Reclamación de Multa Administrativa Laboral

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PROCEDIMIENTO :Ordinario

MATERIA :Reclamación de Multa Administrativa laboral


RECLAMANTE :DOLLY S.A.
R.U.T. :77.030.130-0
ABOGADO PATROCINANTE
Y APODERADO :Pablo Valdés Pérez
C.N.I. :17.891.665-3
RECLAMADA :Inspección Provincial del Trabajo de Puerto Montt.
R.U.T. : 61.502.000-1
REPRESENTANTE :Cristian Alejandro Espejo Villarroel
R.U.T. :Se ignora
_____________________________________________________________________________
EN LO PRINCIPAL: Reclama por aplicación de multas administrativas EN EL PRIMER
OTROSÍ:Acompaña documentos que indica. EN EL SEGUNDO OTROSÍ: Acredita
Personería EN EL TERCER OTROSÍ: Se tenga presente

S. J. L. DEL TRABAJO

PABLO VALDÉS PÉREZ, Abogado, con domicilio ubicado en calle O Higgins N° 167, oficina
803, de la ciudad de Puerto Montt, en representación convencional, según se acreditará de
DOLLY S.A., rol único tributario N° 77.030.130-0, con domicilio en calle Urmeneta 292, de la
ciudad de Puerto Montt, a U.S. respetuosamente digo:

Que por este acto, y de conformidad a lo prescrito en el inciso tercero del artículo 503 del
Código del Trabajo, vengo en deducir reclamo judicial de multa en contra de la Inspección
Comunal del Trabajo de Puerto Montt, representada por don Cristian Alejandro Espejo Villarroel,
o quién lo subrogue o reemplace, ambos domiciliados en Benavente N°485, Puerto Montt.

La presente acción judicial se deduce a efectos que S.S. se sirva dar lugar al presente reclamo de
multa por las razones de hecho y de derecho que a continuación paso a exponer y así, en
de nitiva, S.S. deje sin efecto la multa de la resolución indicada, o de lo contrario la rebaje a lo
máximo que S.S. considere de justicia, es decir la resolución de multa N° 8573/20/28, de fecha
28 de diciembre del año 2020 de la Inspección Comunal del Trabajo de Puerto Montt

I. DE LOS HECHOS

Con fecha 21 de diciembre de 2020, en visita inspectiva realizada por la fiscalizadora de la


Inspección Provincial del Trabajo de Puerto Montt, doña Carol Bustamante Alvaro, cursó a mi
representada 2 multas bajo el N° 8573/20/28, las que equivalen a un total de $ 2.614.870.-,
monto en pesos a la fecha en que se constató la infracción. De ello se levantó acta en la que se
habría constatado lo siguiente:

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N° 1. No escriturar contrato de trabajo. Supuesta infracción del artículo 9 incisos 1° y 2° en


relación con el inciso 5° del artículo 506 del Código del Trabajo.

N° 2. No mantener toda la documentación necesaria para efectuar las labores de fiscalización.


Infracción de los Artículos 31 y 32 del D.F.L N° 2 de 1967 del Ministerio del Trabajo y Previsión
Social.

Lo anterior se debe a que la fiscalizadora consideró que mi representada habría mantenido a don
MARCELO BARRIENTOS GALLARDO, cédula nacional de identidad número 20.572.189-4,
en una situación de informalidad laboral, por supuestamente el hecho de no escriturar contrato de
trabajo, bajo el supuesto de encontrarse bajo relación laboral desde el día 7 de diciembre de 2020
cómo vendedor.

A su vez, respecto de don MARCELO BARRIENTOS GALLARDO y doña DANIELA


MANCILLA GONZALEZ, cédula nacional de identidad número 16.238.061-3, no mantener la
documentación que deriva de la relación laboral en el establecimiento, necesaria para efectuar las
labores de fiscalización.

Respecto de la multa cursada correspondiente a: “N° 1. No escriturar contrato de trabajo.


Supuesta infracción del artículo 9 incisos 1° y 2° en relación con el inciso 5° del artículo 506
del Código del Trabajo."

Sobre de la infracción correspondiente a la no escrituración del contrato de trabajo de don


Marcelo Barrientos, al momento de efectuar la fiscalización y tal como se le señalo a la
fiscalizadora de la Inspección del Trabajo y hasta el día 1 de abril del año 2021, no se trataba de
un trabajador bajo subordinación y dependencia, por lo que mi representada no está obligada
escriturar un contrato de trabajo u otorgar documentos relativos a los comprobantes de pago de
remuneraciones que no existen, ya que durante el mes de diciembre del año 2020, enero, febrero
y marzo del año 2021, don Marcelo presto servicios como vendedor de una de las tiendas de mi
representada, sin ser trabajador, tal como se demostrará con las boletas de honorarios emitidas
por don Marcelo, los cuales se emiten según las exigencias del Servicio de Impuestos Internos
para estos casos.

En el mismo sentido, don Marcelo prestó servicios a honorarios en su calidad de vendedor, en


forma autónoma e independiente según turnos disponibles, para lo cual emiten boletas de
honorarios, efectuándose por mi representada las retenciones y declaraciones mensuales del
impuesto a la renta en la proporción del 10% y 10.75% - según periodo que corresponda evaluar-
del monto total de los servicios, retenciones con las que don Marcelo como prestador de servicio
de venta en todo momento estuvo de acuerdo, sin efectuar objeción ni reclamo de ninguna
especie durante el tiempo que ha durado la relación profesional entre las partes.

