PASO No 12 IDENTIDAD Y PROPOSITO

“Tu creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre ¡Te alabo porque soy una creación admirable!
¡Tus obras son maravillosas y esto lo sé muy bien! Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo más
recóndito era yo formado, cuando en lo más profundo de la tierra era yo entretejido. Tus ojos vieron mi cuerpo
en gestación: Todo estaba ya escrito en Tu libro; todo mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno
solo de ellos” Salmos 139:13-16.

Identidad es saber quién soy; propósito es saber para donde voy o para qué estoy en la tierra. La identidad y el
propósito se complementan. Al conocer mi identidad, conoceré mi propósito de vida: Yo necesito saber quién
soy y para dónde voy. Identidad es el diseño original con el cual Dios me hizo; propósito es el plan original que
Dios tiene para mí...

Fuimos creados como personas únicas para cumplir con un propósito único. Solo yo puedo cumplir el propósito
que Dios tiene para mí. Ese propósito es tan importante que el enemigo va a tratar de impedirlo y va hacer
todo lo posible para que yo no acepte lo que soy y pierda mi identidad.

Cuando alguien ha perdido su identidad, en lugar de vivir el diseño original trata de copiar la identidad de otros
que a su vez están copiando la de otros. La pérdida de nuestra identidad sucede cuando no nos aceptamos y
por eso tratamos de ser como son los otros. No nos aceptamos porque creemos que lo bonito es lo que el
mundo dice que es bonito. El cuerpo que Dios me ha dado es único y es hermoso porque es la belleza que Dios
diseñó para mí, el cuerpo que Dios le dio a otra persona también es hermoso porque es la belleza que Dios
diseñó para esa persona. Lo mismo sucede con nuestra forma de ser, de pensar, de hablar, de actuar, de
sentir…. Somos únicos y eso es lo que nos hace tan especiales.

El objetivo del enemigo es dañar el diseño original por medio del rechazo, la comparación, el odio, la
manipulación, La influencia del mundo, los comentarios de las personas…
Lo que me hace diferente a los demás es mi forma de ser, mi personalidad, mi perspectiva de las cosas, mis
gustos, mis intereses, mis sueños… ¿Por qué voy a tratar de ser lo que no soy? ¿Por qué voy a tratar de copiar
la identidad de otra persona?
I. ¿QUÉ HACE PARTE DE LA IDENTIDAD?

1. Nuestra apariencia física, nuestras actitudes y opiniones, nuestros sentimientos y emociones, nuestro
actuar, nuestros pensamientos, nuestras capacidades y habilidades, nuestros deseos, nuestras
decisiones y nuestros límites. Nuestra identidad es lo que hace que seamos únicos.
2. Es importante aclarar la diferencia entre carácter e identidad. Identidad es nuestra forma de ser, lo que
nos hace únicos. Carácter es el resultado de la obra santificadora de Jesús en nuestras vidas. Queremos
que el carácter de Cristo sea formado en nosotros pero sin perder nuestra identidad.
II. NUESTRA PÉRDIDA DE IDENTIDAD

