Obtiene Resolucion
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SALA TERCERA
Magistrada Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de amparo constitucional
Expediente: 00915-2012-02-AAC
Departamento: Chuquisaca
En revisión la Resolución 092/2012 de 18 de mayo, cursante de fs. 331 a 332, pronunciada dentro de
la acción de amparo constitucional interpuesta por Juan Quispe Flores contra Verónica Berríos
Vergara, ex Alcadesa Municipal de Sucre, Sebastián “Lenny” Bravo Martínez Claudia Montaño Iriarte
y Dayler Dimas Zeballos Burgoa, ex - Autoridades Sumariantes y Moisés Rosendo. Tórres Chivé,
Alcalde y William Marcelo Solís Valencia, actual Autoridad Sumariante del Gobierno Autónomo
Municipal de Sucre.
Señala que dentro del proceso administrativo disciplinario interno seguido en su contra en su calidad
de Director de Desarrollo Productivo a.i. y otros por la supuesta contravención de los arts. 3, párrafo
segundo del 4 y 13 del Decreto Supremo (DS) 23318-A, modificado por el DS 26237, 17 inc. a), b), c)
y f), 69 y 71 del Reglamento Interno del Gobierno Autónomo Municipal de Sucre, aprobado por
Resolución Municipal 096/06 de 27 de marzo de 2006, a raíz del “caso Feria del Barrio Villa Urcupiña
Distrito 3”, la que se denominó “Feria fantasma”, el Juez sumariante de la “Alcaldía” Gobierno
Autónomo Municipal Autónomo de Sucre Sebastián ”Lenny” Bravo Martínez -ahora demandado-
mediante Resolución final 33/2011 de 17 de agosto, resolvió declarar su destitución del cargo en
aplicación del art. 73 inc. d) del Reglamento Interno de la municipalidad de Sucre.
Señala que su recurso de revocatoria interpuesto dentro del plazo establecido en la ley, debió ser
resuelto de manera fundamentada sobre cada uno de los motivos de impugnación y sus argumentos
esgrimidos conforme dispone la Constitución Política del Estado, la jurisprudencia constitucional y
los arts. 27, 28 inc. b) y 30 de la Ley LPA.
Aclara que debe tenerse en cuenta que el Oficial Mayor de Desarrollo Económico, sin cumplir con el
procedimiento para hacer comunicaciones internas previsto en el art. 20 del Reglamento Interno de
la Municipalidad de Sucre, que refiere que toda suplencia en el orden jerárquico deberá efectuarse
necesariamente por el funcionario inmediato inferior, previa instrucción expresa del Alcalde
Municipal, éste usurpando funciones, le comunicó que fue designado para desempeñar el cargo de
Director de Desarrollo Productivo mediante memorando de designación de funciones de 25 de
marzo, sólo por ese día, debido a que cumplía las funciones de Encargado de Infraestructura y apoyo
a la producción.
Esos actos ilegales se cometieron sin tener en cuenta que es una persona con motora en un
porcentaje de treinta por ciento, desconociendo los derechos de la persona con capacidades
diferentes previstos en el art. 70 y ss de la Constitución Política del Estado, la Ley 1678 de 15 de
diciembre de 1995 y los Decretos Supremos 24774 y 29608.
El accionante estima lesionados sus derechos a la salud, a la vida, al trabajo y a una remuneración
justa, al debido proceso, a la defensa, a la doble instancia, a una resolución motivada de las
resoluciones de instancia y al acceso a la justicia, consagrados en los arts. 46.I. incs. 1) y 2), 115.II,
116.I, 117.I, 119.II y 180.II, de la CPE.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 18 de mayo de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 327 a
330 vta. de obrados, el Fiscal de Materia Héctor Llave Poquechoque, puso en consideración su
participación en la audiencia de amparo, señalando que el art. 229 de la CPE, otorgaba a la
Procuradoría General del Estado “la atribución para precautelar los bienes del Estado”, criterio que
fue rechazado por el Tribunal de garantías en forma unánime solicitando al representante del
Ministerio Público continuar en la audiencia hasta su finalización. Asimismo, se produjeron los
actuados que a continuación se detallan:
I.2.3 Resolución
II. CONCLUSIONES
De la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se señalan
seguidamente:
II.1. El proceso disciplinario interno seguido contra Juan Quispe Flores -ahora accionante- y otros,
emergente de la Comunicación Interna cite 1104/11, de 11 de julio de 2011, emitida por Verónica
Berrios Vergara, ex Alcaldesa Municipal de Sucre a.i., por la que instruyó a Sebastián Bravo Martínez,
como autoridad sumariante iniciar las acciones correspondientes contra los responsables por el caso
“Feria productiva en el barrio de Villa Urkupiña” (fs. 98).
II.2. En dicho proceso disciplinario se dictó la Resolución de Autoridad Sumariante del Gobierno
Municipal Autónomo de Sucre, de inicio de proceso administrativo interno 28/2011 de 25 de julio,
contra el accionante en su condición de Encargado de Infraestructura de Apoyo a la Producción por
la presunta contravención al ordenamiento jurídico administrativo previsto en los arts. 3, 4.II y 13 del
DS 23318-A, modificado por el DS 26237, 17 incs. a), c), d) y f), 69 y 71 del Reglamento Interno de
Municipalidades, y demás funciones, disponiendo su citación a efecto de que preste su declaración
informativa, la apertura del término de prueba por el lapso de diez días y la medida precautoria de
suspensión del cargo con goce de haberes (fs. 107 a 110).
II.3. Después de que por Resolución de 12 de agosto de 2011, se ordenó el cierre del plazo
probatorio (fs. 116), por Resolución final de la autoridad sumariante 33/2011 de 17 de agosto,
Sebastián Lenny Bravo Martínez en su condición de sumariante resolvió la destitución del cargo del
accionante y otros, se remitan antecedentes a la Dirección Jurídica del Gobierno Autónomo
Municipal de Sucre, a efectos de que en la vía ordinaria se sancione los ilícitos de falsedad material,
daño económico ocasionado a la municipalidad de Sucre, se instruya al Jefe de Recursos Humanos,
dé estricto cumplimiento a la resolución una vez sea ejecutoriada y la cesación de la medida
precautoria dispuesta en el inicio del proceso por haber acomodado sus actos a los presupuestos
señalados en el art. 78. 2, 4 y 5 del RIM (fs. 126 a 129).
