TEL
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ÍNDICE DE CONTENIDOS
1. Introducción.
2. Concepto de TEL.
3. Desarrollo psicológico del niño con TEL
4. Subtipos de TEL
5. Evaluación logopédica del TEL.
6. Intervención logopédica en TEL.
7. Bibliografía específica.
8. Enlaces.
IMPORTANTE: este tema incluye dos casos prácticos para practicar la evaluación y
planificación del tratamiento logopédico. Puedes encontrarlos en la sección de Casos prácticos
del menú principal.
1. INTRODUCCIÓN
Los estudios realizados sobre atención logopédica demuestran que una buena parte de los
niños que lleguen a las consultas de los logopedas o que requieren de una intervención escolar
personalizada, tienen lo que en términos vagos podríamos denominar un "retraso en el
lenguaje", sin que existan otras patologías que en principio pudieran dar razón de este desfase
evolutivo. Es decir, que son niños que no presentan ninguna patología evidente más allá de un
nivel reducido en el desarrollo y la adquisición del lenguaje.
En este tema veremos el denominado trastorno específico del lenguaje o TEL , que es el
término propuesto internacionalmente para abarcar (o más bien para tratar de abarcar) dichas
alteraciones logopédicas. El del TEL es un campo de plena actualidad en el ámbito logopédico
internacional, en el que se realizan numerosísimas publicaciones, y que recibe una gran
atención en conferencias, seminarios y simposios. Sin embargo, es muy importante que
entiendas que también es un campo polémico, existiendo posturas contradictorias respecto
sobre el propio concepto de TEL, cómo identificarlo, qué tipos de TEL pueden existir, en qué
momento es posible detectarlo, cómo tratarlo...
Aquí trataremos de exponer, en primer lugar, los aspectos conceptuales del trastorno
específico del lenguaje: cuál es el concepto más aceptado de TEL, qué otros términos pueden
confundirse, qué tipos de TEL se suelen distinguir, etcétera. En segundo lugar, veremos qué
repercusiones suele tener el TEL en el desarrollo evolutivo de los niños, cuáles son los
problemas a nivel logopédico que con mayor frecuencia se presentan. Tercero, analizaremos el
proceso de evaluación en el TEL, haciendo hincapié en las áreas que se suelen medir, la
importancia de un buen diagnóstico diferencial, y los instrumentos más habituales en nuestro
país. Y cuarto, terminaremos exponiendo cuáles son los aspectos que con mayor frecuencia
son objeto de intervención logopédico en este tipo de casos.
2. CONCEPTO DE TEL
Así, un primer término que tuvo cierto éxito es el de "afasia evolutiva", entendida como
trastornos receptivos o productivo-receptivos producidos en niños y que mostraban
similitudes con la desorganización del lenguaje que es típica en las afasias de los adultos.
Lógicamente, los casos de TEL entrarían dentro de los retrasos primarios en el lenguaje,
reservándose la otra categoría para los problemas logopédicos asociados al retraso mental, el
autismo, etcétera.
Sin embargo, para muchos autores e investigadores esta categoría de "retraso primario"
seguía siendo muy amplia y con poca utilidad para el trabajo clínico, por lo que nuevamente se
subdividió en dos nuevos conceptos:
Retraso simple del lenguaje: se aplicaría a niños pequeños (hasta unos 6 años) en
los que existe un desfase en el aprendizaje del lenguaje si lo comparamos con el
ritmo evolutivo habitual de las adquisiciones.
Disfasia infantil: se entendería como un déficit del lenguaje oral que se manifiesta
principalmente a partir de los 6 años, bajo la forma de una desorganización del
lenguaje en evolución.
Los conceptos de "retraso simple" y de "disfasia infantil" encontraron un notable eco dentro
de la comunidad científica y logopédica, siendo utilizados extensamente; incluso en la
actualidad, algunos trabajos emplean el concepto de disfasia o de retraso simple del lenguaje.
Pero pese a ello, muchas voces continuaron criticando esta terminología, apoyándose en
razones como las siguientes:
En la práctica eran muy difíciles de distinguir, ya que básicamente los problemas
típicos del retraso simple también podían encontrarse en la disfasia y viceversa.
El criterio de los 6 años es muy problemático, ya que los niños no tienen un ritmo
evolutivo que pueda dividirse categóricamente en función de la edad cronológica.
Debido a los problemas anteriores, la utilización en el campo aplicado era muy
difícil. Si bien a nivel teórico eran muy comunes, la utilidad clínica de los dos
términos era muy escasa.
Había muchos casos que no quedaban bien cubiertos, especialmente en la disfasia.
