Revisión Bibliográfica Neuropsicología

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INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS DE OCCIDENTE

CAMPUS TEPIC

MAESTRÍA EN EVALUACIÓN Y REHABILITACIÓN


NEUROPSICOLÓGICA
MRN1. FUNDAMENTOS DE LA NEUROPSICOLOGÍA

REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA SOBRE EL ESTUDIO DE LA NEUROPSICOLOGÍA


Y LAS FUNCIONES COGNITIVAS

Proyecto Integrador

Presenta:
SUSANA IVONNE MALDONADO DIAZ

Matrícula:
A211021

Tutor:
LUZ DEL CARMEN GONZÁLEZ GARCÍA

Tepic, Nayarit, México a 23 de enero del 2022.


Introducción

El campo de la neuropsicología es esencialmente actividad biológica que se ocupa


de la actividad cerebral, especialmente la corteza, así como el estudio de procesos
mentales más complejos. Puede entonces definirse como: “el estudio de las
relaciones existentes entre las funciones cerebrales, las estructuras psíquicas y la
sistematización de la cognición social en sus aspectos normales y patológicos;
cubriendo todas las etapas del desarrollo”1.

Este enfoque nuevo se denominaría ‘neuropsicología dinámica integral’


para diferenciarla de la neuropsicología cognitiva y/o de la neuropsicología clásica.
Sería pues una ciencia que forma parte de las llamadas ‘neurociencias’, y que en
los últimos años ha comenzado a desempeñar un papel importante en la ciencia y
en la clínica aplicada[ CITATION Ruf06 \l 2058 ].

El presente proyecto integrador incorporará una revisión bibliográfica sobre


el estudio de la neuropsicología y las funciones cognitivas, dónde se puede
constar que la neuropsicología es de gran actualidad en el campo de la psicología
y de las neurociencias en general, con un desarrollo destacado tanto a nivel
académico como clínico, en esta disciplina coexisten modelos neuropsicológicos
cognitivos con modelos neuropsicológicos clínicos, por lo que se han actualizado
con nuevos enfoques derivados del uso de la neuropsicología clínica, y el uso
creciente de nuevos métodos instrumentales, como las técnicas de neuroimagen,
que aportan nuevos datos al conocimiento en el cerebro humano [ CITATION Frí20 \l
2058 ].

También abordaremos desde una pequeña reseña de la perspectiva


histórica de la Neuropsicología en donde destacaremos las fechas importantes,
así como los autores que son relevantes para este desarrollo histórico incluyendo
sus aportaciones en la disciplina hasta los respectivos modelos que han
desarrollado así como los modelos actuales, los procesos cognitivos y la
relevancia de una adecuada evaluación neuropsicológica.

1
INS Dictionary of Neuropsychology. Loring DW, ed. New York: Oxford University Press; 1999.
Reseña histórica

Si bien la Neuropsicología se inscribe en el ámbito de la Neurociencia de


acuerdo con Rufo-Campos (2006) nos indica que al igual que la psicología la
neuropsicología la cual tiene como objeto la unificación del conocimiento de los
procesos neurobiológicos y psicobiológicos ésta tiene sus raíces en los trabajos
médicos de los siglos 19 y 20. En este sentido y a mediados del siglo XIX Paul
Pierre Broca la describió por primera vez. Fue el primer centro del lenguaje. que
hoy conocemos como "área de Broca" de la que se sabe que se encuentra en el
tercer giro frontal del hemisferio dominante. Este descubrimiento fue necesario
para establecer una excelente clasificación de síndromes neuropsiquiátricos: la
afasia. Unos años más tarde a principios del siglo XX el psicólogo ruso A.R. Luria
perfeccionó diversas técnicas para estudiar el comportamiento de personas con el
SNC dañado; completó una serie de pruebas psicológicas destinadas a establecer
las condiciones de procesos psicológicos: atención, memoria, lenguaje, función
ejecutiva, praxis, gnosis, cálculo, etc. Aunque el método de imagen aún no estaba
disponible se auxiliaba de la aplicación de esta batería gigante que podría
proporcionar al neurocientífico suficientes datos para poder determinar la
ubicación y extensión del traumatismo además de proporcionar al psicólogo con
un resumen detallado de todas las dificultades especialmente cognitivas de los
sujetos con deterioro neurológico.

Como así nos lo hace ver Portellano (2005) Dentro del amplio marco de la
Neurociencia existen dos orientaciones: Conductuales y No conductuales, según
su mayor énfasis en el estudio del sistema nervioso o en el del comportamiento.
La neurociencia no conductual centra su atención en ciertos aspectos del sistema
nervioso prestando poca atención a los aspectos cognitivos y del comportamiento;
esto incluye disciplinas como Neurobiología, Neuroanatomía, Neurología,
Neurofisiología, Neurofarmacología o Neuroendocrinología. Por otro lado, la
neurociencia del comportamiento se ocupa de relacionar el sistema nervioso con
ciertos aspectos del comportamiento y los procesos cognitivos. Incluidos en este
grupo: Psicobiología, Psicología Fisiológica, Psicofisiología, Psicofarmacología,
Neuropsicología y más recientemente Neurociencia Cognitiva [ CITATION Por05 \l
2058 ].