II.4. Notificado el accionante con la Resolución sancionatoria el 7 de septiembre de 2011, a horas
9:45 (fs. 130), interpuso recurso de revocatoria el 12 de septiembre de 2011, ante la autoridad
sumariante -Dayler Dimas Zeballos Burgoa- impugnando falta de motivación suficiente, sanción de
destitución por otras causales no acusadas en la Resolución de inicio del proceso y su condición de
persona con discapacidad y de protección de inamovilidad de su puesto de trabajo (fs. 141 a 142).
II.5. Dicho recurso de revocatoria fue rechazado por Resolución 02/2011 de 16 de septiembre,
por la autoridad Sumariante Dayler Dimas Zeballos Burgoa, con el argumento que fue presentado
fuera de plazo, debido a que el 12 de septiembre de 2011, a horas 16:00 cuando debió ser
interpuesto hasta horas 09:41 del mismo día, sustentando su decisión en la SC 0419/2011-R de 14
abril que señala que los plazos para plantear los recursos en general se computan de momento a
momento y de minuto a minuto y corren desde el momento de su notificación y vencen el mismo
instante una vez transcurrido el tiempo fijado en la ley procesal (fs. 143).
II.7. Por “Resolución a recurso jerárquico” de 10 de octubre de 2011, Verónica Berríos Vergara,
ex Alcaldesa Municipal de Sucre, resolvió confirmar las Resoluciones 28/2011, 33/2011 y 02/2011,
de, emitidas por la autoridad sumariante. (fs. 170 a 172).
II.8. Mediante Resolución de 28 de febrero de 2012, William Marcelo Solís Valencia, autoridad
sumariante, declaró ejecutoriada la “Resolución Administrativa 301/2011, de 19 de diciembre de
2011” (fs. 200), a la misma que ratificó la Resolución 33/2011 de 17 y la Resolución 03/2011, referida
a Luis Rojas Banegas (fs. 193).
II.9. Por memorando Cite 314/012 de 12 de marzo de 2012, Moisés Rosendo Torres Chivé,
Alcalde Municipal de Sucre, destituyó al accionante del cargo de Encargado del Área de
Infraestructura de Apoyo a la Producción con el ítem 292, sin derecho al goce de beneficios sociales,
en virtud de la Resolución de 28 de febrero de 2012 (Conclusión II.8) (fs. 202).
II.10. El accionante es una persona con capacidades diferentes, tal como se evidencia en el carnet
emitido por CONALPEDIS, con el tipo de discapacidad física motora del treinta por ciento (fs. 140),
extremo que se hizo constar en su memorial de amparo constitucional, en el que resaltó que se
desconocieron los derechos de la persona con discapacidad previstos en los arts. 70 y siguientes de
la CPE, la Ley 1678 de 15 de diciembre de 1995 y los DDSS 24774 y 29608 (fs.9). De donde resulta
que la conclusión a la que arriba el Tribunal de garantías para no ingresar a analizar los derechos
invocados por el accionante en su condición de persona con capacidades diferentes, porque a decir
suyo recién fueron invocados en la audiencia no son correctos.
Así, el Tribunal de garantías señaló que “La Ley 027 ya no establece la posibilidad de modificación de
las acciones de amparo constitucional, consiguientemente toda la exposición con relación a la
discapacidad, convenios internacionales, y modificación de las acciones de amparo tampoco
corresponde entrar a consideración a este presente Tribunal” (fs. 329), con cuya premisa concluyó
que el accionante amplió su demanda en la audiencia en la que indicó que se vulneraron además sus
derechos al trabajo, a la inamovilidad funcionaria por ser discapacitado, a la vida, a la salud, a la
seguridad social, se tiene que la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional no contempla la
posibilidad de ampliar la demanda en audiencia, por lo que no es posible analizar otros derechos que
el accionante considera vulnerados (fs. 331 vta.).
En ese orden, antes de desarrollar los fundamentos que sostendrán la decisión de esta Sentencia
Constitucional, corresponde manifestar que para el Tribunal Constitucional Plurinacional, de acuerdo
a la Conclusión II.10, que recoge la documental contenida en fs. 9, 140, 329 y 331 del expediente de
amparo, es claro que: 1) En la tutela solicitada por el accionante Juan Quispe Flores, éste hizo
prevalecer y demostró su condición de persona con capacidad diferente, por lo que, lo afirmado por
el Tribunal de garantías en sentido de que esta su condición de especial vulnerabilidad recién hizo
valer en la audiencia de amparo carece de veracidad; y, 2) El accionante invocó la lesión a sus
derechos a la seguridad social, a la salud y a la vida, recién en la audiencia de amparo constitucional,
empero, lo hizo vinculando estos a la lesión de sus derechos al debido proceso, a la defensa, a la
doble instancia y a una resolución motivada de las resoluciones de instancia, dentro del proceso
disciplinario interno seguido en su contra.
En cuyo mérito, siguiendo la SCP 0367/2012 de 22 de junio (Fundamento Jurídico III.1), -que delimitó
los elementos constitutivos de un problema jurídico- este Tribunal Constitucional Plurinacional,
resolverá los siguientes problemas jurídicos:
Ahora bien, el principio de igualdad formal que nos recuerda el aforismo de que “Todas las personas
son iguales ante la ley”, propio del Estado Liberal de Derecho, es conciliado, compatibilizado y
complementado con el principio de igualdad material afianzado a partir del Estado Social de
Derecho, cuando la propia Constitución Política del Estado contiene normas para conseguir la
igualdad efectiva entre todas las personas. Normas constitucionales aparentemente desigualitarias
para favorecer a ciertos sectores en situación de inferioridad, reconociendo por ejemplo, que
sectores en condiciones de vulnerabilidad, como son las mujeres, las personas adultas mayores, las
personas con capacidades diferentes, los niños o niñas, etc. son formalmente iguales respecto del
resto de las otras personas pero al encontrarse materialmente en desventaja dentro de nuestra
realidad social, es decir, tener otra posición social, económica o de otra índole requieren de
disposiciones constitucionales específicas para una protección reforzada por parte del Estado a
través de diversas concreciones para ser coherentes con el valor justicia consagrado como principio,
valor y fin del Estado (art. 8.II de la CPE).
