Esas Tierra Es Mia

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Anteayer

Desde muchos siglos antes de Cristo hasta principios del siglo dieciséis, cuando
Guatemala y Belice fueron descubiertos y conquistados por los españoles, los
Mayas eran los dueños y señores de esas tierras. En 1550, los misioneros
españoles evangelizaron la región Chol (Q’eqchi’) hasta la Bahía de Amatique, o
sea, lo que hoy es la mitad sur de Belice. la región de Pucté en el norte, fue
evangelizada en 1618 por misioneros españoles que también evangelizaron en
1621, la región de los Mopanes y Tipúes en la parte central de Belice.

El pirata inglés Peter Wallace, en 1638 instaló su centro de operaciones en un islote,


“Cayo Cacina o Cocina”, frente a la desembocadura del río Belice; esa costa fue
utilizada como refugio por los piratas ingleses hasta mediados del siglo dieciocho.
Posteriormente, los piratas se fueron adentrado en le territorio de Belice para
explotar y comercializar el “palo de tinte” que les producía mayores ganancias que
la piratería en el mar. Así, los piratas ingleses fueron quienes iniciaron la
deforestación del territorio de Belice.

En 1676, el misionero español Fray José Delgado, gestionó ante las autoridades
españolas, la construcción de un camino que atravesara Belice de sur a norte
uniendo los caminos existentes de los mayas. El camino se iniciaría en Cahabón
(Verapaz) y terminaría en Bacalar (Yucatán), así habría una vía de comunicación
directa terrestre entre Guatemala y Yucatán. Los españoles defendieron el territorio
de Belice en sucesivos encuentros bélicos con los piratas ingleses, así, en 1724 los
piratas fueron derrotados en el río Belice y los alrededores por el militar español don
Antonio Cretayre y Torres. Todas las batallas fueron dirigidas desde Campeche,
Yucatán, porque España había ordenado que allí fuera el centro de operaciones de
la Armada de Barlovento. Esta armada de guerra era sostenida, en su mayor parte,
con dineros de la Capitanía General de Guatemala.

El sargento mayor, don Melchor de Mencos, del Batallón de Milicias de la ciudad de


Guatemala fue nombrado en 1753, para dirigir y reclutar a las milicias que irían a
combatir a los ingleses que habían penetrado en varios puntos de la región norte de
la Capitanía General de Guatemala. La primera victoria de Melchor de Mencos fue
derrotar a los ingleses en Izabal, en abril de 1754, obligándolos a desalojar el castillo
de San Felipe. En el litoral Atlántico volvió a derrotar a los ingleses capturando
cuatro buques (bergantines) y prosiguió hacia el norte pasando por la ciudad de
Flores y de allí se dirigió hacia el oriente, desalojando de Fallabón al enemigo.
Continuó con su misión y derrota a los ingleses que se encontraban en los ríos
Nuevo y Hondo; la victoria final fue al tomar San Felipe Bacalar, en el hoy territorio
mexicano de Quintana Roo. Años más tarde, en reconocimiento a esas brillantes
acciones, el gobierno de Guatemala le dio su nombre “Ciudad Melchor de Mencos”
al pueblo de Fallabón (del maya Payab-bon) llamado Firebone por los ingleses.

Por medio del Tratado de París de 1763, España concedió permiso a Inglaterra para
el “corte de madera” en la Bahía de Honduras haciéndole ver a los ingleses que era
sólo un permiso, puesto que ellos eran los legítimos propietarios. En el tratado no
se menciona ningún lugar específico o un “establecimiento”, ni siquiera el nombre
de Belice como territorio, sólo como referencia al río de ese nombre. En esa época,
en el territorio de Belice había alrededor de 500 personas entre piratas - madereros
ingleses y esclavos de origen africano. En 1778 las autoridades eclesiásticas
verificaron el primer censo de la población en la Capitanía General de Guatemala
por , el cual arrojó un total de 396, 149 habitantes incluyendo los de Belice.

De 1774 a 1783 el Capitán General de Guatemala, don Matías de Gálvez y el


Gobernador de Yucatán, don Roberto Rivas Bethancourt, limpian de piratas
ingleses el litoral Atlántico de Yucatán y Centro América. Don Matías de Gálvez se
cubre de gloria por la toma del castillo de Omoa y la isla de Roatán.

Por el Tratado de Versalles en 1783, los españoles conceden otro permiso a los
ingleses para que sigan cortando “palo de tinte” pero reservándose siempre el
derecho de su soberanía. En ese tratado sí especificaron el área de la concesión:
(4,804) Cuatro mil ochocientos cuatro kilómetros cuadrados, ubicados dentro del río
Hondo por el norte y el río Belice por el sur. En 1785, los ingleses solicitaron una
ampliación que abarcaba desde la boca del río Molinos 320 kilómetros hacia el
interior, y de allí hacia el norte hasta el río Hondo. A los españoles les sorprendieron
las pretensiones inglesas, porque ello significaría dejar aislada la península de
Yucatán de la Capitanía General de Guatemala. Conviene mencionar que el
Régimen de Intendencias fue implantado en la Capitanía General de Guatemala de
1785 a 1787, quedando la parte sur y central del territorio de Belice dentro de la
Alcaldía Mayor de la Verapaz.

En el Tratado de Londres de 1786, España le amplía a Inglaterra en (1,884) Mil


ochocientos ochenta y cuatro kilómetros cuadrados, el área de la concesión,
haciéndola extensiva por el sur hasta el río Sibún. Los españoles le vuelven a repetir
a los ingleses que no se trata de ninguna concesión de territorio ni renuncia de
soberanía. Quiere decir que, los ingleses en 1786 sólo tenían permiso para corte de
palo de tinte en una extensión de (6,688) seis mil seiscientos ochenta y ocho
kilómetros cuadrados, ubicada entre el río Hondo por el norte, límite con la Provincia
de Yucatán, y el río Sibún por el sur, límite con la Alcaldía Mayor de la Verapaz.
Estos límites, que fueron claramente establecidos en los tratados de 1783 y 1786,
son conocidos como los Límites Indelebles, porque no se podrán borrar jamás.

En el último tratado quedó estipulada la prohibición de construir fortalezas y la


tenencia, por parte de los ingleses, de ninguna pieza de artillería; también se
prohibía la formación de cualquier clase de gobierno, así fuese civil o militar. Al
establecimiento y verificación de los límites fueron comisionados don Enrique
Grimarest por parte de España y don Marcus Dispard por parte de Inglaterra. El 11
de agosto de 1787 levantaron y firmaron el acta después de concluido el
amojonamiento, en el lugar de Halova del río Walix (como los ingleses llamaban al
río Belice); acordándose que una vez por año, fuera una comisión mixta a recorrer
el territorio para verificar el buen cumplimiento de los tratados.
En el establecimiento de Belice había muy pocos esclavos negros llevados de
Jamaica por los piratas. Fueron los piratas ingleses los primeros cortadores de
madera, ellos mismos cortaban el palo de tinte ya que no contaban con la mano de
obra indígena. Los piratas establecieron los primeros campamentos madereros,
entre el río Nuevo y el río Belice o río Walix y conforme avanzaban los ingleses
hacia el interior, los mayas retrocedían a las serranías del centro y sur o a las densas
selvas del noreste del territorio. Los “hombres de la bahía” (bay men), como se
conoció a los piratas cuando se volvieron madereros, habían establecido un sistema
para controlar la distribución de las tierras para el corte del palo de tinte y el
establecimiento de campamentos de trabajo. Ese sistema fue llamado “Estatutos de
Sitio” (Location Laws) y establecía que, la primera persona en reclamar un lugar
determinado para el corte y campamento de trabajo, siempre y cuando lo ocupara,
tenía el derecho de “propiedad”. En 1787 los ingleses, aunque tenían prohibido por
los españoles establecer un gobierno civil, eligieron a siete representantes para
conformar un gobierno de los hombres de la bahía. Estos representantes-
magistrados, para evitar que hubiera competencia en el control de la tierra,
agregaron un requisito a los Estatutos de Sitio, en el cual, el solicitante debería ser
dueño, por lo menos, de cuatro esclavos.

Los “Hombres de la Bahía” elaboraron un mapa que señalaba las concesiones


españolas de 1783 y 1786. Dicho mapa fue conocido como “el mapa de Bayman”.

Don Juan Francisco Gual en 1789, presentó al gobierno español un informe de su


visita anual al asentamiento inglés en el territorio de Belice. En dicho informe Gual
cuanta que, en los asentamientos había más de 3200 personas de las cuales 650
eran inglesas, cerca de 2000 negros africanos en su mayoría esclavos y los demás
habitantes eran mestizos. El asentamiento situado en la boca del río Belice, contaba
con 2000 habitantes que vivían muy pobremente y en el Cayo Cacina sólo habían
13 familias y el resto de los habitantes vivía disperso en los campamentos
madereros. Las aldeas mayas de la costa habían desaparecido, sólo quedaban
unos cuantos caseríos y el comercio regional estaba paralizado por temor a ser
capturados por los ingleses y ser vendidos en Jamaica como esclavos.

Los españoles no tenían ninguna relación comercial con los ingleses de los
asentamientos. Las empresas mercantiles inglesas principiaron a invertir
fuertemente en el corte y extracción de caoba que, en comparación al palo de tinte,
requería de grandes extensiones de tierra, mucho capital y buen número de
cortadores. El trabajo de identificar, cortar y sacar caoba de los bosques requería
destreza y mucha fuerza, por ello, los ingleses llevaron a Belice esclavos de Africa
Occidental, particularmente de Ghana, Malí y Sonjay; de esos lugares provienen la
mayoría de los antepasados de los beliceños de hoy.

En 1790, don Rafael Llobet visitó los asentamientos en el territorio de Belice y


describió detalladamente el asentamiento situado en la boca del río Belice, que era
el puerto principal del territorio. En el informe detalla el movimiento y las
exportaciones de los productos madereros, en el cual, la caoba ocupa ya el segundo
lugar después del palo de tinte. En su informe recomienda reforzar el fuerte de
Bacalar en Yucatán, porque no estaba convencido de las buenas intenciones de los
ingleses, y adjunta un mapa en el que muestra la ubicación de los barcos ingleses
fondeados en la costa.

En 1791 quince ingleses controlaban el 80% del mercado de esclavos en el


territorio. Inglaterra obtenía de Belice más ingresos que de cualquier otra de sus
colonias en América. Los ingleses en 1796, habían construido un fuerte, provisto de
artillería, en la desembocadura del río Belice y ya administraban el territorio como
una colonia.

Por entonces,Inglaterra le declara la guerra a España, que era aliada de Francia, y


los españoles preparan una expedición a Belice nombrando a don Antonio O’Neill,
Capitán General de Yucatán, como jefe de la expedición. Los ingleses, que sabían
que los españoles estaban alistando una expedición, se habían preparado con la
ayuda enviada desde Jamaica. En 1798 se libró una escaramuza naval entre el
Cayo Cacina y la boca del río Belice; los españoles al darse cuenta de lo bien
pertrechados que estaban los ingleses, dispararon unos cuantos cañonazos y se
retiraron regresando a Veracruz. A este incidente los ingleses lo han llamado la Gran
Batalla de San Jorge, por haberse librado en el día del mencionado santo y al cayo
le cambiaron el nombre por el de Saint George’s Cay, en reconocimiento al lugar
donde, según ellos, se consumó la conquista de Belice. Lo curioso es que, en esta
gran batalla, no se perdió ni una vida humana ni hubo pérdidas materiales. La
famosa batalla de San Jorge ha servido a los ingleses para reclamar su derecho de
conquista (by force of arms) sobre el territorio de Belice, pero no cuentan que antes
ya habían penetrado en el nor-oriente de El Petén y habían establecido
campamentos para el corte de caoba y otras maderas preciosas, en total violación
con lo estipulado en los tratados de 1783 y 1786.

Durante el siglo XVIII, el comercio marítimo fue la base fundamental del colonialismo
inglés en América. Inglaterra había perdido (1776) su gran colonia, Estados Unidos
de Norteamérica, e inmediatamente diseñó la estrategia para seguir dominando y
controlando el comercio de las colonias pertenecientes a la todavía poderosa
España. En el territorio de Belice, ni el gobierno inglés ni los cortadores de madera
ingleses cumplieron con los tratados y siempre se burlaron del gobierno y de las
autoridades españolas. A finales del siglo XVIII, los ingleses habían establecido
campamentos madereros en las orillas de los ríos Bravo, Booths, Azul, Santa María
y Chanchich. Esa ocupación estaba total y absolutamente fuera de los límites
establecidos por los españoles y se debía básicamente a la demanda de caoba, que
principiaba a sustituir al palo de tinte en el mercado europeo.

A principios del siglo XIX en el territorio de Belice habían 4000 habitantes, de los
cuales, 2500 eran esclavos negros (había aumentado en número debido al
incremento de la explotación maderera), 500 ingleses y el resto de los habitantes
fue transportado a Belice de La Mosquitia. En 1802 principian a llegar a Belice los
“garífuna” (caribes negros) provenientes de las Islas de la Bahía y de La Mosquitia,
que también se instalaron en el litoral del departamento de Izabal.
El tratado de paz entre Francia e Inglaterra fue firmado en 1802 en Amiens, Francia.
En dicho tratado Inglaterra se comprometió devolver a España, como aliada de
Francia, todas las posesiones y colonias que habían sido ocupadas durante la
guerra, menos la isla de Trinidad frente a la costa de Venezuela. Los ingleses
amparados en los tratados de 1783 y 1786 no devolvieron Belice a España, sino
continuaron como usufructuarios de una parte del territorio, del río Hondo por el
norte al río Sibún por el sur. En 1805, el Vizconde de Castlereagh, Ministro de
Guerra y Colonias de Inglaterra, declaró que, el Establecimiento de Belice estaba
“dentro de territorio y jurisdicción extraña”, no siendo en consecuencia, colonia
inglesa.

El gobierno inglés prohibió el comercio de esclavos en el Establecimiento de Belice


en 1807.

Posteriormente, Inglaterra se convirtió en aliada de España en su lucha contra los


franceses, que habían invadido el territorio español, con el pretexto de la guerra de
Portugal y habían instalado como rey a José “Pepe Botella”, hermano de Napoleón
Bonaparte. Los españoles, por estar librando su guerra de independencia (de los
franceses), se habían desvinculado de las colonias americanas y la comunicación
con éstas era prácticamente inexistente. En las colonias se iniciaban movimientos
de independencia, aprovechando el desfase de control entre el gobierno colonial y
la metrópoli.

En esa época Inglaterra ya dueña de los mares, transporta al Brasil a la familia real
portuguesa que huía de los franceses. Por el transporte y la protección los ingleses
obtuvieron una base naval en Río de Janeiro y “puertos francos” en la costa
brasileña. Inglaterra, la Pérfida Albión, como los franceses se referían a ella,
aprovecha el aislamiento de las colonias españolas en el continente americano para
estructurar su plan y desplazar a España de América.

Mientras tanto, en el Golfo de Honduras los españoles temerosos de que los


ingleses conquistaran Bacalar en Yucatán, la fortifican y establecen una guarnición
entre las desembocaduras de los ríos Hondo y Nuevo.

Los ingleses, al no poder avanzar por el norte, en 1812 inician sin ninguna
autorización, los cortes de madera al sur del río Sibún, que era el límite establecido
por los españoles. Quiere decir que en esa fecha los ingleses principiaron a ocupar
la región del territorio de Belice con el único propósito de cortar y extraer madera,
perteneciente a la Alcaldía Mayor de la Verapaz. Las autoridades españolas de
Yucatán sabían que todo el territorio al sur del río Hondo, pertenecía a la Capitanía
General de Guatemala y que era ésta la encargada de detener los avances de los
ingleses.

Al restaurarse la monarquía española, en 1814 España firmó un tratado con


Inglaterra, en el cual fueron revalidados los tratados entre ambas potencias (1783 y
1786) relacionados con los permisos y áreas concedidas en usufructo para corte de
madera en el territorio español de Belice.
Inglaterra apoyaba los movimientos independentistas en Hispanoamérica. A los
mexicanos los proveía de fusiles y municiones, a los argentinos con armamento y
asesoría militar y a los venezolanos con barcos, soldados y oficiales.

Antes de la independencia la extensión territorial de la Capitanía General de


Guatemala era de aproximadamente 518, 000 (quinientos diez y ocho mil)
kilómetros cuadrados; la división político-administrativa era así: 2 Corregimientos, 8
Alcaldías Mayores, 1 Gobernación y 4 Intendencias. El mapa de R. Holmes Laurie,
cartógrafo del Almirantazgo Británico, publicado en Londres en 1820, localiza el
Establecimiento inglés en Belice así; norte río Hondo limitando con la provincia de
Yucatán y sur el río Sibún limitando con la Alcaldía Mayor de la Verapaz y
señalándolo como “Territorio Británico”.

Hasta la independencia de Centroamérica, el gobierno inglés seguía reconociendo


la soberanía española sobre el territorio de Belice y los límites establecidos en los
tratados, a sabiendas de los avances y penetraciones de los colonos al sur y al
poniente (la Verapaz y el Petén) de los límites establecidos en las concesiones
españolas. En el territorio de Belice en 1820, los esclavos, en su mayoría todavía
africanos, vuelven a sublevarse contra los terratenientes ingleses; la rebelión fue
violenta y a los capataces y milicia inglesa les costó mucho aplacarla. La política
comercial inglesa se basaba en la teoría mercantilista según la cual, las colonias
sólo debían producir las materias primas para la metrópoli para después comprarle
a ella los artículos ya manufacturados.

En 1821, la Capitanía General de Guatemala se independiza de España y hereda


todos los derechos de ésta sobre los territorios en los cuales estaba enclavado “el
Establecimiento inglés de Belice”. Es decir, la República independiente de
Centroamérica heredó de España los derechos de soberanía establecidos en los
tratados, entre España e Inglaterra, de 1783 y 1786 sobre la región comprendida
entre el río Hondo y el río Sibún, ubicada en el territorio de Belice.

En esa época, se formó una coalición de potencias europeas que se llamó la Santa
Alianza, la cual quería ayudar a España a recuperar su imperio en el continente
americano, anulando a las nuevas naciones que estaban naciendo a la vida
independiente. El presidente de los Estados Unidos, James Monroe, en 1823
proclamó la doctrina que hasta hoy lleva su nombre, para hacer frente a la amenaza
de la posible intervención europea y a la extensión del sistema político de la Santa
Alianza en el continente americano. La Doctrina Monroe anunció que América ya no
estaba abierta a la colonización europea y que si cualquier potencia del viejo
continente trataba de oprimir, dominar o intervenir en el destino de las nuevas
naciones, los Estados Unidos lo tomarían como un acto hostil directo en contra de
ellos. Para los Estados Unidos la Doctrina Monroe era de defensa y preservación
propia, vital para la paz y la seguridad de la nación y promulgada para impedir el
establecimiento de poderosas potencias europeas en el continente americano.

En la primera Constitución de Guatemala, como Estado de la Federación de


Centroamérica, en 1825 se describe el territorio que conforma el Estado, así:
“Al norte todos los pueblos de los partidos de Chiquimula con Izabal y el Castillo de
San Felipe en el Golfo Dulce, Verapaz y el Petén. Al sur, ...”.

En dicha Constitución figura la Verapaz con costa sobre el Golfo de Honduras, al


sur del río Sibún. En el Archivo de Honduras Británica existe un mapa inglés de
1826 que señala tres zonas de ocupación inglesa en el territorio de Belice. La
primera corresponde a la del Tratado de Versalles de 1783, la segunda a la
ampliación concedida en el Tratado de Londres de 1786 y la tercera al territorio
ocupado hasta el río Sarstún por el “derecho de conquista” que según ellos
adquirieron en la dizque “gran batalla” en el cayo San Jorge en 1789. En el Tratado
de Amistad, Comercio y Navegación de 1826 entre Inglaterra y México, el artículo
14 menciona el río Hondo como límite entre México, el ar´ticulo 14 menciona el río
Hondo como límite entre México y el territorio de Belice. En dicho tratado quedó
establecido que la importación y exportación de los productos sólo podían hacerse
en buques ingleses.

Los Estados Unidos habían declarado enfáticamente que, la Doctrina Monroe era
un pronunciamiento unilateral y no establecía un sistema o mecanismo de
cooperación internacional entre las nuevas repúblicas americanas, para defender o
sostener sus principios. Con tales antecedentes el General Simón Bolívar invitó a
todos los gobiernos de las nuevas naciones – anteriormente colonias españolas– a
una reunión, para proponerles la creación de un sistema “cuya autoridad sublime
fuese capaz de dirigir la política de nuestros gobiernos, cuya influencia deberá
mantener uniformidad de principios y cuyo sólo nombre deberá poner fin a nuestras
disputas”. El primer Congreso Internacional Americano se celebró en Panamá en
julio de 1826 y estuvieron representadas las Repúblicas de: La Gran Colombia (hoy
Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá), México, Perú y Centroamérica (hoy
Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica). Los delegados de
Chile, Bolivia y los Estados Unidos no llegaron en tiempo a la reunión; Paraguay y
las Provincias Unidas del Río de la Plata (hoy Argentina y Uruguay ) no aceptaron
la invitación. El Brasil –que se había independizado de Portugal– nombró a su
delegado, pero se les olvidó mandarlo; Inglaterra y los Países Bajos estuvieron
representados en calidad de observadores. Los representantes de las nuevas
naciones de Hispanoamérica, acordaron suscribir un Tratado de Unión Perpetua,
Liga y Confederación entre las Repúblicas de la Gran Colombia, Centroamérica,
Perú y México. El tratado contenía 31 artículos y uno adicional suplementario; por
el artículo 21 las partes se obligaron a sostener la integridad de sus respectivos
territorios y oponerse a cualquier intento de establecimiento colonial dentro de ellas.
Se puede decir, que dicha Confederación fue la precursora de la que hoy
conocemos como Organización de los Estados Americanos (OEA).

El gobierno de Centroamérica en 1827, con el objeto de cuidar los límites de la


“herencia” (el territorio de Belice), envía un crucero a dichas costas, para alejar a
los barcos ingleses que navegaban al sur del río Sibún en aguas no permitidas.
Desde México hasta Argentina en 1830, se habían formado once naciones
independientes, todas de habla española menos Brasil. Con los tratados de
Amistad, Comercio y Navegación, Inglaterra obtuvo el control de la economía
interna y del comercio exterior, a cambio de reconocer a las nuevas naciones como
estados soberanos.

El Jefe del Estado de Guatemala, Mariano Gálvez, en 1832 ordenó a M. Rivera


Maestre que elaborara dos mapas del territorio de Belice; un mapa indicando las
concesiones del territorio por los tratados de 1783 y 1786 y el otro señalando los
avances abusivos de los ingleses.

Vale la pena recordar que en 1833 Inglaterra violentamente ocupó las Islas Malvinas
de Argentina, en la época del tirano Juan Manuel de Rosas quien no hizo nada por
recuperarlas.

Inglaterra, en 1833 decreta la abolición de la esclavitud en el Establecimiento de


Belice. Con el objeto de proteger los intereses de sus súbditos-terratenientes, el
gobierno inglés planeó muy bien la liberación de los esclavos en el territorio de
Belice. Obligó a los esclavos liberados a trabajar por cinco años –como aprendizaje–
en los campamentos madereros, e indemnizó a los propietarios de las explotaciones
madereras con 20 millones de libras esterlinas, en compensación por la pérdida de
la producción.

El gobierno de Guatemala se dio cuenta real de la rapacidad y voracidad de los


ingleses, cuando se aprobó el Decreto de Colonización de la Verapaz en 1834; los
piratas-madereros habían avanzado –explotando y expoliando– por el sur hasta el
río Sarstún y por el sur-poniente en la Verapaz y por el poniente en el Petén.
Inglaterra protestó por el decreto de Colonización de la Verapaz y no permitió que
se instalase una compañía maderera que Guatemala, con todo su derecho, le había
otorgado permiso para corte y comercialización de madera al sur del río Sibún en la
jurisdicción de la Verapaz. El gobierno Federal de Centroamérica tuvo que intervenir
y, mandó a don Juan Galindo (de origen español nacido en Irlanda), como Enviado
Extraordinario de Centroamérica ante el gobierno de Inglaterra, para que reclamara
la flagrante violación a los derechos de Guatemala. El señor Galindo se dirigió
primero a Washington, Estados Unidos, con el objeto de obtener apoyo del gobierno
norteamericano en su delicada misión, pero no lo logró y siguió su camino a
Inglaterra. El gobierno inglés en 1834 envió a Centroamérica como su representante
a Frederick Chatfield; este personaje, prepotente e inescrupuloso fue nefasto para
la Federación Centroamericana. Chatfield trató de imponerle al General Morazán,
quien gobernaba Centroamérica, que los límites del Establecimiento inglés de
Belice se extendieran hasta el río Sarstún; el general Morazán, con valor y pecho
firme, rechazó tal atrevimiento. Cuando don Juan Galindo llegó a Londres a
principios de 1835, que los ingleses ya estaban enterados con puntos, comas y
señales, del incidente entre Morazán y Chatfield, no lo recibieron, ni siquiera lo
invitaron a “tomar el té”. La misión fue un fracaso total.

El 14 de marzo de 1835 el gobierno de Belice aprobó la línea fronteriza de Garbutt’s


Falls, en el río Belice cercano a Fallabón.
Inglaterra con su acostumbrado cinismo en 1835, a sabiendas que Guatemala hacía
14 años había heredado Belice, trata de obtener de España el título de propiedad
de dicho territorio. Los ingleses, con premeditación y alevosía, planearon
apoderarse de Centroamérica utilizando a su cónsul Chatfield para instigar y
manipular las guerras internas entre los estados de la Federación y al
superintendente de Belice, un señor Cockburn, para que avanzara y ocupara hasta
el río Sarstún. En 1836, de acuerdo al Secretario de las Colonias de Inglaterra
George Gray, el establecimiento de Belice se extendía por el sur, hasta el río
Sarstún y por el poniente hasta el meridiano de Garbutt’s Falls en el río Belice;
extensión casi 3 veces más de lo que España les había permitido usufructuar.

Guatemala, con el propósito de integrar a Belice dentro del aparato nacional, en


1837 convoca a una Asamblea Constituyente y el gobierno quedó autorizado para
invitar a los beliceños para hacerse representar en dicha constituyente. A los
ingleses casi les da el infarto por la osadía del gobierno guatemalteco de haber
invitado a sus vasallos beliceños que por supuesto no asistieron.

La política del gobierno inglés hasta 1838, relacionada con el Establecimiento de


Belice, era la de conceder gratuitamente las tierras, pero sólo a individuos o
compañías que fueran ingleses. Al declarar legalmente libres a los esclavos y para
evitar que estos fuesen favorecidos con dicha ley y se organizaran en un
campesinado independiente, la modifican y establecen un sistema de venta de
tierras (una libra esterlina por acre) impidiendo así, con un precio tan alto, que los
trabajadores –ex esclavos– pudiesen comprar grandes extensiones de tierras. En
ese mismo año, el gobierno colonial inglés sustituye en Belice el sistema de
producción esclavista por el de producción capitalista, es decir, por ley los
trabajadores tenían que percibir un salario.

Inglaterra, para comerciar con las nuevas repúblicas americanas sobre la costa del
Pacífico, tenía que tomar la ruta del Estrecho de Magallanes (en el sur del continente
americano) que era sumamente larga y peligrosa. Por esa razón, decidió construir
un canal interoceánico y pensó que el lugar más factible era en Nicaragua y envió
al ingeniero John Bailly, Teniente de la Marina Real, para hacer el primer estudio y
proyecto del canal que uniría el Océano Atlántico con el Océano Pacífico.

En 1839 los ingleses coronan en la isla de Jamaica como Rey de La Mosquitia, a


Jorge Guillermo nieto del primer Jefe Misquito –Carlos de Castilla– que ellos habían
nombrado y manipulado desde hacía muchos años. A Inglaterra le convenía
controlar La Mosquitia (región a lo largo de la costa de Nicaragua en el Atlántico) y
así tenerla asegurada para cuando se construyera el canal.

La República Federal de Centroamérica se disolvió en 1839. Ello se debió,


básicamente, a las constantes guerras internas y a la intervención de los ingleses
dirigidas por el cónsul Chatfield, quienes consideraban la unión del istmo
centroamericano como un obstáculo a sus intereses imperialistas, y sobre todo a
sus ambiciones por controlar la ruta interoceánica.
La primera Constitución de la República de Guatemala se emitió en 1843 y describe
el territorio de la República, así:

“El Estado comprende los antiguos departamentos de Verapaz, Chiquimula,


Sacatepéquez y Guatemala, y también los departamentos de Los Altos,
recientemente incorporados al Estado por decreto de la Asamblea Constituyente del
13 de agosto de 1840”, en dicha Constitución figura la Verapaz con costa sobre el
Golfo de Honduras.

Con el “Protectorado de La Mosquitia” impuesto en 1845 y con una super


diplomacia, poderío económico, colonias en el Caribe y ocupación territorial en
Centroamérica y Sur América, Inglaterra la Reina de los Mares, consolida su
imperialismo en el continente americano. En Centroamérica los ingleses
controlaban el territorio de Belice de Guatemala, las Islas de la Bahía de Honduras
y la región de La Mosquitia de Nicaragua.

En esa época el comercio de la caoba estaba en su apogeo en el Establecimiento


de Belice y las compañías madereras inglesas no se podían permitir el lujo de que
sus trabajadores (ex esclavos) para independizarse pidiesen dinero por adelantado
para comprar un acre de terreno, por lo que presionan al gobierno colonial para que
tomen cartas en el asunto. Para resolver tanta compra de tierras y que no
abandonaran el corte de madera, los ingleses en 1846 emiten la Ley de
Asentamiento, en el cual se consideraba delito el que un trabajador recibiera dinero
por adelantado y no cumpliera con el trabajo acordado; la pena por el delito era la
de trabajos forzados, además de una multa.

En 1847 Guatemala e Inglaterra firman un Tratado de Amistad, Comercio y


Navegación, en el cual no se hace mención alguna al establecimiento inglés de
Belice. ¿Por qué Guatemala no aprovechó el momento para dejar claramente
definidos los límites del territorio de Belice, tanto terrestres como marítimos?

