Reclamación de Multa Administrativa Laboral
Reclamación de Multa Administrativa Laboral
Reclamación de Multa Administrativa Laboral
S. J. L. DEL TRABAJO
PABLO VALDÉS PÉREZ, Abogado, con domicilio ubicado en calle O Higgins N° 167, oficina
803, de la ciudad de Puerto Montt, en representación convencional, según se acreditará de
DOLLY S.A., rol único tributario N° 77.030.130-0, con domicilio en calle Urmeneta 292, de la
ciudad de Puerto Montt, a U.S. respetuosamente digo:
Que por este acto, y de conformidad a lo prescrito en el inciso tercero del artículo 503 del
Código del Trabajo, vengo en deducir reclamo judicial de multa en contra de la Inspección
Comunal del Trabajo de Puerto Montt, representada por don Cristian Alejandro Espejo Villarroel,
o quién lo subrogue o reemplace, ambos domiciliados en Benavente N°485, Puerto Montt.
La presente acción judicial se deduce a efectos que S.S. se sirva dar lugar al presente reclamo de
multa por las razones de hecho y de derecho que a continuación paso a exponer y así, en
de nitiva, S.S. deje sin efecto la multa de la resolución indicada, o de lo contrario la rebaje a lo
máximo que S.S. considere de justicia, es decir la resolución de multa N° 8573/20/28, de fecha
28 de diciembre del año 2020 de la Inspección Comunal del Trabajo de Puerto Montt
I. DE LOS HECHOS
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Lo anterior se debe a que la fiscalizadora consideró que mi representada habría mantenido a don
MARCELO BARRIENTOS GALLARDO, cédula nacional de identidad número 20.572.189-4,
en una situación de informalidad laboral, por supuestamente el hecho de no escriturar contrato de
trabajo, bajo el supuesto de encontrarse bajo relación laboral desde el día 7 de diciembre de 2020
cómo vendedor.
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turnos disponibles para dichos efectos, más teniendo presente que comenzó en el mes de
diciembre y en época de promociones especiales de productos por festividades.
Conforme a los antecedentes de hecho referidos, y que basta con ellos para dar cuenta US., que
resulta claro que don Marcelo no tenia en los meses de diciembre 2020, enero, febrero y
marzo de 2021 una relación laboral con mi representada, sino tan sólo una de naturaleza
civil.
En vista de ello, mal podría esta empresa tener un contrato de trabajo escriturado o bien entregar
otra documentación relativa a una supuesta relación laboral, por no existir en dicho momento.
Cabe mencionar que con fecha 1 de abril del año 2021 fue contratado como vendedor de la
tienda Dolly S.A. bajo subordinación y dependencia, tal como se demostrará en autos.
Sin embargo y más allá de eso, es esencial señalar desde ya a US. que la Inspección Provincial
del Trabajo reclamada ha incurrido en un error de hecho y se ha excedido en sus facultades
en forma ilegal, y arbitraria al atribuirse facultades que están reservadas en forma
exclusiva y excluyente a los tribunales de justicia, por lo que las multa cursada a mi
representada debe ser dejadas sin efecto.
Con el objeto de no consagrar los mismos argumentos señalados anteriormente, doy por
reproducidos los fundamentos respectos de la supuesta relación laboral de don Marcelo con mi
representada, toda vez que no existe obligación de mantener documentos respecto de la relación
laboral, ya que como se señalo no existió por tratarse de una relación civil bajo boletas de
honorarios.
Respecto de doña Daniela Mansilla, tiene una relación laboral suscrita desde el día 1 de
noviembre del año 2020. Supuestamente la infracción tiene relación por un documento que
supuestamente no se encontraba disponible que tiene relación con el derecho a saber los riesgos
laborales, el cual tiene existencia desde el inicio de la relación laboral y siempre se ha mantenido
una copia de todo documento en la sucursal en la cual cursaron la infracción.
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Cabe mencionar que es primera vez que le cursan una multa a mi representada, ya que en
más de 60 años cada vez que fiscalizaron en las sucursales o en la casa matriz, si había algún
documento faltante por no ser el original, el fiscalizador optaba por acompañar al encargado a la
casa matriz a revisar la existencia de dicho documento o esperar en el lugar de fiscalización a
que el documento llegará, que a criterio nuestro es un actuar de buena fe por parte del
fiscalizadora(a).
