El Olvido Del Ser Como Olvido de La Poli
El Olvido Del Ser Como Olvido de La Poli
El Olvido Del Ser Como Olvido de La Poli
AÑO 52
ENERO-JUNIO 2020
ISSN: 0185-3481
Revista de Filosofía Universidad Iberoamericana
Revista de Filosofía
Universidad Iberoamericana
UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA CIUDAD DE MÉXICO
Esta publicación puede consultarse en los siguientes índices y bases de datos: Filos
(Bibliografía Filosófica Mexicana), Clase (Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales
y Humanidades), Dialnet, The Philosopher’s Index y Latindex.
Consejo de redacción
Mariana Espinosa Moyeda - Lars William Brinkman Clark - Gabriela Méndez Cota -
Gibrán Larrauri Olguín - Francisco Castro Merrifield - Miriam Mesquita Sampaio de Madureira
Comité científico
Giacomo Marramao (Università degli Studi Roma Tre) - Edward F. Mooney (Syracuse University)
- José Luis Villacañas (Universidad Complutense de Madrid) - Dr. Pablo Oyarzun (Universidad de
Chile) - Nuria Sánchez Madrid (Universidad Complutense de Madrid) - Joanna Zylinska
(Goldsmiths, University of London) - Stefan Gandler (Universidad Autónoma de Querétaro)
- Martin Jay (Universidad de California, Berkeley) - Georges Didi-Huberman (Escuela de
Estudios Superiores en Ciencias Sociales) - Dora Elvira García González (Instituto Tecnológico
de Estudios Superiores de Monterrey)
Editora asistente
Sandra Loyola Guízar
Revista de Filosofía Universidad Iberoamericana es una publicación semestral de la Universidad Iberoamericana, A. C.,
Ciudad de México. Prol. Paseo de la Reforma 880, Col. Lomas de Santa Fe. C.P. 01219, Ciudad de México. Tel.
5950-4000 ext. 4919. www.ibero.mx, publica@ibero.mx. Editor Responsable: Carlos Mendiola Mejía. Número
de Certificado de Reserva al Uso Exclusivo otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2016-
050912464400-102, issn: 0185-3481. Número de Certificado de Licitud de Título y Contenido 15125, otorgado
por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Domicilio de
la publicación: Departamento de Filosofía, Universidad Iberoamericana, A. C. Prol. Paseo de la Reforma 880, Col.
Lomas de Santa Fe, C.P. 01219, Ciudad de México. Tel. 5950-4000 ext. 4126. Impresión: Diseños e Impresos Sando-
val. Tizapán 172, Col. Metropolitana, 3ª sección, Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, C.P. 57750, Tel. 5793-
4152. Distribución: Universidad Iberoamericana, A. C. Prol. Paseo de la Reforma 880, Col. Lomas de Santa Fe, C.P.
01219, Ciudad de México. Tel. 5950-4000 ext. 4919 o 7330. De las opiniones expresadas en los trabajos aquí publica-
dos responden exclusivamente los autores. Cualquier reproducción hecha sin el permiso del editor se considerará ilícita.
Revista de Filosofía Universidad Iberoamericana Núm. 148, enero-junio 2020, se terminó de imprimir el mes
de diciembre de 2019 con un tiraje de 300 ejemplares.
REVISTA DE FILOSOFÍA
UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA
U N I V E R S I DA D I BE ROA M E R ICA N A
ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN
El olvido del
ser como olvido
de la política
The Forgetfulness
of Being as Oblivion
of Politics
Resumen
Este trabajo pretende resaltar la importancia de la filosofía política de Martin
Heidegger, no sólo para los especialistas en su obra, sino para la filosofía política
en general. Para ello, se ofrece una interpretación de las distintas etapas de su
obra, seguida de una reconstrucción de dos perspectivas tradicionales sobre la
posibilidad de hallar una filosofía política en ella. Posteriormente, se realiza una
interpretación de la relación entre la obra de arte y la verdad, propuesta por el
filósofo, la cual sirve como fundamento para entender la función del mito y su
dimensión política. La distinción entre “la política” y “lo político” que de esto se
desprende es una de las dos conclusiones principales de este trabajo, junto con
una posible explicación de aquello que, en cuanto a la filosofía política, pudo
haber llevado a Heidegger a su vínculo con el movimiento nacionalsocialista.
Palabras clave: Martin Heidegger, política, mito, Parménides, polis, olvido del ser.
Abstract
This work attempts to call attention to the relevance of Martin Heidegger’s polit-
ical philosophy, not just as a matter of experts on his work but of political philos-
ophers in general. This is achieved by offering an interpretation of the divisions in
Heidegger’s work, followed by a reconstruction of two traditional opposing views
on the possibility of finding a political philosophy in the above mentioned work.
