonces la prosperidad individual perdería su
,1
tico que en muy poco o en nada se parece al elaborado por los razón de ser. El esfuerzo colectivo sería la garantía más segura
otros. t. del bienestar individual y la moción tea lógica metafísica del "de-
recho natural" carecería absolutamente de significado. "Las jus- mero de factores de todos los érdenes naturales; Por esto, conse-
tas garantías indioidualee resultarían - de está unidad universal cuente con la enseñanza que se desprende del estudio científico
reciprocidad de obligaciones que reproduce el equivalente moral de la sociedad y con el ideal moral sobre que giran susinetitu-
de los derechos anteriores, sin oirecer sus grandespeligros" (Po- ciones políticas, entra el gobierno supremo de la sociedad posi-
lítica positiva, l. 36). Como la armcnia social quedaría basada, - tiva a su sacerdocio [armado por filósofos y sabios, suficiente-
no en el ejercicio de derechos sino en el cumplimiento de obliga- mente preparados por una amplia cultura enciclopédica, por un
cienes, la acusación que Giooanni Papini hace en su libro X conocimiento protundo de la sociedad y por un nivel moral ele~
, Crepuscolo dei 'Filosofi a la política positiva de conducir a la hol- uddisimo, para que lá direccián general de las colectividades se
gazanería colectiva, ya que todos los individuos eludirian el tra- realice plena y segura dentro del orden más estricto y hacia el
baioesperondo que otros cubrieran sus necesidades, es totalmen- progreso más alto. En la organización positiva quedan irrevoca-
te injusta, porque la falta de cumplimiento a Iaobligación. gene- blemente eliminados del gobierno militares, políticos y toda clase
ral de' cooperar nuliiicaria todo derecho para esperar ayuda de la de aventureros y arribistas. '
colectividad. De este modo la política positiva establece y sancio- La dirección general que el sacerdocio imprime a la sociedad
na la divisa que hoy proclama la Iieoolucioti rusa: "Que todo el positiva es realizada, en cada uno de los órdenes de la vida social,
mundo trabaje, pero que nadie trabaje para mantener holga- por individuos suficientemente preparados que dirigen las em-
zanes." presas, las industrias y todas y cada una de las manifestaciones
, En la organización positiva se establece que "el ejercicio de la del trabajo colectivo. Banqueros aptos administran y manejan el
propiedad nunca debe ser individual; la comunidad debe inter- f capital y distribuyen equitativamente la riqueza de acuerdo 'con
venir en ella para subordinarla a las necesidades sociales; en el una estricta igualdad de justicia. Una jerarquía social, hecha sobre
la base dela importancia y de la generalidad det trabajo de cada
régimen normal todo pertenece al Gran Ser (la Humanidad) que
confía sus tesoros a sus ministros para que' éstos provoquen el sos-
-r uno en relaciáii con el orden de la 'sociedad, garantiza 'el orden y
'tenilT!iento de la colectividad" (Política positiva, 1\(, pág. 340), la disciplina al mismo tiempo que afianza los lazos de la solida-
, Pero Comie piensa que un comunismo radical sería totalmen- I!
ridad general.
te' subversivo porque destruiría en la sociedad todo elemento de I La sucinta descripción anterior basta ya para tener' cabal idea
',)
disciplina 'que es indispensable para el éxito de cualquiera em- del estado especial de la evolución histórica que sería necesario
presa social, en la que debe haber individuos que dirijan ytraba- I para que tal régimen pudiera íntegramente realizarse. La vida
jadores que obedezcan, y porque se perdería la fuerza de interés
iI efímera de los [alansterios establecidos en la Unión Americana
individual como fuente de progreso econémico (Política positi-
~ a mediados del siglo pasado, enseña con elocuencia que una orga-
'!
1
evitar la dispersión y la disipación del capital, que deberá siem- ninguna consideración puede disculpar.
pre estar destinado al progreso económico de la colectividad.
