ACCIÓN PAULIANA Código DF, Tesís para Título
ACCIÓN PAULIANA Código DF, Tesís para Título
ACCIÓN PAULIANA Código DF, Tesís para Título
DE MÉXICO
TESIS
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE:
L I C E N C I A D O E N D E R E C H O.
P R E S E N T A N:
ASESOR:
MTRO. LEOPOLDO RANGEL CANCINO.
México, 2014.
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ÍNDICE.
INTRODUCCIÓN. I
- 2.1. Roma. 53
CONCLUSIONES 121
BIBLIOGRAFÍA. 124
I
INTRODUCCIÓN.
que dichas acciones, una vez valuadas conforme a los activos y pasivos de la
sociedad mercantil, fueran insuficientes para saldar el crédito.
a) el proceso,
b) partes en el proceso,
c) la jurisdicción,
d) la competencia,
e) el derecho a instar,
1
PALLARES, Eduardo. Derecho Procesal Civil. Porrúa. México, 1961. p.p. 66-67.
3
2 BECERRA BAUTISTA, José. El Proceso civil en México. Porrúa. 14ª edición. México, 1992. P.19.
3
Cfr. PALLARES, Eduardo. Op cit. P. 102.
4
Así las cosas, se ha tratado de explicar que es el proceso, así como las
partes en el mismo y la sentencia; por lo que es de suma importancia para el
presente trabajo, que se aborden los conceptos de jurisdicción y
competencia, habida cuenta que de no hacerlo quedarían ambiguos los temas
antes tocados.
4
Cfr. Íbidem. p.p. 283.
8
Cfr. CALAMANDREI, Piero. Derecho Procesal Civil. “Instituciones de Derecho Procesal Civil según el
nuevo Código”. Volumen I. Traducción de la Segunda Edición Italiana y Estudio Preliminar por Santiago
Sentis Melendo. Ediciones Jurídicas Europa-América. Buenos Aires, Argentina, 1986. PP. 241-246.
6
9
Íbidem. pp 229 y 230.
10
BAÑUELOS SÁNCHEZ, Froylán. Nueva Práctica Civil Forense. Tomo I. 11ª Edición. Editorial Sista, S. A.
de C.V. México, 1998. pp 193-199.
11
Cfr. Íbidem. p.196-198.
7
Así pues, cabe precisar que cada acción en particular, tiene sus propios
elementos constitutivos, los cuales, si no son acreditados, no se podrá
obtener una sentencia favorable, pues el Juez, aún ante el silencio del
demandado, debe estudiar de oficio los citados elementos y, en caso de no
reunirse, absolver al demandado.
8
1.- La propiedad del bien en favor de quien intenta la acción, así como que
dicha propiedad provenga de quien o quienes fueron titulares de dicho bien.
Así pues, puede afirmarse que la acción antes apuntada, tiene como
elementos constitutivos, los siguientes:
12
BORJA SORIANO, Manuel. Teoría General de las Obligaciones. Editorial Porrúa. Vigésima Edición.
México, 2006. p. 529.
13
GUTIÉRREZ Y GONZÁLEZ, Ernesto. Derecho de las Obligaciones. Editorial Cajica, S.A. Quinta Edición.
México, 1974. p. 578.
10
será que los bienes objeto de los actos de disposición que ejecutó el deudor en
perjuicio de su acreedor, vuelvan a su patrimonio a fin de que con los mismos,
se haga pago única y exclusivamente al acreedor que ejercitó la acción.
Por otro lado, el maestro Rafael Rojina Villegas, señala que: “Se dice que
el deudor ejecuta un acto de fraude de acreedores, cuando lleva a cabo una
enajenación o renuncia de derechos, que provoca o aumenta su insolvencia, y
que por consiguiente perjudica al acreedor. En estas condiciones, éste tiene el
derecho de pedir la nulidad del acto ejecutado por el deudor, que originó su
insolvencia y lo perjudica. Tradicionalmente se conoce esta acción, con el
nombre de pauliana.”14
14
ROJINA VILLEGAS, RAFEL. COMPENDIO DE DERECHO CIVIL. Teoría General de las Obligaciones.
Tomo III. Décimo Sexta Edición. Editorial Porrúa. México, 1989. p. 414 y 415.