Así pues, don Marcelo en el periodo mencionado, no tenia obligación de asistencia, ni se


encuentran sometidos a una jornada de trabajo, sólo las horas de ventas a las que opta según los

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turnos disponibles para dichos efectos, más teniendo presente que comenzó en el mes de
diciembre y en época de promociones especiales de productos por festividades.

Conforme a los antecedentes de hecho referidos, y que basta con ellos para dar cuenta US., que
resulta claro que don Marcelo no tenia en los meses de diciembre 2020, enero, febrero y
marzo de 2021 una relación laboral con mi representada, sino tan sólo una de naturaleza
civil.

En vista de ello, mal podría esta empresa tener un contrato de trabajo escriturado o bien entregar
otra documentación relativa a una supuesta relación laboral, por no existir en dicho momento.

Cabe mencionar que con fecha 1 de abril del año 2021 fue contratado como vendedor de la
tienda Dolly S.A. bajo subordinación y dependencia, tal como se demostrará en autos.

Sin embargo y más allá de eso, es esencial señalar desde ya a US. que la Inspección Provincial
del Trabajo reclamada ha incurrido en un error de hecho y se ha excedido en sus facultades
en forma ilegal, y arbitraria al atribuirse facultades que están reservadas en forma
exclusiva y excluyente a los tribunales de justicia, por lo que las multa cursada a mi
representada debe ser dejadas sin efecto.

Respecto de la multa cursada correspondiente a: N° 2. No mantener toda la documentación


necesaria para efectuar las labores de fiscalización. Infracción de los Artículos 31 y 32 del
D.F.L N° 2 de 1967 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social.

Sobre la infracción referida a no mantener toda la documentación para que la Fiscalizadora


pueda efectuar las labores de fiscalización, debemos tener presente que si bien la norma exige
tener los documentos relativos a cada trabajador en el lugar donde se realizan las labores, mi
representada tiene 6 sucursales y en cada una de ellas se mantienen copias de cada uno de los
documentos exigidos, sin embargo, los originales se encuentran en la casa matriz.

Con el objeto de no consagrar los mismos argumentos señalados anteriormente, doy por
reproducidos los fundamentos respectos de la supuesta relación laboral de don Marcelo con mi
representada, toda vez que no existe obligación de mantener documentos respecto de la relación
laboral, ya que como se señalo no existió por tratarse de una relación civil bajo boletas de
honorarios.

Respecto de doña Daniela Mansilla, tiene una relación laboral suscrita desde el día 1 de
noviembre del año 2020. Supuestamente la infracción tiene relación por un documento que
supuestamente no se encontraba disponible que tiene relación con el derecho a saber los riesgos
laborales, el cual tiene existencia desde el inicio de la relación laboral y siempre se ha mantenido
una copia de todo documento en la sucursal en la cual cursaron la infracción.

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Es así como la Fiscalizadora, a diferencia de oportunidades anteriores, al no contar con el


documento la persona encargada de la tienda, su criterio fue cursar la multa, a pesar que el
documento original se encontraba en la casa matriz de mi representada.

Cabe mencionar que es primera vez que le cursan una multa a mi representada, ya que en
más de 60 años cada vez que fiscalizaron en las sucursales o en la casa matriz, si había algún
documento faltante por no ser el original, el fiscalizador optaba por acompañar al encargado a la
casa matriz a revisar la existencia de dicho documento o esperar en el lugar de fiscalización a
que el documento llegará, que a criterio nuestro es un actuar de buena fe por parte del
fiscalizadora(a).

Recordemos que en los actos de la administración solo pueden actuar dentro de las facultades
que les están expresamente permitidas. De esta forma, pasaremos a analizar algunos principios
que rigen los actos administrativos.

En primer lugar, tenemos el principio de legalidad, contemplado en el artículo 7º de la


Constitución Política de la República, en virtud del cual se ha señalado que, “La Administración
puede actuar sólo cuando la ley le ha atribuido una potestad y en la medida en que tal
atribución legalice su actividad. Hay una presunción de prohibición, que sólo se quiebra cuando
la ley permite la actividad administrativa. Existe aquí una exigencia de conformidad lógica y
racional entre el acto administrativo y la norma jurídica preexistente. Es en este segundo sentido
es en el que generalmente se admite el principio de legalidad. La actuación administrativa debe
ser, caso por caso, engarzada a la ley, la cual debe acompañar en todo caso el actuar de la
Administración; el desenganche entre el acto administrativo y la ley produce la ilegalidad del
acto, o sea, su falta de soporte legitimador.”

