JOHANN WOLFGANG VON GOETHE

Poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán que hizo substanciales

contribuciones a la biología, historia, geología y filosofía. Johann Goethe nació,

el 28 de Agosto de 1749 en Fráncfort del Main, Alemania y falleció el 22 de

Marzo de 1832 en Weimar, Alemania, en una familia de clase media, de padre

abogado y consejero imperial que se encargó de la educación de sus hijos y

madre hija de un alcalde. Durante su infancia sobresalió por su gran

inteligencia y poder de síntesis.

En 1765, Goethe comenzó sus estudios de Derecho en la Universidad de

Leipzig, pero una enfermedad le obligó a cortar sus estudios tres años

después, terminándolo en 1771 en una universidad de Estrasburgo (Francia).

Desde 1773 participo fogosamente del movimiento literario strum und drang,

precursor del romanticismo Alemán, dicha corriente artística se caracterizo por

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su reacción contra el racionalismo y fue censurado por los sectores religiosos

por justificar el suicidio.

En 1775 fue invitado a la corte ducal de Carlos Augusto en Sajonia-Weimar,

donde mantuvo numerosas oficinas y pasó la mayor parte de su vida. Una vez

instalado, Goethe comienza sus investigaciones científicas a la par que lleva a

cabo gestiones para reformar el estado de Weimar, lo que le posibilita

relacionarse con personajes notables de la sociedad. Vivió en concubinato con

Christiane Vulpius, algo mal visto para la sociedad de su tiempo, teniendo un

hijo en 1789 y casándose en 1806. La Revolución francesa (1789-1799) fue un

gran trastorno para Johann Goethe, que veía la revolución como un hecho muy

violento y destructor. Entre 1784 y 1805 desarrolló una intensa colaboración

con Federico Schiller, una unión que muchos juzgan como una cumbre en

letras Germánicas y ya alejado de la vida pública, Goethe siguió mostrando

toda su creatividad y genio. El poder de síntesis, inteligencia y gran intelecto

hicieron de Goethe un notable observador de las demandas deshumanizante

de la industria en plena revolución industrial y uno de los más grandes poetas

líricos en la historia de la literatura germana

Se ha dicho de él que fue el último hombre del renacimiento porque la amplitud

de sus conocimientos y la variedad de sus intereses lo emparentaron con

figuras como Leonardo da Vinci. Los manuscritos del escritor y científico

Alemán, Goethe, forman parte desde el año 2002 del patrimonio de la memoria

del mundo de la UNESCO. Su legado incluye, entre otros escritos una versión

pasada a limpio de la segunda parte de “Fausto” y del “Diván de Oriente y

Occidente”

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Goethe se inspira en el personaje legendario de Fausto para pintar, en un gran

poema dramático, el hombre eternamente dividido entre el bien y el mal.

Fausto comprende dos partes. En la primera, publicada en 1808, el héroe es un

sabio con ambiciones desmesuradas que vende su alma al diablo a cambio del

saber y del amor. Seduce y abandona a la inocente Margarita quien

desesperada mata al hijo que ha concebido de Fausto. Mefistófeles, el

demonio, entabla una pugna con Dios apostando que conducirá a Fausto a la

brutalidad, mientras Dios afirma que no sucumbirá a la tentación, con el único

auxilio de sus propias fuerzas. Pero su búsqueda resulta un fracaso: no puede

liberar de la muerte a la joven a la que ha seducido, Margarita.

La segunda parte fue editada en 1832, poco después de la muerte del autor; y

constituye su testamento espiritual Fausto recorre el tiempo y el espacio en

busca de lo absoluto.

Al fin encontrara la paz trabajando por el bien general, por lo que se liberara de

la condena eterna.

Este poema intentó plantear los grandes problemas del hombre, muchos

autores han encontrado en Goethe el símbolo del hombre occidental, poseído,

desde la edad media por la voluntad del poder.

Entre las obras más destacadas podemos mencionar :

 Las desventuras del joven Werther (1774)

 Los caprichos de enamorado (1777)

 Fausto (1807)

 Las afinidades selectivas (1809)

 Fausto segunda parte (1832)

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Frases celebres del autor:

“No nos preguntamos qué derecho a gobernar tenemos: gobernamos.

No nos preocupa saber si el pueblo tiene algún derecho: procuramos tan solo

que no se sienta tentado a hacerlo”

“Nadie es mas esclavo que el que se tiene por libre sin serlo.”

“La libertad es como la vida, solo la merece quien sabe conquistarla todos los

días.”

“Escribir la historia es la forma de quitarse de encima el pasado.”

“Yo amo a aquel que desea lo imposible.”

“Si yo pinto a mi perro exactamente como es, naturalmente tendré dos perros;

pero no una obra de arte.”

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 Introducción

La vida tiene acuerdos… a veces en un punto de equilibrio, a veces por

Necesidad, a veces con imposibilidad material por algo ilícito con ventajas y

desventajas.

