Cabala de La Prediccion - Leccion 5
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hombre, y el hombre tiene todos los suyos en la mente, la mente tiene todos sus equivalentes en la
ciencia de las anticipaciones, y esa ciencia tiene los suyos en determinados procedimientos.
SEGUNDA PARTE
LECCION V
PROCEDIMIENTOS DE PREDICCION
Aceptan los fisiólogos que hubo un tiempo en que los cinco sentido ordinarios estaban
infusos en uno —en el del tacto— que hoy ocupa gran parte de la masa encefálica y tiene
extensas ramificaciones en todos los centros cerebrales y nerviosos, no sólo incorporando a
las sensaciones que transmiten los demás sentidos las particularidades que le son propias de
éste, sino mejorando la labor de cada uno y substituyéndolos en muchos casos, como
ocurre, por ejemplo, con los ciegos que distinguen los colores al tacto, los sordos que con el
tacto perciben las vibraciones de los sonidos y, en general, infinidad de sensaciones y
conocimientos que sólo son plenos cuando el tacto los complementa. De acuerdo con la
doctrina de los símbolos, el tacto es a los demás sentidos lo que las cuatro facultades
fundamentales son a la Omnisciencia, y cada uno de los sentido corporales es a esas
facultades lo que todas ellas fueron a la facultad primitiva: el elemento especializado en que
se prolongó su esencia, y el órgano ejecutor en que hoy está diferenciado, existiendo entre
los unos y las otras la siguiente relación de continuidad:
Los procedimientos son los agentes de coordinación, que al mover los órganos físicos a
través de los cuales las facultades se expresan, además de activar éstas, despejan las vías de
que se sirven para cumplir sus respectivos cometidos, la clarividencia por medio de
imágenes que el sentido visual identifica, la clariaudiencia por las que el oído conoce, la
presciencia por las que el olfato intuye, la psicometría por la que el tacto clasifica, la
onmisciencia por las que el gusto reconoce, clasifica, intuye y permite visualizar y presentir
simultáneamente, constituyéndose como tales agentes en causas operantes de triple efecto:
Fundamentos y técnica
de los métodos
Método es el modo de decir o hacer con orden una cosa; en las ciencias es el “orden que
se sigue para hallar la verdad y enseñarla”. En predicción, método es el procedimiento que
se emplea para inferir los conocimientos y relacionarlos por su orden con el tema que se
estudia. Aunque se han empleado y se emplean métodos muy distintos, fundamentalmente
todos ellos pueden ser clasificados en tres grandes grupos, que son:
En los tres grupos de métodos, las conclusiones pueden ser obra de cualquiera de las
cinco facultades primarias ya conocidas, activadas en cada persona merced a las prácticas
que actúan sobre cierto sentido, no siendo siempre necesario, por ejemplo, servirse del oído
para activar la clariaudiencia, de la vista para la clarividencia, etc., sino que es posible
despertar las unas por la acción que se induce por cualquiera de los otros, y aunque, según
veremos, en cada individuo hay tendencias por nacimiento que favorecen el empleo de cada
facultad para un propósito especial, en rigor todas las personas pueden dedicar las suyas al
logro de fines múltiples y poniendo en acción sentidos diferentes.
Cualesquiera que sean esos fines o la facultad que se activa, los métodos, sin embargo,
cumplen un solo cometido, que es el de propiciar las tres finalidades que hemos
considerado, propiciándolas al anular en lo posible la acción consciente y facilitar la
subconsciente. La técnica que mejor logre ambas finalidades en cada persona será la que
más cumplidamente ha de permitirle identificarse con los principios universales, liberar el
saber contenido en su principio de formación y convertir, en suma, cualquier método en el
guía orientador del camino que sigue en la vida.