Inglaterra con el propósito de adueñarse también de Yucatán, en 1847 provoca la


“Guerra de Castas”, es decir, la sublevación de los mayas de la península de
Yucatán contra los blancos y mestizos. Los ingleses ayudaban a los mayas
proporcionándoles armas y pertrechos de guerra desde el Establecimiento de
Belice, y el gobierno inglés los apoyaba para que se independizaran de México.
Esto no resultó bien para Inglaterra porque, al iniciarse la guerra de Castas en
Yucatán, los mayas de Belice también tomaron las armas contra los ingleses por
considerarlos usurpadores de su territorio.

En ese año los Estados Unidos y México estaban en guerra y fue cuando los
mexicanos los comenzaron a llamar “gringos”, porque al avanzar los soldados
norteamericanos por el norte y centro de México cantaban una canción, muy de
moda en esos días, que se llamaba Green Grow the Lilacs y, los mexicanos al oírla,
de las dos palabras iniciales –grin go– derivaron fonéticamente la palabra gringo. A
los gringos les interesaba tener controlada la situación en la península de Yucatán
por lo que nombran a un cónsul en el Establecimiento de Belice, que fue aceptado
y reconocido por Inglaterra. Al instalar a su cónsul los Estados Unidos estaban
oficialmente reconociendo al establecimiento inglés en Belice en la región,
perfectamente bien delimitada, concesionada por España a Inglaterra en 1783 y
1786. Por su parte, México sabía perfectamente que todo el territorio de Belice
pertenecía a Guatemala, pero les importaba más evitar el contrabando de armas
entre Belice y Yucatán, también nombren en 1848 a su cónsul en el Establecimiento
de Belice.

Los Estados Unidos habían celebrado tratados de libre tránsito con Honduras,
Nicaragua y Colombia, pero fue durante la fiebre del oro en California y Oregón que
muchos hombres de negocios vieron la importancia de abrir un canal interoceánico,
ya fuese por el istmo de Panamá en territorio colombiano o por Nicaragua. En 1848
los gringos al ver que los ingleses tomaron por la fuerza la desembocadura del río
San Juan en Nicaragua, se alertaron y antes de que Inglaterra se adelantara, envían
a Nicaragua al señor Daniel L. White, representante de la empresa constructora
americana más fuerte, para que, en cualquier forma, obtuviese la concesión para la
construcción del canal. Tenemos así, dos grandes potencias que con sus políticas
expansionistas se disputaban la construcción de un canal interoceánico en
Nicaragua: la gran maestra Inglaterra y su sobresaliente alumno los Estados Unidos.
Los gringos ganaron la carrera porque en 1849 el Ministro Plenipotenciario de los
Estados Unidos George Squier, llegó a Nicaragua para ultimar las negociaciones de
la construcción del canal y, a los treinta días firmó el primer tratado de canalización.
Los ingleses cuando se enteraron armaron un gran revuelo y declararon que no
permitirían la construcción de dicho canal, sin el permiso de Jorge Guillermo , Rey
de La Mosquitia, quien era dueño de la desembocadura del río San Juan. También
Costa Rica pegó el grito al cielo y declaró que ellos eran los legítimos dueños y no
los nicaragüenses; esa situación generó el problema de límites entre Nicaragua y
Costa Rica. El Salvador no se quedó atrás, los liberales salvadoreños acusaron al
cónsul inglés, al nefasto Chatfield, de ser el instigador de la ruptura de la Federación
Centroamericana. Chatfield, como represalia, ordenó la ocupación militar del puerto
de Amapala en el Golfo de Fonseca y el bloqueo económico de todos los puertos
de El Salvador.

Inglaterra sabía que las nuevas repúblicas centroamericanas serían presa fácil del
expansionismo gringo, sus nuevos rivales. Estados Unidos, su ex colonia, ya no
eran los 13 estados originales; habían comprado a los franceses el vasto territorio
de Louisiana; habían tomado a España la Florida; habían adquirido el territorio de
Oregón; habían anexado Texas y tomado a los mexicanos California y el territorio
de Nuevo México. Los Estados Unidos se querían expandir a cualquier costo y no
veían con buenos ojos la trayectoria expansionista de los ingleses en
Centroamérica; el protectorado de La Mosquitia en Nicaragua, los avances en Belice
de Guatemala, la ocupación militar del puerto de Amapala de El Salvador y la toma
de las Islas de la Bahía de Honduras.

En abril de 1850, los Estados Unidos e Inglaterra firmaron un Tratado (Clayton-


Bulwer) y en dicho tratado las dos potencias garantizaron conjuntamente la
neutralidad de el canal interoceánico si se construyera en Nicaragua, y además se
comprometieron a no fortificarlo ni controlarlo exclusivamente y a no adquirir ningún
territorio en Centroamérica. En mi opinión, en el mencionado tratado tanto los
Estados Unidos como Inglaterra estaban implícitamente reconociendo, dos Belices:

1. El establecimiento inglés, por las concesiones españolas de 1783 y 1786,


claramente definida su ubicación entre el río Hondo y el río Sibún (límites
indelebles), y

2. La región comprendida entre los ríos Sibún y el río Sarstún perteneciente al


departamento guatemalteco de la Verapaz.

El tratado fue ratificado por los Estados Unidos, no así por Inglaterra que condicionó
su ratificación a que se excluyera del convenio al Establecimiento de Belice y sus
dependencias. El señor Clayton, con el propósito de que el Senado de los Estados
Unidos aceptara el tratado, había declarado que Belice no era territorio
centroamericano. Por fin los gringos aceptaron por parte de los ingleses la
ratificación del tratado, pero sin afirmar ni negar los derechos de Inglaterra sobre el
territorio de Belice; más bien, los Estados Unidos sabía que Guatemala de hecho
había heredado de España la soberanía sobre dicho territorio.

En diciembre de 1850 el gobierno de Guatemala emite el Decreto No. 49, por el cual
ordena la presentación de documentos de quienes hubiesen obtenido concesiones
de tierras para corte de madera en la costa norte, desde el río Sibún hasta el río
Tinto incluyendo el lago de Izabal, el Motagua y Santo Tomás. Guatemala al emitir
dicha ley estaba reivindicando sus derechos territoriales sobre Belice y estaba
dispuesta a reconocerle a Inglaterra su ocupación autorizada por España, en el
establecimiento de Belice. Es decir, la región entre el río Hondo y el río Sibún, pero
bajo ningún punto de vista reconocería la región entre el río Sibún y el río Sarstún.
A Inglaterra no le importó dicha ley: ya se había apoderado de toda la región al sur
del río Sibún y estaban militarmente protegidos en caso los guatemaltecos hubiesen
querido sacarlos por la fuerza.

Para hacerle la competencia a los ingleses, en 1851 el gobierno de los Estados


Unidos estaba gestionando ante los gobiernos de Francia e Inglaterra, establecer
un protectorado en toda Centroamérica, Haití y Santo Domingo. Los gringos
principian a presionar a los ingleses, dizque en cumplimiento del tratado Clayton-
Bulwer, para que desocuparan la isla de Roatán de Honduras y la Mosquitia de
Nicaragua respondiendo a las exigencias de los Estados Unidos, Inglaterra en 1852
proclamó la Colonia de las Islas de la Bahía, compuesta por las islas de Roatán,
Bonaca, Utila, Barbarat, Helen y Morat. La proclamación de la Colonia de las Islas
de la Bahía fue emitida por la Oficina del Secretario Colonial de Belice y firmada por
el titular; así demostraban los ingleses que ya no consideraban a Belice como un
establecimiento para corte de palo de tinte, sino como su colonia más productiva
del continente americano.
En 1854 Inglaterra decretó la primera Constitución para Belice y estableció una
Asamblea Legislativa de diez y ocho miembros elegidos por los terratenientes
ingleses. Es decir, una especie de democracia popular sólo para los ingleses 100%
puros, excluyendo por supuesto a los ex esclavos y a los mayas. Cuatro compañías
inglesas, la James Hydn, Young & Harrison, Carmichael y la de Edward Sheldon
controlaban totalmente el negocio de la caoba en Belice y eran los dueños del 90%
de las tierras en dicho territorio. Esas compañías tenían fortísimas inversiones en
Belice, más bien dicho en su colonia y presionaron, exigieron o sobornaron al
gobierno inglés para que, a como diera lugar legalizara la ocupación total del
territorio. El gobierno de los Estados Unidos le seguía insistiendo a Inglaterra para
que desocuparan el territorio de Belice y el embajador gringo en Londres, James
Buchanan en 1854 declaró que, Inglaterra no sólo continuaba en posesión de la
región entre los ríos Hondo y el Sibún, sino que había extendido su dominio hacia
el sur hasta el río Sarstún, grado y medio de latitud abajo del límite descrito y
permitido por la concesión española. El Ministro inglés, Lord Clarendon le contestó
diciendo que, no se podía sostener los antiguos tratados con España, en lo que se
refería a fronteras, porque el último tratado de 1786 había sido modificado por
guerras posteriores, durante las cuales Inglaterra había extendido sus fronteras.
Pero, lo que no dijo Lord Clarendon fue que por la paz de Amiens en 1802 los
ingleses habían quedado obligados a devolver a España los territorios ocupados,
entre los cuales figuraba el territorio de Belice, y no lo hicieron.

Inglaterra pudo ocupar la región –del río Sibún al río Sarstún– porque Guatemala
desde su independencia de España como Estado de la Federación
Centroamericana, no sentó sus reales con todas las de la ley en el territorio de Belice
y nunca estableció una estructura político-administrativa en dicho territorio.

En 1855 habían 12 mil habitantes en Belice, la mayoría eran mayas (mopanes y


chol-q’eqchi’) seguidos por mulatos, y sólo habían 500 ingleses entre capataces,
comerciantes, empleados del gobierno colonial y milicianos. La ocupación inglesa
en el territorio de Belice fue evidentemente por la presión económica, debido a la
fuerte demanda de materia prima, en especial de caoba, y al tráfico de esclavos.

La intransigencia de Inglaterra de no desalojar los territorios ocupados en


Centroamérica y la del presidente Pierce de los Estados Unidos que deseaba la
expansión americana y sobre todo el canal interoceánico en Nicaragua, fueron los
factores causantes de la tensión entre ambas potencias.

El filibustero gringo William Walker con doscientos mercenarios llegó a Nicaragua


en 1855 contratado por los liberales nicaragüenses para pelear contra los
conservadores. Tan bien peleó Walker que en 1856 se proclamó presidente de
Nicaragua con el visto bueno y la bendición del Presidente Pierce de los Estados
Unidos y fue reconocido inmediatamente por el gobierno gringo. Walker restableció
la esclavitud en Nicaragua con el propósito de tener la mano de obra asegurada
para la construcción del canal interoceánico y también para el comercio de esclavos.
En esa época, un esclavo valía en los Estados Unidos 1,500 dólares y se podían
comprar en Cuba por $600 y en Africa por sólo $100. En el territorio de Belice y en
las islas de la bahía, los negreros hacían su agosto impunemente con la importación
de esclavos de contrabando, para ser luego exportados a los Estados esclavistas
de los Estados Unidos. Así se consolidó la expansión e intervención de los Estados
Unidos en Centroamérica. El mapa de Centroamérica, del Comité de Relaciones
Exteriores del Senado de los Estados Unidos, elaborado por la Oficina de la Guardia
Costera en marzo de 1856, señala el territorio de Belice dividido en dos fracciones,
o sea, en dos Belices:

- la inglesa, del río Hondo al río Sibún

- la guatemalteca, del río Sibún al río Sarstún

La intervención del gobierno de los Estados Unidos al reconocer a Walker como


presidente de Nicaragua para garantizarse la construcción del canal interoceánico,
provocó una gran conmoción tanto en Europa como en América. Chile y Perú
firmaron una alianza defensiva contra los Estados Unidos. En esa época, Inglaterra
estaba en guerra contra Rusia –la Guerra de Crimea– y los Estados Unidos estaban
en una guerra interna, la guerra de Kansas que encendió la mecha a la guerra civil
o de secesión. A los ingleses les interesaba defender la posesión de Belice por estar
cercana a sus otras colonias en el Caribe, inclusive a costa del canal, ya que los
gringos tenían la concesión de la construcción además de tener instalado al
filibustero Walker como presidente de Nicaragua. La situación en Centroamérica
estaba al rojo vivo, el presidente de Guatemala Rafael Carrera, ante la agresión de
Walker firmó en 1856 un pacto de defensa de la soberanía centroamericana con El
Salvador, Honduras y Costa Rica, e inmediatamente inició los preparativos para
lanzarse a la guerra contra los filibusteros. Tanto los gringos como los ingleses no
podían iniciar una confrontación porque tenían suficientes problemas en sus manos,
los Estados Unidos con sus estados esclavistas e Inglaterra luchando en Crimea;
así que, en vez de guerrear deciden repartirse y comerse el “pastel
centroamericano”.

El 17 de octubre de 1856 los Estados Unidos e Inglaterra firmaron el Tratado Dallas-


Clarendon, en dicho tratado, a cambio de que Inglaterra desocupara La Mosquitia
(de Nicaragua) y las Islas de la Bahía (de Honduras), los Estados Unidos le
reconocerían su posesión del Establecimiento de Belice. También disponen que, los
límites al poniente (hacia el Petén) como existían en 1850, deberían ser
establecidos y fijados por un tratado entre Inglaterra y Guatemala, antes de dos
años después de ser ratificado. Inglaterra no podía firmar un tratado de cesión
territorial porque se lo prohibía claramente el tratado Clayton-Bulwer de 1850, en el
cual, ni los Estados Unidos ni Inglaterra podían ocupar ni ejercer dominio sobre
ninguna parte de América Central; debido a esa limitación los ingleses inventan que
el tratado con Guatemala sea relacionado con los límites. Así de sencillo, con una
fachada legal y de dos plumadas, por convenir a sus intereses, los Estados Unidos
e Inglaterra disponen de un territorio ajeno. ¿Qué hizo Guatemala ante semejante
atropello a su dignidad como nación soberana? nada ¿protestó por la violación a la
integridad de su territorio? no; el presidente de Guatemala General Rafael Carrera,
estaba muy ocupado organizando un ejército para enfrentar a Walker y expulsarlo
del istmo centroamericano. Quizás, en vista que el presidente norteamericano
Pierce –un fanático expansionista– terminaba su período presidencial, al gobierno
de Guatemala le convenía esperar al próximo presidente para civilizadamente
negociar, ya fuese reconociendo o Inglaterra su ocupación en Belice en la región
entre el río Hondo y el río Sibún, que se quedara como usufructuaria o que
desocupara la totalidad del territorio.

En 1857, el ejército centroamericano integrado con tropas salvadoreñas,


hondureñas, costarricenses y guatemaltecas, estas últimas comandadas primero
por el ex presidente general Mariano Paredes y después por el coronel y abogado
José Víctor Zavala, derrotó al filibustero gringo William Walker.

James Buchanan asume la presidencia de los Estados Unidos en 1857. Este


personaje cuando era embajador en Inglaterra (1854) había declarado que los
ingleses se habían extendido en el territorio de Belice hacia el sur hasta el río
Sarstún, más abajo del límite establecido y permitido por la concesión española. El
Presidente Buchanan ordenó a su Secretario de Estado que continuara el trámite
con Inglaterra para finiquitar el tratado Clayton-Bulwer de 1850 y el último tratado
Dallas-Clarendon de 1856.

Los ingleses respondieron enviando a Guatemala en 1858 a un delegado para


iniciar las negociaciones relacionadas con el tratado de límites que se debía
suscribir entre Guatemala e Inglaterra. El gobierno inglés no quería que los gringos
intervinieran directamente en las negociaciones del tratado porque temían que
apoyaran a Guatemala, por ser una nación pequeña y débil; además el tratado
Dallas-Clarendon de 1856 no había sido ratificado ni por los gringos ni por ellos,
consecuentemente, no tenía ningún valor legal ni moral. El Presidente Buchanan
les había dicho que, si los Estados Unidos habían reconocido la soberanía inglesa
en Belice (sólo de la región concesionada por España), no era porque Inglaterra
tuviese indiscutibles derechos de posesión, sino que los Estados Unidos lo había
hecho con un “espíritu de generosa concesión” (textual).

Inglaterra nombró al Sr. Wyke como Ministro Plenipotenciario y Guatemala al Sr.


Pedro Aycinena, Consejero de Estado y Ministro de Relaciones Exteriores para el
arreglo final del tratado de los supuestos límites de Belice. Como a Guatemala la
estaban acorralando, en mi opinión, por la incapacidad de negociar de Aycinena y
por no buscar apoyo en los gringos, sólo exigió una compensación por la cesión
territorial; a los ingleses no les quedó otro remedio que agregar al proyecto de
tratado una cláusula compensatoria, el artículo 7o.

El 30 de abril de 1859, Guatemala e Inglaterra firmaron el tratado de límites —fue


una cesión territorial— Aycinena-Wyke, y fue ratificado por el gobierno de
Guatemala el 1 de mayo de ese mismo año (al día siguiente de haberse firmado).
En el artículo 7o. o cláusula compensatoria de dicho tratado dice que Guatemala e
Inglaterra acordaron establecer una comunicación directa, por medio de una
carretera, entre Belice y la capital de Guatemala. El tratado fue sometido al Consejo
de Estado y los consejeros Pedro J. Valenzuela y José Antonio Azmitia se
pronunciaron en contra de la aprobación. El voto en contra de Pedro J. Valenzuela
fue razonado así: “No hay ninguna garantía para Guatemala por la vaguedad del
artículo 7o., e Inglaterra no cumplirá jamás con lo pactado”. Don Pedro J. Valenzuela
fue clarividente y profético, no tuvo que consultar al brujo de la Boca del Monte, para
adivinar que Inglaterra no cumpliría jamás con lo pactado. También Antonio de
Aguirre votó en contra, argumentando que el tratado era inoportuno porque debía
de haberse esperado el tratado pendiente con España para darle mayor fuerza a
los derechos de Guatemala. Otros más, manifestaron que el Ejecutivo no tenía
facultades para celebrar un tratado de límites y que, por lo tanto, el tratado era
inconstitucional.

El Embajador de los Estados Unidos en Guatemala, Beverly L. Clarke, en octubre


de 1859 (cinco meses después de haberse firmado el tratado) envió al ministro de
Relaciones Exteriores de Guatemala, Pedro Aycinena, una solemne protesta:

“1o. Contra el tratado Aycinena-Wyke de abril de 1859 entre Guatemala e Inglaterra,


como una violación clara y palpable de la letra, el espíritu y las estipulaciones del
Tratado Clayton-Bulwer de 1850 entre los Estados Unidos e Inglaterra.

2o. Contra la conducta del gobierno de Guatemala al reservar cautamente y ocultar


al representante americano, todo conocimiento de las negociaciones pendientes
que afectaban vitalmente los intereses y política de su Gobierno, privándolo del
derecho y privilegio de defender los derechos y sostener la política de su gobierno.

3o. Contra la concesión del gobierno de Guatemala a Inglaterra de posesión y título


de y al territorio de Belice conforme al tratado Aycinena-Wyke de abril de 1859,
como opuesto a toda la historia de la Federación Centroamericana y opuesta
también a la historia entera de Guatemala”.

El embajador Clarke cuando envió su protesta al Ministro de Relaciones Exteriores,


Pedro Aycinena, pidió que copias de su protesta fuesen remitidas y registradas en
los organismos Legislativo, Ejecutivo y Judicial y que el original de la protesta fuese
guardado como reliquia en el archivo de la Cancillería.

El embajador norteamericano Beverly Clarke, al presentar su SOLEMNE


PROTESTA al gobierno de Guatemala contra el tratado suscrito entre Guatemala e
Inglaterra (Aycinena-Wyke) del 30 de abril de 1859, señaló muy detalladamente la
posición de su Gobierno en relación a los tratados que ellos había suscrito con los
ingleses, haciendo gran énfasis en la limitación estipulada en el tratado Clayton-
Bulwer de 1850 por el cual, ni los Estados Unidos ni Inglaterra podían asumir o
ejercer dominio sobre ninguna parte de Centroamérica. También puntualizó en la
política de su Gobierno relacionada con las repetidas protestas de los
guatemaltecos por los avances de los ingleses hacia el sur y al poniente de la región
concesionada por España a Inglaterra y heredada por Guatemala.

En el último tratado Dallas-Clarendon de 1856, suscrito entre los Estados Unidos e


Inglaterra, se había estipulado que Guatemala e Inglaterra deberían fijar y
establecer los límites al poniente del territorio de Belice. En mi opinión, ese elemento
fue con el único propósito de que Guatemala cediera únicamente, de manera legal
y definitiva, la parte del territorio concesionado por España a Inglaterra, la región
ubicada entre el río Hondo y el río Sibún (límites indelebles), y así quedasen
plenamente establecidas las fronteras con sus líneas divisorias del Belice INGLES
y el Belice GUATEMALTECO, tal como lo señalaba el mapa cartográfico de
Centroamérica de 1856, preparado con la documentación oficial del Comité de
Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos y ejecutado por la Oficina
de la Guardia Costera Norteamericana. Los gringos no podían ceder “territorio
ajeno” y al mismo tiempo querían construir su canal; para ello, tenían que neutralizar
a Inglaterra apoyando a Guatemala en cederle a los ingleses sólo una parte del
territorio de Belice, y así Inglaterra con su pedazo de Belice, debidamente titulado y
registrado, desocupara las otras regiones que se había apoderado en Honduras y
Nicaragua.

¿Por qué firmó el gobierno de Guatemala el supuesto tratado o convención de


límites (Aycinena-Wyke) del 30 de abril de 1859?

La carta enviada por el Ministro de Relaciones Exteriores Pedro Aycinena al


embajador de Guatemala en Francia, Juan de Francisco Martín, el 3 de mayo de
1859 tres días después de haber firmado el tratado, nos relata la triste y dolorosa
verdad, dice así:

"Quiero poner en conocimiento de V.E. que el día 30 del próximo pasado se firmó
la Convención entre la República de Guatemala y Su Majestad Británica, relativa a
los límites de Honduras Británica. El señor Wyke recibió al efecto poderes
especiales de S.M.; y S.E. el Presidente tuvo a bien conferírmelos a mí de igual
clase para el ajuste de esta Convención. El señor Wyke me mostró
confidencialmente sus instrucciones, por las cuales me impuse del deseo de S.M.
de que este asunto se arreglase en términos tales que no pudiesen dar lugar a
dificultades y complicaciones con otros gobiernos. Al efecto, S.E. el conde
Malmesbury manifestaba confiar en la amistad de nuestro Gobierno hacia la Gran
Bretaña. El señor Wyke recibió al mismo tiempo un borrador de la Convención que
se deseaba fuese ajustada. Como el Gobierno de S.M.B. no podía convenir que se
hablase en el Tratado de cesión de territorios, lo cual habría dado lugar a cuestiones
con alguna otra nación, se nos pedía un simple reconocimiento del statu quo en
cuanto a los límites entre la República y el Establecimiento británico de Belice.

Como V.E. debe suponer, hice al señor Wyke todas las observaciones que era del
caso, exponiendo largamente la justicia de nuestros derechos y pidiendo, por lo
menos, alguna compensación por su abandono. Las instrucciones del Sr. Wyke eran
tan terminantes, que no se creía autorizado, a pesar de sus buenos deseos, a
admitir mis indicaciones. Después de muchas conferencias, hubimos de convenir
en agregar el artículo 7o. de la Convención, que no estaba en el borrador remitido
a Mr. Wyke, y como V.E. verá, una compensación por el abandono de nuestros
derechos sobre los territorios indebidamente ocupados por los pobladores de
Belice… En esa virtud, debemos considerar como una ventaja el haber definido los
límites entre la República y el Establecimiento de Belice, para evitar así en lo
sucesivo nuevos avances…

(f) P. de Aycinena”

Pedro de Aycinena en su carta le dice al embajador Martín que el Sr. Wyke le mostró
confidencialmente sus instrucciones en las cuales Su Majestad Británica deseaba
que el asunto se arreglase en términos tales que no pudiesen dar lugar a dificultades
y complicaciones con otros gobiernos; por otros gobiernos Inglaterra se refería
específicamente al gobierno de los Estados Unidos. Lo que quería era que
Guatemala hiciese la cesión del territorio de Belice, solita, sin consultárselo a nadie
y sin el apoyo de los Estados Unidos. Agregó Aycinena en su carta que, para
mantener la negociación estrictamente entre Guatemala e Inglaterra, el conde de
Malmesbury confiaba en la amistad del gobierno guatemaltecos hacia la Gran
Bretaña. ¿Amistad con los ingleses? Además dice Aycinena que el Sr. Wyke recibió
de su gobierno el borrador del tratado, en el cual no se hablaba de cesión territorial
porque Inglaterra consideraba que podría provocar cuestionamiento en alguna otra
nación, sino que era un simple reconocimiento del statu quo en cuanto a los límites
entre Guatemala y el Establecimiento inglés de Belice. En el tratado Clayton-Bulwer
de 1850 se estipulaba que ni los Estados Unidos ni Inglaterra podían asumir o
ejercer dominio sobre ninguna parte de Centroamérica y por esa razón no querían
que los gringos participaran en las negociaciones con los guatemaltecos, porque
estaban seguros que no podrían obtener el título de propiedad de todo el territorio
de Belice, que a la larga era su único objetivo.

Aycinena, o era un ingenuo, un iluso o un incapaz, para no darse cuenta como


Inglaterra se “saltaba” el tratado Clayton-Bulwer de 1850, y aceptaba y acataba la
orden inglesa de excluir a los gringos de las negociaciones en las que estaban en
juego 23,000 kilómetros cuadrados de territorio guatemalteco. También dice en su
carta que el Sr. Wyke le hizo todas las observaciones del caso y le expuso
largamente la justicia de los derechos de Guatemala y le pidió, por lo menos, alguna
compensación por cederles todo el territorio de Belice. Agrega que todo fue en vano
porque las instrucciones del Sr. Wyke eran terminantes y no tenía autorización para
modificarlas. Quiere decir, así lo entiendo yo, que como Wyke tenía instrucciones
terminantes de no ceder ni un ápice, al señor Aycinena no le quedó otro remedio
que decir amén a todo lo que pretendían los ingleses. Tal vez… Aycinena pensó
que Su Majestad la Reina, por sus obedientísimos servicios, lo elevaría a la
categoría de Grande de Inglaterra y le otorgaría la Orden de Sarstún en el grado de
Gran Collar Yaloch. A don Pedro de Aycinena, la Historia ya lo juzgó…

El 30 de noviembre de 1860 se inició la demarcación de la frontera con el territorio


de Belice por los comisionados don Manuel Cano Madrazo por Guatemala y el
capitán Enrique Wray por Inglaterra; también se había nombrado a don Manuel
Pérez Lasala para que actuara como “árbitro o amigo componedor”, en caso se
suscitase cualquier problema. Los trabajos se iniciaron en el río Sarstún y en los
raudales (rápidos) de Gracias a Dios se erigió, como punto divisorio, una pirámide
de piedra de cal en la orilla norte del brazo de Gracias a Dios a 900 yardas distante
de donde se une este brazo con el brazo Chocón, que forman el río Sarstún. En el
río Belice el punto divisorio al centro de los raudales de Garbutt y erigieron dos
pirámides de piedra de cal a cada orilla del río. El comisionado inglés Enrique Wray
recibió órdenes de Inglaterra de suspender la demarcación hasta recibir nuevas
instrucciones, las que nunca llegaron, por lo que el comisionado por Guatemala
Cano Madrazo en mayo de 1861 presentó su informe manifestando que sólo se
habían colocado 29 pirámides de piedra de cal y se dejó constancia de ello en un
acta y mapa que firmaron tanto el guatemalteco como el comisionado inglés. El
informe, acta y el mapa muestran claramente que la demarcación y el
amojonamiento de la frontera con el territorio de Belice no se concluyó ni en 1861
ni nunca.

Desde 1798 Inglaterra había corrido “las cercas” y arrancado “los mojones”
establecidos y construidos por los españoles de la región concesionada, de acuerdo
a los tratados entre España e Inglaterra y especificados en el artículo 6o. del
convenio de 1783 y en el artículo 2o. del tratado de 1786 (1er. despojo, ver mapa
página 2). Los ingleses habían avanzado hacia el poniente y establecido
campamentos y lugares de trabajo —corte de madera— hasta lo que hoy
conocemos por el vértice de Aguas Turbias y en lugares cercanos a la laguna de
Yaloch hasta el río Belice a la altura de Fallabón, hoy conocido como Melchor de
Mencos. Una región de aproximandamente 4,000 kilómetros cuadrados de
extensión (2o. despojo, ver mapa página 3).

Los ingleses llamaban a los lugares de trabajo madereros “Bench”, de lo cual los
esclavos cortadores de madera derivaron fonéticamente la palabra “Benque”.
Inglaterra con posterioridad a 1833 avanzó y ocupó la región al sur y poniente del
río Sibún hasta el río Sarstún, aproximadamente 12,272 kilómetros cuadrados (3er.
despojo, ver mapa página 3). En mi opinión, en 1861 los ingleses no continuaron
con la demarcación y amojonamiento de la frontera con el territorio de Belice, porque
sólo les interesaba establecer los dos puntos claves, el de los rápidos de Gracias a
Dios (longitud de 1° 3’ 10” al oeste de Fort George, Belice) y el de los rápidos de
Garbutt (longitud de 0° 57’ 29” al oeste de Fort George, Belice); con estos dos puntos
perfectamente establecidos, Inglaterra podía saber con exactitud la extensión total
del territorio que se había apropiado.

Mientras tanto, en el territorio de Belice la población de 12 mil habitantes se había


duplicado con la llegada de los refugiados mayas yucatecos y de mestizos, que
huyeron de la Guerra de Castas de Yucatán. En 1861 se realizó el primer censo en
Belice y arrojó una población de más de 25 mil habitantes, de los cuales 18% eran
mayas, 38% mestizos, 10% negros africanos, 21% mulatos, 7% garífunas, 4.5%
blancos y 1.5% eran hindúes, chinos y otros. Como Inglaterra ya se consideraba
legítima propietaria del territorio de Belice (su establecimiento económicamente más
productivo en el continente americano), en 1862 le otorgó el status de “colonia de la
corona” bajo el nombre de Honduras Británica.