En segundo lugar, hay que hacer referencia al principio de tipicidad, consagrado en el inciso nal
del artículo 19 Nº 3 de la Constitución Política del Estado, el cual dispone que “Ninguna ley
podrá establecer penas sin que la conducta que se sanciona esté expresamente descrita en ella”

Recogiendo ambos principios, podemos a rmar que, estamos ante la inexistencia jurídica de una
infracción, con gurándose de esta forma que la Inspección se ha excedido en sus facultades en
forma arbitraria, que pasa a ser un error de derecho a n de cuentas, que hace del todo
improcedente la aplicación de una multa

Es así, como aplicando la lógica de la Inspección, hubiese sido mejor para esta parte negarse a
cooperar sin dar una solución por el documento supuestamente faltante, atendido que,
producto de la exhibición de una copia y por faltar el documento original, le trajo aparejada una
multa de monto considerable, que no se ajusta a la cooperación y solidaridad la Dirección del
Trabajo siempre ha scalizado

En definitiva Us. Esta parte considera que la Inspección Provincial del Trabajo reclamada se
ha excedido en sus facultades en forma ilegal, y arbitraria al atribuirse facultades que están
reservadas en forma exclusiva y excluyente a los tribunales de justicia, por lo que las multa
cursada a mi representada debe ser dejadas sin efecto.

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II. DEL DERECHO.-

PRIMERO: Sobre la fecha de Notificación.

Hago presente a S.S. que mi representada desconoce la fecha cierta de la noti cación, toda vez
que tomo conocimiento cierto de la multa el día 20 de abril del año 2021, ya que desde la fecha
en la cual depositarse en la casilla a nombre de mi representada a dicha fecha nunca hubo
noti cación por parte de Correos de Chile y que, por la contingencia nacional el desplazamiento
del personal de la empresa es restringido con el objeto de resguardar su salud, no exponer a los
demás trabajadores y familias, por lo que nadie de la empresa tomo conocimiento oportunamente
de la multa

El artículo 508 del Código del Trabajo establece una presunción simplemente legal de la fecha de
la noti cación por carta certi cada en los siguientes términos: “[…] se entenderá practicada al
sexto día hábil contado desde la fecha de su recepción por la o cina de Correos respectiva […]

Con todo, la fecha de noti cación de la multa es un dato de la causa que no tiene ninguna
incidencia respecto del plazo de interposición de esta demanda de reclamación, porque el
plazo de caducidad para la presentación de esta demanda se encuentra suspendido.

En efecto, el artículo 8° de la Ley 21226, que establece un régimen jurídico de excepción para
los procesos judiciales, en las audiencias y actuaciones judiciales, y para los plazos y ejercicio de
las acciones que indica, por el impacto de la enfermedad covid-19 en Chile, dispone

“Durante la vigencia del estado de excepción constitucional de catástrofe, por calamidad


pública, declarado por decreto supremo Nº 104, de 18 de marzo de 2020, del Ministerio del
Interior y Seguridad Pública, y el tiempo en que este sea prorrogado, si es el caso, se entenderá
interrumpida la prescripción de las acciones por la sola presentación de la demanda, bajo
condición de que esta no sea declarada inadmisible y que sea válidamente noti cada dentro de
los cincuenta días hábiles siguientes a la fecha del cese del referido estado de excepción
constitucional, y el tiempo en que este sea prorrogado, si es el caso, o dentro de los treinta días
hábiles siguientes a la fecha en que la demanda fuere proveída, lo que suceda último. “No será
aplicable lo dispuesto en el inciso anterior para el ejercicio de las acciones penales.”

“Asimismo, no aplicará lo dispuesto en el inciso primero de este artículo para el ejercicio de las
acciones laborales y de competencia de los juzgados de policía local, en cuyo caso se
entenderán prorrogados los plazos de prescripción y de caducidad respectivos, hasta cincuenta
días hábiles contados desde la fecha de cese del estado de excepción constitucional de
catástrofe, por calamidad pública, declarado por decreto supremo Nº 104, de 18 de marzo de
2020, del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, y el tiempo en que este sea prorrogado, si
es el caso.”

Como se puede advertir, el plazo de caducidad para el ejercicio de acciones laborales, como la
presente, se encuentra suspendido a la fecha de esta presentación, por lo que, en cualquier caso,
esta reclamación se interpone dentro de plazo

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SEGUNDO: De la Reclamación

Teniendo presente los antecedentes señalados anteriormente, y dejando asentados los hechos
constatados por el scalizador y la infracción que éstos constituirían, y de conformidad a lo
dispuesto en el artículo 503 del ya citado Código, esta parte viene en reclamar judicialmente en
contra de la resolución que decidió cursar las multas antes singularizada, solicitando se deje sin
efecto en todas sus partes, en atención a los siguientes fundamentos.

La decisión de la Inspección reclamada infringe los principios de tipicidad y de legalidad que


rigen al derecho administrativo sancionador y más correctamente, todos los actos de la
Administración del Estado.

En este sentido, en el ámbito administrativo sancionador, el principio de legalidad implica que la


potestad sancionadora de la Administración Pública se ejerza cuando haya sido expresamente
atribuida por una norma con rango de ley, con aplicación del procedimiento previsto para su
ejercicio y de acuerdo con lo que prescriben los demás principios que rigen su ejercicio.