Then, I offer an interpretation of the relation between the work of art and truth
in Heidegger’s perspective in an attempt of using it as the foundation of a further
interpretation of the meaning of myth and its political dimension. The distinction
between “politics” and “the political” that follows from this interpretation is one
of the two main conclusions of this work, the other being an explanation of that
which in Heidegger’s political philosophy could have influenced this philosopher
in his commitment to the national socialist movement.
1
Die alten steinernen Götter erheben sich dann aus dem verschollenen Schutt, und reiben sich den tausend-
jährigen Staub aus den Augen, und Thor mit dem Riesenhammer springt endlich empor und zerschlägt
die gotischen Dome. Wenn Ihr dann das Gepolter und Geklirre hört, hütet Euch, Ihr Nachbarskinder,
Ihr Franzosen, und mischt Euch nicht in die Geschäfte, die wir zu Hause in Deutschland vollbringen.
Es könnte Euch schlecht bekommen. Hütet Euch das Feuer anzufachen, hütet Euch es zu löschen; Ihr
könntet Euch leicht an den Flammen die Finger verbrennen. Lächelt nicht über meinen Rath, über den
Rath eines Träumers, der Euch vor Kantianern, Fichteanern und Naturphilosophen warnt. Lächelt nicht
über den Phantasten, der im Reiche der Erscheinungen dieselbe Revolution erwartet, die im Gebiete des
Geistes stattgefunden. Der Gedanke geht der Tat voraus, wie der Blitz dem Donner. Der deutsche Donner
ist freilich auch ein Deutscher und ist nicht sehr gelenkig und kommt etwas langsam herangerollt; aber
kommen wird er, und wenn Ihr es einst krachen hört, wie es noch niemals in der Weltgeschichte gekracht
hat, so wißt, der deutsche Donner hat endlich sein Ziel erreicht. Bei diesem Geräusche werden die
Adler aus der Luft tot niederfallen, und die Löwen in der fernsten Wüste Afrikas werden die Schwänze
einkneifen und sich in ihren königlichen Höhlen verkriechen. Es wird ein Stück aufgeführt werden in
Deutschland, wogegen die französische Revolution nur wie eine harmlose Idylle erscheinen möchte. Jetzt
Con estas palabras profetizaba Heine las funestas implicaciones que ha-
bría de tener la filosofía del Romanticismo alemán en el destino de toda
Europa. En principio, la relación entre esta filosofía y los sucesos políti-
cos resulta extraña y podría suponerse fácilmente una exageración propia
de los poetas. Las palabras de Heine no eran, sin embargo, una fantasía
producto de la imaginación creativa, sino el vaticinio resultado de un
profundo conocimiento de la historia y filosofía alemanas. El paso del
tiempo pudo haber contenido el volumen de estas palabras, pero cierta-
mente debió incrementarse cuando el nombre de Heine ardió al interior
de sus libros en la Opernplatz en Berlín; como si éstas trataran de hacerse
escuchar por encima del estruendo de los antiguos dioses germanos. El
año de 1933 apuntaría nuevamente la necesidad de pensar la relación
entre filosofía y política, entre romanticismo y devenir histórico. Sólo
que ahora no serían los kantianos, los fichteanos o los Naturphilosophen
los llamados a testificar por las funestas implicaciones de su pensar. A la
vista salta un nombre desde cuyas curveadas3 letras se asoman los ángulos
rectos de la Swastika: Martin Heidegger, el maestro de la Selva Negra.
Su sola mención acusa ya la delgada línea divisoria entre la grandeza y la
infamia de un mismo influjo.4 Incontables estudiantes en todas las uni-
ist es freylich ziemlich still... Heinrich Heine, “Zur Geschichte der Religion und Philosophie in
Deutschland”, en: Heine, Heinrich. Recht, Rechtswissenschaft und Juristen im Werk Heinrich Heines,
Thomas Vormbaum (editor) (Berlín: Berliner Wissenschafts-Verlag, 1985), 89-90.
2
De ahora en adelante, cuando no se ofrezca una referencia bibliográfica para las traducciones al es-
pañol al interior del texto, dichas traducciones han sido realizadas por el autor del presente ensayo.
La referencia original se puede consultar en las notas al pie.
3
Heidegger mismo llegó a interesarse por esta situación respecto a su nombre: “Warum habe ich
zwei ‘G’ im Namen? Wozu anders, als daß ich erkenne, als es ständig gilt: Güte (nicht Mitleid) und
Geduld (d. H. Höchster Wille)”. (Heidegger, Überlegungen II-VI (Schwarze Hefte 1931-1938),
275) “¿Por qué tengo dos ‘g’ en mi apellido? ¿Para qué, si no es para darme cuenta de lo que cons-
tantemente importa? Bondad (no compasión) y paciencia (es decir, voluntad suprema)”. Martin
Heidegger, Cuadernos negros. Reflexiones II-VI (Madrid: Trotta, 2015), 214.