11
16 Ídem.
17 ROJINA VILLEGAS, RAFEL. COMPENDIO DE DERECHO CIVIL. Teoría General de las Obligaciones.
Por otro lado, será deudor, aquel que corre a cargo con el deber; es
decir, aquel que tiene del deber de satisfacer el crédito del sujeto activo de la
obligación.
19
Cfr. RICO ÁLVAREZ, Fausto. Et al. Teoría General de las Obligaciones. 3ª edición. Porrúa. México,
2007. P. 45.
20
Ibídem. p. 45.
13
Por otro lado, por Relación Jurídica se puede entender como: “El
Vínculo establecido entre personas regido por el derecho. Los elementos de la
relación jurídica son –en el concepto generalmente admitido- tres: el sujeto, el
objeto y el acto jurídico, pero, este es, en definitiva, también objeto del
derecho…”22
23
Íbidem. P. 439.
24
Íbidem. p. 48.
15
25
Cfr. Ibídem. P. 40.
26 Cfr. MARTÍNEZ GARCÍA DE LEÓN, Fernando. La Acción Pauliana. Editorial Porrúa. México 2007. P. 5.
27
Cfr. DE PINA, Rafael et al. Op cit. p. 414.
16
del deudor, hasta la fecha en que el deudor cumpla con su obligación voluntaria
o forzosamente; prenda tácita la cual se entiende en todas las obligaciones por
disposición de ley, sin que obste a lo anterior el derecho de las partes a
constituir en el momento de la contratación una garantía expresa.
28
MARTÍNEZ GARCÍA DE LEÓN, Fernando. Op cit. P. 5.
17
jurídica de éste último, sin que tal afectación se encuentre justificada; menos
aún, el acreedor puede afectar relaciones celebradas entre terceros y el deudor,
salvo cuando la ley así se lo permite.
29
BORJA SORIANO, Manuel. Op. Cit. p. 84.
20
1.- El objeto del acto, es decir, la cosa que se vende, lo que se paga o lo que se
ejecuta.
30
Cfr. GUTIÉRREZ Y GONZÁLEZ, Ernesto. Op. cit. p. 132.
31
Cfr. BORJA SORIANO, Manuel. Op. Cit. p. 94.
32
GUTIÉRREZ Y GONZÁLEZ, Ernesto. Op. cit. p. 150.
21
2.- La solemnidad, que es una especie de forma que deben revestir ciertos
actos en su celebración, los cuales son señalados expresamente por la ley; un
ejemplo de ello es el matrimonio.33
33
Cfr. Íbidem. p.p. 150 y 151.
34
Cfr. MÁRQUEZ GONZÁLEZ, José Antonio. Teoría General de las Nulidades. 4ª edición. Editorial Porrúa.
México 2008. p. 11.
22
Ahora bien, la Acción Pauliana es tratada por algunos autores, como una
acción de nulidad, sin embargo, a nuestro juicio no puede ser catalogada
como tal, en razón de lo siguiente:
35
GUTIÉRREZ Y GONZÁLEZ, Ernesto. Op. cit. p. 150.
23
36
Cfr. Íbidem. p.p. 154 y 155.
24
Por otro lado, parte de la doctrina, señala a la acción pauliana como una
acción revocatoria, bajo el argumento de que el Juez debe revocar los actos
celebrados en fraude de acreedores.
de los contratos o de extinción de los actos jurídicos por voluntad del autor o de
las partes”37
Los actos que principalmente admiten ésta figura como extintiva de los
mismos, son los testamentos y las donaciones, en los casos que la Ley lo
prevé, casos que obedecen a aspectos morales, como la ingratitud de los
donatarios.
37
MÁRQUEZ GONZÁLEZ, José Antonio. Teoría General de las Nulidades. 4ª edición. Editorial Porrúa.
México 2008. P. 11.
26
38
Ibídem. P. 318.
27
disponer que “ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer
violencia para reclamar su derecho”.
39
Cfr. Íbidem. p. 159.
28
40
Cfr. RICO ÁLVAREZ, Fausto. Et Al. Op. Cit. P. 188.
29
41
MÁRQUEZ GONZÁLEZ, José Antonio. Op. Cit. p. 357.