No todo era color de rosa para los ingleses en su nueva colonia, porque los mayas
beliceños estaban en pie de guerra debido a que con el auge económico los
soldados ingleses apoyados y dirigidos por los terratenientes británicos les estaban
quitando sus tierras, que era su medio de vida. Básicamente esa lucha cruenta fue
porque, en esa época se había consolidado la explotación y comercio de caoba y
se había iniciado el cultivo y la comercialización de caña de azúcar, llevada a Belice
por los refugiados mestizos de Yucatán y que requería grandes extensiones de
terreno para su cultivo. No era la primera vez que los mayas beliceños luchaban
contra los europeos, en una o dos ocasiones se habían enfrentado contra los
españoles y repetidas veces contra los invasores ingleses. Los mil y tantos mayas
refugiados de la Guerra de Castas en Yucatán que se ubicaron al noreste del
territorio de Belice, en la región que hoy conocemos como Corozal, y los mayas
mexicanos del otro lado del río Hondo, fueron los que evitaron que los ingleses se
apoderaran y expoliaran toda la región maya.

Desde 1861 el gobierno de Guatemala había iniciado las gestiones, más bien su
calvario, para que Inglaterra cumpliera con lo convenido en el artículo 7o. del tratado
Aycinena-Wyke firmado en 1859. En dicho artículo o cláusula compensatoria se
había acordado que Inglaterra construyera una carretera desde Belice hasta la
capital de Guatemala. Al principio los ingleses respondieron con evasivas,
aduciendo que la cláusula compensatoria o artículo 7o. del tratado era muy vaga
por lo que consideraban que no los obligaba a nada.

Posteriormente cambiaron de táctica y proponen al gobierno guatemalteco que


Guatemala construyera la carretera sólo hasta el límite con Belice y ellos
construirían el tramo hasta la ciudad de Belice sobre la costa atlántica; se
arrepintieron de la propuesta y después proponen que las dos naciones costeen la
construcción de la carretera por partes iguales. Siguió el “ping pong” de propuestas
por parte de Inglaterra, hasta que por fin en agosto de 1863 se firmó en Londres un
tratado entre Guatemala e Inglaterra, en el cual los ingleses se comprometieron al
pago de 50 mil libras esterlinas, siempre y cuando, las autorizara el Parlamento
inglés. Al ser autorizadas, se le pagaría a Guatemala las 50 mil libras esterlinas en
cinco pagos de 10 mil libras cada uno, para ser destinados a la construcción de la
carretera, en cumplimiento con lo convenido en el artículo 7o. del tratado firmado en
1859. Además, se estipuló que el tratado fuese ratificado por ambas naciones en un
plazo no mayor de seis meses. Ni Inglaterra ni Guatemala ratificaron el tratado
dentro del plazo establecido y cuando posteriormente Guatemala lo ratificó y pidió
a Inglaterra que lo ratificara, ésta respondió que el tratado había caducado y por lo
consiguiente Inglaterra no le debía absolutamente nada a Guatemala.

Entretanto, en el noreste del territorio de Belice los mayas habían lanzado una gran
ofensiva contra los ingleses y en 1866 en la batalla de San Pedro, los obligaron a
retroceder desde Corozal hasta la ciudad costera de Belice, que era la capital de la
colonia. Los ingleses tuvieron que ser auxiliados con tropas enviadas desde
Jamaica, para poder contener el acoso de los mayas; posteriormente lo lograron,
mediante el arrasamiento total de aldeas y el exterminio de muchos clanes. Los
mayas de las regiones centrales y del sur, poco a poco fueron integrándose al
proceso colonizador inglés, pero dependientes exclusivamente del cultivo de la
tierra.

En esa época existía un gran auge económico en Belice, los empresarios ingleses
habían invertido en proyectos agro-industriales y habían instalado tres complejos
(trapiches a vapor) para el procesamiento de la caña de azúcar en diferentes áreas
de la región norte del territorio. Se había iniciado la producción del banano en las
plantaciones ubicadas en el sur de la colonia, pero seguía siendo la extracción y
comercialización de madera lo que producía mayores ganancias a Inglaterra. La
mano de obra era abundante, tanto para los terratenientes como para los
empresarios ingleses, el único problema que tenían era las constantes incursiones
beligerantes de los mayas beliceños, que veían como los ingleses les quitaban sus
tierras y los orillaban a formar parte de la fuerza laboral asalariada, a la cual no
estaban acostumbrados.

Guatemala, con la llegada del régimen liberal de Justo Rufino Barrios en 1871, le
sacó a relucir a Inglaterra lo referente al Tratado Aycinena-Wyke de 1859,
informándole que aún estaba vigente puesto que no habían cumplido con lo pactado
en el artículo 7o. o cláusula compensatoria de dicho tratado, reglamentado para su
ejecución en el tratado adicional de 1863. Por lo consiguiente, el gobierno de
Guatemala le propuso a los ingleses que el asunto fuese sometido a un “arbitraje”
internacional, pero en 1860 Inglaterra rechazó la propuesta, manifestando que ella
se consideraba exonerada de todo compromiso con la República de Guatemala. Al
gobierno guatemalteco no le quedó otro remedio que presentarle a Inglaterra en
1884 una enérgica protesta por la ocupación de hecho que los ingleses mantenían
en todo el territorio de Belice.

En la década de 1880 los recursos forestales en todo Belice estaban casi agotados
pero los ingleses continuaban comerciando la caoba, aunque la demanda había
bajado considerablemente en el mercado europeo, que extraían ilícitamente de
Quintana Roo y de el Petén. Esa depredación forestal la realizaba la empresa
inglesa más fuerte, en cuanto a extracción y comercialización de caoba, la Belice
State & Produce Company dueña de 4,600 kilómetros cuadrados (un millón de
acres) de territorio, la quinta parte de Belice.

En 1893, Inglaterra firmó con México un tratado de límites (Spenser-Mariscal) en el


cual quedó establecido el río Hondo como límite entre Belice y Yucatán. Los
mexicanos hasta hoy, han pretendido ser dueños de una parte del territorio de
Belice, del río Hondo al río Sibún; según ellos la región concesionada por España a
Inglaterra por los tratados de 1783 y 1786 pertenecía a la Capitanía General de
Yucatán y no a la Capitanía General de Guatemala. Ya con los límites establecidos
con México, los ingleses se ven imposibilitados de seguir explotando los bosques
de Quintana Roo y, por causa de la gran demanda de caoba y de otras maderas
preciosas en el mercado gringo, la empresa Belice State & Produce Company
tranquilamente instaló todo su equipo en el Petén para extraer caoba y otras
maderas para abastecer al mercado norteamericano. En esa época la economía de
los países centroamericanos se hacía más dependiente de los Estados Unidos —
ya considerada mundialmente como una potencia de primer orden— que de
Inglaterra.

Inglaterra sabía perfectamente que el gobierno de Guatemala no había autorizado


a las empresas madereras inglesas para que explotaran los recursos forestales de
el Petén, por lo que optó por ignorarlo. El gobierno inglés estaba confiado que con
el tiempo la mayoría de los trabajadores trasplantados de Belice, sentarían sus
reales en esos lugares y permanecerían siendo sus súbditos. Además, como no se
había delimitado la frontera entre Belice y el Petén, tendría la excusa valedera para
justificar las penetraciones de sus vasallos. En mi opinión, los ingleses-beliceños no
sólo han estado extrayendo las maderas preciosas, piezas arqueológicas, fauna y
flora, por más de 113 años, también se han apropiado de una franja de territorio
perteneciente al departamento de Petén. ¿El 4o. despojo, será todo el Petén?

En 1889-1890 Guatemala asistió a la Primera Conferencia Internacional Americana


que se celebró en Washington, D. C., Estados Unidos y por primera vez ante un foro
internacional declaró que los ingleses habían ocupado la región comprendida del
río Sibún al río Sarstún en el territorio de Belice sin la autorización del gobierno
guatemalteco.

En 1898 Inglaterra estableció un gobierno propio en todo el territorio de Belice.

En 1900 el Senado de los Estados Unidos aprobó la construcción de un canal


interoceánico en Nicaragua bajo el control, administración y propiedad de los
Estados Unidos; pero, el “control” y la “propiedad” violaba el tratado Clayton-Bulwer
suscrito entre los gringos y los ingleses en 1850. En dicho tratado se establecía que
ninguna de las dos naciones no obtendrían jamás ni mantendrían para sí mismas
control exclusivo sobre el canal en Nicaragua, ni lo podían fortificar, ni colonizar, ni
podían adquirir ningún territorio en Centroamérica.

Los Estados Unidos tenían por consiguiente las manos atadas y querían de
cualquier modo construir su canal en Nicaragua, por lo que no les quedó otro
remedio que iniciar inmediatamente negociaciones con Inglaterra para que el
mencionado tratado fuese abrogado. Por supuesto en las negociaciones salió a
relucir Belice, los gringos estaban perfectamente enterados del incumplimiento
inglés con Guatemala, en relación al artículo 7o. o cláusula compensatoria del
tratado de límites de 1859, y de la posición del gobierno guatemalteco al respecto.
Qué y cómo negociaron, s.D.s. (sólo Dios sabe) pero, si lograron su objetivo los
Estados Unidos porque en 1901 firmó un tratado con Inglaterra por el cual derogan
totalmente el tratado Clayton-Bulwer de 1850.

A principios del siglo XX, Inglaterra había iniciado una migración paulatina pero
constante, hacia Belice de familias originarias de sus colonias asiáticas, la India y
Malasia. En 1916 los ingleses ya en guerra contra los alemanes, reinician la
migración a Belice de grupos familiares de refugiados de la Gran Guerra (1a. Guerra
Mundial) provenientes de Alemania y de otros países europeos.

El problema de la delimitación y amojonamiento de la frontera con el territorio de


Belice, continuaba siendo un asunto latente que interesaba tanto a Guatemala como
a Inglaterra. En 1916 ocurrió un hecho sangriento en la frontera entre Guatemala y
Belice, lo que motivó que se volviera a activar lo referente a la demarcación de ésta.
El gobierno de Guatemala nombró al ingeniero Claudio Urrutia para que presentara
un detallado informe sobre el estado en que se encontraba la línea divisoria. En
1931, para que los ingleses no siguieran penetrando en el Petén, se colocaron unas
bases de cemento en la divisoria del departamento del Petén con el territorio de
Belice.

Ayer

En 1933, Inglaterra le exigió a Guatemala la demarcación y el amojonamiento de la


frontera de Belice setenta y dos años después de haber retirado a su comisionado
Enrique Wrayen 1861, que juntamente con el comisionado por Guatemala Manuel
Cano Madrazo habían iniciado la demarcación en cumplimiento con lo estipulado
en el tratado de 1859, y haberla dejado inconclusa. El gobierno de Guatemala
respondió que si aceptaría la demarcación y el amojonamiento de la frontera con
Belice, siempre y cuando Inglaterra cumpliera con lo pactado la construcción de la
carretera en el artículo 7o. del tratado Aycinena-Wyke suscrito en 1859. En vista de
la negativa de Inglaterra de cumplir con lo pactado y de que continuaran los ingleses
penetrando en el Petén para extraer la madera y saquear piezas arqueológicas, el
gobierno de Guatemala concentró su atención en la búsqueda de fórmulas justas y
razonables, con el único objetivo de sustituir el artículo 7o. o cláusula compensatoria
del tratado de 1859 para cerra con dignidad otro capítulo de la historia del país.

En 1934 el gobierno de Guatemala emitió la ley Reglamentaria para el Gobierno y


la Policía de los Puertos de la República y fijó para el Mar Territorial una distancia
de 12 millas náuticas.

Como el tratado de 1859 estaba vigente por el incumplimiento inglés, en 1936 el


gobierno de Guatemala le propone a Inglaterra que le devuelva el territorio de Belice
ofreciéndole pagar 400 mil libras esterlinas, una simple compra venta; si los ingleses
no querían vender, entonces que se lo compraran a Guatemala por las mismas 400
mil libras pero, quedando fuera del trato una faja de tierra —en la parte sur del
territorio— y los cayos Zapotillo, y, los guatemaltecos aprobarían la demarcación y
amojonamiento de la frontera oriental con Belice. La otra propuesta que le hizo
Guatemala a Inglaterra fue que ésta le pagara 50 mil libras esterlinas, más intereses
al 4 por ciento anual desde el 30 de abril de 1859 (fecha en que se firmó el
tratado). Todas las propuestas fueron rechazadas por los ingleses.

Guatemala, en vista que las negociaciones de gobierno a gobierno no resultaban


positivas, cambió de táctica y en 1937 le propone a la Inglaterra un arbitraje
internacional para solucionar la cuestión de Belice y como árbitro propone a Franklin
Delano Roosevelt, Presidente de los Estados Unidos. Los ingleses aceptaron el
arbitraje pero no al árbitro porque consideraron que era mejor, para decidir ese tipo
de casos, el Tribunal de la Corte de La Haya, en Holanda, puesto que las
divergencias eran estrictamente jurídicas y así debían resolverse. Guatemala
declaró que deberían también considerarse otros aspectos muy importantes y que
el caso debería resolverse con fundamento en el principio de equidad (ex-aequo et
bono). Al no llegar a ningún acuerdo, en 1938 Inglaterra declaró que ya no tenía
ninguna obligación pendiente con Guatemala y que consideraba como frontera de
Belice, la demarcación hecha por Inglaterra… con su propia y muy especial vara de
medir... lavándose las manos de toda responsabilidad por los incidentes que
pudieran suscitarse en el futuro.

Guatemala le respondió a Inglaterra diciéndole que si para los ingleses el artículo


7o. había dejado de tener vigencia, entonces el artículo 1o., que otorgaba la cesión,
había dejado de tener vigencia para los guatemaltecos, por lo que estaban en todo
su derecho de exigirles la devolución de la totalidad del territorio de Belice, desde el
río Hondo hasta el río Sarstún. Ese mismo año los Estados Unidos ofrecieron mediar
en la controversia y Guatemala decidió aceptar una transacción; renunciaría a
cualquier reclamo sobre el territorio entre los ríos Sibún y Hondo, si Inglaterra
devolviera el área sur comprendida entre el río Sibún y el Río Sarstún. Los ingleses
rechazaron la oferta y Guatemala reavivó su reclamo sobre todo el territorio de
Belice.

Para exponerle al mundo el estado real y verdadero de la controversia entre


Guatemala e Inglaterra, en relación al territorio de Belice, el gobierno del General
Jorge Ubico, editó el Libro Blanco, que es un compendio del problema de Belice,
perfectamente bien documentado, que demuestra que Belice fue ocupada
jurídicamente con posteridad a 1859. Los ejemplares del Libro Blanco que envió
Guatemala a casi todos los gobiernos dieron sus frutos, pues en la Segunda
Reunión de Consulta entre los Ministros de Relaciones Exteriores de las Repúblicas
Americanas celebrada en 1940 en La Habana, Cuba, se emitió la Resolución XIX
que expresó el vivo deseo y la buena voluntad de los países de América en favor
de un justo, pacífico y pronto arreglo de la cuestión de Belice, entre Guatemala y la
Gran Bretaña. En 1941 se estableció la Oficina de Belice como dependencia de la
Secretaría de Relaciones Exteriores con el objetivo de recopilar y aumentar toda la
documentación relacionada con el territorio de Belice. La Segunda Guerra Mundial
impidió al General Ubico hacer valer los derechos de Guatemala sobre Belice,
incluso pudo haber aprovechado esa situación para tomar militarmente el territorio,
que sólo contaba con una pequeñísima guarnición. Pero, una acción beligerante
nunca había sido la política del gobierno guatemalteco y además existía un pacto
de caballeros entre los Estados Unidos y Guatemala, porque el presidente
Roosevelt le ofreció su colaboración al General Ubico, con el problema de Belice
cuando terminara la guerra; desafortunadamente Roosevelt falleció unos meses
antes de que ésta terminara.

El gobierno democrático del doctor Juan José Arévalo (1945-1951) le dio un gran
impulso a las reclamaciones de Guatemala para recuperar el territorio de Belice y
en la Constitución promulgada en 1945, por primera vez se estableció que Belice
es parte de su territorio. El artículo 1o. de las disposiciones transitorias de la
Constitución dice:

“Guatemala declara que Belice es parte de su territorio y considera de interés


nacional las gestiones encaminadas a lograr su efectiva reincorporación a la
República”.

Inglaterra protestó contra la inclusión del referido artículo en la Constitución de la


República, declarando que el territorio de Belice era “territorio inglés”;la protesta fue
rechazada por el gobierno de Guatemala, por considerarla infundada y ofensiva a
los derechos de los guatemaltecos.

En mayo de 1945 Guatemala aceptó ser miembro fundador de la Organización de


las Naciones Unidas (ONU) haciendo forma reserva de su soberanía sobre el
territorio de Belice, por consiguiente, excluido del principio de libre determinación y
por el mismo motivo, se opuso categóricamente que Belice llegara a ser colocado
bajo el “régimen internacional de administración fiduciaria”, formulando la reserva
correspondiente. La Carta de las Naciones Unidas fue aprobada por Decreto No.
174 del Congreso de la República el 11 de octubre de 1945.

Guatemala reanudó sus reclamaciones a los ingleses relacionadas con Belice y a


principios de 1946, Inglaterra le respondió al gobierno guatemalteco, que de
acuerdo con el artículo 36 de la Carta de las Naciones Unidas, la controversia sobre
Belice fuese sometida a la Corte Internacional de Justicia. Guatemala aceptó pero
en el entendido que el caso de Belice se planteara bajo la modalidad de Equidad,
pero los ingleses no aceptaron. En mi criterio, Inglaterra no quería que la Corte
Internacional dirimiera por el procedimiento de Equidad el caso de Belice, porque
dicho procedimiento analizaría no solamente la cuestión jurídica, sino todos los
aspectos históricos y humanos, que no podían dar más que una resolución legal
favorable para Guatemala.

El gobierno de Arévalo consideró que el tratado de 1859 había caducado por


incumplimiento del artículo 7o. por parte de Inglaterra y solicitó al Congreso de la
República que decretara la caducidad. La Declaración de Caducidad del Tratado de
1859 fue aprobado por Decreto No. 224 del Congreso de la República en abril de
1946, dice:

“Artículo único. Se aprueba y confirma la declaración de caducidad de la


Convención de cesión territorial, bajo cláusula compensatoria, llamada de límites,
suscrita por Guatemala y la Gran Bretaña el 30 de abril de 1859, declaración hecha
por el Gobierno de la República por conducto del Ministerio de Relaciones
Exteriores, en notas diplomáticas y otros documentos oficiales”.

A partir de esa fecha, Guatemala le reclamó a los ingleses TODO el territorio de


Belice: la región concesionada por España entre los ríos Hondo y Sibún que
Guatemala había heredado y la región entre el río Sibún y el río Sarstún que le fue
usurpada. Una extensión territorial de aproximadamente 23 mil kilómetros
cuadrados, además de las islas, islotes, cayos, mar territorial con sus riquezas
subyacentes y el espacio aéreo. En 1947 en uno de los varios intercambios
diplomáticos, el gobierno de Guatemala le manifestó a los ingleses que como el
Tratado de 1859 ya había caducado, ellos no tenían ningún derecho de estar
instalados en Belice y que debían devolverlo a Guatemala, indemnizándola por
todos los daños y perjuicios causados durante más de cien años.

Las relaciones casi llegaron a romperse en 1948 porque Inglaterra envió los
cruceros Sparrow, Sheffield y Devonshire en demostración de fuerza, cerca de la
aguas de Guatemala, con el pretexto de que “turbas irresponsables azuzadas por
los guatemaltecos” trataban de alterar la paz en Belice porque estaban listos para
invadir el territorio. El gobierno de Arévalo protestó enérgicamente al gobierno de
Inglaterra por la provocación y la denunció también a las Naciones Unidas.
¿Cayucos contra cruceros? Los ingleses para aplacar a los guatemaltecos,
declararon que todo el incidente había sido una terrible equivocación.
Posteriormente el gobierno de Guatemala le propuso a Inglaterra que el problema
referente al territorio de Belice, fuese sometido a la Mediación del Gobierno de los
Estados Unidos, pero los ingleses tampoco aceptaron esa modalidad.

En 1948, Guatemala aceptó ser miembro de la Organización de los Estados


Americanos (OEA) y cuando ratificó la Carta de la OEA hizo la reserva que fue
aceptada por los Estados signatarios, dice:

“Ninguna de las estipulaciones de la presente Carta de la Organización de los


Estados Americanos podrá considerarse como un impedimento para que
Guatemala pueda hacer valer sus derechos al territorio de Belice por los medios
que en cualquier momento estime conveniente”.

El presidente Arévalo fue un luchador infatigable contra el colonialismo en el


continente americano y en la IX Conferencia Internacional Americana celebrada en
Colombia en 1948, Guatemala presentó una ponencia para la eliminación del
coloniaje en América. La ponencia fue aceptada por muchos representantes y se
resolvió crear una Comisión Americana de Territorios Dependientes para examinar
el problema de la existencia de territorios ocupados y hallar una solución con el
objeto de buscar métodos pacíficos para la abolición tanto del coloniaje como de la
ocupación de territorios americanos por países extracontinentales.

En marzo de 1949 se celebró en La Habana, Cuba la reunión de la Comisión


Americana de Territorios Dependientes, en la cual Guatemala demostró con
documentos sus derechos sobre Belice y presentó un informe adicional sobre el
asunto. El licenciado Jorge García Granados, que presidía la delegación
guatemalteca, en su discurso dijo:

“Guatemala ha agotado todos los recursos para constreñir al Reino Unido a hacer
honor a su palabra de empeño en solemnes tratados internacionales, y ha recurrido
a los medios civilizados y pacíficos que el Derecho Internacional señala para la
solución de conflictos entre Estados, con los resultados negativos que son del
dominio público. La Gran bretaña acusa a Guatemala de no haber querido acceder
a presentar el caso a la Corte Internacional de Justicia. Esto no es verdad, señores
delegados, Guatemala está dispuesta a recurrir al juicio de la Corte, pero se opone
a la pretensión británica de que sea exclusivamente una fase de la controversia –la
jurídica–, la que reciba la consideración de los jueces, con exclusión de todos los
demás importantes y determinantes aspectos del litigio: el histórico, el económico,
el moral...

El caso de Belice, más que de técnica legal es un caso de justicia, y la justicia debe
ser completa. Guatemala acepta que la corte juzgue y falle la disputa, pero exige
que no se ponga ninguna restricción a sus facultades. A esto se opone la Gran
Bretaña y se aferra al juicio restrictivo, en donde espera escapar a la justicia,
mediante subterfugios parecidos a los que empleó para apoderarse del territorio de
Belice y obtener un título de dominio cuya compensación se negó a cumplir con
posteridad”.

En esa misma reunión, México también expuso su posición en relación al Territorio


de Belice, el delegado mexicano dijo:

“En virtud de que se han referido al territorio de Belice, me veo en la necesidad de


reproducir la declaración que mi Gobierno ha hecho en otras ocasiones,
particularmente durante la celebración de la conferencia de Río de Janeiro en el año
de 1947, reiterando por tanto, que en caso de que se produjese un cambio del status
de Belice, no podrían dejar de tomarse en cuanta los derechos de México sobre una
parte de dicho territorio, de acuerdo con los antecedentes históricos y jurídicos”. Es
decir, si los ingleses le devolvieran Belice a Guatemala, México reclamaría sus
derechos que considera tener sobre parte del territorio.

A principios de la década de los cincuenta, la población beliceña empezaba a


mostrar una mayor uniformidad con una identidad propia y varios líderes obreros –
que estaban haciendo sus tanes como políticos– establecieron una acercamiento
con Guatemala. Al gobierno de Inglaterra no le convenía esa relación directa de los
beliceños con los guatemaltecos y en 1951 condenó a dos líderes beliceños por
“traición a la corona”, por supuestos contactos con el gobierno de Guatemala. En
esa época Inglaterra trataba de formar una Federación con sus colonias del Caribe
y Belice; los vientos anticoloniales empezaban a soplar con fuerza y los ingleses
principian a diseñar una estrategia con el propósito de establecer una comunidad
británica de naciones; realmente no era otra cosa que un nuevo tipo de colonialismo.
El pueblo beliceño en esa época inició un movimiento anticolonialista y el líder
sindical George Price, con otros líderes obreros, fundó en 1954 el Partido Unido del
Pueblo (PUP); un partido político nacionalista con la meta de ser el único partido
político beliceño integrador de un “nuevo estado”.

Durante el gobierno del coronel Castillo Armas (1954 - 1957) en agosto de 1955 en
la Primera Reunión de ministros de Relaciones Exteriores Centroamericanos
celebrada en la Antigua Guatemala, se constituyó la Organización de los Estados
Centroamericanos (ODECA). Se firmó la “Declaración de Principios de Convivencia
Centroamericana” y el artículo 7o. dice:

“El territorio de Belice es parte integrante de Guatemala, y por consiguiente, de


Centro América y que las gestiones para reivindicarlo, interesan a todos los Estados
signatarios”.

Inglaterra reaccionó ante la declaración de Antigua diciendo que:

“El Gobierno de Su Majestad desea recordar al Gobierno de Guatemala, que Belice


es, y continúa siendo parte integrante de las colonias, protectorados, territorios de
ultramar y territorios bajo administración fiduciaria del Reino Unido de la Gran
Bretaña e Irlanda del Norte; y que el Gobierno de Su Majestad es responsable de la
conducción de las relaciones exteriores del Gobierno de Belice”. Que reclamaran
los ingleses era de esperarse, pero México –siempre agazapada en la sombra–
volvió a reafirmar su ridícula posición, diciendo que: “la declaración que
reiteradamente ha formulado el Gobierno de México en el sentido que, si llegare a
cambiar el status de Belice, será necesario tomar en cuenta los derechos de México
a una parte de dicho territorio, de conformidad con los antecedentes históricos y
jurídicos”.

El 30 de diciembre de 1955, por medio del Decreto No. 511, –considerando que
Belice es parte integrante del territorio guatemalteco aunque de hecho está todavía
en poder de una potencia extracontinental; así como considerando que las
negociaciones encaminadas por más de cien años para hacer efectivos los
derechos de Guatemala de reivindicar esa parte del territorio nacional, no habían
tenido ningún resultado que demandaba la justicia; considerando además, que la
cuestión de Belice entrañaba aspectos históricos, jurídicos y políticos, y problemas
conexos que afectaban particularmente a determinadas zonas del territorio nacional
y, en general, a la economía de todo el país; teniendo también en consideración que
la reivindicación de Belice constituye un problema de máximo interés nacional y
objeto de la mayor preocupación del pueblo de Guatemala, y por tal razón, era del
caso contar con la asesoría de ciudadanos idóneos que pudieran contribuir a la
solución de este problema. El presidente Constitucional, coronel Castillo Armas, en
Consejo de Ministros, acordó que, adscrito al Ministerio de Relaciones Exteriores se
creaba el Consejo Nacional de Belice, como un cuerpo de estudio, planificación y
consulta, en todo lo relacionado con la reivindicación del territorio de Belice y la
solución de sus problemas conexos. En el mismo acuerdo se definían las
atribuciones del Consejo, y se disponía que el Departamento de Belice de la
Dirección de Organismos Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores,
asumiera la Secretaría del Consejo Nacional de Belice.

Se estableció por primera vez un Consulado en Belice y en febrero de 1956 se


decretó la nueva Constitución de la República de Guatemala y mantuvo con
respecto a Belice el mismo principio que en la promulgada en 1945.
En 1956 Inglaterra creó la “Federación de las Indias Occidentales” conformada por
Trinidad, Jamaica, las islas de Barlovento y Sotavento (Antigua, Barbuda, Redonda,
St. Kitts, Nevis, Anguila, Montserrat, Granada, San Vicente, Granadinas, Santa
Lucía y Dominica) y Barbados, todas las islas ubicadas en el Caribe y se estableció
la capital de la Federación en Puerto España de Trinidad. Los ingleses querían que
Belice formara parte de la Federación, pero George Price categóricamente rehusó
integrarla porque su partido PUP (Partido Unido del Pueblo) había iniciado el
movimiento anticolonial entre la población beliceña. En esa época, Belice
atravesaba por una pésima situación económica por su total dependencia de las
importaciones de los productos básicos alimenticios, aunada con otros problemas
sociales por la tenencia de la tierra. Cinco grandes empresas inglesas eran las
dueñas de casi la totalidad del territorio, consecuentemente el monopolio y dominio
que ejercían desde la metrópoli (Inglaterra) no permitía el desarrollo de la agricultura
para producir las necesidades del diario vivir de la población local. George Price
líder del Partido Unido del Pueblo (PUP), con el objetivo de atraer a la población
beliceña al movimiento nacionalista que impulsaba su partido, implementó una serie
de programas económicos para lo cual, instaló a un grupo de “menonitas” alemanes
en el área de Spanish Lookout y San Ignacio en el distrito de El Cayo a sólo 25
kilómetros de distancia de la frontera con el Petén. La menonita es una secta
protestante que se asentó como una comunidad dedicada básicamente a la
producción agrícola alimenticia; se le otorgó una considerable extensión de tierra en
propiedad y se invirtió una fuerte cantidad en la infraestructura respectiva.

En 1957 el gobierno de Guatemala reinició las pláticas con Inglaterra relacionada


con Belice y en marzo de ese mismo año en Londres los ingleses le proponen a los
guatemaltecos, sujetos al consentimiento del gobierno de Belice, los siguientes
puntos de discusión:

1. Necesidad de Guatemala de un puerto libre.

2. La continuación de la carretera de Punta Gorda hasta la frontera guatemalteca.

3. El mejoramiento de la carretera de Belice a través de El Cayo hasta la frontera


guatemalteca.

4. Los requerimientos de tránsito de las industrias en desarrollo en Honduras


Británica y Guatemala.

5. El régimen aduanero en ambos lados de la frontera.

6. Elevación del rango de las respectivas misiones en la Ciudad de Guatemala y


Londres.

7. Quejas guatemaltecas sobre actividades ilegales en Guatemala de ciudadanos


de Honduras Británica.
8. Quejas de ciudadanos de Honduras Británica respecto de las restricciones sobre
sus actividades comerciales en Guatemala.

Después de haber negociado las conversaciones con Inglaterra, fue muy frustrante
para Guatemala que los ingleses, habiendo estado de acuerdo que se discutiera
todo tipo de relaciones entre Guatemala y Belice a efecto de resolver la disputa en
su totalidad, éstos se salieran por la tangente; los puntos que presentaron para ser
discutidos eran tan sin importancia y fuera totalmente del punto medular que era la
reclamación territorial.