Continuando con Portellano (2005) éste nos refiere que entre los pioneros
de la Neuropsicología tenemos las primeras tentativas para localizar los procesos
mentales en estructuras corporales se remontan al siglo V a. C. cuando Hipócrates
de Cos y Alcmeón de Crotona situaron los sentimientos en el corazón y la
actividad intelectual en el cerebro. Platón (420-347 a. C.) también sostenía que la
actividad racional se situaba en el cerebro, dentro de su concepción del alma
tripartita. Frente a esta creencia –denominada Hipótesis Cerebral– otros filósofos
clásicos discreparon de esta creencia, ya que Aristóteles y Empédocles –entre
otros– situaron los procesos intelectivos en el corazón, lo que entendemos por
Hipótesis Cardíaca. Sin embargo, fue la Hipótesis Cerebral la que finalmente
prevaleció, siendo asumida por la cultura romana a través de Galeno (129-199 d.
C.), quien situó la actividad mental en el líquido cefalorraquídeo (LCR), contenido
en los ventrículos cerebrales. Sin embargo, la influencia de la Hipótesis Cardiaca
como origen de la actividad mental ha persistido en numerosas lenguas, que
siguen relacionando la actividad emocional con el corazón. La teoría ventricular
propuesta por Galeno, fue asumida por médicos y filósofos durante quince siglos:
tanto la tradición medieval y renacentista como la medicina árabe y el cristianismo
aceptaron el hecho de que la actividad mental se localizaba en el LCR. Andrés
Vesalio (1511-1564) se opuso a las hipótesis ventriculares mantenidas hasta ese
momento, afirmando que la actividad mental se localizaba en el tejido nervioso del
cerebro y no en el líquido cefalorraquídeo. Vesalio llegó a esta conclusión tras
diseccionar numerosos cerebros y comprobar que el tamaño relativo de los
ventrículos cerebrales era similar en los mamíferos y en la especie humana. De
este modo concluyó afirmando que las funciones mentales humanas se
localizaban en el tejido nervioso porque así disponían de mayor espacio dentro del
cerebro. Sin embargo, asumir que las funciones mentales se localizaban en el
tejido nervioso y no en el interior de los ventrículos cerebrales no fue una tarea
sencilla, ya que se tardó más de cien años en aceptarlo. Willis, uno de los
anatomistas más importantes en el siglo XVIII ya asumía la ubicación de las
funciones mentales en el parénquima cerebral.

El debate sobre la localización de las funciones mentales cobró un nuevo


giro con la figura de Descartes (1596-1650), quien adoptó una postura dualista
según la cual, a pesar de que el cuerpo y la mente eran dos realidades diferentes,
sin embargo, podrían interactuar entre sí.

Localizacionismo y Holismo

Ahora bien, de acuerdo a Villa Rodríguez la neuropsicología ha pasado por


varios periodos desde su fundación en el siglo XIX. El primer periodo fue la
búsqueda de correlaciones anatómicas y clínicas, prevaleció el localizacionismo
que pretendía ubicar las funciones mentales en centros específicos del cerebro.

En este orden de ideas, durante muchos siglos prevalecieron las hipótesis


localizacionistas cuyos precedentes remotos deben situarse en Galeno, quien
sostenía que la actividad mental se realizaba en el encéfalo y se desarrollaba en
componentes independientes, de tal modo que la lesión cerebral se concebía
como la pérdida de algún componente específico o la desconexión entre dos.
Posiblemente el precedente más próximo de las teorías localizacionistas se sitúa
en Descartes al afirmar que la mente se situaba en la glándula pineal. Sin
embargo, hay que llegar al primer tercio del siglo XIX, cuando dos anatomistas,
Franz Josef Gall (1758-1828) y Johan Casper Spurzheim (1776-1828)
desarrollaron más activamente las teorías localizacionistas de la actividad mental.
Según sus hipótesis, denominadas también teorías frenológicas, cada una de las
actividades mentales se situaban en áreas concretas del encéfalo, estimándose
que eran 27 las facultades mentales que se localizaban en la corteza cerebral.
Aunque Gall y Spurzheim tuvieron el mérito de tipografiar funcionalmente el
encéfalo, sin embargo, fracasaron en su intento ya que supusieron erróneamente
que la forma del cráneo determinaba la del cerebro. Consideraban que las
protuberancias de algún sector del cráneo se correspondían con un mayor
desarrollo de la función que se suponía, estaba localizada en esa Área, mientras
que la presencia de una depresión en el cráneo implicaría un menor grado de
desarrollo de la función correspondiente a dicha zona. A Franz Josef Gall, además
de ser considerado como el padre de la frenología se le deben otras aportaciones
como la descripción de las comisuras interhemisféricas, la identificación del origen
de los nervios craneales en el tronco cerebral o la diferenciación de sustancia gris
y blanca en la médula espinal. También localizó el lenguaje en el lóbulo frontal y
realizó la primera descripción de la afasia tras una lesión del lóbulo frontal
izquierdo. En paralelo al nacimiento de la frenología surgió un movimiento
antilocalizacionista, que consideraba que el cerebro funcionaba de un modo global
y unitario. Esta concepción holista de la actividad cerebral fue iniciada por Pierre
Flourens (1794-1867), quien introdujo el concepto de actividad mental unificada,
formulando la Teoría del Campo Agregado.