33
“Un negocio de la vida real puede o no ser apto para desplegar, al menos en
forma duradera, todos los efectos que el Derecho acompaña al tipo abstracto a
que aquel pertenece. La calificación de inválido o ineficaz que entonces se le
adjudica, presupone, precisamente un cotejo, entre el negocio concreto que se
considera y el tipo o género de negocio que éste pretende representar. Y
expresa una apreciación negativa que es, en cierto modo, el reverso de aquella
otra, positiva, que hace la ley respecto al negocio-tipo, al que faculta para
producir nuevas situaciones jurídicas. El juicio negativo puede depender, tanto
de que la circunstancia de los elementos constitutivos y los presupuestos
concomitantes del negocio concreto no correspondan a los elementos
esenciales y a los presupuestos necesarios del tipo legal, como del hecho de
42
Cfr. Íbidem. p. 337.
34
43
BETTI, Emilio. Op Cit. P. 348 y 349.
35
44
MÁRQUEZ GONZÁLEZ, José Antonio. Op. Cit. P. 339.
36
45
Cfr. BETTI, Emilio. Op. cit. p. 119.
46
La autonomía privada es la libertad con que cuentan los particulares para establecer un marco de
derechos y obligaciones, con la única limitante de que no podrán renunciar a derechos de carácter público,
ni ir en contra de las buenas costumbres ni la moral, reconocida por el artículo 1839 del Código Civil para
el Distrito Federal.
37
1. Existir en la naturaleza;
3. Estar en el comercio.
47
Cfr. DE PINA, Rafael, et al. Op cit. P. 203.
38
un tercero con el que contrate éste último. Además, el crédito debe revestir
ciertas características que la propia Ley establece.
El crédito a su vez, debe de ser VÁLIDO, es decir, debe cumplir con los
requisitos que la Ley le impone a las partes para que sea válido, es decir, debe
ser pactado por personas con capacidad y legitimación para contratar, estar
libre de vicios la voluntad de los contratantes, ser lícito en su motivo o fin y debe
revestir la forma que la Ley prevé para su manifestación.
48
Debe distinguirse entre carácter material de acreedor (el que se da por el simple hecho de tener el
instrumento que ampara el negocio jurídico) y formal (el que se da una vez reconocido judicialmente) de
acreedor, pues podría darse el caso de que se suscriba un título para simular el carácter de acreedor, ante
la facilidad de la elaboración de este tipo de documentos, para así demandar la rescisión de los actos
celebrados por el deudor con un tercero, ya que cualquier alegación en relación con la existencia o
vigencia del crédito, tales como la simulación o pago, se reservarían para hacerlas valer en el juicio donde
se exija el pago, máxime si tomamos en consideración que la acción pauliana tal y como se encuentra
regulada, sólo busca la consolidación o conservación del patrimonio del deudor.
39
caso de que el crédito esté viciado de nulidad relativa, deberá purgar los vicios
antes de ejercitar la Acción Pauliana.49
49
Cfr. MARTÍNEZ GARCÍA DE LEÓN, Fernando. Op cit. P. 28.
50
Cfr. MARTÍNEZ GARCÍA DE LEÓN, Fernando. Op cit. p. 29.
40
esta objeción una razón más por la cual en el siguiente capítulo se sostiene que
la insolvencia no puede ser el núcleo o causa de pedir de la acción pauliana.
51
Cfr. MARTÍNEZ GARCÍA DE LEÓN, Fernando. Op cit. p. 31.
41
Así las cosas, ante el problema antes apuntado del abuso de la acción
pauliana, creando actos jurídicos simulados con el único fin de defraudar
acreedores, es que se propone que el acreedor obtenga el reconocimiento
formal de acreedor, ya sea en juicio previo en contra del deudor, en ejercicio de
la acción que origine el incumplimiento del negocio que hayan celebrado, o
bien, en el mismo juicio pauliano, donde el Juzgador estará obligado a conocer
de las cuestiones sobre la eficacia del crédito, tales como el pago o la
42
Así las cosas, si el acto no fuera real, sino simulado, la Acción Pauliana
sería improcedente, pues éste supuesto de simulación, sólo es combatible
mediante la diversa Acción de Nulidad por Simulación; al respecto, Merlín
Repertoire, diferencia la Acción Pauliana de la acción de nulidad por simulación
en lo siguiente:
“1. Ésta (Acción Pauliana) tiene por objeto atacar los actos y contratos que han
tenido una existencia real y verdadera, y que se han celebrado con el objeto de
43
defraudar los derechos de los acreedores, a fin de que vuelvan al patrimonio del
deudor los bienes que salieron de él.