4
Ver J. Habermas, “La grandeza de un influjo”, Perfiles filosófico-políticos (Madrid: Taurus, 1986),
65-72.
OBRA Y γιγαντοµαχὶα
5
Ver Otto Pöggeler, Der Denkweg Martin Heideggers (Pfullingen: Neske, 1963) y Jeff Malpas, Heide-
gger’s Topology. Being, Place, World (Cambridge: mit Press, 2006).
6
Entre estas opiniones se encuentran las de Jürgen Habermas y Hannah Arendt. Ver Hannah Arendt,
“What is Existential Philosophy?” en Hannah Arendt, Essays in Understanding 1930-1954 (Nueva
York: Schocken Books, 1994), 163-187; Jürgen Habermas, “La grandeza de un influjo”; Jürgen
Habermas, “Martin Heidegger. Zur Veröffentlichung von Vorlesungen aus dem Jahre 1935”, en
Philosophisch-politische Profile. (Fráncfort: Suhrkamp, 1984), 65-71 y “Die große Wirkung”, 72-81..
mientras otras denuncian que, de hecho, ese fue el camino al cual enfiló
desde entonces su pensar.7 Desde la perspectiva de las primeras, la filo-
sofía heideggeriana es una ontología sin política, pensamiento que per-
mitiría la ceguera política con que Heidegger abrazó la posibilidad de
cambio ostentada por el nacionalsocialismo. Así, el olvido de la política
característico de la filosofía heideggeriana sería el último gran caso de un
romanticismo que, ciego ante la realidad política concreta, no alcanzó a
vislumbrar la luz que precedía al trueno alemán. Una falla de carácter,
una personalidad romántica, el torpe caminar del albatros en la cubierta
del barco, capaz de despertar la risa de la muchacha tracia.8
Respecto a las segundas, la obra del maestro de la Selva Negra se des-
enmascara, en este primer giro, como una filosofía política disfrazada
de ontología. A la vez que el destino del camino del pensar se muestra
de manera explícita, relucen por igual sus verdaderas intenciones. Mar-
tin Heidegger habría hecho pasar por ontología aquello que en realidad
no era otra cosa que una fundamentación ideológica del movimiento
nacionalsocialista. A partir de este hecho, el trabajo en que se articula
dicha fundamentación tendría que ser objeto de una revisión crítica, que
permita o no desecharla en su conjunto y de manera definitiva. En la
denuncia de esta política disfrazada de ontología, aun con toda su fogo-
sidad, queda opaco cómo esta “introducción del nazismo en la filosofía”
puede explicarse a partir de los giros posteriores,9 es decir, queda aún
7
En este caso son dos las interpretaciones a señalar: las de Karl Löwith y Herbert Marcuse. Ver: Her-
bert Marcuse, “The Struggle Against Liberalism in the Totalitarian View of the State” en Negations:
Essays in Critical Theory (Londres: May Fly Books, 2009), y “Heidegger’s Politics: An Interview”, en
Heideggerian Marxism (Lincoln: University of Nebraska Press, 2005), 165-175; y Karl Löwith, Mein
Leben in Deutschland vor und nach 1933. Ein Bericht (Stuttgart: J.B. Metzlersehe Verlagsbuchhand-
lung, 1986) y Martin Heidegger. European Nihilism (Nueva York: Columbia University Press, 1995).
8
Me refiero al célebre poema de Baudelaire “L’Albatros”.
9
O si se trata más bien de una introducción del fraude en la filosofía, como trata de mostrar el suge-
rente trabajo de Thomas Sheehan: “Emmanuel Faye: The introduction of Fraud Into Philosophy”,
Philosophy Today 53.3 (2015): 367-400.
10
Ver Habermas, “Martin Heidegger. Zur Veröffentlichung”; Jürgen Habermas, “Martin Heidegger:
Con motivo de la publicación del curso de 1935”.
11
Ver Hans-Georg Gadamer, Los caminos de Heidegger (Barcelona: Herder, 2003), 138.
recorrido hacia lo que se suponía era su destino: el sentido del ser. En ese
momento la verdad del ser dominó la obra de Heidegger y la tradición
metafísica dejó de ser meramente el recuento de las discusiones en torno
al ser, y se encarnó en el devenir concreto del mundo occidental que ha-
bría de llevar al dominio de la técnica, al imperio de una comprensión de
la existencia que haría de ésta un mero Ge-stell [dis-positivo].
De los elementos que componen este diagnóstico del mundo contem-
poráneo, resulta significativo el modo en que Heidegger intentó atraer
la atención de sus lectores. Si el interés que despierta un filósofo depen-
de de su capacidad para darnos un ejemplo, como pensara Nietzsche,12
entonces Heidegger podrá, sin duda alguna, despertar nuestro interés
al recurrir al comunismo, al americanismo (liberalismo), al judaísmo e,
incluso, al nacionalsocialismo y la democracia, al ejemplificar las formas
concretas de dominación de la técnica en nuestra comprensión del ser.
