Microestructura Parte 1

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Capítulo 1

¿QUÉ ES UN TEXTO?

Agustín Vera Luján

Un texto lingüístico es un acto de comunicación por el que dos o más


personas se transmiten informaciones. Y también podemos denominar así a
la unidad a través de la que se lleva a cabo tal acto de comunicación, ya sea
por vía oral o escrita.

La condición de texto no depende del mayor o menor número de


palabras, sintagmas u oraciones utilizado en una comunicación, sino de
que este material lingüístico sirva para transmitir de manera adecuada un
mensaje coherente e interpretable de manera autónoma. Así, ejemplos
como los de (1) a (3) pueden considerarse textos bien construidos en las
situaciones de comunicación adecuadas, puesto que sirven para transmi-
tir mensajes perfectamente comprensibles, como es el de la petición de
ayuda por alguien a cualquier persona que lo escuche:

(1) ¡Socorro!
(2) ¡Que alguien me ayude!
(3) ¡Si hay alguien por ahí, que me ayude, por favor!

Estos ejemplos poseen una complejidad mucho menor que la de otros


textos mucho más extensos como una novela, una noticia periodística,
un ensayo filosófico, etc. Todos ellos, no obstante, pueden considerarse
textos bien construidos cuando, como indicábamos, transmiten un men-
saje autónomo, que puede entenderse bien, tal y como se ha formulado.

¿QUÉ ES UN TEXTO? 13
1.1. CONSTITUYENTES DEL TEXTO

El texto se configura como una unidad comunicativa porque opera


con los siguientes elementos fundamentales:

 EMISOR O PRODUCTOR

Todo acto comunicativo lo produce, en efecto, un sujeto comunica-


dor, emisor del texto. Los textos más comunes, los que utilizamos en
nuestras relaciones diarias más habituales, suelen ser textos de emisor o
productor individual, pero esto no es necesariamente siempre así. Exis-
ten otros textos que tienen como una de sus características definitorias el
ser producidos por un conjunto de emisores (por ejemplo, pensemos en
un texto como las constituciones, que es creado por una Asamblea Cons-
tituyente, es decir, por un emisor o productor colectivo).

El papel del emisor o productor de un texto determina en muchos sen-


tidos la construcción o elaboración del texto. Debemos entender bien el
modo en que esta figura funciona en el texto para la correcta interpretación
del sentido del mismo. Pensemos en lo que sucede, por ejemplo, con el
lugar (espacio) y el momento (tiempo) de la producción del texto.

Todo emisor textual produce su texto en un tiempo, que es el mo-


mento presente en que la comunicación tiene lugar, y entender, interpre-
tar el sentido de un texto exige muchas veces tomar en consideración
esta coordenada temporal de emisión. Un ejemplo sencillo podría ser
como (4), que representa un texto lingüístico utilizado en una relación
comunicativa oral entre dos personas que se encuentran por la calle, por
ejemplo, el 20 de agosto de 2007, y en la que una de ellas (A) formula
una pregunta a la otra (B). Entenderemos fácilmente que si B puede
interpretar satisfactoriamente el texto de A es porque “sabe” de manera
precisa el significado lingüístico de la palabra mañana (‘el día que sigue
inmediatamente al de hoy’), es decir, es el día después del que A le está
transmitiendo dicho mensaje; por tanto, el 21 de agosto de 2007.

(4) A: ¿Nos veremos mañana?


B: Sí muy bien, mañana.

14 CÓMO HACER UN COMENTARIO DE TEXTO


En otro sentido, encontraríamos problemas para la interpretación de un
texto consistente, por ejemplo, en una nota como (5), pegada en la puerta
de un despacho. La dificultad radica en que las coordenadas temporales de
la emisión son desconocidas (el texto carece de la indicación precisa del
momento en que fue escrito). ¿Cómo sabríamos, entonces, cuánto tiempo
falta para el regreso de su autor? No podríamos decirlo hasta que no llegue
la persona que escribió la nota (eso, imaginando que fuera puntual).

(5) Vuelvo en media hora.

