Ética y Valores
Ética y Valores
Ética y Valores
Autores:
Ferrer B., José C.I.: 11.290.223
García H., Darwin C.I.:12.697.733
León B., Gloria C.I.:10.415.722
RESUMEN
Ferrer B., José C.I.: 11.290.223; García H., Darwin C.I.:12.697.733 y León B.,
Gloria C.I.:10.415.722. Retos y dilemas en la conducta ética de los docentes
El presente artículo se desarrolló con el fin de presentarles a los docentes los diversos
enfoques que desde el punto de vista ético abarcan el quehacer educativo y que
aplicados adecuadamente repercuten en su desenvolvimiento profesional, por lo antes
expuesto, nuestro propósito es conocer los retos y dilemas en la conducta ética de los
docentes; se realizo bajo una investigación transaccional no experimental de tipo
descriptiva y documental. Como consideraciones finales, es necesario abrir el espacio
para la discusión pública sobre la labor docente, para que el profesorado y los estudiantes
adquieran las competencias de escuchar y atender los intereses y las necesidades de los
sujetos para los cuales se desarrolla la tarea pedagógica, esto por sí sola no se produce,
mientras el factor moralista de nuestra sociedad no sea introducido a los conceptos
humanos y de convivencia dentro de nuestras comunidades educativas
Palabras claves: Retos, dilemas, conductas éticas.
ABSTRACT
Ferrer B., José C.I.: 11.290.223; Garcia H., Darwin C.I.:12.697.733 y León B., Gloria
C.I.:10.415.722.Challenges and dilemmas in the conduct ethics for teachers
This article was developed in order to introduce teachers to the different
approaches from the point of view of ethics include educational
work and properlyapplied impact on their professional development, by the
above, our aim is tomeet the challenges and dilemmas in the ethical conduct
of teachers; was conducted under a research transactional descriptive
and experimentaldocumentary. As a final consideration, it is necessary to open the
space for public discussion on the teaching, so that teachers and students with the
skills to listen and serve the interests and needs of the subjects for which the
pedagogical taskis developed, this by itself does not occur, while
the moral factor of our society is not introduced to
the human concepts and relations within our educational communities.
INTRODUCCION
La idea central es revisar durante todo este recorrido, cuales serian los
dilemas de la conducta ética del docente y buscar posibles respuestas ante retos
éticos emergentes en la praxis pedagógica del educador. Para ello se
encontraran diferentes escenarios de reflexión y análisis que darán cuerpo y
coherencia a la idea central del artículo arbitrado.
El docente que utiliza su profesión para el bien colectivo, que realiza prácticas
acorde a la misma, también es un ciudadano ético, puesto que facilita a generar
un capital social dentro de la comunidad a la que pertenece. Las buenas prácticas
docentes permiten generar la confianza de los ciudadanos en el docente y en sus
colegas, satisfaciendo las expectativas sociales sobre el significado de la profesión
y la confiabilidad de la misma para solucionar los problemas de las personas y de
la sociedad. Cuando una comunidad tiene capital social abundante se facilitan las
relaciones de sus miembros, se intensifican las energías propias de esa sociedad
y se produce perfeccionamiento humano.
Una praxis docente llena de ética, es decir, una educación que está a la
altura de la dignidad y de valores humanos, es también gratificante y placentera.
Es decir, introduce un sentimiento profundo de satisfacción en el estudiante y en
el profesorado, a la vez que produce resultados satisfactorios. A partir de lo antes
expresado, una de las más destacadas pioneras en el ámbito de la educación para
la ética de Noddings (2001), afirmando que el éxito académico sin el afecto
positivo es moral y estéticamente vacío.
2. Alcances Y Contenidos De La Docencia
A partir del modelo prusiano la educación y el modelo docente hasta los
primeros modelos ilustrados, han intentado o al menos instruir al estudiantado
para aprobar a la ciencia como el que solucionaba los males de nuestra sociedad.
Según esta visión se esperaba en la ciencia el remedio de los males materiales y
sociales de la humanidad. A través de los años, ha ido quedando claro que no solo
es transferir el concepto de ciencia, y una visión científica del mundo.