No eran términos específicos: el término de retraso en el lenguaje es muy vago y de
uso común, y el de disfasia tenía connotaciones en el ámbito médico.
Por todo ello, se procuró una solución consistente en "empezar de cero", empleando un nuevo
término para describir esta casuística. Así, a partir de las propuestas de varios autores y
posteriormente de las recomendaciones de la ASHA (American Speech-Hearing Association),
surgió el término de "trastorno específico del lenguaje (TEL)" para hacer referencia a una
limitación significativa del lenguaje en niños que presentan un desarrollo normal y que no
muestran una causa evidente para dicha limitación.
En esta asignatura, por tanto, hablaremos del TEL a la hora de abordar los retrasos en el
lenguaje. Y más concretamente, utilizaremos la definición de este trastorno propuesta por la
ASHA (American Speech-Hearing Association), que lo caracteriza como:
"Una dificultad con el lenguaje que no está causada por ningún déficit evidente a nivel
neurológico, sensorial, intelectual o emocional, y que puede afectar al desarrollo del
vocabulario, la gramática y las habilidades conversacionales"
Esta definición es también la recogida en nuestro país por AELFA (Asociación Española de
Logopedia, Foniatría y Audiología), que entiende este déficit como:
"Dificultades de lenguaje observadas en niños con un desarrollo típico en todas las demás
funciones psicológicas y con una educación normal, al menos en el momento de su
identificación"
En resumen, los niños diagnosticados con TEL (a) muestran un funcionamiento correcto en la
mayoría de áreas de funcionamiento, (b) no muestran otros trastornos concomitantes, y (c)
tienen evidentes dificultades en el lenguaje sin razones aparentes.
Y aunque, como veremos más adelante, la variedad de problemas y casos que se consideran
como TEL es muy grande, podemos considerar como características generales de este
trastorno las siguientes:
Hay un nivel lingüístico inferior a lo esperado para el grupo de edad (se considera
que tiene que existir un retraso de al menos 12 meses, o de al menos 1,25
desviaciones típicas por debajo de la media de la población normal en un test de
lenguaje).
El niño presenta un desarrollo normal a nivel cognitivo, social, de autoayuda y
motor.
No existen déficits sensoriales ni alteraciones cerebrales asociadas.
En definitiva, no existe una causa conocida que pueda explicar la gravedad del
retraso en el lenguaje.
Los déficits afectan a la competencia lingüística (comprensión y producción) pero
no a la comunicativa; es decir, que los niños con TEL suelen mantener una intención
comunicativa importante.
El problema es evidente desde las primeras etapas de adquisición del lenguaje (2-3
años).
Los déficits tienen un carácter evolutivo, de manera que si no se realiza una
intervención adecuada, los problemas suelen ir empeorando a lo largo del tiempo y
los niños pueden acabar recibiendo un diagnóstico más severo (retraso mental,
autismo, etcétera)
Dentro de la literatura existente sobre el TEL, un escaso número de trabajos han estudiado el
desarrollo evolutivo de los niños con este tipo de problema, haciendo hincapié en las
diferencias que se encuentran con el desarrollo de los niños "normales".
En general, el desarrollo inicial de los niños es normal o prácticamente normal en los aspectos
motores, sociales, de inteligencia, etcétera, sólo estando alterados los lingüísticos. Sin
embargo, estos mismos trabajos muestran que esos déficits en el lenguaje y la comunicación
van a ir provocando, posteriormente, una mayor afectación en el desarrollo que puede
afectar, principalmente, a las siguientes áreas:
De hecho, algunas investigaciones sugieren que los déficits lingüísticos propios del TEL pueden
amplificar sus efectos con el paso del tiempo, llegando a generar situaciones más severas, de
manera que los niños que no son tratados de manera conveniente pueden llegar a ser
considerados dentro de las categorías de retraso mental (por su pobre ejecución en pruebas
de inteligencia) o incluso de retraso generalizado en el desarrollo (por sus déficits en
afectividad y en desarrollo social).
En cualquier, debemos recordar aquí lo que expusimos al hablar de los problemas del
desarrollo asociados a la sordera: la idea de que el TEL conlleva determinados problemas
evolutivos debe tomarse con mucha precaución, ya que es plausible que dichos problemas no
sean una consecuencia necesaria del trastorno, sino que estén causados y/o mediados por
múltiples factores como la educación, la familia, las relaciones sociales, la forma en que se
interactúa con los niños, etcétera.
Así y repitiendo lo que se afirmó en el tema anterior no hay que asumir los problemas de
desarrollo en niños con TEL como algo inevitable y que vaya a estar presente en todos los
casos, sino como una posibilidad que habrá de explorarse en la evaluación correspondiente.