El emisor o productor textual, por el hecho de serlo, determina tam-


bién desde sus propias coordenadas el lugar o el aquí de la producción
textual (que corresponde al lugar en que se hace la emisión). En muchas
ocasiones saber en qué lugar se produjo el texto es también esencial
para interpretar adecuadamente su sentido. Así, por ejemplo, podemos
interpretar adecuadamente un texto como (6), que refleja una conversa-
ción telefónica de un hablante (Marta), que está en Barcelona, con otro
(Raúl) que está en Madrid, si entendemos que Marta no está en Madrid
en el momento de emitir (6). A ello nos ayuda que un verbo como ir sólo
puede ser utilizado correctamente si el emisor (en este caso, Marta) está
en un lugar distinto al que dice que va (Madrid):

(6) Iré a Madrid en breve.

 RECEPTOR O DESTINATARIO

Como unidad comunicativa, se puede decir que un texto lo es porque


está dirigido a un receptor o destinatario.

En términos generales, los textos que utilizamos en nuestra vida


diaria para las relaciones comunicativas más comunes tienen un re-
ceptor específico, es decir, un receptor cuya identidad está conve-
nientemente identificada. Pero no todos los textos se construyen para
un destinatario concreto. En ocasiones, los textos se dirigen a lo que
podríamos denominar un receptor genérico. El primero (receptor
específico) es, como indicábamos, el caso del destinatario de buena
parte de los textos que se utilizan en las relaciones comunicativas or-
dinarias. El texto de (6), por ejemplo, emitido en las condiciones de
contexto y situación que describíamos más arriba, está dirigido a un

¿QUÉ ES UN TEXTO? 15
receptor, el interlocutor (Raúl) de la conversación en cuestión, cuya
identidad es conocida por Marta; un receptor específico, por tanto.
Otros textos se orientan, sin embargo, a un tipo de receptor diferente.
Sucede así, por ejemplo, con los textos literarios, cuyo destino es el
conjunto de todos los destinatarios-lectores posibles, y que se cons-
truyen, por consiguiente, pensando en un receptor genérico. A este
receptor genérico, más específicamente lector, dedica el autor del
prólogo de este libro de Cortázar las siguientes palabras:

Para los asiduos que lo leen, la presencia de Julio es


creciente, conmovedora, posesiva, porque nadie busca
como él abolir las mediaciones que la literatura impone,
nadie procura con tanto ahínco ocupar personalmente
todas las instancias del escrito, presentarse como se-
mejante al alcance inmediato, entablar con el lector un
trato de extrema complicidad.

Saúl Yurkievich

Interpretar el funcionamiento de un texto, por tanto, de forma adecua-


da descansa en parte sobre la correcta comprensión del papel asignado en
el texto a su receptor.

En términos muy generales, comprender que un determinado texto


está dirigido a un receptor específico conlleva, por ejemplo, compor-
tamientos precisos en el ámbito del decoro o la cortesía comunicativa
(si uno sabe que no es el receptor específico de una conversación, es
de mala educación escuchar la conversación en cuestión y responder
como si uno fuera el receptor de la misma).

Comprender que un texto determinado se dirige a un receptor ge-


nérico resulta, por su parte, imprescindible para entender el verdadero
alcance o finalidad del texto. En el caso de los textos escritos, aunque
su lectura solo pueda realizarse de manera individual, nuestra actua-
ción como lectores-receptores individuales no puede hacernos olvidar
que ese texto no es en modo alguno una comunicación personal, y que
nuestra lectura-recepción representa la del conjunto de sus lectores
potenciales, a efectos de una explicación o comentario del funciona-
miento del texto.

