Viacrucis Maditado
Viacrucis Maditado
Viacrucis Maditado
1.- Yo concederé todo cuanto se me pidiere con fe, durante el rezo del Via Crucis.
2.- Yo prometo la Vida Eterna a los que, de vez en cuando, se aplican a rezar el Via
Crucis.
3.- Durante la vida, yo les acompañaré en todo lugar y tendrán Mi ayuda especial en la
hora de la muerte.
4.- Aunque tengan más pecados que las hojas de las hierbas que crece en los campos, y
más que los granos de arena en el mar, todos serán borrados por medio de esta devoción
al Via Crucis. (Nota: Esta devoción no elimina la obligación de confesar los pecados
mortales. Se debe confesar antes de recibir la Santa Comunión.)
5.- Los que acostumbran rezar el Vía crucis frecuentemente, gozarán de una Gloria
extraordinaria en el Cielo.
6.- Después de la muerte, si estos devotos llegasen al Purgatorio, Yo los libraré de ese
lugar de expiación, el primer martes o viernes después de morir.
7.- Yo bendeciré a estas almas cada vez que rezan el Via Crucis; y mi bendición les
acompañará en todas partes de la Tierra. Después de la muerte, gozarán de esta
bendición en el Cielo, por toda la Eternidad.
8.- A la hora de la muerte, no permitiré que sean sujetos a la tentación del demonio. Al
espíritu maligno le despojaré de todo poder sobre estas almas. Así podrán reposar
tranquilamente en mis brazos.
9.- Si rezan con verdadero amor, serán altamente premiados. Es decir, convertiré a cada
una de estas almas en Copón viviente, donde me complaceré en derramar mi Gracia.
10.- Fijaré la mirada de mis ojos sobre aquellas almas que rezan el Vía Crucis con
frecuencia y Mis Manos estarán siempre abiertas para protegerlas.
11.- Así como yo fui clavado en la Cruz, igualmente estaré siempre muy unido a los que
me honran, con el rezo frecuente del Vía Crucis.
12.- Los devotos del Vía Crucis nunca se separarán de mí porque Yo les daré la Gracia
de jamás cometer un pecado mortal.
13.- En la hora de la muerte, Yo les consolaré con mi Presencia, e iremos juntos al Cielo.
La muerte será dulce para todos los que Me han honrado durante la vida con el rezo del
Vía Crucis
14.- Para estos devotos del Vía Crucis, Mi alma será un escudo de protección que
siempre les prestará auxilio cuando recurran a Mí...
“Jesús, María, José, Os amo. Salvad vidas, naciones y almas. Amén.”
Revelaciones de Nuestro Señor al hermano Estanislao (1903-1927. No debe confudirse
con S. Estanislao Kostka)
2
ORACIONES PREPARATORIAS:
ORACIÓN INICIAL
¡Dulcísimo Jesús mío, que por mi amor quisiste caminar fatigado y afligido con el pesado
madero de la cruz! En memoria y reverencia de lo que por mí padeciste en aquel áspero
camino, te ofrezco los pasos que ahora daré, unidos a Tus infinitos Merecimientos, con la
atención de ganar todas las Indulgencias que los Pontífices han concedido a los que hacen
con devoción este Santo Ejercicio. Para este fin te suplico y ruego por el remedio de las
graves necesidades encomendadas por los Sumos Pontífices y aplico cuantas indulgencias
ganaré por las benditas almas del Purgatorio que fueren de Tu agrado y de mi mayor
obligación. Dame, Señor, Tu divina Gracia, para que cuanto en este Santo Ejercicio medite o
rece, sea grato a Tus divinos Ojos. Así sea.
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
3
PRIMERA ESTACIÓN JESÚS ES CONDENADO A MUERTE
V /. Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 22-23.26 R /.Gloria a ti Señor Jesús
Pilato les preguntó: «¿y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?» Contestaron todos: «¡que
lo crucifiquen!» Pilato insistió :«pues ¿qué mal ha hecho?» Pero ellos gritaban más fuerte:
«¡que lo crucifiquen!» Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo
entregó para que lo crucificaran. V /.Palabra del Señor . / R /. Te alabamos Señor
MEDITACIÓN
Consideremos la sumisión admirable de Jesús cuando recibe tan injusta sentencia, y
persuadámonos bien de que no fue solamente Pilatos quien lo condenó, sino todos los que
estamos aquí presentes ahora, y todos los pecadores del Universo. Digámosle pues,
penetrados del más vivo dolor.