En este aparente ajuste de cuentas con el “esplendor” y la “grandeza”
de la puesta en marcha del nacionalsocialismo,13 aquello que por orgullo,
falsedad o ceguera se mantiene sin cuestionar es la concepción de la po-
lítica que dio origen a la inicial convicción de que la susodicha puesta en
marcha habría de alejar a Alemania de los peligros del olvido del ser. El
maestro de la Selva Negra, tras la experiencia del rectorado, se embarcó de
nuevo, desde el pensar inicial griego, con la bandera del olvido del ser, ha-
cia un nuevo destino: el del lugar del ser. En esta nueva vuelta, el filósofo
de Meßkirch entablaría un diálogo con la comprensión griega de la polis,
como si en ella él mismo pudiera encontrar un lugar para su propia expe-
riencia del nacionalsocialismo. El espacio en donde sucede el acontecer de
12
“Ich mache mir aus einem Philosophen gerade so viel, als er im Stande ist, ein Beispiel zu geben”.
El interés que me despierta un filósofo depende justamente de su capacidad para dar un ejemplo.
Friedrich Nietzsche, “Schopenhauer als Erzieher”, Unzeitgemässe Betrachtungen, C.G. Naumann,
(ed.) (Leipzig: C.G. Naumann, 1899), 19
13
Ver Martin Heidegger, “Die Selbstbehauptung der deutschen Universität”, Reden und andere Zeug-
nisse eines Lebens (Fráncfort: Vittorio Klostermann, 2000), 107-117.
14
Ver Martin Heidegger, Parmenides (Fráncfort: Vitorio Klostermann, 1992), 5.
15
Heidegger, Parmenides y Martin Heidegger, Parménides (Madrid: Akal, 2005) para su traducción al
español.
algo más que su presencia como cosa y, en este sentido, se trata de una
alegoría. Este carácter añadido de la obra hace referencia a un “llevar algo
consigo”, lo cual en griego se dice συμβάλλειν: “La obra es símbolo”.16
A partir de esta caracterización es posible ver que Heidegger propone
una jerarquía respecto a los entes. En un primer lugar se encontrarían las
meras cosas, seguidas de los utensilios y, por último, la obra de arte: “el
utensilio es cosa a medias, porque se halla determinado por la coseidad,
también es más: es al mismo tiempo obra de arte a medias; pero también
es menos, porque carece de la autosuficiencia de la obra de arte”.17 En
efecto, lo que distingue al utensilio de las meras cosas es su utilidad, es
decir, el hecho de que está inscrito en una práctica desde la cual se dice
que es útil. Las botas de una campesina —Heidegger usa como ejemplo
un par de botas pintadas por Van Gogh— son útiles cuando ella las em-
plea para llevar a cabo su trabajo de campo. Heidegger descubre que, al
ser utilizados, los utensilios no se encuentran presentes a modo de una
cosa aislada, de un objeto; la campesina no es consciente de sus botas
cuando realiza sus actividades sino de la actividad misma. El utensilio
sólo aparece como objeto cuando falla, cuando interrumpe de alguna
forma la actividad en la cual se encuentra inmerso. Si las botas lastiman
los pies de la campesina, se volverá hacia ellas, se hará consciente de su
presencia como un objeto que se ha alejado de su utilidad y ha interrum-
pido la actividad. En efecto, la presencia del utensilio se da en la activi-
dad y no en sí mismo; éste es su modo esencial de ser, al cual Heidegger
llama su “fiabilidad [Verläßlichkeit]”. La fiabilidad del utensilio no reside
en sí mismo, sino en las relaciones en que está inscrito. Así, nos fiamos
16
Martin Heidegger, “El origen de la obra de arte”, en Caminos de bosque (Madrid: Alianza, 2005),
11-62. ‘Das Werk ist Symbol.’ (Heidegger, Der Ursprung des Kunstwerkes 4)
17
“So ist das Zeug halb Ding, weil durch die Dinglichkeit bestimmt, und doch mehr; zugleich halb
Kunstwerk und doch weniger, weil ohne die Selbstgenügsamkeit des Kunstwerkes”. Martin Heide-
gger, Der Ursprung des Kunstwerkes, 14.
18
Ver Heidegger, Der Ursprung des Kunstwerkes, 19-20 y Heidegger, “El origen de la obra de arte”, 24.
19
“Die Versetzung in die Sammlung hat sie ihrer Welt entzogen. Aber auch wenn wir uns bemühen,
solche Versetzungen der Werke aufzuheben oder zu vermeiden, indem wir z. B. den Tempel in Paes-
tum an seinem Ort und den Bamberger Dom an seinem Platz aufsuchen, die Welt der vorhandenen
Werke ist zerfallen. Weltentzug und Weltzerfall sind nie mehr rückgängig zu machen”. Heidegger,
Der Usprung des Kunstwerkes, 26; El origen de la obra de arte”, 29.