1. En ocasiones la pérdida de identidad sucede en nuestra niñez y por eso creemos que lo que somos en
este momento es nuestra verdadera identidad, pero en nuestro interior siempre ha habido una
insatisfacción y una búsqueda permanente por saber quién soy realmente.
2. Nuestros padres pueden ser los responsables de nuestra pérdida de identidad . A veces porque no
aceptan lo que somos y quieren cambiarnos; otras veces porque quieren ayudar a Dios. Esto lo ilustra
la vida de Jacob en Génesis 25:24-28
A. La crisis de identidad de Jacob se inició con su nombre que significa “engañador”. Su nombre
debería haber sido Israel, que significa “el que se esfuerza y lucha con Dios”.
B. Su crisis también fue causada por su papá Isaac que prefería a Esaú por encima de Jacob.
 C. Rebeca, la mamá quiso ayudar a Dios para que el propósito que Él tenía para Jacob se realizara. La
intercesión de Rebeca, como de muchas mamás, era buena pero impidió que Jacob descubriera su
verdadera identidad y además le ocasionó muchos problemas. En su afán de ayudarlo, Rebeca no
solo le puso el nombre de engañador, sino que también lo convirtió en un engañador. Cuando una
mamá trata de ayudar a Dios, controlando y manipulando al hijo, puede causar una crisis de
identidad. El espíritu de control de una mamá puede incluso afectar la identidad sexual de sus
hijos, ocasionando en ellos una tendencia homosexual. ¿Existe la posibilidad de que tu mamá o tu
papá pudieran haber ocasionado una crisis de identidad en tu vida?
3. Nuestra identidad también puede ser afectada por una persona especial: amigo, novio o novia,
esposo o esposa…, que quiere cambiarnos. Una señal de una mala influencia en nuestra vida o de estar
relacionado con una persona equivocada es nuestra pérdida de identidad. Por eso, cuando
encontramos la persona que Dios tiene para nosotros, una de las primeras cosas que se restaura es la
visión o el propósito para nuestra vida; que es el resultado de una persona que nos ama como somos y
que valora nuestra identidad.
4. Algunos al llegar a la iglesia, en lugar de recuperar su identidad, deciden copiar la identidad de otros
cristianos. Otras veces los líderes y pastores se aprovechan de la crisis de identidad de las personas
para que todos sean iguales; en lugar de tener la variedad de formas, estilos, gustos, colores y sabores,
todos se visten igual, hablan igual, las mujeres tienen el mismo corte de pelo…. Este es un cuadro triste
que niega el diseño de Dios.

III. ¿DE QUIÉNES DEBEMOS APARTARNOS PARA RECUPERAR NUESTRA IDENTIDAD?

1. Jacob tuvo que apartarse de su mamá para poder recuperar su identidad : Génesis 28:1-5. Todos
queremos una Rebeca en nuestras vidas porque es más fácil tener a alguien que nos diga qué hacer
que obligarnos a buscar lo que realmente somos. Pero mientras vivamos bajo las naguas de alguien
como Rebeca, jamás encontraremos nuestra verdadera identidad.
2. A veces Dios tiene que usar medidas extremas para apartarnos de las personas que han robado
nuestra identidad; en el caso de Jacob, usó a su hermano Esaú que lo quería matar. Lejos de su mamá,
Jacob oyó por primera vez la voz de Dios: Génesis 28:11-22. Él estaba tan acostumbrado a oír la vos de
su mamá diciéndole qué hacer y cómo hacerlo que nunca había oído la voz de Dios.
3. Fuimos hechos a la imagen y semejanza de Dios, y a cada uno se le dio algo de la imagen de Dios, esa
es nuestra identidad. Como resultado de nuestra salvación, la imagen de Dios perdida por causa de
pecado, se empieza a restaurar en nosotros; pero para una restauración total, necesitamos pasar
tiempo en la presencia de Dios contemplando su rostro. El salmista dijo: “En cuanto a mí, verá tu rostro
de justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza” Salmos 17:15.

IV. TOMA TIEMPO RECUPERAR NUESTAR IDENTIDAD

1. Jacob tardó catorce años en recuperar su identidad. Durante esos catorce años trabajó para su suegro
quien lo engañó y lo robó. Dios permitió que trabajara para un ladrón para mostrarle que esa no era su
identidad. Jacob se creía engañador porque ese era el significado de su nombre y porque había robado
la bendición de su hermano. Mientras Jacob trabajaba para su suegro, el Señor le decía: “Tú no eres
así”.
2. En ocasiones Dios nos pone cerca de personas que son como nosotros; pero Él lo hace para
mostrarnos que esa no es nuestra verdadera identidad, para que odiemos esa identidad y para que
encontremos quiénes somos realmente.

