El Futbol Femenino

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El fútbol femenino: el lado oscuro del fútbol colombiano inmerso en el machismo

Por: Génesis Daniela Mora Rodríguez

El fútbol masculino colombiano ha sido un rasgo importante por el cual el país ha


sido reconocido a nivel internacional. La época dorada del fútbol colombiano que tuvo sus
inicios en los años 40, se caracterizó por funcionar como puente para exportar jugadores
sudamericanos de clase mundial a varios de los clubes élite de la época. A su vez, la
selección colombiana en los últimos años ha sido fuertemente patrocinada, llegando a
alcanzar un gran renombre en el mundo del fútbol.

Por otro lado, la Selección de Fútbol Femenina fue fundada algunos años atrás y no
ha contado con el apoyo suficiente no solamente económico, sino también cultural en un
deporte que lleva siendo netamente masculino; por tal razón, no ha logrado darse a conocer
en un ámbito más amplio y comercial. Los torneos que esta disputa son levemente
patrocinados por los canales deportivos y al mismo tiempo se evidencia que el equipo
carece de marketing para su financiamiento y reconocimiento.

La Selección de Fútbol Femenina lucha día tras día contra el anonimato que las
consume, producto del machismo que predomina en la sociedad colombiana y que ha dado
pie al crecimiento de la brecha deportiva. Las jugadoras las cuales han sido campeonas de
grandes torneos y recientemente ganadoras de la Libertadores (torneo más importante de
América), siguen siendo minimizadas ante los medios y las entidades deportivas, puesto
que no cuentan con el suficiente apoyo y sostebinilidad que las catapulte al éxito. Son una
Selección que posee el talento deportivo, pero que pelean contra una sociedad marcada por
la desigualdad de género.

¿Es el futbol femenino desmeritado únicamente por la falta de inyección económica


o también por aspectos culturales y de género que afectan al deporte femenino en general?

El machismo que está latente en la sociedad colombiana excluye la aceptación de


equipos femeninos, lo que conlleva a que la inversión de capital sea escasa para las mujeres
deportistas.
El deporte femenino sigue manchado por el machismo, la discriminación y la
corrupción por parte de los que tienen el poder en el deporte colombiano. La falta de
ayudas económicas y patrocinio no han permitido que los equipos femeninos surjan en un
deporte dominado por los hombres.

“Es indiscutible la falta de interés de un inversionista para meter su dinero en algo


que no le es rentable. El fútbol femenino no tiene suficientes espectadores a nivel
nacional.” (Forero, 2019).
Los patrocinios y espectadores son una parte indispensable en los ingresos y en el
éxito de un equipo de fútbol en una temporada. Un equipo llega a necesitar hasta 800
millones de pesos para lograr mantenerse en un campeonato de inicio a fin. El problema es
que la liga femenina no capta tales patrocinadores que se interesen por los equipos.
Mientras un equipo de fútbol masculino puede ser patrocinado por grandes marcas
como Postobon, Herbalife, Alquería, Pepsi, entre otras. Las mujeres luchan porque sus
partidos sean transmitidos por canales con un porcentaje de espectadores más significativo.
Pero, el desenlace nunca es como el esperado, la mayoría de los deportes siguen siendo un
campo de preferencia masculina.

Por otro lado, la diferencia y discriminación salarial que padecen las jugadoras
femeninas es un punto clave en la brecha que cada vez se hace más grande en el mundo
deportivo.
La participación de las mujeres en el fútbol ha crecido cada vez más, hoy en día
alrededor de 40 millones de mujeres practican profesionalmente este deporte. Sin embargo,
el panorama de los ingresos de las deportistas no es confortante. Estudios demuestran que
el 49% de las mujeres futbolistas no cuentan con un salario y los salarios de los jugadores
masculinos quintuplican el de las jugadoras femeninas, el cual oscila entre 2 y 4 millones
de pesos. Igualmente, la desviación de fondos que sufren los equipos femeninos se
evidencia en la injusta repartición de premios. En la última Copa Libertadores, el Atlético
Huila Femenino al quedar campeón recibió como premio 55.000 dólares (los cuales fueron
destinados mayormente al Huila masculino); mientras que, en el juego disputado por los
equipos masculinos, el River Plate como ganador recibió 6 millones de dólares, lo que
representa 120 veces más que lo ganado por el equipo femenino.
Además, la desigualdad de género se ve evidenciada en los abusos que sufren las
jugadoras femeninas, lo cual abarca abusos sexuales, laborales y emocionales.
El caso más reciente se dio cuando la fisioterapeuta del equipo femenino, Carolina
Rozo, denunció públicamente a Didier Luna, entrenador del equipo, por acoso sexual y
carga laboral. La denuncia de Rozo causó gran impacto en las noticias nacionales y en las
Federaciones Deportivas, y mientras que algunas posturas eran de indignación y apoyo,
otras eran de señalamiento y crítica.
Al momento de hacer públicos estos casos y denuncias, las jugadoras ponen en
riesgo su permanencia en los equipos de los cuales forman parte y se exponen casi que a la
finalización de sus contratos y carreras profesionales. (débil)
En un deporte dominado por los hombres y únicamente valorado por los esfuerzos
hechos por estos, una denuncia hecha por una mujer se ve intensamente criticada. Un claro
ejemplo de esto fue el caso de la jugadora Daniela Montoya, la cual denunció su
experiencia y así mismo exigió una indemnización monetaria. Luego de este escándalo,
Montoya fue retirada de su Selección y no pudo participar en los torneos que se tenían
planeados.

