Esas Tierra Es Mia
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Esas Tierra Es Mia
Desde muchos siglos antes de Cristo hasta principios del siglo dieciséis, cuando
Guatemala y Belice fueron descubiertos y conquistados por los españoles, los
Mayas eran los dueños y señores de esas tierras. En 1550, los misioneros
españoles evangelizaron la región Chol (Q’eqchi’) hasta la Bahía de Amatique, o
sea, lo que hoy es la mitad sur de Belice. la región de Pucté en el norte, fue
evangelizada en 1618 por misioneros españoles que también evangelizaron en
1621, la región de los Mopanes y Tipúes en la parte central de Belice.
En 1676, el misionero español Fray José Delgado, gestionó ante las autoridades
españolas, la construcción de un camino que atravesara Belice de sur a norte
uniendo los caminos existentes de los mayas. El camino se iniciaría en Cahabón
(Verapaz) y terminaría en Bacalar (Yucatán), así habría una vía de comunicación
directa terrestre entre Guatemala y Yucatán. Los españoles defendieron el territorio
de Belice en sucesivos encuentros bélicos con los piratas ingleses, así, en 1724 los
piratas fueron derrotados en el río Belice y los alrededores por el militar español don
Antonio Cretayre y Torres. Todas las batallas fueron dirigidas desde Campeche,
Yucatán, porque España había ordenado que allí fuera el centro de operaciones de
la Armada de Barlovento. Esta armada de guerra era sostenida, en su mayor parte,
con dineros de la Capitanía General de Guatemala.
Por medio del Tratado de París de 1763, España concedió permiso a Inglaterra para
el “corte de madera” en la Bahía de Honduras haciéndole ver a los ingleses que era
sólo un permiso, puesto que ellos eran los legítimos propietarios. En el tratado no
se menciona ningún lugar específico o un “establecimiento”, ni siquiera el nombre
de Belice como territorio, sólo como referencia al río de ese nombre. En esa época,
en el territorio de Belice había alrededor de 500 personas entre piratas - madereros
ingleses y esclavos de origen africano. En 1778 las autoridades eclesiásticas
verificaron el primer censo de la población en la Capitanía General de Guatemala
por , el cual arrojó un total de 396, 149 habitantes incluyendo los de Belice.
Por el Tratado de Versalles en 1783, los españoles conceden otro permiso a los
ingleses para que sigan cortando “palo de tinte” pero reservándose siempre el
derecho de su soberanía. En ese tratado sí especificaron el área de la concesión:
(4,804) Cuatro mil ochocientos cuatro kilómetros cuadrados, ubicados dentro del río
Hondo por el norte y el río Belice por el sur. En 1785, los ingleses solicitaron una
ampliación que abarcaba desde la boca del río Molinos 320 kilómetros hacia el
interior, y de allí hacia el norte hasta el río Hondo. A los españoles les sorprendieron
las pretensiones inglesas, porque ello significaría dejar aislada la península de
Yucatán de la Capitanía General de Guatemala. Conviene mencionar que el
Régimen de Intendencias fue implantado en la Capitanía General de Guatemala de
1785 a 1787, quedando la parte sur y central del territorio de Belice dentro de la
Alcaldía Mayor de la Verapaz.
Los españoles no tenían ninguna relación comercial con los ingleses de los
asentamientos. Las empresas mercantiles inglesas principiaron a invertir
fuertemente en el corte y extracción de caoba que, en comparación al palo de tinte,
requería de grandes extensiones de tierra, mucho capital y buen número de
cortadores. El trabajo de identificar, cortar y sacar caoba de los bosques requería
destreza y mucha fuerza, por ello, los ingleses llevaron a Belice esclavos de Africa
Occidental, particularmente de Ghana, Malí y Sonjay; de esos lugares provienen la
mayoría de los antepasados de los beliceños de hoy.
Durante el siglo XVIII, el comercio marítimo fue la base fundamental del colonialismo
inglés en América. Inglaterra había perdido (1776) su gran colonia, Estados Unidos
de Norteamérica, e inmediatamente diseñó la estrategia para seguir dominando y
controlando el comercio de las colonias pertenecientes a la todavía poderosa
España. En el territorio de Belice, ni el gobierno inglés ni los cortadores de madera
ingleses cumplieron con los tratados y siempre se burlaron del gobierno y de las
autoridades españolas. A finales del siglo XVIII, los ingleses habían establecido
campamentos madereros en las orillas de los ríos Bravo, Booths, Azul, Santa María
y Chanchich. Esa ocupación estaba total y absolutamente fuera de los límites
establecidos por los españoles y se debía básicamente a la demanda de caoba, que
principiaba a sustituir al palo de tinte en el mercado europeo.
A principios del siglo XIX en el territorio de Belice habían 4000 habitantes, de los
cuales, 2500 eran esclavos negros (había aumentado en número debido al
incremento de la explotación maderera), 500 ingleses y el resto de los habitantes
fue transportado a Belice de La Mosquitia. En 1802 principian a llegar a Belice los
“garífuna” (caribes negros) provenientes de las Islas de la Bahía y de La Mosquitia,
que también se instalaron en el litoral del departamento de Izabal.
El tratado de paz entre Francia e Inglaterra fue firmado en 1802 en Amiens, Francia.
En dicho tratado Inglaterra se comprometió devolver a España, como aliada de
Francia, todas las posesiones y colonias que habían sido ocupadas durante la
guerra, menos la isla de Trinidad frente a la costa de Venezuela. Los ingleses
amparados en los tratados de 1783 y 1786 no devolvieron Belice a España, sino
continuaron como usufructuarios de una parte del territorio, del río Hondo por el
norte al río Sibún por el sur. En 1805, el Vizconde de Castlereagh, Ministro de
Guerra y Colonias de Inglaterra, declaró que, el Establecimiento de Belice estaba
“dentro de territorio y jurisdicción extraña”, no siendo en consecuencia, colonia
inglesa.
En esa época Inglaterra ya dueña de los mares, transporta al Brasil a la familia real
portuguesa que huía de los franceses. Por el transporte y la protección los ingleses
obtuvieron una base naval en Río de Janeiro y “puertos francos” en la costa
brasileña. Inglaterra, la Pérfida Albión, como los franceses se referían a ella,
aprovecha el aislamiento de las colonias españolas en el continente americano para
estructurar su plan y desplazar a España de América.
Los ingleses, al no poder avanzar por el norte, en 1812 inician sin ninguna
autorización, los cortes de madera al sur del río Sibún, que era el límite establecido
por los españoles. Quiere decir que en esa fecha los ingleses principiaron a ocupar
la región del territorio de Belice con el único propósito de cortar y extraer madera,
perteneciente a la Alcaldía Mayor de la Verapaz. Las autoridades españolas de
Yucatán sabían que todo el territorio al sur del río Hondo, pertenecía a la Capitanía
General de Guatemala y que era ésta la encargada de detener los avances de los
ingleses.
En esa época, se formó una coalición de potencias europeas que se llamó la Santa
Alianza, la cual quería ayudar a España a recuperar su imperio en el continente
americano, anulando a las nuevas naciones que estaban naciendo a la vida
independiente. El presidente de los Estados Unidos, James Monroe, en 1823
proclamó la doctrina que hasta hoy lleva su nombre, para hacer frente a la amenaza
de la posible intervención europea y a la extensión del sistema político de la Santa
Alianza en el continente americano. La Doctrina Monroe anunció que América ya no
estaba abierta a la colonización europea y que si cualquier potencia del viejo
continente trataba de oprimir, dominar o intervenir en el destino de las nuevas
naciones, los Estados Unidos lo tomarían como un acto hostil directo en contra de
ellos. Para los Estados Unidos la Doctrina Monroe era de defensa y preservación
propia, vital para la paz y la seguridad de la nación y promulgada para impedir el
establecimiento de poderosas potencias europeas en el continente americano.