El éxito de este régimen no podría asegurarse; si su ordenación * * *
y su, mantenimiento no fueran encomendados a individuos de apta
establecer c'oncordia duradera, al juzgar en el tribunal de su pen- la pena exponer su origen exacto para evitar discusiones inútiles.
samiento el valor de las doctrinas positivas, no han podido menos N o sé que hasta hoy nadie haya tenido la ocurrencia de hacer
que mirarlas a trcués del prisma de la política militante, ysi afirmación tan peregrina ni mucho menos que "escritores y edu-
medir una filosofía con el cartabón de la política puede _parecer cadores" de cultura positiva la hayan "expresado con frecuen-
enrevesado al sano juicio de las gentes, bien sabido es que nues- cia". Equivaldría a sostener: I", que solamente los escocesee 'Y los
tros ilustres metafísicos llaman pragmatismo a esta actitud y la noruegos son susceptibles de civilización, y 2·, que el ángulo facial
justifican con la sanción para ellos irrefutable de la práctica. es el signo inequívoco de la aptitud de una raza para cultivarse.
José Vasconcelos cree como Antonio Caso en el jracasa del N inguna de estas afirmaciones ha sido. expresada ni sostenida
positivismo, y obtiene esta idea de la obséruacién. de. la política por nadie y la frase del señor Vasconcelos »0 debería interpre-
mexicana. En su discurso pronunciado en el Continental Memo- tarse sino cama una indigna bcutade. .
rial Hall de Washingt()n la noche del 9 de diciembre de 1922 Pero quizá el señor Vasconcdos intentó decir otra cosa. Gen-
(publicado en la recista El maestro y boletín de la Universidad tes de poca cultura )' de conocimientos enteramente nulos en an-
Nacional del Sureste, torno 3·, núm. 1) describe el cuadro doloroso tropología han llegado a creer que las razas civilizadas y las que
de la cultura mexicana antes de su advenimiento a la Secretaría no lo son están separadas por caracteres antropolágicos irreducti-
de Educación Pública y lo atribuye al positivismo que entonces bles, y observando que nuestra raza indígena carece de esos su-
prevalecía en los medios universitarios del país. puestos caracteres han podido concluir que es incapaz de toda
"Escritores y educadores del viejo tipo científico (la escuela del civilización.. .
darwinismo social y de la sociología positivista) expresaron con El señor Vasconcelos no tiene derecho para tomara quienes así
frecuencia la opinión de que nuestro pueblo, particularmente el in~ opinan como legítimos representantes de la. cultura positiva, por-
dio y [a clase trabajadora, constituían una casta irredimible ... que sostener tales ideas equivale a demostrar que no se ha tenido
porque su ángulo facial no correspondía a tales o cuales normas . el menor roce con la ciencia antropológica. Cierto es que entre
propias del tipo escocés o noruego (sic), y aiirmaron, asimismo, los pueblos más civilizados y los pueblos primitivos existen carac-
que toda estapoblacion. oprimida era totalmente incapaz de derro- terísticas antropométricas que pueden dijerenciarlos, pero, (1')
car el despotismo militar y político de Porjirio Díaz. Y, sin embar- ni esas características son constantes, ni (2') se pueden interpre-
go, sucedió que Poriiria Diaz y su ejército, y todos los aristócratas tar como el signo inequívoco de un obstáculo para la cioilizacion.
y oligarcas- de su época, fueron derrotados en los campos de bata- Bordier, Broca, Monoavrier y otros más, han tenido oportunidad
lla. La Revolución yla vida misma burlaron la doctrina positivista de medir cráneos de épocas remotas (prehistóricos y muchos- del
según la cual el progreso produce fatalmente una clase afortuna- antiguo París, cementerio de los Inocentes, la Cité, etc.). y com-
da que, por poseer mejores dotes, representa la selección de la pararlos con cráneos de parisienses modernos, habiendo encontra-
especie y tiene, por lo mismocel derecho casi.sagrada.de.explotar.¿ (10. entre. ambos- grupos dijerencias- craniomét~icas-de importancia.