20
Es necesario no perder de vista que el modo en que esas obras de arte trasladadas y los mundos
derrumbados tienen todavía un modo de salirnos al encuentro, consecuencia del acontecer de la
verdad que alguna vez sucedió en ellas.
21
Ver Martin Heidegger, Schelling: vom Wesen der menschlichen Freiheit (Fráncfort: Vittorio Kloster-
mann, 1988).
22
En Ser y tiempo esta caracterización corresponde al espacio público [Öffentlichkeit].
sólo permanece abierta mientras la obra siga siendo obra, mientras el dios no
haya huido de ella.23
Cuando Heidegger afirma que la obra de arte erige sobre ella un mundo,
“erigir [Er-richten]” significa la apertura de una orientación, es decir, el
establecimiento de directrices. En efecto, un mundo sólo se mantiene en
la medida en que las directrices abiertas por él sigan orientando como
posibilidad abierta, es decir, en tanto que la tierra no logre alzarse nue-
vamente sobre el mundo. Es por esto que “tener un mundo” no significa
el mero “ocupar” un espacio o un lugar, sino reconocer ese lugar como
propio, como aquel espacio que presenta las condiciones que posibilitan
la existencia propia. Sólo el ser humano tiene un mundo porque sólo él
puede habitar la apertura del ente, con lo cual cobra sentido la expresión:
Un mundo hace mundo.24
Con esta forma de expresarse, Heidegger hace frente a la cuestión de la
posibilidad de permanencia del mundo. Un mundo “hace mundo” cuan-
do desde el espacio abierto en él quedan determinadas las directrices que
guiarán su existencia: “Donde se toman las decisiones más esenciales de
nuestra historia, que nosotros aceptamos o desechamos, que no tenemos
en cuenta o que volvemos a replantear, allí, el mundo hace mundo”.25
Ante estas afirmaciones es necesario considerar que el mundo es el que
hace mundo y no los seres humanos; en otras palabras, las decisiones más
23
Das Tempelwerk eröffnet dastehend eine Welt und stellt diese zugleich zurück auf die Erde, die der-
gestalt selbst erst als der heimatliche Grund herauskommt. […] Der Tempel gibt in seinem Dastehen
den Dingen erst ihr Gesicht und den Menschen erst die Aussicht auf sich selbst. Diese Sicht bleibt so
lange offen, als das Werk ein Werk ist, so lange als der Gott nicht aus ihm geflohen. Heidegger, Der
Ursprung des Kunstwerkes, 28-29; “El origen de la obra de arte”, 30.
24
Welt weltet, Heidegger, Der Ursprung des Kunstwerkes, 30; “El origen de la obra de arte”, 32.
25
‘Wo die wessenhaften Entscheidungen unserer Geschichte fallen, von uns übernommen und verlas-
sen, verkannt und wieder erfragt werden, da weltet die Welt.’ Heidegger, Der Ursprung des Kunst-
werkes, 31; “El origen de la obra de arte”, 32.
Aquello hacia donde la obra se retira y eso que hace emerger en esa retirada es
lo que llamamos tierra. La tierra es lo que hace emerger y da refugio. La tierra
es aquella no forzada, infatigable, sin obligación alguna. Desde el momento
en que la obra levanta un mundo, crea la tierra, esto es, la trae aquí.26
26
Wohin das Werk sich zurückstellt und was es in diesem Sich-Zurückstellen hervorkommen läßt,
nannten wir die Erde. Sie ist das Hervorkommend-Bergende. Die Erde ist das zu nichts gedrängte
Mühelose-Unermüdliche. Auf die Erde und in sie gründet der geschichtliche Mensch sein Wohnen
in der Welt. Indem das Werk eine Welt aufstellt, stellt es die Erde her. Das Herstellen ist hier im
strengen Sinne des Wortes zu denkend Das Werk rückt und hält die Erde selbst in das Offene einer
Welt. Das Werk läßt die Erde eine Erde sein. Heidegger, Der Ursprung des Kunstwerkes, 32; “El
origen de la obra de arte”, 33.