Sin embargo, algunos comentaristas deportivos y las Federaciones de Fútbol


expresan que: “El futbol es ancho e incluyente, de tal manera que de él no se ha logrado
excluir a nadie que desee practicarlo.” (Palomares, 2015)
El futbol es incluyente únicamente con el género masculino, pues son aquellos
grupos los que generan mayores ingresos y expectativas. En el ambito profesional vemos
que el futbol masculino es ampliamente divulgado, hasta el punto que las selecciones
inferiores como la Sub 20 y Sub 17, son inclusive, muchas veces, más nombradas que la
propia Selección de Mayores Femenina.
Debido a los aspectos culturales (muchos de ellos basados en el patriarcado y el
machismo), que envuelven a nuestra sociedad, el futbol masculino es visto como el futbol
que realmente importa, “… el talentoso, el que despierta pasión, el que se debe sacar
adelante…” (Martínez, 2019). Esto obstruye el largo camino que otras selecciones recorren
para lograr emerger del olvido y poder posicionarse de manera contundente en el sector
deportivo de nuestro país. Así lo vemos evidenciado en el desconocimiento que acompaña a
nuestras mujeres deportistas.

Varios medios deportivos y periodistas del medio se han referido al futbol femenino
como: “Fútbol femenino: ni es fútbol, ni es femenino.” Estas frases manchadas de
machismo esconden evidentemente el transfondo de una brecha de género que golpea a la
sociedad.
El deporte actualmente se rige por el sexo, los parametros impuestos por el sistema
social son los responsables de hacernos pensar que si una mujer juega futbol se aleja de
todas las características propias de una verdadera “mujer”, o si un hombre escoge algún
deporte que no sea de contacto se vuelve “afeminado”. Esto conlleva a que veamos con
ojos excluyentes y de rechazo a las mujeres deportistas que practican un deporte
considerado netamente “masculino”. “El futbol femenino se juega en un campo destinado
para ello, con un total de 22 jugadoras, 11 en cada equipo, con un balón y con un sistema de
puntuación en el cual el equipo que marca más goles es el ganador. ¿Dónde está la
diferencia respecto al fútbol masculino?”. (Sanchez, 2014). La respuesta es sencilla:
ninguna.
Por tal razón es que los deportes no liderados por hombres, en el caso del fútbol, se
vuelven equipos anónimos y discriminados. Equipos que luchan por surgir y poder marcar
la diferencia en una sociedad machista, que hace inferiores a las mujeres y las encasilla. No
existe una sola forma de ser mujer. “Se puede ser mujer de muchas maneras, y esto implica
que ellas también puedan ser fuertes, valientes, veloces e incisivas, cualidades requeridas
para jugar fútbol y otros deportes competitivos.” (Martínez, 2019)

Como conclusión vemos que el aferro cultural, la poca credibilidad por parte de
inversionistas, y la corrupción, dejan como resultado una controversial percepción de lo que
es el fútbol. Siendo el deporte rey para muchos, siendo una cuna monetaria para las
empresas y siendo el deporte con la mayor cantidad de seguidores; hace que se replante la
idea de si es este realmente un deporte tan global como se le identifica, o es mayormente
para la audiencia encasillada en ideologías machistas y para los deportistas que realmente
gozan del apoyo externo e interno: los hombres.
Referencias
Forero, A.R. (2019). Fútbol femenino en Colombia: ¡dejemos el machismo!. Revista
Dinero. Recuperado de: https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/futbol-
femenino-en-colombia-dejemos-el-machismo-por-raul-avila-forero/267742
Pinochet, J. (2019). El escándalo que sacude el fútbol femenino en Colombia: abuso sexual,
maltrato y desigualdad. BBC Deportes. Recuperado de:
https://www.bbc.com/mundo/deportes-47402553
Redacción deportes. (2019). Didier Luna, a imputación de cargos por supuesto acoso sexual
en la selección femenina. El Espectador. Recuperado de:
https://www.elespectador.com/deportes/futbol-colombiano/didier-luna-imputacion-de-
cargos-por-supuesto-acoso-sexual-en-la-seleccion-femenina-articulo-843196
Paniagua, M. (2018). La desigualdad económica entre el fútbol femenino y el masculino a
debate. Blasting News. Recuperado de: https://es.blastingnews.com/opinion/2018/08/la-
desigualdad-economica-entre-el-futbol-femenino-y-el-masculino-a-debate-002695607.html
Martínez, A. (2019). El fútbol femenino: reflejo de una sociedad machista. El Tiempo.
Recuperado de: https://www.eltiempo.com/deportes/futbol-colombiano/el-futbol-femenino-
reflejo-de-una-sociedad-machista-338386
Sánchez, M. (2014). “El futbol femenino: ni es fútbol, ni es femenino.”. Mirales.
Recuperado de: http://www.mirales.es/futbol-femenino-ni-es-futbol-ni-es-femenino/

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