y sostener a su dominio a los ineptos. La verdadera ciencia es la Este gén(:.}o de' medidas comparativas, hechas en otros países
que sirve para la dicha de todos los hombres y no los divide en ha conducido a la misma conclusión, lo cual demuestra que
aptos e ineptos... la antigua, profunda y venerable sabiduría a pesar de existir diferencias entre el pasado físico y el presente
cristiana que proclama la igualdad de todos los hombres y el dere- de una raza, ésta ha podido perfectamente civilizarse. La civiliza-
cho pleno de todos los seres a la libertad, a la dicha y a la vida, ción probablemente se ha encargado de realizar ese cambio antro-
cualesquiera que sean sus respectivas capacidades." pométrico. Prueba de esto el resultado obtenido hace algunos años
La observación que escritores y educadores de cultura positiva por el profesor Franz Boas en la ciudad de Nueva York, cuando
hicieron, de que la raza indígena es irredimible porque su ángulo al medir el índice cefálico de inmigranies sicilianos dolicocéfa-
facial no corresponde al de un escocéso al de un noruego, no mere- los y judíos branquicéjalos, encontró que ambos, desde la segunda
cía tomarse en cuenta si no fuera porque envuelve un propósito generación, dan origen a indioiduos mesaticéfalos como la genera-
mal intencionado respecto de la ciencia positiva, porque es un lidad de los habitantes de Nueva York.
exponente de la cultura científica del señor Vasconcelos. D-e estos hechos se desprenden las siguientes conclusiones:
Cuando se transcriben opiniones tan estupendas como ésta, vale primera, que los caracteres antropométricos que distinguen a una
raza dotada de características antropoíogicae de inferioridad, pue- la que descubre las imperfecciones de la raza y encuentra los me-
j
de perfectamente civilizarse -¡todas las' razas civilizadas moder- dios para corregirlas, pl apoyo fuerte y efectivo que no puede
1
i
nas provienen de razas antropológicamente inferiores!- y dar , i
iI
dar le la "antigua, projunda y venerable sabiduría cristiana" que
predica a los desposeidos, rcsignacián y humanidad y les arrebata
1 origen a razas, superiores desprovistas de caracteres de inierio-
ridad=antropológica; y segunda, cuando menos en casos especia- i hasta el último guiñapo de humana dignidad, motor primero de
i
les' 14s características antropométricas. pueden cambiar con rela- todo impulso de progreso. La ciencia, que es erande y es huma-
tiva 'rapidez. ' na, no puede poner obstáculos a los nobles impulsos del senti-
.'"i["
" ,"Siestas consideraciones nos obligan a pensar que la raza in- miento humano; muy al contrario, cuando bien se entiende, es el
dígena es susceptible deciviiización, la práctica no hace otra cosa más eficaz de sus sostenes. '
que confirmarlas. El-indio Sr:' adapta perjectamente a la civiliza- La Supuesta derrota del darioinismo social que el señor Vas-
ción moderna y en muchas ocasiones sobresale a los mestizos y a c?ncelos exhibe como una prueba del fracaso de la filosofía posi-
los blancos; basta para ello arrancarlo de la servidumbre y de twa ante las elocuerues enseñanzas de la vida, enoueloe una 'afir-
la superstición en que los conquistadores españoles lo sumieron y mación totalmente ligera y descansa sobre una mala obseTva~ión
en que lo han mantenido todos los gobiernos revolucionarios. Si no de los fenómenos socialcc. ,
presenciáramos todos los días hechos que pruei=n. esta afirma- El principio de la celección natural, aplicado a las socieda-
ción y que sólo el interés, el egoísmo o la malicia pueden negar, des, postula simplemente que los individuos dotados de parti-
bastaría pensar que el indio creó en nuestra patria una civilización cularidades ventajosas para la lucha por la vida deben sobrevivir
brillante y personalisima cuyo espontáneo desarrollo vino a inte- a expensas de los mal dotados que tienden a desaparecer. En el
'rrumpir el desastre colonial. Por último, pera quienes puedan s:no de una colectividad cualquiera, clases naturales o: artiii-