En ese orden, también los tratados internacionales sobre derechos humanos que forman parte del
bloque de constitucionalidad (art. 410.II de la CPE), reconocen normas jurídicas de discriminación
positiva especiales en aras de la protección reforzada de los sectores en situación de vulnerabilidad,
respecto de los niños, la mujer, adultos mayores, personas con capacidades diferentes, etc.; bloque
de constitucionalidad que según la SC 0110/2010-R, de 10 de mayo, comprende también a la
jurisprudencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Ahora bien, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en su Opinión Consultiva (OC) 16/1999,
ha precisado que “El corpus juris del Derecho Internacional de los Derechos Humanos está formado
por un conjunto de instrumentos internacionales de contenido y efectos jurídicos variados (tratados,
convenios, resoluciones y declaraciones)” (párr. 115). Esto significa, que según esta Opinión
Consultiva, el conjunto de instrumentos internacionales o corpus iuris de los derechos humanos,
comprende: 1) Los tratados que contienen disposiciones vinculantes para los Estados que los han
suscrito; y, 2) Las resoluciones, declaraciones y otros instrumentos adoptados o reconocidos por
órganos internacionales que si bien no han sido suscritos por los Estados y, por ende, a prima facie,
no tienen fuerza vinculante; empero, al contribuir a la determinación de su contenido, alcance, así
como a su interpretación y aplicación; su utilización es imprescindible en la labor interpretativa de
los tribunales internacionales y nacionales, es decir, que por su uso, como costumbre internacional,
adquieren fuerza vinculante.
Esta tesis ya fue adoptada implícitamente por el Tribunal Constitucional anterior que estableció que
no sólo los Tratados Internacionales ratificados por Bolivia son parte del bloque de
constitucionalidad y, por ende, de cumplimiento obligatorio, sino también la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y otros,
como la Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (SC
1015/2004-R de 2 de julio) y todas las declaraciones sobre derechos humanos (SC 045/2006-
RDI de 2 de junio).
De la misma forma que las normas constitucionales y las que integran el bloque de
constitucionalidad, la ley también tiene contiene normas de igualdad material. Ello se puede
verificar a través del desarrollo legislativo pre y post constitucional amplio respecto a las normas
jurídicas de discriminación positiva a favor de los sectores en situación de vulnerabilidad, como son,
respecto de los niños, de la mujer los adultos mayores, las personas con capacidades diferentes, etc.
i) La legitimación de las medidas que adopte el Estado a través de sus órganos en sus
respectivos roles (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) para establecer trato jurídico desigual sin que sean
consideradas contrarias al principio de igualdad formal
La segunda función que cumple la complementación y conciliación de ambas vertientes del principio
de igualdad: formal y material es configurar un auténtico derecho subjetivo de las personas
pertenecientes a estos colectivos tradicionalmente discriminados a recibir un trato jurídico desigual
y favorable en determinados casos, con la finalidad de conseguir su equiparación social,
precisamente a través de medidas normativas, políticas públicas y jurisprudenciales. Su
configuración nace a partir de la reconstrucción de las normas constitucionales que consagran y
reconocen la igualdad formal (art. 14.II de la CPE), y la igualdad material a través de normas jurídicas
específicas de discriminación positiva de estos sectores (por ejemplo las normas constitucionales de
protección de la mujer trabajadora en estado de gestación y lactancia (arts. 48.VI y 45.V de la CPE
entre otras), las normas constitucionales de protección reforzada de las personas con discapacidad o
capacidades diferentes (art. 71.II de la CPE) y así, en lo conducente, otras normas respecto de otros
grupos de especial vulnerabilidad.
Existen varios ejemplos del reconocimiento del derecho subjetivo a un trato desigual de las personas
pertenecientes a sectores de vulnerabilidad por la jurisprudencia constitucional. Esto debido a que la
Constitución Política del Estado, es una norma jurídica que obliga a todos a someterse a ella, a sus
principios, valores derechos y garantías constitucionales (normas constitucionales-principios), en
especial a los jueces dada su labor preponderante a partir de la configuración del Estado
Constitucional de Derecho y debido a que en sus manos están la pluralidad de fuentes del Derecho,
el desarrollo jurisprudencial también debe ser coherente con la compatibilización y conciliación que
declara la Constitución Política del Estado respecto a la igualdad en su múltiple dimensión valor-
principio-derecho y en sus dos vertientes: la igualdad formal y la igualdad material.
Ello se puede verificar en las líneas jurisprudenciales de la protección reforzada de los sectores de
especial vulnerabilidad, que ha tenido su efecto irradiador no sólo en los derechos fundamentales
sustantivos, sino asimismo, en los derechos procesales de éstos, como el siguiente ejemplo, entre
otros:
Como se tiene desarrollado en el Fundamento Jurídico III.1, en lo conducente a las personas con
capacidades diferentes, la Constitución Política del Estado compatibiliza, concilia y complementa la
igualdad en sus dos vertientes: La igualdad formal y la igualdad material.