V. FLORECEMOS CUANDO SOMOS LO QUE REALMENTE SOMOS

1. Lejos de su mamá el verdadero Jacob empieza a florecer. Jacob descubre quién era: un hombre
íntegro, un excelente trabajador, una persona con la bendición de Dios sobre su vida, una persona con
 un gran futuro. Al apartarse de las personas que sepultaron tu identidad ¿qué descubriste acerca de
ti?.
2. No hay nada más difícil que tratar de ser lo que no somos porque tenemos que complacer a todo el
mundo, tenemos que luchar por ser aceptados, nos preocupamos por lo que la gente dice. La vida es
muy fácil cuando vivimos nuestra verdadera identidad porque es algo innato. ¿Qué no te cuesta
trabajo ser o hacer?

VI. LA BENDICIÓN DE NUESTRA VERDADERA IDENTIDAD En Génesis 32:22-29 Jacob le dice al Señor:
“¡No te soltaré hasta que me bendigas!”
1. ¿Cómo lo bendijo Dios? Cambiando su nombre. Lo llamó “Israel”. Rebeca le había puesto a Jacob el
nombre equivocado.
2. Muchos papás han hecho lo mismo con sus hijos, les han puesto un nombre basado en la identidad que
ellos querían.
3. Por eso, al igual que Jacob necesitamos recuperar la bendición de nuestra identidad: el nombre que
Dios originalmente tenía para nosotros. ¿Cuál es ese nombre?
VII. TRES FACTORES IMPORTANTES PARA ENCONTRAR NUESTRA IDENTIDAD Y PROPÓSITO:
1. LAS PERSONAS.

A. Un dicho popular dice: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. La gente con la cual estoy me
puede ayudar a saber cuál es mi identidad, “esta es la clase de gente con la cual me gusta estar porque
me identifico con ellos, son como yo…”. Esto sucede cuando estoy con las personas correctas o cuando
he encontrado a la persona con la cual Dios quiere que esté el resto de mi vida.
B. Pero, también, las personas con las cuales me relaciono pueden ser las culpables de mi pérdida de
identidad y propósito: “Las malas compañías corrompen las buenas costumbres” 1 Corintios 15:33. Por
culpa de esas personas podemos estar haciendo cosas que nada tienen que ver con lo que realmente
somos.
 Un ejemplo de esto lo vemos en Abigail, “era una mujer bella e inteligente” pero estaba casada
con Nabal, “un hombre insolente y de mala conducta” (1 Samuel 25:3). Por haberse casado con
Nabal, Abigail había perdido si identidad y propósito, pero un día tuvo la oportunidad de
conocer realmente a David y en ese momento la verdadera Abigail se volvió a manifestar.
Aunque el camino más fácil para ella era dejarse llevar por la forma de ser de su esposo, el
encuentro que tuvo con un hombre que le record su verdadera identidad, la inspiró a cumplir
con el propósito que Dios tenía para ella, ¡bendecir a las personas! Aunque eso implica
desobedecer a su esposo.Tiempo después y como consecuencia de su maldad, Dios acabó con
la vida de Nabal; Abigail estaba en libertad para casarse con el hombre que Dios realmente
tenía para ella: David.
 Lo contario también puede suceder. Una mujer mundana y materialista, puede sentir que su
esposo y la gente con la cual se rodea, no está permitiendo que su verdadera identidad se
manifieste. Eso fue lo que le pasó a la esposa de Lot que se sentía incomoda con la familia de
su esposo, especialmente con Abraham, el amigo de Dios. En la búsqueda de identidad, la
esposa de Lot puso su tienda mirando hacia Sodoma y poco a poco se fue acercando a ella,
hasta que terminó viviendo en medio de la ciudad con la cual ella se identificaba.
C. Dios usa a muchas personas para inspirarnos a ser lo que realmente somos. Nos sentimos atraídos a
esas personas porque con ellas podemos ser lo que realmente somos. Si no estamos casados es posible
que nos casemos con una de esas personas, como lo hizo David. Una de las señales más claras para
saber que una persona es la voluntad de Dios para nosotros es que cuando estamos con ella
recuperamos nuestra identidad y propósito.
2. EL LUGAR