“La rescisión (sic) (Acción de Nulidad por Simulación), por el contrario tiene por
objeto combatir los actos y contratos que no tienen una existencia real y
verdadera, sino fingida, a fin de obtener la declaración de que los bienes sobre
que han recaído no han salido del patrimonio del deudor, y por lo mismo
permanecen en él.
“2. En que la Acción Paulina sólo puede ejercitarse por acreedores anteriores a
los actos o contratos fraudulentos; mientras que la rescisión de los simulados
puede pretenderse aún por los acreedores que hubiesen contratado
posteriormente con el que ejecutó tales actos y los consintió.
“3. En que es preciso, para que la acción pauliana produzca los efectos que le
atribuye la Ley que los acreedores prueben el fraude del deudor y de la persona
con quien contrato y, que por el contrato quedó en la insolvencia. Por el
contrario el que intenta la rescisión tiene solamente que probar la simulación de
los actos o contratos que combatan, pues la Ley no toma en cuenta para
rescindirlos la circunstancia de si han producido o aumentado o no la
insolvencia del deudor.52
52
Cfr. MATEOS ALARCÓN, Manuel. Estudios sobre el Código Civil del Distrito Federal. Tomo III. Editorial
Anales de Jurisprudencia y Boletín Judicial, Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal. México,
1992. P. 363 y 364.
44
ambas situaciones que el acreedor no conoce y por ello, resulta difícil escoger
la acción a ejercitar.53
Sin embargo, a pesar del contenido del artículo antes transcrito, la acción
sólo procede cuando son probados los hechos sobre los cuales descansa la
misma, lo que se traduce en la necesidad de precisar si el acto es real o
simulado, precisando en un hecho en específico si se estima simulado el acto y
porqué, o bien, si el acto es real pero en fraude del acreedor.
53
Cfr. MARTÍNEZ GARCÍA DE LEÓN, Fernando. Op cit. P. 29.
45
Localización:
Sexta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Cuarta Parte, XXXIV
Página: 22
Tesis Aislada
Materia(s): Civil
54
Cfr. Íbidem. P. 53.
55
Cfr. Íbidem. p. 54.
49
Así las cosas, el fraude pauliano o consilium fraudis debe ser probado
por el demandante, ante el principio probatorio consistente en que quien afirma
debe probar; sin embargo, tomando en consideración que probar el
conocimiento del déficit que debió tener el tercero que adquirió con el deudor
resulta aún muy dificil, es que se admite la prueba refractaria o presuncional
humana a fin de demostrar el fraude que nos ocupa, deduciendo dicho
conocimiento del hecho conocido consistente en la enajenación o renuncia, así
como de la relación que pudiera existir entre el deudor y el tercero e incluso con
el acreedor, tales como una relación de parentesco, entre otras.56
56
Cfr. MARTÍNEZ GARCÍA DE LEÓN, Fernando. Op cit. P. 61.
50
1.- Que el acto o contrato impugnado haya sido celebrado en los treinta
días anteriores a la declaración judicial de la quiebra o del concurso, y que tiene
por objeto dar a un crédito ya existente una preferencia que no tiene.
57
Cfr. RICO ÁLVAREZ, Fausto. Et al. Op cit. P. 475.
58
Cfr. ROJINA VILLEGAS, RAFEL. COMPENDIO DE DERECHO CIVIL. Teoría General de las
Obligaciones. Tomo III. Décimo Sexta Edición. Editorial Porrúa. México, 1989. P. 423.