no sólo para la obra de arte, sino para toda forma del acontecer de la ver-
dad, en particular para el μῦθος y para la fundación de un Estado. A modo
de ejemplo, recurramos a la interpretación de la concepción heideggeriana
del mito que hace Lawrence Hatab: “We should conclude that myth is not
the description of an already existing world, but is rather the ‘worldling’ of the
world, the original disclosure of the world, prior to which there is ‘nothing’ (or
concealment). What ‘precedes’ the emergence of a world in myth would then
essentially be a mystery, something hidden to us”.27 Eso que es un misterio,
que permanece oculto es la tierra; en palabras de Heidegger, la tierra “sólo
se muestra cuando permanece sin descubrir y sin explicar. Asimismo, la
tierra hace que se rompa contra sí misma toda posible intromisión. Con-
vierte en destrucción toda curiosa penetración calculadora”.28
Con la apertura del mundo surge, para Heidegger, lo que aún no ha
sido decidido, lo que carece de sentido y directrices; con la apertura del
mundo se muestra la necesidad de decidir sobre estas materias. Por eso
afirma que “desde el momento en que un mundo se abre, la tierra co-
mienza a alzarse”.29 En la obra de arte se muestra que el mundo exige su
decisión y su medida, para así hacer que el ente alcance el espacio abier-
to, mediante el cual se habrá de transitar. Por su parte, la tierra soporta
al mundo, pero tiende a alzarse sobre él, es decir, mantenerse cerrada y
“confiándole todo a su ley”.30 Detrás del acontecer de la verdad en la obra
de arte se encuentra un acontecer más esencial o inicial: el de la verdad
que es μῦθος.
27
Lawrence J. Hatab, “Heidegger and Myth: A Loop in the History of Being”, Journal of the British
Society for Phenomenology (2014): 52.
28
“zeigt sich nur, wenn sie unentborgen und unerklärt bleibt. Die Erde läßt so jedes Eindringen in sie
an ihr selbst zerschellen. Sie läßt jede nur rechnerische Zudringlichkeit in eine Zerstörung umschla-
gen”, Heidegger, Der Ursprung des Kunstwerkes, 33; “El origen de la obra de arte”, 33.
29
‘Indem aber eine Welt sich öffnet, kommt die Erde zum Ragen.’ Heidegger, Der Ursprung des
Kunstwerkes, 50; “El origen de la obra de arte”, 45.
30
“alles ihrem Gesetz anzuvertrauen”. Heidegger, Der Ursprung des Kunstwerkes, 51; “El origen de
la obra de arte”, 46.
LA LUCHA EN LA πόλις
Para los griegos, la palabra como, μῦθος […] es ahora aquello por lo cual
se asigna el ser mismo al hombre, de tal modo que él pueda preservarlo, en
su propia esencia, como lo que es asignado a él y que podría, por su par-
te, encontrar y retener su propia esencia como hombre en virtud de dicha
preservación.32
31
Es importante recordar aquello recuperado en los apartados anteriores, es decir, que la anticipación
con que se presenta la verdad y el modo en que ésta se relaciona con la pregunta por el ser del
hombre son dos aspectos fundamentales y, como puede verse, se muestran en la estructura del mito
como decir inicial, no de la verdad, pero fundado en la verdad y la muestra de manera implícita.
32
“Im Griechentum ist nun aber das Wort als μΰθοV […] dasjenige, worin das Sein sich dem Mens-
chen zuweist, damit er es als das ihm Zugewiesene in seinem eigenen Wesen bewahre und aus
solcher Bewahrung seinerseits erst sein eigenes Wesen als Mensch finde und behalte”. Heidegger,
Parménides, 115; Heidegger, Parménides, 101. Me he permitido eliminar de la presente cita las
palabras έπος, ρήμα y λόγος para evitar malentendidos, así como por el papel secundario que
representan para Heidegger en relación con la palabra μῦθος.
La palabra inicial y esencial muestra aquí una caracterización del ser hu-
mano con la cual aparece también la acción como algo esencial. Hei-
degger afirma que, desde la perspectiva de desocultar que opera en el
μῦθος, es posible identificar un vínculo esencial entre la palabra [Wort]
y la acción [Handlung].
33
Heidegger, Parménides, 104-105. Nur das Seiende, das wie der Mensch das Wort (μῦθος) (λόγος)
“hat”, kann auch und muß “die Hand” “ha-ben”. Durch die Hand geschieht zumal das Gebet und
der Mord, der Gruß und der Dank, der Schwur und der Wink, aber auch das “Werk” der Hand,
das “Handwerk” und das Gerät. Der Handschlag gründet denbündigen Bund. Die Hand löst aus
das “Werk” der Verwüstung. Die Hand west nur als Hand, wo Entbergung und Verbergung ist.
Heidegger, Parménides, 118.
34
Sobre la discontinuidad semántica de la Entschlossenheit discutida por Löwith, ver el capítulo 2 en:
European Nihilism.
35
Heidegger, Parménides, 99. Die neuzeitlich begriffene Entschlossenheit will das im eigenen Willen
Gewollte, sie ist von diesem Willen hingerissen zum Willen. Das “Hingerissen” heißt römisch fa-
natice. Die Auszeichnung der modernen Entschlossenheit ist “das Fanatische”. Demgegenüber hat
die griechisch erfahrene Ent-schlossenheit als sich entbergende Aufschließung zum Sein einen an-
deren Wesensursprung, nämlich den aus dem anders erfahrenen Sein —aus der α‘ιδώς, der Scheu;
sie wirft und schickt zu dem Menschen die άρετά. Die Scheu als Wesen des Seins bringt dem
Menschen die Entbergung des Seienden. Der αιδώς entgegen aber waltet die λάθα, die Verbergung,
die wir die Vergessung nennen. Heidegger, Parménides, 112.