ORACIÓN
¡Oh adorable Jesús!, puesto que son nuestros crímenes los que te han condenado a la
muerte, has que los detestemos con todo nuestro corazón a fin de que nuestro
arrepentimiento y nuestra sentencia, nos obtengan perdón y Misericordia. R /. Amén.
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
4
SEGUNDA ESTACIÓN JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS
V /. Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 27-31 R /.Gloria a ti Señor Jesús
MEDITACIÓN
Consideremos con cuánta resignación nuestro Divino Maestro, nuestro Modelo, recibe
sobre sus hombros lacerados y sangrantes, el terrible instrumento de su suplicio. Es así
como quiere enseñarnos a llevar nuestra cruz, aceptando con la más grande resignación
los males que nos son enviados por el Cielo o que nos causa nuestro prójimo.
ORACIÓN
Oh dulce Jesús, no era a ti a quien tocaba llevar esa Cruz puesto que tú eras inocente,
sino a nosotros, miserables pecadores, cargados de toda especie de iniquidades ¡danos
pues, la fuerza de imitarte!, soportando sin murmurar los reveses y las desgracias de esta
vida. Que con el orden admirable de tu Providencia Paternal, deben ser para nosotros, la
ocasión de satisfacer tu Justicia y el medio de llegar a la Patria Celestial. R /. Amén.
V /. Señor pequé ¡ten Misericordia de mí!
R /. Pecamos Señor y nos pesa ¡ten Misericordia de nosotros!
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
5
TERCERA ESTACIÓN JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
V /. Lectura del libro del profeta Isaías 53, 4-6 R /.Demos gracias a Dios
MEDITACIÓN
Consideremos a nuestro Señor Jesucristo en el camino del Calvario. La Sangre que ha
derramado en la flagelación y en la coronación de espinas de tal manera lo ha debilitado,
que cae bajo su pesada carga, y no se levanta sino después de los insultos más
sangrientos, insultos que soporta sin mostrar ningún sentimiento de indignación. He aquí
cómo ha querido expiar todas nuestras caídas, y enseñarnos a levantarnos por las
austeridades de la penitencia, cuando hemos tenido la desgracia de caer en el abismo del
pecado.
ORACIÓN
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
6
CUARTA ESTACIÓN JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE
V /. Lectura del Evangelio según San Lucas 2, 34-35.51 R /.Gloria a ti Señor Jesús
Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en
Israel caigan y se levanten; será una bandera discutida: así quedará clara la actitud de
muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma». Su madre conservaba todo
esto en su corazón. V /.Palabra del Señor . / R /. Te alabamos Señor
MEDITACIÓN
Consideremos lo doloroso que fue para este divino hijo, ver en circunstancias tan crueles a
esa Madre tan amada, y para María ver a su amadísimo hijo arrastrado inhumanamente
por una turba de malvados; en medio de una muchedumbre que lo insulta, que lo llena de
injurias, entregado a todas las angustias. Ella hubiera querido liberar a nuestro Salvador y
arrancarlo de las manos de sus verdugos, pero sabe que es preciso que nuestra salvación
sea conseguida así. Uniendo pues el sacrificio de su amor al de su hijo, comparte todos
sus sufrimientos, y se une a El hasta el último suspiro.
Oh María, Madre de dolor, alcánzanos para tu divino hijo este amor ardiente, con el cual
tú lo acompañaste a la montaña santa, y esta firmeza de la que diste muestras al pie de la
Cruz, a fin que permanezcamos ahí constantemente contigo, y que nada pueda separarnos
de ella. R /. Amén.
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
7
QUINTA ESTACIÓN EL CIRENEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ
V /. Lectura Evangelio según San Mateo 27, 32; 16, 24 R /.Gloria a ti Señor Jesús
MEDITACIÓN
Consideremos la grande bondad de Jesús hacia nosotros. Si él permite que se le ayude a
llevar su Cruz no es por falta de fuerzas, siendo El quien sostiene el Universo, pero quiere
enseñarnos a que unamos nuestros sufrimientos a los suyos y a compartir con El su cáliz
de amargura.
