Ficha 51 Plan Lector
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SECCIÓN
COMPETENCIA LEE DIVERSOS TIPOS DE TEXTOS ESCRITOS EN SU CAPACIDADES Infiere e interpreta información del texto.
LENGUA MATERNA
Un día de enero, mientras el sol abrasaba con sus ardientes rayos la tierra, una pobre
florecilla se sentía morir de sed e imploraba con voz quejumbrosa:
- ¡Una gota, una gota de agua! ¡Tan solo una gotita, que me muero de sed!
Pero nadie le hacía caso y la pobre florecilla se iba consumiendo por la sequedad del
ambiente y por el insoportable calor del sol.
Paso por allí una nube, una sola nube, negra en medio de un cielo limpísimo. La florecilla la
vio y sintió estremecimiento de alegría, alzó su cabeza y con todas las fuerzas que le
quedaban se puso a gritar: - ¡Una gotita, una gotita de agua!
Al principio, la nube pareció no haber oído aquella voz implorante, pero luego se detuvo,
observó un rato y le preguntó:
- ¿Qué quieres? ¿Quién eres? ¿Dónde estás?...
- Estoy aquí- respondió la florecilla- soy una pobre flor que se muere de sed. ¡Ten compasión
de mí! Dame una sola gota de tu agua. ...
- No puedo detenerme ¡no tengo tiempo! Mañana volveré a pasar por aquí y quedarás
satisfecha.
La infeliz no tuvo fuerzas para resistir más; inclinó poco a poco su cabeza, se replegó sobre
sí misma como para dormir, se abatió hasta el suelo y, sin decir palabra, expiró.
Al día siguiente, la nube pasó por el mismo sitio y empezó a buscar a la florecilla, pero fue
en vano; en su lugar no vio más que un montoncito de hojas secas, quemadas por el sol.
Entonces, llena de remordimientos, se le oscureció el semblante y empezó a llorar a lágrima
viva. Unas tras otras, caían las gotas en tal cantidad que las plantas se estremecían bajo
aquella inesperada y saludable lluvia.
Sin embargo, la florecilla no volvió a levantar su cabeza, ya estaba muerta y no sentía ni el
llanto de la arrepentida nube, que gemía:
- ¡Desdichada de mí! Qué he hecho: ¡He dado muerte a una criatura de Dios! Otra vez no
volveré a decir: "Espere hasta mañana" al que me pida socorro. ¡Infeliz de mí!
Sin embargo, pocos días después- ¡Oh milagro!-, junto al montoncito de hojas secas,
reducidas a polvo, brotaron una infinidad de nuevas florecillas, azules y rojas, dotadas de un
maravilloso perfume. Eran flores nacidas del dolor de la pobre plantita muerta y de las
lágrimas de la nube arrepentida: las más bellas que jamás ha habido sobre la tierra.
Mario Giusti
I. RESPONDE:
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Explicación:
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