Recordemos que en los actos de la administración solo pueden actuar dentro de las facultades
que les están expresamente permitidas. De esta forma, pasaremos a analizar algunos principios
que rigen los actos administrativos.
En segundo lugar, hay que hacer referencia al principio de tipicidad, consagrado en el inciso nal
del artículo 19 Nº 3 de la Constitución Política del Estado, el cual dispone que “Ninguna ley
podrá establecer penas sin que la conducta que se sanciona esté expresamente descrita en ella”
Recogiendo ambos principios, podemos a rmar que, estamos ante la inexistencia jurídica de una
infracción, con gurándose de esta forma que la Inspección se ha excedido en sus facultades en
forma arbitraria, que pasa a ser un error de derecho a n de cuentas, que hace del todo
improcedente la aplicación de una multa
Es así, como aplicando la lógica de la Inspección, hubiese sido mejor para esta parte negarse a
cooperar sin dar una solución por el documento supuestamente faltante, atendido que,
producto de la exhibición de una copia y por faltar el documento original, le trajo aparejada una
multa de monto considerable, que no se ajusta a la cooperación y solidaridad la Dirección del
Trabajo siempre ha scalizado
En definitiva Us. Esta parte considera que la Inspección Provincial del Trabajo reclamada se
ha excedido en sus facultades en forma ilegal, y arbitraria al atribuirse facultades que están
reservadas en forma exclusiva y excluyente a los tribunales de justicia, por lo que las multa
cursada a mi representada debe ser dejadas sin efecto.
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Hago presente a S.S. que mi representada desconoce la fecha cierta de la noti cación, toda vez
que tomo conocimiento cierto de la multa el día 20 de abril del año 2021, ya que desde la fecha
en la cual depositarse en la casilla a nombre de mi representada a dicha fecha nunca hubo
noti cación por parte de Correos de Chile y que, por la contingencia nacional el desplazamiento
del personal de la empresa es restringido con el objeto de resguardar su salud, no exponer a los
demás trabajadores y familias, por lo que nadie de la empresa tomo conocimiento oportunamente
de la multa
El artículo 508 del Código del Trabajo establece una presunción simplemente legal de la fecha de
la noti cación por carta certi cada en los siguientes términos: “[…] se entenderá practicada al
sexto día hábil contado desde la fecha de su recepción por la o cina de Correos respectiva […]
Con todo, la fecha de noti cación de la multa es un dato de la causa que no tiene ninguna
incidencia respecto del plazo de interposición de esta demanda de reclamación, porque el
plazo de caducidad para la presentación de esta demanda se encuentra suspendido.
En efecto, el artículo 8° de la Ley 21226, que establece un régimen jurídico de excepción para
los procesos judiciales, en las audiencias y actuaciones judiciales, y para los plazos y ejercicio de
las acciones que indica, por el impacto de la enfermedad covid-19 en Chile, dispone
“Asimismo, no aplicará lo dispuesto en el inciso primero de este artículo para el ejercicio de las
acciones laborales y de competencia de los juzgados de policía local, en cuyo caso se
entenderán prorrogados los plazos de prescripción y de caducidad respectivos, hasta cincuenta
días hábiles contados desde la fecha de cese del estado de excepción constitucional de
catástrofe, por calamidad pública, declarado por decreto supremo Nº 104, de 18 de marzo de
2020, del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, y el tiempo en que este sea prorrogado, si
es el caso.”
Como se puede advertir, el plazo de caducidad para el ejercicio de acciones laborales, como la
presente, se encuentra suspendido a la fecha de esta presentación, por lo que, en cualquier caso,
esta reclamación se interpone dentro de plazo
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SEGUNDO: De la Reclamación
Teniendo presente los antecedentes señalados anteriormente, y dejando asentados los hechos
constatados por el scalizador y la infracción que éstos constituirían, y de conformidad a lo
dispuesto en el artículo 503 del ya citado Código, esta parte viene en reclamar judicialmente en
contra de la resolución que decidió cursar las multas antes singularizada, solicitando se deje sin
efecto en todas sus partes, en atención a los siguientes fundamentos.