Al respecto, la Excma. Corte Suprema ha señalado recientemente:

- “Que, como expresión de la actividad administrativa estatal, la potestad sancionatoria debe


primordialmente sujetarse al axioma de legalidad, que obliga a todos los órganos del Estado
a actuar con arreglo a la Constitución Política y a las normas dictadas conforme a ellas. En
el ámbito particular del derecho sancionatorio, el aforismo de la legalidad requiere que tanto
las conductas reprochables como las sanciones con que se las reprime estén previamente
explicitadas en la ley. Este criterio rector encuentra su manifestación más especí ca en otro
proverbio que le sirve de complemento: el de la tipicidad, con arreglo al cual no resulta
bastante que la contravención se halle establecida en la ley, sino que a ello debe agregarse la
exigencia que esté expresamente de na la conducta que la con gura, con lo que se resguarda
la garantía de la seguridad jurídica, desde que la descripción del comportamiento indebido
pone anticipadamente en conocimiento del destinatario cuál es el deber a que debe ceñirse en
su actuar.” (Sentencia de la Excma. Corte Suprema de fecha 1 de marzo de 2017, dictada en
autos rol: 41815-2016).

En consecuencia, según los principios de legalidad y tipicidad, que obligatoriamente rigen la


actuación de la Inspección del Trabajo, podemos concluir que para sancionar a mi representada,
se requería primero que actuara en conformidad se lo permite la Constitución y las leyes y,
segundo, que la conducta que se sanciona Dolly S.A. estuviera precisamente prohibida por una
ley, cuestión que no ocurre, según pasaré a explicar.

La exigencia de los principios de tipicidad y legalidad, ha sido reiterada por el Excmo. Tribunal
Constitucional, en sentencia dictada el día 21 de diciembre de 2020, en que resaltó que su
observancia es incluso más importante en materia administrativa, que en el derecho penal
judicial:

- “DECIMOSEXTO: Que la precisión en las descripciones legales de infracciones y penas,


constituye una exigencia que no puede verse relajada cuando los principios de tipicidad y de

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proporcionalidad se trasladan desde el orden judicial al orden administrativo, comoquiera


que su inobservancia redunda necesariamente en mayores riegos de arbitrariedad e
inseguridad jurídica.”

- “Incluso con mayor intensidad deben aplicarse en este último campo. No únicamente porque
aquí es la propia Administración quien norma, scaliza y sanciona (STC Rol N° 4012-17,
considerando 43°), sino que asimismo por otras tres razones:”

- “a) por la indefensión que se produce frente a los Reglamentos, ya que el Código Sanitario no
prevé una acción procesal para recurrir en su contra, al paso que un reglamento tampoco
pueden ser impugnado directa e inmediatamente ante los tribunales vía protección, sino que
solo el acto administrativo concreto dictado para darle aplicación, según puntualizara la
Corte Suprema en SCS Rol N° 23.725-2016, de 3 de agosto de 2016 (considerando 2°);”

- “b) porque, a pesar de su contenido y naturaleza penal, tales sanciones administrativas solo
se pueden reclamar ante tribunales civiles, y no ante los tribunales penales, que serían los
jueces naturales propiamente hablando, circunstancia que amerita que esta traslación de
principios y garantías se produzca sin distorsiones que conduzcan a su inefectividad, y”

- “c) porque al juez de lo contencioso solo le es dado controlar una decisión ya adoptada en un
ulterior reclamo de ilegalidad, situación que no permite a los afectados cuestionar su
arbitrariedad ni solicitar a los tribunales que calibren la multa, según ha apuntado la Corte
Suprema en SCS Rol N° 36.953-2019 (considerando 15°) y, en materia sanitaria, en SCS Rol
N° 31.895-2019 (considerando 9°);”

Así, el Excmo. Tribunal Constitucional ha señalado que, en este tipo de procedimientos


administrativos, la necesidad de cumplir y respetar la garantía constitucional de tipicidad es de la
mayor importancia, por lo que la sanción debe estar expresamente establecida en las normas, que
deben exigir conductas completamente determinadas, lo que evidentemente no concurre en la
presente causa

Por otro lado, respecto de la supuestamente relación laboral, según lo ha señalado de manera
uniforme y reiterada la propia Dirección del Trabajo, el contrato de trabajo se configura, y su
existencia se presume, aunque las partes le hayan dado otra denominación, siempre que
concurran los siguientes requisitos copulativos: (a) Que se presten servicios personales, (b)
Que se pague una remuneración por dichos servicios, y (c) Que los servicios se ejecuten
bajo subordinación o dependencia.

En el caso de marras, dichos requisitos desde luego no se cumplen, ya que don Marcelo, NO SE
CONFIGURAN DE MANERA ALGUNA POR PARTE DE MI REPRESENTADA, sujeta a
dependencia o subordinación con Dolly S.A. y tampoco han debido efectuar rendición de cuentas
por sus funciones.

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La subordinación o dependencia que permite configurar una relación laboral se manifiesta, según
lo ha señalado la propia Dirección del Trabajo, "...en diversos aspectos tales como la
continuidad o permanencia de los servicios prestados, la obligación de asistencia del
trabajador, el cumplimiento de un horario de trabajo, la supervigilancia en el desempeño de
las funciones, la obligación del trabajador de ceñirse a instrucciones y controles de diversa
índole, etc...." (Dictamen Nº 6041 de fecha 26 de Agosto de 1986).

Si bien es cierto, la institución puede sentar lineamientos, pero sería irrisorio sostener que ello
origina o hace nacer el elemento de subordinación y dependencia propio de una relación laboral.

La emisión de boletas de honorarios y la suscripción de un contrato de honorarios hace


presumir la no existencia de relación laboral.

