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Bernardo Gómez
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Educación
Sección a cargo de
1. Introducción
La investigación en didáctica de las matemáticas ha puesto de manifiesto que
algunos de los aspectos que hacen difícil para los estudiantes la transición de la
aritmética al álgebra son la manera diferente en que los mismos símbolos se usan en
aritmética y álgebra, el cambio de significado de esos símbolos, y la aceptación de
expresiones sin clausura como representación de las operaciones y del resultado de
las mismas ([18, 19]).
El signo radical es un ejemplo de signo compartido entre la aritmética y el álgebra.
Los aspectos antes mencionados determinan una concepción tradicional del signo
radical que plantea un doble problema matemático y didáctico.
El problema matemático tiene que ver con la sutileza de los requisitos formales
de la definición de operación y de exponente racional en R; mientras que el problema
didáctico está ligado a los conflictos cognitivos y malentendidos que la aplicación del
signo radical produce en los estudiantes, en los profesores e incluso en los manuales
y libros de texto. Ejemplos de estos conflictos y malentendidos han sido puestos de
manifiesto en investigaciones
√ precedentes.
√ Algunos de ellos son: la opinión genera-
lizada de que 25 = ±5 y a la vez x2 = x ([26]); la identificación entre raíz y
140 Educación
«4co con 3co diremos que hacen 7co, y [. . .] 3co de 7co diremos que restan
4co, porque son de la misma naturaleza. Pero si queremos conocer 3co con
4ce, diremos que son 3co p 4ce o 4ce p 3co [. . .]»
Más o menos por esta misma época, los algebristas alemanes usaban los signos
+ y − en vez de p y m con el mismo fin. Ejemplo de ello es el texto de 1552 del
hispano-alemán Marc Aurel [2] (ver figura 2), que es considerado el primer libro de
álgebra impreso en España.
«Así mesmo quiero sumar 3x con 2x2 , no podemos decir que son 5x ni 5x2 :
mas forzadamente diremos que son 3x, y mas 2x2 , o 2x2 , y mas 3x, pues
no sabemos quanto vale la x ni el x2 . Por tanto para tales sumas de los
caracteres, no será menester otro, sino decir, 3x + 2x2 , o 2x + 3x2 , como
veras.»
(Nótese que los símbolos que usa Aurel son los de los cosistas alemanes, no
son la x y la y que usamos actualmente, sino que son símbolos de abreviación
de la cosa y el censo, hoy diríamos de x y x2 .)
Figura 2: Primeros usos de los signos + y − ([2], Libro VII, capítulo III, fo. 71).
En el mismo texto, Aurel usa el signo radical, siguiendo a los «cosistas» alemanes
(i. e. [28], p. 109), para denominar de modo abreviado la operación raíz cuadrada de
un número (ver figura 3). Cuando este número no es cuadrado perfecto, el símbolo
ya no expresa la operación raíz cuadrada sino directamente un número irracional
(ver figura 4).
Estos textos revelan que, cuando las operaciones eran calculables, los signos de las
operaciones no eran necesarios, lo que explica que se retrasara su uso generalizado en
la aritmética hasta el siglo XIX ([4], p. 235). En la enseñanza, el recorrido histórico se
invierte, los signos de las operaciones se enseñan primero en la aritmética y, cuando
los estudiantes ya están familiarizados con ellos, se extienden al álgebra con un
significado diferente. De esta manera, la razón de ser algebraica queda en segundo
plano y se ve oscurecida o eclipsada por la razón aritmética.
«Declaración de algunos caracteres, que para las rayces serán necesarios. Para
tratar de tales números, y otros semejantes, sería cosa larga, y no galana,
poner los tales nombres a la larga: mas deseando huyr esto y evitar toda
prolixidad,
√ procure poner aquí algunos que para en esta arte eran necesarios.
Y son [. . .]. De
√ los quales, el primero significa y quiere decir rayz cuadrada
[. . .]. Exemplo, 4 quiere decir rayz cuadrada de 4, que es 2.»
Figura 3: Uso del signo radical para denominar a la operación raíz cuadrada ([2],
Libro VII, capítulo III, fo. 43).
opera en álgebra con letras, los signos de las operaciones se usan para representar
objetos matemáticos que son resultados de operaciones. Así ocurre, por ejemplo,
cuando se escribe que la suma de a y b es a + b. Por contra, cuando las operaciones
son calculables, los signos de las operaciones se usan para representar procesos que
son operaciones. Así ocurre, por ejemplo, cuando se escribe que la suma de 2 + 4
es 6.
En el caso de la raíz cuadrada,
√ cuando el signo radical acompaña a un número que
es cuadrado perfecto, como en 4, indica de un modo abreviado la quinta operación √
de la aritmética sobre ese número; pero cuando acompaña a una letra, como en a,
indica el resultado de esa operación.
Como se verá a continuación, esta dualidad del signo radical da lugar a un fenó-
meno de ambigüedad y polisemia1 , que se puede rastrear a través de las cogniciones
1 Según la RAE, ambigüedad es lo que puede entenderse de varios modos o admitir distintas
La Gaceta ? Secciones 143
«Otra manera de sumar irracionales. De otra manera podrás sumar dos nú-
meros o rayzes√ irracionales,
√ pues así como así vendrá √
binomio.
√ Exemplo.