A. El propósito de Dios para nuestra vida tiene un lugar específico y es nuestro deber estar en ese lugar,
por eso necesitamos saber en dónde quiere que estudiemos o que estudien nuestros hijos y en qué
iglesia Dios quiere que estemos. Así como unos árboles son más productivos en tierra caliente y otros
en tierra fría, así también algunas personas producen más fruto en una iglesia que en otra, porque ese
es el lugar donde el Señor quiere que estén.
B. En ocasiones Dios nos dice que nos quedemos en un lugar y en otras que nos vayamos. Jesús le dijo a
los discípulos: “No se alejen de Jerusalén” (Hechos 1:4). “Quédense en la ciudad hasta que sean
revestidos de poder de lo alto” (Lucas 24:49). A Abraham Dios le dijo: “Vete a la tierra que te mostraré
y haré de ti una nación grande, y te bendeciré” (Génesis 12:1-2). Muchas personas deciden ir a otros
lugares buscando mejores comodidades sin medir las consecuencias de esas decisiones; la Biblia dice
que Lot perdió a su familia porque se fue a vivir a Sodoma. Las decisiones que tomamos con respecto al
lugar donde vamos a estar no deben ser hechas basadas en comodidades o el los sentimientos, sino
basadas en la voluntad de Dios.
C. Muchos no están cumpliendo con el propósito que Dios tiene para sus vidas porque están en el lugar
equivocado. Así que la voluntad de Dios no es solo lo que hacemos sino en dónde lo hacemos.

3. EL TIEMPO

A. Aunque el propósito de Dios es algo que debemos estar cumpliendo todos los días, hay propósitos
específicos para nuestra vida que solo se cumplen si estamos en el lugar correcto, con la persona
correcta, en el momento preciso.
B. Dios tiene un tiempo para sus propósitos específicos. Hechos 2:1-2 dice: “Cuando llego el día de
Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente vino del cielo…”. Eclesiastés 3:1-8
dice; “Todo tiene un momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo del cielo: un
tiempo para nacer y tiempo para morir; tiempo para… plantar, cosechar, matar, sanar, destruir, llorar,
reír, estar de luto, saltar de gusto, esparcir piedras, recogerlas, abrazarse, despedirse, intentar, desistir,
guardar, desechar, rasgar, coser, callar, hablar, amar, odiar, para la guerra, y un tiempo para la paz”.
C. Lo más importante es lo que hacemos mientras esperamos el tiempo de Dios. Un propósito grande y
específico de Dios no se puede cumplir en nuestras vidas sino estamos cumpliendo con los propósitos
diarios aparentemente insignificantes.En 2 Crónicas 12:32 dice: que la tribu de Isacar “eran hombres
expertos en el conocimiento de los tiempos, que sabían lo que Israel tenía que hacer”. En Salmos 32:8-9
dice: “No seas como el mulo o el caballo”. Necesitamos aprender a conocer y a vivir ene le tiempo de
Dios. No podemos estar delante de Dios ni detrás.
D. Estamos delante de Dios cuando tratamos de ayudar a Dios para que las cosas se den rápido:
trabajamos más, nos endeudamos y nos afanamos. Estamos detrás de Dios cuando no aprovechamos
las oportunidades, no hacemos nada, no tomamos decisiones, nos volvemos perezosos….
E. Es difícil guiar algo que está quieto. Dios usa gente ocupada. Si estamos ocupados siguiendo la
dirección que ya hemos recibido, Dios nos dará más luz para el próximo paso. La prueba del tiempo es
quizás la prueba más difícil, por eso el Señor nos dice por medio de Pablo: “No nos cansemos de hacer
el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos” Gálatas 6:9.

