#1 Baby Bump - Miley Maine
#1 Baby Bump - Miley Maine
#1 Baby Bump - Miley Maine
©Miley Maine
BEBÉ POR ERROR
Serie Jefes Multimillonarios, 1
Título original: Baby Bump
Traductora: Ana Cuestas
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Epílogo
Siguiente libro de la serie
Capítulo 1
Quinn
Nicholas
Nicholas
Me inclino y capturo sus labios, que se abren
inmediatamente como una invitación. Mi lengua se desliza
dentro de su boca y acaricio sus dientes y encías. Puedo sentir
sus dedos desabrochándome la camisa.
Me retiro y rompo el beso, que nos deja a los dos
jadeando. Deslizo los tirantes de su vestido por sus hombros y
siento que mi calor aumenta cuando me doy cuenta de que no
lleva sujetador. Ella me guiña un ojo y se inclina sobre mí, su
aliento rozando mi oído.
—Deberías ver qué más no llevo puesto —murmura.
¿Verdad?
Y luego…
Quinn
—¿Qué?
—Mira, Nicholas ha dejado claro que está interesado en ti,
¿verdad? —Yo asiento—. Estoy de acuerdo, no creo que haya
cambiado de opinión tan rápido después de intentarlo durante
tantos meses. Te ha estado tratando como a todas las mujeres
que caen a sus pies y ruegan su atención, y ha esperado que
reaccionases de la misma manera —señala Christy—. Tal vez,
finalmente, se ha dado cuenta de que comportarse de un modo
más maduro te atraerá.
—Así que… ¿me está cortejando? —pregunto, algo
confundida.
—No. —Christy resopla—. Está dando un paso atrás para
pensar en un plan de ataque. Y te está dando espacio para
respirar mientras lo hace.
Ah. Bueno, eso tiene sentido, por mucho que odie
admitirlo. Conozco a Nicholas lo suficiente como para saber
que no era posible que se rindiera, aunque no he sido capaz de
entender su juego. Si esa es su nueva táctica, es halagador,
aunque sigue pareciéndome molesto.
Si pudiera entender por qué se está tomando tantas
molestias…
—Quinn, eres inteligente, impulsiva y bonita —continua
Christy sonriéndome con cariño—. Desearía que pudieras
verlo.
—Tal vez, pero no soy ni de lejos tan hermosa como esas
modelos con las que sale, normalmente. Así que no lo
entiendo.
—No tienes que ser exactamente como ellas; está claro que
Nicholas ha encontrado algo en ti que le gusta —dice—.
Además, tal vez su interés en ti es también una señal de que
está buscando una relación más madura.
Nicholas
—Un café con leche con dos azucarillos —digo con una
inclinación de cabeza, recordando cómo ella se toma el café.
—Gracias, Tabitha.
—¡Con él!
Me congelo cuando el hombre se gira para mirarme.
Capítulo 6
Quinn
—¡Con él!
Nicholas
Frunzo el ceño.
—Haré saber a recepción que no se le volverá a dar acceso
a mi despacho —aseguro—. No deberían haberle permitido
subir aquí.
Voy a tener una charla muy severa con Jacinta y Chloe.
Escuchar a Quinn confesar sus problemas con ese tipo me ha
puesto furioso. Las chicas de recepción han dejado subir a un
hombre que ha estado acechando a mi secretaria; ¿quién sabe
lo que podía haber pasado? Si viera ahora mismo a Chloe y
Jacinta, podría acabar despidiéndolas.
En realidad…
Quinn
—Púrpura —acepto.
«Quinn,
Sé que puedes pensar que esto es demasiado, pero espero
que lo aceptes, aunque solo sea para continuar con la treta.
Espero que también te guste el anillo».
Nicholas
Es una locura.
Sin embargo, estar con Quinn en las últimas semanas me
ha recordado aquellos días en los que tenía muy poco. Cuando
no tenía más que deudas, grandes sueños y mi propia
determinación de cumplirlos. Quinn me recuerda la humildad
y pensar en los demás.
Yo quería a Quinn. Era la única mujer que me había dicho
que no, y eso había sido tan frustrante como fascinante. Mi
intención de conquistarla estaba basada en el orgullo. Tenía
que encontrar la manera de hacer que se enamorara de mí para
decir que podía tener a cualquier mujer que quisiera.
En algún momento del camino, sin embargo…
No le devuelvo la sonrisa.
Quinn
—Oh.
Es por mí otra vez. Siento una extraña sensación de
asombro. Nicholas está enfadado con su familia, no quiere ni
verlos por la forma en que me trataron.
—Puedes quedarte —digo antes de poder reconsiderarlo.
—Gracias.
—¿Quinn? —pregunta.
No quiero hablar. Quiero sentir. Doy otro paso adelante.