creer que nuestra raza es tan imbécil como misérrima, basta con cialmente formadas luchan entre sí para la conquista del 'mayor
exhibir los resultados de la naciente experimentación psicológica. número de satisfacciones y de goces' al mismo tiempo que' dentro
Los, textos o pruebas de origen francoamericano 'que sirven para de cada clase los individuos luchan por sobresalir en el medio
calificar la inteligencia de los individuos, al ser aplicados a homogéneo en que sus actividades deben desarrollarse. Los carac-:
mexicanos adultos han revelado en 'ellos la misma capacidad inte- tere~ v~n~ajosos que en los casos particulares pueden capacitar a
lectual media que en individuos de aquel origen; pruebas equiva- l~s rndwlduos. o a las clases para la victoria en la lucha por la
1
,J
lentes, aplicadas a los niños parecen demostrar que el niño mexi-
cano es más inteligente que el norteamericano y el francés: esas
oida, son uariables al extremo; unos naturales y otros artificia-
les, contándose entre los primeros el talento, Id buena salud, la
pruebas necesitan casi siempre, cuando se reiieren a niños mexica- actividad, la resistencia, etc., etc., y entre los segundos la posición
".-
.
nos, una corrección debido a que el limite inferior de inteligencia
'-'dé¡'los -ni:fjns-núestros'tofnprer.de; en igualdad-de-edades, 'al limi-:
te medio' o superior de los niños europeos.
.
I
I
'
social, las prerrogativas, la fácil adaptación a las conveniencias
sociales, etc., etc. Estando formando el primer grupo por atributos
n~turales sobre los que nuestra acción es exigua, la lucha social es
No se necesita, pues, salir de los dominios de la ciencia y arro- sl~,~pre inevitable; mientras existan individuos inteligentes e in-
jarse al misticismo para justificar el noble anhelo de redimir a la ¡ diuiduos torpes, hombres saludables y hombres enfermizos, dili-
(,
sufrida raza, indígena. La investigación científica no conduce a l ge.ntes y perezosos, la lucha social tendrá que realizarse y el
ningún motivo serio que nos haga ver esta clase como irredimible; triunjo tendrá que favorecer a los mejor dotados.
perspectiva dolorosa de una eterna imperfección, le ofrece el con- La moral debe tender siempre al mejoramiento humano y no
suelo seguro y efectivo, porque se apoya en hechos demostrados, veo por qué pueda ser inmoral que, en la lucha por la vida, el
de que su redención es posible y de que alcanzará tarde o tem- hombre que es dibujante y trabaja, que es fuerte y labora más
prano los goces que hoy le veda el estado de abandono en que que los otros, que es arreglado y da ejemplo de buenas costum-
se encuentra. bres y de abnegación, suplante al perezoso, al débil, al disipado
La "ley superior del corazón", que el señor Vasconcelos invoca y al poltrón. De esta selección depende todo progreso realizado
protestando contra "las leyes que son fruto de las argucias de la :n u~~ sociedad cualquiera, y si fácilmente se comprende que un
'mente", encuentra en la verdadera ciencia, la ciencia positiva, imbécil no puede gozar de las allas satisfacciones del espíritu, que
tas de la época fueron derrotados en el campo de batalla aplasta- Hasta hoy, pese a les afirmaciones .del señor Vasconcelos, el
dos por la fuerza de nobles ideales de renouacion: , transforma- darwinismo social es una verdad irrebatible, y si los eiecios de las
dos en cañones". selecciones artificiales que han producido en todos tiempos regí-
La selección natural impuso su ley ineludible, y el triunfo de menes odiosos excitan con justicia el general disgusto de los pen-
los más aptos y de los más fuertes señaló en la historia la caída sadores honrados, tales efectos no podrán desterrarse sino cuando,
- de un gobierno debilitado por la vejez y la torpeza de sus direc- obedeciendo los imperativos de la naturaleza, lleguemos' a favo-
tores. El triunfo de la revolución vino una vez más a confirmar recer el dominio absoluto y saludable de la selección natural.
la verdad que sustenta la doctrina positiva del darwinismo social.