En base a ello procederemos a analizar la obra “El Fausto” de Johann

Wolfgang Goethe siguiendo los pilares mencionados en clase por el Doctor

Posca; a saber: determinar si hubo un pacto entre las partes, si dicho pacto

(de haber tenido lugar) fue realizado con autonomía de la voluntad y si la

misma alcanza para darle validez al acto.

En cuanto al objeto si el mismo es ilícito o imposible desde el punto de vista

jurídico; si se respetan las formas, si existió caso fortuito o fuerza mayor…

entre otros puntos que serán detallados y analizados respectivamente a

continuación.

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De acuerdo a la definición del Código Civil el artículo 1137 establece: “Hay

contrato cuando varias personas se ponen de acuerdo sobre una declaración

de voluntad común, destinada a reglar sus derechos”, sin embargo dicho

artículo sólo conceptualiza una convención jurídica, por lo tanto la correcta

definición debe ser considerada a partir de la nota del artículo antes

mencionado complementándola con el artículo 1169 que dice: “La prestación,

objeto de un contrato, puede consistir en la entrega de una cosa, o en el

cumplimiento de un hecho positivo o negativo susceptible de una apreciación

pecuniaria.” Entonces es posible determinar que habrá contrato cuando dos o

más personas acordasen entre sí alguna obligación recíproca a que

correspondan derechos crediticios, es decir que una de las partes se constituye

deudora y la otra acreedora.

Por otra parte, y conforme al párrafo antecedente, resulta necesario considerar

la definición de persona según Vélez. El artículo 30 del Código Civil determina

que: “Son personas todos los entes susceptibles de adquirir derechos, o

contraer obligaciones”; el artículo 31, por su parte, declara que “Las personas

son de una existencia ideal o una existencia visible. Pueden adquirir los

derechos o contraer las obligaciones que éste código regla en los casos, por el

modo y en la forma que él determina. Su capacidad o incapacidad nace de ésa

facultad que en los casos dados, les conceden o niegan las leyes”.

En consecuencia y en base a la obra “El Fausto” consideramos que no puede

existir entre el protagonista y Mefistófeles un vínculo obligacional por medio de

un contrato, por no tener éste último las características necesarias para ser

considerado en nuestro derecho como persona de existencia visible y/o ideal.

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Consentimiento:

Uno de los requisitos esenciales para la conclusión de un

contrato es el consentimiento, entendido como la manifestación de voluntad

común formada por las expresiones exteriorizadas unilateralmente por las

partes en busca de una resultante.

El consentimiento se expresa a través de la oferta de una de las partes y la

aceptación por parte de la otra, y ante la modificación de la primera no se

produce una contra-oferta sino una nueva que formará parte de un nuevo

acuerdo.

En la obra en análisis Fausto acuerda con Mefistófeles a que éste le otorgará

todo aquello que el protagonista le solicite y que haga a su felicidad con la

condición impuesta por Mefistófeles que éste obtendrá su alma al fallecimiento

de Fausto.

Mefistófeles: … Únete a mí. Durante éstos días verás con placer cuáles son

mis artes. Te daré lo que nunca ha visto hombre alguno.

Fausto: ¿Qué podrás darme tú, pobre diablo? ¿Alguno de los tuyos ha llegado

a comprender alguna vez las altas aspiraciones del espíritu humano? ¿Qué es

lo que ofreces? Alimento que no sacia; oro candente que, como el mercurio, se

escapa de las manos sin descanso: un juego en el que nunca se gana; una

muchacha que, abrazada a mi pecho, guiña el ojo y se entiende con el más

cercano; el espléndido y divino placer del honor, que se desvanece como un

meteoro. Muéstrame frutos que se pudran antes de nacer y árboles que

verdeen de nuevo cada día.

Mefistófeles: No me asusta semejante encargo; puedo, muy bien, brindarte

esos tesoros. Pero, buen amigo, se acerca el tiempo en el que podremos

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disfrutar en plena paz de algo bueno.

Fausto: Si llega el día en que pueda tumbarme ociosamente, con toda

tranquilidad, me dará igual lo que sea de mí; si entonces logras engañarme con

adulaciones haciendo que me agrade a mí mismo, ése será para mí mi último

día. En eso consistirá mi apuesta.

Mefistófeles: ¡La acepto! […]

(Fausto J. W. Goethe, Colección Malva, primera edición Buenos Aires:

Gradifco, 2004, página 44)

Objeto:

El artículo 953 establece que: “El objeto de los actos jurídicos deben

ser cosas que estén en el comercio, o que por un motivo especial no se

hubiese prohibido que sean objeto de algún acto jurídico, o hechos que no

sean imposibles, ilícitos, contrario a las buenas costumbres o prohibidos por las

leyes, o que se opongan a la libertad de las acciones o de la conciencia, o que

perjudiquen los derechos de un tercero. Los actos jurídicos que no sean

conformes a ésta disposición, son nulos como si no tuviesen objeto”. Dicho

artículo se extiende conforme lo establecido por el artículo 1167 a los efectos

de los contratos.