16 CÓMO HACER UN COMENTARIO DE TEXTO


Entenderemos mejor estas implicaciones si recurrimos a un ejemplo
como el de (7):

(7) Suponga que usted va conduciendo un todoterreno recién


comprado por un camino rural y a un lado del camino escucha gritos
de socorro. Supongamos que detiene el coche, pensando lógica-
mente que alguien se encuentra en apuros. Se baja del coche, y tras
caminar unos pocos pasos, entre los arbustos, encuentra un hombre
tendido en el suelo con las piernas ensangrentadas. Tras hablar con
él, comprueba que no se puede mover, tiene profundas heridas y
posiblemente un pierna rota. La reacción más inmediata que usted
tiene, casi con toda seguridad, es la ayudar a esa persona y llevarla al
hospital más cercano. Pero inmediatamente y tras tomar esa decisión,
puede que le venga a la cabeza que de hacer tal cosa la tapicería de
su coche se manchará de sangre dejando rastros permanentes que
además nadie le va a pagar. ¿Qué decisión final tomaría usted? Yo
le doy una respuesta. Estoy seguro que, con muy alta probabilidad,
su reacción, a pesar de los considerandos posibles, sería coger a esa
persona herida y llevarla al hospital. ¿Por qué? Pues porque para
usted y desde luego para la mayoría de la gente sería profundamente
inmoral dejar morir a aquel hombre. Por inmoral se entiende aquí una
fuerza interna, una emoción que arranca y motiva a las personas a
actuar de esa manera altruista.

Vayamos ahora a otro supuesto. Suponga que una institución le dice


que hay una terrible hambruna en la población de un país lejano que
está produciendo miseria, infecciones y muerte. De hecho habría que
suponer muy poco pues de verdad sabemos que cientos de miles de per-
sonas mueren todos los años en el mundo por estas circunstancias. Pero
supongamos que esa institución, muy seria, nacional o internacional, le
dice que usted puede ayudar a paliar esta situación con un donativo re-
lativamente importante. ¿Qué haría usted en este caso? ¿Qué decisión
tomaría? Pues también me atrevo a darle una respuesta. Muy posible-
mente usted no donaría el donativo. ¿Por qué? Porque en este segundo
supuesto mucha gente piensa que es inmoral actuar así. De hecho la
mayoría conoce esta situación en el mundo, y pese a ello muchos pien-
san que éste no es un tema estrictamente moral y que la decisión de dar
o no una ayuda económica, una donación, referiría simplemente a una
elección libre, sin mayores consecuencias o implicaciones.”

Francisco MORA, EL CULTURAL, 28 noviembre de 2006.

¿QUÉ ES UN TEXTO? 17
Este texto constituye un acto de comunicación en el que el emisor
(Francisco Mora) se dirige a un receptor al que alude explícitamente
mediante la fórmula de tratamiento formal de segunda persona usted1.
No obstante, es evidente que no resultaría adecuada la interpretación
o resumen de este texto en términos equivalentes a “el autor considera
que si YO voy conduciendo…”, “la reacción que YO tendré…”, etc.,
por más que el destinatario-lector real de ese texto, aludido por “usted”,
sea necesariamente yo, que realizo la lectura del texto. Este usted es un
representante del receptor genérico al que va dirigido, y exige, en con-
secuencia, una interpretación del tipo: “el autor considera que si CUAL-
QUIER PERSONA…”, “la reacción que CUALQUIERA tendrá…”, etc.

Comprender el concepto de receptor genérico resulta esencial para en-


tender el funcionamiento de muchos textos, no solo literarios o periodísti-
cos como el anterior, sino de otros que también se apartan del ámbito de las
comunicaciones más utilitarias o habituales, como los jurídicos, científicos,
técnicos… Asimismo están dirigidos a un receptor genérico numerosos
tipos de textos ordinariamente utilizados también en nuestra vida diaria.
Imaginemos un simple cartel colocado en la puerta de acceso a un edificio
de viviendas como (8) en el que se pide que no se deje la puerta abierta. El
sentido de este texto, en los aspectos que ahora nos interesan, no es el de
que “YO he de cerrar la puerta”, sino el de que “CUALQUIERA o TODOS
han de cerrar la puerta”. Es lógico pensar que, si yo me siento aludido por
este cartel, lo soy porque formo parte de CUALQUIERA o TODOS.

(8)

1
  Hemos marcado usted en “negrita” en el texto (7) para facilitar su identificación. También llama-
mos la atención sobre su reflejo en las variaciones correspondientes de las formas verbales en tercera
persona, aunque no aparecen marcadas.