La ausencia de toda dependencia o subordinación, queda también de manifiesto por el hecho


de que las personas que se detallan en la resolución de multa, ha otorgado en forma continua,
prolongada y sistemática boletas de honorarios por los servicios prestados, documentos que se
acompañarán oportunamente en la etapa pertinente.

La jurisprudencia de nuestros Tribunales de Justicia ha señalado en forma reiterada que LA


EMISIÓN DE BOLETAS DE HONORARIOS HACE PRESUMIR POR SÍ SOLA LA
INEXISTENCIA DE UNA RELACIÓN LABORAL. Así, por ejemplo, en sentencia de fecha
26 de Junio de 1980, dictada por el Juez Titular del Tercer Juzgado del Trabajo de Santiago y
confirmada por la Excma. Corte Suprema, según sentencia de fecha 17 de Diciembre del mismo
año, se señaló en el considerando Nº 9: "Que, a mayor abundamiento, durante todo el período
que la actor prestó servicios como cobradora, se le canceló las comisiones a título de
honorarios, reteniéndosele el 10% de impuesto a la renta, lo que ella aceptó y dio boletas como
honorarios profesionales, y aparece firmándolos como recibo de pago, con la referida retención,
como se acredita en los legajos acompañados a los autos sobre pruebas documentales rendidas,
y no se acredita que durante todo el largo tiempo trabajado, ella hubiera reclamado a los
Servicios del Trabajo sobre su calidad de empleada particular", agregándose en el considerando
Nº 10 que: "... no puede considerarse que la actora haya desempeñado una actividad de
empleada particular por los servicios prestados a la demandada y en estas condiciones debe
rechazarse la demanda de autos".

Resulta también ilustrativa la sentencia de la Excma. Corte Suprema de fecha 23 de Abril de


1987, la cual rechazó un recurso de queja interpuesto en contra de una de las salas de la Iltma.
Corte de Apelaciones de Santiago. Dicha Corte, al informar al máximo Tribunal, señaló que "Al
confirmar la sentencia tuvimos especialmente presente que, el demandado negó que el actor
tuviera condición, a su respecto, de subordinado o dependiente, sólo le reconoció tener el
carácter de "promotor", actividad por la cual se le habría remunerado con los pertinentes
honorarios, según las boletas que al efecto le extendió el actor. Además, por haber acreditado el
demandado, con los documentos que estaban en su poder, que ésta había efectuado ante el
Servicio de Impuestos Internos, declaración de "Iniciación de Actividades", para efectos

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tributarios, estimamos que estos documentos serían idóneos para destruir la pretensión del
demandante de constituirse en un trabajador, desde el punto de vista laboral".(Destacado es
nuestro).

También, en fallo de fecha 20 de Septiembre de 1990, la Excma. Corte Suprema acogió un


recurso de queja señalando que "la diversas probanzas allegadas por las partes, en especial las
boletas de honorarios acompañadas por la demandada y no objetadas permiten concluir que el
demandante prestó servicios a la demandada como profesional a honorarios y no en razón de
un contrato de trabajo regido por el código del ramo". (La negrilla es nuestra).

En igual sentido, la Corte Suprema ha expuesto lo siguiente:

18. Que, por último, en relación a la materia en análisis nuestro Máximo Tribunal ha resuelto
que: “Las boletas de honorarios acompañadas por la demandada y no objetadas, permiten
concluir que el demandante prestó servicios como profesional a honorarios y no en razón de
un contrato de trabajo, conclusión que se refuerza por los demás antecedentes que el fallo
menciona (sentencia de 20.09.1990, rol 2651. Citado en Boletín Oficial Asociación de
Profesionales Dirección del Trabajo, febrero 2001, página, 62).

También se ha dicho: El hecho de que se otorgaran boletas profesionales con periodicidad


regular, permite acreditar la existencia de una prestación de servicios, pero no una relación
laboral entre las partes litigantes (Corte de Apelaciones de Santiago. 04.11.1987, rol 1700 87.
Citado en Manual de Consultas Laborales y Previsionales Nº 199, diciembre 2001, Código del
Trabajo, tomo I, página 85).

Por estas reflexiones y lo prevenido en los artículos 7, 455, 456, 463 y 465 del Código del
Trabajo, se confirma, sin costas del recurso, la sentencia apelada pe treinta de noviembre de dos
mil seis, escrita de fojas 135 a 153 de autos. (Corte Suprema, 13 de diciembre de 2007, Rol N°
6360-2007, caratulada “José Eladio Sepúlveda Ormeño con Red Televisiva Megavisión “)

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En subsidio, solicita reducción de la multa cursada.


Principio de Proporcionalidad

En subsidio, debemos considerar que la multa interpuesta a mi representada ha sido avaluada en


una suma importante, no obstante, ni siquiera se puede determinar que exista una infracción,
pero en el caso de existir esta ya estaría corregida, por lo que la multa graduada en el máximo no
parece proporcional al hecho sancionado

Sabemos S.S. que uno de los supuestos básicos o requisitos fundamentales que debe tener el
poder sancionador del Estado es la proporcionalidad entre la conducta desplegada y la pena
impuesta. Hay que establecer penas acordes a la conducta sancionada, de lo contrario se incurrirá
en una injusticia o arbitrariedad, esto es, al sancionar ligeramente una conducta grave o de modo
severo una conducta pequeña, minúscula o de poca monta. Creemos que este segundo caso se da
en la multa que nos convoca.