36
En este punto Heidegger hace una referencia, a modo de ejemplo, a la relación entre palabra y
acción por medio de la escritura y su modificación, a raíz del uso de la máquina de escribir. En su
esencia, la escritura está vinculada con la mano, mientras que con la máquina de escribir, afirma,
encontramos la irrupción del “mecanismo [Mechanismus]” en el ámbito de la palabra y, con ello, la
esencia de la escritura queda oculta. Para Heidegger, esta situación se repite en todos los ámbitos del
mundo moderno, en todas las relaciones determinadas a partir de la tecnología; en efecto, “La téc-
nica es nuestra historia”. Heidegger, Parmenides, 112. Una mención peculiar se da en este momento
de la narración, aquella a las palabras de Lenin: El Comunismo es el Poder soviético junto con la elec-
trificación de todo el país. Para Heidegger esto significa la conclusión de la organización y el cálculo
por parte del poder incondicional de un partido, posible a partir de la completa tecnificación del
mundo, a la vez que califica esta perspectiva como una Metafísica. En otras palabras, la completa
organización técnica del mundo es el fundamento metafísico.
37
Ver Platón, “República” en Diálogos IV (Madrid: Gredos, 2003).
38
Heidegger, Parménides, 116. Πόλις ist der πόλος, der Pol, der Ort, um den sich in eigentümlicher
Weise alles dreht, was an Seiendem dem Griechentum erscheint. Der Pol ist der Ort, um den sich
alles Seiende wendet, so zwar, daß im Bereich dieses Ortes sich zeigt, welche Wendung und Be-
wandtnis es mit dem Seienden hat. […] Die πόλις ist das Wesen des Ortes, wir sagen die Ortschaft
für den geschichtlichen Aufenthalt des griechischen Menschentums. Heidegger, Parménides, 132-
133.
los griegos son el pueblo no-político por excelencia, no-político por esencia,
porque su humanidad es inicial y exclusivamente determinada a partir del
ser mismo, es decir, de la ἀλήθεια; por eso solamente los griegos pudieron y
precisamente tuvieron que, llegar a la fundación de la πόλις, a los parajes en
los cuales tiene-lugar la reunión y conservación de la ἀλήθεια.40
39
Heidegger, Parménides, 117. “die Stätte seines Wesens”, Heidegger, Parménides, 133.
40
Heidegger, Parménides, 124. “die Griechen das schlechthin unpolitische Volk sind, das sie im Wesen
sind, weil ihr Menschentum anfänglich und ausschließlich vom Sein selbst her, d. h. aus der αλήθεια
bestimmt ist, deshalb konnten die Griechen allein und mußten gerade sie zur Gründung der πόλι
kommen, zu Stätten, in denen die Sammlung und Verwahrung der αλήθεια statt-hat”. Heidegger,
Parménides, 142.
41
Arendt ve en los mitos de la Politeia de Platón la posibilidad de una fundamentación de la autoridad
en la verdad, resultado de la contemplación de las ideas, y califica a dicho modelo como autoritario.
En efecto, Arendt afirma que: “Las ideas se convierten en patrones sólo después de que el filósofo
abandona el brillante firmamento de las ideas y vuelve a la oscura cueva de la existencia humana.
En esta parte del relato, Platón llega a la razón más honda del conflicto entre el filósofo y la pólis.
Habla de la falta de orientación del filósofo en los asuntos humanos, de la ceguera que ataca a los
ojos, del dilema de no ser capaz de comunicar lo que se ha visto y del peligro concreto para su vida
que de eso se deriva. Ante esta dificultad, el filósofo emplea lo que ha visto (las ideas) como patrones
y medidas y, por fin, cuando teme por su vida, las usa como instrumentos de dominación”. Hannah
Arendt, “¿Qué es la autoridad?”, en Entre el pasado y el futuro (Barcelona: Península, 1996), 120.
42
Heidegger, Parménides, 119-120. In der πόλιV als der Wesensstätte des geschichtlichen Menschen,
die das Seiende im Ganzen entbirgt und verbirgt, umwest den Menschen alles das, was ihm, nach
dem strengen Sinn des Wortes, zu-gefügt, aber damit auch entzogen ist. »Zu-gefügt« verstehen wir
hier nicht in dem äußerlichen Sinne von »hinzu-gefügt« und »angetan«, sondern in der Bedeutung
von: zugewiesen als das, was dem Menschenwesen zuwest, so daß es in dieses ihm Zu-wesende ein-
gelassen und eingefügt ist, weshalb der Mensch darein sich fügen muß, damit sein Wesen in den
Fugen ist. Das dem Menschen also Zu-gefügte, Sich-zu-fügende und ihn Fügende nennen wir mit
einem Wortden Fug, griechisch: δίκη. Heidegger, Parménides, 136-137.