Por una parte, declara la igualdad formal entre todos, cuando en el Preámbulo señala que el Estado
Plurinacional, se basa en la igualdad entre todos, prohibiendo y sancionando conforme dispone el
art. 14.II toda forma de discriminación fundada en razón de “…discapacidad… que tengan por
objetivo o resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de
igualdad, de los derechos de toda persona”; pero luego, al constitucionalizar específicamente a
través de una protección reforzada los derechos de las personas con capacidades diferentes en los
arts. 70, 71 y 72 de la CPE, especialmente en el art. 71.II y III, del referido cuerpo legal que establece
que el Estado adoptará medidas de acción positiva para promover la efectiva integración de las
personas con discapacidad en el ámbito productivo, económico, político, social y cultural, sin
discriminación alguna; lo que hace, la Ley Fundamental es constitucionalizar la igualdad material de
este sector de especial vulnerabilidad, precisamente para equilibrar la balanza y dar oportunidades a
los grupos menos favorecidos para que puedan estar en igualdad de condiciones a través de normas
jurídicas que busquen ese equilibrio tratando de evitar así detrimentos a grupos que se encuentran
en desventaja (las negrillas son nuestras).
La igualdad material de las personas con capacidades diferentes además de estar constitucionalizada
en los arts. 70, 71 y 72 de la CPE, también lo está en el bloque de constitucionalidad, que
comprende, según el art. 410 de la CPE, la Opinión Consultiva 06/1999 (párr. 115), la SC 0061/2010-
R de 27 de abril, los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos, los convenios, las
resoluciones, las declaraciones y otros instrumentos que forman el corpus juris del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, además de la jurisprudencia emitida por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, conforme lo entendió la SC 0110/2010-R de 10 de mayo.
La igual material de las personas con capacidades diferentes, también se puede encontrar en las
leyes de desarrollo y sus disposiciones reglamentarias, que, en lo conducente al problema jurídico a
resolverse en esta sentencia serán desarrollados.
III.2.1. El derecho a la estabilidad laboral reforzada de las personas con capacidades diferentes
La configuración del derecho fundamental a la estabilidad laboral reforzada de las personas con
capacidades diferentes, como una concreción específica del derecho genérico a un trato desigual de
las personas de sectores en condiciones de vulnerabilidad, se desprende, de la interrelación de las
normas constitucionales contenidas en los arts. 48.II de la CPE, refiere que las normas laborales se
interpretarán y aplicarán bajo los principios, entre otros, de estabilidad laboral y de no
discriminación a favor de la trabajadora y del trabajador, obligando al Estado a proteger la
estabilidad laboral y prohibiendo el despido injustificado y toda forma de acoso laboral, bajo
sanciones de ley, estipulado en el art. 49. II de la CPE, normas constitucionales que bajo el influjo de
una igualdad formal, prevén la estabilidad laboral para todos los trabajadores, como principio
general que rige todas las relaciones laborales (art. 14.II de la CPE); empero, interrelacionando con el
valor-principio justicia reconocido en el art. 8.II de la CPE, con los derechos específicos de las
personas con capacidades diferentes (igualdad material) establece declara el art. 70 de la Referida
Norma Suprema, y específicamente en su art. 71.II, señala que el Estado adoptará medidas de acción
positiva para promover la efectiva integración de las personas con discapacidad en el ámbito
productivo, económico, político, social y cultural, sin discriminación alguna; el derecho a la
estabilidad de los trabajadores y trabajadoras en general, se refuerza cuando se trata de personas
con capacidades diferentes.
Este derecho también está reconocido en las normas del bloque de constitucionalidad, sobre
Derechos de las Personas con Discapacidad, que deben ser interpretados en su integridad, como
son:
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad adoptada el 13 de diciembre de
2006 (arts. 1 y 27. inc. a) sobre el objeto de la Convención y específicamente referente al trabajo,
empleo y la continuidad de éste). En efecto, en materia de acceso y continuidad a un puesto de
trabajo, la Convención determina el compromiso de los Estados parte de adoptar medidas para
eliminar la discriminación y promover la integración laboral de las personas con discapacidad, en
particular, respecto de la prestación de bienes o servicios tales como el empleo público o privado.
La Convención Interamericana para la Eliminación de todas las formas de discriminación contra las
personas con discapacidad, adoptada por la Asamblea General de la OEA el 8 de junio de 1999 (art.
III, sobre la integración de las personas con capacidades diferentes en la sociedad, en varios ámbitos,
entre otros, el laboral, eliminando todo tipo de discriminación).
La Observación General 5 emitida por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales como
órgano supranacional que interpreta el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, sobre la obligación de los Estados de adoptar acciones afirmativas tendentes a lograr el
acceso al trabajo, entre otros, en igualdad de condiciones que el resto de la población.
Asimismo, la Declaración de los Derechos de los Impedidos proclamada por la Asamblea General de
las Naciones Unidas mediante Resolución 3447 del 9 de diciembre de 1975. Esta Declaración, tiene
como propósito que las personas que sufren de una discapacidad física o sensorial no sean
discriminadas y ser objeto de una protección reforzada que promueva la posibilidad de gozar de sus
derechos fundamentales y su adecuada inclusión social.
De igual forma, si bien en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, aprobada por el
Estado mediante Ley 1430 de 11 de febrero de 1993, no se menciona expresamente la obligación,
sobre el reconocimiento de los derechos de las personas con capacidades diferentes, ocurriendo lo
propio con el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia
de derechos económicos, sociales y culturales (Protocolo de San Salvador) de 1988, ratificado por
Ley 3293, de 12 de diciembre de 2005; sin embargo, este Protocolo, enumera una serie de
compromisos que deben asumir los Estados parte con el propósito de que las personas en situación
de discapacidad alcancen el máximo de desarrollo de su personalidad mediante la atención especial
que requieran. Entre otras medidas, este instrumento hace referencia a programas laborales
específicos; formación para los familiares con el fin de que cooperen activamente en el desarrollo
físico, mental y emocional de las personas con limitaciones de alguna índole; y soluciones a los
requerimientos específicos de esta población en el ámbito del desarrollo urbano.