Aunque durante la primera mitad del siglo XIX predominó la concepción


holista del cerebro, los descubrimientos sobre la localización de los centros del
lenguaje inclinaron nuevamente la balanza hacia las hipótesis localizacionistas.
Jean Baptiste Bouillaud (1796-1881) retomó las observaciones de Gall afirmando
que el habla se localizaba en el lóbulo frontal. En 1836, Dax propuso que los
trastornos del habla estaban causados por lesiones del hemisferio cerebral
izquierdo, idea en la que abundó Ernest Auburtin en 1861, demostrando que la
presión de los lóbulos frontales al descubierto, sin el cráneo, producía un paro
afásico transitorio.

Sin embargo, las dos figuras señeras en la historia de la Neuropsicología


del lenguaje, fueron Paul Broca (1824-1880) y Carl Wernicke (1848-1904). En
1861 el neurólogo francés Broca describió ocho casos de afasia causados por
lesión frontal izquierda aunque la localización anatómica de los centros del
lenguaje expresivo realmente había sido hecha por Dax y Auburtin, sin embargo
fue Broca el que pasó a los anales de la historia de la Neuropsicología al confirmar
las relaciones entre el lenguaje expresivo y el lóbulo frontal izquierdo, de tal modo
que en su honor, la zona del lóbulo frontal que gestiona el lenguaje expresivo
recibe desde entonces la denominación de Área de Broca, denominándose Afasia
de Broca a la modalidad de patología del lenguaje causada por lesión en dicha
Área. A Broca también se le confiere el honor de haber iniciado el concepto de
dominancia cerebral, reorientando nuevamente el estudio del cerebro en una
dirección localizacionista. El neurólogo Carl Wernicke, por su parte, localizó otras
importantes áreas del lenguaje en el cerebro, identificando el principal centro del
lenguaje comprensivo en la zona posterior del lóbulo temporal izquierdo, así como
el fascículo arqueado como responsable de conectar entre sí los centros del
lenguaje comprensivo y expresivo. La principal modalidad de afasia comprensiva
recibe desde entonces la denominación de Afasia de Wernicke.

Modelos actuales

Probablemente el término Neuropsicología fue utilizado por vez primera por


William Osler en 1913, aunque se popularizó su utilización a partir del año 1949,
con motivo de la publicación de la obra de Donald Hebb titulada: The Organization
of Behaviour: A Neuropsychological Theory. Desde entonces el término
“Neuropsicología” quedó definitivamente asentado para referirse a una disciplina
que no sólo era autónoma por su denominación, sino por sus contenidos y
objetivos. A finales de los años 50 el término Neuropsicología ya se había
convertido en una denominación usual dentro del campo de las Neurociencias.

Friedrich Goltz (1834-1902) realizó lesiones experimentales en perros,


estos hallazgos sustentaron los posicionamientos antilocalizacionistas, reforzando
la idea de que el cerebro funciona de un modo global.

John Hughlings-Jackson (1835-1911), fundador de la Neurología moderna,


contribuyó activamente al desarrollo de la Neuropsicología adoptando una postura
opuesta al localizacionismo estricto. Dentro de su prolífica obra científica destaca
la división del sistema nervioso en tres niveles jerárquicos de creciente
complejidad: el nivel inferior o espinal se localizaría en la médula espinal y el
tronco cerebral; el segundo nivel –de tipo sensorial y motor– estaría ubicado en los
ganglios basales y en la corteza motora; el nivel superior se localizaría en los
lóbulos frontales permitiendo el control de los movimientos voluntarios.
La figura de Kart Lashley (1890-1958) resulta crucial para el desarrollo de la
Neuropsicología. Sus aportaciones, dentro de un enfoque holístico del cerebro se
pueden compendiar en la formulación de dos leyes: la de Acción en Masa y el
Principio de la Equipotencialidad. Según la Ley de la Acción en Masa las
consecuencias que tiene una lesión sobre el comportamiento guardan más
relación con la cantidad de tejido nervioso dañado que con su localización.

Más recientemente Pribram ha reformulado el Principio de la


Equipotencialidad a través de la Teoría del Campo Solapado, según la cual el
funcionamiento cerebral se asocia al de un holograma: en el cerebro existen
numerosos campos de neuronas solapadas entre sí que se encargan de cada
función. En condiciones normales, las neuronas que tienen el control más directo
del comportamiento son funcionales y mantienen en estado de inhibición a otros
grupos neuronales. Si se produce una lesión en el lugar donde se encuentran las
neuronas funcionalmente activas, se liberan las neuronas de reserva de su estado
de inhibición convirtiéndose en funcionales; de este modo es posible que se pueda
restaurar una determinada función. Actualmente la Teoría del Campo Solapado
goza de mayor credibilidad y aceptación que el Principio de la Equipotencialidad,
pero las dos leyes enunciadas por Lashley continúan siendo dos principios básicos
para la comprensión del funcionamiento cerebral.