VIII. UNA VIDA IMPULSADA POR UN PROPÓSITO

1. Una persona que sabe a dónde va, que tiene visión para su vida, es una persona impulsada por un
propósito. Cuando no sabemos a dónde vamos cualquier bus nos sirve, nos dejamos llevar por la vida y
permitamos que otros determinen lo que vamos a hacer.
 2. Vivir con propósito es tener la determinación de hacer lo que estamos convencidos que vinimos a
hacer en esta vida, y estar comprometidos a hacerlo con excelencia. Vivir con un propósito es
realmente vivir. Toso lo demás es simplemente existir o sobrevivir.
3. Dios tiene un propósito específico para cada persona y es nuestra responsabilidad conocer por medio
de la oración la voluntad de Dios. En Efesios 5:17 dice: “No sean insensatos, sino entiendan cuál es la
voluntad de Dios”.

IX. ¿CÓMO SABEMOS CUAL ES EL PROPÓSITO DE DIOS PARA NUESTRA VIDA?

Conocer el propósito estimula nuestra vida, nos da una razón para levantarnos en la mañana. Lo que nos deja
sin fuerzas y nos roba el gozo, no es el exceso de trabajo sino trabajar sin propósito. No existen atajos para
conocer la voluntad de Dios.

1. La única forma es por medio de una comunión permanente con Dios por medio de su Palabra y el
Espíritu Santo.
A. El salmista en Salmos 119:105 dice: “Tu palabra es un lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero”. La
lectura permanente de la Biblia nos muestra si estamos fuera de la voluntad de Dios y nos revela el
camino que debemos seguir.
B. Por medio de una comunión íntima con el Espíritu Santo aprendemos a ser sensibles al corazón de
Dios, a sus pensamientos y a sus deseos. Lo que le causa gozo y también lo que le entristece. El Espíritu
Santo nos guía poniendo a nosotros inquietud, intranquilidad o paz, gozo, libertad. La experiencia nos
hace sensibles a la dirección del Espíritu Santo. (Jn 16:3)
2. Propósitos generales: Aunque el propósito específico que Dios tiene para cada persona (¿qué estudiar?
¿Con quién casarse? ¿Dónde vivir?...) no lo encontramos en la Biblia, sí encontramos un propósito
general. Si somos fieles con ese propósito general podemos estar seguros de encontrar el propósito
específico. El propósito general nos lo presenta de manera clara Rick Warren en su libro “Una vida con
prepósito”, el cual se resume en estos cinco propósitos:

A. Adorar a Dios (Vivir una vida de DEVOCION).

B. Ser parte de la iglesia. Plantados en la casa del Señor. (En CONEXIÓN con la familia de la FE)
C. Ser como Cristo. Que el carácter de Cristo sea formado en nosotros. (GUIADOS en un proceso de
discipulado)
D. Servir a Dios. Poner mis dones y mi vida al servicio de Dios. (SERVIR)
E. Cumplir con la misión que Dios nos dio: Atraer a las personas a Cristo (CONQUISTAR a otros con el
amor de Dios)

3. Estos cinco propósitos tienen que cumplirse en todos nuestros propósitos específicos.
A. La Biblia dice que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Eso quiere decir que nos va a
gustar el propósito que Dios tiene para nosotros.
B. El plan de Dios para nuestra vida fue puesto en nuestro interior antes de nacer. El Señor dijo a
Jeremías: “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había
apartado; te había nombrado profeta para las naciones” Jeremías 1:5.
C. Pero el enemigo. Por medio, del rechazo, la mentira, los abusos y la influencia del mundo han
hecho que nuestros sueños originales se pierdan y que en lugar tengamos sueños y deseos
influenciados por el príncipe de las tinieblas. Es nuestra tarea descubrir y renunciar a los planes del
enemigo y encontrar la voluntad de dios. Proverbios 19:21 dice: “Muchos son los planes en el
corazón del hombre, pero son los propósitos del Señor los que prevalecen”.
4. Si no estás casado, recuerda que identidad y propósito es lo que nos muestra si estamos con la persona
que Dios tiene para nosotros. ¿estás con la persona que Dios tenía para cumplir su propósito? Aunque
la persona con la cual estás casado ha sido un obstáculo al propósito de Dios, no puedes separarte de
ella, pero tienes que esforzarte más para lograr el propósito de Dios o simplemente aceptar el plan B
de Dios.