4. SUBTIPOS DE TEL
Subtipo Descripción
Trastornos de la vertiente expresiva
Trastorno de la - Cierta fluidez de producción, pero con articulación confusa (enunciados
programación fonológica casi ininteligibles).
- Notable mejoría de calidad articulatoria en tareas de repetición de
elementos aislados (sílabas, etc).
- Comprensión normal o casi normal.
Dispraxia verbal - Incapacidad masiva de fluencia.
- Grave afectación de la articulación (hasta ausencia completa de habla).
- Enunciados de 1 o 2 palabras, que no mejoran en su realización
articulatoria con la repetición.
- Comprensión normal o próxima a la normal.
Trastornos de comprensión y expresión
Trastorno fonológico- - Déficit mixto receptivo-expresivo.
sintáctico - Fluidez verbal perturbada.
- Articulación de habla alterada.
- Sintaxis deficiente: frases cortas, omisión de nexos y marcadores
morfológicos, laboriosa formación secuencial de enunicados.
- Comprensión mejor que expresión.
- Variables de dificultad de comprensión: longitud del enunciado,
complejidad estructural del enunciado, ambigüedad semántica,
contextualización del enunciado, rapidez de emisión.
Agnosia auditivo-verbal - Sordera verbal.
- Fluidez verbal perturbada.
- Comprensión del lenguaje oral severamente afectada o ausente.
- Expresión ausente o limitada a palabras sueltas.
- Articulación gravemente alterada.
- Comprensión normal de gestos.
Trastornos del proceso central de tratamiento y de la formulación
Trastorno semántico- - Desarrollo inicial del lenguaje más o menor normal.
pragmático - Articulación normal o con ligeras dificultades.
- Habla fluente, a menudo logorreica; puede emitir frases aprendidas de
memoria.
- Enunciados bien estructurados gramaticalmente.
- Grandes dificultades de comprensión; puede haber una comprensión
literal y/o no responder más que a una o dos palabras del enunciado del
interlocutor.
- Falta de adaptación del lenguaje al entorno interactivo: deficientes
ajustes pragmáticos a la situación y/o al interlocutor, coherencia temática
inestable, probable ecolalia o perseverancia.
Trastorno léxico-sintáctico - Habla fluente con pseudotartamudeo ocasional por problemas de
evocación.
- Articulación normal o con pequeñas dificultades.
- Jerga fluente (en el niño pequeño).
- Sintaxis perturbada: formulación compleja dificultosa, interrupciones,
perífrasis y reformulaciones, orden secuencial dificultoso, utilización
incorrecta de marcadores morfológicos, frecuencia de “muletillas”.
- Comprensión normal de palabras sueltas.
- Deficiente comprensión de enunciados.
Eso sí, es muy importante que entiendas que estos problemas son los que están presentes en
la mayor parte de los casos, lo que no quiere decir que todos los niños encajen perfectamente
en una de las categorías.
De cualquier forma, conocer estos subtipos de TEL es muy importante para los logopedas, ya
que sirven para orientar la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento. Por ejemplo, imagina
que a tu consulta llega un niño con un diagnóstico de "trastorno fonológico sintáctico"; a partir
del mismo, ya puedes determinar que es un problema que afecta a la expresión y a la
comprensión, y en el que probablemente se verán afectados la articulación de fonemas y la
sintaxis, pero no el vocabulario.
5. EVALUACIÓN LOGOPÉDICA DEL TEL
Debido a la variedad de déficits que pueden presentarse en un caso de trastorno específico del
lenguaje, y a la diversidad de problemas similares que deben descartarse diferencialmente, la
evaluación del TEL es necesariamente compleja y abarca prácticamente todas las capacidades
y habilidades relacionadas con el lenguaje y su adquisición.
Para poder establecer un correcto diagnóstico del TEL, la mayoría de investigadores y clínicos
recomiendan evaluar las siguientes áreas:
Como siempre, una práctica necesaria en la evaluación de las alteraciones logopédicas consiste
en determinar el estado general del niño; es decir, conocer su grado de funcionamiento en
general. De esta forma, podremos obtener una imagen amplia de sus capacidades y/o
limitaciones, y evitaremos el error de centrarnos exclusivamente en el problema sin tener en
consideración las circunstancias del mismo.
Además, en el caso del TEL resulta esencial conocer cuatro aspectos generales del niño, ya que
son muy importantes para confirmar que efectivamente estamos ante un problema de este
tipo, o por el contrario corresponde otro diagnóstico:
El grado de desarrollo.
La inteligencia.
La existencia de posibles problemas neurológicos.