Los Estados Unidos habían declarado enfáticamente que, la Doctrina Monroe era
un pronunciamiento unilateral y no establecía un sistema o mecanismo de
cooperación internacional entre las nuevas repúblicas americanas, para defender o
sostener sus principios. Con tales antecedentes el General Simón Bolívar invitó a
todos los gobiernos de las nuevas naciones – anteriormente colonias españolas– a
una reunión, para proponerles la creación de un sistema “cuya autoridad sublime
fuese capaz de dirigir la política de nuestros gobiernos, cuya influencia deberá
mantener uniformidad de principios y cuyo sólo nombre deberá poner fin a nuestras
disputas”. El primer Congreso Internacional Americano se celebró en Panamá en
julio de 1826 y estuvieron representadas las Repúblicas de: La Gran Colombia (hoy
Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá), México, Perú y Centroamérica (hoy
Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica). Los delegados de
Chile, Bolivia y los Estados Unidos no llegaron en tiempo a la reunión; Paraguay y
las Provincias Unidas del Río de la Plata (hoy Argentina y Uruguay ) no aceptaron
la invitación. El Brasil –que se había independizado de Portugal– nombró a su
delegado, pero se les olvidó mandarlo; Inglaterra y los Países Bajos estuvieron
representados en calidad de observadores. Los representantes de las nuevas
naciones de Hispanoamérica, acordaron suscribir un Tratado de Unión Perpetua,
Liga y Confederación entre las Repúblicas de la Gran Colombia, Centroamérica,
Perú y México. El tratado contenía 31 artículos y uno adicional suplementario; por
el artículo 21 las partes se obligaron a sostener la integridad de sus respectivos
territorios y oponerse a cualquier intento de establecimiento colonial dentro de ellas.
Se puede decir, que dicha Confederación fue la precursora de la que hoy
conocemos como Organización de los Estados Americanos (OEA).
Vale la pena recordar que en 1833 Inglaterra violentamente ocupó las Islas Malvinas
de Argentina, en la época del tirano Juan Manuel de Rosas quien no hizo nada por
recuperarlas.
Inglaterra, para comerciar con las nuevas repúblicas americanas sobre la costa del
Pacífico, tenía que tomar la ruta del Estrecho de Magallanes (en el sur del continente
americano) que era sumamente larga y peligrosa. Por esa razón, decidió construir
un canal interoceánico y pensó que el lugar más factible era en Nicaragua y envió
al ingeniero John Bailly, Teniente de la Marina Real, para hacer el primer estudio y
proyecto del canal que uniría el Océano Atlántico con el Océano Pacífico.
En ese año los Estados Unidos y México estaban en guerra y fue cuando los
mexicanos los comenzaron a llamar “gringos”, porque al avanzar los soldados
norteamericanos por el norte y centro de México cantaban una canción, muy de
moda en esos días, que se llamaba Green Grow the Lilacs y, los mexicanos al oírla,
de las dos palabras iniciales –grin go– derivaron fonéticamente la palabra gringo. A
los gringos les interesaba tener controlada la situación en la península de Yucatán
por lo que nombran a un cónsul en el Establecimiento de Belice, que fue aceptado
y reconocido por Inglaterra. Al instalar a su cónsul los Estados Unidos estaban
oficialmente reconociendo al establecimiento inglés en Belice en la región,
perfectamente bien delimitada, concesionada por España a Inglaterra en 1783 y
1786. Por su parte, México sabía perfectamente que todo el territorio de Belice
pertenecía a Guatemala, pero les importaba más evitar el contrabando de armas
entre Belice y Yucatán, también nombren en 1848 a su cónsul en el Establecimiento
de Belice.
Los Estados Unidos habían celebrado tratados de libre tránsito con Honduras,
Nicaragua y Colombia, pero fue durante la fiebre del oro en California y Oregón que
muchos hombres de negocios vieron la importancia de abrir un canal interoceánico,
ya fuese por el istmo de Panamá en territorio colombiano o por Nicaragua. En 1848
los gringos al ver que los ingleses tomaron por la fuerza la desembocadura del río
San Juan en Nicaragua, se alertaron y antes de que Inglaterra se adelantara, envían
a Nicaragua al señor Daniel L. White, representante de la empresa constructora
americana más fuerte, para que, en cualquier forma, obtuviese la concesión para la
construcción del canal. Tenemos así, dos grandes potencias que con sus políticas
expansionistas se disputaban la construcción de un canal interoceánico en
Nicaragua: la gran maestra Inglaterra y su sobresaliente alumno los Estados Unidos.
Los gringos ganaron la carrera porque en 1849 el Ministro Plenipotenciario de los
Estados Unidos George Squier, llegó a Nicaragua para ultimar las negociaciones de
la construcción del canal y, a los treinta días firmó el primer tratado de canalización.
Los ingleses cuando se enteraron armaron un gran revuelo y declararon que no
permitirían la construcción de dicho canal, sin el permiso de Jorge Guillermo , Rey
de La Mosquitia, quien era dueño de la desembocadura del río San Juan. También
Costa Rica pegó el grito al cielo y declaró que ellos eran los legítimos dueños y no
los nicaragüenses; esa situación generó el problema de límites entre Nicaragua y
Costa Rica. El Salvador no se quedó atrás, los liberales salvadoreños acusaron al
cónsul inglés, al nefasto Chatfield, de ser el instigador de la ruptura de la Federación
Centroamericana. Chatfield, como represalia, ordenó la ocupación militar del puerto
de Amapala en el Golfo de Fonseca y el bloqueo económico de todos los puertos
de El Salvador.
Inglaterra sabía que las nuevas repúblicas centroamericanas serían presa fácil del
expansionismo gringo, sus nuevos rivales. Estados Unidos, su ex colonia, ya no
eran los 13 estados originales; habían comprado a los franceses el vasto territorio
de Louisiana; habían tomado a España la Florida; habían adquirido el territorio de
Oregón; habían anexado Texas y tomado a los mexicanos California y el territorio
de Nuevo México. Los Estados Unidos se querían expandir a cualquier costo y no
veían con buenos ojos la trayectoria expansionista de los ingleses en
Centroamérica; el protectorado de La Mosquitia en Nicaragua, los avances en Belice
de Guatemala, la ocupación militar del puerto de Amapala de El Salvador y la toma
de las Islas de la Bahía de Honduras.
El tratado fue ratificado por los Estados Unidos, no así por Inglaterra que condicionó
su ratificación a que se excluyera del convenio al Establecimiento de Belice y sus
dependencias. El señor Clayton, con el propósito de que el Senado de los Estados
Unidos aceptara el tratado, había declarado que Belice no era territorio
centroamericano. Por fin los gringos aceptaron por parte de los ingleses la
ratificación del tratado, pero sin afirmar ni negar los derechos de Inglaterra sobre el
territorio de Belice; más bien, los Estados Unidos sabía que Guatemala de hecho
había heredado de España la soberanía sobre dicho territorio.
En diciembre de 1850 el gobierno de Guatemala emite el Decreto No. 49, por el cual
ordena la presentación de documentos de quienes hubiesen obtenido concesiones
de tierras para corte de madera en la costa norte, desde el río Sibún hasta el río
Tinto incluyendo el lago de Izabal, el Motagua y Santo Tomás. Guatemala al emitir
dicha ley estaba reivindicando sus derechos territoriales sobre Belice y estaba
dispuesta a reconocerle a Inglaterra su ocupación autorizada por España, en el
establecimiento de Belice. Es decir, la región entre el río Hondo y el río Sibún, pero
bajo ningún punto de vista reconocería la región entre el río Sibún y el río Sarstún.