A mediados de 1957 Guatemala envió como Embajador ante Inglaterra al licenciado


Jorge García Granados para proponerle a los ingleses un plan para la creación de
un status autónomo para Belice, en estrecha asociación con Guatemala; esa
fórmula había sido recomendada por el Consejo Nacional de Belice. El plan era un
proyecto de tratado a celebrarse entre Guatemala e Inglaterra para establecer el
Estado Libre de Belice asociado a Guatemala. Belice gozaría de completa
autonomía y tendría su propia Constitución bajo el sistema republicano, democrático
y representativo pudiendo adoptar la forma ejecutiva o parlamentaria y debiendo ser
organizadas las tres ramas de Gobierno, Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Belice
tendría en el Congreso Nacional de Guatemala los diputados que le correspondieran
por el número de sus habitantes conforme la constitución de la República y además
tendría su propia legislatura. Guatemala había mantenido contacto directo con el
jefe del gobierno beliceño George Price, para estudiar y definir perfectamente las
bases del plan y lograr así la coordinación requerida cuando se le presentara a
Inglaterra el proyecto del establecimiento del Estado Libre de Belice asociado a
Guatemala.

García Granados presentó sus cartas credenciales y solicitó una audiencia con el
gobierno inglés para presentar formalmente el proyecto del Estado Libre de Belice.
Inglaterra estaba perfectamente enterada del plan de Guatemala; por supuesto que
no querían “abrirle la puerta” a los guatemaltecos y aprovechan una almuerzo que
la Embajada de Guatemala dio a la delegación beliceña encabezada por George
Price líder del PUP en noviembre de 1957, para “cerrar de golpe la puerta”,
declarando persona non grata al embajador García Granados. A George Price los
ingleses le advirtieron que si seguía uniéndose a los guatemaltecos le cortarían la
ayuda financiera y descontinuarían las negociaciones sobre el futuro constitucional
de Belice.

Durante el gobierno del general e ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes (1958 - marzo
1963) se intensificaron los esfuerzos para cumplir con el mandato constitucional de
reivindicar el territorio de Belice. El doctor (en Derecho Internacional) Carlos García
Bauer, Ministro de Relaciones Exteriores con el apoyo del presidente Ydígoras creó
la Dirección General de Asuntos de Belice. El objetivo principal de dicha Dirección
fue la de lograr un mayor acercamiento de los beliceños con los guatemaltecos para
conocerse y comprenderse mejor; porque los ingleses, por temor a una estrecha
relación entre ambos pueblos, habían mal informado a los beliceños acerca de los
verdaderos aspectos y características humanas de la población guatemalteca. La
Dirección General de Asuntos de Belice estableció programas de becas para
estudiantes beliceños, de intercambio cultural y comercial; existió un mayor contacto
con líderes beliceños, especialmente con George Price y se ayudó en todo lo que
se puedo al pueblo beliceño.

La Conferencia de las naciones Unidas sobre el Derecho del Mar se celebró en


Ginebra, Suiza, en abril de 1958. Guatemala participó y firmó las Convenciones
sobre el Mar Territorial y la Zona Contigua; sobre Alta Mar; sobre Pesca y
Conservación de los Recursos Vivos de Alta Mar y sobre la Plataforma Continental.
No se llegó a un acuerdo sobre la anchura del mar territorial y sobre las zonas de
pesca.

En el XIV período de sesiones ordinarias de la Asamblea General de las Naciones


Unidas en septiembre de 1959, el Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala,
licenciado Jesús Unda Murillo, al referirse a Belice, entre otras cosas dijo:

“…Guatemala, en su propia carne, ha sufrido durante un lapso prolongado de su


historia, los efectos del colonialismo, al privársele del dominio legítimo de una
parcela importante de su territorio conocido con el nombre de Belice e
impropiamente llamado Honduras Británica, en menoscabo del desarrollo del Petén,
rica e importante provincia del norte de mi país…”

El presidente Ydígoras Fuentes, en su Mensaje de Año Nuevo del 31 de diciembre


de 1960, mencionó:

“No podríamos cerrar estas palabras sin dirigirnos a nuestros hermanos de Belice,
para recordarles, y no lo olviden nunca, que el pueblo de Guatemala está con ellos
en su lucha contra el sistema colonial y que mi Gobierno continuará apoyando sus
esfuerzos para liberarse de la bota inglesa.

Guatemala no pretende sustituir un imperialismo por otro, ni quiere ver a Belice con
su territorio dividido. Quiere ver a Belice como voluntario integrante de la República
de Centroamérica y, mientras se logra la reconstrucción de la patria grande, está
dispuesta a celebrar un tratado con Belice para que éste se convierta en un estado
libre asociado a Guatemala, con el goce primordial de su autonomía; garantizándole
el mantenimiento de sus instituciones actuales, es decir, sus tribunales de justicia,
sus organismos de administración y educativos, el uso de su idioma, sus libertades
religiosas y políticas tradicionales, en una palabra, un libérrimo gobierno propio”.

En el XV período de sesiones de la Asamblea General de las naciones Unidas se


emitió la resolución 1514 (diciembre 1960), “Declaración sobre la Concesión de la
Independencia a los países y pueblos coloniales” que en sus incisos 2, 3, 4 y 6 dice:
2. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de este
derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su
desarrollo económico, social y cultural.

3. La falta de preparación en el orden político, económico, social o educativo no


deberá servir nunca de pretexto para retrasar la independencia.

4. A fin de que los pueblos dependientes puedan ejercer pacífica y libremente su


derecho a la independencia completa, deberá cesar toda acción armada o toda
medida represiva de cualquier índole dirigida contra ellos, y deberá respetarse la
integridad de su territorio nacional.

6. Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y


la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de
la Carta de las Naciones Unidas.

Para poder defender su posición sobre Belice, Guatemala se acogió desde entonces
al inciso 6o. de la Declaración 1514 (XV).

La Comunidad Británica de Naciones fue el nuevo procedimiento colonialista creado


y diseñado por Inglaterra para convertir a sus colonias que querían independizarse,
en socios valiosos de dicha mancomunidad. Los ingleses implementaron el sistema
en 1956 con el Sudán en Africa, con un resultado muy positivo; debido al éxito
alcanzado, en 1960 le otorgaron la independencia a gran parte de sus colonias en
el Africa Ecuatorial. Todas estas nuevas naciones ingresaron como miembros en
las Naciones Unidas, lo que le dio a Inglaterra una gran fuerza y amplió
considerablemente su grupo de influencia porque todas pertenecían a su
comunidad de naciones.

En la Novena Sesión de la Comisión Económica para la América Latina celebrada


en Santiago de Chile en mayo de 1961 fue aprobada la Resolución 195 (IX) por la
cual se pedía a los países centroamericanos su cooperación para que Belice entrara
a formar parte del Comité de Cooperación Económica de Centroamérica y así Belice
participaría también en el desarrollo económico de la región. Patrocinado por
Guatemala, Belice en 1961 ingresó como miembro asociado.

En 1961 se celebró una reunión en Londres para tratar el asunto de Belice y el


Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Licenciado Jesús Unda Murillo le
manifestó al ministro inglés que sería ideal ver a Belice autónomo asociado a
Guatemala dentro de Centroamérica y que los Estados Unidos o Inglaterra podrían
servir de garantes. Los ingleses le manifestaron que su único propósito era llevar a
Belice a la independencia y que en adelante los beliceños tendrían que participar
en las negociaciones que hubieran entre Guatemala e Inglaterra. También le
manifestaron que el futuro de Belice tendría que ser decidido entre los ingleses y
los beliceños, sin que necesariamente tuviese que participar un tercer país,
refiriéndose a Guatemala.
A finales de 1961 los ingleses no habían fijado fecha para reiniciar las negociaciones
acordadas, tantas evasivas generaron una gran tirantez en las relaciones con
Inglaterra. El Presidente Ydígoras en su mensaje de Año Nuevo en diciembre de
ese año, dijo: “en vista de que la Gran Bretaña se ha constituido y guarecido dentro
de una muralla de incomprensión, Guatemala se verá obligada, muy a su pesar, a
suspender con ella sus relaciones diplomáticas y comerciales, en breve plazo”. La
reacción inglesa a esa declaración fue inmediata, al iniciarse enero de 1962
Inglaterra manifestó que las pláticas podrían efectuarse en abril o mayo. El gobierno
de Guatemala emitió un comunicado de prensa en donde se informaba que
Guatemala, en vista de la anuencia de los ingleses de continuar con las pláticas
sobre Belice, reconsideraba el rompimiento de relaciones diplomáticas con
Inglaterra.

La famosa reunión se celebró en abril de 1962 en San Juan de Puerto Rico con la
participación además de la delegación guatemalteca presidida por el licenciado
Ernesto Viteri Bertrand, la inglesa encabezada por Lord Dundee, Ministro de Estado
para Asuntos Extranjeros y la beliceña dirigida por el Primer Ministro, George Price.
El Ministro inglés manifestó que la política de Inglaterra en relación a Belice era: a)
otorgarle un autogobierno parcial, que ya se loa había concedido; b) darles pleno
autogobierno y c) la independencia. Agregó que “se piensa que habrá una
conferencia constitucional sobre Belice en 1963, con la esperanza de poder dar a
ese territorio autogobierno completo y que la independencia vendrá tan pronto como
sea posible después de eso”.

George Price manifestó que los objetivos de su partido político (PUP) eran los de
pleno autogobierno y después la independencia dentro de la Comunidad británica
de Naciones (Commonwealth). También dijo que querían pertenecer a la
Organización de los Estados Americanos (OEA) y como Belice está en
Centroamérica querían pertenecer también al Mercado Común Centroamericano.
Price agregó que los beliceños ya habían escogido su camino, y no era
incorporándose a Guatemala. Los guatemaltecos expusieron su posición
manifestando que para Guatemala no podía haber independencia de Belice
mientras se mantuviera dentro de la mancomunidad Británica, porque la región del
Petén en Guatemala y el Territorio de Belice están llamados a tener un desarrollo
conjunto, en el futuro, como lo tuvieron en un lejano pasado.

Uno de los resultados de la reunión fue la creación de una Comisión Mixta con el
objeto de promover el desarrollo económico social mutuo entre los guatemaltecos y
los beliceños. Dicha Comisión nunca se reunió.

Guatemala declaró que lamentaba la postura inflexible de Inglaterra porque en todas


las anteriores propuestas que había hecho, en relación a la controversia sobre
Belice, habían sido consideradas esas dos regiones –Petén y Belice– que forman
una sola unidad geográfica continua e indivisible y cuya historia se remonta a la
época que formaban parte del antiguo Imperio Maya.
Las convenciones sobre Alta Mar y la Plataforma Continental establecidas en
Ginebra en 1958, fueron aprobadas, por Guatemala en decreto del Congreso de la
República, No. 1493 (17/10/62) y ratificadas el 3 de noviembre de 1962.

Guatemala le solicitó al Secretario General de las Naciones Unidas U. Thant que


fuese mediador en la controversia con Inglaterra sobre Belice. U. Thant aceptó, pero
los ingleses rechazaron la mediación.

El hecho que Inglaterra, a como diera lugar, llevaría a Belice a la independencia


dentro de la mancomunidad británica, obligó al gobierno de Guatemala adoptar una
política más agresiva, con el objetivo de lograr el apoyo –concreto y definido– de los
Estados Unidos. Para el efecto, Guatemala tomó la decisión de pedir la intervención
amistosa del Presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy en la disputa de
Belice. El Ministro de Relaciones Exteriores, Jesús Unda Murillo le entregó
personalmente el memorándum al hermano del presidente, Robert R. Kennedy,
Procurador de los Estados Unidos. Este lo recibió y ofreció dárselo a su hermano el
presidente, también se le entregó copia del memorándum al Secretario de Estado
quien se abstuvo de hacer ningún comentario. El memorándum exponía los pasos
a seguir para lograr un efectivo cambio del status de Belice y se decía también, que
con la amistosa intervención de los Estados Unidos podría resolverse el problema.
Decía además que en la forma sugerida por Guatemala se lograría la incorporación
de Belice a Guatemala y por ende a Centroamérica. En mi opinión, la iniciativa fue
acertada con una posición flexible tomando en consideración al pueblo beliceño y
con la debida ofensiva de presión.

El 18 de marzo de 1963 se efectuó en San José de Costa Rica la reunión de los


presidentes centroamericanos con el presidente Kennedy para tratar el plan de la
Alianza para el Progreso y el presidente Ydígoras aprovechó la oportunidad para
entregarle al presidente Kennedy otra copia del memorándum y él le prometió
estudiarlo con la debida atención. En el discurso de apertura de la reunión Ydígoras
Fuentes expuso punto por punto los planes que tenía Inglaterra de otorgarle
unilateralmente la independencia a Belice sin respetar los derechos de Guatemala
sobre dicho territorio. A los ingleses no les gustaron las “verdades” expresadas por
el presidente Ydígoras por lo que enviaron un memorial que dice: “

El Gobierno de su Majestad ha notado con pena la renovación reciente en


declaraciones públicas por dirigentes guatemaltecos, incluyendo el discurso de
apertura de S.E. el Presidente General Ydígoras Fuentes en la reunión de San José
el 18 de marzo, sobre la reclamación guatemalteca en relación con Honduras
Británica. El gobierno de Su Majestad desea señalar que, como lo ha declarado en
ocasiones anteriores, no tiene dudas acerca de su soberanía sobre Honduras
Británica. Además, el futuro del territorio debe arreglarse de acuerdo con el pueblo
de Honduras Británica, cuyos representantes han aclarado su postura en
numerosas ocasiones, incluyendo la reunión tripartita sostenida en San Juan de
Puerto Rico en abril de 1962. Foreign Office, Londres. 27 de marzo de 1963”.
El 30 de marzo el coronel Enrique Peralta Azurdia asumió el gobierno como Jefe de
Estado y nombró al licenciado Alberto Herrarte G. como Ministro de Relaciones
Exteriores. El nuevo Ministro de Relaciones consideró que el asunto de mayor
urgencia era la de determinar qué actitud tomaría Guatemala si Inglaterra –como se
lo había prometido a George Price– llevaba a cabo la conferencia constitucional que
otorgaría a Belice la independencia. El 1 de julio se envió una nota al Encargado de
Negocios inglés que dice:

“Señor Encargado de Negocios: Es público que a mediados del presente mes se


iniciarán en Londres conversaciones denominadas “constitucionales” entre
miembros del Gobierno Británico y delegados beliceños, con el fin, según se
anuncia, de dar mayor autonomía al territorio de Belice. Con este motivo y al dejar
constancia una vez más de sus inalienables derechos sobre el territorio de Belice,
detentado en la actualidad por la Gran Bretaña, mi Gobierno desea reiterar que la
Gran Bretaña, después de haber reconocido categóricamente en Puerto Rico que
Belice es un territorio en disputa, no puede pretender resolver la controversia
mediante la concesión unilateral de una pretendida y supuesta independencia. …En
tal virtud, si la Gran Bretaña persiste en su pretensión de crear un nuevo Estado a
expensas de una porción del territorio guatemalteco cuya separación definitiva, en
las actuales circunstancias, no podría menos que considerarse una secesión de su
propio territorio, mi país quedará en la más absoluta libertad de tomar –también
unilateralmente– las medidas que más convengan a sus intereses…”

(f) Alberto Herrarte G. “Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala”

En vista que Inglaterra estaba lista para darle a Belice un gobierno propio con mayor
autonomía, haciendo a un lado a Guatemala e introduciendo nuevos elementos en
la disputa, el Consejo Nacional de Belice le recomendó al gobierno que solicitase la
mediación del gobierno de los Estados Unidos para resolver la controversia sobre
el territorio. El 1o. de julio el gobierno de Guatemala le solicitó al gobierno de los
Estados Unidos dicha mediación. El 10 del mismo mes el Doctor Carlos García
Bauer al presentar sus Cartas Credenciales como Embajador Extraordinario y
Plenipotenciario al Presidente John F. Kennedy se entrevistó con él y le habló
ampliamente del asunto de Belice e interesó a Kennedy a tal punto que tomó notas
y pidió urgentemente información al respecto. Al mes de la entrevista el gobierno de
los Estados Unidos le comunicó al gobierno de Guatemala que no podían aceptar
la mediación, pero que sí estaban dispuestos a prestar sus “buenos oficios” para
que se reanudaran las pláticas entre Guatemala e Inglaterra.

Inglaterra celebró las pláticas constitucionales con los beliceños y le otorgó


autogobierno a Belice a partir del 1o. de enero de 1964. El 24 de julio de 1963 el
coronel Peralta Azurdia lanzó una proclama a la ciudadanía que entre otras cosas
dice:

“Guatemala ha sido una víctima de la política colonialista británica. Durante largos


años los ingleses han conculcado nuestros derechos. El único título que para ello
tiene es su poderío. Como consecuencia, y ante la gravedad de los últimos actos y
medidas del Gobierno británico, mi Gobierno, habiendo oído al Consejo Nacional de
Belice y en Junta de Gabinete, decidió romper relaciones diplomáticas con un
Gobierno que atenta y viola en forma flagrante los derechos inalienables y la
soberanía del país. Mi Gobierno está seguro de que, en estos momentos
trascendentales, en que se está afectando el decoro, la dignidad nacional y los
intereses del país, el pueblo de Guatemala hará frente único, con valentía y
decisión, a cualquier otra medida que se vea obligado a tomar, si en el curso de los
acontecimientos la Gran Bretaña persiste en su actitud injusta y opuesta a los
principios del Derecho Internacional. He dicho. Guatemala, 24 de julio de 1963”.

Guatemala dejó un único consulado en Belice, a cargo del coronel Mauricio Dubois
como Cónsul General.

Por los buenos oficios del gobierno de los Estados Unidos en diciembre de 1963 se
celebró en Washington, D.C., en el Departamento de Estado, la conferencia de
Plenipotenciarios de los gobiernos de Guatemala e Inglaterra. Era la primera vez
que se efectuaba una reunión de ese calibre para resolver la controversia sobre
Belice. Los guatemaltecos le dijeron a los ingleses que el único propósito de la
conferencia era lograr una solución política definitiva al problema de Belice, sin que
Guatemala renunciara a sus legítimos derechos sobre el territorio, ni su posición de
reivindicar la totalidad del mismo. También propusieron la solución al problema: una
federación entre Belice y Guatemala y como solución jurídica un arbitraje.

El 1 de enero de 1964 entró en vigor la nueva estructura gubernativa en Belice. Se


optó por un Gobierno Ministerial –exceptuando a los Ministerios de Relaciones
Exteriores y Defensa– en sustitución del Consejo Ejecutivo. Es decir, el Poder
Ejecutivo continuaría asignado a la Reina de Inglaterra, pero su ejercicio
correspondería a un Gabinete presidido por el Primer Ministro (el Gobernador de la
Colonia no podía ser miembro del Gabinete) y los Ministros serían responsables
ante la Asamblea Legislativa y tendrían iniciativa de Ley. El Poder Legislativo se
convirtió en una Cámara de Representantes con 18 miembros electos por el pueblo
y el Senado compuesto de 8 miembros electos así: 5 por el Primer Ministro, 2 por el
Jefe de la Oposición al Gobierno y 1 miembro seleccionado por el Gobernador. Los
Ministerios de Relaciones Exteriores y de la Defensa serían presididos e integrados
por el Gobernador inglés de la Colonia. La Constitución de Belice fue decretada por
la Asamblea en diciembre de 1963 y entró en vigor en enero de 1964.

El 31 de enero de 1964 Inglaterra le respondió al gobierno de Guatemala diciendo


que el establecimiento de una federación entre Belice y Guatemala era una de las
posibilidades que podrían considerarse, pero era “condición esencial” que se
aplicara el principio de autodeterminación. Los ingleses insistieron también que en
las reuniones participaran formalmente los beliceños –comisión mixta o tripartita–.
Guatemala mantuvo su posición las pláticas eran sólo entre Guatemala e Inglaterra
por ser parte de la disputa, en cuanto a la aplicación del principio de la
autodeterminación no era aplicable a Belice por ser un enclave colonial. George
Price no aceptó la propuesta de la federación y anunció a los cuatro puntos
cardinales que el próximo paso de Belice era la independencia total dentro de la
Mancomunidad Británica de Naciones con su integridad territorial intacta y sin
ningún nexo político con Guatemala.

Tenían que ser los mexicanos para trastornar el orden de las negociaciones que se
estaban realizando porque en marzo México le reclamó al gobierno de los Estados
Unidos que estuviese prestando sus buenos oficios sin la participación mexicana
teniendo ésta derechos históricos y jurídicos sobre una parte del territorio de Belice.
Guatemala categóricamente rechazó la intromisión de los mexicanos por no ser
México parte en la disputa.

En septiembre, Inglaterra envió a Guatemala, como su representante, a Sir Douglas


Busk para tratar que el gobierno guatemalteco recibiera a una delegación beliceña
encabezada por George Price. El gobierno de Guatemala rehusó recibir a los
beliceños hasta que los ingleses dieran respuesta concreta a las dos propuestas de
solución a la controversia (federación y arbitraje) y también planteó una tercera
propuesta: Guatemala e Inglaterra conjuntamente solicitaría la mediación del
Gobierno de los Estados Unidos para solucionar la disputa.

El Gobernador de la colonia de Belice proclamó la disolución de la Asamblea


Legislativa el 30 de enero de 1965 y en febrero efectuó la convocatoria a elecciones
para la Cámara de Representantes, cumpliendo con lo acordado por Inglaterra para
otorgarle a Belice un autogobierno. Las elecciones se efectuaron en marzo ganando
el PUP (Partido Unido del Pueblo) su líder George Price fue juramentado por el
gobernador inglés como Primer Ministro.

En mayo de ese año se celebró una reunión bilateral entre Guatemala e Inglaterra
en Miami los beliceños asistieron en calidad de observadores. Los ingleses
rechazaron las propuestas de federación y arbitraje pero aceptaron en principio, la
propuesta de mediación porque los beliceños si estaban de acuerdo con esa
fórmula. Las pláticas se reanudaron en Londres en junio y se acordó solicitar
conjuntamente al gobierno de los Estados Unidos que actuara como mediador entre
Guatemala e Inglaterra, ambos países lo solicitaron formalmente en julio de ese
año.

El 15 de septiembre de 1965 se emitió la Constitución de la República decretada


por la Asamblea Nacional Constituyente en las disposiciones transitorias y finales,
dice:

Artículo 1. Se declara que Belice es parte del territorio de Guatemala. El Ejecutivo


deberá realizar todas las gestiones que tiendan a resolver su situación de
conformidad con los intereses nacionales, mientras tanto regirán las normas
siguientes:

a) Para reconocer como guatemaltecos naturales a los originarios de Belice, éstos


deberán hacer opción expresa por la nacionalidad guatemalteca. En todo caso es
potestativo del Ejecutivo otorgar el reconocimiento; y
b) Se aplicarán, en cuanto a este territorio, las disposiciones constitucionales y
legales relativas a las fronteras de la República, así como de orden aduanero y
migratorio, salvo las excepciones que acuerde el Ejecutivo.

Guatemala después de tantos esfuerzos logró el 29 de septiembre de 1965 que el


Gobierno de los Estados Unidos aceptara la mediación de la controversia sobre el
territorio de Belice entre Guatemala e Inglaterra y nombrara como mediador al señor
Bethuel M. Webster. El gobierno guatemalteco dejó claramente señaladas las
funciones y objetivos del mediador puntualizando que para Guatemala el asunto de
Belice era un problema territorial que no podía ceder ante el principio de
autodeterminación como lo querían dirigir los ingleses. El objetivo de la mediación
era la solución definitiva de la disputa por los gobiernos de Guatemala e Inglaterra
tomando en cuenta los derechos y la posición guatemalteca respecto a Belice. Se
acordó con el mediador que todo el trámite de la mediación sería considerado como
confidencial y que ningún documento presentado por Inglaterra o Guatemala sería
dado a conocer públicamente sin el consentimiento del gobierno que lo hubiese
presentado y que las conclusiones de la mediación no serían publicadas sin el
consentimiento del mediador, de los guatemaltecos y de los ingleses, mientras
estuviera en proceso la mediación.

El Subsecretario de Relaciones Exteriores de Inglaterra, Lord Walston, en su visita


por Centroamérica en enero de 1966 declaró que próximamente le otorgarían la
independencia a Belice. No tardó muchos días en verse el efecto de dicha
declaración. Cuando llegó el mediador Webster para entrevistarse con Price había
una gran agitación popular promovida por Philip Goldson líder de la oposición.

El 28 de enero de 1966 el mediador del gobierno de los Estados Unidos presentó


un anteproyecto de acuerdo (Autoridad de Asuntos Mutuos) que no mencionaba
nada sobre la reclamación territorial, sólo estaba diseñado para el desarrollo de
áreas contiguas de Belice y el Petén. El gobierno de Guatemala presentó una
contrapropuesta que llamó “Bases para una posible solución de la disputa sobre
Belice”. En las Bases se fijaron claramente los parámetros:

1) que el gobierno de Inglaterra dejara de tener injerencia en los asuntos internos


de Belice;

2) que el proceso constitucional para la independencia de Belice quedara en


suspenso y que los poderes que tienen los ingleses sobre dicho territorio pasarán
inmediatamente a la Autoridad Administradora (punto II de las Bases); y

3) que Guatemala, aunque tenga derechos sobre la totalidad del territorio de Belice,
no hará valer esos derechos mientras esté funcionando la Autoridad Administradora
y no se produzcan los resultados planificados (punto III de las Bases).
Los objetivos contemplados en las Bases eran:

1) resolver la disputa en forma que se concilien los derechos de soberanía de


Guatemala sobre el territorio de Belice con los intereses de la población y

2) resolver la vinculación política de Belice con Guatemala y con Centroamérica


para que pueda ser impulsado su desarrollo y a la vez se garantice la seguridad de
su población.

Sobre esas bases, Guatemala e Inglaterra suscribirían un Acuerdo General. Se


contemplaba en las Bases que la defensa exterior de Belice estaría a cargo de
Guatemala y las relaciones internacionales corresponderían a la Autoridad
Administradora en coordinación con Guatemala. La Autoridad Administradora
estaría integrada por 7 miembros, 3 por Guatemala, 3 por Belice y el séptimo sería
nombrado por los seis miembros o si no por la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA).

En junio de 1966 Guatemala protestó por la infidencia cometida con la publicación,


en el “Belice Billboard” (reproducida del “Daily Mirror” de Trinidad), de las propuestas
del Mediador Webster. El Primer Ministro de Belice, George Price, tuvo que declarar
ante la Cámara de Representantes negando la información, explicando que la
mediación no había terminado y que sólo se había sugerido una forma de desarrollo
conjunto en el área del Petén y Belice. Hizo ver que Inglaterra había prometido que
no impondría ninguna solución que no fuese aceptada por el pueblo beliceño y que
ya sólo faltaba un paso para que le otorgara la independencia a Belice.

Philip Goldson con su agrupación CIVIC (Integración de Ciudadanos para que se


oigan los Intereses del País) y el partido de oposición NIP (Partido Nacional para la
Independencia) organizaron manifestaciones de protesta, con una sola consigna,
¡No a Guatemala, No a Centroamérica como satélite de Guatemala! Las
manifestaciones del 26, 27 y 28 de junio de 1966 generaron en disturbios violentos
que ocasionaron daños de consideración en el Consulado de Guatemala, en la
Radio Belize y en varias casas de altos funcionarios incluyendo la del Primer
Ministro, George Price.

El 29 de junio de 1966 el gobierno de Guatemala emitió un boletín de prensa, dice:

“En vista de los recientes atentados cometidos por grupos irresponsables en la


ciudad de Belice, que causaron daños en el edificio del consulado General de
Guatemala, el Gobierno de la República presentó el día de ayer, por los canales
diplomáticos correspondientes, enérgica protesta en contra del Gobierno Británico,
por la falta de protección a la Misión Consular Guatemalteca y su omisión en tomar
las medidas adecuadas para reprimir dichos desmanes, exigiendo plenas garantías
a efecto de que tales hechos no se repitan y que el Gobierno de Guatemala no se
vea en la necesidad de tomar medidas unilaterales”.

El Presidente Constitucional Julio César Méndez Montenegro (1 de julio de 1966 -


1970), tomó posesión de su cargo y nombró al Licenciado Emilio Arenales Catalán
como Ministro de Relaciones Exteriores. El nuevo gobierno decidió continuar con el
proceso de mediación. En julio se reunieron en Nueva York las delegaciones
guatemaltecas e inglesas con el Mediador Webster para discutir el último texto del
proyecto de éste. Los guatemaltecos aprovecharon la oportunidad para manifestarle
al mediador que los disturbios acaecidos en Belice, pudieron haber sido provocados
por los mismos ingleses para entorpecer la mediación. No se llegó a ningún acuerdo
en cuanto a las relaciones exteriores y a la defensa y seguridad, por lo que se
suspendió la reunión y se programó que las pláticas continuasen en el mes de
septiembre.

Los diarios londinenses habían publicado en primera plana que se había vendido a
Belice, y en agosto de 1966, en la Cámara de los Comunes, se discutió
acaloradamente la posición de George Price: sus simpatías por Guatemala y las
revelaciones hechas por el NIP (partido de la oposición) de las propuestas secretas
sobre Belice presentadas en la mediación. También unos miembros de la Cámara
trataron muy duramente a Guatemala, dijeron que el gobierno guatemalteco y la
clase dominante eran deshonestos y que existía una constante amenaza de invadir
Belice, por parte de los militares. El 15 de septiembre del mismo año, el gobernador
colonial de Belice, señor Paul, presionó a los políticos beliceños para que no
participaran en la mediación y que responsabilizaran a Guatemala por dicho
rompimiento. A finales de septiembre (21 y 22) de 1966, se efectuó la reunión entre
los guatemaltecos, ingleses, beliceños y el Mediador Webster, no se llegó a ningún
acuerdo. A los dos meses se volvieron a reunir (22 y 23 de noviembre) con igual
resultado pero con un evidente cambio, la posición del mediador ya se había
inclinado a favor de los ingleses, en el sentido que Guatemala aceptara a un Belice
independiente dentro de la Mancomunidad Británica. Al gobierno de Guatemala no
le quedó otro remedio, para evitar el rompimiento de la mediación, que suspender
temporalmente todo el procedimiento.