Del mismo modo las leyes de desarrollo, pre y post constitucionales regulan el derecho a la
estabilidad laboral reforzada de las personas con capacidades diferentes; como ser:
El DS 24807 de 4 de agosto de 1997, que reglamenta la Ley 1678, en su art. 1.II, dispone que éste
regula los derechos, deberes y garantías de las personas con discapacidad, así como la participación
y las obligaciones de las instituciones públicas y privadas para la integración de las personas con
discapacidad. Por su parte, el art. 9 inc. e), establece la obligatoriedad de aplicar el Convenio 159 de
la OIT., Recomendaciones 99, 168 y 169, entre la Organización Internacional del Trabajo y los
Estados miembros, en apoyo para la ejecución de la Ley 1678 de la Persona con Discapacidad y su
Decreto Reglamentario, Convención que como se señaló compromete al Estado a remover la
discriminación existente contra las personas con discapacidad; promover oportunidades de trabajo;
garantizar la readaptación profesional; y adoptar medidas de diferenciación positiva en el campo
laboral a favor de las personas con discapacidad.
Finalmente, el art. 5.I y II, del referido Decreto Supremo bajo el nomen juris de inamobilidad,
establece que: “I. Las personas con discapacidad que presten servicios en los sectores público o
privado, gozarán de inamovilidad en su puesto de trabajo, excepto por las causales establecidas por
Ley; II. Los trabajadores o funcionarios que tengan bajo su dependencia personas con discapacidad,
en 1° (primer grado) en línea directa y hasta el 2 (segundo grado) en línea colateral, gozarán también
de inamovilidad funcionaria en los términos establecidos en el parágrafo precedente”.
d) En la jurisprudencia constitucional
En este grupo de casos resueltos por la justicia constitucional, están como ejemplos las siguientes:
SSCC 1550/2004-R, 0988/2006-R, 0479/2010-R, 0571/2010-R y 2695/2010-R, entre otras, en las que
el despido, destitución o desvinculación laboral de la persona con capacidades diferentes se produjo
sin previo debido proceso y, por el contrario, como emergencia de decisiones unilaterales a través
de un memorando de destitución u otros actos administrativos.
El derecho a la estabilidad reforzada de las personas con capacidades diferentes, implica el derecho
que tienen estas personas a permanecer en el cargo público o privado hasta que se configure una
justa causa de despido, destitución o desvinculación laboral como resultado de un previo debido
proceso disciplinario interno.
En este supuesto de despidos en los que se analizó si se respetó el derecho al debido proceso o
cualesquier de sus derechos fundamentales constitutivos, se tienen como ejemplo las siguientes
SSCC 0974/2001-R, y 0434/2010-R, entre otras.
Debido proceso, que está reconocido como derecho fundamental, garantía jurisdiccional y derecho
humano en las normas contenidas en los arts. 115.II y 117.I de la CPE, 8 de la Convención Americana
de Derechos Humanos y 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP).
La jurisprudencia constitucional, del mismo modo, interpretando el contenido del debido proceso,
entendió que este se aplica a toda actividad sancionadora del Estado sea en el ámbito jurisdiccional
o administrativo. En ese sentido, está la SC0042/2004-R de 22 de abril, pronunciada por el Tribunal
Constitucional anterior. Asimismo, la SC 0022/2006 de 18 de abril, entendimiento que aplicó a
infinidad de casos que fueron resueltos en su jurisdicción entendiendo que todos los principios y
garantías propias del derecho penal se aplican también extensivamente en el ámbito administrativo
sancionador.
“Desde la concepción del Estado Constitucional de Derecho, la tramitación de los procesos judiciales
o administrativos no debe constituirse en simples enunciados formales (justicia formal, como mera
constatación de cumplimiento de las formas procesales), sino debe asegurar la plena eficacia
material de los derechos fundamentales procesales y sustantivos (justicia material, debido proceso y
sus derechos fundamentales constitutivos y sustantivos) (…).
De ahí que es posible concluir que el reconocimiento de los típicos medios de impugnación de los
actos administrativos, reconocidos en el orden legal (Ley de Procedimiento Administrativo), a través
de dos instancias: el recurso de revocatoria y el recurso jerárquico, son formas procesales de
impugnación en sede administrativa, instituidas por el legislador, con base en las cuales debe
procederse en la vía de impugnación, es decir, es el procedimiento del ordenamiento interno del
Estado que prevé dos instancias, las que no están dirigidas a cumplir una formalidad procesal en sí
misma, sino que tienen valor en la medida que aseguren la eficacia material de los siguientes
derechos fundamentales y garantías constitucionales: i) Derecho a la doble instancia o de recurrir
ante un tribunal superior en el ámbito disciplinario sancionador y, su nexo con ii) El derecho a la
defensa en la fase impugnativa.
Es decir, en el caso, las formas del procedimiento administrativo sancionador en sus diferentes fases,
guardarán correspondencia y coherencia con el derecho al debido proceso en la medida en que se
aseguren su eficacia.
Dado el carácter sancionador del proceso disciplinario, este -en todas sus fases o instancias- tiene
que sustanciarse y resolverse garantizando el debido proceso, que tiene como componente esencial
el derecho a la defensa. En efecto si se analiza la fase de impugnación del proceso disciplinario en
sede administrativa, es posible concluir que sólo puede predicarse la eficacia material del derecho a
la defensa (art. 115.II de la CPE y 8.2 inc. f) de la CADH) cuando se otorga a las servidoras y
servidores públicos la oportunidad de ejercer un otro derecho fundamental, este es: el derecho a la
doble instancia o de recurrir ante un tribunal superior art. 8.2 inc. h) de la CADH y 14.5 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP).