A Inglaterra no le importó dicha ley: ya se había apoderado de toda la región al sur
del río Sibún y estaban militarmente protegidos en caso los guatemaltecos hubiesen
querido sacarlos por la fuerza.
Inglaterra pudo ocupar la región –del río Sibún al río Sarstún– porque Guatemala
desde su independencia de España como Estado de la Federación
Centroamericana, no sentó sus reales con todas las de la ley en el territorio de Belice
y nunca estableció una estructura político-administrativa en dicho territorio.
"Quiero poner en conocimiento de V.E. que el día 30 del próximo pasado se firmó
la Convención entre la República de Guatemala y Su Majestad Británica, relativa a
los límites de Honduras Británica. El señor Wyke recibió al efecto poderes
especiales de S.M.; y S.E. el Presidente tuvo a bien conferírmelos a mí de igual
clase para el ajuste de esta Convención. El señor Wyke me mostró
confidencialmente sus instrucciones, por las cuales me impuse del deseo de S.M.
de que este asunto se arreglase en términos tales que no pudiesen dar lugar a
dificultades y complicaciones con otros gobiernos. Al efecto, S.E. el conde
Malmesbury manifestaba confiar en la amistad de nuestro Gobierno hacia la Gran
Bretaña. El señor Wyke recibió al mismo tiempo un borrador de la Convención que
se deseaba fuese ajustada. Como el Gobierno de S.M.B. no podía convenir que se
hablase en el Tratado de cesión de territorios, lo cual habría dado lugar a cuestiones
con alguna otra nación, se nos pedía un simple reconocimiento del statu quo en
cuanto a los límites entre la República y el Establecimiento británico de Belice.
Como V.E. debe suponer, hice al señor Wyke todas las observaciones que era del
caso, exponiendo largamente la justicia de nuestros derechos y pidiendo, por lo
menos, alguna compensación por su abandono. Las instrucciones del Sr. Wyke eran
tan terminantes, que no se creía autorizado, a pesar de sus buenos deseos, a
admitir mis indicaciones. Después de muchas conferencias, hubimos de convenir
en agregar el artículo 7o. de la Convención, que no estaba en el borrador remitido
a Mr. Wyke, y como V.E. verá, una compensación por el abandono de nuestros
derechos sobre los territorios indebidamente ocupados por los pobladores de
Belice… En esa virtud, debemos considerar como una ventaja el haber definido los
límites entre la República y el Establecimiento de Belice, para evitar así en lo
sucesivo nuevos avances…
(f) P. de Aycinena”
Pedro de Aycinena en su carta le dice al embajador Martín que el Sr. Wyke le mostró
confidencialmente sus instrucciones en las cuales Su Majestad Británica deseaba
que el asunto se arreglase en términos tales que no pudiesen dar lugar a dificultades
y complicaciones con otros gobiernos; por otros gobiernos Inglaterra se refería
específicamente al gobierno de los Estados Unidos. Lo que quería era que
Guatemala hiciese la cesión del territorio de Belice, solita, sin consultárselo a nadie
y sin el apoyo de los Estados Unidos. Agregó Aycinena en su carta que, para
mantener la negociación estrictamente entre Guatemala e Inglaterra, el conde de
Malmesbury confiaba en la amistad del gobierno guatemaltecos hacia la Gran
Bretaña. ¿Amistad con los ingleses? Además dice Aycinena que el Sr. Wyke recibió
de su gobierno el borrador del tratado, en el cual no se hablaba de cesión territorial
porque Inglaterra consideraba que podría provocar cuestionamiento en alguna otra
nación, sino que era un simple reconocimiento del statu quo en cuanto a los límites
entre Guatemala y el Establecimiento inglés de Belice. En el tratado Clayton-Bulwer
de 1850 se estipulaba que ni los Estados Unidos ni Inglaterra podían asumir o
ejercer dominio sobre ninguna parte de Centroamérica y por esa razón no querían
que los gringos participaran en las negociaciones con los guatemaltecos, porque
estaban seguros que no podrían obtener el título de propiedad de todo el territorio
de Belice, que a la larga era su único objetivo.
Desde 1798 Inglaterra había corrido “las cercas” y arrancado “los mojones”
establecidos y construidos por los españoles de la región concesionada, de acuerdo
a los tratados entre España e Inglaterra y especificados en el artículo 6o. del
convenio de 1783 y en el artículo 2o. del tratado de 1786 (1er. despojo, ver mapa
página 2). Los ingleses habían avanzado hacia el poniente y establecido
campamentos y lugares de trabajo —corte de madera— hasta lo que hoy
conocemos por el vértice de Aguas Turbias y en lugares cercanos a la laguna de
Yaloch hasta el río Belice a la altura de Fallabón, hoy conocido como Melchor de
Mencos. Una región de aproximandamente 4,000 kilómetros cuadrados de
extensión (2o. despojo, ver mapa página 3).
Los ingleses llamaban a los lugares de trabajo madereros “Bench”, de lo cual los
esclavos cortadores de madera derivaron fonéticamente la palabra “Benque”.
Inglaterra con posterioridad a 1833 avanzó y ocupó la región al sur y poniente del
río Sibún hasta el río Sarstún, aproximadamente 12,272 kilómetros cuadrados (3er.
despojo, ver mapa página 3). En mi opinión, en 1861 los ingleses no continuaron
con la demarcación y amojonamiento de la frontera con el territorio de Belice, porque
sólo les interesaba establecer los dos puntos claves, el de los rápidos de Gracias a
Dios (longitud de 1° 3’ 10” al oeste de Fort George, Belice) y el de los rápidos de
Garbutt (longitud de 0° 57’ 29” al oeste de Fort George, Belice); con estos dos puntos
perfectamente establecidos, Inglaterra podía saber con exactitud la extensión total
del territorio que se había apropiado.
No todo era color de rosa para los ingleses en su nueva colonia, porque los mayas
beliceños estaban en pie de guerra debido a que con el auge económico los
soldados ingleses apoyados y dirigidos por los terratenientes británicos les estaban
quitando sus tierras, que era su medio de vida. Básicamente esa lucha cruenta fue
porque, en esa época se había consolidado la explotación y comercio de caoba y
se había iniciado el cultivo y la comercialización de caña de azúcar, llevada a Belice
por los refugiados mestizos de Yucatán y que requería grandes extensiones de
terreno para su cultivo. No era la primera vez que los mayas beliceños luchaban
contra los europeos, en una o dos ocasiones se habían enfrentado contra los
españoles y repetidas veces contra los invasores ingleses. Los mil y tantos mayas
refugiados de la Guerra de Castas en Yucatán que se ubicaron al noreste del
territorio de Belice, en la región que hoy conocemos como Corozal, y los mayas
mexicanos del otro lado del río Hondo, fueron los que evitaron que los ingleses se
apoderaran y expoliaran toda la región maya.
Desde 1861 el gobierno de Guatemala había iniciado las gestiones, más bien su
calvario, para que Inglaterra cumpliera con lo convenido en el artículo 7o. del tratado
Aycinena-Wyke firmado en 1859. En dicho artículo o cláusula compensatoria se
había acordado que Inglaterra construyera una carretera desde Belice hasta la
capital de Guatemala. Al principio los ingleses respondieron con evasivas,
aduciendo que la cláusula compensatoria o artículo 7o. del tratado era muy vaga
por lo que consideraban que no los obligaba a nada.
Entretanto, en el noreste del territorio de Belice los mayas habían lanzado una gran
ofensiva contra los ingleses y en 1866 en la batalla de San Pedro, los obligaron a
retroceder desde Corozal hasta la ciudad costera de Belice, que era la capital de la
colonia. Los ingleses tuvieron que ser auxiliados con tropas enviadas desde
Jamaica, para poder contener el acoso de los mayas; posteriormente lo lograron,
mediante el arrasamiento total de aldeas y el exterminio de muchos clanes. Los
mayas de las regiones centrales y del sur, poco a poco fueron integrándose al
proceso colonizador inglés, pero dependientes exclusivamente del cultivo de la
tierra.
