Este documento describe los conceptos de gerontología y geriatría, así como los cambios físicos, funcionales, psíquicos y sociales asociados con el envejecimiento. Explica que el envejecimiento es un proceso biológico normal que produce una serie de alteraciones en los tejidos y órganos. También clasifica a las personas mayores y describe modificaciones como la pérdida de masa muscular y grasa, así como cambios en la piel y los sistemas cardiovascular, respiratorio y nervioso.
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Este documento describe los conceptos de gerontología y geriatría, así como los cambios físicos, funcionales, psíquicos y sociales asociados con el envejecimiento. Explica que el envejecimiento es un proceso biológico normal que produce una serie de alteraciones en los tejidos y órganos. También clasifica a las personas mayores y describe modificaciones como la pérdida de masa muscular y grasa, así como cambios en la piel y los sistemas cardiovascular, respiratorio y nervioso.
Este documento describe los conceptos de gerontología y geriatría, así como los cambios físicos, funcionales, psíquicos y sociales asociados con el envejecimiento. Explica que el envejecimiento es un proceso biológico normal que produce una serie de alteraciones en los tejidos y órganos. También clasifica a las personas mayores y describe modificaciones como la pérdida de masa muscular y grasa, así como cambios en la piel y los sistemas cardiovascular, respiratorio y nervioso.
Este documento describe los conceptos de gerontología y geriatría, así como los cambios físicos, funcionales, psíquicos y sociales asociados con el envejecimiento. Explica que el envejecimiento es un proceso biológico normal que produce una serie de alteraciones en los tejidos y órganos. También clasifica a las personas mayores y describe modificaciones como la pérdida de masa muscular y grasa, así como cambios en la piel y los sistemas cardiovascular, respiratorio y nervioso.
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Tema 30
Atención y cuidados en el anciano: concepto de ancianidad, cambios físicos
asociados con el envejecimiento.
Apoyo a la promoción de la salud y educación sanitaria.
Medidas de apoyo a la persona cuidadora del dependiente.
1. Conceptos de gerontología y geriatría Por paciente geriátrico entendemos aquel que cumple tres o más de los siguientes criterios: Edad superior a 75 años. Presencia de pluripatología relevante. El proceso o enfermedad principal posee carácter incapacitante. Existencia de patología mental acompañante o predominante. Hay problemática social en relación con su estado de salud. La geriatría, según la comisión nacional española de geriatría es “aquella rama de la medicina que se ocupa de los aspectos clínicos, terapéuticos, preventivos y sociales en la salud y la enfermedad del anciano”. La gerontología aparece en 1903, y se define como: “la ciencia que estudia el envejecimiento en sus aspectos biológicos, psicológicos y sociales, como ciencia pura, básica y académica. es una especialidad multidisciplinar”. La gerontología es una especialidad con contenido integral, quiere llegar a todos los ancianos, a los sanos y a los enfermos, a los agudos y a los crónicos, a los orgánicos y a los mentales, a toda su problemática sociofamiliar y comunitaria, se ocupa de la prevención, promoción y protección de la salud física y mental, del diagnóstico, tratamiento y rehabilitación tanto física como psíquica y social. la organización de la asistencia integral de todos los ancianos es su objetivo prioritario. Para conseguir que todos estos objetivos se cumplan, es necesario que ésta acción geriátrica sea multidisciplinar entre médicos, enfermeras, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, asistentes sociales, auxiliares de enfermería, etc. El envejecimiento constituye un proceso biológico multieslabonado, que se inicia mucho antes de la instauración de la ancianidad, procede en forma estable a lo largo de un curso determinado por características intrínsecas y conduce a la limitación de sus capacidades adaptativas y, por tanto, a la posibilidad creciente del fallecimiento. En la actualidad se clasifican en: Seniles: personas entre 65 y 74 años. Geriátricos: mayores de 75 años. Longevos: personas de 90 años en adelante. Debemos diferenciar la edad cronológica de la edad biológica, esta última determinada por un complejo de cambios estructurales, metabólicos y funcionales en el organismo. El mecanismo de envejecimiento es igual en todas las especies. La pérdida de facultades es consecuencia de alteraciones que tienen lugar en el interior de las células que forman el organismo. Hay multitud de teorías que intentan explicar el porqué del envejecimiento celular, y todas coinciden que los cambios que acontecen en el metabolismo de las células son acúmulo de ciertas sustancias y disminución de otras. El envejecimiento no es un proceso patológico en sí, no es una enfermedad sino un proceso evolutivo, biológico que produce alteraciones morfológico-funcionales muy determinadas y determinantes, en todos los tejidos y órganos, y que llevan al individuo a una situación en el límite de lo “normal” y lo “patológico”, es una situación de equilibrio inestable. El anciano está en una situación de disminución de sus reservas funcionales, lo que conlleva a una mayor susceptibilidad y vulnerabilidad frente a agentes estresantes de tipo físico (ruido, frío, luz…), químico (fármacos, plagas), biológicos (virus, bacterias, hongos...) y psicológicos (marginación, violencia…). 2. Cambios físicos, funcionales, psíquicos y sociales durante el envejecimiento. La definición más aceptada de envejecimiento es la recogida por Binery Bourline: “Serie de modificaciones morfológicas, psicológicas, bioquímicas y funcionales que aparecen como consecuencia de la acción del tiempo sobre los seres vivos”. El envejecimiento es un proceso biológico normal que ocurre en todos los seres vivos en el cual existe una progresiva pérdida de las funciones del organismo y que culmina con la muerte. Características del envejecimiento: Deletéreo: Existe pérdida progresiva de la función del individuo que aboca a la muerte. Universalidad: Todos los seres vivos mueren Irreversibilidad. Heterogéneo e individual: Si bien los diferentes individuos de una especie presentan patrones similares, cada individuo presenta velocidades diferentes de envejecimiento y compromiso de órganos en diferente magnitud Intrínseco: Quiere decir que ocurre independiente de factores externos que se puedan modificar La vejez es un proceso biológico lento que aparece como con secuencia de la acción del tiempo sobre el ser humano, que produce una involución cronológica en dos etapas correlativas, la pre- senescencia a partir de los 50 años y la verdadera senescencia o vejez a partir de los 65 años, provocando una serie de cambios o alteración es morfológicas (fisiológicas, psicológicas y sociales) involutivas que se presentan con mayor o menor rapidez según cada individuo. Los cambios son de distintos tipos: Limitaciones funcionales secundarias a cambios estructurales. Limitaciones funcionales sin cambios estructurales demostrables. Pérdida total de ciertas funciones. En el envejecimiento es importante considerar dos aspectos: Que la involución física no siempre va relacionada con el envejecimiento psicológico, ya que ésta depende de la actitud que el individuo adopte frente a su decadencia natural. Que, en la mayoría de los casos, el envejecimiento se asocia a la posibilidad de enfermar y a la muerte. Clasificación de las personas mayores de 65 años Persona mayor sana. - Aquélla cuyas características físicas, funcionales, mentales y sociales están de acuerdo con su edad cronológica. Se mantiene en equilibrio inestable, pero es capaz de adaptar su funcionamiento a las propias posibilidades. Persona mayor enferma. Persona mayor de 65 años que presenta alguna afección, aguda o crónica, no invalidante y que no cumple criterios de paciente geriátrico. Persona mayor frágil o de alto riesgo. - Cumplen alguna de las siguientes condiciones: Edad superior a los 80. Vivir solo. Viudez reciente (menos de un año). Reciente cambio de domicilio (menos de un año). Afección crónica que condiciona incapacidad funcional: ACVA, infarto miocardio, EPOC, déficit visual, hipoacusia… Toma de más de 3 fármacos. Prescripción en el último mes de: antihipertensivos, antidiabéticos y psicofármacos. Ingreso hospitalario en los últimos 12 meses. Necesita atención médica o de enfermería en el domicilio, al menos una vez al mes Incapacidad funcional por otras causas (índice de Katz a partir de D). Incapacidad para utilizar: teléfono, transporte público, dinero o medicación. Deterioro cognitivo. Depresión Situación económica precaria o ingresos insuficientes Paciente geriátrico. - El que cumple 3 o más de los siguientes requisitos: Edad superior a los 75 años. Presenta pluripatología relevante. El proceso o enfermedad principal tiene carácter incapacitante crónico. Existe patología mental acompañante o predominante. Hay problemas sociales en relación con su estado de salud. 