La exigencia de los principios de tipicidad y legalidad, ha sido reiterada por el Excmo. Tribunal
Constitucional, en sentencia dictada el día 21 de diciembre de 2020, en que resaltó que su
observancia es incluso más importante en materia administrativa, que en el derecho penal
judicial:
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- “Incluso con mayor intensidad deben aplicarse en este último campo. No únicamente porque
aquí es la propia Administración quien norma, scaliza y sanciona (STC Rol N° 4012-17,
considerando 43°), sino que asimismo por otras tres razones:”
- “a) por la indefensión que se produce frente a los Reglamentos, ya que el Código Sanitario no
prevé una acción procesal para recurrir en su contra, al paso que un reglamento tampoco
pueden ser impugnado directa e inmediatamente ante los tribunales vía protección, sino que
solo el acto administrativo concreto dictado para darle aplicación, según puntualizara la
Corte Suprema en SCS Rol N° 23.725-2016, de 3 de agosto de 2016 (considerando 2°);”
- “b) porque, a pesar de su contenido y naturaleza penal, tales sanciones administrativas solo
se pueden reclamar ante tribunales civiles, y no ante los tribunales penales, que serían los
jueces naturales propiamente hablando, circunstancia que amerita que esta traslación de
principios y garantías se produzca sin distorsiones que conduzcan a su inefectividad, y”
- “c) porque al juez de lo contencioso solo le es dado controlar una decisión ya adoptada en un
ulterior reclamo de ilegalidad, situación que no permite a los afectados cuestionar su
arbitrariedad ni solicitar a los tribunales que calibren la multa, según ha apuntado la Corte
Suprema en SCS Rol N° 36.953-2019 (considerando 15°) y, en materia sanitaria, en SCS Rol
N° 31.895-2019 (considerando 9°);”
Por otro lado, respecto de la supuestamente relación laboral, según lo ha señalado de manera
uniforme y reiterada la propia Dirección del Trabajo, el contrato de trabajo se configura, y su
existencia se presume, aunque las partes le hayan dado otra denominación, siempre que
concurran los siguientes requisitos copulativos: (a) Que se presten servicios personales, (b)
Que se pague una remuneración por dichos servicios, y (c) Que los servicios se ejecuten
bajo subordinación o dependencia.
En el caso de marras, dichos requisitos desde luego no se cumplen, ya que don Marcelo, NO SE
CONFIGURAN DE MANERA ALGUNA POR PARTE DE MI REPRESENTADA, sujeta a
dependencia o subordinación con Dolly S.A. y tampoco han debido efectuar rendición de cuentas
por sus funciones.
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La subordinación o dependencia que permite configurar una relación laboral se manifiesta, según
lo ha señalado la propia Dirección del Trabajo, "...en diversos aspectos tales como la
continuidad o permanencia de los servicios prestados, la obligación de asistencia del
trabajador, el cumplimiento de un horario de trabajo, la supervigilancia en el desempeño de
las funciones, la obligación del trabajador de ceñirse a instrucciones y controles de diversa
índole, etc...." (Dictamen Nº 6041 de fecha 26 de Agosto de 1986).
Si bien es cierto, la institución puede sentar lineamientos, pero sería irrisorio sostener que ello
origina o hace nacer el elemento de subordinación y dependencia propio de una relación laboral.
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tributarios, estimamos que estos documentos serían idóneos para destruir la pretensión del
demandante de constituirse en un trabajador, desde el punto de vista laboral".(Destacado es
nuestro).
18. Que, por último, en relación a la materia en análisis nuestro Máximo Tribunal ha resuelto
que: “Las boletas de honorarios acompañadas por la demandada y no objetadas, permiten
concluir que el demandante prestó servicios como profesional a honorarios y no en razón de
un contrato de trabajo, conclusión que se refuerza por los demás antecedentes que el fallo
menciona (sentencia de 20.09.1990, rol 2651. Citado en Boletín Oficial Asociación de
Profesionales Dirección del Trabajo, febrero 2001, página, 62).
Por estas reflexiones y lo prevenido en los artículos 7, 455, 456, 463 y 465 del Código del
Trabajo, se confirma, sin costas del recurso, la sentencia apelada pe treinta de noviembre de dos
mil seis, escrita de fojas 135 a 153 de autos. (Corte Suprema, 13 de diciembre de 2007, Rol N°
6360-2007, caratulada “José Eladio Sepúlveda Ormeño con Red Televisiva Megavisión “)
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Sabemos S.S. que uno de los supuestos básicos o requisitos fundamentales que debe tener el
poder sancionador del Estado es la proporcionalidad entre la conducta desplegada y la pena
impuesta. Hay que establecer penas acordes a la conducta sancionada, de lo contrario se incurrirá
en una injusticia o arbitrariedad, esto es, al sancionar ligeramente una conducta grave o de modo
severo una conducta pequeña, minúscula o de poca monta. Creemos que este segundo caso se da
en la multa que nos convoca.