En esa época existía un gran auge económico en Belice, los empresarios ingleses
habían invertido en proyectos agro-industriales y habían instalado tres complejos
(trapiches a vapor) para el procesamiento de la caña de azúcar en diferentes áreas
de la región norte del territorio. Se había iniciado la producción del banano en las
plantaciones ubicadas en el sur de la colonia, pero seguía siendo la extracción y
comercialización de madera lo que producía mayores ganancias a Inglaterra. La
mano de obra era abundante, tanto para los terratenientes como para los
empresarios ingleses, el único problema que tenían era las constantes incursiones
beligerantes de los mayas beliceños, que veían como los ingleses les quitaban sus
tierras y los orillaban a formar parte de la fuerza laboral asalariada, a la cual no
estaban acostumbrados.
Guatemala, con la llegada del régimen liberal de Justo Rufino Barrios en 1871, le
sacó a relucir a Inglaterra lo referente al Tratado Aycinena-Wyke de 1859,
informándole que aún estaba vigente puesto que no habían cumplido con lo pactado
en el artículo 7o. o cláusula compensatoria de dicho tratado, reglamentado para su
ejecución en el tratado adicional de 1863. Por lo consiguiente, el gobierno de
Guatemala le propuso a los ingleses que el asunto fuese sometido a un “arbitraje”
internacional, pero en 1860 Inglaterra rechazó la propuesta, manifestando que ella
se consideraba exonerada de todo compromiso con la República de Guatemala. Al
gobierno guatemalteco no le quedó otro remedio que presentarle a Inglaterra en
1884 una enérgica protesta por la ocupación de hecho que los ingleses mantenían
en todo el territorio de Belice.
En la década de 1880 los recursos forestales en todo Belice estaban casi agotados
pero los ingleses continuaban comerciando la caoba, aunque la demanda había
bajado considerablemente en el mercado europeo, que extraían ilícitamente de
Quintana Roo y de el Petén. Esa depredación forestal la realizaba la empresa
inglesa más fuerte, en cuanto a extracción y comercialización de caoba, la Belice
State & Produce Company dueña de 4,600 kilómetros cuadrados (un millón de
acres) de territorio, la quinta parte de Belice.
Los Estados Unidos tenían por consiguiente las manos atadas y querían de
cualquier modo construir su canal en Nicaragua, por lo que no les quedó otro
remedio que iniciar inmediatamente negociaciones con Inglaterra para que el
mencionado tratado fuese abrogado. Por supuesto en las negociaciones salió a
relucir Belice, los gringos estaban perfectamente enterados del incumplimiento
inglés con Guatemala, en relación al artículo 7o. o cláusula compensatoria del
tratado de límites de 1859, y de la posición del gobierno guatemalteco al respecto.
Qué y cómo negociaron, s.D.s. (sólo Dios sabe) pero, si lograron su objetivo los
Estados Unidos porque en 1901 firmó un tratado con Inglaterra por el cual derogan
totalmente el tratado Clayton-Bulwer de 1850.
A principios del siglo XX, Inglaterra había iniciado una migración paulatina pero
constante, hacia Belice de familias originarias de sus colonias asiáticas, la India y
Malasia. En 1916 los ingleses ya en guerra contra los alemanes, reinician la
migración a Belice de grupos familiares de refugiados de la Gran Guerra (1a. Guerra
Mundial) provenientes de Alemania y de otros países europeos.
Ayer
El gobierno democrático del doctor Juan José Arévalo (1945-1951) le dio un gran
impulso a las reclamaciones de Guatemala para recuperar el territorio de Belice y
en la Constitución promulgada en 1945, por primera vez se estableció que Belice
es parte de su territorio. El artículo 1o. de las disposiciones transitorias de la
Constitución dice:
Las relaciones casi llegaron a romperse en 1948 porque Inglaterra envió los
cruceros Sparrow, Sheffield y Devonshire en demostración de fuerza, cerca de la
aguas de Guatemala, con el pretexto de que “turbas irresponsables azuzadas por
los guatemaltecos” trataban de alterar la paz en Belice porque estaban listos para
invadir el territorio. El gobierno de Arévalo protestó enérgicamente al gobierno de
Inglaterra por la provocación y la denunció también a las Naciones Unidas.
¿Cayucos contra cruceros? Los ingleses para aplacar a los guatemaltecos,
declararon que todo el incidente había sido una terrible equivocación.
Posteriormente el gobierno de Guatemala le propuso a Inglaterra que el problema
referente al territorio de Belice, fuese sometido a la Mediación del Gobierno de los
Estados Unidos, pero los ingleses tampoco aceptaron esa modalidad.
“Guatemala ha agotado todos los recursos para constreñir al Reino Unido a hacer
honor a su palabra de empeño en solemnes tratados internacionales, y ha recurrido
a los medios civilizados y pacíficos que el Derecho Internacional señala para la
solución de conflictos entre Estados, con los resultados negativos que son del
dominio público. La Gran bretaña acusa a Guatemala de no haber querido acceder
a presentar el caso a la Corte Internacional de Justicia. Esto no es verdad, señores
delegados, Guatemala está dispuesta a recurrir al juicio de la Corte, pero se opone
a la pretensión británica de que sea exclusivamente una fase de la controversia –la
jurídica–, la que reciba la consideración de los jueces, con exclusión de todos los
demás importantes y determinantes aspectos del litigio: el histórico, el económico,
el moral...
El caso de Belice, más que de técnica legal es un caso de justicia, y la justicia debe
ser completa. Guatemala acepta que la corte juzgue y falle la disputa, pero exige
que no se ponga ninguna restricción a sus facultades. A esto se opone la Gran
Bretaña y se aferra al juicio restrictivo, en donde espera escapar a la justicia,
mediante subterfugios parecidos a los que empleó para apoderarse del territorio de
Belice y obtener un título de dominio cuya compensación se negó a cumplir con
posteridad”.
Durante el gobierno del coronel Castillo Armas (1954 - 1957) en agosto de 1955 en
la Primera Reunión de ministros de Relaciones Exteriores Centroamericanos
celebrada en la Antigua Guatemala, se constituyó la Organización de los Estados
Centroamericanos (ODECA). Se firmó la “Declaración de Principios de Convivencia
Centroamericana” y el artículo 7o. dice:
El 30 de diciembre de 1955, por medio del Decreto No. 511, –considerando que
Belice es parte integrante del territorio guatemalteco aunque de hecho está todavía
en poder de una potencia extracontinental; así como considerando que las
negociaciones encaminadas por más de cien años para hacer efectivos los
derechos de Guatemala de reivindicar esa parte del territorio nacional, no habían
tenido ningún resultado que demandaba la justicia; considerando además, que la
cuestión de Belice entrañaba aspectos históricos, jurídicos y políticos, y problemas
conexos que afectaban particularmente a determinadas zonas del territorio nacional
y, en general, a la economía de todo el país; teniendo también en consideración que
la reivindicación de Belice constituye un problema de máximo interés nacional y
objeto de la mayor preocupación del pueblo de Guatemala, y por tal razón, era del
caso contar con la asesoría de ciudadanos idóneos que pudieran contribuir a la
solución de este problema. El presidente Constitucional, coronel Castillo Armas, en
Consejo de Ministros, acordó que, adscrito al Ministerio de Relaciones Exteriores se
creaba el Consejo Nacional de Belice, como un cuerpo de estudio, planificación y
consulta, en todo lo relacionado con la reivindicación del territorio de Belice y la
solución de sus problemas conexos. En el mismo acuerdo se definían las
atribuciones del Consejo, y se disponía que el Departamento de Belice de la
Dirección de Organismos Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores,
asumiera la Secretaría del Consejo Nacional de Belice.