2.1. Cambios generales del envejecimiento. El envejecimiento es diferente en cada individuo, también en éste es distinto en cada uno de los órganos, aparatos y sistemas. El envejecimiento varía por una serie de factores externos o ambientales de una forma no bien conocida todavía; lo que sí sabemos es que el envejecimiento es distinto en individuos de una misma sociedad según su clase socioeconómica, profesión, según donde se viva (urbano-rural), según razas o grupos étnicos. 1. FACTORES GENÉTICOS. - Sin duda alguna, la herencia genética es fundamental. Hay estudios realizados sobre gemelos monocigóticos en los cuales se demuestra que los signos de senectud aparecen al mismo tiempo, con frecuencia padecen las mismas enfermedades a la misma edad, sobre todo el cáncer y las enfermedades transmisibles, como por ejemplo la TBC. 2. FACTORES ECOLÓGICOS. - Estos son numerosos; así los componentes físicos y químicos del ambiente entre los que destacan factores climáticos, del suelo, humedad y radiaciones ionizantes. Estos individualmente no son influyentes, existen conjuntamente otros factores como las alteraciones nutricionales, los procesos patológicos parecidos, los factores socioeconómicos, actividad física y mental que pueden modificar el envejecimiento humano. 3. CLIMA. - Las poblaciones que viven con temperaturas extremas de frío y calor, humedad, altitud, etc., envejecen más rápidamente que aquellas que viven en climas más benignos. 4. ALIMENTACIÓN. - No se conoce muy bien qué actitud tiene sobre la senectud y las enfermedades asociadas, pero es un factor de cuidado al adaptar a la nueva situación basal. En el anciano existen muchos cambios (físicos, económicos, ocupacionales…) que van a hacer que modifique sus hábitos de vida. Tenemos que tener en cuenta que envejecer no es enfermar, aunque el hecho de envejecer conlleva un mayor número de problemas, en un primer momento, entre los que destacan: La jubilación Pérdida de roles Pérdidas económicas Soledad y abandono 2.1.1. Modificaciones fisiológicas en el anciano Las modificaciones fisiológicas típicas del envejecimiento las incluyen: Modificaciones de la piel. En la ancianidad la piel se va volviendo descolorida, delgada, arrugada, seca y frágil, debido a una atrofia de las glándulas sebáceas, lo que conlleva una disminución de grasa corporal. También tiene un aumento del grosor de los vasos sanguíneos. Por ello, la piel del anciano es muy susceptible de sufrir UPP. Modificaciones de nariz, garganta y lengua. Se produce una disminución de los sentidos del gusto y del olfato, y existe una pérdida de centros neuronales primarios. Como consecuencia de esto se producen, con gran frecuencia, intoxicaciones por la ingestión de alimentos en mal estado, la pérdida de apetito o anorexia con la consiguiente disminución de peso y la aparición de manías alimenticias. Modificaciones musculares y esqueléticas. La estatura se ve disminuida por las modificaciones que se producen en la columna vertebral. También se encorvan debido a una atrofia de estructuras esqueléticas de sostén y modificaciones en la conformación del tórax. También aparece debilidad muscular, rigidez articular y acumulación de grasa en abdomen y caderas. Modificaciones de la boca y dentadura. Hay desgaste del esmalte, dentina, más caries e irritaciones en las encías. También es frecuente la atrofia gingival y mandibular. Modificaciones cardiovasculares. Tanto a nivel del corazón, aorta, arterias, venas, y funciones cardiovasculares. Modificaciones respiratorias. Existen alteraciones de la caja torácica y de las funciones respiratorias, donde hay un aumento de la FR, del volumen residual, una disminución de la capacidad vital y pulmonar total, del volumen respiratorio y de la difusión alveolo-capilar. Modificaciones digestivas. Existe una dilatación del esófago, alteraciones en las ondas peristálticas, el estómago se vuelve hipotónico, la secreción de los fermentos pancreáticos disminuye, por lo que hará peores digestiones y peor absorción de nutrientes. También padecerá de estreñimiento por hipotonía del intestino grueso, y tampoco tendrá buen control del esfínter anal. Modificaciones urinarias. Existe una disminución de la capacidad de excreción y reabsorción renal. La vejiga se vuelve hipotónica por reducción de la elasticidad de su tejido. También padecen más infecciones. Modificaciones en el sistema nervioso. El peso del cerebro se reduce en un 11% entre los 45 y 85 años y una pérdida diaria de neuronas de hasta 100.000. Las neuronas sufren degeneración de su estructura, así como pérdida de determinadas terminaciones. Las conducciones de los nervios periféricos se enlentecen y el tacto fino y el dolor se perciben con mayor dificultad. Según los psicólogos existen dos tipos de ancianos: los bien adaptados que aceptan la ayuda y mantienen parte de su independencia. Y los mal adaptados, que aparecen irritables, despreciativos. Suele ser en la mayoría de los casos, la prolongación del carácter que han tenido durante su vida. Modificaciones visuales y auditivas. Aparece una disminución de la agudeza visual, de la acomodación y de la visión nocturna. Tiene trastornos lagrimales, cataratas, degeneraciones en general. Por otro lado percibe las frecuencias altas en primer lugar y después se hace absoluta, lo que favorece su aislamiento. 2.1.2. Modificaciones psicológicas en el anciano El descenso de las funciones intelectuales en los ancianos no guarda una relación directa con la edad cronológica, sino más bien va ligado a la aparición de enfermedades que producen un cierto deterioro de la capacidad intelectual. La pérdida de memoria tiene un efecto negativo a nivel psíquico y le preocupa de manera especial. Suele lamentarse a menudo de ello. Cuantos más sean los recursos humanos propios, mejores serán las condiciones de vida. El nivel cultural es un recurso humano de primera magnitud. Frecuentemente hay una disminución en la autoestima ligado con el abandono de la vida laboral activa y de las condiciones socioeconómicas, muerte de la pareja, etc. Por todo ello aparece desinterés, desadaptación, pesimismo, falta de integración. Los mecanismos de respuesta son distintos según la personalidad del anciano, vivencias acumuladas y recursos personales. Puede desarrollar mecanismos de: SEPARACIÓN o alejamiento del mundo que le rodea, ser introvertido y egocéntrico refugiándose en su soledad. INTEGRACIÓN, aceptando el envejecimiento con cierta resignación. ACTIVIDAD, reacciona ante el sentimiento de inutilidad. Busca alternativas y actividades provechosas para él y la sociedad sintiéndose útil. Los cambios psicológicos pueden estar sujetos a percepciones subjetivas tanto de la persona que los manifiesta como de la persona que puede evaluarlos. Hay personas que viven con seria preocupación el declive de algunas funciones y otras que no lo valoran adecuadamente. En general con el envejecimiento existe un declive y un enlentecimiento de las capacidades cognitivas, aunque existe una enorme variabilidad y depende de numerosos factores (nivel educativo, dedicación laboral, actividad física, etc.) Si evaluamos las capacidades cognitivas por separado en el envejecimiento podemos encontrar: Procesado de la información. Existe un enlentecimiento en general que puede ocasionar un enlentecimiento también en la emisión de respuestas. Hay una serie de factores que pueden afectar negativa al procesamiento de la información: estados de ánimo negativos, ansiedad, preocupación ante las pérdidas que se detectan lo que incrementa la ansiedad. Inteligencia. Se mantiene estable durante la etapa de la vejez, aunque suele aparecer un enlentecimiento y un aumento del tiempo de respuesta frente a un problema. Este enlentecimiento puede manifestarse como fatiga intelectual, pérdida de interés, dificultades en la concentración. No obstante, los cambios significativos en la inteligencia se apreciarían a partir de los 70 años. Existen dos tipos de inteligencia: la fluida y la cristalizada. Inteligencia cristalizada. Esta no se modifica con el paso de los años. Está relacionada con los conocimientos adquiridos previamente. Inteligencia fluida. Se ocupa de procesar la nueva información y adquirir nuevos conocimientos. Puede verse disminuida sobre todo en tareas que impliquen concentración, rapidez, atención y pensamiento inductivo Memoria. La memoria inmediata se mantiene relativamente bien preservada. La memoria a largo plazo se mantiene conservada. Es la memoria reciente la que empieza mostrar déficits, con dificultad de la persona para recordar hechos muy recientes. Estos pequeños olvidos cotidianos suelen ser el signo más característico de los cambios psíquicos en el mayor. Lenguaje. La capacidad de lenguaje se mantiene. La forma (sintaxis) no se altera y el proceso comunicativo se mantiene razonablemente bien, aunque puede estar enlentecido. Afectividad emocional. La vejez está marcada por las pérdidas (familiares, laborales, sociales, físicas, etc.). La afectividad depende de la personalidad del propio individuo y de su capacidad para enfrentarse a los cambios y pérdidas. 