El saber es siempre uno. Lo que hacen las facultades es diferenciar la forma en que
se expresa, más o menos como ocurre con los sentidos corporales, en los que, por ejemplo,
el ojo aprecia la calidad de las cosas por su forma, el oído por el sonido, el olfato por el
aroma, el paladar por el sabor, el tacto por numerosas particularidades de aspereza o
suavidad, dureza o blandura, pero sin que ello presuponga que lo que verdaderamente hay
en nosotros que ve, oye, gusta, etc., desconozca algo de lo que existe en la cosa, sino que,
conociéndolo todo, sólo transmite al consciente la parte relacionada con el sentido que lo
expresa. Los métodos son a las facultades primarias lo que las ondas lumínicas son al
sentido visual, las ondas sonoras al oído, los olores al olfato, lo dulce y lo amargo al gusto y
la aspereza y suavidad al tacto: agentes diferenciales que activando ciertas vías hacen que
unas veces el alma se recoja en sí misma, otras que perciba algo de lo que ella no es, y las
más que exprese un poquito de la infinidad que conoce, no siempre en forma comprensible
pera nuestro raciocinio, pero en todo lo que hace incluyendo el conocimiento total de la
cosa que motiva el hecho. Como tales agentes, la ciencia de los símbolos los asocia a una
técnica, de la que nosotros vamos a dar una idea general respecto a cada una de las
facultades, comenzando por lo relacionado con la clarividencia, que es una de las más
cultivadas desde la más lejana antigüedad.
Se dice que Rasputin tenía la clarividencia muy desarrollada, y fue por el ejercicio
de esta facultad por medio de la bola de cristal que a mediados de 1916 anunció su
próxima muerte, el cercano estallido de la revolución y el asesinato del zar y su familia.
Más de cuatro siglos antes el Sumo Sacerdote inca se sirvió del mismo método para mostrar
a la esposa de Atahualpa el próximo fin de su marido, a la sazón prisionero de Pizarro. Un
ocultista inglés aseguró por medio del mismo procedimiento, que los aviadores españoles
que volaban en el Dornier sobre el Atlántico en junio de 1929, estaban a la deriva cerca de
las islas Azores, afirmación que se comprobó al intensificarse la búsqueda de los náufragos,
no obstante haber sido dados oficialmente por perdidos días antes. Infinitas premoniciones
de hechos que ocurren a variadas distancias en el tiempo y el espacio, incapaces los
sentidos ordinarios para percibirlos, tienen su explicación racional en la clarividencia,
facultad existente en todos los humanos y de la que el Radar y la televisión son meros
exponentes mecánicos. Tal es, en síntesis, uno de los procedimientos de que se vale la
predicción para aprovechar las virtudes primarias que poseemos y hacer inteligible al
consciente lo que el subconsciente conoce y le transmite. Veamos el segundo, éste
relacionado con la resonancia.
Los conocimientos, opuestos o no, están en nosotros. Lo único que hace la palabra o
el sonido es aflorarlos: aflorar en el consciente lo que la palabra o el sonido convencional
interpretan; y en el subconsciente lo que la inteligencia primaria asocia a la vibración
sonora que se emite, lo uno de acuerdo con la ley que rige la asociación de las ideas, lo otro
con la que gobierna la de las emociones, y los dos en consonancia con lo que hay en
nosotros de fundamental, esto es: las fuerzas que propiciaron nuestro desarrollo y las
facultades que nos han conducido hasta lo que somos, una de ellas, la clariaudiencia.
La aeromancia, que consiste en inferir por los sonidos que produce el aire el
conocimiento que la clariaudiencia intuye.
La cleidomancia, que consiste en inferir ese conocimiento por medio del ruido que
se hace con las llaves.
La lampadomancia, que aprovecha el ruido que produce el chisporroteo de las
lámparas para el logro del mismo fin.
La patmoscopía, que se vale del sonido de los latidos del corazón para el mismo
propósito.
La sibilomancia, que se sirve del sonido que emiten los silbidos e infiere por ellos el
conocimiento de lo que se percibe subconscientemente.