En el marco del contexto antes expuesto, Fernando Savater (1998) hizo una
pregunta acertada: ¿Qué es lo que puede enseñarse y debe aprenderse en las
escuelas?, en su obra el valor de educar, Ciertamente, si se intentara una
respuesta positivista amplia, su firmeza sería abrumador, pues nos
sumergiríamos con el problema de los fines de la educación. Al meditar sobre
tales fines recae en el destino del hombre, sobre el lugar que domina en el medio
ambiente y sobre las relaciones entre los seres humanos.
La profundidad del cambio social que tiene lugar en la actualidad exige
reformular las interrogantes básicas sobre las finalidades de la educación,
referentes a quiénes asumen el compromiso de formar a las próximas
generaciones y sobre qué legado cultural, qué valores, qué concepto del hombre y
de la sociedad se quieren transmitir (García, Escámez, Martínez y Martínez
Usarralde, 2008). Tal situación nos trasladaría muy lejos y, quizás, por recorridos
poco prácticos para emplazar a los docentes en una sociedad como la nuestra,
tan compleja y plural en las concepciones de la vida buena.
Para Savater (1998) nos invita a ser parte del ideal educativo de los griegos, y
encontrar las respuestas acertadas para esta sociedad del conocimiento en la que
nos encontramos. Para los griegos, había una distinción de funciones que aún se
mantienen en algunos docentes: la que aísla, educación propiamente dicha, de un
lado, y la instrucción, por otro. Cada una era ejercida por una figura docente
específica, la del pedagogo y la del maestro.
Dentro del marco de los fines o metas sociales y partiendo del objetivo dentro
de la comunidad y de la importancia que enmarca la praxis del docente, en su
entorno, Ciertamente cuando analizamos un área más prolíficas de la filosofía
contemporánea donde la ética cumple un papel fundamental y relevante, como la
ética profesional docente, es necesario atender las voces de quienes trabajando
en los distintos ámbitos, con firmeza y seriedad, se preocupan para que el trabajo
se lleve a cabo de acuerdo con el nivel de ética cívica alcanzado por la sociedad.
Hay docentes muy reacios a este tipo de propuestas, porque manifiestan que
existe un riesgo previsible de adoctrinamiento o imposición de determinados
valores particulares. Piensan que los asuntos relacionados con los valores deben
ser tratados en el ámbito privado (en la familia y en la iglesia), y no en la escuela
como espacio público. En contra posición a lo expuesto la ética considera que
los centros educativos son los lugares ideales para experimentar, con aprecio y
pensamiento crítico, los valores, las creencias y las opiniones.
Para definir qué son las conductas no éticas inapropiadas en los docentes,
Martínez Navarro (2010) retoma la distinción que fundamentan algunos autores,
principalmente Augusto Hortal (2002, quien se basa en MacIntyre), sobre la
distinción entre bienes intrínsecos y bienes extrínsecos en el ejercicio profesional.
En ese mismo orden de ideas, Martínez Navarro (2010) afirma, sobre las
conductas no éticas de los docentes, que la corrupción se comprende como
cualquier acto u omisión que señala que han sido descuidados los bienes internos
para dar prioridad a la acumulación de bienes externos, accediendo a estos
últimos por una vía diferente a la recta dedicación profesional.
Hay que Pensar que los varios deberes de los profesionales pueden entrar
en conflicto y con ello pueden surgir los retos. Los mismos se originan cuando hay
dos o más posibles explicaciones de una misma situación. Según, Louise Terry
(2007) afronta el tema de los dilemas éticos aseverando que hay varios modelos
para ayudar a quienes toman las decisiones, pero que extrañamente hay una
respuesta decisiva y absoluta a un dilema ético.
Teniendo en cuenta que son tantas las necesidades y escasos los recursos
para atenderlas y que los individuos y grupos en la sociedad compiten de
numerosas formas para conseguir que se les atienda, en el trabajo
interdisciplinario y en la vinculación entre numerosas agendas sociales se
priorizan las necesidades del colectivo y se dejan a un lado las individuales.
CONCLUSIÓN
La profesionalización del docente tiene como deber moral, ser una persona
competente y con capacidades intelectuales que le faciliten la adquisición de
conocimientos y competencias para realizar su práctica cotidiana. Es necesario
proponer estrategias que favorezcan los procesos de formación docente,
presentar programas de acciones que ayuden a proferir las dimensiones
académicas y ética, creando en los docentes una actitud positiva al cambio, para
vencer la resistencia a las propuestas de reformas educativas, anteponiendo los
valores éticos como eje fundamental para el desarrollo de la práctica docente.
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