2.1.3. Modificaciones sociales en el anciano Los cambios sociológicos afectan a toda el área social de la persona: su entorno cercano, su familia, su comunidad y la sociedad en general. Hay cambios en el rol individual como individuo y como integrante y de una familia, y hay cambios en el rol social (laborales y dentro de una comunidad). Cambios en el rol individual. Dependerá de la capacidad y de la personalidad del individuo para afrontar los cambios de rol que le tocará vivir (como abuelo, al perder a su pareja, al tener que abandonar su hogar, etc). Por otro lado, con el avance de los años surgen problemas de fragilidad, dependencia y enfermedad que condicionan a la familia y al mayor en el cambio de roles de cuidado. Cambios en el rol social. La jubilación que veremos más adelante es un cambio importante por todas las repercusiones que tiene. Por otro lado, las redes sociales y las relaciones pueden verse mermadas, aumenta la distancia intergeneracional. En este caso también aparecen los prejuicios y mitos relacionados con la vejez que cada sociedad pudiera tener. Uno de los aspectos más característicos de la vejez es la jubilación; es la situación laboral por la cual una persona tiene derecho a una remuneración tras alcanzar una edad reglamentaria para dejar de trabajar. En Europa se estableció en 1984 la edad de 65 años, pero actualmente en cada país esta edad se ha retrasado, como en España que ha sido fijada a los 67 años. Las principales consecuencias que tiene la jubilación son pasar de un estado de actividad laboral a un estado de inactividad, pérdida de capacidad adquisitiva en muchos casos, pérdida de contactos sociales y aumento del tiempo libre. La inactividad y la pérdida de responsabilidad productiva, puede ocasionar estados de ansiedad, estados de depresión, labilidad emocional, trastornos del sueño, dificultad para relacionarse, etc. Numerosos estudios han demostrado que la pérdida de actividad de la jubilación sino es reemplazad puede dar lugar a un declive en las funciones cognitivas. Se han puesto en marcha desde hace años iniciativas dirigidas a prevenir las consecuencias negativas de la jubilación y a plantear programas preventivos para desarrollar cuando llegue el momento de jubilarse. Todos ellos van dirigidos a mantener activa y estimulada a la persona, a saber, gestionar el tiempo libre y a adaptarse a los cambios que inevitablemente acompañan a la jubilación. Otro de los aspectos del envejecimiento son los cambios en la estructura familiar: Los cambios en la estructura vienen dados en parte por los cambios sociales que acontecen durante el proceso de envejecimiento. Las pérdidas y cambios de rol suponen para la persona adaptarse a las nuevas situaciones. Los hijos se van del hogar, llegan los nietos que en muchos casos pasan a ser cuidados por los abuelos, puede morir uno de los cónyuges dando lugar a viudedad, etc. Estos cambios pueden ser beneficioso en algunas ocasiones (el cuidado de los nietos) o negativos (pérdida de valor dentro de la familia, viudedad y soledad, etc). En ocasiones lo más destacado en la persona mayor es su pérdida de poder o valor dentro de la familia pasando a ser relegado por otros miembros como los hijos. Esto puede verse reflejado en dos situaciones: cuando el mayor es autónomo e independiente y los hijos pueden aconsejarle y cuando el mayor está enfermo y puede ver mermada su independencia o su autonomía, pasando a depender de otros miembros de su familia para su propio cuidado. Muchas veces la jubilación supone el aislamiento social en muchos casos, por perder a su grupo de relación cotidiano, incluso a parte de sus amistades, y tiene que pasar a un nuevo estado que supone una reestructuración de su vida. Para pocos supone el cumplimiento de muchos sueños, lo que no es ningún trauma. El anciano necesita afecto y sentimientos de pertenecer a la familia. El anciano puede experimentar signos y síntomas de deterioro de la relación con la persona que lo cuida: aislamiento, miedo, depresión, hostilidad declarada. En pacientes con edades entre los 65 y 74 años son efectivos el diagnóstico precoz y tratamiento de esos trastornos para prevenir las incapacidades físicas y psíquicas; en personas con edad superior a los 75 años las maniobras son paliativas, y están destinadas a evitar los riesgos de accidentes, mantener una nutrición adecuada y ofrecer un soporte médico, asistencial y social adecuado. 3. Patologías más frecuentes en la vejez El envejecimiento será fisiológico cuando cumpla parámetros biológicos aceptados para los distintos tramos de edad y mantenga la capacidad de relación con el medio social, y será patológico cuando la incidencia de enfermedad altere dichos parámetros biológicos y dificulte las relaciones sociales. Es fundamental conocer los aspectos clínicos de las enfermedades en geriatría para poder entender la extensa dimensión de la misma. Dentro de los aspectos clínicos a destacar los efectos del envejecimiento fisiológico, la elevada incidencia de pluripatología, la tendencia de la enfermedad a producir incapacidad funcional o incluso a debutar como tal, la forma de presentación atípica, silente (silenciosa), como uno de los grandes síndromes geriátricos. que conduce a un reconocimiento tardío de la enfermedad, a un manejo complicado, y a secuelas que generan gran dependencia que a menudo genera incluso conflictos éticos. La necesidad de una valoración integral geriátrica por un equipo multidisciplinar que conlleva la participación de diferentes profesionales de salud es la clave para poder detectar precozmente la patología geriátrica y tratar para evitar mayores consecuencias y secuelas. La fragilidad del anciano enfermo recae en la multiplicidad de factores asociados entre los que destaca las entidades clínicas como HTA (hipertensión arterial), DM (diabetes mellitus), ACV (enfermedad cerebrovascular), enfermedades tiroideas, insuficiencia renal, EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), polifarmacia y alteraciones en los órganos de los sentidos). Igualmente cabe recordar que la fragilidad tiene un componente psicógeno importante (un 25% de los ancianos padecen algún trastorno psíquico y que los trastornos por ansiedad y depresión son los más frecuentes en este grupo de edad) que complican no solo el diagnóstico sino el tratamiento y las expectativas de mejora. Dentro de los factores de riesgo psicógeno - psiquiátrico, se incluyen: Factores biológicos (antecedentes familiares, cambios en la neurotransmisión asociados a la edad, sexo y raza). Factores médicos (no se debe olvidar que la prevalencia de depresión en ancianos cuando existe patología médica asociada alcanza el 54%), como enfermedades específicas (ACV, enfermedad de Parkinson, neoplasias...), enfermedades crónicas especialmente asociadas a dolor o pérdida funcional, enfermedades terminales, polifarmacia, deprivación sensorial. Factores funcionales, que al interaccionar con la depresión conducen a un pronóstico negativo Factores psíquicos, episodios depresivos previos, alcoholismo, ansiedad, demencia. Factores sociales, tales como viudedad, institucionalización, hospitalización, soledad, bajos recursos socioeconómicos, escaso soporte social y pérdidas recientes. Conforme avanza el grado de deterioro funcional aumenta el riesgo de mortalidad, el número de ingresos hospitalarios y la estancia media, las visitas médicas, el consumo de fármacos, el riesgo de institucionalización y la necesidad de recursos sociales. En gran parte, se debe a los llamados síndromes geriátricos (inmovilidad, incontinencia, caídas, impactación fecal, úlceras por presión), por su imbricación directa sobre las esferas funcional y social y por el peor pronóstico rehabilitador.