El espíritu o demonio familiar de que habla Sócrates, decía a éste, de viva voz, lo
que debía hacer o no hacer. Homero afirma que, de viva voz también, Zeus emitía el
augurio en el Oráculo de Dolona, haciéndolo oír a través del murmullo que producían las
hojas de la encina sagrada. Según Sir Norman Wallace, eminente escritor inglés, llamado a
San Petersburgo, en 1910, el célebre ocultista español Dr. Gerardo Encausse Pérez (más
conocido por el seudónimo de Doctor Papus), el Zar Nicolás, en una entrevista privada, le
pidió que evocase el espíritu de Alejandro III y le suplicase consejo acerca de lo que debía
hacer para cumplir su misión como gobernante. De acuerdo con Sir Wallace, el Zar Nicolás,
de viva voz también, oyó a su antepasado que le decía:
“Aplasta la revolución a todo trance. Renacerá más tarde y será tan violenta como la
represión de ahora. Pero ésa es tu misión”.
Hay incontables ejemplos en la historia y en la vida diaria que confirman la realidad
de las voces que se oyen sin cuerpos que las emitan, probablemente originadas todas ellas
en esa facultad que llamamos clariaudiencia y que no sólo hace oír lo que se dice a grandes
distancias en el tiempo y en el espacio, sin oque nos capacita para escuchar lo que todavía
no se ha dicho. Tal es, en breve, lo relacionado con nuestra segunda virtud primaria.
Pasemos a considerar la tercera, ésta asociada a la ciencia de los éteres y la presciencia.
“Cualidad es aquello por lo cual las cosas se llaman “cuales”, dice Aristóteles, lo
que presupone que cualidad es lo que hay en las cosas que determina su ser substancial en
cuanto a su perfección en lo que obran, con exclusión de su forma, tamaño, dureza, color,
fluidez, densidad, suavidad y, en fin, todo lo que representa cantidad y puede ser
modificado en la naturaleza de la cosa sin que ésta deje de ser lo que es. A la facultad que
nos permite intuir ese ser substancial y conocer su particular manera de obrar, le llamamos
psicometría.
Aunque la moderna psicología aplicada da a la voz psicometría el significado de
“medida de la actividad intelectual”, y comúnmente se sirve de ella para el estudio
cuantitativo de los procesos mentales por medio de un aparato llamado psicómetro,
etimológicamente esa voz viene del griego psyché, alma, y métron, medida, esto es, medida
del alma, quiere decir medida de lo que hay en las cosas que no representa cantidad ni
modifica su cualidad al modificarse los elementos ponderables que las componen; y
medida, asimismo, de lo que hay en nosotros que lo percibe y comprende, o sea, medida de
lo que, percibiendo y comprendiendo las cualidades de las cosas, las diferencia y aprecia
por su ser substancial, sin que al hacerlo haya modificación alguna en lo que comprende ni
en lo comprendido. Lo que llamamos psicometría o ciencia de las cualidades, tiene esta
última acepción, que es también la que le dieron los ocultistas al explicar por su medio,
determinados fenómenos trascendentales, algunos de ellos relacionados con la predicción.
Establecido el significado de ambos términos, diremos que ciencia de las cualidades es
aquella por la cual se puede conocer una cosa sin descomponer la materia que la integra, y
psicometría la facultad que nos permite obtener ese conocimiento por cualquiera de las
particularidades que la cosa posee. La facultad y la ciencia han sido empleadas desde
tiempos remotos para muy variados objetivos, entre ellos, el de averiguar, por ejemplo, el
estado mental de una persona por los efluvios que emanan de una prenda de su uso, o
conocer la probable influencia que ejercerá un objeto en nuestra vida por las condiciones
especiales en que llega a nuestro poder, ambos conocimientos a base de la virtud que tiene
la cualidad de los seres y cosas de transmitir su propia esencia, y la que poseemos nosotros,
de identificarnos con ella y hacer surgir los estados conscientes y subconscientes que
armonizan con su sentido, sin modificación esencial en el objeto que transmite ni en la
facultad que percibe. En predicción se recomiendan los siguientes procedimientos para
intuir y declarar ese conocimiento:
Fig 37: Arcano 60, en el que la doctrina de los símbolos
cifró el misterio de la “Evolución”.