• La Revoluci6n se hizo gobie;nd.- Destruido el. antiguo régimen ::::: * *
se hizo necesaria la concentracion: de todos los esfuerzos para 10-'
grar un efecto de estática social; la renovación producida exigía La forma especial en que el positivismo ha sido atacado asume
una reorganización inmediata y entonces la Revolución victoriosa en la obra del señor Caso proporciones verdaderamente vergonzo-
hubo de ponerse en contacto directo con la 'sociedad, Fue.preciso sas. Los desahogos más oiolentcc, la calumnia más abyecta, la mix- .
cambiar intereses en conflicto, transar con las normas sociales des- tificación más descarada rlesbordan: en furia y arrojan sú veneno
de tiempo atrás establecidas y acomodarse a una iiueoa situación contra la obra cultural de las doctrinas positivas. No es labor
que exigía adaptaciones adecuadas. La selección artificial de la so- crítica de [ilosoio emprendida con el noble propósito de alcanzar
ciedad impuso sus cánones y sus postulados y la Reoolucióti la verdad, es obra de mala fe que ha copiado sus procedimientos'
doblegó su altiva cerviz ante la cómoda ley de las conveniencias I
I
de la política militante que hiere, que insulta y que denigra. El
sociales. Una nueva plutocracia, formada por antiguos proleta- filósofo cede su puesto al político y una cuestión de disciplina. inte-
rios, sustituyó e la plutocracia porfirista; UJ'.,[¡ nueva casta militar I lectual se translorma en disputa que, bajo la-máscara de un su-
adquirió' las prerrogatioas del militarismo porfirista, y ambos puesto pragmatismo, hace entrar en eieruescencialae pasiones que
grupos, dedicados a la -caza de -los puestos públicos, han formado las luchas políticas han suscitado entre nosotros.
una clase privilegiada que se reparte el dominio absoluto del país. El positivismo aparece como una filosofía que ahorra el pensar
"La revolución y la vida misma" confirmaron, una vez más, (Filósofos y doctrinas- morales, pág. 321) como si la actividad me-
"la doctrina positivista según la cual el progreso produce fatal- tafísica fuese la única forma-eje pensar y como si las labores cientí-
mente una clase afortunada" que domina a las demás, sólo que ficas y la obra de generalización que exige la síntesis positiva no
en este ceso la complicación de la vida social vicia el [enomeno implicara actividad del pensamiento; aparece como una "educa-
producido y hace selecciones artijiciales que desvirtúan los resul- , ción unilateral que desdeñó, sin justificación posible, la cultura
tados saludables de la selección natural. \ -=:=; artistica, moral, cívica, historica- y
humana", ignorando el señor
En las Luchas que-hoy conmueoeii a 'lasbCi~,jad, li,<-form;¡aÓn . ! Caso, o aparentando ignorar, que Augusto Comte elevó la concep-
de clases privilegiadas se presenta como un resultado inevitable. ción del arte dedicándolo al fin supremo de levantar la inteligencia
El diletantismo igualitario que se exhibe durante la lucha desapa- y el sentimiento humano hacía la contemplación de la belleza; que
rece tan pronto como se alcanza la victoria; el triunfo de la colocó en la cima de las disciplinas humanas a la disciplina moral
Revolución rusa no condujo a la igualdad social, sino a la forma- y sobre ella, como fin último de toda filosofía, hizo descansar el or-
ción de una casta privilegiada que tiene el máximo y una casta den humano y el orden social firmemente orientados al progreso;
vencida que tiene el mínimo de derechos. Las pretensiones de que, al afirmar la divisa de filosofía en "el amor como principio,