3.1. El anciano enfermo.
Hay algunos autores que consideran la vejez una enfermedad en sí, pero envejecer no es enfermar. La mayoría de las patologías del anciano han sido cursadas durante las etapas biológicas anteriores y que son crónicas como la diabetes, la hipertensión, las cardiopatías, endocrinopatías, alteraciones funcionales, artritis, artrosis, etc. y otras dan la cara o se desarrollan durante la vejez como consecuencia de la degeneración de los tejidos al ir disminuyendo la capacidad de generación de sustancias que ayudan la renovación celular, como es el caso de las enfermedades degenerativas del sistema nervioso que provocan las enfermedades psiquiátricas o neurodegenerativas. Si podemos entender como cierto, que muchas de estas patologías llegan en un avanzado estado que complican las posibilidades funcionales de los ancianos y suponen agudizaciones, con menos recursos físicos que pueden sin duda agravar la situación de autonomía, entre las patologías más frecuentes y que más inciden o desarrollan más incapacidad, se encuentran: Arterioesclerosis de las extremidades: es un síndrome caracterizado por el depósito e infiltración de sustancias lipídicas, en las paredes de las arterias de mediano y grueso calibre, que llega a niveles altos de obstrucción vascular. Esto provoca una disminución en el flujo sanguíneo que puede causar daño a los nervios y otros tejidos. Los problemas de riego se agudizan en las extremidades en personas ancianas con disminución de capacidad de contracción cardiaca ya que la edad es uno de los factores de riesgo más importantes. La persona afectada empieza a notar dolor de piernas, hormigueo en los pies estando en reposo, úlceras e incluso necrosis. Artrosis: afecta más a las mujeres que a los hombres, y a partir de los 75 años, prácticamente todas las personas tienen artrosis en alguna articulación. La edad, la obesidad, la falta de ejercicio... son sólo algunos de los factores que predisponen a sufrirla. Consiste en una degeneración del cartílago articular por el paso de los años, que se traduce en dificultades de movilidad y dolor articular con los movimientos. El tratamiento de la artrosis consigue mejorar la movilidad y disminuir el dolor mediante antiinflamatorios no esteroideos, o la infiltración de esteroides, además de ejercicios de rehabilitación, pero en los casos de extrema gravedad, la cirugía para implantación de prótesis están mejorando mucho la calidad de vida de los ancianos. Artritis: es la inflamación de una articulación, caracterizada por dolor, limitación de movimientos, tumefacción y calor local. Puede estar causada por numerosas enfermedades y síndromes; por micro-cristales (afectos de gota), neuropática (lesiones del sistema nervioso), reumatoide (origen multifactorial), infecciosa (de origen bacteriano, vírico, micótico o parasitario), sistemática (de origen cutáneo, digestivo, neuropático...), reactiva (múltiples factores), etc. Se suele detectar pasados los 40 años, en radiografías, sin que antes se haya presentado ningún síntoma... Enfermedades neurodegenerativas (Demencias, Parkinson,). La demencia es la pérdida progresiva de las funciones cognitivas, debido a daños o desórdenes cerebrales que no responden al envejecimiento normal. Se manifiesta con problemas en las áreas de la memoria, la atención, la orientación espaciotemporal o de identidad y la resolución de problemas. Los primeros síntomas suelen ser cambios de personalidad, de conducta, dificultades de comprensión, en las habilidades motoras e incluso delirios. A veces se llegan a mostrar también rasgos psicóticos o depresivos. Algunos tipos de demencia son el Alzheimer, demencias frototemporales como la enfermedad de Pick, demencia vascular, demencia multiinfarto o lacunar (demencia arterioesclerótica), enfermedad de Binswanger, demencia de Cuerpos de Lewy... La mayoría de las demencias son irreversibles y se trabaja para prevenirlas, paliarlas o retrasarlas. La enfermedad de Alzheimer es la demencia con mayor incidencia y agresividad de los ancianos, es una enfermedad neurodegenerativa del sistema nervioso central que constituye la principal causa de incapacidad de mayores de 60 años. Se caracteriza por una pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales, a medida que las células nerviosas mueren y diferentes zonas del cerebro se atrofian. Se asocia a factores genéticos. El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que se produce en el cerebro, por la pérdida de neuronas en la sustancia negra cerebral. El principal factor de riesgo del Parkinson es la edad. Procesos oncológicos: Muchos de los procesos oncológicos, se detectan o relacionan con la edad. El cáncer es la segunda causa de muerte en España, y la primera si tenemos en cuenta por separado los grupos de por edad y sexo. Se estima que la mayoría de los procesos oncológicos, tienen su origen en la adultez madura y son desarrollados con la disfuncionalidad y deterioro celular durante la tercera edad. Procesos infecciosos: El sistema inmunitario del anciano sufre un importante deterioro que, si bien está preparado para cuadros infecciosos de poca entidad, deja tan sensible la capacidad de afrontar gérmenes de mayor patogenicidad que permanecen en estado de latencia (portadores sanos), que finalmente el anciano ve complicado el cuadro inicial por una sobreinfección de gérmenes más letales. Es el caso de la gripe, de las infecciones tracto urinario y gastroenteritis, que provocan agudizaciones por aumento de la flora patógena intestinal, pulmonar, urinaria que finalmente acaba provocando sepsis con una importante afectación general. Malnutrición: A menudo, se pasan por alto los problemas de nutrición de la tercera edad, lo que puede traer complicaciones muy serias tales como deshidratación, anemia, déficit de vitaminas (B12, C, tiamina...), déficit de folato, desequilibrio de potasio, anorexia, gastritis atrófica... El deterioro cognitivo puede ser causado por tantos factores no nutricionales que es fácil pasar por alto causas nutricionales potenciales, como deshidratación, desequilibrio del potasio, anemia ferropénica y déficit de muchas de las vitaminas hidrosolubles. En ocasiones sería conveniente, recurrir a suplementos de minerales y vitaminas, pero sobre todo; una dieta alta en proteínas y nutrientes es esencial para prevenir posibles problemas de nutrición que llegada la edad adulta podría conllevar problemas irreversibles, y sin embargo en esta edad el anciano con menos recursos y capacidades, termina con una dieta deficiente en nutrientes y excesiva en calorías y grasas. Mareos en los mayores. Los vértigos y mareos son consultas muy habituales de la tercera edad. La pérdida de equilibrio y otras sensaciones de aturdimiento pueden provocar caídas y accidentes que finalmente acaban en problemas osteomusculares, heridas, etc. Son muchas las causas debido al deterioro del sistema del equilibrio (vista – cervicales – oído), deficiencias sensoriales; pero también los fallos cardiacos, la falta de riesgo cerebral, síntomas epilépticos por disfunción sináptica, etc.…por ello es conveniente, valorar de forma continuada los riesgos y prevenirlos. HTA: es la enfermedad silenciosa y de mayor riesgo de la tercera edad. Causante en gran parte de los accidentes cardio - neuro- reno - vasculares. La hipertensión arterial junto con la diabetes y la ateroesclerosis son la triada maldita y causante de la muerte por accidente vascular, solo la prevención y control en la edad adulta puede hacer que el anciano llegue en un buen estado para afrontar los retos de la edad. Claudicación intermitente: Es un trastorno que se produce como consecuencia de la ateroesclerosis (Por aumento de colesterol en arterias) por obstrucción progresiva de las arterias que nutren las extremidades. Las paredes de las arterias sufren lesiones, llamadas "placas de ateroma", que se van agrandando dificultando el correcto riego sanguíneo y haciendo que los músculos produzcan ácido láctico. Caracterizado por la aparición de dolor muscular intenso en las extremidades inferiores, en la pantorrilla o el muslo, que aparece normalmente al caminar o realizar un ejercicio físico y que mejora al detener la actividad. Se observa con mayor frecuencia en el hombre que en la mujer; generalmente en pacientes mayores de 60 años. Osteoporosis: La osteoporosis es una enfermedad en la cual disminuye la cantidad de minerales en el hueso, perdiendo fuerza la parte de hueso trabecular y reduciéndose la zona cortical por un defecto en la absorción del calcio, volviéndose quebradizos y susceptibles de fracturas. Es frecuente sobre todo en mujeres tras la menopausia debido a carencias hormonales, de calcio y vitaminas por malnutrición. Enfermedades cardio – cerebro – vasculares. Afecta a los vasos sanguíneos que suministran sangre a órganos importantes, especialmente por un deterioro del epitelio unido a enfermedades como la ateroesclerosis (por hiperlipemias), o trastornos de coagulación (malfuncionamiento hepático, etc.). las cardiovasculares afectan principalmente a coronarias (Infarto agudo de miocardio, síndrome coronario, disrritmias…) y las cerebrales (ICTUS), pueden provocar infartos por obstrucción o hemorrágicas. En cualquiera de los casos es la primera causa de muerte en el mundo occidental y la primera causa de incapacidad. 