Se dice que el Conde de Saint Germain —que era muy dado a concurrir a
espléndidos banquetes, pero nunca probaba bocado en ellos— extraía de los manjares sus
cualidades esenciales por medio de la vista, el gusto y el olfato, siendo ése, según
aseguraba, el secreto de su longevidad. A la misma propiedad de identificarse con las
cualidades que emanan de los seres y las cosas, atribuía su virtud de predecir los eventos,
entre ellos la decapitación de Luis XVI y de María Antonieta, augurada con mucha
anterioridad a la invención de la guillotina y cuando nada hacía suponer que se adoptase tal
instrumento como medio de ejecución, y mucho menos que los reyes, entonces en el
apogeo de su poderío, pereciesen en ella, por donde se ve que esta cuarta facultad,
constituyendo una ciencia en sí misma, es capaz de proporcionar iguales principios de
conocimiento que cualquiera de las tres anteriores. Veamos las facilidades que sobre el
mismo objetivo ofrece la quinta, ésta representada por la omnisciencia como ciencia de las
medidas.
Omnisciencia quiere decir “conocimiento de todas las cosas reales y posibles”, esto
es, ciencia que puede proporcionar el conocimiento que se obtiene por medio de todas las
demás. Medida, en su sentido literal, quiere decir “lo que sirve para medir”, o sea: lo que
sirve para determinar la longitud, extensión, volumen o capacidad de las cosas. Poseyendo
cuanto existe o puede existir alguna de esas propiedades, es evidente que las ciencias tienen
que depender de medidas para colegir sus conocimientos, y si hay alguna que pueda
proporcionar los relacionados con todas las otras deberá forzosamente ser aquella sin cuya
auxilio las demás carecen de valor, de donde se infiere que así como es posible que los
sentidos ordinarios sean una extensión diferenciada de un sentido único —el del tacto—,
también puede serlo que todas las facultades y ciencias sean una extensión especializada de
una primaria, y si relacionamos las posibilidades que ofrece la ciencia única con las
disposiciones que contiene en potencia la facultad fundamental, además de sernos dable
conocer por ambas la longitud, extensión, volumen y capacidad de todas las cosas reales y
posibles, también lo será hallar en las dos los elementos que hagan inteligible y predictible
ese conocimiento. La onmisiciencia como ciencia de las medidas, tiende a ese fin.
Fig 38: Arcano 70, en el que la doctrina de la simbología
cifró el misterio de la “Cooperación”.
Relata la leyenda que deseando Tales de Mileto corresponder en alguna forma a las
deferencias que le prodigaban sus amigos en un banquete, les propuso que cada uno hiciese
una pregunta acerca de lo que más le interesara saber, preguntas que Tales fue contestando,
en la siguiente forma:
—Entre los seres, ¿cuál es el primero? —interroga uno de los amigos.
—Dios, pues es ingénito —contesta Tales.
—Entre lo creado, ¿qué es lo más hermoso? —interroga el segundo.
—El mundo, pues, es obra de Dios —afirma Tales.
—Entre lo grande, ¿qué cosa lo es más? —inquiere el tercero.
—El espacio, pues lo encierra todo —es la respuesta.
—Entre lo veloz, ¿qué es lo más rápido? —interroga el cuarto.
—El pensamiento, pues va instantáneamente a cualquier lado —declara Tales.
—Entre lo potente, ¿qué cosa es más fuerte? —indaga el quinto.
—La necesidad, pues lo vence todo —asegura el sabio.