Después de haber negociado las conversaciones con Inglaterra, fue muy frustrante
para Guatemala que los ingleses, habiendo estado de acuerdo que se discutiera
todo tipo de relaciones entre Guatemala y Belice a efecto de resolver la disputa en
su totalidad, éstos se salieran por la tangente; los puntos que presentaron para ser
discutidos eran tan sin importancia y fuera totalmente del punto medular que era la
reclamación territorial.
García Granados presentó sus cartas credenciales y solicitó una audiencia con el
gobierno inglés para presentar formalmente el proyecto del Estado Libre de Belice.
Inglaterra estaba perfectamente enterada del plan de Guatemala; por supuesto que
no querían “abrirle la puerta” a los guatemaltecos y aprovechan una almuerzo que
la Embajada de Guatemala dio a la delegación beliceña encabezada por George
Price líder del PUP en noviembre de 1957, para “cerrar de golpe la puerta”,
declarando persona non grata al embajador García Granados. A George Price los
ingleses le advirtieron que si seguía uniéndose a los guatemaltecos le cortarían la
ayuda financiera y descontinuarían las negociaciones sobre el futuro constitucional
de Belice.
Durante el gobierno del general e ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes (1958 - marzo
1963) se intensificaron los esfuerzos para cumplir con el mandato constitucional de
reivindicar el territorio de Belice. El doctor (en Derecho Internacional) Carlos García
Bauer, Ministro de Relaciones Exteriores con el apoyo del presidente Ydígoras creó
la Dirección General de Asuntos de Belice. El objetivo principal de dicha Dirección
fue la de lograr un mayor acercamiento de los beliceños con los guatemaltecos para
conocerse y comprenderse mejor; porque los ingleses, por temor a una estrecha
relación entre ambos pueblos, habían mal informado a los beliceños acerca de los
verdaderos aspectos y características humanas de la población guatemalteca. La
Dirección General de Asuntos de Belice estableció programas de becas para
estudiantes beliceños, de intercambio cultural y comercial; existió un mayor contacto
con líderes beliceños, especialmente con George Price y se ayudó en todo lo que
se puedo al pueblo beliceño.
“No podríamos cerrar estas palabras sin dirigirnos a nuestros hermanos de Belice,
para recordarles, y no lo olviden nunca, que el pueblo de Guatemala está con ellos
en su lucha contra el sistema colonial y que mi Gobierno continuará apoyando sus
esfuerzos para liberarse de la bota inglesa.
Guatemala no pretende sustituir un imperialismo por otro, ni quiere ver a Belice con
su territorio dividido. Quiere ver a Belice como voluntario integrante de la República
de Centroamérica y, mientras se logra la reconstrucción de la patria grande, está
dispuesta a celebrar un tratado con Belice para que éste se convierta en un estado
libre asociado a Guatemala, con el goce primordial de su autonomía; garantizándole
el mantenimiento de sus instituciones actuales, es decir, sus tribunales de justicia,
sus organismos de administración y educativos, el uso de su idioma, sus libertades
religiosas y políticas tradicionales, en una palabra, un libérrimo gobierno propio”.
Para poder defender su posición sobre Belice, Guatemala se acogió desde entonces
al inciso 6o. de la Declaración 1514 (XV).
La famosa reunión se celebró en abril de 1962 en San Juan de Puerto Rico con la
participación además de la delegación guatemalteca presidida por el licenciado
Ernesto Viteri Bertrand, la inglesa encabezada por Lord Dundee, Ministro de Estado
para Asuntos Extranjeros y la beliceña dirigida por el Primer Ministro, George Price.
El Ministro inglés manifestó que la política de Inglaterra en relación a Belice era: a)
otorgarle un autogobierno parcial, que ya se loa había concedido; b) darles pleno
autogobierno y c) la independencia. Agregó que “se piensa que habrá una
conferencia constitucional sobre Belice en 1963, con la esperanza de poder dar a
ese territorio autogobierno completo y que la independencia vendrá tan pronto como
sea posible después de eso”.
George Price manifestó que los objetivos de su partido político (PUP) eran los de
pleno autogobierno y después la independencia dentro de la Comunidad británica
de Naciones (Commonwealth). También dijo que querían pertenecer a la
Organización de los Estados Americanos (OEA) y como Belice está en
Centroamérica querían pertenecer también al Mercado Común Centroamericano.
Price agregó que los beliceños ya habían escogido su camino, y no era
incorporándose a Guatemala. Los guatemaltecos expusieron su posición
manifestando que para Guatemala no podía haber independencia de Belice
mientras se mantuviera dentro de la mancomunidad Británica, porque la región del
Petén en Guatemala y el Territorio de Belice están llamados a tener un desarrollo
conjunto, en el futuro, como lo tuvieron en un lejano pasado.
Uno de los resultados de la reunión fue la creación de una Comisión Mixta con el
objeto de promover el desarrollo económico social mutuo entre los guatemaltecos y
los beliceños. Dicha Comisión nunca se reunió.
En vista que Inglaterra estaba lista para darle a Belice un gobierno propio con mayor
autonomía, haciendo a un lado a Guatemala e introduciendo nuevos elementos en
la disputa, el Consejo Nacional de Belice le recomendó al gobierno que solicitase la
mediación del gobierno de los Estados Unidos para resolver la controversia sobre
el territorio. El 1o. de julio el gobierno de Guatemala le solicitó al gobierno de los
Estados Unidos dicha mediación. El 10 del mismo mes el Doctor Carlos García
Bauer al presentar sus Cartas Credenciales como Embajador Extraordinario y
Plenipotenciario al Presidente John F. Kennedy se entrevistó con él y le habló
ampliamente del asunto de Belice e interesó a Kennedy a tal punto que tomó notas
y pidió urgentemente información al respecto. Al mes de la entrevista el gobierno de
los Estados Unidos le comunicó al gobierno de Guatemala que no podían aceptar
la mediación, pero que sí estaban dispuestos a prestar sus “buenos oficios” para
que se reanudaran las pláticas entre Guatemala e Inglaterra.
Guatemala dejó un único consulado en Belice, a cargo del coronel Mauricio Dubois
como Cónsul General.
Por los buenos oficios del gobierno de los Estados Unidos en diciembre de 1963 se
celebró en Washington, D.C., en el Departamento de Estado, la conferencia de
Plenipotenciarios de los gobiernos de Guatemala e Inglaterra. Era la primera vez
que se efectuaba una reunión de ese calibre para resolver la controversia sobre
Belice. Los guatemaltecos le dijeron a los ingleses que el único propósito de la
conferencia era lograr una solución política definitiva al problema de Belice, sin que
Guatemala renunciara a sus legítimos derechos sobre el territorio, ni su posición de
reivindicar la totalidad del mismo. También propusieron la solución al problema: una
federación entre Belice y Guatemala y como solución jurídica un arbitraje.
Tenían que ser los mexicanos para trastornar el orden de las negociaciones que se
estaban realizando porque en marzo México le reclamó al gobierno de los Estados
Unidos que estuviese prestando sus buenos oficios sin la participación mexicana
teniendo ésta derechos históricos y jurídicos sobre una parte del territorio de Belice.
Guatemala categóricamente rechazó la intromisión de los mexicanos por no ser
México parte en la disputa.