3.2 Síndromes geriátricos: El concepto de "síndromes geriátricos" ha evolucionado con el tiempo. En términos generales, un síndrome está definido como ''un grupo de signos y síntomas que se presentan juntos y caracterizan a una anomalía en particular'', o ''El conjunto de síntomas y signos asociados con cualquier proceso mórbido, y que constituyen en conjunto la imagen de la enfermedad". Los síndromes geriátricos se refieren a condiciones de salud multifactoriales, propias del paciente anciano, que ocurren cuando los efectos de la acumulación de deterioros, en múltiples sistemas, tornan a una persona vulnerable ante demandas fisiológicas o fisiopatológicas. En geriatría es habitual la presencia de «alteraciones iceberg»; es decir, de enfermedades no conocidas ni por el paciente ni por su médico, que además con frecuencia son el origen de incapacidades no explicadas por los trastornos previamente documentados, en un marco funcional que obliga a medir la enfermedad a través de sus consecuencias y no sólo a partir de las causas que la generan. El síndrome geriátrico se da con alta frecuencia en los ancianos, siendo incluidos dentro de las estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento de la medicina geriátrica. Estos síndromes pueden generar mayor morbilidad y consecuencias en ocasiones más graves que la propia enfermedad que los produce (por ej., síndrome de inmovilidad generado por un ACV [accidente cerebrovascular], sin una buena prevención de las úlceras de decúbito éstas pueden aparecer y generar más problemas). El conocer las características sintomatologías de la presentación de los síndromes geriátricos nos permite identificar un conjunto de cuadros clínicos habitualmente originados por la conjunción de enfermedades con alta prevalencia en los ancianos y que son el frecuente origen de incapacidad funcional o social en la población. La pluripatología del anciano no sólo dificulta el diagnóstico, sino que a veces, el tratamiento de una empeora el curso de otra (por ej., tratamiento de insuficiencia cardiaca con diuréticos puede ocasionar incontinencia urinaria). La respuesta silenciosa de la sintomatología en el anciano puede generar una situación que enmascare o atenúe otra patología (por ej., anemia sin astenia en un inmovilizado severo). Los síndromes geriátricos, por tanto, son situaciones de enfermedad expresadas por un conjunto de síntomas, originados por la concurrencia de una serie de enfermedades que tienen su expresión a través de cuadros patológicos. Inmovilidad Inestabilidad y caídas. Incontinencia urinaria y fecal. Demencia y síndrome confusional agudo. Infecciones. Desnutrición. Alteraciones sensoriales (vista y oído) Estreñimiento, impactación fecal. Depresión/insomnio. Yatrogenia. Inmunodeficiencias. Impotencia o alteraciones sexuales. En geriatría es útil pensar en términos de problemas más que en enfermedades concretas aisladas, en los pacientes de edad avanzada no es frecuente asociar un síntoma a una única etiología, sino que puede tener varias razones, y al disponer de estos síndromes con su amplio diagnóstico diferencial facilita encontrar la causa y aplicar soluciones. Debemos desterrar de la mente la idea de que los procesos patológicos en la vejez siguen el modelo clásico de enfermedad; esto sólo ocurre en la mitad de los pacientes geriátricos, es frecuente que en los ancianos diferentes factores de morbilidad actúen de forma sumatoria. Es necesario un rápido reconocimiento y tratamiento de estos cuadros para conseguir la recuperación del paciente y no desarrollar una enorme cascada de efectos adversos que generan mayor morbimortalidad en este grupo poblacional, especialmente predispuesto a la yatrogenia. 4. Concepto de dependencia y vulnerabilidad: A la capacidad para llevar a cabo las actividades para la vida independiente se le denomina capacidad funcional; la persona que tiene problemas de capacidad funcional es dependiente. La dependencia puede entenderse como el resultado de un proceso que se inicia con la aparición de un déficit en el funcionamiento (deficiencia) corporal como consecuencia de una enfermedad o accidente. Este déficit comporta una limitación en la actividad (discapacidad). Cuando esta limitación no puede compensarse mediante la adaptación fisiológica, psicológica y funcional con el entorno, provoca una restricción en la participación, que se concreta en la dependencia de la ayuda de otras personas para realizar actividades de la vida cotidiana, y la persona se hace vulnerable. La persona vulnerable, es aquella que tiene algún nivel de dependencia con respecto a sus actividades de la vida diaria. La dependencia puede entenderse como el resultado de un proceso que se inicia con la aparición de un déficit en el funcionamiento (deficiencia) corporal como consecuencia de una enfermedad o accidente. Este déficit comporta una limitación en la actividad (discapacidad). Son personas vulnerables las que padecen problemas de salud, físico, psíquico y/o social que afecta a la capacidad funcional que incapacita para ser autónomas en las actividades de la vida diaria, destacando las enfermedades crónico-degenerativas como las oncológicas, metabólicas, autoinmunes, cardiovasculares, respiratorias, traumáticas (medulares, amputaciones..), etc. que además requieren de la administración y el control de dispositivos terapéuticas, farmacoterapia, tratamiento respiratorio, control del nivel de salud, curas, prevención de lesiones secundarias, etc.… por lo que se requiere un plan multidisciplinar e integral de ayuda familiar, profesional e institucional, que incluya un plan de cuidados que a través de la relación de ayuda y con una detallada valoración integral funcional, aumenta las garantías de preservar la seguridad clínica, el máximo de potencial de autonomía y la cobertura de las necesidades básicas, así como el fomento del desarrollo personal intelectivo, psicológico y social fomentando y activando programas de inserción social que estimulen la independencia y las relaciones sociales mejorando la autoestima, siempre teniendo en cuenta sus capacidades físicas y psíquicas. Características generales de la atención a personas vulnerables. Deben atender a personas con minusvalía psíquica y/o física en actividades terapéuticas, preventivas, y rehabilitadoras. La asistencia es prestada por profesionales sanitarios principalmente con apoyo de trabajo social. Uno de las prioridades es promover la relación social y familiar con el fin de cohesionar y generar un ambiente familiar y de confianza. Siempre realizaremos una atención personalizada, aunque los procedimientos base sean estandarizados y basados en la evidencia científica, ya que los resultados deben ser ajustados a la idiosincrasia de cada persona, pero siempre con seguridad clínica. Otro de los objetivos es ayudar al afrontamiento familiar eficaz y la adaptación a la situación que les ha tocado vivir, aportándoles herramientas válidas para la adaptación y el acogimiento del dependiente, en las mejores condiciones posibles. Existen muchos factores que pueden llevar a una situación de dependencia en el anciano, de hecho, los ancianos frágiles, son dependientes por definición. La vejez es una de las causas de dependencia y vulnerabilidad, se inicia en cualquier punto el ciclo de dependencia; la depresión y los psicofármacos disminuyen la actividad, la enfermedad cardiovascular disminuye el volumen de oxigeno máximo, y la discapacidad “per se” puede llevar a la disminución de masa muscular por des-acondicionamiento. En la fragilidad hay varias vías con múltiples factores que puede actuar de forma independiente o aditiva para dar lugar a las manifestaciones clínicas y de dependencia. Las personas con incapacidad funcional necesitan una planificación de cuidados que garanticen su bienestar; cuidados, en su mayor parte ofrecidos por los propios familiares en su domicilio, o por personal sanitario en instituciones sanitarios y/o socio – sanitarias.