De repente, las manos de Nicholas están sobre mis hombros
empujándome hacia atrás.
—¿Qué está pasando? —pregunta.
—Te deseo —digo—. ¿No me deseas tú también,
Nicholas?
Siento la forma en que todo su cuerpo se estremece, y eso
me emociona. Su deseo es casi palpable. Me quiere tanto
como yo lo quiero a él ahora mismo. Arrastro mis uñas
suavemente por su piel, y su aliento se recupera.
—¿Quieres esto? —pregunta con la voz ligeramente
quebrada—. ¿Realmente quieres esto?
Sé por qué lo pregunta. Me he pasado los últimos meses
rechazándolo sin parar. ¿Ha cambiado algo? No estoy segura.
Las cosas han sido diferentes entre nosotros últimamente, y no
he odiado su atención. Pero ahora mismo lo único que quiero
es tener emociones fuertes para dejar de sentirme tan sola y
marginada.
—He apreciado lo maravilloso que has sido últimamente
—ronroneo, me inclino y respiro el olor de su almizcle único,
mis ojos revoloteando ligeramente por su cara—. Lo has
estado intentando. Me he dado cuenta. —Mi mano baja y
presiona el bulto que se forma en sus pantalones. Él gime—.
Eso me ha hecho desearte —continúo—. He querido sentir tus
manos sobre mí, y que empujes dentro de mí. —Su polla se
llena y se endurece, y sus caderas se mueven—. Quiero que
me folles.
—Mierda —gime.
Y luego me besa fervientemente, y sé que he ganado. Ya
no puede discutir más, ahora que le ofrezco en bandeja de
plata todo lo que ha buscado en los últimos meses. Sonrío en
sus labios. Parte de mí se pregunta si podría terminar
lamentando esto por la mañana.
Nicholas
—Tú también.
Bajo un poco más hasta quedar completamente dentro de
ella. Puedo sentir mi polla palpitando dentro de su cuerpo, y
ella se calienta sobre mí mientras se ajusta, con los ojos
cerrados. Luego los abre. La mirada en sus ojos se calienta y
envía una emoción a través de mi cuerpo.
—Yo…
Quinn
—¿Qué? —jadea.
—El sábado por la noche —digo cerrando los ojos
brevemente—. Me pidió dormir en mi sofá porque no podía
soportar ver a su familia. Entramos y le quité la chaqueta, la
corbata y… —Me aclaro la garganta torpemente—. Le salté
encima. Estaba un poco borracha.
—Mierda —dice Christy, aturdida.
Quinn
Nicholas
Quinn
—Gracias.
Salgo del taxi y mi estómago se contrae de nuevo, pero
respiro profundamente y controlo las náuseas. Ya no tengo
nada en mi estómago. Cuando siento que puedo moverme,
entro en la clínica. Hay unas cuantas personas esperando,
algunas ojeando revistas mientras otras miran sus teléfonos.
La mujer de recepción, con una etiqueta prendida del
bolsillo de su bata con el nombre de «Clara», sonríe cuando
me acerco.
—Tengo una cita a las dos y media —digo.
—¿Ha estado aquí antes? Necesito comprobar algunos
detalles.
Me agarro el borde del mostrador y respondo a sus
preguntas rápidas. Luego me sonríe de nuevo.
Excepto…
Estoy embarazada.
Nicholas
¿Qué?
—Bien —suspira.
—Sí —asegura.
Al menos ahora está sobria, y está tomando esta decisión
con la cabeza más clara, así que la beso de nuevo, con fuerza
esta vez. Ella es mía, ahora y siempre. Mía para amarla y
cuidarla. Mía para ayudarla con cualquier cosa que pueda
necesitar.
Mía.
Nuestras lenguas se enredan y agarro sus caderas con
fuerza, acercándola a mí. Mi polla se agita endureciéndose
incómodamente dentro de mis pantalones, y estoy seguro de
que ella puede sentir mi creciente interés en lo que está
pasando entre nosotros. Gime profundamente, un sonido que
penetra en mi cuerpo, y se retuerce contra mi entrepierna de
forma seductora.
Quinn
¿Qué pensará él? Le echo una mirada furtiva, pero sus ojos
están cerrados y su cabeza está inclinada hacia atrás mientras
respira profundamente. Me siento horrible, como si lo
estuviera engañando. Lo que hago no es justo para él, en
absoluto. Ha dejado claro que está interesado en mí, y lo he
utilizado porque necesitaba consuelo.
—Vayamos a la cama.
Quinn
—Un poco mejor que ayer, pero, sí, todavía siento algo de
náuseas.
Nicholas
Quinn
—Pues tengo que darte más tiempo libre para que puedas
tener un hobby —dice irónicamente.