Kurt Goldstein (1876-1965) realizó importantes aportaciones a la


Neuropsicología clínica, estudiando las consecuencias de las heridas de guerra en
el sistema nervioso, por lo que puede ser considerado como uno de los pioneros
de la rehabilitación neuropsicológica del daño cerebral. También, en su dimensión
de neuropsiquiatra, aportó la idea de que las lesiones del hemisferio izquierdo
frecuentemente producían reacciones catastróficas (ansiedad, angustia, depresión
y miedo), mientras que las lesiones del derecho generalmente producían
reacciones de indiferencia. Esta disociación hemisférica se hace más patente en
ciertas afasias causadas por lesiones del hemisferio izquierdo y en el síndrome de
heminegligencia producido por lesiones del hemisferio derecho.
Donald Hebb (1904-1985), discípulo de Lashley, debe ser considerado junto
con éste, como uno de los máximos representantes de la Neuropsicología
contemporánea, contribuyendo activamente a su consolidación como disciplina
autónoma. Inicialmente Hebb centró sus investigaciones en el estudio del lóbulo
frontal, comprobando que el cociente intelectual de las personas que habían
sufrido daño frontal no disminuía de manera sensible. Gracias a sus aportaciones,
por vez primera se empezó a tener en cuenta la importancia de la Psicología para
valorar las lesiones cerebrales, aceptándose que la utilización de escalas
neuropsicológicas podía ser de gran utilidad para localizar el Área cerebral
dañada. Pero sin duda, el prestigio de Hebb se debe a sus estudios sobre la
memoria, estableciendo diferencias neurofisiológicas entre memoria a corto plazo
como un proceso activo de duración limitada y memoria a largo plazo, que
produce una modificación efectiva en la estructura del sistema nervioso. Hebb
distinguió una modalidad de memoria de corta duración que tiene como objetivo
asegurar un ensamblaje celular estructural para dar paso a una huella mnémica
estructural y permanente. Hebb realizó dos importantes aportaciones al estudio de
la memoria: La Regla de Hebb y el concepto de Sinapsis Hebbiana. La relación
entre dos neuronas puede modificarse si la neurona presináptica excita a la
postsináptica de una manera frecuente. Cuando un axón de la neurona
presináptica envía estímulos repetidos a la neurona postsináptica, se produce
algún proceso de crecimiento o modificación metabólica en ambas neuronas,
consolidándose el circuito inicialmente establecido. La llegada de la microscopía
electrónica ha refrendado las hipótesis sostenidas por Hebb, según las cuales, el
aprendizaje y la memoria son capaces de producir cambios estructurales en el
sistema nervioso, mediante la creación de nuevas conexiones nerviosas. Sin
duda, esta aportación de Hebb, confirmando que el aprendizaje podría modificar la
estructura de las neuronas fue revolucionaria en el campo de las Neurociencias.

Alexander Romanovich Luria (1907-1977) es indiscutiblemente una de las piedras


angulares de la neuropsicología contemporánea, para Luria, hay que entender la
función no como la actividad de un Área local del cerebro, sino como un sistema
funcional, de tal modo que una zona del cerebro puede estar implicada en el
desarrollo de diferentes funciones. Según este enfoque, aunque una misma zona
del córtex cerebral esté implicada en diferentes funciones mentales, sin embargo,
aporta un tipo de especialización diferente. Para entender el significado holístico
del funcionamiento cerebral, Luria propone la existencia de tres unidades
funcionales en el encéfalo que son responsables de los distintos niveles de
especificidad de la conducta. Las teorías pavlovianas habían sentado las bases
de la Teoría de los sistemas funcionales. El sistema nervioso regula su actividad
mediante la actividad coordinada de las tres unidades funcionales. La Primera
Unidad Funcional es responsable de la regulación del tono o la vigilia, capaz de
facilitar el suficiente nivel de activación cortical para que el sistema nervioso pueda
funcionar de un modo idóneo. Proporcionar el grado de activación adecuado a
cada situación es la competencia de la Formación Reticular, que se localiza en la
parte superior del tronco cerebral y en determinados núcleos del tálamo. Una
lesión de la Primera Unidad Funcional impediría al sistema nervioso mantener un
adecuado nivel de alerta provocando un fallo general en la entrada de información
que en caso extremo se traduciría en un estado de coma y en casos más leves
alteraría el funcionamiento cognitivo al generar disfunciones en los procesos de
atención, vigilia o memoria.

La Segunda Unidad Funcional es la encargada de adquirir, procesar y


almacenar la información procedente tanto del medio tanto interno como externo,
codificándola y transportándola hacia el interior del sistema nervioso. El
procesamiento de la información implica los procesos de análisis, síntesis,
comparación con informaciones previas, almacenamiento y preparación de un plan
de respuesta. La Segunda Unidad Funcional se localiza en la parte posterior del
córtex, por detrás de la Cisura de Rolando. Sus lesiones producen trastornos
sensoriales, perceptivos o cognitivos dependiendo de las áreas afectadas.

La Tercera Unidad Funcional se localiza en el lóbulo frontal y es la


responsable de programar, regular y verificar la actividad, emitiendo sus
respuestas a través de los sistemas motores eferentes o a través de las glándulas
endocrinas. La conducta no es una actividad automática, sino que se programa
mediante la generación de intenciones, planes y programas de acción.
Posteriormente se verifica si la conducta se ha hecho de acuerdo a los planes
inicialmente programados. La lesión de la Tercera Unidad produce síndrome
disejecutivo, consistente en la pérdida de capacidad para la regulación del
comportamiento motivado, junto con una dificultad en el control de la atención
sostenida. Al eminente neuropsicólogo soviético también se le debe la formulación
de varias leyes que regulan el funcionamiento cortical. La Ley de la Estructuración
Jerárquica afirma que durante la infancia las áreas primarias del cerebro son las
que tienen mayor preponderancia funcional, mientras que en la edad adulta las
áreas asociativas son las que cobran un mayor protagonismo.