4.1. El plan de cuidados de las personas con discapacidad funcional.
En el plano del cuidado profesional de enfermería, en cualquiera de los ámbitos en los que se deba planificar cuidados atenderemos a varios principios, realizando un Proceso de Atención Enfermero (PAE), que nos permita, identificar problemas y necesidades a partir de una valoración funcional integral, un diagnóstico de enfermería, y planteamiento de estrategias terapéuticas que nos permite ir evaluando, a corto y medio plazo, los resultados obtenidos, para ir adaptando los cuidados específicos a las necesidades individuales de cada anciano en cada etapa y evolución. Los objetivos principales serán: El bienestar físico y psíquico de la persona dependiente. Reducción de reagudizaciones, complicaciones y secuelas derivadas de patologías crónicas. Identificación precoz de problemas de salud agudos. Conseguir la máxima autonomía posible en cada momento. Rehabilitación y readaptación continúa. Crear un ambiente se seguridad clínica y social. Entre las estrategias específicas destacamos: Plan de cuidados individualizado. Debe estar adaptado a la persona a la que se lo vamos a prestar, adaptando de manera flexible los apoyos necesarios a dicha persona y sus peculiaridades, tanto personales como en el ámbito en el que se interviene, contando con las circunstancias que le rodean en el aspecto familiar. Carácter preventivo y rehabilitador. No solo intentan prevenir las situaciones carenciales, las cuales incrementan el riesgo de pérdida de independencia, sino que también pretenden recuperar capacidades funcionales perdidas, tales como vestirse, andar, asearse, hacer las tareas domésticas, preparación de alimentos, comer, acudir al servicio con regularidad, también se le orienta para que no pierda la capacidad para comunicarse con el exterior, para realizar actividades lúdicas y recreativas, etc. Definir estrategias de intervención interdisciplinaria e interniveles asistenciales (primaria – especializada) e interestamental (sanitario – sociosanitario). No se trata solamente de ofrecer determinadas prestaciones o servicios, sino que también es necesario utilizar técnicas de intervención para rehabilitar o mitigar la dependencia a la que está sujeta la persona. Se trata de servicios que se ofrecen de manera profesional, por eso es necesario que cada intervención sea programada, supervisada y evaluada periódicamente por los profesionales adecuados, como pueden ser enfermeros, trabajadores sociales, etc. en segundo lugar la mayoría de los cuidados básicos se realizan por profesionales técnicos de cuidados y socio – sanitarios, que deben implicarse en el plan integral y realizar las tareas programadas. 4.2. Necesidades y problemas de enfermería del paciente con discapacidad Como necesidad fundamental se define aquella necesidad vital esencial que tiene el ser humano para asegurar su bienestar y preservarse física y mentalmente. Las consideradas de las vidas diarias (básicas, instrumentales y avanzadas) son: Mantener funciones básicas en límites aceptables de funcionalidad Respiratoria, cardio – vascular. Función neurológica. Función renal/endocrina. Termorregulación eficaz. Alimentarse, nutrirse e hidratarse adecuadamente. Control de la eliminación de desechos orgánicos (micción – defecación, sudoración…) Movilidad y actividad diaria, conservar una buena postura, evitar lesiones por movilidad. Higiene corporal adecuada, buen nivel de hidratación de la piel, control de lesiones cutáneas – mucosas y tisulares. Descanso y sueño. Garantizar la seguridad personal (evitar lesiones, traumatismos físicos, psíquicos y sociales) Optimizar las capacidades de comunicación personal con su entorno, favoreciendo el desarrollo de la sociabilidad que permita aumentar los recursos sociales (familiares, amigos, allegados) y facilitar actividades de ocio, recreativas, lúdicas, así como las relaciones de pareja y/o sexuales si procede. Desarrollo de su espiritualidad, valores y creencias. Adaptarse a la evolución orgánica, corporal y personal a través del aprendizaje y el afrontamiento eficaz. Realización de actividades de desarrollo personal (creatividad, autoestima, madurez de proyectos personales…) Debemos tener en cuenta que estas necesidades están relacionadas con las tres dimensiones del ser humano: biológica, psíquica y social. La satisfacción del conjunto de las necesidades, al individuo le hace estar en estado de equilibrio, y por tanto adaptado al medio, en el que de una forma u otra funciona para sobrevivir. 4.3. Intervenciones de enfermería en las personas con problemas funcionales. Las intervenciones de enfermería para cubrir las necesidades de las personas dependientes, se establecen en diferentes áreas o dominios. Todas las actividades sobre el/la dependiente, son susceptibles de ser estandarizadas y deben realizarse de acuerdo a una serie de criterios de calidad asistencial: Evidencia científica Nivel de actividad adecuado al nivel de dependencia. Adecuación institucional: Garantizando que desde el punto de vista funcional y económico es posible. Dirigido siempre a unos resultados que deben ser objetivados. Garantizando unos mínimos de calidad (normas técnicas acreditadas). Los objetivos que se persiguen desde el punto de vista sanitario son: Identificación precoz de la disfuncionalidad, discapacidad y fragilidad. Prevención y precocidad en el tratamiento de los problemas de salud que se puedan presentar. Manejar y adiestrar con rutinas, hábitos saludables sin excesivas restricciones. Profilaxis preventiva (vacuna antigripal, higiene de pies, prevención UPP…) El programa de la persona con incapacidad funcional, incluirá: Actividades de control de patologías crónico – degenerativas. Protocolo para el control diario del estado de salud: Estado general (Sensación o autopercepción del estado de salud9 Constantes básicas Valoración de la oxigenación–circulación/perfusión Estado de la piel y mucosas Balance hídrico Valoración de la termorregulación. Programas específicos para el control y la prevención de complicaciones y secuelas en las diferentes enfermedades crónicas (HTA – Diabetes – EPOC - Obesidad…) Programas específicos para el control y la prevención de complicaciones y secuelas en las enfermedades específicas de la persona con discapacidad o dependiente (Esclerosis múltiple, ELA, Demencias, SIDA, grandes síndromes neurológicos degenerativos, grandes síndromes físico degenerativos, incapacidad funcional específica, etc.…) Respecto de la inmunización preventiva, hay que tener presente tres tipos de vacunaciones. Vacuna antigripal: Es efectiva en el 80%de los mayores de 65 años, y está especialmente recomendada a aquellos que tienen enfermedades crónicas y/o factores de riesgo como vivir en Residencias. Vacuna antineumocócica: Los Centers for Disease Control (CDC), consideran que la evidencia científica es suficiente para recomendar su aplicación a los mayores de 65 años, en España hay Comunidades Autónomas que la recomiendan antes. Vacuna antitetánica: Aunque la aparición de esta enfermedad es rara, hay que tener en cuenta que el 60%de los casos aparece en mayores de 65 años, de ahí la importancia de una correcta revisión de la vacunación. Control de dispositivos terapéuticos (Sondas, drenajes, inmovilizaciones…) Farmacoterapia crónica, específica o urgente. Curas de lesiones cutáneas, control de inmovilizaciones, de dispositivos invasivos… Control y detección precoz de signos y síntomas de complicación Visitas médicas programadas en centros hospitalario o consulta médica, Analíticas, pruebas diagnósticas básicas y sencillas para control de las patologías crónicas y urgentes. Protocolo de actuación urgente, llamada a servicios de emergencia y traslados a centros de urgencias si procede. Alimentación, Nutrición e hidratación. Valoración de la capacidad para la autoalimentación y la nutrición adecuadas. Se valoran problemas de dentición, deglución, digestión, absorción y eliminación (estreñimiento y diarrea). Los problemas de deglución son frecuentes, se evitarán líquidos abundantes, sino en tomas pequeñas y progresivas y si es necesario se utilizan espesantes. Abordar problemas dietéticos por intolerancias, alergias u otras Manejar problemas de déficit o sobrepeso. Cubrir la hidratación necesaria (En estas edades la sobrehidratación puede generar alteraciones nefro – cardio – vasculares, por ello no evitar la sobrehidratación, a través del control del balance hídrico). Atención a la integridad de piel y mucosas. Control de la higiene personal. Control de la hidratación cutánea. Manejar absceso, fistulas y úlceras (Actividades preventivas y curativas, así como rehabilitadoras) Manejar heridas, quemaduras y erosiones (Actividades preventivas y curativas, así como rehabilitadoras) Prevención de la infección cutánea – mucosa y tisular. Atención a la eliminación. Realizar actividades integrales para mantener un buen peristaltismo y funcionalidad intestinal previniendo, identificando precozmente y tratando lo antes posible la diarrea y el estreñimiento – control de fecalomas) Manejar la incontinencia urinaria y fecal Abordar la retención urinaria, especialmente en patologías asociadas con la identificación precoz y tratamiento precoz y/o crónico. Manejo de dispositivos terapéuticos asociados (ostomías, sondajes, pañales…) Atención a la actividad física/ movilidad. Prevenir el sedentarismo y la inmovilidad y las lesiones osteomusculares patológicas, estableciendo un plan integral de actividad física ordenada