(…)
La Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica (Sentencia de
2 de julio de 2004, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas) precisando el alcance
del “derecho a recurrir el fallo ante juez o tribunal superior”, estableció, en lo que en el caso
interesa, las siguientes afirmaciones, cuyo subrayado es añadido:
1. El derecho de recurrir el fallo es una garantía primordial que se debe respetar en el marco
del debido proceso legal, en aras de permitir que una sentencia adversa pueda ser revisada por un
juez o tribunal distinto y de superior jerarquía orgánica (párrafo 158) (las negrillas y el subrayado nos
pertenecen)
Ahora bien, la garantía del debido proceso, como exigencia previa a la desvinculación laboral
cuando se verifican justas causas, está reconocida a todas las personas sin discriminación, en lo
conducente, independientemente de sus capacidades físicas, mentales, psicomotoras, sensoriales,
etc., por lo que este Tribunal Constitucional Plurinacional, encuentra fundado por todo lo expuesto
en los Fundamentos Jurídicos precedentes, reconocer que las personas con capacidades diferentes,
al igual que otros grupos de especial vulnerabilidad, tienen derecho a un debido proceso reforzado
cuando la administración pública ejerza su potestad sancionadora.
El Derecho jurisprudencial está positivado en el art. 203 de la CPE, cuando señala: “Las decisiones y
sentencias del Tribunal Constitucional Plurinacional son de carácter vinculante y de cumplimiento
obligatorio, y contra ellas no cabe recurso ordinario ulterior alguno”, norma que ha sido reproducida
en el art. 8 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, referida a la obligatoriedad y
vinculatoriedad de la jurisprudencia.
Es más contundente aún el Código Procesal Constitucional, aprobado mediante Ley 254 de 5 de julio
de 2012, -que si bien aún no está vigente, empero es ilustrativo- debido a que en su art. 15 bajo el
nomen juris de carácter obligatorio, vinculante y valor jurisprudencial de las sentencias, refiere que:
“I Las sentencias, declaraciones y autos del Tribunal Constitucional Plurinacional son de
cumplimiento obligatorio para las partes intervinientes en un proceso constitucional; excepto las
dictadas en las acciones de inconstitucionalidad y recurso contra tributos que tienen efecto general;
II. Las razones jurídicas de la decisión, en las resoluciones emitidas por el Tribunal Constitucional
Plurinacional constituyen jurisprudencia y tiene carácter vinculante para los Órganos del poder
público, legisladores, autoridades, tribunales y particulares”.
Esta norma regula el valor de la jurisprudencia constitucional como fuente directa del Derecho;
asimismo, la diferencia entre vinculatoriedad y los efectos de la parte resolutiva (parágrafo I y II),
para precisar qué parte de las resoluciones emitidas por el Tribunal Constitucional Plurinacional,
tienen carácter vinculante para los órganos del poder público, legisladores, autoridades tribunales y
particulares.
a) La jurisprudencia constitucional tiene valor de fuente directa del Derecho, de ahí que se
reconoce su carácter vinculante para los órganos del poder público y particulares (SC 1781/2004-R y
SC 1369/2010-R).
b) El respeto y aplicación del precedente constitucional está vinculado al respeto del derecho a
la igualdad en la aplicación de la ley (arts. 8.II y 14.III de la CPE) y la garantía de seguridad jurídica
(art. 178.I de la CPE) (SC 0493/2004-R y SC 1781/2004-R).
III.3.2. Análisis estático de una sentencia constitucional: La ratio decidendi, el obiter dictum y el
decisum
Cuando señala el art. 15.I del CPCo, que: “Las sentencias, declaraciones y autos del Tribunal
Constitucional Plurinacional son de cumplimiento obligatorio para las partes intervinientes en un
proceso constitucional; excepto las dictadas en las acciones de inconstitucionalidad y recurso contra
tributos que tienen efecto general”, se está refiriendo a los efectos de la parte resolutiva de la
sentencia, es decir, a los efectos del decisión, es decir, del “Por Tanto”, de la resolución.
Estos efectos de la parte resolutiva son dos: 1) “inter partes”, que implica la obligatoriedad para las
partes intervinientes, es decir, solo afecta a ellas, como ocurre en las sentencias de acciones de
defensa (acción de libertad, acción de amparo constitucional, acción de protección a la privacidad,
acción popular y acción de cumplimiento), declaraciones y autos del Tribunal Constitucional
Plurinacional; y, 2) “erga omnes”, que implica la obligatoriedad para todos, es decir, tiene efecto
general, como ocurre en el caso de las acciones de inconstitucionalidad y el recurso contra tributos.
La SC 1310/2002-R de 28 de Octubre, ya señaló que: ”…Si bien todo fallo que emite este Tribunal en
recursos de amparo constitucional y hábeas corpus, tiene efectos inter partes (sólo afecta a las
partes), los fundamentos determinantes del fallo o rationes decidendi, son vinculantes y, por tanto,
de obligatoria aplicación para los Poderes del Estado, legisladores, autoridades, tribunales y jueces
(en todos sus niveles jerárquicos), así lo determina el art. 44 de la Ley del Tribunal Constitucional…”.
En ese orden, de razonamiento, cuando el art. 15.II del del CPCo, refiere que: “Las razones jurídicas
de la decisión, en las resoluciones emitidas por el Tribunal Constitucional Plurinacional constituyen
jurisprudencia y tiene carácter vinculante para los Órganos del poder público, legisladores,
autoridades, tribunales y particulares”; no se está refiriendo a los efectos de la sentencia
constitucional, sino por el contrario a qué parte de la sentencia constitucional tiene carácter
vinculante. Según el artículo mencionado el carácter vinculante recae sobre las razones jurídicas de
la decisión, es decir, sobre la ratio decidendi; sin embargo al respecto, debe realizarse la siguiente
precisión que distingue entre el precedente constitucional y la ratio decidendi.
III.3.2.2. Distinción entre precedente constitucional y la ratio decidendi
Entonces, se puede llamar precedente constitucional vinculante cuando éste es el fruto, el resultado
de la interpretación y argumentación jurídica realizada por el Tribunal Constitucional Plurinacional.
Como ocurrió en las siguientes resoluciones: La interpretación de una norma jurídica Declaración
Constitucional 003/2005-R de 8 de junio, (interpretación del art. 118.5 CPE); SC 0101/2004-R,
interpretación del art. 133 y de la Disposición Transitoria Tercera del Código de Procedimiento Penal.