ORACIÓN
Oh Jesús, Maestro nuestro, tu has bebido lo más amargo y nos has dejado la parte más
pequeña. No permitas que rechazándola vengamos a ser nuestros propios enemigos. Has,
por el contrario, que la aceptemos de buena gana a fin de hacernos dignos de participar,
de los torrentes de delicias con los que embriagas a tus elegidos en el Cielo. R /. Amén.
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
8
SEXTA ESTACIÓN LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS
V /. Lectura del libro del profeta Isaías 53, 2-3 R /.Demos gracias a Dios
No tenía figura ni belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado por los
hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan
los rostros; despreciado y desestimado. R /.Amén
MEDITACIÓN
Consideremos la acción heroica de esta Santa mujer, que se adelanta entre la multitud de los
soldados para ver a su Divino Maestro. Ella lo apercibe cubierto de escupitajos, y de polvo, de
sudor y de Sangre. Tal espectáculo enternece su alma hasta el llanto, y haciendo su amor que
olvide todo temor, se aproxima a Jesús, enjuga su rostro desfigurado. Este augusto Rostro
que extasía a los Santos, y delante del cual los Ángeles se cubren con sus alas no pudiendo
resistir su brillo.
ORACIÓN
Oh Jesús, el más bello de los hijos de los hombres ¡a qué estado te ha reducido tu amor
por nosotros! No, nunca jamás has sido tu tan digno de nuestras adoraciones y de nuestros
homenajes. Nosotros, pues, te adoramos y postrados ante tu Divina Majestad, te
suplicamos que olvides todas nuestras ofensas, y que devuelvas a nuestra alma su antigua
belleza que ha perdido por el pecado. R /. Amén.
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
9
SÉPTIMA ESTACIÓN JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ
MEDITACIÓN
Consideremos al hombre Dios sucumbiendo otra vez, contemplemos esta Santa Víctima
caída en tierra bajo el peso horrible del madero de su Sacrificio, expuesto de nuevo a la
crueldad de los soldados y de los asesinos. Es también para darnos pruebas de su amor
infinito, que permite a nuestro Señor Jesucristo esta segunda caída.
ORACIÓN
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
10
OCTAVA ESTACIÓN JESÚS ENCUENTRA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN
V /. Lectura del Evangelio según San Lucas 23, 28-31 R /.Gloria a ti Señor Jesús
Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por
vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que llegará el día en que dirán: «dichosas las
estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado». Entonces
empezarán a decirles a los montes: «Desplomaos sobre nosotros»; y a las colinas:
«Sepultadnos»; porque si así tratan al leño verde, ¿qué pasará con el seco?
MEDITACIÓN
Consideremos aquí la generosidad incomparable de Jesucristo. El se olvida de sus propios
sufrimientos pensando en los que tendrá que sufrir su pueblo a causa de sus pecados. Es
así que dice a las mujeres que lo siguen: “hijas de Jerusalén, no lloréis por mi, sino más
bien por vosotras y por vuestros hijos, pues si con el árbol verde se hace esto ¿Qué será
con el seco?”
Consideremos cuál no será el tremendo castigo que tiene reservado Dios al pecado, que
es más digno de llanto, que la Pasión d su Divino Hijo.
ORACIÓN
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
11
NOVENA ESTACIÓN JESÚS CAE POR TERCERA VEZ
Bueno es para el hombre soportar el yugo desde su juventud. Que se sienta solitario y
silencioso, cuando el Señor se lo impone; que ponga su boca en el polvo: quizá haya
esperanza; que tienda la mejilla a quien lo hiere, que se harte de oprobios. Porque el Señor
no desecha para siempre a los humanos: si llega a afligir, se apiada luego según su
inmenso amor. R / Amen
MEDITACIÓN
Consideremos al adorable Jesús ya en la cima del Calvario; dirige su mirada sobre el lugar
en que pronto va a ser Crucificado, pero aún le preocupan, en ese momento, nuestras
caídas sin fin, y la inutilidad de su Sangre para muchos pecadores. Este pensamiento Cruel
lo consterna y aflige su tierno corazón más que todos los suplicios que debe aún sufrir. El
llena su alma de mortal tristeza. En tan cruel abatimiento le faltan las fuerzas, como en su
agonía en el Huerto y cae por tercera vez hasta dar con su divino rostro en tierra.