52
2.1. Roma.
Las tres primeras acciones eran los medios para ventilar el juicio y
obtener una decisión judicial, eran acciones propiamente dichas. Las dos
restantes constituían lo que hoy llamamos vía ejecutiva o de apremio,59 es
decir, las tres primeras constituían los procedimientos a través de los cuales se
podía instar los jueces para llegar a una sentencia que dirimiera la controversia,
mientras que los dos últimos eran los medios para dar cumplimiento a las
sentencias obtenidas de los procedimientos antes mencionados.
Este periodo fue muy rígido en cuanto al ejercicio de las acciones por lo
que si la persona que buscaba justicia carecía de alguno de los elementos
59
Cfr. PALLARES, Eduardo. Tratado de las Accione Civiles. Comentarios al Código De Procedimientos
Civiles. Editorial Porrúa. Cuarta edición. México, 1981. p. 11.
54
60
Cfr. VENTURA SILVA, Sabino. Derecho Romano. Curso de Derecho Privado. Editorial Porrúa. Cuarta
edición. México, 1978. p. 393.
56
acreedores.61 Desde aquí se puede apreciar que el Tercero que contrató con el
deudor tenía legitimación pasiva en la causa, cuando conocía que con el acto
que celebraba se podía causar perjuicio a acreedores.
61
Cfr. BETANCOURT, Fernando. Derecho Romano Clásico. Editorial Universidad de Sevilla. p. 214.
62
Cfr. GALINDO GARFIAS, Ignacio. Teoría General de los Contratos. Editorial Porrúa. México, 1996. p.
365.
57
Así pues, la acción pauliana fue creada en el derecho pretorio y aún lleva
el nombre de su introductor; esta acción se caracterizaba por ser una acción
colectiva, que se intentaba por un administrador, en nombre de los acreedores
de un mismo deudor, que en Roma recibía el nombre de curator bonorum
vendedorum y el resultado de la misma beneficiaba a toda la masa,66 situación
similar que acontece en la acción revocatoria que actualmente se prevé en la
63
Cfr. Ibidem. p. 182.
64
Cfr. Íbidem. p. 365.
65
Cfr. VENTURA SILVA, Sabino. Op cit. 390.
66
Cfr. Íbidem. 235.
58
67
Ibidem. p. 361.
68
Cfr. Ibidem. p. 362.
59
tenía una naturaleza Penal, represora de delito, en este caso, del delito de
fraude a acreedores.
Resulta importante hacer notar lo que señala el autor Eugéne Petit: “La
acción Pauliana puede ejercitarse cualquiera que sea la naturaleza del acto; la
enajenación, obligación o remisión de deuda. Pero es preciso que se trate
siempre de un acto por el cual el deudor haya disminuido su patrimonio. Los
acreedores no pueden atacar aquellos por los cuales no haya podido
enriquecerse. El demandante debe demostrar que el acto atacado ha sido en
fraude de los acreedores, fraudationis causa.”69
69
Íbidem. p. 362.
60
Cabe hacer notar que la acción pauliana era arbitraria, por lo que el Juez
daba la orden al perdedor en dicho juicio, de restablecer las cosas en el estado
en que se encontraban antes del acto contra el cual la acción pauliana fue
dirigida.70
En efecto, al existir una hipoteca general sobre todos los bienes del
deudor, los acreedores podían perseguir sus bienes, sin importar a quien
habían sido transmitidos, precisamente porque la hipoteca es una garantía real,
de las llamadas propter rem, es decir, que persiguen la cosa.
70
Cfr. PETIT, Eugene. Tratado Elemental de Derecho Romano. Traducción de Manuel Rodríguez
Carrasco. Editorial Cárdenas Editor. México, 1989. p. 707.
71
Cfr. MARTÍNEZ GARCÍA DE LEÓN, Fernando. Op. Cit. p. 17.
61
Cabe señalar que en España fue el primer lugar donde se conocieron las
presunciones de fraude propias de la acción Pauliana. Por ejemplo, -como lo
cita Romero Sánchez siguiendo a Hevia bolaños-, se presumían fraudulentas
las enajenaciones de todos los bienes o de la mayor parte de ellos a precio
72
Cfr.RICO ÁLVAREZ, Fausto. Et al. Op. Cit. p. 471.
