Microdermoabrasión
Microdermoabrasión
Microdermoabrasión
La microdermoabrasión con puntas de diamante es una técnica ideal actual y segura para el tratamiento de
una gran cantidad de afecciones de la piel, como mantener la piel joven, tersa, con mayor elasticidad,
luminosa y limpia, dándole a la piel un mejor aspecto estético; es de resaltar que con este procedimiento se
obtienen resultados similares a los logrados con los peelings químicos cosméticos, pero de una manera
menos agresiva, siendo una alternativa para tratamientos faciales, para eliminar células muertas e impurezas
de la superficie cutánea, para corregir señales de foto envejecimiento, para el alisamiento de rítides finas, para
la atenuación de hiperpigmentaciones superficiales, para la superficialización de cicatrices leves de acné, para
reducción de la apariencia de los poros abiertos, como coadyuvante en el tratamiento de la piel desvitalizada o
avejentada, para remover áreas gruesas de la piel debido a factores ambientales, para estimular renovación
celular y tonificar la piel, además incrementa la microcirculación perimetral de los capilares sanguíneos dando
como resultado una piel más nutrida y oxigenada y por lo tanto más saludable.
Las sesiones con la técnica de microdermoabrasión con puntas de diamante se realizan semanalmente (una o
dos veces por semana), teniendo estrecha relación con el caso individual, lo que dependerá de la afectación
cutánea que se busque corregir, la severidad, la extensión del problema y la tolerancia al procedimiento,
siendo recomendable entre 6 a 10 sesiones, pero definitivamente los resultados se darán en forma progresiva.
Después de finalizar la secuencia de sesiones del tratamiento, es recomendable hacer tratamiento de
mantenimiento por lo menos bimestral o trimestralmente (cada 2 o 3 meses) para conservar la piel en
excelentes condiciones.
La microdermoabrasión con puntas de diamante está contraindicada en zonas que presenten lesiones
dermatológicas no diagnosticadas, rosácea activa, herpes, acné activo Il a IV, verrugas, dermatitis,
carcinomas cutáneos, lesiones vasculares, tatuajes, heridas abiertas, pieles quemadas, pieles sensibles,
pieles muy delgadas o que hayan sido tratadas previamente con otros tipos de tratamientos abrasivos,
diabetes no controlada, telangiectasias (cuperosis), antecedentes de mala cicatrización, etc.