nuestros proletarios no tienden tampoco' a .la igualdad; desean el orden como base y el progreso como fin", estableció un con-
superar y su eterna demanda consiste siempre en exigir mayores cepto cívico que tiende a normar en las actividades altruistas
derechos que la burguesía, y si esta clase excitó con el uso y el todos los esfuerzos de la sociedad; que, al fundar la nueva ciencia
abuso de sus prerrogativas el rencor de los desposeídos, nada iLa de la sociología, exaltó el valer del conocimiento histórico tam-
podido impedir que una nueva burguesía formada por agitadores bién, elaboró postulados y leyes que resumen en brillante síntesis
socialistas enriquecidos, disfrute hoy de las prerrogativas que am- \ filosófica de la evolución histórica de la especie humana, y que,
bos con tanta oehemencia condenaron. por último, presentando a la vez a la inteligencia y al senti-
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Archivo Digital de Humanidades "Ervin Said" I
22 JOSE TORRES OROZCO PROLOGO 23
miento el concepto comprensloo y abstracto de la Humanidad, no sucede lo mismo con la actitud práctica que csa filosofía ha
digniiicá el conocimiento y la cultura humana presentándola como suscitado en los mismos individuos, de tal suerte que hablar de
el remate de toda labor intelectual y afectiva (Filósofos y doctri- "positivismo práctico" sin precisar la exacta connotación de este
.nas morales, pág. 327; véase Catechísme Positiviste y Politique término implica una confl/sión indisculpable .
Positive) . Si cada filósofo de los que han adoptado la dieeiplina teódca
El señor Caso presenta la obra del positivismo como una "obra de Comte, diuergen en criterio moral, indebidamente se englo-
de indiferencia por el ideal" (Filósofos y doctrinas morales, pá- ban en un término común un conjunto de actitudes totalmente
gina 327) como si el progreso hacia el cual tiende la filosofía posi- · diversas entre sí. Augusto Comie fundó un' sistema: dentro del
tioa no fuese un ideal. y como si los nobles propósitos científicos cual todos los problemas y todas las soluciones. están. ligadas por
normando la inteligencia y el altruismo normando la moral no una estrechísima solidaridad: es üna filosofía que intenta realizar
merecieran el nombre de ideales. la unidad interior uniendo la inteligencia, el sentimiento y la ac-
Llevando su encono hasta el extremo el señor Caso afirma que cián con vínculos estrechos, y que busca, al mismo tiempo, la
"el positivismo formó una generación de hombres ávidos de bien- . unificación exterior, ligando a los hombres en una comunión inte-
estar material y celosos de ~u. prosperidad económica (Filósofos' lectualy efectiva eobre la base del altruismo como norma esencial
y doctrinas morales, pego 326) y produjo una "vida sin teorías, ni de la vida en sociedad (Cat. Post. ler. entretierr) . La [ase teórica
credos, ni escrúpulos y una industria que desconoce la moral" · de la filosofía positiva es incompleta sin la fase práctica; es una
(Problemas filosóficos, pág. 282) originando así el desquiciamien- elaboración sin sistematización; ésta no se realiza más que me-
to social que fue causa de la Revolución y la penosa inmoralidad diante la disciplina moral de las actividades puramente especula-
contemporánea caracterizada por "la condición anticristiana de tivas. Por esta razéti los pensadores que siguen íntegro el sistema
los proletarios; de los humildes, de los desposeídos, y la acaricia positivo califican la parte moral de esta disciplinacorno "el posi-
satánico: de los poderosos" (Problemas filosóficos, pág. 282). Eri- tivismo propiamente dicho".