según capacidad a través de tablas de gimnasia activa y/o pasiva para mantener movilidad articular y muscular del sistema músculo – esquelético. Facilitar la movilidad con dispositivos terapéuticos adaptados (bastones, sillas de ruedas, andadores, etc…) Facilitar el uso de las ayudas técnicas en las actividades de la vida diaria (cubiertos adaptados, vestido y calzado adaptado, sistemas informáticos - electrónicos, …) Coordinar actividades de rehabilitación (fisioterapia/terapia ocupacional) a nivel de discapacidades neurológica-práxica, respiratoria – cardio/vacular (Fisioterapia respiratoria- drenajes posturales – actividad aeróbica cardioactiva), trastornos músculo – esqueléticos (cadera, pelvis…) Control del dolor físico y la fatiga, que permita mejorar el funcionamiento osteo – muscular. Programa de rehabilitación psico – social: Partimos de la problemática real o potencial. Debe realizarse una valoración de las capacidades para la actividad intelectual para la creatividad, percepción y procesos de pensamiento, capacidad para la concreción y generalización y la diferenciación de la realidad con lo creado artificialmente o la fantasía Siempre individualizado de acuerdo a las características socio – culturales y capacidades percepto – cognitivas de la persona. Protocolo de recuperación o mantenimiento de la memoria. Programa para la recuperación o adaptación de la comunicación verbal, no verbal y expresión corporal Programa para la capacitación de la orientación temporo- espacial en el entorno diario. Otras Protocolos para la higiene mental: Protocolo para el diseño del descanso y sueño y planificación de las jornadas diarias. Protocolo para la adaptación y el afrontamiento de la enfermedad, la dependencia y la muerte Protocolo para la implicación en actividades recreativas y de ocio (coordinado con trabajo social) Protocolo para la facilitación de la expresión de valores y creencias. (Coordinado con trabajo social) Técnicas de comunicación terapéutica (Coordinación psicoterapeuta y trabajo social). Técnicas para el desarrollo de la autoestima y potenciar el desarrollo personal y la expresión (Coordinación psicoterapeuta y trabajo social). En base a estos programas podemos diferenciar intervenciones concretas que confirmaran el plan integral del residente: Intervenciones básicas de la vida diaria: Higiene, vestirse/desvestirse, alimentación, eliminación, movilización Actividades Preventivas – terapéuticas físicas-psíquicas: Control del nivel de salud (Constantes, control de glucemia, detección precoz de alteraciones funcionales…); prevención de complicaciones y secuelas de la inmovilidad física, curas y terapias específicas; farmacoterapia; rehabilitación físico/psíquica; terapias alternativas (hidroterapia, termoterapia…), etc… Intervenciones para cubrir las necesidades psico - sociales: Comunicación, actividades recreativas y de ocio actividades deportivas; desarrollo e interrelación con los demás, integración social, facilitación de la comunicación en redes sociales, facilitación de la comunicación familiar…Intervenciones para el desarrollo de las actividades instrumentales: Manejo de aparatos, ayudas técnicas y/o instrumentos personales, para el desarrollo en lo posible de la autonomía, capacitación para el uso de aparatos informáticos, ofimáticos y electrónicos si procede, etc. Intervenciones para el desarrollo de la identidad y de la espiritualidad de la persona. Actividades para creencias… Garantizar la seguridad personal. Establecer un plan integral y coordinado de atención sanitaria y socio/sanitaria que cubra las necesidades de alertas y alarmas del anciano sin recursos sociales, garantizando una buena cobertura sanitaria y socio – sanitaria. Sistemas de teleasistencia y telealertas. Colaboración del tercer sector (ONG – voluntariado…) en ancianos discapacitados sin recursos sociales para el acompañamiento y las actividades físicas. NIVEL FUNCIONAL: NIVEL SOCIAL: NIVEL COGNITIVO: NIVEL TERAPIAS TERAPIAS TERAPIAS PSICOAFECTIVO: TERAPIAS
Gerontogimnasia Ergoterapia Orientación a la Grupos
Rehabilitación Musicoterapia realidad terapéuticos funcional Ludoterapia Psicoestimulación Terapia de Entrenamiento Grupos de cognitiva reminiscencia de las ABVDs habilidades Rehabilitación Psicomotricidad sociales y de cognitiva especifica comunicación Grupos de conversación.
5. Apoyo al cuidador principal y a la familia.
Partiendo de la base de que la familia compone una unidad, un sistema, entenderemos que cualquier alteración surgida en el seno de familiar puede alterar y repercutir a todos los miembros que la componen. Por ello, toda intervención enfermera relativa a comunicación debe realizarse teniendo en cuenta el núcleo familiar; el paciente y su familia como un todo inseparable. La aparición de accidentes, enfermedades o cualquier circunstancia que suponga incapacidad de autocuidado implica en la familia un acontecimiento vital estresante. Se entiende como cuidador principal a aquel miembro de la familia que asume la mayoría de los cuidados o la totalidad de los que precise el paciente. El cuidador principal en cualquier situación que se le requiera padecerá las consecuencias psicológicas y físicas que suponen el cuidar de un ser querido y que muchas ocasiones sufre. Las dificultades que experimentan los cuidadores surgen principalmente de: La enorme inversión en tiempo y en esfuerzos de naturaleza física y emocional que exigen los cuidados. Los cambios que los cuidadores experimentan en su vida cotidiana y en su propio plan de vida cuando comienzan a cuidar a su familiar. La ausencia de apoyos y ayudas suficientes para desempeñar la labor de cuidar y para poder cuidarse a sí mismo. Disminución de la calidad de vida percibida. Exposición a riesgos para su salud. Situaciones de aislamiento y soledad. Aumento de la exposición a riesgos de exclusión social, enfermedad crónica y estado de dependencia futuro. Los problemas de salud más comunes en las personas cuidadoras incluyen: Mayores niveles de depresión. Mayores niveles de ansiedad. Mayores niveles de estrés y frustración. Fatiga frecuente. Dolores musculares. Dolores de cabeza frecuentes. Molestias estomacales y gástricas. Peor estado de salud percibido. Mayor probabilidad de sufrir obesidad. Mayor vulnerabilidad a las infecciones. Mayor riesgo de problemas coronarios derivados del estrés. Mayor riesgo de padecer diabetes. Pérdidas en la capacidad de cuidar adecuadamente de la propia salud. Actuación del personal sanitario ante la familia: Detectar y cubrir las necesidades del paciente y la familia. Aliviar los miedos, amenazas, pérdidas y sobrecargas. Informar sobre la evolución y tratamiento. Manejo y expresión de los propios sentimientos. Establecer canales positivos de comunicación entre paciente-familia, paciente-equipo, familia- equipo. Educación a la familia sobre cuidados del paciente. Potenciar la participación de la familia en los cuidados del enfermo y en los objetivos terapéuticos. Ayuda a la elaboración de un duelo saludable en el momento de la pérdida. Buscando apoyos y recursos para los cuidadores y para el paciente, tales como voluntarios, apoyo o asesoramiento por asociaciones… 6. Plan de cuidados para el paciente con demencia. 1. Manejo de la demencia: Incluir a los miembros de la familia en la planificación, provisión y evaluación de cuidados, en el grado deseado Establecer los esquemas usuales de comportamiento para actividades como dormir, utilización de medicamentos, eliminación, ingesta de alimentos y cuidados propios Determinar el historial físico, social y psicológico del paciente, hábitos corrientes y rutinas Determinar las expectativas de comportamiento adecuadas para el estado cognitivo de paciente Colocar pulseras de identificación al paciente Disponer de un ambiente físico estable y una rutina diaria Preparar la interacción con contacto visual y tacto, si procede Presentarse a sí mismo al iniciar el contacto Dirigirse al paciente por su nombre al iniciar la interacción y hablar despacio Dar una orden simple por vez Hablar con un tono de voz claro, bajo y respetuoso Utilizar la distracción, en lugar de la confrontación, para manejar el comportamiento Proporcionar un respeto positivo incondicional Evitar el contacto y la proximidad, si esto es causa de estrés o ansiedad Asignar personas a cargo de los cuidados que sean familiares para el paciente (evitar rotaciones frecuentes del personal) Establecer periodos de reposo para evitar la fatiga y reducir el estrés Tomar nota de la alimentación y del peso Proporcionar espacios para paseos seguros Evitar frustrar al paciente interrogándole con preguntas de orientación que no pueden ser respondidos Proporcionar orientación mediante pistas, tales como sucesos actuales, estaciones del año, lugares y nombres Dejarle comer solo, si procede Proporcionar alimentos que se coman con las manos para mantener la nutrición del paciente que no se sienta a comer Proporcionar al paciente una orientación general de la estación del año mediante pistas apropiadas (decoraciones de vacaciones, actividades típicas de una estación y acceso a zonas externas cerradas) Disminuir el nivel de ruidos evitando sistemas de llamada y luces de llamada que suenen o zumben Seleccionar los programas de televisión y radio en función de las capacidades o intereses cognitivos del/ de la paciente Seleccionar actividades individuales de uno en uno y en grupo adaptadas a las capacidades o intereses cognitivos del paciente Etiquetar las fotos familiares con