Esto no es sino expresión de que la capacidad o facultad sancionatoria del Estado es única, por lo
que debe atenerse a los mismos principios de aquellos que legitiman y sustentan el derecho
penal.

La Contraloría General de la República ha señalado al respecto que “conforme a lo anterior, la


distinción de estos dos ámbitos sancionatorios obedece exclusivamente a un criterio
cuantitativo, puesto que el ilícito administrativo, comparado con el de naturaleza penal, es un
injusto de signi cación ético-social reducida, que por razones de conveniencia y de política
legislativa se ha encargado a la Administración.

Ahora bien, aun cuando en materia administrativa se admite cierta atenuación de los principios
que limitan la potestad del Estado para aplicar sanciones, tolerando mayores grados de
discrecionalidad, lo cierto es que de ninguna manera ello se podría traducir en la desaparición
de tales principios, puesto que sería del todo ilógico que el infractor administrativo carezca de
derechos y garantías que se reconocen al delincuente, o que el juez penal tuviera límites que no
se apliquen al órgano administrativo sancionador

También parece desproporcionada la multa atendiendo al tenor de los artículos 349 y 506 del
Código del Trabajo que, a todas luces dada la envergadura de la supuesta infracción, se sanciona
gravosamente.

En este sentido, “se ha puesto de relieve por la doctrina las fórmulas de enjuiciar la actuación
administrativa frente a la ley. Dos formulaciones que son contradictorias una de otra. Una
primera fórmula en que la ley actuaría como límite a la actuación libre de la Administración:
ésta quedaría legitimada en su actuación con el solo hecho de comprobar que no existe un
precepto legal en su contra. La segunda fórmula es aquella por la cual la Administración puede
actuar sólo cuando la ley le ha atribuido una potestad y en la medida en que tal atribución
legalice su actividad. Hay una presunción de probibición, que sólo se quiebra cuando la ley
permite la actividad administrativa. Existe aquí una exigencia de conformidad lógica y racional
entre el acto administrativo y la norma jurídica preexistente. Es en este segundo sentido es en el
que generalmente se admite el principio de legalidad. La actuación administrativa debe ser, caso

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por caso, engarzada a la ley, la cual debe acompañar en todo caso el actuar de la
Administración; el desenganche entre el acto administrativo y la ley produce la ilegalidad del
acto, o sea, su falta de soporte legitimador

En el presente caso claramente la actividad administrativa no ha operado con apego a la ley al


establecer una sanción absolutamente desproporcionada en relación a la infracción incurrida,
motivo por el cual deberá ser dejada sin efecto por S.S. o rebajarse substancialmente, corrigiendo
de este modo tamaña arbitrariedad.

Por lo anterior, las multa aplicadas constituyen a todas luces un exceso de las facultades del ente
fiscalizador, por carecer en forma absoluta de facultades para ello, por cuanto la calificación
jurídica de un hecho es privativa y materia de competencia y conocimiento de los Tribunales
Ordinarios del Trabajo.

En efecto, el artículo 420 del Código del Trabajo dispone que “serán de competencia de los
Juzgados de Letras del Trabajo: a) las cuestiones suscitadas entre empleadores y trabajadores
por aplicación de las normas laborales o derivadas de la interpretación y aplicación de los
contratos individuales o colectivos del trabajo o de las convenciones y fallos arbitrales en
materia laboral...”.

A su vez, el artículo 505 del Código del Trabajo establece que: “La fiscalización del
cumplimiento de la legislación laboral y su interpretación corresponde a la Dirección del
Trabajo, sin perjuicio de la facultades conferidas a otros servicios administrativos en virtud de
las leyes que los rigen.”.

Asimismo, el D.F.L. Nº 2 de 1967 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, denominado
Ley Orgánica de la Dirección del Trabajo, dispone en su artículo 1º que a la Dirección del
Trabajo le corresponderá particularmente “a) La fiscalización de la aplicación de la legislación
laboral”. A su vez, el artículo 5º señala: “Al Director le corresponderá especialmente: b) Fijar
la interpretación de la legislación y reglamentación social, sin perjuicio de la competencia que
sobre determinadas materias tengan otros Servicios u Organismos Fiscales, salvo que el caso
esté sometido al pronunciamiento del los Tribunales y esta circunstancia esté en su
conocimiento”.

De las normas antes citadas, se establece claramente que la ley establece un campo de actuación
para la Dirección del Trabajo (que ejerce sus actividades a través de las Inspecciones del
Trabajo), que es determinado por la Ley y que en caso alguno pueden extenderse las facultades a
funciones que no le corresponden. Si bien el artículo 505 del Código del Trabajo parece otorgar
amplías facultades a la Dirección del Trabajo y a sus inspectores, aquellas están necesariamente
limitadas por las atribuciones privativas que la Constitución y las leyes otorgan a otros
órganos del Estado, en especial los de carácter jurisdiccional.