En diciembre se le envió una nota al Mediador Webster indicándole que el


Presidente Constitucional de Guatemala le pedía que no presentara ningún nuevo
documento en la mediación hasta que el gobierno de Guatemala estudiara los
documentos presentados por Inglaterra en la última reunión.

Las reuniones con el mediador continuaron en enero de 1967, con resultados


negativos. Los ingleses seguían emperrados con la independencia de Belice dentro
de su Mancomunidad e insistían que no era decisión de ellos, sino la voluntad del
pueblo beliceño.

En la Tercera Conferencia Interamericana Extraordinaria celebrada el 27 de febrero


de 1967, se suscribió el Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de los
Estados Americanos (OEA), “Protocolo de Buenos Aires”, en su artículo 8o., dice:
“El Consejo Permanente no formulará ninguna recomendación ni la Asamblea
General tomará decisión alguna sobre la solicitud de admisión presentada por una
entidad política cuyo territorio esté sujeto, total o parcialmente y con anterioridad a
la fecha del 18 de diciembre de 1964, fijada por la Primera Conferencia
Interamericana Extraordinaria, a litigio o reclamación entre un país extracontinental
y uno o más Estados Miembros de la Organización, mientras no se haya puesto fin
a la controversia mediante procedimiento pacífico”.

Al año y medio de iniciado el procedimento de Mediación, al pueblo guatemalteco


no se le había informado sobre las gestiones que se estaban efectuando, debido a
que se había acordado por Guatemala e Inglaterra que las negociaciones deberían
mantenerse confidenciales, en tanto no se lograra una acuerdo definitivo. En cuanto
se llegara a una solución al problema sobre Belice, el gobierno de Guatemala lo
daría a conocer, para que fuera sancionado por la voluntad soberana del pueblo
guatemalteco.

En julio de 1967 se celebró una reunión en Londres a nivel ministerial, el Ministro


de Relaciones Exteriores de Guatemala, licenciado Emilio Arenales Catalán y el
Ministro de Relaciones exteriores de Inglaterra, señor Brown acordaron en principio,
un proyecto de tratado de 18 puntos. Prácticamente se reconocía la independencia
de Belice y lo único favorable para Guatemala era la unión aduanera, el uso de
puertos libres y de dar acceso al mar a departamento del Petén por ciertas rutas
aprobadas por los ingleses. Guatemala ayudaría a Belice en la conducción de sus
relaciones internacionales – sujeta a arreglos previos ente Guatemala y Belice– y
en cuanto a la defensa exterior de Belice también estaría sujeta a una coordinación
especial. El gobierno de Guatemala emitió un comunicado de prensa, que entre
otras cosas dice:

“Dado que los términos de referencia de la Mediación imponen la confidencialidad


sobre su contenido, ni el Gobierno de Guatemala ni el del Reino Unido pueden
informar todavía sobre el resultado de las negociaciones de Londres. Ese resultado
será transmitido por ambos Gobiernos al Mediador para su consideración y para
que pueda formular nuevas recomendaciones susceptibles de aceptación por las
partes. Guatemala, por su parte, presentará sus argumentos al mediador. No
obstante la confidencialidad de la mediación, es propósito del Gobierno de
Guatemala que toda la cuestión de Belice sea sometida a pública discusión en su
debida oportunidad y antes de que la cuestión sea definitivamente zanjada por un
tratado obligatorio entre las partes.

Parece conveniente recordar a la opinión pública que el problema de Belice ha


llegado a revestir una especial complejidad, cristalizando nuevos aspectos de
dificultad, todo lo cual ha obligado a los distintos Gobiernos de Guatemala a una
paulatina evolución del enfoque político de la cuestión. Sin embargo, el Gobierno de
la República mantiene su preocupación por encontrar una solución justa y
equitativa, acorde con el bienestar y el progreso de los habitantes de Belice, y
susceptible de ser sancionada por la voluntad soberana del pueblo guatemalteco.
Guatemala, 5 de agosto de 1967”.
El 9 y 10 de agosto se reunieron en Guatemala los delegados ingleses y
guatemaltecos para discutir los asuntos pendientes del proyecto del tratado
acordado en Londres hacía menos de un mes y que sería firmado en Nueva York
en septiembre. A principios de septiembre la prensa inglesa, que se había enterado
del proyecto de tratado, público una serie de artículos que causaron gran revuelo,
decían que de acuerdo al tratado, Inglaterra vendería a Belice ingresar a la
mancomunidad Británica de Naciones y que compartiría la defensa y las relaciones
internacionales con Guatemala. Acusaban a los Estados Unidos de presionar en
Inglaterra para concluir dicho arreglo secreto con Guatemala, también decían en las
publicaciones que Philip Goldson del partido de la oposición NIP (National
Independence Party) acusaba a George Price, Primer Ministro beliceño, de ser un
agente secreto de Guatemala para venderle Belice. Más adelante, otros diarios
londineses publicaron, en grandes titulares, que el pueblo beliceño estaba muy
temeroso de su futuro porque Inglaterra quería ceder el territorio de Belice a
Guatemala.

En la reunión del 9 y 10 de noviembre en Nueva York. Al mediador se le informó


sobre la reunión de ministros celebraba en Londres en julio y del proyecto de tratado
que se había acordado entre Guatemala e Inglaterra. El mediador sorpresivamente
manifestó no estar de acuerdo que Guatemala representara internacionalmente a
Belice, ya que seria un estado independiente. Los Guatemaltecos se opusieron
enérgicamente a que el mediador Webster perjudicara nuevamente el acuerdo -
básico para el arreglo definitvo- al que habían llegado los Ministros Arenales Catalán
y Brown, de Guatemala e Inglaterra respectivamente. El delejado guatemalteco
protesto y le manifestó al Mediador Webster que se había inclinado totalmente en
favor de los beliceños y, volvió a repetir que Guatemala no aceptaría la
independencia de Belice, a menos de que fuera como parte de un arreglo muy claro
y correcto.

Hubo otra reunión con el Mediador, los días 21 y 22 de noviembre para tratar los
mecanismos relacionados con la defensa. Los ingleses insistieron en excluir el
Tratado lo referente a la defensa, sustituyendolo por una Nota de Intención para el
futuro. Guatemala insistió que los detalles, métodos y procedimientos relativos a la
defensa deberían ser acordados, por formar parte del cuerpo del tratado, y en que
la permanencia de las tropas inglesas en el territorio de Belice y su sustitución por
guatemaltecas debería ser un proceso gradual. Se le hizo ver al Mediador Webster
que los cambios que pretendían los ingleses, no estaban contenidos en lo acordado
en Londres en julio del mismo año.

En la tercera conferencia interamericana extraordinaria celebrada en Buenos Aires,


Argentina en 1967, se suscribió el protocolo de la reformas a la carta de la
organización de los Estados Americanos (Protocolo de Buenos Aires), el articulo
8o., quedó así:

“El consejo permanente no formulará ninguna recomendación ni la Asamblea


general tomará decisión alguna sobre la solicitud de admisión presentada por una
entidad política cuyo territorio esté sujeto, total o parcialmente y con anterioridad a
la fecha del 18 de diciembre de 1964, fijada por la Primera Conferencia
Interamericana Extraordinaria, o litigio o reclamación entre un país extracontinental
y uno o más Estados Miembros de la organización, mientras no se haya puesto fin
a la controversia mediante procedimiento pacífico".

Guatemala firmó y ratificó dicho protocolo de reformas a la carta de la Organización


de los Estados Americanos(OEA).

Después de que Inglaterra otorgó el autogobierno a Belice, el primer Ministro,


George Price (PUP), inicio una agresiva política económica para diversificar la
producción, que dependía en un 85% de la industria maderera y, en menor escala,
De la industria chiclera. En Corozal, región norteña del territorio, el gobierno de Price
vendió 6000 Hectáreas (133 caballerías) a la compañía inglesa Tate & Line (Belice
Sugar Industries) para instalar un complejo agro industrial azucarero. También
vendió en el sur de Belice a la compañía Suiza Nestlé (Belice Food Products) gran
extensión de terreno para procesar cítricos.

Con la ayuda financiera fortaleció la producción bananera e impulsó la industria


pesquera.

El 18 de abril de 1968 el gobierno de los Estados Unidos entregó a Guatemala y a


Inglaterra el Proyecto de Tratado propuesto por el Mediador Webster, e indicó que
creía haber cumplido con la mediación.

Manifestó también, que el Mediador continuaría a disposición de los guatemaltecos


y de los ingleses, en caso quisieran hacer consultas sobre el Tratado. El proyecto
contenía 17 artículos, así:

1. Inglaterra concedería a Belice su independencia, en una fecha que no sería más


tarde del 31 de diciembre de 1970.

2. derechos de tránsito para los productos de exportación entre los dos estados y
que los productos importados a través de un estado para el otro, estarían exentos
de tarifas, derechos, impuestos y otros.

3. Puertos libres en ambos países;

4. Libertad de tránsito, y derechos relativos a las personas y a las propiedades de


ambos países.

5. Construcción de una vía de comunicación entre Guatemala y Belice con fondos


aportados en Inglaterra.

6. A los Títulos, Certificados, y Diplomas Académicos se les dará el mismo valor y


serán reconocidos por ambos estados y se arreglarán intercambios educativos.
7. Intercambio y utilización de conocimientos científicos y técnicos, así como el inicio
conjunto de programas relativos a los recursos culturales y científicos, uso y mejora
de su tierra, manejo y protección de cuencas, protección de la flora y fauna silvestre,
nutrición y salubridad.

8. Libre circulación de toda clase de vehículos ( con excepción de los militares )


terrestres, acuáticos y aéreos.

9. El establecimiento de la autoridad, con el propósito de cumplir las funciones de


los artículos 2do. y 3ro.., y la promulgación de una legislación adecuada y
reglamentada, además la composición y funcionamiento de la comisión que se
crearía como una autoridad política común.

10. Condicionado por Inglaterra, Belice se integraría a la comunidad económica


centroamericana y su adhesión a las instituciones y tratados regionales;

11. documentos emitidos en ambos estados no requerían autenticación para ser


emitidos ante tribunales y autoridades competentes.

12. Cooperación y consultas en el campo de los servicios de la policías en asuntos


de seguridad interna.

13. Las relaciones internacionales de Belice quedaban completamente a su arbitrio,


quedando sujetos a un arreglo con Belice con posteridad al 31 de diciembre de
1970.

14. Se concluirían los arreglos relativos al a defensa externa de Belice. Después del
31 de diciembre de 1970.

15. Cómo resolver las discrepancias en la aplicación e interpretación del tratado.

16. la disputa sobre Belice entre Guatemala e Inglaterra honorable y finalmente


resuelta, consecuentemente, al mediación por el Gobierno de los Estados Unidos
ha concluido.

17. La ratificación del tratado se haría en Washington, D.C. a la mayor brevedad


posible y entraría en vigor en la fecha de la ratificación, siempre y cuando, fuese
aceptado por Belice.

El Proyecto de Tratado del mediador Webster partió sobre la base del


reconocimiento de la independencia del Belice, sin tomar en consideración los
derechos de Guatemala sobre le territorio. En mi criterio, George Price (PUP), había
presionado el Mediador en relación a la urgencia de la independencia, que era la
meta de su partido, aunque el partido de la oposición NIP encabezado por Philip
Goldson se oponía porque consideraba que Belice no estaba preparada para ser
independientes y era más conveniente seguir siendo una dentro de la
Mancomunidad Británica.

El Proyecto de Tratado, antes de que fuese analizado por el gobierno de Guatemala.


fue rechazado por el gobierno de Inglaterra con el pretexto de que había sido
aceptado por Belice. también Guatemala lo rechazó y el 20 de septiembre de 1968,
el Gobierno de los Estados Unidos dio por terminada su función de Mediador. Tanto
Guatemala como Inglaterra estaban de acuerdo en que la Mediación continuará y
que sostendrían negociaciones en el futuro cercano para tratar de encontrar una
solución definitiva ala controversia.

Se celebró una reunión en Nueva York el 5 y 6 de marzo de 1969 y los ingleses


ofrecieron a los guatemaltecos 2 millones de libras esterlinas para la construcción
de un camino, a cambio de resolver en definitiva la disputa, Guatemala rechazo la
propuesta.

El 16 de septiembre de 1969 el Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala,


Doctor Alberto Fuentes Mohr inauguró el XXIV Período Ordinario de SEsiones de la
Asamblea General de las Naciones Unidas y en su discurso, en relación al problema
nacional de la reclamación de Belice, dijo:

“... En tal virtud, en el plano internacional (Guatemala) conserva su postura


tradicional de respeto a las normas de juricidad y propicia el mantenimiento de las
mejores relaciones con las demás naciones del mundo. Si bien existe una
controversia con el Reino Unido sobre el territorio de Belice, y que reiteramos
nuestra postura de afirmación de nuestro derechos sobre el mismo, fieles a nuestra
tesis de convivencia internacional. seguimos dispuestos a considerar posibles
acuerdos que pongan término a esa diferencia y garanticen el bienestar y la
seguridad de los habitantes de Belice. Eso sí, consideramos indispensable
encontrar una actitud de reciprocidad y de respeto a nuestra posición”.

En esa época el partido unido del pueblo (PUP) de George Price, recibió una fuerte
injección de miembros provenientes de la Asociación de Negros para el desarrollo
(UBAD), que impulsaba un movimiento radical entre los negros y desempleados de
la ciudad, y logran alcanzar cierto apoyo entre los sindicatos. Entre los líderes de
ese movimiento estaban Said, Musa, Leslie, Shoman, Courtenay y otros;
economistas y de la Universidad de las Indias Occidentales.

Una reunión en Nueva York que se llevó a cabo el 12 y 13 de marzo de 1970 , a


nivel ministerial, con participación de delegados beliceños. Los ingleses presentaron
dos proyectos de tratado. El primero, de Cooperación y el segundo de
Reconocimiento de Fronteras de Belice. Los guatemaltecos manifestaron que el
tratado de cooperación debía ser mas detallado y que debería haber una autoridad
conjunta encargada de la planificación y ejecución de planes de desarrollo.
El 1 de de julio de 1970, tomó posesión de la Presidencia el Coronel Carlos Arana
Osorio (1970-1974), quién nombró el doctor Roberto Herrera Ibarguen Ministro de
Relaciones Exteriores. Las negociaciones continuaron así:

El 10 y 11 de septiembre de 1970, reunión en Nueva Orleans en donde se discutió


el tratado de cooperación, los ingleses seguían encontrandole problemas.

El 26 y 27 de septiembre, se reúnen los ministros de Relaciones Exteriores de


Guatemala e Inglaterra, conjuntamente con delegados beliceños, en Washington,
D.C. George Price informó que Belice iba definitivamente hacia la independencia,
pero quiere ser el sexto Estado de Centro América; y que prefería dejar la
cooperación económica para después de la independencia.

El 16 y 17 de octubre, se reunieron en Ocho Ríos, Jamaica, guatemaltecos,


ingleses, y beliceños. Se discutieron: a) funcionamiento del Mercomún; b)problemas
económicos beliceños, y c) el tratado de cooperación.

El 13 y 14 de noviembre, se reunieron en Freeport, Jamaica, guatemaltecos,


ingleses, y beliceños. Guatemal presentó un proyecto de tratado referente a la
cooperación económica, dejando por un lado lo referente a relaciones exteriores y
defensa. Los beliceños dijeron que el proyecto de Guatemala iba demasiado lejos:
el libre comercio sería progresivo; la equiparación arancelaría sería la meta a largo
plazo y siempre que pudiera conciliarse con la participación de Belice en Carifta y
que la participación de Belice en el sistema centroamericano se limitaría a algunos
de los organismos de integración.

El 30 y31 de marzo de 1971 se reunieron en San Francisco, California, las


delegaciones de Guatemala, Inglaterra y Belice. Los ingleses entregaron un
proyecto de tratado de Cooperación elaborado por los Belice .

El proyecto beliceño solo contenía ventajas para Belice y había perdido de vista el
objetivo primordial, que era resolver, mediante medidas económicas, la disputa
territorial.

El doctor Roberto Herrera Ibarguen, Ministro de Relaciones Exteriores, en su


discurso pronunciado el 30 de septiembre de 1971 ante la Asamblea General de las
Naciones Unidas en su XXVI Período Ordinario de Sesiones, expuso el estado en
que se encontraba la controversia de Belice:

"En otra resolución adoptada unánimemente el Parlamento Centroamericano


declaró que el territorio de Belice histórica y geográficamente es parte integrante de
Guatemala y por ende de Centroamérica y que por lo mismo los destinos de ese
territorio interesan a toda la Comunidad CEntroamericana y que en ejercicio de la
soberanía con que está investido dicho Parlamento, reitera el apoyo de todos los
pueblos centroamericanos con la posición guatemalteca con respecto a Belice. Insta
por último el Parlamento a los Gobiernos a que se nieguen a reconocer cualquier
cambio del status jurídico - político de Belice, mientras no se resuelva dicha
reclamación.

"Guatemala mantiene una antigua disputa sobre el territorio con el Reino Unido de
Gran Bretaña e Irlanda del Norte y ha hecho toda esta controversia tomando en
cuenta los fundamentos innegables de su reclamación y al mismo tiempo los
intereses primordiales de la población beliceña que están en Centroamérica."

"Mi Gobierno desea dejar constancia de que seguirá promoviendo la solución


adecuada y justa para todas las partes en esta controversia, pero desea declarar
que aunque manifiesta su decisión de apoyo al pueblo beliceño en su lucha por
liberarse del domin io colonial, se opondrá a todo cambio en su status jurídico -
político sin que antes se resuelva en forma total el problema de los derechos de
Guatemala".

A finales de septiembre de 1971, se reunieron en Nueva York el Ministro de


Relaciones Exteriores, Doctor Roberto Herrera Ibargüen y el Primer Ministro de
Belice, George Price. Guatemala rechazó la propuesta beliceña presentada en la
última reunión en San Francisco, California. El 13 y 14 de octubre, tuvo lugar otra
reunión de guatemaltecos e ingleses en Washington, D. C., la delegación inglesa
reafirmó que la independencia de Belice era una "necesidad inevitable" y trataron
de reencauzar las negociaciones sobre el paquete de dos Tratados (Cooperación y
Reconocimiento de fronteras). Los ingleses indicaron que la afiliación de Belice al
Mercado Común Centroamericano sería el precio que los beliceños pagarían por su
independencia.

La prensa difundió el 27 de enero de 1972 la noticia emanada del Ministerio de la


Defensa de Inglaterra, del envío con destino a Belice del portaviones "Ark Royal" (la
unidad más importante de su tipo de la armada inglesa) juntamente con el destructor
"London", custodiados por dos fragatas, más un batallón de granaderos de la Reina
y que antes de febrero habrían 3000 soldados en la colonia de Belice. La explicación
que dieron los ingleses fue de un simple ejercicio de adiestramiento. El Congreso
de la República resolvió:

Primero: Condenar con toda energía las demostraciones de fuerza que usa
Inglaterra para dirimir la controversia sostenida por Guatemala en forma pacífica,
en la reclamación centenaria de una parte de su territorio; que usurpaba una
potencia extracontinental.

Segundo: Pedir a todos los Congresos de Centroamérica para que se pronuncien


rechazando el incalificable atropello que se hace a la soberanía y dignidad de
nuestros Estados.

Tercero: Instar al Organismo Ejecutivo para que dicte las medidas más adecuadas
y urgentes en defensa de la soberanía de nuestro país seriamente amenazado, para
cyo caso el Congreso de la República, puede considerar el incumplimiento del inciso
6o. del artículo 170 de la Constitución de la República.

México ante la OEA en 1972 volvió a reiterar sus derechos sobre Belice, el
Viceministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Ingeniero Alfredo Obiols,
recordó a los mexicanos lo que había dicho su Presidente Luis Echeverría; "Es más
interesante la amistad de Guatemala que una reclamación territorial y la expansión
de México".

El 18 de febrero de 1972 en Buenos Aires, Argentina, los Ministros de Relaciones


Exteriores de Guatemala y Argentina suscribieron una Declaración Conjunta que en
el punto X dice así:

"X. Al considerar nuevamente la situación de los territorios de las Islas Malvinas y


Belice insisten en la necesidad de que se llegue a un arreglo definitivo que respete
la unidad nacional y la territorial de los Estados, y reiteran su confianza en los
medios pacíficos para la solución de controversias internacionales propiciados por
las Naciones Unidas".

El 10 de marzo de 1972 se reunieron los Ministros de Relaciones Exteriores de


Guatemala e Inglaterra en Washington, D.C. Los guatemaltecos informaron a los
ingleses que si no retiraban las tropas enviadas a Belice, las negociaciones no
podrían continuar. Guatemala advirtió que tendría que tomar medidas militares si
Inglaterra le otorgaba, a espaldas de Guatemala , la independencia de Belice. Los
ingleses insistieron en que debía seguir negociando, a lo que los guatemaltecos
manifestaron que no lo harían a menos que se restableciera el statu-quo militar en
Belice. El ministro Herrera Ibargüen pidió al ministro Goldber que retirara el fuerte
contingente de tropas que habían enviado al territorio guatemalteco de Belice, que
constituía un acto de agresión a Guatemala y una amenaza para el Hemisferio. Ante
la negativa de Inglaterra, el gobierno de Guatemala decidió suspender las
negociaciones que venían efectuándose para solucionar la controversia.

El 28 de julio de 1973 se reunieron nuevamente los Ministros de Relaciones


Exteriores de Guatemala e Inglaterra. El ministro Herrera Ibargüen manifestó que
creía tener una fórmula de arreglo al problema, pero que no podía discutirlo antes
de las elecciones presidenciales que se efectuarían en marzo de 1974. Cualquier
discusión antes de eso sería peligrosa por las reacciones de la opinión pública en
Guatemala. Después de las elecciones podría haber negociaciones formales. Antes
de esto, dijo el Ministro de Relaciones Exteriores, Guatemala no levantará un dedo
sobre esta cuestión. Si se suscita en las Naciones Unidas, cerramos un ojo y un
oído; entretanto, añadió, pediré a nuestros amigos que nos ayuden para que esto
asunto no se suscite, pese a los deseos de Guayana y Jamaica. Los ingleses
insistieron que se les diera en privado una idea de cuál era la fórmula de arreglo
que propondría Guatemala, pero no se le informó nada al respecto. Inglaterra ofreció
hacer posible para que el asunto no surgiera en las Naciones Unidas.
El 1 de julio de 1974 tomó posesión como Presidente Constitucional el General Kjell
Eugenio Laugerud García (1974-1978). El nuevo ministro de relaciones exteriores,
Doctor Adolfo Molina Orantes, nuevamente formuló la reclamación guatemalteca
sobre el territorio de Belice y la voluntad del gobierno de Guatemala de reanudar las
negociaciones con Inglaterra para solucionar al disputa Durante 1974 no se efectuó
ninguna negociación.

El partido de la Unión Democrática (UDP) de Belice, se formó en 1974 para enfrentar


al Partido Unión del Pueblo (PUP), cuyo líder era el primer Ministro George Price,
en el proceso electoral de ese año que habría de significar el control de
autogobierno dicho partido surgió de la integración de varios partidos políticos
conservadores: el Partido de la Nacional para la Independencia (NIP), de Philip
Goldson; el Movimiento Democrático del Pueblo (PDM) y el Partido Liberal (PL). El
liderato del UDP fue confiado a Dean Lindo, que fue derrotado en las elecciones,
sólo obtuvieron 18 curules en la Asamblea.

En 1974, el comité Jurídico Interamericano, cuerpo consultivo de la Organización


de los Estados Americanos (OEA), en relación al “Colonialismo Territorial en
América” emitió una resolución que dice en los siguiente puntos:

“ 3. Preocupado porque en tierras de América todavía se conservan territorios


ocupados por potencias extranjeras, no obstante las reiteradas reclamaciones de
Estados Latinoamericanos que exigen su devolución por constituir parte integrante
de sus territorios nacionales;

“4. Convencido de que el principio de autodeterminación popular proclamado por


las Naciones Unidas no puede invocarse para provocar la secesión de territorios
cuya restauración de soberanía reclama algún estado americano; lo cual no mengua
el derecho de los habitantes de dichos territorios a que se salva guarden y
garanticen en todo caso sus derechos e intereses fundamentales, sin ninguna
discriminación, así como su participación en el gobierno y en la administración
pública;

“5. Conociendo en especial las reclamaciones que la República Argentina y la


República de Guatemala sostienen contra el Reino Unido de la Gran Bretaña e
Irlanda del Norte por la soberanía de los territorios de las Malvinas y Belice,
respectivamente, ocupados por el Reino Unido;

“6. Preocupado porque estas situaciones y otras de carácter colonial o de sujección


de territorios a determinadas potencias extranjeras puedan constituir una amenaza
a la paz y a la seguridad del continente, además de que alzan como verdaderos
obstáculos socioeconómicos para el proceso de desarrollo integral de los países
afectados; etc.
En consecuencia, el Comité Jurídico Interamericano:

“ 1.) Decide continuar el estudio de las situaciones de los territorios no autónomos


y de las situaciones coloniales y neo-coloniales en América, y ofrece su máxima
cooperación a la Asamblea General de la OEA a fin de contribuir a la más pronta
eliminación de todas esas formas de dependencia; y

“2.) Solicita a la Asamblea General de la OEA que considere nuevamente el


problema de los territorios ocupados en el continente americanos, con miras a su
pronta solución.

Para tales fines se sugieren, entre otras, las siguientes medidas:

“ a.) Que la Asamblea de la OEA designe una Comisión especial de composición


reducida para que, informándose del estado actual de las reclamaciones, se
encargue, con la urgencia que el caso demanda, de aconsejar los medios y las
soluciones que conduzcan a la abolición a corto plazo, tanto del colonialismo como
del neocolonialismo y de la usurpación de territorios por estados extranjeros, en el
continente americano;

“ b.) Promover una acción solidaria de los estados americanos dentro de los
órganos de las Naciones Unidas a fin de que se intensifiquen las medidas tendientes
a poner fin al colonialismo, al neocolonialismo y a la existencia de territorios
ocupados en el Continente americano.”

El gobierno de Belice había iniciado una activa y agresiva política exterior diseñada
y ejecutada por Musa, Leslie, Courtenay y Shoman -exmiembros de la Asociación
de Negro Unidos para el desarrollo UBAD- puntuales del Partido Unido del Pueblo
(PUP), para desarmar diplomáticamente las reclamaciones de Guatemala, por
supuesto con el consentimiento de Inglaterra.

Los delegados beliceños se reunieron con todos, o casi todos, los líderes de las
nuevas naciones africanas (ex colonias francesas, belgas e inglesas ), Organización
de Unidad Africana (OUA) y con las pequeñas naciones de habla inglesa del Caribe
para solicitarles su apoyo.

En 1974 se celebró en Lima, Perú la Conferencia de las Países No-Alineados,


Guatemala asistió como país latinoamericano invitado por Perú El Primer Ministro
de Belice, George Price, fue invitado a participar y expuso el deseo del pueblo
beliceño de independizarse de Inglaterra dentro de la Mancomunidad Británica de
naciones. son su integridad territorial intacta a sin ninguna atadura con Guatemala.
Price pidió la solidaridad de más de ciento veinticinco países miembros de Naciones
Unidas para la causa de los beliceños. Guatemala protestó por la inclusión de Belice
en los debates.

Belice venía utilizando como punta de lanza, ante los países no alineados y ante la
Mancomunidad Británica de Naciones, a dos grupos del Caribe: CARIFTA
(Caribbean Free Trade Association) y CARICOM (Caribbean Community) para que
los países miembros presionaran en las Naciones Unidas y a Inglaterra para que le
otorgaran la independencia y su integridad territorial.

En 1975, el gobierno de Belice estableció en Nueva York una agencia llamada


“Oficina del representante del Belice” para solicitar ayuda a todos los países por la
causa de Belice.

En febrero de 1975 se reiniciaron las negociaciones en Nueva York, el Doctor Luis


Aycinena Salazar quien presidía la delegación guatemalteca expuso lo siguiente:

"la preocupación del Gobierno de Guatemala ante la situación conflictiva, potencial


pero inminente en el Golofo de Honduras, concretamente la Bahía de Amatique,
Punta de Manabique, Punta Gorda, Punta Ycacos, Punta Negra, Monkey River y
cayos aledaños, los cuales están más cerca de las costas de Guatemala que de las
de Belice". Agregó, "Guatemala no podrá compartir nunca dicha zona, porque ellos
significa no sólo encerrarla (a Guatemala), bloquerla prácticamente, sino que
significaría también crear una fuente permanente de asperezas, de roces y de
problemas de todo tipo. También acarrearía problemas: de Mar Territorial, de
Plataforma Submarina (pesca, navegación y explotación de recursos), problemas
de simple salida al mar para Guatemala, pero fundamentalmente, problemas de
seguridad y defensa territorial".

Finalmente dijo: "El problema era vital e irrenunciable para Guatemala, y no podría
ser negociable, porque de ello podría depender, en un momento dado, la propia
integridad de la Nación". Manifestó categóricamente que, era necesario un arreglo
territorial como un requisito "sine qua non", como punto básico de los otros arreglos.

Las conversaciones continuaron en Nueva York en abril de 1975, y en julio y agosto


en Nueva Orleans. Se plantearon varias fórmula de arreglo de la controversia, en el
entendido de que cualquier solución debería tener en cuenta los intereses de
Guatemala y de la población beliceña. Se acordó preparar un proyecto de convenio
entre Guatemala e Inglaterra, en el cual se incluirían todos los acuerdos alcanzados
por los guatemaltecos y los ingleses en las negociaciones.

El Ministro de Relaciones Exteriores, Doctor Adolfo Molina Orantes, en el debate


general del XXX Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de las
Naciones Unidas, el 2 de octubre de 1975, pronunció un discurso, y entre otras
cosas dijo:

“…La libre determinación de los pueblos es un principio cardinal de las Naciones


Unidas que se ha venido aplicando para liberar a naciones sojuzgadas de los nexos
de vasallaje que las ataban a las potencias colonizadoras. Pero tal principio nunca
puede aplicarse, conforme a la propia ley de las Naciones Unidas, en los casos de
territorios que forman parte integrante de un Estado y son objeto de ocupación
violenta por otro Estado que los puebla con extraños que sojuzgan o suplantan a la
población autóctona, porque ello conduciría a autorizar las desmembraciones de
territorios que pertenecen a una nación y son usurpados por otra.