—Entre lo difícil, ¿qué cosa lo es más? —pregunta el sexto.
—Conocerse a sí mismo —responde Tales.
—En sabiduría, ¿qué es lo más sabio? —indaga el séptimo.
—El Tiempo, que todo lo descubre y aclara —concluye el sabio.
Las siete preguntas representan otros tantos estados mentales, que suponen, a su
vez, determinada aspiración en cada individuo, la aplicación de un método especial para
conseguirla y el ejercicio de cierta facultad al aplicar ese método. En el supuesto de que
todos dedicasen su saber a la consecución del mismo propósito, ¿sería posible lograrlo a
través de métodos, aspiraciones y facultades tan diferentes?
Es fama que interrogados los siete sabios de Grecia acerca de la mejor forma de
gobierno que convenía a la dicha del pueblo y grandeza de la nación, cada uno propuso la
siguiente:
—Una en que gobierne el hombre honrado —dijo Potaco.
—Una en que la injusticia hecha a un ciudadano sea sentida por todos —afirmó
Solón.
—Una en que la ley ocupe el lugar del tirano —declaró Bias.
—Una en que haya igualdad en las fortunas —aseguró Tales.
—Una en que el temor al reproche sea más fuerte que el temor al castigo —declaró
Cleóbulo.
—Una en que hable la ley en lugar del orador —aseveró Kilón.
—Una en que gobiernen los más aptos —concluyó Persiandro.
Las siete respuestas de los sabios, al igual que las siete preguntas de los amigos de
Tales, representan un solo deseo, aunque para lograrlo sea preciso emplear métodos
distintos y ejercitar facultades diferentes. Llevadas a feliz término esas propuestas y
poniendo en cualquiera de ellas los elementos que corresponden, todos los gobiernos son
buenos, y todos pueden labrar la grandeza de la nación y la dicha del pueblo. Sin esos
elementos, o aplicándolos en forma contraproducente, ninguna dará resultados
satisfactorios. El empleo de las facultades humanas y de los métodos existentes como
principios de conocimientos en la predicción, tienen la misma virtud y las mismas
limitaciones.
Los métodos y las facultades son meros instrumentos de óptica, que si bien nos
ayudan a ver las cosas, es preciso hacer uso de ellos en forma adecuada. Satisfecha esa
condición, no sólo pueden prestar un servicio efectivo a todas las personas, sino ser
dedicados al logro de variados propósitos por el mismo individuo, pues aunque cada
facultad percibe las cosas a través de un elemento distinto, y los métodos activan
preferentemente ciertas facultades, en cualquier elemento pueden hallarse partes
proporcionales de todos los otros, y por cualquier facultad intuir y declarar el saber que las
demás declaran o intuyen. Según la doctrina de los símbolos, la utilización y buen servicio
que pueden prestar esos instrumentos, está supeditada a los siguientes complementos
personales:
La actualización de las cinco facultades primarias que describimos antes, así como
el buen empleo de los métodos que las activan, tienen en estos cuatro complementos las
condiciones que facilitan o dificultan sus respectivos cometidos, pudiendo decirse que si
bien por los principios potenciales contenidos en los siete sabios griegos todos hubiesen
propuesto la misma forma de gobierno o todos los amigos de Tales hecho la misma
pregunta, por la diferencia de los elementos personales que concurrían en cada uno, las
preguntas y las respuestas, aunque tendiendo al mismo fin, todas fueron distintas. En las
personas que utilizan los métodos y tratan de actualizar sus facultades con fines predictivos,
ocurre igual. Veamos uno de los procedimientos que propone la doctrina de los símbolos
para armonizar los cuatro elementos y conseguir que cualquier facultad y cualquier método
se conviertan en el principio de conocimiento que aflore el saber que interesa sobre
determinado asunto.