62
En esta tesitura, diremos que el Código Civil de 1870 fue más claro en su
regulación, al señalar, por ejemplo, que la acción Pauliana procede contra actos
“realmente” celebrados por el deudor en perjuicio de su acreedor, con lo que
73
Cfr. MARTÍNEZ GARCÍA DE LEÓN, Fernando. Op Cit. P. 18.
63
El artículo 1801 del Código Civil de 1870, al igual que su correlativo 1687
del Código Civil de 1884, establecía que los actos o contratos realmente
celebrados por el deudor en perjuicio de su acreedor pueden rescindirse a
petición de éste, si del acto o contrato resulta la insolvencia del deudor.
Por otro lado, el artículo 1774 del Código Civil de 1870, disponía que la
acción para pedir la rescisión duraba cuatro años. Misma regulación se
encuentra en los artículos 1687 y 1660 del Código de 1884.
74
Cfr. Ídem. p. 19.
64
Por otro lado, el artículo 1804 del Código del 70, disponía que había
insolvencia cuando la suma de los bienes y créditos del deudor, estimados en
su justo precio no iguala al importe de sus deudas; en cuyo caso la mala fe
consiste en el conocimiento de ese déficit. Dicha regla se encontraba dentro del
diverso Código de 1884, en su artículo 1690 del Código Civil de 1884.
para cubrir esas deudas. Cabe señalar que la misma regulación se encuentra
plasmada en el artículo 1698 del Código Civil de 1884.
Esta razón adquiere un valor notorio cuando son varias las personas
deudoras, que están obligadas solidariamente al pago del crédito; porque
siendo responsables todas del importe total de éste, cuando alguna se hace
insolvente, con fraude o sin él, no se puede decir que el acreedor sufre perjuicio
66
alguno, supuesto que los demás deudores le están obligados y que puede exigir
de aquel que mejor le parezca el valor íntegro de su crédito.
Los artículos 1802 y 1804 del Código Civil de 1870, los cuales resultan
idénticos a los artículos 1688 y 1690 del Código Civil de 1884 disponen que
habrá fraude en perjuicio de acreedores con el deudor y la persona que con él
contrate tienen conocimiento de que la suma de sus bienes y créditos,
estimados en su justo precio, no iguala al importe de sus deudas; o lo que es lo
mismo, en el conocimiento de esas personas, de que por sus actos se causa
perjuicio al acreedor. Es decir; que hay propósito de defraudar cuando el deudor
conoce su insolvencia, y a pesar de este conocimiento disminuye y enajena sus
bienes, aunque al obrar así no piense precisamente en defraudar a determinada
persona en particular.
Por otra parte, el artículo 1802 del Código Civil de 1870 dispone que si el
acto o contrato fuere oneroso, la rescisión podrá tener lugar a instancia del
acreedor perjudicado, si de ellos resulta la insolvencia del deudor, habiendo
mala fe tanto por parte de éste como del tercero que contrató con él. Misma
disposición se encuentra prevista en el artículo 1688 del Código Civil de 84.
Por otro lado, el artículo 1805 del Código Civil de 1870, así como el 1691
del Código Civil de 1884, establecen que la acción pauliana podrá ejercitarse
contra el tercer poseedor, siempre y cuando haya existido en dicho tercero mala
fe, es decir, que haya conocido el déficit en el patrimonio del deudor.
75
Cfr. MATEOS ALARCÓN, Manuel. Op. Cit. p.p. 367 a 382.
68
Es aplicable el artículo 2177 del Código Civil para el Distrito Federal que
a continuación transcribo.
76
Cfr. ROMERO SÁNCHEZ, Manuel. La Revocación de los actos celebrados en fraude de acreedores.
Editorial Imprenta Aldina. México, 1941.
71
En efecto, el artículo 2175 del Código Civil para el Distrito Federal señala
literalmente lo siguiente:
En efecto, los artículos antes señalados son del tenor literal siguiente:
haya mala fe, tanto por parte del deudor, como del tercero que
contrató con él.”
En este dispositivo se regula el elemento del fraude civil o mala fe en los
actos onerosos, de donde se desprende que dicho fraude es un requisito sin el
cual no puede prosperar la acción que nos ocupa.
“Artículo 2170. La nulidad puede tener lugar, tanto en los actos en que
el deudor enajena los bienes que efectivamente posee, como en
aquellos en que renuncia derechos constituídos a su favor y cuyo
goce no fuere exclusivamente personal.”