Esas situaciones de fuerza que estrangulan los territorios nacionales de los Estados
únicamente pueden encontrar solución pacífica y permanente a través de los
medios jurídicos previstos por el Derecho Internacional. Este es el camino que el
pueblo y Gobierno de Guatemala desean y esperan que conduzca a solucionar su
secular reclamación contra el Reino Unido de la Gran Bretaña respecto al territorio
de Belice sobre bases de justicia y equidad que eviten las fricciones resultantes de
la indignación de un pueblo ante la pertinaz resistencia a reconocer sus legítimos
derechos sobre su integridad territorial y la indivisibilidad de su soberanía."

A mediados de octubre de 1975, Inglaterra envió fuerzas militares de tierra, mar y


aire a Belice, aduciendo supuestas amenazas de Guatemala, pero no se produjo
ningún incidente armado.

Guatemala había continuado con el plan de becas a los beliceños para estudiar en
el país, habiéndose logrado que un regular número de ellos se inscribiera en la
Universidad de San Carlos y en otros centros educativos.

El 9 de noviembre, el Consejo Electoral de Guatemala aprobó la incorporación del


24o. Distrito Electoral, Belice, al sistema electoral vigente en el país. La resolución
respectiva contemplaba que fuera incluida en la nueva ley electoral, cuyo
anteproyecto se estaba finalizando.

El 8 de diciembre de 1975, en Resolución 3432 (XXX) la Asamblea General de las


Naciones Unidas, aprobó el proyecto presentado por Trinidad y Tobago, Inglaterra
y otros 62 países, en el cual reafirmaban el derecho inalienable del pueblo de Belice
a la libre determinación y a la independencia y que la inviolabilidad e integridad del
territorio de Belice deberán ser protegidos.

La Resolución fue aprobada así:

A favor 110 países

Abstenciones 16 países (entre ellos México)

En contra 9 países (Costa Rica, El Salvador, Honduras, Marruecos, Nicaragua,


Panamá, Paraguay, República Dominicana y Uruguay)

En un comunicado el gobierno de Guatemala declaró que:


“Guatemala se reserva el derecho de aceptar o rechazar cualquier Resolución
proveniente de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Es más, tal como lo
hemos hecho en anteriores oportunidades Guatemala no aceptaría jamás cualquier
intromisión de las Naciones Unidas en los asuntos internos de nuestro país, máxime
cuando el problema es por un territorio cuya devolución está en pláticas con la
potencia que lo detenta. El gobierno de Guatemala no está dispuesto a aceptar una
independencia unilateral del territorial de Belice por parte de Gran Bretaña e Irlanda
del Norte”.

El Presidente Laugerud García, durante su visita a la ciudad de Melchor de Mencos,


Petén, reafirmó los derechos sobre el territorio de Belice y la unidad de los
guatemaltecos “los problemas de los guatemaltecos no son los beliceños, sino son
los usurpadores ingleses que pretenden despojarnos de una parte de nuestro
territorio. "Nosotros no vamos a ser como los ingleses con Belice, que lo ha
depredado y que lo siguen engañando con una falsa independencia. Como estamos
demostrando nuestra unidad y esa férrea determinación del chapín de no temer a
Inglaterra, hemos buscado los caminos pacíficos y los seguiremos buscando, pero
que no crean los ingleses que por haber buscado esos caminos pacíficos, con sus
acciones no nos obliguen a empuñar el fusil y el machete, porque los sabremos
empuñar”.

En 1976, el Congreso de la República emitió el Decreto No 20-76, que dice:

“Guatemala reitera su soberanía, más allá de su territorio y de sus aguas interiores,


a una franja adyacente a sus costas designadas con el nombre de Mar Territorial,
el cual tiene una extensión de doce millas marinas (el subrayados es mío), medidas
a partir de la línea de base respectiva. Dicha soberanía se extiende al espacio aéreo
situado sobre el Mar Territorial así como al lecho y al subsuelo de ese mar”.

En ese mismo año, Guatemala también constituyó la Zona Económica Exclusiva,


estableciendo un área que se extiende 200 millas marinas (Una milla marina
equivale a 1,853 metros) contadas a partir de la línea base desde la cual se mide la
anchura del Mar Territorial.

Se reanudaron las negociaciones con Inglaterra y la primera reunión de Guatemala


e Inglaterra, que incluyó a Belice. La delegación guatemalteca fue presidida por el
Ministro de Relaciones Exteriores, Doctor Adolfo Molina Orantes, la delegación
inglesa la encabezó el Ministro Ted Rowlands, lo acompañaba el Primer Ministro de
Belice, George Price.

La delegación inglesa propuso concretamente siete puntos:

1. Acceso garantizado al alta mar a través de aguas territoriales guatemaltecas.


2. Limitación al derecho de Belice para disponer acuerdos militares con terceros
países que pudieran incluir aspectos de preocupación (guatemalteca) respecto de
la seguridad exterior.

3. Intercambio de información sobre cuestiones de seguridad, por medio de un


Consejo de Defensa Conjunto.

4. Acceso de Guatemala a los puertos de Belice en términos no menos favorables


que para los nacionales de Belice.

5. La promesa de que Belice participaría en el Tratado de Río (TIAR).

6. Consultas conjuntas e intercambio de información sobre asuntos de interés


mutuo en el campo de la política exterior.

7. Cooperación económica, incluyendo el restablecimiento de un fondo de


desarrollo, para el cual el Reino Unido haría una contribución substancial, a fin de
disponer proyectos de desarrollo conjunto que beneficiarían a ambos países.

La segunda ronda ministerial se realizó en la ciudad de Panamá en septiembre de


1976, los ingleses volvieron a incluir a los beliceños dentro de su delegación, los
señores: Assad Shoman, Rafael Fonseca y Santiago Perdomo. Se acordaron en
principio los siguientes puntos:

1. Guatemala e Inglaterra reconocerían la independencia de Belice.

2. Las Partes Contratantes velarán por la integridad territorial de Belice y sus ejército
podrán penetrar en territorio beliceño a petición del gobierno de Belice.

3. Se establece un Consejo Conjunto de Defensa, compuesto por tres


representantes de Guatemala y tres de Belice.

4. Guatemala y Belice se esforzarán para que éste llegue a formar parte de los
tratados e instituciones de la Comunidad Centroamericana.

5. Guatemala y Belice cooperarán en la conclusión de convenios económicos y


comerciales.

6. Guatemala tendrá derecho a puerto libre en Belice y éste a su vez, a puerto libre
en Guatemala.

7. Para el mantenimiento de los puertos libres y la conclusión de convenios de


desarrollo conjunto, Inglaterra, Guatemala y Belice contribuirán a un Fondo de
Desarrollo.
8. Se establecerá un régimen de libre comercio, con ciertas limitaciones.

9. Guatemala y Belice cooperarán en el ámbito monetario y establecerán


dispositivos de compensación.

10. Guatemala y Belice estimularían la inversión de capitales en el territorio de uno


y de otro.

11. Guatemala y Belice se consultarán entre sí sobre todos aquellos asuntos de


política exterior de interés mutuo. Guatemala y Belice se harán cargo, a solicitud del
otro, de la protección diplomática y consular en países en que el solicitante no tenga
misiones diplomáticas.

12. Los documentos oficiales de Belice serán reconocidos en Guatemala y


viceversa.

13. Los grados académicos, certificados y diplomas de Guatemala tendrán validez


en Guatemala y viceversa.

14. Guatemala auspiciará, a solicitud de Belice, el ingreso de Belice en la


Comunidad Centroamericana, y conjuntamente con el Reino Unido, el ingreso en
las Naciones Unidas.

El 26 y 27 de octubre de 1976 se reunieron expertos en asuntos económicos


guatemaltecos y beliceños en San Pedro Sula, Honduras, la delegación de
Guatemala estuvo integrada por el Doctor Luis Aycinena Salazar, Licenciado
Alfonso A. Lima y Julio Chocano Batres, funcionarios del Ministerio de Relaciones
Exteriores; los licenciados Gert Rosenthal y Rafael Castellanos García Prendes de
GUATEXPRO. La delegación de Belice estuvo representada por Rafael Fonseca,
Allistair McIntyre, Secretario General del CARICOM como asesor y los funcionarios
Grinaga, Fuller y Cord. Se discutieron básicamente todos los aspectos económicos
y comerciales mencionados en el Art. 8 para desarrollar conjuntamente: turismo,
ganadería, industria (especialmente agro-industrial), silvicultura e infraestructura
física.

El 1 de diciembre de 1976, fue aprobada la Resolución 31/50, Cuestión de Belice,


por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Dicha resolución reafirmaba el
derecho inalienable del pueblo de Belice a la libre determinación y a la
independencia y que se debe proteger la inviolabilidad y la integridad territorial de
Belice. La Resolución fue aprobada por 115 votos en favor, 8 en contra y 15
abstenciones.

En mayo de 1977, el Gobierno de Guatemala resolvió romper sus relaciones


diplomáticas con Panamá. La ruptura de relaciones se debió a que el Jefe de
Gobierno de ese país, General Omar Torrijos, estaba ayudando al Primer Ministro
de Belice, George Price, en su política independista; negando así la posición
panameña de “apoyo irrestricto” a la causa de Guatemala respecto a sus derechos
sobre dicho territorio.

En un ambiente de mucha tensión, tuvo lugar la tercera ronda de negociaciones, a


nivel ministerial, en Washington D. C., el 6 y 7 de julio de 1977. La delegación
guatemalteca la presidía el Doctor Adolfo Molina Orantes, Ministro de Relaciones
Exteriores, y la delegación inglesa la encabezaba Ted Rowlands, Ministro de Estado
para Asuntos Exteriores. La delegación beliceña —adjunta a la inglesa— estaba
integrada por el Primer Ministro, George Price y los señores Assad Shoman, Harry
Courtenay y Dean Lindo. La tensión se debía a que existían indicios de que
Inglaterra se proponía, unilateralmente, concederle la independencia a Belice y, ese
mismo día 6, habían arribado al territorio nuevos contingentes militares ingleses.

En la reunión se hicieron varios planteamientos de carácter territorial y los ingleses


ofrecieron una “enorme cantidad de dinero” al gobierno de Guatemala, según ellos,
para “obras importantes de desarrollo”, como una compensación para resolver la
disputa. Guatemala rechazó la oferta, el Ministro Molina Orantes manifestó “nuestra
reclamación es de carácter territorial y no monetario”.

Es oportuno hacer mención lo dicho por un ex Ministro de Relaciones Exteriores de


Guatemala:

“Los guatemaltecos tienen la impresión de que, en este tema de Belice, la Gran


Bretaña tiene una especie de reflejo pavloviano. Cada vez que el asunto parece
resolverse, envía tropas, barcos y aviones; es decir, hace un gran aspaviento de
fuerzas e interrumpe el proceso.

Resulta inexplicable para Guatemala, pero así ha sido constantemente, a pesar de


que Guatemala ha hecho saber al Reino Unido que no acepta negociar bajo
condiciones coercitivas ni coaccionadas en ninguna forma."

Ante la flagrante amenaza, por las tropas inglesa en la frontera Guatemala-Belice y


de barcos de guerra en el Golfo de Honduras, el gobierno de Guatemala se vio
obligado a destacar contingentes militares a la región fronteriza.

El Ministro de Estado para Asuntos Exteriores de Inglaterra, Ted Rowlands, visitó


Guatemala el 26 de julio para entrevistarse con el Presidente Laugerud García y
con el Ministro de Relaciones Exteriores Molina Orantes. Concluyó su visita con una
declaración, en la cual “reiteró la voluntad británica de tomar en cuenta plenamente
los intereses vitales de Guatemala en cualquier solución de la controversia”. Tanto
los guatemaltecos como los ingleses manifestaron su firme intención de continuar
con las negociaciones, a fin de encontrar una pronta, justa y honorable solución a
la disputa.

En septiembre de 1977 se reunieron los guatemaltecos con los ingleses en Londres.


Se trató sobre el trazo de una línea fronteriza a la altura del río Moho, siguiendo el
curso de éste y luego el de los ríos Aguacate y Jacalté (o Jacaté), y por el mar una
línea en dirección Noreste, para pasar entre los Cayos Pompión y Ranguana. En
principio esta línea fue aceptada por Inglaterra, como parte del Anexo I al proyecto
del tratado de Panamá. El proyecto de una línea fronteriza provocó protestas debido
a publicaciones hechas en Londres.

En la parte final del discurso pronunciado por el Ministro de Relaciones Exteriores


de Guatemala en el XXXII Período de Sesiones, ante la Asamblea General de las
Naciones Unidas, el 30 de septiembre de 1977, dijo:

“… Dentro de este contexto político y en consecuencia con los propósitos


fundamentales de las Naciones Unidas, mi Gobierno ha venido realizando
negociaciones con el Gobierno del Reino Unido, que se han intensificado en los
últimos años, con el objeto de buscar una fórmula conciliatoria que satisfaga a la
vez los derechos e intereses vitales de Guatemala y los intereses de la población
beliceña, actualmente bajo la responsabilidad colonial de la Gran Bretaña."

“Esperamos también, que este proceso de negociaciones, que va encaminado por


un cauce propicio, no se vea perturbado por presiones indebidas de países ajenos
a la disputa y que, en vez de contribuir a la solución del problema, pueden hacerlo
más agudo y complicado”.

El 28 de noviembre de 1977, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó


la Resolución 32/32 (XXXII), en la cual se volvía a reafirmar el derecho inalienable
del pueblo de Belice a la libre determinación y a la independencia. Esta tercera
Resolución sobre la Cuestión de Belice, fue aprobada por 126 votos a favor, 4 en
contra y 13 abstenciones.

En enero de 1978, Belice e Inglaterra hacen un pacto para que todo arreglo con
Guatemala, sea sometido a una consulta popular y también la Mancomunidad
Británica fuese debidamente consultada

En la reunión ministerial a principios de febrero de 1978 en Washington D. C., los


ingleses propusieron como límite el río Temash, que era, más o menos, la mitad del
área si el límite fuera el río Moho. Guatemala manifestó que esa propuesta era
inaceptable para ella. Se celebró otra reunión el 17 y 18 de junio en Miami, también
a nivel ministerial. Los ingleses manifestaron que todos los problemas que se habían
causado en Londres, era debido a las idas y venidas de George Price y por ello las
negociaciones se habían estancado, pero que deberían continuar. Guatemala
reiteró la necesidad de un ajuste de fronteras y que se buscaba una solución de
compromiso.

En el discurso que pronunció el General Romeo Lucas García (1978-1982) el 1o.


de julio de 1978, al asumir la Presidencia de la República, dijo que su Gobierno
buscaría una solución civilizada al problema de Belice, y así dar cumplimiento al
mandato constitucional que impone al Ejecutivo la obligación de realizar todas las
gestiones que tiendan a resolver la situación de Belice de conformidad con los
intereses nacionales. El Ingeniero Rafael Castillo Valdés, fue nombrado Ministro de
Relaciones Exteriores, quien declaró que se iniciarían las negociaciones directas
con Inglaterra, con un solo y único propósito, solucionar el “conflicto territorial” de
manera pacífica.

El 5 de julio de 1978, los partidos políticos de Belice suscriben un “memorándum


político”, por el cual se comprometen a tratar el tema de la independencia de Belice,
bajo el punto de vista nacionalista y no partidista.

En septiembre de ese mismo año, se reunieron en Nueva York el Ministro Castillo


Valdés y el Secretario de Estado inglés, David Owen. El Ministro inglés planteó las
propuestas:

a) Un proyecto caminero para modernizar la carretera a Flores, Petén, y de allí a la


ciudad de Belice;

b) Facilidades de puerto libre en Belice;

c) Libre tránsito de personas y bienes, y

d) El trazo de una frontera marítima para garantizar a Guatemala una salida al


Caribe por un pasaje de mar territorial.

Además, un tratado de mutua seguridad y amistad entre Guatemala y Belice, por el


cual no se permitirían fuerzas extranjeras en Belice, solamente inglesas o de otros
países de la Mancomunidad Británica. Las propuestas fueron rechazadas por
Guatemala el 30 de noviembre de 1978.

La cuarta Resolución —33/36 (XXXIII)— sobre la Cuestión de Belice, fue aprobada


por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 13 de diciembre de 1978. Fue
aprobada por 123 votos a favor, 1 en contra y 5 abstenciones. Se volvió a reafirmar
el derecho inalienable del pueblo de Belice a la libre determinación y a la
independencia.

El 31 de enero de 1979, en Río de Janeiro, Brasil, el Comité Jurídico Interamericano


(cuerpo consultivo de la Organización de los Estados Americanos) formuló la
siguiente declaración:

“Declaración del Comité Jurídico Interamericano sobre el Problema de Belice"

DECLARA:
“1o. Que el territorio de Belice, sobre el cual la República de Guatemala reclama
derechos territoriales con fundamento en los tratados internacionales que datan
desde el siglo XVIII, existe una situación colonial, creada por la ocupación defacto
del mismo, por la Gran Bretaña e Irlanda del Norte;

“2o. Que la Gran Bretaña pretende decidir unilateralmente el destino de esa región,
lo cual es incompatible con los derechos de soberanía de Guatemala, expresamente
reconocidos en pronunciamientos anteriores del organismo regional;

“3o. Que, en consecuencia, el Gobierno del Reino Unido no puede decidir


unilateralmente sobre el destino de Belice, sino solamente a través de
negociaciones con el Gobierno de Guatemala, las cuales deberán tomar en cuenta
los intereses y deseos de la población beliceña, de acuerdo con el principio de libre
determinación de los pueblos, contenido en la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea
General de las Naciones Unidas.

“4o. Que las negociaciones que actualmente se llevan a cabo entre ambos países
deben acelerarse a fin de encontrar una pronta y justa solución al problema, con el
propósito de no poner en peligro la paz y la seguridad del Continente”.

Durante 1979 las negociaciones con los ingleses quedaron estancadas, porque
Inglaterra y Belice estaban en un período eleccionario.

El 21 de noviembre de 1979, fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones


Unidas, en Resolución 34/38 (XXXIV), sobre la Cuestión de Belice por 123 votos a
favor, 1 en contra y 7 abstenciones. Por quinta vez, reafirmaban el derecho
inalienable del pueblo de Belice a la libre determinación y a la independencia.

En 1980, como resultado de contactos preliminares, se llevó a cabo en las


Bermudas otra ronda de negociaciones, el 19 y 20 de mayo. La delegación de
Guatemala estuvo presidida por el Ministro de Relaciones Exteriores, Ingeniero
Rafael Castillo Valdés y la de Inglaterra por el Ministro de Estado para Asuntos
Exteriores, Nicholas Ridley. Dentro de la delegación inglesa participaron también
delegados beliceños, Harrison Courtenay, Assad Shoman y el señor Vernon. Ambos
Gobiernos pusieron de manifiesto el propósito de concluir un arreglo conveniente y
satisfactorio. Se acordó discutir el Tratado de 1859.

Como continuación a la reunión de las Bermudas, se llevó a cabo una reunión de


expertos guatemaltecos e ingleses, con la concurrencia de beliceños, en Nueva
York el 28 de julio de 1980. Se revisó el Tratado de 1859, los ingleses reconocieron
que el Tratado era defectuosos. Estuvieron de acuerdo en que habían unos puntos
que no habían sido cumplidos, como el contenido en el Artículo 7o. o Cláusula
Compensatoria, la cual, según ellos, obligaba igualmente a Inglaterra y a
Guatemala. Se discutieron las fronteras marítimas y la delimitación del mar
territorial.
El 22 de agosto tuvieron una reunión informal en Miami, el Ministro Castillo Valdés
y el Primer Ministro de Belice, George Price, con la presencia de funcionarios
ingleses; se discutió la revisión del Tratado de 1859, las fronteras marítimas y la
delimitación del mar territorial.

Se reunieron en Nueva York el 13 y 14 de octubre de 1980, el Ministro Castillo


Valdés y el Ministro Ridley. Inglaterra propuso 16 puntos de discusión a Guatemala:

1. Pasaje marítimo.

2. Soberanía de Guatemala en el fondo marino del pasaje.

3. Administración conjunta en el mar, parte de Belice y parte de Guatemala.

4. Exploración y explotación de petróleo en empresa conjunta.

5. Garantía de inversiones y promoción de éstas.

6. Colaboración para desarrollo del Petén. Proyectos conjuntos.

7. Becas en Inglaterra.

8. Puerto libre en Belice para Guatemala.

9. Mejorar o reconstruir camino de Belice a frontera con Guatemala.

10. Oleoducto hacia Dangriga (Stann Creek).

11. Ingreso de Belice a la Comunidad Centroamericana.

12. Abolición de visas.

13. Embajadas en los tres países.

14. Arrendamiento a largo plazo en uno varios cayos del sur.

15. Comisión permanente de negociación.

16. Seguridad, Belice garantizaría que su territorio no se usaría para la subversión


en Guatemala.

Ese mismo año, el 30 de octubre, la Misión Permanente de Guatemala ante las


Naciones Unidas, antes que se votara en la Cuarta Comisión el Proyecto de
Resolución referente a la Cuestión de Belice, dirigió una nota a las Misiones
Permanentes de los Estados Miembros, pidiéndoles su apoyo por la causa de
Guatemala.

El 11 de noviembre de 1980 fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones


Unidas la Resolución 35/20 (XXXV) por 139 votos a favor, ninguno en contra y 7
abstenciones (Bolivia, El Salvador, Honduras, Israel, Marruecos, Paraguay y
Uruguay), por la cual se disponía la independencia de Belice para el año siguiente.
Guatemala no participó en la votación. Inglaterra anunció la convocatoria a una
conferencia constitucional para disponer la independencia del territorio de Belice.

A finales de noviembre, la Asamblea General de la Organización de los Estados


Americanos (OEA) emitió una resolución apoyando lo acordado por la Asamblea
General de las Naciones Unidas, sobre que Inglaterra debe otorgarle la
independencia a Belice en 1981. En mi opinión, la resolución fue totalmente en
contra de uno de los principios fundamentales de la Carta de la OEA, la cual es la
defensa de la soberanía y la integridad territorial de los Estados (desde su
fundación, Guatemala es uno de sus miembros).

Hubo otra ronda de negociaciones a nivel de expertos en Nueva York, el 5, 6, 11 y


12 de febrero de 1981, para discutir la propuesta inglesa formulada en octubre de
1980. En la reunión en Londres el 11 de marzo de 1981, el Ministro de Relaciones
Exteriores de Guatemala, Ingeniero Rafael Castillo Valdés, el Ministro de Estado
para Asuntos Exteriores y de la Mancomunidad Británica, Nicholas Ridley y el
Primer Ministro de Belice, George Price, firmaron unas Bases de Entendimiento (16
puntos) para lograr un arreglo negociado y definitivo de la controversia. Las Bases
de Entendimiento fueron hechas públicas simultáneamente en Guatemala,
Inglaterra y Belice, el 16 de marzo. Es el único documento que tiene estampada la
firma de George Price.

A los tres días, el 19 de marzo, Honduras protestó por el Punto 3 de las Bases de
Entendimiento y el gobierno de Honduras envió a Inglaterra una nota de protesta,
en vista que afectaban derechos inmemoriales de soberanía de Honduras, en los
Cayos de Zapotillo.

“Por tal motivo, de conformidad con la declaración del señor Presidente Lucas,
hecha ante el Congreso de la República el 1o. de julio corriente, todos los derechos
que le corresponden a Guatemala permanecen sin afectarse y el territorio de Belice
sigue siendo, como lo declara nuestra Constitución, parte del territorio nacional”.

Al hacerse pública la decisión de Inglaterra de otorgar la independencia a Belice el


21 de septiembre, el Gobierno de Guatemala el 7 de septiembre de 1981, en un
comunicado de prensa informó al pueblo de Guatemala, que habían quedado rotas
las relaciones consulares con la Gran Bretaña, que se había ordenado el cierre de
los Consulados Británicos en el país, quedando prohibidas las relaciones
comerciales y tránsito de personas con Belice, dándose el tratamiento de fronteras
absolutamente cerradas a las líneas guarnecidas por fuerzas militares británicas.
Que ninguna nave aérea o marítima podría hacer escala o cabotaje en Belice y
pasar a Guatemala y viceversa. Los estudiantes beliceños becados por el Gobierno
de Guatemala debían abandonar el país a más tardar el 14 de ese mes.

Guatemala reiteró que no reconocería la independencia de Belice, no solamente por


los derechos que la asisten, sino porque el asunto era objeto de controversia
territorial que no quedó resuelta. La independencia tampoco es legítima
internacionalmente, porque dicha controversia ha sido sometida al procedimiento
de la negociación directa de conformidad con el Artículo 33 de la Carta de las
Naciones Unidas.

La Constitución de Belice fue promulgada el 20 de septiembre de 1981, dispone, en


el artículo 1 (2) “Belize incluye el territorio y mar definidos en el Listado I de esta
Constitución, que anterior al día de la independencia constituía la colonia de Belize”.
El Listado I, dice: “I. El territorio de Belize incluye la tierra firme de Belize y todas las
islas y cayos dentro del área entre las fronteras con Guatemala y México y dentro
del límite del mar territorial de Belize descritas como sigue:

(a) la frontera con Guatemala es la línea prescrita por el Tratado entre Gran Bretaña
y Guatemala suscrito el 30 de abril de 1859”;

El 21 de septiembre de 1981, Inglaterra otorga unilateralmente la independencia a


Belice.

Guatemala, ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, hizo la


advertencia de que la proclamación de la independencia de Belice era un acto
ilegítimo, contra todo derecho, pues los acuerdos alcanzados en las negociaciones
directas no habían sido cumplidas por Inglaterra.

La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 36/3 el 25 de


septiembre de 1981, en la cual decide admitir a Belice como Miembro número 156
de las Naciones Unidas. Cuando se tramitó la solicitud de Belice para ingresar a las
Naciones Unidas, Guatemala protestó ante el Consejo de Seguridad. El Consejo se
limitó a manifestar que no podía interrumpirse el procedimiento para el ingreso del
nuevo Estado a la Organización. Guatemala formuló amplias exposiciones en el
Consejo de Seguridad y en la Asamblea General de la ONU, hizo la reserva expresa
de sus derechos sobre Belice y declaró que no reconocía la independencia y al
Estado de Belice, que de manera tan precaria se constituía, cuando aún no se había
resuelto la disputa territorial con Inglaterra.

En 1981 se realizó un censo en Belice que arrojó la cantidad de 160 mil habitantes,
así:

40% Creoles
33% Mestizos
10% Mayas
8% Garifunas
4% Blancos
2% Hindúes
3% Chinos, Arabes
y otros
50,000
Con una densidad de 7 habitantes por
kilómetro cuadrado, distribuidos así:

Belice
Cayo 26,000
Orange Walk 29,000
Corozal 28,000
Toledo 12,000
Stann Creek 15,000

Hoy

En 1982, Belice amplió sus relaciones económicas internacionales incorporándose


al Fondo Monetario Internacional. El gobierno de George Price (PUP), ya siendo ya
Belice aceptado como un país independiente, inició un acercamiento para participar
en las instituciones de Centroamérica. Nombró un embajador itinerante con sede en
Panamá, para impulsar y afianzar las relaciones de Belice con los países del istmo
centroamericano, excluida Guatemala. El gobierno beliceño en ese año implementó
un programa agrícola en el sur de Belice para intensificar la producción de granos
básicos; en el Distrito de Toledo, cuya población mayoritaria es Maya Q’eqchi’,
formaron numerosas cooperativas agrícolas, con muy buenos resultados.

Durante el gobierno defacto del General Efraín Ríos Montt (23 de marzo de 1982 al
8 de agosto de 1983) se derogó la Constitución de 1965. El Licenciado Eduardo
Castillo Arriola fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores y manifestó que la
posición de Guatemala, en relación a la controversia sobre Belice, se determinaba
por lo que se establecía en el Estatuto Fundamental de Gobierno en su Artículo 114,
que decía así: “En relación al territorio de Belice, Guatemala mantiene la
reclamación de sus derechos”.

El 9 de junio de 1982, el Ministro Castillo Arriola, declaró:

“Guatemala propiciará negociaciones en busca de una justa resolución del


problema de Belice, mediante nuevo planteamiento, pues las Bases de
Entendimiento suscritas el año pasado son ya caducas porque el Reino Unido no
les dio cumplimiento.
“Guatemala planteará sobre nuevas bases su verdadera posición para alcanzar un
arreglo definitivo, pues no puede conformarse con una simple salida al mar, la cual
de todos modos ya la tiene de manera indisputada.

“Guatemala no reconoce las supuestas fronteras de Belice. No se trata de una


frontera en un solo rumbo, este es uno de los objetivos más importantes de la
negociación, a fin de determinar el territorio que nos corresponde.

“Por otro lado, para Guatemala, Belice es inexistente jurídicamente, pues


Guatemala no reconoce la independencia unilateral que le otorgó El Reino Unido.
Este es otro de los puntos a resolver mediante el arreglo global del problema.

“Nuestro país está firme en su posición en lo que se refiere a sus derechos sobre el
territorio y, de conformidad al Estatuto Fundamental del Gobierno, mantiene su
reclamación respecto de ese territorio.

“Guatemala está dispuesta a llegar a una pronta solución mediante negociaciones


con el Reino Unido y sobre las nuevas bases a que ha hecho referencia. Si no se
puede llegar a un arreglo de esa manera, buscaremos otros medios por los que
podamos resolver la controversia”.

El 23 de noviembre de 1982 se efectuó una reunión a nivel de funcionarios en Nueva


York, con la participación de los beliceños ya independientes. El gobierno inglés
advirtió que no podía concertar acuerdos en nombre de Belice, porque era un país
independiente. Guatemala le manifestó a los ingleses que Inglaterra no podía evadir
de una manera tan fácil su responsabilidad, porque la reclamación territorial seguía
vigente. Los guatemaltecos plantearon una nueva propuesta: subir la frontera del
río Sarstún (Sarstoon) al río Monkey, y de allí tirar una línea pasando por las
Montañas Mayas hasta el Petén, así el Petén tendría su salida al mar. Si los ingleses
aceptaban la propuesta, el gobierno de Guatemala la sometería a una consulta
popular.

El Partido Progresista de Toledo manifestó que sí aceptaba la propuesta


guatemalteca, pero el gobierno de Price, hizo la salvedad que no podía acceder a
dar nada de su territorio y propuso a la vez una salida al mar, la misma que habían
ofrecido los ingleses. Belice presentó una contrapropuesta: una franja para
desarrollo conjunto que se extendería dos millas al norte y dos millas al sur del río
Sarstún (dentro del departamento de Izabal). Propuesta inaceptable para
Guatemala.