ORACIÓN
¡Oh Jesús, víctima de amor! He aquí pues, que Tú vas a ser inmolado por la salvación de
las almas. Dígnate aplicarnos los méritos de tu Sacrificio en el tiempo, a fin de que
podamos ofrecerte nuestras alabanzas durante toda la eternidad. R /. Amén.
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
12
DÉCIMA ESTACIÓN JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
V /. Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 33 -36 R /.Gloria a ti Señor Jesús
Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir «La Calavera»), le dieron a
beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo,
se repartieron su ropa echándola a suertes y luego se sentaron a custodiarlo.
V /.Palabra del Señor . / R /. Te alabamos Señor
MEDITACIÓN
Consideramos cuán grande fue el dolor de Jesucristo cuando sus verdugos le arrancaron
sus vestiduras. Todas las llagas que tenía y que habían adherido su túnica a su carne
sangrante, se abrieron en este momento para hacerlo sufrir otra vez todos los tormentos de
la flagelación. Pero lo que fue para El aún más sensible, fue verse expuesto desnudo a la
vista de sus enemigos y de la inmensa multitud de espectadores.
ORACIÓN
¡Oh Jesús, Cordero divino! Bien sé por qué permitiste tan brutal atropello. Para darme
ejemplo de honestidad y satisfacer la Justicia airada de tu Padre Celestial, por mis
deshonestidades; y permitiste también que antes de morir te despojaron de lo único que
tenías, para darme ejemplo de pobreza, para enseñarme el despego que suelo tener de las
cosas mundanas. Dame tu divina Gracia para que siguiendo el ejemplo que Tú aquí me
das, alcance las virtudes de la pobreza de espíritu y de la castidad. R /. Amén.
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
13
UNDÉCIMA ESTACIÓN JESÚS CLAVADO EN LA CRUZ
V /. Lectura del Evangelio según San Mateo 7, 37-42 R /.Gloria a ti Señor Jesús
Encima de la cabeza colocaron un letrero con la acusación: «Este es Jesús, el Rey de los
judíos». Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda. Los que
pasaban, lo injuriaban y decían meneando la cabeza: «Tú que destruías el templo y lo
reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz». Los sumos
sacerdotes con los letrados y los senadores se burlaban también diciendo: «A otros ha
salvado y él no se puede salvar. ¿No es el Rey de Israel? Que baje ahora de la cruz y le
creeremos».
V /. Lectura del Evangelio según San Juan 19, 19-20 R /.Gloria a ti Señor Jesús
Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús el
Nazareno, el Rey de los judíos». Leyeron el letrero muchos judíos, estaba cerca el lugar
donde crucificaron a Jesús y estaba escrito en hebreo, latín y griego. V /.Palabra del Señor . /
R /. Te alabamos Señor
MEDITACIÓN
Consideremos a Jesucristo ofreciéndose a sus verdugos para ser Crucificado, y
extendiéndose El mismo sobre el árbol de la Cruz. ¡Qué tormento no debía sufrir mientras los
martillazos hundían los clavos en sus pies y en sus manos! Su carne se desgarra, sus huesos
se dislocan, sus nervios se rompen, sus venas se revientan, la Sangre brota a borbotones y
agota sus fuerzas y añade a tan horribles suplicios, el de la sed más ardiente.
ORACIÓN
¡Oh pecado! ¡Pecado maldito! Eres tú quien fue la causa de este mar de dolores en el
que contemplamos la Víctima de nuestra Salvación. ¡Ah cristiano! ¡Qué exceso de amor!
¡Qué inmensa caridad! ¡Qué a esta vista nuestros corazones se desgarren y se abrasen!
¡Que renuncien a todo afecto desordenado a los placeres de la tierra! ¡Cómo no estamos
sin cesar crucificados con Jesús! ¡Cómo nuestros ojos no vierten noche y diez torrentes de
lágrimas! R /. Amén.