Esto no es sino expresión de que la capacidad o facultad sancionatoria del Estado es única, por lo
que debe atenerse a los mismos principios de aquellos que legitiman y sustentan el derecho
penal.
Ahora bien, aun cuando en materia administrativa se admite cierta atenuación de los principios
que limitan la potestad del Estado para aplicar sanciones, tolerando mayores grados de
discrecionalidad, lo cierto es que de ninguna manera ello se podría traducir en la desaparición
de tales principios, puesto que sería del todo ilógico que el infractor administrativo carezca de
derechos y garantías que se reconocen al delincuente, o que el juez penal tuviera límites que no
se apliquen al órgano administrativo sancionador
También parece desproporcionada la multa atendiendo al tenor de los artículos 349 y 506 del
Código del Trabajo que, a todas luces dada la envergadura de la supuesta infracción, se sanciona
gravosamente.
En este sentido, “se ha puesto de relieve por la doctrina las fórmulas de enjuiciar la actuación
administrativa frente a la ley. Dos formulaciones que son contradictorias una de otra. Una
primera fórmula en que la ley actuaría como límite a la actuación libre de la Administración:
ésta quedaría legitimada en su actuación con el solo hecho de comprobar que no existe un
precepto legal en su contra. La segunda fórmula es aquella por la cual la Administración puede
actuar sólo cuando la ley le ha atribuido una potestad y en la medida en que tal atribución
legalice su actividad. Hay una presunción de probibición, que sólo se quiebra cuando la ley
permite la actividad administrativa. Existe aquí una exigencia de conformidad lógica y racional
entre el acto administrativo y la norma jurídica preexistente. Es en este segundo sentido es en el
que generalmente se admite el principio de legalidad. La actuación administrativa debe ser, caso
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por caso, engarzada a la ley, la cual debe acompañar en todo caso el actuar de la
Administración; el desenganche entre el acto administrativo y la ley produce la ilegalidad del
acto, o sea, su falta de soporte legitimador
Por lo anterior, las multa aplicadas constituyen a todas luces un exceso de las facultades del ente
fiscalizador, por carecer en forma absoluta de facultades para ello, por cuanto la calificación
jurídica de un hecho es privativa y materia de competencia y conocimiento de los Tribunales
Ordinarios del Trabajo.
En efecto, el artículo 420 del Código del Trabajo dispone que “serán de competencia de los
Juzgados de Letras del Trabajo: a) las cuestiones suscitadas entre empleadores y trabajadores
por aplicación de las normas laborales o derivadas de la interpretación y aplicación de los
contratos individuales o colectivos del trabajo o de las convenciones y fallos arbitrales en
materia laboral...”.
A su vez, el artículo 505 del Código del Trabajo establece que: “La fiscalización del
cumplimiento de la legislación laboral y su interpretación corresponde a la Dirección del
Trabajo, sin perjuicio de la facultades conferidas a otros servicios administrativos en virtud de
las leyes que los rigen.”.
Asimismo, el D.F.L. Nº 2 de 1967 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, denominado
Ley Orgánica de la Dirección del Trabajo, dispone en su artículo 1º que a la Dirección del
Trabajo le corresponderá particularmente “a) La fiscalización de la aplicación de la legislación
laboral”. A su vez, el artículo 5º señala: “Al Director le corresponderá especialmente: b) Fijar
la interpretación de la legislación y reglamentación social, sin perjuicio de la competencia que
sobre determinadas materias tengan otros Servicios u Organismos Fiscales, salvo que el caso
esté sometido al pronunciamiento del los Tribunales y esta circunstancia esté en su
conocimiento”.
De las normas antes citadas, se establece claramente que la ley establece un campo de actuación
para la Dirección del Trabajo (que ejerce sus actividades a través de las Inspecciones del
Trabajo), que es determinado por la Ley y que en caso alguno pueden extenderse las facultades a
funciones que no le corresponden. Si bien el artículo 505 del Código del Trabajo parece otorgar
amplías facultades a la Dirección del Trabajo y a sus inspectores, aquellas están necesariamente
limitadas por las atribuciones privativas que la Constitución y las leyes otorgan a otros
órganos del Estado, en especial los de carácter jurisdiccional.