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Se debe tener presente asimismo, que las facultades que la Ley confiere a la Dirección del
Trabajo, deben ejercerse siempre y cuando ella se encuentre frente a situaciones de infracción a
las normas laborales, o sea, cuando se sorprendan ilegalidades claras y precisas. En el presente
caso, al existir discusión en cuanto a la naturaleza jurídica de la relación laboral o civil, tal
situación ha dejado de ser una ilegalidad clara y precisa, pues es justamente su interpretación lo
que se discute, de manera que la competencia del fiscalizador cesa, surgiendo la del Tribunal
llamado por la Ley y la Constitución a conocer y resolver estas materias, siendo la norma
habilitante la del artículo 420 del Código del Trabajo.

Así lo ha dicho la Excelentisima Corte Suprema:

“La Dirección del Trabajo se encuentra dotada de la facultad de sancionar las


infracciones a la legislación laboral cuando éstas tengan carácter manifiesto o evidentes y sean
precisas, claras y determinadas, de forma que le está vedado ejercerlas en las situaciones en
que se controviertan las situaciones que sirven de fundamento a las resoluciones que
culminen con la aplicación de multas, como sucede en el caso en análisis, en donde se requiere
probar hechos, para enseguida, adaptarlos a la hipótesis sugerida por la ley y finalmente el
conflicto; puesto que para esta última función se debe acudir a los tribunales con competencia
sobre la materia como lo ordena expresa y concretamente el artículo 420 del Código del
Trabajo.

Al sancionar con una multa, el fiscalizador se ha excedido en sus atribuciones, incursionando


en materias ajenas a su competencia que la ley ha colocado en la esfera de conocimiento y
resolución de los tribunales de justicia, como consecuencia de lo cual, se ha infringido en este
caso, la garantía constitucional contemplada en el artículo 19 de la Constitución Política en el
número 3º inciso cuarto, puesto que nadie puede ser juzgado sino por el tribunal señalado por la
ley y que se encuentre establecido por ésta con anterioridad.” (El destacado es nuestro) (Excma.
Corte Suprema, 13 de septiembre de 2005, Rol N° 4414-2005).

En este mismo sentido, también la Excelentísima Corte Suprema ha resuelto que:

“Se acoge el recurso de protección interpuesto en contra de la inspección del trabajo, en cuanto
ha incurrido en un acto ilegal y arbitrario al calificar jurídicamente los hechos por ella
observados. El artículo 505 del Código del Trabajo le entrega la fiscalización laboral y la
interpretación de sus normas, sin embargo en la Constitución Política de la República entrega
exclusivamente a los Tribunales establecidos por la ley la función jurisdiccional, por lo tanto, la
calificación de los hechos corresponde exclusivamente a los Tribunales competentes. Esta
actuación ilegal importa la vulneración de la garantía constitucional contemplada en el n°3,
inciso cuarto, del artículo 19 de la Constitución Política. Sin perjuicio de lo anterior el fondo del
asunto debe ser dilucidado en la sede ordinaria especializada que corresponda.”(Excma. Corte
Suprema, 25 de agosto de 2005, Rol N°1790-2005).

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A mayor abundamiento, la Excelentísima Corte Suprema en el fallo de fecha 8 de mayo del año
2006 en la causa ingreso Rol Nº 921-2006, en el mismo sentido que los fallos anteriores señaló
lo siguiente:

“1º) Que el artículo 2º del Código del Trabajo, junto con reconocer la función social que cumple
el trabajo, otorga al Estado la misión de amparar al trabajador en su derecho a elegir
libremente su empleo y, además, de velar por el cumplimiento de las normas que regulan la
prestación de los servicios, labor esta última que corresponde cautelar, en representación del
Estado, a la Dirección del Trabajo, y en cuya virtud, especialmente en lo que al presente recurso
interesa, ésta debe fiscalizar la aplicación de la ley laboral; 2º) Que, sin embargo, tales
facultades deben ejercerse sólo cuando dicho servicio se encuentra frente a situaciones de
infracción a las normas laborales, o sea, cuando con su actividad de fiscalización se sorprendan
ilegalidades claras, precisas y determinadas; 3º) Que, en el presente caso, al contrario de lo
expuesto precedentemente, la recurrida procedió, a través de la Resolución de Multa Nº
368905012-12, de fecha 25 de agosto del año dos mil cinco, a determinar que las convenciones
sobre prestación de servicios celebrados entre Integramédica S.A. y los recurrentes serían
contratos de trabajo, y que existiría relación laboral entre las partes, por lo que concluyó que, al
no encontrarse escriturados en los términos exigidos por la ley para esta última clase de actos
jurídicos, correspondía la aplicación de multa por la referida omisión; 4º) Que, como puede
verse, AL ATRIBUIR LA CALIDAD DE TRABAJADORES A LOS RECURRENTES, Y
CALIFICAR COMO LA PRESUNCIÓN DE LA EXISTENCIA DEL CONTRATO DE
TRABAJO EL SUSCRITO POR ESTOS ÚLTIMOS E INTEGRAMÉDICA S.A., LA
DIRECCIÓN DEL TRABAJO SE ARROGÓ FACULTADES PROPIAS Y EXCLUYENTES
DE LOS TRIBUNALES COMPETENTES EN DICHA MATERIA, esto es, de los juzgados del
trabajo. En efecto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 420 del Código del Trabajo,
corresponde a éstos conocer de las cuestiones o controversias suscitadas entre empleadores y
trabajadores por aplicación de las normas laborales o derivadas de la interpretación y
aplicación de los contratos individuales y colectivos del trabajo; 5º) Que, en efecto, consta del
mérito del proceso, en especial del Acta de Constatación de Hechos, cuya fotocopia rola a fojas
74 que, constituido el Fiscalizador de la recurrida en el domicilio de Integramédica S.A., se
percató que entre esta última sociedad y los recurrentes existía un vínculo jurídico que crea
derechos y obligaciones entre ambas partes; pero, en este estado de cosas, y por lo expuesto en
el motivo precedente, la recurrida no tenía facultades para calificar la naturaleza jurídica de
dicha relación, labor que sólo compete a los tribunales del trabajo, a través del procedimiento
establecido por la ley; 6º) Que de lo señalado precedentemente aparece de manifiesto que la
recurrida en estos autos incurrió en un acto ilegal que ha perturbado el legítimo ejercicio de
la garantía constitucional contemplada en el artículo 19 Nº 3, inciso 4º, de la Constitución
Política de la República en detrimento de los recurrentes, pues nadie puede ser juzgado por
comisiones especiales sino por el tribunal que señale la ley y que se halle establecido con
anterioridad por ésta” ( La negrilla es de esta parte).