los nombres de las personas que aparecen en ellas Solicitar a los miembros de la familia o amigos que vean al paciente de uno a dos por vez, si fuera necesario, para disminuir el estrés Discutir con los miembros de la familia y los amigos la mejor manera de interactuar con el paciente Ayudar a la familia a comprender que quizás sea imposible que el paciente aprenda nueva información Limitar el número de elecciones que tenga que hacer el paciente, para que no le cause ansiedad Colocar el nombre del paciente en grandes letras mayúsculas en la habitación y la ropa, si es preciso Utilizar símbolos, que no sean los escritos, para ayudar al paciente a localizar la habitación, el baño u otros equipamientos Evitar el uso de trabas físicas Observar cuidadosamente si hay causa que aumenten una confusión que pueda ser aguda y reversible 2. Estimulación cognoscitiva. Informar al paciente sobre noticias de sucesos recientes que no supongan trastornos Proporcionar estimulación ambiental a través de contacto con distintas personas Presentar los cambios de manera gradual Proporcionar un calendario Estimular la memoria repitiendo los últimos pensamientos expresados por el paciente Orientar con respecto al tiempo, lugar y personas Hablar con el paciente Disponer de una estimulación sensorial planificada Utilizar la televisión, radio o música como parte del programa de estímulos planificado Disponer de periodos de descanso Colocar objetos familiares y fotografías en el ambiente del paciente Utilizar la repetición en la presentación de materiales nuevos Variar los métodos de presentación de materiales Utilizar ayudas de memoria: listas, programas y notas recordatorias Reforzar o repetir la información Presentar la información en dosis pequeñas, concretas Solicitar al paciente que repita la información Utilizar el contacto de manera terapéutica Disponer de instrucciones orales y escritas 3. Fomentar el sueño Ajustar el ambiente (luz, ruido, temperatura, colchón y cama) para favorecer el sueño Comprobar el esquema de sueño del paciente y observar las circunstancias físicas (apnea del sueño, vías aéreas obstruidas, dolor, molestias y frecuencia urinaria) Ayudar a la persona cuidadora a establecer con el paciente una rutina a la hora de irse a la cama para facilitar la transición del estado de vigilia al de sueño Valorar los efectos que tiene la medicación del paciente en el esquema de sueño 4. Prevención de caídas Identificar déficit cognoscitivos o físicos del paciente que puedan aumentar la posibilidad de caídas en un ambiente dado Identificar las características del ambiente que puedan aumentar las posibilidades de caídas (suelos resbaladizos y escaleras sin barandillas) Adiestrar a la persona cuidadora para: ayudar a la persona inestable en la deambulación utilizar la técnica adecuada para colocar y levantar al paciente de la silla de rueda, cama, baño, etc.. utilizar barandillas laterales de longitud y altura adecuadas para evitar caídas de la cama, si es necesario retirar los muebles bajos (bancos y mesas) que supongan un riesgo de tropezones disponer una iluminación adecuada para aumentar la visibilidad Educar a los miembros de la familia sobre los factores de riesgo que contribuyen a las caídas y cómo disminuirlas Proporcionar dispositivos de ayuda (bastón o barra de apoyo para caminar) para conseguir una deambulación estable 5. Ayuda con los autocuidados: alimentación Capacitar o enseñar a la cuidadora a: mantener una rutina en hábitos, horarios fijos y costumbres no obligar a comer por la fuerza, utilizar la distracción proporcionar vasos y platos irrompibles realizar higiene bucal después de las comidas seleccionar las comidas de acuerdo con los gustos del paciente: alimentos y líquidos variados, texturas adecuadas a la capacidad de deglución (blanda, triturada, gelatinas) asegurar ingesta adecuada de fibra Enseñar a la familia a proporcionar la ayuda justa para mantener las capacidades paciente 6. Ayuda con los autocuidados: aseo Enseñar al paciente/familia la rutina del aseo Proporcionar dispositivos de apoyo (catéter externo u orinal) si procede Enseñar a la familia a proporcionar la ayuda justa para mantener las capacidades paciente Considerar la respuesta del paciente a la falta de intimidad 7. Ayuda con los autocuidados: vestir/arreglo personal Estimular el arreglo personal del paciente Darle el tiempo que necesita Proveer de ropa y calzado cómodo, ancha, sin cremalleras ni botones, sustituir por cierres adhesivos Ayudarle al vestido y acicalamiento, proporcionando la ayuda justa para facilitar su independencia 8. Manejo ambiental: confort Ajustar la iluminación de forma que se adapte a las actividades de la persona, evitando la luz directa en los ojos Colocar al paciente de forma que se facilite la comodidad utilizando principios de alineación corporal, apoyo con almohadas, apoyo en las articulaciones durante el movimiento, tablillas inmovilizadoras para la parte dolorosa del cuerpo Controlar o evitar ruidos indeseables o excesivos, en lo posible 9. Manejo del estreñimiento/impactación Comprobar movimientos intestinales, incluyendo frecuencia, consistencia, forma, volumen y color de las deposiciones Establecer una pauta de eliminación Evaluar la medicación para ver si hay efectos gastrointestinales secundarios 10. Prevención de las úlceras por presión Educar a los miembros de la familia sobre los factores de riesgo que contribuyen al deterioro de la integridad cutánea y como disminuirlos: cambios posturales cada 2 o 3 horas durante el día, respetando las horas de sueño colocar al paciente en posición ayudándose con almohadas para elevar los puntos de presión encima del colchón hidratación de la piel, ropa de cama seca y sin arrugas y vigilancia de la piel evitar la humedad excesiva de la piel causada por la transpiración, el drenaje de heridas y la incontinencia fecal o urinaria evitar dar masajes en los puntos de presión enrojecidos evitar mecanismos tipo flotadores para la zona sacra utilizar camas, colchones especiales y cojines antiescaras, si procede vigilar estrechamente cualquier zona enrojecida vigilar las fuentes de presión y fricción Utilizar la escala de Braden para valorar el riesgo 11. Precauciones para evitar la aspiración Mantener el cabecero de la cama elevado durante 30 a 45 minutos después de la alimentación Evitar líquidos y utilizar agentes espesantes 12. Guías del sistema sanitario Explicar el sistema de cuidados sanitarios, su funcionamiento y lo que puede esperar el paciente/familia Informar sobre los recursos comunitarios adecuados y las personas de contacto Proporcionar instrucciones escritas sobre el propósito y lugar de las actividades de sus cuidados Proporcionar accesibilidad a las medidas preventivas disponibles 13. Afrontamiento familiar comprometido relacionado con: Prolongación de la enfermedad o progresión de la incapacidad que agota la capacidad de apoyo de las personas de referencia 14. Afrontamiento de los problemas de la familia Afronta los problemas Controla los problemas Implica a los miembros de la familia en la toma de decisiones Busca asistencia cuando es necesario 15. Apoyo a la familia Escuchar las inquietudes, sentimientos y preguntas de la familia Favorecer una relación de confianza con la familia Responder a todas las preguntas de los miembros de la familia o ayudarles a obtener las respuestas Reforzar a la familia respecto a sus estrategias para enfrentarse a los problemas Enseñar a la familia los planes médicos y de cuidados Ayudar a la familia a adquirir el conocimiento, técnica y equipo necesarios para apoyar su decisión acerca de los cuidados del paciente Brindar cuidados al paciente en lugar de la familia para relevarla y también cuando ésta no puede ocuparse de los cuidados Ayudar a los miembros de la familia durante los procesos de muerte y duelo, si procede 16. Apoyo al cuidador principal Determinar el nivel de conocimientos del cuidador Controlar los problemas de interacción de la familia en relación con los cuidados del paciente Proporcionar ayuda sanitaria de seguimiento al cuidador mediante llamadas por teléfono y/o cuidados de enfermería comunitarios Enseñar al cuidador técnicas de manejo del estrés Enseñar al cuidador estrategias de mantenimiento de cuidados sanitarios para sostener la propia salud física y mental Informar al cuidador sobre recursos de cuidados sanitarios y comunitarios Fomento de la implicación familiar Identificar la capacidad de los miembros de la familia para implicarse en el cuidado del/ de la paciente Apreciar los recursos físicos, emocionales y educativos del cuidador principal Identificar los déficits de cuidados propios del/de la paciente Observar la estructura familiar y sus roles Facilitar la comprensión por parte de la familia de los aspectos médicos de la enfermedad Ayudar al cuidador principal a conseguir el material para proporcionar los cuidados necesarios Detectar la necesidad del cuidador principal de ser relevado de las responsabilidades de cuidados continuos 17. Escucha activa Favorecer la expresión de sentimientos Estar atentos a las palabras que se evitan, así como los mensajes no verbales que acompañan a las palabras expresadas Evitar barreras a la escucha activa (minimizar sentimientos, ofrecer soluciones sencillas, interrumpir, hablar de uno mismo y terminar de manera prematura) 18. Grupo de apoyo Invitar a las personas cuidadoras a participar en los talleres Accesibilidad y seguimiento telefónico
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