En mayo de ese año se celebró una reunión bilateral entre Guatemala e Inglaterra
en Miami los beliceños asistieron en calidad de observadores. Los ingleses
rechazaron las propuestas de federación y arbitraje pero aceptaron en principio, la
propuesta de mediación porque los beliceños si estaban de acuerdo con esa
fórmula. Las pláticas se reanudaron en Londres en junio y se acordó solicitar
conjuntamente al gobierno de los Estados Unidos que actuara como mediador entre
Guatemala e Inglaterra, ambos países lo solicitaron formalmente en julio de ese
año.
3) que Guatemala, aunque tenga derechos sobre la totalidad del territorio de Belice,
no hará valer esos derechos mientras esté funcionando la Autoridad Administradora
y no se produzcan los resultados planificados (punto III de las Bases).
Los objetivos contemplados en las Bases eran:
Los diarios londinenses habían publicado en primera plana que se había vendido a
Belice, y en agosto de 1966, en la Cámara de los Comunes, se discutió
acaloradamente la posición de George Price: sus simpatías por Guatemala y las
revelaciones hechas por el NIP (partido de la oposición) de las propuestas secretas
sobre Belice presentadas en la mediación. También unos miembros de la Cámara
trataron muy duramente a Guatemala, dijeron que el gobierno guatemalteco y la
clase dominante eran deshonestos y que existía una constante amenaza de invadir
Belice, por parte de los militares. El 15 de septiembre del mismo año, el gobernador
colonial de Belice, señor Paul, presionó a los políticos beliceños para que no
participaran en la mediación y que responsabilizaran a Guatemala por dicho
rompimiento. A finales de septiembre (21 y 22) de 1966, se efectuó la reunión entre
los guatemaltecos, ingleses, beliceños y el Mediador Webster, no se llegó a ningún
acuerdo. A los dos meses se volvieron a reunir (22 y 23 de noviembre) con igual
resultado pero con un evidente cambio, la posición del mediador ya se había
inclinado a favor de los ingleses, en el sentido que Guatemala aceptara a un Belice
independiente dentro de la Mancomunidad Británica. Al gobierno de Guatemala no
le quedó otro remedio, para evitar el rompimiento de la mediación, que suspender
temporalmente todo el procedimiento.
Hubo otra reunión con el Mediador, los días 21 y 22 de noviembre para tratar los
mecanismos relacionados con la defensa. Los ingleses insistieron en excluir el
Tratado lo referente a la defensa, sustituyendolo por una Nota de Intención para el
futuro. Guatemala insistió que los detalles, métodos y procedimientos relativos a la
defensa deberían ser acordados, por formar parte del cuerpo del tratado, y en que
la permanencia de las tropas inglesas en el territorio de Belice y su sustitución por
guatemaltecas debería ser un proceso gradual. Se le hizo ver al Mediador Webster
que los cambios que pretendían los ingleses, no estaban contenidos en lo acordado
en Londres en julio del mismo año.
2. derechos de tránsito para los productos de exportación entre los dos estados y
que los productos importados a través de un estado para el otro, estarían exentos
de tarifas, derechos, impuestos y otros.
14. Se concluirían los arreglos relativos al a defensa externa de Belice. Después del
31 de diciembre de 1970.
En esa época el partido unido del pueblo (PUP) de George Price, recibió una fuerte
injección de miembros provenientes de la Asociación de Negros para el desarrollo
(UBAD), que impulsaba un movimiento radical entre los negros y desempleados de
la ciudad, y logran alcanzar cierto apoyo entre los sindicatos. Entre los líderes de
ese movimiento estaban Said, Musa, Leslie, Shoman, Courtenay y otros;
economistas y de la Universidad de las Indias Occidentales.
El proyecto beliceño solo contenía ventajas para Belice y había perdido de vista el
objetivo primordial, que era resolver, mediante medidas económicas, la disputa
territorial.
"Guatemala mantiene una antigua disputa sobre el territorio con el Reino Unido de
Gran Bretaña e Irlanda del Norte y ha hecho toda esta controversia tomando en
cuenta los fundamentos innegables de su reclamación y al mismo tiempo los
intereses primordiales de la población beliceña que están en Centroamérica."
Primero: Condenar con toda energía las demostraciones de fuerza que usa
Inglaterra para dirimir la controversia sostenida por Guatemala en forma pacífica,
en la reclamación centenaria de una parte de su territorio; que usurpaba una
potencia extracontinental.
Tercero: Instar al Organismo Ejecutivo para que dicte las medidas más adecuadas
y urgentes en defensa de la soberanía de nuestro país seriamente amenazado, para
cyo caso el Congreso de la República, puede considerar el incumplimiento del inciso
6o. del artículo 170 de la Constitución de la República.
México ante la OEA en 1972 volvió a reiterar sus derechos sobre Belice, el
Viceministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Ingeniero Alfredo Obiols,
recordó a los mexicanos lo que había dicho su Presidente Luis Echeverría; "Es más
interesante la amistad de Guatemala que una reclamación territorial y la expansión
de México".
“ b.) Promover una acción solidaria de los estados americanos dentro de los
órganos de las Naciones Unidas a fin de que se intensifiquen las medidas tendientes
a poner fin al colonialismo, al neocolonialismo y a la existencia de territorios
ocupados en el Continente americano.”
El gobierno de Belice había iniciado una activa y agresiva política exterior diseñada
y ejecutada por Musa, Leslie, Courtenay y Shoman -exmiembros de la Asociación
de Negro Unidos para el desarrollo UBAD- puntuales del Partido Unido del Pueblo
(PUP), para desarmar diplomáticamente las reclamaciones de Guatemala, por
supuesto con el consentimiento de Inglaterra.
Los delegados beliceños se reunieron con todos, o casi todos, los líderes de las
nuevas naciones africanas (ex colonias francesas, belgas e inglesas ), Organización
de Unidad Africana (OUA) y con las pequeñas naciones de habla inglesa del Caribe
para solicitarles su apoyo.
Belice venía utilizando como punta de lanza, ante los países no alineados y ante la
Mancomunidad Británica de Naciones, a dos grupos del Caribe: CARIFTA
(Caribbean Free Trade Association) y CARICOM (Caribbean Community) para que
los países miembros presionaran en las Naciones Unidas y a Inglaterra para que le
otorgaran la independencia y su integridad territorial.
Finalmente dijo: "El problema era vital e irrenunciable para Guatemala, y no podría
ser negociable, porque de ello podría depender, en un momento dado, la propia
integridad de la Nación". Manifestó categóricamente que, era necesario un arreglo
territorial como un requisito "sine qua non", como punto básico de los otros arreglos.
Esas situaciones de fuerza que estrangulan los territorios nacionales de los Estados
únicamente pueden encontrar solución pacífica y permanente a través de los
medios jurídicos previstos por el Derecho Internacional. Este es el camino que el
pueblo y Gobierno de Guatemala desean y esperan que conduzca a solucionar su
secular reclamación contra el Reino Unido de la Gran Bretaña respecto al territorio
de Belice sobre bases de justicia y equidad que eviten las fricciones resultantes de
la indignación de un pueblo ante la pertinaz resistencia a reconocer sus legítimos
derechos sobre su integridad territorial y la indivisibilidad de su soberanía."
Guatemala había continuado con el plan de becas a los beliceños para estudiar en
el país, habiéndose logrado que un regular número de ellos se inscribiera en la
Universidad de San Carlos y en otros centros educativos.
2. Las Partes Contratantes velarán por la integridad territorial de Belice y sus ejército
podrán penetrar en territorio beliceño a petición del gobierno de Belice.
4. Guatemala y Belice se esforzarán para que éste llegue a formar parte de los
tratados e instituciones de la Comunidad Centroamericana.
6. Guatemala tendrá derecho a puerto libre en Belice y éste a su vez, a puerto libre
en Guatemala.