giéndose, por último, nuestro .gran metafísico, en supremo juez, Al separarse Stuart Mill, Spencer; eic., de este positivismo in-
concluye calificando al "positivismo práctico de producto el más tegral 'rompieron en realidad la unidad del sistema y por eso,
doloroso del_ siglo pasado" (Problemas filosóficos, pág. 282). cuando se habla de "positivismo práctico", resulta extraiio pensar
Antes de fijar la connotación de un término y revelar de ese que quien así habla se refiera más bien al utilitarismo de Stuart
modo cuál es la base sofística en que descansa la actitud antipo- Mill oal evolucionismo de Spencerque al humanismo de Comte,
sitioista del señor Caso, creo riécesario hacer algunas considera- la orientación única que en realidad merece el nombre de moral
ciones cobre la imputación de inmoralidad que el ilustre metafí- positivista.
sico hace ala filosofia positiva. Cuan.do el señor Caso representa (Problemas filosóficos, pá-
-_o~ Todo" lo -dicho soore la influencia del positivismo en' la poli-
:~C'. __
gina 281) al positivismo práctico "eñ-h ~sfera de: la -mOl:al teÓrica
. tica debe aquí repetirse sobre su influencia en la moral. Siempre por la escuela clásica de economía política, la evolución del utili-
han existido hombres ávidos de bienestar material y celosos de su tarismo inglés y la concepción materialista de la historia que
prosperidad económica y antes de que el positivismo existiera · prohijaron Marx y sus discípulos como tesis central del socialismo
no era posible atribuir' su inmoralidad a esta filosofía, y llama contemporáneo", aplica arbitrariamente a un conjunto de doctri-
la atención cómo el señor Caso habla de la condición anticris- nas de economía política un nombre que tiene connotación pre-
tiana de los proletarios que se rebelan contra la desigualdad cisa y que se refiere a la actitud práctica y moral de una disci-
social, cuando el señor Vasconcelos invoca precisamente a la sa- plina filosófica, y no piensa que "los hombres ávidos de bienestar
biduría cristiana para justificar los intentos de emancipación que material y celosos de su prosperidad económica" están muy lejos
hoy conmueven al proletariado universal. de ser teorizantes ocupados en las cuestiones abstractas de la
Si el señor Caso atribuye constantemente la inmoralidad de economía política y el utilitarismo inglés, pues tales doctrinas
la ~e~~ración que hoy vive al positivismo, cabe decir que, si el nunca conmovieron a las masas populares ni llegaron a infiltrar
poeuioismo, como actitud teórica ante los problemas filosóficos sus máximas, buenas o malas, en los protagonistas de los mooi-
reuiste un aspecto uniforme en todos los pensadores positioisias, mientos sociales.
cwn filosófica correspondiente y aplica, a un criterio abstracto, sólo en los datos suministrados por la investigación; pero mu-
consideraciones que sólo pueden referirse a una actitud práctica chos fenómenos continuaron siendo inexplicables por eeas teorías
totalmente ajena a toda filosofía. . positivistas y volvió a quedar expedito el camino a las lucubra-
Por la exposición que hice anteriormente de la ética positiva ciones de la metafísica. "¿Qué harían los filósofos con el rico
se comprende la imposibilidad de hacer dcrioar de sus principios caudal de la tradición rehabilitado por el fracaso especulatioo de
la actitud inmoral de quienes, coma positiuistas prácticos, no la ciencia, y cómo podrian coordinar la sabiduría antigua con
subordinan. su conducta a ideal moral ninguno. - ciertas conquistas definitivas del método científico? Es necesario
El señor Caso se aprovecha conscientemente de la arnbigiiedad colocarse en un punto de vista superior a la experiencia cierüi-
de un término para referir a una de sus acepciones ataques que [ice, más comprensivo que ella, pero no extremo ni igncrante de
sólo la otra merece. Al razonar así, nuestro gran intuicionista sus enseñanzas. La metafísica de esta edad pos-científica, necesa-
demuestra conocer los secretos de la dialéctica que tanto impug- ricmente a de ser distinta. de la metafísica del pase do, puesto
na, y hace caer en las redes de un silogismo de cuatro términos que debe tomar en cuenta -la ciencia. La verdadera ciencia no
,
-fallacia queternio termerinorum- a los lectores insuficiente- nos dice que no hagamos más metafísica, que no hagamos más l' ,
mente preparados; este ardid dialéctico debe interpretarse como filosofía, sino que nos da elementos firmes para hacer todo eso,
argucia de abogados y apunta maravillosamente la mentalidad co., método más acertado que el de nuestros antecesores:'
del metafísico. La metafísica así entendida sería un esfuerzo de la mente para .".