Los motivos es lo fundamental, pues son ellos lo que aviva las facultades, desarrolla
las aptitudes, crea la necesidad, determina los tiempos y hace, en fin, que infundiéndoles
nuestra personalidad, concluyan por ser el exponente de cuanto somos o entendemos. Las
siete reglas que decimos en la página 101 orientaban a los sacerdotes de los antiguos
oráculos en el ejercicio de su profesión, pueden ser base de una línea de conducta apropiada
respecto a os motivos. De acuerdo con los principios en que se fundamenta la Astrología, el
signo zodiacal que ocupa la 9ª casa da a los nativos disposiciones especiales para lo
siguiente:
Aries: Les otorga intuición para prever los cambios de localidad, mudanzas,
iniciación de empresas y realización de descubrimientos.
Tauro: Les otorga intuición para prever los resultados de las inversiones financieras
y encontrar la mejor forma de enriquecer la economía doméstica.
Géminis: Les otorga intuición para prever las posibles consecuencias de lo
relacionado con escritos, literatura y oratoria.
Cáncer: Les otorga intuición para prever lo relacionado con la vida matrimonial y
las propiedades urbanas.
Leo: Les otorga intuición par prever lo relacionado con la enseñanza primaria, el
teatro, las probables consecuencias de las relaciones amorosas e inversiones
en negocios de recreo.
Virgo: Les otorga intuición para prever lo relacionado con empleos, administración
de negocios y logro de mejoras por medio del ahorro.
Libra: Les otorga intuición para prever lo relacionado con asuntos judiciales,
casamientos, asociación de intereses y contratos públicos.
Escorpio: Les otorga intuición para prever lo relacionado con el prestigio, la
reputación, la marcha de los negocios, el gobierno de los pueblos y la
orientación de las profesiones.
Sagitario: Les otorga intuición para prever lo relacionado con los deportes,
movimientos religiosos, viajes y cuestiones internacionales.
Capricornio Les otorga intuición para prever lo relacionado con el prestigio, la
reputación, la marcha de los negocios, el gobierno de los pueblos y la
orientación de las profesiones.
Acuario: Les otorga intuición para prever lo relacionado con asuntos humanitarios,
actos altruistas, inventos que benefician a la humanidad y acontecimientos
inesperados.
Piscis: Les otorga intuición para prever la solución de los problemas personales
contingencias que favorecen el bienestar de las familias y causas que
determinan el aislamiento o reclusión de los individuos.
Neptuno en la 2ª casa: Otorga aptitud para intuir lo relacionado con dinero, los
triunfos y fracasos económicos, los probables resultados de los negocios de líquidos
o industrias y negocios que estén vinculados al mar, la navegación, la compra o
venta de fluidos. Esta facultad se revive por sí sola al ejecutar labores en que el
nativo se beneficie con productos del mar.
Neptuno en la 9ª casa: Otorga aptitud para intuir lo relacionado con la evolución del
mundo en general, los movimientos religiosos, los problemas de psicología
aplicada, la visión de lo que ha de ser en el futuro lejano o que tiene efecto a gran
distancia, en las cuatro ramas con gran eficacia en lo que intuye, pero en todas ellas
interpretando lo intuido según que Neptuno esté bien o mal aspectado, si lo primero
con confianza en las personas y en los motivos, si lo segundo con recelo y malicia
en todo. Se revive la facultad en virtud de emociones inspiradas por cosas lejanas en
movimiento.
Neptuno en la 10ª casa: Otorga aptitud para intuir lo relacionado con el gobierno de
los pueblos, el poder moral, la autoridad, el prestigio, la evolución a que tienden los
grupos de personas o asociaciones de intereses. Entre estos nativos se hallan los
grandes conductores de multitudes y los falseadores de ideales elevados, el Papa
Blanco y el Papa Negro, según que Neptuno esté bien o mal aspectado, ya sea en el
nacimiento o en el instante de predecir. La facultad se revive en virtud de emociones
inspiradas por masas compactas.
