Este documento presenta una oración de reparación a Jesucristo por los pecados de blasfemia y profanación del domingo. Se pide perdón por ver a la ley de Dios y la autoridad de la Iglesia despreciadas, y por ver el nombre de Jesús blasfemado. La oración pide a Dios que mire la faz sufriente de Cristo y tenga misericordia de los pecadores. Concluye con una oración llamada "la flecha de oro" dictada por Jesús.
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Este documento presenta una oración de reparación a Jesucristo por los pecados de blasfemia y profanación del domingo. Se pide perdón por ver a la ley de Dios y la autoridad de la Iglesia despreciadas, y por ver el nombre de Jesús blasfemado. La oración pide a Dios que mire la faz sufriente de Cristo y tenga misericordia de los pecadores. Concluye con una oración llamada "la flecha de oro" dictada por Jesús.
Este documento presenta una oración de reparación a Jesucristo por los pecados de blasfemia y profanación del domingo. Se pide perdón por ver a la ley de Dios y la autoridad de la Iglesia despreciadas, y por ver el nombre de Jesús blasfemado. La oración pide a Dios que mire la faz sufriente de Cristo y tenga misericordia de los pecadores. Concluye con una oración llamada "la flecha de oro" dictada por Jesús.
Este documento presenta una oración de reparación a Jesucristo por los pecados de blasfemia y profanación del domingo. Se pide perdón por ver a la ley de Dios y la autoridad de la Iglesia despreciadas, y por ver el nombre de Jesús blasfemado. La oración pide a Dios que mire la faz sufriente de Cristo y tenga misericordia de los pecadores. Concluye con una oración llamada "la flecha de oro" dictada por Jesús.
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UN ACTO DE ENMIENDA HONORABLE
A LA SANTÍSIMA FAZ DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
EN REPARACIÓN POR EL PECADO DE BLSFEMIA, LA PROFANACIÓN DE LOS DOMINGOS Y OTROS CRÍMENES IMPÍOS CONTRA DIOS Y LA IGLESIA
ACTO DE DESAGRAVIO A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Querido Señor, a través del Doloroso e Inmaculado Corazón de María, Te ofrecemos estas oraciones en reparación por los pecados que más ofenden a Dios en estos tiempos. Santísima y adorabilísima Faz del Salvador, humildemente postrados en vuestra presencia, venimos a tributaros, por medio de un solemne acto de Fe y de compasión, los homenajes de veneración, de alabanza y de amor que os son debidos. Queremos ofreceros también un desagravio honorable y una publica reparación por los pecados de blasfemia y por los sacrilegios con que la generación presente se hace culpable hacia la Divina Majestad y que renuevan respecto a 2
Vos, o amadísima Faz de mi Salvador, las ignominias y los dolores de la
pasión. Grande es nuestro horror y nuestra aflicción profunda al vernos los testigos de estos monstruosos insultos, que sin duda atraerán sobre nosotros y nuestras familias la maldición y los castigos de la justicia infinita. Vemos en efecto, alrededor nuestro, despreciar y pisotear la Ley del Señor y la autoridad de su Iglesia; su Nombre tres veces Santo renegado o blasfemado; el domingo, día reservado a su culto, públicamente profanado; sus altares y sus oficios abandonados por los cristianos, que prefieren vivir en culpables y frívolos placeres. ¡Ay! Los sectarios e impíos quisieran profanar todo lo que es religioso y Sagrado. Pero, sobre todo, sus más furiosos ataques se dirigen a la divinidad de Cristo, Hijo de Dios vivo, al Verbo encarnado, a su augusto semblante, a su Cruz y a la imagen del crucifijo. Las salivas y las bofetadas de los judíos son renovadas por los insultos que su odio de todos modos os inflige. ¡Oh Faz, llena de dulzura y amor, perdón mil veces perdón por tantos crímenes! ¡Oh! si pudiésemos reparar tantas ofensas por medio de nuestras humildes suplicas y por el fervor de nuestros homenajes! Pero, culpables y pecadores como somos ¿qué podemos ofrecer al Padre Eterno para aplacar su Justa cólera? No tenemos otra ofrenda sino vos, o divina Faz, pues que os habéis dignado haceros nuestra abogada y nuestra víctima. Suplid, por vuestras satisfacciones y vuestros méritos, lo que nos falta. Padre Celestial, os suplicamos, ¨Mirad la Faz de vuestro Cristo¨. Ved las llagas que la desfiguran, las lágrimas que se escapan de sus ojos apagados, los sudores que la inundan, los arroyos de sangre que brotan de sus mejillas profanadas y magulladas. Ved su paciencia invencible, su inalterable mansedumbre, su ternura infinita y su misericordiosa bondad por el pecador. Esa Santa Faz se vuelve hacia vos, y, antes de exhalar el último suspiro, amorosamente inclinada sobre la Cruz, os implora a favor de los que la maldicen y ultrajan. ¡Oh, Padre, oíd estas suplicas! ¡Dejaos conmover, tened piedad de nosotros y perdonad! Haced, en fin, que delante de esta Divina Faz, tan formidable y poderosa, los enemigos de vuestro Nombre huyan y desaparezcan; que se conviertan y vivan. Un Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre LA ORACIÓN DE LA "FLECHA DE ORO" dictada por Nuestro Señor a la Hermana María de San Pedro "Que el más santo, más sagrado, más adorable, más incomprensible e inefable Nombre de Jesús sea por siempre alabado, bendecido, amado, adorado y glorificado, en el Cielo, en la tierra y bajo la tierra, por todas las criaturas de 3
Dios, así como el Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo en el