La integración SC 1351/2003-R de 16 de septiembre, e interrelación, SC 0421/2007-R de 22 de mayo,
de las normas jurídicas.
Por lo que, el precedente constitucional es una parte de toda la Sentencia emitida por el Tribunal o
Corte Constitucional, donde se concreta el alcance de una disposición constitucional, es decir, en
donde se explicita qué es aquello que la Constitución Política del Estado prohíbe, permite, ordena o
habilita para un tipo concreto de supuesto de hecho, a partir de una de sus indeterminadas y
generales cláusulas.
Las líneas jurisprudenciales, son la técnica para hacer el análisis dinámico de la jurisprudencia
constitucional. Son las respuestas o soluciones que la jurisprudencia ha dado a determinado
problema jurídico, está conformada por un conjunto de sentencias que abordaron determinada
temática.
Sin embargo de ello, la aplicación restrospectiva tiene límites, estos son: 1) La cosa juzgada, en la
medida en que los nuevos entendimientos jurisprudenciales no pueden afectar los asuntos ya
resueltos y que se encuentran firmes o inimpugnables, esto es, que tenga la calidad de cosa juzgada
formal y material, por lo mismo, sólo puede aplicarse retrospectivamente a procesos en curso; y, 2)
La jurisprudencia que perjudica al imputado en materia de derecho penal sustantivo; lo que implica
que, en este último caso, no se pueden aplicar en forma retrospectiva los entendimientos
jurisprudenciales que afecten o desmejoren las esferas de libertad del imputado o condenado
(SC 0076/2005-R de 13 de octubre); (SC 1426/2005-R de 8 de noviembre, sobre el tema del garante
hipotecario, se aplicó la SC 0136/2003-R, cuando el proceso había adquirido la calidad de cosa
juzgada).
Ahora bien, a dichos límites, se añade la prohibición de aplicar retroactivamente un precedente que
podría restringir el derecho de acceso a la justicia constitucional, ya sea porque con dicha
jurisprudencia se imponen o se endurecen los requisitos para la presentación de las acciones
constitucionales, o se generan nuevas causales de improcedencia o, en su caso, el nuevo
precedente, pese a efectuar una interpretación favorable del derecho -por ejemplo derecho a
recurrir- podría dar lugar a que en su aplicación resulte desfavorable para el acceso a la justicia
constitucional, conforme precisó el voto disidente a la SC 2461/2010-R de 19 de noviembre.
· Cita del precedente que tenga analogía en los supuestos fácticos (SC 0502/2003-R y SC
0186/2005-R).
· Cita de un precedente constitucional sin que exista analogía en los supuestos fácticos.
· Cita del obiter dictum (cuestiones incidentales, referencias doctrinales, citas de derecho
comparado, mención a disposiciones jurídicas aplicables al asunto pero no decisivas de la resolución)
como si fuera el precedente.
· Cita incompleta del precedente y solo de la parte que nos favorece para el caso.
· Cita del precedente que no está en vigor sin haber realizado previamente análisis de la línea
jurisprudencial.
Del cuaderno procesal remitido a este Tribunal, se tiene que dentro del proceso disciplinario interno
seguido contra Juan Quispe Flores, persona con capacidades diferentes, emergente de la
Comunicación Interna cite 1104/11 de 11 de julio de 2011, emitida por Verónica Berríos Vergara, ex
Alcaldesa Municipal de Sucre a.i., por la que instruyó a la Autoridad Sumariante iniciar las acciones
correspondientes contra los responsables por el caso “Feria productiva en el barrio de Villa Urkupiña
(Conclusión II.1), el Juez Sumariante, Sebastián “Lenny” Bravo Martínez del Gobierno Autónomo
Municipal de Sucre, por Resolución Final 33/2011 de 17 de agosto resolvió declarar su destitución
del cargo en aplicación del art. 73 inc. d) del Reglamento Interno de la Municipalidad; disponiendo se
remitan antecedentes a la Dirección Jurídica del Gobierno Autónomo Municipal de Sucre, a efectos
de que en la vía ordinaria se sancione los ilícitos de falsedad material, daño económico ocasionado a
la municipalidad de Sucre, se instruya al Jefe de Recursos Humanos del Gobierno Municipal de Sucre,
dé estricto cumplimiento a la resolución una vez sea ejecutoriada y, la cesación de la medida
precautoria dispuesta en el inicio del proceso por haber acomodado sus actos a los presupuestos
señalados en el art. 78. 2, 4 y 5 del referido Reglamento (Conclusión II.3).
Finalmente, por Resolución de 28 de febrero de 2012, William Marcelo Solís Valencia, autoridad
sumariante, declaró ejecutoriada la “Resolución Administrativa 301/2011 de fecha 19 de diciembre
de 2011”, la misma Resolución que confirmó la Resolución 33/2011 y la Resolución 03/2011, referida
a Luis Rojas Banegas; ejecutoria que dio lugar al memorando cite 314/012 de 12 de marzo de 2012,
por el cual, el Alcalde Municipal de Sucre, Moisés Rosendo Torres Chivé, destituyó al accionante del
cargo de Encargado del Área de Infraestructura de Apoyo a la Producción con el ítem 292, sin
derecho al goce de beneficios sociales, en virtud de la Resolución de 28 de febrero de 2012
(Conclusiones II.8 y II.9).
Dicha lesión a los derechos fundamentales del accionante se produjo, como consecuencia de que el
recurso de revocatoria interpuesto por el accionante contra Resolución final sancionatoria 33/2011,
que resolvió declarar su destitución del cargo, fue rechazado indebidamente por la Resolución
02/2011, por la autoridad sumariante, Dayler Dimas Zeballos Burgoa, con el argumento que fue
presentado fuera del plazo, el 12 de septiembre de 2011, a horas 16:00 cuando debió ser
presentado hasta horas 09:41 del mismo día, sustentando su decisión en la SC 0419/2011-R, que en
un caso emergente de un proceso civil señala que los plazos para presentar los recursos en general
se computan de momento a momento de minuto a minuto y corren desde el momento de su
notificación y, vencen el mismo instante una vez transcurrido el tiempo fijado en la ley procesal.