Neptuno en la 11ª casa: Otorga aptitud para intuir lo relacionado con la amistad, la
lealtad, la devoción a personas, ideales o cosas, y ser sensible a los lazos invisibles
que unen los sentimientos y los intereses y nos hacen dar sin que se nos pida, unas
veces por la gratificación que recibimos al contribuir a la dicha ajena, y otras por el
bien que creemos hacer nuestro al privar de su disfrute a quien lo poseía
anteriormente. Todos los nativos que tienen Neptuno en esta casa sienten
inclinaciones en ambos sentidos, con la diferencia que el que lo tiene bien aspectado
resiste la tentación egoísta, y cuando está mal resiste la abnegada. La facultad se
revive por emociones inspiradas al escuchar sonidos armónicos.
Neptuno en la 12ª casa: Otorga aptitud para intuir lo relacionado con cosas que
pertenecen a lo pasado o lo porvenir, las causas y sus probables efectos, las
compensaciones que corresponden a cada acto y los caminos ocultos a través de los
cuales todo alcanza la debida compensación y el hombre evoluciona hacia lo mejor.
Hay dos clases de nativos con esta influencia, unos que dedican sus mejores
aptitudes a sanar enfermos y liberar oprimidos, y otros que las emplean en falsear la
justicia, pervertir la medicina y beneficiarse por intermedio de ambas, la primera
clase incrementando su virtud predictiva a medida que la ejercitan más, y la segunda
anulándola a medida que la honran menos. Ambas clases avivan la facultad en
virtud de emociones inspiradas por el deseo de servir.
En los Mapas Psíquicos que se insertan en la Lección VI se indican algunos factores más,
que a la par que revelan las disposiciones predictivas y condiciones en que cada nativo las
actualiza, representan otros tantos principios de conocimiento merced a los cuales no sólo
es posible coordinar más cumplidamente los cuatro elementos que ayudan a obtener
mejores resultados de las facultades y de los métodos, sino desarrollar las aptitudes que
interesen y, por gracia de ese desarrollo —cual ocurre con cualquier otra ciencia—, hacer
más eficaz el servicio que puede prestar la de las anticipaciones, en todos los casos, sea cual
fuere el método empleado, la facultad primaria que se ejercita, el motivo que nos mueve a
ejercitarlo o el objetivo que perseguimos al buscar en la predicción la guía orientadora que
ayuda a favorecer lo placentero y evitar lo penoso.
En primer lugar, a lo que hemos llamado doctrina de los símbolos, que abarca lo
conocido o intuido en la antigüedad y que ha sido transmitido por tradición, parte de ello
conservado por numerosas escuelas ocultistas y declarado oralmente a sus adeptos, y parte
cifrado en los monumentos y los Escritos Sagrados de diversas religiones y declarado
únicamente por medio de fórmulas lo uno y de ritos lo otro, siendo La Cábala Hebrea el
resumen más completo que existe del saber a que esa doctrina se refiere.
Reunidas las aguas de ambas fuentes en un solo caudal, hemos extraído de unas la
parte que confirma la naturaleza de las otras, y pidiendo a las dos los postulados empíricos
y las explicaciones racionales que abonan el tema, formamos con ese caudal, La Cábala de
Predicción que presupone ser este libro, quiere decir: una síntesis general de las doctrinas
que abonan lo que llamamos ciencia de las anticipaciones, y un resumen de los métodos a
través de los cuales esa ciencia y sus doctrinas pueden prestar un servicio. Creyendo que lo
dicha hasta aquí explica cumplidamente lo primero, vamos a tratar ahora lo relacionado con
lo segundo, que siendo lo que da valor aplicativo a las facultades primarias y a los
principios universales, puede convertirse en la guía orientadora que, a la par que justifica el
título del libro, compense el esfuerzo que hemos dedicado a la explicación teórica y el que
vamos a invertir ahora en la exposición práctica.