Luria también se refirió a las asimetrías cerebrales, ya que la Ley de la


lateralización progresiva afirma que la diferenciación hemisférica para una
determinada función se produce únicamente en las áreas secundarias y terciarias
del cerebro, siendo en éstas últimas donde se muestra con mayor expresividad la
diferencia funcional entre ambos hemisferios.

Descripción clínica de los procesos cognitivos

Siguiendo a Villa Rodríguez, éste nos refiere que durante las dos grandes
guerras mundiales resurge la neuropsicología con los trabajos de Kurt Goldstein y
por los aportes de la escuela soviética que era presidida por A. R. Luria e
inspirada por Vygotsky, herederos ambos de la tradición reflexológica de
Sechenov y Pavlov. La neuropsicología que han propuesto rescató el papel de la
psicología, evitó tanto el localizacionismo estricto de la época anterior, como el
reduccionismo biologicista al considerar el origen histórico y social de los procesos
psicológicos. Durante este mismo período, se puso oficialmente en funcionamiento
la psicología experimental; El prototipo del estudio fue el trabajo de Scoville y
Milner (1957), un neurocirujano y psicólogo que estudió casos de deterioro de la
memoria en pacientes con H. M. Desde los años 80 del siglo XX ha surgido un
enfoque especial de la neuropsicología, denominado neuropsicología cognitiva
que aboga por el concepto modular de la conciencia de los procesos o procesos
cognitivos.
Es de conocimiento general que los procesos cognitivos son las actividades
o procesos mentales que realiza el cerebro para procesar información. A través de
estas actividades, el cerebro trabaja con la información que lo rodea, la almacena
y la analiza para tomar las decisiones correspondientes. Información que llega a
través de los sentidos y su influencia en el comportamiento los hace necesarios
para adaptarse a los entornos sociales y para sobrevivir.

Estas operaciones mentales también denominados funciones cognitivas se


dividen en dos categorías: los procesos cognitivos básicos y los superiores.

De acuerdo a la universidad de Carlemany (2020), un proceso cognitivo


básico es condición sine qua non para el posterior procesamiento de información.
Dicho de otra manera, sin este proceso es imposible que, en el futuro, se
desarrollen procesos superiores. Estos procesos son la sensación, percepción,
atención, procesamiento de la información y memoria.

Un proceso cognitivo superior es aquel que se ha desarrollado a partir de


los básicos. Suponen un grado más elaborado y son los que nos distinguen como
especie de las demás. En este apartado se incluyen las funciones ejecutivas.
Estas funciones son responsables directas o indirectas de los procesos que
realizan los lóbulos frontales y, particularmente la corteza prefrontal, supervisa y
coordinan lo que tiene que ver con la inteligencia, atención, memoria, lenguaje,
flexibilidad mental, el control motor y la regulación de la conducta emocional
(Portellano, 2005). Las funciones ejecutivas son actividades mentales complejas,
necesarias para planificar, organizar, guiar, revisar, regularizar y evaluar el
comportamiento necesario para adaptarse eficazmente al entorno y para alcanzar
metas (Bauermeister, 2008).