En diciembre de 1982, se celebró la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el


Derecho del Mar en Montego Bay, Jamaica. Guatemala firmó la Convención de las
Naciones Unidas sobre el nuevo Derecho del Mar, según el Acuerdo Gubernativo
de fecha 4 de febrero de 1983. Belice también asistió y firmó la Convención.

En otra reunión en Nueva York en enero de 1983, Inglaterra también rechazó la


propuesta de Guatemala. Ante esa actitud, tanto de los ingleses como de los
beliceños, el Gobierno de Guatemala reafirmó categóricamente sus derechos de
soberanía sobre la totalidad del territorio de Belice y suspendió las negociaciones.

En el gobierno defacto del General Oscar Mejía Víctores (8 de agosto de 1983 al 14


de enero de 1986) el Ministro de Relaciones Exteriores, Licenciado Fernando
Andrade Díaz-Durán propició reuniones de carácter informal y exploratorio entre
Guatemala, Inglaterra y Belice. En mayo de 1984 se celebró en Nueva York una
reunión informal entre las delegaciones inglesa (que incluía representantes
beliceños) y guatemalteca. El Licenciado Alfonso Alonso Lima presidía la
delegación de Guatemala, presentó una fórmula de base territorial que consistiría
en fijar fronteras definitivas entre Guatemala y Belice y tendría como aspecto
fundamental una franja de 1,800 metros tierra adentro desde la línea de la
desembocadura del río Moho al cayo más al Sur de los Zapotillo y la línea de este
cayo hasta alcanzar los Cayos de Ranguana, territorio continental e insular que
quedaría bajo la soberanía de Guatemala. No se llegó a ningún acuerdo.

El 6 de julio de 1984 se efectuó otra reunión en Nueva York, sin que se llegara a
una resolución acerca de la controversia, sólo se tocó el punto de la reanudación de
las relaciones comerciales con Belice. Se celebró otra reunión en Nueva York el 12
de febrero de 1985, entre las mismas partes. Robert Leslie de Belice repitió que la
delegación beliceña no tenía ninguna autoridad ni deseo de hacer ningún
compromiso que en cualquier forma pusiera en peligro la independencia de Belice,
derogara la soberanía de la Nación o que violara si integridad territorial. Manifestó
que los beliceños sí estaban de acuerdo sobre el establecimiento de los límites del
mar territorial, lo que implicaría que Belice limitaría la extensión de su mar territorial
en la parte sur del territorio, en los puntos a ser discutidos más adelante, a 3 millas.
Los beliceños renunciarían a su derecho de extender su mar territorial al límite de
12 millas marinas. La línea sería en la parte Este del Distrito de Toledo y marcaría
específicamente el marco territorial de Belice. A Guatemala se le daría garantía
sobre los derechos marítimos, propiedad y uso exclusivo de dichas aguas, que
pertenecían a Belice. Para aclarar el límite de las 3 millas, los beliceños
manifestaron que, la línea se extendería al sur del río Moho hasta la ribera del río
Sarstún.

Como concesión adicional, el gobierno de Belice estaría preparado para aceptar la


Bahía de Amatique como aguas históricas de Guatemala. También que las aguas
al sur de la línea marítima serían consideradas por Belice de Guatemala.

La delegación guatemalteca declaró que Guatemala rechazaba cualquier


comentario que se hiciera relacionado con la Bahía de Amatique, por poseer
derechos históricos sobre la misma. También reiteraron que la controversia es con
Inglaterra, que Guatemala no aceptaba la independencia unilateral otorgada a
Belice, que no lo reconocía como Estado y que no reconocía existencia de fronteras
terrestres ni marítimas.

En esa misma reunión el profesor Laing, miembro de la delegación beliceña expresó


en relación a la Bahía de Amatique, que la Corte Centroamericana de Justicia, a
principios del siglo, había reconocido la condición histórica del Golfo de Fonseca y
que Belice veía con mucho interés la reclamación que Guatemala pudiese
presentar, respecto a la Bahía de Amatique. Sin embargo, agregó, nuestro interés
presupone un arreglo territorial entre Belice y Guatemala.

En respuesta a lo manifestado por el profesor Laing (beliceño) el representante


guatemalteco, Licenciado Alfonso Alonso Lima, preguntó: " ¿Quiere decir que
Belice, en un momento dado, tendría pretensiones sobre la Bahía de Amatique?"
Agregó, "de conformidad con las normas del Derecho de Mar, la configuración
geográfica de la Bahía de Amatique determina su condición de aguas interiores de
Guatemala". La delegación de Guatemala rechazó en forma absoluta, la explicación
del Profesor Laing.

El 17 de diciembre de 1984, Manuel Esquivel, del Partido de Unión Democrática


(UDP) tomó posesión como Primer Ministro de Belice. En su campaña política había
declarado:

“La independencia de Belice es irreversible y su soberanía no es negociable”.

La Asamblea Nacional Constituyente, el 31 de mayo de 1985, decretó la


Constitución Política de la República de Guatemala. El Artículo 19 de las
disposiciones transitorias y finales dice así:

“Belice. El Ejecutivo queda facultado para realizar las gestiones que tiendan a
resolver la situación de los derechos de Guatemala respecto a Belice, de
conformidad con los intereses nacionales. Todo acuerdo definitivo deberá ser
sometido por el Congreso de la República al procedimiento de consulta popular
previsto en el artículo 173 de la Constitución.

“El Gobierno de Guatemala promoverá relaciones sociales, económicas y culturales


con la población de Belice”.

En el XIV período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de la


Organización de los Estados Americanos (OEA), celebrado en Cartagena de Indias,
Colombia, el 5 de diciembre de 1985, fue suscrito el Protocolo de Reformas a la
Carta de la OEA (Protocolo de Cartagena de Indias). Se modificó el texto del Artículo
8o., quedó así:

“El Consejo Permanente no formulará ninguna recomendación ni la Asamblea


General tomará decisión alguna sobre la solicitud de admisión presentada por una
entidad política cuyo territorio esté sujeto, total o parcialmente y con anterioridad a
la fecha del 18 de diciembre de 1964, fijada por la Primera Conferencia
Interamericana Extraordinaria, a litigio o reclamación entre un país extracontinental
y uno o más Estados Miembros de la Organización, mientras no se haya puesto fin
a la controversia mediante procedimiento pacífico. El presente artículo regirá hasta
el 10 de diciembre de 1990."
Que el artículo 8o. regiría hasta el 10 de diciembre de 1990, fue por lo que
Guatemala no ratificó dicho Protocolo de Reformas, puesto que a partir del 11 de
diciembre de 1990, Belice podría ingresar como Estado Miembro.

En Belice, el gobierno de Manuel Esquivel (UDP), inició un programa de


liberalización económica. A mediados de 1985, fue vendido a la compañía Coca-
Cola, Ltda. y a otros socios, casi un 13% del territorio, es decir, 9,200 kilómetros
cuadrados.

Los efectos de la política económica fueron:

- alta concentración de la tierra

- producción monocultivista

- dependencia del mercado norteamericano, y

- control de los recursos naturales por empresas transnacionales.

También el Primer Ministro Esquivel impulsó una política de apertura externa como
base para potencializar las ventajas geopolíticas de Belice: localizado a la cabeza
del istmo centroamericano y con costas hacia el Caribe, cercanas al Golfo de
México. Said Musa, uno de los ideólogos del Partido Unido del Pueblo (PUP),
expresó: “¡Qué remedio, vamos del colonialismo al neocolonialismo!”, refiriéndose
a los Estados Unidos.

El Presidente Constitucional de Guatemala Vinicio Cerezo Arévalo (1986-1991)


nombró al Licenciado Mario Quiñónez Amézquita como Ministro de Relaciones
Exteriores. El Presidente Cerezo, en relación a la controversia con Inglaterra sobre
el territorio de Belice, decidió darle otro concepto. La Constitución vigente, en el
Artículo 19, le daba un mayor espacio político de negociación, consecuentemente,
adoptó una serie de medidas para rescatar derechos para Guatemala y definir los
derechos marítimos del país. Es decir, sustituir reclamación territorial por desarrollo
económico.

En Agosto de 1986 reanudan Guatemala e Inglaterra relaciones consulares.

Durante una gira por Europa Occidental, en octubre, el Presidente Cerezo declaró:
“su gobierno tenía la intención de abandonar las reclamaciones territoriales sobre el
territorio de Belice y se proponía a entablar negociaciones directas con el gobierno
de Belice”. En ese mes, Guatemala y Belice restablecen relaciones comerciales.

En noviembre de 1986, el Presidente Cerezo viajó a Miami, para asistir a la reunión


anual de la Conferencia de la Cuenca del Caribe y anunció una política de
acercamiento con el Estado de Belice, que estaba decidido a “unificar esfuerzos y
no discutir más” sobre la reclamación territorial.

El 24 de diciembre, Guatemala e Inglaterra restablecen relaciones diplomáticas, que


por más de 23 años habían estado rotas por la reclamación territorial sobre el
territorio de Belice.

En 1987 se iniciaron las negociaciones con Belice y también Inglaterra. Se


discutieron aspectos de cooperación técnica y financiera por parte de los ingleses
para proyectos de desarrollo económico y social de Guatemala y Belice. Los
guatemaltecos presentaron una propuesta: En el sur de Belice, la frontera terrestre
sería la línea que separa al Distrito de Toledo de los del Cayo y Stann Creek; la
frontera marítima tendría que señalarse a partir de las 12 millas del mar territorial
del Distrito de Toledo bajo la soberanía de Guatemala, en una línea recta hacia el
Este (los Cayos Ranguana y Zapotillo quedarían en aguas bajo soberanía
guatemalteca). Punta Gorda sería puerto libre para Belice con inversión de
Guatemala y la cooperación de Belice para tal efecto.

(El Artículo 10 de la Constitución de la República de Honduras dispone que los


cayos Zapotillos pertenecen a Honduras, así como los demás situados en el
Atlántico que “histórica, geográfica y jurídicamente le corresponden”).

Si se aceptara la fórmula planteada por Guatemala, el Tratado tendría que


suscribirse entre Guatemala, Inglaterra y Belice. Los ingleses manifestaron que sí
apoyarían, siempre y cuando, los beliceños la aceptaran, pero Belice
categóricamente rechazó la propuesta guatemalteca.

Un alto funcionario del gobierno beliceño le preguntó al Ministro de Relaciones


Exteriores, Licenciado Mario Quiñónez Amézquita, si existía la posibilidad de un
reconocimiento defacto por parte de Guatemala. El Ministro Quiñónez la rechazó y
formuló la reserva expresa de los derechos de Guatemala sobre el territorio de
Belice.

En 1987, Guatemala se opuso a que Belice obtuviese el status de Observador


Permanente en la OEA.

A finales de 1987, el Vicepresidente de la República, Licenciado Roberto Carpio


Nicolle, entró en contacto directo con el Ministro de Belice, Dean Oliver Barrow. Se
reunieron, con mucha secretividad, para reactivar las negociaciones que no habían
logrado avances positivos.

La segunda reunión secreta tuvo lugar en Miami el 22 de febrero de 1988, y se


decidió crear una Comisión Conjunta Guatemala-Belice, con participación de
Inglaterra como Observador. Se acordó que se tratarían los asuntos en forma
integral, que generaran un solo Tratado, sobre los fundamentos:
a) Políticos: resolver en definitiva la situación entre Guatemala y Belice; ingreso de
Belice al Parlamento Centroamericano; posibilidades de ingreso de Belice al
esquema de integración centroamericana; reconocimiento de Belice como Estado;
demarcación de las fronteras terrestres existentes; y establecimiento de la frontera
marítima.

b) Económicos: establecimiento de una zona de desarrollo conjunto; identificación


e implementación de programas de desarrollo integral de la zona.

c) Seguridad: fortalecimiento de la seguridad de la zona.

El 2 de mayo de 1988, en la tercera reunión entre el Licenciado Carpio Nicolle y el


señor Dean Barrow, se estableció la Comisión Conjunta Permanente integrada con
representantes de Guatemala, Belice y con la participación de Inglaterra. Se dispuso
que la Comisión podría designar Subcomisiones de trabajo y que el proyecto final
del tratado sería sometido a consulta popular, en Belice y Guatemala, antes de
firmarse.

La Comisión Conjunta Permanente estableció tres Subcomisiones: la Política, la


Económica y la Seguridad.

Se integra la Comisión Conjunta Permanente establecida con representantes de


Guatemala y Belice, coordinada por el Vicepresidente de la República, por Acuerdo
Gubernativo No. 165 del 26 de mayo de 1988.

Se integró la Comisión Bilateral para negociar con el gobierno de Belice, quedando


ésta conformada por:

Ariel Rivera Irías - Viceministro de Relaciones Exteriores - Presidente de la


Comisión

Roberto Bermejo - Asesor Específico de la Vicepresidencia de la República -


Vicepresidente

Edmond Mulet Lessieur - Diputado (UCN), representante de la Comisión de


Relaciones de Exteriores del Congreso - Delegado

Marco Antonio Dardón Castillo - Diputado de la Comisión de Relaciones Exteriores


del Congreso - Delegado Alterno

Guillermo Sáenz de Tejada - Director de Contratación y Tratados Internacionales


del Ministerio de Relaciones Exteriores - Delegado

Jorge Arturo Mazariegos - Capitán de Navío - Comandante de la base naval del


Atlántico - Representante del Ministerio de la Defensa
De mayo de 1988 a febrero de 1989, la Comisión Conjunta Permanente celebró
cuatro reuniones. Asimismo las Subcomisiones se reunieron en varias
oportunidades. Durante las sesiones de trabajo se establecieron:

a) FRONTERAS TERRESTRES: los puntos que determinan las fronteras serán:

1. De Gracias a Dios a los raudales del Garbutt y a los raudales de Aguas Turbias
en la frontera mexicana.

2. La frontera al sur de Belice será la madre del río Sarstún.

b) FRONTERAS MARITIMAS:

1. El mar territorial de Guatemala es de 12 millas. El mar territorial de Belice es de


3 millas en el Sur, hasta el Este de Ranguana, según la siguiente descripción:

La delimitación del mar territorial se inicia en la línea media de la desembocadura


del Río Sarstún, siguiendo la línea recta hacia el noreste a tres millas de la costa,
hasta un punto paralelo a Orange Point; seguidamente hasta un punto a tres millas
al Sur de East Sanke Cay, prolongándose paralela a línea de base hasta tres millas
alrededor de los Cayos Zapotillo, siguiendo hacia el noreste hasta tres millas al este
del Cayo Ranguana, luego hacia el este, doce millas.

2. Un Convenio permitirá la libre navegación hacia Belice, en milla y media de mar


territorial guatemalteco alrededor de los cayos Zapotillo.

3. Por Convenio, Guatemala y Belice dispondrán de una Zona Económica Exclusiva


compartida que se ubica tres millas al este de Ranguana hasta doce millas hacia el
sur hasta el límite del mar territorial de Guatemala.

4. Se acordará un Convenio para el desarrollo de proyectos de explotación conjunta


entre Guatemala y Belice para actividades tales como la pesca en aguas profundas
en el interior de la zona que se sitúa en mar territorial de Belice entre las tres millas
y las doce millas, desde el este de Ranguana hacia el noreste hasta la línea del
extremo norte de Lighthouse Reef; excepto en las áreas que ya están siendo
explotadas por pescadores beliceños y que estarán debidamente definidas en las
cartas náuticas.

El 28 de febrero de 1989 el Ministro de Relaciones Exteriores de Belice, solicitó


nuevamente al Secretario General de la OEA, que se le concediera al Estado
independiente de Belice la condición de Observador Permanente. Guatemala se
opuso con fundamento en el numeral 4 de los “procedimientos revisados para la
Concesión de Observador Permanente”.

Said Musa, Ministro de Relaciones Exteriores de Belice, el 3 de noviembre de 1989,


volvió a solicitar al Secretario General de la OEA, que se le concediera a Belice la
condición de Observador Permanente. Guatemala no se opuso.

El 15 de diciembre de 1989 se efectuó una reunión en Roatán, Honduras, al más


alto nivel. El Presidente de Guatemala, Vinicio Cerezo Arévalo y el Primer Ministro
de Belice, George Price, dieron directrices políticas para que continuara el proceso
de negociación.

Cuando nuevamente se reunieron, en Roatán, Honduras, el 9 de julio de 1990,


trataron sobre que:

a) Guatemala aceptaría las fronteras terrestres existentes con Belice, condicionada


a que Belice garantizara una salida al mar para Guatemala, y

b) La posición de Inglaterra en lo que respecta a su contribución al arreglo, mediante


el establecimiento de un Fondo Económico destinado para proyectos de desarrollo
para Guatemala y Belice.

El 26 de julio de 1990 se reunió en Miami la Comisión Conjunta Permanente y


convino:

1. Que los puntos convenidos en Roatán son claros.

2. Que personal técnico guatemalteco y beliceño, apoyados por expertos ingleses,


identifiquen las posiciones de las líneas divisorias en Gracias a Dios y las caídas de
Garbutt y Aguas Turbias, para trazarlas en un mapa único.

3. La primera etapa: ubicar los tres monumentos;

4. La segunda etapa: abrir las líneas y producir un mapa único que contenga las
fronteras.

5. Que la frontera relativa al canal medio del Río Sarstoon se establezca y se trace
en un mapa único.

6. Que las líneas base para la frontera marítima se establezcan y se tracen en una
carta única, cuyo tipo será convenido por Guatemala y Belice.
Se convino en que juntamente con el Tratado principal, se firmaría un convenio
simultáneo y paralelo para el desarrollo conjunto.

Guatemala y Belice designarían su respectivo grupo para preparar el proyecto de


tratado; los proyectos serían canjeados y estudiados antes que la Comisión
redactara un documento único.

Jorge Serrano Elías, candidato presidencial por el partido Movimiento de Acción


Solidaria (MAS), sorpresivamente visitó Belmopán en agosto de 1990, para
entrevistarse con altos funcionarios del gobierno beliceño.

La primera vez, en la historia política de Guatemala, que un candidato presidencial


visitaba Belice.

El candidato presidencial por el MAS, Jorge Serrano Elías, respondió a un


cuestionario del Centro Guatemalteco de Relaciones Internacionales (CEGRI), en
septiembre de 1990, así:

“En el caso de Belice, debemos adoptar una posición realista, librar una lucha
jurídica o legal a nivel internacional con la Gran Bretaña, vendrá siendo un esfuerzo
y despliegue diplomático estéril e infortunado. La salida más viable en el caso de
Belice, a mi criterio, está en su incorporación al Parlamento Centroamericano y la
integración regional”.

Los representantes de la Comisión Conjunta Permanente se reunieron en Miami en


agosto de 1990. Los ingleses estuvieron presentes en la reunión. Se propuso que
Inglaterra contribuyera a un Fondo para desarrollo, como parte del “paquete”.
Guatemala y Belice acordaron que el proyecto de tratado, con todos los elementos
adicionales, fuese sometido a consulta popular.

Del 1 al 5 de octubre, las delegaciones guatemalteca y beliceña se reunieron para


elaborar estudios técnicos en el Petén y en el territorio de Belice. Visitaron los
monumentos de Gracias a Dios, Garbutt y Aguas Turbias. La delegación de
Guatemala manifestó que no estaba autorizada a reconocer monumentos como
límites territoriales, decisión, que consideraba de carácter político. Belice
comunicaría a Guatemala la fecha en que los ingleses harían los trabajos satelares
y el programa logístico, que serían proporcionados a los guatemaltecos.

En diciembre de 1990, Belice remitió a la sección guatemalteca de la Comisión


Conjunta Permanente, un borrador del tratado de amistad, seguridad, cooperación
económica y conciliación de las fronteras terrestres y marítimas entre Belice y
Guatemala, un anexo y los mapas respectivos.

El 10 de diciembre de 1990 dejó de regir el Artículo 8o. de la Carta de la OEA, por


lo que el 11 de diciembre, Belice solicitó ser miembro de la Organización. La
Organización de los Estados Americanos aceptaron el ingreso de Belice como
Estado Miembro, el 8 de enero de 1991.

El Ingeniero Jorge Serrano Elías asume la Presidencia de la República (15 de enero


de 1991 al 1o. de junio de 1993) y nombró como Ministro de Relaciones Exteriores
al Licenciado Alvaro Arzú Irigoyen. El Presidente Serrano decidió el mismo dirigir la
política a seguir, en relación a Belice, en vez de dejársela al Ministerio de Relaciones
Exteriores.

El 6 de mayo de 1991, el Ministro Arzú le envía una carta:

“Señor Presidente:

Como es de su conocimiento, el día viernes 24 entrante llegará a esta ciudad el


señor Tristan Garel-Jones, viceministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido
de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, en visita oficial.

Para su información, debo hacer de su conocimiento, que el pasado día viernes 3


asistí a un desayuno, al que fui invitado por el señor embajador inglés, Justin Nason,
durante el cual tratamos el asunto de Belice. En esa oportunidad hice ver al
mencionado embajador las siguientes argumentaciones:

1. Que esta Cancillería expresó recientemente que, antes de que pueda firmarse
algún convenio que ponga fin al problema de Belice, se hace necesario un estudio
a fondo del asunto, a fin de determinar si éste quedaría resuelto honorablemente
para Guatemala, como se ha manifestado en diferentes ocasiones.

2. Que me parecía no sólo oportuno, sino absolutamente necesario, proceder al


estudio de la cuestión de Belice, por ser el problema más grave que tiene Guatemala
desde el punto de vista de su soberanía, por lo que sería de consecuencias
históricas incalculables que se firmaran documentos sin el suficiente análisis jurídico
y político, cuyos resultados gravitarían negativamente sobre el actual régimen.

3. Qu el problema de Belice, de una aparente simplicidad en la hora actual, tiene


graves implicaciones. En efecto, le dije que Belice ya es independiente y que ha
sido reconocido por todas las naciones; que en tal circunstancia, la posición aislada
de Guatemala parecía obsoleta y que lo más conveniente sería el reconocimiento,
a fin de evitar ese aislamiento, especialmente de la Naciones del Caribe. Pero,
contra tal afirmación, hay una larga historia de contrariedades que se han impuesto
a Guatemala y de las claudicaciones que llegaron hasta las Bases de Entendimiento
firmadas en Londres en 1981. Esas bases, en donde Guatemala reconocía la
independencia de Belice y renunciaba a su reclamación a cambio del “uso y disfrute”
de los Cayos Ranguana y Zapotillo, no fueron aceptados por el gobierno de Belice,
no obstante la generosidad guatemalteca, y, de esa manera, no se implementaron
los acuerdos correspondientes.
4. Que durante el gobierno pasado parece haberse llegado a una total claudicación:
Se reconoce solamente una parte del mar territorial como única compensación, sin
tomar en cuenta que, conforme al nuevo Derecho del Mar, estando el Golfo de
Honduras entre varios países, se precisa un acuerdo para resolver la comunidad
existente. En tal situación, Guatemala podría renunciar lisa y llanamente a su
reclamación territorial, dando vigencia al Tratado firmado en 1859 con la Gran
Bretaña, cuya caducidad fue declarada desde el año 1884 por el Gobierno de la
República y ratificado más tarde por un Decreto Legislativo.

5. Que existe una obligación jurídico-polítca internacional para resolver el diferendo,


no sólo porque en todos los foros ha sido reconocido el problema y porque en todo
caso sustituir el Tratado de 1859 para fijar los verdaderos límites de Belice, sino
porque la Resolución 35/20 de Naciones Unidas que reconoció la independencia de
Belice dice en su párrafo 5: “Insta al gobierno del Reino Unido e Irlanda del Norte,
actuando en estrecha consulta con el Gobierno de Belice, y el Gobierno de
Guatemala, a que continúen sus esfuerzos para llegar a un acuerdo, sin perjuicio
del ejercicio por el pueblo de Belice de sus derechos inalienables y para fomentar
la paz y la estabilidad de la región, y a que este sentido celebren consultas con otros
Estados de la Zona especialmente interesados.”

6. Que dicha resolución deja a salvo la reclamación guatemalteca y no es modo de


negociar ceder en todos los puntos a lo solicitado por l a otra parte, lo que dejaría
entrever que en ningún momento nos asistió derecho de reclamación. Si bien es
cierto que la solución del problema puede acarrearle a Guatemala algunos
inconvenientes, también se los acarrea a Belice. Belice es un territorio ocupado,
pues mientras no se resuelva el diferendo, la Gran Bretaña mantiene tropas bien
adiestradas y armamento sofisticado en el territorio. Por otra parte, tampoco puede
Belice ingresar a los Organismos de Integración Centroamericana, ni a los que en
el futuro puedan ser creados, sin la plena voluntad de Guatemala.

7. En tal situación, expliqué al embajador que el mantenimiento de un diferendo no


ocasiona mayores problemas para Guatemala, pero sí para Inglaterra como para
Belice. Una diplomacia hábil podría lograr un arreglo. Pero de todos modos, existen
en el Derecho Internacional todavía formas de solución que no han sido ensayadas.
Esa clase de problemas tiene Venezuela con el caso de la Guayana Ezequiba y
Argentina con el caso de las Malvinas.

8. También hice ver al embajador que no se pretende en la actualidad una


reclamación de todo el territorio, como fue inicialmente. Pero el hecho del
reconocimiento de la independencia de Belice efectuado por la Asamblea General
de la Naciones Unidas, no significa que haya terminado la reclamación territorial de
Guatemala, como claramente lo indica el párrafo 5 de la resolución antes
mencionada. Más bien debe llegarse forzosamente a un “acuerdo”. Y un acuerdo
no es un abandono. Belice debe ser circunscrito a sus límites indelebles . A tal
efecto, le indiqué que esos límites indelebles fueron dados en las convenciones
angloespañolas de 1783 y 1786, del Río Hondo al Río Sibún y no del Río Sibún al
Río Sarstún, que es territorio guatemalteco, usurpado por la Gran Bretaña después
de la independencia guatemalteca. Debe recordarse que los mismos Estados
Unidos reconocieron la existencia de dos Belices: el del Río Hondo al Sibún, de
acuerdo con las concesiones españolas de usufructo, y del Río Sibún al Sarstún, en
poder de Guatemala a raíz de la independencia. Este reconocimiento fue hecho
cuando el gobierno de los Estados Unidos protestó ante el de Guatemala por la
firma del Tratado de 1859.

“Vistas las explicaciones dadas al embajador, considero de mi deber manifestar a


usted, señor Presidente, que esta Cancillería cree de primera intención que debe
buscarse un arreglo jurídico. Los arreglos políticos iniciados después de que Gran
Bretaña no aceptara el procedimiento ex-aqueo-et bono y sólo el estrictamente
jurídico ante la Corte Internacional de Justicia sólo llevaron a Guatemala a
constantes frustraciones y a ceder cada vez más. Pero, en todo caso, no se ha
ensayado la fórmula de arbitraje, que es la más comúnmente aceptada para dirimir
problemas territoriales.

“La Cancillería está consciente de la dificultad de llevar a la Gran Bretaña y a Belice


a un arreglo de esta naturaleza. Pero Gran Bretaña ya tenía aceptada la jurisdicción
de la Corte en ese sentido y debe estudiarse el ingreso de Belice a las Naciones
Unidas, sobre sus obligaciones al respecto. Por otro lado, Belice ya forma parte de
la Organización de Estados Americanos y, por lo tanto, debería someter sus
diferendos a los sistemas de arreglo pacífico previstos en el sistema interamericano,
como el Tratado Americano de Soluciones Pacíficas.

“Por tales motivos, la Cancillería considera que se deben tomar ciertas medidas
urgentes. Como punto primero debe crearse de nuevo la Oficina de Belice en la
Cancillería, para que reúna y ordene roda la documentación existente. Asimismo,
de reorganizarse el Consejo de Belice, que de hecho dejó de ser consultado en
1967. El Consejo de Belice es un órgano de consulta del Ministerio de Relaciones
Exteriores para todo lo relacionado con el asunto de Belice y está integrado por
elementos de alta capacidad en Derecho Internacional y con conocimiento del
problema. El estudio que se pueda hacer de la actual situación sería determinante
para la futura actuación del Ministerio de Relaciones Exteriores.

“Finalmente, de conformidad con la Ley del Organismo Ejecutivo, el Ministerio de


Relaciones Exteriores es responsable de la Política Exterior y muy especialmente
de la solución de un problema que afecta la integridad territorial de la Nación. En
esa virtud, se ruega muy atentamente al señor Presidente de la República que se
sirva dar su aprobación a la presente nota y disponga, asimismo, que todo lo
concerniente al problema de Belice sea de la exclusividad del Ministerio de
Relaciones Exteriores.”

El Presidente Serrano designó a los Licenciados Edmond Mulet L., diputado por la
UCN al Congreso de la República y Antonio Arenales Forno, asesor del Ministerio
de Relaciones Exteriores, para “comunicar a las autoridades beliceñas el
procedimiento, que consideraba el Presidente Serrano, más adecuado para iniciar
las negociaciones tendientes a resolver el diferendo.”

El gobierno de Belice nombró al Embajador Robert Leslie, Comisionado de Belice


ante Inglaterra, para presidir la delegación beliceña.

El 29 de julio de 1991, se reunieron en Miami los “voceros presidenciales” con el


Embajador Robert Leslie. Los guatemaltecos manifestaron el deseo de activar el
proceso de negociación, con el propósito de un rápido reconocimiento de la
independencia de Belice y el establecimiento de relaciones diplomáticas.

A principios de agosto, el Primer ministro de Belice, George Price, consultó al partido


de la oposición UDP, la propuesta del Presidente guatemalteco:

Guatemala reconocería la independencia de Belice, sus fronteras terrestres y daría


por concluida la reclamación territorial, si Belice le garantizaba la salida al mar. La
propuesta dé aceptada y se diseñó un “plan a seguir”.

El 14 de agosto de 1991, el gobierno de Guatemala reconoció el derecho de


autodeterminación del pueblo beliceño.

El 16 de agosto, el gobierno de Belice presentó a la Asamblea Nacional un proyecto


de ley, relacionado con el mar territorial, aguas interiores y la zona económica
exclusiva de Belice. Aunque tenían derecho a 12 millas, Belice delimitaría el mar
territorial a 3 millas, sólo desde el Cayo Ranguana hasta el Río Sarstún (Sarstoon).