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
14
DUODÉCIMA ESTACIÓN JESÚS MUERE EN LA CRUZ
Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 45-50. 54 R /.Gloria a ti Señor Jesús
Desde el mediodía hasta la media tarde vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A
media tarde Jesús gritó: «Elí, Elí lamá sabaktaní», es decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué
me has abandonado?» Al oírlo algunos de los que estaban por allí dijeron: «A Elías llama
éste». Uno de ellos fue corriendo; enseguida cogió una esponja empapada en vinagre y,
sujetándola en una caña, le dio de beber. Los demás decían: «Déjalo, a ver si viene Elías a
salvarlo». Jesús, dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu. El centurión y sus hombres, que
custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba dijeron aterrorizados: «Realmente
éste era Hijo de Dios».
V /.Palabra del Señor . / R /. Te alabamos Señor
MEDITACIÓN
Consideremos ahora a Jesús, el Dios de toda Santidad, expirando entre dos malhechores y
admiremos la dulzura y la fuerza de su amor. Pide a su Padre perdón por los verdugos; promete su
Gloria al Buen Ladrón; recomienda su Madre al discípulo amado; pone su alma en las manos de su
Padre; anuncia que todo está consumado y expira por nosotros.
En el mismo instante todas las criaturas se unen para publicar su divinidad. La naturaleza entera
se entristece y parece querer anonadarse al ver expirar a su Creador.
¡Oh pecadores! ¡Sólo nosotros permanecemos insensibles a este espectáculo tan conmovedor!
Dirijamos una sola mirada a nuestro Salvador. Veamos el estado tan espantoso al que nuestros
crímenes lo han reducido. Él nos perdona sin embargo, si nuestro arrepentimiento es sincero, Él
tiene sus pies clavados para esperarnos; sus brazos extendidos para recibirnos; Su costado abierto
y su Corazón herido para esparcir sobre nosotros todas sus Gracias; su cabeza inclinada para
darnos el beso de paz y de reconciliación. Corramos pues, todos corramos a su Cruz y si es
preciso, muramos por Él, puesto que él murió por nosotros.
ORACIÓN
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
15
DECIMOTERCERA ESTACIÓN JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y ENTREGADO
A SU MADRE
V /. Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 54-55 R /.Gloria a ti Señor Jesús
El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba
dijeron aterrorizados: «Realmente éste era Hijo de Dios». Había allí muchas mujeres que
miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderle.
V /.Palabra del Señor . / R /. Te alabamos Señor
MEDITACIÓN
Consideremos el dolor extremo de esta tierna Madre, después de la muerte de Jesús, su
divino Hijo. Ella recibe en sus brazos este depósito Sagrado, contempla su rostro pálido,
sangrante y desfigurado; ve sus ojos apagados, su boca cerrada, su costado abierto, sus
manos y sus pies perforados. Esta vista es para ella un martirio inefable del que únicamente
Dios puede conocer el precio.
ORACIÓN
¡Oh María! Somos nosotros la causa de tu aflicción y son nuestros pecados los que han
traspasado tu alma clavando a Jesús en la Cruz.
A cambio de este mal tan grande que te hemos hecho, dígnate ¡Oh madre de
misericordia! obtener nuestro perdón y permítenos adorar en tus brazos a tu Amor
Crucificado; e imprime en nuestras almas los dolores que sufriste al pie de la Cruz, de tal
modo que nunca perdamos el recuerdo de ellos. R /. Amén.
V /. Señor pequé ¡ten Misericordia de mí!
R /. Pecamos Señor y nos pesa ¡ten Misericordia de nosotros!
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
16
DECIMOCUARTA ESTACIÓN JESÚS ES PUESTO EN EL SEPULCRO
V /. Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 59-61 R /.Gloria a ti Señor Jesús
José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en el sepulcro
nuevo que se había excavado en una roca, rodó una piedra grande a la entrada del
sepulcro y se marchó. María Magdalena y la otra María se quedaron allí sentadas enfrente
del sepulcro. V /.Palabra del Señor . / R /. Te Alabamos Señor
MEDITACIÓN
He aquí, Jesús, ¡nuestro amado Redentor! donde descansa tu Cuerpo adorable, prenda
preciosa de nuestra salvación. Has que al menos siempre tengamos presentes los
suplicios y la muerte ignominiosa que Tú has soportado para salvarnos, y que nunca
olvidemos que Tú has querido ser colocado en un sepulcro nuevo para hacernos conocer
que es con un nuevo corazón como debemos aproximarnos a tu Sacramento de Amor.