Ausencia de contenido pecuniario. El artículo 1139 dispone que “Se dice

también en éste código, que los contratos son a título oneroso, o a título

gratuito: son a título oneroso, cuando las ventajas que procuran a una u otra de

las partes no les es concedida sino por una prestación que ella le ha hecho, o

que se obliga a hacerle; son a título gratuito, cuando aseguran a una u otra de

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las partes alguna ventaja, independiente de toda prestación por su parte”. Al

establecer el término ventaja, éste debe ser entendido como beneficio

económico al cuál se accede mediante un sacrificio soportado por la otra parte;

es decir, una parte se enriquece porque otra se empobrece.

En consecuencia tomando el alma de Fausto como objeto del contrato, no es

posible dado que la prestación se encuentra fuera del comercio.

Por otro lado, la entrega de la misma debe ser considerada como un hecho de

cumplimiento imposible, contrario a las buenas costumbres y como no

representa ninguna ventaja de índole patrimonial dicha prestación es

alcanzada por la sanción de nulidad, determinada por nuestro código civil.

Causa:

En materia civil debemos diferenciar lo que se entiende por causa de las

obligaciones respecto de la causa de los contratos. En cuanto a la primera, se

atiende a la causa fuente, entendiéndose por ello el hecho generador de un

vínculo obligacional o acto jurídico. En cambio, respecto de los contratos es la

causa fin, debiendo observar el propósito perseguido por las partes al llevar a

cabo el negocio.

Así mismo es necesario establecer que alrededor de la causa se suscita un

profundo debate doctrinario acerca de si la causa fin debe considerarse o no un

elemento esencial de los actos jurídicos. Para un sector de la doctrina no debe

considerarse como tal dado que se confunde con el objeto o con el

consentimiento del negocio jurídico; mientras para otro, quienes aceptan a la

causa fin como elemento esencial de los actos jurídicos distinguen el objeto de

la causa, entendiendo sobre el primero la materia sobre la cuál versa el acto y

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la segunda como finalidad tenida en mira al ejecutarlo.

Aplicando lo antes mencionado y tomando el contrato entre Fausto y

Mefistófeles debemos tomar como un elemento del mismo a la causa fin,

“Propósito”, el cuál para Fausto era la adquisición de felicidad y sabiduría

mientras que para Mefistófeles era la obtención del alma del protagonista. Sin

embargo conforme al artículo 502 “La obligación fundada en una causa ilícita,

es de ningún efecto. La causa, es ilícita, cuando es contraria a las leyes o al

orden público”. Razón por la cual dicho elemento (causa- fin) del contrato entre

ambos no tiene validez / eficacia.

Forma:

La forma es el conjunto de las prescripciones de la ley, respecto de las

solemnidades que deben observarse al tiempo de la formación del acto jurídico,

otra forma es la que surge de la voluntad de las partes a la cuál éstas deben

someterse como a la ley misma. ( artículo 1197 del Código civil)

Es decir, si la forma en que debe realizarse un contrato está establecido por la

ley, éstas deben ser acatadas por las partes, caso contrario, si la ley nada dice

respecto de la forma que debe ser observada, ésta queda librada a la que las

partes crean más conveniente; es lo que denominamos autonomía de la

voluntad .

Asimismo, respecto de los efectos que producen, la forma elegida o establecida

por las partes contratantes es dable destacar que: sujetarse a las solemnidades

hace a la publicidad respecto de terceros, es decir, permite que las partes no

intervinientes, pero que tengan o puedan tener algún interés sobre el objeto de

la convención, adquieran conocimiento de la celebración del mismo.

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En “El Fausto” el contrato celebrado entre él y Mefistófeles se encuentra sujeto

a la modalidad fijada entre ellos, la cuál fue la escritura en un papel que sólo

contiene la firma del Dr. Fausto mediante una gota de su sangre. Dicha forma

sólo servirá como medio de prueba de la existencia del contrato. Esto en

nuestro derecho no tiene validez dado que se requiere la manifestación

expresa de la voluntad de ambas partes.

Extinción:

El artículo 888 de nuestro código civil enuncia que “La obligación se extingue

cuando la materia que forma parte de ella, viene a ser física o legalmente

imposible sin culpa del deudor”

Conforme a éste artículo la extinción del contrato se produce ante la muerte de

Fausto, si bien es dable destacar que el mismo estaba sujeto a una condición

suspensiva, la cuál consistía en la muerte del mismo; pero es en el momento

del deceso de éste cuando por medio de una distracción causada por niños y

ángeles a Mefistófeles, éste pierde el objeto del contrato la cual podría

equiparase (o tratarse en paralelo) con el caso fortuito, dado que fue un hecho

que no ha podido preverse, y que de haber sido previsto por Mefistófeles, el

mismo no pudo evitarlo. Dicha pauta es lo que no responsabilizaría a Fausto,

en caso de ser válido el vínculo obligacional entre ellos.

Finalmente, luego del exhaustivo análisis de la obra “El Fausto” es nuestra

razonada y fundada convicción de que dicho acuerdo entre los personajes

principales no da lugar a un contrato conforme a derecho.

Los fundamentos de ello han sido tratados a lo largo de nuestro estudio

pormenorizado de la obra en concordancia con nuestro Código Civil.

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