Quiero sumar 6 con 2: dirás simplemente, que viene 6 + 2. Esto nin-
guno podrá negar [. . .]»
Figura 4: Uso del signo radical cuando el número no es cuadrado perfecto ([2], Libro
VII, capítulo III, fo. 44).
Figura 6: Ambigüedad del signo radical en Peacock ([24], vol. II, p. 67).
Figura 8: Relación entre raíz cuadrada, raíz doble y signo doble en Peacock ([24],
vol. II, p. 68).
para expresar lo mismo, por lo que propone que la notación radical se use con el
significado
√ aritmético y la notación exponencial se use con el significado algebraico.
1
Así, 4 = 2 pero 4 2 puede ser +2 o −2, la que queramos, a menos que se especifique
(ver figura 9).
Figura 10: Atribución de dos valores al signo radical en Peacock ([24], vol. II, p. 77).
Figura 11: Atribución de un único valor al signo radical susceptible del signo más o
menos en Peacock ([24], vol. II, p. 78).
√
signo ± de modo diferente, antes o después del radical, como se ve en x = q = ±a
q
2
y en x − p2 = ± q + p4 .
También Sylvestre Lacroix (1765–1843) asume la ambigüedad de la raíz cuadrada
y la traslada a la solución de la ecuación de segundo grado. Dice que al considerar
las cantidades algebraicamente debe darse el doble signo ± a la raíz cuadrada de
148 Educación
y √ √
4− 4 = (±2) − (±2) = {+4, 0, −4},
y de aquí se podría tener que
√ √ √ √
4+ 4= 4− 4.
«[. . .] Se podría, a partir de esta regla, preguntar ¿por qué, siendo x la raíz
cuadrada de x2 , no está también afectada del doble signo ±? Se responderá
primero, con M. Develey (Algèbre d’Emile, T. II), que la letra x que ha sido
puesta sin signo (es decir con el signo +), como el símbolo de la incógnita, es
en este estado que hay que determinar su valor, y que puesto que se busca un
número√x, cuyo cuadrado
√ es b, por ejemplo, solo hay dos soluciones posibles,
x = + b, x = − b.√De donde, igualmente, resolviendo la ecuación x2 = b
se escribirá ±x = ± b, y que se arreglarán esos signos de todas las formas
posibles, a saber: √ √
+x = + b, −x = − b,
√ √
−x = − b, −x = + b,
y no obtendríamos nada nuevo, puesto que cambiando el signo de los miem-
bros de la segunda ecuación de cada línea se recae en la primera.»
7. El problema matemático
La restricción del signo radical a un solo valor es necesaria para no violar un
requisito necesario para la definición de exponente racional, ar , r ∈ Q, y es que éste
no debe depender del representante de r elegido para ese número racional.
150 Educación
√
kn
√
Si se aceptara el doble valor del radical de índice
√ par,
√ la propiedad akm = n am
6
sería falsa, como se ha señalado en el ejemplo 32 y 3 3. En coherencia
√ con el criterio
de asignar un solo valor al radical, actualmente se acepta que x2 = |x|, como puede
comprobarse en las siguientes citas:
«Cada número real no negativo a tiene una raíz cuadrada no negativa única.
√
1
Nota: Si a ≥ 0, su raíz cuadrada no negativa se indicará por a 2 o por a»
([1], p. 36).
La Gaceta ? Secciones 151
√
«El símbolo z para z ≥ 0 denota aquel número no negativo cuyo cuadrado
es z» ([6], p. 38).
«Si A√es un número real positivo, la única raíz positiva de xn −A = 0 se escribe
1
x = n A = A n » ([21], p. 164).
De esta manera no se viola el concepto formal de operación, ya que, si no se
aplicara esta restricción al radical (un solo valor), la función x2 considerada en todo
el eje X no sería biunívoca. Obviamente, para que la función x 7→ x2 tenga inversa
tiene que confinarse a la semirrecta x ≥ 0.
8. Conclusiones
La naturaleza dual y, en consecuencia, la polisemia y ambigüedad, de la raíz
cuadrada y del signo radical, se sustenta en concepciones que están fuertemente
arraigadas. Estas concepciones plantean un dilema que se manifiesta como problema
matemático y didáctico.
Desde el punto de vista√de las matemáticas, se ha optado por resolver el problema
asignando a la expresión x, x ≥ 0, un solo valor, una de las dos raíces de x, la raíz
positiva o raíz principal. Con esta restricción lo correcto es escribir:
√ √
4 = 2 y no 4 = ±2.
Igualmente, √ √
x2 = |x| y no x2 = x.
Pero en los textos matemáticos no se suelen dar explicaciones del porqué de esta
restricción, por lo que, aunque se ha resuelto el problema matemático, no se puede
decir lo mismo del problema didáctico, ya que al parecer la enseñanza está tanto o
más influida por las cogniciones petrificadas y por las inercias de la tradición que
por las definiciones formales de los desarrollos matemáticos actuales.
De hecho, en la práctica usual de enseñanza, al resolver una ecuación, como por
ejemplo (x + 3)2 = 169 se suele escribir
p √
(x + 3)2 = 169 ⇒ (x + 3)2 = 169 ⇒ x + 3 = ±13.
Agradecimientos
Esta aportación se sustenta en un proyecto de investigación financiado por el
MEC, referencia EDU2009-10599 (subprograma EDUC).
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