El 5 de septiembre de 1991, el Presidente Serrano, sin consultarle al pueblo


guatemalteco, reconoce la independencia de Belice.

El 6 de septiembre, la Embajada de Inglaterra en Guatemala emitió un Comunicado,


en el cual expresa su beneplácito por la decisión del Presidente Serrano de
reconocer la independencia de Belice. La Gran Bretaña aportará la suma de 22.5
millones de libras esterlinas, más de 120 millones de quetzales, para la construcción
de caminos que faciliten la comunicación entre Belice y Guatemala.

El 11 de septiembre, el Presidente Serrano estableció relaciones diplomáticas con


Belice y nombró al Ingeniero Ricardo Bueso primer Embajador de Guatemala en
Belice. El anuncio oficial fue hecho simultáneamente en las ciudades de Guatemala
y Belmopán, mediante un comunicado conjunto suscrito por los gobiernos de Jorge
Serrano y George Price.

El Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Alvaro Arzú, por no estar de


acuerdo con el reconocimiento de la independencia y el establecimiento de
relaciones diplomáticas con Belice, no firmó el acuerdo gubernativo de
nombramiento No. 523.
El 12 de septiembre de 1991, el Ingeniero Bueso presentó sus Cartas Credenciales
en Belmopán, a la Gobernadora General, Minita Gordon.

El Embajador Bueso, al tomar posesión de su cargo, expresó al Primer Ministro


George Price, el deseo del Presidente Serrano de visitar oficialmente Belice el 19
de septiembre, aprovechando la ocasión del 100 aniversario (21 de sep.) de la
independencia. El objetivo de la visita sería para concretar las relaciones
diplomáticas e iniciar el proceso de acercamiento comercial.

El 13 de septiembre de 1991, Prensa Libre, página 11, publicó un artículo escrito


por el Doctor en Derecho Internacional, Luis Aycinena S.:

“BELICE Y LA SALIDA AL MAR”

Ahora se vuelve a hablar de una salida al mar como fórmula casi mágica para
solucionar la vieja disputa con Gran Bretaña sobre Belice. Y hasta se usa el
eufemismo de la “buena voluntad” de los beliceños al “concederle” una salida al mar
a Guatemala. Se tergiversa la cuestión y se recurre a planteamientos no sólo
desenfocados sino totalmente desquiciados. Se pretende construir un edificio -las
relaciones entre Guatemala y Belice- a base de una descomunal mentira, la salida
al mar. La desproporción de tal propuesta carece de límites. Guatemala cedió a
Inglaterra en 1859 alrededor de 22 mil kilómetros cuadrados de territorio y resulta
que ahora Guatemala tiene que agradecer, no que le devuelva el territorio, ni
siquiera una mínima franja del mismo, sino que debe agradecer que le dejen una
salida al mar, a su propio mar. Increíble. Pero así somos, claudicantes. Las
consecuencias son dramáticas, pues, al parecer, los arreglos en tal sentido han sido
demasiado lejos. Y todavía parece que nos vamos al propio suelo disputado a
consumar la entrega.

“¿Qué Belice va a cederle a Guatemala una salida al mar, como quedó consignado
en aquellas ignominiosas Bases de Entendimiento de 1981? No hay que llamarse a
engaño: Guatemala tiene salida al mar por razones geográficas y jurídicas. Todo
Estado que tenga costa tiene el derecho de salida al mar. Guatemala tiene costa
desde la desembocadura del Sarstoon hasta la desembocadura del Motagua.
Diferente es el caso de los países mediterráneos, como Bolivia y Paraguay, que se
ven obligados a pedírsela a sus vecinos, casi como limosna,

“La convención sobre el Mar Territorial y la Zona Contigua due suscrita en Ginebra,
el 29 de abril de 1958 y está en vigor. Su artículo 12 dice:

1. Cuando las costas de dos Estados se hallen situadas frente a frente o sean
adyacentes, ninguno de dichos Estados tendrá derecho, salvo mutuo acuerdo en
contrario, a extender su mar territorial más allá de la línea media determinada de
forma tal que todos sus puntos sean equidistantes de los puntos más próximos de
las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial a cada
uno de esos Estados. No obstante, las disposición de este párrafo no será aplicable
cuando, por la existencia de derechos históricos o por otras circunstancias
especiales, sea necesario delimitar el mar territorial de ambos Estados en otra
forma.

“El hecho que Guatemala no sea parte de esa convención, por no haberla ratificado,
no le resta autoridad, ya que ella constituye la norma internacional vigente, y por
consiguiente, de cumplimiento obligatorio para la comunidad internacional. Si
surgiera una controversia con ese motivo entre Guatemala y Belice y fuera llevado
a juicio, la Corte Internacional de Justicia sin duda alguna aplicaría la norma del
artículo 12 para solucionarlo. Además, Guatemala no ratificó dicha Convención por
un simple tecnicismo inoperante, ajeno al espíritu del artículo.

“La Convención sobre la Plataforma Continental fus suscrita en Ginebra en la misma


fecha de la anterior, 29 de abril de 1958, y fue ratificada por Guatemala el 3 de
noviembre de 1961. Su artículo 6 dice:

1. Cuando una misma plataforma continental sea adyacente al territorio de dos o


más Estados, cuyas costas esté, situadas una frente a otra, su delimitación se
efectuará por acuerdo entre ellos. A falta de acuerdo, y salvo que circunstancias
especiales justifiquen otra delimitación, ésta se determinará por la línea media cuyos
puntos sean todos equidistantes de los puntos más próximos de las líneas de base
desde donde se mide la extensión del mar territorial de cada Estado.

2. Cuando una misma plataforma continental sea adyacente al territorio de dos


Estados limítrofes, su delimitación se efectuará por acuerdo entre ellos. A falta de
acuerdo, y salvo que circunstancias especiales justifiquen otra delimitación, ésta se
efectuará aplicando el principio de la equidistancia de los puntos más próximos de
las líneas de base desde donde se mide la extensión de mar territorial de cada
Estado.

“Más claro no cantan los gallos en las madrugadas...”

“Esto quiere decir que ni Belice, ni Honduras, ni Guatemala pueden extender su mar
territorial, su zona económica exclusiva y su plataforma continental en forma que
perjudique a sus vecinos inmediatos. Uno se pregunta si los negociadores
guatemaltecos sabían esto o si deliberadamente hicieron caso omiso para no
estropear un arreglo fácil, inmediato y deplorable. Aquellas Bases de Entendimiento
de 1981, que no cumplió Inglaterra, ya habían sido denunciadas expresamente por
una delegación guatemalteca en 1982 y 1983 ante una delegación británica y en
presencia de los amigos beliceños.

“La convención de las Naciones Unidas sobre el derecho del Mar suscrita en
Montego Bay, Jamaica el 10 de diciembre de 1982, ene sus artículos 15 y 83 repite
las disposiciones legales relativas al mar territorial, a la zona económica exclusiva
y a la plataforma continental.”

El Ministro de Relaciones Exteriores de Belice, Said Musa, realizó una visita oficial
a Guatemala el 16 de septiembre de 1991, acompañado por Dean Barrow del
partido de la oposición (UDP) y por Robert Leslie, Alto Comisionado de Belice ante
el gobierno de Inglaterra. Los representantes de los gobiernos de Guatemala y
Belice emitieron un a Declaración Conjunta, en la cual, manifestaron que los dos
gobiernos continuarán, a través de sus respectivas cancillerías, la negociación de
un acuerdo definitivo que ponga fin al diferendo, en el entendido de que dicho
acuerdo sólo será definitivo y válido después de aprobado por el pueblo
guatemalteco mediante la consulta popular. También manifestaron la decisión de
integrar comisiones bilaterales que tendrán a su cargo buscar acuerdos en los
campos económico, social y cultural.

El Ministro del Exterior de Belice, Said Musa, al ser entrevistado por miembros de
la prensa y preguntársele sobre la reclamación territorial guatemalteca, respondió:
“Belice no cederá a Guatemala, ni una pulgada de tierra.”

El 18 de septiembre, en un Comunicado de Prensa, la Asociación Cultural de


Guatemala, en el punto 8o., dice:

"La Asociación Cultural de Guatemala exhorta al gobierno de la república a


enmendar el procedimiento utilizado y atenerse a los claros preceptos
constitucionales, proponiendo al Congreso la celebración del plebiscito popular que
le autorice a reconocer la soberanía del Estado de Belice. La exhorta, ...”

La comisión presidencial guatemalteca, presidida por el diputado (UCN), Licenciado


Edmond Mulet, Licenciado Antonio Arenales Forno, funcionario del Ministerio de
Relaciones Exteriores y representantes del Congreso de la República, se reunieron
en Belice el 13 de septiembre de 1991, con el Ministro del Exterior, Said Musa y
otros funcionarios del gobierno beliceño. Se inició el estudio de los acuerdos que
deberían ser firmados por el presidente guatemalteco y el primer ministro beliceño.

El presidente Serrano canceló su visita oficial a Belmopán, en vista de la gran


oposición por diferentes sectores de la sociedad guatemalteca.

El Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Alvaro Arzú, renunció del cargo


el 20 de septiembre de 1991.

El Viceministro de Relacione Exteriores de Guatemala, Haroldo Rodas Melgar, en


su intervención sobre Belice en el Consejo Permanente de la OEA, el 23 de
septiembre de 1991, expuso:

“La decisión del Presidente Serrano Elías de reconocer expresamente al Estado de


Belice y de establecer relaciones diplomáticas, respondió a la necesidad de facilitar
la negociación directa como medio de darle una solución definitiva al diferendo
territorial, justa y honorable para amabas partes y dentro del marco del Derecho
Internacional.

El deseo del pueblo de Guatemala es vivir en paz y armonía con sus vecinos y
entablar lazos de amistad y cooperación con las naciones de la comunidad del
Caribe. De conformidad con el espíritu de la Constitución de la República de
Guatemala y el Derecho Internacional, reconoce el derecho del pueblo beliceño a
su determinación, y además, que de acuerdo a lo estipulado en el artículo 19
transitorio de la Constitución Política, continuará negociando y agotará todas las
instancias legales, que lleve a la resolución definitiva del diferendo territorial.”

A finales de septiembre, la Asociación de Dignatarios de la Nación, declaró que, el


reconocimiento de la independencia de Belice y el establecimiento de relaciones
diplomáticas, violaba el Artículo 19 de la Constitución Política. El gobierno está
autorizado a realizar contactos económicos, culturales y de amistad con los
beliceños; sin embargo, en el caso de relaciones diplomáticas, así como en lo
referente a reconocer la independencia beliceña, corresponde al pueblo soberano
el decir SI acepta o NO.

El presidente Serrano declaró:

“Los ex constituyentes son quienes violan la Constitución Política de la República,


pues intentan interpretar la Carta Magna cuando, esa responsabilidad es
competencia exclusiva de la Corte de Constitucionalidad.”

El 13 de octubre de 1991, la Asociación Guatemalteca de Derecho Internacional,


emitió una declaración, en la que firma que al reconocer a Belice como Estado
independiente, el presidente Jorge Antonio Serrano Elías, no se ajustó a la
Constitución de la República.

El 23 de octubre fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, el


Licenciado Gonzalo Menéndez Park. A las pocas horas de haber asumido el cargo,
el Embajador itinerante de Belice, señor Ismael Laurencio García, presentó sus
Cartas Credenciales.

El Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala, había solicitado un informe (15


octubre) a los Licenciados Arturo Fajardo Maldonado, Alberto Herrarte G., Ramón
Cadena Hernández y Gilberto Chacón Pazos, y el 23 de octubre, dictaminó que, el
Presidente Jorge Serrano Elías, violó la Constitución Política de la República, por
no haber agotado los procedimientos establecidos por ella, al reconocer
unilateralmente e inconstitucionalmente a Belice.

El 26 de octubre de 1991, Jorge Eduardo García-Salas Calderón, auxiliado por los


Abogados Gabriel Orellana Rojas, Marieliz Lucero Sibley y Carmen Yolanda López
Téllez de Cáceres, presentó un escrito a la Corte de Constitucionalidad (expediente
No. 290-91), pretendiendo se declarar la inconstitucionalidad del “Acuerdo de
Nombramiento No. 523, emitido por el Presidente de la República, por el cual se
nombró a Ricardo Humberto Bueso Deras al cargo de Embajador Extraordinario y
Plenipotenciario del Gobierno de la República de Guatemala ante el Gobierno de
Belice.

El 27 de octubre, el Primer Ministro de Belice, George Price, visitó Guatemala para


asistir a la instalación del Parlamento Centroamericano, fue recibido por el
Presidente Serrano. George Price reiteró su política de no ceder un centímetro de
tierra en las negociaciones que se llevaran a cabo con Guatemala, en relación con
el diferendo territorial.

El 3 de noviembre de 1991, Héctor Rolando Palomo González, con su propio auxilio


y el de los Abogados Luis Alberto López Moncrieff y Fredy Alberto de León, presento
un escrito (expediente No. 292-91) en la Corte de Constitucionalidad, pretendiendo
se declare la inconstitucionalidad de las disposiciones de carácter general mediante
las cuales el Presidente de la República reconoció la independencia de Belice.

El Ministro de Relaciones Exteriores, Licenciado Gonzalo Menéndez Park, el 6 de


noviembre, fue interpelado por el Diputado José Eduardo García-Salas en la sesión
del Congreso de la República en relación al reconocimiento de Belice. Se preguntó
sobre la existencia de una Comisión Bilateral Guatemala-Belice, en la que se
menciona al diputado Edmond Mulet y al Licenciado Antonio Arenales Forno. El
Ministro Menéndez Park respondió:

“No existe ninguna Comisión Bilateral Guatemala-Belice, que el Presidente Serrano


designó a los licenciado Antonio Arenales Forno, asesor del Ministerio de
Relaciones Exteriores y al diputado Edmond Mulet Lessieur, para comunicar a las
autoridades beliceñas el procedimiento, el que considera el gobierno de Guatemala,
es el más adecuado para iniciar las negociaciones tendientes a resolver el
diferendo”.

El Coordinador del partido Alianza Nacional pro-derechos Beliceños (National


Alliance for Belizean Rights - NABR), Philip Goldson, el 4 de diciembre de 1991,
hizo un llamamiento público, algunos de los párrafos dicen:

“ALIANZA PATRIOTICA PARA INTEGRIDAD TERRITORIAL”

“Llamamos a todos los beliceños a rechazar la Ley de Areas Marítimas. Nuestra


divisa es que ni la tierra, mar o derechos de Belice están en el tapete para ser
negociados.

“Nosotros les pedimos adoptar el principio de que es a la nación agresora


(Guatemala) la que debería indemnizar a la NACION VICTIMA (Belice). Por más de
cincuenta años Guatemala ha mantenido activamente un reclamo sin fundamento
hacia Belice, en detrimento de nuestro sistema político, arruinando nuestra
economía, creando inestabilidad, persiguiendo y haciendo prisioneros a nuestros
ciudadanos injustamente.
“Actualmente, ella ha anunciado su intención de negociar con Belice de conformidad
con el Derecho Internacional, principiando por reconocer nuestro derecho inherente
a la INDEPENDENCIA. Ella prometió que, al ser adecuadamente recompensada,
negociaría y suscribiría un tratado de paz, desechando para siempre su reclamo sin
fundamento alguno sobre Belice.

“La ultrajante propuesta de que Belice debería ofrecer Mar Territorial a Guatemala
como recompensa y compensación por el reconocimiento del derecho inherente de
Belice a su Independencia no puede ser y nunca será aceptado por los patriotas
beliceños.

“Inglaterra ya ha otorgado una compensación inicial a Guatemala consistente


de setenta y siete millones de dólares, a los que seguirán todavía más.

“Firmado por: Philip W.S. Goldson, Melvin L. Hulse, Sr., Derek Alkman y Hubert
Elrington”.

Por Acuerdo Gubernativo No 992-91, del 9 de diciembre de 1991, el gobierno de


Guatemala acordó actualizar y reestructurar el Consejo Nacional de Belice como un
Cuerpo de estudio, planificación, consulta y asesoría del Ministerio de Relaciones
Exteriores en todo lo relacionado con el diferendo territorial con Belice.

El Señor Roberto Archila fue nombrado Cónsul General en Belice, y el señor Rafael
Salazar como Primer Consejero.

El Decreto de Areas Marítimas de Belice fue promulgado el 24 de enero de 1992 y


fue puesto en vigor el 30 del mismo mes. Según dicha ley, el Estado de Belice
mantendrá 3 millas de su Mar Territorial —solamente como medida provisional— en
la parte Sur del país, desde el Cayo Ranguana hasta la desembocadura del río
Sarstoon.

El Ministro de Relaciones Exteriores de Belice, Said Musa, el 12 de febrero de 1992,


solicitó al gobierno de Guatemala que aclarara por qué una revista petrolera editada
en Texas, invitaba a presentarse a licitación para exploración petrolera, el mapa
adjunto señalaba un área que Belice reclamaba como su zona económica exclusiva.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Gonzalo Menéndez Park, al día
siguiente, 13, respondió diciendo que:

“Efectivamente, la delimitación del área correspondiente a la Bahía de Amatique, no


fue consultada con esta Cancillería. Puede Vuestra Excelencia estar seguro de que
este error ha sido involuntario, y a fin de asegurar a Vuestro Gobierno de que no es
la intención del Gobierno de Guatemala crear fricciones con Belice, esta área no
será adjudicada a compañía alguna que se haya presentado a la licitación”.

Efectivamente, por instrucciones del Ministro de Relaciones Exteriores, el Ministerio


de Energía y Minas alteró el mapa relacionado con las áreas a licitar, por lo que
Guatemala perdió un área aproximada de 15 millas marinas, de exploración y
explotación petrolera y la de otros recursos naturales.

El 3 de abril, el gobierno de Belice, creó la Comisión Nacional Asesora (National


Advisory Commision) adscrita al Ministerio de Relaciones Exteriores, para analizar
y estudiar todo lo relacionado con las negociaciones con el gobierno de Guatemala.

La Encargada de Negocios de la Misión Permanente de Belice ante las Naciones


Unidas, el 22 de abril de 1992, dirigió una carta al Secretario General (A/47/173)
para que fuese tomado como documento oficial de la Asamblea General, así como
documento oficial del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El anexo de
dicha carta citaba fragmentos del discurso del Ministro de Relaciones Exteriores de
Belice, Said Musa, (3 de abril de 1992), uno de los cuales dice:

“Esto es dentro del contexto del reconocimiento por Guatemala el 5 de septiembre


de 1991 del Estado independiente de Belice —un acto incondicional e irrevocable—
por medio del cual Guatemala reconoció las fronteras de Belice según se definen
en nuestra Constitución. Por implicación necesaria, Guatemala también estuvo de
acuerdo en respetar la soberanía y la integridad territorial de Belice, de conformidad
con el Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas”.

El 31 de julio de 1992, los Gobiernos de Guatemala y Belice, emitieron una


Declaración Conjunta, en la cual, manifiestan que como Guatemala y Belice, como
dos Estados soberanos e independientes, no han firmado aún un Tratado entre sí
que establezca finalmente sus fronteras territoriales y marítimas y que dicho tratado
es uno de los resultados que se espera de las negociaciones. Acuerdan aceptar que
cualquier mención a sus respectivos territorios en cualquier acuerdo, su celebración
o ejecución, será en base a los Monumentos de Referencia existentes.

El Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Licenciado Gonzalo Menéndez


Park, el 1 de octubre de 1992, declaró:

“La declaración del Canciller Musa, circulada en Naciones Unidas, únicamente


refleja la posición de fondo del gobierno de Belice respecto del diferendo y de
ninguna manera implica que Guatemala la acepta. El Canciller beliceño reafirmó
una postura que Belice ha sostenido siempre en pasadas negociaciones, sobre que
su territorio lo determinan los Monumentos de Referencia que fueron levantados en
base al tratado de 1859, los cuales Guatemala no acepta como referencias
fronterizas, pues denunció dicho tratado. Considerándoseles únicamente como
referencia a una situación de hecho que se ha respetado desde entonces, para
evitar un conflicto armado, en tanto se llega a una solución al diferendo territorial".

En Carta Pública del Diputado Eduardo García-Salas Calderón al diputado Edmond


Mulet Lessieur (6 de octubre de 1992), formula tres preguntas claves, que hasta la
fecha no han sido respondidas a satisfacción del pueblo guatemalteco:
1. ¿Es cierto lo que afirma el Gobierno Beliceño en el sentido de que el gobierno de
nuestro país oficialmente reconoce que las fronteras con Belice son las fijadas por
el Tratado celebrado entre Guatemala y el Reino Unido el 30 de abril de 1859?

2. ¿Es cierto lo que afirma el Gobierno de Belice en el sentido de que los límites
fijados por el Tratado del 30 de abril de 1859 fueron oficialmente aceptados por
Guatemala durante las reuniones sostenidas por la Comisión Conjunta entre enero
y junio de 1990?

3. De ser cierto lo afirmado por el Gobierno de Belice ¿por qué la administración del
Presidente Marco Vinicio Cerezo Arévalo, con asesoría suya, licenciado Mulet, le
ocultó al pueblo guatemalteco haciéndole creer que Guatemala no renunció a la
reclamación territorial?

El 3 de noviembre de 1992, la Corte de Constitucionalidad, dictó sentencia por las


acciones de inconstitucionalidad presentadas en relación con el reconocimiento de
la independencia de Belice y el nombramiento de Embajador del Gobierno de la
República de Guatemala ante el gobierno de Belice. La sentencia fue aprobada por
la mayoría de cuatro Magistrados (Adolfo González Rodas, Gabriel Larios Ochaita,
Josefina Chacón de Machado y José Antonio Monzón Juárez) y tres Magistrados
con Voto Razonado en contra, son ellos: Jorge Mario García Laguardia, Presidente
de la Corte de Constitucionalidad y los Magistrados Epaminondas González Dubón
y Carlos Enrique Reynoso Gil.

La Corte de Constitucionalidad resolvió sin lugar las inconstitucionalidades


planteadas y que el Presidente de la República, debería someter al Congreso de la
República los actos realizados con relación a Belice, dentro de los tres días
siguientes de estar firme la sentencia.

El 18 de noviembre de 1992, el Licenciado Ramiro de León Carpio, Procurador de


los Derechos Humanos, dirigió una carta al Doctor Jorge Mario García Laguardia,
Presidente de la Corte de Constitucionalidad, entre otras cosas dice: “Con
verdadera emotividad y júbilo me dirijo a tu apreciable persona, para expresarte mi
felicitación personal por la sabia situación que con toda firmeza y rectitud,
mantuviste en el sonado asunto de las acciones de inconstitucionalidad sometidas
a la Corte de Constitucionalidad por dos ciudadanos, en contra de lo actuado por el
Ejecutivo, al reconocer a Belice como Estado independiente.

“Esta felicitación la hago extensiva a los colegas Carlos Enrique Reynoso Gil y
Epaminondas González, quienes mantuvieron igual posición a la tuya, manteniendo
el criterio de que hubo violación a la Constitución en tales actos gubernamentales”.

El 21 de noviembre de 1992, el Congreso de la República, en sesión plenaria


número 48-92, conoció el fallo de la Corte de Constitucionalidad (3 de noviembre)
para pronunciarse si implicaba una solución definitiva a los derechos de Guatemala
respecto a Belice las decisiones del gobierno de Serrano de haber reconocido la
independencia de Belice y de establecer relaciones diplomáticas e intercambiar
embajadores. Sólo 24 diputados votaron en contra de la decisión unilateral del
Presidente Serrano, son ellos:

Francisco Alfaro Mijangos


Rafael Barrios
Mario Barrios
Reynaldo Castillo
Arabella Castro
Arístides Crespo
Roberto del Cid
Luis Flores Asturias
Carlos García
Carlos García Regas
José Eduardo García-Salas
Mario Mazariegos
Rodolfo Mendoza
Miguel Montepeque
Rubén Darío
Luis Quezada
Francisco Reyes López
Jorge Skinner Klee
Roberto Stein
Marco Tulio Sosa
Mario Taracena Díaz-Sol
Carlos Valle y
Frolán Villatoro.

Los 78 diputados que votaron a favor de lo actuados por el Presidente Serrano


fueron:

Edmond Mulet (Presidente del Congreso)


Ernesto Contreras, Manuel Alvarez,
Evelio Fuentes, Jaime Recinos,
Everardo Ramírez, Elio Canales,
José Carlos Acevedo, Juan José Alfaro,
Herlindo Alvarez, Héctor Aragón Quiñónez,
Jorge Archila, Carlos Arroyave,
Jesús Ayerdi, Joaquín Bámaca,
María Eugenia Castillo, Obdulio Chinchilla,
Enrique Córdova, Claudio Coxaj,
Joel Cualio Soto, Miguel de la Cruz,
Mario de la Cruz, Dimas de León,
Julio Díaz, Clodoveo Domínguez,
Carlos Escobedo, José Felipe Franco,
Mario Gaitán, Oliverio García Rodas,
Domingo Gómez, Pedro Gómez,
Enrique Guillén, Darío Juárez,
Eduardo de León, Fernando Lobo Dubón,
Diego López, Daniel Maldonado,
Abundio Maldonado, Eduardo Matute,
Héctor Mayora Dawe, Eduardo Méndez,
Víctor Mendoza, Carlos Mérida,
Marco Tulio Mérida, Mario Miranda,
Sara Mishán, Jorge Monroy,
Félix Navarijo, Guillermo Nicolás Accimoc,
Rafael Oliveros, Raúl Orozco,
Julio César Paiz, Edgar Paiz,
Rony Pappa, Guillermo Pellecer,
Fernando Pereira, Carlos Pérez,
César Porres, Anaisabel Prera,
Otto Quiñónez, Francisco Reyes Ixcamey,
Marco Reyes, Ricardo Roca,
Rafael Rottman, Saúl Sandoval,
Juan Carlos Simons, Catalina Soberanis,
Eduardo Tager, David Tobar,
Elder Vargas, Diego Velasco Brito,
Vinicio Villar, Oswaldo Zamora,
Lionel Brolo, Carlos Alarcón Monsanto,
Luis López y Héctor Luna Troccoli.

En enero de 1993, el Ingeniero Ricardo Bueso Deras, renunció como Embajador de


Guatemala ante el Gobierno de Belice.

El Doctor Jorge Mario García Laguardia, el 26 de marzo de 1993, le dirigió una carta
al Licenciado Ramiro de León Carpio, Procurador de los Derechos Humanos, dice
en uno de los párrafos:

“Con mucho cuidado, revisé los antecedentes de la discusión en el pleno de la


Asamblea Constituyente que aprobó la Constitución vigente, y creo que en ese
cuerpo, como lo señalas, se tuvo la misma preocupación que nosotros
interpretamos en nuestro voto razonado. Reconforta que personas como tú
compartan nuestra posición, de la cual me enorgullezco. Creo que estaba el país de
por medio, y no tuve ninguna duda, en ningún momento, al actuar como lo hice.
Existió una clara violación constitucional del presidente de la República, al
reconocer el Estado de Belice, establecer relaciones diplomáticas y nombrar
embajador. Convertir una reivindicación territorial en un simple diferendo de
fronteras, significaba uno de los muchos acuerdos definitivos que en el caso pueden
darse, que debió ser sometido a la consulta popular, de acuerdo al artículo 19
transitorio constitucional”.

El 19 de abril de 1993, el señor José Antonio Castellanos López, presentó sus


Cartas Credenciales como Embajador de Guatemala ante el Gobierno de Belice.
En mayo, el Primer Ministro de Belice, George Price, declaró que “la madera que
reclaman los guatemaltecos fue talada en territorio beliceño y no en el guatemalteco,
sin embargo, para evitar diferencias diplomáticas pagaremos su precio al gobierno
de Guatemala”.

Inglaterra anunció que, en 1994, reducirá en forma gradual su presencia militar en


Belice. La guarnición británica en Belice data de 1948 y la integran dos mil efectivos.

El 18 de mayo de 1993, se inició la integración de Consejo de Belice, para tratar de


resolver la problemática generada por el reconocimiento a la independencia de
Belice.

El 6 de junio de 1993, el Licenciado Ramiro de León Carpio, es electo por el


Congreso de la República, como Presidente Constitucional de la República. El
Licenciado Arturo Fajardo Maldonado, fue nombrado Ministro de Relaciones
Exteriores, al asumir el cargo expresó: “su desacuerdo por las decisiones que el ex
presidente Serrano adopto en torno a la relación con Belice” También manifestó la
necesidad de analizar el expediente de Belice en su totalidad y darle un giro
pragmático y definitivo para Guatemala.

El 21 de junio, el Juzgado Segundo de Primera Instancia de Instrucción, inició las


diligencias relacionadas con un proceso por Traición a la Patria en contra de Jorge
Serrano, Gustavo Espina, funcionarios de la El gobierno de los Estados Unidos
reiteró su apoyo al gobierno de Guatemala por su reconocimiento a la
independencia de Belice y que el gobierno de De León Carpio, honrará los
compromisos internacionales y respetará los principios fundamentales del Derecho
Internacional.

Manuel Esquivel, líder del Partido de la Unión Democrática (UDP), el 1 de julio fue
electo Primer Ministro de Belice. En su primera intervención pública declaró:

"que no acepta los acuerdos establecidos por el gobierno de George Price con el
gobierno de Serrano Elías y que romperá los acuerdos de fronteras, el pacto de no
agresión y otros acuerdos que fomentan la paz y estabilidad".

El Presidente De León Carpio declaró que ninguna negociación que Guatemala


haya hecho con Belice hasta la fecha (julio de 1993) tiene carácter definitivo y
cuando se llegue a ello, se tendrá que recurrir a los mecanismos legales del país,
tal como el referéndum, porque el soberano es el pueblo.

“Una decisión oportuna y honesta permite al pueblo construir un mejor futuro


para su patria”
—Dolores Bedoya de Molina—

Guatemalteca
y… MAÑANA

Con toda justicia y si nuestra esperanza y anhelo se hacen realidad, viviremos en


una Guatemala liberada de la larga controversia sobre Belice, con el territorio que
le corresponde definitivamente establecido.

Por otra parte, con nuestro pleno consentimiento, un pueblo hermano disfrutará de
suelo propio delimitado por los ríos Hondo y Sibún, libre de todo colonialismo.

Que así sea.

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