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Se debe tener presente asimismo, que las facultades que la Ley confiere a la Dirección del
Trabajo, deben ejercerse siempre y cuando ella se encuentre frente a situaciones de infracción a
las normas laborales, o sea, cuando se sorprendan ilegalidades claras y precisas. En el presente
caso, al existir discusión en cuanto a la naturaleza jurídica de la relación laboral o civil, tal
situación ha dejado de ser una ilegalidad clara y precisa, pues es justamente su interpretación lo
que se discute, de manera que la competencia del fiscalizador cesa, surgiendo la del Tribunal
llamado por la Ley y la Constitución a conocer y resolver estas materias, siendo la norma
habilitante la del artículo 420 del Código del Trabajo.
“Se acoge el recurso de protección interpuesto en contra de la inspección del trabajo, en cuanto
ha incurrido en un acto ilegal y arbitrario al calificar jurídicamente los hechos por ella
observados. El artículo 505 del Código del Trabajo le entrega la fiscalización laboral y la
interpretación de sus normas, sin embargo en la Constitución Política de la República entrega
exclusivamente a los Tribunales establecidos por la ley la función jurisdiccional, por lo tanto, la
calificación de los hechos corresponde exclusivamente a los Tribunales competentes. Esta
actuación ilegal importa la vulneración de la garantía constitucional contemplada en el n°3,
inciso cuarto, del artículo 19 de la Constitución Política. Sin perjuicio de lo anterior el fondo del
asunto debe ser dilucidado en la sede ordinaria especializada que corresponda.”(Excma. Corte
Suprema, 25 de agosto de 2005, Rol N°1790-2005).
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A mayor abundamiento, la Excelentísima Corte Suprema en el fallo de fecha 8 de mayo del año
2006 en la causa ingreso Rol Nº 921-2006, en el mismo sentido que los fallos anteriores señaló
lo siguiente:
“1º) Que el artículo 2º del Código del Trabajo, junto con reconocer la función social que cumple
el trabajo, otorga al Estado la misión de amparar al trabajador en su derecho a elegir
libremente su empleo y, además, de velar por el cumplimiento de las normas que regulan la
prestación de los servicios, labor esta última que corresponde cautelar, en representación del
Estado, a la Dirección del Trabajo, y en cuya virtud, especialmente en lo que al presente recurso
interesa, ésta debe fiscalizar la aplicación de la ley laboral; 2º) Que, sin embargo, tales
facultades deben ejercerse sólo cuando dicho servicio se encuentra frente a situaciones de
infracción a las normas laborales, o sea, cuando con su actividad de fiscalización se sorprendan
ilegalidades claras, precisas y determinadas; 3º) Que, en el presente caso, al contrario de lo
expuesto precedentemente, la recurrida procedió, a través de la Resolución de Multa Nº
368905012-12, de fecha 25 de agosto del año dos mil cinco, a determinar que las convenciones
sobre prestación de servicios celebrados entre Integramédica S.A. y los recurrentes serían
contratos de trabajo, y que existiría relación laboral entre las partes, por lo que concluyó que, al
no encontrarse escriturados en los términos exigidos por la ley para esta última clase de actos
jurídicos, correspondía la aplicación de multa por la referida omisión; 4º) Que, como puede
verse, AL ATRIBUIR LA CALIDAD DE TRABAJADORES A LOS RECURRENTES, Y
CALIFICAR COMO LA PRESUNCIÓN DE LA EXISTENCIA DEL CONTRATO DE
TRABAJO EL SUSCRITO POR ESTOS ÚLTIMOS E INTEGRAMÉDICA S.A., LA
DIRECCIÓN DEL TRABAJO SE ARROGÓ FACULTADES PROPIAS Y EXCLUYENTES
DE LOS TRIBUNALES COMPETENTES EN DICHA MATERIA, esto es, de los juzgados del
trabajo. En efecto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 420 del Código del Trabajo,
corresponde a éstos conocer de las cuestiones o controversias suscitadas entre empleadores y
trabajadores por aplicación de las normas laborales o derivadas de la interpretación y
aplicación de los contratos individuales y colectivos del trabajo; 5º) Que, en efecto, consta del
mérito del proceso, en especial del Acta de Constatación de Hechos, cuya fotocopia rola a fojas
74 que, constituido el Fiscalizador de la recurrida en el domicilio de Integramédica S.A., se
percató que entre esta última sociedad y los recurrentes existía un vínculo jurídico que crea
derechos y obligaciones entre ambas partes; pero, en este estado de cosas, y por lo expuesto en
el motivo precedente, la recurrida no tenía facultades para calificar la naturaleza jurídica de
dicha relación, labor que sólo compete a los tribunales del trabajo, a través del procedimiento
establecido por la ley; 6º) Que de lo señalado precedentemente aparece de manifiesto que la
recurrida en estos autos incurrió en un acto ilegal que ha perturbado el legítimo ejercicio de
la garantía constitucional contemplada en el artículo 19 Nº 3, inciso 4º, de la Constitución
Política de la República en detrimento de los recurrentes, pues nadie puede ser juzgado por
comisiones especiales sino por el tribunal que señale la ley y que se halle establecido con
anterioridad por ésta” ( La negrilla es de esta parte).