—Tengo un hobby —protesto—. Leo… a veces.
Nicholas resopla.
Nicholas
—Entremos al despacho.
No es un lugar romántico. Mi estudio está lleno de
estanterías, una mesa cerca de la ventana y un sofá de lectura.
Empujo a Quinn hacia el sofá, que es tan cómodo como
cualquier cama. Ella se gira para cambiar de posición, y yo
caigo sobre el sofá. Se sienta a horcajadas sobre mí. Sus ojos
expresan necesidad detrás de sus gafas, y mechones de pelo
rubio caen sobre su frente.
—Fóllame —jadea.
Quinn
Nicholas
Suspiro.
Luego se va. Por fin tengo a alguien que sabe lo que está
haciendo, aunque sigo esperando que Quinn regrese. No
podría soportar perderla, ya sea como posible pareja o como
compañera de trabajo.
Capítulo 24
Quinn
Extraño a Nicholas.
No puedo creer lo mucho que lo echo de menos. Pasar dos
semanas lejos de él, me ha hecho darme cuenta de cuánto
disfruto teniéndolo en mi vida. Extraño su sonrisa y su
profundo acento extranjero. Echo de menos la forma en que
golpea su bolígrafo contra su labio cuando está pensando.
Incluso extraño la forma en que coqueteó torpemente conmigo
antes de darse cuenta de que tenía que tratarme como a una
adulta.
¿Cómo es posible? Todo lo que hacía era quejarme de él.
Era un buen jefe, pero su personalidad seductora y poco fiable
hacía difícil llevarse bien con él. Reconocía que era
extremadamente atractivo, pero no me interesaba interactuar
con él más allá del ámbito profesional. Y luego todo cambió.
Ahora lo echo de menos y, por si fuera poco, estoy
embarazada de su bebé. Estos extraños sentimientos que tengo
por Nicholas comenzaron incluso antes de que me acostara
con él, cuando dejó de coquetear conmigo y empecé a
volverme paranoica porque una parte de mí lo echaba de
menos.
Dios, soy tan jodidamente tonta.
Me pregunto si debería llamar a Christy. Aún no se ha
burlado de mí y sé que tampoco lo hará si admito que quiero a
Nicholas cerca. Pero siento que ya me he desahogado
demasiado con ella. Además, estoy cansada de lamentarme.
Todo lo que hago cuando hablo con Christy o con cualquier
otra persona es quejarme de cómo va mi vida. Me acurruco y
envuelvo mi cuerpo con mis brazos. Es sábado, así que no
tengo que ir a ningún sitio. Tampoco habría ido a trabajar. Solo
he ido tres veces y me he tenido que ir a la hora del almuerzo,
incapaz de soportar estar tan cerca de Nicholas sin haberle
hablado de su hijo.
¿Cómo han podido cambiar las cosas tan drásticamente?
Desearía poder retroceder en el tiempo hasta hace un mes,
antes de acostarme con él, cuando todo era más simple.
Cuando mi única preocupación era preguntarme por qué el
comportamiento de Nicholas hacia mí había cambiado de
repente.
—¿En serio?
—Hola, Nich…
Nicholas
Anne me sonríe.
¿George?
Nicholas
—¡Estoy aquí!
Escucho la voz, pero no la proceso hasta que veo a Andy
allí, arrastrando a George lejos de mí. Me tambaleo y luego me
siento pesadamente en el suelo, respirando profundamente.
—Yo…
No puedo evitarlo. Acerco mi mano a la suya y se la cojo
suavemente. Ella no se aparta.
Quinn
Él me sonríe.
—No hay nada que lamentar —me dice—. A veces, la
gente no está preparada, y no pasa nada.
Quinn
—Lamento que hayas tenido que pasar por esto sola, por
encima de todo lo demás —dice—. Debe de haber sido duro.
Nicholas
—¿Quinn Butler?
—Gracias —digo.
—Es una gran sorpresa para ambos, así que les dejaré
hablar mientras tomo las fotos —dice la mujer.
Quinn
—Quinn —comienza.
Él ríe.
—Estos últimos tres años han sido los mejores de mi vida.
Eres mi todo, Quinn. Eres la luz que me ilumina y me diste
dos pequeñas estrellas. A veces, recuerdo al arrogante playboy
que era entonces, y apenas puedo creer lo mucho que he
cambiado. Fue gracias a ti, Quinn. Siempre fue por ti. Sin ti,
no sé dónde estaría. Por ti tiraría todo por la borda si me lo
pidieras. Te quiero mucho, Quinn. Ojalá pudiera darte la luna,
si fuera posible. Te mereces todo lo que este mundo puede
ofrecerte. Y me elegiste a mí para ser la persona con la que
quieres estar. Estoy agradecido todos los días por eso.