El auge que la metafísica ha adquirido en los días actuales se superar las condiciones de la ciencia, y obediente al método y a
debe, 'se?ún. el decir de sus principales corifeos, a la ineptitud las enseííanzas de éstas, realizaría construcciones ciertas, seguras,
que la: czenczc ha mostrado para resolver los problemas cardinales positivas, puesto que sustentaría sus fundamentos en el dominio
de la [ilosojia. Después de un siglo de paciente elaboración cien- pur.o .de la realidad. -
tífica las. interrogaciones que antaño se propusiera el pensador Ni- Bergson, ni Caso, ni Vasconcelos, ni metafísico alguno de
filosófica permanecen tan irresolubles como antes. No ha bastado los que pretenden "superar a la ciencia", da la -menor importancia
que la ciencia descubra el cómo de los fenómenos más complicados a las investigaciones ni al-método científico. En vano se busca
del universo y de la vida; que descifre muchos de los misterios en sus libros algo que revele, ya no que el conocimiento científico
que pr~ocuparon la mentalidad de las generaciones pasadas y que, se agote en un vigoroso esfuerzo para llegar a la verdad, pero mu-
nada urespetuosa, haya roto 'el velo hierático que ocultaba el chas veces ni .siquiera que antes de lanzarse a la empresa de
portentoso devenir de los fenómenos mentales: Inteligencias in- resolver un problema filosófico cualquiera, se haya tenido la pre-
quietas, dominadas -por la sed inagotable del misterio y arrastra- .caución de inquirir lo 'que la ciencia huya estatuido en la parte
d~,! po':.E.~ impulso c~~gQ [uera de les dominios de la realidad, fundamental de las enseñanzas cietitiiicas q.r!:e.
_precisamente re-,
vwentodavía dominadas por la opresión invencible de las causas suelvan la cuestión en sentido contrario 'delque. postulan los dog-
finales y acosadas por la bestia incansable de- la causación -das mas 'metafísicos, es hecho constante en las disertaciones de quie-
rastIose Ursachenthier!- mentalidades así conformadas no pue- nes creen alcanzar la verdad desentendiéndose de las conclusiones
den resignarse al espíritu sereno y decisivo de la ley natural y de la ciencia. No se necesita una cultura científica dilatada y pro-
buscan sin descanso un medio para escapar del círculo de hierro funda para percatarse de la extrema ignorancia que en materia
en que la ciencia encierra todos los' hechos del mundo material de ciencia hay en el fondo de las especulaciones metafísicas; una
y espiritual. Peculiaridades de temperamento que engendran en
superficialidad extrema, un desdén temático por todo lo que es
los individuos horror instintivo por todo lo que es exacto, deter-
disciplina y conocimiento científico, es lo único qU,e se descubre
minado, preciso, explican suficientemente esta rebeldía nata por
a través de la ampulosa fraseología metafísica.
el conocimiento científico y un anhelo siempre despierto para
arrojarse en alas de la fantasía en pos de los ensueños de los Como vamos a creer que las enseñanzas de la ciencia y que sus
místicos y del delirio de los iluminados. conclusiones se realizan si estamos ignorantes de ella, si vemos al
El orgullo humano, dice el señor Vasconcelos en su libro El señor Vasconcelos asegurar que los hombres de ciencia han lle-
monismo estético, pretendió fundar la ciencia del conocimiento gado a la conclusión de que se necesita tener un ángulo facial