En enero de 1978, Belice e Inglaterra hacen un pacto para que todo arreglo con
Guatemala, sea sometido a una consulta popular y también la Mancomunidad
Británica fuese debidamente consultada
DECLARA:
“1o. Que el territorio de Belice, sobre el cual la República de Guatemala reclama
derechos territoriales con fundamento en los tratados internacionales que datan
desde el siglo XVIII, existe una situación colonial, creada por la ocupación defacto
del mismo, por la Gran Bretaña e Irlanda del Norte;
“2o. Que la Gran Bretaña pretende decidir unilateralmente el destino de esa región,
lo cual es incompatible con los derechos de soberanía de Guatemala, expresamente
reconocidos en pronunciamientos anteriores del organismo regional;
“4o. Que las negociaciones que actualmente se llevan a cabo entre ambos países
deben acelerarse a fin de encontrar una pronta y justa solución al problema, con el
propósito de no poner en peligro la paz y la seguridad del Continente”.
Durante 1979 las negociaciones con los ingleses quedaron estancadas, porque
Inglaterra y Belice estaban en un período eleccionario.
1. Pasaje marítimo.
7. Becas en Inglaterra.
A los tres días, el 19 de marzo, Honduras protestó por el Punto 3 de las Bases de
Entendimiento y el gobierno de Honduras envió a Inglaterra una nota de protesta,
en vista que afectaban derechos inmemoriales de soberanía de Honduras, en los
Cayos de Zapotillo.
“Por tal motivo, de conformidad con la declaración del señor Presidente Lucas,
hecha ante el Congreso de la República el 1o. de julio corriente, todos los derechos
que le corresponden a Guatemala permanecen sin afectarse y el territorio de Belice
sigue siendo, como lo declara nuestra Constitución, parte del territorio nacional”.
(a) la frontera con Guatemala es la línea prescrita por el Tratado entre Gran Bretaña
y Guatemala suscrito el 30 de abril de 1859”;
En 1981 se realizó un censo en Belice que arrojó la cantidad de 160 mil habitantes,
así:
40% Creoles
33% Mestizos
10% Mayas
8% Garifunas
4% Blancos
2% Hindúes
3% Chinos, Arabes
y otros
50,000
Con una densidad de 7 habitantes por
kilómetro cuadrado, distribuidos así:
Belice
Cayo 26,000
Orange Walk 29,000
Corozal 28,000
Toledo 12,000
Stann Creek 15,000
Hoy
Durante el gobierno defacto del General Efraín Ríos Montt (23 de marzo de 1982 al
8 de agosto de 1983) se derogó la Constitución de 1965. El Licenciado Eduardo
Castillo Arriola fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores y manifestó que la
posición de Guatemala, en relación a la controversia sobre Belice, se determinaba
por lo que se establecía en el Estatuto Fundamental de Gobierno en su Artículo 114,
que decía así: “En relación al territorio de Belice, Guatemala mantiene la
reclamación de sus derechos”.
“Nuestro país está firme en su posición en lo que se refiere a sus derechos sobre el
territorio y, de conformidad al Estatuto Fundamental del Gobierno, mantiene su
reclamación respecto de ese territorio.
El 6 de julio de 1984 se efectuó otra reunión en Nueva York, sin que se llegara a
una resolución acerca de la controversia, sólo se tocó el punto de la reanudación de
las relaciones comerciales con Belice. Se celebró otra reunión en Nueva York el 12
de febrero de 1985, entre las mismas partes. Robert Leslie de Belice repitió que la
delegación beliceña no tenía ninguna autoridad ni deseo de hacer ningún
compromiso que en cualquier forma pusiera en peligro la independencia de Belice,
derogara la soberanía de la Nación o que violara si integridad territorial. Manifestó
que los beliceños sí estaban de acuerdo sobre el establecimiento de los límites del
mar territorial, lo que implicaría que Belice limitaría la extensión de su mar territorial
en la parte sur del territorio, en los puntos a ser discutidos más adelante, a 3 millas.
Los beliceños renunciarían a su derecho de extender su mar territorial al límite de
12 millas marinas. La línea sería en la parte Este del Distrito de Toledo y marcaría
específicamente el marco territorial de Belice. A Guatemala se le daría garantía
sobre los derechos marítimos, propiedad y uso exclusivo de dichas aguas, que
pertenecían a Belice. Para aclarar el límite de las 3 millas, los beliceños
manifestaron que, la línea se extendería al sur del río Moho hasta la ribera del río
Sarstún.
“Belice. El Ejecutivo queda facultado para realizar las gestiones que tiendan a
resolver la situación de los derechos de Guatemala respecto a Belice, de
conformidad con los intereses nacionales. Todo acuerdo definitivo deberá ser
sometido por el Congreso de la República al procedimiento de consulta popular
previsto en el artículo 173 de la Constitución.
- producción monocultivista
También el Primer Ministro Esquivel impulsó una política de apertura externa como
base para potencializar las ventajas geopolíticas de Belice: localizado a la cabeza
del istmo centroamericano y con costas hacia el Caribe, cercanas al Golfo de
México. Said Musa, uno de los ideólogos del Partido Unido del Pueblo (PUP),
expresó: “¡Qué remedio, vamos del colonialismo al neocolonialismo!”, refiriéndose
a los Estados Unidos.
Durante una gira por Europa Occidental, en octubre, el Presidente Cerezo declaró:
“su gobierno tenía la intención de abandonar las reclamaciones territoriales sobre el
territorio de Belice y se proponía a entablar negociaciones directas con el gobierno
de Belice”. En ese mes, Guatemala y Belice restablecen relaciones comerciales.
1. De Gracias a Dios a los raudales del Garbutt y a los raudales de Aguas Turbias
en la frontera mexicana.
b) FRONTERAS MARITIMAS:
4. La segunda etapa: abrir las líneas y producir un mapa único que contenga las
fronteras.
5. Que la frontera relativa al canal medio del Río Sarstoon se establezca y se trace
en un mapa único.
6. Que las líneas base para la frontera marítima se establezcan y se tracen en una
carta única, cuyo tipo será convenido por Guatemala y Belice.
Se convino en que juntamente con el Tratado principal, se firmaría un convenio
simultáneo y paralelo para el desarrollo conjunto.
“En el caso de Belice, debemos adoptar una posición realista, librar una lucha
jurídica o legal a nivel internacional con la Gran Bretaña, vendrá siendo un esfuerzo
y despliegue diplomático estéril e infortunado. La salida más viable en el caso de
Belice, a mi criterio, está en su incorporación al Parlamento Centroamericano y la
integración regional”.
“Señor Presidente:
1. Que esta Cancillería expresó recientemente que, antes de que pueda firmarse
algún convenio que ponga fin al problema de Belice, se hace necesario un estudio
a fondo del asunto, a fin de determinar si éste quedaría resuelto honorablemente
para Guatemala, como se ha manifestado en diferentes ocasiones.
“Por tales motivos, la Cancillería considera que se deben tomar ciertas medidas
urgentes. Como punto primero debe crearse de nuevo la Oficina de Belice en la
Cancillería, para que reúna y ordene roda la documentación existente. Asimismo,
de reorganizarse el Consejo de Belice, que de hecho dejó de ser consultado en
1967. El Consejo de Belice es un órgano de consulta del Ministerio de Relaciones
Exteriores para todo lo relacionado con el asunto de Belice y está integrado por
elementos de alta capacidad en Derecho Internacional y con conocimiento del
problema. El estudio que se pueda hacer de la actual situación sería determinante
para la futura actuación del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El Presidente Serrano designó a los Licenciados Edmond Mulet L., diputado por la
UCN al Congreso de la República y Antonio Arenales Forno, asesor del Ministerio
de Relaciones Exteriores, para “comunicar a las autoridades beliceñas el
procedimiento, que consideraba el Presidente Serrano, más adecuado para iniciar
las negociaciones tendientes a resolver el diferendo.”