18 CÓMO HACER UN COMENTARIO DE TEXTO


 MENSAJE

Es otro de los componentes fundamentales de todo texto, el conteni-


do de las informaciones o comunicaciones transmitido por el emisor al
receptor o receptores del texto.

Los textos pueden variar enormemente en cuanto a la complejidad cuan-


titativa y cualitativa del mensaje que transmiten. Así, textos como los de
nuestros ejemplos anteriores (1) a (6) y (8) serán relativamente simples en
tales sentidos, mientras que otros como (7), o textos de mayor extensión, ha-
rán posible la transmisión de un mayor número de informaciones, y presen-
tarán una red más compleja de relaciones entre sus segmentos lingüísticos.

1.2. LA ORGANIZACIÓN DEL TEXTO

Para entender adecuadamente cómo funcionan las unidades que lla-


mamos TEXTOS es de gran utilidad distinguir, en su organización, los
tres siguientes niveles o componentes:

PRIMER NIVEL o COMPONENTE (MICROESTRUCTURA)

Se trata del nivel o componente de mayor concreción, relativo al conte-


nido del texto tal y como lo manifiestan sus emisores, tal y como lo pueden
oír o leer sus receptores. Es el conjunto detallado de informaciones que
aparece finalmente en un texto. La microestructura de un texto es, por
tanto, el conjunto de todos y cada uno de los contenidos o informaciones
que se transmiten en un texto, expresado a través de palabras, frases, ora-
ciones…, es decir, de todo el material lingüístico utilizado en el texto.

Lógicamente, este material lingüístico es de gran importancia para


la transmisión de las informaciones textuales, pero no todo el contenido
transmitido por el texto queda explícito en el material lingüístico. O sea,
no todo contenido textual es necesariamente contenido explícito. En
ocasiones hay informaciones que provienen de un contexto comunicati-
vo más o menos general, como sucedería en el caso de nuestro ejemplo
(8, Cierren la puerta). Podemos verlo más detenidamente: el sentido
comunicativo de la “petición de que se cierre la puerta” descansa sobre

¿QUÉ ES UN TEXTO? 19
el conjunto de palabras de esa secuencia lingüística (Por favor, cierren la
puerta), mientras que la información sobre el sujeto que hace la petición
la obtenemos como resultado de la aplicación de nuestro conocimiento
sobre la realidad del mundo. Ese conocimiento nos remite a que en los
edificios existen asociaciones de vecinos o “comunidades” interesadas
en el buen funcionamiento y la seguridad de sus propiedades, a las que
preocupa especialmente que las puertas del edificio no estén abiertas
cuando no hay vigilancia. Es esta información, conocida previamente
por nosotros, la que permite que un texto del tipo de (8) sea interpretado
como producido por un emisor genérico (la comunidad de vecinos).

En otras ocasiones, parte de la información que es transmitida por un


texto no es información explicitada, ni tampoco puede ser explicada por
un contexto general como el del ejemplo (8). Entonces, se trata de la de-
nominada información implícita. Esta información o contenido textual
existe, aunque no esté explícito en el material lingüístico del texto, y a
partir de él pueden ser interpretadas correctamente otras informaciones
explícitas. Pensemos en un texto como (9)2; para poder interpretar la
frase (b) de dicho texto de manera adecuada, debemos poder inferir la
información implícita de que Pedro envió la carta por correo:

(9) (a) Pedro envió una carta a su tía. (b) Debido a la huelga de co-
rreos, llegó una semana tarde.

SEGUNDO NIVEL O COMPONENTE (MACROESTRUCTURA)

Los textos transmiten, en muchas ocasiones, un caudal de informa-


ciones considerablemente mayor al de textos como (1) a (3), (4)…, tal y
como sucede con (7), o con muchos otros textos fácilmente imaginables,
de mayor complejidad aún. Cuando se trata de este tipo de textos de ma-
yor extensión y complejidad, sus receptores no guardan en su memoria
la totalidad de las informaciones contenidas en el primer nivel (el de la
microestructura), sino que reducen las mismas, las transforman en un
número menor, que de alguna forma las representa, aunque no coincida
exactamente con ellas. Es por esta razón que se hace necesario contar con
segundo nivel o componente como el de la macroestructura textual.