Dígnate purificarnos de todas nuestras manchas para hacernos menos indignos de
acercarnos a tu Sagrado Banquete.
ORACIÓN
Oh! Señor Entierra como en una tumba todas nuestras iniquidades y todas nuestras
concupiscencias a fin de que muriendo a nuestras pasiones y a todas las cosas de aquí
abajo, para llevar contigo una vida oculta en Dios, merezcamos tener un fin feliz y
contemplarte cara a cara, en los esplendores de tu Gloria. R /. Amén.
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
17
DECIMOQUINTA ESTACIÓN JESÚS RESUCITA VICTORIOSO
V /. Lectura del Evangelio según San Lucas 24, 1-6 R /.Gloria a ti Señor Jesús
El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando los aromas que
habían preparado. Pero encontraron que la piedra había sido retirada del
sepulcro. Entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. No sabían que pensar de
esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos
resplandecientes. Asustadas, inclinaron el rostro a tierra, pero les dijeron:
«¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?» No está aquí, ha resucitado.
MEDITACIÓN
Jesús, nuestro Señor y amigo fiel, ha resucitado. Este acontecimiento fue un hecho grandioso
y desde entonces hasta nuestra fecha no ha habido otro hecho majestuoso que le supere.
Esta fue la buena noticia que recorrió el mundo en aquel entonces y que aun sigue
divulgándose por doquier: Cristo ha resucitado. Cristo ha vencido a la muerte.
Pues bien, la promesa que alienta a los cristianos es que el mismo Espíritu que levantó a
Cristo de entre los muertos nos levante también a nosotros. Por eso es que afirmamos sin
vacilar que si hemos muerto con Cristo seremos igualmente resucitados en él y con él. Está
es la esperanza que nos envuelve y que no nos debe de entristecer al contemplar la
proximidad de la muerte en nuestras vidas. Realmente si hemos creído en Cristo y en aquel
que le envió hasta nosotros, no moriremos sino que más bien tendremos vida y vida en
abundancia. (Breve Silencio)
ORACIÓN
Te rogamos, Señor, que así como fuiste levantado de entre los muertos nos levantes también
a nosotros el día de nuestra sepultura. Regálanos la confianza de saber que en el día postrero
estaremos contigo, y junto a nuestros seres queridos que nos han precedido, compartiendo tu
gloria por los siglos de los siglos. R /. Amén.
Bendita y alabada sea la Sagrada Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y los
dolores y angustias de su purísima Madre, concebida sin mancha de pecado original.
Amén.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
18
SÚPLICAS
V.- Roguemos por los fieles difuntos. Dales Señor el Descanso Eterno.
Dígnate Señor, arrojar una mirada sobre esta familia por la cual nuestro Señor Jesucristo
no ha dudado entregarse en manos de los malvados y sufrir el suplicio de la Cruz.
Señor Jesús, Hijo de Dios Vivo, que a la hora sexta has sido clavado en la Cruz para la
Redención del mundo y has derramado tu Sangre preciosa por la remisión de nuestros
pecados, te suplicamos que escuches estas humildes Oraciones y que después de nuestra
muerte, seamos admitidos en la Gloria Eterna.
Pedimos tu divina clemencia, Señor Jesús, ahora y en la hora de nuestra muerte, por la
intercesión de la Bienaventurada siempre Virgen María, Madre tuya y Madre nuestra, cuyo
corazón fue traspasado por una espada de dolor en el momento de tu Pasión.
¡Oh Dios! Que no queréis la muerte del pecador, sino que se convierta y se salve.
Pedimos a tu Misericordia por la intercesión de la siempre Bienaventurada Virgen María y
de todos los Santos, que concedas el eterno descanso a nuestros padres, hermanos,
amigos y bienhechores difuntos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
¡Jesús lleno de Misericordia! Da a las almas de los fieles difuntos, el descanso eterno.
Que nuestro Señor Jesucristo, que ha sido flagelado, que ha llevado su Cruz y que ha sido
Crucificado por nosotros, nos bendiga. R /. Así sea.
V.- ¡Bendita sea la Hora en que nuestro Señor Jesucristo instituyó la Sagrada Eucaristía!
R - ¡Bendita sea!
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