Así las cosas, el artículo 1953 del Código Civil para el Distrito Federal
establece que la obligación a plazo es aquella para cuyo cumplimiento se ha
señalado un día cierto y dice el artículo 1954 del mismo Ordenamiento, que es
día cierto aquel que necesariamente debe llegar, pues si existe incertidumbre
en la llegada del día, la obligación estará sujeta a condición y se regirá por las
reglas de éstas (artículo 1955).
Por su parte, el artículo 1958 del Código Sustantivo Civil establece que el
plazo se presume establecido a favor del deudor, a menos que resulte, de la
estipulación o de las circunstancias, que ha sido establecido en favor del
acreedor o de las dos partes, es decir, que por regla general el plazo se
encuentra establecido en favor del deudor, salvo prueba en contrario.
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
IX, Abril de 1999
Tesis: I.8o.C.201 C
Página: 484
ACCIÓN PAULIANA. ES IMPROCEDENTE SI NO SE REÚNE UNO DE
SUS ELEMENTOS.
De conformidad con lo dispuesto por los artículos 2163 al 2166 del
Código Civil del Distrito Federal, se colige que los elementos de la acción
pauliana son: 1o. Que de un acto resulte la insolvencia del deudor; 2o.
Que como consecuencia de la insolvencia se cause un perjuicio al
acreedor; 3o. Que el crédito en virtud del cual se intenta la acción sea
anterior a ello; y 4o. Que si el acto o contrato fuere oneroso, haya mala fe
tanto en el deudor como en el tercero que contrató con él; por lo que si se
entabló esa acción en virtud de que los demandados donaron en favor de
terceros un bien inmueble, pero el actor no acreditó que con ese acto
resultara la insolvencia del deudor, es legal que la autoridad responsable
decrete la improcedencia de la acción, por no reunirse uno de sus
elementos.
OCTAVO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Amparo directo 548/98. Banco Nacional de México, S.A. 30 de junio de
1998. Unanimidad de votos. Ponente: María del Carmen Sánchez
Hidalgo. Secretaria: Edith Alarcón Meixueiro.
Véase: Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, Tomo LVIII,
página 1301, tesis de rubro: "ACCIÓN PAULIANA, PROCEDENCIA DE
LA.".
78
Cfr. MARTÍNEZ GARCÍA DE LEÓN, Fernando. Op. cit. P. 29.
79
Cfr. BORJA SORIANO, Manuel. Op. cit. 534.
90
“Artículo 2170. La nulidad puede tener lugar, tanto en los actos en que
el deudor enajena los bienes que efectivamente posee, como en
aquellos en que renuncia derechos constituídos a su favor y cuyo
goce no fuere exclusivamente personal.”
Así las cosas, si el actor no demuestra que los bienes que conoce del
deudor, no podrá acreditar la acción Pauliana, pues éste es un elemento
constitutivo de la acción impuesto por la propia Ley.
98
En este orden de ideas, cabe señalar que “La rescisión tuvo su origen en
Roma en la actuación de los Pretores, porque muchos de los actos declarados
legalmente producían consecuencias frecuentemente injustas, porque no era
posible remediar dentro de ese contexto. Para aliviar tal estado de cosas, un
menor perjudicado con éste tipo de actos podía por ejemplo acudir ante ese
funcionario en virtud de un remedio procesal con el objeto de obtener una
restitución total (restitutio in integrum). Esta restitución tenía lugar, pues, como
99
consecuencia de una orden del Pretor o bien por una decisión judicial relativa al
acto… La palabra rescisión proviene del vocablo latino scindere, que significa
rasgar”. 80
80
MÁRQUEZ GONZÁLEZ, José Antonio. Op. Cit. P. 327.
100
81
Cfr. MARTÍNEZ GARCÍA DE LEÓN, Fernando. Op. Cit. P.P. 106 y 107.
82
Cfr. MÁRQUEZ GONZÁLEZ, José Antonio. Op. Cit. P. 329.
101
83
Cfr. BETTI, Emilio. Op Cit. P. 372.