2
Veáse en detalle T. A. Van Dijk, Texto y contexto (semántica y pragmática del discurso), Madrid,
Ed. Cátedra, 1980, pp. 174-175.

20 CÓMO HACER UN COMENTARIO DE TEXTO


Este nivel consiste en las informaciones más relevantes o esenciales de
un texto, que podemos guardar en nuestra memoria; algo equivalente a lo
que habitualmente denominamos el resumen del contenido de un texto.

El primer (microestructura) y el segundo nivel (macroestructura)


de un texto pueden coincidir, lógicamente, cuando se trata de textos
pequeños, de complejidad informativa mínima como los de (1), (2), (3),
etc. Los contenidos de estos textos resultan tan elementales que pueden
ser recordados sin problemas, pero, en el caso de la interpretación de
textos de mayor complejidad, los contenidos manifestados en la mi-
croestructura deben ser procesados. El primer paso del proceso lleva a
una interpretación del texto cuyo resultado es una simplificación de las
informaciones de la microestructura; es decir, obtenemos una macroes-
tructura más simple, como puede verse en la figura siguiente.

MICROESTRUCTURA

Proceso de
simplificación
de las informacio-
nes del texto

MACROESTRUCTURA

En la macroestructura aparecen las informaciones o contenidos


transformados en otros que representan, de algún modo, al todo, pero de
manera mucho más simple o condensada. Este proceso de simplificación
se realiza, básicamente, a través de dos series diferentes de procedimien-
tos3. El más simple es el de eliminar información de primer nivel, o de
la microestructura, que no se considera importante para el sentido global
del texto. Podemos imaginar que una microestructura como la de (10a)
podría ser interpretada como equivalente de una macroestructura del tipo
de (10b), resultado de eliminar detalles de (10a) no importantes para el
sentido de ese texto.

3
Se podrán estudiar en detalles estas cuestiones en T. A. Van Dijk, Texto y contexto…, cit., pág. 213 y ss.

¿QUÉ ES UN TEXTO? 21
(10a) Aparcó su coche. El coche era grande y amarillo.

(10b) Aparcó su coche.

Un procedimiento más complejo para interpretar de modo simplifica-


do informaciones de la microestructura textual es el de transformarlas
en otras que las contengan desde un punto de vista lógico, conceptual
o lingüístico. En este sentido, una microestructura como (11a) podría
transformarse en la macroestructura (11b); otra del tipo de (12a) en
(12b), o una como (13a) en (13b).

(11a) Andrés llegó a su destino, paró el coche y lo aparcó.

(11b) Andrés aparcó su coche.

(12a) En la calle había coches, camiones y autobuses aparcados.

(12b) En la calle había varios vehículos aparcados.

(13a) Fui a la estación, compré un billete, subí al tren y este partió.

(13b) Cogí el tren.

Para explicar más convenientemente el segundo nivel o de macroes-


tructura textual, debemos hacer al menos dos precisiones importantes
más. En primer lugar, especialmente con los textos de cierta complejidad
informativa, no es adecuado suponer que existe solo un posible segundo
nivel o componente macroestructural de un texto dado; al contrario, se
pueden dar niveles macroestructurales diferentes, de diferente grado
de generalidad. Si recordamos que el concepto de macroestructura tex-
tual es equivalente al de resumen de un texto, entenderemos fácilmente
que, al igual que son posibles diferentes resúmenes de un texto, según su
grado de generalidad o de menor atención a los detalles más próximos a
la microestructura del texto, es también posible crear macroestructuras
diferentes, según correspondan a interpretaciones más o menos alejadas
o detalladas de la microestructura del texto.