Es decir, la lesión a los derechos señalados fue como emergencia del rechazo indebido del recurso
de revocatoria por el erróneo cómputo del plazo para la interposición del recurso de revocatoria, en
aplicación errónea de la Ley y de los precedentes constitucionales vinculantes.
Al respecto, corresponde indicar en principio, que las normas aplicables a los procesos
administrativos internos, que tienen por objeto establecer responsabilidad administrativa por la
función pública de los servidores públicos son las previstas por el DS 23318-A modificado mediante
el DS 26237, y no así las normas supletorias establecidas para el procedimiento sancionador
correctivo por la Ley de Procedimiento Administrativo.
El DS 23318-A de 3 de noviembre de 1992 (Reglamento de la Responsabilidad por la Función
Pública), modificado por el DS 26237 de 29 de junio de 2001, en su art. 22 inc. d) fija el plazo para la
presentación del recurso de revocatoria, señalando que los plazos a los que debe sujetarse el
proceso interno son: “Tres días hábiles a partir de su notificación, para que el procesado interponga
recursos de revocatoria en contra de la resolución emitida por el sumariante”; sancionando dicha
norma en el párrafo final con la ejecutoria de la resolución del sumariante en caso de no ser
interpuesto el recurso de revocatoria en el plazo citado y, por ende, la sanción establecida entrará
en vigencia y las medidas precautorias serán levantadas.
De la normativa aplicable glosada se tiene que el plazo que rige para la interposición del recurso de
revocatoria es de tres días hábiles (art. 22 inc. d) del DS 26237; cuyo cómputo empieza a correr a
partir del siguiente día hábil a la notificación con la resolución impugnada y concluye al inicio de la
primera hora del siguiente día hábil a su vencimiento (art. 15.II del DS 26319). En el caso que se
examina, el accionante fue notificado con la Resolución sancionatoria 33/2011, de 17 de agosto, el 7
de septiembre de 2011, a horas 9:45, y presentó el recurso de revocatoria el 12 de igual mes y año, a
horas 16:00, es decir, dentro del plazo de tres días hábiles para recurrir, debido a que empezó a
correr el plazo desde el 7 de septiembre de 2011, y vencía a horas 8:00 del 13 de ese mes y año. Por
lo que la presentación del recurso fue efectuada dentro de término y que al haberlo rechazado, la
autoridad sumariante Dayler Dimas Zeballos Burgoa, vulneró los derechos reforzados del accionante
en su condición de persona con capacidades diferentes.
Ahora bien, como se señaló en el Fundamento Jurídico III.2.2, la garantía del debido proceso, como
exigencia previa a la desvinculación laboral cuando se verifican justas causas, está reconocido a
todas las personas sin discriminación, en lo conducente, independientemente de sus capacidades
físicas, mentales, psicomotoras, sensoriales, etc., por lo que este Tribunal Constitucional
Plurinacional, encuentra fundado por todo lo expuesto en los Fundamentos Jurídicos precedentes,
reconocer a las personas con capacidades diferentes, como lo es el accionante, el derecho a un
debido proceso reforzado cuando la administración pública ejerza su potestad sancionadora, al ser
un presupuesto sine quanon de su desvinculación laboral o funcionaria y una excepción al derecho a
la estabilidad laboral reforzada que tiene, además de ser también una concreción del derecho
genérico a un trato desigual de las personas de sectores en condiciones de vulnerabilidad, que
implica la obligación de la autoridad sumariante hacer una análisis cuidadoso, exhaustivo y diligente
tratándose de una persona con capacidades diferentes, extremo que no ocurrió, debido a que como
se tiene referido no se aplicó la normativa vigente para el cómputo del plazo del recurso de
revocatoria.
b. A ello se suma que, la lesión a los derechos del accionante, también deviene de la
errónea aplicación de la SC 0419/2011-R de 14 de abril, que sustentó la Resolución 02/2011 de 16 de
septiembre, que rechazó el recurso de revocatoria, por lo siguiente:
c. Ahora bien, como efecto de la supresión de los derechos fundamentales señalados, también
fueron suprimidos el derecho fundamental a la seguridad social del accionante en su condición de
persona con capacidades diferentes, dado que si bien el debido proceso y sus derechos constitutivos
son derechos de protección autónoma, empero, también tiene carácter instrumental, en tanto
permiten el disfrute de otros derechos sustantivos, es decir, el debido proceso es una garantía para
el respeto de los mismos.
POR TANTO
1º APROBAR la Resolución 092/2012 de 18 de mayo, cursante de fs. 331 a 332 pronunciada por
la Sala de Familia de la Niñez y Adolescencia Violencia Intrafamiliar del Tribunal Departamental de
Justicia de Chuquisaca; y, en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada en cuanto a la vulneración
al debido proceso, al derecho a la doble instancia o de recurrir ante un tribunal superior, y el
derecho a la defensa en la fase impugnativa reforzada que tiene derecho el accionante en su
condición de persona con capacidades diferentes, así como respecto al derecho a la seguridad social
a corto plazo y no así con relación a sus derechos a la salud o la vida.
2º Anular obrados, hasta la Resolución 02/2011 de 16 de septiembre, por la cual se rechazó
indebidamente el recurso de revocatoria y, por ende, disponer la inmediata corrección del
procedimiento administrativo disciplinario, a efectos de que se asegure el derecho a la doble
instancia o de recurrir ante un tribunal superior, y el derecho a la defensa en la fase impugnativa.
Asimismo, la reincorporación del accionante y pago de sueldos devengados en protección a sus
derechos reforzados a la estabilidad laboral mientras no se compruebe en un debido proceso su
responsabilidad administrativa (Fundamento Jurídico III.2.1 y III.2.2) y su derecho a la seguridad
social a corto plazo vulnerado como consecuencia de la lesión de los derechos fundamentales
mencionados.