La atención hace referencia al estado de observación y de alerta que nos


permite tomar conciencia de lo que ocurre en nuestro entorno. (Ballesteros, 2000).
Dentro de esta función debemos hablar de 5 procesos diferentes:
 Atención sostenida: capacidad de mantener de manera fluida el foco de
atención en una tarea o evento durante un periodo de tiempo prolongado.
Este tipo de atención también se llama vigilancia.
 Atención selectiva: capacidad para dirigir la atención y centrarse en algo sin
permitir que otros estímulos, bien externos o internos, interrumpan la tarea.
 Atención alternante: capacidad de cambiar nuestro foco de atención de una
tarea o norma interna a otra de manera fluida.
 Velocidad de procesamiento: ritmo al que el cerebro realiza una tarea
(evidentemente, varía según la tarea, dependiendo del resto de funciones
cognitivas implicadas en la misma). Se mide a través del tiempo que
emplea el sujeto entre que recibe el estímulo y emite la respuesta.
 Heminegligencia: gran dificultad o incapacidad para dirigir la atención hacia
uno de los lados (normalmente, el izquierdo), tanto en relación al propio
cuerpo como al espacio.
Tipos de atención:
Pasiva: estado en vigilia durante el cual el individuo está preparado para
reaccionar y adaptarse al medio mediante la estimulación fásica del sistema
reticular activador ascendente (SARA). Es espontánea, automática o de base 2.
Activa: voluntaria o dirigida, en la que la atención está orientada a un
estímulo específico, con aumento de la actividad del SARA. Presupone una
reducción del campo de la atención pasiva con disminución en la capacidad de
respuesta a otros estímulos.
La atención es una función compleja que involucra el trabajo de varias
áreas cerebrales, además del SARA intervienen la corteza cerebral (lóbulos
frontal, temporal y parietal), el sistema límbico, los ganglios basales, el
mesencéfalo y el tálamo.
En la corteza prefrontal radican las capacidades de control voluntario de la
atención, particularmente la atención sostenida y selectiva. Esas capacidades se
acrecientan en la medida que avanza el proceso de mielinización, concretamente
la capacidad de selección e inhibición de estímulos ambientales. Las zonas
2
Téllez-Vargas J. Psicopatología clínica, el síntoma en las neurociencias. Fundació n Universitaria de
Ciencias de la Salud. 2000: 183-192.
dorsomedial y cingulada están implicadas en el control de la atención y
particularmente el lóbulo frontal derecho[ CITATION Naj08 \l 2058 ].
Componentes de la atención3:
Selectividad: (atención selectiva) capacidad de escoger un estímulo por
encima de otro. (lóbulo parietal izquierdo con aferencias de los lóbulos temporales,
frontales y del sistema límbico y ganglios basales. Via noradrenérgica).
Concentración: (atención sostenida) capacidad de mantener la atención.
(lóbulo parietal derecho y sus conexiones. Vías noradrenérgica y dopaminérgica).
Límite: (lóbulo parietal izquierdo, principalmente en la duración de los estímulos
auditivoverbales).
Facilidad para desatender: capacidad de dirigir la atención a un nuevo
estímulo. Consta de tres fases, desconexión, reubicación del estímulo y conexión
al nuevo estímulo. (lóbulos frontales en coordinación con el lóbulo temporal, el
mesencéfalo y el tálamo).
Trastornos de la atención:
Distractibilidad: incapacidad de mantener la concentración en un estímulo,
con respuesta rápida y sucesiva a varios estímulos. Característica del trastorno de
déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y de algunos trastornos psiquiátricos
(manía, depresión).
Hipoprosexia: disminución de la capacidad de atención pasiva y activa.
Presente en el retardo mental y en la depresión.
Aprosexia: incapacidad de fijar la atención. Sucede en las intoxicaciones y
las demencias. Hiperprosexia: excesiva atención sobre un estímulo determinado
con incapacidad de responder a otros estímulos. Se presenta en el trastorno de
pánico.
Perseveración: tendencia a permanecer en una misma actividad con gran
dificultad para cambiar a otro patrón de respuesta. Se debe a una alteración de la
capacidad de desatender, observado en los pacientes con patología del lóbulo
temporal.

3
Téllez-Vargas J. Psicopatología clínica, el síntoma en las neurociencias. Fundació n Universitaria de
Ciencias de la Salud. 2000: 183-192.
Calderó n R. El niñ o con disfunció n cerebral. Noriega editores. México. 1999: 149-173.
En los niños es importante descartar la falta aparente de atención debida a
desmotivación o falta de interés antes de establecer un diagnóstico de déficit de
atención, lo cual puede hacerse más complejo cuando hay presentes otras
alteraciones, en estos casos la sintomatología no es constante y varían distintos
ambientes4. El déficit de atención como síntoma forma parte de tres grupos de
patologías: trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) como
trastorno primario5; fenotipo conductual en síndromes neurológicos de la infancia y
en asociación a patologías neuropediátricas diversas 6[ CITATION Man06 \l 2058 ].

La Memoria es la capacidad de codificar, almacenar y recuperar de manera


efectiva información aprendida o un suceso vivido.
Es el proceso por el que la información adquirida se convierte en
conocimiento que guardamos para utilizarlo posteriormente cuando sea necesario.
Asimismo, la memoria se considera una función intelectual que tiene relación
estructural y funcional con el sistema nervioso central (SNC) y que se caracteriza
por adquisición, almacenamiento y reposición de la información y las experiencias
previas aprendidas, ingresadas por alguna vía sensorial [ CITATION Sol09 \l 2058 ].
Dentro de memoria distinguimos entre7:
 Memoria explícita o declarativa: es el almacén de información de forma
consciente. En este tipo de memoria distinguimos la memoria episódica (se
caracteriza porque lo que recordamos son hechos o sucesos, experiencias
vividas ubicadas en el espacio y en el tiempo) y, por otra parte, la memoria
semántica (consiste en el reconocimiento del significado de los objetos, el
vocabulario o el conocimiento de carácter general).
 Memoria implícita o memoria procedimental: hace referencia a acciones o
secuencia de actos aprendidos, la mayoría de los cuales hacemos de
manera automática sin necesidad de pensar en cada gesto o movimiento
que hacemos (suele resultar difícil verbalizarlos).