Podremos entender más fácilmente esta cuestión si pensamos en dos


modos muy habituales de elaborar la macroestructura de algunos textos
“especializados” que llevan a dos niveles macroestructurales distintos,

22 CÓMO HACER UN COMENTARIO DE TEXTO


de diferente grado de generalidad. Es lo que sucede, en efecto, con los
artículos científicos. Si leemos, por ejemplo, un artículo de economía
para un examen, procederemos a elaborar la macroestructura de dicho
texto (artículo) manteniendo un grado de relativa generalidad, para no
perder muchos detalles, puesto que esa información es de importancia
en el contexto concreto en el que interpretamos el texto, orientado a un
examen. Pero si lo que debemos hacer es preparar un resumen del artícu-
lo para ser publicado en una revista científica, necesariamente habríamos
de elaborar una macroestructura de mayor generalidad o abstracción,
pues este tipo de publicaciones establece un espacio determinado para
los resúmenes, un reducido número de líneas que no debe ser superado.

En segundo lugar, resulta también imprescindible no perder de vista


que la elaboración de la macroestructura de un texto a partir de su mi-
croestructura es un proceso que exige en todo momento tomar en consi-
deración el conjunto de informaciones del texto con el que se trabaje, de
manera que para establecer finalmente si unas determinadas informacio-
nes de la microestructura pueden ser omitidas o no, o transformadas en
otras, es imprescindible tener en cuenta el resto de informaciones que el
texto pueda ofrecernos.

Pensemos, en relación con este segundo punto, cómo alguno de


los recursos narrativos fundamentales de la novela policiaca está esen-
cialmente basado en este mecanismo de la interpretación textual como
proceso. Como saben bien los aficionados a este género literario, la reso-
lución de determinados crímenes por el detective suele descansar sobre
su capacidad para atribuir a determinados detalles un sentido que suele
escapar al lector, a pesar de que esos detalles hayan estado a su dispo-
sición en el primer nivel, o microestructura, del relato policiaco, por lo
general desde los primeros momentos de desarrollo del mismo. Lo que
suele suceder en este tipo de textos es que su lector real va elaborando
un segundo nivel, o macroestructura, del texto sin darse cuenta de que
estas informaciones o detalles son esenciales, por lo que los deja fuera
de su interpretación, fuera de la macroestructura elaborada. Cuando el
detective, detallista y observador, destaca su importancia decisiva para
la solución del misterio planteado, el lector, sorprendido, ha de volver a
reinterpretarlos.

¿QUÉ ES UN TEXTO? 23
TERCER NIVEL O COMPONENTE (SUPERESTRUCTURA)

La producción de textos bien formados y la correcta interpretación


de los mismos hacen necesario en ocasiones tomar en consideración
la existencia de un tercer nivel o componente textual de organización,
denominado superestructura4. En términos muy generales, la superes-
tructura textual constituye el conjunto de reglas que hacen que un texto
sea reconocido como perteneciente a un género o tipo de texto; que sea
percibido, además de como texto coherente y bien construido, como un
texto que es una narración, una argumentación, una carta personal, una
instancia administrativa…

Imaginemos, en efecto, el tipo o género textual instancia. Se trata de


una modalidad textual en la que el emisor plantea determinada petición
a un receptor generalmente institucional. Estas características dependen
fundamentalmente del primer y segundo niveles, micro y macroestructu-
rales, de esta clase de texto, pero también han de ir acompañadas de otras
de naturaleza distinta, como es una determinada ordenación espacial de
los contenidos. Semejante modo de disponer la información es tan im-
portante para esta clase de textos que, como sabemos, es común la prepa-
ración de modelos, para ser rellenados por el solicitante con los detalles
específicos de su caso. En el plano o componente tercero o superestruc-
tural, los textos a que nos referimos presentan una forma específica, que
se corresponde, de forma muy general, con la señalada en (14) y en la
que aparecen: datos del emisor, motivos de la solicitud, lo solicitado,
fecha de la solicitud, firma del solicitante, identidad del destinatario…

4
Véase especialmente T. A. Van Dijk, La ciencia del texto, 1983.

24 CÓMO HACER UN COMENTARIO DE TEXTO


(14) Ilustrísimo señor:

Don/Doña..............., con Documento Nacional de Identidad núme-


ro...................., domiciliado en......................., calle ...........................,
número ......, piso ....., teléfono ........