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En suma, un Inspector del Trabajo, jamás puede efectuar una calificación jurídica de hechos,
pues esas labores la Constitución las ha encomendado exclusiva y excluyentemente a los
Tribunales debidamente establecidos.

Asimismo, la actuación de la Inspección Provincial del Trabajo de Puerto Montt ha violado el


principio de juridicidad, esto es, la sujeción integral a derecho de los órganos del Estado, tanto en
su ser como en su obrar.

En efecto, el inciso 2º del artículo 7º de la carta fundamental dispone taxativamente que ninguna
magistratura, ninguna persona ni grupo de personas puede atribuirse, ni a aún a pretexto de
circunstancias extraordinarias, puede arrogarse otra autoridad o derechos que los que
expresamente se les hayan conferido en virtud de la Constitución o las Leyes. Lo anterior
significa en pocas palabras que las autoridades deberán actuar dentro de su competencia y que no
tendrán más atribuciones que las que expresamente se les hayan conferido por el ordenamiento
jurídico.

Todo lo anterior queda en evidencia que la inspección Provincial del Trabajo de Puerto Montt ha
incurrido en un error hecho respecto del punto N°1 y se ha extralimitó en sus facultades al
calificar jurídicamente una situación de hecho respecto del punto N°1 y N°2 de la multa N°
8573/20/28, de fecha 28 de diciembre del año 2020, por calificar una relación civil como laboral
y por calificar erróneamente la naturaleza de un documento, respectivamente, actuando de
manera ilegal y arbitraria, atribuyéndose facultades que son propias de los Tribunales de justicia.

Por todos estos antecedentes resulta procedente que S.S. acoja de inmediato el presente reclamo
interpuesto en el Procedimiento de Aplicación General, debido a los fundamentos del mismo,
imposibles de controvertir por la contraria, todo ello conforme a lo establecido en el art. 503
inciso cuarto del Código del Trabajo dejando sin efecto la resolución de multa N° 8573/20/28, de
fecha 28 de diciembre del año 2020 de la Inspección Comunal del Trabajo de Puerto Montt

En subsidio S.S., y reiterando lo señalado en particular, esta parte solicita se rebaje la multa al
máximo que U.S. estime en virtud de los argumentos de hecho y de derecho que se indicaron en
lo principal de esta presentación considerando además que nunca había sido cursada alguna
multa en contra de mi representada de este tipo u otro

POR TANTO,
En mérito de los argumentos de hecho y de derecho expuestos y las disposiciones legales
citadas,

RUEGO A US.: Se sirva tener por deducido fundado reclamo en contra de Resolución de Multa
N° 8573/20/28, de fecha 28 de diciembre del año 2020, dictada por la INSPECCIÓN
PROVINCIAL DEL TRABAJO DE PUERTO MONTT, representada por don Cristian
Alejandro Espejo Villarroel, o quien lo subroge, ambos ya individualizados, solicitando a US.
que, previa la tramitación de rigor, acoja el presente reclamo, ordenando a la Inspección

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Provincial del Trabajo respectiva dejar sin efecto dichas multas, o en subsidio, rebajarlas al
mínimo que estime US., en base a los argumentos de hecho y de derecho expuestos
precedentemente.

PRIMER OTROSÍ: RUEGO A US. se sirva tener por acompañados, los siguientes documentos
con citación, y estos son:

Copia de acta de notificación y resolución N° 8573/20/28, de fecha 28 de diciembre del año


2020.

SEGUNDO OTROSÍ: RUEGO A US.se sirva tener por acompañada copia del mandato judicial
donde consta mi personería para actuar en representación de DOLLY S.A..

SEGUNDO OTROSÍ: Solicito a US. se sirva tener presente que de conformidad a lo dispuesto
en el artículo 442 del Código del Trabajo, vengo en designar para efectos de citaciones,
comunicaciones y/o notificaciones que se dicten en esta causa, la siguiente de casilla de correo
electrónico: pablo.valdes.perez@gmail.com

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