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En suma, un Inspector del Trabajo, jamás puede efectuar una calificación jurídica de hechos,
pues esas labores la Constitución las ha encomendado exclusiva y excluyentemente a los
Tribunales debidamente establecidos.
En efecto, el inciso 2º del artículo 7º de la carta fundamental dispone taxativamente que ninguna
magistratura, ninguna persona ni grupo de personas puede atribuirse, ni a aún a pretexto de
circunstancias extraordinarias, puede arrogarse otra autoridad o derechos que los que
expresamente se les hayan conferido en virtud de la Constitución o las Leyes. Lo anterior
significa en pocas palabras que las autoridades deberán actuar dentro de su competencia y que no
tendrán más atribuciones que las que expresamente se les hayan conferido por el ordenamiento
jurídico.
Todo lo anterior queda en evidencia que la inspección Provincial del Trabajo de Puerto Montt ha
incurrido en un error hecho respecto del punto N°1 y se ha extralimitó en sus facultades al
calificar jurídicamente una situación de hecho respecto del punto N°1 y N°2 de la multa N°
8573/20/28, de fecha 28 de diciembre del año 2020, por calificar una relación civil como laboral
y por calificar erróneamente la naturaleza de un documento, respectivamente, actuando de
manera ilegal y arbitraria, atribuyéndose facultades que son propias de los Tribunales de justicia.
Por todos estos antecedentes resulta procedente que S.S. acoja de inmediato el presente reclamo
interpuesto en el Procedimiento de Aplicación General, debido a los fundamentos del mismo,
imposibles de controvertir por la contraria, todo ello conforme a lo establecido en el art. 503
inciso cuarto del Código del Trabajo dejando sin efecto la resolución de multa N° 8573/20/28, de
fecha 28 de diciembre del año 2020 de la Inspección Comunal del Trabajo de Puerto Montt
En subsidio S.S., y reiterando lo señalado en particular, esta parte solicita se rebaje la multa al
máximo que U.S. estime en virtud de los argumentos de hecho y de derecho que se indicaron en
lo principal de esta presentación considerando además que nunca había sido cursada alguna
multa en contra de mi representada de este tipo u otro
POR TANTO,
En mérito de los argumentos de hecho y de derecho expuestos y las disposiciones legales
citadas,
RUEGO A US.: Se sirva tener por deducido fundado reclamo en contra de Resolución de Multa
N° 8573/20/28, de fecha 28 de diciembre del año 2020, dictada por la INSPECCIÓN
PROVINCIAL DEL TRABAJO DE PUERTO MONTT, representada por don Cristian
Alejandro Espejo Villarroel, o quien lo subroge, ambos ya individualizados, solicitando a US.
que, previa la tramitación de rigor, acoja el presente reclamo, ordenando a la Inspección
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Provincial del Trabajo respectiva dejar sin efecto dichas multas, o en subsidio, rebajarlas al
mínimo que estime US., en base a los argumentos de hecho y de derecho expuestos
precedentemente.
PRIMER OTROSÍ: RUEGO A US. se sirva tener por acompañados, los siguientes documentos
con citación, y estos son:
SEGUNDO OTROSÍ: RUEGO A US.se sirva tener por acompañada copia del mandato judicial
donde consta mi personería para actuar en representación de DOLLY S.A..
SEGUNDO OTROSÍ: Solicito a US. se sirva tener presente que de conformidad a lo dispuesto
en el artículo 442 del Código del Trabajo, vengo en designar para efectos de citaciones,
comunicaciones y/o notificaciones que se dicten en esta causa, la siguiente de casilla de correo
electrónico: pablo.valdes.perez@gmail.com
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