4
Calderó n R. El niñ o con disfunció n cerebral. Noriega editores. México. 1999: 149-173.
5
Téllez-Vargas J. Psicopatología clínica, el síntoma en las neurociencias. Fundació n Universitaria de
Ciencias de la Salud. 2000: 183-192.
6
Rappley MD. Attention Deficit-Hyperactivity Disorder. N Engl J Med 2005; 352:165-173.
7
https://www.neuronup.com/areas-de-intervencion/funciones-cognitivas/memoria/
Aunque los lóbulos frontales no participan fundamentalmente en el
almacenamiento del material memorizable, sí tienen importancia en cuanto a
modalidades de memoria, a saber: memoria contextual o memoria de la fuente,
memoria temporal, memoria prospectiva y memoria de trabajo.
Los estudios experimentales, así como los clínicos en humanos resaltan,
entre las estructuras cerebrales relacionadas con la memoria, hipocampo, tálamo,
amígdala del lóbulo temporal, cuerpos mamilares y al cerebelo, entre otras; y,
respecto a la bioquímica, se enfatiza la participación de diversos
neurotransmisores, entre los que destacan principalmente la acetilcolina. [ CITATION
Sol09 \l 2058 ].
Psicopatologías de la memoria
Son muchas las enfermedades y situaciones que pueden condicionar el
funcionamiento de la memoria, ya que se trata de una dimensión ampliamente
distribuida en el parénquima cerebral8.
1. Amnesias
El término "amnesia", de origen griego (y que podría traducirse como "olvido"),
subsume un grupo extenso de alteraciones de la memoria; heterogéneo en lo que
concierne a su origen, pronóstico y expresión clínica: Amnesia retrógrada,
anterógrada, global transitoria, lacunar, postraumática, funcional, infantil.
2. Anomalías del recuerdo
Las anomalías del recuerdo son habituales en la población general, aunque
algunas de ellas se manifiestan preferentemente bajo el influjo del consumo de
ciertas sustancias o de una patología del sistema nervioso central: Recuerdo
personal incompleto, sensación de conocer, punta de la lengua, laguna temporal,
verificación de tareas, pseudo memoria.
3. Anomalías del reconocimiento
Las anomalías del reconocimiento son errores en la forma en que se procesa un
recuerdo o un estímulo ubicado en el presente, y que se podrían resumir como
falsos reconocimientos positivos (sensación de que se "recuerda" un hecho que se
está viviendo por primera vez) o falsos reconocimientos negativos (percepción de

8
https://psicologiaymente.com/clinica/psicopatologias-de-memoria
que algo vivido con anterioridad surge ante nuestros ojos como totalmente nuevo):
Dejà vu.- Se trata de la percepción de que una situación realmente novedosa está
bruñida de una gran familiaridad, como si no fuera la primera vez que se transita
por ella. En un lenguaje coloquial, tiende a expresarse como "esto me suena" o
"yo he estado aquí". Con los años se han postulado numerosas hipótesis para
explicarlo, desde espirituales a propiamente científicas, aunque el motivo por el
que ocurre no está claro todavía. En los últimos tiempos se ha destacado su
concurrencia junto a trastornos psiquiátricos, fundamentalmente la
despersonalización, así como en el contexto de epilepsias o lesiones de la corteza
temporal. En el supuesto de las personas sin patología, reviste mucha mayor
brevedad y una menor intensidad. Por último, son numerosas las personas que
creen en la posibilidad de que la experiencia de dejà vu les permitiría predecir
hechos particulares que pudieran tener lugar mientras se despliega, una creencia
distorsionada que se ha acuñado bajo el epígrafe de "pseudopresentimiento".
El jamais vu es el espejo del dejà vu, de forma que podrían entenderse como
opuestos. En el caso que nos ocupa, la persona se enfrenta a una situación que
ya había vivido al menos en una ocasión, pero no percibe familiaridad en
absoluto. 
La criptomnesia consiste en la firme creencia de que un recuerdo no es tal, sino
que se trata de una producción original. De esta forma, se corre el riesgo de
adoptar como propias ideas o reflexiones de otras personas, puesto que su
acceso a la memoria carece de familiaridad y/o de reconocimiento. 