Expone:
Que reúne todos los requisitos exigidos en la Convocatoria para la
provisión de dos plazas de agente de la Policía Municipal de Barañáin.

Que adjunta a esta instancia certificado médico oficial que acredita


sus condiciones óptimas para someterse a las pruebas físicas señaladas
en la Convocatoria, y justificante de haber abonado los correspondientes
derechos de inscripción.

Que se presenta a la plaza de:

1. Turno libre.

2. Turno restringido.

Por todo lo cual,

Solicita: Que teniendo por presentada esta instancia en tiempo y


forma, se admita al que suscribe a la oposición de dos plazas de Agente
de la Policía Local.

En ....................., a ................. de ........................... de 200…..

ILUSTRÍSIMO SEÑOR ALCALDE PRESIDENTE


DEL AYUNTAMIENTO DE BAÑÁIN.

Un número considerable de textos presenta ciertas características


que permiten adscribirlos a un tipo de género superestructural y no a
otro, en la medida en que se construyen respetando las reglas que lo
definen.

Evidentemente, la producción y la interpretación de un texto han de


tomar en consideración estos aspectos superestructurales de la organi-
zación textual. Centrándonos en aspectos relativos a la interpretación,
por ser la que está más directamente relacionada con nuestros objetivos,

¿QUÉ ES UN TEXTO? 25
el componente de superestructura textual resulta de gran importancia por
varios motivos.

De un lado, en ocasiones la superestructura de un texto es paralela a


la función comunicativa para la que sirve el texto. Esta función debe res-
ponder a la intención con la que lo construyó su emisor, y que el receptor
debe percibir. Textos cuya superestructura es la de una noticia periodís-
tica tienen como finalidad esencial la información (lo que implica que el
material informativo que transmiten debe encerrar un cierto interés y una
relativa novedad o actualidad, y que la presencia del punto de vista del
emisor-periodista debe limitarse al máximo en aras de la objetividad).
Otros textos, como las columnas de opinión periodísticas han de servir
para traer ante los lectores, en un breve espacio, algún hecho –de actua-
lidad o no–, cuyos efectos resultan de interés, actualidad o brillantez por
parte del autor, dado que su punto de vista es esencial. La percepción,
en consecuencia, de la finalidad de un texto, que es sin duda uno de los
aspectos esenciales que debe incluir su interpretación y comentario, está
en muchas ocasiones en relación íntima e indisociable con su organiza-
ción superestructural.

Por otra parte, tener en cuenta el tercer nivel, o superestructura


textual, resulta también de especial importancia en la elaboración
del segundo nivel o macroestructura por parte de los receptores de
un texto. Una de las características internas de la superestructura
textual5 es que algunos de sus elementos pueden tener carácter op-
cional, mientras que otros son siempre obligatorios. Esta clasifica-
ción es importante si razonamos que los elementos opcionales, que
aparecen solo en algunos tipos de textos, presentan información en el
primer nivel o microestructura que puede ser eliminada y no recogi-
da, posteriormente, en el segundo nivel o macroestructura (resumen
textual). Por el contario, otras informaciones de los elementos obli-
gatorios son candidatos perfectos a recogerse en la macroestructura
correspondiente.

En consecuencia, tomar en consideración el componente o nivel


de superestructura textual resulta imprescindible para entender de
manera adecuada el modo de funcionar de los textos como unida-

5
Para información detallada sobre las características de diferentes tipo de textos, según sus superes-
tructuras correspondientes, puede recurrirse a T. A. Van Dijk, La ciencia del texto, cit. págs. 148-168.

26 CÓMO HACER UN COMENTARIO DE TEXTO


des comunicativas, así como también para abordar correctamente
la elaboración de la macroestructura de los textos o, lo que es lo
mismo, para poder resumir adecuadamente tal tipo de textos, al
obtener por esta vía indicaciones bien precisas sobre su finalidad o
sobre los contenidos realmente importantes que a través de ellos se
transmiten.

¿QUÉ ES UN TEXTO? 27

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