El nivel de interacción social.
Otro aspecto que es necesario determinar para descartar la existencia de otros problemas que
pudieran dar cuenta del retraso en el lenguaje, es que el niño no posea dificultades a nivel de
bases funcionales:
Por supuesto, el grueso de la evaluación de un posible caso de TEL debe centrarse en el nivel
de competencia lingüística que muestra el niño, y la relación entre este nivel y el que
correspondería a su nivel de edad.
En la lectura complementaria que acompaña a este tema, tienes un listado con algunos de los
instrumentos de uso más habitual en nuestro país para evaluar los problemas lingüísticos y de
la comunicación de casos de TEL.
En general, las técnicas de intervención logopédica que se emplean con mayor asiduidad se
centran en ocho aspectos fundamentales:
Teniendo en cuenta que los casos de TEL tienen como protagonistas a niños de pocos años, un
aspecto que debería formar parte de todos los programas de intervención logopédica es el
trabajo sobre la familia y sobre sus necesidades habituales, que generalmente incluyen la
información sobre el tema y las consecuencias que el problema puede tener en el futuro, el
apoyo emocional y el soporte profesional, o el establecimiento de estrategias comunicativas
eficaces para interactuar con el niño.
Así, el trabajo del logopeda con la familia suele concretarse en dos tipos de actuaciones
habituales:
Como se indicó al exponer los distintos subtipos diagnósticos de TEL, algunas de las
alteraciones más frecuentes afectan a la producción y la comprensión fonológicas. A
continuación figuran las técnicas más habituales ordenadas en función de los problemas
habituales a este nivel:
Los niños con TEL tienen un vocabulario más reducido que los niños con desarrollo normal del
lenguaje y presentan limitaciones a nivel semántico, de ahí que sea común que el logopeda
intervenga sobre estos aspectos centrándose en tres objetivos:
Aumentar el vocabulario
Tanto a nivel comprensivo como productivo. Para ello, algunos ejercicios apropiados podrían
ser:
Las dificultades más frecuentemente encontradas en los niños con TEL, dentro de la dimensión
de la morfología y la sintaxis, tienen que ver con los siguientes aspectos:
1. Imitación.
2. Ordenación de historietas.
3. Reconocer frases correctas.
4. Completar oraciones.
5. Corregir oraciones desordenadas.
6. Descripción de eventos.
7. Invención de historias.
8. Role-playing.
9. Scripts.
Comprensión de oraciones
Para trabajar sobre este área, se emplean ejercicios como:
En ocasiones, los niños con TEL tienen dificultades para participar en la comunicación que
acontece en sus ambientes, que no inician intercambios conversacionales, y que son incapaces
de emplear regularmente el lenguaje como herramienta para satisfacer sus diversas
demandas. En este sentido, la intervención logopédica sobre el nivel pragmático suele hacer
hincapié en dos aspectos diferentes pero complementarios:
Desarrollo de la intencionalidad
El objetivo sería facilitar que el niño inicie el intercambio lingüístico y lo haga de manera
consciente e intencional. Algunos ejercicios pertinentes serían:
En algunos casos de niños que han sido diagnosticados tardíamente o que llevan mucho
tiempo en tratamiento, es posible tener que intervenir específicamente sobre la adquisición
de la lectoescritura. Si el niño con TEL ha sido tratado correctamente de manera temprana, la
mayoría de sus déficits estarán corregidos para cuando llegue el momento de iniciar este
aprendizaje y no será necesario realizar ninguna intervención especial.
Sin embargo, si el niño alcanza la edad apropiada (6-7 años, dependiendo del colegio), sigue en
tratamiento logopédico para superar el retraso lingüístico y dispone de las habilidades previas
necesarias, sería apropiado que el logopeda trabaje con los profesores para diseñar un
programa de enseñanza de lectoescritura apropiado y ajustado a cada caso. Existen
numerosos manuales que pueden facilitar esta labor, algunos de los cuales se mencionan en la
bibliografía adicional proporcionada en este mismo tema de la asignatura.
6.8. ATENCIÓN ESCOLAR
Así, el apoyo a nivel educativo del logopeda se suele concretar en dos actuaciones principales:
7. BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA
Acosta, V.M. y Moreno, A.M. (1999). Dificultades del lenguaje en ambientes educativos.
Barcelona: Masson.
Gallego, J.L. (1999). Calidad en la intervención logopédica. Estudio de casos. Málaga: Aljibe.
Moreno, J.M., Suárez, A., Martínez, J.D. y García-Baamonde, M.E. (2004). Retrasos en la
adquisición y desarrollo del lenguaje. Estudio de casos. Madrid: EOS.