102
Tesis: XVI.4o.3 C
Página: 1673
obligación, es decir, que cada deudor sólo estará obligado por una parte de la
obligación y a falta de convenio en contrario, los codeudores estarán obligados
en partes iguales frente a su acreedor.
84
Cfr. CAFFARENA LAPORTA, Jorge, et al. Las obligaciones Solidarias. Jornadas de Derecho Civil en
Murcia. Editorial Tirant Lo Blanch. Valencia, 2002. P. 93.
106
como se dijo, la disposición de los bienes no implica que llegada la fecha del
cumplimiento de su obligación la incumplirá.
Asimismo, como se vio con antelación, el crédito del acreedor que intenta
la Acción Pauliana, debe de ser anterior al acto a rescindir, ya que los bienes
que salieron del patrimonio del deudor con antelación a la celebración del acto
jurídico, no pueden ser perseguidos a través de ésta acción, al haber aceptado
el acreedor contratar o negociar con su deudor en el estado en que se
encontraba el patrimonio de éste último y, ante ello, no sería válido pretender
afectar situaciones creadas con anterioridad al derecho del acreedor, tal y como
lo prevé el artículo 2163 del Código Civil para el Distrito Federal.
De igual forma, cabe reiterar que la Acción Pauliana sólo combate actos
jurídicos reales, celebrados por el deudor en perjuicio de su acreedor, pues en
términos de los artículos 2163 y 2166 del Código Civil, sólo se puede hablar de
insolvencia cuando los bienes han salido del patrimonio del deudor, es decir,
cuando el acto celebrado por el deudor trae como consecuencia que el
patrimonio del deudor disminuya y como consecuencia de esa disminución, no
es suficiente para hacer frente a sus obligaciones.
111
4.4 Propuesta de Reforma al Capítulo I, inciso II, del Título IV, de la Primera
Parte, del Libro Cuarto del Código Civil para el Distrito Federal.
CAPITULO I
115
Texto Reformado.- Artículo 2163. Los actos celebrados por un deudor pueden
rescindirse, a petición del acreedor, si de esos actos resulta una imposibilidad
para hacer efectivo el crédito de éste último, y el crédito en virtud del cual se
intenta la acción, es anterior a ellos.
Texto Reformado.- Artículo 2168. El que hubiere adquirido de mala fe las cosas
enajenadas en fraude de los acreedores, deberá indemnizar a éstos de los
daños y perjuicios, cuando la cosa hubiere pasado a un adquirente de buena fe,
o cuando se hubiere perdido.
117
Texto Reformado.- Artículo 2170. La rescisión puede tener lugar, tanto en los
actos en que el deudor enajena los bienes que efectivamente posee, como en
aquellos en que renuncia derechos constituidos a su favor y cuyo goce no fuere
exclusivamente personal.
Texto Reformado.- Artículo 2174. La rescisión de los actos del deudor sólo será
pronunciada en interés de los acreedores que la hubiesen pedido, y hasta el
importe de sus créditos.
119
Texto anterior.- Artículo 2175. La nulidad de los actos del deudor sólo
será pronunciada en interés de los acreedores que la hubiesen pedido,
y hasta el importe de sus créditos.
Texto Reformado.- Artículo 2175. El tercero a quien hubiesen pasado los bienes
del deudor, puede hacer cesar la acción de los acreedores satisfaciendo el
crédito de los que se hubiesen presentado, o dando garantía suficiente sobre el
pago íntegro de sus créditos, si los bienes del deudor no alcanzaren a
satisfacerlos.
Texto anterior.- Artículo 2176. El tercero a quien hubiesen pasado los bienes
del deudor, puede hacer cesar la acción de los acreedores satisfaciendo
el crédito de los que se hubiesen presentado, o dando garantía suficiente
sobre el pago íntegro de sus créditos, si los bienes del deudor no
alcanzaren a satisfacerlos.
Texto Reformado.- Artículo 2178. El Juez estará obligado a estudiar todas las
excepciones que el deudor y el tercero codemandado opongan y que tengan en
contra del acreedor, incluidas las que se refieran a la existencia, validez y pago
del crédito en que se base la acción.
CONCLUSIONES.
BIBLIOGRAFÍA.
LEGISLACIÓN.
CÓDIGO DE COMERCIO.