Ahora se vuelve a hablar de una salida al mar como fórmula casi mágica para
solucionar la vieja disputa con Gran Bretaña sobre Belice. Y hasta se usa el
eufemismo de la “buena voluntad” de los beliceños al “concederle” una salida al mar
a Guatemala. Se tergiversa la cuestión y se recurre a planteamientos no sólo
desenfocados sino totalmente desquiciados. Se pretende construir un edificio -las
relaciones entre Guatemala y Belice- a base de una descomunal mentira, la salida
al mar. La desproporción de tal propuesta carece de límites. Guatemala cedió a
Inglaterra en 1859 alrededor de 22 mil kilómetros cuadrados de territorio y resulta
que ahora Guatemala tiene que agradecer, no que le devuelva el territorio, ni
siquiera una mínima franja del mismo, sino que debe agradecer que le dejen una
salida al mar, a su propio mar. Increíble. Pero así somos, claudicantes. Las
consecuencias son dramáticas, pues, al parecer, los arreglos en tal sentido han sido
demasiado lejos. Y todavía parece que nos vamos al propio suelo disputado a
consumar la entrega.
“¿Qué Belice va a cederle a Guatemala una salida al mar, como quedó consignado
en aquellas ignominiosas Bases de Entendimiento de 1981? No hay que llamarse a
engaño: Guatemala tiene salida al mar por razones geográficas y jurídicas. Todo
Estado que tenga costa tiene el derecho de salida al mar. Guatemala tiene costa
desde la desembocadura del Sarstoon hasta la desembocadura del Motagua.
Diferente es el caso de los países mediterráneos, como Bolivia y Paraguay, que se
ven obligados a pedírsela a sus vecinos, casi como limosna,
“La convención sobre el Mar Territorial y la Zona Contigua due suscrita en Ginebra,
el 29 de abril de 1958 y está en vigor. Su artículo 12 dice:
1. Cuando las costas de dos Estados se hallen situadas frente a frente o sean
adyacentes, ninguno de dichos Estados tendrá derecho, salvo mutuo acuerdo en
contrario, a extender su mar territorial más allá de la línea media determinada de
forma tal que todos sus puntos sean equidistantes de los puntos más próximos de
las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial a cada
uno de esos Estados. No obstante, las disposición de este párrafo no será aplicable
cuando, por la existencia de derechos históricos o por otras circunstancias
especiales, sea necesario delimitar el mar territorial de ambos Estados en otra
forma.
“El hecho que Guatemala no sea parte de esa convención, por no haberla ratificado,
no le resta autoridad, ya que ella constituye la norma internacional vigente, y por
consiguiente, de cumplimiento obligatorio para la comunidad internacional. Si
surgiera una controversia con ese motivo entre Guatemala y Belice y fuera llevado
a juicio, la Corte Internacional de Justicia sin duda alguna aplicaría la norma del
artículo 12 para solucionarlo. Además, Guatemala no ratificó dicha Convención por
un simple tecnicismo inoperante, ajeno al espíritu del artículo.
“Esto quiere decir que ni Belice, ni Honduras, ni Guatemala pueden extender su mar
territorial, su zona económica exclusiva y su plataforma continental en forma que
perjudique a sus vecinos inmediatos. Uno se pregunta si los negociadores
guatemaltecos sabían esto o si deliberadamente hicieron caso omiso para no
estropear un arreglo fácil, inmediato y deplorable. Aquellas Bases de Entendimiento
de 1981, que no cumplió Inglaterra, ya habían sido denunciadas expresamente por
una delegación guatemalteca en 1982 y 1983 ante una delegación británica y en
presencia de los amigos beliceños.
“La convención de las Naciones Unidas sobre el derecho del Mar suscrita en
Montego Bay, Jamaica el 10 de diciembre de 1982, ene sus artículos 15 y 83 repite
las disposiciones legales relativas al mar territorial, a la zona económica exclusiva
y a la plataforma continental.”
El Ministro de Relaciones Exteriores de Belice, Said Musa, realizó una visita oficial
a Guatemala el 16 de septiembre de 1991, acompañado por Dean Barrow del
partido de la oposición (UDP) y por Robert Leslie, Alto Comisionado de Belice ante
el gobierno de Inglaterra. Los representantes de los gobiernos de Guatemala y
Belice emitieron un a Declaración Conjunta, en la cual, manifestaron que los dos
gobiernos continuarán, a través de sus respectivas cancillerías, la negociación de
un acuerdo definitivo que ponga fin al diferendo, en el entendido de que dicho
acuerdo sólo será definitivo y válido después de aprobado por el pueblo
guatemalteco mediante la consulta popular. También manifestaron la decisión de
integrar comisiones bilaterales que tendrán a su cargo buscar acuerdos en los
campos económico, social y cultural.
El Ministro del Exterior de Belice, Said Musa, al ser entrevistado por miembros de
la prensa y preguntársele sobre la reclamación territorial guatemalteca, respondió:
“Belice no cederá a Guatemala, ni una pulgada de tierra.”
El deseo del pueblo de Guatemala es vivir en paz y armonía con sus vecinos y
entablar lazos de amistad y cooperación con las naciones de la comunidad del
Caribe. De conformidad con el espíritu de la Constitución de la República de
Guatemala y el Derecho Internacional, reconoce el derecho del pueblo beliceño a
su determinación, y además, que de acuerdo a lo estipulado en el artículo 19
transitorio de la Constitución Política, continuará negociando y agotará todas las
instancias legales, que lleve a la resolución definitiva del diferendo territorial.”
“La ultrajante propuesta de que Belice debería ofrecer Mar Territorial a Guatemala
como recompensa y compensación por el reconocimiento del derecho inherente de
Belice a su Independencia no puede ser y nunca será aceptado por los patriotas
beliceños.
“Firmado por: Philip W.S. Goldson, Melvin L. Hulse, Sr., Derek Alkman y Hubert
Elrington”.
El Señor Roberto Archila fue nombrado Cónsul General en Belice, y el señor Rafael
Salazar como Primer Consejero.
2. ¿Es cierto lo que afirma el Gobierno de Belice en el sentido de que los límites
fijados por el Tratado del 30 de abril de 1859 fueron oficialmente aceptados por
Guatemala durante las reuniones sostenidas por la Comisión Conjunta entre enero
y junio de 1990?
3. De ser cierto lo afirmado por el Gobierno de Belice ¿por qué la administración del
Presidente Marco Vinicio Cerezo Arévalo, con asesoría suya, licenciado Mulet, le
ocultó al pueblo guatemalteco haciéndole creer que Guatemala no renunció a la
reclamación territorial?
“Esta felicitación la hago extensiva a los colegas Carlos Enrique Reynoso Gil y
Epaminondas González, quienes mantuvieron igual posición a la tuya, manteniendo
el criterio de que hubo violación a la Constitución en tales actos gubernamentales”.
El Doctor Jorge Mario García Laguardia, el 26 de marzo de 1993, le dirigió una carta
al Licenciado Ramiro de León Carpio, Procurador de los Derechos Humanos, dice
en uno de los párrafos:
Manuel Esquivel, líder del Partido de la Unión Democrática (UDP), el 1 de julio fue
electo Primer Ministro de Belice. En su primera intervención pública declaró:
"que no acepta los acuerdos establecidos por el gobierno de George Price con el
gobierno de Serrano Elías y que romperá los acuerdos de fronteras, el pacto de no
agresión y otros acuerdos que fomentan la paz y estabilidad".
Guatemalteca
y… MAÑANA
Por otra parte, con nuestro pleno consentimiento, un pueblo hermano disfrutará de
suelo propio delimitado por los ríos Hondo y Sibún, libre de todo colonialismo.