Sensación y Percepción. La percepción se define como “la captura


mediante los sentidos que realizan los organismos” (Fernández-Abascal, Martín y
Domínguez, 2010, p. 80). Para Matlin y Foley (1996, p. 2), la sensación se refiere
a “experiencias inmediatas y básicas, generadas por estímulos aislados simples”;
mientras que la percepción incluye la interpretación de esas sensaciones,
dándoles significado y organización. En general, es viable determinar que la
sensación hace referencia al ingreso y la detección de la información que ha sido
registrada y recepcionada por los receptores sensoriales que se encuentran
alojados en los órganos sensoriales; y la percepción hace referencia a la
organización, integración, reconocimiento e interpretación de esa información. La
primera es dada a un nivel de órganos sensoriales, es decir, fuera del cerebro;
mientras que la segunda inicia su camino a partir del momento en que cada nervio
toma la información de cada modalidad, por tanto, se da a nivel cerebral según el
área que corresponda[CITATION Sá n22 \l 2058 ].
Al proceso inicial de detección y codificación de la energía ambiental se le
denomina sensación. La capacidad de detectar estímulos de variada intensidad se
denomina: sensibilidad. El proceso de percepción hace referencia a la
organización, integración, interpretación y reconocimiento de las sensaciones. Las
leyes establecidas para la medición de estímulos de mayor intensidad son Ley de
Weber, Ley de Fechner y Ley de Stevens. Los tres tipos de medición clásicos son
método del ajuste, método de los límites y método de los estímulos
constantes[ CITATION Sá n22 \l 2058 ].
LOS ORGANOS SENSORIALES Y SUS RECEPTORES9
Por el tipo de estímulos que captan:
a) Mecanorreceptores: Captan estímulos mecánicos
-Tacto (presión)
-Audición (sonido)
-Equilibrio
b) Quimiorreceptores: Captan sustancias químicas
-Gusto: papilas gustativas
-Olfato: mucosa olfatoria
-Homeostáticos: cuerpo de la carótida y de la aorta, aparato
digestivo, hipotálamo, hígado
c) Termorreceptores: Captan variación de la temperatura
-Corpúsculos de Ruffini (calor)
-Corpúsculos de Crausse (frío)
d) Fotorreceptores: Captan luz
-Vista: conos y bastones
9
https://www.studocu.com/es-mx/document/universidad-nacional-de-san-agustin-de-
arequipa/psicologia-general-i/sensacion-y-percepcion/7947396
Por su ubicación en el cuerpo:
a) Exterorreceptores : Ubicados en la superficie del cuerpo
Captan sensaciones de presión, dolor, sudor y tacto.
b) Interorreceptores: Ubicados en vísceras y v. sanguíneos
Captan sensaciones viscerales, presión arterial, saciedad.
c) Propiorreceptores: Ubicados en músculos, tendones y articulaciones
Captan estimulos de movimiento, postura, equilibrio.
d) Telerreceptores: Sienten estímulos distantes del organismo, captan
colores, sonidos y olores
Funciones De Los Lóbulos Cerebrales10:
En la corteza cerebral podemos encontrar diferentes estructuras conocidas
como lóbulos cerebrales. Concretamente existen cinco lóbulos diferentes, donde
cada uno tiene una estructura concreta y se encarga de desempeñar unas
funciones distintas. Los lóbulos cerebrales se encuentran situados en los dos
hemisferios cerebrales.
LÓBULO FRONTAL
En los seres humanos es el lóbulo más grande del cerebro. Se encarga
principalmente del procesamiento de funciones cognitivas como: la
planificación, coordinación, ejecución y el control de la conducta. Aunque también
nos posibilita establecer metas, comunicarnos a través del lenguaje, poder regular
nuestras emociones y con él, aparece la capacidad para tener empatía.
Sin duda, es uno de los lóbulos cerebrales que tiene un papel más
importante en funciones relacionadas con la inteligencia, la planificación y la
coordinación de movimientos voluntarios complejos.
LÓBULO PARIETAL
Su nombre es debido a que está situado bajo el hueso parietal, en las
partes medias y laterales de la cabeza. Sus funciones están relacionadas con la
percepción de los estímulos táctiles, la presión, la temperatura o el dolor. Además,
también se encarga del conocimiento de los números y control de
los movimientos.

10
https://www.gradior.es/lobulos-cerebrales/
LÓBULO TEMPORAL
Los lóbulos temporales están relacionados con la percepción, con el
reconocimiento de los estímulos auditivos y con la memoria. Son fundamentales
para el reconocimiento de rostros y de voces. Una lesión de estos puede provocar
patologías como la agnosia.
LÓBULO OCCIPITAL
Es el más pequeño de los lóbulos y se encuentra en la zona posterior
al cráneo, concretamente situado por detrás de los lóbulo parietal y temporal.
Es la primera zona a la que llega la información visual, por tanto, tiene un
papel muy importante en el reconocimiento de objetos. El lóbulo occipital manda
información visual hacia otros lóbulos cerebrales a través de dos canales de
comunicación. El primero, va hacia la zona frontal del cerebro y procesa la
información sobre lo que se ve, es decir, el contenido de la visión. El segundo
canal va hacia la zona dorsal y se encarga de procesar el cómo y dónde de lo que
se ve, por tanto, se encarga del aspecto del movimiento y la localización.
LÓBULO DE LA ÍNSULA
En ocasiones no se tiene en cuenta como un lóbulo más, ya que queda
oculta entre el resto de lóbulos del cerebro. Se encarga de hacer posible la
aparición de las emociones y está conectada con área del sistema límbico.
Además, se encarga de conectar éstas entre los procesos cognitivos que realizan
el resto de lóbulos del cerebro.

a. Definición. Por ejemplo; qué es la atención y cuáles son sus tipos, qué es la
memoria y cuáles son los tipos de memoria, qué es el lenguaje y cuáles son sus
componentes, etc.

b. Ubicación topográfica. Menciona qué lóbulos o estructuras cerebrales son las


encargadas de procesar la atención, la memoria, y demás procesos cognitivos.

c. Patología de los procesos cognitivos. Menciona las principales patologías de


cada uno de los procesos cognitivos.
Estudios para la evaluación neuropsicológica

Menciona las técnicas de evaluación de cada uno de los procesos cognitivos,


incluyendo evaluaciones clínicas y paraclínicas. Para tal fin, elabora una tabla que
describa lo siguiente:

 Relevancia de la evaluación neuropsicológica

Menciona cuál es la importancia de realizar una completa y adecuada evaluación


neuropsicológica y porqué es importante para el profesional del área el conocer
las diversas opciones y técnicas de evaluación.

Consecuencias de una inadecuada evaluación neuropsicológica

Describe como mínimo 3 consecuencias de la realización de una mala o


incompleta evaluación neuropsicológica y las ejemplifica enfatizando la relación
entre una evaluación inadecuada como factor de riesgo de cronicidad.

Conclusión

Para concluir, enuncia tus opiniones respecto a los temas abordados (1 página
como mínimo).

Referencias

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