Conclusión
Heidegger nos enseña que aquello entendido como “lo político” es una
estructura, un ordenamiento del espacio público que tiene por funda-
mento “la política”, esto es, la experiencia colectiva de la relación entre
el sentido de lo humano y las condiciones que hacen posible la perma-
nencia de dicho sentido. Al mismo tiempo, esa experiencia se muestra en
el mito, es decir, en aquellas narrativas construidas desde el intercambio,
Referencias
Adorno, Theodor W. Jargon der Eigentlichkeit. Zur deutschen Ideologie.
Fráncfort: Suhrkamp, 1964.
Arendt, Hannah. Ensayos de comprensión 1930-1954: escritos no reunidos
e inéditos de Hannah Arendt. Barcelona: Caparrós Editores, 2005.
_____. “¿Qué es la autoridad?”. En: Entre el pasado y el futuro. Barcelona:
Península, 1996, 101-154.
_____. “What is Existential Philosophy?”. En: Essays in Understanding
1930-1954. Nueva York: Schocken Books, 1994, 163-187.
Crowell, Steven y Jeff Malpas. “Introduction to Transcendental Hei-
degger”. Transcendental Heidegger. Stanford: Stanford University
Press, 207, 1-9.
Dallmayr, Fred R. “Ontology of Freedom: Heidegger and Political Phi-
losophy”. Political Theory 12.2 (1984): 204-234.
_____. “Ontology of Freedom: Heidegger and Political Philosophy”. Po-
litical Theory 12.2 (1984): 204-234.
De Beistegui, Miguel. “Heidegger’s Mythocentrism”. Research in Pheno-
menology 21 (1991): 21-35.
Dostal, Robert J. “The Public and the People: Heidegger’s Illiberal Poli-
tics”. The Review of Metaphysics 47.3 (1994): 517-555.
Dreyfus, Hubert L. Being-in-the-World. A Commentary on Heidegger’s Be-
ing and Time, Division 1. Cambridge: The mit Press, 1995.
Dreyfus, Hubert L. “Heidegger’s Ontology of Art”. En: A Companion
to Heidegger. Hubert L. Dreyfus y Mark A. Wrathall, editores.
Oxford: Blackwell, 2004, 407-419.
Gadamer, Hans-Georg. Los caminos de Heidegger. Traducción de Angela
Ackermann Pilári. Barcelona: Herder, 2003.
_____. El último dios. Barcelona: Anthropos, 2010.
Guignon, Charles. “The History of Being”. En: A Companion to Heideg-
ger. Oxford: Blackwell, 2005. 392-406.
_____. Kant und das Probelm der Metaphysik. Fráncfort: Vottorio Klos-
termann, 1998.
_____. Metaphysik und Nihilismus. Fráncfort: Vittorio Klistermann,
1999.
_____. Nietzsche I. Barcelona: Destino, 2000.
_____. Nietzsche II. Barcelona: Destino, 2000.
_____. Nietzsche. Erste Band. Fráncfort: Vittorio Klostermann, 1996.
_____. Nietzsche. Zweiter Band. Fráncfort: Vittorio Klostermann, 1997.
_____. “Nietzsches Wort ‘Gott ist tot’”. Holzwege. Fráncfort: Vittorio
Klostermann, 2003, 209-267.
_____. “Platons Lehre von der Wahrheit”. En: Wegmarken. Fráncfort:
Vittorio Klostermann, 1976, 203-238.
_____. Parmenides. Fráncfort: Vitorio Klostermann, 1992.
_____. Parménides. Madrid: Akal, 2005.
_____. “Phänomenologische Interpretationen zu Aristoteles. (Anzeige
der hermeneutsichen Situation)”. En: Gesamtausgabe 62. Fránc-
fort: Vittorio Klostermann, 2005, 343-421.
_____. Schelling: vom Wesen der menschlichen Freiheit. Fráncfort: Vitto-
rio Klostermann, 1988.
_____. Schelling’s Treatisse on the Essence of Human Freedom. Traducción
de Joan Stambaugh. Ohio: Ohio University Press, 1985.
_____.. Sein und Zeit. Tübingen: Max Niemeyer, 2006.
_____. “Vom Wesen der Wahrheit”. En: Wegmarken. Fráncfort: Vittorio
Klostermann, 1976. 177-202.
Heine, Heinrich. “Zur Geschichte der Religion und Philosophie in
Deutschland”. En: Rechtswissenschaft und Juristen im Werk Hein-
rich Heines. Thomas Vormbaum, editor. Berlín: Berliner Wissens-
chafts-Verlag, 1985, 85-91.
Hodge, Joanna. Heidegger and Ethics. Nueva York: Routledge, 1995.